hay de lo uno

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Noviembre 2013. HAY DE LO UNO Trabajo realizado para las Primeras Jornadas Interinstitucionales “Diálogos actuales en psicoanálisis” (Nebrija, Lacantera, La Porteña). 1. Lo UNO uniando… En la obra de Lacan, hay referencias a lo Uno en varios de sus Seminarios. No se trata en esta ocasión de hacer un seguimiento exhaustivo de las mismas, sino de mencionar alguna, para tomar como punto privilegiado lo que articula en el Seminario XIX …Ou pire, específicamente desde la lectura de la filosofía, el Parménides del lacaniano Platón. Entonces, vamos al Seminario VI, ahí leemos: (…) Ese ser no está en ninguna otra parte sino en los intervalos, en los cortes (…) El ser puro del que se trata es ese mismo ser del cual acabo de dar la definición general, y esto, en tanto que, bajo el nombre de inconciente, de simbólico, una cadena significante subsiste según la fórmula que me permitirán adelantar: todo sujeto es uno. (…) El Uno no es una noción unívoca, y los diccionarios de filosofía les dirán que hay más de un empleo de ese término, a saber, que el Uno, lo que es el todo, no se confunde en todos sus empleos con el uno número, es decir el uno que supone la sucesión y el orden de los números, y se desempeña ahí como tal. (Seminario VI, Clase 23, 3 de Junio de 1959) Unos años después, en el curso del Seminario X, afirma: Esta pseudo-infinitud [del deseo] no depende sino de una cosa, que cierta parte de la teoría del significante nos permite imaginar –no es otra cosa que la del número entero. Esta falsa infinitud está ligada a la clase de metonimia que, con relación a la definición del número entero, se llama la recurrencia. Es la ley que acentuamos fuertemente el año pasado a propósito del Uno repetitivo. Pero lo que nos demuestra nuestra experiencia (…) es que ese Uno al que se reduce en último análisis la sucesión de los elementos significantes en tanto que distintos, no agota la función del Otro (Seminario X, Clase del 21 Nov. 62) Nota al pie: La recurrencia en matemáticas, es la propiedad de aquellas secuencias en las que cualquier término se puede calcular conociendo los

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El Uno parmenídeo según Lacan

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Noviembre 2013.

HAY DE LO UNO

Trabajo realizado para las Primeras Jornadas Interinstitucionales Dilogos actuales en psicoanlisis (Nebrija, Lacantera, La Portea).

1. Lo UNO uniando

En la obra de Lacan, hay referencias a lo Uno en varios de sus Seminarios. No se trata en esta ocasin de hacer un seguimiento exhaustivo de las mismas, sino de mencionar alguna, para tomar como punto privilegiado lo que articula en el Seminario XIX Ou pire, especficamente desde la lectura de la filosofa, el Parmnides del lacaniano Platn.

Entonces, vamos al Seminario VI, ah leemos:

() Ese ser no est en ninguna otra parte sino en los intervalos, en los cortes () El ser puro del que se trata es ese mismo ser del cual acabo de dar la definicin general, y esto, en tanto que, bajo el nombre de inconciente, de simblico, una cadena significante subsiste segn la frmula que me permitirn adelantar: todo sujeto es uno. () El Uno no es una nocin unvoca, y los diccionarios de filosofa les dirn que hay ms de un empleo de ese trmino, a saber, que el Uno, lo que es el todo, no se confunde en todos sus empleos con el uno nmero, es decir el uno que supone la sucesin y el orden de los nmeros, y se desempea ah como tal. (Seminario VI, Clase 23, 3 de Junio de 1959)

Unos aos despus, en el curso del Seminario X, afirma:

Esta pseudo-infinitud [del deseo] no depende sino de una cosa, que cierta parte de la teora del significante nos permite imaginar no es otra cosa que la del nmero entero. Esta falsa infinitud est ligada a la clase de metonimia que, con relacin a la definicin del nmero entero, se llama la recurrencia. Es la ley que acentuamos fuertemente el ao pasado a propsito del Uno repetitivo. Pero lo que nos demuestra nuestra experiencia () es que ese Uno al que se reduce en ltimo anlisis la sucesin de los elementos significantes en tanto que distintos, no agota la funcin del Otro (Seminario X, Clase del 21 Nov. 62)

Nota al pie: La recurrencia en matemticas, es la propiedad de aquellas secuencias en las que cualquier trmino se puede calcular conociendo los precedentes. Los nmeros enteros son una secuencia y la ley de recurrencia que permite calcular cualquiera de ellos en funcin del precedente n es (n+1). Este tipo de repeticin que es la recurrencia puede dar la ilusin, tanto de infinitud como de totalidad. La infinitud por el lado de una metonimia inagotable, y la totalidad por el lado de agotar la funcin del Otro. Pero el uno en juego para nosotros no es el uno de la totalidad, ni el uno de la recurrencia, sino el uno de la diferencia, el uno del rasgo unario. Ese es el uno repetitivo, el del significante. Correlativamente esto ubica el corte del objeto a.

