jóvenes y delito en la ciudad de buenos aires

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Jóvenes y delito en la Ciudad de Buenos Aires Jóvenes 5/18/05 8:22 AM Page 3

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Jóvenes y delito en la Ciudad de Buenos AiresGustavo Gonzalez FerrariUnidos por la Justicia, Fundación Konrad Adenauer, Buenos Aires, 2004

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  • J venes y delito en la Ciudad de Buenos Aire s

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  • J venes y delito en laCiudad de Buenos Aire s

    G u s t a vo Gonzlez Fe r ra r i

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  • Unidos por la JusticiaAndrs Arguibel 2860Ciudad Autnoma de Buenos Aire sC 1 4 2 6 D K BTel. 54 11 47796353w w w. u n i d o s j u s t i c i a . o rg . a ri n f o @ u n i d o s j u s t i c i a . o rg . a r

    Ko n ra d - A d e n a u e r- St i f t u n g

    ISBN 987-2185-71-9

    Hecho el depsito que marca la ley 11.723Impreso en Argentina - Made in Argentina

    Noviembre 2004

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  • n d i c e

    Prlogo 13

    Conclusiones - Jornadas Justicia & Seguridad - Un abordaje integral de cara al siglo XXI 15

    Captulo 1.- Presentacin e introduccinPara qu fue hecho y cmo debe ser considerado este trabajo 19

    Captulo 2.- Los menores delinquen ms que los mayores? 23

    Captulo 3.- Cules son las edades de los jvenes infractores? 25

    Captulo 4.- Qu tipos de delitos cometen los jvenes en la Ciudad de Buenos Aires? 29

    Captulo 5.- Delito y gnero Delinquen ms los jvenes varones que las jvenes mujeres? 33

    Captulo 6.- Delito y violencia. Son los jvenes ms violentos que los adultos? 37

    Captulo 7.- Delito y edades: un anlisis desagregado con aporte cualitativo 397.1 La franja de los catorce aos. Discriminacin de delitos

    cometidos segn la edad del autor y el sexo 397.2 La franja de los quince aos. Discriminacin de delitos

    cometidos segn la edad del autor y el sexo. 427.3 La franja de los diecisis y diecisiete aos. Discriminacin

    de delitos cometidos segn la edad del autor y el sexo 44

    Captulo 8.- Reiterancia delictiva. El problema de los tratamientos 47

    Captulo 9.- Las medidas cautelares. Es verdad que los jvenes son derivados mayormente a institutos de detencin apenas cometido un hecho calificado por la ley como delito? 49

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  • Captulo 10.- El concurso de participacin. Los mayores y los menores 51

    Captulo 11.- Las zonas de residencia. El entorno y el delito 55

    Captulo 12.- Los tratamientos alternativos. Qu pasa cuando al joven no se lo re i n t e g ra a su familia ni tampoco se lo deja internado? 5 9

    Captulo 13.- Conclusiones 61

    Captulo 14.- La ley. Un instrumento til para todosPresentacin del proyecto de ley de Responsabilidad Penal juvenil 65

    Proyecto de ley de Responsabilidad Penal Juvenil 69

    Fotografas del Evento 85

    ndice de grficos 87

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  • Acerca del autor

    Gu s t a vo Javier Gonzlez Fe r rari naci en Buenos Aires en 1965. Graduado en 1987como abogado en la Universidad Nacional de Buenos Aires, es especialista enSociologa Jurdica, postgrado que concret en esa misma institucin. Desde 1983t rabaja en la Justicia Nacional Criminal y se desempea desde hace doce aos co-mo secretario de un juzgado de menores habiendo sido sucesivamente delegadoinspector de menores, secretario tutelar, secretario de sentencia y secretario deinstruccin. Desde hace catorce aos ejerce la docencia en la carre ra de Dere c h ode la Universidad de Buenos Aires como adjunto de Sociologa Normativa y Meto-dologa de la Investigacin en la carre ra de grado y como profesor de la carre ra dep o s t g rado, dictando cursos de Criminologa y Sociologa referidos a menores. Harealizado estudios de postgrado en Criminologa en la Universidad de Salamancay de Filosofa y Ciencias de la Educacin a nivel de pro f e s o rado en el ISET d eBuenos Aires. Desde hace varios aos se dedica a investigar en temas referidos ala administracin de justicia de menores y a las alternativas al encierro, labor quele permiti en el ao 1996 visitar el Reino Unido para conocer el sistema carc e l a r i oj u venil y los tratamientos alternativos en ese pas. Como investigador ha re a l i z a-do distintos trabajos pa ra el Fo ro de Estudios sobre la Administracin de Justi-cia, FORES y Unidos por la Justicia, instituciones en las que ha participado enel marco de estudios de reforma judicial.

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  • A g ra d e c i m i e n t o s

    Este trabajo de investigacin no puede dejar de ser acompaado por varios agra-decimientos.

    En primer lugar, a mi esposa Lilian que me ayud a hacer este re l e va m i e n t ocon sumo esmero y preocupacin, y a mis dos pequeas hijas, Magdalena y Mer-cedes, que re s i g n a ron horas de dedicacin a ellas con cario y compre n s i n .

    Luego, a un gran amigo, ve rd a d e ro impulsor de esta idea y compaero de es-f u e r zos por lograr una mejor calidad en la provisin de justicia en nuestro pas: el Dr.Germn Carlos Ga ra vano, quien con sus insistencia y emprendimiento ha permitidoque un grupo de jvenes que trabajamos en el Poder Judicial no nos dejemos ve n-cer por la desazn. Me honra su amistad desde hace ms de una dcada.

    A mi amiga y maestra que me ense todo lo que pude aprender de Sociolo-ga y Criminologa, docente excepcional y continua batallante por los derechos dequienes reclaman justicia, la Dra. Liliana Amanda Rivas. Ella generosamente mecondujo a la docencia y me llen de pasin por los olvidados del sistema judicialpenal: los menores y las personas privadas de libert a d .

    A las juezas de menores que facilitaron nuestra labor con su generosidad: laD ra. Mara Te resa Salgueiro amiga y prudente consejera; Mara Rosa Cassar ySilvia Mercedes Sassano; a mis colegas secretarios por su paciencia en cada re l e-vamiento: Juan Manuel Vidal Mauriz, Gonzalo Ol i ver de Tezanos, Marcela Simin,Maria Marta Halpern, Flix Descalzo y Olga Chvez; a todos los empleados de losjuzgados de Menores Nro. 1 y 2 que se quedaron despus de hora en sus tra b a j o sp a ra ayudarnos a re l e var datos que se pierden ao tras ao en el olvido; a los es-forzados Asistentes tutelares y a los profesionales del Consejo Nacional de Niez,Adolescencia y Familia (CO NNAF) que con toda esperanza luchan contra un siste-ma que les adeuda un re c o n o c i m i e n t o.

    Tampoco quiero ni puedo olvidarme de todo el equipo de jvenes pro f e s i o n a-les y pasantes de Unidos por la Justicia especialmente Gustavo Fe r rari, Mart nGershanik, Milena Ricci, Liliana Ra m i n g e r, Paola Ga rca Re y, Francisco Scala, Fa b r i-cio Tu rano, asociacin civil sin fines de lucro que aspira a aportar al pas ganas,conocimiento y lucha por un servicio mejor de justicia, y cuyos nombres sostieneny respaldan esta inve s t i g a c i n .

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  • Finalmente, mi mayor reconocimiento y agradecimiento a Francisco DeN a rvez y la Dra. Agustina Aylln quienes con su apoyo incondicional hana p o stado y permitido que un proyecto que pareca una voz solitaria en el desier-to y del que esta investigacin es slo una pequesima parte cobre viday aporte fuerzas para un pas mejor.

    A todos, gracias, muchas gracias.

    Buenos Aires, mayo de 2004

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  • Pr l o g o

    La publicacin de esta investigacin realizada por Gustavo Gonzlez Ferrari esi m p o rtante y a la vez oportuna en momentos en que se alzan voces que enn o m b re de un supuesto reclamo de la gente intentan justificar medidas depoltica criminal tales como aumento de penas, mayores atribuciones a la poli-ca, construccin de ms crceles, reduccin de la edad de imputabilidad, to-das formas asociadas a un modelo de tolerancia cero que cristaliza una si-tuacin de marginalidad y exclusin social, restringiendo los derechos de unvasto sector de la poblacin.

    La sensacin de inseguridad -percepcin que excede el aumento real del deli-to- construida en gran parte por los medios de comunicacin, no toma en cuentalos efectos deva s t a d o res del encarcelamiento, tanto desde el punto de vista indi-vidual como social, la odisea de cualquier detenido para eva d i r, una vez libera d o ,la etiqueta negativa que le impide cualquier intento de integracin. Esas construc-ciones, basadas en estereotipos y prejuicios, deben ser erradicadas. Por ello esi m p o rtante la difusin de investigaciones de este tipo, donde a travs de un re l e-vamiento de datos realizado con una metodologa cientfica se desmitifican algu-nos de los lugares comunes que alientan la implementacin de polticas re p re s i-vas para nios y adolescentes.

    Los problemas sociales no desaparecen con respuestas penales. El pre s e n t eestudio apunta, con la mirada abarc a d o ra de su autor cuyos conocimientos jur-dicos se articulan con su formacin filosfica y sus estudios sociolgicos y crimi-nolgicos-, a la necesidad de la pre vencin y a puntualizar que la internacin de-be ser usada como ltimo recurso en el caso de los jvenes.

    El cruzamiento de variables arroja resultados interesantes, que permitirn re-flexionar sobre los delitos cometidos por los jvenes en relacin a los cometidospor los adultos, la menor violencia en sus modalidades, la edad en que los come-ten, su rol de vctimas, su distribucin por gnero y la re i t e racin delictiva que de-m u e s t ra el fracaso del tra t a m i e n t o al que se los somete.

    No puedo dejar de sealar un dato colateral, un ve rd a d e ro s e re n d i p i t y,que permite descorrer otros velos con respecto a la problemtica juvenil: elalto porcentaje de indocumentados cuyas edades tuvieron que establecerse

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  • a tra v s de informes periciales; otra cara de la marginalidad social y de la se-lectividad del sistema penal.

    Este es un paso importante en un pas donde no abundan las investigacio-nes empricas de este tipo y me alegra que Gustavo Gonzlez Fe r rari cuyap reocupacin y dedicacin por estas problemticas llevan ya muchos aos- mehaya hecho el honor de pedirme que se los presente a ustedes, los lectores.

    LILIANA RIVASBuenos Aires, septiembre de 2004

    14 n Gustavo Gonzlez Ferrari

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  • Conclusiones de las Jornadas Justicia & Seguridad - Un abordaje integral de cara al siglo XXI

    La labor que lleva a cabo la Fundacin Konrad Adenauer es de suma importan-cia para nuestro pas en tiempos en que se advierte el comienzo de una suertede refundacin social. En efecto, luego de los avatares polticos y econmicosde los ltimos aos, que acarrearon una importante fragmentacin de nuestrasociedad, contar con el apoyo de tan prestigiosa institucin dedicada a fomen-tar el fortalecimiento del sistema democrtico y el desarrollo, contribuir al en-tendimiento ms all de las fro n t e ras nacionales y las barre ras culturales, ofre-cer ayuda para la autoayuda y luchar contra las causas de la pobreza y ladestruccin del medio ambiente, nos alienta a seguir trabajando para generarun cambio en la administracin de justicia y en la reforma legal.

