jorge cuesta

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ÍNDICE Presentación 4 No aquel que goza, frágil y ligero 8  Al gozo en que la fruta se convierte 8 Nada te apartará de mí, que paso 9 Soñaba hallarme en el placer que aflora 10  Anatomía de la mano 10 Qué sombr a, qcompañía 11 Este amor no te mira para hacerte durable 12 T u voz es un eco, no te pertenece 12 La mano explora en la frente 13 La flor su oculta exuberancia ignora 13 Paraíso perdido 14 P í t d 15

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  • NDICE

    Presentacin 4

    No aquel que goza, frgil y ligero 8

    Al gozo en que la fruta se convierte 8

    Nada te apartar de m, que paso 9

    Soaba hallarme en el placer que aflora 10

    Anatoma de la mano 10

    Qu sombra, qu compaa 11

    Este amor no te mira para hacerte durable 12

    Tu voz es un eco, no te pertenece 12

    La mano explora en la frente 13

    La flor su oculta exuberancia ignora 13

    Paraso perdido 14

    Paraso encontrado 15

    Una palabra obscura 15

    Una palabra obscura 16

    El viaje soy sin sentido 17

  • Signo fenecido 18

    De otro fue la palabra antes que ma 19

    Como esquiva el amor la sed remota 20

    Oh, vida, existe 20

    Su obra furtiva 21

    Rema en un agua espesa y vaga el brazo 22

    Retrato de Gilberto Owen 22

    Canto a un dios mineral 24

  • JORGE CUESTAANTOLOGA

    Seleccin y presentacin deADOLFO CASTAN

    UNIVERSIDAD NACIONAL AUTNOMA DE MXICO

    COORDINACIN DE DIFUSIN CULTURALDIRECCIN DE LITERATURA

    MXICO, 2007

  • PRESENTACIN

    Jorge Mateo Cuesta Porte-Petit naci en Crdoba,Veracruz, el 21 de septiembre de 1904 y se diomuerte el 13 de agosto de 1942 en la ciudad de M-xico, cuando contaba 38 aos. Entre estas fechascorre la vida de uno de los escritores ms inteligen-tes y decididos de su generacin y con seguridaduno de los ms influyentes en la literatura mexicanamoderna. Poeta, crtico, editor, hombre poco dis-puesto a depravar su gusto o a pervertir su inters,personaje discreto pero legendario, dueo de unaamplia, viva cultura y de una leyenda escandalosa,Cuesta orienta y discute, dndole un perfil cada vezms preciso y congruente con nuestra realidad alproblema de la literatura y la cultura nacionales. Suobra nos es accesible gracias a la tarea emprendidapor Miguel Capistrn y Luis Mario Schneider para lacoleccin Poemas y Ensayos, editada por nuestraUniversidad. El conjunto abarca cuatro volmenes,de los cuales slo el primero es de poemas. La obrapotica completa de Jorge Cuesta comprende algoms de cuarenta poemas, de los cuales ms de lamitad han sido trabajados como sonetos.Aun Cantoa un dios mineral podra ser visto de algn modocomo una suma de sonetos. Este poema es como lasntesis y el inventario tcnicos y de motivos desu obra potica toda.A Cuesta, como aValry, le preo-cupaba la poesa como manifestacin de la inteli-gencia y no de los afectos. As, no son fortuitas lascoincidencias, por lo menos formales, de este poemacon El cementerio marino. Este Canto es uno de esospoemas llamados a rendir una visin del mundo, yse inscribe en la corriente de Muerte sin fin y Cada

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  • cosa es Babel.No slo contiene un catlogo de obse-siones; mima, representa el proceso creativo segnCuesta. Los temas?: la relacin del hombre con lanaturaleza y de la naturaleza con la naturaleza, elencuentro del hombre consigo mismo, el paso porunanoche oscura, el lenguaje como redencin yprdida, la muerte del autor ansiosa por ver apareceral relevo-lector que la actualice y vuelva amorir.Contra lo que muchos piensan, Cuesta poeta no sloes suCanto al dios mineral. Sus sonetos le dannueva vida al gnero. Forma y contenido se deslizany trenzan la sintaxis es un expediente utilizadocon fines estrictamente poticos unnimes. Lomusical es el primer recurso parasuspender la in-credulidad y hacer del poema un estado autnomo.Como en la literatura del siglo de oro, las peripeciassintcticas, los enrevesamientos del pronombre rela-tivo son el instrumento mismo de la precisin.

