guías para una terapia familiar sistémica

393
GUIAS PARA UNA TERAPIA FAMILIAR SISTÉMICA Michael White GUIAS PARA UNA TERAPIA FAMILIAR SISTEMICA Grupo: PSICOLOGÍA Subgrupo: TERAPIA FAMILIAR Editorial Gedisa ofrece los siguientes títulos sobre TERAPIA FAMILIAR pertenecientes a sus diferentes colecciones y series (Grupo "Psicología") MICHAEL WHITE Guías para una terapia familiar sistémica JAY S. EFRAN, Lenguaje, estructura y cambio. MICHAEL D. LUKENS Y La estructuración del sentido ROBERT J. LUKENS en psicoterapia RALPH E. ANDERSON La conducta humana en el E IRL CARTER medio social. Enfoque sistémico de la sociedad MICHAELDURRANT Terapia del abuso sexual Y CHERYL WHITE (COMPS.) STEVEDESHAZER Claves en psicoterapia breve. Una teoría de la solución. HEINZ VON FOERSTER Las semillas de la cibernética J.ELIZURYS.MINUCHIN La locura y las instituciones E. IMBER-BLACK, Rituales terapéuticos J. ROBERTS Y y ritos en la familia R. WHITING (COMPS.) (Sigue en la pág. 237)

Upload: mauricio-grazzini

Post on 16-Jan-2016

55 views

Category:

Documents


1 download

DESCRIPTION

Guías practicas para terapia familiar de orientación sistemica

TRANSCRIPT

Page 1: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

GUIAS PARA UNA TERAPIA FAMILIAR SISTÉMICA

Michael White

GUIAS PARA UNA TERAPIA FAMILIAR SISTEMICA

Grupo: PSICOLOGÍA Subgrupo: TERAPIA FAMILIAR

Editorial Gedisa ofrece los siguientes títulos sobre

TERAPIA FAMILIAR

pertenecientes a sus diferentes colecciones y series (Grupo "Psicología")

MICHAEL WHITE Guías para una terapia familiar sistémica

JAY S. EFRAN, Lenguaje, estructura y cambio.

MICHAEL D. LUKENS Y La estructuración del sentido

ROBERT J. LUKENS en psicoterapia

RALPH E. ANDERSON La conducta humana en el

E IRL CARTER medio social. Enfoque sistémico de la sociedad

MICHAELDURRANT Terapia del abuso sexual Y CHERYL WHITE

(COMPS.)

STEVEDESHAZER Claves en psicoterapia breve. Una teoría de la

solución.

HEINZ VON FOERSTER Las semillas de la cibernética

J.ELIZURYS.MINUCHIN La locura y las instituciones

E. IMBER-BLACK, Rituales terapéuticos

J. ROBERTS Y y ritos en la familia R. WHITING (COMPS.)

(Sigue en la pág. 237)

GUIAS PARA UNA TERAPIA FAMILIAR SISTEMICA

por Michael White

gedisa editorial

Título del original en inglés: Selected Papers © 1989 Dulwich Centre

Publications Australia

Traducción: Alcira Bixio

Primera edición, enero de 1994, Barcelona, España.

Derechos reservados para todas las ediciones en castellano

© Editorial Gedisa S. A. Muntaner, 460, entlo., la Tel. 201 60 00

Page 2: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

08006 - Barcelona, España

ISBN: 84-7432-476-9 Depósito legal: B- 2.580-1994

Impreso en Libergraf.

Constitució, 19 - 08014 Barcelona

Impreso en España Printed in Spain

Queda prohibida la reproducción total o parcial por cualquier medio de

impresión, en forma idéntica, extractada o modificada, en castellano o

cualquier otro idioma.

Indice

Introducción

Externalización del problema e internalización de la posición

como agente, Karl Tomm .. 9

1. Desconstrucción y terapia19

2. Decir de nuevo: ¡Hola!

La incorporación de la relación perdida

en la resolución de la aflicción 57

3. El proceso de interrogar

¿Una terapia de mérito literario? 69

4. Terapia familiar y esquizofrenia

El estilo de vida de "sentirse arrinconado...84

5. Una familia deja atrás los trastornos que la

perturbaban ..103

6. Anorexia nerviosa

Perspectiva cibernética ..1 11

7. El rito de inclusión

Enfoque para el tratamiento de la conducta extremadamente

descontrolada de niños y adolescentes púberes. 128

S. Explicación negativa, restricción y doble

descripción:

Un modelo de terapia familiar ..142

9. Terapia conjunta para hombres violentos y las mujeres

Page 3: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

que viven con ellos ...167

10. Destruir los miedos y domar a los monstruos

Un enfoque para el tratamiento de los temores infantiles 175

11. Pseudoencopresis

De la avalancha a la victoria, del círculo vicioso al círculo virtuoso ... 186

12. Asesorar al asesor

La documentación del conocimiento alternativo,

Darid Epston, Michael White ... 203

Más allá del conocimiento del experto

Entrevista con Michael White, Andrew Wood .. 219

7

Externalización del problema

e internalización de la posición como agente

Introducción

Durante estos últimos años, un terapeuta familiar australiano particularmente

dotado, Michael White (1984, 1986, 1987, 1988) ha desarrollado una

innovadora técnica psicoterapéutica de "extemalización del problema".

Paradógicamente, esta técnica es al mismo tiempo muy sencilla y

extremadamente complicada. Es sencilla en el sentido de que básicamente

propone una separación lingüística que distingue el problema de la identidad

personal del paciente. Este procedimiento de intervención abre un "espacio

conceptual" que les permite a los pacientes tomar iniciativas más efectivas a

fin de rehuir la influencia que el problema ejerce sobre sus vidas. Lo que

resulta complicado y difícil son los delicados medios por los cuales puede

lograrse ese objetivo. Recientemente White se ha referido a su propio trabajo

como a "una terapia de méritos literarios". En otras palabras, las iniciativas

curativas del paciente se movilizan a través del cuidadoso empleo del lenguaje

dentro de la conversación terapéutica. Esta técnica es especialmente

interesante para los terapeutas porque puede utilizarse para lograr una mej

ora en un amplio campo de problemas (que incluye condiciones realmente

Page 4: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

graves tales como la esquizofrenia, la depresión, la paranoia, la violencia y el

riesgo de suicidio).

White menciona cuáles fueron sus dos principales fuentes de inspiración para

desarrollar esa técnica. Y ambas proceden de las humanidades. El primero de

sus inspiradores es Gregory Bateson (1972, 1979), antropólogo

y filósofo inglés-norteamericano que aplicó la cibernética a las ciencias

sociales y elaboró una nueva visión de la "mente". Las contribuciones claves

de Bateson incluyen la importancia que tiene la epistemología en el proceso de

"cómo sabemos lo que sabemos", la importancia de las "diferencias

* Publicado originalmente en el Journal of Strategic and Systemic Therapies,

vol. 8, n° I, primavera de 1989.

9

Introducción

Karl Tomm

básicas que hacen una diferencia" en los sistemas vivos y de las "pautas

ecológicas que se interconectan en tales sistemas". La segunda fuente de

inspiración es Michel Foucault (1965, 1973), historiador y filósofo francés que

desarrolló un análisis de la aparición de la medicina moderna en la cultural

occidental. Foucault descubre cómo los sistemas de conocimiento como la

medicina pueden llegar a ser extremadamente opresivos al transformar a las

personas en "sujetos" deshumanizados mediante clasificaciones científicas a

las que se llega a través de "la mirada". Al tratar de comprender y clarificar la

contribución de White, tuve que remontarme al trabajo de Humberto Maturana

(1972, 1987), biólogo y neurofilósofo chileno que propuso una teoría general

de la cognición. Maturana ofrece una explicación de cómo surge la mente a

través de la interacción humana y del empleo del lenguaje. La "mente no está

en el cerebro", sino que surge de la interacción lingüística que se establece

entre los actores humanos. Por consiguiente, la conciencia es

fundamentalmente algo social y no algo bioquímico, fisiológico o neurológico.

Desafortunadamente, el espacio no nos permite hacer una descripción

Page 5: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

adecuada de estas contribuciones teóricas y de las conexiones que tienen con

el método desarrollado por White.

Externalización del problema

Hace unos diez años, White hizo un sencillo pero significativo descubrimiento.

Al trabajar con niños que sufrían encopresis, observó que el progreso clínico se

aceleraba cuando se le daba al paciente la posibilidad de hablar del problema

como de algo distinto y separado de sí. White inventó la expresión "ruin caca"

para referirse a la encopresis (1984) y la personificó como una entidad exterior

al niño (1986). Por ejemplo, con un niño en particular, White podía presentar

este concepto con preguntas como éstas: "¿Cómo llamas a esa sucia materia

que te mete en problemas? ¿Caca? ¿Alguna vez sufriste la experiencia de

sentir que esa caca te traicionaba y te tomaba desprevenido ensuciándote los

pantalones cuando estabas jugando?" Si el niño responde afirmativamente,

White continúa preguntándole sobre las siniestras influencias que ejerce sobre

él esa extraña, esa ruin caca, que lo hace sentir incómodo, infeliz, frustrado y

que le crea tantos problemas familiares. También les pregunta a los demás

miembros de la familia cuál es la influencia que ejerce la "ruin caca" en sus

vidas: "Cuando el niño ha sido traicionado por ella y lo ha hecho ensuciarse,

¿qué le pasa a usted?"... "Cuando la ruin caca provoca disgusto y frustración,

¿qué le hace hacer a

usted?" Gradualmente la familia va descubriendo (con un toque de humor) que

todos los miembros se sienten oprimidos por un enemigo común que es una

entidad separada de la identidad del niño como persona.

Whitecontinúa con estaprimera línea de indagación (sobre la influencia que

tiene la "ruin caca" en los miembros de la familia) haciendo otra serie de

preguntas sobre la influencia que ejercen el niño y los demás miembros de la

familia sobre "su adversaria". Por ejemplo: "¿Hubo ocasiones en que derrotaste

a la caca y la pusiste en su lugar, en vez de dejar que ella te derrotara?",

"¿Hubo ocasiones en las que la caca, al hacer que su hijo se ensuciara, los

incitó a comenzar a gritarle y, sin embargo, ustedes fueron capaces de

declinar tal incitación y ofrecer al niño, en cambio, su comprensión?"

Page 6: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

Generalmente, el niño y los miembros de la familia consideran extrañas tales

preguntas. Y en realidad lo son; sobre todo cuando la familia ha estado tan

preocupada por los efectos molestos del problema. Esta segunda serie de

"preguntas de influencia" provoca que los miembros de la familia tomen

conciencia de los recursos con los que cuentan y limita el "poder" que el

problema ejerce sobre ellos. De este modo se lleva a losmiembros de la familia

a advertir que ya han estado realizando algunas acciones eficaces contra el

problema. Esta ind.agién-- -sola_Yalariza la capacidad familiar, sino que

además contribuye a extemalizar aun-paU-el-...w problema.

Cuando se ha distinguido claramente que el problema es la "ruin caca y no el

niño, se reducen significativamente las complicaciones relacionadas con la

crítica, la censura y la culpa. El niño tiene menos razones par criticarse y

censurarse; después de todo, la culpable es la "ruin caca" y no él. Y los padres

tienen menos razones para criticar al niño o para censurarse a sí mismos. Y los

profesionales tienen menos razones para censurar a los padres (por ejemplo,

por ser demasiado severos y exigir disciplina o por ser demasiado

sobreprotectores). Puesto que la censura tiende a limitar y la culpa tiende a

constreñir, reducirlas tiene un efecto liberador. Esto abre un espacio que

permite explorar nuevas formas de resolver el problema. Además, como todos

los miembros de la familia sufren la influencia del mismo "alborotador" y ya no

están agrediéndose mutuamente, es más fácil para el niño y también para los

padres unir fuerzas para luchar contra la ruin adversaria. Como resultado de

ello, el proceso terapéutico se desarrolla más amable y rápidamente.

Aunque este método fue desarrollado en principio para trabajar con niños que

sufrían de encopresis, White lo aplicó luego de manera más general para tratar

con éxito un conjunto de múltiples problemas, tanto de adultos

como de parejas o familias (White, 1986). Por ejemplo, en un capítulo reciente

sobre esquizofrenia, White (1987) describe cómo es posible externalizar la

esquizofrenia como una enfermedad y luego externalizar aspectos del "estilo

de vida arrinconado" (es decir, la constelación de síntomas negativos)

quepromueve la esquizofrenia, después externalizar los hábitos específicos

Page 7: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

que fortalecen ese estilo de vida y, por último, externalizar los supuestos y

prejuiciosquetienden a provocar la patología y de los cuales dependen tales

hábitos. Enotras palabras, el proceso de externalización del roblema es

progresivo. Noes un encuadramiento estáticó dél-problema; es un procesó

contiñüo dé co-elaboración de una "nueva realidad" que se va realizando en la

posteriordisección terapéutica del problema, "separándolo" de la percepción

que el paciente tiene de sí mismo como persona. En suma, se realiza una

separación sistemática de los atributos, las ideas, los supuestos, las creencias,

los hábitos,las actitudes y los estilos de vida problemáticos y se los distingue

de la idenificación dominante del paciente.

Este proceso es particularmente curativo porque constituye un eficaz antídoto

contra un proceso patologizante, inadvertido pero omnipresente dentro de la

interacción humana: el rótulo negativo. Por ejemplo, durante las

conversaciones corrientessobre el problema que mantienen los miembros de la

familia, los amigos y los parientes, el problema tiende a recaer en la

idenntidad ólapers,onalidaddel paciente. Ello se debe al supuesto de "sentido

común" que estabáece que la persona que tiene el problema es el problema".

El modelo médico y el DSM 111 también apoyan este supuesw "Laen

fermedad-fental está en la persona". Las conversaciones de los profesionales y

los legos basadas en estos supuestos son inadvertidamente patologizantes

puesto que contribuyen con esos rótulos a elaborar una identidad

problemática. A medida que el problema se va incorporando en la identidad

personal del paciente, se hace más difícil escapar de él, por la sencilla razón

de que a nadie le resulta fácil escapar de sí mismo. "Soy un esquizofrénico, por

eso hagocosas extrañas". Por consiguiente, externalizar el problema es una

técnica terapéutica muy útil que abre un espacio que permite "deshacer"

algunosde los efectos negativos de la rotulación social.

Internalización de ¡aposición como agente

Sin embargo, lo que se puede lograr es mucho más que deshacer los rótulos.

Una vez que han externalizado el problema en su conjunto y sus componentes

específicos, los pacientes pueden (y son incitados por el

Page 8: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

terapeuta a hacerlo) advertir las posibilidades que tienen de actuar contra el

problema ya externalizado. El terapeuta los incita a escapar de la opresión que

implica aquella rotulación y a encauzar sus vidas en la dirección que prefieran

(White, 1987). "Si fuera posible, ¿quisiera usted limitar la-] influencia que

ejerce la esquizofrenia sobre su vida? ¿Puede usted darse cuenta de hasta qué

punto la esquizofrenia lo ha estado transformando en una persona aislada que

evita a los demás? ¿Cómo logró desafiar los mandatos de la esquizofrenia para

eludir a los demás y pudo venir a esta entrevista? ¿Qué imagina que esto

significa en cuanto a su capacidad personal? ¿Qué le hace descubrir de sí

mismo que de otro modo no habría advertido? ¿En qué otras ocasiones logró

imponerse y no dejó que fuera la esquizofrenia lo que lo impulsara a actuar?

¿Hasta qué punto se siente dispuesto a dar un paso más contra ese hábito de

aislarse que lo tiene tan dominado? ¿Preferiría ser una persona débil con un

hábito fuerte o una persona fuerte con un hábito débil? Cuando usted se

somete a los mandatos de la esquizofrenia que lo hacen adoptar una posición

irrazonable, ¿esa posición se transforma en una incitación que sus padres

razonen por usted?" Todas estas son preguntas reflexivas que alientan la

autocuración. Y pueden ser los instrumentos que permitan lograr una variedad

de progresos en el curso de una entrevista (Tomm, 1987). El aspecto que más

quiero destacar aquí es que estas preguntas_ instalan- a i e-atlrnWét pácíénté

püéde décidií-püédyé e4Tégir es un agente activo del curso-dé su propia vida.

Si la significación iiripliLYtáo explícita de la pregunta se ajusta a las

experiencias del paciente, éste se la "toma muy en serio" y la internaliza como

parte de su identidad en evolución. Consecuentemente, el paciente puede

alcanzar una mayor sensación de su posición como agente y la conversación

terapéutica llega a ser un proceso capacitador para él.

Quiero destacar que la técnica de externalización del problema no excluye la

responsabilidad personal. Sólo la enfoca y la pule. Pues se incita a los

pacientes a reconocer que tienen la opción de continuar sometiéndose

a la influencia del problema externalizado o de declinar la incitación a

someterse. A medida que el paciente comienza a ver más claramente estas

Page 9: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

dos posibilidades y a considerarlas opciones genuinas, invariablemente elige la

segunda. Por supuesto, una vez que el paciente elige el camino que desea

seguir, el terapeuta debe ayudarlo a llevar adelante esa rebelión contra la

opresión del problema.

También es importante subrayar que la responsabilidad que le cabe al

paciente por haberse sometido sólo se menciona, en general, de manera

implícita, y no explícitamente. Es importante hacerlo a fin de minimizar

n i

s r

12

13

cualquier posible reactivación de la censura y la culpa (y de sus efectos

paralizantes). Tampoco se ejerce sobre el paciente ninguna presión para que

especifique cuál ha de ser el curso de acción. Lo único que se acentúa y se

destaca en la conversación terapéutica es que existen otras opciones. Esto

hace que los pacientes sientan que tienen más espacio y más libertad para

explorar nuevas formas de percepción, de pensamiento y de acción. Cuando

los pacientes no entran en ese nuevo espacio ni desean explorarlo, se supone

que existen aspectos adicionales del problema que lo están restringiendo y,

por lo tanto, es necesario hacer una nueva externalización más diferenciada.

Por ejemplo, el paciente puede estar sufriendo la influencia de un "temor a un

nuevo fracaso", temor asociado con el problema general.

Otro aspecto importante del método es que el problema "sale" de la persona

pero no se proyecta en ninguna otra. De modo que la protesta y la rebelión

liberadoras no se manifiestan contra otras personas. Consecuente mente, hay

menos posibilidades de que las demás personas significativas de la red social

del paciente adopten una actitud defensiva y respondan mediante la censura,

una nueva rotulación y una nueva patologización del paciente.

Por supuesto, es extremadamente importante que el terapeuta permanezca

muy atento a los efectos problemáticos que puede tener una expectativa

demasiado alta para el cambio constructivo. Esto es particularmente

Page 10: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

importante cuando se trabaja con pacientes que deben luchar con problemas

crónicos. En realidad, con frecuencia es necesario externalizar las

"expectativas irreales" como un componente más del problema (¡a veces no

sólo es necesario para el paciente, sino también para el terapeuta mismo y

para el resto de la familia!), a fin de evitar los efectos patologizantes de las

experiencias de fracaso, desaliento y desesperanza. Quizás lo único realista

sea dar pasos muy pequeños. A veces resulta útil sugerirle al paciente que el

modelo más probable es el de "tres pasos hacia adelante y dos hacia atrás",

especialmente cuando el deseo que tiene el paciente de superar un problema

crónico es muy intenso. Cualquiera que haya intentado modificar un hábito

personal bien establecido sabe que "los antiguos hábitos no mueren

fácilmente". Lo más importante es la dirección en que evolucione el paciente

como persona, esto es, la dirección hacia una vida más saludable y no las

dimensiones o la frecuencia de los pasos que dé.

Finalmente, cuando el paciente da esos pasos constructivos, es necesario

reconocerlos y responder a ellos, a fin de que formen parte de esa identidad

curativa. Y es necesario para que los cambios constructivos persistan. "¿Qué

hizo usted para lograr que esto (el suceso constructivo) ocurriera?" "¿Cómo se

las arregló para dar este paso?" Es necesario reconocer y dar valor a estas

nuevas conductas constructivas, darles significación a fin de que se incorporen

como parte de la nueva identidad emergente. "¿Se da cuenta de que al hacer

eso ha ganado un voto para sí y uno en contra del problema?"; "¿Se da cuenta

de hasta qué punto fue significativa su iniciativa?" Si la respuesta es no, se

puede intentar un giro: "¿Se da cuenta de que yo considero que, al haber

realizado esa acción, usted tomó una decisión a su favor y le ha dado una

buena lección a su viejo hábito negándose a permitir que lo domine?" Agregar

un marco temporal más amplio y algunas diferencias contrastantes también

contribuye a mejorar el proceso de internalización: "¿Hasta qué punto cree que

esto contribuye a darle a su vida una nueva dirección, a desarrollar un nuevo

estilo de vida?", "Si usted continúa recorriendo este nuevo camino de actuar

Page 11: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

contra el problema, ¿qué diferencias imagina que habría entre su nuevo futuro

y el viejo (en el que usted se sometía al problema)?"

Una forma de contribuir a la persistencia de los cambios constructivos es

ampliar la conversación e incluir a la red social del paciente para que se

transforme en el público que asiste a dichos cambios. "¿Qué pensarían los

miembros de su familia (o sus amigos) o qué sentirían si se enteraran de esos

nuevos pasos que usted ha dado?", "¿Cómo les hará saber lo que ha ocurrido?"

Mediante estas preguntas se incita al paciente a transformarse en un

observador selectivo de sí mismo, a hacer participar a las personas que él

considera significativas (al comunicarles sus acciones constructivas) y a

reconocer sus posiciones como agente (por haber tomado decisiones curativas

para sus vidas).

Discusión

El proceso de externalización del problema desarrollado por White no es

enteramente nuevo. En algunos sentidos, retoma algunos aspectos de la

sabiduría religiosa antigua referente a la posesión demoníaca y al exorcismo.

Pero White desmitifica el proceso y lo utiliza de un modo riguroso y preciso.

Por lo demás, gran parte de la técnica de internalizar la posición como agente

es coherente con algunos aspectos de la terapia de la conducta y de la

práctica psicoterapéutica tradicional. Pero, poner el acento en la

reconstrucción de la identidad o la personalidad del paciente, mediante

preguntas específicas, ofrece un mayor refinamiento.

Hasta el momento, las pruebas de la eficacia de este nuevo método son

principalmente experimentales y anecdóticas. Sin embargo, en estos últimos

años, el enfoque propuesto por White ha tenido un gran impacto en las pautas

14

15

de la práctica clínica de Australia y Nueva Zelanda. Y actualmente está

comenzando a presentarse en los Estados Unidos y en Europa y ya se practica

en algunos centros de salud. En mi propia práctica clínica, y en la de mis

colegas del Programa de Terapia Familiar de la Universidad de Calgary, fue

Page 12: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

posible aplicar este método para ayudar a una sorprendente cantidad de

pacientes. Los estudios empíricos sobre este enfoque apenas han comenzado.

Además de este capítulo sólo conozco un estudio formal: un análisis

retrospectivo de la aplicación hecha porel propio White de su método con 35

pacientes psiquiátricos crónicos que habían sido admitidos repetidamente en

el Hospital Glenside de Adelaida. Se trata de una investigación independiente

llevada a cabo por Hafner, Mackenzie y Costain (1988) que revela que,

después de aplicarse allí la terapia de White, hubo una significativa reducción

de la cantidad media de días pasados en el hospital por esos pacientes; en un

grupo de control que recibió el tipo de atención psiquiátrica habitual la

cantidad de días promedio fue de 36, mientras que en el grupo en el que se

aplicó el método de White ese número se redujo a 14.

El trabajo de White ofrece una nueva técnica particularmente útil para la

práctica psicoterapéutica diaria. Es respetuosa y humana y, según mi opinión,

es uno de los desarrollos psiquiátricos más interesantes de la última década.

Aquellos que estén interesados en conocerlo más a fondo, pueden obtener

información adicional en las publicaciones del propio White citadas en la

bibliografía.

White, M., "Negative Explanation, Restraint, and Double Description: A

Template for Family Therapy" Family Process, 1986.

White, M., "Family Therapy and Schizophrenia: Addressing the In-the-comer

Lifestyle" Dulwlch Centre Newsletter, 1987.

White, M., "The Process of Questioning: A Therapy of Literary Merit?" Dulwich

Centre Newsletter, 1988.

Referencias bibliográficas

Bateson, G., Steps to an Ecology of Mind, Ballantine Books, Nueva York, 1972

Bateson, G., Mind and Nature: A Necessan Unity, Bantam Books, Nueva York,

1979. Foucault, M., Madness and Civilization:4 History of Insanity in the Age of

Reason, Random House, Nueva York, 1965.

Foucault, M., The Birth of the Clinic: An Archeology of Medical Perception,

Tavistock, Londres, 1973 _

Page 13: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

Hafner, J., Mackenzie, L. y Costain, W., "Family Therapy in a Psychiatric

Hospital: A Controlled Evaluation" (no publicado) 1988.

Maturana, H., y Varela, F., Autopoiesis and Cognition: The Realization of the

Living, Reidel, Boston, 1972,

Maturana, H., y Varela, F., The Tree of Knowledge, Shambhala, Boston, 1987.

Tomm, K., "Interventive Interviewing: Part II, Reflexive Questioning as a Means

to Enable Self Healing" Family Process, 1987.

White, M., "Pseudoencopresis: From Avalanche to Victory, From Vicious to

Virtuous Cyeles" Journezl qf Family Systems Medicine, 1984.

16

17

1 Desconstrucción y terapia

Para que algunos lectores no queden decepcionados antes de que les exponga

mi análisis sobre la desconstrucción y la terapia, debo informarles que este

capítulo no se refiere a la desconstrucción de los conocimientos y prácticas de

modelos específicos y establecidos de la terapia ni a "la desconstrucción de

alguna "corriente" terapéutica particular. Antes bien, he decidido insertar

ciertas prácticas terapéuticas dentro del marco suministrado por la

desconstrucción.

Como la preocupación primera y principal de mi vida profesional está

vinculada con lo que ocurre en el contexto terapéutico, al principio de este

capítulo presentaré varias historias clínicas. Deseo hacer notar el hecho de

que, por limitaciones de espacio, esos casos están glosados y no representan

adecuadamente el desordenado proceso de la terapia, esos altibajos de la

aventura que llamamos terapia. Hay, pues, una simplicidad esquemática en

estas exposiciones que no se puede encontraren el trabajo terapéutico mismo.

Elizabeth

El izabeth, una madre sola, vino a verme al principio para consultarme sobre

sus dos hijas, de doce y quince años. Estaba preocupada por el persistente

antagonismo que le manifestaban las hijas, por sus frecuentes berrinches y

ataques y porque, aparentemente, eran desdichadas. Estas dificultades habían

Page 14: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

perturbado a Elizabeth durante bastante tiempo y temía no poder recobrarse

nunca de ese estado de desasosiego que estaba viviendo. Había acudido sola a

la entrevista porque las hijas no habían querido acompañarla. Mientras

Elizabeth me describía esos problemas, reveló que había comen

*Partes de este capítulo se presentaron en la conferencia "End of Grand

Designs", Heidelberg, abril de 1991, y en la conferencia "Generating

Possibilities Through Therapeutic Conversations", Tulsa, Oklahoma, junio de

1991.

Publicado originalmente en el Dulwich Centre Newsletter, n° 3, 1991.

19

zado a experimentar lo que le parecía "odio" por sus hijas y esta circunstancia

había acentuado su desazón.

Al hablar con Elizabeth sobre sus preocupaciones, lo primero que hice fue

preguntarle de qué manera esos conflictos estaban afectando la vida de los

miembros de la familia y hasta qué punto interferían en las relaciones

familiares. Después le pregunté más específicamente si esos problemas habían

influido sobre lo que pensaba de sí misma: "¿Cómo creía que esos problemas

influían en ella misma como madre? ¿A qué conclusiones había llegado sobre sí

misma considerada como madre? Llorando, Elizabeth me confesó que había

llegado a la conclusión de que era un fracaso como madre. Con esta revelación

comencé a comprender algo de la experiencia íntima que había estado

viviendo Elizabeth.

Entonces, le pregunté si la idea de que fuera un fracaso se estaba imponiendo

en la relación con sus hijas. En su respuesta, Elizabeth dio detalles y habló de

la sensación de culpabilidad que tenía por no haber sustentado un ambiente

familiar "más ideal", habló de la escasa interacción que mantenía con sus hijas

y hasta qué punto se sentía obligada a aceptar la evaluación que éstas hacían

de ella.

¿Eran aceptables para ella esos estados que estaban provocando en su vida

esa sensación de fracaso y ese sentimiento de culpabilidad? ¿O se sentiría

Elizabeth más tranquila si pudiera librarse de la tiranía de esa idea de fracaso

Page 15: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

y de la sensación de culpa que la acompañaba? Elizabeth respondió a estas

preguntas de manera categórica y manifestó que el estado actual de sus

relaciones con las hijas era absolutamente intolerable y que ya era hora de

que tomara alguna decisión al respecto en cuanto a la dirección de su propia

vida y a la forma de esas relaciones.

Animé a Elizabeth a que indagara cómo se había sentido inducida a abrazar la

idea de que era un fracaso como madre y como persona y los mecanismos en

virtud de los cuales había nacido el sentimiento de culpa. ¿Qué experiencias

fueron las más efectivas para producir las dificultades? ¿Creía ella que las

mujeres eran más proclives a adoptar la idea de que les habían fallado a sus

hijos o parecía más probable que los hombres estuvieran más inclinados a

adoptar tal idea? Sobre este punto Elizabeth no manifestó la menor duda: ¡Las

mujeres!

El examen de estas preguntas determinó algunos elementos específicos de la

manera en que Elizabeth había sido inducida a abrazar la idea de que era un

fracaso (por ejemplo, la experiencia de haber recibido malos tratos a manos de

su ex marido) y, en un contexto más amplio referido al sexo, la índole de esta

construcción (por ejemplo, las desiguales estructuras sociales que fortalecen

esta opinión en el caso de madres que están solas, y el hecho de que en

nuestra cultura existe la tendencia a censurar a las madres). Mientras

examinábamos las diversas maneras en que la opinión de que ella era un

fracaso habían afectado su vida y algunos de los detalles de cómo había

llegado a concebir semejante opinión, Elizabeth comenzó a experimentaren

sí misma otra identidad diferente de la que le dictaba su idea de fracaso; su

idea de fracaso ya no ponía en tela de juicio su identidad. Este progreso

despejó el camino para que pudiéramos distinguir algunos de los momentos de

la vida de Elizabeth que no habían sido afectados por aquella idea de fracaso.

En parte le facilité la identificación de esos momentos al presentarle una serie

de maneras en que la idea del fracaso y la sensación de culpa asociada a ella

habían tiranizado la vida de muchas otras mujeres a las cuales yo había

tratado, y que habían estado sometidas a procesos semejantes. Le declaré

Page 16: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

entonces que, a mi juicio, esa clase de tiranía nunca es enteramente efectiva,

y que nunca había logrado eclipsar por entero la vida de esas mujeres. Y

mencioné ejemplos: "Algunas de esas mujeres habían escapado a los efectos

de la idea de que eran un fracaso en sus relaciones con amigas y otras habían

logrado mantener vivas sus esperanzas de que todo pudiera cambiar en sus

vidas". Como resultado de mi análisis, Elizabeth identificó algunos casos en

diferentes momentos de su vida en los que había logrado resistir a aquella

tiranía.

Pregunté a Elizabeth si pensaba que esa resistencia a la tiranía era un hecho

positivo o un hecho negativo en su vida. Cuando me respondió que lo

consideraba un hecho positivo, le pregunté por qué creía que lo era. En

nuestra entrevista siguiente, surgió con claridad que aquellos casos indicaban

que Elizabeth no había estado totalmente sujeta a sus opiniones negativas de

quién era ella y que había mostrado la resolución de desafiar a la tiranía de la

culpabilidad. Y esto dio a Elizabeth la prueba de que su vida no había estado

dominada por el fracaso.

Después, mediante una serie de preguntas, alenté a Elizabeth a que recordara

la historia de aquellos momentos en que se había resistido a la tiranía. Al tratar

de recordar, Elizabeth logró identificar a dos personajes históricos que habían

sido testigos de su capacidad de protestar contra ciertas injusticias. En nuestro

siguiente diálogo, Elizabeth nos puso en contacto con otras versiones

alternativas de ella misma, versiones que por cierto Elizabeth prefería. Y esas

versiones alternativas y preferidas emergían de las sombras a través de

nuestra discusión, se hacían más accesibles y eran susceptibles de

incorporarse en la vida de Elizabeth.

Elizabeth manifestó entusiasmo por ese nuevo conocimiento de quién era ella

como persona y yo le hablé de la importancia de tomar la iniciativa de

comunicar a otros lo que ella había descubierto. Con ese fin la alenté a que

identificara a personas que pudieran constituir un auditorio apropiado para esa

otra versión de ella misma, personas que pudieran participar en reconocer y

autenticar esta nueva versión. Hablamos luego de varias ideas sobre la

Page 17: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

manera en que Elizabeth tal vez podría presentar a esas personas esta nueva

versión de sí misma, ideas sobre cómo esas personas podrían responder a

aquello sobre lo cual Elizabeth estaba tan entusiasmada.

Como parte del examen de las otras versiones de lo que podría ser Elizabeth,

21

le pedí que identificara algunos rasgos de lo que le gustaría ser como madre.

Habiendo articulado algunos detalles acerca de esta cuestión, le sugerí que

podría ser importante comunicar todo esto a las hijas, que debería prepararse

a revelarles lo que había descubierto sobre sí misma como mujer y como

madre y que debía continuar recordándoles todo esto a sus hijas de vez en

cuando. Estas consideraciones tocaron una fibra sensible de Elizabeth que

pareció bastante jubilosa con la idea. Así y todo, me apresuré a predecir que al

principio era improbable que los esfuerzos de Elizabeth por reivindicar su vida

fueran saludados con gran entusiasmo por sus hijas.

Pero Elizabeth estaba resuelta a realizar su proyecto y manifestar quién era

ella y de rechazar la idea de ser constantemente evaluada y vigilada por las

hijas. Al principio fue dramática la respuesta que dieron las hijas al hecho de

que Elizabeth se hiciera cargo con autoridad de su propia vida. Tuvieron

algunas ideas ingeniosas para volver atrás las manecillas del reloj. Sin

embargo, Elizabeth perseveró en su empeño y la vida de cada miembro de la

familia siguió su curso. Elizabeth estableció una nueva relación con sus hijas

que experimentaron mayores deseos de vivir una vida feliz; entonces cesaron

los ataques y Elizabeth me informó que por primera vez se había establecido la

relación que ella había deseado entre madre e hijas. Habían llegado a ser más

unidas y más confidentes, capaces de discutir entre ellas importantes

cuestiones de interés para todas.

Amy

Amy, de veintitrés años, buscó ayuda terapéutica en su pugna con la anorexia

nerviosa. Era ésta una dificultad de larga data que se había resistido a varios

intentos de superarla. Comencé por repasar con Amy los efectos que la

anorexia estaba produciendo en varios dominios de su vida, incluso las esferas

Page 18: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

social, emocional, intelectual y, por supuesto, física. Como resultado de esta

revisión, se nos hizo manifiesto el grado en que la anorexia le estaba

dificultando todo intento de actuar en cualquiera de esas esferas.

Luego dedicamos algún tiempo a considerar en detalle la manera en que la

anorexia afectaba las interacciones de Amy con los demás. No me sorprendió

enterarme de que ese mal la hacía compararse constantemente con otros y

que le había suscitado la sensación de que los demás la estaban evaluando de

continuo. Independientemente de esto, existía una especie de mortaja de

secreto alrededor de su vida, mortaja que la aislaba de las otras personas.

¿Cómo afectaba la anorexia la actitud de Amy respecto de sí misma y respecto

de la interacción con los demás? ¿Qué exigía ese mal que ella hiciera de sí

misma? Con-,o era previsible, lo que le exigía era que se vigilara, que ejerciera

sobre sí una acción de policía. Y ella se había entregado a operaciones

relativas a su propio cuerpo en el intento de darle una forma que

pudiera considerarse aceptable, un "cuerpo dócil", y la anorexia había

castigado al cuerpo por sus transgresiones.

Luego impulsé a Amy a investigar cómo había sido inducida a estas varias

prácticas, actitudes y procedimientos, a estas "disciplinas del yo" de

conformidad con las especificaciones de la personalidad y del sexo, esa

relación jerárquica y disciplinaria respecto de su propio cuerpo. En esta

investigación, Amy logró identificar la historia del proceso a través de

contextos familiares, culturales y sociales. En la entrevista siguiente, la

anorexia se manifestó como la forma en que habían cobrado cuerpo esas

actitudes, prácticas y contextos.

Así quedó "desenmascarada" la anorexia nerviosa por obra de este proceso

terapéutico, de suerte que Amy fue sintiéndose cada vez más ajena a la

anorexia. Las diversas prácticas y actitudes dadas por sentadas con las que

"contaba la anorexia para persistir" ya no ponían en tela de juicio lo que Amy

era como persona. ¿Se contentaría Amy con continuar sometida a las

exigencias que tenía sobre su vida la anorexia? ¿Se contentaría con continuar

cediendo a las exigencias del mal? ¿O le atraía más la idea de desafiar esas

Page 19: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

demandas que hacía a su vida la anorexia y la idea de hacerse cargo de su

vida y posesionarse de ella?

Amy no vaciló en declarar que ya era hora de que fuera dueña de su vida; y

entonces, repasamos juntos las pruebas de que era capaz de realizar esa

tarea: sucesos que mostraran resistencia a las prácticas y actitudes de que

dependía el estado del "gobierno del yo" llamado anorexia nerviosa. Esto nos

llevó a identificar varios hechos que eran de naturaleza antianoréxica.

Pedí a Amy que evaluara esos hechos antianoréxicos: ¿los consideraba ella

más atractivos y deseables o los consideraba triviales y carentes de atracción?

En su respuesta, Amy declaró que esos hechos eran los preferidos en su vida.

Luego entablé con ella una conversación sobre las razones por las cuales creía

que esos hechos eran deseables y personalmente apropiados para ella. Como

Amy parecía prestar cada vez mayor apoyo a esas actividades antianoréxicas,

la urgí para que me ayudara a comprender la base o fundamento de tales

actividades en su vida. También la incité a que reflexionara sobre lo que esos

hechos preferidos influían en lo que Amy creía que era importante en su vida.

En la sesión siguiente, Amy comenzó a articular mejor una versión preferida de

quién podría ser ella misma, una versión que incorporaba otros conceptos de

la vida. Esta nueva versión se hizo cada vez más accesible a ella y más

susceptible de incorporarse en su vida.

Mientras Amy comenzaba a articular esta versión alternativa y preferida de

quién era ella, dio varios pasos para incluir a otras personas en su proyecto de

reivindicar su vida. Mi observación de que el trabajo práctico realizado en el

terreno era una parte de semejante proyecto, la alentó a dar esos pasos. Pedí

a Amy que, entre todas las personas que había conocido, identificara a la

menos inaccesible a esta nueva visión de quién era ella. Amy decidió

22

23

comenzar presentándose de nuevo a las personas que estaban más alejadas y

se puso en contacto con varias amigas de la escuela a quienes no había visto

durante años. Como tuvo éxito en estas experiencias, se dirigió entonces a la

Page 20: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

red social más inmediata que comprendía a los miembros de su propia familia

y a quienes ella invitó a las sesiones terapéuticas. Dentro del contexto

terapéutico, estos miembros de la familia contribuyeron significativamente a

reconocer y autenticar las aspiraciones preferidas de Amy tocantes a su propia

vida y su capacidad de apartar de sí la anorexia nerviosa.

Anne y John

John y Anne, miembros de una pareja separada, apelaron a la terapia en su

intento de resolver su intenso conflicto sobre la custodia de los hijos, sobre el

acceso a ellos y sobre cuestiones relativas a la propiedad. Al comienzo de la

primera reunión entablaron una viva disputa en la que cada uno presentaba

sus reclamaciones y contrarreclamaciones y en la que sólo ocasionalmente

echaban una furtiva mirada en mi dirección. Al cabo de un rato los interrumpí y

les agradecí que fueran tan francos sobre los problemas que tenían

recíprocamente y por demostrar tan claramente cuál era la situación entre

ellos.

Después de una pausa, John y Anne se entregaron a una nueva serie de

acusaciones. Afortunadamente logré interrumpirlos de nuevo y les expliqué

que me parecía que ya tenía una comprensión razonable de la relación que

mantenían; les comuniqué que, por lo tanto, serían innecesarias más

demostraciones de esa índole. Sin embargo, fueron necesarias otras dos

interrupciones antes de que la pareja pareciera convencida.

En el momento de respiro que siguió, les pregunté hasta qué punto ese tipo de

interacción -ese tipo de antagonismo que acababan de manifestar tan

claramente- era dominante en sus relaciones. ¿Cómo esa forma de

antagonismo influía en la manera en que uno percibía al otro y a su mutua

relación? ¿Y cómo esas percepciones recíprocas y esa relación antagónica

influían en las respuestas que uno daba al otro? ¿Qué efectos podía haber

tenido este tipo de antagonismo en cada uno de ellos como para no permitirles

que pudieran juzgarse mejor recíprocamente?

Después de medir con Anne y John hasta qué punto ese tipo de antagonismo

había estado dictando los términos de sus relaciones, les pregunté si esa era la

Page 21: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

manera preferida de responderse el uno al otro. ¿Les parecía cautivante ese

antagonismo? ¿Era ese estilo el que mejor convenía a la pareja? ¿Estaba hecho

a medida de ellos? ¿Consideraban que ese tipo de antagonismo enriquecía sus

vidas?

Los dos aseguraron que no era esa la manera preferida de mantener

relaciones y ninguno dejó de agregar que le parecía que esa era la preferencia

del otro cónyuge. Como John y Anne aseguraban que no era esa su manera

preferida de abordar las cosas, sugerí que era improbable que ellos la hubieran

inventado en ventaja suya.

Luego rogué a Anne y a John que me ayudaran a comprender cómo habían

llegado a abrazar ese esquema de responder a las diferencias de opinión sobre

cuestiones particulares y que identificaran la historia de ese patrón. ¿Dónde

habían visto antes ese esquema? ¿Cómo comenzaron a adoptar esas técnicas

para tratarse entre sí y cuáles fueron las situaciones que primero los llevaron a

adoptar tales técnicas? ¿En qué contextos creían que esos tipos de

antagonismo eran lugar común y qué justificaciones podían alegarse para

sustentarlos? ¿Cómo era posible que se sintieran inclinados a someter sus

relaciones a semejantes pautas y a vivir atadas a ellas?

Durante este análisis, a medida que John y Anne iban articulando su

experiencia de este tipo de antagonismo, se les hizo evidente que su relación

ya no obedecía a él, pues llegaron a ser capaces de concebir su relación de

manera diferente. Les pregunté si estaban dispuestos a abandonar la parte

negativa de las relaciones o si preferían intervenir y decir algo más sobre la

dirección que debían tomar los hechos a fin de lograr una posición conveniente

para ambos. En respuesta a esta pregunta, John y Anne declararon que ese

tipo de antagonismo empobrecía sus vidas y ambos indicaron que deseaban

liberarse de sus dictados.

Luego tratamos de determinar qué base había para hacer un intento por

recobrar lo que había quedado de sus relaciones y logramos identificar varias

interacciones que no habían estado dominadas por el patrón del antagonismo.

Una de esas interacciones era la capacidad que habían tenido de eludir esas

Page 22: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

pautas durante buena parte de la entrevista. ¿Les parecían a Anny y a John

esas interacciones recíprocas más satisfactorias? ¿Sentían por ellas algún

entusiasmo? ¿O les atraía más el familiar modo de tratarse?

Como declararon que se sentían más atraídos por esa nueva manera de

interactuar, pregunté a John y a Anne qué pensaban de la nueva situación y

por qué creían que ésta era más conveniente para ellos? Seguidamente hice

otras preguntas para incitarlos a recordar hechos más positivos de su relación.

Respondiendo a esta incitación, Anne y John recordaron a una pareja que

conocieron en los primeros tiempos de su matrimonio. Los miembros de esa

pareja habían sido testigos de varias situaciones en las que ambos pudieron

resolver satisfactoria y equitativamente una disputa. El examen de la

experiencia de esa otra pareja en cuanto a la relación de John y Anne, hizo que

cobraran nueva vida conocimientos históricamente situados para resolver

problemas y, aunque no sin tropiezos, esos conocimientos llegaron a ser

accesibles a John y a Anne para cesar en sus disputas sobre la custodia de los

hijos, sobre el acceso a ellos y sobre cuestiones de propiedad.

24

25

Robert

Robert me fue derivado para que lo sometiera a terapia a causa de su

conducta abusiva con su cónyuge y uno de sus hijos. Este maltrato violento

sólo había sido revelado recientemente. Robert había convenido en abandonar

el hogar de la familia mientras se tomaban las medidas policiales y legales

adecuadas. Durante nuestros primeros contactos la conversación se centró en

la responsabilidad de Robert por haber perpetrado actos de violencia,>, en la

identificación de las experiencias de las víctimas, en los efectos traumáticos

reales en el corto plazo y los posibles efectos en el largo plazo sobre la vida de

las víctimas y en determinar qué podría hacer él para enmendar lo que pudiera

enmendarse.

Después de cumplir esta tarea, le pregunté a Robert si estaba dispuesto a

seguirme en algunas especulaciones sobre el carácter de la conducta abusiva

Page 23: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

y violenta de los hombres. Como manifestó su acuerdo, le hice una serie de

preguntas como las que se consignan seguidamente:

- Si un hombre deseara controlar y dominar a otra persona, ¿qué clase de

estructuras y condiciones podría disponer para hacer posible su intento? - Si un

hombre deseara dominar a otra persona, particularmente a una mujer o a un

niño, ¿qué clase de actitudes serían necesarias para justificarlo? - Si un

hombre decidiera reducir a alguien a la condición de cautivo, especialmente a

una mujer o a un niño, ¿qué clase de estrategias y técnicas de poder harían

factible su acción?

Durante esta especulación se articularon conceptos particulares sobre el modo

de ser de los varones que tratan de someter a los demás, se identificaron

técnicas y estrategias con las que los hombres pueden contar para implantar

su dominio y se repasaron diversas estructuras y condiciones que prestan

apoyo a conductas violentas y agresivas. Luego pedí a Robert que señalara

cuál de esas actitudes había adoptado en su vida, cuál de esas estrategias

había dominado para forjar sus relaciones con los demás y cuál de estas

condiciones y estructuras habían suministrado el marco para su vida. A esto

siguió otro análisis centrado en un repaso de los procesos históricos en virtud

de los cuales Robert había sido inducido a adoptar semejantes actitudes,

técnicas y estructuras.

Invité a Robert a que asumiera una posición sobre esas actitudes, estrategias y

estructuras. ¿Continuaría sometiendo su vida a este particular concepto del

modo de ser de los varones? ¿Hasta qué punto le parecía razonable vivir la

vida como un "instrumento de poder", como un instrumento de terror? ¿Hasta

qué punto deseaba obrar con estas estrategias y tácticas que devastaban la

vida de otros? Atendiendo a la comprensión que ahora tenía de los efectos

reales de sus actos, ¿le parecía aceptable depender de semejantes estructuras

y condiciones como determinantes de su vida?

A medida que progresaba el trabajo terapéutico, Robert comenzó a alejarse de

esas actitudes y a abandonar esas estructuras y técnicas de poder y control.

Sus anteriormente familiares y descontadas maneras de ser con las mujeres y

Page 24: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

los niños y, por lo tanto, sus familiares maneras de ser con otros hombres ya

no confirmaban su virilidad, su condición de hombre. Para Robert resistirse a

practicar una conducta violenta y agresiva ya no significaba obrar contra su

propia "naturaleza", pues ahora era capaz de asumir toda la responsabilidad

de los abusos cometidos contra otros.

En la nueva dimensión en la que entró Robert como resultado de haber

abandonado sus anteriores actitudes, pudimos encontrar varios logros

aislados, ocasiones en las cuales su conducta no había sido impulsada por

aquellos familiares y consabidos conceptos de lo que es ser un hombre. Pedí a

Robert que evaluara esos logros aislados. ¿Consideraba deseables esos logros?

¿Los consideraba positivos? ¿O no tenían ninguna importancia para él? Como

Robert declarara que esos logros eran deseables, le pedí que»»me explicara

cómo había llegado a esa conclusión.

A medida que el trabajo terapéutico progresaba, la identificación de esos

logros aislados nos ofreció un punto para entrar en una "arqueología" de otros

conceptos preferidos de modos de ser de los varones, conceptos que Robert

comenzó a incorporar en su vida. Por ejemplo, respondiendo a mis instancias

de que diera significación a esos logros aislados, de que determinara qué

conceptos de virilidad se reflejaban en ellos, Robert recordó a un tío que era

muy diferente de los otros hombres de su familia; el tío era un hombre

ciertamente compasivo y nada violento. Posteriormente Robert elaboró en su

casa la significación de aquel tío y eso contribuyó significativamente a que se

diera cuenta de algunas de las particularidades más íntimas de este otro modo

de ser.

La familia de Robert había manifestado el deseo de que se tantearan las

posibilidades de hacer una reunión. Como Robert había comenzado a

abandonar aquellas actitudes y prácticas que habían justificado y apoyado su

conducta abusiva y como estaba considerando otros conceptos sobre los

modos de ser viriles, el momento pareció oportuno para convocar a una

reunión de la familia. Comprendiendo que tenía la responsabilidad de ofrecer

salvaguardias a los miembros de la familia, Robert convino en someterse a

Page 25: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

ciertas medidas que contribuirían de manera significativa a prestar seguridad a

los miembros de la familia. Entre esas medidas estaban a) una reunión con

representantes9 de su cónyuge y de su hijo para determinar la responsabilidad

de Robert y la naturaleza del abuso, b) estar dispuesto a participar

semanalmente en reuniones con su familia, "y con sus representantes

designados y c) estar dispuesto a cooperar con otros miembros de la familia en

el desarrollo de un plan contingente en el caso de que alguno de ellos se

sintiera amenazado por la violencia de Robert.

Con el tiempo, Robert cambió su vida descuidada en la que dominaba su

26

27

La entrevista había alcanzado un punto en el que la terapeuta decidió que

había llegado el momento oportuno para oír la opinión de la miembros del

equipo que habían estado observando la entrevista en el espejo unidirec

cional. La terapeuta y la familia cambiaron sus lugares con los miembros del

equipo de modo que ahora les tocaba ser espectadores de lo que hicieran los

miembros del equipo. Estos comenzaron por presentarse a la familia, luego

consideraron aquello que los miembros de la familia habían juzgado atractivo o

les habían parecido hechos atractivos de sus vidas y relaciones.

La tarea de los miembros del equipo consistía en referirse a esos hechos

preferidos como si se refieran a un misterio, a un misterio que sólo los

miembros de la familia podían revelar. Al comienzo, cada observación de un

miembro del equipo era seguida por preguntas que pudieran incitar a la familia

a explicar esos hechos y otras que pudieran inducirla a especular sobre su

significación. Los miembros del equipo también se hacían preguntas unos a

otros sobre esos hechos e incitaban a continuar especulando sobre ellos. De

esta manera se llamaba la atención a los miembros de la familia sobre

aspectos antes descuidados de las experiencias vividas y se los invitaba a

considerar su "capacidad de conocimiento" en relación con sus vidas.

Page 26: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

Luego algunos miembros del equipo comenzaron a hacer preguntas a otros

miembros del equipo sobre la razón por la cual consideraban interesante un

determinado hecho. Esas preguntas incitaban a los miembros del equipo

a situar sus reflexiones dentro del contexto de su experiencia personal y de su

propia imaginación. Luego, miembros del equipo se invitaron recíprocamente a

explicar cuáles eran las intenciones que, según ellos, estaban detrás de sus

reflexiones.

A renglón seguido, la familia y el equipo volvieron a cambiar de lugar y la

terapeuta entrevistó a los miembros de la familia para preguntarles sobre lo

que pensaban de las reflexiones del equipo, sobre los comentarios y preguntas

que a los miembros de la familia les parecían interesantes y pertinentes y

sobre los comentarios y cuestiones que no les parecían interesantes. Los

miembros de la familia mencionaron los comentarios y preguntas que captaron

su interés y, entonces, la terapeuta les pidió que la ayudaran a comprender

por qué les parecían interesantes y cuáles eran las conclusiones que

acompañaban a esos comentarios y preguntas. Luego, la

28

estrategia por una vida que él y otros consideraban cuidadosa, abierta y

directa.

Entrevista con una familia

terapeuta pidió a los miembros de la familia que especulando estimaran hasta

qué punto esas comprensiones y conclusiones podían afectar sus vidas

cotidianas.

La terapeuta puso fin a las entrevista invitando a los miembros de la familia y

a los miembros del equipo para que conversaran sobre la entrevista misma, de

manera que ella pudiera situar sus comentarios y preguntas dentro del

contexto de su propia experiencia personal, de su imaginación y de sus

finalidades.

La desconstrucción

Page 27: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

Estos casos terapéuticos muestran una serie de prácticas reiteradas. Creo que

la mayor parte de estas prácticas se refieren a lo que podríámos denominar un

"método desconstructivo" que seguidamente habré de explicar.

Pero antes de comenzar esta discusión sobre la desconstrucción quiero admitir

algo: yo no soy un académico y por falta de una palabra mejor me llamo

terapeuta. A mi juicio, el no pertenecer al mundo académico me permite

ciertas libertades, incluso la libertad de violar algunas reglas-por ejemplo,

emplear el término desconstrucción de una manera que puede no estar de

acuerdo con su estricto sentido derridiano- y referirme a autores que

generalmente no proponen un método desconstructivista.

De conformidad con mi definición bastante flexible, la desconstrucción tiene

que ver con procedimientos que subvierten realidades y prácticas que se dan

por descontadas, esas llamadas "verdades" divorciadas de las condiciones y

del contexto de su producción, esas maneras desencarnadas de hablar que

ocultan sus prejuicios y esas familiares prácticas del yo y de su relación a que

están sujetas las vidas de las personas. Muchos de los métodos de

desconstrucción hacen extrañas esas realidades y prácticas familiares dadas

por descontadas al objetivarlas. En este sentido, los métodos de

desconstrucción son métodos que "vuelven exótico lo doméstico".

"El sociólogo que decide estudiar su (sic) propio mundo en sus aspectos más

íntimos y familiares no debería (como hace el etnólogo) domesticar lo exótico,

sino que, si me es lícito aventurar la expresión, debe hacer exótico lo

doméstico al romper con su (sic) inicial relación de intimidad con modos de

vida y de pensamiento que le (sic) resultan opacos porque le son demasiado

familiares. En realidad, el movimiento hacia el mundo originario y ordinario

debería ser la culminación de un movimiento hacia mundos extraños y

extraordinarios". (Bourdieu, 1988, págs. xi-xii).

29

Según Bourdieu, hacer exótico lo doméstico, en virtud de la objetivación de un

mundo familiar y dado por descontado, facilita la "reapropiación" del yo. Al

referirse a la reapropiación del yo, no creo que Bourdieu esté

Page 28: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

proponiendo una concepción esencialista del yo, que en esa reapropiación las

personas se "encuentren" a sí mismas. Antes bien, Bourdieu sugiere que por

obra de la objetivación de un mundo familiar podríamos hacernos más

conscientes de la medida en que ciertos "modos de vida y de pensamiento"

modelan nuestra existencia y que, por lo tanto, podríamos estar en

condiciones de decidir vivir según otros "modos de vida y de pensamiento".

Si la obra de Bourdieu puede considerarse desconstructiva, lo es en efecto en

su sentido específico. El interés primario de este autor es el de saber hasta qué

punto la situación que ocupa una persona en una estructura social -por

ejemplo, en una academia- es determinante de la posición que toma esa

persona en cuestiones de la vida.

Sin embargo, podemos considerarla desconstrucción en otros sentidos: por

ejemplo, la desconstrucción del relato del yo y los conceptos culturales

dominantes de conformidad con los cuales viven las personas; la

desconstrucción de prácticas del yo y de su relación, prácticas que son

dominantemente culturales; y la desconstrucción de las prácticas discursivas

de nuestra cultura.

La desconstrucción se basa en lo que generalmente se designa como

"constructivismo crítico" o, como yo prefiero, una "perspectiva

constitucionalista" del mundo. Desde esta perspectiva se propone que la vida

de las personas está modelada por la significación que ellas asignan a su

experiencia, por la situación que ocupan en estructuras sociales y por las

prácticas culturales y de lenguaje del yo y de su relación. Esta perspectiva

constitucionalista es contraria a las perspectivas del mundo de la psicoterapia,

es decir, contraria a la dominante perspectiva estructuralista (la conducta

refleja la estructura del espíritu) y a la perspectiva funcionalista (la conducta

sirve a los fines del sistema).

En la siguiente exposición he de considerar, primero, la desconstrucción del

relato, segundo, la desconstrucción de las prácticas modernas de poder y,

tercero, la desconstrucción de las prácticas discursivas. Con todo eso, creo con

Michel Foucault (1980) que un dominio de conocimiento es un dominio de

Page 29: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

poder y que un dominio de poder es un dominio de conocimiento. De manera

que en la medida en que la significación se refiere al conocimiento y en la

medida en que las prácticas se refieren al poder, creo que significación,

estructuras y prácticas son inseparables en sus aspectos constitutivos.

El relato

La idea de que la significación que las personas atribuyen a su experiencia es

lo que determina sus vidas, ha incitado a los científicos sociales a estudiar la

naturaleza de los marcos que facilitan la interpretación de la experiencia.

Muchos de esos científicos sociales han propuesto la idea de que es el relato o

la narración o la historia lo que suministra el marco primario a la

interpretación, a la actividad de dar sentido o significación y que es por obra

de los relatos o historias cómo las personas juzgan sus propias vidas y las

vidas de los demás al encontrar sentido en su experiencia. Esas historias

determinan no sólo la significación que las personas dan a su experiencia sino

que, según se dice, esas historias también determinan en gran medida qué

aspectos de la experiencia las personas eligen expresar. Y, asimismo, en la

medida en que la acción está prefigurada en el dar significación, esas historias

determinan efectos reales en cuanto a modelar la vida de las personas.

Esta perspectiva no ha de confundirse con la que propone que las historias

reflejan la vida o son un espejo de la vida. Por el contrario, la metáfora

narrativa propone que las personas vivan sus vidas de conformidad con

historias, que esas historias son modeladoras de la vida y que tienen efectos

reales, no imaginados, de modo que dichas historias procuran la estructura de

la vida.

En la bibliografía de terapia familiar hay muchos ejemplos de la confluencia de

la metáfora narrativa y delas varias metáforas de conversación y de

lingüística. Como esas metáforas se sitúan en tradiciones de pensamiento

claramente diferentes y como algunas de ellas se oponen a otras, presentaré

aquí algunas ideas más sobre la metáfora narrativa con la esperanza de que la

distingan adecuadamente.

La significación

Page 30: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

Bruner (1986), al referirse a los textos, propone la idea de que las historias

están compuestas de panoramas duales: un panorama de acción y un

panorama de conciencia. El panorama de acción está constituido por a) hechos

eslabonados en b) secuencias particulares a través de c) la dimensión

temporal (pasado, presente y futuro) y de conformidad con d) tramas

específicas. En un texto, el panorama de acción suministra al lector una

perspectiva de la temática de los hechos que se desarrollan en el tiempo.

El panorama de conciencia está principalmente constituido por las

interpretaciones de los personajes que figuran en la narración y también por

30

31

La estructura narrativa 31

las interpretaciones del lector cuando éste penetra, por invitación del autor, en

la conciencia de esos personajes. El panorama de conciencia comprende las

significaciones dadas por los personajes y los lectores al "reflexionar" en los

sucesos y tramas a medida que éstos se desenvuelven en el panorama de

acción. Percepciones, nociones, especulaciones y conclusiones dominan este

panorama y muchas de ellas se refieren a:

a) la determinación de los deseos y preferencias

de los personajes,

b) la identificación de sus características y

cualidades personales, c) la clarificación de sus estados intencionales, por

ejemplo, sus motivos y sus finalidades, y

d) la verificación de las creencias de esos

personajes.

Cuando estos deseos, cualidades, estados intencionales y creencias están

suficientemente elaborados por el texto, se unen para formar "compromisos"

que determinan trayectorias particulares en la vida, "estilos de vida".

Si suponemos que hay identidad entre la estructura de los textos y la

estructura de las historias o relatos que cuentan las personas y si nos

interesamos por la constitución de las vidas a través de las historias,

Page 31: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

podríamos considerar los detalles de la manera en que las personas viven sus

vidas en los panoramas de acción y los panoramas de conciencia.

La determinación

¿Cuál es el origen de estas historias o relatos que forman parte de la vida de

las personas? Las historias de las personas rara vez están construidas (si lo

están alguna vez) "radicalmente", es decir, no están hechas según un molde,

por decirlo así. Las historias culturalmente accesibles y apropiadas sobre la

personalidad y sobre las relaciones se elaboraron históricamente y se

construyeron en el seno de comunidades de personas y dentro del contexto de

estructuras e instituciones sociales. Inevitablemente hay una dimensión

canónica en las historias referidas por las personas.

De este modo, tales historias están inevitablemente estructuradas por

nuestros conceptos culturales dominantes. Esos conocimientos no se refieren a

descubrimientos relativos a la "naturaleza" de las personas ni a las rela ciones,

sino que son conceptos elaborados que especifican un particular estilo de

personalidad y de relación. Por ejemplo, en lo que se refiere a los conceptos

dominantes de la personalidad, en Occidente existe una especificación bien

clara, atendiendo al sexo, de las maneras de estar en el mundo.

La indeterminación dentro de la determinación

Si es cierto que las historias que las personas refieren de

limitan las significaciones que ellas dan a la experiencia y limitan .,., aspectos

de la experiencia que deciden expresar, y si es cierto que estas significaciones

tienen efectos reales y particulares en la vida de las personas, poseemos pues

un fuerte argumento en favor de la determinación. Y ese argumento en favor

de la determinación se fortalece al considerar la medida en que tales historias

son canónicas, por cuanto están creadas conjuntamente dentro de una

comunidad de personas y por cuanto están históricamente construidas dentro

del contexto de instituciones específicas y estructuras sociales.

Sin embargo, a pesar de que tales historias contribuyen a asegurar cierta

determinación en la vida, rara vez abarcan todas las contingencias que

aparecen en la "vida como se vive" de una manera total. Lo mismo que ocurre

Page 32: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

en los textos con referencia a la vida tal como ésta se vive, las historias que

las personas refieren están llenas de lagunas e inconsistencias y además topan

constantemente con contradicciones. Es la resolución de esas lagunas,

inconsistencias y contradicciones lo que contribuye a prestar cierta

indeterminación a la vida; son esas lagunas, inconsistencias y contradicciones

las que hacen que las personas se empeñen activamente en encontrar una

significación única, o como habría dicho Bruner (1990), "dar significación".

De manera que cuando consideramos la proposición de que la vida está

constituida en virtud de un permanente historiar y rehistoriar de la

experiencia, estamos considerando un proceso de "indeterminación dentro de

la determinación" o estamos ante lo que Gertz (1986) llama "copia que

origina".

"La engorrosa pregunta, ácida y desencantada, que en algún lugar Lionel

Trilling cita de un estético del siglo xvm - ¿Cómo se explica que todos nosotros

comencemos partiendo de originales y terminemos en copias?- encuentra una

respuesta que resulta sorprendentemente tranquilizadora: es la copia lo que

origina". (pág. 380).

La desconstrucción del relato

Externalización de conversaciones y vivencias

En cuanto a la desconstrucción de las historias de conformidad con las cuales

viven las personas, yo he propuesto la objetivación de los problemas

32

33

que empujan a las personas a buscar ayuda terapéutica (por ejemplo, en

White,1984,1986,1989 y en White y Epston,1989). Esta objetivación lleva a las

personas a externalizar vivencias relativas a aquello que consideran

problemático en lugar de internalizarlas. Esta externalización genera lo que

podríamos llamar un contralenguaje o, como ha propuesto recientemente

David Epston, un "antilenguaje".

Este externalizar conversaciones "hace exótico lo doméstico" o familiar, pues

alienta a las personas a identificar las historias privadas y los conocimientos

Page 33: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

culturales de conformidad con los que viven, esos conoci mientos e historias

que guían sus vidas y que les hablan de su propia identidad. Esa

externalización ayuda a las personas a revelar, con el tiempo, la constitución

de su yo y de sus relaciones.

Este proceso de externalización se inicia alentando a las personas a que den

cuenta de los efectos que tienen en sus vidas los problemas que las aquejan.

Puede tratarse de los efectos producidos en sus estados emociona les, en sus

relaciones familiares, en las esferas sociales y laborales, etc., y aquí hay que

poner énfasis especial para establecer de qué manera se ve afectada la

"concepción" que esas personas tienen de sí mismas y de sus relaciones.

Luego se las incita a señalar la influencia que esas concepciones o

percepciones tienen en sus vidas, incluso en sus interacciones con los demás.

A esto suele seguir alguna investigación de cómo las personas fueron

inducidas a abrazar tales concepciones.

A medida que las personas se entregan a esta operación de externalizar sus

historias privadas, dejan de hablarles de su identidad y de la verdad de sus

relaciones; dichas historias privadas ya no penetran en la vida de las personas;

éstas experimentan una separación de semejantes historias, una alienación

respecto de ellas. En el espacio establecido por esa separación, las personas

quedan en libertad de explorar otras ideas preferidas sobre lo que ellas

mismas podrían ser, otros conceptos preferidos que las personas podrían

incorporar en su vida.

Logros aislados e historias alternativas

¿Cómo se generan estos conceptos alternativos y/o cómo cobran nueva vida?

¿Cuáles son los puntos de entrada de esas otras versiones acerca de lo que

podrían ser las personas? A medida que las personas se separan de las

historias dominantes o "totalizantes" que forman parte constitutiva de su vida,

se les hace posible orientarse más hacia aspectos de su experiencia que

contradicen esos conocimientos. Y esas contradicciones están siempre

34

Page 34: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

presentes y son, por lo demás, muchas y muy variadas. Antes, siguiendo a

Goffman me he referido a esas contradicciones llamándolas "logros aislados"

(White, 1988a, 1989; White y Epston 1989) y son ellas las que suministran una

puerta de entrada a lo que podríamos considerar los territorios alternativos de

la vida de una persona.

para que un hecho llegue a ser un logro aislado, debe ser calificado como tal

por las personas que tienen que ver con los hechos. Siguiendo la identificación

de hechos que pueden llegar a tener la condición de logros aislados, es

importante incitar a las personas para que evalúen esos sucesos. ¿Se los juzga

significativos o irrelevantes? ¿Representan esos hechos logros preferidos o no?

¿Les parecen atractivos a las personas esos sucesos? ¿Se sienten las personas

atraídas por algunas de las nuevas posibilidades que pudieran acompañar

estos hechos? Si las personas juzgan que ellos representan logros preferidos,

luego se las puede alentara que expliquen porqué creen que ello es así.

Una vez que se ha establecido que determinados hechos son, en efecto, logros

aislados puesto que se los ha considerado significativos y preferidos, el

terapeuta puede facilitar la generación (y/o la resurrección) de historias

alternativas al orientarse hacia esos logros aislados en la actitud que uno

pudiera tener al orientarse hacia misterios. Pues estos son misterios que

únicamente las personas pueden revelar cuando responden a la curiosidad que

sobre ellos manifiesta el terapeuta. Cuando las personas se entregan a la tarea

de revelar esos misterios, inmediatamente se entregan también a la tarea de

contar historias y darles significación.

Para facilitar este proceso que he llamado "recreación", el terapeuta puede

hacer una variedad de preguntas incluso preguntas relativas al panorama de

acción" y preguntas relativas al "panorama de conciencia"".

