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No. 18 / Extraordinario/ Tercera época Guatemala, 19 de septiembre de 2010 Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, FLACSO-Sede Académica Guatemala, reconocida por el Decreto 96-87 del Congreso de la República, ratificado por el Ejecutivo en el instrumento de adhesión de fecha 29 de diciembre de 1987. CORRUPCIÓN De la moral a la neurociencia I FERIA INTERNACIONAL DEL LIBRO DE CIENCIAS SOCIALES -FILCSO 2010 DEL 22 AL 26 DE SEPTIEMBRE Foto: Luis Alejandro de León Soto

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No. 18 / Extraordinario/ Tercera época Guatemala, 19 de septiembre de 2010

Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, FLACSO-Sede Académica Guatemala, reconocida por el Decreto 96-87 del Congreso de la República, ratificado por el Ejecutivo en el instrumento de adhesión de fecha 29 de diciembre de 1987.

CORRUPCIÓNDe la moral a la neurociencia

I FERIA INTERNACIONAL DEL LIBRO DE CIENCIAS SOCIALES -FILCSO 2010DEL 22 AL 26 DE SEPTIEMBRE

Foto: Luis Alejandro de León Soto

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2 No. 18/Extraordinario/septiembre 19/ 2010

Profesores e investigadores eméritos flacso-GUATEMALA

Dr. Gabriel Aguilera/Lic. Edgar Balsells Conde/Dr. Santiago Bastos / Dr. Víctor Gálvez Borrell/Lic. Mario Aníbal González / Dr. Jorge SolaresSecretario general de flacso

Francisco Rojas AravenaSan José, Costa Rica

Consejo académico de flacso-guatemala

Virgilio Álvarez Aragón- director/Oscar López / Marcel Arévalo/Claudia Donis /Virgilio Reyes/Simona V. Yagenova /Edgar F. MontúfarLuis Raúl Salvadó/Edmundo Urrutia

CORRUPCIÓNDe la mORal a la

NeUROCIeNCIaJosé García Noval*

En los inicios de los años setenta la-boraba como residente en el Hospi-

tal San Juan de Dios. En ese espacio, al drama del dolor y la enfermedad se aña-día el de las condiciones materiales pre-carias de la mayoría de los enfermos y, por supuesto, del hospital mismo. El im-pacto negativo de esa realidad en nuestro trabajo era obvio.

Los momentos de emociones intensas son también momentos de contradiccio-nes profundas: las satisfacciones cedían el paso a la frustración que provoca la impotencia por carencias de recursos. En esos años se produjo en Guatemala una epidemia de shigelosis, mal que in-cluían hemorragias intestinales severas, en adultos y niños. La letalidad era alta, especialmente en los niños. El tratamien-to de elección era la ampicilina, entonces un tipo de penicilina sintética relativa-mente nueva en el mercado cuyo costo no era exorbitante. Ese antibiótico per-mitía rescatar muchas vidas, sin embargo su disponibilidad en el Hospital San Juan de Dios era muy escasa. En esa situación nos veíamos en la necesidad de utilizar antibióticos más baratos pero nada efec-tivos para el mal. Tal tratamiento era sin duda un guiño para aplacar nuestra con-ciencia.

La indignación, en éste como en otros casos que marcaron nuestro trabajo en años posteriores, no provenía sólo ni principalmente de la constatación de la carencia, sino de algo que no era un secreto: la descarada apropiación de los recursos del Estado por los gobernantes de turno, como el general Carlos Arana Osorio y sus secuaces. La corrupción había adquirido tal magnitud que al-guien escribió que comparado con Ara-na, el general Idígoras resultaba ser “el buen ladrón”. Lo importante de anotar es que para nosotros, al momento que veíamos los rostros de la muerte y el dolor también veíamos, muy cerca, los rostros –con nombres y apellidos– de la

inmoralidad y del cinismo. Quizás fue-ron esas las razones que explicaban, en tiempos en que el egoísmo no había sido reivindicado como un “valor”, el que en los hospitales públicos del país (y muy especialmente en el San Juan), los médi-cos residentes gestaran movimientos de reclamo a los gobiernos de turno, para mejorar las condiciones de atención a los pacientes (sin incluir demandas por salarios que también eran precarios). En esa cercanía de los hechos, para nosotros la relación entre corrupción y carencia era obvia, sin embargo, esto no parece ser siempre evidente para todo el mun-do. Aunque se puede reconocer que la corrupción motiva el rechazo social, también es verdad que tal rechazo tienes sus matices y márgenes de tolerancia. La cuestión es: ¿por qué?

