Juan, Liz y Sean van a un restaurante para almorzar.

Ellos tienen mucho hambre y leen el menú. Todos los amigos piden una bebida.

Juan y Sean piden un té, mientras que Liz pide una limonada en un vaso.

Sin embargo, el mesero le sirve un refresco a Liz. Aunque no es la bebida que pide, ella no dice nada al mesero y bebe la Coca Cola.

Finalmente, el grupo puede pedir. Juan pide el arroz con pollo.

Liz quiere la sopa del día y el bistec.

Sean pide una ensalada mixta porque él es vegetariano. A él le gusta comer la lechuga y las verduras pero no la carne.

Después de una hora, el mesero trae la comida. Sin embargo, la ensalada de Sean tiene carne.

Además, Liz no tiene una cuchara y por eso no puede comer la sopa. Ella no tiene el cuchillo tampoco y por eso ella no puede cortar el bistec.

Juan tiene tres tenedores y por eso él puede compartir con sus amigos.

Liz dice que el mesero no sabe cómo poner la mesa.

Sin embargo, la comida es muy deliciosa y rica.

Puesto que hay tantos problemas con el servicio, el mesero dice que los amigos pueden pedir un postre sin pagar.

Liz pide el flan. Sean pide el pan dulce y Juan pide el pastel.

¡El mesero trae un café en una taza con azúcar para ellos también! ¡El café y los postres son riquísimos!

Después de comer, el mesero trae la cuenta.

A pesar del servicio malo, los amigos deciden dejar una propina grande.