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HERMANDAD ROCIERA LA GUITARRA Historia del Rocío en Catalunya Juan Román Fernández

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HERMANDAD ROCIERA

LA GUITARRAHistoria del Rocío en Catalunya

Juan Román Fernández

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Prohibida la reproducción total o parcial del libro por cualquier medio: fotográfico, fotocopia, mecánico, reprográfico, óptico, magnético o electrónico, sin la autorización expresa y por escrito de los propietarios del copyright.

Primera edición: Abril 2015

© Autor: Juan Román Fernández

Diseño portada: MileniumEdita: Constante CalvoMilenium Comunicación - [email protected] - tel. 626 91 05 13

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NOTA DEL EDITOR

Cuando me presentaron este libro para encargarme de su edición, no sabía muy bien en qué genero clasificarlo. No se puede considerar una obra literaria si tenemos en cuenta la perfección que exigen las editoriales importantes. No es un ensayo, ni un poemario, ni un libro de texto, ni una novela romántica, negra, policíaca, del Oeste ni un thriller psicológico, porque se trata de una biografía romántica de su autor Román y a la vez es un libro histórico, porque nos cuenta la verdadera Historia de la Romería del Rocío en Catalunya, que Juan comenzó a organizar allá por el año 70 del siglo XX.

Todos sabemos que las palabras se las lleva el viento y que lo escrito, escrito queda, por eso debemos agradecer a Juan que haya dedicado toda su vida de rociero a hacer el bien y que ahora nos brinde este libro que fue fluyendo de su mente tal cual está escrito. Si se intentara corregirlo y dejarlo literariamente perfecto ya no sería el libro de Juan, porque las personas que le conocen bien desde tiempos inmemoriales no le escucharían a él al leer estas páginas. Y de eso se trata: es como un diálogo entre los lectores y Juan, que nos va contando las vivencias de toda su vida.

Sé que muchas personas le podrán criticar por todo lo que ha hecho Juan, por todo lo que ha trabajado y sufrido para organizar esta maravillosa romería durante tantos años, pero deberían felicitarle y agradecerle que haya dedicado toda su vida al Rocío para que los andaluces en esta acogedora Catalunya nos sintamos como en nuestra querida tierra y también el resto de los ciudadanos que vivimos aquí.

Constante Calvo

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HERMANDAD ROCIERA LA GUITARRACalle Montserrat, nº 3, bajos. Barrio de Santo Cristo08917 BADALONA (Barcelona)

Bautizo

Cuando se celebró el bautizo por primera vez en el Rocío y después de haber pasado de las excursiones rocieras al Rocío, fue un hecho que a todo aquel que lo vio, le sirvió como referencia del principio del verdadero Rocío en 1979.

Fue el primer paso para continuar organizándolo tal y como está ahora.

Este acto se llevó a cabo en la Universidad Autónoma de Bellaterra en 1980. Desde aquel día, el Rocío cogía otro rumbo, empezaba a parecer un verdadero Rocío y fue tomando el camino a seguir fomentándolo en todas las Hermandades, que a partir de ese día decidieron empezar a montar sus sedes en varios sitios,

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como Los Marismeños y como no, Los Romeros; también Pineda de Mar, Barcelona Centro, Los Chirimbolos Rocieros de Carmona, La Hermandad de Cornellà... Y a partir de 1982, ya entró Los Marismeños y junto con ellos, Pineda en Santa María de Montcada.

Y yo me dirijo a ti diciéndote:Hola, me llamo Juan Román Fernández y me dirijo a ti para

decirte que todo lo que aquí cuento podría afirmarlo con la mano sobre la Biblia. También puedo jurarlo por todos mis antepasados y en ningún caso lo hago con ánimo de lucro; lo hago solamente para que quede constancia de cómo empezó a organizarse el Rocío en Cataluña desde 1971.

La mayoría de los comentarios que se oyen son falsos. Un ejemplo de los muchos que te puedo explicar es que si tú no has cruzado la Raya Real y yo sí, tú no puedes apropiarte de mis vivencias y hacerlas tuyas, sólo porque yo te las haya contado. Una persona debería contar sus vivencias, que es lo que le enriquece, pero no las de otro. Las de otro te pueden dar experiencia oída, pero nunca vivencias.

Todo esto lo cuento porque hay muchas personas que van

Rocío junto al cuadro que se quemó con el que fue bautizada La Guitarra.

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hablando de los principios del Rocío en Cataluña. La historia no se puede cambiar solo por querer aparentar algo que no se ha vivido.

Se sabe, que todos los principios son difíciles o nada buenos. Cuando se empezó a organizar la Feria de Abril y el Rocío en Cataluña en 1971, las peñas teníamos muchas dificultades, comenzando por no tener nada para montar las casetas. Teníamos que montar verdaderas barracas con maderas y toldos del puerto. Debíamos montarlo todo el sábado y desmontarlo el domingo y aunque era demasiado duro, lo hacíamos. Con mucho ánimo e ilusión empezábamos a construir una nueva Cataluña con la Feria de Abril y el Rocío en La Pava de Castelldefels. Todo esto se fue hilvanando en la Casa de Andalucía de Barcelona con Don Miguel de Linares como presidente.

En ese tiempo también empezó a montar la peña Juan de Arcos, Matilde la Galleguita y Juan Román como rociero. Estuvimos montando en varios sitios: en Hospitalet de Llobregat y en Santa María de Barbera, donde estuvo muchos años... Desde allí nos trasladamos a Santa Coloma de Gramanet y posteriormente a la Mina, hasta llegar al Forum. En cambio, el Rocío se fue para Arenys de Munt desde 1972 hasta 1978, de 1979 hasta 1981 a Bellaterra, en 1982 a Santa María de Montcada hasta 1983, en 1984 a C+C (almacenes), en 1985 a Gallees (Mollet del Vallès), en 1986 nos fuimos a Santa Perpetua de Mogoda y de allí a Montmeló, y desde allí, volvimos a Montcada i Reixac, dónde estamos ubicados actualmente.

En todos estos años he tenido muchas satisfacciones y muchos quebraderos de cabeza, y en algunas ocasiones, incluso pensé tirar la toalla, porque en todo ese tiempo estuve sólo organizando el Rocío, hasta que entró la Hermandad de Los Marismeños en Santa María de Montcada en 1982. Ese era el nombre que tuvo entonces Santa Coloma de Gramanet en todos los años que se hacía el Rocío. El señor M,- C, presidente de la casa de Andalucía de Santa Coloma de Gramanet, iba vendiendo sardinas cuando, en

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el 80, en Bellaterra, se estaba sacando a Nuestra Señora del Rocío y se acercaron unos señores para preguntarme si podían llevar a La Señora. Yo les dije que sí. La llevaron más de tres horas a hombros y cuando la dejaron me preguntaron por qué les había permitido llevarla por intrusión mía y me dijo Curro: “Nosotros queremos montar una Hermandad que se llamará los Romeros” Por eso digo muchas veces que Los Romeros estaban delante de Santa Coloma y de Pineda, aunque no tuviesen los Estatutos todavía en regla, porque Santa Coloma entró junto con Pineda en Santa María de Montcada en 1982,

Cuando Santa Coloma cogió el Simpecado de la Casa de Andalucía de Barcelona, por lo tanto, como grupo, estaba delante de las dos, pero fueron muy listos y le quitaron el puesto. Pero todo daba igual, lo más importante es que todos saben que fue una pillería un poco indecente, pero lo hecho, hecho está.

Cuando la Hermandad La Guitarra fue a buscar la iglesia en la que todavía estamos hoy en día, en 1979, estando de cura Joseph Moceen y desde esa iglesia, salió Nuestra Señora del Rocío, que entonces era un cuadro y salió con el palio que nos lo dejó la colonia Grabense. Pero en 1981, para que la Virgen saliera bajo palio, tuve que hacerlo yo mismo, porque todo cuanto tenía se lo llevó el gasto de la Virgen en el 80, fue cuando el padre Monseñor Joseph bautizó a mi hija Raquel del Rocío. Es el cura que sigue rigiendo hasta hoy esa iglesia. En el bautizo también estaba el padre misionero Manuel Puertas, de la Casa de Andalucía de Barcelona. En aquel tiempo se fue a Málaga y en 1981 vino para traerle los reyes a su niña, como él le decía, pero ya no pudo venir más porque ya era muy viejito.

En Santa María, cuando se hizo el Rocío de 1983, también se bautizó a Israel Román Moreno, mi segundo hijo. Hasta aquí se iban haciendo las cosas como decía Juan Román, presidente y hermano mayor de la Peña La Guitarra, que entonces era la primera Hermandad. Cuando acabó el Rocío de 1983, este año

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tan polémico, cómo me di cuenta de que no había ni un policía y coincidiendo con las fiestas del barrio, le dije a Antonio Perra, el cual tenía un gran camión, que porqué no se traía a La Señora para la Hermandad, porque había muy mal ambiente en el recinto del Rocío. Como en la Casa de Andalucía ya no estaba don Miguel de Linares, había entrando de presidente Don Antonio de Arcos, que era jefe de aduanas en 1980. Como Don Antonio, junto con la Casa de Andalucía, apenas hacían nada por seguir, y como Juan José Guisados estaba en la casa de Andalucía, estaba ayudando a Don Antonio de Arcos, y para hablar con toda las personas después de lo que pasó en el 83, como no teníamos terrenos disponibles, hablé con Guisados para organizar las cosas. A partir de ahí se montó un dispositivo que fue cuando se creó la coordinadora de entidades entre 80 y 83. Entonces Guisados estaba al mando como presidente de la Federación de Entidades y Casas de Andalucía en Cataluña. Nos reunimos Juan José Guisados, la Peña Juan de Arcos, Matilde la Galleguita, y la Hermandad la Guitarra, en la calle Montserrat Nº 3, en la Sede de la Hermandad y de aquí salió el hablar con todas las Peñas y Casas regionales para formar una junta directiva. Desde entonces se fueron uniendo La Casa de Andalucía de Sabadell, El Casal de Cerdanyola, La Niña de la Puebla, La Colonia Egabrense Rincón de Palis de Santa Coloma de Gramanet en 1983. Después del Roció, dejó el cargo que tenía como presidente Juan José Guisado por culpa de Francisco García Prieto. Todo esto que cuento es porque en 1983, cuando acabó el Domingo el Rocío, me di cuenta de que había muy mal ambiente, por eso mandé llevar a nuestra Señora del Rocío para la Hermandad. Nos tuvimos que quedar para desmontar y nos atracaron, se llevaron todo lo que había, porque no había ni un solo policía en todo el recinto del Rocío.

Francisco García Prieto dijo que Juan José Guisado estaba borracho y todo esto conllevó que hubiera una reunión en la Casa de Andalucía a la cual vinieron unos abogados y todos los presidentes de Peñas y Hermandades. Después de unos días y de

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tener que discutir con mucha gente, salió Francisco García Prieto como presidente. Era justo lo que quería, adueñarse de lo que teníamos hecho en FECAC.

Cuando salió, como la Hermandad La Guitarra tenía a la Virgen, se comprometió a que La Guitarra sacara todos los años venideros a la Señora, cosa que no cumplió. Enredó a los listos, como me tenían tantísima envidia, se fueron a Rosas para encargar una imagen que costó 350.000 pesetas que pagaron los que la habían encargado (tocaron a trece mil pesetas). La Guitarra no pagó nada, porque ya teníamos una imagen de Nuestra Señora y también el primer Simpecado de Barcelona.

La Hermandad La Guitarra ofreció a La Señora para todos los rocieros de Cataluña y conservarla en la iglesia de Cerdanyola. Hubiese sido donada para siempre, no hubiese vuelto nunca a La Guitarra, pues la hice con ese fin, para todos los Rocieros, por eso estaba preparada para poderla llevar bajo palio. Pero como todo esto lo había iniciado La Guitarra, a los listos les caía muy mal, y más por ser los primeros que montábamos el Rocío en Cataluña.

Yo pregunto. ¿Desde 1971 hasta 1982 que entraron los marismeños, dónde estaban todos los rocieros que dicen que ya estaban? ¿Cómo es posible que no hubiera casi nadie y ahora estaban todos?...

Solo me queda pensar que la mayoría miente, porque en el libro que se hizo en 1980 no había ninguna Hermandad más que La Guitarra, por eso pienso que todas estas personas han vivido como si fuese un sueño. Algunos cuentan cosas que yo, como fundador del Rocío en Cataluña, ya había contado en muchos sitios, y las contaban como una vivencia propia. En algún cambio de varas me he tenido que ir por no escuchar lo que estaban hablando. Y yo me pregunto: ¿Qué saca la gente con contar mentiras? ¿Qué más da quién haya sido el primero? Lo importante es que se empezó a construir algo digno y sin ningún ánimo de lucro, sólo pensando en las personas que habían venido de fuera, que éramos muchos.

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Cuando se inauguró La Guitarra fue como un rayo de luz, nunca hubo nada igual. Algunas personas de las que venían lo podrán confirmar.

Dentro de la Hermandad había algo que no hay ahora, pues era como un nido para mi gente. Todos eran familia y no había ni extraños ni malas caras para nadie, todos los que venían volvían una y otra vez. También tengo que decir que había familias trabajando en Alemania y venían muchas veces para ver los espectáculos que se organizaban todos los sábados noche. Estaban las ocho provincias de Andalucía pintadas al óleo y jamás ninguna Hermandad pudo montar algo igual. Todo fue posible porque yo mismo pinté los cuadros, tardando dieciocho meses y seis días en pintar la Mezquita de Córdoba, tal como está un una postal. No me importaba el tiempo, porque todo era para mi gente, yo solo tenía la obsesión de hacer el bien a todos por un igual, y sé que lo conseguimos. Todavía muchas personas se acuerdan que los caminos que anduvo La Guitarra son imborrables, y todo el que pasó en el Rocío por nuestra Hermandad recuerda ese día. Había

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algo que atraía a la gente y pienso que debía de ser la cara de La Señora.

Cuando conocí a Isabel Moreno García, mi esposa, era una niña y nunca pensé que pudiéramos querernos tanto como nos quisimos. Al margen de ser una ejemplar esposa, fue mucho mejor como rociera. Yo la enseñé, pero me pasó por mucho y en poco tiempo era ella quien me daba lecciones. Me decía: “Cariño no lo hagas así, si lo haces así, te equivocaras”. Y siempre acertaba.

Cuando nos casamos le dije que si alguna vez, por el motivo que fuese, uno u otro tenía que ausentarse por causa del Rocío, lo haríamos sin que ninguno de los dos lo tomara a mal, pero pasó… Al parecer, me estaban esperando.

El 8 de Junio de 1984, cuando se montó el Rocío en C+C, estaban adornando a Nuestra Señora para emprender el camino. Justo entonces, Isabel se puso de parto, y tuve que llevarla a la Clínica de la Alianza. Cuando nació la niña la dejé sola, y me fui para llevar la Virgen al Rocío. No volvimos a vernos hasta el lunes, cuando volví ella estaba en casa, había cogido un taxi diciéndole a los médicos que su marido no podía ir a verla porque tenían que operarle y tenía que salir el lunes sin falta. Pero todo esto se dijo por las emisoras de radio, porque lo sabían todos los rocieros.

Isabel fue un ejemplo para todos los que la conocieron. Siempre la recordarán porque ha dejado huella en sus corazones. Parecía tener un imán por todos los sitios por los que pasaba. Ella fue la primera mujer que empezó el Rocío en Cataluña y a llevar una Hermandad como La Guitarra.

Cuando se quemó la Hermandad yo me quemé la cornea de los ojos y me tuvieron que ingresar en el Clínico de Barcelona. Como el seguro que tenía no se hizo cargo de los costes y yo me había quedado sin nada, tuvo que pagarlo el Ayuntamiento de Badalona.

Y me pregunto: ¿Cómo supo Isabel que me tendrían que operar de verdad? Porque aquel mismo lunes me tuvieron que intervenir

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de un flemón que me salió que me hizo pasar un Rocío que para mi se queda. No le dije dónde iba y me estuvieron buscando hasta que dieron conmigo en el Hospital de Badalona. Me encontró mí amigo, el de El Rincón de Pepe. Recorrieron todos los sitios pero nadie daba norte de mí, hasta que, llegada la noche, les dio por ir al Hospital y por fin dieron con mi paradero. Cuando se me pasó el efecto de lo que me habían suministrado, me dejaron volver a casa. Isabel se puso a llorar porque, pensando que solo me mirarían, no le había dicho nada al levantarme para ir al hospital. Le pedí perdón.

El incendio fue el 10 de Enero de 1983. Era domingo y aquel día se hizo un festival flamenco y se cerró muy tarde. Como yo vivía encima de La Hermandad, los vecinos vieron salir el humo por debajo de la puerta y me llamaron desde la calle: “Juan sale humo por debajo de las puertas”. Como mi vivienda tenía la entrada por el patio donde estaba ubicada la Hermandad cometí el error de abrir la puerta que daba al patio porque el fuego estaba allí y todo el humo que se había concentrado entró en las habitaciones donde estaban Isabel y mis hijos Rocío e Israel. Todavía lloro a solas por sentirme impotente en aquel momento, pues estuvimos a punto de morir todos.

El viernes día 8 de enero, había llevado a Israel al Hospital de San Pablo porque se puso muy malito y le diagnosticaron pulmonía. Cuando se llenaron las habitaciones de humo, Isabel los subió y los dejó en el terrado. Como no podía con los dos, la Rocío, que tan solo tenía dos años, subió detrás de su madre y se cayó desde el rellano de la escaleras al suelo de la habitación colándose entre la barandilla, pero quiso Dios que no se hiciera nada. Como el niño estaba con pulmonía, cuando pudieron recuperarse lo llevaron al médico y éste tranquilizó a Isabel al decirle que no tenía nada grave.

Yo, con todo el lío del fuego me bajé abajo para ver si podía hacer algo, pero era tarde ya, estaba todo quemado. El fuego empezó por

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la ventana que había al lado del escenario, y como estaban todas las paredes pintadas al óleo, se fue corriendo el fuego por toda la Hermandad hasta quemarse todo.

Al llegar abajo quise abrir la puerta del bar, como era metálica se había comunicado con la corriente y recibí una descarga que me levantó del suelo y me impulso hacia dentro del aseo provocando la perdida del conocimiento. La corriente me reventó una pierna y también mis partes. Fue terrible. No se puede contar, solo espero que nadie pase por lo mismo que yo pasé.

Isabel, entre tanto, no sabía nada de dónde estaba yo. Trascurrían los minutos y continuaban atrapados en el terrado. Por suerte pasó un hombre, cliente de la Hermandad, y tuvo el valor de subir por un poste de la luz. De esta manera pudo ayudar a Isabel.

Aun estando a punto de morir, en aquel momento yo solo pensaba en salvar a la Rocío, no pensaba en mi familia. Hoy lo pienso y me dan escalofríos. ¿Cómo pude hacer lo que hice? ¡Dejar a mis propios hijos y a mi mujer a cambio de la Señora! Puedes pensar en lo que tú creas conveniente, pero todo esto pasó tal cual te lo estoy contando. No sé si la forma es la correcta, tampoco sé si debería decir unas cosas primero que otras, pero juro por mi propia vida que lo que estoy contando es una historia completamente real. Tal vez me queden cosas que ni me acuerdo, porque fueron muchas las que me pasaron.

En este libro no puedo expresar el dolor que sentía en aquel momento, eso solo lo sé yo, pues el dolor no se trasmite con palabras ni se refleja en ninguna persona. Estando en el Clínico, donde me tuvieron que intervenir de las heridas y coser mis partes, escuchaba hablar a los médicos entre ellos diciendo que yo ya era ciego y que estaba muy mal porque estaba hablando con una persona llamada Rocío. No pienses que estoy loco, es toda la verdad.

Cuando Isabel vino a verme los médicos les preguntaron por una tal Rocío, ella les contestó que la Rocío era la Virgen que había en

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el lugar del incendio. La fe puede mover montañas, me salvó la vida y también la de los míos. Al volver a casa y ver cómo había quedado todo se me vino el mundo encima. Había algo dentro de mí que no me dejaba vivir.

Como la Hermandad se quemó en Enero y tenía el Rocío a tan solo cuatro meses, no tenía tiempo para poder hacer nada, no tenía tiempo, ni dinero, ni tan siquiera ropa para cambiarme. Por suerte, todos los hermanos de La Guitarra limpiaron el bar de la sede el mismo día para que Isabel pudiera abrirlo y atender a todo el que se presentase. Venían muchísimas personas interesándose por mi salud y para ver como había quedado todo. Todos los vecinos traían todo tipo de tapas para que Isabel pudiera venderlas y conseguir los beneficios necesarios para emplearlos en los gastos del Rocío, algo digno de admirar.

El sábado anterior yo había sacado todo el dinero del banco para pagar el género que me habían traído, como medallas, llaveros, camisetas… y todo esto se quemó. Cuando la policía abrió una caja donde estaba guardado todo lo que tenía, sacaron en un fajo trescientas pesetas que también estaban quemadas por alrededor y que todavía están en la Hermandad.

Como yo era el responsable y no pude hacer me cargo de lo que debía, estuve embargado muchísimo tiempo, pero no dejé de montar el Rocío. Isabel me dijo que tenía una hucha en el armario de la habitación, en ella guardaba algún dinero por si hubiésemos podido ir de vacaciones ese año, pero como eso era imposible la cogí para abrirla y me puse a llorar como un niño al ver que había 19.500 pesetas. Cuando lo tuve en las manos le dije: “¿Isabel, sabes para lo que lo voy a emplear en el Rocío?”, y ella me contesta:”Haz lo que tú quieras”. Llamé a las dos mayordomas que tenían la Hermandad, Josefa y Antonia, y les di el dinero que tenía para que compraran tela para hacerle un traje nuevo a La Señora y un manto. Como las dos eran buenas costureras se lo hicieron y cuando llegó el Rocío estaban todas las cosas preparadas para ir.

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Aquel año, 1983, como las cosas no se fueron haciendo muy a la vista, cuando fuimos a Santa María de Montcada, las personas que pensaron que no teníamos nada se quedaron con dos palmos de narices al vernos. Pasamos un Rocío muy especial en todos los aspectos, lo único que lo enturbió fueron los robos que hubo el domingo de madrugada, porque, como digo al comienzo de este escrito, no tuvimos la presencia de ni un policía y los que estaban, estaban en la fiesta del pueblo de madrugada. Vinieron por manadas y se pelearon con todos los que estábamos allí. Fue una noche de horror para todos los que nos quedamos, incluso intentaron violar a Isabel. Yo me puse como una fiera y pude hacer que se salieran de detrás de la barra que tenía la caseta que es dónde estábamos los dos.

Cuando llegó al día todos nos preguntábamos lo mismo: ¿Dónde estaban los mandos? Cuando nos espabilamos recogimos lo que no se habían llevado y nos vinimos para la Hermandad con nuestra pena, que no era poca, porque todas las ganancias se las llevaron esa noche.

Fue pasando el año, ya estaba G- P y se hizo muy amigo de M- C Cosa que lo he visto bien. Cada uno es dueño de lo suyo pero pasó algo en 1984: se organizó en C+C. El 8 de Junio, cuando fueron a hablar con las peñas y casas regionales, yo les había dado una foto de la Virgen a algunos para poder parar delante de ellos y saludarlos como si fuese un Simpecado. La mayoría lo tenían y también se estuvo hablando con el presidente de los Marismeños, que estaba con, P- G los dos se oponían a que saliera la Señora, pero tropezaron con todos los socios de La Guitarra que dijeron: “La Virgen saldrá a las cuatro de la tarde” Y así fue, salió y estuvo más de tres o cuatro horas a hombros de los rocieros. Cuando ellos vieron cómo todo el Rocío se volcó con la Virgen, entonces se me acercaron y me pidieron perdón y reconocieron que estaban equivocados. Se metieron bajo la Virgen y participaron como cualquier otro rociero. Ese año se hizo una película que conserva

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una persona de Valencia y por lo que me dijeron todavía la ponen para recordar el Rocío en Cataluña.

En 1978 esta Hermandad estaba en todo su apogeo y por no llevar los dos cargos, cometí el error de nombrar al señor F- C, como Hermano Mayor, porque fue un fracaso. Por suerte, solo estuvo unos seis meses y se fue a montar una Hermandad que le puso Badalona. Cuando la estaba montando quiso organizar el Rocío, a lo que tenía derecho, aunque quiso cambiarlo todo y coger el sitio que tenía La Guitarra, pero no pudo porque la peña Matilde la Galleguita, Juan de Arco, el Casal de Cerdanyola, la Casa de Sabadell, la Peña Cordobesa y la Casa de Andalucía de Barcelona votaron No, al igual que Juan José Guisado y el señor M- C , entonces presidente de la Casa de Andalucía de Santa Coloma, que por una vez me dio la razón, así que el señor C- LL fue expulsado y no pudo montar con nosotros en 1979. Este fue el primer año que montábamos Bellaterra y el último año que montó la Peña de Matilde y la Galleguita.

En el Rocío estaba de presidente Don Antonio Román y Fernández. Todo este año fue trascurriendo de manera normal, La Guitarra seguía haciendo los festivales de cada semana y todos los domingos hacía homenajes a todas las personas que tenían falta de alimento en su casa o de otras necesidades a las que no podían hacer frente. Se le hizo a mi amigo Antonio, a Pepe Alba, Manolo Santos, Paco el Malagueño, Juan el Caí, Antonio Albarran, a Valentín de Aldea, Agustín el Cacereño, a Rubito de Pastora, Antonio de Rubí, a Paquito el Relojero… A algunos de estos se les hicieron por pura simpatía y a muchas personas que siempre estuvieron con todos nosotros ayudando a la hermandad. Se hicieron homenajes a muchas peñas por su participación con esta casa, siempre tuvimos con todos ellos una atención muy especial, tanto que han quedado como sello de oro en nuestros corazones. Pasaron a ser como de nuestra familia. ¡Olé por todos ellos!

Cuando en 1980 se bautizó La Niña Raquel del Rocío Román

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Moreno fue bautizada delante del cuadro de la virgen del Rocío que fue con lo que empezó La Guitarra, que, por cierto, costó muy caro, pues con lo que costó había suficiente para pagar un fuera borda, pero el que algo quiere algo le cuesta y como yo lo quise yo lo pagué. De todas maneras era una virguería pocos cuadros como ese he visto en ningún sitio, ponía: Hermandad La Guitarra, junto con el Simpecado que trajeron para la casa de Andalucía de Barcelona, Y que fue bautizada por el padre José y el padre Manuel Puertas de la casa de Andalucía de Barcelona. Dicho cura había venido de unas misiones pero vino para poder bautizar a la niña. Este cura era mucho de la casa y vino también para ver el Simpecado que tenía Barcelona cuando acabó el Rocío.

Como la casa de Andalucía todavía en un año no había satisfecho el pago -porque costó 60.000 mil pesetas y por lo visto no las tenían, según Los Marismeños-, cuando fueron a pagar ya no estaba el Simpecado, lo tenían Los Marismeños. Les ofreció 65.000 pesetas y se lo quedó Santa Coloma. Empezó a participar en el Rocío en Santa María de Montcada en 1982 y con ellos entraron los de Pineda que montaron juntos. Has de tener en cuenta que lo que yo te estoy contando es toda la verdad tal como fue pasando, por eso pongo los años aunque salte de uno al otro. Al final tú mismo sacarás tu propia opinión. Algunas cosas me las callo porque sé que dejarían de hablarme muchas personas que cuentan muchas mentiras. Las fechas de los principios las tuve que dar yo a las revistas que la están publicando porque no tenían ni idea de cómo empezó todo. Cada uno ha ido hablando de lo mucho que yo he estado explicando por todos los sitios que he pasado, algunos lo han hecho cosa suya y que han puesto muchos galones aún sabiendo que no es. También presumen de algo que nunca han hecho, pero ahí queda y como ejemplo, te explico lo que pasó en 1980:

Estuvimos en Bellaterra, y mientras, el señor Francisco Cabello hizo un Rocío en el parque Can Soler de Badalona. Lo montó por cabezonería, para decir que también él podía hacerlo. Me enteré en

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Bellaterra porque se lo contó Malena a Isabel. Malena fue la que tuvo que levantar, a Santa Coloma, con tanto que presumían de ser los mejores, pues venían de Badalona y le dijeron a Isabel que no le había gustado nada lo que habían visto. Malena y Paco se quedaron con Isabel y conmigo en Bellaterra. Acabado el Rocío y ya en la Hermandad me llamaron desde el Ayuntamiento de Badalona y me dijeron que tenía que pagar todos los destrozos que habían hecho. Yo les dije que La Guitarra no pagaba nada porque había estado en Bellaterra haciendo el Rocío, y entonces me preguntó quién había sido, explicándome que habían hecho un destrozo valorado en 350.000 pesetas de las que tuvieron que hacerse cargo como responsables de dichos actos la Hermandad de Badalona es decir el señor Francisco Cabello.

En aquel tiempo Francisco Cabello quería ser el único y se fue a la comisaría y me puso una denuncia diciendo que yo no tenía estatutos. Me citaron para que compareciese con los estatutos, como me quedé tan sorprendido vino conmigo el secretario de la hermandad, el señor José Gallemi Casasola. Cuando se los mostré al comisario y los leyó le preguntó al señor Cabello que por qué había denunciado a La Guitarra y él contestó: por qué ponen peña y no pone Hermandad. Entonces el comisario le dijo que estos estatutos los tienen muy pocas peñas, que no solo podíamos montar La Guitarra sino también nueve sucursales más -una de ellas la Hermandad y la sesión de dardos que tenía una junta directiva a parte de La Guitarra- pero tenía que ser uno de sus miembros de la primera junta, en la que estaba Isabel Moreno y fue una sesión muy importante, porque el Club de dardos abarcó toda Barcelona y todo el Maresme hasta Girona. La Guitarra fue como una puerta abierta para todos ellos. No hacia falta anuncios, se llamaban los unos a los otros y se citaban en La Guitarra. Nunca pensé que podía tener tantísimos rocieros.

Cuando se quemó la Hermandad, fui al Rocío de Huelva para ver a la Señora y darle las gracias por haberme salvado la vida. Cuando

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salimos de la ermita junto a José Chaparro, nos fuimos a Almonte para hablar con el señor presidente de la Hermandad matriz.

Cuando estuvimos en Almonte, como no sabía dónde vivía, tuve que ir al Ayuntamiento para preguntar por él. Me mandaron a una plaza, porque él tenía una tienda de ropa. -Mientras te estoy contando esto me estoy viendo y me estoy transportando a aquellos tiempos-. Cuando entré en la tienda le di las buenas tardes y me presenté: “Me llamo Juan Román y he venido desde Barcelona para ver a la Señora y también a usted”. Él me dijo: ”De tú, por favor, no me trates de usted . Me alegro mucho de conocerte. Yo me llamo Santiago nos hemos enterado de que se te quemó la Hermandad. Es una pena, pero no se puede hacer nada”. Contesté que sí, que había sido una sido una desgracia muy grande. Durante todo el tiempo que estuvimos hablando yo pensaba que me daría algo, porque me temblaba todo mi cuerpo del respeto que me causaba estar ante un señor que llevaba treinta y cinco años de hermano mayor y presidente, pero como había sido yo quién había

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ido a verlo, no me quedó más remedio que hacerme el fuerte para poder estar a su altura. Lo peor vino cuando empezó a coserme a preguntas, pero tantas como me preguntó, tantas le respondí. Cuando se dio cuenta de que yo estaba bastante enterado de todo me dijo: “Veo que estoy ante un Rociero de muchas garras, y me alegro de que sea así, porque así da gusto de hablar. Es para mí todo un orgullo haberte conocido y tienes que permitirme una cosa: ¿Te importa que llame a unas personas para que te conozcan?”.

“No, no, en absoluto” –respondí.

Cuando salió, José Chaparro y yo nos preguntábamos quienes serían los que vendrían. Nos dijimos que fuesen quienes fuesen daba lo mismo. Santiago había llamado al señor cura y al señor alcalde de Almonte y me los presentó. Me dijo: “¿Tú los conoces, no?”. Y se hizo un tiempo de silencio. Cuando se rompió el silencio me preguntó el señor cura que cómo se había quemado la Hermandad, a lo que yo contesté que me habían dicho que había sido un cortocircuito eléctrico, pero que yo tenía mis dudas, aunque ante esa duda no podía decir nada, pues solo lo sabe la Señora.

Me preguntó cómo era que conocía tantas cosas del Rocío y le expliqué que desde pequeño había venido muchas veces cuando estaba trabajando en el teatro y podía venir a ver a La Señora antes que estuviera aquel templo hecho, ya venía con la otra iglesia.

Entonces comenzaron a hacerme tantas preguntas que si no hubiese estado a la altura hubiera quedado en ridículo. Pero no fue así, sino al contrario, por eso me dijeron que era una lástima que no hubiese aquí más personas como yo, que somos las que levantamos las masas, pero estamos en contra del Rocío en Barcelona. Yo les dije que es toda mi vida y que además estábamos a unos 1200 Kilómetros desde allí, y que mi gente tenía derecho a vivir el Rocío.

Me dijo que todo estaba muy bien, pero que creían que podíamos ir allí con ellos, porque eso era dividir a los que creen en la Santísima Virgen. Yo le contesté que no lo veía así, que lo veía de

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otra manera. Insistió en que, teniendo ellos el Rocío allí, podíamos agruparnos para poder ir.

Le dije que eso era casi imposible, que cuando salió La Guitarra, la monté con el ánimo de hacerlo en Barcelona pero también estaban saliendo otras como Los Marismeños de Santa Coloma, Pineda de Mar, Los Romeros… y estaban en puertas otras que también querían salir. Esto no se podía parar. Yo había empezado, pero otros me seguían detrás e iban achuchando muy fuerte.

