integrismo -...

24
Integrismo Integrismo Año XI, Nº 23, Noviembre 2015 - Director : Pbro. Héctor Lázaro Romero Año XI, Nº 23, Noviembre 2015 - Director : Pbro. Héctor Lázaro Romero

Upload: vutram

Post on 19-Sep-2018

221 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

1

Integrismo

IntegrismoIntegrismo

‘ ’

Año XI, Nº 23, Noviembre 2015 - Director : Pbro. Héctor Lázaro RomeroAño XI, Nº 23, Noviembre 2015 - Director : Pbro. Héctor Lázaro Romero

2

Integrismo

RRRRREVISTAEVISTAEVISTAEVISTAEVISTA INTEGRISMO INTEGRISMO INTEGRISMO INTEGRISMO INTEGRISMO NNNNNº 23º 23º 23º 23º 23SumarioSumarioSumarioSumarioSumario

Editorial............................................................................................................................................................2

Ni instruidos ni tridentinos................................................................................................................................6

Noticia / Reflexión..............................................................................................................................................20

El Tesoro escondido............................................................................................................................................21

Unigenitus Dei Filius - extractos.......................................................................................................................24

CCCCCCCCCC omo parte del testimonio de la Fe, desdenuestros primeros números denuncia-mos a los modernistas que ocupan las

estructuras de la Iglesia. En esto –gracias aDios– estamos lejos de ser los únicos, y comola aparición de nuestra revista no es muy fre-cuente, los actos y declaraciones de los mo-dernistas se multiplican y ya muchos otros loshan denunciado y comentado. Por eso aquímás de uno seguramente encontrará hechosya conocidos y señalados. Pero al mismo tiem-po encontrará algo un poco menos común: lainvitación apremiante a sacar las últimas con-secuencias de estos hechos, tanto en la teoríacomo en la práctica, en una absoluta fidelidadal Magisterio de la Iglesia, única norma pró-xima de la Fe.

Aprovechamos también para mencionar,de manera general, respecto de las fuentes quecitamos, que no necesariamente compartimossus posiciones o puntos de vista (lo que nosiempre puede ser evidente).

En nuestro nº 21, siguiente a la elección deBergoglio, publicamos un artículo de Mons.Sanborn en el que se enumeraban varios delos errores de aquel, entre ellos su cercaníacon la izquierda, con el comunismo y el socia-lismo. Para testimonio, el siguiente:

EditEditEditEditEditorialorialorialorialorialEditEditEditEditEditorialorialorialorialorial

Imagen de tapa: Tapa de septiembre pasado de “Newsweek” (cuya reproducción se nos disculpará),hasta ellos se preguntan si Bergoglio es católico... la revista atribuye la duda a lo que los medios dicende él, pero la realidad es que con las declaraciones (y actos) “oficiales” tenemos más que suficiente...

Como nuestros lectores saben, aquel aquien Castro llama “papa” “hablaba así” des-de hacía tiempo: en el editorial del nº 7 hacía-mos referencia al “proceso de canonización”–promovido por el entonces “arzobispo deBuenos Aires” en el 2005– de sacerdotes pa-lotinos argentinos colaboradores de los gue-rrilleros conocidos como “Montoneros”. Y enel nº 13 (siempre en el editorial) se habla delobispo argentino Angelelli, cuyo proceso debeatificación se ha “autorizado”, según se pu-blicara en mayo pasado (http://www.lanacion.com.ar/

1791713-luz-verde-del-vaticano-para-la-beatificacion-del-

obispo-angelelli); algo similar sucede con otrosobispos pro-marxistas, como el brasileño Hel-der Cámara (http://www.zenit.org/es/articles/abriran-el-

proceso-de-beatificacion-de-don-helder-camara, publi-cado en abril pasado) o el salvadoreño Rome-ro, quien obtuviera la “beatificación” el mismomes de mayo. Sin dudas, Bergoglio “sigue ha-blando así”…

Y no solo envía señales más que claras alos comunistas; el famoso “Sínodo sobre la fa-milia”, siguiendo un juego similar al que losmodernistas utilizaran durante el Concilio,dejó puertas abiertas respecto de la homose-xualidad (en su primera parte; cfr. también lasfotos y referencias que acompañan este edi-torial sobre algunas de las muchas otras se-ñales de Francisco en este sentido) y del te-ma de los divorciados vueltos a casar (en susegunda parte).

Raúl Castro:Raúl Castro:Raúl Castro:Raúl Castro:Raúl Castro: “Si el Papasigue hablando asísigue hablando asísigue hablando asísigue hablando asísigue hablando así,

comenzaré a rezar yvolveré a la Iglesia.

Y no lo digo en broma”.http://www.republica.com.uy/castro-elogia-a-

francisco/516006/ (11/5/2015)

3

Integrismo

Alguno quizás objetará con esta noticia(del 3/10/2015, justo antes de la reapertura delSínodo), que tuvo impacto en la opinión públi-ca: http://www.circuloinformativo.com.mx/el-vaticano-ex-

pulsa-sacerdote-homosexual/. Pero no hay que olvi-dar que lo que el vocero del Vaticano lamentófue sobretodo la difusión pública del hecho yel momento que eligió para hacerlo este “sa-cerdote”, funcionario de la Congregación parala doctrina de la fe, quien no había sido parti-cularmente inquietado hasta entonces.

El mismo vocero, reconoció, durante la par-te final del Sínodo, la existencia de una cartade un grupo de “cardenales” a Francisco (cfr.http://www.news.va/es/news/el-padre-federico-lombardi-pre-

cisa-sobre-una-carta) difundida por internet, aun-que negó que la misma contuviera los térmi-nos críticos publicados. No sabemos si se de-be a estas intervenciones que los textos delSínodo (en particular sobre los temas más “ál-gidos”) no fueran aún más directos…

A quienes Bergoglio parece haber escu-chado entusiastamente es a los miembros delSínodo que le pedían aún más colegialidad y“sinodalidad” en los procesos canónicos de nu-lidad matrimonial (los cuales reformó en sep-tiembre pasado), concediendo más poderes alos obispos y restándoselos a la Rota Romana,como notaran varios observadores críticos.

Francisco lava los pies el Jueves Santo a reclusos,entre los cuales un transexual (2/4/2015)

http://www.traditioninaction.org/RevolutionPhotos/A621-Trans.htm

http://www.eluniversal.com.mx/articulo/mundo/2015/08/28/papa-envia-carta-escritora-de-libros-

infantiles-gay

http://www.lavoz.com.ar/mundo/el-vaticano-confirma-encuentro-del-papa-con-una-pareja-gay

(3/10/2015)

Consecuencias de la prédica de Francisco:cartel de Paraguay, cuya foto hemos suprimido...

Francisco recibe a Michele de Paolis, sacerdotepromotor del homosexualismo (6/5/2014)

http://www.foggiatoday.it/cronaca/incontro-don-michele-de-paolis-papa-francesco.html

http://www.traditioninaction.org/RevolutionPhotos/A573-Homo_Kiss.htm

Francisco recibe en audiencia a un transexualespañol y a “su novia”:

http://www.cuatro.com/noticias/sociedad/Diego-transexual_espanol-Francisco-

papa_Francisco_2_1931505089.html (28/1/2015)

“La atención pastoral a las personas con orientación ho-mosexual

55. Algunas familias viven la experiencia de tener en suseno a personas con orientación homosexual. A este res-pecto, nos hemos preguntado qué atención pastoral re-sulta oportuna ante esta situación, con referencia a loque enseña la Iglesia: ‘No existe ningún fundamento paraasimilar o establecer analogías, ni siquiera remotas, entre lasuniones homosexuales y el designio de Dios sobre el matri-monio y la familia’. No obstante, los hombres y las mujerescon tendencias homosexuales han de ser acogidos con res-peto y delicadeza. ‘Se evitará, respecto a ellos, todo signo dediscriminación injusta’ (Congregación para la Doctrina dela Fe, Consideraciones acerca de los proyectos de reconoci-miento legal de las uniones entre personas homosexuales, n. 4)”.https://sinodo2014.wordpress.com/documentos/relatio-synodi/(8/11/2014) [negritas y corchetes nuestros, n.d.r.].

“En el punto 84, se indica que los divorciados y vuel-tos a casar civilmente ‘tienen que ser más integrados enlas comunidades cristianas’ entretanto evitando ‘ocasionesde escándalo’. Recuerda que ‘son bautizados, hermanos yhermanas, y su participación puede expresarse en diversosservicios en la Iglesia, y por lo tanto ‘es necesario discernircuales diversas formas de exclusión actualmente prac-ticadas en ámbito litúrgico, pastoral, educativo e institu-cional puedan ser superadas’”.http://www.zenit.org/es/articles/el-sinodo-aprobo-su-relacion-final-y-la-presento-al-papa (24/10/2015)

4

Integrismo

Por otra parte, en nuestro país, como sesabe, a finales de octubre tuvieron lugar las e-lecciones. Basta investigar un poquito las re-laciones de todos los políticos con Israel o susideas respecto del aborto, la llamada “saludreproductiva”, las uniones homosexuales, etc.,para comprender por qué damos la razón aautores nacionalistas, como Santiago RoqueAlonso, cuando llaman a la resistencia civil o ala abstención patriótica.

En cuanto al mundo “tradicionalista”, enseptiembre pasado se supo que Francisco ex-tendió su “Año Santo de la Misericordia” a laFraternidad San Pío X, a cuyos sacerdotes con-cedió absolver durante ese período “válida ylícitamente”, con agradecimiento del superiorgeneral… Y en marzo (también de este año),por pedido del “arzobispo” modernista de Bue-nos Aires, el gobierno argentino reconoció an-te la ley a la Fraternidad como asociación dio-cesana y parte de la Iglesia Católica… Aun-que en Buenos Aires los superiores de la Fra-ternidad aseguraban a sus fieles que esto erasólo un asunto “administrativo”, nosotros pre-

continúa en pág. sig.

“Compartir experiencias... los cristianos con laBiblia y los musulmanes con el Corán...”:

http://www.romereports.com/2014/01/20/a-refugiados-cristianos-y-musulmanes-la-fe-que-os-dieron-vuestros-padres-os-ayudara-a-salir-adelante

Francisco reza en la mezquita de Turquía (29/11/2014).

“Una mirada muy especial se dirige al pueblo judío,cuya Alianza con Dios jamás ha sido revocada”:http://w2.vatican.va/content/francesco/es/apost_exhortations/documents/papa-francesco_esortazione-ap_20131124_evangelii-

gaudium.html#Las_relaciones_con_el_Juda%C3%ADsmo

Francisco recibe la “bendición” del “primado”anglicano J. Welby (16/6/2014).

El anglicano A. Palmer enterrado como obispo católico,a pesar de que Francisco lo disuadió de convertirse

https://gloria.tv/media/EZspLBxStq2 (10/8/2014).

Francisco recibe a Milagro Sala, dirigente marxista,indigenista, “pro-homo”, y bendice hojas de coca,

planta “sagrada” para los indios:http://www.romereports.com/2014/06/09/poblacio-nes-indigenas-de-argentina-regalan-hojas-de-

coca-al-papa

El Presidente de Bolivia ofrece a Francisco un Cristocrucificado en un martillo y hoz... (8/7/2015)

“¿Qué cosa sintió cuando vio esa hoz y el martillo conCristo, ofrecido por el Presidente Morales? Y ¿dónde ha ter-minado ese objeto?

Yo (…) no conocía esto, y tampoco sabía que el Padre Es-pinal era escultor y poeta también. (…) Se le puede calificarcomo el género del arte de protesta. Por ejemplo, en BuenosAires algunos años atrás se hizo una muestra de unbuen escultor, creativo, argentino [León Ferrari, n.d.r.]. (…)Era arte de protesta, y yo recuerdo una de sus obras que eraun Cristo crucificado que estaba sobre un bombarderoque caía. Era una crítica del cristianismo que se habíaaliado con el imperialismo que era el bombardero. (…)Yo lo califico como arte de protesta que en algunos casospuede ser ofensivo, en algunos casos [!? Yo recuerdo otrade sus muchas obras de “arte” en la que una réplica de la Úl-t ima Cena estaba dentro de una jaula de pájaros, de los queno diré lo que hacían sobre el la. . . !?] . (…) El Padre Espinalfue asesinado en los años 80. Era un tiempo en el cual lateología de la liberación tenía diferentes ramas, uno deestos [?] era el análisis marxista de la realidad, y el Pa-dre Espinal pertenecía a este. (…) Hagamos la hermenéuti-ca de esa época. Espinal es un entusiasta de este análi-sis de la realidad marxista, pero también de la teología,usando el marxismo. De esto ha salido esa obra. Tambiénlas poesías de Espinal pertenecen a este género de protesta,pero era su vida, era su pensamiento, era un hombre especial,con mucha genialidad humana, y que luchaba en buena fe.Haciendo una hermenéutica de este tipo yo entiendo estaobra [nosotros también... ¿?]. Para mí no ha sido una ofensa.Pero he tenido que hacer esta hermenéutica [?] y lo digo austedes para que no surjan opiniones equivocadas [!?]. Esteobjeto ahora (...) viene conmigo. Usted tal vez ha escucha-do que el Presidente Morales ha querido darme (...) la Or-den del Padre Espinal (…) He pensado dejarlo a la Virgende Copacabana, la Madre de Bolivia (...), estará en el Santua-rio de Copacabana la Virgen con estos reconocimientos (..).En cambio, el Cristo lo llevo conmigo”.http://www.news.va/es/news/conversacion-del-papa-con-los-periodis-tas-en-el-vi (13/7/2015); http://www.news.va/es/news/oferta-de-dones-a-la-virgen-de-copacabana-patron-2 (11/7/2015)

5

Integrismo(…) “Creo que con la Ortodoxia estamos en camino. (…) ¿Qué debemos esperar? ¿Que los teólogos se pongan de acuerdo?