Las preguntas referentes al panorama de acción hacen que las personas sitúen

logros aislados en secuencias de sucesos que se desarrollan en el tiempo de

conformidad con tramas particulares. Las preguntas relativas al panorama de

conciencia hacen que las personas reflexionen y determinen la significación de

los hechos que ocurren en el panorama de acción.

Page 35: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

Preguntas relativas al panorama de acción

Las preguntas del panorama de acción pueden referirse al pasado, al presente

y al futuro y son eficaces para dar nacimiento a paisajes alternativos que se

extienden a través de la dimensión temporal. En la exposición que

sigue, debido a limitaciones de espacio, habré de concentrarme principal

35

mente en aquellas preguntas que generan otros posibles panoramas históricos

o los hacen cobrar vida de nuevo; se trata de preguntas que historian "logros

aislados". Sin embargo, algunas preguntas orientadas a futuros panoramas de

acción figuran en varios de los ejemplos que doy.

Las preguntas que historian logros aislados son particularmente eficaces para

dar nacimiento a otros posibles panoramas de acción. Tales preguntas obran a

manera de puente entre hechos preferidos del presente y

el pasado; alientan a las personas a identificar la historia de los logros aislados

localizándolos dentro de secuencias particulares de sucesos que se

desenvuelven en el tiempo. A menudo estas preguntas ayudan a las personas

a gestar la historia de panoramas de acción alternativos en la medida en que

ellas se remontan al pasado para recoger historias anteriormente dominantes

y "saturadas de problemas" que las personas experimentaron en sus vidas.

Las preguntas relativas al panorama de acción pueden concentrarse tanto en

la historia reciente como en la más distante historia de logros aislados.

Aquellas preguntas del panorama de acción que dan nacimiento a la historia

reciente del logro aislado se refieren principalmente a sus circunstancias más

inmediatas:

- ¿Cómo se resolvió usted a dar este paso? ¿Qué preparativos lo condujeron a

hacerlo?

-Justo antes de dar ese paso, ¿no estuvo usted a punto de echarse atrás? Si fue

así, ¿cómo se abstuvo de hacerlo?

Mirando retrospectivamente desde este punto ventajoso, ¿qué advirtió usted

en su conducta que pudiera haber contribuido a este resultado?

Page 36: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

- ¿Puede usted darme algunos antecedentes del hecho? ¿Cuáles eran las

circunstancias que rodeaban ese acto? ¿Contribuyó alguien a ello? Si fue así,

¿puede usted describirme la situación?

- ¿Qué pensaba usted en aquel momento? ¿Se aconsejó de manera diferente?

¿Qué se dijo usted mismo que lo empujara a hacer lo que hizo?

- ¿Qué sucesos ocurrieron en otros sectores de su vida que pudieran tener

relación con esto? ¿Piensa usted que esos hechos prepararon el camino para

que usted diera esos pasos?

El terapeuta puede fomentar la participación de otras personas de esta

generación/resurrección de otros panoramas de acción preferidos; pueden

incluirse miembros de la comunidad que han participado históricamente en la

gestación y distribución de la historia dominante en la vida de la persona y

esto es particularmente útil. Por ejemplo, otros miembros de la familia pueden

hacer significativas contribuciones para hacer surgir otros panoramas de

acción:

-¿Cómo piensa usted que se las arreglaron sus padres frente a esta crisis?

¿Qué vio usted que hacía Harry recientemente y que pudiera arrojar alguna luz

sobre su capacidad de dar este paso?

-¿Que vio usted que hacía Sally que la llevara a este acto? ¿Hasta qué punto

contribuye esto a comprender que ella estaba dispuesta a hacerlo?

-¿Puede usted describirme las circunstancias que rodearon este hecho en la

vida de su hijo? ¿Alguna otra persona contribuyó a ello? Y si fue así ¿de qué

manera?

Las siguientes preguntas son ejemplos de aquellas que engendran una historia

del logro aislado más distante. Son preguntas que invitan a identificar sucesos

y experiencias que tiene menos relación inmediata con los logros aislados. Lo

mismo que en el caso de las preguntas que dan nacimiento a la historia

reciente del logro aislado, es útil contar como coautores a-, los miembros de la

comunidad, a personas que contribuyeron históricamente a la gestación y

distribución de la historia dominante que se repudia en este proceso de

recreación.

Page 37: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

-¿Qué puede usted decirme sobre su historia para ayudarme a comprender

como logró dar este paso?

-¿Recuerda usted algún hecho pasado que en cierto modo pudiera constituir el

telón de fondo de este hecho reciente?

-¿Qué advirtió usted en su vida hasta ahora que pudiera darle por lo menos

algún indicio de que ésta era para usted una posibilidad?

-Quisiera comprender mejor este hecho. Cuando era usted más joven ¿qué

hacía o pensaba que pudiera representar un vital indicio de que este hecho

actual estaba en el horizonte de su vida?

-Por favor, piense usted en el reciente acto de su hijo y reflexione sobre su

vida tal como usted la conoció. Mirando retrospectivamente ¿qué recuerda

usted que él hiciera y que pudiera anunciar esto, que pudiera haberle dado a

usted un indicio sobre esto?

-Parece que lo que hicieron recientemente Mary y Joe es la manifestación de

un trabajo realizado detrás de la escena y que ellos hicieron para recobrar su

relación ¿Advirtió usted algún signo de que se estaba realizando ese trabajo?

Si fue así, ¿cuáles eran esos signos?

Estos ejemplos representan sólo algunas de las opciones para hacer que las

personas entren en el proceso de la generación/resurrección de panoramas

alternativos de acción y, por mi parte, creo que no es posible agotar las

opciones en esta clase de interacción con personas. Por ejemplo, se pueden

formular preguntas para alentar a las personas a que manifiesten la historia

36

37

reciente y la historia distante de aquellos sucesos que anunciaban los actuales

logros aislados.

Preguntas relati38 al panorama de conciencia

Las preguntas relativas al panorama de conciencia llevan alas personas a

pasar revista de los hechos que se desarrollaron en el otro panorama de

acción" y a determinar qué podrían revelar éstos sobre:

a) la naturaleza de sus preferencias y sus deseos,

Page 38: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

b) el carácter de las varias cualidades personales y de relación, c) la

constitución de sus estados intencionales,

d) la composición de sus creencias preferidas y, por último, e) la naturaleza de

sus empeños.

Las preguntas del panorama de conciencia invitan a la articulación y a la

realización de estas preferencias alternativas, deseos, cualidades personales y

de relación, estados intencionales y creencias, y todo culmina en una "re

visión" de los empeños y compromisos personales en la vida. "En virtud de la

significación que se da al panorama de conciencia "las creencias y deseos de

las personas se hacen suficientemente coherentes y organizados para merecer

que se los llame empeños o estilos de vida, y tales coherencias se consideran

como disposiciones que caracterizan alas personas". (Bruner, 1990).

Las siguientes preguntas son ejemplos de sólo algunas de las formas que

pueden tomar las preguntas relativas al panorama de conciencia. Estas

preguntas incitan a las personas a reflexionar en los sucesos tales como éstos

se han desarrollado en la historia reciente y en la historia más distante del

panorama de acción.

-Reflexionemos por un instante en estos hechos recientes. ¿A qué nuevas

conclusiones podría usted llegar sobre sus gustos, sobre lo que resulta

atractivo para usted, sobre aquello que le atrae?

-¿Qué le dicen estos descubrimientos sobre lo que usted desea en su vida? -

Entiendo que usted está al tanto de los antecedentes de este cambio

producido en la vida de Mary. ¿Hasta qué punto afecta eso la imagen que

usted tiene de ella como persona?

-¿Cómo caracterizaría usted las cualidades de su relación en ese primer tiempo

cuando ambos lograban prestarse apoyo el uno al otro frente a la adversidad?

-¿Qué le dicen estos hechos sobre lo que le cuadra a usted como persona? -

Apreciando más plenamente lo que ocurrió ¿a qué conclusiones puede usted

llegar sobre lo que se propone hacer Harry en su vida?

Page 39: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

-Parece que ahora los dos estamos más en contacto con la circunstancia de

que usted estuviera dispuesto a dar este paso. ¿Qué le revela esto acerca de

sus motivos o acerca de las finalidades de su vida?

-¿Qué le sugiere esta historia de lucha sobre lo que Jane cree que es

importante en la vida, sobre lo que ella defiende?

A medida que las personas responden a las preguntas referentes al panorama

de acción y al panorama de conciencia, van reviviendo experiencias y es como

si sus vidas fueran contadas de nuevo. Se generan así o vuelven

a cobrar nueva vida conceptos alternativos de uno mismo y de las relaciones;

las personas pueden concebir otros modos de vida y de pensamiento e

incorporarlos. Durante todo este proceso de recreación mediante el diálogo, el

terapeuta desempeña un papel central al oponerse a todo retorno precoz a lo

canónico que sugeriría que el logro aislado se explica por sí mismo."

Preguntas referentes a experiencias de experiencias

Las preguntas de experiencias de experiencias (White,1988b) facilitan mucho

el proceso de recreación de vidas y relaciones y, a menudo, son más fecundas

que las preguntas que alientan a las personas a reflexionar directamente sobre

sus vidas. Estas preguntas incitan a las personas a dar una versión de lo que

creen o imaginan que otra persona puede pensar de ellas. Estas preguntas de

experiencia de experiencia:

a) incitan a las personas a remontarse a sus experiencias pasadas y a expresar

ciertos aspectos olvidados o descuidados con el paso del tiempo, y b) ponen

en juego la imaginación de las personas de maneras tales que constituyen

experiencias alternativas de sí mismas.

Seguidamente damos algunos ejemplos de estas preguntas de experiencia de

experiencia. En los ejemplos las preguntas están orientadas primero, hacia

alternativos panoramas de acción, segundo, hacia alternativos panora mas de

conciencia y, en tercer lugar, se dan ejemplos de preguntas que alientan a las

personas a manifestar "particularidades íntimas" de futuros hechos en esos

panoramas de acción y panoramas de conciencia.

Page 40: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

Por supuesto, no han de hacerse estas preguntas a la manera en que se

interroga en los tribunales, sino que deben formularse dentro del contexto del

diálogo cordial y, cada una de ellas, debe estar en armonía con las respuestas

suscitadas por la anterior pregunta.

a) Si usted hubiera sido un espectador de su propia vida cuando era un joven,

¿qué podría haber visto entonces que pudiera ayudarme a comprender que

usted era capaz de realizar lo que realizó recientemente?

38

39

-¿Qué le parece que me dice esto acerca de lo que usted deseó y aspiró en su

vida?

-¿Cómo cree usted que conocer esta circunstancia afectó la opinión que tengo

de usted como persona?

-¿Qué cree usted que esto podría revelarme sobre lo que usted valora más en

la vida?

-Si usted lograra compenetrarse con este concepto sobre sí mismo durante

una semana o dos, ¿qué influencia tendría ello en su vida?

b) De todas las personas que lo han conocido, ¿quién se sorprendería menos

de que usted hubiera sido capaz de dar ese paso desafiando los problemas que

influyen en su vida?

-¿Qué podrían haber visto en el pasado esas personas que les permitiera

predecir que usted daría semejante paso en este momento de su vida? -

¿Imagina usted que, en aquella época, eso podría haberles indicado a esas

personas algo acerca de sus facultades?

-¿Qué propósitos habrían supuesto esas personas que tenía usted al realizar

esta acción en este momento de su historia?

-¿Qué les habría dicho acerca de quién es usted y acerca de lo que cree que es

importante?

-¿Qué acciones realizaría usted si estuviera más plenamente convencido de

este concepto que tiene de sí mismo?

Page 41: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

c) Me gustaría comprender las bases en que se funda esta acción. De todas las

personas que lo han conocido a usted, ¿quién estaría en mejores condiciones

de dar algunos detalles sobre esa base?

-¿Qué indicios podrían tener esas personas para determinar qué curso de su

vida sería el más deseable para usted?

-¿A qué conclusiones podrían haber llegado esas personas sobre las

intenciones que usted tuvo para echar esa base?

-¿Qué pudo haberles revelado esto sobre el estilo de vida que más le conviene

a usted?

-¿Si abrazara más firmemente este otro concepto de quién es usted y de lo

que fue su vida, ¿en qué medida modificaría esto su vida cotidiana?

Estos ejemplos sólo sirven como introducción a algunas de las opciones para

elaborar preguntas que alienten la recreación de vidas según historias

preferidas. Entre las muchas otras opciones está la elaboración de preguntas

que puedan hacer nacer futuros hechos en el panorama de conciencia. Estas

preguntas invitan a reflexionar sobre futuros sucesos en el otro panorama de

acción. Por ejemplo:

-Si usted se viera dando estos pasos, ¿cómo podría confirmar esto su concepto

preferido de quién es usted como persona?

A estas preguntas pueden seguir luego otras referentes al panorama de acción

y así sucesivamente. Por ejemplo:

-¿Y en qué medida puede modificar su vida la confirmación de esta opinión que

usted tiene de sí mismo?

Otras estructuras

Para elaborar preguntas adecuadas puede ser que el terapeuta se refiera a

otras estructuras de su trabajo, incluso las derivadas de la antropología, el

drama y la literatura. Por ejemplo, a veces los logros aislados aparecen para

marcar cambios de los cuales es difícil hallar antecedentes en la historia

distante. En esas circunstancias se puede alentar a las personas a insertar

esos logros únicos en un marco de "rito de pasaje" que estructure las

Page 42: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

transiciones de la vida mediante las fases de separación, frontera y

reincórporación (van Gennep 1906).

Por otra parte y en estas mismas circunstancias, los logros aislados pueden

insertarse en un marco de "drama social" que estructure transiciones en la

vida mediante las fases de estado constante, ruptura, crisis, recuperación y

nuevo estado constante (Turner, 1980).

En cuanto a tomar estructuras de la literatura, como he descubierto que la

revisión de motivos que acompaña la resurrección de historias y conceptos

alternativos resulta particularmente "liberadora", con frecuencia me remito a

la desconstrucción de Burke como modelo de este trabajo.

"Hemos de utilizar cinco términos como principios de nuestra investigación.

Dichos términos son: acto, escenario, agente, acción, finalidad. En una

enunciación cabal de los motivos, uno necesita alguna palabra que nombre el

acto (que nombre lo que tiene lugar en el pensamiento o en la acción) y otra

palabra que nombre el escenario (el fondo del acto, la situación en que éste

ocurre); también debe uno indicar qué persona o clase de persona (agente)

realizó el acto y los medios o instrumentos que esa persona usó (acción) y

además hay que indicar la finalidad...; toda enunciación completa sobre

motivos ofrecerá alguna respuesta a estas cinco preguntas: lo que se hace

(acto), cuándo o dónde se hace (escenario), quién lo hace (agente), cómo lo

hace (acción) y por qué lo hace (finalidad)" (Burke, 1969, pág. xv).

Relacionar las preguntas sobre experiencia de experiencia con otros temas

alternativos históricamente situados puede dar lugar a actos, escenarios,

agentes, acciones y finalidades. Esto contribuye "dramáticamente" a la

arqueología de conceptos alternativos de la personalidad y de sus relaciones.

Un ejemplo de esta línea de interrogatorio informada por tal estructura es el

siguiente:

40

41

a) Muy bien, de manera que su tía Mavis era la que mejor estaba colocada

para predecir semejante acto. Déme un ejemplo de la clase de suceso de que

Page 43: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

ella fue testigo en la vida de usted y que le hubiera permitido predecir este

hecho.

b) ¿Cómo podría haber descrito ella las circunstancias del suceso? c) ¿Habría

advertido ella que otros podrían haber contribuido al suceso?

d) Si se le hubiera pedido que describiera exactamente cómo se realizó esto,

¿qué imagina usted que habría dicho?

e) ¿Cómo habría interpretado ella la finalidad de usted al realizar este acto?

¿De que podría haberse enterado ella sobre lo que usted se proponía hacer en

la vida?

Discusión

Corriendo el riesgo de insistir en demasía deseo, sin embargo, hacer hincapié

en el hecho de que estas preguntas relativas al panorama de acción y al

panorama de conciencia no son sencillamente preguntas sobre la historia. Son

preguntas que historian el logro aislado. Y el enfoque de recreación que estoy

describiendo aquí no es sencillamente un proceso de "señalar hechos

positivos". Antes bien, este enfoque empuja activamente a las personas a

descubrir misterios que el terapeuta no puede resolver.

Cuando enseño esta técnica de trabajo siguiendo a Brunner (1986), a menudo

sugiero a los terapeutas que consideren la configuración de un arco o bóveda.

El arco es una realización relativamente reciente de la historia" y debe su

extraordinaria capacidad de sustentar carga a una disposición especial de

piedras en forma de cuñas. Cada piedra está situada de una manera única y

cada una debe su posición al particular arreglo de las piedras situadas al otro

lado, lo cual a su vez hace posible la particular disposición de las piedras de

ambos lados.

El panorama de acción puede representarse como un arco. Y el logro aislado

puede representarse como una de las piedras con forma de cuña; su existencia

puede entenderse como contingente al ocupar su lugar en una particular clase

y secuencia de hechos que se desarrollan temporalmente, mientras que al

mismo tiempo contribuye a la particular disociación de los sucesos a través del

tiempo. Las preguntas que contextualizan logros aislados contribuyen

Page 44: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

significativamente a que se manifiesten detalles sobre la disposición única de

los sucesos de los cuales el logro aislado es sólo una parte.

Puede imaginarse un segundo arco dispuesto encima del primero. El

panorama de conciencia puede representarse mediante este segundo acto que

está en interacción con el primero, el panorama de acción, por obra de la

reflexión.

Tal vez el enfoque que estoy describiendo aquí sobre la desconstrucción de las

historias y conceptos de conformidad con los cuales viven las personas no sea

del todo diferente del enfoque que presenta Derrida en su trabajo de

desconstrucción de textos (1981)8. La intención de Derrida era subvertir

textos y oponerse al privilegio de conocimientos específicos con métodos que

"desconstruyen la oposición"... para echar abajo la jerarquía en un

determinado momento" Derrida lo logró al desarrollar métodos

desconstructivos que:

a) revelaban las ocultas contradicciones contenidas en los textos al hacer

visibles las significaciones reprimidas, las significaciones "ausentes, pero

implícitas",

b) daban preeminencia a esos conocimientos "del otro lado", a esos

conocimientos considerados secundarios, derivados y sin valor.

Prácticas de poder

Buena parte de la obra de Michel Foucault está dedicada al análisis de las

"prácticas de poder" por obra de las cuales está constituido el "sujeto"

moderno (Foucault 1978, 1984). Foucault trazó la historia del "arte de

gobernar personas" a partir del siglo xvii y estudió en detalle muchas de las

prácticas del yo y de las prácticas de relación que las personas incorporan en

sus vidas al ser incitadas a ello. Por cuanto en virtud de estas prácticas las

personas modelan sus vidas de conformidad con especificaciones dominantes

del modo de ser, aquellas pueden considerarse técnicas de control social.

Poder constitutivo

Page 45: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

Foucault concibe un poder moderno que es constitutivo o "positivo" en su

carácter y efectos, no un poder represivo o "negativo", no un poder que

depende de prohibiciones y restricciones (1980).

En lugar de considerar que el mecanismo central de esta forma moderna de

poder sea restrictiva, Foucault dice que su mecanismo central es productivo,

pues la vida de las personas está en realidad constituida por esa forma de

poder. Según Foucault las prácticas de esta forma de poder penetran en la

vida de las personas y la modelan en sus niveles más profundos -incluso

42

43

sus actitudes, deseos, cuerpos, costumbres, etc.-, y él comparaba estas

prácticas con una forma de doma o adiestramiento (Foucault, 1979).

Política local

Foucault se proponía exponerlas operaciones del poder en el micronivel y en la

periferia de la sociedad en hospitales, prisiones, familias, etc. Según Foucault

era en estos sitios locales donde se perfeccionaban las prácticas de poder y

que, por consiguiente, ese poder puede ejercer efectos globales. Aducía que es

en esos lugares donde las operaciones del poder son más evidentes.

De manera que para Foucault este moderno sistema de poder era

descentralizado y "admitido" antes que centralizado y ejercido desde arriba

hacia abajo. Por consiguiente, alegaba Foucault que los esfuerzos por

transformar las relaciones de poder en una sociedad deben dirigirse a esas

prácticas de poder en el nivel local, en el nivel de lo cotidiano, de las prácticas

sociales obvias.

Técnicas de poder

Al trazar la historia de los aparatos e instituciones a través de los cuales se

perfeccionaron estas prácticas, Foucault (1979) identificaba el panóptico de

Bentham como el modelo "ideal" de esta forma de poder, de "las tecnologías

de poder que determinan la conducta de los individuos y los someten a ciertos

fines o a cierta dominación, a una objetivación del sujeto". (Foucault, 1988,

Page 46: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

pág. 18). En otra parte me he ocupado del análisis de este modelo que hace

Foucault (White, 1989). Ese modelo establece un sistema de poder en el cual:

- la fuente de poder es invisible para quienes lo experimentan más

intensamente,

- las personas están aisladas en su experiencia de sometimiento,

- las personas están sometidas a la "mirada" escrutadora y al "juicio

normalizador",

- a las personas les es imposible determinar cuándo son objeto de vigilancia y

escrutinio y cuándo no lo son; por consiguiente, deben suponer que siempre lo

son,

- se incita a las personas continuamente a evaluarse a sí mismas, a vigilarse, y

a obrar en sus cuerpos y almas para hacerlas dóciles,

- el poder es autónomo en la medida en que quienes participan en el

sometimiento de los demás son, a su vez, "instrumentos" del poder.

44

El análisis que hace Foucault del panóptico constituye una exposición de la

manera en que los mecanismos y las estructuras de este moderno sistema de

poder inducen a las personas a colaborar en el sometimiento de sus propias

vidas y en la objetivación de sus propios cuerpos, de la manera en que las

personas se convierten en "complacientes" participantes para iscip mar o

vigi..ar sús propios v das. Los mecanismos de este moderno sistemá3e poder -

__incluyen tecnologías que Foucault llama "tecnologías del yo que permiten a

los individuos realizar por sus propios medios o con la ayuda de otros cierto

número de operaciones sobre sus cuerpos y almas, sobre sus pensamientos,

conductas y modos de ser a fin de transformarlos y alcanzar cierto estado de

felicidad, pureza, sabiduría, perfección o inmortalidad" (Foucault, 1988, pág.

18).

El ardid

Sin embargo esta colaboración rara vez es un fenómeno consciente. Las

operaciones de ese poder están disfrazadas o enmascaradas porque el poder

obra en relación con ciertas normas a las que se les atribuye la condición de

Page 47: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

"verdades". Se trata de un poder ejercido en relación con ciertos

conocimientos que construyen determinadas verdades y que tienen la

finalidad de hacer que nazcan particulares y "correctos" resultados, como una

vida "plena", "liberada", "racional", "diferenciada", "dueña de sí misma".

"contenida en sí misma", etc.

Las descripciones de estos modos de ser "deseados" son en verdad ilusorias.

Según Foucault, todas son partes de un ardid que disfraza lo que realmente

ocurre y esas verdades dominantes están en realidad especificando la vida de

las personas y sus relaciones; esos resultados correctos son modos de ser

particulares, modos de ser prescritos.

De manera que las prácticas del moderno poder, tales como las presenta

Foucault en detalle, son particularmente insidiosas y eficaces. Incitan a las

personas a abrazar su propio sometimiento, a regir sus vidas mediante

técnicas de poder que las modelan y que, incluso, modelan sus cuerpos y

actitudes de conformidad con ciertas "verdades". Esas personas no ven el

modo de ser informado por tales verdades como efectos del poder, sino que lo

ven, en cambio, como el efecto de algo por el estilo de una realización, una

liberación.

Discusión

Para muchas personas este análisis del poder es difícil de sustentar, porque

sugiere que no pocos de los aspectos de nuestra conducta individual que,

según suponemos, son expresión de nuestro libre albedrío o que, según

45

suponemos, son transgresores no constituyen, en efecto lo que pueden

parecer a primera vista. En realidad, este análisis sugiere que muchos de

nuestros modos de conducta reflejan nuestra colaboración en controlar o

vigilar nuestras propias vidas, así como las vidas de los demás, nuestra

colusión en la especificación de vidas de conformidad con los conceptos

dominantes de nuestra cultura.

Al emprender su análisis de las "tecnologías de poder" y las "tecnologías del

yo" Foucault no proponía que estas fueran las única caras del poder. En

Page 48: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

realidad, tocante a los campos de poder, Foucault propuso el estudio de cuatro

tecnologías: tecnologías de producción, tecnologías de sistemas de signos,

tecnologías de poder y tecnologías del yo (Foucault, 1988). Aunque en este

capítulo he seguido a Foucault en cuanto a poner énfasis en las técnicas de un

sistema de poder moderno y "positivo", creo que otros análisis del poder-

incluso los que se refieren a las ideas de Bourdieu sobre la estructura de los

sistemas sociales de poder y los efectos constitutivos de esas estructuras en

las posiciones que las personas tienen en la vida- son, en alto grado

relevantes, atendiendo a las situaciones cotidianas que deben afrontar los

terapeutas.

Otras consideraciones de campos de poder comprenderían el grado en que

algunas de las estructuras que representan el sistema anterior de poder

soberano aún existen y el grado en que las desigualdades institucionales,

aquellas de naturaleza estructural y las que tienen que ver con una

desigualdad de oportunidades, dominan nuestra cultura.

En realidad, en su análisis del panóptico de Bentham, Foucault llama la

atención sobre una estructura que está en el corazón de las operaciones del

sistema. Al considerar las implicaciones de esta estructura desde el punto de

vista de la desigualdad, he sugerido en otro lugar que en nuestra cultura es

más frecuente que los hombres sean los "instrumentos" de la mirada

normalizadora y las mujeres estén con mayor frecuencia sometidas a esa

mirada (White, 1989).

Esta observación ha sido hecha también por otros autores (por ejemplo, Hare-

Mustin, 1990).

La descontrucción de las prácticas de poder

En la terapia, la objetivación de estas prácticas de poder familiares y dadas por

descontadas contribuye muy significativamente a desconstruirlas. Y esto se

logra incitando alas personas a externalizar vivencias relacionadas

con dichas prácticas. Cuando las prácticas de poder quedan desenmascara

das, las personas pueden asumir una posición respecto de ellas y contrarrestar

la influencia que tienen en sus vidas y relaciones.

Page 49: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

Esa externalización se inicia pidiendo a las personas que den cuenta de los

efectos que dichas prácticas tienen en sus vidas. En el diálogo debe hacerse

hincapié especial en lo que las prácticas de poder han dictado a las personas

tocante a su relación con su propio yo y con los demás.

En virtud de esta externalización las personas son capaces de:

a) apreciar el grado en que dichas prácticas forman parte de sus vidas, así

como forman parte de la vida de otros,

b) identificar aquellas prácticas del yo y de las relaciones que pudieran

juzgarse empobrecedoras de sus propias vidas y de las vidas de los demás, c)

reconocer hasta qué punto se han incorporado en la actitud de vigilar y

controlar sus propias vidas y establecer la naturaleza de su participación en la

vigilancia y control de la vida de otras personas y

d) examinar la naturaleza de las relaciones locales.

Por obra de esta externalización de vivencias, las personas ya no

experimentan tales prácticas como algo que represente auténticos modos de

ser consigo mismas y con los demás. Ya no las experimentan como algo que

les pertenezca y comienzan a sentir cierta alienación en relación con dichas

prácticas. Entonces las personas están en condiciones de desarrollar otras

prácticas preferidas del yo y de sus relaciones, es decir, contraprácticas. En

terapia he participado con algunas personas en la tarea de luchar contra varias

prácticas de poder, incluso aquellas que tienen que ver con:

a) las tecnologías del yo y del sí mismo, es decir, el sometimiento del yo en

virtud de la disciplina del cuerpo, del alma, del pensamiento y de la conducta

según modos de ser específicos (incluso las diversas operaciones que modelan

los cuerpos de conformidad con los conceptos específicos de sexo),

b) las tecnologías de poder: el sojuzgamiento de otras personas mediante

técnicas tales como el aislamiento y la vigilancia y mediante la continua

evaluación y comparación.

También he participado con algunas personas en la desconstrucción de

determinados modos de vida y pensamiento, repasando con ellas los efectos

constitutivos de la situación específica de sus vidas en esos campos de poder

Page 50: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

que toman la forma de estructuras sociales. Como resultado de esa

desconstrucción, las personas son capaces de rechazar esos efectos así como

aquellas estructuras consideradas injustas.

46

47

Ejemplos

Prácticas del saber

Quizá sea este el momento oportuno para considerar brevemente de nuevo las

historias clínicas de Amy y Robert. Amy había sido inducida a adoptar ciertas

prácticas destinadas a gobernar el yo, "tecnologías del yo".

Había adoptado esas prácticas como una manera de autocontrolarse y lograr

trahsformar esencialmente su vida y darle una forma aceptable, una forma

que le hablara de plenitud. Al entregarse a actividades destinadas a sojuzgar

su vida, Arny las interpretaba como actividades liberadoras.

Después de orientar a Amy a externalizar sus vivencias sobre la anorexia

nerviosa a fin de determinar los efectos reales de la dolencia en su vida Amy

comenzó a identificar las diversas prácticas de autogobierno - lasdisciplinas del

cuerpo- y las especificaciones que habían cobrado forma en la anorexia. La

anorexia ya no era la salvadora de Amy. La artimaña quedaba expuesta y las

prácticas de poder estaban desenmascaradas. En lugar de continuar con estas

prácticas del yo, Amy experimentaba alienación enrelación con ellas. La

anorexia nerviosa ya no ponía en tela de juicio la identidad de Amy, que así

pudo acometer actividades que subvertían las realidades construidas por la

anorexia y pudo entregarse a examinar otras prácticas preferidas del yo y de

sus relaciones.

En el caso de Roben las nociones, prácticas o "tecnologías de poder",

estructuras y condiciones (todas cosas aceptadas sin examen ni

cuestionamiento) que representaban el contexto de su conducta violenta y

abt1siva constituían parte de un modo de vida y pensamiento dado por

descontado pues Roben lo había considerado el reflejo del orden natural de las

cosas. Después de entregarse a la externalización de estas nociones,

Page 51: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

Prácticas, estructuras y condiciones y después de haber determinado los

efp,ctos reales que ellas tenían en su propia vida y en la vida de los demás,

Roben comenzó a experimentar cierta alienación de ese modo de vida y

Pensamiento que ya no le dictaba cuales debían ser las maneras de

comportarse con las mujeres y los niños.

Luego, en virtud de un logro aislado como punto de partida, Robert Püdo

abordar una "arqueología" de otras prácticas preferidas de relación y

entregarse a ellas. También comenzó a rechazar las estructuras y condiciones

que constituyen la base de la conducta violenta y abusiva de los varones.

Las disciplinas profesionales han logrado desarrollar prácticas y técnicas de

lenguaje según las cuales esas disciplinas tienen acceso a la "verdad" del

mundo. Semejantes técnicas fomentan en las personas la creencia de que los

miembros de esas disciplinas tiene acceso a una explicación objetiva y sin

prejuicios de la realidad y de la naturaleza humana.

9

"Lo cual significa que ciertos voceros, los que están formados en ciertas

técnicas especiales -que supuestamente tienen que ver con las facultades del

espíritu para establecer contacto con la realidad- tienen el privilegio de hablar

con autoridad más allá del alcance de su experiencia personal". (Parker y

Shotter, 1990)

Estas prácticas de lenguaje introducen modos de hablar y de escribir que se

consideran racionales, neutros y respetables pues ponen el acento en

conceptos de autoridad y en la vida impersonal del experto. Estas prácticas

hacen que la perspectiva y las opiniones del orador y del escritor sean

descarnadas. La exposición de los conceptos que hacen el orador y el escritor

está desprovista de la información que podría dar al oyente o al lector noticias

sobre las condiciones en que se produce la visión del experto.

Estas prácticas de hablar y escribir expresan conceptos que se consideran

"globales y unitarios" (Foucault 1980); son exposiciones que encubren las

pugnas históricas relacionadas con su poder y encubren, incluso, las múltiples

resistencias que han encontrado. A las personas les resulta difícil poner en tela

Page 52: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

de juicio estos conocimientos globales y unitarios, porque tales prácticas de

lenguaje comprenden la prohibición de plantear cuestiones sobre sus

contextos sociales, políticos e históricos.

Como niegan al oyente o al lector esta información crítica, el oyente o el lector

queda en un estado de "suspenso"... No tiene la información necesaria para

determinar de qué manera pueden "tomar" los puntos de vista expresados y

esto reduce dramáticamente la gama de posibles respuestas que puedan dar.

Oyentes y lectores pueden o bien acatar los conceptos del experto o bien

pueden rechazarlos. Es imposible el diálogo desde diferentes puntos de vista.

Para los miembros de las disciplinas profesionales que operan según el

supuesto de que recurren a conocimientos objetivos, cualquier reflexión crítica

que se haga sobre su posición es inaceptable. De esta manera pueden evitar

afrontar las implicaciones morales y éticas de sus prácticas de saber.

"Una descripción que no contenga ninguna reflexión crítica sobre la posición

desde la cual aquélla está articulada, puede no tener otro principio que el de

los intereses

4%

49

Estos discursos de "verdad" muestrsrn como conclusa, segura, fija y

permanente la naturaleza del mundo que es abierta, vaga, transitoria y

cambiante. Otras maneras de hablar/escribir se ocultan o, si se consideran que

son inferiores, generalmente se las excl uYe. Eses maneras "inferiores" de

hablar y escribir son reconocidas únican9ente si van acompañadas por la

"apropiada" deferencia que se debe a l, 4;s maneras de hablar y escribir

justificadas y garantizadas.

La desconstrucción de las prácticas del saber

Los terapeutas pueden contribuir a de sconstrair el saber de los expertos al

considerarse ellos mismos "coautores" Gle otros conceptos y prácticas y al

realizar un esfuerzo concertado a fin de esl;ablecerun contexto en el cual las

personas que buscan ayuda terapéutica tenían el privilegio de ser los autores

primarios de esos conceptos y prácticas._J eguidamente menciono algunas

Page 53: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

prácticas "terapéuticas" que están inforrrtadas por esta perspectiva. Estas

prácticas en modo alguno agotan las pos ibilidades, y David Epston y yo hemos

discutido otras prácticas terapéuticas en otros lugares (por ejemplo, en White

y Epston, 1989, Epston y Whit, 1991),

Los terapeutas pueden socavarla idea de quetienen acceso privilegiado a la

verdad pidiendo a las personas que los ayuden a comprender las situaciones. Y

esto puede lograrse informando alas personas hasta qué punto

la acción del terapeuta depende de la reIroafrrlentación de las personas

tratadas tocante ala experiencia que ellas tiene de la terapia. Se ha reconocido

que la manera en que las personas experi"entan la terapia es esencial como

guía del proceso terapéutico y este es el único medio que tiene el terapeuta de

saber qué clase de interacción terapéutica es util y cuál no lo es.

Esta actitud puede acentuarse si los terapeutas empujan a las personas a

indagar por qué ciertas ideas surgidas dvlrante la sesión les interesan más que

otras ideas. ¿Qué es lo que a las personas les parece significativo o útil

en las particulares perspectivas, verificacSrones, conclusiones, etc.? ¿Qué

logros preferidos podrían acompañarlas particulares perspectivas,

verificaciones, conclusiones, etc.?

Los terapeutas pueden luchar contra 1-a idea de que poseen un punto de vista

propio de expertos, al alentar contfnuarrlente a las personas a que evalúen los

reales efectos que la terapia tiene en %s vidas y en sus relaciones

50

asociados con la tácita relación que el inves,tgador tic,e con su objeto"

(Bourdieu, 1988, pág. 15)

y a que determinen por sí mismas hasta qué punto esos efectos son efectos

preferidos y hasta dónde no lo son. La retroalimentación nacida de esta

evaluación ayuda a los terapeutas a afrontar honradamente las implicancias

morales y éticas de su práctica.

El terapeuta puede poner en tela de juicio la idea de que posee una

explicación objetiva y sin prejuicios de la realidad y puede hacer dudar de la

posibilidad de que las personas estén sometidas a la imposición de ideas,

Page 54: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

alentando a dichas personas a interpretarlo sobre la entrevista misma. Como

resultado de esto, el terapeuta es capaz de desconstruir y dar cuerpo a sus

respuestas (incluso preguntas, comentarios, pensamientos y opiniones) pues

las sitúa dentro del contexto de su propia experiencia personal, de su

imaginación y de sus estados intencionales. Esto puede designarse como una

condición de "transparencia° del sistema terapéutico, pues contribuye a crear

un contexto en el cual las personas son más capaces de decidir por sí mismas

la manera de tomar las respuestas del terapeuta.

Si el terapeuta está trabajando con un equipo auxiliar 21, al terminar la sesión

ese equipo puede reunirse con las personas e interpelar al terapeuta sobre la

entrevista. Además de formular preguntas sobre las particulares respuestas

del terapeuta, los miembros del equipo pueden ser incitados esta vez a

escrutar los pensamientos del terapeuta sobre el proceso terapéutico durante

la entrevista.

Las prácticas terapéuticas de desconstrucción también pueden ser objeto de

las respuestas de los equipos auxiliares. Se puede indicar a los miembros del

equipo auxiliar que abandonen los discursos de verdad de las psicoterapias

estructuralistas y funcionalistas, honrados en su momento, y se los puede

incitar a que respondan a aquellos hechos identificados por los miembros de la

familia como logros preferidos o que especulen sobre los hechos que pudieran

ser preferidos.z2 Después de esto, los miembros del equipo auxiliar pueden

interrogarse unos a otros sobre sus reflexiones de manera que puedan

situarlas dentro del contexto de su experiencia, imaginación y estados

intencionales personales. Por obra de esta personalización de los

conocimientos del equipo auxiliar se maximizan las opciones y elecciones de

las personas.

La desconstrucción de las respuestas de los miembros del equipo auxiliar

puede estructurarse alrededor de preguntas tales como: ¿Qué fue lo que le

llamó la atención? ¿Por qué cree que este hecho le llamó tanto la atención?

¿Por qué le impresionó como algo tan significativo? ¿Cómo decidió usted hacer

Page 55: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

aquí un comentario sobre este hecho? ¿Qué efecto cree usted que tendrá este

comentario?-3 ¿Cuál era su intención al hacer aquí esta pregunta?

51

Esta transparencia de la práctica terapéutica representa un desafío a la idea

comúnmente aceptada de que para que la terapia tenga los efectos deseados

sus operaciones deben mantenerse en secreto, la idea de que si las personas

saben lo que se propone el terapeuta la terapia no da buen resultado. Al

repasar estas prácticas con personas, he comprobado que a menudo ellas

consideran las respuestas del terapeuta del equipo auxiliar como un factor en

alto grado significativo para determinar en sus vidas los cambios que más

valoran.

Conclusión

Las prácticas terapéuticas que he llamado "desconstructivas" ayudan a que las

personas experimenten cierta sensación de "acción". Esta sensación se debe a

la experiencia de escapar de la condición de ser un "pasajero" en la vida y a la

sensación de ser uno capaz de desempeñar un papel activo en la modelación

de la propia vida, la sensación de poseer la capacidad de influir en los hechos

de la vida de conformidad con las finalidades que uno tiene y de conformidad

con los logros preferidos. Esta sensación de acción personal nace cuando la

persona advierte hasta qué punto ciertos modos de vida y de pensamiento dan

forma a su existencia y cuando se lleva a cabo alguna decisión respecto de los

modos de vida y pensamiento según los cuales podríamos vivir.

Esas prácticas terapéuticas que yo llamo desconstructivas ayudan a las

personas a apartarse de los modos de vida y pensamiento que, según ellas,

empobrecen sus propias vidas y las vidas de los demás. Además, provocan en

el terapeuta y en las personas que buscan ayuda terapéutica una curiosidad

respecto de versiones alternativas de lo que pudiesen ser esas personas. No se

trata sólo de una curiosidad cualquiera. Es una curiosidad sobre cómo las

situaciones pudieran ser de otra manera, una curiosidad sobre lo que

trasciende las versiones totalizadoras que las personas tienen de sus vidas y

que trascienden aquellas prácticas dominantes del yo y de sus relaciones.

Page 56: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

Poner el acento en la curiosidad durante las prácticas terapéuticas no es, en

modo alguno, una idea nueva y sobre esto remitiré a la revisión del concepto

de neutralidad que llevó a cabo Gianfranco Cecchin (1990). He de concluir con

una de las deliciosas contribuciones a este tema de Michel Foucault:

"La curiosidad es un vicio que ha sido estigmatizado sucesivamente por el

cristianismo, por la filosofía y hasta por cierta concepción de las ciencias. La

52

curiosidad es futilidad. Sin embargo me gusta la palabra. Para mí esa palabra

sugiere algo completamente diferente: evoca interés, evoca el cuidado que

uno tiene por lo que existe y lo que pudiera existir, una disposición a encontrar

extraño y singular lo que nos rodea, cierto impulso implacable a irrumpir en las

cosas familiares y mirar de manera diferente las mismas cosas, un fervor de

captar lo que ocurre y lo que pasa, una contingencia frente a las tradicionales

jerarquías de lo importante y lo esencial". (1989, pág. 198)

Notas

1. Prefiero la caracterización de "padre solo" en lugar de la expresión "padre

soltero". En nuestra cultura la palabra "soltero" tiene muchas connotaciones

negativas e incluso la de una condición incompleta, la condición de no estar

casado, o de fracaso. Pero, por lo menos a mi juicio, la palabra "solo" evoca

algo completamente diferente. Implica el reconocimiento de la extraordinaria

responsabilidad que tienen estos padres y de la fuerza necesaria para lograr lo

que ellos logran. Por otra parte no es difícil discernir una segunda significación,

la de "alma". El alma se refiere a la esencia y en el caso de las personas que se

designan como "padres de alma" significa reconocer "la ternura de corazón"

que prodigan, de la cual depende la imagen que sus hijos tienen de ellos.

2. El trabajo emprendido aquí incluía el examen de la posibilidad de que las

hijas también hubieran podido ser objeto del abuso de su padre. Las

comprobaciones posteriores descartaron esa posibilidad.

3. En parte, este trabajo se basa en la metáfora narrativa que lleva consigo un

concepto específico no esencialista de autenticidad. Según esta metáfora,

generalmente una persona alcanza cierto sentido de autenticidad cuando a)

Page 57: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

realiza algunas particulares pretensiones sobre su vida, pretensiones que se

refieren a particulares autorrelatos y cuando b) esa realización es presenciada

por ella misma oly por otros. Esto sugeriría que existe toda una gama de

posibles autenticidades que podrían experimentar las personas y que esa

gama está determinada por el caudal de versiones que las personas tienen de

sus vidas.

4. David Epston, de Auckland, Nueva Zelanda, se unió a cierto número de

personas que necesitaban una terapia para combatir la anorexia nerviosa y

fundó La Liga Antianoréxica. Esta liga aspira a desenmascarar las voces de la

anorexia nerviosa y a

identificar, documentar y divulgar conocimientos y prácticas que se oponen a

las prácticas de que depende la anorexia.

5. Los pasos iniciales en el trabajo de campo no deberían ser excesivamente

ambiciosos. Ideas como esta contribuyen a establecer comienzos más

modestos y a aumentar las posibilidades de hacer circular y autenticar

conceptos alternativos del sí mismo.

6. Remito al lector al libro de Alan Jenkin Invitations to Responsability (1990),

donde se encontrará una excelente discusión sobre este y otros aspectos del

trabajo con hombres que son agresivos con otros hombres.

7. El consejo de los miembros de la familia en relación con el abuso y otras

cuestiones se realizó simultáneamente en un contexto diferente.

8. No creo que sea suficiente que los hombres asuman la entera

responsabilidad del abuso perpetrado, que identifiquen la experiencia de las

víctimas, que reconozcan los efectos en el plazo breve y posiblemente en el

largo plazo del abuso, que presenten

sinceras excusas, que traten de reparar lo que puede ser reparado y que

rechacen las

53

actitudes que justifican semeji

ante conducta y las condiciones y técnicas de poder que hacen posible el

abuso. ue el hombre experimentara genuinos

Page 58: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

remordimientos, es Si es o fuera todo y aungi rque no posee otras nociones de

cómo debe vivir el varón.

probable q,e vuelva a atacar po de seguridad de que esto no volverá a

repetirse, creo que Para que haya ciertas apariencia

es esencial que esos hombre-JI> identifiquen conceptos alternativos de los

modos de conducta varoniles y obren de acuerdo con ellos.

9. Estos representantes diben ser nombrados por el hijo y el otro cónyuge y

pueden contarse erlire los parientes qroe no tienen antecedentes de conducta

abusiva o entre nidad.

personas conocidas de la comuj

10. 5e desarrollan semaynalmente sesiones especiales destinadas a despojar

de ie se llegan a organizar reuniones mensuales durante un secreto la terapia;

gradualment a de esas reuniones se pasa revista a los

hechos ocurridos período de dos años. En cada uW

en la semana anterior. AqueWos que revelan una reaparición de cualquiera de

las actitudes, estrategias, condiciorleS y estructuras que constituyen el

contexto de pasados desafueros puede así identificarse y combatirse.

Diferentes miembros de la familia toman por turno notas de esas

reuniones y redactan minutas para el teraperiita (frecuentemente con la

asistencia de los representantes). El miembro de la familiaquien le toca esta

tarea responsable es invitado a que

añada sus comentarios confidenJtales a esas minutas. Si el terapeuta no recibe

las minutas de una reunión que figura enü el programa, debe hacerlo notar

inmediatamente y reclamarlas. De vez en cuando.,;" el terapeuta acude a esas

reuniones para verificar los progresos. emasía la importancia que tiene la

responsabilidad local No es posible recalcar en

en este trabajo La intervenc0a del Estado puede ser muy eficaz para que

cesen inmediatamente los malos tratds pero las estructuras de la

responsabilidad local son an contextos seguros.

esenciales para que se establezcJ/

Page 59: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

11. Se encontrará una exclente discusión sobre la significación del secreto en

la

estructuración de un contexto de abuso violento en Amanda Kamsler y Lesley

Laing,

"Poner fin al secreto" (1990).

12. En otro lugar me he réferido a las preguntas relativas al panorama de

acción llamándolas "preguntas de relaci on única" y a las preguntas del

panorama de conciencia llamándolas preguntas "de redeGJAcripción única"

(White, 1988a).

13. Por supuesto, el orden ve estas preguntas puede alterarse. Hechos del

panorama de conciencia pueden considerf rse por aquello que pudieran revelar

sobre hechos preferidos del panorama de conciencia. Por ejemplo, "¿Qué vio

que estaba haciendo usted

que lo condujo a esta conclusión obre su propia naturaleza?" ¿"Qué otra cosa

advirtió usted que reflejara esa creencia?"

14. La revisión de los estadés intencionales se realiza a menudo antes de

hacer estas preguntas relativas al panorama de conciencia con la incitación a

externalizar vivencias que tengan relación con el prot fiema. Esto se logra

mediante preguntas tales como:

"¿Cómo llegó usted a este problerna en contra de su mejor juicio? ¿Qué se

proponía usted hacer en su vida? ¿A qué le da uted valor? ¿Qué cree usted que

es importante?"

15. Daphne Hewson de la oacquarie University, Sydney, trabajando tanto

desde el punto de vista de la teoría narratCiva como desde el punto de vista

de la psicología social cognitiva ha iniciado el desarrollé de preguntas de

predicción concebidas como medios de dar taacimiento a la historia dJ/

versiones alternativas.

16. ¿Qué es una palabra? RIspuesta: i Un mundo! Y yo creo que para los

terapeutas los drartráticos términos "acto", "Prseenario",agente", "acción" y

"finalidad" ofrecen un mundo diferente del presentado pdr los términos "qué",

"dónde", "quién", "cómo" y "por

Page 60: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

qué". Los términos acto y escenario dan un sentido a la naturaleza construida

y temática

54

del mundo, los términos agente y acción invocan ideas sobre "contribuciones"

y "pericias" específicas que están en conexión con estados intencionales y el

término finalidad sugiere determinados estados intencionales como ideas

explicativas.

17. Debra Milinsky, de Berkeley, muy interesada en la historia de estas

cuestiones, me informa que los inventores más probables del moderno arco

del medio punto son los etruscos.

18. Sé que ahora hay una serie de terapeutas familiares que están

emprendiendo el estudio de la obra de Derrida y examinando las implicaciones

de las ideas de esta autor desde el punto de vista de las prácticas

terapéuticas. Ron Findlay, de St. Kilda, Victoria, presentó recientemente alguno

de sus pensamientos sobre Derrida y la terapia en una reunión desarrollada en

Dulwich Centre.

19. Pensadores feministas señalan que estas prácticas de lenguaje son

claramente patriarcales y tratan de oponerse a ellas con una ética de la

solicitud y cuidado poniendo énfasis en el contexto. Véase por ejemplo, de

Carol Gilligan "In a Different Voice" (1982).

20. Discutiendo yo con David Epston sobre cómo podría caracterizarse mejor

esta desconstrucción de las respuestas del terapeuta, él sugirió el término

"transparencia". 21. En Andersen (1987) se encontrará una introducción al

concepto de equipo auxiliar.

22. Como ocurre con las prácticas de recreación del terapeuta, los miembros

del equipo auxiliar se orientan respecto de los logros aislados como uno podría

orientarse respecto de los misterios. De manera que cuando los miembros del

equipo hacen comentarios sobre logros aislados después siguen preguntas del

equipo destinadas a hacer que los miembros de las familias (fundándose en la

experiencia vivida y en su imaginación) revelen esos misterios. Así, los

Page 61: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

miembros de la familia tienen el privilegio de ser los autores primarios de otras

versiones preferidas.

23. Esta pregunta fue sugerida por Stephen Madigan en "Down Under Family

Therapy Scholarship" durante la visita que hizo a Dulwich Centre.

Referencias bibliográficas

Andersen, T. 1987: "The reflecting team: dialogue and metadialogue in clinical

work". Family Process, 26:415-428.

Bourdieu, P. 1988: Homo Academicus. California: Stanford University Press.

Bruner, J. 1986: Actual Minds, Possible Worlds. Cambridge, MA: Harvard

University Press.

Bruner, J. 1990: Acts of Meaning. Cambridge, Mass: Harvard University Press.

Burke, K. 1969: A Grammar of Motives. Berkeley: University of California Press.

Cecchin, G. 1987: "Hypothesizing, circularity and neutrality revisited: an

invitation to curiosity". Family Process, 26(4):405-413.

Derrida, J. 1981: Positions. Chicago: University of Chicago Press.

Epston, D. y White, M. 1990: "Consulting your consultante: the documentation

of alternative knowledges". Dulwich Centre Newsletter, 4.

Foucault, M. 1979: Discipline and Punish: The birth of the prison.Middlesex:

Peregrine Books.

Foucault, M. 1980: Power/Knowledge: Selected interviews and other writings.

New York: Pantheon Books.

Foucault, M. 1984: The History of Sexuality. Great Britain: Peregrine Books.

Foucault, M. 1988: "Technologies of the self, en Martin, L., Gutman, H., y

Hutton, P. (comps.), Technologies of the Self. Amherst: University of

Massachusetts Press.

55

Foucault, M. 1989: Foucault Live. New York: Semiotex(e).

Geertz, C. 1986: "Making experiences, authoring selves". En Turner, V. y

Bruner, E. (comps.), The Anthropology of Experience. Chicago: University of

Illinois Press. Gilligan, C. 1982: In a Different Voice. Cambridge, Mass: Harvard

University Press. Hare-Mustin, R. 1990: "Sex, lies and headaches: the problem

Page 62: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

is power". En Goodrich, T. (comp.), Women and Power: Perspectives for

therapy. New York, W.W. Norton. Jenkins, A. 1990: Invitations to

Responsability: The therapeutic engagement of men who are violent and

abusive. Adelaide: Dulwich Centre Publications.

Kamsler, A. 1990: "Putting an end to secrecy: therapy with mothers and

children following disclosure of child sexual assault". En Durrant, M. y White,

Ch. (comps.), Ideas for Therapy with Sexual Abuse. Adelaide: Dulwich Centre

Publications. [Versión castellana: "Poner fin al secreto. Terapia para tratar a

madres e hijos después de haberse revelado el abuso sexual infantil". En

Durrant, M. y White, Ch. (comps.): Terapia del abuso sexual, Barcelona,

Gedisa, 1993.1 Parker, I., y Shotter, J. (comps.) 1990: Deconstructing Social

Psychology. London: Routledge.

Turner, V. 1980: "Social drama and stories about them". Critical Inquiry, otoño.

van Gennep, A. 1960: The Rites of Passage. Chicago: Chicago University Press.

White, M. 1984: "Pseudo-encopresis: from avalanche to victory, from vicious to

virtuous cycles". Family Systerns Medicine, 2(2).

White, M. 1986: "Negative explanation, restraint, and double description: a

template for family therapy". Family Process, 25(2).

White, M. 1988a: "The process of questioning: a therapy of literary merit?"

Dulwich Centre Newsletter, invierno.

White, M. 1988b: "Saying hullo again: the incorporation of the lost relationship

in the resolution of grief. Dulwich Centre Newsletter, primavera.

White, M. 1989: "The externalizing of che problem and che re-authoring of lives

and relationships". Dulwich Centre Newsletter, verano.

White, M. y Epston, D. 1989: Literate Means to Therapeutic Ends. Adelaide:

Dulwich Centre Publications (reimpreso por W.W. Norton en 1990, como

"Narrative Means to Therapeutic Ends").

56

2

Decir de nuevo: ¡Hola!

La incorporación de la relación perdida en la resolución de la aflicción*

Page 63: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

"Freud afirma que para que se complete el proceso de duelo es menester que

quienes quedan con vida desarrollen una nueva realidad que ya no comprenda

lo que se ha perdido. Pero... hay que agregar que la plena realización del duelo

puede restaurar lo

que se ha perdido e incorporarlo en el presente. La recordación plena puede

ser tan vital para el bienestar y la recuperación como el olvido de los

recuerdos" (Myerhoff, 1982, pág. 110).

Durante algún tiempo estuve examinando la metáfora de "decir hola" y su

aplicación al trabajo al tratar la aflicción. Me vi impulsado a esta indagación

por determinadas experiencias de la terapia con personas de

quienes se había diagnosticado en otros lugares que sufrían de "aflicción

demorada" o "duelo patológico". Muchas de esas personas habían sido objeto

de prolongados e intensos tratamientos orientados por el modelo "normativo",

y dando por descontado el proceso de aflicción, o por el enfoque de aplicar

productos químicos a los problemas de la vida.

Generalmente compruebo que esas personas están bien familiarizadas con el

proceso del pesar informado por la metáfora de "decir adiós" y que pueden

situar fácilmente su experiencia en relación con ese proceso. Com

prenden claramente que en su evolución no han alcanzado la meta apropiada.

"Saben" que la llegada a esa meta estará evidenciada por el "adiós"

plenamente experimentado, por la aceptación de la pérdida definitiva del ser

querido y por un deseo de emprender una nueva vida que no tenga relación

con la persona muerta.

*Este artículo se escribió para ser presentado en el "Loss and the Family

Internacional Colloquium", Ballymaloe, County Cork Irlanda, desarrollado entre

el 5 y 8 de julio de 1988.

Quiero agradecer a Karl Tomm sus comentarios sobre el primer borrador de

este capítulo.

Publicado en el Dulwich Centre Newsletter, primavera de 1988.

57

Page 64: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

En el primer contacto la persona que padece de "aflicción demorada" o "duelo

patológico" parece que hubiera perdido su propio yo junto con la persona

amada. Sin que se las incite a hacerlo, esas personas exponen al terapeuta

todo lo relativo a la pérdida sufrida y los consiguientes efectos que ella tiene

en su vida; por su cuenta dan todos los detalles de su sensación de vacío, de

falta de valor de todas las cosas y de su depresión. Su desesperación es tal

que a menudo me sentí completamente abrumado al comienzo de la terapia.

Generalmente distingo las incitaciones que me hacen esas personas para que

me una a ellas en conversaciones de "más de lo mismo" que son activadas por

la metáfora de "decir adiós"; pero en general logro declinar tales incitaciones.

En semejantes circunstancias puede esperarse que continuar trabajando con la

aflicción según el modelo normativo -un modelo que especifica las fases del

proceso de la aflicción de conformidad con la metáfora de decir adiós-

complicará aún más la situación en lugar de capacitar a esas personas a

reaccionar y enriquecer sus vidas. La desolación que esas personas

experimentan es tal que, en la terapia, crear un contexto para incorporar en él

la relación perdida parece mucho más indicado que todos los esfuerzos

tendientes a hacer olvidar esa relación. Esta consideración impulsó mi

investigación de la metáfora de "decir hola".

Guiado por esta metáfora, elaboré y formulé preguntas que, según esperaba,

pudieran presentar la posibilidad de que dichas personas reivindicaran su

relación con el ser amado y perdido. Sorprendido por el efecto que

tenían estas preguntas en la resolución de la sensación de vacuidad y de

depresión, me decidí a investigar más la metáfora. Esperaba alcanzar una

mejor comprensión de los sucesos y que esto me permitiera prestar ayuda

más efectiva a las personas en el restablecimiento de sí mismas, un

restablecimiento que aportaría el alivio tan vehementemente deseado.

Mary

Mary tenía 43 años cuando acudió en busca de ayuda terapéutica por lo que

ella llamaba "una pérdida no resuelta". Seis años antes, su marido Ron había

Page 65: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

muerto súbitamente de un ataque cardíaco. Se trataba de un hecho

enteramente

inesperado. Hasta aquel momento toda la vida había sido excelente para Mary.

Ella y Ron habían disfrutado de una relación "rica y amorosa", una relación que

ambos valoraban en muy alto grado.

Después de la muerte de Ron el mundo de Mary se derrumbó. Agobiada por la

pesadumbre y sintiéndose entorpecida, atontada, desde aquel momento Mary

58

"simplemente pasaba por la vida" sin experimentar consuelo de ninguna clase.

Su entorpecimiento sobrevivió a varios intentos de "elaborar" su aflicción

mediante asesoramiento. La medicación corriente no le había procurado

ningún alivio. A pesar de esto, Mary persistió en sus intentos de alcanzar cierta

sensación de bienestar consultando terapeutas y procurando aceptar los

hechos durante los cinco años siguientes.

En mi primera entrevista con Mary, ella me declaró que había desechado casi

toda esperanza de recobrar alguna vez siquiera una apariencia de bienestar.

Le parecía que nunca sería capaz de decir adiós. Una vez que Mary me hubo

expuesto

su desesperación, la invité a que eludiera las consecuencias "terriblemente

serias" de la muerte de Ron.

Le pregunté decididamente si decir adiós era de alguna manera una idea

positiva y si no sería una idea mejor decirle a Ron "hola". Le dije luego que la

desolación que experimentaba tan agudamente podía significar que ya había

dicho "adiós" demasiado bien. Mary reaccionó con desconcierto y sorpresa.

¿Había oído lo que creía haber oído? Repetí mis pensamientos y comprobé que

por primera vez brillaba en ella un destello.

Después le pregunté si le interesaba experimentar con esa idea de decir hola a

Ron o si creía que éste estaba sepultado demasiado profundamente para

acariciar semejante idea. Mary comenzó a sollozar; sollozaba suavemente, no

de manera

Page 66: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

desesperada. Aguardé. Al cabo de diez o quince minutos me declaró

súbitamente: "Sí, Ron está sepultado demasiado profundamente para mí".

Sonrió y luego dijo que podría ser útil "excavar un poco y extraer algo de él".

De modo que empecé a hacer algunas preguntas:

Si estuviera viéndose ahora a través de los ojos de Ron, ¿qué rasgos de usted

misma advertiría que podría apreciar? ¿En qué se modificaría su modo de

verse si usted estuviera apreciando esos rasgos ahora mismo?

¿Qué conoce de usted misma que pudiera despertar aquellas cosas gratas que

Ron conocía de usted?

Si mantuviera viva esta opinión sobre sí misma en el curso de todos los días,

¿qué modificación supondría esto para usted?

¿En qué medida podría influir esta manera de sentir en los pasos que pudiera

usted dar para retornar a la vida?

¿Cómo podría hacer saber a otros que usted ha reivindicado algunas de las

cosas descubiertas de sí misma que eran claramente visibles para Ron y que a

usted personalmente le parecen atractivas? ¿Cómo cobrar conciencia de que

aquello que

no ha sido visible para usted durante los seis años pasados puede capacitarla

para influir en su vida?

¿Cómo puede influir lo que ahora sabe de usted misma en su próximo paso?

Por supuesto, los ejemplos de preguntas que se dan en este artículo no son

presentados por los terapeutas en el estilo de los interrogatorios de tribunales

sino que se lo hace dentro del contexto de un proceso de coevolución. Cada

pregunta está en armonía con la respuesta que la persona da a la anterior

pregunta.

59

Al dar ese próximo paso, ¿qué otro rasgo cree que podría hallar que fuera

importante que usted conociera? Mary se debatió con esas preguntas

mostrando alternados accesos de tristeza y de júbilo. Después de las dos

sesiones siguientes compartió conmigo los importantes redescubrimientos que

había estado haciendo sobre sí misma y sobre su vida. Unos doce meses

Page 67: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

después, al seguir yo la evolución del proceso, Mary dijo: "Es extraño, pero

cuando descubrí que Ron no había muerto para mí, que no tenía que

separarme de él, me sentí menos preocupada con él y la vida me pareció más

rica".

John

John tenía treinta y nueve años cuando acudió a consultarme por "dificultades

con su autoestima" que eran de larga data. No podía recordar un momento en

que no hubiera mantenido una actitud crítica respecto de sí mismo. Durante

toda su vida había ansiado la aprobación y reconocimiento de los demás. Y por

eso se odiaba creyendo que le faltaba sustancia como persona y que los otros

advertían claramente ese hecho.

John se consideró amado por su mujer e hijos y creyó que esa experiencia de

la vida de familia había contrarrestado en cierto modo las agudas dudas que

sentía sobre su persona... pero nunca las había contrarrestado

suficientemente. Las dudas sobre sí mismo eran fácilmente desencadenadas

por lo que él consideraba la más trivial de las circunstancias. En varias

ocasiones había buscado asesoramiento de profesionales, pero no había

logrado experimentar el alivio deseado.

Teniendo en cuenta la larga historia del repudio de sí mismo que

experimentaba John, le pedí más detalles sobre su vida. Me contó que había

gozado de una infancia feliz hasta la muerte de su madre que sobrevino

cuando él estaba en la tierna edad de siete años, justo antes de cumplir ocho

años. En la familia nadie había resistido bien este golpe y durante algún

tiempo el padre de John fue una persona perdida para todo el mundo, incluso

para el propio John. Este conservaba vívido recuerdo de los hechos que

rodeaban la muerte de su madre. Durante un tiempo considerable no llegó a

creer en esa muerte, pues siempre esperaba ver aparecer de nuevo a la madre

en cualquier momento. Luego sintió que tenía el corazón enteramente

destrozado. Posteriormente el padre volvió a casarse con una buena persona

"pero realmente las cosas nunca fueron de nuevo como antes".

Page 68: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

Le pregunté a John si las cosas hubieran continuado siendo las mismas, si su

madre no hubiera muerto, ¿qué opinión tendría ahora de sí mismo? Al llegar a

este punto comenzó a derramar lágrimas. ¿Pensaba que la madre le había

faltado

de su vida durante demasiado tiempo? ¿Era realmente positivo que ella

permaneciera ausente de la vida de su hijo? John pareció sorprendido y yo le

pregunté si no le molestaría que le hiciera más preguntas. "No, estará muy

bien". Entonces le hice las siguientes preguntas:

¿Qué veía su madre cuando lo miraba a usted con sus amorosos ojos? ¿Cómo

sabía ella estas cosas sobre usted?

¿Qué rasgos tiene usted que pudieran decirle a ella algo sobre esto?

¿Qué puede ver ahora en sí mismo que estuvo perdido durante tantos años

para usted?

¿Qué modificación sufrirían sus relaciones con los demás si usted llevara

consigo este conocimiento en su vida diaria?

¿Haría esto que fuera más fácil para usted ser su propia persona antes que

una persona para los demás?

¿Qué haría usted para comunicar a los otros esta nueva imagen de sí mismo

como persona?

¿Hasta qué punto el hecho de comunicar a otros esta nueva imagen de su

persona le permitiría fortalecerse algo más?

¿De que manera esa experiencia de fortalecerse podría afectar la relación que

mantiene con usted mismo?

Vi a John en tres ocasiones más con intervalos de dos semanas y luego, ocho

meses después, lo vi para verificar cómo había evolucionado. Durante este

tiempo, John tomó varias medidas para mantener viva la "imagen" que su

madre tenía de él y llegó a mantener una nueva relación consigo mismo, una

relación en la que se aceptaba como persona en lugar de repudiarse. Y ya no

se sentía vulnerable a esos hechos que solían empujarlo a concebir dudas

sobre sí mismo.

Discusión

Page 69: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

Si usted estuviera viéndose ahora a través de los ojos de Ron, ¿qué rasgos de

usted misma advertiría que pudiera apreciar?

Las preguntas que parecían más eficaces para ayudar a las personas a

reivindicar estas importantes relaciones, eran aquellas que invitaban a relatar

lo que las personas percibían como la experiencia positiva de ellas que tenía el

ser desaparecido. Ese relato era expresión de la experiencia que tenían de

aspectos específicos de lo que experimentaba la persona fallecida. Estas

preguntas tenían un efecto inmediato y visible. Los recuerdos evocados no se

referían sólo a sucesos históricos efectivamente ocurridos, sino que abarcaban

también una experiencia vivida y plena, una experiencia que comprendía las

partes afectivas y emotivas de la persona.

Era evidente que en esa narración tornaba a experimentarse el yo pasado.

Varias nociones perdidas u olvidadas del yo parecían renacer y eran

susceptibles de ser expresadas por las personas. ¿Cómo ha de entenderse este

proceso?

Experiencia de experiencia

61

Al esforzarnos por dar sentido a nuestra vida debemos encarar la tarea de

disponer las experiencias que tenemos de los sucesos en una secuencia

temporal a fin de poder llegar a una exposición coherente de nosotros

mismos. Las experiencias específicas de hechos del pasado y del presente y de

hechos que se predicen para el futuro se combinan para desarrollar esta

versión a la que hemos llamado historia o narración o relato.

"El pasado, el presente y el futuro no sólo están construidos sino que se

encuentran conectados en una secuencia lineal que está definida por

relaciones sistemáticas, si no causales. La manera en que pintamos cualquier

segmento está referida a nuestra concepción del todo que he decidido

concebir como una historia". (Bruner, 1986a, pág. 141).

Que obtengamos éxito en esta tarea da cierto sentido de continuidad y de

significación a nuestra vida. Contamos con ese sentido para ordenar nuestra

vida diaria y para interpretar ulteriores experiencias. Sin embargo alcanzar ese

Page 70: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

sentido tiene un precio. Una narración nunca puede representar toda la

riqueza de lo que Turner (1986) llamó nuestra "experiencia vivida".

"...la experiencia de la vida es más rica que los discursos. Las estructuras

narrativas organizan y dan significación a la experiencia, pero la historia

dominante no comprende siempre por completo los sentimientos y la

experiencia vivida". (Bruner, 1986a, pág. 143).

La estructuración de una narración exige recurrir a un proceso selectivo en el

que expurgamos de nuestra experiencia aquellos hechos que no encaj an en la

versión dominante que desarrollamos y que nosotros y los demás tienen sobre

nosotros. De manera que con el correr del tiempo buena parte de nuestro

caudal de experiencia vivida queda sin historiar y nunca se la "cuenta" ni se la

expresa.

