gustavo fernández - la parálisis en las abducciones y visitas de dormitorio

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  • 8/10/2019 Gustavo Fernndez - La Parlisis en Las Abducciones y Visitas de Dormitorio

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    LA PARLISIS EN LAS ABDUCCIONES YVISITAS DE DORMITORIOPublicado por Gustavo Fernndezel17 noviembre, 2014

    En ocasiones la investigacinan la propiamente cientfica- avanza no por

    enjudiosos estudios, por arremolinada casustica o por trascendentesdescubrimientos, sino es la consecucin en forma metodolgica de ciertas ideas,

    quizs menores. No mucho ms que esto ltimo es lo que propondr en este

    ensayo, que bsicamente, podemos resumirlo as:

    En casi todos los casos de visitantes de dormitorio, de abducciones

    pretendidamente extraterrestres y an en muchos Encuentro Cercanos de Tercer

    Tipo (con contacto -fsico, verbal, teleptico, visual- con supuestas EBEs

    (Entidades Biolgicas Extraterrestres) los testigos manifiestan haber sido vctimasde una extraa forma de parlisis. Describen que si bien continuaban respirando

    normalmente en ocasiones (en otras ocasiones, con dificultad), no podan mover

    msculo alguno de su cuerpo. Seguan pensando sin cierta lucidez, y como

    mucho, tal vez, mover los globos oculares, una parlisis que desapareca cuando

    el testigo caa en un estado de sopor o inconsciencia luego del cual perda

    http://institutoplanificador.wordpress.com/2014/11/17/la-paralisis-en-las-abducciones-y-visitas-de-dormitorio/http://institutoplanificador.wordpress.com/2014/11/17/la-paralisis-en-las-abducciones-y-visitas-de-dormitorio/http://institutoplanificador.wordpress.com/2014/11/17/la-paralisis-en-las-abducciones-y-visitas-de-dormitorio/http://institutoplanificador.wordpress.com/2014/11/17/la-paralisis-en-las-abducciones-y-visitas-de-dormitorio/
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    recuerdo del evento o, simpleente, al alejarse el objeto no identificado, presunto

    generador de ese estado. Y decimos extraa parlisis porque la ciencia mdica

    describe normalmente dos tipos de parlisis: la muscular y la nerviosa. El mero

    hecho que el testigo-vctima siga respirando y su corazn latiendo demuestra que

    no se trata de una parlisis muscular. Y que pueda seguir pensando, guardandomemoria del hecho y en ocasiones, protagonice una comunicacin de ndole

    teleptica demuestra que tampoco es nerviosa.

    Cul es su naturaleza, entonces?. Y aqu es donde observamos que la mayora

    de los uflogos parecen no haber advertido la enorme similitud entre la parlisis en

    las abducciones (o en los EC III) y la llamada parlisis del sueo.

    La parlisis del sueo es un estado casi catatnico que ocurre apenas nos

    dormimos, en medio del sueo profundo o casi al despertarnos, donde el sujeto

    cree recobrar la conciencia, salir del estado de sueo fisolgico para descubrir

    que, salvo los ojos, no puede mover ninguna otra parte del cuerpo. Quien lo haya

    vivido sabe que es una experiencia fuertemente angustiante, cuyas secuelas

    anmicas pueden durar horas despus del despertar. Y que un 30 % de la

    poblacin lo ha sufrido una o varias veces en su vida. Coincidentemente,

    agregaria yo, un porcentaje similar al que algunos investigadores como Budd

    Hopkins- sealan como vctimas de abducciones o visitantes de dormitorio por

    parte de la poblacin adulta estadounidense.

    Antes de continuar estas reflexiones, evitemos que el lector ingrese en un callejn

    sin salida, porque, qu es lo que proponemos?. Qu los episodios deabduccin, visitas de dormitorio y ECIII son estados alucinatorios ms propios

    del sueo que de la experiencia real?. No.Exactamente lo contrario: que lo que

    llamamos sueo (entendida como ensoacin, no como sueo

    fisiolgico) y estas experiencias comparten un mbito comn, un espacio

    no fsico, paralelo a la Realidad en que nos desenvolvemos ordinariamente.

    Un mbito astral, para que se comprenda la idea.