las PeRsPeCtIvas aNalítICas De la

CORRUPCIÓN

El fenómeno extendido de la corrup-ción puede ser analizado desde distintas perspectivas. La primera que salta a la vista es la moral, pero ese enfoque mo-ral puede variar desde una relativamente simple convicción de rechazo al robo, de la apropiación de algo que no pertenece al corrupto, hasta una mayor conciencia

de las consecuencias de la depredación, entre las cuales está la certeza de la muerte de alguien que no necesariamen-te conocemos y de quien, generalmente, no vemos su rostro. Sabemos que ningún enfoque ético, de cualquier fenómeno de la realidad, puede colocarse al margen de la información que nos proporcionan otras áreas del conocimiento. En el caso de la corrupción, por ejemplo, tendría-mos que pedirle muchas explicaciones a la psicología, como en el caso de la rela-tiva tolerancia social cuando el hecho se minimiza con la expresión de “por lo me-nos hizo obra” o cuando incluso colec-tivos educados –como los universitarios de “posguerra”– no reaccionan ante gro-seras faltas de integridad de autoridades, profesores y estudiantes. Por otro lado, lo más inquietante de todo –y objeto de estudio de la psicología social– no es la existencia de algunos cuantos corruptos, cínicos y en definitiva sociópatas (aun-que sean de “cuello blanco”) que forman parte de los más densos grupos de poder (político, económico, militar, administra-tivo, crimen organizado, etc.), sino de la tolerancia que facilita conductas que co-rren como aceite desparramado en todos los espacios y direcciones de la sociedad; es decir, la aceptación de las pequeñas pero repetidas “tranzas” cotidianas en las que el mal al otro es evidente (adminis-tradores, abogados, médicos, ingenieros, profesores, sindicalistas, comerciantes y gente común, en general).

UNa PROPUesta:

estUDIOs De CasOs

Actualmente un caso ocupa la prime-ra plana: Alfonso Portillo. El proceso judicial al que se encuentra sujeto tiene, sin duda, amplia aceptación social. Las razones son obvias. Nadie, con “dos de-dos de frente moral” puede negar que durante su gestión hubo un saqueo mo-numental y descarado de las arcas del tesoro nacional. Por tanto, el hecho de verlo en prisión resulta ser un importante gesto contra la impunidad. Sin embargo, si analizamos la situación con un poco de más suspicacia y nos planteamos qué hace a este caso algo especial, conclui-mos que resulta ingenuo pensar que sea el único funcionario con poder que ha na-vegado en el mar de las aguas turbias de la corrupción “público-privada”. Como dice una expresión popular, a Portillo “la cara le ayuda”. Pero no sólo la cara, ade-más de sus antecedentes criminales, que ostentó con arrogancia, es muy obvia la imagen de los cuatreros en el sótano del Crédito Hipotecario Nacional.

La argumentación anterior algo más nos está revelando, cierta lógica de las percepciones sociales sobre la corrup-ción, que algunos estudiosos han empe-zado a plantear. Hay, en esas percepcio-nes, elementos que facilitan o dificultan que los ciudadanos adquieran plena con-ciencia de la importancia del fenómeno y la gravedad de sus consecuencias (en úl-tima instancia su contribución a la muer-te de centenares de personas por carencia de servicios).