    Es en el marco de esta labor que Unidos por la Justicia como asociacincivil dedicada a afianzar el estado de derecho, fortalecer el sistema demo-crtico y elevar los niveles de seguridad fsica y jurdica, org aniz en el cursode este ao distintos eventos en comunin con la Fundacin Ko n rad Adenauer conm i ras a generar espacios de encuentro donde poder pensar juntos estra t e g i a sp a ra una Argentina ms justa en todo aspecto. Esta investigacin intentaechar luz en momentos de confusin en que mucho se opina sobre un tematan delicado como es el de la situacin de los jvenes y el delito. De lo quese decida al respecto depende que se logre afianzar la justicia, horizonte fi-jado por nuestros constituyentes cuando anhelaron hacer de este lugar enel mundo un lugar de fra t e r n i z a c i n .

    A la Fundacin Ko n rad Adenuaer nuestro ms sincero agradecimiento porayudarnos a hacer de estos espacios una suerte de gora del siglo XXI.

    D u rante los das 1 y 2 de julio de 2004 se llev a cabo, en la Ru ral (Juncal4431) el evento Justicia & Seguridad - Un abordaje integral del problema decara al siglo XXI organizado de manera conjunta por Unidos por la Justicia y laFundacin Konrad Adenauer.

    El objetivo del evento fue la discusin de proyectos, propuestas e indicado-res a travs de la metodologa de Mesas Taller en las que se abordaron sucesi-vamente los siguientes temas:

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  • 1. Justicia y violencia,2. Justicia y minoridad3. Ejecucin penal y servicio penitenciario

    En el acto de apert u ra de las Jornadas se cont con la participacin delSeor Ministro de la Corte Suprema de Justicia de la Nacin, Dr. Juan CarlosMaqueda, del Seor Vi c e m i n i s t ro de Justicia de la Nacin, Dr. Abel FleitasO rtiz de Rozas, del Director Ejecutivo del Centro de Justicia de las Amricasde la OEA, Dr. Juan Enrique Va rgas Vianco, del Seor Juez y Consejero de laM a g i s t ra t u ra de la Ciudad de Buenos Aires, investigador de Unidos por laJusticia, Dr. German C. Ga ra vano, y del Seor Presidente de Unidos por la Jus-ticia, Gustavo Ferrari.

    En el acto de clausura estuvieron presentes el Vi c e p residente de la Nacin,Daniel Scioli y el Procurador General de la Nacin, el Dr. Esteban Righi.

    Especficamente, en el segundo taller se discuti la problemtica peniten-ciaria teniendo como material de estudio un borrador del presente tra b a j o. Acontinuacin se transcriben las conclusiones de dicho panel, junto con la n-mina de participantes.

    Justicia y Minoridad (2d o. Taller de tra b a j o )

    Disertantes:Amilton Bueno de Carvalho, desembargador do Tribunal de Justia do Estado doRio Grande do Sul; Maria Elena Barbagelata, diputada de la Nacin; Mara Ro s aCassar, jueza nacional de 1ra. Instancia de Menores; Fernando Ga rca, fiscal na-cional de Menores; Mnica Rodrguez Eiriz, jueza del Tribunal Oral Nacional deM e n o res; Cecilia Maiza, jueza nacional de Pr i m e ra Instancia de Menores; St e l l aMaris Martnez, defensora ante la Corte Suprema de Justicia de la Nacin; Gusta-vo Palmieri, Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS); Carlos Parma, juez delTribunal Oral de Menores de la Provincia de Mendoza; Fernando Pisano, fiscal na-cional de Menores; Lu c recia Rebori, delegada inspectora de menores; Liliana Ri-vas, secretaria de la Cmara de Casacin Penal y pro f e s o ra de Sociologa Jur d i-ca en la Universidad de Buenos Aires (UBA); Silvia Sassano, jueza dem e n o res Nro. 2; Elvira To b a r, delegada inspectora de menores; Marc ela Ve-l u rtas, dire c t o ra de equipos de Servicio Social en Centros de Gestin y Pa rt i c i p a-cin (CGP ) .

    16 n Gustavo Gonzlez Ferrari

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  • Coordinadores: Gustavo Gonzlez Ferrari, investigador de Unidos por la JusticiaMara Fernanda Rodrguez, responsable del rea Tcnico Legislativa de Unidospor la Justicia.

    Conclusiones

    n E n t re los participantes del panel existi coincidencia en que la pro b l e-mtica del delito cometido por menores no es ajena al contexto so-c i o e c o n mico general. Por tanto, el abanico de soluciones aplicablesdebera ser consecuencia de una intervencin multidisciplinaria ten-diente a abordar la situacin de un modo integral. En tal aspecto seconcluy que el sistema penal, en el mbito de la minoridad, no habad e m o s t rado efectividad.

    n Al respecto, se hizo hincapi en que la intervencin judicial debera seracompaada por otros recursos que faciliten y mejoren la insercin deljoven en el mbito social, evitando cualquier efecto estigmatizante.

    n Los disertantes e investigadores coincidieron en que el cambio legislati-vo resulta necesario, pero de ninguna manera suficiente; postura staque -de acuerdo a lo conversado en el marco del encuentro- no es nuevay viene repitiendose desde hace ms de un siglo . No se pueden resolverproblemas estructurales mediante la aplicacin de leyes meramente co-yunturales.

    n Tal como se consignara en la investigacin presentada, de la disminucinde la edad de punibilidad no puede resultar una solucin al pro b l e m a .Mediante el relevamiento de datos se acredit que los hechos delictivoscometidos por jvenes en la Ciudad Autnoma de Buenos Aires son pro-tagonizados en su mayora por jvenes de entre 16 y 17 aos, por lo cual,extender la edad de punibilidad significara ampliar el problema si la me-dida no es acompaada por tratamientos plausibles de aplicacin.

    n Las decisiones que se adopten en esta materia no pueden ser ajenas alcontexto socioeconmico actual. Es necesario superar la realidad cons-truida desde espacios de poder (como medios, grupos y dems secto-res), que muchas veces desvirtan la ve rd a d e ra percepcin de la misma.De hecho, los casos de mayor conmocin social (homicidios, abusos se-xuales) que motivan la intervencin de los medios, representan tan sloel 1% de los delitos cometidos por jvenes en la Ciudad Autnoma deBuenos Aires.

    Jvenes y delito en la ciudad de Buenos Aires n 17

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  • n Se destac que la mayor parte de los delitos cometidos por jvenes y ni-os son aquellos que afectan el bien jurdico de la propiedad. En tal sen-tido, se puntualiz que resulta recomendable una labor coordinada conla familia cuando existiese y la escuela, ya que en esos mbitos de con-t rol no formal es donde el proceso de socializacin puede completarse demodo ms satisfactorio, previniendo la intervencin de la denominada j u d i c i a l i z a c i n .

    n Se explicit que tras el tratamiento de esta cuestin existe un antiguodebate ideolgico que, lejos de allanar el camino en busca de solucio-nes, se ye rgue como obstculo para pensar una eficaz poltica criminal,h e r ramienta fundamental para obtener los cambios reclamados social-mente.

    n Debe existir una firme decisin poltica en pos de dotar de recursos a losagentes intervinientes y de brindar alternativas para que desde el mbi-to judicial se puedan obtener resultados evaluables cuando se opere conel joven infractor. Se seal la necesidad de redefinir la labor del Conse-jo Nacional de Niez, Adolescencia y Familia (CONNAF), para que se ha-ga cargo de la competencia que le es propia, mejorando las institucionesexistentes, pues muchas de ellas no se encuentran en las condicionesestablecidas por al Convencin Internacional de los Derechos del Nio, yaumentando adems las alternativas no institucionalizantes. Se puso dere l i e ve tambin la labor que en tal sentido pueden cumplir las ONGs yotras agrupaciones sin fines de lucro.

    n El alto nivel de reiterancia juvenil debe hacernos reflexionar sobre la efi-cacia de los tratamientos que actualmente se aplican. Se puntualiz lanecesidad de pensar la aplicacin en los casos de menor cuanta dea l t e r n a t i vas tales como la mediacin.

    n Finalmente se destac que cualquier propuesta que se haga debe estarafincada en el trabajo con el joven sobre la idea de responsabilidad porlos propios actos, haciendo de la intervencin del sistema una instanciade socializacin.

    18 n Gustavo Gonzlez Ferrari

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  • c a p tu lo 1. pre s e n tacin e intro d uc c i nPa ra qu fue hecho y cmo debe ser considerado este tra b a j o

    Un importante filsofo de nuestra poca planteaba en uno de sus trabajos msre l e vantes una pregunta trascendental: qu condiciones deben satisfacerse pa-ra que una sociedad humana consiga sobrevivir a lo largo del tiempo? Y arribabaa la conclusin de que para alcanzar esa meta resulta necesario vencer dos obs-tculos: primero, asegurar su propia re p roduccin material, labor que se satis-face cuando se le garantiza a sus miembros niveles ra zonables de seguridad ybienestar; y segundo, asegurar su propia re p roduccin simblica, esto es: gara n-tizar que los va l o res bsicos (principios) y las instituciones pensadas para re a f i r-marlos sobre v i van a la sucesin de genera c i o n e s1. En vistas de estas ideas, pare-cera que nuestra sociedad argentina actual peligra. A diario la percepcin que setiene es que, por un lado, la inseguridad ciudadana es una suerte de fiera queacecha; y por otro, los indicadores de deuda social aumentan da a da2.

    En cuanto al segundo aspecto, el de la reproduccin simblica, las instan-cias tradicionalmente consideradas encargadas de consolidar esa re p ro d u c-cin la familia, la escuela, las organizaciones intermedias han mutado y hoy,nociones otrora compartidas sin cuestionamiento por el conjunto social, talescomo familia, educacin o infancia, no significan lo mismo para todos. Tampo-co es igual la participacin poltica ni el acceso a la justicia, pues depende enla prctica del nivel social, econmico y educacional del ciudadano. Atravesa-mos un momento de reubicacin en el que estamos dejando atrs como socie-dad una concepcin totalizadora e ingenua, en la que cada individuo tena cla-ro quin imparta las rdenes y justificaba las normas que deban serrespetadas por todos, pues exista un ncleo bsico de creencias que nadiediscuta. Ahora nos enfrentamos a otra situacin ms compleja en la que todopuede y debe cuestionarse sin rdenes jerrquicos que se consideren natura-les, ni cdigos normativos a salvo de crticas.

    1. Jrgen ABERMAS. Teora de la Accin Comunicativa, Madrid, Catedra, 1992.

    2 . Basta consultar los diarios en la seccin policial, o los resultados de la encuesta de hogare sefectuada por el INDEC sobre los niveles de pobreza que en el ao 2003 arrojaron como resulta-do que el 60% de los jvenes estn bajo la lnea de pobreza.

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  • Pa re c i e ra que para sort e a r, esta situacin, necesitamos como sociedad re i-dentificar los significados compartidos para construir acuerdos Y disponer deesos significados comunes depender a su vez de que sigamos siendo capa-ces, como individuos, de comunicarnos en un sentido fuerte del trmino.

