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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA
UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA EXPERIMENTAL LIBERTADOR
INSTITUTO PEDAGÓGICO “RAFAEL ALBERTO ESCOBAR LARA”
PSICOLOGÍA DEL HOMO COMPLEXUS
PARA UNA EDUCACIÓN DESDE LA COMPRENSIÓN
Tesis presentada como requisito parcial para optar al Grado de Doctor en
Educación
Autora: Noemí Siverio G
Tutor José Manuel Briceño Soto
Maracay, Julio 2019
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II
APROBACIÓN DEL TUTOR
En mi carácter de Tutor de la Tesis presentada por la ciudadana:
Noemí Siverio, para optar al Grado de Doctor en Educación, considero que
dicha Tesis reúne los requisitos y méritos suficientes para ser sometida a la
presentación pública y evaluación por parte del jurado examinador que se
designe.
En la Ciudad de Maracay, a los 18 días del mes de julio del 2019.
Dr. José Manuel Briceño Soto
C.I. 10.371.54
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III
DEDICATORIA
A Dios Todopoderoso, mi confidente.
A mi familia.
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IV
AGRADECIMIENTO
A Dios Todopoderoso.
A mis hermanas.
A mis amigos invisibles.
A mi amado Stefer Alfredo, gracias por tu paciencia.
A mi amado Tutor Dr. José Manuel Briceño.
A mi amiga Dilia, por su apoyo y sabiduría.
A Juanita y Mercedes, mis compañeras en este viaje maravilloso.
A mis amigas (os), por su ayuda en la transcripción de esta tesis, gracias por el
tiempo dedicado.
Al Doctor Amador Martos por su bondad y desprendimiento al enviarme sus libros
que contribuyeron en la realización de este trabajo doctoral.
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V
INDICE GENERAL
PP
INDICE GENERAL V
RESUMEN IX
INTRODUCCIÓN X
CAPÍTULO I 16
TEMÁTICA DE INTERES DOCTORAL
DEVELANDO LA PROBLEMÁTICA
16
Senderos de la Investigación 31
Justificación 32
CAPÍTULO II 44
TRANSITAR TEÓRICO
HACIA LA COMPRENSIÓN DEL HOMO COMPLEXUS
44
Evolución Histórica de la Psicologia 44
Paradigma Psicológico de la Educación 53
Diversas Manifestaciones de la Incomprensión 55
Consecuencias de la Imcomprensión en el Contexto Social Venezolano 58
Aproximaciones al Homo Complexus 60
Hacia una Psicología Compleja 62
Una Educación desde y para la Comprensión 68
¿Qué Educación para el Homo Complexus? 70
CAPÍTULO III 78
METÓDICA
ACERCAMIENTO AL HOMO COMPLEXUS
78
Momentos de la Investigación 79
Dimensiones Ontológica, Epistemológica y Axiológica de la Investigación 83
Aspectos Metodológicos Subyacentes 87
CAPÍTULO IV 92
LA COMPRENSIÓN: DIVERSAS PERSPECTIVAS 92
Perspectiva Antropológica 92
Perspectiva Psicológica 120 Perspectiva Docente/Política 140
Perspectiva Milenial (Estudiante) 163
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VI
CAPÍTULO V 186
LA PSICOLOGÍA COMPLEJA Y SU RELACIÓN CON LA
COMPRENSIÒN
186
Los Precursores de la Psicología Transpersonal 187
Teoría del Caos, Geometría Fractal y Pensamiento Sistémico en Psicología 191
Hacia una Psicología Compleja (Transpersonal) 199
Ken Wilber: La Psicología Integral 205
Manuel Almendro: La Psicología del Caos y la Psicología Transpersonal 209
Josep Fericgla: Consciencia Holorénica, Respiración Holorénica y Psicología
Transpersonal
213
La Realidad desde la Perspectiva Transpersonal 216
Holografía desde el Discurso Transpersonal 217
Concepción del Ser Humano desde la Psicología Transpersonal 219
En Resumen: ¿Qué es lo que Estudia la Psicología Transpersonal? 221
Inteligencia Espiritual 224
Educación Transracional 229
La Comprensión desde la Psicología Compleja 230
El Homo Complexus desde la Psicología Transpersonal 236
CAPÍTULO VI 240
PERSPECTIVA PENTADIMENSIONAL PARA UNA PSICOLOGÍA
QUE REVELA LA COMPRESIÓN DEL HOMO COMPLEXUS
DESDE LA EDUCACIÓN.
240
Homo Complexus 241
Comprensión del Ser Humano 244
Educación para la Comprensión 248
Inacabamiento del Ser 252
Psicología para la Comprensión 255
Resemantización de la Comprensión 258
Inteligencia Espiritual 261
Dimensión Espiritual: Un Despertar de la Consciencia 264
Educación Transracional 267
Psicología Compleja 273
CAPÍTULO VII 279
REFLEXIONES FINALES 279
REFERENCIAS 286
ANEXOS 302
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VII
LISTA DE GRÁFICOS
NÚMERO TÍTULO PÁGINA
1 Gráfico 1. Megacategorías derivadas del Antropólogo 119
2 Gráfico 2. Megacategorías derivadas del Psicólogo
139
3 Gráfico 3. Megacategorías derivadas del Docente/Político 162
4 Gráfico 4. Megacategorías derivadas del Estudiante
(Milenial) 184
5 Gráfico 5. Diversas Perspectivas de la Comprensión 185
6 Gráfico 6. Esquema Epistemológico de la Educación
Cuántica 272
7 Gráfico 7. Perspectiva Pentadimensional para una
Psicología que Revela la Comprensión del Homo
Complexus desde la Educación
278
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VIII
LISTA DE CUADROS
NÚMERO TÍTULO PÁGINA
1 Categorización: El Antropólogo 113
2 Categorización: El Psicólogo 135
3 Categorización: El Docente/Político 157
4 Categorización: El Estudiante (Milenial) 179
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IX
UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA EXPERIMENTAL LIBERTADOR
INSTITUTO PEDAGÓGICO “RAFAEL ALBERTO ESCOBAR LARA”
Doctorado en Educación
Línea de Investigación: Epistemología, Ciencia y Educación
PSICOLOGÍA DEL HOMO COMPLEXUS
PARA UNA EDUCACIÓN DESDE LA COMPRENSIÓN
Tesis Doctoral
Autor: Noemí Siverio
Tutor: Dr. José Manuel Briceño Soto
Fecha: Julio 2019
RESUMEN
En nuestra era posmoderna la noción de Homo Sapiens (hombre racional), se hace
insuficiente puesto que al enfatizar el aspecto racional del ser humano se ignora la
locura, el delirio, lo afectivo, lo mitológico, lo lúdico y hasta lo estético, que también
son aspectos inherentes a la condición humana. Esta reducción de la persona al aspecto
racional dificulta la concepción dialógica sapiens-demens (racional/irracional), que
guarda estrecha relación con la configuración del sujeto creativo y espiritual, así como
también imposibilita su comprensión. Éste último valora los sentimientos por encima
de la razón, se trata de una persona diferente e inédita en muchos aspectos, lo que ha
conllevado a su incomprensión desde la Psicología clásica y por ende desde la
Educación, porque al estar ésta posicionada en un paradigma psicológico tradicional
no le da respuestas a ese hombre de hoy. El actual sistema educativo responde fielmente
a la noción de ciencia Positivista que ha contribuido a un tipo de pensamiento y de
razón que rinde culto a lo fáctico, donde además se pone de manifiesto la pretensión de
construir al otro desde nuestras prácticas educativas. Esto se explica porque la
Psicología está anclada en la objetividad, el determinismo, el reduccionismo, la
causalidad, olvidando que con la objetividad extrema del ser, se pasa por alto que éste
además de racional, es también emocional, sensible e irracional, es decir es un Homo
Complexus, en el que habitan y coexisten la unidad y la multiplicidad. Deviniendo de
lo anterior, la intencionalidad de esta investigación nos conduce a reflexionar sobre una
teoría psicológica abierta y compleja, propia de la persona que debe emerger en la
actualidad, y a teorizar sobre una Psicología del Homo Complexus para de esta forma
tener la posibilidad de una Educación desde la comprensión. La metódica de este
trabajo tiene carácter hermenéutico, fundamentado en la complejidad, a partir de allí se
peregrinó por cinco dimensiones, de donde emergió la teoría de la tesis doctoral que se
oferta y a la que denominamos “Perspectiva Pentadimensional para una Psicología que
Revela la Comprensión del Homo Complexus, desde la Educación”. Aspirando que
esto se convierta en una posibilidad para contribuir con la Educación Venezolana.
Descriptores: Complejidad, educación, espiritualidad, empatía, ser humano.
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X
INTRODUCCIÓN
“La felicidad es el arte de acoger la vida
aquí y ahora, es el norte de la brújula de
nuestro corazón y el horizonte hacia el que caminan
nuestros pasos” (José María Toro)
En nuestra tesis doctoral adoptamos una postura crítica hacia la psicología clásica
cuyo principal fundamento es la objetividad, el reduccionismo, el determinismo, el
control y la creencia de poder acceder a la conducta humana desligada de la
subjetividad. Las afirmaciones que preceden nos llevan a precisar que la visión
mecanicista-cartesiana ha tenido influencia en la psicología, tal visión es analítica y
consiste en dividir los problemas y pensamientos en cuantas partes sean posibles para
luego disponerlos en un orden lógico.
Tales planteamientos conducen a recordar que esta ciencia del comportamiento
humano al fundar sus bases en unas premisas positivistas caracterizadas por la
causalidad, la certidumbre, la certeza de la existencia de una única realidad cognoscible
a través de la razón, se orienta hacia el criterio simplificador del ser humano como
absolutamente determinado.
