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P. 1© BARCELONA 2016 SOCIEDAD GENERAL DE AGUAS DE BARCELONA, S.A.

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CICLO TEMÁTICO-Agua, alimentación y energía

#Conferencia11 de Abril de 2016

Hacia la tercera Revolución Industrial y una sociedad de coste marginal cero


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PCF: Process Chlorine Free – fibras blanqueadas sin cloro

Din 6738: Criterios de permanencia del papel (LDK class 24-85)


Actividad #Conferencia

11 / 04 / 2016

234 (40 % externos)

Interno/Externo

Àgora Agbar. Museu Agbar de les Aigües de Cornellà de Llobregat


Ponente

Fecha

Nº asistentes

Foro

Lugar

Título

Jeremy Rifkin, economista y asesor político de la UE, así como de distintos jefes de Estado. Es autor, entre otros, de La sociedad de coste marginal cero: El internet de las cosas, el procomún colaborativo y el eclipse del capitalismo y de La tercera revolución industrial: Cómo el poder lateral está transformando la energía, la economía y el mundo.

# Ficha técnica

00Hacia la tercera Revolución Industrial y una sociedad de coste marginal cero


Jeremy Rifkin participó en el ciclo temático CREA Agua, Alimentación y Energía, en el espacio Àgora Agbar de Cor-nellà de Llobregat. Este ciclo se lleva a cabo en el marco de la iniciativa Cercle de l’Aigua. La presentación hizo re-flexionar a la audiencia sobre el modelo económico actual, que proviene de la segunda Revolución Industrial, y acerca de dónde debemos ir como especie, pero también como región y como empresa. Rifkin es licenciado en Economía y Relaciones Internacionales, asesor de la Unión Europea y de jefes de Estado de todo el mundo, y autor de varios libros, entre ellos La sociedad de coste marginal cero: el internet de las cosas, el procomún colaborativo y el eclipse del capitalismo y La tercera Revolución Industrial: cómo el poder lateral está transformando la energía y cambiando el mundo.

Manuel Cermerón, director general de SUEZ Advanced Solutions Spain, fue el encargado de abrir la sesión, momento

El economista y asesor de la Unión Europea, así como de distintos jefes de Estado de todo el mundo, alerta de que la única forma de asegurar la supervivencia de la humanidad en el planeta azul es cambiar el modelo económico y social actual incorporando la digitalización inteligente, la economía colaborativa y la energía verde. Para la adaptación de SUEZ a este modelo, sugiere integrar un nuevo modelo de negocio basado en ofrecer servicios situando el big data y su know-how sobre gestión del agua en el centro de su cadena de valor.

Jeremy Rifkin: “Hay que avanzar hacia la tercera Revolución Industrial. No tenemos un plan B y quedarnos en la situación actual no es una opción”

que aprovechó para comentar los hitos más importantes de Rifkin y agradecerle su presencia. Jeremy Rifkin explicó a la audiencia las pe-culiaridades del cambio de paradigma que estamos viviendo y vinculó sus explicaciones, entre otros sectores, al caso específico del agua.


Rifkin inició su presentación explicando la situación en la que se en-cuentra nuestra sociedad en la actualidad, pero también la de nuestro planeta: el freno del crecimiento del PIB, consecuencia de una dismi-nución de los índices de productividad en los últimos veinte años, ha desembocado en tasas de desempleo muy elevadas, especialmente en la generación millennial. Según Rifkin, esta desaceleración es la nueva norma, lo que nos lleva a pensar que nos esperan, como míni-mo, veinte años más de crecimiento reducido.



Esta situación es el resultado de la explosión de las dos revoluciones industriales de los siglos XIX y XX, de las que unos pocos se han beneficiado claramente. Actualmente, las 62 personas más ricas del mundo tienen una riqueza equivalente a la de la mitad de la población mundial. Pero la situación no es solamente preocupante por la repartición de la riqueza mundial, sino que se agrava por los proble-mas climáticos que han comportado estas revoluciones. Rifkin alertó de que el cambio climático ya está aquí, ya no son solo previsiones, y está afectando de forma directa a los ciclos del agua.

