identidad y carnaval

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Pues sí son retratos que no se borran, en las diferentes culturas de contenidos simétricos paralelos a sus pueblos, constituidos en meridianos locales, en mapas etnográficos. Las fronteras de siluetas simbólicas reafirmantes de la pertinencia en San Juan de Pasto, de lo cosmopoético, postales recordatorias, en la memoria danzante, sonora y asociativa compuesta de vestigios, narigueras, frontales, aretes colgantes de chaquiras de orfebres filigranas, rítmicas que armonizan la maestría en su obra única

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Encuentros CiudadanosIDENTIDAD Y CARNAVALSan Juan de Pasto, 5 de mayo de 2007

JESUS BURGOS El Retrato que No Borra CARLOS RIASCOS ERAZO Carnaval Sin Fronteras

EMIILIO JIMENEZ DORADO. El Carnaval de Pasto, Fuente Inexplorada de Creacin Literaria

HUGO LOPEZ TOVAR Formacin Artstica y Cultural Encuentros de Cultura y Fiesta Escolar

LUIS EDUARDO CALPA. Carnaval, Regin e Identidades

RAUL ORDOEZ PARRA Identidad Cultural y Carnaval

PABLO SANTACRUZ Identidad, Cultura y Carnaval

JESUS MARTINEZ BETANCOURTH Identidad Pastusa y Globalizacin

CLAUDIA AFANADOR Identidad y carnaval

LIDIA INES MUOZ CORDERO La Cultura de la Lentitud, el contexto, la Memoria, Identidad, Carnaval. Aproximacin I.

BERNARDO ANDRADE Carnaval de Ipiales y la Provincia

JAVIER RODRIGUEZ ROSALES Cantares del Carnaval

Identidad y Carnaval EL RETRATO QUE NO BORRA

Carroza Homenaje a Chato Guerrero, Autor Leonardo Zarama. Registro corpocarnaval

JESUS BURGOSMaestro en Artes Plsticas de La Universidad de Nario. Participante en diferentes modalidades del Carnaval de Negros y Blancos. Diplomado en Carnaval. Diplomado en Historia Regional. Tallerista de Arte, Cultura y Carnaval. Ponente en diferentes eventos: en lo pedaggico, en lo cultural y el arte, Coordinador General de la Corporacin Caminantes del Carnaval.

Pues s son retratos que no se borran, en las diferentes culturas de contenidos simtricos paralelos asus pueblos, constituidos en meridianos locales, en mapas etnogrficos. Las fronteras de siluetas simblicas reafirmantes de la pertinencia en San Juan de Pasto, de lo cosmopotico, postales recordatorias, en la memoria danzante, sonora y asociativa compuesta de vestigios, narigueras, frontales, aretes colgantes de chaquiras de orfebres filigranas, rtmicas que armonizan la maestra en su obra nica. Perfiles de relieves elaborados con buriles, esptulas y pinceles, dicen ser comparecedores, se parece?, est idntico maestro le falta es hablar entonces porque no habla?, es el espritu, el alma, soy yo, es mi cultura, mi identidad: pmulos, tabiques, mentones de similitudes en lo idiosincrsico, en el bordado, la chisga, en el pespunte, es la lezna con que se tejieron los botines al paso sonoro del Clavel Rojo. Don Bolivitar, el chatito Julio y mi Pantojita querido, ruiseores de la meloda, en la cita clandestina, en la conquista del beso o en el tango gardeliano. Pues as y que, a mi me gusta el churo, ah pido un tinto con punta doble, un piel rojita vocifero junto a la vitrola de manivela, Amor que estabas cortando, ramitas de perejil, amor que se ha de .. Arpegios de pasillos o pasacalles, nomenclatura de voces. Himnos galleros, en quindes sinfnicos, plasmados en escuderos de bosques, ros o murales de zarcillos multicolores. Pero estamos en el toque serenatero y sonajero ya va ha llegar el siglo veintiuno del presente milenio, pero mi abuelito me contaba: que el fue en 1925 su primer disfraz el vestido al revs, son temporalidades de la poca porque recordar es vivir.Desde las culturalidades psicosociales: como va la carroza?, quines estarn?, los invitados de honor, la reina de tierra colombiana, la apanga, bullanguera y la airosa Guanea, con caretones emocionales el asombro del gesto o de la mueca, invocando la ruptura de lo cotidiano en hacer de la calle el oso o el que dirn, pero no es lo convincente, aqu no hay ni pena ni vergenza es u lenguaje corporal, su cultura y urbanidad en la agresividad esttica, importante ser desquiciado, pensante, es llegar de lo visible palpante a lo invisible efmero. Artesanos y artistas, en lo primitivo o lo clsico, en el barroco o lo abstracto, la vanguardia contempornea, donde se inscribe su participacin de la mejor manera posible, en lo litera ldico, ritual mtico-religioso hacer que el cuento, la leyenda sean embrujos de pluma y tintero, es el reconocimiento a la experiencia diciendo: Yo tengo cincuenta aos de participacin y no me las pico, yo llevo casi cincuenta aos y mi identidad es ser pastuso con huellas digitales de la primitividad, cultura y carnaval. Pero acabo de llegar, no importa eres todava un guagita

son valores interactivos de vecinitos, pero yo tambin soy dibujador de mapas y de croquis de mi Pasto lindo, le aprend al maestro clavillazo, es la familiaridad de principiantes y de experimentados, yo tambin aprend en la escuela de la vida pero puedo hacer muequitas de papel y de trapo, las guaguas de pan y les canto con mi charango para que bailen el 6 de enero la cancin ms bonita mi pastusita o el cachiri. Pero lo ms importante es la convivencia, porque hacer locura y cultura que ricura.

Identidad y Carnaval CARNAVAL SIN FRONTERAS

Carroza Deidad Ancestral de Hugo Moncayo . Fotografa. Jos Aguilar - Mario Hoyos

CARLOS ENRIQUE RIASCOS ERAZO Maestro en Artes Plsticas Facultad de Artes Universidad de Nario. Artista Profesional en Artes visuales por el Ministerio de Educacin. Jefe de Desarrollo Cultural Casa de la Cultura de Nario. Expositor y Tallerista: Barcelona, Venezuela - Lima, Per - Quito, Ecuador. Coordinador Artstico y Logstico Oficina del Carnaval. Director rea de Cultura y Carnaval Corpocarnaval. Integrante Equipo de Cultura Corporacin del Carnaval de Negros y Blancos de Pasto. DESDE LA MEMORIA O EL DESOLVIDO"Pese a las abundantes discusiones, la identidad nacional no est en riesgo. Es una identidad cambiante, enriquecida de continuo con el habla de los marginales, las aportaciones de los mass-media, las renovaciones acadmicas, las discusiones ideolgicas, la americanizacin y la resistencia a la ampliacin de la miseria, que se debilita al reducirse la capacidad de los centros de enseanza y al institucionalizarse la resignacin ante la ausencia de estmulos culturales". Carlos Monsivais

Esta propuesta intenta configurar algunos referentes culturales generales para llegar al mundo delcarnaval local, mezclando la apasionada actualidad, con grandes saltos en la historiografa, ayudado por fundamentos de varios pensadores de la sociologa, la cultura y la comunicacin. Agradeciendo a todos ustedes su asistencia, su apreciable tiempo y dedicacin a la construccin de la identidad del carnaval. No se puede negar que la nostalgia es un sentimiento humano muy profundo y valioso, en la medida en que nos ayuda a no tomar lo presente por lo nico vlido, pero tambin muy peligroso, incluso culturalmente puede ser suicida en la medida en que mira solamente el espejo retrovisor. Pensar que cualquier tiempo pasado fue mejor puede significar que no queda sino un cuarto de hora de futuro. La vida est reflejada en la cultura y la cultura se refleja en la vida, como la vida se proyecta en sus lenguajes y el lenguaje es la comunicacin de la existencia. Partir de all, significa hacer un recorrido por lo que nos identifica y nos diferencia, como formas vitales hayamos hecho nuestras por adopcin, aceptacin o transformacin y ya hacen parte de nuestras estructuras de pensamiento, sentimiento y expresin. Recordemos que al nacer ya llevamos sobre nuestra espalda cinco siglos de historia. Definitivamente hay mucha ms nostalgia para echar en el morral, ya en las prcticas cotidianas de la cultura tradicional como en la identidad social resultado de la fusin dinmica de diversos campos de accin en funcin o en comparacin con otros que no son como nosotros, por su manera de concebir la vida, de afrontarla, de asumir unas condiciones especiales de comprensin e imaginacin de la espacialidad, la temporalidad, la participacin y el respeto, la construccin de sociedad a travs de la creatividad o la expresin de sentidos vitales que nos hace visibles en un contexto de autenticidad, autonoma y autoctona. Tratar de entender cmo se relacionan las memorias que viven a travs de las culturas tradicionales es decir la dimensin material de la cultura y las dimensiones espirituales en trminos de creacin y produccin de saberes socialmente vlidos y valiosos; que se debaten con las contemporaneidades expresivas del momento y tratar de entender el papel estratgico que los procesos de desarrollo

