intercambio de dones en el mundo editorial. el contradon de los autores noveles. de luca

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Análisis del funcionamiento del mundo editorial y la relación de los autores con los editores

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  • MONOGRAFIA FINAL

    Universidad de Buenos Aires Facultad de Filosofa y Letras Seminario Marx y Mauss, una introduccin a su pensamiento Profesor: Ricardo Abduca Lunes de 19 a 23hs.

    Intercambio de dones en el mundo editorial: el contradon de los autores noveles.

    Alumno: Ricardo De Luca DNI: 29.592.863

    28/11/2013

    Introduccin

    En el presente trabajo intentaremos analizar segn algunas ideas de Mauss, presentes en

    su famoso Ensayo sobre el don, ciertos aspectos del mundo editorial recortndolo a

    partir de lo que llamaremos un sistema de contraprestaciones de intercambio-don

    presente en las relaciones entre los autores noveles y sus primeros (y en ocasiones

    nicos) editores. Para eso haremos primero un repaso de las ideas y elementos que

    participan del don. Luego describiremos el caso puntual que pretendemos analizar para

    finalmente incluir algunas reflexiones al respecto.

    Como se ver, nuestra lectura sobre el don descansa en las posiciones de Godelier a lo

    que intentaremos alternar una lectura directa de Mauss, y Lvi-Strauss para el caso de

    la discusin respecto al hau-. El recorrido pretender mapear el circuito del don a partir

    de las tres acciones (dar, aceptar y devolver) y definir al mismo tiempo las

    caractersticas de los objetos que circulan a partir del don. Para esto ltimo ser de suma

    importancia las observaciones de Godelier sobre los objetos sagrados que se sustraen

    del intercambio.

  • Las tres instancias del don. Dar, aceptar y devolver.

    Cuando Mauss en 1924 en el ensayo sobre el don se propone analizar la moral y la

    economa de las transacciones presentes en las sociedades llamadas primitivas lo hace

    partiendo del concepto de fenmeno social total que sera aquel en el se expresan a

    la vez y de golpe todo tipo de instituciones: las religiosas, jurdicas, morales () y

    econmicas1 por este camino va a definir al potlatch como prestaciones totales de tipo

    agonstico2 Lo cual significara que el potlatch sera un sistema de prestaciones (con

    sus mltiples significaciones) no entre individuos sino entre personas morales: Clanes,

    tribus, familias que se enfrentan y se oponen, ya sea en grupos que se encuentran en el

    lugar del contrato, o representados por medio de sus jefes o por ambos sistemas3 Pero

    el potlatch, dentro de esta perspectiva, no es otra cosa que un sistema desarrollado y

    complejo relacionado a la lgica de los dones contractuales. Veamos primero en que

    consiste ese sistema y que lo diferencia del Potlatch.

    Primero pensemos que toda transaccin supone una distribucin, una circulacin de

    bienes. Ahora, la prestacin se compone de algo que se dona (un bien no

    necesariamente til), se acepta y se debe devolver. Las primeras dos instancias

    responden prcticamente al mismo razonamiento. Godelier lo sintetiza en la frase lo

    que obliga a donar es precisamente el hecho de que donar obliga4. Es decir, el haber

    donado pone al donatario en obligacin. Y as se produce una doble relacin entre el

    que dona y el que recibe, ya que la donacin al mismo tiempo aproxima y aleja a los

    dos extremos de la relacin. aproxima a los protagonistas porque se constituye en

    reparto y los aleja socialmente porque hace de uno deudor del otro5 de este modo

    donar parece instaurar una diferencia y una desigualdad de estatus entre donante y

    donatario, una desigualdad que en ciertas circunstancias puede transformarse en

    jerarqua, si esta ya exista entre ellos, el don viene tanto a expresarla como a

    legitimarla6

    1 Mauss, 1979: 157 2 Mauss, 1979:161 3 Mauss, 1979:160 hay prestacin total en el sentido de que todo el clan contrata por todos (dem.) 4 Godelier, 1996:24. La cursiva es nuestra. 5 Godelier, 1996:25 6 Idem.

  • Por el costado de la deuda7, creemos se incorpora un situacin de poder, que es

    caracterstica del potlatch. All, se dona para humillar () se trata de situar al otro en

    deuda de una forma casi permanente, de hacerle perder prestigio, de afirmar durante el

    mayor tiempo posible la propia superioridad8 Ya que lo que lo convierte en agonstico

    es precisamente la competitividad de sus protagonistas, Dice Mauss el potlatch () no

    es distinto al sistema de cambio de dones, solo difiere de l, por un lado por su

    violencia, exageracin y por el antagonismo que suscita y por otro por su estructura ms

    simple9. En otro lado advierte que una de las condiciones principales del potlatch es

    la inestabilidad de una jerarqua que la rivalidad de los jefes tiene como finalidad

    equilibrar de vez en cuando10.

