klimovsky las desventuras del conocimiento cientifico capitulo 10

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  • 8/9/2019 Klimovsky Las Desventuras Del Conocimiento Cientifico Capitulo 10

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    te ciertos mundos posibles quedan descartados. En la figura, las rayas inclinadasdescendentes indican que se han eliminado, en primer lugar, los modelos de mundos posiblesMyM7 por refutacin de cierta teora; luego, por refutacin de otra,quedan eliminados los mundos posibles M2, M3 yM6, lo cual se indica por mediode las rayas inclinadas ascendentes. Ocurre que, a medida que refutamos teoras, en

    el mejor espritu popperiano de eliminacin de errores, el conocimiento progresa porla negativa: aprendemos gradualmente, cada vez con mayor precisin, cmo el mundo no es.

    Por cierto que el progreso por la negativa no es equivalente al que supondra saber cmo el mundo es de una manera precisa, o sea, saber cul de los mundos posibles es el real; pero confesemos que, a medida que eliminamos teoras errneas,aprendemos mucho. Cuando Dalton y los qumicos del siglo XIX adoptan la teoraatmica, no estn en condiciones de describir con certeza cmo son los tomos ni

    pueden evitar que aparezcan muchas variantes distintas de la teora, pero han logrado eliminar los mundos posibles en los que la materia era concebida como formada

    por sustancias homogneas, sin hiatos espaciales que separaran sus unidades indivisibles de las restantes, sin posibilidad de existencia del vaco, como suceda en lascosmologas de Aristteles y de Descartes.

    La eliminacin de una gran cantidad de teoras, en la marcha de la ciencia es, indudablemente, un progreso cientfico. Como veremos ms adelante, descartar unateora suele acarrear el descarte de otras al mismo tiempo. Cuando una observacin

    pertinente contradice a una hiptesis, contradice a la vez a muchas otras hiptesisposibles que hubieran llevado, de manera alternativa, a las mismas consecuenciasobservacionales. De todos modos, tambin es posible concebir el progreso cientficoen sentido positivo y no slo por la negativa. Es verdad que en cada etapa de la historia de la ciencia, y habindose eliminado hasta all una gran cantidad de teoraserrneas, siempre queda una cantidad, incluso infinita, de teoras posibles. Pero elespectro ha quedado acotado. sta es la segunda razn por la cual no consideramos

    justificado adoptar una posicin escptica con relacin al conocimiento y el progresocientficos. En la figura, sobreviven mundos posibles como M4, Ms y muchos otros.Todava no sabemos (y seguramente, de acuerdo con la visin pesimista del mtodohipottico deductivo, no lo sabremos nunca) cul de ellos es el que retrata con exactitud y de manera completa la realidad. Pero tambin es verdad que, al estrecharseel espectro de posibilidades, ganamos en precisin acerca del conocimiento de cmoes la realidad, pues continuamente la acotamos ms y ms. Si se nos extrava el perro y queremos recuperarlo, no es lo mismo saber que se halla en la ciudad de Buenos Aires, lo cual involucra una enorme cantidad de posibilidades, que saber que se

    halla en el barrio de Belgrano, lo cual tambin nos enfrenta con un nmero grandede posibilidades pero acota notoriamente nuestra bsqueda y expresa sin duda mayor conocimiento acerca de la ubicacin del perro. De modo que, a medida que sedescartan ms y ms mundos posibles, si bien siempre subsisten infinitos otros, laacotacin de lo que nos queda por investigar queda ceida y, en este sentido, indudablemente, es posible hablar de progreso cientfico.

    Respecto de la "induccin pesimista" de Newton-Smith, si bien es verdad quemuchas teoras han quedado descartadas a lo largo de la historia, es cierto tambin

    que aquellas que las sucedieron fueron muchas veces ajustes de las anteriores y obtuvieron mayor xito que stas en cuanto a sus aplicaciones prcticas. En la ruta del

    progreso cientfico, quien transita por ella deja atrs mundos que alguna vez fueronconcebidos como posibles, pero a la vez se acerca cada vez ms a otros ms acotados y por tanto ms ajustados a la realidad que intentan describir. Por tanto no hay

    razn alguna para suponer, como pretenden algunos filsofos y pensadores actuales,que las nociones de conocimiento y progreso cientficos deban ser entendidos comoilusorios y productos de una epistemologa perimida.

    Verdad, probabilidad e hiptesissegn Popper

    Hemos tratado de justificar por qu el mtodo hipottico deductivo provee conocimiento. Como esta palabra se vincula estrechamente a los conceptos de verdad y de

    probabilidad, es importante sealar cul es la relacin que entre ellos advierte Pop-per, sin duda el ms destacado adalid de los valores del mtodo hipottico deductivo. En primer lugar, Popper es ambivalente en cuanto a qu clase de conocimiento

    proporcionan las hiptesis y teoras cientficas. EnLa lgica de la investigacin cientfica seala que no se debe interpretar la adopcin de ciertas hiptesis y teoras, yel rechazo de otras, como una aproximacin hacia la verdad. Piensa que suponer tal

    cosa es un prejuicio metaflsico y que el valor de las hiptesis y teoras radica en sucapacidad explicativa y. predictiva. Las que han fallado en este respecto se eliminany las que tienen valor explicativo y predictivo se conservan, se adoptan y se emplean. No obstante, en algunos textos posteriores, Popper introduce una teora llamada "de la verosimilitud", que consiste, precisamente, en un intento de "medir" la distancia entre una hiptesis o teora y la verdad, entendida esta ltima de un modoms absoluto. Aqu Popper contradice sus afirmaciones anteriores y parece creerque, a medida que se desarrolla la ciencia, las hiptesis o teoras que se formulanadquieren mayor verosimilitud. Desafortunadamente, hay unanimidad entre episte-mlogos y metodlogos de que este intento de Popper result a la postre totalmente fallido.