cultural han jugado en la vida cotidiana de nuestra gente, en su ser y vivir diario, en sus imaginarios, en sus expectativas de vida, en sus modelos de comportamiento, los adelantos e influencia de la tcnica como dimensin y contraste en el uso de ellos por una cultura anterior y la contempornea, en resumen la dinmica de lo tradicional y lo moderno, en una transversal cultural que nos convoca y nos une: el Carnaval Andino de Negros y Blancos de Pasto. Bordearemos el origen profano, sacro e incierto del carnaval, ya en Sumeria, Egipto, Roma o Grecia y la relacin de la fiesta con seres de la mitologa, como Apis, Isis, Baco y Dionisios, Pan o Fauno, (15 de feb.) y Saturno (17 dic.) celebraciones romanas que se introdujeron a Europa por los comerciantes quienes hacan sus fiestas donde llegaban, en: Niza, Viareggio, Venecia, Munich, Santa Cruz de Tenerife, Cdiz o Lanz; de acuerdo a su tradicin en Europa el carnaval es una fiesta de primavera, todo su juego se adapta al paso de lo solar a lo lunar, las transiciones se operan desde su inicio el 2 de febrero hasta el martes de carnaval, de luna nueva. En el camino de la sensibilidad humana se siente la necesidad de un tiempo de sublimacin, de desenfreno, de subversin del orden, de volver lcitas actividades prohibidas, de no hacer los trabajos cotidianos, actos opuestos al espritu cristiano, escenas irracionales, grotescas y con cierto tipo de violencia, o mejor dicho acciones y representaciones locas, implicando la carnalidad, formaban parte primordial de la fiesta que supona la provocacin de un estado de alegra y confusin, burlas y bromas en poca de inversin y permisividad. En el devenir encontr animadores y censurantes como fiesta del arte o fiesta del espritu, el catolicismo no lo adopt pero lo tolero con regulacin, el Papa Pablo II en siglo XI fue un aliado permitiendo su realizacin en la calle de la Va Lata que desembocaba frente a su palacio. Amrica no se escapa de las censuras. Martes era de carnestolendas, vspera de la ceniza, primer da de cuaresma, ved que martes y qu mircoles, qu vsperas y que fiesta, la mujer se viste de hombre y el hombre se viste de hembra, aqu se asan entre cuestos, all se asan entre cuestas, que de gritos por las calles, que de burlas, que de tretas, que de harinas por el rostro, que de mazas que les cuelgan Rematan estos versos: Despdanse de la carne, tambin de la longaniza porque se nos va llegando el mircoles de ceniza. El mircoles de ceniza se despiden los amantes y hasta el sbado de gloria, vuelven a lo que eran antes. Estas rimas evidencian el tiempo de carnaval y la forma de celebracin de la fiesta europea. Hacemos un gran salto para llegar a Amrica Latina espacio mgico de diversidad enorme, en el que culturas profundamente diversas se expresan en lenguajes corrientes, donde tambin eran y son propicias las necesidades de expresin, de manifestaciones nicas de identidad, muestras de extroversin de nuestros pueblos, de ritualizacin, de transgresin de lo cotidiano, de la necesidad de dejar salir el otro yo, la otra edad, de compartir la alegra, de dar vida a personajes olvidados, de satirizar lo mal hecho, al patrn, de rendir culto a la madre tierra, al ancestro, a los seres diablicos o angelicales de inframundos o ultramundos, y la posibilidad de hacerse visibles cada uno con sus caractersticas culturales que le han dado origen y que los acerca y los aparta de los sentidos de celebracin autntica o influenciada. Pues bien, no hace falta contar la llegada de la cultura europea a nuestra Amrica, la influencia de la religin catlica y su incidencia en el ocultamiento de las celebraciones prehispnicas de nuestros aborgenes, su visin de dominio, ya ustedes suficientemente la saben. Sin retrica, solo basta recordar que no puede haber historia en Amrica sin el conquistador Pizarro o el inquisidor de Torquemada con toda su descarga de violencia, barbarie, ambicin y luto, pero tampoco puede haber historia sin el Arcipreste de Hita, Fernando de Rojas o la genialidad de Cervantes, que representan la aspiracin de derrotar la muerte mediante la creacin. Selva, pampa, montaa y sabana, nuestro pasado esta vivo en la memoria y el futuro est presente en el deseo de expresin y Amrica es simblica de la tarea inacabada, somos seres actuantes que se sobreponen para colmar ausencias a golpes de fe y reafirmar la identidad latinoamericana prospectada en una buena poca por los proyectos y miras ambiciosas de Bolvar, Jos Mart, Enrique Rod, Jos Vasconcelos, Alfonso Reyes en Mxico, Jos Maritegui en Per, Germn Arciniegas en Colombia y Arturo Uslar en Venezuela, ente otros talentos y plumas que promovieron la divulgacin de los valores americanos. Dejamos de lado otra vez la historia para ni siquiera tocar la catstrofe y los efectos definitivos en nuestra Amrica de la Guerra Fra que elevo a los Estados Unidos a la categora de rbitro supremo de los derechos y libertades de los pueblos del mundo, fetichizando el capitalismo y estableciendo su hegemona. Reconociendo la presencia en nuestra sensibilidad los valores atvicos heredados de la prehispanidad y el sello que le ha dejado otras expresiones estticas, lricas y teolgicas, el carnaval como una pelcula de rollo sin fin junta tantas manifestaciones culturales como las pueda sustentar su comunidad. Recordemos algunos carnavales de Amrica que reafirman esa sensibilidad; en Brasil: Ro, Salvador de Baha, Recife, Olinda. En Argentina los carnavales de: Corrientes, Guleguaychu, Humahuaca. En Bolivia: Oruro y La Paz. En Chile el de Punta Arenas. En Per el de El Puno. En Ecuador los de Ambato y Guaranda. En Paraguay el de Encarnacin. En Uruguay el de Montevideo. En Venezuela el de Carupano, En Mxico los de Veracruz, San Juan de Chamula y el de Mazatlan. El Carnaval de Panam, su carnaval de agua Culeco. Si se examina las constituciones de estos pases

repiten: Somos un pas pluricultural y multitnico, claro que esta mera declaracin en ninguno de ellos asegura la prctica de los derechos a la diferencia. Si revisamos algunos carnavales desde el otro lado del espejo, tanto los de Europa, como los Amrica contienen elementos que los identifican y diferencian en su ir y devenir: Tiempos de celebracin: Preceden el mircoles de ceniza y otros son prolongacin de la navidad. Espacios: Plazas y calles, clubes, salones y escenarios. Personajes que nacen, mueren y renacen, para animar la fiesta: El Burlamaco, Hidalgo, Bandeirante, el Capitn, Rey de la Perdiz, Rey Moro, Rey Momo, Rey de gallos, Reinas, el stiro, el matachn, el huari, el diablo, el negro, Joselito Carnaval, Portaestandantes, Juan Carnaval en Veracruz, Pericles. Imaginarios colectivos: Sacros como La Virgen del Socabn, La Virgen de la Candelaria, Santos patronos, profanos como Quilla, Pacha Mama, Inti; en las culturas agrarias los equinoccios y solsticios, la siembra, la cosecha, aporque y barbecho. Sentimientos: Pasin, amistad, Alegra, xtasis, catarsis, crtica, stira, inversin, gula, ridiculizacin, el mundo al revs, licencia para voltear la tortilla, subversin del orden, revitalizacin. Elementos de expresin y desdoblamiento: El Bando, dcimas, chiribogas, letanas, versos, testamentos, sonetos, cantos, exceso de comida, licor, msica, danzas, bailes, ldicas, juegos. Dispositivos de enlace: Bolas de cera o huevos vaciados rellenos con perfume, unturas como el holln, la miel, harina, serpentinas, plumas, confeti, cosmticos. Desfiles sin orden o en orden con participacin de: Representaciones teatrales, disfraces, carros alegricos, comparsas, comparsas musicales, cabalgatas, murgas, carrozas. Unos populares y otros con saldo econmico y carcter privado. No poda haber carnaval sin mscara, desde la antigua Grecia y Roma, como proteccin de los guerreros, ornamento religioso, representacin mtica en rituales ceremonias funerarias tanto de indgenas, blancos y negros, prohibidas durante la revolucin francesa, en Italia todos se enmascaran, a Brasil se introducen las mscaras de carnaval con el entrudo portugus en 1808 y toman fuerza en 1834, hechas de cera, papel fino u ordinario, madera, cartn, latn, fijas o con quijadas sueltas. En nuestros carnavales la mscara permanece como mascarn o pequea, alegre y divertida que reactiva tiempos e identidades as se lleve puesto como mscara el mismo retrato. Dejaremos por ahora a un costado las formas de organizacin. No olvidemos los versos de carnaval, ahora van unos de Huamantla, Mxico, pas que ha construido su profunda identidad: Comencemos compaeros, comencemos a bailar, en tres das sealados, que les nombran carnaval. Comencemos compaeros, comencemos la jornada, a ganar para frijoles, porque la carne se acaba. Pues bien, saltemos a nuestro Pas. En Colombia como en el resto de Amrica Latina, la imagen oficial de la identidad nacional ha sido elaborada por lites blancas y hasta blanco-mestizas (Muteba Rahier, 1.998), en torno a la nocin de mestizaje, lo cual vuelve invisible la diversidad tnica, en la cual las categoras de color expresan una relacin jerrquica en que lo blanco se encuentra en la cspide de la escala y lo negro en la base. En ms de una ciudad colombiana basta preguntar quien es indio y la mayora voltea la cabeza simulando que no ha escuchado nada. Mestizo yo?, se pregunta como una proyeccin de relacin. El sujeto mestizo, develado, con una identidad nunca asumida o culturalmente no legitimado, es un elemento que como recordatorio resulta importante, no se asume como tal porque de pronto hay una infatuacin de querer guardarse solo para s esa asuncin de pureza. Pero si en Amrica mestizos somos todos, todos somos ilegtimos y hemos sido expulsados de la lengua madre, y el problema de la crisis de identidad no es exclusiva de los colombianos. El mestizo es el gran salto que hace Amrica hacia su propia predestinacin dice Otto Morales Bentez. Lo anterior sugiere que desde la investigacin social se reconozca la simultaneidad de distintas competencias culturales y se propicie la construccin de una identidad basada en la organizacin de la diversidad y en los anhelos de bien comn.Describir nuestro Pas, la ta Miche del Maestro Leonardo Sansn apuntara: Eso no es bueno para la salud mental. Pas abrumado por los hechos trgicos y noticias dolorosas que no cesan, esta patria convencida por la farsa y el azar, donde las promesas alquiladas le dan mas calor al alma que las palabras piadosas, donde copulan las infamias y la impunidad rueda sin escrpulos, los lamentos que recubren el dolor ya no se mezclan con la sed de solidaridad, despus de un acto violento solo surgen lenguajes administrativos del Estado, lenguajes impersonales cargados de arquetpicas mamposteras consoladoras. Aqu nos duelen los delirios de la nostalgia, como madre de todas las tristezas, por perder una patria hermosa con toda su potencialidad de recursos humanos y naturales, ya no se quitar esta pena moral ni con los soplos, ni el remedio del abuelo Pacho porque al igual que los pensadores ms valientes se ha refugiado frente al televisor para distraer su alma convirtindose en el protagonista de telenovela. Hay nios que cargan su vida borrando todo anhelo de soportar el olvido y ahorrndose el tener que ordenar sus sueos rotos. Hay harto tedio por la existencia, hay ardores insatisfechos ya que pensar diferente es un riesgo, cuando el estado debera ensear a pensar como asimilacin pasiva para saber decidir, conciencia crtica, primer presupuesto para la convivencia pacfica, se ocultan las vibraciones orgnicas existenciales en conformidades aparentes que no dejan urdir la identidad. Pas signado por las diferencias sociales, econmicas, y culturales, donde las polticas pblicas no juegan un rol determinante, donde existe la necesidad colectiva de transitar hacia la tolerancia y la construccin de democracia con o sin reconocimiento de ciudadanos plenos. Cabe

preguntarnos Cuales son los procesos reales en nuestro Pas de construccin de identidades en plural? Dnde estn las voces mltiples de los representantes polticos sobre las expectativas de quienes son distintos culturalmente, sobre su identidad?