    El enigma del don

    Problema se presenta a la hora de explicar el tercer movimiento del don, el enigma

    consiste en entender ya no porque se dona y se aceptan los dones sino porque se

    devuelven. Mauss lo plantea ya en los primeros prrafos del ensayo:

    Cul es la norma de derecho y de inters que ha hecho que en las sociedades de tipo

    arcaico el regalo recibido ha de ser obligatoriamente devuelto? Qu fuerza tiene la cosa

    que se da que obliga al donatario a devolverla?11

    Mauss encontrara la respuesta a partir de unas notas del informante maor Tamati

    Ranaipiri donde se menciona y se sistematiza el concepto de hau. Que vendra a ser una

    fuerza presente en las cosas que se donan el hau acompaa las cosas, quien quiera que

    sea su detentador12 de ah que la obligacin de derecho, obligacin por las cosas, es

    una obligacin entre almas, ya que la cosa tiene un alma, es del alma. De lo que se

    deriva que ofrecer una cosa a alguien es ofrecer algo propio13 y aceptar algo de

    7 El don comprende necesariamente la nocin de crdito (Mauss, 1979: 199) 8 (Godelier, 1996: 86) El jefe de la tribu solo conservara su autoridad si demuestra que esta favorecido por los espritus y la fortuna y solo puede demostrar esta fortuna, gastndola, distribuyndola, humillando a los otros, ponindola a la sombra de su nombre (Mauss, 1979:204) Respecto al sentido excesivamente agonstico del potlatch, la excesiva rivalidad y antagonismo Godelier, a la luz de investigaciones posteriores, menciona que se le ha criticado a Mauss no haber tenido clara conciencia del carcter atpico del potlatch que Boas haba observado a principio de siglo, un potlatch enloquecido y cada vez ms agresivo como resultado de los trastornos que la presencia y las presiones de los europeos haban provocado en la sociedad india de la costar Noroeste (1996: 113) 9 Mauss, 1979:197 10 Ibid. :176 11 Ibid. :157 12 Ibid. :167 13 Ibidem.

  • alguien significa aceptar algo de su esencia espiritual, de su alma14. Esta solucin a

    partir del hau no ser del todo festejada por varios autores. Lvi-Strauss dir que Mauss

    se dej llevar por una mirada nativa el hau no es la razn ltima del cambio sino la

    forma consciente bajo la cual los hombres de una sociedad determinada, en que el

    problema tena una especial importancia, han comprendido una necesidad inconsciente

    cuya razn es otra15 de ah Lvi-Strauss llegara a la idea de significado flotantes que

    vendran a ser esas palabras que no tienen un significado preciso serian la expresin

    consciente de una funcin semntica cuyo papel consiste en permitir que se ejerza el

    pensamiento simblico16 Godelier critica esta postura en tanto se ubica en el plano del

    pensamiento filosfico, y ms precisamente en una variedad materialista y critica de la

    filosofa17 sostiene que los conceptos y explicaciones religiosas del mundo no son

    explicaciones falsas del mundo sino falsas explicaciones, no son ms o menos ciertas o

    ms o menos falsas () sino que se encuentran completamente al margen de ese

    campo18 as Levi Strauss estara reduciendo a un problema lingstico subordinado a

    la accin de estructuras inconscientes para explicar hechos y comportamientos19 toda

    una complejidad social y las representaciones que le dan sentido. La teora ultima

    presente en el texto de Lvi-Strauss consiste en que el lenguaje ha tenido que aparecer

    de una sola vez () se efectu el paso del estado en nada tena sentido, a otro en que

    todo lo tena20 esta suerte de big bang del origen simblico de la sociedad21 lleva

    a Godelier a reflexionar sobre la primaca de lo simblico sobre lo imaginario.

    Lo simblico, lo imaginario y lo real.

    Godelier observa que con Levi-Strauss, como con Lacan y otros pensadores de la

    poca, se operaba un cambio general de perspectiva en el anlisis de los hechos sociales,

    un desplazamiento de lo real y lo imaginario hacia lo simblico22. Sin discutir la

    existencia de esos tres rdenes lo imaginario, lo real, y lo simblico- Godelier discute

    14 Ibid. 168 15 Lvi-Strauss, 1979:33 16 Ibid. 40 17 Godelier, 1996:40 18 Godelier, 1996:40 19 Godelier, 1996: 42 20 Levi-Strauss, 1979: 40 Todo ocurri como si la humanidad hubiera adquirido de un solo golpe, una inmensa propiedad y su plan detallado, as como el conocimiento de su relacin recproca, pero hubiera necesitado millones de aos para aprender que smbolos determinados del plan representaban los diferentes aspectos de esa propiedad (Levi-Strauss, 1979:39) 21 Godelier, 1996: 41 22 Godelier, 1996:43

  • la sistematizacin entre ellos. existe un modo meramente ideal, debe materializarse en

    relaciones concretas que tomen forma y contenido en instituciones, y por supuesto en

    smbolos que las representen y las haga responderse unas a otras, comunicarse.23 Es en

    este punto donde queda clara la relacin entre lo real y lo imaginado. As tomando una

    cita de Marx a travs de J. J. Goux, Godelier menciona como el oro en un momento

    cumpla las tres funciones: servia de medida de valor de las mercancas, medio de

    intercambio y finalmente como forma de riqueza24. Luego, la moneda solo vala en

    tanto representaba al oro25 as el papel o cualquier otro signo monetario funcionaba

    como sustituto, como smbolo.26 Finalmente, al oro imaginario, y al oro simblico, se

    le suma el oro real aquel que es sustrado del intercambio, ubicado como reserva en los

    bancos. La confianza en la moneda se apoyaba en el hecho de que en principio, los

    particulares podan obtener sin demora ni restriccin algunas piezas de oro a cambio de

    billetes o de los restantes signos monetarios que circulaban27.