Esto es especialmente relevante teniendo en cuenta que en nuestro planeta, el planeta azul, todo gira alrededor del agua. Por cada aumento de un grado en la temperatura, la atmósfera retiene un 7 % más de agua, y esto se ha ido materializando en una mayor presencia de inundaciones, nevadas e incendios en zonas poco habituales. El econo-mista aseguró, también, que lo que antes pasaba cada mil años se ha convertido en la nueva norma. Además, estu-dios recientes muestran que el deshielo es peor de lo que se había previsto y esto provocará, en seis o siete décadas, tormentas dramáticas sin precedentes en la historia de la humanidad. Para ejemplificar de forma más clara la grave-dad de la situación, Rifkin mencionó que en la Tierra he-mos tenido cinco extinciones masivas cuando ha habido un punto de inflexión en la química terrestre; cuando esto ha sucedido, la Tierra ha tardado unos diez millones de años en recuperarse. Rifkin alertó: “Somos una de las especies más jóvenes que habitan la Tierra y la estadística no nos acompaña. El 99,5 % de las especies que han vivido en la Tierra se han extinguido.

Teniendo en cuenta este contexto, Rifkin invitó al público a reflexionar sobre qué hacemos mal y qué podríamos hacer para mejorar. Según Rifkin, “El problema llega cuando en julio del 2008 la economía entera se para porque el precio del barril de crudo alcanza un punto máximo”. Rifkin vinculó esta subida al colapso del sistema económico de la segun-da Revolución Industrial. “El mercado se colapsó porque la subida del precio del barril de crudo afectó a todos los productos. Todos se sustentan en el combustible fósil, base de la segunda Revolución Industrial”.

Otro punto crítico es la vinculación actual entre agua y energía. Rifkin explicó que el 8 % de toda la energía que producimos se utiliza para generar agua (reciclaje, trans-porte, tratamiento, etc.): “es un monstruo generador de CO2”, afirmó. Por su parte, el agua se utiliza para mover energía. “En Francia, el 80 % de la energía es nuclear, y para generar esta energía, Francia utiliza entre el 30 y el 40 % del agua fresca consumida para refrigerar los reactores

-“No sabemos si la especie humana sobrevivirá, pero de momento no lo estamos haciendo bien, porque influimos en los ciclos del agua del planeta, y esto es un punto crítico para su estabilidad”. -


nucleares”. Rifkin explicó que esto es una dependencia muy peligrosa, ya que si el agua está demasiado caliente no se puede utilizar para refrigerar los reactores y esto implica que se genera un déficit de elec-tricidad nuclear.

-“El agua es necesaria para producir energía y la energía es necesaria para producir agua; son dos nexos clave del cambio climático. Son parte del problema, pero también son parte de la solución”.-

Como respuesta a la situación actual, Rifkin defiende que para sobre-vivir necesitamos encontrar una nueva visión económica que sea con-vincente y un nuevo modelo económico, asociado a esta visión, que se pueda implantar de forma rápida. En la historia de la humanidad, esos cambios se han producido a partir de un cambio de plataforma tecnológica y de la infraestructura, que ha llevado a modificaciones en la forma fundamental en que manejamos la energía. Las nuevas tecnologías (en comunicación, transporte y energía) cambian la forma como los humanos trabajamos; es a través de estos elementos que conseguiremos cambiar el modelo.

• La primera Revolución Industrial se basó en el vapor y el carbón, el telégrafo y el tren.

• La segunda se vincula al teléfono, al transporte por carretera (pe-tróleo) y a la energía nuclear.

• Rifkin asegura que la tercera Revolución Industrial se basará en la digitalización: la smartización del transporte, la energía y la co-municación. También tendrán un papel importante el agua, el big data y la colaboración.



