investigación sobre desastres naturales

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Diseño y maquetación. 286 páginas a dos tintas. Cubierta y contracubierta a cuatricomía en cartulina estucada.

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La Universidad ante los Desastres Naturales: Acción Humanitaria y Desarrollo

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La Universidad ante los Desastres Naturales: Acción Humanitaria y Desarrollo

Esther Puertas Cristóbal Gema Astorga Daza

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Este libro ha sido realizado en el marco del Proyecto de Investigación sobre El estudio, análisis y clasificación de las catástrofes, realizado gracias a la concesión de ayudas del tercer procedimiento de la Convocatoria Abierta y Permanente (CAP) de la Agencia Española de Cooperación para el Desarrollo (AECID) en el 2005. Referencia: 1156/05. Asimismo, esta publicación titulada La Universidad ante los Desastres Naturales: Acción Humanitaria y Desarrollo ha sido posible gracias a la financiación de dicha entidad. Referencia: 08-CAP-1047.

Primera edición: 2010© SERVICIO DE PUBLICACIONES DE LA UNIVERSIDAD DE CÁDIZ© Dirección General de Acción Social y Solidaria© Gema Astorga Daza y Esther Puertas Cristóbal

Edita: Servicio de Publicaciones de la Universidad de CádizC/ Doctor Marañón, 3 – 11002 Cádiz (España)www.uca.es/publicaciones

Dirección: Mercedes Dobarco RoblaCoordinación: Esther Puertas CristóbalAutoras: Gema Astorga Daza Esther Puertas Cristóbal

ISBN: 978-84-9828-237-5Depósito Legal:

Diseño gráfico y maquetación: Rosa Olea

Impresión y encuadernación:

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Me produce una enorme satisfacción presentar esta iniciativa llevada a cabo por la Universidad de Cádiz, no sólo por el brillante contenido del documento, sino por ser partícipe de una iniciativa pionera en la Universidad Española.

En pocas ocasiones se ha reunido a un grupo tan amplio de expertos en la materia de tan variada procedencia. Pese a que en el aspecto docente la Universidad Española ha experimentado un gran avance en el número de cursos sobre la Acción Humanitaria así como en la calidad de los mismos, la investigación sobre la ayuda humanitaria no ha alcanzado en el ámbito académico el mismo grado de desarrollo.

Esta obra realiza una exhaustiva enumeración de las catástrofes naturales producidas en el perio-do 2000-2005, poniendo en relieve cómo en los últimos tiempos se han disparado los desastres naturales a causa del cambio climático.

La situación que hemos vivido en este periodo, pese a su crudeza, no es más que un atisbo de lo que será desgraciadamente el futuro próximo. En un mundo cada día más poblado, los desas-tres naturales afectan por lógica a mayor número de habitantes. A falta de tierra habitable por la presión demográfica, las poblaciones se instalan en zonas de mayor riesgo, provocando que el número de víctimas se multiplique cada día. Al mismo tiempo, la desertización provoca que en la misma zona y periodo tengamos que actuar para paliar las consecuencias de las inunda-ciones y para luchar contra los efectos de las sequías. La falta de agua también provoca que se intensifiquen los conflictos violentos entre poblaciones que tienen que luchar por beber, ya no sólo por comer.

Todo ello configura un panorama que hace que todas las manos sean pocas para afrontar tan importante reto. Espero que esta obra instruya al lector curioso e incite a otros muchos inves-tigadores a contribuir a una mejor y más eficaz ayuda humanitaria. Sirva esta iniciativa para concienciar, educar y promover una sensibilidad hacia el enorme desafío que se nos presenta.

Pablo Yuste EcharrenJefe de Departamento de Emergencias y Post-conflicto

Oficina de Acción HumanitariaAgencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID)

PRESENTACIÓN

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ÍNDICE

Prólogo 11

Agradecimientos 13

Acrónimos 15

1 Del origen del humanitarismo moderno hasta la implicación de los distintos actores humanitarios de nuestros días

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1.1 Introducción 211.2 Justificación: el Proyecto de Investigación como herramienta de revisión

de acciones en el ámbito de la Acción Humanitaria29

1.3 Contextualización: hipótesis previas al trabajo de investigación 33

2 Objetivos y metodología 412.1 Objetivos 432.2 Metodología 47

3 El quinquenio 2000-2005: un periodo de eventos catastróficos 51

3.1 Análisis de los desastres naturales más devastadores del planeta según los indicadores zona geográfica, año y tipo de fenómeno.

57

3.2 La influencia de los medios de comunicación ante la magnitud de las catástrofes naturales.

121

4 La visión de los expertos ante las catástrofes actuales: el papel de la Universidad en la gestión de crisis humanitarias

131

5 Conclusiones generales 243

Relación de tablas 255

Referencias bibliográficas 261

Otras fuentes 271

Equipo investigador 279

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PRÓLOGO

Es para mí un placer escribir estas líneas a modo de prólogo del presente estudio realizado por mis amigas de la Dirección General de Acción Social y Solidaria de la Universidad de Cádiz. Lo es aún más conociendo la especialización y experiencia que tienen las personas que han participado en este proyecto en diferentes campos de la Acción Humanitaria y de la Cooperación Univer-sitaria al Desarrollo. Mi función no es la de sintetizar el trabajo ni la de extraer sus principales conclusiones, algo que los autores ya realizan en el último capítulo. Sin embargo, sí me gustaría subrayar brevemente algunas de las principales ideas y contribuciones de este estudio.

En primer lugar, considero que uno de los mayores aportes de la presente investigación, y segu-ramente la más original, radica en la sistematización que lleva a cabo de los diferentes tipos de catástrofes y de sus secuelas. Cada crisis es singular y diferente a las demás, algo que hay que tener muy en cuenta para huir de toda tentación de acciones de ayuda estandarizadas que no atiendan a las peculiaridades de cada caso. Necesitamos sistematizar y caracterizar con rigor cada tipo de crisis de cara al diseño de actuaciones acertadas de respuesta, mitigación o pre-vención.

Un segundo tema prioritario del estudio radica en el gran impacto que los medios de comuni-cación tienen en la gestión de la ayuda humanitaria. La investigación realizada nos ayuda a ser más conscientes del papel relevante, discutido y ambivalente, que tales medios juegan en rela-ción a las crisis humanitarias: sin duda contribuyen a generar conciencia pública y a movilizar la voluntad política para hacerles frente, pero no es menos cierto que contribuyen también a una formulación sesgada y distorsionada tanto de la concepción de las crisis como de la respuesta a las mismas. Por razones de mercado y rentabilidad, los media tienden a centrarse en los sínto-mas y dimensiones trágicas de los desastres, sin prestar apenas atención a sus causas profundas y a sus procesos de gestación. El resultado es con frecuencia una cobertura descontextualizada y despolitizada, que ignora las capacidades y percepciones de las poblaciones locales, que actúa como acicate de actuaciones reactivas más que preventivas, y que presta una atención muy desigual según el tipo de catástrofe o el lugar: como revela este trabajo, si bien los huracanes son muy mediáticos, las sequías y otras crisis de gestación lenta suelen constituir “catástrofes olvidadas” o “silenciosas”, sobre todo si acontecen en África. En cualquier caso, entre los me-dios de comunicación, las ONGs humanitarias y los gobiernos donantes existe una interrelación triangular compleja y que actúa en diversas direcciones. De este modo, la Acción Humanitaria

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hoy requiere inevitablemente de la complicidad de los media, con lo que resulta fundamental conocer las claves con las que éstos operan, así como delimitar su campo de actuación en esta materia.

Un tercer eje del estudio se centra en el papel que la Universidad puede jugar en el campo de la Acción Humanitaria. Aunque no cabe hablar de las universidades como un actor humanitario operativo en el terreno durante los desastres, sí pueden y deben realizar una contribución decisi-va en los campos que les competen, como son la formación, la investigación o la transferencia de conocimiento a la sociedad. En este sentido, es mucho lo que queda aún por hacer. En particular, es preciso avanzar en la conformación de un área multidisciplinar de “estudios sobre desastres”, emparentada pero con ciertas características propias respecto a los “estudios sobre desarrollo”. Se trata de un campo hoy apenas incipiente entre nosotros, que requiere aumentar la masa crí-tica de investigadores, diversificar su oferta docente, disponer de publicaciones especializadas y, como base de lo anterior, incrementar la cantidad y calidad de su investigación. Todo ello redun-dará en una mejora de la formación de los trabajadores humanitarios y de la calidad del trabajo de las ONGs y demás actores implicados.

En este sentido, el trabajo que se presenta constituye un paso en dicha dirección, del que nos debemos congratular y que confiamos tenga continuidad con nuevos estudios en la materia.

Karlos Pérez de ArmiñoProfesor titular de Relaciones Internacionales, Universidad del País Vasco

Investigador de HEGOA, Instituto de Estudios sobre Desarrollo y Cooperación Internacional

PRÓLOGO

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Se agradece a la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) la apuesta por la investigación en el campo humanitario, y la financiación concedida a la Dirección General de Acción Social y Solidaria de la Universidad de Cádiz para realizar el presente estu-dio.

También se quiere dar las gracias muy especialmente a las profesoras del Departamento de En-fermería y Fisioterapia de la Universidad de Cádiz que colaboran habitualmente con la Dirección General por sus aportaciones al planteamiento de la investigación, y a todas las instituciones y expertos que han colaborado con sus análisis y reflexiones dándole contenido al capítulo 4, y que se recogen por orden alfabético:

Álvarez Leiva, Carlos. Sociedad Española de Medicina de Catástrofes (SEMECA)

Amarilla Mena, Manuel. Centro Internacional para la Promoción de la Seguridad (CIPS)

Angora Carreño, Ricardo. Coordinadora de ONGD española (CONGDE)

Arias Careaga, Silvia. Universidad Autónoma de Madrid

Benito Oterino, Belén. Universidad Politécnica de Madrid

Carrasco Gallego, Ruth. Universidad Politécnica de Madrid

Cervera Bravo, Jaime. Universidad Politécnica de Madrid. Observatorio de Coope-ración Universitaria al Desarrollo

Deudero Sánchez, Mercedes. Departamento de Enfermería y Fisioterapia de la Universidad de Cádiz

Durán Navarro, Jaime. Fundación Magdala

García Gómez, Andrés. Centro Europeo de Investigación Social de Situaciones de Emergencias (CEISE) - Dirección General de Protección Civil y Emergencias. Minis-terio del Interior

AGRADECIMIENTOS

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García Beltrán, Beatriz. Área de Ayuda Humanitaria y de Emergencias de la Agen-cia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID)

García García, Juan Carmelo. Instituto de Estudios para América Latina y África (IEPALA)

González Romero, Elena. Departamento de Cooperación Internacional de Cruz Roja Española

Hernández Tristán, Rafael. Universidad Complutense de Madrid. Comisión de Co-operación al Desarrollo del CEURI/CRUE

Lozano Ascencio, Carlos. Universidad Rey Juan Carlos

Mataix Aldeanueva, Carlos. Universidad Politécnica de Madrid

Olcina Cantos, Jorge. Universidad de Alicante

Pascual Santamaría, Gregorio. Área de Riesgos Naturales de la Dirección General de Protección Civil y de Emergencia

Paublete Herrera, Mª Carmen. Departamento de Enfermería y Fisioterapia de la Universidad de Cádiz

Puertas López, Elena. Área de Riesgos Naturales de la Dirección General de Pro-tección Civil y de Emergencia. Ministerio del Interior

Rey Marcos, Francisco. Instituto de Estudios sobre Conflictos y Acción Humanitaria (IECAH)

Sanllorente, Jaume. Sonrisas de Bombay

Terradellas i Piferrer, Maria Rosa. Universidad de Girona

Tomé de la Vega, Miguel. Área de Riesgos Naturales de la Dirección General de Protección Civil y de Emergencia. Ministerio del Interior

AGRADECIMIENTOS

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ACRÓNIMOS

ACNUR Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados

AECID Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo

AIF Corporación Financiera Internacional

AOD Ayuda Oficial al Desarrollo

BAfD Banco Africano de Desarrollo

BAsD Banco Asiático de Desarrollo

BID Banco Interamericano de Desarrollo

BIRD Banco Internacional de Reconstrucción y Desarrollo

CEISE Centro Europeo de Investigación Social de Situaciones de Emergencia

CERF Fondo Rotativo Central de Emergencias

CEURI Comité Español Universitario de Relaciones Internacionales

CIADI Centro Internacional para el Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones

CFI Corporación Financiera Internacional

CICR Comité Internacional de la Cruz Roja

CRED Centro de Investigación en Epidemiología de Desastres

CRUE Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas

DAH Departamento de Asuntos Humanitarios de Naciones Unidas

DIH Derecho Internacional Humanitario

DIPECHO Programa de Acción para la Preparación y Prevención de Desastres

DIRDN Decenio Internacional para la Reducción de los Desastres Naturales

ECB Siglas en inglés de Proyecto para el Desarrollo de Capacidades en Emergencia

ECHO Oficina Humanitaria de la Comisión Europea

EIRD/ONU Estrategia Internacional para la Reducción de Desastres promovida por Naciones Unidas

ESCUDE Estrategia de Cooperación Universitaria al Desarrollo

ETSITGC Escuela Técnica Superior de Ingenieros en Topografía, Geodesia y Cartografía

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FAO Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación

FIDA Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola

FMI Fondo Monetario Internacional

HAP Humanitarian Accountability Project

HEGOA Instituto de Estudios sobre Desarrollo y Cooperación Internacional

IECAH Instituto de Estudios sobre Conflictos y Acción Humanitaria

IEPALA Instituto de Estudios para América Latina y África

IFRC Informe Mundial de Desastres

INSTRAW Instituto Internacional de Investigación y Promoción de la Mujer

LCID Ley 23/98 de 7 de julio de Cooperación Internacional para el Desarrollo

MIC Siglas en inglés de Centro de Información y Monitoreo

OCAH Siglas en inglés de Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de Naciones Unidas OCHA

OCM Organización Mundial del Comercio

ODM Objetivos de Desarrollo del Milenio

OMGI Centro Internacional para el Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones

OMM Organización Meteorológica Mundial

OMS Organización Mundial de la Salud

OPS Organización Panamericana de la Salud

OFDA Oficina para la Asistencia a los Desastres en el Extranjero del Gobierno de los Estados Unidos

ONG Organización no Gubernamental

ONGD Organización no Gubernamental de Desarrollo

ONU Organización de las Naciones Unidas

ONUSIDA Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/SIDA

OTAN Organización del Tratado Atlántico Norte

PMA Programa Mundial de Alimentos

ACRÓNIMOS

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PNUD Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo

SEMECA Sociedad Española de Medicina de Catástrofes

TEC Siglas en Inglés de Coalición para la Evaluación de Tsunamis

UIT Unión Internacional de Telecomunicación de Naciones Unidas

UNCTAD Conferencia de Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo

UNESCO Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura

UNICEF Fondo de Naciones Unidas para la Infancia

UNIDO Organización de Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial

UNITAR Instituto de las Naciones Unidas para la Formación Profesional y la Investigación

WFP Siglas en Inglés del Programa Mundial de Alimentos PMA

ACRÓNIMOS

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Del origen del humanitarismo moderno hasta la implicación de los distintos actores humanitarios de

nuestros días

CAPÍTULO 1

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CAPÍTULO

1

1.1 Introducción

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Del origen del humanitarismo moderno hasta la implicación de los distintos actores humanitarios de nuestros días

1 Introducción 1.1

En todas las épocas y culturas se pueden encontrar acciones que hoy se calificarían como hu-manitarias ligadas a la idea de solidaridad y filantropía. No obstante, a lo largo de la historia el concepto de humanitarismo ha ido transformándose desde la mera esfera del asistencialismo, es decir la caridad o la beneficencia, hasta la actualidad, en el que las acciones humanitarias pueden ir ligadas a la denuncia social y al cambio en los procesos de desarrollo humano.

La Revolución Americana y la Revolución Francesa supusieron la ruptura del concepto político tradicional hacia una nueva cultura política basada en el modelo de Estado Moderno. A partir de la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano (1789), de carácter universalista, y que serviría de base e inspiración para todas las declaraciones posteriores de los siglos XIX y XX, surge con fuerza la idea de que todos los seres humanos en igualdad de derechos y deberes forman parte de la humanidad.

En este contexto contradictorio marcado por el espíritu de las libertades individuales, y por con-tinuas y duras guerras en el continente europeo, tiene su origen el humanitarismo moderno.

A raíz de la Batalla de Solferino (1859) librada entre el ejército austriaco y el franco-sardo en el norte de Italia, con un número muy alto de bajas en ambos bandos, el empresario suizo Dunant, que había presenciado el desbordamiento de los profesionales sanitarios, organizó un pequeño dispositivo de emergencia con las mujeres de la zona para socorrer a los combatientes heridos de los dos ejércitos y logra salvar muchas vidas.

Impactado por su experiencia escribe Recuerdo de Solferino en el que sugiere que cada país constituyera una sociedad voluntaria de socorro y garantizase la protección jurídica del personal sanitario y de los hospitales militares.

Las ideas que plasma en su libro, y que se establecerán como principios de la Acción Huma-nitaria son la asistencia, la protección y el testimonio. La asistencia hace referencia a la ayuda prestada de forma imparcial e independiente a las víctimas atendiendo a sus necesidades; la protección a la garantía internacional de cumplimiento de los instrumentos de derecho articula-dos para proteger a las víctimas; y el testimonio, a la sensibilización y la denuncia.

Gracias al testimonio de Dunant y tras la adopción en 1864 del primer Convenio de Ginebra, que se suscribió para paliar el sufrimiento de los militares heridos en campaña, se conformaría el De-recho Internacional Humanitario (DIH) como base jurídica de las acciones humanitarias durante los conflictos armados. Años después, se crearía en 1880 el Comité Internacional de Cruz Roja (CIRC), que durante mucho tiempo fue el único actor de la Acción Humanitaria responsable de la asistencia y protección de las víctimas de guerra.

A principios del siglo XX muchos países constituyeron las Sociedades de la Cruz Roja y de Media Luna Roja, que querían trabajar también en tiempo de paz y se agruparon en una Federación Internacional (1919) que aprobó sus Principios Fundamentales como Movimiento Internacional en 1965 para coordinar desastres de origen tanto natural como antrópico.

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Del origen del humanitarismo moderno hasta la implicación de los distintos actores humanitarios de nuestros días

Introducción

11.1

Los años 70’ y 80’ supusieron un avance en el ámbito humanitario con la aparición de nuevas organizaciones como Médicos del Mundo, Oxfam, Acción contra el Hambre y Médicos sin Fron-teras. De hecho, esta última organización surge a partir de la escisión de algunos miembros de Cruz Roja que, compartiendo los principios de la institución, reclaman una mayor denuncia y presión a los poderes políticos.

Un grupo de médicos y periodistas franceses que habían participado en la guerra de Biafra en Nigeria en 1968, y que constataron la hambruna y sus efectos, y la ausencia de la ayuda de la comunidad internacional, tanto bilateral como multilateral, deciden constituirse como entidad con carácter propio, iniciando así un largo camino de sensibilización y testimonio que han reco-gido muchas otras organizaciones.

Pero ha sido durante la década de los 90’ cuando la Acción Humanitaria ha experimentado un mayor desarrollo. El final de la Guerra Fría y de la bipolaridad entre las dos superpotencias dio lugar a un incremento de los conflictos así como de los actores humanitarios, de la movilización de la opinión pública internacional y de los fondos para la ayuda humanitaria, en detrimento de la Cooperación al Desarrollo, asistiéndose además al nacimiento de las operaciones de paz promovidas por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.

A pesar de esto, guerras como las de Bosnia-Herzegovina, Ruanda, Somalia, Afganistán, Libe-ria,… pusieron en entredicho la soberanía de estos Estados que demostraron su fragilidad en situaciones de crisis, al tiempo que constataron la voluntad de los gobiernos occidentales por ejercer su derecho de injerencia basándose en motivos humanitarios. Además, si se evalúa la asignación de fondos que se ha determinado en cada ocasión para gestionar la crisis y la re-habilitación post-desastre, se aprecian las diferencias en función de los intereses económicos y geopolíticos de los donantes en las zonas afectadas.

En estos casos la Acción Humanitaria ha sido desigual, discriminatoria y ha corrido el riesgo de politizarse. Por tanto, las actuaciones humanitarias no sólo tienen que basarse en la legitimidad que le otorga el derecho internacional, sino que deben acompañarse de la legitimidad derivada de la ética y la moral; y principios como los de imparcialidad, neutralidad, independencia, hu-manidad, universalidad o dignidad tienen que estar presentes en cualquier acción.

Durante los últimos años se ha asistido a la redefinición de estos principios por parte de las agencias humanitarias y de las ONGD, con la elaboración por un lado del Código de Conducta para el Movimiento Internacional de la Cruz Roja, de la Media Luna Roja y de las organizaciones no gubernamentales (1995); la aprobación de la Declaración de Madrid (1995); la adopción de la Carta Humanitaria del Proyecto Esfera (1998), y Project Qualité para mantener la calidad y la eficacia de la asistencia prestada y los principios éticos que las inspiran; la creación de la figura del Ombudsman Humanitario (1998); el desarrollo del Humanitarian Accountability Project (2001); del Humanitarian Accountability Partnership-International (HAP 2003), del

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1 Introducción 1.1

Emergency Capacity Building Project (ECB 2003); la adopción de los Principios del Buen Do-nante establecidos en Estocolmo (2003); y la Declaración de París (2005) sobre la eficacia de la ayuda al desarrollo.

La aprobación de la Carta Humanitaria ha significado un paso más en el contenido del Código de Conducta de las ONGD gracias al reconocimiento del derecho a vivir dignamente, la aprobación del principio de no devolución de los refugiados a su país de origen y la distinción entre comba-tientes y no combatientes, que ha tenido en cuenta parte de la normativa básica internacional de referencia: la Convención de Ginebra de 1951, el Derecho Internacional Humanitario y la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

Por otro lado, los avances han sido notables en la creación y consolidación de estructuras ins-titucionales, de fondos de emergencia, y de programas y estrategias específicas en el campo humanitario.

En diciembre de 1989 la Asamblea General de la ONU proclamó que la década de los noventa sería designada como el Decenio Internacional para la Reducción de los Desastres Naturales (DIRDN), que fue el impulso para el desarrollo de la Estrategia Internacional para la Reducción de Desastres (EIRD). Ésta organizó en 2005 una Conferencia Mundial sobre Reducción de De-sastres en Kobe (Japón) en la que se aprobó el Marco de Acción de Hyogo 2005-2015, que supone la declaración internacional más importante hasta el momento y el marco de referencia para el desarrollo de instrumentos en favor de la prevención y mitigación del riesgo ante los desastres. En la misma línea, la Asamblea General de Naciones Unidas aprobó en diciembre de 2005 el Fondo Rotativo Central de Emergencias (CERF) para garantizar los recursos económicos para una respuesta rápida de la comunidad internacional.

En 1992 se creó el Departamento de Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas (DAH), transformado en 1998 en Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCAH) con el ob-jetivo de coordinar a las agencias especializadas de Naciones Unidas. De la misma manera, en 1992 fue creado el Departamento para Asuntos Humanitarios de la Comisión Europea (ECHO) que puso en marcha en 1994 el Programa de Acción para la Preparación y Prevención de De-sastres (DIPECHO).

En España ha habido que esperar a la aprobación de la Ley 23/98 de 7 de julio de 1998 de Cooperación Internacional para el Desarrollo (LCID) para que se articulase la ayuda humanitaria, que aparece regulada por primera vez como un instrumento de la cooperación española pero con una definición muy limitada a la ayuda alimentaria y de emergencia que actualmente resulta obsoleta para los nuevos contextos de crisis internacionales.

El Plan Director de la Cooperación Española 2001-2004 incluía tímidos avances respecto a la Ley. No es hasta el vigente Plan Director 2005-2008 donde se potencia la Acción Humanitaria

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Del origen del humanitarismo moderno hasta la implicación de los distintos actores humanitarios de nuestros días

Introducción

11.1

en el marco de la Cooperación con el fin de satisfacer las necesidades de las víctimas respetando los principios y marcos jurídicos internacionales.

En este sentido, se puede hablar de una evolución en el concepto mismo de Ayuda Alimentaria o de Emergencia al de Acción Humanitaria que implica además de la fase de intervención (a través de la distribución de bienes y servicios en contextos de emergencia, y su garantía de acceso a la población civil y la protección de los mismos de manera imparcial), el testimonio o advocacy con el fin de denunciar la vulneración de los Derechos Fundamentales en estos contextos, solicitar a los gobiernos, autoridades y comunidad internacional la voluntad política y el compromiso de medidas que articulen una verdadera transformación social sostenible respetuosa con la libertad de elección de los pueblos, soberanos de su desarrollo.

Asimismo, la Acción Humanitaria se extiende a la fase de reconstrucción de infraestructuras y de vuelta a la normalidad de la población, y comparte con la Cooperación al Desarrollo los objetivos de prevención y mitigación del riesgo, la reducción de vulnerabilidades y amenazas y el aumento de las capacidades humanas. Tan sólo una difusa línea que los separa marca las especificidades de cada ámbito de trabajo, de los agentes que participan en uno u otro campo, y de las tareas que desarrollan los mismos.

Sin embargo, la tendencia en el futuro será la participación y el reconocimiento de los mismos actores en ambos contextos (Gobierno, Cortes Generales, Administración Central, Autonómica y Local con gran peso en la cooperación descentralizada, Sindicatos, Organizaciones Empre-sariales, ONGD, Universidad, y algunos muy discutidos como el Ejército y los Medios de Co-municación) por la propia idea de complementariedad, aunque éstos tengan más experiencia y estén mejor preparados para acciones concretas en uno u otro campo, como es el caso de la Universidad como agente de la Cooperación al Desarrollo, que se recoge por primera vez en el Plan Director de la Cooperación Española 2005-2008, y que discretamente está realizando un papel desatacado en la Acción Humanitaria.

El citado Plan 2005-2008 propone la creación de una Oficina de Acción Humanitaria en la estructura de la Agencia Española de Cooperación Internacional (AECI), que es un organismo autónomo y adscrito al Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación creado en 1988 para con-centrar las competencias de la cooperación bilateral atribuidas fragmentariamente en distintos órganos. La AECI se ocupa sólo de gestionar una parte de la Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD) por la que se contabiliza también la Acción Humanitaria; ya que la AOD se tramita también a través de otros Ministerios, principalmente a través del Ministerio de Defensa.

La Agencia cuenta con un Área de Ayuda Alimentaria y de Emergencias que financia proyectos atendiendo a criterios sectoriales (fundamentalmente en temas de agua y saneamiento), geográ-ficos (con especial atención a la clasificación recogida en el Plan Director de la Cooperación Es-

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1 Introducción 1.1

pañola) e instrumentales (en función de los marcos propuestos para gestionarlas: subvenciones, convenios, intervenciones directas,…).

A principios del 2008 la AECI ha incluido en su denominación para el Desarrollo (AECID), ha abierto un Centro Logístico Humanitario de la Cooperación Española en América Latina con sede en Panamá y ha presentado la Estrategia de Acción Humanitaria de la Cooperación al Desarrollo, lo cual demuestra el interés y apoyo del actual Gobierno por las políticas de Cooperación, aunque todavía son muchos los retos que quedan por alcanzar.

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1.2 Justificación

CAPÍTULO

1

El Proyecto de Investigación como herramienta de revisión de actuaciones en el ámbito de la Acción Humanitaria

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Justificación 1.2Del origen del humanitarismo moderno hasta la implicación de los distintos actores humanitarios de nuestros días

1

Las catástrofes y desastres producidos por la naturaleza y por la mano del hombre son aconte-cimientos que se suceden repetidamente, con mayor o menor intensidad, en muchas zonas del mundo, castigando especialmente a los países menos desarrollados, más empobrecidos y con mayor vulnerabilidad ante los efectos de los devastadores fenómenos.

La aparición de uno de estos fenómenos (naturales, tecnológicos o bélicos) supone una grave perturbación en el funcionamiento de las sociedades, causando numerosas pérdidas humanas, materiales y medioambientales, que exceden de la capacidad de los afectados para afrontarlas en el espacio y en el tiempo.

Los desastres producen impactos muy negativos sobre el desarrollo de los pueblos repercutiendo en el ámbito económico, con efectos directos sobre los bienes materiales de la población afecta-da, efectos indirectos sobre la producción y la prestación de servicios a la comunidad y efectos secundarios sobre la tasa de crecimiento.

Del mismo modo, los desastres tienen una gran repercusión en el ámbito político internacional por la aparición de nuevos y viejos conflictos de intereses económicos y geopolíticos en las zonas castigadas, que evidencian en muchos casos la fragilidad del propio Estado. También en el ámbito social y cultural, los desastres producen graves alteraciones sobre las infraestructuras educativas y sanitarias con importantes consecuencias sobre la salud y la vida de las personas.

En situaciones de emergencia, las instituciones políticas y administrativas ponen en marcha respuestas humanitarias más o menos rápidas y más o menos adecuadas, influenciadas por la magnitud que alcanzan determinados desastres en relación a su repercusión en los medios de comunicación. Sin embargo, estas intervenciones deben producirse de forma inmediata y cohe-rente, teniendo en cuenta las políticas de desarrollo a medio y largo plazo.

En este sentido, se espera que haya una relación directamente proporcional entre una mayor dis-ponibilidad de recursos técnicos y humanos, y el éxito de una operación. No obstante, la gestión del Huracán Katrina en Florida por parte de las instituciones estadounidenses puso de manifiesto que los sistemas de prevención y coordinación de las catástrofes fallan incluso en los sistemas políticos-económicos más avanzados del planeta. También puso de manifiesto que el daño que produce un fenómeno extraordinario e inesperado está muy relacionado con la capacidad de la población de interiorizar los posibles riesgos que conlleva. En este caso, la resiliencia de la so-ciedad norteamericana no fue la deseada en un contexto desarrollado.

El análisis de este fenómeno, que ha marcado un antes y un después en el propio concepto de seguridad, llevó al equipo de investigación a reflexionar y valorar los tipos de catástrofes, su magnitud, los contextos donde surgen y el papel de la Universidad como actor humanitario en cada una de ellas.

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1.2 Justificación

Del origen del humanitarismo moderno hasta la implicación de los distintos actores humanitarios de nuestros días

1

A estas y otras cuestiones de partida directamente vinculadas con la Declaración del Milenio y el cumplimiento de los Objetivos de Desaerrollo del Milenio (ODM), es a lo que se ha tratado de dar respuesta, ya que los desastres son un obstáculo en la lucha contra la pobreza y favorecien-do el desarrollo con la incorporación de políticas de prevención tanto en sociedades altamente vulnerables como en sociedades desarrolladas.

La Universidad como institución educativa de carácter multidisciplinar debe promover iniciativas que desde la formación, la investigación y la acción le permitan afrontar los problemas, retos y desafíos presentes en nuestra sociedad.

En este sentido, es destacable el esfuerzo del sistema universitario español por definir la Coope-ración Universitaria al Desarrollo y establecer los parámetros esenciales con los cuales poder contribuir a reducir la brecha norte-sur, las desigualdades, las injusticias sociales, la pobreza y la marginación. La Estrategia de Cooperación Universitaria al Desarrollo (ESCUDE) aprobada por la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas (CRUE) en el año 2000 significó un buen punto de partida, sirviendo de base para la elaboración de otros documentos posteriores: Universidad: Compromiso social y voluntariado aprobado por la CRUE en el 2001, el Código de Conducta de las Universidades en materia de Cooperación al Desarrollo y el Protocolo de Actuación de las Universidades ante Situaciones de Crisis Humanitarias, aprobados también por la CRUE en el 2006.

La Universidad de Cádiz participó en la subcomisión de trabajo de la Comisión de Cooperación al Desarrollo del Comité Español Universitario de Relaciones Internacionales (CEURI/CRUE) para la elaboración de dicho Protocolo. En 2005 ésta presentó una propuesta que reveló la carencia de documentación bibliográfica en la materia y la necesidad de establecer una nueva clasificación de catástrofes, que permitiese establecer las actuaciones de la Universidad en cada una de ellas. Con ello se perseguía mejorar la planificación y la calidad de las acciones,así como la coordi-nación entre actores humanitarios. Este documento también puso de manifiesto la inexistente evaluación de las intervenciones universitarias en situaciones de crisis.

Por todo ello, desde el Área de Cooperación al Desarrollo de la Dirección General de Servicios y Acción Solidaria de la Universidad de Cádiz, actualmente Dirección General de Acción Social y Solidaria, surge el proyecto de investigación sobre el Estudio, Análisis y Clasificación de las Catástrofes con el objetivo de dar respuesta a algunas de las necesidades anteriormente plan-teadas, subrayando la importancia de que existan investigaciones que permitan la optimización de futuras intervenciones, y respondan a los intereses y ámbitos de actuación de cada uno de los actores humanitarios.

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1.3 Contextualización

Hipótesis previas al trabajo de investigación

CAPÍTULO

1

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1

Los fenómenos naturales no son eventos catastróficos por sí mismos. La catástrofe natural se puede definir como la combinación del fenómeno adverso, las características desfavorables de la zona afectada y la vulnerabilidad de la población. Una catástrofe se convierte en un desastre en el momento en el que se incrementan la amenaza, la vulnerabilidad de la población y su incapa-cidad para prevenir, reducir o gestionar la crisis.

La magnitud de los desastres naturales tiene su origen fundamentalmente en el deterioro medio-ambiental causado por el hombre, y en la falta de incorporación de políticas públicas de preven-ción y mitigación del riesgo a todos los niveles, especialmente en los países más vulnerables. El ex Secretario General de Naciones Unidas, Kofi Annan, pronunció en su mensaje del Día Internacional para la Reducción de los Desastres Naturales en el año 2000 que “La actividad humana es la causa principal de las cada día mayores pérdidas”. Pero es que, además, los desastres naturales no sólo provocan grandes pérdidas humanas y económicas, sino que impiden el desarrollo de los países, y si el fenómeno meteorológico es repetitivo, se agrava aún más el problema1 .

La necesidad de buscar soluciones desde el ámbito de la Cooperación Universitaria al Desarro-llo y de clarificar el papel de la Universidad en el contexto humanitario ha llevado al equipo de investigación a elaborar el presente estudio, partiendo de las siguientes hipótesis: aumento del número de desastres y de actores humanitarios en los últimos años, la importancia de la educa-ción y la formación como elementos claves para la prevención de desastres, y la insuficiencia de estudios y evaluaciones en la materia que permitan transferir los resultados en pro de la adecua-ción e idoneidad de los programas de Cooperación al Desarrollo, así como la apertura de nuevas líneas de investigación de referencia.

LA MULTIPLICACIÓN DE LAS CATÁSTROFES EN LOS ÚLTIMOS AÑOS

En los últimos años ha aumentado el número y la intensidad de los desastres mundiales, así como el número de afectados por los mismos. Asimismo, los costes totales se han incrementado en miles de millones de dólares. Sin embargo, el dato positivo es que el número de víctimas mor-tales ha disminuido, previsiblemente por un tímido avance en el proceso de concienciación social de los donantes y de los países destinatarios de las ayudas, incorporando políticas de prevención y mitigación del riesgo, mejorando los sistemas de alerta temprana.

A partir de la década de los noventa los desastres naturales han sido más frecuentes y más des-tructivos que los registrados hasta entonces.

1. Actividades encaminadas a la reducción de los desastres naturales. Decenio Internacional para la Reducción de los Desastres Naturales. Informe del Secretario General de la Conferencia A/CONF.172/4. Conferencia Mundial de Yokoha-ma. Mayo de 1994.

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1Contextualización1.3

Numerosos expertos coinciden en que una de las causas esenciales de este desorden natural es el cambio climático que se está produciendo en los últimos lustros2.

Ciertamente, la naturaleza está sufriendo una alteración causada en gran medida por la mano del hombre, siendo la inadecuada conservación de los recursos naturales y la gestión del territorio las principales causas del desequilibrio del ecosistema.

MULTIPLICACIÓN DE LOS AGENTES QUE INTERVIENEN EN UNA CATÁSTROFE

En los últimos años, además de intensificarse la gravedad, la complejidad y el número de crisis humanitarias, también ha aumentado el número y tipo de actores que intervienen en las mis-mas: agencias especializadas, fondos y programas de Naciones Unidas y de la Unión Europea; las organizaciones internacionales; los Estados y sus administraciones a nivel central, regional y local; los donantes públicos y privados; los medios de comunicación, las Fuerzas Armadas; las empresas y las universidades; lo que ha evidenciado la necesidad de coordinar la ayuda sobre el terreno.

La ONU con sus programas y fondos (PNUD, UNICEF, PMA, UNCTAD, ACNUR, INSTRAW) y sus agencias especializadas (FAO, UNESCO, UNICEF, OMS-OPS, UNIDO, FIDA, OMM y UIT entre otras), es uno de los principales actores de la Acción Humanitaria, siendo necesaria su redefini-ción abordando reformas en las principales instituciones financieras multilaterales nacidas en la Conferencia de Bretton Woods en 1944: el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial.

El Grupo del Banco Mundial es la principal institución multilateral de financiación para el desa-rrollo económico, formada por cinco organizaciones: el Banco Internacional de Reconstrucción y Desarrollo (BIRD), la Asociación Internacional de Fomento (AIF), la Corporación Financiera Internacional (CFI), el Organismo Multilateral de Garantía de Inversiones (OMGI) y el Centro Internacional para el Arreglo de Diferencias relativas a Inversiones (CIADI). Asiste a todos los países del mundo, sobre todo a aquellos que están en vías de desarrollo o que han sufrido los impactos de un desastre. Su labor está dirigida a aliviar las crisis económicas, financiar proyectos de mitigación del riesgo y colaborar en la reconstrucción post-desastre de los Estados.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) tenía por misión originariamente la cooperación mone-taria internacional y lograr que la estabilidad cambiaria facilitase el funcionamiento del sistema multilateral de pagos. Sin embargo, desde los años 80’ su actividad financiera se ha centrado en la ayuda al desarrollo permitiendo el acceso a préstamos y estableciendo condiciones de devolu-

2. Pineda López, María del Rosario; Sánchez Velásquez, Lázaro R. y Galindo González, Jorge: Cambio climático global: ¿una realidad ignorada? Revista La Ciencia y el Hombre, volumen XIX, número 2, mayo-agosto de 2006. Disponible en: www.uv.mx/cienciahombre/revistae/vol19num2/articulos/climatico/index.html

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ción especiales para los países en transición hacia una economía de mercado. Esta actividad ha facilitado la expansión de las empresas multinacionales y los grandes fondos de garantía de los gobiernos del norte, por lo que la institución ha sido muy criticada en determinados foros, que exigen que el FMI diseñe políticas macroeconómicas que reduzcan la pobreza.

Con el nacimiento en la década de los 60’ de los Bancos Regionales de Desarrollo (Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Banco Asiático de Desarrollo (BAsD) y Banco Africano de Desarrollo (BAfD)), se ha garantizado la promoción y el desarrollo económico de las regiones y Estados miembros, así como el fomento de la inversión de capitales públicos y privados y la asistencia técnica en programas de desarrollo, tanto para paliar la reducción del riesgo como para la reconstrucción post-desastre.

Por otro lado, además de la Federación Internacional de Sociedades Nacionales de la Cruz Roja y la Media Luna Roja, hay otras organizaciones internacionales como Protección Civil con repre-sentación en numerosos países, que tienen un gran protagonismo en situaciones de emergencia y cuya misión es contribuir al desarrollo de los Estados asegurando el acceso de la ayuda a las poblaciones, salvaguardando la integridad física de las personas y protegiendo al medio ambien-te de las amenazas e impacto de los desastres.

Asimismo, los Estados unilateralmente aprovechan sus intervenciones en las crisis humanitarias para defender sus intereses económicos y geopolíticos, utilizando la Acción Humanitaria como estrategia de política exterior al tratar de inscribir sus acciones en programas más amplios vincu-lados tanto a la creación de una esfera de aliados como a la lucha contra el terrorismo.

Igualmente, los Estados han incrementado su participación a través de instrumentos bilaterales con actuaciones directas de los gobiernos, subvenciones a proyectos y convenios con ONGD, Créditos de Ayuda al Desarrollo (FAD) e intervenciones de los actores de la cooperación des-centralizada, regionales y locales, que han aumentado su protagonismo. También han utilizado instrumentos multilaterales mediante el pago de cuotas obligatorias a organismos internacio-nales, y aportaciones voluntarias al Fondo Central de Respuesta a Emergencias (CERF) y otros organismos de Naciones Unidas.

Asimismo, es destacable la proliferación de las ONGD en el ámbito internacional (sólo en España hay registradas cientos de ellas), por lo que Naciones Unidas ha creado un directorio con más de cuarenta categorías clasificadas por ámbito de actividad. Pero cabe preguntarse si muchas de estas entidades tienen su razón de ser, y si financian su existencia por el desarrollo mismo de las catástrofes y las ayudas que se designan para gestionarlas.

En los últimos años ha crecido el interés en todos los sectores empresariales por colaborar en la vuelta a la normalidad de las poblaciones afectadas por los desastres. Mucho de esto tiene que ver con la llamada responsabilidad social corporativa, que se pone en duda con las aportaciones económicas y los excedentes que las empresas donan con el fin de de mejorar su imagen y ganar

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1Contextualización1.3

3. Boletín EIRD Informa - América Latina y el Caribe. Número 13. Año 2006.

clientes. Además, han emergido empresas de consultoría que se han especializado en el campo de la Cooperación al Desarrollo y en la Acción Humanitaria, realizando fundamentalmente tareas de formación, apoyo logístico y evaluaciones.

Finalmente, cabría señalar a los actores más controvertidos de la Acción Humanitaria: las Fuer-zas Armadas, que pueden ser vistas como una amenaza al principio de imparcialidad, y los medios de comunicación que por su creciente papel, merece desarrollarse en un capítulo aparte. De igual modo, el incipiente protagonismo de las universidades, requiere que se analice su apor-tación de forma más específica a lo largo de la investigación.

LA EDUCACIÓN Y LA FORMACIÓN COMO ELEMENTOS CLAVE PARA LA ACCIÓN

Existe una clara relación entre el desarrollo de un país y los efectos causados por los fenómenos naturales. Esto evidencia la necesidad de que los organismos internacionales pongan en marcha medidas que compensen las diferentes capacidades entre unos países y otros para afrontar las amenazas, a través de campañas de sensibilización e inclusión de asignaturas en el currículo educativo sobre preparación, prevención y mitigación del riesgo. Junto a ello, es necesaria la dotación de medios para afrontar las situaciones de emergencia y el fomento de una cultura del riesgo.

Para subrayar la importancia de la formación y la sensibilización en dicha cultura del riesgo en el ámbito educativo, podría destacarse el ejemplo de la niña británica de diez años que había dado en el colegio una clase relacionada con los terremotos submarinos y, al ver los indicadores de la llegada de una ola gigante a las costas del Índico, pudo avisar a muchos turistas que se encontraban en las playas, de forma que se evitó un mayor número de víctimas en el tsunami de 2004. Aquí se puede constatar el papel fundamental que tiene la educación de las generaciones futuras para la prevención de los efectos de las catástrofes.

Otro caso similar se dio en islas del Pacífico donde la población ha aprendido con el paso de los años los indicios de la llegada de los tsunamis, un conocimiento popular que se ha trasmitido generación tras generación por medio de canciones y poemas y que, gracias a esto, tras los dos últimos seísmos el número de víctimas es inferior al de otros lugares con más medios de pre-vención3.

Se pueden señalar algunas de las acciones más relevantes en la labor de los diferentes agentes que actúan en el proceso de prevención y mitigación de los efectos de los desastres naturales: la Organización Mundial de la Salud (OMS) por medio de su oficina de la Región Pan-Americana or-

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ganiza cursos y talleres en el sector de la salud, promueve la incorporación formal del estudio de los desastres en las universidades de la región, y elabora y distribuye materiales de capacitación como elemento clave de la cooperación. Otro agente que enfoca su trabajo en la formación es la Organización Meteorológica Mundial (OMM), que ha encabezado campañas sobre los efectos del cambio climático como el calentamiento global, la elevación del nivel del mar y los desastres na-turales; y ha colaborado activamente en las negociaciones para una Convención de las Naciones Unidas sobre el cambio climático.

Asimismo, no podía faltar una referencia al Instituto de las Naciones Unidas para la Formación Profesional y la Investigación (UNITAR), que desarrolla programas y actividades muy relaciona-das con la sostenibilidad del desarrollo. Las actuaciones más importantes relacionadas con la prevención y mitigación de los desastres naturales son el desarrollo de talleres y cursos para el conocimiento de las políticas medioambientales internacionales, con el fin de construir una polí-tica medioambiental estatal en cada país y crear un programa de iniciativas para la construcción de herramientas relacionadas con el cambio climático.

En el año 2006 la ONU realizó una campaña con fines formativos e informativos denominada La prevención de desastres empieza en la escuela, para movilizar a gobiernos, comunidades e individuos para reducir el riesgo de desastres integrándolo en el currículo escolar de los países más vulnerables, así como para edificar escuelas que pudieran soportar las amenazas naturales. Además, se ha establecido como forzoso el diseño de una estrategia de difusión y sensibilización propia para cada región.

La Asamblea General de Naciones Unidas ha encomendado a la EIRD reforzar la cooperación internacional para reducir los impactos de El Niño y otras variaciones climáticas, y fortalecer las capacidades frente a los desastres a través de alertas tempranas4.

A pesar del compromiso de organizaciones internacionales de carácter universal, aún queda mucho por hacer, sobre todo en aquellos países y regiones con menos recursos. Y la educación es el medio para ello.

LA AUSENCIA O INSUFICIENCIA DE INVESTIGACIONES EN LA MATERIA

La reducción de los desastres naturales se puede lograr a través de los conocimientos científicos, técnicos y socioeconómicos, siempre que los gobiernos y las sociedades civiles traten de asegu-rar la aplicación de medidas de prevención.

4. Marco de acción para la aplicación de la Estrategia Internacional de Reducción de Desastres, EIRD. ONU. Junio 2001.

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1Contextualización1.3

La EIRD destaca la necesidad de estimular la investigación y la realización de estudios enfocados a prevenir y mitigar los efectos de los desastres. Al mismo tiempo, se hace necesaria la transfe-rencia del conocimiento y el intercambio de información entre países.

Organismos oficiales como la FAO destacan que la reducción de los riesgos ante los desastres ha recibido una atención y apoyo insuficientes, sobre todo en el marco de un desarrollo sostenible. Con frecuencia, la relación entre sostenibilidad y protección del medio ambiente se ha visto como algo nuevo o incluso como un mecanismo de respuesta ante un suceso espontáneo y, por tanto, no ha sido suficientemente considerada en los planes de desarrollo5.

El Informe Mundial de Desastres (IFRC) del 2004 pone en evidencia que las formas tradicionales de respuesta ante las catástrofes están siendo inadecuadas debido a que los desastres naturales están cambiando en su forma y magnitud. Esto hace necesario un nuevo tipo de respuesta a cada riesgo que aparece.

5. El papel de las instituciones locales en lo que respecta a la reducción de la vulnerabilidad a los desastres naturales y el desarrollo de medios de subsistencia sostenibles. La gestión de los riesgos de desastre: una dimensión del desa-rrollo sostenible”. FAO. SDdimensions. Febrero de 2005.Disponible en: www.fao.org/sd/dim_pe4/pe4_050201a1_es.htm

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CAPÍTULO

Objetivos y metodología

2

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CAPÍTULO

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2.1 Objetivos

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Objetivos y metodología

2Objetivos 2.1

El objetivo inicial de esta investigación responde a la necesidad de estudiar, analizar y clasificar las catástrofes más importantes del quinquenio 2000-2005 en relación al papel que juega la Universidad en los distintos contextos humanitarios, considerando como objeto de estudio las catástrofes naturales fundamentalmente, pero también aquéllas en las que la intervención del ser humano ha tenido un papel decisivo aunque no intencionado.

Los estudios que se han realizado sobre catástrofes naturales se han basado generalmente en las clasificaciones más ortodoxas según los orígenes de las mismas: según su velocidad de comien-zo (súbito o lento), sus causas (natural o de origen antrópico), su escala (mayor o menor) y su procedencia (hidrometeorológico, geofísico o geológico). Sin embargo, todas estas clasificaciones dejan fuera lo que se podría denominar como catástrofes sociales (pobreza extrema, analfabe-tismo, violación de los Derechos Humanos, insostenibilidad ambiental,…). Por tanto, a pesar de que existen distintas clasificaciones de catástrofes naturales, se hace necesario elaborar una clasificación más social atendiendo a las causas estructurales de las mismas.

Y de la misma manera que se ha señalado la importancia de conformar una nueva tipología de catástrofes, también hay que subrayar la relevancia que comporta la multiplicación de los agen-tes humanitarios, destacando el papel que desempeñan los denominados nuevos actores de la Acción Humanitaria como son las Fuerzas Armadas, los medios de comunicación y la Universi-dad. Esta investigación ha puesto en valor principalmente la labor de la Universidad y en menor medida la de los medios de comunicación.

La Universidad tradicionalmente ha generado espacios de reflexión para intentar responder a los problemas y retos presentes y futuros que surgen en la sociedad. Desde las competencias que le son propias, la docencia e investigación, así como desde la sensibilización y promoción del voluntariado, la transferencia de conocimientos, tecnología y resultados, el fortalecimiento insti-tucional y otras áreas de actuación, la institución educativa debido a su carácter multidisciplinar tiene el objetivo de formar integralmente a la persona, aumentando las capacidades humanas. Tarea que cumple con la puesta en marcha de programas de sensibilización y educación para el desarrollo en el norte y de Cooperación al Desarrollo en el sur.

Las acciones de Cooperación se realizan en zonas empobrecidas cada vez más amenazadas por fenómenos naturales adversos que, dada las características de por sí desfavorables de esas po-blaciones, requieren que los agentes de la Cooperación al Desarrollo incorporen en sus proyectos la reducción y mitigación del riesgo. Esta labor conlleva la retroalimentación y complementarie-dad entre el campo del desarrollo y el humanitario.

La Universidad ha sido definida por primera vez como agente de la Cooperación en el Plan Direc-tor de la Cooperación española 2005-2008.Sin embargo, se hace necesario revalorizar su papel como actor humanitario a través de la redefinición de sus acciones en situaciones de emergencia,

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Objetivos y metodología

Objetivos

22.1

tanto en países desarrollados como en contextos altamente vulnerables, que padecen amenazas permanentes y tienen poca capacidad para gestionar las crisis.

Es importante por ello, conocer cuál es el ámbito de actuación más apropiado para cada uno de los distintos actores de la Acción Humanitaria dentro del ciclo prevención – intervención – reha-bilitación – prevención (continum humanitario), primando la coordinación entre éstos para evitar la duplicidad en las actuaciones. De este modo, todos pueden trabajar de manera conjunta en el diseño de planes de prevención, la implantación de sistemas de alerta temprana y la difusión de programas de sensibilización, donde la Universidad desempeña un papel destacado, como se ha subrayado anteriormente.

En relación a la sensibilización, la difusión y el tratamiento de la información, ha entrado en escena un nuevo actor de la Acción Humanitaria: los medios de comunicación. Éstos tienen la capacidad de invisibilizar, silenciar o magnificar una catástrofe. Generalmente, las catástrofes estructurales (de inicio lento y larga duración) no aparecen en los medios, como sucede con las sequías en África, invisibilizándose así uno de los problemas crónicos más serios que sufre la población afectada de numerosos países del continente africano y que, unido a la situación de empobrecimiento que soportan, dificulta su propio desarrollo. De igual modo, hay otras catás-trofes que sólo interesan mientras aportan imágenes impactantes y que son silenciadas una vez que ya no generan conmoción visual, como ocurrió con el Tsunami en el Índico en 2004. Por el contrario, es habitual un despliegue muy numeroso de medios cuando se produce una catástrofe en un país desarrollado y sus daños materiales son muy cuantiosos, llegándose en ocasiones a magnificar la dimensión real de las mismas, como ejemplifican los huracanes de distinta inten-sidad que se producen cada temporada en Florida.

Por tanto, el estudio de las principales catástrofes del quinquenio 2000-2005 y el análisis de los datos estadísticos ayudan a comprender la importancia de la participación de los distintos actores humanitarios, no sólo en la gestión de emergencias y crisis humanitarias, sino también y en mayor medida, en las tareas de prevención, reducción y mitigación del riesgo tanto en paí-ses del norte como del sur. A pesar de que los desastres ocurren mayoritariamente en contextos empobrecidos, los países desarrollados no pueden eludir su parte de responsabilidad en esta realidad.

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2.2 Metodología

2CAPÍTULO

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Objetivos y metodología

22.2Metodología

La metodología empleada es un análisis descriptivo basado en fuentes secundarias, a partir de las cuales se recopila y selecciona la información que sirve para arrojar nuevos datos y conformar fuentes primarias con la elaboración propia de cincuenta y siete tablas y otras figuras gráficas.

La investigación se estructura en cinco capítulos. En la parte general se enmarca el origen y la evolución de la Acción Humanitaria, y se describe a los actores humanitarios de nuestros días. Asimismo, se justifica y se contextualiza el propósito del estudio, presentándose por último los objetivos que se persiguen con esta investigación, así como los rasgos metodológicos generales (ya que los capítulos que componen el grueso del estudio incluyen una introducción metodológi-ca propia para aclarar cómo se presenta la información).

La parte más específica está dedicada, por una parte, al análisis de los desastres naturales más devastadores ocurridos en el periodo 2000-2005. Dicho análisis se hace a partir de cuatro indicadores concretos: año, zona geográfica, tipo de fenómeno y la influencia de los medios de comunicación ante la magnitud de las catástrofes naturales. Los tres primeros indicadores sirven de base para la elaboración de una serie de tablas, a partir de los datos obtenidos del Centro para la Investigación de Epidemiología de Desastres (CRED) de la Universidad Católica de Lovaina y de su metodología propia de recogida y sistematización de los mismos (EM-DATA).

Los datos de las tablas se presentan desde tres variables distintas y complementarias: según el número de afectados, el número de muertos y el balance de los costes económicos que conllevan las catástrofes naturales. Se tiene en cuenta un cuarto indicador, el impacto mediático de las catástrofes, que por su especificidad merece una mención aparte. La visibilidad en los medios de estos acontecimientos tiene una enorme trascendencia en la opinión pública otorgándoles así un papel propio en el campo de la Acción Humanitaria.

Por otra parte, surge la necesidad de valorar el papel de la Universidad en este contexto, in-dependientemente de que exista un Protocolo de Actuación del Sistema Universitario español, considerándose de gran interés que expertos en esta materia revisen a partir de dicho Protocolo cuál debe ser en el futuro la función de la institución universitaria en este sentido.

Esto se completa con las conclusiones y los siguientes anexos: un índice detallado de las tablas del capítulo tres, la relación de la bibliografía de referencia más relevante tenida en cuenta en la investigación y el equipo investigador.

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CAPÍTULO

El quinquenio 2000-2005: un periodo de eventos catastróficos

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El quinquenio 2000-2005: un periodo de eventos catastróficos

El capítulo presenta una serie de tablas de elaboración propia, con el objetivo de clasificar y analizar las catástrofes naturales más significativas de los últimos años y las consecuencias de las mismas en las zonas más castigadas por estos acontecimientos. Y es que los primeros años del siglo XXI han supuesto un aumento más que significativo de este tipo de fenómenos a nivel mundial. Todos los continentes se han visto afectados por fenómenos más o menos cruentos que se han traducido en pérdidas humanas y económicas de dimensiones difícilmente calculables. Aun así, son muchos los datos que se manejan al respecto y en ellos puede estar la clave para discernir hacia dónde debe dirigirse más urgentemente la Acción Humanitaria y la Cooperación al Desarrollo.

Con las tablas no sólo se muestran los datos más significativos, sino que además éstos se pre-sentan y analizan con el propósito de que sirvan para articular medidas de prevención de estos fenómenos o, en su caso, de intervención y recuperación de las zonas más amenazadas y afec-tadas (que son generalmente las de menos recursos).

Así pues, en este estudio se han empleado tres perspectivas distintas para clasificar las catástro-fes naturales del periodo 2000-2005, y conocer el verdadero alcance de los impactos produci-dos por los diferentes fenómenos naturales de estos años sobre la población mundial. Estas tres perspectivas o indicadores desde las que se ha hecho un análisis pormenorizado de esta realidad son: una clasificación por años; una clasificación teniendo en cuenta las zonas geográficas en las que se han producido; y, por último, una clasificación según el tipo de fenómeno natural del que se trate. Y, a la vez, se han utilizado también tres variables distinguiendo cuáles son las catástrofes más importantes según el número de afectados de éstas, así como el número de muertos y los costes económicos que han conllevado, para poder comprender de manera global la trascendencia de estos hechos.

Los datos con los que se ha trabajado provienen de la base de datos EM-DATA6 , realizada por el Centro de Investigación en Epidemiología de Desastres (CRED7) de la Universidad Católica de Lovaina (Bélgica). Los registros que presenta dicha base de datos proceden de diversas fuentes: distintos organismos de Naciones Unidas, ONGs, compañías de seguro, institutos de investiga-ción y agencias de prensa. EM-DATA distingue tres tipos de desastres: los desastres naturales, los tecnológicos y las emergencias complejas. El procedimiento que se emplea para introducir una catástrofe en la base de datos es que se dé al menos uno de los siguientes criterios: que haya información de un mínimo de diez personas muertas, cien personas afectadas y que se produzca la declaración de un estado de emergencia o una llamada de la asistencia internacional. Las tres variables más importantes que incluye son el número de afectados, el de muertos y los daños.

6. www.emdat.be7. www.cred.be/cred1/index.htm

Presentación 3

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El quinquenio 2000-2005: un periodo de eventos catastróficos

Presentación3

Se considera como afectados a quienes requieren de asistencia inmediata durante el periodo de emergencia, los desplazados o evacuados, los heridos y las personas que se quedan sin hogar; en el número de muertos incluyen también a los desaparecidos que se presumen muertos; en cuanto a los daños, no hay un procedimiento definido ni específico para determinar el impacto económico de la catástrofe.

Sin embargo, en esta investigación se ha creído conveniente modificar los parámetros que utiliza dicha base de datos en las variables del número de afectados, muertos y costes (en dólares). El porqué de esta variación se debe a la gran cantidad de catástrofes naturales que se han produ-cido en este quinquenio y de este modo se puede reducir sustancialmente el volumen de datos sin que ello suponga una distorsión de la realidad. Es, por tanto, un sesgo fundamentado en la necesidad de diferenciar claramente la magnitud de determinados fenómenos (sin que ello suponga restar importancia a otros con menor número de víctimas), y proporcionar una serie de conclusiones globales que sirvan para prevenir y paliar los efectos de cualquier catástrofe natu-ral, sea cual sea el balance de víctimas y daños.

Como se ha señalado anteriormente, para la elaboración de las tablas se ha partido de tres indi-cadores: años en los que se producen estos acontecimientos, zona geográfica en la que se dan y tipo de fenómeno natural (en base a la distinción existente entre catástrofes estructurales y coyunturales). Pero, además, para tener una visión más completa, se han analizado cuáles han sido las catástrofes más mediáticas (aquéllas que más se han visualizado a través de los medios de comunicación) para comprobar si coinciden con las que han producido mayores pérdidas hu-manas y materiales durante las catástrofes de este periodo. Por lo tanto, se considera la visibili-dad en los medios como un cuarto indicador, con una enorme trascendencia y cuya especificidad le otorga un análisis propio aparte, como se verá más adelante.

Los tres primeros indicadores, aquéllos que se representan en las tablas se observan desde tres variables distintas, es decir, según el número de afectados, el número de muertos y los costes económicos, primando siempre una de ellas para la entrada de unos u otros fenómenos en las distintas tablas.

En cuanto al valor numérico que se ha establecido como cantidad menor para dar entrada en las tablas a los fenómenos registrados, se ha considerado que deben ser catástrofes que conlleven un mínimo de un millón de afectados o bien un mínimo de quinientos muertos o supongan un coste mínimo de un billón de dólares.

Esta variación en el número mínimo de afectados, muertos y costes respecto a la metodología que emplea la base de datos de la que se ha servido esta investigación, no ha de suponer una distorsión de la realidad, sino que simplemente reduce la gran cantidad de fenómenos registra-dos en estos años, ya que esta investigación no los puede abarcar todos. Así que en ningún caso los excluye.

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El quinquenio 2000-2005: un periodo de eventos catastróficos

Presentación 3

Por otro lado, dado que una misma entrada se puede observar en varias tablas (esto es, una misma catástrofe aparece en más de una tabla), se ha optado por plasmar los datos del siguiente modo:

– Cuando aparezca un asterisco (*) en un recuadro en la tabla, significa que ése es un fenóme-no que se alarga durante más de un año y los datos tanto de víctimas (número de afectados y muertos) como de daños (costes económicos) se presentan en la tabla correspondiente al año en que finaliza dicho fenómeno. Esto sólo sucede en las tablas en las que el indicador de referencia es el año en que se produce la catástrofe.

– Cuando el símbolo que aparece en una casilla de la tabla es un guión (-), significa que ese dato no está cuantificado (teniendo en cuenta que este estudio se basa en los datos proporcionados por EM-DATA, como ya se ha explicado).

– Por último, hay catástrofes que se alargan durante más de un año y el año de inicio o el de finalización está fuera del periodo de estudio, por lo que suponen dos excepciones que se han presentando de la siguiente manera: si el año de comienzo es 1999, y lógicamente está reflejado porque dicha catástrofe finaliza en alguno de los años de este quinquenio, los datos aparecerán en el año en que concluye, con los asteriscos y guiones en los anteriores años si así correspondiese. Por el contrario, hay un fenómeno registrado que finaliza en el año 2006; en este caso, los datos cuantificados aparecen en las tablas referidas al 2005, como excepción a la normal general que se ha descrito.

Las tablas se elaboran con un registro de mayor a menor según el número de afectados, o bien de muertos, o en función de los costes, pero siempre el primer lugar lo ocupará el fenómeno que mayor valor alcance respecto a la variable (de estas tres) que prime en la tabla en cuestión.

En definitiva, ¿para qué esta clasificación y el análisis de estos datos? Básicamente, para remar-car la importancia de los sistemas de prevención y de alerta temprana como medidas de conten-ción frente a estos fenómenos de carácter natural. Porque ése sería el mejor modo de mitigar sus efectos, especialmente sobre la población.

Por otra parte, respecto al cuarto indicador, no es fácil analizar cualquier aspecto relacionado con los medios de comunicación y la influencia que éstos ejercen sobre la población. Sin embargo, esta investigación requiere una reflexión sobre el papel que desempeñan los mass media en el contexto de las catástrofes naturales. Y con ello conocer si ese rol varía en función de la zona geográfica en la que se producen estas situaciones de emergencia, según se den en países desa-rrollados o bien en países en vías de desarrollo.

Así pues, para considerar la importancia real de los medios en este contexto, se van a tener en cuenta los siguientes matices:

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El quinquenio 2000-2005: un periodo de eventos catastróficos

Presentación3

1. Países desarrollados versus países en vías de desarrollo: ver cómo se presentan las noticias referidas a situaciones de emergencia desde los medios informativos (televisión, radio, pren-sa escrita,…) según se produzcan en países ricos o en países empobrecidos.

2. Efecto social: observar el impacto social que tienen estas noticias, analizando si aparecen en los medios (¿qué noticias aparecen en este sentido?) y cómo son tratadas (es sabido que el formato influye tanto o más que lo que se cuenta para captar la atención de la opinión pública). Y viendo no sólo si aparecen en los medios, sino además si eso influye para que la sociedad se movilice.

3. Participación de los actores de la Acción Humanitaria en las situaciones de emergencia: estudiar qué conexión hay entre la atención que prestan los mass media a las catástrofes naturales y la participación de los distintos agentes humanitarios.