    Los objetos que se sustraen del intercambio

    La idea de objetos que se atesoran, que no se pueden donar llama la atencin de

    Godelier y fundamentado en unos breves pasajes de El ensayo de don, propone su

    propia solucin para el enigma. Volvamos a Mauss, entre los Kwakiult hay objetos

    que no pueden cederse. En el fondo esta propiedades son cosas sacra y las familias

    solo se deshacen de ellas con gran pena o a veces nunca28 a partir de aqu Godelier

    observa la presencia de dos tipos de riquezas los bienes alienables y los inalienables29

    y al mismo tiempo pone de manifest una distincin mayor respecto a la propiedad y

    que esclarece la nocin e hau. Pues el hau, en tanto espritu de las cosas, implica al

    mismo tiempo, un cierto tipo de derecho sobre la cosas. Y as retomamos el texto de

    Tamati Ranaipiri, pues en el se mencionaban dos extremos de intercambio donde A

    (tienen un artculo y me lo dan30) le entrega a b, que a su vez entrega este objeto a C

    23 Godelier, 1996:43 24 Godelier, 1996:48 25 Ibidem. 26 Ibidem. 27 Godelier, 1996:48 28 Mauss, 1979: 213 29 Godelier, 1996: 53 30 Mauss, 1979:166

  • (este articulo yo se lo doy a un tercero31) finalmente, luego de un tiempo C devuelve a

    B (decide darme algo en pago32) y a su vez B devuelve a A (he de devolvrselo33)

    Mauss advierte que el texto solo tiene un punto oscuro, la intervencin de un

    tercero34. Sin embargo es esta misma presencia de un tercero lo que echa luz sobre la

    naturaleza de las trasformaciones que este tipo de intercambios impone a la propiedad.

    Pues en el ejemplo de Tamati Ranaipiri son los dos extremos, A y C quienes detentan la

    propiedad tanto del don original como del contradon. Y B participa del intercambio

    como propietario temporal, prendario de un objeto que en realidad debe hacer circular.

    En investigaciones posteriores35 aparece para el caso de la zona de Kiriwa la nocin de

    Kitoum que son objetos de valor de propiedad personal de quien los ha fabricado36 y

    que puede transitar varias formas de uso, sostiene Godelier que pueden servir para

    reemplazar a un ser humano, cuando por ejemplo puede ser necesario compensar la

    muerte de un enemigo () puede incluso introducirse en el Kula37 este descubrimiento

    sumado a la keda o ruta del kula supone la extensin del trayecto de los objetos

    kula donde la categora de Kitoum, en tanto propiedad personal, se puede superponer a

    los objetos kula por definicin (vaygua y mwali) lo cual implica que el objeto Kula,

    convertido ahora en Kitoum puede salir del kula a voluntad de su nuevo propietario.

    Visto as el Kitoum significa un cambio en el tipo de propiedad de los bienes, Que

    pasan, de ser en tanto bienes de kula, una propiedad restringida al circuito kula,

    obligada a ser donada constantemente, a ser una propiedad plena. Lo que a su vez

    evidencia la existencia de un derecho de propiedad inalienable sobre un objeto () y

    la de un derecho de posesin y de uso, que es alienable con la condicin de que el

    objeto posedo no salga del marco del Kula, ni sirva para otro uso que el de actuar como

    don y contradon38 Al mismo tiempo, esta perspectiva precisa la visin de la propiedad

    dentro del Kula porque todo objeto que all circula es al vez donado y guardado. Lo

    31 Mauss, 1979:166 32 Mauss, 1979:166 33 Mauss, 1979:166 34 Mauss, 1979:167 35 Se trata de las investigaciones de Annete Weiner. En Godelier,1996: 132 36 Godelier, 1996: 132 es una propiedad individual plena y completa que recuerda fuertemente a eso que en nuestro sistema denominamos propiedad privada (1996:139) Una de las hiptesis del trabajo de Godelier es que Mauss intento esquivar una definicin de la propiedad y que sin embrago, a lo largo de su desarrollo terico, se fue encontrando con la necesidad de hacerlo. 37 Mauss, 1979: 132 38 Godelier, 1996:134

  • que se guarda es la propiedad y lo que se dona es su posesin39 Y he aqu la

    importancia de la tercera persona en el ejemplo de Tamati. Oficia como intermediario,

    obligado a hacer circular un bien que solo le pertenece transitoriamente, no devolverlo

    no sera justo (tika)40

    Hacia un esquema del don

    Finalmente proponemos nuestra propia mirada sobre el sistema de intercambio-don.