El límite de la productividad en el modelo económico actual

Un caso interesante para el análisis es cómo Alemania, ya hace algunos años, decidió empezar a avanzar en lo que el economista estadounidense denomina tercera Revolución Industrial. Rifkin explicó que Alemania buscaba fórmulas para mejorar su productividad siendo ya uno de los países más productivos de Europa. No obstante, el problema es global. “Estamos en un momento de creación de muchas empresas y nuevos productos, y aun así el crecimiento si-gue estancado”. Las teorías económicas consideran que los elementos clave para mejorar la productividad son mejores trabajadores y mejores máquinas, pero se ha comprobado que esto solo se puede atribuir al 40 % de la productivi-dad. El otro 60 % no se sabe exactamente de dónde viene. Rifkin mencionó que para desarrollar actividad económica tomamos energía de la naturaleza (la extraemos, la move-mos y la consumimos), y en cada paso incorporamos parte de esa energía en el producto. Pero parte de esa energía se pierde en el proceso. La eficiencia agregada es el tra-bajo que realmente se traspasa al producto; esto funciona en la economía y, también, en la naturaleza. “Entre un 10 y un 20 % de la energía invertida en cazar una cebra entra en el león; el resto se pierde en el proceso. El problema es que la termodinámica se explica para cualquier carrera científica, pero no se enseña en las escuelas de economía”.

Por lo tanto, volviendo al reto de la productividad en Ale-mania, Rifkin plantea que el problema es intentar mejorar la productividad con el sistema actual, que ya ha mostrado sus limitaciones. Si la economía está vinculada todavía a la infraestructura de la segunda Revolución Industrial, ya se ha comprobado que no podrá superar el 20 % de eficiencia agregada.

Adaptación al nuevo modelo económico y social: digitalización y know-how

Para afrontar este reto, Alemania, de la mano de la canciller Angela Merkel, hace años que se prepara para la tercera Revolución Industrial. Internet está ampliamente instaura-do, todo el mundo tiene teléfonos inteligentes y todo em-pieza a converger hacia el mundo digital (energía conecta-da, transporte conectado, etc.). Esta interconectividad es

-“Podéis tener vuestro propio big data y desconectar del resto. Entonces tendréis que crear fórmulas para tratar esos datos mediante apps y programas que os permitan incrementar de forma drástica vuestra productividad”.-

lo que llamamos internet de las cosas (IoT, por sus siglas en inglés), que consiste en monitorizar lo que hacemos para conseguir mejorar la productividad de todos los procesos (vehículos inteligentes, smart grid, almacenes inteligentes, etc.). Según Rifkin, en pocos años tendre-mos un cerebro global externo que permitirá monitorizar big data en la economía y en la naturaleza.

Hoy en día ya podemos prever la conexión de toda la humanidad a una plataforma IoT y también la disponibilidad de todos los datos eco-nómicos del mundo. Sin embargo, afirma Rifkin, “en el momento en que llegamos a este pensamiento, a la idea de un mundo completa-mente interconectado, nos entra el miedo. ¿Cómo podemos asegurar que todo el mundo que esté conectado sea libre, que los gobiernos no utilicen esa conexión para sus fines propios y que podamos evitar el ciberterrorismo?”. Según Rifkin, no podemos obviar ese problema: invertiremos el 50 % de los recursos a hacer frente a este reto, “el lado oscuro de la conectividad”. Cuando lo solucionemos tendremos muchísimas posibilidades. Para el caso de SUEZ, Rifkin propuso que la compañía tenga en el big data su propia cadena de valor.


eléctricos y sin conductor (por tierra, mar y aire): “los vehículos estarán llenos de sensores y se podrá ver la información de movilidad y logísti-ca en tiempo real. Por lo tanto, seguramente ya no habrá conductores, pero sí jefes de información”. Según Rifkin, este sector también deberá asociarse con otros sectores y empresas para tener más capacidades. El volumen de negocio vendrá determinado por el volumen de servi-cio, no por el producto vendido.

Rifkin insistió en que la visión que ofreció de una economía democrati-zada muestra solamente la parte positiva de la digitalización.


