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Integrismo Integrismo Año II, Nº 6, Julio 2005 - Director : Pbro. Héctor Lázaro Romero

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IntegrismoIntegrismoAño II, Nº 6, Julio 2005 - Director : Pbro. Héctor Lázaro Romero

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EditorialEditorialifícil e ímproba tarea es, muchas ve-ces, mantener la paz del alma entretantas conmociones que nos sacuden

habitualmente. Hacia donde miremos vemosruinas, ¡y somos tan poca cosa, tan nada, paraoponernos al curso imperante! Querríamoscrecer cada día más en el amor a la Iglesia ya la Patria, y transmitirlo ardientemente a to-dos nuestros lectores y amigos. La Iglesianecesita hoy almas comprometidas con sucausa.

Necesitamos nosotros, quienes hacemosesta modesta revista con la que nos propone-mos únicamente servir a la Iglesia, que nues-tros lectores y amigos no solo nos lean coninterés y nos sostengan con sus oraciones,también necesitamos que nos ayuden mate-rialmente, quizás aunque no estén totalmentede acuerdo con nosotros. No poseemos unlugar destinado exclusivamente al culto encapital, necesitamos tenerlo, las almas seránlas beneficiadas. Un lugar para rezar la San-ta Misa según su rito tradicional, un lugar don-de las almas puedan concurrir a la Santa Misadominical, donde puedan encontrar la paz deNuestro Señor. No contamos casi con ningúnmedio, por eso insistimos con este pedido,

el cual nos disculparán haberlo insertado aquí,en el comienzo de nuestro editorial, pero cree-mos que su importancia lo amerita.

Buscamos para nosotros y para todos loscristianos, para todos los católicos, la paz delalma, la paz de Nuestro Señor. El pasado mesde junio, dedicado al Sagrado Corazón deJesús y este mes de julio, dedicado a laPreciosísima Sangre de Nuestro Señor, nosrecuerdan el modo como esa paz vino almundo. Pero el mundo enemigo de Dios,

DD

Imagen de tapa: Rostro del Cristo de la Exaltación (España).

REVISTA “INTEGRISMO” Nº 6

Sumario

Editorial......................................................................................................................................................2La vida del R.P. Pío Eugenio Mortara, judío converso.......................................................................5La infalibilidad del Papa..............................................................................................................9Entrevista a Mons. G. des Lauriers..............................................................................................................13El abandono confiado a la Divina Providencia....................................................................................15El miedo.............................................................................................................................16Catecismo y ejemplos................................................................................................................17Información...............................................................................................................................18

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no quiere esa paz ni tampoco puede darla.Nuestra patria no tiene paz; esto ha sido par-ticularmente cierto en estos dos últimos me-ses, que han visto la anulación de las “leyesdel perdón”, por ejemplo. La “Corte K” anu-ló las leyes llamadas de “obediencia debida”y “punto final”, e incluso quiere también ha-cerlo con los posteriores indultos. Curioso paísel nuestro, donde no hay nada permanente,todo cambia, todo se transforma; las leyes, lajusticia, el honor, la dignidad, el valor, el pa-triotismo, donde los terroristas del pasado go-biernan y donde las fuerzas del orden que lascombatieron, son vejadas y castigadas. Don-de los legisladores les quitan los nombres dehéroes a las calles, y proponen ponerles nom-bres como el del “Che Guevara”...

Donde se dice defender los “derechos hu-manos” y los ministros se abocan a evitar quese fume en sus despachos, pero no se tienerespeto por la vida de los niños no nacidos.Donde incluso se llega a pretender expulsarde su cargo a un obispo porque dijo lo quetenía que decir. A propósito de este último caso,ya hemos aludido a él desde estas mismaspáginas, ahora solo subrayamos dos noticias(o tres) de este mes: la primera es que el Va-ticano decidió retirar a Mons. Baseotto, con-forme a los deseos del gobierno (por supues-to, utilizando el ardid diplomático de salida conascenso en Roma...). Recordamos que des-de el comienzo del conflicto con el gobierno,fue nombrado administrador apostólico delordinariato castrense, el vicario de Mons.Baseotto, calificando el Vaticano la situaciónsegún la figura canónica de “sede impedida”.Los diarios del 20/7 nos informan que unajueza sobreseyó al prelado de los cargos de“apología del delito”, presentados por adictosal gobierno.

La segunda noticia que señalamos con re-lación al tema del aborto, es la relacionadacon el terrible caso de la joven llamada RominaTejerina, quien afirma haber sido agredidasexualmente, fruto de lo cual le nació una bebaque ella asesinó. Lo que señalamos es lainstrumentalización del episodio para presio-nar a la opinión pública con lo conmocionantedel hecho, y preparar el camino a la ley delaborto.

Todas estas cosas suceden en la “Argen-tina K”, donde se fomenta el odio a la Iglesiay a las fuerzas de seguridad. Un odio similarrecorrió los templos hace ya muchos años, en1955, un 16 de junio, quemándolos y profa-nándolos. Una intención de desagravio paratener en cuenta en nuestras oraciones.

Si salimos de nuestra patria, las cosas novan mejor. La España de Zapatero (y del juezGarzón) refleja el lazo ideológico que lo une anuestro “Sr. K”. Una manifestación mayori-tariamente católica salió a las calles de Ma-drid, para hacer escuchar su protesta: “Losconvocantes de la manifestación solicitan‘la retirada del proyecto de ley que equi-para las uniones de personas del mismosexo con el matrimonio’ (...)” (“Aceprensa”,citado por “Cristo hoy”, 16/22-6-2005).

Hace poco, también en España, se estre-naba una película que preconizaba la eutana-sia. También en esto hubo una saludable reac-ción católica: “La película ‘Ilusiones reno-vadas’... presentada... por [un]... religiososalesiano... como una alternativa a ‘Maradentro’... que promueve la eutanasiaexaltando la desesperanza y el suicidioasistido... se narra la historia de... unajoven pareja de novios que prometen ca-sarse, pero un trágico accidente provoca-rá que... [el novio] entre en coma, sin po-der despertarse. La novia intentará por to-dos los medios despertar[lo]... siendo fielal amor que siente por él. La cinta planteael tema de la eutanasia y como situarse anteella. La protagonista busca respuestas enla magia o en la psicología. El encuentrocon un sacerdote ofrecerá luz para enfren-tar la situación. ‘Con la película he queri-do transmitir el valor de la esperanza, delamor y de la fe’, dijo el director del corto-metraje” (Madrid - ACI, citado por “Cristohoy”, ya cit.).

K ordena a Bendini retirar el cuadrode Videla del colegio militar

El ministrode defensay el jefe delEjército...

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Sin la paz de Nuestro Señor, hay odio ymuerte. Pero la religión conciliar no puedeofrecer esa paz, sino solo un cristianismo edul-corado, vaciado de verdades objetivas y abso-lutas. Así el Occidente descristianizado, con uncristianismo desvirilizado, es fácil presa -so-bre todo entre los jóvenes- del Islam, que no re-niega de lo que para él son verdades inmuta-bles, toma estos espíritus y los fanatiza, hacién-dolos inmolarse en ataques terroristas comolos sufridos en estos días en Londres. Sobreesto añadiremos dos cosas: la primera es queel brazo islámico es ciertamente manejado porotros poderes ocultos... La segunda es quetan condenables son estos hechos como lasmasacres perpetradas contra civiles inocen-tes, por USA e Inglaterra en Irak y Afganistán.

Volviendo a nuestra patria y a lo lejos queestá de Dios, mencionamos un triste hechorelatado en un correo que recibimos el 21/6:“...Dos días antes [del Corpus Christi], enel programa de la Sra. Susana Giménezva-rios actores cómicos, periodistas y mo-delos contaban chistes. Un actor de ape-llido Viale parodiaba a un sacerdote cele-brando misa. Mientras farfullaba algunaspalabras en latín tomadas de nuestras sa-gradas celebraciones, representabagestualmente mofándose de la elevación,la consagración, la comunión, siguiendocon otra serie de procacidades tanagraviantes como ofensivas. Salvo un có-mico, precisamente de otro credo y segu-ramente respetuoso del tema religioso queparecía no hacerle gracia, el resto de losparticipantes y la conductora reíandesenfadadamente (...)”.

Cuando nos preguntemos porqué nos vacomo nos va, no estará de más recordar queel programa aludido es uno de los dos (el otroes de la misma calaña) más vistos de la tele-visión argentina...

