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Ienn` .do e _ g alo ANO 1 &amaina, 15 ele bicienNbre áe 1904 . NUM22 PAPA EL HERALDO DEL ISTMO El yankee aventurero, con su potente mano, Rompiendo la cintura del mundo americano, Con agua de dos mares, formará glauca boa, Siguiendo las pisadas de Núñez de Balboa, Se juntarán en broche, de engranaje magnífico, El mónstruo del Atlántico y el mónstruo del Pacífico, Y confluyendo al Istmo, cosmopolitas naves, Como á soberbio faro las deslumbradas aves, Harán, en ese imperio de ricos elementos, Con agujas de estelas, gran Rosa de los Vientos, Se cruzarán, llevados por rápidos veleros Del Africa los oros, de España los aceros, Los linos de Alemania ylaspieles de Australia/ El verde té de China yel Lacríma deltaliaj Los bíbelots de Francia, de Persia los paisajes, Marfiles de la India, de Holanda los encales, Cristales de Bohemia, de Cachemira lanas Y frutas de la Europa con frutas africanas, Y en vez de proyectiles, abanicos y mieses Cambiarán, con cariño, rusos y japoneses, Que en esa nueva Meca, eje de las naciones, Henchidos por ideales de amor los corazones, Acaso se realice el sueño extraordinario Que hizo correr la sangre del Mártir del Calvario. Del mundo las banderas, flotando vaporosas, Cual polícromo enjambre de alegres mariposas Ya no sobre el navío de torre amenazante Sino en el yat de lujo ó en el vapor mercante Irán en la corola de esa flor soberana, A libar la miel santa de la concordia humana, 911 . Boto :naif,

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Ienn`.do e _g aloANO 1 .°

&amaina, 15 ele bicienNbre áe 1904 .

NUM22

PAPA EL HERALDO DEL ISTMO

El yankee aventurero, con su potente mano,Rompiendo la cintura del mundo americano,

Con agua de dos mares, formará glauca boa,Siguiendo las pisadas de Núñez de Balboa,Se juntarán en broche, de engranaje magnífico,

El mónstruo del Atlántico y el mónstruo del Pacífico,Y confluyendo al Istmo, cosmopolitas naves,Como á soberbio faro las deslumbradas aves,Harán, en ese imperio de ricos elementos,Con agujas de estelas, gran Rosa de los Vientos,

Se cruzarán, llevados por rápidos velerosDel Africa los oros, de España los aceros,

Los linos de Alemania ylaspieles de Australia/El verde té de China yel Lacríma deltaliajLos bíbelots de Francia, de Persia los paisajes,Marfiles de la India, de Holanda los encales,Cristales de Bohemia, de Cachemira lanasY frutas de la Europa con frutas africanas,Y en vez de proyectiles, abanicos y miesesCambiarán, con cariño, rusos y japoneses,

Que en esa nueva Meca, eje de las naciones,Henchidos por ideales de amor los corazones,Acaso se realice el sueño extraordinario

Que hizo correr la sangre del Mártir del Calvario.

Del mundo las banderas, flotando vaporosas,Cual polícromo enjambre de alegres mariposasYa no sobre el navío de torre amenazanteSino en el yat de lujo ó en el vapor mercanteIrán en la corola de esa flor soberana,A libar la miel santa de la concordia humana,

911 . Boto :naif,

EL HERALDO DEL ISTMO

o

El Heraldo del Istmo— Director - Propietario: GUILLERMO ANDREVE

PANAMA, 15 Dei D1mKMHRE na 1904.

Emilio ZolaUE Zola e] ariete más formidable de

1

su época . Cada uno de sus macizosvolúmenes era una mole monstruosaque rodaba desde la montaña hasta el

valle difundiendo la confusión entre los malos.Cada página suya . abría en la tradición grandesgrietas por donde se filtraba después el bálsamo dela . regeneración anunciada . Tenía su prosa refle-jos de sable corvo que lo mismo sirve para el com-bate que para la labor benéfica de los campos . Yresonaba su voz con tan augusta serenidad sobrelas tierras, que parecía brotar de la garganta de unser extraño á nuestra vida.

Los Itougon--rMacquart son el requisitorio másimplacable y más severo contra la sociedad co-rrompida y venal que preparó la derrota do 1870.Todas esas páginas que algunos han tachado deinmorales, porque presentan, con la. cruda since-ridad de un hombre honrado, el cuadro lastimosode las últimas palpitaciones de un régimen, encie-rran una lección moral decisi oí quo todos acaba-rán por comprender . No se complace Zola en ex-hibir las llagas y las podredumbres de un universoen descomposición con el fin de solazarse al remo-verlas y especular con la avidez malsana de cier-tos lectores, sino con el propósito preconcebido ycalculado de provocar rui estremecimiento de ho-rror y curar de ellas á los hombres mostrando lahorrorosa . profundidad. de esos abismos. Las másbruscasescenas, los capítulos más rudos, tienensiempre como epílogo ó moral de la romancescafábula ama enseñanza inapreciable para el que vépor encima de los detalles anecdóticos el encade-namiento y el origen de las cosas, la fuente delramal y el cauce del remedio . Solo batiendo pruebade un empecinamiento inexplicable, se puede sos-tener después de haber releído los más osados vo-lúmenes del enorme poema, que Emilio Zola fuéun escritor inmoral . Por sobro las torpezas y loscrímenes de los degenerados y los enfermos quesu pluma ciclópea hace brotar del tronco do unafamilia, en la autopsia de una época y de una so-ciedad, flota un soplo tan poderoso de altruismo,de justicia, de verdad, de transformación deseada,que parece quo junto al cieno de la realidad pre-sente, se alza la realidad futura que el novelista,construye en su deseo.

Y ese propósito se afirma, se robustece y esta-lla en las grandes obras posteriores que como"Las tres ciudades" ó "Los cuatro evangelios" seacercan más al presente ó avanzan más hacia elporvenir, De la cloaca, de los Rougon, que sinte-tizan la bajeza y el oprobio de una colectividad en-ferma . comienza á surgir con los Froment la semi-lla de la transformación que debe convertir el pan-tano en un jardín lleno de llores . De la. abyec-

ción presente sale la flecha luminosa hacia el por-venir. En Lourdes, en Roma, en París, fermen-tan el deseo y la ansiedad de una reforma vastaque ponga un poco más de azul en la vida . Y elhosco pintor de humanas podredumbres, el dan-tesco evocador de L'Assommoir y de La Ten-e, estambién el alegre y sano constructor do las ciudades ideales de mañana que en Pécondité y en Tea-rail levantan hasta las nubes sis delicados mina-retes de ensueño . Después de haber hurgado en laespantosa realidad de lo quo nos rodea, sus ojosse vuelven hacia el punto del horizonte por dondedebe salir el sol . Y sus páginas son explosiones de,justicia, de mansedumbre, de sano amor . Desdelos altos andamios de sus capítulos, nos sonríe lacara gozosa del constructor, reconciliado con lavida en el porvenir. Y su prosa es corno un repi-queteo de campanas de usina nueva donde so can-tan las glorias del trabajo redentor, y el encantode la buena felicidad, en noble comunión con lanaturaleza.

¿Cuál es el fondo filosófico de la obra de Zola?¿Es pesimista? De ningún modo . Todo habla ensus libros de fuerza y de esperanza . Para conven-cerse, basta esta frase en que el genial novelistacondensa su pensamiento : "La felicidad no estáen la mentira y en la, ignorancia . Está fuera dela ilusión, del ensueño vacío que enerva , y desespe-ra. La felicidad está en la aceptación valiente dela vida, quo merece ser vivida por ella misma, yque debemos creer buena, á pesar de todo. Está enla satisfacción del deber cumplido, en el trabajobienhechor supremo que todo lo crea, que da la sa-lud, que ordena y pacifica el universo, que es elgran consolador. ¡Qué importan las miserias ylas abominaciones! " Zola ha sido el poeta épicodel esfuerzo, de la labor tenaz, de la sana y vivifi-cante acción. Y en estos tiempos de cobardía uni-veraa] y de universal mentira, en quo cada enal seencierra en su egoísmo y se aísla en su cueva pararellenarse el corazón con páginas de Nietzsche, . esmás adnr hable y más asombrosa aún la figura deeso atleta que pasa sembrando altruismo por el de-sierto arenoso de la vida.

Y no es que el apóstol ahogara en él al escri-tor . -Su prosa matizada y audaz, llena de mediastintas y de ímpetus vigorosos, llena de descripcio-nes deslumbrantes y de atrevidas síntesis, es unrío caudaloso donde se refleja el cielo . - Todas susverdades nos las da envueltas en bellezas . Nadieha manipulado corno él las situaciones y los hechoslos personajes y las cosas, creando familias, dramas y catástrofes, levantando tornes de ensueño,removiendo lo que existe, adivinando lo que puedeexistir. , y dando vida á todo como Jove con el con-tacto de su mano. En párrafos de una potencia inverosímil, que son bloques do mármol cubiertos derusas, ha. analizado y ha expuesto el espíritu fun-damental de dos épocas . En los Rougon--Maequar7el espanto del mundo en que vivimos, en los "Cua-tro Evangelios" la religión del porvenir, la espe-ranza de regeneración . Y su gigantesca encielo-pedia donde bulle todo la humanidad y todo el universo, quedará en la historia como un documentogenial y probo que mostrará á las generacionesvenideras lo quo ha sido nuestra época do crasi-ción .

