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74 BLOQUES DE HIELO VERSUS AEROLITOS Lo cierto es que aquellos días todo el mundo comenzó a hablar de los misteriosos «aerolitos» y con esa palabra sigue identificando la opinión pública a los insólitos sucesos que ocurrieron en aquellas fechas. Haciendo un uso correcto del lenguaje deberíamos utilizar el término «bloque de hielo» en vez de la palabra aerolito. El DRAE (Diccionario de la Real Academia Española) nos dice en su definición de aerolito que es un fragmento de un bólido, que cae sobre la Tierra, es decir, que se estaría presuponiendo un origen extraterrestre al utilizar ese vocablo. Esto fue lo que se llegó a especular en un primer momento, cuando se produjeron las primeras caídas: que los bloques de hielo eran fragmentos desprendidos de algún cometa a lo largo de su órbita, que atrapados por la gravedad terrestre llegaron hasta el suelo. Pronto se argumentó en contra de esa hipótesis, desterrada en la actualidad, aunque como veremos más adelante existe una teoría defendida, casi en solitario, por el científico norteamericano Louis Frank, acerca del bombardeo continuo de «minicometas». En definitiva, la aparición en los medios de comunicación de la palabra «aerolito», en correspondencia con esas primeras especu- laciones , hizo de ese término vox populi. Nosotros nos referiremos de ahora en adelante a los bloques, fragmentos o pedruscos de hielo, no renunciando a utilizar la palabra «aerolito», aunque siempre entre comillas 1 . PRIMERAS CAÍDAS La historia se remonta al 8 de enero de este año, cuando el primer fragmento 2 impacta en una nave industrial de una empresa soriana. Ese día fue sábado, y el impacto debió de producirse a última hora, de manera que ningún trabajador fue testigo directo del mismo, no siendo hasta el lunes 10 cuando se encontraron con los indicios que apuntaban al suceso: un boquete en el techo de uralita y hormigón, y agua en el suelo junto a algunos fragmentos de hielo. La noticia no se daría a conocer hasta varios días más tarde, llevándose la primicia informativa el segundo de los impactos reconocidos, acontecido en Tocina, provincia de Sevilla, ese mismo lunes 10. En este caso varios fueron los testigos y un Fiat Tipo el colchón amortiguador donde un bloque de hielo «muy frío», de al menos 2 kilos, impactó con violencia. Al día siguiente otro bloque cayó sobre un taller de fabricación y reparación de maquinaria situado en L´Alcudia (Valencia). En ese momento varios trabajadores oyeron un gran estruendo, quedando un fragmento de hielo incrustado en una vigueta. Es a partir de este día 12 de enero cuando los acontecimientos se suceden con celeridad, ocurren nuevas caídas (más de una por jornada) y el tema salta a las primeras páginas de los periódicos. Los «aerolitos» invaden España, comienza lo que podríamos llamar la «aeroli- tomanía». Se desata incluso una cierta psicosis y temor ante un posible impacto directo por uno de JOSÉ MIGUEL VIÑAS RUBIO Después de un inofensivo efecto 2000 que amenazaba con implantar el caos el uno de enero en todas las redes informáticas del planeta, arrancaba el año en nuestro país con otra noticia que iba a estar en boca de todos. Portada de los periódicos y titular de apertura de no pocos informativos de radio y televisión, la caída de bloques de hielo en diferentes localidades españolas sigue siendo hoy un tema abierto a la especulación, con una investigación en curso que comienza a arrojar algo de luz en el asunto, con interesantes y sorprendentes resultados. ¿UNA NUEVA SEÑAL DEL CAM

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BLOQUES DE HIELO VERSUSAEROLITOS

Lo cierto es que aquellos días todo el mundocomenzó a hablar de los misteriosos «aerolitos»y con esa palabra sigue identificando la opiniónpública a los insólitos sucesos que ocurrieron enaquellas fechas. Haciendo un uso correcto dellenguaje deberíamos utilizar el término «bloquede hielo» en vez de la palabra aerolito.

El DRAE (Diccionario de la Real AcademiaEspañola) nos dice en su definición de aerolitoque es un fragmento de un bólido, que cae sobrela Tierra, es decir, que se estaría presuponiendoun origen extraterrestre al utilizar ese vocablo.Esto fue lo que se llegó a especular en un primermomento, cuando se produjeron las primerascaídas: que los bloques de hielo eran fragmentosdesprendidos de algún cometa a lo largo de suórbita, que atrapados por la gravedad terrestrellegaron hasta el suelo. Pronto se argumentó encontra de esa hipótesis, desterrada en laactualidad, aunque como veremos más adelanteexiste una teoría defendida, casi en solitario, porel científico norteamericano Louis Frank, acercadel bombardeo continuo de «minicometas».