Luego, ms avanzada la obra, Lacan deja a partir de los aos 70- la dialctica del sujeto y el Otro. Abandona la idea de otro completado por el Otro de la Ley, abandona la idea del Otro como previo. Pasa a sostener la no existencia del Otro. En el Seminario XIX, en el que nos detendremos, sostiene fuertemente:

Esta nocin de Otro, yo lo he marcado en cierto modo con una barra que lo rompe Pero romper es negar? El anlisis propiamente hablando enuncia que el Otro no sea ms que esta duplicidad. Hay Uno pero no hay nada de Otro (Seminario XIX, Clase del 14-6-72)

Hay de lo Uno escribe Lacan en Ou pire. Este Hay de lo Uno dice acerca de la existencia, dice HAY. No est diciendo lo Uno es, lo Uno es uno. Problema de la existencia que tambin aborda a travs del no-todo y su re-lectura de la modalidad en Aristteles. La cuestin no es el Ser del Uno, la esencialidad, sino la Unicidad. En tanto el Otro no existe, en tanto el Otro est roto con una barra, agujero de lo real por lo simblico, Hay de lo Uno. El problema de la metafsica fue identificar el Uno con el Ser: ah perdemos los pedales. Entonces, el Parmnides

An antes de ir al dilogo platnico, digamos que este Uno solo, es el Uno de la repeticin del vaco, tal como es articulado por Lacan. La repeticin se plantea en primer lugar como repeticin del Uno, en tanto que Uno de la inexistencia (Seminario XIX, Clase del 19 Enero 1972). El Uno de la ex-sistencia, demostrado en el Parmnides, de donde encuentra Lacan, ha surgido histricamente la cuestin de la existencia.

En el Seminario siguiente, An, insiste en la lectura del Uno:

El Uno encarnado en lalengua es algo que queda indeciso entre el fonema, la palabra, la frase () Esto es lo que est en juego en lo que yo llamo el significante amo. Es el significante Uno. (Seminario XX, ).

Ese significante primordial S1- al que Lacan llama gloria de la marca es matriz fundadora del lenguaje. Lo que antecede es lessaim, el enjambre: lalangue. El S1 como marca inicial que recibe el sujeto es letra. Este S1, significante amo, asegura la unidad de la copulacin del sujeto con el saber.

En la experiencia analtica lo ms que se puede producir es S1, designado como significante del goce, remarcando que es un goce singularsimo. (Seminario XX, Clase VIII). Es con lo que se puede designar el asunto de cada quien, lo que anima a cada quien.

2. Referencia que permanece.

As las cosas, con estas citas mnimas, nos dirigimos al dilogo platnico, ya antes mencionado entre comillas, las que vienen a decirnos que dilogo no hay, hay de lo Uno. Pero antes, insistir en un punto, que consideramos viene a reforzar el inters en este texto platnico. Ya en el Seminario VI, del que extrajimos una breve cita, hay una indicacin de Lacan de ir a trabajar este dilogo, en este caso para inmiscuirse en la dialctica de la Uno y lo Otro, y as otras... Entonces, ahora s, a encontrarnos con el querido Platn.

3. Comentario sobre el Parmnides.

Lacan es crtico con la manera en que es abordado este texto en la lectura universitaria filosfica, en cuanto a que se estructuran sus apartados, y por muchos especialistas, la ltima parte, donde se pone a prueba la hiptesis parmendea del Uno, es tomada como mero ejercicio preparatorio, un ballet.

Revisemos brevemente como est dispuesto el dilogo.

Se inicia con una evocacin de una escena que sucedi, que es relatada de tercera mano, por quien, fascinado por estas temticas, aprendi de memoria lo sucedido en aquel supuesto encuentro: Cfalo con amigos clazomenenses se dirigen a Adimanto y Glaucn, a fin de que stos lo lleven con Antifonte, quien por su frecuente contacto con Pitodoro, aprendi de memoria la conversacin que mantuvieron Scrates, Zenn y Parmnides.