    Lo que quiero decir es que es reduccionista explicar los eventos de la ensoacin

    como meros subproductos de la actividad cerebral, un conjunto de imgenes y

    sensaciones respuesta al metabolismo fisiolgico. Quiero aqu llamar la atencin

    sobre aquellos antiguos autores que se preguntaban si los eventos de los sueos

    no se trataran de percepciones de Otra Realidad, de un plano sutil que

    interpenetre la Realidad Ordinaria (de all que lo identifique con la expresin ms

    popular de plano astral) de donde traemos el recuerdo quizs enturbiado por

    esos filtros que son los mecanismos de Defensa del Yo al pasar a la conciencia

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    en estado de vigilia que es, despus de todo, cuando recordamos y nos

    replanteamos estas experiencias. En consecuencia, ser la parlisis del sueo la

    percepcin umbrosa de una Dimensin Paralela?. Tendr entonces el fenmeno

    OVNIcuando menos, esta extensin de su naturaleza fenomenolgica- el

    territorio de los sueos como geografa propia?.Enuna entrevista que se me realizara en Espaa,reflexion en voz alta sobre la

    posibilidadestbamos hablando de Psicofonas- que la Transcomunicacin

    Instrumental y la Ufologa slo enfocaran en apariencia su atencin hacia

    fenmenos de distinta naturaleza; que quizs y despus de todo lo percibamos

    cono fenmenos diferenciados pero la Matriz generadora fuera la misma. No

    puedo dejar de pensar lo mismo aqu, cuando la bibliografa mdica especializada

    me dice que la parlisis del sueo se manifiesta por:

    - Sensaciones y alucinaciones auditivas, visuales y tctiles

    - Conviccin de presencias, tanto visibles como invisibles, generalmente

    malignas y amenazantes.

    - Dolores, sensacin de ahogo, proximidad de muerte

    - OOBE (Out of Body Experiences, experiencias de salida del cuerpo)

    Obsrvese que estos sntomas podran corresponder, detalle ms, detalle menos,

    a las propias vivencias de los abducidos. Y comprendo que para algunos espritus

    refutadotes pueda parecer ms sencillo concluir que, entonces, si estas

    alucinaciones son propias de la parlisis del sueo y sta a su vez se identifica

    de alguna manera con los episodios de visitantes de dormitorio,abducciones y

    EC III, entonces esta ltima fenomenologa tambin es, por carcter transitivo,

    explicable en trminos igual de naturales. Y as, los protagonistas de estos

    episodios son apenas una suerte particular de esquizofrnicos, olvidando las

    palabras de otro injustamente olvidado explorador de lo desconocido interior, el

    psiquiatra John C. Lily, cuando escribiera: la psicosis no es ms que un estado

    desacostumbrado de conciencia al que pasa el individuo y que de algn modo

    entorpece el camino de los dems, por lo que se le encierra o medica(The

    Center of the Cyclone, 1972)

    Pero la cuestin no es tan sencilla.

    Primero, porque la explicacin psicolgico-fisiologista es de una complejidad y

    complicacin que atenta contra el principio de economa de hiptesis (vase, por

    ejemplo, ms abajo, en LO OMINOSO NUMINOSO) y segundo, porque obliga a

    dejar de lado las evidencias fsicas contundentes que suelen acompaar estos

    http://www.ivoox.com/afr-n-138-parapsicologia-psicofonias-audios-mp3_rf_3728658_1.htmlhttp://www.ivoox.com/afr-n-138-parapsicologia-psicofonias-audios-mp3_rf_3728658_1.html
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    casos: implantes, ablaciones de rganos o excrecencias, ablacin de fetos,

    cicatrices, efectos fsicos sobre el entorno y los objetos, etc.

    Nunca mejor evocar, como en este caso, la figura y el pensamiento de Carl Jung,

    cuando en Sobre cosas que se ven enel cielo (tengo la edicin argentina de

    1961, de Editorial Sur) afirm:posiblemente los UFOs sean entes psicoides esdecir, a su innegable realidad fsica que no nos compete discutir aqu, debemos

    sumar su realidad psquica. Existiran entonces, en el plano de las ideas y el

    mundo de los sueos, y tambin y a la vez, fuera de l.

    Cincuenta y tres aos hace que enunciara Jung esta teoraque abre horizontes

    insospechados a la investigacin- y seguimos, al parecer, ms preocupados por

    reunir trozos de cereales calcinados que por animarnos a explorar la verdadera

    dimensin de estos objetos y las inteligencias que se deducen tras ellos: un

    espectro Trascendente de la Realidad, ms all de la percepcin ordinaria.