    Ms interesante es la opinin de Popper en cuanto al concepto de probabilidad.Podra sostenerse que el progreso cientfico, si bien no es una marcha hacia la verdad, consiste en un aumento de la probabilidad de las afirmaciones de la ciencia yque, a medida que sta evoluciona, las hiptesis y teoras se vuelven ms probablesy por tanto ofrecen cada vez ms conocimiento. Pero Popper afirma que, si se emplea el concepto tradicional de probabilidad, esto no es as. Aclarmoslo por mediode un ejemplo. Segn la definicin clsica de probabilidad, sta se estima numricamente por medio del cociente entre el nmero de casos favorables y el de casos posibles, razn por la cual decimos que, al arrojar un dado, la probabilidad de obtenerun cuatro es igual a 1/6 y la de obtener un nmero par es igual a 3/6. Ahora bien,supongamos que se formulan cuatro hiptesis acerca de la Luna:

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    H. La Luna no es transparenteH2. La Luna tiene color gris claro, gris oscuro, azul o verdeH3. La Luna tiene color gris claro o gris oscuroH4. La Luna tiene color gris claro

    Se comprende que, a medida que las vamos enumerado, cada hiptesis se hacemenos probable por cuanto disminuye el nmero de casos favorables. No obstante,desde el punto de vista cientfico, se hacen cada vez ms interesantes porque cadauna proporciona informacin ms ceida y precisa que la anterior. Quien adopta lahiptesisH4 tiene una visin de la realidad mucho ms ntida que si adoptase la hi

    ptesisH,bastante vaga. En algunas teoras de la probabilidad (como la de Carnapen su libro Logical Foundation ofProbability) las proposiciones generales que llamamos "leyes cientficas" tienen, por brindar informaciones demasiado ceidas, proba

    bilidad cero. No obstante, desde el punto el punto de vista informativo, son las quepresentan mximo inters.

    Todo esto abona en favor de la tesis de Popper: lo que importa en ciencia a propsito de las hiptesis y teoras es su valor informativo, que, curiosamente, aumenta cuando ellas se hacen menos probables desde el punto de vista clsico. Claro que,si se utilizara la nocin de probabilidad que se emplea en la llamada "teora de laconfirmacin", la conclusin anterior podra no ser correcta y la cuestin ser considerada todava en estado de debate. Pero aqu slo importa destacar que, para Pop-

    per, el inters de las hiptesis y teoras radica en su capacidad explicativa y predic-tiva, y en modo alguno puede ser evaluado recurriendo al concepto de probabilidad.Nuevamente se manifiesta, en este caso, el temperamento antiinductivista que caracteriza a la epistemologa popperiana.

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    leurra.

    Primera parte: estructuray justificacin de las teoras

    La teora de Newton, tal comofuera presentadapor el autor en

    los Principios matemticos defilosofa natural, de 1687,

    signific uno de loslogros ms

    ciencia. La pgina manuscritacorresponde a los clculosrealizadospor Newton paraestablecer la rbita del cometaque hoy lleva el nombre de

    espectaculares de la historia de la su amigo Edmund Halley.

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    Dos acepciones de la palabra "teora"

    emos empleado hasta ahora frecuentemente la palabra "teora" de un modotal que casi la haca indistinta a "hiptesis" y ello ha sido as porque unateora es un conjunto de hiptesis mantenidas simultneamente. Existen, pe

    se a esta definicin, dos acepciones principales y distintas de "teora"^ Laprimera laconcibe como un conjunto de hiptesis tomadas como punto de partida de una investigacin, incluyendo en sta la deduccin de hiptesis derivadas y de consecuencias observacionales. En este sentido, si preguntsemos por ejemplo cul es la teorade Newton llamada mecnica clsica, contestaramos que est formada por cuatro hi- /

    ptesis: los principios de inercia, de masa, de interaccin y la ley de gravitacin universal. Pero en una segunda acepcin de la palabra '"teora" diramos que es el con

    junto de todas las hiptesis formadas por las hiptesis de partida y las que se puedandeducir de ellas. En este sentido, una teora estara integrada por un cuerpo poten-cialmente infinito de hiptesis, y a la pregunta de cul es la teora de Newton deberamos responder que est constituida no slo por las cuatro hiptesis mencionadassino tambin por todas las que de ellas se deducen, en particular las leyes planetarias de Kepler, la ley de cada de los cuerpos de Galileo, las leyes de movimientode los proyectiles y la ley de oscilacin de un pndulo, todas la cuales formaran

    parte de la teora de Newton*. Si adoptamos este punto de vista, adherimos a la exigencia aristotlica de que las consecuencias lgicas de las afirmaciones fundamenta

    les de una ciencia pertenezcan tambin a dicha ciencia, formulada ahora de este modo: las consecuencias lgicas de las hiptesis fundamentales de una teora cientficapertenecen a ella. Esta segunda manera de entender el trmino "teora" ser la quenosotros emplearemos. Segn dicha acepcin, hablaremos de principios, hiptesisfundamentales o simplemente hiptesis de partida de la teora, pero la teora mismaincluir tambin a todas sus consecuencias lgicas. Las cuatro hiptesis newtonianasno sern la teora de Newton, sino sus principios.

    La polisemia del trmino "teora" es muy acentuada, por lo cual adoptaremos unuso del mismo un tanto holgado. En primer lugar, aceptaremos que las hiptesisque constituyen una teora pueden pertenecer a cualquiera de los tres niveles deenunciados analizados en el Captulo 3. De acuerdo con ello, puede haber teorasconstituidas solamente por hiptesis de primer nivel, lo cual ocurre, por ejemplo, encriminologa, donde la palabra "teora" es justamente utilizada para referirse a enun-

    * Nota para el lector interesado. Se podra afirmar que no es posible deducir estas le yes lisa yllanamente a partir de los principios de la mecnica newtoniana, porque para ello seran necesarios,adems, datos o suposiciones adicionales para construir la deduccin. Sin embargo, existe en lgicaun clebre "teorema de la deduccin" que afirma lo siguiente: si se agrega a varias premisas otra premisaD, y se puede deducir de todas ellas una determinada consecuencia, entonces de las premisas(sin la adicional) se puede deducir el condicional: "Si se cumple lo que afirma la premisa adicional,entonces es posible afirmar la consecuencia". La expresin formal del teorema es la siguiente:

    HhD > f2; Hx> si D entonces H? Por consiguiente, de los principios newtonanos es posiblededucir la informacin de que, si se cumplen ciertas condiciones particulares, entonces son vlidaslas leyes mencionadas en el texto y, en este sentido, ellas seran hiptesis derivadas.