4. Intereses económicos: analizar si existe alguna relación entre la importancia que se da en los medios de comunicación nacionales a una crisis humanitaria y los intereses económicos es-pañoles en la zona en que se ha producido. ¿Se podría decir que a mayor interés económico en la zona, mayor cobertura informativa?

5. Realidad social y cultural: ¿es importante que exista una cercanía “socio-cultural” de la so-ciedad española con la población afectada por una catástrofe para que ésta aparezca en los medios? ¿Y para el modo en que aparecen y el trato informativo que se les da?

6. Intereses políticos: observar la posible relación entre la trascendencia mediática de una catástrofe y la imagen pública que alcanza un político que se compromete con las víctimas de una catástrofe.

Con todo ello, se pretende mostrar la trascendencia real que tienen los diversos fenómenos na-turales en la población que los sufre así como en la opinión pública internacional que los conoce a través de los medios.

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CAPÍTULO

3

3.1 Análisis de los desastres naturales más devastadores del planeta según los indicadores zona

geográfica, año y tipo de fenómeno

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3El quinquenio 2000-2005: un periodo de eventos catastróficos

Análisis de los desastres naturales más devastadores del planeta según los indicadores zona geográfica, año y tipo de fenómeno 3.1

Como ya se ha explicado en la introducción a este capítulo, el primer indicador para clasificar las catástrofes ocurridas por causa natural en este quinquenio es el cronológico. Es sabido, según las numerosas estadísticas sobre esta materia, que cada vez se están produciendo más desastres naturales, siendo cada vez mayores sus impactos y su crudeza. El calentamiento global de la tierra está causando, entre otras cosas, que aumente el riesgo de que se produzcan más y peo-res desastres por causa natural. Por tanto, los efectos de éstos también se están acrecentando haciendo aún más vulnerables a las zonas más castigadas.

El quinquenio 2000-2005 ha puesto de manifiesto esta realidad: ejemplos como el tsunami del 2004 en el sudeste asiático, terremotos como los ocurridos en Pakistán en 2005, en Irán en 2003 o en El Salvador en 2001, así como en Japón en 2004 con enormes daños materiales, y la proliferación de huracanes cada vez más frecuentes en el continente americano, muestran que éste es un problema global con consecuencias nefastas para los países más empobrecidos del planeta, pero que también afectan de manera muy visible a los países desarrollados.

Con este panorama, el análisis de los fenómenos de mayor impacto de los últimos años puede servir para poner de manifiesto la urgente necesidad de emprender programas efectivos de pre-vención en las zonas más afectadas por los desastres naturales.

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3 El quinquenio 2000-2005: un periodo de eventos catastróficos

Análisis de los desastres naturales más devastadores del planeta según los indicadores zona geográfica, año y tipo de fenómeno3.1

Tabla 1.- Clasificación de las catástrofes más importantes que se han producido en el año 2000 tenien-do en cuenta el NÚMERO DE AFECTADOS (aquellas que sobrepasan el millón)

TOP FECHA FENÓMENO PAÍS AFECTADOS MUERTOS COSTES (U$)

1 Ago 2000 Inundación India 22.000.000 867 1.221.670.000

2 Abr 2000 Sequía China 15.000.000 - -

3 Abr 2000 Sequía China 5.000.000 - -

4 Jul 2000 Inundación Vietnam 5.000.000 460 251.000.000

5 Ene-mar 2000 Inundación Mozambique 4.500.000 800 418.200.000

6 Jul-ago 2000 Inundación Camboya 3.448.000 347 100.000.000

7 Jun 2000 Inundación India 3.000.000 20 -

8 Nov 2000 Tormenta de inviernoRepública de

Moldavia2.600.000 - 31.600.000

9 Jul 2000 Inundación Tailandia 2.500.000 47 51.050.000

10 Sep-oct 2000 Inundación Bangladesh 2.467.138 31 500.000.000

11 Sep 2000 Tifón Wukong China 2.400.000 47 -

12 Ene 2000 Terremoto China 1.760.000 7 73.500.000

13 Abr 2000-2001 Sequía India * * *

14 Abr 99-2001 Sequía Irán * - *

15 Sep2000-oct 2001 Inundación India * * *

16 Dic 99-2002 Sequía Kenia * * -

17 May 2000-2001 Sequía Tajikstán * - *

18 May 2000-2002 Sequía Afganistán * * -

19 Oct 99-2003 Sequía Eritrea * - -

20 Nov 99-2003 Sequía Pakistán * * *

21 Ene 2000-2001 Sequía Sudán * - -

22 Ene 2000-2001 Sequía Somalia * * -

ANÁLISIS DE LOS DESASTRES NATURALES MÁS DEVASTADORES DEL PLANETA

SEGÚN EL INDICADOR CRONOLÓGICO

• AÑO 2000 •

En el año 2000, los dos grandes fenómenos con mayor número de afectados son una inundación en India en el mes de agosto con 22 millones de personas afectadas y una sequía en China en abril con 15 millones. De hecho, ambos fenómenos se alejan bastante de la media de afectados cuantificados en las catástrofes de dicho año, tal como se aprecia en la tabla 1.

Los fenómenos que más se repiten en el 2000 son las inundaciones (mayoritariamente en Asia) y las sequías (que se repiten constantemente en África). De hecho, las sequías suponen casi el 50% de las entradas registradas en esta tabla.

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3El quinquenio 2000-2005: un periodo de eventos catastróficos

Análisis de los desastres naturales más devastadores del planeta según los indicadores zona geográfica, año y tipo de fenómeno 3.1

Tabla 2.- Clasificación de las catástrofes más importantes que se han producido en el año 2000 tenien-do en cuenta el NÚMERO DE MUERTOS (aquellas que sobrepasan los quinientos)

TOP FECHA FENÓMENO PAÍS MUERTOS AFECTADOS COSTES (U$)

1 Ago 2000 Inundación India 867 22.000.000 1.221.670.000

2 Mar 99-mar 2000 Epidemia Madagascar 860 15.173 -

3 Ene-mar 2000 Inundación Mozambique 800 4.500.000 419.200.000

4 Ene 2000 Epidemia Chad 602 4.500 -

5 Ene 2000 Epidemia Afganistán 507 - -

6 Dic 2000-mar 2001 Epidemia Chad * * -

7 Sep 2000-oct 2001 Inundación India * * *

Paralelamente, se puede apreciar que las inundaciones conllevan mayores costes que las se-quías. En este sentido, son las inundaciones en India y Bangladesh las que superan con creces la media general en cuanto a los costes; ello se podría explicar por la falta de infraestructuras en estas zonas y, además, por la enorme vulnerabilidad de la población en estos países.

Respecto a las sequías, hay cinco entradas en la tabla 1 cuyo año de inicio es 1999 que, como se indica en la introducción, se encuentran recogidas en esta tabla porque la fecha de finali-zación de estos fenómenos se produce en el quinquenio objeto de estudio. Curiosamente, los fenómenos que suelen repetirse a lo largo de varios años son las sequías que, como es sabido, son de carácter estructural, es decir, son catástrofes de inicio lento y que se alargan durante un periodo relativamente largo de tiempo. Este hecho, en referencia a la duración de las sequías y a que la fecha de comienzo sea el año 1999, es una constante que se repite.

Por otra parte, en las sequías que se muestran en dicha tabla y cuyo número de afectados iguala o supera el millón de personas, es significativo el hecho de que no se contabilice el número de muertos ni los costes que estos fenómenos suponen en África. Sin embargo, los fenómenos es-tructurales (como en este caso la sequía) se prestan a ser abordados para su prevención por los agentes de la Cooperación al Desarrollo.

Por último, llama la atención la tormenta de invierno de la República Moldava, que está en el top número 8 (es decir, por encima de la mitad de la tabla), un fenómeno sin duda excepcional teniendo en cuenta lo que se ha comentado anteriormente.

Sin embargo, si se tienen en cuenta los datos en función de la variable del número de muertos, casi el 60% de los fenómenos que se registran en la tabla número 2 son epidemias.

Llama la atención el hecho de que este fenómeno aparece en la tabla por número de muertos y no en la de afectados; de tal manera que su afectación entre la población es mortal. En este

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3 El quinquenio 2000-2005: un periodo de eventos catastróficos

Análisis de los desastres naturales más devastadores del planeta según los indicadores zona geográfica, año y tipo de fenómeno3.1

Tabla 3.- Clasificación de las catástrofes más importantes que se han producido en el año 2000 teniendo en cuenta los COSTES ECONÓMICOS (aquellas que sobrepasan el billón de dólares)

TOP FECHA FENÓMENO PAÍS COSTES (U$) AFECTADOS MUERTOS

1 Sep 2000 Inundación Japón 7.440.000.000 360.000 18

2 Ago-sep 2000 Tifón Prapiroon India 6.000.000.000 480.000 46

3 Oct 2000 Inundación Reino Unido 5.900.000.000 1.000 -

4 Ago 2000 Inundación India 1.221.670.000 22.000.000 867

5 May-sep 2000 Incendio natural EEUU 1.000.000.000 25.000 -

6 Abr 99-2001 Sequía Irán * * -

7 Jun 2000-2002 Sequía EEUU * - -

Al hablar de costes aparecen países que anteriormente no han destacado por número de afec-tados o muertos, llamando sobremanera la atención el caso del Reino Unido y Japón, como sucede en la tabla 3. Esto se explica fundamentalmente por la dicotomía norte versus sur, ya que las diferencias económicas se traducen en mejores infraestructuras, por un lado, y planes de prevención de catástrofes naturales más efectivos, por otro. O lo que es lo mismo: en países desarrollados como Inglaterra y Japón, el índice de peligrosidad y de riesgo es muy bajo, justo lo contrario que en los países empobrecidos, siendo los costes materiales muy superiores cuando se produce una catástrofe.

mismo sentido, resulta también llamativo que no están cuantificados los costes de este fenóme-no, y es que en las epidemias los costes son directamente las vidas de las personas. Ésta es una diferencia importantísima respecto a otros fenómenos coyunturales cuyos daños se calculan en base a las pérdidas materiales.

Así, este fenómeno habría que abordarlo desde la prevención por parte de los agentes de la co-operación, siendo vital que la acción de la ayuda humanitaria se destine en esta primera fase a aquellos países que sin duda están siendo reiteradamente castigados por un mismo fenómeno, en este caso las epidemias, pero también sucede con las inundaciones. De hecho, dos de tres inundaciones registradas en la tabla 2 y dos de cuatro epidemias en esta misma tabla se repiten en los mismos países (India y Chad respectivamente); es decir, se da una reiteración del mismo tipo de fenómeno en el mismo país y en el mismo año, lo que hace que algunas zonas sean con-tinuamente castigadas, aumentando la vulnerabilidad de su población, ya de por sí débil.

Siguiendo con la comparativa de estos dos tipos de fenómenos, ambos coyunturales, habría que señalar que, a pesar de que no existen muchas diferencias entre el número de muertos de las inundaciones y las epidemias, sin embargo, sí es apreciable esa diferencia entre el número de afectados, quizás por la manera de reproducirse el fenómeno.

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3El quinquenio 2000-2005: un periodo de eventos catastróficos

Análisis de los desastres naturales más devastadores del planeta según los indicadores zona geográfica, año y tipo de fenómeno 3.1

Llama también la atención la aparición en esta tabla del incendio natural, un fenómeno que apenas se registra teniendo en cuenta los valores mínimos que se han predeterminado.

Por último, hay que señalar que el número de afectados en la India respecto al resto de países es mucho mayor (en comparación, son escasos los afectados en los países desarrollados) debido al volumen de población de este país, a las desfavorables condiciones de vida de la misma, a los insuficientes servicios básicos de que disponen, a sus deficientes políticas públicas, etc.

En conclusión, el año 2000 supone un punto de inflexión muy importante por el aumento tan espectacular del número de fenómenos que se registran y por sus impactos tan devastadores. Esto viene a confirmar un ritmo de crecimiento en la sucesión de estos eventos catastróficos que seguirá incrementándose en los años siguientes, llegando a ser muy significativo el 2005.

• AÑO 2001 •

En el 2001 aparece el mismo país en la primera posición según la variable número de afecta-dos que en el 2000: India. Aunque en este caso es por un fenómeno distinto (en este año es por una sequía y en el anterior era por una inundación). Aquí, además, sí que aparece la cifra de los muertos registrados (20), a diferencia de lo que se ha comentado anteriormente sobre la ausencia de estos datos de las sequías en África. Y ese dato resulta llamativo, porque son pocas las víctimas mortales teniendo en cuenta que la población afectada alcanza los 50 millones. Por tanto, se puede considerar que este fenómeno genera un aumento de la situación de vulnerabili-dad (de antemano extrema) de esta población, incrementándose con ello factores de riesgo como la malnutrición o la falta de alimentos.

El segundo país de la tabla por número de afectados es Irán, donde los datos referentes a los costes económicos superan notablemente a los de la India. Esto es lógico si tenemos en cuenta la repercusión tan diferente que tienen estos acontecimientos entre unos países y otros.

China se presenta como un país castigado por multitud de fenómenos: tifones, inundaciones, sequías,… Esto se explica básicamente por la extensión del país, lo que hace que esta realidad sea una constante, como arrojan las cifras desde el año 2000.

Además, continúan las sequías en África desde el año 1999, ya que, como se ha explicado, es un fenómeno estructural de inicio lento que se alarga durante varios años. Es más, las sequías siguen ocupando, por número de afectados, los primeros puestos de la tabla, siendo estas ci-fras muy altas. Una diferencia importante respecto a las sequías ocurridas en China e India en contraposición a las producidas en África, es que en las primeras se contabilizan datos sobre el número de muertos y costes.

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3 El quinquenio 2000-2005: un periodo de eventos catastróficos

Análisis de los desastres naturales más devastadores del planeta según los indicadores zona geográfica, año y tipo de fenómeno3.1

Tabla 4.- Clasificación de las catástrofes más importantes que se han producido en el año 2001 teniendo en cuenta el NÚMERO DE AFECTADOS (aquellas que sobrepasan el millón)

TOP FECHA FENÓMENO PAÍS AFECTADOS MUERTOS COSTES (U$)

1 Abr 2000-2001 Sequía India 50.000.000 20 588.000.000

2 Abr 99-2001 Sequía Irán 37.000.000 - 3.300.000.000

3 Sep 2000-oct 2001 Inundación India 24.600.000 884 691.500.000

4 Mar 2001 Sequía China 15.800.000 - -

5 Jul 2001 Tifón Durian y Utor China 14.990.000 33 2.743.000.000

6 Jul 2001 Inundación India 9.670.000 100 90.000.000

7 Ago 2001 Inundación India 7.000.000 158 26.000.000

8 Nov 2001 Huracán Michelle Cuba 5.900.000 5 87.000.000

9 Ene 2001 Terremoto India 4.365.000 20.005 2.623.000.000

10 May 2000-2001 Sequía Tajikstán 3.000.000 - 57.000.000

11 Jun 2001 Tifón Chebi China 2.895.000 125 473.000.000

12 Sep 2001 Inundación India 2.800.000 48 26.000.000

13 Ene-feb 2001 Tormenta de invierno China 2.496.773 49 473.000.000

14 Ene 2000-2001 Sequía Sudán 2.000.000 - -

15 Jun 2001 Inundación China 1.760.000 29 78.000.000

16 Ago-nov 2001 Inundación Camboya 1.669.182 56 15.000.000

17 Nov 2001 Inundación Vietnam 1.570.270 310 59.000.000

18 Ene 2001 Terremoto El Salvador 1.329.806 884 1.500.000.000

19 Ago 2001 Inundación Irán 1.200.000 412 78.800.000

20 Ene 2000-2001 Sequía Somalia 1.200.000 21 -

21 Jul 2001 Tifón Utor (Feria) Filipinas 1.091.943 223 37.000.000

22 Nov 2001 Tormenta Tropical Lingling (Nanang) Filipinas 1.060.000 290 22.700.000

23 Jun 2001 Sequía Brasil 1.000.000 - -

24 Mar 2001-2003 Sequía Zimbawe * - -

25 Abr 2001-2002 Sequía Níger * - -

26 Sep 2001-2002 Sequía Sri Lanka * - -

27 Abr 2001-2003 Sequía Mauritania * - -

28 Dic 99-2002 Sequía Kenia * * -

29 May 2000-2002 Sequía Afganistán * * -

30 Oct 99-2003 Sequía Eritrea * - -

31 Nov 99-2003 Sequía Pakistán * * *

Por otra parte, es importante señalar que en 2001 hubo una serie de fenómenos con una enorme trascendencia en los medios de comunicación, como el terremoto de El Salvador y el Huracán Michelle en Cuba, a pesar de no ocupar las primeras posiciones respecto al número de afecta-dos.

Por último, se observa que hay un discreto aumento del número de fenómenos que se registran teniendo en cuenta la variable de afectados, los cuales están distribuidos en un mayor número

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3El quinquenio 2000-2005: un periodo de eventos catastróficos

Análisis de los desastres naturales más devastadores del planeta según los indicadores zona geográfica, año y tipo de fenómeno 3.1

Tabla 5.- Clasificación de las catástrofes más importantes que se han producido en el año 2001 teniendo en cuenta el NÚMERO DE MUERTOS (aquellas que sobrepasan los quinientos)

TOP FECHA FENÓMENO PAÍS MUERTOS AFECTADOS COSTES (U$)

1 Ene 2001 Terremoto India 20.005 4.365.000 2.623.000.000

2 Ene-abr 2001 Epidemia Burkina Faso 1.525 9.372 -

3 Nov 2001 Inundación Argelia 921 2.285 -

4 Sep 2000-oct 2001 Inundación India 884 24.600.000 691.500.000

5 Ene 2001 Terremoto El Salvador 884 1.329.806 1.500.000.000

6 Dic 2000-mar 2001 Epidemia Chad 607 5.173 -

7 Oct 2001 Epidemia Malawi 502 17.352 -

8 Oct 2001-mar 2002 Epidemia Malawi * * -

9 Nov 2001-mar 2002 Epidemia Zaire/Congo * * -

de países (dispersión geográfica) y además aparecen nuevos fenómenos que no se habían dado en el 2000 (teniendo siempre presente el valor mínimo con el que se trabaja en esta investiga-ción).

En este sentido, se distingue claramente que hay fenómenos que son propios de una zona u otra del planeta. De este modo, un huracán es propio de Centroamérica y un tifón lo es de Filipinas, China y todo el sudeste asiático.

En cuanto a la tabla 5, que atiende a la clasificación de las catástrofes más importantes que se han producido en el año 2001 teniendo en cuenta el número de muertos, los fenómenos que más se repiten son las epidemias que suponen en torno al 55% del total de las catástrofes registradas en esta tabla (5 de 9 entradas). Destaca de nuevo el que las epidemias se producen en África, por lo que habría que subrayar la necesidad de implementar planes de salud en este continente, ya que ésta es una constante que se repite cada año. Y, como ya se ha señalado, es un fenómeno que siempre aparece en las tablas por número de muertos y no de afectados; de tal manera que su impacto entre la población es mortal. En el 2001, además, se podría especificar que las epidemias con mayor número de muertos se dan fundamentalmente en África occidental (en países como Chad, Burkina Faso y Congo) a excepción de Malawi (África oriental).

Otro factor que enlaza con la misma idea es que los fenómenos que se observan en la tabla 5 (terremotos, epidemias e inundaciones), se producen todos en países empobrecidos. Por tanto, son los países más desfavorecidos los que registran más muertes, independientemente del tipo de fenómeno del que se trate.En la tabla 6, no obstante, se vuelve a ver a un país rico ocupando el top 1 según la variable de costes económicos, Estados Unidos, que ha padecido el huracán Alison y, sin embargo, no se recoge en las tablas anteriores, teniendo en cuenta las variables de afectados y muertos. Aun así, llama la atención que la primera potencia económica mundial cuente con un número relativa-

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3 El quinquenio 2000-2005: un periodo de eventos catastróficos

Análisis de los desastres naturales más devastadores del planeta según los indicadores zona geográfica, año y tipo de fenómeno3.1

Tabla 6.- Clasificación de las catástrofes más importantes que se han producido en el año 2001 teniendo en cuenta los COSTES ECONÓMICOS (aquellas que sobrepasan el billón de dólares)

TOP FECHA FENÓMENO PAÍS COSTES (U$) AFECTADOS MUERTOS

1 Jun 2001 Huracán Alison EEUU 6.000.000.000 60.000 33

2 Abr 99-2001 Sequía Irán 3.300.000.000 37.000.000 -

3 Jul 2001 Tifón Durian y Utor China 2.743.000.000 14.990.000 33

4 Ene 2001 Terremoto India 2.623.000.000 4.365.000 20.005

5 Feb 2001 Terremoto EEUU 2.000.000.000 - 1

6 Ene 2001 Terremoto El Salvador 1.500.000.000 1.329.806 884

mente alto de afectados por este huracán, lo que podría explicarse por la densidad de población de dicho país. Además, Estados Unidos aparece nuevamente en la tabla con otro fenómeno: un terremoto, aunque en este caso se podría decir que tiene unos costes medios (en relación con los valores de esta tabla), aunque no está contabilizado el número de afectados y sólo hay un muerto.Precisamente, el 50% de los fenómenos que se registran en la tabla son terremotos; por lo tanto, las variables terremoto y costes económicos se podría pensar que van unidos. Es decir, que los terremotos son un tipo de fenómeno que implica altos costes, con independencia de que se dé en un país desarrollado o en países en vías de desarrollo o incluso empobrecidos. Lógicamente serán mayores los costes en los primeros por las mejores infraestructuras de que disponen, lo que supone mayores daños materiales.

El terremoto de El Salvador nos muestra según sus variables que a pesar de no estar entre los pri-meros puestos en ninguna de las tablas del 2001, fue el más mediático junto al Huracán Miche-lle. Esto demuestra que los medios efectivamente juegan un papel importante en la producción de imágenes, influyendo sobre la respuesta humanitaria que reciben estas zonas y destacando unas catástrofes sobre otras, sin que sean necesariamente las más graves.

• AÑO 2002 •De nuevo es India con una sequía la que ocupa la primera posición según la variable del número de afectados con 300 millones, sin que esté contabilizado el número de muertos, pero sí los da-ños materiales que suponen altos costes. Y China en segunda posición igual que en el año 2000, pero en esta ocasión por causa de una inundación. Es decir, los primeros puestos de las tablas según las variables de víctimas se lo reparten India y China con sequías e inundaciones.Las sequías suponen algo más de la mitad de los fenómenos registrados en la tabla (12 de un total de 22) y China es el país que más registros tiene (casi una tercera parte de las entradas corresponden a fenómenos ocurridos en dicho país). El único fenómeno diferente a los dos co-mentados que se registra en la tabla 7 es el tifón Sinlaku, que también se da en China. Por tanto,

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3El quinquenio 2000-2005: un periodo de eventos catastróficos

Análisis de los desastres naturales más devastadores del planeta según los indicadores zona geográfica, año y tipo de fenómeno 3.1

Tabla 7.- Clasificación de las catástrofes más importantes que se han producido en el año 2002 teniendo en cuenta el NÚMERO DE AFECTADOS (aquellas que sobrepasan el millón)

TOP FECHA FENÓMENO PAÍS AFECTADOS MUERTOS COSTES (U$)

1 Jul 2002 Sequía India 300.000.000 - 910.722.000

2 Jun 2002 Inundación China 80.000.000 793 3.100.000.000

3 Abr 2002 Sequía China 60.000.000 - -

4 Jun-ago 2002 Inundación India 42.000.000 549 30.772.000

5 Dic 99-2002 Sequía Kenia 23.000.000 85 -

6 May 2002 Inundación China 20.000.000 - 943.000.000

7 Sep 2002 Tifón Sinlaku China 7.000.000 17 144.000.000

8 Ago 2002 Inundación China 6.340.000 165 540.000.000

9 Ago 2002 Inundación China 5.250.000 16 -

10 Feb 2002 Sequía Tailandia 5.000.000 - 2.300.000

11 Jun-oct 2002 Sequía China 3.660.000 - 1.210.000.000

12 Abr 2001-2002 Sequía Níger 3.584.558 - -

13 Oct 2002 Inundación Tailandia 3.289.358 154 35.827.000

14 Feb 2002 Sequía Malawi 2.829.435 500 -

15 May 2000-2002 Sequía Afganistán 2.580.000 37 -

16 Jul-ago 2002 Inundación China 1.500.000 - -

17 Ago-nov 2002 Inundación Camboya 1.470.000 29 -

18 May 2002 Sequía Vietnam 1.300.000 - 200.000.000

19 Sep 2002 Inundación Vietnam 1.138.200 82 23.900.000

20 Sep 2001-2002 Sequía Sri Lanka 1.000.000 - -

21 Oct 99-2003 Sequía Eritrea * - -

22 Mar 2001-2003 Sequía Zimbawe * - -

los continentes más afectados siguen siendo Asia (siendo China el país más golpeado) y África.La sequía en India es el fenómeno con mayor número de afectados con diferencia de todo el quinquenio (teniendo en cuenta que la base de datos del CRED no muestra los datos del número de afectados del tsunami de 2004 en Indonesia). Además, en la tabla 7 se registran los fenó-menos con mayor número de afectados del periodo estudiado en los cuatro primeros puestos, a excepción de la inundación en China de junio de 2003 que está en la primera posición de ese año.La sequía en India, que ocupa la primera posición de la tabla por número de afectados del 2002 y, como se ha dicho, también del quinquenio, no se contempla en la tabla según la variable cos-tes; sin embargo, tiene unos costes elevados y roza el mínimo exigible del billón de dólares que se ha predeterminado en este estudio para la elaboración de las tablas.

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3 El quinquenio 2000-2005: un periodo de eventos catastróficos

Análisis de los desastres naturales más devastadores del planeta según los indicadores zona geográfica, año y tipo de fenómeno3.1

Al observar los datos de este año de forma comparativa entre las tres tablas, se aprecia un sesgo de la información de los datos totales, ya que de los 22 fenómenos registrados en la tabla según el número de afectados, sólo dos aparecen en la tabla de costes y tres en la de muertos.

De hecho, los tres primeros puestos de la tabla según el número de muertos (tabla 8) están ocupados por epidemias, un fenómeno que no aparece en la tabla anterior, de tal manera que su efecto entre la población es mortal, como ya se ha señalado. Y los puestos segundo y tercero de dicha tabla los ocupan países de África occidental, siendo todos ellos países referentes para la Cooperación española. Por lo tanto, habría que prestar mucha mayor atención a los programas de salud en estas zonas.

Llama la atención además que de los 12 fenómenos registrados en dicha tabla, tres son olas de calor, dos en India y una en Blangladesh, es decir, todas ellas en el continente asiático.

Tabla 8.- Clasificación de las catástrofes más importantes que se han producido en el año 2002 teniendo en cuenta el NÚMERO DE MUERTOS (aquellas que sobrepasan los quinientos)

TOP FECHA FENÓMENO PAÍS MUERTOS AFECTADOS COSTES (U$)

1 Abr 2002 Epidemia Afganistán 2.500 - -

2 Dic 2002 Epidemia Zaire/Congo 2.000 500.000 -

3 Feb-may 2002 Epidemia Burkina Faso 1.447 11.140 -

4 May 2002 Ola de calor India 1.030 - -

5 Mar 2002 Terremoto Afganistán 1.000 80.000 -

6 Dic 2002 Ola de calor India 900 - -

7 Jun 2002 Inundación China 793 80.000.000 3.100.000.000

8 Dic 2002 Ola de calor Bangladesh 700 50.000 -

9 Oct 2001-mar 2002 Epidemia Malawi 609 21.414 -

10 Jun-ago 2002 Inundación India 549 42.000.000 30.772.000

11 Nov 2001-mar 2002 Epidemia Zaire/Congo 502 6.099 -

12 Feb 2002 Sequía Malawi 500 2.829.435 -

Sin embargo, según la variable de costes económicos, los primeros puestos y casi todos los restantes están representados por países desarrollados; y los fenómenos que más se repiten son inundaciones (dos terceras partes) o sequías (la otra tercera parte), aunque esto es algo puntual de este año.

En 2002 hay una representación importante de países europeos afectados por catástrofes natu-rales, en este caso por inundaciones: Alemania, Austria, Republica Checa y Francia. Es decir, que centro Europa sufre cuantiosas pérdidas (Alemania el país que más) por un mismo fenómeno, las inundaciones que se producen en el verano de 2002.

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3El quinquenio 2000-2005: un periodo de eventos catastróficos

Análisis de los desastres naturales más devastadores del planeta según los indicadores zona geográfica, año y tipo de fenómeno 3.1

Tabla 9.- Clasificación de las catástrofes más importantes que se han producido en el año 2002 teniendo en cuenta los COSTES ECONÓMICOS (aquellas que sobrepasan el billón de dólares)

TOP FECHA FENÓMENO PAÍS COSTES (U$) AFECTADOS MUERTOS

1 Ago 2002 Inundación Alemania 11.700.000.000 330.000 27

2 Jul-ago 2002 Sequía EEUU 3.300.000.000 - -

3 Jun 2002 Inundación China 3.100.000.000 80.000.000 793

4 Ago 2002 Inundación Austria 2.046.707.000 60.000 7

5 Abr-nov 2002 Sequía Australia 2.000.000.000 - -

6 Ago 2002 Inundación República Checa 2.000.000.000 200.000 18

7 Jun-oct 2002 Sequía China 1.210.000.000 3.660.000 -

8 Sep 2002 Inundación Francia 1.190.000.000 2.500 23

9 May-jun 2002 Inundación Jamaica 1.114.300.000 25.000 9

10 Jun 2000-2002 Sequía EEUU 1.100.000.000 - -

11 Jun-jul 2002 Inundación EEUU 1.000.000.000 144.000 10

• AÑO 2003 •

Se rompe la lógica que venía reproduciéndose en los años anteriores en que India ocupaba siempre la primera posición según la variable del número de afectados, dando lugar en 2003 a la incorporación de China en los tres primeros puestos según esta variable, como se observa en la tabla 10. De hecho, China se ve afectada por varios tipos de fenómenos (inundaciones, sequías y tifones), por lo que es el país con mayor número de afectados en dicho año. Contraria y excepcionalmente, India sólo tiene dos entradas en esta tabla.

Lo que no varía es que la sequía es el fenómeno más registrado con el 50% de los casos.

Tabla 10.- Clasificación de las catástrofes más importantes que se han producido en el año 2003 teniendo en cuen-ta el NÚMERO DE AFECTADOS (aquellas que sobrepasan el millón)

TOP FECHA FENÓMENO PAÍS AFECTADOS MUERTOS COSTES (U$)

1 Jun 2003 Inundación China 150.000.000 430 730.000.000

2 Ene 2003 Sequía China 48.000.000 - -

3 Jul 2003 Tifón Imbudo China 7.400.000 20 -

4 Mar 2001-2003 Sequía Zimbawe 6.000.000 - -

5 Jun 2003 Inundación India 4.550.000 142 -

6 May 2003 Inundación China 4.360.000 38 160.000.000

7 Jul 2003 Sequía China 3.000.000 - -

8 Ago-oct 2003 Inundación India 3.000.000 67 169.000.000

9 Oct 99-2003 Sequía Eritrea 2.300.000 - -

10 Nov 99-2003 Sequía Pakistán 2.200.000 143 247.000.000

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3 El quinquenio 2000-2005: un periodo de eventos catastróficos

Análisis de los desastres naturales más devastadores del planeta según los indicadores zona geográfica, año y tipo de fenómeno3.1

Los fenómenos que aparecen en la tabla 10 no tienen entradas relevantes según número de muertos y costes económicos, no disponiéndose de la mayoría de los datos. Por tanto, en las dos tablas siguientes, que atienden a las otras dos variables, se registran distintos fenómenos a los que aparecen en ésta.

La tabla 11 señala a los países europeos como principales receptores de la ola de calor que se produce de manera global y que llega hasta la India. Aparte, lo que más llama la atención es el número de muertos en Francia y su relación con los costes económicos.

Tabla 11.- Clasificación de las catástrofes más importantes que se han producido en el año 2003 teniendo en cuenta el NÚMERO DE MUERTOS (aquellas que sobrepasan los quinientos)

TOP FECHA FENÓMENO PAÍS MUERTOS AFECTADOS COSTES (U$)

1 Dic 2003 Terremoto Irán 26.796 200.000 1.000.000.000

2 Ago 2003 Ola de calor Francia 14.947 - 4.400.000.000

3 Ago 2003 Ola de calor Alemania 5.250 - 1.650.000.000

4 May 2003 Terremoto Argelia 2.266 - 5.000.000.000

5 Ago 2003 Ola de calor Reino Unido 2.045 - -

6 Ago 2003 Ola de calor Portugal 2.007 - -

7 May-jun 2003 Ola de calor India 1.210 - 400.000.000

8 Jul-ago 2003 Ola de calor Holanda 1.200 - -

9 Ene-abr 2003 Epidemia Burkina Faso 1.058 7.146 -

Lo más significativo de la tabla 12, es sin duda, el hecho de que China tenga tres entradas por costes económicos cuando este país destaca siempre en número de afectados, al igual que la India; pero en la variable costes, donde generalmente los países más desarrollados ocupan las primeras posiciones, excepcionalmente China es el país que está en la primera posición en esta tabla con las pérdidas económicas alcanzadas con el tifón Maemi.

TOP FECHA FENÓMENO PAÍS AFECTADOS MUERTOS COSTES (U$)

11 Jul-ago 2003 Ola de calor Perú 1.839.888 339 -

12 Nov 2003 Tifón Nepartak China 1.720.000 - 196.938.000

13 Jul 2003 Inundación Pakistán 1.265.767 230 -

14 Jul 2003 Terremoto China 1.250.000 16 75.000.000

15 2003 Sequía Rusia 1.000.000 - -

16 Abr 2001-2003 Sequía Mauritania 1.000.000 - -

17 2003-2004 Sequía Etiopía * - -

18 Ago 2003-2004 Sequía Tanzania * - -

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3El quinquenio 2000-2005: un periodo de eventos catastróficos

Análisis de los desastres naturales más devastadores del planeta según los indicadores zona geográfica, año y tipo de fenómeno 3.1

En la tercera posición aparece un tornado, que es un fenómeno que se concentra normalmente en Norteamérica donde son muy numerosos; sin embargo, no suponen altos costes económicos debido en gran medida a las políticas de mitigación y preparación para el desastre que tienen previstas, lo que conlleva que no se registren muchos muertos.

Por otro lado, los terremotos de Argelia e Irán fueron fenómenos muy mediáticos en el 2003 y tuvieron una enorme capacidad de respuesta por parte de los actores de la Acción Humanitaria. Los terremotos suelen recibir bastante atención por parte de los mass media ya que este tipo de fenómeno se presta a mostrar imágenes muy impactantes, siendo un factor muy atrayente en la dinámica de la comunicación actual.

Tabla 12.- Clasificación de las catástrofes más importantes que se han producido en el año 2003 teniendo en cuenta los COSTES ECONÓMICOS (aquellas que sobrepasan el billón de dólares)

TOP FECHA FENÓMENO PAÍS COSTES (U$) AFECTADOS MUERTOS

1 Sep 2003 Tifón Maemi China 5.500.000.000 65.000 130

2 Sep 2003 Huracán Isabel EEUU 5.000.000.000 225.000 21

3 Mar 2003 Tornado EEUU 5.000.000.000 - 6

4 May 2003 Terremoto Argelia 5.000.000.000 - 2.266

5 Jul-ago 2003 Inundación China 4.830.000.000 - 30

6 Ago 2003 Ola de calor Francia 4.400.000.000 - 14.947

7 Oct-nov 2003 Incendio natural EEUU 3.500.000.000 - 4

8 Ago-nov 2003 Inundación China 2.440.000.000 - 123

9 Ago 2003 Ola de calor Alemania 1.650.000.000 - 5.250

10 Dic 2003 Inundación Francia 1.500.000.000 27.000 9

11 Abr-may 2003 Inundación Argentina 1.028.210.000 140.000 23

12 Dic 2003 Terremoto Irán 1.000.000.000 200.000 26.796

• AÑO 2004 •

China e India se disputan los primeros puestos de la tabla número 13, con una media de afecta-dos alta por inundaciones. La mayor diferencia entre estos tres primeros puestos son los costes que suponen la inundación de China que ocupa la primera posición, que son muy superiores a los demás fenómenos registrados en esta tabla. En este sentido, hay dos inundaciones en China que se producen en la misma fecha y que ocupan las dos primeras posiciones, con un número de afectados similar pero con mucha mayor diferencia en el número de muertos y, sobre todo, en la contabilización de costes, como ya se ha referido.

En este año los fenómenos que más se dan según el número de afectados son inundaciones, se-quías y tifones. Asimismo, casi todos los fenómenos ocurren prácticamente en la misma época: en los meses del verano occidental (julio y agosto).

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3 El quinquenio 2000-2005: un periodo de eventos catastróficos

Análisis de los desastres naturales más devastadores del planeta según los indicadores zona geográfica, año y tipo de fenómeno3.1

Tabla 13.- Clasificación de las catástrofes más importantes que se han producido en el año 2004 teniendo en cuen-ta el NÚMERO DE AFECTADOS (aquellas que sobrepasan el millón)

TOP FECHA FENÓMENO PAÍS AFECTADOS MUERTOS COSTES (U$)

1 Jun-ago 2004 Inundación China 36.000.000 730 7.000.000.000

2 Jul 2004 Inundación China 33.648.000 133 1.100.000.000

3 Jun-ago 2004 Inundación India 33.000.000 900 220.000.000

4 Ene 2004 Sequía Sudáfrica 15.000.000 - -

5 2003-2004 Sequía Etiopía 12.600.000 - -

6 Ago 2004 Tifón Rananim (Karen/16w) China 8.590.000 188 2.190.000.000

7 Sep 2004 Inundación China 8.240.000 222 471.000.000

8 Jul 2004 Sequía Kenia 2.300.000 - -

9 Ago 2003-2004 Sequía Tanzania 1.900.000 - -

10 Ago 2004 Tifón Aere (Marce/20W) Filipinas 1.058.849 35 -

Es necesario subrayar el hecho de que no aparezca el tsunami que tuvo lugar en el sudeste asiá-tico a finales de este año, ya que EM-DATA no dispone de registros en este sentido. Sin embargo, a partir de las cifras que aporta la tabla 14, donde se refleja un altísimo número de muertos por causa de dicho fenómeno, los afectados se contarían por millones. Así pues, la siguiente tabla incluye el fenómeno más mediático de todos los tiempos, y con mayor capacidad de respuesta y mayor intervención por parte de los actores de la Acción Humanitaria. Es más, éste ha sido se-guramente el fenómeno que ha dejado mayor número de víctimas totales, es decir, tanto número de afectados como de muertos. Además, refleja con claridad lo que suponen las catástrofes en el tiempo, lo que se denomina la post-emergencia: ¿qué pasa después de una catástrofe de estas características?

El huracán Jeanne también es un fenómeno muy mediático en este año, cuyas consecuencias para un país como Haití fueron muy destructivas, aunque quizás tuvo mayor repercusión cuando pasó por otras zonas; sin embargo, nunca se equipara a la trascendencia mediática del tsunami. Hay que resaltar que a la población haitiana se le suman dos fenómenos importantes durante el mismo periodo, de lo que es difícil reponerse y aún más para una de las zonas más empobrecidas del planeta y donde estos fenómenos naturales azotan a la población con cierta frecuencia.

En el 2004, por la variable número de muertos, los fenómenos que han golpeado más duramen-te a la población se diversifican: tsunami, huracán, inundación, tormenta tropical, epidemia y terremoto, y todos ellos van a dar como resultado la suma más alta del número de muertos del periodo 2000-2005, por el hecho extraordinario del tsunami evidentemente, aunque la tenden-cia durante todo el quinquenio es creciente.

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3El quinquenio 2000-2005: un periodo de eventos catastróficos

Análisis de los desastres naturales más devastadores del planeta según los indicadores zona geográfica, año y tipo de fenómeno 3.1

Tabla 14.- Clasificación de las catástrofes más importantes que se han producido en el año 2004 teniendo en cuenta el NÚMERO DE MUERTOS (aquellas que sobrepasan los quinientos)

TOP FECHA FENÓMENO PAÍS MUERTOS AFECTADOS COSTES (U$)

1 Dic 2004 Tsunami Indonesia 165.708 - 4.451.600.000

2 Dic 2004 Tsunami India 16.389 647.599 1.022.800.000

3 Dic 2004 Tsunami Tailandia 8.345 58.550 405.200.000

4 Sep 2004 Huracán Jeanne Haití 2.754 298.926 21.000.000

5 May-jun 2004 Inundación Haití 2.665 31.130 -

6 Nov 2004 Tormenta tropical Winnie Filipinas 1.619 880.000 78.200.000

7 Jun-ago 2004 Inundación India 900 33.000.000 220.000.000

8 Jun-ago 2004 Inundación China 730 36.000.000 7.000.000.000

9 Ene-abr 2004 Epidemia Indonesia 658 58.301 -

10 Feb 2004 Terremoto Marruecos 628 - 400.000.000

11 Ene-mar 2004 Epidemia Burkina Faso 527 2.783 -

Las epidemias en África occidental se repiten periódicamente, por lo que es necesario subrayar la importancia de reforzar las políticas públicas dirigidas a garantizar el derecho a la salud como principio básico para el desarrollo de los pueblos.

En la tabla 15, hay que resaltar el caso de las Islas Caimán como una zona que no ha sido muy castigada si se tiene en cuenta el número de muertos; sin embargo, los costes son destacables si-tuándose a mitad de la tabla. Y es que como paraíso fiscal, con grandes inversiones de occidente, y como país con una fuerte economía dependiente del sector turismo (destacando sobremanera el turismo de crucero), hacen que la renta per cápita de esta población sea de las más altas del mundo. Destaca el hecho de que este país ha puesto en marcha medidas para aumentar la pro-tección contra ciertos fenómenos como es el caso de los ciclones, que han sido bastante dañinos para las Caimán en los últimos años.

Asimismo, es llamativo que China ocupe el segundo puesto en relación a los costes económicos, y también que de manera global sea el país con más entradas, con siete en total (frente a las cinco entradas por ejemplo de Estados Unidos), y salvando el caso del año anterior en que China ocupaba la primera posición por un tifón seguida de Estados Unidos.

También aquí es significativo que la mayoría de los fenómenos registrados en esta tabla (que son más que en otras ocasiones) no estén recogidos en las tablas por número de afectados y muertos y, sin embargo, son fenómenos que tienen elevados costes.

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3 El quinquenio 2000-2005: un periodo de eventos catastróficos

Análisis de los desastres naturales más devastadores del planeta según los indicadores zona geográfica, año y tipo de fenómeno3.1

Tabla 15.- Clasificación de las catástrofes más importantes que se han producido en el año 2004 teniendo en cuen-ta los COSTES ECONÓMICOS (aquellas que sobrepasan el billón de dólares)

TOP FECHA FENÓMENO PAÍS COSTES (U$) AFECTADOS MUERTOS

1 Oct 2004 Terremoto Japón 28.000.000.000 59.000 40

2 Jun-ago 2004 Inundación China 7.000.000.000 36.000.000 730

3 Sep 2004 Huracán Jeanne EEUU 7.000.000.000 40.000 6

4 Ago 2004 Huracán Charley EEUU 6.800.000.000 30.000 16

5 Sep 2004 Tifón Songda China 6.000.000.000 40.000 41

6 Sep 2004 Huracán Iván EEUU 6.000.000.000 - 52

7 Dic 2004 Tsunami Indonesia 4.451.600.000 165.708 -

8 Sep 2004 Huracán Frances EEUU 4.400.000.000 - 2

9 Sep 2004 Huracán Iván Islas Cayman 3.430.080.000 - 1

10 Oct 2004 Tifón Tokage (Siony/27w) China 2.300.000.000 84.450 89

11 Ago 2004 Tifón Rananim (Karen/16w) China 2.190.000.000 8.590.000 188

12 Ago 2004 Tifón Chaba China 2.000.000.000 180.000 16

13 Jul 2004 Inundación China 1.950.000.000 20.000 21

14 Jul 2004 Inundación China 1.100.000.000 33.648.000 133

15 May 2004 Tornado EEUU 1.100.000.000 300 4

16 Dic 2004 Tsunami India 1.022.800.000 647.599 16.389

17 Ago 2004 Huracán Charley Cuba 1.000.000.000 202.500 4

18 Dic2004-mar2005 Sequía Brasil * - -

19 Sep 2004-2005 Sequía Portugal * - -

Hay que subrayar el caso de Cuba que, a pesar de ser un país que está en un lugar geográfico habitualmente afectado por determinados tipos de fenómenos (huracanes, ciclones, tormentas tropicales,…), no suele aparecer en estas tablas. Esto puede ser debido a sus buenos sistemas de alerta temprana, y programas de prevención y mitigación de desastres, lo que se traduce en menores costes económicos y menor número total de víctimas respecto a otras zonas de su entorno.

Por último, hay que decir que los fenómenos más mediáticos del año 2004 aparte del tsunami fueron los huracanes Frances, Charley, Jeanne e Iván. Esto responde a dos razones: por un lado, en España hay una gran conexión con lo que sucede en los países de Latinoamérica y, por otro lado, los huracanes son un tipo de fenómeno que generan unas imágenes muy impactantes sien-do muy atrayentes para los mass media.

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3El quinquenio 2000-2005: un periodo de eventos catastróficos

Análisis de los desastres naturales más devastadores del planeta según los indicadores zona geográfica, año y tipo de fenómeno 3.1

• AÑO 2005 •

China aparece de nuevo como el país más afectado por la variable número de afectados, ocu-pando del segundo al sexto lugar de la tabla 16 y, de manera global, aparece con trece entradas y con cuatro tipos de fenómenos distintos: tifón, inundación, tormenta de invierno y tormenta tropical.

India vuelve a ocupar la primera posición, como sucedía en los años 2000, 2001 y 2002, con una inundación. Junto con China, estos dos países hacen que el continente asiático sea el más castigado en el 2005, especialmente en relación al número de víctimas. Esto hace que estos lugares sean cada vez más vulnerables ya que periódicamente tienen que enfrentarse a nuevas catástrofes.

Sin embargo, los fenómenos más mediáticos son los huracanes que se producen en el continente americano, siendo los huracanes Wilma y Stan los que más han aparecido en los medios de comunicación.

Las sequías, a pesar de que siguen ocupando puestos más altos en la tabla que los huracanes según número de afectados, no tienen mucha repercusión en los medios. También llama la atención que el número de afectados de estas sequías es alto, ya que normalmente suelen estar en la parte más baja de la tabla, o ni siquiera aparecen porque registran menos del millón de afectados. Y de nuevo las sequías son en África, en países como Níger, Kenia, Burundi, Mozam-bique, Zambia y Malí. Pero es la inundación el fenómeno que más se repite en el 2005 según esta variable (suponiendo casi el 40% de las entradas registradas) y además se da en diferentes zonas geográficas, seguida en segundo lugar por las sequías y después por los tifones. Éstos son de hecho los fenómenos que más se han registrado durante todo el periodo de estudio en la variable de afectados.

Tabla 16.- Clasificación de las catástrofes más importantes que se han producido en el año 2005 teniendo en cuenta el NÚMERO DE AFECTADOS (aquellas que sobrepasan el millón)

TOP FECHA FENÓMENO PAÍS AFECTADOS MUERTOS COSTES (U$)

2 Sep 2005 Tifón Talim China 19.624.000 159 1.900.000.000

3 Jun 2005 Inundación China 16.700.000 235 2.160.000.000

4 Jun-jul 2005 Inundación China 11.230.000 58 -

5 Mar 2005 Tormenta de invierno China 8.000.000 36 300.000.000

6 Jul 2005 Sequía China 7.600.000 - -

7 Feb 2005 Inundación Pakistán 7.000.000 520 -

8 Sep 2005 Tormenta tropical Damrey China 5.719.000 25 1.040.000.000

9 Sep-oct 2005 Inundación China 4.610.000 20 239.000.000

10 Jul 2005 Sequía Níger 3.600.000 - -

11 Ene 2005 Sequía Kenia 3.500.000 27 -

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3 El quinquenio 2000-2005: un periodo de eventos catastróficos

Análisis de los desastres naturales más devastadores del planeta según los indicadores zona geográfica, año y tipo de fenómeno3.1

En la tabla 17 es muy destacable el terremoto de Pakistán, el segundo fenómeno con más muer-tos registrados en el periodo 2000-2005, por detrás del tsunami de Indonesia de 2004 y por delante del terremoto de 2001 en India. En este caso tampoco están contabilizados en EM-DATA los afectados, al igual que en el tsunami de diciembre de 2004 en el sudeste asiático. En ambos fue tal la dimensión del fenómeno que es comprensible que no se tengan datos esclarecedores sobre los mismos, principalmente sobre el volumen de población afectada.

No obstante, de nuevo son el huracán Stan y, sobre todo, el Katrina los que se convirtieron en noticia y los fenómenos que más atención recibieron por parte de los medios. Y desde luego, cuentan con un número considerable de muertos, aunque nunca comparable con la cifra de víc-timas del terremoto de Pakistán, pero es cierto que en esta ocasión coincide la importancia de la catástrofe con la visibilidad mediática de la misma. Probablemente el hecho de que el Katrina tuviera unos costes tan elevados así como el que pusiera de manifiesto las debilidades de un país como Estados Unidos, sean las razones que mejor explican esto. En efecto, el huracán Stan y el terremoto de Pakistán tuvieron bastante visibilidad en los medios, pero el huracán Katrina fue sin duda el fenómeno más sobresaliente en este sentido.

Tabla 17.- Clasificación de las catástrofes más importantes que se han producido en el año 2005 teniendo en cuenta el NÚMERO DE MUERTOS (aquellas que sobrepasan los quinientos)

TOP FECHA FENÓMENO PAÍS MUERTOS AFECTADOS COSTES (U$)

1 Oct 2005 Terremoto Pakistán 73.338 - 5.000.000.000

2 Oct 2005 Huracán Stan Guatemala 1.513 474.928 988.300.000

TOP FECHA FENÓMENO PAÍS AFECTADOS MUERTOS COSTES (U$)

12 Jul 2005 Huracán Wilma Cuba 2.500.000 16 1.400.000.000

13 Oct 2005 Tifón Longwang China 2.460.000 95 148.000.000

14Ene 2005-ene

2006Sequía Burundi 2.150.000 120 -

15 Oct-nov 2005 Inundación India 2.000.000 162 -

16 Oct 2005 Inundación India 2.000.000 19 117.000.000

17 Oct 2005 Huracán Stan México 1.954.571 15 -

18 Jul 2005 Inundación India 1.904.000. 70 -

19 May 2005 Sequía Mozambique 1.400.000 - -

20 Sep 2005 Tifón Khanun China 1.350.000 25 1.750.000.000

21 Jul-ago 2005 Inundación China 1.270.000 5 271.000.000

22 Ago 2005 Tifón Matsa(Gorio/09w) China 1.240.000 - 1.700.000.000

23 Jun-nov 2005 Sequía Zambia 1.200.000 - -

24 Jul 2005 Tifón Haitang China 1.000.000 9 261.000.000

25 Jul 2005 Inundación China 1.000.000 - -

26 Mar 2005 Sequía Malí 1.000.000 - -

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3El quinquenio 2000-2005: un periodo de eventos catastróficos

Análisis de los desastres naturales más devastadores del planeta según los indicadores zona geográfica, año y tipo de fenómeno 3.1

Paralelamente, la epidemia vuelve a aparecer en la tabla que se centra en la variable muertos y de nuevo en África (en Nigeria); es decir, que otra vez es la variable número de muertos la que marca la pauta que describe el alcance de este fenómeno.

En relación a la tabla 18, China es el país con más entradas, aunque Estados Unidos está a la cabeza según costes, por los elevados daños del Katrina que tienen un alcance excepcional en el periodo 2000-2005, al igual que el número de muertos del terremoto de Pakistán. Ambos pueden considerarse dos fenómenos muy significativos en los últimos años.

TOP FECHA FENÓMENO PAÍS MUERTOS AFECTADOS COSTES (U$)

3 Ago-sep 2005 Huracán Katrina EEUU 1.322 500.000 125.000.000.000

4 Jul-ago 2005 Inundación India 1.200 20.000.000 3.330.000.000

5 Mar 2005 Terremoto Indonesia 915 104.167 -

6 Feb 2005 Terremoto Irán 612 93.355 80.000.000

7 Feb-mar 2005 Epidemia Nigeria 561 23.575 -

8 Feb 2005 Inundación Pakistán 520 7.000.000 -

Tabla 18.- Clasificación de las catástrofes más importantes que se han producido en el año 2005 teniendo en cuen-ta los COSTES ECONÓMICOS (aquellas que sobrepasan el billón de dólares)

TOP FECHA FENÓMENO PAÍS COSTES (U$) AFECTADOS MUERTOS

1 Ago-sep 2005 Huracán Katrina EEUU 125.000.000.000 500.000 1.322

2 Sep-oct 2005 Huracán Rita EEUU 16.000.000.000 300.000 10

3 Oct 2005 Terremoto Pakistán 5.000.000.000 - 73.338

4 Jul-ago 2005 Inundación India 3.330.000.000 20.000.000 1.200

5 Jun 2005 Inundación China 2.160.000.000 16.700.000 235

6 Ago 2005 Inundación Suiza 2.100.000.000 2.500 -

7 Sep 2005 Tifón Talim China 1.900.000.000 19.624.000 159

8 Sep 2005 Tifón Khanun China 1.750.000.000 1.350.000 25

9 Ago 2005 Tifón Matsa (Gorio/09w) China 1.700.000.000 1.240.000 -

10 Dic 2004-mar 2005 Sequía Brasil 1.650.000.000 - -

11 Jul 2005 Huracán Wilma Cuba 1.400.000.000 2.500.000 16

12 Sep 2004-2005 Sequía Portugal 1.338.136.000 - -

13 Sep 2005 Tormenta tropical Damrey China 1.040.000.000 5.719.000 25

Los huracanes Wilma y Rita se suman al Katrina y al Stan como fenómenos muy mediáticos en este año. La tormenta tropical Damrey ocurrida en China también aparece en los medios. Y es que la diversidad en la zona geográfica de las catástrofes acaecidas es otra de las características del 2005 y muy especialmente en relación con la variable de costes económicos.

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Análisis de los desastres naturales más devastadores del planeta según los indicadores zona geográfica, año y tipo de fenómeno3.1

En definitiva, cada vez son más los desastres naturales y cada vez son mayores y peores sus efectos. El quinquenio estudiado refleja el incremento año tras año del número de catástrofes naturales que se producen a nivel global, siendo el 2005 uno de los años más destructivos de los últimos decenios. El 2000 ya supone un punto de inflexión respecto a los 90’, evidenciando una tendencia que se observa claramente en las tablas: la sequía y las epidemias son una constante cada vez más grave en África, las inundaciones devastan continuamente a los países asiáticos y los huracanes son cada vez más frecuentes en América. China e India son los países con mayor número de afectados por una sequía y una inundación respectivamente; sin embargo, Japón y Reino Unido son los que más pérdidas económicas sufren a causa de las inundaciones. Frente a ellos, países africanos en su mayoría y también asiáticos son castigados por las epidemias, siendo éste el fenómeno que más destaca en la tabla 2 respecto al número de muertos en el año 2000.

En el 2001 continúa esta pauta, aunque ahora los fenómenos con más afectados en China e India son mucho más diversos; India es castigada por una sucesión de inundaciones y sequías mientras que China además de éstos, sufre varios tifones. Asia es por tanto el continente con más entradas según la variable del número de afectados, pero en la tabla 5 se observa que los países africanos siguen siendo los que soportan las peores consecuencias ya que las epidemias continúan cobrándose sus impactos en vidas. Además, todas las entradas en esta tabla son de países empobrecidos frente a las que presenta la tabla 6 según la variable de costes económicos, donde los países ricos son los que peores consecuencias sufren, haciéndose visible esta vincula-ción entre variables y zonas geográficas: la dicotomía norte versus sur.

Los rasgos definitorios del año 2002 son similares a los anteriores. Los mismos países son cas-tigados por el mismo tipo de fenómenos y las consecuencias de éstos también se miden por las mismas variables. Lo más llamativo es el número de afectados de la sequía en India en julio de 2002, que es el fenómeno que registra la cifra más alta de afectados del quinquenio por detrás del tsunami de 2004 en el sudeste asiático; y es que la tabla 7 recoge en las cuatro primeras entradas fenómenos con un altísimo número de afectados: dos sequías y dos inundaciones, dán-dose una inundación y una sequía en India y China.

A diferencia de lo que venía reproduciéndose en los años anteriores, en el 2003 son los países europeos los que aparecen mayoritariamente en la tabla que responde a la variable del número de muertos, debido a la ola de calor de agosto de 2003. Francia es el país que peores conse-cuencias tiene, con casi quince mil muertes por causas de este fenómeno, pero también se ven afectados por esta ola de calor Alemania, Reino Unido y Portugal; sin ser ninguno de estos cua-tro países lo que mayores pérdidas económicas tienen, lo cual rompe la tendencia que se viene analizando en los años 2000, 2001 y 2002.

El 2004 se vincula inexorablemente con el tsunami en los países del sudeste asiático. Este ma-remoto ha sido la peor catástrofe natural en muchos años y, aunque el número final de afectados

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Análisis de los desastres naturales más devastadores del planeta según los indicadores zona geográfica, año y tipo de fenómeno 3.1

no se recoge en EM-DATA, Naciones Unidas calcula que en total hubo entre un millón y medio y dos millones de personas desplazadas, más de medio millón de heridos y decenas de miles de desaparecidos en más de una docena de países por causa del tsunami de 2004. Pero en 2004 también hubo otros fenómenos muy devastadores como el terremoto de Japón, los huracanes Jeanne, Charley, Iván o Frances, y de nuevo las inundaciones en China e India con un gran número de afectados. Lo más significativo es que en este año se alcanza la mayor cifra total de muertos de todo el periodo, siendo la tabla 13 mucho más diversa en el tipo de fenómenos que se registran que en los años anteriores.

Por último, en el 2005 aumenta el número de desastres en un 18%, siendo las inundaciones y las sequías los fenómenos que más se repiten. Las primeras aumentaron en un 57% mientras que las segundas lo hicieron en un 47%, aunque el fenómeno más costoso del año con mucha diferencia fue el huracán Katrina8 . Además, el continente americano es azotado por otros hura-canes en el mismo año: Stan, Rita y Wilma, importantes también por las variables de muertos y costes económicos. Y otro fenómeno que destaca en 2005 es el terremoto de Pakistán, que es el segundo con más víctimas mortales de todo el periodo 2000-2005.

8. Servicio de Noticias de las Naciones Unidas, 30/01/2006: “ONU destaca aumento de desastres naturales en 2005”. Disponible en: www.un.org/spanish/News/fullstorynews.asp?newsID=6196&criteria1

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3 El quinquenio 2000-2005: un periodo de eventos catastróficos

Análisis de los desastres naturales más devastadores del planeta según los indicadores zona geográfica, año y tipo de fenómeno3.1

ANÁLISIS DE LOS DESASTRES NATURALES MÁS DEVASTADORES DEL PLANETA

SEGÚN EL INDICADOR ZONA GEOGRÁFICA

• ÁFRICA •

África es el segundo continente del mundo con una extensión de más de 30.000.000 de kilóme-tros cuadrados, y con una población de más de 500.000.000 de habitantes.

El clima de África es muy rico en matices, desde el Sahara árido al fresco del Mediterráneo, o desde la Sabana seca a la Cuenca húmeda del Congo. La mayor densidad de población se da donde hay un mayor acceso al agua (costas del norte y oeste de África, valle del Nilo, regiones montañosas del este y Sudáfrica).

La mayor parte de los africanos tiene un estilo de vida rural pero la urbanización aumenta por los desplazamientos internos en busca de empleo. Uno de las mayores causas de las migraciones internas es la degradación ambiental, que se acrecienta con la desertización por la tala indiscri-minada de bosques y el pastoreo excesivo. Además, las necesidades de la población provocan conflictos sobre la utilización del suelo, que unido a otros factores como las injustas leyes del comercio internacional, el VIH/SIDA, y las epidemias, la falta de recursos e infraestructuras, las políticas agrarias inadecuadas y el cambio climático amenazan con agravar la crisis alimentaria en África, que es la principal catástrofe del continente.

Los cultivos de cereales, hortalizas, té y café que se producen para la exportación, y que no se dan en todos los territorios, se limitan por los fenómenos naturales adversos como las sequías y las plagas, que suponen una merma a una de las principales fuentes de riqueza del continente: la agricultura.

En el continente africano, según la variable número de afectados, los tres primeros fenómenos de la tabla se distancian considerablemente del resto. Casi todas las entradas en relación con esta variable son sequías, por lo que es evidente que en estos países es urgente la intervención a través de proyectos de cooperación para frenar cuanto sea posible las causas y efectos de dicho fenómeno. Sólo una de las catástrofes registradas en la tabla 19 es causada por una inundación (en Mozambique), y ésta es precisamente la única entrada cuantificada en costes, es decir, justo la entrada que no es una sequía. Y además, sólo ésta de las diecinueve entradas de la tabla, va a aparecer en la tabla siguiente en relación con la variable número de muertos.

Por tanto, las catástrofes estructurales (catástrofes de inicio lento), como es el caso de las se-quías, casi no nos ofrecen datos sobre los efectos perversos que tienen estas catástrofes para la población, sin embargo son las sequías los fenómenos menos visibles para la opinión pública internacional, especialmente si éstas suceden en África.

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Análisis de los desastres naturales más devastadores del planeta según los indicadores zona geográfica, año y tipo de fenómeno 3.1

Tabla 19.- Clasificación de las catástrofes más importantes que se han producido en el continente africano teniendo en cuenta el NÚMERO DE AFECTADOS (aquellas que sobrepasan el millón)

TOP PAÍS FENÓMENO FECHA AFECTADOS MUERTOS COSTES (U$)

1 Kenia Sequía Dic 99-2002 23.000.000 85 -

2 Sudáfrica Sequía Ene 2004 15.000.000 - -

3 Etiopía Sequía 2003-2004 12.600.000 - -

4 Zimbawe Sequía Mar 2001-2003 6.000.000 - -

5 Mozambique Inundación Ene-mar 2000 4.500.000 800 419.200.000

6 Níger Sequía Jul 2005 3.600.000 - -

7 Níger Sequía Abr 2001-2002 3.584.558 - -

8 Kenia Sequía Ene 2005 3.500.000 27 -

9 Malawi Sequía Feb 2002 2.829.435 500 -

10 Kenia Sequía Jul 2004 2.300.000 - -

11 Eritrea Sequía Oct 99-2003 2.300.000 - -

12 Burundi Sequía Ene 2005-ene 2006 2.150.000 120 -

13 Sudán Sequía Ene 2000-2001 2.000.000 - -

14 Tanzania Sequía Ago 2003-2004 1.900.000 - -

15 Mozambique Sequía May 2005 1.400.000 - -

16 Zambia Sequía Jun-nov 2005 1.200.000 - -

17 Somalia Sequía Ene 2000-2001 1.200.000 21 -

18 Malí Sequía Mar 2005 1.000.000 - -

19 Mauritania Sequía Abr 2001-2003 1.000.000 - -

De hecho, las sequías registradas en la tabla 19 afectan a varias regiones del continente africano, desde países del África del Este (la sequía en Kenia que está en la primera posición de la tabla o la de Burundi, que se alarga hasta el 2006) hasta países como Sudán en el Valle del Nilo, pasando por la región Sudtropical (Zimbawe, Mozambique, Malawi o Zambia) o por los países del Nordeste del continente africano (Etiopía o Somalia) entre otros. En consecuencia, África se ve afectada por un proceso continuo de sequías, un proceso cada vez más grave ya que se cuen-tan por millones las personas que sufren las secuelas de este fenómeno que está convirtiendo al continente más pobre del mundo en una de las zonas más afectadas por la desertificación del terreno a nivel global.