Y cuando analicemos el estado de nues-tra patria, tampoco estará de más que tenga-mos en cuenta esta otra noticia: “Las Madres‘comprarían’ el Sanatorio Antártida (…)“Un grupo financiado mediante un subsi-dio del gobierno (17 millones de dólares)realizará un ofrecimiento para comprar elSanatorio Antártida en la Capital Fede-ral. Se intenta crear un Hospital que sellamará Hospital Latinoamericano Madresde Plaza de Mayo (…)” (“Seprin”, 21/6).

Necesitamos impe-riosamente la paz deNuestro Señor. ¿Está laverdadera paz de NuestroSeñor con la “jerarquía dela Iglesia”?

“Creo que habrátambién una mayor to-lerancia frente a lostradicionalistas, y tal vezlos próximos meses po-drán ser decisivos inclu-so para la recomposi-ción del mini-cisma demonseñor Lefebvre” (“Zenit”, entrevista alvaticanista italiano Andrea Tornielli, cit. por“Cristo hoy”, ya cit., pág. 14).

“Al menos 3.000 jóvenes y 60 sacer-dotes de unos treinta países, miembros de«Juventutem», fieles a la misa celebradaen latín, según el rito de San Pío V, par-ticiparán en la Jornada Mundial de laJuventud de Colonia, el próximo mes deagosto. La noticia ha sido revelada a Zenitpor Armand de Malleray, de la Fraternidadde San Pedro, delegado general de estaasociación. El primer grupo de «Juven-tutem» estaba formado por seguidores delarzobispo Marcel Lefebvre, que se reuníanen Campos (Brasil). Desde hace tres años,la asociación «Juventutem» está en plenacomunión con la Iglesia de Roma y susmiembros participarán en la misa quepresidirá Benedicto XVI el 21 de agosto”(“Zenit”, 19/7). Se informa también quediversos cardenales ayudan al grupo.

Pero, lamentablemente también debemoscitar otra noticia:

“(...) En su reciente visita al país, elGran Rabino de Israel, Yona Metzger,destacó los valores interreligiosos (...) Encuanto al futuro de la relación entre eljudaísmo y el catolicismo luego de laelección de Benedicto XVI, Metzger esfrancamente optimista. ‘Creo firmementeque el nuevo Papa va a seguir la línea desu antecesor. De hecho, (Joseph) Ratzingerfue el ideólogo más importante del acer-camiento al judaísmo con que contó JuanPablo II’, dijo. Subraya que Benedicto XVIya empezó a enviar señales alenta-doras en este sentido. ‘Escuché que ensu próximo viaje a Alemania visitará

Joseph Ratzinger

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una sinagoga. El mensaje que hay detrásde la visita de un Papa a una sinagoga esmuy importante. Primero porque la IglesiaCatólica fue durante siglos fuente deantisemitismo. Y segundo porque la visitade Juan Pablo II a la sinagoga de Roma-fue el primer pontífice en hacerlo- llevó aque se impusiera la obligatoriedad de quelos alumnos secundarios italianos visitenuna vez una sinagoga’. Al señalársele queel nazismo fue un régimen ateo, Metzgerdijo que de la mano de la acusación dedeicidio -supuesta responsabilidad de losjudíos por la muerte de Jesús- ‘se fue

construyendo una base para el odio aljudío que facilitó el antisemitismo delrégimen nazi’. Con todo, destacó que hoy‘hay un cambio radical en el catolicismoen su relación con el judaísmo’ (...). El GranRabino recordó que en octubre se cum-plirán 40 años de la declaración católicaNostra Aetate, que borró toda acusaciónde deicidio y que viajaría a Roma para laconmemoración. Y evocó con emocióncuando una vez Juan Pablo II lo recibiócon los brazos abiertos y la expresión:‘Bienvenido mi hermano mayor en la fe’”(“Clarín”, suplemento “valores religiosos”,6/7, pág. 6).

Pidamos, por intercesión de la Pre-ciosísima Sangre de Nuestro SeñorJesucristo, que la Iglesia, el mundo, nuestrapatria y nuestras almas puedan gozar de laverdadera paz.

LA VIDLA VIDLA VIDLA VIDLA VIDA DEL R.PA DEL R.PA DEL R.PA DEL R.PA DEL R.P.....PÍO EUGENIO MORTPÍO EUGENIO MORTPÍO EUGENIO MORTPÍO EUGENIO MORTPÍO EUGENIO MORTARAARAARAARAARA,,,,,

JUDÍO CONVERSOJUDÍO CONVERSOJUDÍO CONVERSOJUDÍO CONVERSOJUDÍO CONVERSO

Por el R.P. Curzio Nitoglia

Introducción

Hacia fines del siglo XIX apareció el “caso Mortara”. En el presente artículo no medetendré tanto en el “caso” (1), como en lamilagrosa conversión del niño judío tal comonos lo cuenta él mismo (2).

“El caso”: El niño fue bautizado en peli-gro de muerte por su nodriza cristiana, luegorevivió de manera inesperada; la Iglesia no lodevolvió a sus padres; el joven se hizo mástarde sacerdote y murió en olor de santidad.

No fue violada la potestad paterna de supadre judío, ya que en caso de conflicto entrelos derechos de la Iglesia (de orden sobrena-tural) y aquellos pretendidos de sus padres(de orden natural), son los derechos superio-res los que prevalecen.

Pues el bautismo conferido válidamentehace al recién nacido súbdito de la Iglesia (locual es una verdad de Fe); y si la Iglesia re-nunciara a este artículo de Fe, renunciaría atoda la Fe, ya que ésta es indivisible, y si fue-ra violada en un solo artículo se perdería com-pletamente.

La Iglesia prohíbe bautizar a los hijos deno católicos contra la voluntad de sus padres,pero una vez que ha sido conferido el bautis-mo, aunque castigue al trasgresor de sus ór-denes (exceptuando el caso en que el reciénnacido estuviera en peligro de muerte, comoen el que se encontraba Mortara), no puedenegar la realidad y la verdad de Fe: ¡el niñobautizado es cristiano! El Código de derechocanónico de 1917 en el canon 750, parágrafo1º, enseña que: “Es lícito bautizar, aún contrala voluntad de sus padres, al hijo de infieles,cuando se halla su vida en tal peligro que pru-dentemente se prevé que ha de morir antesde llegar al uso de razón. Si la muerte es cier-ta se debe bautizarlo, siempre que se puedahacer sin grave daño de la religión. Si la muertees solamente probable está permitido bau-tizarlo”.

Como la prohibición de bautizar vale so-lamente para los recién nacidos de padres

La sinagoga de Roma en su centenario, durante la lecturade un mensaje de Juan Pablo II, el 22 de mayo de 2004

PARA AYUDARNOS EN LA OBTENCIÓNDE UN LUGAR DE CULTO EN CAPITAL:Puede hacernos llegar su ayuda según seindica en la última página, también puedeenviarnos un giro a Moreno, Pcia. de Bs.As. (para comunicarse, ver nuestro mail, te-léfono y dirección en última página).

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acatólicos que no quieran el bautismo, que noestén en peligro cierto, o incluso solamenteprobable, de muerte; el bautismo del pequeñoMortara fue no solamente válido sino tam-bién lícito, incluso obligatorio, dada la grave-dad de su enfermedad que no daba más es-peranzas.

La vida

Luego lo que declaró el Canónigo Regu-lar de Letrán, el R.P. Pío Edgardo Mortara,durante el proceso de beatificación de Pío IX(3), hacia 1912: “Nací de padres israelitas (enBoloña, el 21 de agosto de 1851, n.d.r.), haciaaproximadamente los 17 meses fui afectadopor una grave enfermedad, neuritis, que mellegó hasta la agonía… Conciente del peligro,la sirvienta, Anna Morisi, cristiana y jovenmuchacha de entre 16 y 18 años (vivía enPersiceto, n.d.r.) que mis padres, a pesarde las leyes entonces vigentes en los Esta-dos Pontificios, retenían a su servicio (4),tomó la decisión de administrarme el SantoBautismo. Aprovechando el momento en quemi madre me había dejado solo en mi cuna,ella se acerca… y me bautiza… El hecho fueguardado bajo el más absoluto secreto por A.Morisi, sorprendida por mi rápida curación.Seis años después, mi pequeño hermanoArístides cae gravemente enfermo, A. Morisi,llamada… por una de sus amigas para bauti-zar al niño in extremis, se rehúsa a hacerlo(el niño murió después, n.d.r.) alegando comorazón mi supervivencia al Bautismo, y es asíque el secreto fue revelado. La noticia de miBautismo llegó de esta manera a conocimientode la autoridad eclesiástica ordinaria, ésta juz-gando que el caso era demasiado grave paraser de su competencia, lo refirió directamen-te a la Curia Romana. …El Santo Padre, pormedio de una Congregación Romana, encar-gó a Feletti (Padre dominico e inquisidor enBoloña, n.d.r.) la separación de mi familia, lacual tuvo lugar cum auxilio brachii secularis,es decir, con la intervención de los gendarmesde la Inquisición (los gendarmes evidente-mente no eran de la Santa Inquisición sino dela Legión de Gendarmes Pontificios de Bo-loña, n.d.r.)… el 24 de junio de 1858. Fui con-ducido por los gendarmes hacia Roma (enFossombrone el niño decidirá, milagrosamen-te, seguir a los gendarmes a la Misa, n.d.r.)

