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    2.3.4.5.

    Coleccin: Textos y apuntes/59

    INTRODUCCIN AL SISTEMA DE CARGOSLeifKorsbaek

    (Antologa)

    Universidad Autnoma del Estado de Mxico1996

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    9.10.En la fiesta comunal es posible reconocer la riqueza de un

    simbolismo que nos remite a concepciones fundamentales delpensamiento mesoamericano, las que configuran la cosmovisin,y nos muestran vvidamente, no el anacronismo de sus supervi-vencias, como nos lo sugiere eso queGalinier llama atinadamenteuna "etnografa de superficie", sino el esfuerzo desplegado por lacomunidad en un largo proceso de resistencia, para actualizarse,frente a las presiones.mltiples de una sociedad envolvente que seniega a reconocer la pluriculturalidad desde una suicida perspec-tiva eurpeizante, a lo que Guillermo Bonfl habra de referirse

    como el "Mxico imaginario".En este Prlogo har algunas anotaciones a propsito de

    esta riqusima veta de temas que genera el sistema de cargos;anotaciones que han surgido como una reaccin a la lectura de lostextos de LeifKorsbaek, tanto los propios como los que constitu-yen el cuerpo de la Antologa; Esto, evidentemente, no agota eltema, y no es esa la intencin. De lo que se trata es de sealarcuestiones no consideradas o tambin aportar datos que, de mu-chas maneras, nos indican la trama compleja del tpico.

    El sistema de cargos en la antropologa mexicana

    Aun cuando podemos reconocer el carcter fundacional delartculo de Sol Tax de 1937, al definir la temtica del sistema decargos, no podemos ignorar que para la antropologa mexicana se'inserta en una reflexin antigua y ello habra de mostrarse demuchas formas por los nfasis, las insistencias y los olvidos en los

    escritos de los estudiosos mexicanos. Tal reflexin remite de llenoa los procesos de construccin y reinterpretacin de la identidadnacional, especficamente al papel que juega la poblacin india,tanto en el pasado como en el presente, en la constitucin de lomexicano, cuestin ciertamente densa que llena con sus griteradesde las polmicas y disertaciones de los criollos nacionalistasdel siglo XVIII, pasando por los afanes liberales, atormentadoscon el racismo imperante en las ideologas de moda, hasta llegara los textos contemporneos, incisivos, de Octavio Paz, en El

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    laberinto de la soledad, y de Guillermo Bonfil, en El Mxico

    profundo.La discusin no acaba de resolverse. como nos lo habra de

    mostrar dramticamente el levantamiento z~patista del 10. denero de 1994; Y sigue viva en las ambiguas definiciones de los

    ;artidos polticos frente a la cuestin tnico-nacional, involucradatanto en las reformas a los Artculos Co.n~titucionales 4 Y 27, comoen los reclamos de autonomia. y no menos encendida y acuciantela temtica de 10 tnico se ubica en el centro de buena parte de laantropOloga mexicana, pues no acaba de definirse dnde radicala etnicidad de los indios y como construir desde ella una serie depropuestas que reivindiquen su derecho a la diferencia, pararefundar as la nacin pluritnica, multilinge y pluricultural que

    somos.As pues, en la definicin del estatuto terico y poltico de

    los pueblos indios ocupa un lugar privilegiado la temtica delsistema de cargos; bsicamente porque es desde esta estructuraque habr de manifestarse la especificidad histrica y cultural delpoder, de los sistemas de relaciones asentados, inscritos, en unatradicin que se arraiga en el pasado mesoamericano. En estesentido, los estudios etnogrficos han jugado un papel decisivo alsituar en el terreno. de lo real y lo histrico el carcter de lapoblacin india; ante las pretensiones romnticas del etnicismo(tanto el de Barbados como el marxista) que ha inventado a losgrupos tnicos y a las minoras subordinadas, lo que aparece comouna evidencia rotunda y de una complejidad inesperada es la

    comunidad, el espacio fundamental en el que se da la reproduccinsocial de las identidades tnicas indias.La comunidad es la unidad social bsica que contiene el

    sistema, los principios econmicos y polticos a partir de los cualesse constituyen sistemas mayores. y aqu es necesario introduciru~a aclaracin. ante las propuestas de Tax, de homologar comu-nidad y municipio, de acuerdo con su experiencia guatemalteca;e~ Mxico la situacin no slo es diferente, sino incluso muestrastuaciones de mayor complejidad, como lo deja ver fcilmente laconflictiva poltica que viven los pueblos indios de Guerrero y de

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    Oaxaca. Con los datos de Chiapas, sin embargo, ms cercanoslas evidencias guatemaltecas, lo que se explica luego del largperodo colonial en el que, Chiapas y Guatemala, forman parte duna misma jurisdiccin poltica, la Capitana General de Guatemala, podremos apuntar a algunas de las complejas relacioneentre comunidad y municipio.

    Antes de aportar los ejemplos chiapanecos permtaseminsistir en el carcter tendencialmente autosuficiente y autnomde las comunidades indias, las que tienen tanto un territoriodefinido, marcado profundamente por una geografa sagrada,

    como su propia estructura poltico-religiosa, su santo patrn par-ticular y un ciclo ceremonial, tambin especfico; esto, entre otrascaractersticas que todava se mantienen y reproducen, como laposesin de una variante dialectal de la lengua india hablada y elportar una indumentaria igualmente caracterstica; todo lo cualremite a la comunidad como un referente definitivo.

    Esto significa una situacin potencialmente conflictiva ydelicada cuando varias comunidades forman parte de un mismomunicipio, lo que sucede frecuentemente en Chiapas. Por ejemplo,en la enorme extensin territorial del municipio de Ocosingocaben cientos de comunidades, como lo ha mostrado fehaciente-mente la conocida situacin de la selva lacandona, ahora en elprimer plano de la informacin periodstica. De entre las tradicio-nales, es decir de origen colonial, estn Sibac y San MartnAbasolo; hasta hace dos aos estaba tambin Cankuk, convertidaya en municipio libre. Astambin, Bachajn es una comunidadtzeltal dentro del municipio de Chiln, y no un paraje. En el caso

    de Aguacatenango, comunidad tzeltal situada dentro del munici-pio de Venustiano Carranza, se establece un contraste, pues en lacabecera municipal se asienta una comunidad tzotzil, la que desdemuchos aos desarrolla una lucha intensa contra los ladinos porla recuperacin de sus tierras comunales, sin que ello trastorne lapropia rutina con unitaria de los aguacatenangueros.

    Un caso diferente, que tambin acusa una complejidadnotable, es el de San Juan Chamula, comunidad tzotzil, que yadesde los tiempos de Ricardo Pozas haba rebasado su territorio

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    municipal, manteniendo la integridad de su estructura poltico-re-ligiosa, como lo muestra el propio Pozas en su monografa respec-

    tiva (Pozas, R., 1981). . , "En la actualidad la poblacin chamula se ha extendido haciadiferentes regiones de Chiapas, como es la zona selvtica, lastierras en torno a la presa de Malpaso y en la propia ciudad de SanCristbal de las Casas, manteniendo los nuevos asentamientos susnexos con la comunidad-madre y generando, evidentemente, pro-cesos originales en este esfuerzo por mantener su integridad social

    y tnica.Recapitulemos sealando que Alain Breton hace un estudiode comunidad, no de un paraje, en Bachajn; en tanto que H.Siverts (1969) Y A. Medina (1991), s ubican su descripcin en unparaje, Mesbilj, Oxchuc, y Kulaktik, Tenejapa, respectivamente;pero siempre teniendo a la comunidad como referente fundamen-tal de sus anlisis y generalizaciones. Por su parte, el proyecto dela Universidad de Harvard que oper por muchos aos en Zina-cantan realizara tambin numerosas investigaciones en parajesespecficos de dicha comunidad, aunque el trabajo clsico de F.Cancian tuvo que ubicarse necesariamente, en la cabecera muni-cipal, centro ceremonial comunitario por excelencia.

    Hay algo que me parece bsico para insistir sobre lasdiferencias de nfasis entre la antropologa mexicana y las otrasque han trabajado el tema del sistema de cargos en Mesoamrica.Existe un inters prctico y tcnico por parte de la poltica indige-nista para definir y entender el carcter de las relaciones de poder

    dentro de la poblacin india; es este inters el que mueve aGonzalo Aguirre Beltrn, en su texto clsico de 1953, Formas deGobierno Indgena, a reconocer las relaciones polticas vigentesen las regiones indias, y ms particularmente en las propiascomunidades. Apoyado en las slidas investigaciones etnogrfi-cas realizadas por el grupo de estudiosos de la ENAH y laUniversidad de Chicago en Chiapas, postulara la existencia detres ~st~u~turas polticas: el Gobierno de Principales, de origenprehlspanlco, el Ayuntamiento Regional, de origen colonial, y elAyuntamiento Constitucional, producto de la Revolucin Mexi-

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    II, .

    la dcada de los aos treinta; por el pasara lo ms destacado de laarqueologa norteamericana de la poca.

    Lo que est en el fondo de todas estas investigaciones es ladisputa por la hegemona del Caribe entre Inglaterra y los EstadosUnidos, luego que la primera desplazara a los espaoles desde elsiglo anterior, y cuyas secuelas se expresaran violentamente enel conflicto de la Costa Atlntica que habra de enfrentar elrgimen sandinista en Nicaragua en la dcada de los aos ochenta.

    Tras los pasos de Morley en Yucatn llegara Robert Red-field, antroplogo de la U. de Chicago que ejercera una poderosainfluencia en la antropologa de Estados Unidos y de Mxico. Dehecho el es el fundador de la perspectiva terica y metodolgicaque tiene como espacio fundamental a la comunidad. Redfieldinicia este estilo de trabajo con su investigacin en Tepoztln,Morelos, monografa publicada en 1930. Al orientar su caminohacia Yucatn se propona sustanciar su propuesta terica queexplica el proceso de cambio de la pequea comunidad rural a lagran ciudad, propuesta que es conocida en el argot de la antropo-loga como el Continuum Folk-Urbano.

    La investigacin de Redfield abarcara gran parte de ladcada de los aos treinta, extendindose a finales de ella aGuatemala v Chiapas. Quien jugara un papel decisivo en eldesarrollo de. este trabajo sera el antroplogo yucateco AlfonsoVilla Rojas, pronto en la posicin de brazo derecho de Redfielden el campo. Posteriormente, Villa Rojas se formara profesional-mente en los Estados Unidos, en donde asiste a las universidadesde Chicago y de Yale.