    Entendiendo que se caracteriza por una lgica que no est regida por el clculo

    econmico aunque participe de las nociones de crdito, deuda y obligacin. Lo que

    existe de notable en el sistema del don, tal vez sea precisamente, que estableciendo un

    circuito econmico, este se moviliza en funcin de factores no econmicos, simblicos,

    imaginarios. Morales, dira Mauss son nuestras sociedades de occidente las que, muy

    recientemente han hecho del hombre un animal econmico () El hombre, durante

    mucho tiempo, fue otra cosa, es desde hace poco tiempo que es una mquina, una

    complicada mquina de calcular41 a nuestro entender es precisamente por esa

    necesidad de dar cuenta de las otras razones morales del intercambio, aquellas que

    exceden la lgica del clculo econmico42 que Mauss recurre al concepto de hecho

    social total, y a partir de all al de prestaciones totales para significar esa mezcla, de

    acontecimientos y sentidos superpuestos. El dilema a resolver es qu elementos no

    econmicos participan de las realidades que definimos como econmicas. La pregunta

    sobre la obligacin de devolver, es tambin la pregunta sobre lo que obliga a pagar las

    deudas. En nuestra sociedad la respuesta es fcil, un estado, un polica y un juez. Pero

    qu pasa cuando la coercin no es tan obvia, son otros mecanismos los que actan. En el

    potlatch se pierde la cara para siempre si no se devuelven o se destruyen valores

    39 Godelier,1996: 135 40 Mauss 1979:166 41 Mauss 1925:13. Segn traduccin de Abduca. 42 El concepto de Clculo que por otro lado habra que problematizar. No estamos en este momento en condiciones para abordar este tema con la debida complejidad que corresponde pero basta preguntarse si El clculo econmico es la bsqueda de beneficio, si es la nocin de excedente su caracterstica principal, o si es el sentido en que ese excedente se utiliza? Adems esta visin de los hechos totales guarda relacin con la idea de sociedades incrustadas es decir, sociedades donde la actividad econmica se hallaba mezclada, imbuida, en actividades no econmicas. Sobre este punto Quiros observa una de las singularidades ms repetidas es aquella que sostiene que la economa en el mundo primitivo se caracteriza por estar incrustada (embedded), inmersa o vinculada con otras instancias, como el parentesco; () por otro lado, en el mundo capitalista moderno, las relaciones econmicas estaran desincrustadas, separadas o desvinculadas de las parentales (2009:15)

  • equivalentes43 El prestigio social es tambin una riqueza que circula y se acumula y se

    pierde en el mercado simblico de lo social.

    Caracterizaremos entonces al sistema de intercambio don como un sistema de

    prestaciones y contraprestaciones que involucran aspectos simblicos. Tienen un

    carcter en apariencia voluntario y desinteresado libre y gratuito y sin embrago

    obligatorio e interesado44 en el don que vamos a estudiar no existe el aspecto de

    rivalidad y antagonismo, por lo cual no sera de tipo agonstico. Adems estos dones se

    intercambian entre personas, tienen un carcter personal, y es a partir de all que se

    interponen otro tipo de valores y obligaciones. Adems el concepto de propiedad sobre

    la cosa donada implicar algunas reflexiones adicionales.

    De la derrota en la mesa en la mesa de negociacin a la victoria en la ruptura del

    don45

    Hacia octubre de 2012, Editorial Planeta da a conocer su decisin de publicar la obra

    completa de Roberto Fontanarrosa. Esto sucedi varios aos despus del fallecimiento

    del autor y en medio de un litigio legal, donde el hijo negoci con aquella editorial los

    derechos que histricamente haban estado en manos de Ediciones de la Flor. Daniel

    Divinski propietario de De la flor comento en una entrevista su amargura, segn l,

    un da el heredero nos notific que dejaba sin efecto la renovacin automtica del

    contrato por los derechos que mantuvimos por aos.46 Adems sostena que "Editorial

    Planeta rompi todos los cdigos de las relaciones editoriales. A mi entender, habra

    comprado derechos bastante litigiosos al arreglar slo con el hijo del Negro"47. Ya antes

    se haba presentado el inters de editorial planeta por los derechos de la obra de

    43 Mauss, 1979: 210. Comparando el circuito de bienes uterinos y bienes masculino (oloa y taonga) en Samoa dice Mauss se dan dos elementos fundamentales del potlatch: el honor y el prestigio, el mana que confiere la riqueza y la obligacin absoluta de devolver esos dones bajo pena de perder ese mana, esa autoridad, ese talismn y esa fuente de riquezas que es la misma autoridad (Mauss, 1979: 164) 44 (Mauss, 1979: 157) 45 El caso que vamos a tomar se basa exclusivamente en fuentes periodsticas y observaciones personales del mundo editorial. Por tanto la validez de las conclusiones y datos que expondremos es relativa. Se trata de un ejercicio exploratorio para el uso de determinados conceptos en el anlisis de algunos fenmenos que, entendemos, merecen un estudio ms profundo. 46 La Capital 18/10/2012 47 Ibidem. El litigio es entre la segunda esposa de Fontanarrosa y el hijo del primer matrimonio.