Pongamos algunos ejemplos. Pregun-temos a nuestros amigos y vecinos so-bre Vinicio Cerezo, Jorge Serrano Elías, Álvaro Arzú, Oscar Berger y Álvaro Colom. Seguramente nadie se salva de la sindicación o la sospecha. En algunos casos, a fuerza de escuchar ciertas opi-niones, éstas parecen tener el carácter de encuesta. Por ejemplo, el que Vini-cio Cerezo tiene la responsabilidad de haber matado la esperanza en el país, o que Álvaro Arzú le dio a la corrupción el honroso carácter de “libre empresa”. No obstante, Cerezo todavía provoca algunas entrevistas y sonrisas y Arzú ha ganado elecciones. Pero esos son los casos conspicuos de primeras magistra-turas. ¿Qué decir de ministros y otros funcionarios que piden porcentajes por construcciones, compra de medicinas y otros negocios? ¿Qué daños provocan, cuáles son sus consecuencias en las mi-serias de la población? ¿Por qué la so-ciedad no demanda que se investiguen a

* Médico graduado en la Universidad de San Carlos de Guatemala. Estudios de posgrado en Guatemala, Francia e Inglaterra. Fue pro-fesor e Investigador en la Facultad de Cien-cias Médicas de la Universidad de San Carlos de Guatemala (USAC), con publicaciones en revistas internacionales sobre epidemiología de cisticercosis. Es autor de los libros Tras el sentido perdido de la Medicina y Para en-tender la violencia. Falsas rutas y caminos truncados.

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profundidad a ex presidentes, ex minis-tros, diputados y otros funcionarios por sospechas fundamentadas de corrupción de “alto impacto”, para determinar su culpabilidad o inocencia ante las impu-taciones del imaginario popular? ¿Por qué no se piden cuentas a empresarios “empoderados”, por dinero y relaciones, que asfixian a otros empresarios –hones-tos o con menos recursos–? En fin, como dicen los teóricos, la corrupción sisté-mica es aquella que se ha generalizado, que ha afectado las bases institucionales y a las mismas entidades encargadas de investigar, juzgar y sancionar el delito (Salcedo-Albarán).

UN aPORte De la NeUROCIeNCIa

Algunos estudiosos del fenómeno de la corrupción han planteado que la úni-ca forma de inculcar la importancia de la defensa del patrimonio público, por-

los vínculos causales entre la corrupción y la desgracia humana. Se trata de concebir estrategias dirigidas a la pobla-ción, especialmente a niños y jóvenes. Incluye la educación formal pero también campa-ñas amplias que evidencien la relación causal. En resumen, si logramos desarrollar mecanis-mos que tomen en cuenta todos los recursos que nos ofrece la realidad humana (social/natu-ral) podremos influir de manera más efectiva en la prevención de conductas que hacen explí-cito el daño a otras personas.

Por supuesto que tales re-sultados no pueden esperar-se en los sociópatas de cuello blanco (los más peligrosos por ser los padres putativos de los sociópatas marginales) que, por definición, son carentes de sentimiento de empatía. En otras palabras, se trata de que la sociedad vea el mal, reconozca su magnitud y la gravedad de sus efectos para lograr cambios culturales que permitan actuar contra la corrupción, lo que permitiría generosos dividen-dos a la población, especial-mente a la marginada de los beneficios de su propio trabajo.

mORal y NeUROCIeNCIa: CONClUsIÓN

Es evidente que la corrupción debe ob-servarse primariamente como una tras-gresión moral con distintos niveles de gravedad. El primer enfoque obvio es el deontológico,1 la transgresión a la nor-ma social de “no robar”. Sin embargo, las expresiones más dramáticas –e inmo-rales– resultan de las consecuencias de tal delito, siendo la más grave la muerte de las personas por el desvío de recursos que deberían utilizarse en tratamiento o prevención de ciertos males y riesgos humanos. La asociación más frecuente e inmediata del delito con la muerte la hacemos en el caso del robo a mano ar-mada con saldo fatal. La corrupción tie-ne ese significado pero agravado por los siguientes hechos:

1) El número de los afectados es in-conmensurable;

2) La vulnerabilidad y la inocencia de los afectados (por ejemplo la salud de los niños);