    En el desarrollo del proyecto en Yucatn Redfield y VillaRojas estudiaran primero la comunidad de Chan Kom, en la queVilla trabajaba originalmente como maestro rural y conoca bien;el resultado se muestra en una primera monografa etnogrfica.Luego Vi lIa Rojas trabajara entre los mayas rebeldes del entoncesterritorio de Quintana Roo, los cruzoob. En esta situacin es dondeaparecera toda la trama poltica y diplomtica a partir de laintencin de los cruzoob de enfrentar al gobierno mexicano, quetrataba de exterminarlos desde varias dcadas antes. Los rebeldes

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    cruzoob buscaban.e~ ~poyo de Inglate.rra y de Estados Unidos, yloraban la posIbIlIdad de conseguir armas, como ya antes loexp ti d I I .haban logrado, en di erentes momentos e a arga guerra etnoci-da que se iniciara en 1 ~~7. ..Toda esta situacin, de enorme complejidad y con muchos

    untos oscuros todava, involucrara a Villa Rojas, Redfield y~orley; como ahora se ha revelado, Morleyjugaba un papel deespionaje, o "inteligencia" como s~ dice con elegante ~nglicis~o,para el gobierno?e los Estados Unidos. To?o esto ha sido refe~ldoy planteado [nteligentemente por Paul Sullivan en un extraordina-rio libro, Conversaciones inconclusas (1991).

    Alfonso Villa Rojas estudia y traba amistad con los padres

    del funcionalismo britnico, A.R. Radcliffe-Brown y BronislawMalinowski, y conjuga tales influencias con la orientacin tericaque construye, a partir de su larga experiencia con Redfield. Otroantroplogo mexicano, Julio de la Fuente, sera discpulo deMalinowski en Ya le y real izara,junto con su maestro, una impor-tante investigacin en los mercados de Oaxaca (De la Fuente yMalinowski, B., ENAH). En la versin de esta obra en ingls,

    publicada en 1982 (Drucker-Brown, SJ, aparece una muy intere-sante fotografa en la que Malinowski y Villa Rojas estn sentados

    junto con autoridades zapotecas de alguna comunidad del valle deOaxaca; en otra foto, del mismo libro, se ve la figura espigada ysolitaria del joven De la Fuente, frente a unas vendedoras dealfarera.

    A. R. Radcliffe-Brown habra de ejercer una poderosainfluencia entre los estudiantes de la Universidad de Chicago,quienes fundaran una corriente que expresara claramente laperspectiva terica del funcionalismo, destacan entre ellos Morris

    OP.ler, Fred Eggan y Sol Tax, quienes realizaran sus respectivast~SIS doctorales bajo la direccin de su mentor britnico (vase ellibro publicado originalmente en 1937, Social anthropology o/NorthAmerican tribes, editado por Fred Eggan, donde aparecenlos resmenes de sus investigaciones).

    Sol Tax se incorporara al equipo de Redfield y desarrollarasu trabajo en Guatemala, donde escribira el clebre ensayo sobre

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    18.el sistema de cargos, publicando tambin un importante trabajo dantropologa econmica hecho en el pueblo de Panajachel (PennCapitalism) y muchos otros ensayos sobre la cultura de los indiosguatemaltecos. Villa Rojas tambin trabajara en Guatemala, penluego, por encargo de Redfield, y como parte del proyecto generalde la Smithsonian, habra de encaminarse a Chiapas (el reporte desu primer recorrido sera publicado en 1939). Aqu Villa Rojas yTax echan a andar un proyecto en el que estudiantes de la primerageneracin de la ENAH realizaran acuciosas investigaciones

    etnogrficas en varias comunidades de los Altos de Chiapas.Fernando Cmara trabajara en Mitontik, Zinacantan y Tenejapa,su tesis profesional sera un estudio comparativo del sistema decargos entre Tenejapa y Oxchuc, usando para ello los datosreunidos por Villa Rojas para esta ltima comunidad (Cmara, F.,1966).

    Villa Rojas establecera su centro de operaciones en Yo-chib, un paraje de Oxchuc muy cercano a otros parajes de Tenejapay Cankuk, todos ellos comunidades tzeltales; su estancia de 18meses producira un impresionante diario de campo (publicadorecientemente por el Instituto Chiapaneco de Cultura, 1992) delque abrevaran numerosos estudiosos en los aos subsecuentes,como Henning Siverts, Rosa Mara Lombarda y June Nash, entreotros. Los estudiantes eran exigidos por Tax y Villa Rojas parallevar un diario de campo meticuloso; Ricardo Pozas permanece-ra seis meses en Chamula, tiempo durante el cual redacta un diariode quinientas pginas mecanoescritas (Pozas, R., 1944).

    Uno de los primeros trabajos que se publican, como resul-tado de las investigaciones realizadas en los Altos de Chiapas, esel artculo de Villa Rojas sobre nahualismo y parentesco, apareci-do en la revista American Anthropologist en 1947, y en el que secontienen aportes fundamentales, no del todo atendidos por lasgeneraciones posteriores. Aqu se muestran ya los principios delllamado por Aguirre Beltrn "gobierno de principales". Lo quese propone en el artculo es la vigencia de un sistema de poderapoyado en la cosmovisin, la que es compartida y reconocida enla prctica de la brujera y cuya estructura bsica se apoya en las

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    I ciones de parentesco; a travs del nahualismo, pieza clave de~: ~osmovisin, se ap~nt.a a la definicin de las nociones lo~al~sde poder y se articula 1l1tlmamente. ~on el ~a~entesco y I~sp~1l1CI-pios que rigen la estructura poltco-religiosa comurutana, es

    decir al sistema de cargos., Quien reconocera de inmediato los vnculos estrechos en-tre nahualismo Y poder sera Aguirre Beltrn, pues en su citadolibro de 1953 retama las tesis de Villa Rojas y las incorpora a su

    propuesta mayor .en la q~e s~ distinguen las difere~tes instanciasy se privilegia la 1l1tegraClO11lsta, en detnmento obvio de lasotras.La propuesta es de tal trascendencia y originalidad que AguirreBeltrn no duda en generalizarla a toda la poblacin india mexi-cana, de tal suerte que en un libro publicado en 1954 (Caso, Al. yotros, Mtodos y resultados de la poltica indigenista en Mxico),en el que se describen las caractersticas generales de la poblacinindia mexicana, se define con precisin el sistema de cargos y seestablece lo que sera el modelo "clsico" para los programas dela poltica indigenista gubernamental. Para cuando se establece lateora de la estructura poltica de las comunidades indias en lasRegiones de Refugio (Aguirre Beltrn, G., 1967), se ha logradotal nivel de generalizacin y abstraccin que las huellas delreferente original prcticamente se han diluido.

    La tesis del nahualismo como va para entender las concep-ciones de poder en las comunidades indias, postulada por Villa

    Rojas, retorna a las discusiones actuales de la etnografa de M-xico va los resultados de dos investigadores que llegan a lasmismas conclusiones' por caminos diferentes; es decir, las carac-tersticas de la cosmovisin de los pueblos mesoamericanos sonreconocidas por Jacques Galinier a travs del estudio de losrituales curativos entre los otomes contemporneos, en tanto queAlfr~do Lpez Austin lo hace por medio de la mitologa; y esprecIsamente este ltimo autor quien abrira la discusin a partirde lo t .s erminos en que se ha definido al nahualismo, para luego1~~ paso a s~ importante descubrimiento sobre la

    cosmovisinopez Austin, A., Cuerpo humano e ideologa).

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    sociales, pero insensible a las especificidades y los matices queintroducen las cuestiones tnicas y culturales.

    La cosmovisin

    Analizar el sistema de cargos desde la cosmovisin nospermite acercamos ms a la especificidad tnica de las comunida-des indias que otras propuestas tericas; en el desarrollo de estaperspectiva que tan originalmente han elaborado Lpez Austin yGalinier tienen un un sitio importante las investigaciones chiapa-

    necas. En primer lugar los trabajos de Alfonso Villa Rojas, cuyosfundamentos elementales aparecen ya en su artculo de 1947. Sinembargo, el trabajo que fundara esta temtica en Mxico sera elde Calixta Guiteras (1965), que profundiza en la visin del mundode un dirigente tradicional tzotzil, un hombre con una ampliaexperiencia en los sistemas de poder comunales; aparecen enton-ces diversas nociones que tienen que ver con la especificidad delos sistemas polticos en las comunidades indias de los Altos deChiapas.

    La orientacin del trabajo de Calixta Guiteras, tambin dela primera generacin de estudiantes de la ENAH que estuvieraen Chiapas, aunque con una experiencia acadmica y politicaprevia en su pas de origen, Cuba, procedera de R. Redfield, quienimpactado por el libro de Marcel Griaule, en que un filsofodogon, en frica, hace una descripcin sistemtica de la visin delmundo nativa, se propone realizar una investigacin semejante enMesoamrica; para ello enva a tres estudiantes (c. Guiteras, M.Mendelssonh y Ch. Leslie) a realizar el trabajo sobre la visin delmundo de sendas comunidades indias. De los tres trabajos el mejorlogrado sera indudablemente el de Calixta Guiteras; en l subyacedeterminantemente el papel del nahualismo, pues est en la basede una de las categoras centrales para la cosmovisin, la depersona.

    En esta misma lnea se situaran las investigaciones deEsther Hermitte, de la Universidad de Chicago, en la comunidadtzeltal de Pinola, tambin en los Altos de Chiapas. Hermitte,

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    yada en los descubrimientos de Guiteras, sigue la pista de las~P~estigaciones Y las propuestas de Villa Rojas, para lograr un10 1 fu de Ia cosmovi "trabajo esplndido sobre a erza e a cosmovisron en unaomunidad en la que ya no ex}ste cabalmente el sistema de cargos,

    ~ero cuyas funciones de control social son ejercidas puntualmentea travs del curanderismo y la experiencia onrica.