    LO OMINOSO NUMINOSO:LA SENSACIN DE PRESENCIA Y OTRAS FORMAS DE EXPERIENCIASANMALO/ALUCINATORIAS*

    J. Allan Cheyne**Department of PsychologyUniversity of Waterloo

    200 University AvenueWaterloo, ON N2L 3G1Canada

    Casi todos hemos tenido, en algn momento, la experiencia de sentir que no estbamos solos, a pesardel conocimiento certero de que no haba nadie realmente cerca. Esta sensacin puede ir desde unavaga e injustificada sensacin a una certeza absoluta. Normalmente asociamos tales sensaciones conla oscuridad, ambientes extraos y -por supuesto- la sensacin de sentirnos aislados de los dems(James, 1958; Suedfeld, 1987; Zusne y Jones, 1982). Podemos experimentar la sensacin depresencia, por ejemplo, caminando solos en una calle oscura, o por un bosque, o incluso en casaestando solos, sobre todo en una "noche tormentosa" llena de susurros y ruidos vagos, viento, ysonidos de animales distantes. Los sitios conocidos pueden convertirse en sitios propensos para estetipo de experiencias (Reed, 1988; Suedfeld,1987; Suedfeld y Mocellin, 1987).

    En un reciente trabajo, algunos anlisis cuantitativos han evidenciado que la sensacin de presencia

    es una concomitante comn de la parlisis del sueo, que est particularmente asociada conalucinaciones visuales, auditivas y tctiles, as como un miedo intenso (Cheyne, Rueffer y Newby-Clark 1999). La parlisis del sueo es un estado consciente de inmovilidad involuntaria que ocurreantes de dormirse o inmediatamente al despertar. Un episodio puede durar desde unos segundos avarios minutos. Aunque los individuos en este estado son incapaces de hacer movimientos corporales,pueden abrir sus ojos y percibir eventos externos (Hishikawa, 1976). Otros estudios sugieren queaproximadamente el 30% de los adultos jvenes tuvieron alguna experiencia de parlisis de sueo(Cheyne, Newby-Clark y Rueffer, 1999 Fukuda, 1998; Spans et al., 1995). Ms all de combinacionesde experiencias sensoriales con guiones particulares detallados y complejos, se han identificado comofuentes experienciales de relatos los ataques de incubos, posesin demonaca, una bruja que ataca y,ms recientemente, abducciones extraterrestres (Baker, 1990 1992; Cheyne, Rueffer y Newby-Clark,

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    1999; Firestone, 1985; Hufford, 1982; Ness, 1978; Spans et al., 1993). Estas tpicas experiencias sonrealmente aterradoras y son los referentes originales del trmino nightmare (pesadilla) (Liddon, 1967;Hufford, 1982).

    La investigacin cualitativa que presentamos aqu surge de los resultados de la encuesta del CentroWaterloo para el Estudio de Experiencias Inusuales del Sueo. Este instrumento incluye varios temsque evalan rasgos de parlisis del sueo y experiencias alucinoides asociadas. Los tems estn

    basados en una taxonoma desarrollada a travs de una combinacin de anlisis cuantitativos ycualitativos de desgrabaciones recogidas en entrevistas verbales de los encuestados. Cada tem en elestudio se responde mediante una frecuencia y una intensidad en la respuesta, adems de un espacioen blanco despus de cada tem para describir por escrito la experiencia en palabras del encuestado.

    Las experiencias alucinoides corresponden atres factores extrados de anlisis factorialesexploratorios y confirmatorios (Cheyne,Rueffer y Newby-Clark, 1999). El primer factor(Intruso) consiste en la sensacin de presenciay temor, as como alucinaciones visuales,auditivas y tctiles. Este factor se hadenominado asi porque las experiencias amenudo se interpretan como la presencia deun intruso en la habitacin. El segundo factor

    (Incubus) consiste en una sensacin de estarsiendo tocado o presionado en alguna partedel cuerpo (la mayora de las veces en elpecho), dificultades respiratorias (sensacionesde sofocacin y ahogo), dolor e ideaciones demuerte. Este factor se nombr asi por el relatofantstico y tradicional de una criatura que sesienta en el pecho de un durmiente,interpretado como un ataque fsico. Un tercerfactor (Experiencia de Movimiento Ilusorio)consiste en sensaciones de flotar y volar, caer,experiencias fuera del cuerpo y otrassensaciones de movimiento. Este factor noest tan relacionado con los otros dos. Losanlisis cuantitativos dieron un factor deestructura estable, replicable y coherente.

