historia de la parroquia de candelaria · 2008. 4. 30. · esta historia de la parroquia de...

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Historia de la Parroquia de Candelaria Padre Joaquín Gaiga

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  • 1Parroquia de Candelaria

    Historia de la Parroquiade Candelaria

    Padre Joaquín Gaiga

  • 2 Historia de la ...

  • 3Parroquia de Candelaria

    PRESENTACIÓN

    + José Siro González Bacallao,Obispo de Pinar del Río

    Otra vez el querido misionero veronés recopila y pone por escrito un pedazo de nuestra historia de la quees él mismo ya parte.

    Siguiendo su estilo, es la historia vista desde los protagonistas anónimos y no desde el poder, desde eltestimonio callado, y no desde la fama.

    Esta Historia de la Parroquia de Candelaria, es un precioso y fiel aporte a la Memoria de nuestra Iglesia ynuestra Nación, muy especialmente para conocer cómo era por dentro la Comunidad Católica, y cómo serelacionaba con la sociedad de la que era parte, y en la que intentó sembrar la semilla del Evangelio.

    En la Parroquia de Candelaria de la que se habla aquí, dí mis primeros pasos como cristiano, y se perfiló mivocación al sacerdocio. Allí conocí y aprendí de muchas personas que aquí se mensionan porque entregaronsu vida a Cristo y a su Iglesia, y cuyos frutos vemos hoy.

    Beba el lector de la savia rica de esta historia que le ayudará sin dudas a crecer como persona y comocubano.

  • 4 Historia de la ...

    Edición y diseño: Sergio Lázaro Cabarrouy Fernández-Fontecha.

    Fotos: P. Joaquín Gaiga, Archivos privados, y Archivo del CFCR.

    Corrección: Gladys Serrat Valdés

    Impresión: Pedro Pablo Mejías Donate.

    Sobre la presente edición:Ediciones VITRAL, 2004.

  • 5Parroquia de Candelaria

    PRESENTACIÓNCAPÍTULO I. Fundación de la Parroquia de Candelaria. Límites geográficos y datos climáticos,hidrografía, etc. El interesante Archivo Parriquial. La Patrona. Primeros renglones económicos.CAPÍTULO II. Esclavitud y persecución de los negros cimarrones en el territorio de Candelaria y susinmediaciones.CAPÍTULO III. Primeros Curas de la Ermita de Candelaria hasta la vigilia de la Guerra de Independencia.CAPÍTULO IV. Primeros asientos en los libros. Reconocimiento de hijos naturales. Informativos deCristiandad. Bautizos atrasados. Causales testamentarias.CAPÍTULO V. Valor y sufrimientos en Candelaria durante la Guerra de Independencia y Reconcentración.CAPÍTULO VI. Curas de la parroquia de Candelaria desde las Vísperas de la Guerra de Independenciahasta la llegada de los Padres Franciscanos.CAPÍTULO VII. Santas Visitas Pastorales desde 1848 hasta 1908.CAPÍTULO VIII. Dos ilustres personajes de paso por Candelaria a 80 años de distancia el uno delotro.CAPÍTULO IX. La parroquia de Candelaria al cuidado de los padres franciscanos.CAPÍTULO X. El P. Mario Cuende y sus sucesores hasta 1950.CAPÍTULO XI. Fecunda obra y prematura muerte del joven Padre Alberto Navaridas (1950 – 1958).CAPÍTULO XII. Estructuras comerciales y de servicio. Pequeñas industrias que se fueron creando einstalando en Candelaria desde comienzos del siglo XX hasta la intervención y estatalización revolucionaria.CAPÍTULO XIII. Cuando los Franciscanos tuvieron que dejar a Candelaria. El P. Siro y el P. ClaudioOjea encargados en tiempos de emergencia de las Vicarías Central y Oriental de la Diócesis.CAPÍTULO XIV. Escudo de Candelaria.Datos demográficos. Salud. Manifestacionesartísticas.Personalidades destacadas en el campo de la Música, Teatro, Deporte, etc.CAPÍTULO XV. Educación en Candelaria. Maestros y profesores gratamente recordados. Turismo yecología.CAPÍTULO XVI. El Obispo Mons. José Siro González Bacallao hijo de Candelaria. Testimonios delaicos de Acción Católica. Laicos comprometidos desde hace tiempo en la parroquia. Participación decandelarienses a importantes acontecimientos eclesiales. La iglesia de Candelaria en la actualidad.CAPÍTULO XVII. Otras noticias relativas a Mangas de Guanacaje y Cayajabos.CAPÍTULO XVIII. Visitas Pastorales desde 1914 hasta 1969. Visitas Canónicas regulares de lossuperiores franciscanos.CAPÍTULO XIX. Padres Curas de Candelaria desde 1962 hasta hoy. Últimas Santas Visitas Pastorales.Loque queda del «Pocito de la Virgen» y de «San José del Sostenido».

    ÍNDICE

  • 6 Historia de la ...

  • 7Parroquia de Candelaria

    INTRODUCCIÓN

    «Ven, hermana mía, a recorrer conmigo este país (LaVuelta Abajo) que tú no conoces – escribía en las primerasdécadas del siglo XIX Tranquilino Sandalio de Noda en sus«Cartas a Silvia» – este país más propio para una novelaque los ideales castillos y torreones feudales de la EdadMedia...»

    Tranquilino Sandalio de Noda, recorría La Vuelta Abajoa lomo de algún cuadrúpedo, en volanta, o a pie, para realizarsus investigaciones y levantar los múltiples mapas delterritorio que hizo.Hoy es posible atravesarla en carro enguagua o tren, por la autopista o la carretera central, y apesar de ciertas modificaciones al paisaje, el viajero puededisfrutar de panoramas de una naturaleza encantadora, sobretodo en la época en la que, al resplandor del sol del trópico,se añade la frescura y abundancia de las lluvias.

    Por decenas de kilómetros resulta un gran regocijo parael viajero la vista de extensos terrenos ondulados, en partecubiertos de verdes cultivos de caña, en parte constituidospor vastos potreros punteados de manchas boscosas yacordonados por palmas reales. Por aquí y por allá se divisande vez en cuando mansos rebaños de reses pastandotranquilamente, y blancas bandadas de garzas, alguna delas cuales elegantemente erguida sobre el lomo del bovino

    forma con éste una simbiosis curiosa de ligereza y pesadez,de gracia y de robustez.

    Cuando al norte cercano empiezan a perfilarse losprimeros relieves y finalmente se costea la majestuosa Lomadel Taburete, engalanada de una exuberante vegetación, estácercano el límite entre las dos provincias, La Habana y Pinardel Río, y el territorio de Candelaria, municipio más orientalde la segunda.

    Esta vegetación tropical se extiende a lo largo de toda laSierra del Rosario encerrando aún los misterios de lanaturaleza virgen, vigorosa y a veces hostil, que ocupa buenaparte del municipio Candelaria. Municipio que, tal comosucede con sus homólogos del oeste, San Cristóbal, LosPalacios y Consolación, se extiende por decenas dekilómetros hacia la costa sur del mar Caribe luciendo fértilesllanuras, y sabanas recorridas por pequeños ríos y arroyos.

    Sobre todo en su zona montañosa, Candelaria y susalrededores poseen lugares hermosísimos de interéscientífico y desarrollo turístico que podrían gozar de un futuromucho más prometedor si los pinareños fuesen tanaficionados al monte como lo son a la playas, y si mejorasenlas condiciones de transporte y de muchos otros serviciosque sufren de los embates del «período especial».

    Vista de la avenida y el parque, el más grande de la provincia, en el centro de Candelaria.

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    En los videos en uso paracaptar el interés de los turistas serecorren imágenes atractivas delas maravillas naturales delMunicipio de Candelaria y suscercanías como las del Parque dela Biosfera de las Terrazas, Las delas piscinas naturales de Río SanJuan, y las de Soroa, que con suOrquidiario y su cascada, fuebautizada como el «Arcoiris deCuba».

    Pero donde late el corazón delpueblo de Candelaria, comunidadhumana con una historiainteresante, un laborioso pasado,un presente de lucha ycompromiso, un futuro que, apesar de todo, se abre a laesperanza; es más abajo, al sur dela autopista, a ambos lados delkilómetro 90-91 de la carreteracentral. Algunas cuadras más alsur corre también la línea delferrocarril del oeste, desde donde de vez en cuando, seescucha el silbido de una locomotora.

    Candelaria acoge al viajero en sus periferias con suscasitas alineadas y modestas, pero decorosas, adornadasmuchas en su parte anterior por un jardincito de plantas yarbustos tropicales. Algunas lucen su vistosa pintura reciénrenovada, otras sin embargo anhelan desde hace tiempoesta posibilidad. Y aún más anhelan reparaciones, repello ypintura los más macizos edificios del centro, empezando porviejo Liceo, ahora «Casa de la Cultura».

    Sin embargo, Candelaria, como los demás pueblos deCuba, desde temprano y hasta la noche se anima del coloridoy alegre va y ven de la gente. Por las aceras vemos escolarescon sus uniformes de vivos colores que los distinguen porgrado; empleados, obreros, médicos y enfermeras que vana su trabajo, amas de casa y abuelos que van a las bodegasa buscar la «cuota» o a ver qué hay enlas «paladares» o mercaditos particularespara resolver el cotidiano y agobianteproblema de qué poner en la mesa.

    Por la calle se ve personas en bicicletaque transitan zigzagueando entre losmuchos peatones, «arañas» tiradas porflacos caballos al trote, algún toscocarretón conducido por bueyes yvehículos automotores, la mayoría muylongevos.

    Tanto para quien llega de SanCristóbal, como para quien procede deArtemisa, el breve camino desde laperiferia del pueblo de Candelaria lleva asu centro donde se destaca el parque porsu amplitud, orden y limpieza, y tambiénpor su discreta arboleda, rodeado portoda una serie de edificios donde se forjóla cultura, se organizó la administración,se desarrolló el comercio y se fomentó lafe religiosa de este pueblo.

    A la izquierda del parque, mirando hacia el norte está laiglesia que tuve ocasión de visitar varias veces durante loscasi 7 años de mi servicio pastoral en Cuba, y siempre fuicordialmente recibido por el P. Iván y la comunidad.

    A comienzos del año 2003 me tocó viajar de mi parroquiade Los Palacios a Candelaria cada 15 días para llevar a dosseñoras que asistían en esta parroquia un curso de guías delos talleres de oración del P. Larrañaga. En ocasión delsegundo o tercero de estos viajes, mientras esperaba, unpoco leyendo y un poco rezando, a que las señorasterminaran las lecciones, hubo quien, sabiendo de mi recienteesfuerzo en redactar una historia de la Diócesis de Pinar delRío, me propuso emprender algo semejante con respecto aesta parroquia. Casi enseguida me dediqué a esta tareafatigosa y apasionante, esforzándome al mismo tiempo porno faltar a mis deberes pastorales.

    Naturalmente la historia de unaparroquia no está separada de la de unpueblo en todos sus aspectos, porque laIglesia no está ajena, sino estrechamentevinculada a todo lo humano. «Los gozosy las esperanzas, las tristeza y lasangustias de los hombres de nuestrotiempo – afirma el Concilio Vaticano II enla apertura de su Constitución «Gaudiumet Spes» – sobre todo de los pobres y delos afligidos, son también los gozos yesperanzas, tristezas y angustias de losdiscípulos de Cristo y no hay nadaverdaderamente humano, que no tengaresonancia en su corazón...». Aunquehaciendo hincapié en la historia de lacomunidad católica de Candelaria, diespacio también a su historia civil,aunque ya otros historiadores máscompetentes han escrito al respecto, ycuyo aporte tengo en cuenta.