    La imposibilidad de vivir la vida, la vida real-mente vivida, es uno de los motivos constantes enla poesa de Cuesta. Para l la experiencia es tan in-tensa que resulta irrecuperable. Como la plenitudest en el goce, que es muerte (V. El cementerio ma-rino:Como la fruta se deshace en goce/y su ausenciaen delicia se convierte/mientras muere su forma enuna boca), se refuerza la conviccin de que la con-dicin humana es condicin dividida y de que esta-mos prometidos a la muerte. El poema loinaprehensible vuelto msica hace del goce su ob-jeto en ambos sentidos y l mismo representa esaescisin. Ms all o ms ac del ritmo, las imgenes,las metforas y las ideas el sentimiento est pros-crito y su presencia es clandestina dan cuenta dela misma imposibilidad de aprehender algo que no

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  • se resuelva en su contrario. Pues, apenas tomaforma, la metfora se diluye en su opuesto: el poeta,su experiencia, no quieren ser reductibles a ningunade sus metforas, slo desean manifestarse en eljuego que contrasta y vara.

    Es cierto que la poesa de Jorge Cuesta suscita enel lector un sentimiento de revelacin inminente,pero no lo es menos que tambin lo decepciona yposterga.Y es que esa inminencia es la del vaco. Laexperiencia de este intenssimo poeta apenas preci-saba de unos cuantos metros y formas de versifica-cin y le bastaban para cifrarse algunos cientos depalabras. Luis Mario Schneider, en el agudo prlogoa la edicin de los Poemas y ensayos completos, cuyoprimer volumen sirvi para articular la presente se-leccin, no dej de insinuar que la constante recu-rrencia de ciertas palabras y de ciertos giros no es enmodo alguno signo de pobreza el hombre realizay se realiza mejor cuando se mueve dentro de lmitesreconocidos.

    Sobre todo cuando se parece a uno mismo, el in-terlocutor es una presencia movediza. El de estos so-netos, que son monlogos, juegos, variaciones, esevasivo. El tipo de relacin que tiende a establecerno es de orden confesional, ya que en una primerainstancia la vida del poeta le es intransferible e inco-municable aun a l mismo. En el arduo ejercicio dematizar la ausencia, Cuesta logr conocer fragmen-tos de s mismo, por eso puede reclamar con ciertajusticia el ttulo de poeta experimental. Sin embargo,que nadie se llame a engao: ese avatar del lenguajeno es aventura del pensamiento, vehculo de la reve-lacin terrenal o testimonio de los sentidos, aunques pueda ser, deriva de la inteligencia, como seal

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  • Al Chumacero, uno de sus intrpretes ms fieles yuno de los poetas mexicanos en quien la obra deCuesta encuentra como una continuacin y un rena-cimiento. El riesgo de Cuesta es el de una perfeccinelptica, que privilegia a la cohesin y lo rotundo dela frase en perjuicio de la experimentacin. El gestoproftico, la palabra como revelacin y revolucin,el poeta y el poema como campos de batalla de laHistoria son ajenos a este proyecto literario. No serdifcil apreciar que, si a algo, esta poesa aspira a serindagacin de y en la inteligencia, canto y msica,reveladora y fluida constelacin de nuestros ritmosinteriores.

    Adolfo Castan

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  • NO AQUEL QUE GOZA, FRGIL Y LIGERO

    No aquel que goza, frgil y ligero,ni el que contengo es acto que perdura,y es en vano el amor rosa futuraque fascina a cultivo pasajero.

    La vida cambia lo que fue primeroy lo que ms tarde es no lo asegura,y la memoria, que el rigor madura,no defiende su fruto duradero.

    Ms consiente el sabor spero y grueso,el color que a la luz se desvanece,la materia que al tacto se destroza.

    Y en vano guarda su variable pesoel rbol y su forma se endurece,y el mismo instante se revive y goza.

    AL GOZO EN QUE LA FRUTA SE CONVIERTE

    Al gozo en que la fruta se conviertesobrevive la sed que lo desea.Es avidez, no ms, lo que se creadel estril consumo de su suerte.

