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José Clemente Orozco: su primera intervención en los muros de la Preparatoria II/ III Bibliografía • Orozco, José Clemente. Autobiografía. México, Ediciones ERA, 2007 • Matute, Álvaro. La revolución mexicana: actores, escenarios y acciones. Vida Cultural y política 1901-1929. México, Océano, 2002. • Ramírez, Fausto. Modernización y Modernismo en el arte mexicano. México UNAM, 2008. • Roura Fuentes, Alma Lilia. Olor a tierra en los muros. México, EDUCAL, 2012. • Tibol, Raquel. José Clemente Orozco: Una vida para el arte. México, F.C.E. 2009. ¿Quieres saber más sobre la historia del Colegio de San Ildefonso? escríbenos a [email protected] O rozco es el único de los artistas que no me pide conse- jo, no me consulta nada, pinta como si el edifi- cio fuera muy suyo, como si su único compromiso fuera con el futuro … así lo expre- só José Vasconcelos a Alma Reed, cuando en 1923 la periodista estadunidense visitó la Escuela Nacional Preparatoria. De la serie Los dones que recibe el hombre de la Na- turaleza realizados por José Clemente en el muro norte de la planta baja del Cole- gio de San Ildefonso, aún permanecen los murales La Maternidad , La trinidad re- volucionaria y el Banque- te de los ricos ; en cambio, Cristo destruyendo su cruz , Tzontemoc y Juventud fue- ron destruidos por el propio artista durante su segunda intervención de 1926. De camino hacia el primer nivel, en el cubo de la es- calera, Orozco dejó de lado los cuerpos atléticos y las alegorías de influencia re- nacentista para representar la serie de Los franciscanos , donde comparten espacio los cuerpos extremadamen- te lánguidos de indios pau- perizados y los evangeliza- dores bajo sayales, quienes aluden la conquista espiri- tual de Occidente. En ella, Orozco adapta su compo- sición al principio del mu- ralismo de adaptar su obra al espacio arquitectónico. En siguiente nivel del edifi- cio, Los aristócratas , La ba- sura social , La acechanza , Jehová entre ricos y pobres , La Libertad y la ley y La jus- ticia , encontramos el resto de los murales de la prime- ra etapa de José Clemente Orozco en la Preparatoria. En el periodo que va de 1923 a 1924, Orozco transitó de una visión universal a la sátira de gran formato que abrevó de la obra de José Guadalupe Posada, a quien conoció cuando el artista ja- lisciense aún era estudiante en la Academia de San Car- los. De igual manera, susti- tuyó el academicismo hu- manista, por el sarcasmo y la crítica aguzada en temas sociales como la injusticia, la demagogia, la doble mo- ral y el culto a las ideologías extremistas. Podría pensarse que Oroz- co carecía de una tenden- cia o dirección hacia donde proyectar su trabajo, sin embargo, como se menciono e n la anterior entrega, su idea del arte no se limita- ba solo a crear. En tanto ar- tista y sujeto social, José Clemente no era ajeno a los tiempos convulsos por los que transitaba el país; como lo refiere el doc- tor Renato González Mello, varias causas lo motivaron a cambiar: la rebelión de- lahuertista; la supeditación del trabajo mural a la bús- queda de símbolos y expre- siones propias; la Revolución mexicana y sus postulados aún irresueltos, y la emer- gente clase política posre- volucionaria, que en lugar de generar de una nueva socie- dad, se mostraba como una extensión del viejo orden. No hay que olvidar que Orozco trabajó como ca- ricaturista en el Hijo del Ahuizote y en El Machete ; su pasado político seguía presente en su postura a fa- vor del constitucionalismo, en un momento en que la rebelión que podía termi- nar en otro golpe de Estado era una constante amenaza. Los reproches venían de to- das partes, por igual de los mismos estudiantes que de las Honorables Damas de la Cruz Roja, quienes vieron en La maternidad un sacri- legio inmoral por atreverse a representar a “la Virgen María desnuda”. La crítica intelectual de ese momento cuestionaba la caricatura empleada por Orozco, no alcanzaba a en- tender el porqué de estas representaciones; incluso, las acusaciones se volvían más fuertes, cuando se po- nía sobre la mesa el asun- to del costo de los murales, pero no atinaban al motivo esencial. Encima, si se con- sidera que Orozco no les puso nombres a sus obras, como lo refiere Justino Fer- nández, en lugar de enta- blar un diálogo, aquello se convirtió en un caos. Finalmente, en 1924, el mu- ralista fue notificado de de- jar su trabajo, como ya se lo habían solicitado anterior- mente a Siqueiros. Sin em- bargo, su visión del arte, no cambió, al contrario, la sáti- ra, que es un recurso que ha servido a la humanidad para expresarse, se convirtió en un estilo característico de José Clemente Orozco. En la siguiente y última en- trega sobre el artista, se ha- blará de aquel evento y de su segunda estancia en San Ildefonso, antes de partir a los EE.UU. #CulturaUNAMenCasa #QuédateEnCasa #ContigoEnLaDistancia #CapitalCultural #LaSanaDistancia #SanIldefonsoEnCasa #MuralesSi José Clemente Orózco. Jehová entre ricos y pobres. Fresco, 1923-1924. Reproducción autorizada por el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura, 2020

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Page 1: José Clemente Orozco: su primera intervención en los muros ... · José Clemente Orozco: su primera intervención en los muros de la Preparatoria II/ III Bibliografía • Orozco,

José Clemente Orozco: su primera intervenciónen los muros de la Preparatoria II/ III

Bibliografía

• Orozco, José Clemente. Autobiografía. México, Ediciones ERA, 2007• Matute, Álvaro. La revolución mexicana: actores, escenarios y acciones. Vida Cultural y política 1901-1929. México, Océano, 2002.• Ramírez, Fausto. Modernización y Modernismo en el arte mexicano. México UNAM, 2008.• Roura Fuentes, Alma Lilia. Olor a tierra en los muros. México, EDUCAL, 2012.• Tibol, Raquel. José Clemente Orozco: Una vida para el arte. México, F.C.E. 2009.