    Paisaje de la Sierra del Rosario al norte de Candelaria, donde se puede gozar de lalozanía de la vegetación

    Busto del primer historiador candela-riense que se encuentra en el patio dela logia Luz de Candelaria.

  • 9Parroquia de Candelaria

    Los primeros intentos historiográficos sobre Candela-ria se remontan a mediados del siglo XIX cuando el españolEsteban Pichardo Tapia escribió su obra «Geografía de laIsla de Cuba 1854 – 1855», donde habla de Candelaria.

    El español Jacobo de la Pezuela, en la monumental obra«Diccionario Geográfico y Estadístico de la Isla de Cuba»(1865 – 1866), añadía datos sobre la historia de este pueblo.

    Ya en el siglo XX, en 1918, otro historiador RicardoRousset, en « Historia de Cuba», actualiza la historia deCandelaria.

    El candelariense Pedro Alfonso Mesa en su obra «Can-delaria, Noticias y Comentarios - Época Colonial», trata te-mas históricos locales. Dicha obra es un esfuerzo extraordi-nario por revelar los valores de la patria chica de quien sesentía comprometido con su tierra. Seguidor de él es Alfon-so Valdés Álvarez, que desde su posición de activista cultu-ral escribió algunos artículos y ensayos en la década de los60 y los 80.

    Un vuelco grande en las investigaciones locales se dio apartir de 1982 con la fundación del Museo Polivalente deCandelaria.

    En 1982 el historiador local, Jorge Fredy Ramírez, comienzauna nueva versión de la historia del municipio concluyendo en1985 con su obra « Apuntes para la Historia del Municipio deCandelaria». Y realizará seguidamente una obra de mayor en-vergadura: «La Historia del Municipio de Candelaria de losOrígenes hasta 1996». Proyecto que, bajo los auspicios delInstituto de Historia de Cuba, comienza a ejecutarse a partir de1887, concluyéndola en 1996 junto a Lázara Ávila.

    Como plantearan Fredy y Lázara en este último libro:«Los futuros historiadores de Candelaria tienen en esa obra

    Jorge Freddy Ramírez fundador y director del museode Candelaria. Ha sido también autor de un aprecia-do trabajo historiográfico sobre la Misma.

    la piedra angular donde se apoyarán para profundizar en lahistoria local, reto necesario para superar los insuficientesresultados hasta ahora alcanzados».

    Mi contribución consistió nada más que en añadir ungranito de arena al esfuerzo de documentación de la historiade esta comunidad, reconstruyendo algo de lo que hizo, enorden a la Evangelización y promoción humana de este pue-blo, la Iglesia Católica, sus pastores y sus laicos comprome-tidos. Hombres y mujeres, como todos limitados, pero ani-mados al mismo tiempo por el genuino deseo de hacer pros-perar el reino de Dios y su justicia en esta porción de la granfamilia de los hijos de Dios.

    Involucrándome poco a poco, no sin titubeos, en estetrabajo, relativo a un ambiente para mí casi desconocido, mefui apasionando rápidamente con la historia de este pueblo,de esta iglesia e identificando con sus múltiples protagonis-tas. Encontré, en este esfuerzo, primero la aprobación y des-pués el aliento del P. Iván, así como la colaboración de va-rias otras personas de la comunidad al brindarse para lasentrevistas, recoger documentos, estadísticas, testimoniosy material fotográfico.

    Debo reconocer humildemente que esta historia en granparte ya estaba escrita. Se trataba sólo de sacarla a la luz yordenarla un poco, otros habrían podido redactarla mejorque yo. Podría parecer a los candelarienses como una intro-misión por parte de este italiano que nunca ha vivido ahí,pero les exhorto a que lo tomen como prenda de amor a supueblo y a su Iglesia, para ayudar a que la historia puedaservirles como maestra de vida.

  • 10 Historia de la ...

    FUNDACIÓN DE LA PARROQUIA DECANDELARIA – LÍMITES GEOGRAFICOS Y DA-TOS CLIMÁTICOS- HIDROGRAFÍA- EL INTERE-SANTE ARCHIV0 PARROQUIAL - LA PATRONA -

    PRIMEROS RENGLONES ECONÓMICOS

    En su trabajo titulado «Consideraciones sobre la fun-dación del pueblo Nuestra Señora de Candelaria» JorgeFreddy Ramírez Pérez y Pedro Luis Hernández Pérez, desta-can ante todo la falta de un documento oficial que acrediteel hecho y la fecha precisa de la fundación del pueblo. Asíque sólo con aproximación se puede precisar cuando éstase produjo.

    Los dos autores subrayan también las contradiccionesy escaso rigor científico en establecer esta fecha en obrasde indudable valor como: «Cuadro estadístico de la Isla deCuba (1846)» – «Geografía de la Isla de Cuba (1855)» – «Dic-cionario geográfico y estadístico de la Isla de Cuba» – «GuíaGeográfica y administrativa de la Isla de Cuba (1899)» –«Historia de Cuba (1918)».

    Según su análisis acerca de los orígenes de este pueblo,que pretende ser más riguroso y científico, fue en agosto de1815 y no en 1814 que el agrimensor público Don José Olivay Palma, por disposición de D. Francisco Javier Pedroso,procedió a medir y repartir el Corral Bayate de propiedad delpropio Pedroso, destinando dos caballerías para el puebloNuestra Señora de Candelaria.

    Esto es confirmado también por otro documento exis-tente en los fondos del A.N.C. donde se manifiesta que «enel reparto (del Corral Bayate en 1815) se hizo la correspon-diente designación de dos caballerías de tierra en DirecciónEste a Oeste hacia Ejidos, para pueblo de Nuestra Señora dela Candelaria, cuyo terreno ofrece en esa área una superficieplana la más envidiable para fomentar el camino real desdeesa capital (La Habana) hasta la Vuelta Abajo.» (11)

    FACTORES QUEFAVORECIERON LA

    FUNDACIÓN DEL PUEBLO

    Favorecieron sobre todo condicionesgeológicas, geográficas, económicas y socio-culturales. En cuanto a la calidad del suelo setrata de una meseta que domina desde 55 me-tros de altura sobre el nivel del mar, una ampliallanura de un suelo de rápido drenaje en casode abundantes lluvias. Una meseta un pocoalejada de los ríos y riachuelos abundantes enel territorio municipal, beneficiada por un ricomanto freático que favorecerá la proliferación deprovidenciales pozos. Existía además en el lugarun crucero de caminos de gran importancia.

    Otro elemento favorable para el surgimien-to de Candelaria fue el desarrollo socio – eco-nómico alcanzado por la zona desde cuando sefomentó el cultivo del café y de la caña. La

    CAPÍTULO I

    Los primeros caminos del territorio candelariense y la ubicación de la ermi-ta en la Hacienda la Candelaria.

  • 11Parroquia de Candelaria

    ,

    creación de toda una serie de estructuras de so-porte a esas mismas actividades, favoreció el rápi-do crecimiento del conjunto urbanístico que, des-de el principio, fue trazado conforme a los códigosvigentes.

    Según estos códigos establecidos por la Me-trópoli y que se remontaban en la península Ibéricaa la colonización romana, el trazado de los pueblosy villas, se efectuaba de forma reticular. Surgía Can-delaria al cruce entre el camino real de la VueltaAbajo y el que iba de Norte a Sur y unía San Juande Contreras y Sabanalamar. El eje mayor del retí-culo estaba orientado de este a oeste, y se dividehoy en 15 calles que se fueron extendiendo desde elcentro hacia los extremos.

    Dicha arquitectura es muy común en toda Cubae Hispanoamérica. La plaza después, con respectoal resto del trazado urbanístico, resultaba una delas más grandes de la Vuelta Abajo.

    Las primeras casas estaban hechas de tabla yembarrado con techo de guano o teja y los pisoseran de la loza de cerámica. En menos cuantía se levantaroncasas de mampostería, empleando el mocorrero para losmuros y el guano y la teja para los techos.

    Se remontan al año 1809 las dos primeras estructuraslevantadas, de las cuales volveremos a hablar más adelante,y que son anteriores a la donación de las tierras para elpoblado en 1815. El año siguiente, a la fundación del pueblose unía también el establecimiento de las instituciones delpoder colonial y aquellas esenciales de servicio social yeclesial, la capitanía Pedanea, la iglesia, y el cementerio.

    Todo eso en las dos caballerías del terreno del CorralBayate. Es lo que comprueban también los mapas realizadosen 1822 por el agrimensor José María Oliva y en 1834 por elcapitán Manuel Antonio Medina.

    Ya desde el siglo XVIII existía dentro de este terreno unahacienda llamada Candelaria y en la misma una pequeñaermita u oratorio donde se veneraba una imagen de NuestraSeñora de la Candelaria. Dicha ermita era atendida por losPadres Jesuitas. En 1816, quizás también por las malas con-diciones de la precedente, se construyó una nueva ermitaen el lugar más céntrico con respecto al naciente pueblo.

    Así lo confirma el historiador Juan Martín Leiseca ensus «Apuntes para la Historia Eclesiástica de Cuba». A sóloocho meses del reparto que hizo Pedroso, «en 1816 – acotaLeiseca – se llevó a cabo la reconstrucción de esta ermita,coincidiendo su terminación con la llegada al lugar del Obis-

    po Espada en pastoral visita.» Celebró mucho este prelado lahermosura de la iglesia y la probada piedad de sus feligreses.

    En consecuencia, dicha iglesia fue erigida por Espadacomo auxiliar de la parroquia de Santa Cruz de Los Pinos, lacual, desde el punto de vista eclesial, había sido uno de losmás antiguos curatos de La Vuelta Abajo. La había visitadoel Obispo Pedro Morell de SAN Cruz ya en 1755 cuando lasermitas de Los Palacios y San Cristóbal eran sólo depen-dencias de Santa Cruz, tal como aparece escrito de su puñoy letra, en un breve diario sobre esta histórica visita.

    Desde el punto de vista geográfico y jurisdiccional, San-ta Cruz abarcaba un dilatado territorio que incluía tambiénel de San Cristóbal, Las Mangas y otros. Dicho partido a suvez, en tiempos en que el Occidente de la Isla se dividía enlas dos grandes jurisdicciones de Nueva Filipina y La Haba-na, pertenecía a esta última.

    Al este de la propia iglesia, en la intersección de la calle38 con la avenida 33 había una amplia plaza que quedó des-pués del trazado urbanístico del futuro caserío. A partir de laconstrucción de la iglesia, fundamentalmente colonos y co-merciantes, comenzaron a asentarse alrededor de ella.

    Casi contemporáneamente, a unos 200 metros al este dela misma, era construido también el cementerio en la actualintersección de la avenida 33 y la calle 42. Habrá que llegar ala segunda mitad del siglo XIX para que se produzca sutraslado hacia el sitio donde hoy se encuentra. «Los datos

    de defunciones del archivo de la antigua Parroquiade Santa Cruz de los Pinos testifican que el primerenterramiento en la indicada necrópolis ocurrió el16 de octubre de 1816.»(11)

    Aunque ya en 1809 D. José Amaya hubiese eri-gido la primera vivienda a unos ochenta metros delactual «Pozo de la Virgen», aunque existiera tam-bién una primera instalación comercial: una tabernaubicada frente al actual parque, y aunque existieraantes media legua más al este, como ya menciona-mos, una ermita en la tricentenaria hacienda La Can-delaria, «fue en las inmediaciones de la nueva igle-Trazado del pueblo de Candelaria.