El estilo de Zola, á. pesar de sus crudezas,

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EL HERALDO DEL ISTMO

á pesar de sus audacias de detalle, es unmaravilloso kaloidoscopio por donde pasantodas las actitudes y todos los matices de la vi-da, sin destruirla suprema unidad poética del li-bro. Porque el autor de las epopeyas célebres quehan sido traducidas á todas las lenguas, era, aúnen medios de sus más crudos arrebatos realistas,un poeta romántico enamorado de las nubes, unalma do niño sensible junto á un cerebro de forjador de humanidades . Sin adjetivos y sin galas su-perfluas, con el gesto solemne de un dios, aborda-ba los capítulos más enrevesados de su complica-da tesis, y de su pluma brotan las palabras y lospensamientos con una claridad de manartial . Na-da más donoso que sus ágiles y conceptuosos pá-rrafos tjue saltan como cabras ante los ojos dellector, a pesar del peso de ideas que llevan en losflancos . Y nada más grandioso que los horizontesque evocan en el espíritu esos capítulos babilónicosy tormentosos que juntan al acre olor de la vida yá la áspera realidad de las cosas, no sé que pena-cho quimérico de caballeros andantes del ideal

La obra del sólido constructor que acaba demorir quedará en los tiempos como una grandiosasíntesis de la vida contemporánea. Los años leañadirán prestigio. Las nuevas generaciones iráná beber en ella enseñanza y vigor para las luchaspróximas, Y el clarovidente espíritu de Zola seráun guía seguro para todos los navegantes.

Junto al escritor, se alza el ciudadano . No esposible olvidar ta actitud del héroe del asuntoDreyfus. Cuando toda la coalición de las fuerzasdel pasado se ensañaba contra una víctima . cuan-do el rigor de los pr ejuicios y las snperticionescala de lleno sobre la cabeza de uu inocente quegemía en una lejana cárcel purgando un crimenryue no había competido, Zola fué el osado y mages-tueso Quijote que se abrió paso entro la jauría, interpeló á los verdugos, fulminó á los déspotas •v cu-brió con su cuerpo el cuerpo del acusado. Su si-lueta inmensa dominó el entrevero del formidabledebate que agitó tantas pasiones y retuvo la aten-ción del mundo . . Pero ¿para qué recordar lo quenadie ha olvidado lo que, está presente y vibranteaún en la memoria do todos? El proceso Dreyfus,la batalla pavorosa. á que dió lugar una imperdo-nable injusticia inicial mal reparada después poruna ley de perdón que nada resuelve, no ha termi-nado aún, á pesar de cuanto afirmen los concilia-dores de política . Todo el limo que removió Zolacon su poderoso remo, no ha sido sacado del estan-que, y el agua no volverá á ser- clara mientrasduerma esa podredumbre en el fondo.

Cuando la razón se abra definitivamente pasoy se reanude la inevitable lucha por la verdad, lafigura del gran ciudadano se alzará en todas lasconciencias . Porque ese ejemplo es inolvidablePocos hombres cubiertos como él de gloria, de riquena y de consideración se resuelven á sacrifica?lo todo en aras de una verdad, de una justicia, doun derecho que el egoísmo reinante y la indiferen-cia ambiente consideran casi corno palabras . Esanobleza de carácter, esa honradez fundamentalque le hizo subordinar su felicidad al bien ajeno.es el rasgo que mejor pinta á ese guerrero de lasletras . cuya vida fué un combate incesante contrala mediocridad, la costumbre y el error .

Los diarios antisemitas y patrioteros han arro-jallo ahora sobre su cadáver un aluvión deinju-mas . Uno dice "que ha sido necesaria la muertepara recordar al público ese nombre de Zola quose hundía todos los días un poco más en las tinie-blas del olvido" . !Otro . añade quo : "parece queZola se dió cuenta al fin del error que inspiraba átodo el que tenía un-corazón francés . Poco á pocoso retiró (le la batalla, y el público, que se alejó (leél, no leía las elucubraciones fastidiosas, preten-ciosas 6 interminables qpm publicaba, bajo el títulode novelas".

Y otro corrobora qu , "debemos esperar quelos odios que suscitó desaparecerán con él y que la.tumba encerrará para siempre el cuerpo de Zola ylos últimos vestigios del asunto Dreyfus : será elprimer servicio que habrá prestado á su país".; Pequeñas miserias humanas! Siempre encuen-tran los grandes hombres la principal resistenciaen su propia nación. Parece que la tierra en quenacieron, lejos de agradecer la gloria que ese hijole procura, rechaza el valioso presento y so ensartacontra el triunfador.

Pero si cierta categoría do franceses, una mi-noria apasionada, niega á Emilio Zata su pedestal ysus méritos, el conjunto del país y el mundo todosaludan en él al gratin pensador que comparto conHugo el imperio del siglo . Y ante ese cadáver glo-rioso que atravesará mañana las callos de París en-tre el respeto y las lágrimas de millares de parti-darios y de amigos, el universo se descubre, por-que Zola fué el grito del porvenir, la primer clari-dad del alba de fraternidad social y de justicia.

MANT;»I. UGARTE

Flor de CerezaESENCIA ORIENTAL

de Aristides Coll

FLOR DE CEREZA sonríe y, echadaindolentemente sobre nn cojan juntoá la puerta que da, á la callo más fre-cuentada de Nag as ski, medita . Y' tan

profunda es su mcel itación que no ha dedicadouna sola de las dulces miradas de sus ojillos dealmendra á los primorosos jarrones de porcelana.que parecen contemplarla por las pupilas saltonasdo los monstruos en ellos esculpidos, ni enviadouna de las sonrisas de sus labios pálidos á las es-cenas do amor pintorreadas en las delgadas pa-redes de tela que dan á la estancia ese deliciosoaspecto de casa de muñecas que ella tanto e ma.

La japonesa semeja una chiquilla ; pero hacetiempo que no lo es, desde que dejaron de llamar-la Plor de Jazmín . Su cuerpecrllo de sílfide yasabe danzar de manera que daría envidia á lamusmé más famosa, y ya sus manos, parecidas áun manojo de azucenas marchitas, saben com-binar los negros y abundantes bucles, lustrosos áfuerza de barniz, en peinado artístico que mara-villa á sus amigos . Ella sabe muchas cosas : sabede una guerra . grande, muy grande, con un paísdel lejano occidente que se llama Rusia ; sabe que

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está en la edad de casarse, y, al pensar en eso,sonríe,' con una sonrisa indolente que dejar versus dientes, como granitos de arroz asomadosentre dos pétalos de rosa.

Y si le tocara por marido uno de aquellos her-mosos hombres rubios, que andan por las callessiempre á prisa y como dueños. Flor de Cerezase ha puesto seria bruscamente, porque, á decirverdad, no le agrada aquella gente del oeste, cuyascostumbres ni entiende ni ama. No trocaría ellasus deslumbrantes kimonos azules y verdes porlos trajes blancos de las europeas, tan desairadasbajo sus sombreritos de paja Solo risa le causatodo aquello ; no le gusta nada occidental . Ah! ni,una vez vió algo europeo que le gustó . Fué unapieza teatral—demasiado corta por .cierto—unapieza en la cual una doncelle, Flor Blanca, muere,

Lacree que su amante la ha abandonado.

Era muy triste aquello, pero. para qué recordareso ahora, si ella tiene otras cosas en que pensar ?

Si en la guerra muriera Hermoso Joven! Siél muriera, él que ha ofrecido tomarla por esposaá su regreso! Y nada más que de pensar en queél puede morir allá, en aquella tierra pantanosaque describen los periódicos, Flor de Cereza haceun gesto de fastidio. La guerra ! Por qué exis-tirá la guerra, si es tan agradable vivir en loscampos vendes, ó en los montes azules 1 Y vuelvoá pensar cariñosamente en su amado, y trae á lamemoria su primer encuentro en la calle, cuandoella ¡ pobre Flor de Jazmín que cambió de color !bajó la cabeza avergonzada, mientras él la mirabaardientemente, de un 'modo que daba placer.Aquel día, á la caída de la tarde, hubo también unterremoto ¡ . Qué horrible terremoto I Y ellaolvida á Hermoso Joven para preguntarse por quéla tierra temblará, causando desolación y muerteen las bellas islas de Nippóu.

Flor de Cereza vuelve á . sonreir plácidamente,y medio se incorpora, creyendo haber oido sonarlas campanillas del vendedor periódicos, pero no,son los carros eléctricos que pasan.

Ella quisiera ahora pensar ; pero no puede.Algo hay que distrae su atención. La brisa haagitado una de las cortinas, y parécele distinguiren el fondo de la estancia las siluetas extrañas delas plantas del jardín que la llaman á descansarbajo su sombra. Por un mómento resiste la ten-tación ; pero las cortinas vuelven á alzarse, lasramas repiten sus señales cada vez más claras, yligerilla corno un silfo, Flor de Cereza cruza elaposento arrastrando las chinelas, y va á recos-tarse bajo el árbol de magnolias, cubierto deñores y oloroso como un fraseo de esencia.