Guardaron silencio y les dije: “Yo lo empecé todo y llegará a ser muy grande cuando pasen los años. Entonces ustedes tendrán que reconocerlo, y si yo estoy vivo, estaré orgulloso de ver lo que empecé, solo y que ahora lo comparten muchísimas personas rocieras como yo. Cuando monté la Hermandad para mi gente, todos los que venían pueden confirmarlo, esta santísima hermandad llamada La Guitarra se llevó la palma durante mucho tiempo”.

Después de más de cuatro horas nos despedimos de ellos, no sin antes quedar para vernos de nuevo. José Chaparro, que me había acompañado durante todo el viaje el estuvo en toda la conversación me dijo al salir: “Nunca pensé que podrías contestar tantas preguntas como te han hecho”. Y le dije: “Mira José, yo he nacido para el Rocío y moriré con el Rocío y del Rocío lo sé casi todo”.

Para poder hacer este viaje, José chaparro tuvo que pagar casi todos los gastos y yo tuve que vender una sortija que me regaló Isabel cuando nos casamos porque no tenía nada, yo mismo sentía pena por mi. Piensa bien como me encontraría yo, métete en mi piel y después cuéntalo todo tal cual, paso por paso, todo lo que tuve que pasar hasta poder contarte esto. Pero no puedo ni llorar, no tengo lágrimas, las he agotado todas. He llorado más que palabras tiene la historia que te estoy contando. Para el que no lo sabe, lo hago solo por la historia de la Hermandad Rociera La Guitarra que es muy especial.

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Cuando se hizo el Rocío el año 1985 en Gallecs en Mollet del Vallès, como los romeros, a veces, son tan bromistas, Los Marismeños se dedicaron a tirar huevos a las personas que estaban paseando por el recinto rociero y estuvieron a punto de formal una gran pelea. Después decían que no habían sido ellos, cuando todos los que estábamos allí lo habíamos visto.

En 1986 nos fuimos a Santa Perpetua y como no sacábamos a la Señora porque ya había que sacar el Simpecado, porque a Los Marismeños les molestaba que se sacara a La Señora, ya habían cambiado las cosas, que era lo que ellos querían al salir con el Simpecado. Quisieron pasar por delante de la Hermandad Rociera La Guitarra, pero no pudieron porque La Guitarra es la primera y tuvieron que esperar a que pasara La Guitarra y ellos se unieron detrás de la primitiva.

El día 13 de Marzo de 1986 se trasladó esta Hermandad a en la calle Almogávares, donde estuvo hasta 1987. En ese tiempo, y por primera vez, fue desde Barcelona al Rocío la Hermandad La Guitarra y salió de la Plaza Marina y calle Marina hasta enlazar con la Avenida Meridiana. Fue tanta gente que tuvieron que parar la Meridiana hasta que pasamos Fabra i Puig. Fue un camino inolvidable y cuando salimos de La Trinidad cogimos la carretera de Montcada. Los cohetes que se lanzaban cruzaban el río para saludar a la Hermandad de Los Marismeños. Fue algo digno que ya no se ve hoy en día. Solo pensamos en nosotros diciendo cada uno que es el mejor sin pensar en nadie más.

En el año 2003 en agosto, estuvimos en el Rocío. Isabel y yo fuimos a Villa Manrique de la Duquesa, que entonces estaba de presidente el señor Zorita, como tesorero, Diego vegas Bermejo y en la junta de gobierno Manuel Carrasco. Al llegar fui a la Casa de Manuel Carrasco, a primera hora de la mañana. Estuvimos hablando sobre el Rocío y me acribillaron a preguntas como por qué había podido poner de Hermano Mayor a Francisco Cabello. Yo les dije que cuando conocí a Francisco parecía una persona

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de peso, pero me engañó. Les dije que cuando Francisco Cabello montó la Hermandad de Badalona vino mucha gente y que engañó a todos por un igual. Yo avisé a algunas personas para que miraran bien dónde se metían, porque a mí me había engañado mucho. Tuvo el valor de predicar que Juan Román lo había dejado tirado en el Rocío de Huelva en el 83, cosa que fue mentira como les dije a los de Villa Manrique de la Condesa. Y no solo engañó en Badalona, sino que también lo hizo aquí porque la Hermandad de los Emigrantes fueron los que le ayudaron para poder entrar en la Hermandad Matriz, pero el tuvo que reconocer que el único que podía haberle ayudado, era Juan Román.

Manuel Carrasco decía: “Este hombre es un farsante, cuando pasa por aquí siempre la lía. Quiere ser tan rociero que mete la pata hasta el fondo”.

Le dije: “Pero Manuel, yo de todo esto me enteré por el conjunto de los Juanes, (de Sant Boi) porque me dijeron que mi nombre estaba en todos los periódicos de informativos del Rocío y ahora por lo que me estáis contando, porque yo nunca hubiese ido con él a la aldea después de lo que me había hecho. Mira que hasta me denunció por querer ser único. Quiso ganar el cielo y perdió su alma, y no supo guardar su lugar, solo quiso pasar por delante de La Guitarra como Santa Coloma, que fue su obsesión tanto una como la otra y las dos terminaron cada una donde le pertenecía estar”.

Me felicitaban por haber hecho realidad mis sueños. Me preguntaban cómo había podido montarla solo y tener a La Señora y dos Simpecados.

Mi respuesta fue: “Con dos cojones y con mi dinero, porque todo lo hemos pagado con trabajo y sudor”.

“Y también con lágrimas”, añadió Isabel, que se puso a llorar al recordar que el fuego había destrozado todos nuestros sueños, nuestras vidas. Pero como estamos todavía vivos, estaremos con

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el Rocío hasta la muerte. Estuvimos mucho tiempo hablando y todavía tengo en La Guitarra los papeles para hacerme hermano de esa santa casa, lo malo es que las cosas no salen siempre como tu quieres sino como te las marca la vida misma.

Como han sido tantas cosas vividas mientras estuve al frente de todo esto, algunas me han enriqueciendo, en cambio otras me hicieron mucho daño. Nunca pude decir lo que de verdad sentía porque las personas tenemos un defecto, que es alegrarnos del mal ajeno. Tengo cosas guardadas dentro de mi corazón que muchísimas veces me hacen llorar, a pesar de que tú me veas reír. ¿Cómo podía pensar que mi persona sufriera tantísimas críticas de personas que ni me conocen solo por ser Juan, el de La Guitarra? Esas mismas personas, cuando me han conocido ya nunca se fueron de mi lado y nunca tuve un reproche para ellos a pesar de saber que había sido criticado por el mismo. Dice un refrán: “Cría fama y échate a dormir”. Pero yo nunca pude dormir, porque mi fama era mala sin motivo alguno.

Es muy triste, amigo, tener que contarte todo esto, pero es la pura realidad de este servidor. Te cuento el pecado, pero no puedo decirte el pecador. Nunca quise pasar por encima de nadie siempre me humillé para que no dijeran nada de mi persona que fuera in consonante para nadie, yo siempre fui especial.

Desde 1971 hasta 2011, y después de que se fuese Isabel el 11-09-2006, me di cuenta de para qué me había servido todo lo que fui haciendo en toda mi etapa, para dar a conocer mis vivencias. Una por una han sido pisoteadas, no reconociendo nada ni siendo agradecido por algunas personas, a las que nada le importa de lo que he logrado en todo este tiempo pasado. Es como si quisieran borrarlo todo. El pasado es muy triste, me siento como humillado y vació con tantos calentamientos de cabeza como he tenido, y me doy cuenta de que para poder contarlo, que nunca pensé que pudiera haber algo que se le comparara. Tengo la certeza de haber sido un líder, un hombre que arrastra masas en Barcelona. Las personas que me conocen saben que es real lo que cuento.

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En mi vida rociera, cuando estuve por primera vez en el Rocío, mi sueño siempre fue poder tener algo digno de poder ver y conseguirlo. Tal como lo pensé me salió y fue tener una imagen igual de grande que la del Rocío. También tener un Simpecado perfectamente bendecido y preparado para poder hacer un Rocío, un sueño que se ha hecho realidad. Me gasté todo lo que tenía, pero lo tengo todo gracias a mí propio esfuerzo, que no fue poco, para que pudieran salir a flote. En mi empeño olvide que tenía otra vida que había dejado de lado, la olvidé por completo. No hacía caso de nadie, solo pensé en mi egoísmo. Mi única meta era montarla como fuera y a costa mía. Cuando estuvo todo terminado, viendo las respuestas que daban los acontecimientos, me dije:”Juan, ¿tú crees que ha valido la pena tantos esfuerzos? Míralos que ni te hablan, te dan de lado. Los has puesto en la vereda y tú tienes que irte por el campo”. Pienso que di más de lo que tenía que haber dado, debía de haber guardado algo para mí y no deje nada, fui egoísta conmigo mismo. No pensé en nada de lo que me vino…

Hoy, que tengo todo el tiempo que me de La Señora, pienso que estuve equivocado, no supe reconocer, cual sería el lugar que muchas personas tienen cuando no tienen nada como yo estoy ahora, Siempre repito cosas y lo hago porque me hicieron mucho daño. Cosas que yo quiero olvidar pero no puedo, y no es por odio, sino por tener mucha impotencia hacia mi mismo, por no tener la valentía de haber tirado a un lado todo y haberme sentido liberado. Te digo que yo no sé escribir, pero es que tampoco puedo porque no me dejan las lágrimas, solo de pensar dónde estoy y cómo estoy. Muchas veces me pregunto qué mal hice cuando monte el Rocío, cómo puedo ser tan castigado por todos los que ni siquiera me conocían… Solo digo que, todo aquel que me quiso mal, que Dios lo ampare y que le cuide de todo lo malo. Yo no guardo rencor a nadie por nada, al contrario, seré su amigo si el quiere y para siempre. Pero esta es mi vida de rociero...

Cuando se quemó la Hermandad, bajé para salvar a La Señora,

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pero al perder el conocimiento, no pude llegar a ella. A veces me pregunto: Si yo estaba solo, ¿quién me puso detrás de la barra del bar, y me colocó un pañuelo mojado en la boca? Yo hablaba con La Señora y eso me lo llevaré conmigo cuando me vaya con ella.

Recuerdo que me decía Isabel: “Tú lo das todo a cambio de nada y piensas que todos son como tú”. Hoy, que ya no está conmigo, me doy cuenta de que tenía muchísima razón; lo di todo a cambio de nada por el Rocío. Después de tantos años pienso mucho más en que nadie, ni siquiera la FECAC que ayudé a fundar yo mismo, tiene un recordatorio, algún comentario algo que pudiera decir sobre mí, alguna cosa pero… No. Al contrario, ¡Qué mala es la envidia, Virgencita del Rocío! Solo por ser el primero, el más antiguo de Barcelona.

Muchos, de los que están de presidentes hoy, antes venían detrás de La Guitarra como acompañantes; esos saben que lo que estoy contando es toda la verdad, pero no lo quieren reconocer. ¡Pero si no pasa nada! Alguno tenía que ser el primero y le tocó a Juan Román Fernández; natural de Almería, criado en la calle Conde de Asalto en Barcelona. Artista y rociero, amigo de todo el mundo pues todo aquel que quiso ser mí amigo encontró un amigo. Cuando le di a un hombre mi palabra, siempre la cumplí. Nadie puede decir que llegué tarde a una cita, siempre estuve a mi hora en el sitio adecuado a su tiempo. Siempre mostré mi respeto para con los demás y procuré que fuese todo lo más correcto posible.

Es por eso que muchos conocidos me dicen que son rocieros. Como es normal, les escucho y mientras lo hago me voy dando cuenta de cuanto mienten las personas que quieren aparentar lo que no son. Nunca entenderé por qué lo hacen, ni de que les vale decir que han hecho algo que nunca han hecho con el único propósito de aparentar lo que no son.

Cuando estaba abierta La Guitarra, el rociero que venía a ella fue siempre muy respetado, tanto si era de la casa como si no. Se tenía muy en cuenta su comportamiento y dedicación en ella

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porque las personas no son ni mejores ni peores que tú mismo, son semejantes a ti, por lo tanto debes hacer con él lo que tú querrías para ti, y de esta manera, tendrás siempre un amigo y un punto de apoyo con el hombro de él; eso es importantísimo, recuérdalo siempre. Hoy en día estas cosas no se tienen en cuenta.

También te digo que no todos los rocieros que están de campistas, que han salido de las Hermandades, son malos, ni todas las personas de las que se quedan en las juntas de Gobierno son tan buenas. Hay personas que no deberían estar en las juntas, porque su comportamiento no es el adecuado, pero nadie dice nada. Nadie. Se callan y otorgan. Nunca se fue nadie de la Hermandad La Guitarra. Entonces sí que había trabajo en cambio ahora, todos los campistas se han tenido que ir de las Hermandades. ¿Te has preguntado, alguna vez por qué todas las persona que dejan su Hermandad lo hacen llorando y, en cambio, todos los hermanos y las juntas que se quedan están tranquilos, como si nada hubiese pasado, pasando de todo? En todo el tiempo que llevo organizando el Rocío nunca

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he visto nada igual. Le pido a la Virgen del Rocío que tienda su manto sobre todo aquel hombre, mujer o niño que tuvieron que irse de su hermandad como malos. ¿Cómo podría yo consolar a todas estas personas? Lo siento como si fuese yo mismo el que tuvo que irse llorando. El egoísmo nos esta haciendo coger odio a nuestra propia gente. ¿Y que contaremos cuando estemos en las marismas del cielo? ¿Cómo dices que tú no lo sabías, que lo has hecho sin remordimiento de conciencia, que cuando estas con tus amigos te pones a criticar a los demás rocieros…? He pasado por muchas etapas durante todos estos años y he visto como nos tratamos: mientras estas delante, eres un fenómeno, un buen hombre…pero cuando desapareces pasas por ser un don nadie. Diciéndote tú mismo: ¿Qué se pensará este que es todo esto? Sin tener ni la menor idea de cómo puede ser esa persona. Actuamos solo de oídas y no sabemos si es bueno, pero si es malo qué hacemos, lo hacemos a nuestro antojo. Sin saber nada de él: que te cae bien y simpático es un fenómeno. El que no es simpático, le damos de lado.

En 1988 La Guitarra cerró por que no podía hacer frente a todo lo que estaba arrastrando desde que se destruyó. En todo este tiempo fui pagando todo lo que me quedó por pagar. Estuve años pagando, era como un pozo sin fondo pero llegó el día que lo terminé y cual fue mi sorpresa que desde Mollet vinieron para ofrecerme un local sin pagar nada y adornándolo como un patio andaluz. Pero me pedían que tuviéramos que hacer unos papeles para asegurarse que la Hermandad estaría varios años, para que pudieran, al menos, recuperar los gastos que les ocasionaran. Fui a llevármela, pero el vicepresidente me dijo que estaba muy lejos y que en Mongat le ofrecieron un restaurante que tenía un salón muy grande y que nos lo cedían para poder montar La Guitarra Hermandad Rociera. Fuimos a verlo Isabel y yo; el local era perfecto. Quedamos en ponernos en marcha a condición de que el dueño nos entregara unos papeles en los que dijese que cedía el local a la Hermandad La Guitarra voluntariamente y de forma gratuita mientras quisiéramos

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estar. Me entregó el documento que yo le exigí firmado, por tanto, el local había pasado a ser propiedad de La Guitarra. Pero cuando un hombre es de verdad, siempre lo será. Más adelante verás lo que pasó en Abril de 1993.

Nos fuimos a la calle Marina, número 19, de Mongat, el Restaurante La Graella, un restaurante que estaba totalmente en la ruina cuando La Guitarra empezó con los programas que siempre la caracterizó como única. Cuando aquel hombre empezó a ganar dinero hasta el punto que tenía una buena reserva de jamones en el almacén y tantas cosas que no supo digerirlo. Cuando estuvo fuera de todas las trampas que tenía me dice: “Es que yo no quiero trabajar tanto”, y subió mucho los precios. Los hermanos se quejaban y estuve hablando con él y me hizo saber que no quería que estuviésemos más tiempo allí, que prefería que nos marchásemos a otro sitio porque le daba mucha faena y no tenía ganas de trabajar. Tuvimos que dejar el local y volver otra vez a la sede primitiva.

El señor Francisco, Alex el secretario, se fue a la Generalitat para notificar que habíamos tenido que volver a la calle Montserrat, Nº 3, bajos, de Badalona cuando tuvimos que dejar el sitio que ocupo la Hermandad durante este año. Como yo soy tan amante de que las cosas estén bien, mandé que montaran unas cortinas en todas las columnas que tenía el local y también una muy especial en el escenario para que tapara la pared que había detrás para que cuando actuasen se sintieran como en un teatro, porque de eso se trataba y lo conseguimos. Yo había estado trabajando en el teatro y me gustaba mucho que fuese lo más parecido posible, incluido el sonido que monté. Estuvieron actuando los mejores que entonces había en Barcelona. Durante el año que estuvimos en el local vinieron para verme muchísimas personas que antes de quemarse la Hermandad ya venían y fue como un reencuentro de añoranza de aquellos tiempos remotos y tuvimos que darnos mucho amor. Muchos lloraban, en cambio otros reían, debido a que había abierto de nuevo La Guitarra. Pero cuando el sitio está viciado, no te queda

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más remedio que aguantarte y bailar al son que toque cuando estas de prestado.

A pesar de que si yo no me voy del sitio voluntariamente no podía echarme porque el local estaba cedido para siempre sin alquiler alguno, marché porque yo no puedo aprovecharme de lo de otro yo. Aún conservo el documento que acredita que fue cedido a La Guitarra, por lo tanto, era nuestro.

Repasando mis memorias, desde 1971 hasta 1988 fui Presidente y Hermano Mayor de la Primitiva de Barcelona total 17 años,- y desde 1993 hasta 1994, también de La Guitarra,” también He sido Hermano Mayor en la Hermandad San Rafael Arcángel desde 2003 a 2004 y de 2006 a 2008. En todos estos, 20- años nadie, y lo repito muchas veces en este libro, nadie se fue de mi lado. No quiero decir con esto que soy el mejor, al contrario, pero cada año tengo más seguidores. Pero todo esto no es por presumir sino por decir la verdad de cómo fueron trascurriendo todos los acontecimientos.

Pensando que se ha ido Isabel, me acuerdo que no teníamos ningún recuerdo, ni tan siquiera una estampa de la Rocío. Tenía que bajar a por ellas al monte y me traía cantidad suficiente para poder repartir a mucha gente. Las regalábamos Isabel y Juan, de nuestro dinero. Era un orgullo poder poner la medalla a un nuevo hermano y también las camisetas que llevaban durante el Rocío. Ponían “Hermandad Rociera de la Peña La Guitarra”. Tal y como suena te digo que cuando me encuentro solo en la sede de La Guitarra, me vienen los recuerdos a la mente y pienso en todo el daño que me hizo el que me dijo ser mí amigo. Fíjate bien en todo lo que te cuento...

Ese que me llamo un día hermano, el que me dijo ser mí amigo, un día que yo fui a la emisora con un amigo mío, estaba Pepe Ortega de locutor, con la persona que yo fui. Me presentó como el fundador del Rocío en Barcelona, presidente y Hermano Mayor de La Guitarra, diciendo que se había quemado la Hermandad de La Guitarra. Pepe ortega me hizo una entrevista muy especial

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era un fenómeno locutor y yo contesté todas sus preguntas, una por una. Eso causó mucha sensación. También llamaron muchos para preguntarme cómo y cuando de las cosas, pensando que yo recortaría las palabras, pero se llevaron un fuerte impacto cuando las preguntas fueron correctamente respondidas. El que decía ser mi amigo, en ese momento llamó para que me esperara a que viniera él, porque quería conocerme personalmente. Cuando nos presentemos me dijo: “Tengo algo que te vendría muy bien”. Para que puedas salir de tus apuros.

Yo le dije: “¿cómo?”“…Para poder montar aquí tu Hermandad, sin gastos ni nada

de nada. Solo por tener el privilegio de tener la Primitiva en esta casa”.

Y como yo estaba total mente arruinado quedamos en vernos ya que él insistía. Cuando volví de la emisora, se lo conté todo a Isabel, que me dijo: “¿Por qué tenemos que irnos si no conocemos a este tío de nada?” y cuando se lo presenté todavía le gusto menos. Pero yo, por querer salir a flote de donde estaba metido, lo intenté, pero por desgracia me salió tal como me había dicho Isabel. Tuvimos que dejarlo todo, todo lo que era mío, nuestras pertenencias. No pude sacar nada de lo que me llevé. Me pregunto cómo puede un hombre humillar tanto a otro…

Cuando abandonamos el local tuvimos que dejar allí 124 sillas, 24 mesas, todas las bandejas de acero inoxidable que tenía Isabel, la vitrina para poner las tapas… También se quedaron con la enciclopedia andaluza que tenía la Hermandad, que me entregó Jordi Pujol por el año ochenta y pico en el Hotel Princesa Sofía. Jamás hubiesen conseguido esa enciclopedia de otra manera. Se quedaron con todo, por eso, al no tener recursos de ninguna clase, nunca pudimos abrir de nuevo la Hermandad. Piensa en todo lo que te estoy contando, si tienes sentimientos, piensa solo las veces que tuve que abrazar a mí Isabel cuando la veía llorar. Ella nunca confió en el que decía ser mí amigo. Nunca quiso irse de La

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Guitarra a la calle de Almogávares. Las veces que la he visto llorar por la impotencia que teníamos al sentirnos humillados. Ellos eran muchos y nosotros muy pocos.

Como estaba todo montado y pintado porque lo había dejado yo hecho, entonces se vino la peña de Manolo Escobar, que estuvo con todas las cosas de La Guitarra sin importarle nada. Tampoco le importó nada al presidente, que decía que era muy amigo mío y además paisano de Almería, el amigo Gaspar. Quiero pensar que él no sabía que todas aquellas cosas eran de la Hermandad La Guitarra. Pero pasó el tiempo y también tubo que marcharse y además desapareció del mapa la peña de Manolo Escobar.

Después, como las personas no creen en Dios pero si tienen que creer en el Diablo, como no hubo bastante con las dos que tuvieron que irse, los más listos, los de Barcelona Centro, también picaron. Ellos también estuvieron con las cosas que eran propiedad de La Guitarra, pero les salió todo tan mal que se rompió precisamente en ese sitio. Al romperse, salieron: Pastora la Montaña, La Resina y Varales. Toda esta gente estuvo disfrutando de todo lo que pertenecía a La Guitarra.

Cuando nos fuimos con el que decía ser mi amigo lo hicimos con un compromiso, de no pagar nada, como he mencionado anteriormente. Aún me pregunto cómo pude yo dejar todo lo mío para irme a un sitio que no conocía de nada y por qué de lo hablado no se cumplió nada. Todo fue un engaño. Mentiras, puras mentiras. ¿Cómo puede un hombre reírse de otro, solo por tener más dinero y más gente a su alrededor?

Después de estar allí vinieron unos recibos que teníamos que pagar 120.000 pesetas de luz, es decir, toda la luz que gastaba la emisora durante las 24 horas del día. Aparte de todo esto teníamos que hacer frente a 52.000 ptas. de agua que habían gastado todos los que venían a hacer gimnasia antes de estar nosotros con ellos. Como yo no estaba conforme porque no podía hacer frente a esos pagos, sino tenia ni un duro como podía pagarlos, se hicieron cargo

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ellos. Yo, por salir del paso y poder ayudar tuve que ir a ver si podía vender unas joyas que tenía Isabel, pero me daban muy poco y no las vendí y tuvimos que irnos dejándolo todo allí. Encima tuvo la delicadeza de decirme que todo lo que yo había llevado, ahora les pertenecía como pago por los gastos de luz y agua. Sólo sacamos a La Virgen, porque no pudieron quedársela a pesar de ser esa su intención.

Como yo soy muy creyente, pienso que La Virgen castigó a todos los que fueron, quedándose con todo lo suyo lo que era suyo de todas maneras. Todas las que fueron tuvieron que salir de allí, como todas las que vayan.

Cuando en 1986 se montó una feria en Santa María de Barbera La Guitarra estaba en Barcelona y se aprovechó para ponerle el nombre a la emisora: Lo de la radio estuvo bien, pero lo de más dejaba mucho que desear.

Todo esto que me ha ido pasando, lo llevo en mi corazón clavado, lo di todo a cambio de nada… Y el de mi mujer, que ya no esta con nosotros, se fue con esa pena. Solo pido poder ver a todos estos que me hicieron tantísimo daño, porque estaban muy altos solo quiero verlos a mí altura, sin nada, tal y como yo estoy, sin nada. ¡Hoy, son ricos, que suerte han tenido! Pero te digo que no se van a llevar nada para arriba, todo se quedará aquí, tal como lo encontraron.

Para hablar del Rocío, se ha de cumplir algo que dicen las leyes rocieras; son buenas, pero tienes que cumplirlas: Hay que ser cristiano, ayudar a aquel que no tiene y darle de comer y beber. El Rocío tienes que haberlo vivido para poder valorarlo, no es suficiente ir de acompañante, así cualquiera es rociero. En 2004 íbamos: Isabel Moreno, Juan Román, José Luís Cuevas, su esposa Isabel, Manuel -conocido como Mandriles- y su esposa María Dolores... También venía Juan, el presidente Sierra Parera -conocido como el Frutero-, que era el que transportaba con su camión a la Virgen al Rocío todos los años.

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Teníamos una promesa que cumplir: hacer el camino desde Villa Manrique de la Condesa hasta la Ermita de Nuestra Señora del Rocío por la Raya Real. Debido al intenso calor que hacía durante el día, tuvimos que hacerlo de noche. En el camino nos encontramos con muchos caballistas que, al igual que nosotros hacían el camino de noche porque los caballos más débiles se morían debido a las altas temperaturas. Fue una experiencia que nunca olvidaré. ¡Cruzar la Raya Real! Hay que tener muchas ganas de hacerlo y echarle valor. Estuvimos andando desde las 4 de la madrugada hasta las 12 del mediodía que llegamos a la Ermita del Rocío. Todos se sentían muy cansados y algunos tenían los pies ensangrentados. Isabel y algunos otros terminaron descalzos, pero todos estábamos contentos. Esto era lo que me faltaba por hacer, porque todos los demás caminos ya los anduve muchos años atrás: en 1965 entré desde Niebla hasta el Rocío con Triana, todo lo que te relato es porque lo he vivido. No lo cuentes como tuyo, Llevo sesenta años haciendo caminos. Y en todo este tiempo me he dedicado a repartir mi fe y mi amor a todo el que se ha arrimado a mí. Estas son mis creencias rocieras: siempre que pueda ayudaré a todo aquel que se arrime a mí, y cuando La Señora me llame, será porque ya habré cumplido con lo que he venido a hacer por el Rocío y para el Rocío. Nunca me importó a dónde iba, ni de dónde venía, solo busqué en él su amistad sin importarme nada sus creencias.

La devoción rociera, no solo se tiene que ser rociero; di. Consejos a mucha gente y también enseñé todo lo que yo sabía. Algunos como ya sabían tanto, no les decía nada para que fuesen a su aire y cuando llegasen al final del camino ya volverían. Para que tienes que enseñar a alguien si sabe mucho más que tú…

Todo lo di por el Rocío y creo que volvería a hacerlo de nuevo, aunque no tengo tan claro de si daría tanto como di entonces; con tantas dificultades que tuve en ese tiempo y gastándome todo lo que me gaste… Sé que nadie tiene la culpa de lo que pasó, pero

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si de lo que vino después. El abandono total por parte de todos los que entonces había y se aplicaron la frase que dijo el señor Francisco García Prieto. Te recuerdo que cuando le comunicaron que se había quemado La Guitarra, su frase fue: “¡Que les den por el culo!”. Esta frase la repito varias veces por que es muy especial para mí, pues me ayuda a seguir viviendo hasta el final. Cuando termine su mandato veremos cómo acaba; lo estoy esperando con los brazos abiertos.

En 1995, después de tener que sacar La Guitarra de Mongat, mi familia y yo nos fuimos a Nuestra Señora del Rocío de Mataró, una Hermandad sensacional. Por aquel entonces estaba de presidente Sebastián López y todos protestaban diciendo que era un dictador. Cuando hubo elecciones -porque solo estaban dos años lo cual esta muy bien por que así nadie se adueña de la Hermandad- entró otro Presidente. Lo primero que hizo para demostrar que en ese momento mandaba él, fue empezar por querer cambiar el coro que ya tenía un buen director y lo indujo mal, de manera que empezó a irse toda la gente, de ciento y pico que éramos, se quedó la Hermandad casi vacía, solo quedaron unos veinte. La nueva Junta Directiva destrozó todo. Con esto quiero decir que las juntas hacen mucho daño a las Hermandades y no quieren reconocerlo, por eso se van todos los rocieros de campistas y luego les critican y hacen que los hermanos se miren mal. Todo esto lo repito para que te des cuenta de por qué pasan las cosas y estén las Hermandades vacías, debido a que los Hermanos no tienen ninguna seguridad en la juntas, y al tener que irse pasan a ser el bueno y el malo.

Estando yo en Mataró, me llamó R –C el antiguo presidente de la Hermandad Nuestra Señora del Rocío La Esperanza para que les ayudara al coro de san Rafael diciéndome que San Rafael Arcángel no tenía coro porque se fueron todos los Hermanos y solo se quedaron los fundadores de la Hermandad, es decir: Rafael Madueña, Manolo Acuña, el señor A ciclo y Francisco Lopera. Junto con todos los hermanos que había entonces.

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Vine para ayudarles, ya que había dejado el coro de Mataró. Estuvimos hablando y se fundó otro coro en San Rafael. Todo esto pasó porque el presidente que había tuvo que dejar el cargo, y con él se fueron casi todos los que allí había. El señor Acuña dejó la presidencia en favor del otro presidente que entro en unas elecciones que Manuel Acuña había pedido para dejar el cargo. Cuando pasó todo el lío que se montó, entró de presidente el señor Pedro Rafael Madueñas. La presidencia duró hasta que pudo entrar de nuevo el señor Manuel Acuña. Para que la Hermandad no se perdiera y poder recuperarla, como no podía entrar de presidente porque no había pasado el tiempo reglamentario desde que había dejado el cargo, cuando entró de nuevo en la presidencia, empezó a moverse y pedir subvenciones, ya que en el tiempo que estuvo el otro presidente no tuvo opción a pedir nada porque todo fue oposición por parte de los que quedaron de la junta anterior. Con tanto problema no pudo llevar las cosas como él quería y plegó. Cuando cogió el cargo Manuel Acuña yo dije de irme otra vez a Mataró, porque yo estaba con Mataró. Todas las personas que había presentes empezaron a pedirle insistentemente a Isabel que no se fuera y como Mataró estaba bastante mal nos quedamos. Isabel decía que estábamos mucho más cerca de casa y que volver para estar peor mejor aquí. El señor Acuña -como mi trabajo era solo por la mañana-, me pidió que me hiciera cargo del bar que tenía la Hermandad y yo accedí. Me dijo que del bar no recibía ningún dinero y que le suponía un gasto a la Hermandad. Cuando empezamos a llevarlo se recaudaban todos los meses más de cien mil pesetas, incluso hasta ciento ochenta mil. Fue pasando el tiempo y fui buscando gente para que se vinieran conmigo. Cuando estuvo la Hermandad llena de gente, como habían entrado tres o cuatro matrimonios que eran amigos, algunos protestaban porque decían que se veían cosas raras, según decían se subían los precios de un día para el otro sin avisar. Se fueron y otra vez solos, se fueron todas las personas que estaban en aquel momento. Estando todos juntos, fuimos un día para hacer convivencia con

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la Hermandad de la Blanca Paloma de Massanet de La Selva en Girona y todo fue bien hasta que el señor Acuña anunció que el señor Francisco Lopera sería el próximo Hermano Mayor. Todos los de allí presente le felicitaron. Todo fue muy bien hasta que una vez en la Hermandad el presidente dijo que teníamos que nombrarlo por votaciones, al igual que a todos los que habían entrado anteriormente en la Hermandad. Paco lo tomó muy mal; se hicieron las votaciones pero no salió, sus propios amigos lo vendieron, decían que tenía mal carácter. Era el director del coro, pero se fue y al irse se quedó otra vez la Hermandad sin coro aquel año de manera que no se pudo cantar la misa en el Rocío. Esto nos causó demasiado daño dejándonos a todos desanimados.

Yo creo que el señor Acuña lo hizo muy mal porque sabiendo que había que hacer votaciones no debería de haberle dicho nada. A partir de entonces me sugirió Isabel que montara un coro, pero ¿cómo íbamos a montar un coro si no teníamos guitarras, ni otros instrumentos necesarios? Ella me respondió: “Tú tienes algo dentro de ti que no tiene nadie. ¿Recuerdas cuando hacías el Rocío en nuestra Hermandad La Guitarra? Todo lo que te proponías lo hacías y ahora puedes montar un coro para demostrar quién eres tú”. Y al final lo hice, monté un coro con un tambor y así estuvimos cuatro o cinco años.

Isabel -que Dios la tenga en su gloria- era prima hermana de las mujeres de la junta de gobierno del centro Rociero de la Zarza. Sin yo saberlo, un día, hablando con Domingo, le dije que Isabel tenía mucha familia en la Zarza y le dije quienes eran. Él me dijo que la persona a la que yo me refería era también tío de su mujer y quedamos en vernos un día para poder hablar. Ese día estuvimos hablando y salió la palabra coro. Entre Manolo, Isabel y yo les pedimos a domingo, a su mujer Isabel, a su prima Pepa y a su marido Antonio, a su prima Mari y su marido Jerónimo, que se viniesen con nosotros para poder montar el coro entre las dos Hermandades, y así lo hicieron; hoy todavía están conmigo.