    El concepto de cosmovisin nos resulta fundamental paraaproximamos a la d~fi~icin de las relaci?nes polticas vigentesen las comunidades indias; a esto nos refenmos cuando pregunta-mos si los sistemas poltico-religiosos de las comunidades indias

    son democrticos. Una primera reaccin desde la perspectiva queve con simpata la cultura de las comunidades indias, no exenta deromanticismo, podra afirmar la vigencia de formas democrticas;pero, en sentido estricto, el problema posee una complejidad querebasa cualquier afirmacin simplista, como se advierte, por ejem-plo, en las implicaciones derivadas del caciquismo, tan frecuenteen las regiones intertnicas, y como se aprecia muy cercana yvvidamente en los conflictos poltico-religiosos que se presentanen San Juan Chamula, en los Altos de Chiapas. Aqu se plantea unconflicto a partir de una decisin asumida colectivamente deexpulsar de la comunidad a los creyentes de las iglesias protestan-tes. Es una lnea poltica consensada y respaldada por el conjuntode la comunidad; esto puede parecer democrtico si atendemos ala base social de la decisin, pero tambin puede verse como unaaccin de carcter desptico y autoritario, e incluso ilegal si nosatenemos a las disposiciones sobre la libertad de cultos, en el pas.

    La cuestin no es fcil de dilucidar sin entrar en definiciones

    tericas, a lo que por cierto no han sido muy aficionados aquellosque han hecho investigaciones sobre el sistema de cargos, sobretodo porque no se sitan los anlisis en el marco de los procesospolticos nacionales. Es decir, esto tiene mucho que ver con laantropologa poltica; desafortunadamente los especialistas deeste campo no han descubierto todava al sistema de cargos, porlo que el trabajo terico en esta direccin es una tarea situada enel futuro.

    Hay una propuesta que me parece fundamental y digna de

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    continuarse, la que hace Saul Milln al estudiar las jerarquascvico-religiosas en el sur de Oaxaca desde una perspectiva orto-doxamente estructuralista, atribuyendo a la lgica que rige laorganizacin del ciclo festivo y ceremonial una funcin bsica-mente ordenadora. Es decir, los principios que guan la organiza-cin del sistema de cargos expresan aquellos otros, de mayorgeneralidad, por los que se ordena la experiencia total. La cuestinno me parece desencaminada del todo si recordamos ejemploscomo los de la rebelin Zendal de 1712 y la tzotzil de 1867 en

    Chiapas, las cuales se organizaran y expandiran siguiendo losprincipios vigentes en el sistema de cargos. Es decir, ambasrebeliones se expresaran en las formas de culto a las propiasimgenes y en la estructura poltico-religiosa desarrollada a partirde las instituciones comunitarias.

    Las huellas del cristianismo medieval

    Me resulta en extremo chocante afirmar que el sistema decargos es un fenmeno que se encuentra en todas partes delmundo; me parece un abuso sostenido por un primitivo positivis-mo que despoja de su especificidad histrica a este tan rico ysugerente campo de reflexin terica. De hecho, los sistemas decargos son el resultado de la conjuncin y sntesis del cristianismomedieval, que nos trajeron colonos y conquistadores espaoles,con las diversas expresiones religiosas de los pueblos mesoarne-ricanos. Como lo muestran los eruditos trabajos de Fernando

    Horcasitas y Luis Weckman, buena parte de las manifestacionesculturales de las poblaciones indias contemporneas. que toma-mos como caractersticas y distintivas, tienen su origen en lacultura traida por los europeos; aunquejusto es reconocer que sien trminos formales es evidente la filiacin medieval de laparafernalia poltico-religiosa, los significados que tiene para laspropias poblaciones muestran esa sntesis con lo mesoamericanoque finalmente, le dotan de su propia historicidad.

    Lo cierto es que el parecido entre las expresiones culturalesrelativas a los sistemas de cargos en varias partes del mundo tiene

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    e ver con la expansin imperial espaola y el carcter deldo minio establecido en los pueblos sujetos. Sin embargo, comobfen lo apunta Darcy Riberio (197~), entre otros, la adopcin yefuncionalizacin de estas influencias culturales habran de estar

    :ignadas por el grado de complejidad ,social y cultu~al alc~nzadopor las poblaciones rec~ptoras. Y aq~1 de~ta,:a la existencra ?~ !oque Ribeiro lla.ma los pueblos testimonto ,donde .Ia trad!cloncultural india Impone su densa huella en las manifestacionesculturales nacionales. No es circunstancial, entonces, las semejan-zas de la experiencia entre los pueblos de las regiones andina ymesomericana; es un hecho histrico, no una ley universal.

    En cambio, la situacin es diferente en las poblaciones delas regiones selvticas y semidesrticas, donde la agricultura esprecaria o simplemente no es posible. En el caso de Mxico talespoblaciones, llamadas genricamente chichimecas, en el sigloXVI, son prcticamente exterminadas. Aquellas sobrevivientespasaran por un intenso proceso de mesoamerican izacin inducidopor los frailesjesuitas y franciscanos principalmente. Tarahuma-ras, yaquis y mayos, por ejemplo, se convertiran en pueblos conmayor dependencia de la agricultura y crearan susjerarquaspoltico-religiosas comunitarias bajo la gua de los religiosos.Atribuirles ahora un carcter "tribal" es caer en un primitivoeurocentrismo que oculta sus particularidades histricas y cultu-rales. Desde hace varios aos M. Godelier ha indicado la polisemiadel concepto de "tribu", as como su pesada carga evolucionista,y con ella el etnocentrismo europeo. El trmino debera guardarse

    en los viejos manuales de los etngrafos colonialistas y no usarsems, son pena de oscurecer y contaminar una situacin contem-pornea rica por su originalidad.

    La reflexin india sobre el sistema de cargos

    En esta visin amplia, y ciertamente un tanto superficial, nopodemos dejar de mencionar, estemos o no de acuerdo con ello,las interpretaciones que sobre el sistema de cargos han hecho laspropias comunidades indias, en la voz de antroplgos y estudiosos

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    nacidos en su seno, los que han establecido una perspectiva Consu propia distintividad.

    Esto ha sucedido principalmente en comunidades indias deOaxaca, en el marco de una larga e intensa lucha agraria, en unprincipio, y en el posterior movimiento por la reivindicacin delos derechos a sus diferencias culturales y lingsticas. La teoradesarrollada destaca a la comunalidad como el principio bsico dela identidad tnica de los pueblos indios, lo cual se expresa en dosespacios propios del sistema de cargos: el gobierno comunitario y

    la fiesta, o disfrute, comunal. Los que junto con el trabajo y conla tenencia de 'la tierra comunales constituyen los pilares de laexperiencia cultural de las comunidades indias.

    Este movimiento, que tiene implicaciones tanto polticascomo tericas, cuenta con representantes entre las comunidadesmixes y zapotecas del Istmo de Tehuantepec, entre las chatinas,de la Sierra del Sur, mixes de la sierra, y entre los zapotecos de laSierra de Jurez. Entre los dirigentes que han hecho propuestasespecficas estn Marcelino Domnguez. Floriberto Daz, TomsCruz Lorenzo y Victor de la Cruz. Aqu tenemos una perspectivadistinta, "emic", que indudablemente enriquece la discusin y nodebe dejarse de lado.

    Comentario ltimo

    La amplitud y complejidad del campo terico del sistemade cargos queda mostrado ms que elocuentemente con la amplia

    bibliografa que acompaa a esta antologa, as como por ladiversidad de las cuestiones abordadas por los notables autoresque han tratado el tema. Es evidente, as mismo, que el estudiosode la sociedad y la historia mesoamericanas no puede dejar deremitirse en sus observaciones, reflexiones y generalizaciones, alespacio terico del sistema de cargos. Esto significa, tambin, queuna revisin somera de la sucesin de monografas, propuestastericas y polmicas nos acerca a la historia de la antropologadesde una perspectiva inusitada.

    As pues, al poner a disposicin del investigador y del

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    tudioso una bien pensada antologa de textos, una amplia biblio-;afa y diversos c?,me~tar.ios y. reflexiones del compilador, ~ehace una contribuclOn significativa al campo de la antropologamexicana, pues destaca esa compleja trama en la que se entretejendatos etnogrficos Y reflexiones tericas, mtodos, tcnicas ymateriales de campo, desde un eje temtico particular. Con ello sedestaca la importancia de un rea de la antropologa que haba sidodescuidada por los estudiosos mexicanos de la etnografa. Con laantologa recuperamos un amplio panorama configurado con lostrabajos de antroplogos de las ms diversas nacionalidades quehan trabajado en Mxico y con quienes necesitamos entablar unsustancioso dilogo que nos actualice y nos permita construirnuestra propia perspectiva, as como plantear problemas e inves-tigaciones nuevas, que contribuyan a enriquecer la discusinterica; y con ello a mirar con ojos nuevos la realidad que nosrodea y poder incidir en ella con conocimiento de causa.

    La antologa tiene sus virtudes y sus defectos, de eso nocabe duda, pero con todo, llena un hueco en el material didcticopara los estudiantes de antropologa, y funda un estilo editorialque debe seguirse para otras temticas de actualidad en la antro-pologa mexicana contempornea.

    Andrs Medina. Instituto de Investigaciones AntropolgicasUNAM

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    Bibliografa

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    28.29.

    INTRODUCCIN AL SISTEMA DE CARGOS

    El objetivo de esta antologa es presentar sistemticamentea la institucin social y cultural que ha sido nombrada de diferentesmaneras: "el sistema de fiestas", "el sistema de cargos", "elsistema de vara", "el sistema de escalafn", "lajerarqua polti-

    liziosa" ' 1ea-re igiosa y otros mas.A partir de la primera descripcin antro po lgica de esta

    institucin, realizada en 1937,2 el sistema de cargos "ha recibidola atencin de casi todos los etngrafos que han trabajado en estaregin",3 Y el inters que dicha institucin ha provocado a losantroplogos ha venido cambiando radicalmente la situacin:desde su virtual inexistencia antropolgica, antes de 1937, hastallegar a ser considerada como "la institucin poltico-religiosacaracterstica en las comunidades indgenas de Mesoarnrica","comparable con los fenmenos del sistema de castas en la India,el potlatch entre los indgenas de la Costa Pacfica de Canad, lossistemas de parentesco unilineal en las sociedades africanas, etc-tera.

    Nadie expresa mejor que Manning Nash la opinin generalde los antroplogos, en lo que a la importancia del sistema decargos se refiere: "La jerarqua es, prcticamente, toda la estruc-tura social del municipio. Al nivel ms general de integracinsocial, esta institucin representa para los indios lo mismo que elparentesco para las sociedades africanas y el sistema de clasessociales para las sociedades ladinas"."