Es preciso conservar la radical honestidad no la fuerza para expresar los sentimientos de rechazo con claridad y dignidad ante la actitud de olvido de los polticos corruptos y los violentos que nos han hecho vctimas de sus mezquindades, no hay titubeos ni vacilaciones sobre los intereses proclives de la violencia. Cuando se han generalizado las anti causas, las fragmentaciones, las acciones de generaciones desencantadas; los hechos culturales renacen tercos con sus principios y valores humanistas para reafirmarnos en el compromiso como humanos, sin apellido, con la grandeza de pertenecer a un Pas que nos convoca a ponerle vida a este mundo que se ha acostumbrado a honrar la muerte, a encantarnos con hechos sencillos de esperanza, el arte como antdoto a la agresin, como revancha contra la ferocidad del desarraigo, de la impunidad; debemos mantener la expresin en sigilo fieles al pacto con la vida, ser caballeros con el legado imborrable de dignidad para reclamar el derecho a soar, a tener un amor irracional por la vida a usar como nica fuerza, la fuerza de la alegra y estar dispuestos a remover los afectos infantiles. En lneas gruesas los asuntos culturales no deben ser cortos esfuerzos para cumplir solo declaraciones de sobrevivencia. Puedo equivocarme pero estoy convencido de que esta es una hoja de ruta en la reconstruccin de la identidad nacional.Dejaremos tranquila a la historia nacional de nuestro Pas en su historia oficial de batallas y efemrides e incluso en su representacin simblica, en su engaosa uniformidad. Pues, parece que la globalizacin libera las identidades locales del casillero de la cultura nacional y las races de la fiesta cultural nos han redimido, por ello hagamos memoria de los espacios culturales que nos permiten mirar al pas de otra manera: El Carnaval de Barranquilla, considerado patrimonio cultural oral e intangible de la humanidad, en Barranquilla, se sabe con certeza que ya para comienzos del siglo XIX se realizaban fiestas organizadas por los migrantes que llegaban a Barranquilla y que llevaron consigo su acervo cultural, y celebraban el dos de febrero una cumbiamba en honor a la virgen de La Candelaria. El historiador Van Rensselaer describe en 1821 en la Gaceta de Santa Marta, como al conocerse el bando que declaraba la liberacin de Cartagena por el ejrcito rebelde del general Montilla se celebr en Barranquilla con incipientes elementos de carnaval. El Carnaval se celebra durante los das que preceden al Mircoles de Ceniza. En una poca el viernes anterior al Mircoles de Ceniza se elega a la reina del Carnaval, hoy se la elige con anterioridad con fines de promocin y difusin de las fiestas. Se elige tambin al rey Momo encargado de leer el bando. En Barranquilla se celebran varios desfiles por tradicin y condicin social, as los de la calle 40, los de la 27 y los populares. Uno de los das ms importantes es el sbado, con el desfile de La Batalla de Flores, compuesta por comparsas de msica y danzas como Los Congos, El Garabato, Las Pilanderas, Las Cucambas, Los Gurruperos, La Papageva, Las Farotas, Los Toritos, el Gusano, la Marimonda, mascaradas y la Banda de Baranoa, Los Chimilas, El Hombre Caimn, Cumbiambas como el Gallo Giro, Ventoleras, los Negritos, Timbalaye; Fiestas y expresiones incorporadas al Carnaval de las regiones vecinas. Escuchemos unas letanas de los pregoneros del Barrio Abajo: En el nombre del ron, del ron y nada ms que del ron (coro) Bendita sea tu pureza y eternamente lo sea, los borrachos se recrean en tu preciosa etiqueta, a ti celestial botella, llenita de puro ron, yo te ofrezco en este da, alma, vida y corazn, trtame con cario y que nunca quedes vaca, Aaaammeenn. Otro reza: Se va comenzar el desorden, y lo hacemos con disimulo y todo el que se cabree que se meta el dedo en el Culebra, cascabel. La cosa de las mujeres, en los pases cambia de nombre, la llaman por los refranes y tambin por sobrenombre. En Cuba la fruta bomba, en Puerto Rico gula gualla, en Venezuela es la cuca y en Curramba la papaya Solo nombraremos para no extendernos a otros carnavales: El Carnaval del diablo o de Rio Sucio, que realiza cada dos aos en calendario impar fuera de las clsicas calendas. El Carnaval de Bogot reconfigurado hace unos aos despus de un largo receso, se tiene referentes desde la poca de la real audiencia donde se prohbe a los nativos la prctica de pinturas sobre el cuerpo y las representaciones paganas, en su desenlace tambin involucr a los estudiantes con sus desfiles. El Carnaval del Perdn en Putumayo, en nuestro departamento en casi todas las poblaciones se celebra paralelamente el Carnaval de Negros y Blancos, el Carnaval de Ipiales y la Provincia, Carnaval del Fuego en Tumaco, el Carnaval de los Rojos en Buesaco el siete de enero.

En grandes saltos llegamos al departamento de Nario, retomando la definicin que hace el Maestro Carlos Villarreal, al Departamento como: Chagra, Chinchorro, Maloca, pensamiento que resume el espacio, la sensibilidad, la dimensin de complacencia, la espiritualidad, la posicin privilegiada de geografa exuberante, la regin de regiones: Andina, Amaznica y Pacfica. Los insondables paisajes y las proporciones humanas clidas y sutiles, fecundos altiplanos, imponentes montaas, acogedoras praderas de verde matizado, entorno paradisiaco de flora y fauna, majestuoso mar con acogedoras playas, tierras quebradas, heladas, fras y templadas. Relativamente conocemos poco acerca de la vida e historia de nuestros ancestros, los documentos de algunos cronistas espaoles han sido la base para el registro e investigacin por los expertos; en esta contextualizacin de la regin nariense el doctor Vctor lvarez comenta: aquellos pueblos eran grupos humanos con distintas economas, cuyo territorio estaba bien delimitado, muy diversas formas de expresin cultural, por lo mismo mantenan diferencias y rivalidades entre s, las diferencias pasaban por la lengua, los cacicazgos, las costumbres y an los territorios que servan de escenario para su vida social.Nuestro territorio, multitnico en varias ocasiones fue diezmado, encontrando en los Sindaguas la etnia que opuso mas resistencia militar a la colonizacin, los abades prefirieron emigrar a regiones de difcil acceso, Ingas,

Awa, Sibundoyes, Embera, Catos, Cuaiqueres, Telembes, Cuaques, Nulpes, entre otros, los Pastos y Quillacingas fueron de menor resistencia ante el abasallaje espaol, tal vez por su densidad demogrfica que imposibilitaba su desplazamiento, producindose con ms incidencia el proceso de aculturacin, imposicin o yuxtaposicin sucumbiendo los ritos y costumbres ante el espritu invasor. Posteriormente la reparticin que hicieron del territorio y de la poblacin en manos de los golillas, recaudadores y encomenderos y entre los cuales tambin existan grandes diferencias establecidas por el acaparamiento de poder. La cultura nariense se ha edificado sobre la axiologa catlica, la herencia romntica y una pica donde los prceres de la independencia y la resistencia local, el coraje de Agustn Agualongo, Gonzalo Rodrguez, han construido ese mundo simblico mas visible. La herencia artstica en Nario ha recibido tanto del legado de la sensibilidad precolombina como la visin del mundo y de las formas expresivas de la cultura hispnica con toda su carga y su inclinacin por el patetismo, la idealizacin, la retrica sumada a la actitud parroquial, la muerte y el dolor en los temas del arte religioso colonial extensivo del arte quiteo, por fortuna este marco cultural se ha ido cimentando sobre la influencia precolombina son su concepcin helioltrica, lunar, andina y litoral. La sonoridad nariense, las etnias regionales y sus cosmovisiones y nuestra particular posicin en el mundo y en la poca han construido as mismo el imaginario colectivo. A todo esto Nario ha tenido que luchar por un posicionamiento contra un marginamiento, contra el sealamiento que como condena histrica surgi a raz de las gestas bolivarianas contra la insurgencia local, adems de la visin centralista de la cultura. Nuestras ciudades a paso lento han ido encajando en el mundo de la modernidad. (2) La existencia de Nario est ineludiblemente ligada a la vida del campo, al espritu artesanal. Se recuerdan en la historia las gestas de insurreccin de los comuneros del Sur, a grandes saltos las diferencias culturales marcadas geogrficamente entre provincias, A partir de 1904 el camino de autonoma administrativa con la fundacin como el dcimo departamento de Colombia y el grado de progreso agrcola, comercial e intelectual con la creacin de la Universidad de Nario como generadora del pensamiento liberalizador, el sentimiento de patriotismo despertado a raz del conflicto con el Per, los sueos de prosperidad, los intentos de unin en causas comunes impulsadas por los movimientos sociales por las luchas regionales por la refinera de Tumaco que redifinieron en buena medida nuestro panorama como narienses; los sectarismos bipartidistas y sus pugnas han fracturado el destino del territorio nariense. La expansin agreste de los cultivos no lcitos y la violencia galopante en las ltimas dcadas, los avatares de los desplazamientos obligados, son entre otros aspectos los referentes que han configurado nuestro entorno cultural. La nostalgia del Sur, del verde poema y las hojas. En un salto interno, llegamos a San Juan de Pasto, para hacer un breve recordatorio de la ciudad, situada en el corredor andino, parte de la regin surcentral del departamento, es una de las ciudades ms antiguas de Colombia, catalogada como: Villa, cantn, distrito, capital provisional de la repblica en 1864, provincia y cabecera municipal. Se alza sobre el Valle de Atrz, custodiada por el volcn Galeras, abastecedora de diversos recursos, morada de nueve rdenes religiosas, con aislamiento relativo de otras ciudades circunvecinas pues es en los aos treinta cuando se empieza a construir una carretera hacia el norte del Pas y en los aos sesenta se consolida como va, trayendo expectativas entre lo tradicional y lo novedoso, estos ingredientes diferencian sus procesos culturales de otras regiones narienses y colombianas, y le otorgan un sello particular en su vida regional. (4) Reconozco la importancia de la historia en el estudio de la cultura del carnaval, por respeto, no entrar en estos dominios y la eminencia de la doctora Lydia Ins Muoz Cordero, quien presentar ms adelante su ponencia. Quienes hemos crecido en la urbe de San Juan de Pasto junto a sus encantos y desencantos tenemos la memoria de la ciudad acogedora surgida a merced de sus condiciones geogrficas benvolas, Encima de mi cabeza solo lomas, encima de mis orejas otras lomas, ya Tescual, Cujacal, Mocondino, Jamondino, y Juanoy, verdes lomas de Pas, de paz, de Pazto(5). Lomas que se vienen integrando como barrios a la urbe, indudablemente estos sitios son un producto histrico e inspiracin de la cultura campesina y semillero de la msica que los identifica. Por las situaciones de violencia hemos aprendido a convivir con niveles de inseguridad como en cualquier ciudad capital de Latinoamrica; existen desigualdades sociales y se acentan por ser Pasto un punto de encuentro o cruce de caminos; La convivencia con ms de veinte mil vctimas del desplazamiento forman parte de nuestra trasformacin cultural. Los nodos de inters cultural urbano han cambiado, la ciudad creci sin orden, no se aplican con rigurosidad las leyes de patrimonio tangible. Quien no siente miedo de pasar por los sitios de deseo, por los discursos travestis aledaos a la Plaza del Carnaval, importante referente del nuevo ordenamiento del centro de la ciudad; o la intranquilidad por la invasin de hoteluchos en los sectores de la avenida las Amricas, Idema, o alrededores del Terminal de transporte donde el lenguaje tambin se disfraza. No hemos tenido, cada vez que hacemos uso del derecho a la protesta las medidas extremas represivo-preventivas implantadas en las ciudades de modelos franquiciados de alcaldes de grandes ciudades de tolerancia? Tenemos representantes polticos con cscaras ideolgicas de ficcin con significantes vacos de cultura, con ningn compromiso social y anestesiada sensibilidad humana.