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Hemos estado cantando con el tambor en muchísimos sitios. Para ayudarnos vino José Mari, de la Hermandad de Terrassa, que por cierto, fue de mucha ayuda hasta que vinieron Antonio y Manolo, que son los guitarras que aún tenemos con nosotros. Me está costando muchísimo aguantar a la gente, porque cuando no es una col es una lechuga y están las cosas tan mal que no sé qué voy a hacer. Estoy pensando dejarlo todo, porque estoy cansado de aguantar y, de todas maneras, lo que yo hago no se tiene en cuenta para nada. ¡Dios mío que pena tengo de ver que todo lo que emprendo me sale mal! Pienso: ¿Quién me pone la zancadilla para que me caiga? Y es que cuando tienes que hacer las cosas como otro quiere, nunca puedes hacer nada que pueda ayudarte, y todo esto te deja impotente, anula todo, y cuando tomas una decisión no te vale de nada por que tienes un tope delante que te dice que no lo puedes hacer y te tira todo por tierra. Tienes que callar y no puedes hacer nada de lo que tú pensabas, tienes que retroceder otra vez...

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El coro de San Rafael ensayaba todos los viernes, pero a raíz de los que se vinieron, a la hermandad, como traían un coro, empezaron a ensayar. Vinieron como si fuesen los dueños, hasta el extremo que nos prohibieron los vecinos, que ensayáramos, por el escándalo que habían ocasionado. Les advertí de que esto era una Hermandad, no una sala de fiesta para todos ellos.

Pero venían con el propósito de que cuando pasara el tiempo, si entraban como hermanos, como eran tantos, echar al presidente y adueñarse de la Hermandad. Cuando entraron, el señor presidente nos reunió, y nos dijo que toda aquella gente, entraba con todos los derechos. Pero tuvieron que irse, pero al poco tiempo volvieron y como mi coro se estaba acabando por culpa de lo que había pasado, ya no ensayábamos. Le dijeron al presidente que ellos se traerían su coro pero que tenían su director para ensayar y que, por lo tanto, yo no podía continuar de director aunque si querían a mis guitarristas. Por suerte, Manolo les dijo que eso no se podía hacer, que lo que ellos buscaban no era de recibo. Yo le dije que lo único que le hacía falta era que me fuese yo también, para terminar de arreglar las cosas de San Rafael, por que si yo me iba, se quedaba la Hermandad sin nadie más que el presidente solito.

¡Cuando pienso en la cantidad de rocieros a los que tuve que enseñar cómo era el Rocío y que cada vez tenía más gente conmigo hasta no caber más en la Hermandad y tenerse que quedar en la puerta…! Pero ninguno se fue nunca de mi lado. Todo el que vino, no solo se quedó sino que trajo a otras personas a La Guitarra. Todavía recuerdo cómo y cuando conocí a uno de los mejores palmeros de la historia:

Transcurría el año 1977-78, cuando Isabel cumplía 18 años. Era domingo. Se había hecho un festival de cante y tuve la gran suerte de conocer a un hombre llamado Eloy Caballero Manzano, natural de Nerva, Huelva. El primer día que entró en La Guitarra rompió un vaso de whisky; yo le miré y le dije que no se preocupase que vasos hay muchos pero hombres como él hay muy pocos y que aquella era su casa para cuando quisiera volver.

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Al poco tiempo se presentó en la Hermandad con su Lucía. Isabel y Lucía eran muy jóvenes y se hicieron muy amigas -hasta que murió Isabel, en mi soledad, pienso en el bien que me ha hecho la amistad de Eloy. Muchas gracias porque tu matrimonio fue un ejemplo a seguir. Muchas gracias Eloy y Lucía por haber estado siempre con Isabel y conmigo-.

En 1984, cuando se montó el Rocío en C+C en Montcada, Eloy Caballero fue con Bartolomé García, Vicepresidente de la Hermandad La Guitarra y con Rufino Salguero a hablar con la única Hermandad que había entonces, Los Marismeños y hubo sus más y sus menos. Eloy les dijo que a las cuatro salía la Virgen y salía para todos los romeros, tanto si estaban como sino.

¡Quien me iba a decir a mí que Isabel iba a morir tan pronto! Pienso y no paro de pensar en tantas cosas que he dado en esta vida, y la vida me las está quitando una a una. Pero también me vienen los recuerdos de cuando trabajaba en el teatro Victoria en el Paralelo. Actuaban Dolores Vargas -la Terremoto-, Antonio Molina, Carmen del Lirio, el cómico Paco Flores, los 4 Barman y un grupo de baile que iba de relleno. Era el mes que tocaba el Rocío en 1966. Junto a mí hermano Antonio y muchos amigos que se vinieron con nosotros, cuando termine de actuar a la 1,30 nos fuimos al Castillo de Montjuic, y ellos ya tenían comida y bebida preparada. Estuvimos el resto de la noche y parte del siguiente día, que era sábado y no tenían que trabajar. Cuando fuimos a casa mi padre estaba furioso y casi nos pega, pero se calmó cuando le expliqué que habíamos estado celebrando el Rocío y como él conocía mi devoción rociera le pudimos conformar.

Antonio Román, mi hermano, fue el presidente de la Peña Matilde la Galleguita que se fundó en la Morera de Badalona. -Digo todo esto para que te des cuanta de que mi fe rociera no proviene desde que empecé a montar en Barcelona, que venía conmigo como mi sombra desde muy pero que muy niño, como cuando la hermandad estaba y venían tantas personas que a veces te cuesta de reconocer-.

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Hace unos días me llevé una sorpresa. Estando con un amigo en la Rambla San Juan, tomando unas cervezas en el Bar La Paradeta, hablábamos de esta vida, de las cosas que a veces pasan. En aquel momento se dirigió a mí un señor que había allí diciéndome: “Perdone. Yo le conozco. ¿Usted no tenía La Guitarra?”. Yo contesté afirmativamente, entonces me dijo que su mujer todavía se acordaba de mi mujer, que muchas veces se acordaba de la señora de La Guitarra, de lo joven que era y la dulzura tenía hablando, de que cuando venían siempre hablaba con mí mujer.

“¿Cómo está? Nos gustaría volver a verla, a mi mujer le encantaría charlar con ella” –me dijo-. Cuando pude hablar, no sin que me costara un rato poder responder, le dije que mi Isabel había muerto. El hombre se quedó sin palabras, empezó a llorar y a pedirme perdón diciendo: “Lo siento porque no sabía nada”. Yo no pude más y me puse a llorar también. Lloró aquel hombre del que no sé ni su nombre, me hizo retroceder otra vez a mi juventud y recordar a mi Isabel, tal como era en aquellos tiempos. Él sin saberlo, me hizo sentir más joven; solo le pido a La Señora que le proteja y que no le pase lo que me ha pasado a mí. Es tan grande la pena que tengo que daría el resto que me queda de vida solo por tenerla conmigo un rato. Todos los días le pregunto dónde está mi flor de té. Le llamaba flor de té por la dulzura que tenía para todo el que se arrimara a ella. Sabes que todo lo que cuente es poco.

Un año, cuando estábamos en Mataró, fuimos en el mes de octubre en peregrinación al Rocío, y siempre venía el cura, el padre Manuel, después de la cena, con nosotros y al acabar nos decía de irnos a las Marismas. Al pasear se cogía de su brazo y del mío e íbamos hablando. Un día me dijo que yo era un buen rociero, pero si a Isabel la dejamos en el desierto y volvemos al cabo de una semana ella tendría gente con ella es algo digno de ver. “Que suerte has tenido que sea tu mujer tiene algo que la guía” –me dijo-. Aquellas palabras me llegaron al alma y nunca pude olvidarlas. Siempre me pregunto quién fue Isabel Moreno y a qué vino a este mundo. Tal

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vez para que yo fuese un buen rociero y cuando me enseñó se fue, por eso me pregunto en la soledad de mis noches: “¿Dónde está mi flor de té?” Y nadie se puede imaginar que cuando yo conocí a Isabel ella tenía once años. Al poco tiempo empecé a montar La Guitarra y cuando estuvo terminada de los albañiles, me puse a preparar las paredes para pintarlas. Entonces Isabel me preguntó cómo las pintaría y le dije que quería pintar las ocho provincias de Andalucía. Ella no dudaba de que lo haría porque sabía que yo sabía hacer de todo, aunque nunca hubiera pintado cuadros, y que cuando estuvieran, que vendría mucha gente a verlos, tal y como ocurrió. Se cumplió todo lo que me decía. La Guitarra fue única y nadie podrá igualarla, por mucho que lo intente. Fue una joya que un día destruyó el fuego; pero el fuego no solo destruyó la Hermandad, sino que destruyó también nuestras vidas, por eso me acuerdo de todo lo que me ha ido pasando y muchas veces no puedo dormir.

En 1993, estando en Mongat, caía la Feria de Abril y ese año cayó que tocaba a Granada y como Bartolomé García Pulido era de Mongat y vicepresidente de La Guitarra le llamó Manuel Cárdena, que era dueño del Quijote 1 de Mongat, que le habían metido en la cárcel por algo que había hecho. Le dijo que por qué no íbamos a la cárcel a montar una obra de teatro y Bartolomé le dijo que tenía que hablar con el presidente y me llamó. Como si no quisiera la cosa, me dijo que le había llamado nuestro amigo Manuel Cárdena y me explicó que lo habían metido en la cárcel y que quería que me pidiera que, como este año tocaba Granada, que por qué no montábamos una obra de teatro en la cárcel. Le dije que se pusiera al habla con el señor Alcalde para que se pusiera en contacto con el director de la cárcel y si se podía, pues para adelante. Al día siguiente me llamó dándonos permiso para organizarlo todo. Eso ya estaba hecho y nos pusimos manos a la obra. Montamos unos cuantos cuadros de cante y baile que duró unas tres horas. Cuando estábamos en la cárcel, el señor director nos recibió muy atentamente y cuando estábamos ya en el teatro vino Manuel

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Cárdena para saludarme y decirme que nunca pensaba que podría verle allí. Yo le contesté que la cárcel está hecha para los hombres y fuese lo que fuese lo que estuviera pagando, para mí sería siempre Cárdena.

Cuando estuvo todo el teatro lleno, como los cuadros que llevaba tenían entre catorce y dieciocho años, me subí al escenario para presentarlos. Me dirigí así al público:

-Hemos venido aquí por Manuel Cárdena. Él nos ha pedido que viniéramos para que os montemos una obra de teatro. Tengamos en cuenta que esto es un teatro tan digno como otro de los que hay fuera y con tanto respeto para nosotros como el mejor teatro del mundo. Quiero que cuando salgamos de aquí os quede el sabor más dulce y más bonito que hayáis tenido en mucho tiempo. Por eso os pido que tengáis respeto para nosotros, como nosotros se lo tenemos a ustedes. Hemos traído el primer Simpecado de Barcelona para que lo podáis ver todos.

Cuando se destapó el Simpecado para subirlo al escenario fue tan grande el impacto que lloró hasta el mismo Alcalde y se me rompió el corazón cuando aquellos hombres que eran como yo le decían: virgencita ayúdame a salir de aquí y se abrazaban con Isabel como si fuese su salvadora. Yo pregunto: ¿Qué tenía Isabel para que todo el mundo fuera a pedirle cosas? Uno de los presos le dijo que me pidiera la medalla que tenía yo en mi cuello, porque le trasladaban al Penal de Cartagena. Al decírmelo Isabel, me quedé frió, porque era mi primera medalla de la Hermandad La Guitarra del año 1971. A pesar de todo, me la quité y se la entregué a Isabel. Y cuando me la quité se levantaron todos los que había de autoridades, la tuvieron en sus manos y le dijeron a Isabel que podía dársela, pero sin cordón, porque el preso era muy joven. Isabel me dio muchos besos por mi gesto y le dije que tuviese en cuenta que le había dado la primera medalla de La Guitarra. Con mucha alegría, me dijo que esa medalla le hacía mucha falta a ese chico porque se iba a un penal y que yo podía ponerme otra. Fue

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tan grande la experiencia que me llenó de satisfacción. Cuando se acabó el teatro, con una corrección increíble, el señor director se dirigió a Isabel para invitarnos a todos a su despacho. Isabel nos lo comunicó a todos y nos fuimos con el director. A la hora de despedirnos no sabíamos como hacerlo pues dejábamos a muchos conocidos en aquel lugar.

Al cabo de unos meses me llevé una sorpresa al encontrar a mi nombre una cantidad de folios con unas escrituras de parte de Manuel Cárdena que fueron leídas por todos los Hermanos de La Guitarra. Fue un gesto de delicadeza por parte suya y también me mandó un recordatorio de fotos de Granada, con más de 150 años de antigüedad y una cinta de cante jondo, además de un pipo de agua pintado y decorado por ellos mismos, con un rótulo homenaje a Granada”, con la fecha 1993. Todos estos recuerdos están guardados con las pertenencias la Hermandad La Guitarra ya que los manuscritos eran para Juan Román y las poesías iban dedicadas a la Hermandad y a todos los cuadros que habían participado. Manuel Cárdena con su gallardía les puso el nombre de cada uno de ellos. Poesías que se tienen que leer para poder asimilar todo cuanto pone en cada una. Los recuerdos que vienen a mi cabeza, me hacen retroceder y puedo volver a mi juventud y rememorar tantos años vividos para poder tener lucidez. Me acuerdo de todo lo vivido, vivencias que no volverán; comienzos inolvidables me transportan sesenta años atrás. Tantos años vividos y recuerdos que no se olvidan, porque son como tu sombra, cosas que han ido pasando y que te dejan tanta huella que tienen que irse contigo y llevártelas como un libro. Es un grito en la cabeza.

Nunca presumí de nada, ni tampoco pasé por encima de ningún hombre; más bien al contrario, siempre me hice más humilde para poder aprender más. Cuando las personas presumen de saber demasiado, son las que menos saben.

Me quedo con muchas cosas que no puedo plasmar en estos folios de papel. Si pudiese poner en ellos las fotos que tengo en la

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retina de mis ojos no habría dinero para poder pagarlo y algunos se asustarían de ver mis recuerdos. Tantas cosas vividas, tantos caminos, tanta gente detrás de mí en los caminos marianos, tantos cantos, lágrimas y tantos sueños. Cómo puedo yo pensar en algo tan digno como tener tantísimos amigos como tengo en mis caminos rocieros. Tropecé con muchas personas que me ayudaron y me dieron mucha fuerza para poder seguir adelante con toda la carga que me tocó de llevar, pero con el tiempo me he ido dando cuenta de que muchas de ellas no solo dicen mentiras sino que ellas mismas se convencen de que son ciertas con tal de demostrar algo que nunca pueden demostrar. Cuando me encuentro delante de La Señora me pongo a hablarle y le digo: ¿Qué más quieres de mí si ya no puedo hacer nada más por ti? Te he dedicado más tiempo a ti que a la madre que me parió y también que a mi mujer. Todo lo di por seguirte, para poder predicar todos tus caminos rocieros. Todo lo dejé por ti y aquí me tienes con toda mi tristeza, pero al frente de lo que tú un día me dijiste que hiciera. Todo cuanto me has mandado lo he ido haciendo. ¿Cómo puedo yo explicar que todo lo que hago es mandado por ti? Me tomarían por loco. Si dijese que tú me salvaste del fuego, la gente diría que todo es mentira. Solo lo sé yo y también lo sabía Isabel, porque ese día solo estábamos tú y yo. Todavía recuerdo el tono de tu voz cuando te dije que yo había venido para salvarte y me estaba muriendo, pero me pusiste encima de las tablas del bar y me diste un paño con agua para la boca. Dijiste que te habían hecho mucho daño, pero que no me pasaría nada y así sucedió, Señora.

Isabel, cuando vio todo lo que pasó, me dijo que no le extrañaba que estuviese tanto por ella, después de todo lo que había hecho por mí. “Hagas lo que hagas por ella nunca me enfadaré contigo”. Por eso, cuando en el Rocío de 1984 ella estaba de parto y me fui con La Señora, no hubo reproche alguno, más bien al contrario, había calma y sosiego. En mi casa tuve la suerte de que Isabel estuviera el día del fuego, porque eso la cambió cuando vio que me había salvado La Señora. Ella se dio cuenta de que todo lo que le

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decía de La Señora era verdad. Todo esto lo cuento porque en las noches de insomnio, cuando estoy frente a frente con La Señora, la miro y le digo: “Todavía me tienes contigo, soy tu siervo y hágase en mí tu voluntad. Transmíteme lo que quieras y yo lo repartiré por los campos rocieros con fe y con devoción”. Estas han sido mis experiencias y mis vivencias con Isabel hasta, el 11-10 2006, día en que falleció a los cuarenta y seis años.

Algunos se preguntarán que por qué estoy escribiendo todo esto. Porque es la historia de toda mi vida, que como rociero me ha tocado vivir. Lo cuento para que se sepa cómo empezó este Rocío. Algunos de los que tanto saben le pondrán faltas, pero como sé a ciencia cierta cómo empezó, lo cuento tal como han ido pasando las cosas para que nadie pueda ponerlo en duda; porque sólo lo saben: Isabel Moreno, Juan Román y José Gallemi como secretario de la Hermandad rociera, como vicepresidente Bartolomé García Pulido, como mayordoma Josefa Yépez y Antonia Almagro, como vocal de culto Rufino Salguero, como tesorero Marcos Andrés, Juan Trinidad como 1ª vocal, Pablo Salgado 2ª vocal, José Chaparro como jefe de sala y como vocal artístico Rafael Buzón, como primer guitarrista Manolo de Osuna, como segundo guitarrista Pedro Heredia, como tercero Paquito el Relojero, también estuvo Juanito Calderón, Madrina Nuria Albarrán, presentando nuestra Hermandad don Antonio Albarrán. Todas estas personas que nombro en esta historia, en su día pertenecieron a esta Hermandad que aún estando cerrada, perdurará y jamás se perderá el nombre de La Guitarra; en primer lugar por ser la primera, por tener la primera Virgen que hizo el Rocío en Barcelona y sus dos Simpecados. Solo lo tiene esta Hermandad. Unas todavía viven y otras ya han muerto, pero están en el corazón de todos nosotros y de tantas personas que hicieron que esta Hermandad fuesen como un rayo de sol para todos aquellos rocieros que estuvieron con nosotros. El recuerdo, de todos nosotros perdurará para siempre mientras exista el Rocío, y pasarán de padres a hijos, sacrificando a tantos emprendedores del Rocío en Barcelona.

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Como es natural, cuando se tienen unos pensamientos tan rocieros, no se pueden olvidar, y esos pensamientos, si salen de dentro de ti mismo, es una virtud que te acompaña toda tu vida. Es como si tuvieras un ángel protector que te acompaña a todas partes. Ser rociero es como un don de Dios que se pone por delante para que tú lo sigas y lo des a conocer. Has de predicarlo por donde vayas para que se sepa lo del Rocío, esto es muy importante, no lo olvides nunca, debes tenerlo como una bandera, siempre presente dónde tú estés. No lo dejes perder, enséñaselo a otro. Hazlo como tu rociero, ten la maña de poder enseñarlo, de ser siempre amable. Tienes que meterte en su corazón sin mentiras, decirle lo que sientes... de esa manera podrás darte cuenta como cambian las persona que tienen sentimientos rocieros. Tienen que verte sencillo, sin ánimo de lucro. Piensa en las personas, no pienses solo en la Hermandad.

En 1984, yo tenía 200.000 pesetas que me habían dado por ponerme unas maquinas tragaperras en el bar y como Isabel estaba en el hospital dando a luz a Isabelita, me gasté todo el dinero que tenía en darle de comer a todos los hermanos que había en la Hermandad y cuando volvimos el lunes tuve que comprar la bebida fiada. Piensa lo que quieras pero no hubo ningún reproche ni malas caras. Lo único que preguntaba Isabel a los hermanos era si se lo habían pasado bien y todas las respuestas fueron afirmativas.

En todos los años que he estado haciendo el Rocío, al margen de todo, los gastos que me ocasionó fueron tantos como para haber podido ir muchísimo mejor en mi casa, pues todo el dinero que podíamos ahorrar Isabel y yo lo gastábamos en el Rocío. La Guitarra nunca pidió subvención alguna, siempre corríamos con todos los gastos que pudieran ocasionase y los pagaban Juan Román e Isabel Moreno de nuestro trabajo. Nadie nos dio nada y como es natural en todos los años que llevo en el Rocío he visto tantas cosas que me hago cruces al ver que todo está corrompido por las juntas de gobierno en casi todas las Hermandades. Cuando voy a los cambios de varas me quedo como un memo cuando me

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explican las cosas que les están haciendo en la Hermandad para poder publicarlas en los periódicos, y me da por pensar que tal vez nos gustan los palos, porque aguantar tantas cosas como me dicen, tantos desprecios…Y todavía me dice: “Esta es mi Hermandad y no me voy”. Cuando me encuentro solo por las noches y me pongo ha repasar todas las palabras que he oído pienso en la fuerza que tiene La Señora, que no sé cómo un rociero puede aguantar tantísimas cosas como le hacen en su casa de Hermandad. Si eso se supiese en las iglesias no nos dejarían hacer ni una misa porque todo es una pantalla de embustes. Por parte de las direcciones solo buscan subvenciones y cuando no hay subvenciones todo son malas caras. ¡Cómo puedo yo ver tan distintas las cosas! Será porque lo vivo de otra manera, tal vez porque no he sido nada egoísta y solo pensé en las personas, porque para mí fueron primero las personas que las creencias y el dinero. Estar en una junta de gobierno creo que no tendría que ser perpetuo, porque pienso que cuando se lleva demasiado tiempo puede que piensen que la Hermandad sea suya, por eso está pasando todo lo que pasa.

Cuando me vienen a la mente todos los recuerdos pienso en el fracaso que tuvimos cuando decidí llevarme La Guitarra a Mongat. Estaban todos los miembros de la Hermandad, toda la junta de Gobierno, porque Isabel les dijo a todos que después de lo que pasó con en Almogávares,- se tenía que hacer una acta -que está reflejada en el libro de actas de la Hermandad Rociera la Guitarra-, dónde estuviese reflejado que todo lo que pertenecía a Juan Román Fernández e Isabel Moreno García como la imagen de Nuestra Señora del Rocío y el Simpecado que la acompaña, así como todas las pertenencias que la acompañan -como vestidos, corona y joyas-, todo era de la familia Román-Moreno cuando nos fuimos para Mongat. Como no teníamos la seguridad de que fuesen bien las cosas, entre la junta se dijo que todas las personas que se apuntaran tendrían que dar un fondo de 5.000 pesetas, pero si la Hermandad tuviese que irse de Mongat se les devolverían. Como tuvimos que venirnos por que la gente me decía que todo

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era muy caro y el dueño no quiso bajar los precios, y como era el responsable, tuve que ir al banco de Santander para pedir un préstamo de 100.000 pesetas para devolver el dinero que habían adelantado todos los socios. Nadie podrá decir que dejé de cumplir con ellos. Me ha costado mucho dinero el ser rociero, pero estoy muy contentó, porque todo lo di por el Rocío y digo como la canción:”Mientras ella está en el Rocío me sobra todo lo demás”. Estoy todas las noches solo con La Señora ante mí, la miro y le digo: ¿Quién es más rico que yo, Señora, si te tengo siempre junto a mí? Un día me puse a morir por ella pero ahora ella cuida de mí y me da muchísimas ganas de vivir para seguir siendo como cuando empecé a montar mi primer Rocío. Cuando digo que tengo que dejarlo, todos se ponen en contra, pero tiene que llegar el día que tenga que darle el paso a otro ya que estoy haciéndome mayor. Tengo tantas cosas que contar, tantas horas de Rocío a pesar que a veces tienes que escuchar cosas que te hacen mucho daño.

El domingo 11-12-2012, como cualquier rociero, fui al cambio de varas de Santa Coloma y me quedé sorprendido cuando tuvieron la desfachatez de ponerse a explicar cómo se hacía el Rocío en los años setenta y pico, cuando ellos nunca montaron. Los Marimeños solo venían a vender pescado y nunca hizo nada por el Rocío hasta 1982, que por primera vez entró al Rocío en Santa María de Montcada, porque en 1979 cuando se montaba en Bellaterra estaba la Casa Regional de Andalucía de Barcelona. En ese tiempo ya estaba de presiente don Antonio de Arcos, al dejarlo don Miguel de Linares y se montó el Rocío con:

Casa de Andalucía de SabadellCasa de Andalucía de CastelldefelsPeña Flamenca La Macarena de RipolletPeña Flamenca La Macarena de CerdanyolaPeña La Galleguita de BadalonaCasal de Cerdanyola

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Peña BadienseCasa de Andalucía de TerrassaPeña La Guitarra Hermandad RocieraPeña Juan de ArcosPeña Manolo EscobarEn este relato que yo estoy narrando, dime tú mismo cómo

podían estar explicando, que en ese tiempo, habían hecho tantas cosas como decían. Pero mucho más hipócrita fue Paco García Prieto, porque en ese tiempo él solo era un acompañante detrás de nosotros y entre Santa Coloma y él estaban vanagloriándose de cosas que jamás habían hecho. En ese Rocío todavía estaba la Casa de Andalucía de Barcelona y en el año 1982 ya no monto. Y como yo vengo diciendo en este libro, en ese tiempo fue cuando se empezó a montar la coordinadora de entidades que se empezó a constituir en La Guitarra con Juan José Guisados como presidente. Todo esto lo reitero en varias partes de mi escrito para que cada uno esté en el sitio que le pertenece. Todo esto tiene una explicación: creen

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que a fuerza de mucho asegurar que son la primera Hermandad se lo creerá la gente, pero ellos saben que son los segundos, solo por once años de diferencia, desde 1971 hasta el 82. Francisco García Prieto tampoco estaba porque el entró como presidente del 83 al 84 y se hizo muy amigo de las personas equivocadas. Paco siempre fue al sol que más calienta.

Cuando se quemó La Guitarra, estando Paco en el rincón del Pali, una persona le dijo: “Paco, se ha quemado La Guitarra y Juan está muy mal”. Su respuesta fue: “¡Que le den por el culo!”. Pero yo tengo mis creencias rocieras, porque la Virgen se lo cobra todo en esta vida. No se puede querer anular a las personas que emprenden una cosa para atribuirse, los méritos de otro” y olvidarse de aquellos que te ayudaron. No se dan cuenta de que hay muchas personas que saben que están contando mentiras.

Isabel me dijo: “Mira tu amigo. Tú decías que era tu amigo. Mira que respuesta ha dado. Muerde la mano que le ayudó”. Entonces fui yo quien tuve que morderme los labios y callarme. ¡Dios mío! ¡Que daño me hicieron esas palabras. De Isabel! “Tú le haces presidente -me dijo- y él te trata igual que a un perro. Cuando tenías, él fue tu amigo, como ahora no tienes nada ya ni te mira. Falso. Eso es un falso”.

De todo esto lo que más me dolió no fue su respuesta, sino que tuve que ver a mí mujer llorando como una loca al ver que ni habían venido, al menos a preguntar cómo estábamos.

Ahora mismo, al recordarlo, las lágrimas no me dejan escribir. Algún día puede que mi pena se vuelva alegría y su alegría sea llanto. Yo no le deseo el mal a nadie, por lo que a mi respecta, está perdonado y que Dios le ampare y le cuide muchos años.

El 26-02-2012, estando en La Farga de Hospitalet junto a otros miembros de las hermandades, salió a relucir la conversación y opinaban que lo que estaban diciendo los de Santa Coloma estaba muy mal, porque las personas saben cómo empezó y quien lo empezó.

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También Santa Coloma, por fin ha reconocido que lo que yo decía de que el Simpecado que tenía Santa Coloma era de la Casa de Andalucía de Barcelona desde 1980 al 81. Lo tuvieron dos Rocíos y en 1982 ya lo sacó Santa Coloma. Como el comentario que estaban haciendo era falso me levanté y me fui por no contradecirle, porque, sin duda, hubiese hecho el ridículo cuando le hubiese explicado cómo y cuándo empezó el Rocío en Barcelona y quién estaba al frente de todos estos actos. Es muy triste que tú mismo que sabes bien la historia, tal y como empezó, tengas que callarte por vergüenza.

El 01-03-2012, después de muchísimo tiempo sin ver a mi amigo Eloy Caballero y a su mujer Lucía, salió la conversación de cuándo nos conocimos y cómo se hacía el Rocío. ¡Qué tiempos aquellos! Éramos muy jóvenes, pero todavía nos acordamos. Estuvimos hablando de Pedro Heredia, guitarrista de Manolo Osuna y de Paquito el Relojero. También de Parra, que pasó por La Guitarra en el tiempo que la Hermandad estuvo en Mongat, fue el guitarrista mientras la Hermandad estuvo allí. Si bueno como guitarrista es mucho mejor como persona. En la conversación salieron muchísimos nombres que me hicieron recordar muchas cosas de cuando estábamos cantando en el teatro, porque los dos hemos sido artistas durante mucho tiempo.

En el año 84, cuando Isabel dio a luz a Isabelita, me pasé todo el Rocío sin ir a verla y como en ese tiempo Eloy Caballero estaba en La Guitarra, cuando se hacía algo siempre estaba presente. Todo esto son mis días por los caminos del Rocío. Sé que me dejo muchísimas cosas que no puedo reflejar en estas vivencias y que me estoy cohibiendo, porque me es casi imposible explicar todo ya que este escrito es el primero que hago. También tengo que decir que, mientras estoy narrando, muchas veces termino llorando, porque los recuerdos me invaden. Son tantas las cosas que contar, y tantos nombres que poner de esos que levantan la voz y se dan golpes de pecho, aunque después te dan de lado y todo se para,

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hasta que llega la próxima misa o haya muchísima gente para que los vean como unos fenómenos. Los nombres me los reservo, porque dejarían de hablarme y siempre estaré con todos vosotros para lo que sea.

Habiendo celebrado el Día de Andalucía y sabiendo cómo están las cosas después de que hayamos visto la situación de algunas Hermandades, he llegado a la conclusión de que esto no pintan bien para nadie. Yo pienso que el que pueda montar el Rocío tendrá que hacerlo casi con el dinero de los propios hermanos que tenga cada Hermandad a pesar de que tienen que estar todo el año trabajando con su Hermandad y dando cada minuto de su tiempo libre, cuidando y mimando todas las cosas que tiene. También tienen que pagar un dineral para poder hacer el Rocío. En los tiempos que corren, cuando les piden a los hermanos el dinero que tienen que pagar por el Rocío, algunos prefieren irse de la Hermandad, porque no pueden pagar. Muchas veces, me vienen a la mente lo que costó montar el Rocío en 1971, con maderas y toldos para tener algo donde cobijarnos y en 2012 estamos a las puertas de volver a hacerlo, nos están encerrando de tal manera que tendremos que pensarlo antes de montar cualquier cosa. Primero la Feria de Abril, con lo que costó empezar a montarla y se está perdiendo todo. La Feria ya no es de Abril, ahora es una feria de todo menos de Abril; está toda llena de chiringuitos y las casas de Hermandad no pueden competir con todos ellos, donde los rebujitos valen 1 €.

(Un vaso grande casi de un litro) y los bocadillos están a 1,50 €. ¿Cómo pueden competir con ellos? Solo montarán las que puedan obtener alguna ayuda de donde sea o las que tengan muchos Hermanos. En nuestro caso no se podrá ni montar el Rocío y ya sería el colmo.

El domingo estuvimos en una misa en Cerdanyola y cuando empezaron a llegar las Hermandades pude comprobar lo que decía la gente. Al ver cómo llegaba una de las Hermandades exclamaban: ¡Ya vienen los chulos! Y me di cuenta de cuanto odia la gente a los

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que se lo han ganado a pulso. Desde que entraron por primera vez en el Rocío no sé por qué tienen que dar lugar las personas a que les odien; todo por querer aparentar lo que no son. Pienso que ser rociero no te hace ser mejor ni peor. Con todos los años que llevo haciendo el Rocío, nunca pasé por encima de nadie, al contrario, siempre fui detrás por si podían enseñarme algo que yo no supiese, algo que enriqueciera mi historial rociero, pues pienso que cuando te arrimas a otras personas que tienen tantas cosas aprendidas, te enseñará algo. Además, tienes que alabar lo que han hecho y no ponerle trabas, algo que les de fuerza para poder seguir adelante. Lo más importante de todo es que el que te quiera, te quiera por tus meritos. Es estar en gracia de Dios y también con todos los que estén junto a ti. Cuando recuerdo todo me doy cuenta de lo que está pasando, Con conversaciones como esta:

-¡Hola!-¿Cómo estás José?-Estoy regular. Tengo muchos problemas. Tendré que dejar mi

casa de Hermandad.-¿Por qué?-A uno de mis hijos se le ocurrió decir que esto no va bien y le

han echado. Ya apenas voy por la Hermandad. ¿Cómo lo ves tú si me voy a otra Hermandad?

-Si tú lo ves oportuno, claro que sí. Tú eres un buen rociero. -No digo el nombre de la Hermandad por no ponerlo en un apuro, pero si te digo que esta Hermandad es de Barcelona. En ese momento me saludó mí amigo Pedro de Pastora Almonteña…

-Hola. ¿Cómo estas Juan?-Bien. ¿Y tú? -Yo estoy muy bien. ¿Cómo se presentan las cosas para la feria?-A día de hoy todavía no se nada porque está todo muy mal. Esto

cada vez está peor.

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-Me lo dices o me lo cuentas. ¿Vas a bajar a la Farga el domingo?- Sí, quiero estar con la gente de Hospitalet.- Pues si vas nos veremos con todas las amistades que tenemos

en Hospitalet. Me da mucha alegría verte amigo. Dale recuerdos a todos los tuyos de mi parte, Pedro.

- Voy a entrar en la iglesia, ahí te veo.- De acuerdo, Pedro. Y entró en la iglesia pero volviendo a la charla con José, le

dije: “Mira José. Date cuenta que esta casa de Hermandad es una bendición. Todas las personas que hay son muy buenas. Tú puedes arrimarte a ellas y puedes emprender nuevos caminos con tu gente.”