Coexistencia y adaptación, el modelo empresarial

Rifkin aseguró que el capitalismo no desaparecerá: “todos somos todavía consumidores, propietarios, etc. Pero al mis-mo tiempo tenemos gente produciendo y compartiendo a través de la economía digital”. Aun así, es evidente que prácticamente todas las industrias se han visto alteradas, y al mismo tiempo han aparecido miles de nuevas empresas que son las que están creando algoritmos, apps o plata-formas para que la gente pueda interactuar. Rifkin confesó que, a pesar de que inicialmente se creyó que se crearía una barrera, un cortafuegos, y que la economía colabora-tiva no conectaría el mundo digital con el físico, esto no ha sido así. “El cortafuegos ha sido traspasado y las personas están produciendo su propia energía en sus casas. La digi-talización ha acercado a las personas y eso las hace cola-borar”. Nos estamos moviendo hacía un nuevo paradigma de democratización de la economía a través de la digitali-zación y, según Rifkin, esta tendencia ya no se puede fre-nar. En Alemania ya hace tiempo que se ha advertido este cambio de paradigma y, en el 2016, el 32 % de la energía proviene de las renovables. Se calcula, además, que antes del 2040 ya será el 100 %, y por ahora el coste marginal de producir esa energía es cero.

A escala empresarial, Rifkin explicó que las empresas de-berán cambiar sus modelos de negocio. Los retos que hace unos años tuvieron que superar las industrias del papel y la música ahora han llegado a todo tipo de sectores y merca-dos. Siguiendo con el ejemplo de Alemania, sectores de la población crean cooperativas para producir su electricidad y las grandes compañías cada vez tienen menos merca-do. Estas han sido muy productivas y competitivas durante muchos años, cuando se necesitaba un modelo muy esca-lable, pero ahora las energías ya no están centralizadas, ya no se necesita de economías tan escalables. Pequeños actores se están juntando y crean la escalabilidad que ne-cesitan, pero eso no significa que las grandes empresas deban cerrar, sino adaptar sus modelos de negocio.

Rifkin destacó que no vamos a abandonar la infraestructura de la segunda Revolución Industrial mañana. “Es necesario estar en ambos modelos (el segundo y el tercero) al mismo tiempo”. Como la arquitectura de la tercera Revolución In-dustrial se basa en la colaboración y en el open source, Rif-kin propuso a las grandes empresas ayudar a otros actores a implementar sistemas de producción y gestión de ener-gía para incrementar su eficiencia y productividad, reducir la huella ecológica y los costes marginales. Es algo que se conoce como contratos de rendimiento. IBM ya hizo algo similar cuando pasó de vender ordenadores a vender ser-vicios a partir de su conocimiento acumulado. Para lograrlo, Rifkin destacó la importancia de asociarse con empresas del sector de las TIC, de la electrónica, con consumidores, etc. “Será necesaria una colaboración entre competencias, no solo entre sectores”.

El transporte también es un punto esencial de cualquier modelo económico, y en este caso Rifkin argumentó que este también se basará en la conectividad, la geolocaliza-ción y el sharing. Estos elementos ya están bastante im-plantados en nuestra sociedad, especialmente por parte de la generación millennial. Además del sharing, Rifkin au-guró que en los próximos cinco años tendremos vehículos

-“Es verdaderamente difícil, con muchos retos y obstáculos, pero ¿qué otra opción tenemos? No podemos quedarnos en la segunda Revolución Industrial porque nos está destruyendo (cambio climático, baja productividad, caídas de PIB, etc.)”. -

Financiación del traspaso a la tercera Revolución Industrial

Europa ya ha detectado la necesidad de cambiar de modelo y ha crea-do la estrategia Europa Digital. Eso hará que gran parte del presupues-to de la Unión Europea se dedique a temas relacionados con esta transformación. Esto se aplica a Europa, pero también a sus países, regiones y ciudades. Rifkin asegura que el dinero está ahí, pero que se está invirtiendo todavía en infraestructura de la segunda Revolución Industrial. “Urge empezar a gastar en crear las infraestructuras para el nuevo paradigma, en vez de seguir invirtiendo en nuevas infraestruc-turas obsoletas”.