Ya en el relato que dice lo sucedido, encontramos a Scrates indagando a Zenn, compaero de Parmnides. Scrates solicita que se relea la primera hiptesis del libro de Zenn Es esto lo que se proponen tus argumentos? Sostener enrgicamente, contra todo lo que suele decirse, que no hay multiplicidad? (Parmnides, 127 e). Luego dirigindose a Parmnides, dice: t, en tu poema, dices que el todo es uno (128b), frmula que se desliza ms adelante hacia si lo uno es (128d). En este preguntar y re-preguntar de Scrates sobre la hiptesis de Zenn, comienza a presentarse que no habra problema en aceptar la multiplicidad de las cosas (ta nta), pero s sera sorprendente aceptar que lo que es lo uno, precisamente eso es mltiple, y que a su vez, lo mltiple es efectivamente uno (129c). Que las Formas, en s y por s, se mezclasen, eso s sera para admirarse.

Nota al pie: Tal como estudiosos de la filosofa admiten, estamos ante el Parmnides que nos trae Platn, dejamos de lado entonces, el ver qu de esto encontramos as articulado en el poema. S aportemos el interesante dato de que El todo es uno es una frase que pertenece a Meliso.

Aparece aqu el viejo Parmnides, quien comienza a cuestionar al joven Scrates, llevndolo a un punto de indecisin sobre la teora de las ideas. Parmnides le recomienda a Scrates que se ejercite, en esa prctica aparentemente intil y que la gente llama charlatenera (adolescha), trmino que Lacan se detiene en analizar y vincular a la prctica analtica. Y ah es donde comienza la puesta a prueba de la hiptesis parmendea sobre el Uno.

El ejercicio implica seguir un procedimiento por hiptesis: se parte de la suposicin de que una cosa es y se sacan las consecuencias que de ello se derivan, tanto para la cosa misma como para las cosas otras que ella. Pero con esto no basta, es preciso, adems, suponer que esa misma cosa no es y sacar las consecuencias que de ello se derivan, tanto para la cosa misma como para las cosas distintas de ella. Es Parmnides quien va a mostrar el ejercicio con su propia hiptesis sobre lo Uno. Entonces, las ocho hiptesis. Y aqu el dialogo que no es, se muestra tal como lo dice Lacan, un charlotear del Uno, porque Parmnides toma por interlocutor al joven Aristteles, quien se limita a responder: si, as es, es necesario: de interlocutor, ni rastro!

Veamos qu hiptesis quedan al aplicar el procedimiento a la tesis de Parmnides. Quien haya hecho la lectura del dilogo, tal vez comparta una dificultad, aquello que aparece confuso en cuanto a la diferencia entre algunas de las hiptesis. Hagamos primero, entonces, una aclaracin: tanto la hiptesis positiva como la negativa son ambiguas: el es y el no es pueden tomarse en sentido existencial o en sentido predicativo. La hiptesis de si lo uno es puede significar o bien que hay uno bien que lo uno es; la de si lo uno no es puede significar o bien que no hay uno, o bien que lo uno no es.

Las ocho hiptesis que obtenemos con este mtodo son:

1. Si lo uno es (ei hen estin).

[137c: P: No es cierto que lo uno no podra ser mltiple?

A: Cmo podra serlo?

P: En consecuencia, ni tiene partes ni puede ser un todo.

A: Por qu?

P: La parte es, sin duda, parte de un todo.

A: S.

P: Y qu es un todo? Un todo no es aquello que no carece de ninguna parte?

A: En efecto.

P: En consecuencia, en ambos sentidos, lo uno estara constituido por partes, tanto por ser un todo como por tener partes.

A: Es necesario.

P: Y as, en consecuencia, en ambos sentidos lo uno sera mltiple y no uno

P: Luego, si no tiene ninguna parte, no tendr ni principio, ni fin, ni medio, puesto que stos seran, efectivamente, sus partes

P: Ms an, fin y principio son lmites de cada cosa

P: En consecuencia, lo uno es ilimitado.

P: Y carente de figura.

As prosigue la argumentacin, hasta concluir en 142a:

P: Por lo tanto, no hay para l ni nombre ni enunciado, ni ciencia, ni sensacin ni opinin que le correspondan Tampoco entonces, se lo nombra ni se lo enuncia ni es objeto de opinin ni se lo conoce ni hay ningn ser que de l tenga sensacin Y es posible que esto suceda respecto de lo uno?