Ante esta postura, la psicología clásica está pensando al hombre desde una sola
dimensión, por lo que el mismo se nos presenta mutilado. Desde esta perspectiva
restringida se accede a la racionalidad cerrada, incapaz de considerar lo plural, tildando
de irracional todo aquello que se escape de la lógica totalitaria con lo que se niega la
complejidad del ser humano.
Cabe considerar que ese paradigma científico clásico del que venimos hablando al
ser recepcionado por la psicología lo fue también por los modelos educativos, lo que
hace ver al estudiante desde el prisma de la reducción y predictibilidad, siendo una
educación sustentada en un sistema mecanicista, reproductora del conocimiento, de la
realidad. Sobre este aspecto, también se dirige nuestra crítica, por cuanto, desde esta
educación se parte de la idea de un sujeto pasivo que recibe el conocimiento, al ser
-
XI
considerado como un recipiente al que hay que llenar de contenidos que debe
memorizar.
Este tipo de educación pretende fabricar un ser que satisfaga los deseos del docente,
moldeándolo según su gusto, donde todo educador quiere dar vida a lo que fabrica,
dificultándose por tanto su comprensión.
Por lo antes expuesto somos de la idea que es necesario que la psicología voltee su
mirada hacia la complejidad del ser humano al considerarlo desde sus diversas
dimensiones: bilógico, emocional, social, cultural, racional, irracional, psicológico y
espiritual. Es por esta razón que en nuestra investigación apostamos por una psicología
compleja o transpersonal, considerada la cuarta fuerza dentro del campo de la ciencia
del comportamiento humano, que toma en cuenta la complejidad del ser dándole
espacio en su seno a la dimensión espiritual que es inherente al mismo, y de esta forma
estaría acercándose a su comprensión.
Por otro lado, si prestamos atención a lo planteado anteriormente en torno a las
características que delinean a la educación, podremos darnos cuenta que desde su
contexto no estamos educando desde y para la comprensión, por ello, este es otro
aspecto contemplado en esta investigación. Por lo que resulta necesario que el sistema
educativo sea permeado por una psicología compleja, que se oriente a la comprensión
del hombre contemporáneo, dado que éste es incomprendido no solo desde la
psicología sino además por la educación, ya que esta última tampoco ha estimado que
las personas son un homo complexus donde habitan y coexisten factores antagónicos,
esto las hace ser diferentes, inéditas en muchos aspectos.
Por lo tanto, nuestro ideario se dirige a tener presente una educación Transracional
que se opone a la visión mecanicista de la educación tradicional, al enfocarse en el
pensamiento que orienta la razón hacia la espiritualidad, que enfatiza en la no dualidad
sujeto-objeto, conllevando al nacimiento de una nueva consciencia que se adhiere a la
dimensión espiritual del hombre, resultando ser a todas luces una educación sustentada
en la noción compleja de éste, y por tanto en la necesidad de su comprensión. Por lo
que estamos esperanzados en esa psicología compleja así como en la educación
Transracional.
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XII
Por otro lado, es preciso acotar que la senda recorrida en nuestra tesis doctoral fue
emergiendo en la medida en la que se llevó a cabo la misma, no fue un transitar en
solitario, contrario a esto, constituyó una experiencia de intercambio, de aprendizaje
mutuo, que contó con la participación de teóricos e informantes que colaboraron con
la investigación, quienes aportaron una serie de ideas, que contribuyeron a ampliar mi
conocimiento, así como mi mundo afectivo y espiritual.
No obstante, este acompañamiento se vio fortalecido por el circulo hermenéutico
que conformamos mi tutor, dos compañeras de estudio y yo, lo que conllevó a que las
asesorías se vieran iluminadas por el compartir de conocimientos, el debate de las ideas,
el respeto, favoreciendo esto en gran medida al éxito de las reuniones, que resultaron
ser fértiles, al mismo tiempo ese círculo hermenéutico vino a formar parte de la
metódica desplegada en esta tesis. De lo anterior deviene que el producto intelectual
que estamos presentando, lo podemos considerar como el resultado de una dialógica
que incluye el pensamiento tanto del tutor, como el de la tesista, en combinación con
las ideas de los diferentes teóricos, que fueron inspiradores en este trabajo, así como
también las consideraciones de los informantes, no pudiendo pasar por alto los aportes
ofrecidos por el circulo hermenéutico antes referenciado.
Es importante destacar que el estilo discursivo del texto se presenta en todo
momento aludiendo a la primera persona del plural, por cuanto fue un nosotros lo que
permitió la producción de este trabajo doctoral, con esto reconozco la labor llevada a
cabo por mi tutor por cuanto sus aportes fueron de inestimable valor.
En referencia a la organización y cuerpo de la investigación, el hilo discursivo se
estructura en siete capítulos. El primero de ellos se tituló “Temática de Interés
Doctoral”, aquí se exponen tres aspectos: develando la problemática, la justificación y
los senderos de la investigación. En cuanto al primer aspecto mencionado presentamos
un cuestionamiento a la psicología clásica, así como a la educación tradicional, ambas
ajenas a la complejidad y por ende a la comprensión del ser humano. En relación a la
justificación, el texto se enmarca en lo que pensamos vendría a constituir el deber ser
de la psicología y también de la educación, además nos orientamos hacia lo que se
aspira de ambas. Por lo que se hace énfasis en la necesidad de una psicología compleja
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XIII
que nos conduzca a una educación desde y para a comprensión, dilucidando lo que
implicaría esta última. En este sentido, se habla de la redimensión que se necesita en la
educación, es decir, hacia donde debe ir, preocuparse por el ser humano, tener
perspectivas más amplias, no reduccionistas. En atención a los senderos de la
investigación aluden a lo que representa los propósitos de la misma.
En el capítulo dos que se corresponde con el transitar teórico de la investigación, lo
hemos llamado “Hacia la Comprensión del Homo complexus” en el mismo se destaca
la evolución histórica de la psicología, se describe la relación entre psicología y
educación y el paradigma que ha prevalecido en ambas, así también se plantean las
diversas manifestaciones de la incomprensión. Además de esto, se hace mención a las
consecuencias de la incomprensión en el contexto social venezolano, aunado a lo
anterior se presenta una aproximación al homocomplexus, así como también se alude
a lo que representa una psicología compleja, adicionalmente se habla sobre una
educación desde y para la comprensión y finalmente nos planteamos una interrogante
¿Qué educación para el homo complexus?
El capítulo tres refiere a la metódica, que hemos denominado “Acercamiento al
Homo complexus”. Primeramente es importante destacar que la investigación carece
de un contexto específico, porque la misma no se llevó a cabo en una institución
determinada o con personas pertenecientes a alguna Organización. Se trabajó con una
gama de informantes que aportaron ideas a través de entrevistas inestructuradas
destacándose entre ellos: un antropólogo, un estudiante (Milenial), un docente/político
y un psicólogo.
Por su parte la investigación estuvo configurada por tres momentos que nos
indicaron la ruta a seguir: Andamiaje Hermenéutico, Reencuentros, Tejido
Hermenéutico Complejo. El primer momento hace mención a la articulación de la
estructura teórica que sirvió de apoyo para el proceso hermenéutico que se realizó
durante toda la investigación. El segundo momento me llevó a reencontrarme con la
complejidad de los informantes y al mismo tiempo con mi complejidad. En este punto,
se llevaron a cabo una serie de entrevistas a los actores que colaboraron con la tesis,
esto me permitió interactuar con ellos, facilitando un proceso dialógico que me dio la
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XIV
oportunidad de convertirme en participante de la investigación. El tercer y último
momento se trató de una interacción entre teorías, relatos de los informantes, así como
el producto del círculo hermenéutico que se desplegó durante las asesorías de la
investigación, además de la subjetividad de la investigadora y los aportes del tutor,
estos aspectos se vincularon para efectuar el tejido interpretativo, representando esto la
senda que nos llevó a la teoría que denominamos “Perspectiva Pentadimensional para
una Psicología que revela la Comprensión del Homo complexus”.
Como puede verse nuestra teoría es pentadimensional porque fueron cinco las
dimensiones a partir de las cuales emergieron los constructos que dieron contenido a la
misma. En este sentido, tenemos cuatro dimensiones que se originaron de los
informantes: Antropológica, Psicológica, Docente/Política y Estudiante (Milenial), una
quinta dimensión surgió a partir de la teoría psicológica Transpersonal. Desde la visión
de los actores que colaboraron con la investigación emergieron seis constructos:
Homocomplexus, Comprensión del ser humano, Educación para la compresión,
Inacabamiento de ser, Psicología para la comprensión, Resemantización de la
comprensión. De la quinta dimensión, emergieron cuatro constructos: Inteligencia
espiritual, Educación Transracional, Dimensión Espiritual: Un despertar de la
consciencia y Psicología compleja. Cabe destacar que esta teoría es inédita, no es
cerrada, tampoco finita y mucho menos constituye una verdad última por lo que podría
ser sometida a discusión, esto nos habla del inacabamiento del conocimiento.
El capítulo cuatro denominado “La Comprensión: diversas perspectivas”, presenta
la interpretación de las mega categorías con sus respectivas categorías que se originaron
a partir de las informaciones suministradas por cada uno de los informantes en las
entrevistas que se llevaron a cabo. Luego se procedió a darle contenido a las mismas
apoyándonos no solo en la información recabada sino además en los teóricos que
convergieron con el criterio esgrimido por cada informante. Este capítulo resultó ser
prolifero, permitió establecer un intercambio de ideas, una dialógica que contribuyó al
enriquecimiento de esta producción doctoral.