En definitiva, la aparición en los medios decomunicación de la palabra «aerolito», encorrespondencia con esas primeras especu-laciones , hizo de ese término vox populi. Nosotrosnos referiremos de ahora en adelante a losbloques, fragmentos o pedruscos de hielo, norenunciando a utilizar la palabra «aerolito»,aunque siempre entre comillas1 .

PRIMERAS CAÍDASLa historia se remonta al 8 de enero de este

año, cuando el primer fragmento2 impacta en unanave industrial de una empresa soriana. Ese díafue sábado, y el impacto debió de producirse aúltima hora, de manera que ningún trabajador fuetestigo directo del mismo, no siendo hasta el lunes10 cuando se encontraron con los indicios queapuntaban al suceso: un boquete en el techo deuralita y hormigón, y agua en el suelo junto aalgunos fragmentos de hielo.

La noticia no se daría a conocer hasta variosdías más tarde, llevándose la primicia informativael segundo de los impactos reconocidos,acontecido en Tocina, provincia de Sevilla, esemismo lunes 10. En este caso varios fueron lostestigos y un Fiat Tipo el colchón amortiguadordonde un bloque de hielo «muy frío», de al menos2 kilos, impactó con violencia.

Al día siguiente otro bloque cayó sobre untaller de fabricación y reparación de maquinariasituado en L´Alcudia (Valencia). En ese momentovarios trabajadores oyeron un gran estruendo,quedando un fragmento de hielo incrustado enuna vigueta.

Es a partir de este día 12 de enero cuando losacontecimientos se suceden con celeridad,ocurren nuevas caídas (más de una por jornada)y el tema salta a las primeras páginas de losperiódicos. Los «aerolitos» invaden España,comienza lo que podríamos llamar la «aeroli-tomanía». Se desata incluso una cierta psicosis ytemor ante un posible impacto directo por uno de

J O S É M I G U E L V I Ñ A S R U B I O

Después de un inofensivo efecto 2000 que amenazaba con implantar el caos el uno de enero entodas las redes informáticas del planeta, arrancaba el año en nuestro país con otra noticia que ibaa estar en boca de todos. Portada de los periódicos y titular de apertura de no pocos informativos

de radio y televisión, la caída de bloques de hielo en diferentes localidades españolas sigue siendohoy un tema abierto a la especulación, con una investigación en curso que comienza a arrojar

algo de luz en el asunto, con interesantes y sorprendentes resultados.

¿UNA NUEVA SEÑAL DEL CAM

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esos bloques, aunque afortunadamente la cosano termina derivando en histeria colectiva.

El CSIC (Centro Superior de InvestigacionesCientíficas) asume su responsabilidad comomáxima autoridad científica en España e inicia lainvestigación de los misteriosos bloques de hielo.La presión popular es mayúscula y se pidenapresuradamente explicaciones a los científicos(la voz de la Ciencia), lo que precipita, sin duda,respuestas forzadas nada satisfactorias. Todo estoda inicio a un apasionante debate multidisciplinarque continúa hasta el momento actual y quelentamente va abriendo cada vez más claros entretanto nubarrón, que nos dejó también alguna queotra tormenta en el camino.

Entre el 13 y el 14 de enero son dos los bloquesque caen en un mismo barrio de Elche (Alicante).El 14 también se produce otro impacto en La Unión(Murcia), mientras que el día 15 son tres laspoblaciones de la Comunidad Valencianaafectadas: Enguera y Meliana en la provincia deValencia y Chilches en Castellón (aquí se recoge

un bloque de hielo de casi 4 kilos de peso).Démonos cuenta de que todos estos últimosepisodios tienen lugar en la zona levantina.

Al día siguiente se notifican impactos enCádiz, Huelva y Albacete. A partir de ese momentoy durante la siguiente semana los avisos de caídasaumentaron de forma sospechosa, alcanzando elincreíble récord de 40 episodios el martes 18 deenero. De este día se considera únicamenteverdadero el ocurrido en Algemesí (Valencia),nuevamente en la Comunidad Valenciana, dondeun bloque del tamaño de una pelota de balonmanoimpactó contra el suelo a la entrada de un colegioen presencia de una niña de 7 años y su abuelo.

De todos los impactos el CSIC ha limitado anueve los casos fiables, de los que cinco sonconsiderados comprobados: Tocina, L´Alcudia,Enguera, Chilches y Algemesí, y los otros cuatroaltamente probables: Soria, La Unión, Elche yHuelva.