    En las primeras descripciones se ha considerado al sistemad: cargos como una institucin religiosa. Tal es el caso de unnumero de tempranas monografas de Guatemala realizadas por

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    33.Todos estos estudios se colocan en el marco del municipio,

    lo que nos deja con tres incoherencias, dos en el espacio y una enel tiempo.

    El monopolio del municipio ha excluido, casi por completo,la posibilidad de hacer estudios regionales; es verdad que existenalgunos estudios regionalesgpero casi nunca dirigen su atencinhacia el sistema de cargos.2 Las pocas excepciones que verdade-ramente se pueden clasificar como estudios regionales y que ledan al sistema de cargos su merecida importancia, son el estudiode Waldemar Smith de los Altos de Guatemala, los estudios deRobert Wasserstrom y de Henri Favre de los Altos de Chiapas yfinalmente, el estudio de Daniele Dehouve de Guerrero.3D

    Hacia el interior de la unidad del municipio sucede exacta-mente lo mismo: el monopolio del municipio como unidad deestudio elimina casi totalmente la posibilidad de estudiar la unidadmenor de las comunidades indgenas: el paraje. Si nos quedamosen Chiapas es verdad que existen tambin estudios del sistema decargos que se basan en el paraje como unidad y no el municipio,pero tambin ellos son tan contados como para confirmar lo dichoms que para sembrar dudas. De Chiapas se pueden citar el estudiode Henning Siverts de Cankuk que pertenece al municipio deOxchuk y tambin al estudio de Alain Breton de Bachajn, parajeque pertenece al municipio de Chiln, as como el estudio deRobert C. Harman de Yoxchib, paraje tambin de Oxchuk.31 Esteproblema cobra dimensiones cuando se tiene en mente que en elcaso de Zinacantn -donde se llev a cabo la investigacin deFrank Cancian- que se limit a tratar la cabecera de este municipio-por lo menos dos de los parajes han llegado a ser socioeconrni-camente ms importantes que la cabecera. Y sin embargo, no

    recibe prcticamente ninguna atencin por parte de Frank Can-cian.32

    Finalmente, una complicacin que tambin proviene de laobsesin por el municipio, pero que ms pertenece al tiempo queal espacio.

    Es bien conocido que una de las principales ganancias de larevolucin mexicana fue exactamente el "municipio libre", y en

    36

    mi experiencia esta unidad es el centro de un nuevo proceso deacumulacin de capital y est llena de vitalidad y movilidad. Perosuceden las cosas ms increbles en trminos de distorsin deperspectiva cuando esta unidad, dinmica y de reciente origen, secombina con una de las principales tendencias de la antropologaculturalista: la negacin de la perspectiva histrica;33 si volvemosa Zinacantn y al estudio que ah hizo Frank Cancian, es ilustrativoque l no toca el aspecto histrico del sistema de cargos enZinacantn, a pesar de tener bastantes datos a su disposicin en unexcelente artculo de Zabala Cubillas.34y salta todava ms a lavista cuando escuchamos las palabras de Evon Z. Vogt, directordel Proyecto Harvard en Chiapas y, tambin, director de la tesisde Frank Cancian: "es probable que las tres zonas contiguas del

    Petn, los chuchumatanes y los Altos de Chiapas estn histrica-mente en una estrecha relacin y que constituyan, tal vez, unaregin crucial para comprender la cultura maya en su formarelativamente inalterada en diversos niveles temporales".35

    Cabria tal vez una observacin marginal pero interesante.El artculo de Sol Tax inicia un nuevo perodo de investigacinantropolgica, la ya mencionada industrializacin de la antropolo-ga en Mxico o, en lo que se refiere especficamente al tema deesta antologa, la etapa antropolgica del estudio del sistema decargos.36 Uno de los principales sntomas de este cambio de etapa,es la introduccin del sistema de cargos como el objeto de estudiopredilecto de los antroplogos, y el abandono del fenmeno quehasta entonces haba sido el objeto preferido: el extico "nahua-lismo".37 El nahualismo, que es un fenmeno que se relacionaprincipal o exclusivamente con el sistema de creencia y cosmo-loga, se presta perfectamente al enfoque de la antropologa cul-tural en los EE.UU. mientras que el sistema de cargos se asemeja

    mucho ms a una estructura o, ms an, a una estructura social ycomo tal se presta mejor al enfoque de la antropologa socialbritnica. Creo que sera posible documentar la ntima relacinentre la nueva preferencia por el sistema de cargos, y el abandonodel nahualismo, por parte de los antroplogos mesoamericanos, ylos efectos de la enseanza de Radcliffe-Brown en la Universidad

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    34.35.

    de Chicago en los mismos aos y, tal vez, la influencia de Mali-nowski a travs de su ctedra en la Universidad de Yale. Se sabeque Sol Tax, el inventor antropolgico del sistema de cargos y elmaestro de una buena parte de los primeros antroplogos me-xicanos, haba escuchado las conferencias de Radcliffe-Brown enla Universidad de Chicago.38

    El siguiente artculo, "Organizacin religiosa y poltica enMesoamrica" de Fernando Cmara Barbachano de 1952, esrealmente el primer anlisis comparativo del sistema de cargos yes, por un nmero de razones, un trabajo extremadamente impor-tante.

    El artculo de Fernando Cmara apunta al mismo tiempohacia atrs, marcando que el proceso de desarrollo de un consensodescriptivo era ya terminado --en 1949, cuando fue escrito elartculo, ya se haba cristalizado la imagen del tpico sistema decargos-y apunta hacia adelante marcando el inicio del largo ypesado proceso de creacin de un consenso explicativo- la cris-talizacin del "paradigma de cargos"; con el artculo de Fernando' l l nri h . di 39amara tenemos rea mente e primer paso acia este para igrna.El objetivo manifiesto del artculo es, en las palabras del Dr.C-mara, "describir, clasificar e interpretar la estructura y la funcinde la organizacin religiosa y poltica en un nmero de comuni-dades mesoamericanas", y eso "con el fin de descubrir caracte-rsticas y diferencias significativas". Ms no se puede pedir a laantropologa mesoamericana; para empezar, por lo menos.

    El artculo rene datos empricos de 32 comunidades enMxico, Guatemala y Belize, en cinco de las cuales el Dr.Cmarahaba hecho trabajo de campo. Es preciso mencionar un detalle

    importante e impresionante: "en el trabajo se consideran tanto acomunidades indgenas como a comunidades no indgenas". Undetalle importante, lcido y notable en una regin donde el exo-tismo se ha vuelto el orden del da y donde los estudios dedicadosa la cultura no indgena son contados.40

    Aumenta notablemente el valor del artculo la discusin quele sigue y donde participan, entre otros: Sol Tax, Melvin Tumin,Ralph Beals, Charles Wisdom, Nathan Whetten, Benjamn Paul,

    38

    Alfonso Villa Rojas, Calixta Guiteras Holmes, Julio de la Fuentey Paul Kelly. Prcticamente, todos los antroplogos importantesde esta regin en aquellos das.

    El Dr.Cmara presenta con mucha claridad su punto departida terico: "supongo la existencia de tres niveles culturales:precolombino, europeo y contemporneo", y "adems hago usode un concepto que postula una modificacin constante de laestructura, del contenido y del sentido de la organizacin, desdeun tipo que es primitivo, tradicional, antiguo, rural o folk haciaotro tipo que es contemporneo, moderno y semiurbano".

    y la declaracin central que nos permite relacionar este

    proceso social y cultural con el sistema de cargos: "mi hiptesisde trabajo postula que es posible clasificar e interpretar las carac-tersticas religiosas y polticas de tal manera que podamos distin-guir dos tipos ideales que denominar organizacin centrpeta yorganizacin centrfuga". Es evidente que el sistema de cargospertenece exclusivamente a las sociedades con organizacin cen-trpeta, es decir a las comunidades tradicionales.

    Falta solamente mencionar, lo que en mi opinin es el puntodbil de toda esta construccin terica, lo que podemos llamar "elmotor" de este proceso de desarrollo y modificacin social ycultural; el Dr. Cmara define el origen de este proceso y su fuentede energa con seis palabras: "debido al contacto con la ciudad".

    Con los dos siguientes trabajos, "Las relaciones polticasen Guatemala" de Manning Nash y "La organizacin social de lascomunidades en Mesoamrica" de Eric Wolf, ya nos encontramosslidamente en el proceso de desarrollo del consenso explicativo,un proceso que cubre los aos entre 1950 y 1960, aproximadamen-

    te. Los dos trabajos mencionados son de 1958 y 1959 respectiva-mente.

    Los dos trabajos representan probablemente las dos expre-siones ms exactas del modelo que he llamado "el paradigma decargos" y que se presenta con ms detalles-en la ltima lectura dela antologa.

    39

    C

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    36.37.

    Pero es sumamente interesante, al mismo tiempo, comparara los dos antroplogos -a Manning Nash y a Eric Wolf- ya sutrayectoria antropolgica. Juzgando exclusivamente con base enlas dos lecturas aqu presentadas, son casi idnticos en su concep-cin del mundo indgena, de la comunidad indgena, del sistemade cargos y del proceso social. En el desarrollo del estudio antro-po lgico del sistema de cargos eran los dos investigadores yautores ms importantes. Pero detrs de estas similitudes se es-conden unas diferencias muy hondas que separan a los dos.