    Cava en ella la tumba en que se vierte,la vana forma que el amor rodeay ella misma se nutre y se recrea,voraz y sola, con su propia muerte.

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  • No del pasado azar que considera,la vida crece slo dilatada,ni el objeto futuro la sustenta.

    Fluye de s como si entonces fuera,y el amor, que la mira despojada,tampoco de su sueo la alimenta.

    NADA TE APARTAR DE MI, QUE PASO

    Nada te apartar de m, que paso,dicha fgil, t misma pasajera.El rigor que te exige duraderaes ms fugaz que tu substancia acaso.

    No da abundancia la abstinencia al vaso,ni divide la sed como quisiera.Hora que, para ser, otra hora espera,no existe ms cuando agot su paso.

    De s mismo el placer no se desprende.Si para conservarse, se transladaal instante ms hondo que provee,

    ya no es placer lo que el placer suspende.Qu vana entonces la avidez pasadaa su muerte futura desposee.

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  • SOABA HALLARME EN EL PLACER QUE AFLORA

    Soaba hallarme en el placer que aflora;pero vive sin m, pues pronto pasa.Soy el que ocultamente se retrasay se substrae a lo que se devora.

    Dividido de m quien se enamoray cuyo amor midi la vida escasa,soy el residuo estril de su brasay me gana la muerte desde ahora.

    Pasa por m lo que no habr igualadodespus que pasa y que ya no aparece;su ausencia slo soy, que permanece.

    Oh, muerte, ociosa para lo pasado,slo es tu hueco la ocasin y el nidodel defecto que soy de lo que ha sido.

    ANATOMA DE LA MANO

    La mano, al tocar el viento,el peso del cuerpo olviday al extremo de su vidaes su rastro ltimo y lento.

    No da al sabor instrumentosu lengua ciega y hendida,y slo otra duda anidasu duda de movimiento.

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  • Mas como una sed en llamasque incierta al azar disputatoda la atmsfera en vano,

    imita al rbol sus ramasen pos de una interna frutala interrupcin de la mano.

    QU SOMBRA, QU COMPAA

    Qu sombra, qu compaaimpalpable, ms cercana,al abismo de maanael paso me contena,

    si est la vista vaca,y una desierta ventanaslo es una presa vanade las cadenas del da.

    Del tiempo, estril contactocon el arrepentimientoen que se parte y olvida

    la frgil ciencia del acto,es la posesin que siento,vacante, sobre mi vida.

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  • ESTE AMOR NO TE MIRA PARA HACERTE DURABLE

    Este amor no te mira para hacerte durabley desencadenarte de tu vida, que pasa.Los ojos que a tu imagen apartan de tu muerteno la impiden, slo hacen ms presente tu ruina.No hay sitio en mi memoria donde encuentre tu vidams que tus ya distantes huellas deshabitadas.Pues en mi sueo en vano tu rostro se refugiay huye tu voz del aire real que la devora.Dentro de m te quema la sangre con ms fuego,los instantes te absorben con ms ansia, y tus voces,mientras ms duran, se hunden ms hondo en el

    abismode las horas futuras que nunca te han mirado.

    TU VOZ ES UN ECO, NO TE PERTENECE

    Tu voz es un eco, no te pertenece,no se extingue con el soplo que la exhala.Tus pasos se desprenden de tiy hacen caminar un fantasma intangible y perpetuoque te expulsa del sitio donde vivestan pasajeramente y te suplanta.Tanto mi tacto extremas y prolongasque al fin no toco en ti sino humo, sombras, sueos,

    nada.Como si fueras difanao se desvaneciera tu cuerpo en el aire,miro a travs de ti la paredo el punto fijo y virtual

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  • que suspende los ojos en el vacoy por encima de las cosas en movimiento.

    LA MANO EXPLORA EN LA FRENTE

    La mano explora en la frente,del sueo el rastro perdido;mas no su forma, su ruidolatir contra el tacto siente.

    Un muro tan transparentepoco recluye el olvido,si renace su sentidoy est a la mano presente.

    Si bien el sueo murmuraque al fin su nada perdurasobre un tacto ciego y fro

    que su espesor no sondeay solamente rodeael rumor de su vaco.