PRIMERAS HIPÓTESISEn un primer momento, cuando comienzan a

sucederse las noticias de caídas de bloques dehielo, quedan establecidas tres posibilidadesacerca de su origen: un posible origenextraterrestre (restos cometarios, «minicometas»),la posibilidad de que cayeran desde aviones quesobrevolaban las diferentes localidades o quetuvieran su origen en el seno de la atmósfera3 .

Estas hipótesis se formularon antes de que serealizaran los primeros análisis de las muestrasrecogidas, aunque no hubo que esperar a que elCSIC hiciera públicos los primeros resultados dela investigación para comenzar a argumentar afavor y en contra de unas y de otras.

Origen extraterrestreCon cierta precipitación se especuló por parte

de algunos científicos (no especialistas en temasastronómicos) que los trozos de hielo podrían serrestos cometarios. La sugerencia, además depopularizar la palabra «aerolito», fue rebatida con

MBIO CLIMÁTICO?

Fotografía del bloquede Chilches, el másgrande de los recogidospor el CSIC, con 4kilos de peso. (cortesíadel autor)

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prontitud por los astrofísicos, quienesencontraron no pocos argumentos en contra.Entre éstos podríamos citar la dificultad queentraña la composición casi total de agua heladaen los fragmentos que se desprenden del núcleode un cometa, de manera que aunque un bloquetan grande como un autobús comenzara a penetraren la atmósfera terrestre, la fricción elevaría latemperatura de ese objeto hasta los 800 grados,evaporándose por completo. Para que llegaranhasta el suelo bloques como los recogidos, el tamañoinicial tendría que ser considerablemente mayor ypor lo tanto detectable por los diferentes sistemasde vigilancia de la alta atmósfera. Los cometas,definidos en ocasiones como «bolas de nievesucia», contienen además partículas sólidas en cuyacomposición están presentes algunas moléculasorgánicas que no han sido halladas en los análisisposteriores de las muestras. También resultachocante que en esas fechas fuera nuestro país elúnico elegido para recibir impactos. Esto difícilmenteencaja en una supuesta interceptación de restoscometarios por parte de la órbita terrestre4 .

El investigador de la Universidad de IowaLouis Frank defiende, desde 1986, la teoría deque la Tierra está siendo permanentementebombardeada por «minicometas» y basa estaafirmación en los agujeros en la atmósfera ytrazas brillantes de oxígeno detectadas enalgunas fotografías en el rango del ultravioleta,captadas por algunos satélites polares de laNASA. También deduce el bombardeo de esosbloques helados a partir de fotografías en elrango del visible de trazas del radical molecularOH, como consecuencia, según él, del impactode esos «minicometas» con moléculas de vaporde agua atmosférico.

Origen aeronáuticoEsta hipótesis surgió con fuerza en un primer

momento, por existir un precedente en nuestropropio país. Cuando caen los primeros bloques de

hielo en Tocina y L´Alcudia, se piensa que lostrozos de hielo pueden tener su origen en fugas delíquido de aviones que sobrevolaban esas zonas.

La tarde del 9 de julio de 1996 un bloque deunos dos kilos de hielo azulado cayó en lalocalidad gallega de O Courel, en Lugo, siendorecogido y analizado por tres investigadores dela Universidad de Santiago de Compostela.

Al encontrar en la muestra un bactericida llamado«Racasán», dedujeron que la procedencia era unaaeronave, ya que esa sustancia es la que utilizan losaviones comerciales en los circuitos sanitarios.Además comprobaron que sobre O Courel existe uncruce de vías aéreas muy transitado.

Al sucederse a lo largo de varios días lascontinuas caídas de bloques de hielo, la hipótesisaeronáutica comenzó a perder fuerza, siendorechazada más tarde por el CSIC, tras haberexaminado los informes facilitados por AENA(Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea),en los que se indicaba que ningún avión deninguna compañía aérea sobrevolaba aquellosdías concretos las distintas poblaciones en lasque cayeron «aerolitos».

Un origen también aeronáutico de lospedruscos podría pasar por que los fragmentosde hielo fueran pedazos desprendidos delfuselaje de los aviones5 . En la última parte deeste artículo retomaremos esta posibilidad quecuenta bastante en las apuestas, además deencontrarse muy ligada a la Meteorología, laúltima hipótesis de partida.