Pero, ¿por qué se dan continuamente estas sequías en África? Lógicamente, por causas natura-les, pero también por causas humanas. En efecto, el cambio climático con el aumento progresivo de las temperaturas está teniendo consecuencias muy negativas para todos estos países que se enfrentan por periodos de varios años a las sequías; pero se intensifica el fenómeno por la mano del hombre ya que la tala masiva de árboles o los cultivos intensivos de los terrenos se convierten en un factor muy perjudicial para el equilibrio medioambiental, incrementando su deterioro y potenciando los efectos del cambio climático.

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3 El quinquenio 2000-2005: un periodo de eventos catastróficos

Análisis de los desastres naturales más devastadores del planeta según los indicadores zona geográfica, año y tipo de fenómeno3.1

Tabla 20.- Clasificación de las catástrofes más importantes que se han producido en el continente africano teniendo en cuenta el NÚMERO DE MUERTOS (aquellas que sobrepasan los quinientos)

TOP PAÍS FENÓMENO FECHA MUERTOS AFECTADOS COSTES (U$)

1 Argelia Terremoto May 2003 2.266 - 5.000.000.000

2 Zaire/Congo Epidemia Dic 2002 2.000 500.000 -

3 Burkina Faso Epidemia Ene-abr 2001 1.525 9.372 -

4 Burkina Faso Epidemia Feb-may 2002 1.447 11.140 -

5 Burkina Faso Epidemia Ene-abr 2003 1.058 7.146 -

6 Argelia Inundación Nov 2001 921 2.285 -

7 Madagascar Epidemia Mar 99-mar 2000 860 15.173 -

8 Mozambique Inundación Ene-mar 2000 800 4.500.000 419.200.000

9 Marruecos Terremoto Feb 2004 628 - 400.000.000

10 Malawi Epidemia Oct 2001-mar 2001 609 21.414 -

11 Chad Epidemia Dic 2000-mar 2001 607 5.173 -

12 Chad Epidemia Ene 2000 602 4.500 -

13 Nigeria Epidemia Feb-mar 2005 561 23.575 -

14 Burkina Faso Epidemia Ene-mar 2004 527 2.783 -

15 Malawi Epidemia Oct 2001 502 17.352 -

16 Zaire/Congo Epidemia Nov 2001-mar 2002 502 6.099 -

17 Malawi Sequía Feb 2002 500 2.829.435 -

La población de estos países vive básicamente del pastoreo y de la agricultura, y estos largos periodos de sequía dificultan su supervivencia. Por lo tanto, las consecuencias de las sequías se agravan cuando éstas se alargan significativamente en el tiempo, porque esto hace que se inten-sifique la hambruna y la situación de extrema pobreza que soporta la población sudsahariana, incrementando así su vulnerabilidad ante otro tipo de fenómenos y haciéndola aún más débil frente a nuevas catástrofes.

Esto explicaría que las epidemias sean especialmente trágicas en muchos de estos países afri-canos (debido a múltiples factores: extrema vulnerabilidad de esta población, crisis alimentaria que viven, sucesión de periodos largos de sequías, calentamiento de la atmósfera por causa del cambio climático, etc.). Así, en la tabla 20 se muestra una relación muy precisa que se podría plasmar muy claramente de la siguiente manera:

África Epidemias Muertos

De tal modo que la intervención de los agentes de la Acción Humanitaria es urgente en muchos países de África, como por ejemplo en Burkina Faso donde, como se observa en la tabla, las epidemias se suceden cada año (y en el mismo periodo anual: enero-mayo). Por ello, el fomento de programas de salud en Cooperación al Desarrollo es primordial.

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Análisis de los desastres naturales más devastadores del planeta según los indicadores zona geográfica, año y tipo de fenómeno 3.1

Tabla 21.- Clasificación de las catástrofes más importantes que se han producido en el continente africano teniendo en cuenta los COSTES ECONÓMICOS (aquellas que sobrepasan el billón de dólares)

TOP PAÍS FENÓMENO FECHA COSTES (U$) AFECTADOS MUERTOS

1 Argelia Terremoto May 2003 5.000.000.000 - 2.266

• AMÉRICA •

El lado opuesto a esto último que se ha comentado es el continente americano donde general-mente se computan todas las variables. Y otra correlación a la que se puede aludir es la tipología de los fenómenos según de qué continente se trate, de tal manera que si en África se ha hablado principalmente de sequías y epidemias como los fenómenos más repetidos y más dañinos para la población de ese continente, en América son los huracanes los fenómenos que más se dan a tenor de las tablas siguientes, siendo todos éstos además muy mediáticos, justo lo contrario de lo que sucede con las sequías y las epidemias en África.

América es el tercer continente del mundo con una extensión de más de 42.000.000 de kiló-metros cuadrados, con dos zonas claramente diferenciadas: América del norte, que es la franja de territorio que se sitúa en el hemisferio norte e incluye desde Groenlandia hasta las islas del Caribe; y América del Sur que se extiende desde Colombia hasta Argentina.

Las extensas y fértiles tierras del continente permiten que la economía americana se beneficie de un sector agrícola y ganadero importante con plantaciones de tabaco, algodón, cereales, café, cacao, caña de azúcar; el cultivo de frutas y hortalizas, y la ganadería ovina, porcina, y bovina fundamentalmente; así como el sector pesquero en las zonas costeras.

Pero curiosamente la primera posición en la tabla con relación al número de muertos es el te-rremoto de Argelia y no una epidemia, y aunque es un país africano, no se localiza en una zona sudsahariana, que son los dos condicionantes que se vienen manejando en la tabla 20, por lo que este terremoto es algo excepcional respecto a lo que se ha comentado hasta el momento. Y precisamente éste es el único fenómeno registrado en la tabla 21 con relación a la variable costes económicos. Es evidente que en África, y de manera muy específica en los países sudsaharianos, no se cuentan los daños por valor económico, sino por vidas, ya que son países tremendamen-te empobrecidos y que salen de estas catástrofes naturales con más y mayores debilidades si cabe.

Por último, hay que señalar que en las tablas de África generalmente no están disponibles los datos de las tres variables (número de víctimas, afectados y muertos, y costes); a excepción de la inundación de Mozambique en el 2000 de la que sí se tienen todos estos datos, siendo con-siderablemente elevados.

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Análisis de los desastres naturales más devastadores del planeta según los indicadores zona geográfica, año y tipo de fenómeno3.1

La población de Norteamérica se concentra sobre todo en la costa atlántica y pacífica, donde se han desarrollado grandes núcleos urbanos en torno a San Francisco, San Diego, Boston, Washington, Toronto y Montreal, la región de México, Centroamérica y Caribe que, a pesar de la limitación de espacio, alcanza una gran densidad de población.

La mitad de la población de Sudamérica vive en Brasil, aunque la tendencia demográfica más importante de los últimos tiempos ha sido las migraciones internas, conformándose grandes núcleos poblacionales en torno a capitales como Bogotá, Buenos Aires, Caracas, Lima, Río de Janeiro y Sao Paulo.

Las desigualdades socioeconómicas crean una brecha estructural entre los grandes terratenien-tes y la población de los barrios periféricos de las ciudades, entre las zonas urbanas y las zonas rurales; y diferencias entre los países del Cono Sur, que tienen unos mayores niveles de renta frente a los países andinos, o Canadá y Estados Unidos que disfrutan de un alto nivel de vida en contraposición con los vecinos de Centroamérica y Caribe. Éstos padecen empobrecimiento y una situación más desfavorecida, siendo Haití el país más pobre de todo el continente, donde la degradación ambiental está dejando huella por la influencia de la mano del hombre en la deforestación y destrucción de la selva. La Cuenca del Amazonas es una de las últimas grandes áreas vírgenes del planeta, que se está viendo amenazada por el uso inadecuado de técnicas agrarias y la explotación inadecuada de sus recursos naturales. En Ciudad de México los niveles de contaminación están haciendo estragos, y se pueden considerar como uno de los mayores del mundo; pero la industria y la minería también amenazan a las costas de Alaska donde los derrames de petróleo están acabando con las reservas pesqueras.

Además de la degradación ambiental y del calentamiento global, las condiciones climáticas extremas del continente americano, que pasan del frío de Groenlandia, Alaska y Canadá a las zonas desérticas del suroeste de los Estados Unidos o a las zonas tropicales en el sureste, Cen-troamérica y Caribe (proclives a los huracanes), provocan que los fenómenos naturales propios de cada zona azoten con virulencia y desencadenen las catástrofes.

Así, el 50% de los fenómenos registrados en la tabla 22 son huracanes, en la tabla 23 suponen el 60% y en la tabla 24 casi la mitad de las entradas también son por este mismo fenómeno. Respecto a la primera de estas tablas, lo que más llama la atención son las fechas de las entra-das, ya que de las seis que se recogen, la mitad se dan en el año 2001 y de las tres restantes, dos son en el 2005. Precisamente, estos dos años son los que registran un mayor número de catástrofes a lo largo de este quinquenio.

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3El quinquenio 2000-2005: un periodo de eventos catastróficos

Análisis de los desastres naturales más devastadores del planeta según los indicadores zona geográfica, año y tipo de fenómeno 3.1

Tabla 22.- Clasificación de las catástrofes más importantes que se han producido en el continente americano tenien-do en cuenta el NÚMERO DE AFECTADOS (aquellas que sobrepasan el millón)

TOP PAÍS FENÓMENO FECHA AFECTADOS MUERTOS COSTES (U$)

1 Cuba Huracán Michelle Nov 2001 5.900.000 5 87.000.000

2 Cuba Huracán Wilma Jul 2005 2.500.000 16 1.400.000.000

3 México Huracán Stan Oct 2005 1.954.571 15 -

4 Perú Ola de calor Ju-ago 2003 1.839.888 339 -

5 El Salvador Terremoto Ene 2001 1.329.806 884 1.500.000.000

6 Brasil Sequía Jun 2001 1.000.000 - -

Tabla 23.- Clasificación de las catástrofes más importantes que se han producido en el continente americano tenien-do en cuenta el NÚMERO DE MUERTOS (aquellas que sobrepasan los quinientos)

TOP PAÍS FENÓMENO FECHA MUERTOS AFECTADOS COSTES (U$)

1 Haití Huracán Jeanne Sep 2004 2.754 298.926 21.000.000

2 Haití Inundación May-jun 2004 2.665 31.130 -

3 Guatemala Huracán Stan Oct 2005 1.513 474.928 988.300.000

4 EEUU Huracán Katrina Ago-sep 2005 1.322 500.000 125.000.000.000

5 El Salvador Terremoto Ene 2001 884 1.329.806 1.500.000.000

Por otro lado, destaca el elevado número de afectados en Cuba por el Huracán Michelle con 5.900.000 personas que sufren sus efectos, lo cual supone prácticamente la mitad de la pobla-ción que tiene este país, que se situa en torno a los 12.000.000 de habitantes.

Paralelamente, Haití ocupa las dos primeras entradas de la tabla número 23 por motivo de dos fenómenos diferentes (huracán e inundación), ambos en el mismo año, el 2004. Por tanto, ésta es una zona del Caribe bastante castigada, teniendo en cuenta además que Haití es uno de los países más pobres del planeta y el más pobre del continente americano, por lo que los impactos de las catástrofes son aquí mayores, así como sus costes económicos.

Las áreas más castigadas del continente americano son Norteamérica , y Centroamérica y Cari-be, y en menor medida Sudamérica, teniendo en cuenta las diferencias entre estas zonas por su densidad de población, infraestructuras y nivel de vulnerabilidad. De tal modo que la lectura de los daños tanto de víctimas como de costes económicos es diferente, así como el impacto en los medios de comunicación, según se produzcan en zonas ricas o empobrecidas.

En esta ocasión coinciden los fenómenos más mediáticos de todo el periodo con aquéllos que implican mayores pérdidas económicas, siendo en este caso el huracán Katrina el fenómeno más sobresaliente. En efecto, el fenómeno que más se repite según la variable de costes son los huracanes y todos ellos son muy atractivos para los medios de comunicación.

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3 El quinquenio 2000-2005: un periodo de eventos catastróficos

Análisis de los desastres naturales más devastadores del planeta según los indicadores zona geográfica, año y tipo de fenómeno3.1

Tabla 24.- Clasificación de las catástrofes más importantes que se han producido en el continente americano teniendo en cuenta los COSTES ECONÓMICOS (aquellas que sobrepasan el billón de dólares)

TOP PAÍS FENÓMENO FECHA COSTES (U$) AFECTADOS MUERTOS

1 EEUU Huracán Katrina Ago-sep 2005 125.000.000.000 500.000 1.322

2 EEUU Huracán Rita Sep-oct 2005 16.000.000.000 300.000 10

3 EEUU Huracán Jeanne Sep 2004 7.000.000.000 40.000 6

4 EEUU Huracán Charley Ago 2004 6.800.000.000 30.000 16

5 EEUU Huracán Iván Sep 2004 6.000.000.000 - 52

6 EEUU Huracán Alison Jun 2001 6.000.000.000 60.000 33

7 EEUU Huracán Isabel Sep 2003 5.000.000.000 225.000 21

8 EEUU Tornado Mar 2003 5.000.000.000 - 6

9 EEUU Huracán Frances Sep 2004 4.400.000.000 - 2

10 EEUU Incendio natural Oct-nov 2003 3.500.000.000 - 4

11 Islas Cayman Huracán Iván Sep 2004 3.430.080.000 - 1

12 EEUU Sequía Jul-ago 2002 3.300.000.000 - -

13 EEUU Terremoto Feb 2001 2.000.000.000 - 1

4 Brasil Sequía Dic 2004-mar 2005 1.650.000.000 - -

15 El Salvador Terremoto Ene 2001 1.500.000.000 1.329.806 884

16 Cuba Huracán Wilma Jul 2005 1.400.000.000 2.500.000 16

17 Jamaica Inundación May-jun 2002 1.114.300.000 25.000 9

18 EEUU Tornado May 2004 1.100.000.000 300 4

19 EEUU Sequía Jun 2000-2002 1.100.000.000 - -

20 Argentina Inundación Abr-mayo 2003 1.028.210.000 140.000 23

21 Cuba Huracán Charley Ago 2004 1.000.000.000 202.500 4

22 EEUU Inundación Jun-jul 2002 1.000.000.000 144.000 10

Evidentemente, tanto el número de muertos como los costes del huracán Katrina son muy ele-vados tratándose de Estados Unidos, por lo que su visibilidad en los medios está más que jus-tificada.

Lo cierto es que la tabla 24 es excepcionalmente amplia para tratar entradas de costes económi-cos, y es que tan sólo Estados Unidos concentra más de dos terceras partes de los registros (15 de 22). Sólo dos de estos veintiún fenómenos aparecen en la tabla de afectados (el terremoto de El Salvador y el huracán Wilma en Cuba), y otros dos fenómenos en la tabla según el número de muertos (el terremoto de El Salvador de nuevo y el huracán Katrina). Por tanto, queda clara la diferenciación de cuáles son los países que aparecen en una u otra tabla según la variable que se tenga en cuenta. Estados Unidos predomina como el país más afectado de América si se con-sideran los daños económicos por encima de cualquier otra variable; sin embargo, si se hace un balance según el número de víctimas, son los países de Centroamérica y ciertas islas del Caribe, las grandes Antillas, las más perjudicadas por las catástrofes naturales en los últimos años.

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3El quinquenio 2000-2005: un periodo de eventos catastróficos

Análisis de los desastres naturales más devastadores del planeta según los indicadores zona geográfica, año y tipo de fenómeno 3.1

• ASIA •

Asia es el primer continente del mundo con una extensión de más de 44.000.000 de kilómetros cuadrados y con una población de más de 4.000.000.000 de habitantes.

El clima de Asia muestra marcadas diferencias regionales: un norte polar, un centro desértico y un sur tropical susceptible de sufrir ciclones y tifones, que varía de estación seca a húmeda de forma alternativa, gracias a los vientos monzones.

La agricultura es la principal actividad económica de los países asiáticos, pero el cambio climá-tico también está amenazando a estas regiones donde en los últimos años, los cultivos han dis-minuido en pro del desarrollo de nuevas industrias. Existen grandes diferencias entre los países que conforman Asia industrial (Japón, Singapur, Corea del Sur y Taiwán, máximos exponentes de sectores como la tecnología, la electrónica, la automovilística,…), los países de Asia central que se caracterizan por la industria pesada, la economía de China, Turquía, Tailandia, Indonesia y Malasia que han experimentado profundos cambios estructurales en sus economías, y los países del Golfo Pérsico que se han caracterizado por una agricultura de subsistencia y que han encon-trado una fuente de riqueza con la explotación de yacimientos de petróleo.

Las condiciones climáticas y del suelo no permiten los cultivos en todas las zonas. En las regio-nes más fértiles, como en los deltas de los ríos, y en las llanuras anegadas, se cultiva el arroz, que es el producto básico de la gastronomía asiática. El cultivo de trigo es también una actividad dominante, pero los cultivos comerciales para la exportación son el té de Sri Lanka y los dátiles de la península Arábiga.

Pero a pesar de la riqueza derivada del petróleo en el suroeste de Asia, y del alto nivel de vida de Japón y de la emergente economía China, existen enormes desigualdades en el continente, con el empobrecimiento de países como Nepal y Afganistán, o la superpoblación de países como India y Bangladesh.

Además, el continente asiático es una zona altamente vulnerable por los fenómenos naturales adversos que castigan duramente a muchos países de Asia, potenciando sus vulnerabilidades.

Al hablar de Asia y de catástrofes naturales hay dos países que se han visto más afectados por encima de la media: China e India. Ambos sufren la mayoría de los acontecimientos de natura-leza catastrófica y ya no sólo de los que se registran en este continente, sino de los fenómenos que se producen a nivel mundial. De este modo, no es de extrañar, aunque resulte llamativo, que China e India sean, por este orden, los dos países con más entradas registradas en la tabla 25, de tal manera que por países China suma casi el 50% de los fenómenos registrados (40 entra-das) según la variable del número de afectados; India ocupa el segundo lugar en este sentido con algo más del 20% (17 entradas); y luego ambos países están seguidos muy de lejos por Vietnam con 4 entradas en la tabla; Pakistán y Tailandia con 3 entradas; y Camboya con una menos, o sea, con 2 entradas.

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Análisis de los desastres naturales más devastadores del planeta según los indicadores zona geográfica, año y tipo de fenómeno3.1

Tabla 25.- Clasificación de las catástrofes más importantes que se han producido en el continente asiático teniendo en cuenta el NÚMERO DE AFECTADOS (aquellas que sobrepasan el millón)

TOP PAÍS FENÓMENO FECHA AFECTADOS MUERTOS COSTES (U$)

1 India Sequía Jul 2002 300.000.000 - 910.722.000

2 China Inundación Jun 2003 150.000.000 430 730.000.000

3 China Tormenta de invierno Mar 2002 100.000.000 - -

4 China Inundación Jun 2002 80.000.000 793 3.100.000.000

5 China Sequía Abr 2002 60.000.000 - -

6 India Sequía Abr 2000-2001 50.000.000 20 588.000.000

7 China Sequía Ene 2003 48.000.000 - -

8 India Inundación Jun-ago 2002 42.000.000 549 30.772.000

9 Irán Sequía Abr 99-2001 37.000.000 - 3.300.000.000

10 China Inundación Jun-ago 2004 36.000.000 730 7.000.000.000

11 China Inundación Jul 2004 33.648.000 133 1.100.000.000

Es decir, que son el Nordeste asiático junto con los países de la Península de Indochina e India y su periferia las zonas de Asia más castigadas según la variable de afectados. También es impor-tante ver por qué tipo de fenómenos son más castigadas estas zonas. Así en India, exceptuando dos casos, el resto son inundaciones, es decir, prácticamente el 90% de las catástrofes que se dan en dicho país según los valores mínimos establecidos en este estudio. Por el contrario, en China se diversifican los fenómenos naturales que se producen, dándose bastantes tifones, tormentas de invierno, sequías e igualmente inundaciones. Para ambos países este deterioro medioambiental es un problema de primer orden, haciendo de la India un país cada vez más sumido en la pobreza y siendo para China un freno al pretendido desarrollo en el crecimiento de su economía en los últimos tiempos.

Pero siguiendo con los datos más llamativos que ofrece la tabla 25, hay que señalar que sí es-tán cuantificadas todas las variables en algunas de las entradas en Asia que tienen que ver con sequías (en contraposición de lo que se observaba en las tablas referidas al continente africano). Además, hay pocos muertos con relación a la cantidad de afectados, teniendo presente la den-sidad de población de estos países.

Por otro lado, de los cinco primeros fenómenos de la tabla según la variable del número de afec-tados, cuatro se dan en el 2002 y la mayoría de éstos en China, lo que refleja que ése fue un año funesto para el país. Y junto a esto, destaca que las primeras entradas de esta tabla registran el mayor número de afectados por desastres naturales en la totalidad del periodo; es decir, se configuran como los primeros puestos del quinquenio. En definitiva, India y China por causa de inundaciones y sequías indistintamente son los países más castigados por los impactos de los desastres en el periodo 2000-2005, siendo estos dos los fenómenos que más se repiten, sobre todo las inundaciones (que suman casi el 50% de las entradas en la tabla 25).

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3El quinquenio 2000-2005: un periodo de eventos catastróficos

Análisis de los desastres naturales más devastadores del planeta según los indicadores zona geográfica, año y tipo de fenómeno 3.1

TOP PAÍS FENÓMENO FECHA AFECTADOS MUERTOS COSTES (U$)

12 India Inundación Jun-ago 2004 33.000.000 900 220.000.000

13 India Inundación Sep-oct 2000-2001 24.600.000 884 691.500.000

14 India Inundación Ago 2000 22.000.000 867 1.221.670.000

15 India Inundación Jul-ago 2005 20.000.000 1.200 3.330.000.000

16 China Inundación May 2002 20.000.000 - 943.000.000

17 China Tifón Talim Sep 2005 19.624.000 159 1.900.000.000

18 China Inundación Jun 2005 16.700.000 235 2.160.000.000

19 China Sequía Mar 2001 15.800.000 - -

20 China Sequía Abr 2000 15.000.000 - -

21 China Tifón Durian y Utor Jul 2001 14.990.000 33 2.743.000.000

22 China Inundación Jun-jul 2005 11.230.000 58 -

23 India Inundación Jul 2001 9.760.000 100 90.000.000

24 China Tifón Rananim Ago 2004 8.590.000 188 2.190.000.000

25 China Inundación Sep 2004 8.240.000 222 471.000.000

26 China Tormenta de invierno Mar 2005 8.000.000 36 300.000.000

27 China Sequía Jul 2005 7.600.000 - -

28 China Tifón Imbudo Jul 2003 7.400.000 20 -

29 Pakistán Inundación Feb 2005 7.000.000 520 -

30 China Tifón Sinlaku Sep 2002 7.000.000 17 144.000.000

31 India Inundación Ago 2001 7.000.000 158 26.000.000

32 China Inundación Ago 2002 6.340.000 165 540.000.000

33 China Tormenta tropical Damrey Sep 2005 5.719.000 25 1.040.000.000

34 China Inundación Ago 2002 5.250.000 16 -

35 Tailandia Sequía Feb 2002 5.000.000 - 2.300.000

36 China Sequía Abr 2000 5.000.000 - -

37 Vietnam Inundación Jul 2000 5.000.000 460 251.000.000

38 India Inundación Jun 2003 4.550.000 142 -

39 India Terremoto Ene 2001 4.365.000 20.005 2.623.000.000

40 China Inundación May 2003 4.360.000 38 160.000.000

41 China Inundación Sep-oct 2005 4.160.000 20 239.000.000

42 China Sequía Jun-oct 2002 3.660.000 - 1.210.000.000

43 Camboya Inundación Jul-ago 2000 3.480.000 347 100.000.000

44 Tailandia Inundación Oct 2002 3.289.358 154 35.827.000

45 China Sequía Jul 2003 3.000.000 - -

46 India Inundación Ag-oct 2003 3.000.000 67 169.000.000

47 India Inundación Jun 2000 3.000.000 20 -

48 Tajikstán Sequía May 2000-2001 3.000.000 - 57.000.000

49 China Tifón Chebi Jun 2001 2.895.000 125 473.000.000

50 India Inundación Sep 2001 2.800.000 48 26.000.000

51 Afganistán Sequía May 2000-2002 2.580.000 37 -

52 Tailandia Inundación Jul 2000 2.500.000 47 51.050.000

53 China Tormenta de invierno Ene-feb 2001 2.496.773 49 473.000.000

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3 El quinquenio 2000-2005: un periodo de eventos catastróficos

Análisis de los desastres naturales más devastadores del planeta según los indicadores zona geográfica, año y tipo de fenómeno3.1

TOP PAÍS FENÓMENO FECHA AFECTADOS MUERTOS COSTES (U$)

54 Bangladesh Inundación Sep-oct 2000 2.467.138 31 500.000.000

55 China Tifón Longwang Oct 2005 2.460.000 95 148.000.000

56 China Tifón Wukong Sep 2000 2.400.000 47 -

57 Pakistán Sequía Nov 99-2003 2.200.000 143 247.000.000

58 India Inundación Oct-nov 2005 2.000.000 162 -

59 India Inundación Oct 2005 2.000.000 19 117.000.000

60 India Inundación Jul 2005 1.904.000 70 -

61 China Inundación Jun 2001 1.760.000 29 78.000.000

62 China Terremoto Ene 2000 1.760.000 7 73.500.000

63 China Tifón Nepartak Nov 2003 1.720.000 - 196.938.000

64 Camboya Inundación Ago-nov 2001 1.699.182 56 15.000.000

65 Vietnam Inundación Nov 2001 1.570.270 310 59.000.000

66 China Inundación Jul-ago 2002 1.500.000 - -

67 Camboya Inundación Ago-nov 2002 1.470.000 29 -

68 China Tifón Khanun Sep 2005 1.350.000 25 1.750.000.000

69 Vietnam Sequía May 2002 1.300.000 - 200.000.000

70 China Inundación Jul-ago 2005 1.270.000 5 271.000.000

71 Pakistán Inundación Jul 2003 1.265.767 230 -

72 China Terremoto Jul 2003 1.250.000 16 75.000.000

73 Irán Inundación Ago 2001 1.200.000 412 78.800.000

74 Vietnam Inundación Sep 2002 1.138.200 82 23.900.000

75 Filipinas Tifón Utor Jul 2001 1.091.943 223 37.000.000

76 Filipinas Tormenta tropical Lingling Nov 2001 1.060.000 290 22.700.000

77 Filipinas Tifón Aere Ago 2004 1.058.849 35 -

78 China Tifón Haitang Jul 2005 1.000.000 9 261.000.000

79 China Inundación Jul 2005 1.000.000 - -

80 Sri Lanka Sequía Sep 2001-2002 1.000.000 - -

81 Rusia Sequía 2003 1.000.000 - -

Continuando con los datos del continente asiático y en base a la variable del número de muer-tos, se observa que las primeras entradas de la tabla 26 registran el mayor número de víctimas mortales por desastres naturales en la totalidad del periodo; es decir, se configuran como los más importantes del quinquenio en este sentido. Así, el tsunami en Indonesia en 2004 es el fenómeno con mayor número de muertos de este periodo con una cifra de muertos desorbitada, seguido por el terremoto de Pakistán de 2005 y por los terremotos de Irán e India en el 2003 y 2001 respectivamente. Por lo tanto, éstos son los países más castigados por los desastres según el balance de víctimas y siendo tres de ellos terremotos (desde luego, un tipo de fenómeno que se suele cobrar su impacto en vidas y altos costes por los cuantiosos daños materiales que conlleva) y el primero de todos, el tsunami, un fenómeno ocasional, de los que no se repiten con mucha frecuencia pero con un balance final nefasto para la población que lo sufre, como sucedió en el 2004 en el sudeste asiático.

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3El quinquenio 2000-2005: un periodo de eventos catastróficos

Análisis de los desastres naturales más devastadores del planeta según los indicadores zona geográfica, año y tipo de fenómeno 3.1

Tabla 26.- Clasificación de las catástrofes más importantes que se han producido en el continente asiático teniendo en cuenta el NÚMERO DE MUERTOS (aquellas que sobrepasan los quinientos)

TOP PAÍS FENÓMENO FECHA MUERTOS AFECTADOS COSTES (U$)

1 Indonesia Tsunami Dic 2004 165.708 - 4.451.600.000

2 Pakistán Terremoto Oct 2005 73.388 - 5.000.000.000

3 Irán Terremoto Dic 2003 26.796 200.000 1.000.000.000

4 India Terremoto Ene 2001 20.005 4.365.000 2.623.000.000

5 India Tsunami Dic 2004 16.389 647.599 1.022.800.000

6 Tailandia Tsunami Dic 2004 8.345 58.550 405.200.000

7 Afganistán Epidemia Abr 2002 2.500 - -

8 Filipinas Tormenta tropical Winnie Nov 2004 1.619 880.000 78.200.000

9 India Ola de calor May-jun 2003 1.210 - 400.000.000

10 India Inundación Jul-ago 2005 1.200 20.000.000 3.330.000.000

11 India Ola de calor May 2002 1.030 - -

12 Afganistán Terremoto Mar 2002 1.000 80.000 -

13 Indonesia Terremoto Mar 2005 915 104.167 -

14 India Ola de calor Dic 2002 900 - -

15 India Inundación Jun-ago 2004 900 33.000.000 220.000.000

16 India InundaciónSep 2000-oct

2001884 24.600.000 691.500.000

17 India Inundación Ago 2000 867 22.000.000 1.221.670.000

18 China Inundación Jun 2002 793 80.000.000 3.100.000.000

19 China Inundación Jun-ago 2004 730 36.000.000 7.000.000.000

20 Bangladesh Ola de calor Dic 2002 700 50.000 -

21 Indonesia Epidemia Ene-abr 2004 658 58.301 -

22 Irán Terremoto Feb 2005 612 93.355 80.000.000

23 India Inundación Jun-ago 2002 549 42.000.000 30.772.000

24 Pakistán Inundación Feb 2005 520 7.000.000 -

25 Afganistán Epidemia Ene 2000 507 - -

Aparte de éstos (y teniendo en cuenta que el tsunami de 2004 está contabilizado en la tabla por países), los fenómenos que más han castigado a la población y que han conllevado mayor número de víctimas han sido las olas de calor que se repiten con cuatro entradas (tres de ellas en India en el mismo año, el 2002).

India es el país más afectado por número de muertos del continente asiático, con el 40% de las entradas (10 de 25), superando a China en esta ocasión, con sólo dos entradas en esta tabla. De este modo, se invierten los papeles de estos dos países con respecto a la tabla anterior. De esto se deduce que India es el país más vulnerable del continente asiático ya que, mientras que China es el que tiene más afectados a nivel general, es India sin embargo el país que padece más fenómenos con víctimas mortales.

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3 El quinquenio 2000-2005: un periodo de eventos catastróficos

Análisis de los desastres naturales más devastadores del planeta según los indicadores zona geográfica, año y tipo de fenómeno3.1

Sin embargo, según los costes económicos de las catástrofes en Asia (tabla 27), es Japón el país que ocupa las dos primeras entradas en la tabla. Llama la atención la elevada cifra de los costes del terremoto en Japón que ocupa el primer lugar con una cuantificación de 28 billones de dólares, y que se desmarca significativamente de las siguientes entradas.

Evidentemente, los daños ocasionados en Japón son muy cuantiosos, ya que posee las infra-estructuras más modernas y los mayores avances tecnológicos en este continente. De hecho, junto a Estados Unidos y la Unión Europea conforman un triángulo estratégico en las relaciones comerciales mundiales. Por ello, tras una catástrofe de las características de un terremoto, la reconstrucción de las infraestructuras básicas dispara los costes respecto a cualquier otro lugar.

Tabla 27.- Clasificación de las catástrofes más importantes que se han producido en el continente asiático teniendo en cuenta los COSTES ECONÓMICOS (aquellas que sobrepasan el billón de dólares)

TOP PAÍS FENÓMENO FECHA COSTES (U$) AFECTADOS MUERTOS

1 Japón Terremoto Oct 2004 28.000.000.000 59.000 40

2 Japón Inundación Sep 2000 7.440.000.000 360.000 18

3 China Inundación Jun-ago 2004 7.000.000.000 36.000.000 730

4 China Tifón Songda Sep 2004 6.000.000.000 40.000 41

5 India Tifón Prapiroon Ago-sep 2000 6.000.000.000 480.000 46

6 China Tifón Maemi Sep 2003 5.500.000.000 65.000 130

7 Pakistán Terremoto Oct 2005 5.000.000.000 - 73.388

8 China Inundación Jul-ago 2003 4.830.000.000 - 30

9 Indonesia Tsunami Dic 2004 4.451.600.000 165.708 -

10 India Inundación Jul-ago 2005 3.330.000.000 20.000.000 1.200

11 Irán Sequía Abr 99-2001 3.300.000.000 37.000.000 -

12 China Inundación Jun 2002 3.100.000.000 80.000.000 793

13 China Tifón Durian y Utor Jul 2001 2.743.000.000 14.990.000 33

14 India Terremoto Ene 2001 2.623.000.000 4.365.000 20.005

15 China Inundación Ago-nov 2003 2.440.000.000 - 123

16 China Tifón Tokage Oct 2004 2.300.000.000 84.450 89

17 China Tifón Rananim Ago 2004 2.190.000.000 8.590.000 188

18 China Inundación Jun 2005 2.160.000.000 16.700.000 235

19 China Tifón Chaba Ago 2004 2.000.000.000 180.000 16

20 China Inundación Jul 2004 1.950.000.000 20.000 21

21 China Tifón Talim Sep 2005 1.900.000.000 19.624.000 159

22 China Tifón Khanun Sep 2005 1.750.000.000 1.350.000 25

23 China Tifón Matsa Ago 2005 1.700.000.000 1.240.000 -

24 India Inundación Ago 2000 1.221.670.000 22.000.000 867

25 China Sequía Jun-oct 2002 1.210.000.000 3.660.000 -

26 China Inundación Jul 2004 1.100.000.000 33.648.000 133

2 China Tormenta tropical Damrey Sep 2005 1.040.000.000 5.719.999 25

28 India Tsunami Dic 2004 1.022.800.000 647.599 16.389

29 Irán Terremoto Dic 2003 1.000.000.000 200.000 26.796

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3El quinquenio 2000-2005: un periodo de eventos catastróficos

Análisis de los desastres naturales más devastadores del planeta según los indicadores zona geográfica, año y tipo de fenómeno 3.1

A pesar de todo, China es nuevamente el país que más veces aparece, con 18 entradas de un total de 29 (más del 60%), siendo por tanto el más afectado por la variable de los costes totales del continente (al igual que sucedía con la variable de afectados) por fenómenos como inunda-ciones y tifones.

Y es que tanto Japón como China han alcanzado una categoría de primer orden en la economía asiática y también en la economía mundial. Aunque Japón a un nivel mayor, ambos países se han convertido en las últimas décadas en potencias económicas de gran trascendencia en las relaciones transnacionales9, desempeñando un papel básico en el mercado bursátil y el comercio internacional. Todo ello les ha llevado a protagonizar más de un conflicto de intereses con Es-tados Unidos. En consecuencia, los impactos económicos de cualquier fenómeno de naturaleza catastrófica alcanzan aquí altos costes.

• EUROPA •

Europa es el segundo continente más pequeño del mundo con una extensión de más de 10.000.000 de kilómetros cuadrados; con una diversidad física, de actividades y de sectores económicos que contrasta con su superficie.

La riqueza de Europa se gestó a partir del desarrollo industrial y la explotación colonial durante el siglo XIX. El continente está densamente poblado, y el nivel de vida y de bienestar en Europa occidental es de los más altos del mundo.

Claramente, el Viejo Continente no sufre los grandes acontecimientos catastróficos que se están analizando en este estudio, ni tampoco sus peores efectos. Pero está muy expuesto a una serie de fenómenos naturales muy característicos en esta zona geográfica como son las inundaciones, los incendios naturales, las sequías y, sobre todo, las temperaturas extremas, a lo que Europa es especialmente sensible. De hecho, este último tipo de fenómeno, ya sea en un extremo o en otro, es el que se recoge en las tablas relacionadas con el balance de víctimas. Por supuesto, los países europeos tienen sistemas de prevención y actuación establecidos, y asimismo disponen de medios para hacer frente a las situaciones de emergencia. Sin embargo, tanto las tormentas de invierno como las olas de calor (con especial incidencia en los países de centro Europa) suelen dejar huella cada año con un número significativo de víctimas. De este modo, en Europa central, las características del clima hacen necesaria la adecuación de los hogares y lugares de trabajo para combatir las altas y bajas temperaturas (principalmente las segundas), siendo siempre los colectivos desfavorecidos y/o débiles los más vulnerables a estas temperaturas extremas (es decir, ancianos, niños y enfermos).

9. Hay que recordar que Japón en el año 2008 es la segunda potencia económica mundial por detrás de Estados Unidos y por delante de Alemania, y que China llegó a ocupar durante una etapa de enorme expansión comercial e industrial el cuarto puesto en esta lista de las economías más poderosas del mundo.

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Análisis de los desastres naturales más devastadores del planeta según los indicadores zona geográfica, año y tipo de fenómeno3.1

Tabla 28.- Clasificación de las catástrofes más importantes que se han producido en el continente europeo teniendo en cuenta el NÚMERO DE AFECTADOS (aquellas que sobrepasan el millón)

TOP PAÍS FENÓMENO FECHA AFECTADOS MUERTOS COSTES (U$)

1 República de Moldavia Tormenta de invierno Nov 2000 2.600.000 - 31.600.000

Tabla 29.- Clasificación de las catástrofes más importantes que se han producido en el continente europeo teniendo en cuenta el NÚMERO DE MUERTOS (aquellas que sobrepasan los quinientos)

TOP PAÍS FENÓMENO FECHA MUERTOS AFECTADOS COSTES (U$)

1 Francia Ola de calor Ago 2003 14.947 - 4.400.000.000

2 Alemania Ola de calor Ago 2003 5.250 - 1.650.000.000

3 Reino Unido Ola de calor Ago 2003 2.045 - -

4 Portugal Ola de calor Ago 2003 2.007 - -

5 Holanda Ola de calor Jul-ago 2003 1.200 - -

En el caso de las olas de calor hay que subrayar las cinco entradas de la tabla 29, todas ellas en 2003 en países centroeuropeos y del sur de Europa. Que todas estas entradas según la variable del número de muertos sean por un mismo fenómeno, hace necesaria la pregunta de si estamos preparados para combatir las altas temperaturas y las inclemencias del tiempo.

Destaca sobremanera la ola de calor en Francia por el elevadísimo número de fallecidos y es que, en efecto, este país suele verse afectado por este fenómeno periódicamente; pero la cifra de muertos que se alcanzó en 2003 supuso para Francia una crisis política y social importante y, sobre todo, en lo concerniente a la eficacia de los servicios sociales en dicho país.

Sin embargo, los mayores costes en Europa se producen a raíz de las inundaciones, como se observa en la tabla siguiente (el 70% de las entradas). En ésta puede apreciarse que los países más afectados por la variable de costes económicos son los de Europa central (precisamente, las zonas más ricas de Europa).Las inundaciones son un tipo de fenómeno muy frecuente y devastador, como sucede también con los terremotos. Suelen conllevar elevados costes y aún más en países desarrollados donde los daños en las infraestructuras pueden sumar altos valores económicos. Por eso, no es de ex-trañar que sea éste el fenómeno que más se repita en la tabla 30 en distintos años y en distintas zonas, porque Europa se ha visto muy afectada por las inundaciones en este quinquenio.

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3El quinquenio 2000-2005: un periodo de eventos catastróficos

Análisis de los desastres naturales más devastadores del planeta según los indicadores zona geográfica, año y tipo de fenómeno 3.1

Tabla 30.- Clasificación de las catástrofes más importantes que se han producido en el continente europeo teniendo en cuenta los COSTES ECONÓMICOS (aquellas que sobrepasan el billón de dólares)

TOP PAÍS FENÓMENO FECHA COSTES (U$) AFECTADOS MUERTOS

1 Alemania Inundación Ago 2002 11.700.000.000 330.000 27

2 Reino Unido Inundación Oct 2000 5.900.000.000 1.000 -

3 Francia Ola de calor Ago 2003 4.400.000.000 - 14.947

4 Suiza Inundación Ago 2005 2.100.000.000 2.500 -

5 Austria Inundación Ago 2002 2.046.707.000 60.000 7

6 República Checa Inundación Abr-nov 2002 2.000.000.000 200.000 18

7 Alemania Ola de calor Ago 2003 1.650.000.000 - 5.250

8 Francia Inundación Dic 2003 1.500.000.000 27.000 9

9 Portugal Sequía Sep 2004-2005 1.338.136.000 - -

10 Francia Inundación Sep 2002 1.190.000.000 2.500 23

• OCEANÍA •

Oceanía ocupa una superficie de más de 11.000.000 de kilómetros cuadrados e incorpora Aus-tralia, Nueva Zelanda, Papua Nueva Guinea y la Micronesia (que es un pequeño grupo de islas esparcidas por el Pacífico que forman parte de la misma zona volcánica, cuentan con escasos recursos, dependen de la ayuda internacional y cuya población emigra a Nueva Zelanda buscan-do el estilo de vida occidental).

Nueva Zelanda comprende dos islas grandes y muchas pequeñas. La isla del norte ofrece una variedad ganadera, de cultivos de cereales y hortalizas y frutas que se exportan, lo que contri-buye a la consolidación económica de la zona. Sin embargo, en Papua Nueva Guinea se da una agricultura de subsistencia y los ingresos dependen de la exportación del coco y de la pesca.

Este continente está poco poblado, y las zonas costeras donde habita la mayoría de la población son cálidas y húmedas, a diferencia de Australia que, a pesar de contar con una región muy industrializada con ciudades como Sydney, Melbourne y Canberra (densamente pobladas), tiene un clima continental con temperaturas diurnas altas y sequías frecuentes. Esta situación dificulta el desarrollo del sector ganadero y agrícola, principales fuentes de riqueza del país.

Oceanía sólo aparece representada en este estudio por un único fenómeno y según la variable de costes económicos. Es una sequía que acarrea dos billones de dólares de pérdidas. Este fe-nómeno guarda una relación directa con la desertización del territorio, como ya se ha explicado anteriormente, pero hay una gran diferencia entre la cuantificación de los daños ocasionados por la sequía en Australia y otros lugares del mundo (donde no hay una cuantificación de los costes de dicho fenómeno como sucede en África).

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Análisis de los desastres naturales más devastadores del planeta según los indicadores zona geográfica, año y tipo de fenómeno3.1

Tabla 31.- Clasificación de las catástrofes más importantes que se han producido en el continente oceánico teniendo en cuenta los COSTES ECONÓMICOS (aquellas que sobrepasan el billón de dólares)

TOP PAÍS FENÓMENO FECHA COSTES (U$) AFECTADOS MUERTOS

1 Australia Sequía Abr-nov 2000 2.000.000.000 - -

Esto refleja de nuevo la dicotomía tan clara que existe entre los países ricos y los países empo-brecidos ya no sólo a la hora de enfrentarse a una catástrofe natural, sino respecto a la vulnera-bilidad tan extrema que tienen los segundos frente a fenómenos como la sequía, que en muchos países del África sudsahariana tiene efectos mortales por causas como la hambruna (que actúa como un factor de riesgo más para la población aumentando su vulnerabilidad frente a las catástrofes). Así, la sequía registrada en la tabla 31 ni siquiera aporta datos sobre número de afectados o muertos y es precisamente por esa dicotomía que se ha referido antes.

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Análisis de los desastres naturales más devastadores del planeta según los indicadores zona geográfica, año y tipo de fenómeno 3.1

En resumen, de todo lo expuesto se desprende una correlación clara respecto a los fenómenos naturales que se dan según el indicador de zona geográfica, y su repercusión en esos lugares. De tal modo que se puede establecer que en África, como continente empobrecido, el efecto de las catástrofes analizadas no puede ser en costes, sino que sus impactos se miden en vidas. Por eso, la variable de los costes económicos es un dato que la mayoría de las veces no aparece en las tablas sobre el continente africano. Sin embargo, las tablas en relación con las variables de afectados o muertos sí son extensas y, además, se distingue de manera muy nítida una división clara: África es en un 95% sequía, si se tiene en cuenta el número de afectados por las catástro-fes, mientras que si se considera el número de muertos, entonces África es epidemia (en torno al 70% de los fenómenos registrados).

Justo lo contrario sucede con el continente americano, donde las tablas por número de muertos y de afectados son mucho más reducidas siendo la de costes muy numerosa. Esto es así sobre todo por los altos costes que suman las catástrofes que se dan en Estados Unidos. Y otra característica que se desprende de las tablas respecto a América es que la mayoría de las catástrofes de las tablas 22, 23 y 24 son bastante mediáticas. Esto se debe fundamentalmente a dos motivos: pri-mero, porque en España hay una enorme sensibilidad con lo que sucede al otro lado del Atlántico por el nexo cultural existente con latinoamérica y, en segundo lugar, porque la aparición en los medios de cualquier acontecimiento que se dé en el país más rico del mundo poniendo de mani-fiesto su debilidad ante estos fenómenos, también es algo muy atractivo para los mass media. Y es que, siempre, la difusión de lo que sucede en los países desarrollados es mayor que la que se da respecto a esos mismos acontecimientos en países en vías de desarrollo.

Asia, por su parte, muestra una correspondencia clara entre país y variable analizada, de tal modo que: según la variable del número de afectados, China es el país que sobresale por encima de los demás de manera unívoca, mientras que según la variable del número de muertos, India es el país más castigado; frente a ellos, Japón se presenta como el país que peores consecuencias soporta si se analiza la variable de los costes económicos. Por lo tanto, estos tres países son los que monopolizan el análisis de los impactos de las catástrofes naturales en el continente asiático, pero puede ser engañoso si se visualiza de un modo tan simple, ya que los costes económicos para China e India son importantes. Para China porque efectivamente conllevan enormes pérdidas materiales y para la India porque soportar sucesivas inundaciones le sume cada vez más en una situación de pobreza y vulnerabilidad extremas.

Por último, respecto a Europa y Oceanía lo que resaltan son, indudablemente, los costes econó-micos que conlleva cualquier acontecimiento de este tipo, por esa dicotomía o posición enfren-tada de los países desarrollados frente a los empobrecidos. Así, en Europa y Oceanía sucede lo contrario que en África donde, como se ha dicho antes, los impactos de las catástrofes se miden en vidas. Aquí, sin embargo, los impactos se evalúan por el coste económico de los daños que conllevan estos fenómenos e, incluso, por las consecuencias políticas y sociales que pueden tener la mala gestión y la falta de previsión de este tipo de acontecimientos de naturaleza catastrófica, como ocurrió en el caso de la ola de calor sufrida en Francia en el verano del 2003.

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Análisis de los desastres naturales más devastadores del planeta según los indicadores zona geográfica, año y tipo de fenómeno3.1

ANÁLISIS DE LOS DESASTRES NATURALES MÁS DEVASTADORES DEL PLANETA

SEGÚN EL INDICADOR TIPO DE FENÓMENO

En función del inicio de las catástrofes naturales, se establece una clasificación que distingue en-tre las catástrofes coyunturales y las catástrofes estructurales. Respecto a las coyunturales, son aquéllas cuyo impacto es súbito, es decir, son catástrofes de inicio inmediato. En esta tipología están la mayoría de los fenómenos naturales de los que se viene hablando a lo largo de esta in-vestigación: terremotos, tsunamis o maremotos, tornados, inundaciones, tormentas, huracanes, olas de calor, ciclones, tifones, erupciones volcánicas, desprendimientos de tierra, avalanchas, incendios naturales e, incluso, epidemias.

Frente a éstas, las catástrofes estructurales son aquéllas que se denominan de inicio lento o crónico, como pueden ser las sequías, las hambrunas, la degradación del medio ambiente, las plagas o la desertificación. La diferenciación entre ambos grupos de fenómenos es importante, especialmente por los impactos tan distintos que pueden tener unos y otros tan sólo por ser de inicio rápido o lento. Y esto por dos motivos fundamentalmente: por una parte, porque las ca-tástrofes coyunturales o de inicio rápido suelen tener grandes impactos económicos y también altas cifras en el número de víctimas mortales, frente a las catástrofes estructurales que destacan principalmente por el elevado número de afectados que conllevan, precisamente por ese carácter de gestación lenta que las define; y, por otra parte, las coyunturales son en multitud de ocasio-nes catástrofes muy mediáticas, todo lo contrario que las estructurales que pasan inadvertidas también en multitud de ocasiones para los medios de comunicación.

CATÁSTROFES ESTRUCTURALES

• SEQUÍAS •

Tan sólo las sequías son fenómenos representativos de catástrofes de tipo estructural en esta investigación. Como se ha comentado anteriormente, las sequías son hoy día un problema global que afecta de manera muy directa a muchos países del mundo.

Con carácter general hay que decir, aunque sea brevemente, que la sequía se puede producir tanto por factores climatológicos como por causas antrópicas. Por tanto, no sólo el cambio cli-mático es el causante de estos procesos, sino que también influye la mano del ser humano, a través de la tala masiva de árboles o la siembra intensiva de terrenos cada vez más castigados sin tiempo a recuperarse, por citar sólo algunos ejemplos. Además, de manera inmediata, las sequías no son el fenómeno más costoso, pero sus consecuencias a largo plazo son cuanto me-nos muy preocupantes. ¿Por qué? Pues básicamente porque las sequías tan habituales en países empobrecidos (sobre todo aquéllas que se alargan en el tiempo, algunas durante varios años), acaban diezmando a una población a la que se le agotan los recursos naturales, aumentando la

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Análisis de los desastres naturales más devastadores del planeta según los indicadores zona geográfica, año y tipo de fenómeno 3.1

Tabla 32.- Sequías mundiales más importantes que se han producido en el periodo 2000-2005 teniendo en cuenta el NÚMERO DE AFECTADOS (aquellas que sobrepasan el millón)

TOP CONTINENTE PAÍS AÑO AFECTADOS MUERTOS COSTES (U$)

1 Asia India 2002 300.000.000 - 910.722.000

2 Asia China 2002 60.000.000 - -

3 Asia India 2000-2001 50.000.000 20 588.000.000

4 Asia China 2003 48.000.000 - -

5 Asia Irán 99-2001 37.000.000 - 3.300.000.000

6 África Kenia 99-2002 23.000.000 85 -

7 Asia China 2001 15.800.000 - -

8 Asia China 2000 15.000.000 - -

9 África Sudáfrica 2004 15.000.000 - -

10 África Etiopía 2003-2004 12.600.000 - -

11 Asia China 2005 7.600.000 - -

12 África Zimbawe 2001-2003 6.000.000 - -

13 Asia China 2000 5.000.000 - -

14 Asia Tailandia 2002 5.000.000 - 2.300.000

15 Asia China 2002 3.660.000 - 1.210.000.000

16 África Níger 2005 3.600.000 - -

17 África Níger 2001-2002 3.584.558 - -

18 África Kenia 2005 3.500.000 27 -

19 Asia Tajikstán 2000-2001 3.000.000 - 57.000.000

20 Asia China 2003 3.000.000 - -

21 África Malawi 2002 2.829.435 500 -

22 Asia Afganistán 2000-2002 2.580.000 37 -

23 África Eritrea 99-2003 2.300.000 - -

24 África Kenia 2004 2.300.000 - -

hambruna y la desertificación. Ambos son considerados por sí solos como otro tipo de catástrofes estructurales, a la vez que son una consecuencia directa de las sequías.

En la tabla 32, se constata que atendiendo a la variable del número de afectados, las sequías se concentran en Asia (que registra 18 entradas a lo largo del quinquenio) y África (con 17 en-tradas), y tan sólo una en América. Concretamente en Asia, China con ocho entradas es el país que más sufre este fenómeno en ese continente, pero es India la que ocupa el primer lugar de la tabla. En definitiva, las cinco primeras entradas son de países asiáticos, estando China e India igualmente representadas.

En general, no se dispone del número de muertos ni de los costes económicos que implican, y los escasos datos que aparecen de estas dos variables se refieren al continente asiático.

Las sequías son un tipo de fenómeno que se produce todos los años y, como se observa en esta tabla, se alarga en el tiempo.

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Análisis de los desastres naturales más devastadores del planeta según los indicadores zona geográfica, año y tipo de fenómeno3.1

Sin embargo, nuevamente al hablar de costes económicos y sequías, aparecen todos los con-tinentes excepto África; y si el análisis se hace por países, entonces los más afectados por las sequías son los países con más recursos como Estados Unidos, Australia, China, Portugal,… en los que llama la atención que no estén contabilizados ni el número de afectados ni el de muertos por causa de este fenómeno, es decir, lo contrario que para el continente africano.

También resulta llamativo que los países desarrollados hayan tenido importantes impactos eco-nómicos a causa de la sequía durante todo el periodo estudiado. Aún así, es importante insistir en la idea de que no son las sequías los fenómenos más costosos de todos los analizados; aun-que cuando se analicen en el futuro los costes indirectos producidos por el cambio climático y sus efectos, éstos sin duda serán más elevados. Además, las sequías en África no tienen la sufi-ciente trascendencia en los medios de comunicación para movilizar a la opinión pública, al igual que sucede con las epidemias o la hambruna. Es lo que se ha venido a llamar como catástrofes olvidadas o catástrofes silenciosas.

TOP PAÍS FENÓMENO FECHA AFECTADOS MUERTOS COSTES (U$)

25 Asia Pakistán 99-2003 2.200.000 143 247.000.000

26 África Burundi 2005 2.150.000 120 -

27 África Sudán 2000-2001 2.000.000 - -

28 África Mozambique 2005 1.400.000 - -

29 Asia Vietnam 2002 1.300.000 - 200.000.000

30 África Somalia 2000-2001 1.200.000 21 -

31 África Zambia 2005 1.200.000 - -

32 Asia Sri Lanka 2001-2002 1.000.000 - -

33 América Brasil 2001 1.000.000 - -

34 África Mauritania 2001-2003 1.000.000 - -

35 Asia Rusia 2003 1.000.000 - -

36 África Malí 2005 1.000.000 - -

Tabla 33.- Sequías mundiales más importantes que se han producido en el periodo 2000-2005 teniendo en cuenta el NÚMERO DE MUERTOS (aquellas que sobrepasan los quinientos)

TOP CONTINENTE PAÍS AÑO MUERTOS AFECTADOS COSTES (U$)

1 África Malawi 2002 500 2.829.435 -

Anteriormente se ha explicado lo que supone este fenómeno para el continente africano, y en qué zonas se dan estas sequías que afectan a un amplio y variado número de países sudsaha-rianos, desde el Golfo de Guinea hasta el Valle del Nilo pasando por los países de África Central y Sudtropical.

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Análisis de los desastres naturales más devastadores del planeta según los indicadores zona geográfica, año y tipo de fenómeno 3.1

Tabla 34.- Sequías mundiales más importantes que se han producido en el periodo 2000-2005 teniendo en cuenta los COSTES ECONÓMICOS (aquellas que sobrepasan el billón de dólares)

TOP CONTINENTE PAÍS AÑO COSTES (U$) AFECTADOS MUERTOS

1 Asia Irán 99-2001 3.300.000.000 37.000.000 -

2 América EEUU 2002 3.300.000.000 - -

3 Oceanía Australia 2002 2.000.000.000 - -

4 América Brasil 2004-2005 1.650.000.000 - -

5 Europa Portugal 2004-2005 1.338.136.000 - -

6 Asia China 2002 1.210.000.000 3.660.000 -

7 América EEUU 2000-2002 1.100.000.000 - -

CATÁSTROFES COYUNTURALES

En cuanto a las catástrofes de tipo coyuntural, por ser fenómenos de inicio súbito, requieren que los sistemas de ayuda y emergencia establecidos sean gestionados con la máxima inmediatez, de tal manera que es primordial la coordinación en el ámbito de la Acción Humanitaria, muy especialmente cuando se trata de actuar ante fenómenos tan devastadores como los terremotos, los huracanes o las inundaciones, donde la urgencia insta a garantizar en un primer momento la subsistencia de las personas afectadas.

• EPIDEMIAS •

El Informe Mundial sobre Desastres 2008 de La Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja se ha centrado en el VIH/SIDA10. Para esta organización “La epidemia del sida es un desastre por muchos motivos. En los países más afectados del África sudsahariana, donde la tasa de prevalencia asciende al 20 por ciento, los logros en términos de desarrollo son socavados y la esperanza de vida puede llegar a reducirse a la mitad. (…) Se ven enfrentados al estigma y con frecuencia a la penalización, mientras que su acceso a los servicios de prevención y tratamiento del VIH es ínfimo o nulo. (…) El VIH es un reto para el mundo humanitario cuya tarea consiste en mejorar la vida de las personas vulnerables y apo-yarles reforzando su capacidad y resiliencia. Los desastres, ya sean naturales o causados por el ser humano, exacerban otras fuerzas motrices de la epidemia y también pueden aumentar la vulnerabilidad a la infección”.

La magnitud del virus del VIH/SIDA en los países africanos es difícil de calcular, pero se estima que el 95% de los más de 33 millones de personas afectadas en el mundo por este virus son de países en vías de desarrollo, en torno al 70% en el África sudsahariana; y casi el 80% de las

10. Informe Mundial sobre Desastres 2008. Disponible en: www.ifrc.org/Docs/pubs/disasters/wdr2008/WDR2008-full%20report-LR.pdf

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muertes en 2007 por causa de esta pandemia se dan en países sudsaharianos11. De hecho, el SIDA es la primera causa de muerte en estos países; la hambruna, la desnutrición, la pobreza extrema,… son algunas de las razones que lo explican. Estas cifras resumen claramente que éste se ha convertido en el principal problema de la población africana, y así se pone de manifiesto en el Informe anteriormente citado, y también en el Informe de 2007 de la Situación de la epidemia de sida elaborado por ONUSIDA y la OMS12.

Sin embargo, África es castigada año tras año por otras epidemias ya extinguidas en otros lugares del mundo, y éstas son las que se reflejan en la tabla 35: sarampión, cólera, meningitis, síndro-mes diarreicos,… e incluso virus desconocidos. Todas éstas son al igual que las sequías catás-trofes olvidadas o silenciosas, prácticamente invisibles para la opinión pública internacional.

En este sentido, las epidemias son un tipo de catástrofe coyuntural ciertamente diferente, ya que en muchos casos podrían evitarse si se planificasen proyectos de Cooperación al Desarrollo en el ámbito sanitario destinados a combatir las causas que las generan. Y es que, como se aprecia en la tabla 35, las epidemias se producen todos los años y, además, algunas de ellas se alargan en el tiempo, porque se convierten en pandemias ineludiblemente unidas a la pobreza extrema, la hambruna y también a los largos periodos de sequía que sufren muchos países empobrecidos.

Así, casi la totalidad de las epidemias que se registran en este estudio se dan en África, el 80% de los casos; cuatro de estas entradas se suceden en Burkina Faso en años consecutivos (desde el 2000 hasta el 2004). Las restantes entradas también se repiten en el mismo país, de tal modo que se registran dos en Malawi, dos en Chad, dos en Congo K. (ex Zaire) y dos en Afganis-tán, ya en el continente asiático. La mayoría de los casos es por causa de la meningitis (todas las entradas de Burkina Faso y Chad), el cólera (en Zaire/Congo) o el sarampión (Afganistán).

11. Estimaciones del Programa Conjunto de Naciones Unidas sobre el VIH/SIDA (ONUSIDA) y la Organización Mundial de la Salud (OMS). Comunicado de prensa de ONUSIDA, Ginebra, 20 de noviembre de 2007: “La prevalencia mundial del VIH se ha estabilizado; el sida es una de las principales causas de mortalidad en el mundo y sigue siendo la primera causa de defunción en África”, disponible en: http://data.unaids.org/pub/EPISlides/2007/071120_epiupdate_es.pdf12. Informe de la Situación de la epidemia de sida – 2007. Disponible en: http://data.unaids.org/pub/EPISlides/2007/2007_epiupdate_es.pdf

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Y lo más significativo es que no hay tablas sobre este fenómeno según las variables de afectados ni por costes económicos. Por tanto, éste es un fenómeno cuyo efecto entre la población es mor-tal. Es decir, los costes de las epidemias son las vidas de las personas afectadas. Y esto sucede por lo que se ha comentado antes respecto a que las epidemias se dan en países donde la pobla-ción está sumida en la pobreza y vive sin recursos para combatir estas enfermedades. Todo esto se convierte en un círculo cerrado donde esta población es cada vez más vulnerable, repitiéndose año tras año en un mismo lugar un episodio de estas características. Al final, lo que acontece es un verdadero desastre humanitario contra el que hay que actuar de manera inmediata.

• HURACANES •

Del mismo modo que las epidemias se corresponden geográficamente con África, los huracanes se dan en el continente americano. Asimismo, los huracanes no son los fenómenos que presen-tan mayor número de muertos, ni mayor número de afectados. A pesar de eso, son un tipo de fenómeno muy mediático, razón por la que de manera inmediata se pone en marcha un impor-tante despliegue de la ayuda internacional y una rápida gestión de crisis por parte de los actores de la Acción Humanitaria.

Tabla 35.- Epidemias mundiales más importantes que se han producido en el periodo 2000-2005 teniendo en cuen-ta el NÚMERO DE MUERTOS (aquellas que sobrepasan los quinientos)

TOP CONTINENTE PAÍS AÑO MUERTOS AFECTADOS COSTES (U$)

1 Asia Afganistán 2002 2.500 - -

2 África Zaire/Congo 2002 2.000 500.000 -

3 África Burkina Faso 2001 1.525 9.372 -

4 África Burkina Faso 2002 1.447 11.140 -

5 África Burkina Faso 2003 1.058 7.146 -

6 África Madagascar 99-2000 860 15.173 -

7 Asia Indonesia 2004 658 58.301 -

8 África Malawi 2001-2002 609 21.414 -

9 África Chad 2000-2001 607 5.173 -

10 África Chad 2000 602 4.500 -

11 África Nigeria 2005 561 23.575 -

12 África Burkina Faso 2004 527 2.783 -

13 Asia Afganistán 2000 507 - -

14 África Malawi 2001 502 17.352 -

15 África Zaire/Congo 2001-2002 502 6.099 -

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Tabla 36.- Huracanes mundiales más importantes que se han producido en el periodo 2000-2005 teniendo en cuenta el NÚMERO DE AFECTADOS (aquellas que sobrepasan el millón)

TOP NOMBRE CONTINENTE PAÍS AÑO AFECTADOS MUERTOS COSTES (U$)

1 Michelle América Cuba 2001 5.900.000 5 87.000.000

2 Wilma América Cuba 2005 2.500.000 16 1.400.000.000

3 Stan América México 2005 1.954.571 15 -

Tabla 37.- Huracanes mundiales más importantes que se han producido en el periodo 2000-2005 teniendo en cuenta el NÚMERO DE MUERTOS (aquellas que sobrepasan los quinientos)

TOP NOMBRE CONTINENTE PAÍS AÑO MUERTOS AFECTADOS COSTES (U$)

1 Jeanne América Haití 2004 2.754 298.926 21.000.000

2 Stan América Guatemala 2005 1.513 474.928 988.300.000

3 Katrina América EEUU 2005 1.322 500.000 125.000.000.000

Tabla 38.- Huracanes mundiales más importantes que se han producido en el periodo 2000-2005 teniendo en cuen-ta los COSTES ECONÓMICOS (aquellas que sobrepasan el billón de dólares)

TOP NOMBRE CONTINENTE PAÍS AÑO COSTES (U$) AFECTADOS MUERTOS

1 Katrina América EEUU 2005 125.000.000.000 500.000 1.322

2 Jeanne América EEUU 2004 7.000.000.000 40.000 6

3 Charley América EEUU 2004 6.800.000.000 30.000 16

4 Alison América EEUU 2001 6.000.000.000 60.000 33

5 Iván América EEUU 2004 6.000.000.000 - 52

6 Isabel América EEUU 2003 5.000.000.000 225.000 21

7 Frances América EEUU 2004 4.400.000.000 - 2

8 Iván América Islas Cayman 2004 3.430.080.000 - 1

9 Wilma América Cuba 2005 1.400.000.000 2.500.000 16

10 Charley América Cuba 2004 1.000.000.000 202.500 4

No obstante los países con mayor número de afectados en el periodo estudiado han sido Cuba y México; y, por el número de muertos, Haití y Guatemala, y excepcionalmente también Estados Unidos (por causa del Katrina).