Y me contesta: “No sé, pero siempre que hablo contigo me das paz, y se lo digo a mi mujer. Juan el de La Guitarra es el único que me da consejos. Vamos a la misa. Cuídate José y que lo pases mañana bien en hospitalet”.

Yo me despedí de él dándole recuerdos para Manolo, para su mujer y los niños. En ese momento me di cuenta de la falta de cariño que tiene mucha gente. Cuando saludo a los hermanos de otra Hermandad lo hago como si fuese mi propia familia, por eso las personas me besan cuando me ven como besarían a un familiar. Nos besamos tanto los hombres como las mujeres o los niños; todos se merecen un gran respeto desde el más mayor hasta el más pequeño, ya que estos son los hombres del mañana. Cuando llegué el domingo a la Farga, vino Paco de Pastora y me dijo:

-Hola, Juan. ¿Y tu presidente? ¿Ha venido?-Todavía no. Le estoy esperando.-¿Has visto la misa?-Sí.-¿Habías venido alguna vez?

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-No, nunca. Por lo que veo, estáis las tres Hermandades juntas.-Si, por eso nunca pedimos ir el día de Andalucía, porque caían

en la misma fecha. Pero este año si que vamos y nos veremos en Rubí.

Esta conversación se hizo cordial y con respeto y Emilia, Juan y yo nos fuimos a comer como una verdadera familia. Hablamos de lo que había pasado en el cambio de varas de Santa Coloma y en la actualidad cuando los rocieros estamos juntos se habla de cosas con mucho cuidado para no herir a nadie. El hecho de que las personas vayan diciendo cosas que no concuerdan solo hace daño y eso no se puede hacer, como recuerdo.

Era pequeño, en el Rocío de Almonte. Como trabajaba en el teatro tenía mucha gente que venía conmigo al Rocío. En Andalucía siempre fuimos para ver a la Virgen y en una de las visitas que hicimos con María, la Niña de Antequera, Curro de Utrera, Los Paquiros, Los 4 Barman, Jesús Chozas, Paco Márquez y su ballet; con el maestro Peanas, Merengue de Córdoba y el empresario Guarinos. Como yo estaba con todas estas personas siempre me contaban cosas y me daban buenos consejos que yo siempre seguí. Todo lo que aprendí fue por las muchas veces que fui al Rocío y por hablar con las personas que nos vemos, si tenemos tiempo para poder hacerlo. Cuanto más mayor se hacen las personas mucha más experiencia tienen. Cada vez que llega un Rocío me digo a solas: “Gracias Señora por dejarme estar contigo un año más y con todas las personas que tú has ido poniendo en mi camino. Todo lo hago porque tú me has enseñado y me lo has permitido. Cuando hablo con cualquier persona siempre terminamos casi enfadados porque les digo que voy a dejarlo todo y me dicen. ¿Cómo vas a abandonar todo lo que tu mismo has creado? Si esta es tu vida no puedes dejarlo”.

Yo te digo a ti, José Oquendo Palomares, que estoy apunto. Pero, pienso cuanto tiempo estaría yo sin ver el Rocío, sin mi gente pero también pienso que me estoy haciendo mayor y no sé cuanto tiempo

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podré aguantar este ritmo. Cuando voy a ver a Mari Ángeles, con Pablo y con su hermano en su casa en Llissà de Munt, en su cuadra de caballos, hablamos de todo esto y siempre me dicen lo mismo: “Tú no podrás dejarlo hasta que mueras”. Pablo es una persona que cualquier hombre querría tener por amigo. La bondad que tiene es infinita, no se puede describir, y hay que convivir con él y con su mujer. Es el típico hombre que en el Rocío siempre tiene algo para sus hermanos. Está siempre mirando qué te hace falta. En la vida que me ha tocado he tenido la gran suerte de contar con muchos amigos como Pablo. Todo lo que he andado al lado de mi gente lo he hecho con muchas ganas, por eso y por muchas cosas más, no tengo más remedio que acordarme de ellos. A veces cuando estamos juntos, hablamos con su hermano Juan en el Rocío y me pregunta por qué dejé de trabajar en el teatro y le expliqué que cuando empecé a montar todas las cosas que hice para poder crear el Rocío en Barcelona, tuve que dejarlo porque me llevaba mucho tiempo y porque conocí a mi mujer. Ella no quería y lo deje. “Es una pena que lo dejases”, me dijo Juan.

Hablamos mucho y de muchas cosas. Al preguntarme qué estaba haciendo ahora, le dije que estaba escribiendo toda mi vida en el Rocío, tal como empezó en Catalunya y me preguntó que cómo me iban los amores y yo le dije: “Cuando tengo a alguien conmigo lo conservo todo lo que puedo. Busco a una mujer muy especial y me está costando mucho. Tengo un gran vacío, es como si me hubieran quitado el corazón del pecho. La verdad es que ha sido un golpe muy fuerte. Pero esto es lo que me ha mandado la Señora que lo ha querido así. La Señora me ha frenado muchísimo, por eso estoy todavía aquí, sino lo hubiese dejado todo”.

Él me recomendó que le cantara un poco y que tirara las penas fuera, que me había conocido siempre muy alegre y no quería verme triste. ¡Hay amigo! Si yo canto por fuera y lloro por dentro.

Cuando estaba diciendo esto me dijeron que venían a buscarme Cristina y Gregorio. Los había invitado para que pasaran el

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domingo del Rocío con nosotros. Era el 23/05/2010 y ellos nunca habían estado en el Rocío. Fue muy emotivo porque se quedaron boquiabiertos cuando vieron a nuestra casa de Hermandad. Fue muy amena la conversación y les estuve explicando todo lo que son los actos marianos. Comieron con nosotros al mediodía y pude conseguir que se quedaran para que vieran el Rosario de la Aurora. Cuando se terminó, se fueron tan contentos que lo han ido comentando por todos los sitios que pasaban. Cuando me preguntaron qué es el Rocío les contesté que el Rocío es algo que se palpa, que se toca, algo que no se puede explicar si no lo ves. A lo que me respondieron:

-Cuando nos dices que esto es para ti lo primero, hasta ahora no habíamos comprendido tu vocación. Ahora comprendo muchas cosas de las que me contabas. Estamos contentísimos de haber venido, sobre todo por el comportamiento que habéis tenido con nosotros. Nunca pensé que sería así…”

-Ya ves -contesté-, cuando te decía que esto era algo digno de ver nunca lo decía por decirlo. Te contaba todo lo que siento por dentro. Cuando lo explico, muchas personas me dicen que yo soy especial, pero sé que no lo soy. Solo soy un rociero de tantos que hay.

-Pero a ti se te nota solo con verte. -Eso es que tú me miras con muy buenos ojos… -Y a ti, Cristina, ¿qué te parece mi vida?-No tengo palabras. ¡Cuantas cosas ignorábamos hasta que no

lo vivimos! Me contabas tantas cosas que pensé que vivías una fantasía. Me voy muy contenta de ver lo que he visto. Ya sé lo que es un Simpecado y cómo lo cantáis. Me habéis hecho llorar. Vendremos más veces…

-Como vosotros hay muchas personas. Te voy a contar una cosa: En una ocasión le dije a Ramón García, el que trabaja en la Tulsal y que siempre estaba tirándome tiritos con lo de la Hermandad, que

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tenía que invitarle un día para que comprenda todas las cosas que le cuento, porque sin vivirlas no las puede entender. Le dije: “Yo te invito para que vengas a una misa. Tengo un cambio de varas el 24 de octubre de 2011 a las 12 horas. Ven conmigo y tráete a tu mujer”. Cuando pasó ese día, él y su mujer, para poder despedirse de mí, tenían que secarse las lágrimas y no sabían cómo darme las gracias por lo que habían vivido, a pesar de no estar yo con ellos, por que siempre voy de un lado a otro. Cuando nos vimos a los pocos días me decía. “No veas lo que le gusto a mí mujer me dice que iremos más veces”. Todo esto te lo cuento para que te des cuenta de que muchas personas hablan sin saber lo que dicen…

-La verdad, Juan, es que todo esto es muy bonito y todas las personas que vienen para verte. Cuando estuviste trabajando en el teatro conocerías a mucha gente…

-Sí, a mucha. Estuve cantando con muchos artistas: Juanito Valderrama, Adelfa Soto, Dolores Abril, la Niña de Antequera, Curro de Utrera, Los Paquiros; con Paco Molina a la guitarra. También

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Merengue de Córdoba con Angelillo, con Ramón Calduch, José Guardiola, a Lecopanda, la Gelús, Juanito El Mejorano, Dolores Vargas la Terremoto, Antonio Molina, Estrellita de Palma, Antoñita Moreno, El Dúo Dinámico, Los Puntos -que eran de Huercalovera de Almería- , con Paco Flores...

Paco Flores era cómico y me hacia reír muchísimo. En una de las turnes entre Lérida y Teruel y por Mora de Ebro la nueva hacía tanto frío que con sus bromas salió al escenario con una botella de coñac para darnos una copa para soportar el frío. No podíamos ni tocar las palmas.

Me acuerdo mucho de Paco, vivía en Pueblo Seco. Barcelona”.Cuando yo era niño me fui a un cine de verano en un barrio

al que llamaban Las Chocillas en Almería. Cuando terminó la película, salió a cantar Juan Canalejas, ¿nunca cante con Juan? era un cantaor de lo bueno lo mejor, el hacía que se me cayese la baba. ¡Cómo cantaba el tío en ese tiempo! La Marifé cobraba treinta duros al día o puede que menos, por aquel entonces cantaba El retrato de mi madre. Cuando en 1961 conocí a Juanita Reina ella estaba trabajando en el Teatro Apolo de Barcelona y estaba noviando con el Caracolillo. Nos presentaron cuando yo actuaba en el Teatro Victoria. Yo era muy joven y nunca actué con ella al no coincidir en ningún espectáculo. Mi vida es un poema: cuando cantaba con Carmen del Lirio, con Coralito de Jaén, Paquito de Jerez, José Luís Campoy… nos veíamos en la academia del maestro Escolies en la calle Guardia Nº 14 de Barcelona; siempre charlamos de las cosas que pasaban en las turnés. Muchas veces, alguno de nosotros actuábamos en el circo de Antoñita Chef cuando estábamos por los alrededores de Barcelona. También íbamos al parque de Mataró, donde conocí a Estrellita de Palma. Los 4 Barman actuábamos con todos los artistas que había en toda España. También venía mucha gente para vernos al Bar Quinielas de la calle Cerdeña de Barcelona. Los 4 Barman lo componían Juan Hernández, Ángel El Sevillano, Antonio Chiquito de la Calzada y Juan Román, conocido

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como el Niño de Almería cuando actuaba en solitario… Hoy, que me estoy haciendo mayor, me acuerdo de todos mis compañeros. Fueron unas vivencias que ya nunca volverán. Recuerdo los viejos tiempos y vuelvo otra vez a mi niñez dándome la sensación de estar viviendo todavía cuando actuábamos en el Teatro El Barco en Barcelona. Me decía Manolo el Malagueño: “Niño, vive la vida que eres muy joven”. Pero entonces no me daba cuenta de qué quería decir. Hoy, cuando han pasado los años, me he dado cuenta de lo que quería decirme. El tiempo que estuve actuando en el teatro me sucedieron tantas anécdotas, que yo mismo me hago preguntas y hasta me río.

Un día que estábamos cantando en el Teatro Victoria del Paralelo, entre función y función, quedamos en ir a cenar en el restaurante el Abrevadero. Entre bromas y cachondeo, Juanito Hernández cogió una trompa que cuando fuimos para actuar tuvimos que aguantarlo sentado en la silla. Empezamos la actuación y metió el dedo gordo entre las cuerdas de la guitarra y no podía sacarlo; como Los 4 Barman era un cuarteto que tenía mucha garra con el público, cuando Juanito sacó el dedo empezaron a aplaudir y fue enorme la fama que nos dio la anécdota aquella. Decían que lo había hecho a propósito y todos salieron del teatro hablando de Los 4 Barman. Como Antonio -el Niño de la Calzada- y yo vivíamos en la calle Conde de Asalto, todos los que nos veían nos decían que fue un acto que no se puede olvidar. Hay tantas cosas que contar de mi vida…

En 1963, en una de tantas giras que hemos hecho, un día, estando con la compañía de la Niña de Antequera, fuimos a la Isla del Arroz para actuar y como llegamos con mucho tiempo, Chiquito de la Calzada me dijo: “Niño, vamos a tomar unos vasos de vino para hacer tiempo hasta que llegue la hora de empezar”. Fuimos a un bar en el que servían tapas de lengua de toro en salsa. Me preguntaron si quería y les dije que sí, pero no tardé en arrepentirme; me puse para morir, me dio tal cólico que tuvieron

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que llevarme al hotel y llamar a un médico. Aquello me hizo trizas y más cuando tuvimos que irnos de viaje por que actuábamos en la plaza de toros de Huelva.

Paco Márquez, que vivía en el barrio de La Pescadería, cerca de la plaza en la que cantábamos, cogió un taxi conmigo y nos fuimos a su casa con su familia a esperar la compañía. Su madre estuvo cuidándome. Esa noche cantamos pero teníamos que salir para Almería, mi tierra y tuvieron que pararse en Antequera para que me visitara un médico porque me dio tanta fiebre que se me reventaron los labios. Entonces yo tenía como mí mejor amiga a una bailarina que era sobrina de María, la Niña de Antequera; ella fue muy importante porque estuvo curándome los labios con lo que me recetó el médico. Contarlo es sencillo pero pasarlo es horrible. Cuando teníamos que salir para actuar, con el cólico que yo tenía solo rezaba para que no me diera un achuchón estando en el escenario. Pasé un viaje malísimo hasta Almería y cuando llegamos a la Puerta de Puchena, como tengo tanta familia en Almería, había mucha gente esperándome. Pienso en lo que es la vida; me fui siendo un niño con mucha hambre y volví siendo un hombre, no rico pero un poco acomodado y admirado por su pueblo. Actuábamos en el Cine Imperial, justo al lado de donde yo nací, en la Rambla de Alfareros Nº 1 el 12-07-1944 a las 12 horas. Y fui bautizado en la Ciudad Jardín, Iglesia de San José. Empecé cantando en el Teatro Cervantes de verano en un concurso que organizó Radio Juventud de Almería y lo presentaba Encarnita Sánchez y tocaba la guitarra el maestro Richoli.

En aquel tiempo estaba actuando Juanito Valderrama con Adelfa Soto y desde entonces empezó mi vida en el teatro. Tenía tanto miedo que me temblaban hasta las piernas cuando me llamó Encarna y me presentó al maestro. Él me preguntó qué iba a cantar. Yo sabía que tenía que cantar, pero no tenía ni idea y él me dijo: “Canta algo para que yo te escuche”. Cuando me escuchó me dijo: “Esto son fandangos y después tienes que cantar otra cosa.

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Cántame un poco más. Esto es media granadina. Si cantas como me has cantado a mí te llevarás el premio”…

Yo estaba tan nervioso, que no sabía si salir corriendo y cuando terminé de cantar el público se fue a por mí como si fuese un fenómeno. Me levantaban para besarme… Y así empezó mi vida en el teatro, poniéndome el nombre artístico El Niño de Puche, y después, El niño de Almería hasta que entré al conjunto de los 4 Barman. Cuando dejé el conjunto solo hacia bolos por los alrededores de Barcelona porque estaba montando, poco a poco, la Hermandad Rociera La Guitarra. Cuando la tuve montada, dejé el teatro y me dediqué tan solo a la Hermandad.

Creo que he contestado todo cuanto querías saber ¿Verdad Cristina? Todavía hay cosas guardadas en el pensamiento pero otro día te las cuento por que parece mentira cuantos kilómetros tengo vividos y cuantos recuerdos. Ahora, cuando nos veamos, ya sabrás cómo ha sido mi vida.

En los años 60, cuando los miembros de los 4 Barman vinieron para decirme que tenían conocimiento de que terminaba de llegar de una turné, me propusieron si quería ir con ellos para hablar sobre el conjunto porque precisaban un miembro para el cuarteto y le habían hablado de mí. Como yo en esos días estaba libre fui con los tres hasta la calle Rosellón a una casa de un familiar que tenían una sala donde ensayaban. Cuando me puse a cantar con ellos, como me sabía las canciones, dijeron si quería formar parte de los 4 Barman y acepté.

A partir del 15-08-1960 ensayábamos todos los días y cuando habían transcurrido unas semanas ya empezamos a actuar en el Teatro Victoria de Barcelona. ¡Qué tiempos, cómo hecho de menos recuerdos vividos y tantos kilómetros recorridos alrededor de España, pueblo a pueblo! Ahora que tengo tiempo para poder recordar y pensar en lo que ha sido mi vida siento nostalgia y todo lo fui dejando por el Rocío. Muchas veces digo que solo estoy para poder seguir, cuando voy a los sitios siempre estoy pensando

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que ya no puedo hacer más de lo que he hecho. Cuantas penas y cuantas alegrías al mismo tiempo, pero a pesar de todo empezaría de nuevo con tal de ver lo que hoy esta montado, empezando por la Hermandad de La Guitarra y terminando por La Pau que serian veintitrés Hermandades y los amigos, de eso sí que puedo presumir, de tener muchos amigos. Todos los rocieros son mis amigos, pero es muy complicado para los que tienen envidia de lo que hacen los demás. Ahí está todo el mal, porque son capaces de hacer cosas que no se tienen que hacer solo por querer aparentar ante los demás.

Cuando se montó la caseta en el castillo de Castelldefels en 1971 Isabel tenía los ojos que se le salían de la cara; vio que se estaba cumpliendo todo lo que le había dicho. Venía con sus padres, yo sólo tenía una estampa del Rocío pero no se quitó de su lado y todos los que vinieron aquel día para estar con nosotros, que fueron muchos, lo vivieron con mucho fervor. Todos me decían: “Enhorabuena Juan, sigue así y no te pares, porque tú eres rociero y estaremos todos contigo”.

Aunque yo monté el Rocío fue gracias a la Casa de Andalucía de Barcelona y a don Miguel de Linares que ha tenido la idea de emprender todo esto. Yo solo sabía del Rocío que teníamos que montar algo que fuese para siempre y hoy estoy muy contento porque todo se ha cumplido, tan solo tienen que conservarlo para que cada vez sea mejor. Sé que cuando yo no esté alguno dirá: “El Rocío lo montó y fundó Juan Román e Isabel Moreno en Barcelona en 1971”. La fecha oscila entre el día 27-04-71, espero que mi memoria no me juegue una pasada, porque todo los documentos que había en la Hermandad se quemaron en 1983. Solo me queda la memoria, pero mis amigos saben que todo lo que estoy diciendo es porque lo he vivido y tengo un gran recuerdo para todos los que ya no están con nosotros. Aquellos que se llevaron tantos y tantos recuerdos de nuestros Rocíos, que en su ilusión pensaron que estaban en su tierra. Solo con este fin se montó la Feria de Abril y los Rocíos. Son muchos recuerdos y ni un solo instante

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dejé pasar por delante de mí sin hacer algo que me recuerde mi pasado del teatro. Cuando actuaba con Juanito el Mejorano, Hijo de Calasparras, Paquito de Jerez... Fue un tiempo especial cuando el Mejorano estaba en su mejor momento junto con su mujer, Encarnita, y la niña, Engracia, junto a Colarito de Jaén, Estrellita de Palma, Enrique, el príncipe gitano, Manolo el Malagueño, Matilde la Galleguita, Kino Padillas, Luís Ágüele, José Luís Campoy y el popular Escamillo. En aquel tiempo trabajábamos juntos el Mejorano y los 4 Barman y él siempre me decía que tenía que ir a su pueblo para que conociera a su familia. En Calasparras que tenía un bar que se llama El Mejorano y me insistía pero yo le decía que cualquier día, pero quedó todo en eso porque mis pensamientos no perfilaron que pudiera pasar algo que todos llevamos encima: la muerte. Murió Juanito y nunca fui. Pasaron muchos años desde la muerte en el 69 de mí amigo, pero en abril de 2011 en una clase de ordenadores en el Casal de Nova Llorada, al presentarnos unos a otros, el destino quiso que yo conociera a dos mujeres que por capricho del destino eran primas de Juanito, el Mejorano: Julia Moya Manzanera. Julia venia con su tía Encarna, eran viudas y hablando de su primo quedamos en vernos algunas veces para poder seguir hablando de lo que habíamos empezado en la sala de los ordenadores. Como es normal cuando uno es viudo y el otro tan bien, fue saliendo algo que no se puede remediar y me fui enamorando de Julia como si fuese un niño; me fui metiendo poco a poco en su vida. Lo malo es que cuando estoy con ella hablando me remonta a los tiempos pasados y me dice que me enseñaría su pueblo de Calasparras, aunque no pude ver el bar que él me decía, porque el sitio del antiguo lo habían tirado para hacerlo de nuevo pero pude estar en otro que tenía su hermano Tomás y su hijo Juan y ver el pueblo.

Cuando entré en el bar sentí una sensación que me dio un escalofrío que me hizo daño en todo el cuerpo al verme en el sitio que tantas veces él me había invitado. Pero la vida lo cambió todo desde la última gira en Barcelona en el 64-65, que se fue para

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Madrid y nos dijimos que pronto nos veríamos. Después él se fue para Sevilla y yo me quedé en Barcelona. Menuda sorpresa me llevé cuando me enteré que Juanito había muerto en Sevilla, lo que me afectó mucho porque éramos buenos amigos. Pienso lo que es el destino. Con el paso de los años, el mismo destino que me puso delante de él, el mismo destino me puso de nuevo delante de su propia familia diciéndome: “Yo no estoy pero te dejo con mi familia para que puedas ver mi pueblo y ver y conocer a mi familia”.

Cuando me presentó Julia y les dije que era un amigo de Juanito, el recibimiento fue muy bueno y el pueblo era mejor de lo que él me había contado. Me gustó mucho todo lo que vi y les dije que iría a verles cada vez que pudiera. Mí amigo, si me esta viendo desde el cielo, tiene que sentirse orgulloso de ver que yo no lo he olvidado y que sigo en mis trece pensando en él porque para mi fue un verdadero hombre y mucho mejor como amigo. En algunos momentos me hubiera gustado parecerme a él, fue un referente para mi por que yo era muy niño y no tenía ninguna malicia como para poder hacer según que cosas sobre el teatro. Anduve con muchas personas que siempre me ayudaron mucho pero Juan López se llevo la palma, fue un gran artista que pasó por este mundo única y exclusivamente para dejar una profunda huella, no solo como artista sino también como un gran hombre, amigo de todo el mundo que fuese cabal como lo fue él mismo. Él fue un hombre de mucha palabra las cumplía siempre; un murciano de los buenos. Dime si no es para sentirse orgulloso de haber trabajado con un artista como el Mejorano y más de tener la suerte de poder entrar en la familia por mediación de Julia Moya Manzanera. Todo esto lo dejé por el Rocío.

Hoy, que ha pasado tanto tiempo desde que dejé el teatro para dedicarme totalmente al Rocío, me doy cuenta y me pregunto si ha valido la pena o tal vez destrocé toda mi vida, porque me siento muy vacío. Pienso que a pesar de todo tendría que ser de esa

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manera, porque sino el cambio que yo hice no tendría explicación el dejar todo lo que era mi vida a cambio de nada. Nadie sabe lo que el destino le tiene preparado y eso yo creo que ha sido lo que me pasó a mí y un poco de mi manera de enfocar las cosas porque tendría que haber seguido trabajando en el teatro y al mismo tiempo montar lo que hubiese querido ya que en ese entonces yo disponía de dinero para poder montar lo que hubiese querido. Pero lo hecho, hecho está, a pesar de mi añoranza y no puedo retroceder a los tiempos pasados.

En cierta manera me siento responsable de todo cuanto me pasó porque no supe prevenir por si pasaba algo como pasó y no dejé nada para el mañana pensando que sería eterno. Todo lo que estaba montando… ¡Qué iluso y tonto fui! Llegué a pensar que el solo hecho de ser rociero me salvaría de todo y por todo. ¡Qué ingenuo he sido! Pero ya es tarde para rectificar y me pido perdón yo mismo.

El 2-2-2013 fui invitado a una comida donde estaba la señora Loli Cañadas, presidenta del centro de la Esperanza y estuvimos comentando y me decía:”Juan, cuando yo entré en ese mundillo ya llevabas tú por lo menos doce años”. Ella entró en los 80 yo le recordé que sus estatutos se habían copiado de los míos, que los copió un tal Pepe, que era policía.

“Tanto tiempo ha pasado Juan que tú tienes muchas cosas que contar” –me dijo. Y yo le respondí:”Estoy haciendo algo que cuando este hecho será muy bonito”. Cuando se empiezan a hacer las cosas, todas tienen un principio, y yo, con mi buena memoria, me acuerdo de todo lo que ha ido pasando desde el principio hasta hoy.

Dicho todo esto, el viernes día 15-02-20013, en el Teatro Zorrilla de Badalona, en la entrega de los premios de FECAC, unos de los premiados empezó hablando de los tiempos de feria y los Rocíos sin tener ni remota idea de cómo fueron los principios, pues solo hablaba desde el 82-83 como mucho del 80, preguntándole a Paco Prieto si recordaba cómo empezó todo. Es terrible el olvido que

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tiene la gente y por vergüenza no le corte, porque ¿dónde están todos los años que faltan hasta el 1971? Por lo visto todo eso no ha existido para toda esta gente. Solo hablan de lo que ellos han vivido y no les importa cómo empezó todo.

Yo pienso y digo: ¿De qué vale que no hablen ni nombren a nadie para nada? Pero el tiempo que en realidad lleva La Guitarra, no pueden dejarlo atrás como sino hubiese existido. Siempre llevo mi medalla y mi Cristo en el cuello colgados y me da lo mismo que digan lo que digan, porque soy rociero hasta la muerte y siempre están mis recuerdos con la Señora, porque para eso nací, para ser rociero; por eso dejé hasta el teatro por hacer algo que perdure para siempre con el nombre del Rocío de Badalona. Todo empezó

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en la calle Montserrat nº 3, bajos en el barrio de Santo Cristo; aquí empezó La Guitarra. Aunque todo esto que estoy escribiendo es porque ha sido mi vida tal y como lo estoy diciendo, primero porque el teatro me dio mucha fama como para poder contar tantísimas cosas como estoy plasmando, como experiencias vividas. Fue algo que yo vivía en todas las giras que fui haciendo mientras estuve bajando por Andalucía, que no fueron pocas. Fue como si se me hubiera metido dentro de mí hasta el extremo de que lo dejé todo a cambio de poder montar en Barcelona un Rocío como el de allí abajo. Al final lo logré. El que me creyó me daba mucho ánimo y en cambio los que pensaron que estaba loco se llevaron una sorpresa cuando vieron el resultado habiendo pasado algunos años. Entonces empezaron a montar hermandades y me decían algunos que al final lo había conseguido. Con el paso de los años me fui dando cuenta de que el apego que muchos de ellos me tenían se fue convirtiendo en un poco de envidia y fueron haciendo como un boicot y se fueron apartando de la fundadora que era La Guitarra.

En 1982, cuando entró los Marismeños, algunos se fueron arrimando a ellos porque le fueron comiendo el coco y dijeron que La Guitarra no tenía por qué ser la primera; que la primera era la de ellos por ser de Huelva y La Guitarra es de Almería y los que sabían del Rocío eran ellos y que el próximo Rocío lo iban a dirigir ellos, cosa que no pudieron hacer porque estaba La Guitarra once años antes que ellos. Todas las pegas que ponían eran que decían que La Señora estaba en un bar metida pero todos sabían que no era verdad como lo puedo demostrar y les dije: “Señores, os dais cuenta de que La Señora tiene un local para ella sola, que tiene sesenta metros y está mejor guardada que yo mismo por que el bar es de la Hermandad”. Pero como todo tiene su tiempo cuando se fueron montando las hermandades, cuando se hacían las inauguración de algunas yo siempre fui y siempre les decía:

“Hombre. ¿Cómo es que tú tienes montado un bar?” Y su respuesta era:

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”Para los socios, y si viene alguien de la calle también se le sirve”.

“Sí. Entonces ¿por qué criticabas a La Guitarra? Y me dice:“Mira Juan Román, todo el que te criticó fue por envidia de ver

lo que tú has hecho mucho tiempo antes. De que nadie pensara en todo esto”.

¡Cuando la gente se de cuenta de que cualquier persona puede hacer las cosas que a otro no se le había ocurrido, como el montaje de la Feria y el Rocío…! Ahora todo el mundo lo ve muy fácil, pero en el 65, que fue cuando yo empecé mis andaduras por el campo del Rocío, entonces no era tan fácil en Barcelona, porque todo el que vino era para trabajar y nadie estaba por el Rocío ni por nada. El hecho de estar trabajando en el teatro me indujo para poder montarlo y así lo hice, porque era mi sueño hasta el extremo que me quede en la ruina, pero me daba igual. Lo monté aunque después de que se quemó algunos se preguntaban si se había quemado solo o lo habían quemado. Decían tantas cosas que me quedó la duda de lo que en realidad había pasado. Solo sé que se fue algo de mi vida en el incendio. Yo que tenía un poco de algo y me quedé con un poco de nada, pero no me pesa y si volviera para atrás lo haría otra vez con tal de dejar algo de mi tierra de Andalucía en mi otra tierra de Cataluña, en la otra punta de España, porque para mí es un orgullo ser español y rociero. Hoy todas las Hermandades han de seguir lo que yo dejé. Por ejemplo, en la iglesia de Cerdanyola, que en 1978 Juan Román y Bartolomé García Pulido fueron los que hablaron con el padre José para poder sacar a La Virgen desde esa iglesia para hacer el Rocío en Bellaterra. Las cosas que repito son por que tiene mucha repercusión en las Hermandades ya que todos han sido los que dicen que la buscaron, pero ¿cómo pudieron buscarla si todavía no había ninguna Hermandad? Solo estaba La Guitarra, ¿esta hoy? Todas las que han celebrado misas en Cerdanyola lo han hecho después de que la primera misa fuese

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ante un cuadro de la Virgen del Rocío de la Hermandad Rociera de La Guitarra y esto no es bueno que se olvide, porque lo que se olvida se deriva hacia otro lado y se cuenta como cada uno quiere, a su antojo y comodidad según le guste.

Cuando pienso en todos los sitios que he tropezado para poder hacer todo lo que ya esta hecho… Yo mismo he tenido que luchar con muchas personas, ya que en muchos sitios siempre hubo una pared por delante. Todo fueron negativas y cambio de papeles pero cuando tú eres perseverante, al final lo consigues, para ti y para todos los demás. Aunque a algunos les cueste y no quieran reconocerlo, hoy están ahí gracias a La Guitarra y a los esfuerzos que tuvo que hacer su gente, porque hubo muchas personas que ayudaron para que esto saliera adelante, con sudor y lágrimas, porque el dinero que costó no me pesa, pues entonces lo tenía. Ahora no podría ni montar un retrato de cera ¡cómo han cambiado las cosas y también las formas de hacerlas! Hoy nos pisamos los unos a los otros solo por ser protagonistas y siento tristeza al pensar que después de tanto tiempo transcurrido desde el primer día que se montó, solo se hablaba de que delante de La Virgen salieron unas majaretes y una banda de música de las Costeras de Montgat, dirigidas por Bartolomé García. Todo esto se hizo para que las personas que venían supiesen en qué consistían los actos marianos, porque algunos no sabían lo que eran y solo se hicieron para anunciar dichos actos y se acordó llevar a las majaretes. Cuando una organización como la que yo monté monta una cosa con tanta fuerza como La Guitarra tienes que enseñar al mismo tiempo a la gente, aunque sea para que te ayuden un poco. Tienes que estar bastante preparado porque no se pueden dar golpes de ciego a las personas que tú mandes y a mí me toco enseñarles todo y de todo porque estaban muy verdes en las cosas del Rocío y todo cuanto se hacía hasta en los actos religiosos, porque yo tenía que mandar hacer el libro de todos los actos. A pesar de que se quemó la Hermandad todavía tengo el libro de 1980 contadas las casas regionales y peñas flamencas, pues con todo lo que tengo hecho en

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el Rocío nadie, pero nadie, me ha dado la enhorabuena por lo que quedó hecho en Barcelona. No es que me importe nada, pero me dan a entender de que quieren olvidar todo lo pasado y creo que no es con mala fe, pero si con mucha cautela para no levantar mucho revuelo y pasar de todo.