    El tema de la minoridad es un punto lgido que en este momento de fra g-mentacin social pone en evidencia la dificultad del acuerdo y de una discusininteligente. Es una interesante muestra, un buen ejemplo, de la crisis y de lanecesidad de cambio3. Mucho se ha hablado al respecto en los ltimos tiem-pos y, en general, no se encuentra que los discursos estn respaldados con es-tadsticas. La particular visin de cada interlocutor se basa unas veces en laconcepcin del joven o del nio como si fuera un adulto pequeo y otras selo eleva a la posicin de un sujeto de derecho absoluto sin ninguna obliga-cin ni responsabilidad, una suerte de Emilio del tercer milenio4. Y tanto en unocomo en otro caso, cualquiera sea la realidad que se defienda, parece ser cons-truida desde los datos que se obtienen por el tamiz meditico o por una coy u n-t u ra que obliga a decidir determinadas cuestiones por imposicin externa5. Ca-da cual, con su visin y su preconcepto de infancia y juventud, argumentas o b re bondades y defectos de tal o cual posicin, pero sin dialogar. Y as, conresabios de intolerancia que hacen re c o rdar a otra poca del pas, indepen-dientemente de la posicin ideolgica de los opinantes, se desprecia la cosmo-visin del otro, sin valorarlo, cayndose en un verdadero dilogo de sordos.

    La decisin de una ley que regule la intervencin del sistema penal sobre nues-t ra juventud y niez se torna necesaria y no es una cuestin que pueda ser tra t a d al i g e ramente. Necesita una asuncin responsable por parte de toda la ciudadana,especialmente por todos los ciudadanos adultos que pretendemos dejar mejore scondiciones de vida el bienestar y la seguridad a los que aluda al principio paraquienes vienen detrs nuestro. Es necesario dialogar y sumar horizontes de com-p rensin para generar un marco de condiciones mnimas para el dilogo.

    La primera condicin es que aquellos que aporten al tratamiento del tema l e g i s l a d o res, jueces, funcionarios, re p resentantes de organizaciones no gu-bernamentales, etc. se despojen de toda ingenuidad al explicar el problema,de toda idea dogmtica que afirme que el mundo es de determinada manera y

    20 n Gustavo Gonzlez Ferrari

    3 . En el sentido de la re volucin y el cambio del paradigma explicado por Tomas KU HN en su obraLa estructura de las revoluciones cientficas,Mxico, Fondo de Cultura Econmica, 1971.

    4 . Se est haciendo alusin al buen salva j e que describe Jean Jacques RO USSEAU en su obra L Emile.

    5 . C f r. Peter BERGER y Thomas LUC K MANN. La construccin social de la re a l i d a d, Buenos Aire s ,Amorrortu, 2001.

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  • no de otra. Las ideas simplistas, las soluciones mgicas o los slogans no pue-den erigirse como piedra angular. Discutir es una tarea que slo tiene sentidosi admitimos que alguien puede discrepar con nosotros y al mismo tiempo se-guir siendo una persona razonable6.

    La segunda es que quienes dialoguen tengan aptitud para hacerlo, es de-c i r, que no se basen en la doxa, pues de lo contrario no hay posibilidades de in-tercambiar y discutir posiciones.

    Y la terc e ra condicin es que se fijen una serie de puntos de re f e rencia comu-nes, conciliados con la expectativa fundada de que la otra persona estar dispues-ta a cambiar argumentos y que la persuasin entre los interlocutores es posible.

    El presente trabajo pretende aportar datos empricos para que ello sea factible.Es una investigacin descriptiva enmarcada en las de tipo cuantitativo, es decir,busca establecer variables mensurables de un modo ms o b j e t i vo, con concien-cia de que nada lo es totalmente y menos an cuando se trata de cuestiones socia-les. La tcnica seguida mayoritariamente es la del re l e vamiento estadstico y, a par-tir de ste, se ha efectuado un cruzamiento de variables que permita explicar loque nos sucede. He elegido para ello la actividad jurisdiccional llevada a cabo du-rante todo el ao 2003 por dos juzgados de menores de la Ciudad Autnoma deBuenos Aires, pues por tratarse del centro urbano ms importante de la re p b l i c apermite prima facie p resumir ra zonablemente que all se encuentra la mayor dive r-sidad posible de casos. Respetando el orden de turnos fijados por la Excma. Cma-ra Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional, con mi equipo de inve s t i-g a d o res, hemos hecho un seguimiento estricto de los trmites iniciados dura n t eun lapso continuo de quince das, cada un mes, durante todo el ao 2003. Las va-riables que sern desarrolladas en cada uno de los siguientes captulos son tansimples como complejas y han sido seleccionadas persiguiendo la obtencin de in-d i c a d o res tiles que permitan explicar y conocer mejor el fenmeno de la comn-mente denominada delincuencia juve n i l 7. Tambin se ha enriquecido esa laborc u a n t i t a t i va con un anlisis cualitativo a travs de la tcnica de observacin no par-ticipante y por medio de lecturas de distintos procesos para tratar de compre n d e ralgunas circunstancias del joven infractor y del Sistema Judicial.

    De este modo, se ha intentado presentar en cifras un reflejo de lo que estpasando en el mbito del sistema judicial no me gusta la categora sistemapero admito que es la ms didctica para lograr de ese modo un dilogo en el

    Jvenes y delito en la ciudad de Buenos Aires n 21

    6. Pablo DA SILVEIRA. Poltica y Tiempo, Buenos Aires, Taurus, 2000.

    7. Las variables escogidas son edad, sexo, delito, reiterancia delictiva, tratamiento implementa-do y concurrencia criminal de adultos.

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  • que puedan intercambiarse argumentos, dejando de lado tanto el aspectod oxolgico como el dogmtico.

    S oy consciente de que todo trabajo de esta ndole tendr tantas interpre-taciones como intrpretes existan8, y que los datos sern agua para ser lleva-da a cualquier molino, segn los distintos intereses. Pero ello me tiene sin cui-dado en tanto quede claro que el fin que se ha perseguido: aportar a lasociedad en la que vivimos una herramienta que contribuya a discernir qu nosest sucediendo con respecto a los jvenes y los nios y el sistema penal.

    Finalmente considero honesto re velar al lector mi propia posicin ideolgi-ca, pues miente quien diga no tenerla9. La ma no es otra que el deseo de queestos datos re l e vados cooperen en la construccin de un marco legal pro f u n-damente respetuoso de los derechos y garantas de los jvenes y nios queprosiga el camino abierto por la Convencin Internacional de los Derechos delNio, al tiempo que no desoiga el reclamo social de formar a nuestros jvenesen la responsabilidad para una convivencia social respetuosa de todos susm i e m b ros. Aportar para construir un texto legal que sea justo socialmente yque sea tambin una instancia educativa en la interaccin de los jvenes con lasociedad de la que forman parte y en la que deben, sin excepcin, tener lugar.

    A modo de aporte especfico en tal sentido, al final de esta investigacin seofrece un texto legal realizado en el marco de esa lgica hace ya dos aos, queadems de guardar relacin con muchos otros que han sido propuestos, consi-d e ra algunas cuestiones no tenidas en cuenta y que resultarn de utilidad enel trabajo cotidiano de los juzgados. Entre otras, y especialmente, la de no in-cluir cuestiones procesales de exclusivo resorte de las provincias de acuerdocon nuestra Carta Magna, sugiriendo en tal sentido institutos que las respec-t i vas leyes debern tener en cuenta para guardar comunin con la ley de Re s-ponsabilidad Juvenil Nacional; y lo re f e rente a la unificacin de sanciones delRgimen Penal Ju venil y las penas del sistema de mayo res, pues quienes tra b a-jamos judicialmente con ellos sabemos que lamentablemente, en muchos ca-sos, la re i t e rancia delictiva surge apenas superados los dieciochos aos deedad y se debe pensar algn modo legal para superar el problema que se plan-te cuando haya que resolver la unificacin de sanciones que responden a dis-tintos sistemas legales (de mayores y de menores.)

    As, entonces, los invito a compartir los resultados obtenidos.

    22 n Gustavo Gonzlez Ferrari

    8. Umberto ECO. Obra abierta, Buenos Aires, Planeta, 1992.

    9. Octavio FULLAT y Jaime SAR R AM O NA. Educacin, un anlisis bifro n t e, Barcelona, Gedisa, 1982.

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  • c a p tu lo 2 Los menores delinquen ms que los mayo re s ?

    Grfico 1Procesos iniciados ante los juzgados de Menores y su incidencia con relacin al resto delos fueros penales - Poder Judicial de la Nacin - Ciudad Autnoma de Buenos Aires -Ao 2003

    Fuente: Unidos por la Justicia

    De acuerdo con el relevamiento que desde la Asociacin Unidos por la Justiciaefectuamos con relacin a la totalidad de casos tramitados durante el ao pa-sado en la Ciudad Autnoma de Buenos Aires en el mbito Penal, pudimos es-tablecer que la respuesta al interrogante es negativa. Slo el 2,26% de los ca-sos estn referidos a menores de edad y el nmero ha descendido en relacina los cuatro periodos anteriores. Como puede apreciarse, tuvo su ndice msbajo en el ao 2002, pese a que ese ao es considerado como el ms crtico delos ltimos tiempos en Argentina.

    Que explicacin tiene este fenmeno? Por qu los indicadores son cua-tro veces inferiores ahora que diez aos atrs? Ciertamente existe una razn y,

    100%

    90%

    80%

    70%

    60%

    50%

    40%

    30%

    20%

    10%

    0%1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003

    8,93 9,05 8,14 7,04 6,945,12 3,64 2,98 2,73 1,78 2,26

    Jvenes 5/18/05 8:22 AM Page 23

  • lamentablemente, no obedece a motivos relacionados con una poltica social ocriminal que permita destacar una buena labor de pre vencin que, dicho seade paso, parece brillar por su ausencia. A partir del ao 2001 los Juzgados deM e n o res de la Ciudad Autnoma de Buenos Aires vieron disminuida su compe-tencia llevando adelante slo investigaciones referidas a hechos delictivos enlos que intervengan jvenes o nios con alguno de los grados de participacinaludidos por los artculos 45 y 46 del Cdigo Penal autor, coautor, part c i p enecesario, instigador, cmplice secundario. Hasta entonces tambin tra m i t a b aante esos juzgados la investigacin de hechos en los que los menores resulta-ban ser vctimas, situacin que ha quedado excluida con miras a favo recer laespecialidad del trmite. Sin perjuicio de ello, tambin por disposicin de laExcma. Cmara de Apelaciones del fuero, los juzgados de Instruccin y los demateria Correccional remiten antecedentes a los juzgados de menores paraque, ante las Secretarias tutelares, y pese a no llevarse adelante la inve s t i g a-cin all, se evale si es necesario brindar algn tipo de apoyo especfico al ni-o o joven vctima y a su familia.

    Resulta interesante observar cunto disminuy el grueso de causas mer-ced a la reasignacin de competencias, circunstancia que pone en evidenciaque mayormente los jvenes y nios son vctimas y no victimarios. Adems,conviene tener en cuenta y eso ser motivo de una futura investigacin quela mayora de las causas que antes abultaban el nmero de los registros en losjuzgados de menores y que tenan a los nios como vctimas, se vinculan conel delito de impedimento de contacto del menor con el padre no conviviente, ti-po penal creado legislativamente a travs de la ley 24.27010.

    24 n Gustavo Gonzlez Ferrari

    10 . El trmite pensado por esa ley es sumamente engorroso en la prctica, pues corre s p o n d emediar en audiencias durante las cuales se es testigo de serios problemas intra f a m i l i a res quedeberan ser resueltos en otros mbitos y no en el penal, demorando la tramitacin de causasms gra ve s .

    Jvenes 5/18/05 8:22 AM Page 24

  • c a p tu lo 3Cules son las edades de los jvenes infra c t o re s ?

