juan y maría te enseñan tus derechos

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Page 1: Juan y María te enseñan tus derechos
Page 2: Juan y María te enseñan tus derechos

La historia de Juan y María y de sus amiguitas y amiguitos, transcurre a lo largo de un día. Desde que los niños se despiertan y desayunan, hasta que van a la escuela, juegan, estudian y regresan a casa, ellos aprenden qué son los derechos humanos y cuál es su importancia.

Durante este día de clases, nuestros amiguitos tomarán conciencia de la importancia de la alimentación, del derecho a tener un nombre, del derecho a la salud y lo más importante: sabrán que todos somos libres y lo seremos siempre, en la medida que nos tratemos como iguales.

En su día a día, nuestros niños y niñas se dan cuenta que gracias a los derechos humanos crecen en un ambiente sano y saludable, aprenden a leer y escribir, juegan y se preparan para enfrentar los retos que les deparará la vida, cualesquiera que estos puedan llegar a ser.

Y es que alcanzar el potencial de cada uno de los niños que vive en nuestro país solo será posible en la medida que aseguremos su derecho a la salud, educación e identidad y creemos un entorno saludable que asegure su pleno desarrollo.

Al escuchar historias como las de Juan, María y sus amigos, el Estado, la familia y la comunidad tienen el deber de trabajar en forma conjunta en beneficio de la infancia y adolescencia, inculcándoles valores y enseñándoles sus derechos humanos.

Si bien el Estado tiene la obligación de implementar programas sociales, las familias, los colegios y la comunidad tienen una responsabilidad aún mayor: proveer a los niños y niñas de afecto y educarlos en espacios libres de toda forma de violencia, incluyendo el castigo corporal.

Una sociedad que no escucha a sus niños, es una sociedad sorda y sin futuro. Entonces, escuchémolos, dado que tienen mucho que enseñarnos. Por eso, acompañemos a Juan y María y a sus amigas y amigos y aprendamos todos juntos sobre los derechos humanos.

Lima, diciembre de 2013

Daniel Figallo RivadeneyraMinistro de Justicia y Derechos Humanos

El Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, ha desarrollado esta publicación con el fin de promover y difundir los Derechos Humanos y en su calidad de ente rector sobre esta materia.

Los textos han sido elaborados por Salvador Herencia Carrasco y José Ávila Herrera, del Viceministerio de Derechos Humanos y Acceso a la Justicia. Las ilustraciones y diagramación han sido realizadas por Omar Zevallos y el cuidado de edición ha estado a cargo de Maryori Valera Cárdenas y Teresina Muñoz-Nájar.

Los textos, personajes y diálogos presentados en este libro son ficticios. Cualquier similitud con la historia o vida de una persona es pura coincidencia.

JUAN Y MARÍA TE ENSEÑAN TUS DERECHOS

Ministerio de Justicia y Derechos HumanosViceministerio de Derechos Humanos y Acceso a la JusticiaPrimera Edición, Diciembre 2013

Tiraje: 1000 copias

© Ministerio de Justicia y Derechos HumanosCalle Scipión Llona 350, Miraflores, Lima - PerúTeléfono: (01) 204-8130http://www.minjus.gob.pehttp://observatorioderechoshumanos.pe

Ministro de Justicia y Derechos Humanos:Daniel Figallo Rivadeneyra

Viceministro de Derechos Humanos y Acceso a la Justicia:Henry José Ávila Herrera

Autores:Salvador Herencia CarrascoHenry José Ávila Herrera

Edición:Maryori Valera Cárdenas y Teresina Muñoz-Nájar

Ilustración:Omar Zevallos

Impresión:XXXX

Todos los derechos reservados al Ministerio de Justicia y Derechos Humanos. Esta publicación es de carácter gratuito. Prohibida su venta.

Hecho el Depósito Legal en la Biblioteca Nacionaldel Perú: Nº 2013-19566

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Page 3: Juan y María te enseñan tus derechos

¡Juan!, ¡María! ¡Vengan a desayunar que la

leche se enfría!

¡Buenos días mundo! ¡Mamá, papá, hoy he decidido

que me voy a llamar “Niño-león”!

¿Por qué has escogido

ese nombre?