Sin embargo, en ciertas circunstancias, a las personas les es posible volver a

vivir aspectos pasados por alto de su experiencia vivida en una forma inédita.

En esos momentos la disposición y secuencia de los sucesos a través del

tiempo queda transitoriamente anulada y reemplazada por lo que Myerhoff

llama "simultaneidad". De manera que así

"...se alcanza una sensación de unidad con todo lo que ha sido la historia de

uno". (Myerhoff, 1982, pág. 110).

Creo que esa simultaneidad se logra mediante las preguntas que incitan a las

personas a describir lo que ellas perciben como la experiencia que de ellas

tenía la persona fallecida. Al inducir a las personas a remontarse a sus

62

experiencias vividas, se pueden localizar y reelaborar nociones alternativas

previamente perdidas y así pueden ser accesibles nuevas y enriquecedoras

percepciones y validaciones de sí mismas.

Selección de versiones alternativas

¿Qué conoce usted de sí misma que la hace sentirse animada cuando

mantiene vivas aquellas cosas gratas que Ron conocía de usted?

Al alentar a las personas a reivindicar las versiones alternativas que se hacen

accesibles en este revivir la experiencia, he comprobado que otras preguntas

Page 71: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

son también eficaces. Estas preguntas incitan a las personas a rever esa

experiencia y a localizar esas otras versiones de sí mismas.que presentan los

"hechos" experimentados como más atractivos, "esos hechos que pueden

ayudarlas a ellas y a otras personas a escribir" una nueva historia de sus vidas.

Estas preguntas también ayudan a las personas a darse cuenta de que:

"Toda narración o descripción es una imposición arbitraria de significación al

torrente de recuerdos por cuanto ponemos énfasis en algunas causas y

descartamos otras; es decir, toda descripción es interpretativa". (Bruner,

1986b, pág. 7)

Hacer circular el conocimiento de uno mismo

¿Cómo podría hacer saber a otros que usted ha reivindicado algunas de las

cosas descubiertas de sí misma que eran claramente visibles para Ron y que a

usted

63

identifiquen y reúnan a ese público. En la "interpretación" de estas nuevas

significaciones ese público participa por retroalimentación en las nuevas

producciones del yo de la persona en cuestión. La producción del yo es un

proceso recursivo, un proceso en el que aspectos elegidos de la experiencia de

uno se realizan y en el que esta realización misma contribuye a aumentar el

caudal de la experiencia de hechos de los que derivó el conocimiento de uno

mismo.

Tener conciencia de la producción de producciones

¿Cómo puede influiren usted lo que ahora sabe de usted mismo en su próximo

paso?

Al dar ese próximo paso, ¿qué otro rasgo cree que podría hallar que fuera

importante que usted conociera?

Se pueden hacer más preguntas para alentar a las personas a conservar más

plenamente la medida de su papel en la producción de sus propias

producciones, el grado en que están personalmente activas en la constitución

y modelación de sus vidas, el grado en que lo que "saben" de sí mismas

determinará las decisiones que tomen respecto de los pasos que den en la

Page 72: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

vida y, por otra parte, el grado en que sus perspectivas sobre esos pasos

puedan contribuir a acrecentar lo que saben de sí mismas.

Tener conciencia de la producción de las propias producciones de uno abre

nuevas posibilidades para que las personas dirijan el curso de sus vidas.

Cuando las personas se dan cuenta del proceso en el cual son, por un lado,

actores y, por otro, espectadores de sus propias realizaciones se les hacen

accesibles nuevas opciones y entonces se sienten como "las autoras de sí

mismas" (Myerhoff, 1986, pág. 263).

Otras aplicaciones

Pérdida de niños pequeños

Padres que perdieron ahijos muy pequeños comprobaron que era eficaz la

metáfora de "decir hola", incluso cuando las circunstancias son las de la

muerte de hijos aún no nacidos. Una vez que se les hubo presentado la idea,

no experimentan gran dificultad en imaginar cuál podría ser la experiencia de

ellos que tuviera el niño, cómo podría éste haberlos considerado en su

64

condición de padres para luego incorporar versiones del yo asociadas con la

situación.

Los niños y el abuso

La posibilidad de aplicar esta metáfora fue estudiada y se comprobó que era

eficaz en el caso de niños de los cuales se habían hecho cargo en algún

hospicio, en el caso de niños con historias de repetidos y serios abusos. Como

resultado del abuso, estos niños generalmente se refieren con odio a su yo y

hacen todo lo posible para frustrarse, pues hasta mutilan sus vidas y su futuro

entregándose a una conducta destructiva.

En estas circunstancias, he trabajado con un niño y los celadores del hospicio

para localizar "logros aislados" (White,1988) que manifestaran la aparición de

personas adultas en actitudes positivas y de auxilio respecto del niño, en lugar

de adoptar posiciones negativas o dañosas. Estos logros aislados pueden

situarse históricamente o en el tiempo presente. Por ejemplo, podría

descubrirse que cierto maestro de escuela había tenido una actitud

Page 73: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

particularmente amable con ese niño o que un asistente social se había

interesado mucho por la situación de ese niño o que un celador de la

residencia había hecho recientemente observaciones importantes y favorables

sobre el niño.

Una vez identificados los logros aislados se pueden hacer preguntas que

inciten al niño a darles significación. Esas preguntas alientan la especulación

sobre versiones alternativas de su yo que están vinculadas con los logros

aislados. A continuación doy algunos ejemplos de esas preguntas:

¿Qué hizo que tu maestro se diera cuenta de que (el adulto que perpetró el

abuso) estaba ciego?

¿Qué parte de ti dijo a tu maestro esto?

¿Qué le hizo saber a tu maestro lo que tú conoces de ti mismo? Si (el adulto

que perpetró el abuso) no hubiera estado tan ciego a estos hechos y hubiera

reparado en ti como persona, ¿cómo habría modificado esto su actitud

respecto de ti?

¿Crees que tu vida habría sido diferente y más rica si (el adulto que perpetró el

abuso) hubiera sabido realmente lo que hay que saber sobre ti?

Estas preguntas y las que fomentan la circulación de versiones alternativas, así

como las que hacen adquirir conciencia de la producción de las producciones

de uno, socavan el odio de sí mismo que siente el niño y se oponen a la

mutilación de su vida y de su futuro.

65

El adulto y el abuso

He introducido una variación en el trabajo con mujeres y hombres que como

resultado de abuso emocional o físico sufrido durante la infancia y la

adolescencia, conservan una actitud muy negativa de sí mismos en la vida

adulta. Este sentimiento de repudio de sí mismo es el resultado de haber

incorporado la actitud del adulto que cometió el abuso.

Esas personas no pueden vivir tranquilas. Se sienten continuamente obligadas

a obrar y a disciplinar su yo de conformidad con las actitudes del que perpetró

Page 74: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

el abuso. Son incapaces de confiar en las más favorables versiones del sí

mismo que pudieran encontrar en la vida.

Es eficaz invitar a esas personas a que presten atención a aquellos logros

aislados que identifiquen ocasiones recientes durante las cuales fueron

capaces de tratarse con cierta "aceptación de sí mismas", u ocasiones durante

las cuales protestaron por el sometimiento del yo a las especificaciones

dominantes establecidas por el que perpetró el abuso.

Una vez identificado el logro aislado se pueden hacer preguntas que inciten a

un relato específico de las experiencias de la niñez y de la adolescencia, un

relato que localice análogos episodios históricos de acepta ción de uno mismo

o de protesta. También hay que esforzarse por fij ar la edad de la persona en

el momento en que ocurrieron esos episodios históricos. Otras preguntas son

entonces útiles para ayudar a las personas a revisar la relación que mantienen

consigo mismas. Estas preguntas las alientan a especular sobre la manera en

que el niño o el adolescente que eran antes podrían experimentarlas tales

como son ahora:

Si ahora se estuviera contemplando con los ojos de aquel chico de diez años,

¿qué vería él en usted que realmente apreciara? ¿Qué sería lo más importante

para él al considerar el desarrollo de usted como persona?

¿Trataría de hacer que usted fuera otra persona o lo aceptaría tal como es

ahora?

¿Por qué cree que a él le habría gustado tenerlo como padre?

¿Cómo se habría modificado la vida de ese niño si lo hubiera tenido a usted

como padre?

¿Qué podría hacer para ponerse de parte de la actitud de ese niño de diez

años hacia usted, en lugar de ponerse de parte de la actitud del adulto que

perpetró el abuso?

¿Qué diferencia tendría esto en su relación con usted mismo, en la manera en

que usted se trata?

Page 75: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

Las respuestas a estas preguntas contribuyen a reivindicar y a realizar

versiones alternativas de uno mismo y a especificar de nuevo el yo de acuerdo

con esas versiones alternativas.

La separación

La metáfora de "decir hola" es también apropiada en circunstancias en que se

trata de la pérdida de una relación no debida a la muerte. Con frecuencia

semejantes pérdidas son devastadoras para la persona que no quiso la

separación y que deseaba continuar con la relación.

En esas personas, una de las reacciones más comunes es sentirse traicionada

por el otro miembro de la pareja y concebir extraordinarias dudas sobre sí

misma. A veces esos estados van acompañados por un embriagador acceso de

cólera farisaica. Esta reacciones generalmente tienen que ver con una nueva

percepción según la cual nunca fueron realmente amados por el otro y que

sólo se trató de un engaño. Me refiero a esta nueva percepción como la

"segunda historia".

Cuando estas reacciones persisten pueden hacerse preguntas que saquen la

"primera historia" -la que comprende la experiencia de ser una persona digna

de amor- de entre las sombras de la segunda historia. Historias que incitan a

incorporar la primera historia y a una cooperación activa con ella. Si se logra

esa incorporación se resuelve el problema de las dudas y de la indignación

farisaica.

Conclusión

Muchas personas que me consultaron por problemas relacionados con una

pesadumbre sin resolver han considerado que es eficaz la metáfora de "decir

hola" y que también son eficaces las preguntas derivadas de esa metáfora. He

comprobado que la incorporación de la relación perdida resuelve problemas

definidos como "duelo patológico" y "aflicción demorada". Al lograr esta

incorporación una persona llega a establecer una nueva relación con su yo. Y

en el proceso la persona introduce concepciones alternativas de su yo como

persona y las presenta a los demás en sus redes sociales. Esto obliga a los

demás a reconsiderar la vida de las personas, lo cual acarrea consigo nuevas

Page 76: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

posibilidades en sus relaciones. La actitud de las personas respecto de sí

mismas llega a ser una actitud de mayor aceptación y logran tratarse a sí

mismas con mayor bondad y compasión.

66

Las ilustraciones dadas en este capítulo representan algunos aspectos de la

utilización de esta metáfora. No obstante, estos ejemplos en modo alguno

agotan las posibles aplicaciones.

Al concentrarme aquí en la metáfora de "decir hola" no tomo partido contra la

utilización de la metáfora de decir "adiós". Hay muchas cosas a las que hay

que decir adiós, incluso a la realidad material y a muchas esperanzas

y expectativas, etc. Por mi parte, creo que el proceso de la aflicción es un

fenómeno en el que hay que "decir adiós y luego decir hola".

Una vez aclarado este punto, diría yo que cualquier experiencia de pérdida es

única, así como son únicos los pasos necesarios para resolver cada pérdida.

Una metáfora es eficaz solamente en la medida en que reconozca y facilite la

expresión de este carácter único y en la medida en que no someta a las

personas a especificaciones normativas.

Referencias bibliográficas

3 El proceso de interrogar ¿Una terapia de mérito literario?*

Este capítulo está concentrado en el proceso de interrogar en la terapia. Se ha

prestado creciente atención recientemente a la formulación de preguntas en la

bibliografía de terapia familiar (por ejemplo, Penn, 1985, Tomm 1987)

principalmente inspirada en la contribución del grupo de Milán (Selvini-

Palazzoli y otros, 1980). Aquí me propongo reducir mi interés a un enfoque que

llamo preguntas de influencia relativa (White, 1986) y haré una exposición de

este enfoque concebido como un proceso de interrogación al analizarlo y al

especificar aquellas prácticas que los miembros de la familia y los terapeutas

han considerado fortalecedoras.

Bruner, E.M. 1986a: "Ethnography as narrative" en Turner, V.W. y Bruner, E.M.

(comps..) The Anthropology of Experience. Chicago, University of Illinois Press.

Bruner, E.M. 1986b: "Experience and its expressions" en Turner, V.W. y Bruner,

Page 77: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

E.M. (comps.) The Anthropology of Experience. Chicago, University of Illinois

Press. Myerhoff, B. 1982: "Life history among the elderly: performance,

visibility and remembering" en Ruby, J. (comp.) A Crack in the Mirror: Reflexive

perspectives in anthropology. Philadelphia, University of Pennsylvania Press.

Myerhoff, B. 1986: "Life not death in Venice: its second life" en Turner, V.W. y

Bruner, E.M. (comps.) The Anthropology of Experience. Chicago, University of

Illinois Press.

Turner, V. 1986: "Dewey, Dilthey, and drama: an essay in the anthropology of

experience" en Turner, V.W. y Bruner, E.M. (comps.) The Anthropology of

Experience. Chicago, University of Illinois Press.

White, M. 1988: "The process of questioning: a therapy of literary meritT

Dulwich Centre Newsletter. invierno.

Preguntas de influencia relativa

Las preguntas de influencia relativa incitan a los miembros de una familia a

derivar dos descripciones diferentes de su relación con el problema que

presentan en la terapia. La primera es una descripción de la influencia que el

problema tiene en la vida y en las relaciones de los miembros de la familia; la

segunda es una descripción de la influencia que los miembros de la familia y

sus relaciones tienen en la persistencia del problema mismo. Las preguntas de

influencia relativa también incitan a los miembros de la familia a participar en

la elaboración de una nueva descripción del problema mismo, esto es, una

descripción externalizada.1

Los miembros de la familia logran con relativa facilidad describir la influencia

que tiene el problema en sus vidas y en sus relaciones. La segunda

descripción, la que pide que los miembros de la familia localicen excepciones

a la influencia del problema en sus vidas y en sus relaciones, les resulta más

difícil. Derivar esta segunda descripción generalmente exige que el terapeuta

comience a hacer preguntas que inciten a los miembros de la familia a prestar

atención a "logros aislados" (y), esos logros que contradicen aspectos de la

descripción de la vida de la familia saturada de problemas. Aunque no se

*Publicado en el Dulwich Centre Newsletter, invierno de 1988.

Page 78: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

68

69

repare en ellos, esos logros aislados están siempre presentes y comprenden

una multitud de sucesos, ideas, sentimientos e intenciones que los miembros

de la familia no eligen pata que perduren y, por lo tanto, inadvertidamente

esos miembros contribuyen a la permanencia del problema.

He considerado esa falta de atención a los logros aislados dentro del contexto

de la explicación estocástica que da Bateson (1980) del proceso evolutivo.

Según esa explicación hay dos aspectos en el proceso evolutivo, aquel en que

los hechos se dan fortuitamente, por un lado, y aquel en que opera la

selección, por otro lado. Los logros aislados pasan inadvertidos a menos que

uno esté "en cierto sentido preparado para el descubrimiento apropiado

cuando éste se produce" (Bateson).

"...arrancar de lo fortuito lo nuevo requiere algún tipo de mecanismo selectivo

para explicar la persistencia de la nueva idea" (Bateson, 1980, pág. 49).

La práctica de incitar a los miembros de la familia a prestar atención a los

logros aislados crea una "disposición" a discernir nuevos "descubrimientos". En

la medida en que esta práctica alerta a los miembros de la familia

y los anima a buscar la explicación de contradicciones, no se la caracteriza

propiamente como una práctica que "señale sólo hechos positivos". Como

reacción a la incitación de atender a los logros aislados, los miembros de la

familia conciben nuevas descripciones de sí mismos, de los demás y de sus

relaciones. En este proceso, el terapeuta no necesita convencer a nadie de

nada.

He comprobado frecuentemente que las preguntas de influencia relativa

precipitan por sí mismas cambios significativos que capacitan a los miembros

de la familia y a los terapeutas. Entiendo esto a la luz de la explicación que

propone Bateson para los hechos del "mundo de los seres vivos". Sostiene

Bateson que sólo conocemos el mundo en su descripción, que no nos es

accesible una percepción objetiva de la realidad y se complacía en citar la

célebre afirmación de Korzybski: "El mapa no es el territorio".

Page 79: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

Además, Bateson sostenía que todos los nuevos hechos producidos en el

mundo de los seres vivos deberían considerarse como una respuesta a

información o a "noticias, sobre diferencias, como una respuesta a distincio

nes dadas por nuevas descripciones; no como una reacción a fuerzas,

impactos e impulsos. Al suministrar dos descripciones diferentes del sí mismo,

de los demás y de las relaciones y también del problema mismo, las preguntas

de influencia relativa permiten a los miembros de la familia establecer nuevas

distinciones, las cuales provocan nuevas respuestas.

70

Sin embargo, si bien es cierto que la "influencia relativa" representa una

metáfora útil en una terapia que incita a los miembros de la familia a referirla

opresión experimentada a causa del problema y también a discernir logros

aislados que contradigan las descripciones saturadas de problemas y, si bien la

teoría de Bateson da una explicación de los efectos de semejante terapia, todo

esto dice muy poco sobre las más específicas microprácticas del enfoque que

efectivamente establecen las condiciones para hacer nuevas distinciones. Al

considerar estas microprácticas me concentraré aquí en aquellas preguntas

que ayudan a describir la influencia que los miembros de la familia y sus

relaciones tienen en la perduración del problema. Esas preguntas estarán

situadas dentro del contexto de un proceso. Preguntas que dan lugar a una

descripción de la influencia que tienen los miembros de la familia y sus

relaciones en la permanencia del problema, incluyen aquellas preguntas que

instan a seleccionar logros aislados y aquellas que alientan a los miembros de

la familia a replantear su relación consigo mismos, con los demás, y siempre

con referencia a esos logros aislados.

Al discutir las características de este trabajo y al observar entrevistas, varios

colegas míos hicieron útiles comentarios y formularon importantes preguntas.

Entre esas preguntas estaban las siguientes:

-¿Es el terapeuta quien impone esta segunda descripción a la familia como una

realidad objetiva?

Page 80: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

-Si no es así, ¿cómo crea usted espacio para que los miembros de la familia

consideren nuevas posibilidades?

-¿Cómo ayuda usted a los miembros de la familia a que se manifiesten nuevas

realidades?

-¿Qué descripciones consideran más pertinentes los miembros de la familia?

-¿Cuál es la estructura de estas nuevas descripciones? -¿Cuál es la gramática

de estas preguntas?

El siguiente análisis da cuenta de mi intento de responder a estas preguntas.

Explicaciones, redescripciones y posibilidades únicas

Las preguntas que incitan a los miembros de la familia a reparar en logros

aislados son recibidas al principio como algo extraño. Estas preguntas los

desconciertan por las contradicciones inherentes a ellas y porque descu

71

bien lagunas en el conocirn.iento que tienen de sí mismos, de los demás y de

srts relaciones. El terapeuta apremia a los miembros de la familia a fin de que

llenen esas lagunas I )situando el logro aislado dentro del contexto de algún

patrón de hechos y deriv ando así una "explicación única", 2) asignando

significación o sentido a estas explicaciones únicas y derivando así de

ellasredescripciones únicas" del sí mismo, de los demás y de sus relaciones, y

3) especulando sobre hechcas futuros vinculados con estas redescripciones

únicas y derivando así "posibilidades únicas". Estas explicaciones,

redescripciones y posibilidades únicas se hacen derivar dentro del sistema

terapéutico y no son impuestas por el terapeuta. Generalmente exhiben una

riqueza y una complejidad que les faltaba a las anteriores explicaciones,

descripciones y posibilidades.

Para situar el logro aislado dentro del contexto de algún patrón de sucesos, se

hacen preguntas que ayuden a los miembros de la familia a localizarlo en el

tiempo y el espacio; esto lo asegura como parte de una secuencia que lo hace

inteligible, que le da sentido. Cuando el logro aislado se estructura dentro del

contexto de un progreso, de un cambio, surge una explicación de los hechos

en una determinada dirección:

Page 81: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

"La diferencia que se da a través del tiempo es lo que llamamos cambio".

(Bateson, 1972, pág. 452).

Esta dirección det,ernúnada que a menudo asume el perfil de un estilo de vida

o de una trayec-toria en la vida, implica acontecimientos pasados y anticipa

acontecimientos futuros mientras sugiere nuevas posibilidades y metas

valiosas.

De modo que los 1 ogros aislados suministran el fundamento de explicaciones

o historias o versiones únicas. Entonces hay que comenzar a hacer preguntas

que insten a apreciarla significación de los logros aislados y de las

explicaciones únicas atendiendo a redescripciones únicas del sí mismo, de los

demás, de sus relaciones y atendiendo a las conexas posibilidades únicas. Los

miembros c1e la familia no mantienen una posición pasiva sino que

desempeñan una parte activa en cuanto a generar estas nuevas explicaciones

y redescripciones. Generalmente, sienten su capacidad de dirigir esta nueva

explicación a medida que cobran conciencia de que producen sus propias

producciones, a medüda que cobran conciencia de su propia conciencia. A fin

de hacermás accesible este proceso se registraron y luego se clasificaron las

preguntas que se hacen en este género de terapia. La clasificación de las

preguntas que se detallan en este capítulo es el resultado de tal trabajo. Al

ofrecer esta clasificación no dejo de ver los peligros de

72

reificación de semejante sistcrrua. rala l,Q,

clasificación es un producto, y que "el mapa no es el territorio y el nombre no

es la cosa nombrada" (Bateson,1980, pág. 33) basta decir que mi práctica es

fluida y que en la redacción misma de estas notas he imaginado maneras

nuevas y quizá más provechosas que este proceso de interrogación. Sin

embargo, he comprobado que este empeño es eficaz y que ha suministrado a

los que practican terapia familiar un instrumento de trabajo con el que pueden

experimentar y alrededor del cual pueden construir nuevas posibilidades para

los pacientes y para ellos mismos.

Una segunda descripción

Page 82: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

La anterior discusión de este enfoque estaba estructurada en términos de la

estocástica de Bateson acerca del proceso evolutivo. Para exponer una

segunda explicación de este proceso y con la esperanza de que las distincio

nes nos procuren un mayor grado de comprensión, he decidido enfocarla

teniendo en cuenta analogías tomadas de la tradicional explicación

interpretativa de las ciencias sociales.

"En las ciencias sociales o por lo menos en aquellas que han abandonado una

concepción reduccionista de su objeto, las analogías provienen cada vez más

de las ideas de las realizaciones culturales que de la manipulación física;

proceden del teatro, de la pintura, de la gramática, de la literatura, del

derecho, del juego... Los instrumentos de razonamiento están cambiando y la

sociedad se representa cada vez menos como una máquina elaborada o como

un quasi organismo y más como un juego serio, como un drama incidental o

como un texto de conducta" (Geertz 1983, págs. 22-23).

Específicamente, he de emplear esta tercera analogía, la del texto-"la más

amplia de las recientes refiguracíones de la teoría social"- en la segunda

explicación del proceso de interrogación. Esta tradición interpretativa explica

la conducta humana y la interacción por la analogía de "lector" y "escritor". La

médula de esta explicación es la manera en que las acciones presentan

significaciones duraderas y el modo en que las pautas y cambios pueden

interpretarse dentro de la interacción de lectores y escritores.

Más particularmente he de referirme a la discusión de Bruner (1986) sobre el

modo narrativo de pensamiento en la aplicación de esta analogía del texto al

proceso de formular preguntas. Al investigar el modo narrativo de

pensamiento, Bruner considera historias de mérito literario:

73

Esta "forma" de historias de mérito literario corresponde a la "forma" de una

terapia que hace manifestar logros aislados, redescripciones y posibilidades

únicas. De manera que podríamos investigar los beneficios de definir una

terapia de "mérito literario" en la que el mayor don que hace el terapeuta a las

Page 83: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

personas deseosas de someterse a la terapia es ayudarlas a convertirse en sus

propias autoras.

Clasificación de preguntas

Las preguntas representadas en las siguientes categorías toman varias formas.

Tenemos aquellas preguntas que incitan:

1. A la selección directa de logros aislados, a la derivación de nuevas

explicaciones, a la atribución de redescripciones únicas y posibilidades únicas.

Estas preguntas alientan a los miembros de la familia a especular sobre sus

propias percepciones y a recibir más directamente significaciones que, de otra

manera, habrían pasado inadvertidas.

2. A la selección indirecta de logros aislados, a la derivación de explicaciones

únicas, a la atribución de redescripciones únicas y a posibilidades únicas. Estas

preguntas alientan a los miembros de la familia a especular sobre las

percepciones de otras personas, incluso las percepciones del terapeuta y sus

colegas. Esto les permite guiarse por el "código" de otros para descifrar o

interpretar significaciones que de otra manera se habrían pasado por alto.

También incitan a los lectores y a los oyentes a promover cambios que

contribuyen a la permanencia y consolidación de las nuevas descripciones.

74

"Las historias de mérito literario ciertamente se refieren a sucesos del

mundoreal, sólo que hacen que ese mundo resulte nuevamente extraño, lo

redimen de lo obvio, lo llenan con lagunas que incitan al lector, en el sentido

de Barthes, a convertirse en escritor, en compositor de un texto virtual en

respuesta al texto efectivo. En definitiva, es el lector quien debe escribir para

sí mismo [sic] lo que se propone hacer con el texto efectivo... El texto virtual

llega a ser una historia por su cuenta y su carácter extraño mismo es sólo un

contraste con el sentido de lo corriente que tiene el lector. Al paisaje ficticio

debe dársele en última instancia una realidad propia; ése es el paso

ontológico. Es entonces cuando el lector hace la pregunta interpretativa

decisiva ¿Qué es todo esto? Pero lo que es esto, no es por supuesto el texto

efectivo -por grande que sea su fuerza literaria- sino que es el texto que el

Page 84: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

lector ha construido a influjos del otro texto. Y ésa es la razón por la cual el

texto real necesita la subordinación que hace posible al lector crear una obra

propia. Lo mismo que Barthes, creo que el mayor don que el autor hace al

lector es ayudarlo a convertirse en escritor... Y, más allá de Barthes, creo que

el mayor don que el escritor hace al lector es convertirlo en un mejor escritor"

(Bruner, 1986, págs. 24 y 37).

3. A revisar y reevaluar la relación que uno mantiene consigo mismo. Estas

preguntas alientan a los miembros de la familia a especular sobre cuáles

cambios de la experiencia de sí mismos acompañan los logros aislados y las

explicaciones, redescripciones y posibilidades únicas.

4. A revisar y a reevaluar la relación de uno con los demás. Estas preguntas

alientan a los miembros de la familia a especular sobre cuáles cambios de su

experiencia de los demás acompañan logros únicos, redescripciones y

posibilidades únicas.

No he de presentar aquí las preguntas capaces de generar una descripción de

la influencia que el problema tiene en la vida y en las relaciones de los

miembros de la familia. En otro lugar (White,1987), se han documentado estas

preguntas. Presentaré preguntas capaces de ayudar a los miembros de la

familia a discernir logros aislados, de situar esos logros aislados en el contexto

de una pauta desarrollada en el tiempo, a asignar sentidó a explicaciones

únicas y a especular sobre nuevas posibilidades. Estas son todas preguntas

que incitan a los miembros de la familia a asignar significación. Muchas de

estas preguntas incluidas aquí son de estructura compleja, de manera que

pueden fragmentarse a fin de facilitar la comprensión. Las formas de

preguntas expuestas aquí en modo alguno son exclusivas y lo cierto es que fue

muy difícil decidir cuáles formas quedarían excluidas de la presente discusión.

Preguntas sobre logros aislados

"La aplicación imaginativa del modo narrativo conduce... a buenas historias, a

dramas emocionantes, a relaciones históricas... creíbles. Se refiere a las

intenciones y acciones humanas y a las vicisitudes y consecuencias que

Page 85: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

representan su curso. Esa aplicación aspira a colocar sus milagros atemporales

en los casos particulares de la experiencia" (Bruner, 1986, pág. 13).

Las preguntas sobre logros aislados incitan a los miembros de la familia a

discernir aquellas intenciones y acciones que contradicen la descripción

saturada de problemas de la vida de la familia, esos "milagros atemporales"

que de otra manera pasarían inadvertidos. Esta situación redefine la relación

que tienen los miembros de la familia con el problema.

Las preguntas pueden utilizarse para que se manifiesten logros aislados

situados en la narración histórica de sucesos, así como logros aislados situados

en la interacción de los miembros de la familia y del terapeuta durante la

sesión.

75

Preguntas directas

-¿Puede usted recordar una ocasión en la que pudo caer en el problema pero

no cayó en él?

-¿Puede usted recordar una ocasión en la que John estuvo a punto de sucumbir

al problema pero en cambio logró reaccionar y sobreponerse? -¿Puede usted

recordar un momento en que su relación era adversa y podría haber culminado

en un problema, una ocasión en la que, sin embargo, usted se rehizo y evitó el

problema?

-¿Puede usted recordar un episodio en el que sus padres tenían opiniones

divididas sobre un problema y que, sin embargo, luego lograron unirse y

oponerse a la influencia de ese problema?

-¿Puede usted reconocer alguna ocasión en la que su resolución de eludir el

problema era tal que casi logró liberarse de su dominio?

-¿Puede usted identificar una ocasión en la que el propósito de Sally de

escapar a la opresión del problema era de tal condición que ella casi lo supera?

-¿Puede usted identificar algún incidente durante el cual se sentía más

preparada y fuerte y casi no se doblegaba bajo el peso del problema?

-¿Le sorprende descubrir que fue usted capaz de escapar al dominio de su

estado de ánimo en esta reunión y de responder a algunas preguntas?

Page 86: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

-¿Le sorprende hasta qué punto Harry fue capaz de desafiar el problema y

mantener una postura propia en esta reunión?

Preguntas indirectas

-¿Según usted, ¿qué parte de los hechos que refirió me dice que usted todavía

tiene cierta influencia en la perduración del problema?

-¿Puede comprender mi sorpresa al ver que usted hizo semejante contribución

en esta circunstancia?

-¿Qué aspecto de estos nuevos cambios cree usted que a mis colegas les

parece más impresionante?

-¿Piensa usted que ellos podrían considerar una negativa de su parte a

cooperar con el problema durante este episodio?

-¿Qué cree usted que Fred pudo haber advertido que le sorprendió sobre el

modo en que usted enfrentaba la relación?

-En vista de la historia de la prolongada influencia del problema en su relación,

¿qué cree usted que me sorprende al considerar su relación en esta ocasión?

-Según usted ¿qué aspecto de su relación ha podido despertar esta vez la

curiosidad de mis colegas?

76

Preguntas relativas a la explicación única

"...la historia debe generar dos panoramas simultáneamente. Uno es el

panorama de acción en el que los elementos constitutivos son los elementos

de la acción: agente, intención o meta, instrumento, es decir, algo que

corresponde a la gramática de la historia" (Bruner, 1986, pág. 14).

Las preguntas referentes a la explicación única instan a los miembros de la

familia a dar sentido al logro aislado, localizándolo dentro de una pauta o clase

de sucesos que están relacionados en el tiempo y el espacio. Los logros

aislados están estructurados en el "panorama de acción".

Estas preguntas historian los logros aislados, emplean una gramática de

cambios decisivos y progreso e incitan a relatar la historia personal y de las

relaciones.

Preguntas directas

Page 87: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

-¿Cómo logró usted dar este paso?

-¿Quiere ayudarme a comprender cómo pudo superar el problema? -¿Qué le

parece que podría haber estado haciendo usted a fin de prepararse para dar

este paso?

-¿Cuándo se dio usted cuenta por primera vez de que debía tomar la decisión

de ser audaz y emprender algo nuevo?

-¿Qué cree usted que ocurrió en la,preparación de John para llegar a esta

realización?

-¿De dónde cree usted que Fred sacó la idea de experimentar con un nuevo

estilo de vida?

-Si este ejemplo de haber eludido el problema es una guía que lo orienta en

una nueva dirección, ¿qué le dice a usted esa guía sobre la naturaleza de esa

nueva dirección?

-¿Qué otra cosa advirtió usted que pudiera decirle algo más sobre esta nueva

dirección?

-¿Qué clase de entrenamiento practicó usted para preparar a su relación a

declinar la invitación a cooperar con el problema?

-Si este era un cambio decisivo para su relación, ¿qué otros hechos más

recientes podrían sugerir que usted estaba consolidando un nuevo curso de

acción? -Considerando las cosas retrospectivamente ¿cómo ve usted el éxito

que obtuvo en esa ocasión? ¿Lo ve como un éxito que satisface las esperanzas

y aspiraciones de su vida?

77

Preguntas indirectas

-Según usted, este logro entendido como una guía decisiva, ¿qué me dice a mí

sobre la naturaleza de su nueva decisión?

-¿Comprende usted que mis colegas puedan considerarlo un hito? -¿Qué clase

de trayectoria en la vida cree usted que estoy asociando con ese hito?

-¿Qué cree usted que les parece más significativo a mis colegas de ese cambio

decisivo?

Page 88: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

-¿Qué cree usted que esta contribución me dice sobre la manera en que usted

está orientándose en una nueva dirección?

-¿Qué cree usted que su intención de superar el problema le dice a Mary sobre

la manera en que usted está tratando de dar una nueva trayectoria a su vida?

Preguntas relativas a la redescripción única

"El otro panorama es el panorama de la conciencia: lo que aquellos entregados

a la acción conocen, piensan o sienten o no conocen, no piensan o no sienten".

(Bruner, 1986, pág. 14).

Las preguntas relativas a la redescripción única, estimulan a los miembros de

la familia a dar significación a los logros aislados y a las explicaciones únicas

mediante la redescripción de sí mismos, de los demás

y de sus relaciones. Estas preguntas incitan a los miembros de la familia a

operar en el dominio de la conciencia y a hacer que se manifiesten otros

conocimientos.

Preguntas directas

-¿Qué le dice a usted sobre sí mismo que resulte importante que yo

conozca?

-¿Qué le informa esto acerca de las cualidades de Jane que de otra manera

usted no hubiera conocido?

-¿Qué le dice esta nueva dirección sobre aspectos de su relación que a usted le

es grato conocer?

-¿Qué declaran estos descubrimientos sobre la relación de sus padres que, de

otra manera, a usted se le hubieran pasado por alto?

-¿Cree usted que la nueva imagen de sí mismo que acompaña esta nueva

dirección cuadra a su persona más que la antigua imagen?

Si es así, ¿por qué esta imagen cuadra más a su persona?

-¿Qué parte de su persona lo lleva a creer que esta nueva dirección se

acomoda mejor a usted que la antigua dirección?

-¿Cuál de las realizaciones que acompañan esta nueva imagen de Harry le

parece a usted más atractiva?

Page 89: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

-El haber abandonado con éxito su antiguo modo de ser, ¿qué le dice sobre su

relación que usted pueda admirar?

-¿Qué es lo que conoce usted ahora sobre su relación que le hace desear una

conexión mayor con esta nueva dirección?

Preguntas indirectas

-¿Qué cree usted que estos nuevos cambios me dicen sobre usted como

persona y que es importante que yo conozca?

-¿Cómo cree que ha cambiado la imagen que tengo de usted como persona? -

¿Qué cree usted que mis colegas han descubierto sobre su capacidad que de

otra manera habrían pasado por alto?

-¿Qué cree que esto podría decirle a Jane sobre usted y que ella pueda

apreciar?

-¿Qué aspectos de su relación piensa usted que son ahora visibles para los

demás, aspectos que habríamos pasado de otra manera por alto todos

nosotros? -¿Qué cree usted que esto me dice sobre su relación que yo puedo

apreciar? -¿Qué pudo advertir Jim sobre la capacidad de resolver el problema

de su relación que hubiera sido algo nuevo para él?

Preguntas referentes a la relación con el sí mismo

-¿Qué le parece oírse decir que usted tiene autoridad sobre sí mismo? -¿En qué

medida saber esto sobre usted influye en la manera en que se percibe a sí

mismo?

-¿De qué modo estas nuevas realizaciones suyas influyen en su capacidad de

respetarse a sí mismo?

-¿Qué efecto tiene su determinación de no cooperar con el problema en la

actitud respecto de usted mismo?

-¿Cómo esta nueva imagen de sí mismo modificó la manera de estimarse como

persona?

Preguntas referentes a la relación con los demás

-¿Cómo estos descubrimientos acerca de la influencia que usted tiene en la

perduración del problema afectan su relación con Sandra?

Page 90: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

-Saber esto sobre Paul, ¿qué efecto tiene en su relación con él? -¿Según usted,

la significación de estos cambios en la relación de sus padres ¿afecta la

interacción que mantiene con ellos?

78

79

Las preguntas referentes a posibilidades únicas incitan a los miembros de la

familia a especular sobre el futuro personal y de sus relaciones, lo cual está

relacionado con explicaciones únicas y redescripciones únicas. Estas preguntas

alientan a los miembros de la familia a investigar otras versiones posibles del

yo y de sus relaciones, a descubrir qué nuevos y valiosos destinos o metas

podrían acompañar las explicaciones únicas y las redescripciones únicas, y a

descubrir qué indicios estas versiones alternativas podrían suministrar sobre

posibilidades futuras y sobre los pasos específicos ofrecidos por esas

posibilidades. El análisis de estos pasos más específicos o inminentes

generalmente está acompañado por un debate sobre la disposición de los

miembros de la familia a dar el paso siguiente. Durante este proceso el nuevo

rumbo se convierte en una "cosa en sí misma", parece cobrar vida propia y

poseer un impulso propio.

Preguntas directas

-¿De qué manera conocer esto sobre sí mismo influye para que dé el próximo

paso?

-¿Cuáles son algunas de las posibilidades que podrían impulsar a Jason en una

nueva dirección?

-¿En qué medida cree usted que esta nueva concepción de su relación pueda

afectar su futuro?

-¿Qué posibilidades cree usted ahora que tiene la relación de Sarah con su

padre?

-Puesto que le parece a usted atractiva esta nueva imagen de sí mismo, ¿cómo

podría adherir más a ella?

-¿Qué nuevas posibilidades tendría Fred si éste adhiriera más a la nueva

imagen que usted tiene de él como persona?

Page 91: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

-¿Cómo afectarían sus planes para el futuro la atracción que usted siente por

esta nueva imagen de su relación?

-Si usted aceptara plenamente estos nuevos descubrimientos sobre sí mismo,

¿cuál cree que sería su próximo paso?

-Poniendo cuidado en no adelantarse demasiado al programa, ¿cuándo cree

usted que estaría preparado para intentar ese paso?

80

"...es como si se lanzaran a un viaje sin mapas... y sin embargo ellos poseen

una cantidad de mapas que podrían dar indicios; además saben mucho sobre

viajes y mapas... Con el tiempo, el viaje se convierte en una cosa en sí misma

por más que su forma inicial haya sido tomada del pasado" (Bruner, 1986, pág.

36).

Preguntas sobre posibilidades únicas

Preguntas indirectas

-Sabiendo lo que ahora sé sobre usted, ¿qué posibilidades cree que yo podría

prever para usted inmediatamente?

-¿Qué cree usted que estas realizaciones dicen a mis colegas acerca de las

nuevas direcciones que ahora le son accesibles a usted?

-¿Qué cree que a Jane le parece alentador acerca de las nuevas posibilidades

que acompañan esta nueva imagen de usted como persona?

-Habiéndome enterado de este nuevo concepto de su relación ¿qué pasos cree

que mis colegas consideran accesibles para usted?

-¿Puede apreciar algunas de las nuevas posibilidades que yo creo que usted

tiene para reconstruir su relación?

-Habiendo cobrado un nuevo respeto por su relación, ¿qué pasos piensa que yo

preveo como posibles para usted?

Preguntas referentes a la relación con el sí mismo

-¿En qué medida aprovechar algunas de estas nuevas posibilidades puede

afectar la relación que usted tiene consigo mismo?

-¿Cómo cree que explorar las nuevas oportunidades que acompañan esta

nueva dirección afectará la apreciación de usted mismo como persona? -

Page 92: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

¿Cómo afectará la realización de algunos de estos pasos el grado de holgura y

satisfacción que usted experimenta consigo mismo?

Preguntas referentes a la relación con los demás

-¿En qué medida esta nueva visión de sí mismo afectará su relación con John?

-¿Qué efecto tendrá en su interacción con Sally el hecho de que ella siga

algunas de estas nuevas posibilidades?

-¿Cómo los hechos futuros de la nueva trayectoria de la relación de sus padres

afectarán la interacción que usted mantiene con ellos?

Conclusión

He procurado presentar un compendio del proceso de interrogar; lo he hecho

apelando primero a la explicación estocástica que da Bateson de la evolución

y, luego, a la analogía con el texto tomada de la tradicional explicación

interpretativa de las ciencias sociales, con especial referencia a la contribución

de Bruner. He dado una pequeña muestra de preguntas de varias categorías

para mostrar algunas de las posibilidades que ofrece este compendio. Todas

esas preguntas necesitan modificaciones según la

81

retroalimentación que se produzca en las respuestas de los miembros de la

familia.

Este enfoque concibe la terapia como un contexto de curiosidad° y asume la

forma de un empeño cooperativo y una indagación de nuevas posibilidades. La

terapia toma así una dirección única en laque los miembros de la familia son

incitados a poner al día al terapeuta en cada sesión sobre el cambiante cuadro

de sus vidas y de sus relaciones.

Notas

1. Es una práctica cultural divorciar los problemas de sus relaciones sociales y

asignarlos a personas. Pueden identificarse dos fases en la historia de este

proceso (Foucault, 1965, 1973). La primera fase comprende prácticas

divisorias que separan a las personas de las demás y las objetivan al

asignarles una identidad. La segunda fase comprende la objetivación del

cuerpo de la persona mediante la localización y clasificación de

Page 93: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

perturbaciones. Las preguntas de influencia relativa utilizan la práctica cultural

de objetivación frente al mismo, al objetivar y externalizar problemas (véase

White 1987) y así se oponen a la objetivación de las personas. La

externalización de problemas y de contextos de problemas y especificaciones

de personalidad constituyen el contenido de un futuro capítulo y, por lo tanto,

no he de tratar aquí el tema.

2. He tomado esta expresión de Goffman (1961). Steve de Shazer y sus

colegas del Brief Family Therapy Center de Milwaukee, prefieren hablar de

"excepciones" y las expresiones son intercambiables. La idea de excepciones

evoca "personas excepciona les" y la de logros aislados o únicos evoca

"personas únicas". Es un placer trabajar con ambos conceptos.

3. También he denominado estos logros aislados como "contradicciones" (en el

sentido de oposiciones), pero aquí se trata de un orden de descripción

diferente que constituye el tema central de un capítulo de próxima aparición

que redactaré con la colaboración de David Epston.

4. Como veremos después, sería más correcto declarar que las preguntas de

influencia relativa suscitan descripciones múltiples.

5. Las preguntas y penetrantes comentarios de Karl Tomm me resultan

particularmente útiles para llegar a una articulación más clara de este proceso

de interrogación; también me fueron muy útiles sus conceptos de "dar

nacimiento a nuevas realidades" y "abrir espacio a nuevas posibilidades".

También debo agradecer a David Epston sus comentarios que me ayudaron

con sus útiles conexiones y a Catherine Munro quien formuló algunas

preguntas importantes que me hicieron reelaborar y reevaluar las preguntas

de influencia relativa; no necesito decir que esas preguntas y comentarios

contribuyeron al desarrollo de este trabajo.

6. Eugene Gray me prestó valiosa ayuda al observar entrevistas y al registrar

mis preguntas durante un período de seis meses. También repasé "viejas"

entrevistas registradas en videocassettes.

7. Agradezco a David Epston de Auckland, Nueva Zelanda la idea de la

analogía con los textos y por alentarme a estructurar mi trabajo teniéndola en

Page 94: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

cuenta. David ha estado desarrollando una terapia basada en la analogía del

texto y en la teoría del relato. Véase, por ejemplo, "Writing Your Biography"

(Epston, 1986).

8. En Epston y White (1985) se encontrará otra versión de estas y otras formas

de preguntas.

82

9. Muchas de las respuestas dadas a estas preguntas pueden vincularse con

las descripciones yuxtapuestas que generan las preguntas de influencia

relativa. Por ejemplo: "¿Le dice a usted esto que se ha fortalecido y que el

problema se ha debilitado o que el problema se fortaleció y usted se debilitó?"

o "¿Le dice a usted esto que es una persona para sí misma o es más una

persona para los demás?" Debe hacerse hincapié en las distinciones y,

entonces, se suscitan nuevas respuestas.

10. Otro enfoque de la terapia entendida como contexto de curiosidad se

encontrará en Cecchin (1987).

Referencias bibliográficas

Bateson, G. 1972: Steps to an Ecology of Mind. Nueva York, Ballantine Books.

Bateson, G. 1980: Mind and Nature: A necessary unity. Nueva York, Bantam

Books. Bruner, J. 1986: Actual Minds, Possible Worlds. Cambridge, Mass,

Harvard University Press.

Cecchin, G. 1987: "Hypothesizing, circularity, and neutrality revisited: an

invitation to curiosity". Family Procese, 26:4.

Epston, D. y White, M. 1985: "Consulting your consultants consultante".

Proccedings of The Australian Family Therapy Conference. Melbourne, V.A.F.T.

Epston, D. 1986: "Writing your biography". Case Studies, 1:1.

Foucault, M. 1965: Madness and Civilization: A history of insanity in the age of

reason. Nueva York, Random House. [Versión castellana: Historia de la locura

en la época clásica. 2 vols. México, FCE, 1979.1

Foucault, M. 1973: The Birth of the Clinic: An archaeology of medical

perception. Londres Tavistock.

Page 95: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

Geertz, C. 1983: Local Knowledge: Further essays in interpretative

anthropology. Nueva York, Basic Books.

Goffman, E. 1961: Asylums. Nueva York, Doubleday.

Penn, P. 1985: "Feed-forward: future questions, future maps". Family Procese,

24:3. Selvini-Palazzoli, M., Boscolo, L,. Cecchin, G., y Prata, G. 1980:

"Hypothesizingcircularity-neutrality: three guidelines for the conductor of the

session". Family Process, 19:3.

Tomm, K. 1987: "Interventive interviewing: Part 11. reflexive questioning as a

means to enable self-healing". Family Procese, 26:2.

White, M. 1986: "Negative explanation, restraint, y double descripción: a

template for family therapy". Family Procese, 25:2.

White, M. 1987: "Family therapy y schizophrenia: addressing the in-the-corner

lifestyle". Dulwich Centre Newsletter, primavera.

83

La mayor parte de las personas diagnosticadas como esquizofrénicas que me

fueron derivadas o fueron derivadas a los equipos que yo consulto, hacía

tiempo que habían recibido ese diagnóstico y la mayor parte de ellas

eran consideradas como casos "crónicos" con síntomas "positivos duraderos"

(alucinaciones e ilusiones) y síntomas "negativos" (retraimiento, apatía, etc.);

esas personas sufrían frecuentes recaídas. Casi todas ellas habían sido

tratadas con tranquilizantes durante un tiempo considerable y entonces se

manifestaron los efectos secundarios de una tardía disquinesia.

En el desarrollo del enfoque esbozado en este capítulo, he aceptado ese

diagnóstico previo de esquizofrenia con el fin de definir el grupo de personas y

las familias para quienes este trabaj o pudiera ser pertinente. No me interesé

particularmente por la clasificación o reclasificación de esas personas según el

sistema de inteligibilidad predominante que llamamos clasificación psi

84

4

Terapia familiar y esquizofrenia El estilo de vida de "sentirse arrinconado"*

Page 96: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

Este capítulo presenta una perspectiva sobre la esquizofrenia que 1) pone

énfasis en la naturaleza socialmente producida de su desarrollo, 2) se

concentra en las descripciones de sí mismas que hacen las personas

diagnosticadas como esquizofrénicas y que sienten la extraordinaria

imposibilidad de llegar a ser personas y 3) utiliza una metáfora cibernética

para delinear la participación de los miembros de la familia alrededor de este

problema.

Se dan con algún detalle ejemplos de intervenciones que me han parecido

útiles. Esas intervenciones socavan la sensación de fracaso que sienten los

miembros de la familia pues se los ayuda a 1) oponerse a los efectos de

sujeción de la clasificación científica y del juicio normalizador, 2) a eludir el

sistema de incitaciones recíprocas que presta apoyo al estilo de vida de

"sentirse arrinconado", 3) a identificar logros aislados que contribuyan a una

nueva y positiva descripción de uno mismo y 4) a establecer un nuevo

contexto en el caso de recidivas, contexto que mitiga la sensación de

deterioro.

La esquizofrenia

*Publicado en el Dulwich Centre Newsletter, primavera de 1987.

quiátrica. Para mí, la base social de ese fenómeno que llamamos esquizofrenia

está en el dominio específico de poder/conocimiento que la produce. Esto no

significa que yo no crea que exista una experiencia personal muy real y

aflictiva que se designa como esquizofrenia.

Me interesa en cierto modo la historia social de esta forma de clasificación, sus

orígenes culturales y las consecuencias que derivan de ella. Cuando se acuñó

el término esquizofrenia, éste era sinónimo de mal crónico, incurable y de

deterioro (como lo era su predecesora, la expresión demencia precoz). Este

concepto echó profundas raíces en los sistemas de creencia tanto de los

dominios laicos como de los dominios profesionales. Y estas creencias sobre la

esquizofrenia perduran en la esfera de lo que Gellner (1975) ha llamado

"sistemas de pensamiento tradicional" o lo que EvansPritchard (1976) ha

designado como "rígidas creencias implícitas".

Page 97: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

Gellner afirma que los sistemas de pensamiento tradicional, a diferencia de los

sistemas de pensamiento moderno que se basan en principios y en conceptos

intelectuales explícitos, se articulan implícitamente y están inser tos en la

conducta, la cual se considera como parte del orden natural de las cosas y, por

lo tanto, no requiere ninguna explicación. El hecho de que semejantes

creencias no estén explícitamente articuladas las hace mucho más generales,

profundas, compulsivas y resistentes a cualquier cambio.

Evans-Pritchard, al llamar la atención sobre la tenacidad de esas creencias,

muestra cómo los intentos que se oponen directamente a ellas para indicar sus

contradicciones o para presentar concepciones diferentes, gene ralmente

sirven sólo para reforzar dichas creencias. A las personas que participan en

una esfera particular de creencias rígidas e implícitas les resulta sumamente

difícil explicar sus propias experiencias sin recurrir al idioma de tales

creencias. Dentro de esa esfera las experiencias se ordenan según creencias

que en general no son accesibles al intelecto consciente a los efectos de su

examen crítico.

La esquizofrenia como clasificación científica se prefirió a demencia precoz,

porque el vocablo podía transformarse en un adjetivo capaz de objetivar a la

persona así clasificada, de suerte que ahora podía hablarse de una persona

"esquizofrénica" (Bleuler, 1950). La esquizofrenia no sólo estaba dentro de la

persona sino que ocupaba la totalidad de la persona y constituía la identidad

total de ésta. Foucault (1975) identifica la clasificación científica de personas

como una práctica cultural en virtud de la cual el cuerpo se convierte en una

cosa y la docilidad de éste es el resultado.

Al considerar la naturaleza compulsiva de los sistemas de pensamiento

tradicional y las consecuencias de la práctica de la objetivación de personas

85

mediante la clasificación científica, podemos especular sobre los aspectos

socialmente producidos del curso de deterioro propio de la esquizofrenia. Esta

especulación se ve fortalecida por la proposición de que las personas dan

Page 98: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

sentido a los sucesos y experiencias de su vida relacionándolos con algún

relato personal.

"El relato esencialmente estructura sucesos de manera tal que éstos muestran,

primero, una conexión o coherencia y, segundo, un sentido de movimiento o

de dirección a través del tiempo." (Gergen y Gergen, 1984, pág. 174-175).

De esta manera los hechos de la vida se interpretan ensamblándolos, de modo

que correspondan a algún fin proyectado o a alguna meta. Si el concepto de

esquizofrenia contiene creencias rígidas e implícitas sobre lo

crónico y el deterioro, si la clasificación científica produce sujetos dóciles y si la

interpretación de sucesos actuales está en cierto modo determinada por el

futuro, luego la naturaleza social de la esquizofrenia debe ejercer una

poderosa influencia en su desarrollo.

Etiología y cura

Durante la realización de este trabajo, me preocupé poco por la etiología de la

experiencia clasificada como esquizofrenia. Si bien me son bastante familiares

varias teorías etiológicas diferentes, no he experimentado ningún deseo de

participar en el debate. No siento ningún gran entusiasmo ni una particular

atracción por alguna proposición específica (incluso aquellas teorías que

proponen la causalidad en la interacción y en la comunicación). Esto no

significa que yo niegue la idea de que existen aspectos biológicos de este

fenómeno o que niegue que los productos químicos puedan ser útiles para

mitigar el mal. Las teorías sobre la etiología de la esquizofrenia suelen ser

circulares y conclusas en sí mismas. El lector encontrará una excelente reseña

de las diversas teorías y una crítica de éstas en el trabajo de Barrett

"Schizophrenia and personhood" (1987).

No necesito decir que en el desarrollo de este trabajo no me he apoyado en

ninguna versión establecida de la etiología de la esquizofrenia. Mi interés

primario se concentró en la perduración de ciertos problemas en el tiempo,

problemas que he llegado a asociar con ese estilo de vida de "sentirse

arrinconado". Esos problemas rara vez comprenden alucinaciones o engañosas

ilusiones, sino que son problemas propios de la vida misma. Se dan en la

Page 99: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

esfera de las relaciones sociales y la persona diagnosticada como

esquizofrénica los experimenta como problemas opresivos, así como los

sienten los demás

86

miembros de la familia, especialmente los padres. De las familias que he visto

y en las que había un miembro esquizofrénico según el diagnóstico, los padres

al discutir los problemas de su hijo/hija habitualmente hablan de la afición a

permanecer en la cama a horas irregulares, de la falta de atención a la higiene

personal, de episodios de antagonismo contra otros miembros de la familia, de

una aparente alergia a los quehaceres domésticos y de una desesperanza y

pasividad generales. A veces los miembros así diagnosticados se quejan de

experimentar una sensación de futilidad y parálisis, de fracaso e

incompetencia y otras veces se lamentan de la injusticia, de la desdicha de ser

insignificantes. Si la persona en cuestión estuvo internada en hospitales, es

probable que su estilo de vida de "sentirse arrinconada" contenga detalles

sobre el consumo crónico de estupefacientes y/o alcohol.

Teniendo como interés primario la perduración de ese estilo de vida de

"sentirse arrinconado", presté también escasa atención a la cura misma de ese

fenómeno que llamamos esquizofrenia, así como presté escasa atención a su

etiología.

La persona

A lo largo de estas notas me referiré a las personas que fueron diagnosticadas

como "personas esquizofrénicas". Habitualmente estas personas presentan

varios problemas que tienen que ver con lo que generalmente se relaciona con

el curso de deterioro de la esquizofrenia. Las más de ellas se manifiestan como

"pasajeros" de la vida y declaran su desesperanza sobre el futuro, o bien dicen

que ocurrirá algún acontecimiento asombroso y fortuito que les permitirá

concretar su plan de llegar a ser un astronauta o un explorador del Polo Sur.

Las preguntas sobre detalles actuales de la vida de estas personas

habitualmente generan descripciones de un estilo de vida de "sentirse

Page 100: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

arrinconados". Por otro lado, se ha llamado a esto también "carrera o

trayectoria".

"Tradicionalmente el término carrera se reservaba para aludir a quienes

esperaban gozar de promociones en la trayectoria de una respetable

profesión. Sin embargo, el término llegó a emplearse en un sentido más amplio

para referirse a la posición social de una persona en el curso de su vida. Así se

toma la perspectiva de la historia natural: los logros aislados se pasan por alto

en favor de cambios producidos en el tiempo y considerados básicos y

comunes a los miembros de una categoría social aunque se dan

independientemente los unos de los otros." (Goffman, 1961, pág. 127).

87

En el caso de las personas situadas en esa carrera o trayectoria, la única

noticia de cambios en sus vidas y circunstancias que ellas puedan señalar para

perdurar, es la noticia que pueda insertarse dentro de la red de supuestos,

premisas y expectativas relativas a los miembros de esa específica categoría

social. Siguiendo a Bateson (1972) he llamado a esa red un sistema de

limitación (White, 1986a). La noticia de logros aislados se "olvida o se

desdibuja... los mensajes cesan de ser mensajes cuando nadie puede leerlos"

(Bateson, 1980, págs. 50-51).

En respuesta a las preguntas que alientan a las personas a explicar su

situación, habitualmente ellas refieren variaciones del "cuento triste".

"Según la etapa que una persona ha alcanzado en su trayectoria, uno

comprueba habitualmente que ella elabora una imagen del curso de su vida -

pasado, presente y futuro- que selecciona, abstrae y deforma las cosas de

manera tal que le suministran una visión de sí mismo que útilmente proyecta a

situaciones actuales. En términos muy generales, la línea defensiva de la

persona la lleva a alinearse apropiadamente junto a los valores básicos de su

sociedad y esto bien puede llamarse una excusa. Si los hechos del pasado y

del presente de una persona son extremadamente deplorables, entonces lo

mejor que ella puede hacer es mostrar que no es responsable del estado a que

Page 101: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

ha llegado, de manera que aquí la expresióncuento triste resulta apropiada. Es

interesante comprobar que cuando el pasado más fuerza a la persona a

alinearse aparentemente junto a los principales valores morales, con tanta

mayor frecuencia esa persona se siente compelida a referir sucuento triste en

cualquier parte en que se encuentre" (Goffman, 1961, pág. 151).

Puede argüirse que los "valores básicos" aquí mencionados se refieren a las

nociones culturalmente producidas sobre la especificación de la personalidad,

una especificación que es en alto grado individualista. Foucault (1979), al

trazar la historia social de los modos en que los seres humanos son sometidos,

discurre que esa especificación de personalidad tiene que ver con el

ordenamiento y distribución de los seres humanos en el espacio para

convertirlos en "cuerpos dóciles". Según Foucault,, esa especificación es el

resultado de una técnica disciplinaria llamada "juicio normalizador", una

técnica de sujeción y control sociales derivada de la distribución de las

personas alrededor de una norma. Esta especificación, en alto grado

individualista de la personalidad, pone fuerte énfasis en criterios normativos

tales como coherencia, consistencia, posesión de sí mismo, contención de sí

mismo, automaximización, autonomía, productividad, integración, totalidad,

etc. Foucault también sostenía que el juicio normalizador somete y descalifica

el poder personal, tanto más cuanto que no suministra puntos fijos en virtud

de los cuales las personas puedan formular sus propios juicios, puntos fijos

alrededor de los cuales las personas pueden protestar.

88

La sujeción a este proceso de normalización hace que la persona que

experimenta ese fenómeno clasificado como esquizofrenia, sienta como un

extraordinario fracaso el no llegar a ser una persona. En respuesta a esa

sensación de extraordinario fracaso, la persona en cuestión desarrolla una

elaborada y extensa urdimbre de excusas que es su cuento triste y, entonces,

el estilo de vida de "sentirse arrinconado" se hace más completo.

La familia

Page 102: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

Los parientes de la persona en cuestión y particularmente los padres, en la

medida en que acompañen a esa persona en el curso de deterioro de su vida,

se sienten cada vez más responsables por haberla descuidado. Cuando ese

estilo de vida de "sentirse arrinconado" se extiende, los parientes se hacen,

más activos para obrar en favor de la persona. Y entonces, llega a ser

abrumadora la experiencia de los miembros de la familia que se adhieren a la

idea de que la persona en cuestión no es una personas.

Generalmente, puede discernirse una dirección en la cual, inadvertidamente,

los miembros de la familia colaboran en la perduración del estilo de vida de

"sentirse arrinconado".

"Sobreviene un drástico cambio, pero nosotros nos acostumbramos al nuevo

estado de cosas antes de que nuestros sentidos puedan decirnos que se trata

de algo nuevo... No es cuestión de poca monta el hecho de que nunca nos

demos cuenta del rumbo que toman nuestros cambios de estado" (Bateson,

1980).

Este es un rumbo al que los miembros de la familia se acostumbran

progresivamente y aceptan la situación de deterioro. Generalmente, los

miembros de la familia no advierten ese rumbo y son incapaces de detectar

la diferencia que hay entre el grado en que están participando en ese estilo de

vida en un momento dado y el grado en que lo están haciendo en otro

momento. En este proceso, los miembros de la familia llegan a los límites de

su flexibilidad y experimentan crecientes sensaciones de frustración,

impotencia y fracaso.

La metáfora cibernética de la retroalimentación puede invocarse para ayudar a

describir los elementos específicos del sistema en que se sustenta el estilo de

vida de "sentirse arrinconado". Según esta metáfora, la circularidad es un

fenómeno fundamental de todos los sistemas.

"Cabe esperar que los sucesos en cualquier posición del circuito tengan efecto

en todas las posiciones sobre el circuito en momentos posteriores". (Bateson,

1972, pág. 404).

89

Page 103: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

La circularidad propone una recursividad en todos los sistemas en los que los

sucesos ejercen retroalimentación sobre sí mismos. Bateson identifica los

circuitos de retroalimentación como circuitos que limitan lainteracción, puesto

que los cambios duraderos en una parte del sistema deben ser

complementarios de los cambios producidos en el sistema mayor. En los

sistemas humanos, es posible describiresta circularidad como un sistema de

incitaciones recíprocas que, inadvertidamente, son tanto emitidas como

respondidas.

Cuando se delinea la interacción de los miembros de la familia en torno de la

esquizofrenia con esta metáfora, se hace evidente una caracterización como la

que sigue:

El desarrollo de la red de excusas necesarias para prestar apoyo al "cuento

triste", incita a los padres a adoptar una actitud más tolerante en cuanto a las

excusas y a sentirse más responsables por la vida de la persona en cuestión. A

medida que los padres se hacen más responsables son, también, más

susceptibles a la censura y más vulnerables a la experiencia de la culpabilidad.

Esa vulnerabilidad a la culpa, a su vez incita a la censura por parte de la

persona que asigna a los padres una condición de "pasajeros" en la vida. Este

sistema de incitaciones recíprocas refuerza con el tiempo la polaridad entre lo

irresponsable y lo superresponsable. A veces, este ciclo se desorganiza

momentáneamente cuando la frustración que experimentan los padres les

provoca un estallido de hostilidad hacia la joven persona. Lamentablemente,

esos estallidos sólo sirven para reforzar este ciclo con el correr del tiempo.

Como resultado de ello, la persona en cuestión experimenta una sensación

mayor de fracaso y busca más activamente nuevas excusas. Los padres, al

experimentar también una mayor sensación de fracaso provocada por su

sentimiento de culpabilidad y por los remordimientos que sienten por los

estallidos en que incurrieron, se sienten mucho más responsables por la vida

de la joven persona. Con el tiempo, la intensidad de esta participación en la

permanencia del problema sube de punto y los miembros de la familia quedan

todos centrados en la esquizofrenia.

Page 104: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

Aunque este pasaje describe sólo una versión de estos sistemas de

incitaciones recíprocas, con el tiempo se manifiesta en un aumento de la

intensidad con que los miembros de la familia participan en el problema.

Los influyentes estudios de Brown y otros (1972) proponen una visión

monocular de este proceso, por cuanto describen sólo una parte del circuito de

retroalimentación. El concepto de "emoción expresada" que exponen estos

autores estimuló el desarrollo del enfoque psicoeducacional; dicho concepto

deriva de estudios que hacen hincapié en un fenómeno desarrollado en una

sola dirección, es decir, la expresión de hostilidad por parte de los

90

padres respecto de la persona, en lugar de ofrecer una visión binocular que

ponga énfasis en el estudio de la naturaleza circular de la interacción familiar.

Las notas siguientes detallan varias intervenciones, incluso aquellas

destinadas a desorganizar los sistemas de incitaciones recíprocas y a

disminuir, así, la intensidad de la interacción de los miembros de la familia

alrededor de la esquizofrenia. Aunque la perspectiva sobre la esquizofrenia

adoptada aquí es diferente del punto de vista adoptado por el enfoque

psicoeducacional, podría afirmarse que esas intervenciones también

disminuyen el nivel de la "emoción expresada" en las familias.

El método

Las notas siguientes dan detalles específicos sobre la aplicación a la terapia de

un enfoque más general (White, 1986a). Estas aplicaciones se refieren a

aquellos factores que ponen obstáculos al desarrollo de ese fenómeno que

llamamos esquizofrenia.

En la aplicación de ese enfoque es importante que el terapeuta someta a

crítica su participación con los miembros de la familia. Lo verdaderamente

importante de esta crítica es la cuestión de saber si los miembros de la familia

experimentan el proceso terapéutico como algo que los capacita o como algo

que los somete. El proceso de incitar a los miembros de la familia a

evolucionar alrededor de descripciones alternativas del problema, ¿los

capacita para oponerse a su experiencia de opresión causada por el problema

Page 105: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

o contribuye a aumentar esta experiencia de opresión? Las opciones

accesibles a los miembros de la familia, ¿los ayudan a sentirse con autoridad

sobre ellos mismos o hacen que se sientan más sujetos a otra autoridad?

Durante toda esta labor se presentan dilemas de decisión a los miembros de la

familia al yuxtaponerse descripciones "viejas" y descripciones "nuevas".

Externalización del problema y preguntas de influencia relativa

En el proceso de externalizar problemas se utilizan prácticas culturales de

objetivación que se enfrentan con otras prácticas culturales de objetivación. El

problema mismo queda externalizado, de modo que la persona ya no es el

problema. El problema es el problema mismo. Esta objetivación y

externalización del problema se oponen a las técnicas individualizadoras de la

clasificación científica y a otras prácticas de división más generales.

91

Cuando la externalización de la esquizofrenia desafía el concepto de

esquizofrenia como clasificación de personas, desafía asimismo los aspectos

de este fenómeno producidos socialmente, incluso los que tienen que ver con

lo crónico, la incurabilidad y el deterioro. Cuando la externalización de la

esquizofrenia desafía a prácticas de división une a los miembros de la familia y

los faculta para protestar contra las maneras en que se han sentido

compelidos a cooperar con la esquizofrenia.

Al principio, la externalización de la esquizofrenia se logra haciendo preguntas

que alienten a los miembros de la familia a determinar la influencia que la

esquizofrenia tiene en sus vidas y en sus relaciones. Al reflexionar en estas

preguntas y al responder a ellas, los miembros de la familia participan

activamente en el proceso de externalización. Además de externalizar la

esquizofrenia, estas preguntas hacen visible a los miembros de la familia su

inadvertida participación en la perduración del estilo de vida de "sentirse

arrinconado".

La externalización del problema suele ser progresiva y, en este proceso, el

terapeuta ayuda a los miembros de la familia a elaborar definiciones más

precisas de las experiencias que ellos consideran problemáticas y que más les

Page 106: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

preocupan por el momento. Por ejemplo, el terapeuta puede al principio

comenzar a hacer preguntas que externalicen la esquizofrenia o el mal y luego

hacer preguntas que externalicen aspectos del estilo de vida de "sentirse

arrinconado" que son promovidos por la esquizofrenia y, por fin, hacer

preguntas que externalicen esos hábitos específicos de que depende ese estilo

de vida para perdurar. Doy a continuación una pequeña muestra de estas

preguntas:

-¿Qué efecto ha estado teniendo la esquizofrenia en sus vidas y relaciones? -

¿De qué manera se sintió usted empujado a un rincón por la esquizofrenia? -

¿De qué manera la esquizofrenia provocó ese estilo de vida de "sentirse

arrinconado"?

-¿De que hábitos ha dependido más ese estilo de vida de "sentirse

arrinconado"?

-¿Qué otros hábitos fomentaron estos hábitos en la vida de otros miembros de

la familia?