Origen meteorológicoAlgo llama poderosamente nuestra atención cuando

pensamos en una posible causa atmosférica como laresponsable primera de la formación de los bloques dehielo: en la mayoría de los casos teníamos una situaciónmeteorológica de máxima estabilidad, es decir, altaspresiones y cielos despejados, como puede deducirsedel análisis de los mapas del tiempo de esos días de enero,así como de los testimonios de la gente que presencióalguno de los episodios. Por lo tanto, no tenemos lascondiciones mínimas necesarias y esperables para quepudieran formarse siquiera granizos en la atmósfera. Enocasiones, con tormentas especialmente violentas,pueden caer del cielo bloques de hielo amorfos alcanzandotamaños y pesos del orden de los «aerolitos»6 . Es lo queconocemos como pedrisco7 .

Así las cosas, el origen meteorológico parece imposiblea priori, sin embargo, por encima de la troposfera (la capade atmósfera más cercana al suelo, de unos 18 kilómetrosde espesor en el Ecuador) tenemos la estratosfera, dondecomienza a especularse que se han podido formar losbloques de hielo.

Aparece aquí un nuevo problema y es quemientras que en la troposfera se concentra la práctica

Corte vertical de laatmósfera. Obsérvesecomo mientras que en

la troposfera latemperatura disminuye

con la altura, en laestratosfera ocurre

justo lo contrario.

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totalidad de vapor de agua atmosférico (con unadistribución variable, dependiendo de las zonas),en la estratosfera es prácticamente despreciable lacantidad que nos podemos encontrar de este gas8 .

Además, la formación de hidrometeoros (lluvia,nieve, granizo,...) en la atmósfera necesita de laexistencia de movimientos ascendentes ydescendentes de aire (lo que tiene lugar en el senode las nubes); algo que no se da en la estratosfera(aquí tenemos vientos muy fuertes perohorizontales, no verticales como en la troposfera).

COMUNICADOS OFICIALES

Primer comunicado del CSICEl científico del CSIC al que se le encargó la

investigación de los «aerolitos» fue el geólogoJesús Martínez-Frías. Él fue quien recogió lasdiferentes muestras, siendo el máximo responsablede las primeras investigaciones y coordinador dela Comisión constituida con posterioridad.

La tarde del viernes 21 de enero, con unaexpectación sin precedentes, se dio lectura a lasprimeras conclusiones en las que textualmenteconsideran probable: que se trate de algúnproceso meteorológico inusual de formación debloques de hielo en las capas altas de laatmósfera, aún teniendo en cuenta la escaseznatural de vapor de agua en la estratosfera yque no se conoce un mecanismo preciso deformación.

Así mismo, el CSIC descarta una posiblefuga del interior de un avión (como lo ocurridoen Galicia en el año 96), que los bloques seanaerolitos propiamente o que se hayan formadoen la troposfera y, sin llegar a descartar peroconsiderándolo poco probable, que los bloquesse hayan desprendido del fuselaje de losaviones o que sean los restos de minicometas(con esta última aseveración hay unarectificación pública de una de las hipótesisiniciales de Martínez-Frías).

Nota oficial del INM (Instituto Nacional deMeteorología)

En la nota hecha pública el 2 de febrero de2000, el INM descarta el origen meteorológicode los bloques de hielo. Se destaca que son bienconocidos los procesos que originan la formacióny caída de granizos en la troposfera, sin que enestos casos, suponiendo un origen en laestratosfera como sugiere el CSIC, se den las doscondiciones necesarias: suficiente vapor de aguay corrientes ascendentes de aire. Además diceque existe una coincidencia de estos puntos devista con los expresados por especialistas de físicadel aire de distintas universidades.

Comunicado de los participantes en la 2ªAsamblea Hispano Portuguesa de Geodesia yGeofísica

Con fecha 10 de febrero y como conclusión a estaAsamblea celebrada en Lagos (Portugal), diferentesinvestigadores de Ciencias de la Atmósfera noadmiten la explicación ofrecida por el CSIC, difundidaa la prensa por una comisión sin especialistas en lamateria. Además insisten en que si se concluye queel origen es atmosférico, debería de ofrecerse unaexplicación que pudiera ser discutida por la comunidadcientífica internacional. Además también insisten enque no existen hechos precedentes similares y queestadísticamente es muy improbable que de repenteaparezca un nuevo fenómeno natural en una zonatan concreta de la Tierra como nuestro país.

Comunicado de prensa de la AEC(Asociación española de Climatología)

En el mismo sentido se manifiesta la AsociaciónEspañola de Climatología, que considera altamenteimprobable el origen estratosférico de los bloquesde hielo.

