kardec allan el libro de los espiritus

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2. FILOSOFA ESPIRITUALISTAEL LIBRODE LOS ESPRITUS QUE CONTIENELOS PRINCIPIOS DE LA DOCTRINA ESPIRITISTASOBRE LA INMORTALIDAD DEL ALMA, LA NATURALEZA DE LOS ESPRITUS Y SUS RELACIONES CON LOS HOMBRES, LAS LEYS MORALES, LA VIDA PRESENTE, LA VIDA FUTURA Y EL PORVENIR DE LA HUMANIDAD; SEGUN LA ENSEANZA DADA POR LOS ESPRITUS SUPERIORES CON LA AYUDA DE DIFERENTES MDIUMSRECOPILADA Y PUESTA EN ORDEN PORALLAN KARDECPRINTED IN SPAINSTUDIUM CORPORATION101-103 Crosby Street New York, N.Y. 10012 3. Segunda Edicin Depsito Legal: B. 49.070. 1975Printed in Spain Impreso en Espaa Imprime: M.Pareja - Montaa, 16 - Barcelona 4. 5 AVISO SOBRE ESTA NUEVA EDICIN En la primera edicin de esta obra, ofrecimos una parte suplementaria que habia decomprender todas las cuestiones que no hubieran podido tener cabida en aqulla, o quecircunstancias ulteriores y nuevos estudios hubiesen originado. Pero como todas ellas serelacionan con algunos de los asuntos ya tratados y constituyen su desenvolvimiento, supublicacin aislada hubiera carecido de toda ilacin. Hemos preferido, pues, aguardar lareimpresin del libro para fundirlo todo en un solo conjunto, y la hemos aprovechadotambin para introducir en la distribucin de materias un orden mucho ms metdico,eliminando al mismo tiempo, lo que repetidamente se dirigia al mismo fin. Esta reimpresinpuede, pues, ser considerada como una nueva obra, aunque ningn cambio hayanexperimentado los principios, fuera de un muy corto nmero de excepciones, que son msbien aclaracin y complemento que verdaderas modificaciones. Esta conformidad en losprincipios emitidos. a pesar de la diversidad de orgenes que nos lo han suministrado, es unhecho importante en la constitucin de la ciencia espiritista. En nuestra correspondenciaconsta, que en diversas localidades se han obtenido comunicaciones perfectamente idnticas,si no en forma. en el fondo, por lo menos; hecho realizado antes de haberse publicadonuestro libro, que ha venido nicamente a confirmarlas y a reunirlas en un cuerposistemtico. La historia prueba. a su vez, que la mayor parte de aquellos principios han sidoprofesados por los hombres ms eminentes de los tiempos antiguos y modernos, viniendo deesta manera a prestarles su sancion. La enseanza relativa a las manifestaciones propiamente dichas y a los mdiums,constituye hasta cierto punto una parte distinta de la filosofa, parte que puede ser objeto deun estudio especial. Habiendo alcanzado muy considerable desarrollo con motivo de laexperiencia adauirida, hemos credo deber nuestro formar de ella un volumen distinto, que 5. 6 AVISO SOBRE ESTA NUEVA EDICINcontendr las respuestas dadas a todas las preguntas relativas a las manifestaciones y a losmdums, y tambin numerosas observaciones sobre el espiritismo prctico. La obra de quehablamos ser la continuacin o el complemento de EL LIBRO DE LOS ESPRITUS. La obra a que se hace referencia aqui, es El libro de los mdiums. 6. 7INTRODUCCIN AL ESTUDIO DE LA DOCTRINAESPIRITISTAI Para las cosas nuevas se necesitan nuevas palabras. As lo requiere la claridad en ellenguaje, con el fin de evitar la confusin inseparable del sentido mltiple dado a los mismostrminos. Las palabras espiritual, espiritualista y espiritualismo, tienen una aceptacin biencaracterizada, y darles otra nueva para aplicarlas la doctrina de los espritus equivaldra amultiplicar las causas de anfibologa, ya numerosas. En efecto, el espiritualismo es el trminoopuesto al materialismo, y todo el que cree que tiene en si mismo algo ms que materia, esespiritualista; pero no se sigue de aqu que crea en la existencia de los espritus o en suscomuncaciones con el mundo visible. En vez de las palabras ESPIRITUALISTA yESPIRITUALISMO, empleamos, para designar esta ltima creencia, las de espiritista yespiritismo, cuya forma recuerda el origen y su significacin radical, teniendo por lo mismo laventaja de ser perfectamente inteligibles, y reservamos a la palabra espiritualismo la acepcinque le es propia. Diremos, pues, que la doctrina espiritista o el espiritismo tiene comoprincipios las relaciones del mundo material con los espritus o seres del mundo invisible.Los adeptos del espiritismo sern los espritas o los espiritistas, si se quiere. EL LIBRO DE LOS ESPRITUS contiene, como especialidad, la doctrina espiritista, ycomo generalidad, se asocia a la doctrina espiritualista, ofreciendo una de sus fases. Por estarazn se ve en la cabecera de su ttulo la frase Filosofa espiritualista. 7. 8ALLAN KARDEC II Existe otra palabra sobre la cual es igualmente importante que nos entendamos, porquees una de las llaves maestras de toda doctrina moral y porque es causa de muchascontroversias por carecer de una acepcin bien deslindada; tal es la palabra alma. Ladivergencia de opiniones acerca de la naturaleza del alma procede de la aplicacin particularque de esta palabra hace cada uno. Un idioma perfecto, en el que cada idea estuvieserepresentada por su palabra peculiar, evitara muchas discusiones, y con un trmino para cadacosa, todos nos entenderamos. Segn unos, el alma es el principio de la vida material orgnica no tiene existencia propiay cesa cuando la vida cesa. As piensa el materialismo puro. En este sntido, y porcomparacin, dicen los materialistas que no tiene alma el instrumento que, por estar rajado,no suena. En esta hiptesis, el alma es efecto y no causa. Otros creen que el almaes el principio de la inteligencia, agente universal del que cadaser absorbe tina parte. Segn stos, todo el universo no tiene ms que una sola alma quedistribuye partculas a los diversos seres inteligentes, durante la vida, volviendo, despus a lamuerte, cada partcula al origen comn donde se confunde con el todo, como los arroyos yros vuelven al mar de donde salieron. Difiere esta opinin de la precedente en que, en lahiptesis que nos ocupa, existe en nosotros algo ms que materia y algo subsiste despus dela muerte; pero es casi como si nada sobreviviese; porque, desapareciendo la individualidad,no tendramos conciencia de nosotros mismos. Siguiendo esta opinin. el alma universal seraDios, y todo ser, parte de la Divinidad. Semejante sistema es una de las variaciones delpantesmo. Segn otros, en fin, el alma es un ser moral distinto, independiente de la materia, queconserva su individualidad despus de la muerte. Esta acepcin es, sin contradiccin, la msgeneral, porque, con uno u otro nombre, la idea de este ser que sobrevive al cuerpo seencuentra en estado de creencia instintiva e independiente de toda enseanza, en todos lospueblos, cualquiera que sea su grado de civiliza- 8. 9 EL LIBRO DE LOS ESPRITUScin. Esta doctrina, segn la cual el alma es causa y no efecto, es la de los espiritualistas. Sin discutir el mrito de estas opiniones, y concretndonos nicamente a la cuestinlingstica, diremos que esas tres aplicaciones de la palabra alma constituyen tres distintasideas, para cada una de las cuales sera necesario un trmino especial. La palabra que nosocupa tiene, pues, una triple acepcin, y los partidarios de los citados sistemas tienen razn enlas definiciones que dan de ella, teniendo en cuenta el punto de vista en que se colocan. Laculpa de la confusin es del lenguaje, que slo tiene una palabra para tres ideas distintas. Paraevitar las anfibologas, preciso sera emplear la palabra alma para una sola de las tresindicadas ideas, y siendo la cuestin principal la de que nos entendamos perfectamente, esindiferente la eleccin, dado que este es un punto convencional. Creemos que lo ms lgicoes tomarla en su acepcin ms vulgar, y por este motivo llamamos alma al ser inmaterial eindividual que reside en nosotros y sobrevive al cuerpo. Aunque este ser no existiera, aunquefuese producto de la imaginacin, no sera menos necesario un trmino que lo representara. En defecto de esta palabra especial para cada una de las otras dos acepciones, llamamos: Principio vital, al principio de la vida material y orgnica, cualquiera que sea su origen;principio comn a todos los seres vivientes, desde las plantas hasta el hombre. El principiovital es distinto e independiente porque puede existir la vida, aun haciendo abstraccin de lafacultad de pensar. La palabra vitalidad no respondera a la misma idea. Para unos, elprincipio vital es una propiedad de la materia, un efecto que se produce desde que la materiase encuentra en ciertas circunstancias determinadas; para otros, y esta es la idea ms vulgar,reside en uti fluido especial, universalmente esparcido y del cual absorbe y se asimila cada seruna parte, durante la vida, como, segn vemos, absorben la luz los cuerpos inertes. Sera esteel fluido vital que, admitiendo ciertas opiniones, es el mismo fluido elctrico animalizado,designado tambin con los nombres de fluido magntico, fluido nervioso, etctera. Como quiera que sea, existe un hecho indiscutible, porque resulta de la observacin, quelos seres orgnicos tienen en si mismos una fuerza ntima que produce el fenmeno 9. 10ALLAN KARDECde la vida, mientras existe aqulla; que la vida material es comn a todos los seres orgnicos,y que es independiente de la inteligencia y del pensamiento; que ste y aqulla son facultadespropias de ciertas especies orgnicas, y, en fin, que entre las especies orgnicas dotadas deinteligencia y pensamiento, existe una que lo est de un sentimiento moral especial que le dauna superioridad incuestionable sobre las otras. Esta es la especie humana. Concibese que con una acepcin mltiple, el alma no excluye el materialismo, ni elpantesmo. El mismo espiritualista puede perfectamente aceptar el alma en una u otra de lasdos primeras acepciones, sin perjuicio del ser inmaterial, al que dar entonces otro nombrecualquiera. As, pues, la palabra que nos viene ocupando no es representativa de una opinindeterminada: es un Proteo que cada cual transforma a su antojo, y de aqu el origen de tantasinterminables cuestiones. Evitarase igualmente la confusin empleando la palabra alma en aquellos tres casos,pero aadindole un calificativo que especificase el aspecto en que se la toma, o la acepcinque quiere drsele. Sera entonces un vocablo genrico, que representara simultneamente elprincipio de la vida material, el de la inteligencia y el del sentido moral, y que se distinguirapor medio de un atributo, como distinguimos los gases, aadiendo a la palabra gas loscalificativos hdrgeno, oxgeno o zoe. Pudiera, pues, decirse, y esto sera lo ms acertado,el alma vital por el principio de la vida material, el alma intelectual por el principiointeligente y el alma espiritista por el principio de nuestra individualidad despus de lamuerte. Segn se ve, todo esto se reduce a una cuestin de suma importancia paraentendernos. Conformndonos con aquella clasificacin, el alma vital seria comn a todos losseres orgnicos: las plantas, los animales y los hombres; el alma intelectual propia de losanimales y de los hombres, perteneciendo el alma espiritista al hombre nicamente. Hemos credo deber nuestro insistir tanto ms en estas explicaciones, por cuanto ladoctrina espiritista est naturalmente basada en la existencia en nosotros mismos de un serindependiente de la materia. que sobrevive al cuerpo. Debiendo repetir frecuentemente lapalabra alma en el curso de esta obra, importaba fijar el sentido que le damos para evitar aslas equivocaciones. 