«La misericordia del Señor es

eterna»

II Domingo de Pascua

¿En qué nos beneficia la Resurrección de Cristo?

• La Resurrección de Cristo es lo más grande: es el triunfo sobre el mal: la última palabra la tiene el amor, no la muerte ni el pecado.

• Por eso, hay grandes frutos que nacen de Cristo Resucitado

Y están presentes en la Palabra de Dios de hoy

¿Cuáles?

Don de la Iglesia como Comunidad «Vivían en comunión fraterna y se

congregaban para orar en común».

• Comunidad de esperanza vivida y trasmitida, comunidad de amor fraterno,

que escucha y da razones para vivir el mandamiento del amor.

Don de la misión: “ir en salida” “Como el Padre me ha enviado, así los envío

yo”.

La Iglesia de hoy es una comunidad “en clave de salida”: salir de la propia comodidad y atreverse a llegar a todas las periferias que necesitan la luz del Evangelio (E.G.#20)

Don de la Fidelidad al Evangelio

“Alégrense, aun cuando tengan que sufrir un poco por

adversidades de toda clase, a fin de que su

fe, sometida a la prueba, sea hallada digna de alabanza”

• Dice el papa Francisco que “prefiere una Iglesia accidentada, herida y manchada por salir a la calle, antes que una Iglesia enferma por el encierro y la comodidad de aferrarse a las propias comodidades” (E.G. #49)

Don de la Misericordia “Les mostró las manos y el costado” Las heridas

de Cristo son el signo de su Amor y misericordia infinitas por nosotros.

• No es un reproche por haber dudado o haberlo abandonado, es recordatorio para nosotros de que la vida del cristiano debe ser una vida que se «hiere» en la entrega por los demás.

El don de la misericordia es para imitarlo

• Las manos son signo de poder: con ellas se construye o se destruye. Cristo las muestra como signo del poder de su Amor.

• Así, las manos del cristiano están al servicio de los demás y deben ser misericordiosas como las Suyas para que sean canales de gracia para los demás por medio de la ayuda y la cercanía.

Don de la fe como certeza «No sigas dudando, sino que

cree (…) Dichosos los que creen sin haber visto»

Lo esencial es invisible a los

ojos. El amor no se ve, pero

sabemos que existe y lo

vivimos cotidianamente.

• Tener fe es saber que aunque hay cosas que no vemos con los ojos humanos, las vemos con el corazón. Jesús me invita a verlo desde la fe

En mi historia personal de vida

• Sin fe estaría incompleto el amor al Señor, porque sería como pensar que una persona dejó de querernos sólo porque no está presente visiblemente.

• Quien quiera creer necesita un corazón atento, porque Dios busca de muchas maneras establecer contacto con nosotros:

1. La naturaleza.

2. Los retos.

3. Los dolores.

4. La vida espiritual.

5. El compartir con los demás.

en las «señales milagrosas» de Su amor concreto por nosotros.

• Vivir la Pascua es decir: «He visto al Señor»,