    Ubicación de las primeras habitaciones de Candelaria.

  • 12 Historia de la ...

    sia, donde evolucionó el caserío que tomó elnombre de la Patrona: Nuestra Señora de la Can-delaria». (11)

    LÍMITES, HIDROGRAFIA Y CLIMA DEL MUNICIPIO

    CANDELARIAEl municipio Candelaria se encuentra situa-

    do en el extremo sur oriental de la provincia dePinar del Río. Su territorio es más ancho al norteen la zona montañosa, mientras se va estrechan-do hacia el sur, alcanzando la zona cenagosaantes y después la costa sur del Mar Caribe. Lazona norte pertenece al macizo montañoso dela Sierra del Rosario, que es parte de la Cordille-ra de Guaniguanico. Su extensión territorial esde 299,02 Km2.

    Limita al norte y en plena sierra, con el mu-nicipio de Bahía Honda, al sur con el Golfo deBatabanó en el Mar Caribe que baña sus cos-tas, al este con la provincia Habana, especial-mente con el municipio de Artemisa, y al oeste con el térmi-no de San Cristóbal.

    Visto desde arriba, el pueblo de Candelaria ofrece unaperspectiva muy bella al estar ubicado sobre una mesetaligeramente elevada sobre la llanura que la rodea, contras-tando con la extensa sabana del sur y la pintoresca vegeta-ción de la cordillera de las lomas de Manantiales, distantescomo legua y media al norte, en las que sobresalen las empi-nadas crestas del mogote, y cuyo nombre debe al ilustradoagrimensor pinareño Don Tranquilino Sandalio de Noda.

    Las costas de Candelaria son bajas y cenagosas, conextensos manglares, cortados por algunos canales artificiales.

    Ríos y arroyos más importantesEste municipio cuenta con los siguientes ríos y

    arroyos:Ríos Arroyos

    Río Manantiales Arroyo YajuasaRío Hondo Arroyo Santo DomingoRío San Juan Arroyo JejenesRío Bayate

    Como accidente hidrográfico importante se halla elSalto de Manantiales o de Soroa con 22 metros de altura.En 1839 fue visitado por el renombrado novelista cubanoCirilo Villaverde como parte de su célebre excursión aVuelta abajo.

    Humedad: 80 – 95 %

    Clima: Tropical cálido y húmedo, de bosques y saba-nas. La temperatura promedio anual es de 24,5oC y su tem-peratura media anual está comprendida entre los 800 a1200mm.

    Vientos: Los vientos provenientes del NE a E, con unavelocidad comprendida entre los 12 y 14 km/h.

    Evaporación y escurrimiento: Son altos de 1600mm.

    CANDELARIA: DE «CURATO» A PARROQUIA. SU INTERSANTE ARCHIVO

    En 1837 Nuestra Señora de la Candelaria fue constituida«Curato» dependiente de Santa Cruz de Los Pinos, siendosu primer capellán el Pro. Juan Bautista Soriano. En estemismo año este capellán empezaba a escribir los primerosasientos de bautizos etc. en los más antiguos libros conser-vados en el Archivo Parroquial de Candelaria.

    En este archivo encontré bien conservados documen-tos que hasta ahora no pude hallar en los otros archivosdonde tuve la posibilidad de hurgar en ocasión de otrasbúsquedas históricas, incluso aquella relativa a la IglesiaCatedral de Pinar del Río. Eso gracias a la diligencia de lossacerdotes diocesanos antes, de los frailes franciscanosdespués, y por último del Padre Iván y sus colaboradoresen el trabajo de Archivo de esta parroquia.

    No sólo dichos documentos fueron útiles para recons-truir en cierta medida la historia de esta comunidad localsino serán útiles para integrar y enriquecer la historia mismade la Diócesis pinareña si un día tengo la oportunidad dehacerlo.

    Ya en 1893 el Pro. Aurelio Rivero y Medina, al despedir-se de Candelaria después de varios años de servicio pasto-ral en la misma, entregaba al Obispado de La Habana undetallado inventario de ellos. Otra entrega de un inventariode los mismos la hacía en 1904 el P. Braulio de Matas alVicario Capitular de la nueva Diócesis de Pinar del Río.

    La confrontación de los dos inventarios demostraba queafortunadamente la Guerra de Independencia no había afec-tado mucho el contenido del Archivo de Candelaria, comopasó en algunas otras parroquias y en las vecinas Mangasy Cayajabos golpeadas por varios incendios.

    La diligencia sobre todo de los Padres Franciscanos,que sirvieron en esta parroquia por más de 50 años, permitióque este patrimonio se enriqueciera. A ésta hay que añadiraquella del P. Iván Bergerón que permitió se conservaranhasta hoy, además de los libros de bautizos, los libros dematrimonios y los libros de defunciones, 2 libros de cróni-

    Ubicación del pueblo «Nuestra Señora de Candelaria» con respecto a lasvías de comunicación existentes.

  • 13Parroquia de Candelaria

    cas de la Residencia en Candelaria de los PP. Franciscanos; 1libro de crónicas de las visitas pastorales de los Obispos yvicarios foráneos desde 1924; 1 libro de crónicas de las visi-tas anuales de los superiores de la Orden franciscana a laResidencia de Candelaria; 43 cartas manuscritas dirigidas entre1844 y 1891 a los Curas o mayordomos de Fábrica de Cande-laria por el Gobierno de la Diócesis de La Habana; 26 cartasmanuscritas dirigidas a la Secretaría del Obispado de La Ha-bana por varios curas de Candelaria, 59 cartas manuscritasque autorizaban correcciones y subsanaciones bautismales;una decena de Informativos de cristiandad (1862 – 65) ma-nuscritas; 15 actos de reconocimiento de hijos naturales (1885-1892); 34 Legajos Testamentarios (1854-1884); 162 Cartas Cir-culares procedentes de la Diócesis de La Habana y que abar-can el período 1845-1903, 120 Cartas Circulares procedentesde la Nueva Diócesis de Pinar del Río y que abarcan el perío-do que va de 1903 a 1975.

    LA ELECCIÓN DE LA PATRONA

    Era costumbre de los colonos españoles darle a las Villas(baste pensar a las primeras 7 villas de Cuba), a los pueblos,cumbres, ríos, a los propios hatos, corrales, haciendas etc.nombres de los santos de su tradición católica. El hecho quea este pueblo se le diera el nombre de Nuestra Señora de laCandelaria, que en tiempos anteriores pertenecía a la cercanaHacienda Candelaria, nos hace pensar en una significativainmigración de colonos de las Islas Canarias, y a su influen-cia en esta decisión.

    Pues la Virgen de la Candelaria desde hace siglos es con-siderada la patrona de Islas Canarias y aunque sean numero-sos los lugares, pueblos e iglesias ligados a su nombre entoda Hispanoamérica, es en Islas Canarias donde se encuen-tra el más antiguo y majestuoso santuario a ella dedicado.

    Hace algunos años vino de las Islas Canarias una delega-ción que donó una preciosa estatua desu patrona a la iglesia de Candelaria.La bendijo el anciano P. Claudio Ojeaque falleció en el año 2000.

    En todo el mundo católico, el 2 defebrero de cada año se celebra la fiestade la Virgen de la Candelaria o fiesta dela «Purificación». Fiesta religiosa quetiene su origen bíblico en lo que narraSan Lucas en el segundo capítulo desu Evangelio. La ley de Moisés subra-yaba que el niño mayor de cada hogar,o sea el primogénito, le pertenecía aDios y entonces había que rescatarlopagando por él una limosna en el tem-plo.

    Es lo que hicieron también la Vir-gen María y San José con el niño Je-sús. Su limosna, siendo pobres, nopudo ser un cordero, sino dos palomi-tas. En el momento en que estaban atra-vesando la puerta del templo, ademásdel sacerdote que acostumbraba reci-bir a las familias que cada día se pre-sentaban, hizo su aparición un ancia-no de nombre Simeón a quien Dios le

    había prometido que no moriría sin ver antes al Mesías, elSalvador.

    Aquel día, inspirado por el Espíritu Santo, fue Simeón aencontrar aquella pareja de jóvenes esposos que llevaban asu hijito al templo, saludó en aquel niño al Redentor, espera-do por las generaciones pasadas, con estas palabras: «Ahoraseñor, puedes dejar que tu siervo muera en paz. Porque havisto la salvación que has comenzado a realizar a la vista detodos los pueblos, la luz que alumbrará a las naciones y queserá la gloria de su pueblo Israel».

    Estas palabras explican por qué la fiesta del 2 de febrerose transformó en la fiesta de la luz, caracterizada por proce-siones en las que se llevaban velas encendidas para subra-yar que Jesús es esta luz que nos ilumina y María, dándonosa Jesús, nos trajo la luz que disipa las tinieblas de este mun-do. Una sola frase de Jesús trae más sabiduría que todas lasenseñanzas de los filósofos. Una sola enseñanza de Jesúsayuda más para progresar en el camino de la virtud y de lasantidad que todos los consejos de los sicólogos y peda-gogos. (8)

    A María, el Santo Varón dirigió también palabras muyserias. Le hizo comprender que ser madre de aquel hijo sig-nificaba no sólo gloria y honor inestimables, sino tambiénmotivo de grandes sufrimientos, como si una espada afiladale atravesara el corazón. Pues Jesús, como todos sabemos,no por todos sería aceptado y aclamado, sino que lo recha-zarían y condenarían a la infamante muerte de la cruz, así hasido y será siempre hasta el fin de la Historia.

    También nosotros cada vez que pecamos lo tratamos aÉl como si fuéramos sus enemigos, pero cada vez que nosesforzamos por portarnos bien y cumplir con sus mandatos,nos transformamos en buenos amigos suyos, en hijos de la luz.

    La de la luz en contraste con las tinieblas, es una imagenmuy familiar en la Biblia, sobre todo en el lenguaje de SANPablo. Nos recuerda que en las tinieblas del error, del mal, de

    Plano del pueblo de Candelaria, referentes al número y nombre de las calles.

  • 14 Historia de la ...

    la incertidumbre en las cuales a veces nos encontramos,siempre podemos encontrar no sólo en la palabra de Jesús,sino también en los ejemplos de la vida de María, en sumaterna protección, una luz que ilumina, da sentido y colora nuestra vida, alumbra el camino hacia la meta definitivaque es la patria del Cielo. (8)

    El recuerdo del gesto de María y José llevando al Niño altemplo 40 días después de su nacimiento dio origen en lasIslas Canarias a la costumbre llamada de la «cuarentena»,una costumbre presente hasta los tiempos de mi niñez tam-bién en Italia y en otras partes de Europa y América. Consis-tía en que las mujeres que daban a luz se quedarsen en casadurante cuarenta días sin acceder a la iglesia, ni siquiera enocasión del bautismo del niño que en tiempos pasados secelebraba a los pocos días de su nacimiento. (11)

    Sólo al terminar esta «cuarentena» la madre iba a la igle-sia para la «purificación» y desde entonces, sobre todo siera una mujer practicante, podía volver a frecuentar asidua-mente la Misa cada Domingo.

    PRIMEROS CULTIVOS EN CANDELARIA

    Entre 1798 y 1802 se demuelen en el territorio candela-riense las haciendas ganaderas. José de Manantiales, el Cuzco y San Salvador para darpaso a la economía plantacionista, fomentándose el cultivodel café a partir de 1828. Además hace su entrada la indus-tria azucarera.

    En ese momento también aparece el tabaco. En 1815 elSuperintendente del Tabaco en Vuelta Abajo destacaba quela mejor vega de tabaco era la del Moreno libre ManuelSandoval situada en las márgenes del Río de Bayate. En1846 existían 107 vegas de tabaco en nuestro territorio mu-nicipal.