10. 11EL LIBRO DE LOS ESPRITUS Vamos ahora al principal objeto de esta instruccin preliminar. III Como todo lo nuevo, la doctrina espiritista tiene adeptos y contradictores. Vamos aprocurar contestar a algunas de las objeciones de estos ltimos, sin abrigar, empero, lapretensin de convencerlos a todos, ya que hay gentes que creen que para ellasexclusivamente fue hecha la luz. Nos dirigimos a las personas de buena fe que no tienen ideaspreconcebidas o sistemticas, por lo menos, y que estn sinceramente deseosas de instruirse, alas cuales demostraremos que la mayor parte de las objeciones que se hacen a la doctrinanacen de la observacin incompleta de los hechos y de un fallo dictado con harta ligereza yprecipitacin. Recordemos ante todo y en pocas palabras la serie progresiva de los fenmenos queoriginaron esta doctrina.El primer hecho observado fue el de diversos objetos que se movan, fenmenovulgarmente conocido con el nombre de mesas giratorias o danza de las mesas. Este hechoque, segn parece, se observ primeramente en Amrica, o que, mejor dicho, se renov enaquella comarca, puesto que la historia prueba que se remonta a la antigedad ms remota, seprodujo acompaado de extraas circunstancias, tales como ruidos inusitados y golpes sincausa ostensiblemente conocida. Desde alli se propag con rapidez por Europa y por lasdems partes del mundo, siendo al principio objeto de mucha incredulidad, hasta que lamultiplicidad de los experimentos no permiti que se dudase de su realidad. Si este fenmeno se hubiese limitado al movimiento de objetos materiales, podraseexplicar por una causa puramente fsica. Lejos estamos de conocer todos los agentes ocultosde la naturaleza. ni las propiedades todas de los que nos son conocidos. l-,a electricidad, porotra parte, multiplica hasta lo infinito cada da los recursos que brinda al hombre y parecellamada a derramar una nueva luz sobre la ciencia. No era, pues, imposible que laelectricidad. modificada por ciertas circunstancias, o por otro agente cualquiera, fuese lacausa de aquel movimiento. El aumento de la potencia de la accin, que resultaba siempre dela reunin de muchas 11. 12ALLAN KARDECpersonas, pareca venir en apoyo de esta teora; porque podia considerarse el conjunto deindividuos como una pila mltiple. cuya potencia est en razn del nmero de elementos. Nada de particular tena el movimiento circular; porque, siendo natural y movindosecircularmente todos los astros, poda ser, pues, aquel un ligero reflejo del movimiento generaldel universo; o por decirlo mejor, una causa, hasta entonces desconocida, poda imprimiraccidentalmente a los objetos pequeos, en circunstancias dadas, una corriente anloga a laque arrastra a los mundos. Pero no siempre era circular el movimiento, sino que a veces se verificaba a sacudidas ydesordenadamente. El mueble era zrandeado con violencia, derribado, arrastrado en unadireccin cualquiera y, en una oposicin a todas las leyes de la esttica, levantado del suelo ysostenido en el espaco. Hasta aqu. nada existe en tales hechos que no pueda explicarse porla potencia de un agente fsico invisible. Acaso no vemos que la electricidad derribaedificios, desarraiga rboles, lanza a distancia los cuerpos ms pesados, los atrae y los repele? Los ruidos inusitados y los golpes, en el supuesto de que no fuesen efectos ordinarios dela dilatacin de la madera, o de otra causa accidental, podan muy bien ser producidos por laacumulacin del fluido oculto. Por ventura no produce la electricidad los ruidos msviolentos? Hasta aqu, todo, como se ve, puede caber en el dominio de hechos puramente fsicos yfisiolgicos. Sin salir de este orden de ideas, era este fenmeno materia de estudios graves ydignos de llamar la atencin de los sabios. Por qu no sucedi as? Sensible es tener quedecirlo; pero procede este hecho de causas que prueban. entre mil acontecimientossemejantes, la ligereza del humano espritu. Ante todo, no es acaso extrao a esto lavulgaridad del objeto principal que ha servido de base a los primeros experimentos. Cungrande no ha sido frecuentemente la influencia de una palabra en los ms graves asuntos! Sinconsiderar que el movimiento pudiera haber sido impreso a cualquier objeto, prevaleci laidea de las mesas, sin duda porque era el ms cmodo y porque, ms naturalmente que a otromueble, nos sentamos alrededor de una mesa. Pues bien, los hombres eminentes son tanpueriles, a veces, que nada im- 12. 13EL LIBRO DE LOS ESPRITUSposible sera que ciertos genios de nota hayan credo indigno de ellos ocuparse de lo que seconvino en llamar danza de las mesas. Es probable que si el fenmeno observado por Galvanilo hubiese sido por hombres vulgares y designado con un nombre burlesco, estara anrelegado al olvido juntamente con la varita mgica. Cul es, en efecto, el sabio que nohubiera credo rebajarse ocupndose de la danza de las ranas? Algunos, sin embargo, bastante modestos para convenir en que la naturaleza puede nohaber dicho su ltima palabra, han querido ver, para tranquilidad de su conciencia. Pero hasucedido que no siempre ha correspondido el fenmeno a sus esperanzas, y porque no se haproducido constantemente a gusto de su voluntad y conforme a su manera de experimentar, sehan pronunciado por la negativa. A pesar de su fallo, las mesas, ya que de mesas se trata,continan agitndose; de modo, que podemos decir con Galileo: y con todo, se mueven!Diremos ms an, y es que los hechos se han repetido de una manera tal, que han adquiridoya derecho de ciudadana, no tratndose actualmente ms que de hallarles una explicacinracional. Puede deducirse algo en contra de la realidad del fenmeno, porque no se producesiempre de un modo idntico y conforme a la voluntad y exigencias del observador? Acasolos fenmenos elctricos y qumicos no estn subordinados a ciertas condiciones? Y hemosde negarlos porque no se producen fuera de ellas? Hay, pues, algo de sorprendente en que elfenmeno del movimiento de los objetos por medio del fluido humano tenga tambin suscondiciones de existencia, y en que cese de producirse cuando el observador, situndose en supunto de vista particular, pretende que se manifieste a merced de su capricho, o reducirlo a lasleyes de los fenmenos conocidos, sin considerar que para nuevos hechos puede y debe haberleyes nuevas? Para conocerlas, es preciso estudiar las circunstancias en que se producen loshechos, y este estudio ha de ser fruto de una observacin continuada, atenta y muy lrga, aveces. Pero, objetan ciertas personas, la superchera es evidente con frecuencia. Ante todo lespreguntaremos si estn bien ciertas de que exista supercheria y si no han tomado por talefectos de que no podan darse cuenta, poco ms o menos como aquel aldeano que crea queun profesor de fsica, a 13. 14ALLAN KARDECquien vea experimentar, era un hbil escamoteador. Pero suponiendo que as hubiesesucedido alguna vez, sera sta razn para negar el hecho? Hemos de negar la fsica, porquehay prestidigitadores que se apropian el ttulo de fsicos? Preciso es, por otra parte, tenerpresente el carcter de las personas y el inters que pueden tener en engaar. Ser todo ellouna broma? Podemos chancearnos un momento; pero una chanza indefinidamente prolongadasera tan fastidiosa para el embaucador como para el embaucado. Adems de que, en unasuperchera que se propaga de un extremo al otro del mundo y entre las personas ms graves,honradas e ilustradas, habra de haber algo, por lo menos, tan extraordinario como el mismofenmeno. IV Si los fenmenos que nos ocupan se hubiesen limitado al movimiento de objetos,hubieran cabido, segn tenemos dicho, en los lmites de las ciencias fsicas; pero no ha sidoas, y les estaba reservado conducirnos a hechos de un extrao orden. No sabemos por quiniciativa, creyse descubrir que el impulso dado a los objetos no era producido nicamentepor una fuerza mecnica ciega, sino que intervena en el movimiento una causa inteligente.Una vez abierto este sendero, ofrecise un campo nuevo a las observaciones, y queddescorrido el velo de muchos misterios. Interviene, en efecto, una potencia inteligente? Estaes la cuestin. Si la potencia existe, cul es, cul su naturaleza y cul su origen? Es superiora la humanidad? Tales son las preguntas involucradas en la primera. Las primeras manifestaciones inteligentes se obtuvieron por medio de mesas que selevantaban y daban con uno de sus pies un nmero determinado de golpes, representativos delas palabras si o no, segn lo convenido, respondiendo de esta manera a las preguntas que sehacian. Hasta aqu, nada hay convincente para los escpticos; porque pudiera atribuirse elresultado a la casualidad. Obtuvironse despus contestaciones ms extensas con las letras delalfabeto. Haciendo que el objeto diese el nmero de golpes correspondiente al nmero deorden de cada letra, consiguise formar palabras y frases, que contestaban a las pre- 14. 15 EL LIBRO DE LOS ESPRITUSguntas hechas. La exactitud de las respuestas y su correlacin con las preguntas excitaron laadmiracin. Preguntado acerca de su naturaleza, el ser misterioso que de tal maneraresponda, contest que era un espritu o genio, dijo su nombre y dio diversos pormenoresacerca de si mismo. Esta es una circunstancia muy digna de notarse. Nadie ide los esprituscomo medio de explicar el fenmeno, sino que ste mismo revel la palabra. En las cienciasexactas se sientan hiptesis con frecuencia para tener una base de razonamiento; pero no eseste el caso presente. El indicado medio de correspondencia era incmodo y tardo. El espritu, y es tambindigna de notarse semejante circunstancia, indic otro. Uno de esos seres invisibles fue quienaconsej que se adaptase un lpiz a una cestita o a otro objeto. La cestita, colocada sobre unahoja de papel, es movida por el mismo poder ocult que mueve las mesas; pero, en vez deseguir un simple movimiento irregular. el lpiz traza por si mismo caracteres que formanpalabras, frases y discursos enteros de muchas pginas, tratando las ms elevadas cuestionesde filosofa, de moral, de metafsica, de psicologa, etc., todo lo cual se verifica con la mismarapidez que si escribisemos con la mano. El consejo fue dado simultneamente en Amrica, en Francia y en diversas comarcas. Heaqu los trminos en que fue dado en Pars, el 10 de junio de 1853, a uno de los msfervientes adeptos de la doctrina, que desde muchos aos, desde 1849, se ocupaba en evocar alos espritus: Ve a la habitacin contigua; toma la cestita; tale un lpiz; colcalo sobre elpapel, y pon despus los dedos en los bordes.> Transcurridos algunos instantes, se puso lacestita en movimiento y escribi el lpiz de un modo muy legible esta frase: No siendo ms que un instrumento el objeto a que se adapta el lpiz, su naturaleza, y suforma son de todo punto indiferentes. Se ha procurado buscar nicamente la comodidad, y ases que muchas personas emplean una tablita. La cestita o tablita slo es puesta en movimiento por la influencia de ciertas personasdotadas, bajo este aspecto, de un poder especial; personas que han sido designadas con elnombre de mdiums, es decir, medio o intermediario entre los espritus y los hombres. Lascondiciones que producen 15. 