    El anlisis cualitativo est basado enaproximadamente 7000 pginas de textoescritas por la totalidad de encuestados. Enalgunos casos, los relatos de la muestra hanestado sujetos a correcciones menores deortografa y gramtica, reunidos durante unperiodo de cuatro aos. El estudio seadministr a 2,715 estudiantes iniciales depsicologa, resultando 771 los casos deparlisis del sueo (502 mujeres, 269varones) con una edad media de 19.13 (SD =6.12). adems, se ha puesto en la Web una

    serie de versiones electrnicas desde Agostode 1997 hasta el presente (Cheyne, 1997-2001), arrojando 7,478 respuestas (4,943 mujeres, 2,565 varones) con una edad media de 29.67 (SD= 10.56). La proporcin del sexo femenino respecto al masculino, fue de aproximadamente 2:1,consistente con varios amplios estudios de experiencias alucinoides en la poblacin general (Bentall,2000). Los resultados mostraron en general 6 experiencias tipicas, Sensacin de presencia, presenciamalignas y amenazantes, alucinaciones visuales, alucinaciones auditivas, alucinaciones tctiles ydificultades respiratorias.

    Sensacin de presencia. Siempre hay sensacin de presencia durante la parlisis del sueo peroalgunas veces el individuo no ve la presencia, aunque sabe que est all. En menos de un cuarto de los

    Durante el sueo, muchas personas indican tenerexperiencias "fuera del cuerpo."

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    casos, la presencia se describe como una impresin neutral o ligeramente aprehensiva, de algoexternamente presente pero sin la experiencia de corroboracin sensorial. Uno "siente" algo, aunquenunca lo ve. La presencia a veces se describe explcitamente como estando justo en el lmite de lavisin, detrs de uno o simplemente al lado ("Haba un objeto negro en la esquina de mi cama, peroyo no poda mover mi cabeza para verlo, lo vea slo desde la esquina de mi ojo"). Parece ser que siuno pudiera darse la vuelta, podra verlo, como una clara conviccin de que la entidad es externa, yque su existencia es independiente del percipiente (esto indiscutiblemente es la manera en que lo

    experimenta el percipiente). Aunque a veces la presencia se siente como estando justo all, laspersonas dicen que en algn momento se dan cuenta de su movimiento o acercamiento; subiendo losescalones, entrando en el cuarto, acercndose o subindose a la cama, o sienten el colchnhundindose como si la presencia se acostara.

    En casi la mitad de los casos, la presencia est mirando al sujeto, como si alguien a quien no pudieranver estuviera all. Frecuentemente los encuestados mencionan que son incapaces de especificar cmolo saben. Se siente como si alguien estuviera mirndolo pero no sabe especficamente donde est.Aparte de ser muy desconcertante, esta indefinicin debe contribuir a la interpretacin sobrenatural deque la presencia proviene de otro mundo. En trminos ligeramente ms fuertes, otros describen lapresencia como mirndolos fijamente, en lugar de meramente observar.

    Presencia amenazantes. Una de lasasociaciones ms fuertes y ms consistenteses el miedo a darse cuenta de la presencia. La

    mayora de los encuestados parece tener laintuicin inmediata de la presencia de alguieno algo peligroso. Ms del 60% indic que lamisma presencia se percibe comoamenazante. Ms explcitamente, la presencianormalmente se interpreta como un intentomalvolo de posesin. Se siente como quealgo amenazante est de pie al lado de lapersona. Incluso un sentimiento de urgencia;se siente que est en grave peligro si no sedespierta lo ms pronto posible.

    Dado el predominio de interpretacionesamenazantes y mal asociadas con lapresencia, es sorprendente que la emocinpredominante sea miedo o ms bien, enpalabras del percipiente, terror fro absoluto.Los encuestados son muy enfticos sobre lanaturaleza extrema de su miedo ("No puedoimaginarme nada que pueda causarme miedoms grande que sto"). Tambin puedendiferenciarse claramente estas experiencias demiedo y terror con la presencia con parlisis,muerte o sofocacin (Rueffer y Cheyne, 2001).

