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361 IV SEMANA DE ESTUDIOS ALfONSÍES Alcanate IV [2004-2005] Reseñas Alfonso X el Sabio. La forja de la España moderna Julio Valdeón Baruque, Alfonso X el Sabio. La forja de la España moderna, Ediciones Temas de Hoy. Historia, Madrid, 2003, 231 págs. ISBN: 84-8460-277-X Alfonso X es, sin duda, “uno de los más brillantes reyes del Medievo hispano”. Esta afirmación pertenece al autor de la obra que nos disponemos a comentar, y viene a añadirse a muchas otras que, con tenor semejante, aluden a la brillantez y excepcionalidad de un reinado que hizo mucho más que marcar una época.Y, sin embargo, no se puede decir que el Rey Sabio, hasta fechas recientes, haya sido un monarca afortunado desde el punto de vista historiográfico. Hace sólo quince años quienes nos interesábamos por su largo reinado prácticamente no contábamos con otra visión de conjunto que la meritoria pero por razones comprensibles deficiente obra póstuma de D. Antonio Ballesteros-Beretta. 1 Los útiles índices añadidos por el profesor Miguel Rodríguez Llopis a la reimpre- sión de 1984 paliaban algunas de sus dificultades de manejo, pero obviamente no pudieron insuflarle la necesaria savia historiográfica. El panorama cambió radicalmente a comienzos de los años 90 de la pasada centuria. El mismo año 1990 aparecía, integrado en el volumen XIII de la Historia de España Ramón Menéndez Pidal, un estudio monográfico de Salvador de Moxó sobre todo el reinado. Fue una interesante apuesta, necesariamente limitada por el carácter de aquellas páginas por desgracia también póstumas. 2 Pero sería en 1993 cuando se publicaran dos importantes obras que, respaldadas por muy consistentes líneas de investigación, iban a responder ya sin ningún género de dudas a las exigentes expectativas de la crítica moderna. Se trataba de las monografías de los profe- sores Manuel González Jiménez 3 y Joseph F. O’Callaghan. 4 Ambas contaron A. Ballesteros-Beretta, Antonio, Alfonso X el Sabio, Barcelona-Madrid, 1963. Salvador de Moxó,“Época de Alfonso X”, en La expansión peninsular y mediterránea (c.1212-c.1350). La Corona de Castilla: Historia de España Ramón Menéndez Pidal, Madrid, 1990, XIII-1, pp. 89-206. M. González Jiménez, Alfonso X el Sabio, 1252-1284, Palencia, 1993. J. F. O’Callaghan, The Learned King:The Reign of Alfonso X of Castile, Philadelphia, 1993.

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361IV SEMANA DE ESTUDIOS ALfONSÍES

Alcanate IV [2004-2005]

Reseñas

Alfonso X el Sabio. La forja de la España moderna

Julio Valdeón Baruque, Alfonso X el Sabio. La forja de la España moderna,

Ediciones Temas de Hoy. Historia, Madrid, 2003, 231 págs. ISBN: 84-8460-277-X

Alfonso X es, sin duda, “uno de los más brillantes reyes del Medievo hispano”. Esta afirmación pertenece al autor de la obra que nos disponemos a comentar, y viene a añadirse a muchas otras que, con tenor semejante, aluden a la brillantez y excepcionalidad de un reinado que hizo mucho más que marcar una época. Y, sin embargo, no se puede decir que el Rey Sabio, hasta fechas recientes, haya sido un monarca afortunado desde el punto de vista historiográfico. Hace sólo quince años quienes nos interesábamos por su largo reinado prácticamente no contábamos con otra visión de conjunto que la meritoria pero por razones comprensibles deficiente obra póstuma de D. Antonio Ballesteros-Beretta.1 Los útiles índices añadidos por el profesor Miguel Rodríguez Llopis a la reimpre-sión de 1984 paliaban algunas de sus dificultades de manejo, pero obviamente no pudieron insuflarle la necesaria savia historiográfica. El panorama cambió radicalmente a comienzos de los años 90 de la pasada centuria. El mismo año 1990 aparecía, integrado en el volumen XIII de la Historia de España Ramón Menéndez Pidal, un estudio monográfico de Salvador de Moxó sobre todo el reinado. Fue una interesante apuesta, necesariamente limitada por el carácter de aquellas páginas por desgracia también póstumas.2 Pero sería en 1993 cuando se publicaran dos importantes obras que, respaldadas por muy consistentes líneas de investigación, iban a responder ya sin ningún género de dudas a las exigentes expectativas de la crítica moderna. Se trataba de las monografías de los profe-sores Manuel González Jiménez3 y Joseph F. O’Callaghan.4 Ambas contaron