Por supuesto, los costes más altos se dan en Estados Unidos, pero la mayoría de los huracanes conllevan enormes pérdidas económicas, siendo los más costosos: Katrina, Jeanne, Charley, Alison, Iván e Isabel, que son asimismo fenómenos bastante mediáticos, siendo el Katrina y el Stan los que más.

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Análisis de los desastres naturales más devastadores del planeta según los indicadores zona geográfica, año y tipo de fenómeno 3.1

13. Expansión, 14/03/2005: “Pérdidas récord. 2004 ha sido el año más ‘catastrófico’ para el sector asegurador”.

Tabla 39.- Incendios naturales mundiales más importantes que se han producido en el periodo 2000-2005 teniendo en cuenta los COSTES ECONÓMICOS (aquellas que sobrepasan el billón de dólares)

TOP CONTINENTE PAÍS AÑO COSTES (U$) AFECTADOS MUERTOS

1 América EEUU 2003 3.500.000.000 - 4

2 América EEUU 2000 1.000.000.000 25.000 -

• INUNDACIONES •

Como se apunta desde la ONU, las principales causas del incremento de las inundaciones a nivel mundial son la deforestación y la excesiva urbanización. Las inundaciones se caracterizan por ser un tipo de fenómeno natural muy devastador que ocasiona enormes pérdidas económicas y no pocas pérdidas humanas. Además, el cambio climático está haciendo que estos procesos sean cada vez más frecuentes y que sus efectos sean aún más destructores.

Por otra parte, las inundaciones, al igual que otros fenómenos naturales, se producen de forma periódica o cíclica, de tal modo que sería posible reducir sus impactos si se establecieran medi-das de prevención, especialmente en las zonas más vulnerables a este fenómeno. Asia debería

Por otro lado, de todos los huracanes registrados en la tabla 38, los más costosos se producen en el 2004 (el 60% del total de las entradas de la tabla), por lo que éste fue un año de enormes pérdidas económicas por causa de fenómenos naturales. Una noticia publicada en Expansión decía lo siguiente: “…en 2004 han sido un conjunto de un elevado número de costosos suce-sos, como los mencionados huracanes estadounidenses y los 10 tifones japoneses, que han ocasionado unas pérdidas de 6.000 millones de dólares”13.

• INCENDIOS NATURALES •

En Estados Unidos hay tres zonas propensas a los incendios naturales: Florida, California y otros Estados del sudoeste del país. Los incendios en Florida se producen en periodos de pocas preci-pitaciones o sequías coincidiendo con el final del invierno o el inicio de la primavera; el Estado de California y otros Estados del sudoeste, a diferencia de Florida que cuenta con muchas zonas verdes, son territorios más desérticos y montañosos que sufren incendios más peligrosos debido a la erosión que producen los vientos y las altas temperaturas de los meses de verano.

Los incendios que se producen en estas zonas cuantifican unos elevados costes económicos debido a la evacuación de las poblaciones afectadas, la reconstrucción de las infraestructuras dañadas y las numerosas pérdidas materiales que suponen, ya que se dan en áreas geográficas bastante desarrolladas.

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Análisis de los desastres naturales más devastadores del planeta según los indicadores zona geográfica, año y tipo de fenómeno3.1

Tabla 40.- Inundaciones mundiales más importantes que se han producido en el periodo 2000-2005 teniendo en cuenta el NÚMERO DE AFECTADOS (aquellas que sobrepasan el millón)

TOP CONTINENTE PAÍS AÑO AFECTADOS MUERTOS COSTES (U$)

1 Asia China 2003 150.000.000 430 730.000.000

2 Asia China 2002 80.000.000 793 3.100.000.000

3 Asia India 2002 42.000.000 549 30.772.000

4 Asia China 2004 36.000.000 730 7.000.000.000

5 Asia China 2004 33.648.000 133 1.100.000.000

6 Asia India 2004 33.000.000 900 220.000.000

7 Asia India 2000-2001 24.600.000 884 691.500.000

8 Asia India 2000 22.000.000 867 1.221.670.000

9 Asia India 2005 20.000.000 1.200 3.330.000.000

10 Asia China 2002 20.000.000 - 943.000.000

11 Asia China 2005 16.700.000 235 2.160.000.000

ser uno de esos lugares prioritarios ya que este continente ha sido muy castigado por numerosas inundaciones en los últimos años. Dichas medidas de prevención no sólo deben ir encaminadas a protegerse ante una inundación cuando ésta acontezca, sino que es importante invertir la pau-ta que se sigue hoy día respecto a la tala de árboles y la urbanización masiva de determinadas zonas para reducir la frecuencia y los efectos de este fenómeno.

Curiosamente, estas razones también son las que potencian la sequía en otros lugares como Australia, además de la progresiva desertización del terreno, pero la idea básica es que la lucha contra los efectos del calentamiento global y el cambio climático, ayudarían a disminuir los im-pactos de muchos y muy distintos tipos de fenómenos naturales. En efecto, el aumento de las temperaturas hace que se produzca el deshielo de los glaciares, con lo que aumenta el nivel del agua y, consecuentemente, se incrementa también el riesgo de inundaciones. Pero a la par, el aumento del nivel del mar conlleva de igual forma la erosión de las costas, creciendo el riesgo de sequías y de la desertización del terreno. Aun así, es arriesgado decir que todo se debe al cambio climático, pero lo cierto es que en las últimas décadas las catástrofes naturales han producido mayores y peores impactos a nivel general.

Lo que sí se puede afirmar es que la población mundial en términos globales es muy vulnerable ante las inundaciones, fenómeno que se convierte en el de mayores impactos entre los analiza-dos en esta investigación a raíz de los siguientes datos: las inundaciones se producen durante todos los años del quinquenio estudiado; además, se trata de un fenómeno con altos costes y, a diferencia de las sequías, cuenta con información de las tres variables analizadas. Exceptuando el tsunami del 2004 en el sudeste asiático como fenómeno extraordinario, las inundaciones son el fenómeno que mayor número de afectados tiene, así como un considerable número de muer-tos y elevados costes, dándose prácticamente en todos los continentes salvo en Oceanía.

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TOP PAÍS FENÓMENO FECHA AFECTADOS MUERTOS COSTES (U$)

12 Asia China 2005 11.230.000 58 -

13 Asia India 2001 9.670.000 100 90.000.000

14 Asia China 2004 8.240.000 222 471.000.000

15 Asia India 2001 7.000.000 158 26.000.000

16 Asia Pakistán 2005 7.000.000 520 -

17 Asia China 2002 6.340.000 165 540.000.000

18 Asia China 2002 5.250.000 16 -

19 Asia Vietnam 2000 5.000.000 460 251.000.000

20 Asia China 2005 4.610.000 20 239.000.000

21 Asia India 2003 4.550.000 142 -

22 África Mozambique 2000 4.500.000 800 418.200.000

23 Asia China 2003 4.360.000 38 160.000.000

24 Asia Camboya 2000 3.448.000 347 100.000.000

25 Asia Tailandia 2002 3.289.358 154 35.827.000

26 Asia India 2000 3.000.000 20 -

27 Asia India 2003 3.000.000 67 169.000.000

28 Asia India 2001 2.800.000 48 26.000.000

29 Asia Tailandia 2000 2.500.000 47 51.050.000

30 Asia Bangladesh 2000 2.467.138 31 500.000.000

31 Asia India 2005 2.000.000 162 -

32 Asia India 2005 2.000.000 19 117.000.000

33 Asia India 2005 1.904.000 70 -

34 Asia China 2001 1.760.000 29 78.000.000

35 Asia Camboya 2001 1.669.182 56 15.000.000

36 Asia Vietnam 2001 1.570.270 310 59.000.000

37 Asia China 2002 1.500.000 - -

38 Asia Camboya 2002 1.470.000 29 -

39 Asia China 2005 1.270.000 5 271.000.000

40 Asia Pakistán 2003 1.265.767 230 -

41 Asia Irán 2001 1.200.000 412 78.800.000

42 Asia Vietnam 2002 1.138.200 82 23.900.000

43 Asia China 2005 1.000.000 - -

En la tabla 40 se observa que, según la variable del número de afectados, todas las entradas son en Asia (excepto una que se da en África), siendo los países más afectados China e India, con 16 y 13 entradas respectivamente.

En cuanto a la variable del número de muertos, Haití es el país que ocupa el primer lugar de la tabla, a pesar de que según la variable anterior las inundaciones se producen mayoritariamente en Asia y también en África. De todos modos, Asia es el continente que más se repite de nue-vo en la tabla 41. Pero volviendo al país que ocupa la primera posición, hay que señalar que, aunque Haití es el más afectado por el número de muertos, no se han contabilizado los costes

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Análisis de los desastres naturales más devastadores del planeta según los indicadores zona geográfica, año y tipo de fenómeno3.1

Tabla 42.- Inundaciones mundiales más importantes que se han producido en el periodo 2000-2005 teniendo en cuenta los COSTES ECONÓMICOS (aquellas que sobrepasan el billón de dólares)

TOP CONTINENTE PAÍS AÑO COSTES (U$) AFECTADOS MUERTOS

1 Europa Alemania 2002 11.700.000.000 330.000 27

2 Asia Japón 2000 7.440.000.000 360.000 18

3 Asia China 2004 7.000.000.000 36.000.000 730

4 Europa Reino Unido 2000 5.900.000.000 1.000 -

5 Asia China 2003 4.830.000.000 - 30

económicos de la inundación que se produjo en 2004, algo que suele suceder con respecto a los países más empobrecidos y Haití es uno de ellos. No obstante, si se observan las tres variables, los países más castigados serían India en el 2005 y China en el 2002. De hecho, India es el país que más entradas tiene según la variable del número de muertos (con el 45% del total).

Tabla 41.- Inundaciones mundiales más importantes que se han producido en el periodo 2000-2005 teniendo en cuenta el NÚMERO DE MUERTOS (aquellas que sobrepasan los quinientos)

TOP CONTINENTE PAÍS AÑO MUERTOS AFECTADOS COSTES (U$)

1 América Haití 2004 2.665 31.130 -

2 Asia India 2005 1.200 20.000.000 3.330.000.000

3 África Argelia 2001 921 2.285 -

4 Asia India 2004 900 33.000.000 220.000.000

5 Asia India 2001 884 24.600.000 691.500.000

6 Asia India 2000 867 22.000.000 1.221.670.000

7 África Mozambique 2000 800 4.500.000 418.200.000

8 Asia China 2002 793 80.000.000 3.100.000.000

9 Asia China 2004 730 36.000.000 7.000.000.000

10 Asia India 2002 549 42.000.000 30.772.000

11 Asia Pakistán 2005 520 7.000.000 -

Asimismo, llama la atención que, por primera vez, casi todas las entradas en base a las inunda-ciones según la variable del número de muertos aparecen en las otras dos tablas referidas a este fenómeno, es decir, en las tablas respecto al número de afectados y los costes económicos.

Por ello, las conclusiones que se extraen de la tabla siguiente son, en líneas generales, las mis-mas que ya se han señalado sobre las dos tablas anteriores: las inundaciones azotan a todos los continentes y a distintas zonas geográficas en su territorio, se producen todos los años y conllevan altos costes. Por tanto, todas las zonas son vulnerables ante este fenómeno. Aunque, como en otras ocasiones, son los países desarrollados los que aparecen mayoritariamente en la tabla 42.

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• MAREMOTOS •

Con anterioridad se ha tratado la excepcionalidad del tsunami que azotó el sudeste asiático en diciembre de 2004. Excepcional por su magnitud, causando un número de muertos brutal, y con enormes consecuencias en las infraestructuras y la economía de la zona; pero también fue excepcional por su seguimiento en los medios de comunicación. En efecto, el tsunami marcó un antes y un después en la actuación de los mass media, así como en la implicación de la opinión pública de las sociedades desarrolladas, ya que las imágenes tan devastadoras que se emitieron de esta catástrofe originaron un espectacular aumento de los donativos solidarios para paliar los efectos de este fenómeno en Indonesia, India y Tailandia14. Sin embargo, la realidad es que hubo muchos recursos pero muy descontrolados. Esto puso de manifiesto, por un lado, la descoordi-nación de los agentes de la Acción Humanitaria ante una catástrofe de estas dimensiones y, por otro, la capacidad de los medios para movilizar a la opinión pública.

Es importante conocer cuál es el papel que tienen los medios informativos en la gestión de crisis y, por ello, se plantean las siguientes preguntas: ¿son los medios de comunicación un actor más en la Acción Humanitaria? ¿Influyen éstos en la visión que la sociedad tiene de las catástrofes naturales? ¿Y cómo influyen? ¿Cuál es su efecto? Todas estas cuestiones se desarrollarán al tratar el cuarto indicador, pero lo que sí se puede afirmar es que hay unas catástrofes naturales con mayor relevancia informativa que otras, esto es, con mayor visibilidad en los medios. Y en este sentido, el tsunami del 2004 lo fue.

14. Además de Indonesia, India y Tailandia, y de Sri Lanka, Myanmar (Birmania) o Bangladesh, el tsunami de 2004 en el sudeste asiático afectó a multitud de países bastante alejados del epicentro del maremoto como Somalia, Malasia, Kenia, Madagascar, las Islas Seychelles, Maldivas y Mauricio, Tanzania, Sudáfrica e incluso Australia.

TOP CONTINENTE PAÍS AÑO COSTES (U$) AFECTADOS MUERTOS

6 Asia India 2005 3.330.000.000 20.000.000 1.200

7 Asia China 2002 3.100.000.000 80.000.000 793

8 Asia China 2003 2.440.000.000 - 123

9 Asia China 2005 2.160.000.000 16.700.000 235

10 Europa Austria 2002 2.046.707.000 60.000 7

11 Europa República Checa 2002 2.000.000.000 200.000 18

12 Asia China 2004 1.950.000.000 20.000 21

13 Europa Francia 2003 1.500.000.000 27.000 9

14 Asia India 2000 1.221.670.000 22.000.000 867

15 Europa Francia 2002 1.190.000.000 2.500 23

16 América Jamaica 2002 1.114.300.000 25.000 9

17 Asia China 2004 1.100.000.000 33.648.000 133

18 América Argentina 2003 1.028.210.000 140.000 23

19 América EEUU 2002 1.000.000.000 144.000 10

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Análisis de los desastres naturales más devastadores del planeta según los indicadores zona geográfica, año y tipo de fenómeno3.1

Las tablas 43 y 44 muestran claramente la magnitud de este fenómeno, sobre todo en las cifras de víctimas mortales que supuso (principalmente en Indonesia). Pero lo que no muestran estos datos es lo que sucedió después: las personas que se quedaron sin sus hogares, sin los recursos de los que vivían, sin medios y en un lugar absolutamente devastado. Quienes sobrevivieron a tal catástrofe necesitan de la ayuda internacional y ésta ha de prestarse eficazmente, porque no sólo es cuestión de donar mucho, sino que la gestión de esos donativos económicos debe hacerse de manera continuada y progresiva, como tantas organizaciones mundiales han manifestado15.

En este punto, los medios de comunicación tienen un papel muy importante que realizar ya que ellos pueden hacer de nexo entre una opinión pública sensibilizada con el desastre (que logra incrementar las donaciones entre los particulares) y los agentes de la Acción Humanitaria. Los efectos de la catástrofe se prolongan y es tarea de los medios de comunicación mostrar la reali-dad de las personas que viven estos acontecimientos en los años posteriores, acompañando las acciones de desarrollo que llevan a cabo las organizaciones sobre el terreno.

Tabla 44.- Maremotos mundiales más importantes que se han producido en el periodo 2000-2005 teniendo en cuenta los COSTES ECONÓMICOS (aquellas que sobrepasan el billón de dólares)

TOP CONTINENTE PAÍS AÑO COSTES (U$) AFECTADOS MUERTOS

1 Asia Indonesia 2004 4.451.600.000 - 165.708

2 Asia India 2004 1.022.800.000 16.389 647.599

Tabla 43.- Maremotos mundiales más importantes que se han producido en el periodo 2000-2005 teniendo en cuenta el NÚMERO DE MUERTOS (aquellas que sobrepasan los quinientos)

TOP CONTINENTE PAÍS AÑO MUERTOS AFECTADOS COSTES (U$)

1 Asia Indonesia 2004 165.708 - 4.451.600.000

2 Asia India 2004 16.389 647.599 1.022.800.000

3 Asia Tailandia 2004 8.345 58.550 405.200.000

15. Como expresa Intermón Oxfam, “la ayuda es sólo uno de los tipos de apoyo internacional que necesitan los super-vivientes a los desastres”. Boletín Externo de Oxfam Internacional, 25 de enero de 2005: Aprender las Lecciones del Tsunami. Un mes después.

Por tanto, la crisis abierta tras el tsunami continúa hoy día en estos países donde la reconstruc-ción de las zonas destruidas por este maremoto requiere de un gran esfuerzo por parte de todos los agentes de la Acción Humanitaria y de la Cooperación al Desarrollo.

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3El quinquenio 2000-2005: un periodo de eventos catastróficos

Análisis de los desastres naturales más devastadores del planeta según los indicadores zona geográfica, año y tipo de fenómeno 3.1

Tabla 45.- Olas de calor mundiales más importantes que se han producido en el periodo 2000-2005 teniendo en cuenta el NÚMERO DE AFECTADOS (aquellas que sobrepasan el millón)

TOP CONTINENTE PAÍS AÑO AFECTADOS MUERTOS COSTES (U$)

1 América Perú 2003 1.839.888 339 -

Tabla 46.- Olas de calor mundiales más importantes que se han producido en el periodo 2000-2005 teniendo en cuenta el NÚMERO DE MUERTOS (aquellas que sobrepasan los quinientos)

TOP CONTINENTE PAÍS AÑO MUERTOS AFECTADOS COSTES (U$)

1 Europa Francia 2003 14.947 - 4.400.000.000

2 Europa Alemania 2003 5.250 - 1.650.000.000

3 Europa Reino Unido 2003 2.045 - -

4 Europa Portugal 2003 2.007 - -

5 Asia India 2003 1.210 - 400.000.000

6 Europa Holanda 2003 1.200 - -

7 Asia India 2002 1.030 - -

8 Asia India 2002 900 - -

9 Asia Bangladesh 2002 700 50.000 -

• OLAS DE CALOR •

Las olas de calor durante este quinquenio han causado sus mayores impactos en Europa. Así, llama la atención que, en relación a otro tipo de fenómenos, aquí sólo hay una entrada por número de afectados y dos por costes, siendo la tabla 46 la más extensa con nueve entradas registradas según el número de muertos, y siendo los países europeos los afectados por esas cifras de víctimas mortales. De hecho, según la variable de afectados, Perú es el único país que aparece, pero en relación a las otras dos variables (número de muertos y costes) el que sobresale es el continente europeo.

También destaca la temporalidad de este fenómeno ya que todos los que aparecen en esta tabla se concentran en el año 2002 (para las entradas registradas respecto a Asia) y en el 2003 (para Europa).

Lo cierto es que las olas de calor son más propensas en los climas de tipo mediterráneo y, de hecho, cuando se habla de una ola de calor en países húmedos y con temperaturas más cálidas (como son los países de centro Europa), se consideran procesos calurosos a lo que en otras regiones serían consideradas temperaturas normales. Sin embargo, la ola de calor del 2003 en Francia fue ciertamente excepcional ya que durante el mes de agosto se alcanzaron temperaturas

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Análisis de los desastres naturales más devastadores del planeta según los indicadores zona geográfica, año y tipo de fenómeno3.1

que no se daban desde hacía más de 100 años. Es por esto que hubo tantas víctimas y esa gran cantidad de personas afectadas hicieron que se colapsaran los servicios sanitarios públicos, por lo que el gobierno francés tuvo que enfrentarse a las numerosas críticas de quienes se quejaron de la falta de previsión y de prevención ante situaciones de este tipo.

Tabla 47.- Olas de calor mundiales más importantes que se han producido en el periodo 2000-2005 teniendo en cuenta los COSTES ECONÓMICOS (aquellas que sobrepasan el billón de dólares)

TOP CONTINENTE PAÍS AÑO COSTES (U$) AFECTADOS MUERTOS

1 Europa Francia 2003 4.400.000.000 - 14.947

2 Europa Alemania 2003 1.650.000.000 - 5.250

Tabla 48.- Terremotos mundiales más importantes que se han producido en el periodo 2000-2005 teniendo en cuenta el NÚMERO DE AFECTADOS (aquellas que sobrepasan el millón)

TOP CONTINENTE PAÍS AÑO AFECTADOS MUERTOS COSTES (U$)

1 Asia India 2001 4.365.000 20.005 2.623.000.000

2 Asia China 2000 1.760.000 7 73.500.000

3 América El Salvador 2001 1.329.806 884 1.500.000.000

4 Asia China 2003 1.250.000 16 75.000.000

• TERREMOTOS •

Los terremotos son un tipo de fenómeno bastante destructivo con enormes consecuencias huma-nas y materiales. Por ello, hoy día se hacen bastantes esfuerzos para predecir con antelación su-ficiente este tipo de acontecimientos. Pero la capacidad de destrucción de un terremoto no sólo depende de su magnitud, sino que también es causa del tipo de construcción que se desarrolla, por lo que hay ya muchos países como es el caso de Japón, que están muy concienciados con esta realidad y apuestan por un tipo de arquitectura que resista a los continuos movimientos de tierra. De hecho, cada día se registran pequeños movimientos sísmicos, sin embargo, cuando se producen movimientos de mayor magnitud, a veces éstos son difícilmente previsibles.

Analizando las variables que se han diseñado en este estudio, se observa que Asia es el continen-te más afectado en las tres tablas referidas a los terremotos. Y es que hay unas zonas geográficas más susceptibles a este fenómeno, y muchos países del continente asiático lo son. Además, como ya se ha señalado, los terremotos son muy destructivos, por lo que tienen altos costes en general, y cuanto mayor sea su magnitud, mayores costes conllevan, sobre todo en los países con infraestructuras más modernas.

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Análisis de los desastres naturales más devastadores del planeta según los indicadores zona geográfica, año y tipo de fenómeno 3.1

Tabla 49.- Terremotos mundiales más importantes que se han producido en el periodo 2000-2005 teniendo en cuenta el NÚMERO DE MUERTOS (aquellas que sobrepasan los quinientos)

TOP CONTINENTE PAÍS AÑO MUERTOS AFECTADOS COSTES (U$)

1 Asia Pakistán 2005 73.338 - 5.000.000.000

2 Asia Irán 2003 26.796 200.000 1.000.000.000

3 Asia India 2001 20.005 4.365.000 2.623.000.000

4 África Argelia 2003 2.226 - 5.000.000.000

5 Asia Afganistán 2002 1.000 80.000 -

6 Asia Indonesia 2005 915 104.167 -

7 América El Salvador 2001 884 1.329.806 1.500.000.000

8 África Marruecos 2004 628 - 400.000.000

9 Asia Irán 2005 612 93.355 80.000.000

Tabla 50.- Terremotos mundiales más importantes que se han producido en el periodo 2000-2005 teniendo en cuenta los COSTES ECONÓMICOS (aquellas que sobrepasan el billón de dólares)

TOP CONTINENTE PAÍS AÑO COSTES (U$) AFECTADOS MUERTOS

1 Asia Japón 2004 28.000.000.000 59.000 40

2 Asia Pakistán 2005 5.000.000.000 - 73.338

3 África Argelia 2003 5.000.000.000 - 2.266

4 Asia India 2001 2.623.000.000 4.365.000 20.005

5 América EEUU 2001 2.000.000.000 - 1

6 América El Salvador 2001 1.500.000.000 1.329.806 884

7 Asia Irán 2003 1.000.000.000 200.000 26.796

• TIFONES •

Éstos son un fenómeno típico de Asia, siendo casi todas las entradas de China (según el número de afectados y según los costes económicos). Se dan todos los años y no son un fenómeno que conlleven un elevado número de muertos (de hecho, no hay tabla teniendo en cuenta esta va-riable). Y tampoco conlleva un alto número de afectados ni de costes económicos si se compara con otros fenómenos.

Por otro lado, los terremotos también son fenómenos muy mediáticos, destacando en este quin-quenio los ocurridos en El Salvador en el 2001, en Argelia en 2003 y en Pakistán en 2005. Este último, además, tuvo un alto número de víctimas mortales, siendo la segunda catástrofe natural con mayor número de muertos durante el periodo estudiado (por detrás del tsunami de 2004 en Indonesia) y la primera respecto al 2005. No obstante, el terremoto que mayores costes alcanza durante estos años es el de Japón en 2004, siendo la diferencia muy notable en este sentido con el terremoto de Pakistán.

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Análisis de los desastres naturales más devastadores del planeta según los indicadores zona geográfica, año y tipo de fenómeno3.1

Tabla 52.- Tifones mundiales más importantes que se han producido en el periodo 2000-2005 teniendo en cuenta los COSTES ECONÓMICOS (aquellas que sobrepasan el billón de dólares)

TOP NOMBRE CONTINENTE PAÍS AÑO COSTES (U$) AFECTADOS MUERTOS

1 Prapiron Asia India 2000 6.000.000.000 480.000 46

2 Songda Asia China 2004 6.000.000.000 40.000 41

3 Maemi Asia China 2003 5.500.000.000 65.000 130

4 Urian y Utor Asia China 2001 2.743.000.000 14.990.000 33

5 Tokage Asia China 2004 2.300.000.000 84.450 89

6 Rananim Asia China 2004 2.190.000.000 8.590.000 188

7 Chaba Asia China 2004 2.000.000.000 180.000 16

8 Talim Asia China 2005 1.900.000.000 19.624.000 159

9 Khanun Asia China 2005 1.750.000.000 1.350.000 25

10 Matsa Asia China 2005 1.700.000.000 1.240.000 -

Tabla 51.- Tifones mundiales más importantes que se han producido en el periodo 2000-2005 teniendo en cuenta el NÚMERO DE AFECTADOS (aquellas que sobrepasan el millón)

TOP NOMBRE CONTINENTE PAÍS AÑO AFECTADOS MUERTOS COSTES (U$)

1 Talim Asia China 2005 19.624.000 159 1.900.000.000

2 Durian y Utor Asia China 2001 14.990.000 33 2.743.000.000

3 Rananim Asia China 2004 8.590.000 188 2.190.000.000

4 Imbudo Asia China 2003 7.400.000 20 -

5 Sinlaku Asia China 2002 7.000.000 17 144.000.000

6 Chebi Asia China 2001 2.895.000 125 473.000.000

7 Longwang Asia China 2005 2.460.000 95 148.000.000

8 Wukong Asia China 2000 2.400.000 47 -

9 Nepartak Asia China 2003 1.720.000 - 196.938.000

10 Khanun Asia China 2005 1.350.000 25 1.750.000.000

11 Matsa Asia China 2005 1.240.000 - 1.700.000.000

12 Utot Asia Filipinas 2001 1.091.943 223 37.000.000

13 Aere Asia Filipinas 2004 1.058.849 35 -

14 Haiting Asia China 2005 1.000.000 9 261.000.000

En realidad, un tifón es lo mismo que un huracán: un fuerte viento que se origina en el mar y cuya capacidad de destrucción es enorme. La diferencia entre ambos fenómenos meteorológicos es la zona geográfica en la que se origina. Así, un tifón se origina en el Océano Índico o Pacífico16 y un huracán en el Atlántico o el Mar Caribe. Por ello, todas las entradas que se registran en las tablas 36, 37 y 38 en relación a los huracanes se localizan en el continente americano, del mismo modo que éstas referentes a los tifones, también todas se dan en Asia.

16. Aunque se emplea indistintamente tifón y ciclón para referirse a un mismo fenómeno, se distinguen en que se le denomina tifón cuando se da en el Océano Pacífico y ciclón cuando es en el Índico.

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Análisis de los desastres naturales más devastadores del planeta según los indicadores zona geográfica, año y tipo de fenómeno 3.1

• TORMENTAS DE INVIERNO •

Las temperaturas extremas, en este caso las olas de frío, causan principalmente un gran número de afectados, pero no son significativas respecto al número de muertos o el coste económico que conllevan. Y es que pocas veces las tormentas de invierno aportan datos elevados en las variables analizadas.

Tabla 53.- Tormentas de invierno mundiales más importantes que se han producido en el periodo 2000-2005 teniendo en cuenta el NÚMERO DE AFECTADOS (aquellas que sobrepasan el millón)

TOP CONTINENTE PAÍS AÑO AFECTADOS MUERTOS COSTES (U$)

1 Asia China 2002 100.000.000 - -

2 Europa República de Moldavia 2000 2.600.000 - 31.600.000

3 Asia China 2001 2.496.773 49 473.000.000

Las tormentas de invierno pueden paralizar una amplia zona geográfica ocasionando cortes de luz, el bloqueo de carreteras y calles, y otro tipo de impactos sobre los servicios básicos de una región. Son uno de esos fenómenos cuyos efectos directos no se valoran tanto por unas elevadas pérdidas materiales ni humanas, sino más bien por las consecuencias que la hipotermia puede causar, agravando la situación de personas con enfermedades crónicas y ocasionando graves trastornos físicos a la población en general.

• TORNADOS •

A diferencia de lo que se ha comentado antes respecto a los huracanes y los tifones (un mismo fenómeno con distinto nombre según la región en la que se produzca), los tornados son tormen-tas que pueden llegar a alcanzar velocidades de hasta 400 ó 500 kilómetros por hora, una velo-cidad mayor que la de un huracán. Y se localizan en una zona geográfica determinada, América (en el centro y norte fundamentalmente).

Tabla 54.- Tornados mundiales más importantes que se han producido en el periodo 2000-2005 teniendo en cuenta los COSTES ECONÓMICOS (aquellas que sobrepasan el billón de dólares)

TOP CONTINENTE PAÍS AÑO COSTES (U$) AFECTADOS MUERTOS

1 América EEUU 2003 5.000.000.000 - 6

2 América EEUU 2004 1.100.000.000 300 4

Es un fenómeno que no cuenta con un gran número de afectados ni de muertos, como se observa en la tabla 54, aunque sí ocasiona importantes daños materiales. Este hecho y las imágenes es-

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Análisis de los desastres naturales más devastadores del planeta según los indicadores zona geográfica, año y tipo de fenómeno3.1

pectaculares que originan constituyen un gran atractivo para los mass media siendo numerosas las noticias sobre tornados que pueden encontrarse, a pesar de que por el balance de víctimas o daños no sean tan relevantes frente a los datos que presentan otras catástrofes naturales.

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Análisis de los desastres naturales más devastadores del planeta según los indicadores zona geográfica, año y tipo de fenómeno 3.1

En resumen, las inundaciones son el tipo de fenómeno natural que más se reitera en el quinquenio 2000-2005, como demuestran las tablas 40, 41 y 42. Éstas se producen de forma periódica o cíclica y, aunque afecta a todas las zonas del planeta, Asia es el continente más castigado en los últimos años. Las inundaciones, como ya se ha señalado, se incrementaron en el año 2005 en casi un 60%, lo cual evidencia la significación de este fenómeno y la vulnerabilidad de la pobla-ción mundial ante el mismo. De hecho, todos los continentes salvo Oceanía están representados en las tablas anteriores por inundaciones; la diferencia es que, mientras que Asia es el continente que destaca sobremanera según las variables de afectados y muertos, Europa es el que mayores daños económicos sufre debido a las mismas.

Las sequías son el otro gran fenómeno en importancia del periodo estudiado, incrementándose también en 2005 en casi un 50%. A diferencia de las inundaciones, las sequías al ser catástrofes de tipo estructural no se dan de manera cíclica, sino que su perdurabilidad en el tiempo las va ha-ciendo cada vez más perjudiciales, convirtiéndose en una constante en los países sudsaharianos año tras año. Ambos fenómenos constituyen un problema global y por ello Naciones Unidas y la comunidad internacional se muestran cada vez más preocupados por el alcance que están toman-do estos fenómenos, especialmente las sequías, sobre lo que se llama continuamente la atención desde muy diferentes ámbitos: conferencias mundiales, foros intergubernamentales, etc.

Los huracanes y los tifones o ciclones, por otra parte, igualmente se dan cada vez con mayor fre-cuencia y sus efectos son asimismo más destructores. Éstos castigan repetidamente a las mismas zonas geográficas, zonas muy vulnerables a la catástrofes naturales de por sí (como son los países Latinoamericanos en el caso de los huracanes y algunos países asiáticos ante los tifones).

Respecto a los maremotos, la tabla 43 refleja la singularidad que supuso el tsunami del sudeste asiático y, de hecho, no es un fenómeno que se dé habitualmente. Mucho más esperados son los terremotos, que son un tipo de fenómeno enormemente destructivo. El maremoto que afectó a Indonesia, India y Tailandia, entre otros países, ha sido la mayor catástrofe natural de los últimos años y los países afectados tardarán mucho en recuperarse de sus consecuencias. Pero los movi-mientos sísmicos submarinos de esta envergadura tardan muchos años en repetirse, siendo más comunes los movimientos sísmicos terrestres. Lo que sí ha demostrado el tsunami en el Índico es que la comunidad internacional se movilizó para ayudar a las zonas afectadas, pero también puso de manifiesto las carencias en la coordinación de la ayuda humanitaria internacional.

En el periodo 2000-2005, los terremotos han castigado también muy duramente al continente asiático, siendo el sucedido en Pakistán en 2005 el más cruento, aunque el más costoso es el de Japón en 2004. Una vez más se muestra la relación entre países en vías de desarrollo y número de víctimas, y países desarrollados y costes económicos.

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Análisis de los desastres naturales más devastadores del planeta según los indicadores zona geográfica, año y tipo de fenómeno3.1

IDEAS CLAVE

A nivel general, lo primero que hay que destacar en las tablas es que los datos pueden ser enga-ñosos si se ven de forma parcial, pero son comprensibles globalmente ya que hay veces en que se aprecia que ciertas catástrofes son absolutamente invisibles porque no se dispone de todos los datos cuantificables. La mayoría de los casos en que esto se produce es respecto a las variables de costes económicos y número de muertos, como sucede con las sequías y las epidemias en el continente africano, siendo el número de afectados realmente importante. Esto es así porque estos fenómenos se dan habitualmente en países en vías de desarrollo y no en los países desarro-llados. Estos últimos, asimismo, han aparecido siempre como los más afectados por la variable de costes económicos.

En consecuencia, este sesgo en la información lleva a conclusiones erróneas si sólo se tiene en cuenta una de las variables, por ejemplo, la de costes económicos y, por tanto, no se observa de igual manera la realidad. Por reseñar un caso en este sentido, Japón es un país muy afectado por las inundaciones según costes frente a India que lo es por el mismo fenómeno pero por el altísimo número de afectados que registra en cada inundación que sufre. Pero también es im-portante el coste económico que este tipo de fenómeno ocasiona en India, ya que la sucesión de inundaciones aumenta la vulnerabilidad de su población, empeorando su situación económica.

A la par, las sequías con pérdidas económicas cuantificadas no son las que se han producido en los países empobrecidos (que son las que mayor número de afectados presentan), sino aquéllas que se han producido en países desarrollados. Y esto no debe llevar a la idea errónea de que los países empobrecidos no tienen grandes pérdidas económicas. Por tanto, aunque las sequías sean catástrofes de inicio lento y a veces catástrofes silenciosas y olvidadas, conllevan unos costes elevados, a menudo difíciles de cuantificar.

Y lo mismo sucede con las epidemias que, como se ha referido en varias ocasiones, se con-centran en África y bajo la variable del número de muertos, lo cual es bastante descriptivo del alcance de este fenómeno. Y es que en el continente africano se observa una división clara en las tablas: el fenómeno más repetido es la sequía, según el número de afectados (18 de 19 entra-das); sin embargo, por número de muertos, el fenómeno con mayor alcance sería la epidemia; y por costes sólo hay dos entradas, estando una de ellas en el límite mínimo establecido del billón de dólares para no considerarse en dicha tabla.

Consecuentemente, el empobrecimiento del continente africano y, en este caso, de los países sudsaharianos, tiene una correlación directa con su afectación, la cual no puede ser considerada en costes materiales, sino en vidas. De hecho, los costes económicos de las catástrofes del con-tinente africano no aparecen en la tabla correspondiente (la tabla 21), a excepción del terremoto de Argelia en 2003.

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3El quinquenio 2000-2005: un periodo de eventos catastróficos

Análisis de los desastres naturales más devastadores del planeta según los indicadores zona geográfica, año y tipo de fenómeno 3.1

Asia es el continente más castigado durante el periodo estudiado según el número de muertos. De este modo, el tsunami de 2004 es el fenómeno que mayor número de víctimas mortales tiene, seguido del terremoto de Pakistán en 2005 y de los terremotos de Irán en el 2003 e India en el 2001, siendo todas ellas catástrofes de tipo coyuntural.

Hasta el 2001 India es el país más castigado por diferentes fenómenos (terremotos por número de muertos, sequías por número de afectados, etc.). Sin embargo, no está en las primeas posi-ciones de las tablas teniendo en cuenta la variable de costes económicos. China es el segundo país más castigado por diversas catástrofes naturales, de entre las cuales casi el 50% son inun-daciones (40 fenómenos) y el resto se divide entre sequías (18 fenómenos) y tifones (13 fenóme-nos). En el caso de Asia, se da la circunstancia de que los fenómenos conllevan un gran número de afectados y altos costes económicos, aunque también un gran número de muertos, pero en menor grado. Por ello, es importante destacar la idea de que las estrategias y los programas de Cooperación al Desarrollo deben encaminarse hacia el continente asiático.

En contraposición, Estados Unidos y los países europeos son los más afectados por pérdidas materiales, daños en las infraestructuras, etc. En el continente americano se aprecian pocas entradas según afectados y muertos, y muchas según costes económicos, teniendo en cuenta que más de dos terceras partes de las entradas según la variable costes se localizan en Estados Unidos. Además, la mayoría de los fenómenos son muy mediáticos, a diferencia de lo que sucede con las catástrofes en el continente africano que suelen pasar inadvertidas.

Por años, a lo largo de todo el quinquenio se va acrecentando el porcentaje de desastres natu-rales que se producen, así como el impacto de los mismos. El 2005 es claramente el año en el que más aumentan, diversificándose las zonas en las que se producen. No obstante, el 2004 con el tsunami del Océano Índico es el que registra el peor balance de víctimas mortales. Durante los tres primeros años del periodo estudiado, 2000, 2001 y 2002, se mantienen las mismas pautas respecto a los países que ocupan las primeras posiciones en función de unas variables u otras: África ocupa la primera posición según la variable número de muertos con los fenómenos epidemia y sequía, Asia es el continente más representado en la variable número de afectados (con China e India en las primeras posiciones de las tablas) y los países del norte encabezan la variable costes. En 2003, debido a la ola de calor que sufre Europa, Francia, Alemania, Reino Unido y Portugal suponen más de una tercera parte de los registros según la variable del número de muertos, mientras que China encabeza el primer lugar en la de costes. Por tanto, en 2003 se invierte la pauta antes señalada, siendo la única excepción en todo el quinquenio ya que en 2004 y 2005 de nuevo son los países ricos los que destacan por daños económicos.

Por último, en cuanto al tipo de fenómeno, hay que destacar el que las inundaciones son el fe-nómeno que más se repite en el quinquenio estudiado, dándose además en todas las zonas del planeta y todos los años. Esto lo convierte, junto con la sequía, en un problema global que debe

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Análisis de los desastres naturales más devastadores del planeta según los indicadores zona geográfica, año y tipo de fenómeno3.1

afrontarse también desde una perspectiva global, siendo conscientes de que todos los países se están viendo afectados por ambos fenómenos, aunque en distinto grado. Habría que subrayar la importancia de las fases de prevención y de rehabilitación para afrontar de manera eficiente la nueva realidad que trae consigo el cambio climático y el calentamiento global del planeta.

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3.2 La influencia de los medios de comunicación ante la magnitud de las

catástrofes naturales

3CAPÍTULO

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3La influencia de los Medios de Comunicación ante la Magnitud de las Catástrofes naturales 3.2

El quinquenio 2000-2005: un periodo de eventos catastróficos

Por la trascendencia que tienen las catástrofes naturales y sus impactos en los medios de co-municación, se puede advertir que éste es un tema de gran interés para la opinión pública en general. De hecho, las noticias referidas a estos acontecimientos se están haciendo un hueco importante dentro de la dinámica comunicativa y hoy día tienen incluso su propio estilo y espacio en la información diaria.

Con el análisis de la influencia de los medios de comunicación ante la magnitud de las catástro-fes naturales, se pretende conocer cuál es el papel que tienen los medios informativos españoles en la gestión de crisis y saber si los medios de comunicación son un actor de la Acción Huma-nitaria17. Es decir, ¿influyen en la visión que la sociedad tiene de las catástrofes naturales? Y ¿en qué modo influyen?, ¿cuál es su efecto? Para responder a estas preguntas, se han analizado una serie de indicadores o matices que ya se señalaban en la presentación de este capítulo: valorar el alcance informativo respecto de la dicotomía de países desarrollados versus países en vías de desarrollo, reflexionar sobre el efecto social de la noticia, ver cuál es la participación de los actores de la Acción Humanitaria en las situaciones de emergencia, conocer los intereses econó-micos y políticos que pueda haber detrás de una noticia sobre estos acontecimientos, así como comprender la importancia de la cercanía de la realidad socio-cultural a la hora de presentar estos hechos.

Es evidente que hay unas catástrofes naturales con mayor relevancia informativa que otras, y el interés de esta investigación es conocer el porqué de esa mayor visibilidad en los medios. Y consecuentemente, si está en correspondencia con su verdadera magnitud respecto al número de afectados y los costes que conllevan. Así, se ha analizado el periodo comprendido entre los años 2000 y 2005 con el propósito de establecer unas conclusiones válidas en cuanto al tratamiento informativo que tienen las catástrofes naturales en España.

En este sentido, lo primero que hay que matizar es la importancia que tiene en la actualidad el instante: vivimos en una época de absoluta celeridad y donde prima la inmediatez, muy espe-cialmente en el ámbito informativo. Esa realidad condiciona de un modo muy visible la forma en que se trabaja en la comunicación. Además, la globalización en las comunicaciones ha traído consigo la aparición de una gran cantidad de recursos que, igualmente, influye en esta urgencia por contar lo sucedido. Y es cierto que esa premura vende. Sin embargo, no se puede olvidar

17. Pérez de Armiño plantea la cuestión de si los medios de comunicación y los ejércitos podrían ser considerados como los “nuevos actores” del sistema humanitario en el contexto de la post-Guerra Fría (conferencia de karlos Pérez de Ar-miño Emergencias y Ayuda Humanitaria dentro de las Jornadas de Formación para entidades solidarias. Lleida, 25 de octubre de 2007). De hecho, en el Diccionario de Acción Humanitaria y Cooperación al Desarrollo (Pérez de Armiño, K. (dir.) (2003). Hegoa, Universidad del País Vasco – Barcelona: Icaria, 627 p.) se señala la discusión en torno a la exis-tencia de lo que se ha venido a llamar como “un triángulo de la crisis”, el cual estaría formado por gobiernos donantes, medios de comunicación y organizaciones humanitarias (…)” y en el que “los medios pueden condicionar las relaciones entre los otros actores y determinar la respuesta a los desastres”. Sobre estos planteamientos se tratará más adelante.

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La influencia de los Medios de Comunicación ante la Magnitud de las Catástrofes naturales3.2

el carácter y la responsabilidad social de la información y, en consecuencia, de los medios de comunicación.

En efecto, los medios tienen un rol inconscientemente asignado. Pero hoy día, debido a los nu-merosos avances tecnológicos (audiovisuales sobre todo) y al modo de vida actual, sucede que “los medios nos permiten ver más que entender”18 , de tal modo que se valora el impacto visual por encima de la información. De hecho, la opinión pública ha respondido a esa forma intensiva de tratar estos acontecimientos circunstanciales mostrando un gran interés, lo que hace que esta mecánica se convierta en un círculo cerrado y recíproco. Y es que los modernos soportes técni-cos, destacando Internet sobremanera, hacen que exista un consumo de información totalmente distinto al de hace unos años, no sólo por el acceso generalizado de la sociedad a esos medios de distribución, sino también porque es muy fácil tener de manera instantánea la información que se desee.

Por otro lado, hay cierta pauta a seguir en los formatos periodísticos al tratar las situaciones de emergencia. Se sigue una manera específica de mostrar la información, ya que se pretende emocionar a la opinión pública con noticias dramáticas e impactantes. Este modo de contar lo que sucede hace que en el espacio informativo, los desastres naturales sean ese tipo de aconte-cimientos que reúnen los componentes básicos para ser noticia. Esto se ve respaldado además por la conmoción que generan estos hechos. Por tanto, esta circunstancia hace que se muestren determinadas catástrofes relativamente menos significativas, pero visualmente más trágicas.

Por ese motivo, interesa saber cuál es el papel que desempeñan los medios de comunicación en estas situaciones, porque es sabido el efecto que produce este tipo de noticias. Y también ver cómo influyen incluso en la creación de redes de acción social y en la movilización de la pobla-ción (como se pudo ver, por ejemplo, en el caso del Prestige en España o más recientemente con el tsunami del 2004 en el sudeste asiático19). ¿Se podría decir entonces que los medios de comunicación tienen un efecto directo sobre la visión o la interpretación de los fenómenos natu-rales por parte de la sociedad española? ¿Serían, pues, un agente más en el contexto de estos acontecimientos?

18. Larrondo Ureta, Ainara (2006): Del impacto mediático al olvido: la pérdida de interés noticioso como indicador de la deshumanización de los medios. En Revista Latina de Comunicación Social 61, II época, de enero-diciembre de 2006. La Laguna (Tenerife). Disponible en: www.ull.es/publicaciones/latina/200612Larrondo.pdf19. Con la salvedad de que el caso del Prestige no es un desastre natural sino una catástrofe ecológica de origen antró-pico, por lo que sus efectos no son consecuencia de un fenómeno natural.

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El quinquenio 2000-2005: un periodo de eventos catastróficos

EL ROL NATURAL DE LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN

Los medios de comunicación son hoy día un elemento básico en la conformación de los poderes establecidos en las sociedades desarrolladas. De hecho, los mass media suponen un poder de tal envergadura que sin ellos es difícil imaginar cómo discurriría el día a día de los países del primer mundo. Muchas de las realidades que vivimos ordinariamente son del modo en que son porque así nos lo hacen ver los medios. Así se muestra su peso.

Han adquirido lo que se podría denominar como un rol propio, definitorio, prácticamente natural. Por supuesto, los medios de comunicación de masas van moldeando su estatus y en los últimos tiempos se han convertido en un eje más de la llamada aldea global, donde el flujo de informa-ción se produce a una velocidad pasmosa. Esa urgencia, la importancia dada al instante a la que ya se ha hecho referencia anteriormente, hace que las formas en la información cambien, pero ello no implica necesariamente que el rol de los medios sea distinto al de hace unas décadas.

Con esta reflexión, lo que se pretende explicar es que los medios pueden decidir qué es lo que la opinión pública ve como más o menos importante en un momento determinado. Y de hecho, así sucede. ¿Convierte esto a los medios en un actor más de nuestras sociedades? Es casi obligado responder afirmativamente y, precisamente por eso, se intenta poner límites a la influencia que puedan tener, en el sentido de hasta dónde pueden llegar. Porque la relevancia que los medios conceden a algo hace que cualquier asunto se convierta en realmente trascendente.

Ese rol adquirido por los medios convierte a la comunicación en parte y en núcleo de la infor-mación en muchas ocasiones (lo importante se reduce a la retransmisión de la noticia, no a la noticia en sí misma). Se produce una realidad dirigida a una sociedad cada vez más propensa a la emotividad; a ello contribuye la fuerza de las noticias contadas en imágenes.

Hay, evidentemente, un exceso de información y eso implica un interés creciente y una mayor curiosidad por conocer y saber por parte de la población. Y esto es normal en las denominadas Sociedades de la Información (o Sociedades del Conocimiento). De hecho, los sectores relacio-nados con las tecnologías de la información y la comunicación tienen en este contexto un papel primordial en la sociedad actual.

Como apunta C. Lozano Ascencio, los medios de comunicación son uno de los principales vín-culos de las sociedades globalizadas20. Por esta razón precisamente es por lo que la información contiene lo que se señalaba en la introducción como responsabilidad social. El complejo contex-to internacional unido a la importancia que tiene todo lo relacionado con la vulnerabilidad huma-na hace que esa responsabilidad sea máxima en lo concerniente a las situaciones de crisis.

20. Lozano Ascencio, Carlos (2003): Comunicación social y riesgos globales. Luces en el laberinto audiovisual: Congre-so Iberoamericano de Comunicación y Educación. Universidad de Huelva, octubre de 2003

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C. Lozano Ascencio insiste mucho en esta idea de la responsabilidad y es que, en efecto, se hace necesario insistir en ello: los medios de comunicación de masas ineludiblemente tienen un compromiso con la sociedad que se presenta con toda su fuerza en las noticias referidas a las zonas más empobrecidas del mundo. En este punto, hay dos aspectos fundamentales a tener en cuenta: el primero de ellos es la globalización, que paradójicamente ha demostrado la enorme brecha que separa a los países en vías de desarrollo y los países desarrollados. Y el segundo, la transformación de las nuevas tecnologías (que ha evidenciado aún más esa desigualdad) que hace posible que veamos de manera instantánea lo que sucede en otra parte del mundo.

Ambos aspectos han modificado el modo en que se trabaja en la comunicación, pero eso no cambia necesariamente el rol de los mass media. Otra cosa es que ese papel tenga cada vez mayor relevancia, como puede suceder por ejemplo en la gestión de crisis. Además, el aumento tan espectacular de los desastres naturales ocurridos en los últimos años también contribuye a que la comunicación e información en estos temas gane notabilidad.

EL PAPEL DE LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN EN EL ÁMBITO DE LA ACCIÓN

HUMANITARIA Y LA GESTIÓN DE CRISIS

Los medios actúan como canal de ayuda en la Acción Humanitaria, es decir, que a través de ellos muchas personas envían dinero a las zonas afectadas cuando acontece una crisis (“La organización no gubernamental Médicos sin Fronteras (MSF) anunció ayer la suspensión de su campaña de recaudación de fondos para las zonas del sudeste asiático devastadas por el maremoto, porque ha recibido ya más dinero del que puede utilizar en sus operaciones en esos países”21). Esta es una ayuda incontrolada, sin coordinación de ningún tipo y que sobrepasa la respuesta inicial, abandonando futuras actuaciones de prevención: “La resaca de la gigantesca ola que asoló Asia en diciembre ha venido en forma de solidaridad. Ya se habla de que ésta va a ser la mayor operación humanitaria de la historia, aunque lo cierto es que la respuesta en forma de ayuda de las administraciones públicas y las donaciones privadas se repite en todos los casos de grandes desastres naturales. Se reitera la marea solidaria pero también se repiten los vicios asociados a una solidaridad mal entendida”22. En este caso, la función de los medios como agentes de la Acción Humanitaria no fue la esperada, no se aprovechó su verda-dero potencial porque actuaron como meros informadores en lugar de colaborar para una eficaz canalización de las ayudas. Si se tuvieran en cuenta sus posibilidades reales de intervención en la gestión de crisis, podrían convertirse en un actor de primer orden tanto en la prevención como en la respuesta en situaciones de emergencia.

21. Diario de León, 05/01/2005: “Médicos Sin Fronteras tiene dinero suficiente y suspende la recaudación”.22. Expansión, 19/01/2005: “La situación tras el ‘Tsunami’ de Asia vuelve a poner de relieve las deficiencias. Los puntos negros de la solidaridad”.

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El quinquenio 2000-2005: un periodo de eventos catastróficos

Al tratar de los medios de comunicación, el Diccionario de Acción Humanitaria y Cooperación al Desarrollo dice lo siguiente: “Los medios tienen una importante incidencia en la percepción de la opinión pública occidental sobre los problemas del desarrollo y las crisis humanitarias, influyendo en el cómo, cuándo y dónde de las actuaciones de respuesta. (…) Sin embargo, es discutido hasta dónde llega su capacidad de influencia real y el sentido de ésta”23.

Efectivamente, aún no hay consenso entre los expertos en la Acción Humanitaria respecto a si los medios de comunicación pueden ser considerados como actores humanitarios. Es cierto que en las últimas décadas han aparecido nuevos agentes humanitarios (se ha producido una mul-tiplicidad de agentes humanitarios), pero éstos siguen denominándose como “actores no-tradi-cionales”. Y en este proceso de transformación, se plantea la cuestión de cuál es el papel de los medios dentro del nuevo sistema humanitario y en la resolución de situaciones de emergencia.

Hay suficientes razones para considerar a los medios de comunicación de masas como un nuevo agente de la Acción Humanitaria, pero también hay bastantes razones para no hacerlo; los ex-pertos esgrimen argumentos sólidos en ambos sentidos. Así, está claro que la función actual de la comunicación es difícil de evaluar desde cualquier óptica, aún más si las catástrofes naturales en este tiempo han adquirido una mayor visibilidad.

La realidad es que los desastres naturales han aumentado espectacularmente en los últimos años, y ello hace que su tratamiento informativo sea diferente en la actualidad. ¿En qué sentido? Pues sobre todo en la manera en que se acercan los mass media a estas situaciones de emer-gencia, ya que se convierte la catástrofe en una noticia. Esto requiere: primero, un esquema y lenguaje periodístico propios, y segundo, un espacio igualmente propio dentro de la información diaria. De este modo, cada vez se asiste con mayor asiduidad a noticias referidas a situaciones de crisis con una narración muy específica.

Esto hace que no sólo los medios se acerquen más a esta realidad, sino que las sociedades desarrolladas también vean más cerca y cotidiana dicha realidad. Y a la par, se demanda más información sobre estas situaciones, por sus características propias: “Las catástrofes, socialmen-te, despiertan en el ser humano actitudes muy fuertes y diversas. Los desastres naturales nos acercan más que nunca a los instintos básicos: ira, miedo, indefensión, hambre, frío…”24.

Ya se ha señalado esta característica al hablar de la necesidad de emocionar relacionando de forma tajante catástrofe con tragedia.

23. Diccionario de Acción Humanitaria y Cooperación al Desarrollo, opus cit.24. Moral, Javier (2000): “Administraciones públicas y medios de comunicación social (Mass Media) (Protección Civil, emergencia y comunicación)”. Dentro de la Conferencia Virtual sobre Teoría y práctica de las Ciencias Sociales en situa-ciones de riesgos catastróficos, de la Dirección General de Protección Civil de España. Centro Europeo de Investigación Social de Situaciones de Emergencia (CEISE). Madrid, octubre de 2000.

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La mayoría de las veces, los medios son el nexo entre el acontecimiento y la opinión pública internacional. ¿Se convierten, pues, en agentes de la Acción Humanitaria? No es fácil responder a esto. Pérez de Armiño y Marta Areizaga señalan la existencia de un “triángulo de crisis”25, formado por los gobiernos donantes, los medios de comunicación de masas y las organizaciones humanitarias, y plantean que tanto los medios de comunicación como los ejércitos pueden ser considerados como dos nuevos actores dentro de este marco. Ésta sería parte de la respuesta inmediata de los países desarrollados cuando se producen situaciones de crisis.

Por tanto, se podría ver en los mass media esa posibilidad de influir en la gestión de desastres, especialmente en las fases de intervención, respuesta y recuperación de las zonas afectadas. Porque “La importancia de la información antes, durante y después de las catástrofes naturales es crucial para salvar vidas y tan necesaria como el agua, los alimentos o las medicinas, según el informe mundial sobre desastres presentado ayer, en Ginebra, por la Federación Internacio-nal de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja”26.

Ellos tienen la capacidad y los recursos para hacer que la opinión pública reaccione ante estas situaciones e influyen con mayor facilidad o de manera más directa que otros agentes. Consiguen emocionar, convertir algo en el centro de la actualidad, acercar, aproximar realidades opuestas y, sobre todo, que se actúe, que se vean las consecuencias. Efectivamente, asocian catástrofe a tragedia, pero eso consigue que la opinión pública se implique. Es un círculo vicioso porque el espectador reacciona ante la conmoción que generan estos hechos. Y ésta es precisamente la razón principal por la que los medios en muchas ocasiones muestran catástrofes menos impor-tantes, aunque visualmente más trágicas. Así pues, contribuyen a conformar la percepción que la opinión pública tiene respecto a los desastres naturales, asociándose asimismo desastre a tragedia sin descubrir las razones por las que son tan trágicas estas situaciones.

Es decir, ¿por qué son castigadas las mismas zonas continuamente por fenómenos como sequías, inundaciones, etc.? Indudablemente porque va unido a la pobreza extrema que se vive en las principales zonas de riesgo: “Para más de cien países en desarrollo situados en zonas de riesgo, la pobreza es al mismo tiempo causa y consecuencia de los desastres naturales. Los países empobrecidos acumulan 98 de cada 100 muertos producidos en estas catástrofes durante los últimos veinte años. También han cargado con la mayor parte de los costes económicos, que sólo en la década de los noventa alcanzaron los 660.000 millones de dólares. La falta de in-fraestructuras y servicios básicos incrementa la vulnerabilidad de las poblaciones pobres ante los desastres naturales, agravando sus efectos, multiplicando los costes de la reconstrucción e hipotecando el futuro de las zonas afectadas durante años”27.

25. Diccionario de Acción Humanitaria y Cooperación al Desarrollo, opus cit.26. El Mundo, 05/10/2005: “Informar sobre catástrofes, crucial para salvar vidas”.

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El quinquenio 2000-2005: un periodo de eventos catastróficos

En este contexto, los medios de comunicación tienen un papel crucial que ejercer, con enormes posibilidades de intervenir tanto en la prevención como en la respuesta a las crisis.

Probablemente, un punto de inflexión en este sentido ha sido el año 2005, que ha supuesto un aumento muy considerable del número de desastres ocurridos con respecto al año anterior. Y eso ha concedido a estos hechos más visibilidad en los medios, por lo que las sociedades occidenta-les se han visto inmersas en noticias de esta índole con bastante cotidianeidad. Eso demuestra la capacidad que tienen los mass media para poner en el centro de la actualidad un determinado hecho, aunque lo hagan con cierto tremendismo y sin voluntad de involucrarse de otro modo, y es que “Desastres y accidentes son los temas preferidos en las noticias de lo informativos de televisión, por encima de las noticias sobre el Gobierno y terrorismo”28. Pero demuestra tam-bién su poder de reacción y sus enormes posibilidades como actor humanitario.

27. Carreras, Ignasi y Banjul, Gonzalo (Director General y Coordinador de Investigaciones de Intermón Oxfam, respecti-vamente): Desastres naturales y lucha contra la pobreza en 2005. En: www.elpais.es, 23/01/2005.28. El Diario Montañés, 21/02/2006: “Desastres y accidentes son los temas preferidos por los informativos”.

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IDEAS CLAVE

Se ha hecho bastante hincapié en unas ideas muy definidas en relación, por un lado, al impacto inicial de las noticias sobre catástrofes, tanto por la forma emotiva y trágica con que se informa sobre los desastres naturales29, así como por la intensidad y la inmediatez con que se hace, el impacto visual de estos hechos, etc. Y, por otro lado, respecto a la función que deberían ejercer los mass media cuando desaparece la noticia, lo que se ha denominado como la responsabilidad o compromiso social de los medios.

Volviendo a la idea de la función que ha adoptado la comunicación como nexo entre la noticia y la opinión pública en la sociedad globalizada, sería importante incidir en su implicación como actor humanitario durante todo el periodo de crisis (gestación de la emergencia, rehabilitación y prevención).

En este sentido, una noticia publicada en el diario El País decía lo siguiente: “Una vez que la opinión pública tiene conocimiento de un desastre humanitario, los fondos llegan en masa a las organizaciones internacionales, pero ese dinero no se administra siempre de la forma más eficaz y justa”. Según esta noticia, Cruz Roja denuncia que “Más de una vez, la ayuda fue descargada rápida e indiscriminadamente en las zonas que más interesaban a los medios de comunicación” siendo lo peor “que el aluvión de ayuda incontrolada generó unas expectativas que dificultaron enormemente las medidas de previsión de nuevos desastres”30.

En definitiva, para determinar el alcance de los mass media en este contexto, es necesario co-nocer cuál es el papel que tienen los medios de comunicación en la actualidad y por qué es de este modo.

En este sentido, es especialmente importante analizar cómo se presentan las noticias referidas a situaciones de emergencia según se produzcan en países ricos o empobrecidos, ya que el tipo de información que los medios dan (y, sobre todo, cómo la dan) es completamente distinta.

Eso hace que la imagen que la opinión pública tiene de estos hechos pueda ser errónea en muchos casos. Naturalmente, los medios de comunicación de masas (entiéndanse las grandes empresas o grupos mediáticos) buscan un beneficio económico y no el altruismo en la informa-ción. Pero eso no quiere decir necesariamente que no puedan mostrar de un modo distinto esta realidad. Ellos influyen en la percepción que se tiene de esos acontecimientos y no puede ser diferente el tratamiento informativo de las situaciones de emergencia en función de dónde, cómo y cuándo se produzcan porque, aunque sea en distinto grado, todos somos vulnerables ante las catástrofes naturales.

29. “La Coordinadora de ONG de Desarrollo de España (CONGDE) ha remitido una carta a las direcciones generales y de programación de las televisiones estatales (…), solicitando que no se utilice el drama de la población afectada por la catástrofe en Asia para realizar ‘programas-espectáculo que prioricen el sensacionalismo de imágenes e historias humanas en búsqueda de audiencias’ ”. La Razón, 04/01/2005: “Las ONG piden a las TV que huyan del sensaciona-lismo en la tragedia de Asia”.30. El País, 28/06/2001: Cuando la catástrofe está en la ayuda.

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CAPÍTULO

La visión de los expertos ante las catástrofes actuales: el papel de la Universidad en la gestión

de crisis humanitarias

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Presentación

La visión de los expertos ante las catástrofes actuales: el papel de la Universidad en la gestión de crisis humanitarias 4

Este capítulo encuentra su origen en los últimos meses de la investigación, cuando se aprecia la necesidad de incorporar las reflexiones y opiniones argumentadas de expertos en la materia (refe-rentes del mundo académico, empresarial, de la consultoría, del ámbito militar, de la seguridad, de los medios de comunicación, de representantes del ámbito de la Cooperación Universitaria al Desarrollo, de las Administraciones Públicas, de las ONGs y de entidades especializadas en Acción Humanitaria) que con una dilatada experiencia en áreas afines a la solidaridad, la Coope-ración al Desarrollo y la Acción Humanitaria, introducen nuevos elementos de debate sobre el papel de la Universidad en las situaciones de emergencias y crisis humanitarias.

Se pretende recoger una muestra de los distintos argumentos que definen ampliamente el papel de la Universidad ante la gestión de crisis (una vez que el Plan Director de la Cooperación Espa-ñola 2005-2008 incorpora a la Universidad como Agente de la Cooperación al Desarrollo y que se ve reforzada por la Estrategia de Acción Humanitaria como actor de la misma).