-¿Cuál de estos hábitos es el que más le preocupa a usted?

La descripción de la influencia que tiene la esquizofrenia en la vida y

relaciones de los miembros de la familia, puede yuxtaponerse con una

segunda descripción, la descripción de la influencia que tienen los miembros

de la familia en la perduración de la esquizofrenia. Con la formulación de

preguntas que inciten a los miembros de la familia a contribuir en la segunda

descripción, la esquizofrenia queda aun más externalizada. Estas preguntas

llaman la atención a los miembros de la familia sobre las contradicciones o

logros aislados que "se pasan por alto en favor de cambios producidos en el

tiempo y considerados básicos y comunes a los miembros de una categoría

social" (Goffman, 1961, pág. 127). Como la red de supuestos, premisas y

expectativas de los miembros de la familia les hace difícil aprehender estas

contradicciones o logros aislados, al comienzo los miembros de la familia

dependerán mucho del código del terapeuta para hacer derivar esta segunda

descripción. Con el tiempo, ese código se convierte en un código compartido

dentro del sistema terapéutico, de modo que los miembros de la familia llegan

Page 107: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

a ser más capaces de señalar directamente lo nuevo y dar su respuesta. A

continuación doy una pequeña muestra de esas preguntas: .

-¿Cómo se las arregló usted para desafiar el estilo de vida de "sentirse

arrinconado" y no sólo aceptó la cita de acudir a esta reunión sino que aceptó

también acudir a la siguiente?

-¿Cómo impidió usted que la esquizofrenia lo empujara a un rincón en esta

ocasión?

-¿A qué hábitos debió usted desobedecer en esta ocasión para escapar al

estilo de vida de "sentirse arrinconado"?

-¿Puede usted comprender cómo yo veo que su desafío a ese hábito tiene una

importancia crítica?

-En estas circunstancias, ¿puede usted comprender que esto me sorprenda? -

Si pudiera ver la significación que yo veo en este paso, ¿cómo influiría esto en

la manera en que usted se ve?

-¿En qué medida cree usted que este modo tan diferente de ver las cosas

podría influir en su próximo paso?

-¿Cree usted que esos pasos podrían debilitar la influencia que la esquizofrenia

tiene en su vida?

Anulación de lo temporal

Para ayudar a los miembros de la familia a establecer una distinción entre el

grado en que participan en el estilo de vida de "sentirse arrinconado" en un

determinado momento y el grado en que lo hacen en otro momento, se

pueden hacer preguntas tendientes a eliminar lo temporal. Esto amenaza a la

anterior tendencia y permite a los miembros de la familia rechazar todas las

futuras incitaciones a habituarse a la influencia del problema. También aquí las

preguntas estructuradas resultan útiles en este proceso.

93

-Si se sintiera compelido a continuar acompañado por la esquizofrenia, ¿qué

pasos sería necesario que usted diera para que el estilo de vida de sentirse

arrinconado fuera más completo?

Page 108: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

-Si el estilo de vida de sentirse arrinconado ejerciera mayor influencia, ¿qué

hábitos tendría usted que extender para dar apoyo a ese fenómeno?

-Ese estilo de vida de sentirse arrinconado junto con su sistema de apoyo de

hábitos, ¿en qué medida afectan el futuro de la vida y de las relaciones de la

familia?

-¿De qué maneras podrían estos hábitos oprimir el futuro de su vida y de sus

relaciones?

Preguntas complementarias

Se pueden hacer preguntas que ayuden a los miembros de la familia a

identificar y combatir su inadvertida participación en el sistema de incitaciones

recíprocas que prestan apoyo al estilo de vida de sentirse arrinconado. En otro

lugar he llamado a esta clase de preguntas "preguntas complementarias"

(White, 1986b).

Al reflexionar en estas preguntas, los miembros de la familia llegan a una

"visión binocular" o descripción doble de la permanencia de los problemas que

ellos experimentan como opresivos. Se trata de un punto de vista que los

capacita para eludirla coacción de los ciclos de retroalimentación que

perpetúan y refuerzan estos problemas. La preocupación centrada en la

esquizofrenia queda socavada y la intensidad emocional experimentada queda

significativamente reducida.

-Cuando usted se somete a la esquizofrenia que lo empuja a una posición

irrazonable, ¿de qué manera este hecho incita a sus padres a hacer todo lo

que sea razonable para usted?

-¿Hasta qué punto el sentimiento de culpabilidad lo hace a usted vulnerable a

las incitaciones de su hijo o hija a realizar lo que sea sensato para ellos? Y esa

sensación de sentirse ellos arrinconados ¿hasta qué punto cuenta con esa

vulnerabilidad?

Las nociones de personalidad

Se pueden hacer preguntas que ayuden a los miembros de la familia a

contrarrestar las consecuencias empobrecedoras de esa técnica disciplinaria

que Foucault (1979) llamó juicio normalizador. Una categoría de tales

Page 109: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

preguntas incita a las familias a participar en la elaboración de otras

definiciones posibles del yo que no estén determinadas por las predominantes

94

especificaciones de la personalidad. Como estas preguntas alientan a los

miembros de la familia a orientarse para discernir logros aislados, quedan

socavadas las definiciones del yo entendido como fracaso de ser una persona.

Estas preguntas deben estructurarse, al principio, alrededor del código del

terapeuta a causa de la tenacidad de la "antigua" red de supuestos, premisas

y expectativas.

-Si comprendiera usted plenamente la significación de esto, ¿qué cree que ello

podría decirme sobre usted que yo, de otra manera, no habría sabido y que

habría pasado por alto a todos nosotros?

-¿Qué cree que esto podría decirle sobre su capacidad que, de otra manera,

usted habría pasado por alto?

-¿Qué cree que esto me dice que yo puedo apreciar en usted?

-¿Me dice esto alguna otra cosa diferente que usted cree que yo podría

apreciar?

-¿Qué cree que esto les dice a mis colegas que ellos puedan apreciar en usted?

-Ahora tengo dos imágenes de usted como persona, la antigua y la nueva, y

me parece que la diferencia que hay entre ellas es impresionante. Si usted

pudiera conservar constantemente estas dos imágenes en su espíritu y

compararlas, ¿qué cree que podría descubrir sobre sí mismo?

Las preguntas que externalizan y fomentan una crítica de las especificaciones

de la personalidad en alto grado individualistas, son otra categoría de

preguntas que se oponen a la sujeción del juicio normalizador. Este

enfoque de ayudar a los miembros de la familia a reformarse, está en marcado

contraste con los enfoques que incitan a los miembros de la familia

a,apesadumbrarse por la persona que fue".

-Si usted pudiera apreciarse dejando de lado la ambición, ¿qué cree que

apreciaría más?

Page 110: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

-¿Cómo podría apreciarse usted mismo dejando de lado su ambición? -¿Qué

podría hacer para demostrar a estas expectativas que usted está yendo en

camino de ser su propio dueño como persona y no una persona para esas

expectativas?

Estas preguntas están en forma abreviada. Cuando se trabaja con familias, el

terapeuta trata de lograr la articulación de esas "ambiciones" y "expectativas"

específicas que subyugan a la persona.

95

Las nuevas descripciones y distinciones causadas por las anteriores preguntas

suministran una fuente de nuevas y creativas respuestas por parte de los

miembros de la familia. Al principio, a los miembros de la familia les resulta

difícil percibir toda la significación de estas nuevas respuestas. Cualquiera que

sea el alcance o la duración de la nueva respuesta, ella significa un nuevo

punto de partida, significa que es accesible alguna otra dirección en la vida.

Como es probable que estas "nuevas" respuestas estén oscurecidas para los

miembros de la familia por la sombra de los "antiguos" hábitos y problemas, es

sumamente importante que el terapeuta participe con los miembros de la

familia de una manera que cree un contexto para que perdure lo nuevo. Y esto

puede lograrse si el terapeuta reacciona a las nuevas respuestas de los

miembros de la familia de una manera que para ellos elabore las nuevas

descripciones y ponga énfasis en las nuevas distinciones. A su vez, esto

desencadena nuevas respuestas de los miembros de la familia. De este modo,

por un tiempo los antiguos hábitos y pautas quedan eclipsados en la sombra

de las nuevas respuestas.

Para establecer un contexto en el que perdure lo nuevo en casos en que los

miembros de la familia estuvieron participando en el estilo de vida de "sentirse

arrinconados", puede ser útil introducir el elemento dramático. A veces, para

facilitar el desarrollo de un contexto dramático comprobé que era fructífera la

idea del melodrama popular como metáfora de la terapia. De todos los

Page 111: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

elementos del melodrama popular parecen sumamente importantes la

caricatura, el humorismo, el absurdo y la intriga.

En la organización de la terapia como un contexto para que perdure lo nuevo

con frecuencia he comprobado que es útil introducir a un colega como

caricatura de la persona en cuestión. La labor de este colega consiste en tratar

de conservar la versión del "cuento triste" frente al cambio; para lograrlo,

incita a la persona y a los otros miembros de la familia a que permanezcan

ciegos a todas las nuevas respuestas y logros aislados que se oponen al estilo

de vida de "sentirse arrinconado". A veces, la inseguridad de este colega

impulsa a los miembros de la familia a hacer un convenio con la persona a fin

de que ésta vuelva sobre sus pasos; esto suministra a la persona una urdimbre

elaborada de excusas, muchas de ellas nuevas, con que cuenta para hacer de

esto una proposición atractiva.

A medida que progresa la terapia, el colega se inquieta más por el hábito que

tiene el terapeuta de alertar a los miembros de la familia sobre los nuevos

pasos que están dando y teme que el entusiasmo del terapeuta pueda ser algo

96

Caricatura y melodrama popular

apresurado. Al pasar el tiempo y a medida que la persona cobra dominio sobre

su propia vida, el colega pierde su posición establecida en la terapia, no tiene

más remedio que reconocer el éxito de la persona que logra ser ella misma y

se ve obligado a recurrir a excusas varias cada vez más elaboradas amplias y

absurdas a fin de establecer que no es responsable por lo que ha llegado a ser

durante la terapia. A lo largo de todo este proceso, la interacción observada

entre el terapeuta y el colega intriga a los miembros de la familia.

Si bien los miembros de la familia advierten que lo que se les está presentando

es una caricatura, la posición muy conservadora del colega frente a la

naturaleza radical del cambio, pone efectivamente de relieve las distinciones y

contribuye a la permanencia de lo nuevo. Este método es particularmente

eficaz cuando inicialmente la persona se ha mostrado muy reticente en acudir

Page 112: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

a la terapia. Pero al cabo de unas pocas sesiones, es frecuente comprobar que

esas personas desean regresar, ansiosas de conocer el siguiente episodio.

Durante todo este proceso, la posición del terapeuta es ligeramente

conservadora. El terapeuta se muestra entusiasmado por los pasos positivos

que dan los miembros de la familia al huir del estilo de vida de "sentirse

arrinconados", pero continuamente les aconseja considerar futuros pasos y dar

sólo uno por vez. Si los miembros de la familia no llegan a algún acuerdo sobre

los objetivos, el terapeuta habitualmente insiste en asumir la responsabilidad

por no haber ayudado a los miembros de la familia a establecer

adecuadamente su disposición a completar con éxito la labor emprendida. Por

otra parte, se pueden hacer preguntas que externalicen y fomenten una crítica

de las especificaciones de la personalidad.

-¿Cree usted que la ambición lo empuja a hacer demasiado y demasiado

pronto?

-¿Cómo puede usted enseñarle a su impaciencia que hace sus propios

descubrimientos al ritmo que le conviene a usted y no a ella?

-¿Qué podría usted hacer para domar la impaciencia y la ambición, así como

ha domado otras cosas?

-¿Cómo podría usted demostrar a sus expectativas que puede ser una persona

sin someterse a ellas?

-¿Está usted haciendo esto a causa de esas expectativas y ambiciones o lo

está haciendo por usted mismo?

En otro lugar (White, 1986a) he expuesto otros métodos de respuesta del

terapeuta a las reacciones de los miembros de la familia y esos métodos

pueden adaptarse en el caso de familias con un estilo de vida de "sentirse

arrinconado". No trataré aquí estos métodos, pero daré una pequeña muestra

de las preguntas que pueden hacerse en respuesta al cambio para alentar aún

más una descripción única del yo.

97

-Realmente es interesante ver que usted está tomando más iniciativas propias.

¿Cómo logró llegar a este acuerdo consigo mismo?

Page 113: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

-¿Cómo explica que ahora usted dependa más de su propia autoridad que de la

autoridad de otros?

-Ahora que usted es capaz de resolver problemas de su vida, ¿en que medida

influirá esto en su futuro?

El progreso como contexto de las recaídas

Como la significación atribuida a las recidivas depende del contexto en que

ocurren, es esencial que se establezca un nuevo contexto en el caso de las

recaídas, un contexto que no presente la recaída como un fracaso, como un

fenómeno de "retroceso". Considerar la recaída dentro del contexto de una

evolución de deterioro es alentar en los miembros de la familia el sentido de

que son "pasajeros" en la vida y una sensación de desesperanza; y es probable

que aumente la dependencia de la persona en cuanto a dosis mayores de

productos químicos, que contribuyen a aumentar la toxicidad y la docilidad, en

lugar de fortalecerla y mejorar su calidad del vida.

Al construir este nuevo contexto, el terapeuta afirma que, puesto que la

persona en cuestión ha estado confinada durante un tiempo considerable en el

estilo de vida de "sentirse arrinconada" y puesto que los otros miembros

de la familia han acompañado a la joven persona en este estilo de vida, no

sería sensato hacer esfuerzos desordenados para dar nuevas direcciones a sus

vidas. Como lo que cuenta en todo nuevo paso es, no su magnitud, sino la

dirección en que se da, el terapeuta incita a los miembros de la familia a que

den sólo pasos pequeños y que se atengan a un mínimo en cuanto al número

de cambios que se produzcan cada vez. Ningún miembro de la familia debe ser

alentado a ir demasiado lejos apoyándose en un solo pie hasta que éste se

haya hecho suficientemente fuerte para soportar su peso; antes es menester

asegurar cierto sentido de confianza y competencia para apoyar esos pasos.

Cuando dan nuevos pasos, a los miembros de la familia se les puede decir que

es probable que experimenten la influencia de ciertos hábitos propios del estilo

de vida de sentirse arrinconados, hábitos que perduran aun cuando ellos se

den cuenta de las nuevas posibilidades. Puede parecerles que los antiguos

hábitos están eclipsando los nuevos logros durante bastante tiempo antes de

Page 114: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

que se manifieste claramente que lo nuevo está eclipsando a lo viejo, de modo

que los progresos pueden experimentarse como dar "tres pasos adelante y dos

pasos atrás".

Dentro de este contexto de progreso, las recaídas pueden considerarse como

aspectos previsibles de la jornada que hace la persona hacia una

condición nueva y personalmente más adecuada. Esa j ornada puede

compararse con una migración en la que las recidivas son episodios

esporádicos o altibajos de la empresa. Alternativamente puede introducirse un

rito de pasaje (van Gennep,1960, Turner,1969), en el que la recaída y la

internación en el hospital se consideran fases preliminares, fases que son un

preludio a la reincorporación del yo en el seno de la familia y en un nuevo nivel

de funcionamiento personal. Cuando se produce la recaída, debe ponerse

énfasis en el contexto de progreso mediante preguntas. Las recaídas también

ofrecen al terapeuta la oportunidad de hacer preguntas que ayuden aún más a

los miembros de la familia a externalizar y a oponerse a las especificaciones

de la personalidad.

A veces es eficaz sugerir que cierto número de recaídas puede ser necesario

para que una persona llegue a su meta. Se incita a la persona-, a identificar

signos tempranos de recidiva a fin de que los altibajos puedan ser

estructurados antes de que los hechos ejerzan su presión y la fatiga los

imponga. Esos altibajos toman varias formas y pueden incluir medidas como

internación en un hospital. Si la persona tiene una historia de frecuentes y

múltiples internaciones generalmente precipitadas por crisis, puede

planificarse una serie de breves internaciones. Esta planificación se apoya en

la idea de que si es necesario cierto número de internaciones, luego es buena

idea hacerlas lo más pronto posible antes que tarde. Estas internaciones

planeadas son más breves y fortalecedoras que las internaciones obligadas.

Después de la primera serie de internaciones planificadas, se incita a la

persona a que haga pruebas para ampliar el tiempo que habrá de transcurrir

entre las futuras internaciones.

Page 115: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

Se puede sugerir a las familias que organicen una ceremonia inmediatamente

antes de toda internación programada, una ceremonia en la que se pongan de

relieve los recientes éxitos de la persona y se reconozca que ha llegado a una

etapa en su peregrinación en la que los altibajos son apropiados. Aun cuando

las familias no pongan en práctica esta sugestión, ella altera radicalmente el

marco de la internación hospitalaria, pues contrarresta la sensación de fracaso

y desesperación que los miembros de la familia experimentan con tanta

frecuencia en esos momentos.

Programa de sesiones, duración del contacto y medicación

Aunque en algunos casos las reacciones de los miembros de la familia a esta

manera de tratar a la persona son dramáticas desde el principio, en general

esta labor es relativamente de largo plazo por su naturaleza. En la fase inicial,

las sesiones terapéuticas se fijan con intervalos de dos a cuatro

98

99

semanas. Posteriormente, el intervalo entre las sesiones se aumenta a dos o

tres meses.

La programación de las sesiones regulares se realizan habitualmente para un

período de seis a dieciocho meses. La palabra terminación no es una expresión

apropiada de la cesación de sesiones regulares puesto que se incita

a las familias a asistir a nuevas entrevistas periódicas y se las insta a que

llamen por teléfono al terapeuta o fijen nuevas citas si sobrevienen crisis

difíciles, o si alguno de los miembros de la familia muestra preocupación por

los progresos.

A medida que los miembros de la familia tienen mayor influencia en sus vidas

y relaciones pueden experimentarse reducciones de la medicación.

Resumen

Estas notas han expuesto una perspectiva del fenómeno denominado

esquizofrenia y han ofrecido algunos ejemplos de un enfoque basado en esa

perspectiva, enfoque que según he comprobado resultó útil a las personas así

diagnosticadas y a los miembros de sus familias. Reseñas preliminares de este

Page 116: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

trabajo se han publicado en otra parte (Mackenzie y Robertson, 1985,

Mackenzie y Gara, 1986).

Ese modo de enfocar la cuestión reduce considerablemente la proporción de

recidivas y de días pasados en el hospital; además contribuye profundamente

a mejorar la calidad de vida. Las notas de ninguna manera abarcan todos los

aspectos de la cuestión, pues en este trabajo surgen continuamente diversas

contingencias que requieren una respuesta creativa por parte del terapeuta.

Como la esquizofrenia presenta una gran variedad de formas, diferentes

aspectos de este enfoque se han enfatizado con algunas familias más que con

otras. Por ejemplo, con aquellas familias en las que la persona en cuestión es

agresiva y en alto grado destructiva, resulta razonable que el terapeuta ponga

mayor énfasis en "el melodrama popular" entendido como metáfora de la

terapia.

Notas

1. He estado desarrollando este enfoque en los últimos siete años y durante

ese tiempo estuve asociado, en diferentes contextos, con varios colegas

interesados en la esquizofrenia. Entre estos colegas se contaban, al principio,

Andrew Wood y Malcolm

100

Robinson, diversos miembros del equipo de la Glenside Family Therapy Unit

durante los cinco años pasados, incluso los miembros actuales Jim Birch,

Lindsay Childs, Chris Grierson, Helga Jansons y Liz McKenzie, y los miembros

del Glenside Hospital Rehabilitation Family Therapy Group, incluso Fiona

Dawes, Barbara Robertson y Andrew Lamberth.

2. Y esto continúa ocurriendo ahora. Por ejemplo, véase la discusión de Birch

(1987) sobre la esquizofrenia en los medios.

3. Quisiera agradecer a Jane Chapman por haberme introducido en la obra de

Gellner.

4. Hay mucho más que decir sobre la teoría de los relatos personales. David

Epston ha estado desarrollando un enfoque único de la terapia basado en esta

teoría.

Page 117: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

5. Por supuesto, en muchos casos los miembros de la familia están cooperando

inadvertidamente con una caracterización de la persona que contribuye a que

ésta tome un estilo de vida de sentirse arrinconada, aun antes del diagnóstico

formal. Los diagnósticos de legos y profesionales refuerzan esta

caracterización.

6. Agradezco a Roy Fitzhenry haberme alertado acerca del grado de confianza

con que cuento sobre esto en mi trabajo con la esquizofrenia.

7. Jim Birch, al referirse al rito de separación practicado en las despedidas de

un viaje oceánico, ha sugerido la idea de "hacer ondear pañuelos" como una

metáfora de semejantes ceremonias.

Referencias bibliográficas

Barker, P. 1979: Basic Child Psychiatry. 3a ed. Gran Bretaña, Chaucer Press.

Bateson, G. 1972: Steps to an Ecology of Mind. Nueva York, Ballantine Books.

Bateson, G. 1980: Mind and Nature: A necessary unity. Nueva York, Bantam

Books. Birch, J. 1987: "Pasteur... now the bad news: towards the restoration of

traditional values

in the psychiatry of schizoprenia". Dulwich Centre Newsletter, Primavera.

Bleuler, E. 1950: Dementia Praecox or the Group of Schizophrenias. Nueva

York, International Universities Press.

Brown, G., Birley, J. y Wing. J. 1972: "The influence of family life on the course

of schizophrenic disorders: a replication". British Journal of Psychology,

121:241258.

Evans-Pritchard, E.E. 1976: Witchcraft, Oracles and Magic among the Azande.

Oxford, Clarendon Press.

Foucault, M. 1975: The Birth of the Clinic: An archaelogy of medical perception.

Nueva York, Random House.

Foucault, M. 1979: Discipline and Punish: The birth of the prison. Gran Bretaña,

Peregrine Books.

Gellner, E. 1975: Legitimation of Belief. Cambridge, Cambridge University

Press. Gergen, M. y Gergen, K. 1984: "The social construction of narrative

Page 118: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

accounts" en Gergen K. y Gergen M. (comps.) Historical Social Psychology. New

Jersey, Lawrence Erlbaum y Assoc.

Goffman, E. 1961: Asylums. Nueva York, Doubleday.

Mackenzie, L. y Roberston, B. 1985: "Family therapy in a psychiatric hospital".

Dulwich Centre Review.

Mackenzie, L. y Gara, A. 1986: "An uphill battle: wrestling back responsibility in

the psychiatric system". Case Studies, l(2):59-66.

Turner, V. 1969: The Ritual Process. Nueva York, Cornell University Press. 101

Van Gennep, A. 1960: Rites Of Passage. Chicago, University of Chicago Press.

White, M. 1986a: "Negative explanation, restraint and double descripción: a

template for family therapy", Family Process, 25(2):169-184.

White, M. 1986b: "Anorexia Nervosa: A cybernetic perspective", en J. Elka-

Harkaway (come.) Eating Disorders and Family Therapy. Nueva York, Aspen.

102

5 Una familia deja atrás los trastornos que la perturbaban*

En este caso las preguntas, los resúmenes y la metáfora se emplean para

externalizar el "trastorno" de un joven adolescente y para contrarrestar así la

descripción caracterológica de su familia. Preguntas complementarias

permiten describirla interacción que se genera

y otras preguntas plantean un dilema a los padres y al adolescente acerca de

su" interacción. Se describen también reuniones especiales en las que la

familia pasa revista a sus progresos.

John tenía doce años cuando asistió a la primera sesión bastante a

regañadientes, acompañado por sus padres, Ann y Harold. Ann y Harold hacía

ya mucho que estaban preocupados por la conducta de John. En la mayor

parte de los aspectos de la vida de éste habían comprobado que era un niño

díscolo y pendenciero, problemas que ellos habían tratado de resolver

apelando a varias ayudas. Me enteré de que varios "profesionales" habían

diagnosticado a John durante nueve años. Los numerosos diagnósticos que se

habían formulado iban desde la hiperactividad a la pereza. Ninguno de esos

Page 119: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

diagnósticos, por algunos de los cuales John habíarecibido medicación, dio

resultado y el problema había ido "de mal en peor".

Pregunté a Ami y a Harold en qué medida creían que John se encontraba ahora

bajo la influencia del problema que lo había aquejado tanto en su vida.

Esta fue la primera de una serie de preguntas y resúmenes que sirvieron para

apartar a John del problema al hacer que lo externalizara y lo objetivara. Todos

los diagnósticos que hasta entonces se le habían formulado indicaban un

problema interno del adolescente. Y esos diagnósticos reforzaban la

explicación de los padres según los cuales el problema era el resultado de

alguna característica innata de John; esto no les permitía ver la naturaleza de

la interacción o de la relación que tenía la dificultad. Bateson, después de

Moliére, compara semejantes explicaciones con el principio soporífero que

adormece la "facultad crítica" (1972) de uno. Bateson dice que (1980, pág.

14):

*Publicado en Case Studies, Vol. 1 N° 1, 1986

103

Los padres respondieron que John estaba bajo la influencia profunda de ese

problema y que hasta había tenido complicaciones con la policía; faltaba a la

escuela, se negaba a cooperar en todo, los insultaba de palabra y hasta los

amenazaba con violencia física. En respuesta a estos detalles, resumí los

hechos y comenté que, desde el punto de vista de Ann y Harold, la influencia

de aquel problema era extensa y deterioraba varios sectores de la vida de

John, tanto en la escuela como en el hogar. Los padres convinieron en que esa

era en efecto la situación.

Luego pregunté a Ann y a Harold qué efecto estaban ejerciendo en sus vidas

esos problemas y en la relación que mantenían entre ellos y con John.

Los padres replicaron que se sentían completamente agotados, que ya no

sabían qué hacer, que estaban preocupados y sentían frustración por todos los

fracasados intentos de superar la dificultad. Al cabo de otras preguntas que les

hice, Ann y Harold revelaron que "el trastorno" había causado dificultades

entre ellos, pues muy a menudo estaban en conflicto sobre la manera de tratar

Page 120: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

a John. Harold era partidario de una actitud ultrarrazonable y sensata en tanto

que Ann, impulsada por la culpabilidad que sentía por haber fracasado como

madre, tendía a fluctuar entre una actitud de impaciencia, por un lado, y una

actitud en la que se echaba la culpa y excusaba la conducta de John, por otro

lado.

Después de tomar cuidadosamente nota de esta información, pregunté a John

si se había dado cuenta de que sus padres estaban afligidos por aquella

situación y en qué medida pensaba que ese trastorno estaba influyendo en su

propia vida y en sus relaciones con sus padres.

104

la relación no es interna de la persona individual. Es insensato hablar de

"dependencia" o de "agresividad" o de "orgullo", etc. Todas estas palabras

tienen sus raíces en lo que ocurre entre personas, no en algo que esté en el

interior de la persona. Externalizar y objetivar el problema y situarlo como algo

que se da entre personas es el primer paso que hay que dar para llegar a una

definición del problema basado en la interacción y a una solución desde el

punto de vista de la interacción. Para un mayor análisis sobre este proceso,

véase White (1984-1985) y Durrant (1985).

"Hacer preguntas a las familias sobre el efecto que el problema tiene en las

relaciones de información acerca de cómo los miembros de la familia han

participado inadvertidamente en la perduración del problema. Según la teoría

cibernética, la circularidad es un fenómeno fundamental de todos los sistemas;

esa teoría sostiene que los sucesos de un sistema ejercen acción de

retroalimentación sobre sí mismos y que los efectos llegan a ser causas y las

causas llegan a ser efectos." (Bateson, 1972).

En este interrogatorio la metáfora del "trastorno", que había sido usada

primero por los padres, se utiliza ahora para reforzar más el proceso de

externalización y objetivación. Luego, esta metáfora se presta para sufrir un

sutil pero importante desplazamiento y convertirse en el adjetivo

"trastornado". Si bien algunas personas pueden no preocuparse

Page 121: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

particularmente por los problemas que experimentan (por ejemplo, John), todo

el mundo sabe que las personas trastornadas o perturbadas están afligidas.

A regañadientes John declaró que sus padres se preocupaban demasiado y lo

"regañaban y sermoneaban mortalmente". Cuando le pregunté cómo tomaba

aquella actitud, John contestó que "generalmente estallaba en cólera". Al

pedirle que estimara la eficacia de encarar los problemas,estallando así", me

dijo que suponía que esa estrategia no daba buenos resultados puesto que los

padres continuaban regañándolo cada vez más. A mi pregunta sobre qué

efecto tenía sobre él todo aquel trastorno, me contestó que le provocaba

malhumor. Volví a resumir la situación y declaré que, a mi juicio, el trastorno

había afectado profundamente a todos los miembros de la familia y sus

relaciones recíprocas, que determinaba el "desmoronamiento y decaimiento de

John" y que contribuía a aumentar el conflicto entre Ann y Harold sobre la

manera de tratar a John, pues Harold se atenía a una actitud ultrarrazonable,

en tanto que Ann se criticaba a sí misma y excusaba la conducta de John.

Siguiendo a Bateson (1978), es razonable suponer que la evolución de los

problemas de una familia tiene una dirección y afecta las relaciones. El

terapeuta puede llegar a una definición de los problemas basada en las

relaciones; constru yendo descripciones bilaterales o complementarias de la

interacción de los miembros de la familia con referencia al problema. Entonces

pueden derivarse preguntas complementarias para luchar contra la explicación

soporífera y ayudar a los miembros de la familia a hacer una descripción doble

o relacional del problema. Esta descripción doble es la fuente de nuevas

respuestas.

"La recepción de información de diferencias es esencial para la revelación de

nuevas ideas y para desatar nuevas respuestas y también para el

descubrimiento de nuevas soluciones. La recepción de información de

diferencias exige que los miembros de la familia perciban un contraste entre

dos descripciones o descripciones múltiples" (White, 1986a).

Una breve descripción complementaria de la interacción de John, Ann y Harold

con referencia al problema podría incluir los siguientes detalles:

Page 122: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

-en relación con el trastorno, el "estallido" y decaimiento de John incitan a sus

padres a protegerlo de las opiniones severas que ellos tienen y retirarse a una

actitud ultrarrazonable y de excusa.

105

-en relación con el trastorno, Harold y Ann se retiran a una actitud

untrarrazonable y de excusa que incita el "estallido" y decaimiento de John y

otras frágiles reacciones.

Varios hechos de esta descripción complementaria son evidentes en los

ejemplos de preguntas complementarias dados en este capítulo.

También he discutido la formulación de descripciones complementarias y el

desarrollo de preguntas complementarias en otro lugar (White, 1985a, 1986b).

Le dije a John que me interesaría saber si en tiempos recientes hubo algunos

casos en que hubiera logrado escapar a la influencia que tenía el trastorno en

su vida. ¿Recordaba algunas ocasiones en que hubiera resistido

a sus arrebatos de cólera y a su posterior abatimiento, ocasiones en que se

hubiera negado a contar con la actitud razonable de su padre y con las

excusas de su madre, para atenerse a su propia razón y capacidad y ser

responsable de sí mismo?

Las preguntas que piden a los miembros de la familia que identifiquen la

influencia que ellos tienen en la perduración del problema, representan una

segunda descripción de los hechos. Según Bateson, las condiciones de

descripciones dobles permiten hacer distinciones y esas distinciones

suministran fuentes de nuevas respuestas. En otro lugar, he llamado a este

proceso delineación de la influencia relativa"(White, 1986a, 1986b).

Como John no era capaz de identificar ninguna de esas ocasiones, pregunté a

los padres si podían ayudarme. Lamentablemente, a juicio de ellos, John había

aprovechado cualquier oportunidad para continuar con su conducta turbulenta

y ellos no tenían conocimiento de ninguna prueba de lo contrario. Expresé mi

sorpresa por lo que decían y observé que yo estaba en posesión de una prueba

definida de la capacidad de John para resistirse al problema y superar sus

arrebatos y abatimientos. Hice notar que, aunque John al principio de la sesión

Page 123: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

era presa de su malhumor, había reaccionado y había luchado contra él. Podía

haberse rendido fácilmente a su estado de ánimo y esto le hubiera impedido

responder a las preguntas e intervenir en la discusión. En cambio, había

superado el trastorno y había adoptado el partido de la cooperación. También

hice notar que John hubiera podido abrazar el partido contrario y encontrar

maneras para evitar asistir a la, sesión: por ejemplo, podía haber fingido

alguna enfermedad. Dije a John que su disposición a asistir a la entrevista y a

superar su estado de ánimo negativo me decía algo sobre sus recursos que yo,

de otra manera, no habría conocido. Aun cuando él no estuviera sorprendido

de descubrir que disponía de esos recursos, ¿le complacía por lo menos saber

que esos trastornos no habían

106

dominado por entero su vida? ¿Le complacía saber que una dirección negativa

de su vida no lo había debilitado excesivamente? John pareció más seguro de

sí mismo a causa de mis observaciones y preguntas y Ann y Harold recordaron

de pronto dos o tres ocasiones recientes en que John podía haber estallado en

sus arrebatos, pero había evitado hacerlo.

Pregunté a Ann y Harold si podían recordar casos en los que ellos hubieran

superado la influencia de ese trastorno, es decir, ocasiones en que no

disputaron por la manera de tratar a John. ¿Hubo alguna ocasión durante la

cual y ante los accesos de John, ellos rechazaron las incitaciones de éste para

que lo excusaran o adoptaran una actitud tranquila y razonable? Al cabo de

algunas preguntas más y con cierta ayuda de John, los padres recordaron una

serie de casos en que habían logrado evitar el trastorno. Con esta información

estuve en condiciones de hacer que los padres elaboraran algo más su

competencia frente al problema.

Al resumir de nuevo la situación dije que era evidente que durante muchos

años las vidas de John y de sus padres, y las relaciones que mantenían entre

sí, habían sido deterioradas por aquellos trastornos y que a pesar de que había

pruebas de que todavía poseían la capacidad de superar el problema, éste

estaba aumentando su dominio sobre todos ellos. Luego, con la ayuda de

Page 124: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

preguntas complementarias eliminé el factor temporal en la participación que

todos los miembros de la familia tenían en ese estilo de vida alterado.

Debido a los fenómenos de adaptación y de adicción, los miembros de la

familia habitualmente pasan por alto la dirección de la evolución de los

problemas, así como no se dan cuenta de su propia participación en esa

evolución. En tales circunstancias no pueden establecer distinciones entre el

estado de cosas en un determinado momento y un estado de cosas en otro

momento. La eliminación de lo temporal permite a los miembros de la familia

establecer esas distinciones acerca de su participación en este proceso

evolutivo en diferentes momentos y de, esta manera, contribuye a crear

condiciones para que surjan nuevas respuestas. El empleo progresivo de

metáforas de dirección en el curso de la entrevista ayuda a los miembros de la

familia a eliminar lo temporal; también ayudan a hacerlo las preguntas

complementarias relativas a la participación en el problema de los miembros

de la familia.

La siguiente es una muestra de las preguntas que se hicieron:

-Si tú continuaras sucumbiendo a estas perturbaciones, ¿de qué otras maneras

estallarías para mostrarte luego abatido e incitar así a tus padres a tratarte

como a una criatura "frágil"? ¿Qué otra cosa podrían hacer ellos para salvarte

de la aflicción que no fuera protegerte de sus severas opiniones?

107

-Si la vida de ustedes se perturbara aun más, ¿de qué manera un aumento de

la sensación de culpabilidad, incertidumbre e incongruencia incitaría a John a

entregarse a la responsabilidad de ustedes y colocar su futuro en sus manos?

-Si abrazaras un estilo de vida Perturbado, ¿cómo podrías incitar más a tus

padres a disputar entre sí? ¿Qué nuevas fronteras en su actitud ultrarrazonable

podría explorar tu padre y que otra cosa podrías hacer para provocar más el

sentimiento de culpa de tu madre?

Después de considerar estas preguntas dije que me sentía un tanto

desconcertado a causa de algunas incongruencias. Por un lado y por lo que

había dicho John, entendía que éste aspiraba profundamente a la independen

Page 125: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

cia y a la libertad y sin embargo, por otra parte, estaba dando a su vida un

sesgo lleno de perturbaciones. ¿Qué le parecía a John que le convenía más a

su carácter, ser una criatura frágil y dependiente o alguien independiente con

recursos y serena orientación?

Estas preguntas que plantean un dilema contribuyen aun más a crear las

condiciones para que se produzca el cambio, pues representan otras posibles

descripciones de la participación que tienen los miembros de la familia en el

problema. Una es una descripción de la acrecentada sumisión al estilo de vida

propio del problema, la otra es una descripción de lo que sería necesario para

combatir ese estilo de vida. Progresivamente, estas preguntas se hacen más

interactivas y ponen mayor énfasis en la descripción complementaria de la

interacción de los miembros de la familia en relación con el estilo de vida

propio del problema.

-¿Estaba John seguro de que la independencia convenía más a su carácter o se

sentía más atraído por un estilo perturbado?

-¿Había quedado tan debilitado por ese estilo de vida perturbado que ya no

creía que pudiera retroceder ahora y superar el trastorno o creía que aún

poseía los recursos necesarios para zafarse del problema?

-¿Todavía pensaba que necesitaba a sus padres para que lo salvaran de su

aflicción en momentos de alteración o creía que él mismo podría reaccionar y

dirigir su propia vida?

-¿Continuaría incitando a sus padres a que se preocuparan por él y se hicieran

cargo de su futuro o deseaba ocuparse él mismo de su futuro y dirigirlo?

También hice a Ann y Harold preguntas que planteaban un dilema para ellos

en relación con su futura participación en el problema:

-¿El hecho de haberse acostumbrado a un estilo de vida perturbado había

borrado en ellos todo deseo de superar la situación o todavía conservaban una

imagen de una vida libre de cuidados gbue quisieran abrazar?

108

-¿Aceptarían las incitaciones de John a ser razonables con él o insistiría en su

anterior actitud?

Page 126: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

Como resultado de estas preguntas que plantean dilemas, todos coinGi, dieron

en declarar que deseaban abandonar el estilo de vida perturbado. Les

pregunté qué ideas tenían para hacer efectiva esa solución. Ann y Haralq

dijeron que podrían tratar de ser más congruentes y no permitir que la

sensación de culpa los hiciera adoptar una actitud ultrarrazonable. Les díjl, que

me preguntaba si realmente estaban dispuestos a dar esos pasos y que Si no

lo estaban, John siempre insistiría en echarles la culpa de todo. John tenia

algunas ideas sobre cómo ser independientes en la vida y declaró que podría

habérselas con las opiniones severas de sus padres sin caer en arrebatos o eh

la depresión. También puse en tela de juicio que John estuviera pronto para

adoptar tal actitud y dije que si necesitaba apoyarse en sus padres, habría

probablemente multitud de oportunidades que todavía no había examinadp en

las que podría estallar en arrebatos y caer en el abatimiento. Luego sugeh que

se realizaran semanalmente reuniones especiales en las que pudiéramos

analizar los éxitos de sus experimentos contra esos trastornos.

Las entrevistas especiales exigen una reunión semanal de los miembros de la

familia. Estas reuniones se realizan para ayudar a los miembros de la familia a

estimar los progresos de su intención de escapar al trastorno y para consolidA,

la nueva posición. Las reuniones tienen una estructura formal y en ellas se

tomate notas y se redactan minutas. Después de cada reunión el niño o

adolescente envía por correo las minutas al terapeuta.

Me reuní con John, Ann y Harold en dos sesiones más. John superó

rápidamente el trastorno y sus padres ya no tuvieron que preocuparse por SU

vida. Sin embargo, les advertí que era posible una recaída.

Seis meses después, en la sesión destinada a verificar la evolución del

proceso, John me informó que se había zafado del trastorno y mencionó varios

casos en los que se había visto libre del problema de sus accesos de cólera y

su abatimiento. Ann y Harold dieron apoyo a estos comentarios y también me

suministraron detalles acerca las victorias que ellos mism05 habían obtenido

sobre aquellas perturbaciones. El comentario que hizo Harold al despedirse fue

que aquél era el caso de una familia que dejó atr4s los 109 trastornos.

Page 127: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

Referencias bibliográficas

Bateson, G. 1972: Steps to an Ecology of Mind. Nueva York, Ballantine Books.

Bateson, G. 1978: "The birth of a matrix or double-bind epistemology", en M.

Berger (come.) Beyond the Double Bind. Nueva York, Brunner/Mazel.

Bateson, G. 1980: Mind and Nature: A necessary unity. Nueva York, Bantam

Books. Durrant, M. 1985: "Bowling out fears: test victory for double

description". Dulwicá Centre Review, Adelaide, Australia del Sur.

White, M. 1983: "Anorexia nervosa: a transgenerational system perspective".

Family PrOcess, 22:255-273.

White, M. 1984: "Pseudo-encopresis: frota avalanche to victory, from vicious to

virtud cycles". Family Systems Medicine, 2, 2:150-160.

White, M. 1985a: Troblems of adolescence". Proccedings of the Sixth Australian

Family Therapy Conference. Melbourne, VAFT.

White, M. 1985b: "Fear busting and monster taming: an approach to the fears

of youq children". Dulwich Centre Review, Adelaide.

White, M. 1986a: "Negative explanation, restraint and double description: a

template fpr Fmly Terapy". Family Process, 25, 2:169-184.

6 Anorexia nerviosa Perspectiva cibernética*

Opera. Se advertía me presenté a Susan y a sus padres en la sala de e

inmediatamente que Susan sufría de anorexia nerviosa. Ef, extremadamente

delgada y padecía de hipotermia pues llevaba más ropa de 13 que

normalmente hubiera necesitado con esa temperatura. Pasé a mi gabinete con

Susan sin dejar de advertir su aprensión. Una vez sentados le pedí que me h3

Mata de sí misma.

hacía dos años

Con alguna resistencia me informó que tenía dieciséis años, Aue

que sufría de anorexia nerviosa y que todo el mundo pensaba que era flaca

pero dres Tom y Carol. que ella no compartía ese parecer. Luego se

presentaron sus p3 at. de una reciente Me manifestaron que aquella situación

era urgente y que a pe,ba ahora 32 kilos hospitalización, el peso de Susan

disminuía rápidamente. Pese le presentaba. Le y continuaba haciendo sus

Page 128: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

ejercicios en toda oportunidad que yecer sentada y sin dolía la espalda a causa

de su riguroso programa de peana i

acostarse. e que se sintieran Carol y Tom temían por su

vida. Era comprensib

,desesperados e impotentes.

d

Pregunté a Susan y a sus padres qué creían que habí-4 provocao aquel

Vroblema. Tom y Carol contestaron que todavía estaban complee confusos

ningún tn cuanto a determinar la causa. Anteriormente Susan no les rabía

dado emotYo de

n de los síntomas.

4lviéndpd mpreocupación y les había chocado la súbita aparici por qué

estaba e a Susan, le pregunté si era capaz de explic

rtan az de apreciar esa un mal que amenazaba su

vida aunque fuera inca Q

, w uns ue pensaba que era ocia. Me

respondió que no podía hacerlo. Luego dijo 4 ataba de aumentar y que ternía

que el acto de comer escapara a su control si t e dio una respuesta fkPeso. L

pregunté sise sentía culpable cuando comía y aquí nl

11fírtnva, Etr ese momento intervino Carol que le dijo a Susan que sus temores

nf tun lndados y la exhortó a ue viera ue así estaba acab,4ndo con su vida.

Sin previo aviso, Susan rom

11 pió en un estallido de cólera Macó a Carol por star si 0ue ella se sintiera

empre camorra" y le echó a Carol toda la culpa de tnisera yo creo..." Antes

que puClierlt aufn fia contra él. Luego

a compearrase, Su sa volvió toda suur

kNali Aspen Publishers ca, Und, 19gdo en J. Elka-

Harkaway (comp.) Eating Disorders

6 111

repentinamente rompió a llorar y manifestó remordimiento. Les dijo a Carol y a

Tom que lamentaba mucho causarles tantos problemas y preocuparlos tanto.

Page 129: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

Entre sollozos, Susan declaró que debía ser muy duro para ellos tener una hija

como la que tenían y que realmente no se merecían todos aquellos trastornos.

Susan dejó de llorar y se repuso. Le pregunté cómo se sentía y ella me

respondió "terriblemente". ¿Era lo que sentía algo parecido a la culpa?, Susan

declaró que así era. Pregunté si en esos momentos Susan se sentía como una

persona que desaparecía, que se hacía invisible, que se borraba a sí misma.

Susan replicó: "Sí, todo me parece mal".

Volviéndome a Carol y a Tom les dije que por experiencia sabía que, si bien los

padres tienen sus propias explicaciones privadas sobre la causa de la anorexia

nerviosa, generalmente eran muy reacios a revelar sus pensamientos. Les dije

que hasta conocía a madres que en secreto se culpaban a sí mismas por el

problema de su hija, que se tragaban esa versión deformada que tan a

menudo aparecía en publicaciones profesionales y populares, según la cual la

anorexia nerviosa es causada por madres entrometidas y despóticas. Carol

inmediatamente estalló en llanto y fue incapaz de hablar por algunos minutos.

Cuando recobró algo de su compostura dijo que "siempre había creído, no, no

creído, sino siempre había sabido" que ella tenía la culpa de todo. Invité a

Carol a que me ayudara a comprender cómo se las había arreglado durante los

pasados dos años para afrontar su desesperación y ese peso de culpabilidad,

cómo había logrado soportar la soledad que acompañaba esos secretos

pensamientos.

¿Había sentido algo así como estar desapareciendo? ¿Había deseado también

hacerse invisible?

Carol se puso a llorar de nuevo, luego al darme detalles de su experiencia me

manifestó que a veces se había sentido encolerizada y que, si bien sabía que

era un error alentar a Susan a que comiera, sencillamente no podía evitar

hacerlo. Le dije que me gustaría poder apreciar más su experiencia de los

últimos dos años. En este punto Susan exhibía un aspecto volcánico. Al

advertirlo, Tom procuró serenar la situación con un discurso racional sobre su

experiencia y la de Carol; vagamente aludió a algunos de sus fracasos como

padres y terminó exhortando a Susan a que mostrara más consideración por

Page 130: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

Carol. Luego el ciclo se repitió: Susan se mostró encolerizada y luego se

recriminó, Tom trató de serenar el ambiente por más que se sentía ineficaz y

Carol mostró una actitud afligida y defensiva.

En busca de una solución

Los terapeutas que han trabajado con familias en las que hay una hija que

sufre de anorexia nerviosa, están familiarizados con esos ciclos de

"culpabilidad/autocensura" que aparecen en el ejemplo arriba mencionado

de la interacción familiar. Esos ciclos son de carácter reiterado. Son ciclos

en los que cada miembro entra en interacción con referencia a ci creencias o

premisas sobre el problema; esas creencias inspiran soluc tentativas que no

aportan alivio. Los miembros de la familia no hacen "dar vueltas y vueltas

alrededor de lo mismo de conformidad con los términos de las antiguas

premisas". (Bateson, 1972, pág. 427)

Estas premisas establecen una interpretación soporífera del problema, una

interpretación en la que se explica el problema desde el punto de vista de la

impropiedad, la incompetencia, la imperfección y la deslealtad personales. El

fracaso de las soluciones intentadas (soluciones que exigen una conducta

"más correcta" y más leal) sirven tan sólo para reforzar esas premisas. Los

miembros de la familia atrapados en este "red de creencias" parecen

incapaces de reaccionar unos con otros de manera diferente. Evans-Pritchard

pinta vívidamente las consecuencias que tiene esa red de creencias en el

análisis que hace del sistema de creencias de la tribu azande:

"En esta red de creencias cada hilo depende de todos los demás, de manera

que un zande no puede salirse de sus mallas porque ése es el único mundo

que él conoce. Esa red no es una estructura externa en la que el hombre esté

encerrado. Es la estructura de su propio pensamiento y él no puede pensar

que ese pensamiento esté errado" (1937, pág. 194-195).

Los miembros de la familia se ven pues limitados en la búsqueda de otras

posibles soluciones y en su aplicación. Sienten que todo está mal, que ellos

están personalmente equivocados a pesar de los esfuerzos que hacen para

superar esta idea. Como consecuencia, "desaparecer" se presenta como una

Page 131: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

solución particularmente viable. Desde esta perspectiva, se pueden considerar

los síntomas de la anorexia nerviosa como los síntomas de una desaparición.

En un capítulo anterior, he discutido las implicaciones de considerarla anorexia

nerviosa dentro del contexto de rígidas e implícitas creencias de la familia.

(White, 1983)2. Sugería allí que ciertos aspectos de este sistema de creencias

determinaban una vulnerabilidad a la anorexia nerviosa en ciertas hijas, una

vulnerabilidad con frecuencia activada por la presión social de imágenes

idealizadas de las mujeres.

En este capítulo me propongo ampliar y extender el análisis del contexto de la

anorexia aplicando ciertas proposiciones de la teoría cibernética. También me

ocuparé de las implicaciones terapéuticas que tienen dichas proposiciones.113

Teoría cibernética

La teoría cibernética ofrece una metáfora del análisis de sucesos o

interacciones que se registran dentro de los sistemas. Los terapeutas

familiares emplean regularmente esta metáfora para considerar problemas

dentro de

contextos y para realizar intervenciones apropiadas. La explicación que da

Gregory Bateson (1972-1980) de la teoría cibernética es la más

frecuentemente mencionada por los terapeutas que tratan familias y ha

suministrado las bases de importantes innovaciones.; Esa teoría contiene

varias proposiciones interrelacionadas, algunas de las cuales he de discutir en

relación con la anorexia nerviosa y su tratamiento. En otro lugar (White, 1986),

he discutido también estas proposiciones y sus implicaciones.

La explicación negativa

"Consideramos qué otras posibilidades cabría concebir que se dieran y luego

nos preguntamos por qué muchas de esas posibilidades no se siguieron, pues

el suceso particular era uno de aquellos pocos que en realidad podrían haber

ocurrido" (Bateson, 1972, pág. 399).

La teoría cibernética establece una explicación negativa de los hechos que

ocurren en los sistemas. La explicación negativa exige que todos esos hechos

sean examinados con referencia a cierta limitación. Propone la teoría que los

Page 132: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

sucesos siguen su curso porque están limitados en relación con otros posibles

cursos.

La aplicación de la teoría cibernética a los hechos que se producen en las

familias determina una línea de indagación de esos sucesos que está en

marcado contraste con la línea de indagación informada por la explicación

positiva. La explicación positiva postula que los sucesos siguen su curso

porque están impulsados o propulsados en esa determinada dirección y

entonces se invocan conceptos de cantidades, de fuerzas y de impactos. Estos

son conceptos soporíferos cuando se los aplica a los sistemas vivos, pues dan

una explicación de los sucesos atendiendo a motivaciones, pulsiones, impulsos

y otras cualidades "internas".

En cambio, la explicación negativa plantea cuestiones como la de saber por

qué el suceso particular (por ejemplo, el desarrollo del problema o la solución

que intenta un miembro de la familia) era "uno de aquellos pocos que en

realidad podrían haber ocurrido". Esta línea de indagación supone una

curiosidad sobre lo que ha impedido a los miembros de la familia participar en

otras posibles interacciones o descubrir otras soluciones.

En la consideración de la anorexia nerviosa y en las soluciones que intentan los

miembros de la familia para resolver este problema, las diversas actitudes

posibles en la vida como la de "hacer buena figura", "aspirar a la

independencia", "autorrealizarse", "llegar a ser dueño de su propia persona" y

"madurar" son posibilidades que les resultan inaccesibles o insostenibles. De

manera que la línea de indagación) es la de una investigación de lo que ha

limitado las posibilidades de los miembros de la familia a participar en estas

otras posibilidades. Esta línea de indagación puede aplicarse al comienzo de la

terapia formulando preguntas cibernéticas. Aquí he puesto una muestra de

esas preguntas. Son preguntas que se pueden hacer a todos los miembros de

la familia.

- Después de considerar los hechos recientes, ahora es evidente para todos

nosotros que cada día hay menos de usted misma, físicamente a medida que

Page 133: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

pierde peso y mentalmente a medida que está más dominada por la

preocupación de la comida y por disminuir de peso.

¿Qué es lo que impulsa a una mpj-er joven a una actitud de "borrarse" y la

excluye de la posibilidad de dar a su vida una dirección de plenitud?

- Creo que todos nosotros tenemos análogo interés en saber qué puede

haberla empujado a usted a "desaparecer" en la fase misma de su desarrollo

en que estaba a punto de hacer una vigorosa aparición en la vida.

¿Qué piensa usted sobre el hecho de no haber experimentado que tiene

derecho a probar otros rumbos en la vida y de ver hasta qué punto se ajustan

a su carácter?

- Todos nosotros estamos muy curiosos de saber por qué una mujer joven se

siente confinada a la "invisibilidad,, cuando otras de su edad se sienten con

derecho a una gran visibilidad en todas las formas.

¿Podemos hablar un poco más de esto para intentar dar sentido a este

enigma?

He denominado "cibernéticas" a estas preguntas porque ellas exigen que los

miembros de la familia den aa explicación negativa de la anorexia nerviosa,

una explicación que se opone a la interpretación soporífera de los

hechos, interpretación que no hace sino perpetuar el problema. Esta linea de

indagación prepara el sistema terapéutico para que se puedan realizar

especulaciones más específicas sobre las limitaciones.

Las limitaciones

Al tratar la explicación negativa, Bateson postula varias categorías de

limitación. Esas categorías comprenden limitaciones relativas a 1) la econo

115

míade la energía, 2) la economía de otras posibilidades, 3) la retroalimentación

y 4) la redundancia (1972, pág. 403).

En mi análisis he de ocuparme sólo de las limitaciones de redundancia y las

limitaciones de la retroalimentación.

La redundancia

Page 134: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

"La imagen que tengo es mi agregación y organización de información sobre el

objeto percibido, información agregada e integrada según reglas de las cuales

no tengo conciencia. Puedo conocer algo sobre esas reglas pero no puedo

tener conciencia del proceso de su obrar" (Bateson, 1978, pág. 237).

Las limitaciones de la redundancia comprenden la urdimbre de supuestos,

premisas y expectativas que constituyen el mapa del mundo de una persona.

Bateson designó de varias maneras esta red a la que llamó "elementos

fundamentales", "matriz", "superficie", o "ideas programadas hard". Toda

descripción y explicación de sucesos deriva de la delineación de datos que

entran en el sistema (noticias de diferencias), es decir, en esa red. Los datos

se prueban en la red y sólo los datos que se ajustan a alguna regularidad o

pauta tienen significación para el ente receptor. En este sentido, la

redundancia es un sinónimo de pauta o significación que se da cuando

tenemos "información aquí sobre algo que está allá" (Bateson,1978, pág. 210),

cuando somos capaces de predecir totalidades "allá". Así las limitaciones de la

redundancia establecen reglas para seleccionarla información sobre los objetos

o sucesos percibidos. De esta manera, estas limitaciones establecen

restricciones sensoriales.

Al considerar las limitaciones de la redundancia en el caso de "respuestas

anoréxicas", me referiré separadamente al contexto social y al contexto del

rígido sistema de creencias implícitas de la familia. Reconozco que muchos

aspectos de esta división son falsos por cuanto ambos contextos participan de

la ideología del patriarcado y la reflejan.

1. Contexto social

Varias premisas que obran como limitaciones establecen estereotipos de los

sexos. De conformidad con esas premisas, una mujer sólo puede ser apreciada

por los demás y por ella misma si satisface ciertos criterios específicos y

limitados. Estas premisas se refuerzan recíprocamente y aquí mencionaré sólo

unas pocas.

Una de tales premisas es la de que si una mujer ha de ser apreciada, entonces

deberá mostrarse dependiente con exclusión de su propia persona

Page 135: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

lidad. La conducta que se ajusta a esta pauta implica sometimiento a la

autoridad de los hombres, renuncia de la autoridad propia en relación con el

concepto personal o en relación con su propia experiencia. La realización

emocional se logra mediante la conducta que procura cariño y cuidados a los

demás. Los deseos personales han de expresarse de manera indirecta.

Otra premisa es la de que para sentirse digna y valiosa, una mujer debe

atenerse a la significativa tendencia de los últimos veinte años enderezada a

un "ideal" de delgadez (Garner y Garfinkel, 1984). Según esta premisa, la

experiencia de una mujer de sentirse valiosa depende de hasta qué punto

pueda acercarse al ideal establecido. Y ese ideal está reforzado todos los días

en miles de maneras diferentes. Porejemplo, en mi ciudad hubo recientemente

una campaña de publicidad para carteras de mujeres. El cartel representaba a

mujeres jóvenes y muy delgadas que llevaban esas carteras y la leyenda

rezaba así: "La forma perfecta". No tengo duda de que, independientemente

de los efectos de la visión consciente, semejante publicidad produce un

refuerzo subliminal muy fuerte del "ideal".

Una tercera premisa es la de que si una mujer ha de colaborar debe

preocuparse por suministrar la alimentación correcta a otros, especialmente a

los miembros de su familia. La publicidad de los grandes medios de difusión

desempeña una parte muy significativa en este aspecto, pues dirige la mayor

parte de su adoctrinamiento sobre la alimentación a las mujeres. Un ejemplo

reciente fue la publicidad dada en televisión a una determinada marca de

margarina. La publicidad pintaba a una madre que lograba hacer una

contribución aceptable al adquirir la margarina adecuada para su marido e

hijos. Y el estribillo decía "A usted deberían felicitarla". También esta premisa

esta diariamente reforzada de mil maneras diferentes.

Las premisas que miden el valor de una mujer por su capacidad de ser

dependiente con exclusión de su personalidad, de expresarse indirectamente,

de ser delgada y estar preocupada por la alimentación, suministran un

contexto para la selección de la conducta anoréxica. Y aquí se genera una

insidiosa paradoja, una paradoja repetidamente reforzada de varias maneras:

Page 136: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

"descúbrete a ti misma perdiéndote" y "encuéntrate a ti misma

desapareciendo" Esto puede traducirse fácilmente en "realízate mediante la

anorexia nerviosa" y "sigue en la vida el estilo anoréxico". La conducta que no

se ajusta a estas premisas no tiene ninguna significación dentro del contexto

receptor y por lo tanto no puede ser aceptada; es decir, semejante conducta

no puede elegirse para que perdure.

Este análisis de las limitaciones da un carácter específico a las preguntas

cibernéticas. Las siguientes preguntas representan una pequeña muestra de

las opciones posibles. Estas preguntas constituyen (precedidas 117

por las preguntas más generales que ya se han hecho a los miembros de la

familia) una interpretación cibernética de la anorexia nerviosa:

-¿Conoce usted algunos ejemplos de la idea de que las mujeres deberían "ser

para los demás" antes que "para sí mismas"?

Según usted, ¿podrían esos ejemplos prestar apoyo al estilo de vida de

"borrarse" en el caso de las mujeres?

-¿Cómo esta historia del concepto de sometimiento de las mujeres influye en

una mujer para borrar su propia opinión?

¿De qué manera esto la excluye de aparecer en la vida?

-Si los medios de difusión logran engañar a una mujer de modo que crea que

sólo hace una contribución cuando está preocupada por la comida y el peso y

que sólo tiene valor cuando se atiene a una artificial "forma perfecta", ¿en qué

medida este estado de engaño le hace difícil a esa mujer sentir que tiene

derecho a dar su propio rumbo a su vida?

-Si una mujer lograra alcanzar esa empobrecedora "forma perfecta", ¿cree

usted que le sería más o menos posible apreciarse a sí misma?

-¿Cómo cree usted que están relacionadas una aspiración a la delgadez y una

aspiración a la invisibilidad?

¿De qué manera esas aspiraciones hacen intolerable la visibilidad de las

mujeres?

-¿Qué opciones específicas tendría en la vida una mujer que fue adoctrinada

con la idea de que "debe descubrirse a sí misma perdiéndose"?

Page 137: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

¿Hasta qué punto cree usted que ese adoctrinamiento dificultaría a una mujer

joven el reivindicarse?

2. Contexto familiar

Aunque todas las mujeres están sujetas a las premisas mencionadas, que

promueven empobrecedores estereotipos de su sexo, sólo un pequeño

porcentaje de ellas exhibe anorexia nerviosa. ¿Qué es lo que hace que algunas

mujeres sean más vulnerables que otras? Dije en otra ocasión que el rígido

sistema de creencias implícitas que tiene la familia da el contexto para que se

produzca esta vulnerabilidad (White, 1983). Decía entonces que esas creencias

eran transgeneracionales por su naturaleza y comprendían a) alta valoración

de la lealtad de los miembros de la familia entre sí y gran adhesión a la

tradición familiar, b) un papel específico prescrito para las hijas cuyo valor se

mide según el grado en que ellas manifiestan "ser para los demás" y c) un

gran énfasis en los términos soporíferos de la explicación y la descripción. La

hija que no satisface estos criterios tiene prescrita la experiencia de "sentirse"

culpable.

La proposición de que los aspectos del rígido sistema de creencias

implícitas de la familia producen un contexto que crea una vulnerabilidad a la

anorexia nerviosa en ciertas hijas, da mayor carácter específico a las

preguntas cibernéticas. Antes de hacer estas preguntas, el terapeuta sugiere

que podría ser eficaz indagar la manera en que algunas mujeres jóvenes son

más vulnerables que otras a un estilo de vida en el que se sienten vacías y

dependientes.

-¿Cree usted que las mujeres de su familia que estuvieron más preocupadas

por "ser para los demás" antes que por "ser para sí mismas", estaban

confinadas a un estilo de vida en el que se borraban a sí mismas y se sentían

con menos derecho a dar un rumbo más independiente a su vida?

-¿De qué manera se imagina usted que una acentuación de la lealtad y la

devoción impulsaría a una mujer a favorecer a los demás en lugar de

promoverse ella misma?

Page 138: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

-Al pasar revista a esta dramática historia de ciertas hijas que se rinden a los

dictados de la culpabilidad, ¿hasta qué punto cree usted que la fuerza de esa

historia heredada contrarresta el desarrollo de su propia historia con su propio

rumbo?

-¿Cómo obran los aspectos de esta tradición de lealtad que, según hemos

descubierto, crean un sentido de deuda con el pasado? ¿Y hasta qué punto el

hecho de estar usted vinculada con las generaciones pasadas, se opone a la

experiencia de sentirse con derecho a su propio futuro?

Análogas preguntas pueden elaborarse en lo que se refiere a las limitaciones

que tienen otros miembros de la familia, quienes habitualmente intentan

soluciones que no hacen sino perpetuar el problema.

La retroalimentación

"...la familia es un sistema cibernético... y generalmente cuando se da una

patología sistémica, los miembros se echan la culpa unos a otros o a veces a sí

mismos. Pero lo cierto es que cualquiera de estas dos posibilidades es

fundamentalmente arrogante. Ambas suponen que el ser humano ejerce un

poder total sobre el sistema del que él o ella es parte". (Bateson, 1972, pág.

438).

Según Bateson, la circularidad es un fenómeno fundamental de todos los

sistemas; "cabe esperar que los sucesos situados en cualquier posición del

circuito tengan efecto en todas las posiciones del circuito en momentos

posteriores" (Bateson 1972, pág. 404). La circularidad propone una

recursividad en todos los sistemas en que los sucesos ejercen una acción de

retroalimentación sobre sí mismos. Los circuitos recursivos "generan una

respuesta no fortuita a un suceso fortuito en aquella posición del circuito en

119

la que ocurrió el suceso fortuito" (Bateson, 1972, pág. 404). De esta

explicación deriva el concepto de retroalimentación, de retroalimentación

entendida como limitación. Esto sugiere que 1) todo cambio duradero de una

parte de un sistema debe ser complementario de los cambios producidos en el

Page 139: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

sistema mayor y que 2) esos cambios no son fortuitos, sino que tienen una

dirección y una relación.

La observación hecha por Bateson del cambio producido en una dirección

mientras trabajaba estudiando la tribu iatmul de Nueva Guinea (Bateson,1978)

fue lo que primero le llamó la atención sobre el fenómeno de

retroalimentación. A causa de esa observación, Bateson que ya se sentía

insatisfecho con las "palabras psicológicas unipolares" (1978, pág. 47), que

representaban una descripción de solo uno de los términos de una relación,

comenzó a reflexionar en esta circunstancia y realizó clasificaciones de los

procesos.

A diferencia de Weiner, que relacionaba la cibernética con el control, Bateson

empleó el término cibernética para describir sistemas de circuitos completos

(Bateson, 1978, pág. 52). Bateson creía que el empleo de la

palabra control no era feliz por cuanto establecía una propensión a señalar la

unidad inconveniente en el análisis de los sucesos. Sostenía Bateson que esta

idea sugería que una parte podía controlar el todo y que implicaba una

frontera artificial entre las partes, lo cual determinaba que no se reconocieran

los procesos de interacción en los sistemas "de pensamiento y acción" y

llevaba a premisas que oponían la especie a la especie y la especie al

ambiente; en suma, "una ecología de malas ideas" (Bateson,1972, pág. 484).

Decía Bateson que seleccionar la unidad inconveniente para examinarla

significaba dar una explicación soporífera de los hechos producidos en los

sistemas. Todas las descripciones de causas que invocan alguna caracterís tica

interna de una persona, como por ejemplo, la dependencia o la agresión,

suministran explicaciones soporíferas. Estos términos (dependencia o

agresión) tienen su origen en relaciones entre personas y esas relaciones son

anteriores a cualquiera de esos términos de descripción. Las nociones

soporíferas apartan la explicación del contexto de interacción y determinan

"un desatino muy grande que sólo oculta las preguntas reales" (Bateson, 1980,

pág. 147).

Page 140: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

En terapia es posible combatir la explicación soporífera, de modo que se

pueden hacer las "preguntas reales" si el terapeuta formula el problema de

una manera que ponga de relieve la naturaleza doble o multilateral de toda

descripción.

120

"Comúnmente hablamos como si una cosa pudiera tener alguna caracteristíca"

y así es como está hecho el lenguaje..., pero esta manera de pensar no es

suficientemente buena en la ciencia o en la epistemología. Para pensar

correctamente, es aconsejable esperar que todas las cualidades y atributos,

todos los adjetivos, etc., se refieran por lo menos a dos series de interacciones

desarrOlladas en el tiempo" (Bateson, 1970, pág. 67).

Este énfasis ayuda al terapeuta a elaborar descripciones complementarias de

los hechos producidos en la interacción familiar, descripciones que llevan a

hacer preguntas que exigen a los miembros de la familia elaborar

descripciones dobles de los sucesos. Después de la formulación de tales

preguntas, a los miembros de la familia se les hace difícil describir los hechos

relativos al problema sin invocar el concepto de circularidad.

Descripción complementaria e interrogación complementaria

Las mujeres jóvenes que padecen de anorexia nerviosa suelen delegar en

otros la responsabilidad de dirigir sus vidas. Con el tiempo se hacen cada vez

más dependientes y menos autónomas para planear su futuro, menos capaces

de alimentar sus propias esperanzas. Cuando aumenta la preocupación por la

comida y el peso, estas mujeres tiene mayor dificultad para identificar su

propia opinión sobre cualquier asunto. Si la libertad tiene que ver con la

decisión, estas mujeres experimentan creciente opresión a medida que toman

posesión de ellas los síntomas de la anorexia y las personas que las rodean.

En consecuencia, las personas que rodean a la mujer joven, particularmente

los padres, llegan a experimentar una superresponsabilidad por la vida de la

joven. Los padres intentan ejercer su autoridad con mayor vigor en cuanto al

futuro de su hija y cifran mayores esperanzas en ella. A medida que la joven se

preocupa más por la alimentación y el peso, otras personas son las que toman

Page 141: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

las decisiones en la mayor parte de los actos de su vida. A veces las madres

son particularmente propensas a participar con sus hijas en este modo de ser a

causa de que ellas mismas se sujetan al criterio de "ser para los demás".