Flor de Cereza despierta asustada . Ha creídooir su nombre. Ya no hay duda ; la muy hono-rable señora Ensueño Divino lo grita desde la es-calera que lleva al jardín. La durmiente, yacompletamente despabilada, se levanta y corre,arrastrando sus chinelas que, al pisar la arena,suenan como carcajadas de vieja ; corre y, alllegar á presencia de su madre, hace con graciade cervatillo sus más finas reverencias y vierte,como una sarta de cerezas, la larga serie de cum-plimientos que sabe de memoria y goza tanto enrepetir: "Hermana de la luna, , dulce señora,corazón do ángel, recreo de mis ojos, perdona que

antes no acudiera á tu grato llamamiento ; peroestaba durmiendo ."

Ensueño Divino aprueba bondadosamenteDormir á la sombra, en el aire libre da buen colorá las mejillas de las jovenzuelas, y las jovenzuelas,sabido es, necesitan colores bonitos . Luego ex-plica el objeto de su llamada . Sada Yakoumé, elbanquero poderoso que ha suscrito nadie sabecuantos millares de yens al empréstito nacional,ha hecho á Flor de Cereza el honor de fijarse onella, y, sin parar mientes en el precio excesivo de-mandado por el padre, la ha comprado para quesea su duodécima Mataské.

Flor de Cereza siente como un golpe terribleen el cerebro que la impide pensar, y una tre .menda punzada allí donde dicen que está el cora-zón. Adiós al castillo azul de sus ilusiones, adiósal sueña de felicidad que imaginara disfrutar conHermoso Joven bajo las plantas extrañas y di-vinas! Ahora las paredes pintarrajeadas de unacasa lujosa la esperan ; allí las caricias asquerosasde aquel Yakourné, viejo y feo, y luego agonizarcomo una triste florecilla de cereza que la baba deun gusano ha marchitado.

Su madre, que nada ha advertido, aléjase yla chiquilla sola queda y ! por fin! puede pensar,Y recuerda la profecía que cierta tarde leyérouleen las flores del loto azul . Su amante no será paraella, sino para otra más blanca y más amada delos dioses .—Qué dirá ahora Hermosa Joven? Bien,bien hizo, aquella Flor Blanca en morir cuandosu amante no fué mas para ella.

Flor de Cereza desea también morir y con-templa los arbolillos de hojas enanas y brilla ates ;no son muy altos, verdad es, pero bastarán á sos-tener el leve cuerpecito do la sílfide . Luego mirael ceñidor azul ; debe ser delicioso morir halanceándos de un magnolio . Ahorcada, oh . no !Uno debe ponerse feo después de muerto, feo comoel ahogado que una vez sacaron del canal ama-rillo. No. ahorcada, no, Flor de Cereza siempreha soñado morir como un pajarillo, exhalando elúltimo suspiro en un cántico, morir en una muertedulce como una golosina y sonriendo á todos.

Y, por otra parte, ella no puede matarse.Qué diría su familia que la ha mimado tanto ; queha recreado su vida, dándole á cada instantevistosos kimonos nuevos . y peines de concha y ladeja pasar horas enteras, recostada á la sombrade los jazmines, pensando en Hermoso Joven !Ella no puede perjudicarlos, haciéndoles perderlas bolsas de yens que Yakoumé va á pagar espléndidamen te.

No, no puede morir ; tiene que vivir y cunrplir su destino de flor . Y suspirando va á sucámara, entreabre el arcón de madera laqueadaque guarda sus trajes, y, después de buscar cuida-dosamente, saca por fin el kimono verde congrandes flores doradas que le regalaron poco ha.

Flor de Cereza va á estar muy bonita aquellanoche y mientras desprende sus caballos, negroscomo una tristeza, sonríe .

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EL HERALDO DEL ISTMO

Conyugal!Ven, compañera de mi dulce vida,

Ven y reclina en mi hombro tu cabeza,Que al celebrar la dicha conseguidaMi alma se extasía en tu belleza.

x

Cuántas horas de dicha y de venturaMe dió tu amor con cariñoso anhelo!Con los rayos de luz de tu ternuraAlumbraste las noches de mi cielo!

Ven, que tu linda cabellera de oroCon sus lampos de sol envuelva mi hombro;Y embriágame de amor con el tesoroDe esta dicha inmortal do que me asombro!

Te di mi corazón, te dí mi almaY en cambio tu alma me entregaste entera ;Y hoy alcanzamos la apacible calmaQue da el amor y la amistad sincera

Ven, compañera de mi dulce vida,Ven y reclina en mi hombro tu cabeza :Mi amor, siempre constante, nunca olvidaQue jamás se marchita tu belleza.

Solo quisiera que mí buena suerteDe ese amor en el último embelesoMe permitiera que al llegar la muerteMi postrimer suspiro fuera un beso.

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. Y Daudet?—?Y Daudet?— me preguntó el capitán Flam-

beur.--¡Daudet ! -contesté sorprendido, ¿Qué Daudet ?¡Quién ha de ser! Daudet, el autor, Alfonso

Daudet.—Pero, iá cuento de pié me habláis ue

Daudet?—Para saber si está un poco ménos derrotado.—¿Derrotado, ¿Daudet?Pero súbitamente me asaltó el recuerdo.—¡Sí, hombre, sí, Daudet! Ya está mejor de

ropa y de intereses.—Me alegro¡ Me alegro! ¡Pobre perillán!Para la claridad de este relato, es preciso,

—como diría Ohnet,—volver la vista unos cuantosaños atrás.

El tío Flambeur, paisano mío, antiguo capi-tán, el mejor hombre del mundo, divertido y gra-cioso, desembarcó un día en París para ver la Ex-posición de 1889.

La fecha del viaje me evita decir su objeto.En cuanto sacudió el polvo del camino se fué

á verme al caté del "Gato Negro" donde tenía mltertulia, y, abrazándome, me instituyó en sucicerone.

Acepté la comisión con regocijo, porque el ca-pitán Flambeur era un alegre derrochador, quesabía gastar con los amigos el (linero que traíadel pueblo.

El viejo y simpático lobo marino tenía unamanía extraña : conocer á los grandes hombres, álas celebridades.

Le proporcioné cuantas amistades quiso.En realidad de verdad, los grandes hombres

que yo le presentaba no eran completamente au-ténticos . Pero los camaradas se prestaban debuen grado á la inocente superchería, lo que lesvalía suculentas cenas y abundantes bocks decerveza

—ild querido Zola, me permiteréis que os prolente á uno de mis mejores amigos, el capitánFlambeur.

—Celebro el conocimiento,Al cabo de un rato:---Ahí viene Bourget .

Pscht l . . . . ¿Cómová! . . . . Mr. Paul Bourget

. El capitán 13'lambeur.—Tengo el honor de saludarle.

EL HERALDO DEL ISTMO

Emilio Zola, según creo recordar, lo hacía miamigo Jorge Moynet, con el que tenía un vagoparecido.

En cuanto á Bourget, su pálida fisonomía erarepresentada por un pintor holandés, cuyo nom-bre he olvidado. Jamás se le vió sereno en dos ótres años quo estuvo en París.

Y así sucesivamente.Lo malo era que el capitán Flámbeur . terrible

fisonom ista, me ponía á lo mejor en los más grandes apuros .

---Mira, mira, ahí entra Pasteur . . . Eh! señor

Pasteur, venid á tomar un vermouth con nosotros.Por lo común, Pasteur aceptaba sin hacerse

de rogar.Perdonadme, Zola! Perdonadme, Bourget!

¡ Perdonadme, Pasteur! Y perdonadme to-dos vosotros, literatos, poetas, pintores, sabios,miembros del Instituto!

Un día al amanecer . . ..No sé si era que habíamos madrugado ó que

tadavía no nos habíamos acostado . i Cruel enigma !Un día al amanecer, paseábamos por la plaza

Clichy, en la que se levantaba la estatua deMoncey.

El pedestal de esta estatua tiene á todo su al-rededor un banco circular de granito sobre el quelos 'vagabundos duermen á pierna suelta.

Uno de esos, el que tema el traje más remen-dado y hecho girones, roncaba.

El sombrero se le había caído, yendo á rodará larga distancia . Un sombrero que había sido demoda, pero que estaba cubierto de polvo y de gra-sa, que no se podía coger sin mancharse.

En el fondo del sombrero lucían dos iniciales:D.—Mirad, capitán Flambeur, fijaos en ese hom-

bre que ronca ahí.—¿Quién es?---Pasmaos

.I Alfonso Daudet!— ; El! . . .i El autor de ' Tartarin de Tarascan"!

El mismo!'h! Si, si es verdad . El sombrero tiene

sus iniciales . ¡ Pobre hombre, tan derrotado . Pe-ro decidme, ¿Daudet no gana mucho dinero?

—Si que lo gana, pero desgraciadamente es unhombre que se emborracha.

—Muy triste es ver á un hombre de tanto mé-rito entregado á la bebida.

—Sí, si, muy triste . Pero, para mí, uu hom-bre que "bebe" es un temperamento.

-- Decidme, ¿queréis que le despertemos y leconvidaremos á almorzar?

Oh! no! Daudet es desgraciado, pero muyor gulloso.

Entonces, muy discretamente, el buen Flam-beur sacó de su portamonedas cinco piezas de .ácinco céntimos y se las deslizó en el bolsillo al famoco autor de "Sapho".

Yo había olvidado semejante historia, que mela ha hecho recordar el capitán Flambeur al pre-guntarme al otro día;

--¿Y Daudet?

ALPHONSE ALLAIS

Nuestras Almas_Ven y escucha

Ven y escucha de las olas en la playa,Ese ruido misterioso;

'tse ruido plañidero, cual de almas que se agitan,Cual de almas que se mueven,

Son los ayes,Son los ayes de mi pecho,De mi pecho que se queja;Porque siente tus desdenes,Tus desdenes de aquel tiempo,En que tierno y amorosoTo entregaba los afectosCariñosos, tiernos, puros,De mi alma que te quiero.