Tenemos una aficin superdeport con un caracterstico comportamiento ciudadano heredado, aprehendido del compartir en los escenarios del carnaval y barras como los: Cuyigans, Chamb de mi Vida o, Atake Massivo, cultura deportiva. La juventud tiene el ancestro latente tan vivo en el instrumento y la danza andina como la capacidad en los nuevos gneros del rock, una juventud que reclama visibilizacin con lenguajes y formas de expresin diversas desde el grafitti pasando por la creacin punk hasta el ave de cristal; solo pasemos por los antiguos sitios de concitacin y encuentro o una esquina de los barrios populares de los ms de cuatrocientos ochenta de la ciudad. Hay esnobismos, obsesiones, querencias, humanismo, tragedias y comedias, hambre y despilfarro como en cualquier ciudad que posee una cultura urbana, espacios donde confluyen diferentes intereses, donde las personas se interrelacionan entre ellas y con las infraestructuras. Se rescatan las preocupaciones desde el gobierno local por mejorar la organizacin del carnaval, por mejorar la deficiencia democrtica en los procesos de participacin, por la movilidad y espacio pblico, por la inclusin social, por la violencia relacionada con la diversidad cultural. A grandes rasgos incidencias que influyen en la identidad cultural, en el sentimiento y la expresin, en la relacin con el tiempo, el amor, el humor, el trabajo, el dinero y como estos otros aspectos de la vida diaria, en las fortalezas y debilidades del ethos del ser pastuso y naturalmente en la visin, en la subjetividad, la intertextualidad, interculturalidad o metadiscurso ldico del Carnaval. An quedan fragilidades y resagos de la estigmatizacin desde el centro del Pas, pero sentimos al tiempo con orgullo el reconocimiento de latitudes ms significativas al trabajo intelectual, artesanal y a los valores del Carnaval. El carnaval como el arte ha sido alentador de lo ms profundo de la vida pastusa, desacralizador de lo sagrado, sacralizador de lo profano, disolvente de todo lo slido, evocador del cuerpo, converso del tiempo prohibido, creador de su historia y el artesano con vocacin de guaquero sobre lmites del sentimiento y la libertad, ha creado y seguir creando en el desenvolvimiento de la violenta lucha de contrarios entre el plusvalor y la experiencia sensible, entre la risa y la seriedad, entre las bellas artes y el arte efmero, entre la crtica y el reconocimiento, entre arte y pblico, entre la fantasa y la sobriedad costumbrista, entre el profesionalismo y el empirismo. Por ello la identidad cultural del carnaval, tiene numerosas opciones discursivas, su historia en construccin, se concreta en su capacidad de construir en espacios ajenos lugares propios, en tiempos dispersos ritmos discontinuos, para que la significacin de sus actos de habla como de accin realizadora de su propio proyecto adquieran un movimiento capaz de crear, convocar, ocupar, defender y movilizar la vida de los pastusos. Algunos referentes histricos dan cuenta de celebraciones sincretizadas y de carnaval, citaremos dos retomadas por el Catedrtico Benhur Cern Solarte en el tomo V del Manual de Historia de Pasto, editado por la Academia Nariense de Historia en el ao 2002 que narra Juan Bautista Boussingault sobre la vida social y poltica de Pasto en 1830. La primera ceremonia que presencie fue la Octava de Corpus: altares arreglados en las calles, tropas bajo las armas, indios disfrazados de marqueses del antiguo rgimen danzando cadenciosamente delante de la procesin y casi todos borrachos, tomando chicha todo el da y en la noche rellenndose de locro (papas) y de su cacera favorita el marrano de indias* . Hice la observacin de que los fusiles de los milicianos estaban en muy buen estado y se me contest: Si, porque estn al servicio de la iglesia: pero que se les solicite para otro servicio no habr ni milicianos, ni fusiles Otro referente hace alusin al juego del carnaval y como lo juegan entre los grupos de la misma clase social, de costumbres tradicionales, dice: Una tarde nos advirti la seora de Vivanco que nos vistiramos al da siguiente con la peor ropa que tuviramos. Sin comprender el sentido que encerraba tan sencillo consejo, no acertamos a seguirlo sin saber de donde, nos cay encima una granizada de huevos llenos de esencias, las que, si bienes cierto nos perfumaron, no lo fue menos que echaron a perder lo que llevbamos pronto desciframos el enigma, al ver la casa del seor Vivanco literalmente invadida por varias seoras y seoritas, con el objeto de jugar al Carnaval, fiesta en la cual habramos de llevar la peor parte. Tuvimos, pues, que soportar el diluvio ms o menos inocente, hasta que nos dimos cuenta de nuestra verdadera situacin. En tanto se nos arrojaban sustancias inofensivas, las cosas no pasaron de una burla divertida; pero cuando sentimos que se estrellaban sobre nuestros pobres cuerpos las bolas de aserrn o ceniza con miel, holln y barnices y otros ingredientes semejantes, resolvimos jugarnos el todo por el todo y nos refugiamos en uno de los corrales de la casa. Armados con aquel parque, atacamos sin tregua ni descanso a nuestras perseguidoras, nos apoderamos de una vieja vasija de miel con la que enmelamos a las asaltantes, sin reparar en el modus operandi de tan peregrina diversin A las cinco de la tarde , rendidos de la fatiga, recobramos el juicio y dimos de mano al Carnaval, para lavarnos y mudarnos de ropa pues la que tenamos no fue ms de provecho. Hicimos llamar a un indio para que nos cortara el pelo de raz, pues era imposible desalojar de otra manera el aserrn y ceniza que nos haban refregado, y por la noche terminamos la diversin con una agradable tertulia, en que nos obsequiaron un delicioso rosero

Referentes que autentican al Carnaval de Pasto como hecho cultural centenario y abren espacios para nuevas miradas desde la investigacin histrica. El Carnaval Andino de Negros y Blancos de Pasto, Patrimonio cultural de la nacin, es un hecho cultural sorprendente, fiesta de todas las alegras que contiene y expresa imaginarios colectivos de profundo arraigo social, ms all del hecho episdico permite disear estrategias de formacin

ciudadana y de revitalizacin de expresiones simblicas, mticas y de la cotidianidad. El carnaval es un constituyente primordial del ser pastuso, contribuye a elevar la autoestima colectiva, a potenciar el amor a lo terrgeno, es integrador social, es la mxima expresin de la cultura popular que convoca a multitud de personas sin distingo de clase social, tnica, religiosa, generacional, o de gnero, para disfrutar en un goce pblico de convivencia cimentada en la participacin libre y tolerante, en el respeto y juego limpio. Como prctica cultural rene en su expresin artstica, ldica y festiva el espritu del legado cultural de imaginarios colectivos ancestrales, mestizos, afrodecendientes, hispanos, incorporando adems imaginarios universales, respetando la tradicin y la diversidad y posibilitando que la temtica de los motivos presentados en el desfile del seis de enero sea innovadora, libre.Se celebra fuera de las calendas, como una prolongacin de las fiestas decembrinas y de epifana. Se realiza en calles, plazas y escenarios pblicos. Es un espacio para el reconocimiento social del trabajo de los artesanos, artistas populares y cultores, consolida la identidad y la transmisin de saberes de generacin en generacin preservando su tradicin, su esencia, en armona y concordancia con la innovacin, creatividad y contemporaneidad. El carnaval asocia disciplinas y caractersticas pluriculturales, donde el juego, la ldica son de participacin colectiva porque el espectador se vuelve actor y junto al arte efmero y la alegra colectiva son sus principales ingredientes. El Carnaval Andino de Negros y Blancos de Pasto, evento eminentemente cultural, convoca en su realizacin y disfrute al noventa por ciento de la poblacin. Desarrolla una etapa considerada de precarnaval o prolongacin de las fiestas navideas entre el 28 de diciembre y el 3 de enero, etapa que va animando los acontecimientos del propio Carnaval, 4, 5, y 6 de enero. En su organizacin y presentacin ocupa ms de las tres cuartas partes del ao, la etapa de Precarnaval contiene: El veintiocho de diciembre El Da de Inocentes, purificacin colectiva mediante el juego con agua, el Arco Iris en el Asfalto, espacio cultural para el contacto artstico con la piel de la ciudad, El Paseo en bicicleta por los sitios de inters cultural, y el Encuentro Recreo - Deportivo. El treinta de diciembre la Serenata a la Ciudad de Pasto con los mejores tros que al final forman una gran rondalla. El treinta y uno, el desfile de Aos Viejos, momento para expresar en un monigote hecho de cartn, trapos o papel; satricamente, crticamente el mal humor provocado por los hechos o personas del sector pblico que han incidido negativamente, al Ao Viejo lo llora una viuda y se incinera junto a un testamento a la media noche. El dos de enero de madrugada el homenaje a la Virgen de las Mercedes, despus las colonias residentes en la ciudad muestran su cultura, en horas de la tarde y noche la msica alternativa convoca a la juventud. El tres se realiza El Carnavalito, muestra de la herencia viva del carnaval desfile efectuado por la niez; en horas vespertinas un desfile pico de colectivos coreogrficos invade la senda en sentido contrario con sus msicas y danzas andinas para llegar a un Estadio Libertad repleto de pblico donde el corazn ancestral palpita acompaado de un concierto de msica latinoamericana. El precarnaval es la antesala, la bienvenida, a la magna fiesta del Carnaval. Los desfiles son pblicos se realizan a lo largo de la senda del Carnaval, recorren casi cinco kilmetros y los avivan permanentemente ms de cuatrocientas mil personas. Los elementos de juego son: cosmtico, talco, serpentina, confeti, espuma. El hilo animador de los desfiles es la msica interpretada por murgas, temas como: La Guanea, El Miranchurito, Sandon, Mi Pastusita, Agualongo, El Sonsureo, no paran de sonar desde el 28 de diciembre al 7 de enero. El cuatro de enero, empieza el tradicional Carnaval con el desfile de la Familia Castaeda mostrando el sentido de hospitalidad de los pastusos. Rememora la tradicin y las caractersticas de los pobladores urbanos y rurales de la comarca, textualizando la entrada de lo folclrico en la urbe, implicando con esto la convivencia de dos ideologas e imaginarios interpenetrados; es la experiencia en la urbe lo que hace aflorar el sustrato campesino. En el desfile se representan escenas de la tradicin y costumbres regionales, personajes que han dejado su huella en la historia de Pasto. El desfile se celebra desde 1928 cuando un grupo de connotados amigos invita a una familia trashumante a disfrutar de las fiestas que se celebraban en nuestra ciudad, bautizando a la estirpe con el nombre de familia Castaeda. Este da Pericles Carnaval hace lectura del bando donde expresa su complacencia, hace el recibimiento de la Familia Castaeda, da la bienvenida a los visitantes, prohbe la tristeza, invita al juego limpio, a vivir en fraternidad, alegra y respeto el Carnaval.