y fui presentado ante Su Santidad Pío IX, queme acogió con la más grande bondad y sedeclaró mi padre adoptivo, como lo fue dehecho mientras vivió, costeando mi carrera yasegurando mi futuro… Algunos días despuésde mi llegada a Roma, habiendo recibido ins-trucción religiosa, me fueron completadas lasceremonias del Bautismo por el cardenalFerretti…

Ocho días después mis padres se presen-taron en el Instituto de Neófitos para comen-zar las gestiones tendientes a recuperarmecon ellos. Habiéndoles sido dadas completasfacultades para verme y hablar conmigo, pro-longaron su permanencia en Roma duranteun mes viniendo todos los días a visitarme…Utilizaron todos los medios para recuperar-me… A pesar de todo esto no mostré jamásel menor deseo de volver con mi familia, a talpunto que yo mismo no puedo explicarlo sinoadmirando la fuerza sobrenatural de laGracia. A este respecto contaré una anéc-dota en la cual se manifiesta este poder de laGracia. Habiendo ayudado la Misa en Alatri…cuando volvía a la sacristía con el Sacerdote,de repente se presentaron mis padres en lapuerta. En lugar de echarme en sus brazos,como hubiera sido lo más natural, sorpren-dido, me escapé y me refugié bajo la casulladel Sacerdote. (…) El Sumo Pontífice… te-nía intención de confiarme a los Padres Je-suitas… pero reflexionando mejor, para no darpretextos a las polémicas… me puso en elColegio de San Pedro ad vincula… dirigidopor los Canónigos Regulares de Letrán.

(El Papa, n.d.r.) Me prodigó siempre lasmás paternales demostraciones de afecto y…repetía a menudo que yo le había costado mu-chas penas y lágrimas. Encontrándome, depaseo, me llamó y como un buen papá se di-virtió conmigo escondiéndome bajo su mantorojo… Durante este tiempo la prensa… delmundo entero hizo mucho ruido sobre el rap-to del pequeño Mortara” (5).

Diversas polémicas

En efecto, después del alejamiento del niñode Boloña, la primera reacción tuvo lugar enlos medios liberales luego que la prensa se apo-deró del caso. El punto de vista católico fuedefendido por La Civiltá Cattolica en una seriede artículos bajo la pluma del Padre Curci (6).

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Veuillot y Dom Guéranger se lanzaron tam-bién a la batalla para defender a Pío IX.Durante seis meses esta polémica estalla entodo el mundo. Las Comunidades Israelitaspiamontesas habían interesado mientras tan-to a los Consistorios de Francia y de Ingla-terra. Esta última, a la que Roma no perdo-naba la educación forzada en los refugios an-glicanos de los huérfanos de católicos irlan-deses caídos en Crimea, había pedido el cie-rre del colegio donde se había enviado aMortara. Pío IX comprendió que era necesa-rio dar una respuesta categórica y autoriza-da, basada en el principio según el cual lo es-piritual prevalecía sobre lo temporal y que laIglesia debía tomar bajo su cuidado la salva-ción del alma de un niño hecho cristiano aun-que sin su intervención directa, y los padresde Mortara debían imputar este hecho fasti-dioso y desgarrador a ellos mismos, en lamedida en que habían tomado a su serviciouna criada cristiana, violando así las leyes delos Estados Pontificios en los cuales vivíancuando se produjo el “caso”. El Papa pedíasolamente que en sus Estados se observaraexactamente aquello que él mismo observa-ría en los otros estados y decía: “Presto estoya perderlo todo antes que arrebatar a Cristoun alma que ha sido rescatada al precio de SuSangre”. El Papa estaba convencido -luegode oportunas investigaciones que había man-dado hacer- de la validez del Bautismo, nopodía pues permitir que un cristiano fueraeducado en la religión judía, ¡aunque el casofuera humanamente desgarrador!

La cuestión se reabrió en Boloña en 1859,con la constitución de un Gobierno Provisorioque debía preparar los plebiscitos y la anexiónde marzo de 1860. Pío IX era inconmovibleen su decisión de no devolver al niño a quienquiera que fuese. El 14 de noviembre de 1859el Tribunal de la Santa Inquisición fue abolidoen Romagna, los ministros del culto fueronsujetados a la ley sarda y los fueros eclesiás-ticos fueron suprimidos. El Padre Feletti fuela primera víctima de estas disposiciones, nose había movido de Boloña, de su Conventode Santo Domingo, aunque previó lo que ibaa llegarle. Su actitud semper idem dio la im-presión de una gran dignidad, jamás hizo com-promisos, repitiendo siempre haber actuadode manera conforme a lo que el cargo quecumplía exigía de él. En la noche del 2 al 3

de enero de 1860, el Director General de laPolicía Piamontesa, el caballero Curlettiarresta al P. Feletti, dominico inquisidor delSanto Oficio. El dominico fue llevado a lasprisiones de Torrone y el proceso comenzódespués de dos meses de detención. Desdesu primer interrogatorio respondió que: “Losjueces de la Iglesia no están sujetos a ningu-na autoridad que les sea inferior… no estan-do permitido a cualquiera hacerse juez de lasdecisiones emanadas de la Sede Apostólicaen materia de fe y costumbres… La concien-cia me prohíbe absolutamente dar ningunarespuesta” (7). El arzobispo de Boloña, elcardenal Michele Viale Prelá también fueapuntado.

El Padre Feletti fue escuchado el 16 deabril de 1860; el religioso dominico había de-clarado sobre el joven Mortara: “Yo no puedohacer menos que manifestar lo que se refierea la misericordia de Dios hacia este niño y losprodigios de Su Gracia para mantenerlo comoun buen cristiano. Desde los primeros momen-tos en que… se anunció al padre… y porEdgardo mismo, que él habiendo sido bauti-zado debía ser confiado a la Iglesia Católicay por lo tanto ser separado de su familia, elniño permanece impasible y mientras que sushermanos y hermanas lloraban… él perma-neció sereno y tranquilo… El Sumo Pontíficetuvo la benignidad de mandar llamar a Romaal padre y a la madre del niño… a fin de queellos se aseguraran de la voluntad de su hijoEdgardo de permanecer en la religión cris-tiana… Los padres… tuvieron permiso de ha-blar con su hijo en presencia del rabino deRoma, los cuales trataron… de convencer

«La Iglesia vence a la Sinagoga»

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al muchacho de volver con ellos. Pero él solo,una criatura de alrededor de nueve años, sedefendió de las tentaciones de su padre, sumadre y del rabino, respondiéndoles que élera cristiano y que quería vivir y morir cris-tiano, y que además rezaría a Dios por la con-versión de ellos” (8).

Pero la polémica no se termina. Cavour,en octubre de 1860, aseguraba a la AlianzaIsraelita Universal que el gobierno de la Casade Saboya haría lo posible para que el niñofuese devuelto a su familia.

Fin de la autobiografía

“La Comunidad Israelita de Alejandría enPiamonte hizo un llamado a todas las sinago-gas del mundo y organizó una verdadera cam-paña contra el Papa y la Iglesia… pidiendo alos poderes y suplicándoles intervenir y pro-testar diplomáticamente. Algunas protestasfueron efectivamente enviadas; esta violentapolémica… en la cual se dieron cita todos losenemigos del Papado y de la Iglesia Romanase mantuvo en suma durante casi seis meses.….Pío IX, como él mismo lo decía, en mediode esta furiosa tempestad dormía tranquila-mente, a ejemplo del Divino Redentor: “ipsevero dormiebat”.

