ingreso a la vida universitaria: un proceso...
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PONTIFICIA UNIVERSIDAD ESCUELA DE PSICOLOGÍA CATÓLICA DE VALPARAÍSO .
Ingreso a la vida universitaria: un proceso desafiante.
Significados que los estudiantes atribuyen a su ingreso universitario
desde la perspectiva de su Salud Mental.
Tesis para optar al grado de Licenciado en Psicología.
Autores:
Manuela Aguirre
Pablo Gaete
Macarena Lavergne
Bernardita Loredo
Camila Paz.
Equipo Docente :
Psi. Luisa Castaldi.
Psi. Marcela González
Psi. Bryan González
Diciembre, 2016.
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RESUMEN
La presente investigación tiene por objetivo comprender los significados que los
estudiantes de primer año otorgan a su experiencia de ingreso universitario, desde el punto
de vista de su Salud Mental. Desde un paradigma cualitativo, y utilizando un enfoque socio
construccionista, se pondera la construcción de los significados a partir de la interrelación
entre sujetos y su contexto, en un proceso de influencia bidireccional de constante cambio.
A partir de lo anterior y desde una mirada biopsicosocial de Salud Mental, se considera el
estado de bienestar como un constructo multidimensional que se construye a partir de las
significaciones que los estudiantes hacen respecto de su experiencia universitaria.
Utilizando grupos focales como técnica de producción y un análisis categorial de
contenidos, se concluye que el ingreso universitario es significado por los estudiantes como
un fenómeno que influye en su Salud Mental, donde la demanda académica y la percepción
de la Universidad como una entidad fragmentada, ocupan un lugar preponderante. Además,
reconocen facilitadores y elementos que dificultan la inserción a la educación superior,
proceso que es resignificado por los estudiantes como un proceso adaptativo desafiante, que
genera un malestar que tiende a naturalizarse, afectando así a su Salud Mental. Palabras claves: Salud Mental, Ambiente universitario, Construccionismo social, Demanda
Académica, Universidad Fragmentada
ABSTRACT
The present research aims to understand the meanings that first year students give to
their university entrance experience, from the point of view of their Mental Health. From a
qualitative paradigm, and using a socio-constructivist approach, we access the construction
of meanings based on the interrelation between subjects and their context, in a process of
bidirectional influence in constant change. Based on what was previously mentioned, and
from a biopsychosocial view of mental health, the overall wellbeing is considered as a
multidimensional construct that is built on the meanings that students make regarding their
university experience. Using focus groups as a production technique and categorical
content analysis, we conclude that university admission is signified by students as a
phenomenon that impacts their mental health, where academic demand and the perception
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of the university as a fragmented entity occupy a relevant place. The process of being a
freshmen year student encompasses facilitators and elements that hinder the insertion in
higher education, which is characterized as a challenging process they are constantly re-
signifying . This requires the adaptation of students, who tend to naturalize the discomfort
that is generated by the impact of university entrance on their mental health. Key words: Mental Health, University environment, social Constructionism, Academic
Demand, Fragmented University INTRODUCCIÓN
En los últimos años y especialmente dentro de las últimas dos décadas, la
posibilidad y el acceso a la Universidad se ha ido incrementando para muchas personas.
Esto en un contexto donde la profesionalización ha empezado a constituirse casi como una
necesidad entre los jóvenes y sus familias, dicho fenómeno ha generado un impulso en el
acceso al área laboral, pero también implica para sus protagonistas mayores posibilidades
de enfrentar “la vida” en términos económicos, sociales, culturales, etc. Lo anterior, no
implica que este proceso esté exento de situaciones que puedan repercutir tanto en las
familias como en los jóvenes que ingresan a la Universidad. La alta exigencia que
caracteriza al sistema universitario y muchas veces el alejamiento de los núcleos de origen,
pueden generar un contexto arduo para quienes emprenden el desafío de la educación
superior.
En relación a lo expuesto previamente, existe evidencia respecto a la Salud Mental
que señala que ésta puede verse afectada no solo por factores biológicos y demográficos,
sino que también por factores psicosociales (MINSAL, 2015). De esta manera el fenómeno
de ingreso a la vida universitaria, en sus diversas dimensiones, podría implicar un costo no
solo en la esfera económica y social de las personas, sino que también podría afectar la
Salud Mental de aquellos jóvenes que ingresan a la Universidad.
En efecto, el escenario actual de la educación superior se ha visto enmarcado por
hallazgos que develan una alta incidencia de cuadros de Salud Mental en población
universitaria (Micin y Bagladi, 2011). Sin embargo, el impacto directo que el ingreso a la
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Universidad puede llegar a tener en los jóvenes desde una perspectiva de Salud Mental, si
bien ha sido un tema de interés para algunos investigadores, no ha sido estudiado en
profundidad ni de manera contextual y situada.
Es así como respecto de los antecedentes previamente mencionados se valora la
posibilidad de investigar dicho fenómeno. En efecto, un estudio anterior realizado en la
facultad de Educación y Filosofía- Campus Sausalito- el 2015 muestra que el ingreso
universitario repercute en los estudiantes que atraviesan dicho proceso:
“En la muestra estudiada, se aprecia que a pesar que un alumno posea buenas
calificaciones en la etapa escolar, existe en él un sentimiento de temor, al
considerarse incapaz de ingresar y/o responder a las exigencias de la Universidad. Es
así como, el alumno posee una percepción negativa respecto a su capacidad para
enfrentar con éxito el desafío que implica la educación superior y le atribuye el
significado de un «monstruo» o algo «inalcanzable»” (Jorquera, Marillanca, y
Loyola, 2015, pág.26)
Con base en los hallazgos mencionados, el presente año los docentes PUCV, Luisa
Castaldi y Carlos Zamora se han adjudicado el proyecto de investigación titulado: “Salud
Mental e ingreso a la comunidad universitaria: experiencias y significados de estudiantes de
primer año de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso” el cual tiene como
objetivo:
“Analizar las experiencias de los estudiantes de primer año en su ingreso al ambiente
universitario y comprender los significados atribuidos a ellas, en relación al bienestar
y la Salud Mental.” (Castaldi, 2016 pág.4)
En concordancia con dicho objetivo, parece pertinente extender y profundizar el saber en
torno al ingreso a la vida universitaria relacionado a la Salud Mental de alumnos en otras
facultades de la misma casa de estudios. Es así como, considerando las características de las
nueve facultades que posee la PUCV, se seleccionó la Facultad de Ciencias Económicas y
Administrativas (FACEA) como foco de investigación en la medida que posee carreras de
diversas áreas de estudio y a su vez se encuentra en una ubicación geográfica central.
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MARCO CONTEXTUAL
La FACEA alberga cuatro escuelas, en las que se imparten las carreras de Trabajo
Social, Ingeniería Comercial, Comercio (Contador Auditor) y Periodismo. Sin embargo,
estas permanecen territorialmente divididas ya que solo las primeras tres pertenecen al
campus Monseñor Gympert, mientras que Periodismo se encuentra radicado en la sede
Curauma. Para comprender las particularidades presentes en la FACEA, cabe remitirse a la
formación y devenir de estas escuelas en la PUCV, las cuales tienen historias que van desde
la fundación de la Universidad Católica de Valparaíso, hasta la fusión con otras escuelas y
su posterior reestructuración a partir del Golpe de Estado.
Desde sus inicios en los años 50, la Escuela de Comercio fue adscrita a la facultad
de ciencias económicas y administrativas (FACEA). Posteriormente Ingeniería Comercial
se suma, luego de su desvinculación de la Escuela de Negocios 'Fundación Adolfo Ibáñez".
(PUCV, 2016). A partir del Golpe de Estado de 1973 se une la escuela de Trabajo Social a
la facultad.
En el caso de la escuela de Periodismo, el año 2002 se adhiere a la Facultad de
Ciencias Económicas y Administrativas, no obstante, dicha escuela nunca fue parte del
campus Monseñor Gympert.
“Su primera sede se ubica en la calle Ecuador, en Viña del Mar, para luego
trasladarse al barrio Miraflores (1997), donde permanece por espacio de doce años.
Su planificación contempla el traslado a nuevas dependencias en el Campus Curauma
de Valparaíso, cambio de sede que se efectuó en julio del 2009.” (PUCV, 2016)
Desde la constitución de la FACEA, se puede apreciar diversidad en las carreras que la
integran y en el proceso de incorporación a dicho espacio. Lo anterior, da cuenta de una
heterogeneidad dentro del propio campus en la convivencia de estas 3 carreras que abarcan
diversas áreas de estudio. Además, cabe considerar que la ubicación de este campus de la
PUCV es en el centro cívico de Valparaíso, hito de encuentro respecto a contingencias de
nivel regional y nacional, especialmente en referencia a las movilizaciones estudiantiles que
ha vivido nuestro país en la última década.