El capítulo cinco lo titulamos “La Psicología Compleja y su Relación con la
Comprensión” en el mismo hacemos uso de varios elementos de teóricos derivados de
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XV
la psicología compleja o Transpersonal, poniendo de manifiesto la influencia que han
tenido en esta disciplina diversas teorías que se insertan en la complejidad. Además de
lo anterior presentamos una aproximación a los supuestos de esta psicología, así como
también la visión de complejidad que en este sentido han tenido Manuel Almendro,
Joseph Fericgla, Stanislav Grof, Ken Wilber entre otros. Desde estos planteamientos
se posibilita entonces pensar en la comprensión del ser humano complejo y en la
necesidad de que la educación sea permeada por estas consideraciones.
El capítulo seis denominado “Perspectiva Pentadimensional para una Psicología
que Revela la Comprensión del Homocomplexus desde la Educación”, constituye la
teoría que emergió de todo el proceso investigativo, desde la cual consideramos se abre
todo una perspectiva amplia para la comprensión del Homo Complexus desde la
psicología transpersonal y la educación transracional.
Hemos llegado así al último capítulo titulado “Reflexiones Finales”, este se enfoca
en tres aspectos: una narración de la experiencia particular en el proceso investigativo,
unos referentes conclusivos y las recomendaciones que podrían dar continuidad a esta
línea de investigación. Todo esto nos impele a considerar que estamos dejando una
puerta abierta a otras investigaciones que deseen ahondar en el tema, ya que lo que
presentamos aquí no se trata de una teoría acabada, finita, cerrada
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CAPÍTULO I
TEMÁTICA DE INTERES DOCTORAL
DEVELANDO LA PROBLEMÁTICA
… “un buen terapeuta tiene que ser inmensamente
compasivo, porque no son sus técnicas de terapia lo
que ayudan a la gente, es su amor…”
Osho
Intencionalidad del Capítulo
En este Capítulo I, consideramos tres aspectos relevantes, a saber: Develando la
problemática, senderos de la investigación y justificación de la misma. El primero de
los puntos reseñados recoge el planteamiento de la situación problema, donde se hace
una crítica a la psicología clásica, fundamentada en la racionalidad, así como también
a la educación transmisora de conocimientos, que asume al otro desde la fabricación,
alejándose ambas tendencias de la comprensión del ser humano y por ende de su
condición de hombre complejo.
Refiriéndonos al segundo aspecto mencionado en líneas precedentes, es decir, los
senderos de la investigación, éstos entrañan lo que vendría a ser los propósitos del
estudio. Por último, el apartado que alude a la justificación refiere el deber ser, o a lo
que aspiramos dibuje una psicología el homo complexus, por un lado, y por el otro la
compresión de las personas desde esta ciencia conductual, para así poder hablar de una
educación desde y para la compresión, que tome en cuenta la complejidad de las
mismas.
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Desde inicios de la civilización, el asunto psicológico ha fascinado al hombre en su
etapa primitiva. Éste desde su pensamiento mítico o fantasmal fue dando explicaciones
hasta el arribo de los filósofos de la edad antigua, que fueron en búsqueda por primera
vez, de explicaciones racionales a los fenómenos psicológicos como la memoria, la
personalidad, la inteligencia.
Es en la Edad Media cuando la religión se apropia de esta disciplina y la integra a
su doctrina, pero en la época de la inquisición se retrocede a pensamientos elementales
como la brujería o la posesión demoníaca. El avance de las Ciencias Biológicas y la
Filosofía, logran concretar, a finales del siglo XIX, a la Psicología como Ciencia.
Aunque en estos tiempos, muchos filósofos dudaban darle tal categoría, no obstante,
este período de escepticismo fue superado. (León, 2009)
Por su parte, la historia de la Psicología se divide en tres grandes períodos: El
animista, que se distingue por el pensar mítico, conduce a buscar la solución de los
problemas fuera del propio mundo; dicho lapso es el más largo y del que menos
respaldo documental se tiene (Hoyos, 2005). El segundo de los períodos referenciados
comienza con los pensadores presocráticos quienes abordan los problemas del
conocimiento rechazando en parte las explicaciones míticas y sobrenaturales con
pretensión de explicaciones naturales y racionales abiertas a la discusión y a la crítica,
es así como los griegos introducen el concepto alma, este adquiere un sentido
metafísico con Platón y Aristóteles. Los presocráticos identifican el alma con la
consciencia, introducen aditivamente el supuesto determinista, sustentado en el criterio
que los fenómenos no obedecen al azar, ni a los dioses, sino a causas naturales
determinando su aparición. (ob. cit).
Por su lado Sócrates, estimaba que la filosofía debía girar alrededor de la ética
y del método mayéutico, proceso dialógico donde la verdad es puesta en movimiento
en el acto de preguntar y responder. Es conocida su sentencia: “conócete a ti mismo”,
como punto de partida de todo conocimiento.
En torno al período científico, surge en la época moderna con la aparición de
movimientos como el Racionalismo y el Empirismo. Luego a mediados del siglo XIX
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se inicia el proceso de gestación de la nueva Psicología. Siendo a principios del siglo
XX que se intenta estudiar al hombre desde el laboratorio, el precursor de este período
científico fue Wundt quien abandona al “alma” como objeto de estudio de la Psicología
y, en su lugar introduce el de “consciencia”, su mayor contribución es el empleo de
criterios científicos y la fundación del primer instituto de Psicología Experimental en
Alemania (García, 1996). Asimismo, se proponen en esta época diversos enfoques
orientados bajo criterios científicos. Los principales fueron: Funcionalista,
Conductista, Gestaltista, Genético Estructural, Humanista, sin dejar de lado al modelo
Psicoanalítico basado en el inconsciente.
En este orden de ideas, puede decirse que la Psicología estudia la conducta y los
procesos mentales. Trata de describir y explicar todos los aspectos del pensamiento, de
la percepción, sentimientos y acciones humanas. Al ser considerada Ciencia, ella se
basa en el método científico para encontrar respuestas. Es por eso, que si es entendida
como experimental, se enmarca en la tradición positivista, utiliza un método científico
de tipo cuantitativo a través de la contrastación de hipótesis, con variables
cuantificables en contextos experimentales, acudiendo además a otras áreas de estudios
científicos para ejemplificar mejor sus conceptos (León, 2009).
Las afirmaciones anteriores guían a precisar que la visión mecanicista cartesiana ha
tenido influencia en la Psicología, en todas nuestras ciencias, y en la mentalidad general
de los occidentales. Sobre el asunto, ese método cartesiano es analítico, consiste en
dividir los problemas y pensamientos en cuantas partes sean posibles y luego
disponerlos según un orden lógico.
Es importante destacar, que el racionalismo se ha convertido en la característica
esencial del pensamiento científico moderno. Propiciando con esto la postura
reduccionista, la convicción de que hay que reducir los fenómenos complejos a sus
partes constitutivas para lograr entenderlos (Capra, 1992). Mientras tanto, pensar el
conjunto de todo lo que existe desde la posibilidad de la fragmentación nos conduce a
verlo de forma separada, como si se tratara de objetos cerrados, con autonomía absoluta
y sin relaciones entre sí. Percibir el mundo de tal forma, transporta a la ilusión de que
ese mundo y los individuos están realmente constituidos de fragmentos aislados, y, esto
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conducirá a actuar de tal manera que, de hecho, produciremos la verdadera
fragmentación presupuesta en nuestra actitud (Bohm, 1992).
De acuerdo con la perspectiva señalada, se torna obvio que la Psicología ha tomado
su forma del paradigma Clásico, caracterizándose por poseer una visión impregnada en
lo fragmentario, lo mecanicista y por ende concebir a la realidad y al ser humano a
partir de esa óptica, acobijándose ésta bajo el paradigma objetivista racionalista.
A este respecto, aquel paradigma desde el cual conocemos, valoramos y actuamos,
propio de la modernidad y que sin lugar a dudas hizo avanzar a la Ciencia y a la
Tecnología enfatiza en la desagregación de los procesos en sus partes constitutivas
privilegiando el análisis y no tanto la síntesis. Siendo de este modo, una enquistada
serie de ideas y valoraciones entre las que se pueden citar la visión del universo como
un sistema mecánico compuesto de piezas, la del cuerpo humano como una máquina,
la de la vida en sociedad como una lucha competitiva por la existencia y la creencia en
el progreso material ilimitado, a través del crecimiento económico y tecnológico (ob.
cit).
Tales planteamientos, hacen recordar que la Psicología al fundar sus bases
epistemológicas en unas premisas positivistas caracterizadas por: la objetividad, la
causalidad, el determinismo, la certidumbre, la certeza de la existencia de una única
realidad cognoscible y aprehensible, a través de la razón se maneja con una ética
identitaria que enfatiza en la identidad, la no contradicción, el tercero excluso, es decir,
excluye todo aquello que sea confuso, múltiple, vincular, posicionándose de este modo
en lo dicotómico, sustentando la afirmación del ser como absolutamente determinado.
De lo anterior deviene, que se descuida la idea de aceptar la duda pudiéndola
combinar perfectamente con la fe, ya que es admisible el que ambas nociones pueden
no solo coexistir sino dialogar una con otra. La fe corresponde a nuestros anhelos,
necesidades, aspiraciones. Siendo probable que estemos destinados a ser seres que se
alimentan tanto de una como de la otra. En este sentido se pronuncia (Morin, 2006),
afirmando que la vida es una navegación sobre un océano de incertidumbre a través de
archipiélagos de certeza, lo que hace pensar que se puede y se debe vivir con
incertidumbre. Apoyando esto, nos encontramos con el criterio según el cual, los
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delirantes dicen siempre que hay que estar loco para no ver lo que ellos ven. Los únicos
que tienen certezas son los delirantes, es por ello, que la evidencia es el mayor ardid
del pensamiento: "que alguien dude me tranquiliza" (Cyrulnik, 2006 p.26).