3) El corrupto, en general, roba por

que los daños a éste afectan a la sociedad en general, es “cuando las personas son capaces de establecer vínculos causales complejos, es decir, nexos en que la causa y sus consecuencias suelen ser distantes en el tiempo y en el espacio” (Salcedo-Alabarán), y añaden que solamente una mínima proporción de la población tiene la capacidad de establecer esos vínculos causales poco evidentes. Retomando la idea de la interpenetración de los sen-timientos y la razón en la construcción de juicios morales, se puede concluir que solamente si hay sentimientos hacia las personas tendremos motivos para no dañarlos. Aquí es donde juega un papel la neurociencia y la psicología. No, por supuesto, sustituyendo las elaboraciones integrales de la Ética y de las ciencias sociales sino dándoles un aporte prácti-co (en otras palabras, sin negar el papel determinante de la cultura, pero sí reco-nociendo la innegable dialéctica de natu-raleza y sociedad).

La teoría de las neuronas en espejo nos informa sobre mecanismos biológicos que desempeñan un papel fundamental dentro de las capacidades cognitivas li-gadas a la vida social, específicamente en la generación de la empatía y, con ello, la capacidad de un individuo para “representarse” los estados emociona-les de nuestros semejantes. Estos me-canismos son mediadores (eviden-temente, insistimos, en continuidad dialéctica con la socialización) que permiten “sentir” el sufrimiento y el gozo del Otro, el arrepentimien-to y la necesidad de prevenir cier-tas conductas.

Específicamente, en el tema que tratamos, llama la atención sobre “las altas exigencias neu-ronales, psicológicas y sociales

para que una persona reconozca la corrupción como una conducta re-prochable”. Las neuronas en espejo son “áreas cerebrales… que se activan cuan-do se percibe el sufrimiento o el bien-estar de otra persona”. Si observamos la muerte accidental de un niño como consecuencia de la imprudencia de un conductor, estaremos más dispuestos a condenar las altas velocidades (y todo tipo de irresponsabilidad vial) que si sólo leemos la noticia en la prensa. Si obser-vamos al anciano que llega a paso lento, exhibiendo su sufrimiento, a un hospital sin recursos o vemos los niños de ojos desorbitados por la desnutrición, estare-mos más concientes de ese deleznable crimen que llamamos corrupción come-tido por los asesinos de cuello blanco.

Por ello, los estudiosos del problema piensan que se debe recurrir a esa prime-ra puerta de la conciencia que nos mues-tra la neurociencia; es decir, una moral social reforzada por una visualización más directa del mal causado. Esto se lo-gra haciendo explícitos y ¡muy visibles!

“glotonería”, no por carencia. Se trata de funcionarios o empresa-rios acomodados –a veces son las dos cosas– (y recordemos que, el que roba por carencia en general no mata), y

4) El corrupto, también en general, es alguien en que se ha depositado confianza y la traiciona (funciona-rios electos o ubicados en puestos por gobiernos electos).

No obstante, la corrupción no se limi-ta a ser un problema moral que sufre la condena social. La corrupción es a la vez un problema jurídico, político, cultural y psicosocial y, por lo tanto, debe atacar-se integralmente. Los nuevos descubri-mientos de la neurociencia son solamen-te (un solamente nada despreciable), un instrumento que orienta y facilita llegar a la conciencia individual y colectiva de quienes sufren el flagelo. Es decir, es un elemento valioso para ser incluido en una estrategia general para hacer nues-tra vida más humana, más decente y más justa. Por algo se ha dicho que la puesta en evidencia y posteriores descubrimien-tos relacionados con las neuronas en es-pejo van a provocar un interesante im-pacto en la filosofía moral, en la medida que aportan datos a favor de una tenden-cia natural en el ser humano –que debe ser cultivada– hacia la empatía. A fin de cuentas el justo reconocimiento del bien-estar del otro forma parte del justo reco-nocimiento de mi propio bienestar.

1 De deontología. (Del gr. δέον, -οντος, el deber, y -logía). Ciencia o tratado de los de-beres.

Foto: Luis Alejandro de León Soto

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4 No. 18/Extraordinario/septiembre 19/ 2010

Publicación mensual de flacso-Guatemala Director: Dr. Virgilio Álvarez Aragón/Coordinación y diagramación: Lic. Hugo de León P.