16 ALLAN KARDECeste poder, proceden de causas a la vez fsicas y morales imperfectamente conocidas todava,porque hay mdiums de todas edades, en ambos sexos y en todos los grados dedesenvolvimiento intelectual. Por lo dems, la facultad se desarrolla con la prctica.V Reconocise ms tarde que la cestita y la tablita no eran en realidad ms que un apndicede la mano, y tomando directamente el lpiz, el mdium escribi, por un impulso involuntarioy casi febril. Por este medio las comunicaciones fueron ms rpidas, ms fciles y mscompletas, viniendo a ser el ms empleado actualmente, tanto ms, cuanto que el nmero depersonas dotadas de semejante aptitud es muy considerable y aumenta cada da. Por fin, laexperiencia dio a conocer muchas otras variedades de la facultad mediadora, y se supo que lascomunicaciones podan obtenerse igualmente por medio de la palabra, del odo, de la vista,del tacto, etc., y hasta por medio de la escritura directa de los espritus, es decir, sin elconcurso de la mano del mdium, ni el del lpiz. Obtenido el hecho, quedaba por dilucidar un punto esencial: el del papel que desempea elmdium en las comunicaciones, y la parte que mecnica y moralmente puede tomar en ellas.Dos circunstancias capitales, que no pasan inadvertidas al observador atento, pueden resolverla cuestin. La primera es el modo como la cestita se mueve bajo su influencia, por la solaimposicin de los dedos en el borde, pues el examen demuestra la imposibilidad deimprimirle una direccin determinada. Semejante imposibilidad se hace patente, cuando dos otres personas operan al mismo tiempo con la misma cestita, porque sera preciso entre ellasuna avenencia de movimiento verdaderamente fenomenal y adems concordancia depensamientos para convenir acerca de la respuesta que han de dar a la pregunta hecha. Otracircunstancia, no menos singular, viene a aumentar la dificultad: la diferencia radical de letrasegn el espritu que se manifiesta, reproducindose la misma siempre que se presenta unmismo espritu. Preciso sera que el mdium se hubiese dedicado a cambiar de veinte manerasdiferentes 16. 17 EL LIBRO DE LOS ESPRITUSsu propia letra, y sobre todo que pudiese recordar la que pertenece a este o a aquel espritu. La segunda circunstancia resulta de la misma naturaleza de las contestaciones, que, lamayor parte de las veces, sobre todo en cuestiones abstractas y cientficas, son notoriamentesuperiores a los conocimientos y en otras ocasiones al alcance intelectual del mdium, quien,adems, no tiene conciencia ordinariamente de lo escrito bajo su influencia, y quien, conmucha frecuencia, ni siquiera oye o entiende la pregunta, puesto que puede ser hecha en unidioma desconocido para l y aun mentalmente, pudiendo ser dada la respuesta en aquelidioma. Sucede tambin, a menudo, que la cestita escribe espontneaniente sobre un asuntocualquiera y del todo inesperado.Estas contestaciones tienen, en ciertos casos, un sello tal de sabidura, de profundidad y deoportunidad; revelan pensamientos tan elevados y sublimes, que slo pueden provenir de unainteligencia superior, penetrada de la ms pura moralidad; y son otras veces, tan ligeras, tanfrvolas y hasta tan triviales, que la razn se resiste a creer que procedan del mismo origen.Esta diversidad de lenguaje no puede encontrar otra explicacin que la diversidad deinteligencias que se manifiestan. Semejantes inteligencias pertenecen a la humanidad? Heaqui el punto que ha de dilucidarse, y cuya perfecta explicacin, tal como ha sido dada por losmismos espritus, se encontrar en esta obra.Estos son los hechos patentes que se producen fuera del circulo de nuestras habitualesobservaciones, no con misterio, sino a la luz del da, pudiendo todo el mundo verlos yevidenciarlos, puesto que no son privilegio de un solo individuo, ya que miles de personas losrepiten diaria y voluntariamente. Estos efectos han de tener por fuerza una causa, y desde elmomento que revelan la accin de una inteligencia y de tina voluntad, se sustraen del dominiopuramente fsico.Muchas teoras se han emitido sobre el particular. Las examinaremos, y veremos si puedendar razn de todos los hechos que se producen. Interinamente admitamos la existencia deseres distintos de la humanidad, puesto que esta es la explicacin dadapor las inteligenciasque se manifiestan, y veamos ahora lo que nos dicen. 17. 18ALLAN KARDECVI Los seres que se comunican se designan a si mismos, segn hemos dicho, con el nombrede espritus o genios, y dicen haber pertenecido, algunos, por lo menos a los hombres quevivieron en la tierra. Constituyen el mundo espiritual, como nosotros constituimos, durante lavida, el mundo corporal. Pasemos a resumir en pocas palabras los puntos ms culminantes de la doctrina que noshan transmitido, para responder ms fcilmente a ciertas objeciones: Dios es eterno, inmutable, inmaterial, nico, todopoderoso, soberanamente justo ybueno. Cre el universo que comprende todos los seres animados e inanimados, materiales einmateriales. Los seres materiales constituyen el mundo visible o corporal y los inmateriales elinvisible o espiritista, es decir, el de los espritus. El mundo espiritista es el normal, primitivo, eterno, preexistente y sobreviviente a todo.El mundo corporal no pasa de ser secundario; podria dejar de existir, o no haber existidonunca, sin que se alterase la esencia del mundo espiritista. Los espritus revisten temporalmente una envoltura material perecedera,cuya destruccin, a consecuencia de la muerte, los constituye nuevamente en estado delibertad. Entre las diferentes especies de seres corporales, Dios ha escogido a la especie humanapara la encarnacin de los espritus que han llegado a cierto grado de desarrollo, lo cual les dala superioridad moral e intelectual sobre todos los otros. El alma es un espritu encarnado, cuyo cuerpo no es ms que la envoltura. Tres cosas existen en el hombre: 1 el cuerpo o ser material anlogo a los animales, yanimado por el mismo principio vital; 2 el alma o ser inmaterial, espritu encarnado en elcuerpo, y 3 el lazo que une el alma al cuerpo, principio intermedio entre la materia y elespritu. As, pues, el hombre tiene dos naturalezas: por el cuerpo, particpa de la naturaleza delos animales, cuyos instintos tienen, y por el alma, participa de la naturaleza de los espritus. 18. 19 EL LIBRO DE LOS ESPRITUS El lazo o periespritu que une el cuerpo y el espritu es una especie de envolturasemimaterial. La muerte es la destruccin de la envoltura ms grosera; pero el esprituconserva la segunda, que le constituye un cuerpo etreo, invisible para nosotros en estadonormal y que puede hacer visible accidentalmente, y hasta tangible. como sucede en elfenmeno de las apariciones. As, pues, el espritu no es un ser abstracto e indefinido, que slo puede concebir elpensamiento, sino un ser real y circunscrito que es apreciable en ciertos casos, por lossentidos de la vista, del odo y del tacto. Los espritus pertenecen a diferentes clases y no son iguales en poder, inteligencia,ciencia y moralidad. Los del primer orden son los espritus superiores, que se distinguen delos dems por su perfeccin, conocimientos, proximidad a Dios, pureza de sentimientos yamor al bien. Son los ngeles o espritus puros. Las otras clases se alejan ms y ms desemejante perfeccin, estando los de los grados inferiores inclinados a la mayor parte denuestras pasiones, al odio, la envidia, los celos, el orgullo, etctera, y se complacen en el mal. Entre ellos, los hay que no son ni muy buenos, ni muy malos. Ms embrollones ychismosos que malvados, parece ser patrimonio suyo la malicia y la inconsecuencia. Estostales son los duendes o espritus ligeros. Los espritus no pertenecen perpetuamente al mismo orden, sino que todos seperfeccionan pasando por los diferentes grados de la jerar4ua espiritista. Esteperfeccionamiento se realiza por medio de la encarnacin, impuesta como expiacin a unos, ycomo misin a otros. La vida material es una prueba que deben sufrir repetidas veces, hastaque alcanzan la perfeccin absoluta; una especie de tamiz o depuratorio del que salen ms omenos purificados. Al bandonar el cuerpo, el alma vuelve al mundo de los espritus, de donde haba salido,para tomar una nueva existencia material, despus de un espacio de tiempo ms o menosprolongado, durante el cual se encuentra en estado de espritu errante. Entre esta doctrina de la reencarnacin y de la metempsicosis, como la admiten ciertassectas, existe la diferencia caracterstica que en el curso de esta obra se explica. 19. 20 ALLAN KARDEC Debiendo pasar el espritu por varias encarnaciones, resulta que todos nosotros hemostenido diversas existencias y que tendremos otras, perfeccionadas ms o menos, ora en latierra, ora en otros mundos. Los espritus se encarnan siempre en la especie humana, y sera errneo creer que elalma o espritu pueda encarnarse en el cuerpo de un animal. Las diferentes existencias corporales del espritu siempre son progresivas, nuncaretrgradas; pero la rapidez del progreso depende de los esfuerzos que hagamos para llegar ala perfeccin. Las cualidades del alma son las mismas que las del espritu encarnado en nosotros, demodo que el hombre de bien es encarnacin de un espritu bueno y el hombre perverso lo esde un espritu impuro. El alma era individual antes de la encarnacin, y contina sindolo despus de separarsedel cuerpo. A su vuelta al mundo de los espritus, el alma encuentra en l a todos los que conocien la tierra y todas sus existencias anteriores se presentan a su memoria con el recuerdo detodo el bien y de todo el mal que ha hecho. El espritu encarnado est bajo la influencia de la materia, y el hombre que vencesemejante influencia por medio de la elevacin y purificacin de su alma se aproxima a losespritus buenos a los cuales se nir algn da. El que se deja dominar por las malaspasiones, y cifra toda su ventura en la satisfaccin de los apetitos groseros, se aproxima a losespritus impuros, dndo el predominio a la naturaleza animal. Los espritus encarnados pueblan los diferentes globos del universo. Los espritus no encarnados o errantes no ocupan una regin determinada y circunscrita,sino que estn en todas partes, en el espacio y a nuestro lado, vindonos y codendoseincesantemente con nosotros. Forman una poblacin invisible que se agita a nuestroalrededor. Los espritus ejercen en el mundo moral y hasta en el fsico una accin incesante; obransobre la materia y el pensamiento, y constituyen uno de los poderes de la naturaleza, causaeficiente de una multitud de fenmenos inexplicados o mal explicados hasta ahora, y que sloen el espiritismo encuentran solucin racional. 20. 