homogeneizar y universalizar

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Homogeneizar y universalizar, vicios del Sociólogo Publicado por: Ssociólogos 5 horas ago Deja un comentario inShare20 El sociólogo, como todo científico, quiere usar las proposiciones que construye en los terrenos de su ciencia de manera universal. Pero hacerlo no siempre es posible. Las proposiciones de las ciencias no son como las proposiciones de la filosofía, que son generales. Las de la ciencia son, por ser científicas, particulares, y por tal describen problemas singulares, es decir, atienden sólo fragmentos de la infinita materia. Un saber científico es un saber provisional, útil sólo para arreglar un problema o para aclarar una hipótesis.

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Sociología

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  • Homogeneizar y universalizar, vicios del Socilogo Publicado por: Ssocilogos 5 horas ago Deja un comentario

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    El socilogo, como todo cientfico, quiere usar las proposiciones que construye en los terrenos de su ciencia de manera universal. Pero hacerlo no siempre es posible. Las proposiciones de las ciencias no son como las proposiciones de la filosofa, que son generales. Las de la ciencia son, por ser cientficas, particulares, y por tal describen problemas singulares, es decir, atienden slo fragmentos de la infinita materia. Un saber cientfico es un saber provisional, til slo para arreglar un problema o para aclarar una hiptesis.

  • Cuando el conocimiento de la antropologa, que emerge de reflexiones especficas, es aplicado a la sociologa, podemos producir dos resultados: o un enriquecimiento o un empobrecimiento. Enriquecimiento si ambos saberes son de la misma substancia epistemolgica, o sea, si fueron creados con el mismo ojo, con la misma perspectiva, hallazgo casi imposible. Ninguna superficie,

  • dice Ortega y Gasset, es mirada al mismo tiempo y del mismo modo por dos ojos. Enriquecimiento si sucede lo contrario. Kant aconseja, para evitar dichos errores, recordar siempre que los juicios a priori, los que no han sido sacados de la experiencia o de la ciencia que nos importa, no deben ser extendidos por todos lados de manera arbitraria. Usar conceptos de la etnologa para observar sociedades o usar definiciones de la psicologa para escrutar lenguajes puede confundirnos. Toda sntesis, cuando es casi perfecta, es confusin, as como todo anlisis llevado al extremo es destruccin. Con la categora necesidad deseamos hacer sntesis y con la categora universal anlisis. Lo necesario, lo enlazado, al ser fragmentado, conocido no por sus causas, sino por sus cualidades, multiplica las conjeturas. El socilogo gustoso de la historia, el socilogo grave, habr notado que las sociedades parecen pequeas, sencillas, bajo la luz de la historia, y grandes bajo la luz del entendimiento puro. La historia, siempre preada de noticias, explica lo que hoy vemos, mientras que lo que hoy vemos, sin causalidad histrica, parece espontaneidad, casi un milagro. Comn es atribuir a la palabra innovacin el valor de la espontaneidad. Jean Baudrillard, que estudi no slo las sociedades, sino tambin los objetos que crean las sociedades para ordenarse, en su libro El sistema de los objetos puso las siguientes lneas: Al mismo tiempo que cambian las relaciones del individuo con la familia y con la sociedad, cambia el estilo de los objetos mobiliarios. Sofs cama, camas de rincn, mesas bajas, estanteras, son elementos que sustituyen al antiguo repertorio de muebles. La organizacin cambia tambin: la cama se convierte en sof cama, el aparador y los roperos en alacenas ocultables. Las cosas se repliegan y se despliegan, desaparecen, entran en escena en el momento deseado. No cabe duda que estas innovaciones no constituyen de ninguna manera una improvisacin libre: las ms de las veces, esta mayor movilidad, conmutabilidad y oportunidad no es sino el resultado de una adaptacin forzosa a la falta de espacio. Es la pobreza la que da lugar a la invencin [1]. Puede la poesa, que es alegora, modo indirecto del habla, ser resultado, como ha sealado Ezra Pound, de algn fascismo. Puede la haraganera ser el smbolo de alguna disconformidad social y no mero rasgo de culturas no occidentales. Puede la hipcrita prensa serlo ms por culpa de la conciencia de clase de los periodistas, que opera sin aviso, que por indigencia moral. Es menester, as las cosas, aprender que universalizar fcilmente se hace un homogeneizar. Lo que es homogneo no presenta distinciones, y lo que es universal no presenta relaciones. Un color, un tono, una forma, es una distincin, algo palpable, pero una relacin es algo no palpable. Las relaciones son saberes a priori y no estn a la mano de los sentidos. El amor con que el padre paga profesores para sus hijos es, en s mismo, causa y efecto. Pago y amor, por ser aunados, son casi indiscernibles para el observador. Nuestra cultura occidental, individualista, exaltadora del talento, sin saberlo echa mano de la poesa, acto de iconoclastas, para labrar sus ideales, que labran a su vez la epistemologa o modo en que contemplamos el mundo. El culturalismo es un cristianismo sin Dios, dijo Ortega y Gasset [2]. l insina con Unamuno que muchos valores que profesamos fueron inventados por el cristianismo, y que hoy los que niegan al cristianismo son como parsitos que no saben dnde estn comiendo. Se ha quitado, dice Ortega, a Dios sus atributos y se han transformando en otros dioses. A Jesucristo, sumo individuo donde encarn Dios, segn la mitologa eclesistica, se le rob la individualidad, la emanacin, y con ella se han hecho poemas cantores del hombre de carne y hueso, como el que protagoniza los poemas de Walt Whitman. Su Song of Myself comienza as: I celebrate myself, and sing myself./ And what I assume you shall assume,/ For every atom belonging to me as good belongs to you. Y traducido por Len Felipe suena as: Me celebro y me canto a m mismo./ Y lo que yo diga de m, lo digo de ti,/ porque lo que yo tengo lo tienes t/ y cada tomo de mi cuerpo es tuyo tambin [3]. El afn de igualdad igual los tomos, la materia, o sea, las nociones de esencia, substancia, causalidad, intencin, etc. Lo que mueve al prjimo, luego, tambin me mueve a m. Lo que asusta al chino, as, tambin me asusta a m. Lo que exalta al indo, pensamos, tambin exalta al californiano. Tan bello poema nos hace creer, como los antiguos, que debajo de toda forma o grupo de cualidades hay una substancia, y que toda substancia, por ocupar un espacio en la infinitud, merece loas y elogios, pues es nica. El socilogo de fuste invierte el orden y tiene por lo primero y casi ms importante lo superficial, mas no por lo nico. La superficie es va hacia la esencia de las sociedades, pero no su explicacin total. Lo superficial, por ser infinito para los sentidos, es inagotable, lo cual no desalienta al socilogo, que por ser antes filsofo que cientfico sabe alzarse para encontrar sus principios.