    En 1846 había 106 sitios de labor y estancias dedicadosa distintos cultivoSan Detalle curioso fue que en 1812 sellegó a cultivar trigo en las márgenes del río Bayate. Losprincipales cultivos en 1843 eran: arroz, café, maíz, caña,piña morada, tabaco ensartado y maní.

    Con respecto al desarrollo de la industria azucarera: en1828 surgía el Ingenio Carambola o Constancia. Entre 1835 y1842 surgían el Ingenio Flora, la Empresa Galope. En 1848surgía el Ingenio Delicias.

    PRINCIPALES CAFETALES DE CANDELARIA ANTESDE LA GUERRA DE INDEPENDENCIA

    1) San Agustín2) San Esteban3) La Perla4) San José5) La Merced6) Santa Catalina

    7) San Ramón de Aguas Claras8) San Salvador9) Moka10) Santafes11) San José de Bencomo12) Sostenido13) Los Hoyos14) Neptuno15) Brazo fuerte16) La Esperanza17) San Pedro18) San Juan19) Santa Rosa20) Unión21) Santa Serafina22) Dolores23) Santiago24) San Ildefonso25) Victoria26) Santa Rosa27) Liberia28) El Brujito29) San Felipe30) Renato31) San Luis32) Independencia33) Altagracia34) San Juan Bautista35) San Miguel36) Buena Vista37) La Entrada38) San Antonio39) Consecuencia40) Descubierto41) Moriche42) La Vuelta43) San Pedro de Buena Vista44) San Rafael45) Jura46) San Antonio47) Esquivel

  • 15Parroquia de Candelaria

    Ubicación del pueblo de Candelaria en la provincia de Pinar del Río.

    Mapa más detallado del municipio de Candelaria y parte de los municipios limítrofes.

  • 16 Historia de la ...

    Imagen de la patrona de las Islas Canarias regalada por losmiembros de la Hermandad a la iglesia de Candelaria; labendice el anciano P. Claudio Ojea.

    En ocasión de su visita a Candelaria, varios miembros de la Hermandadde las Islas Canarias se retrataron con el P. Iván.

    La fiesta de la Candelaria conmemora la «Pre-sentación de Jesús al templo».

    Vista parcial del cafetal francés Buenavista,siglo XIX, territorio de Candelaria.

    Grabado del cafetal Ermita en siglo XIX. Sie-rra del Rosario, territorio de Candelaria.

  • 17Parroquia de Candelaria

    CAPÍTULO II

    ESCLAVITUD Y PERSECUCIÓN DE LOSCIMARRONES EN EL TERRITORIO DE CAN-

    DELARIA Y SUS INMEDIACIONES

    «Yo soy contrario a la esclavitud y si fuera elegidodiputado de las Cortes yo trabajaría para suprimirla.Aprendí a odiarla desde niño y no concibo la falacia sa-crílega con que los hombres blancos pretenden someter alnegro, afirmando que constituye una raza maldita y em-brutecida». P. Félix Varela (20)

    Según el censo del año 1777 el Partido de Santa Cruz, alcual pertenecía también el territorio de Candelaria, tenía unapoblación de 676 habitantes el 28% de los cuales eran escla-vos. Debido al auge creciente de los cultivos del café y dela caña, 40 años después, en 1817, los habitantes del mismoterritorio habían ascendido a 2.308 y la población esclavaalcanzaba el 39%.

    En 1846 la población esclava en Candelaria ascendía al46% de la población total. Lo que fue aumentando debido alauge alcanzado por la industria cafetalera y azucarera. Losmismos libros parroquiales registran en las primeras déca-das de vida de esta parroquia un número de bautizos depardos y morenos muy cercano al número de bautizos deblancos.

    Como justamente subrayaba el historiador pinareñoEmeterio Santovenia, natural de Mantua, la mayor concen-tración de esclavos se produjo en la Vuelta Abajo dondesurgieron ingenios y cafetales, mientras que el cultivo deltabaco fue poco o nada afectado por esta mancha porquefue un trabajo de conducción familiar. Llega a decir que enaquel período, el desarrollo de la industria azucarera y cafe-talera era sinónimo de esclavitud, mientras que el cultivodel tabaco era sinónimo de libertad.

    Lamentablemente Candelaria padeció las consecuenciasnegativas, en el ámbito moral y humanitario, del florecimien-to de sus múltiples cafetales e ingenios azucareros, fue terri-torio de marcada presencia y dolorosos sufrimientos de es-clavos, de persecución sangrienta de aquellos que se rebe-laron huyendo y buscando refugio en lo más intrincado ysalvaje del territorio, sobre todo montañoso.

    Las primeras noticias de presencia de esclavos rebeldesen Candelaria se remontan a la segunda década del sigloXIX. El 4 de abril de 1815 la partida de rancheadores capita-neada por Mateo Pérez Sánchez ubicó en la loma de lasCampanarias un palenque compuesto de 12 ranchos a loscuales se les calculaba unos 20 ó 25 habitantes.En dichaloma fueron encontrados en varias ocasiones asentamientosde rancherías.

    En esta zona operaron los rancheadores Ramón Machín,Gaspar Antonio Rodríguez y Francisco Estévez. Este últimoalcanzó gran celebridad por su obstinada persecución con-tra los esclavos prófugos que preferían echarse al monteque someterse a las humillaciones y al ritmo de trabajoinhumano impuestos por sus amos.

    Estévez dejó un diario de su va y ven por las sierras,valles y manglares de esta zona de la Vuelta Abajo. Diariopor él dictado a su hija, copiado en 1843 por Cirilo Villaverdecon el propósito de publicarlo, lo cual fue posible sólo 125años después.

    Como subraya el diario en su contraportada: «Elrancheador fue una mezcla de esbirro y mercenario que sepuso al servicio del poder y del dinero para aplastar a loshombres que se rebelaban contra la esclavitud. Dotado deagilidad, conocimiento del terreno y con las armas al acechorecorría las montañas (con un pequeño grupo de compañe-ros y perros entrenados a tal fin) en busca de palenques ynegros fugitivos». (16)

    También dice, refiriéndose a los cimarrones, que «sustrucos de sabueso, su gran destreza, reflejan el indomableespíritu de lucha de los perseguidos quienes burlaban fre-cuentemente a las partidas de rancheadores». (16)

    Si el rancheador lograba inmovilizar a los cimarrones, losdevolvía a sus legítimos propietarios cobrando el servicio;pero si, rebeldes, perecían por los golpes, los disparos de surifle o las mordidas de los perros, podía cobrar dicho servi-cio, entregando las orejas de los asesinados a los inspecto-res encargados de controlar el oficio, entre los que estaba elel padre de Cirilo Villaverde.

  • 18 Historia de la ...

    Es sorprendente en este diario notar la cantidad de aque-llas que él mismo llama «romerías», partiendo de su cercanopueblo natal de San Diego de Núñez (actual municipio deBahía Honda). Estas narraciones contienen detalladas des-cripciones de la geografía de la zona y del terrible vía-crucisde perseguidos y perseguidores.

    Los cafetales e ingenios eran frecuente objeto de larapiña de los cimarrones, obligados por el hambre y las múl-tiples necesidades que pasaban en el monte, donde la huídaconstante no les permitía el cultivo o la cría, en la inmensamayoría de las ocasiones.

    En ocasiones, cafetales e ingenios se transformaron paralos cimarrones, en lugar de momentáneo refugio gracias alacuerdo con los negros llamados «mansos» que seguíantrabajando y sumisos a sus dueños, .

    Ya al comienzo de su desdichada aventura, que va deenero de 1837 a mayo de 1842, Estévez con su partida, entreel 10 y 17 de enero, partiendo desde el Ingenio la Tumba(situado en el partido de Cayajabos), se dirigió hasta «elpunto que titulan Naranjo Dulce, sobre el lindero del parti-do Santa Cruz de Los Pinos, en una distancia de 4 leguas;(durante este recorrido) el día 11 encontraron 4 negros cima-rrones en un crucero que se dirige de Manantiales al RíoSan Juan». Tres de ellos huyeron y no pudieron darlesalcance por lo escabroso del terreno. «Uno sólo nos hizofrente con un largo herrón enterrado en un palo, se le intimóse rindiese y no habiéndolo hecho y herido uno de los hom-bres de la partida aunque levemente, se le hizo fuego cayen-do muerto de dos balazos, uno en el pecho y otro en lamandíbula superior; se le registró y además del herrón, se leencontró un cuchillo de punta, una hoja y varios líos debrujería.»

    «El 14 a las 12 de la noche, sobre el ingenio Las Deliciasalcanzamos dos negros que capturamos llegando a los bo-híos de dicho ingenio, los que resultaron ser del cafetalMoca, distante como media legua...» (16)

    Estévez y su partida recorrieron el territorio candelarien-se también pocos días después, es decir el 18 y siguientes,pasando por zonas cercanas a Río Hondo, por los Hoyos,por el cafetal la Pluma de D. Francisco Laboy y el ingenioCarambola y empleando en esta operación 6 días durantelos cuales habían cubierto la distancia de 5 leguas sin en-contrar nada más que rancherías vacías.

    En el mes de marzo de 1837 volvía a perseguir a los cima-rrones en zona de Candelaria y, anota al respecto: «Por mo-tivo de la viuda doña Josefa González que le habían llevadodentro de pocos días a ella y a Domingo Dantén como 300racimos de plátanos, una yunta de Bueyes y varios cerdos,salí el día 6 con mi partida a dicho punto. Registramos elCuzco, Manantiales y parte de Santa Cruz de Los Pinos:distancia de cuatro a cinco leguas.Hallábamos algunos ras-tros de negros cimarrones, pero éstos se nos perdían por lasmuchas lluvias, los ríos y los peñascos y tener ellos la habi-lidad de caminar sin hacer rastro dando mil vueltas y rodeospara que no los puedan seguir. Gastamos en esta operación9 días, del 6 al 16». (16)

    El 16 encontraron el rastro de una partida de cimarronesque se dirigían a Manantiales, los siguieron hasta que en-traron en el cafetal de Don Pascual Pluma, pero aquí se con-fundieron con los negros mansos del mismo cafetal y no fueposible descubrirlos.El 17 se dirigieron hacia el Brazo delNogal y de aquí a la loma de Pimienta donde hallaron un

    palenque en el cual podían haberse refugiado 30negros.También a estos los persiguieron hasta que se refu-giaron en el cafetal Pluma. Aquella noche Estévez y suscompañeros se pusieron a velarlos en los cruceros y, «comoa las ocho venían dos para el cafetal, les intimamos que serindieran, y lo que hicieron fue ponerse en fuga; y todo loque se pudo hacer fue soltarles un tiro con el cual salió unobien mal herido, según calculo por los alaridos que daba enla huida y el rastro de la sangre que encontramos el 18;buscamos cuanto fue posible y no pudimos dar con su para-dero». (16)

    «El mismo día nos dirigimos a donde llaman los Tumbosy al llegar al Arroyo del Silencio, encontramos los rastros dedoce o quince negros que habían venido a robar al Cuzco yManantiales, los seguimos hasta SAN Cristóbal donde lla-man la Soledad.» No lograron alcanzarlos pero, en las cerca-nías de Río SAN Francisco, cerca del territorio de Candela-ria, encontraron lo que los cimarrones habían dejado en lahuida: «30 lanzas, mangos y otros frutos, diez o doce bolsosde cuero llenos de brujerías y una negrita recién nacida aban-donada.» (16)

    Estévez transitaba por Manantiales y El Brujito, despuésde haber atacado una cuadrilla de como 10 ó 12 cimarronesen la Hacienda El Brujo y haber matado a algunos de elloscon su jefe, el 14 de abril de aquel año (1837). Vuelto a sucasa para concederse un poco de descanso, empleaba tam-bién los últimos días de abril en registrar lugares del partidode Candelaria o limítrofes como: Quemado de San Francis-co, Quemado de la Luisa, el Rosario, Candelaria y Quemadode Hoyos.