21EL LIBRO DE LOS ESPRITUS Las relaciones de los espritus con los hombres son constantes. Los espritus buenos nosexcitan al bien, nos fortalecen en las pruebas de la vida y nos ayudan a sobrellevaras convalor y resignacin. Los espritus malos nos excitan al mal, y les es placentero vernossucumbir y equipararnos a ellos. Las comunicaciones de los espritus con los hombres son ocultas u ostensibles. Tienenlugar las comunicaciones ocultas por medio de la buena o mala influencia que ejercen ennosotros sin que lo conozcamos. A nuestro juicio toca el distinguir las buenas de las malasinspiraciones. Las comunicaciones ostensibles se verifican por medio de la escritura, de lapalabra o de otras manifestaciones materiales, y la mayor parte de las veces por mediacin delos mdiums que sirven de instrumento a los espritus. Los espritus se manifiestan espontneamente o cuando se les evoca. Puede evocrselesa todos, lo mismo a los que animaron a los hombres oscuros, que a los de los ms ilustrespersonajes, cualquiera que sea la poca en que hayan vivido: as a los de nuestros parientes yamigos, como a los de nuestros enemigos, y obtener en comunicaciones verbales o escritas,consejos y reseas de su situacin de ultratumba, de sus pensamientos respecto de nosotros,como tambin aquellas revelaciones que les es licito hacernos. Los espritus son atrados en razn de su simpata hacia la naturaleza moral del centroque los convoca. Los espritus superiores se complacen en las reuniones graves en queprevalecen el amor del bien y el deseo sincero de instruirse y perfeccionarse. Su presenciaahuyenta a los espritus inferiores que encuentran, por el contrario, franco acceso, y puedenobrar con entera libertad, en personas frvolas o guiadas nicamente por la curiosidad, y endonde quiera que reinen malos instintos. Lejos de esperar de ellos buenas advertencias yreseas tiles, no deben esperarse ms que sutilezas, mentiras, bromas pesadas osupercheras; porque a veces usurpan nombres venerables para mejor inducir en erro. Es sumamente fcil distinguir los espritus buenos de los malos; porque el lenguaje delos espritus superiores es siempre digno, noble, inspirado por la ms pura moralidad,desprovisto de toda pasin baja, y porque sus consejos respiran la ms profunda sabidura,teniendo siempre por 21. 22 ALLAN KARDECobjeto nuestro perfeccionamiento y el bien de la humanidad. El de los espritus inferiores es,por el contraro, inconsecuente, trivial con frecuencia y hasta grosero. Si dicen a veces cosasbuenas y verdaderas, con ms frecuencia an las dicen falsas y absurdas por malicia o porignorancia, y abusan de la credulidad y se divierten a expensas de los que les consultan,dando pbulo a su vanidad y alimentando sus deseos con mentidas esperanzas. En resumen,solamente en las reuniones graves, en aquellas cuyos miembros estn unidos por unacomunidad ntima de pensamientos encaminados al bien, se obtienen comunicaciones gravesen la verdadera acepcin de la palabra. La moral de los espritus superiores se resume, como la de Cristo, en esta mximaevanglica: Hacer con los otros lo que quisiramos que a nosotros se nos hiciese, es decir,hacer bien y no mal. En este principio encuentra el hombre la regla universal de conductapara sus ms insignificantes acciones. Nos ensean que el egosmo, el orgullo, y el sensualismo son pasiones que nosaproximan a la naturaleza animal, ligndonos a la materia; que el hombre que, desde estemundo, se desprende de la materia despreciando las humanas futilidades y practicando elamor al prjimo, se aproxima a la naturaleza espiritual; que cada uno de nosotros debe ser tilcon arreglo a las facultades y a los medios que Dios, para probarle, ha puesto a sudisposicin; que el fuerte y el poderoso deben apoyo y proteccin al dbil; porque el queabusa de su fuerza y podero para oprimir a su semejante viola la ley de Dios. Nos ensean,en fin, que en el mundo de los espritus, donde nada puede ocultarse, el hipcrita serdescubierto y patentizadas todas sus torpezas; que la presencia inevitable y perenne deaquelos con quienes nos hemos portado mal es uno de los castigos que nos estn reservados,y que al estado de inferioridad y de superioridad de los espritus son inherentes penas yrecompensas desconocidas en la tierra. Pero nos ensean tambin que no hay faltas irremsbies y que no pueden ser borradaspor la expiacin. El medio de conseguirlo lo encuentra el hombre en las diferentes existenciasque le permiten avanzar, segn sus deseos y esfuerzos, en el camino del progreso y hacia laperfeccin que es su objeto final. 22. 23 EL LIBRO DE LOS ESPRITUS Tal es el resumen de la doctrina espiritista, segn resulta de la enseanza dada por losespritus superiores. Pasemos ahora a las objeciones que a ella oponen algunos.VII Para muchas personas la oposicin de las corporaciones sabias es, si no una prueba, porlo menos, una poderosa presuncin en contra. No somos nosotros de los que gritamos contralos sabios a ese!, a ese!; porque no queremos que se nos diga que damos coces al asno, sinoque, por el contrario, los tenemos en mucha estima, y nos creeriamos muy honrados siendouno de ellos; pero no siempre puede ser su opinin un juicio irrevocable. Desde que la ciencia se emancipa de la observacin material de los hechos; desde que setrata de explicarlos y apreciarlos, queda el campo abierto a las conjeturas y cada cual idea unsistema que quiere hacer prevalecer y sostiene con empeo. No vemos todos los daspreconizadas y rechazadas alternativamente las divergentes opiniones combatidas hoy comoabsurdos errores y maana proclamadas como incontestables verdades? El verdadero criteriode nuestros juicios, el argumento sin rplica son los hechos, en cuyo defecto, debe ser la dudala opinin de los prudentes. En las cosas notorias, la opinin de los sabios es con justo ttulo fehaciente, porque sabenms y mejor que el vulgo; pero en punto a principios nuevos y a cosas desconocidas, su modode ver no pasa nunca de ser hipottico, porque no estn ms exentos que los otros depreocupaciones, y hasta me aventuro a decir que en mayor nmero las tiene quiz el sabio,puesto que una natural propensin le arrastra a subordinarlo todo al aspecto que haprofundizado. El matemtico no admite otra prueba que la demostracin algebraica, elqumico lo refiere todo a la accin de los elementos, etc. El hombre que se ha dedicado a unaespecialidad encadena a ella todas sus ideas; y si le sacis de su especialidad, raciocna malcon frecuencia; porque todo quiere someterlo al mismo crisol. Esto es consecuencia de lahumana flaqueza. Consultar, pues, de buen grado y confiadamente a un qumico sobre unacuestin de anlisis, a un fsico sobre la potencia elctrica y a un mecnico sobre 23. 24 ALLAN KARDECla fuerza motriz; pero same permitido, y esto sin rebajar el aprecio que merecen susconocimientos especiales, de no valorar del mismo modo su opinin negativa en materia deespiritismo, como no estimo el parecer de un arquitecto en punto a msica. Las ciencias vulgares estn basadas en las propiedades de la materia que a nuestro antojopodemos manipular y someter a nuestros experimentos. Los fenmenos espiritistas estnbasados en la accin de inteligencias que, teniendo voluntad propia, nos prueban a cadainstante que no se hallan a merced de nuestros caprichos. No pueden, pues, observarse de lamisma manera, sino que hemos de colocarnos en condiciones especiales y en distinto puntode vista, y querer someterlos a los procedimientos ordinarios de investigacin es lo mismoque establecer analogas que no existen. La ciencia, propiamente tal, es, pues. incompetente,como ciencia, para fallar la cuestin del espiritismo. No ha de ocuparse de l, y su juicio,cualquiera que sea, favorable o contrario, no puede tener importancia alguna. El espiritismoes resultado de una conviccin personal que, como individuos, pueden abrigar los sabios,haciendo abstraccin de su calidad de tales; perosometer esta cuestin a la ciencia valdratanto como someter la existencia del alma a una asamblea de fsicos o de astrnomos. Enefecto, todo el espiritismo est contenido en la existencia del alma y en su estado despus dela muerte, y es soberanamente ilgico creer que un hombre ha de ser un gran psiclogo,porque es un gran matemtico o un gran cirujano. Al disecar el cuerpo humano, el cirujanobusca el alma, y porque no tropieza con ell su escalpelo, como con un nervio, o porque no lave desprenderse como un gas, deduce que no existe, mirando la cosa bajo el punto de vistaexclusivamente material. Quiere esto decir que tenga razn contra la opinin universal? No.Vase, pues, como el espiritismo no incumbe a la ciencia, Cuando las creencias espiritistas se hayan vulgarizado; cuando sean aceptadas por lasmasas -y a juzgar por la rapidez con que se propagan. esa poca no puede estar muy lejos-,suceder con esta como con todas las otras ideas nuevas que han encontrado oposicin, y lossabios se rendirn a la evidencia. Hasta que ese tiempo no llegue, es intempestivo distraerlosde sus trabajos especiales, para obligarles a que se ocupen de una materia ajena a sus atribu- 24. 25 EL LIBRO DE LOS ESPRITUSciones y a su programa. En el nterin, los que, sin haber estudiado profunda y anticipadamenteel asunto, optan por la negativa y escarnecen a los que no siguen su parecer, olvidan que otrotanto ha acontecido con la mayor parte de los grandes descubrimientos que honran a lahumanidad, y se exponen a que sus nombres aumenten la lista de los ilustres proscriptores deideas nuevas, y a verlos inscritos a continuacin de los de aquellos miembros de la doctaasamblea que, en 1752, acogi con explosiones de risa la memoria de Franklin sobre lospararrayos, juzgndola indigna de figurar en el nmero de las comunicaciones que le erandirigidas, y de los de aquella otra que fue causa de que Francia perdiese la glora de iniciar lanavegacin por medio del vapor, declarando que el sistema de Fulton era un sueoirrealizable, a pesar de que semejantes cuestiones eran de su competencia. Si, pues, esascorporaciones que contaban en su seno lo ms granado de los sabios del mundo, slo burlas ysarcasmos prodigaron a las ideas que no comprendan, ideas que, algunos aos despus,haban de revolucionar la ciencia, las costumbres y la industria, cmo podr esperarse queles merezca mejor acogida una cuestin extraa a sus tareas? Esos errores de algunos, lamentables para su memoria, no pueden privarles de los ttulosque tienen adquiridos, por otro concepto, a nuestro aprecio; pero, se ha de menester acaso deun diploma oficial para tener sentido comn, y slo imbciles se encuentran por ventura fuerade las poltronas acadmicas? Fijense bien los ojos en los adeptos de la doctrina espiritista, yentonces se ver si slo ignorantes cuenta, y si el nmero inmenso de hombres de mrito quela han abrazado permite que se la coloque en la estirpe de las creencias de las mujerzuelas. Sucarcter y su ciencia valen la pena de que se diga: puesto que tales hombres afirman eso, algo,por lo menos, debe tener de cierto. Volvemos a repetir que si los hechos que nos ocupan se hubiesen concretado almovimiento mecnico de los cuerpos, la investigacin de la causa fsica del fenmeno entrabaen el dominio de la ciencia; pero tratndose de una manifestacin que se substrae a las leyesde la humanidad, no es competente la cencia material, porque no puede ser explicada ni pormedio de los nmeros, ni por medio de la potencia mecnica. Cuando surge un nuevo hechoque no se desprende 25. 