  • Fontanarrosa segn una nota del diario Clarn48 Eran los tiempos en que el escritor,

    periodista y editor Juan Forn diriga las colecciones literarias de esa editorial. El autor le

    dijo a Forn que el pase podra concretarse cuando los Divinsky dejaran de ser los

    dueos de De la Flor. Si intentan conseguirlo, que parezca un accidente, brome

    Fontanarrosa delante de su editor.49

    En una suerte de prologo en Negar todo el libro pstumo que sali este ao (2013),

    cuyos derechos pudo conservar De la Flor, Divinski recuerda la ancdota y escribe el

    accidente fue la prematura muerte del autor luego enfatiza que este libro pstumo

    significa la renovacin del placer de leer un Fontanarrosa indito, publicado por la

    editorial elegida por l durante toda su vida50

    Ms all de la ancdota casi de culebrn que hay detrs de toda esta historia, subyace en

    el fondo un tipo de acontecimiento particular sobre el que queremos llamar la atencin.

    Pero para poder observarlo es preciso anotar la diferencias entre editorial Planeta y

    Ediciones de la Flor. El grupo Planeta es un verdadero conglomerado multinacional

    cuya consolidacin en el pas data de 1994 cuando compra la editorial Emec (que por

    ese entonces en su catlogo contaba con las obras de Borges) pero ya tena bajo su

    control a los sellos Seix Barral, Ariel, Espasa Calpe, Critica, Temas de hoy, Destino y

    Martinez Roca. Asimismo, en 1998 Sudamericana es adquirida por la multinacional

    Random Hause Mondadori lo que, segn Malena Botto significa la perdida casi total

    de competitividad de la industria |editorial| argentina frente a los conglomerados51.

    Segn un estudio de SINCA52, para el ao 2005 entre 20 empresas casi todas de capital

    extranjero controlan el 75% del mercado, dentro del 25% restante se encuentra

    ediciones de la Flor. Cabe suponer, entonces, que ante la oferta econmica que haya

    podido hacer editorial Planeta no hay contraoferta posible por parte de una editorial

    pequea como ediciones de la flor. Es decir, en algn momento Fotanarrosa tuvo entre

    sus manos la decisin de seguir con una editorial pequea o pasar a una muchsimo ms

    grande, con el redito econmico que eso implica. La respuesta de Fontanarrosa, la

    48 De fecha 19/109/2012 49 Clarn, 19/10/12 50 Negar Todo. Ediciones De La flor, 2013 51 Botto, 2003:213 52 Nos basamos en el informe Clik, boletn informativo del laboratorio de industrias culturales N1 de septiembre de 2006. Puede consultarse en la pgina del sistema nacional de consumos culturales (SINCA) www.sinca.com.ar En el mismo informe se dice se calcula que aproximadamente el 85% de las empresas del sector son pequeas y medianas y el resto 15% - grandes o multinacionales

  • ancdota que cuenta Forn no hace ms que disimular la derrota de Editorial Planeta en

    la mesa de negociaciones.

    Entonces, la pregunta que se nos presenta es Que hace que en la mesa de negociacin

    donde De la Flor poco puede frente a un conglomerado internacional como Editorial

    Planeta haya sin embargo triunfado, mantenido al autor? Que el autor se haya

    decidido por una oferta econmicamente inferior. Sostenemos que este hecho no hace

    ms que evidenciar la presencia de valores y obligaciones que, parafraseando a Mauss

    se sustraen a la fra razn del mercader, el banquero y el capitalista53 esta razn sin

    embargo es la que ms tarde se impondra cuando ante la desaparicin del autor se

    interrumpa el circuito del don. Que otra decisin podra tomar alguien que no tenga

    ningn tipo de deuda con los editores, ms que irse a una editorial ms grande cuando

    se presente la oportunidad.

    La experiencia de los autores noveles

    Pero en qu consistira esa deuda que el autor habra honrado. Para responder

    tenemos que pensar en la trayectoria de los autores noveles para quienes es difcil

    acceder a las primeras publicaciones. Sucede que publicar autores desconocidos es poco

    rentable y son muy pocas las editoriales que se embarcan en esas empresas. Es incluso

    habitual la prctica de cobrarles a los autores los costos de edicin. En actualidad existe

    editorial Dunken y varios sellos menores que se dedican casi exclusivamente a publicar

    estos libros de autor. Se trata de servicios que se sintetizan en el publicamos su

    libro, los costos por supuesto, van por cuenta del autor. Es llamativo encontrar a veces,

    entre los catlogos de estas editoriales, nombres de autores con algn renombre que

    parecen no haber tenido ms remedio que entregarse a esa suerte de autoedicin

    disfrazada54.