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En este sentido, cabe mencionar que el año 2015 y 2016 las movilizaciones estudiantiles
se llevaron a cabo en el primer semestre de dichos años en la PUCV. Así a partir de
posturas diferentes y opuestas en relación al actuar respecto de las movilizaciones, el año
2015 se generó un contexto particular en el campus Gympert, pudiendo impactar en la
convivencia de los estudiantes – así como de otros actores universitarios - que forman parte
de las distintas carreras:
“En este escenario, la Asamblea de Trabajo Social hace ocupación del edificio
Gympert y Rubén Castro, indicando que, a pesar de llevar 14 días en paro, las
carreras de Ingeniería Comercial, Comercio y sus respectivas direcciones, no han
respetado los acuerdos emanados del Consejo General de Estudiantes, creando un
clima de tensión, entre los distintos estamentos.” (FEPUCV, 2013)
Si bien, lo mencionado refiere a la visión de la federación de estudiantes evidenciando
una posible tensión en el campus que acoge a dichas carreras, se extendió entre la
comunidad estudiantil que la diferencia de las posturas entre las carreras era notoria,
viéndose agudizada cuando los miembros de una carrera ocupan el campus donde estudian
otras 2 más. Es así que el fenómeno movilizaciones es un elemento a considerar en la
facultad donde se realizará la investigación, conformando un contexto de interés en la
medida que este puede afectar a los estudiantes y la forma en que se relacionan entre ellos y
con los distintos actores universitarios.
Además, uno de los fenómenos que suele tensionar esta experiencia es el desempeño
académico de los estudiantes: adaptarse al régimen de clases universitario, la relación con
profesores, un sistema distinto y característico de educación diferente al de la etapa escolar,
caracterizado por una mayor exigencia y una alta carga académica. En investigaciones
anteriores se muestra que la esfera académica afecta la experiencia y vida de los
estudiantes, especialmente aquellos que entran por primera vez a la Universidad.
“Es en este momento donde surgen nuevamente los temores respecto a ser incapaces
de cumplir con las exigencias que requerirá su ingreso [universitario]. El buen
rendimiento se presenta como una de las principales preocupaciones, siendo el
reprobar un ramo uno de los hechos que afectan fuertemente a los estudiantes, (…)”
(Jorquera, et al., 2015, pág. 20)
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En síntesis, los elementos expuestos conforman un contexto que contempla las
contingencias nacionales, las exigencias académicas y una diversa gama de áreas de estudio
que conforman las carreras de la FACEA. Estos factores se consideran de interés para
realizar una investigación que se pregunta por la experiencia de los estudiantes que
ingresan a la Universidad y una lectura de dicho fenómeno desde la Salud Mental. MARCO CONCEPTUAL
En este sentido, se estima pertinente profundizar en aquellos aspectos teóricos que
sustentan la presente investigación. Sin ir más lejos, se rescata la Salud Mental como un
elemento clave en el entendimiento de este estudio. En efecto, La Organización Mundial de
la Salud (OMS), como autoridad directiva y coordinadora de la acción sanitaria en el
sistema de las Naciones Unidas, define la Salud Mental como “un estado de bienestar en el
que la persona realiza sus capacidades y es capaz de hacer frente al estrés normal de la vida,
de trabajar de forma productiva y de contribuir a su comunidad. (…)” (OMS, 2014). Lo
anterior alude a la adaptabilidad que podamos tener respecto del medio en el que nos
encontramos, a los eventuales cambios que existan en él, y a las relaciones que entablamos.
Al respecto, Carrazana (2003) precisa que éste estado de bienestar guarda relación con:
“La manera en que cada uno armoniza sus deseos, anhelos, habilidades, ideales,
sentimientos y valores morales con los requerimientos para hacer frente a las
demandas de la vida. La Salud Mental depende de: cómo uno se siente frente a sí
mismo, cómo unos se siente frente a las otras personas, y en qué forma uno responde
a las demandas de la vida.” (p. 2)
Esta apreciación se suma a la concepción de Salud Mental que dejó el campo medico
biológico, la que ha sido definida a partir de su contraparte, entendiéndola como la ausencia
de enfermedad en un individuo particular cuyas causas responden al cuerpo. Sin embargo,
con el pasar del tiempo la conceptualización más ortodoxa de la salud fue siendo
desplazada lentamente por un modelo biopsicosocial de ésta, actualmente se la concibe
como “el estado completo de bienestar físico, mental y social” (MINSAL, 2015). De esta
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manera el entendimiento de la salud se complementa y se “abre” a otras dimensiones,
especialmente psicológicas y sociales.
Acorde a lo mencionado, comprenderemos la Salud mental como un concepto amplio
que atraviesa las distintas áreas de la vida humana, hundiendo sus raíces en la subjetividad
propia que se construye a partir de las distintas experiencias. A su vez, Minoletti y Zaccaria
(2005) destacan la relevancia del componente subjetivo de la Salud Mental, aseverando
que:
“Los resultados obtenidos mediante la aplicación de la psiquiatría comunitaria han
demostrado que los factores biológicos explican solo parcialmente la etiopatogenia de
los trastornos psiquiátricos, ya que algunos factores psicosociales condicionan su
aparición y duración mediante una compleja interacción entre la persona, su entorno
social inmediato y sus antecedentes.” (p. 348).
Desde esta apreciación, se comprende que la salud mental desde el punto de vista
biopsicosocial considera que las condiciones biológicas están en interacción con un
contexto específico influyente, que contempla factores ambientales y psicosociales. En la
misma línea, Oyarzun (2008) asevera que la Salud mental se vincula a diversos aspectos en
los cuales se involucra una persona:
“el enfermar adquiere sentido en función de la vida de la persona. Al introducir el
valor de la palabra, de la historia que construye el paciente, permite que la
enfermedad deje de ser solamente alteración bioquímica o física, puede ser también
insatisfacción en las relaciones, emociones o afectos inadecuadamente elaborados,
dolor psíquico.” (párr.4).
De este modo, comprenderemos la Salud mental, como un estado que se ve afectado por
factores biológicos, psicológicos y sociales que hacen referencia a una sensación de
bienestar, situado en la propia vivencia e historia de la persona, el cual es subjetivo y se
construye a partir de las experiencias que tenemos con los otros y con los distintos
contextos en los cuales nos relacionamos. Cabe resaltar la importancia que adquiere el
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entorno, al hablar de una Salud Mental situada. Esto debido a que los seres humanos
estamos inmersos en un contexto particular: nacemos, crecemos, nos desarrollamos y
entablamos relaciones siempre teniendo un entorno a nuestro alrededor. “Nunca
experimentamos ni formamos juicios sobre los objetos y los acontecimientos aislados, sino
en relación con un todo contextual.” (Cole, M., 2003, p. 126).
Dicho contexto, más allá de representar el entorno físico o el espacio en el cual nos
desenvolvemos, recibe significaciones que los individuos pueden construir con base en las
distintas experiencias que han vivido en él. “Uno de los procesos más relevantes de la
interacción individuo-ambiente está constituido por aquel a través del cual el espacio físico
se convierte en un espacio significativo para un individuo.” (Aragonés J., y Amérigo M.,
1998, p.59) Así, la casa, la escuela, el lugar de trabajo o la Universidad, traspasan la mera
dimensión física y comienzan a componer mundos que contienen representaciones y
significados que las personas, quienes los habitan, van construyendo de ellos, posibilitando
ciertas formas de “ser” y de relacionarse particulares.
En efecto, uno de los aspectos más relevantes para la presente investigación refiere a las
significaciones que el individuo construye del ambiente. “El significado del ambiente es el
conjunto de contenidos que a un sujeto le posibilitan comprender «qué es para él un lugar»”
(Aragonés J., y Amérigo M., 1998, p.59). Respecto al ambiente, Ittelson (1973) menciona
que es un territorio emocional, subrayando así, que gran parte de la experiencia vital de
todos los seres humanos se asocia a entornos específicos (en Aragonés J., y Amérigo M.,
1998, p.60.), y que los lugares donde referimos hitos de nuestra historia personal raramente
nos parecen indiferentes.
En términos de influencias “se considera que la interacción de la persona con el
ambiente es bidireccional, (…) se caracteriza por su reciprocidad.” (Bronfenbrenner, U.,
1987, p.41) El ambiente influye en las personas como la persona influye en el ambiente, el
cual, además, se encuentra inmerso en contextos muchos más amplios, ya que “el ambiente
(…) no se limita a un entorno inmediato, sino que se extiende para incluir las
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interconexiones entre estos entornos, y las influencias externas que emanan de los entornos
más amplios. (Bronfenbrenner, U., 1987, p.41).
Por consiguiente, en las distintas experiencias que tenemos en los entornos donde nos
desenvolvemos aparecen escenarios más amplios, caracterizados por ejemplo por el
contexto económico, social, educacional, político, etc., los cuales de alguna manera se
dejan ver en la forma en cómo nos relacionamos y cómo comprendemos el mundo. Es así
que un mismo entorno físico representa para cada individuo una instancia de
caracterización diferente, permitiendo la construcción de un relato propio y único del
espacio en cuestión. Ahora bien, ¿cómo se puede llegar a comprender aquellas
significaciones, caracterizaciones y construcciones que cada individuo refiere al ambiente y
otros factores?