Segundo comunicado del CSICConstituida una Comisión de Expertos para

seguir estudiando los bloques de hielo, el 25 defebrero, con motivo de la segunda reunión de estegrupo, se hace pública una segunda nota dondese informa del estado en ese momento de lasinvestigaciones. Según el CSIC los últimosestudios siguen apuntando a un origenatmosférico, descartando el origen aeronáutico yaque los informes que facilitó AENA no sitúan laruta de ningún avión en los días corres-pondientessobre las poblaciones donde se registraron caídas.

Como veremos cuando comentemos el estadoactual de las investigaciones, los aerosoles9

parecen desempeñar un papel fundamental yademás el cambio climático podría estar detrás deun fenómeno tan singular como el de la caída debloques de hielo bajo condiciones meteorológicasde buen tiempo.

Joan Oró, el primercientífico que habló delcambio climático comoun factor clave en laformación de losbloques de hielo.

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OPINIONES CIENTÍFICASEn plena fiebre de los «aerolitos», asaltados

por periodistas ansiosos por conseguir nuevasdeclaraciones, científicos de diferentes ramas delsaber confrontaban opiniones en los diferentesmedios de comunicación, algunas de las cualesmerecen una reflexión, aparte de darnos pistassobre el verdadero origen de los pedruscos.

Destaca entre todas ellas la del bioquímico JoanOró, científico español que lleva varias décadastrabajando en los EE.UU. (NASA y Universidadde Houston), conocido mundialmente por susinvestigaciones sobre las moléculas precursorasde la vida que, precisamente, se encuentranpresentes en los cometas.

Oró especuló con la posibilidad de que losbloques de hielo procedieran de corrientesestratosféricas de aire muy frío, de diámetros muypequeños que al pasar sobre una zona de muchahumedad (por ejemplo, por encima de una grancordillera como los Pirineos, suponiendo undesplazamiento de estas corrientes de Norte a Suro viceversa, no como los habituales «chorros» dela estratosfera que siguen una circulación zonal),provocarían un congelamiento instan-táneo de esevapor de agua, formándose los bloques de hielo.

La existencia de esas corrientes sería unfenómeno natural, cuya causa primera estaría en loscambios climáticos inducidos por el calentamientode la superficie terrestre, a consecuencia de las altasemisiones de gases de efecto invernadero: dióxidode carbono fundamentalmente.

En nuestro país, el físico Antonio Ruiz de Elvira,experto en modelización climática, también apostabapor un posible origen meteorológico, destacando laposibilidad de que fuertes corrientes ascendentesen la troposfera podían haber inyectado partículas(aerosoles) a la estratosfera, que actuarían comonúcleos de condensación (necesarios en la etapa

inicial de formación de cualquier hidrometeoro) alencontrarse con el chorro de vapor de agua quearroja un avión por sus motores. El resultado seríala generación de un bloque de hielo extre-madamentefrío que tardaría unos minutos en caer al suelo. Eneste tiempo el avión estaría lejos de la zona deimpacto, de ahí que ningún testigo hable de avionesen los informes.

Como el vapor de agua es muy escaso en laestratosfera se buscaban posibles fuentes externaspara explicar su posible presencia esos días (ademásde los núcleos de condensación que como hemosvisto también son necesarios). Así, un grupo decientíficos de una consultoría química catalana,pensó en las erupciones volcánicas como posibleorigen del fenómeno. Días antes de la avalancha de«aerolitos» se habían producido violentaserupciones en Guatemala y las nubes ardientes devapor de agua y sales, después de alcanzar laestratosfera, habrían sido dispersadas por los fuertesvientos allí reinantes, encontrando un intenso fríoque provocaría la formación de los bloques de hielo.

A juicio del geólogo Francisco Anguita la teoríatiene dos pegas. Por un lado, en las muestrasdeberían aparecer cantidades significativas deazufre (principal componente de las emanacionesde un volcán), por otro, las erupciones volcánicasson bastante frecuentes y sin embargo, nuncaantes cayeron en serie tantos fragmentos de hieloen un solo país. Quizás aparte de las erupciones sedieron esos días unas condiciones excepcionalesen la alta atmósfera10 . Por otro lado, aunque noazufre, si se ha detectado amonio (NH4), compuestoque puede formar parte de los gases volcánicos.

ANTECEDENTES HISTÓRICOS Y CASOSRECIENTES

Para encontrar explicación a un fenómeno comoel de la «lluvia de aerolitos», aparte de analizar lasmuestras y las condiciones particulares en las quese produjeron los impactos, queda un último recursoque es el de la investigación de los registroshistóricos, por si alguna vez en el pasado hanacontecido hechos similares a los ocurridos ennuestro país.