Nunca llegará ese día (...) Atenágoras había dicho a Pablo VI: ‘Nosotros vamos adelante solos y metamos a todos los teólogos enuna isla, ¡que piensen!’ (…) Este es el ecumenismo espiritual: orar juntos, trabajar juntos, tantas obras de caridad (...) Enseñarjuntos. (…) Luego está el ecumenismo de la sangre, cuando matan a los cristianos; tenemos tantos mártires, empezando porlos de Uganda, canonizados [por Pablo VI, n.d.r.] hace 50 años: la mitad eran anglicanos, otra mitad católicos; pero aquellos [quelos mataron] no decían: ‘Tú eres católico... Tú eres anglicano...’. No: ‘Tú eres cristiano’, y la sangre se mezcla. (...) Nuestros már-tires nos están gritando: ‘¡Somos uno! Ya tenemos la unidad, en el espíritu y también en la sangre’. (…) Hay que seguir adelantecon aquella petición de Juan Pablo II: ‘Ayúdenme a encontrar una forma de Primado en la que podamos estar de acuerdo’. (…)

(…) La Iglesia tiene el defecto, el hábito pecaminoso, de mirarse demasiado a sí misma, como si creyera tener su propia luz.(…) Y cuando la Iglesia se mira demasiado a sí misma, surgen las divisiones. (...) Hoy hablábamos (…) de un momento (…) dondefue un cardenal a dar la excomunión del Papa al Patriarca: en aquel momento, la Iglesia (...) no ha mirado a Jesucristo. (…)https://w2.vatican.va/content/francesco/es/speeches/2014/november/documents/papa-francesco_20141130_turchia-conferenza-stampa.html

ferimos volver a aconsejar la lectura del si-guiente artículo: http://integrismo.over-blog.com/2015/

09/el-fin-de-un-equivoco.html, que también hace a-lusión al nombramiento como juez otorgadopor el Vaticano (en junio pasado) a Mons.Fellay durante un proceso canónico…

Dentro de quienes también se reclamancomo los verdaderos discípulos de Mons. Le-febvre, el jefe de la “resistencia”, Mons. Wi-lliamson (conocido por su anti-sedevacantis-mo, cfr. como ejemplo el editorial del nº 9 denuestra revista), hizo, en junio pasado, una desus peores declaraciones, según las cualesexcepcionalmente se podría hallar la graciasantificante en la misa nueva… Mons. San-born le dirigió una respuesta desde su blog:http://inveritateblog.com/2015/07/29/christ-or-belial/

Corroboramos nuevamente que la confu-sión reina en amplios sectores de lo que se lla-ma “tradicionalismo”, y desgraciadamentetambién existe en varios sectores de lo que sellama “sedevacantismo”. Y esto, consecuen-cia de la situación de la autoridad en la Igle-sia, es también la gran razón de la división en-tre los católicos que quieren ser fieles a laTradición de la Iglesia: no puede haber uni-dad sino en la profesión íntegra de la Fe Ca-tólica, en la fidelidad estricta a la doctrinade la Iglesia, y en el rechazo consecuente detoda posición que se aparte de esto. Lo cualsupone, como hemos dicho varias veces, unacorrecta comprensión de la situación de la au-toridad en la Iglesia, basada en el dogma, ycon las consecuencias prácticas que derivannecesariamente. Todos aquellos que tratan se-riamente de respetar estos necesarios presu-puestos, conservan la unidad entre ellos en lacaridad y en la celebración de la Santa Misafuera de toda comunión con los modernistas,por eso es que la división es una cuestión re-lativa. Y esto, a su vez, también explica queciertas divisiones sean necesarias.

Decía el P. Ricossa: “una de las conse-cuencias deplorables de la actual crisis de laautoridad (en la Iglesia Católica, y también

fuera de ella) es la dispersión del rebaño cuyopastor ha sido herido, por lo cual cada ovejadel rebaño se erige en maestro en la Iglesiade Dios, sin tener ni la misión para ello, ni laautoridad, ni frecuentemente la capacidad.Como en tiempos de la reforma luterana, elúltimo ignorante hoy diserta sobre dogmasque ignora, interpreta la Escritura, se cree teó-logo, quiere enseñar al sacerdote la liturgia,no cree en la infalibilidad del Papa, pero enla propia...” (Integrismo nº 19, pág. 9). Y con-funde el nivel doctrinal con el personal (agre-gramos), entre otras actitudes.

No puede haber unidad sino en la verdady en la caridad, en la fe y en la doctrina, en elrespeto de la enseñanza y disciplina de la Igle-sia, desde estas páginas hemos aportado nues-tra modesta contribución en ese sentido con lapublicación de artículos sólidamente funda-mentados: como por ejemplo, sobre la cues-tión de la validez de las órdenes de Mons.Lefebvre, refutando el error contrario de cier-tos “sedevacantistas”; sobre la validez de lasórdenes de Mons. Thuc, refutando el errorcontrario de muchos lefebvristas (cfr. http://

i n t eg r i smo .ove r -b log . com/a r t i c l e -documen tos -

50950108.html). Dichos artículos se basan enargumentos objetivos, extraídos de la teologíasacramental y de la práctica de la Iglesia, enel hecho de tales consagraciones, conferidasy atestadas debidamente. Pero desgraciada-mente en diversos grupos “tradicionalistas” o“sedevacantistas” no existe el necesario res-peto de la teología, de la doctrina, práctica ydisciplina de la Iglesia; lo cual puede acarrearcomo consecuencia (de las más terribles) elhecho de que las órdenes sagradas en ellos es-tén comprometidas respecto de su licitud o desu validez.

La publicación aquí del importante ar-tículo que sigue (del 2003, insertado en el blogde Integrismo y enviado a nuestros lectores)quiere ser entonces un aporte en pro de launidad en la fe y en la caridad entre los ca-tólicos fieles a la Tradición de la Iglesia.

6

Integrismo

ser un sacerdote u obispo católico. Resulta queha sido ordenado o consagrado por un “obis-po” igualmente sin formación, conectado concatólicos viejos (1), la Iglesia Apostólica Bra-sileña (2), el Palmar de Troya (3), u otros.

Permitir a tales hombres actuar como sa-cerdotes entre nosotros es, por lo menos, con-tradictorio. Como tradicionalistas estimamosla Misa tridentina. Pero una Misa tridentinadebería ser celebrada por un sacerdote “triden-tino”, o sea, alguien formado conforme a lasnormas del Concilio de Trento.

Aquellos de nosotros con edad suficientecomo para recordar cómo funcionaba el sis-tema tridentino y cuáles eran los criterios queéste disponía, encuentran la noción de un sa-cerdote sin formación no sólo extraña, sino po-sitivamente espantosa.

A principios de los sesenta, cuando teníacatorce años, comencé la vida eclesiástica en-trando al seminario menor con otros 125 jóve-nes. Sabíamos exactamente lo que la Iglesiapedía antes que pudiésemos ser ordenados:seis años de seminario menor (con latín cadaaño), y otros seis años de seminario mayor(dos de filosofía, cuatro de teología). Sólo siperseverábamos tras doce años –habiendo si-do examinados y juzgados en cada paso del iti-nerario– podíamos entonces esperar ser orde-nados. No había excepciones, porque (comoincluso los mismos jóvenes ya sabían), elsacerdocio era el oficio más importante delmundo, y un día dependería de ti el que un al-ma fuera al cielo o al infierno.

Los laicos toleran a veces a los sacerdotes“tradicionalistas” ni instruidos ni tridentinos,porque no conocen los exigentes requisitos deuna ordenación sacerdotal. En otros casos, loslaicos pueden sentir que sólo cuentan los “sa-cramentos válidos”, y que el resto es sólo unadecoración legalista, entonces, ¿por qué sertan quisquillosos?

La experiencia, sin embargo, enseña quelos sacerdotes sin instrucción ni formación sonuna bomba de tiempo a punto de explotar.Cuando la explosión ocurre, se siguen los es-cándalos y las almas son alejadas de la Misatradicional.

Y cuando un sacerdote u obispo emergedesde un submundo eclesiástico en el que na-die ha tenido una formación apropiada, ¿es, entodo caso, seguro asumir que su ordenación oconsagración ha sido válida?

Ni instruidos ni tridentinos:Ni instruidos ni tridentinos:Ni instruidos ni tridentinos:Ni instruidos ni tridentinos:Ni instruidos ni tridentinos:Las Sagradas Órdenes yLas Sagradas Órdenes yLas Sagradas Órdenes yLas Sagradas Órdenes yLas Sagradas Órdenes y

la ineptitud canónicala ineptitud canónicala ineptitud canónicala ineptitud canónicala ineptitud canónicaPor el Padre Anthony CekadaPor el Padre Anthony CekadaPor el Padre Anthony CekadaPor el Padre Anthony CekadaPor el Padre Anthony Cekada

El problema del clero sin formación en elmovimiento tradicionalista

os siguientes incidentes realmente tuvie-ron lugar en diferentes capillas tradiciona-

les de los Estados Unidos:• Un hombre casado, revestido con los or-

namentos sacerdotales, está frente al altar tra-tando de decir la Misa tridentina, pero obvia-mente no tiene idea de cómo hacerlo. El acóli-to (un laico devoto) se levanta, se para junto al“Padre” y durante el resto de la Misa indicaqué hacer al desorientado celebrante.

• El “Padre” está llevando a cabo las cele-braciones de Semana Santa en una capilla tra-dicional de Louisiana. Se compra una salchi-cha con salsa picante, y menciona de paso queacaba de comerse casi todo en el estaciona-miento del mercado. Es Viernes Santo.

• El “Padre” se ha olvidado de consagraruna hostia adicional para la Exposición delSantísimo después de Misa. Bendice a la fe-ligresía con una custodia vacía, y le dice al a-cólito: “espero que nadie lo note”.

En cada uno de estos incidentes (y en mu-chos otros semejantes), nos encontramos conun fenómeno extraño e inquietante: un supues-to sacerdote que ha sido ordenado sin la for-mación apropiada de un seminario.

En algunos casos, quizás fue formado co-mo hermano religioso, o quizás pasó un año odos en un seminario. Pero nunca completó losestudios eclesiásticos requeridos (Latín, Filo-sofía, Teología). Un obispo crédulo o impru-dente vino, le ordenó en el rito tradicional, yentonces él empezó a ofrecer Misa y oír con-fesiones en una capilla tradicional.

O peor, puede incluso carecer de estas in-significantes credenciales. Es un criador de a-ves, enfermero, cobrador de impuestos, fabri-cante de ornamentos, cocinero, médico, ex-convicto, maestro de escuela, un seminaristaexpulsado tres veces, algunas veces con unpasado marital incongruente (casado, divor-ciado, anulado). Un día se presenta en algúnlugar para rezar la Misa tridentina, diciendo

LLLLL

7

Integrismo

En cualquier caso, válida o no, la presen-cia de una tal persona en el altar y en el con-fesionario degrada al sacerdocio y pone en pe-ligro a las almas.

Enseñando el derecho canónico y el dere-cho sacramental en una institución que for-ma a jóvenes para ser sacerdotes católicos, el“Most Holy Trinity Seminary”, decidí escribirun artículo para explicar algunos de los prin-cipios que la ley de la Iglesia, la teología mo-ral y los pronunciamientos papales determi-nan para la recepción y colación de las Sagra-das Órdenes.

Aquí trataré los siguientes tópicos:1) La aptitud canónica para la ordenación,

es decir, los criterios que el derecho canónicodefine para determinar si un candidato es o noapto para el sacerdocio.

2) El carácter pecaminoso de conferir lasSagradas Órdenes a un candidato inepto.

3) Si las órdenes conferidas por obisposque eran ellos mismos canónicamente ineptospara el sacerdocio deben ser presumidas váli-das.

4) Si un candidato inepto que ha recibidolas órdenes puede ejercerlas.

5) Algunas objeciones.Como veremos, las normas de la Iglesia

son exigentes, y aquellos que no las cumplenson ineptos para recibir, ejercer o conferir elsacramento del Orden. El ministerio de un talclero, por lo tanto, debería ser evitado en to-das partes por los católicos tradicionales.

Espero también que esta discusión ayuda-rá al lector laico a mejor comprender y apre-ciar la formación de seminario tradicional re-cibida por los sacerdotes católicos.

I. La aptitud canónica:Las exigencias de la Iglesia

Desear simplemente ser sacerdote, inclu-so por un noble motivo, no significa que se

tenga verdadera vocación. Moralistas y cano-nistas enseñan que el candidato debe poseerademás, aptitud canónica (idoneitas canonica).

El canon 974, 1 determina los dos criteriosgenerales que son la clave para afirmar la ap-titud canónica de un candidato:

1) “Que sus costumbres sean conformes conel orden que ha de recibir”, la virtud, en otraspalabras.

2) “Que posea la ciencia debida” (4).Si un candidato no posee estas cualidades,

es canónicamente inepto, no tiene por qué vol-verse sacerdote, y su ordenación sería grave-mente ilícita.

Ordinariamente, ¿dónde y cómo es hechoeste juicio? Los decretos del Concilio de Tren-to prescribían que “aquellos que serán orde-nados deben vivir en un seminario, y ser for-mados allí en la disciplina eclesiástica, y re-cibir las Sagradas Órdenes después de habersido apropiadamente juzgados” (5).

El canon 972, 1 establece la regla general:“Debe procurarse que los aspirantes a las sa-gradas órdenes sean recibidos en el Semina-rio… pero todos deben vivir en él por lo me-nos durante todo el tiempo del estudio de lasagrada teología” (6).