26 ALLAN KARDECde ninguna de las ciencias conocidas, el sabio debe, para estudiarlo, hacer abstraccin de suciencia, y convencerse de que constituye para l un nuevo estudio que no puede hacerse conideas ya preconcebidas.El hombre que cree infalible a su razn cst muy cercano del error, pues hasta los quepatrocinan las ideas ms falsas se apoyan en su razn, y en virtud de ella rechazan todo lo queles parece imposible. Los que en otras pocas han rechazado los admirables descubrimientoscon que se honra la humanidad, apelan para hacerlo, a la razn. Lo que se llama tal, confrecuencia, no es ms que orgullo, y aquel que se cree infalible pretende igualarse a Dios. Nosdirigimos, pues, a los que son bastante prudentes para dudar de lo que no han visto, y que,juzgando del porvenir por el pasado, no creen que el hombre ha llegado a su apogeo, ni que lanaturaleza le haya presentado ya la ltima pgina de su libro.VIIIAadamos que el estudio de una doctrina, como la espiritista, que repentinamente nosconduce a un orden de cosas tan nuevo y tan dilatado, slo puede ser hecho fructferamentepor hombres graves, perseverantes, ajenos de prevenciones y animados de la firme y sinceravoluntad de obtener un resultado. No podemos dar estos calificativos a los que juzgan apriori, ligeramente y sin haberlo visto todo, no observando en sus estudios la ilacin, laregularidad y el recogimiento necesarios, y menos an podemos darlos a ciertas personas que,para no desmentir su reputacin de chistosos, se esfuerzan en encontrar un lado burlesco a lascosas ms verdaderas, o reputadas tales por individuos cuya ciencia. carcter y conviccionestienen derecho a la consideracin de todo el que se precie de saber vivir en sociedad.Reprtense, pues, aquellos que juzgan los hechos indignos de ellos y de su atencin, y puestoque nadie piensa en violar sus creencias, respete asimismo las de los otros. Lo que caracteriza de serio a un estudio es la perseverancia en l. Debe nadie admirarsede no obtener con frecuencia respuesta alguna formal a preguntas graves en si mismas,cuando son hechas al acaso y lanzadas a quema- 26. 27EL LIBRO DE LOS ESPRITUSrropa en medio de una multitud de preguntas impertinentes? Una pregunta, por otra parte, es amenudo compleja y requiere, para su aclaracin, otras preliminares o complementarias. Todoel que quiera adquirir una ciencia debe estudiarla metdicamente, empezar por el principio yproseguir el encadenamiento y desarrollo de las ideas. El que dirigiese al acaso a un sabio unapregunta sobre una ciencia de la que ignora los primeros rudimentos, habr adelantado algoen ella? Y podr el sabio, a pesar de su buena voluntad, darle una respuesta satisfactoria?Esta respuesta aislada ser, por fuerza, incompleta e ininteligible, cn frecuencia, o podrparecer absurda y contradictoria. Lo mismo sucede exactamente en las relaciones queestablecemos con los espritus. Si alguien quiere instruirse en su escuela, es preciso seguir uncurso con ellos; pero, como acontece entre nosotros, es necesario escoger sus profesores ytrabajar con asiduidad. Hemos dicho que los espritus superiores no concurren a ms reuniones que a las gravesy. sobre todo, a aquellas en que reina una perfecta comunidad de pensamientos y sentimientosencaminados al bien. La ligereza y las preguntas intiles los alejan, como alejan a laspersonas razonables, quedando entones el campo libre a la turba de espritus mentirosos yfrvolos, que siempre atisban las ocasiones de burlarse de nosotros y de divertrse a expensasnuestras. Qu resultado puede dar una pregunta seria en semejante reunin? Ser contestada;pero por quin? Valdra tanto hacerla, como en medio de una reunin de buen humor dejarcaer estas preguntas: Qu es el alma? Qu la muerte?, u otras lindezas por el estilo. Siqueris respuestas graves, sed graves en toda la acepcin de la palabra y colocaos en lascondiciones indispensables, que slo entonces obtendris comunicaciones notables. Sed delos ms laboriosos y perseverantes en vuestros estudios, sin lo cual os abandonarn losespritus superiores, como hace el profesor con los discpulos desaplicados.IX Siendo un hecho demostrado el movimiento de los objetos. la cuestin se reduce a sabersi es o no una manfes- 27. 28ALLAN KARDECtacin inteligente, y en caso afirmativo, cul es el origen de esa manifestacin. No hablamos del movimiento inteligente de ciertos objetos, ni de las comunicacionesverbales, ni siquiera de las que son directamente escritas por los mdiums, puesto que estaclase de manifestaciones, evidentes para los que han visto y profundizado el asunto, no es aprimera vista bastante independiente de la voluntad para servir de base a la conviccin delobservador novel. No hablaremos, pues, mas que de los escritos obtenidos con la ayuda de unobjeto cualquiera provisto de un lpiz, tales como una cestita, una tablita, etctera, puesto quela colocacin de los dedos del mdium hace intil, como tenemos dicho, la ms consumadahabilidad de participar de un modo cualquiera en el trazado de los caracteres. Pero admitamosan que por una destreza maravillosa, pueda burlarse la vista ms escudriadora, cmopodr explicarse la naturaleza de las contestaciones, cuando son superiores a todas las ideas yconocimientos del mdium? Y ntase bien que no se trata de contestaciones monosilbicas,sino, muy a menudo, de muchas pginas escritas con la rapidez ms sorprendente, oraespontneamente, ora sobre un asunto determinado. De la mano del mdium ms ignorante enliteratura, brotan, a veces, poesas de sublimidad y pureza irreprochables, que nodesaprobaran los mejores poetas humanos, y lo que ms aumenta la extraeza de semejanteshechos es que se producen en todas partes, y que los, mdiums se multiplican hasta loinfinito. Son o no reales estos hechos? Slo una cosa respondemos: ved y observad, pues noos faltarn ocasiones; pero sobre todo observad a menudo, mucho y en las condicionesindispensables. Qu responden a la evidencia los impugnadores? Sois, dicen, vctimas delcharlatanismo o juguete de una ilusin. Diremos ante todo que, cuando no se trata de sacarprovecho, es preciso prescindir de la palabra charlatanismo, ya que los charlatanes notrabajan gratis. Esto sera una mistificacin a lo ms. Pero por qu extraa coincidenciahabrn llegado esos mistificadores a ponerse de acuerdo del uno al otro extremo del mundo, afin de obrar de la misma manera, de producir los mismos efectos y de dar sobre los mismosasuntos y en diversos idiomas respuestas idnticas, si no por las palabras, a lo menos, por elsentido? Cmo y con qu objeto se prestaran a semejantes artimaas perso- 28. 29EL LIBRO DE LOS ESPRITUSnas graves, formales, honradas e instruidas? Cmo explicar la paciencia y la habilidadnecesarias en los nios? Porque si los mdiums no son instrumentos pasivos, les son precisoshabilidad y conocimientos incompatibles con ciertas edades y posiciones sociales. Dcese que si no existe superchera, todos podemos ser juguetes de na ilusin. En buenalgica siempre tiene cierta trascendencia la calidad de los testigos, y en este caso,preguntamos si la doctrina espiritista, que cuenta hoy millones de adeptos, los tiene solamenteentre los ignorantes. Son tan extraordinarios los fenmenos en que se apoya, que concebimosla duda; pero lo que no puede admitirse es la pretensin de ciertos incrdulosmonopolizadores del sentido comn, quienes, sin respeto a la posicin social o valor moral desus adversarios, tachan sin miramiento, de imbciles a todos los que no siguen su dictamen.Para toda persona sensata la opinin de individuos ilustrados que, por largo tiempo, han visto,estudiado y meditado una cosa, ser siempre, si no una prueba, por lo menos, una presuncinfavorable, ya que ha llamado la atencin de hombres graves que no tienen inters en propagarun error, ni tiempo que perder en futilidades.X Entre las objeciones, las hay ms especiosas que las examinadas, por lo menos, enapariencia, porque son deducidas de la observacin y hechas por personas graves. Una de ellas se apoya en el lenguaje de ciertos espritus, que no parece digno de laelevacin que se supone a seres sobrenaturales. Si se recuerda el resumen que antes hemosdado de la doctrina, se ver que los mismos espritus nos dicen que no son iguales todos ellosen conocimientos y cualidades morales, y que no debe tomarse al pie de la letra todo lo quedicen. A las personas sensatas toca distinguir lo bueno de lo malo. Seguramente los que deeste hecho deduzcan la consecuencia de que siempre nos las habemos con seres malhechores,cuya ocupacin nica es la de embaucarnos, no tendrn conocimiento de las comunicacionesobtenidas en las reuniones donde slo se presentan espritus superiores, pues de otra manera,no pensaran de aquel modo. 29. 30ALLAN KARDECEs lamentable que la casualidad les haya hecho el flaco servicio de no dejarles ver ms que ellado malo del mundo espiritista; porque suponemos de buen grado que una tendenciasimptica no les hbr rodeado de malos espritus con preferencia a los buenos, de espritusmentirosos o de aquellos cuyo lenguaje grosero irrita. Pudiera deducirse a lo ms que lasolidez de sus principios no es bastante poderosa para alejar el mal, y que, encontrandoplacentero satisfacer sobre este punto su curiosidad, aprovechan esta ocasin los malosespritus para introducirse entre ellos, en tanto que se alejan los buenos. Juzgar por estos hechos de la cuestin de los espritus seria tan poco lgico como juzgardel carcter de un pueblo por lo que se dice y hace en las reuniones de algunos aturdidos,personas de mala reputacin, a las que no concurren los sabios, ni los hombres sensatos. Losque de aquel modo proceden se encuentran en la misma situacin que aquel extranjero que.entrando en una gran capital por el ms feo de sus arrabales, juzgase de todos los habitantespor el lenguaje y costumbres del arrabal en cuestin. En el mundo de los espritus haytambin una buena y una mala sociedad. Estdiese bien lo que ocurre entre los espritussuperiores, y se llegar a la conviccin de que la ciudad celeste contiene algo ms que la hezdel pueblo. Pero, dicen, acaso vienen a nosotros los espritus superiores? A estocontestamos: No os quedis en el arrabal; mirad, observad y juzgaris. Los hechos estn adisposicin de todos, a menos que no se trate de aquellas personas a quienes se aplican estaspalabras de Jess: Tienen ojos, y no ven; odos, y no oyen. Una variante de est opinin consiste en no ver en las comunicaciones espiritistas, y entodos los hechos materiales a que dan lugar, ms que la intervencin de un poder diablico,nuevo Proteo que adopta todas las formas para engaarnos mejor. No la creemos susceptibledel examen serio, y por esto no nos detenemos en ella. Queda refutada con lo que acabamosde decir, y slo aadiremos que, si fuese cierta, sera preciso convenir en que a veces eldiablo es muy sabio, muy razonable y sobre todo muy moral, o bien en que tambin haydiablos buenos. Cmo hemos de creer, en efecto, que Dios permite al espritu del mal que se manifiesteexclusivamente para perdernos sin darnos como antdoto los consejos de los espri- 30. 