jung, nietzsche, bergson

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Sobre estos 3 autores y el vitalismo

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Page 1: Jung, Nietzsche, Bergson

Universidad de Guanajuato

Tania M. Zapatero Romero

Vitalismo Filosófico

“Esbozo de los planteamientos vitalistas en el pensamiento de C.G.Jung, F.Nietzsche y H. Bergson”

Este texto intenta mostrar de manera general el pensamiento de 3 autores que de alguna manera están vinculados con la corriente vitalista dentro de la filosofía occidental. Los tres autores analizados son C. G. Jung, F. Nietzsche y H. Bergson. El vitalismo intenta ser una crítica o diagnóstico de la modernidad, a la que describe como un aparato alienable que subyuga la intuición, la creatividad y la voluntad propias de la condición humana sometiéndolas a los dominios de la racionalidad. Ademas de reconocer dentro de los 3 autores las cualidades propias de la corriente vitalista, el cometido del texto deberá señalar los puntos de convergencia entre estos planteamientos que ya iremos resumiendo. La descripción del pensamiento de estos autores no tiene un orden cronológico, ni un carácter crítico, nos basamos en el seguimiento de lecturas del seminario sobre Vitalismo filosófico.

Para C.Jung la modernidad se caracteriza por la disociación de la psique o pérdida del alma y como consecuencia la conquista racional o consciente sobre el inconsciente. El análisis jungiano parte de concebir a la psique como la esencia del hombre, en la cual se halla un diálogo entre consciente e inconsciente, un proceso de singularización que conlleva a un conocimiento de si mismo a partir de la comprensión de imágenes primarias o arquetipos. La función de los sueños para el autor consiste en intentar complementar o restablecer el equilibrio de la psique.por medio de estas imágenes simbólicas o arquetipos. Para Jung un arquetipo es una imagen o emoción que forma parte de un inconsciente colectivo; una realidad trascendental a la consciencia. La acción simbolizante del ser humano y por tanto los contenidos del inconsciente no son solo contenidos del pasado o recuerdos reprimidos sino que también son gérmenes de pensamientos nuevos e ideas creativas. El racionalismo propio de la modernidad impide al hombre atender al insconsciente, lo que el autor señala como un estado de ansiedad neurótica y perdida del sentido de vida.

Por su parte Nietzsche en Así hablaba Zaratustra expone algunas de sus tesis principales acerca de la cultura, la religión y la moral. Empleando símbolos y alegórias da cuenta del proceso de transmutación del espíritu para encontrarse con el si mismo y encarnarse en el super hombre. El transito comienza en la figura del camello que representa el deber; el sometimiento a los valores tradicionales denominada la moral del rebaño, que se caracteriza por su pasividad y obediencia. El león representa el espiritu de conquistador de la libertad, un hombre crítico que rechaza la moral preestablecida, se caracteríza por la afirmación de su voluntad y el poder de elección en el nihilismo, una ruptura con lo establecido. Por último el niño que representa la inocencia, que inventa valores a travéz del juego, este es el super hombre; la afirmación de la vida misma, entendida como creación de un espíritu libre.

En el pensamiento de Henri Bergson se distinguen dos fuentes de sentido para la moral. Por un lado, la obligación o el deber social se trocan en una necesidad de vida para el yo

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individual. La obligación moral equivalente a lo social hacen que el individuo se enfrente a sí mismo, o del mismo modo colapse. Obedecer las reglas y normas impuestas socialmente implican entonces el momento de mayor tensión entre el individuo y su sociedad. Es a partir de esta última tesis donde aparece el tema de la libertad y la elección de posibilidades. En esta primera moral recae "el todo de la obligación" la necesidad de corresponder con un marco de obligaciones y exigencias. Esta primer moral es consustancial a la instalación de la cohesión social dentro de cualquier cultura, el individuo se ejercita socialmente, se habitua a las condicionantes de su sociedad, aquí se resalta cierta correlación entre Bergson y E. Durkheim, en cuanto a que la moral y la religión para el sociólogo positivista son fuentes de sentido de una sociedad permitiéndo el religamiento y la cohesión social a base de un cuerpo de valores éticos y morales y un esquema que dicta que es lo bueno y lo malo, lo sagrado y lo profano.

Lo que hace disentir el planteamiento de Bergson con el de Durkheim es la idea de la segunda fuente de la moral se corresponde con la misma naturaleza humana, implica un amor a la humanidad, amor entendido como exigencia de acción, como todo aquello que es capaz de simbrar estructuras y producir transformaciones dentro de una realidad que de por sí es manatiada por las contingencias de la vida, síntoma de que todo es un fluir continuo, un orden de discontinuidad. Esta segunda moral obedece a los impulsos, a la intuición al élam vital que plantea el autor francés, una dimensión informe que únicamente el intelecto, la intuición y la creatividad pueden moldear.

Durante los párrafos anteriores hemos intentando resumir las tesis más importantes de estos autores, hemos pretendido eslabonarlas en virtud de una serie de ideas y conceptos que es preciso matizar. Primeramente, se asume que estos tres planteamientos son una fuerte crítica a la moral religiosa y sus valores establecidos, para el caso específico de Nietzsche, pero de igual manera para el caso de Bergson y Jung se hace presencia una aguda crítica al pensamiento positivista que ya desde esa época se convertía en una suerte de credo religioso que ya iba fijando dogmas y pensamientos revestidos de infalibilidad. Jung resaltaba que dentro de la psique humana, dentro de la misma sociedad, persiste una reticencia al cambio, un miedo natural ante lo novedoso “misoneismo” la realidad es un flujo continuo donde las eventualidades son capaces de modificar el curso de la historia humana, este es otro de los puntos de convergencia que encontramos en estos autores, con la salvedad de que cada uno lo expresa y lo reflexiona de modo diferente.

El otro punto de acuerdo entre los autores indica la importancia de la individualidad; en el caso de Nietzsche la búsqueda del sí mismo; Jung con la idea de entender a la psique como una cualidad esencial de la naturaleza humana; por último Bergson y esa segunda fuente de la moral donde el papel del individuo cobra un valor fundamental ya que su impulso o su vitalidad son capaces de moldear la realidad. Sin embargo esta realidad es un desbordamiento, es la vida misma que se implanta como el principal reto del individuo. En estos tres autores existe por un lado una afirmación de la voluntad individual que, sin embargo, sólo es capaz de manifestarse socialmente. En Jung es el proceso de singularización que es mediado entre el diálogo de la conciencia y el inconsciente y que deviene en una acción simbolizante. Este inconsciente es el receptáculo de la experiencia social aparece a través de visiones oníricas. Los sueños son el mapa y los arquetipos las coordenadas para poder, según este autor, reconocer la singularidad de un sujeto. En Nietzsche el reconocimiento del sí mismo se da en la

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medida de negar los valores socio-culturales que han sido establecidos y que nublan esa capacidad introspectiva, una facultad de auto-reconocimiento. En Bergson por su parte el eros, el amor son el motor de la individualidad, una exigencia a la acción que interpela a la creación, en la apreciación estética de un individuo recae su propia esencia. El individuo encuentra sus límites en lo social, aunque intenta del mismo modo encontrar, conciente o inconcientemente desembocaduras o caminos para toparse consigo mismo.

BERGSON, Henri. (1996)Las dos fuentes de la moral y la religión.Paidós.España

JUNG, Carl. (1995)El hombre y sus símbolos.Paidós.España

NIETZSCHE, Friedrich. (2004) Así hablaba Zaratustra.Leyenda.México