El programa del seminario asegura que losordenandos son “apropiadamente juzgados”(rite probati) en base a sus conductas y cono-cimientos, y por lo tanto canónicamente aptospara la ordenación.

Virtud y conocimiento sólo pueden ser ad-quiridos, examinados y juzgados a través de unlargo período de tiempo. El siguiente es un re-sumen de la formación espiritual e intelectualque se supone que debe proveer el seminario.

A. Conducta virtuosa

¿Qué tipo de “costumbres” (mores con-gruentes) se requieren en un candidato a lasSagradas Órdenes?

Ordenaciones por Mons. Dolan en el “Seminario de la Santísima Trinidad”, asiste su director, Mons. Sanborn

8

Integrismo

16:3017:0017:4518:0018:3020:0021:0023:00Un tal horario inculca en el seminarista el

hábito de la regularidad en la vida espiritualque se supone deberá continuar luego de su or-denación. Seguirlo fielmente durante muchosaños, indica en él la autodisciplina y la serie-dad de propósitos que son indispensables parauna devota y celosa vida sacerdotal.

3) Dirección espiritual habitual. Se re-quiere que cada seminarista tenga un directorespiritual, un sacerdote que no sea el rector delseminario, que lo guiará en su vida espiritualpersonal. El seminarista se reúne regularmen-te con su director para hablar de su progresoespiritual y sus defectos.

4) Observación y corrección de los su-periores. Los superiores deben conocer biena sus seminaristas y, cuando fuera necesario,corregirlos por sus faltas o defectos. Esto sehace privada o públicamente, a discreción delsuperior. El seminarista aprende a aceptar ta-les correcciones de buen grado, como mediosque llevan a la virtud.

5) Evaluación profesoral antes de lasÓrdenes. Los sacerdotes profesores del se-minario deben discutir y (si fuera necesario)votar respecto a la aptitud de un candidato an-tes de que sea promovido a las Sagradas Ór-denes.

B. El conocimiento requerido

Uno tras otro, los Papas enseñan que laaptitud intelectual y el conocimiento son in-dispensables para un sacerdote.

En su Motu Proprio prescribiendo el Ju-ramento anti-modernista, el Papa San Pío Xadvierte que el “cultivo de la mente” y una“gran riqueza de doctrina” son tanto más ne-cesarias en los candidatos a las Sagradas Ór-denes que tendrán que combatir los insidiososerrores de los modernistas (9).

Pío XI advierte: “Teman, pues, por susalvación los que se acercan sin preparaciónni experiencia a la cura de almas. No sopor-tará impunemente su ignorancia aquel

LimpiezaVísperas cantadasLectura espiritual o ConferenciaCenaRecreaciónRosario, Gran SilencioRetirarse a las habitacionesExtinción de luces

El canonista Regatillo explica que esto sig-nifica las dotes gratiæ, las virtudes sobrenatu-rales, especialmente “piedad, castidad, ausen-cia de avaricia, celo por las almas, espíritu dedisciplina, y obediencia” (7).

Lleva años, como lo ha mostrado la prácti-ca prudente de la Iglesia, inculcar estas virtu-des a un candidato y verificar que ellas se hanvuelto parte de su carácter.

En su encíclica sobre el sacerdocio católi-co y la formación del seminario, el Papa Pío XIseñala el cuidado con que debe hacerse estejuicio:

“Ateneos, por lo tanto, al consejo del antescitado Crisóstomo: ‘No es después de la pri-mera prueba, ni después de la segunda o ter-cera, cuando has de imponer las manos, sinocuando lo tengas todo bien consideradoy examinado’. Lo cual debe observarse so-bre todo en lo que toca a la santidad de la vi-da de los candidatos al sacerdocio. ‘No bas-ta –dice el santo obispo y doctor San AlfonsoMaría de Ligorio– que el obispo nada malosepa del ordenando, sino que debe asegurar-se de que es positivamente bueno’” (8).

Los principales elementos que aseguranesto en un seminario son:

1) El reglamento del seminario. Ésteorganiza la vida diaria del seminarista y lo for-ma en las virtudes que convienen a un clérigo.Regula la conducta general, las prácticas espi-rituales, la vestimenta apropiada, los tiemposde silencio, obligaciones domésticas, recrea-ción aceptable, permisos requeridos, etc.

2) El horario del día. La vida del semi-nario sigue un detallado horario del día conactividades espirituales comunes recurrentes(meditación, lectura espiritual, Rosario, OficioDivino).

Este es nuestro horario en el Most HolyTrinity Seminary:

5:406:206:507:007:508:3012:3013:0013:4515:1515:30

LevantarseMeditaciónÁngelusMisaDesayunoClases o estudioAlmuerzoRecreaciónClases o estudioMeriendaDeportes o ejercicio

9

Integrismo

Señor… Ahora bien, si jamás en épocas an-teriores hacían falta sacerdotes sabios, hoy díase siente mucho más esta necesidad” (10).

Pío XII enfatiza además que el sacerdoteno será capaz de combatir los errores eficaz-mente “si no se conocen a fondo los inconmo-vibles principios de la filosofía y de la teologíacatólica… con solicitud tanta, en virtud deNuestro deber apostólico, hasta aquí Nos he-mos ocupado de la eficaz preparación intelec-tual que al clero ha de darse” (11).

El Código de derecho canónico señala losrequisitos generales para la formación intelec-tual del candidato.

Primero, asume que el joven habrá pasa-do seis años aproximadamente en el seminariomenor, donde ya habrá aprendido bien el la-tín, junto al resto de las materias que se supo-ne que debe estudiar un hombre culto en supaís (12).

Luego, para el programa del seminariomayor que precede a la ordenación sacerdo-tal, el Código prescribe dos años de estudiode la filosofía (y disciplinas relacionadas) ypor lo menos cuatro años de estudio de lateología (13).

Deben notarse los siguientes puntos:

1) Conocimiento del latín. Un sacer-dote debe saber latín no solamente por laMisa, sino también porque el latín es el len-guaje del Breviario y de la teología católica.

Un sacerdote que ignora el latín no en-tenderá el Breviario (Oficio Divino), que cons-tituye la parte principal de su oración diaria.Pronto se volverá un ejercicio mecánico paraél, más que un gozo; será sordo e indiferente ala voz de la oración oficial de la Iglesia.

La ignorancia del latín implica virtualmen-te la ignorancia de la teología, o como muchoque el entendimiento del sacerdote nunca serámás que superficial. Todos los grandes trata-dos de dogma, teología moral y derecho canó-nico están disponibles sólo en latín. La igno-rancia del latín lo deja fuera de este cuerpovasto y profundo de conocimiento.

Dice Pío XI sobre el asunto: “Todos los clé-rigos deberán ser suficientemente conocedo-res y peritos de esa lengua… ¿Cómo podríaesperar alguien detectar y refutar estos erro-res [teológicos], a menos que conserve fiel-mente el significado de los dogmas de fe y lafuerza de las fórmulas por las cuales fueron

solemnemente proclamados, a menos que do-mine el lenguaje que utiliza la Iglesia?” (14).

Y Pío XII: “Que no haya sacerdote queno pueda leer y hablar el latín con comodidady facilidad… El ministro sagrado que lo igno-ra debe ser considerado deplorablemente faltode refinamiento intelectual” (15).

Y aquí, permítasenos enfatizar lo que losPapas y el derecho canónico requieren de he-cho: no meramente que el seminarista puedapronunciar el latín, que haya aprendido “al-go” de latín, o que haya “pasado” uno o doscursos de latín, sino que el seminarista enverdad conozca y comprenda el latín.

Lograr esto requiere de un buen profesor,un estudiante dedicado, y numerosos ejerci-cios.

En el Most Holy Trinity Seminary, el latínes enseñado en tres niveles: elemental (gra-mática fundamental y sintaxis), intermedio(prosa y composición) y avanzado (prosa,composición y traducciones de lecturas delos Padres de la Iglesia). El seminarista reali-za ejercicios y traducciones en clases de unahora y media, cinco tardes a la semana, hastaque el sacerdote instructor comprueba que elestudiante entiende la gramática y sintaxis la-tinas. A veces, esto puede tomar varios años.

Se le efectúa luego al seminarista un exa-men en el cual debe traducir textos teológicosen latín. Si el instructor y el rector están satis-fechos y convencidos de que el seminaristacomprende suficientemente el idioma, quedaexceptuado de la clase. Si aún no están per-suadidos, el seminarista debe volver a las cla-ses hasta adquirir un conocimiento suficien-temente convincente.

Además, yo mismo dicto un curso sobrelos salmos en latín del Breviario, los cualesforman la mayor parte del Oficio Divino, quelos clérigos deben rezar diariamente desde elsubdiaconado.

Los seminaristas deben traducir los sal-mos línea por línea en clase, rendir exámenesdiarios sobre el vocabulario especial de lossalmos y aprender el significado de aproxima-damente 240 pasajes latinos del Psalterio par-ticularmente difíciles de entender (espero de-jar algo de este material disponible en Interneten: www.traditionalmass.org).

2) Filosofía. Esta disciplina trata de im-partir un conocimiento sistemático y profundo

10

Integrismo

de las causas y las razones de las cosas en eluniverso. Considera el mundo, la causa delmundo, y el hombre mismo (su naturaleza, o-rigen, operaciones, fin moral, y actividadescientíficas).

La comprensión de la filosofía escolásti-ca (“tomista”), es un pre-requisito necesariopara entender la teología católica.

Las principales materias de esta discipli-na son: lógica, cosmología, psicología natu-ral, metafísica, ética, teodicea, historia de lafilosofía, y esto requiere más de 400 horas declase, a lo largo de tres años de seminario.

3) Teología. Esta es “la ciencia de Diosy de las cosas divinas”, que examina sistemá-ticamente la revelación sobrenatural a la luzde la fe cristiana.

Debajo hay una lista de los cursos de teo-logía que son enseñados en el Most Holy Tri-nity Seminary. Son los típicamente requeridosen los programas clásicos de teología anterio-res al Vaticano II, aunque algunas materiaspuedan estar repartidas de manera diferente.

Los primeros dos títulos de la lista, teolo-gía dogmática y moral, constituyen los dos cur-sos principales de estos cuatro años. El pri-mero, es un estudio sistemático de la fe; el se-gundo, un profundo examen de los principiosy la práctica de la moral, y por lo tanto espe-cialmente importante para oír confesiones.

• Teología dogmática. La Revelación.La Iglesia. Dios Uno. Dios Trino. Dios Crea-dor. La gracia. El Verbo Encarnado. Los sa-cramentos. Los novísimos. (680 hs.).

• Teología moral. Principios generales.Virtudes teologales. Virtudes cardinales. Teo-logía ascética y mística. (420 hs.).

• Sagrada Escritura. Introducción. (75hs.). Lectura y comentario de los textos. (ho-ras variables).

Ordenaciones por Mons. Stuyver en el “Seminario San Pedro Mártir” del IMBC, dirigido por el P. Ricossa, asiste Mons. Sanborn

• Derecho canónico. Introducción ge-neral. Derecho sacramental. (180 hs.).

• Liturgia. Historia/Introducción general.Ritos en particular. La era moderna y la MisaNueva. Rúbricas de la Misa. Breviario, traduc-ción del Psalterio. (240 hs.).

• Historia de la Iglesia. Iglesia primi-tiva. Edad Media. Edad Moderna. (210 hs.).

• Práctica. Homilética. Canto gregoriano.Ensayo de la Misa. Teología pastoral.

4) Preparación de los cursos, exáme-nes. Para enseñar eficazmente una mate-ria, el profesor debe preparar notas detalladaspara sí mismo y para sus alumnos. La prime-ra vez que un profesor enseña una materiamayor, necesita unas 3-4 horas para prepa-rar sus notas de cada hora efectiva de claseque dicte.

El seminarista usa estas notas para estu-diar para sus exámenes, que en el Most HolyTrinity debe rendir tres veces al año. No esnecesario aclarar que el seminarista debe a-probar todas las materias mayores.

5) Órdenes y estudios. El Código de de-recho canónico también prescribe el lugar queun seminarista debe haber alcanzado en su e-ducación antes de ser promovido a cada ordenmayor. Estas reglas aplicaban igualmente alclero secular y a las órdenes religiosas.

• Tonsura, Órdenes Menores. No an-tes de comenzar la teología.

• Subdiaconado. No antes de estar ter-minando el tercer año de teología.

• Diaconado. No antes de empezar elcuarto año de teología.

• Sacerdocio. No antes de mediados delcuarto año de teología (16).

Esta era la ley general de la Iglesia. A ve-ces podían concederse dispensas para confe-

11

Integrismo

rir con antelación el subdiaconado y el dia-conado.

II. Ordenación del inepto:Ilícita y pecado mortal

Tal es la formación espiritual y académi-ca que la Iglesia prescribe para asegurar quelos candidatos al sacerdocio son apropiada-mente juzgados (rite probati) en cuanto a siposeen las “costumbres” y la “ciencia debi-da” que, tomadas juntamente, constituyen la“aptitud canónica” (idoneitas canonica) paralas Sagradas Órdenes.

¿Qué pasa si el candidato carece de laformación requerida, y por lo tanto es canó-nicamente inepto? La ley de la Iglesia es clara:

Primero, ordenarlo sería ilícito. El canon974 señala que la conducta moral y el cono-cimiento requerido son condiciones para la or-denación “lícita”, y hemos examinado en de-talle lo que estas condiciones implican.

Segundo, el canon 973 prohíbe al obispoordenar a un candidato canónicamente ineptobajo pena de pecado mortal.