    Entonces ser un autor novel, es decir, desconocido y ser publicado es algo

    particularmente complejo y difcil. De ah que, segn nuestra visin, la primera

    53 Mauss, 1924: 12. Segn traduccin de abduca. 54 Al respecto de esto hay una ancdota sobre Bioy casares y editorial Tor que publico cerca de 1940, bajo este tipo de contrato uno de los primeros libros que Bioy firmo con el seudnimo de Martin Sacastru. Cuenta Bioy Casares que Tor tena muchos ttulos y yo aspiraba a entrar all () cuando termine el libro mi padre me dijo anda a hablar con Torrendell () fui y lo convenc () durante toda mi vida estuve orgulloso y sorprendido de este hecho ()despus se me ocurri pensar que quizs mi padre haba ido a hablar con Torrendell y le haba dicho mire, mi hijo le va a traer una cosa, y si usted lo publica, el pago la edicin (Abraham, 2012: 90) ms all de la forma graciosa en que lo cuenta Bioy esto sirve para demostrar que esta prctica editorial data de mucho ms tiempo de lo que pareciera.

  • publicacin adquiera cierto valor especial. Pensando desde la ptica del don, el editor

    esta donando, en trminos totales la edicin, lo cual supone una serie de cosas. La

    edicin implica el costo de imprimir los ejemplares, comercializarlos y tambin pagarle

    al autor la remuneracin correspondiente a los derechos de autor55. Estos costos y

    servicios econmicos son parte de lo que pone en juego el don de partida, pero a su vez

    el editor se apropia, mediante el pago de derechos de autor, de la posesin de estos estos

    derechos, es decir, se apropia de los derechos de la obra. Se nos podra objetar que el

    don de partida, que inicia el circuito, son precisamente estos derechos y no la

    publicacin de la obra56 como sostenemos. Pero la negociacin de estos derechos

    consiste en un intercambio comn. Efectivamente el editor paga por ellos.

    Sostenemos, adems, que la prestacin de la edicin, en el sentido del don que estamos

    describiendo, implica tambin el ingreso del autor al mundo editorial, al mundo

    simblico de la literatura. Por eso la prestacin de edicin no es solo un hecho

    econmico, un intercambio comercial. La prestacin es lo que con Mauss definiramos

    un hecho social total57. Del mismo modo, la lgica del don confirma la posicin de

    poder del editor. El autor novel no est en condiciones de donar nada valioso, porque en

    la situacin de su carrera en la que se encuentra no posee nada valioso. Es un autor tan

    desconocido como su obra. La donacin de su obra no va a poner en obligacin al

    editor, porque no vale nada.

    Ahora, la prestacin inicial que implica el don de editar, no solo supone el universo de

    realidades econmicas de la edicin editorial. Como dijimos antes, implica tambin el

    ingreso del autor y su obra al universo de prestigio que la editorial ha conseguido dentro

    del universo de la literatura. Esta posicin de prestigio es parte fundamental del don que

    pone en juego el editor.

    Y a su vez, el editor no solo dona el primer contrato comercial, el ingreso al universo de

    la literatura, manifiesta una apuesta por el autor. Le dona algo de valor simblico. Es lo

    que en otros campos del universo artstico se manifiesta en el agradecimiento al

    productor o editor que confi en mi propuesta que aposto por mi trabajo. Esta

    55 Que en la actualidad se fijan a un 10% del precio de tapa por ejemplar impreso. 56 Ntese que para nosotros la publicacin de una obra, es un acontecimiento que excede al fenmeno material del objeto que se comercializa (ya sea libro, revista, disco). 57 Si bien en Mauss, las prestaciones totales implicaban la presencia del cuerpo social, era la tribu, el clan que se representaba, suponan al mismo tiempo una superposicin de sentidos (jurdico, econmico, poltico). Este ltimo punto es el que nos interesa.

  • apuesta, pone un valor distinto a estas obras, no es lo mismo auto editarse que ser

    editado por otro. De hecho, muchas de las autoediciones disfrazadas que definimos ms

    arriba suelen ser vista con malos ojos, a fin de cuenta nadie aposto por ellos.

    Pero esta relacin de desigualdad entre autor y editor que se manifiesta en el don inicial

    y se afirma a travs de l, por medio de los mecanismos de acercamiento y alejamiento

    que vimos ms arriba, no se mantiene constante. Porque si bien la deuda que el autor

    contrae con el editor se mantiene a lo largo de la experiencia editorial (si es exitosa), la

    situacin de ambos no va a ser la misma a medida que se vayan sucediendo las distintas

    publicaciones. A diferencia del kula, el potlatch y los sistemas de prestaciones no

    agonsticas, en este que intentamos describir los bienes que circulan se vuelven ms

    valiosos que sus propietarios. As llegamos al ltimo momento donde los libros de

    Fontanarrosa valen ms de lo que Ediciones De la flor puede pagar. Y por ende el autor

    es ms poderoso que el editor. Ahora si tiene algo ms valioso que las prestaciones que

    el editor puede brindar. Y es aqu donde debemos analizar mejor el don de llegada, el

    contradon.

    El contradon de los autores noveles

    En principio podramos decir que el contradon del primer libro, es el prximo libro. Y

    que el circulo de dones se graficara entre el ir y venir; la donacin y edicin de libros.