31EL LIBRO DE LOS ESPRITUStus buenos? Si no lo puede hacer, es impotente, y si lo puede y no lo hace, es estoincompatible con su bondad; las dos suposiciones son blsfematorias. Observad que,admitida la comunicacin de los espritus malos, se reconoce el principio de lasmanifestaciones, y puesto que existen, slo puede ser con permiso de Dios, Cmo, pues,creer, sin incurrir en impiedad, que permita el mal con exclusin del bien? Semejantedoctrina es contraria a las ms sencillas nocioncs del sentido comn y de la religin. XI Lo raro es, se aade, que se habl nicamente de los espritus de personajes conocidos, yse pregunta por qu slo ellos se manifiestan. Este es un error que, como otros muchos,proviene de una observacin superficial. Entre los espritus que espontneamente semanifiestan, mayor es el nmero de los desconocidos para nosotros que el de los ilustres quese dan a conocer con un nombre cualquiera y a menudo con uno alegrico o caracterstico,Respecto de los que se evocan, a menos que no se trate de un pariente o amigo, es muynatural que nos dirijamos antes a los que conocemos que a los que nos son desconocidos, yllamando mucho ms la atencin el nombre de los personajes ilustres, son ms notados quelos otros. Encuntrase tambin raro, que los espritus de hombres eminentes acudan familiarmentea la evocacin y que se ocupen a veces de cosas sin importancia en comparacin con las querealizaron durante su vida. Pero nada admirable es esto para los que saben que el poder oconsideracin de que disfrutaron en la tierra semejantes hombres, no les da supremacaalguna en el mundo espiritista. Los espritus confirman en este punto las siguientes palabrasdel Evangelio: Los grandes sern humillados y los pequen os ensal zados, lo cual debeentenderse del lugar que entre ellos ocupar cada uno de nosotros, y as es como el que fueprimero en la tierra puede encontrarse que es el ltimo entre ellos, como aquel ante quienbajbamos la cabeza durante su vida, puede venir a nosotros como el ms humilde artesano,porque, al morir; dej toda su grandeza; y como el ms poderoso 31. 32ALLAN KARDECmonarca puede hallarse en puesto inferior al del ltimo de sus vasallos.XIIEs un hecho demostrado por la observacin y confirma-do por los mismos espritus, quelos inferiores usurpan a menudo nombres conocidos y venerados. Quin puede, pues,asegurarnos que los que dicen haber sido Scrates, Julio Csar, Carlomagno, Feneln,Napolen, Washington, etctera, han animado realmente a estos personajes? Semejante dudaasalta a ciertos adeptos muy fervientes de la doctrina espiritista, que admiten la intervencin ymanifestacin que de su identidad puede tenerse. Esta comprobacin es efectivamente difcil;pero si no puede conseguirse tan autntica como la que resulta de un acta del estado civil,pudese obtenerla presuntiva por lo menos, con arreglo a ciertos indicios. Cuando el espritu de alguien que nos es personalmente conocido, se manifiesta, de unamigo o de un pariente, por ejemplo, sobre todo si hace poco que ha muerto, sucede porpunto general que su lenguaje est en perfecta reacin con el carcter que sabemos que tena.Este es ya un indicio de identidad. Pero no es lcito dudar cuando el mismo espritu habla decosas privadas y recuerda circunstancias de familia que slo del interlocutor son conocidas.El hijo no se equivocar seguramente respecto del lenguaje de su padre y de su madre, nistos respecto del de aqul. A veces tienen lugar en esta clase de evocaciones intimas cosasnotabilsimas, capaces de convencer al ms incrdulo. El escptico ms endurecido se ve amenudo aterrado, por las revelaciones inesperadas que se le hacen. Otra circunstancia muy caracterstica viene a apoyar la identidad. Hemos dicho que elcarcter de letra del mdium cambia generalmente con el espritu evocado, y que se reproduceel mismo carcter siempre que se presenta el mismo espritu. Se ha notado muchas veces que,sobre todo en las personas muertas de poco tiempo con respecto a la evocacin, el carcter deletra tiene una semejan?a visible con el de la misma persona durante la yida, y se hanobtenido firmas de exactitud perfecta. Estamos sin embargo, muy lejos de dar este hechocomo regla, y mucho menos 32. 33EL LIBRO DE LOS ESPRITUScomo costumbre; sino que lo mencionamos como digno de notarse. Slo los espritus que han llegado a cierto grado de purificacin estn libres de lasinfluencias corporales; pero hasta que no estn completamente desmaterializados (esta es laexpresin que ellos mismos emplean) conservan la mayor parte de las ideas, de lasinclinaciones y hasta de las manas que tenan en la tierra, lo cual es tambin un medio dereconocimiento. Pero stos se hallan sobre todo en una multitud de pormenores que slo laobservacin atenta y prolongada puede revelar. Se ven escritores discutiendo sus propiasobras o doctrinas y aprobar o condenar parte de ellas, y a otros espritus recordarcircunstancias ignoradas o poco conocidas de su vida o muerte, cosas todas que, por lomenos, son pruebas morales de identidad, nicas que pueden invocarse en punto a hechosabstractos. Si, pues, la identidad del espritu evocado puede obtenerse hasta cierto punto en algunoscasos, no existe razn para que no suceda lo mismo en otros, y si no se tienen para con laspersonas, cuya muerte es ms remota, los mismos medios de comprobacin, se cuentasiempre con los del lenguaje y carcter; porque seguramente el espritu de un hombre de bienno hablar como el de un perverso o depravado. En cuanto a los espritus que se adornan connombres respetables, muy pronto se hacen traicin por su lenguaje y por sus mximas, y as elque, por ejemplo, se llama Feneln, si desmintiese, aunque accidentalmente, el sentido comny la moral, patentizara por este solo hecho la super chera. Si los pensamientos que exponeson, por el contraro, puros, no contradictorios y constantemente dignos del carcter deFeneln, no habr motivos para dudar de su identidad, pues de otro modo sera precisosuponer que un espritu que slo el bien predica puede mentir conscientemente y sinprovecho. La experiencia nos ensea que los espritus del mismo grado, del mismo carcter yque estn animados de los mismos sentimientos se renen en grupos y familias. El nmero delos espritus es inconcebible, y lejos estamos de conocerlos a todos, careciendo hasta denombre para nosotros la mayor parte. Un espritu de la categora de Feneln puede venir,pues, en vez y lugar de aqul, enviado a menudo por l mismo en calidad de mandatario. Sepresenta con su nombre; porque le es idntico y puede su- 33. 34 ALLAN KARDECplirlo, y porque es preciso un nombre a la fijacin de nuestras ideas; pero qu importa, enltimo resultado, que un espritu sea o no realmente Feneln? Desde el momento que slocosas buenas dice y que habla como lo hubiese hecho el mismo Feneln, es un espritu bueno,y el nombre con que se da a conocer es indiferente, no siendo por lo regular ms que unmedio de fijar nuestras ideas. No puede ser lo mismo en las evocaciones intimas; pues enstas, segn dejamos dicho, puede obtenerse la identidad por pruebas en cierto modopatentes.Por lo dems, es cierto que la substitucin de los espritus puede dar lugar a una multitudde equivocaciones, resultando de ellas errores y a menudo supercheras. Esta es una de lasdificultades del espiritismo prctico; pero nunca hemos dicho que la ciencia espiritista fuesefcil, ni que se la pueda alcanzar bromeando, siendo en este punto igual a otra cienciacualquiera. No lo repetiremos bastante: el espiritismo requiere un estudio asiduo y a menudovasto. No pudiendo provocar los hechos, es preciso esperar que por si mismos se presenten, ycon frecuencia son provocados por las circunstancias que menos se esperan. Para elobservador atento y paciente abundan los hechos; p6rque descubre millares de maticescaractersticos que son para l rayos luminosos. Otro tanto sucede en las ciencias vulgares.pues mientras que el hombre superficial no ve de la flor ms que la forma elegante, el sabiodescubre tesoros para el pensamiento.XIII Las observaciones anteriores nos inducen a decir algunas palabras sobre otra dificultad,cual es la de la divergencia que se nota en el lenguaje de los espritus. Siendo muy diferentes entre si los espritus bajo el aspecto de sus conocimientos ymoralidad, es evidente que la misma cuestin puede ser resuelta de distinto modo, segn lajerarqua que ocupen aqullos, absolutamente lo mismo que si se propusiese alternativamentea un sabio, a un ignorante o a un bromista de mal gnero. Segn hemos dicho, lo esencial essaber a quien nos dirigimos. 34. 35EL LIBRO DE LOS ESPRITUS Pero, se aade, cmo puede. ser que los espritus tenidos por superiores no estnsiempre acordes? Diremos, ante todo, que independientemente de la causa que acabamos desealar existen otras que pueden ejercer cierta influencia en la naturaleza de lascontestaciones, haciendo abstraccin de la calidad de los espritus. Este es un punto capitalcuya explicacin dar el estudio, y por esta razn decimos que las materias requieren unaatencin sostenida, una profunda observacin y, sobre todo, como en las dems cienciashumanas. continuacin y perseverancia. Se necesitan aos para ser un mdico adocenado, lastres cuartas partes de la vida para ser sabio, y se querr obtener en unas cuantas horas laciencia del infinito! Es preciso no hacerse ilusiones: el espiritismo es inmenso; toca todas lascuestiones metafsicas y de orden social, constituye todo un mundo abierto ante nuestra vista,y habremos de maravillarnos de que se necesite tiempo, y mucho, para adquirirlo? La contradiccin, por otra parte, no es siempre tan real como puede parecerlo. Acaso novemos todos los das hombres que profesan la misma ciencia variar las definiciones que dande una cosa, sea porque emplean trminos diferentes, sea porque la consideran bajo otroaspecto, aunque siempre permanezca una misma la idea fundamental? Cuntense. si esposible, las definiciones que se han dado de la gramtica. Aadamos, adems, que la formade la respuesta depende a menudo de la de la pregunta. Seria, pues, pueril ver contradiccinen lo que frecuentemente no pasa de ser diferencia de palabras. Los espritus superiores noatienden en modo alguno a la forma, siendo para ellos el todo el fondo del pensamiento.Tomemos por ejemplo la definicin del alma. No teniendo acepcin fija esta palabra, puedenlos espritus, lo mismo que nosotros, diferir en la definicin que den de ella, pudiendo deciruno que es el principio de la vida, llamndola otro el destello animico, diciendo ste que esinterna, aqul que es externa, etc., y todos tendrn razn segn el punto de vista. Hasta podracreerse que algunos de ellos profesan teoras materialistas, y. sin embargo, no hay tal cosa. Lomismo sucede con la palabra Dios, que ser: el principio de todas las cosas, el creador deluniverso, la soberana inteligencia, el infinito, el gran espritu, etc., etc., y en definitivasiempre ser Dios. Citemos, en fin, la clasificacin de 35. 