Esta descripción complementaria constituye la base de una línea de

indagación que yo llamo "interrogación complementaria". Estas preguntas

exigen que los miembros de la familia deriven descripciones bilaterales y

circulares de los hechos. Hay que poner cuidado para que los miembros de la

familia entiendan que las incitaciones recíprocas a esta participación

complementaria son emitidas al acaso. 121

-Cuando acaricia menos esperanzas sobre usted misma, ¿cómo se explica que

esa actitud incite a sus padres a fortalecer sus esperanzas por usted? Cuando

la hija de ustedes acaricia menos esperanzas sobre sí misma, ¿cómo se

explican que esa actitud les haga concebir mayores esperanzas por ella? -A

medida que usted cuenta menos y ejerce menos influencia sobre su propia

vida, ¿cómo es que usted cuenta más para sus padres y los incita a ejercer

mayor influencia en la vida de usted?

A medida que la hija de ustedes cuenta menos y ejerce menos influencia sobre

su vida, ¿cómo es que esto hace que ella cuente más para ustedes y los incite

a ejercer mayor influencia en su vida?

-¿De qué manera el hecho de querer desaparecer usted de la vida incita a los

demás a hacer una aparición más vigorosa en su vida?

¿De qué manera la desaparición de la hija de ustedes los incita a hacer una

aparición más vigorosa en la vida de ella?

¿Hasta qué punto la renuncia de usted colocó su futuro en las manos de sus

padres?

¿Hasta qué ustedes?

-¿De qué manera el vacío que usted participar más plenamente en su vida?

¿De qué manera el vacío de la hija de plenamente en su vida?

-¿De qué manera su estado de dependencia incita a sus padres a apretarle las

clavijas?

Page 142: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

¿De qué manera el estado de dependencia de la hija de ustedes los incita a

apretarle las clavijas?

punto la renuncia de su hija colocó su futuro en las manos de experimenta

incita a sus padres a ustedes los incita a participar más

También se hacen preguntas complementarias que inviertan esta disposición:

-¿Cómo la vulnerabilidad a la culpa que ustedes sienten incita a su hija a darles

mayor responsabilidad por su vida?

¿Cómo la vulnerabilidad de sus padres a la culpa la incita a usted a darles

mayor responsabilidad en su vida?

Preparación y perduración de lo nuevo

La introducción de una perspectiva cibernética mediante esta indagación de

las limitaciones referentes a la redundancia y de las limitaciones referentes a

la retroalimentación, establece un nuevo "código" o contexto receptor que

permite recoger nuevas ideas dentro del sistema terapéutico. Al contribuir a

preparar el sistema terapéutico para seleccionar lo nuevo con

122

miras a hacerlo perdurar, las preguntas cibernéticas y complementarias

mismas provocan el cambio.

Además, puesto que las preguntas cibernéticas y complementarias llevan a

una explicación de la anorexia nerviosa opuesta a la explicación establecida

por la familia, estas preguntas crean condiciones para formular descripciones

dobles, condiciones que constituyen la fuente de nuevas respuestas de todas

clases. De esta manera la participación de los miembros de la familia es

susceptible de tomar otros rumbos posibles. Las preguntas cibernéticas y

complementarias pueden utilizarse también en otros métodos específicos para

crear contextos de descripción doble. Como en otro lugar (White, 1986) me

ocupé de esos métodos, sólo los trataré aquí brevemente.

Determinación de la influencia relativa

Después de determinar la influencia que tiene el problema en la vida de los

miembros de la familia, el terapeuta formula preguntas que exigen que dichos

miembros delineen la influencia que ellos mismos tienen en la perduración del

Page 143: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

problema (en la vida del problema), que señalen "hechos" que se opongan a

esa experiencia opresiva que les causa el problema. Esos son hechos que no

han tenido ninguna correspondencia con regularidades propias del contexto

receptor, de manera que los miembros de la familia no los han seleccionado

con miras a que perduren.

-Teniendo en cuenta la compulsión de usted a desaparecer, es realmente un

logro el hecho de que haya logrado mantener viva alguna esperanza sobre una

futura aparición en la vida y poder llegar a ser dueña de sí misma.

¿Cómo lo logró?

-A causa de la vulnerabilidad de ustedes a la culpabilidad, ¿de qué otras

maneras podrían haber incitado inadvertidamente a su hija a transferirles a

ustedes la responsabilidad de su vida?

En estos casos, ¿cómo lograron ustedes eludir los dictados de la culpa? -

Aunque de varias maneras usted haya estado incitando a otros a que le

aprieten las clavijas, no ha agotado del todo sus posibilidades ni ha llegado a

ser un títere.

Quizá podamos hablar un poco de esas posibilidades y sobre cómo pudo usted

evitar un completo derrumbe.

-Habiendo discutido otras maneras en que su hija pudo haberse entregado a la

tradición de lealtad de las hijas de su familia, ¿qué creen ustedes que le

permitió no verse totalmente abrumada por la culpabilidad?

¿Qué significa esto en lo tocante a futuras posibilidades?

123

El terapeuta puede eliminar la influencia de lo temporal en la participación de

los miembros de la familia tocante a la evolución del estilo de vida. Esa

evolución tiene una dirección y una relación. Suprimir lo temporal permite a los

miembros de la familia establecer distinciones cuando describen su

participación en diferentes puntos del tiempo y en este proceso evolutivo,

distinciones que de otra manera se habrían pasado por alto debido a los

fenómenos de adaptación y adicción.

Page 144: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

-Si usted acentuara más este estado de engaño y fuera ciego a la opresión que

siente, ¿qué esperanzas de ser dueña de su propia persona descartaría? -Si

ustedes dejaran que los dominara aún más esta tradición, ¿de qué maneras

creen que estarían más plenamente involucrados en la vida de su hija? ¿Cómo

podría corresponder esto a un estado más parcial de su hija? -Si su hija

continuara aumentando su deseo de desaparecer, ¿qué otras posibilidades

tendría ella de invitar a otras personas a que le aprieten las clavijas,

posibilidades que los incitarían a ustedes a hacer una aparición más vigorosa

en la vida de ella?

-Si usted se atuviera aún más a esa tradición familiar según la cual las hijas

han de ser para los demás y borrarse para sí mismas, ¿qué aspectos de la vida

de mujeres que han vivido antes podría usted imitar más plenamente?

Supresión del factor temporal

-¿Creen ustedes que deben someterse a la tradición y obligarse a aparecer

vigorosamente en la vida de su hija? ¿O creen que tienen derecho a dar apoyo

a aquello que los favorezca a ustedes y a su matrimonio?

-¿Creen ustedes que su hija debería limitarse a llevar una vida indirecta y a

continuar invitando a los demás a que le aprieten las clavijas? ¿O creen que su

hija tiene el derecho a una vida más directa y plena?

- ¿Le parece a usted que debería empeñarse en imitar o copiar un modelo del

pasado? ¿O cree que debería dar una nueva dirección a la historia de su vida?

Antes de dar fin al debate originado por estas preguntas se pueden hacer

especulaciones sobre las consecuencias del cambio mediante otras preguntas:

-¿Qué hechos y valores dados por descontados en nuestro mundo se

deterioranan, si mujeres jóvenes como la hija de ustedes se sintieran con

derecho a oponerse a la subordinación de las mujeres y quisieran atenerse a

su propia fuerza y competencia?

-¿Cómo cree que sus padres reaccionarían si usted se negara a incitarlos a

apretarle las clavijas?

Si sus padres llegaran a ocuparse menos de usted, ¿en qué otra cosa se

ocuparían en cambio?

Page 145: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

¿Qué otras esperanzas acariciarían sus padres?

-¿Cuáles cree que serían las consecuencias para la historia de su familia si

usted se lanzara a hacer su propia historia con rumbo propio?

¿Cómo cree que podría afrontar el sentimiento de culpa que usted

experimenta al reivindicarse a usted misma?

-Usted se sentirá culpable cuando se proponga comer y aumentar de peso

porque este empeño implica oponerse al estilo de vida de "ser para los

demás". Cuando se entrega usted a ese impulso, ¿cómo piensa que podrá

impedir que el sentimiento de culpa la haga volver atrás, a una vida vacía?

Experimentos y respuesta a las reacciones

El debate sobre los dilemas determina en los miembros de la familia una

disposición a lanzarse a experimentos que favorecen nuevos rumbos. La

mayor parte de estos experimentos son espontáneos. Son el resultado de la

recepción de noticias de diferencias, aunque también pueden estar más

explícitamente planeados. Estos experimentos comprenden a todos los

miembros de la familia de diferentes maneras y pueden ir desde la acción

directa (por ejemplo, denigrar o afear los carteles que muestran la "forma

perfecta") hasta dar pasos para desorganizar la interacción complementaria

alrededor de la anorexia nerviosa. Cuando la terapia entra en "su fase media",

el terapeuta evoluciona junto con los miembros de la familia y

Al plantear un dilema, el terapeuta ayuda a la formulación de dos elaboradas y

alternativas descripciones de la participación de los miembros de la familia en

el problema. Una de esas descripciones detalla los pasos que son necesarios

para acentuar el acatamiento a las limitaciones y para fomentar la

participación complementaria en la anorexia nerviosa. La otra descripción

detalla los pasos que serían necesarios para combatir las limitaciones y esa

participación complementaria alrededor de un estilo de vida negativo. Estas

descripciones se consideran una junto a la otra y entonces se incita a

cotejarlas. Los dilemas en lo referente a la participación de los miembros de la

familia y en relación con la anorexia nerviosa, pueden organizarse alrededor

de varios temas y oposiciones.

Page 146: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

Entonces pueden derivarse preguntas que promueven un debate sobre la

disposición al cambio.

-¿Cree usted que debería resignarse a una vida en la que tratara de borrarse o

cree que tiene derecho a un rumbo más amplio que le permita afirmarse?

124

125

El planteo de dilemas 125

selecciona hechos con miras ala perduración de nuevas respuestas. También

aquí es útil derivar preguntas:

-Ahora que ustedes mismos hacen su historia, es decir, ahora que asumen

¡atarea de escribir su propia historia en lugar de dejar que otros escriban la

antigua historia de ustedes, ¿en qué medida este hecho de hacer la propia

historia cambia su futuro respecto del futuro que se les había asignado?

Conclusión

Existe una considerable bibliografía que ofrece un amplio análisis de este

tema. Por ejemplo, se encontrará un análisis de la historia del sometimiento de

la opinión de las mujeres en Spender (1983) y en Rich (1977). Sobre un

análisis de la relación de la imagen "ideal" del cuerpo de las mujeres con el

patriarcado, véase Orbach (1978) y Chernin (1981).

7. La conducta de las mujeres que padecen de anorexia nerviosa es

considerada a menudo "manipuladora". Esta palabra se emplea en un sentido

despectivo y soporífero. Atendiendo al contexto de la anorexia nerviosa,

resulta más razonable designar esa conducta como "indirecta".

8. Según Bateson, las condiciones que admiten una descripción doble permiten

asimismo que los receptores hagan distinciones, y esas distinciones

representan una fuente de nuevas respuestas de todas clases.

La anterior discusión presentaba el análisis de la anorexia nerviosa en un

contexto que, según he comprobado, es sumamente eficaz en el

tratamientode este problema. Se trata de un análisis cibernético que pone de

relieve conceptos de limitación relativos a la redundancia y al

retroalimentación. Las implicancias terapéuticas de este análisis fueron

Page 147: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

examinadas poniendo fuerte énfasis en la elaboración de las "preguntas

reales". He sostenido que esas preguntas determinan una apreciación

cibernética de la anorexia nerviosa y he dicho que provocan nuevas

respuestas por parte de los miembros de la familia por cuanto ofrecen

condiciones para formular descripciones dobles y establecer un nuevo "código

en el contexto receptor".

Notas

1. Todas las explicaciones que proponen como causa alguna cualidad o

cantidad interna o la falta de ellas son, según Bateson (1972), explicaciones

soporíferas que adormecen nuestra "facultad crítica".

La relación no es interna de la persona individual. No tienen sentido hablar de

dependencia o de agresividad o de orgullo, etc. Todas estas palabras tienen

sus raíces en lo que ocurre entre personas, no en algo que esté en el interior

de la persona". (1980, pág. 147).

2. Sobre una segunda descripción de este contexto, véase "Reconstructing the

Familys Reality -The Struggle of a Young Anorectic Women and Her Familys

Way of Viewing the World". (Durrant, 1984)

3. Véase, por ejemplo, Selvini-Palazzoli y otros (1980).

4. Está bien establecida la práctica de formular preguntas que determinan una

apreciación de la "circularidad" y la "recursividad" en los sistemas. Véase por

ejemplo Selvini-Palazzoli y otros (1980) y Tomm (1986).

5. Debido a limitaciones de espacio, los ejemplos de preguntas que figuran en

este capítulo son de forma compleja. En la práctica, muchas de las preguntas

deberían fragmentarse, de manera que los ejemplos dados constituyen

muchas preguntas.

6. Debido a limitaciones de espacio, el análisis de este contexto será sumario.

126

Referencias bibliográficas

Bateson, G. 1972: Steps to an Ecology of Mind. Nueva York, Ballantine Books.

Bateson, G. 1978: "The birth of a matrix or double-bind epistemology" en M.

Berger (comp.) Beyond the Double Bind. Nueva York, Brunner/Mazel.

Page 148: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

Bateson, G. 1980: Mind and Nature: A necessary unity. Nueva York, Bantam

Books. Durrant, M. 1984: "Reconstructing the familys reality - the struggle of a

young anorectic woman and the familys way of viewing the world". Australian

Journal of Family Therapy, 5(2):93-99.

Evans-Pritchard, E.E. 1976: Witchcraft, Oracles and Magic among the Azande.

Oxford, Clarendon Press.

Garner, D.M. y Garfinkel, D.E. 1984: Handbook of Psychotherapy forAnorexia

Nervosa and Bulimia. Nueva York, Guilford Press.

Orbach, S. 1979: Fat is a Feminist Issue. Londres Hamlyn.

Selvini-Palazzoli, M.S., Boscolo, L., Cecchin, G. y Prata, G. 1980:

"Hypothesizingcircularity-neutrality: three guidelines for the conductor of the

session". Family Process, 19(1):3-12.

Spender, D. 1983: Women of Ideas: And what men have done to them. London,

Ark Paperbacks.

Tomm, K. 1986: "Reflexive Questioning: A generative mode of enquiry" (no

publicado). White, M. 1983: "Anorexia nervosa: a transgenerational system

perspective." Family Process, 22:255-273.

White, My1986: "Negative explanation, restraint and double description: a

template for family Terapy". Family Process, 25(2), 169-184.

127

El rito de inclusión Enfoque para el tratamiento

de la conducta extremadamente descontrolada de niños y adolescentes

púberes*

Este capítulo presenta un enfoque ritual para tratar la conducta

extremadamente descontrolada de niños y jóvenes que están en la primera

adolescencia, enfoque que utiliza el concepto de "time-in" como una metáfora

del tratamiento. En él se pone el acento en lo beneficiosa que resulta la

introducción de un nuevo "marco" en el cual se puede encuadrar la conducta

descontrolada; ese marco desbarata los habituales pero impotentes intentos

de los miembros de la familia destinados a encauzar esa conducta, intentos

que tanto refuerzan, el "time-out" [separación temporal] en las relaciones.

Page 149: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

Los detalles de este enfoque se describen dentro del contexto de las tres fases

del "rito de pasaje" señaladas por Van Gennep (1960).

con un proceso ritual.Epston me recordó la descripción que hizo Van Gennep

(1960) de ese tipo de rito, llamado "rito de pasaje", y que pone el acento en las

fases de separación, liminalidad y reincorporación y me sugirió que lo

rebautizara "Rito de Inclusión". La definición me pareció al mismo tiempo

intrigante y llamativa, de modo que acepté el título sugerido por Epston como

una descripción más adecuada de este enfoque.

El Rito de Inclusión contiene una fase de restricción física y posiblemente

algunos lectores se sientan un poco incómodos por este aspecto. Sin embargo,

quiero aclarar que, hecho como corresponde, el rito produce una sensación de

capacidad y fuerza en todos los miembros de la familia.

Aunque en la bibliografía aparecen otros enfoques que emplean la restricción

física (por ejemplo, Friedman y otros, 1978), éstos ponen el acento en la

determinación de un marco muy diferente para la conducta descontrolada;

además, no tienen en cuenta el Rito de Inclusión.

Las familias

El Rito de Inclusión es un enfoque destinado a tratar la conducta

extremadamente descontrolada de ciertos niños y jovencitos que atraviesan la

primera adolescencia, procedimiento que desarrollé durante varios años.

Aunque inicialmente bauticé este enfoque con el nombre de "Técnica de

tenencia firme", nunca me sentí completamente satisfecho con esa definición.

El enfoque implica mucho más que una técnica. Al utilizarlo y al enseñarlo,

siempre di gran importancia al desarrollo y la presentación de un nuevo marco

para la conducta descontrolada, un marco que permita tanto a los miembros

de la familia como al sistema de bienestar y salud, orientarse de un modo

diferente ante semejante conducta. Al analizar este trabajo y al observar las

vídeocintas de las sesiones mantenidas con las familias, lo que siempre se

presenta como el aspecto más importante, en cuanto al resultado benéfico a

largo plazo, es hasta qué punto los miembros de la familia fueron capaces de

"reenmarcar" la conducta descontrolada. Aplicado fuera del contexto de ese

Page 150: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

nuevo marco, estoy seguro de que el método que describo en este capítulo

puede resultar opresivo, por ello nunca quise aceptar consultas breves sobre

este enfoque.

Hace varios años, cuando estaba yo enseñando este método en un taller,

David Epston 1 creyó descubrir en él varios aspectos que podrían identificarlo

*Publicado en la Dulwich Centre Review, 1986

128

Cuando se sienten frustrados, los niños y adolescentes de las familias en las

cuales se desarrolló este rito, invariablemente presentan ataques de cólera,

con frecuencia se lanzan a una carrera de destrucción que incluye la rotura de

puertas y ventanas y la agresión física a los padres. Esos jovencitos parécen

tener graves dificultades para encontrarle una dirección constructiva a sus

vidas y muchas veces se sienten más atraídos por un "estilo de vida de

fracaso" que por un "estilo de vida de éxito". La reacción negativa que

normalmente tienen ante cualquier alabanza es uno de los muchos ejemplos

que podemos citar que apoyan esta conclusión. Es muy común que, a través

de los años, estos niños ya hayan recibido diagnósticos de lo más variados,

desde hiperactividad y conducta desordenada hasta sociopatía.

Muchas de estas familias habitualmente buscan la ayuda profesional a fin de

encauzar esta conducta descontrolada. Y la mayoría de ellas describe un

panorama en el cual el problema resistió todos los consejos recibidos. Aunque

los padres de tales familias generalmente están familiarizados con los

procedimientos "time-out" destinados a afrontar los problemas de conducta, es

habitual que nos informen que en realidad dichos procedimientos sólo sirvieron

para reforzar la conducta descontrolada y para provocar episodios adicionales

de conducta destructiva que pueden incluir la agresión física y el abandono del

hogar.

Las historias relatadas por las familias sugieren también que los

129

Page 151: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

repetidos intentos de afrontar el problema trasladando al niño a casas de

adopción, hospitales y otro tipo de instituciones sólo provocaron, a través del

tiempo, un fortalecimiento de la conducta descontrolada.

Al evaluar la experiencia de los niños y los padres de estas familias, aparece

como un rasgo común la sensación de "time-out" en las relaciones.

Generalmente, los padres dicen vivir una larga experiencia de rechazo por

parte del niño y pueden mencionar ejemplos muy tempranos de ese rechazo

en la vida del niño, ejemplos que van desde el rechazo al amamantamiento a

la dificultad, manifestada desde el comienzo, de los padres para "comprender"

al niño. Al profundizar esta cuestión del rechazo, normalmente se puede

determinar que los padres creen que el niño es completamente insensible,

incapaz de sentir un vínculo o cierto interés por el sufrimiento de sus padres.

Al relatar sus intentos fallidos por resolver el problema, los padres confiesan

que se sienten impotentes y que ya no saben más que hacer. Se sienten

perdidos y desamparados respecto de la conducta descontrolada. Muchos de

ellos revelan que, si bien por un lado experimentan un profundo sentimiento

de incapacidad y culpa, por el otro, sienten una gran irritación, pues perciben

que el niño es testarudo y tiene una intención negativa hacia ellos. En tales

circunstancias, no sólo el niño parece desvinculado de los padres, sino que

éstos mismos parecen distanciados entre sí y del niño y aislados de otros

padres que, según ellos suponen, se las arreglan muy bien con la tarea de criar

a sus hijos. Para los padres de un niño o niña de conducta descontrolada, la

supervivencia se plantea crudamente como una cuestión de "él (o ella) o

nosotros".

Cuando la versión que el niño o el adolescente tiene de su propia vida y de la

familia es accesible, nos enteramos de que experimenta algo similar respecto

de los demás miembros de la familia. Cree que es malo, se siente

desamparado, rechazado, impotente y desesperado. Está enojado a causa de

la "injusticia" en la que vive y hace responsables de ella a sus padres (y al

mundo); además está convencido de que los otros sienten animadversión por

él. Considera que los padres son obstinados y para él la supervivencia se

Page 152: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

convierte en una cuestión de "ellos o yo". Son jovencitos que están aislados, se

encuentran desorientaados y han perdido contacto con los demás. Parecen

incapaces de percibir lo que sienten los demás y, al mismo tiempo, creen que

los demás no perciben lo que ellos sienten.

Parece bastante evidente que las soluciones que se intentó dar al problema,

activadas por las posiciones de "él (o ella) o nosotros" y "ellos o yo", refuerzan

el "time-out" en las relaciones y acrecientan la idea de la

animadversión y la permanencia de la conducta descontrolada. A pesar de

todo esto, las familias parecen apremiadas por seguir intentando dichas

soluciones. Los miembros de la familia se sienten incapaces de abstenerse de

130

hacer lo que saben que resulta ineficaz. En algún otro lugar, empleé una

metáfora cibernética para explicar la perturbación que provocan tales

condiciones y al analizar su desarrollo me refería a una segunda cibernética y

a los círculos viciosos (White, 1984).

"Time-out" versus "time-in"

Este análisis del contexto en el que se da la conducta extremadamente

descontrolada de niños y adolescentes, me llevó a comprobar la eficacia de los

procedimientos "time-in". Creo que la elección del "time-in" como una

metáfora aplicable al tratamiento, se fortaleció por la impresión que tuve de

que una cantidad desproporcionada de los niños que me fueron derivados, al

iniciar el desarrollo de este procedimiento, tenían historias de separación de

sus familias, historias que con frecuencia incluían un desarrollo prematuro, o la

crianza en hogares ajenos o en instituciones.

Estas observaciones y un análisis cibernético del contexto en que se da la

conducta extremadamente descontrolada me aguijonearon para desarrollar el

enfoque que expongo en este capítulo y que incluye detalles de varias

comprobaciones quMice durante los últimos años, detalles que, según creo,

hacen que este método sea aun más confiable. Muchos de esos detalles

surgieron mediante un proceso de aprendizaje de prueba y error, por

descubrimientos hechos al participar con las familias en la aplicación de este

Page 153: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

enfoque. En este proceso de aprendizaje me resultaron particularmente

valiosos el análisis de entrevistas grabadas en vídeocintas y los posteriores

comentarios realizados por los miembros de la familia. Ahora, como rutina,

presento este método a las familias y a los profesionales del sistema de

bienestar y salud como el Rito de Inclusión. A fin de reforzar esta descripción

del enfoque y para facilitar la exposición, organicé este capítulo según las tres

fases en las que se desarrolla ese tipo de rito clasificado como "rito de pasaje".

Esas fases son: separación, liminalidad y reincorporación (Van Gennep. 1960;

Tumer, 1969).

La fase de separación

Durante la fase de separación, el terapeuta incita a los miembros de la familia

a elaborar juntos una nueva descripción del problema, que presente un marco

alternativo para la conducta descontrolada. Esta práctica desvía 131 a

los miembros de la familia de la definición que presentaron anteriormente del

problema y los aparta de los intentos que habitualmente hacen para

resolverlo, intentos que, en realidad, sólo agravan el problema. Esta es

también una etapa de unión, durante la cual el terapeuta formula preguntas

que ayudan a los miembros de la familia a expresar plenamente la opresión y

la desesperanza que experimentan. Al mismo tiempo, esas preguntas ayudan

al terapeuta a aproximarse a la comprensión de tales experiencias.

Las preguntas que llevan a los miembros de la familia a objetivar, externalizar

y hasta a personificar el problema son muy eficaces para que el miembro de la

familia y el terapeuta elaboren una nueva definición del problema, una

definición que se oponga a la construcción "deliberada" y sugiera en cambio

una construcción "no deliberada". En respuesta a tales preguntas los

miembros de la familia sienten que todos están juntos "en esto" y se apartan

de las soluciones asignadas por el "él/ella o nosotros" y el "ellos o yo".

En primer lugar averiguamos cuál es el término de referencia que usualmente

emplea la familia para describir la conducta descontrolada. Luego, les pedimos

a los miembros de la familia que nos expliquen detalla damente las diferentes

soluciones que se intentaron y a las que el problema resultó inmune y les

Page 154: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

pedimos que especifiquen hasta qué punto el problema influye en sus vidas y

en sus relaciones. Generalmente comienzo por pedir que me den detalles del

efecto que ejerce la conducta descontrolada en la vida actual del jovencito y el

efecto que suponen ejercerá en el futuro. En general, la información que surge

incluye detalles referentes a insensibilidad y, en respuesta, el terapeuta puede

pedir que se le den algunos ejemplos que constituyan la prueba más clara de

que el niño es incapaz de conmoverse y se halla desorientado. Una vez que se

establece hasta qué punto el niño/a está dominado/a "por los berrinches", el

terapeuta puede interrogar a los demás miembros qué efecto tiene en sus

propias vidas la conducta descontrolada del niño. ¿De qué modo esos

berrinches le impiden ponerse en contacto con el niño o la niña? ¿De qué

modo esos berrinches ejercen un efecto aislante en otros miembros de la

familia? ¿Cómo la opresión que provocan esos ataques de cólera va llevando a

la desesperanza y la desesperación? Puede luego mantenerse una

conversación centrada en las posibles consecuencias que tendría para todos,

el hecho de que esos berrinches se hicieran más frecuentes y el síndrome de

insensibilidad y de "pared de ladrillos" se acentuara.

Esta fase de separación incluye una parte en la que el terapeuta también incita

a los miembros de la familia a elaborar una segunda descripción que les

presente la posibilidad de escapar del estado de cosas que ha sido muy

opresivo para ellos. Luego puede llamarse la atención sobre el carácter

positivo de la idea de ir más allá del estado de cosas actual.

132

La elaboración de esta segunda descripción incluye la formulación de

preguntas que pongan de manifiesto la influencia que pueden tener los

miembros de la familia en la "vida" de la conducta descontrolada. Aunque

a los miembros de la familia les resulte difícil identificarlas, siempre hay

informaciones disponibles que contradicen la versión de que todo está perdido,

es decir, hechos que prueban que los berrinches del niño no han deteriorado

completamente las vidas y las relaciones de los miembros de la familia. Estas

Page 155: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

preguntas confirman la idea de que los miembros de la familia son capaces de

afrontar tales ataques de cólera.

Un buen comienzo puede ser recoger información sobre las ocasiones en que

el niño o la niña logró sobreponerse al arranque de ira, cuando en realidad

pudo sucumbir. Como al principio, los miembros de la familia no están

preparados para discernir y mencionar ejemplos de este tipo de ocasiones,

inicialmente el terapeuta deberá ir entresacando de toda la información, de

manera activa, esa nueva descripción. Por ejemplo, el terapeuta puede

manifestarse sorprendido por la capacidad que muestra el niño para desafiar al

berrinche y oponerse a su influencia al asistir a la entrevista. Además puede

agregar algunas observaciones sobre cómo un arranque de cólera podría

haber hecho fracasar la sesión si el niño se hubiera sometido a su presión.

También pueden destacarse las ocasiones en que los demás miembros de la

familia pudieron rehuir la influencia que habitualmente ejercen los berrinches

del niño o la niña en sus vidas y en sus relaciones. Por ejemplo, se les puede

preguntar a los padres cómo, en tales circunstancias, fueron capaces de

superar la desesperanza que les causan los arranques de cólera de su hijo y de

mantener viva la esperanza de que las cosas podían cambiar. Una vez que se

logra empezar a elaborar esta segunda descripción, generalmente los

miembros de la familia comienzan a mencionar ejemplos adicionales de cómo

pudieron escapar a la influencia de los berrinches del niño o la niña, ejemplos

que, al principio, no se les ocurrían.

Al yuxtaponer los conceptos de 1) "time-out" y "time-in", y 2) la opresión que

provocan los berrinches y la liberación de esa opresión, se les plantea a los

miembros de la familia un dilema. Luego, mediante preguntas, se busca

vincular estos temas entre sí. Por ejemplo: "¿Se siente usted más atraído por el

"time-ouC y la opresión causada por los berrinches o cree que el "time-in" y la

liberación se ajustan más a su personalidad?" Pueden agregarse más

preguntas con el fin de intensificar el dilema.

Generalmente, los miembros de la familia tienden a oponer el "timeout" y la

opresión que provocan los arranques de ira. En esta etapa, el

Page 156: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

133

terapeuta les informa lo que sabe de un enfoque que les permitirá estar mejor

comunicados unos con otros y que, por lo tanto, promoverá una mayor

sensibilidad hacia los pensamientos y los sentimientos de los demás, un

enfoque que los ayudará a escapar de la opresión que les provocan los

berrinches. Aunque todos los miembros de la familia han de experimentarlos

efectos benéficos del método, éste ha de ser particularmente útil para el niño

o la niña, pues lo ayudará a tomar decisiones en su vida y a elegir una

dirección más constructiva. Además, ha de permitirles a los miembros de la

familia oponerse a la penetrante influencia que tiene el "time-out" en las

relaciones, así como vencer la conducta descontrolada.

El terapeuta prepara pues a los miembros de la familia para la ruptura que ha

de acompañar a la transición o fase liminal. Se les dice a los padres que si

tienen éxito en el rito, no podrán fallar en la tarea de salvar el futuro del niño y

de recomponer las relaciones familiares. Sin embargo se les hace notar que no

pueden alcanzar el éxito a menos que estén dispuestos a enfrentarse con la

incomodidad y la ruptura que pueden aparecer asociadas al rito. Si los padres

minimizan la tarea que les toca o bien minimizan el grado de compromiso que

deben asumir, el rito no les será de ninguna utilidad.

La fase liminal

La fase liminal es un período de transición. Aunque al referirse a ella los

terapeutas y los miembros de la familia habitualmente la describan como "el

rito", en realidad es una etapa intermedia del rito, situada entre la separación

y la reincorporación. La fase liminal se estructura con el fin de provocar, por un

lado, la suspensión de la puntuación temporal usual de los sucesos (esto se

logra estableciendo un tiempo independiente del tiempo del reloj) y por el otro,

el apartamiento dela orientación habitual de los miembros de la familia

respecto de los sucesos. Como los miembros de la familia sienten gran

incertidumbre ante esta fase, es necesario suministrarles un "mapa" de las

experiencias probables que van a vivir. Ese rnapa les brinda información

anticipada de la probabilidad de una experiencia cargada de afecto que yo

Page 157: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

bauticé una "crisis de intimidad", seguida por una experiencia familiar que

podría definirse como,, un sentido de comunidad", un sentido de pertenencia

Hay una serie de detalles que son muy importantes para estructurar

correctamente la fase liminal. Detalles que se les presentan a los miembros de

la familia en forma de instrucciones y notas que ellos deben registrar.

Repetidas veces, al ser consultado sobre un ritos que no tuvo los resultados

deseados, descubrí que el fracaso podía atribuirse a que algunos de esos

detalles habían sido descuidados.

Instrucciones y notas

a) Los berrinches deben extinguirse espontáneamente. No hay que sofocarlos.

A fin de fortalecer esta idea puede ser útil que el terapeuta vuelva a hacer un

resumen de aquellas soluciones que se intentaron antes y que fracasaron.

b) El rito no tiene nada que ver con aquellas soluciones que fallaron, y no tiene

relación con el castigo, el razonamiento ni la medicación.

c) El tiempo, el esfuerzo y la perseverancia son elementos necesarios. El

terapeuta puede mencionar qué se les exigió a otras familias en ese sentido.

Hay que recalcar el hecho de que no hay opciones blandas y que la decisión

que tomen los padres será, o bien un gran esfuerzo durante un tiempo breve, o

bien una fatiga crónica a largo plazo.

d) Inmediatamente después de las sesiones iniciales ha de experimentarse una

mejora considerable en el estado de las cosas; luego, antes de que se alcance

un éxito más estable se presentará algún retroceso, una recaída que será una

prueba del prágreso.

e) Se exige la estructuración de un tiempo independiente del tiempo que

señalan los relojes. Se les pide a los padres que den los pasos necesarios para

evitar que el rito se mida según el tiempo que marca el reloj. Hay que evitar

toda referencia al tiempo transcurrido. Esto incluye relojes de pared, relojes

pulseras, radios, etc. Si el rito se realiza durante el día hay que cerrar las

persianas.

Page 158: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

f) Durante el rito no debe presentarse ningún tipo de interrupción. Habrá que

tomar medidas como desconectar el teléfono y si hay otros niños en la casa,

dejarlos al cuidado de alguien.

Para llevar adelante el rito se exige siempre la presencia de por lo menos dos

adultos. Preferiblemente estas personas deben ser los padres del niño y si no,

amigos de los padres o parientes interesados en el asunto. El rito nunca debe

iniciarse en presencia de uno solo de los padres. En el caso de que esté

disponible uno solo de los padres, por estar distanciado del otro, el terapeuta

hará los arreglos necesarios para estar él mismo presente durante el rito o, si

no puede hacerlo, conseguir un asistente social familiarizado con este enfoque

que acompañe a la familia.

h) Para los adultos será una experiencia difícil, de modo que habrá que

pedirles que se esfuerzen por apoyarse unos en otros. Se indican dos roles, el

del "insider" (el que ocupa la posición activa) y el del "outsider" (el que ocupa

la posición pasiva). Al "insider" se le pide que lleve a cabo la restricción física

del niño y al "outsider" que apoye y promueva la acción del "insider" y ayude a

ambos a elaborar los diferentes sentimientos que

g)

134

135

han de exPQrimentar. Los adultos pueden alternar los roles y ayudar a

mantener la restricción física.

i) No es necesario que se instituya el rito en el momento de uno de los

arranques de cólera. Por el contrario, se aconseja a los padres, que en

respuesta a los berrinches continúen haciendo lo que normalmente hacen. Los

arranques de ira se dan principalmente en presencia del más débil de los

padres y en esas ocasiones también los sentimientos de los padres se

exacerban. Tratar de realizar el rito en tales circunstancias sólo complicaría las

cosas. Sin embargo, los padres deben intentar aplicar el rito tantas veces

como se presente la conducta colérica. Siempre debe proyectarse la

realización de los ritos con anticipación y practicarlos en un momento en que

Page 159: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

los padres estén libres de otros compromisos. Si los berrinches son frecuentes

y la familia está muy ocupada, no será posible realizar el rito más de una o dos

veces por semana. Los padres pueden, en ese caso, agrupar una cantidad de

berrinches y tratarlos en un solo rito. Es necesario establecer que hay una

relación entre la cantidad de arranques de cólera y la cantidad de ritos, de

modo que el niño pueda asociar la disminución de los berrinches con la

disminución de la frecuencia de los ritos.

No deben evitarse las oportunidades de aplicar el rito. Se alienta a los padres a

provocar las condiciones que, según su experiencia pasada, ellos saben que

desatan un berrinche. Esta instrucción prescribe una postura de

"confrontación", opuesta a la postura de "evitación" que es la que

habitualmente adoptaron los padres anteriormente.

k) El rito no debe forzar a una intimidad, de manera negativa. Ni tampoco debe

resultar opresivo. Antes bien debe desencadenar una "crisis de intimidad" y los

padres podrán notar en el jovencito una tendencia a estar físicamente más

próximo, a buscar "experiencias de pertenencia". También observarán que, en

lugar de resultar oprimente, el rito provoca en el niño una mayor capacidad de

decisión responsable.

1) Si bien el rito debe proyectarse con

anticipación, no debe anunciársele al niño cuándo se ha de realizar.

m) Una vez iniciado, el rito debe llevarse a cabo completamente. Si los padres

no están seguros de querer completarlo, será mejor que no inicien este

método, puesto que desistir a mitad de camino sólo serviría para fortalecer el

sentimiento de opresión que provocan los berrinches y el "time-out" en las

relaciones.

n) No es necesario decirles a los padres cuándo concluye el rito ni cuándo

pueden suspender la restricción física. Intuitivamente, los padres saben

cuándo se ha completado el rito.

o) Debe proyectarse un pequeño "festejo" destinado a celebrar la conclusión

del rito, un festejo que pueda ser compartido por todos los participantes. p)

Page 160: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

Los miembros de la familia deben telefonear al terapeuta después del primer

rito a fin de que éste los ayude a procesar la experiencia.

j)

q) Después de haber realizado el primer rito, los padres deben llevar un diario

donde puedan asentar todos los cambios que vayan advirtiendo en la conducta

del niño o la niña y en las relaciones que mantienen con él/ ella. En la siguiente

entrevista, el terapeuta y los miembros de la familia analizan juntos ese diario.

Luego se les entrega a los padres un "mapa" de las etapas que probablemente

atraviese el niño. Se les aclara que se trata de un boceto muy general, que los

límites entre una fase y otra pueden desdibujarse y que es imposible hacer

predicciones exactas, pues no hay dos familias que tengan experiencias

idénticas durante una misma etapa. El terapeuta puede agregar otros

comentarios que acrecienten la atmósfera de incertidumbre y estimulación.

El mapa de las etapas

Realicé este mapa partiendo del análisis de las vídeocintas de procesos

rituales realizados en mi consultorio y de las informaciones aportadas por

miembros de las familias tratadas. En realidad, considero que estas etapas son

similares a las del duelo y quizás mi conocimiento del proceso de duelo, de

algún modo influyó en las observaciones que hice sobre este proceso ritual.

1) Calmada resignación. Esto no es algo apreciable en los niños muy

pequeños.

2) Regateo. Esto generalmente se traduce en

promesas de no volver a tener berrinches en el futuro.

3) Cólera. Esta puede ser volcánica o "a fuego lento" y, a veces, para

desencadenarla plenamente puede ser necesaria una provocación de los

padres.

4) Llanto.

5) Agotamiento/relajación.

Al iniciar el rito, es necesario informarle al niño que el objetivo es, no detener

una conducta particular, sino permitir que todos los miembros de la familia

escapen a la opresión que provocan los berrinches y puedan comu nicarse

Page 161: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

unos con otros y, sobre todo, ayudarlo a él o a ella a desarrollar la capacidad

de tomar decisiones responsables en la vida. Además, se les pide a todos los

miembros de la familia que hagan todo lo que los ayude a desahogar

plenamente sus sentimientos durante el rito.

A pesar de que los miembros de la familia seguramente han de manifestar una

creciente curiosidad por conocerla naturaleza exacta del rito, 137

el terapeuta debe negarse a descubrir los detalles del procedimiento físico

hasta que se hayan elaborado cabalmente todas las instrucciones y notas, así

como el mapa de las etapas. Una vez alcanzada la comprensión de todo ello, el

terapeuta sí brinda las instrucciones necesarias y demuestra cómo se

desarrolla el rito.

El jovencito debe sentarse entre las piernas de uno de los padres, sobre una

silla de cocina, cruzar los pies a la altura de los tobillos y cruzar los brazos

sobre el pecho. Se instruye al padre (o la madre) para que también cruce las

piernas a la altura de los tobillos, sobre los pies del niño y presionando

suavemente lleve los pies del niño hacia atrás bajo la silla. El padre (o la

madre) debe tomar luego las muñecas del niño o la niña y presionarlas suave

pero firmemente hacia atrás. Es conveniente colocar un cojín entre ambos a fin

de atenuar cualquier daño que pudiera hacerse el niño al echar la cabeza hacia

atrás.

Después de presentar la estructura de la fase liminal, el terapeuta debe

preguntarles a los miembros de la familia si abrigan alguna duda o alguna

reserva sobre cómo llevar a cabo el procedimiento. Cualquier inquietud que

surja deberá ser aclarada satisfactoriamente por el terapeuta antes de que

termine la entrevista.

La fase de reincorporación"

En la fase de reincorporación se destaca con énfasis el reconocimiento

explícito de que la familia alcanzó un nuevo estatus. Este reconocimiento

puede manifestarse de diferentes modos, incluso anunciándoles a diversas

personas significativas para la familia algunos detalles de la transformación y

el éxito. Esos detalles pueden incluir información sobre cómo mejoraron las

Page 162: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

vidas de los miembros de la familia gracias al hecho de poder estar mejor

comunicados unos con otros.

Se alienta a los miembros de la familia para que preparen con anticipación

esta etapa imaginando formas de hacer "nuevos anuncios" y/o ceremonias que

den a conocer la transformación a más personas. Esto hace que esas personas

significativas dejen de lado la "antigua imagen" de la familia y la reemplacen

por una "nueva imagen", de modo que los lleva a reforzar (y a contribuir de

otros modos a) la consolidación de los diferentes cambios.

También se les pide a los niños de la familia que se preparen para esta fase en

la que se observarán varios cambios visibles que significarán la instauración de

nuevos roles; se pondrá particularmente el acento en el nuevo

138

lugar que se le ha de asignar al niño o la niña. Esto puede incluir la

planificación de reordenamientos físicos, por ejemplo, los tiempos y lugares

establecidos para la comida y el sueño o los espacios de que se le permite

disponer al jovencito para que experimente en los nuevos niveles de

responsabilidad personal; espacios que permitirán reconocer, respetar y poner

a prueba la nueva capacidad del niño para decidir con responsabilidad.

Además, los padres deben hacer planes para acomodarse a su nueva

condición. Al quedar libres de la opresión que les provocaban los arranques de

cólera del niño, podrán elegir la nueva dirección que tomarán sus vidas y la

reorganización de sus relaciones con los demás, incluso con aquellos padres

por los que antes sentían aprensión a causa de la buena relación que éstos

tenían con sus hijos. Si no es un caso de padres separados, los planes incluirán

la decisión de "desempolvar" la relación de pareja. La crisis de intimidad que

produce el rito, generalmente los dispone a establecer una relación más

satisfactoria y sensible para ambos. En el caso de los padres que están solos,

los planes pueden incluir ideas relacionadas con desarrollar vínculos más

estrechos con miembros de la comunidad en la que viven.

Luego, durante varias sesiones el terapeuta y los miembros de la familia

analizan los progresos alcanzados. Durante este período el terapeuta ayuda a

Page 163: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

la familia a afrontar cualquier contingencia que pudiera aparecer y a elaborar

el mapa del progreso experimentado a través de las diferentes etapas, es

decir, a que puedan apreciar de manera más clara los logros alcanzados.

Conclusión

Este capítulo describe un procedimiento desarrollado por mí durante varios

años, destinado a tratar a niños y jóvenes (que atraviesan la primera

adolescencia) que tienen una conducta descontrolada. Descubrí que cuando se

logra reenmarcar con éxito la conducta descontrolada y entender los diversos

aspectos de esa conducta, invariablemente se obtiene un buen resultado. Este

mismo enfoque fue utilizado, con algunas variantes, por otros terapeutas en

otros contextos no analizados en este capítulo, por ejemplo, por equipos de

terapeutas que trabajan en internados para niños cuyos padres no estaban

disponibles para participar de la experiencia.

139

Reconocimiento

Agradezco a todos aquellos colegas que con su entusiasta respuesta me

alentaron a escribir este trabajo, particularmente a David Epston y, más

recientemente, a Carol Liske del Programa de Terapia Familiar de la

Universidad de Calgary que se tomó el trabajo de transcribir una entrevista de

presentación del Rito de Inclusión que realicé con una familia en 1986 en el

marco de ese programa.

White, M. 1984, "Pseudo-encopresis: from avalanche to victory, from vicious to

virtuous cycles". Family Systems Medicine, 2, 2, págs. 150-160.

White, M. 1986, "Negative explanation, restraint and double description: a

template for family therapy". Family Process, 25, 2, págs. 169-184.

Wolin, S. y Bennett, L. 1984, "Family rituals". Family Process, 23, 3, págs. 401-

420.

Notas

1. Terapeuta familiar del Leslie Centre de Auckland, Nueva Zelanda.

2. Con esto no quiero decir que los procedimientos "time-out" no sean eficaces

para tratar una gran cantidad de problemas de conducta.

Page 164: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

3. Esto no significa que los procedimientos "time-out" no sean lo indicado en

ciertos casos, ni que no puedan estructurarse de modo tal que conduzcan a un

buen resultado (véase Menses y Durrant, 1986).

4. Siempre hay que verificar la posibilidad de que el niño no esté sufriendo

algún tipo de abuso físico o sexual. Si se establece que ese es el caso,

inmediatamente deben tomarse las medidas adecuadas, antes de contemplar

siquiera la posibilidad de iniciar el Rito de Inclusión.

5. A los fines de este análisis emplearé la palabra "berrinche".

6. En otro lugar analicé esta etapa y la llamé la fase de la "influencia relativa"

de la terapia familiar (White, 1986).

7. Wolin y Bennett (1984) sostienen que los ritos pueden lograr en los

participantes un efecto de vinculación que dé como resultado un profundo

sentimiento de "identidad familiar".

8. Por una cuestión de conveniencia, me refiero a esta fase del método "el

rito". 9. Por ejemplo, "el primer rito con la familia Smith duró tres horas, el

segundo y el tercero se prolongaron por dos horas y media, el cuarto y el

quinto sólo una hora y media y el sexto únicamente cuarenta y cinco minutos,

etc..."

10. Sugiero a todos los terapeutas que proyecten adoptar este método, que

acompañen a varias familias durante el proceso ritual a fin de poder

desarrollar ellos también la propia conciencia de la experiencia.

11. También denominada fase de agregación.

Referencias bibliográficas

Friedman, R., Dreizen, K., Harris, L., Schoen, P. y Shulman, P. 1978: "Parent

power: a holding technique in the treatment of omnipotent children".

International Journal of Family Counselling, 6, 1, págs. 66-73.

Menses, G. y Durrant, M. 1986, "Contextual residential care". Dulwich Centre

Review. Turner, V. 1969, The Ritual Process, Nueva York, Cornell University

Press.

Van Gennep, A. 1960, Rites of Passage. Chicago, University of Chicago Press.

140

Page 165: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

Se analizan aquí los conceptos de explicación negativa, restricción y doble

descripción de Gregory Bateson. Atendiendo a estos conceptos se explican en

este capítulo las dificultades que con frecuencia tienen las familias para

descubrir nuevas soluciones a sus problemas. De todo ello surge un mapa

terapéutico que pone el acento en la contribución que puede hacer el

terapeuta para lograr un estado de "disposición" que permita descubrir nuevas

soluciones. También se examinan aquí los detalles de la participación que les

cabe tanto al terapeuta como a la familia en la tarea de afirmar tales

descubrimientos. Un enfoque del tratamiento del contexto en el que se

presentan los temores infantiles y la conducta obsesiva/compulsiva muestra

una de las aplicaciones de este esquema.

La teoría cibernética ofrece una explicación negativa de los sucesos que se

dan dentro de un sistema. De acuerdo con esta teoría, los sucesos toman un

determinado curso porque existe una restricción que les impide seguir otros

cursos. Bateson (1973) establece que "las restricciones de las que depende la

explicación cibernética, pueden considerarse, en todos los casos, factores que

determinan desigualdad de probabilidad" (págs. 399-400). Desde este punto

de vista, las interacciones habituales de una familia o la conducta específica de

los miembros de una familia, pueden explicarse mejor por la negativa,

analizando las diferentes clases de restricciones. Las interacciones, así como la

conducta, están determinadas exclusivamente por tales restricciones.

Las restricciones suelen tomar formas diferentes e incluyen una red de

supuestos, premisas y expectativas que conforman el "mapa del mundo" de

los miembros de una determinada familia y que establecen reglas para

seleccionar la información sobre los objetos o los sucesos percibidos, y por

consiguiente contribuyen a crear limitaciones sensoriales. Estas restricciones

operan principalmente en el nivel inconsciente.

142

Explicación negativa, restricción y doble descripción:

Un modelo de terapia familiar*

*Publicado en Family Process, vol. 25: 2, 1986

Page 166: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

Para mí, los dos hechos generales -primero, que no soy consciente del proceso

de elaboración de las imágenes que veo conscientemente, y, segundo, que en

ese proceso inconsciente empleo el conjunto completo de supuestos que

aparecen construidos en la imagen acabada- son el comienzo de la

epistemología empírica (Bateson, 1980, pág. 35).

Al establecer limitaciones sensoriales, las restricciones obran en relación con la

información sobre la diferencia. Bateson sostenía que la realización de

cualquier nuevo suceso en el "mundo viviente debe considerarse una

respuesta a la información sobre la diferencia. En este mundo, los receptores

responden (u obran en relación) a una diferencia o una distinción percibida.

Las distinciones son fundamentales, puesto que proporcionan la fuente de

todas las respuestas nuevas. El mundo viviente es un mundo en el que las

distinciones están trazadas, en el que la diferencia llega a ser una causa, "en

el que nada puede comprenderse hasta que no se invoquen las diferencias y

las distinciones" (Bateson, 1980, pág. 8).

Bateson sostiene que la energía que tiene el receptor para dar una respuesta

está allí, latente, disponible, aun antes de que se reciban las noticias de la

diferencia. Las ideas o las noticias de la diferencia desencadenan esa energía

que está disponible en el receptor. Esa distinción entre información sobre la

diferencia y energía secundaria sólo se manifiesta en condiciones en las cuales

la ausencia de un suceso dentro de un contexto específico desencadena una

respuesta.

Pero recuérdese que cero es diferente de uno y porque cero es diferente de

uno, el cero puede ser una causa en el mundo psicológico, el mundo de la

comunicación (Bateson, 1972, pág. 452).

De la infinita cantidad de distinciones que el receptor puede inferir de la

naturaleza, sólo unas pocas se transforman en ideas duraderas. Esa

permanencia exige una capacidad selectiva.

Y separar lo nuevo de lo fortuito... exige contar con algún tipo de mecanismo

selectivo que permita explicar la persistencia posterior de la nueva idea

(Bateson, 1980, pág. 49).

Page 167: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

La capacidad de seleccionar la información correspondiente a la diferencia y

de responder a ella depende en gran medida de las restricciones que sufra el

receptor, la red de supuestos4. Esa red suministra un mapa: el contexto que

permite recibir nueva información que le da sentido a lo percibido. Las noticias

(la información sobre la diferencia) de los sucesos que ocurren "ahí afuera" se

transforman en descripciones que cobran la forma de

143

palabras, cifras o imágenes y llegan a constituir "historias 15 mediante la

explicación. La explicación surge del esquema o la clasificación de esas

descripciones dentro de la red de supuestos. La supervivencia de las

novedades depende del modo en que se adapten a la red de supuestos. La

información que no tiene una significación en ese contexto "se olvida o se

desdibuja".

Para tener una significación -y hasta para que pueda reconocérsela como una

pauta- cada regularidad debe coincidir con otras regularidades

complementarias y quizás con algunas aptitudes, pero esas aptitudes son tan

evanescentes como las pautas mismas... En cierto sentido, el receptor debe

estar preparado para hacer el descubrimiento apropiado cuando éste se

presente (Bateson, 1980, pág. 51).

La selección de una novedad que pueda sobrevivir depende de la preparación

que tenga el receptor.

En suma, el curso de los sucesos en los sistemas vivientes está únicamente

determinado por las restricciones. Las restricciones obran en relación con la

información referente a la diferencia, en el sentido de que establecen

limitaciones sensoriales. Esas limitaciones sensoriales contribuyen a crear una

predisposición o un umbral para la percepción de las noticias sobre la

diferencia y, por consiguiente, determinan qué ideas seleccionamos de la

naturaleza. La energía necesaria para dar una respuesta es secundaria, ya

está disponible aun antes de que se reciba la nueva idea. Pero las restricciones

le limitan al receptor esa disposición o preparación que le permitiría responder

a ciertas diferencias o distinciones. Las restricciones limitan la capacidad que

Page 168: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

tiene el sistema de indagar mediante el método de prueba y error,

indispensable para descubrir las nuevas ideas y para impulsar las nuevas

respuestas.

Terapia: la disposición y la persistencia de las nuevas ideas

Para poder persistir, la novedad debe ser de una condición tal que dure más

que las otras opciones. Aquello que dura más entre las ondas de la casualidad

debe durar más que aquellas ondas que no duran tanto... La información

puede olvidarse o desdibujarse. Los libros de códigos pueden perderse. Los

mensajes dejan de ser mensajes cuando nadie puede leerlos (Bateson, 1980,

págs. 49-51).

Las familias que buscan ayuda terapéutica tienen problemas o malestares para

los cuales sus miembros fueron incapaces de encontrar soluciones. Al

investigar las soluciones intentadas por los miembros de la familia,

144

normalmente los terapeutas descubren que tales intentos sólo sirvieron para

perpetuar y reforzar los verdaderos problemas que ellos creían estar

resolviendo.

A pesar de que esas soluciones se mostraron ineficaces, son las mismas que

vuelven a intentarse una y otra vez. Aparentemente, los miembros de la

familia no tienen la capacidad de explorar una solución alternativa.

Al aplicar la explicación cibernética, este fenómeno adquiere sentido.

Habitualmente, los miembros de la familia aplican ciertas soluciones porque

hay alguna restricción que les impide descubrir otras soluciones diferentes. La

explicación cibernética sostiene que esos intentos de solución que

habitualmente se aplican, están determinados únicamente por ciertas

restricciones. Por consiguiente, el hecho de examinar las soluciones intentadas

antes puede suministrarle al terapeuta información sobre la cual poder

formular hipótesis referentes a tales restricciones. Ese examen brinda las

claves que permiten comprender la red de supuestos de la familia.

Las restricciones pueden adquirir distintas formas en las diferentes familias. Y

hasta pueden obrar en diferentes niveles. Tales restricciones establecen una

Page 169: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

predisposición o un umbral para la selección de la informa ción sobre la

diferencia y limitan la capacidad de la familia para emprender la necesaria

búsqueda de nuevas ideas, mediante el método de la prueba y el error, ideas

que podrían conducirlos al descubrimiento de nuevas soluciones. Las antiguas

ideas son resistentes; la nueva información se desdibuja.

A fin de ayudar a las familias que intentaron sin éxito descubrir nuevas

soluciones, el terapeuta se une a los miembros de la familia para formar el

sistema terapéutico, contribuye a establecer la buena disposición del sistema

mediante la introducción de un nuevo "libro de códigos" que permite elegir

nuevas ideas, determina las condiciones para elaborar una doble descripción

(a fin de que puedan hacerse nuevas distinciones) e interroga a los miembros

de la familia de un modo que contribuya a que las nuevas ideas perduren o

sobrevivan. Por consiguiente, el terapeuta ayuda a que las nuevas ideas

ondeen más tiempo que las antiguas ideas. En esta terapia, el terapeuta

participa en la creación de un contexto que impulse a la aventura y el

descubrimiento.

Un nuevo libro de códigos

A fin de obtener los beneficios de la estabilidad, ellos pagan el precio de la

rigidez, viviendo, como debe hacerlo todo ser humano, en una enorme y

compleja red de

145

El terapeuta contribuye a crear la buena disposición del sistema terapéutico

mediante la introducción de un nuevo libro de códigos que establezca

contradicciones y provoque un "relajamiento" de la red de supuestos de la

familia. Por consiguiente, participa de la creación de un contexto que

contribuye a que el sistema terapéutico sea capaz de responder a la nueva

información, esté dispuesto a seleccionar "componentes de lo casual" y

transformarlos en descubrimientos.

El terapeuta presenta este libro de códigos tanto implícita como

explícitamente a medida que organiza la participación de los miembros de la

familia en una cosmovisión cibernética" (como se detalla en el análisis

Page 170: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

posterior) e introduce premisas específicas referentes a la perpetuación de los

problemas que preocupan a los miembros de la familia. Esas premisas llegan a

ser parte del "mecanismo selectivo" del sistema que "explica la persistencia

posterior de la nueva idea" (Bateson, 1980, pág. 49).

La doble descripción

La modalidad de la indagación es algo evidente para mí y podría llamarse el

método de comparación doble o múltiple (Bateson, 1980, pág. 97).

La recepción de las noticias sobre la diferencia es una parte esencial de la

revelación de nuevas ideas y de la generación de nuevas respuestas que

permitan descubrir las nuevas soluciones. Para que esa recepción de las

noticias sobre la diferencia sea posible, los miembros de la familia deben

percibir un contraste entre dos o más descripciones. El terapeuta contribuye a

que la familia perciba tales contrastes trabajando en el desarrollo de

descripciones dobles o múltiples de ciertos sucesos, mostrándoles a los

miembros de la familia tales descripciones, una junto a otra, e invitándolos a

señalar las diferencias entre esas descripciones". Todo esto suministra noticias

de la "diferencia que hace una diferencia" (Bateson,1980, pág. 453).

Los terapeutas pueden contribuir de innumerables maneras a crear junto con

las familias un contexto que aliente la doble descripción". Durante el siguiente

análisis presentaré varios métodos que me resultaron útiles. Aunque yo

presente estos métodos en una secuencia de la que puede derivarse un mapa

para la terapia, todos ellos contribuyen a seleccionar y a hacer perdurar las

nuevas ideas dentro del sistema terapéutico. He puesto a cada método un

nombre que le resulte familiar a la mayor parte de los terapeutas

146

supuestoy que se apoyan mutuamente... El cambio exige diferentes tipos de

relajamiento o de contradicción dentro del sistema de supuestos (Bateson,

1980, págs. 15$_159).

familiares, pero quizás la descripción y la explicación de los métodos pueden

resultar novedosas.

La influencia relativa

Page 171: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

En principio, cabe esperar que se dé una "descripción" suplementaria en cierto

sentido metafórico, siempre que la información necesaria para elaborar las dos

descripciones se haya recogido o codificado de manera diferente (Bateson,

1980, pág. 79).

La Influencia Relativa exige que se establezcan dos descripciones codificadas

de manera diferente. Generalmente, en una de esas descripciones los sucesos

están codificados de acuerdo con la red de supuestos familiares preexistentes

y, en la otra, los sucesos están codificados de acuerdo con las premisas

promovidas por el terapeuta. Primero el terapeuta traza un mapa de la

extensión de la influencia que ejerce el problema en las vidas de los miembros

de la familia. Les pide entonces a éstos que suministren toda la información

que pueda ayudar al terapeuta a comprender cómo experimentan ellos el

problema. Esa información debe incluir una descripción de hasta qué punto el

problema estuvo ejerciendo su dominio sobre el miembro sintomático de la

familia. El terapeuta les solicita a los miembros de la familia que no le ahorren

detalles y se opone a todos los intentos que éstos hagan de minimizar o

subestimar la angustiante influencia que ejerce el problema en sus vidas. El

hecho de hacer el mapa de la influencia que el problema ejerce en las vidas de

los miembros de la familia, suele suscitarles ideas de incompetencia,

desesperanza e incapacidad y ésta es una información que generalmente se

obtiene "de manera natural".

El terapeuta traza luego el mapa de la influencia que ejercen los miembros de

la familia en la "vida" del problema, indagando hasta qué punto ellos fueron

capaces de oponerse a la opresión que ejercía el problema sobre sus vidas. A

fin de que los miembros de la familia puedan obtener y brindar esta

información, el terapeuta les solicita que evoquen ideas de competencia y

capacidad. Como los miembros de la familia han estado durante largo tiempo

sometidos por el problema, tienen dificultades para hacer un inventario de las

ocasiones en las que ejercieron su influencia en la "vida" del problema.

Generalmente éste es un proceso que se da de manera "no natural". Es

necesario que el terapeuta los ayude a seleccionar esas nuevas ideas,

Page 172: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

insistiendo con el argumento de que necesita que los miembros de la familia lo

ayuden a comprender cómo, en las circunstancias en que les toca vivir,

lograron conservar algún poder de decisión en sus vidas y cómo fueron

capaces de evitar el eclipse total".

147

A fin de ir elaborando ese inventario es útil formular preguntas como la

siguiente: "¿Cómo pudo usted evitar cometer ciertos errores que, según me

indica mi experiencia con familias que sufrían problemas similares, usted podía

haber cometido?" El terapeuta también puede mostrarse sorprendido de que

las cosas no hayan marchado aun peor.

Pueden formularse preguntas adecuadas aun en situaciones en las que el

problema ejerce una gran influencia. Por ejemplo, un joven (un paciente

retrasado) fue capaz de establecer que había influido un 3 % en la "vida" del

problema, cuando le pregunté cómo pudo apagar su propio cigarrillo.

tuvieran que someterse a las restricciones identificadas y trataran de ampliar

ciertas tendencias "en el estilo de vida dominado por el problema". El

terapeuta puede pedirles pues a los miembros de la familia que demuestren su

inventiva y puede unirse a ellos para tratar de enumerar las "piedras que aun

no fueron removidas" del camino. Esa descripción es una versión exagerada de

la participación que inadvertidamente tienen los miembros de la familia en la

perpetuación del problema.

Plantear dilemas

Destacar el tiempo

...por lo menos son necesarias dos cosas para crear una diferencia (Bateson,

1980, pág. 76).

Generalmente los problemas se presentan en las familias dentro del contexto

de una tendencia por la cual el problema ha ido influyendo cada vez más a

través del tiempo. Esas tendencias, en general, son imperceptibles y ese es el

resultado del fenómeno de acomodación. Dentro de ese contexto, los

miembros de la familia se adaptan cada vez más y sin advertirlo a la presencia

del problema. Por consiguiente, las familias se habitúan y sus miembros no se

Page 173: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

dan cuenta de que están participando del problema y sustentándolo cada vez

más.

El terapeuta sitúa el problema dentro del contexto de una tendencia y le

asigna a esa tendencia un nuevo valor al alentar a los miembros de la familia a

marcar distinciones entre el "estado de cosas" en un determinado momento

y el "estado de cosas" en otro momento. Para facilitar esta tarea hay que

presentar un lenguaje "temporal" 16. Las descripciones se aplican a las

tendencias de una manera que (al implicar el pasado y predecir el futuro)

destaque la acción del tiempo sobre esas tendencias. En esas descripciones

pueden incluirse términos tales como "carrera", "estilo de vida", "el curso de la

vida". El terapeuta puede ayudar a los miembros de la familia a hacer un mapa

del problema dentro de la tendencia, incitándolos a señalar distinciones sobre

la participación que cada uno tuvo anteriormente en el problema, la que tiene

en el presente y la que supone tendrá en el futuro.

Pueden acrecentarse las distinciones entre el estado presente de las cosas y el

estado futuro, mediante una detallada discusión sobre el tipo de participación

que sería necesaria si los miembros de la familia y el terapeuta

148

...las cosas experimentan cambios drásticos, pero nos acostumbramos al

nuevo estado de cosas antes de que nuestros sentidos puedan señalarnos que

se trata de algo nuevo... No es una cuestión trivial el hecho de que casi no nos

demos cuenta de las tendencias en nuestros cambios de estado(Bateson,

1980, págs. 108-109).

Plantear dilemas ha llegado a ser una práctica ampliamente empleada en la

terapia familiar. El terapeuta le plantea dilemas a la familia y, de ese modo,

sugiere que los miembros de la familia se encuentran en una encruci jada, que

deben tomar alguna decisión respecto de los posibles cursos que han de

seguir. La razón para presentar dilemas es con frecuencia la idea de que existe

un proyecto para crear un vínculo terapéutico. Una explicación alternativa del

valor que tiene el hecho de plantear dilemas es que éstos establecen las

condiciones para elaborar una doble descripción. El terapeuta y los miembros

Page 174: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

de la familia tratan de establecer dos descripciones de la participación mutua

de todos ellos en las diferentes carreras o estilos de vida. Estas descripciones

presentadas una junto a la otra, les permiten a los miembros de la familia

señalar nuevas distinciones.

Generalmente, los dilemas que se plantean están relacionados con la

participación que les cabe a los miembros de la familia y al terapeuta en los

estilos de vida y en las restricciones que se identificaron durante la terapia.

Además de los detalles ya establecidos sobre lo que será necesario en el futuro

para seguir participando en el estilo de vida del problema (opción

conservadora), se desarrolla una descripción del tipo de participación que

tendrán que tener los miembros de la familia y el terapeuta para oponerse con

éxito al estilo de vida dominado por el problema y a las restricciones asociadas

a él (opción radical). Luego, el terapeuta alienta a la familia a debatir sobre las

dos opciones. ¿Los miembros de la familia deben continuar participando del

modo habitual -modo minado por las restricciones- o deben comenzar de

nuevo y elaborar una nueva fórmula para interrelacionarse. El terapeuta

simula adoptar una posición neutral y da argumentos a favor y en contra de

las dos opciones". El terapeuta, ¿debe hacer descender las esperanzas de los

miembros de la familia hasta el nivel del estilo de vida problemático o debe

149

ayudar a elevar el estilo de vida de los miembros de la familia hasta el nivel de

sus esperanzas?

Predicción de la resaca

Antes de que los miembros de la familia resuelvan el debate sobre las

opciones radical y conservadora, el terapeuta puede poner sobre el tapete la

cuestión de las consecuencias del cambio y pronosticar una "resaca" en el

caso de que se adopte la opción radical. Discutir esta cuestión le suministra a

la familia información adicional sobre la propia aclimatación al estilo de vida

dominado por el problema, pone el acento en la distinción entre la opción

radical y la opción conservadora y permite trazar un mapa de la posible

experiencia de confusión y malestar que puede sufrir la familia si decide salir a

Page 175: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

buscar la solución alternativa. El terapeuta identifica aquello contra lo que

deberán luchar los miembros de la familia si deciden oponerse a las maneras

habituales de participar recíprocamente en el problema. Esto puede incluirla

mención específica de las restricciones identificadas anteriormente. El

terapeuta alienta a los miembros de la familia para que éstos aprecien

plenamente esos obstáculos como pasos hacia un cambio positivo. Cualquier

intento de tomar una nueva dirección sin comprender y considerar plenamente

las dificultades que implica, puede hacer que la familia no obtenga la

necesaria preparación para afrontar la angustia que probablemente se

presente. Seguir imprudentemente un nuevo curso equivaldría a restarle

significación a esa salida del antiguo estado de cosas.

Identificamos esa "angustia anunciada" como una "resaca". Las resacas

pueden sabotear cualquier intento de solución. Los miembros de una familia

que "sufrieron la influencia" o se "hicieron adictos" a determinados estilos de

vida o "carreras" durante un tiempo considerable, pueden esperar que se

presente esa "resaca" que se manifiesta en diferentes grados de confusión y

malestar precisamente cuando las personas intentan oponerse a los viejos

hábitos y embarcarse en un nuevo rumbo. Los miembros de la familia, ¿deben

luchar por el cambio? ¿creen que son capaces de vencer esa "resaca"? ¿O

deben retraerse y seguir bebiendo más de lo mismo y seguir sufriendo la

influencia de los antiguos hábitos y restricciones?

150

...los ajustes conducen a la aclimatación y la aclimatación puede equivaler a la

adicción (Bateson, 1980, pág. 201).

Experimentos

En contraste con la epigénesis y la tautología, que constituyen mundos de

reiteración, existe todo el reinado de la creatividad, el arte, el aprendizaje y la

evolución, en el cual los constantes procesos de cambio se nutren de lo

fortuito. La esencia de la epigénesis es la repetición predecible; la esencia del

aprendizaje y la evolución es la exploración y el cambio (Bateson, 1980, pág.

52).