El Cinco de Enero, se celebra el Da de Negros, origen ldico del carnaval. Se tejen varias teoras sobre el inicio del juego de negros, basadas en textos de cronistas e historiadores como Jos Mara Cordovez Moure, Fernando Ortiz, quienes aluden al poder colonial de dominio, invasin, sometimiento y consecucin de la libertad de los negros en diversas regiones donde hubieron asentamientos de minas y trabajos forzosos: Cuba, las costas del Caribe y Pacfico, Oruro, Brasil y riveras de ros como el Pata. Una teora dice que es una ceremonia recordatoria heredada del Gran Cauca cuando la corona espaola dio libertad a los esclavos, una celebracin social que da origen a reavivar el espritu africano en palenques quienes en esa bsqueda de igualdad hacen con holln o carbn molido y grasa una especie de cosmtico que se untan entre los grupos familiares y entre conocidos. En nuestras fiestas desemboca como celebracin popular a finales del siglo XIX, con el uso de negro de humo y vaselina y durante varios aos con un fino cosmtico (Melchor), el pueblo jugaba en cuadrillas y rondas que se compartan en calles y concurran a la plaza de Nario; adquiere posteriormente caractersticas grotescas, se dice que la apertura de la carretera al norte incide en esta prctica. Es bueno recordar que nuestra regin no contaba para la poca con un nmero significativo de esclavos, hoy cuenta con una poblacin nutrida de afrodecendientes. El juego Tatuaje, el juego caricia, como lo cataloga la doctora Lydia Ins Muoz Cordero, gana terreno en la cultura popular nariense y se inserta en la andinidad para convertirse en el segundo da del Carnaval de Negros y Blancos de Pasto.

Es pertinente marcar aqu algunos referentes del negro como etnia, o color en el carnaval, solo recordemos que en las bacanalias romanas los jvenes danzantes pintaban sus cuerpos con unturas simulando al negro, en Europa la leyenda del oso hibernante cuando el dos de febrero sale de su cubil a examinar si el invierno ha terminado, convertido en ritual y simbolizado por los jvenes disfrazados de osos los cuales pintan con holln a quienes estn a su alrededor, pues todo debe estar negro para asegurar su salida de la madriguera y as se confirma el inicio de la primavera. En los carnavales cercanos a Veracruz, un anciano vigila el orden del carnaval, como gua y custodio pintado con tizne y manteca. En el mismo Mxico en el carnaval de Yanga se pintan rostro y cuerpo de negro como enmascarados transformando su piel en la piel del ancestro, del cimarrn, del negro que huye y se revela. Nuestros antepasados en sus rituales de siembra y cosecha o celebraciones cosmolgicas pintaban sus rostros con bija y tinturas naturales. En el carnaval de Barranquilla las etnias y danzas de negritos pintan su cuerpo con un barro negro. En Ecuador en Latacunga, el personaje de La Mama Negra, es un hombre pintado su rostro de negro, en Rio de Janeiro la Mae Preta es un personaje que se repite en varias versiones del desfile igual que hombres con caras y cuerpos pintados de negro. En nuestro carnaval es el origen del juego, el que inicia con la pintica en el rostro de la amiga, de la vecina, del compadre del transente que despus se desborda a volverse negro por un da. En l, sin distingos, se entrelazan los jugadores propios y visitantes extro vertiendo su alegra y entusiasmo hasta llegar a una euforia colectiva. El Seis de Enero, Desfile Magno, da apotesico y culmen de las fiestas. Es la exaltacin del espritu pastuso. En confrontacin amistosa los artesanos, msicos, danzantes y actores, participan en el desfile magno mostrando su ingenio, su potencial creativo, en un condensamiento de las expresiones artsticas y donde la alegra es la portadora de la calidez humana que contagia a los espectadores a participar y ser actores en el juego, en el desdoblamiento y catarsis colectiva. El 6 de enero el desfile es el evento central donde los artesanos de las esculturas de papel muestran toda su magnitud. El cuerpo del desfile esta compuesto por: la Carroza real, dos colectivos coreogrficos, murgas, disfraces individuales, comparsas, carrozas no motorizadas y veinte carrozas motorizadas.

Hablar de nuestro carnaval, es hablar de nuestra ciudad, de nuestra sociedad creativa, es entrar en la sensibilidad ingeniosa de los artesanos como parte fundamental de nuestra fiesta grande un reconocimiento inmenso a todos esos hombres y mujeres que han construido la vida del carnaval, artistas y cultores; es hilar la historia de la comunidad en dilogo permanente del pastuso con su tiempo, en la sugestin de los sentimientos perecederos de humanismo, de la reafirmacin de nuestra identidad y la construccin de ciudadana pensada en los valores de respeto, inclusin, derechos culturales contenidos en el Carnaval y edificar alrededor de propsitos comunes; es disfrutar la alegra colectiva, el juego, la participacin, el ingenio de los creadores, la palabra vuelta sencilla despus del profundo estudio. Para terminar los versos populares a nuestro Carnaval Los recuerdos del ayer,

la Familia los presenta, chuta viejo y alpargatas, y a bailar con esta ingrata. Las orejas me llenaste con cosmtico ayer, si quers que te eche un talco, dejte no ms coger. Ya alhucema no se usa, ni enagua morada tampoco, por echarte un talquito, me estoy volviendo loco.Canta, danza en el Carnaval todos nos volvemos a encontrar, blancos, negros, todos pueblo gran canto de nuestra identidad, verso de l Grupo Races Andinas. En conclusin quedan mltiples rutas abiertas para impulsar el latido vital del Carnaval, sin sentir nostalgia por lo que viene y pensar en las pisadas ondulantes para ir ms lejos. Algunos Riesgos: La visin antropolgica, tradicional obsesionada por conservar al no aceptar que la cultura del carnaval lo que busca no es slo conservar sino tambin desarrollarse, El proceso de globalizacin que tiende a devaluar las culturas fuertemente arraigadas en un territorio, es decir, tiende a devaluar los referentes territoriales de las culturas, de las identidades, los territorios replican exasperando sus seas de identidad hasta llevarlas al punto de exclusin. As, la valoracin de los rasgos propios no se hace slo como afirmacin de lo propio sino como desvalorizacin del otro que convive conmigo. Los medios de comunicacin que tienen sumisin y complicidad con lgicas del mercado, y con lo que esas lgicas imponen de superficialidad, de deformacin cultural, los medios de comunicacin masiva juegan en la vida cotidiana de la mayora de la gente: la manera en que esos procesos inciden en la cultura cotidiana de la mayora de la gente, en sus imaginarios, La tendencia de la elite a creerse salvadores de procesos culturales que desconocen. La tendencia a defender una sola teora y desconocer la validez del trabajo de investigacin o vivencia creyendo ser las nicas capaces de investigar. La vida social que hoy se convierte en cultura. Hoy son sujeto y objeto de cultura tanto el arte como la salud, el trabajo o la violencia. El desconocimiento de otras culturas, que nos hace creer nicos. Dicho conocimiento conlleva una reflexin sobre lo que es comn a todos los seres humanos, pero tambin sobre las diferencias. En la medida en que consideremos la diversidad como riqueza y como patrimonio comn, y no como obstculo, seremos capaces de reducir tensiones y convertirlas en una fuerza positiva.

El riesgo de no refundar la inclusin social, participacin mestiza, blanca, negra, en el nombre de Carnaval de Negros y Blancos, contextualizado en un carnaval andino, cultural y socialmente incluyente La posicin excluyente del artesano hacia nuevos participantes La invasin visual por comercializacin o canje publicitario sin control La concepcin del carnaval solo en el sentido fiestero descuidando sus contenidos sociales, histricos, etnogrficos, culturales No entender la sostenibilidad como un concepto que va ms all de los aspectos ecolgicos, puesto que es uno de los factores que permitir crear las condiciones de valoracin necesarias, el reconocimiento y el dilogo entre nuestras comunidades.

Propuestas: Descontaminar el carnaval reglamentando el uso de productos nocivos para el ambiente y la salud. Proponer que el Plan de Ordenamiento Territorial tenga en cuenta en sus proyectos los espacios pblicos construidos en torno al desarrollo del Carnaval como el trazado de la senda el entorno social de la plaza del carnaval. Reglamentar la comercializacin de los espacios pblicos evitando la polucin visual, la profanacin del espacio pblico por los anuncios comerciales. Tener en cuenta a la hora de realizar pactos de financiacin el lavadero de productos. Promover una identidad en los productos de carnaval evitando el reciclaje de elementos otras ferias y fiestas. Revisar las condiciones de participacin de fragilidad econmica que se refleja en la presentacin precaria de algunos trabajos Ofrecer otras dinmicas relacionadas y ms amplias de la cultura social, campaas pedaggicas, y la importancia de invertir en estos temas y dinamizar procesos de mejoramiento de actitudes. Socializar en que dimensin estamos dinamizando el saber hacer y los esfuerzos regionales en bsqueda de la declaratoria como Patrimonio cultural de la humanidad.

BibliografaMUOZ, Cordero Lidia Ins. Juegos Profanos en Tiempos Sacros. Academia Nariense de Historia. Manual de Historia 1998. CERON Solarte, Benhur. Comentarios, Crnicas Viajeras Sobre la Ciudad de Pasto. Academia Nariense de Historia 2002 BARBERO, Jess Martn. Las transformaciones del mapa cultural: una visin de Amrica Latina. U de Sevilla, Espaa, 2002 QUIROZ Malca, Haydee Q. El Carnaval en Mxico. Editorial Concejo Nacional para la Cultura y las Artes, 2002. BAJTIN, Mijail, La cultura popular en la Edad Media y el Renacimiento. Madrid, Alianza Editorial S. A., 1987. GIL, Helffhurittz, Gabriel Mauricio. Orgenes de los Carnavales en la Costa y en Barranquilla. Memoria y Sociedad, Pontifica Universidad Javeriana

Identidad y CarnavalEL CARNAVAL DE PASTO, FUENTE INEXPLORADA DE CREACIN LITERARIA

Concentracin Carrozas. Foto: Etennie Lcocq

EMILIO JIMENEZ DORADO

Diseador grfico de la Universidad Nacional de Colombia. Promocin 1972

Fundador de la Escuela de Artes Populares Casa de la Cultura de Nario. Docente de Diseo Grfico de la Escuela de Cermica del la I.U. CESMAG Docente de Diseo Grafico de la Facultad de Artes de la Universidad de Nario. Cultor e investigador del carnaval permanente.

INTRODUCCIN

El Carnaval de Negros y Blancos, es la veterana de todas las fiestas populares de Colombia, pues sus remotos orgenes nos trasladan al Siglo XIX, cuando se trataba de aplacar a los negros rebeldes concedindoles un da de festejo popular escogindose el 5 de Enero en honor a Melchor, el mago rey negro. Esos aos de historia del Carnaval de Pasto, integran el ms importante bagaje de la cultura regional y la ms valiosa experiencia de creacin colectiva, toda vez que se manifiesta como un sistema de representaciones de la identidad colectiva que cohesiona a sus integrantes no slo durante las festividades el que cada artesano del Carnaval gesta su prxima creacin y en el que cada habitante espera el arribo del prximo Carnaval. Sin distingo de clases sociales, los pastusos participan con entusiasmo desbordado en su Carnaval: artesanos, cerrajeros, pintores investigadores es el momento en el que todos nos identificamos en un solo objetivo: enaltecer el orgullo regional a travs del festejo. As, se va tejiendo la personalidad carnestolndica del nariense, con la trama de su imaginacin, de su cosmovisin, de sus creencias, de la exacerbacin creativa de su realidad cotidiana en una manera de ver el mundo que en fin, transforma el territorio en el espacio vital de la recreacin, la fantasa y el talento, heredad histrica de esta comarca. Un espacio, que sin embargo, no ha sido tal vez suficientemente explotado como fuente de inspiracin literaria.

1.