Lo cierto es que, si bien no se han producido antescasos análogos, con una serie de impactos (al menosnueve en cinco días, que son los seleccionados por elCSIC) en una zona concreta del planeta a lo largo devarias jornadas, sí que existen episodios aislados,algunos de ellos bastante recientes y sometidos alanálisis científico. Además, con posterioridad a queocurrieran los hechos se repitió en Italia una serie deimpactos de características muy similares, así comoepisodios aislados en otras zonas del mundo.

La primera referencia histórica nos lleva hastala población india de Seringapatan, a finales del

Anomalías de latemperatura global de

la estratosfera durantelos últimos 20 años

(período 1979-1999).

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siglo XVIII, donde, según las crónicas, cayó unbloque de hielo «del tamaño de un elefante» quetardó tres días en deshacerse. En 1802, está fechadoun segundo impacto en Hungría y el tercero noslleva hasta Derbyshire, en 1811, con una piedra dehielo de 30 centímetros de diámetro.

Más tarde, en el año 1849, fue en Escocia dondecayó un «aerolito» con un peso estimado de mediatonelada. En ese mismo país, al año siguiente, caeotro bloque en una carretera, en las cercanías deDumbarton, provocando un accidente de automóvil.Encontramos otras noticias de impactos en las IslasBritánicas en 1950, 51, 73 (en una calle de Manchestery con un meteorólogo británico como testigo querecogió la muestra mayor) y en 1991.

Metidos ya en la segunda mitad del siglo XX,las referencias encontradas son más abundantes.La primera víctima directa por un impacto, de la quese tenga noticia, es un carpintero que se encontrabaarreglando un tejado en Kempton, al oeste deAlemania. Era el año 1951. En el 57 encontramos eltestimonio de un granjero de Bernville en Pensilvania(EE.UU.), que fue testigo de dos caídas de bloquesde hielo, separadas por escasos segundos, una deellas a pocos metros de él. Tenemos otros impactosen los EE.UU.: los de Utah (1965) y Connecticut(1985), sin olvidarnos, volviendo al siglo XIX, delbloque de dos kilos que cayó en Texas en 1893 y delde un kilo de New Hampshire en 1851.

Antes de analizar con más detalle las caídas másrecientes y para tener la relación completa, citaremostambién el bloque11 del año 1990, en las cercaníasdel lago Vattern, en Suecia y la esfera de hieloamarillento y olor a fruta podrida, según lostestigos, que en 1992 perforó el tejado de una fábricaen Salihli (Turquía), aunque este último caso parecetener explicación12 .

Uno de los primeros hechos históricos de los quese tiene noticia cuando comienza la investigación, enenero, es el de China, en abril de 1995: en la provinciade Zhejiang impactó un bloque de hielo de un metrode diámetro, sobre cuyo origen no se obtuvo unaconclusión científica. Existe otro precedente en aquelpaís del que nos informa la crónica de una revista dedivulgación china. Cuenta que unos dos minutos antesde la una de la tarde del 11 de abril de 1983 cayó en unbarrio de la parte oriental de la ciudad china de Wusi,un bloque de hielo de unos 50 kilos de peso y con undiámetro entre los 50 y los 60 centímetros, que serompió en fragmentos más pequeños al impactarviolentamente contra el suelo. Después de su estudio,los científicos chinos concluyen, aunque sinrotundidad, que el bloque de hielo tiene un origenextraterrestre, calificándolo como «meteorito de hielo».

Por otro lado, en Campinas (Brasil), en el año1998, caen dos bloques de hielo de 50 y «200»kilos de peso, sin que se haga público ningún tipo

de informe científico acerca de su origen. H. Pinto,del Servicio Meteorológico de Brasil estudió lasmuestras en colaboración con científicosnorteamericanos, no pudiendo llegar a unaconclusión definitiva.

La última semana de enero, cuando en Españaya no se habla de los «aerolitos», en Italia se van arepetir, de forma casi idéntica, los acon-tecimientosque en nuestro país atrajeron la atención de todoel mundo. El sábado 22 cayó el primer bloque en eljardín de una guardería de Padua, para comenzar la«psicosis» cuando el martes 25 un obrero deAncona resultó herido levemente tras rozarle ensu caída un bloque de hielo sucio de unos 700gramos de peso. El mismo día cae otro bloque enMilán, en el parabrisas de un coche y enCastelgandolfo (en las cercanías de Roma y dondeel Papa tiene su residencia de verano) un bloquede unos 5 kilos cae en un campo de golf.