    LA FLOR SU OCULTA EXUBERANCIA IGNORA

    La flor su oculta exuberancia ignora,y que es por una vigilante usurade un mismo azar, que evade su clausurala miel, y la embriaguez, que se evapora.

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  • Que no agota su prdida de ahora,sino que otra mayor dicha futurala fruta embriagar cuando madura,no lo sabe la flor, y se devora.

    Extrema el polen como vivo grano,y ella misma se siembra y restituyea s misma la vida que le huye.

    No mira que su gozo es hondo en vanoy no lo niega al fin si lo disputaal ms profundo abismo de la fruta.

    PARASO PERDIDO

    Si en el tiempo an espero es que, sumiso,aunque tambin inconsolable, entiendoque el fruto fue, que a la niez sorprendo,no don terreno, ms celeste aviso.

    Pues, mirando que ms tuvo que quiso,si al sueo sus imgenes suspendo,de la niez, como de un arte, aprendoque sencillez le basta al paraso.

    El sabor embriagado y misterioso,claro al odo (el mundo silenciosoy encantados los ruidos de la vida)

    vivo el color en ojos reposados,el tacto clido, aires perfumadosy en la sangre una llama inextinguida.

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  • PARASO ENCONTRADO

    Piedad no pide si la muerte habitay en las tinieblas insensibles yacela inteligencia lvida, que naceslo en la carne estril y marchita.

    En el otro orbe en que el placer gravita,dicha tenga la vida y que la enlace,y de ella enamorada que rehaceel sueo en que la muerte azul medita.

    Slo la sombra suea, y su desierto,que los hielos recubren y protejan,es el edn que acoge al cuerpo muerto

    despus de que las guilas lo dejan.Que ambos tienen la vida sustentada,el ser, en gozo, y el placer, en nada.

    UNA PALABRA OBSCURA*

    En la palabra habitan otros ruidos,como el mudo instrumento est sonoroy a la avaricia congelada en oroan enciende el ardor de los sentidos.

    De una palabra obscura desprendidos,la clara funden al ausente coro

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    * lra. versin.

  • y pierden su conciencia en el azoropreso en la libertad de los odos.

    Cada voz de ella misma se desprendepara escuchar la prxima y suspendea unos labios que son de otros el hueco.

    Y en el silencio en que zozobra, duracomo un sueo la voz, vaga y futura,y perpetua y difunta como un eco.

    UNA PALABRA OBSCURA*

    En la palabra habitan otros ruidos,como el mudo instrumento est sonoroy la templanza que encerr el tesoroel enjambre slo es de los sentidos.

    De una palabra vaga desprendidos,la cierta funden al ausente coroy pierden su conciencia en el azoropreso en la libertad de los odos.

    Cada voz de ella misma se desprendepara escuchar la prxima y suspendea unos labios que son de otros hueco.

    Y en el silencio en que se dobla y duracomo un sueo la voz est futuray ya exhausta y difunta como un eco.

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    *3ra. versin.

  • EL VIAJE SOY SIN SENTIDO

    El viaje soy sin sentidoque de m a m me transladade una pasin extraviada,mas a un fin no diferido.

    Lo que pierdo es lo que he sidopara ser silencio y nada,y, por el alma delgada,que pase el azar su ruido.

    Entre la sombra y la sombraqu imagen se ve y se nombrala misma que se aventura?

    Slo azar es el abismoque se abre entre m y yo mismo.El azar cambia y no dura.

    Coda:

    La presencia fue aquy todo palpit aliento de vida.

    Hasta el aire se haca como tenazaa las cordiales brasas escondidas.

    La presencia fue aquy en todas las sonrisas.

    La feliz circunstancia de un abrazohizo el aire delgado como brisa.

    El mundo se reapenetrado de gracia y de fe pa.

    La Creacin toda entera,vuelta luz,

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  • se recre en las pupilas un instante,abri luego los poros delirantestransformando las venas en luceros.

    El cuerpo se perdi en rayos de sol.

    El hombre, vuelto nada,lo fue todo.

    Y el crepsculo vino.

    La luz se fue apagando.

    El cuerpo se hizo sombra;nuevamente ocup el viejo lugar.

    Y al cabalgar las horasnuevos tedios lo agobian.