    Pero esto no sera ms que un sistema de intercambio menor, bajo el amparo del don y a

    su vez, nos quedara fuera de anlisis el tema de los derechos de autor. Sucede que lo

    que se intercambia, en el mundo editorial, no es tanto un objeto o una obra, sino los

    derechos sobre esta. El derecho a editarla, que supone al mismo tiempo la prohibicin

    de editarlas para todos los dems editores. La propiedad no est nunca en juego58. Lo

    58 No importa para los objetivos de este trabajo desarrollar en profundidad la problemtica que entendemos dentro del complejo sistema de restricciones que implica la propiedad intelectual. Sin embargo, en las primeras conclusiones del Ensayo del Don Mauss nos ofrece las siguientes reflexiones: llevo mucho tiempo reconocer las propiedades artsticas, literarias y cientfica, ms all del acto brutal de la venta del manuscrito, de la primer mquina, de la obra de arte original. En realidad las sociedades no tienen gran inters en reconocer a los herederos de un autor o de un inventor, ese benefactor humano, ms que ciertos derechos sobre las cosas creadas por el derecho habiente; se proclama de buena gana que son producto del espritu colectivo tanto como del espritu individual; todo el mundo desea que caigan lo antes posible en el dominio pblico o en la circulacin general de las riquezas. Empero, el escndalo de la plus-valia de las pinturas, esculturas y objetos de arte, en vida de los artistas y de sus herederos inmediatos inspiro una ley francesa de septiembre de 1923, la cual le da al artista y a sus derechohabientes un derecho de suite sobre los beneficios (plus values) sucesivos en las venta sucesivas de sus obras (Mauss, 1924: 3) Queremos distinguir el concepto de autora, de lo que definiramos como derechos de edicin, publicacin o comercializacin. La autora fue reconocida desde antes de toda legislacin de derecho de autor. el acto brutal de la compra del manuscrito significaba la compra de los

  • libros seguirn siendo de Fontanarrosa sea cual sea el sello que los edite. Su nombre ira

    con sus libros y se har mas grande e importante a medida que su libros lo sean. Y en

    este punto nos recuerda a la solucin que Godelier propuso para el enigma del don,

    aquella que distingue entre posesin y propiedad. La autora no es nunca alienada, pero

    si es cedido el derecho sobre la obra, para que esta circule, y es en ese circular que se va

    llenando de valor. Los libros ms valiosos son los ms ledos59, los que hace ms

    tiempo que andan circulando, los que tienen ms vida60.

    El contradon pues, es esa suerte de fidelidad para con el editor. Mantener el contrato

    comercial frente a los intereses de otros editores. Respecto a los mecanismos de

    coercin, el costo de romper el intercambio del don. Creemos que, particularmente, en

    este ambiente no existe ninguno. Tal vez si exista alguna especie de pena (perder la

    cara en el potlastch) al interior del mundo editorial y puede que esto se relacione con lo

    que citamos ms arriba de Divinski, eso de que planeta rompi los cdigos,

    derechos de edicin y su virtual monopolio, solo y en tanto no existan las posibilidades materiales de reproducir un libro sin el manuscrito. Por eso la compra del original implicaba la compra del derecho. Conforme fueron avanzando las tecnologas de impresin, y con ellas el mercado editorial, fue preciso delimitar ese derecho escindindolo de la realidad material del manuscrito, pero ya en el escenario de la competencia editorial. Ahora era posible publicar un libro sin el manuscrito, incluso ahora los autores podan vender una copia del manuscrito, reteniendo para ellos el original. Esto podramos datarlo para principios de la dcada de 1920 (fecha desde la cual va apareciendo toda la legislacin de derechos de autor, en argentina la ley data de 1933 y fue producto de un larga disputa de los sectores editoriales), de ah que, desde nuestra visin, el fenmeno que observa Mauss no es el avance de un distinto tipo de derecho dentro de la sociedad, sino la precisin de la lgica capitalista dentro del marco de la consolidacin de las industrias culturales. Ahora, la precisin sobre los derechos de edicin de una obra, nunca puso en duda la autora de la misma. Esta ya vena construida y aceptada desde antes que el mercado de industrias culturales exista como tal y esto nos parece un asunto eminentemente antropolgico. Por otro lado ignoramos el dato histrico al que hace alusin cuando habla del escndalo de la plus-vala de las pinturas, esculturas y objetos de arte pero nos parece que ese fenmeno responde a lo que Marx defini como fetichismo de la mercanca. Dice Marx que un objeto cualquiera no bien entra en escena como mercanca se trasmuta en cosa sensorialmente suprasensible (2002:87) Entendemos que una obra artstica, al introducirse como mercanca en un circuito comercial adopta las formas de un objeto comercial, una mercanca y como tal la misma refleja ante los hombres el carcter social de su propio trabajo como caracteres objetivos inherentes a los productos del trabajo, como propiedades sociales naturales de dichas cosas, y, por ende, en que tambin refleja la relacin social que media entre los productores y el trabajo global, como una relacin social entre los objetos, existente al margen de los productores (2002: 88) Por este camino y desde nuestra lectura de las industrias culturales, entendemos que el fenmeno de la valorizacin de obras responde a lgicas del mercado (la escasez, en tanto numero finito de obras de tal autor, hace que pasado el tiempo, estas valgan cada vez ms. Adems en el caso de la pintura cada obra embiste el carcter de objeto nico.) pero intervenidas por mecanismos de valoracin y prestigio que exceden el universo econmico. La construccin del autor y la apreciacin de su talento juega algn papel en ese mercado de prestigio y valoracin donde tal autor vale ms que otro y por ende ese valor se transmite a sus obras y viceversa. 59 Entindase tambin por ledos, interpelados, debatidos. 60 Dice Godelier sobre los Kitoum: objetos que son a la vez donados y guardados se guarda la propiedad pero el objeto (en nuestro caso la obra) es constantemente donado en realidad lo que se intenta es enviarlo cuanto ms lejos mejor y dejarlo circular el mayor tiempo posible, para que arrastre consigo el nombre de su donante originario, para engrandecerlo y para que le propio objeto se cargue cada vez mas de vida, de valor (1996:136)