¿Quieres saber más sobre la historia del Colegio de San Ildefonso?escríbenos a [email protected]

O rozco es el único de los artistas que no me pide conse-jo, no me consulta

nada, pinta como si el edifi-cio fuera muy suyo, como si su único compromiso fuera con el futuro… así lo expre-só José Vasconcelos a Alma Reed, cuando en 1923 la periodista estadunidense visitó la Escuela Nacional Preparatoria.

De la serie Los dones que recibe el hombre de la Na-turaleza realizados por José Clemente en el muro norte de la planta baja del Cole-gio de San Ildefonso, aún permanecen los murales La Maternidad, La trinidad re-volucionaria y el Banque-te de los ricos; en cambio, Cristo destruyendo su cruz, Tzontemoc y Juventud fue-ron destruidos por el propio artista durante su segunda intervención de 1926.

De camino hacia el primer nivel, en el cubo de la es-calera, Orozco dejó de lado los cuerpos atléticos y las alegorías de influencia re-nacentista para representar la serie de Los franciscanos, donde comparten espacio los cuerpos extremadamen-te lánguidos de indios pau-perizados y los evangeliza-dores bajo sayales, quienes aluden la conquista espiri-tual de Occidente. En ella, Orozco adapta su compo-sición al principio del mu-ralismo de adaptar su obra al espacio arquitectónico.

En siguiente nivel del edifi-cio, Los aristócratas, La ba-sura social, La acechanza, Jehová entre ricos y pobres, La Libertad y la ley y La jus-ticia, encontramos el resto de los murales de la prime-ra etapa de José Clemente Orozco en la Preparatoria.

En el periodo que va de 1923 a 1924, Orozco transitó de una visión universal a la sátira de gran formato que abrevó de la obra de José Guadalupe Posada, a quien conoció cuando el artista ja-lisciense aún era estudiante en la Academia de San Car-los. De igual manera, susti-tuyó el academicismo hu-manista, por el sarcasmo y la crítica aguzada en temas sociales como la injusticia, la demagogia, la doble mo-ral y el culto a las ideologías extremistas.

Podría pensarse que Oroz-co carecía de una tenden-cia o dirección hacia donde proyectar su trabajo, sin embargo, como se menciono

en la anterior entrega, su idea del arte no se limita-ba solo a crear. En tanto ar-tista y sujeto social, José Clemente no era ajeno a los tiempos convulsos por los que transitaba el país; como lo refiere el doc-tor Renato González Mello, varias causas lo motivaron a cambiar: la rebelión de-lahuertista; la supeditación del trabajo mural a la bús-queda de símbolos y expre-siones propias; la Revolución mexicana y sus postulados aún irresueltos, y la emer-gente clase política posre-volucionaria, que en lugar de generar de una nueva socie-dad, se mostraba como una extensión del viejo orden.

No hay que olvidar que Orozco trabajó como ca-ricaturista en el Hijo del Ahuizote y en El Machete; su pasado político seguía presente en su postura a fa-vor del constitucionalismo, en un momento en que la rebelión que podía termi-nar en otro golpe de Estado era una constante amenaza. Los reproches venían de to-das partes, por igual de los mismos estudiantes que de las Honorables Damas de la Cruz Roja, quienes vieron en La maternidad un sacri-legio inmoral por atreverse a representar a “la Virgen María desnuda”.

La crítica intelectual de ese momento cuestionaba la caricatura empleada por Orozco, no alcanzaba a en-tender el porqué de estas representaciones; incluso, las acusaciones se volvían más fuertes, cuando se po-nía sobre la mesa el asun-to del costo de los murales, pero no atinaban al motivo esencial. Encima, si se con-sidera que Orozco no les puso nombres a sus obras, como lo refiere Justino Fer-nández, en lugar de enta-blar un diálogo, aquello se convirtió en un caos.

Finalmente, en 1924, el mu-ralista fue notificado de de-jar su trabajo, como ya se lo habían solicitado anterior-mente a Siqueiros. Sin em-bargo, su visión del arte, no cambió, al contrario, la sáti-ra, que es un recurso que ha servido a la humanidad para expresarse, se convirtió en un estilo característico de José Clemente Orozco.

En la siguiente y última en-trega sobre el artista, se ha-blará de aquel evento y de su segunda estancia en San Ildefonso, antes de partir a los EE.UU.

#CulturaUNAMenCasa #QuédateEnCasa #ContigoEnLaDistancia#CapitalCultural #LaSanaDistancia#SanIldefonsoEnCasa #MuralesSi

José Clemente Orózco. Jehová entre ricos y pobres. Fresco, 1923-1924. Reproducción autorizada por el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura, 2020