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Historia de Cosas de Andalucía I Fernando Repiso Rodríguez Historia de una vocación

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Historia de Cosas de Andalucía I

Fernando Repiso Rodríguez

Historia de una vocación

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Historia de Cosas de Andalucía I

Fernando Repiso Rodríguez

UN DÍA SALTÓ LA CHISPA

Me inicié en el oficio de la promoción en El Corte Inglés, a su inauguración en Sevilla (1968), pero como quería ser nada más que Fernando y no el nº 345S, decidí cruzar la acera de la Plaza del Duque y poner en marcha una iniciativa con visos de “defender lo nuestro” frente a la, que ya se veía venir, invasión de los grandes. A esto que propongo que “Lubre” –que así se llamaba aquel intento de gran almacén- era de aquí y sus beneficios reverterían aquí. La respuesta del público fue todo un síntoma de que el espíritu andaluz traspasaba el “suvenir” del barrio de Santa Cruz. Así lo recogió, años más tarde en una entrevista un ABC del régimen, pero apuntado al bombardeo que el honesto y profesional Nicolás Salas, como director, y Antonio Burgos en sus primeros escarceos verdiblancos, estaban dispuestos a apostar.

Posiblemente en aquellos finales del 69 empezó el gusanillo andaluz. Era Director de Relaciones Públicas y Promoción de los grandes almacenes Lubre, empresa que pretendía una alternativa local a la depredadora estrategia del recién inaugurado El Corte Inglés de plaza del Duque de Sevilla. Este monstruo de la inversión logró con sus influencias y buenas prebendas destruir toda la acera izquierda de la plaza, ocupada por edificios de gran valor patrimonial, además de cambiar el tráfico de la plaza que en contra del propio código de circulación obligaba a girar en dirección contraria a la establecida, para facilitar el acceso a sus puertas, además de pasos de cebras estudiados con el mismo objetivo de conducir a los peatones hacia los accesos. Con los medios disponibles, procuré llamar la atención hacia la acera de la derecha para captar clientela. Se recurrió a las prohibidas banderolas, a exhibir en los escaparates animales vivos para curiosidad de los niños, incluir en la publicidad argumentos como "Lubre es de aquí, sus beneficios revierten aquí,...".

A partir de aquella, considerada osadía, el sentimiento se convirtió en conciencia. Fueron días difíciles en los que teníamos que combinar sutilmente los intereses de los que nos daban de comer y meter alguna cuña... hacer camino. Socializar, defenderse del Sindicato vertical, clamar por las injusticias, y todo disfrazado de club de empresa pues el comité estaba prohibido.

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En resumidas cuentas, fue tal la movida marketinera que los medios se volcaron con las reservas correspondientes ante tamaño y nuevo clientelón. Se hizo lo que se pudo, pero creo que el sentimiento por lo nuestro nació en aquellos momentos.

Ver más datos sobre la operación en artículo relacionado al pie A esta operación se sumó la inminente conversión de la joya de Aníbal González, el Teatro Coliseo, en el actual BBVA. Un prometedor grupo sevillano de rock fue presentado en la última sesión como Teatro Coliseo. Jesús de la Rosa, del grupo Triana y un recinto totalmente lleno de juventud clamó por la pérdida. El acto sirvió para el lanzamiento de Smash y a mí me tocó presentarlo bajo el patrocinio de Lubre. Promover la convivencia, la participación y la solidaridad: desde facilitarle un pecho artificial a una trabajadora que iba a ser despedida por la extirpación de una mama, a organizar una huelga por otro despido por quedarse embarazada una cajera siendo soltera, o para reclamar el derecho de descanso los sábados, o repartir juguetes para los empleados, caseta de feria para todos, reconocimientos por el trabajo realizado, comidas o actos de convivencia. Ese fue el reto.

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Para ello se constituyó el Club Lubre, una especie de sucedáneo de los actuales Comités de Empresa, en aquella época prohibidos. Su objetivo, enlazar los derechos de los trabajadores con las necesidades de la empresa y viceversa. Desde una cuota de veinte duros mensuales y la colaboración de la empresa, se cubrieron ciertas necesidades familiares, de enfermedad, de bajas laborales, juguetes de Reyes para los hijos de los trabajadores, caseta de feria y hasta la celebración de un Primer Aniversario donde almorzamos con las familias y se otorgaron por votación las insignias a la colaboración, que se les impuso al socio más joven, a Juan Zapata por su actitud colaboradora, al carpintero de escaparates por sus esfuerzos y a la esposa de un trabajador a la que se le ayudó en una operación de cierta gravedad.

Fue el primer grupo de trabajadores que combinó los temas laborales con los lúdicos y sociales. Algo que el sindicato vertical, el único, se sorprendía al no poder evitar que algo tan inocente y familiar llevara tal carga democrática y de relaciones humanas. Pero lo importante era que las partes estuvieran de acuerdo en que el lugar de trabajo era el punto de esfuerzo común de donde partía la conservación y afianzamiento del puesto de trabajo. Recordemos que el despido era libre y "aplaudido" por las fuerzas de represión laboral. Lubre era una empresa franquista pero nunca hubo despidos por motivos políticos.