Oh! Las almas que se adoran!Oh! Las alunas que se juntanY que forman una, sola!

Ven oh! virgen candor osa de sedosas crenchas(negras)

Ven oh! vírgen ;yo te llamoY te brindo de mi lira

Los arpegios, que se lanzan gemebundos al espacio. ..Gemebundos, cual les ayes de mi alma adolorida,

Ven amante.Ven amante, que en mis noches,

En mis noches solitarias, yo te espero;Ven, y entonces nuestras almas,

Nuestras almas enlazadasY adormidas,

En un vuelo repentinoDe divinas sugestiones

Irán lejos . ..Irán lejos . . ..

Y en arrullos infinitos se despiertenEn el Cielo

Oh! Las almas que así unidas se remontan hasta(el Cielo!)

O,! Las almas soñadoras, tremulantes, blancas,(bellas!)

rsnuo VIDAL

EL HERALDO DEL ISTMO

8

Al Azar se consignó también en él por idéntico modo lapromesa de las necesarias reparaciones .'..

A Manís 0-aacía T+

ROXIMO á ausentarse y á sellar con san-gro sus convicciones por la santa causame quitó un libro . No ; le dije . Mas bienso lo regalo. Saqué ini lápiz y escribí como

pude teniendo él el libro en las manos ;" Próximo á ausentarse y á sellar con san-

gre sus convicciones por la santa causa, de-dico esta obra que acabo de comprar á uno demis mejores amigos ."

El viaje fue resolución de un instante.Así son todas las cosas de él . .Nunca admito es-pera . Aprovechar minutos, según lo tiene averi-guado, es ganar el porvenir.

Importaba difundir la noticia, preparar loscorazones, exagerar los hechos, entusiasmar, fa-cilitar por buenas ó malas artes el arribo de lainvasión . Sostenía que de todos modos debíahacerse crecer en proporciones no vistas la revo-lución. Decía que esa revolución se hacía contraregimen quo no tenía en el país apoyo prestigiosoy que se impuso por muchos años con las medidasde fuerza y haciendo de la tesorería un mercadoescandaloso . Yo creo que tenía razón.

Y tomó el libro . Y leyó la dedicatoria. Yme llamó canalla, y nos dijimos adios.

+

Desembarcó . Estuvo en ose, en aquel y en elotro lugar . Pasó por varios pueblos, habló contodos los amigos, conferenció con los jefes y sedetuvo en el lugar que señalara como términotransitorio de su jornada.

En todas partes prendió la chispa ; en todaspartes intrigó hablo de intriga fecunda—en todaspartes animó y convenció.

Vino al mundo predestinado para el apostolado,para enseñar con el ejemplo ; para la lucha he-roica y sin tregua : para el martirio ó para la glo-rificacion .

+

Las esperadas fuerzas invadieron el territorio.Los ciudadanos las recibieron alborozados.

Sonó el clarín guerrero y repercutieron susecos portodos los ámbitos . Todos los hombros seirguieron y decidieron hacerse guerreros.

En el confín lejano vislumbrábanse destellosde nuevas auroras . Era el fulgor de las armasde la "causa muerta ." Eran las irradiaciones dela hoguera latente que estalló al fin con magnitudde general incendio y en cuyas llamas debía con-sumirse toda esperanza y toda gloria . ..

Se apagó de la propia manera que se apaganlas grandes conflagraciones, por sustracción decombustible 'ó por agotamiento de materia.

Se afagó por acuerdo de ambas partes y envirtud de convenio que no tuvo de solemne sinolas formas de su celebración y las burladas claúsu-las de honor convenidas.

En términos que no consienten dudas constaen el histórico acuerdo la justicia de la rebelión, y

En las jornadas gloriosas de esa guerra. que,aún extinguida, el espíritu contempla con asom-bro, mi amigo conquistó laureles inmarcesibles

Son ellos testimonios de la constancia de quedio ejemplo, de la laboriosidad que puso en juego,del valor que muestran honrosas heridas.

Ha quedado inválido después de haber reñidotenazmente con . la Muerto Desdeño esta novialúgubre.

A poco do su resurrección se dejó atar con ca-dena de flores . Para algo fue soldado.

El ángel :que veló á su cabecera con exquisitaternura y á cuyas fórmulas inexplicables debe lavida, es hoy la encantadora esposa, la vigilante ysolícita compañera.

Con allá hace el camino. Lo encuentra singuijarros porque ella los aparta con amorosa soli-citud.

Somos amigos porque nos conocimos paraserlo . Conmigo á solas se abre como rosa en lamañana . Me cuenta sus intimidades como aquellaregala espontáneamente sus perfumes

Todos los días son iguales, une ha dicho enocasiones varias, porque el sol nace por la mañana,muestra su faz luminosa ó 'nó -la muestra y re-dina en la tarde-en lecho purpurino de arreboles.Pero no es lo mismo el día para el soltero que per-manece en medio de oscuridades morales y aban-donado en brazos del desorden, que para el mortalá quién Himeneo le ha dado en lu.s ojos do laamada dos estrellas que brillan sin eclipse en elcielo del hogar.

Todas las noches se parecen . La noche es Incapa teñida de negruras que cubre el horizonte aldespedirse el sol . Mas no es lo mismo la noche del 'malvado que la del justo, y no ea lo mismo la dellibertino, de vida sin compresas, que la del hom-bre retenido al calor vivificante del afecto deli-cado de la mujer querida . Aquél se ahoga en elseno de los placeres que incendian. Este reclina enla dulzuras que prodigan consuelos y que la vidainoculan.

Las mañanasson espléndidas en la naturaleza.No significan lo mismo para todos los seres. Estriste el despertar del hombre crapuloso y estriste el despertar del hombre que se agota al ladode Mesalinas ó Lucrecias. ' Cuán diferente elamanecer del hombre honrado, del hombre sobrio,del hombre de familia 1 La aurora Lene verda-deras claridades para éste, no le sorprende ator-mentado por el remordimiento ; las mañanas, ver-daderas frescuras, verdaderos deleites . .Ei elósculo honesto de la esposa lee promesas de dichasinacabadas.

Y siempre ha concluído diciéndome que loúnico que le duele es no haberse casado antes yno haber tenido ni siquiera el presentimiento de laabundante mina que atesora el matrimonio en susentrañas proliferas

H . PATIÑO.

Agosto 8 de 1904

EL HERALDO DEL ISTMO

1'lr . Joseph LeeCon sumo placer y como un reconocimiento de

los méritos que adornan al caballeroso amigo pu-blieamose n esta página el retrato del HenerableSeñor Don Joseph Lee, Secretario de la LegaciónA n .erieana ante nuestro Gobierno, quien en el cortotiempo que tiene de residir en esta capital ha sabi-do captarse las si rnpatías y amistad de todos losistmeños.

Vea el amigo ilustrado y bueno en estas líneasel aplauso sim•e -o que al inteligente diplomático leprodiga EL HERALDO DE[. ISTMO.

El huevo coloradoras= 1anato1e Fxance

TRADUCIDO OEL ALEMAN POR EL DOCTOR. M, OASTEAZORO

LE MANSEL, mi compañero de escue-la en el gimnasio de Avranches era diferente de todos sus camaradas. Pa-recia ser más joven y al mismo tiempo

más viejo de lo que era en realidad .

Peque-ño y raquítico, y con todos sus quirce años, teníamiedo á todo aquello á que los niños suelen temer.La oscuridad le causaba horror y pánico . No po-día ver al criado de la escuela que tenía un grantumor en la cabeza, sin deshacerse en lágrimas.Cuando se le observaba con cuidado, tenía unaque otra vez casi aspecto de viejo . Su tez mar-chita formaba arrugas en la frente orlada de esca-sos y mal nutridos cabellos . Su frente era relum-brosa, como la de un hombre gastado . Sus ojoscarecían de expresión á tal grado, que á veces pa-recía ciego. Solamente la boca daba vida á su ca-ra : sus labios movibles revelaban á un tiempo pla-ceres infantiles y dolores secretos . Su voz era cla-ra y agradable, y cuando daba sus lecciones, acerotuaha las sílabas como si rimara las frasas, lo quenos hacía reír . Durante los recreos gustábale to-mar parte en nuestros juegos y era bastante hábilen ellos, pero siempre con entusiasmo tan febril desonámbulo neurótico que causaba irresistible re-pugnancia.

Le Mansel no gozabade simpatías . Nosotros hu-biéramos hecho de él nuestro juguete, si no noshubiera infundido respeto cierto orgullo caracté-ristico en él . y que, además tenía fama de ser undicípulo ejemplar . Anhque trabajaba con muchair . egularidad, eási siempre era el primero de laclase . Se decía que ora noctámbulo, que hablabadormido y otras cosas más, pero lo cierto es queninguno de nosotros lo había visto, pues nos en-contrabámos en la dichosa edad en que se goza deun perfecto sueño.