    Grfico 2Edades de los jvenes infra c t o res - Juzgados 1 y 2 de Menores - Poder Judicial de laNacin - Ciudad Autnoma de Buenos Aires - Ao 2003

    Fuente: Unidos por la Justicia

    El re l e vamiento como se pre c i s a ra en el primer captulo fue efectuado dura n-te todo el ao 2003 con la totalidad de los hechos delictivos investigados por an-te los juzgados de Menores Nro. 1 y 2. Los casos re l e vados ascendieron a 1.205.

    Teniendo en cuenta que los juzgados de menores de esta ciudad son siete,y que de acuerdo a las estadsticas del Poder Judicial tra m i t a ron durante eseperodo 4.045 casos de menores, la muestra seleccionada constituye el29,79% del total, supone un error de 2,86%, y merece un nivel de confianzaen sus conclusiones del 95,5%.

    Como se ilustra en el grfico precedente, los hechos delictivos cometidospor jvenes lo son mayoritariamente en la franja de los diecisis y diecisiete

    17 aos34,61%

    16 aos22,49%

    15 aos16,85%

    14 aos12,35

    12 aos 2,66%11 aos 1,16%

    10 aos 0,83%

    9 aos0,50%

    8 aos0,17%

    Desconocida1,08%

    13 aos7,30%

    Jvenes 5/18/05 8:22 AM Page 25

  • aos de edad (688 casos, que re p resenta el 58% del total). En la franja siguien-te, la de los quince y catorce aos, se advierte una cantidad importante de j-venes infra c t o res que sumados entre s superan por un margen del siete porciento (7%) a la cantidad de delitos cometidos por jvenes de diecisis aos; yno alcanzan estn an lejos segn el sondeo a invo l u c rarse en la cantidad dehechos en que lo hacen los jvenes de diecisiete aos.

    La tercera franja, la de los nios de trece y doce aos, es notoriamente in-ferior a las anteriores y pone en evidencia que, cuantitativamente, no influye enel mapa delictivo. A este respecto, mucho menos influye an la franja siguien-te nios de menos de once aos, lo que conduce a concluir que en esas eda-des, la implicancia de los nios responde ms a la situacin de exposicin enel medio social y a una ineficaz intervencin de las instancias de control no for-males, especialmente la parental. Se colige de ello que ese grupo etario nece-sita de otro tipo de asistencia que no debera brindar a mi juicio el SistemaPenal. Pa rece ms apropiado en estos casos pensar en un marco legislativoadecuado que ofrezca una respuesta eminentemente educativa a los fines dela pre vencin, en el que intervenga pre f e rentemente la administracin y/o elsistema judicial civil de familia. De hecho, un control cualitativo de las causasformadas con relacin a los nios de menos de trece aos permite detectar ca-sos vinculados con la infraccin a la ley de Proteccin de los Animales (carro sdel denominado cirujeo tirados por caballos en mal estado), hurtos en esta-ciones de ferrocarril o en plazas en que circula gran cantidad de gente.

    Lo antes resaltado permite la siguiente reflexin: si se produjese una bajaen la edad de punibilidad, desplazando el lmite a catorce aos, prcticamenteel 90% de los jvenes que infringen la ley quedaran incardinados en el Siste-ma Penal. Es necesario evaluar si ello es lo ms conveniente en el marco de unaPoltica Integral de la Niez y tambin en el marco de una Poltica Criminal miopinin es que no, o si slo es conveniente que, de efectuarse la inclusin dealguna de las franjas que hoy no estn incorpora d a s1 1 p a ra el sometimiento ajuicio penal, se discuta hacerlo slo en relacin a hechos de suma violencia, co-mo por ejemplo los homicidios, los abusos sexuales graves, o la extorsin. Es-to es: delitos cuyas penalidades mnimas prevn ms de cinco aos de encie-r ro y que, como se demostrar en las pginas siguientes, son cometidos muye xcepcionalmente por nios o jvenes. De cualquier modo ello debe discutirse

    26 n Gustavo Gonzlez Ferrari

    1 1 . Al momento de realizarse esta investigacin rige en Argentina la disposicin de la ley 22.278,modificada por la ley 22.803 que dispone que la franja de punibilidad especial para los jvenes ese n t re los diecisis y los dieciocho aos. Por debajo de esas edades no puede ser sometido un jove na proceso aunque s pueden adoptarse medidas tutelares si el juez estima que corre s p o n d e n .

    Jvenes 5/18/05 8:22 AM Page 26

  • en los trminos del a c u e rd o al que aludiera en el captulo primero de este tra-bajo. Puede considerarse como alternativa la conveniencia de una eficaz inter-vencin por parte del Juez Civil o de la Administracin Pblica en esa franja eta-ria para que, de modo asistencial, se ofrezcan respuestas al problema12.

    Finalmente, se puede destacar que ha habido un alto porcentaje de nioso jvenes cuyas edades no se han podido establecer. Se trata de personas to-talmente indocumentadas respecto de quienes hay que recurrir a informes m-dicos para poder establecer sus edades1 3. Esto pone en evidencia otro de losserios problemas que atraviesa nuestra niez: la ausencia de un plan de regis-t ro oficial especialmente para la niez ms carenciada, plan que recin en losltimos aos se ha asumido con mayor preocupacin14.

    Jvenes y delito en la ciudad de Buenos Aires n 27

    12 . Re p rese en que los jueces civiles pueden adoptar medidas de seguridad cuando existen si-tuaciones de extremo peligro para el propio ciudadano por otras cuestiones tales como adiccio-nes o problemas psicolgicos seve ros. Entiendo que no hay motivos para pensar por qu nopuede intervenir cuando un nio o joven pre-adolescente evidencie conductas de seve ra indo-lencia para con otros semejantes expresadas por la va delictiva. Ello podra, y debera, ra c i o n a l-mente ser encarado en forma conjunta con el Consejo de Niez, Adolescencia y Familia en elm a rco de pro g ramas eficaces.

    13. Los mdicos forenses lo hacen a travs de la radiografa de la mueca de la mano de los me-nores y obtienen ese dato con una altsimo grado de precisin (error de ms/ 6 meses).

    1 4 . El CO NNAF implement un plan de documentacin para jvenes infra c t o res. De cualquier ma-nera el plan tiene que ser pensado en los hospitales pblicos para que apenas nacida la criaturaobtenga su documento como expresin de su derecho a un nombre como lo dispone la Conve n c i nInternacional de los Derechos del Nio (CID N ) .

    Jvenes 5/18/05 8:22 AM Page 27

  • Jvenes 5/18/05 8:22 AM Page 28

  • c a p tu lo 4Qu tipo de delitos cometen los jvenes en la Ciudad de Buenos Aires?

    Grfico 3Delitos que cometen los adolescentes infra c t o res - Juzgados 1 y 2 de Menores - Po d e rJudicial de la Nacin - Ciudad Autnoma de Buenos Aires - Ao 2003

    Fuente: Unidos por la Justicia

    0% 10% 20% 30% 40% 50% 60% 70% 80% 90% 100%

    Robo 35,69%

    11,61%

    10,82%

    8,86%

    8,78%

    Robo en poblado y en banda

    Hurto

    Robo con armas

    Lesiones leves

    Resistencia a la autoridad 5,25%

    Amenazas 4,94%

    Dao 3,84%

    Privacin de la libertad 1,33%

    Portacin de arma civil 1,25%

    Lesiones en ria 1,18%

    Hurto agravado 1,10%

    Encubrimiento 0,94%

    Dao agravado 0,94%

    Portacin de arma de guerra 0,71%

    Lesiones graves 0,63%

    Otros 0,24%

    Homicidio 0,39%

    Defraudaciones y estafas 0,31%

    Abuso sexual 0,31%

    Homicidio agravado 0,24%

    Falsificacin 0,24%

    Infraccin Ley Prop. intelectual 0,16%

    Robo seguido de muerte 0,08%

    Asociacin ilcita 0,08%

    Amenazas agravadas 0,08%

    Jvenes 5/18/05 8:22 AM Page 29

  • Se advierte un resultado que es comn denominador en los relevamientos deesta ndole: la mayora de los hechos en que se invo l u c ran los jvenes estn re-lacionados con delitos contra la propiedad. Sumados los hurtos, robos simplesy robos calificados a los contenidos en el artculo 167 del Cdigo Penal en po-blado y en banda, mediante escalamiento, de vehculo dejado en la va pbli-ca, etc., se obtiene un total que ronda el sesenta por ciento de los casos(58,12 %).

    La estadstica efectuada permiti adems constatar que la comisin dehechos de robo de mayor gra vedad por la violencia que se infringe a la vcti-ma contenidos en los artculos 165 y 166 del Cdigo Penal y que en lam u e s t ra se categoriz como Robo con armas es re l a t i vamente alta(8,86%) porque est prxima a su anttesis: los hurtos. A ttulo informativo, pa-ra el lector desconocedor, sobre qu conduce a calificar a un robo de violen-t o variable compleja en el marco de una investigacin corresponde decirque se ha tratado de ese modo a los hechos en los que el joven o nio autor, enel curso de su actuacin, se vali para cometer o intentar cometer el delito de,por ejemplo, armas propias de fuego o blancas, o impropias, es decir, uti-liz objetos contundentes de modo amenazante para vencer ms fcilmentecualquier resistencia que pudiera ofrecerle la vctima (piedras, palos, vidrioscortantes, objetos muy contundentes, etc.)

    En tercer lugar se encolumnan hechos delictivos cometidos en la vincula-cin del joven con su mundo social. Me re f i e ro a hechos que tienen que ver condaos a los bienes de los vecinos y a las cosas de uso pblico, hechos en gene-ral relacionados con lo que comnmente se denomina vandalismo, violenciaprovocada en el curso de una pelea ocasional lesiones leves, agresiones pa-ra resistirse al arresto atentado y resistencia a la autoridad,o amenazas queg e n e ralmente concurren con el delito de lesiones. Estas cuatro categoras dedelitos aportan el 22,81% al cuadro que se viene describiendo y constituye n ,con las anteriores, casi la totalidad de los casos tramitados ante los juzgadosde menores.

    La investigacin permite concluir tambin que los hechos que mayor con-mocin social provocan merced a la intervencin de los medios masivos de co-municacin homicidios, abusos sexuales, robo seguido de muerte o secues-t ros extorsivos, poco o nada inciden en su aporte cuantitativo al unive r s od e l i c t i vo de la minoridad, pues apenas superan el uno por ciento (1,02%) de loscasos relevados. Es decir, son excepcionales.

    Conviene destacar, para mejor comprensin del lector, que durante el rele-vamiento se consideraron los siguientes tipos penales como variables de an-lisis: el hurto (138 casos); el hurto agravado, es decir, aquel en que existi du-

    30 n Gustavo Gonzlez Ferrari

    Jvenes 5/18/05 8:22 AM Page 30

  • rante su comisin escalamiento, uso de llaves falsas o se sustrajo un automo-tor dejado en la va pblica (14 casos); el robo simple, que se erige como el de-lito de mayor comisin (455 caos), casi la mitad de la medicin; el robo agra-vado, que fue discriminado en tres subgrupos: a) uno conteniendo los robos enpoblado y en banda, los de automotor dejado en la va pblica y los perpetra-dos con escalamiento o uso de llaves falsas art.167 del Cdigo Penal, que to-t a l i z a ron 148 casos; b) otro conteniendo el robo con armas, categorizacin quei n c l u ye todos aquellos hechos que se corresponden con la descripcin tpicaefectuada en el artculo 166 del Cdigo Penal de los que se constataron 113 ca-sos; y c) el robo agravado por haber resultado una muerte durante su desarro-llo, aludido en el artculo 165 del Cdigo Penal, del que slo se registro un ca-so, en el que a poco de investigar se desvincul al joven por no haber tenidop a rticipacin en el episodio. Difcilmente se constataron hechos vinculados ad e f raudaciones y estafas (slo se detectaron 4o casos), y extorsin slo uno; yel nivel de homicidios agravado artculo 80 del Cdigo Penal es igual al deli-tos de poca gra vedad como el de violacin de domicilio, contemplado en eltem Otros.