A: A m, al menos, no me lo parece.

P: Quieres, entonces, que regresemos nuevamente a la hiptesis y la retomemos desde el comienzo, para ver si al retomarla llegamos a algn otro resultado?]

2. Si lo uno es (hen ei esti)

[142b P: Si lo uno es decamos-, las consecuencias que se siguen sobre l, sean cuales fueren, deben ser aceptadas Examina, entonces, desde el comienzo. Si lo uno es, es posible que l sea, pero que no participe del ser?

A: No es posible.

P: Ahora bien, el ser de lo uno sera, sin ser lo mismo que lo uno; de otro modo, el ser no sera de lo uno, ni l, lo uno, participara del ser, sino que decir lo uno es sera semejante a decir lo uno es uno. Pero ahora nuestra hiptesis no es si lo uno es uno, sino que la hiptesis es si lo uno es As, es tiene diferente significado que uno.

De este modo, se introduce lo diferente y lo semejante como otros dos a los que se hace referencia permanente, y al aceptarse la diferencia entre uno y es, el uno va a mostrarse pasible de mltiples y contradictorias afirmaciones.

3. Qu afecciones les corresponderan a las otras cosas si lo uno es. Al modo de lo ocurrido en la hiptesis 2, las cosas otras que lo uno, al incluirse la diferencia entre el uno y el ser, reciben mltiples y contradictorias predicaciones.

4. Si lo uno es, las cosas otras que lo uno cmo se comportan. Dado que las otras cosas, en el sentido de esta hiptesis, estn privadas de lo uno, por eso no pueden recibir ninguna predicacin.

5. Si lo uno no es (ei me sti to hn). Esta hiptesis, al considerar el no ser como una predicacin del uno, es decir, establece la diferencia sujeto-predicado, llega a consecuencias contradictorias, inclusive aceptar el ser del no ser (162a). Se trata aqu, puesto que lo uno no es realmente, de una apariencia de existencia: parece ser, parece presentar todos los contrarios.

6. Si lo uno no es, que debe seguirse como consecuencia respecto de l (163b). En esta hiptesis, dado que el no ser es considerado de manera absoluta, nada puede decirse del uno que no es, no posee ningn tipo de determinacin (164b)

7. Si lo uno no es, que consecuencias deben seguirse para las otras cosas (164b). Las otras cosas, para ser otras, deben serlo en relacin a algo. Dado que el uno no es, deben serlo entre s, de esta consideracin, todo puede decirse de las otras cosas. Estamos pues, en presencia de un polvo de seres, de una apariencia que sin cesar se nos escapa como en un sueo; pero esto no impide que esa apariencia que se nos esfuma parezca tener un nmero, puesto que parece una.

8. Si lo uno no es y las otras cosas que lo uno son, qu debe resultar (165e).

P: Las otras cosas, sin duda, no sern uno Pero tampoco mltiples; pues en las cosas que son mltiples tendra que estar tambin presente lo uno; si pues, ninguna de ellas es una (hn), todas juntas no son nada (oudn), de manera que tampoco podrn ser mltiples

Los argumentos primero y cuarto de la hiptesis positiva parten de sostener un Uno absoluto, de un uno en el que no se distingue sujeto y predicado, y llegan a concluir que nada absolutamente puede predicarse de lo uno ni de los otros que lo uno. El segundo y el tercero, en cambio, parten de la afirmacin de un uno del que se predica que es, y concluyen que tanto lo uno como los mltiples son pasibles de recibir todos los predicados opuestos. Un esquema anlogo se repite en el grupo de los cuatro argumentos correspondientes a la hiptesis negativa: dos de ellos, el quinto y sptimo, parten de la negacin relativa de lo uno, es decir, de lo uno del cual se predica que no es, y concluyen que tanto lo uno como los mltiples reciben todos los predicados opuestos. El sexto y el octavo, parten de la negacin pura y simple de lo uno, lo uno que no es de ningn modo (aquel del que Parmnides, segn Platn, hablaba), y concluyen en la imposibilidad absoluta de toda predicacin, sea para lo uno, sea para los mltiples. Por el camino eleata que no distingue sujeto de predicado, cosa de propiedad- toda predicacin y toda participacin, problema de la primera parte del dilogo- se hace imposible. Si partimos de una unidad absolutamente una, todo camino se cierra. Pero tambin los otros argumentos, los que parten de un uno del que se predica que es o que no es, llevan a consecuencias aporticas, porque hacen posible una predicacin y una participacin- totalmente indiscriminada. Si partimos de una unidad de la que todo se predica, llegamos a conclusiones absurdas. As, las palabras con las que se concluye este dilogo son:

P: Afirmmoslo, entonces, y digamos adems que. Al parecer, si lo uno es o bien si lo uno no es, l y las otras cosas son absolutamente todo y no lo son, aparecen como absolutamente todo y no lo aparecen, tanto respecto de s mismas como entre s (166c).