Qu se ha hecho sobre la literatura del Carnaval? La Produccin Literaria del Carnaval de Pasto

Pese a la importancia cultural del Carnaval, su vivencia no ha trascendido como es de esperarlo, a otras manifestaciones artsticas como el teatro, la msica del Carnaval y la literatura regional, en sus modalidades de crnica, cuento, novela, ensayo, poesa Es verdad que existe una representativa produccin literaria, pero no en la cantidad que el evento reclama, y la mayora de las obras encaminadas al recuento histrico. Se adolece de la recreacin potica de la fiesta, de la descripcin de la vivencia interna de las personas que participan, o de una proyeccin creativa a manera de ensayo. Personas que se preocuparon por dejar un testimonio escrito, y de alto grado de preparacin, como Carlos Albornoz, Neftal Benavides (Karamelo) Guillermo Edmundo Chvez, Hctor Bolaos A., entre otros, dejaron para la posteridad deliciosas crnicas de refinado estilo, que se leen con deleite en revistas como la Ilustracin Nariense, Cultura Nariense, en peridicos como el derecho, el radio y el Diario del Sur. Ms recientemente han aparecido libros, muy bien editados de los investigadores como Lydia Ins Muoz Cordero, Jaime Zarama, Miguel Garzn, entre otros. Es posible tambin que una bsqueda ms sistemtica nos depare producciones inditas de autores populares ocultos tras su anonimato, tarea de recuperacin que bien valdra la pena emprender. As por ejemplo, el profesor Arturo Rueda Erazo, particip, en una reciente tertulia de Amigos del Carnaval, promovida por Corpocarnaval, con un preciso poema titulado Carnavalero El Jugador

2.

Qu ofrece el Carnaval como fuente de inspiracin literaria? El Carnaval como musa literaria

Este hito cultural posee para su realizacin, un sinnmero de facetas y dimensiones tanto en la parte conceptual como en su logstica y en su proceso creativo y tcnico, en la cotidianidad de sus vivencias personales, familiares, de barrio, las cuales por lo general son desconocidas por los espectadores de la fiesta, vindose privados por ende de ese otro Carnaval, el de la vida y los entretelones, el Carnaval

del Carnaval, lo inslito pero verdadero, lo tragicmico, lo macondiano, lo lrico, lo metafrico y hasta lo inslito. Como una austera funeraria del Barrio Obrero, convertida por la magia del Carnaval, en un taller de mscaras, o el sanitario de una casa particular trasformado en depsitos de muecos, o una curtiembre del barrio de Ulla guanga, en un escenario de una nave de ultratumba como el Carro de la otra vida de los hermanos Ordoez. Solo por va de ejemplo cabe hacer un rpido recuento de las posibilidades literarias que encierra el Carnaval: El perfil histrico de sus personajes. La remembranza de hechos y situaciones acontecidos en la regin, en pocas pasadas como rescate del tejido histrico. El lenguaje metafrico con el que se exalta a la raza mediante sus mitos y leyendas. La factura de trabajos de gran envergadura, que implican la dedicacin laboral de muchas personas, como tambin la competencia profesional de los artesanos, sus conflictos y tensiones, la apropiacin de ideas, dramas pasionales, y ms de un problema domstico, que sera un espacio abonado, para una representacin escnica o porque no un sabroso sainete parroquial. Los talleres y casas de familia, en donde se labora hasta altas horas de la noche, escenarios que son un tanto surrealistas, donde gigantes caras de matachines con sus ojos de insomnio, miran las pequeas tragedias humanas de sus gestores, matizados por la msica colocada a alto volumen y por la luz rojiza de las fogatas improvisadas, que se han prendido para agilizar el proceso de secamiento, del papel peridico, al agua cola y el yeso. Lo anterior no es ms que un escenario teatral en movimiento, en el que los actores con los rostros fatigados y su maltratada ropa de trabajo, complementan la escena. Falta tan solo, que se levante el teln, para iniciar este sainete de la vida, que no es ms sino el Carnaval, en su da de gala, el desfile y la muestra de un trabajo colosal. Dicho escenario someramente escrito, da paso a la creacin teatral, con su drama pasin y suspenso, como tambin a la risa y el cuento o a una tertulia de amigos.

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Obras de teatro, cuentos cortos, novelas de carcter, ampliaran ostensiblemente el horizonte cultural de la regin, trascenderan fronteras en eventos internacionales y nacionales como el Festival de Teatro en Manizales, o el Internacional de Bogot, eventos poticos en Medelln y Manizales, escenarios ideales para mantener vigente el ambiente cultural de Pasto y su magna fiesta.

3.

Necesidad de promover el Carnaval en torno a la produccin literaria. Manos a la obra

El relieve global que ha adquirido el Carnaval de Pasto en los ltimos aos, apremia la expansin de la creatividad regional hacia la cultura literaria so pena de que permanezca en el anonimato las historias mgicas de la fiesta. Las entidades educativas y de promocin cultural, los gobiernos locales y departamentales y las entidades nacionales creadas para la gestin cultural, tienen aqu la palabra para poner manos a la obra, mediante el desarrollo peridico de cursos de historia del Carnaval, foros y talleres ilustrativos, en los que los estudiantes observen procesos y manejo de los materiales, aprendan cmo se gesta una idea, cmo se investiga y se recrea una iniciativa, cmo se la visualiza, etc. Despertado el inters y el conocimiento, vendrn posteriormente los concursos literarios en el teatro, el cuento, la novela, en los que se los distinga y estimule la creatividad y la produccin literaria. Como se puede deducir de lo anterior, el Carnaval de Pasto, es una fuente plena de emotividades, un aquilatado manantial de cultural ciudadana, de cultura de paz, de fantasa y de alegra, como un detente literario a la intolerancia y a la desesperanza. Manos a la obra!

Identidad y CarnavalFORMACIN ARTISTICA Y CULTURAL ENCUENTROS DE CULTURA Y FIESTA ESCOLAR

Danzante Humedales

HUGO LOPEZ. Docente y Gestor Cultural - Magister Etnoliteratura -Director de teatro Vinculado por mas de 20 aos a los procesos culturales del Departamento Coordinador regional Programa CREA Mincultura - Gestor en formacin artstica y cultural de docentes Participante en Carnaval.

Es un tema que a veces nos a causado como pnico y que se presta a muchas discusiones a la cual yo quisiera que nos abstengamos, simplemente es una propuesta que se present a la Asamblea de delegados del Magisterio de Nario de la importancia que tiene la formacin artstica y cultural de los docentes porque en ello recae todas las realidades, vivencias y fantasas que llevan los nios de all que digamos que l es casi el responsable, de que ese nio que canta, que baila, que danza, que expresa muchas cosas, las aprenda, pueda recogerlas, pero si el docente no est formado muy difcil le quedar poder abrir espacios, caminos o motivaciones o creacin de agrupaciones artsticas de todos los jvenes para que ellos puedan expresar otros nuevos lenguajes, otras nuevas significaciones otras nuevas posibilidades. Creo que el problema vital es que no se han construido unas polticas culturales con respecto a la formacin de los docentes a pesar de que la Ley si lo contempla, la ley lo dice , desgraciadamente hoy mientras campea la infamia, si, la cultura el arte y las expresiones artsticas son relegadas, son materias de costura o son actividades extra acadmicas, hay una deficiencia total con respecto a profesores en formacin artstica, por eso es mi propuesta, de como hay esa deficiencia que no tenemos especialista s en diferentes disciplinas artsticas por lo menos si podamos no formar a los profesores no volverlos artistas, si por lo menos que tengan una mirada, un nuevo sentimiento sobre lo que nos rodea, sobre

nuestra cultura. Los nios y jvenes con que pensamiento se piensan, con que pensamiento nos piensan, ahora con que pensamiento nos pensamos. La siguiente definicin pertenece a la UNESCO y fue acogida por el Ministerio de Cultura, por el proyecto de Ley de Cultura. Cultura: Es el conjunto de rasgos definitivos, espirituales, materiales, intelectuales y emocionales que caracterizan a una sociedad o grupo humano y comprende, ms all de las artes y las letras, modos de vida, derechos humanos, sistemas de valores, las tradiciones y creencias. La misin Colombia al filo de la oportunidad desde su proclama por el Pas al alcance de los nios, plantea la pregunta por nuestra identidad cultural y sus nexos con la educacin, en sus recomendaciones esta el de impulsar y reformar la educacin artsticas logrando la apertura de espacios para el desenvolvimiento y despertando las vocaciones artsticas como propsito central para consolidar una nueva educacin la cual potencialice en forma temprana las vocaciones y posibilite una slida formacin tica y esttica, hoy ms que nunca es primordial para los maestros superar la escisin entre educacin y cultura, esta problemtica es reflejo de la indiferencia por parte del sistema educativo y de la cultura oficial frente a formacin cin artstica y cultural del hombre nuevo para el maana. No existen programas verdaderos que aspiren en forma metodolgica, didctica al acercamiento a las expresiones culturales locales y regionales, ms an de instituciones educativas especializadas en educacin cultural. No es posible promover la equidad del sistema educativo o expandir o diversificar la cobertura de la educacin o fortalecer la institucin educativa, sin aproximar profundamente la educacin a los problemas culturales. Nuestro reto, hay necesidad, entonces, de crear espacios en torno a lenguajes sensibles, cotidianos de una juventud soadora que resuelva sus inquietudes, anhelos y esperanzas, es construir un modelo pedaggico cultural de vida, el medio ms eficaz de comunicacin y participacin, de convivencia y solidaridad, es la aprehensin del universo y la entorno social cotidiano, es la conquista del tiempo y del espacio escolar reflexivo e independiente, es la construccin del hombre del presente para el futuro. Los encuentros van a permitir nuevas formas de comunicacin humana, cada evento propone nuevas lecturas de los imaginarios simblicos que determinan su regiones lenguajes verbales y no verbales, el verdadero sentido de pertenencia e identidad, la solidaridad y la tolerancia, la capacidad de organizacin y convocatoria, la capacidad de concertacin y la valoracin de sigo mismo y con el otro; el intercambio de experiencias y el respeto por la memoria que ha sido tallada a travs de los tiempos. No es la simple muestra o presentacin de trabajos, queremos dimensionar y proyectar tambin la escuela abriendo posibilidades al intercambio de experiencias en transformaciones sociales o formando agrupaciones o promoviendo o reactivando los centros literarios los recitales, las tertulias, toda forma organizativa, institucionalizar fechas conmemorativas, dar vida y hacer de las bibliotecas espacios de creacin, de produccin, centros de memoria y conciencia histrica. Para acompaar esta gran fiesta de la cultura es de vital importancia dotar polticas de capacitacin para profesores, estudiantes, padres de familia en la gestin y organizacin artstica y cultural que estimule la investigacin, la creacin artstica en todas sus manifestaciones como el estudio y la comprensin de la cultura regional, nacional y local, la diversidad tnica del pas. Formacin que comprende su misin ms all de formar para hacer, formacin para comprender el mundo, para comprender al otro, para comprenderse a si mismo y prepararse creativamente para comprender las mutaciones y transformaciones de la hora. La ley de educacin y la Ley de cultura que estimulan la investigacin, la creacin artstica y sus diferentes manifestaciones como el estudio y la comprensin de la cultura nacional, regional y local, y la diversidad tnica del Pas, entonces, existe una Ley simplemente que la oficialidad, las secretaras de educacin y an digamos en este caso, por ejemplo: SIMANA