El 11 de marzo de 1868… encontrándo-me en San Gregorio del Monte Caelius… seanuncia la visita de Su Santidad. Meposterné… sobre el suelo de la basílica, y alpasar el Santo Padre, queriendo besarle lospues, con una precipitación completamentejuvenil, mi frente choca con su rodilla con talfuerza que el Santo Padre pierde el equilibrioy estuvo a punto de caerse… En el momentoel Papa se contentó con mirarme. Despuésllegó en lo que se llamó triclinio, ...él me in-terpeló suavemente: “Pero, ¿qué has hechohoy? Sería gracioso que la gente dijera queMortara quiso matar al Papa…”.

La paternal solicitud del Santo Padre semanifestó especialmente con ocasión de lostrastornos políticos de 1870. Después de laentrada de las tropas piamontesas en Roma,en aquellos días de anarquía… en que la po-licía era incapaz de frenar a la chusma, lue-go de haber arrancado por la fuerza del Co-legio de los Escolapios al neófito Coen (Coenquiso luego volver a entrar en el Conventode los Padres Carmelitas, donde en 1833

se hizo sacerdote y murió en 1939, un añoantes que Mortara, n.d.r.) (9), se dirigió aSan Pedro ad vincula para sacarme tam-bién… Pío IX informado de mi huída, dijoexactamente estas palabras: “Agradecemosal Señor que Mortara haya escapado”.

La bendición de Pío IX me acompañó entodas partes. Ella me dio sobre todo la forta-leza… para no ceder a las presiones y ame-nazas de las autoridades liberales que que-rían obligarme… a volver con mi familia.(Luego de salir de Roma, n.d.r.) ella me si-guió hasta Bressanone (Tirol austriaco), don-de encontré la más calurosa hospitalidad jun-to a mis colegas de la Curia de Novacella.

Se quisiera saber cuales fueron mis rela-ciones con mis padres después de su partidade Alatri. No tuve más noticias de ellos. Lesescribí muchas veces cartas paneréticas so-bre religión y en las cuales trataba de con-vencerlos de la verdad de la Fe Católica…Estas cartas quedaron sin respuesta.

La paternal afección de Pío IX hacia mífue inalterable hasta su muerte. Luego de lasupresión de las Casas Religiosas me enco-mendó al santo obispo de Poitiers, Mons. Pie.… Sufriendo de debilidad de nervios debidoal exceso de trabajo, me vi obligado a dejartodo aquello que pidiese aplicación y a darmea los trabajos manuales. En el bendito día demi primera Misa tuve el honor de recibir unacarta firmada por él… No volví a ver más aPío IX. Después de 1870 muchas veces vol-viendo a la Ciudad Eterna he visitado el ce-menterio del Verano y, profundamente emo-cionado me he postrado sobre su tumba.…En su epitafio él invitaba a los fieles a re-zar por él: Orate pro eo. Confieso que cuan-tas veces he leído estas palabras, tantas ve-ces he dicho en mi corazón: Sancte Pie, orapro me” (10).

Después de dos años de permanencia deMortara en Novacella, cerca de Bressanone,con los Canónigos Regulares de Letrán, bajoel falso nombre de Pie Pillon; el 2 de agostode 1872 pasa a Francia a la nueva fundaciónde Beauchesne, donde recibe las órdenes sa-gradas: el subdiaconado, el 1º de septiembre;el diaconado, el 28 de octubre de 1873; elsacerdocio, el 20 de diciembre.

La deposición de Mortara termina en 1878(año de la muerte de Pío IX); pero es posi-ble reconstruir la continuación de su vida

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a partir de muchos otros escritos suyos:“Como sacerdote se distinguía no solo por elcelo, la piedad y la coherencia de su vida, sinotambién por sus dotes excepcionales de pre-dicador políglota y por su cultura bíblica. Ca-paz de predicar en nueve lenguas, el R.P. PíoMortara hizo su primer discurso el 25 de no-viembre de 1874, en la Catedral de Poitiers,para el jubileo episcopal de Mons. Pie. Mien-tras tanto… habiendo muerto su padre, elPadre Pío volvió a ver su madre en Perpignan,después en París, rezando por ella para quese convirtiese y se retirase a un convento…(pero en vano, n.d.r.). También lo golpearonotros dolores por aquellos años: la muerte dePío IX y del Cardenal Pie… finalmente unanueva enfermedad que lo puso a dos pasosde la muerte, de la cual salió, según afirmaba,curado milagrosamente después de la visitade Don Bosco y de una invocación a Pío IX.El 19 de agosto de 1878 partió para Italia, dedonde fue a España hasta 1888… en 1894 seembarcó para América… En 1899 fue paraCracovia… El 13 de noviembre de 1906 ha-bía fijado su residencia en la Abadía deBouhay (de donde volvió dos veces a Italiaen 1908 y 1912), donde celebró el 50º y el 60ºaniversario de su ordenación sacerdotal.En esta ocasión recibió la bendición de Pío IX.Su último deseo, morir en Italia, no pudo seratendido. ….La guerra impidió la realizacióndel proyecto y es casi nonagenario que el R.P.Pío Mortara expira cristianamente el 11 demarzo de 1940 en la Abadía de Bouhay, enBélgica (la abadía fue vendida recientemen-te y el cuerpo de Mortara reposa en el ce-menterio de Bressaux Liége, en la sepultu-ra de los Canónigos Regulares de Letrán,n.d.r.)” (11).

Notas

1) DEUTCH, Mortara case, in “The Jewish Enciclope-dia”, vol. IX, Nueva York, Funk an Wagnalls Comp.,1905, págs. 35-36.

SCHMIDT, Mortara, in Lexicon fur Theologie und Kirche,VII, Freiburg in Breisgau 1935, pág. 33.

A. NAVAROTTO, L’affare Mortara nell’incubazione dellaguerra austro-franco-italiana, Vita e Pensiero, n. s. XXVI(1940), págs. 269-273.

S. FURLANI, Mortara, in Enciclopedia Cattolica, vol.VIII, p. 1427.

2) P. M. MORTARA C.R.L., Une page de ma vie dédiéeaux personnes pieuses, Strasbourg 1893.

G. L. MASETTI ZANNINI, Nuovi documenti sul “casoMortara”, in Revista di storia della Chiesa in Italia, 1959,págs. 239-259.

Don P. E. MORTARA, El niño Mortara y Pío IX. Narra-ción autógrafa, sine loco et data.

V. MESSORI, Le cose della vita, S. Paolo, Milán 1995,págs. 322-326.

3) S. R. C. Summarium super introductionem CausaeBeatificationis et Canonizationis Servus Dei Pii IX SummiPontificis, Roma 1954, págs. 511-523.

4) N. L. FERRARIS, Bibliotheca canonica juridicamoralis theologica, nº 69, tome IV, Venetiis 1772, pág.294: “Inquisitores libere procedere possunt contra judaeossi nutrices christianas retinuerint” (Nicolás IV).

5) Déposition du R.P. Pio Edgardo Mortara C.R.L. auprocés pour la béatification et la canonisation du Serviteurde Dieu Pie IX, Roma 1954, págs. 511-516.

6) Il piccolo neofito Edgardo Mortara, “La CiviltáCattolica” IX, serie III, vol. 12, 1858, pág. 387.

7) Actes du Procés… f. 22 in F. JUSSI, Studi e ricordidel foro criminale, Bologna 1884, pp. 282.

8) Archives de l’Etat de Bologne, Atti del processo…págs. 36-41.

9) F. CECCARELLI, 1870 - La riconsegna del giovinettoCoen alla famiglia, L’Urbe, XII, 1949, nº 5.

10) Déposition du R.P. Pio Edgardo Mortara C.R.L.au procés…, págs. 516-523.

11) G. L. MASETTI ZANNINI, op. cit., págs. 258-259.[tomado de Sodalitium nº 45]

LA INFLA INFLA INFLA INFLA INFALIBILIDALIBILIDALIBILIDALIBILIDALIBILIDAD DEL PAD DEL PAD DEL PAD DEL PAD DEL PAPAPAPAPAPAAAAA

Por S.E.R. Mons. Robert F. McKenna

1 - DEFINICIÓN E INTERPRETACIÓN

L a infalibilidad del Papa, como se sabe, ha sido definida por el Concilio Vati-cano, en 1870. Los Padres del Concilio la de-clararon dogma divinamente revelado, formu-lándola de la siguiente manera:

“El Romano Pontífice, cada vez quehabla ex cathedra; es decir, cada vez que,cumpliendo con su cargo de pastor y doc-tor de todos los cristianos, define, en vir-tud de su suprema autoridad apostólica,

Ntro. Sñor. entrega las Llaves a S. Pedro

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que una doctrina sobre la fe o las costum-bres debe ser creída por toda la Iglesia,goza, por la divina asistencia a él prome-tida en la persona de San Pedro, de aque-lla infalibilidad con la cual el Divino Re-dentor ha querido dotar a Su Iglesia, cadavez que ella define una doctrina sobre feo costumbres. En consecuencia, estas de-finiciones del Romano Pontífice sonirreformables en sí mismas y no en virtuddel consentimiento de la Iglesia” (Denz.1839).