Como complemento a lo ya mencionado, las causalidades lineales son abusivas;
siendo nosotros quienes las fabricamos para dar al mundo una imagen reductora y por
ende, reconfortante. En cuanto tengo una certeza, esta es el mejor de mis calmantes,
pero conocemos el efecto de los calmantes, dan sueño y entumecen el pensamiento.
Contrariamente una pequeña angustia, un leve debate, la mínima ejecución de una idea
permiten crear otra idea, dar a luz y vivir una nueva teoría. (ob.cit).
Ahora bien, si concebimos al mundo y con él a las personas desde una parte de estas,
asumiendo que esa parte es el todo, o que el mundo y los seres humanos son una serie
discontinua de fragmentos, lo que hagamos, pensemos o digamos dependerá de esa
percepción (Capra, 2000). Sobre la base de las ideas expuestas cabría preguntarse:
¿Qué pasa cuando desde la Psicología pensamos al otro desde una sola dimensión?
Al ser las cosas así, resulta claro que estaríamos en presencia de un ser humano
mutilado, porque partimos de una concepción precisamente mutilante basada en la
predicción, la reducción, el control y la objetividad, elementos constituyentes de esa
Ciencia, lo que implica considerar a la persona como un ser aislado. Relacionado a
esto, viene a la memoria el pensamiento de Pascal: "no puedo entender el todo si no
conozco las partes y no puedo entender las partes si no conozco el todo", resultando
esto una invitación a un pensamiento de ida y vuelta.
Se torna evidente que Occidente es efectivamente un fragmentador. Por lo demás,
la fragmentación (producción de objetos parciales) es lo que ha valido a éste su poder
técnico e intelectual. Ese mundo Occidental ha terminado por pensar y esa es su gran
trampa, que se puede separar la parte del todo, cuando la parte es un solo elemento del
todo. Categóricamente, es un despropósito haber hecho creer que un objeto científico
podría ser coherente cuando es un pedazo de la realidad, recortado artificialmente por
el pensamiento, la técnica y el laboratorio. (Cyrulnik, 2006).
Esto acompaña a la idea de que la reducción es un vicio, al esgrimir que para conocer
un conjunto basta con definir sus elementos por separado. Desde tal arista, tendremos
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el dominio pero no el verdadero conocimiento y en absoluto la sabiduría. Atendiendo
a lo expuesto, desde el siglo XVII se perfilan dos tipos de pensamiento. El de Descartes
(que triunfó): "cuando veo un problema muy complicado, divido sus dificultades en
pequeñas partes y cuando las he resuelto todas, he resuelto el todo", y el de Pascal que
se enuncia según lo referenciado en líneas que preceden. Desgraciadamente Pascal no
fue escuchado, ni siquiera comprendido (Morin, 2006). Por demás está decir que al
entrañar el modelo cartesiano la separación del hombre y del animal, y el cuerpo del
alma le permitió construir un objeto científico.
Por consiguiente la incidencia que ha tenido el pensamiento científico modernista,
y su visión mecanicista, fragmentaria de la realidad y sus procesos, en los más variados
campos del discurrir y la acción humana han sido de gran impacto, no escapando de
ello la ciencia de la conducta humana, en el ámbito de ésta la perspectiva dominante ha
tendido a ver los procesos como si se trataran de situaciones o estados últimos,
acabados, sin ninguna relación entre sí. De igual forma, se ha expulsado de este tipo de
percepción los valores, y la dimensión social de ellos (Capra, 1992).
Consecuencialmente, esta aprehensión de la realidad que predomina en los
paradigmas contemporáneos, y en el caso particular de la Psicología, reduce toda
relación dinámica a una mera asociación de causalidad o asociación mecánica, lo que
ha llevado a creer que la realidad y los procesos están constituidos por estados y
situaciones definitivos, cerrados y no por procesos, relaciones, tramas y redes
significativas.
De ahí que la Psicología contemporánea todavía aparece influida por paradigmas
racionalistas, los que aceptan que hay una realidad única, igual para todos y existente
con independencia del observador (Maturana, 2008). O sea que a la luz de lo anterior
esta Ciencia ofrece una escisión sujeto-objeto, fundamentada en esa creencia sobre la
existencia de una sola realidad, cimentada adicionalmente en un pensamiento racional,
dejando de lado la intuición y las emociones del individuo investigador al pensar que
las mismas nos alejan de la verdad. Desestimando así que “la mente intuitiva es un don
sagrado y la mente racional un fiel sirviente. Hemos creado una sociedad que honra al
sirviente y ha olvidado el don”. (Einstein, en Calaprise, 2014).
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No obstante a esto, no se puede hablar del ser humano si no se lo considera como
un ser biológico, emocional, cultural, espiritual, psicológico y social. La fantasía, el
imaginario o el mito son realidades humanas fundamentales (Morin, 2006). Por eso se
hace necesario tener presente que esa persona a la que se refiere la Psicología es
racional y a la vez irracional, a título ilustrativo, indicaré las grandes irracionalidades
en la que ha caído el hombre de hoy: barbaries, guerras, sicariatos y atentados, así
también se pueden referenciar los constantes hechos violentos que amenazan el día a
día del pueblo venezolano. Sin embargo, las afirmaciones anteriores tienen su antítesis
representada en seres humanos como Mandela, Gandhi o la Hermana Teresa de
Calcuta.
Lo que queremos significar es que ambas conductas forman parte de la humanidad,
y se hace imperioso no olvidar que la irracionalidad configura al hombre. Hoy en día,
tenemos que entender que es racional conocer los límites de la razón. Hay que
demostrar una actitud de comprensión hacia los demás, saber que los que quedan
atrapados en delirios ideológicos están poseídos, no saben lo que hacen. Esto es algo
que el mundo occidental no ha entendido. (Morin, 2006).
Sin embargo, no se trata aquí de presentar una justificación ante los
comportamientos que nos parecieran aberrantes, irracionales, sino que consideramos
que éstos forman parte de las expresiones del ser humano, lo que nos impele a pensar
y reflexionar en ellos, porque de lo contrario los tildamos de patologías, contribuyendo
a construir un cerco a la comprensión. Partiendo de esto, se nos hace una invitación a
no pasar desapercibido que lo aberrante, lo irracional, la escoria conforman la
condición humana. Por lo que se enfatiza en el criterio de no excluir estos aspectos, si
queremos tener una concepción del ser más amplia y compleja.
Al igual es preciso valorar la idea que no hay soberanía de lo racional sobre la
afectividad sino jerarquías en constante mutación, en donde nuestros instintos más
bestiales terminan controlando nuestra inteligencia con tal de realizar sus fines. La
razón no controla aquellas pulsiones más profundas, siendo este desequilibrio
permanente a la vez, el origen de lo más horrible: asesinatos, destrucción y de lo más
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bello: invención, creación, poesía, imaginación. Si la racionalidad lo controlara todo
no habría inventiva en la especie humana (Mac. Lean, en Morin. 2006).
Para tal efecto, no podemos entregarnos a la esperanza de un reino soberano de pura
lógica, no somos ordenadores, aunque éstos vayan adquiriendo cada vez más
cualidades nuevas, nunca tendrán experiencias vivas ni sentimientos. Es esto lo que no
podemos disociar de nuestra inteligencia .De lo que se deriva que, si traemos a nuestro
nivel consciente lo planteado, nos exige repensar la condición humana y ser menos
ingenuos, entre tanto, la Educación tendería puentes hacia una Psicología que hiciera
de su dominio el comprender más que el explicar la conducta del hombre, para que de
esta forma, la primera, sea permeada por tal consideración.
Adicionalmente vale la pena recordar que existen dos caminos para abordar el
estudio de la realidad, cualquiera que ella sea. Tomando por ejemplo, el ámbito
educativo si se parte de la idea de Universo (realidad univoca), bajo un enfoque
Positivista el docente cree tener un acceso privilegiado a la verdad, que puede ser
directamente transmitida al estudiante. Por el contrario, al manejar la idea de
Multiverso (múltiples realidades), bajo un enfoque Constructivista, el docente no se ve
a sí mismo como portador de la verdad y pasará a considerar que el mundo generado
por el estudiante es su único mundo posible. En este último caso la tarea del docente
será la de ayudar al estudiante a entender su mundo, para de esa manera acercarse y
comprender su realidad (Maturana, 2002).
Es significativo acotar que este mismo ejemplo aplica al campo de la Psicología,
porque siendo ésta partidaria de la existencia de una realidad objetiva a la que tenemos
acceso, coloca al psicólogo en una posición privilegiada: es portador de la verdad ya
que considera que esa realidad es transmitida a la persona, tratándose de un profesional
objetivo que dice a su vez objetivamente si ella está mal, decidiendo qué es lo que tiene
que cambiar (Guidano, 1990). En contrapartida si se tuviera en cuenta la posibilidad de
múltiples realidades, el psicólogo ya no es portador de la verdad, pasando así a aceptar
que el mundo generado por el sujeto es su único mundo posible, esto lo llevaría a
despojarse de la objetividad que lo envuelve, pudiendo así descender de su poderío y,
haciendo un acto cognitivo comprender a ese ser humano que tiene enfrente.
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Las conclusiones derivadas de lo hasta aquí presentado nos hacen pensar que la
Psicología sigue anclada en un ser humano simplificado, compartimentalizado,
fragmentado, al concebirlo desde lo tradicional, lo simplista, dando la espalda al
pensamiento post moderno, donde no existe la verdad objetiva, sino las verdades de
cada quien, de cada caso, de cada momento, de cada ser humano, contrariamente a esto,
niega la existencia de una realidad múltiple, intangible, holística, subjetiva, que no
diferencia entre sujeto y objeto de conocimiento. Tratándose de una ciencia de la
conducta que considera al sujeto conocedor como esencialmente pasivo, concibiendo
así a la persona como un ser aislado.