    La mirada se pierde en el recododonde volte el reflejo.

    El sol cay a lo lejosen lneas fugitivas.

    La soledad se hizo lluviaen las pupilas.

    SIGNO FENECIDO

    Sufro de no gozar como debiera:tu lgrima fue el ltimo receloque me ascendi los ojos a tu cieloy me llev de invierno a primavera.

    Junto a mi pecho te hace ms ligerala enhiesta flama que alza tu desvelo.

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  • Tus plantas de aire se aman en mi sueloy te me vuelves casi compaera.

    Ests dentro de m, cmoda y vivalinfa obediente que se ajusta al vaso.Mas la angustia de ti se me derriba,

    se me aniquila el gesto del abrazo.Y te pido un amor que me cohibaporque sujeta ms con menos lazo.

    DE OTRO FUE LA PALABRA ANTES QUE MA

    De otro fue la palabra antes que maque es el espejo de esta sombra, y sientesu ruido, a este silencio, transparente,su realidad, a esta fantasa.

    Es en mi boca su substancia, fra,dura, distante de la voz y ausente,habitada por otra diferente,la forma de una sensacin vaca.

    Al fin es la que hoy, obscura y vaga,otra prolonga en m, que no se apaga,sino igual a s misma oye su sombra

    al hallarla en el ruido que la nombray en el odo hace crecer su huecoms profundo cavndose en el eco.

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  • CMO ESQUIVA EL AMOR LA SED REMOTA

    Cmo esquiva el amor la sed remotaque al gozo que se da mira incompleto,y es por la sed por la que est sujetoel gozo, y no la sed la que se agota.

    La vida ignora, mas la muerte notala vida eternidad del esqueleto;as la forma en que creci el objetodura ms que l, de consumirlo brota.

    Del alma al rido desierto envuelvelibre vegetacin, que se disuelve,que nace slo de su incertidumbre,

    y suele en el azar de su recreoser la instantnea presa del deseoy el efmero pasto de su lumbre.

    OH,VIDA EXISTE

    Oh, vida existe;despus desgranadeseos, manased; ya no asiste,

    lo que no fuistetu muerte gana.La muerte es vana,profunda y triste.

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  • Fiel dicha y rara,nada te dejaque te asemeja,

    la muerte avara.Apenas muerela hora, difiere.

    SU OBRA FURTIVA

    Su obra furtivael sueo extiende,mas no la aprehendeni la cautiva.

    En vano activala nada, enciendesombras y asciendelibre, alta y viva.

    Aun ms perdidaque para el sueode nada dueo,

    vaga en la vidadel alma inciertaque se despierta.

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  • REMA EN UN AGUA ESPESA Y VAGA EL BRAZO

    Rema en un agua espesa y vaga el brazo,pero indeciso su ademn suspende,y aislado del impulso que lo tiendela mano ignora que lo d al acaso.

    La suya intil flota con retraso,pero ningn fugaz apoyo aprehendeen el vaco, de que se desprendelo mismo que del yugo de su paso.

    Oscila sin esfuerzo, consumidoel mundo en torno, y como del olvidouna memoria mutilada emana

    que ya no habita el alma que la mira,aun muerto se desata y se retiradel brazo inerte la presencia vana.

    RETRATO DE GILBERTO OWEN*

    Enviaba a la guerra su imagen indcilpara que volviera sobria y mutiladapero volva intacta y se pona a llorarporque no era bastante equilibristapara ser un modelo de Czanne.

    Y envidiando el estable equilibriode las frutas que posan sobre el mantel,ya ms no iba a buscar por los paisajes

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  • mudables fondos que hicieran juego con l;sino pensando en la geometra de sus lneasdivagaba por otoales huertos escondidos,donde las musas tenues se ren entre las ramasy amarrndose al pie lastres de manzanasse arrojan sobre los labios distrados.

    Entonces descubri la Ley de Owencomo guarda secreto el estudioninguno la menciona con su nombre:

    Cuando el aire es homogneo y casi rgidoy las cosas que envuelve no estn entremezcladasel paisaje no es un estado de almasino un sistema de coordenadas.

    Y para defender los dulces nmeros pitagricosque dentro de sus nuevas proporciones cantaban,dibujaba a su lado muchachas apaciblescuya sola presencia confortaba.