    Aunque a veces puede atribuirse miedo a la posibilidad de dao fsico, la mayora reconoce que hayalgo misterioso sobre el sentido de temor ("Es ms un sentimiento de miedo. Aunque la presenciapuede personificarse en la muerte, yo tambin he sentido una presencia pero nunca la he visto. [Era]como si la muerte estuviera respirando detrs mo". Lo ms comn simplemente, es un intensosentimiento de mal indescriptible. La cosa ms perturbadora que rodea a estos episodios de parlisis,

    es la sensacin del maldad que me rodea"). Fuerzas sobrenaturales y demonacas parecen estaramenazando con robar el alma del durmiente o entrar a su cuerpo.

    Alucinaciones visuales. Las alucinaciones visuales son bastante inconstantes y van desde una vvida ydetallada imaginera a algo cercano a una pseudo-alucinacin. A las pseudo-alucinaciones les falta lasubstancialidad de los estmulos percibidos externamente, reconocidos como no verdaderos, oapareciendo en un espacio subjetivo interno en lugar de externamente (Bentall, 1990; Reed, 1988).Las alucinaciones visuales son claramente externas aunque tienen una calidad tal, como si lasensacin de presencia fuera a volverse una visin. Aproximadamente un tercio de los encuestadosnot que las imgenes son bastante vagas e indefinidas ("Una o dos veces cre que haba visto algo...siluetas humanas, pero la imagen podra ser miimaginacin"). Como en el caso de la sensacin de

    Las apariciones nocturnas ocurren a menudo cerca de lacama del percipiente, acompaadas por sensacin de

    parlisis y otras alucinaciones tctiles.

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    alguien que realmente la haba amenazado. "Al principio pens que eraslo miimaginacin, perodespus reconoc la voz como la de un ser misterioso." Aqu podemos ver un ejemplo de alguien queconsidera interpretaciones explcitamente alternativas, y establece quizs lo ms creble dado elcontexto de la sensacin de presencia, el miedo y una experiencia amenazante.

    Alucinaciones tctiles. Son una experiencia alucinatoria comn asociada con la caracterstica de"Intruso". Consistente con esta asociacin, las experiencias tctiles estn tpicamente asociadas con

    un sentido de accin externa en el 34% de los casos, por ejemplo, la sensacin de ser tomado por lasmanos y las muecas es particularmente comn.

    Dificultades respiratorias. Las personas frecuentemente hablan de dificultades respiratorias en laparlisis del sueo. Se asocian con sensaciones de presin en el pecho, estrechez alrededor del cuello,y sensaciones de sofocacin. Las percepciones de dificultad respiratoria probablemente se producencomo consecuencia directa de la parlisis de los msculos voluntarios (Cheyne, Rueffer & Newby-Clark, 1999). Aunque la respiracin superficial automtica contina, cuando el durmiente intenta -sinxito- respirar voluntariamente, pero esto puede llevarlo a un estado de pnico por una posiblesofocacin. Los sentimientos de sofocacin tambin pueden ser inducidos por hipoxia asociada alestado REM y a la hipercapnia (Douglas, 1994). Esta incapacidad de conseguir aliento, lleva alindividuo al sentimiento de pnico por la posibilidad de morir por asfixia. Los encuestados sientencomo si la almohada estuviera apretndole la cara. Los ataques tambin pueden asociarsedirectamente con la sensacin de presencia.

    Conclusiones

    Durante la parlisis del sueo, la sensacin de presencia es el componente experiencial de unmecanismo de deteccin de amenaza que permiten encontrar e identificar la fuentes de la amenaza.La naturaleza de las interpretaciones resultantes induce a una conexin potencial con los mecanismosde las respuestas iniciales subyacentes a la amenaza de predacin. La sensacin de presencia sedescribe como un monitoreo, semejante a un predador que se acerca furtivamente a su presa.Frecuentemente se atribuye a la presencia una intencionalidad amenazante o maligna. Losencuestados temen expresar la intensidad y profundidad del terror que acompaa a estasexperiencias. Adems, las sensaciones corporales de aplastamiento y opresin en el pecho, espalda, ycuello pueden interpretarse como un ataque completo y potencialmente mortal de la presencia. Estasexperiencias imitan respuestas de predacin particularmente asociadas con la inmovilidad tnica(Ratner, 1975). La inmovilidad tnica se refiere a un estado de parlisis de los msculos motoresmayores acompaado con respuestas fisiolgicas de miedo e hipervigilancia y esto parece activar laneurofisiologa fundamental de la propia parlisis del sueo (Gallup & Maser, 1977).