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    ciados empricos bsicos que describen, como en la narrativa policial, el procederde un presunto delincuente. Tambin admitiremos como teoras las que estn formadas exclusivamente por enunciados de segundo nivel. Enunciados generales,universales, estadsticos o probabilsticos que describan regularidades empricassern considerados teoras, como sucede con la de Darwin en su formulacin primitiva. Con mayor razn sern teoras las que incluyan enunciados de nivel terico o tercer nivel. Muchos son ios epistemlogos y filsofos de la ciencia que, porel contrario, prefieren utilizar la palabra "teora" para referirse solamente a hiptesis y conjuntos de hiptesis de tercer nivel, es decir, aquellos en los que figuraal menos un trmino terico, pues a su entender las leyes empricas no constuiti-ran propiamente teoras, sino, ms bien, informacin emprica general izada. A nuestro entender, este punto de vista olvida que las generalizaciones empricas no estnverificadas y que si se las acepta o emplea es a ttulo de hiptesis y no de informacin observacional probada. Esto no impide reconocer que, cuando se han admitido hiptesis de segundo nivel, a stas se las puede considerar como una suerte de "superhechos" empricos y entender que la relacin que existe entre el segundo y el tercer nivel de enunciados es similar a la que existe entre los niveles primero y segundo: en ambos casos se trata de dar cuenta de los hechos a travs dehiptesis.

    Nuestro uso amplio del trmino "teora" nos permite afirmar que las consecuencias observacionales de una teora, constituidas por enunciados empricos bsicos o

    de primer nivel, tambin forman parte de ella. En este punto nos apartamos del temperamento aristotlico, sostenido tambin por Popper, segn el cual la teora debera estar integrada por enunciados generales, por lo cual los enunciados singularesno formaran parte de ella. Un inconveniente de adoptar esta tesitura es que entonces no todo lo que se deduce de los enunciados fundamentales de una teora pertenece a ella; adems, no se contempla la circunstancia de que, hasta que no haya corroboraciones o refutaciones, las consecuencias observacionales de una teora sontan hipotticas como cualquier otro enunciado de la misma; y finalmente, se ocultaque algunas consecuencias observacionales de la teora tienen tanto valor cientficoy producen una informacin tan respetable como cualquier otra hiptesis derivada.Por ejemplo, los enunciados de primer nivel que describen la posicin de los planetas, segn se deducen de las teoras de la mecnica celeste, pareceran ser tan im

    portantes como muchas otras hiptesis derivadas.Admitido que las consecuencias observacionales pertenecen a la teora, el carc

    ter hipottico de sta se transmite a aqullas; se hallan en estado de problema. Cuando se realizan observaciones pertinentes aparecen lo que semiticos, lgicos y lin

    gistas llaman "enunciados metalingsticos", como el que resultara d informar, apartir de la observacin pertinente, que la consecuencia observacional que se est"testeando" queda verificada o refutada. En realidad, las descripciones de la observacin pertinente y de la consecuencia observacional, si acontece la verificacin, son unmismo enunciado; en caso contrario, uno de ellos consiste en la negacin del otro;

    pero lo que importa en la contrastaci no es tanto el enunciado que describe la observacin pertinente, sino el enunciado metalingstco que afirma: "La observacin

    pertinente muestra que la consecuencia observacional es verdadera (o falsa)". Esta

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    aclaracin es importante porque pone en evidencia, como ocurre en casi todas lasdisciplinas e investigaciones, que el discurso en el que se discute una teora tienecomponentes que forman parte de la propia teora y a la vez componentes metate-ricos, es decir, del metalenguaje con el cual se habla de ella.

    La nocin campbelliana de teoraLa nocin de teora que hemos presentado corresponde aproximadamente a la manera en que epistemlogos comcfPopper y Mario Bunge,j con algunas diferencias,emplean esta polismica palabra. Pero no es la nica que"* domina la escena epistemolgica en la actualidad. Hay una tradicin que proviene de Norman Campbell (yde Frank P. Ramsey) segn la cual el trmino "teora" debera reservarse para unconjunto de hiptesis tericas puras, es decir, enunciados no mixtos de tercer nivelsegn la nomenclatura introducida por nosotros en el Captulo 4. De este modo, unateora sera una estructura lingstica de naturaleza muy abstracta en que las pala

    bras, vocablos y trminos que aparecen aludiran a entidades no observables o, almenos, seran expresiones cuyo significado no sera directo o emprico. Habra portanto que aclarar dicho significado posteriormente, en las ocasiones en que la teoradeba ser empleada. Precisamente, el uso de una teora as entendida obliga a agregar reglas de correspondencia a sus enunciados tericos puros. Al hacerlo, la teoraadquiere significacin, puesto que las reglas de correspondencia I que se han incor

    porado actuaran a manera de puente entre la estructura formal ofrecida en un principio y la base emprica a la cual la teora se quiere aplicar.

    Entendida de esta manera, la utilizacin de una teora implica dos partes: la primera, el ncleo terico que se ha tomado como conjunto de enunciados sin significado o, al menos, sin significado emprico; la segunda, un aadido constituido por,las reglas de correspondencia, cuya funcin es aplicar el ncleo terico a la realidad.Pero, segn este punto de vista, las reglas de correspondencia no pertenecen a lateora, sino que constituyen el nexo que permite la aplicacin de una teora a un

    problema determinado de la base emprica. Para entender de dnde puede provenirun punto de vista semejante, podramos imaginar que la mecnica newtoniana de

    partculas fuese una teora en este sentido: se hablara, en un sentido puramenteabstracto, de un espacio euclideo, de posiciones de una variable espacial y de instantes de una variable temporal (pero sin prejuzgar que estamos refirindonos al es

    pacio y al tiempo fsicos) y de ciertas entidades llamadas partculas, sobre las cuales se ejercen, sin tampoco aclarar de qu se trata, fuerzas; habra, adems, caractersticas como la masa de una partcula y tambin velocidades y aceleraciones, quedescriben el cambio de posicin de las partculas a medida que transcurre el tiem

    po. Mientras no se diga nada ms, hablar de partculas, del espacio, del tiempo, delas fuerzas o de la masa no tiene ms sentido que el que ofrecen las ecuaciones orelaciones que los principios de la teora admiten entre tales entidades; pero, si queremos que la teora sirva para la investigacin del fsico y deje de ser solamente unaestructura de orden puramente lingstico y matemtico (como las que ms adelante describiremos cuando nos ocupemos del mtodo axiomtico), ser necesario agre-

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    gar reglas de correspondencia. Ellas debern vincular el espacio euclldeo con loralizaciones o lugares entendidos de modo absoluto o relativo para el espacio fsicoreal, conectar las funciones temporales con relojes, decidir a qu se llamar partculas y vincular fuerza y masa con otros instrumentos o fenmenos observables enla realidad. Es interesante sealar que los cientficos toman la decisin de aplicar la

    palabra partcula a (o relacionar el concepto de partcula con) entidades reales de

    muy distinta naturaleza: tomos, corpsculos de polvo, astros o galaxias; pueden hacerlo siempre que se elija una cierta escala para los fenmenos que han sido declarados de inters para la investigacin y pueda ser despreciado, por no ser pertinente, todo aquello que sea ms pequeo.