    Finalmente, destaco que en relacin al delito de lesiones, los de natura l e z al e ves han sido los predominantes (112 casos) frente a solo 8 de naturaleza gra ve .Hay que tener en cuenta que este delito, por el monto mximo de pena pre v i s t opor el Cdigo Penal, redunda en un sobreseimiento del joven, pues, de acuerd ocon la normativa legal vigente, no es punible1 5.

    Jvenes y delito en la ciudad de Buenos Aires n 31

    15. Artculo 1 de la ley 22.278.

    Jvenes 5/18/05 8:22 AM Page 31

  • Jvenes 5/18/05 8:22 AM Page 32

  • c a p tu lo 5Delito y gnero1 6. Delinquen ms los jvenes va rones que las jvenes mujere s ?

    Grfico 4Sexo de los imputados - Juzgados 1 y 2 de Menores - Poder Judicial de la Nacin - Ciu-dad Autnoma de Buenos Aires - Ao 2003

    Fuente: Unidos por la Justicia

    Como es apreciable, solo el 12,78% de los casos evidencian participacin dejvenes mujeres y nias. stas incurren en infracciones a la ley penal en menormedida o, al menos, no son detectadas del mismo modo. Esto se correspondecon una tendencia universal en la cuestin.

    Sin embargo, conviene destacar que se aprecia una mayor intervencin de mu-j e res en el delito juvenil confrontando estos re l e vamientos con aos anteriore s1 7.

    Femenino12,78

    Masculino87,22

    1 6 . Este investigador comparte la posicin de que el gnero es una construccin social que vams all de lo biolgico. A los fines de la presente estadstica, el re l e vamiento ha tenido en cuen-ta la variable sexo, por razones eminentemente prcticas, como sexo biolgico .

    17 . Los opera d o res consultados -asistentes tutelares- encargados de la libertad vigilada de am-bos juzgados coincidieron en sealar que cada ao que pasa tienen mayor cantidad de mujeresp a ra superv i s a r. El presente trabajo de investigacin no apunt a efectuar una comparacin nu-mrica con otros perodos anteriores pues hubiera supuesto un esfuerzo considerable.

    Jvenes 5/18/05 8:22 AM Page 33

  • Una explicacin posible respecto a por qu las mujeres no participan tanto enesos hechos como los va rones, podra obedecer a que el nivel de escolaridadde las nias y adolescentes es ms eleva d o. Por lo tanto, permanecer mstiempo en un mbito de control social de suma importancia como es el sistemae s c o l a r1 8. Otra posible explicacin es que las nias cooperan en la dinmica fa-miliar de un modo sobreadaptado, ocupndose de labores domsticas o de lacrianza de sus hermanos menores en los casos de hogares numerosos19.

    Un anlisis de los casos en particular ms adelante se har re f e rencia alestudio cualitativo efectuado sobre algunos de los casos re l e vados en ambosjuzgados permite afirmar que la intervencin de las jvenes en los hechos de-l i c t i vos es mayoritariamente en co-autora, esto es intervienen en los h e c h o sjunto con mayo res o con jvenes va rones de su misma edad esto ltimoc o n s t i t u ye la mayora de los casos. Slo se contabilizaron 12 casos en los quelas jvenes interv i n i e ron solas, lo que re p resenta un porcentaje del 8%.

    Grfico 5Concurso de participacin delictiva de mujeres menores de edad - Juzgados de Meno-res 1 y 2 - Poder Judicial de la Nacin - Ciudad Autnoma de Buenos Aires Ao 2003

    Fuente: Unidos por la Justicia

    34 n Gustavo Gonzlez Ferrari

    1 8 . La categora g n e ro en Criminologa ha sido tratada de un modo muy arduo e interesante por G.SMAUS en su artculo Das St ra f recht und die Fra u e n k r i m i n a l i t t a publicado en Kriminologischesjournal (1990). Con incisivos cuestionamientos sobre las modalidades del tratamiento re s e rvado aellas, los destinos especficos en la educacin y en la formacin profesional en la crcel , dirigidos are p roducir y asegurar la doble subordinacin en las relaciones de gnero y en las relaciones de pro-duccin, recomiendo consultar El paradigma del Gnero. Desde la cuestin Criminal a la CuestinH u m a n a, conferencia dictada por el profesor Al e s s a n d ro BAR ATTA en la Universidad de Salamancaen el ao 2000 y publicada en la revista de la Facultad de Derecho de esa Universidad ese mismo ao.

    1 9 . Cabe aclarar que estas explicaciones al fenmeno son hiptesis explicativas que no hemosverificado empricamente.

    Mujeres mayoresde 14 aos (autoras)

    8%

    Mujeres mayoresde 14 aos(con autora)92%

    Jvenes 5/18/05 8:22 AM Page 34

  • El nmero de participacin de las nias va creciendo segn la franja etaria. As,m i e n t ras en la franja de los catorce aos se contaba slo con 29 casos, y au-ment en uno ms en la franja de los quince, el nmero comenz a engrosarsea partir de los diecisis aos (34 casos), y prcticamente qued doblado en laf ranja de los diecisiete, llegando a re l e varse 55 casos, lo que importa un au-mento entre la franja de menos edad calculada y esta ltima del 89,65 %20, esdecir, casi el doble de casos.

    Grfico 6 Participacin femenina en el total de delitos cometidos - Juzgados 1 y 2 de Menores -Poder Judicial de la Nacin - Ciudad Autnoma de Buenos Aires - Ao 2003

    Fuente: Unidos por la Justicia

    El cuadro anterior resulta interesante pues a la vez que se advierte un incre-mento de la participacin delictiva de las jvenes conforme aumenta su edad,se puede observar cmo ese mismo crecimiento se da respecto de los va ro n e s ,

    Jvenes y delito en la ciudad de Buenos Aires n 35

    400

    350

    300

    250

    200

    150

    100

    50

    014 aos

    107

    184

    218

    3455

    351

    3029

    14 aos

    n Masculino n Femenino

    16 aos 17 aos

    2 0 . ste no deja de ser un dato peculiar que merece ser investigado pues el fenmeno se re g i s-t ra de un modo diferente en el caso de los va rones donde el aumento es ms marc a d o. Puede quela diferencia sea en la instancia de deteccin de las menores por parte del sistema y que esta de-teccin sea selectiva.

    Jvenes 5/18/05 8:22 AM Page 35

  • y la brecha que separa a stos de aqullas es menor cuanto menos edad tie-nen. Dicho de otra forma, si se comparan las variables sexo y edad se obtieneque la incursin delictiva entre hombres y mujeres es ms pareja, cuantitativa-mente, a menor edad.

    Grfico 7Pa rticipacin de las mujeres en hechos delictivos en relacin con los va rones de la mis-ma edad - Juzgados de Menores 1 y 2 - Poder Judicial de la Nacin - Ciudad Autnomade Buenos Aires - Ao 2003

    Fuente: Unidos por la Justicia

    La separacin de las brechas los varones aumentan geomtricamente enrelacin con las mujeres a partir de los catorce y quince aos, parecera con-firmar la hiptesis de que la escuela como mbito de re s g u a rdo cumple unafuncin social fundamental y que el abandono escolar por parte de los va ro n e s ,los coloca en situacin de mayor exposicin y vulnerabilidad frente al delito21.

    36 n Gustavo Gonzlez Ferrari

    21. A ttulo ilustrativo basta con ingresar a los registros del INDEC sobre el censo de nivel de edu-cacin en la Ciudad Autnoma de Buenos Aires. En el ao 2001 ltimo registro con que se cuen-ta- los va rones de entre catorce y diecisiete aos que no asisten al colegio son el 8% sobre unapoblacin de 68.305 nios. En cambio, las nias en esa franja son el 6,8% de una poblacin de66.777. A la edad de catorce aos los niveles de desercin son parejos (4% en va rones y 3,3 enm u j e res) lo que se corresponde con el nivel parejo en ndices de delincuencia. A partir de esaedad, el ndice de los va rones empieza a crecer llegando la desercin al 12,4 % a los diecisieteaos, contra el 10,5% de las mujeres de esa misma edad.

    100%

    80%

    60%

    40%

    20%

    0%14 aos 15 aos 16 aos 17 aos

    21,3214,02 13,49 13,55

    Jvenes 5/18/05 8:22 AM Page 36

  • c a p tu lo 6Delito y violencia. Son los jvenes ms violentosque los adultos?

    En relacin a los ndices de violencia, los jvenes no superan a los adultos. Esto lopudimos establecer de modo compara t i vo, pues hemos llevado a cabo en Unidospor la Justicia paralelamente una investigacin con la Justicia Criminal de mayo re s .All se puso en evidencia que los adultos doblan a los jvenes en la comisin dehechos delictivos de mucha violencia (se considera ron aquellos hechos penadoscon un mnimo de cinco aos o ms de prisin, como robo con armas, homicidios,violaciones etc.); y que por el contrario los jvenes superan a los adultos cuandose trata de hechos pocos violentos, tales como hurtos, resistencia a la autoridad,lesiones leves, etc.

    Una posible explicacin de esta circunstancia a mi juicio obedece a la etapae vo l u t i va de conformacin de la estructura de personalidad de los jvenes, pues,al efectuarse un anlisis cualitativo de esos hechos, se advierte que se trata de he-chos vinculados con el re c h a zo a las rdenes impartidas por la polica a la salidade discotecas, recitales o espectculos deport i vos; o peleas entre bandas en luga-res pblicos (lesiones y acometimiento en ria), o daos calificados a travs depintadas o grafittis a edificios pblicos y trenes o ro t u ra de patrulleros policiales,hechos usualmente denominados va n d l i c o s .

    Tampoco un anlisis cualitativo de los casos ha permitido corro b o rar que, enla medida en que los menores intervengan en delitos con personas mayo res deedad, se tornen ms violentos. Es que la violencia no guarda ninguna relacin cau-sal con el cruzamiento de esas variables, al menos en el marco del trabajo que he-mos efectuado. Se aprecia, en cambio, mayor grado de violencia en las mujere sadolescentes cuando intervienen en hechos con mayo res de edad va ro n e s2 2.

    2 2 . Un caso paradigmtico de lo que se sostiene puede ser el tramitado por el Juzgado de Menores Nro.1 bajo el Nro. 1969 en el que una joven de diecisis aos redujo a un taxista a punta de pistola en tantosu acompaante mayor de edad robaba con armas un re s t a u rant y se tiroteaba con la polica. De este te-nor se contabilizaron otros dos casos en todo el re l e vamiento, en uno de los cuales el arma utilizada porla joven fue un cuchillo causa Nro. 10.008 del Juzgado de Menores Nro. 2. Tambin se aprecia violenciaen los casos en que las jvenes se pelean y amenazan en el mbito escolar, hechos que se re i t e ran a me-nudo de acuerdo a lo que se pudo establecer mediante el re l e vamiento casos 1943 y 1925 del Juzgadode Menores Nro. 1 y 10.118 del Juzgado de Menores Nro. 2, por slo nombrar algunos.