Comúnmente, la definición es entendidaen el sentido que determina el límite hastadonde se extiende la infalibilidad pontificia; esdecir, que el Papa es infalible únicamentecuando define una doctrina ex cathedra.

Esta interpretación comporta a su vez unalimitación a la misma infalibilidad de la Igle-sia: “aquella infalibilidad con la cual el Di-vino Redentor ha querido dotar a Su Igle-sia”. Si cuando no habla ex cathedra, el Jefede la Iglesia puede equivocarse en materiade fe o de moral, la Iglesia estaría necesa-riamente implicada en cada error que co-metiera.

El Papa puede equivocarse cuando nohabla ex cathedra, ciertamente es esta la in-terpretación que parece más extendida entrelos católicos. Los manuales de teología sin em-bargo, son tan unánimes en negar que la Igle-sia o el Papa puedan equivocarse en cual-quier materia directa o indirectamente conexacon la Revelación divina, como inclusive enenseñar que tanto una como el otro son sim-plemente infalibles en sí. Basándose enton-ces en lo que enseña el Concilio Vaticano I,ellos hacen de la Revelación divina el objetoprimario o directo de la infalibilidad, y de lasverdades implícitas en la Revelación, el obje-to secundario o indirecto.

“Además, se debe creer con fe divina ycatólica todo aquello que está contenidoen la palabra de Dios, escrita u oral, y

que la Iglesia propone para creer comodivinamente revelado, sea por un juiciosolemne, sea por el magisterio ordinario yuniversal”(Denz. 1792).

En efecto, aquellos que ven en estas pa-labras una definición del mismo dogma, sonllevados a creer que un Papa no habla excathedra e infaliblemente sino cada vez quedefine un dogma, como el de la InmaculadaConcepción o el de la Asunción.

2 - INTERPRETACIÓN ERRÓNEA

Sin embargo, no es el objeto de la infalibi-lidad lo que el Concilio define aquí sino el ob-jeto de la fe: “de la fe divina y católica”.Además, limitarse a hacer objeto de la infali-bilidad solamente a lo que está divinamenterevelado, directa o indirectamente, equivale adejar abiertas a la discusión una cantidad dematerias no claramente conexas con la Re-velación, incluso materias relativas a la fe y alas costumbres, reglamentadas por las cartasencíclicas u otros documentos pontificios. Hayque decir más bien que en la definición de lainfalibilidad del Papa dada por el Concilio, elobjeto de la infalibilidad está establecido; esdecir, una “doctrina sobre la fe o costum-bres”. No dijo: una doctrina “divinamenterevelada”.

Si la autoridad docente de la Iglesia: elMagisterio, no es así (absolutamente) infali-ble, hay entonces o puede haber, una ense-ñanza que emane de la Iglesia sobre la cualno se puede estar seguro, en la medida enque no esté calificada como siendo “de fide”.Pero, ¿cómo es esto posible si cada vez quehabla, la Iglesia lo hace en nombre de Jesu-cristo, la Verdad misma: “Quien a vosotrosescucha a mi me escucha” (Luc X, 16).

3 - VERDADERA INTERPRETACIÓN

Lo que se desprende, y todo lo que se des-prende, de la definición que hace el ConcilioVaticano I de la infalibilidad del Papa cuandohabla ex cathedra, no es que cuando no ha-bla de esta manera es falible, sino que cuan-do no habla ex cathedra no es infalible excathedra; no que no sea infalible formalmen-te hablando (simpliciter), sino que no es in-falible bajo este aspecto (secundum quid),es decir, ex cathedra. No es que el Concilio

Mons. McKenna confiriendo la tonsura

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reconozca o defina el límite de la infalibilidad;sino que la defiende contra aquellos que lasometen a otros factores: el consentimientode los obispos, o los decretos o cánones de unConcilio General.

“En consecuencia, estas definicionesdel Romano Pontífice son irreformables porsí mismas, y no en virtud del consentimien-to de la Iglesia”. En esta última frase de ladefinición del Concilio se encuentra la clavede su interpretación correcta. El no tenerlaen cuenta está en la raíz de la creencia abso-lutamente no católica de un Papa susceptiblede errar cuando no define una doctrina excathedra, incluso si habla ex officio. Natu-ralmente, es evidente que puede equivocarsecuando no habla en cuanto Papa, sino encuanto “doctor privado”. La frase que cierrala definición del Concilio expresa su verdade-ro objeto y finalidad; es decir, la infalibilidaddel Sumo Pontífice, incluso cuando habla solopor propia autoridad.

No se trata de la infalibilidad pontificia encuanto tal, sino de la infalibilidad personal delPapa. El Concilio definió que cuando el Papahabla ex cathedra es infalible por su propioderecho de papa, y no solamente porque ha-bla en cuanto representante de la Iglesia.

El Magisterio no está dividido. La dis-tinción que hace el Concilio entre Magisterio“Solemne” y Magisterio “ordinario universal”,no designa dos especies de Magisterio y to-davía menos un Magisterio falible o infalible,sino la manera o el modo en el que es ejerci-do el único Magisterio infalible. Que una de-finición ex cathedra implicando, como lohace, la plenitud de la Autoridad Apostólica,sea por ella misma un ejercicio del Magiste-rio Solemne, incluso cuando no hay definiciónde un dogma, es reconocido por el canon 1323§ 2 del Código de 1917 (el hecho de decir queuna definición de este género se relaciona ala vez con un Concilio ecuménico y con elPapa hablando ex cathedra, no limita, ni vi-ceversa por ley de consecuencia, las decla-raciones ex cathedra a las definiciones dog-máticas). Afirmamos que la infalibilidad delMagisterio supone la infalibilidad del SumoPontífice cada vez que habla ex officio, nonecesariamente ex cathedra.

Notemos que la misma infalibilidad delMagisterio ordinario no está limitada a las de-finiciones de lo que es de Revelación divina,

como muchos lo creen implicado en las pala-bras del Concilio citadas más arriba. Muy porel contrario, si se considera representado porestas palabras, no la infalibilidad en sí misma,sino el objeto de la fe, realmente se refiere almismo tiempo a la infalibilidad del Magisterioordinario, como a la del Magisterio solemne.

4 - CONFIRMACIÓN

Este análisis de la definición de la infali-bilidad pontificia basada en un atento examende los términos de la declaración del ConcilioVaticano I, está en conformidad con la ense-ñanza del Papa Pío XII en su EncíclicaHumani Generis (§ 20). “Tampoco ha depensarse”, dice, “que no exige de suyoasentimiento lo que en las Encíclicas seexpone, por el hecho de que en ellas noejercen los Pontífices la suprema potestadde su magisterio; puesto que estas cosasse enseñan por el magisterio ordinario, alque también se aplica lo de que ‘quien avosotros oye, a mí me oye’, y las más delas veces, lo que en las Encíclicas se pro-pone o se inculca, pertenece ya por otrosconceptos a la doctrina católica”.

Pío XII prosigue, y aquí hace referenciaa los Papas hablando ex cathedra: “Y si losSumos Pontífices en sus documentos pro-nuncian de propósito sentencia sobre al-guna cuestión hasta entonces discutida, esevidente que esa cuestión, según la mentey la voluntad de los mismos Pontífices, nopuede ya tenerse por objeto de libre dis-cusión entre los teólogos”.

De la misma manera que el Concilio Vatica-no I definió que el Papa y no la misma Iglesiatiene el primado de jurisdicción, así reconoció suinfalibilidad cada vez que habla ex cathedra,independientemente del consenso de la Iglesia.Lejos de ser infalible “únicamente” cuandohabla ex cathedra, el Papa lo es, afirmamos,incluso en este caso. ¡Es bien distinto!

Se encuentra una confirmación de nues-tro análisis en lo que dice el Vaticano I pre-viamente a su definición del Magisterio infali-ble del Papa: “(…) la religión católica hasido conservada siempre inmaculada en laSede Apostólica”. E inclusive: “(…) la Sedede Pedro permanece pura de todo error,según los términos de la promesa hechapor Nuestro Señor (…)” (Denz 1836).