� A. Ballesteros-Beretta, Antonio, Alfonso X el Sabio, Barcelona-Madrid, 1963.� Salvador de Moxó, “Época de Alfonso X”, en La expansión peninsular y mediterránea (c.1212-c.1350). La Corona de Castilla: Historia de España Ramón Menéndez Pidal, Madrid, 1990, XIII-1, pp. 89-206.� M. González Jiménez, Alfonso X el Sabio, 1252-1284, Palencia, 1993.� J. F. O’Callaghan, The Learned King: The Reign of Alfonso X of Castile, Philadelphia, 1993.

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pronto con nuevas ediciones,5 y muy recientemente González Jiménez nos ha ofrecido una nueva obra –bastante más que una reedición aumentada de su primera monografía–,6 que apunta a ese raro status de lo definitivo del que sólo gozan muy pocos libros en nuestro panorama historiográfico. Hoy día se puede afirmar que es ya muy sólido el conocimiento que tenemos de la figura y obra de Alfonso X. Y por eso es ahora cuando resulta especialmente pertinente la aparición de nuevas visiones de conjunto que, sin profundizar en las vetas prácticamente agotadas de la investigación, sean capaces de ofrecernos panoramas completos y sintéticos, y de contribuir así a esa difícil tarea que hemos convenido en llamar “alta divulgación”. En esta perspectiva es preciso situar la obra del profesor Julio Valdeón a propósito de la que escribimos estas líneas. El libro de Valdeón, escrito con el lenguaje claro y sencillo de los grandes autores, no carece, sin embargo, de “tesis”. El propio autor la formula en el subtítulo con el que lo encabeza: la forja de la España moderna. En efecto, a lo largo de los quince capítulos que jalonan la obra se halla presente, a modo de recurrente denominador común, la idea de que Alfonso X constituye todo un “anticipo de los tiempos modernos”. Es cierto que esa realidad asoma con más consistencia en unos aspectos que en otros. Es el caso de buena parte de su política exterior, de algunas de sus iniciativas económicas, de su ambicioso programa jurídico y, como no, de su “espectacular proyecto cultural”. Pero no es menos cierto que su tensión, mantenida al menos hasta el final de su reinado, hacia políticas capaces de homogeneizar en su conjunto el espacio político-institucional de sus reinos, y hacerlo bajo las premisas de un romanismo secu-larizante, lo convierten en avanzada referencia de todo un replanteamiento del poder que debemos leer en clave de soberanía. El autor ha renunciado a un estricto seguimiento cronológico del reinado, y aborda sus complejos y heterogéneos contenidos, a través de una serie de capí-tulos de carácter temático en los que se analiza de manera diacrónica cada una de las cuestiones más destacables. El esquema solo se rompe al comienzo y al final de la obra al describir el “prólogo” del período de Alfonso, infante, y el “epílogo” de su “amargo final”. El planteamiento resulta, así, de una extraordinaria clari-dad, si bien en ocasiones podría echarse en falta la riqueza que, en un enfoque estrictamente cronológico, proporcionaría la convergencia de matices temáticos en determinados momentos clave. Es, no obstante, una elección correcta y pro-bablemente más adecuada para la descripción sintética que se pretende. Por lo

� La segunda edición, corregida y aumentada, del libro de González Jiménez data de 1999, y el mismo autor había procedido, en 1996, a traducir la obra de O’Callaghan en 1996.� M. González Jiménez, Alfonso X el Sabio, Barcelona, 2004.