    En la concepcin campbelliana de una teora, sta es totalmente invariante frente a las distintas aplicaciones que se pudieran hacer de ella en el curso de una investigacin. Tal invariancia implica que la teora no tiene valor gnoseolgico por smisma; no puede decirse de ella que sea verdadera o falsa, o que proporciona conocimiento. Una teora a la Campbell es una especie de martillo lgico con el cual estamos dispuestos a golpear a la realidad para que sta revele su consistencia y sussecretos. Pero ello no puede hacerse directamente, como ocurre cuando clavamosun clavo, pues el "martillo" no acta directamente sobre el material donde el "clavo"ser insertado. Aqu, el "clavo" que permite la accin del "martillo" sobre la naturaleza son las reglas de correspondencia y stas varan drsticamente segn la circunstancia de uso que corresponda a cada investigacin o aplicacin de la teora.

    En nuestra concepcin, como en las de Popper y Bunge, las teoras constan dehiptesis y, por consiguiente pueden ser verdaderas o falsas en el sentido aristotlico, o sea, segn el acierto o el defecto con que describan la realidad. Las teoras

    pueden ser calificadas, de acuerdo con algn criterio, como "buenas" o "malas"; sison "buenas" expresan o representan conocimiento en mejor situacin que lo que lohacen las "malas". A diferencia de Campbell, entendemos las teoras como presuntos conocimientos, o al menos candidatas a expresarlos, y la investigacin cientficaconsiste en establecer, de la mejor manera posible, cul es el grado de excelenciaque tienen en su pretensin cognoscitiva. Como antes dijimos, este planteo no tienesentido para las teoras entendidas al modo de Campbell; en stas', el concepto pertinente es el de "utilidad", y lo que habra que examinar es cuan til resulta una teora como instrumento de investigacin en ciertas aplicaciones, cuando se las empleaen conjuncin con tales o cuales circunstanciales reglas de correspondencia. Vale la

    pena sealar tambin que, cuando a una teora en el sentido de Campbell se le agregan las reglas de correspondencia en cada una de estas aplicaciones, lo que se obtiene es una teora en el sentido popperiano de la palabra, o sea, ahora s, un con

    junto de hiptesis acerca de entidades. Y puesto que todos los enunciados han cobrado sentido, al menos parcialmente, adquiere significado tambin preguntarse porcuestiones de verdad y falsedad. En cierto modo, una teora a la Campbell es algoas como un molde parcial que da origen a teoras "de carne y hueso", a la Popper.

    Notemos que, si bien una teora campbelliana a la que se agregan regas de correa.pondencia se transforma en una teora en el sentido popperiano, lo inverso no ecierto; una teora en este ltimo sentido no tiene por qu estar constituida por enunciados tericos puros y reglas de correspondencia. Muy bien puede suceder que se

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    trate de una coleccin de enunciados, algunos de los cuales sean puramente de segundo nivel (empricos) y todos los restantes enunciados tericos mixtos que contengan elementos de ambos vocabularios: el terico y el emprico.

    Explicacin y prediccin tericas

    Puede suceder que una consecuencia observacional deducida dentro de una teoraresulte ya conocida como verdadera, porque a propsito de ella ha habido una investigacin emprica que as lo estableci previamente. Si esto ocurre, decimos quehemos explicado el hecho descrito por la consecuencia observacional. La razn esque, aunque ya tenamos informacin sobre el hecho y sabamos que ocurri de talo cual manera, ahora estamos en condiciones de deducirlo de las leyes o principiosde la teora y, por tanto, comprender por qu ocurri. Esta es la nocin bsica delo que llamamos explicacin cientfica. Supongamos haber observado que el planetaMarte se hallaba en determinada fecha en cierto lugar de la esfera celeste. Diremosque este hecho ha quedado explicado por medio de la teora de Newton si a partirde sta es posible deducir, a modo de consecuencia observacional, que el planetadebi hallarse all en la fecha mencionada. Sin embargo, puede acontecer que no se

    pamos si la consecuencia observacional que se deduce de la teora es verdadera ofalsa porque se refiere a un hecho que ocurrir en el futuro. En este caso habr queesperar que acontezca. Un astrnomo, con el auxilio de la teora de Newton, puedeafirmar que Marte se hallar en cierto lugar de la esfera celeste el 13 de diciembrede 2005. Entonces decimos que estamos haciendo, unaprediccin, o sea, que nos estamos adelantando a los acontecimientos deduciendo de la teora que tal o cual hecho tendr que ocurrir en el futuro.

    Sin embargo, debemos llamar la atencin acerca del uso que epistemlogos ymetodlogos dan actualmente a la palabra "prediccin". En su origen, "predecir" esadelantarse a los hechos y afirmar que algo tendr que acontecer de tal o cual manera. sta afirmacin puede tener dos sentidos muy diferentes. En primer lugar, estar originada por el mero palpito, cuyo caso muchos epistemlogos no estarandispuestos a hablar de "prediccin cientfica". (Popper prefiere utilizar, incluso ensus discusiones sobre ciencias sociales, la palabra profeca.) Para que se pueda ha

    blar de prediccin en sentido cientfico debemos poder deducir el enunciado quedescribe el hecho de los principios de una teora. Por otra parte, la prediccin notiene por qu referirse estrictamente a un hecho del futuro, sino a un hecho actualo, incluso, del pasado, acerca del cual no tenamos conocimiento. Aqu la prediccin

    no se adelanta a los hechos, sino a nuestro conocimiento probado de los mismos.Un astrnomo puede "predecir" que el 14 de agosto de 1035 debi ocurrir un eclipse. En este sentido, predecir es afirmar algo de lo cual todava no tenemos la informacin debida, aunque sea a propsito de un hecho ya acaecido. Tal cosa es perfectamente factible en historia, si bien los historiadores no emplearan en este casola palabra "prediccin" y preferiran hablar de "retrodiccin", la operacin de deducir qu debi haber ocurrido en el pasado. Por el contrario, nosotros adoptaremosel-trmino prediccin en su sentido amplio, epistemolgico, el de deducir de los

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    principios de una teora un enunciado observaciona!, ya se refiera ste al pasado, alpresente o al futuro, y que hasta el momento no estaba verificado.