    Pero la constancia ensendole prontoque el amor verdadero es menos breveque los gratos objetos que lo muevenlas apart luego de s, para quedarse solo.

    Y sembr en su soledad el gesto puroque amoroso cuidado nutre y guarda,

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    * Este poema, seala Nigel Grant Sylvester, pas desapercibido,en su versin completa, para Luis Mario Schneider y Miguel Ca-pistrn en su recopilacin Poemas y Ensayos. Bajo el ttuloLaLey de Owen lo presentaron fragmentariamente. En 1975Grant Sylvester lo publica y analiza en la Revista de la Universi-dad (Vol. XXIX. Nms. 6-7). Creo que es esta la primera ocasinque se recoge en una antologa de Jorge Cuesta.

  • para mostrarlo inalterable al daque traicionen su fondo las ventanas.

    Pero con pensamiento que atraviesala densa niebla de la posteridad,para tener en paz y en regla su posturale roba al tiempo su madura edad.

    1926

    CANTO A UN DIOS MINERAL

    Capto la sea de una mano y veoque hay una libertad en mi deseo;ni dura ni reposa;las nubes de su objeto el tiempo alteracomo el agua la espuma prisionerade la masa ondulosa.

    Suspensa en el azul la sea, esclavade la ms leve que socavael orbe de su vuelo,se suelta y abandona a que se liguesu ocio al de la mirada que persiguelas corrientes del cielo.

    Una mirada en abandono y viva,si no una certidumbre pensativa,atesora una duda;su amor dilata en la pasin desiertasuea en la soledad, y est despiertaen la conciencia muda.

    24

  • Sus ojos errabundos y sumisos,el hueco son, en que los fatuos rizosde nubes y de frondasse apoderan de un mrmol de un instantey esculpen la figura vacilanteque complace a las ondas.

    La vista en el espacio difundidaes el espacio mismo, y da cabidavasto y mismo al sucesoque en las nubes se irisa y se desdorae intacto, como cuando se evapora,est en las ondas preso.

    Es la vida all estar, tan fijamente,como la helada altura transparentelo finge a cuanto subehasta el purpreo lmite que toca,como si fuera un sueo de la roca,la espuma de la nube.

    Como si fuera un sueo, pues sujeta,no escapa de la fsica que aprietaen la roca la entraa,la penetra con sangres mineralesy la entrega en la piel de los cristalesa la luz, que la daa.

    No hay solidez que a tal prisin no cedaaun la sombra ms ntima que vedaun receloso senoen vano! pues al fuego no es inmuneque hace entrar en las carnes que desunelas lenguas del veneno.

    25

  • A las nubes tambin el color tie,tnicas tintas en el mal les cie,las roe, las horada,y a la crtica nuestra, si las mira,por qu al museo su ilusin retirala escultura humillada.

    Nada perdura, oh, nubes!, ni descansa.Cuando en una agua adormecida y mansaun rostro se aventura,igual retorna a s del hondo viajey del lcido abismo del paisajerecobra su figura.

    ntegra la devuelve al limpio espejo,ni otra, ni descompuesta en el reflejocuyas difanas redessuspenden a la imagen submarina,dentro del vidrio inmersa, que la ruinadetiene en sus paredes.

    Qu eternidad parece que le fragua,bajo esa tersa atmsfera de agua,de un encanto el conjuroen una isla a salvo de las horas,urea y serena al pie de las aurorasperennes del futuro!

    Pero hiende tambin la imagen, leve,del unido cristal en que se muevelos tomos compactos:se abren antes, se cierran detrs de ellay absorben el origen y la huellade sus ntidos actos.

    26

  • Ay, que del agua el imantado centrono fija al hielo que se cuaja adentrolas flores de su nado;una onda se agita, y la estremeceen una onda ms desaparecesu color congelado.

    La transparencia a s misma regresa,y expulsa a la ficcin, aunque no cesa;pues la memoria oprimede la opaca materia que, a la orilla,del agua en que la onda juega y brilla,se entenebrece y gime.

    La materia regresa a su costumbre.Que del agua un relmpago deslumbreo un slido de humotenga en un cielo ilimitado y tensoun instante a los ojos en suspenso,no aplaza su consumo.