Porque tengo súper

poderes.

¿Y qué poderes son esos?

Puedo rugir tan fuerte

como un león:

Page 4: Juan y María te enseñan tus derechos

Aunque se pongan el apodo que quieran ustedes ya tienen un nombre y un apellido y eso es muy importante.

Gracias a sus nombres ustedes son únicos en el mundo y cualquiera los puede identificar.

¿Es por eso que Juanse llama “Juan” y

yo me llamo “María”?

Así es mi amor. Por más que tu hermano se quiera llamar el “Niño-León”, el “Niño-Araña” o lo que sea, su nombre

es Juan y el tuyo es María. Este es el derecho de todos ustedes y de sus amiguitos. Sus nombres los hemos

escogido con mucho cariño. Al darles un nombre, podemos matricularlos en el colegio, llevarlos al médico y registrarlos

como un peruano o peruana más.

Eso está buenísimo. Pero cuando sea

grande, ¿mi nombre seguirá siendo Juan? ¿Nadie me lo puede cambiar o quitar?

Así es hijito. Tú eres Juan, tu hermana es María y el hecho de tener

un nombre y un apellido es un derecho que nadie

se los puede quitar.

Ahora… a tomar la leche para que crezcan grandes y fuertes.

Luego de desayunar y antes

de ir al colegio, Juan le dice a

su mamá que ha tomado la decisión más importante de

su vida...

Mamá, no quiero ir al colegio. La

profesora me da muchas tareas y

quiero seguir jugando.

Perfecto hijo, quédate en la

casa.Completamente

sorprendido, Juan no puede creer lo que ha oído. Sus sueños se han

hecho realidad. A lo mejor esto de los derechos

humanos sí sirve para algo.

¡Sííííí! Entonces me voy a quedar y voy a jugar con

Alfredo, con Anita y con Rosa.

No lo creo Juan. Ellos van a estar en el colegio conmigo. Uyyy,

¿y ahora?

Pues te quedarás mirando las paredes. Ya que eres

grandecito para decidir que no quieres ir al colegio, te

quedarás solo. Tu papá y yo nos vamos a trabajar, mientras que tu hermana y tus amigos estarán jugando y aprendiendo

en la escuela.

A propósito Juan, ¿qué quieres ser cuando

seas grande?Eso es fácil: yo quiero ser

médico.

Page 5: Juan y María te enseñan tus derechos

Me gustaría curar a mis amiguitos cada vez que se enfermen; cuando Jorge se enfermó, me

puse muy triste.

¿Por qué?Pero Jorgito ahora está sano porque

el doctor Pepe lo trató muy bien.

Por eso yo también quiero ser médico.

Hijo, tú puedes ser lo que quieras en la vida. Médico, policía, trabajar en el campo, lo que

quieras.

Por supuesto. Pero para eso, tienes que estudiar. Si quieres cumplir tus sueños tienes que

esforzarte y hacer tus tareas. Ir al colegio es un derecho que todos los niños tienen. El colegio

es el lugar donde pueden aprender y desarrollar todas

sus capacidades.

¿Incluso futbolista?

Mamá, a mí me gusta mucho el colegio. Cuando sea grande, ¿puedo ser

profesora?

Claro que sí mi amor. Tú puedes ser lo que quieras en la vida.

Pero para eso, como les digo, hay que estudiar, hacer las tareas y comer bien. Ahora, derechito al colegio. Chau Juan, nos vemos

más tarde.

Mamá, ¿Sabes qué? Cambié de opinión. He decidido que voy a ir al colegio y estudiar porque cuando sea grande

quiero ser médico. Y no solo cuidaré a mis amiguitos sino también a ustedes,

cuando sean viejitos.

¡Todavía falta mucho para que sea viejita Juan! Ya,

anda recoge tu mochila que van a llegar tarde.

¡Muchachos! ¡Espérennos!

¿Por qué se han demorado tanto?

Apúrense, vamos a llegar tarde y la profesora nos va a regañar.

Ya vamos, ya vamos. Lo que pasa es que he

decidido ser médico cuando crezca y se lo

estaba contando a mis papás.

¡Ohhh!