A lo largo del capítulo se abordan las posibles competencias y ámbitos de actuación de la Univer-sidad, muchos de los cuales son una recapitulación de las funciones propias de la Universidad. Así se recoge en los documentos de referencia de la Cooperación Española al Desarrollo y del sistema universitario español, destacándose las nuevas aportaciones de los expertos que desde diferentes ópticas afrontan la redefinición del papel de la Universidad ante las catástrofes.

Muchas de las propuestas presentadas vienen a reforzar las hipótesis de partida de la investiga-ción y las tesis vertidas en las conclusiones finales.

Se agradece la participación y contribución de los expertos al proyecto de investigación pero, sobre todo, al debate que se abre sobre si la Universidad está preparada para intervenir en todas las fases de cualquier acontecimiento capaz de producir daños de naturaleza catastrófica.

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La visión de los expertos ante las catástrofes actuales: el papel de la Universidad en la gestión de crisis humanitarias 4Expertos

Las situaciones de crisis en el mundo producen enormes pérdidas en vidas y bienes a la Co-munidad internacional en general y de una manera más específica entre las poblaciones más desprotegidas (mujeres, niñas, ancianos y niños; por este orden).

NUEVOS ESCENARIOS

Sobre las adversidades convencionales derivadas de los desastres naturales (terremotos, tsuna-mis, inundaciones, huracanes, etc.) aparecen nuevas formas de crisis de una virulencia extraor-dinaria como son las emergencias complejas (terrorismo, guerras étnicas, religiosas, desestruc-tura del Estado, pobreza profunda, violencia incontrolada) con resultados devastadores.

Además en un horizonte próximo el cambio climático y las incertidumbres de la explosión tecno genética nos hace situarnos en un escenario de incertidumbres que nos obliga a plantear todas las estrategias de control posible.

Para todo ello la Universidad representa un observatorio ilimitado en espacios tan imprescindi-bles como la investigación, el desarrollo de nuevas tecnologías de mitigación y la formación del personal para la gestión de crisis.

LOS NUEVOS PARADIGMAS PARA LA GESTIÓN DE CRISIS

1. La inteligencia de crisis es el resultado de la elaboración -adquisición, colección, análisis e interpretación- de toda información de interés relativa a las eventuales interacciones nocivas de las personas con su universo. De su desarrollo continuo se desprenden nuevas vulnerabili-dades a las que hemos de aplicar nuevas respuestas, por lo que la inteligencia de crisis debe ser incorporada a la agenda de desarrollos pendientes (11 M, 11 S, Katrina, bioterrorismo).

ÁLVAREZ LEIVA, CARLOS

El papel de la Universidad en la Gestión de Crisis

Doctor en MedicinaDirector del Máster de Emergencias de la Universidad de Sevilla Coronel Medico en la [email protected]

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La visión de los expertos ante las catástrofes actuales: el papel de la Universidad en la gestión de crisis humanitarias

Expertos4

2. “La logística” hasta ahora reservada para las actividades militares se incorpora con fuerza re-solutiva a los elementos responsables de dar respuesta a las situaciones complejas con retos de proyección a escenarios alejados en ambientes de especial austeridad, no en vano, de ella depende la capacidad de despliegue de estructuras eventuales en proximidad a los escenarios críticos y mantenerse en ellos el tiempo necesario (Darfur, Chad, etc.).

3. La gestión continua de la autoridad refiere un nuevo reto entre lo operativo y lo políticamente correcto, los últimos grandes eventos han demostrado fehacientemente que el impacto me-diático que una catástrofe ejerce sobre el político con frecuencia le invita a gestionarlo sobre el terreno y sin criterios técnicos con resultados manifiestamente mejorables.

La presencia continua del político en el foco de la crisis en momentos complicados es un factor deletéreo del sistema de socorro desplegado.

4. La visibilidad organizativa, “la organización se tiene que ver y si no se ve es que no existe”, tan propia en los pueblos anglosajones, es una de las grandes asignaturas pendientes en otros entornos menos desarrollados, lo que determina un mantenimiento en el tiempo y en el espacio de un magma caótico y desestructurado.

Esta visibilidad afecta a las personas y a los recursos desplegados.

5. Las transmisiones aún en su impresionante desarrollo, siguen representando una de las mayores vulnerabilidades en los primeros momentos de respuesta y especialmente en áreas confinadas. La tecnología satelital nos ofrece nuevas capacidades de indudable interés que hemos de potenciar desde los ambientes de la investigación y el desarrollo.

6. El modelo de gestión de las competencias, precisa una reflexión profunda ya que en circuns-tancias limite no es fácil disponer y manejar competencias con recursos de otras administra-ciones o de otros operativos, fenómeno éste de enorme impacto político social, pero sobre todo resolutivo. Hoy no es posible disponer de un modelo regional de gestión de crisis sin contar con todos los recursos de la nación y sobre todo sin familiarizarse con los medios y procedimientos militares.

Todas las áreas de la acción universitaria tienen una cuota en la mejora del sufrimiento humano: ingenierías, biología, derecho, etc., porque cada una incide sobre la vulnerabilidad de los siste-mas en los que vivimos.

Por todo ello, la Universidad deberá mantener un clima de aproximación e intervención científica y operativa en beneficio de la humanidad.

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RESEÑA CURRICULAR DE CARLOS ÁLVAREZ LEIVA

Natural de Huelva es Coronel médico en reserva, cuyo último destino ha sido la Unidad Militar de Emergencias.

Licenciado y Doctor en Medicina por la Universidad de Sevilla, es Especialista en Medicina Interna; Diplomado Militar en Cuidados Críticos; Especialista en Medicina Intensiva y Cuidados Críticos.

Es Académico numerario de la Real Academia de Medicina de Murcia y ha sido Profesor Aso-ciado de la Universidad de Sevilla, y Director del Máster de Emergencias de la Universidad de Sevilla que cuenta con 15 Ediciones.

Fundador y Director del Servicio de Asistencia Médica Urgente SAMU/Sevilla; y Fundador y Presidente de la Sociedad Española de Medicina de Catástrofes (SEMECA), en el que además ha sido miembro del consejo de redacción de los Cuadernos Medicina de Emergencias durante 1994-1996, así como miembro de la Sociedad Internacional de Medicina para casos de Catás-trofes.

Ha escrito numerosos libros y ha participado en distintas misiones nacionales e internacionales desde 1975: Nicaragua, Irán, Irak, Bosnia, Mozambique, Turquía, Kosovo, Indonesia, Guatema-la y Perú.

Actualmente dedica su mayor esfuerzo a la Unidad Docente de SAMU en Sevilla en la que desa-rrollan el citado Máster de Emergencias de la Universidad de Sevilla; dirige la Revista “Revisiones en Urgencias Emergencias y Catástrofes” y el cuatrimestral “InfoEmergencias”; y colabora en diferentes foros nacionales e internacionales relacionados con la Gestión de Crisis y la Ayuda Humanitaria.

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Expertos4

AMARILLA MENA, MANUEL

El papel de la Universidad ante las Crisis HumanitariasCatástrofes naturales y aquellas en las que la intervención del ser humano

ha tenido un papel decisivo pero no intencionado

MA en Política Internacional y Estudios de Seguridad (Bradford, UK)Experto en Prevención y Gestión de Crisis Internacionales (Carlos III, Es)Director Ejecutivo del Centro Internacional para la Promoción de la [email protected]

SUMARIO

En este artículo se analiza el papel de la Universidad dentro de la gestión de Crisis Humanitarias cuyas causas sean debidas a catástrofes naturales o en las que la intervención del ser humano ha sido decisiva pero no intencionada. Hoy en día estas Crisis Humanitarias marcan las agendas políticas, económicas, sociales y militares. Igualmente, esto se refleja en el diseño de la agenda científica o académica. Todo indica que nuestro bienestar está amenazado por hechos tales como accidentes, catástrofes, desastres, procedimientos químicos, virus y enfermedades que nos muestran la vulnerabilidad de nuestra sociedad. Estamos quizás en un momento en que nos enfrentamos a amenazas sin enemigos. Por lo tanto, la Universidad juega un papel de factor de cambio, que debe crear sinergias para: fomentar los estudios de gestión de crisis dentro del diseño curricular, apoyar la investigación, crear grupos de ideas y convertirse en referente para los medios de comunicación.

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La visión de los expertos ante las catástrofes actuales: el papel de la Universidad en la gestión de crisis humanitarias 4Expertos

Para los ecologistas, el vestir sus programas con ropas empapadas en la sangre de la guerra, traiciona sus valores principales y crea confusión

sobre las tareas reales que se deben afrontar.

Deudney [1999]

La única forma de asegurar la sociedad de las amenazas medioambientales es su cambio.

Buzan [1998]

Las ideas seculares como el socialismo o el medioambientalismo tienden a integrarse, abarcando a todos aquellos que las apoyan, a pesar de

que, como la experiencia recientemente ha demostrado, el carácter universal de este tipo de ideas puede servir como una justificación para

las prácticas del totalitarismo y del autoritarismo.

Kaldor [2001:78]

INTRODUCCIÓN

En el campo de los Estudios de Seguridad dentro de las Relaciones Internacionales, existe una batalla por considerar las Crisis Humanitarias, tanto las provocadas por catástrofes naturales como aquellas en que la intervención del ser humano haya sido decisiva pero no intencional, como un factor de riesgo para la seguridad internacional y por lo tanto para los intereses de las naciones.

Utilizando el marco de la seguridad medioambiental como ejemplo de esta confrontación pode-mos darnos cuenta de su importancia. Así, tenemos contendientes que ven en estas catástrofes o crisis humanitarias una oportunidad para expandir, modificar o mantener la agenda internacional de la seguridad. Los autores citados anteriormente son ejemplos de estas posiciones limitadoras, expansionistas o de balance.

Este enfrentamiento, se debe a que el concepto de globalización ha cambiado radicalmente la definición conservadora de seguridad nacional. Estamos en un nuevo mundo con procesos de interconexión que no obedecen los límites clásicos de los estados nación, ya sean los de sobera-nía, territorialidad y autonomía [Buzan, 1991:131-134], [Buzan y otros, 1998:71-93]. Debido a esta situación de anarquía, la comunidad internacional se enfrenta a unas nuevas amenazas. Estas amenazas están creando una sociedad de riesgos [Jones, 1999:80] donde los enemigos son difusos y desafían el concepto realista de los estados como actor fundamental en las rela-ciones internacionales.

Las nuevas amenazas tienen en los actores trasnacionales un nuevo enemigo. Aun así, ciertos sectores se resisten a aceptar que la pobreza, la superpoblación o el calentamiento global cons-tituyen riesgos para nuestra sociedad. Esa visión es una visión obsoleta. Las nuevas corrientes

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31. Barry Buzan menciona dos agendas relativas al medio ambiente: la científica y la política, que son las que van a sostener la agenda medioambiental. Esta agenda incluye la ruptura de ecosistemas, los problemas energéticos, la super-población, la alimentación y los problemas económicos junto con las luchas civiles.

de Estudios de Seguridad, sobre todo en países nórdicos defienden que la seguridad ya no es un tema o materia de los estados, sino que es un tema que afecta a la sociedad global, donde los estados están dejando de ser el actor central.

Por lo tanto, la seguridad se define dentro de diversos campos ya sea el político, el económico, el social, el militar y, por último, el medioambiental. Es suficiente comprobar cómo los estados nación han adaptado sus agendas a esta nueva tendencia, aunque también reflejan diversos po-sicionamientos en función de sus intereses nacionales. Por ejemplo, documentos como European Security Strategy 2003 [Consejo de Europa; 2003], la US Nacional Security Strategy 2002 y 2006 [US Presidencia, 2003/2006] adoptan estas nuevas visiones dentro de sus estrategias de seguridad y defensa. En el caso español, la Directiva de Defensa Nacional [Ministerio de Defen-sa, 2004], [Jiménez-Ugarte, 2004] hace un esfuerzo por reconocer una nueva aproximación aunque todavía está enmarcada dentro de la definición clásica de seguridad dentro del sector militar.

Por lo tanto, que la seguridad de nuestras sociedades necesita una visión global es algo obvio. Los nuevos riesgos ya sean provocados por la involuntariedad de nuestras acciones o por las consecuencias aleatorias de la naturaleza, están teniendo cada vez una mayor importancia. He-chos como Bhopal, Exxon Valdez, Prestige, Chernovyl, epidemias como la gripe aviar, la llamada crisis de las vacas locas, el sida, las guerras del agua o actualmente el calentamiento global dan una idea de la envergadura de nuevas crisis humanitarias que no se daban en el pasado. Esto es así, porque la tecnología o nuestro desarrollo han alcanzado cotas de progreso que conllevan la capacidad de un riesgo nunca visto por nuestra sociedad [Mathews, 1989:162-177]. Cabría también preguntarse, si existe un sobredimensionamiento del problema, si existe una tendencia a asegurar nuestras vidas en occidente para controlar el progreso de otros, o bien una tendencia a cambiar las verdaderas prioridades que tiene la sociedad.

Lo que es evidente, es que hay una serie de nuevos desafíos tecnológicos al ecosistema, como los causados por la energía nuclear y las industrias químicas y de biotecnología, que han crea-do el potencial de destruir a una escala inimaginable que alterará el cálculo del riesgo. Por lo tanto, no existirá tratado o sistema capaz de controlar el peor escenario posible. El potencial de incertidumbre está poco a poco desgastando la legitimidad del orden establecido. Estas nuevas amenazas no respetarán el estado en su forma tradicional.

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¿CUÁL ES EL PAPEL DE LA UNIVERSIDAD?

Desde mi experiencia en diversos campos de la seguridad, tanto desde el punto de vista nacional como internacional, la Universidad tiene un papel fundamental a desarrollar.

Este papel debe ser reflejo de un debate responsable donde confluyan las agendas31 políticas, científicas y académicas [Buzan, 1998:71-75]. Mi posición para ello, no se enmarca en con-creto en una determinada agenda. Como consecuencia de mi trabajo, en el análisis político y de seguridad, en la seguridad pública y en la investigación académica en conflictos políticos, socia-les o económicos, entendiendo que la seguridad es multidimensional. No pertenece a un deter-minado sector, no es un campo exclusivo ni de la policía, ni de los militares, ni de los políticos, ni de otros profesionales. Es una responsabilidad compartida por todos los sectores sociales. De ahí que la Universidad debe asumir su estudio como algo propio y no dejar que caiga en manos de instituciones aisladas o ajenas al sector académico.

Ya sea en Sierra Leona, Kenia, Nepal, todo conflicto o crisis tiene una interrelación de diversas causas. Baste los ejemplos de cómo la deforestación, la falta de acceso al agua y los efectos de las lluvias torrenciales, alteran el equilibrio social, económico o político, poniendo en jaque a estos estados nación y en sus momentos más críticos, haciendo que estos tengan que depender de la ayuda internacional bajo la llamada de catástrofe o crisis humanitaria, o incluso que ciertos estados intervengan militarmente para gestionarlas o que las camuflen como tales para justificar su intervención. ¿Es Darfur una crisis humanitaria debida a la lucha por controlar ciertos recursos petroleros? ¿Dónde está el límite entre los conflictos bélicos provocados por una acción humana que no es intencionada pero que provoca violencia? No olvidemos que la violencia o el uso de la fuerza, es el recurso al que se acude cuando la gestión pacífica de una crisis no ha dado los resultados esperados por las partes.

Por lo tanto, no tiene sentido hablar de gestión de crisis humanitarias sin entender que cual-quier tipo de crisis afecta la seguridad de todos, ya sea una catástrofe natural, un accidente o un conflicto bélico, todos ellos crean víctimas y generan inseguridad. No obstante, existe una clara línea internacional en estudiar este tipo de crisis dentro de lo que se denomina Seguridad Medioambiental [Amarilla: 2007]. Es por ello, que la Universidad debe recoger dentro de sus esfuerzos este tipo de estudios e incorporarlo a sus aulas.

Volviendo al debate responsable del papel de la Universidad, durante el mismo surgirán políticos, científicos y estudiosos que apoyarán que la Universidad debe defender posiciones clásicas sobre la gestión de la seguridad en su contexto sectorial político y militar, aquellos que apoyaran su extensión a campos tales como el social, económico; y por último, y relativo al presente artículo, al sector de las amenazas sin enemigos como el de la gestión de crisis humanitarias debidas a factores naturales o a incidencias involuntarias de la acción humana.

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LA UNIVERSIDAD COMO FACTOR DE CAMBIO

Teniendo en cuenta todo lo anterior, la Universidad debe ser consciente de la batalla que ac-tualmente está teniendo lugar a un nivel político, académico y científico sobre cómo gestionar crisis, estudiar sus causas y mitigar sus efectos. Su papel es fundamental, tanto en las labores formativas como en la investigación y necesita de una adaptación inmediata por no decir de un cambio radical.

Este cambio o adaptación, debe reflejar una visión multidimensional y expandirse más allá del entorno clásico de las aulas, para integrarse en todos los aspectos de la gestión de crisis hu-manitarias, ya sea el económico, social, político o militar. Este último sector, debe empezar a tener una relación proactiva con la Universidad, participando en las instituciones universitarias y prestando sus recursos y experiencia para abrir sus puertas tanto de salida como de entrada de capital humano. No es militarizar la Universidad, sino todo lo contrario. Es fomentar la creación de espacios comunes donde la integración sirva para estudiar las crisis desde todos los puntos de vista, y donde nuestros militares se sientan confortables y cómodos, no como agentes ajenos al mundo académico sino como parte de él.

Igualmente, la Universidad debe convertirse en un centro receptor de ideas y difusor de las mis-mas, donde la investigación debe tener un papel prioritario. Como institución debe además de transmitir conocimiento, enseñar a investigar o a construir conocimiento. Esa investigación debe salir de la Universidad y formar parte de la educación general de su sociedad. La Universidad debe dejar de convertirse en un estadio final de la educación de sus ciudadanos. Su sinergia debe abarcar niveles elementales de formación, como los previos a la llegada de sus alumnos. Escuelas, institutos deben ser parte constructiva de la Universidad, todos como institución co-mún académica.

La Universidad debe ser un centro de formación y reciclaje, donde sus nuevos estudiantes pu-dieran ser también viejos estudiantes. Donde la experiencia sea un valor y no un obstáculo para acceder a ella. Tenemos un capital humano cada vez con mayor experiencia en gestión de crisis internacionales y hay que darle facilidades para que la Universidad sea receptora de ese conocimiento. Es muy difícil pero no imposible empezar a ver en sus aulas a profesionales de otros sectores difundiendo su conocimiento. Por ejemplo, existe un esfuerzo real en secundar expertos en diversas instituciones mundiales y parece que no existe el mismo esfuerzo en que éstos retornen. La sociedad en general a través de sus impuestos, invierte en ellos, pero luego no sabe cómo adaptarles y sacar provecho a su experiencia. Es por ello, que la Universidad debe crear plataformas donde este capital multiplique conocimiento y revierta de nuevo en aquellos que invirtieron en ellos.

Como centro de investigación y en lo que conlleva la formación del investigador estudiante. Se debe fomentar el que éstos puedan recibir ayudas para investigar y aprender a investigar,

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fomentar el voluntariado sostenible y no que éste sea sólo para unos privilegiados que sus fami-lias puedan permitirles una formación paralela, ya sea a través de costosos masters, interships u otros sistemas. Se debe concienciar a las instituciones financieras en que investigar es una inversión y no un gasto. Así, se debe ayudar a promover créditos de investigación para alumnos o instituciones, que no sólo les permitan pagar estudios pero también el adquirir experiencia de campo e investigadora.

Los centros de investigación se tienen que convertir en el epicentro de la vida universitaria y ser factoría de ideas, haciendo de esta institución el lugar donde se encuentren las soluciones y los problemas. Estos centros de investigación tienen que integrar tanto a instituciones públicas como privadas para que el beneficio también se extienda al ámbito de la gestión pública como priva-da. No es que se deba priorizar la creación de lobbies, pero sí la de grupos de gestión de ideas para encontrar soluciones. Por ejemplo, en diversos países europeos, no es concebible un centro académico que no posea centros de investigación, convirtiéndose en estos casos en la referencia de las instituciones universitarias para atraer a estudiantes de otros países. Hoy en día, lo que se estudia en un país se puede estudiar en cualquier otro, pero lo que se investiga no.

Por último, la Universidad y los medios de comunicación deben establecer un nuevo papel de colaboración. Se debería crear un centro de expertos universitarios que pudieran ser contactados por los medios de comunicación al objeto de corregir una tendencia a que el periodista sea tam-bién un experto académico. Los profesionales de la información deben saber que la información adecuada está en la Universidad y es por eso que la televisión, la radio o el papel deben ser conscientes de que una noticia sin contraste es una opinión infundada. Por lo tanto, la informa-ción debe ser responsable y abandonar los campos temerarios de la opinión que inducen a la desinformación o a la manipulación.

CONCLUSIÓN

El estudio de la seguridad y en particular la gestión de crisis relativas a catástrofes naturales, así como a las provocadas por la acción humana no intencionada deben abandonar conceptos clá-sicos enmarcados en los sectores político o militar. La seguridad global de la humanidad abarca temas fundamentales como el acceso al agua, el hambre, la pérdida de biodiversidad o el cambio climático junto con la proliferación nuclear o el terrorismo.

De forma particular y en el campo que nos ocupa, la Universidad debe crear sinergias en materia de estudios de gestión de crisis humanitarias, donde sus causas y gestión se amplíen a diversos marcos, ya sea el político, económico, social, militar y medioambiental. Así, el establecer estu-dios especializados se debe convertir en una realidad. Estos deben comprender tanto el primer y segundo ciclo universitario, complementados por el tercero o los programas de doctorado. Es por ello, que se debe fomentar la investigación dentro del diseño curricular e igualmente crear

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plataformas de difusión, donde la publicación es una prioridad para la formación. Como con-secuencia, esos estudios deben permitir una participación generalizada, abriendo sus aulas y utilizando sistemas de comunicación global.

Dentro de la propia gestión de crisis se deben fomentar plataformas o centros de gestión de ideas para que sean la proyección de la Universidad hacia la acción exterior. No es prioridad crear gru-pos de presión, pero sí promocionar una actitud responsable de difusión de ideas. La Universidad debe ser el referente de la sociedad y los medios de comunicación deben ser conscientes de esa referencia donde la Universidad debe formar parte del contraste de la noticia.

En general, si la Universidad no asume su responsabilidad como factor de cambio, arriesgamos a la misma a una regresión geométrica, porque mientras que el cambio no se lleve a efecto hoy, los esfuerzos serán mayores para alcanzar la situación de mañana. Así por ejemplo, la falta de cum-plimiento del Acuerdo de Bolonia en materia de homogenización de los estudios universitarios europeos, provoca un retraso institucional, que daña la reputación de la Universidad Española en la creación de ideas. Este retraso demuestra la falta de interés de la Universidad como institución y refleja la falta de sensibilidad política de España en materia de relaciones internacionales.

Por todo lo anterior, debemos ser conscientes de que nuestro tejido social tiene los recursos eco-nómicos, la capacidad humana y el interés de expandir nuevas ideas, ya sea en esta materia o en otras, más allá de nuestras fronteras administrativas, aunque estas últimas parecen atraparnos.

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RESEÑA CURRICULAR DE MANUEL AMARILLA MENA

Es Director Ejecutivo del Centro Internacional para la Promoción de la Seguridad (CIPS).

Máster en Política Internacional y Estudios de Seguridad (Universidad de Bradford, UK). Experto en Prevención y Gestión de Crisis Internacionales (Universidad Carlos III, Esp). Funcionario del Ministerio del Interior.

Ha trabajado con ONU, OTAN, OSCE e Interpol, siendo Asesor en Política y Seguridad de la Comisión Europea.

Tiene experiencia de campo en África, Asia, Latinoamérica y Europa.

Actualmente está realizando su doctorado en la Política de Seguridad y Defensa Europea en la Universidad de Bradford.

Es miembro de la Political Studies Association y autor en World Security Network.

Ha publicado diversos artículos sobre Seguridad Medioambiental, Sector de Reforma Policial, Globalización en los Estudios de Seguridad y Amenazas para la Seguridad y Defensa Europea.

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ANGORA CARREÑO, RICARDO

El papel de la Universidad ante las crisis humanitarias

Licenciado en MedicinaVocal de Acción Humanitaria de la Coordinadora de Organizaciones no Gubernamentales de Desarrollo de España (CONGDE)Profesor del Máster “Especialista en Fisioterapia Osteoarticular” de la Escuela Universitaria de Fisioterapia de la ONCE-Universidad Autónoma de Madrid (UAM)[email protected]

A diario múltiples acontecimientos afectan negativa y bruscamente a la vida cotidiana de una comunidad, región o país. Diversos tipos de catástrofes naturales ponen en riesgo a numerosas poblaciones del planeta, ocasionando cientos de miles de víctimas y dando lugar a crisis huma-nitarias.

El riesgo es mayor en países empobrecidos, con escaso desarrollo de infraestructuras, alta den-sidad de población e inadecuados sistemas de respuesta ante desastres. En estas situaciones de crisis humanitarias se impone la supervivencia, incapaz de ser garantizada por la propia comu-nidad o el país, precisando ayuda del exterior.

Ante estas crisis humanitarias, surge una conciencia entre la ciudadanía mundial de actuar, una conciencia de solidaridad y de compromiso con las víctimas. Es la ética de socorrer, de ayudar a las personas que sufren sin tener en cuenta ideologías o fronteras.

La respuesta humanitaria en la última década se ha caracterizado por un incremento de la fi-nanciación disponible, un aumento del número de actores humanitarios con las consiguientes dificultades de coordinación y una mejora de la calidad de las intervenciones.

La responsabilidad de desplegar, desde el ámbito internacional, la Acción Humanitaria, ha re-caído tradicionalmente en las Naciones Unidas a través de sus Agencias Humanitarias, el CICR, y las ONG. A estas organizaciones clásicas, se han sumado en los últimos tiempos nuevos ac-tores de la Acción Humanitaria entre quienes la Universidad tiene un espacio propio. Hasta el momento tímidamente desarrollado, pero con un gran potencial, que debe servir para mejorar cualitativamente las intervenciones de Acción Humanitaria.

La Universidad cuenta con la base del conocimiento aplicable a los diferentes ámbitos de la Acción Humanitaria. Desde las intervenciones de emergencia y rehabilitación posterior, hasta las actuaciones dirigidas a la prevención de las mismas, ligadas a la disminución de la vulnera-

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bilidad de la población y vinculadas con el desarrollo. Igualmente es aplicable el conocimiento a los diferentes procesos de investigación, planificación, ejecución y evaluación de la respuesta a los desastres.

Un análisis del pasado 2006 muestra como la Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD) de las universi-dades españolas ascendió a casi 10 millones de euros, con una discreta contribución a las inter-venciones en catástrofes naturales. Casi la mitad de la AOD se centró en países de renta media baja como Sudamérica y Centroamérica, destinando un 8,1% a África Subsahariana. Dado el potencial que alberga, parecería lógico que la Universidad pudiera realizar un mayor aporte en la respuesta a catástrofes naturales, especialmente en los componentes de mayor experiencia como la investigación y formación.

Se necesita aunar fuerzas y estrategias por parte de las diferentes entidades y organizaciones con capacidad de intervenir en la Acción Humanitaria de respuesta y solución a las catástrofes natu-rales. El papel de colaboración de la Universidad podría verse reflejado en múltiples aspectos:

INVESTIGACIÓN

Existen en la actualidad diferentes institutos de investigación ligados a universidades en las Co-munidades Autónomas, que desempeñan acertadamente esta tarea y son referencia para el resto de agentes de la Acción Humanitaria.

Es de gran utilidad la investigación llevada acabo sobre los fenómenos naturales que ocasionan catástrofes, para un mejor conocimiento de sus causas y sus efectos. También son útiles los estudios que se realizan sobre las regiones del planeta más proclives a sufrir el azote de los fe-nómenos naturales y la diferente tipología de los mismos.

Igualmente es necesario realizar análisis multidimensionales de las respuestas que se dan por parte de las diferentes organizaciones gubernamentales y no gubernamentales a las catástrofes naturales e impacto de las mismas. Esto debe permitir sacar conclusiones para mejorar las in-tervenciones en este ámbito.

TRANSFERENCIA DE CONOCIMIENTO Y TECNOLOGÍA

La transferencia de conocimiento y tecnología debe estar dirigida a los países en situación de vulnerabilidad ante catástrofes naturales. Debe abarcar las diferentes dimensiones de respuesta a las mismas.

Debe llevarse a cabo prioritariamente en el área de la gestión de riesgos. Dentro de este ámbito debe estar dirigida a la prevención del impacto de las catástrofes. Asesorando sobre el tipo de construcciones de viviendas e infraestructuras y el lugar adecuado para su asentamiento.

Un segundo nivel de actuación, tras la prevención, proviene de la mitigación del impacto de la catástrofe una vez producida. Para ello, se debe incidir en la preparación ante catástrofes, me-

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diante la capacitación de la población ante las mismas. También se debe incidir en proporcionar la respuesta adecuada a las catástrofes, mediante el fortalecimiento institucional.

Esta transferencia de conocimientos especializados debe articularse a través de la colaboración interuniversitaria con las universidades de estos países, y también a través de otras contrapartes locales.

Sin duda esta dimensión de la actuación ante las catástrofes naturales supone una de las medi-das de mayor impacto porque proporciona la capacidad para una disminución de la vulnerabi-lidad de la población. Las actuaciones en esta línea deben llevarse a cabo no de forma aislada sino vinculadas a la cooperación al desarrollo de los pueblos.

Otra de las dimensiones de la respuesta a las catástrofes naturales lo constituye la propia inter-vención de emergencia. En este área resulta igualmente de gran utilidad formar y dotar adecua-damente a los equipos de respuesta locales para llevar a cabo intervenciones eficaces.

Finalmente se debe contemplar la dimensión de la rehabilitación tras el desastre. En esta área se debe proporcionar la tecnología y la formación necesarias para llevar a cabo la rehabilitación de redes e infraestructuras destruidas o deterioradas.

FORMACIÓN DE PROFESIONALES

Existen al respecto diversos programas de postgrado y másteres en la materia impartidos en di-ferentes universidades españolas de las que se nutren organizaciones que desempeñan su tarea en el campo de la Acción Humanitaria.

Especialmente el sector de las ONG precisa de la formación continua de su personal para am-pliar conocimientos en aspectos relacionados con catástrofes naturales. Entre ellos destacan los relacionados con la respuesta de emergencia y rehabilitación posdesastre.

ASESORÍA TÉCNICA

Ésta debe ser aplicable a los diferentes procesos de planificación, ejecución y evaluación de las intervenciones en respuesta a catástrofes naturales.

En este sentido la Universidad debe participar activamente en la elaboración de normas y guías para llevar a cabo las intervenciones con las mayores garantías de calidad. Sobre todo si se tiene en cuenta que esto supone la base para hacer intervenciones eficaces en contextos complica-dos.

Otra línea de trabajo supondría la participación en la sistematización de la evaluación de las operaciones de acción humanitaria en respuesta a las catástrofes naturales. Ésta se debe llevar a cabo con la finalidad de incorporar mejoras a las intervenciones.

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SENSIBILIZACIÓN

La sociedad, en general, posee un conocimiento superficial de lo que significa la Acción Huma-nitaria en respuesta a desastres. Se precisa incrementar las acciones de sensibilización y educa-ción de la ciudadanía en estos aspectos.

Sin duda, la Universidad tiene un papel importante en este campo, ya sea desde los propios programas de educación formal con el alumnado, ya sea a través de campañas promovidas hacia la ciudadanía en general.

FOMENTO DEL VOLUNTARIADO

Supone un aspecto clave de las universidades españolas, que cuenta con múltiples asociaciones de estudiantes donde se articula la participación del voluntariado. Estas asociaciones permiten canalizar la conciencia de solidaridad fuertemente arraigada en la población estudiantil. Uno de los ámbitos hacia donde dirigir estas energías de compromiso solidario lo constituye el campo de la acción humanitaria en respuesta a catástrofes naturales.

Los descritos campos de actuación de la Universidad ante las catástrofes naturales y sus conse-cuencias sobre las poblaciones en situación de vulnerabilidad, precisan de fórmulas para cana-lizarlas con mayor eficacia.

Estas pasan por la colaboración con el resto de agentes de la Acción Humanitaria. En este sen-tido parece adecuado incrementar los programas de cooperación interuniversitaria internacional y contrapartes locales con aquellos países y regiones en situación de mayor vulnerabilidad ante las catástrofes naturales.

El fortalecimiento de los vínculos con las administraciones públicas involucradas en la Acción humanitaria debe ser estratégico para el sector, afianzando la participación en los Consejos de Cooperación, en los diferentes niveles, locales, autonómicos y estatales y extendiendo la impli-cación a las respectivas agencias de cooperación.

Sin duda una de las apuestas debe consistir en desarrollar la colaboración con las ONG de Acción Humanitaria y Desarrollo en los múltiples espacios comunes que comparten ambas entidades. Supone incrementar los vínculos en formación de personal y asesoría técnica ya existentes a través de convenios, así como la colaboración directa a través de programas conjuntos.

Uno de los retos actuales de la Acción Humanitaria es la coordinación entre los diversos agentes involucrados en ésta. Manteniendo las especificidades de cada uno de ellos, hay que establecer fórmulas que permitan la coordinación del trabajo complementario. Se trata de evitar duplici-dades en las intervenciones humanitarias que originan consumo de excesivos recursos y que ocasionan tensiones en el terreno entre los diferentes actores y la población objeto de la inter-

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vención. La falta de criterios y estrategias comunes resta eficacia, pero sobre todo eficiencia en las respuestas a los desastres humanitarios.

En este sentido, la participación de un representante del Consejo de Coordinación Universitaria en el Consejo de Cooperación Estatal supone un enlace estratégico con el resto de actores de la Acción Humanitaria. Junto a la coordinación con el resto de agentes de la Acción Humanitaria, se debe continuar unificando criterios entre las diferentes universidades españolas. Una iniciati-va que se debe destacar, es la elaboración de un protocolo de actuación para las Universidades frente a situaciones de emergencia. Este proceso de evitar la dispersión de la ayuda humanitaria debe consolidarse. En este sentido la próxima creación de un Observatorio de la Cooperación Universitaria promovido por la CRUE supone una apuesta decidida por la coordinación de la ayuda.

Los avances experimentados en los últimos años y los recursos y potencialidad con que cuenta la Universidad suponen un elemento clave del conjunto de la sociedad española, en el abordaje de las crisis humanitarias causadas por catástrofes naturales.

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RESEÑA CURRICULAR DE RICARDO ÁNGORA CARREÑO

Natural de Madrid es vocal de Acción Humanitaria de la Coordinadora de ONGD española (CONGDE).

Licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad Complutense de Madrid. Especialista en Traumatología y Cirugía Ortopédica.

Ha desarrollado su actividad de Cirujano Ortopédico y Traumatólogo en el Departamento de COT del Hospital “La Paz” de Madrid desde 1992 hasta 2007 y ha sido Presidente de la Comisión de Tromboembolias y Miembro del Consejo Asesor de Calidad de dicho Hospital.

Cuenta con experiencia docente en el Máster de “Especialista en Fisioterapia Osteoarticular” de la Escuela Universitaria de Fisioterapia de la ONCE de la Universidad Autónoma de Madrid, durante los cursos 1998-2007; y en el Máster Internacional de Medicina Humanitaria de la Universidad Miguel Hernández de Alicante durante los cursos 2000-2003.

Ha participado en diversas misiones internacionales como el Conflicto de Bosnia, Afganistán, Irak, Darfur y el Conflicto Palestino-Israelí, la Evaluación en Centroamérica, el Terremoto de Perú e Irán y la Catástrofe por el Tsunami en el Sureste Asiático.

Posee gran experiencia en el mundo asociativo y ha ocupado responsabilidades en la Dirección de Médicos del Mundo.

Asimismo ha tenido mucha participación en mesas redondas, conferencias y publicaciones en revistas y ha colaborado en la elaboración de libros en el sector de la Cooperación al Desarrollo y la Acción Humanitaria.

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ARIAS CAREAGA, SILVIA

El papel de la Universidad en las Crisis Humanitarias

Directora de la Oficina de Acción Solidaria y CooperaciónUniversidad Autónoma de [email protected]

¿Debe la Universidad tener un papel relevante ante las crisis humanitarias? ¿Qué se espera de la Universidad ante las situaciones de catástrofe? ¿Puede responder la Universidad adecuadamente ante situaciones de emergencia? Todas estas cuestiones nos conducen sin duda a una profunda reflexión de una cuestión más general que es el papel de las Universidades como agentes socia-les, como instituciones con responsabilidad y compromiso social.

Este debate está en la mesa desde hace mucho tiempo y son muchas las respuestas encontradas que han permitido poner en marcha nuevos retos a los que ha de enfrentarse la Universidad en el campo social, en su acercamiento a la sociedad y en su posibilidad de contribuir a facilitar un mundo más justo y solidario. En este sentido, su papel en la promoción del voluntariado como herramienta de sensibilización o la apertura y colaboración con Organizaciones No Gubernamen-tales, Asociaciones, Fundaciones y otras entidades sin ánimo de lucro o la puesta en marcha de acciones encaminadas a tener un papel protagonista también en la Cooperación al Desarrollo, han hecho de la Universidad una institución con un verdadero espíritu educativo que busca la transformación de la sociedad, hacia una sociedad más comprometida y responsable.

En este sentido, son destacables sus acciones y esfuerzo en definir la cooperación universitaria al desarrollo, delimitar sus campos de actuación, establecer los parámetros mínimos desde los cuales poder contribuir a paliar la pobreza, la miseria, el hambre, las injusticias, la violencia, etc. La Estrategia de Cooperación Universitaria al Desarrollo (ESCUDE), aprobada por la CRUE en septiembre de 2000 fue sin duda el punto de partida del trabajo de las universidades en esta nueva dirección. Todo el trabajo hecho y que, sin duda, produjo una fuerte reflexión, permitió la aprobación reciente de otro documento, el Código de Conducta de las Universidades en materia de Cooperación al Desarrollo, al que desde el año 2006 se están adhiriendo poco a poco las universidades españolas. También el valor educativo y formativo que a la promoción del volun-

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tariado universitario se le ha dado en los últimos años y, que también contó con el apoyo de la CRUE en julio de 2001 con la aprobación del documento Universidad: Compromiso Social y Voluntariado, lanzó a las universidades a explorar nuevos ámbitos de actuación y nuevos retos que afrontar.

Agotados muchos de los discursos, de las herramientas, de las vías de actuación hasta ahora puestas en marcha por otras instituciones y organismos se abre la oportunidad de escuchar y recibir las posibilidades que desde la Universidad llegan. La Universidad como centro de genera-ción del conocimiento, que procura siempre el pensamiento crítico y la reflexión y con la visión multidisciplinar que ofrece puede ser el mejor aliado para una nueva visión y un nuevo aporte tan necesario. Porque es muy importante no olvidar que la Universidad que genera conocimiento, que promueve la investigación, que educa, que enseña y que está, por lo tanto, a la vanguardia de la sociedad tiene igualmente el deber y la obligación de acompañar todo ello del consecuente reclamo de justicia, respeto, tolerancia... No tiene sentido no crear desde las universidades el binomio indisoluble que debería de ser investigar para la paz, educar para crear una cultura de la solidaridad, generar conocimiento para reclamar justicia, investigar para desarrollar y eliminar la pobreza, educar para transformar, para mejorar, para pensar, enseñar para entender el mundo bajo otro prisma, otro sistema de valores, etc.

Asumida esta responsabilidad de la Universidad que, sin duda, va a marcar de manera inexora-ble su destino como institución educativa, resulta, sin embargo, imprescindible crear un espacio propio dentro de la solidaridad y de su contribución a las políticas solidarias que no le desoriente ni compita con otras acciones impulsadas desde otros organismos.

No hay que confundir que la Universidad no es una ONG, no es una institución creada para y por las políticas de cooperación al desarrollo. No. La Universidad tiene una misión y unos objetivos sobre los cuales puede y debe impulsar su acción solidaria y no al revés. Hacer transversal la solidaridad, impulsar nuevos retos educativos que integren una formación integral de los estu-diantes, impulsar investigaciones que contribuyan a mejorar la sociedad en la cual está inmersa, provocar el debate y la reflexión, etc., son o deberían de ser sus objetivos en el campo de la solidaridad.

Esto conlleva unas limitaciones a la Universidad pero también la posibilidad de abrir nuevas vías y de apoyar a otras instituciones creadas con otros objetivos.

Todo esto nos lleva a las preguntas con las cuales comenzaba este artículo y que son un buen ejemplo de lo reflexionado hasta ahora. ¿Qué pueden hacer las universidades ante situaciones de emergencia? ¿Cómo actuar? ¿Tienen realmente algo que decir las universidades en este cam-po?

Las universidades tenemos un gran poder de movilización antes crisis humanitarias desencade-nadas por desastres naturales, derivadas de guerras, etc. Son muchas las comunidades universi-

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tarias, profesores, estudiantes y personal de administración y servicios quienes ante estos hechos reclaman y solicitan a su universidad una actuación rápida y efectiva. Este reclamo deviene por ser la Universidad para muchos su primer y único referente institucional, el más cercano y próximo, el más conocido y por lo tanto el primero al cual acudir, solicitar, exigir, comprometer o negociar una vía de salida y actuación desde la cual ejercer el derecho a la intervención, al compromiso individual y a participar como ciudadanos activos y solidarios.

Las recogidas de fondos para apoyar a campañas lanzadas desde ONG con presencia ya en el terreno o con capacidad de iniciar proyectos de manera urgente y eficaz, suele ser una de las medidas más inmediatas que desde las universidades se ponen en marcha más habitualmente antes estas situaciones.

Sin embargo, las universidades pueden aprovechar el potencial que tienen mucho más allá del simple gesto de la donación de recursos económicos. El hecho de que en las universidades se tengan especialistas en distintas materias, se tengan contactos con universidades de otros paí-ses susceptibles de haber sufrido una grave situación de crisis humanitaria, o el gran poder de sensibilización y de movilización que entre la comunidad universitaria pueden tener, abre las vías a muchas otras acciones que pueden apoyar y/o complementar lo que desde otras instituciones específicas para este trabajo estén ya haciendo.

Las situaciones de emergencia requieren de un gran dispositivo que permita una actuación muy rápida y eficaz, de unos excelentes profesionales y de una enorme experiencia ante este tipo de situaciones. Las universidades no están preparadas con este tipo de dispositivos, ni tienen capacidad actualmente de gestionar eficazmente estas situaciones, ni estamos diseñadas para responder con prioridad y rapidez ante situaciones de emergencia pero, sin embargo, sí que pue-den complementar el trabajo que desde otros organismos se está haciendo. Desde la prevención hasta la reconstrucción hay todo un camino que recorrer en el cual las universidades pueden intervenir.

Impulsar investigaciones que trabajen por la prevención de no sólo los posibles desastres natu-rales sino también los conflictos bélicos de manera que esa información pueda ser tratada desde los distintos organismos competentes y pueda servir de apoyo al diseño de políticas desde dis-tintos ámbitos que refuercen y trabajen por la prevención. Investigaciones, además, aplicadas, que permitan la presencia de especialistas y/o estudiantes universitarios voluntarios que realicen tareas de prevención en el terreno y pueden ser también de gran valor.

La organización de cursos enfocados a formar a personal de ONG que se mueven en el campo de las emergencias ofreciéndolos como cursos de especialista, máster o cualquier otra modalidad de postgrado es otro ejemplo de intervención de las universidades en este campo. La colaboración en el diseño de estos cursos junto a las ONG demandantes o junto a otras instituciones y orga-

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nismos que precisen de formación en la gestión de estas situaciones, puede aumentar la eficacia de los cursos y cubrir mejor las necesidades reales en este campo.

Las limitaciones de las universidades a la hora de actuar ante graves situaciones de emergencia puede, sin embargo, ser muy bien reemplazada por el apoyo en la reconstrucción. En este senti-do, de nuevo la organización de programas de voluntariado en la zona en colaboración con otros organismos que precisen de ellos o en colaboración con universidades de la zona puede resultar muy interesante.

Los contactos con universidades de zonas afectadas por una situación de emergencia, pueden resultar de gran utilidad para detectar y ayudar a identificar rápidamente el apoyo posible que desde nuestras universidades podemos ofrecer. Esta colaboración puede ser de gran utilidad ya que permitirá identificar acciones que resulten del ámbito propio de nuestras universidades y donde muy posiblemente otros organismos no hayan ya intervenido o no tengan previsto inter-venir. Estos contactos, además, permitirán a nuestras universidades colaborar muy eficazmente ya que se tratarán de acciones que resulten muy familiares y que entran en el ámbito propio de lo que como universidades sabemos hacer.

Organizar proyectos propios desde las universidades suele resultar costoso y en muchos casos poco eficiente al entrar en competencia con proyectos ya en desarrollo y que cuentan con mucha mayor experiencia. En este sentido, las donaciones económicas en colaboración con organismos de la zona o el apoyo a brindar directamente a universidades de la zona puede ser muy útil.

También las campañas de sensibilización a realizar en los campus, la apertura a diferentes ONG que trabajen en este campo para que puedan hacer llegar las necesidades de la zona afectada o incluso la acogida en los campus de estudiantes afectados por una situación de crisis pueden ser vías de actuación posibles para nuestras universidades.

En definitiva, es importante no olvidar el papel de las universidades ante situaciones de emer-gencia derivadas de crisis humanitarias teniendo en cuenta sus limitaciones pero también el gran potencial que puede enriquecer un trabajo ya iniciado desde otros organismos más competentes y, sobre todo, el gran papel que nuestras universidades pueden tener en iniciar nuevas vías de exploración encaminadas a complementar y apoyar el trabajo tan especializado que en este cam-po se precisa, desde la prevención hasta la sensibilización y reconstrucción.

La CRUE, en abril de 2006, aprobó el Protocolo de Actuación de las Universidades ante Situa-ciones de Crisis Humanitarias, que impulsado por la Universidad de Girona, muestra la impor-tancia que desde las universidades se está dando a la consideración de la Universidad como un agente más de Cooperación y define una serie de actuaciones que pueden ser de gran utilidad como guía de referencia ante estas situaciones.

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REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

CONFERENCIA DE RECTORES DE LAS UNIVERSIDADES ESPAÑOLAS (CRUE). Estrategia de Cooperación Universitaria al Desarrollo. 2000.

CONFERENCIA DE RECTORES DE LAS UNIVERSIDADES ESPAÑOLAS (CRUE). Universidad: compromiso social y voluntariado. 2001.

FRERES, C. Y CABO, C. Las universidades de la Comunidad de Madrid y la Cooperación al Desarrollo. Consejería de educación y Consejería de Asuntos Sociales de la Comunidad de Madrid. 2003

ARIAS, S. Y SIMÓN, A. Las estructuras solidarias de las universidades españolas: organización y funcionamiento. Universidad Autónoma de Madrid. Fundación Telefónica. 2004.

CONFERENCIA DE RECTORES DE LAS UNIVERSIDADES ESPAÑOLAS (CRUE). Protocolo de Actuación de las Universidades ante Situaciones de Crisis Humanitarias. 2006.

COMITÉ ESPAÑOL UNIVERSITARIO DE RELACIONES INTERNACIONALES (CEURI). Código de conducta de las universidades españolas en materia de cooperación al desarrollo. 2006.

UNCETA, K. La cooperación al desarrollo en las universidades españolas. Agencia de Cooperación

Internacional. Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación. 2007.

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RESEÑA CURRICULAR DE SILVIA ARIAS CAREAGA

Es directora de la Oficina de Acción Solidaria y Cooperación de la Universidad Autónoma de Madrid desde el 2002.

Licenciada y Doctora en Ciencias Biológicas; su tesis fue codirigida por el equipo de investigación de la Facultad de Medicina de la Universidad de Utrecht (Holanda) y la unidad de Antropología Biológica de la Universidad Autónoma de Madrid; y versó sobre los efectos a largo plazo de la restricción calórica temprana durante los periodos de guerra en la biología de mujeres europeas (II Guerra Mundial y Guerra Civil Española).

Posee el título de Experta Universitaria en Planificación y Gestión de Proyectos de Cooperación al Desarrollo en los ámbitos de la Educación, la Ciencia y la Cultura de la Universidad Nacional a Distancia.

Es experta en gestión de proyectos con enfoque de género, y ha realizado el Máster en Adminis-tración y Dirección de Fundaciones y otras Entidades no Lucrativas por la Universidad Autónoma de Madrid.

Forma parte del consejo de expertos del reciente Observatorio de Cooperación Universitaria al Desarrollo organizado desde la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) y la Conferencia de Rectores de las Universidades españolas (CRUE).

Es autora de varias publicaciones e investigaciones sobre el papel de la Universidad como enti-dad con responsabilidad social, sobre voluntariado universitario, sobre el papel de cooperación universitaria al desarrollo, etc.

Dirige en la actualidad un proyecto de investigación apoyado desde el ayuntamiento de Madrid sobre el papel de las Universidades madrileñas en la cooperación al desarrollo.

Durante el año 1993 disfrutó de una estancia de 6 meses en América Latina. En los últimos años ha realizado estancias breves en Argentina, Chile, Jordania, Guatemala, Marruecos, Sahara Occidental, Bolivia y México para la supervisión y evaluación de proyectos.

Mantiene varias líneas de trabajo con Naciones Unidas y la Unión Europea enfocados a los Ob-jetivos de Desarrollo del Milenio.

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BENITO OTERINO, BELÉN

Reflexiones en torno a la mitigación del riesgo sísmico.El papel de la Universidad

Doctora en Ciencias FísicasCatedrática de Física y GeofísicaEscuela Técnica Superior de Ingeniería Topográfica, Geodesia y CartografíaUniversidad Politécnica de [email protected]

Los terremotos son uno de los fenómenos naturales que conllevan mayor potencial destructor, con mayor coste de vidas y pérdidas materiales, lo que hace que el riesgo sísmico sea uno de los riesgos naturales que más atención social reclaman. Dentro de ese potencial destructor hay que considerar no sólo los daños estructurales asociados directamente al sismo, sino también otros indirectos derivados de fenómenos tales como licuefacción, deslizamientos de laderas y tsunamis. La catástrofe causada por el tsunami del Sudeste asiático, en Diciembre de 2004 y los deslizamientos ocurridos en El Salvador a comienzos de 2001, dan buena cuenta de ello. Los terremotos que causaron esas catástrofes no pudieron evitarse, pero el coste de vidas humanas podría haberse paliado con políticas de mitigación de riesgo y sistemas de alerta.

1. Ejemplo de daños directos causados por un terremoto: colapso de un bloque de viviendas tras el terremoto de Izmit (Turquía) en 1999.

2. Ejemplo de deslizamientos de laderas inducidos por terremotos: Las Colinas de Santa Tecla (El Salvador) tras el sismo del 13 de enero de 2001.

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Ejemplo de daños causados por el tsunami del Sudeste Asiático, tras el terremoto de Sumatra de 2004. Se muestran fotos de una zona antes y después de ser inundada por el tsunami.

Antes de entrar en reflexiones sobre el papel de la sociedad, y en particular de la Universidad, en la mitigación de este riesgo, conviene aclarar algunas cuestiones técnicas que nos permitan situar mejor los posibles campos de actuación para prevenir la catástrofe. Esencialmente hay tres cuestiones que pueden considerarse clave referidas a la ocurrencia de terremotos: ¿dónde?, ¿cómo? y ¿cuándo?

La primera cuestión -dónde- encuentra una respuesta en el marco de la Tectónica de Placas. La mayor parte de los epicentros de terremotos en todo el mundo están distribuidos en los márge-nes de placas tectónicas, donde tienden a concentrarse los esfuerzos debidos al movimiento de las mismas, y donde se localizan la mayoría de las fallas geológicas, cuya ruptura produce el movimiento sísmico.

La segunda cuestión -cómo- es satisfactoriamente explicada por la teoría del Rebote Elástico. Según ésta, las fuerzas se van acumulando en una falla geológica, hasta que se supera el límite de resistencia del material y se produce la ruptura. La energía acumulada durante años se libera bruscamente en cuestión de segundos, y en el proceso se genera una radiación que se propaga en forma de ondas elásticas desde el foco o hipocentro hasta la superficie de la tierra. En los lugares alcanzados con suficiente energía se produce la vibración o sacudida sísmica.

La última cuestión -cuándo- es más difícil de responder. Podríamos decir que es “la pregunta del millón…”. En la mayor parte de las fallas los movimientos se producen siguiendo un cierto ciclo sísmico, pero éste no responde a un intervalo de tiempo exacto y es difícil de precisar. Hoy por hoy no es posible determinar cuál será el momento de ocurrencia del próximo evento en una cierta zona, ni su tamaño.

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Considerando lo anterior, la predicción sísmica, entendida como la estimación del momento de ocurrencia del terremoto y de su magnitud, con un margen suficientemente estrecho como para tomar acciones a corto plazo (esencialmente evacuar a la población), no puede plantearse de un modo satisfactorio en la actualidad. En esta línea se invirtieron muchos esfuerzos en la década de los años 70 y 80, pero la mayor parte de las predicciones fracasaron y ello motivó una mayor inversión en otra línea de prevención de daños. A ésta es a la que actualmente dedica mayor esfuerzo la comunidad internacional, lo que supone prevenir los daños que pueden causar los sismos probables a mediano y largo plazo, diseñando adecuadamente.

¿ES EL TERREMOTO UNA CATÁSTROFE NATURAL?

El terremoto es un fenómeno natural, pero la catástrofe no es natural. Como se ha indicado, la ocurrencia de un terremoto en un lugar responde a la ruptura en una falla geológica y obviamente tal ruptura no puede evitarse. Sin embargo el desastre sí puede paliarse, o al menos reducirse, adoptando medidas de diseño sismorresistente y con una adecuada planificación urbanística y territorial. De hecho, el impacto del terremoto suele ser mayor en los países más subdesarrolla-dos, donde terremotos de moderada magnitud pueden causar enormes daños, debido a que las construcciones son altamente vulnerables. En cambio, países con una buena política de preven-ción en zonas sísmicamente activas sufren a veces la ocurrencia de grandes sismos, con escasas pérdidas humanas y materiales. Este es el caso de Estados Unidos y Japón, que constituyen buenos ejemplos de cómo puede ser evitada la catástrofe.

¿ES LO MISMO PELIGROSIDAD Y RIESGO SÍSMICO?

Conviene distinguir estos conceptos para saber qué es lo que se puede evitar en este campo y cómo se deben canalizar las medidas de actuación. La peligrosidad representa la probabilidad de que se produzca un determinado movimiento, independientemente de que éste ocurra en un área densamente poblada, en el desierto o en un océano; es decir, independientemente del daño que pueda causar. La peligrosidad es inherente al fenómeno sísmico en sí, y, por tanto, no se puede reducir, únicamente se puede cuantificar, con cierta incertidumbre.

El riesgo sísmico es el producto de varios factores: la peligrosidad, la vulnerabilidad (o suscep-tibilidad de la edificación a sufrir daño), la exposición (o densidad de estructuras y personas) y el valor de coste de reparación de pérdidas. Obviamente la vulnerabilidad es mayor para las construcciones más pobres o con peor diseño. Teniendo en cuenta que es el producto de factores el que resulta determinante en el riesgo, podemos encontrar una zona de baja-moderada peli-grosidad, pero con alta vulnerabilidad, que resultaría entonces con alto riesgo. Y viceversa, una zona de alta peligrosidad con vulnerabilidad reducida sería de bajo riesgo. Por tanto, el riesgo sísmico sí se puede reducir, disminuyendo la vulnerabilidad de las estructuras y con una adecua-da planificación urbanística.

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MEDIDAS DE MITIGACIÓN DEL RIESGO SÍSMICO

Ante la imposibilidad de predecir el fenómeno con un margen pequeño de tiempo, para tomar acciones a corto plazo, el diseño sismorresistente de estructuras es hoy por hoy la medida más eficaz para prevenir los daños. Su fundamento radica en diseñar éstas de forma que resistan los máximos movimientos esperados durante su tiempo de vida útil. Ello requiere, en primer lugar, la evaluación de la peligrosidad sísmica para determinar cuáles son esos máximos movimientos, cómo se caracterizan y cuál es su recurrencia. Ésta es la esencia de las normativas sismorresis-tentes, que establecen una serie de criterios para el diseño de las construcciones, considerando un movimiento probable en función de la ubicación del emplazamiento. El diseño sismorresis-tente constituye una medida para disminuir la vulnerabilidad y por tanto para reducir el riesgo sísmico.

PROBLEMÁTICA SOBRE LA INVESTIGACIÓN EN MATERIA DE PELIGROSIDAD Y RIESGO SÍSMICO

La investigación en estas materias se encuentra en la mayor parte de los países (y de forma más acusada en los menos desarrollados) con una problemática en la que cabe diferenciar un ámbito político, otro “de infraestructura” y un tercer ámbito técnico. Exponemos a continuación algunas reflexiones acerca de los problemas más destacables en cada uno de estos entornos.

En un ámbito político

1. La investigación hacia la mitigación del riesgo sísmico requiere disponer de políticas pre-ventivas y no sólo de actuaciones “el día D”. Las acciones post-evento son necesarias, pero se dirigen ya a reparar los daños, no a establecer medidas para evitarlos. Son acciones de reconstrucción y ayuda a las víctimas ante el daño causado por el evento, pero ese daño po-siblemente podría haberse reducido con políticas preventivas.

Dichas políticas requieren una concienciación social, muchas veces difícil de lograr, sobre todo cuando el fenómeno cuyo riesgo se trata de paliar es infrecuente. Esto es precisamente lo que sucede en España ante el riesgo sísmico. Aunque en el pasado han ocurrido terremotos destructores, no ha habido ninguno que pueda calificarse así en el siglo XX y en lo que lleva-mos del siglo XXI. Y eso hace perder la conciencia social del fenómeno, porque la memoria humana es más corta que la memoria geológica, que sin embargo nos advierte que un sismo de moderada magnitud puede ocurrir en muchos puntos de nuestra geografía y causar graves daños.

A este respecto los sismólogos nos encontramos con frecuencia con la reticencia de las institu-ciones a financiar proyectos de mitigación del riesgo antes de que ocurran terremotos en una zona. Sin embargo, una vez ocurrido un sismo que cause suficiente alarma, la demanda de tales proyectos es espontánea y casi inmediata. Cuando justamente después del terremoto

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2. Por otra parte, no existen suficientes cauces de transferencia de los resultados de nuestras in-vestigaciones hacia los organismos responsables de la mitigación del riesgo. Esto hace que los avances en el estado del arte frecuentemente queden sólo recogidos en papers con más o me-nos valor científico, sin llegar a formar parte de planes de construcción y de emergencia. De esta forma, el fin último de muchos de los proyectos que se realizan no llega a materializarse, ya que por muy importantes que sean los resultados, si éstos no se incluyen en las políticas de mitigación, su utilidad de alguna forma se pierde. Es necesario al respecto que exista una mayor interacción entre la Administración y la Universidad u otros centros de investigación, para asegurar una mejor transferencia de resultados hacia medidas de interés social.

En el ámbito de “infraestructura”

Hay otros problemas, especialmente en el marco universitario -que calificamos de infraestructu-ra- que se presentan en cualquier campo de la investigación, no sólo en el de la peligrosidad y el riesgo sísmico, pero que obviamente también nos afectan. Esencialmente son los siguientes:

1. Falta de garantía de continuidad para los becarios, lo que hace que muchos de ellos aban-donen el grupo de trabajo con alto grado de especialización. Esto además de ser una causa de frustración personal para ellos, supone una pérdida de potencial humano que perjudica enormemente la calidad de la investigación. El inicio de nuevos proyectos requiere frecuente-mente contratar nuevo personal que hay que comenzar a formar en el tema, y la dinámica de los grupos es un continuo “volver a empezar”.

Para evitar este problema sería necesaria una política de garantía de continuidad para el per-sonal que alcanza un cierto grado de especialización, y aunque en España existen programas como el Ramón y Cajal, actualmente son insuficientes para cubrir la demanda de una plaza fija por parte de investigadores cualificados.

2. No existe en la Universidad una infraestructura para distribuir el trabajo eficientemente como en el entorno empresarial. El investigador ejerce labores de gestión, secretaría, contabilidad, relaciones públicas, etc., aparte del estudio del problema técnico en sí, la propuesta de solu-ciones y la divulgación de resultados. Todo ello produce una dispersión que actúa en perjuicio de la calidad de la investigación.

Sería importante tomar conciencia de este problema y organizar una estructura que facilitara el reparto de tareas y descargara al investigador de labores que consumen una buena parte de su tiempo y para las que en realidad no está preparado.

en principio disminuye la probabilidad de ocurrencia de un nuevo evento en la misma zona. Es un hecho paradójico, pero difícil de evitar por la propia naturaleza humana.

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1. Falta de conocimiento preciso sobre la geología, tectónica y sismicidad histórica, que nos permita identificar estructuras capaces de generar nuevos sismos y conocer las zonas donde el riesgo es mayor.

2. Ausencia de suficientes registros instrumentales para caracterizar el movimiento de los ma-yores sismos que pueden esperarse en una zona y que condicionan su riesgo sísmico. El problema es debido, en parte, a que la instrumentación correspondiente se ha desarrollado prácticamente en los últimos 50 años, y en ese periodo puede no haberse registrado el mayor terremoto potencial de la zona. Pero también es debido a que muchas veces la densidad de estaciones es insuficiente para asegurar el registro del movimiento en cualquier parte, y eso hace que a menudo se pierda información muy útil para avanzar en el conocimiento. Sería ne-cesaria una mayor inversión en instrumentación, además de más recursos humanos para su estudio, algo especialmente notorio en países de alto riesgo y sin muchos recursos materiales, como Centro y Sur de América, o buena parte del continente Asiático. Este tema debería ser objeto de planteamiento en las políticas de cooperación.

3. Falta de información en las bases de datos de la administración (catastro, institutos nacionales de estadística, etc.) para la asignación de vulnerabilidades sobre la edificación, que permita conocer mejor el daño que pueden sufrir las estructuras ante un cierto movimiento y con ello cuantificar el riesgo. Hay una evidente necesidad de recoger datos sobre tipología estructural que faciliten la asignación de vulnerabilidades a partir de los censos de viviendas.

4. Falta de catalogación de toda la información de los sismos ocurridos en una determinada zona, referente tanto a los daños causados, como al movimiento registrado. Esta información, que sería sumamente útil para prevenir daños de sismos futuros, frecuentemente está disper-sa, desordenada, o simplemente no existe. Esto hace que no puedan extraerse lecciones de sismos previos, que ayudarían a mejorar el conocimiento del potencial sísmico y de su

3. La burocracia de los proyectos tiende a multiplicarse, con el consiguiente tiempo que ello con-lleva en perjuicio de la propia investigación. Además de los trámites de gestión, contabilidad y justificación de gastos, frecuentemente se requieren memorias justificativas, informes de seguimiento e informes finales. Y mientras se informa no se trabaja en obtención de nuevos resultados.

Habría que hacer una reflexión sobre la eficacia del aumento de la burocracia en la optimiza-ción de los resultados de la investigación, si ese es el fin que se persigue.

