historias de la mili (1)

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  • FUE EL 9 DE MARZO DE 2001 CUANDO EL BOE PUBLICABA EL REAL DECRETO QUE ESTABLECA LASUSPENSIN DEL SERVICIO MILITAR OBLIGATORIO TRAS MS DE 200 AOS DE VIGENCIA EN ESPAA

    Historias de la miliUna dcada de amistades y ancdotas recurrentes

    Reportaje Texto: Rafael Romero Fotos: Francisco Gonzlez / A.J. Gonzlez / Snchez Moreno / Archivo CRDOBA

    2 DOMINGO, 13 DE MARZO DEL 2011Diario CRDOBAZOCO

    el anecdotario

    Futbolistas de cuartel

    La historia compartida entre elftbol y el servicio militar obli-gatorio est plagada de anc-dotas y curiosidades. Por ejem-plo, el Crdoba CF pudo contaren el pasado siglo con innume-rables futbolistas de primer ni-vel gracias al Centro de Instruc-cin de Reclutas (CIR) de CerroMuriano y Obejo. El ms repre-sentativo, sin lugar a dudas, (enla imagen), el actual selecciona-dor espaol, Vicente del Bos-que (a la derecha, con Fermn).

    Por qu te llamas Smara?Le pregunt con una ig-norancia alarmante enmedio de una de mis

    prrrogas del servicio militarobligatorio, a mediados de los90, en Madrid. Porque mi padrehizo all la mili en los aos se-tenta, me contest orgullosa. Smara (Shara Occidental, Ma-

    rruecos) y Crdoba, aparte de serdos ciudades hermanadas, com-parten el escenario de cientos demiles de historias con un nexoen comn: la mili. El servicio mi-litar obligatorio, tan impopularcomo anhelado, fuente inagota-ble de ancdotas, historias ms omenos veraces, ms o menos ma-cabras y, sobre todo, de amista-des y viajes de adolescencia,cumpli esta semana diez aos

    desde su anulacin. En concreto,el 9 de marzo de 2001, el BoletnOficial del Estado (BOE) publica-ba el Real Decreto 247 que esta-bleca la suspensin del serviciomilitar obligatorio, tras ms de200 aos de vigencia en Espaa.Precisamente, no muy lejos de

    Smara, Juan Moreno Maya El Pe-le, cantaor flamenco cordobs,aguardaba cargado de kilos demunicin y latas de comida enuna trinchera a la Marcha Verdela estrategia marroqu de ocu-pacin del Shara espaol en1975, imagina qu miedo, unescndalo!, vamos, eso fue unamili. Hasta que me hice amigode un coronel y me puso a darclases de guitarra. Porque el ser-vicio militar obligatorio, la mili,como su propio nombre indica-

    ba, era sobre todo servicio y obli-gatorio, incluso ms que militar,recuerdan la mayora de sus pro-tagonistas. Sin embargo, aadeel doctor Manuel Concha, tam-bin signific una experiencia vi-tal muy positiva para muchosjvenes que nunca haban salidode sus ciudades y sus pueblos. Enaquella poca, la gente se desa-rrollaba culturalmente, viajaba yse pona en contacto con gentede otros sitios y les enriqueca.Pero no siempre todo fue tan

    optimista para esos millones deespaoles que cumplieron su de-ber con la patria. A m cuandome avisaron dije aquella frasede puta mili, la verdad, aclaraManuel Martnez, vocalista delgrupo cordobs Medina Azahara.Me cortaba el mundo que hastaentonces tena, y que posible-mente nunca volviese a repetir.Eran prcticamente los mejoresaos de mi vida: los amigos, las

    fiestas, los das de tocar en las fe-rias de un montn de pueblos,en fin, que me cortaba todas misilusiones. Pero hoy en da no mepuedo quejar (...). Llegu alAain y me encontr con un si-roco... todo el cuartel lleno dearena, y yo con unas fiebres queme dieron por la dichosa vacunaque te ponan para que no te ata-case nada, y a m me atac todo(...), eso s, las armas solo las vi enel campamento y para limpiar-las.Y es que no todo fueron armas,

    novatadas, barrigazos en los CIRy escaqueo por doquier, ese artede eludir las obligaciones tan in-trnseco a los cuarteles de enton-ces como el mus a la universi-dad. Tambin, entiendo, seaprendan unos valores muy im-portantes como la disciplina, elrespeto..., concluye el olmpicoRafael Lozano, que, como Smara(por ser mujer), se libr de ella.

    00

    Gins Libana (pintor y escritor)

    No hice la mili por ser hijo de viuda pobre, perome hubiera gustado vivir todas las estacionesde la misericordia y hubiera sido curtirme en lamonotona del tiempo de doa Concha... Y esque al pueblo espaol le gusta tanto lo marcial.

    01

    Gerardo Olivares (director de cine)

    Me hice objetor y me toc el servicio social sus-titutorio en la Casa de la Juventud en Madrid,donde present un proyecto que me aceptaronpara mi regreso de un trabajo para Televisin Es-paola en frica; an no me han llamado.

    02

    Rafael Campanero (empresario)

    Yo me libr por estrecho de pecho. Vine delpueblo, pas todas las revisiones mdicas y medejaron fuera. Para m fue un alivio. Con diecio-cho aos ya tena mis representaciones y eraromper con todo. Pero admiro el ejrcito.

    03

    Rafael Lozano (boxeador)

    No di la talla. Pero para m, imagnate. Ese aome llam el equipo nacional y fue cuando em-pez a funcionar mi carrera deportiva. Lo hubie-ra retrasado todo. Ese ao fui campen de Es-paa. Me hubiera partido todo por la mitad.

    04

    Manuel Concha (mdico)

    Fui alfrez mdico en Infantera de Marina y re-cuerdo con pavor la llegada de los jefes de Es-tados Unidos, de los boinas verdes, y nos lashicieron pasar canutas. Todo el da con desem-barcos en el mar en Cdiz en pleno invierno.

    05

    Para algunosera la nicaforma de salir desus pueblos; fueenriquecedor,sostiene eldoctor Concha

    Manuel Fernndez (periodista)

    Eran casi las dos de latarde y todava no noshaban dado el petate,desde las 9 que nos ci-taron en la Zona, aquelda de enero de 1975.Por los altavoces seoy una voz reclaman-do atencin. Casi desesperadolevant la mano. Un militar seacerc, me di una jeringa,seal a un muchacho tendido y

    me orden: Ponle estainyeccin. Pens: Es-to es la mili. Tienes quehacer todo lo que te di-gan. Cuando iba a cla-varle la aguja liber po-sibles culpas: Yo nos poner inyecciones.

    Pero t no eres un sanitario?.Haba entendido un solitario.Pens que a los que venamossolos nos daran antes el petate.

    El petate del solitario

    06

    07

    ngel L. Alegre, exdirector del IESGngora (izqda), yManuel Fernndez.