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demás, el autor, que se mueve sin ninguna dificultad sobre la bibliografía relativa al tema, nos ofrece un interesante y muy completo panorama valorativo de la misma al final de la obra. Ello no quita para que, a lo largo de todos los capítu-los, el profesor Valdeón no escatime referencia a autores que no sólo expresan la riqueza del análisis llevado a cabo sino que, además, nos ayudan a situarnos en la perspectiva del debate historiográfico que inevitablemente lo acompaña. Los temas abordados son los estrictamente necesarios. Tras un sucinto recorrido por los años previos a su subida al trono, se empieza por la lógica centralidad de la lucha contra el islam. El hecho de que, como afirmara la Pri-mera Crónica General, Fernando III dejara a su hijo toda la tierra arrebata por los musulmanes al rey Rodrigo, la una conquerida, la otra tributada, no eximía a Alfonso X de una responsabilidad cruzada que el profesor Valdeón atina a definir de manera muy correcta, tanto en los términos de su ofensiva –África, Niebla y Cádiz– como en los de la perspectiva defensiva que generó la revuelta mudéjar de 1264 y, más aún, las sucesivas invasiones meriníes. El segundo aspecto, el de la repoblación, exigencia de buen gobierno y clara apuesta de una política for-talecdora del poder real, es descrito en sus luces y en sus sombras sin escatimar la necesaria desmitologización de tópicos como el que hasta hace no mucho tiempo identificaba repoblación de Andalucía Bética con consolidación de ten-dencias latifundistas. El fecho del Imperio, mucho más que un señuelo obnubilador para el Rey Sabio, constituye otro de los argumentos centrales del reinado. Sigue siendo posible que no se trate de un mero proyecto quebrado por la frustración. Fue demasiada la rentabilidad que de él se pretendió extraer, bien es verdad que sólo en parte con éxito, pero de lo que no cabe duda, y en ello el autor insiste, es que generó todo un cauce de apertura extrapeninsular en modo alguno estéril, y ese cauce serviría de inevitable telón de fondo para las interesantes relaciones intra-peninsulares de Alfonso X, otro breve capítulo en la obra que comentamos. Con el siguiente se inaugura el bloque de la proyección política del monarca sobre la realidad estamental del reino. En este sentido, el profesor Val-deón dedica un capítulo a la nobleza, otro a la Iglesia y un tercero a las ciudades, y naturalmente a las respectivas iniciativas del rey respecto a ellas. Autoritarismo e intervencionismo son los factores que provocaron el paulatino posicionamiento de los estamentos en contra del rey: ni el sometimiento político de la nobleza que el monarca pretendió con la aplicación del Fuero Real, ni la apropiación de nombramientos y rentas eclesiásticas, ni por supuesto el manipulador control de las oligarquías urbanas, fueron buenos antídotos contra el malestar generali-zado que provocaba el empobrecimiento del reino en un contexto de crisis. Y desde luego la política económica de Alfonso X no fue la adecuada para paliarlo.