Page 6: Juan y María te enseñan tus derechos

Así que no se preocupen. Cuando sea médico me encargaré de cuidarlos y

atenderlos; además no les voy a cobrar ni un centavo porque son

mis amigos.

¿Incluso a Carlos?

Claro que sí. ¿Por qué me

preguntas eso?

No sé… Me han dicho que como tiene un dejo diferente al

nuestro, que no me acerque mucho y que no me haga muy amigo de él.

Ay Alfredo, ¿y eso qué importa? Carlos es un niño como nosotros ¿o no?

¿Cómo así que no es igual a nosotros?

No lo sé. Pero él no habla ni como Jorge

ni como Juan.

Sí.

¿Acaso no está en nuestra escuela? ¿Y en nuestro mismo salón? Carlos tiene ojos, orejas,

nariz y boca, ¿cierto?

Pues, sí.

Sí.

Entonces él es igual a nosotros, y aunque no lo fuera, ¿a ti te gustaría

que te traten distinto por tu apariencia o porque hablas diferente? Pues no sé, creo

que me sentiría muy triste.

Así es Alfredo. Carlos es nuestro amigo, estudia con nosotros y vive en nuestro barrio. Que no

hable exactamente como hablamos nosotros no importa porque todos

somos iguales.

¿Qué es más importante,

la apariencia o la amistad?

¡¡¡La amistad!!!¡Carlos!

¡Espéranos!

¡Nunca más! De ahora en adelante vamos todos juntos a la escuela. Oye Carlos, en el recreo ¿te parece si jugamos en

el mismo equipo?

Generalmente voy solo…

Hola muchachos,¿Cómo están?

¡Bien! ¿Qué haces yendo solo

a la escuela?

Page 7: Juan y María te enseñan tus derechos

¿Y con las niñas también?

Ja, Ja, ¡van a jugar con niñas!, ¡van a jugar con niñas!

Todos vamos a jugar con todos. ¿Y saben

por qué?

¡¡¡Porque todas y todos somos iguales!!!

A ver niños, ¿Qué hemos aprendido hoy?

Yo aprendí que las mejores tareas se hacen en equipo.

Yo, que el Perú es un país muuuy pero muuuy grande

y que tenemos costa, sierra y selva.

Yo aprendí que las matemáticas son

difíciles… ¡Eso te pasa por quedarte dormido!

Ya Anita, pórtate bien. Jorge, las matemáticas son divertidas y fáciles,

siempre y cuando tengamos las ganas de aprender.

¡Ja, ja, ja!

A mí me gustan las matemáticas porque puedo contar cuántos goles marco cuando

juego fútbol.

Y a mí me gusta contar el número

de juguetes que tengo.

¡Yo cuento el número de panes que puedo

comer!

Ya ven niños, aprender es divertido y es también un derecho. ¿Saben qué otro

derecho tienen en la escuela?

¡¡¡Noooooo!!

Page 8: Juan y María te enseñan tus derechos

El derecho al juego, al deporte y a la

recreación. ¡¡¡Oooohhhhhh!!!

¿Es en serio profesora? ¿No nos está engañando?

Por supuesto que no Juan. Yo jamás les mentiría.

Muchachos, ¿qué están esperando? ¡¡¡¡Vamos a jugar!!!!

Antes que se vayan corriendo, quiero decirles que el derecho al juego es una parte fundamental para su desarrollo.

¿Incluso más importante que las

matemáticas?

Todo en el colegio es importante, inclusive el recreo. Deben saber que el juego es un derecho y

que gracias a él ustedes comparten muchas experiencias con sus compañeros y hacen ejercicios que les permiten

crecer sanos y fuertes. Y lo más importante: tienen la oportunidad de hacer más y más amigos.

¿Qué estamos esperando muchachos? ¡Vamos a

ejercer nuestro derecho a jugar pelota!

¿Y nuestro derecho a jugar

vóley?

¡Por supuesto que sí! Si las niñas en el

vóley son las mejores ¡¡¡Pero vamos ya!!!

Pero profe, ¿Entonces podemos decir que el recreo

es un derecho?

Sí, claro que sí.

¿Y podemos exigir que el recreo sea eterno?

No te pases Rosita. Ya niñas y niños, vayan a jugar que es hora

del recreo.