Cabe considerar, que ese Paradigma Científico Clásico del que hemos venido
hablando al ser recepcionado por la Psicología lo fue por los modelos educativos, lo
que hace ver al estudiante desde el prisma de la reducción y la predictibilidad. De
acuerdo a esto nos preguntamos ¿qué sucede con la educación? ¿Por qué la educación
sigue reproduciendo paradigmas clásicos, reduccionistas que conlleven a la generación
de problemas no resueltos bajo estos referentes? Obviamente, porque esta descansa en
ese paradigma psicológico clásico que comprende la simplicidad, la dualidad
cartesiana, una noción de realidad como entidad final hecha, acabada, dada, sobre la
base del determinismo, la causalidad y la predicción. Todo lo anterior logrado a través
de un método que acerca al ser humano a la verdad y objetividad del objeto de
conocimiento. Dentro de esta lógica podría estimarse que la Educación consiste en la
transmisión de conocimientos, de quienes saben a los que no, de tal forma que éstos se
adquieren mediante la absorción de datos e información.
Desde tales apreciaciones el proceso educacional parte de la validación de un
conocimiento que hay que transmitir porque está acabado, esto lo facilita el hecho de
considerar la dualidad de un sujeto que está fuera del objeto de conocimiento, y si este
último es inmutable, regular, se puede a través de los métodos científicos conocer,
medir, predecir. Siendo así porque bajo este enfoque la formación del conocimiento, es
acabado y hay que entregarlo de esa forma (Maldonado, 1989). Entendiéndose de
hecho que el aprendizaje parte de la idea de un sujeto pasivo que recibe ese
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conocimiento como un recipiente, que memoriza al mismo tiempo, porque éste se
encuentra exterior a él (Freire, 2012).
En consecuencia, a partir de las consideraciones precedentes, pensamos que la
actividad pedagógica por demás ajena a la comprensión, ve al alumno como un objeto
de investigación y manipulación al que hay que observar y cuantificar. Entre tanto, la
evaluación del resultado se circunscribe a la entrega de un conocimiento estático que
fue adquirido de la misma forma por el docente, haciéndose énfasis en el producto, mas
no en el proceso.
Si bien es cierto, estos elementos no estaban errados, constituyen el reflejo de un
momento histórico, económico, político y social determinado, que produjeron
paradigmas acordes a su movimiento, pero ahora estamos en un contexto diferente y se
requiere que la Educación dirija su atención hacia modelos educacionales que
apuntalen justo a la post modernidad ya que la misma sigue estando sumergida en los
albores de la Modernidad. Esto es, al encontrarnos de cara a un Sistema Educativo
aposentado en la transmisión del conocimiento, se asume al ser humano desde una
Psicología reduccionista, y a la Educación a partir de los contenidos, viéndonos
imposibilitados para tratar con el hombre planetario, resultando claro que remamos en
pos de una concepción instrumental de ésta. Pasando por alto que su misión para esta
era es fortalecer las condiciones que posibiliten la emergencia de una sociedad-mundo
compuesta por ciudadanos protagonistas y críticamente comprometidos en la
construcción de una civilización planetaria (Morín y Motta, 2006). Apoyándonos en
estas ideas estimamos que frente al paso de la post-modernidad se requiere de una
educación que preste atención a la incertidumbre, sustentada en lo complejo y no en lo
simple, desestimando la causalidad, evidenciando que no existen conceptos
referenciales, ni verdades absolutas, tomando en cuenta a un sujeto que construye sus
verdades a partir de sus experiencias, reafirmando de esta forma su ser.
Pudiéndose decir entonces, que el objetivo de la educación en la modernidad ha sido
disciplinar la subjetividad para que “no contamine con sus deformaciones la imagen
aceptada del mundo” (Najmanovick, 2008 p.39). Se trata de una educación
reproductora y a-subjetiva que se lleva a cabo en un espacio que pretende ser neutral e
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impersonal. Un espacio estructurado que irradia desde el maestro sin permitir
interacciones horizontales, en donde cada ser humano debe reproducir copias
mecánicas del conocimiento impartido (Ob cit). Ante lo mencionado, la educación post
moderna tendrá que hacer espacio para que la potencia creativa de la subjetividad
encuentre un ámbito legítimo de expresión en las instituciones educativas, con lo que
nos permitiremos comprender al otro.
Por ende, el haber adoptado la docencia una postura racionalista, mecanicista tiene
sus consecuencias, porque el maestro reproduce ese mismo modelo en la actualidad,
redundando en el comportamiento de la generación actual, ya que al hacer suyo el
paradigma clásico queda sin herramientas para enfrentar los problemas que se
presentan, encontrándose con las manos atadas, no pudiendo comprender a sus
estudiantes y todo a consecuencia del paradigma adosado, y a la visión cientificista que
campea en las aulas de clase.
En efecto, el profesor se ha quedado en el tiempo, él va por otro lado, estimándose
así que estamos frente a un docente fondeado en el modernismo y la Educación ha
afectado tanto a éste como a los alumnos, cuando el sistema educativo les ofrece algo
que no tiene asidero, conllevando a que el primero se circunscriba a una práctica
entrenada, poniendo a dormir el intelecto.
Resulta de interés añadir que los educadores no procuran movilizarse, porque tal vez
no han tenido la oportunidad de ver las cosas diferentes, no se han dado cuenta que
educar involucra mucho más que dar un contenido, y que consecuencialmente el lente
de la modernidad hace ver el mundo de forma lineal, cambió el mundo y se sigue viendo
al mismo con los lentes de la modernidad.
Deduciéndose de las ideas que anteceden que la validación que aún hacen los
docentes de la realidad concebida bajo el sentido de un Paradigma Científico-Clásico,
les impide entender la profundidad de modelos educacionales complejos, lo que
facilitaría un redimensionar de la Educación, al preocuparse más por el ser humano.
Desembocando en la observancia de un criterio más amplio que solo podría ser posible
al apartarse del pensamiento reduccionista que los constriñe y aprisiona.
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En resumidas cuentas se facilitaría un acercamiento hacia la concepción de una
realidad como proceso complejo de intercambios, de interdependencias, una trama de
vida, que no puede ser aprehendida como si se tratara de un conjunto de partes
separadas unas de las otras, solo así podremos emprender la marcha hacia una
Educación que deje atrás la simplificación y fragmentación del hombre, enrumbándose
hacia formas educativas complejas (Capra, 2000).
Al mismo tiempo, el educador venezolano está encapsulado en el pasado lo que le
impide reflexionar asiduamente sobre los problemas de su tiempo, posicionarse en el
aquí y el ahora, para de esta manera asumir la obligación exigida por la época post
moderna. Dentro de este marco, se insta al docente a desprenderse del criterio del
estudiante pasivo y únicamente receptor, entender que ya no puede ser unidimensional
o unidisciplinario porque estamos en la era del fin de los programas de estudios
cerrados, acumulativos y sistemáticos. Esto se explica porque la post modernidad
arrastra consigo una enseñanza distinta a la tradicional, al haber creado estudiantes
aptos para desenvolverse en el caos, para anular lo estructurado y aislado, anhelando
lo complejo, lo ecléctico, la multiplicidad de realidades y la variabilidad (Slattery,
1995).
Tenemos pues, que existe una robotización del educador que lo aleja de pensar sobre
el problema social, educativo, político y psicológico del hombre de hoy. Esta
mecanización del trabajo del docente se traduce en su comportamiento reflejado en la
entrega de notas, firmar la hoja de asistencia y las comunicaciones, cumplir con los
contenidos de un currículo lineal, haciendo a un lado su disposición y apertura al
cambio, evitando con esto su acompasar con la revolución científica-técnica que trae
consigo una nueva forma de producir y pensar la realidad acorde con los cambios
históricos que se vienen sucediendo.
Del mismo modo, vivimos un momento histórico, social inédito y es necesario que
el educador lo piense, lo reflexione, dilucidando estrategias para enfrentar la situación
actual venezolana. De hecho, el escenario político y social ha venido experimentando
cambios vertiginosos que por supuesto tienen repercusión tanto en la educación como
en las respuestas educativas que giran alrededor del docente venezolano, quien está
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llamado por derecho y por deber a propiciar las acciones que le permitan movilizarse
y enfrentar el estado en el que se encuentra nuestro país, que como es bien sabido está
empapado de violencia, desesperanza, e intolerancia.
Ante esto, el maestro deberá estar presto a rescatar el respeto, la igualdad, la empatía,
la solidaridad, la democracia, la tolerancia, la comprensión y la aceptación del otro,
aspectos que están en nuestro medio, cubiertos por un velo de incomprensión que los
hace imperceptibles a nuestros sentidos. En este caso es necesario tener una idea clara
sobre el hecho de que la Educación queda afectada por la realidad de la sociedad que
envuelve, teniendo como principal elemento el contexto en el cual se inscribe,
constituyendo tarea prioritaria del docente ser el gestor de nuevos roles y funciones de
esta dinámica cambiante (Mardones, 1999).
Estas razones conducen a discurrir acerca del hecho que es hora de adoptar líneas
de ruptura con lo tradicional, con lo mecanicista, al tener presente que el profesor es
arquitecto y ejecutor de ese proceso social, político, e individual de cambio,
comprendiendo "que su tarea no se circunscribe a emitir contenidos de verdad, sino
aquellos que encaminen la necesidad renovada para ser persona" (Zemelman, 2000
p.72).