    Obscuro parecer no la abandonasi sigue hacia una fulgurante zonala imagen encantada.Por dentro la ilusin no se rehace;por dentro el ser sigue su ruina y yacecomo si fuera nada.

    Embriagarse en la magia y en el juegode la urea llama, y consumirse luego,en la ficcin conmueveel alma de la arcilla sin contorno:llora que pierde un venturero adornoy que no se renueve.

    27

  • Aun el llanto otras ondas arrebatan,y atnitos los ojos se desatandel plomo que acelerael descenso sin voz a la agonay otra vez la mirada honda y vaca,flota errabunda fuera.

    Con ms encanto si ms pronto muere,el vivo engao a la pasin se adhierey apresura a los ojosnufragos en las ondas ellos mismos,al borde a detener de los abismoslos flotantes despojos.

    Signos extraos hurta la memoria,para una muda y condenada historia,y acaricia las huellascomo si oculta obsecacin lograra,a fuerza de tallar la sombra avararecuperar estrellas.

    La mirada a los aires se transporta,pero es tambin vuelta hacia dentro, absorta,el ser a quien rechazay en vano tras la onda tornadizaconfronta la visin que se deslizacon la visin que traza.

    Y abatido se esconde, se concentra,en sus recnditas cavernas entray ya libre en los murosde la sombra interior de que es el dueosuelta al nocturno paladar el sueosus sabores obscuros.

    28

  • Cuevas innmeras y endurecidas,vastos depsitos de breves vidas,guardan impenetrablela materia sin luz y sin sonidoque an no recoge el alma en su sentidoni supone que hable.

    Qu ruidos, qu rumores apagadosall activan, sepultos y estrechados,el hervor en el senoconvulso y sofocado por un mudo!Y grava al rostro su rencor saudoy al lenguaje sereno.

    Pero, qu lejos de lo que es y viveen el fondo aterrado, y no recibelas ondas todavaque recogen, no ms, la voz que aflorade un agua mvil al rielar que dorala vanidad del da!

    El sueo, en sombras desasido, amarrala nerviosa raz, como una garracontrctil o bien floja;se hinca en el murmullo que la envuelve,o en el humor que sorbe y que disuelveun fijo extremo aloja.

    Cmo pasma a la lengua blanda y gruesa,y asciende un burbujear a la sorpresadel sensible oleaje:su espuma frgil las burbujas prende,y las pruebas, las une, las suspendela creacin del lenguaje.

    29

  • El lenguaje es sabor que entrega al labiola entraa abierta a un gusto extrao y sabio:despierta en la garganta;su espritu an espeso al aire brotay en la lquida masa donde flotasiente el espacio y canta.

    Multiplicada en los propicios ecosque afuera afrontan otros vivos huecosde semejantes bocas,en su entraa ya brilla, densa y plenacuando all late an, y honda resuenaen las eternas rocas.

    Oh, eternidad, oh, hueco azul, vibranteen que la forma oculta y delirantesu vibracin no apaga,porque brilla en los muros permanentesque labra y edifica, transparentes,la onda tortuosa y vaga.

    Oh, eternidad, la muerte es la medida,comps y azar de cada frgil vida,la numera la Parca.Y alzan tus muros las dispersas horas,que distantes o prximas, sonorasall graban su marca.

    Denso el silencio trague al negro, obscurorumor, como el sabor futuroslo la entraa guardey forme en sus recnditas moradas,su sombra ceda formas alumbradasa la palabra que arde.

    30

  • No al odo que al antro se aproximaque el banal espacio, por encimadel hondo laberintolas voces intrincadas en sus vetasoriginales vayan, ms secretasde otra boca al recinto.

    A otra vida oye ser, y en un instantela lejana se une al titubeantelatido de la entraa;al instinto un amor llama a su objeto;y afuera en vano un porvenir completola considera extraa.

    El aire tenso y musical espera;y eleva y fija la creciente esfera,sonora, una maana:la forman ondas que junt un sonido,como en la flor y enjambre del odomisteriosa campana.

    se es el fruto que del tiempo es dueo;en l la entraa su pavor, su sueoy su labor termina.El sabio que destila la tinieblaes el propio sentido que otros pueblay el futuro domina.

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