En un ámbito técnico

En la investigación en peligrosidad y riesgo sísmico también se presentan problemas estricta-mente técnicos, que debido a la falta de recursos humanos y materiales suelen ser mayores en las zonas menos desarrolladas, aunque en muchas de ellas el fenómeno sísmico cobre especial importancia. Esbozamos algunos de estos problemas:

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EJEMPLO DE POSIBLES PROYECTOS DE MITIGACIÓN DEL RIESGO SÍSMICO EN EL ÁMBITO UNIVERSITARIO. PROYECTOS DESARROLLADOS EN LA UPM (ETSITGC)

A pesar de la problemática indicada, hay una línea de investigación abierta en materia de pe-ligrosidad y riesgo sísmico, en la que últimamente se están produciendo notables avances en todo el mundo. Y precisamente la Universidad es una institución adecuada para el desarrollo de proyectos de investigación en esta línea, proyectos que pueden abordarse bien desde el campo de Ciencias de la Tierra, o bien desde la Ingeniería de estructuras. Precisamente y a modo de ejemplo, una línea de investigación en ingeniería sísmica se ha venido consolidando en la ETSI de Topografía, Geodesia y Cartografía de la UPM desde 1997 hasta la fecha actual. En este contexto se han desarrollado numerosos proyectos de investigación financiados por organismos como el Consejo de Seguridad Nuclear, ENRESA, el Instituto Geográfico Nacional, el anterior Ministerio de Ciencia y Tecnología, el Ministerio de Fomento, la Unión Europea, AECI, OTAN y el actual Ministerio de Educación y Ciencia. Cabe destacar las siguientes pautas concretas de actuación:

1) Evaluación de la Peligrosidad sísmica y caracterización del movimiento del suelo.

2) Evaluación de la amenaza de deslizamientos de laderas inducidos por terremotos.

3) Caracterización de la vulnerabilidad y estimación del riesgo sísmico.

Enmarcados en estas líneas se han desarrollado trabajos dirigidos a la revisión de la Norma Sismorresistente Española, caracterización sísmica en emplazamientos de estructuras de espe-cial importancia -como el emplazamiento potencial del proyecto ITER en España, ubicado en Vandellós II-, evaluación del peligro de deslizamientos de laderas en El Salvador y en el Sureste Español, y estimación del riesgo sísmico en la provincia de Murcia. Este último -proyecto RIS-MUR- se inició a raíz del sismo del 29 de enero de 2005, que produjo notables daños en la Paca y Zarcilla de Ramos, y ha sido financiado por Protección Civil de la Región de Murcia y el Institu-to Geográfico Nacional. Los resultados han servido de base para activar un plan de emergencias en la región ante el riesgo sísmico.

potencial destructor, con la consiguiente adopción de medidas de mitigación. Para evitar que esto se siga produciendo es conveniente diseñar cuestionarios macrosísmicos homologados y repartirlos rápidamente tras el evento. Esos datos deberán ser después catalogados y organi-zados en bases de datos que sirvan de información de partida para futuros estudios de riesgo. Conviene tener en cuenta que las lecciones aprendidas de eventos pasados son una de las fuentes de información más eficaces para evitar daños de eventos futuros.

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Ejemplo de daños causados por el terremoto de La Paca (Murcia) el 29 de Enero de 2005. A pesar de su baja magnitud, M ≈ 4.7, el terremoto causó notables pérdidas, movilizó a los servicios de Protección Civil de toda la región y produjo daños irreparables en multitud de viviendas. Decenas de familias tuvieron que ser realojadas en tiendas de campaña.

Cabe destacar, además, la línea de Cooperación con Centroamérica en materia de mitigación del riesgo sísmico, iniciada en 1999 en Guatemala, en el marco de una asistencia técnica financiada por AECI y promovida a raíz del huracán Mitch. La cooperación se extendió a El Salvador, tras el devastador terremoto del 13 de Enero de 2001, que provocó 600 víctimas mortales en el des-lizamiento de Santa Tecla. Desde entonces se han desarrollado proyectos de forma ininterrum-pida en ese país, dirigidos a mejorar la infraestructura de monitorización del fenómeno sísmico, aumentar el conocimiento sobre su peligrosidad, conocer mejor el riesgo de deslizamientos de laderas y proponer medidas correctoras. Los resultados han sido transferidos al Servicio Nacional de Estudios Territoriales de El Salvador y están siendo un referente para planificación territorial y diseño de planes de emergencia.

En el marco de la cooperación con Centroamérica se está desarrollando también una línea de formación de técnicos en sismología e ingeniería sísmica, materializada a través de cursos impartidos en Guatemala y El Salvador, así como estancias de técnicos de esos países en la ETSITGC. Esta labor cobra especial importancia si se tiene en cuenta que no existen estudios superiores de geología y sismología en estos países, a pesar de su elevado riesgo sísmico. Esta línea de cooperación está siendo apoyada por la UPM a través del Departamento de relaciones con Latinoamérica.

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REFLEXIÓN FINAL

Las políticas de prevención de daños deben surgir de la acción combinada de la comunidad cien-tífica y de las autoridades políticas y administrativas, y es importante la concienciación en esta línea de actuación, si se quiere lograr que los terremotos dejen de producir catástrofes como la vivida en Perú el 15 de Agosto de 2007, cuando un terremoto causó más de 500 víctimas mor-tales. El hecho no fue debido únicamente a la magnitud del sismo, sino también a la alta vulne-rabilidad de las construcciones, probablemente con pobre nivel de diseño en una zona frecuen-temente azotada por este tipo de eventos. Esta conjunción de factores aumenta notablemente el riesgo en países en vías de desarrollo, haciendo que los terremotos lleguen a ser catastróficos. Y no hay que olvidar que El terremoto es un fenómeno natural, pero la catástrofe no es natural. Ésta podría evitarse, o al menos reducirse, adoptando medidas de diseño sismorresistente y con una adecuada planificación urbanística y territorial.

Evidentemente el mayor valor de esa actuación es la salvaguardia de vidas humanas, pero además, en términos económicos la inversión que supone para un país adoptar medidas sismo-rresistentes es considerablemente menor que el coste de la reconstrucción, una vez ocurrido el sismo. Por ello, las normas sismorresistentes son leyes de obligado cumplimiento, al menos en los países más desarrollados.

Dado que gran parte de las zonas más sísmicas del mundo se encuentran localizadas en Cen-troamérica, Sudamérica y Asia, afectando a países en vías de desarrollo, esta temática debería reclamar la atención de la cooperación internacional.

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ENLACES DE INTERÉS

Instituto Geográfico Nacional: http://www.geo.ign.es/

E.T.S.I. Topografía, Geodesia y Cartografía (Grupo de Ingeniería Sísmica): http://redgeomatica.rediris.es/sismo

International Association of Seismology and Physics of the Earth’s Interior (IASPEI): http://www.seismo.com/iaspei

Surfing the Internet for Earthquake Data: http://www.geophys.washington.edu/seismosurfing.html

United States Geological Survey (USGS) (Stuff profesores y links de educación): http://pasadena.wr.usgs.gov/eqhaz/4kids/4teachers.html/ http://wwwneic.cr.usgs.gov/neis/education/links.html

ORFEUS: http://orfeus.knmi.nl/

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RESEÑA CURRICULAR DE BELÉN BENITO OTERINO

Natural de Madrid, es Doctora en Ciencias Físicas por la Universidad Complutense de Madrid.

Desde el año 95’ es Catedrática de Escuela Universitaria adscrita al Departamento de Ingeniería Topográfica y Cartografía de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros en Topográfica, Geodesia y Cartografía (ETSITGC) de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM), donde imparte las asig-naturas de Física General y Geofísica.

Ha sido Coordinadora de Geofísica durante el periodo 1996-2001 y Profesora del curso de post-grado: Dinámica de Suelos y Estructuras, de la E.T.S.I. Industriales de la UPM y del Máster en Geofísica y Meteorología de la Facultad de CC. Físicas de la Universidad Complutense de Madrid; y tiene dos sexenios de investigación reconocidos.

Cuenta con una amplia experiencia profesional en la vigilancia sísmica de emplazamientos de centrales nucleares y depósitos radiactivos (CSN y ENRESA).

Ha colaborado en los mapas de peligrosidad sísmica del Territorio Nacional, para la revisión de la Norma Sismorresistente Española (IGN).

Ha prestado sus servicios como consultora de estudios de sismicidad y riesgo sísmico en em-plazamientos de presas y plantas industriales (INTECSA, Empresarios Agrupados, Principia Ma-temática, Nuclenor y otras); y ha realizado estudios y proyectos de cooperación en temas de amenaza sísmica en Centroamérica.

Ha presentado más de 60 ponencias en congresos nacionales e internacionales; y ha realizado más de 50 publicaciones en revistas científicas y proceedings de congresos nacionales e inter-nacionales. Asimismo ha editado el libro “Ingeniería sísmica” de la colección Física de la Tierra, editorial Complutense.

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CARRASCO GALLEGO, RUTH Y MATAIX ALDEANUEVA, CARLOS

¿Qué puede aportar la investigación en sistemas logísticos a la mejora de la gestión de la Acción Humanitaria?

Departamento de Ingeniería de Organización, Administración de Empresas y Estadística.Escuela Técnica Superior de Ingenieros IndustrialesUniversidad Politécnica de [email protected], [email protected]

NOCIÓN DE SISTEMA LOGÍSTICO

La logística es la disciplina que se ocupa del estudio de los problemas relativos al suministro, en el tiempo, lugar, forma y calidad requeridos, de bienes materiales y de servicios.

Aunque el origen de la logística se encuentra en el ámbito militar, tras la Segunda Guerra Mun-dial, y especialmente a raíz de la crisis económica de los años setenta, los enfoques y técnicas de este área atrajeron la atención de las empresas industriales, que los introdujeron en sus activi-dades de aprovisionamiento de materias primas y componentes, de fabricación, y de distribución física de sus productos hasta los clientes finales.

En las últimas décadas, el interés por el área logística se ha ido acrecentado. En el ámbito em-presarial, las organizaciones que dominan sus procesos logísticos y sirven como referencia de las mejores prácticas de cada sector, obtienen importantes ventajas sobre sus competidores gracias a la reducción de sus costes de operación (transporte, almacenaje, fabricación, aprovisionamien-to, etc.) y, generalmente, gracias también a la mejora del servicio que se presta a los clientes. Es por ejemplo, el caso de Zara o Mercadona en el nivel nacional, o el de Dell Computers o Wall-Mart en el internacional.

En la medida en que la práctica y la teoría ha ido aumentando y profundizando en este terreno, el propio concepto de logística se ha ido enriqueciendo y ampliando progresivamente. Hoy la logística abarca la integración y armonización -desde una concepción sistémica- de los procesos de gestión del flujo de materiales, del flujo de información y del flujo financiero, desde el origen de las materias primas (proveedores) hasta el cliente final (consumidores) (Stadtler, 2005). En este sentido, se ha extendido el término “Gestión de la Cadena de Suministro”, traducción de la expresión anglosajona supply chain management (Stevens, 1989; Handfield y Nichols, 1999;

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Lambert y Cooper, 2000), que enfatiza la necesidad de la colaboración entre todos los actores que participan en el sistema logístico. Más aún, en una economía globalizada, la intensidad, complejidad e interdependencia de las relaciones entre empresas es tal, que difícilmente puede conceptualizarse desde una noción lineal, de “cadena”, por lo que comienza a utilizarse la noción de “redes de suministro”.

LOGÍSTICA Y AYUDA HUMANITARIA

No hay duda de que en el ámbito de la ayuda humanitaria, los problemas logísticos tienen particularidades con respecto a los problemas equivalentes que se abordan en la logística de bienes y servicios en el mercado competitivo. Pero es cierto que éstos tienen una importancia y una complejidad equivalente, y que determinados enfoques y soluciones organizativas y técnicas desarrolladas en el mundo de las organizaciones productivas, pueden ser adaptadas con éxito al de la ayuda humanitaria.

Así, por ejemplo, cuando se planifica la actuación ante una emergencia, también es necesario gestionar y coordinar flujos de materiales, de información y financieros en los que intervienen diferentes actores, quienes a menudo tienen visiones y expectativas que no son convergentes. De hecho, la rapidez de respuesta que es necesario proporcionar en la ayuda humanitaria, sumada a las dificultades inherentes a la propia asistencia en catástrofes (aeropuertos colapsados, carre-teras impracticables, etc.), hacen que el nivel técnico y de coordinación que deben alcanzar las operaciones de emergencia sean muy exigentes.

Sin embargo, al igual que ha sucedido tradicionalmente en algunos sectores productivos, con frecuencia las organizaciones humanitarias han subestimado la importancia de la logística en la ayuda de emergencia (Kaatrud et al., 2003) y no han prestado la suficiente atención a la nece-sidad de incorporar enfoques logísticos en el diseño de sus operaciones.

Puede ser interesante recordar que hace treinta años, en el mundo empresarial, la logística se consideraba una actividad menor, poco importante y de carácter puramente operacional. Los “lo-gísticos” trabajaban en los almacenes y en los muelles de expedición, y su función no se encon-traba entre las de mayor importancia estratégica para la empresa. Hoy en día, los departamentos relacionados con el diseño y a la gestión del sistema logístico se consideran vitales en la creación de valor en la empresa, y sus responsables suelen situarse en el primer nivel de decisión, junto a otras áreas de tradicional importancia como la dirección financiera o la dirección comercial.

Es posible que parte del conocimiento adquirido en este “proceso de transformación” de la logística en el sector privado pueda extrapolarse o transferirse a las organizaciones del tercer sector. En este sentido, la Universidad puede jugar un papel de “enlace” o “puente” entre ambos mundos, contribuyendo a la extensión de enfoques y soluciones que propicien un uso aún más eficaz y eficiente de los recursos dedicados a la ayuda humanitaria.

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ANÁLISIS COMPARATIVO DE LA LOGÍSTICA EMPRESARIAL Y LA LOGÍSTICA HUMANITARIA

Las cadenas y redes logísticas, están articuladas por empresas que desempeñan funciones com-plementarias (proveedores, fabricantes, distribuidores,…), y que actúan de forma coordinada para, por un lado, buscar la eficiencia económica y, por otro, satisfacer las aspiraciones de los clientes finales.

Típicamente, en las cadenas logísticas empresariales, una organización recibe los materiales de sus proveedores, y tras realizar las transformaciones oportunas, entrega los productos ter-minados a sus clientes. Existe un flujo de información bidireccional entre la organización y sus proveedores (pedidos al proveedor, emisión de facturas) y entre la organización y sus clientes (pedidos del cliente, facturación). Con respecto al flujo financiero, la organización recibe recursos económicos a través de sus accionistas, y de la facturación que efectúa a sus clientes. Estos flujos quedan representados gráficamente en la figura 1.

La cadena logística empresarial incluye actividades de diversa naturaleza entre las que se inclu-yen:

(a) actividades de atención al cliente: captación de pedidos, resolución de incidencias,

(b) actividades de aprovisionamiento: planificación de la producción (aprovisionamiento in-terno), compras (aprovisionamiento externo), gestión de inventarios,

(c) actividades de distribución física: transporte, gestión de las entregas, almacenaje.

En las cadenas logísticas de la ayuda humanitaria, existe un flujo de materiales desde los pro-veedores de material humanitario (kits de higiene o cocina, refugios temporales y tiendas de campaña, alimentos y medicinas, material médico, maquinaria para la reconstrucción, etc.) hasta la organización humanitaria, que después dispensa todos estos productos a las poblacio-nes afectadas por la catástrofe. Sin embargo, no existe flujo de información formalizado entre los beneficiarios de la ayuda y la organización, puesto que aquéllos no realizan, individual y directa-mente, solicitudes de auxilio ni, por supuesto, las organizaciones les cobran por ello. Sí existe, en cambio, un flujo de información entre la organización y el resto de actores (proveedores y otras organizaciones) que participan en el proceso de aprovisionamiento y distribución de los produc-tos necesarios para prestar la ayuda de emergencia. Asimismo, existe un flujo complementario de información relativo a la rendición de cuentas en la gestión de los recursos económicos, flujo que se establece entre las organizaciones financiadoras (públicas y privadas) y las propias orga-nizaciones humanitarias. Por último, en cuanto al flujo financiero, la principal fuente de recursos económicos de la organización humanitaria proviene de sus donantes y socios (se incluye en esta categoría a las Administraciones Públicas).

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Figura 1 – Flujos de materiales, de información y fi-nancieros en la cadena logística humanitaria. Fuen-te: Blanco y Goenzel (2006)

Aún cuando las actividades que tienen lugar en la cadena logística humanitaria presentan seme-janzas con las de la cadena logística empresarial, se han identificado algunas características re-levantes de las cadenas humanitarias que es necesario tener en cuenta para su adecuada gestión y, en particular, a la hora de adaptar enfoques y técnicas provenientes de otros campos.

En primer lugar, el perfil de la demanda en la actividad empresarial puede presentar más o me-nos variación, pero comparado con el tipo de demanda que generan las catástrofes naturales, es relativamente estable y predecible. La demanda en la logística humanitaria está generada por eventos aleatorios, que provocan que ésta sea impredecible, tanto desde el punto de vista del momento y lugar en que se producirá la catástrofe, como del volumen de ayuda que será necesa-rio distribuir. Es por esto que las actividades de preparación ante desastres naturales cobran en el ámbito de la logística humanitaria una importancia vital. En este sentido, las centrales logísticas humanitarias, como la que la AECI ha inaugurado recientemente en Panamá (AECI, 2008), para atender a las emergencias que puedan producirse en Centroamérica, el Caribe y América del Sur, juegan un papel muy importante para poder garantizar una rápida llegada de la ayuda a las poblaciones afectadas.

Por otro lado, otra diferencia muy importante entre la logística empresarial y la humanitaria la constituyen las diferentes motivaciones que subyacen bajo estos dos procesos. En el sector pri-vado, los motivos que impulsan a la organización a mejorar sus procesos logísticos se derivan de los potenciales ahorros en costes de operación y las posibles mejoras en el servicio al cliente, que redundarán en un mayor beneficio económico para la empresa. Mientras tanto, el objetivo que puede mover a las organizaciones del tercer sector a mejorar sus capacidades logísticas es la búsqueda de un mayor impacto con los recursos disponibles, gestionándolos de la forma más efi-caz y eficiente, para atender con el mejor servicio y cobertura posibles a la población afectada.

Sin embargo, estas diferencias no significan que no pueda establecerse un intercambio de expe-riencias y conocimientos entre ambos sectores, privado y no lucrativo, desde el punto de vista de la actividad logística. Aún existiendo diferencias relevantes, los principios básicos que se aplican

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para gestionar los flujos de materiales, de información y financieros siguen siendo válidos, in-dependientemente de las características de la demanda o de los motivos que subyacen bajo la actividad de la organización.

DEFINIENDO EL PAPEL DE LA UNIVERSIDAD

La Universidad puede actuar como “bisagra” en la transferencia de conocimiento y experiencia práctica entre ambos mundos, el empresarial y el humanitario, facilitando la transferencia -bi-direccional- de conocimiento y el establecimiento de partenariados y alianzas estratégicas entre las organizaciones humanitarias y empresariales. Un ejemplo de este tipo de partenariado son los acuerdos de colaboración establecidos entre la Oficina de las Naciones Unidas para la Coor-dinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) y el grupo DHL, para conformar equipos de respuesta rápida frente a catástrofes (UN, 2006). Otro ejemplo es el apoyo que la compañía TNT presta al Programa Mundial de Alimentos (WFP), en las operaciones de ayuda de emergencia de la agencia (Scott-Bowden, 2003).

Por otro lado, desde un punto de vista más técnico, la Universidad también puede aportar su conocimiento en las actividades de diseño, planificación y gestión de los sistemas logísticos humanitarios. Por ejemplo, especificando los criterios de localización de las instalaciones lo-gísticas humanitarias (que necesitarán tener en cuenta las particularidades específicas de esta actividad) o ayudando a definir la distribución en planta (layout) de la instalación y los procesos operacionales de la misma. Asimismo, también es posible realizar aportaciones que permitan incluir la visión logística en la planificación de los proyectos y en la elaboración de memorias y propuestas: especificación de las necesidades de materiales y personal para el manejo de cargas, presupuestos de almacén, caracterización de los lead times (plazos de entrega) de los productos de ayuda de emergencia, etc.

Finalmente, la Universidad también puede contribuir a la formación de personal técnico especia-lizado en logística humanitaria.

CONCLUSIONES

En los años sesenta del siglo XX se acuñó el término de “tecnología apropiada” (Schumacher, 1973) que permitió llamar la atención sobre la necesidad de adaptar conocimientos y soluciones técnicas a las necesidades de los colectivos más pobres.

Aunque los principios de la tecnología apropiada han ido evolucionando, sigue siendo cierto que los conocimientos técnicos que se generan y transfieren en nuestras universidades están enfoca-dos a la resolución de problemas que afectan sólo a una pequeña parte de la población mundial. El análisis de los problemas ligados al desarrollo de las regiones privilegiadas del planeta resul-ta en un conjunto de soluciones que no tienen por qué poderse aplicar miméticamente en las regiones en desarrollo (Cervera, 2006). Es necesario incorporar al conocimiento ya acumulado

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por nuestras Universidades, saberes de fuentes y culturas múltiples que nos permitan obtener soluciones nuevas, mestizas y adaptadas al entorno y a la realidad local en los que se aplican.

A medida que la cooperación para el desarrollo y la ayuda humanitaria han ido evolucionando, y su práctica se ha hecho más variada y compleja, se ha puesto de manifiesto el interés y la pertinencia de utilizar técnicas y enfoques de ingeniería de organización como, por ejemplo, planificación estratégica, gestión de calidad, técnicas de resolución de conflictos y, por supuesto, logística. La adaptación de estos enfoques contribuye a concebir e implantar nuevos enfoques y soluciones que, siguiendo el término acuñado por Schumacher, bien podrían calificarse como soluciones de “organización apropiada”.

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REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

AECI (2008). “El Príncipe de Asturias inaugura en Panamá el Centro Logístico Humanitario de la Cooperación Española en América Latina”. Boletín de noticias de la Agencia Española de Cooperación Internacional, 12 Enero.

[Disponible en línea: http://www.aeci.es/03coop/1activ_coop/inauguracion_panama.htm]

BLANCO, E.E. Y GOENTZEL, J. (2006). “Humanitarian Supply Chains: A Review”. Proceedings of the 17th Annual POMS Conference. Boston, April-May.

CERVERA, J. (2006). Nota Informativa del Director de Cooperación dirigida a los Grupos de Investigación de la UPM.

HANDFIELD, R. Y NICHOLS, E. (1999). Introduction to Supply Chain Management. New Jersey: Prentice Hall.

KAATRUD, D.B., SAMIII, R. Y VAN WASSENHOVE, L.N. (2003). “UN Joint Logistics Centre: a coordinated response to common humanitarian logistics concerns”. Forced Migration Review, vol. 18, pp. 11-14.

LAMBERT, D.M. Y COOPER, M.C. (2000). “Issues in Supply Chain Management”. Industrial Marketing Management, vol. 29, pp.65-83.

SCHUMACHER, E.F. (1973). Small is beautiful: economics as if people mattered. London: Blond and Briggs.

SCOTT-BOWDEN, P. (2003). “The World Food Program: augmenting logistics”. Forzed Migration Review, vol. 18, pp. 17-19.

STADTLER, H. (2005). “Supply Chain Management and Advanced Planning – basics, overview and challenges”. European Journal of Operational Research, vol. 163, pp. 575-588.

STEVENS, G.C. (1989). “Succesful Supply-Chain Management”. Management Decision, 28 (8), pp. 25-30.

UN (2006). “UN works with DHL to launch quick response team for disasters in Latin America, Caribbean”. UN News Service, 31 May. [Disponible en línea: http://www.un.org/apps/news/story.asp?NewsID=18683

&Cr=emergency&Cr1=America

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RESEÑA CURRICULAR DE RUTH CARRASCO GALLEGO

Ingeniero Industrial, especialidad Organización, por la Universidad Politécnica de Madrid y Diplo-ma de Estudios Avanzados en Ingeniería de Organización y Logística por la misma universidad.

En la actualidad es profesora ayudante en el Departamento de Ingeniería de Organización, Ad-ministración de Empresas y Estadística de la UPM, donde imparte las asignaturas “Modelos Cuantitativos Globales de Sistemas Logísticos” y “Diseño, Planificación y Gestión de Sistemas Productivos y Logísticos”.

Antes de pasar a la actividad académica a tiempo completo, ha desempeñado varios puestos en el sector privado relacionados con el diseño y la operación de sistemas logísticos.

Sus líneas de investigación actuales se centran en logística inversa y cadenas de suministro de ciclo cerrado, sistemas logísticos sostenibles y tecnología RFID.

RESEÑA CURRICULAR DE CARLOS MATAIX ALDEANUEVA

Doctor Ingeniero Industrial por la Universidad Politécnica de Madrid. Profesor titular del Depar-tamento de Ingeniería de Organización, Administración de Empresas y Estadística de la Univer-sidad Politécnica de Madrid (UPM).

Coordinador del grupo “Organización, Calidad y Medio Ambiente en la Cooperación” -GOCMA- de la UPM, en el que es responsable científico de diversos proyectos de investigación en coopera-ción internacional financiados por instituciones públicas.

Ha publicado diversos artículos y libros relacionados con la Cooperación para el Desarrollo. La mayor parte de ellos se enmarca en dos temas: “programas de promoción de microempresas” y “dirección y gestión de ONG”. Asimismo, ha impartido numerosas conferencias, seminarios y clases sobre los temas citados.

Participa regularmente como profesor en diversos cursos de especialización y postgrado del ám-bito de la cooperación.

Es Vicepresidente de Ingeniería sin Fronteras - Asociación para el Desarrollo, y ex Vicepresidente de la Coordinadora de ONGD de España.

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CERVERA BRAVO, JAIME

El papel de las Universidades en las situaciones de Emergencia, o Catástrofes Humanitarias

Doctor en ArquitecturaCatedrático de Mecánica de Medios Continuos y Teoría de EstructurasDirector de Cooperación para el DesarrolloUniversidad Politécnica de MadridDirector del Observatorio de la Cooperación Universitaria al [email protected]

La caracterización de los procesos ligados a las catástrofes humanitarias, y más en concreto a los desastres mediatizados por fenómenos naturales, sean de origen natural, o inducidos por las actividades humanas, responde a una secuencia que podemos identificar, usando una inunda-ción, ejemplo 1. prevención (caracterización y análisis del riesgo, y establecimiento de medidas preventivas o infraestructuras capaces de mitigar los daños previsibles, por ejemplo mediante el control de las pautas de urbanización y la ordenación territorial en la cuenca inundable, o la crea-ción de canales de drenaje para reducir ésta32 ) 2. alerta temprana y contención (conocimiento y difusión de la inminencia del riesgo, y adopción de medidas inmediatas de contención de daños en vista de la evolución del fenómeno si ello es posible, por ejemplo mediante la evacuación, la realización de diques ante la subida del nivel de aguas) 3. respuesta de emergencia (intervención inmediata post-desastre con el objetivo de salvar vidas y atender a los damnificados, en el caso que nos ocupa mediante el salvamento, el alojamiento temporal de los evacuados y su alimenta-ción y protección física y sicológica, etc...) 4. reconstrucción (recuperación de la estructura social y productiva, rehabilitando bienes, infraestructuras, y reconstruyendo el tejido social y cultural).

La pregunta es: ¿qué papel pueden jugar las Universidades en dicha secuencia?

Sin tratar más que de aportar unas breves notas, yo diría como resumen que su papel es extre-madamente importante en los objetivos y actuaciones correspondientes a la fase de prevención, su aportación puede haber aportado un capital valioso para la rápida activación de la fase de

32. Se trata sólo de un posible ejemplo: las infraestructuras de mitigación pueden ser problemáticas si reducen el pro-blema en unas áreas a costa de incrementarlo en otras: la canalización puede ser problemática frente a otras alternativas como sería la creación de áreas naturales inundables con mayor capacidad de laminación...

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alerta y para la activación de estrategias de contención, puede resultar útil el acompañamiento universitario en la fase de respuesta de emergencia, y finalmente vuelve a ser de gran valor en la reconstrucción.

En primer lugar, y como elemento en el que el interés de la colaboración de la Universidad resulta primordial y básico tenemos la fase de prevención. Es crucial señalar que desde la perspectiva global, los costes asociados a la prevención resultan ser siempre varios órdenes de magnitud menores que los derivados de la necesidad de intervención posterior por daños imprevistos. En la fase de prevención se trata de preparar a las comunidades frente al desastre, se trata de construir comunidades poco vulnerables y resilientes frente al mismo.

Los factores que dan origen al riesgo de daños son diversos, si bien cabe señalar el concurso de los elementos de amenaza, como son los geológicos (sísmicos, inestabilidad del terreno,...) o meteorológicos (tormentas, huracanes,...) junto con su probabilidad en el área de estudio, en la que la exposición al riesgo estará asociada a la densidad y formas de ocupación del área, y en la que el daño previsible dependerá finalmente de la vulnerabilidad frente a la amenaza del conjunto. Por ejemplo la amenaza sísmica tendrá una cierta probabilidad en un área de una densidad dada, y los daños posibles dependerán de dichas características cruzadas con las de vulnerabilidad de las construcciones o infraestructuras existentes33.

La resiliencia es una cualidad originariamente estudiada en el análisis de los materiales, y trata de medir la energía que éstos son capaces de absorber antes de empezar a deformarse de forma irreversible. El concepto fue trasladado a la sicología, a la ecología y a la sociología en las últimas décadas del siglo XX para caracterizar la capacidad de personas, ecosistemas o sociedades para sobreponerse a perturbaciones importantes respecto a su ritmo habitual y de volver a la situación precedente, o mejorada34.

El objetivo de la prevención es, por tanto, caracterizar el tipo y la probabilidad de las amenazas, reducir el grado de exposición y la vulnerabilidad ante éstas, y establecer los mecanismos ne-cesarios, entre la población amenazada y el resto de la estructura social, para lograr la máxima resiliencia.

Es fácil comprender que, por múltiples razones, las poblaciones más vulnerables y de menor resiliencia son indefectiblemente las de mayor índices de pobreza: asentamientos en áreas ex-

33. Una excelente introducción a estos conceptos está en la reciente publicación de Geólogos del Mundo: Pobres x Desastres, Desastres de origen natural y cooperación al desarrollo, Barcelona 2007.34. Una aplicación reciente del concepto al ámbito que estamos considerando la constituye el Marco de Acción de Hyogo para 2005-2015: Aumento de la resilencia de las naciones y las comunidades ante los desastres, de la Estrategia Internacional para la Reducción de Desastres (EIRD) de Naciones Unidas, http://www.crid.or.cr/digitalizacion/pdf/spa/doc16049/doc16049.htm

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puestas que no ocupan otras poblaciones, infraestructuras de mitigación mínimas, falta de ins-trumentos de alerta, falta de formación y recursos para la orientación de conductas en fase de emergencia,...

Lograr la resiliencia, esta capacidad de recuperación de las cualidades originales de la comu-nidad frente al desastre requiere, como hemos visto caracterizar los riesgos potenciales que le afectan, evaluar y minimizar la vulnerabilidad ante éstos, y para ello es necesario además del conocimiento de las fuentes de riesgo, el de las características propias de la comunidad de aná-lisis, y el de sus hábitos o prácticas en relación con los riesgos potenciales.

Hay pues, una primera tarea de investigación típicamente universitaria. De hecho algunas de las titulaciones universitarias pueden rastrear su origen en el análisis y prevención de riesgos, como es el caso de la Ingeniería de Montes, cuyos inicios pueden asociarse a la necesidad de mitigar los daños de las torrenteras de montaña. La caracterización de la vulnerabilidad ante los riesgos necesita del concurso de especialistas de formación diversa: son necesarias las especialidades orientadas al conocimiento de los fenómenos naturales, pero son imprescindibles también las orientadas a la planificación y ordenación de las actividades humanas, puesto que son éstas las responsables del grado de exposición y son en muchos casos de mala práctica las causas mayo-res del alcance o la intensidad de los daños producidos.

En esta etapa de la caracterización es necesaria la preparación de indicadores o índices de riesgo, no sólo de carácter global, como puede ser el Disaster Risk Index o Índice de Riesgo de Desastres, del PNUD35 sino también índices de carácter local, adaptados a las características de las regiones a preparar. Para ello la preparación de cartografía de riesgos resulta una herramienta esencial. En esta evaluación no pueden menospreciarse los factores que, asociados a las prác-ticas o tradiciones locales, son capaces de modificar las vulnerabilidad, en sentido favorable o desfavorable (es fácil entender la diferencia entre las prácticas de las poblaciones tradicionales, o las procedentes de nueva implantación, refugiados o emigrantes, cuyas prácticas pueden pro-ceder de la experiencia adquirida en áreas de características de riesgo diferentes).

El paso de la caracterización a la prevención exige instrumentos nuevos: se trata ahora de establecer políticas o estrategias en la planificación de los ámbitos de las actividades, de las implantaciones de los cultivos o de los asentamientos, y de las infraestructuras necesarias para dichas actividades, etc., de forma que minimicen los potenciales de riesgo, por reducción en la exposición o en la vulnerabilidad frente a éste, y finalmente en este ámbito los universitarios pue-den ser buenos asesores en la necesaria negociación entre los diferentes actores, responsables políticos, comunidades, etc. Las áreas de conocimiento orientadas a la ordenación territorial son centrales para este tipo de actividades.

35. http://www.undp.org/cpr/disred/english/wedo/rrt/dri.htm

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Finalmente se trata de identificar, proyectar e implantar las infraestructuras, dotación de material móvil y organizaciones precisas para, llegado el caso, poder alertar ante la inminencia del fenó-meno, y orientar las conductas o actividades necesarias, sea para reducir o contener los efectos del fenómeno, sea para poder eludir o reducir los daños previsibles. Dicha infraestructura -ma-terial y humana- debe haberse probado, y haberse formado suficientemente a las comunidades sobre su existencia y los correspondientes modos de reacción, para lo que las capacidades for-mativas de los universitarios -formando formadores en tales áreas- son nuevamente de utilidad.

Las actividades de prevención resultan, pues, de la máxima importancia, exigen reflexión, plani-ficación y formación y, por tanto, constituyen el ámbito de actividad en el que la adaptación de la Universidad resulta máxima.

Considerando la fase de alerta temprana y contención, en la que los objetivos son la detección de los fenómenos con potencial destructivo, la interpretación de los correspondientes datos o síntomas, la previsión de ámbitos de afección, así como de la decisión sobre conductas de salvaguardia, ordenación y coordinación de actuaciones de contención o paliativas, etc., está claro que deben depender de organismos de protección civil especializados con base regional o gubernamental y con redes con capacidad de rápida incidencia en ámbitos locales, disponiendo de recursos conocidos y coordinados, etc., y por tanto fuera del ámbito de acción universitario.

Y de la misma manera, la respuesta de emergencia, muchas veces en rápida sucesión a la fase anterior, o incluso simultaneándose en regiones diferenciadas, exige una capacidad de interven-ción propia de otro tipo de organismos que, sin embargo, pueden sacar provecho del conocimien-to universitario de varias maneras. A la primera de ellas ya se ha hecho referencia, pues las infra-estructuras y materiales móviles establecidos en la fase de prevención son de extrema utilidad en estas fases. Pero resulta de importancia clave para acontecimientos futuros evaluar la respuesta de dichos instrumentos y la implicación, por tanto, de los universitarios expertos en tales medios resulta de gran apoyo en la comprobación in situ de su respuesta, de su modo de uso, etc., en la situación de crisis, es útil para su progresiva mejora o renovación. Una segunda línea de im-plicación en estas fases -y que yo ligaría con la anterior- está en la incorporación directa de uni-versitarios preparados para la respuesta de emergencia, en el marco de cuerpos de intervención rápida. Un planteamiento de este tipo requiere, por un lado, de un flujo de voluntarios -y puede haberlos con seguridad procedentes del mundo universitario, como muestra la respuesta de sicó-logos en acontecimientos como el 11 M-. Requiere, en segundo lugar, un proceso de preparación -estableciendo los roles a cubrir, preparando a las personas que se integrarían en dichos cuerpos en tales roles, pero también preparando a la institución universitaria en que trabajan, pues debe permitir su rápida incorporación y su correspondiente sustitución interna-. Este proceso es sólo incipiente en las Universidades españolas, pero empiezan a aprobarse documentos y convenios con dicha orientación, que sólo cabe alentar.

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Un resultado no desdeñable de esta incorporación está precisamente en la naturalidad con que los universitarios participarían en la evaluación de los instrumentos empleados en las acciones de respuesta y en su ulterior mejora: como en otros ámbitos de la investigación universitaria, la colaboración con el destinatario de los resultados de la investigación termina aconsejando una permeabilidad en los dos sentidos: de los departamentos a las entidades destinatarias de los pro-ductos, y de éstas a los departamentos universitarios en que se desarrollan las investigaciones. La vía natural por ello es, a mi juicio, la concertación de líneas de investigación en el marco de los sistemas de intervención, y la implicación de los departamentos concernidos en las acciones sobre el terreno.

Finalmente, en la fase de reconstrucción se requieren recursos sostenidos, dirección y coordina-ción de actividades, así como proyectos ejecutivos concretos. Para ello los recursos humanos de las universidades pueden movilizarse en apoyo a las necesidades de las instituciones encarga-das de la reconstrucción, a demanda de éstas y en todos los ámbitos del conocimiento técnico, siendo las universidades con orientación técnica un agente privilegiado aunque no exclusivo. Las dificultades en este ámbito se centran en los ritmos rápidos requeridos para la realización de los proyectos de reconstrucción así como en las secuencias temporales ligadas a las prioridades establecidas, que no casan bien con los ritmos propios de la Universidad por razón del carácter poco mudable de las secuencias académicas. Aquí, la Universidad puede constituir un ámbito de consulta y asesoramiento para profesionales procedentes de otros ámbitos, a veces bisoños, dada la urgente necesidad de recursos, y, en caso necesario facilitar la formación rápida a través de la preparación e impartición de seminarios o talleres que faciliten la mejor respuesta de dichos profesionales.

En este ámbito, son de interés la creación y el mantenimiento de bases de información accesi-ble y crítica sobre prototipos de soluciones, así como revisiones de las realizaciones habidas en casos precedentes, con la evaluación de sus resultados a medio plazo, etc. Las universidades resultan particularmente adaptadas para la materialización y mantenimiento de tales bases de conocimiento crítico, para cuyo origen y estabilización puede ser de gran utilidad el estableci-miento de programas formativos estables orientados a las acciones de reconstrucción.

En mi opinión, pues, la capacidad de la Universidad para reflexionar e investigar, y por tanto generar y criticar conocimiento, así como sus capacidades formativas y técnicas como vía de custodia y aplicación de dicho conocimiento, pueden ser utilizadas con buen aprovechamien-to en el ámbito de la prevención y respuesta frente a los desastres. Para ello se requiere una mejora de la conciencia sobre dicha capacidad, tanto en las propias universidades como en los organismos implicados en las acciones de emergencia: se trata de contar progresivamente con la universidad en la fase de preparación, de análisis y prevención de riesgos, y todo el conjunto puede llegar por añadidura.

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RESEÑA CURRICULAR DE JAIME CERVERA BRAVO

Natural de Madrid es el Director del Observatorio de la Cooperación Universitaria al Desarro-llo, constituido por Convenio entre la Conferencia de Rectores de las Universidades españolas (CRUE), la Secretaría de Estado para la Cooperación Internacional (SECI) y la Agencia española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID).

Es Licenciado, Doctor y Catedrático en Arquitectura por la Universidad Politécnica de Madrid.

Responsable de las asignaturas de Proyectos y Cálculo de Estructuras del título de Arquitecto en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid (ETSAM), ha proyectado buen número de estructuras convencionales y singulares y ha organizado y participado en numerosos cursos y conferencias, así como en programas de postgrado y doctorado sobre temas informáticos y de proyecto y análisis de estructuras. Desde 2005 es Director de la Cátedra Universidad-Empresa conocida por CátedrAcero.

Ha sido responsable de la organización informática de la ETSAM desde 1991 hasta 2004, intro-duciendo en ella sistemas de CAD, SIG, Análisis de Estructuras.

Ha sido fundador y codirector desde 1996 de la Biblioteca electrónica “Ciudades Para un Fu-turo más Sostenible”; Director del Departamento de Estructuras de la Edificación de la ETSAM y Subdirector Jefe de Estudios de la ETSAM; además de evaluador de la Agencia Nacional de Prospectiva y Evaluación (ANEP).

Es desde 2004 el primer Director de Cooperación para el Desarrollo de la UPM, adjunto al Vice-rrector de Relaciones Internacionales.

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DURÁN NAVARRO, JAIME

El papel de la Universidad en el estudio, análisis y clasificación de los desastres

Doctorando en Ciencias Económicas y EmpresarialesMáster Internacional en Dirección de EmpresasDirector General de la Fundación [email protected]

Las catástrofes y sus consecuencias han sido objeto de múltiples estudios pero la mayor parte de ellas se han centrado en el análisis a corto plazo de las mismas.

Asímismo, la clasificación que se lleva a cabo de las catástrofes se ha basado más en sus ca-racterísticas sintomáticas (inundación, sequía, huracán, etc.) que en un análisis profundo de sus causas estructurales.

Como puso de manifiesto Amartya Sen, las hambrunas no son la consecuencia inmediata de una mala cosecha sino de la sucesión de ellas y de la pérdida de las titularidades por parte de la población afectada sin posibilidad de recurrir a las estrategias de supervivencia “copying strategies”.

Los estudios llevados tanto por Amartya Sen, como Alex de Waal y Rasangani, en el campo de la Seguridad Alimentaria ha posibilitado que se lleve a cabo una importante labor en la preven-ción de hambrunas. Aunque posteriormente descubrimos que muchas de ellas han sido debido a otras causas como su utilización como arma de guerra o debido al impacto del SIDA en el ámbito rural, etc.

El estudio de las causas estructurales que ocasionan el gran impacto de una catástrofe natural permite establecer una estrategia a largo plazo para reducir el impacto de la misma, pero al mismo tiempo permite estudiar la interrelación entre los distintos factores coyunturales que in-tervienen en ella (VIH/SIDA, situación de la mujer, malnutrición crónica, pobreza, etc.).

La pobreza, la violación de los derechos humanos, la malaria, el VIH/SIDA, la falta de acceso al agua potable, etc., podrían ser consideradas mucho más la base de muchas catástrofes que el desborde de un río, la falta de alimentos o vientos huracanados.

La falta de un análisis riguroso de los factores que intervienen en una catástrofe natural ha pro-vocado que muchas de las intervenciones llevadas a cabo en respuesta a la misma hayan sido la base de posteriores catástrofes con resultados aún más graves que los anteriores.

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La aportación que la Universidad de Cádiz podría llevar a cabo en este campo sería realizar un análisis exhaustivo de las catástrofes humanitarias que se vienen repitiendo año tras año durante el último quinquenio, muchas de las cuales pocas veces salen en los medios de comunicación, quizás por el hecho de ser recurrentes. Y plantear alternativas a la respuesta que se dan a las mismas, atacando a las causas estructurales que están en la base de las mismas.

El reto es analizar las catástrofes humanitarias y ser capaz de proponer:

1. Un análisis de las catástrofes para que la respuesta refuerce las capacidades de la pobla-ción y sea un primer paso hacia el desarrollo comunitario.

2. Un modelo de intervención para la prevención y/o mitigación de su impacto basado en las causas estructurales que la determinan y en los factores coyunturales que las agu-dizan.

3. Una clasificación de las catástrofes basada en las causas estructurales que las originan.

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RESEÑA CURRICULAR DE JAIME DURÁN NAVARRO

Natural de Cádiz actualmente es el Director de la Fundación Magdala.

Es Doctorando en Ciencias Económicas y Empresariales por la Universidad Autónoma de Madrid y Máster Internacional en Dirección de Empresas por el CERAM Graduate School of Manage-ment (Sophia Antipolis-Nice, France).

Ha participado en diversas investigaciones y publicaciones, y ha asistido e impartido distintos cursos, talleres y seminarios y conferencias.

Empezó en el ámbito de la Cooperación al Desarrollo y la Acción Humanitaria administrado los proyectos de Acción contra el Hambre de Ayuda Humanitaria en Afganistán.

Ha trabajado para Cruz Roja española durante diez años teniendo en su haber los puestos de Responsable de las relaciones con la Unión Europea y Naciones Unidas en la Cooperación In-ternacional para África, y el desarrollo de las políticas relacionadas con los microcréditos y los derechos humanos; Responsable de la cooperación con la región de África Central; Responsable de la Cooperación Internacional para África en el Departamento de Cooperación Internacional en la Oficina Central; y Responsable de la Región de los Grandes Lagos y Etiopía en el Departamen-to de Cooperación Internacional en la Oficina Central.

Especialista en microfinanzas, participa desde el 2003 en el proyecto: “Foro Nantik Lum de Microfinanzas”, y ha visitado varias veces el Grameen Bank en Bangladesh para realizar una evaluación de impacto y para diseñar la cooperación entre ésta Institución y la Federación Inter-nacional de la Cruz Roja y Media Luna Roja para llevar a cabo programas de microcréditos en toda África.

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GARCÍA GÓMEZ, ANDRÉS

La aportación académica universitaria a la lucha contra las catástrofes y gestión de riesgos

Coordinador del CEISE (Centro Europeo de Investigación Social de Emergencias)Dirección General de Protección Civil y EmergenciasMinisterio del Interior - Gobierno de Españ[email protected]

Entre las distintas maneras de clasificación de tipos de sociedad en los últimos años ha emergido la que distingue entre sociedades de peligro y sociedades de riesgo.

Sociedades de peligro serian aquellas que están o creen estar sometidas a procesos de deses-tabilización y situaciones catastróficas cuya génesis se encuentra fuera de su sistema y de su voluntad. Son aconteceres esencialmente azarosos producidos por una naturaleza impredecible o por el aleatorio capricho de unos dioses trascendentes que son en última instancia quienes dominan y controlan a la primera.

En estos casos la gestión del peligro, del mal o de la fatalidad, queda limitada a una escasa capa-cidad predictiva devenida de la percepción por unos pocos de la periódica reiteración histórica de algunos fenómenos, de la que a su vez se desprendía ciertas políticas preventivas de desarrollo del hábitat urbano, de estrategias de aviso y alarma, y también de respuesta y refugio.

Del pensamiento mítico y religioso trascendente como fuente de la verdad y legitimación del bien y del mal, de lo que esta permitido y de lo que no, se produce, a partir del renacimiento, una deriva hacia el pensamiento racional como fuente de legitimación de la actividad humana. Dicho desplazamiento tiene su punto álgido, cuando el pensamiento científico afirma que conocido la posición de un elemento en el universo y la ley que rige su movimiento puede determinar tanto su posición en el futuro como la que tuvo en el pasado. Se traslada así la fuente de verdad y por tan-to de legitimación de las acciones humanas desde la Verdad Revelada a la Verdad Científica en la que “está permitido todo aquello que es científicamente cierto y tecnológicamente posible”.

La cara negativa de este cambio epistemológico, es que el desarrollo tecnológico ha ido más rápi-do que el científico, el cual está en una fase de saber local y de laboratorio todavía muy lejos de poder garantizar en la realidad de las cosas explicaciones globales de lo que acontece y mucho menos de lo que puede acontecer en un futuro, que queda así abierto a la indeterminación.

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Como efecto de esta nueva etapa en la historia, el hombre, haciendo de “aprendiz de brujo” puso en marcha, por medio del desarrollo tecnológico e industrial, procesos cuyas consecuencias no podía controlar ni garantizar.

Pasamos así de la sociedad de peligro a la “civilización del riesgo” según el francés Patrick Lagadec o “sociedad del riesgo” del alemán Ulrich Beck, que no es otra cosa que la sociedad sometida a peligros y riesgos autoengendrados.

Pero esta calificación en principio pensada por sus autores para explicar los riesgos tecnológicos se empieza a usar para explicar los llamados peligros naturales, ya que éstos se empiezan a percibir así mismo como consecuencia de la propia actividad humana.

Un antecedente clásico de este enfoque lo encontramos en la postura que defendía el filósofo Rousseau en relación al terremoto que destruyo Lisboa en 1755 causando más de 100.000 muertos afirmando que “la Naturaleza no construye veinte mil edificaciones de seis o siete pisos y que si los habitantes de esa gran ciudad hubieran estado más equitativamente distri-buidos y menos hacinados los daños hubieran sido mucho menores y quizás, insignificantes”.

Aunque el enfoque mítico o religioso en los que se explicaba que la causa de los desastres eran manifestaciones de la cólera de los dioses provocada por los pecados y la soberbia del hombre había sido cuestionada por diversos pensadores, entre ellos Platón que se adelantaba varios miles de años a la “teoría de Gea” de James Lovelook afirmando que “la tierra es un ser vivo, provisto de alma y de entendimiento”.

Pero hasta principios del siglo pasado no aparecen las primeras explicaciones científicas de las causas de los desastres naturales, sobre todo con la publicación de “El origen de los Continen-tes y de los Océanos” del meteorólogo Alfred Wegener. Explicaciones científicas de los orígenes de las catástrofes a las que ya estamos acostumbrados pero que son muy recientes en tiempos históricos, lo que explica que todavía en grandes partes del planeta pervivan las explicaciones míticas.

La cara positiva de la aportación de la ciencia, es que si bien es reciente ha sido fundamental para pasar del sentimiento de impotencia de luchar contra las catástrofes, tanto naturales como tecnológicas, como sino del destino contra el que nada podemos hacer, a creer que conociendo su origen científico podríamos desarrollar estrategias de control y prevención para mitigar sus efectos indeseados.

En efecto, en las pocas décadas que el pensamiento académico y universitario lleva ocupándose de estos asuntos se ha desarrollado toda una tecnociencia que nos está permitiendo prever, ver con antelación lo que está por ocurrir, y prepararnos para ello; y viene a bien citar “el cambio climático” como riesgo para la supervivencia biológica de la humanidad como ejemplo de esta aportación que no podría haber sido avistado con suficiente antelación de no haberse producido ese cambio de paradigma de la explicación mítica de la catástrofe al racionalismo científico.

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RESEÑA CURRICULAR DE ANDRÉS GARCÍA GÓMEZ

Licenciado en Ciencias Políticas y Sociología por la Universidad Complutense de Madrid.

Es Coordinador del Centro Europeo de Investigación Social (CEISE) de la Dirección General de Protección Civil y Emergencias del Interior.

También es Presidente de “Asociación de Titulados Superiores de Protección Civil de la Adminis-tración del Estado” (ATPROCIVIL) y Presidente de la ONGD “Gestión de Emergencias Colectivas y Corporativas” (GEMERCO).

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GARCÍA BELTRÁN, BEATRIZ

“Universitas” y Acción Humanitaria: calidad y universalización de la ayudaOpiniones desde la Agencia Española de Cooperación Internacional para el

Desarrollo (AECID)

Licenciada en Derecho y Diplomada en Estudios EmpresarialesMagíster en Género y Desarrollo, Instituto Complutense de Estudios Internacionales de la Universidad de Madrid (ICEI-UCM)Técnica del Área de Ayuda Alimentaria y de Emergencia de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID)[email protected]

A lo largo de los tres años transcurridos desde que entró en vigor el actual Plan Director de la Cooperación Española (2005 – 2008) se ha trabajado intensamente en la Agencia Española de Cooperación Internacional -AECI- (cuya heredera y sustituta es desde hace sólo unas semanas la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo -AECID-) con los distintos “actores de la política de cooperación internacional para el desarrollo”, intentando que el marco de dicho trabajo estuviera siempre regido por los principios de colaboración, complementariedad y calidad.

Iniciando con la mera mención de dichos actores tal y como están recogidos en el Plan Director (Cortes Generales, Administración General del Estado, Comunidades Autónomas y Entidades Locales, ONGD, Universidad, empresas y organizaciones empresariales, y sindicatos), y después de hacer un breve recorrido por el “panorama humanitario” en el marco general de la coopera-ción española, y más en concreto de la AECID, nos centraremos en este artículo en el rol que la Universidad desempeña, y ha de desempeñar de manera creciente, en el ámbito de la acción humanitaria.

De unos años a esta parte, todo lo relacionado con la acción humanitaria, en el marco general de la cooperación internacional, ha ido adquiriendo importancia creciente. El incremento de las catástrofes naturales y los desastres provocados o agravados por el hombre ha sido enorme, lo cual ha traído consigo un aumento del número de víctimas y, por tanto, también de las necesi-dades humanitarias de la población afectada. Asimismo, para atender todas estas situaciones, se ha producido un espectacular incremento de los recursos dedicados a la acción humanitaria que, para redundar efectivamente en beneficio de la calidad de la ayuda, ha de ir necesariamen-te acompañado de la colaboración entre todos los actores implicados en la prestación de dicha

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ayuda y la complementariedad entre los mismos. En este sentido, el Plan Director entiende la complementariedad como “el carácter sinérgico de estrategia en común y actuación específica que conduce a sumar a través de las diversas intervenciones; una política de desarrollo (y de acción humanitaria) comúnmente compartida”. La complementariedad, continúa el Plan Direc-tor, se logra mediante el diálogo sobre los objetivos, la forma de lograrlos y la distribución de responsabilidades.

Por este motivo, la oportunidad de “clarificar el verdadero carácter de la acción humanitaria y el papel que debe cumplir en el actual escenario internacional”, recogido en el borrador de la Estra-tegia de Acción Humanitaria de la Cooperación Española, se convierte en uno de los principales retos para todos los actores de la cooperación. En este sentido, la presentación en la Reunión Internacional de Estocolmo, en junio de 2003, de los Principios del Buen Donante Humanitario (Good Humanitarian Donorship), a los cuales se adscribió España un año más tarde, en octubre de 2004, en la Reunión Internacional de Ottawa, supone un primer paso (importantísimo) dado por los donantes para definir criterios y valores comunes que deben guiar la acción humanita-ria.

En dichos Principios del Buen Donante Humanitario se ha basado el grupo de trabajo de la Estra-tegia de Acción Humanitaria de la Cooperación Española para la elaboración de éste documento, que, previsiblemente, verá la luz de manera oficial en las próximas semanas. Como se indica en su Prólogo, “la Estrategia desarrolla muchas de las cuestiones previstas en el Plan Director de la Cooperación Española 2005 – 2008, establece prioridades y pautas de actuación, y concreta compromisos en materia presupuestaria. Pero, sobre todo, pone énfasis en la contribución a la mejora de la situación de las poblaciones vulnerables mediante el fortalecimiento del sistema español de respuesta y prevención, así como su contribución y articulación con una respuesta humanitaria global de calidad”.

Lógicamente, para que esta declaración de intenciones se convierta en una realidad, el proceso de elaboración de la Estrategia ha tenido un carácter esencialmente participativo, puesto que nace con la intención de ser un marco de referencia para la actuación de todos los actores de la cooperación, entre los que se encuentra también la Universidad.

En ese amplio ámbito de intervención que abarca la acción humanitaria, el trabajo desarrollado por el Área de Ayuda Alimentaria y de Emergencia (futura Oficina de Acción Humanitaria) de la AECID puede contemplarse desde tres ópticas diferentes, cada una de ellas intrínsecamente relacionadas entre sí, pues no son sino reflejo de una única realidad:

1. En primer lugar, encontramos una especialización geográfica dentro del Área. Dicha especia-lización no se ciñe exactamente a la clasificación de los países recogida en el Plan Director (Países Prioritarios, Países con Atención Especial y Países Preferentes), puesto que en conso-nancia con los criterios rectores de la acción humanitaria, la misma está orientada hacia las

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Mucho hemos oído debatir en diferentes foros acerca de la necesidad de contar con personal experto en los distintos sectores de la acción humanitaria (agua y saneamiento, seguridad ali-mentaria, salud, cobijo, mujeres, infancia, etc.), la importancia de llevar a cabo evaluaciones rigurosas en cada una de las áreas geográficas en las que se viene trabajando, fomentar la re-flexión y el intercambio de experiencias, etc. Todos estos ámbitos, intrínsecamente relacionados con el incremento de la calidad de la ayuda prestada, se prestan por su propia naturaleza a ser trabajados en profundidad por los distintos actores de la cooperación, y en especial a estar en-raizados en las actividades propias de la Universidad.

Por este motivo, desde el Área de Ayuda Alimentaria y de Emergencia de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) animamos a las universidades a ampliar iniciativas como la organización de Cursos de Post-grado y Magíster en Acción Humanitaria, la participación de sus docentes en foros de debate, seminarios, cursos, investigaciones y sistema-tización de buenas prácticas en el ámbito de la acción humanitaria, y el fomento y participación en evaluaciones de la ayuda prestada.

Sólo si cada institución con competencia en la acción humanitaria asume responsabilidades, compromisos e iniciativas en la prestación de la ayuda podremos hacer realidad la reflexión reco-gida en el Plan Director de la Cooperación Española 2005 - 2008, en su referencia a los actores de la política de cooperación internacional para el desarrollo: la “pluralidad de actores contribuye a la peculiaridad del sistema español que lo diferencia del resto de donantes, dotándolo de mayor riqueza por su variedad y haciendo necesaria la puesta en marcha de mecanismos que permitan la coordinación entre ellos para evitar la atomización de las actuaciones”.

víctimas de desastres de todo tipo, con el objetivo de satisfacer sus necesidades básicas, restablecer sus derechos y garantizar su protección, todo ello bajo los principios de impar-cialidad, neutralidad y no discriminación, y no vinculado a las prioridades geográficas de la Cooperación Española.

2. En segundo lugar, una especialización sectorial, con un particular hincapié en los temas de agua y saneamiento.

3. Y en tercer lugar, una clasificación de la ayuda prestada por la Agencia desde el punto de vista de los instrumentos utilizados para gestionarla (Subvenciones a Organismos Inter-nacionales, a ONGs locales, a ONGs españolas, contribuciones bilaterales, Convenios, e intervenciones directas). Dichas intervenciones directas, que suponen sólo una pequeña cantidad en el presupuesto total del Área, se han visto reforzadas a partir de este año 2008 con la inauguración en Panamá, a principios del mes de enero, del Centro Logístico Humanitario de la Cooperación Española en América Latina.

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RESEÑA CURRICULAR DE BEATRIZ GARCÍA BELTRÁN

Actualmente es técnica del Área de Ayuda Alimentaria y de Emergencias de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID).

Licenciada en Derecho y Diplomada en Empresariales (ICADE E-1) por la Universidad Pontificia de Madrid. Especialista en género, ha realizado el Magíster en Género y Desarrollo por el Instituto Complutense de Estudios Internacionales (ICEI) de la Universidad Complutense de Madrid.

Ha trabajado en el Área de Programas Europeo y Empleo, y en el Área Jurídica del Instituto de la Mujer durante tres años, y asimismo en el Departamento de Estudios y Relaciones Institucio-nales de Intermón Oxfam, en la Asociación SETEM en Nicaragua, y en la Asociación Ak’Tenamit (Fundación Guatemala).

Es autora y coautora de varias publicaciones del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales y del Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación; y ha impartido distintas ponencias sobre la Ac-ción Humanitaria en cursos y seminarios.

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GARCÍA GARCÍA, JUAN CARMELO

Tipología de catástrofes

Cofundador del Instituto de Estudios para América Latina y África (IEPALA) y del Instituto Ecuménico para el Desarrollo de los PueblosDirector del [email protected]

NOTAS PREVIAS

He revisado mis saberes y aprendizajes en torno del tratamiento de Acciones y ayudas huma-nitarias en situaciones límite o en casos de catástrofes naturales, sociales, políticas, culturales (etnocidios) y si se me permitiera las económicas (si bien la gran catástrofe que el sistema Eco-nómico vigente ha producido y produce en los países del Tercer Mundo no es considerada como tal por lo que no procede incluirlas).

Parte de ese acervo o las dudas que sobre ello tengo, intenté transmitirlo en el Encuentro que convocó la Universidad de Cádiz a mediados de abril de 2007. Ahora me piden que aporte algu-na línea o campo de investigación que considere necesario trabajar para llegar a establecer una tipología de las catástrofes, además de las que están en uso...

Aún consciente de que no estoy favorablemente predispuesto para analizar científicamente el caos de las catástrofes y la respuesta que provocan en el mundo ordenado y tranquilo (pax = tranquilitas ordinis -?-) de los países del Norte, sí quisiera proponer, al menos como una de tantas dudas, la necesidad de analizar a fondo, con rigor y sistematicidad los siguientes aspectos y dimensiones que suelen acompañar o seguir a las catástrofes y que, por múltiples razones, no todas evidentes, suelen darse por sabidas o por no-analizables...:

1º.- En concreto me refiero a la urgencia (lenguaje propio del tratamiento de las catástrofes) de analizar la tipología de percepción que provocan las catástrofes en:

• Los Medios de Comunicación y sus mercancías (imagen, mensajes, el ‘medio’ -Mc Luhan-).

• La clase política que actúa no tanto para remediar la catástrofe cuanto para escenificar ‘su eficiente respuesta’... ante su soberano...

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• Ciertas ONGs de Ayuda Humanitaria que encuentran en las catástrofes su ‘razón de ser’ y hacer (incluidos sus ‘profesionales’ y técnicos).

• Los Sistemas o Universos simbólicos mágicos o míticos que las utilizan como corroboración de ‘su verdad’ para demostrar (?) lo indemostrable...

• Los satisfechos -personales o institucionales- que donan excedentes para que se sepa que son generosos, magnánimos y altruistas... con el fin de ganar clientes (una buena parte de los actores de la Responsabilidad Social Corporativa).

• La gente sencilla que se solidariza por compasión y, quizás, por proyección invertida..., de múltiples formas pero sobre todo entregando dinero sin saber cómo ha de usarse creyendo que sirve para solucionar los efectos sobre sus semejantes de la catástrofe..., y el tipo de conciencia ética (buena o mala) ante “el mal del otro que puedo ser yo...” (hoy por ti mañana por mí).

2º.- No se trata de aplicar el adagio romano “Quidquid recipitur ad modum recipientis recipi-tur”, que por otra parte se verifica constantemente, sino de analizar, especificar y diferenciar el efecto que produce la percepción de la noticia catastrófica en los distintos actores que re-accionan y se implican -de formas variadas y ‘propias’- ante la catástrofe sin identificarse con las víctimas ni responder en función del Derecho inalienable que tienen esas víctimas por ser seres humanos y naturaleza dañada, y sin exigirse la coherencia de la defensa radical, continua y universal de Todos los Derechos Humanos para todos los seres humanos, incluidos nosotros y los demás....

3º.- Soy muy consciente de que lo importante de la tipología de las catástrofes, además de para tenerlas bien procesadas y controladas... (quizás hasta publicadas como un Manual), es la in-vestigación sobre las causas que las producen, los espacios en los que suelen darse, las formas de prevenirlas, evitarlas o paliarlas antes de que se produzcan... y el mejor modo posible -incluso el más económico- para llegar a dominarlas si posible fuera...; pero también su percepción y reacción, así como el uso que de ellas se hace, o dicho de otra manera, la función práctica que cumplen... en los que a distancia y sin riesgo “dan su ayuda humanitaria” a su manera particular y propia...

4º.- También soy consciente de que algunos actores decisivos (y decisorios) que posteriormente responden a la catástrofe... el punto anterior es meramente retórico y no es significativo, porque les forzaría a evitar radicalmente muchos de las causas que producen o inducen directamente a lo catastrófico (CO2, efecto invernadero, contaminaciones múltiples, cambios climáticos... infini-dad de comportamientos comerciales, económicos, técnicos, políticos...) y que prefieren o bien seguir pagando las multas... o “responder generosamente a la atención a las víctimas” antes que

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cambiar sus intereses y evitar cualquier influencia causal que induzca a que pueda producirse o agravarse... “tal victimación”...

5º.- Como un apéndice de esa Investigación pienso que sería muy útil hacer una tipología críti-ca de las organizaciones y mecanismos que se dedican a la Acción y/o Ayuda Humanitaria, no tanto en función de sus estatutos, estructuras organizativas y fines institucionales... sino de sus prácticas y de sus resultados...

6º.- No creo conveniente hacer un análisis sobre las corrupciones que llegan a darse en torno de la gestión de las catástrofes en ciertos agentes, no porque no fuese de interés sino porque serviría como argucia exculpatoria para los muchos que, no se creen perversos pero viven del problema en vez de solucionarlo.