Como complemento a lo que se ha tratado a lo largo de esta exposición, es sabido
que en nuestro Sistema Educativo no educamos desde la comprensión, obedecemos tal
y como quedó expresado, a una Educación programada, que asume al estudiante desde
la fabricación. Requiriéndose entonces lo que representaría una revolución copérnica
en pedagogía, siendo así una Educación centrada en la relación entre el sujeto y el
mundo humano que lo acoge. Permitiendo construirse a sí mismo como “sujeto del
mundo”: heredero de una historia en la que sepa qué está en juego, capaz de
comprender el presente e inventar el futuro. Esa revolución no trata de fabricar un ser
que satisfaga nuestros deseos, sino acogerlo como persona inscrita en una historia
capaz de superarla. De aquí se desprende que no se trata de moldearla según mi gusto,
pretendiendo obtener lo que nunca pude lograr (Meirieu, 2007).
Advirtiéndose que el aprendizaje es una decisión personal del que aprende,
superando de este modo lo que le viene dado, subvirtiendo todas las definiciones en las
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que el entorno y él mismo tienden a encerrarle. Haciéndose inminente visualizar que la
transmisión de saberes y conocimientos no se realiza nunca de manera mecánica, no
pudiéndose obtener en forma de una duplicación de idénticos como la que podemos
observar en muchas formas de enseñanza, derrumbándose con esto el mito de la
Educación como fabricación donde todo educador quiere dar vida a lo que “fabrica”.
Resultando factible que la Educación se enfrenta a un problema: la insensata
búsqueda por parte de muchos docentes de “construir un sujeto sumando
conocimientos”, generando, una tal vez involuntaria, “fabricación del otro”, lo que
indica que estos no son conscientes de su labor y se limitan a la mera transmisión de
ciertos conocimientos disciplinares (ob. cit).
En ideas de Meirieu (2007), se afirma que aunque la Educación permite al hombre
ser hombre, ésta no se debe convertir en un simple procedimiento técnico de
elaboración, que visualiza a la persona como un elemento estático, que no se encuentra
en un contexto específico y que no se enmarca en un universo cultural.
Adicionalmente, y como se viene indicando, observamos la presencia de estudiantes
post modernos en aulas modernas, y un docente que no ha entendido que no puede
demandar de los alumnos pasividad, estaticidad, monotonía y menos solicitar de ellos
atención a una clase efectuada a través de textos de estudio o pizarrón, llevada a cabo
en una concepción lineal del tiempo, pues ellos, se han desarrollado en una cultura
caótica, por tanto, demandan una Educación Compleja.
Para comprender más lo afirmado y para conocer más el tipo de alumno con el cual
se relacionan los docentes, el currículo post moderno deberá considerar como
elementos ineludibles el caos, la no racionalidad, y zonas de incertidumbre, porque el
orden complejo que existe en las salas de clase y en las personas, es el lugar donde el
pensamiento crítico, la intuición reflexiva, la resolución de problemas globales y la
comprensión florecerá (Slattery, 1995).
Partiendo de los supuestos anteriores, es relevante un cambio de apreciación sobre
el hombre y su quehacer en el mundo, obviando tendencias hacia leyes educativas y
patrones de comportamientos concretos. Como complemento, la escuela anclada en el
pasado por su labor transmisora de conocimiento, es desafiada a la vez por su misión
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de formar nuevas generaciones. Por lo que debe encuadrarse el horizonte educativo,
ajustar la mirada y despertar el entusiasmo de los educadores abrumados por las
dificultades cotidianas (Mardones, 1999).
Desde este punto de vista, la escuela no puede limitarse a transmitir saber e
información. Urge recuperar su dimensión humanista, resistir la tentación de hacerla
cada vez más eficaz y funcional. Tratándose, así de una escuela para la vida y desde la
vida. Como se puede observar desde un contexto como el antes explicitado, se perfilan
educadores hechos de material complejo, aptos para dar respuestas múltiples y
contradictorias, abiertos, dialogantes, acompañantes de los procesos de búsqueda de
cada uno de sus estudiantes.
En resumen, podría decirse que el docente está llamado a la tarea de humanizar, de
suscitar en el otro lo mejor de él, acompañar a los demás y así acompañarse en la
construcción de sí mismo, acortar distancias entre el hombre racional y el irracional,
en todo caso, aceptar el aflorar del Homo-Complexus, esto sobre la base de una
Psicología que no pierda de vista la complejidad del ser, sólo así podremos hablar de
una Educación desde y para la comprensión. Ciertamente, tenemos que educar en el
reconocimiento de la dignidad personal del otro en la diferencia. Apreciando
igualmente que el hombre post moderno es abierto a las discrepancias, a la pluralidad,
a la creatividad. Por lo tanto, no cabe educar para dominar el pensamiento propio de la
objetividad científica, ésta es considerada como una enfermedad. En tal sentido
(Vattimo, 1993 p.126), afirma “que todo intento de legitimación objetiva se ha revelado
ilusoria”
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Senderos de la Investigación
- Reflexionar sobre una teoría psicológica abierta, multidimensional y compleja,
del ser humano que emerge en la actualidad.
- Develar la incomprensión desde sus raíces, modalidades y efectos en el ser
humano.
- Repensar la comprensión humana desde la apertura empática y la tolerancia
hacia las ideas y formas diferentes.
- Teorizar sobre el ser humano que se configura en la actualidad como posibilidad
para una Educación desde la comprensión.
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Justificación
La Educación debe asumir que el ser humano no es una idea estática, definitiva sino
que se asocia con la dinámica de la vida, con la naturaleza, con el contexto y con el
entorno de la misma. Esto hace obligante estimar que la realidad como tal, no es algo
que está fuera de él, no estando tampoco excluido del proceso de conocimiento, sino
que forma parte de éste y lo constituye, lo forma. Consiguientemente, es necesario una
visión amplia de lo educativo, no reducida a los determinismos y a la fragmentación
que disuelve al sujeto en sus marcos inamovibles, de lo que se deduce que formar “es
trabajar la multiplicidad de la persona” (Zemelman, 2000 p.112).
No obstante, al estar nuestro sistema educativo adherido a una Psicología que
legitima la racionalidad, la objetividad y el determinismo entonces estamos viendo a la
Educación con los ojos del ayer y no con los ojos de hoy, percibiéndose una falta de
pertinencia, de contextualización con lo que tenemos actualmente, debido a que ésta
marcha al ritmo del paradigma psicológico dominante todavía en estos tiempos, que no
es otro que el Positivista.
Ante todo, necesitamos apreciar al hecho educativo desde el contexto socio-cultural,
político y psicológico en el cual estamos inmersos, no dejando pasar por alto que la
razón moderna con su defensa de la objetividad, de lo incondicionado ha tiranizado a
la vida y con ello a la Educación (Vattimo, 1994). Es por eso que hay que cambiar de
rumbo, descubriendo la subjetividad como guía, el sentimiento y no la razón unilateral
debe orientar el tiempo nuevo (Corral, 2007).
A partir de estas ideas surge nuestro interés por llevar a cabo la investigación que
nos ocupa, porque desde la psicología clásica y por ende desde nuestra educación
hemos pasado por alto la complejidad del ser humano, viéndolo solo como sapiens,
obviando su componente faber, ludens, mítico, espiritual, tratándose así de una persona
cuyos constitutivos son a la vez la racionalidad e irracionalidad, la razón y el
sentimiento, lo uno y lo múltiple, es decir, un homo complexus.
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Además es importante que nos demos cuenta que estamos viviendo un tiempo que
alude a la post modernidad como proceso de descubrimiento que supone un giro de la
consciencia, la cual debe adoptar otro modo de percibir, de constituirse, ya no de ser,
sino de sentir, de hacer, impregnando todos los órdenes de nuestras vidas y así a la
Educación. Solo de esta manera podremos descubrir la dimensión de pluralidad, al
permitirnos descubrir la propia inmersión en lo múltiple (Vásquez, 2012). Si nos
colocamos de cara a esta perspectiva estaremos reconociendo la complejidad del ser
humano, considerando así los factores antagónicos que coexiste en él, contemplando
su subjetividad y su forma única de ser persona.
Por otro lado, nuestra época nombrada post moderna, imprime un concepto nuevo a
nuestra civilización y por tanto a la Educación, que se traduce en una nueva forma de
comprender la realidad, modelada por la inconformidad al orden preestablecido, por lo
que consideramos de importancia la experiencia, la creatividad y el disfrute sobre lo
que se aprende.
Pero para lograr esto es necesario pararnos frente a una psicología compleja que
permita la compresión del otro, así como también requerimos que la educación abra un
espacio a esa ciencia conductual, porque desde la tendencia clásica se torna inviable
comprender al ser humano.
En este orden de ideas en nuestra justificación no podemos dejar de lado lo
inminente que resulta para la acción educativa tener presente que el mundo post
moderno ha engendrado estudiantes que desechan el metarelato, lo que no es otra cosa
que la justificación de toda la realidad, dotar de sentido a toda ella. El estudiante del
que se habla, no cree en un solo relato porque comprende que su existencia se ha vuelto
compleja, que cada región existencial de su ser debe estar justificada por un relato
propio, por un microrelato, dando así sentido a una parte delimitada de la realidad
Lo anterior tiene su explicación en el hecho que al deslegitimarse en la post
modernidad la racionalidad totalizadora se está en presencia de la muerte de los
metarelatos, en donde la razón y su sujeto (como detentador de la unidad y la totalidad)
desaparecen. Tratándose de un movimiento de deconstrucción del pensamiento y de las
utopías de unidad que dan paso a la construcción social de la realidad (Vásquez, 2012).
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Del párrafo anterior deviene que es menester que comprendamos que nuestra era
contemporánea se caracteriza por referir a un pensamiento débil, portavoz de la
sospecha, se trata de un pensamiento eminentemente crítico, que no tolera ninguna
pretensión totalitaria sobre la realidad, al negar la interpretación última y definitiva de
ésta. Contraviniéndose esto con el pensamiento fuerte reinante en la modernidad, que
se muestra rígido, basado en una verdad objetiva, por lo que desde esa perspectiva es
imposible justificar la existencia del ser humano a partir de un relato propio, en otras
palabras lo que los pensadores post modernos llaman microrelatos (Vattimo, 1993).