A medio plazo, Rifkin auguró que el rediseño de nuestra infraestructu-ra y su transformación a “inteligente” incrementará el empleo durante cuatro décadas. Destacó, también, que entonces las infraestructuras estarán gestionadas por algoritmos y las personas podrán dedicarse a tareas sociales. “Los robots no criarán a nuestros niños. El capital so-cial es esencial. Hay muchas cosas que podemos hacer, mientras los robots llevan a cabo las tareas mecánicas”. Para que llegue este día, Rifkin recordó que también tendremos que cambiar la conciencia de la sociedad, todavía muy instalada en la mentalidad competitiva de la segunda Revolución Industrial. Respecto al ámbito empresarial, Rifkin comentó: “Mi esperanza es que las compañías realmente están empe-zando a hacer este cambio, a moverse hacia la gestión de energía, a pensar cómo transformar el servicio del agua, etc.”. Como colofón, afir-mó que su “esperanza es empezar a ver gente joven dándose cuenta de que tenemos una responsabilidad hacia el interés de la comunidad, no solamente con respecto al interés personal”.



Elementos destacados

Posteriormente a su exposición, Jeremy Rifkin respondió a las preguntas de los asistentes, sistematizadas y expre-sadas por la directora de Innovación y Gestión del Conoci-miento de SUEZ Water Spain, Maria Salamero.

> Según su visión sobre la descentralización de la pro-ducción y distribución de energía, ¿hasta qué punto esta es aplicable al agua? El agua tiene diferentes recursos, cualidades y requisitos. También tiene diferentes usos (de irrigación, industrial y para el consumo doméstico). Además, esa agua debe ser devuelta en una calidad co-rrecta. Teniendo en cuenta estas especificidades, ¿cómo ve el futuro de la gestión del agua?

En la industria del agua habrá, en cierto modo, una descen-tralización. Pero nuestra principal preocupación es la resi-liencia. Necesitamos cierto grado de descentralización, de poder desconectarse del sistema y acumular agua para uti-lizarla si surgiera un problema. Estamos muy preocupados por las interrupciones de suministro si todo el sistema cae. Por ejemplo, si la electricidad se para, no tenemos agua. Este es un tema muy complejo; deberemos preocuparnos por los activos bloqueados, y eso será la nueva burbuja. La parte positiva es que las interrupciones de suministro que habrá en los ciclos del agua debido al cambio climático harán que esta sea una prioridad. Los gobiernos deberán incentivar este sector y la aplicación de nuevos modelos de negocio; deberán tratar de la misma forma y con la mis-ma prioridad el agua y las energías renovables. Debemos afrontar el problema y encontrar incentivos para promover un sistema de agua más repartido, como mínimo para ase-gurar la resiliencia si hubiera interrupciones del suministro. El papel de la industria del agua será el de poner en mar-cha la red de servicios vinculada a estos nuevos modelos.

> Siguiendo con el modelo de servicio del agua, usted ha hablado del papel de los ciudadanos en el sector energé-tico; para ello, ha utilizado el concepto prosumidor. ¿Cree que este papel puede existir en el sector del agua?

Tenemos una prueba piloto en tres regiones para ver cómo funciona: en el norte industrial de Francia, en la zona entre Róterdam y La Haya y, también, en Luxemburgo, el primer Estado miembro en participar en esta prueba. Estos pla-nes son totalmente colaborativos; vamos a las regiones y trabajamos con ellas: con sus gobiernos, su sociedad civil, sus comunidades empresariales, etc. Estos actores poseen el conocimiento y el know-how de la región, por lo que trabajamos con ellos de forma conjunta. Cuando trabajas en tu propio plan tienes mucha más motivación para tirarlo adelante. Por lo tanto, no es algo que simplemente pones sobre la mesa, sino que debes involucrar a todos los acto-res, juntar a todo el mundo para crear una Europa digital, región por región. Es más lento, pero funciona y se llama democracia.