Desde la mirada construccionista social se defiende un modo de acercamiento a la
complejidad de la “realidad”, considerando la diversidad e individualidad tal como la
manifiestan las personas. ¿Qué se quiere decir con esto? Rozo (2002) profundiza respecto
de la particular visión y comprensión que emerge desde dicha corriente a la hora de
conceptualizar la realidad:
“El construccionismo apoya la idea de que moldeamos el mundo en el que vivimos y
creamos nuestra propia “realidad”, dentro del contexto de una comunidad con otros
individuos; comunidad que, por medio de sus posibilidades y restricciones económicas,
políticas, sociales y culturales fija los límites de nuestras narraciones y limita nuestra
posibilidad de elección a determinados contextos.” (párr. 14)
En este sentido, es trascendente rescatar las ideas que refieren a la confección de una
“realidad” desde un contexto que se comparte con “otros”, apuntando a una suerte de
premisa construccionista donde se apoya la idea que no hay verdades sociales
incontrovertibles, sino solo relatos del mundo, relatos que nos contamos a nosotros mismos
y que contamos a los otros (Rozo, 2002).
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Con base en lo anterior es que la presente investigación se posiciona desde el
construccionismo social para abordar la comprensión de los significados que los alumnos
otorgan a su experiencia, porque esta se construye con el mundo, en nuestro contexto y en
relación a los otros. Para esta comprensión es relevante considerar que no se “accederá a
una sola verdad”, sino que se construirá una desde el relato colectivo, cruzado por
diversidades individuales, colectivas, culturales, económicas, sociales, entre otras, las
cuales están inmersas y vinculadas a un contexto particular, caracterizado por un ambiente
de la misma índole, en este caso la Universidad. La diversidad de dichos relatos será
considerada para reconocer, analizar y comprender los significados de las experiencias de
aquellos que ingresan a la vida universitaria. Cabe mencionar, que un elemento relevante
dentro de la experiencia universitaria es el establecimiento de nuevos vínculos y relaciones
con quienes se cohabita, estas relaciones serán comprendidas como dinámicas relacionales,
las cuales entenderemos con base en la siguiente cita:
“(…) tanto los comportamientos como su significación no son abordables
satisfactoriamente mediante la observación de un individuo aislado, sino que son
comprensibles en la medida en que se conocen las relaciones que el individuo
establece con distintos elementos del entorno, las interacciones que se dan en el
marco de tales relaciones y los grados de interdependencia que se observan en tales
interacciones.” (Baeza, 2012, p. 11).
Se estima que a través de los significados se podría comprender el sentido y las
representaciones que los estudiantes le atribuyen a su experiencia universitaria. Como
explica Andrade (2002) “Los significados son importantes al momento de encontrar el
sentido en las acciones de los individuos, intersecando estos significados con la trayectoria
vital de los individuos y su propia capacidad de acción.” (p.226) A partir de lo anterior, es
que el individuo es entendido como un constructor de significados que surgen a partir de la
propia experiencia, la relación con los otros y con el ambiente donde se desenvuelve. Con
base en lo anterior, es que emerge la inquietud en la presente investigación de comprender
cómo dicha construcción situada en el fenómeno de acceso a la educación superior puede
ser entendida desde una perspectiva de la Salud Mental.
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En síntesis, se comprende que la experiencia de ingreso a la vida universitaria, desde el
punto de vista de la Salud Mental, se ve afectado por factores biológicos, psicológicos y
sociales, en referencia a una sensación de bienestar subjetivo situado en la propia vivencia e
historia de la persona, y se construye a partir de las experiencias recogidas en la
investigación.
En relación con este fenómeno, autores como Rioseco, Saldivia, Vicente, Vielma y Jérez
(1996), confirmaron la existencia de altas prevalencias de desórdenes psicológicos en
estudiantes universitarios en Chile, en especial de tipo ansioso y depresivo, lo cual
aumentaría en estudiantes de primer año. Además, tres investigaciones se han realizado
anteriormente en la Universidad PUCV, las dos primeras desde un marco cuantitativo, y la
última desde un marco cualitativo.
Las primeras, aquellas con enfoque cuantitativo, han concluido:
“En general estamos en presencia de estudiantes universitarios, que en el transcurso
de su formación académica se ven expuestos a estresores psicosociales, los cuales,
serían evaluados, en su mayoría, como amenazantes para su bienestar.” (Guadalupe,
C., Miranda A., Muñoz K. y Ulloa C., 2000, p. 108)
Lo anterior es significativo en la medida que resalta el factor psicosocial como una
dimensión que afecta la Salud Mental y que puede llegar a convertirse en un estresor
importante. Además señalan que:
“el porcentaje de prevalencia de trastorno afectivo – depresivo, ansioso, o
somatoforme en la población de jóvenes que inician su vida universitaria corresponde
a la mitad del porcentaje de prevalencia encontrada en la población general de nuestro
país. Es importante tener en cuenta que este resultado pudo haber sido influido por el
momento que se encontraban viviendo los jóvenes caracterizado por la distensión que
producen las vacaciones (...) Sin embargo, el distanciamiento del hogar y del apoyo
familiar, y las dificultades para establecer nuevas amistades, pueden dejar a los
jóvenes en una situación de menor protección frente a las frustraciones y
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experiencias estresantes de la vida universitaria.” (Gomá, S. y Henríquez, M.,
2008, p.10.)
Es así como la población universitaria joven vendría a componer una parte importante
del porcentaje total de prevalencia de enfermedades de Salud Mental en Chile, esta idea es
reforzada por otra investigación de corte cualitativo, la cual identifica este fenómeno de la
siguiente manera:
“La experiencia de ingreso al ambiente universitario expone a los estudiantes a una
serie de desafíos que deben enfrentar, los que incluso vienen desde la etapa escolar.
Es en este periodo donde aquellos perciben haber sentido el mayor nivel estrés, en
comparación con el momento actual, pues existía una preocupación por satisfacer las
expectativas de sus padres, de sus cercanos y de sí mismos. (...) Lo anterior incluso
produce complicaciones en la salud de los estudiantes, quienes al verse sobrepasados
o incapaces de responder desarrollan diversos cuadros clínicos vivenciados desde la
angustia (crisis de pánico, desmayos, etc.), siendo esto considerado por los
estudiantes como una problemática transversal de toda una generación (Jorquera, et
al., 2015, p.15)
En consonancia con las investigaciones ya realizadas, se considera pertinente realizar
este estudio desde una perspectiva cualitativa, dando énfasis a la comprensión del
fenómeno en su amplitud y complejidad, entendiendo que la construcción de significados
asociados a la experiencia – situado en la experiencia asociada al ingreso universitario – es
un fenómeno arraigado en el terreno de la subjetividad del individuo, pero no por ello
meramente individual, sino en relación con los otros y con el ambiente en el cual nos
encontramos. La Salud Mental, se presenta como otra construcción en íntima relación con
la experiencia de vida, y por ende constituye un elemento relevante a visualizar en esta
etapa, caracterizada por el cambio, las exigencias y la transición a la adultez, que puede
afectar en el sentido que le otorgamos a nuestras vivencias y a la forma como
comprendemos el mundo y nos desenvolvemos en él.
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PROBLEMA DE INVESTIGACIÓN ¿Cómo significan los estudiantes de primer año de la Facultad de Ciencias Económicas y
Administrativas de Pontificia Universidad Católica de Valparaíso su experiencia de
ingreso al ambiente universitario desde el punto de vista de su Salud Mental? SISTEMA DE OBJETIVOS
En base a la pregunta de investigación se plantearon los siguientes objetivos:
General Comprender los significados que los estudiantes de primer año de la PUCV otorgan a su
experiencia de ingreso al ambiente universitario desde el punto de vista de su Salud Mental. Específicos
Caracterizar el ambiente universitario desde los alumnos de primer año de la
facultad de ciencias económicas y administrativas.
Analizar los significados asociados a experiencias relativas al ingreso de la vida
universitaria.
METODOLOGÍA
Marco metodológico
Esta investigación procuró profundizar el conocimiento que se produjo en torno a
los significados atribuidos a la experiencias de ingreso a la vida universitaria de los alumnos
de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso en relación a su Salud Mental,
teniendo como base el estudio anterior de Jorquera, et al. (2015). Para comprender
dicho fenómeno, se utilizó como sustento el Construccionismo social y la
Fenomenología.
“El construccionismo social constituye una perspectiva de aproximación a la
comprensión de los fenómenos psicosociales que contempla la integración de la
mutua influencia y reciprocidad entre los aspectos individuales–particulares y los
aspectos socioculturales.” (Donoso, 2004, P.10)
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Es así como la utilidad de usar este paradigma radica en la naturaleza compleja de
los fenómenos sociales, donde factores individuales y sociales influyen en los distintos
procesos. En el caso del presente estudio, se mencionaron elementos contextuales y
conceptuales que tienen una amplia imbricación en ámbitos individuales y sociales, por lo
cual el paradigma construccionista permite abordar el fenómeno en su amplitud y
complejidad.