    Jvenes 5/18/05 8:22 AM Page 37

  • Grfico 8ndice de Violencia de Menores - Juzgados 1 y 2 de Menores - Poder Judicial de laNacin - Ciudad Autnoma de Buenos Aires - Ao 2003

    Fuente: Unidos por la Justicia

    Grfico 9ndice de Violencia de Mayo res - Poder Judicial de la Nacin - Ciudad Autnoma deBuenos Aires - Ao 2003

    Fuente: Unidos por la Justicia

    38 n Gustavo Gonzlez Ferrari

    Muy violentos8%

    Muy violentos15%

    Violentos51%

    Violentos49%

    Poco violentos41%

    Poco violentos36%

    Jvenes 5/18/05 8:22 AM Page 38

  • c a p tu lo 7Delito y edades: un anlisis desagregado con aporte cualitativo

    7.1 La franja de los catorce aos. Discriminacin de delitos cometidos segn la edad del autor y el sexo

    Grfico 10C o m p a ra t i vo de 14 aos - Juzgados 1 y 2 de Menores - Poder Judicial de la Nacin -Ciudad Autnoma de Buenos Aires - Ao 2003

    Fuente: Unidos por la Justicia

    100%

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    3 7 4 2 5 1 4 1 1

    48 9 11 16 1 4 5 3 1 1

    0

    n Masculino n Femenino

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  • Una aclaracin que conviene efectuar antes de abordar el anlisis detallado, esque se ha desechado, a los fines de la investigacin, la utilizacin de la catego-ra del derecho penal t e n t a t i va2 3 como variable de anlisis en los casos. Ellopor cuanto se trata de una variable muy compleja que excede el marco de estai n vestigacin y que hubiera supuesto un estudio cualitativo de pro p o rc i o n e sconsiderables, porque lo que se trata de evaluar en el marco de una investiga-cin de este tipo es la intencionalidad del autor ms all del resultado obteni-d o. Que un joven vaya a robar con un arma de fuego cargada es de por s un he-cho que merece una reflexin interdisciplinaria, aun cuando no haya logra d oalzarse con su botn o se lo haya impedido la oportuna intervencin de terc e-ros o una hbil y efectiva respuesta de la vctima. Por tanto, cuando en los gr-ficos se observa por ejemplo robo, en ese rubro se consideraron tanto hechosconsumados como tentativos.

    Como quedara dicho, el delito ms cometido es el robo, sin distincin deespecie. El anlisis cualitativo de los casos tramitados ante ambos juzgadosno permite rescatar ningn hecho ms significativo que otro. Se observan he-chos tales como la sustraccin de prendas en negocios de venta de ropa, ro b ode autoestreos de vehculos dejados en la va pblica, o arrebatos (ms pre-p o n d e rantes). Tambin se aprecian hechos en los que las vctimas dicen habersido amenazados durante el desapoderamiento mediante armas de fuego uobjetos punzantes que luego no fueron hallados por el personal de pre ve n c i nque interv i n o2 4.

    El segundo tipo de delito cometido en esta franja etaria de los catorce aoses el de lesiones. Y lo ha sido, al igual que el robo simple, tanto para los va ro n e scomo para las mujeres. Una lectura de las causas re l e vadas pone en evidencia

    40 n Gustavo Gonzlez Ferrari

    23. Tentativa da cuenta de que si bien se ha empezado a ejecutar un hecho relevante para el de-recho penal, no se ha accedido al resultado pretendido por razones ajenas al autor.

    2 4 . La lectura ms detenida de los expedientes no nos permiti establecer el mvil del ro b o. Estaintencin la tuvimos con el propsito de establecer si se incurra en este tipo de conducta por apre-mios econmicos y para satisfacer necesidades bsicas. En los informes socio-ambientales re a l i-zados por ms de treinta asistentes tutelares distintos no se trasluca de un modo uniforme los cri-terios va l o ra t i vos de esos profesionales a la hora de determinar si el nio o joven incurra en esetipo de conductas para paliar necesidades bsicas de su existencia. S pudimos entrevistar a algu-nos de los jvenes de modo ms directo y obtener algunos datos interesantes como muestra, enlos que manifiestan que el producto de los robos y hurtos persiguen la compra de estupefaciente(pasta base, marihuana, etc.) Como estos datos no los pudimos obtener de la totalidad de los ca-sos encuestados, sino slo de algunos de ellos, los damos a conocer como inquietud y pre o c u p a-cin pero en modo alguno debe tenrselos como conclusin empricamente comprobada. En sn-tesis, del mismo modo que no puede decirse de manera contundente que los jvenes y niosdelincan por hambre, tampoco puede afirmarse de igual forma que lo hagan para dro g a r s e ,posicin que muchas veces se escucha como muletilla en los medios de comunicacin.

    Jvenes 5/18/05 8:22 AM Page 40

  • especialmente una seria deficiencia del sistema educativo, pues la mayora delos hechos tra n s c u r re en el mbito escolar, antes o despus de salida del cole-gio, por malos entendidos y roces entre los alumnos. Tambin los problemas derelacin propios de la adolescencia noviazgos o rias entre bandas de amigaso amigos acaparan parte de los casos. Un interesante trabajo de prevencinque puede plantearse para disminuir estos problemas, sera jornadas de re f l e-xin en el mbito escolar y un trabajo coordinado por parte de la justicia de me-n o res y los equipos de orientacin escolar de los distintos distritos.

    El tercer tipo de delito es el robo ms violento, aquel cometido con armas,que, sorprendentemente, es mayor en nmero que, por ejemplo, otro tipo derobos como los previstos por el artculo167 del Cdigo Penal que son menosg ra ves. Uno de los aportes cualitativos ms importantes que la lectura de lossumarios aport a la investigacin, fue el de permitirnos apreciar que los me-n o res por debajo de la franja de punibilidad, se comportan de modo violentocuando participan de hechos delictivos graves25.

    Respecto de los dems delitos, ninguno merece mayo res comentarios a lah o ra de la lectura de los casos, pues guarda relacin con lo que histricamenteson cometidos a esa edad. Me re f i e ro a los hurtos pre f e rentemente en lugare sde mucha concurrencia pblica como centros comerciales, amenazas casosvinculados con el mbito escolar o con problemas vecinales que podran ser re-sueltos por una justicia de menor cuanta o hechos de tipo va n d l i c o.

    Se relevaron dos hechos de homicidio con participacin de nios de cator-ce aos. Ambos casos tuvieron tramitacin ante el Juzgado Nacional de Meno-res Nro. 2 uno por cada secretaria de actuacin. Al abordarlos, se pudo esta-blecer que, en realidad, en ninguno de los casos el nio fue protagonista delepisodio, pues en uno se trataba del hijo de un imputado por homicidio en de-fensa propia en ocasin de un asalto, esclarecindose que el nio no haba to-mado parte alguna por lo que result, en consecuencia, sobresedo; y el otrose trataba de una nia que agredi con un cuchillo a un vecino a quien acusa-ba de acosarla sexualmente, no alcanzando a herirlo de gravedad26.

    En cuanto a las originalidades constatadas se encuentra un hecho de in-fraccin a la ley de propiedad intelectual, delito que poco a poco se va hacien-do comn en los jvenes a raz del impacto informtico. Se trataba de un hechode copia ilegal de material de computacin para su venta en la va pblica.

    Jvenes y delito en la ciudad de Buenos Aires n 41

    25. Por ejemplo las causas Nro. 1.882 y 1.984 del Juzgado de Menores Nro. 1, por mencionar slodos que sirven de muestra para Buenos Aires.

    26. Cfr. causa Nro. 9.739 del registro de la secretara 5 del Juzgado de Menores Nro. 2.

    Jvenes 5/18/05 8:22 AM Page 41

  • 7.2 La franja de los quince aos. Discriminacin de delitos cometidos segn la edad del autor y el sexo

    Grfico 11C o m p a ra t i vo de 15 aos - Juzgados 1 y 2 de Menores - Poder Judicial de la Nacin -Ciudad Autnoma de Buenos Aires - Ao 2003

    Fuente: Unidos por la Justicia

    La tendencia es similar a la franja etaria anterior, aprecindose una mayo rp a rticipacin en hechos relacionados con delitos contra la propiedad. Aqus se detectan hechos vinculados con el uso de armas de fuego port a c i no tenencia y crece la participacin en grupos o bandas en las que interv i e-nen otros jvenes de ms de diecisis aos y menos de dieciocho como sever ms adelante al efectuar el anlisis del concurso de participacin cri-minal. El nmero supera al constatado en las franjas anteriores, y en los in-

    42 n Gustavo Gonzlez Ferrari

    100%

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    1 11 4 3 2 8 1 0 0 0 0 0

    79 26 16 6 9 9 2 1 1 1 3

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    n Masculino n Femenino

    Jvenes 5/18/05 8:22 AM Page 42

  • formes de los asistentes tutelares que supervisan los casos se comienza adetectar un mayor compromiso de los jvenes en el consumo de alcohol ysustancias adictivas, especialmente el consumo de la denominada p a s t ab a s e.

    Esta variable la adiccin es difcil de relevar pues pocos jvenes contes-tan afirmativamente al ser interrogados al respecto y su confirmacin se lograslo luego de establecer un trato con ellos, ya sea por reconocimiento propio oal detectarse conductas que evidencian situacin de adiccin ansiedad, re s-puestas violentas, comentarios re l a t i vos a esas circunstancias por parte delresto de los miembros de la familia, etc.27.

    Los casos de violencia tienen que ver con intervenciones en robos con ar-mas de los que participan jvenes un poco ms grandes. La franja de quinceaos es donde se pone ms en evidencia lo arbitrario que puede ser fijar unaf ranja a partir de la cual se instala la punibilidad, pues al analizarse los casosde modo particular se advierte que los jvenes de quince aos invo l u c rados noentran en la franja de punibilidad por un margen de pocos das o de pocos me-ses. Un caso paradigmtico es un robo con armas en que particip un joven dequince aos que en el mismo ao y con diferencia de pocos meses particip eno t ros dos hechos de la misma ndole seriamente gra ves y que eludi quedarprocesado solo por cuestin de das28.

    Jvenes y delito en la ciudad de Buenos Aires n 43

    2 7 . Tambin se ha tenido en cuenta a la hora de considerar una posible adiccin del joven a losestupefacientes la circunstancia que en la planilla de antecedentes se hubiese constatado parala iniciacin de un sumario por infraccin a la ley 23.737.

    28 . Causa 1.834 del re g i s t ro del Juzgado de Menores Nro. 1, Se c retara 2. El joven golpe a to-dos los concurrentes en un bar de la zona cntrica con la culata de uno de los dos re v l ve re sque llevaba y los desapoder de todas sus pertenencias, adems de llevarse la re c a u d a c i ndel local. Ese hecho lo cometi junto con un nio de catorce aos, tambin armado. Pocos me-ses despus, tras ser externado y re i n t e g rado a su familia, repiti la conducta, a pesar de locual se lo volvi a re i n t e g rar a su familia. Finalmente, su terc e ra intervencin consecutiva conel mismo grado de violencia se dio cuando entr con otros dos jvenes mayo res que l en unacasilla del barrio de emergencia donde viva a robar a mano armada a unos vecinos, un grupofamiliar con cinco nios pequeos, mientras estos dorman. El grado de violencia evidencia-do, la imposibilidad de los padres de hacerse cargo debidamente y la posible adiccin del jo-ven a los estupefacientes, motiv que el juzgado dispusiera definitivamente de l, re s o l u c i nque fue confirmada por la Al z a d a .