Mi niñez, con todo lo que pasé, con todo lo que se me vino encima, todavía tengo el valor de mirar siempre para el horizonte por si me trajera tiempos mejores de los que me toco vivir, y retrocediendo en el tiempo, mirando para mi niñez, veo, a lo lejos, aquella higuera con tantísimos higos que tenía pero de los que no pude ni siquiera comerme uno. A pesar de que era tan pequeño me acuerdo como si fuese hoy mismo, no pude comer por la endeblez que tenía, eso me marco para siempre por que a pesar de que no pude comerme ni tan siquiera uno porque me quedé dormido debajo en la arena, como me vieron, le dijeron a mí madre que estaba quitándole los higos, y mi madre sin preguntarme ni siquiera, me dio una gran paliza a pesar de que ella sabía que estábamos muertos de hambre. Pasé muchas fatigas hasta que pude ganar algo de dinero y resucite de lo más hondo para estar a la altura de cualquier persona. Pero cuando se quemó La Guitarra otra vez fui al hoyo y sigo estando en él, por lo tanto vuelvo otra vez a la misma ruina que tenía antes, con cinco o seis años, solo que ahora ya tengo sesenta -y me callo el pico porque ya son sesenta y pico los que tengo cumplidos-. Sé que esto es muy triste, pero es toda la verdad; algunos dirán que fui un tonto pero yo también me lo digo, a pesar de que lo hecho, hecho está y no puedo volver atrás; son cosas que me debían de pasar porque estaban marcadas en mi propia vida, porque el destino de cada uno nunca se sabe dónde puede terminar y yo siempre fui errante por la vida sin pensar que el camino se acaba y se te hace tarde para empezar de nuevo. Cada mirada que hago a mi vida me produce escalofríos de ver el camino tan torcido que tuve que seguir porque me puso muchas veces a prueba mi propio destino, pero nunca quise cambiarlo, aunque a veces me decía: “¿Qué estás haciendo contigo mismo, Juan Román? ¿Tú no te das cuenta de que todo está

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acabado, que no puedes empezar de nuevo? Apéate del caballo que estás montado, cambia el camino que has escogido…”

Pero amigo, cuando uno tiene una inclinación por algo no te das cuenta. Es como cuando te dicen: ten cuidado con algo o con alguien… y tú más te aferras a él y no haces caso de nada de lo que te dicen, y piensas lo que yo pensaba, que sí, que se arreglaría, que todo pasaría… Pero el que pasó fui yo, cuando quise darme cuenta me había metido en un corral de víboras que me estaban comiendo poco a poco. Lo único que nunca tuve malos sentimientos, al contrario, me fui arrimando a las personas que me querían, como mi mujer y mis hijos. Con ellos encontré un poco de paz, porque me costo mucho ser yo mismo. Hoy que casi todo ha pasado, me siento un poco liberado de pensamiento pero nunca de mi alma, porque siempre me quedará el antes y el después. Enredado con todos mis recuerdos que me vienen a la mente sin querer, pero que están conmigo y no se van de mi lado, que me persiguen a dónde valla; son como tu propia sombra. A pesar de todo tengo motivos para estar muy contento conmigo mismo. Al ver que todo cuanto fui sembrando por todos los campos ha empezado a brotar aunque tuviese que agarrarme a un hierro candente, pero ahí esta.

Cuando se quemó La Guitarra, el destrozo que se ocasionó costó 13 millones de ptas. Y todo esto sin contar las ochocientas mil que yo había sacado del Banco el día anterior al fuego. Como me quedé sin nada, cuando me pude recuperar, me fui al Ayuntamiento de Badalona, ya que esta Hermandad estaba inscrita por si algún día el Ayuntamiento precisaba algo nuestro; siempre estuvimos a su entera disposición. Entonces estaba Mario Díaz y Manuel Almentero, les dije que por qué no me daban algo que pudiera ayudar a La Guitarra. La contestación de los dos fue que ellos eran comunistas y no creían en ningún Santo pero me dieron 15.000 ptas.; esa fue toda la ayuda que tuve. Volví con tal desilusión que no tuve que decir nada cuando llegué a casa. Me tuve que convencer yo mismo de que tenía todas las puertas cerradas en cuestión de

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ayudas y que tenía que hacer frente a todo como lo había hecho antes del fuego.

Si tú, en algún momento te pones a leer esto, ten en cuenta que a pesar de haber pasado tantísimo tiempo yo lo estoy escribiendo llorando de ver en lo que caí. Me conformé con todo lo que me había caído encima, pues era mío. Pensaba en cómo podía salir de aquel agujero tan hondo en el que me hallaba.

Esta hermandad nunca pidió subvenciones y siempre tuve que pagar yo todos los gastos que teníamos y cuando teníamos beneficios se utilizaban para cuando hacíamos excursiones. Todo se gastaba en los socios; ellos no pagaban nada la mayoría de veces, tan solo las cuotas de cada mes.

Cuando se destrozó la Hermandad, todos los recuerdos de los principios del Rocío, como los carteles que se hacían cuando había algún acto, todos los recuerdos de cuando estaba en el teatro, las fotos, las partituras de música que tenía guardadas como oro empaño, los papeles que teníamos de cada vez que se hacía un espectáculo en la Hermandad, los papeles de permisos que teníamos que pedir al Ayuntamiento para que nos dejara hacer los espectáculos -por que sino nos denunciaba-….

Yo siempre digo que por el Rocío, esté donde esté, siempre digo lo mismo, porque ya me hago muy viejito y que me da mucha pena ver que me faltan las fuerzas para hacer muchas cosas que antes podía hacer sin esfuerzo. Hoy me tengo que conformar con lo que puedo hacer. Te cuento mis experiencias de todo lo vivido en tantos caminos recorridos, tantos tropezones, tantos saltos, solo para que el que viniera detrás de mí lo encuentre liso y no tenga que ir saltado como tuve que hacerlo yo. Antes, cuando iba a algún sitio, me ponía hacer algo, ahora solo observo lo que hacen los demás y pienso: “¡Qué tiempos aquellos! ¡Cómo ha cambiado todo!”. Ahora solo tienen que seguir el curso que esto ya tiene trazado y hacerlo bien, pues tiene muy buenos cimientos, porque se labró bien, para siempre. No es que te lo diga yo, todo esto

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se habla en muchas de la reuniones que se hacen en la casas de Hermandades cuando nos vemos todos. Dicen lo mismo: “Tú eres el yayo del Rocío. Eres el número uno de todos nosotros y nuestro guía y tú si que sabes de todo esto”. Yo me río y les digo: “Pero yo ya estoy viejo al lado de ustedes”. Y ellos dicen:”Sí, sí, pero lo vivido no te lo quita nadie…”.

Recuerdos de mi niñez que dejan mi mente en blanco. Pienso en todos mis amigos que fueron algunos mis guías desde que empecé hasta que se han ido muriendo, siempre a mi lado, siempre por el Rocío. El que tiene la fe rociera, esté donde esté, siempre será rociero y tuvieron mucho que decir del Rocío…

En tiempos más recientes, 1993, cuando La Guitarra montó subsede en Mongat en la calle Marina, Nº 19, en el Restaurante la Graella, como no teníamos coro, fui a la Hermandad Rociera Las Marismas para hablar con Mari Luz -que era entonces la presidenta-, para qué, por poco que pudieran, vinieran a cantar la misa que La Guitarra haría en el local nuevo. La respuesta fue que vendrían con su coro para cantar la misa. Fue un éxito especial por los que vinieron, tanto por el coro, como por los que se habían hecho Hermanos de La Guitarra. Digo esto porque, cuando fui a hablar con el señor cura para que la misa fuera celebrada en nuestro local, y él me dijo que no podía ser porque no era el sitio adecuado para celebrar una misa, yo le dije que me comprometía y que sería como en la iglesia. Cuando termino el acto me dijo que estaba muy contento de ver lo bien que había salido aquella misa de inauguración.

En septiembre de 1993, cuando la Hermandad empezó a funcionar durante todo el año, nuevamente cogió el ritmo que tenía antes e que se quemara. Era un éxito tras otro, semana tras semana. Pasaron tantos cantaores como nadie se puede imaginar. Cuando el coro dijo de irse, llamé a Mari Luz y le hice entrega de unos regalos escogidos por mi mujer, Isabel Moreno, que tenía La Guitarra como muestro agradecimiento por todo lo que habían

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hecho; para que tuvieran siempre un recuerdo nosotros. También te digo que esta Hermandad nunca dio ningún regalo que no llevara el nombre de La Guitarra.

Cuando las cosas se tuercen por lo que sea, es casi imposible seguir adelante, pero todavía están los que estaban en aquel momento. Estaba de padrino el famoso Luís el Chico, un fuera de serie ¡Cómo cantaba a la Virgen del Rocío de La Guitarra! Como madrina estaba Luz Divina, que junto a Raquel del Rocío (la niña que fue bautizada en 1980 en Bellaterra); juntas formaban un conjunto de baile que eran la envidia en todos los sitios a los que iba la Hermandad para hacer hermanamiento con otras casas regionales como La Niña de la Puebla. Miguel Vargas, Casa de Córdoba, la peña Manolo Escobar, Juan de Arco y Perro Paterna, Juanito Valderrama, Gente del Pueblo, Julio Madrid... Esta Hermandad también fue haciendo muchísimos homenajes a muchos que en su momento lo precisó, porque esta casa siempre fue distinta, tenía tanta gente que se podía permitir el lujo de hacer cosas para la gente, tantas cosas como poder darles de comer, porque en todos los tiempos siempre hizo falta ayudar a las personas y La Guitarra fue pionera en todo eso. También sirvió para poder conocer muchísimas personas y muchos sitios como el Garrí de Sant Celoni , la Casa de Andalucía de Tarragona -casa que visité con mí mujer Isabel en 1981 cuando La Guitarra estaba en todo su apogeo-…

Cuando íbamos a los sitios, como teníamos tantos artistas con nosotros, La Guitarra siempre destacó. En ese tiempo estaban mucho con nosotros Bordón Cuatro, Julio Madrid, Los Moriles, José Vargas, Isabelita de Mérida, Paquito el Malagueño, Pedro Capitán, Antonio Heredia, Juan el Caí, El niño Fuente Carretero, Valentín de Aldea, Agustín el Cacereño, Rubito de Pastora, Juan el de Vara, mi gran amigo Curro Aguilar -un cantaor fabuloso y una persona muy especial-, Eloy Caballero Rubito de Contamina… Podría contar tantas cosas que mucha gente se que daría con la boca abierta. Cuando venía a visitarnos el Centro Cultural Cordobés de

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Martorelles, decía que esta casa estaba siempre llena de gente. En todo el tiempo que me ha tocado ser presidente y Hermano Mayor a la vez, tuve la gran suerte de haber sido muy querido por todos los que me conocieron tal y como soy, porque yo digo que para hablar de las personas tienes que conocerlas, sino no dudes de que puedes equivocarte. Sé que fui muy criticado solo por ser el rociero más antiguo de Barcelona, aunque La Guitarra se montó en Badalona. Como se suele decir: “Tanto tienes, tanto vales” y a mí me pasó de todo: fui envidiado y también fui odiado. Pero todo aquel que me criticó, cuando me conoció se dio cuenta de que había cometido un error, porque entonces fue mi amigo para siempre. Cuando yo tuve algo, siempre lo di a todo el que lo precisó y a mí solo me ayudo Eloy Caballero y Lucía que me dieron para que mi gente pasara unas Navidades en condiciones porque no tenía en mi casa ni pan. Tienes que pensar en cómo me sentía para tener que escribirlo aquí, pero siempre hay algo para que te des cuenta de que todo cuanto tuve en vez de guardarlo lo fui gastando en el Rocío porque

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ese fue mi sueño. No sé lo que hubieses hecho tú en mi lugar, pero no me critiques porque si tú hubieras estado en mi puesto también lo habrías hecho si es que hubieses querido que todo esto hubiese nacido como nació, en esta tierra llamada Cataluña. No quiere decir que te hubiera pasado lo mismo que me paso a mí, porque entonces no tendrías la necesidad de contar todo esto como una tragedia lo contarías como que todo fue muy bien hasta el final pero a mí se me torció el camino, por eso lo cuento de esta manera solo para que tú lo sepas todo, y no es que esté arrepentido, pero sí sé que si tuviera que hacerlo de nuevo, lo haría de otra manera y procuraría guardar más para mi casa aunque montara el Rocío igualmente, porque de todas maneras, al fin y al cabo hubiese sido lo mismo, habiendo quedado en un rincón como han querido dejarme solo para que no se sepan los verdaderos principios. Esto está muy callado. Cuando estoy con los romeros en algunos actos de los muchos que se hacen durante todo el año, los cabildos, cambios de varas, días de Andalucía… Los que ya somos mayores hablamos mucho de todo esto y dicen: “Mira, siempre hablan del Rocío, pero a ti ni siquiera te mientan para nada, como si se hubieran olvidado de ti”. Sí, pero las cosas no pueden cambiarlas y yo sé que tengo que luchar contra todo y contra todos por querer poner las cosas cada una en su sitio y que cada uno esté donde tiene que estar. Siempre tuve que luchar por las injusticias y cuando encuentras personas que le da todo lo mismo y que siempre barren para adentro no se puede ni dialogar, porque para ellos, siempre tienen razón.

Cuando vivía Isabel, como yo sé todo sobre el Rocío y tengo las fotos de cuando se hizo en Bellaterra en 1979-1980-1981 (el señor Manuel Acuña tiene metidas todas las fotos que tenía la Hermandad de La Guitarra en el ordenador, escaneadas) y fue cuando la revista Raíces del Sur se enteraron y le dijeron a Manolo que se las pasara para poder publicarlas. Manolo les dijo que eran de Juan Román y que me las pidieran a mí y yo les autoricé para que las publicaran en la revista.

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En aquel tiempo también venían los que estaban en FECAC para que yo les diera las fechas, los días y las horas para poder montar un libro que hiciera sombra a, la revista Raíces del Sur. Les contesté que yo quería publicar mi vida tal y como había ido pasando, tanto por el teatro como por el Rocío. No se cómo saldrá, pero lo voy a intentar y tengo que encontrar a alguna persona que quiera ayudarme. Algún día me pondrá Dios a alguien ante mí para que sea el que dé justicia a todo esto.

Cuando estuvimos hablando, algunos pensaron que yo era tonto, pero no lo soy. Dejaron de hablarme y luego me pedían las películas de la Virgen de La Guitarra. Yo les dije que todo eso es patrimonio de Juan Román y no podía dejarlo porque esa era la historia de La Guitarra. El día que alguien lo imprima será el primero que lo vea y lo lea, él será el protector del libro, porque yo sé que él no desviará nada para nadie, al contrario que ellos que solo querían comercializar conmigo para lucrarse de lo mío.

Todo esto me lo han pedido muchas veces, pero yo sigo diciendo que no. Por esta razón no hablan de mí nada de nada, porque no les interesa que salga mi nombre en ningún sitio, para que se olvide hasta que yo muera, y entonces dirán lo que quieran, cuando nadie pueda rebatirles, pero yo espero que, antes de que llegue ese momento, se sepa algún día. No se pueden olvidar de quien puso la parra y el primer grano de uva para que hubiera vino.

Amigo, piensa siempre que las cosas no se hacen solas. Las cosas se hacen cuando las personas le dan forma y vida, para que se pueda contar y al mismo tiempo poder verlo y de esa manera poder vivirlo. También puedes, con tu pensamiento, darle una forma dentro de ti que puede ser tu cuento como yo te lo estoy contando; toda mi vida, todo cuanto he vívido yo que estoy dentro de tu pensamiento. Imagina lo que me costó llegar hasta ti. Sé que estoy robando un poco de tu tiempo y cuando hayas leído todo lo que te cuento, piensa en lo que tuvo que costar todo esto. Ahora que puedes verlo y vivirlo porque ya existe ese Rocío que tenemos para

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todos los que estamos lejos de nuestra tierra, pero también para los que son de aquí, como nuestros hijos y los hijos de nuestros hijos y para todos los que les guste el mundillo del Rocío, porque eso siempre se hace pensando en los demás y para que perdure para siempre.

Cuando acudo a los sitios que tengo muchos amigos me dicen: “Cuando expliques cuanto tienes vivido, el que no lo sabe, se va a quedar con la boca abierta, porque son cosas de tu vida”. Cuando se anda mucho, siempre se tienen cosas que contar. ¿Por qué te cuento todo esto? Porque si tú -sin ánimo de ofenderte, algo que no haría nunca- sabes que en este mundillo hay mucha envidia, por eso nos olvidamos muy pronto de las cosas y más cuando las hace otro. Escúchame bien amigo Eloy, como sé que tú sabes toda la verdad de todo lo que se está contando en este libro me dirijo a ti porque estabas cuando La Guitarra estaba abierta y estuviste en muchos Rocíos, con todos los que éramos, cuando se sacaba a la Virgen duraba mucho más tiempo encima de las personas. Tú tienes que acordarte de que no querían que se sacara porque decían que esto no era Huelva. También sabes que todo esto no era por eso sino porque la Virgen era de la Hermandad de La Guitarra, de Badalona. La envidia los mataba, no podían soportarlo, por eso discutieron contigo, con Bartolo y con Rufino en C+C en 1984. Eso les indujo a decir que iban a hacer una Virgen para ellos y se fueron. Hicieron lo mismo que con Moisés, que hicieron un becerro de oro y Dios les castigó por adorarlo.

Como no la trajeron preparada no podían sacarla, aparte, el parecido era como una broma, porque no se parecía en nada. Ahora, cuando ha venido la que tenemos, ya se puede sacar como la de La Guitarra. Todo el rociero que entonces había, se preguntaba cómo es que este tío tiene lo que tiene, porque la primitiva tienes que tener la imagen de la Señora y un Simpecado como mínimo.

Eloy, todo esto los ha ido minando por dentro a muchos que no han sabido digerirlo. Quien vino a mi casa y tuvo la suerte de ver

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lo de verdad hay, se quedaron maravillados. Un día, estando con mi familia en la Hermandad de Nuestra

Señora del Rocío en Mataró, un amigo mío, Juan Baca y su mujer Loli me dijo: “Juan Román, ¿por qué no me enseñas a la Virgen que hacia los primeros Rocíos que dicen que está en La Guitarra, la primera de Badalona y Barcelona? “. Y le dijo a Isabel: “Si tú quieres, esta tarde cuando nos vayamos para casa os venís y podéis merendar allí con nosotros”.

Cuando entraron y vieron lo que había no querían irse de casa, y cuando fueron a Mataró se lo explicaron a Antonio López y a su mujer Concha que en cuanto pudieron vinieron y Antonio López siguió trayendo algún amigo suyos y siempre decía: “Lo que tienes en tu casa es demasiado”.

Cuando ellos han venido, siempre les puse unas películas de las que tiene la Virgen de cuando salía de Romería, porque eran dignas de ver. Todas las experiencias vividas son tantas cosas que no puedo más que explicar en este libro, pero que conste que tengo mucha suerte de tener unos amigos que son como el aire que respiro y que me ayudan para poder seguir adelante, esos que me besan cuando nos vemos. A todos ellos que yo tanto quiero, esos que cuando quedé viudo no me dejaron caer más hondo de lo que estaba. Para todos esos estoy escribiendo este libro, para que de ellos mismos salga la verdad y vosotros tenéis que ser los portadores de todo lo que yo estoy contando, porque lo habéis vivido junto a mí. Cuando las personas ignoran las cosas se les tiene que enseñar y decir siempre la verdad y explicar cómo fueron pasando las cosas tal cual son.

En 1995, cuando estábamos en Mataró, el señor Paco me dijo:-Yo pertenezco a FECAC y estamos preparando para poder

escribir un libro que ponga todo lo del RocíoÉl no sabía quién era yo, así que le pregunté si sabían cómo

empezó el Rocío. Su respuesta fue:

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-Pues claro, tenemos los carteles de cómo empezó todo.Yo le pregunté que quién le había dado los carteles, para pedírselos

yo también y con qué fechas estaban hechos esos carteles. -Desde el año 1980 –respondió.-Y todos los demás años que faltan, ¿dónde están?” –le pregunté.-No lo sé –contestó.-Pues para hacer todo esto tenéis que hablar conmigo, porque soy

el único que sabe, como fundador del Rocío en Cataluña, como empezó todo, y no fue en ese año sino muchísimos años antes – le dije-. Si lo hacéis, os demandaré por falsificación de documentos, porque todo lo que tú me has dicho es falso.

En aquel momento se acercó Sebastián López, que entonces era el presidente de la Hermandad de Mataró y le dijo a Paco:

-Este hombre es Juan Román, el que fundo el Rocío y La Guitarra, la Primitiva.

Entonces me dijo el señor Paco:-Me alegro de conocerte Juan. ¿Podrías echarnos una mano para

poder hacer todo esto? Yo contesté que no, porque ya sabe FECAC que yo existo ya

que FECAC la monté yo, junto a otras Peñas y Casas regionales. Ellos saben que estoy todavía vivo, pero no quieren saberlo o no quieren que se sepa porque es la única manera de que no se sepa nada.

Hablando del Presidente de FECAC, él ya sabe que yo resisto todavía y “Juan José Guisados”, sabe todo lo que pasó. Este hombre es una persona de mucho respeto y que pasa de las tonterías que se dicen, porque se dicen tantas que te tienes que reír. Tengo que decirte que yo personalmente he estado en algunas Hermandades que tenían fotos con fecha antes de que ellos tuvieran la Hermandad montada y todavía no estaban en el Rocío con todos nosotros. Pero

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qué se le va a hacer, pues si dices algo tienes que pelearte con ellos. Algunos son más papistas que el Papa y eso pasa en todos los sitios. Los últimos serán los primeros, sólo que la historia no se puede cambiar.

El domingo, 03-03-2013 fuimos a celebrar el día de Andalucía a Sant Boi, y como todo el mundo me conoce, estuvimos haciendo unas visitas a tantos amigos que tenemos. Estaba Antonio López, que hemos estado juntos en la Hermandad de Mataró, y él sabe muchas cosas que yo le contado y se lo dice a todo el mundo. Yo le digo: “Antonio, todavía hay cosas que no sabes del todo. Lo que te estoy explicando en este libro es todo lo que he vivido durante mi vida como profesional, por eso, cuando hablo de alguien en este libro sólo lo hago porque en ese momento estuvo conmigo y nunca lo nombraré con ánimo de ofenderle, ni ánimo de dañarle. Siempre lo haré para agradecerle su amistad”. Por ejemplo, Joaquín Miranda; es un hombre que desde que nos conocimos ha sido para mí un buen amigo. Junto a su mujer, Pilar, me dieron todo lo que se puede dar a una persona que se quedó viuda. Tengo que

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volver para fechas de años pasados, cuando Joaquín fue Hermano Mayor de la Hermandad de Rubí, cuando nos conocimos -¡Bendita hora!

Cuando murió Isabel, él y su mujer me dieron muchísima ayuda, porque yo quedé que no era yo. Pero tuve la suerte de poder traerles junto a su mujer también a Francisco y María a la Hermandad de San Rafael Arcángel y pude hacer que entraran en el coro para que ayudaran a los primos de Isabel. El coro se componía de miembros de San Rafael y del Centro Rociero La Zarza, pero cuando mejor estábamos, el Presidente no tuvo cosa mejor que hacer que pelearse con ellos y se fueron en vísperas del Rocío de 2010, y no sólo tuvieron que irse ellos sino que el señor presidente también se peleó con Israel Román Moreno, mi hijo, que también dejó la Hermandad sola, como siempre ha estado. No puede haber nadie que rechiste solo por que no quiere sombras a su lado, creo que es porque tiene miedo de cómo es la gente, por eso cuando él ve que alguien puede levantar labor lo toma por delante hasta que tiene que irse, digan lo que digan, y no tiene gente cualificada para nada. Él lo tiene que hace todo: compra, cobra, paga, lleva los libros… Y lo hace todo porque no hay nadie que sepa hacerlo y esto me hace retroceder en el tiempo para recordar cosas que quedaron atrás, como estar con tanta gente como teníamos siempre con todos nosotros. Entonces la gente tenía cargos que pudiera sacar de su tiempo libre provecho para su Hermandad, pero ahora no tiene nada porque todo lo que se hacen en las Hermandades lo tienen que pagar los hermanos antes. Cuando la Hermanad hacía el Rocío, los hermanos no tenían que pagar nada, pero ahora tienen que pagar hasta por respirar dentro de tu propia sede. Lo que estoy viendo es que las personas se van y el que se queda, cuánto tiene que querer el Rocío para estar tantísimo tiempo como llevo. Estoy apunto de cumplir sesenta años viviéndolo en Barcelona desde que empecé en 1965.

Entiendo que he tenido tiempo de haber conocido algún amigo.

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Algunos han pasado mucho tiempo junto a mí, fueron mi propia sombra. Me vieron reír pero también me vieron llorar pero siempre estuvieron conmigo, nunca me dejaron. Es que cuando la semilla es buena nunca cae en malos sitios, nunca se secan, siempre retoñan porque si tú siembras besos siempre recogerás caricias y muchas satisfacciones y sonrisas. Esto es lo mejor que te puede pasar y así estar en paz con todos. Son tantas cosas, que no puedo dejar de hablar del Rocío.

Cuando estaba con el coro de Mataró tuvimos que cantar una misa en la Ermita del Rocío, en la aldea, y fue tanto el éxito que tuvimos que ir a la Hermandad de Coria del Río, porque cuando terminamos de cantar nos invitaron para que fuésemos a su casa de Hermandad para poder conocerme, porque cuando terminé de cantar una oración rociera ya que yo tenía que hacer los solos porque iba de solista. Y vinieron para preguntarme cómo cantábamos tan bien siendo de Barcelona. Les dije que los coros de Barcelona cantan como los de allí o mejor, porque algunos somos profesionales y me decían que era un fenómeno y que aquella noche me iban a presentar a unos amigos que también cantaban. Estuvimos cantado casi hasta por la mañana, desde entonces cuando nos vemos los que fuimos siempre. Hablamos de eso y me decía Antonio Jiménez. “Esto ha sido un gran éxito, con el miedo que tenía el director y mira como ha salido todo”.

Esto está grabado en vídeo para que no pueda ponerse en duda. Por eso al encontrarme con las personas que me conocen, siempre hablamos de lo mismo. A Julia Moya Manzanera que es prima de Juanito el Mejorano le dije que yo era rociero y ella pensó que le estaba hablando de ir a una misa de vez en cuando, pero cuando descubrió que yo estaba siempre en la Casa de Hermandad no le sentó muy bien porque no conocía todo esto, y el que no conoce lo que es, no lo lleva muy bien. Algunas personas lo cogen mejor que otras porque todo esto tiene que gustarte mucho para poder entenderlo como lo entiendes tu Juan, pues yo tuve que irme

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muchas veces para el Rocío de Almonte para poder aprender, ya que yo no tenía ninguna información sobre estos actos marianos, pero fui aprendiendo año tras año y cuando se montó todo esto, yo estaba preparado para lo que viniera, por eso pude enseñar a todos los que estaban conmigo y cuando se tuvo que buscar al cura de Cerdanyola le tuve que decir que esto era una misa normal como las otras, pero que se hacía en el campo; se hacía en el campo para los romeros, porque este cura nunca había hecho ninguna misa de esas. Yo sé que mucha gente siente rabia por todo esto que me tocó hacer a mí como fundador, porque todo el que venía sólo venía para ver lo que se hacía en esos sitios nuevos para todos ellos. Porque fue el principio de los principios y a muchos de mis amigos que todavía viven les debo mi más grande agradecimiento por ser como han sido para conmigo y para la Hermandad La Guitarra. Fue mucha la ayuda que me dieron cuando se quemó la Hermandad para que los míos pudieran comer, ya que me quedé sin nada. Para todos esos van mis memorias aquí plasmadas. Esos son los que me dan fuerzas para poder escribir todo esto y contar mi vida, según mis memorias y me hacen recordar todos los momentos vividos, que no son pocos en sesenta años.

En casi todos los rocíos, cuando llega la madrugada, siempre me acuesto un rato, porque eso de que en el Rocío no se duerme es un poco de fábula. Todos los romeros duermen, unos lo hacen por la madruga y otros durante el día, cuando las cosas están más tranquilas. En mi caso es por la madruga y siempre que me acuesto viene a verme Eloy Caballero y tiene que irse, año tras año, sin poder verme, sólo porque en el momento que yo me acuesto él no se atreve a despertarme, aunque con dormir una hora ya pasas el resto del día alternando con todos los amigos, que son muchos. Cuando vienen para verme, casi siempre tomamos algo y conversamos sobre muchas cosas que van pasando en cada Rocío, sobre todo lo que está pasando con todas las Hermandades, porque todos se quejan de cómo se van llevando las cosas. Me gusta cuando se habla de tiempos pasados, de cuando teníamos tantísimas personas con

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nosotros y las cosas que se hacían y que se están perdiendo, como cantarle a todos los Simpecados cuando salían los coros de cada Hermandad, que iban cantándole de Hermandad en Hermandad. Todos nos reuníamos para poder cantar juntos. Todo esto ya no se hace porque cada cual hace lo que mejor le va. Tengo añoranza, y es verdad, claro que tengo muchísima añoranza, cómo no voy a tenerla si estoy viendo que aunque lo están haciendo bien y los actos son completos. Echo de menos los rocíos que hacía yo con toda mi gente cuando salía la Virgen desde La Guitarra el viernes por la mañana hacia el Rocío. Estoy echando de menos todo eso porque me acuerdo mucho de Isabel, ella que tenía todos los años tenía, todas las mujeres con ella para poder vestir a la Señora, que salía desde la calle Montserrat de Badalona. Eso me da mucha tristeza, porque no habrá otros Rocíos tan especiales como los que hacía La Guitarra, pues esta Hermandad fue fundadora de muchas cosas. Yo mismo puse un régimen en marcha que consistía en que todas las semanas tres o cuatro miembros de la junta de Gobierno tenían que personarse en otro centro cualquiera que no se hubiera visitado en tiempo reglamentario. Esta Hermandad estaba siempre con todas las demás entidades y también en los clubs de dardos, ya que La Guitarra fue la pionera en montar el club de dardos La Guitarra y después se montaron muchas más. Como Isabel Moreno era miembro de la sección de dardos, celebraron un campeonato en el club Las Tres Hermanas de Llefià en 1985. Fueron las mujeres pero sorprendieron llevándose el trofeo. Decían que La Guitarra estaba muy preparada y tenían muchas cosas, porque esta Casa era la que en ese tiempo repartía todo lo que se hacía en casi todos los sitios y aparte tenía tal plantel de artistas que no tenía nadie. Todas las demás Casas y peñas venían para que le echáramos una mano porque el día 01-05-1980 esta Hermandad estuvo actuando en una fiesta que se celebró en San Roque con la Mareluz como artista invitada. Esta casa fue homenajeada con una placa conmemorativa. Tengo que deciros que esto es un poco de lo que puedo poner, porque si tuviera que explicar todo lo que La Guitarra ha hecho a

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lo largo de su historia la gente se asustaría. En ese mismo año, el día 14-12-1980 la Hermandad Rociera

de la peña La Guitarra tiene el honor de hacerle un homenaje al señor Víctor Escobar, Presidente de la peña Julio Madrid, por su buenas atenciones para con La Guitarra. Aunque quisiera no puedo explicarme mejor porque son muchas cosas las que tengo dentro, porque las he vivido y esta casa ha tenido mucha fama, tanto como Hermandad, como peña La Guitarra en el mínimo tiempo de querer fomentar el Rocío.

Nunca tuve en cuenta que me apartó de todo lo que eran mis valores, como el teatro y otras cosas que dejé por fundar el Rocío, sin darme cuenta de que me estaba costando mucho más de lo que me rendía. Todo esto lo fui echando al lado como si no fuera conmigo, cuando me di cuenta de todo lo que acarreaba todo esto ya estaba bien metido. Y no estoy hablando del dinero -que me estaba costando todo, porque en ese momento lo tenía- sino el esfuerzo que tuve que hacer para que me escucharan los de arriba, que la mayoría de ellos no querían ni escuchar hablar de todo esto. Por eso es muy bonito encontrarlo todo hecho y al mismo tiempo luchando con todos porque al final siempre sale alguien que sin ni siquiera haber estado en ningún sitio, lo explica del modo que más le place sin tener ni idea de nada, pues sólo hablan de oídas. Yo he terminado por no decir nada y así evito tener que enseñarles más cosas, porque luego dicen que lo han hecho ellos. En algunos casos los mismos que me escuchan hablar me miran con caras extrañas al ver que son falsas todas las historias que cuentan.

Cuando todo esto estaba todavía en marcha y todavía no se había quemado la Hermandad, la casa, junto con todos los artistas que tenía, fue a la calle San Luís dónde estaba la peña de Manolo Escobar. Como siempre he estado cantando por los teatros, siempre me tocaba hacer algo y nunca pude salvarme de cantar. Como fuimos como invitados, el comportamiento de Pascual y toda su gente fue extraordinario. Estuvimos todo el día con ellos

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y eso fue como un broche de oro, un grandísimo éxito, ya que se hizo un festival grandioso. Todo lo que cuento es poco, porque esta Hermandad ha tenido de todo desde mayordoma, padrino, madrina, dama de honor -que cayó en Raquel del Rocío Román Moreno al cabo de los años.

Me he ido dando cuenta de que todo esto es pasajero. Para nosotros se quedarán, para todos los que vienen detrás, porque nadie pudo llevarse nada para las marismas azules del cielo. Todo lo que se siembra en esta tierra se queda para otro. Si en algún momento me he equivocado con alguno de mis amigos, todo cuanto fui haciendo siempre fue por mi gente, para que tuvieran algo de todo aquello que tuvimos que dejar en nuestra tierra. Pero al fin y al cabo estábamos en otra tierra y en otro lugar, por mucho que algunos se empeñen en no reconocerlo. Siempre les dije a todos los amigos de este mundillo del Rocío porque, a pesar de todo, esto a mí personalmente, poco a poco, me ha ido haciendo daño, mucho daño moral. Yo sé que los años no pasan por pasar y se van llevando todo lo que en su día te dio, por eso digo que tenemos que dejar algo para los que se quedan aquí. Un día de esos que tienes mucha gente a tu alrededor, uno que yo pensaba que era un fenómeno, me dijo: “¿Por qué tienes que sembrar nada para nadie, si tú no lo vas a heredar?” Y eso me hizo daño; entonces le dije: “Mírate tú. Cuando tu mujer va a comprar, lo que compra, ¿lo has sembrado tú?”. Me contestó que no y yo le hice entender que esto era lo mismo, que lo sembramos nosotros para que lo disfruten los tuyos y los míos y también para todos los demás, porque con ese fin se monto. Luego llegaron muchos más… ¿y no te parece bonito que estemos en esta tierra y podamos tener todo esto? –le dije- . Acabó dándome la razón.