Largo tiempo tuve que observarle, antes de incpudiera tenerle simpatías . Derrepente nos hici-mos amigos en un paseo que hizo toda la claseá la Abadía de Mont—St . Michel . Anduvimosdescalzos á orillas de la playa y llevabamos nues-tros zapatos y nuestro pan atados á un cayado ycantabamos de todo corazón . Después de haberentrado por una de las surtidas principales y libresde cunestros líos al pié del Michelet, nos senta-mos juntos encima de las antiguas armas de pie-dra que la neblina y la lluvia vienen cavando hacequinientos años . Moviendo sus piernas y levan-tando su mirada de las antiguas ruinas hacía elcielo, me dijo . "Yo hubiera deseado vivir en eltiempo de estas guerras y ser un valeroso caballe-ro . Yo me habría apoderado de los cañones ingle-ses . Yo sólo habría peleado delante de lasurtida, y el Arcangel Miguel habría volado sobremí cabeza y se habría suspend ido como una, nubeblanca ."

Estas palabras y el modo sonora como melas dijo, me lucieron estremecer . Yo le repliqué .

EL HERALDO DEL ISTMO

t0

"Y yo habría sido tu paje . Le Maneel, tu me gus-tas ,déjame ser tu amigo ." Y le extendí la manoque él estrechó con solemnidad.

Por orden del maestro nos pusimos los zapatosy luego subirnos la angosta cuesta que conducía ála Abadía . A . medio camino, cerca de un árbolde higos, y á corta distancia del peliggroso mar, vi-mos la choza donde vivió Tiphaine Ra nel, viudade Bertrand du Guesclins . La vivienda es tan pe-queña que uno admirado se pregunta si fué en rea-lidad habitada alguna vez . La buena Tiphainedebe haber sido una rara viejecilla ó quizá unasanta que existió en forma de espíritu, si pudoefectivamente haber vivido allí.

Le Mausel extendió sus brazos como si quisieraestrechar esta sagrada casilla y arrodillándose besólas piedras, sin hacer caso de la burla de sus cama-radas, que en su regocijo empezaban á tirarle gui-jarros.

No quiero proseguir en contar nuestra excur-sión por las celdas, claustros, salas, y capilla . LeMansel estaba completamente como fuera de sí.He contado este episodio nada más que con el ob-jeto de demostrar como principió nuestra amistad.

\ la mañana siguiente oí una voz que me des-pertó .cuchicheandome al oido y que decía : "Tip-haine no ha muerto." Me restregué los ojos y víá le Mansel en camisa cerca de mi . cama. Le re-prendí de un modo duro diciéndole que me dejaradormir y no pensé más en esta rara comunicación.

Desde este día pude apreciar mejor el carácterde mi condiscípulo y descubrí en él un orgullo taninesperado como jamás antes me hubiera podidoimaginar encontrarle . No hay que sorprenderse siconfieso que yo era á los quince años apenas un ig-norante psicólogo. Pero la presunción de Le Man-sel era de un arte demasiado espiritual para poder-la descubrir á primera vista, presunción que so ex-tendía á lejanas quimeras y de forma impalpable.Sinembargo de esto, se había apoderado de todoslos sentimientos de mi amigo y daba á sus ideasembrolladas, cierta incoherencia.

Durante las primeras vacaciones que siguierondespués de nuestro paseo al Mont—St .-- p ichel,me invitó le Mansel á visitar un día á sus padresque eran hacendados y que tenian propiedades enSt. Julién. Mi madre no me lo permitió si nó has-ta después de alguna resistencia. St. Julién estásituado á seis kilometres de la ciudad. Des-pués de haberme puesto un chaleco blanco y unacorbata azul, emprendí el camino, un domingo porla mañana temprano.

Alejandro me esperaba con sonrisa infantil de .hurte de la casa . Tomómimano y me condujoal "Salón" . La casa que tenía un aspecto mediocampesino, no estaba ni pobremente ni mal arre-glada. Sinembargo se me oprimió el corazón alentrar, tal era el silencio y la tristeza que reinaba.Cerca de la ventana, cuyas cortinas habían sido untanto separadas á un lado por una mano temerosa,estaba sentada una mujer, la que me pareció sermuy vieja . No respondo si era tan vieja como mepareció en aquel entonces . Ella era flaca y amari-llenta. Sus pupilas brillaban en sus oscuras órbi-tas orladas por rojos parpados. ' pesar de encon-trarnos en pleno verano, su cuerpo y toda su cabe-za estaban envueltos en ropa de lana oscura, perolo que más le daba un aspecto raro era un aro demetal que cabria su frente corno una diadema .

"Esta es mi madre", dijo le Maneel . "Estáotra vez con jaqueca". La señora le Mansel mesaludó quejumbrosay apercibiendose sin duda deque mi mirada se dirigía al aro, me dijo sonriendo:

Jovén amigo, esta no es una borona la que llevo,es un aro magnético para mitigar mis dolores decabeza." Traté tan bién como pude, de contestar.Luego le Mansel me llevó al jardin, donde me aper-cibí de un hombrecillo calvo, que parecido á unfantasma, se deslizaba por los caminos . Era tanflaco y liviano que habia que temer que el sODlomás insignificante de la brisa se lo llevara . Sustimidos movimientos, su larga y delgada gargan-ta, su cabeza que no era més grande que un puño.su mirada arisca, su andas brincando . sus brazoscortos que levantaba y bajaba corno dos alas im-plumes, todo eso le daba el aspecto de un pájnroraro .

Mi amigo Le Mansel, me dijo que aquel era supadre. pero que no debíamos hablarle porque ibaal gallinero, que vivía solamente en sociedad conlas gallinas y de continuo con ellas había perdidola costumbre de conversar con la gente . Mientrastanto, le Mansel, padre, desapareció y pronto oí-mos sonar por el aire un alegre cacarear : estabaen su gallinero.

Alejandro y yo hicimos un paseo al rededordel ,jardín y me contó que muy pronto, á la horade almuerzo . vería á su abuela, que era una buenaseñora, pero que no debía. hacer caso de sus pala-bras porque á veces se trastornaba . Después mecondujo á una preciosa alameda y ruborizándoseme dijo al oído : . "He hecho unos versos á Tinhai-ne, otro día te los leeré. I Tu verás! Tu verás I"

Llamaron á la mesa y nos diríjimos hacia elcomedor. Le Mansel, padre, entró después quenosotros, tenía en la mano una cesta repleta dehuevos. "Diez y ocho hoy en la mañana", dijocon voz cacareante.

En la mesa sirvieron una exquisita torta dehuevos . Mi lugar era. entre la Señora le Manselque suspiraba debajo de su diadema y su madre.una señora de bastante edad, oriunda de la Nor-mandía y de cara redonda, sin dientes, y que reía.con los ojos . Ella me hizo una impresión muy.agradable . Mientras comíamos el ánade y la ga-llina con salsa de nata, la buena mujer nos conta-ba alegres historias y en absoluto pude apercibir-me de que ella estuviese trastornada, como me lohabía dicho su nieto . Al contrario, me pareció queera la persona más espiritual de toda la casa. Des-pues de comer nos retiramos al pequeño salón conmuebles de nogal tapizados con terciopelo deUtrecht. Un reloj figuraba encima de la estufay á su lado dos candelabros. Encima del pedestal.negro del reloj y cubierto con una urna . de vidrio,habia un huevo colorado. No sé porqué, pero ape-nas ví el huevo, me fué imposible dejar de exami-narlo detenidamente, . con esa curiosidad innata enlos niños. Tengo además que agregar, que estehuevo era de un rojo especial . No se parecía ennada á los huevos de las pascuas colorados con ju-go de remolacha, cuyo color de vino tinto admirantanto los muchachos en las vidrieras de los vende-dores de frutas . Este huevo brillaba como púrpu-ra real

Con la indiscreción de mi edad, no pude con-tenerme en hacer una observación acerca de él .

11

EL HERALDO DEL ISTMO

Lo Mansel, padre, me dijo con una especie decacareo, que debia expresar su admiración : "Estohuevo no ha sido colorado como Usted supone . Fuépuesto así como Usted lo vé allí, por una gallinaSailonesa de mi gallinero . Es un huevo maravilloso ."

"No olvides agregar, mi amigo," lo interrum-pió con voz quejumbrosa la Señora le Mansel," queeste huevo fué puesto el mismo día que nació Ale-jandro," lo que confirmó el viejo.

Durante la conversación, la abuela inc lanzó unamirada burlesca y apretando sus suaves labios, raehizo señas de que no creyera, nada de todo esto."Hm", dijo ella muy quedito, "las gallinas suelentambién c r iar á voces lo que no han puesto y si unmalvado vecino deja deslizar un huevo en su nido,el . . . . "

Su nieto le interrumpió lleno do cólera y se pu-so pálido hasta el grado que sus manos temblaban.

"No le hagas caso", me dijo, "tu ya sabes loquo te dije ; no le hagas caso ."

"Es un hecho cierto", repitió el señor le Man-sel, viendo con sus ojos redondos el huevo colorde púrpura.

Mis relaciones con Alejandro después carecende importancia alguna

. Alejandroamigo me habló á me-

nudo de sus versos á Tiphaiae, pero nunca me losenseñó . Además, pronto le perdí de vista . Mi ma-dre me mando á París á concluir nris estudios . Hi-ze mis dos bachilleratos y estudié medicina.

Mientras escribía mi tesis do Doctor, recibíuna carta de ini madre en la que me comunicabaque Alejandro había estado muy enfermo y quedespues de una terrible crisis habia quedado muydelicado y flatulento, pero quo apesar do su quebrantala salud y de su turbada inteligencia, demostrarha. aptitudes extraordinarias para las matemáticas.