    Transitaba nuevamente por zonas aledañas a Río Hon-do el 14 de mayo y, siguiendo el camino hacia el Este, encon-traba un rastro fresco en una vereda que va del Brujito a laCarambola, ingenio de Don Vicente Segundo «cuyo rastroseguimos hasta la loma de la Pimienta donde encontramosun negro que servía de espía de todas las cuadrillas queiban y venían y les daba noticia de todo lo que pasaba, elcual entregué al capitán de Santa Cruz de Los Pinos, que medio un recibo, no cobré la captura.

    «Éste me dio noticia que venía esta misma noche el capi-tán de cuadrilla Antonio José, con algunos de sus compa-ñeros; me puse a velarlos y la segunda noche del día 6 tuveel gusto de capturar a este capitán el que tengo en mi podery llevé el día 17 a que me enseñara su morada; me llevó alPico de Guacamaya, paraje notable por su mala situación ysólo pudimos capturar una negra de mi propiedad...» (16)

    Mientras tanto, por su petición, se había constituidootra pequeña partida de rancheadores al mando de su te-niente D. José Pérez que lo ayudaba en la despiadada tarea.A veces los dos grupos tomaban diversos caminos, a vecesse encontraban y se concentraban en el mismo punto paramás eficazmente enfrentar al difícil adversario.

    Las dos partidas juntas volvieron a registrar el Cuzco,Manantiales, El Brujito, parte de Santa Cruz de Los Pinos yEl Brujo de Méndez, demorando en esta operación 3días.Después de una parada para alimentar y hacer descan-sar a los perros las dos partidas se dividieron, mientras laque estaba al mando de D. José Pérez registró la Loma delMulo y el cafetal de D. Pedro Soroa hasta el ingenio Deli-cias, la que estaba al mando de Estévez registró desde Ma-nantiales hasta el cafetal Asunción, demorando en ello des-de el 16 hasta el 23 de junio de 1837.

  • 19Parroquia de Candelaria

    Otras dos o tres veces, en los últimos meses de 1837, elrancheador y sus compañeros recorrieron la zona montaño-sa de Candelaria alcanzando y registrando el Cuzco, Pluma,Manantiales y sus alrededores.El día 12 de enero del añosiguiente, Estévez, llegando a Peña Blanca del Sur, encontróun rastro al parecer de 4 negros «los que seguí hasta elCuzco en las inmediaciones del cafetal de D. Pedro Leret,sentimos un alboroto como de que hablaban alterados unosnegros y un blanco; nos dirigimos a dicha bulla y encontra-mos al mayoral de Leret con varias heridas al parecer leves,y un negro cimarrón ya próximo a morir, como murió a pocorato... Seguimos el rumbo que (el mayoral) nos indicó ha-bían tomado los dos restantes...»

    Después de otros registros que realizó en el territoriomontañoso de Candelaria en los meses siguientes, sin parti-culares enfrentamientos, el 26 de abril registró las lomas deBuren y se dirigía nuevamente hacia los cafetales de Pluma,Laboy y Berasaluce persiguiendo una de las principalesmadrigueras de cimarrones hasta la sierra de los Hoyos.Narradespués: «El 26 de abril (1838) dimos con ellos (los cimarro-nes), tratando de hacer la última diligencia de cogerlos vi-vos; perdimos la ocasión de matar diez o doce y sólo logra-mos capturar dos, los que resultaron ser de D.José Suárez Argudín...»

    El 10 de mayo, se enteró de que la cuadrillade cimarrones al mando de Juan Manco solíareunirse en el cafetal de Don Pedro Soroa, aquelmismo día capturó a un negro de dicha cuadrillael cual se negó a revelar el paradero de sus com-pañero San Estévez entonces registró todas lassierras inmediatas a dicho cafetal y veló consu partida cuatro noches en los cruceros sinresultado.

    Cruel resultado tuvo sin embargo la opera-ción de los primeros diez días de junio siempreen el territorio candelariense: «El 8 tuvimos unencuentro con una cuadrilla que venía de laVuelta Abajo para los cafetales donde llamanel Arroyo de Ventura; tratamos de circun-valarlos intimándoles que se rindieran y la con-testa fue meter mano a sus hojas y cuchillosde punta y partir sobre nosotros; les tiramoscinco tiros, de los que resultaron algunos heri-dos y dos que capturamos sin maltratarlos queresultaron ser el uno de D. Florimón Marón yel otro de Don Antonio Duarte, los que fueronentregados a sus dueños.»

    Pocos días después D. Gervasio Hernández, mayoral dela hacienda Manantiales, yendo con unos negros de la do-tación bajo su mando a sacar majagua al Arroyo del Silen-cio, inmediato al de Ventura, encontró tres negros muertosseguramente a causa de las heridas causadas por los dispa-ros de la partida de Estévez lo cual dicho mayoral informabaen carta del 12 de junio de 1838.

    Hacia el fin de este año de 1838 el rancheador lamentabaque, además de que los cimarrones encontraban la colabo-ración de los mansos que les ocultaban en momentos dra-máticos y les protegían en las fincas, cafetales e ingenios,también ciertos responsables de los propios ingenios y ca-fetales, se resistieran a que se registrasen sus barracones ybohíos, lo que impedía «llegar al objeto deseado, que es elexterminio total de los cimarrones.»

    El 7 de agosto (de 1838) recibía un oficio del capitán deCayajabos quien lo informaba de como se habían fugado 8negros del Barón Kessel, 5 de D. Manuel de Paula y 5 delcafetal Desvelo. Salía Estévez en su busca al día siguientey, al respecto, así acota: «Volvimos a registrar todo el Parti-do de Candelaria, Las Mangas, Cayajabos, SAN Cruz de losPinos y Dominica. El 17, como a las dos de la madrugada,capturamos tres negros, 2 resultaron ser de D. Agustín Peiret,y el otro de D. Domingo de la Herrera; el 20 en la sierra delRubí capturamos 3 que eran de D. Rafael Sotolongo.»

    -Sólo el 3 de agosto lograron capturan en la zona deSAN Bartolomé (Municipio de Los Palacios) a una negra delbarón Kessel, y el día 18 , en un lugar intrincado a la orilla delRío Macurijes (Los Palacios) a otra negra perteneciente a D.Pedro Soroa.

    A comienzos del año 1839, encontrándose con proble-mas de salud, envió a su teniente para registrar nuevamentepuntos del territorio candelariense como SAN Salvador, SANJuan, y Manantiales. Con referencia a este registro escribe:«El 6 de enero (de 1839) encontraron en la sierra de RíoHondo una cuadrilla que iba de paso, y aunque le cayeranarriba con bastante desventaja, lograron capturar dos...» En

    aquellos meses en el territorio candelariense y limítrofes tu-vieron varios contactos con la famosa cuadrilla de MadreMelchora.

    -Volvió Estévez a cruzar el territorio de Candelaria enmayo de aquel año y escribe al respecto: «El 7 de mayosalimos para el centro de las sierras donde llaman Quemadode Hoyos, capturamos un negro que resultó ser del Sr. Mar-qués Ramos, el cual nos declaró que hacía diez años queestaba en el monte.» De él supieron que otros negros susconocidos suyos estaban robando viandas en el cafetal Do-lores pero no los encontraron allí sino que los encontraronen un palenque en el Quemado de Hoyos donde mataron 4 ycapturaron dos, resultando muerto el jefe de cuadrilla.

    Muy curiosa resultó la captura de un chino que era pro-piedad de Don Ignacio Carranza que iba a unirse con los

    Ingenio «Intrépido» en Macurijes (Matanzas), a inicios del siglo XIX. La casa de losamos de mampostería y bohíos para los esclavos, dispuestos éstos en forma de U.

  • 20 Historia de la ...

    cimarrones.La captura se efectuó el 16 de mayo en NaranjoDulce, partido de Cayajabos.

    Anduvo Estévez con su partida todos los montes de loscafetales de SAN Blas, el Cuzco, San Salvador, Cayajabos,parte de Las Mangas, de Candelaria en los últimos meses deaquel año. El 12 de diciembre ordenaba a su segundo, D.Ignacio Rodríguez que saliera con 4 hombres entrando porNaranjo Dulce, y de aquí, por las lomas de SAN Juan, pasa-se a Pluma, Laboy, Berasaluce y de aquí prosiguiera por laslomas de San Juan. Él salía con los demás para el centro delas sierras dirigiéndose a Santa Cruz en donde tenía noticiade una cuadrilla haciendo daño.

    A principios del año siguiente, 1840, ejecutó otro minu-cioso registro de todas las serranías desde Manantiales hastaCaiguanabo (río San Diego). En febrero recibió aviso desdeel Brujito que habían visto rastros de cimarrones, lo que lollevó a emprender otro registro de aquella zona candelarien-se y sus alrededores: río Santiago, Quemado de Los Hoyos,y Arroyo del Silencio, llegando a capturar un negro en don-de llaman Brujito de Méndez.

    Después de un registro entre abril y mayo en la costaSur, donde se calculaba que desde Guanímar hasta Batabanópodían estar escondidos más de 500 negros cimarrones,volvía a la zona montañosa en los meses sucesivos y el 21de julio (1940) salía con dirección al Rubí, y narra al respec-to: «Encontramos donde llaman las Animas un rancho con8 negros... Seguimos el rastro como pudimos hasta el cafe-

    tal de D. Pedro Soroa, situado en la loma que llaman delMulo donde le encontramos el estalaje, pues la negradade él los había tenido ocultados 4 o 5 días y estos mismosles daban de comer. Considerándose poco seguros, se reti-raron un día o dos antes de nuestra llegada. Seguimos lacordillera y donde llaman los Pirineos capturamos unnegro el 25, el que resultó ser de D. Fermín M, el cualsolicitaba juntarse con dicha pandilla según nos manifes-tó. En el cafetal de Dolores situado en Naranjo Dulce enlinderos del Brujo, encontramos estalaje de que habíanestado dos o tres días y no fue posible descubrirles el rum-bo que llevaron...» (16)

    El 1º de noviembre de 1840, luego de recibir una cartadel pedáneo de Cayajabos, que le señalaba el paso de unacuadrilla de negros cimarrones por las cercanías del ingenioEncrucijada, que era de más de 30 y estaban armados conlanzas y escopetas, salió con la partida hacia aquella direc-ción. Entró por la Loma del Mulo, las del Rubí, Animas, losterrenos dichos de Armona, el Ingenio Duarte y finalmentellegaba a La Encrucijada sin encontrar nada. Siguió luegoen vano hasta finales de aquel mes de noviembre, a unacuadrilla de 10 o 12 negros hasta Manantiales.

    A comienzos del año siguiente, el penúltimo de su mal-dito Calvario, llegó al Cuzco, precisamente el 16 de enero,sin haber encontrado rastro de una cuadrilla de cimarronesque, según referencias de los monteros de D. MiguelEchevarría, iban hacia el río Macurijes.