Page 9: Juan y María te enseñan tus derechos

¿Qué ha pasado aquí?

Estábamos jugando a la pelota y de repente me empujaron y me

caí fuertísimo.

Yo vi que lo empujaron y

se hizo mucho daño. No, no fue así.

Él se cayó solito y luego comenzó a empujarnos.

Ya, suficiente. No me interesa saber quién empezó qué. A ver, siéntense a mi alrededor que

vamos a conversar.

Deberían aprender de nosotras las niñas que nunca nos pegamos.

Bueno niños, lo que acaba de ocurrir no puede volver a repetirse. Nadie tiene el derecho a pegarle a otra persona. No importa quién haya empezado o quién la

haya provocado. ¿Y si me pegan

primero?

No importa Juancito. Si alguien te pegara o te

amenazara, tus profesores y tus papás te

protegeremos. Nadie, sea niño, adulto o anciano, tiene derecho a pegarle a otra persona, mucho menos a una niña o a un niño. Eso

se llama derecho a la integridad.

¿Qué dijo? ¿Derecho a la

inte-qué?

In-te-gri-dad. La integridad es el

respeto y la protección de nuestro cuerpo y de

nuestra salud. Nadie puede ni debe maltratarte

y tú tampoco tienes el derecho de maltratar

a tus amiguitos.

Juan, tu obligación como hermano es proteger a tu hermana y cuidarla. Además a las niñas no se les pega.

No puedes pegarle a nadie.

¿Es que no escuchas a la profesora?

Salvo que mi hermana me moleste…

Pero es que a veces agarra mis juguetes

sin preguntar.

¿Y cuál es el problema Juan? Todos tenemos que aprender a compartir. Ustedes son hermanos y son iguales. Tus padres los quieren por igual, les dan la misma comida, les compran la misma cantidad de ropa y los mandan al mismo colegio.

Mis papás me dan más comida que a mi hermana.

Claro pues, es que tú comes

por dos… ¡Ja, ja, ja!

Page 10: Juan y María te enseñan tus derechos

Mírenme a mí. Yo los quiero a todos. A Rosa, a Carlos, a Alfredo, a Jorge,

a Anita, a Juan y a María. Todos son mis alumnos, así que me toca dividir mi

corazón en pedacitos para que quepan todos por igual.

Entonces, ¿Qué hemos aprendido hoy? ¿Van a volver a pelearse en el recreo?

¿Van a pelearse con sus amigos?

¿y con sus hermanas y hermanos?

¿Alguien tiene derecho a pegarles o maltratarles?

¡¡¡Menos!!!!

¿Ni siquiera nuestros padres?

Ni siquiera ellos. Avisarles a sus padres, a sus profesores o a

la Policía. Todos nosotros estamos aquí para

cuidarlos y protegerlos.

¿Y qué podemos hacer si alguien nos pega?

Ya me siento protegida al saber

que hay tanta gente cuidándome.

Profesora, ¿entonces podemos decir que la violencia solo lleva a

más violencia?

Así es Anita. Bueno niños, se acabó el recreo. Regresemos

a la clase.

Entonces niños, ¿Qué animales se crían en

una granja?

¡Vacas!

¡Pollos!

¡Cerditos!

Page 11: Juan y María te enseñan tus derechos

Muy bien. Y ¿de qué color es el cielo?

¿Cuál es la mejor comida del mundo?

¡Muy bien! Bueno, esta ha sido una excelente clase.

Hemos aprendido bastante y ahora vamos a comer. La cafetería del colegio ha preparado un almuerzo especial: habrá sopita, pan, fruta y el famoso “arroz-sorpresa”. Además, habrá

mucha leche para que crezcan grandes, saludables y fuertes.

Pero antes vamos todos a lavarnos las manos.

Pero profesora, yo me lavé esta mañana antes de venir al colegio. ¿Por qué me tengo

que lavar nuevamente?

A ver niños, nuevamente

sentémonos juntos.

¡Yo no he tocado nada sucio!

Todos quieren aprender algún oficio o ir a la universidad

cuando sean grandes, ¿verdad?