SOBRE LA METODOLOGÍA

Creo que entre muchas técnicas, no sería baladí, un análisis crítico del “discurso” de los actores objeto de la investigación, y un estudio comparativo de dichos análisis con las prácticas que llevan a cabo y con la imagen que dan ante otros terceros que suelen adoptar una postura no sometida ante los tratamientos que se dan en torno de las catástrofes... y las respuestas.

Supongo que queda claro que los analistas y las hipótesis de trabajo a verificar han de ser y pa-recer rabiosamente independientes y académicamente competentes sin caer en descriptivismos sino buscando los mejores instrumentos y razones de la Teoría Crítica de la Realidad.

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RESEÑA CURRICULAR DE JUAN CARMELO GARCÍA GARCÍA

Desde 1977 es Secretario General y coordinador-director de IEPALA.

Ha cursado estudios de Filosofía y Sociología del Conocimiento; Ciencias Sociales; y Ciencias Económicas, Políticas y Sociología.

Especialista en Economía del Desarrollo y Economía Agraria, es cofundador del Instituto de Es-tudios Políticos para América Latina y África (Montevideo, 1958; Madrid, 1964) y del Instituto Ecuménico para el Desarrollo de los Pueblos (París, 1970).

Trabaja en “Cooperación Internacional al Desarrollo Socio Económico” desde 1970 a 1976.

Ha participado profesionalmente en Encuentros, Simposiums, Cursos sistemáticos, Conferencias Nacionales o Internacionales, en América Latina, África, Europa, Norteamérica.

Como editor crea, en la transición española, “Mañana-Editorial” con una publicación de un centenar de títulos; y durante las tres últimas décadas “iepala-editorial” donde ha dirigido y participado en varias obras conjuntas.

Ha publicado artículos sobre temas de Desarrollo y Cooperación, Educación Popular, Análisis de la Realidad (teorías y métodos); Análisis socioeconómico del Tercer Mundo, países y sectores y Filosofía y Ética de la Liberación; Derechos Humanos y Sociedad Civil; y dictado multitud de cursos.

Desde 1977 es Secretario General y coordinador-director de IEPALA.

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El papel de la Universidad ante las crisis humanitarias

Licenciada en Ciencias EmpresarialesMáster Internacional en Administración de EmpresasSubdirectora del Departamento de Cooperación Internacional de Cruz Roja Españ[email protected]

Las crisis humanitarias, ya sean causadas por fenómenos naturales o no, al menos exclusiva-mente, ponen en riesgo a una comunidad sólo si la amenaza que se cierne sobre la comunidad hace que ésta se encuentre en situación de vulnerabilidad. Es entonces cuando la protección de las vidas y medios de la comunidad enfrentan situaciones de crisis que requieren de la ayuda humanitaria.

Según indican la mayoría de los estudios que han analizado los desastres naturales acaecidos en los últimos decenios, su número, gravedad e impacto va en aumento debido a múltiples factores, entre los que cabe destacar el rápido crecimiento de la población y la degradación ambiental.

A pesar de que la magnitud de los desastres difiera de unos desastres a otros, tal diferencia tiende a atenuarse si atendemos a los daños causados en términos de pérdida o deterioro de vidas humanas y medios de sustento, daños a las infraestructuras de salud, educativas, las re-des de comunicación, los sistemas de abastecimiento de agua, etc. Que se trate de terremotos o inundaciones, deslaves o erupciones volcánicas, en tanto en cuanto representen una amenaza, muy probablemente abocarán a una crisis humanitaria o agravarán una situación de crisis ya existente.

En este sentido, es importante el estudio riguroso del impacto de las crisis para mejorar el cono-cimiento de las amenazas naturales y trasladar la aplicación de este conocimiento en beneficio de las comunidades afectadas.

En este estudio, planteado de manera general, las universidades juegan un papel importante. Desde las disciplinas más técnicas como las ingenierías, Medicina, Arquitectura, Química, Psi-cología, Economía… hasta las más teóricas como Derecho o Antropología, todas tienen cabida a la hora de estudiar, desarrollar y aplicar metodologías para la mitigación de los efectos de los desastres o la prevención de los mismos.

GONZÁLEZ ROMERO, ELENA

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Las universidades pueden ofrecer cursos de especialización, estudios de postgrado en prevención y manejo de desastres, pueden realizar evaluaciones de riesgos nacionales y regionales e inves-tigaciones aplicadas, proponer la normalización de criterios técnicos de actuación, promover acuerdos con organismos gubernamentales y no gubernamentales para incorporar el estudio de las crisis humanitarias en sus planes de estudios, etc.

Asimismo, desde las instancias universitarias puede promoverse las asociaciones entre grupos de profesionales que colaboren a través del desarrollo de actividades conjuntas de capacitación y actualización de conocimientos en temas relacionados con los desastres.

Las universidades pueden, igualmente, difundir la información y demostrar, a través de los es-tudios de caso, el impacto de los desastres (humano, socioeconómico) y las prácticas correctas para atenuarlos; así como analizar la influencia de los gobiernos en la definición de políticas de prevención y respuesta ante desastres y de medidas tendentes a la rehabilitación y el desarrollo sostenido de las comunidades.

Vemos pues que hay un sinfín de posibilidades para nuestras universidades de contribuir con su aportación al trabajo humanitario. Y entre éstas, quisiera destacar una que me parece funda-mental, la concienciación, no sólo ante las autoridades, los medios, la comunidad científica, las organizaciones, etc.; sino también, y en primer lugar, ante sus propios estudiantes, desde sus aulas.

Promover una conciencia y espíritu solidario, familiarizar a la sociedad de hoy y de mañana con los conceptos asociados al manejo de las crisis humanitarias para conducir a una mayor con-cienciación del problema y hacer entender que el trabajar en la prevención y mitigación de los desastres es una actividad rentable para todos.

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RESEÑA CURRICULAR ELENA GONZÁLEZ ROMERO

Natural de Plasencia, es Subdirectora del Departamento de Cooperación Internacional de la Cruz Roja Española.

Es Diplomada en Empresariales por la Universidad de Salamanca y tiene un MBA International en Dirección y Administración de Empresas por la Escuela de Organización Industrial del Minis-terio de Industria.

Ha trabajado durante dos años en la Oficina para la Ayuda Humanitaria de la Unión Europea en Bruselas y desde el año 99’ hasta la actualidad ejerce funciones de responsabilidad en Cruz Roja Española.

Ha asistido a numerosos cursos y seminarios sobre Derecho Internacional Humanitario y Gestión del Ciclo del Proyecto; y ha participado en distintas misiones internacionales en proyectos de ayuda de emergencia en Sierra Leona y Guinea, los terremotos de Argelia y Pakistán; y los cam-pos de refugiados en Tanzania.

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HERNÁNDEZ TRISTÁN, RAFAEL

El sistema español de cooperación universitaria

Doctor en BiologíaVicerrector de Relaciones Institucionales y Cooperación UCMPresidente de la Comisión de Cooperación al Desarrollo [email protected]

A lo largo de los últimos años, se ha producido una creciente implicación de las Universidades españolas en las tareas de cooperación internacional para el desarrollo. Este proceso ha ido en paralelo de otro, igualmente visible, de avance en el diseño de estructuras universitarias espe-cializadas en la gestión de programas de cooperación internacional. Todo ello ha repercutido en una mayor eficacia e institucionalización de la política universitaria de cooperación al desarrollo (Documento ESCUDE, 2000).

Como resultado de ese proceso, cada vez es más reconocido entre el resto de los actores del sistema de ayuda, la aportación que la Universidad española puede hacer, desde muy diversas ámbitos de trabajo, al sistema español de cooperación. Prueba de ello es el reconocimiento ex-plícito que el Plan Director de la Cooperación Española 2005-2008 ha hecho de la contribución de la Universidad como agente de la cooperación con características específicas.

Conviene resaltar la idea de que, si importante es la implicación de la Universidad para mejo-rar la formación de personal cualificado y la fundamentación técnica de la ayuda, igualmente importante es su papel para ampliar el respaldo social a la cooperación. No debe olvidarse que la Universidad tiene una misión formativa, que se desarrolla sin duda en el ámbito del conoci-miento especializado, pero también en el de la transmisión de valores. Desde esta perspectiva, la aportación de la Universidad puede ser crucial al alimentar en la comunidad universitaria y en el resto de la sociedad los valores de solidaridad y compromiso sobre los que se fundamenta la cooperación al desarrollo.

Para darse una idea del enorme potencial de la Universidad baste señalar que, durante los últi-mos años más de 1.400.000 estudiantes han estado matriculados, cada curso, en estudios de grado, y más de 130.000 en estudios de postgrado, en las universidades españolas. El número de profesores supera los 100.000 y el de personal de administración y servicios los 50.000.

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PROTOCOLO DE ACTUACIÓN DE LAS UNIVERSIDADES ANTE CRISIS HUMANITARIAS

Este protocolo fue discutido y aprobado en el marco de la reunión de la Comisión de Coopera-ción al Desarrollo del CEURI, celebrado el 11 de julio de 2005 en Girona. En su Preámbulo se recogen los fundamentos en que se apoya la intervención de las universidades ante catástrofes humanitarias:

“Los desastres naturales, tecnológicos y los conflictos bélicos originan recurrentemente situacio-nes catastróficas en distintos lugares del mundo. Estas tragedias amplifican sus efectos en los países en vías de desarrollo, y en contextos de pobreza, precariedad alimentaria o fragilidad del Estado. Los daños causados directamente por las catástrofes y los efectos colaterales debidos a la falta de agua potable y alimentos, la aparición de enfermedades, la interrupción de los servi-cios básicos o los desplazamientos forzados de población desencadenan crisis humanitarias de todo tipo que reclaman la ayuda internacional”.

El documento del CEURI insiste en que la actuación de las universidades ante situaciones de crisis debe tener siempre en cuenta su propia particularidad como actor de la cooperación: “Es evidente, sin embargo, que las situaciones de emergencia se caracterizan por la necesidad impe-riosa de actuar con rapidez. Desde la especificidad de nuestras instituciones académicas, centra-das en la formación superior y la investigación es importante que las actuaciones encuentren los mecanismos más efectivos y eficaces para hacer llegar las ayudas a las víctimas”. Una gama de criterios que se resumen en los siguientes: 1) Órgano competente 2) Evaluación de la situación 3) Libre disposición de recursos 4) Prioridad en la selección de los canales 5) Aunar esfuerzos 6) Informar y sensibilizar 7) Reconstrucción versus actuación de emergencia 8) El papel de las universidades en la formación de expertos en ayuda humanitaria 9) Bolsa de voluntarios 10) Estructura de coordinación.

En resumen, durante la fase de intervención inmediata debe de tenerse en cuenta: a) la especi-ficidad de las universidades como actores de cooperación, b) la dificultad de las actuaciones de emergencia sobre el terreno y c) la existencia de otros actores especializados en catástrofes. En la fase de reconstrucción posterior las universidades pueden aportar su personal especializado sumando su contribución a la de otros actores.

LA POBREZA EXTREMA TAMBIÉN ES UNA CATÁSTROFE HUMANITARIA

Es necesario llamar la atención sobre otro tipo de catástrofes humanitarias que no ocurren por acontecimientos puntuales que producen gran impacto en la opinión pública mundial y que, sin embargo, tienen efectos mucho más devastadores sobre las poblaciones vulnerables. Las con-clusiones del documento final aprobado por la Cumbre de la ONU en 2006 han ratificado lo que ya se sabía desde el ámbito de la Cooperación Internacional: que para muchos países de África -especialmente los del área subsahariana- no se alcanzarán en la fecha prevista de 2015 los Ob-

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jetivos de Desarrollo del Milenio (ODM). La renuncia a esos Objetivos significaría un duro golpe para la erradicación de la pobreza en un continente donde unos 320 millones de personas -cerca de la mitad de su población- vive con menos de un dólar al día. En muchos países africanos la probabilidad de morir de un niño es mayor que la de acceder a los estudios secundarios. En las áreas rurales pobres sólo una de cada cuatro niñas recibe algún tipo de escolarización. Para complicar aún más esta terrible situación la pandemia del SIDA está diezmando las poblaciones africanas: 13 millones de personas han muerto por esa causa, mientras 26 millones más viven actualmente con el virus.

Este sombrío panorama ha generado un intenso debate en la comunidad internacional sobre las estrategias y medios necesarios para impulsar el desarrollo de los países africanos y alcanzar los ODM. Se han planteado como medidas más urgentes el aumento sustancial de la ayuda oficial al desarrollo, la cancelación de la deuda externa y la eliminación de los subsidios a la exportación y la reforma de las políticas proteccionistas de los países del norte. Pero no debe olvidarse que para que sea efectiva una acción internacional de ayuda a África, ésta debe producir efectos per-manentes en la población, lo que requiere de estrategias de desarrollo sostenible que abarquen los procesos de desarrollo humano, social, económico y ambiental de forma sistémica. Por esa razón, en esas estrategias no pueden faltar las políticas de educación y formación que juegan un papel fundamental en dichos procesos de desarrollo. La cuestión planteada viene a incidir sobre el papel de las Universidades del Norte y su contribución a la corrección de las desigualdades existentes a escala internacional , así como la forma de jugar dicho papel en colaboración y re-forzando a sus contrapartes naturales en el Sur, que son sus propios sistemas universitarios.

En los últimos tiempos han aumentado los planteamientos a favor de un incremento de la ayuda española hacia los países menos avanzados y especialmente a los de África. Este debate está impulsando una redefinición de la política oficial española de cooperación al desarrollo y las uni-versidades no deberían ser ajenas a este proceso. El incremento previsto de la AOD española en África debe ir acompañada de una mayor exigencia de calidad, para lo que resulta imprescindible la búsqueda de espacios de complementariedad y coordinación entre los actores, incluyendo las universidades, que pueden contribuir de forma eficaz aportando aquello que específicamente pueden realizar como centros especializados de enseñanza superior y de investigación.

Las universidades españolas pueden establecer programas de colaboración con universidades africanas comprometidas en la lucha contra la pobreza en sus países que faciliten generalizar la transmisión y asimilación de conocimientos y técnicas imprescindibles para el desarrollo de sus sociedades. También pueden poner en marcha programas de formación específicos en el ámbito de la cooperación y la ayuda al desarrollo, para formar los recursos humanos y dotarlos de las capacidades específicas para este campo de trabajo. También las universidades pueden jugar un papel clave en las tareas de estudio e investigación para mejorar la fundamentación técnica de la ayuda. Igualmente importante, como ya se ha dicho, es el papel que deben jugar las uni-

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versidades para ampliar el respaldo social a la cooperación, ya que tienen una misión formativa que debe extenderse también al ámbito de la transmisión de valores. Desde esta perspectiva, la aportación de las universidades españolas puede ser crucial en las campañas de sensibilización con África al alimentar, en la comunidad universitaria y en el resto de la sociedad, los valores de solidaridad y compromiso sobre los que se fundamenta la cooperación al desarrollo.

LA NEGACIÓN DEL DERECHO A LA SALUD PRODUCE CATÁSTROFES HUMANITARIAS

Es necesario terminar con otras catástrofes de las que no hablan habitualmente los medios de comunicación del Norte, catástrofes que producen un número superior de víctimas que las que se contabilizan en otros desastres y que, además, producen efectos perversos sobre el desarrollo de los pueblos, hundiéndoles cada vez más en la trampa de la pobreza. No debe olvidarse que cada año millones de africanos padecen y mueren de enfermedades que casi han desaparecido, o no matan a casi nadie, en los países ricos. Las estadísticas nos dicen que en África muere por esa causa un niño menor de cinco años cada tres segundos, 20 cada minuto, 1200 cada hora, 28.800 cada día, 864.000 cada mes, 10.368.000 cada año. ¿Es posible imaginar catástrofe programada de forma más cruel y devastadora? Se trata de enfermedades como los rotavirus, las enfermedades neumocócicas y la malaria que en los países desarrollados se evitan con vacunas sistemáticas, se curan con medicamentos fácilmente asequibles, o están bajo control por el sis-tema sanitario. Estas enfermedades no sólo resultan letales para las poblaciones, sino que tienen un efecto claro sobre la pobreza, ya que agotan dramáticamente los recursos y la productividad de esos países, perjudicando a su economía en su totalidad. Gro Harlem Brundtland, antigua directora de la OMS y ex primera ministra noruega, ha afirmado que algunas estimaciones mues-tran que, si los países ricos hubieran hecho en África lo que hicieron para sí -erradicar la mala-ria-, el PIB anual sería de 100.000 millones de dólares más con respecto al actual. En términos económicos esta cifra supera significativamente al total de la ayuda internacional, que en 2005 se situó en torno a los 62.727 millones de dólares.

También las universidades, a partir de su independencia y actitud crítica en relación a los po-deres públicos, pueden contribuir a abrir debates en la sociedad civil sobre la coherencia de las políticas oficiales en la acción humanitaria. El caso más evidente en este sentido lo ofrece el proyecto de la Tarjeta Azul, discutido en la Comisión Europea en noviembre de 2007. La Tarjeta Azul trata de atraer inmigrantes cualificados ofreciéndoles determinadas ventajas que resulten al menos tan atractivas como las de otros países como EEUU: es decir, se trata de una auténtica competición entre países del Norte por captar la “fuga de cerebros” del Sur. Es más que probable que la mayoría de esos profesionales serán de países africanos y muchos pertenecerán al campo sanitario. Según el informe sobre la Salud en el Mundo de 2006, elaborado por la OMS, en toda África 750.000 profesionales sanitarios deben atender a más de 682 millones de habitantes, esta proporción es de 10 a 15 veces superior a la de los 30 países de la OCDE. La OMS calcu-

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la que para atender las necesidades de África se necesitarían más de 4 millones de médicos, enfermeros, matronas y agentes de salud pública. La marcha de profesionales supone un coste inasumible para el país que los forma por la inversión económica y la pérdida de capital humano. Resulta incoherente y poco ético echarse las manos a la cabeza por la migración africana y por otro lado estimularla selectivamente. No se entiende la hipocresía oficial de apoyar la Tarjeta Azul y al mismo tiempo lamentar sus efectos. Por eso, las universidades debemos alzar la voz y explicar a la opinión pública que ese proyecto europeo es contrario a la ética y a la solidaridad con los seres más desfavorecidos del mundo.

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RESEÑA CURRICULAR DE RAFAEL HERNÁNDEZ TRISTÁN

Preside la Comisión de Cooperación al Desarrollo del Comité español de Universidades de Re-laciones Internacionales (CEURI) de la Conferencia de rectores de las Universidades españolas (CRUE) y es miembro del Consejo de Cooperación en representación del Consejo de Universi-dades.

Doctor en Biología por la Universidad Complutense de Madrid; es Profesor Titular de Fisiología Animal; y ha ostentado la responsabilidad de Vicedecano y Decano de la Facultad de Biología UCM.

Ha sido Vicepresidente y Presidente de la Real Sociedad Española de Historia Natural; y miem-bro del Consejo Directivo de la Asociación Ibero latinoamericana de Facultades y Escuelas de Biología.

Su campo de investigación es la fisiología del comportamiento animal, área en la que ha publi-cado más de ochenta trabajos científicos.

Ha sido Presidente de la Confederación Española de Decanos de Biología y desde 2003 es Vicerrector de Relaciones Institucionales y Cooperación de la UCM, ocupándose de la política institucional de la Universidad en Cooperación al Desarrollo.

Ha trabajado en Cooperación Universitaria desde 1988 hasta la actualidad en Cuba, México, Venezuela, Chile, Brasil y Argentina.

Presidió el Comité Organizador y coordinó la edición de las Actas del III Congreso Universidad y Cooperación al Desarrollo de 2006 y el Comité Científico del I Encuentro Internacional Universi-dades con África de 2007.

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LOZANO ASCENCIO, CARLOS

Universidades y los espacios públicos humanitarios

Doctor en Ciencias de la InformaciónProfesor de la Universidad Rey Juan [email protected]

Las sociedades de hoy en día no pueden desarrollarse sin tener en cuenta las crecientes fragili-dades que originan los, cada vez más frecuentes, trastornos catastróficos.

Es fácil observar que, en los ámbitos interconectados e interrelacionados globalmente, no sólo se han incrementado los niveles de la inestabilidad social previsible (riesgos), sino que, sobre todo, han aumentado los márgenes de percepción de la inestabilidad social imprevisible (incer-tidumbres); esto es, a pesar de que el conocimiento y sus aplicaciones tecnológicas avanzan en la prevención de numerosas situaciones de riesgo y catástrofes, los ciudadanos de a pie, apa-rentemente ajenos a los avances científicos en esta materia, mantienen, e incluso acentúan, su perplejidad frente a lo que sucede a su alrededor, y sobre todo, frente a lo que creen que puede suceder en un futuro que se vislumbra, más bien, como algo incierto e inseguro.

Los medios de comunicación tienen mucha responsabilidad a la hora de incentivar puntos de vista desconcertantes entre la gente; en primer lugar, por la gran cantidad de coberturas infor-mativas, a propósito de situaciones de inestabilidad social que, con mucha más frecuencia, están presentes en portadas, titulares, avances, conexiones en directo y enlaces informáticos; en segundo lugar, por la forma en que suelen ser abordadas narrativamente dichas situaciones de inestabilidad social, es decir, relatos en los que los medios de comunicación aproximan las catástrofes a los tele-espectadores brindando la oportunidad para que cualquier miembro de la audiencia pueda sentirse aludido (tele-damnificado) y, de esta manera, tener la posibilidad de manifestar su implicación y solidaridad tomando una iniciativa de acción humanitaria. Hay que reconocer que aunque no todos los telespectadores se sienten concernidos frente a la informa-ción de una catástrofe, ni todos los tele-damnificados terminan enrolándose en un ejército de voluntarios, siempre hay gente convencida y dispuesta a echar una mano a los que de manera continuada, o en un momento puntual, más lo necesitan.

Hoy en día, la institucionalización (diseño, financiación, formación, gestión y ejecución) de las acciones humanitarias necesariamente se enmarca en las prevenciones disponibles de las si-tuaciones de inestabilidad social, es decir, en función del conocimiento que se tenga de las

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principales vulnerabilidades y riesgos que pueden afectar a determinados grupos sociales en determinadas zonas del planeta. No obstante, uno de los principales riesgos por los cuales esta clase de acción humanitaria institucionalizada suele fracasar no se le puede adjudicar sólo a la ocurrencia de una gran catástrofe incontrolada, sino también a los problemas burocráticos que dificultan el esclarecimiento de actividades y competencias. Hay que reconocer que aunque cada vez es mayor la presencia de organismos oficiales y organizaciones no gubernamentales especializadas en la protección civil, todavía estamos muy lejos de ver a dichas instituciones como únicas referencias en la organización de las campañas humanitarias y mucho menos como referencias fiables a la hora de contrastar las fuentes de información.

Hemos dicho que no podemos desarrollarnos sin tener en cuenta las crecientes vulnerabilida-des que propician los principales trastornos catastróficos de nuestra época, en este sentido, las universidades no sólo deben sostener sus acciones humanitarias en los sentimientos solidarios e iniciativas personales de sus comunidades, sino, sobre todo, dichas acciones humanitarias deberían incorporarse en los planes de estudio de diferentes carreras para que puedan ser abor-dadas interdisciplinariamente. Aprovechando el contexto general del Espacio Europeo de Edu-cación Superior las acciones humanitarias podrían implantarse como asignaturas optativas en todas las universidades españolas para fomentar y sensibilizar a los universitarios, de distintas áreas de conocimiento, la importancia de la igualdad social, el respeto al medio ambiente en la construcción de la sociedad del conocimiento, en tanto que la Universidad tiene que posibilitar la democratización del conocimiento y de la tecnología así como el desarrollo intelectual más crítico y profundo de los estudiantes.

Lo que finalmente se busca es que las enseñanzas universitarias ayuden de manera más direc-ta:

1. A indagar en la prevención de las principales vulnerabilidades y riesgos que más nos afectan.

2. A no seguir alejadas, por no decir indiferentes, al gran aumento de los márgenes de per-cepción de la incertidumbre social.

3. A que la información de las crisis humanitarias dejen de producirse y contemplarse como espectáculos periodísticos y que tanto emisores como receptores (cada vez más forma-dos y concienciados) posibiliten la creación de verdaderos y eficaces espacios públicos humanitarios.

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RESEÑA CURRICULAR DE CARLOS LOZANO ASCENCIO

Actualmente es profesor de la carrera de Periodismo y Coordinador del Máster oficial europeo en “Comunicación y Problemas Socioculturales” del Departamento de Comunicación I, de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid.

Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Nacional Autónoma de México y Doctor en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid.

Ha trabajado en la televisión pública mexicana (IMEVISIÓN), en TVE y en la Televisión Educativa Iberoamericana en programas educativos y de divulgación científica.

Su trayectoria docente en el ámbito de la comunicación se inicia en 1983 tanto en universidades mexicanas como españolas, impartiendo también docencia en diversos cursos y conferencias en el ámbito nacional e internacional.

Ha participado en distintos proyectos de investigación, y ha escrito numerosos artículos y capí-tulos de libros entre los que se subrayan las siguientes líneas de investigación: la sociedad del riesgo, el acontecer catastrófico, la divulgación científica; y la historia y teoría de la comunica-ción.

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OLCINA CANTOS, JORGE

Universidad y las crisis humanitarias: algunas reflexiones

Catedrático de Análisis Geográfico RegionalInstituto Universitario de Geografía de la Universidad de [email protected]

La Universidad tiene una misión esencial: crear conocimiento y difundirlo para que las socieda-des avancen en cada momento histórico. Esto es más necesario, incluso, en aquellas cuestiones que afectan a la vida de las personas, porque una sociedad informada de los peligros que pueden devenir en una situación de crisis, será siempre una sociedad más segura, menos vulnerable ante el desarrollo probable de un evento extraordinario.

Y esto es válido en cualquier región del mundo; pero se convierte en una responsabilidad ética en el mundo desarrollado. La creación de conocimientos relacionados con el análisis y gestión de las crisis humanitarias es un compromiso que tienen los centros de investigación de los países más avanzados hacia las sociedades pobres.

Hay tres aspectos en los que la Universidad puede -y debe- jugar un papel importante ante las crisis humanitarias: la investigación previa sobre eventos extraordinarios que pueden derivar en situaciones de crisis; la transmisión de estas cuestiones a través de la docencia y de los medios de comunicación; y la coordinación de la gestión de las emergencias.

La investigación es un apartado básico en toda disciplina de conocimiento; también en el estudio de las crisis humanitarias. Máxime cuando se está tratando con la protección de la vida humana como objetivo fundamental de dicho estudio. Es necesario el fomento de líneas específicas de investigación sobre esta temática en los programas anuales, europeos, estatales y autonómicos, de investigación. Al tratarse de una temática multidisciplinar es preciso arbitrar mecanismos de cooperación entre ramas y áreas de conocimiento a la hora de diseñar estos programas de investigación. Las actuales convocatorias de I+D no han prestado excesiva atención a las crisis humanitarias, tal vez porque se entiende que son acciones de ayuda directa y no precisan in-

Vita vigilia est -la vida es un desvelo-

Plinio el Viejo, Historia Natural

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vestigación. Antes al contrario la solución de situaciones extraordinarias debe ir precedida de un conocimiento detallado de causas y modelos de crisis, a fin de mejorar las acciones directas de ayuda que puedan desarrollarse a posteriori. Esto es muy evidente cuando se abordan desastres naturales en zonas poco avanzadas del planeta; pero es igualmente válido para crisis derivadas de conflictos armados o sanitarios. Asimismo, la Universidad está jugando y debe seguir hacién-dolo, un papel importante en la participación en proyectos de cooperación de la Agencia Espa-ñola de Cooperación Internacional, donde la investigación ha pasado a ser una parte importante de estas acciones.

Los avances en la investigación de las crisis humanitarias deben transmitirse a la sociedad. Y la Universidad debe jugar un papel importante desde su ámbito académico, en un doble sentido: por un lado, es necesario informar a los alumnos universitarios a través de la inclusión de estas cuestiones en aquellas titulaciones o materias relacionadas con la sociedad y el territorio (socio-logía, geografía, economía, ciencias naturales y medio ambiente, entre otras); por otro, a partir de la celebración de seminarios y reuniones de participación abierta que puedan convertirse en materias de formación curricular para los alumnos (oferta de créditos de libre configuración). Es una manera de ir creando conciencia y opinión en un alumnado que se muestra últimamente muy receptivo a estas cuestiones.

Pero además, es necesario traspasar las fronteras de la academia universitaria, de las aulas y los campus, y difundir estos conocimientos a la sociedad, mediante cursos de extensión universitaria y acciones con los medios de comunicación (entrevistas, reportajes, etc.). Los gabinetes de co-municación universitarios están llamados a jugar un papel destacado en este sentido, al canalizar las acciones de las oficinas de acción social para permitir la difusión social de su labor.

La buena comunicación social de las informaciones generadas en departamentos o gabinetes universitarios es una pieza clave para la reducción de la gravedad de las crisis. En este sentido, Ulrich Beck señaló hace unos años, en su ensayo sobre la sociedad del riesgo global que la ocultación del riesgo por parte de los agentes integrantes de la sociedad del riesgo es un hecho contraproducente que termina pasando factura en forma de un grado mayor de riesgo; en pala-bras del sociólogo alemán “cuanto menos riesgos se reconozcan públicamente, más riesgos se producen”.

En la gestión de las emergencias, la Universidad, a través de secretariados específicos de ac-ción social, debe dar pautas para la buena organización de dicha gestión. E igualmente debe convertirse en centro de reclutamiento de voluntarios que, en situaciones de gravedad, puedan desplazarse al territorio de catástrofe y ayudar de manera directa. La primera cuestión supone la preparación de protocolos de actuación que integre la acción de los diversos colectivos que pueden participar en una crisis humanitaria, desde el científico hasta el operador de base. La segunda acción implica una labor de concienciación a los diferentes colectivos que integran un

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centro universitario para que terminen participando de forma directa en situaciones importantes de crisis. Al respecto se ha ido produciendo, afortunadamente, un cambio de actitud en el colec-tivo de estudiantes universitarios en relación con cuestiones de solidaridad humanitaria y respeto ambiental. Cada vez son más numerosos los grupos que se inscriben en acciones -científicas o ciudadanas- que tienen relación con estos temas y también, más participativos. No obstante, es necesaria una labor constante de concienciación que debe llevarse desde oficinas universitarias especializadas (Acción Social, Oficinas Verdes, etc.).

Quintiliano dejó escrito que en ocasiones los peligros nos ayudan a salvar la vida. Desafortunada-mente este principio es frecuente en las políticas de reducción de las crisis humanitarias: sólo se atiende al problema cuando se ha producido un desastre, a veces irreversible. Debemos cambiar esta pauta de actuación. La posibilidad de que una vida humana pueda perderse cuando tiene lugar un episodio extraordinario (natural o de causa antrópica) debería ser el principio motor que animase toda actuación de mitigación de las crisis. Sin duda, esta premisa no es posible desarro-llarla con la mera voluntad del investigador o del técnico que estudia los riesgos naturales; es ne-cesaria una actuación decidida por parte de las administraciones, enfocada hacia la cooperación internacional, a la ayuda real a los países y regiones menos avanzadas. Y la Universidad, como eslabón de conocimiento necesario entre la administración y la sociedad, está llamada a jugar un papel destacado en las políticas y prácticas de reducción de las crisis humanitarias.

La existencia del ser humano sobre la superficie terrestre es un camino lleno de dificultades que propone la Naturaleza y las propias relaciones entre los hombres. Y para ello tenemos que estar preparados. Durante los últimos años las crisis humanitarias han rebasado la consideración de fenómenos extraordinarios y se han convertido en elementos habituales de la vida cotidiana. El mundo desarrollado tiene el compromiso ético de contribuir a resolver las consecuencias de eventos extraordinarios, de causa natural o causa antrópica. Sólo así, es posible dar sentido a un desarrollo equilibrado, sostenible. Y la Universidad debe jugar un papel esencial para la genera-ción y transmisión de conocimientos que favorezcan la consecución de un bienestar universal… De no ser así, pierde sentido nuestra propia existencia sobre la Tierra.

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RESEÑA CURRICULAR DE JORGE OLCINA CANTOS

Natural de Alicante es Catedrático de Análisis Geográfico Regional en la Universidad de Alicante, donde imparte clases de Ordenación del Territorio, Climatología y Riesgos Naturales.

Ha centrado sus investigaciones en diversas temáticas geográficas (teoría de la geografía, clima-tología, riesgos naturales, recursos de agua, geografía aplicada y ordenación del territorio).

Es autor o coautor de numerosas publicaciones (artículos, capítulos de libro y monografía); y ha participado en diversos proyectos de investigación sobre temática climática e hidrológica desa-rrollados en el Instituto Universitario de Geografía de la Universidad de Alicante o en colabora-ción de equipos multidisciplinares de diversas universidades españolas.

Profesor invitado en universidades de España, Europa e Iberoamérica. Ha participado en pro-gramas de cooperación universitaria con el Magreb (proyecto MED-Campus) e Iberoamérica (Universidad Internacional de Andalucía).

Es responsable del Laboratorio de Climatología de la Universidad de Alicante, vocal de la Junta Directiva de la Asociación de Geógrafos Españoles y socio de la Asociación Española de Clima-tología.

Es miembro del Consejo Editorial de diversas revistas científicas de temática geográfica y am-biental; y ha participado como invitado en diversos programas de medios de comunicación de España.

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PASCUAL SANTAMARÍA, GREGORIO; PUERTAS LÓPEZ, ELENA Y TOMÉ DE LA VEGA, MIGUEL

Reflexiones desde el Área de Riesgos Naturales de la Dirección General de Protección Civil y Emergencias sobre el papel de la Universidad en la

colaboración para la mitigación y resolución de eventos catastróficos

Área de Riesgos Naturales de la Dirección General de Protección Civil y de EmergenciaMinisterio de Interior-Gobierno de Españ[email protected]

INTRODUCCIÓN

Los desastres naturales ocurridos en el mundo entre los años 2000 y 2005, dieron lugar a una media anual de 77.669 muertos y unos 300.000 afectados. Aunque estas cifras descendieron en el año 2006 (21.342 muertos y 134.500 afectados) la tendencia en los últimos treinta años ha sido notablemente creciente.

El descenso en el año 2006 también es patente en los daños económicos, 19 billones de dólares USA frente a 210 billones en el año 2005. Si bien, de éstos, 166 billones de dólares fueron atribuibles a los daños causados en Estados Unidos por los huracanes Katrina, Wilma y Rita.

En general, es preciso considerar las cuestiones siguientes:

Aproximadamente el 75% de la población mundial vive en zonas que han sufrido, al menos una vez, una catástrofe por terremoto, huracán, inundación o sequía.

De esa población, el 11% vive en países de bajo índice de desarrollo humano, pero concentran más del 53% del total de muertes registradas.

Sólo la tercera parte de los daños ocurren en países de un bajo índice de desarrollo humano, pero ello supone para éstos elevados porcentajes de su Producto Interior Bruto.

De todo ello hay que deducir que:

El desarrollo puede conllevar una menor vulnerabilidad a los desastres, pero no cualquier tipo de desarrollo, sino únicamente aquel que incorpora la prevención entre sus objetivos estratégicos.

Los desastres son actualmente un importante obstáculo para el desarrollo sostenible y la erradi-cación de la pobreza.

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En estas circunstancias, últimamente la ocurrencia de situaciones catastróficas a nivel mundial (tsunami de Indonesia, terremotos de Perú, Irán,…) ha contribuido a confundirnos en cuanto a la percepción de los daños catastróficos, haciéndonos pensar que son mayores en los países en vías de desarrollo que en los países desarrollados. Pero esto no es cierto en todos los casos ya que, por ejemplo, el huracán Katrina, explicitó que la capacidad de daño de los fenómenos extraordi-narios está estrechamente relacionada con la capacidad de entendimiento e interiorización de los riesgos y con la resiliencia de la sociedad que, en este caso, aun con las necesidades mínimas supuestamente garantizadas, no fue la esperada, dado que el tiempo de vuelta a la normalidad fue mayor del deseado por la propia complejidad que caracteriza las sociedades desarrolladas.

En este sentido, todos los organismos implicados, incluyendo la Universidad, deben contem-plar la posibilidad de desarrollar también programas de prevención, sensibilización y mitigación en países de la órbita occidental y no sólo en aquellos países en vías de desarrollo donde, en principio, los daños causados por eventos catastróficos han demandado históricamente más atención.

CONTEXTO INTERNACIONAL

En esta línea, la Estrategia Internacional para la Reducción de Desastres EIRD/ONU, es la en-tidad creada en el seno de la Organización de Naciones Unidas que se encarga de promover, a nivel internacional, el desarrollo de políticas de reducción de desastres y de coordinar acciones, con esa misma finalidad, en los ámbitos socioeconómicos humanitario y de desarrollo.

La EIRD/ONU está presidida por el Subsecretario de las Naciones Unidas para Asuntos Humani-tarios y está integrada por una Secretaría Inter-agencias, en calidad de órgano permanente, y un Comité Interinstitucional formado por representantes de veinticinco organizaciones internaciona-les, regionales, de la ONU y de la sociedad civil.

El Comité Interinstitucional de la EIRD se reúne dos veces al año en Ginebra (Suiza) y tiene es-tablecidos grupos de trabajo, formados por especialistas en diferentes campos relacionados con la prevención de desastres, tales como cambio climático, alertas tempranas, análisis de riesgo y vulnerabilidades, incendios forestales y sequías.

La EIRD organizó, en enero de 2005, una Conferencia Mundial sobre Reducción de Desastres, celebrada en Kobe/Hyogo (Japón). En esta Conferencia se aprobó un plan para 10 años, deno-minado el Marco de Acción Hyogo 2005-2015, que supone actualmente la declaración más importante efectuada a nivel mundial, acerca de las estrategias a poner en práctica para la reducción de las pérdidas que ocasionan los desastres en términos de vidas humanas y bienes sociales, económicos y ambientales.

En nuestro país las actuaciones de las Administraciones Públicas se canalizan en el ámbito internacional para la mitigación de catástrofes por la Secretaría de Estado de Cooperación Inter-

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nacional del Ministerio de Asuntos Exteriores, que coordina la ayuda internacional de España en el exterior.

Por otro lado, desde el MIC (Monitoring and Information Center) como órgano operacional del Mecanismo Comunitario Europeo de Protección Civil de la Comisión Europea, encuadrado en la Unidad Europea de Protección Civil de la Dirección General de Medio Ambiente, que mediante la utilización de protocolos de comunicación seguros entre los puntos de contacto previamente definidos por los Estados Miembros, (Dirección General de Protección Civil y Emergencias en el caso de España), gestiona las ofertas de medios y recursos de ayuda en emergencias por los países miembros de la Unión Europea, adaptándolas a las demandas solicitadas por los países solicitantes afectados por catástrofes.

El proceso de adecuación de los medios y recursos de ayuda ofrecidos por los Estados Miembros a los requerimientos oficiales concretos que las naciones afectadas solicitan en situaciones de emergencia, evaluadas “in situ” en muchas ocasiones por equipos de evaluación comunitarios desplazados, constituye la labor primordial de dicho órgano para asegurar así, la recepción por parte de la población afectada de los medios y recursos más idóneos e imprescindibles, al tiempo que facilita la gestión de dicha ayuda por parte de las autoridades locales correspondientes, que en muchas ocasiones se ven obligados a gestionar un gran volumen de medios y recursos no necesarios para la situación que se afronta.

PRINCIPIOS DE ACTUACIÓN

La Ley 2/85 sobre Protección Civil de 21 de Enero constituye el marco legal que determina todo el sistema de preparación y de respuesta ante situaciones de grave riesgo colectivo o catástrofe extraordinaria donde la vida de las personas puede sucumbir masivamente. Cuando se generan estas situaciones, se producen necesidades que pueden llegar a exigir la contribución de todas las Administraciones, y organizaciones tanto públicas como privadas, entre las que puede en-contrarse la propia Universidad.

Así, la citada Ley establece en su preámbulo como principios de actuación del sistema de protec-ción civil, una serie de funciones que se encuadran en las fases o ciclo de todo acontecimiento capaz de producir daños de naturaleza catastrófica, que se denominan bajo los términos de preparación, intervención y rehabilitación o recuperación.

De este modo, el primero de los principios de actuación que se halla presente en la fase de preparación, lo constituye la previsión, entendida como el análisis de los supuestos riesgos que amenazan a un espacio territorial o al sistema social que en él se desarrolla, así como sus cau-sas y potenciales efectos, y nos permite dimensionar, en función de sus resultados, los medios y recursos necesarios para responder de forma planificada y con eficacia en caso de catástrofe.

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El segundo de los principios de actuación, a caballo entre las fases de preparación e intervención, lo constituye el principio de la prevención, que no es más que el estudio, observación e implan-tación tanto de medidas estructurales como no estructurales dirigidas a evitar o disminuir, en su caso, las causas o el riesgo de que se produzcan catástrofes y mitigar los efectos de las mismas en caso de ocurrencia.

La fase de intervención implica la puesta en marcha de las medidas previamente planificadas y que están dirigidas a proteger y socorrer la vida de las personas y sus bienes.

Finalmente en la fase de recuperación o rehabilitación, se encuadran todas las medidas dirigi-das al restablecimiento de los servicios públicos indispensables para la vuelta a la normalidad o a la situación previa a la ocurrencia de la catástrofe.

En función de lo expuesto hasta ahora, y desde el punto de vista del Sistema Nacional de Pro-tección Civil, podemos considerar a la Universidad como una institución implicada en cuanto a su participación en los campos de análisis, investigación, prevención y rehabilitación en materia de emergencias y catástrofes.

POSIBLES LÍNEAS DE ACTUACIÓN DE LAS UNIVERSIDADES:

A continuación, se exponen los distintos puntos de las funciones relacionadas en la Ley 2/85 de Protección Civil y que pueden ser objeto de interés para la Universidad:

PREVISIÓN

– Análisis de riesgos sobre el territorio dirigidos a la elaboración de los escenarios más desfavo-rables que permitan la planificación de la respuesta.

– Análisis de causas y efectos de las catástrofes, así como el potencial impacto sobre el medio ambiente y el desarrollo social.

– Análisis de los riesgos psicosociales que pudieran padecer las poblaciones afectadas.

– Diseño de sistemas técnicos avanzados que permitan la detección precoz de los fenómenos físicos que subyacen a los desastres naturales y tecnológicos, con el objetivo de establecer sistemas de alerta temprana para favorecer la respuesta que minimice los daños potenciales.

– Identificación de medidas no estructurales y de orden social que mitiguen el impacto sobre los sistemas sociales afectados.

PREVENCIÓN

Realización de estudios y proyectos cuyos objetivos sean:

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– Evaluación de impactos producidos tanto en infraestructuras como en servicios esenciales y sistemas sociales afectados, con el fin de priorizar y posibilitar las medidas y recursos necesa-rios para la rehabilitación y vuelta a la normalidad.

– Desarrollo de proyectos (ingenieriles, sociales,...) que materialicen la reconstrucción y recupe-ración de la normalidad.

– Asimismo, el desarrollo de programas formativos que capaciten adecuadamente a los co-operantes voluntarios universitarios que vayan a desempeñar una función activa en la ayuda para la cooperación al desarrollo en sociedades afectadas por situaciones de emergencia y catástrofes.

REHABILITACIÓN

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REY MARCOS, FRANCISCO

Algunas reflexiones sobre la “naturalidad” de los desastres y la respuesta internacional

Licenciado en Ciencias BiológicasMáster en Relaciones InternacionalesCodirector del Instituto de Estudios sobre Conflictos y Acción Humanitaria

(IECAH)[email protected]

TENDENCIAS EN LA EVOLUCIÓN DE LOS DESASTRES NATURALES

En el sector humanitario, desde ya hace varias décadas y como fruto de la experiencia en nume-rosas crisis y situaciones de emergencia, tiende a relativizarse el supuesto carácter natural de muchos desastres. Su número tiende a incrementarse con el paso de los años, y aun asumiendo la dificultad para determinar las causas últimas es inevitable considerar que no todos responden a motivos naturales.

La constatación de que un mismo fenómeno, de origen inicialmente natural, causa efectos muy diferentes en diversos países estuvo precisamente en el origen de la idea y el concepto de vul-nerabilidad, y llevó a que la comunidad humanitaria tienda a ser escéptica sobre la fácil adje-tivación de natural de ciertos desastres. En los últimos años, además, esta percepción se ha convertido en certeza al ver en numerosas ocasiones el efecto pernicioso que muchas actividades humanas están teniendo en el agravamiento de desastres de componente natural. El calenta-miento climático, el acelerado proceso de urbanización (especialmente en las zonas costeras), la deforestación, el empleo de prácticas agrícolas y ganaderas extensivas, la mala gestión de las cuencas hidrográficas y de los recursos hídricos en general..., entre otras muchas variables de origen humano, están incidiendo de modo directo en la magnitud de los desastres. Y los últimos años han sido una buena prueba de ello. Si hace una década se acusaba de catastrofistas a los que mencionaban la relación entre cambio climático y desastres, hoy nadie lo cuestiona. ¡¡Algo hemos avanzado!! Si atendemos a un criterio de mayor interés para la acción humanitaria como es el de la cantidad de personas afectadas, tendríamos también una tendencia creciente, con altibajos.

36. Pueden encontrarse otros artículos del autor y los Informes anuales de acción humanitaria de IECAH que él mismo dirige en http://www.iecah.org. Los datos están extraídos de ellos.

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37. Aunque los cubrieron los medios de comunicación, hubo desastres como la hambruna de Etiopía, en 1984, que mató a 900.000 personas; en tanto que las inundaciones de Bangladesh, en 1970, mataron a 400.000 personas, y la hambruna que padeció la República Popular Democrática de Corea en el periodo 1995-99 causó 250.000 muertes, como mínimo.38. Ver Oxfam Internacional: 2005: Año de desastres en: http://www.intermonoxfam.org/UnidadesInformacion/anexos/2946/0_2946_011005_2005_Ano_desastres.pdf.

Tal como ahora sabemos, es cierto que el número de fallecidos por el tsunami de 2004 fue enorme, pero el número de víctimas mortales no fue en ningún caso el más grande que se había alcanzado hasta esa fecha en desastres naturales, como apresuradamente se dijo en aquellos momentos37. La campaña de solidaridad internacional promovida para socorrer a la población afectada por el citado tsunami alcanzó los 10.000 millones de euros, según el informe de la Coa-lición para la Evaluación del Tsunami (TEC, en sus siglas en inglés) presentado en julio de 2006. Mientras, para responder a las inundaciones de Bangladesh, solo se logró recoger 52 millones de euros, y para atender a la sequía de Somalia apenas se recaudaron 91 millones de euros. Todo esto lleva a plantearse alternativas para reorientar el suministro de ayuda (unos países reciben mucho y otros nada o poco) y para mejorar las capacidades de respuesta.Por otro lado, hay que recordar que, según todos los datos, en los años anteriores el número de víctimas mortales por desastres naturales estaba decreciendo, en gran medida gracias a la mejora de los sistemas de predicción y previsión y a una mayor preparación de algunos países. Sin embargo, con el tsunami se rompió esa tendencia y las cifras muestran a partir de entonces una clara subida que sitúa a 2005 como el año que registra las cifras más altas de población afectada38. Así lo refleja el informe publicado por la Estrategia Internacional para la Reducción de Desastres (EIRD/ONU), también conocida por sus siglas en inglés UN/ISDR, y por el Centro de Investigación de Epidemiología de los Desastres (CRED, en sus siglas inglesas), de la Univer-sidad Católica de Lovaina.

Sin embargo, aunque pueda resultar sorprendente, debido al mayor rigor en el cómputo y a los criterios más estrictos, al analizar los datos del año 2006 aparecen algunas cuestiones curiosas que aparecían de modo aparentemente puntual en 2005 debido al huracán Katrina en los Es-tados Unidos, pero que se consolidan como tendencia general. Nos referimos al impacto de las olas de calor o las inundaciones en los países desarrollados. Así, cuatro países europeos (Francia, Países Bajos, Bélgica y Ucrania) aparecen entre los 10 más afectados por desastres con víctimas mortales, apareciendo en los puestos 3º, 5º, 6º y 9º respectivamente. Francia registró 1.388 víctimas. Países Bajos 1.000 y Bélgica 940 debido a la ola de calor, mientras que Ucrania contabilizó 801 personas muertas por la ola de frío. Los países desarrollados han sido remisos durante muchos años a suministrar estas cifras o a asignar las causas de muchos fallecimientos a este tipo de eventos, pero la evidencia comienza a ser muy clara y algunos países comienzan a acreditarlo.

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Todos estos datos y el crecimiento de ciertos eventos muestran con claridad dos cosas:

Terremoto, mayo Indonesia 5.778

Tifón Durian, diciembre Filipinas 1.399

Corrimiento de tierras, febrero Filipinas 1.112

Ola de calor, julio Holanda 1.000

Ola de calor, julio Bélgica 940

Tifón Bilis, julio Republica Popular China 820

Tsunami, julio Indonesia 802

Ola de frío, enero Ucrania 801

Inundación, agosto Etiopía 498

Tifón Samoai, agosto Republica Popular China 373

Desastres naturales por número de muertos – 2006. Fuente. CRED. 2007.

- El aumento de cierto tipo de desastres ligados al cambio climático.

- El aumento de la vulnerabilidad de ciertos colectivos, especialmente personas mayores, en los países desarrollados. El problema para muchos países desarrollados, como decía Salvador Briceño, Director del Secretariado de la Estrategia Internacional para la Reduc-ción de Desastres, es que “la gente ignora los sistemas de alerta y cree que son inmunes frente a estos eventos”.

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DATOS FIABLES PARA EL ANÁLISIS DE LA RESPUESTA

En el sentido de lo que se ha expuesto, la necesidad de contar con fuentes fiables y rigurosas para el seguimiento del impacto y las consecuencias de los desastres se ha visto reforzada en los últimos años, y algunas de las iniciativas puestas en marcha se han consolidado. Así por ejemplo, el Informe Mundial de Desastres, que desde 1993 edita la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y la Media Luna Roja, suministra una valiosa información y análisis sobre desastres de todo tipo. Pero lo hace a año pasado. Es decir, no es un mecanismo de infor-mación en tiempo real o que sirva para la respuesta inmediata39.

Por su parte, el Centro de Investigación de Epidemiología de los Desastres (CRED) de la Univer-sidad de Lovaina (Bélgica), en colaboración con la OFDA (Oficina para la Asistencia a Desastres en el Extranjero del Gobierno de Estados Unidos), puso en marcha la Base de Datos Internacional sobre Desastres (EM-DAT International Disaster Database), que es hoy una de las fuentes más fiables para obtener cifras contrastadas sobre estas tragedias40.

Por supuesto, para obtener una información más rápida sobre desastres las páginas de la Oficina de Coordinación de los Asuntos Humanitarios (OCHA) y, en especial, de Reliefweb siguen siendo las fundamentales41 y las más utilizadas en el sector humanitario cuando se trata de disponer de datos sobre la marcha. Por último, hay que recordar que, para estudiar el impacto económico de los desastres, la página de referencia es la de la reaseguradora suiza MunichRe42 .

EL SISTEMA INTERNACIONAL DE AYUDA. REFORMAS EN MARCHA Y OTRAS PENDIENTES

La Conferencia Internacional para la Reducción de Desastres, celebrada en Kobe (Japón) a pri-meros de 2005, aprobó la llamada Declaración de Hyogo, que insta a los Gobiernos y a otros actores a aumentar los esfuerzos de prevención. También se emprendió la reforma del sistema humanitario de la ONU. Al menos en materia humanitaria, Naciones Unidas ha tratado de man-tener su perfil y algunas cosas se han logrado.

Sin embargo, el análisis de las respuestas a los desastres de los últimos años permiten constatar algunas cuestiones:

39. Ver http://www.ifrc.org40. Ver http://www.em-dat.net41. http://www.reliefweb.int42. http://www.munichre.com

- El sistema internacional de respuesta a desastres y crisis no permite asignar y dedicar los recursos de modo equitativo y eficaz en función de las necesidades. Sólo la respuesta al tsunami (incluyendo ayuda humanitaria y para la reconstrucción) consiguió más fondos, 13.000 millones de dólares, que el conjunto de la ayuda humanitaria mundial en 2005.

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La rigidez de la financiación y el carácter “finalista” de las donaciones hacen que no haya flexibilidad suficiente para asignar los recursos en función de la gravedad de la crisis y de las necesidades humanitarias que genere. La reforma del sistema internacional de ayuda y especialmente de las formas de financiación de la misma es una necesidad fundamental.

- La ONU debe jugar un papel relevante en esta materia y la reforma del componente hu-manitario de las Naciones Unidas es urgente. Ahora bien, este fortalecimiento debe ser coherente con el respeto de los principios humanitarios de imparcialidad, independencia y neutralidad. La mezcla de cuestiones de seguridad, acciones armadas, fortalecimiento del estado y acción humanitaria en las misiones de paz “integradas” incide negativamente sobre las poblaciones a las que se pretende ayudar, y aumenta el riesgo de instrumentali-zación del humanitarismo.

- En los estados y la comunidad internacional, la acción humanitaria es una política pública en la que toman parte muchos actores por lo que es básico garantizar la eficacia a través de la coordinación. El uso de todos los medios de los que se dispone, como los medios de los que hoy sólo disponen los ejércitos, puede ser necesario en algunas situaciones. Ahora bien, estos medios deben usarse de modo que no comprometan la imparcialidad y bajo liderazgo civil. Deben aportar además un valor añadido en términos de mejora de la actuación, cosa que en el análisis de la respuesta al tsunami o al terremoto de Cachemira no ha sucedido.

- Las organizaciones no gubernamentales humanitarias representan un elevado porcentaje de la acción humanitaria global que ha crecido espectacularmente durante 2005. El respeto a sus mandatos y a su independencia es vital. La necesaria coordinación y suma de esfuerzos de todos los actores no debe servir para convertir a las ONG en meros instru-mentos al servicio de otros fines.

- La opinión pública ha reaccionado con gran solidaridad en las crisis con gran impacto mediático, pero no en otras. Por vez primera en una gran emergencia, los fondos privados para el tsunami superan a los públicos. Eso es muestra de que la credibilidad de las or-ganizaciones humanitarias y de las ONG es grande entre la población. Ahora bien, deben mejorarse los sistemas de evaluación, control y rendición de cuentas de modo que sean aún más transparentes e incrementen la confianza.

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REFLEXIÓN E INVESTIGACIÓN AL SERVICIO DE LA ACCIÓN: EL PAPEL DE LA UNIVERSIDAD

Como en otras áreas de trabajo, las aportaciones de las instituciones académicas han sido y seguirán siendo relevantes para el avance de la actuación frente a los desastres. Es más, en las últimas décadas se ha producido un creciente interés en el mundo académico por profundizar en esta temática y cuestiones tales como el calentamiento climático y su relación con el riesgo, o la desertificación, entre otros, son campos de investigación con una gran vitalidad.

Dentro de la gran complejidad del sistema de cooperación español, las universidades han co-brado un papel bastante relevante y de una cierta originalidad, ya que no existen muchas ex-periencias comparables en otros países. Tanto en los terrenos que le son más propios como la formación y la investigación, como en otros más indirectos, como la asistencia técnica o la reali-zación de proyectos propios, las universidades españolas se han ido incorporando a las tareas de cooperación para el desarrollo y son una actor reconocido en la misma. En el ámbito específico de la acción humanitaria o los temas vinculados con los desastres, la experiencia es menor y, por ello, desde nuestro Instituto en colaboración con el Instituto Universitario de Desarrollo y Coope-ración (IUDC) de la Universidad Complutense de Madrid realizamos una investigación dirigida por Juncal Gilsanz sobre ese tema que fue publicada en el año 200643. En ella analizábamos las áreas en las que la Universidad española se vincula a estos temas y realizábamos algunas propuestas.

Coincidió nuestro trabajo con la aprobación por parte de la CRUE (Conferencia de Rectores de Universidades Españolas) de un “Protocolo de actuación de las universidades españolas frente a situaciones de crisis humanitaria” en el que se proponen diversas posibilidades de actuación frente a las mismas44 . En nuestra opinión este protocolo, que sigue el esquema de protocolos de organizaciones humanitarias que trabajan sobre el terreno, aborda demasiadas cosas que no son específicas de las universidades y, sin embargo, apenas desarrolla con detalle aquellas que le serían más propias. Así, se plantea un esquema totalmente reactivo, con el enorme riesgo de duplicar el trabajo de organizaciones más especializadas en esta materia y, apenas se desarrolla, por el contrario, lo que las universidades deberían hacer en materia de investigación especializa-da, formación de expertos,...

En este sentido, una de las tareas fundamentales de la Universidad en esta materia sería la de incidir más en la opinión pública y en la conciencia ciudadana suministrando datos rigurosos y contribuyendo a una respuesta pública consciente. En los últimos tiempos son claramente perceptibles en la sociedad española señales de banalización de la solidaridad, que son espe-

43. Gilsanz Blanco, Juncal: La acción humanitaria desde la universidad española. Análisis de experiencias y propues-tas de actuación futura. Cuadernos del IECAH, nº 6, Madrid, 2006.10Ver http://www.em-dat.net44. En la publicación anterior, en Anexo incluimos el Protocolo.

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cialmente perjudiciales cuando se trata de desastres naturales o conflictos. La autocomplacencia con que muchas veces se presenta nuestra actuación frente a los desastres, sin apenas ele-mentos de autocrítica y con una concepción de la ayuda fundamentalmente asistencial, debería superarse con una información más adecuada sobre las causas de los desastres, de la violencia, de las raíces que generan la vulnerabilidad que desemboca en el desastre. Así como en el ámbito del desarrollo se ha consolidado la llamada Educación para el desarrollo como complemento imprescindible del trabajo en el terreno, algo similar se debería hacer en materia de desastres. Abordando, por supuesto, todo el ciclo de los desastres y poniendo especial énfasis tal como propone la Estrategia de Hyogo en la prevención y en la gestión de riesgos.

En el incipiente panorama de la acción humanitaria en España estamos convencidos de que las universidades tienen mucho que aportar. Creemos, no obstante, que muchas de estas aporta-ciones en el terreno de la investigación o la formación deberían hacerse con mayor colaboración con otras entidades públicas o no gubernamentales, estableciendo alianzas y sinergias claras entre los diversos actores. Algunas experiencias de proyectos comunes de I+D entre ONG de este sector y algunas facultades o escuelas, han demostrado ser positivos y nos hacen ser optimistas al respecto.

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RESEÑA CURRICULAR DE FRANCISCO REY MARCOS

Es miembro fundador y Codirector del Instituto de Estudios sobre Conflictos y Acción Humani-taria (IECAH).

Licenciado en Ciencias Biológicas especializado en Salud Pública y Máster en Relaciones inter-nacionales.

Cuenta con experiencia desde los años ochenta en la Cruz Roja y otras ONGs; y se dedicado desde hace algún tiempo a las tareas de investigación, consultoría, reflexión y docencia sobre Cooperación al Desarrollo y Acción Humanitaria en distintas instituciones nacionales e interna-cionales, Administraciones Públicas y Universidades.

Sus áreas de interés van desde aspectos generales sobre el papel de la Acción Humanitaria en el mundo actual y las tendencias en su financiación, la rehabilitación posbélica, hasta cuestiones vinculadas con la calidad de la acción y los procedimientos de planificación, gestión y evalua-ción.

Ha realizado misiones en una gran parte de países de América Latina (Colombia, Nicaragua, Honduras, El Salvador,...) así como en Marruecos, Mozambique e India, entre otros.

Es autor de numerosas publicaciones sobre desarrollo y Acción Humanitaria; y es el Director de los Informes Anuales de Acción Humanitaria que publica IECAH, así como el Coordinador del Observatorio de Acción Humanitaria.

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SANLLORENTE, JAUME

Coherencia académica: el largo caminoEl papel de la Universidad moderna en el desarrollo sostenible del mundo

Licenciado en PeriodismoFundador y Director de la ONG Sonrisas de [email protected]

Todos tenemos claro -o al menos eso creemos- que la formación académica es la clave elemen-tal para asegurar un futuro social y económico estable y sostenible en los países actualmente en vías de desarrollo. Es cierto que la educación es la mejor herramienta que van a tener las futuras generaciones en los citados países para desarrollar plenamente su futuro, individual y colectivo, como ciudadanos libres y posibilitados de un futuro digno y lleno de prosperidad. No obstante, también es cierto -aunque nos cueste admitirlo- que la pobreza asesina y devastadora que oprime al denominado “tercer mundo” es una consecuencia directa de la ignorancia y los oídos sordos del primero.

Solemos decir que las personas que han nacido en países pobres tienen una venda en los ojos que no les lleva a preguntarse el porqué de sus penurias o a plantearse cómo acceder a una si-tuación mejor. “No se reconocen como pobres -afirmamos alegremente- porque no saben que lo son, ya que no han visto nada más”. En cambio, jamás nos hemos parado a estudiar esa misma situación a la inversa. Nunca hemos querido averiguar la razón por la cual las pautas implemen-tadas en los sistemas educativos de los países ricos fomentan esa ignorancia. Los países pobres no saben sus penurias porque no PUEDEN ver los países ricos. Los países ricos no saben las penurias de los pobres porque no QUIEREN, a pesar de poder hacerlo, ver los países pobres.

De la misma manera que NO es cierto que los países en vías de desarrollo no se sepan pobres (especialmente por el incremento de televisores y elementos de comunicación en zonas de fave-las o slums), tampoco lo es que los ricos no tengan elementos suficientes como para ahondar en su conocimiento acerca de la situación en países menos desarrollados.

Los pobres no saben que lo son porque no han visto nada más, o al menos eso hemos querido creer en los últimos años. Pero los ricos permiten que el mundo siga en ese reparto injusto pre-cisamente por el mismo motivo: porque no ven más allá.

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La solución a esa ceguera colectiva que causa tanto daño en nuestras sociedades y en la posi-bilidad de un futuro equitativo de la humanidad está clara: es imprescindible optimizar o dar un giro considerable a las directrices educativas impuestas por el sistema educativo del Primer Mundo, que, en ese sentido, juega con ventajas a la hora de hacer esfuerzos para mejorar la situación general.

Carreras universitarias como Ciencias Políticas, Ecomómicas o Empresariales en Univeridades como la Complutense en Madrid, la Sorbona en París o la London School of Economics en la capital británica se centran mayoritariamente en estructuras y pautas basadas en los cáno-nes sociales, políticos y económicos de países ricos, mencionando, muy de pasada y con vaga profundidad, las situaciones de países pobres. Tan sólo se introducen, en el marco de alguna asignatura concreta, conceptos hoy en día implementados en el Tercer Mundo para el dearrollo de las economías familiares e individuales en países poco privilegiados (como el inteligente sistema del microcrédito impulsado en Bangladesh por el profesor Muhammad Yunnus a través del Grameen Bank), pero sin relacionar el primer y el tercer mundo como componentes de una misma realidad.

Se estudia el primer mundo desde un punto de vista cercano, y el tercero desde la óptica del observador. Pero las enseñanzas nunca se aventuran a anexionar esos mundos, a hacerlos lo que son: un mismo planeta y una misma realidad.

Pongamos por ejemplo un profesor univesitario que analiza, junto a sus alumnos de empresa-riales, el desarrollo y el plan de crecimiento de una empresa textil en España. Digamos que en esa clase se estudia la subcontratación de talleres en la India como fase de esa expansión para reducir costes de producción y lograr mayores ganancias. ¿Por qué ese catedrático habla de una situación de pobreza o de explotación infantil impartiendo alguna otra asignatura como quién describe lo que ocurre en el escenario de un teatro y, por otro lado, evalua la empresa textil sin atreverse a relacionar platea y escenario? ¿Se estudia en alguna universidad que la misma em-presa fomenta la explotación infantil vendiendo los jerseis que han sido confeccionados por niños de tres años en algún taller ilegal de Calcuta o Bombay? ¿Se estudia que esas grandes empresas son las causantes de una situación que vemos ajena y juzgamos monstruosa?