  • interrumpir el don puede tener alguna consecuencia simblica pero solo ser efectiva si

    se participa del universo simblico que conforma el mundo editorial. Y el fenmeno que

    observamos tiene la particularidad que de quien interrumpe el don, es alguien que nunca

    ha participado de l y probablemente nunca vaya a participar. Para los

    derechohabientes, sencillamente, no hay contradon que devolver. Decamos antes que el

    don es personal, sucede entre personas y se extingue generalmente aunque no

    necesariamente- cuando ellas ya no estn.

    Creemos que estos fenmenos que hemos intentando describir son muy frecuentes en el

    mundo editorial, habra que revisar la historia editorial para buscar los bruscos cambios

    de gestin de derechos que suceden a la muerte de los autores. Segn nuestra hiptesis

    encontraremos all rastros de cmo, a partir la intromisin del derechohabiente, se

    introduce una lgica externa al mundo del autor; externa a las trayectorias y contratos

    no escritos que han convertido al autor y su obra en objetos de valor. Y con esta nueva

    lgica se toman decisiones sobre los destinos y restricciones de circulacin de una obra

    que no se ha producido, sino heredado.

    Bibliografa

    Mauss, M

    Essai sur le don [1925]: Sociologie et anthropologie, Pars, Plon, 1980. Traduccin del docente

    Ensayo sobre el don [1925]: Sociologia y antropologa, Editorial Tecnos. 1979, Madrid (traduccin de Teresa Rubio de Martin Retortillo)

    Levi- Strauss, C. Introduccion a la obra de Marcel Mauss En: Sociologia y antropologa, Editorial Tecnos. 1979, Madrid (traduccin de Teresa Rubio de Martin Retortillo)

    Marx, K. El Capital, Tomo 1. Vol. 1. 2002. Siglo XXI, Buenos Aires.

    Bibliografa de Apoyo

    Godelier, M. El Enigma del Don. Paidos, 1996, Barcelona. Abduca, R.G. 2007: La reciprocidad y el don no son la misma cosa. En: Cuadernos

    de Antropologa Social, n 26; Buenos Aires, pp. 107-124. Balazote, Alejandro 2007: Antropologa Econmica y Economa Poltica. Centro de

    Estudios Avanzados, Universidad Nacional de Crdoba

  • Cazeneuve, Jean [1968]: Sociologa de Marcel Mauss. Barcelona, Pennsula, 1970, 135 pp.

    Mauss, M. [1914]: Les origines de la notion de monnaie. uvres, II, pp. 106-112. Traduccin del Abduca (para uso interno de catedra)

    ___ 1924: Apprciation sociologique du bolchevisme. Revue de Mtaphysique et de Morale, enero-marzo 1924; ao 34, vol. 1, pgsp. 103-132, Pars, Armand Colin. Traduccin de Abduca (para uso interno de catedra)

    Quirs. E. G. Fundadores y descendientes 2009. Editorial SB. Buenos Aires.

    Fuentes:

    Diario la Capital 18/10/2012 : http://www.lacapital.com.ar/la-ciudad/El-editor-historico-del-Negro-Fontanarrosa-dijo-que-Planeta-rompio-los-codigos-20121018-0003.html

    Diario Clarin: 19/10/2012: http://www.clarin.com/sociedad/Roberto-Fontanarrosa-vuelven-libros-litigio_0_794920600.html

    Abraham, Carlos. La editorial Tor. Medio siglo de libros populares 2012. Ed. Tren en movimiento. Buenos aires.

    FONTANARROSA, R. Negar Todo 2013. Ediciones de la Flor, Buenos Aires. Editores y polticas editoriales en Argentina, 1860-2000. Jose Luis de Diego (director).

    2003, Fondo de Cultura Econmica. Buenos Aires Clik, boletn informativo del laboratorio de industrias culturales N1 de septiembre de

    2006. Puede consultarse en la pgina del sistema nacional de consumos culturales (SINCA) www.sinca.com.ar