36 ALLAN KARDEClos espritus. stos forman una serie no interrumpida, desde el grado inferior hasta elsuperior. La clasificacin es arbitraria, y as podr uno dividirlos en tres clases, otro en cinco,diez o veinte, segn su voluntad, sin incurrir por ello en error. Todas las ciencias humanasnos ofrecen ejemplos de esto, cada sabio tiene su sistema, todos los cuales cambian, sin quecambie la ciencia. Aunque se haya aprendido botnica por el sistema de Linneo, de Jussieu ode Tournefort, no deja de saberse botnica. Concluyamos, pues, de dar a las cosas puramenteconvencionales ms importancia de la que merecen, para fijarnos en lo que slo esverdaderamente grave, y la reflexin har descubrir con frecuencia, en lo que ms disparatadoparece, una semejanza que haba pasado inadvertida a la primera inspeccin.XIV Pasaramos ligeramente por encima de la objecin de ciertos escpticos sobre las faltas deortografa que cometen algunos espritus, si no hubiese de dar lugar a una observacinesencial. Su ortografa, preciso es decirlo, no siempre es irreprochable; pero es necesario estarmuy pobre de razones para hacerla objeto de una crtica grave, diciendo que, puesto que todolo saben los espritus, deben saber ortografa. A esto podramos oponerles las numerosasfaltas de este gnero cometidas por ms de un sabio de la tierra, lo cual no amengua en unpice su mrito; pero este hecho envuelve una cuestin ms grave. Para los espritus, y, sobretodo, para los superiores, la idea lo es todo, y nada. la forma. Desprendidos de la materia, ellenguaje es entre ellos rpido como el pensamiento, puesto que el mismo pensamiento sinintermediario es el que se comunica. Deben, pues, encontrarse violentos, cuando se venobligados, para comunicarse con nosotros, a emplear las formas extensas y embarazosas dellenguaje humano, y sobre todo de la insuficiencia e imperfeccin de ese lenguaje paraexponer todas las ideas. Esto lo dicen ellos mismos, y es curioso ob-servar los medios de queechan mano para atenuar semejante inconveniente. Otro tanto nos sucedera a nosotros sihubiramos de expresarnos en un idioma de palabras ms largas y de giros ms extensos quelos del idioma que em- 36. 37 EL LIBRO DE LOS ESPRITUSpleamos. Este es el mismo inconveniente que encuentra el hombre de genio, el cual seimpacienta de la lentitud de la pluma que va siempre ms despacio que el pensamiento.Concbese, despus de lo dicho, que los espritus den poca importancia a la puerilidad de laortografa, sobre todo cuando se trata de una enseanza grave y sera. Acaso no es bastantesorprendente que se expresen indistintamente en todas las lenguas y que las comprendantodas? No debe, sin embargo, deducirse de esto que les sea desconocida la correccinconvencional del lenguaje, antes, por el contrario, la observan cuando es necesaria; y as, porejemplo, las poesas dictadas por ellos desafan a menudo la crtica del ms meticulosopurista, a pesar de la ignorancia del mdium.XVHay gentes que ven peligros en todas partes y en todo lo que no conocen, gentes que no dejande deducir consecuencias desfavorables del hecho de que ciertas personas, dadas a estosestudios, han perdido la razn. Pero qu hombre sensato podr ver en sta una objecingrave? No sucede lo mismo con todas las preocupaciones intelectuales, respecto de cerebrosdbiles? Se sabe acaso el nmero, de locos y maniticos producidos por los estudiosmatemticos, mdicos, musicales, filosficos y otros? Debemos por esto anatematizar esosestudios? Qu prueban semejantes hechos? En los trabajos corporales nos estropeamos losbrazos y las piernas, instrumentos de la accin material, y en los trabajos intelectuales nosestropeamos el cerebro, instrumento del pensamiento. Pero si se rompe el instrumento, nosucede lo mismo al espritu, y desprendido de la materia no deja de disfrutar por ello de laplenitud de sus facultades. En su gnero, y, como hombre, es un mrtir del trabajo. Todas las grandes preocupaciones del espritu pueden ocasionar la locura; las ciencias, lasartes y hasta la religin aprontan su contingente. La locura reconoce como causa primordialuna predisposicin orgnica del cerebro que le hace ms o menos accesible a ciertasimpresiones. Dada una predisposicin a la locura, sta tomar carcter de la preocupacinprincipal que entonces se convierte en idea fija. Esta idea fija podr ser la de los espritus, enquien de ellos se 37. 38 ALLAN KARDEChaya ocupado, como la de Dios, la de los ngeles, del diablo, de la fortuna, del poder, de unarte, de una ciencia, de la maternidad o de un sistema poltico o social. Es probable que elloco religioso lo hubiese sido tambin espiritista, y el espiritismo hubiera sido supreocupacin dominante, como el loco espiritista hubiralo sido por otro concepto, segn lascircunstancias. Digo, pues, que en este particular no disfruta de ningn privilegio el espiritismo; perodigo. ms an, y es que, bien comprendido, es un preservativo de la locura. Entre las ms numerosas causas de la sobreexcitacin cerebral, es preciso contar losdesengaos, las desgracias y los afectos contrarios, que son tambin las ms frecuentes causasde suicidio. Pues bien, el verdadero espiritista ve las cosas de este mundo desde un punto tanelevado; le parecen tan pequeas y mezquinas, comparadas con el porvenir que espera; lavida es para l tan corta, tan fugitiva, que a sus ojos las tribulaciones no son ms queincidentes des-agradables de un viaje. Lo que producira a otro una violenta emocin, leafecta medianamente; y sabe, adems, que los pesares de la vida son pruebas que favorecensu progreso, si las sufre sin murmurar; porque ser recompensado con arreglo al valor conque las haya soportado. Sus conviciones le dan, pues, una resignacin que le preserva de ladesesperacin, y por lo tanto, de una causa incesante de locura y de suicidio. Sabe, adems,por el espectculo que le ofrecen las comunicaciones con los espritus, la suerte de los quevoluntariamente abrevian sus das, y este cuadro es bastante perfecto para hacerle reflexionar;de modo, que es considerable el nmero de los que han sido detenidos por el espiritismo enesta funesta pendiente. Este es uno de sus resultados. Ranse de l tanto como quieran losincrdulos, que yo me limito a desearles los consuelos que ha proporcionado a todos los quese han tomado el trabajo de sondear sus misteriosas profundidades. En el nmero de las causas de locura ha de incluirse tambin el terror, y el del diablo hatrastornado ms de un cerebro. Se sabe acaso el nmero de vctimas hechas, hiriendoimaginaciones dbiles con el cuadro ese que se esmeran en hacer ms horroroso, aadiendolehorribles pormenores? El diablo, se dice, no es panta ms que a los nios; es una cortapisapara conseguir que sean dciles. Ciertamente, lo 38. 39EL LIBRO DE LOS ESPRITUSmismo que el coco y el b, y cuando no le tienen ya miedo, son peores que antes. Y paraobtener tan hermoso resultado no se tiene en cuenta el nmero de epilepsias causadas aconsecuencia del trastorno de un cerebro delicado. Sera muy dbil la religin, si por no poderintimidar pudiese ver comprometido su podero. Tiene, afortunadamente, otros medios deobrar sobre las almas, y el espiritismo se los proporciona ms eficaces y graves, si sabeaprovecharlos. Demostrando la realidad de las cosas, neutraliza los funestos efectos del temorexagerado.XVI Dos objeciones nos quedan por examinar, las nicas que verdaderamente merecen talnombre, porque estn basadas en teoras razonables. La una y la otra admiten la realidad detodos los fenmenos materiales y morales; pero excluyen la intervencin de los espritus. Segn la primera de estas teoras, todas las manifestaciones atribuidas a los espritus noson ms que efectos magnticos. Los mdiums estn en un estado que puede llamarsesonambulismo despierto, de cuyo fenmeno ha podido ser testigo todo el que haya estudiadoel magnetismo. En este estado, las facultades intelectuales adquieren un desarrollo anormal, yel crculo de las percepciones intuitivas traspasa los limites de nuestra concepcin ordinaria.El mdium, por consiguiente, toma en si mismo y a causa de su lucidez, todo lo que dice ytodas las nociones que trasmite, hasta sobre las cosas que ms desconocidas le son en suestado normal. No seremos nosotros quienes pongamos en tela de juicio el poder del sonambulismo,cuyos prodigios hemos visto y cuyas fases hemos estudiado por espacio de ms de treinta ycinco aos. y convenimos en que, en efecto, muchas manifestaciones espiritistas puedenexplicarse por este medio; pero una observacin sostenida y atenta pone de manifiesto unamultitud de hechos en que la intervencin del mdium, fuera de la de instrumento pasivo, esmaterialmente imposible. A los que participan de esta opinin les diremos como a otros:Mirad y observad: porque seguramente no lo habis visto todo, y en seguida les oponemosdos consideraciones saca- 39. 40ALLAN KARDECdas de su propia doctrina. De dnde ha venido la teora espiritista? Es acaso algn sistemaimaginado por ciertos hombres para explicar los hechos? De ninguna manera. Quin la harevelado, pues? Precisamente esos mismos mdiums, cuya lucidez encomiis. Si, pues, lalucidez es tal como vosotros la suponis, por qu haban de atribuir a los espritus lo que ensi mismos haban tomado? Cmo habran dado esas reseas tan precisas, tan lgicas ysublimes acerca de la naturaleza de aquellas inteligencias extrahumanas? Una de dos, o sonlcidas o no lo son: si lo son y se tiene confianza en su veracidad. no se puede admitir, sincontradecirse, que no digan la verdad. En segundo lugar, si todos los fenmenos se originasenen el mdium. serian idnticos en el mismo individuo, y no se vera a la misma personahablar disparatadamente, ni decir alternativamente las cosas ms contradictorias. Esta falta deunidad en las manifestaciones obtenidas por el mdium, prueba la diversidad de origen, y sitodas no pueden encontrarse en el mdium, preciso es buscarlas fuera de l. Segn otra opinin, contina siendo el mdium origen de las manifestaciones; pero en vezde tomarlas en si mismo como pretenden los partidarios de la teora sonamblica, las toma enel medio ambiente. El mdium ser en este caso una especie de espejo que refleja todas lasideas, todos los pensamientos y conocimientos de las personas que le rodean, y nada dice queno sea conocido de algunos, por lo menos, de los concurrentes. No se puede negar. y este esuno de los principios de la doctrina, la influencia que ejercen los asistentes en la naturaleza delas comunicaciones; pero es muy distinta de la que se supone, y de lo que dejamos dicho a laopinin de que el mdium sea eco de aqullos, va mucha diferencia; porque millares dehechos demuestran perentoriamente lo contrario. Este es, pues, un grave error que prueba unavez ms el peligro de las conclusiones prematuras. Las personas a quienes contestamos, nopueden, pues, negar la existencia de un fenmeno de que no puede darse cuenta la cienciavulgar; pero, no queriendo admitir la presencia de los espritus, lo explican a su manera. Suteora seria especiosa, si pudiera abrazar todos los extremos; pero no sucede as. Cuando seles demuestra hasta la evidencia que ciertas comunicaciones del mdium son completamenteextraas a los pensamientos, a los conocimientos y hasta a 40. 