Tales apreciaciones se sintonizan con lo que hemos venido expresando en referencia
al criterio de realidad, que resultaría beneficioso asumiera la Psicología y por ende la
Educación, al entender que no hay una realidad real, sino representaciones de ella,
donde intervienen los imaginarios patológicos y las visiones supuestamente
distorsionadas. En otras palabras, ésta no es una, sino la conforman sensaciones,
visiones e interpretaciones. Al pararnos frente a estas consideraciones podremos
dilucidar que nuestros estudiantes necesitan una Educación que vea con el alma, la
mente, el espíritu, con el espacio relacional, psíquico, emocional y complejo que
vivimos y que deseamos que ellos vivan (Maturana, 2008).
Un punto de vista interesante es que la Psicología se ha estado abriendo hacia la
complejidad, de tal forma que la Educación debe voltear su mirada hacia una Psicología
Compleja. Al respecto, se da cuenta de unas teorías psicológicas inspiradas en la post
modernidad, lo que es indicativo del cambio que ha operado la época en el discurso
psicológico. Dichas teorías están representadas por una Psicología basada en la
deconstrucción, una psicoterapia inspirada en la física quántica, y en varias teorías
deconstructivas-constructivas entre las que sobre sale el Construccionismo Social, que
ha profundizado en el estudio del Self (yo), como constructor de la realidad (Gergen,
1992).
Hacen parte de estas teorías, el paradigma narrativo según el cual los seres humanos
son narradores de historias, siendo sus pensamientos imaginativos, su manejo se da
mediante la búsqueda de significados teniendo en cuenta que la realidad es compleja,
que la interpretación o hermenéutica y la narrativa, son las vías adecuadas para acceder
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a ella, ya que el papel de la narración en la organización del “sí mismo” es central.
(Ruíz, 2003).
Otro pensador influyente en este campo de la Psicología compleja es Maturana,
quien desde la Biología señala la distinción en el proceso de conocimiento, el cambio
radical de la relación observador-observado. Planteando que “las explicaciones del
observador, son explicaciones de la experiencia, y ese es su carácter auto-referencial,
interactivo y constructivo, que se reconoce en cada ser humano” (Maturana, 1993).
Sumado a las posturas mencionadas se hace referencia al modelo humanista que
considera al hombre en sí como un ser potencialmente libre y creativo, cuyo
comportamiento puede depender más de su marco conceptual interior, que de la
coacción de impulsos internos o de la presión de fuerzas exteriores (Martínez, 2012).
Con base a este último planteamiento, la epistemología de la Psicología Humanista
está orientada a la comprensión del hombre como persona, ofreciendo un modo de
pensar sobre éste, que modifica la imagen que tenemos de los seres humanos, liberando
a la Ciencia Conductual de las restricciones con las que se ha venido manejando,
porque el énfasis de esta Psicología a la estamos haciendo referencia está puesto en las
cualidades del ser como la elección, la creatividad, la valoración, la autorrealización,
opuestos a un pensar sobre las personas en términos mecanicistas, reduccionistas. Es
de interés traer a colación que este enfoque humanista es abierto a la Complejidad y
viene acompañado del criterio que incluye en su línea de pensamiento lo equiparable
con la neurociencia actual, señalando que el sistema cognitivo y el sistema límbico, no
son independientes uno del otro, sino que forman un supra sistema de orden superior
que integra la razón y el sentimiento, en todo caso, se le confiere un lugar predominante
a la intuición. En relación a esto, Pascal señaló: "el corazón tiene razones que la razón
no entiende" (Martínez, 1999), siendo también apoyado por Einstein (ob. cit) en la
siguiente expresión: "la única cosa realmente valiosa es la intuición".
Así también vemos emerger una psicología transpersonal de corte eminentemente
compleja que reconoce la dimensión espiritual y trascendente de la naturaleza humana
y de la existencia, abonando el terreno hacia una educación que ponga su mirada en la
comprensión del otro, que alude a lo transracional, transpersonal lo que permitirá al ser
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humano conectarse con su profunda interioridad, a saber escucharse así mismo, en
definitiva a empoderarse conscientemente de su libertad con conocimiento de causa,
con el consecuente trascender del ego, orientándose hacia un ¨nosotros¨ (Martos,
2017).
En atención a lo anterior aspiramos a que nuestro Sistema Educativo vaya hacia la
búsqueda de una Psicología compleja o del hombre complejo que otorgue
preponderancia al significado y valor en oposición al énfasis en la objetividad
metodológica a expensas de la significación, por lo que es apremiante seguir el camino
hacia una Ciencia de la Conducta que se torne abierta. Dado que el hombre
contemporáneo es incomprendido desde la Psicología y por tanto desde la educación,
por tratarse de un homo complexus donde habitan lo antagónico, lo racional e irracional,
esto lo hace ser diferente e inédito en muchos aspectos, por lo que necesitamos una
ciencia conductual con un criterio más amplio ya que desde la concepción tradicional
no se le da respuestas a ese ser humano que emerge en la actualidad.
Por lo tanto, reiteramos que para propiciar una educación desde y para la
comprensión debo comprender a la Psicología desde la complejidad, ya que hemos
venido concibiendo al otro desde un enfoque psicológico clásico que impide su
comprensión.
A fin de cuentas, al encaminarnos hacia una Psicología con este corte nos damos
cuenta de que uno de sus ejes principales es la convicción de que los hombres viven
subjetivamente, al percibir el mundo externo de acuerdo con su realidad personal,
traducida en sus necesidades, deseos, aspiraciones, valores y sentimientos, erigiéndose
en un enfoque de adentro hacia afuera. Rechazando en definitiva el punto de partida de
las Ciencias tradicionales que comienza con el presupuesto de la existencia de un
mundo objetivo externo del cual la persona es una parte.
Así pues, al abrazar el acto educativo una plataforma como la citada, la planificación
curricular deberá hacer énfasis en la fidelidad a lo humano, que no es otra cosa que la
atención a su realidad, al análisis, a la planificación con base a lo que vive y siente el
ser, tornándose así más humana, más sentida, más comprensiva.
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De lo antes expuesto se deriva que para la Educación debería constituir un aporte
sustancial este reflexionar de criterios, al hacerle frente al rompimiento de su postura
altamente racionalista lo que ayudaría a entender que "el hombre puede ser más sabio
que su intelecto" (Rogers, 2000 p.56). Favoreciendo de esta forma su alejamiento del
modelo educativo tradicional del que hace gala, dirigiéndose hacia un aprendizaje
interno, en oposición al supuesto que defiende el pensamiento que todo puede ser
enseñado.
Por lo anteriormente expresado es que estamos apostando, a una Psicología
Compleja, que emprenda un viaje hacia lo significativo que es pensar en un ser humano
multidimensional: psicológico, biológico, espiritual, social, racional e irracional,
tecnológico, mitológico porque no se puede hablar del ser humano si no se le considera
a partir de estas magnitudes donde el dejar correr la fantasía, permitir el paso a la
imaginación o al mito son realidades humanas imprescindibles (Morin, 2006). Así que,
el acercamiento a los saberes tendrá que promover todo lo que la persona lleva en su
naturaleza, como posibilidad de ser.
Transitando por otros horizontes, es innegable que se viven tiempos de
incomprensión, por eso se hace necesaria una Educación desde y para la comprensión,
requiriéndose para ello tomar en cuenta la complejidad, lo uno y lo múltiple del ser
humano.
Entonces: ¿Qué significa educar desde y para la comprensión? Educar para la
comprensión humana es justo la misión espiritual de la Educación, lo que garantiza la
solidaridad intelectual y moral de la humanidad (Morin, 2000). Esta comprensión de la
que se habla comporta un conocimiento de sujeto a sujeto, incluyendo necesariamente
un proceso de empatía, de otredad, identificación y de proyección, de carácter
intersubjetiva que requiere de apertura y generosidad. En tal sentido se afirma que: “La
legitimidad del otro no es negada aun en el desacuerdo” (Maturana, 2008).
Entendiéndose que hoy en día la incomprensión se expande en la vida cotidiana
suscitando calumnias, agresiones, homicidios psíquicos (deseos de muerte), por lo que
es menester que la educación ejerza un papel protagónico en aras de desarrollar tanto
la comprensión intelectual como la humana. Así la ética de la comprensión nos pide
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comprender la incomprensión, sabiendo que no se trata de excusar o acusar sino de
evitar la condena irremediable, perentoria (Morin, 2000).
Es relevante que la Educación avizore que la comprensión es la forma que tiene un
sujeto de conocer a otro sujeto, necesitándose que una educación desde y para la
comprensión parta de un discurso que enfatice en la agrupación, la conexión, la
comunicación de la empatía, la comunidad, la otredad y la comunión, en oposición, a
los discursos compartimentados, tecno-científicos que se extienden en la actualidad, no
viendo más que secciones, eliminando todo aquello que sea carne, vida, pasión, sentido,
humanidad (Morin, 2006).
Aunado a lo ya expresado se debe educar para sentir-pensar, lo que representa tomar
en cuenta al otro en la justicia y en la solidaridad, reconociendo que la emoción es la
base de la razón. Al mismo tiempo educar para sentir-pensar es hacerlo no sólo para
el desarrollo de las inteligencias y del pensamiento, sino para el primoramiento del
"corazón", para la evolución de la consciencia y el espíritu, educando sin reprimir, pues
“hemos sido reprimidos durante siglos en nombre de algo que el mundo moderno
denominó Ciencia” (Maturana, 1999 p.28).