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5 - “CONDICIONES” MAL INTERPRETADAS

Cualquiera sean las llamadas cuatro “con-diciones” para una declaración ex cathedra,éstas no son condiciones para que el Papa sepronuncie infaliblemente. Estas “condiciones”son solamente los elementos o factores impli-cados en esta declaración, que definen lo quese entiende por el término ex cathedra. Na-turalmente, todo el mundo sabe que el Papano habla ex cathedra cuando no habla en ejer-cicio de su cargo: ex officio, “cumpliendocon su cargo de pastor y doctor de todoslos cristianos” (“condición” #1).

Aquello de que “defina (…) como doc-trina sobre la fe o las costumbres” (“con-dición” #2) designa el objeto evidente o ma-teria de esta declaración, es decir, una mate-ria de religión.

Aquello que “defina” como doctrina debe“ser creído por toda la Iglesia” (“condición”#3), forma parte de la naturaleza misma de lasmaterias doctrinales. ¡Nada es nunca doctrinalpara solo una parte de la Iglesia! No es entoncesnecesario que un Papa hablando ex cathedraproclame expresamente su intención de obli-gar a todos los fieles. Es evidente que esto sepresume necesario por la solemnidad.

Sin embargo, el término “solemne” nofigura en la definición del Concilio. Hemosvisto ya que la solemnidad es intrínseca al ca-rácter ex cathedra de la declaración, ema-nando de la Suprema Autoridad Apostólica delSumo Pontífice. Un documento oficial es sufi-ciente, más una Carta Encíclica. Citemosuna vez más “Humani Generis”: “Y si losSumos Pontífices en sus documentos pro-nuncian expresamente [insisto, “no solem-nemente”] en sus actos, sentencia sobre al-guna cuestión hasta entonces discutida (…)esa cuestión (…) no puede ya tenerse porobjeto de libre discusión (…)”.

Existen grados en la solemnidad. Los dog-mas de la Inmaculada Concepción y de laAsunción de la Santísima Virgen fueron defi-nidos con la más grande solemnidad, ya queestos dos dogmas pertenecían a la divina re-velación y eran deseados universalmente porobispos y fieles. Sin embargo, al haber sidoconsultados los obispos en los dos casos, nopueden ser ejemplos típicos de definición excathedra, ya que como lo hemos visto estaexcluye esta necesidad.

Se encuentran ejemplos más precisos deestas definiciones [ex cathedra] en la CartaApostólica de León XIII sobre la invalidez delas Ordenaciones anglicanas, y en la Consti-tución apostólica de Pío XII en que determi-na la materia y la forma sacramentales de lasÓrdenes sagradas. En los dos casos, el Papaha decidido sin hacer referencia a ningunaconsulta de los obispos sobre la cuestión, yhaciendo esto, ha respondido a la definiciónde una declaración ex cathedra. Los Papashan hecho uso de su “Suprema AutoridadApostólica”, es la #4 “condición”, paradefinir “que una doctrina sobre la fe ylas costumbres debe ser creída por todala Iglesia”.

Aunque el número de estos ejemplos enla historia de la Iglesia no son legión, sunúmero no es ciertamente despreciable,contrariamente una vez más a la opinión co-múnmente extendida. La condenación delLiberalismo por el Papa Pío IX en elSylllabus de errores y del Modernismo porSan Pío X con el decreto Lamentabili, sonotros eminentes ejemplos de definición excathedra.

Es en esta misma #4 condición que en-contramos el corazón de la definición excathedra, el Papa ejerciendo “su SupremaAutoridad Apostólica”. Esto en la prácticaviene a ser, para el Papa, como lo hemos vis-to, utilizar, “bajo la divina asistencia a élprometida en la persona de San Pedro”, laautoridad de resolver una controversia doc-trinal, que desde ese momento, según las pa-labras de Pío XII, “no puede ya tenerse comoobjeto de libre discusión”.

6 - FRUTOS DEL ERROR

La comprensión errónea de la definiciónde la infalibilidad del Papa hecha por el Con-cilio Vaticano, constituye el mayor obstáculode la unidad de los tradicionalistas opuestosal “Vaticano II”. Para la mayoría de ellos, laconvicción general de que el Papa no es infa-lible más que bajo ciertas condiciones es unmotivo para “tener a la vez la manteca y eldinero de la manteca…”, para reconocer alPapa cuando está de acuerdo con la tradicióncatólica y no reconocerlo cuando no lo está.

Pero ¿qué es esto sino poner el pro-verbial arado delante de los bueyes, poner

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la Tradición delante del Papa y el Magisteriovivo? ¿De dónde saca su autoridad la Tradi-ción si no es del Magisterio que se la da? Afalta de un verdadero, legítimo Sumo Pontífi-ce, los católicos deben, en efecto, recurrir a“la santa tradición, intérprete y guardia-na de la verdad católica”, como la designael Catecismo del Concilio de Trento. Peroel recurso a la tradición no es hecho solo poruno. Cuando el Arzobispo Marcel Lefebvre,reconociendo en Montini la autoridadpontificia, intentó hacer un recurso a la tradi-ción, él le respondió: “Yo soy la Tradición”.

En efecto, la mala interpretación de la de-finición del Concilio ha mostrado no servir denada, excepto de ocasión para el mismo,impropiamente llamado, Concilio Vaticano II,caracterizado por sus supuestos papas y suslamentaciones por los errores cometidos porla Iglesia en el pasado, errores que han “ofen-dido a nuestros hermanos separados”.Después de todo, si el mismo Papa no es per-sonalmente infalible, entonces la Iglesia pordebajo de él tampoco lo será: pero esto esteológicamente cierto, como lo hemos demos-trado. La puerta está bien abierta a la herejíadel Indiferentismo (Ecumenismo).

“Por sus frutos los conoceréis” (Mat.VII, 20). El éxodo masivo de sacerdotes, mon-jes y religiosos en la estela del Vaticano II,con además, la disminución de la mitad delnúmero de fieles, gracias al “Aggiornamen-to” comenzado por Juan XXIII y la NuevaMisa de Pablo VI, todo esto muestra dema-siado claramente al que tiene ojos para ver,que el rey está desnudo; que en realidad elConcilio es nada menos que la segunda Re-forma protestante. Un ataque contra la Igle-sia que, esta vez, no viene del exterior sinodel interior.

Pero si de hecho, como lo hemos demos-trado, el Papa es infalible ex officio (en elejercicio público de su cargo), como lo es lamisma Iglesia, y esto, no solamente cuandohabla ex cathedra, ¿qué se sigue sino quelos papas del Vaticano II no son papas en acto,formalmente papas? Un verdadero Papa nopuede contradecir a ninguno de sus predece-sores aunque sea en una sola materia de fe ocostumbres. El pastor ha sido herido y lasovejas se han dispersado (Mat. XXVI, 31).

[tomado de Sodalitium nº 50]

Entrevista a MonseñorEntrevista a MonseñorEntrevista a MonseñorEntrevista a MonseñorEntrevista a MonseñorGuérard des LauriersGuérard des LauriersGuérard des LauriersGuérard des LauriersGuérard des Lauriers

Curriculum Vitae

Nacido en 1898 cerca de París, Michel Guérard des Lauriers frecuenta los esta-blecimientos de enseñanza laica. Ingresa enla Escuela Normal Superior (fundada al mis-mo tiempo que la de Pisa) en 1921, y obtieneel título de matemáticas en 1924. Estudia dosaños en Roma con el profesor T. Levi-Civita,y prepara la tesis que sostendrá en La Sorbonabajo la presidencia del profesor Elie Cartan.

Ingresa a la Orden de Frailes Predicado-res en 1926, hace la profesión en 1930, y esordenado Sacerdote en 1931. Profesor en laUniversidad dominica de Saulchoir desde1933, enseña igualmente en la Pontificia Uni-versidad de Letrán a partir de 1961. Este pa-saje romano fue para él la ocasión de elabo-rar la parte doctrinal, y de colaborar en la re-dacción original (debida a Cristina Guerrini)de la carta titulada: “Breve examen críticodel Novus Ordo Missae” (1); carta dirigidaa Pablo VI el 5 de junio de 1969, fiesta deCorpus Christi, por los Cardenales Bacci y Otta-viani. Esta iniciativa le costó el ser despedido

A continuación publicamos la intro-ducción y un pequeño fragmento de la en-trevista que Sodalitium (nº 13) realizara aMons. G. des Lauriers, en 1987.

Mons. Guérard des Lauriers, O.P.