¡Hay amigo, mío! Piensa en todos y no sólo en ti, que esto es de todos. Cuando viniste, pensaste que todo esto estaría montado y que se habría montado solo. Todo tiene su qué. Los hombres somos los que, uno con otro, montamos las cosas y luego le

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damos la forma que más nos gusta, que también sea justo para la convivencia de todos y no solo para ti, porque entonces sería puro egoísmo y no tendría valor de nada. Lo más importante es que, cuando tú siembres algo, el que venga lo respete. Piensa que lo que tú puedes ver lleno, otro lo puede ver vació. Y sí, lo sé, también pienso que a todo lo que hagas le pondrán faltas, pero para eso se hace, para que después se le de forma entre todos, que es lo bonito, pero sin críticas. Si éstas son positivas, ayudan a construir, pero si son destructivas empiezan a derruirte por dentro y entonces se dejan de hacer muchas cosas como esta, por ejemplo:

En el viaje que estábamos haciendo en peregrinación hacia el Roció de Huelva, cuando entrábamos en las Carlotas Sevilla, hubo una parada con el autocar para que la gente saliera, para que cada uno se pudiera arreglar como pudiera ya que estábamos en medio del campo. Las mujeres se apañaban como podían y como no, los hombres también, pero cuando volví al autocar encontré a un señor que había sido hermano de una de las Hermandades de Barcelona. El señor estaba hablando con unos cuantos de los que venían, explicándoles cómo empezó todo el procedimiento en Barcelona. Los demás, que no tenían ni idea de cómo fue todo, estaban muy atentos, pero yo no me podía aguantar. Dejé hacer hasta que llego a un punto en el que le dije: “Tú no tienes ni tan siquiera un poco de idea de cómo fue, porque tú no estabas en ese tiempo, ni tan siquiera venías al Rocío porque yo nunca te vi”.

Al principio le sentó mal, pero luego recapacitó y estuvo hablando conmigo hasta el punto de llegar a ser un poco amigos. Me pidió que le explicara la historia real de cómo empezó todo y así lo hice. Me dijo que por qué no comíamos juntos a lo cual yo accedí. Estuvimos los tres días que duro la estancia en el recinto de la aldea, en la pensión cristina, saliendo, a pesar de que mi mujer no estaba muy convencida de aquel hombre. Y no se equivocaba, como he narrado en varios párrafos de este libro, aquel hombre, al final, se comportó muy mal y se perdió aquella pequeña amistad

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que había nacido como consecuencia del viaje al Monte Huelva.

Él tenía engañados a muchos amigos. Les contaba las cosas que aquellos días yo, ingenuo de mí, le había explicado. Supe todo esto en una reunión que se hizo en San Rafael Arcángel. Aquel día tuve que ir a micas y al volver, cuando fui a entrar escuché lo que decía a los demás Presté, puse atención y descubrí que les estaba contando todo lo que yo le había explicado en el Rocío, pero lo peor era que lo contaba como cosa suya, como si lo hubiera vivido él. Al verme entrar se calló como un ladrón que está robando y lo pillan. Sin alterarme le dije: “Continua amigo, que quiero saber cual es el final de esta historia, ¿por qué tendrá un final, no? Pero claro tú no puedes saberlo, porque estás contando todo lo que yo mismo te conté para que supieras algo, ya que no sabes nada. Pero diles a todos estos hombres cómo termina esta historia, porque tendrá un final… Pero claro ¿tú no lo sabes verdad? ¡Ay amigo! ¿Cómo puedes hacer esto? ¿Cómo puedes engañar a todos? Lo que estas contando es toda mi vida. ¿Cómo te atreves a hacerla tuya? Me equivoqué contigo, amigo. ¡Qué diferentes somos tú y yo! ¿Cómo es posible que no me enfade cuando veo todo lo que estás haciendo? Con tantísimo trabajo que costó crearlo y lo estas tirando por tierra.

¡Ay Pablo de Dios Medina! Y escucha tú también Ángeles Mojena Díaz, siempre tengo que repetir las cosas porque no me queda más remedio… Cuando tú y tu marido estuvisteis conmigo haciendo el Rocío y el presidente se tuvo que ir a Córdoba, has de reconocer que el Rocío fue muy distinto de los que hacíamos otros años, porque lo monté y se hizo como en La Guitarra. Acuérdate que teníamos de todo. Cuando él Presidente vino, fue diciendo que no se había ido y que él era el presidente, pero eso lo sabían todos, como si alguien le estuviera disputando el puesto. Pablo Me dijo: “Juan, que no me gustan las malas caras y estoy viendo cosas en la gente muy raras. El año que viene no vendremos con nadie, vendremos solos y así no tengo que ver malas caras. No quiero

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discutir con nadie. Juan tú eres distinto y te llevas a la gente a donde tú quieras, pero Juan, para poder hacer todo lo que tú haces tendrían que nacer de nuevo y ni así. Todo esto es como un don que tienes y lo haces porque te sale del alma, como cuando te pones a cantar en Llissà de Munt, donde esta la cuadra de caballos de doma…”

En todo el tiempo que llevo como rociero, al frente de las cosas del Rocío, he visto tantas cosas y escuchado tantas tonterías que ya paso de todo, incluso de los que critican a los demás. Cuando estoy solo en mi casa y me pongo a pensar en todo, me acuerdo de tantas caras que he visto y los que ya no están con nosotros porque se fueron para el cielo, aquellos a los que yo quería y me querían. Todo esto es lo que más me ha animado a que haga este libro. Por ejemplo Rufino Salguero, un hombre que siempre estuvo con La Guitarra y hoy está destrozado por la cabeza, porque le falta ya la memoria. Cuando nos vemos ya no me conoce. ¡Qué pena!

Te das cuenta, Juan de Dios, de lo que te estoy contando. Cuanto tiempo estuvo éste hombre siendo un puntal en el Rocío y ya nadie sabe ni como fue. Esto es todo lo que te llevas y cuando te pones así no te llevas nada. Mira Juan Román, te digo que tienes que pensar que lo que pasa entre las personas que tú conoces, es cosa de la edad. También tienes que comprender que no son como tú que no lo has dejado para nada y ellos lo dejaron cuando terminó la Hermandad La Guitarra. Ya lo sé Pablo, pero es tan triste…

Cuando estábamos haciendo el Rocío en Santa Perpetua de la Mogoda, en 1986, éste hombre conmigo, solos los dos, montamos toda la casa de Hermandad. Cuando vinieron para ayudarnos estaba todo montado y fue estupendo. Cuando se empezó todo el movimiento, yo ya estaba cansado de estar montando; no se puede comparar con nada el sacrificio que costó todo lo que se hizo hasta poder ponerlo en el sitio que hoy está.

Ten en cuenta que yo mismo tuve hasta el atrevimiento de dejar el teatro, que eso era entonces lo que debería hacer, porque era mi

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trabajo. Cuando empecé con todo esto nunca pensé que sería tan costoso y al mismo tiempo tan trabajoso y porqué no decirlo, estar mal mirado por aquellos que siempre quisieron pasar por delante. Siempre existió esa manía de intentar pasar por delante. Tú sabes que todo esto es la verdad, incluso me ha echado en el olvido, pero me da igual, porque esto ya me lo figuraba por todo lo que fui viendo en los años que han ido pasando.

En el 83, cuando estábamos por segundo año en Santa María de Montcada, como estaban los Marismeños juntos con los de Pineda de Mar, ya empezaron a querer hacer el boicot a nuestra Hermandad y estaban repartiéndose unos regalos que era una carreta del Simpecado tirada por bueyes. Como se dieron cuenta de que todo esto era una chapuza, entonces me mandaron llamar y me dijeron: “Estábamos reunidos hablando de todo esto y repartiendo unos recuerdos y queremos darte uno a ti por ser el primero que montó una Hermandad, aunque vaya nombre que le has puesto: La Guitarra”.

Le contesté: “Tú le has puesto a tu Hermandad el nombre de un conjunto de sevillanas: Los Marismeños. Quiero decirte que he tenido que aguantar muchas cosas sin ninguna necesidad y todo esto sólo por ser Juan Román, el guitarra, y ese nombre suena para algunos muy mal. Mi vida siempre fue un sacrificio y tuve que luchar por todo. Cuando están delante todo son risitas y cuando no estoy todo es olvido. Muchas veces cuando estoy solo en mi Hermandad y me pongo a pensar como puede ser posible que habiéndose quemado La Guitarra nadie viniera para, al menos, interesarse de qué ha pasado. Si se quemó, mejor, así ya no está el que estorbaba -pensaban”.

También te digo que algunos, cuando se lo dijeron, su contestación fue: “¡Que le den por culo! Esos que decían ser mis amigos…

Todo esto me ha ido pasando a raíz de haber montado el Rocío y ser el primero, mira bien lo que estoy contándote, el único hombre que se interesó por Juan Román fue el señor Justo Molinero. Él

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vino para hablar conmigo y quiso ayudarme para poder pagarme el teléfono, porque cuando esta Hermandad estaba abierta se tenía un convenio con Tele Taxi que según que clientes pagaban las facturas después, cuando se las mandaban. Le dije:”Ahora no puedo hacer nada, cuando pueda lo haremos, pero te quedo muy agradecido por tu ofrecimiento porque tú has sido el único que ha venido a darme, al menos, un poco de aliento”.

“¿No me digas que no ha venido nadie para hablar contigo?” – me dijo.

“No –contesté-, mis amigos, esos a los que tú te refieres, sólo venían cuando yo podía darles algo. Espero que todo les vaya bien, es todo lo que les deseo…”.

Sé que has hecho mucho por todos ellos –me digo a mi mismo-, pero el tiempo lo cura todo. No quisiera odiar a nadie porque entonces no me podría llamar rociero y yo lo soy. Estoy contando mi vida de una manera que me hace daño, porque me plateo cómo pude dejar todo a cambio de nada. Yo sólo pensaba en los demás y Isabel me decía:” ¿Te das cuenta ahora?”. Hoy me doy cuenta de que tenía razón cuando me decía: “Juan, cariño, tú les das todo a cambio de nada”.

Siempre le quité chispa a las cosas, porque pensé que algún día podría tener más suerte de la que había tenido hasta entonces. Siempre tuve ese sueño que fue perdiéndose, porque nunca se cumplió.

Todos los rocieros que en su día estaban conmigo se fueron marchándose de mi lado como si fuese a pedirles algo. Parecía que yo tuviese la peste. Algunos me decían: “Lo siento, Juan”, en cambio, otros miraban simplemente para otro lado. Una cosa es vivirlo y muy distinto tener que explicarlo, porque tienes que saber que cuando se dice ser rociero tiene que ser por algo, no sólo por que sí.

Recuerdo cuando trabajaba Juan Torrijos como locutor de Radio

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Miramar en la Plaza de Cataluña- esquina Rambla de Cataluña. Yo siempre estaba cantando por donde fuese y en esa emisora cantaba cada vez que iba. Venía el guitarrista Manolo Osuna, que trabajaba conmigo en ese tiempo, como tantísimos artistas y otras veces venían algunos de mis amigos. Paquito el malagueño, gran cantaor de flamenco, siempre me decía: “Juan, cuando tú quieras yo iré contigo a donde tú vayas”.

Como yo era de los que siempre tenía algo que hacer porque me encargaba muchas cosas, entre ellas de preparar los carteles semanales de la Hermandad, porque todas las semanas se hacían espectáculos en La Guitarra, muchas veces me ayudaba para redactarlos y los llevaba a la imprenta, además de repartirlos por los lugares que se dejaban para su distribución.

Todo cuanto yo he tenido que ver y hacer en este tiempo que me toco vivir, como fue muy ajetreado por un lado o por otro, siempre estuve al frente del mando y en ningún momento lo abandoné desde que empecé, haya estado donde haya estado, lo cual quiere decir que mi vida sigue siendo, sobre todo, al frente del Rocío. Nunca pude pensar que en esta vida pudiera vivir y conocer a tantas personas.

Hubo un tiempo, cuando esta casa estaba totalmente en marcha, estuvo tocando su guitarra Juanito Calderón -que murió muy joven-, su padre, Miguel, y su hermano, el popular cantaor Pocholo. Juanito, antes de estar en La Guitarra, estuvo como guitarrista en la Peña Miguel Vargas.

Todo esto me provoca mucha pena porque pienso en todo lo que ha pasado en mi vida y mis recuerdos sólo son de tristeza. Llevo una cruz encima desde que se quemó La Guitarra y nunca pude levantar cabeza. Siempre deseo que algún día, antes de morirme, pueda volver a verla abierta, pero tal y como están las cosas, poco puedo hacer para conseguirlo aunque me queda la esperanza de lo hagan mis nietos, si es que no lo hacen mis hijos.

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Algunos querrían tener los Estatutos de La Guitarra, porque son los más completos que hasta hoy he visto. El presidente de Rincón del Cante, el amigo Juan Trinidad -que Dios le guarde en el paraíso-, cuando yo como rociero iba al Rincón del Cante para

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estar con él, como él sabía mis andaduras por el teatro, muchas veces me decía: “Cuanto más lo pienso, menos lo entiendo. Lo tenías todo y por montar el Rocío lo dejaste. ¿Cómo estuviste para hacer esto, Juan Román?”.

“Pues mira –le contestaba yo-, tengo que decirte que yo quería hacer algo de lo que un día pudiese sentirme orgulloso, de lo que había montado en un sitio tan lejano de nuestra tierra. Nunca lo monte pensando en algo distinto de lo que pudieran pensar. Mira Trinidad, tú estás en esta casa porque te gusta y a mí me gusta tanto todo esto que me he dedicado totalmente a ello. Sé que me ha costado demasiado, pero palos con gusto no duelen. De todas formas esto está hecho y nadie puede pararlo, porque costo mucho trabajo cuando empecé, pero ahora ya esta en marcha”.

“Pero nadie te dio nada. Ni siquiera lo reconocen porque ahora todos son rocieros”.

“Déjalos, eso es lo que yo quiero que sean, romeros, y que cada día haya más. Eso es señal de que no lo hice tan mal. También lo hice para pasarlo bien”.

“Y lo has conseguido”.“¡Ay amigo Trinidad! Tienes que darte cuenta de que cada

Rocío es para mí una fiesta con mucho trabajo, aunque lo hago con muchísima ilusión. Algún día, cuando te des cuenta de que esto es lo mejor, pertenecerás a esta Hermandad de La Guitarra”.

Fue pasado el tiempo y yo siempre fui persistente. Cuando cambiaron las cosas, el señor Juan Trinidad estuvo en la Hermandad Rociera La Guitarra como vocal de culto y representante de esta casa. Juan Román y Juan Trinidad fueron muy buenos amigos -¡Que pena que también se fue a las marismas del cielo con la Virgen del Rocío!-. Cuando me invitan por algún acontecimiento de los partidos políticos, a veces, tengo la suerte de encontrarme con Antonio Jiménez; él dice que es todavía el jefe de sala, que es el cargo que yo le di, y me dice que siente mucha pena y que lo echa de menos.

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“¡Cuanto bien estuvimos haciendo! ¿Recuerdas cuando venían todos los autocares para poder verte cantar? ¡Qué pena que se perdieran tantas cosas como montaste!”.

Amigo Jiménez, ten en cuenta que nuestra Hermandad fue destrozada, pero eso es muy difícil de demostrar. Te acuerdas cuando venían Bordón Cuatro, Julio Madrid, y el día que vino Juan el de la Vara para retarte a cantar… ¡Qué tiempos aquellos, cuando tú estabas siempre al pie del cañón y cuando nos poníamos a preparar a la Señora para emprender el camino del Rocío!¡Qué emocionante cuando venía toda la gente del barrio que estaba siempre con nosotros! Antonio, nunca puedo dormirme sin pensar en todo lo que teníamos y nos lo quitaron. Pienso a menudo cuánto daño se puede hacer y no termino de comprender qué se saca con ello. Sólo pienso que, si fue así, que Dios le perdone todo el mal que me ha hecho, no sólo a mí sino también a mí familia y a todos vosotros, que os quitó todo lo que habíais hecho, que no fue poco. Tengo que rendirme a todos ustedes porque fuisteis unos fenómenos. Muchas veces recuerdo a todos los amigos que están repartidos por todas partes y que siempre me dicen lo mismo: “Nunca nadie podrá hacer algo igual a lo que hubo en nuestra Hermandad”.

Antonio, te digo que tengo tanta tristeza que a veces pienso que tengo miedo de enfrentarme a las cosas. Y no me da vergüenza decírtelo, lo que me pesa es que después de todo estoy pasando por tonto para algunos, porque se creen que son muy listos y los demás somos tontos.

Cuando me encuentro con Paco Bustos siempre hablamos de cómo empezamos y de cómo el Rocío me dejo totalmente en la ruina. Después de tanto tiempo que ha pasado desde que se quemó la Hermandad, todavía no he podido salir del bache, porque yo no tengo un bache, tengo un socavón. Mira si tengo tristeza que se murió Isabel y no pude dejar que se fuese tal y como se merecía. Nunca levantamos cabeza desde que se quemó la Hermandad, con ella se quemaron todos nuestros sueños.

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Hoy, transcurridos los años y estando sólo como estoy, algunas veces me gustaría pasar desapercibido para que nadie pudiera hablar, ni mal, ni tan siquiera bien. Yo nunca pensé que este mundillo sería así, tan sumamente envidioso, no ya por los socios que se hacen llamar hermanos, sino también por los diligentes que son los primeros en tener puestos en su boca los nombre de aquellos que despunten en algo, solo por que no salió de ellos y entonces no vale de nada porque ha sido otro el que lo hizo, como puede ser presentar un espectáculo. Con mucho cuidado lo tomo como una referencia, ya que en los tiempos que estamos no podemos decir muchas cosas porque cuando le dices la verdad a la gente hasta se enfadan y pueden dejar hasta de hablarte, que es el colmo de los colmos.

Según fueron pasando los años, con todo lo que se me vino encima, nunca me rendí por malos que fueran los tiempos. Tenía una mujer que siempre me dijo: “Ya no te puedes quedar más pobre de lo que estas. Tú tienes que ser quien eras antes de que se quemara la Hermandad, porque tú sabes que algunos se han llevado una gran alegría pero otros no tienen culpa de nada y tienes la obligación de darle el Rocío como acostumbras a hacer cada año. También tienes que darles en la cabeza a todos lo que se alegran de lo que te ha pasado”.

No tuve más remedio que despertar y pude darme cuenta de que tenía razón. Al ponerme en el papel de aquel que cuando le dijeron que se había quemado la Hermandad, la única respuesta que le dio al que se lo anunció fue: “Que le den por culo”. A ese hombre, en su día, tuve que ayudarle muchísimo, pero así es la vida.

Como cuando empecé con todo. Me daba igual. En la vida que yo vivo no existe la maldad, ni tampoco las mentiras. ¡Cómo se puede cree que alguien pueda alegrase de todo lo que pasó! Pero hubo otros que lo sintieron muchísimo. Cuantas cosas pasan para que otras vengan. Cuando me preguntan por todo esto, muchas veces ni contesto, porque sé que quisieran saber más que uno que

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estuvo toda la vida haciendo eso. A pesar de todo estoy bien, pues cuando me acuerdo de todo lo que me ha tocado vivir en esta santa vida, no me puedo quejar porque nadie me dará nada. Pero tengo pena hoy, que han ido pasando los años y después de haber dejado el teatro, siendo algo especial para mí. ¡Cómo fui capaz de haber destrozado mi vida por el Rocío! Mira lo que tengo hoy: nada de nada.

José Chaparro me ayudó cuando se quemó la Hermandad. Estuvimos durmiendo en su casa hasta que se terminó el arreglo de todo lo destrozado, que fue mucho. Por cierto, las perdidas pasaron de trece millones de pesetas y las tuve que pagar yo, porque el seguro se lavo las manos como Pilatos, porque el señor gestor no le dio cobertura al seguro. Me dijo que estaba esperando al día dieciocho de Enero del 1983 para hacerlos con el del coche, porque así estaban los dos juntos.

José, mí suegro, fue siempre un hombre muy suyo, pero en ese momento estuvo al pie del cañón. Yo cuando más temo es cuando estoy solo, porque me entran unas tristezas que acaban conmigo. Si yo pudiera por un momento retroceder a mis principios, cuando lo empecé todo, no lo haría tal y como lo hice; hubiese estado en el teatro y en la Hermandad y de esta manera no lo hubiese perdido todo… Pero me lamento hoy que ya no tiene remedio.

Espero que todo esto sirva para que mis amigos puedan disfrutar de lo que dejo montado. Cuando estés leyendo esto, piensa que todo esta hecho para que tú lo disfrutes, porque costó mucho dejarlo como está. Me dirijo a ti para que cuando estés leyendo esto te des cuenta de lo que se tuvo que pasar para poder estar en el sitio que estamos ahora y quien lo puso donde está. La vergüenza que tuve que pasar cuando me encontraba por la calle con alguien a quien debía dinero y no podía pagarle. A veces, cuando no me veían, lloraba de rabia al sentirme como si fuese un pelele. No puedo dejar de acordarme de tantísimas cosas por las que tuve que

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pasar. Y menos mal que la Señora me salvó del fuego cuando bajé para intentar rescatarla.

Me decía Josefa Yépez: “Tú tienes muchas cosas que no tiene nadie, y es que tú eres tú y no hay otro con tantísimo tesón para hacer las cosas”. Pienso cuando llegó el día que había que ir al Rocío y yo, que fui el fundador, no podía ir por no tener medios para poder montar. Aunque tenía a la Virgen y el Simpecado en mi Hermandad no podía sacarlos por no tener nada. Y nadie me ayudó, al contrario, se alegraron de que La Guitarra no pudiera salir. Lo que es la vida; siempre ayudé a todo el que le hizo falta en lo que pude.

Josefa, tú siempre fuiste de La Guitarra y no te has parado a pensar que desde que se quemó habido muchas personas que me han querido quitar del medio sólo por el hecho de ser los primeros. Por eso nadie me dijo nada, sólo algunos de los que venían por la Hermandad. Hubo mucha gente que me hizo mucho daño y me despellejaron por la envidia que tenían de todos nosotros; espero que cuando estén en el cielo pueda dar algunas respuestas que sean convincentes, porque sino los castigaran, según dicen que el señor castiga a los malos y premia a los buenos.

De cualquier manera, yo siempre dije: “Cuando a una persona le ven que esta decaída lo único que hacen es hundirla más”. Tengo tanto daño dentro de mí que me cuesta mucho poder conciliar el sueño. Nunca se lo dije a mis hijos para que no se preocuparan, porque todos ellos tienen bastante después de haber perdido a su madre. Sólo pienso que algún día puede que alguien me ayude a seguir hacia adelante, y ese día premiaré lo que de verdad se hizo cuando se empezó. Siempre lloro por nada, estoy muy triste y no se me quita por nada. Me quedo todo dentro de mí y no hago nada más que escuchar tonterías.

El día cinco de Abril del 2013 estaba montando una exposición de cuadros de San Rafael en el Centro Cívico del Barrio de La Salud. Preparaba una exposición de medallas de guía de las

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hermandades el presidente de la casa de Córdoba, Rafael Gavilán, y como todo el mundo es tan listo salió la conversación de cómo empezó la Feria de Abril y no tenía ni la más remota idea de cómo empezó todo. Me dijo que lo había hecho Juan José Guisados y lo había hecho en el Pueblo Español de Montjuic, cosa que no es del todo verdad, porque cuando se llevó a cabo estaba al frente la Casa de Andalucía de Barcelona que era la que organizaba todos los actos que se hacían. También le dije que Guisados empezó sus andaduras por los años 79-80, que fue cuando empezamos a montar la coordinadora que luego se llamó FECAC y la Casa de Córdoba. Él tenía papeles desde el 70 y yo le dije no era así, que primero se llamó Amigos de Córdoba, luego Hijos de Córdoba y en 1990 se llamó Casa de Córdoba, y que estaba presidida por Pascual Serrano, que fue el fundador de la misma.

Cuando se inauguró la exposición de Córdoba estaba Miguel Terrinos y me decía: “¿Te acuerdas, Juan Román, cuando se hacían los primeros Rocíos?” ¡Qué tiempos aquellos! Y Joaquín, el de la colonia grávense decía: “¡Qué sabe nadie de todo lo que ha ido pasando en todo este tiempo!”

Cuando estábamos en plena inauguración llegó Francisco García Prieto, y como él y yo somos viejos conocidos desde que por mediación mía fue nombrado presidente de la junta de FECAC, me estuvo explicando que venía de un pregón de la Hermandad Pastorcillo Divino y que había ido muy bien. En la inauguración de la exposición que hizo San Rafael le dije:”Estamos a 6 de Abril y tenemos el Rocío encima”. También asistió José María de Raíces Andaluzas con su mujer y estuvimos hablando de este libro que se está escribiendo de la historia del Rocío en Cataluña. Me dijeron que les avisara cuando esté editado, pues querían leerlo.

Tengo el presentimiento de que, de alguna manera, esta historia le irá bien para algunos, pero para otros no será lo mismo, porque algunos lo han contado como les ha parecido, pero esto se tiene que decir como ha sido.

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Un día, hablando con Manolo Acuña y tras darle todas las fotos que han quedado después de que se quemó La Guitarra, me decía: “Has de tener en cuenta que cada uno lo ha contado como mejor le ha parecido, porque son muchos años los que han pasado desde entonces. Algunos no conocían la Hermandad de La Guitarra y no tienen ni idea de cómo fue. ¿Por qué crees tú que te pidieron todo lo que tienes? Tienes que decirlo y contarlo todo tal y como fue y como se montó y quienes erais entonces, porque entonces no habíais muchos que tiraran para adelante, porque entonces todos pensaban que esto no se podía hacer”.

¿Y para qué nos vamos a molestar…? Tampoco estaban las cosas como para poder hacerlo. Muchos estaban en el trabajo y no se preocuparon de todo esto, se fueron incorporando según fue pasando el tiempo y muchos venían de acompañantes con La Guitarra, otros, en cambio, iban por su cuenta, pero esto es muy importante que se cuente para que se sepa.

Algún día, tal vez vuelva a abrir La Guitarra, porque están todavía los estatutos en vigor, tan sólo tendrían que ponerlos al corriente. Yo tengo tantísima pena que algunas veces me hago cruces cuando pienso en todo lo pasado y que nunca más me pude levantar, fue totalmente mi ruina y la de mí mujer, porque los niños no se dieron ni cuenta por que eran muy pequeños todavía. Y menos mal que estoy vivo, porque lo que pasó no fue normal. Algún día, desde el cielo, podré alumbrar a los rocieros. Desde aquí y si puedo los guiaré para que continúen en mi afán de seguir hacia delante.

Con todo lo que me llegó a costar, me encuentro en la situación que tú estás leyendo; esto que yo he escrito para que te des cuenta de cuanto tuve que pasar para poder estar donde estoy. Fue tan grande mi dedicación hacia las personas que venían conmigo que me daba lo mismo estar en la ruina. Estaba embargado, pero seguía para adelante me costara lo que me costara. Afortunadamente tuve una mujer que me acompañaba; en todo lo que yo hacía tenía su apoyo. “Tú hazlo, que saldremos como podamos”- solía decir.

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Cada vez que salíamos desde La Guitarra para irnos a Andalucía, Isabel me decía: “Esta vez voy a dejar que me guíes para donde tú quieras” Pero como yo sabía que cuando estuviéramos allí se haría todo lo contrario, me dejaba llevar. En toda la vida que me ha tocado vivir con Isabel, nunca me dio ningún motivo para enfadarnos por el Rocío, porque siempre se salía con la suya, porque tenía la sabiduría del rociero más grande. De lo que mucha gente piensa: tenía un don que adivinaba las cosas.

En el 2005, cuando fuimos para el traslado a Hinojo de Huelva y estuvimos con muchas personas que eran de hermandades y todos nos felicitaron porque ella se puso a hablar con todos ellos y se quedaron con la boca abierta. A pesar de que estaba en mala situación por lo que sucedió después, su muerte, fue al traslado y presenció también la bendición de la Virgen que está hoy en el Rocío, que tuvo lugar en Terrassa.

Cuando cuento cosas de estas es porque se han vivido precisamente en el Rocío. Nunca cuento cosas sin importancia, tan solo lo que de verdad merece la pena que se sepa. Cualquier persona que esté leyendo puede saber que en sesenta años, el camino nos lleva a muchos otros caminos, muchas paradas, cuantos suspiros, cuantos llantos, cuantas paraditas en el puente del ajoli cuando salías de la Raya Real desde Villa Manrique de la Condesa, parándote en palacios… Cuando estás tan metido en ese mundillo siempre has de estar al pie del cañón. Sé que esto es muy difícil pero es lo que te toca si quieres estar al pie del cañón. Por todo esto, muchas veces tengo conversaciones con los que siempre saben más que nadie, esos que nunca hacen nada, pero siempre están en todas las fotos. Me lo decía Placido Bonilla refiriéndose a la conversación que mantuvimos el día 6 de Abril del 20013 con el presidente de la Casa de Córdoba. El amigo Gavilán decía que la Casa estaba abierta desde los años setenta y pico y yo le dije que no. Él insistía y le tuve que explicar que esa Casa está montada desde 1990, porque en ese tiempo se cambio el nombre; en primer lugar se

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hacía llamar Amigos de Córdoba y más tarde Hijos de Córdoba. Me preguntó cómo era que yo sabía todo esto, a lo que contesté que yo estaba en todo esto desde el principio de los principios, y que por eso lo sé todo sobre el mundillo de Rocío y también de las Peñas y Casas regionales, porque cuando no había tantas casas yo pertenecía a la Peña de Pepe Marchena, que estaba en la calle Cerdeña de Barcelona. Cuando actuaba con los 4 Barman, había muy pocas peñas, estaban la Casa de Andalucía de Barcelona y la Peña de Rafael Nogales, que estuvo montada entre el Paralelo y la Ronda de San Antonio y luego se la llevaron a la Barceloneta y no he sabido nada de ella desde hace mucho tiempo.

Por eso puedo escribir un libro que pudiera contar todas las cosas que sé del Rocío y de la Feria de Abril, porque cuando yo tenía la Peña La Guitarra, todos me criticaban porque se hacían espectáculos y me decían que una Hermandad rociera no podía hacerlos; en cambio hoy, se hacen en varias Hermandades y nadie dice nada, porque ahora sí está bien visto.

Esta vida es muy injusta. Todos lo hacen por la envidia que sentían por haber sido yo el primero que se atrevió a hacerlo, pero todas las Casas y Peñas que entonces había, todas, pasaron por La Guitarra, y ninguna dejó de venir aunque sólo fuese por ver lo que había montado. Todos marchaban con ganas de volver sólo por ver los espectáculos que se hacían. Nunca habrá otra como La Guitarra. Tanto tiempo que lleva cerrada pero todavía se acuerdan de lo que fue; aquel que vino no se puede olvidar. Pasaron tantos artistas que no podría nombrarlos a todos, venían por verme, porque yo les conocía desde que estuve en el teatro. Cuando venían, algunos cantaban y otros bailaban, por eso los espectáculos eran tan grandes y tan buenos; lo hacían sin cobrar nada, al contrario, se gastaban dinero para que fuera bien la Hermandad. Sólo tengo que contar cosas muy buenas, porque ellos fueron mi fuente de admiración y al mismo tiempo me daban mucha fuerza para poder seguir hacia delante.

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Cuando cuento todo esto lo hago con mi mayor gratitud para todos los que quisieron ayudarme. Algunos lo consiguieron y el que no pudo también lo tengo en mi corazón, porque al menos lo intentó.

Hace unos días que le enseñé a Julia Moya, la prima de Juanito el Mejorano, mi carné de artista y segundo que renové y me dijo que no sabía por qué lo había dejado caducar ya que debería de estar actuando en el teatro, porque esto ha sido toda mi vida. Le respondí que eso ya había pasado y lo dejé cuando de verdad estaba en todo mi apogeo, pero se metió el Rocío y dejé todo.

“Si estuvieras ahora en el teatro, también tendrías la Hermandad, porque tendrías dinero para poder montarla” –me dijo.

“Tienes razón –contesté- pero esto ya ha pasado y no puedo hacer nada por remediarlo. Se me hizo tarde y tengo que resignarme”.

Pero no dejo de reconocer que sería de otra manera mi vida, porque he pasado lo que nadie puede saber. Ha sido muy duro,

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sobre todo cuando empiezan las preparaciones para marchar al Rocío. Yo que siempre fui un poco especial para todo esto y más cuando se ha vivido sólo para esto, porque es lo que he estado haciendo hasta ahora. Tengo el convencimiento de que muy pocas personas lo harían como yo lo he tenido que hacer, porque después de todos estos fracasos que he tenido que sortear me parece que poca gente lo llevaría a cabo.

También he sacado muchas cosas buenas de todo esto, y es que a pesar de que algunos no puedan verme, tengo muchos amigos que darían algo porque estuviese al frente de la Hermandad, pero todo eso esta muy lejos de poderse cumplir. Es una tristeza ver como se te va la vida y tus sueños se fulminan de una manera que te dejan perplejo y ni te da noción para nada; lo digo y lo diré esté donde esté. Siempre tengo encima mío mucha pena, no lo puedo remediar, aunque me este riendo contigo, mí corazón está llorando por dentro. No se fue nunca mi pena, pues me acompaña siempre, es como mí sombra y creo que soy yo mismo. Nunca puedo escribir sin terminar llorando y espero que algún día alguien pueda recoger mis pensamientos y los lleve a buen término. Nunca pensé que me atreviera a poner toda mi vida en un papel, sólo sé que ha sido como un drama y no puedo ni creer cómo pudo girarse tanto. Ahora, cuando voy algún sitio, ya no voy con la ilusión que tenía entonces y mucho menos desde que murió Isabel, aunque tengo que decirte que sólo cuento mi vida desde que empecé mis andaduras por el teatro y el Rocío, porque mi vida personal es toda mía. Cuando estoy con todos los que me conocen, por ejemplo Susana y su madre, siempre me dicen que tienen muchas ganas de poder ir al Rocío, porque les haría mucha ilusión poder verlo por primera vez ya que no lo conocen, pero que por lo que yo le cuento, tiene que ser muy bonito. Les digo: “Venid conmigo cuando hacemos el camino”. Pero no tienen con quien venirse; después del camino todo esto deriva. Porque nuestra amiga Margarita Galera le da cizaña para que vaya al Rocío y le dice que tiene que ser precioso estar con Juan y que él se lo explicará todo. Yo le digo

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todo lo que sea, porque hay cosas que no se pueden explicar sin haberlas vivido para poder comprenderlas.