Page 176: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

Si los miembros de la familia deciden que están preparados para explorar un

rumbo radical y le solicitan al terapeuta que los ayude a recorrerlo, comienza

pues una especulación sobre los experimentos que pueden favorecer el

tránsito en esa nueva dirección y oponerse al estilo de vida dominado por el

problema (y a las restricciones vinculadas con él). En cambio, si los miembros

de la familia no se sienten dispuestos a afrontarlas consecuencias del cambio y

defienden los beneficios del antiguo rumbo, cabe analizar varias ideas sobre

los modos en que el terapeuta y la familia pueden ajustar algunos detalles del

estilo de vida problemático y las restricciones. Si los miembros de la familia se

muestran divididos respecto del curso que conviene seguir, el terapeuta puede

ayudar a aquellos que defienden los viejos hábitos pidiéndoles que expliquen

cómo han de impedir que los otros los inciten a experimentar las nuevas

soluciones y cómo han de lograr que aquellos que eligieron la salida radical

quieran experimentar con ellos caminos que los lleven a ampliar el estilo de

vida dominado por el problema. A aquellos que se decidieron por la solución

radical, el terapeuta puede preguntarles cómo evitarán las incitaciones para

continuar con los antiguos hábitos (vinculados con las restricciones) y de ese

modo convencer a los renuentes de que vale la pena experimentar en la nueva

dirección.

El terapeuta les informa a todos que en la próxima sesión volverán a analizar

tanto los experimentos que favorecen el rumbo radical como aquellos que

favorecen el rumbo conservador. Esa charla puede llegar a ser una revisión de

la participación que le cabe a cada uno, una revisión desprovista de

declaraciones de intención, que les demostrará tanto al terapeuta como a los

miembros de la familia cuál rumbo fue defendido con más fuerza y con más

éxito. Esta revisión guiará además al terapeuta y a la familia para elegir

nuevos experimentos y decidir en qué dirección conviene encaminarlos9.

Responder a las respuestas

El pensamiento creativo siempre debe contener un componente casual. El

proceso exploratorio -el interminable proceso de la prueba y el error del

Page 177: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

progreso mental- sólo puede alcanzar lo nuevo si se lanza a recorrer los

senderos que se lev 151

ir¿, casualmente, senderos que a veces, al

probarlos, se los elige por algo coto la supervivencia (Bateson, 1980, pág.

203).

ll terapeuta evalúa cuidadosamente el resultado de los experimentos así coM4)

el resto de los hechos ocurridos, gracias a la participación que cada miembie

de la familia tuvo entre una sesión y otra. Y responde a cualquier inforniavión

que le señale la dirección que fue defendida con más fuerza y con más éxito.

Esa respuesta del terapeuta (una respuesta a la respuesta de la familia)

contribuye a elaborar las descripciones del rumbo radical y del rumbo

conservador y señala nuevas distinciones que constituyen la fuente de nuevas

respuestas (experimentos) de los miembros de la familia. Se establece así un

curso de la terapia en el cual el terapeuta responde a la respuesta de la

familia, la familia responde a la respuesta que el terapeuta le dio a su

respuesta; a su vez el terapeuta vuelve a responder a la respuesta que dio la

familia a su respuesta anterior y así sucesivamente.

Si queda demostrado que el rumbo conservador lleva las de ganare°, el

terapeuta puede volver a destacar la cuestión temporal en esa dirección, y

volver a plantear un dilema (esta vez con una descripción más detallada de lo

que exige la opción conservadora y haciendo una especulación más amplia

sobre los pasos que habría que dar para seguir ese rumbo) e incluso puede

mostrarse dubitativo en cuanto a aceptar una nueva incitación de los

miembros de la familia de unirse a ellos para realizar nuevos experimentos en

favor de la dirección radical. El terapeuta puede manifestar temor de que, en

vista del evidente compromiso de la familia con el estilo de vida problemático,

su participación junto con la familia en nuevos experimentos destinados a

favorecer la opción radical, sólo sirva para ahondar la discrepancia entre el

estilo de vida problemático y las esperanzas y expectativas familiares y hasta

provoque una angustia mayor en los miembros de la familia. Esto

Page 178: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

generalmente genera un debate sobre hasta qué punto la familia está

dispuesta a intentar el cambio.

Cuando la respuesta de los miembros de la familia a los experimentos

constituye un buen comienzo de solución2, éstos tienen grandes dificultades

Para advertir plenamente esos logros, como si la significación de la "salida" se

les escapara. Esto ocurre principalmente al comienzo de la terapia cuando es

fácil considerar triviales tales cambios. En ese momento la capacidad y la

preparación que tiene el sistema terapéutico para descubrir las nuevas

respuestas dependen, en gran medida, de la presencia del libro de códigos del

terapeuta. Ese libro de códigos le permite al profesional señalar las

distinciones entre participar en el estilo de vida dominado por el problema y

participar en la búsqueda de la nueva dirección. Por consiguiente, el terapeuta

con su

intervención contribuye a fortalecer las nuevas ideas; lo hace empleando un

lenguaje que dé la dimensión temporal, hablando de "momentos de crisis", de

"salidas", de "embarcarse" "despegar", etc. Lo que sigue es un breve análisis

de este tipo de intervenciones.

La respuesta del terapeuta puede apuntar a que la respuesta de la familia se

divida en partes. Por ejemplo, puede informarles a los miembros de la familia

que para poder cambiar con éxito el curso de la vida son necesarios tres

logros. Un cambio semejante indica que los miembros de la familia (a) se

opusieron con éxito a sus modos habituales de participar en el problema y a

las restricciones específicas; (b) se embarcaron en un rumbo de vida nuevo

que responde a una fórmula diferente; (c) y que de algún modo se las

arreglaron para eludir la "resaca" que habitualmente provoca el cambio.

El terapeuta puede alentar aún más el fortalecimiento de las nuevas ideas

destacando en detalle las respuestas de los miembros de la familia. Puede

anotar cuidadosamente cada respuesta mientras los interroga acerca de las

diversas vicisitudes. Los miembros de la familia se interesan más por obtener

información sobre esos cambios si el terapeuta murmura quedamente

mientras toma notas y los consulta frecuentemente sobre la exactitud de lo

Page 179: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

que va anotando. Durante esta etapa, con frecuencia los miembros de la

familia descubren "espontáneamente" otras facetas del cambio ocurridas entre

una sesión y otra, facetas que anteriormente no habían advertido.

El terapeuta puede insistir para que los miembros de la familia lo ayuden (y se

ayuden mutuamente) a comprender más cabalmente cómo se lograron los

cambios". El terapeuta puede confesar que el repentino cambio de dirección lo

tomó desprevenido y puede pedirles a los miembros de la familia que

encuentren el modo de explicarle más claramente esos cambios. Además, el

terapeuta puede preguntarse en voz alta si los miembros de la familia son

capaces de comprender toda la significación de los cambios y si están

minimizando las implicaciones de la "salida". La dificultad que manifiesta el

terapeuta para comprender cabalmente cómo se lograron los cambios y cómo

él (o ella) quedó retrasado/a respecto de esos cambios, les marca a los

miembros de la familia una distinción entre, por un lado, la participación que

tenían en el estilo de vida dominado por el problema y, por el otro, los recursos

con los que cuentan y las contribuciones hechas en busca de nuevas

respuestas. La respuesta del terapeuta señala distinciones que constituyen la

fuente de nuevas ideas y nuevas respuestas para los miembros de la familia.

En la misma línea de este método de respuesta del terapeuta al cambio, está

la técnica comunmente adoptada de restricción del cambio. Con

152

153

frecuencia esta técnica se discute dentro del contexto de la idea de resisten

cia.

La restricción del cambio puede entenderse también como otro recurso

destinado a señalar las distinciones entre lo antiguo y lo nuevo. Al adoptar una

posición conservadora respecto de la naturaleza radical del cambio, el

terapeuta establece condiciones para elaborar la doble descripción.

Expresar sorpresa, aturdimiento, confusión y agotamiento puede resultar útil

en situaciones en las cuales los miembros de la familia tienen un umbral

elevado para recibir información sobre esa clase de respuesta que el terapeuta

Page 180: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

busca provocar". Una vez observada cierta mejoría (aunque a veces puede ser

útil que el terapeuta manifieste temor ante mayores cambios), de ningún

modo es esencial ocultar el placer que se siente por los cambios. La

complacencia del terapeuta puede manifestarse mediante ritos de celebración

que señalen el cambio y la llegada a destino a través de un nuevo curso de

vida".

Puede preguntárseles a los miembros de la familia cuánto terreno creen

haberle ganado al estilo de vida dominado por el problema, al haber

emprendido el nuevo rumbo. Puede volver a evaluarse la influencia relativa

del problema en las vidas de los miembros de la familia y la influencia que

éstos tienen en la "vida" del problema y comparar estos nuevos datos con los

porcentajes anteriores. Además, puede preguntárseles a los miembros de la

familia qué nueva comprensión alcanzaron al cambiar sus estilos de vida, qué

diferencias esperan que produzca esa nueva comprensión en el futuro y qué

les dicen esos nuevos conocimientos (que obran como señales en el nuevo

camino) acerca de los futuros destinos.

También pueden hacerse preguntas que pongan el acento en las diferencias

de los sucesos ocurridos en distintos momentos, a fin de hacer más

perceptibles los cambios. Por ejemplo: "Usted se ha creado una nueva historia

personal. ¿Qué nuevo futuro cree que ha de depararle esa nueva historia?";

"¿Qué diferencia tendrá este futuro con el futuro que le hubiera deparado su

pasado?"; "A medida que usted va percibiendo lo que ha logrado, ¿qué

aspectos adicionales advierte de ese cambio?".

El terapeuta puede alentar explícitamente las respuestas de los miembros de

la familia a las respuestas de los demás con preguntas tales como: "¿Hasta

qué punto se sintió sorprendido/a por cómo logró él/ella iniciar el cambio?",

"¿Hasta qué punto cree que él/ella se siente sorprendido/a por cómo logró

usted iniciar el cambio?"; "¿Le sorprende que él/ella se sienta sorprendido/a?",

"¿Quisiera pedirle a ella que le explique cómo lo logró?" Generalmente, el final

del tratamiento no representó ninguna dificultad.

154

Page 181: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

Como los miembros de la familia han ido avanzando lentamente de acuerdo

con la fórmula que ellos mismos elaboraron sobre la base de la participación

de cada uno, el terapeuta les pide que dediquen parte de las sesiones a

informarlo, a ponerlo al día, para que éste pueda comprender mejor los

descubrimientos hechos por todos ellos". Entonces el terapeuta puede pedirles

a los miembros de la familia, en vista del éxito obtenido, algún consejo que

ellos consideren que podría serle útil a otras familias que tengan problemas

similares. Esta actitud eleva a la familia a la categoría de "asesora", en

marcado contraste con la categoría de "paciente".

En esta etapa, como los miembros de la familia ya están más dispuestos a

afrontar lo nuevo, la participación activa del terapeuta en la elección de las

nuevas ideas es menos necesaria. Este tipo de conducta llamada de "explo

ración" adquiere un valor más alto y el terapeuta se desliga o va siendo

gradualmente apartado del sistema terapéutico.

Predecir las recaídas

Para tener una significación -y hasta para que pueda reconocérsela como un

pauta- cada regularidad debe coincidir con otras regularidades

complementarias y quizás con algunas aptitudes, pero esas aptitudes son tan

evanescentes como las pautas mismas... (Bateson, 1980, pág. 51).

No es infrecuente que al investigar nuevos rumbos de vida aparezcan las

recaídas. La significación que se les atribuye a las recaídas depende del

contexto receptor. Dentro del contexto de la red de supuestos familiares, con

frecuencia se considera que las recaídas son fenómenos de "retroceso". En

momentos de estrés como los que caracterizan las recaídas, los miembros de

la familia se vuelven vulnerables a las antiguas ideas programadas "hard" y

desestiman las nuevas que se vuelven borrosas para ellos.

Esta tendencia puede contrarrestarse si el terapeuta ayuda a crear un nuevo

contexto en el cual las recaídas se consideran sucesos predecibles propios de

los nuevos rumbos elegidoO. El contexto se establece si el terapeuta

pronostica las recaídas como aspectos prácticamente inevitables del nuevo

rumbo, puesto que los miembros de la familia se trasladan de un punto de la

Page 182: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

escena a otro. En este contexto puede suavizarse el concepto de recaída y

hablar de un "bajón" que puede ser reconocido por los miembros de la familia

como parte de una pauta diferente; ese reconocimiento desencadenará

respuestas que han de contribuir a fortalecer la nueva fórmula elaborada por

los miembros de la familia para relacionarse unos con otros. El terapeuta

puede afirmar ese contexto invitando a los miembros de la

155

familia para que éstos reflexionen sobre las respuestas que podrían dar a esos

"bajones" dentro de este contexto y ayudándolos a elaborar proyectos de

contingencia.

La conducta obsesiva-compulsiva dentro del contexto: el sistema familiar

mesmerizado

Las obsesiones son ideas, temores o dudas que penetran en la conciencia del

niño sin ninguna aparente provocación externa y que éste siente ajenas,

incoherentes e indeseables. Las compulsiones son actos repetitivos y

estereotipados ejecutados por el niño con la intención de protegerse de alguna

amenaza imaginaria... El niño mismo se lamenta de las ideas que llegan a su

espíritu y que él no puede controlar o de los hechos que debe llevar a cabo

para evitar que algo terrible le ocurra a él o a la familia (Chess, S. y Hassibi,

M., 1978, págs. 250-251).

La experiencia de este estilo de vida temeroso y la participación en él no se

limita al niño que manifiesta los síntomas. La conducta obsesivacompulsiva

infantil aparece en el contexto de la familia y es común que todos los

miembros de la familia confiesen sentirse impotentes, agoreros y

desesperanzados. Mientras el niño parece hechizado por los miedos, los demás

miembros de la familia se muestran preocupados por la contemplación del

miedo, hipersensibles a la experiencia que sufre el niño. En suma, todos los

miembros de la familia están mesmerizados y el centro de atracción es el

temor.

Los temores del niño llegan a ser un punto de referencia que influye en una

gran cantidad de decisiones que toma la familia. Los miembros de la familia, y

Page 183: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

particularmente los padres y el niño sintomático, consideran cuidadosamente

toda acción que se les proponga para determinar si ésta puede o no provocarle

al niño una angustia adicional. A medida que el niño se va haciendo cada vez

más dependiente de la conducta ritual destinada a alejar los temores y a

protegerlo de la angustia, los demás miembros de la familia también se van

comprometiendo con esos ritos que, según creen, evitan las experiencias

generadoras de temor. Por consiguiente, a medida que pasa el tiempo, se va

estableciendo una imperceptible tendencia, según la cual los miembros de la

familia van buscando soluciones mágicas a fin de contrarrestar ese hechizo

que consideran tan opresivo. Esas soluciones mágicas incluyen esfuerzos

concertados para no mencionar nunca los temores por sus nombres y la

evitación fóbica de los contextos específicos.

Para los miembros de la familia, los miedos que experimenta el niño

156

parecen tener vida propia, de modo que aquellos no pueden advertir la

naturaleza de las premisas y supuestos que realmente los llevan a participar

en la perpetuación de las obsesiones y de la conducta compulsiva. La

naturaleza de los supuestos que establecen el contexto en el cual se le asigna

una significación a todos los sucesos nuevos, puede inferirse del modo en que

la familia busca soluciones y establece reglas tales como: "Puesto que los

temores tienen una vida propia, para facilitar las cosas lo mejor es adaptarse a

su presencia"; "Los miedos son más temibles cuando se los molesta; de modo

que lo mejor es no irritarlos"; "Los miedos más temibles se vuelven menos

temibles si se hacen los arreglos convenientes" (es decir, si se aplica la magia

correcta). Restringidos por tales premisas, los miembros de la familia (entre

ellos el niño) colocan muy alto el umbral de percepción de las noticias

referentes a sucesos que contradicen tales reglas. Por consiguiente,

seleccionan la información que tiene que ver con la influencia que ejercen los

temores en la vida del niño y responden a ella de un modo que,

inadvertidamente, contribuye a reforzar las antiguas ideas y el estilo de vida

temeroso. Esas respuestas se transforman en un hábito y los miembros de la

Page 184: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

familia ya no pueden emprender una búsqueda basada en el método de la

prueba y el error, indispensable para descubrir nuevas ideas y nuevas

respuestas.

La siguiente exposición brinda una guía para el tratamiento de la conducta

obsesiva-compulsiva infantil. Este mapa se basa en algunas de las principales

aplicaciones de la teoría cibernética a la terapia.

Terapia

A fin de establecer la influencia relativa de todas las partes implicadas se

determiria la influencia que tienen los temores en la vida de los miembros de

la famili a y la influencia que ejercen estos en la "vida" de dichos temores.

Trazar el ""apa" de la esfera de influencia de los temores

El terapeuta solicita que se le haga un relato detallado de los miedos y de la

influe% ncia que éstos ejercen en las vidas de los miembros de la familia. Este

informe debe incluir la conducta obsesiva-compulsiva y los ritos del

niño, así como los diferentes ajustes y adaptaciones hechos por los demás

miembros ade la familia a fin de acomodarse a la presencia de los temores.

157

Establecer la influencia relativa 157

Dos años antes de serme derivado, John Walker29, de doce años, comenzó a

manifestar fuertes dolores de estómago asociados a una náusea constante.

Perdió una cantidad considerable de peso y después de varios meses de

investigación se sometió a un tratamiento contra la parasitosis. El dolor cedió,

pero la náusea persistía y John desarrolló un abrumador temor por los

gérmenes. Como respuesta a ese miedo, el niño comenzó a manifestar una

serie de síntomas, entre ellos, lavarse compulsivamente las manos. Fue

sometido durante un tiempo a terapia individual y finalmente se le dio el alta,

aunque aún conservaba algunos síntomas residuales. Como a John lo

inquietaban pensamientos suicidas y como la costumbre de lavarse

compulsivamente las manos había aumentado, el señor y la señora Walker

decidieron buscar otras soluciones y fueron derivados a un tratamiento de

terapia familiar.

Page 185: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

John tenía un aspecto pálido, débil y desesperanzado. Los padres nos

comunicaron que el jovencito se quejaba continuamente de las náuseas, y que

confiaba plenamente en la medicación antináuseas. Por entonces el chico se

lavaba las manos aproximadamente 30 veces por día, cada vez temía más

asistir a la escuela y permanentemente tenía miedo de que otros niños lo

atacaran.

John tenía una gran dificultad para mencionar sus temores por sus nombres y

elegía cuidadosamente las palabras, de modo que sus respuestas carecían de

toda espontaneidad. Hablamos sobre la naturaleza influyente de los temores y

analiza mos las consecuencias que tenía esto en su propia vida y en la vida de

sus padres. El señor y la señora Walker habían hecho todo lo que estaba a su

alcance para evitarle la angustia y la desesperanza y temían que el

muchachito nunca pudiera recobrarse. Recientemente, en un intento de

disminuir el temor de John a que otros niños lo atacaran, la señora Walker

había comenzado a llevar ella misma a su hijo a la escuela. Además, se las

había arreglado para estar completamente disponible cuando el niño

regresaba de la escuela, para que éste pudiera desahogar su angustia y

sentirse más seguro. El señor Walker también se había adaptado a la

presencia de los miedos, disminuyendo el tipo de exigencias que normalmente

se le hacen a un muchachito de doce años3°.

Trazar el mapa de la esfera de influencia de los miembros de la familia

El terapeuta les pide a los miembros de la familia que le suministren detalles

de la influencia que ellos ejercen en la "vida" de los miedos. ¿Hasta qué punto

fueron capaces de contrarrestar el estilo de vida dominados por el temor y

retener parte de su propio territorio?

Inicialmente, John y sus padres tenían dificultades para responder sobre los

detalles referentes a la influencia que ejercían en la "vida" de los temores.

Cuando se le preguntó a John si podía describir las esferas de su vida en las

cuales imponía

Page 186: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

su propia voluntad, el muchachito se mostró confuso y desorientado. Este

concepto no "encajaba" dentro de su libro de códigos; mi pregunta "no era

natural", era

158

"forzada". Le hice notar que, al venir a la sesión acompañado por sus padres

había "amenazado" a sus miedos y luego me enteré de que John había llegado

a la consulta sin su medicación antináuseas. Al insistir pidiéndole a John que

me ayudara a comprender cómo, en semejantes circunstancias había sido

capaz de influir así en la "vida" de sus temores, lo ayudé a recuperarse de su

confusión. Luego, con ayuda de los padres, John pudo informarme sobre una

cantidad de ocasiones en las cuales él había logrado influir en la "vida" de sus

temores.

Luego les pedí a los padres que me informaran cómo se las habían arreglado

para lograr que los miedos no provocaran un eclipse total de la vida familiar.

Durante toda esta parte de la entrevista, John luchó visiblemente con la

distinción entre la influencia de los temores y su propia influencia y con la idea

creciente de su propia capacidad y su propia fuerza.

Un nuevo libro de códigos: la traición de los feroces amigos del miedo

El terapeuta presenta la Segunda Ley de los Temores": "Los temores no

pueden sobrevivir si no tienen buenos amigos que los alimenten" y explica que

aunque los miedos parecen tener una vida propia y una voluntad propia,

necesitan sistemas de apoyo para sobrevivir. La supervivencia de los temores

depende de que se los alimente bien o no. Esta ley brinda un contexto en el

cual los sucesos pueden codificarse de un modo diferente, de manera tal que

contradigan las antiguas reglas y provoquen un "relajamiento" dentro del

sistema familiar de supuestos.

Atendiendo a esa ley, el terapeuta puede explicar la información recogida al

trazar el mapa de la influencia de los miedos en las vidas de los miembros de

la familia. Así se identifican como "amigos de los miedos", los ritos de evitación

del niño y las demás adaptaciones familiares a la existencia de los temores".

Page 187: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

El terapeuta, al adoptar la posición de un experto en miedos, afirma con

autoridad que aunque los amigos de los temores son enemigos de todos los

niños, cuando éstos están atrapados por sus miedos creen que esos enemigos

son sus amigos. De modo que los niños favorecen a sus enemigos, es decir,

favorecen a los feroces amigos de los temores.

Es importante elegir el momento más adecuado para presentar la Segunda Ley

de los Temores y para explicar la supervivencia de los miedos atendiendo a

ella. Esta presentación debe posponerse hasta que la familia, con la

participación del terapeuta, comience a seleccionar noticias referentes a la

influencia que tienen sus miembros en la "vida" de los temores. Anteriormente,

estas personas consideraron a los feroces amigos de los miedos como sus

aliados en la lucha que libraba el niño contra sus temores

159

y si el niño y los padres np descubren nuevas ideas sobre la capacidad y los

recursos con los que cuentan para dar nuevas soluciones antes de identificar la

traición, es muy posible que no sean capaces de advertir esa nueva

información.

estilo de vida temeroso? ¿Están dispuestos a embarcarse juntos con un nuevo

rumbo y resistir la resaca? ¿Están preparados para hacer todo lo necesario y

recibir los beneficios postergados?

Mientras yo trazaba el mapa de la supervivencia de los miedos (enunciando la

Segunda Ley de los Temores) y mencionaba la cuestión de la traición,

súbitamente John observó con sorpresa: "Esta es la primera vez que veo una

manera definitiva de derrotar mis miedos (aunque, en el pasado, se lo había

alentado en varias ocasiones, para que cesara en su conducta obsesiva-

compulsiva). Ahora sabía que la solución consistía en dejar de alimentar a los

feroces amigos de sus temores. John y la señora Walker comenzaron a sollozar

quedadamente con (según supuse) cierto alivio. John se tapó los ojos con las

manos y permaneció en silencio. Le pregunté en qué estaba pensando y el

muchachito me respondió que le preocupaba lo que podría pensar yo de que él

Page 188: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

se hubiese puesto a llorar. Entonces le dije: "Si lloras para adentro en lugar de

hacerlo para afuera, ahogarás tu fuerza".

¿El estilo de vida dominado por el temor o la Segunda Ley de los Temores?

El terapeuta y los miembros de la familia analizan el estilo de vida dominado

por los temores y la predecible dirección que tomará en el futuro. Se estudian

también los detalles de la participación que se les exigirá tanto al terapeuta

como a los miembros de la familia si se continúa llevando ese estilo de vida

temeroso (se habla incluso de la "mesmerización" o la "contemplación del

miedo") y acatando la traición (los supuestos preexistentes). Luego se analiza

la participación que tendrían el terapeuta y los miembros de la familia si se

elige un rumbo alternativo, radical, guiado por la Segunda Ley de los Temores.

El terapeuta alienta luego el debate sobre las dos opciones y pronostica la

aparición de la "resaca" en el caso de que se elija el rumbo radical. Es

notablemente difícil disipar este tipo de temores. El estilo de vida dominado

por el temor se instaló en los miembros de la familia durante un tiempo

considerable y no se lo puede debilitar hasta que se logre desafiar con éxito la

influencia de los feroces amigos de los miedos. Es probable que cualquier

comienzo de solución aparezca acompañado de varias formas de angustia y

confusión.

Después de discutir los posibles aspectos de la resaca, se promueve un debate

sobre la disposición con que cuenta la familia para afrontarla. Los miembros de

la familia, ¿están preparados para apartarse de la influencia del

160

John y sus padres analizaron los detalles de las opciones conservadora y

radical, discutieron las diferentes facetas de la resaca pronosticada y sin

pensarlo más afirmaron que estaban dispuestos a embarcarse con un nuevo

rumbo y resistir las consecuencias de tal decisión.

Oponerse al hechizo

Seguidamente se organizan experimentos acordes con la opción elegida por la

familia. Luego, esos experimentos deben analizarse en sesiones posteriores a

fin de señalar las pruebas de que la familia tuvo éxito al elegir determinado

Page 189: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

rumbo. En primer lugar, las familias en las cuales los miedos constituyen un

rasgo importante, generalmente apoyan los experimentos en favor de un

rumbo radical que los aleje del estilo de vida dominado por el temor. El

terapeuta hace varias sugestiones y alienta ese tipo de experimentos

basándose en las descripciones ya establecidas de la participación que han de

tener en el nuevo rumbo tanto los miembros de la familia como el terapeuta

mismo, atendiendo a la Segunda Ley de los Temores. El terapeuta puede

aportar además ideas específicas que por su experiencia anterior considere

útiles".

Durante ocho sesiones desarrollamos una serie de experimentos en favor del

rumbo radical. John decidió llevar con ayuda de sus padres un registro de la

verdadera influencia de algunos de los feroces amigos de sus miedos, es decir,

la frecuencia y los accesos de su costumbre de lavarse las manos o de tomar

las grageas antináuseas. Ese registro, llamado reconocimiento, establecería un

mapa del territorio en preparación destinado a oponerse al estilo de vida

dominado por los temores. Luego, los miembros de la familia participaron

programando los síntomas a fin de adormecer a los feroces amigos de los

temores y darles un falso sentido de seguridad, cierta complacencia, cuando

en realidad los miembros de la familia estaban aumentando su influencia en el

estilo de vida dominado por los miedos. Con el objeto de cultivar un saludable

desprecio por la presencia de los temores, se les presentaron a los miembros

de la familia métodos destinados a interrumpir la "contemplación del miedo".

Espontáneamente surgieron muchos otros experimentos que desafiaban el

estilo de vida dominado por el temor y alentaban el nuevo rumbo. Por ejemplo,

la señora Walker decidió que no era sensato seguir llevando a John a la escuela

y elaboró un plan que le permitió desligarse de esta tarea. 161

La supervivencia del desafío

Doce meses después se me informó que John estaba llevando una vida muy

activa, libre de problemas.

Luego revisamos cuidadosamente las respuestas que los miembros de la

familia dieron a los experimentos elegidos y otros sucesos ocurridos entre las

Page 190: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

sesiones. El terapeuta responde a esas respuestas señalando distinciones

entre lo antiguo y lo nuevo y dándole a cada desafío espontáneo al estilo de

vida dominado por el temor, el valor de un descubrimiento hecho por los

miembros de la familia. El terapeuta los destaca y les pide a los familiares que

expliquen cómo lograron hacerlos. Luego todos comentan la influencia relativa

de los miedos en las vidas de los miembros de la familia y la influencia que

éstos tuvieron en la "vida" de los temores y se comparan estos datos con los

porcentajes anteriores.

Inicialmente, en respuesta a la respuesta del terapeuta, John y sus padres

reconocieron algunas de las muchas encrucijadas que afrontaron al desafiar el

estilo de vida dominado por el temor. Cada reconocimiento nos llevó a un

nuevo descubrimiento sobre cómo se corrieron los riesgos. Por ejemplo, John

reconoció que en una ocasión comiendo fuera de su casa, mostró un profundo

desprecio por sus temores y que esto lo llevó a aventurarse más en esa

dirección. En la sesión siguiente analizamos esas nuevas "aventuras". Cuando

los miembros de la familia comenzaron a percibir los beneficios del nuevo

rumbo elegido, el estilo de vida dominado por el temor, entró en un estado de

completo desorden. La vida familiar ya no brindaba un contexto para la

mesmerización, sino que, antes bien suministraba un contexto para la

exploración y el cambio.

La defunción del estilo de vida dominado por el temor

Después de seis meses y ocho sesiones, John dejó de consumir los remedios

contra las náuseas y, si bien continuaba lavándose las manos con bastante

frecuencia, tanto los miembros de la familia como el terapeuta consideramos

que esto estaba dentro de los límites normales. John ya no tenía pensamientos

suicidas y miraba con entusiasmo el futuro. Había recuperado peso y se sentía

nuevamente fuerte; además, consideraba que estaba por encima de sus

temores y había logrado restablecer una red de amistades. En la última sesión,

el señor y la señora Walker comentaron un hecho reciente que en el pasado

podría haber contribuido a producir una respuesta dominada por la

Page 191: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

"contemplación del temor" pero que, en esa ocasión, contribuyó a consolidar el

nuevo rumbo.

Las recaídas llamadas "bajones" fueron anunciadas como rasgos virtualmente

inevitables del paso que los miembros de la familia habían decidido dar. Se

analizaron los proyectos de contingencia que permitirían a los miembros de la

familia reaccionar en tales ocasiones, renovar el desprecio por las antiguas

normas y declinar las incitaciones a participar del estilo de vida dominado por

el temor.

162

Conclusión

Este capítulo presenta (a) un análisis del pensamiento sobre la "unidad del

espíritu" de Bateson, (b) un mapa aplicable a la terapia que pone el acento en

la participación que le cabe al terapeuta en el descubrimiento y el

fortalecimiento de las nuevas ideas y (c) una aplicación de ese mapa que me

resultó eficaz en el tratamiento de los temores infantiles y la conducta

obsesiva compulsiva asociada a ellos.

Este enfoque terapéutico puede aplicarse a un amplio conjunto de problemas.

Pueden elaborarse muchos otros métodos por los cuales el terapeuta

contribuye a crear el contexto de la doble descripción que permite

descubrir nuevas ideas y nuevas respuestas dentro del sistema terapéutico.

Notas

1. En este capítulo centraré la atención en la categoría de restricciones

vinculada con la redundancia, antes que con la relacionada con la

retroalimentación, es decir, en los circuitos cibernéticos como sistemas de

restricción (véase Bateson, 1972, "Cybernetic Explanation", Pág. 399).

2. Bateson oponía este mundo al "mundo de lo inanimado" (de las bolas de

billar y de las galaxias) en el cual bastaba con la explicación positiva. De

acuerdo con la explicación positiva, los sucesos toman su curso porque algo

los impulsa o los conduce

Page 192: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

en esa dirección. La explicación positiva incluye conceptos tales como fuerza,

impulso, impacto y transferencia de energía. En este mundo, la cantidad, antes

que la distinción, es de importancia fundamental

3. La tesis sostenida por.Bateson es que hay una identidad entre la unidad de

la mente y la unidad de la evolución y que las ideas son sinónimos o

transformaciones de las diferencias (véase "Form, Substance and Difference",

Bateson, 1972).

4. En varias ocasiones Bateson se refiere a esa red con las expresiones

"sistema de coordenadas", "ideas programadas hará y "matriz". Esta red es

tautológica.

5. "Una historia es un pequeño grupo o conjunto de ese tipo de conexiones que

nosotros llamamos relevancia" (Bateson, 1980, pág. 14).

6. Sobre un análisis adicional de la investigación de las soluciones intentadas y

la formulación de hipótesis referentes a la perpetuación del problema, véase

Watzlawick y otros (1974).

7. Partiendo de la modalidad de la indagación, podemos inferir qué tipo de

descubrimiento puede alcanzar el que investiga, y al saber esto, podemos

sospechar que tal descubrimiento es el que, secreta e inconscientemente

desea hacer el investigador (Bateson, 1972, Pág. 452).

163

8. Por ejemplo, los síntomas de la anorexia nerviosa, pueden considerarse

determinados únicamente por las restricciones que existen en el nivel del

sistema familiar procedentes de creencias rígidas e implícitas, tanto en el nivel

de las imágenes específicas establecidas por ciertos miembros como en el

nivel de las normas de interacción (véase White, 1983).

9. "La diferencia que se da a través del tiempo es lo que llamamos el cambio".

(Bateson, 1972, pág. 452).

10. Este puede ser considerado un caso especial de doble descripción. Dentro

del contexto terapéutico, se exige que los miembros del sistema terapéutico

marquen distinciones entre conjuntos contradictorios de supuestos.

Page 193: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

11. Esto exige que el terapeuta reconozca que (a) sólo vemos el producto de

nuestra percepción; (b) en gran medida ocultamos la naturaleza del proceso

de nuestra percepción o la naturaleza de nuestro conocimiento; (c) en nuestro

carácter de terapeutas, nuestro primer deber es "alcanzar la claridad dentro de

nosotros mismos" (Bateson, 1972, pág. 487); y (d) la epistemología cibernética

puede brindarnos "un momentáneo destello de esclarecimiento" (Bateson,

1980, pág. 96).

12. Quizás sea más correcto decir que la doble descripción surge del sistema

terapéutico mismo. Las revelaciones que resultan y las nuevas respuestas de

los miembros del sistema señalan a los demás miembros (entre ellos el

terapeuta) las nuevas distinciones.

13. El grupo de Milán es famoso por los enfoques creativos elaborados para

establecer tales contextos (véase Selvini-Palazzoli y otros, 1980).

14. Al considerar la categoría de las restricciones relacionadas con la

redundancia más que con la retroalimentación, el concepto de "inevitabilidad

virtual" puede ser útil para explicar la presencia del problema (los síntomas no

pueden connotarse de manera positiva). Además de ser útil para seleccionar

las nuevas ideas, el concepto de inevitabilidad virtual, sitúa el problema dentro

del contexto de las circunstancias y las condiciones dadas (incluso las

creencias), por lo tanto contradice las explicaciones "caracterológicas" del

problema.

15. Es útil pedirles a los miembros de la familia que midan la influencia relativa

en porcentajes.

16. "Los órganos sensoriales del ser humano sólo pueden recibir noticias de la

diferencia y por ello es necesario codificar las diferencias en sucesos que

ocurren en el tiempo (es decir en cambios) a fin de que aquéllas sean

perceptibles" (Bateson, 1980, pág. 79).

17. Véase Selvini-Palazzoli y otros (1980) para un análisis del concepto de

neutralidad. Puesto que los hechos "que no son son diferentes de los que

podrían haber sido" (Bateson, 1980, pag. 111), la neutralidad en contexto tiene

Page 194: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

sentido. Por esto, y porque las creencias y valores del terapueta no se pueden

enterrar, considero que la neutralidad es sólo el nombre de una técnica.

18. Las salidas exitosas sólo a veces son angustiantes, y con frecuencia suelen

ser angustiantes para algunos miembros de la familia y no para otros. Cuando

no se informa que se haya presentado ninguna "resaca", el terapeuta puede

interrogar a la familia sobre esa cuestión de un modo que ayude a los

miembros a seleccionar ideas relacionadas con los propios recursos y la propia

flexibilidad.

1984)19. Ya analicé esta forma de participación terapeutalpac¡ente en otro

lugar (White, .

20. A veces ocurre que las familias sostienen que no ha habido un cambio en

ninguna dirección. En ese caso, es conveniente que el terapeuta afirme que el

hecho de que no haya ningún cambio contribuye a reforzarla opción

conservadora. Que nada

cambie significa mantener el mismo rumbo y el terapeuta puede señalar la

diferencia entre ese estado de cosas y lo que podría haber ocurrido.

164

21. Las respuestas nuevas son, con mucha frecuencia, completamente nuevas.

Son respuestas que no se predijeron -y no se hubiera podido hacerlo- en

análisis anteriores sobre la necesidad de participación del miembro de la

familia con respecto a un nuevo curso de acción.

22. En varias ocasiones tuve la siguiente experiencia: espontáneamente, los

miembros de la familia descubrieron cambios durante los últimos diez minutos

de una entrevista, aun cuando dichos cambios hubiesen ocurrido varias

semanas antes.

23. No es necesario que los miembros de la familia respondan de manera

acabada. Lo verdaderamente importante es que obtengan una "imagen" de la

"imagen" que está en el espíritu del terapeuta.

24. Véase, por ejemplo, Papp (1980), "The Greek Chorus and Other Techniques

of Family Therapy".

Page 195: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

25. En mi trabajo con familiares de personas esquizofrénicas en el Hospital

Psiquiátrico de Glenside, en algunas ocasiones me dejé caer hacia atrás de la

silla deliberadamente como respuesta a la noticia de que un joven o una joven

con esquizofrenia

había hecho algo positivo para sí. No obstante quiero hacerles una advertencia

a los lectores: una vez calculé mal y casi atravieso la pantalla que estaba

detrás de mí, ante los ojos aterrados del equipo profesional que me

acompañaba.

26. David Epston, un terapeuta familiar de Auckland, Nueva Zelanda, que

trabaja partiendo de las ideas de Turner (1969) y van Gennep (1960)

desarrolló muchos ejemplos de este enfoque en el tratamiento de diversos

problemas.

27. Esta idea de desligar al terapeuta y a la familia al final de la terapia es

bastante común. Por ejemplo, Haley (1976) sostiene que es importante que los

miembros de la familia comprendan que son ellos mismos quienes

suministraron los recursos necesarios para que se diera el cambio y describe

un ejemplo en el cual un miembro de la familia tranquiliza al terapeuta que

acaba de pedir disculpas por no haber contribuido a los cambios logrados por

la familia.

28. Sluzki (1979), al discutir el proceso migratorio, representa el continuo de la

migración como una "curva de rendimiento bajo la influencia del estrés" (pág.

380) y sostiene que predecir la angustia que probablemente se presente a lo

largo de esa curva es importante "a fin de legitimar esa experiencia e impedir

que se le dé una interpretación negativa (pág. 387).

29. A fin de preservar el carácter confidencial de las entrevistas, hemos

alterado nombres y apellidos.

30. Investigando los intentos de solución aplicados por los miembros de las

familias (ritos de evitación) es posible formular hipótesis sobre los supuestos

por los cuales se le asigna significación a los sucesos que se producen en la

vida familiar. Aquí, esas hipótesis referentes a la naturaleza de los supuestos

Page 196: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

(véase el análisis previo) pueden formularse en forma de reglas que están

emparentadas con los "hechizos".

31. En esta etapa también pueden presentarse las demás leyes de los

temores, incluyendo la Primera Ley de los Temores de David Epston: "La

intensidad de los miedos aumenta en proporción directa con el tiempo

transcurrido hasta que se decide afrontarlos"

y la Tercera Ley de los Temores de Ingrid Storm: "Los temores no tienen

sentido del humor, insisten en que se los tome seriamente, de modo que el

que ríe logra vencerlos" (comunicaciones personales).

32. No es prudente comentar directamente la participación accidental de los

padres en la perpetuación de los temores. Puesto que en general los padres

son muy sensibles a la angustia del niño y han obrado lo mejor que han podido

para minimizar el malestar de su hijo, hacer comentarios directos sobre la

participación que tuvieron en la "vida" de los miedos, puede provocarles

sentimientos de culpa y hasta obrar como una restricción más

165

que los frene en el cambio. LGs padres deben darse cuenta por sí mismos de

su participación habitual y responder de una manera diferente a medida que

van marcando las distinciones entre reglas o leyes contradictorias y la

participación en los estilos de vida correspondientes. Cuando esto ocurre, el

terapeuta puede llamarles la atención sobre las circunstancias y hacer

comentarios sobre la virtual inevitabilidad de las antiguas respuestas.

33. Minuchin y su equipo de la Philadelphia Child Guidance Clinic desarrollaron

muchos experimentos estructurales que pueden ser útiles en este tipo de

tratamiento.

9 Terapia conjunta para hombres violentos y las mujeres que viven con ellos

Referencias bibliográficas

Bateson, G. 1972, Steps to an Ecology of Mind. Nueva York, Ballantine Books.

Bateson, G. 1980, Mind and Nature: A necessary unity. Nueva York, Bantam

Books. Chess y Hassibi, M. 1978, Principles and Practice of Child Psychiatry.

Nueva York, Plenum Press.

Page 197: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

Haley, J. 1976, Problem-Solving Therapy. San Francisco, Jossey-Bass.

Papp, P. 1980, "The Greek Chorus and Other Techniques of Paradoxical

Therapy". Family Process, 19, págs. 45-57.

Selvini-Palazzoli, M.S., Boscolo, L., Cecchin, G. y Prata, G. 1980,

"HypothesizingCircularity-Neutrality: Three guidelines for the conductor of the

session". Family Process, 19,1, págs. 3-12.

Sluzki, C. 1979, "Migration and Family ConflicC. Family Process, 18, págs. 379-

390. Turner, V. 1969, The Ritual Process. Nueva York, Cornell University Press.

van Gennep, A. 1960, Rites of Passage. Chicago, University of Chicago Press.

Watzlawick, P., Weakland, J. y Fisch, R. 1974, Change: Principles of problem

formation and problem resolution. Nueva York, W.W. Norton.

White, M. 1983: "Anorexia Nervosa: A transgenerational system perspective".

Family Process, 22, págs. 255-273.

White, M. 1984, "Marital Therapy - Practical approaches to longstanding

problems. Australian Journal of Family Therapy, 5, págs. 27-43.

Este capítulo trata sobre la violencia que algunos hombres ejercen contra las

mujeres que viven con ellos. Aunque no pongamos aquí el acento en los casos

de abuso infantil y de incesto padre/hija, gran parte del análisis

sobre la violencia masculina que aquí presentamos, así como su aplicación

terapéutica, son válidos también en esos casos. Si discutimos aquí la cuestión

de la violencia masculina, ello se debe a que la abrumadora mayoría de las

víctimas de la violencia doméstica son mujeres. Creo que al hablar del

contexto en el que se da la violencia masculina contra la mujer debemos

considerar inevitablemente la ideología patriarcal. La directa relación entre

esta ideología y la violencia masculina ya ha sido bien establecida (por

ejemplo, véase McIntyre, 1984) y en este capítulo no analizaremos los detalles

de esa relación.

Como estos comentarios se refieren estrictamente a la intervención

terapéutica que puede hacerse contra la violencia de los hombres hacia las

mujeres que viven con ellos, ese será el foco de nuestra atención. Con esto

quiero decir que los comentarios no incluyen un análisis sobre la importancia

Page 198: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

crítica que tienen la provisión y la utilización de los servicios para la mujer

(tales como las organizaciones y los refugios destinados a ayudar a las

mujeres golpeadas) ni tampoco un análisis sobre los servicios para hombres

violentos (tales como las organizaciones de grupos masculinos destinadas a

hacer una evaluación crítica de la violencia y de la ideología patriarcal).

Tampoco se incluyen en estos comentarios los detalles de la intervención que

se hace necesaria cuando esos hombres persisten en su actitud violenta hacia

sus mujeres, intervenciones en las cuales se busca que el hombre asuma la

responsabilidad de perpetuar la violencia (lo cual incluye denuncias policiales y

acciones legales) y que la mujer tenga una protección y un apoyo que le

permitan escapar del contexto violento.

*Publicado en Dulwich Centre Newsletter, primavera de 1986

167

Estos comentarios se refieren específicamente a los casos en los cuales el

hombre acepta abandonar la actitud violenta y la mujer aún siente el profundo

deseo de salvar la relación de pareja. Se ha criticado mucho la

práctica de entrevistarse conjuntamente con los hombres y las mujeres, aun

cuando se trate de estas circunstancias particulares. Con frecuencia esas

críticas se relacionan con la creencia de que las entrevistas conjuntas ayudan

al hombre a eludir la responsabilidad que le cabe por los actos violentos y

refuerzan la interpretación victimológica del acto violento; es decir, la

construcción de la idea de que es la víctima quien perpetra el crimen. A veces

también se ha sostenido que la terapia conjunta apunta a mantener unida a la

pareja.

Aunque creo que éstas son críticas razonables a una parte de la bibliografía

sobre terapia familiar/marital, no creo que sean críticas razonables a la terapia

conjunta, cuando la violencia se analiza dentro del contexto

de la ideología patriarcal. Si la terapia conjunta se realiza en estas condiciones,

mi experiencia me indica que se puede lograr, por un lado, poner el acento en

la responsabilidad que tiene el hombre por los actos violentos, por otro lado,

contrarrestar las ideas de que es la mujer quien provoca la violencia y, por

Page 199: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

último, socavar efectivamente las obligaciones provocadas por los estereotipos

sexuales y sobre la identidad femenina. Todo ello hace que la terapia conjunta

presente la separación como una opción más viable en el caso de que la mujer

pierda el deseo de salvar la relación de pareja.

Para las mujeres que son víctimas de la violencia masculina, la separación

siempre es una cuestión compleja. Al pensar en la separación, invariablemente

estas mujeres se enfrentan a la falta de los recursos sociales que le permitirían

alcanzar el éxito, otra vivienda, el sostén económico y la ayuda de familiares y

amigos. Además, la amenaza de represalias violentas dirigidas a ella misma y

a los hijos es otro de los elementos que atentan contra una buena separación.

Por otra parte, los estereotipos de sexo (que incluyen premisas según las

cuales el valor de una mujer se mide por la capacidad que ésta tenga de

asumir un rol subordinado y de colocarse siempre en un segundo plano) hacen

que la experiencia que tiene la mujer del derecho a tener su propia vida, sea

muy débil. Con la ayuda adecuada, una mujer debería poder superar esas

dificultades, superar el hecho de que durante mucho tiempo experimentó una

penetrante e insidiosa anulación de su identidad, lo cual la llevó a tener un

sentimiento dominante de pérdida de sí misma, aun en otras relaciones

diferentes de las que mantiene con el hombre violento. Estoy familiarizado con

muchos ejemplos de hombres que, sistemáticamente, representan la

experiencia de una mujer y reinterpretan su historia de tal

168

manera que la versión que ellas tienen de esas experiencias y de su propia

historia termina por alterarse hasta el punto de no tener ya ningún punto de

contacto con las versiones con las que antes ellas se identificaban.

Creo que a través de las entrevistas conjuntas, la mujer puede sentirse más

capacitada, puede rebautizar y reexpresar su propia experiencia y su propia

historia dentro de un contexto auténtico que es el mismo en el cual se anuló su

identidad. Por esta razón y como dije antes, si la mujer pierde el deseo de

continuar la relación de pareja, la terapia conjunta puede darle fuerzas para

marcharse.

Page 200: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

Si consideramos la ideología del patriarcado como el contexto en el cual se da

la violencia masculina, podemos investigar varios conceptos interrelacionados,

incluso la idea de que las mujeres son propiedad de los hombres, y partiendo

de esto, la idea de que los hombres pueden hacer lo que desean con sus

propiedades; y el concepto de la jerarquía como un orden natural, del

incuestionable derecho que tiene el hombre a ocupar la posición superior

según ese orden natural, todo lo cual pone claramente el acento en el control

que mediante las "tácticas de poder" se ejerce sobre esos seres con menos

derechos (las mujeres). Cada día, los medios de comunicación social, las

relaciones de pareja, el relato de las historias familiares, etc., refuerzan de mil

maneras diferentes estos conceptos.

Para las mujeres las consecuencias de tales ideas incluyen la opresión, la

explotación, la desigualdad y el empobrecimiento personal. Para el hombre, las

consecuencias incluyen la intoxicación con una cólera hipócrita y una gran

insensibilidad para percibir la profunda incapacidad que tiene de distinguir

entre su experiencia de los sucesos y la experiencia que tiene la mujer de los

mismos sucesos, particularmente de los hechos de violencia ("fue sólo un

golpe ligero"). Después de todo, habitualmente la gente no tiene práctica en

señalar las diferencias que hay entre su propia experiencia de un suceso y la

experiencia que tiene alguna propiedad suya del mismo suceso.

La siguiente es una guía detallada de cómo realizar una terapia conjunta, un

análisis que presenta una interpretación de la agresión y la violencia masculina

dentro del contexto de la ideología patriarcal, y describe intervenciones que

me resultaron útiles para ayudar a las parejas a oponerse a esa conducta y a

esa ideología:

1. El terapeuta indaga a la pareja acerca de la

teoría que ésta tiene sobre la agresión masculina en general y acerca de sus

ideas sobre por qué ocurrieron los episodios particulares de violencia entre

ellos, es decir qué pensaban ellos en aquel momento. Generalmente, los

detalles queda la pareja incluyen la opinión de que la agresión es una

característica biológica de los hombres y que el acto violento es una respuesta

Page 201: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

natural e inevitable a la provocación de la mujer. Estas sugestiones y

valoraciones del rol que les cabe

169

alas mujeres se sustentan y se mantienen gracias ala teoría de la victimología.

Con frecuencia se pone particularmente el acento en una teoría de

eyaculación/ catarsis, la cual sostiene que la violencia es una sustancia que

puede definirse cuantitativamente, una sustancia que se acumula y que

periódicamente debe ser descargada. Esta idea se refuerza mediante la

interpretación freudiana de los hechos que así se infiltran a través de las

películas, la literatura, etc.

2. A fin de dar a los miembros de la pareja la

seguridad de que la versión que dieron sobre la agresión y la violencia fue

perfectamente comprendida por el terapeuta y de que no hará falta un

esfuerzo adicional por parte de ellos para explicarla, el terapeuta puede hacer

un resumen de lo dicho por ellos y transmitirles la sensación de que está

profundamente familiarizado con las diferentes ideas volcadas en el relato de

la pareja.

3. Luego, el terapeuta comunica a la pareja:

a) que él también conoce otra teoría sobre la

violencia masculina, una nueva versión que es diferente de la dada por la

pareja.

b) que le llaman la atención las grandes

diferencias que observa entre una versión y otra.

c) que la segunda versión choca tanto con la

primera que cree que quizás la pareja se sienta profundamente perturbada por

ella, particularmente el hombre.

d) que el hombre puede sentir un gran malestar afrontando la nueva versión

puesto que ésta puede provocar profundos cambios en la relación de la pareja.

e) que hasta se corre el riesgo de que el hombre,

al escuchar la segunda versión, pueda estallar o sentirse impulsado a defender

la primera versión.

Page 202: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

(si el terapeuta es una mujer) que el hombre considere la segunda versión por

completo amenazadora e inaceptable por el hecho de que procede de una

mujer.

Luego el terapeuta indaga hasta qué punto la pareja está dispuesta a aceptar

la nueva versión. El terapeuta puede contribuir a la preparación de la pareja

preguntándoles cuál de los dos está más dispuesto y cuál lo está menos a

vérselas con una nueva versión que se .opone decididamente a la anterior.

Hay que poner especial cuidado en asegurarse que la nueva versión no genere

una competencia de ideas. A fin de contrarrestar la posible generación de

semejante debate, el terapeuta puede sugerir que, si la pareja lo desea, ambos

pueden mantener una actitud escéptica respecto de la nueva versión hasta

haber oído toda la exposición del terapeuta. Se pone el acento en la

comparación de las ideas antes que en el debate y se le comunica a la pareja

que aumentarán los beneficios si ellos logran conocer a fondo la nueva

170

versión y pueden compararla con la antigua. Nuevamente, si la terapeuta es

una mujer, ésta puede sugerir que ese hecho probablemente dificulte la

aceptación de la nueva versión sobre la agresión y la violencia, sobre todo en

el caso del hombre.

5. Una vez que consigue preparar a la pareja, el

terapeuta señala la ideología patriarcal como el contexto en el que se da la

violencia masculina contra la mujer. Esto se logra examinando las

instrucciones para desempeñar su rol que reciben tanto los hombres como las

mujeres a través de diferentes mensajes; por ejemplo, pueden analizarse

recortes de periódicos, anuncios y recortes de revistas; también pueden

analizarse las instrucciones que se reciben a través de los relatos históricos o

familiares. Se establece una clara separación entre los actos de agresión y

violencia masculina y las teorías sobre los aspectos determinantes biológicos y

genéticos y se identifica a dichas teorías, en cambio, como estrategias

basadas en los conceptos patriarcales y mantenidas por ellos, conceptos

referentes a que la mujer es una propiedad del hombre y a que éste tiene

Page 203: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

derecho a ejercer su poder sobre esa propiedad a su antojo. Todo esto prepara

el terreno para desafiar la teoría de la eyaculación de la violencia con el

concepto de que la cólera asociada a tal violencia es hipócrita por naturaleza y

con la idea de que la ira hipócrita es una variedad de cólera intoxicante, pues

cuanta más ira expresa, más se intoxica con ella. También puede subrayarse

que la creencia de que la mujer es propiedad del hombre lleva a éste a la

insensibilidad y el aislamiento.

Seguidamente, el terapeuta comienza a indagar la experiencia que la mujer

tiene de los hechos. Para ayudarla a identificar esa experiencia, el terapeuta

puede sugerirle varias palabras y preguntarle cuál se adapta más

a lo que siente, palabras tales como: explotada, oprimida, sojuzgada,

sofocada, esclavizada, etc. Luego se le pide a la pareja que imagine la

experiencia futura en el caso de que continúen dejándose llevar por esos

conceptos patriarcales de la relación de pareja.

6. El terapeuta abre luego la discusión de si el

hombre ola mujer están de acuerdo con dejarse llevar en un futuro por esas

instrucciones empobrecedoras o si, en cambio, creen que tienen derecho a

crear delibera damente una relación que sea viable para ambos. Esta discusión

puede enriquecerse yuxtaponiendo conceptos opuestos. En la práctica de

generar estas yuxtaposiciones de opuestos, me resultaron útiles varias ideas

de la teoría feminista y del trabajo de Gregory Bateson y creo que hay una

gran correspondencia entre estas dos fuentes. Las siguientes preguntas son

una muestra de aquéllas que pueden formularse en esta etapa de la terapia. A

causa de la desigual distribución de poder que existe en la relación,

inicialmente estas preguntas se le dirigen al hombre: 171

-¿Cree que está usted más de acuerdo con esas instrucciones empobrecedoras

vinculadas con la idea de ejercer poder sobre los demás o acaso le resulta más

atractiva la idea de ir apreciando cada vez más los recursos y la capacidad

personal?

Page 204: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

-¿Qué cree que encaja más con el tipo de persona que es usted? ¿La

intoxicación con esa cólera hipócrita y el aislamiento personal o el designio

personal y la capacidad de estar en contacto con los demás?

-¿Considera usted que debe continuar sometiendo esta relación a los

conceptos de jerarquía y represión o que debe huir de ellos y aventurarse a un

arreglo más equitativo y viable?

-¿Debería usted ajustarse a las prescripciones destinadas a satisfacer la avidez

y la conveniencia de los hombres o cree que debería oponerse a ellas y dejar

que sea la prudencia lo que influya en sus decisiones?

7. Continuando con la discusión que se genera

mediante la yuxtaposición de las oposiciones, el terapeuta sugiere que sería

conveniente que la pareja vaya considerando las posibles consecuencias que

tendría esa ruptura con las antiguas convenciones. Lo que sigue es una

muestra del tipo de preguntas que suelo formular al llegar a este punto:

-Si usted se opone a esas ideas sobre la supremacía masculina, quizás esa

nueva actitud lo aparte de los demás hombres. ¿Cómo manejaría esa

situación? -Si usted rechaza esas prescripciones que están envenenando su

mundo, puede encontrarse en una situación difícil cuando en la próxima

reunión familiar su cuñado humille a las mujeres. ¿Qué consecuencias cree que

puede tener todo esto en el futuro de la relación con su cuñado y cómo piensa

afrontar esas consecuencias?

-Si usted logra comprender la experiencia de opresión que tienen las mujeres,

le va a resultar intolerable que alguno de sus compañeros bromee diciendo

que el verdadero placer que encuentra jugando al squash es imaginar que la

pelota es "la vieja". ¿Cómo se las va a arreglar en una situación semejante? -Si

las nuevas ideas desalojan a las antiguas, usted va a tener una gran dificultad

para apreciar muchas de las bromas que se hacen en el bar. ¿Cómo cree que

tomarán sus amigos el hecho de que usted ya no festeje esas bromas? ¿Cómo

piensa afrontar el hecho de convertirse en una amenaza para ellos?

-Si su compañera se transforma en una autoridad en el conocimiento de sí

misma, reelabora su propia historia y confía en su propia experiencia, ¿cómo

Page 205: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

se las vería usted ante las opiniones vigorosas de su mujer? ¿Cree que podría

afrontarlas o que estallaría?

-(a la mujer) ¿Cómo imagina que reaccionaría su pareja si usted reelaborara su

propia historia y su propia experiencia? ¿Es probable que él le pida que le evite

enfrentarse con esas opiniones o cree usted que él estaría más dispuesto a

considerarlas sin estallar?

172

Después de analizar las consecuencias del cambio, se les pregunta a ambos si

están dispuestos a explorar algunas de las diferencias que van a experimentar

sus vidas y su relación si ellos se animan a desafiar las

instrucciones de la ideología patriarcal. Hasta ahora nunca se me presentó, en

esta etapa, una pareja que no quisiera experimentar el cambio, pero si esto

llegara a ocurrir podría sugerir la separación como una opción más viable para

la mujer. Los experimentos iniciales pueden ir desde que el hombre desarrolle

estrategias para contrarrestar su tendencia a interrogar a la mujer sobre qué

estuvo haciendo cada vez que ella llega a su casa del trabajo cinco minutos

tarde, hasta que la pareja discuta los diferentes aspectos de algún medio de

comunicación que promueve la opresión y la explotación de las mujeres. Otros

experimentos pueden incluir tareas que exijan que el hombre desarrolle una

comprensión más acabada de la experiencia que tiene la mujer de los valores

patriarcales, haciendo la aclaración de que esto puede resultar doloroso para

el hombre.

8. Es importante que el terapeuta responda a

todos los pasos que se den en un sentido que contribuya a vencer los valores

patriarcales. Esto incluye celebrar el hecho de que el hombre intente aceptar

la nueva versión sobre su

agresión y violencia y acceda a emprender experimentos específicos que

pueden apartarlo de muchos otros hombres. En las sesiones siguientes, el

terapeuta puede emplear diferentes variantes para responder al cambio; ya

describí algunas de ellas en otro lugar (White, 1986).

Page 206: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

Según me indica mi experiencia, al cabo de todo este proceso la mujer se

libera de la responsabilidad por la violencia y, al mismo tienlP°° se siente más

capacitada puesto que alcanza una posición de autoridad respecto de su

propia historia y su propia experiencia.

Nota

Con estas notas no pretendo brindar una guía completa de este ttatarnie et

Hay mucho más por decir en cuanto a la

provisión de servicios para los hombres Y rnules q sufren los efectos de la

violencia masculina. Gran parte de todo ello ya ha sido dicho por

otros autores en diversas publicaciones. Se ha destacado que es aconsejable

tratamiento hombres a dejar el hogar durante cierto período en las primeras

fases de este encías que y que, también, es conveniente planificar cómo

reaccionar ante las contingencias

puedan presentarse. Este tipo de planificación puede incluir una exhaustí

indaga con

de cómo ha de reaccionar el hombre si la mujer expresa opiniones qu va

indagación e no col

las de él y cómo ha de responder si la mujer descubre información que dg

lo que yo yo

Esa planificación para la contingencia puede incluir además el traza eda

recurrir

llamo una "vía de escape", es decir el desarrollo de un plan de acción al que pu

Los pasos la mujer en caso de que se vea

amenazada por nuevas situaciones de violencia

173

de este plan deberían reflejar las decisiones y prioridades de la mujer.

Además, es importante alentar al hombre para que hable de ello con aquellas

otras personas que la mujer haya elegido para que la ayuden a transitar esa

vía de escape. Conseguir que el hombre se sienta comprometido en este

proceso es una manera de aumentar su responsabilidad por la violencia

pasada y, además, es algo que tiende a contrarrestar cualquier tipo de acción

Page 207: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

vengativa que el hombre podría emprender como respuesta a la actitud de la

mujer de elegir esa vía de escape.

Si tuviera que reescribir estas notas pondría, además, el acento en la enorme

importancia que tiene el hecho de identificar los logros aislados que hubiera

obtenido la pareja antes de la "yuxtaposición de los opuestos" tratados en el

punto siete.

10 Destruir los miedos y domar a los monstruos

Un enfoque para el tratamiento de los temores infantiles*

Referencias bibliográficas

McIntyre, D. 1984, "Domestic violence: the case of the disappearing victim?"

The Australian Journal of Family Therapy, 5, 4.

White, M. 1986, "Negative explanation, restraint and double description: a

template for family Terapy". Family Process, 25, 2, págs. 169-184.

En este capítulo se consideran los temores infantiles dentro del contexto

interaccional de la familia. Y se sostiene que la supervivencia y el

fortalecimiento de tales miedos depende de la presencia de un "sistema que

apoya el estilo de vida dominado por los miedos". Mediante un examen de la

participación inadvertida que los miembros de la familia tienen en ese estilo de

vida dominado por los temores, se pueden obtener los detalles de ese sistema

de apoyo.

Se tratan también aquí las formas de intervención que tiene el terapeuta para

desbaratar esa participación. Tales intervenciones incluyen la presentación de

una descripción del problema interaccional y no amenazadora y un rito

estructurado destinado

a oponerse al estilo de vida dominado por el miedo. Como ejemplo, se analiza

un caso.

Los temores infantiles

Muchos niños pequeños desarróllan temores específicos de diferentes tipos,

temores que se vinculan con varias cuestiones relacionadas con su desarrollo y

con el contexto de ese desarrollo. Tales miedos adquieren muchas formas

diferentes y con frecuencia se manifiestan como ansiedad, fobias y aislamiento

Page 208: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

social. Aunque los temores infantiles pueden ser pertinaces, en la mayor parte

de los casos son transitorios y suelen declinar naturalmente con el paso del

tiempo (MacFarlane y otros, 1954, Agras y otros, 1972).

Sin embargo, a veces, algunos de esos miedos son más tenaces y pueden

persistir durante la adolescencia y hasta la edad adulta. Cuando ocurre esto,

los temores pueden provocar distintos grados de conducta obsesiva-

compulsiva que tienen un efecto altamente restrictivo e incapacitador en las

vidas de los jóvenes y de los miembros de la familia. Teniendo esto en cuenta,

es necesario encarar tratamientos destinados a resolver los temores infantiles

que se manifiestan particularmente tenaces e influyentes.

*Publicado en Dulwich Centre Review, 1985. En mayo de 1984 se presentó en

el Dulwich Centre una versión de este capítulo.

174

175

Algunos de los temores que más comúnmente experimentan los niños están

relacionados con la noche. Estos pueden incluir el miedo ala oscuridad, a irse a

dormir, a monstruos indefinidos y a los posibles merodeadores. Es frecuente

que tales temores aparezcan acompañados por pesadillas y sueño

entrecortado.

En la bibliografía referente a estas cuestiones, se han dado varias

explicaciones de la aparición y la persistencia de tales miedos y, entre ellas,

predominan las teorías psicodinámicas y de la conducta. Esas diferentes

explicaciones suelen señalar diferentes implicaciones para la intervención

terapéutica. Una explicación a la que no se le ha prestado la debida atención

en la bibliografía, es la que destaca la importancia del abuso sexual infantil,

incluyendo el incesto, en nuestra comunidad. Herman, después de amalgamar

los resultados de cinco estudios sobre abuso sexual, sostiene:

Los resultados de las cinco investigaciones son notablemente coherentes. De

una de cada tres, a una de cada cinco de todas las mujeres informaron que

tuvieron algún tipo de encuentro sexual con algún hombre adulto durante su

Page 209: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

infancia. Entre el cuatro y el doce por ciento mencionaron haber tenido alguna

experiencia sexual con un pariente (citado en Breaking The Silence, 1985).

La conexión que existe entre la explotación sexual y otras formas de abuso

infantil con el probable desarrollo de temores nocturnos es evidente. Otra

explicación que hasta hace muy poco tiempo también fue pasada por alto, se

relaciona con la profunda inseguridad que pueden experimentar los niños

respecto de la amenaza de una guerra nuclear y de una catástrofe ecológica

(Family Therapy Networker, 1984; Sanders y O Donnell, 1985).

Los terapeutas siempre deben tener en cuenta estas explicaciones al evaluar

los miedos infantiles y su contexto. Si una indagación del contexto de los

temores se ajusta a esta explicación o apunta a ella, debe encararse un

tratamiento apropiado.

El contexto interaccional

En muchas familias resulta evidente que los temores infantiles sobreviven

dentro de un contexto interaccional, un contexto en el cual los miembros de la

familia participan sin advertirlo y, como consecuencia, ayudan a perpetuar y a

alimentar tales temores. Si el terapeuta averigua cuáles son los intentos que

han hecho los miembros de la familia para ayudar al niño a enfrentar sus

miedos, podrá descubrir los detalles de un sistema que apoya

176

el estilo de vida dominado por los temores y, también, podrá obtener

información sobre cómo los miedos lograron tener tanta influencia. La

aplicación inadvertida de esas "soluciones" que sólo sirven para mantener el

problema, puede considerarse un ejemplo del fenómeno de Retroalimentación

Amplificador de la Desviación (Wender, 1968)2.

En respuesta a la sensación de opresión que experimenta el niño a causa de

los temores, los demás miembros de la familia y especialmente los padres,

intervienen más activamente en la vida del niño y toman medidas para asumir

una mayor responsabilidad respecto de su seguridad. Tratan de ejercitar más

intensamente su capacidad de afrontar los miedos a fin de reducir la opresión

del niño. Este, a su vez, responde cargando mayor responsabilidad en los

Page 210: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

padres y sintiéndose menos capaz. En suma, pierde aún más la capacidad de

supervisar su propia vida.

Una descripción interaccional del problema, acompañada de un rito, puede ser

una buena forma de terminar con esa participación no deliberada de los

miembros de la familia en una dirección temerosa, y de establecer un círculo

más virtuoso en el cual los miembros de la familia puedan participar en una

dirección más conveniente para el niño. Se han aplicado distintas variaciones

del rito con niños desde los cuatro y hasta los ocho años, que sentían

pertinaces miedos nocturnos. David Epston (1983) desarrolló un rito para niños

mayores con el mismo problema. Cuando se presentan miedos extremos en

niños mayores y en adolescentes, temores que pueden manifestarse mediante

severas formas de conducta obsesiva-compulsiva, es necesario aplicar un

enfoque más detallado (véase White, 1985).

Montar la escena: establecer una influencia relativa y una descripción

interaccional

El terapeuta recoge información referente a la influencia que tienen los

temores en las vidas de todos los miembros de la familia y evalúa, mediante el

análisis de las soluciones intentadas, la contribución que le corresponde a cada

uno en la supervivencia y el fortalecimiento del temor. Si se establece que uno

de los padres, o ambos, experimentan una profunda preocupación/ ansiedad

por otras cuestiones, ese dato puede directamente constituir un elemento para

asegurar que la aplicación de una nueva solución al problema del niño no será

obstaculizada. También es necesario considerar las otras explicaciones

mencionadas anteriormente (incesto y otras formas de abuso y ansiedad

respecto de la amenaza nuclear). A fin de determinar el próximo

177

paso que ha de dar, el terapeuta evalúa cuidadosamente la información

obtenida de los miembros de la familia. Si resulta evidente que estas últimas

explicaciones no son aplicables al caso y que los miedos subsisten dentro de

un contexto en el que los miembros de la familia participan inadvertidamente

para mantener un estilo de vida dominado por el temor, el terapeuta puede

Page 211: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

pedir que el niño le haga una descripción más elaborada de los miedos que lo

hacen sufrir.