    Grabado del Ingenio «Flor de Cuba» (Matanzas) construido a mediados del siglo XIX. En este caso los negros eran alojados enlos barrancones laterales.El ingenio en sus estructuras incluía la vivienda del mayoral en el piso alto, administrador, boyeroy maestro de azúcar. Disponía de una amplia sala destinada al hospital y una capilla. Tenía una sola entrada, lo que permitíavigilar mejor el movimiento de los esclavos.

  • 21Parroquia de Candelaria

    Hacia el 6 de febrero, enterado de la presencia de cimarro-nes en los cañaverales inmediatos al ingenio San FranciscoJavier, los siguió por todos los ingenios de la costa del Nortehasta las inmediaciones del Mariel. De aquí él y sus compa-ñeros viraron atrás en vuelta desde Cayajabos de donde su-bieron a la Sierra del Rubí, y la Loma del Mulo sin encon-trar nada.

    El 16 de febrero, recibida información de que habían sali-do cimarrones a matar animales al potrero del Cuzco, saliópara examinar otra vez todos los cafetales de las lomas, en-contrando nada más que un trillo que salía de dicho potrero,atravesaba las lomas de San Juan y bajaba a las llanuras delSur al lugar conocido como El Pulguero, sin poder averiguarsi eran los cimarrones de los manglares o gente de la llanuralos que bajaron por el trillo.

    Hecha otra incursión en la zona Sur: Jejenes, Sabanalamaretcétera, poco después de mediado de abril regresaban a laslomas y, teniendo noticia de que venía para afuera una cua-drilla de la Vuelta Abajo que hacía daños por dondequiera,dispuso Estévez que su teniente saliera para San Salvador,El Rubí y San Juan, mientras él se dirigió hacia El Cuzco,Manantiales, Santa Cruz y el Brujo. El 26 en las sierras de LaTumba de Moreno, la inquietud de los perros le señaló lapresencia de un negro en las inmediaciones del lugar. Solta-ron los perros que rápidamente alcanzaron al hombre quienopuso una encarnizada resistencia, hiriendo a los perros y auno de los hombres de la partida. Antes de morir declaró quevenía con tres cimarrones más, que se habían separado enRío Hondo, que él iba rumbo a Naranjo Dulce mientras quelos otros, hacia El Brujo.

    Su teniente volvió a transitar por las sierras del Rubí y laLoma del mulo a mediados de mayo de 1941 capturando ados negros, uno de Don Antonio Duarte y el otro del Inge-nio Rosario. Mientras que salieron juntos el 21 de julio regis-trando de nuevo desde el Cuzco hasta la jurisdicción de Los

    Palacios.En otra inhumana cacería por las lomas, el 16 deagosto en El Rubí capturaron a otros 4 negros del ingenioRosario y uno de Don Luis M.

    Por haberse fugado todos los negros de la dotación deJejenes a mediados de noviembre (1841) dispuso que suteniente con 5 hombres saliese hacia aquella dirección, mien-tras él con los demás volvía a registrar las lomas del Cuzco,San Salvador, y Cayajabos.

    Llegó finalmente su último año de compromiso en ladesalmada empresa. A comienzos de 1842 registró todas lasserranías desde La Palma hasta Cayajabos empleando casi 20días en esta cruel faena. Su desgaste físico lo llevó finalmentea pedir la renuncia a las autoridades competentes.

    Sus últimas fatigas en territorio candelariense se pro-dujeron el 20 de marzo cuando, informado por una carta delCapitán de Cayajabos sobre una sublevación de negros enel cafetal Brillante, 13 de los cuales fueron para las sierras,salió tras ellos infructuosamente.

    Cruzó por última vez los cafetales de la Loma del Mulo,de San Juan y de El Cuzco poco después de mediado demayo en busca de tres negros fugitivos de la Recompensa,los cuales en el cafetal San Felipe habían atacado a DonRamón Pérez, mayoral del cafetal Belén, hiriéndolo y qui-tándole una escopeta de dos cañones.Llegados al potrerode El Cuzco, al saltar la cerca del mismo «metió un perrouna pata entre dos varas y gritó, de suerte que lo sintieronlos negros que estaban inmediatos y huyeron, dejando enel rancho la escopeta y otras frioleras que tenían para susubsistencia.» (16)

    Hacia el 18 de mayo de 1842 llegaba finalmente a ladirección del rancheador en San Diego de Núñez la decla-ración de que la Real Junta de Fomento de Agricultura ha-bía aceptado su renuncia y el día siguiente quedó disueltala partida bajo su mando.

  • 22 Historia de la ...

    CURAS DE LA ERMITA DECANDELARIA HASTA LA VÍSPERA DE LA

    GUERRA DE INDEPENDENCIA

    CAPÍTULO III

    PRO. BACHILLER D. JUAN BAUTISTA SORIANO(1837 – 1848)PRO. PEDRO NOLASCO DE ALBERRO (1848 –1854)El Bachiller Don Juan Bautista Soriano fue Capellán en-

    cargado de Candelaria desde el 1 de enero de 1837, cuandoesta Ermita dependía de la parroquia de Santa Cruz de LosPinos, hasta el año 1848.

    No empezó bajo los mejores auspicios la actividad delcapellán Juan Bautista Soriano en esta Ermita. Pues el 18 dejunio de 1838 hacía llegar al Gobierno del Obispado de LaHabana la siguiente denuncia: « Señor Gobernador, entreseis y siete de la mañana de hoy dieciocho de que gira, alabrir la puerta de la Sacristía de esta iglesia hallé que enla noche anterior habían forzado y abierto la puerta eintuyendo, como regular, que habían entrado a robar, paséa examinar los vasos sagrados y demás utensilios y halléque se habían robado un cáliz de plata, cuatro vinajeras,y un plato del mismo metal, todos los milagros pendientesal lado del altar también de plata y uno o dos de oro, uncrucifijo de bronce y cuatro de metal amarillo en una cornizde madera, y una botella al parecer de medio cristal dondese depositaba el vino para uso de esta iglesia. Todo lo quepongo en el superior conocimiento de S.E. Ilma. cumplien-do con el deber que me impone mi ministerio.

    Dios guarde a Usted muchos años. Ber. Juan Bautista Soriano.»

    El presbítero J.B. Soriano celebró en este período 553bautizos de candelarienses.Cuando a comienzos de abril de1848 se realizó la primera Santa Pastoral Visita de un Obispoa Candelaria, el Excmo. E Ilmo. Sr. Dr. Don Francisco Fleix ySolans, éste deploró el hecho de que sólo 112 de estos bau-tizos hubieran sido regularmente asentados.De ellos, comotambién de muchos matrimonios y fallecimientos, habíasólo simples apuntes que el Capellán decía conservar ensu poder.

    El Obispo entonces concedía dos meses de tiempo paraque el Cura Párroco de Santa Cruz de Los Pinos, el Pro.Pedro Nolasco de Alberro, cuidase que su Capellán pusiera

    orden en los libros primero y segundo de bautizos, comotambién en aquel de Matrimonios y Defunciones.

    Merece recordar que se conserva en el Archivo Parroquialcarta manuscrita y firmada por el Secretario del Obispo Fleixy Solans, Adrián Miret, y fechada 27 de marzo de 1848, conla cual se le notificaba al Capellán J. B. Soriano cura de almasen Candelaria: «S.E.I. mi Señor ha resuelto administrar elSanto sacramento de la Confirmación en la Ermita de Can-delaria el domingo dos de abril á cuyo efecto se traslada-rá á ese punto el sábado en la tarde. Lo que participo aUsted de orden de S.E.I a fin de que se ponga en conoci-miento de todos los fieles.Tendrá Usted dispuesto el Archi-vo para que sea visitado...» No es de excluir entonces ciertanegligencia del Pro. Soriano en cumplir con este deber antesy después de dicha visita porque, al fallecer algunos mesesdespués, en agosto de 1848, no había aún cumplido coneste deber tal vez impedido ahora por alguna enfermedadque le llevó tempranamente a la muerte.

    Las relaciones entre el Gobierno del Obispado de La Ha-bana, el capellán de Candelaria y el Cura Párroco de SantaCruz atravesaron momentos tensos, debido a probables ne-gligencias de estos últimos, u otros indescifrablesmotivos.Esto se vislumbra en el contenido de otras cartascirculares fechadas el 26 de septiembre de 1844, el 11 demarzo de 1847 y el 21 de julio de 1947, todas dirigidas por elGobierno del Obispado al Capellán del Candelaria.

    A pesar del incumplimiento de ciertas prácticas burocrá-ticas que a menudo molestan a quienes están comprometi-dos en el apostolado concreto, parece que el Capellán deCandelaria y el Cura Párroco de Santa Cruz, estuvieran pen-sando en una reconstrucción de la deteriorada Ermita y queel Gobierno del Obispado estuvo de acuerdo y dispuestoademás a dar sus oportunos consejos, así como ayudafinanciaria. Es lo que se intuye de esta carta fechada 14 deseptiembre de 1847 y dirigida al Teniente Cura de Candela-ria: «En el expediente promovido sobre la reedificación dela iglesia de Candelaria auxiliar de Santa Cruz ya en par-te reconstruida)... se ha servido S.E.I. el Obispo mi Sr. ex-pedir el decreto siguiente... Libren orden al Cura Párrocopara que nos manifieste el estado en que se halla (la Ermi-

  • 23Parroquia de Candelaria

    ta) con prevención de que si falta cantidad considerablepara la completa reparación del templo proceda a formarla junta parroquial compuesta de personas pudientes yreligiosas de la feligresía las cuales recaudarán lassuscripciones con que gusten contribuir los feligreses ydemás personas piadosas, dándonos conocimiento de todoá la mayor brevedad para providenciar lo demás que co-rresponda.

    Todo lo que de orden de S.E.I. digo a usted para suinteligencia y fines consiguientes.

    Dr. Domingo García Velayos.»Después de la muerte del Pro. Juan Bautista Soriano, el

    Párroco de Santa Cruz Pro. Pedro Nolasco de Alberro el 17de marzo de 1849 escribía una carta al Secretario de Cámaray Gobierno del Obispado de La Habana en la cual informabaque a su vez había recibido de Don. Lázaro Soriano, herma-no del difunto sacerdote, una carta en la cual le participabahaber hallado, entre las cosas dejadas por su hermano sa-cerdote, varios papeles correspondientes a la Ermita. Di-chos papeles los había entregados después «en la casa delos heredes de esta a presencia de Don. José Zoraya Y Don.Francisco Boneto. Se trataba de apuntes relativos a 89bautizos y 105 entierros y los expedientes matrimonialesde D. Manuel Demetrio Suárez con Dña. Manuela Labra-dor Piloto y de Don José Leandro García con Dña. MartaMarcelina Vaugner. Así como dieciséis cláusulas testamen-tarias, según consta en Diligencia que conmigo firman losexpresados.» Vale la pena destacar que dichos papeles, comotambién las cartas antes citadas y otras que en adelante noreproducimos por entero, quedan diligentemente conserva-dos en el Archivo Parroquial de Candelaria.

    Dos meses después, el 17 de mayo de 1849, el P. Alberroenviaba al Obispo de La Habana otra copia de esta mismacarta porque no había todavía recibido respuesta a la prime-ra y dudaba hubiese llegado a su destino. Volvió a solicitarrespuesta el 11 de julio de aquel mismo año. El primero deagosto de 1849, de parte del Secretario del Obispado de LaHabana Federico G Escorbet, llegaba la respuesta: la cartadel P. Alberro había llegado a su destino y se le preguntabasi se había preocupado de anotar en los respectivos librosel contenido de estos apuntes.