Hasta donde conozco, no se enseña.

Por un lado se analiza la empresa del sector rico y por otro, la situación del sector pobre, como dos realidades distintas y alejadas la una de la otra, cuando son partes de la misma realidad, cuando no son otra cosa que una CAUSA irresponsable y un EFECTO devastador.

El tercer mundo, TAL VEZ, es ciego ante el Primero, pero recordemos que el responsable de ello es el mundo desarrollado, el rico, el Primero. Si un peatón que cruza una calle es ciego, ¿no es acaso responsabilidad de quien conduce el coche verlo y mirarlo para no atropellarlo?

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Las naciones ricas (entendiendo como nación el conjunto de sus ciudadanos) son las que tienen las herramientas, las que conducen el coche y están en la situación de privilegio que los hace libres para elegir entre dos opciones: atropellarlo o no.

En este caso, comparando el peatón con el Tercer Mundo y el conductor de coche con el Primero, la situación es exactamente la misma.

Al definir las naciones como el conjunto de sus ciudadanos debemos pensar que son esos ciu-dadanos los que forman los gobiernos, las empresas privadas y, lo que es más importante, sus instituciones académicas en tanto que responsables de las mentalidades colectivas. Y nadie mejor que las universivades, junto con todas las instituciones académicas de los países más desarrollados, para poder paliar poco a poco esa ceguera colectiva y social que tanto perjudica el desarrollo del conjunto de la humanidad.

Volviendo al ejemplo del profesor de empresariales, debemos comprender que si todos los res-ponsables de impartir clases y conocimientos se atrevieran a anexionar las dos realidades de un mismo mundo, crearían una conciencia colectiva coherente y reponsable en los sectores estudiantiles que, poco a poco, se iría filtrando en sus futuras responsabilidades profesionales y, lo que es lo mismo, en sus futuros deberes como ciudadanos y en los de sus próximas gene-raciones.

La responsabildad de las Universidades es, en ese sentido, básica a la hora de conciliar los “dos mundos en un mismo mundo”.

También es cierto que el desarrollo de un ciudadano empieza con la niñez y con las pautas adquiridas de forma subconsciente en los primeros aprendizajes de la vida. Y en ese caso, más que los centros educativos, son los propios padres los encargados de ello. No sirve de nada en-señarle a nuestro hijo que “hay niños pobres que no tienen ni para comer” y que en Navidades le carguemos de juguetes que han sido fabricados por esos mismos niños, explotados hasta límites indecibles en países como China o Pakistán.

Sin embargo, ésta sería una cuestión muy extensa de analizar; vayamos al papel de las Univer-sidades que es el caso que nos ocupa.

Decíamos que las Universidades tienen un papel clave en el desarrollo de las conciencias colec-tivas y en las acciones coherentes en todas las facetas de la vida.

Pero no basta con limitar la acción social con la creación de un departamento de ayuda o de co-operación. NO basta con atenuar o maquillar las formas sin tocar el contenido. ¿De qué serviría confeccionar un abono perfecto para plantar un árbol si el problema está en la raíz? No basta con limpiar las hojas del árbol, sino en plantar una nueva raíz, en actuar desde el principio para que el árbol sea sano.

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La proliferación en la creación y seguimiento de este tipo de departamentos en centros univer-sitarios es, sin lugar a dudas, un paso inmensamente positivo en el acertado adelanto hacia la anexión de ambos mundos. Pero no es suficiente.

Está claramente comprobado y demostrado que la solidaridad emerge de los seres humanos de una manera mucho más acentuada cuando el hecho o personas que la necesitan están cerca. La proximidad siempre es buena para despertar el interés y las atenciones. Buen ejemplo de ello es la reacción ciudadana en España ante el desastre del Prestige, que llevó a miles de voluntarios de distintas partes de nuestro país a desplazarse a Galicia y limpiar, día a día, el oscuro desastre que tiñó de tinieblas las bellas costas gallegas.

La lejanía de países como Ruanda, Angola o Sierra Leona, en África; India o Bangladesh, en Asia; o Guatemala o Bolivia, en Latinoamérica, nos hace ver la problemática de su devastación como algo distante y ajeno a nuestra realidad. Las universidades pueden acercarlos.

Decimos que la educación hará libres los países pobres ya que conocerán, mientras nosotros, en cambio, seguimos fomentando nuestra propia ignorancia, que no nos hace ver más allá de ese minúsculo tanto por ciento del mundo que representan sobre el planeta Tierra el conjunto de países ricos.

Creemos departamentos de ayuda y solidaridad para cooperar con determinados países, sí. Pero estudiemos esos países y su situación como algo cercano, ya que así podremos ayudar mejor.

Las Universidades pueden ser el mejor de los despertadores para la anestesia general que es nuestra ceguera ante los países pobres, una campana para llamarnos a la coherencia social, a la anexión de los distintos componentes del mundo y así optimizarlo. Y esa coherencia social empieza, en gran parte, por la coherencia académica.

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RESEÑA CURRICULAR DE JAUME SANLLORENTE

Nacido en Barcelona, es Fundador y Presidente de la Asociación Sonrisas de Bombay.

Es Licenciado en Periodismo en la Universidad Ramon Llull.

Ha trabajado en medios locales, como Barcelona TV y COM Radio y posteriormente se ha es-pecializa en el sector económico, desempeñando durante varios años el cargo de delegado en Cataluña de la revista Comercio Exterior.

En el año 2003, y durante un primer viaje de turismo a la India, queda impactado por las condi-ciones de vida de sus intocables y descastados. Dos años más tarde, en un segundo viaje a ese país, conoce un pequeño orfanato en Bombay, con 40 niños, que está a punto de cerrar sus puer-tas; y se traslada a vivir a la India para fundar la ONG SONRISAS DE BOMBAY, emprendiendo desde entonces lo que él define como una “lucha pacífica contra la pobreza”.

Autor del libro “Sonrisas de Bombay. El viaje que cambió mi destino” (Plataforma Editoral), Sanllorente ha recibido numerosos galardones en reconocimiento a su trabajo incansable al lado de los más pobres de Bombay. Entre ellos, el premio Natura 2007 y el Premio Axuda ‘07 que recibió en enero de 2008 de manos del Presidente de la Secretaria de Cooperación de la Xunta gallega.

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TERRADELLAS I PIFERRER, MARÍA ROSA

El papel de la Universidad ante las crisis humanitarias

Profesora del Departamento de Pedagogía de la Facultad de Educación y Psicología (FEP) de la Universidad de Girona

Delegada de la Rectora para la Cooperación al Desarrollo de la Universidad de Girona

Responsable de la Oficina Técnica de la Red Universitaria “Yo si Puedo” en España

[email protected]

Por desgracia, cada vez son más frecuentes en muchos lugares del mundo situaciones catas-tróficas originadas ya sea por desastres naturales, conflictos bélicos y vinculadas a los avances tecnológicos llevados a cabo en el último siglo.

Por ello, la Universidad como agente, que es, de cooperación al desarrollo, se plantea cómo puede colaborar en situaciones de emergencia, contribuyendo en paliar esta situación y apoyan-do la reconstrucción de las zonas afectadas. Esta preocupación, que es común a la mayoría de universidades, generó que, desde la Comisión de Cooperación del CEURI, se redactara y consen-suara un protocolo de actuación de las universidades frente a situaciones de crisis humanitarias, el cual fue aprobado en una reunión de esta Comisión celebrada en Girona el 11 de julio de 2005, y posteriormente aprobado por la CRUE el 3 de abril de 2006.

En estos momentos, por tanto, todas las universidades españolas gozamos de un documento que guía nuestras actuaciones en materia de ayuda humanitaria y que, a su vez, pretende no tanto la implicación directa e instantánea en el primer momento en el que se produce la situación de emergencia, por el hecho de que las universidades no disponemos de mecanismos y efectivos que puedan actuar con la rapidez que estas ayudas requieren, sino que la finalidad del mismo se centra en lo que podemos aportar a partir de nuestra especificidad, o sea, la formación superior, la investigación y la transferencia de conocimiento y tecnología, de manera que las actuaciones puedan llegar a las zonas y personas afectadas de la manera más eficaz y eficiente posible.

Desde esta perspectiva, el protocolo orienta que cada Universidad disponga de un órgano com-petente que pueda reunirse con urgencia y decidir les actuaciones que se van a llevar a cabo desde la Universidad para paliar esta situación. Asimismo, fomenta tomar estas decisiones de

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manera coordinada con otros agentes de cooperación aunando esfuerzos y a ser posible que cada universidad disponga de un fondo de recursos económico específico para poderlo dedicar con celeridad a estas situaciones.

Al no ser las universidades instituciones que dispongan de los recursos y efectivos necesarios para poder actuar de manera inmediata en situaciones de emergencia, las cuales mayoritaria-mente, se llevan a cabo desde los gobiernos y de ONGDs especializadas en estas tareas, se propone también que la intervención de las universidades se lleve a cabo desde dos ámbitos que se relacionan con su propio ámbito de intervención: la reconstrucción, y la formación y sen-sibilización. Desde nuestra perspectiva el protocolo debería también incluir la investigación y la transferencia de conocimiento aplicada a paliar situaciones de emergencia.

a) En cuanto a la reconstrucción, consideramos que la Universidad puede y debe aportar una parte de los recursos que destine a ayuda humanitaria a la reconstrucción de la zona afecta-da, de manera que con ello contribuya, tanto mediante la donación de los fondos específicos que cada universidad dispone para ello, como actuando directamente en la reconstrucción ya sea aportando personal o conocimientos generados a partir de investigaciones específicas, o transfiriendo conocimientos y tecnología aplicada a la reconstrucción.

Si bien la reconstrucción se debe plantear en relación a todos los sectores de la población, es evidente que desde las universidades también se deben aplicar esfuerzos para colaborar en la reconstrucción de la formación superior en las zonas afectadas, con la finalidad de que éstas puedan volver a la mayor brevedad posible a la normalidad y con ello también se normalice rápidamente la vida de la zona afectada.

b) En cuanto a la formación y sensibilización, las universidades deben generar conocimiento especializado sobre ayuda a la rehabilitación y desarrollo de las zonas afectadas, mediante cursos de especialización, postgrados y master que incidan en ello. Esta formación se podría plantear en relación a:

• Concepto y clasificación de catástrofes naturales, tecnológicas y conflictos bélicos.

• Conceptos clave en ayuda humanitaria.

• Conocimiento de las zonas y tipologías del hábitat de determinadas zonas.

• Diagnosis de las catástrofes y trabajos de reconstrucción.

• Los actores de la ayuda humanitaria.

• Articulación y prioridades de la ayuda humanitaria en situaciones de emergencia.

• Conocimiento y aplicación de protocolos de actuación en situaciones de emergencia.

• Derecho Internacional, derechos de los refugiados.

• La perspectiva de género y la infancia en la ayuda humanitaria.

• Ética de la ayuda humanitaria.

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• Programación, gestión, seguimiento y evaluación de las operaciones de ayuda humani-taria.

• Apoyo a los cooperantes.

• Trabajo con víctimas en catástrofes, desde la perspectiva de la salud, la psicología, la educación,…

• El papel de los medios de comunicación en las catástrofes y conflictos.

• Mediación en conflictos.

• Intervención como observador en comicios electorales.

• Los conflictos armados. Causas. ¿Cómo se prepara la guerra? Y resolución. ¿Cómo se construye la paz?

• El militarismo y la paz.

• Universidades y militarismo.

• Acciones que se plantean como caminos alternativos para la paz: objeción fiscal, banca ética, consumo responsable, condonación de deuda externa,…

• …

Asimismo también se deben generar actividades de sensibilización, charlas, debates, exposi-ciones, jornadas, video-forum, campañas de captación de fondos y materiales … que incidan en visualizar los efectos de las catástrofes, las posibilidades de reparación y las actuaciones de reconstrucción llevadas a cabo.

c) En cuanto a la investigación y la transferencia de conocimiento aplicada a paliar situaciones de emergencia se deberían llevar a cabo investigaciones y conocimientos relacionados con los temas que hemos expuesto en el apartado anterior, que contribuyan a la rehabilitación y el desarrollo de las zonas afectadas y a diagnosticar las posibles zonas donde se pueden generar catástrofes naturales, tecnológicas y conflictos bélicos y cómo prevenirlas y evitarlas.

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RESEÑA CURRICULAR DE Mª ROSA TERRADELLAS I PIFERRER

Es Delegada de la Rectora por la Cooperación y el Desarrollo y miembro de la Comisión de Co-operación para el Desarrollo de la Universidad de Girona de 2002 hasta la actualidad.

Profesora del Departamento de Pedagogía de la FEP de la UdG, ha ocupado distintos cargos ins-titucionales en esta Universidad: Vicedecana de la Facultad de Educación y Psicología, Adjunta al Vicerrectorado de Estudiantes y Relaciones Exteriores.

Es responsable de la Oficina Técnica de la Red Universitaria Yo si Puedo en España, desde su constitución en febrero de 2007.

Ha participado en las reuniones organizadas por la Agencia Catalana de Cooperación con las universidades catalanas y en la comisión ad-hoc creada para definir el Plano Estratégico de la Cooperación para el Desarrollo a las Universidades Catalanas (2005-2007).

Es miembro de la Comisión de Solidaridad y Cooperación Internacional del Instituto Joan Lluís Vives; y miembro de la Comisión de Cooperación al Desarrollo del Comité español de Universida-des de Relaciones Internacionales (CEURI) de la Conferencia de Rectores de las Universidades españolas (CRUE).

Ha organizado, asistido y participado como docente en multitud de Jornadas y Congresos en el ámbito de la Cooperación al Desarrollo.

Asimismo, ha sido miembro del Comité Organizador y permanente del IV Congreso de Universi-dad y Cooperación para el Desarrollo, que se celebró en la Universidad Autónoma de Barcelona en noviembre de 2008.

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IDEAS CLAVE

Desde las distintas áreas y grados de conocimiento de la formación superior (Ciencias Experi-mentales, Ciencias Sociales, Humanidades,…) se puede abordar la Acción Humanitaria. Cada área incide sobre un ámbito del saber que desarrolla la mejora y el bienestar de las sociedades, alivia el sufrimiento humano, y previene o reduce las vulnerabilidades y amenazas de los siste-mas en que vivimos.

Sistemas en los que continuamente aparecen nuevas vulnerabilidades a las que se han de aplicar nuevas respuestas. Son los nuevos escenarios donde las denominadas Emergencias Complejas (situaciones en las que confluyen distintos factores de crisis: Estado frágil o fallido, hundimiento de la economía formal, hambrunas, desplazamientos forzosos de la población, coincidencia con catástrofes naturales, guerras internas y violación masiva de los Derechos Humanos, etc.) pro-ducen resultados devastadores que sobrepasan las adversidades convencionales derivadas de los desastres naturales.

Por tanto, el concepto clásico de gestión de crisis contextualizándolo en los estudios de seguri-dad debe tratarse de un concepto más amplio: la Seguridad Humana Universal, directamente relacionada con el Desarrollo y el cumplimiento de los Derechos Humanos. Esta abarca temas tan fundamentales como: el acceso al agua potable, a una vivienda digna, la seguridad alimen-taria, un entorno en condiciones de salubridad, el acceso a la cobertura del sistema sanitario, la conservación de la biodiversidad, el equilibrio ecológico, el desarrollo sostenible, el acceso de los campesinos a la titularidad de la tierra, el comercio justo basado en unas relaciones comer-ciales de equidad (que incorpore cláusulas sociales y ambientales al comercio internacional), la disponibilidad de ingresos básicos procedentes del trabajo, el respeto a las minorías y a las garantías democráticas, a la vida e integridad de las personas, y un largo etcétera en los ámbitos económico, político, sanitario y ambiental.

En este contexto internacional de antiguas y nuevas “amenazas” como las que se han analizado, surge la denominada Sociedad del Riesgo45, donde los riesgos provocados por la voluntariedad o involuntariedad del hombre así como por las consecuencias aleatorias de la naturaleza (con un origen no tan natural), tienen cada vez mayor importancia.

Durante los últimos años las crisis humanitarias han rebasado la consideración de fenómenos ex-traordinarios y se han convertido en eventos cotidianos. Catástrofes como el Prestige, Chernobyl, epidemias como la gripe aviar y las vacas locas, pandemias como el SIDA y problemas como el cambio climático, dan una idea de la envergadura de nuevos escenarios que no tenían cabida en

45. Concepto acuñado por el sociólogo alemán Ulrich Beck.

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el pasado. Del mismo modo, los nuevos desafíos tecnológicos al ecosistema (como los causados por la energía nuclear, las industrias químicas y la biotecnología) multiplican considerablemente el riesgo de la comunidad internacional ante posibles megadesastres a escala mundial.

Bajo este paradigma, la seguridad ambiental cobra una especial relevancia, la consideración del medioambiente como origen de la vida, fuente de riqueza y medio para el desarrollo. Si se hace un uso adecuado de los recursos y no se altera el ciclo natural, se evitará que se desencadenen grandes catástrofes. A pesar de que la sobreexplotación de los recursos naturales se realiza del norte hacia el sur y de que la transferencia de capitales es del sur hacia el norte, los países empo-brecidos del sur son más vulnerables frente a las amenazas naturales por el deficiente desarrollo de infraestructuras, la alta densidad de la población y los inadecuados sistemas de respuesta ante desastres.

Ante este tipo de situaciones de crisis surge una concienciación social y los movimientos de solidaridad en las sociedades desarrolladas. Así, la respuesta humanitaria en los últimos años se ha caracterizado por un incremento de la financiación disponible, un aumento del número de actores implicados y una mejora en la calidad de las intervenciones.

Los medios de comunicación juegan un papel fundamental en una sociedad globalizada, inter-conectada e interdependiente. Son transmisores de la información, pero hacen más uso de las imágenes que de las palabras para describir los hechos y, a pesar de la gravedad de los acon-tecimientos, éstos son presentados como hechos novedosos y actuales con un tiempo limitado de vida.

La lejanía de los países que han sufrido los últimos desastres naturales hace ver sus efectos como algo distante y ajeno a la realidad de cada uno, pero la Universidad, a través de la for-mación integral de la persona, puede contribuir a la transformación de estas realidades y servir como “despertador de conciencias”. Igualmente, la Universidad debe ser un espacio de reflexión, autocrítica y redefinición de términos y actitudes. La concepción asistencialista que se tiene de la ayuda de emergencia debe superarse con más información sobre las causas estructurales de los desastres. Y siguiendo el ejemplo en el ámbito de la Cooperación de la disciplina de Educación para el Desarrollo como instrumento de sensibilización, desde la Universidad se debería promo-ver alguna herramienta de trabajo similar para el campo humanitario.

En este contexto, la Universidad tiene una participación activa en todas las fases de la Acción Humanitaria. Es un lugar privilegiado para afrontar los nuevos desafíos globales a través de la investigación y la recepción de ideas, y un motor de cambio para la construcción y difusión del conocimiento.

Por tanto, la investigación debe tener un papel prioritario y la institución educativa debe ser una plataforma de formación-acción, reciclaje y retroalimentación de expertos e investigadores que formen parte del mundo académico.

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Priorizar y presupuestar en investigación no es un gasto, sino una inversión a medio y largo plazo. La Universidad debe promover la creación de espacios comunes entre los actores de la Acción Humanitaria, incluidos aquellos que están en entredicho (ejércitos y medios de comunicación), aun pudiendo integrarse en equipos multidisciplinares para compartir experiencias, para estudiar y evaluar las crisis desde todos los puntos de vista, y para contrastar las noticias. La Universidad es aquí una fuente más en la cadena de la información y un medio para su difusión.

Además, las vivencias y el análisis crítico de los profesionales del medio contribuirían a que desde las enseñanzas universitarias se diese una visión más práctica y ajustada de la realidad, y se posibilite la creación de verdaderos espacios públicos humanitarios que vayan más allá de los simples espectáculos periodísticos.

Por otro lado, una sociedad informada de los peligros que puedan surgir y sus consecuencias, se convierte en una sociedad más preparada, más segura y menos vulnerable ante las amenazas de un evento catastrófico; y aunque esto es válido para cualquier tiempo y lugar, sobreviene una responsabilidad ética en el mundo desarrollado.

La investigación desde las universidades se convierte en un referente para el resto de los agentes humanitarios, ya que existen centros e institutos de investigación ligados a las universidades en las distintas Comunidades Autónomas que trabajan sobre las causas y efectos de las zonas afectadas por las catástrofes.

Sin embargo, los estudios que se realicen en el futuro tendrían que tener una aplicación eminen-temente práctica que permitiese la incorporación de los resultados al sector de la prevención. Para ello es necesaria una mayor interacción con todos los actores humanitarios: Universidad y Fuerzas Armadas, Universidad y Gobierno, Universidad y ONGDs, Universidad y Organizaciones Internacionales, Universidad y medios de comunicación, y Universidad y Administración.

De hecho, las últimas convocatorias de I+D no han incluido a las situaciones de emergencia y a las crisis humanitarias en sus bases, entendiendo que son acciones de ayuda directa y no precisan investigación.

Pero, además, hay que consolidar la propia estructura de la institución universitaria: es necesaria la continuidad del personal que alcanza un cierto grado de especialización como los becarios, que muchas veces se ven obligados a abandonar los proyectos en los que llevan años trabajan-do por falta de financiación, lo que supone una frustración para ellos y una pérdida importante del potencial humano de las universidades, en perjuicio de la calidad de las investigaciones. También es importante la reorganización en el reparto de tareas así como la simplificación en la burocracia de los proyectos para optimizar los resultados de la investigación.

Además de la investigación y la docencia como ámbitos de excelencia de la Universidad, ésta tiene varios campos de actuación importantes: la formación, sensibilización y promoción del voluntariado. La Universidad es un espacio privilegiado para analizar, reflexionar y debatir sobre los principales problemas de nuestra sociedad.

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Entre las aportaciones de la Universidad a la Acción Humanitaria destaca su variedad de es-pecialistas en distintas materias y sus estructuras de acción social y solidaria. La inclusión de asignaturas de Cooperación al Desarrollo y Acción Humanitaria en distintas titulaciones dirigi-das tanto al alumnado como al personal técnico de las Administraciones Públicas y Entidades no Gubernamentales que actúan en el campo de las emergencias, favorecen la promoción del voluntariado como herramienta de sensibilización, y la colaboración con el tejido asociativo y educativo, fomentando el compromiso social y la transformación misma de la sociedad.

La Universidad tiene la capacidad de movilizar a la comunidad universitaria ante situaciones de emergencia y crisis humanitarias, ya que para muchos profesores, estudiantes, y personal de la administración y servicios se convierte en el referente institucional más cercano para acudir e implicarse, a la vez que exigirle su intervención.

El apoyo a campañas lanzadas desde ONGs con presencia sobre el terreno o con una dilatada experiencia en el ámbito de las emergencias a través de la recogida de fondos, suele ser una de las medidas más habituales de las universidades ante este tipo de situaciones.

Una de las acciones más importantes que debe fomentar la Universidad es el fortalecimiento sur-sur. Su contribución a la corrección de las desigualdades existentes a escala mundial se complementa con el refuerzo de los sistemas universitarios del sur, que son sus contrapartes naturales.

Por un lado, el hecho de que las universidades españolas tengan contacto con otras universi-dades en distintas partes del mundo en zonas suceptibles de sufrir los efectos de los desastres naturales, refuerza su papel de actor de la Acción Humanitaria, con el fin de identificar acciones propias de la cooperación interuniversitaria donde otros organismos no intervienen, posibilitando la vuelta a la normalidad de las poblaciones afectadas y de la institución educativa.

De esta manera, sería conveniente incrementar los programas de Cooperación Interuniversitaria al Desarrollo, con las contrapartes locales de aquellos países en situación de mayor vulnera-bilidad ante las crisis humanitarias, evitando que la formación y capacitación de los recursos humanos implique la fuga de cerebros de los países destinatarios de las ayudas. Esto supone un coste inasumible en cuanto a inversión económica y pérdida de capital humano para el país de origen.

Por ello, es necesaria la consolidación de las estructuras propias de la Cooperación al Desarrollo de las universidades españolas y la contratación de personal cualificado al frente de estas áreas de trabajo. Igualmente, es importante un compromiso político de promoción y financiación por parte de los gobiernos para el desarrollo efectivo de actividades, proyectos y programas en este campo de intervención y conocimiento.

Asimismo, el fortalecimiento de la Universidad frente al resto de actores humanitarios requiere su participación en los Consejos de Cooperación u otros órganos de representación en los dife-

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rentes niveles locales, autonómicos y estatales. La apuesta de las universidades en el diseño de programas conjuntos con las ONGDs complementa e incrementa el número de iniciativas en el ámbito de la Cooperación al Desarrollo y la Acción Humanitaria.

En el ámbito técnico, la Universidad encuentra un campo importante de asesoramiento a las entidades contrapartes susceptibles de sufrir una catástrofe, a través de la transferencia de cono-cimiento, la inversión en instrumentación, la dotación de recursos humanos, la sistematización y conformación de nuevas bases de datos en distintas áreas importantes para la investigación, los programas y proyectos, el diseño de cuestionarios homologados para el diagnóstico y la evalua-ción, y la catalogación de toda la información producida sobre acontecimientos catastróficos en la misma zona en el pasado.

La transferencia de conocimiento y tecnología debe llevarse a cabo en un primer nivel en el área de gestión de riesgos, dirigida a la prevención del impacto de los eventos catastróficos en el plano de la ordenación y gestión del territorio, en el tipo de construcción de viviendas y del lugar adecuado de los asentamientos, así como en la elaboración de planes de emergencia y evacua-ción. Se trata de preparar a las comunidades frente al desastre, reducir el grado de exposición y vulnerabilidad de las mismas, y lograr la máxima resiliencia frente a los fenómenos.

En un segundo nivel, la transferencia de conocimiento y tecnología incide en la mitigación del impacto de la catástrofe una vez que se ha producido, lo cual favorece al fortalecimiento institu-cional y la capacitación de la población.

En un tercer nivel de intervención en emergencias también es importante formar y dotar ade-cuadamente a los equipos de respuesta, donde la Universidad puede activar estrategias de contención.

Sin embargo, las situaciones de emergencia requieren de un gran dispositivo de actuación rápido y eficaz, y de profesionales con experiencia, para los que la Universidad no está preparada. No obstante, esta limitación en la fase de intervención propiamente dicha podría ser reemplazada en la fase de prevención, con proyectos de Cooperación al Desarrollo que incorporen la reducción del riesgo, y en la fase de rehabilitación post-desastre con programas de transferencia de tecno-logía y apoyo a la reconstrucción de infraestructuras.

A pesar de la cuestionada participación de la Universidad en la fase de emergencia, hay expe-riencias universitarias que demuestran lo contrario y que apuntan a la aportación de conoci-miento del personal universitario especialista en actividades de diseño, planificación y gestión de los sistemas logísticos humanitarios. Es decir, la Universidad tendría un papel “bisagra” en la transferencia de conocimiento y experiencia entre el mundo empresarial y el humanitario. En este sentido la Universidad puede contribuir a extrapolar la logística del sector privado a las organizaciones del Tercer Sector, promoviendo un uso más adecuado de los recursos destinados a la ayuda humanitaria.

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Por último, las universidades pueden analizar y evaluar la influencia de los gobiernos en la de-finición de políticas de prevención y respuesta ante desastres, la gestión de crisis y las medidas tendentes al desarrollo sostenido de la población afectada.

Además, la Universidad debe participar activamente en la elaboración de normas y guías para llevar a cabo intervenciones con mayor garantía de calidad. Prueba de ello es la aprobación en abril de 2006 por la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas del “Protocolo de Actuación de las Universidades frente a Situaciones de Crisis Humanitarias”, que propone la especificidad de las instituciones académicas centradas en la formación superior y en la inves-tigación, así como la implementación de mecanismos más eficaces para hacer llegar la ayuda a las víctimas de manera más efectiva.

Por todo ello, la Universidad es una institución implicada en los campos del fortalecimiento ins-titucional, la formación y sensibilización, el análisis y la investigación, la prevención y la rehabili-tación de desastres. Y como actor de la Acción Humanitaria podría participar fundamentalmente en las fases de preparación y de rehabilitación de emergencias, como señalan desde el Área de Riesgos Naturales de la Dirección General de Protección Civil y Emergencias (siempre dentro de los términos de la Ley 2/85 de Protección Civil española).

La fase de preparación conlleva la articulación de mecanismos de previsión como el análisis de riesgos sobre el territorio, el diagnóstico de los eventos catastróficos y el análisis de los efectos postraumáticos de las poblaciones afectadas. Y también de mecanismos de prevención a través de la realización de estudios y proyectos que permitan tanto la detección precoz de los fenóme-nos, la formación y capacitación de la población vulnerable y de los futuros cooperantes, como la identificación de medidas que reduzcan el impacto en los sistemas sociales dañados.

Por su parte, la fase de rehabilitación conlleva la evaluación de impactos tanto en infraestructu-ras como en servicios básicos de la comunidad afectada, y el desarrollo de proyectos que mate-rialicen la reconstrucción y la vuelta a la normalidad.

En resumen, tal y como se ha tratado implícitamente a lo largo de todo el capítulo, entre la Co-operación al Desarrollo y la Acción Humanitaria hay una pequeña línea divisoria que los separa por razones de inicio y duración de la acción, objetivo y tipo de respuesta. Sin embargo, en este ciclo de prevención-intervención-rehabilitación-prevención, es vital el trabajo de todos los agen-tes de la Cooperación al Desarrollo y de la Acción Humanitaria, dirigido a diseñar e implantar sistemas de alerta temprana, planes de prevención y programas de sensibilización a todos los niveles, donde la Universidad desempeña un papel destacado.

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CAPÍTULO

Conclusiones generales

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5Conclusiones generales

La Universidad ante los Desastres Naturales: Acción Humanitaria y Desarrollo

COMPLEMENTARIEDAD ENTRE LA ACCIÓN HUMANITARIA Y LA COOPERACIÓN AL

DESARROLLO

A lo largo del estudio se ha constatado la existencia de una difusa línea divisoria entre la Acción Humanitaria y la Cooperación al Desarrollo que las separa por razones de inicio, duración de la acción, objetivo y tipo de respuesta, y que marca las especificidades de cada ámbito de ac-tuación, de los agentes que participan en uno u otro campo y de las tareas que desarrollan los mismos. Pero no cabe duda de que ambos instrumentos comparten los objetivos de preparar, prevenir y mitigar el riesgo de las poblaciones más vulnerables y de aumentar las capacidades humanas.

Las actuaciones de cooperación se realizan cada vez más en contextos vulnerables, especialmen-te en los países más desfavorecidos y frecuentemente castigados por situaciones de emergencia extraordinarias, que en la mayoría de los casos terminan por hacerse crónicas. De esta manera, las poblaciones acaban preocupándose más por su supervivencia que por el desarrollo mismo de la comunidad. En este sentido, la Cooperación al Desarrollo debe incorporar la gestión del riesgo en el diseño de sus proyectos. Además, no es inusual que la financiación de éstos se canalice a través de fondos de emergencia. Por otro lado, se evidencia la necesidad de incorporar en los programas de cooperación mecanismos que minimicen los efectos de los desastres, como las estrategias de afrontamiento basadas en el apoyo a la comunidad (búsqueda de nuevas fuentes de ingresos, diversificación en la dieta, sobreexplotación de recursos y acumulación de reservas, entre otras) y extrapolar otros elementos del campo humanitario al ámbito del desarrollo.

La tendencia en los próximos años será el reconocimiento de los mismos actores en uno y otro contexto por la propia idea de complementariedad, entendiéndose que algunos de ellos, por sus propias competencias, estén mejor preparados para desarrollar acciones en uno u otro ámbito. Este es el caso de la Universidad, que se recoge por primera vez en el Plan Director de la Coope-ración Española 2000-2005 como agente de la Cooperación al Desarrollo y, a partir del cual, el sistema universitario español está realizando un esfuerzo por definir la Cooperación Universitaria al Desarrollo con la aprobación de la “Estrategia de Cooperación Universitaria al Desarrollo” en el año 2000 y del “Código de Conducta de las Universidades en materia de Cooperación al Desarrollo” en el año 2006. En ese mismo año, la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas aprobó el “Protocolo de Actuación de las Universidades frente a Situaciones de Crisis Humanitarias” para orientar las estrategias y actuaciones que viene desarrollando la Universidad de manera más discreta en el ámbito humanitario, lo que refuerza el interés de la institución académica por poner en valor su papel como actor en la Acción Humanitaria.

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5 Conclusiones generales

La Universidad ante los Desastres Naturales: Acción Humanitaria y Desarrollo

LA UNIVERSIDAD COMO ACTOR HUMANITARIO

La Universidad como agente humanitario y de desarrollo ostenta una posición privilegiada y desde las competencias que le son propias, la docencia y la investigación, puede intervenir en ambos contextos a distintos niveles. Con todo ello, desde la formación-acción, el reciclaje y la re-troalimentación de expertos e investigadores, la sensibilización y promoción del voluntariado, el fortalecimiento institucional, la dotación de recursos humanos y la inversión en instrumentación, la transferencia de conocimiento, de tecnología y de resultados, el asesoramiento, el diagnóstico, y la evaluación y catalogación de la información producida en eventos catastróficos en el pasado, la Universidad tiene una participación activa en todas las fases de la Acción Humanitaria pero, sobre todo, en las fases de preparación y rehabilitación de emergencias en los términos que establece la Ley 2/85 de Protección Civil española.

Cada área de conocimiento de la formación superior incide en materias que influyen en el bien-estar de las sociedades, en el alivio del sufrimiento humano y en la prevención de las distintas amenazas que acechan a las poblaciones más vulnerables.

La institución universitaria debe ser un espacio de reflexión, autocrítica y de redefinición de tér-minos y actitudes, donde se debatan y afronten los problemas, retos y desafíos presentes de la sociedad.

La Universidad, a través de la formación integral de la persona, puede acercar la realidad de los países afectados por los desastres (generalmente de las zonas más empobrecidas del planeta), por medio de acciones de sensibilización que informen sobre la inadecuada contribución de los países del norte a las economías del sur y al medioambiente en un mundo global e interdepen-diente, que empieza a mostrar signos de sobreexplotación de unos recursos naturales limita-dos, además de las consecuencias del cambio climático. En este sentido, la Universidad puede contribuir a la transformación de estas realidades mediante el despertar de las conciencias, la educación para una cultura del riesgo y la educación para el desarrollo.

INCREMENTO DE LOS DESASTRES NATURALES

En los últimos años ha aumentado el número, la frecuencia y la virulencia de los desastres naturales, así como su repercusión en el desarrollo humano, económico y medio ambiental mundial, siendo el quinquenio 2000-2005 un periodo muy representativo. Éstos constituyen un serio obstáculo para el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, debido a que los desastres llevan aparejado altos índices de personas afectadas, sin hogar y de víctims mortales; grandes bolsas de pobreza y hambre; un sinfín de pérdidas económicas y materiales; el agravamiento del deterioro ambiental; la aparición de epidemias propias de estos contextos y el empeoramiento de personas que están enfermas; la destrucción de infraestructuras; el recorte de los servicios sociales, de salud, y educación; la dificultad de acceder a una vivienda, al agua

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5Conclusiones generales

La Universidad ante los Desastres Naturales: Acción Humanitaria y Desarrollo

Catástrofes sociales Causas estructurales

Pobreza extremaInseguridad alimentaria - HambrunasExplosión demográficaAsentamientos urbanos descontrolados

Analfabetismo Los colectivos más vulnerables son fuente de ingresos en las economías familiares

Violación de Derechos HumanosFalta de gobernabilidad y democraciaFalta de diálogo y respeto a las comunidades indígenasInvisibilidad de la mujer

Políticas de salud deficitariasDeficitaria salud infantilDeficitaria salud maternaExistencia de Pandemias (VIH/SIDA, Paludismo y otras enfermedades)

Políticas económicas, comerciales y laborales inadecuadas

Establecimiento de políticas económicas no distributivasRelaciones comerciales desiguales norte-surDeuda externaExplotación infantilDeficiente soberanía alimentariaTransferencia de capital del sur hacia el norte

Insostenibilidad ambiental

Falta de acceso al agua potableFalta de acceso a una vivienda dignaFalta de acceso a la titularidad de la tierraUso irracional de las energíasConsumo humano irresponsableUrbanización progresiva e inadecuada ordenación del territorioDegradación ambiental

Fuente: tabla de elaboración propia

potable y al saneamiento; y la ausencia de políticas de empleo que devuelvan la situación excep-cional lo más rápidamente posible a la normalidad.

Estos indicadores, junto a otros factores, inciden en que los fenómenos naturales se conviertan en catástrofes y en algunos casos en desastres; a la vez, determinan que muchos de ellos pueden considerarse situaciones catastróficas en sí mismos. De hecho, la ausencia de análisis rigurosos de los factores que intervienen en las catástrofes naturales ha provocado respuestas inadecuadas y que los resultados obtenidos hayan sido considerados desastrosos en numero-sas ocasiones.

Por ello, a pesar de que existen diversas clasificaciones de catástrofes naturales atendiendo a su origen, se aprecia la necesidad de elaborar una clasificación más social de las mismas en función de sus causas estructurales.

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5 Conclusiones generales

La Universidad ante los Desastres Naturales: Acción Humanitaria y Desarrollo

Tanto las causas estructurales presentadas en la tabla como las denominadas catástrofes so-ciales se interrelacionan entre sí, dando lugar a una combinación de factores que permitiría establecer la siguiente relación general de retroalimentación:

Entre las causas estructurales de las denominadas catástrofes sociales, la degradación ambiental es quizás el factor más determinante en el incremento de los riesgos e impactos de los desastres. Las emisiones de gases de efecto invernadero podrían provocar tanto el deshielo de Groenlandia y la Antártida Occidental (lo que dejaría a muchos países bajo el agua), como algunos cambios drásticos en el clima que precipitarían e intensificarían los fenómenos naturales adversos (como los huracanes, las sequías y las inundaciones).

En este contexto, la seguridad ambiental cobra una especial relevancia a partir de la considera-ción del ambiente como origen de la vida, fuente de riqueza y medio para el desarrollo. En este sentido, el desarrollo se verá cada vez más limitado por el cambio climático. Los países ricos han sido quienes han causado el problema tras décadas de emisiones y los países empobrecidos han sido los más afectados, teniendo que hacer frente a mayores inundaciones, sequías, enfer-medades y hambrunas. Por ello, debe concebirse la lucha contra la pobreza y contra los efectos del cambio climático como esfuerzos interconectados, dado que el cambio climático acentúa la pobreza y las desigualdades.

El cambio climático representa un desafío para los actuales modelos de crecimiento económico y, para frenarlo, los países tienen que reducir el dióxido de carbono para mantener las temperaturas mundiales a menos de dos grados centígrados por encima de los niveles preindustriales. Los países desarrollados que han desencadenado este grave problema deben respetar más el planeta y empezar a contribuir mediante la asignación de fondos compensatorios a la adaptación del cambio climático de los países menos desarrollados, quienes sufren mayormente sus impactos. No obstante, estos últimos tienen que protegerse adoptando las tecnologías necesarias, fortale-ciendo sus infraestructuras, planificando sus presupuestos y diversificando sus medios de vida.

Debido a la enorme brecha existente entre el norte y el sur, y las desigualdades en los modos de vida, el cambio climático afectará a unas u otras regiones de manera muy diferente. De hecho, ya

Catástrofes Naturales

Catástrofes Antrópicas

Catástrofes SocialesEmergencias Complejas

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5Conclusiones generales

La Universidad ante los Desastres Naturales: Acción Humanitaria y Desarrollo

está empezando a perturbar a algunas de las comunidades más pobres y vulnerables del plane-ta: comunidades indígenas que cultivan tierras degradadas, inmersas en conflictos relacionados con el control del suelo y de los recursos naturales, que no tienen voz en el proceso de toma de decisiones y que viven de manera precaria. También afectará a las mujeres, especialmente a las que dependen del entorno natural para la búsqueda del sustento familiar. En los países menos desarrollados éstas tienen pocas posibilidades de realizar estudios y de salir de la espiral de po-breza. Son las responsables de realizar las labores domésticas no remuneradas (como ir en busca de agua y leña) y su papel de cuidadoras les impide su participación en la toma de decisiones de la comunidad. Además, no poseen el derecho a la titularidad de la tierra que cultivan y están sometidas a unas costumbres que limitan su movilidad, así como su papel en la economía a la hora de encontrar nuevas fuentes de ingresos.

PAÍSES DESARROLLADOS VERSUS PAÍSES EN VÍAS DE DESARROLLO: DESIGUAL

MAGNITUD E IMPACTO DE LOS DESASTRES

Las catástrofes naturales no causan los mismos efectos devastadores en unos lugares y otros. Asia ha sido el continente más castigado a lo largo del quinquenio 2000-2005 por catástrofes coyunturales o de inicio rápido, siendo el tsunami de 2004 el fenómeno que ha causado mayo-res víctimas mortales, seguido del terremoto de Pakistán en 2005, y de los terremotos de Irán en 2003 e India en 2001. China (con la afectación de diversos fenómenos, fundamentalmente inundaciones) e India serían globalmente los países más castigados del continente asiático por la variable número de afectados, por la variable número de muertos correlativamente y por la va-riable de costes económicos en términos relativos (ya que Japón, que es el motor de la economía asiática y una de las economías mundiales más potentes, con cuantiosas pérdidas económicas en el periodo estudiado, también eleva a la primera posición al continente asiático por la variable de costes económicos). Sin embargo, y a pesar de esta excepción de Japón en Asia, donde tam-bién hay grandes desigualdades territoriales, este análisis refleja importantes diferencias entre los fenómenos que afectan a los países desarrollados (como los huracanes en Estados Unidos o las olas de calor en Europa), que contabilizan enormes pérdidas económicas y materiales, por el propio coste en los daños de sus infraestructuras y con una enorme trascendencia en los medios de comunicación, y los países del sur como los anteriormente descritos, que arrojan cuantiosas pérdidas humanas.

Gráfico sobre la afectación de los continentes por las catás-trofes naturales acaecidas en el periodo 2000-2005 según la variable número de afectados

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La Universidad ante los Desastres Naturales: Acción Humanitaria y Desarrollo

África es otro continente muy afectado, tanto por las epidemias que causan un elevado número de muertos, como por la sequía, que es un fenómeno estructural que se concentra especial-mente en la zona sudsahariana (sobre la que no se contabilizan daños económicos, aun habien-do altísimos índices de población afectada).

Las estimaciones económicas no recogen de manera sistemática ni global el impacto de los de-sastres en los países más pobres, donde los costes en vidas humanas, medios de subsistencia y reconstrucción de infraestructuras destruidas son más elevados que en los países desarrolla-dos. Además, en pocas ocasiones se tienen en cuenta las consecuencias económicas del lucro cesante de la comunidad afectada o la disminución de la producción debido a los daños en las instalaciones, lo cual limita el acceso a las materias primas, la energía, la mano de obra y los mercados.

Gráfico sobre la afectación de los continentes por las catás-trofes naturales acaecidas en el periodo 2000-2005 según la variable costes económicos

Las pérdidas económicas por las sequías en África y por las inundaciones en Asia, aun siendo menores que las de otros fenómenos, causan un mayor impacto social y obstaculizan el propio desarrollo de los pueblos, con efectos indirectos sobre la producción y la prestación de servicios a la comunidad, y con efectos secundarios a medio y largo plazo por la disminución de la tasa de crecimiento.

Sin embargo, la magnitud de los desastres no se mide por las variables de afectados y víctimas mortales, ni por los impactos sociales que de ellos se derivan (y que frenan o impiden el desa-rrollo como se ha visto), sino por la trascendencia que tienen en los medios de comunicación y la influencia que éstos ejercen en la opinión pública internacional, así como por la respuesta de los otros actores humanitarios.

Los medios tienen una responsabilidad social frente al tratamiento de la noticia, tanto por la intensidad y la forma de presentar la información en los minutos posteriores al suceso, como por la trayectoria de la noticia hasta que deja de serlo. Sin embargo, en la mayoría de las ocasiones se busca la inmediatez y la intensidad de la información, presentándose de manera muy visual y emotiva, sin entrar en las causas estructurales de las mismas, evitando el seguimiento de la noticia, aunque en el caso de los desastres es tan importante informar sobre el origen en la fase de emergencia como fijarse en la fase de rehabilitación post-desastre y la prevención.

Por tanto, muchas catástrofes cuando dejan de ser noticia caen en el olvido, redefiniéndose como catástrofes olvidadas, sobre todo aquéllas que se producen en contextos poco desarrollados y

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La Universidad ante los Desastres Naturales: Acción Humanitaria y Desarrollo

CATÁSTROFES ESTRUCTURALES: OBJETIVO PRIORITARIO PARA EL DESARROLLO

Las catástrofes se clasifican en dos grupos: las catástrofes coyunturales que son de evolución rápida y se manifiestan súbitamente, de manera imprevisible (como terremotos, inundaciones, huracanes, tifones, maremotos, epidemias,…) y las catástrofes estructurales que son de evolu-ción lenta y aparecen de manera gradual (como las sequías, las hambrunas y diferentes tipos de conflictos).

Se ha constatado que las catástrofes más perjudiciales para la población son las estructurales, destacando las sequías. Pero también las inundaciones, que son catástrofes coyunturales que causan estragos en las regiones más desfavorecidas del planeta. Al mismo tiempo, son los fe-nómenos naturales que más se han dado en el quinquenio 2000-2005 en todas las zonas del planeta, aunque los continentes africano y asiático son más proclives a sufrirlos.

Las sequías, en África fundamentalmente y de manera genérica, forman parte de las denomina-das emergencias complejas, en las que confluyen distintos factores de crisis como el hundimien-to de la economía formal, hambrunas, epidemias, desplazamientos forzosos de la población, un Estado frágil, conflictos civiles internos y la violación masiva de los Derechos Humanos.

En este sentido, si las sequías son consideradas como un factor más de las emergencias com-plejas, las cuales son fruto de la interacción de procesos humanos y ambientales, ¿por qué no concebir la misma idea para otros fenómenos naturales como las inundaciones?

Sin duda, en los complejos escenarios internacionales de hoy día, los fenómenos naturales (“no

altamente vulnerables al riesgo, en el que de manera ‘natural’ se sucede un desastre tras otro, invisibilizando en el tiempo los impactos del fenómeno anterior.

Además, la respuesta de la comunidad internacional no sigue un mismo patrón en todas las cri-sis. Si existen intereses económicos o geopolíticos en la zona afectada o una relación de cercanía con la misma por razón de lazos históricos, sociales y culturales, el tratamiento informativo será constante e influirá en las ayudas de los donantes.

Asimismo, las situaciones de emergencia que se desencadenan en un país desarrollado tienen un mayor despliegue de medios, una mayor cobertura informativa y un tratamiento de excep-cionalidad por las propias características de la zona afectada. Dista mucho del diagnóstico que se realiza de los desastres acaecidos en los países empobrecidos que en muchos casos no son noticia, como las sequías en África, convirtiéndose éstas en catástrofes silenciosas y que, al igual que las catástrofes olvidadas, no se visualizan.

En el quinquenio estudiado, las catástrofes naturales más mediáticas han sido el tsunami del sudeste asiático en 2004, los terremotos de Argelia en 2003 y de Pakistán en 2005, y los hura-canes Katrina, Stan, Wilma y Rita en el continente americano, todos ellos en 2005.

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tan naturales”), se intensifican por causa de la degradación ambiental y, en definitiva, por la incidencia del ser humano. Dichos fenómenos se combinan con una serie de catástrofes socia-les generalizadas de raíces estructurales, que hacen crónicos los contextos más vulnerables e intensifican los efectos de los desastres.

Las sequías y las inundaciones, que son fenómenos de una periodicidad de alternancia cíclica, se convertirán en los fenómenos naturales más frecuentes y mortíferos como consecuencia del cambio climático, que amenaza con el aumento de condiciones meteorológicas extremas, debido a la urbanización de muchas áreas verdes (haciendo frecuentemente un mal uso del suelo), la deforestación, la pérdida de vegetación, una mala planificación del territorio, los asentamientos descontrolados de la población, etc.

ÁFRICA Y ASIA EN EL HORIZONTE DE LA COOPERACIÓN UNIVERSITARIA AL

DESARROLLO

La Universidad debería tener como objetivos prioritarios la Cooperación al Desarrollo en África y Asia, ya que éstos han sido los continentes más castigados por los fenómenos naturales en el periodo 2000-2005.

En las catástrofes ocurridas entre el 2000 y el 2005, la ayuda de emergencia ha supuesto una ‘inyección económica’ para las zonas afectadas y ha ayudado a salvar muchas vidas. Sin embar-go, la respuesta humanitaria no puede convertirse en un sustituto de las estrategias y los progra-mas de desarrollo, tan necesarios para abordar las causas estructurales de estos fenómenos.

La situación varía de un país a otro, pero prácticamente se repiten en todos los contextos vulne-rables: inseguridad alimentaria, aumento de la pobreza, deficientes políticas agrícolas, injustas reglas en el comercio internacional, pandemias,… elementos que se pueden resumir en crisis alimentaria.

El hambre perpetúa la pobreza que afecta negativamente a la capacidad de aprendizaje y de generar ingresos, y a su vez se agrava por las enfermedades y por las altas tasas de analfabe-tismo.

Por todo ello, la Cooperación Universitaria al Desarrollo debe incidir en:

• El sector educativo, para contribuir a aumentar las capacidades humanas y reforzar el fortalecimiento de las instituciones educativas.

• El sector sanitario, para mejorar los servicios de salud, el acceso a los medicamentos y combatir el VIH/SIDA y otras enfermedades como el cólera o la malaria; y contribuir a que las personas puedan salir por sí mismas de la pobreza.

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• El sector rural, que representa el principal medio de vida de estas poblaciones, siendo necesario destinar más recursos para mejorar el acceso a las semillas, a los fertilizantes, a los créditos y a los mercados, diversificando la actividad productiva; e incluso se podrían producir cultivos resistentes al clima.

• El sector comercial, para estabilizar los mercados de materias primas y terminar con el dumping de las exportaciones que reciben subsidios.

• El sector comunitario y el colectivo femenino, para dotar de los instrumentos necesarios a las comunidades locales y a las mujeres para que se empoderen, reclamen sus derechos de titularidad de la tierra y articulen sus propios mecanismos de incidencia en la toma de decisiones.

• El sector de las infraestructuras, para que las comunidades tengan un mejor acceso al agua, a la vivienda y a los servicios básicos, aumentando así su capacidad de defensa ante los acontecimientos climáticos severos (como las inundaciones o las sequías cada vez más frecuentes).

Mientras se diseñan estas estrategias, que se tienen que coordinar con el resto de agentes del desarrollo, y se busca la vía de financiación para la adaptación de los países más desfavorecidos al cambio climático, se deben estabilizar las emisiones de gases de efecto invernadero. Y desde la Universidad se puede hacer una gran tarea de concienciación social para avanzar en la lucha contra la pobreza de este mundo globalizado e interdependiente, garantizando el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo del Milenio. Haciendo uso de las palabras del Profesor José Es-quinas: “No debemos olvidar que nuestro planeta Tierra es una pequeña casa, nuestra casa común, y si hay goteras en la cocina o en el comedor, la casa entera está en peligro”46.

46. Esquinas Alcázar, José (2008): “Proteger la diversidad genética de los cultivos para la seguridad alimentaria: desa-fíos políticos, éticos y técnicos”. III Seminario sobre los Agentes de la Cooperación al Desarrollo: refugiados ambientales, ¿refugiados invisibles? Universidad de Cádiz, 1, 2 y 3 de abril de 2008.

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CLASIFICACIÓN DE LAS CATÁSTROFES NATURALES MUNDIALES MÁS IMPORTANTES DEL PERIODO 2000-2005 POR AÑO

AÑO 2000:

Tabla 1.- Clasificación de las catástrofes más importantes que se han producido en el año 2000 teniendo en cuenta el número de afectados (aquellas que sobrepasan el millón)

Tabla 2.- Clasificación de las catástrofes más importantes que se han producido en el año 2000 teniendo en cuenta el número de muertos (aquellas que sobrepasan los quinientos)

Tabla 3.- Clasificación de las catástrofes más importantes que se han producido en el año 2000 teniendo en cuenta los costes económicos (aquellas que sobrepasan el billón de dólares)

AÑO 2001:

Tabla 4.- Clasificación de las catástrofes más importantes que se han producido en el año 2001 teniendo en cuenta el número de afectados (aquellas que sobrepasan el millón)

Tabla 5.- Clasificación de las catástrofes más importantes que se han producido en el año 2001 teniendo en cuenta el número de muertos (aquellas que sobrepasan los quinientos)

Tabla 6.- Clasificación de las catástrofes más importantes que se han producido en el año 2001 teniendo en cuenta los costes económicos (aquellas que sobrepasan el billón de dólares)

AÑO 2002:

Tabla 7.- Clasificación de las catástrofes más importantes que se han producido en el año 2002 teniendo en cuenta el número de afectados (aquellas que sobrepasan el millón)

Tabla 8.- Clasificación de las catástrofes más importantes que se han producido en el año 2002 teniendo en cuenta el número de muertos (aquellas que sobrepasan los quinientos)

Tabla 9.- Clasificación de las catástrofes más importantes que se han producido en el año 2002 teniendo en cuenta los costes económicos (aquellas que sobrepasan el billón de dólares)

AÑO 2003:

Tabla 10.- Clasificación de las catástrofes más importantes que se han producido en el año 2003 teniendo en cuenta el número de afectados (aquellas que sobrepasan el millón)

Tabla 11.- Clasificación de las catástrofes más importantes que se han producido en el año 2003 teniendo en cuenta el número de muertos (aquellas que sobrepasan los quinientos)

Relación de tablas

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Relación de tablas

Tabla 12.- Clasificación de las catástrofes más importantes que se han producido en el año 2003 teniendo en cuenta los costes económicos (aquellas que sobrepasan el billón de dólares)

AÑO 2004:

Tabla 13.- Clasificación de las catástrofes más importantes que se han producido en el año 2004 teniendo en cuenta el número de afectados (aquellas que sobrepasan el millón)

Tabla 14.- Clasificación de las catástrofes más importantes que se han producido en el año 2004 teniendo en cuenta el número de muertos (aquellas que sobrepasan los quinientos)

Tabla 15.- Clasificación de las catástrofes más importantes que se han producido en el año 2004 teniendo en cuenta los costes económicos (aquellas que sobrepasan el billón de dólares)

AÑO 2005:

Tabla 16.- Clasificación de las catástrofes más importantes que se han producido en el año 2005 teniendo en cuenta el número de afectados (aquellas que sobrepasan el millón)

Tabla 17.- Clasificación de las catástrofes más importantes que se han producido en el año 2005 teniendo en cuenta el número de muertos (aquellas que sobrepasan los quinientos)

Tabla 18.- Clasificación de las catástrofes más importantes que se han producido en el año 2005 teniendo en cuenta los costes económicos (aquellas que sobrepasan el billón de dólares)

CLASIFICACIÓN DE LAS CATÁSTROFES NATURALES MUNDIALES MÁS IMPORTANTES DEL PERIODO 2000-2005 POR CONTINENTE

ÁFRICA:

Tabla 19.- Clasificación de las catástrofes más importantes que se han producido en el continen-te africano teniendo en cuenta el número de afectados (aquellas que sobrepasan el millón)

Tabla 20.- Clasificación de las catástrofes más importantes que se han producido en el continen-te africano teniendo en cuenta el número de muertos (aquellas que sobrepasan los quinientos)

Tabla 21.- Clasificación de las catástrofes más importantes que se han producido en el conti-nente africano teniendo en cuenta los costes económicos (aquellas que sobrepasan el billón de dólares)

AMÉRICA:

Tabla 22.- Clasificación de las catástrofes más importantes que se han producido en el continen-te americano teniendo en cuenta el número de afectados (aquellas que sobrepasan el millón

Tabla 23.- Clasificación de las catástrofes más importantes que se han producido en el continente

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Relación de tablas

americano teniendo en cuenta el número de muertos (aquellas que sobrepasan los quinientos)

Tabla 24.- Clasificación de las catástrofes más importantes que se han producido en el conti-nente americano teniendo en cuenta los costes económicos (aquellas que sobrepasan el billón de dólares)

ASIA:

Tabla 25.- Clasificación de las catástrofes más importantes que se han producido en el continen-te asiático teniendo en cuenta el número de afectados (aquellas que sobrepasan el millón)

Tabla 26.- Clasificación de las catástrofes más importantes que se han producido en el continen-te asiático teniendo en cuenta el número de muertos (aquellas que sobrepasan los quinientos)

Tabla 27.- Clasificación de las catástrofes más importantes que se han producido en el conti-nente asiático teniendo en cuenta los costes económicos (aquellas que sobrepasan el billón de dólares)

EUROPA:

Tabla 28.- Clasificación de las catástrofes más importantes que se han producido en el continen-te europeo teniendo en cuenta el número de afectados (aquellas que sobrepasan el millón)

Tabla 29.- Clasificación de las catástrofes más importantes que se han producido en el continen-te europeo teniendo en cuenta el número de muertos (aquellas que sobrepasan los quinientos)

Tabla 30.- Clasificación de las catástrofes más importantes que se han producido en el conti-nente europeo teniendo en cuenta los costes económicos (aquellas que sobrepasan el billón de dólares)

OCEANÍA:

Tabla 31.- Clasificación de las catástrofes más importantes que se han producido en el conti-nente oceánico teniendo en cuenta los costes económicos (aquellas que sobrepasan el billón de dólares)

CLASIFICACIÓN DE LAS CATÁSTROFES NATURALES MUNDIALES MÁS IMPORTANTES DEL PERIODO 2000-2005 POR TIPO DE FENÓMENO NATURAL

CATÁSTROFES ESTRUCTURALES:

SEQUÍAS:

Tabla 32.- Sequías mundiales más importantes que se han producido en el periodo 2000-2005 teniendo en cuenta el número de afectados (aquellas que sobrepasan el millón)

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Relación de tablas

Tabla 33.- Sequías mundiales más importantes que se han producido en el periodo 2000-2005 teniendo en cuenta el número de muertos (aquellas que sobrepasan los quinientos)

Tabla 34.- Sequías mundiales más importantes que se han producido en el periodo 2000-2005 teniendo en cuenta los costes económicos (aquellas que sobrepasan el billón de dólares)

CATÁSTROFES COYUNTURALES:

EPIDEMIAS

Tabla 35.- Epidemias mundiales más importantes que se han producido en el periodo 2000-2005 teniendo en cuenta el número de muertos (aquellas que sobrepasan los quinientos)

HURACANES

Tabla 36.- Huracanes mundiales más importantes que se han producido en el periodo 2000-2005 teniendo en cuenta el número de afectados (aquellas que sobrepasan el millón)

Tabla 37.- Huracanes mundiales más importantes que se han producido en el periodo 2000-2005 teniendo en cuenta el número de muertos (aquellas que sobrepasan los quinientos)

Tabla 38.- Huracanes mundiales más importantes que se han producido en el periodo 2000-2005 teniendo en cuenta los costes económicos (aquellas que sobrepasan el billón de dólares)

INCENDIOS NATURALES

Tabla 39.- Incendios naturales mundiales más importantes que se han producido en el periodo 2000-2005 teniendo en cuenta los costes económicos (aquellas que sobrepasan el billón de dólares)

INUNDACIONES

Tabla 40.- Inundaciones mundiales más importantes que se han producido en el periodo 2000-2005 teniendo en cuenta el número de afectados (aquellas que sobrepasan el millón)

Tabla 41.- Inundaciones mundiales más importantes que se han producido en el periodo 2000-2005 teniendo en cuenta el número de muertos (aquellas que sobrepasan los quinientos)

Tabla 42.- Inundaciones mundiales más importantes que se han producido en el periodo 2000-2005 teniendo en cuenta los costes económicos (aquellas que sobrepasan el billón de dólares)

MAREMOTOS

Tabla 43.- Maremotos mundiales más importantes que se han producido en el periodo 2000-2005 teniendo en cuenta el número de muertos (aquellas que sobrepasan los quinientos)

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Relación de tablas

Tabla 44.- Maremotos mundiales más importantes que se han producido en el periodo 2000-2005 teniendo en cuenta los costes económicos (aquellas que sobrepasan el billón de dólares)

OLAS DE CALOR

Tabla 45.- Olas de calor mundiales más importantes que se han producido en el periodo 2000-2005 teniendo en cuenta el número de afectados (aquellas que sobrepasan el millón)

Tabla 46.- Olas de calor mundiales más importantes que se han producido en el periodo 2000-2005 teniendo en cuenta el número de muertos (aquellas que sobrepasan los quinientos)

Tabla 47.- Olas de calor mundiales más importantes que se han producido en el periodo 2000-2005 teniendo en cuenta los costes económicos (aquellas que sobrepasan el billón de dólares)

TERREMOTOS

Tabla 48.- Terremotos mundiales más importantes que se han producido en el periodo 2000-2005 teniendo en cuenta el número de afectados (aquellas que sobrepasan el millón)

Tabla 49.- Terremotos mundiales más importantes que se han producido en el periodo 2000-2005 teniendo en cuenta el número de muertos (aquellas que sobrepasan los quinientos)

Tabla 50.- Terremotos mundiales más importantes que se han producido en el periodo 2000-2005 teniendo en cuenta los costes económicos (aquellas que sobrepasan el billón de dólares)

TIFONES

Tabla 51.- Tifones mundiales más importantes que se han producido en el periodo 2000-2005 teniendo en cuenta el número de afectados (aquellas que sobrepasan el millón)

Tabla 52.- Tifones mundiales más importantes que se han producido en el periodo 2000-2005 teniendo en cuenta los costes económicos (aquellas que sobrepasan el billón de dólares)

TORMENTAS DE INVIERNO

Tabla 53.- Tormentas de invierno mundiales más importantes que se han producido en el periodo 2000-2005 teniendo en cuenta el número de afectados (aquellas que sobrepasan el millón)

TORNADOS

Tabla 54.- Tornados mundiales más importantes que se han producido en el periodo 2000-2005 teniendo en cuenta los costes económicos (aquellas que sobrepasan el billón de dólares)

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La Universidad ante los Desastres Naturales: Acción Humanitaria y Desarrollo

DIRECCIÓN: Dobarco Robla, Mercedes

COORDINACIÓN:Puertas Cristóbal, Esther

INVESTIGADORAS PRINCIPALES:Astorga Daza, Gema

Puertas Cristóbal, Esther

COLABORADORAS INVESTIGADORAS:Díaz Pérez, Inmaculada

Díaz Rodríguez, MercedesJaén González, Carmen

Porquicho Rodríguez, Mª Jesús

Sánchez Dueñas, Cristina

COLABORADORES/AS EXPERTOS/AS:Álvarez Leiva, Carlos

Amarilla Mena, ManuelAngora Carreño, Ricardo

Arias Careaga, SilviaBenito Oterino, Belén

Carrasco Gallego, RuthCervera Bravo, Jaime

Deudero Sánchez, MercedesDurán Navarro, JaimeGarcía Beltrán, Beatriz

García García, Juan CarmeloGarcía Gómez, Andrés

González Romero, ElenaHernández Tristán, RafaelLozano Ascensio, Carlos

Mataix Aldeanueva, CarlosOlcina Cantos, Jorge

Pascual Santamaría, GregorioPaublete Herrera, Mª Carmen

Puertas López, ElenaRey Marcos, Francisco

Sanllorente, JaumeTerradellas i Piferrer, Maria Rosa

Tomé de la Vega, Miguel

Equipo investigador

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