    Manning Nash vena de participar en un simposio bajo ladireccin de Richard N .Adams -un simposio que hoy casi nuncase menciona- dedicado al estudio del cambio poltico en las

    comunidades indgenas en Guatemala, auspiciado por la Univer-sidad de Tulane en New Orleans y sus resultados publicados porla misma universidad en 1957.41 El grupo de cientficos alrededorde R.N.Adams contemplaron dos niveles de cambio poltico -lospodemos razonablemente llamar el nivel "micro" y el nivel "ma-cro". El nivel micro es directamente relevante en este contexto,ya que la conclusin principal del simposio a este nivel fue que"el sistema de cargos es la principal institucin que se interponeentre las comunidades y la modernizacin". El nivel macro, que"""' en la introduccin de R.N.Adams se presenta como "la expansinde la civilizacin" coincide con el dramtico cambio de gobiernoen Guatemala en 1954. En esta ocasin fue aniquilado el nicogobierno democrtico que jams ha tenido Guatemala en su his-toria -los diez aos bajo los gobiernos populares de Juan JosArreola y Jacobo Arbenz- y se instal un gobierno militar detteres. Este cambio de gobierno tena dos lados de relevancia aqu.Por un lado, un aspecto prctico y poltico, la instalacin del nuevo

    gobierno: el coronel Castilla Armas fue convenientemente trans-portado de Honduras a Guatemala, para tomar posesin de sunuevo oficio, a bordo del avin particular del Sr.Peurefeux, elembajador de los EE.UU. en Guatemala. En este contexto cobraimportancia la antropologa social en general y el simposio sobreel cambio poltico en las comunidades indgenas en Guatemala enparticular: nadie conoce mejor que los antroplogos la estructura

    40

    y la situacin polticas en las comunidades indgenas y nadienecesita ms que un gobierno impuesto este conocimiento paraejercer su dominio. Con el simposio aqu mencionado proporcio-naron los antroplogos el mejor conocimiento en existencia acercade la estructura poltica de las comunidades indgenas en Guate-mala, entregndolo al gobierno de los EE.UU. y al nuevo "gobier-no" de Guatemala, justificando as las becas que habanfinanciado sus investigaciones".42 Y por otro lado, un aspectoideolgico: aqu es tambin de primera importancia que el simpo-sio dirigido por R.N. Adams, donde particip Manning Nash consu granito de arena, relacionaba sistemticamente el postuladoproceso de aculturacin, la penetracin del sistema de cargos en

    las comunidades indgenas en Guatemala y "la expansin de lacivilizacin occidental".43

    Por su parte Eric Wolfhaba formulado en los mismos aossu concepto de "c1osed corporate peasant community" ("comu-nidad cerrada corporativa de campesinos") en dos importantesartculos de 1955 y 1957, pero en toda su produccin cientficaEric Wolf ha insistido en relacionar conscientemente el nivelmiope ("micro"), que es la especialidad y la fuerza de la antropo-loga, con el nivel nacional y mundial ("macro"), y en estarelacin mantener un nivel de conciencia tica.44 En efecto, ellibro de donde proviene la lectura de Eric Wolf que se presentaaqu describe el desarrollo histrico (y prehistrico) de toda laregin de Mesoamrica, y otros libros suyos han tratado tambinfenmenos anivel "macro".45 No es una coincidencia que EricWolf fue uno de los (relativamente pocos) antroplogos nortea-mericanos que levantaron la voz contra la participacin de losantroplogos en la guerra de Vietnam.46

    Acerca de Manning Nash y Eric Wolf, slo dos comentariosfinales. Primero, que el trabajo de Manning Nash que aqu sepresenta es ms amplio de lo que indica su ttulo: no se limita deninguna manera a tratar las relaciones polticas en las comunida-des de Guatemala; es ms bien una presentacin global del sistemade cargos como la vrtebra de la comunidad indgena y es comotal que se incluye en esta antologa. Y segundo, que los trabajos

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    '"

    de Manning Nash y Eric Wolf aqu presentados merecen ser ledosen conjunto con sus dems trabajos. De esta manera se extenderManning Nash hacia la antropologa econmica formalista, decarcter deductivo, abstracto y ahistrico, mientras que Eric Wolfse extender hacia el anlisis materialista histrico y, en su ltimolibro, se acerca mucho a las posiciones de Immanuel Wallerstein

    47y su escuela.El artculo "Organizacin poltica y religiosa" de Frank

    Cancian, que apareci en 1967 como un captulo del tomo sobreantropologa social delHandbook 01 Middle American Indians

    ser para una buena parte de los antroplogos que se han formadoen un ambiente anglosajn el primer contacto con el sistema decargos; en efecto, creo que es por excelencia la descripcin auto-rizada de esta institucin como la perciben los antroplogos. Elartculo es al mismo tiempo crtico y conservador.48

    En su presentacin inicial de la tradicin antropolgicaFrank Cancian ofrece una genealoga antropolgica del sistemade cargos que coincide notablemente con la presente antologa:menciona a Sol Tax, a Fernando Cmara, a Eric Wolfy a ManningNash. Agrega a Pedro Carrasco y a Evon Z.Vogt por haberformulado ideas acerca de la trayectoria histrica del sistema decargos, slo para notar que l se interesa exclusivamente por laforma actual del sistema de cargos.

    Menciona tres problemas que le interesan y que se discutanen su artculo: primero, la forma general del sistema de cargos encomunidades conservadoras; segundo, las interpretaciones de lafuncin del sistema de cargos' o, en la terminologa de Frank

    Cancian, "las consecuencias" de ste; y tercero, el colapso delsistema de cargos tradicional y los cambios inevitables como lascomunidades indgenas sern integradas en las culturas nacionalesde Mxico y Guatemala.49

    En su presentacin de la forma tpica del sistema de cargosFrank Cancian confirma una vez ms que el consenso descriptivoes ya un hecho: con base en las descripciones monogrficas deocho comunidades y de sus sistemas de cargos se hace un intento,utilizando 53 variables seleccionadas ("rasgos"), de definir la,

    42

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    ormaelpicoistemaeargosde lasariacines.Y

    FrankCancia

    ealmete noograacernaipologde

    istemadeargosasndse enos 53asgosquerovienn de

    omuniadesuich,arasco,apotec,zotzil,

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    religiosas,el

    mododereclutami

    entoalsistemadecargosylos

    . l dif . ) Iro es que contienen os I erentes sistemas.En su discusin de las funciones del sistema de cargos -que

    Cancian, en su intento por modernizar el funcionalismo, rebautizacomo "consecuencias" - parte de la distincin mertoniana entre"funciones manifiestas" y "funciones latentes", pero nunca lograestablecer una relacin sistemtica entre las dos clases de funcio-nes.52 Plantea, en el dominio de las funciones latentes, la exis-tencia de dos interpretaciones que en cierta medida son incompa-tibles: "el complejo egalitario" y "el complejo estratificador",hoy seguramente se habra hablado de paradigmas.53 El complejoegalitario interpreta el sistema de cargos como "un mecanismonivelador" que prohbe que se desarrollen grandes diferencias deriqueza dentro de la comunidad. La interpretacin alternativa, queniega la efectividad del sistema de cargos como un mecanismonivelador incluye la documentacin del error de los niveladores:

    las cifras de los mismos partidarios de la interpretacin niveladoracomprueban su error. L~ gran contribucin de Cancian al estudiodel sistema de cargos es haber documentado que esta institucinno nivela y no borra las diferencias de riqueza en la comunidad. 54

    Finalmente, discute Frank Cancian "el colapso del sistemade cargos", evento en su opinin, inevitable. La posicin generalde Cancian es una versin de la teora de aculturacin: original-mente tenemos una comunidad indgena pura y tradicional, queposee un sistema de cargos tradicional. A travs del tiempo seexpone esta comunidad a los embates de la modernizacin, alprincipio defendiendo exitosamente su sistema de cargos, peroinevitablemente sucumbe al final. Frank Cancian discute en laltima parte de su artculo los factores que, segn l, son los mspoderosos causantes de este suceso; los tres factores son: la

    43

    I

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    ladinizacin, la intervencin poltica directa por parte del Estadoy el crecimiento demogrfico.V

    En mi opinin, el trabajo de Frank Cancian es uno de losms importantes sobre el sistema de cargos que se haya escritodurante los 50 aos del estudio antropolgico de esta institucin,

    de 1937 hasta hoy. Con eso no quiero decir que Cancian hayalogrado corregir los malentendidos y los errores en la interpreta-cin del sistema de cargos, al contrario, podemos decir que Can-cian logra repetir los errores y cometerlos a un nivel cientfico demayor sofisticacin y logra basar sus interpretaciones en cifrasslidas que permiten una discusin cientfica de su interpreta-

    '. 56cron.

    La siguiente lectura, "Procesos de decisin en la cultura:un anlisis de programacin lineal" de Ira Buchler & R.MichaelMcKinlay, es muy diferente al artculo de Frank Cancian, y sinembargo los separan tan slo una diferencia de dos aos. FrankCancian se opone explcitamente al enfoque que "generaliza

    acerca de la estructura social sobre la base de un anlisis intensivode unos pocos casos cruciales y que, por consiguiente, tiene pocainformacin sobre la verdadera proporcin que sigue un esquemaen particular cualquiera" y "al enfoque que generaliza sobre laestructura social con base en informacin respecto de normas yque, por lo tanto, prcticamente no contiene informacin acercade lo que la gente hace en la realidad"."? En el trabajo de IraBuchler & Michael McKinlay encontramos al mismo tiempo unejemplo de las dos orientaciones que rechaza Frank Cancian: "losprincipios de movilidad son la preocupacin central de este docu-mento", dicen los autores descartando as, por un lado, lo queCancian llamara "la realidad" y, por otro lado, lo que sera "larealidad global" o "colectiva". Lo que les interesa a los autoreses, aclaran en seguida, "los procesos de decisin que determinan

    . 1 ,,58os cargos ceremonia es .Tanto como Frank Cancian es hijo legtimo de Emile Dur-kheim, en su orientacin totalizadora y realista, Ira Buchler &Michael McKinlay realizan la alianza estratgica entre AdamSmith -con su fe en la mano invisible que arreglara los problemas

    1

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    lobales si slo cada individuo se dedica a arreglar sus propiosroblemas- y de Max Weber que nos recomienda buscar la materiarima del proceso histrico en lo que l llama "la accin social",ue se encuentra a nivel de individuo y a nivel de conciencia,

    manifestndose en la toma de decisiones racionales.,,9Es tal vez relevante, mencionar que este trabajo es el nico

    n la antologa que viola el principio establecido de incluir sola-mente trabajos que tratan globalmente al sistema de cargos sin darreferencia a su aspecto econmico, poltico o religioso; es evi-ente que el artculo de Ira Buchler & McKinlay se dedica casi

    xclusivamente al estudio del aspecto econmico del sistema deargos, excluyendo prcticamente por completo cualquier aten-in a los aspectos poltico y religioso. Pero es verdad tambin -yso es la justificacin para incluir el artculo en esta antologa, yo en otra planeada donde se reunirn trabajos sobre la antropo-oga econmica del sistema de cargos- que el trabajo se inscribeotundamente en la tradicin formalista de la antropologa econ-

    mica y en consecuencia define la economa como un procesoormal de toma de decisiones abstractas, vacas de contenidooncreto e histrico. Esta definicin universaliza realmente eloncepto de economa a abarcar cualquier fenmeno y cualquiersfera de problemas.P''

    El trabajo como tal es una contribucin a la discusin acercae la posibilidad de formalizar y cuantificar las ciencias sociales,s decir, que nos encontramos en el extremo de la discusin acercae la aplicabilidad y la universalidad del mtodo comparativo enas ciencias sociales, y del carcter de la racionalidad en la activi-

    . 1 1 .. . 1 61socra y en as CIenCIaS SOCIa es.a tercera parte de la antologa contiene solamente una

    ectura, el artculo "El paradigma de cargos". Este trabajo esealmente un intento por presentar el desarrollo del consensoxplicativo en el estudio antropolgico del sistema de cargos:mo se convirti el estudio del sistema de cargos en una cienciaormal, desarrollando su propio paradigma.