“El Obispo no debe conferir a nadie lasórdenes sagradas, si no tiene certeza moral,fundada en pruebas positivas, de la idoneidadcanónica del candidato; en otro caso, no sólopeca gravísimamente, sino que se exponeal peligro de ser responsable de los pecadosajenos” (17).

Dos cosas a este respecto son particular-mente destacables:

• El canon aplica no sólo a la transmisióndel sacerdocio, sino también a la de las órde-nes inferiores del diaconado y subdiaconado.

• El canon subraya la seria naturaleza deesta prohibición al decir que si el obispo la vio-la, “peca gravísimamente”. Este es uno de lospocos pasajes del Código que menciona es-pecíficamente el pecado mortal como conse-cuencia de la violación de un canon.

El canonista Regatillo explica que este esun pecado “contra el bien común, que es per-judicado grandemente por los ministros indig-nos” (18).

Y finalmente, en el certificado que el obis-po ordenante emite luego de la ordenación, éldebe jurar que el candidato que ha promovi-do ha sido previamente examinado como esdebido y “considerado apto” - idoneum reper-tum (19).

III. Validez de las Órdenes Sagradasde parte de obispos ineptos

He ampliamente demostrado en otros lu-gares que los canonistas, moralistas y variosdecretos eclesiásticos concedían una presun-ción general de validez a las ordenaciones yconsagraciones episcopales conferidas porobispos católicos, ortodoxos y cismáticos ve-tero-católicos en algunos países (20).

Estas autoridades dan por cierto que to-dos estos obispos siguen los ritos prescriptosen sus respectivos libros litúrgicos, y que en-tonces emplean la materia esencial (imposi-ción de las manos) y la forma (fórmula propiapara cada orden) requerida para la validez deuna ordenación.

Pero, ¿qué tanto se extiende esta presun-ción? ¿Se extiende incluso a las órdenes con-feridas por un “obispo” tradicionalista del gé-nero tan particular mencionado al comienzode este artículo: alguien canónicamente inep-to él mismo para el sacerdocio, carente de unaeducación eclesiástica apropiada, rápidamen-te ordenado sacerdote y elevado al episcopa-do, quizás por un obispo igualmente ignorantey canónicamente inepto?

Dudo que algún canonista haya estudiadoun tal problema en un manual de derecho ca-nónico anterior al Vaticano II: las Órdenes Sa-gradas conferidas por, digamos, un obispogranjero sin formación en latín ni teología.

El principio a ser aplicado, sin embargo, esbastante claro: a menos que alguien haya re-cibido la formación apropiada, no hay presun-ción de validez para los sacramentos que élconfiere, ya que puede no saber lo suficientecomo para conferirlos válidamente.

Esto es fácilmente deducido de los siguien-tes casos.

A. Bautismo por un laico

Todos hemos aprendido en el catecismoque, aunque el sacerdote es el ministro ordi-nario del bautismo, en caso de urgencia inclu-so un laico puede administrar válidamente elsacramento.

El moralista Merkelbach, sin embargo,afirma que la validez de dicho bautismo es amenudo sospechosa en la práctica y reco-mienda que el sacerdote confiera de nuevo elsacramento condicionalmente, a menos que

12

Integrismo

testigos puedan confirmar los hechos, o a me-nos que alguien “absolutamente serio… dignode confianza, prudente, instruido en el ritodel bautismo, asegure haber bautizado al niñocorrectamente” (21).

De manera que mientras que un bautismoconferido por el ministro ordinario siempregoza de la presunción de validez, tal beneficiono es concedido cuando es conferido por otrapersona que no ha sido adecuadamente ins-truida. En su lugar, alguien que sabe lo quees necesario (en este caso, el párroco) debeluego llevar a cabo una averiguación a fin dedeterminar si el sacramento fue conferidoválidamente (22).

Aquí, las ordenaciones del obispo granje-ro caen en la misma categoría que los bau-tismos conferidos por el ignorante sin for-mación: su validez no se presume, sino que sesospecha.

B. Los cismáticos etíopes

Aunque la Iglesia consideró como váli-das las órdenes conferidas por la mayoría delos grupos cismáticos orientales, hubo por lomenos una excepción.

El clero cismático etíope (abisinio) era ge-neralmente considerado ignorante y apenasletrado; así también los cismáticos coptos (e-gipcios), quienes proveían a los etíopes delúnico obispo autorizado para ordenar sacer-dotes en su país. Este obispo, llamado “Abu-na”, era siempre un copto. No tenía por lo tan-to familiaridad con los ritos y la lengua litúr-gica (Ge’ez) etíopes, y su práctica era la deordenar cientos de sacerdotes a la vez en lamisma ceremonia (23).

Frente a esto, Roma decretó que cual-quier sacerdote etíope que quisiera convertir-se y desempeñarse como sacerdote católicotendría que atestiguar primero que el Abunahabía impuesto las manos sobre su cabeza yrecitado las oraciones prescriptas. De otramanera, tendría que someterse a una ordena-ción condicional (24).

Así, cuando el ministro de las SagradasÓrdenes parecía carecer del conocimientorequerido y no se podía asegurar que hubierarealizado correctamente el rito prescripto,Roma no concedía presunción general de va-lidez, y exigía una averiguación para cadacaso particular (25).

C. Los cismáticos vetero-católicos

Canonistas como Beste (26) y Regatillo (27)conceden la presunción de validez a las órde-nes conferidas por los obispos vetero-católi-cos solamente en Holanda, Alemania y Suiza.Sobre las órdenes conferidas por los otros in-numerables obispos vetero-católicos en fun-ciones (en Estados Unidos, Inglaterra, etc.) enla época en que ellos escribían, los canonis-tas no dicen nada en absoluto.

Aquí también, el fundamento de la distin-ción parece ser la existencia de una forma-ción eclesiástica del clero. En Holanda, Ale-mania y Suiza, se requería del clero vetero-católico que tuviera una formación teológi-ca (28). En los otros países, los obispos vete-ro-católicos conferían ordenaciones y consa-graciones desordenadamente a cientos decandidatos sin instrucción.

Para ilustrar el problema que esto impli-ca para la validez de las Órdenes Sagradasconferidas en el último grupo, sólo necesita-mos tomar como ejemplo una serie de obisposvetero-católicos en Estados Unidos: Mathew(consagrado en 1908), de Landas Berghes(1913), Carfora (1916), Rogers (1942), Brown(1969).

Mientras que el primero y el tercero en lalínea, Mathew y Carfora, habían sido conve-nientemente formados como sacerdotes cató-licos y presumiblemente habrían sabido con-ferir correctamente los sacramentos, el se-gundo y el cuarto, de Landas Berghes y Ro-gers, son conocidos solamente como “un dis-tinguido noble austríaco” y “un negro de lasAntillas” (29).

Pero incursionar en la segunda cere-monia más compleja del Rito Romano –laConsagración Episcopal– y comprender co-rrectamente las partes esenciales (o inclusosaber cuáles son) no son exactamente co-sas que un laico pueda aprender en la cor-te imperial de los Habsburgo o en un cam-po de caña de azúcar en el Caribe. No hayrazón entonces para suponer que de Lan-das Berghes o Rogers tuvieran alguna ideade cómo conferir válidamente este sacra-mento.

Este problema se complica con otro: lapropia ordenación sacerdotal de Rogers eradudosa, lo cual también volvería dudosa suconsagración episcopal (30).

13

Integrismo

Entonces, cuando llegamos a Brown en1969, no es posible discernir si sus órdenesson válidas o no.

Tales problemas se encuentran sistemáti-camente con las órdenes derivadas no sólo delos católicos viejos (31), sino también de loscismáticos nacionalistas brasileños (32). Lossacramentos conferidos por ignorantes nopueden presumirse válidos.

D. Un obispo casado

Finalmente, una historia real sobre la ma-nera en que algunos de los clérigos descriptosal principio de este artículo confieren efecti-vamente los sacramentos ilustrará el proble-ma, suponiendo que ellos estén válidamenteordenados y consagrados.

Un obispo casado ordenó sacerdote a otrohombre casado usando una fotocopia del ritode ordenación tradicional. La fotocopia, sinembargo, no tenía la página que contiene laforma sacramental esencial que debe ser re-citada para que una ordenación sea válida.

Dado que este supuesto obispo no teníaformación, no advirtió que algo andaba mal.El error fue solamente detectado porque unsacerdote apóstata (correctamente formado)estaba presente. Pero nada de qué preocu-parse. El sacerdote apóstata “corrigió” luegoel error por sí mismo, imponiendo las manosy recitando la forma correcta, ¡tras haberanunciado que él había sido secretamenteconsagrado obispo por el mismo Pío XII!

De lo antedicho, es claro que aquellosque carecen de la formación requerida parael sacerdocio no pueden ser consideradoscapaces de ordenar sacerdotes y consagrarobispos válidamente. Por consiguiente, lasÓrdenes Sagradas conferidas en el submun-do de los mal formados vetero-católicos,cismáticos brasileños o palmarianos granje-ros, enfermeros y empleados estatales, nopueden gozar de la presunción de validez.

Por lo tanto, en el orden práctico, sus sa-cramentos deben ser considerados como “ab-solutamente nulos y totalmente vanos”.

IV. Uso de las Órdenes porlos canónicamente ineptos

En los años posteriores al Vaticano II, di-versos candidatos ineptos lograron obtener las

Órdenes Sagradas de manos de obispos ca-tólicos o no católicos, y luego fueron a de-sempeñarse en capillas tradicionalistas.

En la medida en que pudiera probarse enun caso determinado que las órdenes así re-cibidas fueran válidas, ¿le estaría no obstantepermitido a tal persona ejercerlas, dada la es-casez de sacerdotes católicos tradicionales?

A. Órdenes de un obispo católico

El propósito específico del gran númerode cánones que regulan las Sagradas Órdenesera disponer que un obispo católico nunca or-denase al sacerdocio un candidato inepto, seaa sabiendas o no, y en todo caso obtener queun tal hombre nunca pudiese actuar como sa-cerdote.

Además de las muchas reglamentacionesya citadas, otros cánones hacen del Ordinariode la diócesis el ministro propio de las Sagra-das Órdenes para sus súbditos (es entonces elguardián contra los ineptos) (33), prohíben alobispo (bajo pena de suspensión) (34) ordenara los súbditos de otro obispo sin la permisióndebida (35), piden cartas testimoniales paracada ordenando (verificando estudios, conduc-ta moral, ausencia de impedimentos) (36), re-quieren exámenes de teología para la promo-ción a las Órdenes mayores (37), prescribenproclamas de ordenación (para descubrir losimpedimentos) (38), prohíben (excepto luegode una rigurosa investigación y, en algunoscasos, una dispensa del Vaticano) recibir se-minaristas que hubiesen sido expulsados oque hubiesen voluntariamente dejado otros se-minarios o institutos religiosos (39).

Incluso si un candidato inepto pudiera ha-ber sorteado estas barreras y de alguna ma-nera logrado hallar un obispo católico bastan-te crédulo o imprudente como para ordenarlo(digamos, un obispo retirado), otras leyes dela Iglesia todavía le impedirían el ejercicio desus órdenes ilícitamente obtenidas.

Careciendo de un celebret (el documentode su obispo diocesano verificando que estáen regla), no hubiera podido oficiar misa pú-blicamente en ninguna iglesia, y careciendotambién de un indulto para celebrar con unaltar portátil, de igual manera no hubiera po-dido oficiar misa en ningún otro lugar. Care-ciendo de las facultades de un Ordinario dio-cesano, no hubiera podido predicar, realizar

14

Integrismo

un bautismo solemne, llevar la comunión a losenfermos, conferir la absolución o la extre-maunción (excepto en peligro de muerte), sertestigo de matrimonio, y ni siquiera bendecirrosarios o escapularios.

Y, no es necesario decirlo, el derecho ca-nónico prohíbe explícitamente a un hombrecasado ejercer las Órdenes Sagradas que hu-biera logrado obtener (40).

En una palabra, la ley de la Iglesia habríaimpedido al sacerdote canónicamente ineptocasi todos los actos sacerdotales, ya que sóloun sacerdote que ha recibido la formación deseminario requerida habría sido autorizado pa-ra realizarlos.

A menos que hubieras entrado al sacerdo-cio por esta puerta, no hubieras podido ejer-cer el ministerio de ninguna manera, y esta esla regla que se debe aplicar al clero tradicio-nalista canónicamente inepto que ha logradoobtener las Órdenes Sagradas de un obispocatólico.

Sin formación al sacerdocio, ningún ejer-cicio del sacerdocio.

B. Órdenes de un cismático

No pocas veces, desde el Vaticano II, en-contramos el caso de un católico tradiciona-lista que recibe la ordenación o incluso laconsagración episcopal de un obispo no-cató-lico (un vetero-católico o cismático brasileño,por ejemplo), y entonces comienza a ejercer elministerio entre católicos tradicionales. En al-gunos casos, ha hecho una profesión de Fe yabjuración de errores, en un intento por recti-ficar la anomalía que implica recibir las órde-nes de un cismático.

Como he señalado en otro lugar, recibirórdenes de esta manera no haría incurrir enexcomunión de por sí, ni todavía menos “in-fectaría” automáticamente a los laicos de bue-na fe asociados a una persona así ordenada.

Dicho esto, y a pesar de que un autor tra-dicionalista llama tales órdenes “oro mancha-do”, el adjetivo correcto es “robadas”. Las Sa-gradas Órdenes son propiedad de la Iglesia,cuya ley prohíbe a los canónicamente ineptosrecibirlas o ejercerlas.