no ha tenido esa oportunidad de mirar que esas polticas si existen, lo importante es como incrementarlas. La cultura para los nuevos tiempos. La vida cultural de una regin no puede ser desarrollada al calor de unas estadsticas, ella tiene sus ritmos y sus formas de ser desde nuestras situaciones y realidades, necesitamos para ello de posibles mapas culturales que permitan discursos que interpelen a las comunidades de forma que lo cultural sea asumida como una accin fundamental del mundo, de la vida, que vean la cultura como un espacio de participacin, organizacin y decisin, mapas culturales que den cuenta de nuestros maestros con sus prcticas y experiencias pedaggico culturales, que den cuenta de la cultura, de las culturas que nos atraviesan, del patrimonio y su historia como la mejor oportunidad de superar la ignorancia de lo nuestro, de cmo se producen y circulan los productos culturales, las distensiones o las administraciones locales y las instituciones que como la educativa pueda y se reconstitucionalice la educacin artstica cultural desde la primaria. Es nuestra tarea ser los dinamizadores de esos mapas culturales que permitan territorios culturales imaginarios mltiples y complejos. Construir polticas pedaggicas culturales a partir de regin en gestin artstica y cultural a los nios, jvenes profesores y padres de familia, desde las experiencias de un universo cotidiano que estimule y forlatezca la investigacin cultural creando espacios y encuentros donde el talento creador en lo fundamental de jvenes y nios puedan expresarse libremente, creaciones pacientemente trabajadas en su vida escolar, trabajos para darse a conocer ms all de los salones de clase en un intercambio de experiencias con otras entidades educativas locales, regionales y nacionales a la vez propiciando una interrelacin dinmica con la actividad cultural de la regin. Me parece que este es el puente que nos va a permitir, en la propuesta mxima, que se ha venido haciendo, pues yo creo que la conocemos hace mucho tiempo que hay un vaco terrible de los centros educativos oficialmente dentro del carnaval es cierto que hay muchos profesores, muchos docentes, que participan en el carnaval pero a nombre personal, no como institucin educativa, hay muchas veces que han participado instituciones educativas pero no han tenido consistencia sostenibilidad, hace creo que, doctora Lidia, como veinte aos, se presento el INEM como institucin educativa, con Viaje a Pillarpiar que gan el primer premio, puede ser que hayan participado otras instituciones educativas pero de all no supimos ms, efmeras y los que queremos es que haya una consistencia que realmente he , participemos oficialmente y sobre eso voy a leer el titular no mas, le solicito un minutico ms. Dice los carnavales de negros y blancos de San Juan de Pasto como espacio creativo infantil, representan en el contexto social colombiano una de las mximas experiencias artsticas populares de mayor raigambre e integracionista aqu se proponen cuatro fases para la formacin de los docentes para poder trabajar con los estudiantes; una parte que tiene que ver con la etnohistoria del carnaval, segundo una parte que tiene que ver con los mitos leyendas, mitos, historias y relatos, las tercera tiene que ver con la parte tcnica y la cuarta con la expresin misma para participar en los carnavales.

Identidad y CarnavalCARNAVAL REGION Y TERRITORIO

Carroza Sueos de Libertad Autores Hermanos Ruano

LUIS EDUARDO CALPA Abogado de la Universidad de Nario - Ex Director de la Fundacin Social - Asesor proceso Constituyente de Nario -Coordinador componente planeacin prospectiva Convenio Gobernacin de Nario Comunidad Econmica Europea.

CARNAVAL, REGION E IDENTIDADES Libertad y liberacin son una tarea que no acaba nunca Humberto Eco

Una vez transcurrida la versin 2007 del Carnaval de Pasto se ponen de comn un conjuntode reflexiones sobre el estado actual y futuro de dicha institucin poltica y cultural de la ciudad. Componer la naturaleza poltica, parece un asunto trado en forma forzosa. Sin embargo, quiero manifestar las razones que a diferencia de otras lecturas, quiero imprimirle al presente ensayo.

Como en ninguna poca parece absolutamente necesario rescatar la esencia y dignidad de la ESFERA POLITICA de actuacin, de las manifestaciones humanas. En Colombia y en Amrica Latina, lastimosamente se ha pervertido la practica poltica, dando la sensacin de un alejamiento, y por decir el desencanto de la ciudadana con dicha actividad. Que adems por la reduccin, a su manifestacin de apata, de desesperanzador cansancio, cuando no de alejamiento y desprecio por los profesionales que dicen encarnarla. El rescate que deseamos, est referida a la COMPRENSION DE LA POLITICA COMO LA CAPACIDAD DE PENSAR LOS ASUNTOS DEL CONJUNTO DE LA SOCIEDAD. La mxima posibilidad de interrogar los elementos que sirven de base o sustento a las manifestaciones conocidas de poner en la misma. A la manera reflexiva e ilustrada de pensar la alteracin y cambio de las estructuras, de las relaciones y de la personalizacin del poder conocido de la sociedad histrica. Sino somos capaces de desplegar, esta actitud poltica como una facultad del conjunto de nuestra sociedad surea y pastusa, entonces hemos empezado una ruta que los proyectos autoritarios de izquierdas y derechas anhelan, la sustitucin de la crtica, por la adulacin. La omnicapacidad de comprender y tomar decisiones en representacin y sustitucin de los diversos colectivos humanos. La unidereccionalidad de la verdad en la orientacin de la poltica pblica, y quien lo creyera, una PRIVATIZACION DE LA ESFERA DE LO PUBLICO, que se reemplaza por actores poco amigos de la sociedad. Desde la PERSPECTIVA ETICA Y ESTETICA, la evidencia del Carnaval se coloca del lado del USO Y DISFRUTE COLECTIVO DE LA FIESTA. Un pueblo que no esta preparado para gozar colectivamente la fiesta, difcilmente puede emprender las tareas arduas de reparacin, de convivencia pacfica y de restablecimiento de las justicias. Estos hechos que saludamos son: La irrupcin de los colectivos en el Magno Desfile, la recurrencia temtica de los motivos alrededor de la regin (casos Aurelio Arturo, Deportivo Pasto, Relacin Pas Regin), la relacin comunitaria cultura y carnaval.

Deseamos, antes de entrar en materia saludar la capacidad de MOVILIZACION PUBLICA QUE TIENE LA FIESTA. Los clculos pueden ser, como dicen ciertos expertos en estadstica, conservadores, sobre la magnitud y diversidad de los actores que es capaz de convocar el carnaval. Sin distingos de origen, condicin socio-econmica, edad, sexo. Sin embargo quiero llamar la atencin, sobre la mutacin que viene produciendo frente a la oferta de acontecimiento de la programacin. REGION Y CULTURA, Una regin es algo ms que una unidad o entidad poltica administrativa. Y ello, por la emergencia de la cultura. Entendiendo la cultura como aquello que nos hace humanos a los humanos, y adems como memoria de la sociedad, objeto especial y permanente de investigacin, universo de sentidos y significaciones. Siendo la cultura adems la esfera propia de la creatividad y la imaginacin. Escenario apropiado de la Sensibilidad y teniendo como potencia la materializacin en una institucin propia la cultura, o finalmente siendo el campo propio de la tensin de las identidades. Todo aquello, nos remite a una concepcin compleja de la Cultura. Esto es que, se parece ms una nube que a un reloj. Ahora bien la Construccin de Regin, no es posible sin la confluencia de tres elementos bsicos de los cuales, el Carnaval tiene las mejores sntesis: a) El Proyecto Poltico Moderno. Desarrollo al mejor grado la democracia sustantiva y radical que saque de la trampa la vieja idea de la democracia como procedimiento, instrumental y representativa. b) El Proyecto Etico. Que para nuestro caso tiene en los mitos fundantes sus mejores fuentes nutricias, de nuevo explicadas y conjugadas de manera maravillosa en la fiesta y en la cultura de nuestro carnaval. c) El Proyecto Cultural en s mismo. Con las caractersticas propias de su naturaleza creativa, incluyente, forjadora de un autntico, ordenador y jalonador de la facultad mas importante de lo humano, el despliegue de la Imaginacin Radical.

LA COMUNIDAD PBLICA, EL SENTIDO Y ALCANCE DE LOS PROCESOS DE CARNAVAL, CON LA REGION. A partir del conocimiento de la estrategia que busca colocar en un lugar de la Agenda Nacional e Internacional el Carnaval, surgen las demandas que ya han sido identificadas. Una es la formacin de la opinin externa y la de los comunicadores, para construir los relatos que den cuenta de los sentidos propios de un patrimonio como lo es el Carnaval, la cultura y el Pueblo que permite su emergencia. Si no se aprovecha esta circunstancia se puede perder los avances posibles, de tipo meditico y ahora. Ya existen los elementos para aprovechar y colocar en la vida cotidiana de la ciudad, y muchos de los imaginarios asertivos que tiene implcita la fiesta del carnaval. En cuanto a formacin: Se debe apoyar vas novedosas, que generen y preparen anticipada y estticamente sub-productos de produccin que permitan el mximo aprovechamiento de los espacios mediticos.

EL CARNAVAL, LA NUEVAS SENSIBILIDADES Y LAS TERRITORIALIDADES QUE SUBVIERTEN LO FISICALISTA.

Tiene que valorarse y cultivarse de manera sostenida, el trabajo para nios y jvenes. La vinculacin de instituciones Educativas a momentos del carnaval, debe visualizarse como una tarea que puede emular y proponer la bsqueda de la articulacin perdida, comunidad e institucin escolar en un marco efectivo de participacin. En especial quiero ratificar, y proponer un APOYO CIUDADANO E INSTITUCIONAL MAS CLARO PARA LOS ESPACIOS DE NIOS-NIAS Y JOVENES. Esta visin, debe suponer la actitud marginal y episdica que suele querer proponer en la poltica para esta poblacin. A nuestro juicio debe estar al centro de la poltica y de la programacin, buscando las articulaciones que no son evidentes y creando espacios nuevos. Para que dejen de ser acciones puntuales frente a los hechos e hitos de carnaval. Relaciones inditas como barrio, institucin educativa, artesanos del carnaval, comunas, descentralizacin y desconcentracin de actividades, nuevas sensibilidades musicales, y expresiones plsticas con nios-nias y jvenes pueden ocupar el lugar que se requiere.

EL CARNAVAL Y UNA VISION EMULATIVA Y COHERENTE DE SU AUTORREGULACION En relacin con el reglamento de participacin, volvemos a ratificar la visin que enarbolamos desde arriba. La vida y naturaleza dinmica del Carnaval, es mucho ms rica que cualquier reglamento. Y una actitud diferente debe adoptarse frente a la visin clsica y heredada de la construccin de las normas. Una garanta, siempre, es la participacin. Yo, me comprometo individual y colectivamente de aquello que tengo la posibilidad de construir y participar de su creacin.