    La hiptesis de nuestra investigacin es que la sensacin de presencia y las alucinaciones relacionadasocurren en estados de hipervigilancia extrema, estados defensivos ocasionados por activacinparoxstica de varios centros en el sistema lmbico, fundamentalmente la amgdala, el periaquaductalgris, el cingulate anterior, y el ncleo basalis de Meynert en la substantia innominata. En estosestados los organismos estn extremadamente alertas a los eventos del medio ambientepotencialmente asociados con el peligro. Estos estados normalmente producen respuestas corporalesdiversas, incluso la actividad motora y la simptica, as como numerosas regiones motoras ysensoriales de la corteza. En el caso de la activacin endgena, el sentido de amenaza no se corroborade manera inmediata, y el miedo mismo tiene una cualidad de numinoso. Muchos encuestadosexplcitamente afirman que el miedo es bastante diferente de cualquier otro temor del mundo real quehayan experimentado alguna vez. Es probable que las tales experiencias tambin puedan serevocadas por condiciones del entorno raras o extremas que involucran amenaza o peligro, o aqullasque imitan dichas condiciones: suspensin sensorial, aislamiento (que muchos exploradores a vecesexperimentan), y las condiciones de amenaza a la vida -incluyendo las experiencias cercanas a la

    muerte (Saver & Rabin, 1997; Suedfeld, 1987; Zusne & Jones, 1982).

    Las alucinaciones auditivas ms bsicas estn relacionadas con la activacin cuasi-azarosa de loscentros auditivos, que pueden considerarse verse como anlogos a las imgenes visuales queaparecen como vagas e indistinguibles. Es fcil de imaginar como el ruido blanco, sonios que sepueden interpretar vagamente, cuchicheos desde atrs y charla incoherente e ininteligible. Lasexclamaciones alucinadas, incluso las amenazas y advertencias directamente asociadas con lasensacin de una presencia extraa, evocan a las alucinaciones esquizofrnicas clsicas. Normalmentese sostiene que las alucinaciones auditivas de los esquizofrnicos son fundamentalmente unatransformacin de los propios pensamientos en otras voces (Bentall, 2000).

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    Hay al menos dos dimensiones en esta transformacin; la primera va desde los pensamientos enpalabras o voces audibles hasta palabras o pensamientos autogenerados. Una forma de alucinacin esla prdida de la representacin del discurso interno, que el individuo describe como "control delpensamiento", pero que el sentido del pensamiento, o la conversacin interior, se mantiene. Dado eldeterioro general en la coherencia asociada con otros aspectos de la esquizofrenia, los significadospueden ms bien fragmentarse y desencajarse. La segunda forma de alucinacin es la de las voces

    audibles explcitas (y a veces otras dificultades especficas relacionadas con los sonidos). Estas son deorigen ms perifrico y estn asociadas con una activacin del odo interno, las reas corticalesprimarias o sensoriales, o con ruidos inespecficos del entorno que se malinterpretan. Lasalucinaciones auditivas durante la parlisis del sueo parecen compartir algunos rasgos de lasalucinaciones auditivas de los esquizofrnicos, a saber la concrecin y la prdida del sentido.

    Curiosamente las alucinaciones verbales

    parecen ms sensuales que las de los sueos.

    Symons (1995) sostiene que es esencial que

    los sueos no tengan demasiado realismo

    porque la imaginera de nuestros sueos no es

    fenomenolgicamente antagnica con la

    entrada sensorial. Si esto ocurriese, cualquier

    seal auditiva externa de peligro no nos

    despertara o, recprocamente, no nos

    despertaramos continuamente por nuestra

    imaginera onrica. En otras palabras, este

    mecanismo permite distinguir el estado de

    despertar de la fantasa onrica, que de otro

    modo desintegrara nuestra percepcin de

    realidad externa e interna. Desde el punto de

    vista evolutivo, la imaginera auditiva del

    sueo debeser distinta a la auditcin sensorial

    normal porque la audicin es una modalidad

    particularmente importante para detectar un

    potencial peligro en la oscuridad de noche.