En relación a lo anterior, la metodología escogida se enfocó en conocer los relatos
de estudiantes viviendo la experiencia de ingreso a la Universidad. Esta, más allá de ser una
experiencia uniforme y homogénea, se encuentra cruzada por los sentidos que los distintos
sujetos puedan asignarle, ya sea debido a sus experiencias de vida o sus contextos sociales.
Sumado a lo anterior, la fenomenología puede aportar elementos enmarcados en un
enfoque cualitativo dado que: “(…) se preocupa por la comprensión de los actores sociales
y por ello de la realidad subjetiva, comprende los fenómenos a partir del sentido que
adquieren las cosas para los actores sociales en el marco de su proyecto del mundo”.
(Martínez, J. (s.f.).) De esta manera acercarse a la experiencia de los participantes, a partir
de sus palabras, es una de las formas que la fenomenología propone. Técnicas para la producción de información
La técnica de producción de información elegida para la investigación corresponde
a grupos focales, según Mella (2000) vendría a ser una técnica de investigación cualitativa,
donde la discusión grupal se utiliza como un medio para generar entendimiento profundo
de las experiencias y creencias de los participantes.
De esta manera se define grupos focales como una herramienta que permite:
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“[…] descubrir las unidades de conceptualización desde la perspectiva de las
personas estudiadas, en lugar de imponerles clasificaciones a sus comportamientos.
Esto se ha descrito como una aproximación fenomenológica en la cual el objetivo es
obtener una comprensión de los fenómenos.” (Escobar y Bonilla-Jimenez, s.f, p. 63)
Esta técnica de producción de información guarda concordancia con el paradigma
construccionista, puesto que permite recoger una muestra diversa entre las carreras y,
además, puntualizar sobre los distintos hechos que puedan ir reflejando las diversas
tensiones que pueden afectar a los estudiantes. Tipo de análisis
Para abordar la información, se utilizó un análisis de contenido el cual: “se define a
sí mismo como una aproximación empírica de análisis metodológicamente controlado de
textos al interior de los contextos de comunicación, siguiendo reglas analíticas de contenido
y modelo paso a paso, sin cuantificación de por medio.” (Mayring, 2000, párr 4 en
Cáceres, 2003, p.56). Dicho análisis es coherente con la técnica de producción de
información, puesto que se trabajó con análisis textuales y “con temas provenientes de
declaraciones manifiestas y directas, describiendo cómo éstas se formulan, qué temas se
vinculan, cuáles son los aspectos recurrentes, los aspectos principales, los subsidiarios, las
expresiones que se utilizan, etc.” (Vázquez, 1994 en Carrasco, 2007, p.1)
El proceso de análisis se compuso de tres etapas sucesivas y recursivas,
correspondientes a pre análisis, codificación y categorización. (Vásquez, 1994 en Castaldi,
2016, pág.9) A partir de las transcripciones de los grupos focales, se establecieron las
unidades de análisis que “representan los segmentos del contenido de los mensajes que son
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caracterizados e individualizados para posteriormente categorizarlos, relacionarlos y
establecer inferencias a partir en ellos.” (Cáceres, 2003)
Fueron definidos 13 códigos, los cuales se separaron y agruparon según sus
relaciones dando inicio a la categorización, etapa que corresponde al orden y clasificación
de los códigos ya definidos anteriormente. “Las categorías representan el momento en el
cual se agrupa o vincula la información incorporando la perspectiva crítica en el estudio y
por consiguiente, el paso primordial para establecer nuevas interpretaciones y relaciones
teóricas” (Cáceres, 2003). Se definieron tres grandes categorías, las cuales fueron
fundamentales para realizar una integración final de los resultados y comprender la
complejidad del fenómeno estudiado. Procedimiento
El procedimiento de esta investigación se basó en cuatro principales pasos que
permitieron el acercamiento a la compresión de los significados que le otorgan los
estudiantes a su ingreso universitario respecto de su Salud Mental.
a) En primer lugar, se realizó una revisión de documentos respecto al tema escogido,
considerando investigaciones anteriores y elementos vinculados a la experiencia de ingreso
universitario y Salud Mental; destacando entre estos el Construccionismo Social, la Salud
Mental, experiencia, y ambiente.
b) En segundo lugar, se diseñó un plan para poder llevar a cabo la producción de
datos a través de la técnica de grupos focales: construcción guion conversacional, difusión,
planificación y realización de grupos en campus Monseñor Gympert. Se efectuaron 3
grupos focales con estudiantes de Trabajo Social, Contador Auditor e Ingeniería
Comercial.
c) Posterior a la producción de información, se analizó lo recogido mediante la
técnica de análisis de contenido: pre análisis, codificación y categorización.
d) Para finalizar, se realizaron discusiones y conclusiones, las cuales se basan en la
integración y discusión de todos los elementos ya analizados, codificados y categorizados,
dando paso a reflexiones que puedan generar información acerca del proceso de ingreso de
los jóvenes a la vida universitaria de la PUCV y abrir nuevas interrogantes para futuras
investigaciones.
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Participantes
En cuanto a los criterios de selección, los participantes deben ser alumnos que:
Estén cursando primer año de una carrera de la facultad de ciencias económicas y
administrativas
Hayan ingresado a la educación superior el año 2016
Sumado a lo anterior, el muestreo de participantes pretendió intencionar la máxima
variabilidad dentro de la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas tomando en
cuenta variables de género, edad, región de procedencia y personas con quien habita. La
descripción de los participantes y los datos mencionados se presentan en las siguientes
tablas:
Grupo Focal 1
Participante Sexo Edad Carrera Región Procedencia Vive con
1 F 19 Contador Auditor V Familia
2 F 18 Contador Auditor V Familia
3 F 18 Contador Auditor V Familia
4 F 19 Contador Auditor V Sola
5 M 18 Contador Auditor VI Amigos
Fig.1 tabla de caracterización participantes grupo focal 1
Grupo Focal 2
Participantes Sexo Edad Carrera Región Procedencia Vive con
1 M 18 Ing. Comercial V Familia
2 F 19 Ing. Comercial V Familia
3 M 18 Ing. Comercial V Familia
4 M 18 Ing. Comercial VI Familia
Fig.2 tabla de caracterización participantes grupo focal 2
19
Grupo focal 3
Participante Sexo Edad Carrera Región Procedencia Vive con
1 M 19 Contador Auditor V Familia
2 F 19 Trabajo Social V Amigos
3 F 19 Trabajo Social V Familia
4 F 18 Trabajo Social VI Amigos
5 F 19 Trabajo Social RM Familia
Fig.3 tabla de caracterización participantes grupo focal 3
Criterios éticos
Los datos recogidos en esta investigación son tratados con confidencialidad y
anonimato, además, utilizados con fines exclusivamente académicos. La participación de
los estudiantes fue absolutamente libre y voluntaria, pudiendo desistir de participar en
cualquier momento sin que implique perjuicio alguno. Lo anterior fue comunicado a través
de la carta de consentimiento informado al inicio de la investigación.
RESULTADOS
El siguiente cuadro hace referencia a las 3 temáticas principales: Universidad
Fragmentada, Primer año: un proceso acompañado y transición Escuela-Universidad:
un proceso desafiante, y a las subtemáticas que las componen.
20
Fig.4: Categorías y subcategorías.
Universidad fragmentada
Esta temática refiere a cómo los estudiantes comprenden la Universidad a partir de
sus vivencias en la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas de la PUCV. A su
vez, constituye una entidad compuesta de múltiples instancias y espacios, débilmente
articulados; donde las experiencias de los estudiantes están íntimamente ligadas a su propia
carrera.
Desde las perspectivas de los estudiantes que ingresan a esta casa de estudios, se
percibe la Universidad como una institución pluralista donde confluyen individuos cuyos
intereses son distintos y sus procedencias territoriales y socioeconómicas también lo son.
En efecto, refieren la PUCV como la Universidad del “pueblo” donde principalmente se
acoge a estudiantes de clase media. Lo anterior, lo identifican a partir de un ejercicio de
contraste con otras Universidades de la región tales como la Universidad Técnica Federico
Santa María y la Universidad Adolfo Ibáñez, las cuales mantienen como referente en
términos académicos y de ambiente a la hora de definir cómo perciben su propia
Universidad. Al respecto, un estudiante de esta casa de estudios refiere:
21
Estudiante 4:“Es que cuando uno entra a la Católica, la imagen que se ha hecho la
Católica influye dentro de cómo la gente se relaciona entre sí. Porque por ejemplo si
yo me voy a la Adolfo Ibáñez yo sé en qué pará estoy yendo, en cambio si yo me
meto a la Católica yo sé que es más del pueblo, que la gente no va con la idea de que
yo tengo que ser el más bacán, el que más plata tiene y que va a salir prácticamente
ya siendo el gerente general de una empresa renombrada.” (Grupo focal 2)
Dicha percepción de la PUCV es identificada por los alumnos previo a su ingreso formal
a la institución, convirtiéndose de esta manera en un factor decisivo a la hora de escogerla
por sobre otras casas de estudio.