    Jvenes 5/18/05 8:22 AM Page 43

  • 7.3 La franja de los diecisis y diecisiete aos. Discriminacin de delitoscometidos segn la edad del autor y el sexo

    Grfico 12C o m p a ra t i vo de 16 aos - Juzgados 1 y 2 de Menores - Poder Judicial de la Nacin -Ciudad Autnoma de Buenos Aires - Ao 2003

    Fuente: Unidos por la Justicia

    Al efectuarse un anlisis cualitativo de la enve rg a d u ra de los hechos se ad-v i e rte gran nivel de violencia sobre las vctimas. Pa radigmticos son los ca-sos tramitados bajo el Nro. 1.834 y 1.887 del Juzgado de Menores Nro. 1,pues se trata de robos re i t e rados con armas de fuego y en uno de ellos, ade-ms, se intent dar muerte a la vctima. Casos como stos se re l e va ron enlos dos juzgados, aunque es prudente re i t e rar que no son mayoritarios. Sinperjuicio de ello, en caso de realizarse una reforma legislativa sera conve-niente pre ver una respuesta institucional tratamientos eficaces para es-tas situaciones en la que, pese a priorizarse la restitucin a la familia, el gru-po familiar demuestra ser incapaz de poner freno a los j venes que sei n vo l u c ran re i t e radamente en hechos con serias consecuencias para ellos y pa-ra terc e ros, y el seguimiento en libertad asistida se hace por tanto ilusor i o. Ello

    44 n Gustavo Gonzlez Ferrari

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    33 99 40 19 3 22 1

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    4 5 1 4 1 4 2 1 15

    n Masculino n Femenino

    0 0 0 0 0

    Jvenes 5/18/05 8:22 AM Page 44

  • vale para los casos en que no sean considerados jvenes punibles, o en loscasos en que se incorpore la franja etaria para hechos violentos.

    Grfico 13C o m p a ra t i vo de 17 aos - Juzgados 1 y 2 de Menores - Poder Judicial de la Nacin -Ciudad Autnoma de Buenos Aires - Ao 2003

    Fuente: Unidos por la Justicia

    En cuanto a los hechos de ndole sexual, slo uno revisti seria import a n-cia pues se trataba de un muchacho que viol a muchas jvenes, quien era co-nocido en los medios de comunicacin como el violador de la bicicleta ya quese desplazaba en ese vehculo y bajo amenazas o a punta de cuchillo sometasexualmente a las vctimas en fbricas abandonadas. El grado de sadismo evi-denciado justific que el juzgado dispusiera estudios psiquitricos especialespara establecer si estaba comprendido en la normalidad jurdica29.

    Jvenes y delito en la ciudad de Buenos Aires n 45

    100%

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    60%

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    35 135 47 45 8 10 2 15 8 3 4 1 9 1 22 3 1 1 1

    9

    8 10 8 3 4

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    n Masculino n Femenino

    29. Causa 1896 del registro de la Secretara 2 del Juzgado de Menores Nro. 1.

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  • Jvenes 5/18/05 8:23 AM Page 46

  • c a p tu lo 8Re i t e rancia delictiva. El problema de los tra t a m i e n t o s

    Grfico 14Re i t e rancia de los menores que delinquen - Juzgados 1 y 2 de Menores - Poder Judi-cial de la Nacin - Ciudad Autnoma de Buenos Aires - Ao 2003

    Fuente: Unidos por la Justicia

    De acuerdo al grfico el nivel de reiterancia es alto. Para evaluarlo se conside-ra ron los re g i s t ros de los libros de entradas de ambos juzgados, corro b o r n d o-se luego de modo ms especfico en los legajos en part i c u l a r. Adems de loscasos en los que se consign la reiterancia de modo explcito, tambin se eva-lu su existencia cada vez que se derivaba el seguimiento tutelar a otro juzga-do de Capital por aplicacin de las disposiciones del artculo 180 del Re g l a m e n-to para la Jurisdiccin en lo Criminal y Correccional que establece que el juezque primero intervino respecto de un menor por la comisin de un delito debeseguir cada vez que se re g i s t re un nuevo proceso, aunque el hecho delictivo nolo investigue l.

    Es importante tener en cuenta que el nmero an podra ser mayor puesesa normativa reglamentaria no rige entre los juzgados de menores de la Ciu-dad Autnoma de Buenos Aires y de la Provincia de Buenos Aires, ni tampocoe n t re los primeros y los juzgados federales del mismo distrito, que tienen com-

    No56,74%

    S43,26%

    Jvenes 5/18/05 8:23 AM Page 47

  • petencia para atender casos de jvenes infra c t o res cuando infringen leyes fe-d e rales como consumo de estupefacientes o delitos en los que el Estado Na-cional se viera afectado entorpecimiento de servicio pblicos, daos a bienesdel estado, falsificacin de moneda o documento pblico, por enumerar algu-nos casos. Por tal motivo el nmero podra ser an ms elevado y la falta de unregistro comn impide relevar esta variable an con mayor exactitud.

    Este alto nivel de re i t e rancia permite reflexionar respecto del xito de lost ratamientos actualmente vigentes pues si se tiene en cuenta que los nive l e sde internacin como ms adelante se exhibir son menores al nmero de ca-sos en los que se otorga la libertad vigilada, sta tampoco es eficaz y se ha tor-nado una supervisin que satisface sobre todo al recaudo administrativo legaldel seguimiento porque poco coopera a la integracin social del joven. Ta m b i npermite cuestionar la utilidad de la internacin al menos como est pensadaactualmente, pues no se aprecia que haya continuidad entre los tratamientosque se pudieron haber efectuado pocos o nulos por cierto durante el encie-rro, y el seguimiento que se implementa una vez otorgada la libertad.

    Conviene tener en cuenta que no se ha llevado un control estadstico sobresi el grupo de jvenes en los que no se advirti reiterancia se ven involucradosen nuevos hechos delictivos una vez alcanzada la mayora de edad. Ese releva-miento supera la intencin del presente trabajo y debera realizarse con las fi-chas del Re g i s t ro Nacional de Reincidencia y Estadstica Criminal. A nivel nacio-nal sera interesante poder efectuar ese re l e vamiento a lo largo de un ao. Esdecir que cuando aqu se habla de re i t e rancia nos estamos refiriendo a la re i t e-rancia de los jvenes y nios mientras las causas que se le inicien se tramitencon los recaudos de la ley especial(Ley 22.278).

    48 n Gustavo Gonzlez Ferrari

    Jvenes 5/18/05 8:23 AM Page 48

  • c a p tu lo 9Las medidas cautelares. Es ve rdad que los jvenes son d e r i vados mayormente a institutos de detencin apenas cometido un hecho calificado por la ley como delito?

    Grfico 15Tratamiento aplicado a menores que delinquen - Juzgados 1 y 2 de Menores - Po d e rJudicial de la Nacin - Ciudad Autnoma de Buenos Aires - Ao 2003

    Fuente: Unidos por la Justicia

    El re l e vamiento permiti constatar que los jvenes y nios aprehendidos apenascometido un hecho que puede resultar considerado delito son mayo r i t a r i a m e n-te: a) entregados a sus padres desde las comisaras; b) entregados a sus padre sa travs del Consejo Nacional de Niez, Adolescencia y Familia; c) entregados asus padres en el tribunal luego de ser escuchados en la causa que se les inici,d e c l a racin que se cumple al menos en los dos juzgados re l e vados en el plazode las ve i n t i c u a t ro horas siguientes a la intervencin judicial3 0.

    El grfico 15 indica que en casi 80% de los casos, los jvenes y nios fue-ron re i n t e g rados a sus familias en el marco del rgimen de libertad asistidap revisto por la ley de menores. La libertad la re c u p e ra ron en un 90% de esoscasos desde la Comisara a poco de su detencin, por orden del juzgado inter-viniente, apenas se cumplieron las diligencias consideradas de rigor tales com o

    Permanecieron durantetoda la instruccin6,31%

    Externados durantela instruccin14,02%

    Detenidos20,33%

    Libertadasistida79,67%

    30. Esto no quiere decir que no pueda suceder que se demore la recepcin de la declaracin. Loque se afirma es que ningn caso como esos fue relevado en los juzgados en los que se practicel relevamiento.

    Jvenes 5/18/05 8:23 AM Page 49

  • pedido de antecedentes al Registro Nacional de Reincidencia y Estadstica Cri-minal o a la Polica Federal31.

    En cuanto a las internaciones, que totalizaron 245 casos, su duracin comomedida cautelar lo fue durante toda la instruccin en 76 casos (31,02% de lasinternaciones), y los 169 casos restantes (esto es el 68,97% de las internacio-nes) fueron externados en rgimen de licencias o incorporados al rgimen delibertad asistida, en algn momento del trmite instructorio.

    En cuanto al tiempo promedio de duracin de la instruccin en los juzga-dos re l e vados slo en dos casos uno por cada juzgado se vio superado encuatro meses32.

    Los casos en que la internacin continu como medida cautelar hasta la fi-nalizacin de la instruccin es decir ms de cuatro meses obedecieron a quelos jvenes ya registraban por lo menos otro proceso en trmite ante los tribu-nales orales y por encontrarse a disposicin de stos, no se les concedi la li-bertad anticipada. De hecho, a modo de ejemplo, al momento de presentacinde este trabajo meses de abril y mayo de 2004 el Instituto Luis Agote tenaslo dos jvenes de los 64 alojados a disposicin de juzgados de menores; elresto estaba anotado a disposicin de los Tribunales Orales quedando deteni-dos por su condicin de reiterantes a la espera de juicio oral.

    En cuanto a la libertad asistida, que consiste en un tratamiento en libertaden el que se prioriza la integracin del joven en su medio familiar, hoy da cum-ple su funcin de modo relativo pues el nmero de casos no es proporcional ala asignacin de recursos, por lo cual los asistentes tutelares no bastan parahacer un trabajo intensivo con los jvenes33.

    De esta manera, los informes que se producen y se agregan a los legajosson ms que nada funcionales al sistema de administracin de justicia, antesque a la evolucin del joven quien, si recibe algn beneficio, lo obtiene de mo-do secundario merced a la seria preocupacin y esfuerzo con que algunos asis-tentes tutelares y operadores del CONNAF ejercen su labor profesional.

    50 n Gustavo Gonzlez Ferrari

    31. Los prontuarios policiales estn a cargo de la Divisin Delitos Contra Menores.

    32 . Aqu resulta re l e vante precisar que como la ley actualmente vigente (ley 22.278) no establece pla-zos, ni criterios objetivos para evaluar cundo se debe internar a un joven o nio y cundo no, los da-tos que se presentan son slo orientativos. Marcan una tendencia de cmo al menos en la Ciudad Au-tnoma de Buenos Aires, dos juzgados deciden ese aspecto, pero esto no puede proyectarse de modog e n e ralizado pues otros juzgados pueden ser exc e s i vamente duros al respecto, o lo contra r i o.

    33. Hay quince asistentes tutelares por juzgado y, adems, esos asistentes supervisan casos enlos tribunales orales, por lo que si el joven no cuenta con un importante compromiso por parte desus padres, las posibilidades de que el seguimiento rinda frutos es mnima.

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  • c a p tu lo 10El concurso de participacin. Los mayo res y los menore s .

    Grfico 16C o n c u r rencia de participacin delictiva - Juzgados 1 y 2 de Menores - Poder Judicialde la Nacin - Ciudad Autnoma de Buenos Aires - Ao 2003

    Fuente: Unidos por la Justicia

    Co n t rariamente a la percepcin social y de los medios de comunicacin, los j-venes y nios mayoritariamente intervienen solos o en compaa de otros ni-os o jvenes de su edad en hechos delictivos. En contraste con los casos enque lo hacen junto a adultos, aqullos representan el 85%; porcentaje que de-nota una tendencia clara.