    Es evidente que hay cierta estrecha conexign_entre hsjiocio nes dejacpjicaciny prediccin. Una prediccin cumplales'decir, una consecuencia observacional quese hace verdadera, se transforma automticamente en una explicacin: la consecuencia observacional queda explicada por la teora de la cual se la dedujo. Inversamen

    te, una explicacin pudo haber sido una prediccin en el pasado, en un momentohistrico en que an no se haba corroborado la consecuencia observacional. El astrnomo ingls Edmund Halley predijo, con el auxilio de la mecnica newtoniana, laaparicin en 1758 del cometa que hoy lleva su nombre, lo cual efectivamente ocurri. A partir de esa fecha, se pudo decir que la observacin del astro qued explicada por a teora de Newton (que, a la vez, qued nuevamente corroborada).

    La estructura de una teora

    Qu estructura lgica tiene una teora? Al contemplar el conjunto de todas las hiptesis que forman parte del discurso de una peculiar teora cientfica, advertimos,en primer lugar, las hiptesis de partida, hiptesis fundamentales o, lisa y llanamente, principios de la teora. La palabra "principio", heredada de Aristteles para aludiral tipo de enunciado que se encuentra al comienzo de una disciplina cientfica, nodebe entenderse aqu de manera solemne. No* se trata, por ejemplo, de sealar loque metafsicamente constituira alguna sustancia bsica de lo existente. Tampocotiene una connotacin tica, como cuando los polticos afirman ser "hombres de

    principios". Para nosotros, "principio" significa algo mucho ms modesto y cotidiano:punto de partida, inicio. Asi decimos: "Fui al cine, pero me perd el principio de lapelcula". De modo que, insistimos, los principios de una teora son las hiptesis apartir de las cuales, mediante instrumentos deductivos, se construye o desarrolla elresto de la estructura terica.

    Los principios se toman como premisas a partir de las cuales se construirnfde-duccionesjes decir, razonamientos correctos que permitirn producir las conclusiones que hemos denominado "hiptesis derivadas". Ya hemos sealado, en el captulo anterior, la importancia de obtener hiptesis derivadas a partir de los principios ohiptesis fundamentales de una teora. Constituye uno de los modos de produccinde nuevos presuntos conocimientos, permite que la teora explique las hiptesis derivadas en el caso en que stas hayan sido ya aceptadas y otorga sistematicidad alas hiptesis de la teora. El proceso de deduccin de hiptesis derivadas es, ade

    ms, de primordial importancia en el contexto de justificacin, pues nos permite hallar consecuencias observacionales de la teora y por lo tanto someterla a contrasta-cin para decidir luego si se la puede mantener por corroboracin o si habr quedescartarla por refutacin.

    Algunas teoras han sido propuestas porque la investigacin cientfica tena comoobjetivo explicar hechos o leyes intrigantes. Pero a veces ocurre una situacin queotorga todava ms mrito al descubrimiento terico, y es que una serie de hechoso leyes inconexos, aparentemente no relacionados entre s y de naturaleza muy di-

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    versa, quedan todos englobados en una misma explicacin terica pues se puedendeducir, como hiptesis derivadas, a partir de unos pocos principios muy simples

    pero poderosos. Esto es lo que ocurri con la teora de Newton. A mediados del siglo XVII se conocan la leyes de cada de los cuerpos, del movimiento de los proyectiles, del movimiento de los planetas alrededor del Sol, del comportamiento delos pndulos, del choque entre cuerpos, pero 40. pareca haber entre tales leyes

    relacin alguna. La mecnica de Newton mostr que todas ellas se podan deducira partir de los principios de la teora, con lo cual sta logr explicarlas, unificandopor va deductiva lo que, de otra manera, hubiese quedado disperso. No resulta inoportuno sealar, una vez ms y a propsito de este ejemplo, cul es la importanciade la lgica en ciencia. La estructura que hace de las teoras cientficas una herramienta de descubrimiento, de explicacin y de unificacin es, en el fondo, un sub

    producto de la deduccin; sin lgica, la ciencia sera un conjunto disperso de leyesconcebidas aisladamente.

    Corroboracin y refutacin de teoras

    A partir de las hiptesis fundamentales o principios de una teora es posible, en forma anloga a la que ya discutimos en el caso de las hiptesis, deducir consecuenciasobservacionales. Estas sern enunciados de primer nivel cuyo valor de verdad puedeya ser conocido o bien hallarse en estado de problema. Si una teora posee consecuencias observacionales es posible, del mismo modo que describimos para las hiptesis, aplicarle la operacin de contrastacin. Mediante observaciones pertinentes se

    podrn "testear" consecuencias observacionales y segn que stas resulten verdaderas o falsas se declarar a la teora corroborada o refutada. No habra, en realidad,nada que aadir a lo que dijimos anteriormente a propsito de las hiptesis; tambinen este caso podramos describir una sucesin de estados del proceso de investigacin cientfica relacionada con una teora, es decir, nuevas contrastaciones, abandonode la teora si hay refutacin (al menos en el modelo "simple" del mtodo hipotticodeductivo) y finalmente su aceptacin para proseguir con las correspondientes aplicaciones clnicas, tecnolgicas o prcticas derivadas de ella.

    Sin embargo, aqu corresponde hacer una aclaracin adicional. Cuando una consecuencia observacional queda refutada, a la vez queda refutada la teora por entero,y en especial la afirmacin simultnea de todas su s hiptesis de part ida. Esto no significa que todas ellas sean falsas. Quien propone una teora admite provisoriamenteque todas sus hiptesis fundamentales son verdaderas. Si esto es desmentido por la

    refutacin de una consecuencia observacional, lo que ocurre es que al menos una deaquellas hiptesis es falsa: quiz slo una, o varias, o todas. Cuntas de ellas, cules? En principio no lo sabemos. Cuando una teora fracasa, se inicia un tipo de investigacin peculiar que consiste en tratar de establecer qu hiptesis son "culpa

    bles" y cules podran ser conservadas. sta es tarea complicada, aun en el caso deciertas teoras de estructura lgica bastante simple, es decir, de reducido nmero dehiptesis fundamentales, como la teora de Newton formulada a la manera tradicionalo la teora original de Darwin. Pero en el campo de la ciencia es posible encontrar