Esta noticia poco me so r prendió , Muy ame-nudo, estudiando las enfermedades nerviosas, pen-sé en mi pobre amigo do St. .Iulien é involuntaria-mente vino á la conclusión do que el hijo de unaneurotica y do un idiota reumático estaba amena-zado de un parálisis general . Al principio la apa-riencia me engañó, pero según fuí informado deAbranches, al llegar Alejandro á la edad de hombre, recuperó su buena salud y dió pruebas segu-ras de una gran inteligencia . Parlo hacer nota-bles adelantos en sus estudios matemáticos y has-ta envió á la dcadeocie de Scienres la solución dovarias Igualaciones hasta entonces no encontra-das, las que se juzgaron correctas . A consecuen-cia de sus muchas ocupaciones, rara vez me escri-bió . Sus cartas eran afectuosas, claras y reflexi-vas. En ollas no encontré lo más mínimo que pu-diera inducir sospechas á un Psicólogo.

Pronto nuestra correspondencia se enfrió com-pletamente y durante los diez años que trascurrie-ron no supe en absbinto más do Alejandro.

Mucho Inc sorprendió citando el año pasadomi c-iado.me entregó una tarjeta de le Ytansel yinc dijo que el señor esperaba en la antesala . Yoestaba en mi consultorio tratando un asunto pro-fesional de suma importancia. Sinembargo supli-qué á mi colega me permitiera un instante y cor ríá saludar á mi antiguo camarada Le encontrémuy envejecido, calvo, pálido y enflaquecido . Ledí el brazo y le carmín je al salen.

"Me alegro mucho do vol ver á verte", me (lijo,

"tengo mucho que contarte, soy víctima de terri -bles persecuciones. Pero soy valiente y lucharésin miedo . Venceré á mis enemigos ."

Estas palabras me inquietaron como habríaniquietado á cualquier otro Psicólogo.

Encontré en mi amigo simtomas de irrascibi-lidad y neurotismo de los cuales estaba amenaza-do por leyes atávicas, las que hasta esa fecha nose habían revelado,

"Mi querido amigo", le dije, hablaremos de to-do eso más tarde, aguárdame aqui un momento,tengo un asunto que arreglar . Toma un libro"mien-tras tanto para que no te fastidies ."

Yo tongo muchos libros en mi salón . Hay tresescaparates que cuentan cerca de seis -mil volúme-nes .

'Porgné tomó mi desgraciado amigo casual-mente el libro quo le era fatal y porque abrió ca-sualmente la página precisa?

Conferenei4 cerca de veinte minutos ron micolega v después de haberme dejado, me fuí don-do estaba le Mansel . Encontró al desgraciado ennn-estado espantoso . Golpeaba contra. nn libroabierto delante de 41, que va luego reconocí v queera la traducción de la Historia de Augusto Eleve-rus y en alta voz declamaba la . frase de Lamnridius.

"El día del nacimiento de Alejandro Severas,una gallina, que nertenecia. al padre del ~ice) na-cido, puso un huevo colo rado, indicio de la púrpu-ra irpnrrial que debla vestir el niño, "

Su excitación se convirtió en furia v echandoespuma por la boca dijo : "El huevo del día de minacimiento,

Soy emperador . Sé que me quieres matar,No te acerques á mí canalla " Caminó cíen nacosy luego corriendo hacia mí con los brazos abiertosme dijo : "Mi amigo . mi violo enmarada, ¿dime.role quieras que te dé?—I Emperador! I EmperadorrMi Padre tenía, razón, el huevo color de . rpúrpn--

ra!"'—Yo tengo que ser emperador. 'Por qué-es--

condes de mi el libro? Haré que castiguen estecrimen como de alta traición . Emperador! Em-perador!'Si, esa es mi misión! 1 Adelante! !Ade-lanto?"

En vano traté de detenerlo, forcejeó y se fué ..

Al día siguiente . todos los periódicos contaroncomo él, después de haberme abandonado, se com-pró nn revólver y le destapó los sesos al centinelaque le impidió la entrada en el Elysée.

Asi es, como una frase, escrita por un autorlatino en el segundo siglo . fué la causa de la muer-te de un desgraciado Granadero do nuestra patria.¿Quién alguna vez podrá desenredar el tejido decausas y efectos? 'Quién, al terminar una obrapuede vanagloriarse y decir : Yo .sélo que hago?

Le Mansel fué trasladado al manicomio v du-rante catorce días fué víctima de una violenta fu-ria. . Despues cavó en un estado de completa lo-cura v su voracidad llegó á tal grado que se asfix-ió al tragarse una, esponja . . .

EL HERALDO DEL ISTMO

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V ERSIPOR O. DEABATE

Orto—»-

La siepe che chiudando orna il recintoE tutta una gagliarda fioritura,Tutta un confuso e strano laberintoDi selvatici fiori e di verzura.

In fondo del cortile, su le muraII glicina in bizzarri nodi avvintoSale e cireonda, come in un'oscuraNicehia di folgie, un rustico dipinto.

É un misero tugurio, e pochi palmiDi terra abbandonata arsa dal sole,E pur io rivivo i puri e calmi

Giorni perduti —e queste rozne aiuole,E' questo solitario orto romitoPer me chiudono tacto 1'intlnito .

Anatre4 . -•

O pingui anatre, onor della massaiaChe vi erebbe con tanta avida cura,E gia con desioso ocehio vi appaiaPel mercato, e v 'accresce la pastura;

O animatrici garrule de l'aia,Voi I 'immagine siete umile e paraDe la fumante al sol grieia risaia,Della mia dolce irrigua pianura.

Ma se . lasciato il vostro ~nido regno,11 largo pasto e il filo asile d'erba.Vi allontanate maestosamente

Col cono cretto, in aria di disdegno,Allor mi ricordate la superbaFatuitá di tanta nuova gente.

Estate- 4= -Da 1'indaco del ciel malignamente

Rompe da falto i1 sol, folgora 1'aieE tutto accende il pian, da le giogaieDei 'nonti estremi a 1'acque sonnolante.

Tormentoso implacabile roventeMozza in petto il respir, tronca la gaieCanzoni in gola a le fanciulle intenteE curve su le livide risaie.

Non una vote rd un hisbiglio ; soloDi tratto on tratto da Ie sive erboseQualche errante farfalla alzazi a volo,

E nella pace dalle strade afose,Lungo gli arroventati paracarriÁvidamente guízzano i ramarri .

Oro -==Ori de spiche rigogliose ed oro

Di fiammeggiante meliga 'natura;Oro che tutta inondi la pianuraVibrante ancora de Puman lavoro;

O tu che spandi al sol di messidoroLa tua fragrante e bionda floritura,Come una donna i1 morbido tesoroDe l'ampia trionfal capigliatura.

É querto il regno tuo, oro dei eampiChe sovra i solchi e i fili esili d'erbaSvegli scintille e snseiti barbagli;

E guando ferve il sol, nella superbaMagnificenza del meriggio avvampi,E tutto intorno il vasto piano abbagji .

13

El. fI1912 AJ .11O DEI, ISTMO

Notas Artisticas y Literariass

N EL comienzo de estas notas cábenosverdadera satisfacción al hacer constar eldesarrollo notable y

harto plausibleque cada vez infra adquiero la obra de losintelectuales

toepnnlala

A mcauctcaajad

lnt eiva 1ajuzga

opr. IV~ do

ddueción que es mucha, sino por la calidadde olla, superior do día en día.

Como la renovación es ley de todos los orga-nismos y ejerce su poder en todas las esferas, en laliterario vemos á su influjo aparecer nuevos es-critores que, en libros, artículos de periódicos ypoesías llaman fuertemente hacía ellos la atencióngeneral por su estilo vigoroso, su plenitud deideas, raras nana veces, extraordinarias otras, y porlos nuevos mótodos de elaboración mental sorpren-dentes en grado su perla ti ve.

Entre estos intelectuales merece citarse en pri-mor lugar Santiago Argüello h ., poeta exquisito yprosador galano de Nicaragua, que gastando unaestética a .rática ha. sabido encontrar la belleza artística haciendo uso de metros extraños y sugesti-vos quo suenan al oido como un desgrane de perlasen la pulida superficie de un jarro de porcelana.Su última producción "El Poema de la Locura" dela cual lleva publicada . la primera parte, bastaríapara formar su reputación si ya antes"Siluetas Literarias" "Do Tierra Cálida" y "Pri-'nora Ráfagas" no hablarán muy alto de él cornoliterato y corno poeta.

Otro intelectual que con gusto recordmnos enestas notas es Carlos G . A mézaga, hijo de Lima, laciudad aristocrática de .los ojos her mosos y las son .risas tentadoras De estro vibrante, el altísimopoeta acaba de conquistar un nuevo lauro con subella composición "Más allá de los cielos" que incroció el accésit on los juegos flo rales celebradosultimara ente en Buenos Aires.

Ya que hemos mencionado á Buenos Aires laenorme cosmópolis americana, la segunda ciudadlatiun del mundo por su población, su riqueza, sucomercio y su decidido amor al progreso, diremosde tres obras que simultáneamente han sido publi-cadas allí por autores distinguidos . Son ellas "LosSimuladores del Talento" de Ramos Mexía, "LosAccidentes histéricos" do José Iugegnieros y"Los Poetas Argentinos" de muro Reyna' 0 1Connor . Y hasta nosotros ha llegado el eco que enla prensa argentina ha levantado este aconteci-miento literario, ya quo no es ',osa común la publi-cación á un misano Mempo y en un mismo puntode tres libros notables.