Si los temores "tienen aspecto" de monstruos, se alienta al niño para que trate

de dibujarlos. Si se trata de temores menos específicos, se le puede pedir al

niño que les "invente una cara", que imagine qué aspecto tendrían esos

monstruos si se materializaran. El terapeuta puede ayudarlo sugiriendo

posibles descripciones. Luego se le pide al niño que dibuje como pueda esas

imágenes. Si el niño se muestra renuente, se le puede explicar que dibujar en

un papel las "caras" de los miedos es el primer paso para capturarlos y

domarlos.

Seguidamente, el terapeuta ayuda a los miembros de la familia a establecer la

influencia relativa, es decir, la influencia que esos miedos ejercen en sus vidas

y la influencia que ellos mismos ejercen en la "vida" de los miedos. Con

frecuencia, al niño le cuesta determinar qué influencia ejerce en la vida del

temor. El terapeuta puede ayudarlo a determinar esa influencia llamándole la

atención sobre los aspectos de su vida que puedan haber sido eclipsados por

influencia de los miedos. Una vez hecho esto, el terapeuta puede pedirles al

niño y a los miembros de la familia que lo ayuden a comprender cómo, en

tales circunstancias, el chico fue capaz de retener todo el control que aún

ejerce en su propio territorio. Puesto que la derivación de esa descripción de la

capacidad que tiene el niño o la niña de influir en la "vida" del problema es

esencial, y puesto que con frecuencia resulta difícil establecerla, el terapeuta

puede llegar a esa descripción indirectamente. Por ejemplo, suelo explicarle al

niño que lo que intento hacer es establecer, mediante un test, que él o ella

tiene la capacidad potencial de influir en la vida de sus miedos. Sin descubrirle

la naturaleza del test, le formulo una serie de preguntas casuales y luego le

informo los resultados. Entonces, le pido que me explique cómo es posible que

haya sido capaz de responderme "x" preguntas en un nivel propio de su edad

e "y" preguntas en un nivel de un niño o una niña de más edad 4. Esto hace

que el niño pueda reconocer más fácilmente su capacidad para influir en la

vida de sus temores.

Page 212: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

A veces, también es necesario ayudar a los demás miembros de la familia,

particularmente a los padres, a discernir su propia influencia relativa. Para ello

se les puede pedir que mencionen las diferentes maneras

178

en que fueron incitados por el niño a actuar como "vigilantes de los temores" o

"supervisores de los miedos". ¿Qué tipo de incitaciones recibieron para

hacerse superresponsables de la seguridad del niño o la niña? ¿Cuáles de esas

incitaciones se sintieron "compelidos" por los temores a aceptar y cuáles

fueron capaces de declinar? El terapeuta puede ayudar a los miembros de la

familia a identificar aquellas incitaciones que fueron capaces de declinar,

reflexionando sobre las muchas otras opciones que los padres podrían haber

elegido para asumir una posición superresponsable en relación con el niño. Se

les puede entonces preguntar cómo, en tales circunstancias, lograron resistir a

esas incitaciones.

Al trabajar con los miembros de la familia, el terapeuta puede poner el acento

en la cuestión temporal y en su relación con el estilo de vida dominado por los

temores. Ello puede lograrse pidiéndoles que imaginen qué otras incitaciones

para vigilar y supervisar los temores pueden aparecer en el futuro, incitaciones

que tenderían a fortalecer el estilo de vida dominado por los miedos y también

a considerar ante cuales de esas incitaciones se sentirían más vulnerables,

más dispuestos a aceptar. ¿Hasta qué punto perderían influencia si aceptaran

tales incitaciones?

Luego, el terapeuta promueve un debate sobre la disposición con la que

cuentan los miembros de la familia para oponerse al "reinado del terror". ¿Está

el niño o la niña dispuesto/a a volver atrás y reclamar parte de su territorio

perdido? ¿Está dispuesto/a a impedir que los temores lo/la lleven a incitar a los

demás miembros de la familia a vigilar y supervisarlos miedos? ¿Están los

demás miembros de la familia, y particularmente los padres, preparados para

realizar una acción afirmativa y declinar las incitaciones a mantener la

supervisión y vigilancia de los miedos y, por consiguiente, a terminar con el

estilo de vida dominado por los temores?¿Están dispuestos los miembros de la

Page 213: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

familia a intentar un experimento que ayude al niño o la niña a "capturar,

domar y supervisar" los temores? ¿Están todos dispuestos a tolerar las

inevitables dificultades y la angustia que pueden experimentar al declinar las

incitaciones de los miedos? Cuando se establece que toda la familia está

dispuesta, es el momento de presentar el rito.

La presentación del rito

La mayoría de los niños aceptan de buena gana que los monstruos y los

miedos son más temibles durante la noche que durante el día y que sería

conveniente para toda la familia "mantenerlo a raya" de noche. Generalmente

179

yo les pregunto, entonces, si conocen la "Cuarta Regla de los Monstruos" y

normalmente los niños me responden que la ignoran. Al recibir esa respuesta

yo simulo incredulidad y me muestro alarmado; les digo que todos los niños

deben conocer la Cuarta Regla de los Monstruosa. Entonces, según el caso, le

presento a cada niño una variación de esa regla que se ajuste a su edad:

Puesto que los monstruos se hacen más temibles durante las prácticas

nocturnas y más divertidos durante las prácticas diurnas, si los niños desean

pasarlo bien, tienen que impedirles a los monstruos realizar sus prácticas

nocturnas.

Se le puede preguntar nuevamente al niño si de veras nunca oyó hablar de

esta regla, si realmente es una completa sorpresa para él y sugerirle que

hubiera sido conveniente que la hubiese conocido antes. Algunos niños

súbitamente advierten que conocían esa regla, pero que la habían olvidado. El

siguiente paso es revisar hasta qué punto la familia está dispuesta a actuar en

el sentido que indica esa regla. La respuesta a la pregunta ¿están dispuestos?

es siempre afirmativa y, entonces, el terapeuta puede proceder a presentar los

siguientes detalles referentes al rito que deberán practicarse hasta que se

logre domar adecuadamente a los monstruos.

1. Al regresara casa, después de la entrevista, conseguirán un trozo de soga y

una caja de madera o de acero del tamaño suficiente para guardar los dibujos

del niño.

Page 214: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

2. Antes de irse a dormir, el niño o la niña deberá poner en la caja los dibujos

de sus miedos y, con la ayuda de los padres, cerrarla muy bien y atarla con un

extremo de la soga.

3. Puesto que los monstruos del niño son de una variedad indómita, y están

acostumbrados a hacer lo que se les antoja, es posible que tengan una

"pataleta" si se les impide realizar sus prácticas nocturnas. Por ello, se le

pedirá al niño que coloque la caja en el jardín y ate el extremo libre de la soga

a un árbol o al tendedero. Así, la furia de los monstruos no perturbará la paz

familiar. Si es posible, la caja debe atarse de modo que quede suspendida.

Pues los monstruos causan menos problemas si no pueden poner sus pies

sobre la tierra.

4. Antes de acostarse, el niño deberá buscar sus zapatillas y, o bien

ponérselas, o bien colocarlas debajo de la almohada. Esto es necesario porque,

si llegara a suceder que los monstruos se escaparan, es responsabi lidad del

niño interrumpirles las prácticas nocturnas, atraparlos y volver a colocarlos en

su caja.

5. Cada mañana el niño deberá liberara los monstruos para que hagan sus

prácticas diurnas y se diviertan 6.

180

6. Los padres comenzarán a formar un álbum de fotografías al que le pondrán

el siguiente rótulo: "Album de caza y doma de seres despreciables y

monstruos" o "Album de Destrucción de Miedos". Tomarán fotografías del niño

(preferiblemente con una cámara con sistema polaroid) mientras éste realiza

los preparativos para la doma de los monstruos y otras del niño llevando los

monstruos al jardín. También se les pedirá a los padres que fotografían otras

situaciones de la vida del niño o la niña, que impliquen valentía, falta de

temor. Pueden pedirles a los niños que posen para estas fotografías, no es

necesario que los sorprendan en una actitud espontánea.

7. Se les pide a los padres que traigan consigo el álbum durante la segunda

entrevista. Pues en ésta se compararán todas las fotografías y se elegirá la

Page 215: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

mejor: aquella que muestra la más evidente actitud de cazador y domador de

monstruos.

8. Cada noche los padres deberán reflexionar sobre el asunto, discutirlo y

tomar notas de cualquier intento que hayan hecho los temores de controlar la

situación, es decir, las ocasiones en que los miedos hayan provocado que el

niño los incite a actuar de vigilantes y supervisores de sus temores.

Después de presentar estas instrucciones, generalmente suelo mostrarle al

niño un Certificado de Cazador y Domador de Seres Despreciables y Monstruos

y el Diploma de Destructor de Miedos. Estos premios incorporan

inmediatamente al niño que los obtiene, a la Asociación de Cazadores y

Domadores de Seres Despreciables y Monstruos de Australia y Nueva Zelanda

(hay una sucursal en Auckland) o a la Asociación de Destructores de Miedos

del Hemisferio Sur. Este premio también establece que el niño obtiene el título

de Cazador y Domador de Monstruos y Seres Despreciables o de Destructor de

Miedos, es decir que está capacitado para ayudar a otros niños que tengan

problemas de temor. Entonces, le pregunto al niño o la niña cual de los dos

títulos preferiría obtener cuando consiga vencer sus miedos.

Antes de concluir la entrevista, generalmente les informo a las familias que los

niños que no tienen miedos suficientes para convertirse en "domadores" o en

"destructores" están en desventaja, pues no pueden aspirar a formar parte de

esas asociaciones. Se le dice al niño que estas asociaciones son tan exclusivas

que, aunque lo intente, difícilmente pueda encontrar amigos, parientes o

compañeros de escuela que también tengan un Certificado de Cazador y

Domador de Seres Despreciables y de Monstruos o un Diploma de Destructor

de Miedos.

Habitualmente, suelo citar a la familia para una nueva entrevista dos semanas

después de la primera. En esta entrevista el terapeuta pone el acento 181

en el éxito obtenido por el niño, revisa el álbum de fotografías y selecciona las

fotografías que más se ajusten al espíritu de un estilo de vida libre de temores.

Normalmente pido copias de esas fotografías y pido permiso para mostrárselas

a otros niños que puedan experimentar temores similares, como un ejemplo de

Page 216: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

lo que se puede lograr. La mayor parte de los niños suelen estar encantados

con la idea de ser "un buen ejemplo" para los demás. También les pido a los

padres que analicemos cada uno de los intentos que hicieron los miedos por

controlarlos e incitarlos a ser superresponsables. También hablamos de la

posibilidad de que se presente una recaída y establecemos planes para actuar

en esos casos.

El ejemplo de un caso

Marjorie, una madre sola, estaba muy preocupada por su hijo Mark de seis

años. Mark siempre había sido un niño "temeroso". Tenía una historia de sueño

sobresaltado y con frecuencia se despertaba con "pesadillas". Además era un

niño penosamente tímido.

A través de los años, Marjorie había encarado sola el problema y en cada

ocasión que podía trataba de tranquilizar a Mark y de velar por su seguridad.

Al pedir consejo terapéutico, cuando Mark tenía cuatro años Marjorie recibió

por respuesta que los temores de su hijo eran el resultado de su separación

matrimonial que se había producido inmediatamente después del nacimiento

del niño. Además, se le dijo que esos miedos estaban relacionados con la

ambivalencia de la madre respecto del hijo. Marjorie, desesperanzada por esa

respuesta, decidió aplicar más intensamente las mismas soluciones que venía

aplicando hasta entonces, con lo cual se volvió más vulnerable a aceptar las

incitaciones de Mark a que se convirtiera en vigilante y supervisora de sus

miedos.

Recientemente, la ansiedad de Mark había llegado a un punto que podía

considerarse permanente. El niño estaba ansioso, se sentía perturbado y tenía

grandes dificultades en la escuela y también para relacionarse con sus pares. Y

lo que más lo preocupaba era afrontar la noche. Apenas llegaba de la escuela

comenzaba a pedirle a la madre que lo tranquilizara respecto del momento de

irse a dormir. Una vez que se acostaba salía una y mil veces de su dormitorio

quejándose de no poder dormir y de tener miedo de los monstruos. Sólo podía

dormirse cuando ya estaba muy fatigado y generalmente volvía a despertarse

Page 217: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

con pesadillas. Marjorie comenzó a deprimirse, a sentirse incapaz de controlar

la situación.

182

Cuando Mark le puso "una cara a los temores" que sentía, yo le hice notar que

eran realmente temibles. Le dije que era sorprendente cómo había podido

siquiera dormir algo con esos monstruos merodeando de noche. ¿Alguna vez

se había preguntado hasta qué punto esto era sorprendente? Mark me confesó

que nunca se había dado cuenta hasta el momento. Observé entonces que sus

monstruos eran particularmente perversos. Aun sabiendo que era él quien los

alimentaba, continuaban molestándolo y haciéndolo despertar por las noches.

Después de discutir un rato estas cuestiones, Mark descubrió que había

influido en la vida de sus miedos de algunas otras formas.

Luego hablé con Marjorie de las diferentes incitaciones que ella había recibido

de Mark para convertirse en vigilante y supervisora de los temores de su hijo e

identificamos algunas ocasiones en las que Marjorie había sido capaz de

declinar tales incitaciones. Le dije que esos logros eran particularmente

notables si teníamos en cuenta la incorrecta evaluación que se le había hecho

dos años antes y que podría haberla vuelto más vulnerable a aceptar tales

incitaciones. Al reconocer esto, Marjorie experimentó un instantáneo alivio.

Seguidamente, destaqué la cuestión temporal y su importancia en la

participación de ambos en ese estilo de vida dominado por los temores y

evalué la disposición que tenía, tanto Mark como su madre, para oponerse a

ese estilo de vida.

Cuando anuncié la Cuarta Regla de los Monstruos, Mark, al principio, se mostró

sorprendido. Sin embargo, cuando yo me mostré sorprendido por su sorpresa,

me dijo que creía que alguna vez había oído hablar de esa regla pero quizás la

hubiera olvidado. También me dijo que era probable que hubiese oído también

las otras tres reglas, pero que también las había olvidado. Tanto Mark como

Marjorie se mostraron interesados en cumplir la Cuarta Regla de los

Monstruos, y entonces yo les suministré los detalles del rito.

Page 218: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

Ambos se entusiasmaron con el rito y Mark decidió prepararse para obtener el

Diploma de Destructor de Miedos. Y me dijo que tenía confianza en lograr ese

diploma en nuestra próxima entrevista.

Dos semanas después, en la siguiente entrevista, Mark estaba radiante y

Marjorie parecía más feliz y más relajada. Mark, que había traído su "jaula de

monstruos" y su Album de Destructor de Miedos, me contó con detalles cómo

había atrapado y domesticado a sus miedos. Ahora sólo les permitía realizar

sus prácticas diurnas y pensaba que, en realidad, esos monstruos se habían

hecho mucho más divertidos.

Marjorie me contó que Mark marchaba mucho mejor en la escuela,

183

había comenzado a invitar a algunos amiguitos a la casa y ya no se mostraba

ansioso cuando llegaba la hora de irse a la cama. Además, por primera vez

desde hacía muchísimo tiempo, ambos habían dormido plácidamente toda la

noche durante la última semana. Las pesadillas no reaparecieron. En dos

Ocasiones Marjorie había recibido incitaciones para hacerse cargo de los

temores de su hijo, pero había sabido rechazarlas con éxito. Miramos todos J

untos el Album de Destructor de Miedos y finalmente le entregué a Mark su

diploma.

Más adelante, Marjorie me comunicó que Mark se había liberado de sus miedos

y era un chico relativamente despreocupado. Además, me contó que no había

sufrido ninguna recaída, que estaba adquiriendo mayor confianza en sí mismo

y que ambos se sentían mucho más felices.

Conclusión

Este capítulo enfocó la cuestión de los temores infantiles dentro del contexto

interaccional de la familia. El rito descrito logra terminar con la participación

no deliberada de los miembros de la familia en la supervivencia de los miedos.

Creo que además del rito, y como una forma de preparar a la familia para su

realización, el terapeuta debe suministrarles a los miembros de toda la familia

una descripción interaccional del problema que no les resulte amenazadora.

Page 219: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

Esa descripción le permite a la familia aplicar diferentes soluciones, basadas

en el buen criterio.

pues de ese modo yo podría explicárselas luego a otros niños que presenten el

mismo problema.

6. Un niño violó esta regla. Una noche los miedos se escaparon y entonces el

chico decidió dejarlos encerrados durante todo el día siguiente. Por supuesto,

no hubo más intentos de fuga.

Referencias bibliográficas

Agras, W. S., Chapin, H.H y Oliveau, D.C. 1972, "The natural history of phobia".

Arch. Gen. Psychiat. 26, págs. 315-317.

Breaking the Silence, 1985, A report based upon the findings of the Women

Against Incest phone-in survey, Sydney, Waldby.

Epston, D. 1983, "The case of the night watchman" Aust. Jounal Fam. Therapy,

4, 2, págs. 123-124.

Epston, D. 1984, "The nuclear shadow". Family Therapy Networker, 8,2.

MacFarlane, J. W., Allen, L. y Honzik, M. 1954, A Developmental Study of the

Behaviour Problems of Normal Children. Berkeley, University of California

Press. Sanders, C. y ODonnell, J. 1984, The Impact ofNuclear Threaton Children

and Families and the Role of the Family Therapist. Dulwich Centre Presentation

(no publicado). Watzlawick, P., Weakland, J. y Fisch, R. 1974, Change:

Principles of problem formation and problem resolution. Nueva York, Norton.

Wender, P.H. 1968, "Vicious and virtuous circles: the role of deviation

amplifying feedback in the origin and perpetuation of behaviour". Psychiatry,

31, págs. 309324.

White, M. 1984, "Pseudo-encopresis: from avalanche to victory, from vicious to

virtuous cycles". Family Systems Medicine, 2, 2, págs. 150-160.

White, M. 1985: "Negative explanation, restraint y double description: a

template for family Terapy". Family Process (de próxima aparición).

Notas

1. Sobre un análisis del concepto de "soluciones que mantienen el problema",

véase Watzlawick y otros, 1974.

Page 220: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

2. Para un mayor análisis del concepto de Retroalimentación Amplificadora de

la Desviación y sus implicaciones para la terapia, véase White, 1984.

3. Sobre el concepto de la Influencia Relativa, véase White, 1985.

4. Por ejemplo, le digo: "Tienes seis años. Pero me has respondido a siete

preguntas que son para un niño de seis años, cinco preguntas que son para

niños de siete años y tres que son para niños de ocho años. ¿Cómo pudiste

hacerlo? y ¿qué significa esto para el futuro de tus miedos?

5. Habitualmente, en cierta etapa del tratamiento, los niños y sus padres me

preguntan cuales son las otras tres reglas de los monstruos. Y yo les respondo

que tampoco a mí me las dijeron, o que las olvidé, o que aún no las sé, o que

probablemente sean reglas

que sólo los niños pueden descubrir. Además, les digo que si los miembros de

la familia descubren cuáles son las otras tres reglas, yo apreciaría mucho que

me las comunicaran,

184

185

11 Pseudoencopresis

De la avalancha a la victoria, del círculo vicioso al círculo virtuoso*

En este capítulo, se considera a la encopresis desde la perspectiva de la

Segunda Cibernética (Maruyama, 1963). En las familias en las que se dan

estos síntomas, se supone que todos los miembros participan sin advertirlo en

la avalancha descontrolada de los sucesos. Todos los miembros parecen

incapaces de modificar el curso de estos sucesos y sienten los síntomas de la

encopresis como algo opresivo.

El objetivo del tratamiento es detener esa avalancha de sucesos y ayudar a los

miembros de la familia a vencer los síntomas. Se detalla seguidamente un

mapa de la terapia de encopresis basado en este enfoque.

Orientaciones conductistas y psicodinámicas

toda, la responsabilidad de la crianza. Con frecuencia, cuando el más vencido

de los padres se manifiesta incapaz de realizar con éxito el procedimiento, se

hospitaliza al niño. Allí, con la constante supervisión con la que se cuenta para

Page 221: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

aplicar sistemáticamente los métodos conductistas, los niños generalmente

logran cierto control de los intestinos. No obstante, cuando se lleva a esos

niños a un contexto en el cual es imposible reproducir las condiciones del

hospital, es frecuente que vuelvan a perder el control y que los padres tornen

a sentirse incapaces de ayudarlos.

Muchos teóricos psicodinámicos basan su explicación de la encopresis en una

fórmula sexista, agotada y lineal que atribuye el problema a los intentos

inadecuados y negativos de las madres. Se ha creído que la "causa raíz" del

problema son las madres hipercontroladoras, intrusas y ambivalentes.

La defecación agresiva es, generalmente, una manifestación de una relación

perturbada entre los padres (y con más frecuencia la madre) y el niño. A veces

la madre tiene una personalidad obsesiva y controladora y le da gran

importancia al orden y la limpieza... Esto es lo que, inconscientemente, intenta

el niño cuya conducta ha sido obsesivamente controlada por la madre... La

apreciación que el niño hace del talón de Aquiles emocional de su madre [sic],

es decir, el control de los intestinos, es también inconsciente pero lo lleva a

defecar como un modo de expresar sus sentimientos de enojo (Barker, 1979,

pág. 115).

Los teóricos orientados hacia los enfoques conductistas y psicodinámicos

contribuyeron significativamente a elaborar una bibliografía sobre la

encopresis. Después de seleccionar las observaciones hechas, ambos grupos

de teóricos elaboraron explicaciones de este problema. Los teóricos

conductistas sostienen que la encopresis es el resultado de un aprendizaje

errado y muchos de ellos han desarrollado tratamientos basados en los

principios condicionantes que, con frecuencia, son adaptaciones del trabajo de

Azrin y Foxx (1971) (Por ejemplo, véase Davis y otros, 1976). Tales

procedimientos que, según se informó, fueron relativamente efectivos, por lo

general, exigen que los padres apoyen inmediatamente ciertas conductas. La

dificultad más comúnmente observada de este enfoque surge de la falta de

acatamiento del niño y/o de la falta de cooperación de los padres.

Page 222: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

Puede argumentarse que este fenómeno de falta de cooperación se relaciona,

en realidad, con que la tarea de supervisar los programas de entrenamiento en

el cuarto de baño generalmente se les encarga a los padres, los cuales ya se

sienten bastante derrotados y exhaustos a causa del problema. Normalmente,

es la madre quien carga con la mayor, y a veces con

* Publicado en Family Systems Medicine, vol. 2, N° 2, 1984.

Fischer (1979), en un estudio sobre la bibliografía psiquiátrica infantil sobre la

cuestión de la encopresis, llega a la conclusión de que "con frecuencia el

síntoma de la encopresis refleja la rebelión del niño contra el sermoneo y la

excesiva preocupación de la madre, mediante el funcionamiento de sus

intestinos" (pág. 562) y que las madres "son dominadoras, están demasiado

implicadas en las vidas de sus hijos y se quejan abiertamente de ello. En

numerosos informes, procedentes de diferentes países, uno ve una y otra vez

las mismas descripciones de la fluctuación maternal entre una intrusión

sobrecargada y una exclusión de rechazo". (pág. 564).

Esta clase de explicación lleva a realizar prácticas clínicas específicas que,

generalmente, incluyen el intento de que la madre tenga una visión de sus

propios sentimientos y su propia conducta, muy perjudicial para el niño. Si las

madres aceptan ese estigma interior, la explicación queda confirmada. Si, por

el contrario, las madres reaccionan en contra de la imposición de este tipo de

interpretación y discuten o se niegan a seguir la terapia, esa actitud también

confirma la explicación: sólo las madres con una naturaleza hostil y

sobrecontroladora se oponen a una visión interior y reaccionan de este modo.

186

187

La pseudoencopresis

La explicación psicodinámica de la encopresis me deja bastante confundido.

Los niños encopréticos y los miembros de sus familias que llegan a mí en

busca de tratamiento no parecen ajustarse a esta explicación. No he podido

encontrar un solo caso cuya causa haya sido una madre ambivalente o

invasora. Naturalmente acepto la posibilidad de que los niños que vi pueden

Page 223: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

no haber recibido un diagnóstico de encopresis. Esto nos lleva al desarrollo de

un nuevo diagnóstico de "pseudoencopresis".

Puede diagnosticarse la pseudoencopresis cuando un niño presenta problemas

de defecación crónicos y cuando esos problemas persisten a pesar de que

haya habido varios intentos de solución; pero no se puede decir que la causa

sean las madres ambivalentes e intrusas. Desde hace muchos años, busco

incansable e infructuosamente casos de "verdadera" encopresis a fin de

compararlos con las muestras de niños que he tratado. Por consiguiente, el

enfoque descrito en este capítulo sólo fue aplicado a una muestra parcial. En

todos los casos analizados aquí, los padres de los niños encopréticos se

sentían derrotados, desamparados, impotentes, desesperanzados,

desesperados y frustrados. Frecuentemente un padre se sentía más vencido

que el otro. Y en general era la madre, pues ella es quien carga con la mayor

responsabilidad de la crianza de los hijos en nuestra sociedad.

La mayor parte de los padres de la muestra informó que por culpa de este

problema fueron sintiéndose cada vez más alejados de sus hijos. Todas las

manifestaciones sugieren además que los niños se sienten cada vez más

dominados por sus síntomas. Se sienten fuera de control, impotentes,

desesperanzados y distanciados de los padres. También he visto casos en los

cuales los miembros de la familia y a veces los profesionales de la salud y de

bienestar social aplicaron explicaciones voluntaristas e inútiles que generaron

círculos viciosos de culpa y censura. No hay dudas de que todos los miembros

de la familia, en estos casos, experimentaron sentimientos de opresión.

Círculos viciosos y círculos virtuosos: la segunda cibernética

Creo que el desarrollo del problema de la encopresis y su contexto pueden

comprenderse mejor desde la perspectiva de la Segunda Cibernética. La

Segunda Cibernética es una teoría de causalidad mutua que sostiene que

"los elementos que están dentro de un sistema se influyen recíprocamente o

188

bien de manera simultánea o bien de manera alternativa" (Maruyama,1963,

pág. 164). De acuerdo con esta teoría, algún "estímulo pequeño, insignificante

Page 224: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

o accidental" o una desviación puede desencadenar un proceso que con el

tiempo va aumentando sus dimensiones hasta un punto tal que se pierden las

condiciones iniciales. En este proceso de "bola de nieve", "el resultado ha de

ser desproporcionadamente extenso si se lo compara con el estímulo inicial"

(Maruyama, 1963, pág. 167).

Con frecuencia, la Segunda Cibernética se remite a la retroalimentación que

amplifica la desviación:

... D.A.F. es un mecanismo que explica cómo las pequeñas variaciones

producidas en un sistema pueden (o deben) llegar a vincularse con amplios

efectos, cómo las pequeñas perturbaciones pueden generar cadenas de

sucesos que pueden terminar en grandes alteraciones (Wender, 1968, pág.

309).

Esta es una teoría de causalidad mutua o causalidad circular que se opone a

los conceptos de la causalidad lineal. Condiciones iniciales similares o

estímulos accidentales pueden producir resultados disímiles. Condiciones

iniciales disímiles pueden producir resultados similares.

Esta teoría implica que no es posible señalar directamente la causa de un

problema o un suceso. Cuando los sucesos se consideran dentro del contexto

de procesos de retroalimentación que aumentan la desviación debida a causas

recíprocas, puede entenderse que tales sucesos son el resultado

"posiblemente inevitable" de círculos viciosos o círculos virtuosos 4.

Reconstruir los sucesos

La Segunda Cibernética ofrece un enfoque de la encopresis que propone una

explicación diferente del problema. Creo que ese enfoque tiene una gran

ventaja respecto de los conceptos voluntaristas que tienden a promover el

círculo vicioso de la culpa y la censura. El problema puede encararse desde

ángulos distintos, ángulos que a través de las otras construcciones del

problema eran inconcebibles.

Esta perspectiva exige que el terapeuta ayude a los miembros de la familia a

considerar el contexto de retroalimentación que aumenta la desviación de la

encopresis. Esto establece el contexto necesario para interrumpir el círculo

Page 225: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

vicioso e introducir un círculo más virtuoso. Se presenta entonces la idea de

que todos los miembros de la familia están

189

atrapados en la misma avalancha de acontecimientos. Se considera que el

niño, así como sus padres, están dominados y han sido vencidos por los

síntomas. Se identifica a todos los miembros de la familia como "víctimas",

incapaces de controlar los sucesos.

El terapeuta apoya esta idea identificando los hechos que demuestran cómo la

defecación es algo que está fuera del control de todos ellos. Parece que tuviera

una vida propia y que se aprovecha de todos los miembros de la familia, con

frecuencia en los momentos en que ellos menos lo esperan. No debe

permitirse que los miembros de la familia minimicen los efectos de esa

avalancha. Se identifican las experiencias de desesperanza y opresión y el

terapeuta desafía a cada uno de los miembros de la familia a que establezca

qué efecto tiene esa experiencia sobre su persona y sobre sus relaciones con

los demás.

Después de examinar las soluciones intentadas anteriormente y que

fracasaron, el terapeuta puede pedirles a los miembros de la familia que lo

ayuden a comprender cómo se las arreglaron para afrontar tan bien la cuestión

y mantenerse firmes a pesar de las circunstancias adversas.

A fin de interrumpir los círculos viciosos de culpa y censura, es importante que

el terapeuta se oponga con éxito a las ideas voluntaristas. El terapeuta puede

lograrlo si después de relatar cuidadosa y concienzudamente la historia del

problema, anuncia que no le cabe la menor duda de que la causa es atribuible

a por lo menos una de las siete oportunidades identificables. El terapeuta

también puede declarar con convicción que, en realidad, esas posibilidades

podrán reducirse a tres o cuatro cuando el problema se haya estudiado unos

diez o quince años más.

Si los miembros de la familia tienden a mencionar detalles que alientan una

interpretación voluntarista de los hechos, el terapeuta debe tratar de colocar

esos detalles dentro de un nuevo marcob. En ese caso, pueden elaborarse

Page 226: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

explicaciones que se ajustan más a un contexto relacionado con los fenómenos

de avalancha o desbocamiento. En el siguiente ejemplo clínico se ilustra ese

proceso:

El señor y la señora Smith creían que su hijo Jason, que nunca se ensuciaba en

la escuela pero siempre lo hacía en el camino de regreso a casa, intentaba

perturbarlos con sus síntomas. A fin de oponerme a esa idea, les sugerí que

tenía sentido suponer que Jason se ensuciaba cuando alcanzaba la relativa

seguridad del hogar. Era evidente que Jason gastaba su energía luchando

contra su problema todo el día en la escuela y que sólo se animaba a bajar la

guardia y a relajarse cuando ya estaba cerca de su casa. Teniendo en cuenta

la circunstancia de que Jason no estaba enteramente a cargo de su

190

problema de defecación, no parecía razonable suponer que el niño podía

mantener con éxito la guardia alta después de haber agotado sus energías.

Padres e hijos contra los síntomas

Incitar al niño a pelear contra los síntomas

Es esencial que el terapeuta se una al niño en la experiencia de opresión que a

éste le provoca la "ruin caca". Al hacer que el niño se sienta acompañado, se

está preparando el terreno para establecer un contexto de disputa, un

contexto en el cual se puede incitar al niño a luchar contra los síntomas. Una

manera de unirse al niño es ayudarlo a identificar más claramente lo que

experimenta cuando está dominado por los síntomas. Esta información, junto

con la obtenida anteriormente de los demás miembros de la familia, suministra

las pruebas del carácter "traidor" de la ruin caca. Estas pruebas permiten que

el terapeuta le haga notar al niño que "evidentemente la caca lo engaña y lo

toma desprevenido" y que "la ruin caca se sale con la suya y decide liberarse

contra tu voluntad".

Luego, el terapeuta determina hasta qué punto la "ruin caca" domina al niño y

hasta qué punto (si es que hay alguno) el niño puede dominarla. Esta

información puede surgir de interrogar al niño sobre quién es el jefe: "¿Quién

manda más, tú o la caca?"; "¿Con cuánta frecuencia la caca se sale con la suya

Page 227: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

y con cuánta frecuencia eres tú quien decide?"; "¿Con cuánta frecuencia

puedes hacer caca donde tú deseas?" Es necesario dedicar cierto tiempo a

este proceso que permite ilustrar el grado de dominio que tiene la caca sobre

el niño.

Una vez aclarado esto, se le puede proponer al niño un dilema haciéndole

preguntas como éstas: "¿Quién debería ser el jefe?"; "¿Hasta qué punto el jefe

debe ser el jefe?"; "¿Quieres derrotar definitivamente a la ruin caca y salirte

siempre con la tuya o crees que es mejor dejarte vencer completamente y

dejar que la ruin caca te domine a ti y domine a tus padres?"; "¿Quieres ser tú

quien la conduzca a ella o que sea ella quien te conduzca a ti?" Al llamar la

atención del niño sobre este dilema, a veces con tono dramático, a veces con

humor, el terapeuta le plantea al niño que él es el responsable de tomar la

decisión.

A veces sugiero que si el niño o la niña desean que los síntomas ocupen el

asiento del conductor de sus vidas durante algunos años más, puede aspirar a

convertirse en un miembro más del Club de la Caca Ruin. Una de las 191

exigencias de ese club es tener 16 años. Todos los jóvenes miembros del club

pueden hacer juntos sus necesidades y muchos de ellos lo encuentran

placentero. Hasta ahora no encontré un sólo niño que quiera ser miembro de

semejante club.

Antes de preguntarle al niño qué decisión tomó en cuanto al camino que desea

seguir, el terapeuta puede ayudarlo señalándole que si decide oponerse a la

"ruin caca" tendrá por delante un "gran trabajo". Y que alcanzar el éxito no

será cosa fácil: "En esta batalla la ruin caca también obtendrá algunas

victorias"; "La ruin caca devolverá los golpes y será necesario tener mucho

coraje y gran determinación". Puede preguntársele luego al niño si está

preparado para darle una lección a su enemiga y si se siente suficientemente

maduro para tomar esa decisión.

Sorprendentemente, después de haber tratado muchos de estos casos, no

encontré nunca, todavía, algún niño que sostuviera que no estaba

suficientemente maduro o suficientemente preparado para derrotar a la ruin

Page 228: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

caca. Mi respuesta a estas bravatas es pedirle información sobre la cantidad

de fuerza que cree que posee para afrontar este problema. Los niños pueden

ayudarme a comprender el alcance de esa fuerza dándome detalles de alguna

hazaña que hayan realizado y que les haya exigido determinación y

perseverancia, por ejemplo, trepar a los árboles o hacer largos recorridos en

bicicleta.

El niño consigue el apoyo de los padres

Cuando la vida del niño ha estado dominada durante mucho tiempo por un

poderoso adversario, para poder derrotarlo con éxito necesita conseguir

refuerzos. Habitualmente, el niño acepta la necesidad de tales refuerzos

cuando se le recuerda que "esa ruin esta acostumbrada a ser el jefe, es

traicionera, devuelve los golpes y tratará de atraparte en el momento en que

estés más desprevenido". El niño comprende que, puesto que los síntomas van

a tratar de continuar dominando la situación, necesitará ayuda para obtener la

victoria final. Esos refuerzos lo ayudarán a mantenerse firme y a auxiliar su

capacidad defensiva.

Con frecuencia, cuando se le pregunta al niño qué refuerzos le vendrían bien,

éste responde inmediatamente que desearía que sus padres lo ayudaran. Sin

embargo, a veces algunos mencionan a un compañero de la escuela como

posible aliado. En este caso, se le puede preguntar si ese compañero es un

experto o tiene autoridad en la cuestión de la defecación. ¿Qué conocimientos

tiene el niño de la experiencia personal de su compañero en estas cuestiones?

Por lo general, resulta evidente que el niño tiene muy poca información sobre

la experiencia personal de su compañero. Se puede cuestionar, entonces, la

capacidad que tenga ese compañero para ayudarlo y sugerirle que quizás

alguien más familiarizado con el problema puede ser una elección mejor, por

ejemplo, los padres. Entonces, normalmente, el niño pide la ayuda de los

padres.

Una vez que el niño incita a los padres a convertirse en sus aliados, se les

puede preguntar a éstos si aceptan la incitación a luchar contra la "ruin caca"

para obtener una victoria definitiva.

Page 229: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

Una ayuda suplementaria

El poder esclavizante de los síntomas y la naturaleza difícil de la lucha que

todos tienen por delante, es un aspecto que debe ser nuevamente

mencionado. Se les advierte al niño y a los padres que quizás para librar esta

batalla necesiten una ayuda suplementaria. Luego, pueden evaluarse todas las

ideas referentes a esa ayuda.

Con frecuencia suelo dar ejemplos del tipo de apoyo que otros niños pidieron.

Les cuento historias de cómo algunos descubrieron que tenían tigres dentro de

sí y le pregunto al niño o la niña si ha sentido manifestaciones de poseer su

propio tigre interior. Una vez que obtengo esta información suelo sugerir que

el niño puede llegar a necesitar la ayuda de por lo menos dos tigres para

combatir contra la "ruin caca". Entonces le pregunto de dónde cree que podría

conseguir otro tigre y lo ayudo a elaborar una fantasía relacionada con la

"captura del tigre". Esta fantasía puede incluir paseos a la jungla africana,

planificación de la caza y la captura, así como detalles del traslado del tigre a

Australia. Los niños mayores pueden preferir la ayuda de Superman o de la

Mujer Maravilla.

El manejo del cuarto de baño

Los detalles prácticos

Antes de comenzar con este programa es necesario someter al niño o la niña a

un examen físico pediátrico para descartar una causa fisiológica del problema.

Si el niño se ensucia como resultado de una sobrecarga de heces contenidas,

es necesario que las evacue antes de comenzar el tratamiento. El primer punto

que debe tratarse es el de la disposición e iluminación del cuarto de baño.

Algunos niños temen ir al excusado si éste está mal

192

193

iluminado o si para llegar a él tienen que recorrer un pasillo oscuro. Es mejor

asegurarse de que el niño se siente seguro al sentarse en el inodoro y a veces

es necesario disponer un banquito bajo para que el niño pueda apoyar allí los

Page 230: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

pies. Puede pedírseles al padre mejor dispuesto que se ocupe de organizar

esta cuestión.

Se les pide a los padres que le permitan al niño decorar temporalmente el

cuarto de baño a su gusto. Esta decoración puede incluir dibujos de tigres,

escenas de la jungla, posters de Superman o de la Mujer Maravilla, cabinas de

teléfono, etc., en general figuras que están relacionadas con la fantasía que el

niño haya elaborado de la posible ayuda suplementaria. Hasta entonces el

cuarto de baño había sido un lugar de derrota y desesperanza tanto para el

niño como para los padres. La decoración creará una atmósfera más positiva y

alentadora. Se le puede pedir al padre más desalentado que ayude al niño a

planear y organizar esta nueva decoración.

El reflejo gastroilíaco

A medida que se integra el uso del reflejo gastroilíaco a este programa, es

importante que los miembros de la familia comprendan cómo funciona este

reflejo. Este reflejo se presenta después de la ingestión de comidas o bebidas y

se traduce en el deseo de defecar. El reflejo se presenta con mayor intensidad

después de 20 ó 30 minutos de haber comido, ocurre más frecuentemente

durante la primera hora después de levantarse por las mañanas y,

aparentemente, la ingestión de bebidas calientes ayuda a provocarlo. La

utilización de este reflejo le brinda al niño condiciones favorables para que

logre controlar la acción de sus intestinos.

Se le pide al padre menos desesperanzado que sea el supervisor de esta tarea

y se le dan instrucciones precisas. Exactamente veinte minutos después de

una comida diaria (preferentemente el desayuno), ni un minuto antes ni un

minuto después, el padre o la madre elegido debe acompañar al niño al cuarto

de baño. El niño deberá entonces sentarse en el inodoro durante una cantidad

de tiempo determinada que variará según la edad. El tiempo aproximado

oscila entre los treinta segundos y los cinco minutos y no debe convertirse en

una pesada prueba para el niño. La medición del tiempo es esencial pues le

suministra al niño un marco indispensable para realizar su tarea.

Page 231: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

El padre que supervisa debe insistir en que el niño abandone el cuarto de baño

cuando pase el tiempo previamente establecido, aunque el niño podrá volver

inmediatamente si lo desea. Es importante que en ningún momento esta tarea

adquiera un carácter punitivo. Quizás sea necesario programar nuevamente

los horarios de comidas del niño para que se adapten al tiempo disponible del

padre encargado de la supervisión.

194

Se les dará a los padres instrucciones claras sobre cómo responder a cualquier

logro que obtenga el niño o la niña, con comentarios como los siguientes:

"Ganaste"; "Estás derrotando a la ruin caca" o "Te estás convirtiendo en el

jefe". La falta de éxito del niño no debe provocar ansiedad y se instruirá a los

padres para que en ese caso respondan con comentarios tales como: "Quizás

necesites un tigre más poderoso" o "Quizás necesites dos cabinas de

teléfonos".

Rutina de accidentes y situaciones de urgencia

Mapa de las situaciones de urgencia y accidentes

El terapeuta explica que es importante organizar una rutina de accidentes y

situaciones de urgencia. Se les pide a los miembros de la familia que tracen un

mapa de la casa y el jardín en una gran hoja de papel. El mapa, en escala,

debe tratar de respetar minuciosamente las proporciones y la distribución de

la casa. Luego se les pide que sitúen en el mapa los cinco lugares preferidos

que tiene la "ruin caca" para hacer su "cobarde proeza". Es necesario que haya

una variedad de sitios; el terapeuta puede sugerir que algunos se coloquen en

el jardín.

Luego el terapeuta ayuda a los miembros de la familia a determinar las rutas

más rápidas desde esos lugares favoritos hasta el cuarto de baño. Si el mapa

se ha realizado con las proporciones correspondientes, el terapeuta puede

utilizar una regla para medir y comparar las distancias de las diferentes rutas.

Se analizan entonces los obstáculos, los rodeos y los posibles inconvenientes

fortuitos que puede presentar cada una y se elaboran planes de contingencia

Page 232: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

para sortearlos. La ruta más rápida quizás incluya el paso a través de una

ventana; en ese caso deberá conseguírsele al niño una pequeña escalera.

Práctica de velocidad y pruebas de tiempo

El terapeuta instruye luego a los miembros de la familia para que organicen en

casa prácticas de velocidad y pruebas de tiempo. El padre más desalentado

queda liberado de supervisar directamente esas pruebas. El terapeuta puede

alentarlo explicándole que la fatiga que siente es el resultado de haber estado

demasiado tiempo en "el frente de combate" y que ciertas ideas erradas que

se le dieron sobre las causas del problema intensificaron esa

195

fatiga. Esas ideas equivocadas incluyen el concepto de que los niños

únicarnente tienen problemas cuando las madres no se les brindan lo

suficiente o se brindan a ellos inadecuadamente. También se le puede

preguntar al padre más desalentado cómo cree que podría tener éxito en la

búsqueda del descanso tan necesario; cómo podría superar cualquier dificultad

que interfiera con ese descanso.

Se le solicita luego al padre más entusiasta que participe del tratamiento

supervisando las prácticas de velocidad y las pruebas de tiempo. Si no existe

un padre menos desalentado, como en el caso de las madres que crían solas

a sus hijos, puede pedirse la ayuda de algún otro adulto. El padre menos

desalentado recibe instrucciones para tomar tres veces consecutivas el tiempo

que necesita el niño para llegar desde cada uno de los lugares favoritos de la

"ruin caca" al cuarto de baño. El supervisor puede ayudar al niño

aconsejándolo sobre las rutas que conviene tomar y haciéndole sugerencias

que le permitan mejorar el tiempo. Si lo desea, el padre supervisor puede

correr junto con el niño. Los tiempos obtenidos deben ordenarse en orden

creciente y enviarse por correo inmediatamente al consultorio del terapeuta.

Uno de los beneficios de darle una buena lección a la "ruin caca" es que el niño

puede convertirse en el mejor corredor de su clase.

El más desalentado de los dos padres puede participar del tratamiento

organizando un álbum de fotografías de las prácticas de velocidad. Si lo desea

Page 233: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

puede ocuparse de la tarea de tomar fotografías del niño mientras este corre

tratando de acortar el tiempo. Luego el niño elegirá entre todas las fotografías

tomadas las que más reflejen el sentido de la velocidad. Esta tarea ayudará

también al más derrotado de los padres a dejar esa posición pesimista

respecto del problema. En la siguiente sesión familiar, el terapeuta revisa las

fotografías del álbum a fin de identificar aquellas en las que el niño parece

volar y pide copias de aquellas en las que el niño o la niña tiene un aspecto

victorioso, es decir, aquellas en que el tigre interior parece dominar la

situación. El terapeuta puede pedirles permiso tanto al niño como a los padres

para mostrarles estas fotografías a otros niños que deban seguir el tratamiento

por un problema similar.

Superman, la Mujer Maravilla, Batman o el tigre son personajes ideales para

hacerles disfraces a los niños y ayudarlos a sentirse más fuertes. Se les puede

pedir a los padres que participen en la confección, y generalmente, éstos

aceptan encantados. Además los trajes permiten lograr muy buenas

fotografías.

Antes de terminar la sesión, el terapeuta establece, por lo menos, dos pruebas

de tiempo que servirán para la práctica de velocidad y las pruebas

que se realicen en casa. Primero, da una vuelta a pie acompañado por el niño

alrededor del edificio del consultorio y le señala los diferentes obstáculos que

el niño tendrá que tener en cuenta a fin de dar la vuelta corriendo a su

máxima velocidad. Antes de que el chico salga nuevamente a hacer su primer

intento de velocidad, le explico que esa prueba me permitirá evaluar qué tipo

de lucha habrá de entablar para darle una buena lección a la "ruin caca".

Cuando el niño está en su marca dispuesto a partir, suelo decirle: "Déjame ver

si corres más rápido que ella". El niño o la niña siempre logran hacer un buen

tiempo en el primer intento. Antes de comenzar la segunda prueba, después

de un pequeño descanso, le digo al niño o la niña que probablemente mejore

su marca anterior pues ya está familiarizado/a con el recorrido. Y le aconsejo:

"Primero lanza a tus tigres en primera velocidad y luego de pronto suelta los

frenos, así podrás salir disparado". Cuando el niño suelta los frenos, sale

Page 234: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

corriendo a toda velocidad. Sorprendido por la velocidad alcanzada en este

segundo y más vigoroso intento, generalmente comento: "Esta vez fuiste más

rápido que un cohete. Ja, seguramente esa ruin caca tendrá que luchar como

nunca por su vida".

En caso de accidente o situación de urgencia

En caso de que se produzca un accidente, el padre a cargo del entrenamiento

puede alentar al niño ayudándolo a limpiar todo. Sin embargo, es necesario

evitar cualquier disputa sobre el asunto, pues la mayor parte de estos

accidentes suelen ocurrir en presencia del más desalentado de los padres. Si el

niño no acata la invitación a limpiar, la cuestión puede ser resuelta por el

menos desalentado de los padres o dejada en suspenso para la próxima sesión

terapéutica.

Después de la limpieza, el niño tiene la tarea de darle una buena lección a su

adversaria, es decir correr tres veces desde el lugar del accidente hasta el

cuarto de baño". También en estos casos hay que tomar la velocidad de cada

recorrido y anotarla en orden creciente. Luego se alienta al niño para que le

haga probar a su adversaria su propia medicina, es decir que trate de mejorar

su velocidad desde cada uno de los cuatro o cinco sitios preferidos de la "ruin

caca" hasta el cuarto de baño. Será suficiente con que el niño haga una sola

prueba de velocidad desde cada uno de esos otros lugares. También es

recomendable que inmediatamente después del accidente, se envíe al niño a

buscar una cabina de teléfonos o al jardín a buscar el tigre que se le escapó.

Entonces, se le pide que diga en voz alta: "Ya verás la próxima vez, maldita",

una vez que esté dentro de la cabina o que haya recapturado a su tigre

interior. Aunque esto parezca bastante injusto, debe recordarse que la "ruin

caca" se

196

197

escurre de un modo traicionero y no repara demasiado en las reglas del juego

limpio.

Page 235: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

Al principio, se le asigna generalmente al padre menos desalentado la

responsabilidad de supervisar estas respuestas a un accidente. No obstante, si

el más desalentado de los padres se muestra entusiasta ante la idea de

experimentar con esta tarea, el terapeuta puede alentarlo a realizarla. A veces

los accidentes ocurren en el camino de regreso a casa desde la escuela; en ese

caso también pueden utilizarse esos lugares como puntos de partida para que

el niño haga su prueba de velocidad en bicicleta. Si el recorrido es peligroso se

puede hacer la misma experiencia en un parque. En cuanto a la participación

de los maestros, el terapeuta puede optar, o bien por ignorar todo accidente

que ocurra en el colegio e informar a los maestros los objetivos y detalles del

programa, o bien trabajar en combinación con los maestros para que ellos

establezcan un programa similar en la escuela.

Una vez presentado el programa, el terapeuta debe supervisar regularmente

los progresos alcanzados. Por lo general, les pido a los padres que me llamen

por teléfono cada dos o tres días durante las dos primeras semanas en

determinados horarios y que me envíen semanalmente por correo las listas

con los resultados de las pruebas de velocidad. Más adelante, le pido al niño

que me telefonee después de haber obtenido una o más victorias contra su

adversaria.

No tanto, demasiado pronto

La "ruin caca" no es famosa por su capacidad de jugar limpio y generalmente

contraataca utilizando artimañas. Es importante advertir al niño o la niña que

triunfar sobre ella no será fácil y que las cosas pueden empeorar aun después

de haber mejorado algo. El terapeuta puede comentarle al niño que eso es una

buena señal, pues indica que su adversaria sabe que está siendo combatida y

probablemente signifique que está utilizando toda la fuerza que le queda en

los últimos cartuchos, pues aún pretende seguir dominando.

Este aspecto también debe ser comprendido por los miembros de la familia a

fin de que ante tales circunstancias no se debilite el entusiasmo inicial. Por ello

es conveniente decirles a los miembros de la familia que la

Page 236: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

posible victoria del niño será aun más significativa cuanto más contraataque la

ruin caca. Cuanto "mayor sea el obstáculo que ella le ponga", más significativo

será el logro del niño al superarlo. Esta explicación disminuye la ansiedad que

experimentan los miembros de la familia respecto del problema.

Generalmente, ejercer presión para que el problema se resuelva

198

con celeridad paraliza a todas las personas implicadas, les hace más difícil

relajarse y contribuye a aumentar la sensación de fracaso. La idea de que el

tiempo que lleve superar el problema no es esencial puede reforzarse

mediante comentarios tales como: "Cuanto más significativa sea esta victoria,

menos probabilidades habrá en el futuro de que la familia se vea dominada por

otros problemas". A medida que disminuye la ansiedad por obtener un éxito

rápido, los padres y el niño comienzan a recuperar la autoestima.

Luego le pregunto al niño cuándo supone que podrá-obtener su primera

victoria. Aquí el terapeuta puede participar incluyendo sus propias

predicciones dentro de las preguntas: "¿Cuándo crees que podrás darle un

golpe decisivo a tu adversaria?" "¿Crees que pasarán cinco años, cinco meses

o cinco semanas?"; "¿Conoces algún modo de acelerar tu primera victoria y, si

lo conoces, crees que sería sensato actuar según esas ideas? —¿Cómo crees

que te sentirás después de tu primera victoria y cómo esperas que reaccionen

tus padres?"

El terapeuta responde a la victoria

Se pide a los padres que lleven un recuento de las victorias del niño y de las

victorias de la casa. Y se les explica que esta es una forma de

"reconocimiento" necesaria cuando se establece que se está entablando una

batalla contra el problema. En la sesión siguiente, el terapeuta revisa esas

anotaciones y en el caso de que el niño vaya ganando, tiene la oportunidad de

poner el acento en la importancia de ese éxito.

Habitualmente, la celeridad y las dimensiones del éxito obtenido por el niño o

la niña sorprenden y confunden al terapeuta. En tales ocasiones éste puede

pedirle al niño que le ayude a comprender más acabadamente córno pudo

Page 237: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

alcanzar ese éxito. Normalmente suelo felicitar también a todos los miembros

de la familia por haber logrado dominar a la antes desobediente adversaria. El

terapeuta también puede preguntarles a los miembros de la familia cómo fue

posible que el problema no continuara reinando en su hogar y si alguien

cometió alguna equivocación.

Predecir las recaídas

Es importante que el terapeuta pronostique las posibles recaídas. ]Esto

permite situar tales recaídas dentro de un contexto que provoca respuestas

específicas de los miembros de la familia, respuestas que vuelven a colocar

199

los síntomas dentro del control familiar. Esto es particularmente importante en

el caso de aquellas familias que ya hicieron varios intentos asistidos para

superar el problema sin tener éxito. Predecir las recaídas contrarresta la

experiencia de "volver a foja cero"; y, además, si se presentan las recaídas

como pruebas de la disposición que tienen todos para continuar luchando, se

logra que los miembros de la familia retomen el programa prescrito en la

terapia y persistan en él.

El terapeuta puede hacerle al niño algunos comentarios que ayudarán a

preparar el camino para considerar las recaídas dentro de este contexto. Por

ejemplo, puede decirle: "Esa enemiga tuya tiene su carácter y no va a aceptar

tan benévolamente que te conviertas en su jefe así como así; aunque después

creo que se sentirá bastante contenta con el arreglo", o "quizás te hayas dado

cuenta de que tu adversaria vuelve a reunir sus fuerzas y te ataca de vez en

cuando para medir tu fuerza".

Esta actitud respecto de las recaídas puede reforzarse haciendo comentarios

tales como: "Cualquier accidente futuro te brindará una buena oportunidad de

medir tus fuerzas colocando la caca en su lugar", o "si le das otra buena

lección, obtendrás el beneficio de redescubrir tus fuerzas".

Programación de las sesiones

El procedimiento recomendado es mantener una sesión larga o dos entrevistas

cortas con la familia dentro de un breve intervalo destinado a presentar el

Page 238: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

programa. Después de ese contacto inicial, durante algunas semanas conviene

mantener con el niño o la niña y sus padres contactos telefónicos regulares y

programados. Dos semanas después de la primera entrevista se programa una

segunda reunión con la familia. Después de seis u ocho semanas de haber

comenzado el programa se estipula una sesión de revisión. Si los miembros de

la familia se encuentran con alguna dificultad especial, el terapeuta debe

ofrecerles una sesión adicional.

Conclusión

de la encopresis. En mi experiencia, rara vez este programa falló en la

resolución de los síntomas. Además de trazar un mapa de la terapia más

adecuada para tratar la encopresis infantil, en este análisis traté de transmitir

el espíritu que caracteriza este tipo de trabajo.

Algunos aspectos de este enfoque pueden aplicarse también a otros problemas

infantiles (White, M., Fears and fears fierce friends, aún no publicado).

Notas

1. Con frecuencia he pensado que los sistemas de clasificación de los

diagnósticos psiquiátricos deberían tener un eje independiente dedicado a los

pseudoproblemas.

2. Dicha muestra incluye tipos de encopresis continua y discontinua (Anthony,

1957), así como casos de retención de las heces (la defecación excesiva

después de una persistente constipación).

3. Bateson (1972) al analizar la desordenada situación en que se encuentran

las personas como consecuencia del pensamiento voluntarista, dice que el

paciente "no conoce lo bastante qué ha provocado esa situación desordenada

y siente que lo que le pasa es de algún modo injusto. Aun no se siente parte

del sistema en el cual existe ese desorden, entonces censura al resto del

sistema o se censura a sí mismo" (pág. 436).

4. Esta clasificación depende por completo de las consecuencias.

Recientemente sufrí una caída por la cual debía ser hospitalizado y operado.

Bajaba yo una colina en una bicicleta de niño mientras participaba de una

fiesta de cumpleaños de una amiga de mi hija cuando, por alguna razón, la

Page 239: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

bicicleta desvió su curso fuera de mi control. Traté de corregir la trayectoria,

pero mi oscilación pareció contribuir a desestabilizar la bicicleta y sucedió lo

inevitable. No sé cómo comenzó todo, pero creo que este accidente podría

clasificarse como la consecuencia de un círculo vicioso [El autor juega aquí con

el doble sentido de la palabra cycle, "círculo" y "bicicleta". T.].

5. Es particularmente importante en este caso dirigirse al más debilitado de los

padres que seguramente es quien ha cargado con la mayor responsabilidad de

la crianza del niño. Generalmente, es la madre.

6. Sobre un análisis de este concepto véase Watzlawick y otros, 1974.

7. Sobre una discusión del reflejo gastroilíaco y su aplicación en el tratamiento

de la encopresis, véase Young (1973).

8. Deben utilizarse exactos dispositivos para medir el tiempo.

9. Siempre creí que Clark Kent se olvidaba de que era Superman hasta que se

metía en una cabina telefónica. Sólo allí volvía a descubrir sus fuerzas

secretas.

10. Esto puede demorarse hasta que el padre menos desalentado esté

disponible para participar.

Este capítulo considera la encopresis y su tratamiento desde la perspectiva de

la Segunda Cibernética o los procesos de retroalimentación que aumentan la

desviación. El objetivo del tratamiento es interrumpir el círculo

vicioso asociado a los síntomas y desencadenar otros círculos más virtuosos.

Durante varios años este método me ha resultado útil en el tratamiento

Referencias bibliográficas

Anthony, E.J. 1957, "An experimental approach to the psychopathology of

childhood encopresis" British Jounal of Medical Psychology, 30, págs. 146-175.

Azrin, M.H. y Foxx, R.M. 1971, "A rapid method of toilet trainign the

institutionalized retardeW. Journal of Applied Behaviour Analysis, 4, págs. 89-

99.

200

201

Page 240: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

Barker, P. 1979, Basic Child Psychiatry. 3ra. ed. Gran Bretaña, Chaucer Press.

Bateson, G. 1972, Steps to un Ecology of Mind. Nueva York, Ballantine Books.

Davis, J., Mitchell, W.S. y Marks, F. 1976, "A behavioural programme forthe

modification of encopresis." Child Care, Health and Development, 2, págs. 273-

282.

Fisher, S.M. 1979, "Encopresis", en Noshpitz, J.O. (comp.). Basic Handbook of

Child Psychiatry: Volumen two - Disturbances in development. Nueva York,

Basic Books.

Maruyama, M. 1963, "The second cibemetics: Deviation-amplifying mutual

causative processes". American Scientist, 51, págs. 164-179.

Watzlawick, P., Weakland, J. y Fisch, R. 1974, Change: Principles of problem

formation and problem resolution. Nueva York, W.W. Norton.

Wender, P.H. 1968, "Vicious and virtuous circles: the role of deviation

amplifying feedback in the origin and perpetuation of behaviour". Psychiatry,

31, págs. 309324.

White, M. 1984, "Fears and fears fierce friends" (no publicado).

Young, G.C. 1973, "The treatment of childhood encopresis by conditioned

gastro-ileal reflex Training". Behaviour Research and Therapy, 11, págs. 499-

503.

12 Asesorar al asesor

La documentación del conocimiento alternativo*

David Epston Michael White

En el presente capítulo describimos una práctica terapéutica que alienta a las

personas a documentar los conocimientos que los llevaron a solucionar su

problema y el conocimiento alternativo de sus vidas y de sus relaciones que

resurgió o se generó durante la terapia. De ese modo tales conocimientos

quedan a disposición de la persona que podrá volver a desplegarlos cuando lo

considere necesario y a disposición de otras personas que quieran

consultarlos.

La "analogía del rito de pasaje" suministra un buen marco para desarrollar este

trabajo. Pues contribuye a conceptualizarlo y organizarlo. Para ello es

Page 241: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

necesario bosquejar un protocolo en el cual se establezca que el paciente

actúa como un asesor de sí mismo

y de los demás. Además presentamos aquí una serie de preguntas que ayudan

a las personas a elaborar una arqueología de su conocimiento alternativo.

El rito de pasaje

Consideramos que el tipo de rito mencionado por van Gennep como "rito de

pasaje" es una metáfora que tiene mucho que ofrecer al proceso terapéutico.

Van Gennep sostiene que el rito de pasaje es un fenómeno universal destinado

a facilitar las transiciones de la vida social, de un status y/o una identidad a

otro. Y propone un modelo del proceso de este rito que consiste en las etapas

de separación, liminalidad y reincorporación. En las culturas tradicionales, la

iniciación de cada una de estas etapas se señala mediante una ceremonia.

En la etapa de la separación, las personas se apartan de su rol o su status

familiar y de su posición en el medio en que viven y entran en un mundo social

no familiar, en el cual la mayor parte de los modos de manejarse en la vida

que antes se daban por sentados quedan suspendidos: un espacio liminal. Este

*Esta es una versión revisada de una presentación hecha por los autores

durante el Congreso de Terapia Familiar Australiana realizado en Melbourne en

1985. Algunas notas relacionadas con esta presentación fueron publicadas

originalmente en las actas del congreso (White y Epston, 1985).

Publicado en el Dulwich Centre Newsletter, n° 4, 1990.

203

espacio liminal, que co4stituye la segunda etapa de un rito de pasaje se sitúa

en el medio de mundos conocidos y se caracteriza por las experiencias de

desorganización y confusión, por un espíritu de exploración y por una profunda

sensación de posibilidad. La tercera etapa, la de la reincorporación concluye

con el rito de pasaje y ayuda a las personas a resituarse en el orden social de

su mundo familiar, pero en una posición diferente. La característica de esta

nueva posición es que aparece acompañada de nuevos roles, nuevas

responsabilidades y nuevas libertades. Tradicionalmente, la llegada a este

punto se proclama mediante declaraciones que afirman que la persona logró

Page 242: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

pasar con éxitos por la transición y el reconocimiento comunal legitima esa

nuevaposición.

El rito de pasaje y la terapia

Hemos observado que esta metáfora del rito de pasaje brinda un mapa útil

para que los terapeutas se orienten en el proceso de la terapia. Y además

ayuda a aquellas personas que buscan la ayuda terapéutica a transitar de una

situación problemática a una sin problemas (Epston, 1985, 1987).

Basándonos en una interpretación personal de esta metáfora, hemos

estructurado una terapia que alienta a las personas a encarar el pasaje de

novicios a veteranos, de pacientes a asesores. Antes que establecer una

dependencia del "conocimiento experto del terapeuta", esta terapia capacita a

las personas a alcanzar un punto desde el cual pueden recurrir a cierto

conocimiento alternativo y "especial" que resucitó o fue generado durante la

terapia.

El terapeuta puede invocar la etapa de "separación" mediante diferentes

intervenciones, incluso aquellas que alientan a la persona a apartarse de sus

problemas mediante discursos de externalización de tales problemas. (White,

1989). Este proceso aparta a las personas de ciertos conceptos familiares que

daban por sentados los problemas y los discursos internalizantes dominantes

que guían sus vidas. Esto inicia la experiencia de liminalidad.

En este espacio liminal surgen las nuevas posibilidades que pueden explorarse

y puede resucitar o generarse el conocimiento alternativo. Además, en esta

etapa liminal los mundos de las personas se subjuntivizan. Al referirse a la

etapa liminal del rito de pasaje, Turner (1986) dice:

A veces, al referirme a la fase liminal, digo que es la etapa que está

predominantemente en el mundo subjuntivo de la cultura, el modo del quizás,

del si fuera, del como si, de las hipótesis, de la fantasía, de las conjeturas, los

deseos, y como ese modo depende de la trinidad de la cognición, el afecto y la

voluntad es situacionalmente dominante (pág. 42).

204

Page 243: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

Creemos que los terapeutas pueden medir mejor hasta qué punto es posible

participar en la etapa liminal, cuanto menos se preocupen por la cantidad de

tiempo insumido y cuanto más se sumerjan en una sensación de "comunidad"

con las personas que se les acercan en busca de ayuda terapéutica. Este

sentido de comunidad fue muy bien expresado por Turner (1967):

Este grupo liminal es una comunidad, o una comunidad de camaradas y no

una estructura de posiciones dispuestas jerárquicamente. Esta camaradería

trasciende las distinciones de rango, edad, parentesco y, en ciertos cultos,

hasta de sexo (pág. 100).

La etapa final, l a de reincorporación lleva ala finalización de la terapia. En ella

queda autenticado el conocimiento alternativo que resucita o se genera

durante la terapia. A través de esta etapa de reincorporación, las nuevas

posibilidades pueden hacerse realidad.

La metáfora de la "terminación como pérdida"

Creemos que en el proceso transformador llamado terapia, lo que

mencionamos como la etapa de reincorporación es el aspecto que se ha

definido menos satisfactoriamente. Suponemos que esto tiene que ver con el

hecho de que la metáfora de la "terminación como pérdida" ha dominado la

bibliografía dedicada a esta etapa de la terapia.

El predominio de la metáfora de la terminación como pérdida se ha establecido

como premisa de una particular orientación terapéutica. Es una orientación

que da más importancia al micromundo terapéutico que a los demás y que

representa la etapa final de la terapia como una fase dominada por la pérdida

de ese micromundo y de sus relaciones centrales y supuestamente

fundamentales, una fase dominada también por la necesidad de lograr un

ajuste para que el paciente pueda "seguir adelante solo".

Consideramos que esta orientación terapéutica (que construye un escenario

privado y completamente separado para las vidas de las personas) se basa a

su vez en ciertos conceptos y ciertas prácticas culturales.

Page 244: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

Tales premisas y prácticas incluyen la idea individualizante dominante de la

personalidad que existe en la cultura occidental, el concepto esencialista del sí

mismo, la idea de que la persona es la fuente de toda significación y las

prácticas modernas de la objetivación de las personas y de sus cuerpos, todos

conceptos comunes a las "disciplinas" (Foucault, 1973). 205

Geertz (1976) tiene algo que decir respecto de esta especificidad cultural de la

concepción individualizante:

La concepción occidental de la persona como un universo cognitivo único,

limitado, un centro dinámico de conciencia, emoción, juicio y acción

organizado dentro de un todo distintivo es, aunque nos parezca incorregible,

una idea bastante peculiar dentro del concepto de las culturas del mundo (pág.

225).

Aquellas terapias, basadas en estas concepciones y prácticas culturales suelen

llamarse "terapias de aislamiento".

La metáfora de la "reincorporación"

Encontraste con las prácticas basadas en la metáfora de la terminación como

pérdida, la metáfora de la reincorporación, representaría la etapa foral de la

terapia, una etapa que se centra en la reinserción de la persona en un

mundo social familiar y que promueve la incorporación de los demás a la

celebración y el reconocimiento de que la persona llegó a un destino o a un

status mejor que el anterior. Podemos llamar a estas terapias basadas en tales

prácticas, "terapias de inclusión.