    En carta enviada al Pro. Alberro el 22 de septiembre delmismo año le habló en los siguientes términos: «El curapárroco de la iglesia de Santa Cruz de Los Pinos remitiráa este tribunal á la mayor brevedad posible por manos depersona segura los apuntes de bautismos y entierros, plie-gos matrimoniales y cláusulas testamentarias á que se re-firió en su comunicación de 11 de julio último dirigida alSecretario de Cámara y Gobierno de este Obispado y refe-rente á haberle entregado Don Lázaro Soriano dichospapeles; dejando copia certificada de todos a los efectosconvenientes.Que así lo tenemos mandado...»

    De hecho el P. Alberro asentó y firmó todos los bautizos,entierros y matrimonios celebrados, sobre cuyas generali-dades había dejado apuntes el Capellán J.B. Soriano. Así,como decíamos, los bautizos asentados que se referían alperíodo de servicio del P. J.B. Soriano (1837 – 1848) alcanza-ron el número de 553, a los cuales hay que añadir 63 quefueron celebrados por el propio P. Pedro Nolasco Alberro enel período sucesivo hasta el 4 de octubre de 1849, períodoque precedió a la llegada del Cura Párroco interino de Can-delaria Pro D. José Miguel de Hoyos.

    El P. Nolasco Alberro compiló también el primer libro debautizos de Pardos y Morenos del Archivo Parroquial deCandelaria asentando en él 710 bautizos de gente de colorbautizada en el período que va de 1837 hasta 20 de octubrede 1849. De éstos: 620 habían sido celebrados por el Bachi-ller Capellán Juan Bautista Soriano y 90 por el propio P.Alberro.

    Para conocer algo más de este sacerdote habría que con-sultar los libros del Archivo de San Cristóbal donde termina-ron probablemente los más antiguos libros de Santa Cruz deLos Pinos que hoy no es Parroquia.

    No podemos olvidar aquí que el P. Alberro fue uno delos curas pinareños que en aquella época apoyó los idealesindependentistas y pagó un alto precio por ello. Al respectoreportamos aquí cuanto ya escribimos el libro: «Pinar delRío: 300 años de compromiso evangelizador.»

    El P. Nolasco Alberro al comienzo de la Guerra de losDiez Años estuvo entre los seis sacerdotes detenidos.Fuesometido a tres procesos y en ellos se defendió con talclaridad y maestría que, a pesar de las terribles acusaciones,siempre fue absuelto. A los 81 años, sin embargo fue acusa-do de «infidente». Contra su detención protestó enérgica-mente el Obispo Fray Jacinto Martínez y Sáez, que sin em-bargo no fue escuchado; de nada valieron las vestiduras yel peso de ochenta años de edad del sacerdote. El curaNolasco fue detenido y conducido a la Cabaña (ya atestadade presos) en espera de ser deportado. Gracias al celo delObispo Martínez al anciano presbítero se le dio el Semi-nario por cárcel, sin perjuicio de mantenerlo en constantevigilancia.

    Volviendo a la cuestión de los bautismos y otros asien-tos no puntualmente redactados por el Pro. J.B. Soriano,puede decirse que muchos de estos se perdieron, a pesardel esfuerzo que había hecho el Pro. Nolasco Alberro, creán-dose un problema que se prolongó por muchos años.

    Una solución a esto fue la compilación de los llamados«Informativos de cristiandad» que oficializaban los bauti-zos presuntamente celebrados, pero no anotados, tema alcual regresaremos cuando hablemos más adelante del ProManuel Seara.

    PRO. DON JOSÉ MIGUEL DE HOYOS (noviembre 1854 - enero1859)Celebraba su primer bautizo en Candelaria el 10 de no-

    viembre de 1854 firmándose: «Cura Párroco interino por elExcmo. é Ilmo. Sr. Obispo Diocesano.» Este presbítero fir-maba su último bautizo el 19 de enero de 1859. Fueron 463los bautizos de blancos y 318 los de Pardos y Morenos porél celebrados y asentados.En el Archivo, entre otras, se en-cuentran dos cartas enviadas desde el Obispado de La Ha-bana a este cura en el período de su gobierno de la parro-quia. La primera era la Circular n. 68 del 31 de marzo de 1857que fijaba en un total de 349 pesos la suma relativa a losderechos parroquiales, entregada a esta parroquia por elquinquenio 1853 – 1857.

    Otra Circular con fecha 16 de septiembre de 1859 des-aconsejaba al cura de esta iglesia la celebración de dos ma-trimonios por motivos no precisados.

    El Pro. Don José Miguel de Hoyos fue el primer CuraPárroco de Candelaria oficialmente nombrado por el ObispoFleix y Solans.Es cuanto resulta de una carta del año 1854que dice: «Nombrado usted por el Excmo. é Ilmo. Obispo

  • 24 Historia de la ...

    Diocesano, cura párroco interino de la iglesia de ingreso deNuestra Señora de Candelaria, ha dispuesto S.E.I. se pase austed, como lo verifico, testimonio del auto de erección dedicha iglesia... También encarga a usted S.E.I pase sin pérdi-da de tiempo a la Parroquia de San Cristóbal, donde se ha-llan depositados los ornamentos, vasos sagrados, librosparroquiales y demás pertenencias de la de su cargo, paraque bajo formal inventario se le haga la entrega de ellos.

    Luego que lo haya verificado se pondrá de acuerdo conlos tres curas de las iglesias limítrofes y previos los oportu-nos anuncios. Comenzará usted a levantar las cargas delMinisterio Parroquial pidiendo a esta Secretaría las circula-res de S.E.I que no encontrara en ella. Además hará ustedpresente a S.E.I. cuales son los objetos de culto que haganfalta para proveerse de ellos en el caso de que no se losfaciliten los vecinos que repetidas veces los han ofrecidos.

    Dios guarde á usted muchos años – Habana 27 de octu-bre de 1854 – Domingo García Velayos secretario.»

    De su parte, en carta autógrafa fechada el 15 de marzode 1855, el Pro. Don José Miguel de Hoyos pedía al Sr. Go-bernador del Obispado autorización para bautizar «variospárvulos de este pueblo pasados de edad.» El permiso delObispo llegó oportunamente. Al tema del bautizo de niñospasados de edad, es decir con más de seis meses de naci-dos, dedicaré atención más adelante.

    Probablemente Don Miguel, como otros curas de aque-llos años, se prestó como escribano de múltiples pedidossemejantes que, por una parte, dan testimonio de una mayorseveridad de la ley eclesiástica respecto a la de hoy, y de laotra, son prueba de la preocupación de cumplir con ella,porque se tenía como un medio fundamental para la sal-vación.

    El Pro. Don José Miguel no sólo se preocupó de mejorarlas estructuras y dotación de la Ermita de Candelaria sinotambién aquellas del cementerio en tiempos en que la Iglesiaestaba responsabilizada con dar cristiana sepultura a losmuertos.De eso da testimonio esta otra carta a él dirigida el17 de septiembre de 1855 por la Secretaría del Obispado deLa Habana: «Visto el informe de usted de primer del actual,El Excmo. é Ilmo. Sr. Obispo Diocesano se ha servido im-partir su superior autorización para que se proceda alensanche provisional del Cementerio de esa iglesia; en-cargando a usted de que cuide que la parte que se agreguequede perfectamente cercada, y de que en su nombre dé lasgracias al dueño del terreno que provisionalmente y sinestipendio alguno lo cede, lo que se hará constar en elacta ó actas de las juntas que se celebren.

    Lo que de orden de S.E.I digo a usted para suinteligencia y fines consiguientes.

    Pedro Sánchez Secretario.»

    PRO. JOSÉ BRINGAS DE TREVILLA (enero 1859 – febrero 1860)Firmaba su primer bautizo como «Párroco por S.E.I de la

    Iglesia de Ingreso de Nuestra Señora de Candelaria» el 22de enero de 1859 y el último el 6 de febrero de 1860. Fueron118 los bautizos de blancos y 56 los de pardos y morenospor él celebrados.

    PRO. DON MANUEL SEARA. (febrero 1860 – abril 1873)

    Celebró su primer bautizo como «cura encargado porS.M. de la Iglesia de Ingreso Nuestra Señora de Candela-ria» el 11 de febrero de 1860 y el último el 5 de abril de 1873.Permaneció 13 años y celebró 1566 bautizos de blancos y1418 de pardos y morenos.

    Durante su estancia en la parroquia se produjo una se-gunda visita pastoral de parte del Obispo Fleix y Solans el 3de febrero de 1864. En el Archivo se conservan varias car-tas que nos permiten conocer algo más sobre este sacerdo-te y de lo que pasó en la parroquia en este período.

    Algunas de estas cartas manuscritas eran redactadaspor él mismo, sobre todo pidiendo permiso para redactarbautizos porque había padres y testigos que afirmaban ha-ber sido celebrados por el Presbítero J. B. Soriano y que sinembargo, como ya vimos, no habían sido regularmente asen-tados en los libros.

    En una carta dirigida a él por la Secretaría del Obispadoen fecha 7 de diciembre de 1862 se le avisaba: «El Excmo. ÉIlmo. Sr. Obispo Diocesano se ha servido crear una Vicaríaforánea en la parroquia de término de San Hilarión deGuanajay adscribiendo a la misma, entre otras Iglesias, esadel digno cargo de usted.»

    En carta del 14 de octubre de 1863 así le escribía elSecretario del Obispado de La Habana Federico G.D´Escorbet: «Habiendo determinado el Excmo. é Ilmo. Sr.Obispo Diocesano salir de esta Capital el día diez de di-ciembre próximo para administrar el Santo Sacramentode la Confirmación y visitar en el orden que se expresanlas Iglesias de Guara, Puente de la Güira, Ceiba del agua,Cayajabos, Artemisa, Las Mangas, Candelaria, San Diegode Los Baños, Los Palacios, Consolación del Sur, Pinardel Río, San Juan y Martínez, El Sábalo, Guane, Martina,Baja, Consolación del Norte, Las Pozas, Bahía Honda,Cabañas y Mariel. Se lo participo a usted en la inteligen-cia de que anticipadamente se le dará aviso el día queS.E.I. pasa a esa Parroquia en la cual desea, y así le expre-sa, le proporcione usted sólo lo indispensable para unmodesto trato.

    Dios guarde á usted muchos años – Federico D´EscorbetSecretario.»

    Evidentemente era el anuncio de la segunda Visita Pas-toral del Obispo Fleix y Solans a la Parroquia. Visita cuyafecha era precisada en sucesiva carta del inicio del año si-guiente: «El Excmo. É Ilmo. Sr. Obispo Diocesano me en-carga decir á usted que el lunes próximo de febrero, des-pués del almuerzo, saldrá de este punto para ese pueblo,con el objeto de hacer su Santa Pastoral Visita en esaIglesia de su cargo.

    Dios guarde á usted muchos años – Las Mangas 29 deenero de 1864. – Federico D´Escorbet Secretario.»

    Con carta circular del 13 de mayo de 1864 el P. Searaera designado «vocal eclesiástico para la junta local».

    En otra carta que personalmente dirigía al Gobernadordel Obispado el 22 de enero de 1865, pedido el permiso decorregir unos errores cometidos en asentar algunos bauti-zos.Curiosamente había asentado el bautismo de un blancoen el libro de pardos y morenos y el bautismo de una pardaen el libro de blancos.Eso, reconocía él mismo, debió suce-derle porque por lo regular tenía la costumbre de «escrivirde noche las operaciones de su Archivo y además porqueel expresado libro de pardos y morenos y él de blancos sontotalmente idénticos en número de hojas, volumen y porta-

  • 25Parroquia de Candelaria

    da, y sólo se distinguen por el rótulo impreso en la cubier-ta y precisamente debí tomar el uno por el otro.»