De México también nos viene una buena nue-va. Justo Sierra, el maestro, publicará en breveun libro sobre Juárez, refutación tal voz á "El'Der-dadero Juárez," do Francisco Bulnes, publicadohace poco.

En Cuba la casa edito rial "La Moderna Poe-sía." de merecida fama, publicó recientemente"Arpas Cubanas," preciosa antología en que figuran como treinta de los mas exquisitos poetas nao-vos de la perla antillana .

Cerramos la lista de ias publicaciones amer ica-nas con la mención de un libro del poeta domini-cano Tulio M . Costeros, titulado "El Jan-Un de losSueños," acerca del cual hemos visto elogios de laprensa cubana.

i-

Do las recientes publicaciones efectuadas enEspaña citaremos "La Paz del Sendero manojolírico de gran valla de Ranrou Pr réz A yale un poe-ta joven muy digno de figurar al lado do SalvadorRueda, y á quién reserva el porvenir brillantes éxi-tos, y "Confesiones de un pequeño filósofo," nava-la de Martínez Ruíz quo encierra mucho del almamoderna y que ha llana ado la atención de todo loscríticos españoles.

notaremos tambien que el bollo libro de ,loséLeón Pagano" través do la España Incurría,"á causa de las páginas que dedica á los escritorescatalanes, poco conocidos á pesar del vecinaje ydel indiseu ti ble' desarrollo que hoy ostenta su li-teratura, ha obtenido un buen éxito.

Gómez Carrillo ha visto traducido al francés sulibro "Las Pequen as afinas," en que nos habla deartistas discutibles do café cantante y teatros debulevar, sil) que por eso el libro deje do tener nove-dad . La traducción, hecha por Mr. Ch. Basthe-z,ha sido bien aceptada v la crítica francesa se maues-tra cariñosa. con el genial t,seriWar gual tnaalteco

Do arte teatral podemos dar á nuestros lectoresnoticias interesantes en extremo . Sea la primerael próximo extra no en la "Scala,'' do Milán, do unatragedia, "La Nave," do Gabriel 1) ' ,Annuuzio, y enParís de un drama do Rostand titulado "Polielu-nela . "

13 joernsnn acaba de producir un gran drama.en quo su pluma magistral pinta los conflictos en-tro la. generación actual y la pasada, y Iirieux, elvaliente reformador del arto teatral, escribe otrollamado á producir mucho ruido, y que tratará dela investigación de la paternidad.

14a Ope ra cónica de París pondrá en escena enbreve "La Cabrera," esa famosa producción de Ga-briel Dupont quo mer eció el premio Sonzogno enMilán.

"Marinoeha" es el nombre de un drama dePérez Galdós extremara en Santander por la com-pañia Gue•ruro— .tundo 3,a, del Español de Madrid.La Guerrero estuvo admirable en su papel lamendo asa más efectivo el triunfo de Pérez Galdós,quién fué objeto (lo ex pléndidos festejos á raízdel extrono.

1 a misma "troupe" Guerrero-Mendoza ha afeetuado era verdadera campaña con la sucesión detres extrenos sensacionales, El de "'Marianoha"ya nmacionado y los do "La Desequilibrada" y "LaZagala. . " preparándose á seguir con "Ma ria Victo-ria, ''1n M.outalvez, '' "Reinar después de Morir,"y la nueva producción de José Echegaray "Fer-nando el Hlm plazado,

Tres grandes artistas han visitado ultirnameu-to á ( "uba . Primero fnó (labriela Mane, la. faino-

EL HERALDO DEL ISTMO

1 4

sa. trágica francesa, Luego vinieron Italia Vita-liani, notable artista italiana y Carlos Duse actorde gran mérito, hermano de la célebre Eleonora.Duce .

+

Para concluir dedicaremos un recuerdo á unmuerto ilustre . Es este el escultor Bartholdi cuyogenio creó La ''Libertad iluminando al mundo,"la gran escultura mundial que se admira á la en-trada de Nueva York . La muerte ocurrió haceya cerca de dos meses, pero sin embargo no vaci-lamos en anotada, porque es casi seguro que la ma-yoría de nuestros lectores, agena á todo lo que ha-bla de arte y artistas, no tienen noticia del suceso.

AIJRELIO M \ XIMO

A nuestros Agentessuplicamos la remisión do fondos, pues querernosdejar cerradas nuestras cuentas á la mayor breve-dad. en el primer año económico de EL HERALDO

DEL IsTMO, que se vence el t3 de Enero próximo.

Igual súplica hacemos á los suscritores moro-sos de la localidad, que son muchos por cierto.

La excursión á las Islas.. El domingo 5 de los corrientes se agolparon á

la Estación del Ferrocarril como 300 personas masó menos, invitadas á la excursión conque elSeñor Presidente de la República y esposaagasajaron al Señor Secretario de la Gue-rra de los E .E. U.U. y Señora de Taft El grito dela locomotora anunció la salida del tren para LaBoca á las 7 .30 a. m. donde los remolcadores Boli-var y Perico aguardaban la comitiva, para condu-cirla á bordo del "Chile," hermoso vapor de laC. S. A. de V., elegantemente decorado.

A las 8 .20 a . m . levó ancla el vapor en mediodel murmullo de la concurrencia, y comenzó á sur-car las aguas de la mar con la rapidez de Apolopersiguiendo á Dafne . La Banda Republicanamezclaba sus armoniosas notas con el constante ylastimero quejido de las olas al sentirse heridaspor la proa del bar co y los ecos de la risa atesti-guaban el contento de los excursionistas.

Al llegar frente á los buques de la EscuadraAmericana que se hallaban entonces en la bahía,la Banda lanzó los acordes de nuestro Canto Pa-triótico, siendo correspondido con el Himno A Le-ricino tocado á bordo de los navíos de Guerra, cu-yos ecos llegaban hasta nosotros cual flotantes no-tas desprendidas en el espacio de instrumentos in-

visibles - Fué así como un fraternal abrazoquo se dieron en el aire las dos Naciones por mediode sus cantos patrióticos.

No se hizo esperar mucho el reboza .miento delentusiasmo : los jóvenes sugestionados por el per-fume que exhalaban las bollas damas del paseo, seapoderaron do ellas, y al compás del walz se desli-sahan por la cubierta de la popa., presas (le losarrobamientos del placer.

Cuánta confusión, cuánta música de faldas,cuánta vida.

Grupos por todas partes de caballeros, señorasy señoritas;

Aquí reían, allá libaban copas, acullá cuchi-cheos depajaritosensusnidos, allí discusiones so-bre alta política, acá a puastas sobro la torna dePuerto- A muro ; y en tanto la alegría y la cordialidaden todas partes ropera han.

Allí no so vió al Presidente de la Ropúblico, niá la Señora Presidenta, al Secretario de In Guerra.y Marina de los E.E. U.0 ni á la Señora Secre-taria : allí se vió al Doctor Amador y su bella esposa,al Señor Taft y su dignísima señora, confundidoscon sus amigos ; allí todos olvidaron su rango:aquello era una sola familia.

El vapor ancló frente á las Islas de San Miguely poco después dos hermosos botos, con sus blan-cas' velas infladas, llegaron gallardamente hastanosotros . Venían aperados de lo necesario parabucear á nuestra vista, y en efecto, dos indivi lvos,ya vestidos con horrible aspecto de fiera, se sumer-gieron en las aguas- .Veinte minutos despuésregresaron de su excursión por el fondo del mar,provocando calurosos aplausos de los espectadores,pero . . . . con las canastas vacías.

Hubo una circunstancia para que el entusias-fuera mayor : A bordo se tuvo conocimiento del célabre cable de Roosevelt . curdial aproba/ion á lasolución de las dificultades entre la gran Repúbli-ca y Panamá cansa de la gratfsima visita de Mr.Taft y de lo que estaba pendiente el patriotismo;stmeñio.

Ya en la tarde regresaba el Chile, y á medidaque se acercaba al puerto, so iba apoderando detodos los corazones prof undísima nostalgia.

Nada hubo que desear en aquel paseo . Todoestuvo á la altura de la civilización, de la culturamas exquisita y de la predisposición de los pasean-tes : hasta la Naturaleza, como complacida denuestro regocijo, nos regaló con un día magnífico,y el mar hubo do acallar sus gritos salvajes al sen-tir sobro su frente la posada. planta del Jefe de laArmada Americana.

REVISTERO

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EL HERALDO DEI . ISTMO

Notas .LA B1131SOI.'ECA

de ln Sociedad Pedagógica de la República, fijéinaugurada solemnemente el día 28 del pasadoNoviembre á las dos de la tarde. Hicieron usodo la pa labra, do manera galana los señores foséde la R. Poveda, Martín Ambulo M ., RodolfoAguilera, Gonzrrles Prado y julio J . Fábrega.

Muy de agradecer es, por nuestra parte, lamención sumamente honrosa, que de esta Revistahizo en su discurso el señor Poveda, á quién hace-rnos presentes nuestros agradacim ion tos

111 acto resultó muy lucido y llevó al ánimode todos la consoladora idea de que, aunque ápasos lentos, el país se encandila ya por vías ver-daderas de progreso y engrandecimiento.