Hace mucho tiempo que conocí a una familia que pertenece a la Hermandad de la Rocina, el amigo Antonio Castro Fernández y su mujer Isabel Mínguez Vela y su hijos Daniel y Jonathan. Esta familia son de lo poco que se puede decir que están en todos los sitios que se puede estar, primero porque son rocieros de verdad, de los pocos que se ven, porque no son de los que van para hacerse la foto, estos son de verdad porque se lo curran de lo lindo, sin embargo no son bien mirados porque en cada Hermandad siempre pasa algo y ellos han caído en desgracia. Lo bueno es que estos a los que yo estoy dedicándoles mi tiempo y los estoy metiendo en este libro han pasado por ser Hermanos mayores los dos… Isabel Mínguez, a la que yo le digo cariñosamente Bombón, muy pocas personas se permiten el lujo de ir en tren hasta Mataró para un cambio de varas y también a Massanet de La Selva. Poca gente hace y todo esto lo he estado viendo yo mismo, por eso lo cuento como un privilegio para Antonio y para Isabel. Bien, Bombón, como tengo que estar con tanta gente que me conoce desde que esta Hermandad estuvo abierta, he tenido el placer de conocer tantísima gente, que después de tantos años me encuentro con un hijo de Manuel Maldonado. Como en La Guitarra había varias cosas montadas, había una colla de caza mayor que también pertenecía a La Guitarra. Hoy, al cabo de tanto tiempo, me encuentro con el hijo, también con Manuel Maldonado y me preguntó si recordaba a José Valverde, a Paco Ocaña, Rufino Gargüero, Miguel Sandocán de Jesús y de Pedro el Purga, del Gomiteras… Me dice hoy: “Me estoy haciendo más joven. ¡Qué cosas pasan en esta vida! Y tú Juan, con tantísimas cosas vividas, tienes una historia que para ti se queda. ¿Cuántos años tenías cuando nos conocimos?”.

“Tenía treinta y uno” -contesto. “¡Por Dios! Hace treinta y siete años que te conozco, pues

mírame, todavía sigo siendo el mismo, más viejo, pero sigo en el

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Rocío hasta que muera. Mira Juan, cuando se habla del Rocío siempre sale tu nombre, porque eres el primero que conocimos en Badalona, en La Guitarra. Demos gracias a Dios por tenernos todavía aquí, porque es mucho”.

Aunque me he caído muchísimas veces, siempre me dije que algún día puede que consiga levantarme, pero estoy tan acostumbrado a perder que cuando gano me enfado. Mi compadre, Pedro Semitiel, me decía: “Nunca tienes hartura, siempre sigues”. Y yo le respondía: “Hasta el final de mi vida estaré luchando por lo que me hace vivir y también me ilusiona. Esta es mi vida desde siempre y tú con tus tabores y tu banda de cornetas de las costeras de Mongat. El tiempo que yo tengo lo dedico a lo que me gusta como tú en La Guitarra. Siempre estás haciendo algo. Mira Pedro, si abandono todo aquello que empecé y por lo que he luchado siempre, ¿de qué me vale haberlo hecho? Estaría en contra de mí mismo”.

Aún quisiera recorrer muchos caminos, si tengo fuerzas para hacerlo. En cuanto pueda tengo que bajar para el Rocío de Almonte y hablar con La Señora; tengo que decirle algo propio que tengo dentro, tiene que saber que tengo muchas quejas de muchas cosas que se han pasado de rosca…

Durante mi infancia pasé mucha hambre y cuando empecé en el teatro pude ayudar a toda mi familia y hacer muchas cosas gracias a mí voz. Hoy, poco a poco, estoy volviendo otra vez para atrás y al final, de continuar así, me veo pasando hambre otra vez porque, amigo mío, esto se está poniendo muy mal y no se ve arreglo. Tendré siempre tantísima pena, “tan metida dentro de mí” que no me deja. Y en ocasiones me planteo irme a algún sitio donde no me conozca nadie. Siempre me esfuerzo por no demostrar que siento tristeza, pero esto es tan duro que a veces me pongo a pensar en todo lo que estuve haciendo en mi propia vida y creo que me equivoqué en muchas cosas. Cuando se mete tantas veces la pata y otra vez vuelves a tropezar por ser fijo de ideas - y yo lo era- y

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volvía a caer y yo, de nuevo al Rocío…Hasta que me quedé total mente en la ruina -y sigo estando en la ruina-, pero yo al Rocío, y con eso era suficiente.

Es mejor tener amigos de verdad, por eso estoy haciendo todo lo que estoy haciendo, sólo en recuerdo de todos ellos, unos con nombre y otros sin nombre.

Enrique, el que fue presidente del club de dardos de La Guitarra, estaba trabajando en una empresa de pintura llamada la Lory y no le gustaba el Rocío, pero cuando lo vio siempre estaba dispuesto para todo lo que fuese necesario y fue un ejemplo muy bueno para La Guitarra club de dardos. Él fue muy fuerte, porque venía muchísima gente de todas partes para jugar a los dardos; en primer lugar porque era la única Hermandad que podía tener un club de dardos amparado por los estatutos. También había un apartado que cumplíamos con mucha rigidez, que era el cine que poníamos para todos los niños a últimas horas de las mañanas. En cada fiesta, cuando la Hermandad no tenía espectáculo, los niños que tenían los de La Guitarra lo pasaban muy bien porque teníamos en cuenta que esos niños eran nuestros”. Cuantos recuerdos vividos amigo, si algún día lees esto acuérdate de mí porque todo esto lo monté yo solito y lo hice para todos los que venían hasta aquí. Eran otros tiempos, y aunque la vida te golpea mucho, siempre te dices: “mañana será mucho mejor”. Tuve para dar durante mucho tiempo y luego me tuvieron que dar a mí. Esto es toda la vida que me toca vivir. Y cuando se tiene tanta mala suerte y te ponen tantísimos tropezones delante para que te caigas, porque se ve que algunos de los muchos que yo consideraba amigos no eran tan amigos.

Toda mi vida la metí en una ilusión y la ilusión se me volvió humo, se me fue por entre los dedos y lo malo es que me iré de este mundo sin que me halla recuperado del todo lo que yo arrastro desde que se quemó La Guitarra; fue lo peor que pudo pasarme. Pienso en los años que podría llevar muerto si no hubiese sido por la Virgen, que me salvó…

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Las conversaciones siempre trascurren de cosas vividas de cuando estábamos juntos y de lo bien que se pasaba. Pienso en lo que es la vida. Cada uno se preocupa de lo que le duele. Cuando me están hablando me vienen los recuerdos de todo, pero no puedo decírselo porque sé que no lo entenderían y creo que decirles: “Por favor, háblame de otra cosa”, tal vez les podría molestar.

Sé que algún día dirán: “Juan Román fue el Rociero de Badalona, (Barcelona), al que siguieron muchos de los que hay hoy -que no son pocos-. Los grandes enseñan a los pequeños, porque todo esto esta hecho en una cadena que empieza por el primer eslabón y cada vez es más larga. Solo por eso me siento orgulloso de mi mismo, y así se lo hago saber a todos ellos cuando nos juntamos. Pero se puede saber la verdad, porque aquí no hay mentiras y se cuenta toda la verdad tal y como pasó. Esos tiempos vividos que tuvieron que pasar para poder explicar que ocurrió en Badalona.

El día 05-06-1967, como yo siempre estaba viajando de un lado para otro, estaba en Águilas, en Murcia, y me encontré con Mari Carmen Pallares, que era la empresaria de Los Puntos y de Los

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Chichos que estaban actuando por allí. Yo tenía muchísima relación con toda su familia, su padre Antonio Pallares y su madre Agustina Sánchez Arcas, nieta de la marquesa Dos Fuentes y hermana de Purificación Sánchez Arcas -esta persona fue muy especial en mi vida, porque todavía trabajaba yo en el teatro cuando me salía algún bolo.

Estuvimos juntos en Calabar DINA, un restaurante que hay en una playa, hablábamos de cómo a mi, que siempre fui un trotamundos, me dio por montar una Hermandad del Rocío en Barcelona, y me preguntaba por qué no me iba para Águilas y montaba un taller de pintura de automóviles, porque eso me ayudarían para que tuviese muchísimo tiempo ocupado y no tendría necesidad de montar nada. Yo les dije: “Si todo esto está muy bien, pero a mí me gusta mucho el Rocío y tengo que montarlo me cueste lo que me cueste. Lo haré de todas las maneras”.

Desde Águilas me fui para Almería donde aparte de ser mi tierra, tengo familia. Estando con mí cuñado, Juan Sánchez y mi hermana Rosa nos fuimos a Roquetas de Mar para ver todo lo que estaban montando por allí y me llevé una gran sorpresa cuando me dicen: “Niño de Almería”. Al mirar, vi que era Quino Padillas que había ido en viaje de negocios y también para resolver algunos asuntos que tenía por allí. Estuvimos tomando muchas tapas, que por allí se estila mucho, pero me salieron caras porque después me tocó cantarles unos fandangos. Todo fue muy bien porque al ser de allí ellos, se chivaron que yo era de los 4 Barman. Estuvimos hasta muy tarde en la sala de fiesta. Cuando se termino, cada uno nos fuimos para lo nuestro y como yo sólo fui para unos días, cuando se terminaron, regresé otra vez para Murcia y me fui al Espinal, donde tenía un buen amigo que cada vez que iba por allí, siempre tenía que ir visitarlo: mi amigo José, el frutero. Tenía unos puestos de fruta en varios sitios de Murcia, como yo en ese tiempo tenia una cafetería en la calle Nápoles Nº 30 de Santa Coloma, siempre iba con él a la Venta la Virgen en Cartagena a por embutidos para traerme para Barcelona.

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Fueron pasando los días, porque cuando iba para Murcia siempre lo hacia por muchos días, ya que estaba con la familia de los Alcántaras y doña Purificación Arcas vivía en la finca de Tevas que está entre Lorca y Águilas. Siempre parábamos en la casa de Agustina y de Antonio Pallares, en Águilas, cuando todavía no tenía la Hermandad montada y ya hacía muchos contactos con la Casa de Andalucía de Barcelona. Para poder tener una orientación sobre el tema de poder hacer lo que tenía entre ceja y ceja ya, que todo era el Rocío. No se cómo hubiese sido mi propia vida si no hubiera tenido nada que ver con el Rocío, pero como no lo he vivido nunca lo sabré.

Cuando estoy con gente que me conoce y que saben como soy me miran, callan y otorgan. Y eso esta muy bien con todos estos siempre te quedan muchas cosas que no se olvidan por nada del mundo, queda todas esas semillas que dejaste sembradas…

En aquel viaje hacia Murcia estuvimos muchas veces comiendo en casa de Rincón de Pepe, ya que mi amigo y yo lo teníamos como costumbre cuando estaba por esas tierras de mi querida Murcia. Cuando dejé a mi amigo, me fui al Rocío, sólo porque cada vez que yo iba siempre me tenía que acercar a ver a la Señora, pues esa era mi costumbre desde que la vi por primera vez. Siempre fui a buscarla, porque no sé que me dio que siempre tengo que ir a verla a Ella. Algunos me dicen: “Tienes que tener en cuenta que la Señora está hecha por un hombre de carne y hueso”. Lo sé, pero no puedo remediarlo y tengo que hablar de Ella porque me sale desde dentro. Cuando hablo de Ella me siento en otro mundo.

Cuando estuve de vuelta en mi casa de Barcelona, en el bar que tenía en la calle de Nápoles de Santa Coloma, vino a verme mí amigo Sartenilla. Siembre estaba mucho conmigo para contarme cosas que le iban pasando; algunas tenían que ver con cosas privadas suyas, pero en mí según él, encontraba mucha confianza. Y yo lo escuchaba como su amigo que era entonces, porque el Sartenilla, como yo siempre estuve de un lado a otro, me llevé una

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sorpresa cuando me enteré que había muerto. Yo siempre pensé que se había cambiado de sitio para vivir pero no fue así y al cabo de los años, cuando vi a su señora, me dijo que había muerto y me supo muy mal.

Como los años pasaban y yo no encontraba la forma de poder emprender el camino que siempre tuve metido en la cabeza, como todavía hacia pinitos por los teatros, mi hermano Antonio me pidió que le echara una mano en la peña de Matilde la Galleguita, que estaba en la Morera, y estuve con él de vocal artístico. En aquel tiempo empecé a montar La Guitarra junto a él y don Miguel de Linares de la Casa de Andalucía de Barcelona.

Transcurrían años 68-69-70… ¡Cuanto tiempo Señor! Me parece que fue ayer. Cuando explico todo esto, lo hago como si no hubiese pasado el tiempo. ¡Qué pena de mí! ¡Qué ingenuo soy! Aún me acuerdo de aquellos tiempos en los que fui un poco bueno cantando. Me parece que estoy encima del escenario y me transporta a cuando estaba en Utrera, en la casa de Enrique Montoya. También estaba Emilio el Moro, que nos dicen: “Vámonos para Sevilla a comer churros”. Y fuimos Enrique, Emilio, Antonio, Ángel, Juanito, Paco y yo, todos en un coche modelo mil quinientos. En todo este tiempo, como siempre estábamos juntos en un lado o en otro, cuando volvimos a Utrera fuimos a la consolación a la ermita. Estando en ella, Enrique Montoya cantó una canción que se titulada “La Consolación de Utrera”, que decía:

“Virgen de Consolación, La del barquito en la mano, Perdió vela y timón, Perdió vela y timón, Navegando en mar lejano…”

Cuantos ratos que pasaron con mucha prisa, con demasiada prisa. En todo este tiempo que estuve fuera de Barcelona, anduve

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por muchos lugares como Casablanca de Marruecos, Melilla y Portugal. Íbamos saltando de un lado al otro y en la capital de Extremadura nos encontramos con Porrina de Badajoz; éste fue un hombre que me enseñó muchas cosas, por ejemplo que cada vez que salíamos de la ducha teníamos que bañarnos todo el cuerpo con colonia y el primer día fue muy mal porque no vas a creerte lo que te puede pasar si no estás acostumbrado a ponerte en semejantes sitios tantísima colonia. Te estoy explicando todo esto para que puedas darte cuenta de que yo he tenido una vida bastante agitada.

Pasaban los años. Una de las veces que estuve de turné por tierras de Almería, me fui al pueblo de Alkián donde tenía montado un Bar el cantante José Luís y sus Guitarras. Por cierto, fue demasiado cuando nos vio entrar. Estuvimos todo el día con él, en su casa, y luego fuimos para ver la actuación de Canalejas de Puerto Real, que actuaba en el barrio alto de la capital de Almería. Desde allí nos fuimos a Motril, porque teníamos que actuar en ese pueblo. Cuando veníamos de vuelta para Antequera tuvimos que actuar en Málaga y pasamos un día muy malo porque en la Cuesta de la Reina se rompió el cardán del autocar y hasta que no estuvo arreglado no pudimos continuar. Paco el Paquiro se fue en un coche para poder traer algo de bebida y comida. Son cosas que pasan estando en la carretera. Como es normal, todos los artistas, cuando pasan muchas veces por el mismo sitio, quieras o no, pierden un poco de interés por verlos, pero cuando iban los 4 barman, siempre los ponían por delante para poder acceder al teatro que el empresario quería conseguir para que se pudiera emprender una turné y que coincidieran las fechas para poder actuar cuando tocara estar en esa plaza. Por eso muchas de las turnes duran más de seis meses, cuando se da la vuelta a todas las plazas que tenía España, ya que eran muchas, pueblo por pueblo.

A pesar de que estaba totalmente integrado en el teatro, no sé por qué siempre estaba con el tilín-tilín del Rocío. No lo precisaba para nada, pero se me metió entre ceja y ceja y no hubo manera de

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poder sacármelo de adentro. Fue como un talismán que me cautivó desde el primer día que vi la cara de la Virgen del Rocío. Entonces tenía otra cara y se llamaba Rocina. De esa forma y cara se fundó la Señora que tiene la Hermandad de La Guitarra, con la cara que tenía la Rocina, por eso quiero que sepas que a la Virgen se le ha cambiado varias veces la cara, pero todos lo pasamos y lo damos como bueno cuando, en realidad, debería de ser un poco raro que una imagen que tenía tantísima tradición pudieran cambiarse con tanta alegría y que nadie pueda decir nada de todo esto. Y todos nosotros tan contentos. Para colmo, cuando la FECAC trajo la que teníamos antes de la que está ahora, que no se parecía en nada pero por tal de que no fuera la de La Guitarra, cuando la Virgen de La Guitarra era lo más parecido a la Rocina. Pero la envidia es muy mala, por eso no la querían, porque era de Juan Román. Todos tenemos muchísimas cosas que contarle a Dios cuando nos llame. Para poder contarte todo esto, tuve que someterme a muchas cosas que nadie puede pensar, porque son así, para poder quitarme de encima han tenido que hablar mal de mí, pero yo sólo sé que hay un Dios y cada uno tiene el camino labrado y yo sólo quiero que algún día tú mismo que estas leyendo esto te des cuenta de las cosas que tuvieron que contar de mí para que yo fuese una persona indeseable. Tenían que decir algo que fuese muy fuerte, cosas que tú no sabías y tú sin saber que todo eso era mentira les creerías…

Conté que yo me vine a la Hermandad de San Rafael desde Mataró. Cuando volví a Mataró otra vez, me contaron que en ese tiempo que no estuve con ellos se les había caído el Simpecado del carro. No me lo pensé y lo arreglé con fibra de vidrio y lo puse que nunca podrán tener algo como lo que yo les hice y ni las gracias me dieron. Y no sólo es esto, porque pinté un letrero que me costó un pico con un marco de hierro, que todo junto me costó el material después de estar hecho, cien mil pesetas. Le pinté el carro y también le pinte el camino que hacía la Hermandad, con los bueyes que tenía Mataró y con Rufino encima del caballo junto a todos nosotros, y por todo esto no me dio ni las gracias.

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Sólo porque me vine otra vez a San Rafael, el letrero que había puesto en la entrada de la Hermandad lo quitaron y no lo he visto más. A ti que no lo sabes te lo cuento para que te des cuenta de lo que hacen las personas que decimos que somos rocieros. ¡Cómo puedes morder la mano que te da de comer! Al final del camino nos tendremos que encontrar y todos somos lo mismo, tanto el que me critica como el que no. ¡Por qué tuvo que acabar de esa manera, con lo bien que estaba la Hermandad cuando estábamos todos juntos! Ahora tienen que estar de campistas. Todo esto cambiará algún día, por eso digo: “¡Qué pena que no volviera yo a nacer de nuevo para poder dar lo que se merecen cada una de las personas que saben dar lo que sienten por el Rocío!”.

Repetir muchas veces las cosas que yo mismo vivo con todas estas personas, dignas de querer, fuesen cuales fuesen sus creencias. No por eso dejan de ser personas. Las cosas son distintas para cada uno y cuando me encuentro con todos ellos me dicen: “¿Por qué no son como tú, Juan, para poder hablar con ellos? No nos escuchan, siempre somos los malos y mira donde estamos por su culpa”.

Yo tengo que escucharlos porque sé que tienen mucha razón y me lo dicen como si yo pudiera arreglar las cosas. Pero yo no puedo hacer nada, si ellos son muy sabios y lo saben todo. Estoy asombrado de lo que estoy viendo y cada vez estamos peor. Todos los años cambian las cosas del Rocío los que dicen tener la razón. Como estoy acostumbrado a perder, cuando gano me enfado.

Mira amigo, cuanto te estoy contando es la verdad de mi vida sobre el teatro y el Rocío. Cuando tú lo hayas leído, piensa bien en todo lo que te cuento porque todo esto es una realidad y así podrás meterte en mí piel y piensa por un momento que tú eres yo y que todo sean críticas y más criticas sólo por desprestigiarte. Y así un día, y otro, y otro… Y tú aguantas todo lo que están hablando detrás de ti. ¡¿Cuando se van a dar cuenta que lo que hice yo sólo fue montar algo que hasta ese tiempo nadie fue capaz de hacer, algo que ha pasado a la historia?!

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Y para siempre, porque cuando se hacen las cosas es con la idea de que perduren para siempre. Lo más importante de todo es que tú te encuentras con una persona que tal vez haya vivido más de veinte años en este mundillo y que te diga: “¿Te acuerdas cuando estabas empeñado en todo esto que ahora esta montado?”

En mi vida han ido pasando cosas que algunas veces me da frió al pensar todo lo que me ha tocado vivir al lado de muchas personas que sólo me miraban pero nunca se pronunciaban a favor mío y siempre se iban al sol que más calienta, que eran los que más dinero tenían y decían:”Ese es un muerto de hambre”

Yo les seguía el juego, por eso cuando me quedé totalmente en la ruina me tuve que refugiar con mi Isabel y mis niños en mi casa hasta que pude salir adelante y jamás nadie vino ni tan siquiera para preguntarme ¿como estás? De tantos amigos que tenía cuando les podía dar, los perdí cuando no tuve nada.

Tuve que llorar muchas veces a solas para que no me vieran Isabel ni los niños. También lo pasé muy mal en el trabajo hasta el punto de estar trabajando llorando. Y no podía dejarlo; por mis niños y mi mujer tuve que morderme los puños y de tantísima tristeza que estaba pasando cogí la hepatitis C y estuve mucho tiempo para que se me curara.

Isabel se encargaba de ponerme unas vacunas cada dos días. Pasé unas fiebres espantosas, pero nunca dejé de ir al trabajo, las pasaba por las noches, pero cuando llegaba la mañana, a las cinco menos cuarto, tanto si llovía como sino me tenía que ir a Santa Perpetua de la Mogoda. Todo lo que me ha deparado la vida, primero, bienestar, y después pobreza, creo que todo estaba escrito en mi alma mucho antes de nacer, porque cuando te pasan tantísimas cosas es que están escritas en tu vida. Esto es lo que yo pienso.

¿Tú crees que hice bien montando la Peña Hermandad Rociera La Guitarra o no debería de haberla montado? Cuando se monta una cosa que causa tanta sensación y produce muchas envidias,

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que fue lo que pasó, porque dejó boquiabiertos a todos los que vinieron para poder verla.

El día que se inauguró, fue demasiado para todos cuantos vinieron. Después de quemarse algunos decían: “Te la han quemado” Pero nunca se sabrá la verdad. Sólo sé que fue mi ruina para siempre, es todo lo que he podido vivir desde el 10-01-1983. Tengo que dar muchas gracias a la Santísima Virgen del Rocío porque fue la que me sacó del fuego y me puso encima de las tablas de la barra del bar para que no me diera más la corriente. Aunque no te lo creas, es toda la verdad. Sé que estás… Ahora, no te veo, pero sé que estás… Aunque me tomen por loco, sé que tú estás.

Según fueron pasando los años, cada vez me fui haciendo más grande, me tuve que aclimatar a los que decían saber muchísimo. Menos mal que mi cuerpo se fue aclimatando y endureciéndose, porque en este mundo el que más tiene es el que más puede. Y yo tuve que darme por vencido y dejar que pasara el tiempo.

Sólo conservo a los que de verdad eran amigos míos, por que dice el refrán que los últimos serán los primeros. Cuando yo empezaba todo esto, hubo veces que tuve que ir cuatro veces en un mes al Rocío de Huelva sólo para vivir lo que se hacía allí, para poder aprenderlo y pasarlo hasta aquí. Cuando se hacían las misas los domingos con cualquier Hermandad que le tocara la misa yo hablaba con todos ellos y me enteraba de lo que quería para luego hacerlo aquí. Eso me costó muchísimo dinero, pero palos con gusto no duelen, lo que sí duele es que te aíslen y que te den de lado como si fueras de otro mundo.

Me acuerdo de Ramona Fernández, mi madre, que me decía: “Juanico, tanto crees en eso que te estás quedando sin nada, hijo mío”. Y yo le respondía: “Sí madre”. Y lo creo hoy, me acuerdo porque tengo todas mis facultades perfectas y me viene a la memoria todo cuanto me ha pasado en el camino rociero, a pesar de que han pasado muchos años. Todavía, cuando nos encontramos los que estábamos en los principios y hablamos de lo que las personas dicen.

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Juan Rodríguez Sánchez, presidente de la Peña Cordobesa, me decía en el Rocío, de cuando se montaba con el amigo Medina y él, que fueron los que montaban la luz y el agua en Feria y Rocío ya que no estaba nadie de los que hoy dicen que ya estaban, y ahora todos eran socios de la Casa de Andalucía de Barcelona, pero cuando estábamos nosotros nunca los vimos, ¿no parece raro? Tampoco estaba, R- G, porque entró en el Rocío en Bellaterra vendiéndonos la cerveza, y luego fue Hermano Mayor de Santa Coloma. ¡Lo que hace el dinero! Los ricos con los ricos y los pobres con los pobres…

Cuando Antonio Rojo estaba en la peña de Cerdanyola fue un

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buen puntal para todos nosotros. Era muy amigo de mi hermano Antonio, que era presidente de la Peña Matilde la Galleguita de la Morera. Los dos fueron muy amigos tanto en la Casa de Andalucía como en la vida privada y a menudo me decían:”Has de hacer lo que has venido a hacer, que es montar tu sueño del Rocío”.

También hubo otra persona muy especial, don Antonio de Arcos, que fue presidente de la Casa de Andalucía después de que la dejara don Miguel de Linares. Este hombre me preguntaba cómo debía comportarse con respecto a la Hermandad y otras dudas, como por ejemplo si podía ir con sombrero acompañando a la Virgen… Yo le decía que en las misas se lo quitara. En el.Rocío 1980, En Bellaterra. Este hombre fue muy poco tiempo presidente de la Casa, porque se fue para la aduana de Cádiz ya que era jefe de aduanas.

Estoy explicando cosas que muchísimas personas de las que dicen que estaban, ni lo saben. Cuando todo esto estaba funcionando, el señor M-V venía detrás de La Guitarra. Entonces no estaba todavía montado el centro de La Esperanza y el venía como peregrino.

El fundador del centro de La Esperanza, el señor Pepe, vino para hablar conmigo sobre los estatutos, para que yo les ayudara haciendo fotocopias de los míos y para pedirme consejo de cómo estaba todo esto. La participación mía fue limitada, porque yo tenía muchísimo trabajo en La Guitarra y me limite sólo a asesorarlo sobre lo que tenía que hacer a cerca de los estatutos. Cuando los tuvieron presentados, empezaron a montar el centro junto al Barrio del Hoyo. Con el tiempo salió una rama que se llamó Hermandad de la Esperanza. Pasó lo mismo que en La Guitarra, que estaba la Peña y la Hermandad, pero con una diferencia de que en La Guitarra mandaba uno sólo y en La Esperanza mandaban dos, por eso se rompió el vínculo que había entre ellos y cada uno se fue por su cuenta. Cuando fue hermandad, estuvo de presidente el señor, R -F-L, pero como siempre pasa, cuando está ya la cosa en marcha, siempre hay quien pone faltas y tuvo que salir el señor, R -F-L,

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para que entrara el señor que ha estado una eternidad, Como era de esperar, de tanto tiempo en el poder como estuvo,- que pensaba que todo era suyo y llevó las cosas asta que se fue rompiendo Todo, problemas de muchos sitios por de gracia para todos nosotros.

Por suerte y por viejo me estoy dando cuenta de que todos los que están en las Hermandades sólo piensan en sí mismos y no les importa nadie que no sea ellos mismos.

Una persona que acababa de conocerme, me decía en el montaje del Rocío:”Tú no eres imprescindible, pero sí muy necesario. Eres único”.

Yo le dije: “No, soy como otro cualquiera”. Pero él contestaba: “No, no. Tú no eres como lo que estoy viendo por ahí. Yo no he venido más que dos veces contadas, pero se lo que veo. A ti te saluda todo el que pasa y se paran para hablar contigo, y te besan como si fueras algo suyo… ¿Por qué todos te quieren tanto? Porque tú has sembrado algo que dejó mucha huella. Tú no eres igual que todos nosotros, en el aspecto rociero sobresales”.no es verdad.

Yo le dije: “No es eso, es tan solo porque llevo muchísimos años y nada más, pero soy un hombre como otro cualquiera, que me gusta comer y beber y también me gustan las mujeres… Pero te digo una cosa, es que yo soy así, sobre todo persona, amigo de mis amigos. También soy amigo de los amigos de mis amigos cuando ellos me lo piden. Yo sé que a todos no le caigo bien, eso lo sé, pero como es normal eso le pasa a muchísimas personas cuando entre ellas hay uno que te critica y los que no te conocen, a partir de ahí, sin tener en cuenta nada, empiezan a mirarte mal, hasta que llega el día en que hablan contigo y entonces cambian de parecer y entonces me dicen lo muy equivocados que estaban conmigo.

Tú que eres mí amigo, imagínate si yo hubiese guardado todas las palabras que han dicho de mí en mi contra, tendría que estar escribiendo todo lo que me queda de vida. Pero cuanto más hablen, más fuerte me pongo.

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Mi amigo Antonio Molina, me decía el otro día:¿Cómo has pasado el Rocío?Muy bien –le dije.¿Te has mojado?Sí, pero esto forma parte del Rocío y ya estoy acostumbrado

“año tras año”. Cuando ves a todos los romeros, cada uno cuidando de sus cosas, te da muchísima fuerza para seguir adelante. En unos de los Rocíos que se celebró en Montmeló, cayó tanta agua que se llegó a hundir el suelo del carro. Mira como llovería que no podía andar ni el caballo. Aquel fue un Rocío muy malo para las personas, que ya somos más grandes, pero se pasó y los jóvenes no lo vivieron, pero ahí queda en la historia de todos los que entonces estábamos al frente de todo. Cuando llegué al Rocío y vi lo que había hecho el agua, me quede frió. Había tirado más de la mitad de las casetas de las Hermandades. Muchas personas tuvieron que irse para sus casas y a muchas de las Hermandades tuvimos que darles cobijo y comida porque el agua se llevó todo lo que tenían; se llevó hasta los colchones. ¿Y tú me preguntas si me he mojado? Sólo han sido cuatro gotas, porque todos los años nos llueve.

A mí me ha caído tanta agua, que ha sido de espanto. En el mes de agosto de 1967, fui al Rocío chico y me fui por Madrid donde me cayó tanta agua que me echo fuera de la carretera el SEAT 600 que conducía y me tuvo que sacar un tractor que por pura casualidad pasó por allí. Y todo esto de noche. Las pasé canutas y me dije que ya no volvería más pero yo sabía que todo los juramentos eran falsos, porque cuando llegué se me olvido todo lo que había dicho.

Cuando entre por la puerta de la ermita, vi a La Señora y estuve hablando con ella. Se me olvidó todo y juré no irme más por ese sitio, pero siempre me voy por ese lado que me marcó la ruta a seguir. Cuando estaba Isabel, siempre hacia ese camino hasta Mérida, Almendralejo, Fuente dos Cantos, Alacena, Río Tinto, Zalamea la Real, Valverde del Camino, Trigueros, Niebla,

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Almonte, el Rocío... Y ya estaba en casa cuando entraba por el Rocío. Lo primero que hacía era visitar a La Señora, y después irme a casa de María para que me preparara una buena comida; en ese tiempo Juan tenía bastantes recursos para poder hacerlo. ¡Que tiempos aquellos! Pero lo pasado, pasado está.

Estuve bajando, primero para poder abastecerme de todo lo que pensaba que tenía que aprender para luego transmitirlo en lo que tenía entre ceja y ceja. Estuve con muchas Hermandades, de admirador, como sino estuviera haciendo lo que de verdad hacía. Sólo pensaba en aprender todo lo que pudiera. Muchas veces me ponía en el quiosco del aguardiente que estaba situado en el eucalipto que todavía hay al lado del Bar de María. Ahora está montada una correría. Tengo muchísimos recuerdos de todo esto.

En la plaza del acebuche tenía la madre de los Toronjos una casa y muchas veces nos veíamos cuando ellos estaban y coincidía que nosotros bajábamos. Experiencias vividas que no se pueden borrar de la mente del que lo ha vivido.

En una ocasión, cuando todavía estaba en el teatro, con la compañía de María la Niña de Antequera estábamos en Sevilla los 4 Barman junto a los Paquiros, Curro de Utrera, Jesús Chozas, Paco Márquez y Molina, el guitarrista que habían tenido los Paquiros. Tuvo que dejar el teatro por que estaba enfermo y se puso a vender iguales. En Sevilla, y Todos le comprábamos cuando estábamos allí. Pepe Pinto era el que nos servía la bebida por que el Bar era suyo,- y también estaba La Niña de los Peines, Pastora Pavón, que era la mujer de Pepe pinto, Cuento todo esto, porque yo en 1963, ya estaba yendo al Rocío; muchísimo antes de montar la guitarra, y cogimos un coche desde Sevilla y nos fuimos un día de descanso en una carraca de autobús. Yo siempre tuve la suerte de que todos los que venían conmigo siempre me cuidaron como a una joya porque tenía sólo 19 años y era el más joven de la compañía, quitando las niñas de los cuadros de baile que venían con el ballet que eran muy jóvenes en esos días que anduvimos por la parte de Andalucía

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y Extremadura, Castilla la Mancha, parte de Valencia, Murcia, Salamanca, León, empezando en Madrid en el teatro calderón…

Todo esto duro seis meses. Cuando volví a Barcelona me fui con Antonio Machín, Estrellita de Palma, Carmina Serra y Paco Flores, al Victoria del Paralelo. Siempre que estaba en mi casa, venía a verme un gran amigo mío de cuevas de Becerro, Málaga, Manuel Rosado Niebla, que fue para mí algo más que un amigo; en él podía confiar de todas las maneras posibles y jamás tendré otro amigo como él. Ya no nacen personas como esas. Fue digno de admiración por su comportamiento. Cuando yo estaba montando La Guitarra vino para verme y me dijo: “Me tengo que ir dentro de unos días. Volveré para estar contigo y con Isabel”. Fue una pena porque nunca más volvió y lo busqué por todos los sitios que andábamos cuando salíamos juntos, pero nadie me supo dar noticias de mi amigo Manuel. Con él me ha pasado lo mismo que con Juanito el Mejorano que me decía: “Tienes que venir a mi pueblo” Y nunca fui a ninguno de los dos, ni Calasparras, ni Cuevas de Becerro. Me ha quedado muchísima añoranza y tristeza al ver que ya no puedo volver ha verles. Juanito fue ejemplar conmigo y Manuel fue como mi hermano mayor, que siempre me cuidaba. La felicidad nunca está al completo ni en mí, ni en ti, ni en nadie. Siempre falta algo que te recuerda cosas de tu pasado que te hacen daño, como me pasa a mí. Tengo recuerdos que me hacen mucho daño y no es porque me lo hagan, sino por muchas situaciones que te crea la misma vida, que poco a poco te aparta de muchas cosas que tú estabas acostumbrado a hacer.