Bueno, para que eso sea posible, además de estudiar mucho hay que estar sanos. Y ¿saben cómo pueden mantenerse sanitos? Pues lavándose las manos antes de cada comida, cepillándose los dientes después de cada comida y vacunándose.

¿Nos tenemos que lavar las manos a cada rato?

Así es Carlitos. Nuestras manos siempre están tocando la tierra, la pelota, el lápiz o el cuaderno, y en todas partes hay microbios pequeñísimos que

pueden hacernos daño. Una buena lavada con agua y jabón evita que nos enfermemos. ¿O acaso les

gusta enfermarse?

Enfermarse es aburrido. No me gusta porque me duele la barriguita y no puedo venir al colegio a jugar con mis amigos.

Entonces profesora, si me lavo las manos antes de comer, ¿no

me voy a enfermar?

Así es María. Y no se olviden que después de cada comida hay que lavarse los dientes. De lo contrario, un montón de bichitos se instalarán

a vivir en nuestras bocas.

¿Les quedó claro que lavarse las manos y cepillarse los dientes es importante

para crecer con salud y no enfermarnos?

Profe, Profe…las que me preocupan son las vacunas. Yo les tengo miedo porque

pican y duelen…

Page 12: Juan y María te enseñan tus derechos

Es verdad, asustan un poquito antes de que te las pongan, pero una vez

que te vacunan te das cuenta que no era para tanto. Además, el doctor Pepe

los trata a todos con mucho cariño..

Las vacunas son medicinas especiales que evitan que nos enfermemos.

Preparan a nuestros cuerpos para enfrentar a los bichitos que nos pueden

hacer mucho daño. De hecho, en los próximos días habrá una campaña de vacunación en la posta médica de

nuestra ciudad. ¿Quieren que yo los acompañe para que se sientan mejor?

Sí profesora pero igual me asustan. ¿Qué son las vacunas y por qué

las necesitamos?

Muy bien, yo hablaré con el doctor Pepe para que todos vayamos juntos a la campaña de vacunación gratuita.

Y ahora ¡a comer!

Tienes razón María, a lavarnos y a comer.

Pero antes tenemos que ir a lavarnos

las manos…

Niños, les recuerdo que las fiestas de la ciudad serán el próximo mes y los que quieran participar en las distintas actividades que se están organizando, tienen que ir a la Alcaldía con sus padres para que se puedan inscribir.

Yo me voy a inscribir en el taller de pintura.

Y yo en la banda musical.

Después de haber almorzado y de haberse lavado los dientes, la profesora aprovecha la última hora de clase para hacer avisos de actividades en la comunidad.

Muy bien. Por otro lado, les informo que el párroco de la

Iglesia ya ha abierto las inscripciones para los que quieran hacer la primera

comunión.

Gracias profesora. Mis padres

ya me inscribieron la semana pasada.

A mí también. ¿Qué tal si el sábado por la mañana vamos

juntos a la parroquia y después nos vamos a jugar al parque?

¡Qué buena idea!

Lo que ocurre niños es que tanto Juan como María tienen otra religión y van a

su propia Iglesia.

Lo que pasa es que nosotros vamos a una escuela los sábados, pero es para recibir otras

clases…

Chicos, no creo que mi hermana y yo podamos ir con ustedes. ¿Y eso es posible

profesora?

Claro que sí Jorgito. Nuestro país reconoce y

protege la libertad religiosa. Todos tenemos el derecho a tener nuestras propias creencias y los demás deben de respetarlas.

¿Entonces no está mal que nosotros no hagamos

la primera comunión?

Por supuesto que no. Miren, nuestro país es hermoso justamente porque es

diferente. En cada rincón del Perú viven personas

con diversas creencias y costumbres. Sin

embargo todos somos peruanas y peruanos.

Page 13: Juan y María te enseñan tus derechos

Gracias a esa diversidad tenemos una sociedad abierta y que respeta las diferencias. Por eso mismo, todos tenemos la libertad a tener la religión que queramos. Y gracias también a la diversidad

¡nuestra cocina es una de las mejores del mundo!

Lo importante es que todos seamos buenas personas y nos respetemos

entre todos, ¿verdad?

Así es. Ya sé. ¿Qué les parece si el Sábado

nos vemos en el parque apenas terminemos nuestras diferentes

clases?