LOS FESTEJOSal señor Taft, según relata la prernsa. noticiosa hansido variados y escogidos . De todo ha habido : ban-quetos, recepciones, paseos por el golfo ; manites-taciones públicas, etc . Ojalá que todos elloshayan satisfecho al Secretario de Guerra de losEstado', Uu idos, 1t su señora esposa y á sus acom-pañantes, para que lleven, á su regreso al paísdel oro, un buen recuerdo de esta pobre tierra tancalumniada por los que más debían amarla, segúnel decir del señor Taft y como todos sabemos.

xLA CASA

Frank Ulu ieh & Co„ ele la cual es Gerente nuestroamigo el señor A atuvo de Lomos, ha recibido enestos días un precioso surtido do objetos propiospa ra regalos de Pascua, y Año nuevo, los cualesvende á precios sumamente módicos,

Lo avisamos pues, á nuestros lectores paraque en tiempo oportuno ocurran á ose almacén áhacer una visita y á proveerse de un obsequio bo-nito original y por un precio relativamente bajo.

+COMO PRIMA

á nuestros suscritores, desde el próximo trimestrerepartiremos entre ellos un precioso periódico demodas, titulado El Eco de la Moda, que cons-tará de ocho páginas de gran tamaño, patrones cor-tados, figurines en coloras y material escogido.

Para el próximo Enero, allá por el 30, estaráaquí el primer número.

Estar, pues, de plácemes nuestras amaineslecrtorcitas en gracia á has cuales— ,y para demos-trar agradecimiento por la generosa acogida quehan prestado á nuestra Revista—hemos hecho estenuevo esfuerzo quo de fijo ellas apreciarán debi-damente .

-X-LA MASCOTA

ha recibido últimamente con motivo de las próxi-max fiestas do Pascua y Año nuevo, un preciososurtido de calzado, ropa hecha y artículos de fan-tasía propios para regalos.

PRESENTAMOSrespetuoso saludo ála estimable señora doña Elvi-ra Silva de de la Guardia, esposa del General de laGuardia, actual Secretario de Gobierno y Relaeio-

nes Exteriores, la cual so encuentra en esta capi-tal desde hace varios días, acompañada . de dos desus hijos .

xDES PUES

de una permanencia de más de cuatro años enesta capital, en el vapor del 29 del pasado regre-só ln Señorita Hermisenda Denis al lado de supadre, Don Manuel Denis, meritísimo istmeño queejerce en Sonsonate (República del Salvador) lasfunciones de Cónsul de la República de Panamá.

Deseamos á la señorita Denis feliz arribo á lascostas de su Patria adoptiva .

EL DI \ :311per pasado Noviembre rindió la jornada do la vidaEz1IQU11G1 . AVALA, joven amigo que se hacía apre-ciar por sus excelentes cualidades.

Para su hermano Emilio y para todos susdoud os, nuestro pésumo sincero.

GERvRDO COI, DONESy Edmundo Botello, buenos amigos nuestros, hansufrido dolorosas pérdidas, sensibles para el cari-ño paternal, viendo morir, tanto el uno como elotro, tiernos vástagos que pudier an haber sido ma-ñana gala y orgullo do sus hogares.

Pura ellos muestro pésame sincero...,--. .~.

xEL DI \ NUEVE

emprendieron viaje de regreso á Estados Unidos----vía de Jamaica—nuestro Ministro en AYashigtnndon José Domingo de Obaldía, el Secretario Taft.señora y comitiva y Don Raúl a mrzdor . Cónsul ge-neral de la Repúbl i ca en Nueva York

Deseamos á todos felicidades al regresar á susdestinos .

xEL DIARIO DE PANAMI

comenzó á circular en la tarde del lunes cinco delpresente mes con un buen material de lectura.

La acogida que del público ha recibido debosatisfacer pm' completo á la cornpa.ñía . editora yafirmar sus buenos propósitos de Juanteuer sieur-pro palpitante el interés de los lectores por mediode una atinada. dirección y un servicio cuidadosoy opor tuno.

Correspondemos gustosos al canje del nuevocolega .

xENTRE LOS FESTEJOS

con quo fui) obsequiado Mr. Taft durante su estardía aquí, ocupa lugar principal para nosotros losamigos del arto el concierto celebrado en el ClubComercial por el distinguido artista Narciso Ga .ray . Los números del programa estuvieron á car-go de las Señoritas Nieoll Garay, Rarnona Lewisy Carmen Márquez y del señor Garay, y su des-empeño fué admirable.

Este resultado no nos ha sorprendido en lo ab-soluto y la, razón es clara . En mate r ia de ejecu-ción Narciso, sin ser un vírtuoso, es un ejecutantede violín sumamente distinguido, como no hayotro en esta capital . Por sn parto las señoritasque lo dconganar on, do voz bastante educada hanefectuado progresos notables ea el divino arte bajola dirección de tan disti ugiuádo compatriota qiulsupo conquistar, cuando completaba su edw ruurin

EL l-ERALll(1 1)EL 1HTM O

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en el Real Consistorio de Bruselas, primeros pre-mios y menciones houorilions en las partes más di-fíciles delacoinposii ;ión musitad comocontra .pun-to y fuga.

- Para todos los ejecutantes, nuestro aplauso sincero, pues ellos, más que otro alguno, han dado laverdadera nota en materia de festejos

Ojalá que Narciso preparara para muy prontopotro concierto en lugar adecuado para numerosúblico, que iría sega mitin ente gustoso á escuchan oal artista, honra y gloria de nuestra tierra.

+EN LA NOCHE DE NYER

se verificó la unión> religiosa de dos almas buenasque Cupido, siempre oportuno, había ya atado conel lazo de un amor paro y sincero.

Y en la mañana de la boda los naranjos delhuerto cubriéronse de azahares para la frente purade la novia gentil y las vírgenes canéforas entona-ron sus más melodiosos cánticos, mientras el solde un ideal hermoso, ran ante y bello, iluminó elporrvenir, de dicha de la simpática pareja para lacual deseamos una completa felicidad.

ú á'Recreaciones Intelectuales.17 . PREGUNTA 1N(3PNiOsA.

Al hacer los judíos cierta pregunta al Redentordel mundo, éste les dió la siguiente respuesta—a.d-mirable como todo lo suyo—que es a nagr• ;tma de

Est vir qui adest.¿Cuál fué la pregunta ; su significado- y el de la

respuesta?A . lI . A

Id . JEROGLÍFICOS OOMRRIMtDOs:

N+IGROANOTA

VJ,ONN OTARIO

J.D.A.+

19.

nitro

Numtjmoo.5

Número romano7 4 2

Porción de agua

3 4 1 7 2

Objeto útil1 2 3 4 5 6 7 Nombre célebre

5 2 3 6 7

Verbo irregular

5 4 6 '

Camino2

Preposición

S jVC 1 cjO'

2^ C11ARAI,A.Una noche pasó por mi cuarta quinta un

galán todo en traje de dos tercia fui ambúleseo,hecho de rica tercera cuatro, llevando en la manouna tercia primera y corno lo interrogara, rae dijoque por prima segunda á una prima segunda sef abía expuesto á li, furia paterna que creyéndoloansioso de cuatro cinco tres se oponía a seas deseos,hasta (pie causado ya de esta negativa iba re-suelto á hacer una barbaridad, pero que antesimitando á Ovidio procuraría quinto segundacuarta fiera cantando una serenata mi quinta, quees tono magestuoso, é en cuarta, pasional comípocos.

Las primeras soluciones que recibamos do es-tas Recreaciones, serán premiadas con las siguien-tes obras:

17 . Germinia Laeerteux, de E. y J . de Goacourt.

IN . El crimen do nn artista, de AlejandroPumas, hijo.

19 . Negros y Rojos, de V . Cherbuliez.21) . Arrepentimiento tardío, de C . M . Braemé.

+Lassoluciones deben remitirse al Director de

-esta Revista ; en sobro cernido, á la Tipografía Co-.sis 7y Compañía,y se abrirán en orden de recibo.

/ °Sólo admitiremos las soluciones que nosenvíen, firmadas, nuestros suscritores.

No comenzaremos á admitir solucionen hastael día siguiente de la salida de la Revista.

Las soluciones que ,sean echadas por debajode lo puerta estando cerrada lu tipografía -nose tomarán en consideración..

+Soluciones do las Recreaciones del mimen)

anterior :14. Entre los hijos de Panamá no se ve bien

que haya quien se esté sin celebrar la dichosafecha de la libertad nacional.

15. Si Dios me permitiese i oh dulce anhelo'engarzar en la bóveda del cielodos soles más, al punto engarzaríatus ojos, vida mía.

Y por qué? me preguntas insensata;porque as lo que quiero alcanza ría:arrancarte los ojos por ingratay hacer más bello y laminoso el día.

JULiO FLORES,

xObtuvieron premio : Por la 14.°, Ladislao Sosa;

por la L5 . a , José Aníbal González ; por la 16.°, Ole-gario 1-1enríquez .

*Enviaron soluciones-además:De la 15 ." : Señorita Judrth Valdés, Señorita Te-

resa llerrera, Gonzalo Santos K., A. Villarreal E.Ramón del C . Morales, José D. Solis, J . Manuel Ló-pez U . y Eduardo Chiari

De la 16 .^ : A . Villareal E., G. Miró, José Aní-bal González, B„ Tarté D., Mariano Sosa, J . v . Zu-bieta.

NOTA : Por error, en el Logogrifo numéricosalió mareada la coro bi nación 16756 como conjun-ción en vez do Preposición . Conste así

'Ia pregunta :

A.A . 11

16, Raerlas .