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    El trabajo se basa en las obras analticas y comparativas msimportantes que han sido publicadas entre 1937 Y hoy, un total de11 autores. Siguiendo una tradicin antropolgica que es tan gene-ral y antigua como cuestionable se divide el paradigma de cargosen tres aspectos: la reputacin econmica del sistema de cargos,su reputacin poltica y su reputacin ideolgica y religiosa.

    Terminando de esta manera con lo explicativo, despus deiniciar el trabajo con articulos que discuten el aspecto descriptivodel objeto de estudio del sistema de cargos, hemos seguido elconsejo de Alfonso Caso: "en estas ciencias, como en todas, las

    descripciones deben preceder a las generalizaciones, las grafasdeben ser anteriores a las logas".62

    Sin embargo, falta un comentario importante que se prestafcilmente a malas interpretaciones. La primera impresin que daesta antologa es que es simplemente una coleccin de artculosescritos por extranjeros sobre una institucin indgena de Mxico(y Guatemala, Belize, Honduras, etc.). De los siete artculos queconforman la parte central de la antologa, seis son productos deantroplogos norteamericanos (Sol Tax, Manning Nash, EricWolf, Frank Cancian, Ira Buchler & Michael McKinley), mientrasque la ciudadana del sptimo es dudosa ya que, no obstante quesu autor es mexicano, hasta su publicacin en esta antologa sloha sido publicado en ingls.63Y para colmo, la introduccin y lostres artculos que faltan en nuestra cuenta son escritos por un

    '1 ~,64antropo ogo uanes.La conclusin casi inescapable de esta observacin sera

    que el sistema de cargos -la institucin ms importante en el

    ambiente antropolgico de Mesoamrica- es solamente estudiadopor los antroplogos extranjeros y no despierta la curiosidad delos antroplogos mexicanos. Una versin alternativa de esta inter-pretacin, con un nfasis ligeramente diferente, sera que la impor-tancia de esta institucin es solamente un producto de laimaginacin y especulacin de los antroplogos extranjeros y quelos antroplogos mexicanos han logrado evaluarla correctamentey no atribuirle una importancia exagerada.

    46

    Creo que estas interpretaciones seran al mismo tiempo unadistorsin y una simplificacin de la realidad. La verdad es almismo tiempo mucho ms interesante y ms preocupante.

    En primer lugar, no es cierto que no existan descripcionese interpretaciones del sistema de cargos hechas por antroplogosmexicanos. En cantidad no pueden competir con los trabajos deantroplogos extranjeros, pero s en importancia. La contribucinms notable al estudio del sistema de cargos hecha por un antro-plogo mexicano es, en mi opinin, el trabajo de Gonzalo AguirreBeltrn, tanto su obra mximaRegiones de refugio.65Y GonzaloAguirre Beltrn, tanto su Formas de gobierno indgena es uno de

    los antroplogos ms importantes en Mxico: durante el sexeniode Lpez Portillo fue l quien defini la orientacin del indigenis-mo en Mxico, en su cualidad de dirtector general del InstitutoNacional Indigenista y, como he postulado en otro lugar,Regionesde refugio es la obra indigenista ms importante en Mxico y queen realidad representa las bases tericas de la prctica indigenis-ta.66

    Pero s es cierto que muy pocos de los antroplogos crticosy radicales en Mxico han prestado atencin al sistema de cargos.Existen excepciones pero son tan contados como para confirmareste postulado ms que refutarlo. Sera justo mencionar a RicardoPozas, uno de los ms importantes antroplogos mexicanos, cuyamonografa de San Juan Chamula contiene una larga presentacindel sistema de cargos en este pueblo tzotzil en los Altos deChiapas.67y se olvida siempre que el librito sobre los indios enlas clases sociales en Mxico, en realidad representa el marco

    ,. d 1 f68teonco e a monogra la.En pocas palabras se puede resumir la situacin del estudio

    antropolgico del sistema de cargos de la siguiente manera: lainterpretacin dominante del sistema de cargos ha sido adoptadoplenamente por las autoridades, y se ha convertido en la baseterica del indigenismo mexicano; de una manera casi milagrosael sistema de cargos ha esquivado la atencin de la antropologacrtica que se ha venido desarrollando a partir de 1968; una buenaparte de los antroplogos que asumen una posicin crtica son los

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    introduccin a Marx, Siglo XXI, 1990.59. Para una introduccin al individualismo metodolgico, basado en el pensa-

    miento de Max Weber, vase Steven Lukes: El individualismo, Ed. Penn-sula, 1975: 137-150; la interpretacin ms extrema de este punto de vista esprobablemente Peter Winch: The idea o/a social science and its implicationsforphilosophy, Blackwell, 1954.

    60. Como se desprende de los trabajos clsicos de la antropologa econmicaformalista de LeClair, Scott Cook, y Robbins Burling. El anlisis mslogrado es probablemente el de R.F.Salisbury: "Frorn Stone to Steel",Melbourne, 1962.

    61. La genealoga de la discusin acerca del mtodo comparativo en la antro-pologa es larga:

    62. Alfonso Caso:La comunidadindgena, SEP/SetentasDiana, 1980:51 (ori-ginalmente de su discurso inaugural al XXVII Congreso Internacional de

    Americanistas en 1939).63. Fue presentado como ponencia en 1949 en New York y publicado en 1952

    como captulo en el libroHeritage o/conquest, compilado por Sol Tax.64. No obstante el hecho de que la mayor parte de mi trabajo profesional lo he

    hecho en Mxico, como profesor de la Universidad Autnoma de Chiapas,la Universidad Michoacana de San Nicols de Hidalgo y de la EscuelaNacional de Antropologa e Historia, y mis trabajos de campo los herealizado en Chiapas, Michoacn, Guerrero y Milpa Alta. De igual manerala mayora de mis publicaciones han aparecido en revistas mexicanas.

    65. Gonzalo Aguirre Beltrn,1953, 1967.66. Leif Korsbaek, 1987.67. Ricardo Pozas, 1987.68. Ricardo Pozas & Isabel Horcasitas:Los indios en las clases sociales en

    Mxico, Siglo XXI, 1985.

    52

    DISTRIBUCIN GEOGRFICA DEL SISTEMADE CARGOS

    LeifKorsbaek

    La mayor parte de los antroplogos que han descrito, discu-tido y analizado el sistema de cargos, han enfatizado la importan-cia y la posicin central de esta institucin en las comunidadesdonde existe y en consecuencia se han visto forzados a especificaren qu parte del mundo y en qu tipo de comunidad existe.

    La inmensa mayora de estos autores han localizado el -sistema de cargos en las comunidades indgenas en el rea culturalde Mesoamrica con poblacin campesina. "Uno de los rasgosdistintivos de las tradicionales comunidades indgenas de Mesoa-mrica es la jerarqua cvicorreligiosa", escribe Pedro Carrasco.1

    La misma idea, aunque un poco menos exacta y categrica,es expresada por Henning Siverts, cuando habla de "este sistemade cargos, el cual de hecho constituye el gobierno semiautnomoen un gran nmero de pueblos indgenas en Chiapas y en otraspartes". 2

    Frank Cancian, uno de los principales estudiantes del siste-

    ma de cargos, est de acuerdo con esta concepcin: "La caracte-rstica institucin en las comunidades indgenas de AmricaCentral es la jerarqua cvico-religiosa", una declaracin queencontramos repetida casi verbatim en los trabajos de DanieleDehouve.3

    Una lista casi idntica de citas podra, sin mucho esfuerzo,ser extendida ad nauseam, pero las notas arriba deben ser sufi-cientes para mostrar convincentemente que eso es la opinin

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    presente en el quehacer de la antropologa, en alguna medida, yque ms concretamente se manifiesta en la antropologa de Me-soamrica en su exotismo y en su carcter "culturalista".12

    En conclusin, la totalidad de las descripciones que tene-mos a nuestra disposicin del sistema de cargos en las comunida-des indgenas no reflejan ninguna innata cualidad europea oindgena de esta institucin o sus orgenes. Slo refleja -a travsde la seleccin de comunidades para el trabajo de campo- lainclinacin de los antroplogos hacia lo extico, lo cual es en parteuna natural e inevitable consecuencia de una de los predominantesdefiniciones de antropologa como "el estudio de culturas y so-. d d ... ,,13cre a es pnrrutrvas .

    Acerca de la segunda pregunta si no encontramos el siste-ma de cargos fuera de los muros protectores de la "comunidadcerrada corporativa de campesinos"? en los alrededores que sonde carcter tribal o pertenecen al moderno y abierto mundo urba-no- la respuesta es por igual categrica y positiva.

    Tenemos acceso a suficientes descripciones del sistema decargos en contextos tribal es para dar por supuesto su existencia ycontestar en lo afirmativo. En el artculo comparativo ya mencio-nado escrito por Fernando Cmara: "X-Cacal y Socotz, organi-zados en forma tribal, son excepciones". 14 Pero ellos existen, ycada uno de ellos posee un bien desarrollado sistema de cargos.