Ahora bien, una vez los estudiantes ingresan a la Universidad, su experiencia de ingreso
se empieza a construir en relación a sus experiencias personales en los campus Monseñor
Gympter y Rubén Castro, espacios donde territorialmente circulan tres de las principales
carreras de la FACEA. Al respecto, cada carrera se desarrolla como un sistema altamente
desligado entre sí, donde predomina la visión de “unidad académica”, en la medida que no
comparten ni sostienen relaciones estrechas con alumnos de la misma facultad a lo largo del
año. Lo mencionado puede evidenciarse en el siguiente extracto:
Estudiante 3:“me acuerdo que para la copa América, los de ingeniería comercial
hacían tardes en el casino para ver los partidos solo para ellos, y nosotros no
teníamos idea, nadie más de la facultad tenía idea. Eran solo para los de ingeniería
comercial, entonces las actividades son muy aisladas unas de otras” (Grupo focal 3).
A pesar de lo anterior, los estudiantes reconocen que las instancias recreativas
organizadas por los centros de alumnos de cada carrera constituyen un elemento que
promueve la socialización y la convivencia intracarrera. En esta línea, los centros de
alumnos son reconocidos como facilitadores en el proceso de ingreso a la Universidad, ya
que los novatos pueden conocerse e interactuar con estudiantes de generaciones más
antiguas a través de actividades como las bienvenidas mechonas y la semana de escuela. El
sentimiento de tener vivencias similares con sus compañeros fomenta el lazo entre quienes
22
son parte de una misma generación, llegando a ser reconocido por los estudiantes como un
elemento significativo del ingreso universitario.
Por otra parte, el espacio físico también emerge como un factor importante cuando
los alumnos dan cuenta de sus vivencias universitarias. Al respecto, logran identificar los
espacios dedicados al desarrollo académico como poco facilitadores de esta tarea,
manifestando que existen salas con escasa ventilación, iluminación y mala infraestructura.
Lo anterior es relevado por los estudiantes como un obstáculo que afecta su atención y
concentración a la hora de atender las clases y en consecuencia, el apropiado entendimiento
del contenido de las cátedras, Estudiante 3: “No se escucha nada, te morí de calor y
escuchai al profe prender el extractor de aire y nula la clase”. (Grupo Focal 3)
Respecto a los espacios asociados a recreación, existe una valoración positiva, sobre
todo aludiendo al patio del edificio, el cual cuenta con taca-tacas y otro tipo de juegos que
facilitan el compartir y distraerse. También, reconocen las áreas verdes de la FACEA como
un factor importante a la hora de “cambiar de ambiente” destacando el patio como un lugar
agradable. De lo anterior es importante comentar que los alumnos también identifican este
espacio como uno que facilita el encuentro con otros pares de carreras diversas.
En relación a los beneficios que presta la Universidad, existe un desconocimiento
respecto de los servicios que ella ofrece, el lugar donde se encuentra emplazado el
departamento de beneficios, y las distintas formas y requisitos necesarios para acceder a
ellos. Al respecto, los estudiantes mencionan que:
Estudiante 3:“En realidad yo no tengo idea de los servicios que puedo o no
puedo usar, por ejemplo yo hace poco me entere por una amiga de mi hermana que
acá cruzando la calle detrás de la DAE hay como un servicio de odontología que te
puede hacer limpieza odontológica gratis (...), y creo que ahora me vengo a enterar de
que hay psicólogos de la Universidad a los cuales podemos ir… ¿de verdad eso
existe?” (Grupo Focal 2)
23
Por último, otra de las instancias en las que los estudiantes deben desenvolverse son las
movilizaciones estudiantiles que terminan en paros o en la interrupción de la vida
académica normal. A pesar que los estudiantes manifiestan opiniones divergentes respecto
de la paralización de actividades, todos relevan esta instancia como una que apela
directamente a un posicionamiento político que no necesariamente está formado cuando se
ingresa a la Universidad:
“Estudiante 2: Y lo otro también que yo siento, por ejemplo, que ellos [estudiantes de
generaciones más grandes] ya tienen más edad, pasaron por los procesos que a
nosotros nos falta pasar, igual conocen el tema de las Asambleas, saben dar su
discurso. Entonces por ejemplo se escuchaba gente que tenía una ideología súper
clara y bacán así, como concisa y todo. Y por lo menos yo siento que la mía se está
formando (…)” (Grupo focal 3)
Así, el proceso que permite tomar la decisión de paralizar las actividades académicas
llevado a cabo en Asamblea, despierta tensiones entre los estudiantes, lo cual deja entrever
diferencias no solo entre pares, sino también entre carreras, como los son trabajo social e
ingeniería comercial, las cuales históricamente han debatido fuertemente respecto de las
movilizaciones estudiantiles:
Estudiante 1: Es que con eso hay gente como que tienen una idea... y si tu pensai
distinto como que no lo aceptan ¿cachai? Y no sé po, los que eran muy pro paro... si
tu no queriai paro ni siquiera te escuchan por qué tu no queriai paro si no que, ah eri
un facho no sé qué... qué pensai solo en ti pa poder irte de vacaciones. (Grupo focal
3)
Así, los estudiantes que ingresan a la Universidad, la significan asociándola
principalmente a la carrera de estudios que pretenden cursar. Cuando ingresan a la
Universidad, los estudiantes continúan manteniendo esta visión que refiere a homologar la
Universidad con su carrera de estudios, la cual, ayuda a ser construida en la medida que
perciben los espacios y ambientes de la Universidad como disgregados, dispuestos en
24
territorios separados, y orientados a unidades académicas. A raíz de lo anterior, los
estudiantes remiten su experiencia universitaria a la experiencia vivida en el campus
FACEA, desconociendo otros espacios de la Universidad, y encontrándose desinformados
respecto de otras áreas de ella, como por ejemplo el área de beneficios y servicios. La
interacción entre los estudiantes de distintas carreras es escasa y los factores que
promueven la convivencia refiere al centro de estudiantes y los espacios físicos orientados a
la recreación. En esta experiencia, también hay instancias políticos sociales que generan
tensiones y diferencias, como es el paro, generando una sensación de distancia y oposición
en relación al posicionamiento político de ciertas carreras de la FACEA en los periodos de
movilización, lo cual contribuye a la sensación de fragmentación que se percibe en la
facultad. Ingreso: un proceso acompañado
El ingreso a la Universidad es una experiencia en la que se encuentran presentes
muchas personas que juegan un papel importante y que construyen un entorno social para
quienes ingresan.
Uno de los actores más relevantes para los estudiantes es la propia familia, la cual
ocupa un lugar de cierta ambivalencia según sus relatos. Esta, a veces es percibida como un
grupo de apoyo, pero de igual manera, es generadora de exigencias y distintas demandas
que tensionan al estudiante. En relación a ello, un estudiante refiere:
Estudiante 4:“la familia, es como…, mi mamá yo solo vivo con mi mamá, es como, es
como igual un arma de doble filo, porque te pueden entender en el sentido que ellos
saben y conocen tu realidad. [...] pero aún así te exigen, te exigen cosas y tú estás
muerto y no quieres (...)” (Grupo focal 2).
Cabe mencionar que quienes no viven con sus familias señalan esta situación como una
dificultad, viajando los fines de semana a visitarlas, cuando las condiciones así lo
posibilitan. Esta diferencia, vivir o no con ella durante el periodo universitario, tiene un
25
impacto en los estudiantes, quienes valoran principalmente el apoyo que este grupo de
pertenencia representa para ellos, tal como menciona una estudiante:
Estudiante 4:“justo hoy día me enteré del caso de una compañera que se va a salir de
la carrera porque está con depresión, ella es de La Ligua y es como súper apegada a
sus raíces, a su familia y a vivir en La Ligua, entonces, claro, yo de repente veía eso
y pensaba en ella y decía como “chuta”, […] ella en verdad no tiene la oportunidad
de ver a su familia todos los días.” (Grupo focal 2)
Considerando otros elementos relativos a la familia, los estudiantes también la significan
como un “peso” que los acompaña en su día a día, representando en él, expectativas que
repercuten generando cuestionamientos personales, que complejizan el rol que la familia
tiene para los alumnos. En relación a esto, un estudiante señala:
“Es una mochila muy pesada por lo menos para mí, por todos los antecedentes
familiares y todo lo que he vivido igual es pesado, cuando llego a la casa y miro a mi
alrededor vuelve como el peso que tengo detrás de mí, volver a pensar por qué estoy
acá, qué estoy haciendo, entonces como que pierdo el hilo, cuando estoy acá haciendo
mis cosas como que pierdo el hilo y no encuentro por qué estoy estudiando
(Estudiante 1, Grupo focal 1)
Más allá de la familia, otra red significativa para los estudiantes corresponde a sus pares,
es decir, el grupo significativo de amigos y compañeros que están viviendo el mismo
proceso de ingresar por primera vez a la Universidad. Esta relación es comprendida como
un apoyo constante entre quienes ingresan a la educación superior, y constituye un recurso
que ayuda a enfrentar las primeras instancias relativas a ésta, considerando el ámbito
académico, social, recreacional, etc.