> ¿Cómo afecta la tercera Revolución Industrial a los con-ceptos de Estado y administración pública? ¿Qué debería hacer la administración pública para promover este mo-delo a escala municipal, regional, nacional y europea? Finalmente, ¿podría ser de ayuda la cooperación público-privada?

En la UE se ha incorporado un concepto muy interesante, el principio de subsidiariedad. Significa que todas las decisiones deben iniciarse a escala local; después, regional; posteriormente, estatal, y, finalmente, europea. Hay que trabajar de forma conjunta, ya que son las adminis-traciones más pequeñas las que están más cerca de la sociedad y de sus necesidades. En este sentido también se ha reestructurado la financiación con el Plan Juncker, que ha unido al Banco Europeo de Inversiones y a la comunidad bancaria. Se han revisado las prioridades de los fondos; estas son la digitalización, la energía digital, el trans-porte digital, la educación digital y la sanidad digital. En los próximos seis meses, las regiones de Europa pueden empezar a trabajar en este ámbito con otras regiones, con Bruselas y con áreas locales. Las regiones se unirán para conectar regiones.

> En su opinión, ¿cómo se aplica el modelo de economía de coste marginal cero a los servicios del agua en relación con la inversión en infraestructura y, también, respecto a otros servicios de mayor valor añadido utilizando internet de las cosas?

Tenemos agua de sobra en este planeta, pero faltan estudios de desa-rrollo. No se han creado modelos de cómo afecta el cambio climático al agua. Por lo tanto, será esencial crear nuevos modelos para extraer, consumir y reciclar el agua. Así es como nos conectaremos a los eco-sistemas. Será importante la monitorización por GPS. La agricultura, que depende de empresas como la vuestra, se está encaminando hacia la precisión y la prescripción, y esto no solo lo llevan a cabo grandes empresas. Lo importante será la utilización, el rastreo por GPS para entender mejor las zonas ecológicas y poder utilizar esta información. Esto significa que los sistemas de agua deberán estar co-nectados a este sistema, para entender cómo incrementar la eficiencia en cada momento. Hasta el momento no éramos capaces de captar toda esta información; el cambio está en aplicar este nuevo paradigma donde se pueda y, además, donde sea necesario. El ejemplo de la agricultura es muy claro.

El principal problema de una empresa como la vuestra es la interrup-ción constante de suministro a causa de los ciclos del agua. Hacen fal-ta sistemas que nos permitan movernos rápidamente si fuera necesa-rio. El agua es un bien público, pero todavía estamos empezando a ver cómo solucionamos este asunto. Necesitamos encontrar soluciones escalables e implementarlas en las políticas públicas para movernos todos en la misma dirección.



> En el 2002 escribió La economía del hidrógeno. Catorce años des-pués, ¿qué opina de la madurez de las tecnologías del hidrógeno para el almacenamiento de energía?

Para entrar en la tercera Revolución Industrial tenemos que llevar a cabo varias cosas a la vez: 1) la introducción de incentivos para su adopción anticipada; 2) el acondicionamiento de los edificios, a fin de que cada edifico sea un nodo, y 3), crear estrategias e infraestructuras para el almacenamiento.

Alemania no creó la infraestructura para el almacenamiento suficien-temente rápido. Estudiaron cómo hacerlo, pero no lo llevaron a cabo, y se encontraron con el problema de que el sol no siempre brilla; se tiene que almacenar. El hidrógeno será el centro del almacenamiento, pero todavía se debe escalar para que esto pueda ser aplicable. Tam-bién las compañías de coches están desarrollando tecnologías para el hidrógeno. Esos vehículos dispondrán de almacenamiento. Ya ahora, en Europa, se han creado coches que cuando detectan que el precio de la electricidad es alto, venden parte de la energía que tienen alma-cenada. Esto lo veremos en todas partes: en edificios y en todo tipo de infraestructuras. Necesitamos contadores inteligentes y estaciones de carga. En la actualidad, Alemania y también países como Dinamarca están haciendo un buen trabajo; por lo tanto, el modelo ya está aquí y ya está cambiando. El reto será que las economías no se estresen demasiado en el proceso. Esto requiere colaboración. Habrá muchos errores por el camino, pero no tenemos un plan B. Quedarnos con el modelo actual es disfuncional para nosotros.