    Usando los trminos de Flanagan (1992), la

    sensibilidad del percipiente iguala a la

    sensibilidad informativa. Adems, a pesar de

    la fenomenologa obligada de las alucinaciones

    hipnaggicas, las personas pueden despertarse fcilmente del estado de parlisis del sueo por

    entradas externas tctiles y auditivas (Hishikawa, 1976). Al menos en el caso de parlisis de sueo, la

    intensidad fenomenolgica de las alucinaciones generadas internamente no deben interferir con la

    informacin y la efectividad de las entradas externas (Clark, 1997; Bruner, 1986; Epstein, 1994).

    Por supuesto, cuando uno es particularmente "exitoso" al crear imgenes aterradoras, corroborando

    as la sensacin de amenaza, el miedo se mantendr o ir en aumento. De modo tal que la hiptesis

    del sistema de vigilancia hace pensar en una clara regeneracin recproca entre el afecto y la

    imaginera. Ms all de simplemente reforzar o refrescar la intensidad del miedo, la imaginera

    alucinoide y la calidad de la experiencia emocional tambin puede cambiar. El terror puede cambiar a

    sentimientos de excitacin, alegra, subyugacin, rapto o xtasis. Un pequeo nmero de encuestados

    reconocieron tener miedo, sobre todo durante los episodios iniciales, y luego terminan disfrutando de

    la experiencia. Esto parece bastante comn entre individuos que practican meditacin. En algunos

    casos, tambin pueden experimentar un sentimiento que los distrae de su meditacin.

    Es interesante que a pesar de los aspectos amenazantes, abrumadores y espantosos del sentido de

    presencia y de sus elaboraciones, los pensamientos de muerte estn fuertemente asociados no con la

    sensacin de presencia o con otras alucinaciones, sino con las experiencias del incubusde presin en el

    pecho, dificultades respiratorias y sensaciones de ahogo. Estas ltimas experiencias son todas seales

    La experiencia del demonio "incubo", un ser que ataca por lanoche, es una experiencia alucinatoria bastante frecuente y

    aterradora.

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    de ataque y de una posibilidad inmediata de muerte. El miedo y el terror asociados con la sensacin

    de presencia y otras alucinaciones no son tanto miedo a la muerte, sino un miedo inefable de un

    poder desconocido. Aunque hay -por supuesto- ms espiritualidad humana que miedo. El aspecto

    terrible y ms imponente de lo espiritual se presenta bajo la forma ms primordial y conmovedora,

    por ejemplo en las situaciones que imitan desafos biolgicos bsicos y amenazas. La espiritualidad, en

    esta apreciacin, no tiene sus races en nuestro funcionamiento cerebral intelectual (aunque puede

    alcanzar su expresin ms alta a travs de stos) sino en la debilidad y precariedad de nuestros selfs

    corporales.

    REFERENCIAS

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    Bentall, R.P. (1990), The illusion of reality, A review and integration of psychological research on

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    Bentall, R.P. (2000), Hallucinatory experiences. En E. Cardea, S.J. Lynn & S. Krippner (Eds.), Varieties of

    Anomalous Experience(pp. 85-120). Washington: American Psychological Association.

    Bruner, J. (1986).Actual Minds, Possible Worlds. Cambridge, MA: Harvard University Press.

    Cheyne, J.A. (1997-2001). Sleep paralysis and associated hypnagogics and hypnopompic hallucinations.

    Cheyne, J.A., Newby-Clark, I.R. & Rueffer, S.D. (1999), Sleep paralysis and associated hypnagogics and

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    * Una versin completa de este artculo fue publicado en la revista Consciousness and Cognition(Vol. 8, pp. 319-

    327), resumida por el autor en cooperacin con Alejandro Parra. El artculo fue originalmente traducido por Gustavo

    Ca.

    ** El autor es psiclogo, profesor asociado del Departamento de Psicologa de la Universidad de Waterloo, en

    Ontario, Canad. Su intereses actuales son cmo los individuos intentan darle sentido a las experiencias alucinoides,

    y cmo tal sentido est "moldeado" por factores culturales y neurofisiolgicos. Cheyne est tambin interesado en

    el problema de la evolucin de la conciencia, la representacin, la comunicacin, y la neurofisiologa de la emocin.