Estudiante 1: encuentro que el enfoque que da la Universidad también ayuda a eso,
porque nos involucra mucho en trabajo colaborativo (...), la mayoría está como muy
abierto a ayudarte o como a integrarte, eso lo otro que me sorprende porque uno en el
26
colegio se da mucho como de los grupos como muy sesgados, que son como muy
cerrados y son como ellos, y no sé po, de repente voy solo porque tengo que estudiar
y voy a la biblioteca y no me pongo de acuerdo con nadie y veo a alguien estudiando
y toco la puerta y toco la puerta y les pregunto, ¿les molesta si me integro?, y me
dicen, no, siéntate, y están como muy dispuesto a ayudarte ya sea si eres un amigo
muy cercano o tal vez no (Grupo focal 2)
Considerando especialmente la relación de los estudiantes con sus pares, se destaca el
papel de las redes sociales, las que ayudan a generar y mantener el vínculo con los otros,
siendo plataformas donde los estudiantes comparten información importante relativa a lo
académico así como a otras áreas de la vida universitaria.
En el contexto universitario, los estudiantes perciben a los profesores como figuras
cercanas, a quienes pueden recurrir sobre temas académicos fuera de los espacios de aula,
destacando su disponibilidad. Además, es importante para los alumnos la dimensión
emocional en la relación con sus docentes, pues desde su perspectiva aporta al desarrollo
académico, según comentan los estudiantes:
Estudiante 1:"es que encuentro que no tendría que ver tanto con la carga académica,
sino que tiene ver con más con el estado emocional, siempre te van a dar más ganas
de ir a una clase con un profe que te cae bien, o con un profe que disfrutai estando con
él, porque por ejemplo, el profe puede ser muy buena onda pero en las pruebas igual
puede ser como rajón, e igual te puedes sacar puros rojos, entonces, el cómo son ellos
como personas, es distinto como a la carga académica que ellos nos imponen, por
ejemplo, no porque un profe sea más buena onda va a ser más fácil, pero va a hacer
que ir a sus clases sea más agradable. (Grupo focal 2)
Sumado a esto, los estudiantes identifican una diferencia entre los profesores que son de
planta y aquellos que no lo son. Destacando que los primeros están disponibles y
acompañando a los estudiantes durante toda la carrera, en contraste con los profesores
contratados a honorarios con quienes su relación se limita al aula. Esto se vincula con las
27
condiciones materiales con las que cuentan los docentes, dado que los profesores de planta
tienen una oficina y permanencia regular en la facultad. Sumado a lo anterior, los
estudiantes reiteradamente comparan la relación que ellos tuvieron con sus profesores del
colegio y la que tienen con los docentes de la Universidad:
Estudiante 1: en el colegio te decían todo lo que tenías qué hacer y cómo lo tenías que
hacer, acá tienes que arreglártelo solo, nadie te explica cómo tomar los cursos y qué
hacer, o cuando tomarlos, los talleres por ejemplo, nosotros tenemos una cosa que se
llama seminarios de conferencia, la cual tú tienes que ir a 3 conferencias en el
semestre... ¿O en el año?...” (Grupo focal 2).
En este sentido, es importante destacar el papel que ocupan los diferentes grupos que los
estudiantes significan como más relevantes en relación a su experiencia de ingreso a la
Universidad, caracterizados principalmente por el apoyo en lo afectivo y académico que
dicen recibir de parte de ellos. Simultáneamente, la relación de los estudiantes con los
diferentes grupos significativos, posibilita poner en relevancia ciertos temáticas que son
importantes para quienes ingresan a la Universidad, como la autonomía, la dependencia e
independencia. Lo anterior complejiza y genera dificultades en el proceso de los
estudiantes, en la medida que visualizan la tensión que aparece ante las nuevas necesidades
y responsabilidades y la forma de responder ante ellas, lo cual acompaña el proceso de
transición de la etapa escolar a la universitaria, el cual se tratará a continuación. Transición escuela-universidad: un proceso desafiante.
Esta última categoría refiere a procesos personales por los que atraviesan los
estudiantes una vez que ingresan a la Universidad. La transición del colegio a la educación
superior genera nuevas exigencias en los estudiantes, despertando necesidades de
adaptación a este nuevo entorno, lo cual, es relevante en la medida que el ingreso a esta
nueva institución los interpela y cuestiona su lugar respecto de experiencias anteriores
desarrolladas principalmente durante la época escolar.
28
Uno de los primeros escenarios que los novatos enfrentan en su ingreso refiere a un
ámbito social, en el cual los estudiantes enfrentan a un contexto heterogéneo y distinto a lo
conocido previamente.
Estudiante 1: Es que hay mucha diversidad, yo lo asimilo mucho desde donde vengo
porque todos... Por ejemplo dónde yo vivía todos somos iguales, todos pensamos casi
lo mismo. Y acá es mucha más diversidad de gente entonces eso igual choca en un
principio. (Grupo Focal 3)
Lo anterior es reportado por los estudiantes como un fenómeno que podría llegar a ser
impactante en la medida que difiere de los ambientes a los que acostumbraban
desenvolverse tales como el colegio, y sus ciudades de origen, para el caso de los alumnos
de regiones. Esto pone de relieve una nueva necesidad en ellos que tiene que ver con el
desenvolvimiento social, que se tensiona por el cuestionamiento que los estudiantes tienen
sobre las propias capacidades para realizar lo anterior, enfrentar prejuicios propios, conocer
otras realidades e integrarse a nuevos grupos. En efecto, algunos de los estudiantes admiten
tener grandes dificultades para desarrollarse socialmente, atribuyendo este fenómeno de
“timidez social” a factores como la personalidad. Así, se generan expectativas en relación a
la socialización, las cuales están basadas en experiencias previas y que de alguna manera
podrían obstaculizar desempeño social con sus nuevos compañeros.
En relación a lo anterior, los estudiantes refieren; Estudiante 1: “yo lo atribuyo a mi
timidez, que yo en la media tenía muy pocos amigos entonces volver a hacer eso a mí me
costaba. Formar una relación con personas, pero más que era eso… lo mismo, las
expectativas, pasa. (Grupo focal 1)
A su vez, este fenómeno genera ciertas conductas de retraimiento en los alumnos,
quienes prefieren mantenerse en escenarios que comparten características con entornos
conocidos, resolviendo restarse de situaciones que distan de sus preferencias y de su “zona
de confort”. Lo anterior queda en evidencia en el siguiente extracto:
29
Estudiante 4 :“en la semana mechona nos pasó, hicieron actividades y se pusieron a
tomar ahí mismo, y por ejemplo yo no soy de esa onda (…) Igual tenía la
intención de quedarme a la actividad porque era la primera semana, la semana
mechona y conocer gente, pero dije “no, sabí que mejor si voy a estar incómoda acá
mejor me voy”. (Grupo Focal 1)
En relación a lo académico, el alumno se enfrenta a un escenario universitario que
percibe con una normatividad menos rígida que en la etapa de colegio, lo cual posiciona al
estudiante en un nuevo lugar donde la toma de decisiones personales, vinculadas a la
autonomía y la toma de responsabilidades figura como protagónica:
Estudiante 2: “Lo otro es que, por ejemplo, depende de nosotros. Yo igual sabía eso y
se cumplió. Por ejemplo, que en el liceo los profes te incitaban “estudia, cállese, no
haga eso, suelte el celular” y aquí es como depende de ti, si tú quieres hablar por
celular el profe no te va a decir nada, entonces es como tuyo, entonces tú ves si
quieres hacer las cosas o no.” (Grupo focal 2)
Estudiante 3: La existencia de nuevas responsabilidades no solo impacta el área
académica, sino que abarca el proceso vital del estudiante, cruzando áreas como la
económica y social. A raíz de lo anterior, un estudiante refiere: “El vivir solo, el tomar
decisiones, el administrar tú la plata, el tema de los horarios, yo creo que eso es como el
inicio a la vida universitaria” (Grupo focal 3)
Lo anterior es registrado por los estudiantes como uno de los grandes desafíos de la
adultez temprana, dado que la transición de un sistema a otro representa un desafío que no
todos abordan de igual manera, transformándose en un conflicto significativo para algunos
que intentan alcanzar un equilibrio entre las demandas académicas, las actividades
recreacionales, y sus distintas responsabilidades.
En este sentido, los estudiantes de primer año manifiestan una dificultad en la
organización de sus tiempos ante las exigencias que aparecen en la etapa universitaria.
30
Además, expresan un sentimiento de culpabilidad ante la sensación de falta de disciplina o
el incumplimiento de sus deberes académicos, concibiendo estas demandas como una
prioridad y posicionándolas por sobre otras actividades de carácter no-académico.