Tel. PBX (502) 24147444 Fax: (502) 24147440 Correo electrónico: [email protected] Página web: http://www.flacso.edu.gtLas ideas expresadas en esta publicación no son necesariamente

compartidas por FLACSO-Guatemala30 mil ejemplares

Programa académico cultural

Martes 21, 18:00-20:00 horas, auditórium “René Poitevin”Bienvenida: Dr. Virgilio Álvarez, director FLACSO-GuatemalaDiscurso de inauguración: Excelentísimo Embajador de México, Lic. Eduardo IbarrolaDiscurso representante de Libros UNAM: Lic. David Turner o su re-presentanteConferencia: Universidad Nacional Autónoma de México: Hogar fra-terno del pensamiento libre latinoamericano, Doctor Alfredo Guerra-BorgesConcierto: Marimba de Conciertos de la Presidencia de la República, director Maestro Lester GodínezCóctel

Miércoles 2210:00 horas: Apertura salón de la FILCSO a cargo del Excelentísimo Señor Presidente de la República, Ing. Álvaro Colom11:00-12:00 horas, Salón No. 1: Conferencia “Panorama general de la industria editorial en México: retos y soluciones”, a cargo de Ele-na Enríquez, Editorial Era de México (actividad cerrada, sólo para agremiados a la Gremial de Editores) 18:00-20:00 horas: Foro/homenaje a la editora, escritora y periodis-ta Ana Cofiño, “El aporte de la mujer al trabajo editorial en Guate-mala”, participan Walda Barrios y Raúl Figueroa Sarti

Jueves 23Auditorio “René Poitevin”18:00 horas: Cine foro “El pájaro sobreviviente” (Grupo intergene-racional/Eventos Culturales de FLACSO)

Viernes 2418:00 horas: Presentación del libro Democracia y populismo en Amé-rica Latina, coordinación Msc. Edmundo Urrutia, comentan Msc. Oscar López y Dr. Miguel Ángel Reyes19:00-20:30 horas, Salón FILCSO: Degustación de vinos

Sábado 2517:30 horas, Auditorio “René Poitevin”: Coloquio en torno al libro Historia de la Universidad de San Carlos de Guatemala: época re-publicana (1821-1994), autor Augusto Cazali Ávila. Participan Dr. Virgilio Àlvarez y el Maestro Enrique Gordillo

Domingo 2610:00: 11:30 horas: Compañía de payasos “Los Malafachas”11:30: 12:00 horas: Coro del Instituto Belga Guatemalteco, director: Maestro Daniel Ovalle18:00 Acto de clausura.

Del 22 al 26 de septiembre de 2010

FLACSO-Guatemala, 3a. calle 4-44 zona 10; PBX: 2414 [email protected] http://www.flacso.edu.gt

FOTO 30 Memorias de FamiliaFotografías por Carlos Jolóny Paula Rebeca Morales Vargas

SALA DE EXPOSICIONES “EL SOTANO”FLACSO-Guatemala

Horario: De 10:00 a 19:00 horas

BIENVENIDOS A LAI FERIA INTERNACIONAL DELLIBRO DE CIENCIAS SOCIALES

FILCSO 2010

CON LA PARTICIPACIÓN DE

CLACSO/ FLACSO ARGENTINA-ECUADOREL SALVADOR-COSTA RICA-MÉXICO/

RED ALTEXTO DE MÉXICO (MÁS DE 10 EDITORIALES)/EDITORIAL ERA/

FONDO DE CULTURA ECONÓMICA/CIRMAEDITORIAL UNIVERSITARIA (USAC)/CEUR

F&G EDITORES/URL/AVANCSO/CIRMA

EDITORIAL INVITADA DE HONOR

FLACSO-GUATEMALA3a. calle 4-44 zona 10ciudad de Guatemala

PBX: 2414 7444

Del 22 al 26 de septiembre