Todos los simulacros de que se hablo en las hiptesis toman, pues, todo lo que hay de real en su apariencia, de lo que queda de la unidad supuesta no existente. Nada ms curioso que este anlisis en el que la unidad, no existiendo, est sin embargo presente, como de lejos, en las otras cosas, las que no pueden diferir unas de otras ms que participando tambin, en cierto modo, de la unidad. Lo uno proyecta as, del fondo de su nada, una especie de inteligibilidad crepuscular que es todo lo que podemos saber del resto de las cosas, si consideramos aquellas hiptesis que hablan del uno y el ser. Las hiptesis que nos traen un Uno-uno concluyen en un uno del que no hay ciencia, opinin. La ltima hiptesis, exime de esa inteligibilidad crepuscular que mencionbamos. La unidad al desaparecer, hay llevado consigo el ltimo resplandor que haca posible la apariencia misma de las cosas.

Tenemos, entonces, que el Uno que nos trae Platn, presenta tambin, al ser puesto a prueba con el mtodo dialctico, esa bifidad que seala Lacan. Se quiere hablar del Uno, pero el Uno es ya algo sobre lo que hay que aclarar en qu sentido est tomado. Y las aporas y absurdeces a las que llega el dilogo, recuerdan lo dicho por Lacan: yo hablo del UNO como de un REAL () y al referirse a la historia de las matemticas, con las extravagancias del nmero, nos recuerda que en Platn el nmero irracional creaba problemas, y heredaba el escndalo pitagrico del carcter irracional de la diagonal del cuadrado, nombrando aqu lo que l llama la imposibilidad de enumerar, siendo que existe manera de enunciar de una serie de formas diferentes la serie de nmeros enteros, ya que de verdad se la puede enumerar de 36000 maneras, sea cual sea el modo en el que los hayamos ordenado, habr tomado siempre la diagonal, y en esta diagonal, cambiando cada vez, segn una regla determinada antes, los valores, habr otra forma an de enumerarlos. Es precisamente en esto que consiste lo real ligado al UNO (Seminario XIX, Clase viii).

Hay de lo uno: hay de la unicidad del uno, no hay de la mismidad, sino que precisamente lo contrario, por la teora de los conjuntos, el uno estara fundado sobre la pura y simple diferencia. (Seminario XIX, clase viii)

4. Palabras que estn al final

Hay de lo Uno, habla de la existencia, decamos. En la clase 7 del Seminario que tomamos como referencia, Lacan afirma: No hay existencia sino sobre el fondo de la inexistencia e inversamente. ex-sistere no tener su sostn, sino de un afuera que no es, he aqu aquello de lo cual se trata en el UNO!-.

Y, adelantndonos, tomamos la referencia en la clase siguiente, que pone en relacin al Uno con un Real. Y as, las dificultades para atrapar eso que ah habla. Sin embargo, hay un punto en el cual algo de esto se puede alcanzar. Lacan retoma aqu un tema trabajado en el Parmnides, que aparece tambin en la Fsica aristotlica, en relacin a cmo puede pensarse el momento en el que se produce el cambio.

Hay una primera mencin en el dilogo al ahora. Leemos en 152b

P: Pero, acaso no es ms viejo cuando est llegando a ser ms viejo en el ahora del tiempo, intermedio entre el fue y el ser? Pues, al avanzar desde una antes a un despus, no podr saltarse el ahora

P: Pero, no cesa de llegar a ser ms viejo en el momento en que alcanza el ahora, y ya no llega a ser entonces ms viejo, sino que es ms viejo? Porque, si prosiguiera, no sera nunca apresado por el ahora; lo que prosigue, en efecto, es tal que se mantiene en contacto con ambos momentos a la vez, con el ahora y con el despus, soltando el ahora y atrapando el despus, llegando a ser en el intermedio de ambos, del despus y del ahora.