Estudiante 4:“yo no carreteo – risas – puro estudio. Para mí ha sido súper difícil,
sobre todo este semestre que tenemos harto que leer, creo que no me acuerdo cuando
fue el fin de semana que salí, hay mucho que leer, y bueno si queri que te vaya bien
teni que leerte todo por así decirlo, estudiar harto entonces ¿no?, puro estudio me ha
costado mucho salir, porque a veces me siento culpable si salgo, es como una hora
menos de estudio por decirlo así”. (Grupo Focal 3)
Es en este sentido, considerando la dificultad para organizarse y compatibilizar las
múltiples exigencias, los estudiantes sienten a veces la necesidad de tener que elegir entre
diferentes ámbitos que representan el mundo universitario. A raíz de esto, tienden a
priorizar lo académico, desarrollando largas jornadas de estudio y trabajo, restando tiempos
a compartir con la familia y amigos, lo cual de alguna manera también resienten quienes
ingresan a la Universidad.
La preponderancia que ocupa lo académico para quienes ingresan a la educación
superior también repercute en aspectos de su vida diaria, dificultando la satisfacción de
necesidades básicas como el sueño y la alimentación, tal como lo explica un estudiante:
Estudiante 2:“hoy día entro a las 8 y salgo a las 7, llego a mi casa a las 8 y
media y debería estudiar una hora y acostarme como a las 12 para poder dormir,
igual no me quedan mucho más tiempo para poder estudiar y pasar un rato en familia
o conversar con mi hermano algo así, entonces igual es complicado eso (…) (Grupo
focal 2)
A partir de lo anterior, se acusa un desajuste en su rutina diaria debido, principalmente, a
los extensos horarios académicos que deben cumplir, lo que a fin de cuentas genera en los
estudiantes una sensación de agotamiento. Ante esta situación, emerge desde los
estudiantes la posibilidad de faltar a clases como una forma de lidiar con el cansancio que
31
les produce la extensa jornada de estudios. Asimismo, identifican como una necesidad el
encontrar espacios de distensión ante un posible riesgo de colapso debido a las exigencias
que trae consigo la Universidad.
Estudiante 2: “Muchas veces decido quedarme [en mi casa] y no venir, o si no
después tengo que aguantar no más y estar todo el día acá, entonces en la semana te
vas desgastando y también siento que, por lo mismo, como uno llega muy tarde a la
casa, hacer las cosas que tienes que hacer en la casa y tiendes a acostarte más tarde y
tienes un peso ahí el estar con sueño”. (Grupo Focal 2)
El proceso de ingreso a la Universidad genera un avance en las proyecciones de vida que
los estudiantes tienen con respecto de su futuro. Anteriormente, tenían ideas en relación a
qué carrera elegir y dónde estudiarla. Sin embargo, una vez alcanzada esa realidad, las
ideas respecto a su egreso y la vida profesional comienzan a emerger, junto con las
supuestas acciones que los ayudarían a cumplir sus metas profesionales. Dichas
aspiraciones ponen énfasis en conceptualizar la carrera como un medio que les posibilitaría
cumplir sus metas, las cuales tienen principalmente una lógica orientada a la consecución
de resultados en la esfera económica y profesional. Por otra parte, algunos estudiantes
logran identificar posibles obstáculos respecto del camino que les queda por cursar en la
Universidad y que podrían presentarse como una amenaza a la hora de lograr ciertos
objetivos de vida, lo cual podría generar en ellos preocupación respecto de su futuro.
Estudiante 1: “Es que por ejemplo, yo lo pienso de esta manera, mi meta es terminar
y salir luego de la Universidad, trabajar y vivir solo, tener un departamento,
comprarme un auto, mi moto, vivir mi vida independiente, y siento que cada vez que
me atrase un ramo voy a estar seis meses más lejos de ese sueño y siento que eso de
cierta forma igual como que me preocupa harto.” (Grupo Focal 2)
Ahora bien, hay algunos que no tienen tan claro el futuro que les gustaría seguir y por
tanto permanecen en un estado de cuestionamiento constante respecto a la elección de
carrera que hicieron. Lo que podría llegar a generar sentimientos de confusión,
32
incertidumbre y poca claridad en cuanto al futuro profesional que les depara, tal como lo
refiere un estudiante:
Estudiante 2:“De hecho, como que aún no cacho que tengo que hacer cuando me
titule, si tengo que contar o tengo que ver que hay, a veces igual digo, quizás debí
haber estudiado diseño gráfico, algo así que me hubiese ayudado más… entonces
como que ahí estoy, pero igual ahora ya no me saldría en todo caso, aunque no me
gustara. (Grupo Focal 1)
De lo anterior, también se desprende una problemática propia de primer año, donde los
alumnos no logran identificar con propiedad cuáles son las tareas específicas que realizarán
en sus futuros oficios de acuerdo a lo que han estudiado. De esta manera, el quehacer
profesional futuro permanece en una suerte de incógnita en la medida que no han pasado
por ramos de carrera que los acerquen a su rol.
Finalmente, se puede evidenciar en las proyecciones de futuro que tienen los
estudiantes, la idea de superarse, ser “exitosos” e independientes en sus vidas. Esto,
pensando sus carreras como una suerte de plataforma que les permitiría incluso proyectarse
en el extranjero gracias a las conexiones que la misma Universidad tiene
internacionalmente y a través de las facilidades de intercambio, tal como lo menciona un
estudiante:
Estudiante 2 :“O sea, a mí me encantaría terminar bien y ser exitosa, porque eso
es lo que uno busca, o sea sentirse bien con uno mismo, sentirse que yo fui la mejor
y que los otros, o sea no despreciar a la gente, pero que yo me sienta que soy la
mejor, ya con eso me basta. O sea, obviamente tengo mucho por estudiar, me falta
repasar finanza uno, finanza dos, (risas). Porque como te digo a veces me voy en otra
y personalmente me gustaría seguir con mi negocio y no estar aquí, porque me carga
chile, eso.” (Grupo focal, 1)
33
Así, el proceso de transición de la etapa escolar a la Universidad, se caracteriza por la
aparición de nuevas necesidades y responsabilidades lo cual repercute en los estudiantes. El
impacto de lo anterior sobre los novatos, los moviliza a desarrollar estrategias orientadas a
responder las nuevas dificultades que plantea el nuevo escenario universitario y sus
múltiples dimensiones. A través de prácticas orientadas a la autonomía, e intentando
compatibilizar las diversas exigencias, los estudiantes ven alterada su rutina diaria,
impactando su alimentación y sueño, así como también, en el tiempo que comparten con su
familia y amigos. Lo anterior genera ciertos malestares, caracterizados como cansancio,
agotamiento y estrés, que los estudiantes significan como parte de sus vivencias en relación
al ingreso a la vida universitaria. DISCUSIONES
En este apartado se plantean discusiones respecto de los resultados que emergieron en el
proceso investigativo, lo cual tiene relación con el objetivo de comprender cómo los
estudiantes de primer año de la PUCV significan su experiencia de ingreso al ambiente
universitario, desde el punto de vista de su Salud Mental.
En primer lugar, entendemos a partir de Baeza (2012) que los diversos comportamientos
humanos y la posterior significación de ellos, solo son abordables de manera significativa si
estos se entienden a partir de las relaciones que los individuos establecen con los variados
elementos de su entorno. Esto es relevante para la presente investigación en la medida que
pone un acento en la relación alumno-Universidad, considerando esta última como el
ambiente principal donde se desarrolla el fenómeno de ingreso a la vida universitaria. De
esta manera, la relación que los estudiantes mantienen con su casa de estudios remite
directamente al territorio FACEA y no a los otros complejos de la Universidad como un
todo. Es así como el ambiente preponderante de desarrollo para ellos vendría a ser el
territorio donde sus carreras se despliegan, y las significaciones que los estudiantes
construyen en la relación al ingreso universitario giran en torno a ellas.
La comunicación y articulación entre las distintas unidades académicas es escasa, y el
campus FACEA empieza entonces a componer un escenario de ambientes disgregados, lo
34
cual se acentúa aún más cuando se considera que cada carrera desarrolla un devenir propio,
relativo a dimensiones académicas, recreativas, socio-políticas, etc. Es así como el campus
se va componiendo de múltiples unidades donde la articulación pareciese ser compleja, y es
en ese contexto donde las concepciones de los estudiantes vendrían a dar cuenta de una
suerte de Universidad Fragmentada, ya que no existiría una noción más holística e
integrada de la casa de estudios como tal.
Ahora bien, el ambiente se comprende a partir de las diversas dimensiones que lo
componen: Valera, Pol y Vidal (1999) rescatan elementos psicológicos, sociales,
interpersonales, culturales y organizacionales que vendrían a configurar una suerte de
atmósfera particular. En el caso concreto de los alumnos de FACEA, sus vivencias remiten
principalmente a aspectos académicos, sociales, recreacionales y políticos que configuran
dimensiones fragmentadas de un mismo ambiente universitario que, sin embargo,
parecieran ser difíciles de compatibilizar.
Respecto lo anterior, la Universidad sería significada por los estudiantes como una
entidad que orienta sus espacios, ambientes y tiempos primordialmente al cumplimiento de
tareas académicas. Considerando lo que señalan Aragonés y Amérigo (1998), quienes
refieren que el significado del ambiente es el conjunto de contenidos que a un sujeto le
posibilitan comprender qué es para él un lugar (pág. 59), se comprende que para los
estudiantes lo académico constituye un elemento preponderante de su ingreso a la
educación superior, posicionándolo como un eje articulador de la vida universitaria por
sobre otras áreas. De esta manera, esta dimensión toma un lugar en la vida de los
estudiantes cuyo protagonismo tensiona otras esferas tales como lo social, lo recreativo y lo
político, componiendo diferentes fragmentos del mundo universitario.