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Valdeón, que desarrolla el tema con relativa extensión en el capítulo noveno, empieza por rechazar las viejas tesis que atribuían a Alfonso X un consciente “dirigismo” de la vida económica, pero sí habla de un “encauzamiento” de sus manifestaciones tendente a impulsar el tráfico mercantil eliminando obstáculos y protegiendo actividades, de forma especial las ganaderas. Pero todo ello no se vería compensado por la moderación de una fiscalidad que, aunque racionalizada en algunos de sus presupuestos, fue durísimamente incrementada hasta provocar, en expresión de Jofre de Loaysa, el saqueo de su propio reino. De este modo, sería la política fiscal, signo de identidad posibilitadora de todo un programa político, la causa de la ruptura del rey con sus súbditos más influyentes. Los capí-tulos siguientes abordan los mecanismos de poder y sus principales instituciones. Unos y otras fueron los correlatos de una maduración administrativa que anun-ciaba nuevos tiempos, pero quizá sean las Cortes su expresión más acabada: sus frecuentes convocatorias para el conjunto de los territorios de la monarquía las convirtieron el marco al mismo tiempo solemne y hasta cierto punto ordinario de las iniciativas políticas más trascendentes del reinado. Y si de iniciativas trascendentes hablamos, ninguna más perenne en sus consecuencias que la obra jurídica de quien fue “uno de los principales reyes legisladores de la historia de la humanidad”, como afirma el autor en el capítulo doce de su obra. En él se hace una sucinta pero certera valoración de sus más señeras manifestaciones: Fuero Real, Espéculo y Partidas. Y junto a la labor jurí-dico-legislativa, la cultural. El profesor Valdeón no desea pasar por alto en este punto el giro secularizante que el Rey Sabio quiso imprimir a su extraordinario mecenazgo cultural, abarcador de tantos aspectos y en el que la historia, como expresión consciente de un sentimiento de identidad territorial, juega un papel de primer orden. Y ciertamente estamos ante una actitud cultural que trasciende minorías religiosas: el mismo rey que impidió que se derribara la Giralda, man-tuvo en funcionamiento una madrasa en Murcia y, sobre todo, hizo de Toledo una referencia de transmisión cultural para la que judíos y musulmanes aportaron algo más que su saber instrumental. Pero ello no debe hacernos caer en la deriva del tópico “convivencial”, y Valdeón, en el penúltimo capítulo de su obra, contribuye a impedirlo valorando con ecuanimidad las actitudes antiislámicas y antijudías de un rey que no dejaba de participar de los sentimientos íntimamente enraizados en la sociedad castellana de la segunda mitad del siglo XIII. Finalmente, la conclusión del reinado, la de los años amargos de su derrota moral y política, viene a traducir, en efecto, un fracaso envuelto en cierta deriva sin rumbo, pero ello no resta un ápice de interés a una figura caracterizada por la brillantez de la innovación polí-tica y la profunda originalidad de su proyecto cultural.

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Esta rápida panorámica, en la que hemos intentado resumir los conteni-dos de la obra de Valdeón, no ha querido sino animar a la lectura de un libro riguroso, atento a presentar los trazos esenciales de la vida política del Rey Sabio, y que conviene tener presente como eficaz recordatorio de lo mucho que afor-tunadamente hos sabemos acerca de él.

Carlos de Ayala Martínez Universidad Autónoma de Madrid

As Cantigas de Loor de Santa María

As Cantigas de Loor de Santa María. Edita Xunta de Galicia. Consellería de Educación e

Ordenación Universitaria. Dirección Xeral de Pilítica Lingüística. Centro Ramón Pineiro

para a Investigación en Humanidades. ISBN: 84-453-3780-7. Depósito Legal: C-2446-2003.

Aparece, dentro del proyecto Arquivo Galicia Medieval y después de los dos volúmenes de la Lirica Galego-Portuguesa, este volumen de As Cantigas de Loor de Santa María, patrocinado por el Centro Ramón Piñeiro para la Investi-gación en Humanidades. Se trata de una selección de cuarenta y dos cantigas, aquéllas que suelen estar precedidas del epígrafe “Esta é da loor de Santa María […]” con la especificación del asunto, o bien “Esta é de de loor de santa María”, a partir sobre todo de CSM 90; como también “De loor de santa María” (CSM 320 y 409). A esta selección se le añade la cantiga “Prólogo” (ob. cit., pp 43-51), con lo que las escogidas son cuarenta y tres. Se ofrece una introducción (ob. cit., pp. 15-40) en donde los autores hacen un pequeño excursus sobre “el culto mariano en la Edad Media”, definen lo que entienden por “cantigas de loor”, presentan un resumen de “la tradición manuscrita” –en la que incluyen el Cancioneiro da Biblioteca Nacional de Lisboa (Cód. 10991) del que transcriben las canciones B 467 que corresponde a To 30 y E 40 y establecen las normas con que abordan la “edición” que nos ocupa.