Un poco ms adelante, ya en lo especfico que articula Lacan, en el dilogo encontramos el problema que se plantea en relacin a lo uno que es, en cuanto al movimiento y al reposo, dado que en esta hiptesis se va mostrando que lo uno puede recibir diversas predicaciones. Es decir, para recibir las diversas predicaciones, necesita pasar del movimiento al reposo y viceversa. Para esto es necesario que cambie. Y he ah la cuestin:

P:tampoco cambia sin cambiar.

P: Cundo cambia, entonces? Porque no cambia ni cuando est en reposo ni cuando se mueve, ni cuando est en el tiempo.

P: Hay acaso esa cosa extraa en la que estara en el momento en que cambia?

A: Qu cosa?

P: El instante. Pues el instante parece significar algo tal que de l proviene el cambio y se va hacia uno u otro estado. Porque no hay cambio desde el reposo que est en reposo ni desde el movimiento mientras se mueve. Esa extraa naturaleza del instante se acomoda entre el movimiento y el reposo, no estando en ningn tiempo; pero hacia l y desde l lo que se mueve cambia para pasar a estar en reposo, y lo que est en reposo cambia para moverse.

Y lo que Lacan nos va a mostrar sobre esto, est sobre el final de esa clase:

Porque de dnde surge l en verdad?... en un punto donde Platn consigue encerrarlo. No se debe creer que sea como parece, solamente a propsito del tiempo. l lo llama: t dexafnes. Traduzcanlo como quieran = es el instante, es lo sbito, es el nico punto donde puede hacer subsistir, es en efecto siempre donde toda elucidacin del nmero, y Dios sabe que ha sido llevada suficientemente lejos como para darnos la idea de que hay otros aleph adems de los nmeros.

Pero ste aqu, este instante, este punto porque esta sera la verdadera traduccin- es aquel que no resulta decisivo sino en el nivel de un aleph superior, el nivel del continuo.

El UNO, el cual aqu precisamente parece perderse y llevar al colmo lo que es de la existencia hasta confirmar la existencia como tal en tanto enunciable. Y es esto lo que me ha hecho encontrar, reportarme a ese exaifnes, en el mismo Aristteles, a apercibirme que al fin de cuentas, ha habido una emergencia de ese trmino existir en alguna parte de la Fsica.

Aristteles lo define como ese algo que anasthetw jhrvw en un tiempo que no puede ser sentido dia mijhrteta en razn de su extrema pequeez es t estn... Pero est claro que viene es un participio pasado, el participio pasado, del aorismo segundo istemi, de ese aorismo que se dice esten, es stan y yo no s que haya el verbo existemi habr que controlar.

Sea lo que sea el Sistere es ya, aqu el ser estable. Ser estable a partir de un afuera: t extn, lo que no existe sino no siendo. Y es de esto de lo que se trata. Es esto lo que he querido abrir hoy bajo el captulo general de lo UNIANO.

El instante media cuando tiene lugar el cambio. El instante es situado como el punto de ese salir fuera de s que no es ni movimiento ni reposo y que media entre ambos. En este salir fuera de s acaece la existencia. El Uno acontece, hay de lo Uno en el instante fugaz. No se trata de la temporalidad del aprs-coup ni de la temporalidad lineal de los ahora. Se trata de la temporalidad del acto en que acontece Uno y vaco.

S1 ste de lalengua, S del enjanmbre es S del goce, goce singularsimo goce sin el cual sera vana la exitencia sem xx

Comentario de lacan sobre Parmnides que es poema ver si entra en relacin con lo que dice badiou del Uno no es, y necesidad de pensar una nueva aistesis junto con lgica del acontecimiento y nocin de instante

Clase 7 donde dice que ah paltn asila el uno

Y algo de que todas estas vueltas que lacan da en relacin a l tema del uno, y que busca atraparlo de una y otra forma, siguen dejando un poco abierta la cuestin para mi, como un interrogante, que hay de lo uno, que aparece en el instante, y como tal, entonces, es evanescente, porque toca un real?

En el principio, Lacan no pone una esencia, una sustancia, sino un agujero en lo simblico que enuncia como no hay relacin sexual, la respuesta no es del orden de la significacin sino de lo real, funcin de ex-sistencia del sntoma. La existencia, entonces, no es correlato del sentido, sino del agujero.

Herclito: dios semainen

Lalengu|a enjambre-------contingencia-------------acontecimiento--------instante donde eso se pezca

Alguna mencin de lo trabajado con Enrique

Heidegger instante

MF ontoteologa (Ser = Uno) crtica Badiou