Mientras que la Iglesia generalmente per-mitía a aquellos que habían sido educados yordenados en el cisma ejercer sus órdenescuando abjuraban y eran recibidos en la Igle-

sia, un católico que salía de la Iglesia para re-cibir las Sagradas Órdenes –aunque su vali-dez fuera cierta– no era autorizado a ejercer-las, aunque se arrepintiera de su acción.

En 1709 se le preguntó a la Santa Sederespecto a la recepción de órdenes de cismá-ticos:

“En razón de la necesidad de sacerdotespara atender las iglesias católicas armenias enAspaan y Giulfa, donde no hay obispos católi-cos armenios, ¿está permitido enviar a alguienpara ser ordenado y recibir las Sagradas Ór-denes de uno de los obispos cismáticos y he-rejes?”

El Santo Oficio respondió: “Esto no estápermitido de ninguna manera, y aquellos orde-nados por tales obispos quedan irregulares ysuspendidos del ejercicio de las Órdenes” (41).

Esa fue también la práctica de la Iglesia enel caso más reciente de René Vilatte (1854-1929).

Vilatte, expulsado de varios seminarioscatólicos y comunidades religiosas, fue orde-nado sacerdote en 1885 por un obispo vetero-católico suizo en Berna, y luego (se dice) con-sagrado obispo en 1892 por cismáticos siro-jacobitas en Ceylán (Sri Lanka). Este perso-naje errático consagró al menos siete obisposentre 1898 y 1929; nadie sabe cuántos sacer-dotes ordenó (42).

En 1925 hizo una declaración formal dearrepentimiento ante el Nuncio Apostólico enParís, fue reintegrado en la Iglesia, y fueautorizado a vivir en retiro en la abadía cis-terciense de Pont-Colbert, en Versalles.

El Papa San Pío X consagrando Obispos

15

Integrismo

A pesar de que no podía haber duda res-pecto a la validez de su ordenación sacerdo-tal, Vilatte no fue autorizado a ejercer las ór-denes que había recibido fuera de la Iglesia.Era tratado como un laico (43).

Este es el principio que debe aplicarse alsupuesto sacerdote u obispo católico tradicio-nal que ha recibido su ordenación sacerdotalo consagración episcopal de manos de cis-máticos. Sus órdenes –incluso si él pudieraprobar su validez más allá de toda duda–son “robadas”. Tiene prohibido ejercerlas yaprovechar así de su robo.

V. Objeciones y escapatorias

Tenemos aquí varias objeciones que heoído respecto a lo visto seguidas de mis res-puestas:

A. Estudios privados. Yo puedo estu-diar por mi cuenta estando en casa, y encon-trar luego a un obispo que me ordene.

“El curso teológico debe ser hecho no pri-vadamente, sino en algún centro docente delos fundados para eso según el plan de estu-dios determinado en el canon 1365” (44).

Y la ley prescribe que se debe vivir enel seminario: “La obligación que afecta al cur-so de teología requiere no meramente el estu-dio en el seminario, sino también la residen-cia de hecho, siendo esto de grave obliga-ción” (45).

El propósito de esta ley no es meramenteasegurar la correcta formación académica.En el seminario, los superiores observarán,formarán y juzgarán el carácter y conductadel seminarista, algo muy difícil de hacer si lapersona no vive en comunidad con ellos.

Además, la teología no es solamente unasuerte de curso avanzado de catecismo, sinouna verdadera ciencia. Se necesitan profeso-res calificados que expliquen los contenidos yexaminen a los alumnos.

B. Pío XII. El Papa Pío XII no fue alseminario, sino que estudió por su cuenta ensu casa y luego fue ordenado. Si él lo hizo,cualquiera puede hacerlo.

Falso. Pío XII, por razones de salud, re-cibió un permiso especial del Cardenal Vica-rio de Roma para vivir en su casa mientrasestudiaba para el sacerdocio.

Esto de acuerdo con la excepción admiti-da por el canon 972, 1, que permite al Ordi-nario dispensar al seminarista de la obliga-ción de residir en el seminario, “en cada uno delos casos por alguna causa grave” (46).

El joven Pacelli no “estudió por su cuen-ta”. Aunque vivió en su casa, asistió a las cla-ses en la Pontificia Universidad Gregoriana,estudió filosofía, latín y griego en la Universi-dad de La Sapienza, y teología en el AteneoPontificio de San Apolinar, donde obtuvo elbachillerato y el doctorado en teología summacum laude.

C. Cánones inaplicables. En razón dela situación de la Iglesia, los cánones queprescriben una larga formación espiritual yacadémica para los sacerdotes ya no aplican.

También falso. Canonistas como Cicog-nani (47) y Bouscaren-Ellis (48) indican crite-rios específicos sobre cuándo cesa una ley e-clesiástica. Los comentaristas coinciden enque la cesación intrínseca de la ley eclesiás-tica ocurre sólo cuando ésta se vuelve inútil,dañina o irracional.

A la luz de los muchos pronunciamientospapales sobre la grave obligación de ordenarsólo a aquellos que están convenientementeformados, nadie puede aplicar tales casos alas leyes citadas más arriba.

Tampoco se puede invocar la epikeia o e-quidad aquí, puesto que esta cuestión debeser regida por aquello que los moralistas lla-man gnomé, una cierta perspicacia de jui-cio (49). Los Papas, como hemos visto, hanadvertido una y otra vez que es imprudente ypeligroso ordenar a los canónicamente inep-tos.

D. Necesidad de sacerdotes. Vivimosen tiempos extraordinarios. Tenemos gran ne-cesidad de contar con más sacerdotes querecen la Misa tradicional. ¿Cuál es el proble-ma que no tengan la formación apropiada?Tener la Misa es lo único que importa.

Primero, escuchen a Pío XI: “vale másun sacerdote bien formado que muchospoco o nada preparados, con los cualesno puede contar la Iglesia, si es que no tienemás bien que llorar” (50).

Y luego, a Santo Tomás: “Dios nunca a-bandona a su Iglesia hasta el punto de que nose encuentren ministros idóneos suficientes

16

Integrismo

para subvenir a las necesidades del pueblo,escogiendo los que son dignos y rechazan-do a los indignos. Y si no se pudieran en-contrar tantos ministros, como son precisosal presente, mejor es tener pocos, perobuenos, que muchos malos” (51).

E. “Mi vocación”. Un católico tradicio-nal que persevera en su deseo de ser sacer-dote, incluso si ha sido rechazado por variosseminarios tradicionalistas y no ha recibidoformación apropiada, a pesar de ello estaríajustificado si obtuviera la ordenación.

Tal persona es un “tipo” recurrente, tan-to en la historia del movimiento vetero-cató-lico como en algunos círculos tradicionalistasde nuestros días. Es el católico que quiere sersacerdote, pero varios superiores religiosos yde seminarios le han dicho repetidamente queno es apto para el sacerdocio desde el puntode vista intelectual, espiritual, moral o psico-lógico.

En vez de aceptar su juicio, él decide quesabe más, y entonces habla con un obisporetirado para que lo ordene, o se dirige a uncismático que no sólo lo ordena, sino queademás lo consagra obispo. Ningún proble-ma, ninguna necesidad de pasar años en unseminario donde es examinado y juzgado pa-ra tener una “prueba positiva de su virtud” ydel “conocimiento requerido”.

Jamás se le ocurre al supuesto sacerdoteque su acción demuestra su falta de virtud(prudencia, humildad, etc.) o de conocimiento(de la ley de la Iglesia, etc.) que un candida-to a la ordenación debería poseer.

En otras palabras, el hecho mismo de ha-ber obtenido las Sagradas Órdenes por estavía confirma lo que los superiores le dijeronantes: él no tiene vocación y es inepto para elsacerdocio.

F. Malos resultados. Muchos sacerdotesformados en el antiguo sistema previo al Va-ticano II resultaron malos, así como muchossacerdotes de seminarios tradicionalistas pos-teriores al Vaticano II. ¿Por qué insistir en pa-sar por todos estos problemas?

La razón en ambos casos es la naturalezahumana caída. Sacerdotes que han sido bienformados pueden sin embargo caer en el pe-cado o abandonar la fe. Tales faltas individua-les no desacreditan el sistema establecido por

el Concilio de Trento y prescripto por el dere-cho canónico.

Como todos los padres saben, se puedeproveer fiel y constantemente a los niños detoda la formación religiosa y moral apropiadaque transmiten los manuales para padres ca-tólicos, pero el niño, como adulto, puede contodo elegir el mal camino. Pero lo importantepara la propia salvación de los padres es ha-ber cumplido con su deber.

G. Somos monjes contemplativos. So-mos monjes, así que no necesitamos toda estarigurosa formación en latín, filosofía y teolo-gía antes de la ordenación. Además, los plan-teos y argumentos intelectuales vuelven a lossacerdotes mundanos y orgullosos. Nuestroúnico interés es la contemplación.

Esto puede sonar admisible para laicos eincluso para algunos sacerdotes pero, comoantiguo monje cisterciense, no lo acepto.

La abadía a la cual ingresé, y otra abadíaa la que luego fui enviado, eran ambas casascontemplativas con estricta observancia mo-nacal. Sin embargo, siempre se requirió de losmonjes de ambas la misma formación acadé-mica recibida por los otros sacerdotes antesde su ordenación.

Por otra parte, Pío XI recordaba que setiene necesidad de los estudios: “Por cuantoes indispensable que los ministros de la Igle-sia tengan una altísima estima y adquieran afondo las ciencias sagradas, Nos propusimoscomo punto principal de esta Nuestra exhor-tación el estimular a los religiosos, tanto sa-cerdotes como candidatos al sacerdocio a queestudien asiduamente las disciplinas teológi-cas, dado que no podrán cumplir per-fecta y plenamente los ministerios de suvocación si no poseen un alto dominiode ellas” (52).

Tampoco –de nuevo conforme a Pío XI–se puede jugar la carta de la contemplaciónpara justificar la ignorancia: “yerran [aquellosque llevan una vida contemplativa de claus-tro], si creen que pueden o descuidar antes ohacer de lado después los estudios teológicos,y sin embargo, faltos de aquel abundoso co-nocimiento de Dios y de los misterios de la Feque se adquieren en el estudio de las discipli-nas sagradas, elevarse fácilmente a las cosassublimes o ser arrebatados y trasportados a launión interior con Dios” (53).

17

Integrismo

H. Demasiado trabajo. Proveer de to-da la formación académica tradicional reque-rida es imposible. No hay suficientes profeso-res o sacerdotes para hacer todo ese trabajo.

Impartir cursos de latín, filosofía y teolo-gía es mucho trabajo.

Pero es posible en nuestros tiempos dara los seminaristas una formación académicacompleta que será suficiente para su labor sa-cerdotal.

Hay muchos excelentes manuales básicospara seminarios que cubren todo el terrenonecesario para los cursos requeridos. Tomamucho tiempo y auto-disciplina para el profe-sor preparar las clases basadas en estos ma-nuales, y para el estudiante aprender las ma-terias que ellos contienen.

El esfuerzo requerido para organizar ysupervisar esto vale la pena, puesto que pro-duce un sacerdote formado apropiadamente,digno de su vocación.

I. Polémica estéril. Usted se está en-volviendo en polémicas intelectuales estérilesen las que no tenemos interés. Sus comenta-rios son faltos de caridad, no espirituales, yfomentan las divisiones. Como sacerdote, de-bería guardárselos para usted mismo. ¡Ustedes como el fariseo, que se miraba con com-placencia como alguien especial por encimade los indignos del mundo!

Esto dice Pío XI acerca de nuestro deberde denunciar al clero sin formación: “¡Qué te-rrible cuenta tendremos que dar, venerableshermanos, al Príncipe de los Pastores, al Obis-po supremo de las almas, si las hemos en-comendado a guías ineptos y a directo-res incapaces!” (54).

VI. Resumen y conclusiones

Podemos resumir lo anterior, como sigue:1) La ley de la Iglesia requiere que todo

ordenado al sacerdocio posea aptitud canóni-ca (idoneitas canonica).

Los dos principales criterios que determi-nan la aptitud canónica de un candidato parala ordenación son: a) la conducta virtuosa(mores congruentes) y b) el conocimiento re-querido (debita scientia).

El sistema de seminarios establecido porel Concilio de Trento y prescripto por el de-recho canónico provee candidatos para la or-

denación con la adecuada formación espiri-tual (por medio del reglamento del seminario,el horario del día, la dirección espiritual habi-tual, la observación y corrección, y la evalua-ción profesoral) y la educación eclesiásticarequerida (conocimiento y comprensión dellatín, dos años de filosofía, cuatro años deteología). El sistema tridentino asegura quelos ordenandos sean “apropiadamente juzga-dos” (rite probati) durante un largo períodode tiempo tanto en su conducta como en suconocimiento, y que por lo tanto sean canó-nicamente aptos para la ordenación.

La legislación y los pronunciamientos pa-pales advierten repetidamente que estas sonobligaciones graves, y que ignorarlas pone enpeligro las almas de los fieles.

Un candidato que no ha sido “apropiada-mente juzgado” de acuerdo a las normas dela ley, tanto en su virtud como en su cono-cimiento, es canónicamente inepto para el sa-cerdocio.

2) Un obispo que confiere las órdenesmayores a un candidato canónicamente inep-to comete pecado mortal (canon 973).

3) Las órdenes conferidas por un obispocanónicamente inepto –uno que, como ocurreentre los católicos viejos, los cismáticos bra-sileños, la jerarquía del Palmar de Troya yotros, carece de la educación de seminariorequerida– no goza de presunción de validez.Por lo tanto, en la práctica, las órdenes epis-copales o sacerdotales derivadas de tales o-bispos deben ser consideradas como inválidas.