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Las campañas iban aderezadas de labores sociales y culturales en favor de la población-cliente, por ejemplo, se promovieron becas de estudios para hijos de clientes. Esta labor fue apoyada por El Correo de Andalucía y algunos patrocinadores más, haciendo acto de presencia concejales del Ayuntamiento y representantes del arzobispado. Se presentó en el desaparecido Teatro Álvarez Quintero de calle Laraña.

Representar a la nueva publicidad, al recién llegado Marketing y sacarme de la manga ideas renovadoras y con los escasos recursos para ejercer con dignidad un oficio, que todavía no estaba profesionalizado, resultó que todo era cosa de rojos, maoístas o troskistas... o que se yo. Defender principios éticos o valorar al trabajador como ser humano con sus circunstancias, problemas, deseos y derechos, era tan explosivo como pertenecer a un grupo clandestino.

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Afortunadamente, ni los medios más importantes como Radio Popular (COPE), la SER, El Correo de Andalucía y ni mucho menos el gran profesional que ya anticipaba ser, Juan Luis Manfredi, no ignoraron la labor y pude contar, entre otros, con su inestimable apoyo.

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El diario ABC estrenó la sección "Nueva frontera, Nuevos hombres, Nueva Sevilla" como reconocimiento de los nuevos dirigentes o promotores de las empresas que se incorporaban al resurgir sevillano. Tuve el honor de ocupar la primera, pero poner en entredicho la poca profesionalidad de los publicitarios que “enseñaban” y demandar mayor responsabilidad de un comercio de calidad pero sin poder de reacción, empezó a granjearme enemigos.

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...Y LLEGÓ EL MOMENTO. Siendo director de El Correo de Andalucía, Federico Villagrán publicó en portada el desembarco de madrugada en su base de Rota, de tropas estadounidenses para reprimir la Revolución del Clavel de Portugal. Federico fue detenido y la edición secuestrada. Pero Federico, madera pura de comunicador, no podía dejar de serlo y nos reunió a varios amigos y colegas de causa y oficio para continuar con la “comunicación subversiva”. Con la ayuda económica de Palomino, cuñado de Felipe González, y varios colaboradores “anónimos”, funda el semanario Torneo, nombre deportivo que encubría su contenido social y cultural. Una de las novedades que ofreció fue el primer comic erótico que se publicaba antes de la esperada democracia. El equipo de redacción reunió a las fuerzas vivas de la oposición al régimen, unos descubrieron el filón histórico y acabaron como profesionales bien remunerados de la política; los románticos e idealistas seguimos en la brecha de la segunda o tercera fila de la foto del protagonismo, lugar donde se continuaba y se conservaba el mismo espíritu antifascista, donde se seguía dando la cara, mientras que en las primeras filas sólo la imagen, a veces pagada al periodista de turno y promovida por el grupo con holgado saldo bancario. Sin embargo, eso no fue lo que le ocurrió a Torneo, en varias veces asaltado y destrozado por las juventudes fascistas. La falta de patrocinadores, temerosos de verse “involucrados” como cómplices de tamaña osadía, dio al traste con la quiebra de uno de los proyectos de comunicación más libre de una Andalucía, todavía en poder de los herederos del régimen. En la foto de Pablo Juliá: momento de la fundación de la revista Torneo, primera antifascista. De izada. a derecha: Federico Villagrán (exdirector de El Correo), Fernando Repiso (Redactor), Vicente Burgos (Director Comercial.), Iñaki Gabilondo (Coordinador), José Miguel (Diseñador)

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Número cero de presentación. Sólo la relación de redactores ya describe hasta donde pudimos llegar si no llega a ser por el T.O.P. (desaparecido Tribunal de Orden Público)

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Igual destino tendría “Tierras del Sur”, también semanario de otro exdirector de El Correo, el siempre recordado José María Javierre, “el cura Javierre” para los amigos. Tierras del Sur, con aires andaluces llegó a ocupar otro sector, incluso más amplio, no sólo geográfico sino social. El recién llegado andalucismo se vio reforzado por el equipo que Javierre supo agrupar en torno al ideal andaluz de una información propiamente andaluza. En este caso sí que participaron patrocinadores pero nunca lo suficiente como para conservar la publicación, escasamente editada durante dos años con frecuencia semanal. José María me reservó un espacio para “describir” a una serie de personajes, las condiciones fueron no dar nombres sino cargos, cautela que todavía estaban a nuestro alrededor.

Este texto costó un tirón de orejas a Tierras del Sur. José María Javierre, como siempre, supo defenderlo ante los que amenazaron con “tomar medidas”, llamados jocosamente “los sastres”. Mereció la pena… llegó al pueblo andaluz.