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de Letrán en junio de 1970 junto con el rector,Mons. Piolanti, y una quincena de profeso-res, todos juzgados indeseables. Desde enton-ces vive “extra conventum, cum permissusuperiorum”.

Es autor de varias obras de teología y denumerosos artículos sobre filosofía de las cien-cias, crítica del conocimiento, teología espiri-tual. Es miembro de la Pontificia AcademiaSanto Tomás de Aquino.

Publicó en 1978, y luego en los “Cuader-nos de Cassiciacum” (2), una tesis hasta elpresente no refutada; esta tesis consiste enafirmar la vacancia formal de la Sede Apos-tólica, con certeza desde el 7 de diciembre de1965.

Recibió la consagración episcopal el 7 demayo de 1981 de Mons. Pierre Martin NgoDinh Thuc, Arzobispo emérito de Hué. Con-sagración válida, en cuanto al rito tradicionalíntegramente observado; consagración lícitay legal, en cuanto al poder de Legado confe-rido por Pío XI a Mons. P. M. Ngo Dinh Thucel 15 de marzo de 1938 (3).

Entrevista

(...) Sodalitium: Se dice que no habiendodefinido dogmas el Vaticano II, la presenciaindiscutible y reconocida de errores contra laFe en los textos conciliares, no pone ningúnproblema en cuanto a la infalibilidad de la Igle-sia. ¿Esto es verdad? sino, ¿cómo juzgar talafirmación?

Mons. Guérard: La calificación de Va-ticano II (cf. Cuadernos de Cassiciacumnº 1, págs. 14-15; nº 6, págs. 13-81).

Era posible para el Vaticano II no definirdogmas. Pero es un error, o una mentira, afir-mar respecto de su naturaleza, contra-ver-dades. Un Concilio ecuménico convocado yaprobado por el Papa pertenece por lo menosy por su misma definición, al Magisterio ordi-nario universal de la Iglesia. De por sí, esdecir, si las cosas son conformes a lo que exi-ge su naturaleza, los documentos que ema-nan de una tal asamblea, que dependen for-malmente de la luz de la Fe (es el caso de ladefinición de la “libertad religiosa”) y que tra-tan de una doctrina ya infaliblemente promul-gada, son ipso facto promulgados con la no-ta de infalibilidad. Vaticano II pudo, en rigor,

afirmarse “ordinario”; pero no hizo y no po-día hacer que una promulgación, cuyas cláu-sulas acarrean canónicamente la infalibilidad,pueda no ser infalible.

Sodalitium: Entonces, ¿qué hay que pen-sar de Pablo VI y de Juan Pablo II?

Mons. Guérard: Dios ha juzgado. Diosjuzgará. En cuanto a nosotros, no juzgamos...al menos de la intención. Estos “papas” pro-fieren la herejía y están por lo menos afecta-dos de “Cisma capital” (cf. Cuadernos deCassiciacum nº 3-4). Lo mejor que se puedehacer es, me parece, no considerarlos. “Necnominetur in vobis” (Efesios V, 3). Sedtamen oremus pro eis: Miserere, Deprofundis. (...)

Notas

1) El texto original, precedido de una breve noticiahistórica, ha sido reeditado por “Ediciones Santa Juanade Arco”, Les Guillots, Villegenon, 18260 Vailly Sur Sauldre.

2) “Los Cuadernos de Cassiciacum” nº 1 a 6, 1979-1981, 18 Ave Bellevue, 06100 Nice.

3) La fotocopia de este documento fue reproducidaen la revista “Sous la Bannière” nº 9, enero-febrero de1987, pág. 10 (“Ediciones Santa Juana de Arco”, cf.nota 1).

Escudo episcopal de Mons. G. des Lauriers

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EL ABANDONO CONFIADO AEL ABANDONO CONFIADO AEL ABANDONO CONFIADO AEL ABANDONO CONFIADO AEL ABANDONO CONFIADO ALA DIVINA PROVIDENCIALA DIVINA PROVIDENCIALA DIVINA PROVIDENCIALA DIVINA PROVIDENCIALA DIVINA PROVIDENCIA

de Claudio de la Colombière

(...)Cuando Dios nos prueba

ero queréis estar persuadidos que entodo lo que Dios permite, en todo lo

que os sucede, sólo se persigue vuestro verda-dero interés, vuestra verdadera dicha eterna?Reflexionad un poco en todo lo que ha hechopor vosotros. Ahora estáis en la aflicción;pensad que el autor de ella, es el mismo queha querido pasar toda su vida en dolores paraahorraros los eternos; que es el mismo quetiene su ángel a vuestro lado, velando bajo sumandato en todos vuestros caminos y apli-cándose a apartar todo lo que podría herirvuestro cuerpo o mancillar vuestra alma; pen-sad que el que os ata a esta pena es el mismoque en nuestros altares no cesa de rogar y desacrificarse mil veces al día para expiar vues-tros crímenes y para apaciguar la cólera deSu Padre a medida que le irritáis; que es elque viene a vosotros con tanta bondad en elSacramento de la Eucaristía, el que no tienemayor placer, que el de conversar con voso-tros y el de unirse a vosotros. Tras estas prue-bas de amor, ¡qué ingratitud más grande des-confiar de Él, dudar sobre si nos visita parahacernos bien o para perjudicarnos! ¡Pero mehiere cruelmente, hace pesar su mano sobremí! ¿Qué habéis de temer de una mano queha sido perforada, que se ha dejado clavar ala cruz por vosotros? ¡Me hace caminar porun camino espinoso! ¿Si no hay otro para ir alCielo, desgraciados seréis, si preferís pe-recer para siempre antes que sufrir por untiempo! ¿No es éste el mismo camino que haseguido antes que vosotros y por amor vues-tro? ¿Habéis encontrado alguna espina queno haya señalado, que no haya teñido con suSangre? ¡Me presenta un cáliz lleno de amar-gura! Sí, pero pensad que es vuestro DivinoRedentor quien os lo presenta; amándoos tantocomo lo hace, ¿podría trataros con rigor si notuviera una extraordinaria utilidad o una ur-gente necesidad? Tal vez habéis oído hablardel príncipe que prefirió exponerse a serenvenenado antes que rechazar el brebaje

que su médico le había ordenado beber, por-que había reconocido siempre en este mé-dico mucha fidelidad y mucha afección a supersona. Y nosotros, cristianos, ¡rechazare-mos el cáliz que nos ha preparado nuestroDivino Maestro, osaremos ultrajarle hasta esepunto! Os suplico que no olvidéis esta re-flexión; si no me equivoco, basta para hacer-nos amar las disposiciones de la voluntaddivina por molestas que nos parezcan. Ade-más, éste es el medio de asegurar infali-blemente nuestra dicha incluso desde estavida. (...)

Ventajas inesperadas de las pruebas

Y si la aflicción en que estáis por volun-tad de Dios, os hastía de todas las criaturas,si os compromete a daros enteramente a vues-tro Creador, estoy seguro que le estaréismás agradecidos por lo que os ha afligido,que por lo que le hubierais ofrecido en vues-tros votos si os evitaba la aflicción; los de-más favores que habéis recibido de Él, com-parados con esta desgracia, no serán a vues-tros ojos más que pequeños favores. Siem-pre habéis mirado las bendiciones tempo-rales que ha derramado hasta ahora sobrevuestra familia como los efectos de su bon-dad hacia vosotros; pero entonces veréis cla-ramente que nunca os amó tanto como cuan-do trastornó todo lo que había hecho paravuestra prosperidad, y que si había sido libe-ral al daros las riquezas, el honor, los hijos yla salud, ha sido pródigo al quitaros todos es-tos bienes.

¿P

Cristo de la Victoria (España)

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No hablo de los méritos que se adquierenpor la paciencia; por lo general, es cierto quese gana más para el Cielo en un día de adver-sidad que durante varios años pasados en laalegría, por santo que sea el uso que se hagade ella.

Todo el mundo conoce que la prosperidadnos debilita; y es mucho cuando un hombredichoso, según el mundo, se toma la pena depensar en el Señor una o dos veces por día;las ideas de los bienes sensibles que le ro-dean ocupan tan agradablemente su espírituque olvida con mucho lodo lo demás. Por elcontrario la adversidad nos lleva de un modonatural a elevar los ojos al cielo, para, me-diante esta visión, suavizar la amarga impre-sión de nuestros males. Sé que se puede glo-rificar a Dios en toda clase de estados y queno deja de honrarle la vida de un cristiano quele sirve en una alegre fortuna; pero ¡quiénasegura que este cristiano le honra tanto comoel hombre que le bendice en los sufrimientos!Se puede decir que el primero es semejante aun cortesano asiduo y regular, que no aban-dona nunca a su príncipe, que le sigue al con-sejo, que todo lo hace a gusto, que hace ho-nor a sus fiestas; pero que el segundo es comoun valiente capitán, que toma las ciudadespara su rey, que le gana las batallas, a travésde mil peligros y a precio de su sangre, quelleva lejos la gloria de las armas de su señor ylos límites de su imperio.