> En el Mobile World Congress, Mark Zuckerberg co-mentó que el objetivo era que internet llegara a todo el mundo. Este comentario fue criticado y tildado de frívolo. Nosotros creemos que internet es, sin duda, una herra-mienta para poder ayudar en África a mejorar el acceso al agua. También se está utilizando el móvil para realizar micropagos. ¿Qué opina de establecer como una priori-dad el acceso a internet?

Actualmente mil millones de personas no tienen acceso a agua potable. Aun así, todavía está por ver qué hacer en los países en desarrollo con la tercera Revolución Indus-trial, pero ya nos está sorprendiendo. Hemos aprendido la lección con el teléfono móvil en la India y África. Entró de forma muy rápida, para sorpresa de todos. Aprendimos entonces que en los países en desarrollo el pasivo es el activo. Por ejemplo, en el sector del agua es fácil crear in-fraestructura. Estos países pueden moverse rápidamente hacia los microgrids. Empiezan de cero, no tienen que transformar nada y por eso pueden moverse rápida-mente. Por lo tanto, en vez de tener infraestructuras antiguas y centralizadas, han creado las suyas pro-pias.

Por otro lado, Ban Ki-moon, secretario general de las Na-ciones Unidas, ha hecho de la electricidad universal su mandato. Donde no hay electricidad no hay agua. Desde un punto de vista social, vemos que en las sociedades que no tienen electricidad es donde más se advierte la escla-vitud de mujeres y niños; son las sociedades más patriar-cales. La electricidad ha liberado a muchas mujeres, que han podido ir a la escuela. No solo eso: algunos trabajos ya no necesitan solamente fuerza, sino capacidad mental. Esto hace que los niños también tengan libertad para ir a la escuela. La electricidad cambia sus vidas no solo a escala tecnológica, sino también social. Por lo tanto, la clave es ver cómo los países en desarrollo aplican pequeñas eco-nomías de escala abiertas y transparentes. La electricidad trae también el agua, y son estos dos elementos los que conllevan el cambio.



Ideas fuerza

• La desaceleración económica actual y el cambio climático son los síntomas que nos indican que hay que avanzar hacia la tercera Re-volución Industrial.

• El capitalismo no desaparecerá, y tampoco podremos abandonar el modelo de la segunda Revolución Industrial de forma inmediata. Las infraestructuras de ambos modelos deberán coexistir durante varios años.

• Necesitamos nuevas fórmulas para que la producción de energía no exija tanta agua y para que el tratamiento y el transporte del agua no requieran tanta energía. Actualmente ambos elementos son par-te del problema, pero deben pasar a ser parte de la solución.

• Los gobiernos deberán incentivar el sector del agua y la aplicación de nuevos modelos de negocio; deberán tratar de la misma forma y con la misma prioridad el agua y las energías renovables.

• La tercera Revolución Industrial se caracteriza por la digitalización inteligente de las comunicaciones (IoT, big data), la economía cola-borativa y las energías renovables.

• La digitalización es la siguiente gran apuesta de la Unión Europea, después de la Estrategia 2020, para las infraestructuras del nuevo modelo.

• La robotización servirá para disponer de herramientas que ejecuten los trabajos mecanizados. El capital social colaborativo será el ver-dadero motor pensante en la tercera Revolución Industrial.

• Será complicado pasar a una realidad interconectada. Esto plantea muchos retos, pero no tenemos más opción. No hay un plan B.


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