41EL LIBRO DE LOS ESPRITUSlas opiniones de los asistentes, y que con frecuencia son espontneas y contradicen todas lasideas preconcebidas, no se detienen por tan poca cosa. La irradiacin, dicen entonces, seextiende ms all del crculo inmediato que nos rodea; el mditim es reflejo de toda lahumanidad, de modo, que no toma sus inspiraciones de las personas circunvecinas, sino queva a buscarlas ms lejos, a la ciudad en que se encuentra, a la comarca, por todo el globo yhasta a las otras esferas. Creo que no se encontrar en esta teora una explicacin ms sencilla y ms probable quela del espiritismo; porque dicha teora supone una causa mucho ms maravillosa. La idea deque algunos seres que pueblan el espacio y que, estando en contacto permanente connosotros, nos comunican sus pensamientos, nada tiene que choque ms con la razn que lasuposicin de esa irradiacin universal que, procediendo de todos los puntos del universo, seconcentra en el cerebro de un solo individuo. Digmoslo una vez ms, y este es un punto capital sobre el cual nunca insistiremosbastante la teora sonamblica, y la que pudiera llamarse reflectiva, han sido imaginadas poralgunos hombres, y son opiniones individuales forjadas para explicar un hecho, al paso que ladoctrina espiritista no es de creacin humana, sino que ha sido dictada por las mismasinteligencias que se manifiestan, cuando nadie pensaba en ella, y hasta la opinin general larechazaba. Pues bien, nosotros pedimos que se diga el lugar donde han ido a tomar losmdiums una doctrina que no exista en el pensamiento de nadie en la tierra, y preguntamostambin por qu extrana coincidencia millares de mdiums distmnados por todo el globo, yque nunca se han visto, estn conformes en decir lo mismo. Si el primer mdium que aparecien Francia sufri la influencia de opiniones conocidas ya en Amrica, por qu rareza ha idoa buscar sus ideas a dos mil leguas ms all de los mares, a un pueblo de distintas costumbresy lenguaje. en vez de tomarlas de su alrededor? Pero hay otra circunstancia en la cual no se ha pensado lo suficiente. Las primerasmanifestaciones, as en Francia como en Amrica, no tuvieron lugar por medio de la escriturani de la palabra, sino por medio de golpes, que coincidiendo con las letras del alfabeto,formaban palabras y frases. De este modo declararon que eran espritus las in- 41. 42 ALLAN KARDECteligencias que se revelaban. Si se poda, pues. suponer una intervencin del pensamiento delmdium en las comunicaciones verbales o escritas, no sucede as en las obtenidas por golpes,cuya significacin no poda ser conocida de antemano.Podramos citar numerosos hechos que demuestran en la inteligencia que se manifiesta unaindividualidad evidente y una independencia absoluta de la voluntad. Recomendamos, pues, alos disidentes una observacin ms atenta, y si quieren estudiar sin prevencin y no deducirantes de haberlo visto todo, reconocern la insuficiencia de su teora para explicarlo todo.Nos limitaremos a dejar sentadas las siguientes cuestiones: Por qu la inteligencia que semanfiesta, cualquiera que sea. se niega a responder a ciertas preguntas sobre asuntosperfectamente conocidos, como, por ejemplo, sobre el nombre y la edad del que pregunta,sobre lo que tiene en la mano, sobre lo que ha hecho el da anterior y lo que har el dasiguiente. etc.? Si el mdium es espejo del pensamiento de ls concurrentes. nada le sera msfcil que contestar. Los adversarios rearguyen preguntando a su vez por qu los espritus, que deben saberlotodo, no pueden decir cosas tan sencillas; apoyan el argumento en el axioma: Quien puede loms, puede lo menos, y de ah deducen que no hay tales espritus. Si un ignorante o bromistade mal gnero se presentase ante una corporacin sabia, y preguntase, por ejemplo, por ques de da a la hora del medio da, creer nadie que aqulla se tomar el trabajo de contestar, ysera lgico deducir de su silencio, o de la burla con que recibira al preguntador, que susmiembros son unos borricos? Pues precisamente, porque son superiores, no responden losespritus a preguntas ociosas o ridculas, ni quieren ser puestos en berlina. Por esta razn secallan o mandan que se ocupen de cosas ms graves. Preguntamos, por ltimo, por qu los espritus vienen y se van en momentos dados, ypor qu, pasados stos, no valen ruegos ni splicas para atraerlos nuevamente? Si slo por elimpulso mental de los asistentes obrase el mdium, es evidente que, en circunstanciassemejantes, el concurso de todas las voluntades reunidas deberla estimular su perspicacia. Sino cede, pues, al deseo de la reunin, corroborado por su propia voluntad, es porque obedecea una influencia 42. 43EL LIBRO DE LOS ESPRITUSextraa a el y a los que le rodean, y porque aquella influencia demuestra de tal modo suindependencia e individualidad.XVII El escepticismo en punto a espiritismo, cuando no es fruto de una oposicinsistemticamente interesada, recolloce casi siempre como origen un conocimiento incompletode los hechos, lo que no obsta a que ciertas gentes resuelvan la cuestin como si laconociesen a fondo. Puede tenerse mucho ingenio y hasta instruccin y carecerse deraciocinio, siendo el primer indicio de este defecto el creer infalible su juicio. Muchaspersonas tambin no ven en las manifestaciones espiritistas ms que un objeto de curiosidad;pero confiamos que, mediante la lectura de este libro, vern en esos extraos fenmenos algoms que un simple pensamiento.Dos partes comprende la ciencia espiritista: una, experimental, que versa sobre lasmanifestaciones en general: otra, filosfica, que comprende las manifestaciones inteligentes.El que no haya observado ms que la primera se encuentra en la posicin de aquel que noconoce la fsica ms que por experimentos recreativos, sin haber penetrado en el fondo de laciencia. La verdadera doctrina espiritista consiste en la enseanza dada por lo espritus, y losconocimientos de que es susceptible esta enseanza son demasiado graves para poderseobtener de otro modo que por el estudio serio y continuado, hecho en el silencio yrecogimiento, porque solamente en tales condiciones puede observarse un nmero infinito dehechos y matices que pasan inadvertidos al observador superficial, y que permiten laadquisicin de una opinin fundada. Aunque este libro no produjese otro resultado que el deindicar el lado grave de la cuestin y provocar estudios en este sentido, sera ya bastante, ynos regocijaramos de haber sido elegidos para realizar una obra, de la cual no pretendemos,por otra parte, hacernos ningn mrito personal. puesto que los principios que contiene noson creacin nuestra. Todo el mrito se debe, pues, a los espritus que lo han dictado.Esperamos que producir otro resultado, y es el de guiar a los hombres serios que deseeninstruirse, hacindoles ver en estos estu- 43. 44ALLAN KARDECdios un fin grande y sublime: el del progreso individual y social, y el de indicarles elcamino que deben seguir para alcanzarlo. Concluyamos con una consideracin final. Los astrnomos, al sondear los espacios, hanencontrado en el reparto de los cuerpos celestes, claros injustificados y en desacuerdo con lasleyes del conjunto, y han supuesto que estos claros estaban ocupados por mundos invisibles asus miradas. Han observado, por otra parte, ciertos efectos cuya causa les era desconocida, yse han dicho: Ah debe haber un mundo, porque ese vacio no puede existir y esos efectosdeben tener una causa. Juzgando entonces la causa por el efecto, han podido calcular loselementos, vinfendo despus los hechos a justificar sus previsiones. Apliquemos esteraciocinio a otro orden de ideas. Si se observa la serie de los seres, se encuentra que la formauna cadena sin solucin de continuidad, desde la materia bruta hasta el hombre msinteligente. Pero entre el hombre y Dios, que es el alfa y omega de todas las cosas, cungrande no es el vaco! Es razonable creer que en aqul cesan los eslabones de la cadena?Que salve sin transicin la distancia que les separa del infinito? La razn nos dice que entreel hombre y Dios debe haber otros grados, como dijo a los astrnomos que entre los mundosconocidos deba haber muchos desconocidos Qu filosofa ha llenado este vacio? Elespiritismo nos lo presenta ocupado por los seres de todos los grados del mundo invisible,seres que no son ms que los espritus de los hombres que han llegado a los distintos grados,que conducen a la perfeccin, y de este modo, todo se encadena desde el alfa, hasta la omega.Vosotros los que negis la existencia de los espritus, llenad, pues, el vaco ocupado por ellos;y vosotros los que de los espritus os reis, atreveos a reros de las obras de Dios y de suomnipotencia. ALLAN KARDEC 44. PROLEGMENOS En todas partes se producen fenmenos que se substraen a las leyes de la ciencia vulgar yque revelan en su causa la accin de una voluntad libre e inteligente. La razn dice que un efecto inteligente debe tener como causa una potencia inteligente, ylos hechos han probado que esa potencia puede ponerse en comunicacin con los hombrespor medio de signos materiales. Preguntada acerca de su naturaleza, declar pertenecer al mundo de los seres espiritualesque se han despojado de la envoltura corporal del hombre. As fue revelada la doctrinaespiritista. Las comunicaciones entre el mundo espiritista y el corporal estn en la naturaleza de lascosas, y no constituyen ningn hecho sobrenatural. Por esta razn se encuentran vestigios deellas en todos los pueblos y en todas las pocas. Hoy son generales y patentes para todo elmundo. Los espritus anuncian que los tiempos designados por la Providencia para unamanifestacin universal han llegado ya, y que siendo ministros de Dios y agentes de suvoluntad, su misin es la de instruir e ilustrar a los hombres. abriendo una nueva era a laregeneracin de la humanidad. 45. 46 ALLAN KARDEC Este libro es la recopilacin de su enseanza. Ha sido dictado y escrito por orden de losespritus superiores, a fin de echar los cimientos de una filosofa racional, libre de laspreocupaciones del espritu de sistema, y nada contiene que no sea expresin de supensamiento y que no haya sido comprobado por ellos. Slo el orden y la distribucinmetdica de las materias, como tambin las observaciones y la forma de alguna parte de laredaccin, son obra del que ha recibido la misin dc publicarlo. Entre los espritus que han concurrijo a la elaboracin de esta obra, muchos han vividoen pocas diversas en la tierra, donde han predicado y practicado la virtud y la sabidura;otros no pertenecen por sus nombres a ningn personaje cuyo recuerdo haya conservado lahistoria: pero su elevacin queda atestiguada por la pureza de su doctrina y por su unin conlos que llevan nombres venerados. He aqu los trminos en que, por escrito y por conducto de muchos mdums, dieron lamisin de escribir este libro: Ocpate con celo y perseverancia del trabajo que has emprendido con nuestro concurso;porque este trabajo es nuestro. En l hemos sentado las bases del nuevo edificio que selevanta, y que debe un da unir a todos los hombres en un mismo sentimiento de amor ycaridad; pero antes de divulgarlo, lo repasaremos juntos para comprobar todos suspormenores. Estaremos contigo siempre que lo solicites, para ayudarte en los trabajos; porque esta noes ms que una parte de la misin que te ha sido confiada y revelada ya por uno de nosotros. De los conocimientos que se te dan, los hay que debes reservar para ti solo hasta nuevaorden. y ya te indicaremos nosotros cuando llegue el momento de publicarlos. Entre tanto,medtalos, para que ests preparado, cuando te indiquemos el momento. Pondrs a la cabecera del libro la cepa de vid que te hemos dibujado; porque esemblema del trabajo del creador, encontrndose reunidos en ella todos los principiosmateriales que mejor pueden representar el cuerpo y el espritu; la cepa es el cuerpo, el licorel espritu; y el lma, o La cepa del principio es el facsmile de la que ha sido dibujada por los espritus. 46. 47 EL LIBRO DE LOS ESPRITUSespritu unido a la materia, es el grano. El hombre purifica el espritu por medio del trabajo, yya sabes que slo con el trabajo del cuerpo adquiere conocim