Del mismo modo, un hombre que disfrutade una salud robusta, que posee grandes ri-quezas, que vive en honor, que tiene la estimadel mundo, si este hombre usa como debe detodas estas ventajas, si las recibe con agra-decimiento, si las refiere a Dios como a sudivino Maestro por una conducta tan cristia-na; pero si la Providencia le despoja de todosestos bienes, si le consume de dolores y demiserias y si en medio de tantos males, per-severa en los mismos sentimientos, en lasmismas acciones de gracias, si sigue al Señorcon la misma prontitud y la misma docilidad,por un camino tan difícil, tan opuesto a susinclinaciones, entonces es cuando publica lasgrandezas de Dios y la eficacia de su gracia,del modo más generoso y brillante. (...)

El miedoEl miedoEl miedoEl miedoEl miedo

Por el Padre Andrés Morello

o he venido a traer la paz sino la guerra» (Mt. X, 34).

Son palabras de Nuestro Señor, y comotales deben ser entendidas. Son palabras delPríncipe de la Paz, el Único que la tiene y elÚnico que puede darla.

«Mi paz os dejo, mi paz os doy... nocomo el mundo la da» (Jn. 14, 27).

Jesucristo es el Príncipe de la Paz, perode la paz de Dios. Pacificar a un alma es po-nerla en orden, en sus afectos, en sus amo-res, en sus pasiones y deseos. Consiguien-temente pacificar a los hombres, a la socie-dad, y al mundo es también ordenarlos. Poneral mundo en orden significa necesariamentecambiar muchas cosas, una infinidad, hoydesordenada. El mundo de hoy es un mun-do de valores falsos e invertidos, de amoresequívocos, de deseos caóticos, de conductaserrantes.

Poner a este mundo pervertido en ordenserá necesariamente hacerle la guerra, en-frentarse, oponerse; será decir y hacer deuna manera radicalmente contraria a comodice y hace la orientación actual de las so-ciedades.

«N

Cristo de la Victoria

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Para Cristo y el cristiano, para la ver-dadera Iglesia y para el católico valen la fa-milia y los hijos, la Fe y la honradez, la leal-tad y la integridad, la conciencia y la vida lim-pias, los buenos creyentes y los buenos sa-cerdotes.

Para el mundo no.Defendemos la familia, y el mundo su di-

solución, el divorcio y la unión libre, momen-tánea, pasajera...

Defendemos la Fe en el Único Dios ver-dadero y en el Único que puede salvar; elmundo quiere a todos, que respetemos tododios, que no es respetar a ninguno, y menos alverdadero...

Queremos la honradez siempre y para to-dos; para el mundo la única honradez es econó-mica o fiscal. Para el mundo un degenerado quepaga los impuestos es un hombre respetable;y si se trata de alguien famoso, artista o millona-rio, su condición, como a los dioses mitológi-cos, lo dispensa de todo delito. Para nosotros no.

Poner al mundo en paz es ordenarlo. Or-denarlo es oponerse a los falsos principios im-poniendo los de Dios y de la recta razón, eserradicar las malas conductas, los vicios y lasdegeneraciones que hoy pretenden derechosy respeto.

O respetamos a Dios o al mundo, o cum-plimos los mandamientos del Decálogo o man-da la declaración de los derechos humanos, orespetamos lo que Dios quiso e hizo o Sodomatiene razón. La historia sagrada dice que no.

La fe en Dios y el amor exclusivo que ledebemos supone de manera necesaria y ab-soluta la oposición irreductible al mundo ene-migo de Dios. Esa lucha, ese combate, supo-nen valor, valentía, entereza, coraje y cons-tancia.

El valor no abunda ni entre cristianos nientre clérigos. También en el Calvario sóloSan Juan mostró entereza.

Cuando fue necesario seguir a Cristo alcombate supremo de la Cruz, los enfermos,

Catecismo y ejemplosCatecismo y ejemplosCatecismo y ejemplosCatecismo y ejemplosCatecismo y ejemplos

La Ley de Dios

Dios es dueño y señor de todas las cosas, Él nos ha dado la vida, el ser y la na-turaleza a cada criatura. Nos ha manifestadosu voluntad y sus mandamientos dejando asívisible su autoridad: Él, como el alfarero a laobra de sus manos, ha destinado a los hom-bres a una felicidad perfecta, nos ha dado unanaturaleza que no se ve satisfecha hasta re-tornar a Él, quiere gozar con Él eternamente,pero necesita una guía, necesita una Ley quelo conduzca, con rectitud, con nobleza, conlos sentimientos más puros y elevados duran-te su viaje hasta alcanzar su fin último. Losdiez mandamientos y su voluntad expresadapor medio del magisterio de la Iglesia tomande aquí su importancia. Ellos tienen como finla gloria de Dios y nuestra salvación y felici-dad eterna. Son nuestra guía para creer yhacer: «La Fe sin obra es una Fe muerta»;«Maestro, ¿qué debo hacer para salvar-me? Si quieres entrar en la vida eterna,guarda los mandamientos».

Yo quiero tener diez obligaciones.Santa Catalina de Génova siempre tenía pre-sentes las palabras de Cristo: «Quién cono-ce mis mandamientos y los practica, tiene

los leprosos, los resucitados, los ciegos de na-cimientos, todos, olvidaron las gracias reci-bidas.

Vergüenza es decir, pero falta valor, faltahombría para seguir a Dios. El miedo acobar-da a los cristianos, el respeto humano haceenanos a los grandes, y también el temor deser más valientes que muchos sacerdotes yobispos incapaces de defender a Dios.

La iglesia de la misa nueva, la que pideperdón a todos menos a Jesucristo, la que rezaen el areópago de todos los dioses, no tienehombría ni puede tenerla.

En el calvario de esta época malsana másparecen fariseos que cristianos.

Suenan en el cielo de la historia presen-te las palabras de Cristo, Señor Nuestro:«Quien no está conmigo está contra mí»(Mt. 12, 30).

¡Seamos hombres para Dios!

PadreAndrés

Morello

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por Mí un verdadero amor». Le parecía quehabiendo recibido ella tantas gracias del Se-ñor, estaba obligada más que nadie a obser-var la santa Ley de Dios. «¡Oh Señor, -decíala Santa- si los otros tienen una obligaciónde observar Vuestros mandamientos, yoquiero tener diez obligaciones, porqueVuestra Ley nos procura la paz y la unióncon Vos».

Mientas fui observante. Un religioso dela misión de la India asistió al suplicio de uncondenado a muerte. Hallándose este ya enel cadalso, lo llamó y le dijo: «Sepa, Padre,que yo pertenecí a la misma orden que us-ted. Mientras observé mis reglas siempre

salí victorioso; pero desde que comencé arelajarme, lo hallé todo penoso, hasta queabandoné la vida religiosa para entregar-me a los vicios, que me han reducido a estedesdichado es-tado. Se lo digo, para quemi ejemplo pueda servir de lección paraotros» (Le Prete).

[Este artículo y el anterior fueron toma-dos del boletín mensual «Ave María» nº 5,del Padre Hugo Esquives]

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IntegrismoRevista Integrismo También se reza la Santa Misa en el«Paraje Punta Piedras» (Padre Hugo Es-quives). Este es un plano de la localiza-ción de la misión, a continuación los ho-rarios de los oficios:

MISIÓN «NUESTRA SEÑORA DE LUJÁN»

Horario de Misas:Dom. y fiestas de precepto: 10 hs.

Lunes a sábado: 7.15 hs.Santo Rosario:

Todos los días: 19.30 hs.(menos jueves y domingo)

Exposición del Santísimo Sacramento:Domingos y jueves: 19.30 hs.Comentarios y consultas:

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25 de julioFiesta de SANTIAGO

APÓSTOL

Santifica, Señor, y cuida de tu pueblo, para que, forta-lecido con los auxilios de tu Apóstol Santiago, te agra-

de con sus obras y te sirva con tranquilidad de espíritu.Por NSJC.

(Oración Colecta de la Misa propia de España)