Al igual que ocurrió en nuestro país, despuésde estos primeros impactos se sucedieron lassupuestas caídas de «aerolitos», hasta el extremode contabilizarse nada menos que 256, fraudulentosen un alto porcentaje sin duda.

Con las referencias cercanas en el tiempo ybastante similares de España, las primeras hipótesisen Italia se reducen sólo a dos: fenómenoatmosférico o agua congelada desprendida delfuselaje de los aviones.

Posteriormente, el CNR (Cosiglio Nazionaledelle Ricerche)13 ha determinado que fue lanavegación aérea junto a unas condicionesmeteorológicas inusuales lo que provocó elfenómeno.

Desde entonces y hasta el momento actual hanseguido registrándose nuevos impactos debloques de hielo en otras zonas del Globo, en losque se repite un hecho destacable, como es el quetengan lugar bajo condiciones de buen tiempo, conlos cielos despejados14 .

ESTADO ACTUAL DE LAS INVESTIGACIONESEl informe italiano llega a unas conclusiones dife-

rentes a las apuntadas hasta la fecha por el CSIC, yaque establece lo que, al menos en parte, señalaronalgunos expertos de nuestro país, que no el organis-mo oficial, que descarta el origen aeronáutico.

El físico de nubes José Luis Sánchez, de laUniversidad de León, se dedica desde hace añosa estudiar la formación de hielo en los fuselajesde los aviones. En sus investigaciones ha anali-zado bloques de hielo formados durante vuelosexperimentales de pequeñas aeronaves, demos-trando cómo los cortes transversales presentanla característica estructura en capas de cebolla,detectada en alguna de las muestras analizadaspor el CSIC15 .

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Para Sánchez el origen del hielo estaría enlos pequeños aviones particulares que vuelan aniveles más bajos que los comerciales (contro-lados éstos en todo momento por AENA), don-de, aunque las temperaturas no son tan bajas(entre 3 y 6 grados bajo cero entre los 2.000 y3.000 m de altitud. Véase la Figura 3), si que esabundante el vapor de agua. Bajo estas condi-ciones, en el fuselaje de estas aeronaves (queademás no viajan a velocidades supersónicas)es normal la formación de hielo, que los pilotospueden controlar disminuyendo de altitud, demanera que la temperatura exterior sea más alta.

No obstante, si esto fuera habitual las caídasde bloques de hielo no serían noticia y ocurri-rían mucho más a menudo. Cabe pensar, ade-más, en que se deben dar unas condiciones me-teorológicas poco frecuentes en esos niveles at-mosféricos. Por otro lado, bajo esas situacio-nes, quizás puedan formarse bloques no sólopor engelamiento (ver nota 5 al final del artícu-lo), sino por el vapor de agua expulsado por losmotores de las aeronaves, tal y como señalabaRuiz de Elvira.

¿Cuáles son esas condiciones extremas loca-les en la atmósfera que pudieran favorecer la for-mación de los bloques de hielo? La respuestapodría estar en episodios fríos, cada vez más fre-cuentes, que comienzan a detectarse. En palabrasdel propio Martínez-Frías: «desde hace cuatroaños se tiene noticias de perturbaciones atmos-féricas inusuales en varias zonas del planeta, quedan como resultado procesos de sobreenfriamien-to y la posible formación de estos bloques».

De hecho, mientras que la temperatura mediasuperficial del planeta está aumentando (calenta-miento global), en la estratosfera ocurre todo locontrario, lo que es consistente con la reduccióna esos niveles del ozono (con concentracionesmáximas a unos 25 kilómetros de altura, lo que se

identifica como la «capa de ozono»); el respon-sable primero de que la temperatura aumentecuando vamos subiendo por esa capa de atmós-fera. En el gráfico de la Figura 5 comprobamoscomo desde el año 1993 hasta el momento actual,la temperatura global de la estratosfera se encuen-tra más fría de lo normal, alcanzándose un récordnegativo en diciembre de 1997.

Aparte de esto, donde puede estar la clave de losucedido es en los diferentes episodios fríos quehan podido detectarse mediante mediciones de lossatélites de observación de la alta atmósfera, en zo-nas concretas de la estratosfera como el ecuador yen determinadas épocas del año. Bajo estas situa-ciones el sobreenfriamiento puede alcanzar hastalos 12 grados. La causa de estos eventos podría serel cambio climático de origen antropogénico, lo queya nos apuntaba Joan Oró en su teoría.

Pero además se ha comentado la importanciaque tienen los aerosoles para la formación de cual-quier tipo de hidrometeoro y de nuevo encontra-mos en las crecientes emisiones por parte de nues-tras actividades, una fuente artificial de los mismos,a las que hay que sumar las que de forma natural seproducen periódicamente (erupciones volcánicas).