A todas luces la postura que antecede nos conduce a lo que representa una Educación
fundamentada en la comprensión implicando que el amor es la piedra angular de ésta,
y de la convivencia humana. Atendiendo a estas consideraciones, el educar es un canto
de coraje, de amor hacia la realidad que no teme y que busca transformar con espíritu
comprometido y fraternal. Por ello, es diálogo, comunicación entre los hombres que no
se da en el vacío sino en situaciones concretas de orden social, económico y político,
siendo, un constante vivir experiencias mutuas entre el educador y el educando, quienes
en conflicto dan vida a la concientización (Ob cit).
Así, la enseñanza exige respeto a la autonomía del ser del educando, saber escuchar
y mostrar consideración a los saberes del mismo: "nadie es, si se prohíbe que otros
sean" (Freire, 2012 p.26). Mientras tanto, la Educación no puede ser una isla que cierre
sus puertas a la realidad social, económica y política. Ella está llamada a recoger las
expectativas, sentimientos, vivencias y problemas del pueblo, orientándose de esta
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forma a la comprensión .Derivándose de todo esto que “educar es llevar fuera de uno
mismo” (Cyrulnik, 2006 p.36).
En el marco de tales señalamientos, pensamos que el deber ser de la educación es
orientarse hacia la enseñanza de la comprensión, lo que se traduce en no reducir al ser
humano, sino abordarlo en toda su diversidad y complejidad, promoviendo la apertura
empática hacia los demás y la tolerancia hacia ideas y formas diferentes, mientras no
atenten a la dignidad. De acuerdo a esto, la Educación del futuro deberá centrarse en la
condición humana y en la comprensión, por haberse vuelto ésta crucial para las
personas, pues bien, si sabemos comprender antes de condenar estaremos en la vía de
la humanización de las relaciones humanas. Pero es necesario además, que la misma
favorezca la aptitud natural de la mente, así como la inteligencia espiritual e intelectual,
estimulando el empleo de éstas, por lo que se necesitará el libre ejercicio de la
curiosidad, que a menudo se ve afectada por la instrucción, cuando en realidad se
persigue estimularla (Morin, 2000).
Se trata entonces de un acto Humanista, en donde todas las facetas del proceso
enseñanza-aprendizaje enfatizan en la unidad y multiplicidad de cada ser humano, la
integración de los aspectos cognoscitivos con los afectivos, apertura empática y la
dignidad personal, ya que el gran problema de la modernidad es el comportamiento
egocéntrico exacerbado que anula e invisibiliza al otro que como una persona legítima
junto a nosotros configura el mundo social. Lo anterior subraya la importancia de una
Educación desde y para la comprensión, tan necesaria para nuestra nación, al resultar
irrefutable el hecho que en ella estamos enfrentando una situación coyuntural signada
por la polarización, el rechazo a las ideas diferentes, siendo esto la piedra angular de la
problemática imperante en el país. Por lo que consideramos que una educación desde
y para la comprensión requiere tomar en cuenta la complejidad, lo uno y lo múltiple
del ser humano porque desde el positivismo no se puede hablar de comprensión,
otredad, alteridad, empatía, esto se explica porque nuestros discursos pedagógicos y
psicológicos surgen del mismo, por ello es necesario trascender para poder
comprender, implicando que “desde la comprensión” me involucro como docente y
comprendo al otro, entre tanto, “para la comprensión”, la educación va más allá de los
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contenidos, por el contrario se prepara al ser humano para comprender a sus semejantes
y a sí mismo. Educar desde y para la comprensión alude al amor en términos de
Maturana, que lo define como “el reconocimiento del otro como un legítimo otro en la
convivencia” (Maturana, 2002 p.72)
Ahora bien, hay una necesidad de teorizar sobre ese ser humano que se configura en
la actualidad y de su educación desde la comprensión así como también sobre una
Psicología del Homo Complexus, porque la visión que aquí adoptamos parte del
supuesto de otorgarle importancia a la complejidad humana, tornándose imposible
reducir al hombre a una sola condición, de hecho, creemos en la infinitud de éste, de
tal forma que no es acabado, de ahí que se encuentra en un proceso constante de
metamorfosis lo que nos obliga a negar la apreciación fragmentada ,racionalista y
estática del mismo.
Por lo que resulta fundamental esa teorización al facilitar la entrada al hombre que
emerge, se trata de esa persona que tenemos hoy en nuestras aulas de clase, un sujeto
post moderno que se relaciona, percibe, valora, piensa, vive de manera distinta y tiene
una apreciación diferente de la realidad, un ser que ya no puede verse desde el principio
de reducción que restringe lo complejo a lo simple, que obedece a una lógica mecánica
y sin duda, resulta ser determinista, con lo que se suprime así lo humano de lo humano,
dicho de otra forma, sus pasiones, emociones y alegrías.
A partir de las percepciones sobre esta nueva persona, cabe mencionar que ella ya
no habita el reino de la racionalidad, que ha atrofiado su comprensión, su reflexión,
tratándose de una razón mutilada y mutilante. Ahora estamos frente a alguien que posee
un pensamiento que separa, junto con un pensamiento que distingue y que enlaza
estrechamente, configurando así las partes y el todo, viendo no sólo la presencia de las
partes en el todo sino la presencia del todo en las partes (Morín, 2000).
Como resultado de estas consideraciones, se explica que una Educación desde y para
la comprensión abrigue al homo complexus, porque desde el enfoque tradicional se
promueve una inteligencia parcelada, compartimentada, mecanicista, disyuntiva,
reduccionista, que no tiene lugar para lo complejo del mundo y del hombre, ni para la
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comprensión del otro, al romper, fragmentar, fraccionar los problemas, separando lo
que está unido y unidimensionalizando lo multidimensional.
En otro contexto, esta investigación nace porque existe una inquietud personal hacia
el otro, por la relación con el otro y por la forma de éste relacionarse, bajo esta
perspectiva, se da la necesidad de reconocerlo, aprender a vivir con la diferencia, con
el distinto, aceptando lo diferente a mí. Siendo, la legitimidad del otro y el respeto por
él o ella, dos modos de relaciones congruentes y complementarias que se implican
recíprocamente. Lo anterior solo puede hacerse realidad con un aditivo que lo fortalece,
el amor, porque para comprender sin juzgar se requiere una alta dosis del mismo, nos
enfermaríamos al vivir un modo de vida que lo niegue sistemáticamente, en efecto,
biológicamente hemos llegado a este estado porque él ha sido quien nos sostiene
(Maturana, 2000).
Al respecto, es admisible referir nuevamente lo benéfico de la empatía porque
ponerse en el lugar del otro es enriquecerse, pero supone un esfuerzo, ésto ha sido
sistemáticamente pasado por alto en educación, con lo que se ha desestimado una
actitud que conduce a descubrir otro continente mental, una nueva forma de pensar,
una nueva manera de ser hombre. Es una cuestión clave, se trata de una jugada a todo
o nada: o nos enriquecemos abriéndonos a su mundo o hacemos una teoría coherente y
lo descalificamos, lo excomulgamos, lo excluimos (Cyrulnik, 2006).
Según lo dicho, un mundo en el que no se comprendiera al otro, en el que lo
percibiéramos como enemigo, cerrándonos a él, es un mundo de horror. Es saludable
recordar que abrirse a sí mismo y abrirse al otro son efectivamente las dos caras de la
misma moneda (Morin, 2006). Por tanto es, necesario asirnos desde la educación a la
idea, que como seres humanos, pertenecemos a la única especie viviente capaz de
figurarse las representaciones de sus semejantes. Eso nos obliga a partir en busca de su
mundo mental, de sus teorías, de sus representaciones, y emociones. Estando
compelidos a no vivir en un solo mundo, porque de ser así nos convertiríamos en
dictadores (Cyrulnik, 2006).
Pudiéndose argüir adicionalmente que se trata de un proceso de proyección e
identificación. Me proyecto sobre otro y lo identifico conmigo, entonces solo de esta
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forma siento que yo soy tú, y en cierto modo el otro se abre porque deja de ser sometido
a la explicación, no colocándose en una posición defensiva. Cuando empatizo,
comprendo, siendo esto último la forma que tiene el sujeto de conocer a otro sujeto.
Sin esta clase de relaciones humanas no hay posibilidad alguna (Morin, 2006).
En otro orden de ideas se mencionará la relevancia de la investigación, comenzaré
diciendo que a través de ella nos permitiremos hacer un inciso en la tendencia moderna
que rodea a la Psicología y por ende a nuestra Educación, al considerar que existe otra
manera de apreciar el mundo que trasciende los parámetros objetivistas, lineales,
estáticos en pos de la emergencia de nuevas formas de relación psicológica, siendo una
apertura que bien se compagina con el pensamiento contemporáneo; mientras la
historia en un esquema clásico es vista bajo la relación sujeto-objeto, en este estudio el
hombre es participe de la misma, la vive, la crea y es a la par sujeto-objeto de esa
historia.
Es por esto, que creemos firmemente en una teoría psicológica que lleve el sello de
la post modernidad, de la complejidad del ser sabiendo que no hay nada concluido y si
todo un camino por recorrer, no obstante, vamos a abonar el terreno de la reflexión que
pudiera facilitarnos mirar con otros ojos al ser humano en su unicidad y multiplicidad,
pasando así a ser artífices de la comprensión en detrimento de su contraparte que en
cierta forma está representada por nuestra incapacidad para sumergirnos en la empatía,
influyendo tal actitud en nuestro mundo educativo.
En otra línea de pensamiento nos preguntamos por qué estamos preocupados por el
Homo Complexus, el hombre de hoy donde prevalece lo mítico, lo racional e irracional.
Evidentemente porque existe la necesidad de pensar a ese nuevo ser, ya que el Homo
Sapiens (hombre racional), ha entrado en crisis