    Alfonso Villa Rojas ha descrito otro sistema de cargos en

    la pennsula de Yucatn, tambin en una comunidad tribal, y Zinggha descrito una jerarqua entre los indgenas huicholes igual quenos has dado, junto con Bennett, una descripcin de una jerarquaentre los indgenas tarahumaras, ambos claramente en un ambien-te tribal. Entre algunos de los indgenas en Oaxaca existe igual-mente el sistema de cargos en un rgimen que es definitivamentems tribal que campesino: Weitlaner & Hoogshagen nos ha dadola descripcin de una jerarqua que se acerca mucho al bienconocido sistema de grados de edad, institucin hecha famosaprincipalmente por trabajos antropolgicos y etnogrficos de fri-ca. No obstante la existencia de estas caractersticas, se desviamenos del tpico sistema de cargos que muchos casos de esta

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    ntramos el sistema de cargos entre losindgenas cora, descrito por Thomas Hinton; estos indgenas seencuentran en la frontera de Mesoamrica y en un ambiente deagricultura incipiente muy cerca del tipo tribal. 16

    Frank Cancian ha nombrado estos sistemas de cargos encomunidades no campesinas como "jerarquas poltico-religiosasatpicas, hacindonos de esa manera entender que estos sistemasde cargos de alguna manera no corresponden a nuestra concepcindel "tpico sistema de cargos"; hasta cierto grado nos destruyenel orden y el sistema.17 Sin embargo, ms all de la variacin que

    ostentan estas jerarquas atpicas, es bastante seguro que poseensuficientes rasgos del tpico sistema de cargos como para justificarIa afirmacin de que s existen tambin sistemas de cargos fueradel ambiente de las comunidades campesinas, en un ambientetribal.

    En cuanto a la existencia del sistema de cargos en condicio-nes urbanas, la situacin es ligeramente diferente: no he sido capazde encontrar un sistema de cargos en un contexto totalmenteurbano, ni en el trabajo antropolgico de scar Lewis ni en otrostrabajos de la ya relativamente bien desarrollada antropologaurbana. La razn es, creo, que el contexto urbano no presenta lascondiciones propias para el desarrollo y la persistencia del sistemade cargos. En primer lugar, no encontramos el mismo grado dedelimitacin contra el mundo exterior que es el caso en el ambien-te campesino y tribal. 18 Y en segundo lugar, nos hace falta unode los elementos esenciales para que se desarrolle el sistema de

    . 19cargos: e ayuntamiento.

    El argumento terco y obstinado de que las institucionestradicionales no sobreviven al proceso de modernizacin queimplica la urbanizacin, no sobrevive una inspeccin ms deteni-da. La brujera es al menos una institucin tan tradicional como elsistema de cargos ~6'arece sobrevivir excelentemente en algunoscontextos urbanos. La brujera parece tener una funcin a cum-plir en las condiciones urbanas tan bien como en las condicionesrurales, as que se deja fcilmente transplantar a la ciudad, siendo

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    tradicional o no. El sistema de cargos, por lo contrario, pareceperder una parte esencial de su funcin cuando lo cambiamos del

    ,. l hi 21contexto rura a un ur ano, y aSI simp emente se marc ita.Recientemente, se ha estado haciendo nfasis sobre el estu-

    dio de uno de los elementos del sistema de cargos: la cofrada. Yla cofrada s parece prosperar en el contexto de la ciudad tan biencomo en el contexto rural. La cantidad de estudios de la cofradaen el ambiente urbano est creciendo y el acervo de estudios es yaconsiderable, incluyendo tanto las condiciones urbanas en la ac-tualidad como en tiempos pasados.

    Finalmente, acerca de la tercera pregunta -si solamenteencontramos el sistema de cargos en en el rea cultural de Mesoa-mrica, y no fuera de esta parte del mundo- tendremos queresponder de la misma manera categrica y afirmativamente: elsistema de cargos no existe slo en el rea cultural de Mesoa-mrica, sino tambin en otras partes del mundo.

    Como se mencion al principio de este captulo, los antro-plogos han llegado a asociar el sistema de cargos con la regincultural de Mesoamrica, tanto que esta institucin es realmentehoy un elemento importante en la mayora de las definiciones deesta rea cultural. Pero Waldemar R.Smith va mucho ms lejos:"Las aldeas campesinas, a travs de las regiones indias de AmricaLatina, organizan su vida ritual sobre el principio de mayordomay padrinazgo",22 y las discusiones de Gonzalo Aguirre Beltrn delsistema de cargos incluyen toda Amrica Latina, hasta la Tierradel Fuego?3

    Con abundancia de detalles etnogrficos el sistema de car-

    gos ha sido descrito en el Per por Harry Tschopik, bajo el nombrede "el sistema de vara", as nombrado debido a la vara ceremonialque all, como en casi todos los dems lugares, es el signo visiblede la dignidad y autoridad del oficio en el sistema de cargos.24 DeBolivia tenemos una descripcin igualmente detallada de unosveinte sistemas de cargos, discutidos con nfasis en el aspectoeconmico y comparados con sistemas de cargos similares en el, 25noroeste e exico,

    58

    Ser mencionado tambin, que Eric Wolf ha sugerido lasemejanza en estructura entre "comunidades cerradas corporati-vas de campesinos" en partes del mundo tan lejos una de la otracomo Mesoamrica y Java Central. Implcito en su comparacinde estas comunidades campesinas est su suposicin de la existen-cia de equivalencia funcional de distintas formas culturales de lasinstituciones, las cuales son encontradas en la estructura total deestas vilIas. Es decir, podemos esperar encontrar diferentes insti-tuciones las cuales, en una semejante estructura total, realizan lamisma funcin.

    En pocas palabras, est bien documentado que el sistemade cargos existe no slo en el rea cultural de Mesoamrica, sinoes encontrado sobre una amplia rea geogrfica, al menos sobreAmrica Latina. Si aceptamos que el sistema de cargos contieneprincipalmente elementos culturales europeos nada hay de miste-rioso acerca de esto. En ese caso sera ms natural asociar suexistencia, en una determinada regin o en una determinadacomunidad, con la presencia de colonizadores espaoles y portu-guesesque con la persistencia de las culturas indgenas precolom-binas, una posicin la cual es de hecho mantenida por variosantroplogos.

    La situacin general est entonces, aproximadamente,como sigue: la gran mayora de los antroplogos opinan que elsistema de cargos es un fenmeno que existe en el rea cultural deMesoamrica, que se encuentra en comunidades campesinas enesta rea y que se relaciona ntimamente con la poblacin indgenaen estas comunidades. Eso, no obstante que es ampliamente com

    probado -como se acaba de ver en detalles- que el sistema de car-gos existe fuera del rea cultural de Mesoamrica, que se encuen-tra tambin en comunidades con una poblacin no campesina yque tambin es generosamente representado en comunidades conpoblacin mestiza o ladina, es decir, no indgena.

    El propsito de los siguientes captulos es presentar los ras-gos generales del tpico sistema de cargos, aceptando por el mo-mento la existencia y realidad de semejante institucin genrica.Hacia este fin podemos escoger entre varios diferentes enfoques.

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    Podramos seguir la sugerencia de Eric Wolf y trazar lasdiferentes formas culturales que los mecanismos de nivelacinsocioeconmica han asumido en diferentes clases de "comunida-des cerradas corporativas de campesinos" en las diferentes partesdel mundo donde encontramos este tipo de estructura comunitaria.Eso ha sido sugerido por un nmero de antroplogos, y metodo-lgicamente no tendra ninguna objecin, solamente nos llevarams all del alcance y las intenciones de este trabajo que son msmodestas: contribuir al estudio antropolgico del sistema de car-

    gos como una institucin social y cultural en el proceso histrico,en una parte geogrfica concreta del mundo: Mesoamrica.26Podramos limitar este enfoque siguiendo las sugerencias

    de E.R. Service, considerando solamente los casos donde colo-nizadores espaoles y portugueses han tropezado con las altasculturas en lo que hoyes Amrica Latina.2 Eso correspondera,en efecto, al primer enfoque, slo limitndonos a Amrica Latinay excluyendo otras partes del mundo como Egipto, Indonesia,Rusia, el Medio Oriente etc. Tampoco tendra objeciones contraesta lnea de trabajo, solamente desbordara tambin los lmitesdel presente trabajo.

    O podramos seguir las pistas de un enfoque ms histricode Charles Gibson y estudiar las formas de las instituciones espa-olas y portugueses que han cruzado el Atlntico, adaptndose alas nuevas y diferentes condiciones en el Nuevo Mundo. 28

    Como una alternativa podramos considerar el sistema decargos como la herencia cultural especfica de una cultura hist-

    rica concreta que a travs de los siglos ha logrado guardar susrasgos bsicos y su identidad, luchando contra la imposicin deuna cultura dominante moderna. Este enfoque sera una especiede teora de aculturacin y tendra mucho en comn con el enfoqueconocido como el modelo gentico-histrico que ha sido formu-lado, defendido y utilizado or Tatyana Proskuryakoff, Sol Tax yEvon Z.Vogt, entre otros.2 Como he mencionado en otros luga-res, estoy en contra de esta lnea de pensamiento, por un nmerode razones.30

    60

    En resumen, a pesar de la abrumadora documentacin de laamplia extensin del sistema de cargos fuera del rea cultural deMesoamrica, fuera de las comunidades campesinas y fuera delambiente indgena, en el presente trabajo se limitar la atencin acubrir solamente las manifestaciones del sistema de cargos encomunidades campesinas en Mesoamrica con poblacin indge-na.

    La razn de esta limitacin no es que considere al sistemade cargos como una herencia cultural precolombina, una posicin

    firmemente representada por Evon Z.Vogt a travs de su impre-sionante produccin, en consecuencia excluyendo las comunida-des ladinas y mestizas de nuestra esfera de inters.

    No estoy en desacuerdo con Antonio Garca de Len, porejemplo, en que los campesinos indgenas y no indgenas sonigualmente explotados y tienen el mismo inters objetivo.3!

    Pero dentro de la visin y el nivel de abstraccin de estetrabajo, la unidad fundamental del sistema de cargos tiene quebuscarse en la definicin individual que esta institucin producede la comunidad y de sus habitantes, as como la rgida separacinde la comunidad del mundo alrededor que tambin produce. Es miopinin que una buena parte de la vitalidad y viabilidad del sistemade cargos se tiene que buscar en la coincidencia entre la autoiden-tificacin indgena con base en el sistema de cargos, por un lado,y la legislacin discriminatoria espaola que traz una lneaigualmente rgida entre la poblacin indgena y la espaola, entre"la Repblica de los Yndios" y "la Repblica de los Espaoles",

    por otro lado.32Por esa razn, tenemos que excluir los sistemas de cargos

    en las comunidades ladinas y mestizas de nuestro estudio, noobstante la solidez de la documentacin de su existencia en estascomunidades.