Identidad y CarnavalIDENTIDAD CULTURAL Y CARNAVAL

Carroza Mercado Dominical de Sigifredo Narvez. Archivo Corpocarnaval

RAUL ORDOEZ PARRA Licenciado en Educacin, Especialista en Ciencias Sociales Ganador Primer Puesto en la modalidad de carrozas durante 8 oportunidades Participante del Carnaval de Niza (Francia) Participante en el Desfile de La Colombianidad. New York, Estados Unidos. Participante Carnaval de Barranquilla y otros eventos a nivel nacional Tallerista de Carnaval en diferentes municipios

Director de la Escuela de Artes Populares casa de la Cultura de Nario. Docente.

Quines son? Qu hacen y que sienten las personas que hacen el carnaval?

Tres protagonistas claves de la identidad y esencia del Carnaval de Negros y Blancos de San Juan de Pasto: A) El juego, la participacin del pueblo, el goce, la alegra de todos los sectores sociales que se involucran en la festividad. El pueblo es actor y protagonista de la fiesta, son ellos quienes se convocan as mismos y comparten con el otro. Los lugares pblicos ... La calle, la plaza ... El escenario principal de la fiesta, el espacio y el tiempo se vuelven otro tiempo y otro lugar donde la magia reina ... Se invierten las medidas y los parmetros, los estereotipos ... La libertad tiene las puertas abiertas ... Esta prohibido prohibir ... La comunidad es la protagonista de la fiesta, es la destinada de las ofrendas y donaciones que se realizan, tambin es quien avala y juzga los mritos y reconocimientos de las obras del carnaval. El goce, la alegra, el placer esttico de observar las obras, de compararlas, ... Es gratuita ... Se ofrenda, se da, se provoca ... Se da lo mejor ... Todas y todos mostramos nuestra mejor faceta humana ... (amistad, perdn, solidaridad, compaerismo) todas las obras del Carnaval son vehculos que trasmiten valores de educacin y cultura ... el pueblo se nutre de los mejores manjares de su esencia humana ... el Carnaval es la mayor escuela gigantesca de aprendizaje social, humano, esttico, histrico y mtico, el pueblo se siente identificado y representado por las obras carnavalescas ... el pueblo es tocado y alimentado en sus esencias ms profundas. B) EL GRUPO HUMANO QUE ELABORA LAS OBRAS RITUALES DEL CARNAVAL: Las familias, las comunidades, los amigos, los vecinos, hombres, mujeres, nios, nias, jvenes, jovencitas ... Para estas personas el Carnaval tiene otro significado UN RITUAL, asociado al trabajo manual y creativo, mitologa asociado a sufrimiento, sacrificio, entrega, el dar, el morir para vivir, el perder para ganar, son apuestas espirituales no visibles que no son perceptibles al pblico, se desarrolla el principio de la polaridad y contradiccin, ejemplo: del desorden sale el orden, de lo feo, antiesttico ... surge la belleza, la creatividad, y el arte ... de lo efmero y simple sale la grandeza, lo ejemplar ... del caos sale la armona ... de la humildad, de la sencillez y laboriosidad ... sale el orgullo de ser reconocidos, aclamados, de ser los reyes de la sociedad por un da ... del anonimato se pasa al reconocimiento social, se niega al ser para poder ser ... es la metamorfosis mas profunda del espritu y de la esencia de lo humano.

Se esta trastocando las fibras de la cultura ancestral y presente. La memoria del inconciente aflora en creatividad y en sus mltiples expresiones de trabajo manual en todas las modalidades y expresiones incluyendo el movimiento corporal, el gesto, la msica. En el Carnaval confluyen las bellas artes ... literatura, poesa, copla, dichos, cantos, chistes, mitos, leyendas ... usos, costumbres, personajes tpicos, la historia, la jococidad, las PLASTICAS, dibujo, pintura, el modelado, la escultura, la

composicin, ritmos, equilibrios, fuerzas ... armonas. LO CINETICO ... el escenario, los movimientos mecnicos y expresivos, corporales, argumento, secuencia, fotografa, audiovisual. TEATRAL, carrozas y muecos = actores que desarrollan un GUION en un escenario mvil o intinirante llamado plataforma,...hay actores principales, secundarios terciaros y complementarios, hay personajes antagnicos... LA MUSICA ,...indispensable en la obra hace parte, da la vida y ritmo y movimiento a la obra ,.... Afianza la obra... comunica al pblico y trasmite mensaje de fuerza,... DANZA Y EXPRSIN CORPORAL,...disfraz, maquillaje, danza, baile, los pasos, ritmos, movimientos, desplazamientos, integracin con el pblico, coqueto,... se integran indisolublemente a la obra.

El carnaval es una exposicin viva, interactuante, itinerante y efmera la fuerza de la cultura y sus expresiones, transforma el espacio y los lugares de la ciudad, esta se convierte en un escenario de exposicin y vivencia, ... donde el arte y la vida toman otras connotaciones, ... que superan las academias y los cnones establecidos. El Carnaval tiene una curva vital ... a medida que avanza en vida y emociones... va muriendo en tiempo se va reduciendo el goce y disfrute... al final de las presentaciones... las obras han cumplido su cometido y ya no tienen el valor inicial... el fetichismo de las obras lo da el pueblo... esto es lo efmero en las obras culturales y artsticas del Carnaval.

La vivencia queda en la memoria del pueblo... en el corazn del artista, en la experiencia de cada ritual... en los aprendizajes de cada acto... la obra es el chivo espiatorio... es la vctima... es la disculpa de la necesidad de un ritual... la obra debe morir para que se vuelva mito... esa es la esencia simblica del Carnaval que alimenta y potencia la cultura local y regional.

c) LOS ORGANISMOS DEL CARNAVAL Las autoridades civiles, las organizaciones sociales, CORPOCARNAVAL,... El rol de los organizadores igual estn en el centro de los dos protagonistas... el pueblo y los artistas del Carnaval. Deben regirse por respetar las dos instancias ... deben atender las tensiones... los conflictos de todos los intereses de los participantes... Su rol importante es salvaguardar y defender los principios esenciales del Carnaval y la fiesta asociados a la cultura ancestral, al ritual de lo mtico y simblico que rehace la cultura viva... y de esta manera la diferencia de un espectculo artificial. Su rol es cuidar y velar para que la fiesta no pierda su identidad y su esencia... labor compleja que requiere valoracin, comprensin, idoneidad, responsabilidad, amor, pasin, entrega y conviccin, debe ser evaluado su papel por los dos actores anteriores: la cuidadania y los hacedores de la fiesta... sus criterios deben ser transparentes, amplios y participativos.

Uno de los roles principales de la organizacin del Carnaval es reivindicar la deuda histrica con los hacedores del Carnaval artstico... ni los premios... ni los aportes compensan el trabajo y la entrega, ni la inversin... ya que se trabaja a prdida... deben buscarse mejores condiciones y recursos para que los actores del Carnaval artstico sean suficientemente reconocidos y remunerados... el patrimonio cultural se dignifica elevando la calidad de las expresiones artsticas y las condiciones de vida de los participantes... son los hacedores del Carnaval el mejor termmetro del patrimonio cultural... es decir la gente... lo humano.

Identidad y CarnavalIDENTIDAD, CULTURA Y CARNAVAL

Carroza Carnaval Toda una Metamorfosis Autor Carlos Rivert Insuasty. Archivo Corpocarnaval

PABLO SANTACRUZ Maestro en Artes Plsticas Facultad de Artes Universidad de Nario Docente Facultad de Artes Universidad de Nario Critico de Arte Optante al Doctorado en Arte Universidad Autnoma de Mxico

Quiero empezar hablando sobre identidad refirindome al concepto de identidad que usualmente se maneja yque en mi parecer deja por fuera gran parte de la compresin de lo que puede ser la pertenencia cultura o el arraigo en la cultura y bsicamente me refiero a como la identidad puede estar generalmente asociada y de hecho lo ha estado de una manera preponderante asociada a una concepcin patrimonialista, donde digamos, para utilizar un poco la expresin de Galeano se mira la realidad con los ojos en la nuca la identidad como algo que solo atae a la memoria, y entonces all se involucra una concepcin esencialista de la identidad, una concepcin metafsica de la identidad, la identidad es algo que est consolidado en algn lugar y en algn periodo histrico del pasado y por lo tanto el thelo o sea el emprendimiento que puede hacer un pueblo que puede hacer un colectivo es hacer una serie de aproximaciones a ese ideal metafsico asentado en un lugar del pasado, como les digo; esa es una concepcin esencialista y patrimonialista, es decir, no podemos negar que la identidad es patrimonio y no podemos negar que la identidad es memoria; pero a m me parece que la identidad no solamente se debe configurar por la solidez por un concepto que sera el de la solidez, de la estabilidad, sino por un concepto mas fluido que podra ser el devenir o sea en otros trminos no solo uno debe responder a la pregunta quienes somos, sino quienes vamos siendo, quienes estamos siendo y como vamos siendo, como estamos siendo; en ese sentido la identidad es una cuestin de imaginacin, ah se involucra otro concepto que es el de los imaginarios culturales, bueno los imaginarios culturales tienen una doble va: por un lado son instrumentos para la perpetuacin de los establecimientos, son instrumentos para perpetuar relaciones de poder, hay focos formidables para la construccin de los imaginarios colectivos y lamentablemente no siempre

vienen de esas fuerzas culturales, de esas dinmicas culturales, de esas fuentes nutricias de la cultura, si no que por ejemplo pueden estar vinculadas con los medios masivos de comunicacin; parece que los medios masivos de comunicacin son la instancias poderosa por excelencia para la formacin de opinin pblica y entonces hay una serie de imaginarios sociales que se generan precisamente de la cultura masss meditica en la que sestamos inmersos ahora, en esa cultura mundo. Bueno yo deca que los imaginarios tienen una doble va porque afortunadamente el revs de esa moneda es que los imaginarios culturales pueden generarse en base a la imaginacin que se vincula precisamente con las fuentes nutricias de la cultura y entonces claro ah el concepto por ejemplo de identidad cultural se va a nutrir no solo de esas miradas retrospectivas, yo no estoy en contra de la tradicin, la tradicin hay que ser revaluada en algunos de sus enfoques, hay unas miradas que son dicotmica y absolutamente pre-juiciosas respecto por ejemplo a las posiciones maniqueas entre tradicin y modernidad; eso fue como una parte de esos megarelatos, de esas grandes narraciones que se instauraron sobre todo en occidente desde la tradicin europea del siglo XVIII, es decir esas grandes movilizaciones conceptuales y pragmticas que vean en el progreso, que vean en la historia tambin como si tuviera un thelo siempre adelante. Me parece que ah con la ilustracin exactamente se genera esa visin dicotmica que opone tradicin a modernidad, la tradicin la vemos como algo que est superado, como algo que esta lleno de prejuicios y su influencia en colectivos humanos para hacernos depender de la autoridad, que puede ser una autoridad religiosa, puede ser la misma autoridad de la razn como la que hicieron los ilustrados, por otra parte lo romntico se opone a la tradicin a la ilustracin la rebelin romntica que se da contra el siglo de las luces y entonces tambin ven a la tradicin como el rescate del pasado, como el rescate de esa autoridad, pero yo creo que es mucho ms dinmica, mucho ms dialctica, es mucho ms dialgica. Precisamente en esas intersecciones entre tradicin y modernidad, tambin se deriva una concepcin imaginativa de la identid