    En cuanto a la co-delincuencia con mayo res de edad, no se pudo estable-cer ninguna constante. Se puede sealar que cuanto ms prximo a la edad depunibilidad plena se encuentre el joven, mayor es su vinculacin con adultosen la comisin de delitos. Un anlisis cualitativo de los casos permite estable-cer que en la mayora de los casos se invo l u c ran con otros jvenes que, por po-cos meses de diferencia, han alcanzado la mayora de edad. Represe en que,

    Participacinmenores y mayores

    14,94%

    Slo menores85,06%

    Jvenes 5/18/05 8:23 AM Page 51

  • al entrecruzar las edades, el punto lgido del relevamiento es el de los jvenesde diecisiete aos en co-delincuencia con los de dieciocho se relevaron vein-titrs casos con estas caractersticas. Asimismo, el delito que generalmente co-meten en codelincuencia es el robo en poblado y en banda que requiere de lai n t e rvencin de tres o ms personas, segn la interpretacin mayoritaria denuestros tribunales de Alzada.

    Otro de los mitos que ha sido posible disipar es el que sostiene que los j-venes se invo l u c ran delictivamente incitados por los mayo res. Eso slo se vioc l a ramente en un caso tramitado por ante el Juzgado de Menores Nro. 1, en elque una madre instrua a sus cuatro hijos, menores de doce aos, para quesustrajeran prendas de varios locales dedicados a la venta de ropa. El juzgados o b resey a los nios, a quienes consider vctimas del accionar delictivo de lamadre por utilizarlos como autores mediatos34.

    Conviene destacar que un trabajo de investigacin cuantitativo no permite ob-tener mayo res datos en cuanto a la instigacin de los adultos, y que es posibleque muchos de los casos re l e vados hayan tenido como instigadores a mayo res deedad, circunstancia que sin embargo no qued plasmada en el expediente.

    Al efectuarse un desagregado de las edades de los que se vinculan conpersonas mayo res para delinquir, se advierte que, cuanto mayor es la inte-raccin social del nio, mayor es su vinculacin en co-delincuencia con ma-yo res, pues, mientras en la franja de catorce aos y menores, el nivel por-centual es nfimo (catorce y trece casos, re s p e c t i vamente), en la franja delos diecisiete, el porcentaje es alto (6%), es decir ms de setenta casos. Esaqu donde un trabajo cualitativo de los casos ha permitido localizar aque-llos de mayor violencia3 5.

    Ese mismo tipo de estudio permiti establecer que los hechos en que se ve ni n vo l u c rados menores no punibles de menos de diecisis aos en co-autoracon mayo res de edad, tanto unos como otros tienen problemas de adiccin3 6.

    52 n Gustavo Gonzlez Ferrari

    34. Causa 1.873 del Juzgado de Menores Nro. 1.

    3 5 . En el juzgado de menores Nro. 1 el caso Nro. 1.923 en que jvenes de diecisiete aos sededicaban con mayo res a robar armados cadenas de supermercados con ejercicio de violen-cia sobre las vctimas; causa Nro. 1.834, donde un joven de diecisiete aos con cuatro mayo-res, esgrimiendo picos de botella rota amedre n t a ron y ro b a ron a un vendedor de un kiosco;causa Nro. 10.086 del juzgado de Menores Nro. 2 en el que un joven de diecisiete aos con subanda de mayo res de edad cometieron varios robos con armas en corto lapso, por enumera rslo algunos de los casos.

    36. En todos los casos citados a pie de pgina alguno de los involucrados era adicto. Tambin lascausas Nros. 1.881, 1.882, 1.969, 1.974 del Juzgado de Menores Nro. 1.

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  • Grfico 17Indicador porcentual de concurrencia en la participacin criminal entre mayores y me-n o res - Juzgados 1 y 2 de Menores - Poder Judicial de la Nacin - Ciudad Autnoma deBuenos Aires - Ao 2003

    Fuente: Unidos por la Justicia

    Grfico 18Concurrencia delictiva mixta (mayores y menores), cruzamiento por edades - Poder Ju-dicial de la Nacin - Juzgados 1 y 2 de Menores - Poder Judicial de la Nacin - CiudadAutnoma de Buenos Aires - Ao 2003

    Jvenes y delito en la ciudad de Buenos Aires n 53

    Solo menores86%

    16 aos4%

    15 aos2%

    14 aos1%

    Menoresy Mayores15%

    17 aos6%

    13 aoso menos1%

    n 13 o menos

    n 14

    n 15

    n 16

    n 17

    25

    20

    15

    10

    5

    0

    1716

    15

    14

    16 o menos18

    19 2021 22 23 o ms

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  • 54 n Gustavo Gonzlez Ferrari

    Fuente: Unidos por la Justicia

    18 19 20 21 22 23 0 msn 13 o menos 4 3 2 0 0 4

    n 14 0 5 2 0 0 7

    n 15 5 4 5 6 3 5

    n 16 11 12 7 5 2 14

    n 17 23 9 8 10 4 20

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  • c a p tu lo 11Las zonas de residencia. El entorno y el delito

    Grfico 19Domicilio de Menores - Poder Judicial de la Nacin - Juzgados 1 y 2 de Menores -Poder Judicial de la Nacin - Ciudad Autnoma de Buenos Aires - Ao 2003

    Fuente: Unidos por la Justicia

    Como en otros estudios similares de los ltimos aos3 7, la mayor parte de los jve-nes y nios que infringen la ley penal en el mbito de la ciudad, residen en ella. Lapoblacin actual de la Ciudad Autnoma de Buenos Aires es de 2.965.403 de habi-tantes segn los clculos del INDEC. A ello debe sumarse la poblacin del Gran Bue-nos Aires, lo que hace un total de 11.649.840. En trminos absolutos, los nmero sde casos con menores de edad re g i s t rados no son de gran magnitud como se cre e .Sin embargo conviene tener en cuenta la denominada c i f ra negra de la delincuen-c i a, es decir, los casos cometidos por menores que no se denuncian; y que en mu-chos de los considerados NN puede haber menores invo l u c ra d o s3 8.

    Provincia38%

    Capital62%

    37. La Procuracin General de la Nacin realiz aos atrs un estudio similar pero en un lapso derelevamiento menor. La investigacin fue dirigida por el Dr. Adrin Marchisio.

    38. Las causas con autores NN las tramitan las Fiscalas Criminales de Mayores, conforme man-da el artculo 196 bis del Cdigo Procesal Penal de la Nacin. Salvo que la condicin de menor sea

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  • Al indagar en las reas suburbanas donde residen, el trabajo cualitativopermiti establecer un fenmeno que fue puesto de relieve tanto por los asis-tentes tutelares de ambos juzgados, como por los secretarios de las re s p e c t i-vas secretarias tutelares: en el ltimo ao (2003) ha disminuido la cantidad denios y jvenes invo l u c rados en delitos residentes en la zona sur del Gran Bue-nos Aires, en detrimento de los que residen en la zona oeste, que ha visto au-mentado su nmero. El crecimiento fue calculado en un treinta por ciento msde casos que cinco aos atrs39.

    Grfico 20Accesibilidad - Poder Judicial de la Nacin - Juzgados 1 y 2 de Menores - Poder Judicialde la Nacin - Ciudad Autnoma de Buenos Aires - Ao 2003

    Fuente: Unidos por la Justicia

    56 n Gustavo Gonzlez Ferrari

    evidente por su contextura fsica-, se presume que los autores son mayo res hasta que se de-muestre lo contrario. Establecida la identidad del autor y su edad, se otorga intervencin al Juz-gado de Menores.

    3 9 . La explicacin aportada por los opera d o res es que en los ltimos aos han pro s p e rado losplanes de trabajo en coopera t i va en la zona sur, al igual que los m e re n d e ros y lugares de par-ticipacin juvenil. Eso a juicio de los entrevistados- ha contribuido a hacer una suerte de re dde contencin social, disminuyendo la exposicin de los jvenes. Pa ra corro b o rar si ello es ashabra que efectuar un re l e vamiento en los juzgados de Menores de Lomas de Zamora, Quil-mes y La Plata, a fin de establecer si all no se ha incrementado el nmero de hechos delictivo scometidos por menores, pues de ser as habra que concluir que la ve rd a d e ra razn por la cualha mermado la intervencin de residentes de esas zonas en hechos delictivos en la Ciudad Au-tnoma de Buenos Aires, ms que obedecer a una buena intervencin social, respondera aque los jvenes no se trasladan a esta ciudad para delinquir y que lo hacen directamente ensus mbitos de pert e n e n c i a .

    Zonas de relativaaccesibilidad

    90%

    Zonas Peligrosas10%

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  • De todos los jvenes supervisados por los juzgados de menores, el 10% resideen lugares donde el trabajador social no puede acceder para evaluar su evolu-c i n4 0. Esto pone en evidencia la crisis del sistema de libertad asistida tal co-mo est pensado hoy da pues, generalmente, esos jvenes son los que se en-c u e n t ran en situacin de mayor vulnerabilidad. Re p rese al respecto en queestos jvenes tienen serias dificultades para encontrar trabajo, que su nivel deformacin es bajo, que su acceso a hospitales pblicos y a tratamientos espe-ciales es escaso; a esto, se suma que, an cuando el trabajador social accedea ellos, no puede hacer demasiado por falta de medios. De hecho, la Exc m a .C m a ra ha eximido a esos profesionales de ir a esas zonas para poner a re s-g u a rdo su integridad fsica debido a que en algunos casos han sido vctimas dehechos delictivos durantes las visitas encomendadas.

    En cuanto al otro porcentaje, el que s puede ser visitado, no corre mejorsuerte que los anteriores, pues los turnos que se les procura en los hospitalespblicos u otras instituciones similares para tratamientos son escasos y dilata-dos en el tiempo, y los programas del CONNAF ente administrativo que debe-ra ocuparse de ello no abundan por falta de fondos41.

    Jvenes y delito en la ciudad de Buenos Aires n 57

    4 0 . No slo los barrios conocidos como villas de emerg e n c i a, tambin conjuntos de edificios,monoblocks o asentamientos muy grandes, tanto de la ciudad como del Gran Buenos Aires, endonde hasta la propia polica tiene dificultad para ingresar.

    4 1 . D u rante los aos 90 funcion con xito el Pro g rama de Li b e rtad Asistida a cargo de la Lic. ElbaP i c a l l o. Consista en la visita de un terapeuta al domicilio del joven para trabajar con l objeti-vos de posible cumplimiento. La limitacin que hall el pro g rama, adems de la falta de pre s u-puesto, fue que no se poda extender a casos en la provincia de Buenos Aires a pesar de lo cualalgunos se llevan adelante excepcionalmente. Lamentablemente las distintas gestiones que ses u c e d i e ron en el CO NNAF no supieron darle continuidad priorizando otro tipo de polticas.

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  • c a p tu lo 12Los tratamientos alternativos. Qu pasa cuando al joven no selo re i n t e g ra a su familia ni tampoco se lo deja internado?

    Grfico 21Derivaciones de los jvenes y nios a tratamientos alternativos no privativos de liber-tad - Juzgados de Menores 1 y 5 - Poder Judicial de la Nacin - Ciudad Autnoma deBuenos Aires - Ao 2003

    Fuente: Unidos por la Justicia

    No todos los jvenes y n