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    teoras muy complicadas, que utilizan un nmero elevado de hiptesis fundamentales.Las teoras sociolgicas que cita Zetterberg como ejemplo del uso del mtodo hi

    pottico deductivo en las ciencias sociales requieren muchas hiptesis de partida y,en nuestra opinin, una teora psicoanalitica bien fundada podra estar constituida poralrededor de dos mil hiptesis fundamentales. En este sentido, si algo falla en la teora, lo cual es muy probable, rjg es fcil asegurar si las hiptesis "culpables" son .una,

    muchas,^ muchsirnas o todas "ellas, caso en el cual tendramosligo as como" unaconspiracin tota de errores. Si una teora tiene n hiptesis de partida, cada una deellas podra ser verdadera o falsa, de modo que la cantidad total de posibilidades seobtiene multiplicando 2 por s mismo n veces, es decir 2". Puesto que hay que descartar el caso en que todas las hiptesis sean verdaderas, deberamos analizar 2*-l

    posibilidades. La mecnica newtoniana tiene cuatro hiptesis fundamentales (n=4) yante su eventual refutacin tendramos que analizar quince posibilidades, pero en elcaso de la teora psicoanalitica las posibilidades seran 22"oo-l, un nmero que vams all de todo intento de investigacin sistemtica en materia de bsqueda de hi

    ptesis "culpables". Pues, en qu consistira, en principio, semejante investigacin?_.EQ,tomar variantes de la teora original, dejando algunas hiptesis inalteradas y adop

    tando la negacin de otras, para luego analizar si las teoras as modificadas conducen o no a los mismos inconvenientes a los que llev la teora original. La tarea puede requerir el anlisis de 2-l teoras alternativas, y ser de hecho irrealizable si n eselevado. Incluso puede acontecer que ninguna de las teoras alternativas sea adecuada y haya que proponer otra de carcter totalmente diferente, dando lugar con elloa alguna clase de revolucin cientfica. La investigacin de lo que ocurre cuando unateora queda refutada origina por consiguiente una problemtica muy intrincada queno se pone en evidencia cuando se consideran hiptesis aisladas y de la cual nosocuparemos ms adelante. Cuando se formula una teora, puede suceder que se deduzcan de ella todas las

    ;/? hiptesis fundamentales de alguna teora anterior, ya conocida y aceptada por lost cientficos. Si esto ocurre, se dice que la teora derivada .queda^exrjlicada..por (o sub-1sumida en) la teora ms amplia de la cuaTaqulla se deduce. Toda corroboracin de

    Icenc ils observacionaes ce la teora derivada se dedujeron de jas hiptesis de par--tida.de sta, que a la vez son hiptesis derivadas de la teora amplia. En este sentido, todos los hechos explicados por la teora subsumida pasan a ser explicados ahora por la ms amplia, y se puede afirmar que la teora antigua "apoya" a la ms re-tiente. Pero I lo recproco no es cierto. La teora amplia podra quedar refutada y la

    ''" d e r m d a j ^ v a r t a d i ^ de alguna de las hiptesis de partida de

    llprimera no implica necesariamente la falseda_deJt..aue_se^derive de ellas: de lofalso se puede deducir lo verdadero. Analicemos un ejemplo. Los principios de la teo- ra del movimiento de los proyectiles de Galileo se deducen de los principios de la

    mecnica newtoniana: la teora de Galileo est subsumida en la de Newton, o derivade sta, en el sentido aproximado que indicamos en una nota al pie de la pgina 136.De este modo, la teora de Galileo, explicada por (o subsumida en) la teora de Newton, prest apoyo a sta. Cualquier corroboracin de la teora de Galileo (como resultado, por ejemplo, de un experimento de laboratorio con proyectiles) ser a la vez

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    una corroboracin de la teora de Newton. Si se obtuviera, en cambio, una refutacinde la teora de Galileo, quedara refutada tambin la de Newton, mas no a la inversa, pues sta podra haber quedado refutada por algn tipo de observacin astronmica, lo cual no hubiese significado al mismo tiempo haber refutado la teora de Galileo. Aunque le preste "apoyo", una teora derivada bien corroborada y aceptada notransmite automticamente sus mritos a aquella en la que est subsumida, y la teora amplia debe acreditar su carcter de "buena" teora por cuenta propia.

    Requisitos metodolgicos de las teoras

    Cuando se formula una teora es necesario cuida que sta satisfaga ciertos requisitos metodolgicos bsicos. El primero consisfc-en la exigencia de que ertoTasTiF"

    pxitelssTirformlff o sea, proposiciones ve tda3 ra^ l;Tai

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    tos principios. Tales verdades son, por consiguiente, tautologas, ya que para los lgicos "tautologa" y "verdad lgica" son conceptos equivalentes. La prohibicin deemplear tautologas, por intiles e innecesarias, rige slo para las teoras tcticas. Seentiende que incluir en una teora meteorolgica la afirmacin de que en toda ciudadde nuestro planeta "llueve o no llueve" no implica ganar conocimiento alguno, puessemejante enunciado es superabundante.

    El segundo requisito, mucho ms importante que el anterior, es que no haya entre nuestras hiptesis (en particular, entre las hiptesis fundamentales), contradicciones. Una contradiccin supone la existencia de enunciados tales que unos afirmanlo que otros niegan, o bien un nico enunciado que afirme lo que a la vez niega,como "Hay un gato.en el tejado y no hay un gato en el tejado". El enunciado contradictorio dice queA es, al mismo tiempo,p y no-p, o queA tiene cierta propiedad y, a la vez, no la tiene. A diferencia de una tautologa, una contradiccin no esuna trivialidad sino un absurdo, un imposible, y una teora que haga suposicionesimposibles acerca de la realidad est, desde un comienzo, mal construida.