  • Las sociedades, trastocando palabras de Camilo Jos Cela, sufren terremotos sociolgicos. Poco importa que se mueva la tierra, pues sigue siendo tierra. Poco importan las revueltas de las sociedades mientras sigan siendo sociedades. Emigran los judos cargando su judasmo, por ejemplo. Dijo con belleza y verdad la seora Caldwell: El reloj de sol no conoce la enfermedad ni la muerte. La enfermedad, para el reloj de sol, no se llama avera: se llama terremoto. Su muerte, Eliacim, sera la muerte del sol [4]. No habra hora sin sol y no hay sociologa sin filosofa, nica capaz de determinar qu es humano y qu no. Y lo ms humano es el lenguaje. Puede el lenguaje ser sistema para hablar slo de objetos, o para parlar de hombres, o para describir situaciones, o para engendrar proposiciones, nuevo lenguaje. El primero es simblico y causa fenmenos como el descripto por Baudrillard. El segundo es humanista, y signa sentimientos e ideas cosmolgicas como las que omos al proferir los versos de Whitman. El tercero es histrico, poltico y econmico. El marxismo explica que la historia nace del estmago del hombre, de sus instrumentos para trabajar, de sus ocios, de su familia y de su comerciar, actividades insoslayables que por fuerza cran palabras. En el texto de Marx y Engels titulado Feuerbach. Oposicin entre las concepciones materialista e idealista, leemos: El lenguaje es tan viejo como la conciencia: el lenguaje es la conciencia prctica, la conciencia real, que existe tambin para los otros hombres y que, por tanto, comienza a existir tambin para m mismo; y el lenguaje nace, como la conciencia, de la necesidad, de los apremios de relacin con los dems hombres [5]. Slo el filsofo analtico que todo socilogo es puede entresacar de lo que parece tecnocracia un poco de humanismo, o de la pasin econmica ocultos afanes de revolucin histrica. Finalmente, el lenguaje puede multiplicar las categoras mentales para enriquecer la existencia, es decir, para dar variedad a la teleologa. Ejemplo de ello lo hallamos en la Biblia (John 14: 1-2): Let not your heart be troubled: ye believe in God, believe also in me. In my Fathers house are many mansions; if it were not so, I would have told you. I go to prepare a place for you [6]. Marx vio que es la Biblia sustento casi perenne del pensamiento humano, que no puede sostenerse en las alturas del filsofo da tras da. En la Biblia, archivo de mitologas y pensamientos primitivos y altsimos, se ensea a los pueblos a crear rituales con cosas, sistemas de objetos, como dice el ttulo del libro de Baudrillard citado, y a poetizar como Whitman, gran lector suyo. Todava es la Teologa, vase, sima y cima de la mente! Fuentes de consulta: [1] BAUDRILLARD, Jean, El sistema de los objetos, Siglo Veintiuno Editores, Mxico, D.F., 2003. [2] ORTEGA Y GASSET, Jos, El tema de nuestro tiempo, Editorial Porra, Mxico, D.F., 2002. [3] WHITMAN, Walt, Canto a m mismo, Posada, Mxico, D.F., 1997. [4] CELA, Camilo Jos, Mrs. Caldwell habla con su hijo, Biblioteca Bsica Salvat, Navarra, 1972. [6] THE HOLY BIBLE, King James Version, National Publishing Company, Tennessee, 1978. [5] MARX, Carlos, ENGELS, F., Obras escogidas en tres tomos, Tomo I, Editorial Progreso, Mosc, 1980.