El equipo de investigación del CSIC prosigueen la actualidad con sus estudios, incorporandoa ellos, precisamente, el análisis de los aerosolesatrapados en los bloques. Además de esto se tra-baja en la elaboración de un modelo teórico quejustifique su formación, así como la detección,con ayuda de los datos facilitados por la NASA,de pequeñas corrientes estratosféricas empobre-cidas de ozono para intentar relacionarlas con losbloques. De confirmarse su existencia, en esasfechas y sobre nuestro país, tendríamos quizás lacausa primera de la aparición de los «aerolitos»,pero también un nuevo indicador del cambio cli-mático, cuyas consecuencias en el futuro planteaserias incertidumbres.

Con posterioridad a la redacción del presente artículo (mediados de mayo de 2000) se ha publi-cado en el número de junio de la revista Geotimes, del American Geological Institute, un trabajofirmado por Jesús Martínez-Frías y otros científicos de la Comisión del CSIC, donde se apuntadefinitivamente al efecto invernadero como la causa primera de la formación de los bloques (nuevede los cerca de 50 que llegaron a contabilizarse son declarados auténticos).

Entre otros elementos de juicio, basan esta conclusión en los mapas de ozono estratosféricoelaborados por la NASA, en los que se evidencia que una fina depresión de ese gas atravesódurante esas fechas de enero zonas de la Península Ibérica en las que cayeron algunos de los«aerolitos».

La unanimidad no ha sido total entre los miembros de la Comisión. En concreto el meteorólogodesignado por el INM; Luis Sánchez Muniosguren, no acepta esa explicación, ya que, con los datospor él manejados, la temperatura esos días a 30 kilómetros de altitud no fue lo suficientemente fríacomo para permitir la formación de los bloques de hielo.

ÚLTIMA HORA

II Época / Nº 13/14 - julio/agosto 00 81

1. Se utiliza la palabra AEROLITOS en el título delpresente artículo, presuponiendo que como tal iden-tificará el lector más fácilmente el tema que vamosa abordar.2. Con seguridad han caído más bloques antes de esafecha, pero este es el primer episodio que ha podidoregistrarse como tal. Es fácil pensar en un altonúmero de impactos que debieron producirse esosdías de enero en otros muchos lugares deshabitadoso sin la presencia de testigos, con independencia delposterior boom de caídas fraudulentas a partir deldía 17.3. Dentro de un posible origen meteorológico ha-bría que distinguir a su vez entre la formación de losbloques en la troposfera o en la estratosfera, puescomo veremos es importante diferenciar entre am-bos supuestos.4. Algo así como si un año las Perseidas de agosto sevieran sólo en nuestro país, quedando el resto delmundo privado de tan magnífico espectáculo.5. El proceso por el cual se acumula hielo en losfuselajes de los aviones recibe el nombre de ENGE-LAMIENTO, algo bien conocido en Aeronáutica,aunque de gran complejidad, por lo que es temapermanente de estudio e investigación.6. El récord en cuanto a granizos lo tiene uno quecayó en Gopalgnaj (Bangladesh) el 14 de abril de1986, que pesó 1,02 kg.7. La bibliografía anglosajona se refiere a este meteo-ro como hailstone, literalmente piedra de granizo.

8. Estaríamos hablando de unas 4 millonésimas degramo de agua por gramo de aire; es decir, 4 partespor millón.9. Partículas de polvo minúsculas que se encuen-tran en suspensión en el aire y que resultan funda-mentales en los procesos de nucleación que dancomo resultado la aparición de los diferentes hi-drometeoros .10. A finales del año 1999 un temporal sin prece-dentes azotó Europa, cebándose especialmente connuestro vecino del Norte: Francia.11. De apariencia lechosa, salpicado con pequeñasmotas de color gris, marrón y lila.12 . Todo apunta a que fue una fuga de algúnavión que sobrevolaba el lugar, aunque, como haocurrido en nuestro país, los informes oficialesdesestiman esa posibil idad, indicando que nin-guna aeronave se encontraba en la zona en elmomento en que se produjo el incidente. A esterespecto, véase el último apartado del presentea r t í cu lo .13. El equivalente en Italia al CSIC español.14. Para consultar casos similares y recientes enotros países, nada mejor que a través de Internet,en la siguiente página web: http//tierra.rediris.es/bloquesdehielo/, mantenida por Jesús Martínez-Frías.15. En otras se han detectado diferentes masasunidas, similares al pedrisco, habiéndose formadodentro de un intervalo variable de temperatura.