    La prohibicin de que en una teora no haya hiptesis contradictorias o hiptesis que se contradicen entre s no rige slo para sus principios sino tambin paratodas sus hiptesis derivadas. Si de los principios de una teora deducimos un enunciadoA y tambin el enunciado no-A,diremos que la teora es inconsistente o contradictoria y ello basta para que quede refutada por razones lgicas. En efecto, si Afuese verdadero, no-A sera falso, y a la inversa. En cualquier caso habra un enun

    ciado falso en la teora. La refutacin acontecera aqu no por razones empricas,pues no ha hecho falta recurrir a observacin pertinente alguna, sino por razones lgicas puramente internas. En cierto modo, la teora termina as su existencia de lamanera ms infamante, debido a sus propios defectos de construccin y no al veredicto observacional. Si se advierte que dos hiptesis de partida se contradicen, elloes suficiente para abandonar la teora; pero a veces no es sencillo detectar si unateora es o no inconsistente. Se puede citar como ejemplo cierta teora sociolgica,una de cuyas hiptesis fundamentales afirmaba que el origen de toda conducta violenta humana deriva de estados instintivos internos. Esta especie de teora instntualextrema, de tipo psicoanaltico, inclua otras hiptesis fundamentales acerca del com

    portamiento humano, pero una de ellas afirmaba que toda accin violenta de un serhumano sobre otro provoca una respuesta tambin violenta. Como el lector puedecomprender, esta ltima hiptesis es contradictoria con la primera, porque suponeque hay acciones violentas que son respuestas a otras acciones violentas y, por tanto, no es cierto que toda accin violenta tenga origen en estados internos instintivos. Una teora as est condenada a la refutacin de antemano, aunque en otros ca

    sos la contradiccin puede hallarse oculta entre las hiptesis derivadas. El establecimiento de consecuencias de una teora puede ser la resultante de un encadenamiento muy extenso de argumentos deductivos que parten de las hiptesis fundamentales y ms de un cientfico descubri, entristecido, que alguna gloriosa teora de sucreacin quedaba de pronto refutada por culpa de una contradiccin que slo se poda obtener luego de muchas ^deducciones y grandes esfuerzos.El famoso astrnomo ingls James Jeans formul una teora sobre el origen de los planetas, atribuyndolo a la marea provocada en "l Sol por una estrella cuya trayectoria la haba apro

    ximado mucho a ste. Era muy interesante y explicaba, por ejemplo, las rbitas retrgradas de los satlites de algunos de los planetas exteriores. Pero otro astrnomo la desarroll luego extensamente, con el auxilio de la termodinmica, y descu

    bri que entre sus deducciones matemticas apareca una contradiccin: no se necesit ningn tipo de observacin o argumento emprico para refutar la teora deJeans. Hay otros ejemplos en el campo de la lgica misma. El lgico norteamerica

    no Willard Quine public en 1940 su clebre libro MathematicalLogic y seis mesesdespus su discpulo y luego gran lgico Rosser demostr que del sistema tericode Quine se deriva una contradiccin, la llamada paradoja de Burali Forti. La desazn de Quine es imaginable, al igual que la de su editor, ya que el libro era de reciente publicacin. Quine debi hacer un arreglo provisorio del texto y agregar unasuerte de fe de erratas que justificara la presencia del libro en el mercado editorial,

    pues, como es sabido, no es conveniente publicar libros en los que figuren teoraspblicamente contradictorias.

    El tercer requisito para la constitucin de una teora cientfica se relaciona consu contrastabilidad, exigencia que debe ser satisfecha para asegurar su carctercientfico. Una teora es aceptable desde el punto de vista metodolgico si tiene consecuencias observacionales. La palabra "aceptable" se refiere a que la teora puedeser adoptada como tema de investigacin y no a sus presuntos mritos en cuanto aconocimiento. La cuestin de la contrastabilidad supone, a su vez, la posibilidad deavanzar en tres etapas: la primera, ligada al requisito que hemos expuesto, compro

    bar la existencia de consecuencias observacionales; la segunda, deducir al menos algunas de ellas; y la tercera, establecer, mediante observaciones pertinentes, la verdad o falsedad de tales consecuencias.

    Una observacin adicional acercade las teoras cientficas

    Ya hemos sealado la polisemia (e incluso vaguedad) de la palabra "teora". Algunosautores consideran que no es necesario concebir una teora como un conjunto ntidamente delimitado de enunciados, sino como una familia parcialmente variable desupuestos guiados por un mismo conjunto de conceptos. En tal caso no sera adecuado hablar de "refutacin de una teora" y de "cambio" de una por otra, sino sim

    plemente de "ajuste" de una misma teora, pues se reemplazaran algunas de las hiptesis admifi'ds ntrirmente por otras nuevas sin considerar por ello que la teora ha sido sustituida. Dada la vaguedad del conjunto de supuestos admitidos, se co

    rregiran simplemente algunos errores, pero en principio estaramos tratando con lamisma teora, slo que rejuvenecida y actualizada. Desde un punto de vista lgico,no es conveniente adoptar esta tesitura, porque un cambio de hiptesis es, al fin decuentas, un cambio en la pintura del mundo. Aunque la modificacin parezca apenasun detalle, la "mquina de deducir", con el nuevo conjunto de hiptesis, puede llevar a resultados globales con significativas alteraciones de la imagen de la realidadque se obtiene. Para tomar un ejemplo, pequeas variaciones en la constante de gravitacin universal pueden influir notoriamente en los modelos del universo que dise-

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    an los cosmlogos, en cuanto a la forma que adquiere el cosmos con el tiempo yaun a cmo aconteci su inicio o acaecer su trmino. Por consiguiente, por razones de carcter lgico, preferimos entender la palabra "teora" en un sentido muyestricto, y toda modificacin de sus hiptesis fundamentales como un "cambio" deteora y no un mero "ajuste" de la anterior.

    No obstante, es necesario reconocer que en un sentido prctico es posible hablarde "familias de teoras". Una "familia de teoras" puede corresponder a "teora" en elsentido ordinario de la palabra. Cuando se habla de la "teora psicoanaltica" se hacemencin en realidad a una enorme cantidad de teoras, a veces con diferencias apre-ciables entre ellas, pero que tienen en comn un hilo conceptual conductor y algunos principios invariables presentes en todas sus variantes. Curiosamente, la teorade Newton tambin se halla en esta situacin, ya que, como es sabido, hay de ellaformulaciones rigurosas desde el punto de vista del lenguaje lgico y del lenguajematemtico que no son equivalentes. Pese a ello, hablamos de la teora de Newtoncomo si existiese de ella una sola formulacin y una sola manera de entenderla. Para un empleo cotidiano de las nociones cientficas vinculadas a la teora de Newton,ello no acarrea inconvenientes, pues los cientficos no necesitan en su tarea diariadisponer de la reconstruccin rigurosa y completa del discurso newtoniano desde un

    punto de vista lgico y matemtico. Slo desde una perspectiva epistemolgica importa entender la estructura lgica de lo que afirma la teora en relacin con problemas de prueba y explicacin, cuan corroborada' orefutada se encuentra, etctera. Es

    nicamente en este mbito donde habr que considerar a las diferentes formulaciones del sistema newtoniano, no equivalentes entre s, como teoras distintas, cadauna de ellas asociadas a mtodos explicativos y predictivos diferentes.