4) Incluso si en un caso particular uncandidato canónicamente inepto pudiera pro-bar que su ordenación sacerdotal o su consa-gración episcopal fueran ciertamente válidas,tendría todavía impedido el ejercicio de lasórdenes así recibidas, independientemente desi le hubiesen sido conferidas por un prela-do católico o cismático.

La ley y la tradición de la Iglesia requie-ren entonces que sus ministros sean formadosy examinados en sus virtudes y conocimientoantes de recibir la dignidad de las SagradasÓrdenes, y que los ineptos sean excluidos.

Un sacerdote u obispo canónicamente i-nepto, incluso aunque pueda estar válidamen-te ordenado, deshonra el sacerdocio católico ypone en peligro la salvación de las almas ca-da vez que sube al altar, ingresa al confesio-

18

Integrismo

nario, o –peor aún– se coloca una mitra y ele-va a las Sagradas Órdenes a otros ineptos eignorantes.

La dignidad del sacerdocio de Cristo y elbien general de la Iglesia exigen que el laica-do católico rechace el ministerio sacramentalde estos hombres y que no apoyen sus apos-tolados. Obrar de otra manera brinda credi-bilidad y respeto a lo que sólo merece despre-cio y condena, como es evidente por las te-rribles palabras del Papa Pío XI:

“Teman, pues, por su salvación los quese acercan sin preparación ni experiencia ala cura de almas. No soportará impunementesu ignorancia aquel Señor que pronunció estaterrible amenaza: Por haber rechazado tú laciencia, te rechazaré a ti del sacerdocio queestá a mi servicio”.

Si el Señor mismo rechaza a los ineptos,el católico tradicional no puede hacer menos,ya que la única persona apta para celebrar laMisa tridentina es un verdadero sacerdote tri-dentino.

Notas

1) Grupo de cismáticos conectados con los jansenis-tas de Utrecht del siglo XVII, o con los liberales del sigloXIX, que rechazaban la autoridad papal. Para más deta-lles, ver A. Cekada “Warning on the Old Catholics”, TheRoman Catholic (1980).

2) Fundada en 1945 por Mons. Carlos Duarte Costa(1888-1961), antiguo obispo de Bocatú, Brasil, que fue ex-comulgado por atacar la autoridad del Papa. Fue un movi-miento liberal que estableció la liturgia vernácula, abolió elcelibato eclesiástico y la confesión auricular.

3) Movimiento aparicionista español anti-VaticanoII, fundado por el vidente Clemente Domínguez. En 1976varios obispos del grupo fueron consagrados por el antiguoarzobispo de Hué, Mons. P.M. Ngo-dinh-Thuc (1897-1984),que luego repudió al Palmar. Los sacerdotes tradicionalis-tas que Mons. Thuc consagró como obispos en 1981, losPadres M.L. Guérard des Lauriers O.P., Moisés CarmonaRivera y Adolfo Zamora Hernández eran sedevacantistasque no tenían conexión alguna con el Palmar.

4) “Mores ordini recipiendo congruentes”, “debitascientia”. El canon enumera otros cinco requisitos que sonfáciles de verificar: la Confirmación, la edad canónica, larecepción de las órdenes menores, la observancia de losintervalos (intersticios) entre las órdenes, y el título ca-nónico para las órdenes mayores.

5) F. Wernz S.J. y P. Vidal S.J., Ius Canonicum (Ro-me, Gregorian 1934), 4, 218.

6) Canon 972, 1: “Curandum ut ad sacros ordines ads-pirantes inde a teneris annis in Seminario recipiantur; sedomnes ibídem commorari tenentur saltem per integrum sa-cra theologiæ curriculum”. Hablaré de una excepción másabajo.

7) E. F. Regatillo S.J., Jus Sacramentarium, 2a ed. (San-tander, Sal Terræ 1949), 912.

8) Encíclica Ad Catholici Sacerdotii, 20 de diciem-bre de 1935, AAS 28 (1936), 42-3. El canon 973, 3 utili-

za un vocabulario casi idéntico al de la cita de San Al-fonso.

9) Motu proprio Sacrorum Antistitum, 1ro de sep-tiembre de 1910, AAS 2 (1910), 666, 667-8.

10) Carta Apostólica Unigenitus Dei Filius, 19 demarzo de 1924, AAS 16 (1924), 137.

11) Exhortación a todo el clero Menti Nostræ, 23 deseptiembre de 1950, AAS 42 (1950), 688, 689.

12) Ver canon 1364.13) Canon 1365, 1-2: Ҥ1. In philosophiam rationa-

lem cum affinibus disciplinis alumni per integrum saltembiennium incumbant. §2. Cursus theologicus saltem inte-gro quadriennio contineantur, et, præter theologiam dog-maticam et moralem, complecti præsertim debet studiumsacræ Scripturæ, historiæ ecclesiasticæ, juris canonici,liturgiæ, sacræ eloquentiæ et cantus ecclesiastici. §3. Ha-beantur etiam lectiones de theologia pastorali, additispracticis exercitationibus præsertim de ratione tradendipueris aliisve catechismum, audiendi confessiones, visi-tandi infirmos, assistendi moribundis”.

14) Carta Apostólica Officium Omnium Ecclesiarum,1ro de agosto de 1922, AAS 14 (1922), 453-4.

15) Alocución a los Carmelitas Descalzos Magisquam, 23 de septiembre de 1951, en Discorsi e Radiomes-sagi di sua Santità Pio XII (Vatican, 1952), 13, 258:“…reputandus est lamentabili mentis laborare squalore”.

16) Canon 976, 1-2: “Nemo sive sæcularis sive re-ligiosus ad primam tonsuram promoveatur ante inceptumcursum theologicam. Firmo præscripto can. 975, subdia-conatus ne conferatur, nisi exeunte tertio cursus theologicianno; diaconatus, nisi incepto quarto anno; presbyteratus,nisi post medietatem eiusdem quarti anni”.

17) Canon 973, 3: “Episcopus sacros ordines neminiconferat quin ex positivis argumentis moraliter certus sitde ejus canonica idoneitate; secus non solum gravissimepeccat, sed etiam periculo sese committit alienis commu-nicandi peccatis”. Los destacados en negrita son míos.

18) Jus Sacramentarium, 919.19) Ver S. Pietrzyk, A Practical Formulary in Ac-

cordance with the Code of Canon Law (Little Rock, Pio-neer 1949), 168. En una fórmula alternativa, el obispoatestigua que el candidato cumple todos los requisitosprescriptos por Trento y el Código.

20) La validez de las consagraciones de Mons. Ngo-dinh-Thuc, en http://integrismo.over-blog.com/.

21) B. Merkelbach, Summa Theologiæ Moralis, 8aed. (Montreal, Desclée 1949) 3, 165: “…persona omninoseria, etiam mera obstetrix, quæ sit fide digna, circums-pecta, et in ritu baptizandi instructa…”

22) Una serie de preguntas a ser realizadas son pro-vistas por Merkelbach, 3, 141.

23) Ver A. Fortescue, The Lesser Eastern Churches(London, CTS 1913), 308 ss.

24) Santa Inquisición Romana, Respuesta OrdinatioPresbyteri, 10 de abril de 1704, en P. Gasparri, Tractatus

19

Integrismo

Canonicus de Sacra Ordinatione (París, Delhomme 1893),1057. Esta respuesta también refuta el argumento for-mulado por la Fraternidad San Pío V según el cual los sa-cerdotes católicos consagrados obispos por el ArzobispoThuc en 1981 no podrían atestiguar el hecho de sus pro-pias consagraciones. Si las declaraciones de africanos ig-norantes acerca de sus ordenaciones (algunos desnudoscuando eran ordenados [Fortescue, 311 n]) eran prueba su-ficiente para Roma, no debería haber problema para a-ceptar la palabra de un teólogo dominico (Mons. Guérard)o un profesor de seminario y párroco (Mons. Carmona)que afirman haber sido debidamente consagrados obispos.

25) La respuesta de la Inquisición (supra) provee laspreguntas a ser realizadas en cada caso.

26) U. Beste, Introductio in Codicem (CollegevilleMN, St. John’s 1946), 951.

27) Jus Sacramentarium, 878.28) Los vetero-católicos holandeses estudiaban en

su escuela teológica en Utrecht o en la universidad, losalemanes en la escuela teológica de Bonn, y los suizos enla Universidad de Berne. P. Baumgarten, “Old Catholics”,Catholic Encyclopedia (New York, Appleton 1913),11, 235-6. Estos grupos estaban también organizados yen cierta medida centralizados. Consagraron a un limitadonúmero de obispos, conservaron los registros apropiados,siguieron los antiguos ritos de ordenación, y tuvieron unaclara línea de sucesión.

29) P. Anson, Bishops at Large (Londres, Faber1964), 189, 433.

30) Se supone que fue ordenado sacerdote en la su-cesión Vilatte (Anson, 433), que tenía validez incierta.De acuerdo a la mayoría de los teólogos, el orden sacer-dotal es requerido para recibir válidamente la consagra-ción episcopal.

31) Apologistas de la validez de las órdenes vetero-católicas o vetero-católico romanas en Estados Unidos(los términos pueden intercambiarse) invariablemente in-tentan sostener su caso citando el mismo grupo de argu-mentos publicados por varios autores católicos. Con unaexcepción, estos dichos no aparecieron en obras teológi-cas, sino populares (varios diccionarios religiosos paralaicos, artículos sobre sectas no-católicas, etc.), o re-fieren a los grupos vetero-católicos de Europa, acerca decuyas órdenes no hay disputa. El único artículo citadopor un periódico erudito (“Schismatical Movementsamong Catholics”, American Ecclesiastical Review 21[julio de 1899], 2-3), lo es por un pasaje que concierneal asunto específico de la ordenación sacerdotal de RenéVilatte, la cual no puede ser disputada. El pasaje citadono prueba nada respecto a las consagraciones episcopalesvetero-católicas subsecuentes en Estados Unidos, quefueron un verdadero embrollo del tipo ya descripto arriba.

32) Entre estos obispos encontramos, por ejemplo,un vendedor de ornamentos encarcelado dos veces porfraude y un expulsado de un seminario que, comenzandoen 1961, hizo su camino en por lo menos tres sectas ve-tero-católicas nacionalistas orientales.

33) Canon 955, 1. Esta era la regla para el clero se-cular. Un procedimiento ligeramente diferente se aplicabapara los religiosos, pero el efecto era el mismo.

34) Canon 2373.35) Cánones 955-963.36) Canon 933. De nuevo, una regla un poco dife-

rente aplicaba para los religiosos.37) Cánones 996-7.38) Cánones 998-1000.39) Canon 1363, 3. S.C. de Religiosos y S.C. de Se-

minarios, Decreto común Consiliis Initis, 25 de julio de

Integrismo es una publicación doctrinal que aparece porvía electrónica. Si conoce otras personas que pueden estarinteresadas en nuestra publicación, puede enviarnos las di-recciones de mail; las ingresaremos a nuestro fichero y Ud.habrá realizado una obra apostólica.

Si desea contactarnos escríbanos por correo elec-trónico:

[email protected]@gmail.com

Visite nuestra página web:http://integrismo.over-blog.com/

Si desea ayudarnos económicamente: Puedecontactarnos y hacernos llegar su ayuda según sistema queindicaremos (también para transferencias internacionales).

IntegrismoIntegrismoRevista

1941, AAS 33 (1941), 371. S.C. de Seminarios, carta alArzobispo de Toledo, 8 de mayo de 1945. S.C. de Semi-narios, carta al Vicario General de Colonia, Rispondiamo,12 de enero de 1950, Ochoa, Leges Ecclesiæ post Codi-cem (Rome, 1969), 2, 2727-8.

40) Canon 132, 3: “Conjugatus qui sine dispensa-tione apostolica ordines majores, licet bona fide, susce-pit, ab eorundem ordinum exercitio prohibetur”.

41) Santo Oficio, Decreto Bisognando, 21 de no-viembre de 1709, 278, en Collectanea S.C. de PropagandaFide, 1602-1906 (Rome, Polyglot 1907), 1, 92: “Bisog-nando qualche ministro per servigio delle chiese degli ar-meni cattolici, tanto in Aspaan quanto in Giulfa, per nonesservi vescovi armeni cattolici, si mandano ad ordinareed a prender gli ordini sacri da qualcuno dei vescovi scis-matici ed eretici. R. Nullo modo licere; et ordinati ab hu-jusmodi Episcopis sunt irregulares, ac suspensi ab exer-citio Ordinum”. Las ciudades mencionadas están en elactual Irán.

42) Ver Anson, 91-129.43) Anson, 126-8. En relación a sus órdenes epis-

copales, Mons. Chaptal, obispo auxiliar de París, dijo queel Cardenal Merry del Val no consideraba como válidaslas ordenaciones y consagraciones de Vilatte, ya que ha-bían sido “muy comercializadas”. Anson, 128. El PadreJoseph van Grevenbroek, abad de la abadía cisterciensede Spring Bank, donde alguna vez fui novicio, era unjoven sacerdote en Pont-Colbert cuando Vilatte estabavivo aún, y nos contó que el abad de Pont-Colbert, PadreJanssens, insistió al Cardenal Merry del Val para que hi-ciera una declaración sobre la validez de las consagra-ciones episcopales de Vilatte. El Cardenal respondió:“nunca publicaremos una decisión”.

44) Canon 976, 3: “Cursus theologicus peractusesse debet non privatim, sed in scholis ad id institutissecundum studiorum rationem can. 1365 determinatam”.

45) J. Abbo y J. Hannon, The Sacred Canons (St.Louis, Herder 1957), 2, 972.

46) “In casis particularibus, gravi de causa”.47) Canon Law, 2nd rev. ed., trans. by Joseph M.