Niños, como ustedes saben, esta tarde sus padres van a venir a la escuela para que les podamos contar qué es lo que van a aprender

este año.

Antes de finalizar la clase

del día, la profesora tiene un anuncio que hacer sobre un nuevo amiguito que entrará al

colegio.

Claro que sí Alfredito.

Mi papá está de viaje, ¿puede venir mi mamá

con mi abuela?

Upsss… ¿eso significa que le va a enseñar

a mi mamá mis notas?

¡Ja, ja, ja!, no Carlitos. Pero sí calificamos el curso de educación física.

Felizmente yo solo me saco buenas notas.

Profe, ¿usted califica también los partidos de fútbol? Dígame

que sí…

Chicos, no se preocupen tanto por las notas porque recién está comenzando el año.

Además, hasta el momento todos están muy bien. La reunión de esta tarde con

sus papás, mamás y abuelas es para contarles qué es

lo que van a aprender para que ellos puedan ayudarlos

con las tareas.

También podremos conocer mejor e invitar a

que participen en las celebraciones de nuestras

fiestas nacionales y regionales.

¿Entonces no hay notas?

Esta reunión también es importante porque a partir de mañana va a entrar un nuevo amiguito a la clase. Su nombre es Pancho, él se acaba de mudar a nuestro vecindario y va estudiar con nosotros.

No Jorgito.

¡Uffff! que alivio…

Excelente profesora. Justo estábamos

necesitando un nuevo delantero para el equipo.

Justamente era por eso que quería hablar con ustedes. Pancho es un niño muy inteligente y

muy hábil, pero tuvo un problema de salud cuando era bebito y no puede caminar.

¿No puede caminar?

Así es Anita. Pancho está en una silla de ruedas.

¿Qué le pasó?

Lo que ocurre es que se enfermó

de muy pequeño y no se pudo curar

del todo.

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Eso me pone muy triste, por eso que quiero ser médico

cuando sea grande…

En la reunión con sus padres queremos decirles que debemos hacer una colecta para construir

rampas de acceso hacia la escuela, en los salones y en

los baños.

Claro que sí profesora. Entre todos tenemos que apoyar a Pancho para que

se sienta en casa.

Por supuesto. Yo mañana traeré una torta para darle la

bienvenida.

Y él podrá acompañarnos en todos los partidos.

¡Claro! Y hay que conseguirle una

camiseta del equipo.

Mis padres trabajan en construcción. A

lo mejor ellos pueden ayudar con

el diseño de las rampas.

¡Ese es el espíritu que tenemos que tener siempre! Por más que

Pancho esté en una silla de ruedas, él es una persona con los mismos derechos que todos nosotros. La amistad, el respeto y el cariño

pueden superar cualquier barrera. Por eso vamos a construir entre

todos estas rampas. ¿Les parece bien?

De verdad que me emociona su actitud y estoy orgullosa de todos ustedes. Si nos apoyamos nuestra escuela será el

ejemplo de nuestra ciudad.

No de la ciudad profesora, ¡¡¡sino de

todo el Perú!!!!

Hoy ha sido un día divertido. He

aprendido que mi nombre es Juan y nadie me lo puede

cambiar.

Así es. Qué divertido es aprender jugando.

Y que bueno es saber que aprender es un derecho que

tenemos todos.

Y no nos podemos olvidar que todos los niños y niñas somos iguales. No solo en nuestro colegio, sino en

todo nuestro país.

Incluyendo los niños de otros

colegios.

¡Y no nos olvidemos del derecho al

recreo!

También he aprendido que tengo que lavarme los dientes y las manos todo el tiempo. Solo así podré crecer grande y fuerte para poder ayudar a mi familia en el campo.

Tampoco que nadie, jamás de los jamases, nos puede pegar o

maltratar. ¡¡¡Sííííí!!!

María, vamos a casa a contarles a mamá y a papálo que hemos aprendido hoy.

Claro que sí. Pero vayamos todos. Total, todos hemos

aprendido lo mismo y podemos compartirlo. ¡Vengan!, los invitamos a nuestra casa a tomar un lonchecito.

¡Sííííííí! ¡Todos a la casa de Juan

y María!

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