    Estaba todavía lejos el tiempo de los actuales apagonespero es fácil imaginar las dificultades de un trabajo semejan-te realizado en la oscuridad de aquellas noches, a la luztrémula de un «bombillo» o «chismosa» de la época.

    En 1865 el P. Manuel Seara estaba enfrascado en la tareade otra reparación a la iglesia. Es lo que deja entender estacarta que recibía del Obispado de La Habana en fecha 31 deoctubre de 1865: «En providencia de hoy se ha servido elIlmo. Sr. Gobernador del Obispado aprobar el presupues-to que usted acompaña con su oficio del 26 de corriente,formado para las reparaciones que son necesarias en esaiglesia de su encargo; y en su consecuencia le faculta paraque desde luego disponga la ejecución de las obras presu-puestas abonándose luego de concluidas los ciento ochentaescudos á que ascienden para lo cual se pasa la ordenconveniente al mayordomo de Fábrica.»

    BAUTIZO DEL PRIMER ASIÁTICO EN CANDELARIA

    En la segunda mitad del siglo XIX hubo una fuerteinmigración de asiáticos, sobre todo chinos de la zona deCantón y Amony, gente muy laboriosa y que supo adaptar-se bien al clima y la cultura de Cuba. En el año 1870 el núme-ro de estos inmigrados ya superaba la considerable cifra de100.000. Algunos de ellos se habían establecido también enCandelaria y son interesantes al respecto tres cartas relati-vas al bautismo de uno de estos asiáticos.Cierto Manuel D.

    En la primera, fechada 16 de mayo de 1866, Don José B.Hernández Lagullan, Capitán y Juez local del Partido de Can-delaria escribió al Obispo de la Diócesis informándolo quehacía dos años que tenía a su servicio al asiático Manuel D.

    Soltero y de veintisiete años de edad, quien había «biencumplido con su contrata y se había instruido en los princi-pios de la doctrina cristiana y deseaba recibir el Santo Sa-cramento del bautismo y que el exponente sea su padrino.»Suplicaba entonces a S.E.I. para que concediera al Párrocode la iglesia de Candelaria la autorización para celebrar esteSacramento.

    En respuesta la Secretaría de Gobierno del Obispado in-vitaba al Párroco Don Miguel Seara a examinar al asiático,encomendándole: «Nos diga si tiene la instrucción indis-pensable y además las disposiciones que se requieren pararecibir dignamente el Santo Bautizo. Indagando ademásdel Catecúmeno cuales son los motivos que lo asisten paraabrasar nuestra augusta Religión y si con sinceridad deintención pide el bautismo...»

    En carta de 8 de junio de 1866 el P. Seara así respondía, alrespecto, a la Secretaría del Obispado: «Cumplimentandoel superior mandato de V.E.I. fecha 17 de mayo del corrien-te (1866), llamé a mi presencia el asiático a cuyo nombrese promovió esta instancia. Al cual examiné con escrupu-losidad y le hallé muy instruido en los fundamentales éindispensables misterios de Nuestra santa Religión obser-vando al mismo tiempo, por preguntas que al efecto le ha-cía, un deseo sincero y de buena fe de ser cristiano por elconocimiento que tiene que esta Religión es la verdaderay la indispensable para salvarse y que desde hace tresaños que llegó a la Isla le ha llamado la atención lo subli-me de las ceremonias...» Pocos días después, el 11 de junio,llegaba de parte del Obispo el permiso de proceder al bautis-mo del asiático.

    El mismo procedimiento se repitió el año siguiente, 1867,por otro asiático nombrado Eloy, que estaba al servicio deDon Juan Bernal vecino de esta parroquia, quien, escribien-do al Obispo dijo del asiático: «Conoce que sólo bajo el

    Actuales casas donde en un tiempo se hallaba el antiguo cementerio de Candelaria, construido a unos 200 metros del lugardonde había sido reconstruida la nueva ermita que en el año 1816 admiraba y celebraba el Obispo Espada en Pastoral Visita.El actual cementerio fue construido en 1861 en tiempos del Pro. Don Manuel Seara y fue objeto de una primera reparación yampliación de parte del Pro. Don José Urrestarazu en 1885.

  • 26 Historia de la ...

    amparo de la Religión Católica puede salvarse y desea decorazón recibir el Santo Bautismo para principiar a prac-ticar las obras del cristianismo.»

    De su parte el P. Seara, después de haberlo examinadodebidamente, declaró: «El asiático dio prueba de buen co-nocimiento de las principales verdades cristianas, del Mis-terio de la Trinidad, de la Eucaristía, Pasión y Muerte deN.SAN Jesucristo, del premio y castigo en la vida eterna yprometió no practicar jamás las ceremonias de su secta ypracticar las cristianas.»

    El 10 de septiembre de 1867 llegó la autorización delObispado de La Habana, firmada por el entonces SecretarioDr. Mario Puyol, para bautizar también a este segundo asiá-tico en Candelaria.

    CAMPANAS MAL TOCADAS

    En carta de 17 de febrero de 1868 el Obispo Fray JacintoMaría Martínez, que se encontraba de visita en Guanajay,hacía llegar una nota, a través de su Secretario, a todas lasparroquias de la Diócesis, en la que decía haber leído en el«Diario de la marina» una correspondencia de Pinar del Ríoen la que se informaba que el Excmo. Sr. Vice Real Patronohabía sido recibido y despedido en el templo por el Párrocode esa ciudad con repique de campana. Consideraba todoeso un abuso siendo eso reservado, según derecho y cos-tumbre, a las autoridades.

    El Obispo Martínez entonces encomendaba a los Párro-cos de su jurisdicción: «Reciban en la puerta del templo ydespidan en la misma al Vice Real Patrono dándole elagua bendita según las leyes de Indias prescriben, pero norepiquen las campanas por no corresponderle dicho ho-nor, reservado al Prelado Diocesano.»

    Lamentablemente el cura Miguel Seara no cumplió coneste mandato, por lo que puntualmente llegó el «tirón deorejas» en esta curiosa carta procedente del Obispado yfechada 10 de marzo de 1868: «El Sr. Gobernador del Obis-pado por ausencia del Excmo. é Ilmo. Sr. Obispo Diocesano(había viajado hacia Roma para participar al ConcilioVaticano I), se ha enterado con desagrado de que hubieseusted dudado en dar cumplimiento á lo que de modo ex-preso y terminante le estaba mandado, disponiendo ustedque se repicaran las campanas en esa iglesia con motivode la llegada á ese pueblo del Excmo. Sr. Capitán General,así como S.E.I. se ha enterado con satisfacción de la con-ducta y moderación que han reservado los párrocos deGuanajay y Artemisa en el mismo caso mostrándose obe-dientes...» ¿Había en esta disposición sólo la preocupaciónde salvaguardar cierto prestigio y distinción eclesiástica ola palabra misma «moderación» dejaba vislumbrar tambiénuna medida conveniente frente a las primeras señalesindependentistas de aquel 1868 que marcó el comienzo de lalucha contra el colonialismo español y sus representantes?

    La primera nos deja con una interrogante acerca tambiénde su misma motivación. Es fechada 17 de diciembre de 1869y se expresaba en estos términos: «De orden del Señor Go-bernador del Obispado, en ausencia del Excmo. é Ilmo.Obispo Diocesano, se presentará usted en esta Secretaríade mi cargo, á la mayor brevedad posible dejando encar-gada la parroquia al ministro más inmediato.

    Dios guarde usted muchos años – Ldo. Simón Fernándezde Soto.»

    La segunda ordenaba la penitencia a dos candelariensessorprendidos en adulterio: «Hagan ocho días de ejerciciosespirituales bajo la dirección de usted (el cura M. Seara)oyendo misa, confesando y comulgando, y entregando unalimosna de tres escudos los cuales empleará usted en soco-rro a los pobres.»

    Más adelante sin embargo, acercándose más a los prin-cipios pedagógicos modernos, aconsejaba de actuar conlos dos «exhortándolos benignamente... – Habana 6 deabril de 1870 – Ramón G. Salas – Secretario.»

    Dos cartas que la Secretaría del Obispado enviaba al P.Seara respectivamente en fecha 15 y 27 de septiembre de1970 nos ponen al tanto de que había entonces en la parro-quia también un Teniente Cura y un mayordomo de Fábrica,Este último era cierto Don Jacobo Hernández Piloto.

    CONSECUENCIAS DE UN HURACÁN.SOLIDARIDAD CON LOS SUFRIMIENTOS

    DEL PAPA

    Es muy interesante la carta enviada al P. Seara con fecha24 de octubre de 1870 que aludía a un reciente y desastrosohuracán y a la obra de la reedificación de la iglesia. Puesdecía esta carta: «El M.I.Sr. Gobernador del Obispado, enausencia del Excmo. Sr. Obispo Diocesano, ha tenido abien expedir con esta fecha el decreto siguiente: «Trasla-dase esta comunicación al Excmo. Sr. Vice Real Patrono,para que se digne disponer la construcción de la IglesiaParroquial de Candelaria destruida totalmente por elhuracán, satisfaciendo su importe con los recursos consig-nados para el particular en el presupuesto general delEstado por carecer absolutamente de ellos el Obispado yla feligresía. Y respecto del punto que ha de servir de Igle-sia Parroquial, digo provisional, encargamos al ministroque la suscribe que no siendo en una de las habitacionesindependientes de la casa en que vive, provéase que losgastos del alquiler se concilien con los recursos de la fá-brica; pues el Obispado no cuenta con fondos de ningunaclase para subvenir á esa apremiante necesidad;facultándole para bendecir el sitio, ó habitación que alefecto se elija en la forma ritual acostumbrada,transcribiéndose para su inteligencia y gobierno el pre-sente decreto, y archivándose esta comunicación, á losfines oportunos...»

    En aquellos años varias cartas circulares del Obispadode La Habana informaron sobre los sufrimientos del PapaPío IX que había perdido los Estados Pontificios, como con-secuencia de las Guerras de Independencia para la unidadde Italia, y que abarcaban algunas importantes regiones dela península. En aquel momento se temía que el Papa, ha-biendo perdido su poder temporal, perdiera también su in-fluencia espiritual. Cosa que la historia futura se encargaríade desmentir. Toda la Iglesia Católica compartió intensa-mente los sufrimientos del Papa en aquellos años y respon-dieron también, según sus posibilidades, al llamado a con-tribuir con su caridad a las necesidades del Pontífice y delcentro organizador de toda la gran obra de la Iglesia Católi-ca en el mundo, cuya sede se había reducido al pequeñoestado Vaticano.

    Interesante al respecto es la carta fechada 15 de marzode 1871 enviada al P. Seara desde la Secretaría del Obispado:

  • 27Parroquia de Candelaria

    «Se ha recibido en esta Secretaría con fecha de hoy porconducto de D. Manuel González la comunicación del Pá-rroco de Candelaria fecha ocho del actual con la lista delos donantes para el Santo Padre y la suma de ochenta ycuatro escudos seiscientos cincuenta milésimos...»

    La última carta relativa al período de gobierno de la pa-rroquia del P. Seara está fechada el 5 de agosto de 1872 yresulta muy interesante por su alusión a la situación de lagente del campo, notándose la cercanía de este cura a susnecesidades.He aquí su contenido: «Pro. Manuel Seara,Cura Párroco de la iglesia de ingreso de N. SAN de Can-delaria, á U.S.I. (Gobernador del Obispado) con el debidorespecto dice: que Doña Francisca Delgado, su antiguafeligresa, á quien le ha bautizado cinco hijos como de pa-dre no conocido nombrados Roberto, Florentina, Pau