O’Hara (Westminster MD, Newman 1934), 625.48) T. Bouscaren y A. Ellis, Canon Law: A Text and

Commentary (Milwaukee, Bruce 1946), 35.49) Ver D. Prümmer, Manuale Theologiæ Moralis,

10a ed. (Barcelona, Herder 1946), 1, 231, 634.50) Ad Catholici Sacerdotii, loc. cit., 55. Los desta-

cados en negrita son míos.51) Sum. Theol. Suppl., 36, 4, 1. Los destacados en

negrita son míos.52) Unigenitus Dei Filius, loc. cit., 136-7.53) Ibid., 137.54) Ad Catholici Sacerdotii, 44. La última parte de

la frase no solamente es más ilustrativa en latín, sinotambién inteligentemente equilibrada: “…rectoribus iner-tis imperitisque magistris…”

20

Integrismo

Noticia / Reflexión

USA-ISIS: Ese bombardeo que no se debe hacerAquí está la prueba de que Estados Unidos no está destruyendo al Isis

Navegando por internet encontré un documento muy interesante, además de que la fuente esinsospechable: el Council on Foreign Relations, que es el grupo de expertos del más alto nivel queforman las élites de los partidos tanto demócrata como republicano destinados a gobernar el país.Muchos lo consideran, no sin razón, el verdadero grupo de expertos de la política exterior norteameri-cana.

Uno de sus investigadores, Mikah Zenko, ha comparado los bombardeos de los norteamericanosen las grandes misiones militares de los últimos veinte años con los de Siria. Veamos. Desde hace unaño cuando se puso en marcha la campaña militar contra el Isis, el Pentágono ha lanzado 43 bombaspor día, mientras que en Irak en el 2003 lanzó 1039, en Afganistán 230, en Kosovo 364 y en 1991 en laprimera guerra hasta 6123.

Y se recordará la polémica de hace algunos meses, de lo cual he dado cuenta en este blog,cuando los pilotos estadounidenses protestaron contra el Pentágono por las reglas de enfrentamientoa las que tuvieron que someterse, reglas tan absurdas y burocráticas que de hecho anulaban la po-sibilidad de golpear seria y eficazmente a las tropas del califato islámico.

Cuando los EE.UU. van en serio su poder de impacto es devastador en intensidad y fuerza;sin embargo, cuando, como sucede en Siria contra el Isis, se limita a redadas demostrativas, significaque la victoria final no es la verdadera prioridad y que las operaciones no tienen muchos más finesque los mediáticos.

En cambio, quien quiere vencer es Putin. Y la diferencia es evidente. El Kremlin está golpean-do muy duramente a los grupos armados salafistas en Siria, incluso con misiles de largo alcance.Y que tales grupos pertenezcan al Isis, Al Qaeda u otras organizaciones islámicas es francamente ri-dículo: los rebeldes armados moderados en Siria de hecho no existen, todos son extremistas islámicosde la peor categoría.

Seamos claros: a quien suscribe no le agradan ni las bombas norteamericanas ni las rusas, yquisiera, como ha escrito Ron Paul, que ningún arma ensangrentase la Siria. Sun Tzu enseña quela guerra es el último recurso, al que hay que recurrir sólo en casos extremos y el hecho de que sehaya llegado tan lejos representa una derrota para todos los grandes países, comenzando con losde Occidente, Arabia Saudita y Turquía, responsables por la desestabilización de la región.

Pero una vez que está declarada debe ser combatida con decisión, sobre todo teniendo bienclaros los objetivos: EE.UU. dice que quiere derrotar al Isis pero su prioridad es derrocar a Assad,o sea el hombre que se opone al Isis. No parece en absoluto preocupado de que la consecuenciaúltima de sus maniobras sea entregar al neo-califato y/o a Al Qaeda el área entre Siria y gran partede Irak, o sea a un régimen violento, sectario, retrógrado; el peor que se pueda imaginar y bien lejosde los valores de democracia, libertad, los derechos que Washington defiende y promueve en otraspartes del mundo.

Comprender la lógica de estos EE.UU. es realmente muy difícil.

Centro studi Giuseppe Federicihttp://federiciblog.altervista.org/2015/10/09/usa-isis-quel-bombardamento-non-sha-da-fare/

La Conjuración Anticristiana, Mons. Henri Delassus

En una carta pastoral, escrita en 1878, Mons. Martin obispo de Natchitoches, en los EstadosUnidos, ha dicho con razón:

“En presencia de esta persecución, de una universalidad nunca antes conocida, por la si-multaneidad de sus acciones y la similitud de los medios que emplea, somos llevados inevitable-mente a la conclusión de la existencia de una dirección, de un plan de conjunto, de una poderosaorganización que tiene un objetivo definido al cual tienden todas sus acciones.

Sí, efectivamente esta organización existe, ella tiene un objetivo, un plan y un gobiernooculto al que obedece, es una sociedad compacta a pesar de su diseminación por todo el orbe;es una sociedad oculta mezclada entre todas las sociedades, sin hacerse notar en ningunade ellas; una sociedad de un poder por sobre todo los poderes, salvo sobre Dios; sociedadterrible, que es, tanto para la sociedad religiosa como para la sociedad civil del mundo civili-zado, no apenas un peligro, sino que el más temible de los peligros”.

León XIII ha explicado en estos términos el propósito perseguido por esta organizacióninternacional:

“El propósito supremo de la francmasonería es derrumbar de alto a bajo toda disciplina re-ligiosa y social de las instituciones cristianas con el fin de sustituirla por una nueva basada ensus ideas, cuyos principios y leyes fundamentales son extraídos del naturalismo [Encíclica Hu-manum Genus, 20/4/1884]”.

21

Integrismo

El TEl TEl TEl TEl Tesoresoresoresoresoro escondidoo escondidoo escondidoo escondidoo escondidode la Santa Misade la Santa Misade la Santa Misade la Santa Misade la Santa Misa

San Leonardo de Porto-MaurizioSan Leonardo de Porto-MaurizioSan Leonardo de Porto-MaurizioSan Leonardo de Porto-MaurizioSan Leonardo de Porto-Maurizio

La Santa Misa proporciona ungran alivio a las almas del purgatorio

ara concluir y dar fin a esta instrucción,te haré notar que no sin razón te dije

más arriba, que una sola Misa, consideradoel acto en sí mismo, y en cuanto a su valorintrínseco, bastaría para sacar todas las al-mas del purgatorio y abrirles las puertas delCielo. En efecto, la Misa es útil a las almasde los fieles difuntos, no solamente comoSacrificio satisfactorio, ofreciendo a Dios lasatisfacción que ellas deben cumplir pormedio de sus tormentos, sino también comoimpetratorio, alcanzándoles la remisión desus penas. Tal es la práctica de la Santa Igle-sia, que no se limita a ofrecer el Sacrificio porlos difuntos, sino que además ruega por sulibertad.

A fin, pues, de excitar tu compasión enfavor de estas almas santas, ten entendidoque el fuego en que están sumergidas es tanabrasador, que, según pensamiento de SanGregorio, no cede en actividad al fuego delinfierno, y que, como instrumento de la divi-na Justicia, es tan vivo, que causa tormen-tos insufribles y más violentos que todos losque han sufrido los Mártires y cuanto el hu-mano entendimiento puede concebir. Perolo que más las aflige todavía, es la pena dedaño; porque, como enseña el Doctor Án-gelico, privadas de ver a Dios, no puedencontener la ardiente impaciencia que ex-perimentan de unirse a su soberano Bien,del que se ven constantemente rechazadas.

Entra ahora dentro de ti mismo, y haztela siguiente reflexión. Si vieses a tus padresen peligro de ahogarse en un lago, y que conalargarles la mano los librabas de la muerte,¿no te creerías obligado a hacerlo por cari-dad y por justicia? ¿Cómo es posible, pues,que veas a la luz de la fe tantas pobres al-mas, quizás las de tus parientes más cerca-nos, abrasarse vivas en un estanque de fue-go, y rehuses imponerte la pequeña moles-tia de oír con devoción una Misa para su a-livio? ¿Qué corazón es el tuyo? ¿Quién po-drá dudar que la Santa Misa alivia a estos

pobres cautivos? Para convencerte, bastaque prestes fe a la autoridad de San Jeróni-mo, que te enseñará claramente que, “cuan-do se celebra la Misa por un alma del pur-gatorio, aquel fuego tan abrasador suspendesu acción, y el alma cesa de sufrir todo eltiempo que dura la celebración del Sacrifi-cio” (S. Hier., c. cum Mart. de celebr. Miss.).El mismo Santo Doctor afirma también quepor cada Misa que se dice, muchas almassalen del purgatorio y vuelan al Cielo.

Añade a esto que la caridad que tengascon los difuntos redundará enteramente enfavor tuyo. Pudiérase confirmar esta verdadcon innumerables ejemplos; pero bastará ci-tar uno, perfectamente auténtico, que suce-dió a San Pedro Damián. Habiendo perdidoeste Santo a sus padres en la niñez, quedóen poder de uno de sus hermanos, que lotrató de la manera más cruel, no avergon-zándose de que anduviese descalzo y cubier-to de harapos. Un día encontró el pobre niñouna moneda de plata. ¡Cuál sería su alegríacreyendo tener un tesoro! ¿A qué lo destina-ría? La miseria en que se hallaba le sugeríamuchos proyectos; pero después de haberreflexionado bien, se decidió a llevar la mo-neda a un sacerdote para que ofreciese elSacrificio de la Misa para las almas del pur-gatorio. ¡Cosa admirable! Desde este momen-to la fortuna cambió completamente en sufavor. Otro de sus hermanos, de mejor cora-zón, lo recogió, tratándolo con toda la ternu-ra de un padre. Lo vistió decentemente y lodedicó al estudio, de suerte que llegó a serun personaje célebre y un gran Santo. Ele-vado a la púrpura, fue el ornamento y unade las más firmes columnas de la Iglesia.Ve, pues, cómo una sola Misa que hizo ce-lebrar a costa de una ligera privación, fuepara él principio de utilidades inmensas.

¡Oh bendita Misa, que tan útil eres a lavez a los vivos y a los muertos en el tiem-po y en la eternidad! En efecto, estas almassantas son tan agradecidas a sus bienhecho-res, que, estando en el Cielo, se constituyenallí sus abogadas, y no cesan de intercederpor ellos hasta verlos en posesión de lagloria. En prueba de esto voy a referirte loque le sucedió a una mujer perversa quevivía en Roma. Esta desgraciada, habiendoolvidado enteramente el importantísimo ne-gocio de su salvación, no trataba más que

PPPPP

22

Integrismo

de satisfacer sus pasiones, sirviendo de au-xiliar al demonio para corromper la ju-ventud. En medio de sus desórdenes toda-vía practicaba una buena obra, y era man-dar celebrar en ciertos días la Santa Misapor el eterno descanso de las almas bendi-tas del purgatorio. Efecto de las oracionesde estas almas santas, como se cree pia-dosamente, sintióse un día aquella infelizmujer sorprendida por un dolor de sus pe-cados tan amargo, que de repente, y aban-donando el infame lugar donde se encon-traba, fue a postrarse a los pies de un ce-loso sacerdote para hacer su confesión ge-neral. Al poco tiempo murió con las mejo-res disposiciones y dando señales las másciertas de su predestinación. ¿Y a qué po-dremos atribuir esta gracia prodigiosa, sinoal mérito de las Misas que ella hacía cele-brar en alivio de las almas del purgatorio?Despertemos, pues, del letargo de nuestraindevoción, y no permitamos que los publi-canos y mujeres perdidas se nos adelantenen conseguir el Reino de Dios (Mt. 21, 31).