En cuanto a esta última dimensión, los alumnos destacan la instancia de paralización
estudiantil como un hito en su ingreso a la educación superior, lo cual amenaza al principal
articulador de la vida universitaria, en la medida que interrumpe las actividades
académicas, produciendo un quiebre en la rutina de los estudiantes y a su vez, generando
una mayor sensación de fragmentación relativa a la vida universitaria. Lo anterior, amenaza
35
factores que son percibidos como protectores por los estudiantes en relación al ingreso a la
Universidad, tensionando la relación con los pares, familia y profesores. Además, cabe
mencionar que la Universidad cuenta con beneficios estudiantiles que abarcarían otras
dimensiones que los estudiantes valoran como importantes, como servicio médico y
psicológico y diferentes talleres. Sin embargo, la poca difusión hace que estos sean
desconocidos por los estudiantes y a pesar que los reconozcan no hacen uso de ellos,
percibiéndolos como lejanos y desarticulados en relación a su vida universitaria cotidiana.
Por su parte, la dimensión recreacional toma importancia para los estudiantes en cuanto
constituye un espacio que puede contrarrestar dicha sensación amenazadora que significa la
fragmentación. Esto, en la medida que les permite desviar la atención de lo académico
disminuyendo sus niveles de tensión y disfrutar de otros espacios que reconocen como
trascendentales para un buen desempeño académico.
Lo anterior da cuenta de cómo el fenómeno de la Universidad Fragmentada tiene
implicancias no solo en cuanto a percibir la territorialidad, también en cómo son
significadas las relaciones sociales, y cómo lo anterior puede repercutir en el bienestar del
estudiante, contemplando así lo que señala Bronfenbrenner, (1987) quien considera que la
interacción persona – ambiente es bidireccional, es decir, ambos se influyen de manera
recíproca. Así, se comienza a visualizar el impacto que la significación del ambiente
universitario fragmentado y la compleja articulación de sus componentes, como lo
académico, social y político, tiene en los estudiantes.
Sumado a lo anterior, los estudiantes refieren una sensación de incertidumbre en cuanto
a sentirse “perdidos” y a la “deriva” en la Universidad, en contraste con las dinámicas
escolares, ya que esta les exige movilizarse hacia un proceso de búsqueda y de
posicionamiento propio, orientado a prácticas más autónomas e independientes, que les
permita contrarrestar dicha sensación. Sin embargo, las estrategias que los estudiantes
despliegan apuntan principalmente a paliar las exigencias del ámbito académico, relegando
la satisfacción de sus necesidades relativas a lo social y recreacional, caracterizándolas
como algo accesorio, donde la posibilidad de compatibilizar y articular las múltiples
36
dimensiones que representa la Universidad pareciera no ser una posibilidad. Lo anterior se
encuentra en estrecha relación con lo que menciona Carrazana (2003), quien afirma que la
Salud Mental depende de: cómo uno se siente frente a sí mismo, cómo unos se siente frente
a las otras personas, y en qué forma uno responde a las demandas de la vida.” (pág. 2), y en
el posible impacto de lo anterior en el bienestar de los estudiantes.
Ante este escenario, se genera un malestar caracterizado por estrés, cansancio,
agotamiento y alteración en el sueño y alimentación de los estudiantes. No obstante, este
malestar aparece en un contexto que se significa como “funcional” para ellos, en la medida
que los estudiantes perciben que al extender sus jornadas de estudio, restarse de instancias
sociales y recreativas, y focalizar sus recursos entorno a la demanda a académica, permite
responder a la exigencia que produce el ingreso universitario. En este punto es importante
considerar lo que señala Andrade (2002), ya que, “los significados son importantes al
momento de encontrar el sentido en las acciones de los individuos, intersecando estos
significados con la trayectoria vital de los individuos y su propia capacidad de acción.”
(p.226). En relación a lo anterior, el proceso de ingreso a la Universidad es resignificado
por los estudiantes, considerando el impacto que este genera en el ambiente y en su propio
proceso, despertando la necesidad de adaptación, siendo uno de los resultados más
relevantes la normalización del malestar.
A raíz de ello surge la pregunta: ¿A qué se debe la normalización de dicho malestar, que
algunos estudiantes reconocen, y que, no obstante, no todos problematizan? Resulta
interesante abordar dicho fenómeno, en el que el estudiante concibe como algo inherente al
ingreso a la vida universitaria el vivir estresado y lo concibe como la única opción para
mantenerse en él.
Al parecer esto forma parte de un fenómeno que va más allá de la Universidad y del
campus FACEA, y que hunde sus raíces en la preponderancia que hoy tienen los valores
individuales y el deber productivo, entre ellos: lo académico y laboral. Lejos de intentar
abarcar el fenómeno anteriormente expuesto, creemos relevante señalarlo con el propósito
de comprender una idea de la Salud Mental que va más allá de una lógica meramente
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individual. Parte de las prácticas de lo que hoy implica pertenecer a la sociedad contribuyen
a generar estados de malestar, lo cual ha facilitado su naturalización. Comprender que la
Salud Mental implica dimensiones más allá de la ausencia de criterios que identifican la
enfermedad en un sujeto, y que reconoce la influencia de factores individuales, familiares,
sociales y del entorno donde se producen las experiencias de ellos, conforma un valor en la
medida que ayuda a abordar dichas problemáticas en la complejidad y la
multidimensionalidad que el mundo representa para todos nosotros.
CONCLUSIONES
A través del relato de los participantes fue posible acercarse a comprender los
significados que los estudiantes de primer año de la Facultad de Ciencias Económicas y
Administrativas de Pontificia Universidad Católica de Valparaíso otorgan a su experiencia
de ingreso al ambiente universitario desde el punto de vista de su Salud Mental. Desde
dicho acercamiento, se comprende que el ingreso a la educación superior tiene implicancias
en los alumnos, como por ejemplo cansancio físico, agotamiento, ciclos de sueño irregular
y ansiedad. Cabe mencionar que la presencia de estos periodos de malestar es irregular y
que, en parte, lo anterior es naturalizado por los estudiantes, siendo resignificado como un
elemento más del ingreso a la vida universitaria. Así, se construye una visión en relación a
la Salud Mental que se orienta a abordar los fenómenos en su complejidad y
multidimensionalidad.
En relación a los resultados, reconocemos otros resultados emergentes en esta
investigación que difieren de las anteriores enmarcadas en el proyecto: Salud Mental e
ingreso a la comunidad universitaria (2016), los que refieren principalmente a la
significación de la Universidad como fragmentada y a la resignificación del malestar como
un elemento naturalizado que emerge en tanto las prácticas se orientan principalmente hacia
la demanda académica universitaria. Respecto a esto, nos parece importante advertir si este
fenómeno se da de manera particular solo en las carreras que conforman la Facultad de
Ciencias Económicas y Administrativas o se extiende a otras carreras de la PUCV. Es por
esto que creemos pertinente realizar esta investigación en otras carreras de dicha casa de
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estudios, o bien, en otras Universidades, para comprender si este fenómeno es exclusivo a
la PUCV, por el hecho de que se encuentra dividida en diferentes campus, o también
ocurriría en otras Universidades que se constituyen casi en su totalidad en un solo campus.
En cuanto a las limitaciones con que nos enfrentamos en la presente investigación,
en primer lugar, es importante destacar la ausencia de estudiantes de Periodismo en los
grupos focales - quienes cursan su carrera en Campus Curauma -, incidiendo en ello
factores contextuales que afectaron el proceso de la investigación. En efecto, esta ausencia
es posible comprenderla desde la fragmentación universitaria que los estudiantes plasman
en sus relatos, evidenciando que existen pocos espacios que los reúnan como alumnos de
una misma facultad. Asimismo, es interesante preguntarse cómo la fragmentación territorial
impacta en la Salud Mental de los estudiantes que administrativamente pertenecen al
campus FACEA, pero que se encuentran radicados en el Campus Curauma de la PUCV.
Siguiendo esta misma línea, esto permite visibilizar las diferentes condiciones que dicho
Campus tiene, en relación a su ubicación, conectividad y prestación de servicios.
A partir de lo anterior, y para continuar con el estudio del fenómeno de la Salud
Mental surge la pregunta sobre ¿Cómo impactará el ingreso universitario en los estudiantes
que pertenecen al Campus Curauma de la PUCV, considerando las condiciones particulares
de dicha división académica? Con base en lo anterior, nos parece interesante realizar un
estudio que permita dialogar con la totalidad de las carreras de esta facultad, incluyendo en
los grupos focales a personas que representen la totalidad del grupo. Esto, con el fin de
obtener una mirada holística que propicie el diálogo inter-carrera y de esta forma poder
profundizar en la problemática de la fragmentación universitaria y sus distintas influencias
y repercusiones en la Salud Mental de los estudiantes.
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