El sentido de las cosas, el ritmo que tú mismo te marcabas, va apartándote de tu sitio y también ves como se van yendo todos los amigos que antes tenías, toda la cúpula de La Guitarra, incluida Isabel, que fue un fuerte palo para mí y también, por que no decirlo, para muchos de los rocieros que sabían como fue en este mundo en el que nos metimos. Este es un mundo de muchas fuerzas, no todos lo superan ni tampoco pudieron llegar y mucho menos tener

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la responsabilidad de tener que estar al frente como estuvimos nosotros tantísimos años después de empezar de la nada.

El dinero, en ese momento, era muy importante pero no lo era en los sitios que teníamos que meternos para poder formar lo que se quiso formar, que era pedir los permisos sin saber si te los darían. Tuvimos que meternos en obras para poder hacer La Hermandad; tuve que tirar todos los bajos de la casa para poder hacer el local para montar La Guitarra. Todo el mundo no lo hubiese hecho, pero yo lo hice a pesar de que no teníamos los estatutos que tardaron una eternidad. Recuerdo que teníamos que funcionar con permiso del Gobernador Civil y del Ayuntamiento, que casualmente siempre estaba la policía pidiéndonos los papeles hasta que un día les dije: “Cuando los tenga les llamo para decirle que ya están aquí.” Fui tan perseverante que no dejé nunca de trabajar para terminarla. Y lo logré. Cuando venían para verla, no dejaba verla para que fuese una sorpresa cuando la vieran. Fue de escándalo. Cuando se abrieron las puertas era tan bonita que muchos hasta lloraron de ver lo que había hecho. Fue tremendo el impacto que tuvo.

Ya vez amigo, te estoy contando cosas que a lo mejor para ti no son nada, pero para mí es toda mi vida entera y también la de mucha gente que vivieron en esos momentos de gloria aquí en esta casa. Estaría contándote vivencias que me persiguen en mis recuerdos que tú no podrías creerte de tantos y tantos sitios, tantas cosas vistas, tanta gente detrás de mí preguntándome: ¿Qué puedo hacer que se parezca a lo que tú haces? Y yo les decía: “Sólo aprender de lo que estas viendo, porque yo algún día te pediré que lo hagas y lo harás como yo mismo. En la biografía de cada persona siempre hay cosas que no se pueden contar, y no es porque sean malas sino porque te tomarían por loco. Lo primero es que todo el que es creyente, como no le ha pasado a él, no solo lo ponen en duda sino que encima te critican y dicen: “¡Este es un iluso!” Y si tú, en confianza, le has contado algo que tú mismo has vivido, se lo toman a risa, y si esas risas llegan a tus oídos te pueden hacer

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muchísimo daño, de manera que en algunos casos, hasta pueden afectarte en tu propia salud, Tal y como me paso a mí cuando me encontré tan solo, sin nada de nada, refugiado en los brazos de mi mujer y mis niños que entonces eran los únicos que tenía y que me veían llorar de impotencia de ver la desgracia en que había caído. Sólo le pedía a Ese que no veo, pero que sé que está: “¡Ayúdame Tú que todo lo puedes, a salir de donde estoy metido! Señor, dame fuerza.”

Él me fue enseñando el camino que yo tenía que seguir y me fui apartando de los caminos que me hacían daño. Hasta que estuve en el camino que anteriormente tuve que dejar y empecé por el mismo camino que yo un día había sembrado y me encontré nueva gente que desconocían lo que había pasado, sólo tenían referencias. Y los que lo sabían, al mismo tiempo lo había borrado de su memoria. Comencé a recordar los consejos de mis allegados amigos como era Juanito el Mejorano que siempre me decía: “Juanito, el tiempo pone a cada uno en su sitio.”

Y tenía mucha razón. Volvieron las aguas a su cauce y cada uno está donde merece estar. Los que no saben nada de nada, ahora están en sitios que hace años nunca hubiesen estado, pero esto está así montado, los últimos, los primeros y como no, los primeros, los últimos y el sentido de la convivencia está todo roto.

Cuando estaba en la calle Nápoles de Santa Coloma, tenía el bar Pura y cuando venía de alguna gira del teatro siempre tenía muchos amigos que venían para poder charlar conmigo. ¡Cuantos recuerdos! Siempre fui lo más amable que se podía ser, ya que no venían por el chafardeo sino por la amistad que tenían conmigo. Como he dicho varias veces, siempre me gusto sembrar, por eso siempre recogí el mismo fruto de cariño y muchísimas amistades. Cuando estoy en cualquier Reunión siempre tengo muchas personas conmigo y nunca estoy solo, tanto en los actos de cabildos como en la Hermandad, en el Rocío… Todos dicen que vienen para verme y saludarme, pero todos son desde hace unos años, por que los

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que había antes de toda mi desgracia pasan de todo. Pero a los amigos de verdad les digo: “Cuando tú quieras pásate por mi casa, te espero y quiero que vengas.” Yo les digo: “Es que no tengo mucho tiempo, pero iré un ratito.” Estos son mis amigos, los que me conocen desde que eran niños, hoy ya son hombres pero para mí siguen siendo niños, porque lo más importante es que dentro de todos ellos han de seguir haciendo camino, lo mismo que cuando yo empecé, aunque yo estaba solo y ellos lo tienen ya echo y sembrado.

Como en todos los sitios, cuando estas en primera fila, todo el que te quiere viene para poder charlar contigo. Esto es muy ameno, el saber que se acuerdan de ti aunque sea cuando estas delante, que ya es algo.

Lo único que pienso yo es en la facilidad que tienen las personas para olvidar lo que no les interesa, y sin embargo lo mucho que se acuerdan cuando les interesa una cosa. Entonces sí se acuerdan de todos. Los que hoy están al frente de todos los movimientos de las Hermandades y peñas se molestan cuando les dices que eso no está bien y sabes que te dicen que son ellos los que llevan las normas y te tienes que callar para no discutir, porque no merece la pena predicar en el desierto. Lo único que sé es que no sé nada, porque todos saben demasiado y no han dejado nada para mí.

Mira tú por donde, al final sólo el tiempo lo pone todo en su sitio y aparecen cosas que no pueden retocar porque no las saben todas; saben las que yo he contado, pero no todo lo que es. Algunos me meten las preguntas como dejándolas caer para que yo mismo les cuente algo más de lo que les he contado, lo que pasa es que yo ahora no cuento nada de nada, porque lo cuentan a otros como si lo hubiesen vivido ellos mismos, para ponerse puntos a su favor. Cometí un gran error cuando, sin pensar que me estaba dañando a mi mismo, conté muchas cosas que debía de haber callado y ahora no tendría que desmentirlas, porque eso hace que parezca que yo quiera aprovecharme de las cosas que son mías, que son mi vida y solo mía.

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Hace unos días que estaban discutiendo sobre que Hermandad estaba primero, si la de Pineda o la de Santa Coloma, y decían que la de Santa Coloma entregó antes los estatutos porque fueron mas listos que los de Pineda y que Los Romeros cuando estábamos en la romería de Bellaterra, no había nadie como Hermandad. Y yo mismo montaba desde 1971; tenía que hacerlo con permisos del Ayuntamiento y de la Casa de Andalucía de Barcelona, pero siempre fui amparado por la peña de Matilde la Galleguita, que me ayudó muchísimo hasta que vinieron los estatutos, que tardaron mucho.

Cuando se constituyó la Hermandad de Rocieros de Carmona, como La Guitarra era la que reinaba en ese tiempo, fuimos invitados a la inauguración como los fundadores. Pero muchos ni siquiera saben todo esto, no lo han vivido, sólo lo saben de oídas. Algunos lo dicen de rumores, ninguno sabe como de verdad empezó todo esto de los que dicen: “Yo sé como fue todo, al principio de los tiempos”. Pero eso sólo lo sabe Juan Román.

Cuando se inauguró el centro PAC de Mataró fuimos muchos de los que habíamos en la Hermandad. En aquel momento estaba trabajando Isidoro Pérez; yo hacía muy poco tiempo que estaba con ellos, y salió a relucir que cómo yo pude haber hecho sólo todo lo que se hizo. Pero yo no soy ningún tonto y les dije: “Sólo no, estaba con todas las personas que venían para poder ver el Rocío, que por cierto eran muchísimas y mejores que ahora, porque al menos no había tantísimas críticas como ahora, sólo por las envidias que tienen todos, a parte de querer aparentar lo que no son. Están todos como si fuese algo de otro mundo”.

Cuando me trajeron a Barcelona nunca pensé que tendría que montar nada, pero monte el Rocío con el tiempo y los años, cuando pude bien por la edad, porque entonces era muy pequeño. Cuando me fui integrando en ese mundillo, no aquí, sino en Huelva, mi dinero me costó que se llevara todo lo que tenía y más de lo que tenía.

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Le digo a mí amigo: “Mira Manuel, carbonerillo todo tiene su tiempo, ese fue montar

la peña de La Guitarra Hermandad Rociera, pero te digo que en La Guitarra se vendían cuerdas de todos los instrumentos de cuerda y venían muchas personas a comprarlas porque las teníamos de todas las clases. Manuel, ustedes porque no lo han conocido, pero eso fue muy distinto de lo que hay hoy, eran otros tiempos pasados y sólo quedan los recuerdos, que no son pocos, pero ahí están guardados en la mente del que lo vivió y también en la añoranza, pero nunca en el olvido. Hoy estoy aquí y mañana puedo estar en otro sitio, pero siempre seré rociero. Manuel, ¿tú antes eras bollero?”

“Si, siempre estuve con los bueyes, por eso estos animales siempre me gustaron mucho y me gusta enseñarlos para que tiren bien del carro. Eso es lo mío.” – me contesto.

“Pues muy bien. Dame un abrazo y te voy a dar también un beso de hermano carbonerillo. ¡Qué bueno eres!

“Y tú también Juan”.“Gracias Manuel”“A ti Juan, por ser como eres. No cambies nunca.”“Lo procuro y espero que lo pueda llevar a cabo”.Todo esto lo cuento porque todo paso de esta manera, luego

estuvimos tomando unas cervezas y también cenamos todos juntos porque éramos veinte o treinta personas, ya que en la Hermandad éramos muchos, y me preguntan: “¿Cómo es que dejaste el teatro?”. Tantas veces me lo preguntan que a veces me sale: “Está mal tener que empezar de nuevo a explicarles porque lo deje”.

Hay circunstancias en que me encuentro como aturdido de tantas cosas y tantos recuerdos vividos, pero algunos no puedo explicarlos porque son muy personales y todos están entre las vivencias del teatro y las del Rocío, lo cual me lleva al camino que yo recorrí en una ocasión. Estuve en Gandía, una ciudad de

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Valencia, calculo que tendría dieciocho años, no podía salir por las calles y tenía que venir conmigo alguien porque me comían, hasta me rompieron la ropa. Había una casa de ropa muy grande y nos llamaron para que nos vistiéramos allí para hacerle propaganda Los 4 Barman. En Logroño me pasó lo mismo, pero en Valencia, en el teatro Ruzafa, fue mucho peor, porque Juanitín, el hijo de Valderrama, Paco Márquez y yo nos fuimos a tomar unas copas y tuvo que escoltarnos la policía hasta el hotel porque era imposible poder salir; lo teníamos prohibido.

Hubo más cosas pero se quedan para mí, porque son muy personales, empezando con el conjunto de Los 4 Barman. Entonces el centro de mis operaciones era por la calle Conde del Asalto, porque vivía precisamente allí, estaba el bar de la Grancaba. Cuento esto porque un día que vine de Madrid, en la calle Arco del Teatro, acababa de llegar y dejé las cosas en casa y vino mí amigo Manuel Rosado Niebla y me dice: “Vámonos a los Moriles a tomar

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unas copas y unos trozos de Bacalao”. Algo muy típico de ese bar. Cuando pidió Manuel el vino y las tapas, de repente, llegaron dos furgones de la policía y dicen: “Tú a dentro, tú también y todos los demás clientes y tú ¿Quién es el dueño del bar?”. “Soy yo”. “Pues tú también”. Entonces me mira y me dice: “Ustedes sigan, que con ustedes no va nada”.

Me quedé que no tenía ni sangre en el cuerpo, porque te llevaban y luego preguntaban, por lo menos en ese tiempo. Precisamente en ese bar, los Moriles, había un reservado exclusivamente para todo el que quería cantar; era como una sala de ensayo para todos los artistas que pasábamos por allí, porque teníamos que probarnos el uno al otro y mientras estabas cantando, como mucha gente lo sabía, venía para poder vernos y al mismo tiempo eran los que de alguna manera pagaban los gastos de lo que se consumía. El que no estaba en el teatro pues también venía para aprender y algunos eran mucho mejor que los que ya eran artistas, pero todavía no lo eran y esos mismos, por tal de estar con nosotros, también ponían su botella de vino de Moriles Alvear y como no quedó la cosa como para tirar cohetes, después de que la policía se había llevado al dueño del bar, cuando acabamos de tomar lo que habíamos pedido nos fuimos para el bar Los Cabales, que estaba en la Rambla de Capuchinos y también había mucho ambiente de cante y copas. Por aquel entonces Barcelona era como una ascua de oro; en todos lo sitios había cosas de cante y nos encontrábamos todos los que estábamos en ese mundillo del teatro. Precisamente allí encontré a Enrique Castellón Vargas, el Príncipe Gitano, como nombre artístico, que estaba ensayando un disco que tenía que gravar. Estuvimos hablando de las cosas que pasan cuando estamos de turné y tomando unas copas, cuando entró mi guitarrista, Pepe de Almería, que era zurdo tocando y todos se preguntaban como podía tocar la guitarra sin cambiar las cuerdas de posición, porque eso es muy difícil, pero él la tocaba como ninguno. No teníamos actuación y ese día se emprendió una juerga que duro toda la noche cantando y bebiendo a mesa y mantel, porque a nosotros no nos dejaron

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pagar nada de nada, lo iban pagando según llegaban y se sentaban por tal de que estuviéramos con todos los que allí había. El bar hizo la noche con todos nosotros, menos mal que todos vivíamos cerca. Enrique se fue para descansar un poco y yo y Manuel nos fuimos para poder cambiarme de ropa y preparar para la noche, porque yo tenía actuación en el cine teatro Constelación, porque después del cine se hacía teatro y actuaba Manolo el Malagueño y los 4 Barman. También estaban con nosotros el artista de zarzuela José Esque y un grupo de baile. Cuando terminé la actuación me fui a casa para preparar las cosas para una gira que hacíamos por parte de Lérida, Zaragoza, Mora de Ebro y por el pueblo de Segarra; una turné que duro seis meses. Toda mi juventud la dediqué a todo esto y conocí lo que no se puede escribir, que son las experiencias y vivencias y muchísimas personas que fueron muy especiales para mi vida y al mismo tiempo para mi formación como hombre, porque todavía era muy niño. La única cosa que me dejó sin mis recuerdos fue el fuego de la Hermandad en 1983, porque todo eso estaba guardado en un baúl que entre los bomberos y el fuego lo destruyeron todo, pero quedó en mi memoria lo que estoy escribiendo para ti, para que tengas una idea de lo que fue mi vida antes de empezar a montar el Rocío. No todo fue de rositas, porque hubo muchísimos tropezones hasta poder montarlo, porque siempre hay algunos que se empeñan en poner trabas, esos que ni hacen ni dejan hacer, pero se agregan cuando ya están las cosas funcionando; entonces son los primeros en todo lo que se hace y aparecen en todas las fotos que pueden para decir: “Yo estaba”. Aunque sólo estaba como admirador, no como montador. Sé que de esos son muchos porque he tenido muchas discusiones con todos ellos y a algunos los he mandado mas allá de la cera por no mandarlos a otro sitio, porque algunos se lo merecen, sobre todo cuando estamos en el Rocío, pues son los que lo saben todo. Es una pena que haya personas así, que metan tanto la pata, como por ejemplo cuando se está llevando a la Señora y hasta quieren pelearse por llevarla y no solo se conforman cuando les dicen: “Hasta aquí, ahora la cogen los cuidadores para poder entronarla bien”.

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Pero ni eso respetan, no hay manera. Somos como salvajes y todo esto solo hace dividir a las personas que de verdad lo sienten, esos que lloran por dentro y no se les ven las lágrimas, esos son los

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míos, los que me miran y se callan, esos son a los que yo beso con toda mi alma, los que me gustaría poder entrar en su pensamiento para poder ayudarle en ese momento… No pueden las personas querer pasar por encima del otro para que se les vea en ese momento y se dice él mismo: “Yo soy más rociero que nadie.” Y lo único que consigue es hacer el ridículo en tantas cosas que me hago cruces al ver tantísimas cosas injustas.

Algunos de los que montan en el recinto del Rocío van por la fiesta que hacen todas las Casas de Hermandad, pero ni siquiera se unen para los actos marianos; se montan su carpa, se preparan para pasarlo bien y eso es todo lo que hacen en el recinto del Rocío, sin importarle nada de lo que se hace para todos. Es como un día de campo al margen de todo. Lo bueno es que luego dicen: “¡Vaya Rocío que he pasado, tío!” Pues menos mal que la FECAC les ha quitado de estar en la calle principal, porque era el colmo de todos los colmos.

El señor Rojo, el presidente de la Hermandad del Santo Ángel, se quejó de lo mismo que estoy explicando, es decir de qué falta ética, de que las personas lo han tomado como un día de campo y esto esta dando lugar a tomar unas medidas un poco más duras sobre estas personas que no respetan ni los actos marianos. Lo malo es que luego les oyes hablar y tu mismo te dices que predican todo lo que luego no hacen.

Un fundador de la peña de Juan de Arco, el señor Felipe Asensio Medina, que estuvo toda su vida como jefe de sala desde los primeros tiempos, cuando se montó por primera vez en la Pava de Castelldefels, decía: “¡Qué tiempos aquellos cuando la gente no tenía a donde ir y estaban esperando que se montara algo para poder estar con nosotros, cuando todos estábamos tan unidos y en cambio ahora se van cada uno por donde puede y no le importan las cosas de nuestra tierra algo que eso no debería perderse nunca, porque eso es lo que nos queda de nuestra tierra tanto que costó montarlo y lo han dejado perder!

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Está todo cerrado por culpa de muchos que no les interesa que esto siga hacia delante y a parte les están haciendo el juego a los que quieren que desaparezca, porque esto no es de aquí, esto lo introducimos nosotros y piensan que le vamos a quitar protagonismo a lo que hay aquí. Y no es así, lo único que hemos hecho ha sido darle más vida a todo lo que había en esta tierra.

Cuando nos trajeron nuestros padres, primero porque vinimos muy pequeños y también por los que vinieron más grandes, entre todos se formó un vínculo que valió de mucho para poder llevar a cabo las cosas que se fueron forjando, porque todo dio lugar a poder mirar de frente a los mandatarios de aquí, que eran una resistencia muy fuerte, por eso se montó la FECAC para poder hacer frente a todos los que había delante, porque no te negaban nada pero tampoco te daban nada de lo que les pedías, sólo te daban largas.

Hoy que todo está sembrado, porque dejamos los caminos con muy buenos cimientos, unos con la feria y el Rocío. A pesar de que teníamos muchas personas que estaban ayudando para poder sacarlo adelante, una de ellas Isabel Moreno, que aunque fuese muy joven te hacía que siguieras hacia delante, y luego todas las personas que yo tenía a mí alrededor, que no eran pocas. Tuve que enseñarles todo, porque no tenían ni idea de nada de lo que era el Rocío. Pero todos aprendieron, unos más y otros menos, pero aprendieron porque tuve la paciencia de un mono embalsamado, sin prisa pero sin pausa, y mi respuesta cuando se equivocaban: los abrazaba y les daba besos, porque yo los quería como a mí mismo, me daba igual que fuera niño, mujer u hombre, joven o viejo, yo estaba siempre a la altura de todos ellos, por eso tenía gente conmigo, los miraba y me decían: “¿Qué quieres que hagamos? Todos esos son los que hicieron posible todo lo que yo cuento en estas líneas sobre el papel para que tú, que estás ahí, sepas que muchas cosas no son como lo dicen, sino como son. Tal vez a mí me sirvan de mucha frustración pero, al mismo tiempo, también me sirven para poder alimentar mis memorias, porque con esto yo

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mismo vuelvo a vivir mi propia vida otra vez. Es lo mismo que pasa en una cola donde estás esperando tu turno y llega el listo, porque en todas partes los hay, para ponerse delante de ti. Esto te da noción a decirle que no, que espere su turno, porque es lo correcto.

En ocasiones recuerdo cuando la señora Dora, la tía de Miguel Poveda, nuestro cantaor de Badalona, venía acompañada de la madre de Miguel. Dora cantaba muy bien, pero la madre de Miguel bailaba muy, pero que muy bien. Ellas, cada semana venían para actuar en La Guitarra. ¡Cuantos recuerdos que se pierden a la vista pero no en el corazón! Cuando has tenido la suerte de poder conocer a tantas personas y quererlas como algo tuyo, con la mente limpia y sin malicias, te da mucha relajación y puedes dormir a pierna suelta pensando en todos tus amigos, porque ellos también piensan en ti. Siempre miro a las personas a los ojos porque les expreso mi sentimiento y mi cariño, todo esto me hace ser Juan Román, El Rociero, como me decían años atrás, luego pasé a ser Juan el de La Guitarra. Este es mi mote actualmente y con ese nombre me distinguen de los demás rocieros. Con todo esto no es que sea mejor, ni peor, es que yo soy el de La Guitarra.

En algunas reuniones me dicen que soy un mito y un referente para todos los demás y sé que lo dicen por ser el primero empezar, solo por eso, pero lo llevo bien porque es toda la verdad.

Cuando algo empieza mal, siempre acaba mal. Estoy harto de decir que el señor Francisco García Prieto nunca

fue un hombre formal, porque tengo motivos para poder decirlo. Cuando en 1983 el señor García Prieto echó a Juan José Guisados, que era presidente de FECAC, y le buscó la vuelta hasta que le echó porque dijo que estaba borracho, como cuento al principio de este libro, yo mismo tuve que comprar los votos para que saliera de presidente el señor Francisco, porque debíamos de tener a alguien que se dedicara a buscar los terrenos para montar el Rocío y la feria. Como Francisco siempre fue detrás de Juan José Guisados, ya que

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trabajaba con el en Crismona, había conocido muchas personas que le ayudaron, luego, como el Alcalde de Montcada, y le cedió los terrenos donde está C+C. Al nombrarlo presidente, como salió porque yo me puse en contra de todos a su favor, les dieron el voto, porque nadie lo quería. Cuando salió de presidente, como él sabía que fui yo quien le dio el voto de confianza, me juró que la Virgen del Rocío de la Hermandad La Guitarra sería la que siempre haría el Rocío, ya que fue la fundadora, y la virgen se hizo sólo para eso; fue hecha para todos los Rocieros, para dejarla en la iglesia en Cerdanyola que se buscó para ella en 1978 y sólo se pudo sacar hasta el 1984 por culpa de Los amigos suyos, y el nunca tuvo la intención de que eso pasara, lo hizo hasta que salió.

Cuando se quemó La Guitarra, se lo dijeron al señor Prieto y su respuesta fue: “¡Que le den por el culo!” Se lo dijo al señor Páez, él se fue con los que creía que eran más ricos que yo. Yo no era rico en dinero pero si en sentimientos y en bondad. Fue pasando el tiempo y yo fui cayendo poco a poco, mientras él se iba enriqueciendo poco a poco. Un día de los que nos vimos, quiso ignorarme pero yo le dije: “Acuérdate, Paco, que la Virgen se cobra todo en vida.” Al poco tiempo el estuvo a punto de morir, pero se quedó con nosotros, aunque bastante tocado.

Hoy, en una reunión, he tenido que pedir la palabra para decir tal cual sucedió: “Yo nombre a este hombre como presidente de FECAC en el 1983 y hoy, día 01-07 -2013, según estoy escuchando de todos ustedes, lo vais a tener que echar por adueñarse de algo que no es suyo: el dinero que dio La Manzanilla, La guita.”

Y me respondió J M, Con los papeles en las manos. Me quedé de piedra y dije: “Al cabo de tanto tiempo, sales peor que entraste”. Y mi egoísmo me dijo: “Señora, todo se paga en esta vida y Paco ha pagado todo cuanto hizo.” y el daño que me izo a mí,”

¡Qué justa es la vida! Pone a cada uno donde debe estar. Yo sigo siendo el pobre, él nunca podrá seguir siendo igual. Ni aunque fuese mentira, pero el que calla otorga y él se calló como un cobarde

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delante de todos. Yo sentí vergüenza ajena, porque fue bochornoso lo que se dijo en ese sitio, en la Hermandad del Santo Ángel de la Vereda. ¿Cómo puede ser que todo el que coge un cargo, al cabo del tiempo, tenga que salir de él a la fuerza y tenga que salir como un tirano? ¡Qué sabia es la vida! Yo tuve que ver muchas veces llorar a Isabel porque caí en una profunda pobreza, mientras él, día a día, iba más alto y se fue codeando con todos los políticos que en ese tiempo fueron mis amigos. Me fueron apartando como si se tratara de un perro sarnoso, y todo esto por tal de que pasara la Hermandad de Santa Coloma delante de La Guitarra, la que pensaban que era tan rica y que resultó no ser así, porque tuvieron que llamar a uno y a la otra para que se hicieran cargo de la Hermandad, ya que estaba totalmente en la ruina. Los que vinieron Ellos tuvieron que levantarla y ponerla al día.

Me pregunto yo, si es sabia la vida que el grande calló de sus alturas, y los que tanto se reían tuvieron que doblegarse, hasta que han dado lugar a que todos les odien, porque nadie los quiere. Están intentando que todo esto no salga a la luz para que no salga en los periódicos, porque sería lo único que de verdad haría mucho daño a la organización, porque muchos políticos están en contra de que el movimiento andaluz se celebre, porque todos juntos tenemos mucha fuerza pero separados ninguna.

Hoy veo como peligra todo lo que costó tantísimo de montar y todo esto gracias al señor G P. Cuando termino la Reunión de tanta corrupción”

Yo le dije a Manolo Acuña: “¿Con qué cara puede un hombre presentarse delante de tanta gente como se ha codeado? ¿Qué puede decirles el que estaba predicando en el desierto donde nadie le veía ni le escuchaba? Sólo pensó en hacerse rico y poder ayudar a sus hijos. ¿Cómo tuvo el valor de decirnos a todos que es lo que hubiésemos hecho nosotros en su puesto?

Si esto es todo cierto, este hombre se ha quedado con cosas de las Hermandades, ¿pero lo ha hecho él sólo? No es menos cierto que

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también habría alguien con él, como el Secretario, el tesorero… ¿Dónde estaban todos los demás? Sólo mandaba él, porque, M- C, le dijo que todos eran unos chorizos y que tenía papeles para poder ir a los juzgados si ellos querían, papeles que acreditaban lo que estaba diciendo. J-M- le dijo: “Tú eres un chorizo muy grande porque cuando montan los aparatos de música en feria, a los que yo te mando, les pides el diez por ciento de todo lo que cuesta montarlos.” Y que tenía facturas de todo esto.

Le dijo a: “M- E, cuando yo me como un jamón en mi casa, me lo compro.” Esto quería decir que se estaba llevando los jamones, seguramente de la feria de abril, sin que nadie lo viera, porque de no ser así ¿cómo pudo callarse y no decir nada en ese momento? Porque no tuvo respuesta,. En la feria, cuando se monta lo referente a los jamones, siempre se guardan los huesos para saber los que se han gastado, porque tantos vendidos tantos pagados y los que sobran se devuelven a la casa del jamón; esos son los tratos que existen en feria y Rocíos. Lo mismo que con todas las demás cosas: vinos, cerveza y refrescos o quesos... Si no está empezado todo se lo llevan las casas de donde procede. Tanto vendes, tanto pagas, y si falta un jamón tienen que darlo como vendido y pagarlo y a eso es a lo que se refería- C- y les retó a ir a los tribunales.

El de Pastora del Alba de San Adrián, Se dirigió a Joaquín Moreno porque por lo visto éste no lo

dejó pasar a algún sitio y estuvieron a punto de pegarse, porque Manuel le decía a Joaquín: “Tenme más respeto porque yo soy un presidente y tengo muchas quejas.” Quédate y se pusieron muy duras las cosas para los que venían a explicar las cosas que según ellos había hecho P G A consecuencia de todo esto se terminó la reunión. ¡De escándalo!

Todo lo que, M- L- C, dijo se interpretó como un robo de todos. También estaba el Amigo del señor, M –V- y le dijo que le

tenía dos querellas puestas por lo criminal para pedirle daños y

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prejuicios por su cliente don M- V. Francisco le dijo:” ¡Váyase usted a la calle! Y el que savia tanto salió del local. Este señor quiso meter baza donde no podía, porque él no era nadie para estar en esa reunión, porque no es de la organización y tampoco su cliente. Como estaban estos dos señores ¿quien tenía interés para que estuvieran en la reunión? Muchos de los que habíamos nos sorprendimos de verlos allí. Alguno dé los que formalizaron la reunión, les avisó porque les haría falta para meter más cizaña de la que hubo, que no fue poca. Me pregunto: ¿De qué le sirve a un hombre ganar el mundo si pierde su alma, la honradez…? Pierde todo cuanto quiso ser para ser un don nadie, para que lo señalen por donde vaya como a un don nadie.

Este era el que decía que los políticos tenían que ser honrados, ya que el pueblo no se merecía que lo robara ¡Ay G P! ¿Cómo van tus hijos ahora a los sitios, con su cabeza alta? Se que lo has hecho por ellos, según tú mismo dijiste que qué hubiéramos hecho nosotros… Hay muchos padres que no pueden darles nada a los hijos y no los humillan, pero tú quisiste compararte con tu antiguo jefe. ¿Te acuerdas de cuando trabajabas con Juan José Guisados? ¡Éste sí que tenía dinero! Tienes que acordarte de que te quedaste con Crismota. Se te ha vuelto la tortilla. Ahora tienes a todos en tu contra. Para poder montar algo que se pueda ver y sentir, tienes que ser muy bueno y sobretodo honrado.”

Fui el fundador del Rocío de Barcelona pero también he sido el fundador del primer bautizo Rociero del Centro Cultural Rociero de Calasparras, Murcia, en el cual se bautizaron 16 personas en el río Segura frente al Santuario de Nuestra Señora de la Esperanza, dónde acudió Radio-televisión de Calasparras y junto con todas las autoridades y hermanos Mayores, el santero Mayordomas y todo el séquito del santuario… se celebró una gran misa en la cual estuve como fundador por primera vez de algo que nunca hubo en esa tierra. Fundé algo que cada vez será más grande y me acordé de cuando estaba montando todo lo de Barcelona; así lo

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comuniqué a todos los que había en ese momento porque también les di la formula de poder montar un Centro Cultural y Rociero con el nombre de Calasparras, ya que serían los primeros en poder llamarse así.

En el tiempo que he estado, como no perdimos el contacto, les vi como presentaron los papeles para poder formalizar los Estatutos, cosa que se cumplió, porque cuando los presentaron ya les dieron el visto bueno y se ha abierto la puerta por primera vez con el nombre de Roció y me sentí como cuando empecé a montar en Cataluña, sólo que aquí estaba mucho más arropado por todas esas buenas gentes.

Aquí en Barcelona ni me miran como soy, en cambio allí me admiran como rociero. Hasta el amigo Pascual quiere que monte una Casa de Hermandad donde poder hacer espectáculos, porque eso no está visto por allí y me quiere como director porque nadie sabe como se puede hace.

Les dije: yo seré el fundador del Rocío en la provincia de Murcia, lo mismo que fui en Cataluña, solo que con mucha diferencia de años. También me han propuesto que monte una sección de baile en el casal de los abuelos, porque junto con Julia estuvimos en la inauguración del centro y nos vieron bailar los bailes de salón, que no lo hacemos nada mal. Yo les dije: “Como tengo que venir muy pronto, lo hablaremos.”

Tengo en mi pensamiento pasar mucho tiempo en ese lugar y ayudar a montar el Centro Cultural Rociero Coro de Calasparra.

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UNA DEDICACIÓN PARA UN GRAN ARTISTACOMO LO FUE MI GRAN AMIGO

JUANITO EL MEJORANO.¡CUÁNTO ME ACUERDO DE ÉL!

FUE UN TALISMÁN PARA MÍ, UN AMIGO ENTRE LOS AMIGOS,

UN MURCIANO CABAL, DE LOS BUENOS,UN GRAN ARTISTA, PERO DIOS SE LO LLEVÓ.

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