    No estoy de acuerdo con Evon Z.Vogt en su opinin tanfrecuentemente expresada de que el sistema de cargos debe tenerantecedentes directos en las culturas precolombinas, pero no re-chazo las proposiciones de Francois Chevalier y Charles Gibsonde que los sistemas de cargos de hoy en las comunidades indge-

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    Notas

    I. Pedro Carrasco, 1979.2. Henning Siverts, 1965.3. Frank Cancian, 1965, 1967; Daniele Dehouve, 1974.2. Los principales trabajos comparativos son exactamente los reunidos en esta

    antologa: los trabajos de Sol Tax, 1937; Eric Wolf, 1959; Manning Nash,1958; Fernando Cmara, 1952; Frank Cancian, 1967 y Billy DeWalt, 1974;a stos serajusto anexar el articulo de Pedro Carrasco aparecido en 1961enAmerican anthropologist(Pedro Carrasco, 1979).

    2. Es notable que en Mxico, donde manifiestamente existe una de las prcticasindigenistas ms acabadas en el mundo, desde por lo menos 1948, nunca se

    ha producido una definicin coherente de quin es el indgena. La clsicadefinicin de Alfonso Caso, de 1948 -que quien hable una lengua indgenay se sienta perteneciente a una comunidad indgena, es indgena -es eviden-temente insuficiente, o bien directamente falsa, ya que la mayor parte de losindgenas de Mxico hoy viven en las ciudades. La lengua, como criterio dela calidad indgena, tampoco es muy satisfactoria, ya que se ha visto que unpueblo puede cambiar de lengua sin cambiar de costumbres o de posicinglobal, como por ejemplo reporta G.M.Foster de Tzintzuntzan. En unapltica en el Primer Encuentro de Estudiantes de Antropologa, organizadoentre la UAM Iztapalapa y la ENAH en 1987, plante que es un problemaque todas las definiciones vigentes del indgena son definiciones negativas,hacen referencia a las carencias del indgena. Desde este ngulo, el problemaes evidentemente un problema poltico.

    2. El concepto de "comunidad cerrada corporativa de campesinos" fue cuadapor Eric Wolf en una serie de artculos y libros alrededor de los 1950: 1955,1957, 1959, 1966.

    2. El rea cultural de Mesoamrica tiene su origen en la obra de AlfredKroeber: Cultural and natural areas ofnative north america, University ofCalifornia, 1939; sin embargo fue definida por vez primera en el artculo dePaul Kirchoff: "Mesoarnrica como rea cultural" de 1946, y ha sido

    discutida posteriormente en Jaime Litvag King: "En tomo al problema dela definicin de Mesoamrica",Anales de antropologa, UNAM, volumenXII, 1975: 171-195 y Wigberto Jimnez Moreno: "Mesoarnrica" en Enci-clopedia de Mxico.

    3. Fernando Cmara, 1952.4. John Swetnam, 1974.

    5. G.M.Foster, 1948.6. Clifford Geertz:La interpretacin de las culturas, E. Gedisa, 1987.10. Vase mi trabajo sobre el culturalismo: "El sistema de cargos, el culturalis-

    mo y la antropologa mesoamericana", Ponencia presentada en la MesaRedonda de la Sociedad Mexicana de Antropologa en Mrida, en octubre

    64

    de 1989. Mi definicin del culturalismo, adelantada ya en Leif Korsbaek,1981, debe claramente mucho a los trabajos de Andrs Medina, Henri Favrey Danielle Dehouve.

    13. Un gran nmero de definiciones de "antropologa" confirman ampliamenteeso; como ejemplo se puede convenientemente consultar la coleccin dedefiniciones de Evans-Pritchard, Malinowski, Radcliffe-Brown, Piddingtony Nadal que se encuentra citada en John Beattie. "Explanation and under-standing in social anthropology",British journal ofsociology, Vol. 10,1959, Y se pueden agregar las definiciones de la antropologa cultural deBoas, Kroeber y Ruth Benedict.

    14. Fernando Cmara, 1952.15. Alfonso Villa Rojas, 1946, Zingg, 1982, Bennett & Zingg, 1935. Weitlaner

    & Hoogshagen, 1960.16. Thomas Hinton, 1964.17. FrankCancian, 1967.18. En este contexto es relevante sealar la importancia que tiene el sistema de

    cargos para la creacin y el mantenimiento de una identidad tnica ycomunitaria, elemento que ha sido subrayado por Gonzalo Aguirre Beltrn,1973.

    19. Vase al respecto F. Chevalier, 1944; Pedro Carrasco, 1979; Chance &Taylor, 1985.

    20. Una observacin hecha principalmente en los trabajos de la escuela deManchester, en particular en J.e. Mitchell: The meaning ofmisfortuneforurban africans, en M. Fortes & M. Dieterlen, (comps.):African systems ofthought,Londres. 1965.

    21. Las cofradas y hermandades urbanas abundan, pero la cuestin es si estasorganizaciones religiosas (que tienen tambin aspectos polticos, es cierto)llenan los requisitos para ser consideradas como sistemas de cargos.

    22 Waldemar R. Smith, 198I.23. Gonzlo Aguirre Beltrn, 1973.24. Harry Taschopik, 1947.25. CJ. Erasmus, 1967.26. Eso es el tenor de "Primitiva and peasant economic systems" de Manning

    Nash, de 1966, del articulo comparativo de Eric Wof, de 1957, y tambinde una propuesta de Paul McDowell de fines de los 1970.

    27. Artculo de E.R. "Service en American Anthropologist", 1955.28. Charles Gibson: Spain inAmerica, Harper Torchbooks, New York, 1966.29. El "modelo gentico-histrico" encuentra su expresin ms clara enDesa-

    rrollo cultural de los mayas, antologa compuesta por Evon Z. Vogt yAlberto Ruz Lhullier, UNAM, 1964 (segunda edicin, 1971).

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    30. LeifKorsbaek, 1981, 1987, 1990.31. Antonio Garca de Len: 1977.32. Eric Wolf, 1959.

    30. As la casi totalidad de los artculos analticos y comparativos cubren lossistemas de cargos en Mesoamrica o una parte, frecuentemente Mxico oGuatemala. Eso es el caso con Sol Tax, 1937, Fernando Cmara, 1952, R.N.Adams, 1957, Manning Nash, 1958, Frank Cancian, 1967, Billy DeWalt,1974, Robert Wasserstrom & Jan Rus, 1981, Chance & Taylor, 1987. Lasexcepciones son pocas, como ejemplos se pueden mencionar a CJ. Erasmus,1967, y Eric Wolf, 1955, 1957.

    66

    EL TPICO SISTEMA DE CARGOS

    LeifKorsbaek

    El sistema de cargos es una institucin de gran importanciaen la concepcin que los antroplogos se hacen de Mesoamrica.Asimismo, ocupa un lugar central en las comunidades de campe-sinos indgenas de esta regin. De la antropologa y de los antro-plogos ha recibido cantidad de votos de confianza y palabras talescomo "tpico", "caracterstico", "importante", "central", etc.abundan en las descripciones de esta institucin. "Uno de losaspectos ms tpicos y universales del catolicismo indgena (y delde muchos campesinos mestizos) en Mesoamrica es lajerarquareligiosa local (de cada poblado o municipio), compuesta por unaserie de cargos (o puestos) rotativos, con sus respectivos oficialesencargados de cumplir las abundantes y diversas funciones ritua-les y ceremoniales", es una de las presentaciones entusiastas delsistema de cargos que pone el nfasis en su aspecto religioso.'

    Como una consecuencia lgica de la amplia atencin antro-po lgica que esta institucin ha recibido, tenemos a nuestra dis-posicin una abundancia de descripciones del sistema de cargos.

    De la multitud de nombres bajo los cuales se conoce elsistema de cargos, algunos son sencillamente designaciones alter-nativas -sinnimos- para el mismo fenmeno, mientras que otrosenfatizan uno u otro rasgo particular del sistema de carfos, perte-neciendo a su aspecto religioso, poltico o econmico.

    Pero a despecho de la confusin de nombres, el proceso deinvestigacin y descripcin tiende a producir un retrato sorpren-dentemente uniforme del sistema de cargos. Virtualmente, todos

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    los antroplogos que han trabajado en Mesoamrica coinciden enun nmero de rasgos caractersticos que en conjunto conformanlo que llamaremos "el tpico sistema de cargos".

    En este captulo intentar reunir esos rasgos, que en conjun-to constituyen la definicin mnima del "tpico sistema de car-gos", tal como se encuentra en las comunidades de campesinosindgenas de la regin.

    Enlisto estos rasgos uno por uno, basndome en citas de laliteratura etnogrfica de la regin. Este procedimiento es lento yms bien pesado, pero tiene sus ventajas.

    En primer lugar, es importante para comprobar que este

    "tpico sistema de cargos" no es solamente un producto de la mso menos frtil imaginacin de un antroplogo, sino que realmenterefleja la manera en que perciben los antroplogos de esta reginel sistema de cargos de sus comunidades.

    En segundo lugar, trato tanto a los antroplogos de Mesoa-mrica -con sus concepciones e interpretaciones del sistema decargos- como al sistema de cargos mismo, si no es que ms. Poresa razn es importante que las fuentes de este "tpico sistema decargos" se presenten documentadas de manera amplia, explcitay rigurosa.

    Hasta aquslo hemos discutido las descripciones que losantroplogos han hecho del sistema de cargos, y no sus interpre-taciones y explicaciones. En un captulo posterior sern presenta-dos los trabajos analticos y comparativos, aqu nos limitaremos ala literatura etnogrfica, propiamente descriptiva.f

    Finalmente, he citado trabajos descriptivos que cubren todael rea de Mesoamrica, sin dar preferencia a ninguna regin o

    cultura en particular, con la intencin de documentar que laconcepcin del "tpico sistema de cargos" que abrazan los antro-plogos es la misma para toda la regin y no se limita a unapequea parte, por ejemplo Chiapas, Michoacn o Guatemala.4

    Pero antes de pasar al engorro de presentar los rasgos delsistema de cargos tpico, uno por uno, ser mejor presentar unadescripcin global y completa, para dar una breve impresin de loque es en s el sistema de cargos.

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    La mejor presentacin preliminar del sistema de cargos esla descripcin, tal como nos la ha dado Sol Tax en uno de susprimeros artculos. Este procedimiento tiene una ventaja adicionalque lleva al lector a conocer el medio por el cual el sistema decargos fue histricamente introducido en la antropologa -

  • 7/30/2019 Introduccin al sistema de cargos.pdf

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    59.Es por esto que los puestos se llaman cargos, y en un sentido literalson una carga, ya que la familia pierde tiempo de tr