    El hbito de denominar en forma general "teora" a lo que en realidad es una familia de teoras o variaciones de teoras no es slo privativo del psicoanlisis o la fsica, pues cuando hablamos de la "teora marxista" o la "teora sociolgica", estamosante una situacin totalmente similar. Lo que ocurre es que en estos casos se vuelvemuy urgente distinguir las variantes, porque suelen ser bastante diferentes y con pro

    piedades epistemolgicas y metodolgicas muy diversas. Una actividad muy interesante sera, al respecto, poner en orden desde el punto de vista lgico a la "teora marxista", decidir cuntas variantes se han propuesto, cules son sus diferencias y culesson, si existen, sus distintas propiedades a propsito de predicciones y explicaciones.

    La teora y la prctica

    Se sostiene a veces una suerte de antinomia e independencia entre lo que se denomina, respectivamente, la teora y la prctica. La teora sera un pensamiento abstracto, desgajado de la realidad y de los intereses inmediatos que tiene la sociedad enrelacin con los problemas que debe resolver. La prctica, en cambio, sera un sistema de acciones mediante las cuales alteramos el curso de los acontecimientos o laestructura de la realidad, en funcin de nuestros intereses y del deseo, como hemosdicho, de resolver problemas inmediatos. Esta distincin conlleva un sesgo valorati-vo implcito, en cierto modo dependiente del temperamento de quien lo frmula. Si

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    se privilegia como esencial para la naturaleza humana la preocupacin por actividades espirituales, evidentemente la actividad terica y cognoscitiva ser lo destacado,en tanto que la prctica ser considerada subsidiaria, un tanto oportunista y circunstancial, a la cual hay que prestar atencin simplemente porque nos permite resolver

    problemas cotidianos. Por el contrario, si se piensa que la tarea ms urgente de unser humano es siempre realizar acciones en beneficio de la sociedad y sus semejantes, la actividad terica resultara un tanto "egosta" y excntrica, por cuanto el centro de nuestra atencin debera centrarse en la prctica.

    La primera posicin puede encontrarse ejemplificada, por ejemplo, en el famosodicho del matemtico Jacobi, ya mencionado, segn el cual se desarrolla la matemtica por el honor del espritu humano. Nada menos que Marx, cuya filosofa materialista es bien conocida, seala que, cuando gracias a la ciencia y a la tcnica se hayan podido resolver las necesidades materiales e inmediatas del hombre, ste podrdedicarse a lo que verdaderamente lo impele su esencia, o sea, a las obras del espritu. Ya hemos adelantado nuestra opinin en favor de concebir al conocimiento cientfico como un bien cultural intrnseco, al igual que las fugas de Bach, la poesa deRilke o la filosofa de Kant Sin embargo, la preocupacin por la prctica debera sera la vez uno de nuestros intereses principales, pues el saber cientfico proporcionarecursos para resolver urgentes problemas de naturaleza mdica, urbanstica, tica,social y econmica. El cientfico debe ocuparse de aquellas investigaciones de lasque pueda derivarse beneficio para la sociedad y evitar otras de las cuales se pueda

    afirmar conclusivamente que sirven a la destruccin. David Dickson, en su libro Tecnologa alternativa, seala que, al menos en Occidente, el 80% de la investigacincientfica se realiza en organismos o empresas ligadas directa o indirectamente a ladefensa nacional, es decir, a fines blicos, o bien a la produccin de mercancas vinculadas al consumo y a la intencin de promover nuevas ventas. Bien indica Dicksonque dentro de estas actividades no todo est dirigido a lo que filosficamente pudiera denominarse el inters y el bienestar humano, tanto desde el punto de vista prctico como desde el punto de vista cultural.

    A diferencia de lo que se cree habitualmente, hay relaciones estrechas y complejas entre las teoras cientficas y la prctica, y aqu es conveniente recordar algunostpicos que mencionamos en el Captulo 9. Si nos atrevemos a utilizar la muy discutida nomenclatura de "ciencia pura" para aquella que se propone producir y poner a

    prueba teoras cientficas y construir nuestro conocimiento del mundo, podemos afirmar ahora que la ciencia pura tiene, como utilidad manifiesta, el poder aplicarse alestudio de problemas prcticos o concretos, actividad a la que hemos llamado "ciencia aplicada". La ciencia aplicada, a su vez, es la que permite producir aparatos o

    mercancas y, en general, construir toda la metodologa de las acciones humanas queconocemos con el nombre de "tecnologa". No es que no se puedan resolver problemas prcticos mediante investigaciones por mtodos de ensayo y error, y es necesario reconocer, en la historia de la tecnologa, la existencia de una enorme cantidadde acciones y procedimientos producidos por la sociedad humana donde la ciencia,en un sentido terico, no tuvo intervencin. Lo que se puede asegurar es que en laactualidad el desarrollo de la tcnica y la solucin de problemas prcticos en reascomo la medicina, la ingeniera, la informtica o la ecologa requieren, de manera im-

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    prescindible, una cantidad tal de conocimientos y una actividad interdisciplinaria tanintensa que, finalmente, cabe afirmar que no puede haber tcnica y prctica sin elconocimiento que ofrecen las teoras cientficas. Tambin es importante advertir, a lainversa, que el desarrollo de la tecnologa origina soluciones a problemas cientficos,

    por ejemplo a trve^^Ta~eonStucci5 de nTOvs^pratos"^~tesrrameIIt0s_para lainvestigacin cientfica y, adems, obliga a prestar atencin a fenmenos y regularidades que la ciencia pura del pasado tal vez no hubiera advertido. Un caso histrico

    pertinente es el desarrollo de la termodinmica en el siglo XK, estimulado por elinters de los cientficos en comprender el modo de operar de las mquinas devapor. En una palabra, teora y prctica, cada una con sus metodologas y sus procedimientos, forman, sin embargo, un entrelazamiento inseparable y en modo alguno

    pueden ser concebidas en la actualidad como independientes.

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    leunas.

    Segunda parte:la teora de Darwin

    Dosejemplares de los"pinzones de Darwin", cuyas

    caractersticas sonmanifiestamente dismiles,

    tal como elbilogo losobservara en las islas

    Galpagos. Dibujo de JohnGouldque ilustra el informe

    de Darwin (1836),publicado luego de su clebre

    viaje a bordo del

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