Si fueses del número de aquellos avaros,que no solamente quebrantan las leyes de lacaridad descuidando la oración por sus di-funtos y no oyendo, al menos de tiempo entiempo, una Misa por estas pobres almas,sino que, hollando los sagrados fueros de lajusticia, rehúsan satisfacer los legados pia-dosos y hacer celebrar las Misas fundadaspor sus antepasados (...), ¡ah! avivado en-tonces por el fuego de un santo celo, te dirécara a cara: Retírate, porque eres peor queun demonio; porque los demonios al fin sóloatormentan a los réprobos, pero tú ator-mentas a los predestinados; los demoniosemplean su furor con los condenados, perotú descargas el tuyo sobre los elegidos yamigos de Dios. No, ciertamente: no haypara ti confesión que valga, ni confesorque pueda absolverte, mientras no hagaspenitencia de tal iniquidad y no llenes cum-plidamente tus obligaciones con los muer-tos. Pero, Padre mío, dirá alguno, yo notengo medios para ello... no me es posible...¿Con que no puedes? ¿Con que no tienesmedios? ¿Y te faltan por ventura para bri-llar en las fiestas y espectáculos del mundo?¿Te faltan recursos para un lujo excesivoy otras superfluidades? ¡Ah! ¿Tienes me-dios para ser pródigo en tu comida, en tus

diversiones y placeres y... quizás en tusdesórdenes escandalosos? En una palabra,¿tienes recursos para satisfacer tus pasio-nes, y cuando se trata de pagar tus deudas alos vivos, y lo que aún es más justo, a losdifuntos, no tienes con qué satisfacerlas?¿No puedes disponer de nada en su favor?¡Ah! Te comprendo: es que no hay en elmundo quien examine esas cuentas, y te ol-vidas en este asunto de que te las ha de to-mar Dios. Continúa, pues, consumiendo lahacienda de los muertos, los legados pia-dosos, las rentas destinadas al Santo Sa-crificio; pero ten presente que hay en lasSantas Escrituras una amenaza proféticaregistrada contra ti; amenaza de terriblesdesgracias, de enfermedades, de reveses defortuna, de males irreparables en tu perso-na y bienes, y en tu reputación. Es palabrade Dios, y antes que ella deje de cumplir-se faltarán los cielos y la tierra. La ruina,la desgracia y males irremediables des-cargarán sobre las casas de aquellos queno satisfacen sus obligaciones para con losmuertos. Recorre el mundo, y sobre todolos pueblos cristianos, y verás muchas fa-milias dispersas, muchos establecimientosarruinados, muchos almacenes cerrados,muchas empresas y compañías en suspen-sión de pagos, muchos negocios frustrados,quiebras sin número, inmensos trastornosy desgracias sin cuento. Ante este cuadrotristísimo exclamarás sin duda: ¡Pobre mun-do, infeliz sociedad! Ahora bien, si buscasel origen de todos estos desastres, hallarásque una de las causas principales es la cruel-dad con que se trata a los difuntos, descui-dando el socorrerlos como es debido, y nocumpliendo los legados piadosos: además, secometen una infinidad de sacrilegios, esprofanado el Santo Sacrificio, y la casa deDios, según la enérgica expresión del Sal-vador, es convertida en cueva de ladrones.Y después de esto, ¿quién se admirará deque el Cielo envíe sus azotes, el rayo, laguerra, la peste, el hambre, los tembloresde tierra y todo género de castigos? ¿Y porqué así? ¡Ah! Devoraron los bienes de losdifuntos, y el Señor descargó sobre ellos supesado brazo: “Lingua eorum et adinventioneseorum contra Dominum. (...) Vae animaeeorum, quoniam reddita sunt eis mala”. Conrazón, pues, el cuarto Concilio de Cartago

23

Integrismo

me resolución de hacer en lo sucesivo to-das las diligencias posibles para oír y man-dar celebrar la Santa Misa, con tanta fre-cuencia como tu estado y ocupaciones lopermitan. Te lo suplico, no solamente porel interés de las almas de los difuntos, sinotambién por el tuyo, y esto por dos ra-zones: primera, a fin de que alcances lagracia de una buena y santa muerte, puesopinan constantemente los teólogos que nohay medio tan eficaz como la Santa Misapara conseguir este dichoso término. Nues-tro Señor Jesucristo reveló a Santa Matildeque aquél que tuviese la piadosa costumbrede asistir devotamente a la Santa Misa, se-ría consolado en el instante de la muerte conla presencia de los Angeles y Santos, susabogados, que le protegerían contra las a-sechanzas del infierno. ¡Ah! ¡Qué dulceserá tu muerte si durante la vida has oídoMisa con devoción y con la mayor frecuen-cia posible!

La segunda razón que debe moverte aasistir al Santo Sacrificio es la seguridad desalir más pronto del purgatorio y volar a lapatria celestial. Nada hay en el mundo co-mo las indulgencias y la Santa Misa paraalcanzar el precioso favor, la gracia especialde ir derechamente al Cielo sin pasar porel purgatorio, o al menos sin estar muchotiempo en medio de sus abrasadoras llamas.En cuanto a las indulgencias, los SumosPontífices las concedieron pródigamentea los que asisten con devoción a la SantaMisa. En cuanto a la eficacia de este Divi-no Sacrificio para apresurar la libertad delas almas del purgatorio, creemos haberlademostrado suficientemente en las páginasanteriores. En todo caso, y para convencer-nos de ello, debiera bastar el ejemplo y au-toridad del Venerable Juan de Ávila. Hallá-base en los últimos instantes de su vida estegran Siervo de Dios, que fue en su tiempoel oráculo de España, y preguntado qué eralo que más ocupaba su corazón, y qué clasede bien sobre todo deseaba se le proporcio-nase después de su muerte. “Misas, respon-dió el venerable moribundo, Misas, Misas”.

(...) San Anselmo nos enseña que unasola Misa oída o celebrada por las necesi-dades de nuestra alma mientras vivimos, nosserá más provechosa que mil celebradasdespués de nuestra muerte.

declaró excomulgados a estos ingratos, comoverdaderos homicidas de sus prójimos; y elConcilio de Valencia ordenó que se los e-chase de la Iglesia como a infieles.

Todavía no es éste el mayor de los cas-tigos que Dios tiene reservado a los hom-bres sin piedad para con sus difuntos: losmales más terribles les esperan en la otravida. El Apóstol Santiago nos asegura queel Señor juzgará sin misericordia, y con to-do el rigor de su justicia, a los que no hansido misericordiosos con sus prójimos vivosy muertos: “Iudicium enim sine misericordiailli qui non fecit misericordiam”. El permi-tirá que sus herederos les paguen en lamisma moneda, es decir, que no se cum-plan sus últimas disposiciones, que no secelebren por sus almas las Misas que hu-biesen fundado, y, en el caso de que se ce-lebren, Dios Nuestro Señor, en lugar de to-marlas en cuenta, aplicará su fruto a otrasalmas necesitadas que durante su vida hu-biesen tenido compasión de los fieles di-funtos. Escucha el siguiente admirable su-ceso que se lee en nuestras crónicas, y quetiene una íntima conexión con el punto dedoctrina que venimos explicando. Apareció-se un religioso después de muerto a uno desus compañeros, y le manifestó los agudí-simos dolores que sufría en el purgatorio porhaber descuidado la oración en favor de losotros religiosos difuntos, y añadió que hastaentonces ningún socorro había recibido, nide las buenas obras practicadas, ni de lasMisas que se le habían celebrado para sualivio; porque Dios, en justo castigo de sunegligencia, había aplicado su mérito a otrasalmas que durante su vida habían sido muydevotas de las del purgatorio. Antes de con-cluir la presente instrucción, permíteme quearrodillado y con las manos juntas te supli-que encarecidamente que no cierres estepequeño libro sin haber tomado antes la fir-

San Nicolás deTolentino

celebrando laSanta Misa

24

IntegrismoENCÍCLICA UNIGENITUS DEI FILIUS DE S.S. PÍO XI SOBRE LA VIDA RELIGIOSA(19/3/1924 - extractos)

Sólida formación teológica. La importancia de esta formación: Por cuanto es indispensable que los ministros dela Iglesia tengan una altísima estima y adquieran a fondo las ciencias sagradas, Nos propusimos como punto principalde esta Nuestra exhortación el est imular a los rel igiosos, tanto sacerdotes como candidatos al sacerdocio a que es-tudien asiduamente las discipl inas teológicas, dado que no podrán cumpl ir perfecta y plenamente los minister ios desu vocac ión s i no poseen un a l to domin io de e l las. Ya que las personas que se consagraron a Dios t ienen cuandomenos como principal, s i no única, obl igación la de orar y contemplar o meditar los divinos mister ios, ¿cómo cumpli-rán ese gravísimo deber si no conocen a fondo y comprenden la doctr ina de la Fe?

Principalmente para los miembros de las órdenes contemplativas, pero también para los de la cura de almas: Nosqueremos que, ante todo, sigan estos consejos los que l levan una vida recluida de meditación de las cosas celest ia-les; pues, yerran, si creen que pueden o descuidar antes o hacer de lado después los estudios teológicos, y sin embargo,faltos de aquel abundoso conocimiento de Dios y de los mister ios de la Fe que se adquieren en el estudio de las dis-cipl inas sagradas, elevarse fácilmente a las cosas sublimes o ser arrebatados y trasportados a la unión interior con Dios.

Lo que atañe a los demás rel igiosos sea que enseñen, sea que prediquen o administren el sacramento de la Peni-tencia a las almas arrepent idas o que salgan a las misiones entre los inf ie les o dir i jan espir i tualmente al pueblo ensu vida diar ia, ese múlt iple ejercicio del sagrado minister io se considerará tanto más vigoroso y ef icaz cuanto mayorsea el acervo de conocimientos que el los dominen y luzcan.

Por lo demás, que los sacerdotes posean la ciencia de las cosas sagradas, y esta interior y copiosa, ya amonestóel Espíritu Santo por boca del profeta: Los labios del sacerdote han de guardar la ciencia (Mal. 2, 7). ¿Cómo podrá ca-recer de sól ida doctr ina aquel de cuyos labios el pueblo crist iano espera la palabra de la salud dado que es el legadodel Dios de las ciencias, el ministro doctor de la Nueva Ley, la sal de la tierra y la luz del mundo?

Teman, pues, por su salvación los que se acercan sin preparación ni experiencia a la cura de almas. No soportaráimpunemente su ignorancia aquel Señor que pronunció esta terrible amenaza: Por haber rechazado tú la ciencia, te re-chazaré a tí del sacerdocio que está a mi servicio (Os. 4, 6).

La ciencia sagrada es hoy día el arma indispensable para defender la Fe: Ahora bien, si jamás en épocas an-ter iores hacían fal ta sacerdotes sabios, hoy día se siente mucho más esta necesidad, por cuanto ya en la vida diar iael conocimiento de las cosas y la c iencia t ienen tanta importancia y la compenetran de ta l modo, que los hombres,aun los menos i lust rados –como casi universalmente suele suceder– repi ten la af i rmación de proceder en nombrede la c iencia. Por eso debe bregarse con todo empeño a f in de que la Fe sea favorec ida por e l apoyo y la defensade toda c lase de ciencias humanas, las que con su luz harán bri l lar ante los ojos de todos la hermosura de la verdadrevelada y desharán oportunamente las capciosas opiniones ment idas que bajo el fa lso nombre de c iencia suelenacumular contra los dogmas de fe. Pues, como ya Tertu l iano escr ib ió con acier to: nuestra Fe sólo anhela ansiosa-mente no se r condenada s in se r conoc ida (Apo l . I ) . Po r e l l o no debemos o l v i da r t ampoco l as pa lab ras de SanJe rón imo : La sant idad sin erudición aprovecha solo al individuo que la posee; y cuanto edif ica a la Iglesia de Cristopor el mérito de su vida tanto la perjudica por no saber defenderse contra los adversarios .. . Es deber sagrado de lossacerdotes responder a las preguntas que le hacen sobre la ley (Epist . LI I I , a l . CII I , ad Paul in.) .

Y así es obl igación del sacerdote secular como del regular no sólo divulgar más ampliamente sino también másdetenidamente i lust rar y defender la doctr ina cató l ica, la cual o f rece por un lado todos los argumentos para read-qui r i r y aniqui lar todas las objeciones que le oponen, y por el otro, no puede menos de atraer aun a los espír i tus nocegados por preju ic ios con ta l que la doctr ina se expl ique lúcidamente. Los Doctores de la Edad que l laman Mediahabían comprendido esta real idad y bajo la égida de Santo Tomás y San Buenaventura se empeñaron a fondo porentender ampliamente la ciencia teológica y por comunicarla a los demás.

La educación y formación de los miembros de las Órdenes. Preocupación por los estudios teológicos de los se-minaristas: Puesto que el estudio constante y atento de la Teología produce en los rel ig iosos tan preclaros f rutos,ya se pone con el lo de manif iesto con cuánta di l igencia debéis velar, quer idos hi jos, porque a vuestros alumnos nofal te la ocasión de estudiar esa doctr ina ni de cul t ivar la por toda la v ida.

Selección concienzuda de los candidatos: En esta obra debéis, sin embargo, evitar lo que Nuestro predecesorPío X, de santa memoria, previno a los Superiores de la Orden Dominicana, es decir, a que no l levaran al Seminarioprecipi tadamente y en masa a los jóvenes de los cuales es incier to s i , bajo el soplo div ino, abracen ese santís imoestado de vida.

Elegid concienzuda y sabiamente a los candidatos a la vida rel igiosa y procurad con di l igencia que junto con laformación piadosa, acomodada a su edad, se instruyan en las disciplinas humanísticas que suelen enseñarse en losColegios; de tal modo, empero, que no entren en el Noviciado antes que hayan cumplido los estudios que l laman dehumanidades, a no ser que una razón bastante grave aconseje excepcionalmente otra cosa.

La importancia del estudio del lat ín: La gran importancia que t iene el lat ín para los seminar istas no sólo sededuce del hecho que la Iglesia se vale de él como de un instrumento y vínculo de unión sino también porque leemosla Bibl ia en lat ín, porque en lat ín reci tamos el Of ic io y decimos la Misa, y porque en lat ín celebramos casi todos lossagrados ritos.

Indicaciones para los clérigos. Primero, el curso de filosofía y teología: Después habéis de tener el gran cuidado,queridos hi jos, de que los alumnos que terminaron el noviciado, sean enviados a casas donde f lorece la observanciade las reglas y esté todo lo demás dispuesto de tal modo que el los puedan hacer con mucho fruto y exacti tud el cursode f i losofía y teología como está establecido y programado. Di j imos: establecido y programado, es decir, que nadiepase a un grado superior del insti tuto que no haya aprobado con bastante buen resultado las materias anteriores, queni s iquiera se haya omit ido una parte del programa de estudios ni se haya disminuido el t iempo que según las pres-cr ipciones de los cánones debe dedicarse a esas d isc ip l inas. No procederían de un modo prudente –para no deci rmás– los superiores que, bajo el apremio de la escasez de t iempo, quisieran l levar a los suyos a las sagradas órde-nes en forma abreviada para poder disponer de el los más rápidamente para la vida activa.

¿No enseña la exper iencia que los estudios hechos precipi tada e i r regularmente, más tarde apenas podrán sa-narse de su vicio de origen, si alguna vez se subsana, y que las pequeñas ventajas que quizás proporcione esta re-cepción adelantada de las Órdenes, se desvanecen y se disipan finalmente del todo, por cuanto esos religiosos seránnecesariamente, menos aptos para administrar los sagrados minister ios?