No obstante, a pesar de las posibilidades que implica la metáfora de

reincorporación, las prácticas terapéuticas basadas en ella han debido sortear

algunos obstáculos. Por ejemplo, Kobak y Waters (1984) que

también estudiaron la metáfora del rito de pasaje, señalan las dificultades

prácticas que presenta el intento de vincular el micromundo de la terapia con

el mundo exterior:

Sin embargo, en relación con su contraparte tribal más primitiva (sic) el

terapeuta familiar que trabaja con un públicamente reconocido rito de pasaje,

se encuentra en una relativa desventaja para lograr un cambio de segundo

Page 245: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

orden de largo alcance. La desventaja más evidente es que el terapeuta

familiar no cuenta con los lazos comunitarios de la familia ni permanece en

contacto con las normas de la comunidad que fortalecen los cambios que se

producen durante el rito de pasaje, una vez que los participantes regresan a su

vida corriente... Esa participación de la comunidad en el proceso de cambio

ayuda a estabilizar los cambios de segundo orden que se dan durante los ritos

liminales. Al obrar sin conocer las normas de la comunidad, el terapeuta

familiar puede producir un cambio liminal que no se sostendrá en la fase de

reincorporación. Una visión evolutiva de los problemas familiares puede

ayudar al terapeuta, pero aún así, el relativo aislamiento que sufre éste

respecto de la comunidad de la familia continúa siendo un problema. Se han

estudiado algunas soluciones potenciales a este dilema que consistiría en

incorporar la "red" familiar o, de un modo menos amplio, activar el sistema de

parentesco familiar. De todos modos, la analogía del rito de pasaje sugiere que

es necesario investigar más la cuestión (pág. 99).

Durante varios años estuvimos experimentando las distintas formas de superar

este tipo de obstáculos. La respuesta que recibimos a tales intentos nos

convencieron de que:

a) la metáfora del rito de pasaje es la más adecuada y que también es

apropiado considerar la etapa de reincorporación como la fase concluyente de

la terapia.

b) no es conveniente poner el acento en la metáfora de la "terminación como

pérdida" en esa etapa de la terapia.

Puesto que preferimos considerar la etapa final de la terapia como una

reincorporación, tenemos motivos para celebrar junto con las personas que

decidieron buscar la ayuda terapéutica, en lugar de sentir conmiseración.

Además decidimos oponernos a la concepción de la terapia como un espacio

social exclusivo y esotérico y una fase individual, necesariamente limitada por

reglas de privacidad y exclusión.

Hemos ayudado a las personas a explorar los diferentes caminos y los

diferentes medios mediante los cuales es posible contradecir las prácticas

Page 246: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

basadas en esta concepción y oponerse a las limitaciones que impone esa

privacidad. Además, participamos con las personas en la comunicación y

publicación de los conocimientos alternativos preferibles que resucitaron o se

ganaron durante la terapia. Nos unimos a las personas en la tarea de

identificar y reclutar un auditorio que asistiera a la aparición de tales

conocimientos alternativos. Y trabajamos con ellas para lograr documentar

esos conocimientos en forma de discursos populares.

Al revisar nuestro estudio de las prácticas de reincorporación, clasificamos los

diferentes enfoques considerados útiles por los pacientes. Todos ellos incluyen

la identificación y el reclutamiento de un público capaz de autenticar el cambio

y legitimar el conocimiento alternativo. Tales enfoques incluyen:

1) la celebración, la entrega de premios y certificados a cargo de personas

significativas para el paciente, que incluyen a aquellas que no participaron de

la terapia (White, 1986);

2) la importancia de dar a conocerlas "novedades", a fin de comunicar a las

personas significativas para el paciente que éste llegó a un nuevo status; 3)

declaraciones personales y cartas de referencia y

4) permitir que las personas se conviertan en asesores, en un sentido formal,

en lo referente a esos conocimientos que les permitieron liberar sus vidas y a

los conocimientos alternativos y preferibles sobre sus vidas y sus relaciones.

Ya tratamos los tres primeros aspectos mencionados aquí en Literate Means to

Therapeutic Ends (White/Epston, Epston/White, 1989). En este capítulo nos

limitaremos a analizar el cuarto y presentaremos un protocolo sobre aquello

que hemos llamado "asesorar al asesor".

206

207

Asesorar al asesor

Cuando se trata a los pacientes como asesores de sí mismos, de otros

pacientes y del terapeuta, ellos se sienten con mayor autoridad sobre sus

propias vidas, sobre sus problemas y sobre la solución a tales problemas. Esa

autoridad adquiere la forma de un conocimiento experto que se registra en un

Page 247: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

medio popular a fin de hacerlo accesible al propio asesor, al terapeuta y otros

potenciales pacientes.

De este modo se logra rechazar la desigualdad que implican conceptos tales

como "el terapeuta es el que ayuda" y "el paciente recibe ayuda". Se equilibra

así el regalo que da la terapia con el regalo que da el asesor. Esta reciprocidad

es de vital importancia para reducir el sentimiento de estar en deuda y

reemplazarlo por una sensación de intercambio justo. En The Gift, Mauss

(1954) señala elocuentemente las implicancias fortuitas inherentes a esta

desigualdad:

Aceptar sin devolver por lo menos algo equivalente o algo mayor es afrontar la

subordinación, convertirse en un paciente y en un servidor... recibir algo es

peligroso, no solamente porque hacerlo es ilícito, sino también porque ese algo

que se recibe proviene moral, física y espiritualmente de alguien.

Protocolo

La terapia concluye con una invitación a las personas a asistir a una reunión

especial con el terapeuta, a fin de documentar en ella los conocimientos que

resucitaron o se generaron dentro de la terapia. Tales conocimientos incluirán

aquellos alternativos y preferibles sobre sí mismo, sobre los demás y sobre sus

relaciones y aquellos conocimientos referentes a las soluciones del problema

que permitieron que las personas liberaran sus vidas.

Se les dice a los pacientes que deben prestar especial atención a la cuestión

de cómo llegaron a obtener tales conocimientos, y cómo hicieron que,esos

conocimientos obraran" a favor de ellos. También se les comunica que más

adelante se los incitará a que relaten históricamente la lucha que debieron

entablar con sus problemas y los descubrimientos que les permitieron liberar

sus vidas. Todo esto sirve para poner el acento en esos conocimientos, para

hacer notar que son significativos y que se garantizará que queden

preservados mediante la documentación.

Pueden utilizarse varios medios a fin de sustanciar y documentar tales

conocimientos. Las personas pueden elegir entre varias formas diferentes que

Page 248: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

incluyen las cintas de video, las cintas de audio, los relatos autobiográficos, los

diarios íntimos, la transcripción de entrevistas, etc.

Si las personas se muestran preocupadas porque consideran que les será difícil

recordar los detalles relevantes, el terapeuta puede suministarles de

antemano un conjunto de preguntas orientadoras. Estas generalmente ayu dan

a las personas a prepararse para la entrevista de "asesorar a su asesor".

Después de convenir la fecha y hora de la entrevista, el terapeuta expone un

prólogo que orientará más aún al paciente en su objetivo. Durante este

prólogo, el terapeuta sugiere que habrá futuras audiciones y se refiere

explícitamente a ellas. Luego les pide a las personas que relaten la transición

que experimentaron para pasar de la situación problemática a la situación de

resolución y les hace preguntas que los alientan a identificar los sucesos

significativos y los pasos que fueron dando en forma de secuencia temporal.

Alternativamente el terapeuta puede narrar su propia versión de la transición e

incitar a las personas a comentarla, a elaborar algo nuevo partiendo de ella, a

hacerle modificaciones y a incorporar sus propias reflexiones a fin de dar vida

dramática al relato.

Como ejemplo, en los siguientes párrafos presentamos una pequeña muestra

del tipo de preguntas que nos resultaron útiles para alentar a las personas a

articular esos conocimientos. Los lectores notarán que estas preguntas fueron

elaboradas con una gramática de participación, antes que de pasividad y

determinismo. Al responder a estas preguntas, las personas se sienten en

posición de agentes. Es decir, la sensación de poder desempeñar un papel

activo en la tarea de dar forma a la propia vida, la sensación de poseer la

capacidad de influir en el desarrollo de la propia vida hasta el punto de

provocar resultados elegidos.

Alentar a las personas a responder preguntas realizadas con una gramática de

participación -o como diría Douglas (1982), en la "voz activa"-contrarresta

efectivamente la tendencia a asignar únicamente a las acciones del terapeuta

importancia crítica en la aparición de soluciones; además es esencial para que

el paciente construya el autoconocimiento. Para citar a Harre (1983):

Page 249: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

El autoconocimiento exige la identificación de un "yo" activo y conocedor que

actúe dentro de las jerarquías de las razones. De ello se sigue que este tipo de

autoconocimiento constituye -o por lo menos da paso a la posibilidad de- la

autobiografía (pág. 260).

Hemos agrupado las preguntas de acuerdo con varias categorías. La mayor

parte de tales categorías ya fueron discutidas en otra parte (por ejemplo,

White, 1988 a) y son una buena ayuda para organizar este trabajo. Tales

categorías no deberían limitar la imaginación del lector ni interferir con

208

209

la expresión de sus propias experiencias. Debido a consideraciones de espacio,

las preguntas fueron redactadas en su forma más compleja. No obstante,

pueden modificarse fácilmente de acuerdo con los antecedentes y la edad de

los pacientes.

Preguntas orientadoras

Estas preguntas preparan a las personas para la entrevista de "asesorar al

asesor" y los llevan a advertir la importancia de:

• comprender los pasos que dio la persona para alcanzar los conocimientos

que la llevaron a la solución, para que pueda ver más claramente las bases

que le permitirán en el futuro resolver otros problemas que se le presenten en

la vida.

• establecer detalladamente qué recursos personales y qué conocimientos

estuvieron en la base de las soluciones y permitieron que éstas se dieran. -

hacer conocer estos descubrimientos y estos conocimientos a otras personas

que se encuentran en un aprieto semejante.

Al revisar las habilidades que le permitieron resolver los problemas, ¿de cuáles

cree que dependerá usted más en el futuro? ¿Cree que le sería útil mantener

vivo el conocimiento de tales habilidades? ¿Cómo se le ocurre que podría

mantenerlo vivo?

Page 250: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

Supongamos que usted decide mantener vivo este know-how de cómo echar a

un lado los problemas de su vida. Si en algún momento futuro usted necesitara

"elegir una página de su propio libro", ¿qué consejo le gustaría escribir en él?

Comprender los pasos que usted dio para resolver el problema es la mitad de

la historia. Si usted pudiera comprender cómo hizo para que este enfoque

funcionara a favor suyo, entendería la otra mitad. ¿Cuáles son las cualidades

personales y de relación que resultaron esenciales para que usted lograra lo

que logró?

Imaginemos que yo mantuviera una entrevista con una persona o una familia

que experimentara un problema como el que tuvo usted. Por lo que usted

sabe, ¿qué consejo cree que le daría yo a esa persona o a esa familia?

Supongamos que alguien considerara que usted es un veterano en este tipo de

problemas que logró liberar su vida de ese problema. Si esa persona quisiera

consultarlo y pedirle que lo asesore, ¿como podría usted ayudarla?

La mayor parte de lo que saben los terapeutas y que les resulta útil procede

del aprendizaje que hicieron trabajando con personas que se les acercaron en

busca de ayuda. ¿Está usted preparado para apoyar los esfuerzos que yo haga

para preservar conocimientos sobre cómo resolver problemas, para que éstos

puedan servirles a otras personas en el futuro?

Preguntas referentes a la versión personal

Las preguntas referentes a la versión personal y única que las personas tienen

del proceso de curación las alienta a:

• desarrollar un relato de la naturaleza de los conocimientos conducentes a

una solución que posee, ese know-how tan duramente obtenido e

• identificar los pasos que dieron para alcanzar esos conocimientos que les

permitieron solucionar el problema, a medida que se fueron dando en el

tiempo.

Articular y mencionar tales conocimientos ayuda a que estos sobrevivan y

sean accesibles; además, tener la experiencia de la evolución de un desarrollo

preferible de la propia vida, a través de la historia personal, es vital para

adquirir un sentimiento positivo del futuro.

Page 251: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

Muy bien, usted me ha hecho un resumen de lo que hizo. Sin embargo, ha sido

un relato bastante general, y yo quisiera que me dé algunos detalles

específicos ¿Está usted preparado para darme una descripción paso a paso de

cómo llego a la solución?

Entonces, ¿qué fue lo que produjo este gran logro? Cuénteme cómo se preparó

para lograrlo. ¿Qué consejos se dio a sí mismo? ¿Cuál considera usted que fue

el primer paso? ¿Alguna otra persona advirtió esto? Y si lo hizo, ¿qué papel

desempeñó?

Ahora tengo cierta idea de lo que hizo usted a favor de sí mismo. Pero tengo

mis dudas de que esto haya sido algo que sencillamente le cayó del cielo.

¿Sobre qué se basó el enfoque y cómo lo desarrolló usted?

¿Qué puede contarme usted de su historia personal que pueda ayudarme a

comprender cómo se desarrollaron sus habilidades para resolver el problema?

¿Qué aspecto de su vida pasada podría haber contemplado yo que me

permitiera imaginar que usted sería capaz de liberarse de su problema de la

manera espectacular en que lo hizo?

Preguntas referentes a la redescripción personal

Estas preguntas alientan a las personas a reflexionar sobre los conocimientos

alternativos de sí mismos, de los demás y de sus relaciones que resucitaron o

se generaron durante la terapia. Mediante estas preguntas se le llama la

atención al paciente sobre las conclusiones a las que llegó, sobre las

realizaciones hechas y sobre la capacidad y habilidad que tienen las personas

y las relaciones y sobre cómo esa capacidad y esas habilidades se reflejaron

en el conocimiento conducente a la solución que empleó para enfrentar los

problemas.

210

Dentro de lo posible, estas preguntas tratan de hacer una historia de esos

conocimientos alternativos.

Cuando usted revisa mentalmente las entrevistas que mantuvimos, ¿qué

aspectos le resultaron particularmente reveladores sobre quién es usted como

persona y sobre sus cualidades para mantener relaciones con los demás?

Page 252: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

Durante el tiempo que hemos mantenido nuestras reuniones, ¿qué le hizo

comprender más claramente quién es usted y cómo prefiere relacionarse con

los demás? ¿Qué sabe usted ahora sobre el tipo de vida que más se adapta a

la clase de persona que es usted y sobre el que se adapta menos?

Analicemos los pasos que usted dio para lograr un cambio tan notable, ¿qué

cualidades personales y de relación supone que le permitieron ver todo más

claro? ¿qué cualidades personales y qué habilidades para relacionarse con los

demás fueron las que más lo ayudaron a dar esos pasos?

Esos logros, ¿qué ilustran de su vida y de su capacidad de relacionarse que a

usted le parezca importante saber?

¿Qué diría usted de una persona que obtuvo los logros que usted obtuvo al

oponerse a la influencia que los problemas ejercían en su vida?

Después de haber sido testigo de las acciones que usted mismo realizó, ¿qué

conclusiones saca de sí mismo y de sus relaciones con los demás (conclusiones

a las que antes usted no podía llegar)? ¿Qué sabe usted ahora de sí mismo que

de otro modo nunca hubiera sabido?

De todas aquellas personas que conocieron su pasado, ¿quién cree que tiene

más probabilidades de llegar a las mismas conclusiones a las que llegó usted?

¿Qué podrían haber observado esas personas en usted cuando era más joven,

que ya los podría haber hecho suponer lo que usted lograría?

¿Qué le dicen estos logros sobre la clase de persona que es usted que

considera importante saber? ¿Es usted la primera persona que supo esto o

algunas personas supieron esto de usted en el pasado? ¿Si hubo otros que lo

supieron, ¿qué les dijo de usted ese descubrimiento?

Preguntas sobre las posibilidades personales

Estas preguntas alientan a las personas a especular sobre las muchas opciones

y posibilidades que tiene una vida futura reconocible. Además, promueven un

análisis sobre los nuevos destinos futuros posibles y sobre los pasos

específicos que deberían darse para alcanzarlos. En general, estas son

preguntas orientadas hacia el futuro, son preguntas profundamente marcadas

Page 253: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

por una "orientación al futuro que permite mirar el presente desde un ángulo

futuro—,.

Las preguntas orientadas a un futuro (desde el cual pueda echarse una mirada

al presente como pasado) le exigen a las personas imaginarse a sí mismas

llegando a un destino valioso de la vida y desde allí mirar el presente

para determinar qué pasos de los que están dando son los más relevantes o

importantes para alcanzar ese destino y determinar, también, cuales deberán

ser los pasos siguientes más convenientes para llegar.

Al saber lo que ya sabe ahora sobre sí mismo y su forma preferida de vivir,

¿cómo cree que este nuevo conocimiento afectará sus próximos pasos? ¿Cómo

cree que influirá en su forma de sentir el hecho de verse a sí mismo dando

estos nuevos pasos? ¿Y cómo cree que influirá todo esto en la imagen que

usted tiene de sí mismo como persona?

¿Le molesta que especulemos sobre las nuevas posibilidades que traerán

consigo estas nuevas realizaciones?

Me he dado cuenta de que aquí tenemos una historia diferente, en algunos

sentidos, de la que usted tenía anteriormente o al menos de la que usted creía

que tenía. ¿Le molestaría que le haga algunas preguntas sobre la clase de

futuro que esta nueva historia puede traer consigo? ¿Hasta qué punto este

nuevo futuro será diferente del futuro que le habría deparado su pasado?

Quisiera que imagine que usted se ha adelantado en el camino de la vida, que

ha llegado a cierto destino valioso y que desde allí mira hacia atrás y ve este

presente. Teniendo a su favor el beneficio de poder ver desde el futuro,

¿cuáles parecen ser los pasos más significativos que está dando usted en este

momento? ¿Y hacia qué otros pasos subsiguientes lo están guiando?

Desde ese ventajoso punto de vista futuro, ¿qué nuevas direcciones parece

posible tomar gracias a los descubrimientos recientes que usted hizo sobre sí

mismo? ¿Esas realizaciones y conclusiones le permiten intervenir en su futuro?

¿Y cómo?

Preguntas de circulación

Page 254: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

Estas preguntas ayudan a las personas a identificar y reclutar un público

apropiado para hacerle conocer la aparición de los conocimientos conducentes

a la solución y de los conocimientos alternativos sobre la propia vida y las

relaciones personales. Ese auditorio desempeña un papel muy significativo en

el sentido de que autentica las nuevas declaraciones que acompañan a tales

conocimientos.

Este es el momento en el cual el terapeuta puede evaluar hasta qué punto el

paciente está preparado para hacer que esos conocimientos sean accesibles a

otras personas que puedan estar experimentando problemas similares y puede

determinar las condiciones en las que ese material puede hacerse accesible a

tales personas.

Ahora que usted alcanzó este punto de la vida, ¿quién más puede saberlo?

¿Qué diferencia cree que puede marcar este conocimiento en la actitud que

esa persona tenga hacia usted? ¿Cuál supone que sería la mejor forma de

presentarle estas novedades?

212

213

¿Cree usted que puede resultar útil informarle a otras personas estas

realizaciones? Si cree que sí, ¿cómo le parece que podría despertar mejor su

interés? ¿Qué es lo más importante que deberían saber?

Puesto que es importante comunicarle a otras personas todo esto, ¿qué podría

darle a esas personas una razonable familiaridad con las nuevas realizaciones

y las nuevas conclusiones a las que usted llegó recientemente? Supongo que

hay una buena cantidad de personas que tienen de usted una imagen como

persona bastante atrasada. ¿Qué ideas tiene de lo que convendría hacer para

ponerlos al día, para que ellos tengan una visión más actualizada de cómo es

usted hoy?

¿Le parece conveniente dejar que los demás sostengan la ilusión de que todo

sigue siendo igual en su vida? Si piensa que no, ¿cómo podría combinar con

esas personas para que ellas se le unan en una celebración destinada a

festejar los logros alcanzados?

Page 255: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

Si otras personas buscan ayuda terapéutica por las mismas razones por las

que lo hizo usted, ¿puedo compartir con ellas algunos de los importantes

descubrimientos que hizo usted? Si me lo permite, ¿hasta qué punto puedo

darlos a conocer y en qué circunstancias?

a aquellas personas cuyos documentos se les presentaron, alienta a esos

participantes a apreciar de manera más completa y respetar la naturaleza de

su posición privilegiada. Esta es una posición en la cual los participantes se

convierten en confidentes de las vidas y las relaciones de aquellas personas

que estuvieran dispuestas a contribuir al desarrollo del "conocimiento

terapéutico". Además, el hecho de registrar las respuestas compromete más

acabadamente a los participantes en la comprensión de las experiencias de

aquellas personas y disminuye aquellas respuestas que son el resultado de

una posición de desapego que con tanta frecuencia adoptan quienes participan

de los contextos de enseñanza.

Invariablemente, las personas se muestran entusiastas ante la idea de recibir

la retroalimentación de otras en relación 1 con sus producciones terapéuticas.

A veces, esta retroalimentación provoca correspondencias subsiguientes y

productivas entre los primeros pacientes y los otros que están experimentando

problemas similares, o entre los primeros pacientes y los participantes de

talleres cuando estos participantes dirigen sus comentarios a algún caso

concreto.

Posesión y empleo de los documentos

Conclusión

Admitimos que las producciones terapéuticas son una coproducción, pero

consideramos que las personas que se nos acercaron en busca de ayuda

terapéutica son los socios principales de la posesión de esta propiedad. Por lo

tanto, esas personas tiene el derecho de veto en lo referente al empleo de

cualquiera de los documentos (incluso de las cintas de video) producidos

durante las consultas.

Les informamos a las personas que esos documentos, a los que llamamos

archivos, se consideran algo que el terapeuta toma en préstamo con

Page 256: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

propósitos específicos y por períodos de tiempo específicos y que el paciente

puede retractarse de ese préstamo en cualquier momento. A pesar de esto,

muchas personas prefieren entregarle el material al terapeuta para que él lo

utilice a su buen saber y entender.

El terapeuta puede sugerirles a las personas que consulten periódicamente los

conocimientos expresados en sus propios documentos o pedirles que permitan

que esos documentos sean vistos o escuchados con discreción por otras

personas que estén experimentando problemas semejantes o que sean

utilizados con propósitos de enseñanza, tomando el compromiso de registrar y

permitirles consultar las respuestas de esas otras personas.

El hecho de registrar las respuestas de quienes participan en contextos de

enseñanza, con el objetivo explícito de suministrar una retroalimentación

En este capítulo describimos un proceso que hemos dado en llamar una

"arqueología de la terapia". En este proceso, los conocimientos que resucitaron

o se generaron en el contexto terapéutico, la historia de dichos conocimientos

y las condiciones que hicieron posible su producción aparecen subrayados. Las

personas se transforman en creadoras de conocimientos y los creadores de

conocimientos llegan a ser personas reconocibles. Además, en este proceso se

autentican tanto la capacidad de crear conocimientos como la posibilidad de

tener acceso a esos conocimientos.

Todo esto alienta a las personas a desplegar esos conocimientos de un modo

más experto, aumenta su autoridad en las cuestiones que les interesan, y

disminuye la dependencia del "conocimiento experto del terapeuta". Estamos

convencidos de que tales conocimientos personales del paciente pueden ser

más viables, duraderos y eficaces que el conocimiento experto "venido desde

afuera" que, con frecuencia, le resta capacidad al paciente y en ciertas

circunstancias, produce un efecto que deja atónito al paciente.

Notas

1. Al oponernos a este modo de privilegiar el micromundo terapéutico, no

estamos proponiendo que todos los aspectos de la terapia se desarrollen en un

terreno público.

Page 257: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

214

215

Creemos que las persona% deberían tener acceso a un sitio privado en el cual

puedan sentirse seguras y a salva, y donde se respeten sus deseos de

confidencialidad. Sin embargo, consideramos qqe es inapropiado colocar este

mundo por encima de los demás, pues creemos que todos los conocimientos

que surjan de la terapia que sean conocimientos preferidos por las personas,

deben contar con un espacio disponible que les permita circular. Preferimos la

interpretación que supone que las etapas finales de la terapia son nuevos

comienzos.

2. En Confession: Studies in deviance in religion (1982), Turner y Hepworth

distinguen dos clases principales de ritos: los que incluyen a las personas

dentro de grupos sociales y los que las excluyen de esos grupos.

3. En la traducción del texto de van Gennep preferimos el término

"reincorporación", al de "reagregación".

4. Esto también puede interpretarse como la experiencia de las preguntas

sobre la experiencia (White 1988 b). Por ejemplo, "¿Cómo pudo (una persona

históricamente significativa)... advertir lo que le hizo notar que usted sería

capaz de lograr lo que logró en el momento preciso?" Daphne Hewson (1990)

propone preguntas muy parecidas desde una perspectiva psicológica

cognitiva-social.

5. Otros terapeutas, incluso algunos enrolados en otras corrientes, han

coincidido en que las preguntas de este tipo son particularmente útiles. Por

ejemplo, Daphne Hewson llega a esa conclusión partiendo de una orientación

psicológica cognitiva social.

van Gennep, A. 1960, The Rite of Passage. Chicago: Chicago University Press.

White, M., 1986, "Awards and their contribution to change". Dulwich Centre

Newsletter, mayo.

White, M. 1988a, "The process of questioning: a therapy of literary meriC.

Dulwich Centre Newsletter, invierno. (Reimpreso en White, M. 1989: Selected

Papers; Adelaide, Dulwich Centre Publications).

Page 258: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

White, M. 1988b, "Saying hullo again: the incorporation of the lost relationship

in the resolution of grief. Dulwich Centre Newsletter, Primavera. (Reimpreso en

White, M. 1989, Selected Papers; Adelaide, Dulwich Centre Publications.

White, M. 1989, "The externalizing of the problem and the re-authoring of lives

and relationships". Dulwich Centre Newsletter, verano (Reimpreso en White, M,

1989, Selected Papers; Adelaida, Dulwich Centre Publications).

White M. y Epston, D. 1985, "Consulting your consultants consultante. En

Chable y otros (comps.), The Proceedings of the Sixth Australian Family

Therapy Conference. Melbourne, V.A.F.T.

White, M. y Epston, D. 1989, Literate Means to Therapeutic Ends. Adelaida,

Dulwich Centre Publications. (Reimpreso en 1990 por W.W. Norton and Co. con

el título Narrative Mpans to Therapeutic Ends.)

Referencias bibliográficas

Douglas, M. 1982, In The Active Voice, Londres, Routledge, Kegan and Paul.

Epston, D. 1985, "An Interview with David Epston". Family Therapy Association

of South Australia Newsletter, págs. l l-14. (Reimpreso en Epston, D. 1989:

Collected Papers, Adelaida, Dulwich Centre Publications).

Epston, D. 1987, "A Reflexion". Dulwich Centre Newsletter, verano, págs.

(Reimpreso en Epston, D. 1989, Collected Papers, Adelaida, Dulwich

Publications).

Epston, D. y White, M. 1989, Literate Centre Publications. (Reimpreso Narrative

Means to Therapeutic Foucault, M., 1973, The Birth of the Londres, Tavistock.

Geertz, C. 1976, From the natives point of view: on the nature of

anthropological understanding". En Basso, K. y Selby, H. (comp.), Meaning In

Anthropology. Albuquerque University of New Mexico Press.

Harre, R. 1983, Personal Being: A theory for individual psychology. Oxford:

Blackwell. Hewson, D. 1990, "From laboratory to therapy room". No publicado.

Kobak, R. y Waters, D. 1984, "Family therapy as a rite of passage: the plays

the thing. "Family Procese, 23, 1.

Mauss, M. 1954, The Gift: Forme and function in archaic societies. Londres,

Cohen and West.

Page 259: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

Turner, B. y Hepworth, M. 1982, Confession: Studies In deviance In religion.

Londres: Routledge, Kegan and Paul.

Turner, V. 1967, The Forest of Symbols: Aspects of Ndembu ritual. Nueva York,

Ithaca, Cornell University Press.

Turner, V. 1986, "Dewey, Dithey, and drama". En Turner, V. y Bruner, E.

(comps.), The Anthropology of Experience. Chicago: University of Illinois Press.

16-17. Centre

Means to Therapeutic Ends. Adelaida, Dulwich en 1990 por W.W. Norton and

Co. con el título Ends).

Clinic: An archaeology of medical perception,

216

Más allá del conocimiento del experto Entrevista con Michael White*

Andrew Wood

Michael White es un terapeuta familiar internacionalmente renombrado que

trabaja en el Dulwich Centre de Sud Australia. En esta entrevista White analiza

sus ideas y experiencias que abarcan una amplia esfera de temas, desde el

proceso de "reescritura" al intercambio de roles entre el terapeuta y los

pacientes durante la terapia, desde el equipo auxiliar de reflexión hasta la

formación del terapeuta y, por supuesto, el futuro de la terapia familiar.

Andrew Wood: Cuando almorzamos juntos la semana pasada, me interesó

enterarme de que usted trabajó alguna vez de empleado de oficina y que

además le encantaba el surf. ¿Cuál fue el camino que lo llevó a la terapia

familiar?

Michael W.: Alrededor de 1967 comencé a trabajar como empleado en lo que

entonces era el Departamento de Bienestar Social. En esa época aquel era uno

de los pocos lugares en los que uno podía trabajar y al mismo tiempo estudiar

asistencia social. Antes, durante un breve período trabajé como diseñador en

una empresa de ingeniería eléctrica.

Andrew W.: Todo eso parece bastante alejado del lugar donde terminó usted.

Michael W.: Me formé como diseñador de electricidad y mecánica porque

cuando estaba en la escuela fui a ver a un asesor vocacional. Es lo que solía

Page 260: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

hacerse en aquella época. El asesor me dijo que yo necesitaba hacer algo con

las manos, además de utilizar mi cabeza. Los tests indicaron que yo me

adaptaba al campo de la ingeniería, a pesar de que nunca me había interesado

en esas cuestiones. Por entonces yo no tenía ideas muy claras sobre lo que

deseaba hacer, de modo que antes de advertirlo me encontré trabajando y

estudiando en un campo que sentía por completo ajeno a mí. Así que lo dejé.

Andrew W.: Entonces, ¿por qué la asistencia social?

Michael W.: Creo que comencé mi formación en el campo social en 1967 y

hubo varios factores que impulsaron esa decisión, algunos de ellos fortuitos.

En el espacio que tenemos para esta entrevista no podría detallarlos todos. Lo

cierto es que yo estaba interesado en trabajar con las personas. Esto me atraía

mucho más que trabajar con máquinas. Y recuerdo que la idea de ser

consejero me atrajo particularmente.

Andrew W.: La primera vez que oí hablar de usted fue cuando yo estudiaba

asistencia social y nos mostraron una película en la que usted

* Publicado originalmente en el A. N. Z. J. Fam. Ther., vol. 12, n° 4, 1991.

219

había colaborado: "Ellos consideran que el mundo de una mujer es apenas

eso... y poco más" (South Australian Film Corporation, 1976). Hasta que vi ese

filme, el desarrollo comunitario y la acción social eran conceptos vagos para

mí.

Michael W.: Ese proyecto surgió de varios grupos de terapia familiar que

organicé en 1973 y 1974 en el hospital Hillcrest. Asistían a esos grupos

familias cuyos miembros eran o habían sido pacientes del hospital. Al finalizar

una de esas series de reuniones, las mujeres del grupo decidieron continuar

reuniéndose para apoyarse mutuamente y me preguntaron si yo podía

acompañarlas. Tomamos la decisión de realizar las reuniones en la comunidad

donde vivía la mayoría de esas mujeres: un barrio relativamente pobre carente

de algunos servicios esenciales. El director de la escuela primaria local se

mostró entusiasta con la vida y nos cedió un aula para que realizáramos las

reuniones.

Page 261: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

Al principio el grupo depositó sus energías en ayudar a otras mujeres de la

comunidad que debía vérselas con mucho trabajo y privaciones,

particularmente madres que estaban solas a cargo de los hijos. Luego el grupo

continuó con la acción social como un medio de encauzar algunas de las

necesidades de la comunidad. Y se convirtió en un grupo muy militante y

comprometido. Por ejemplo, una vez interrumpieron el tránsito en una

carretera de mucha circulación frente a una escuela primaria a fin de lograr

que se tomaran medidas para hacer más seguro el cruce de los niños. Algunos

habían sufrido accidentes en ese lugar, pero las autoridades locales no habían

hecho nada. Las mujeres lograron que se estableciera una senda peatonal.

Durante cierto período de tiempo estuve activamente comprometido con este

grupo; a pedido de sus miembros colaboré en la planificación y en la

articulación de su filosofía. Eran reuniones muy espirituales en las que se

respiraba una atmósfera de generosidad y camaradería. Todos aprendimos

mucho y nos enseñamos mutuamente a reconocer las múltiples posibilidades

de trabajar por una existencia mejor y descubrimos hasta qué punto actuando

en conjunto, la gente puede aprovechar esas posibilidades.

Andrew W.: ¿Está usted de acuerdo con la crítica que generalmente se hace

desde el campo de la asistencia social en el sentido de que la terapia familiar

se centra demasiado en la familia y descuida la acción comunitaria y social?

Michael W.: Creo que honestamente puede decirse que la terapia familiar se

centró en la familia hasta tal punto que sus practicantes, a veces, se olvidaron

de las realidades políticas y sociales más amplias que enmarcan

la existencia de la familia. Sin embargo, conozco a muchos terapeutas

familiares que incluyen activamente esas cuestiones más amplias al trabajar

con las familias. Creo que el desarrollo de perspectivas "constructivistas"

más críticas y la decadencia de los modelos más "positivistas", están

promoviendo esta tendencia. Este comentario puede sorprender a algunos

lectores, pues muchos terapeutas de nuestra comunidad parecen confundir el

constructivismo con el relativismo o el nominalismo que, sin embargo no

tienen ninguna relación con él.

Page 262: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

Andrew W.: En los últimos años se han hecho más frecuentes sus viajes

destinados a dictar cursos en el extranjero. ¿Qué experiencia le dejó la

transición entre enseñar en Australia y Nueva Zelanda y enseñar en el

extranjero?

Michael W.: Al principio esa transición me provocaba cierto desasosiego. Pero

luego me di cuenta de que organizar talleres en el exterior sólo era algo

diferente. Hay diferencias culturales en el tipo de respuesta del auditorio y, a

veces, me lleva algún tiempo situar esas respuestas dentro de los contextos

culturales. Por ejemplo, en algunos lugares es una práctica común que los

participantes coman y beban durante el desarrollo del taller; y me llevó cierto

tiempo adaptarme a un "mar de mandíbulas batientes" ¿Qué me decía eso de

mi trabajo? "Nada", me dije, salvo que los participantes estaban cómodos. En

otros lugares, los participantes permanecen en los intervalos sentados en sus

sillas charlando animadamente en lugar de ir a tomar un té. De modo que les

pedí a los terapeutas familiares locales que interpretaran ellos mismos ese

fenómeno y me lo explicaran.

Andrew W.: ¿Cómo ve usted la aceptación que han tenido sus ideas y su estilo

terapéutico en el exterior?

Michael W.: Parece que hay un gran interés por lo que digo y por mis ideas,

particularmente por aquellas relacionadas con la metáfora narrativa y aquellas

vinculadas con los campos de poder. Desde el punto de vista del "estilo

terapéutico" quizás el interés se dirija principalmente a aquellos enfoques

considerados más "colaboradores" y menos impuestos. Quisiera agregar que

no creo que mis ideas y prácticas estén completamente aisladas. Creo que

otros terapeutas se interesaron en mi trabajo en la medida en que éste se

adapta a sus propios valores y sus propias prácticas y les sirve de base para

desarrollarlos, aun cuando no los hayan articulado por completo.

Andrew W.: Dejando de lado los cursos que dicta en el Dulwich Centre,

¿enseña usted más en el exterior que en Australia y Nueva Zelanda?

Michael W.: Sí, probablemente en este momento sí.

Page 263: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

Andrew W.: Esto me lleva a preguntarle ¿cómo definiría usted su situación

dentro del panorama de la terapia familiar australiana? Pareciera que en los

últimos años usted hubiera adoptado lo que se suele llamar un "perfil bajo".

Michael W.: Sí, creo que es así.

220

221

Andrew W.: ¿Se trata de una decisión consciente?

Michael: En gran medida sí. Después del Congreso de Melbourne de 1985,

decidí que, si era posible, prefería tener un "perfif bajo" dentro del panorama

de la terapia familiar australiana.

Andrew W:¿Yestá conforme con esa decisión?

Michael W.: Sí, fue lo más conveniente. Por entonces parecía que el hecho de

que yo fuera considerado, por los demás, como alguien que sostenía cierta

posición dentro del campo de la terapia familiar australiana y neocelandesa,

despertaba algunos sentimientos complejos en algunos terapeutas familiares.

Y yo no quería participar de semejante cuestión. Además, me parecía que la

atención que había concitado mi trabajo impedía que el trabajo de muchas

otras personas obtuviera el reconocimiento más amplio que merecía. Y creo

que ahora la situación ha cambiado mucho. Actualmente hay un

reconocimiento general mucho mayor de las contribuciones originales hechas

por muchos terapeutas familiares de Australia y de Nueva Zelanda.

Andrew W.: Esa decisión de mantener un perfil bajo dentro de la esfera de la

terapia familiar australiana y de su política, ¿tuvo de algún modo un aspecto

negativo?

Michael W.: En absoluto. Creo que fue algo completamente positivo. Y aun hoy

siento el gran entusiasmo de la gente por lo que hago y aprecio muchísimo ese

reconocimiento. Pero ese entusiasmo se ha extendido también al trabajo de

muchos otros y creo que así es como debe ser.

Andrew W.: Me interesaría hablar un poco de los cambios sufridos por su

posición teórica, particularmente durante la última década. Me parece que

aproximadamente la primera mitad de la década de 1980, se caracterizó por

Page 264: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

aquella proposición de la metáfora terapéutica basada en gran medida en la

teoría cibernética y en las ideas de Bateson; mientras que en los últimos años

se advierte más claramente la influencia de las ideas sobre el texto y la teoría

narrativa.

Michael W.: Probablemente no haya un corte tan exacto. He experimentado

gran cantidad de cambios en mi manera de pensar, pero son cambios que en

su mayor parte no constituyen rupturas definitivas. Y algunas de las primeras

metáforas cibernéticas me parecen aun muy útiles para tratar a determinadas

familias. Por ejemplo, David Epston y yo estamos puliendo actualmente un

capítulo sobre los niños que tienen dificultades en la alimentación. En parte,

este trabajo se basa en la metáfora del "retroalimentación como restricción" y

es algo que ha cambiado muy poco durante los últimos diez años.

Me interesó mucho el concepto de Bateson de las "restricciones de

redundancia" e investigar cómo esas restricciones determinan lo que las

personas seleccionan de lo fortuito para poder sobrevivir, qué papel desem

peña en el modo en que las personas determinan qué sucesos o qué

experiencias adquieren significación y cómo conviene responder a ellos. Las

restricciones de redundancia de Bateson me abrieron las puertas a las

estructuras interpretativas y a la significación que, como sabemos, es la

esencia de la vida. La metáfora narrativa, ¿nos llevó tan lejos de estas

consideraciones, al proponer que nuestras vidas están constituidas por las

significaciones que le asignamos a la experiencia y por cómo la interpretamos

a través de las versiones (historias) que tenemos de nuestras vidas?

Seguramente la respuesta es que todo esto nos lleva a algún lugar diferente,

pero no creo que ese lugar esté netamente separado del anterior y

ciertamente en la práctica yo nunca los mantuve separados.

Andrew W.:¿ Qué significó para su pensamiento y para su trabajo la metáfora

narrativa?

Michael W.: Hace algunos años Cheryl White y David Epston me alentaron a

que considerara la metáfora narrativa como una estructura interpretativa que

podía serme útil en el trabajo que yo estaba realizando. Como respuesta a esa

Page 265: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

sugestión, desarrollé una segunda descripción de todo un conjunto de

procesos terapéuticos. Por ejemplo, esto me permitió concebir la cuestión de la

"influencia relativa" desde un ángulo diferente. Aquellas preguntas que

alientan a los miembros de una familia a trazar el "mapa" de la influencia que

ejerce el problema en sus vidas me parecieron "desconstructivas", es decir,

permitían destruir esas versiones dominantes y empobrecedoras a través de

las cuales estaban viviendo las personas. Y al mismo tiempo, consideré

"constructivas" o promotoras de una "reescritura", aquellas preguntas que

invitaban a los miembros de la familia a trazar un "mapa" de la influencia que

ellos ejercían en la "vida" del problema.

Estas y otras reinterpretaciones que me provocó la consideración de la

metáfora narrativa, me permitieron avanzar más en la exploración y extender

los límites de este trabajo. En realidad me permitieron superar lo que yo antes

consideraba límites.

Andrew W.: La metáfora narrativa aplicada a la terapia me parece algo más

humano, más honesto.

Michael W.: Esta metáfora exige que el terapeuta desafíe sus certezas

establecidas. El terapeuta no puede saber de antemano qué es lo

"conveniente" para una persona; ni siquiera puede saber cómo debería ser la

familia una vez concluida la terapia. La metáfora narrativa se opone a las

prácticas totalizadoras. Alienta al terapeuta a adoptar una posición reflexiva en

relación con la constitución de las realidades terapéuticas. Y también lo alienta

a ayudar a aquellas personas que buscan el apoyo terapéutico a fin de adoptar

una posición similar en relación con sus propias vidas, así como para

222

223

comprometerse a reescribir sus vidas de acuerdo con una versión alternativa

de cómo podrían ser.

Desde mi punto de vista, este proceso de reelaboración se diferencia de la

técnica de reestructuración, en la cual el terapeuta tiene la responsabilidad de

desarrollar una versión nueva y mejor de la experiencia del paciente. En

Page 266: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

cambio, este es un proceso que compromete activamente a todos los

miembros de la familia y al terapeuta en la tarea de "asignar significación",

además en este proceso hay un esfuerzo del terapeuta por señalar a los

miembros de la familia como los autores primarios de estas versiones

diferentes.

Andrew W.: ¿En qué direcciones apunta su indagación para continuar con la

metáfora narrativa?

Michael W.: Ciertamente estoy pensando continuar el desarrollo de la metáfora

narrativa. Aun hay mucho más por explorar. También me interesa trabajar más

con las contribuciones de teóricos críticos como Michel Foucault así como

estudiar el trabajo de varios teóricos literarios.

Me gusta pensar que tengo una perspectiva "constructivista crítica" o

"constitucionalista". Cuando pienso en la constitución de la vida de las

personas, supongo que si tuviera que limitar mi perspectiva a la metáfora

narrativa, me perdería gran parte del cuadro. Como ya lo dije en varias

publicaciones y siguiendo el pensamiento de Foucault y algunos otros, creo

que las construcciones "sobreviven" en los campos de poder. Me fue necesaria

esta consideración para poder emprender un análisis de los sucesos

atendiendo a las prácticas de poder, a las estructuras sociales, etc., y a la

historia de esas prácticas y del desarrollo de esas estructuras.

Por ejemplo, en cuanto a las prácticas de poder, no creo que sea una

casualidad que en nuestra cultura moderna, la mayor parte de las parejas, en

el momento de la separación mantengan interacciones altamente enfrentadas

respecto de la propiedad, la manutención, la custodia y el acceso a los hijos,

etc. Cada pareja no imagina por sí misma los bien conocidos movimientos y

contramovimientos de esas prácticas de agresión. Y no creo que esas prácticas

puedan reducirse a construcciones, aunque lo son en cuanto al know-how. En

cuanto a las ideas, en cambio, diría que el estudio de las ideas no me llevó a

inventar prácticas terapéuticas específicas. Creo que lo que genera esas

prácticas es el "tome y daca" de la interacción que mantienen el terapeuta y

las personas que buscan la ayuda terapéutica. Y en gran medida dependemos

Page 267: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

de la- retroalimentación de esas personas para saber qué prácticas son útiles y

cuáles no. No obstante, creo que el estudio de las ideas contribuye a dar rigor

a nuestro pensamiento y nos ayuda a comprender más, a explorar los límites y

el alcance de tales prácticas.

Andrew W.: Puesto que gran parte de las dificultades que se les

presentan a los terapeutas familiares están relacionadas con estas prácticas

culturales, me llama la atención que los terapeutas familiares en su conjunto

digan muy poco de ellas.

Michael W.: Realmente creo que no decimos mucho. Y sin embargo hay mucho

por decir de esas prácticas culturales. Por ejemplo, el caso de los hombres que

tienen una conducta abusiva con la mujer y los niños. Estos hombres no tienen

solamente un problema de actitud, sino que, además, participan de un modo

particular de ser que incluye la sumisión de otras personas mediante varias

tecnologías de poder bien conocidas y bien establecidas, tales como la

vigilancia, la comparación, la incoherencia, el aislamiento, etcétera. De modo

que propongo que les prestemos más atención a esas prácticas que

acompañan determinados conocimientos de "las maneras de ser" de este

mundo.

Andrew W.: Respecto de su referencia al poder y el lugar que ocupa en el

pensamiento constructivista, me interesaría saber qué piensa del

constructivismo de Maturana. Tomando muchos elementos de la biología,

Maturana caracteriza los sistemas humanos como sistemas cerrados desde el

punto de vista de la información e internamente cercados. En un capítulo

reciente, Lyn Hoffman (1990) expresaba cierta disconformidad con esa imagen

de "caja negra" y sostenía que ese enfoque ignora el elemento interactivo que

existe en la construcción de la significación. ¿Qué opina usted?

Michael W.: No sé mucho de Maturana, de modo que no puedo opinar sobre su

posición. Con todo, no tengo dudas de que las personas pueden influirse

mutuamente y que en realidad lo hacen. De hecho, muchas personas se

especializan en influir a otras y aparentemente lo hacen muy bien. La historia

está plagada de ejemplos de personas que se dejaron influir para hacer cosas

Page 268: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

que estaban "contra sus convicciones", contra lo que hubieran hecho "en

circunstancias normales". También parece completamente evidente que

existen enormes desigualdades estructurales en este mundo. Y esto equivale a

decir que hay personas que pueden hacerle a otras cosas que éstas no pueden

devolver y ello se debe a las desigualdades perpetuadas por esas estructuras.

Andrew W: ¿Y los terapeutas familiares hacen lo bastante para corregir tales

desigualdades?

Michael W.: Creo que algunos terapeutas familiares han comenzado a hacer

algo en ese sentido, particularmente en el campo del desequilibrio de poder

entre hombres y mujeres. También se le presta ahora mayor atención

a las desigualdades raciales, a las que provoca la pobreza y a otras cuestiones

de justicia social. Creo que en cierto sentido, la práctica de la terapia familiar

está cambiando y sé que Charles Waldegrave y el grupo de The Family

224

225

Centre, Lower Hutt, de Nueva Zelanda ha tenido mucho que ver con esto. Sin

embargo queda muchísimo por hacer en el sentido de agudizar nuestra

conciencia en tales cuestiones.

Andrew W.: Quisiera volver sobre la cuestión de la narrativa y la "reescritura" y

saber cómo influyeron esas ideas en su práctica con las familias. ¿Podría

contarnos de manera más específica de qué modo participa con las familias

durante la terapia?

Michael W.: Una práctica que ha llegado a ser muy importante para mí es

incitar a las personas a interrogarme sobre la entrevista misma. Por ejemplo,

les pregunto si alguna de mis explicaciones o alguna de mis preguntas no fue

suficientemente clara, o si algo de lo que yo dije les provocó incertidumbre o

confusión en cuanto a mi objetivo, etc. Luego aliento a las personas a que me

formulen preguntas sobre todo esto a fin de que yo pueda tener una

participación más transparente. Mis respuestas nunca suponen una "verdad"

teórica, sino que siempre se refieren a cómo creo yo que la expresión de mi

Page 269: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

experiencia personal, mi imaginación y mis declaraciones de intención dieron

forma a mis preguntas y comentarios.

Andrew W.: ¿Y usted hace eso en todas las sesiones?

Michael W.: A veces hay situaciones que lo impiden, pero yo hago ese tipo de

incitación casi todo el tiempo. Por supuesto, a veces el terapeuta necesita

ayudar a las personas a que "entren" en el espíritu de este procedimiento:

"Supongo que le intrigará saber cómo llegué yo a formularle esta pregunta".

De este modo la participación del terapeuta puede desconstruirse, es decir, se

la puede situar en su justo lugar.

Además, en esta práctica es menos probable que la gente sienta que el

terapeuta es quien impone las decisiones. Si yo hago un comentario y éste

parece provenir de una opinión tajante sobre lo que debe hacer una persona o

una familia y si no tengo oportunidad de desconstruir esa impresión, al

paciente o a la familia sólo le quedan dos posibilidades: o bien someterse a mi

opinión o bien rebelarse contra ella. Si, en cambio, tengo la oportunidad de

situar ese comentario dentro del contexto de mi experiencia personal, de mi

imaginación y de mis declaraciones de intención, las personas pueden

determinar por sí mismas cómo tomar mi comentario. Esto brinda muchas

posibilidades para dialogar y para considerar puntos de vista y opiniones

diferentes.

Esta práctica ha generado una muy buena retroalimentación en varias

oportunidades y algunas personas me dijeron que consideraban que esa era

una de las partes más importantes de la entrevista. Sin duda, esto se opone

a la idea, bastante difundida en ciertos círculos, de que para que una terapia

sea efectiva, las personas no deben saber qué está urdiendo el terapeuta.

Además, como rutina, suelo alentar a las personas a que evalúen la

entrevista con el fin de determinar qué partes de ella les parecieron más

importantes, cuáles menos importantes, cuáles les resultaron útiles y cuáles

no. A medida que las personas responden a estas preguntas, se van haciendo

mucho más claros aquellos puntos que han de facilitar la entrada a los

procesos de reelaboración o "reescritura". Por ejemplo, puedo preguntarles por

Page 270: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

qué determinado comentario resultó útil, explorar las realizaciones que pudo

provocar tal comentario y alentar a las personas para que especulen sobre los

posibles efectos reales que puedan tener tales realizaciones, es decir, cómo

pueden contribuir a dar forma a sus vidas, etc.

Andrew W.: Esta práctica parece una manera de eliminar ciertas conjeturas

acerca de la significación que las familias le asignan a la terapia...

Michael W Sí, lo es. Pues les permite a las personas decirle al terapeuta cuáles

son los efectos reales de la entrevista, qué significación le asignan a los

sucesos y, además, los alienta a ayudar al terapeuta a determinar cuál debería

ser el foco más importante de atención.

Andrew W.: El hecho de que las familias lo interroguen debe aumentar su

responsabilidad.

Michael W.: Creo que la responsabilidad es una parte muy importante de esta

práctica. Si estuviéramos más en contacto con los efectos reales de lo que les

decimos a las familias y de las preguntas que les formulamos, creo que

inmediatamente aumentaríamos nuestra responsabilidad. Pues esto nos

enfrenta con las responsabilidades morales y éticas asociadas con la

colaboración que prestamos a las personas que buscan ayuda terapéutica.

Andrew W.: Usted parece estar describiendo también una terapia más

igualitaria.

Michael W.: Es mucho lo que podemos hacer para que el contexto terapéutico

sea más igualitario. No obstante, creo que es un error suponer que la terapia

pueda ser siempre totalmente igualitaria, porque la verdadera estructura de

este contexto determina lo que podríamos llamar una diferenciación de poder.

Para que esta distinción se esfumara y para poder creer que la terapia puede

llegar a ser totalmente igualitaria, los terapeutas tendrían que ignorar las

particulares responsabilidades morales y éticas vinculadas con la posición que

ellos ocupan. Sin embargo, teniendo esto en cuenta, creo que deberíamos

hacer todo lo posible para impedir que esa diferenciación de poder tenga un

efecto tóxico o negativo.

Page 271: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

Andrew W.: ¿Cómo incorporó usted los equipos en el pensamiento y la práctica

que acaba de describir?

Michael W.: Estuve experimentando con equipos auxiliares de reflexión de

varias maneras. En el momento de la entrevista, en el que los miembros de la

familia y el terapeuta se convierten en auditorio, aliento a los

226

227

miembros del equipo para que éstos se interroguen recíprocamente sobre las

reflexiones que les merece el caso. De este modo, toda la sesión se convierte

en una serie de entrevistas. Si uno de los miembros del equipo de terapeutas

convocados hace un comentario sobre lo que considera es un suceso

significativo que podría relacionarse con aquellas cuestiones que los miembros

de la familia juzgaron importantes, los demás miembros del equipo, en lugar

de estar simplemente de acuerdo con el que hizo el comentario, pueden

preguntarle qué fue exactamente lo que le llamó la atención, por qué cree que

es un elemento significativo y con qué intención hizo ese comentario dentro

del contexto del equipo reflexivo.

Además de las múltiples posibilidades que ofrece este procedimiento en

cuanto a la contribución que pueden hacer los miembros del equipo en la

colaboración o en la "coescritura" de las nuevas versiones, les ofrece la

oportunidad de situar su interés dentro del contexto de su experiencia

personal, de su imaginación, y de sus declaraciones de intención. Este

interrogatorio desarrollado dentro del contexto del equipo reflexivo aumenta el

carácter auténtico de los comentarios y la curiosidad de los miembros del

equipo.

Andrew W.: Lo que usted dice también refleja un alejamiento del clásico

anonimato del equipo reflexivo y de los comentarios anónimos. Michael W.: El

anonimato directamente no existe en la práctica de equipo de la que le hablo.

Antes de comenzar a reflexionar, los miembros del equipo se presentan a los

miembros de la familia y les brindan una breve información sobre sus

antecedentes en este tipo de trabajo.

Page 272: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

Andrew W.: Esta práctica hace que también los miembros del equipo

terapéutico asuman una mayor responsabilidad, ¿no es cierto?

Michael W: Sí. Los miembros del equipo toman más conciencia y aprecian más

el grado de responsabilidad que tienen al asumir una posición privilegiada,

puesto que las personas les revelan sinceramente sus vidas. Además, con este

método es menos probable que el equipo "se adelante" a los miembros de la

familia y que responda de un modo desconectado de su propia experiencia. Me

interesó mucho el capítulo que usted escribió en el Dulwich Centre Newsletter

sobre los "espejos unidireccionales" y no me sorprendió en absoluto que con

frecuencia las familias respondan de manera negativa a la experiencia de un

equipo anónimo y autónomo. En contraste, es interesante que aquellas

familias que vivieron la experiencia del trabajo en equipo que yo describí, se

muestren invariablemente entusiasmadas por organizar la siguiente entrevista

con un equipo reflexivo y prefieran este tipo de sesión a las sesiones sin el

equipo. Y creo que esto tiene mucho que ver con la responsabilidad que asume

el equipo ante la familia.

Andrew W: La incorporación del equipo reflexivo parece ser otra

práctica de la terapia familiar que se opone directamente a la ideo de que un

terapeuta (o un grupo de terapeutas) puede objetivamente conocer la

experiencia de otra persona y lo que es bueno para ella. Desde ?ni punto de

vista, la contradicción interesante es que esto ocurre en una sociedad en la

cual cada vez más se proclama a los terapeutas (y ellos mismos también se

proclaman) expertos en las vidas ajenas. ¿Cómo afronta usted esta

contradicción?

Michael W.: Hasta cierto punto, casi todos nosotros fuimos formados en esas

perspectivas expertas y podemos caer fácilmente en la trampa de creer que

poseemos "verdades" que están por encima de otros conocimientos. Cuando

ocurre esto, perdemos de vista el hecho de que esas afirmaciones

"verdaderas" están determinando, en realidad, ciertas normas según las

cuales las personas deberían vivir sus vidas. En el contexto de la práctica es

importante encontrar el modo de ayudar a los participantes a poner esos

Page 273: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

conocimientos expertos entre paréntesis. Supongo que esto agrega

autenticidad al autoconocimiento de los participantes. Con esto no estoy

diciendo que podamos vivir una vida sin la mediación de los conocimientos

adquiridos, pero es importante que no pretendamos determinar la vida de los

demás en virtud de tales conocimientos. De modo que una parte de la práctica

se estructura con el fin de ayudar a los participantes a destacar aquellos

modos de vida y de pensamiento a través de los cuales ellos viven sus vidas.

Andrew W.: Alguien podría preguntarse qué nos queda si dejamos el

conocimiento experto entre paréntesis...

Michael W.: Creo que aquí es importante hacer una distinción entre la idea de

las aptitudes profesionales por un lado y los conocimientos del experto por el

otro. Entiendo por aptitudes aquellas prácticas mediante las cuales los

terapeutas pueden desarrollar su especialidad y lo hacen, prácticas tales como

transformar la terapia en un contexto para que las personas puedan

"reescribir" sus vidas y reelaborar sus relaciones. El diálogo basado en tales

aptitudes profesionales, generalmente, pero no siempre, es diferente del

diálogo que uno puede mantener con un amigo o con un vecino.

Andrew W.: La distinción que usted señala equivale a decir que nosotros

podemos adquirir esas aptitudes y aprender a emplearlas efectivamente, pero

esto no significa que podamos considerarnos por eso conocedores de la verdad

sobre cómo deben ser las personas.

Michael W.: Exactamente. Por ejemplo, tomemos lo que dije sobre las prácticas

de "reescritura". Los terapeutas podemos identificar algunas contradicciones a

las versiones saturadas por el problema que las personas traen a la terapia.

Sin embargo, no podemos determinar si esas contradicciones representan

desarrollos preferibles, ni descifrar de una manera detallada y definida, los

misterios relacionados con tales contradicciones. Eso es algo

228

229

que sólo pueden hacer los miembros de la familia partiendo de su propia

experiencia y de su propia imaginación a medida que responden a la

Page 274: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

curiosidad del terapeuta. Y al hacerlo, los miembros de la familia resucitan y/o

generan conocimientos diferentes y preferibles de las posibles maneras de ser.

Dicho sea de paso, creo que este trabajo puede definirse como una tarea

interactiva de muchos modos, pero no de acuerdo con la definición ortodoxa

de los enfoques de interacción. Respecto de las premisas sobre la interacción,

lo que se propone aquí es no que la interacción idiosincrásica está en las

"raíces" del problema, sino que la interacción se prefigura sobre la adquisición

de la significación y se funda también en las prácticas culturales. Y respecto

del proceso real de la terapia, los miembros de la familia y el terapeuta entran

en una variedad de interacciones vinculadas con la "reescritura".

Andrew W.: De modo que la interacción no se genera en una fuente

desconocida...

Michael W.: Esa es la idea.

Andrew W.: En algunas de sus obras usted sugirió que las aptitudes de un

buen escritor y las aptitudes de un buen terapeuta son análogas. Me parece

que la terapia familiar se está apartando velozmente de la metáfora del

sistema y está abrazando otras ideas y otros valores propios de la literatura, la

filosofía y otras disciplinas semejantes en las que cualidades tales como el

conocimiento intuitivo están siendo reconocidas cada vez más.

Michael W.: Ciertamente se está dando un cambio en el pensamiento. Se trata

de un alejamiento de las metáforas dominantes que anteriormente se

aplicaban en la terapia y que asignaban al terapeuta el rol de experto. Creo

que a medida que los terapeutas comiencen a considerar los desarrollos más

recientes de la teoría social, se irá dando una tendencia cada vez más

marcada hacia las metáforas provenientes de la literatura, la filosofía, la

antropología y este tipo de disciplinas, una tendencia que será aun más

significativa.

Andrew W.: Respecto de la constitución de las vidas, usted mencionó en varias

ocasiones el lugar que ocupa la imaginación. ¿Cuál es la conexión que existe

entre la constitución de las vidas y la imaginación?

Page 275: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

Michael W.: Hace aproximadamente un año tuve oportunidad de conocer el

trabajo de Gaston Bachelard y me interesé particularmente por la cuestión de

la imaginación. Bachelard comienza analizando las diferentes versiones que

existen sobre la imaginación, incluyendo la que propone que las imágenes de

algún modo reflejan lo que ocurrió antes. Esta es la versión sobre la

imaginación que domina la perspectiva analítica. Bachelard yuxtapone esas

otras versiones de la imaginación a una que él considera constitu

230

tiva. Lo que activa esta imaginación constitutiva, según este autor, es la

ensoñación, un fenómeno al cual le asigna una naturaleza por completo

diferente de la naturaleza de los "sueños nocturnos". Ese estado de

ensoñación puede desencadenarse gracias a una multiplicidad de

experiencias, desde leer poesía hasta caminar por un bosque. Y yo agrego que

también puede desencadenarse gracias a los lenguajes evocativos de la

terapia.

Andrew W.: Usted se refiere no a imaginar lo que ocurrió antes, sino a imaginar

lo que pudo ser.

Michael W.: Así es. Bachelard habla de imágenes que pueden transformar las

vidas. Pero no sugiere que esas imágenes estén orientadas hacia el futuro. El

se refiere a las imágenes de ensoñación como a reverberaciones y sostiene

que los episodios o experiencias del pasado resuenan con ellas. De modo que

Bachelard habla de imágenes que se remiten al pasado y no de imágenes que

vislumbran el futuro, habla de imágenes que representan algo pasado.

Andrew W.: ¿Cómo se vincula esto con el pensamiento constructivista? Michael

W.: Bueno, siento que aquí debería decir "no me cite usted sobre este punto",

puesto que no estoy tan compenetrado del trabajo de Bachelard como quisiera

estarlo y, en realidad, sólo he analizado las implicaciones de estas ideas de

una manera muy general. Aun así me siento muy atraído por estas ideas, y hay

algo que me resulta casi familiar en ellas. Y cuando digo casi familiar no me

refiero a las referencias que hace Bachelard a Jung, con quien no me siento en

absoluto vinculado.

Page 276: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

Creo que estas ideas tocan una cuerda que tiene que ver con lo que yo llamo

las prácticas de "reescritura". En este trabajo, los terapeutas generalmente

ayudan a las personas a penetrar en otros territorios de sus vidas aun

inexplorados a través de las puertas del presente, los "logros aislados", para

quienes están ya familiarizados con mis publicaciones. Cuando se alienta a los

miembros de la familia a responder a esos logros como uno podría responder a

un misterio, éstos descubren súbitamente muchas experiencias del pasado,

antes pasadas por alto, que "resuenan" gracias a esos logros aislados. Estas

experiencias, que en circunstancias normales, no podrían recordarse,

"iluminan" y contribuyen a trazar una historia o versión alternativa. En esto

parece que hubiera dos procesos "constructivos" gemelos: la generación y la

resurrección. La parte generativa tiene mucho que ver con el desencadenarse

de la imaginación y creo que algunas de las preguntas y de las cosas que se

dicen en la terapia durante las prácticas de "reescritura" son esenciales.

Quizás podríamos decir que desencadenan "reverberaciones".

Andrew W.: ¿Qué significación tiene todo esto en la terapia? Michael W.: Creo

que nos sugiere que se está haciendo necesaria una mayor investigación de la

fuente de imaginación y ensoñación. David Epston

231

y yo discutimos frecuentemente la naturaleza pintoresca del lenguaje que se

emplea en la terapia y, precisamente, las ideas de Bachelard pueden

ayudarnos a indagar la extensión y los límites de este trabajo.

Andrew W.: En cierto sentido usted está caracterizando la imaginación como

una fuente de lo nuevo.

Michael W.: Sí, así es. Pero también como una fuente de resonancias de lo

"antiguo" olvidado o pasado por alto.

Andrew W.: ¿Podemos volvera la cuestión de los cursos prácticos que dicta

usted? ¿Cómo se refleja su pensamiento actual en esas prácticas de

entrenamiento?

Page 277: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

Michael W Precisamente, así como me interesa estructurar la terapia como un

contexto que permita "reescribir" las vidas, me interesa la formación como un

contexto de reelaboración.

Andrew W.: De modo que usted le presta particular atención a las experiencias

y creencias de las personas que asisten a sus cursos de formación.

Michael W.: Sí. En las prácticas de formación de profesionales he estado

experimentando con una cantidad de ejercicios que alientan a los participantes

a identificar aquellos aspectos de sus vivencias que se expresan en este

trabajo y esto los ayuda a determinar más claramente sus creencias más

convenientes sobre él. Por ejemplo, a veces interrogo a los participantes sobre

cómo llegaron al curso de formación del Dulwich Centre. Me interesa saber qué

fue lo que los atrajo. ¿Qué opinan de esta forma de terapia? ¿Les suministra un

marco para su propia formación? ¿Qué provoca su aplicación?¿Cómo encajan

estas ideas con sus propios valores y prácticas? ¿Cómo llegaron a elegir las

prácticas que aplican, cómo influyen en sus vidas y en sus carreras?¿Algunas

de estas ideas constituyeron puntos claves en sus carreras? ¿Hasta qué punto

reflexionar sobre estas cuestiones los ayudó a determinar sus preferencias en

la profesión, a sostener sus propias ideas? Etcétera, etcétera. Este y otros

ejercicios de "reescritura" ayudan a los participantes a familiarizarse con la

naturaleza única de la expresión de su trabajo, si se quiere, a cobrar mayor

conciencia del estilo que eligieron, y a advertir más claramente hasta qué

punto ellos "originan" hechos a través de esa expresión. A medida que los

participantes se van familiarizando con este tipo de ejercicios, comienzan a

practicarlos entre ellos.

Andrew W.: De modo que así como su terapia les permite a las familias

identificar experiencias que de lo contrario se hubieran perdido, sus cursos les

permiten a los asistentes advertir y valorar experiencias que, de lo contrario se

hubieran perdido...

Michael W.: Sí, son procesos paralelos. Además los participantes de mis cursos

pueden tener una experiencia "de primera mano" de su propio

Page 278: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

trabajo. Mi orientación los ayuda a apreciar la naturaleza multifacética de la

vida, y ejerce efectos reales en el curso de sus propias vidas.

Andrew W.: En el congreso nacional realizado recientemente en Adelaida,

María Scicchitano manifestó en su taller la idea de que hasta hace poco los

cursos deformación de los terapeutas familiares se basaban en la convicción

de que los practicantes debían "desaprender" conceptos y teorías que ellos

valoraban pero que quizás no coincidieran con una visión de los sistemas

familiares. En cambio parece que usted defiende la posición del practicante y

respeta todo aquello que él aporta como persona.

Michael W Sí, defiendo esa posición. No obstante tampoco considero útil que la

formación se transforme en algo "completamente libre". Creo que con

frecuencia es necesario ayudar a los participantes a "desconstruir" y por

consiguiente a oponerse a ciertas ideas y ciertas teorías que éstos traen

consigo al contexto del curso, por ejemplo, las ideas normativas y totalizadoras

sobre como modelar la vida de la familia y las teorías psicoterapéuticas

llamadas "de la verdad". Pero esa desconstrucción no es algo difícil de lograr

puesto que la terapia y los cursos mismos son métodos desconstructivos. Y

ciertamente aclaro que me interesa muy poco unirme a los participantes en

prácticas basadas en los modelos más positivistas. Hay otros lugares donde los

participantes pueden acudir a hacer ese tipo de prácticas.

Andrew W.: ¿Podríamos hablar un poco de la investigación? ¿Es un campo que

le interesa?

Michael W.: Coincido con Karl Tomm, quien opina que aquellas personas que

practican la terapia, junto con aquellas que buscan la ayuda terapéutica son

los investigadores primarios o básicos y que aquellas otras personas que

recogen datos de una manera más formal son investigadores secundarios o

auxiliares. Siempre me interesó la investigación primaria y me parecen

bastante tediosas las continuas demandas que hacen los investigadores

secundarios para que los investigadores primarios justifiquemos nuestra

existencia.

Page 279: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

Si esos investigadores secundarios pudieran abandonar un poco más el alto

terreno moral y se dedicaran a investigar siguiendo las líneas de los recientes

avances de la etnometodología (lo cual incluiría dar transparencia

a la naturaleza socialmente construida de su tarea) quizás lo que estos

señores hacen fuera de mayor utilidad para lo que hacemos los investigadores

primarios. Estoy seguro de que en ese caso, la colaboración de esos

investigadores sería muy enriquecedora. Al decir esto no quiero "meter a todos

los gatos en la misma bolsa". La investigación secundaria en este campo ya

está dando algunos brillantes resultados.

Andrew W.: Me gustaría que habláramos sobre el nombre que le

232

233

damos a nuestra profesión. Algunos críticos sostiene que la elección de la

expresión "terapia familiar" se ha vuelto anticuada y que debería cambiarse

esa denominación por alguna expresión que incluya el contexto más amplio.

¿Qué opina usted de todo esto?

Michael W.: Para mí, lo que verdaderamente importa es lo que simboliza la

expresión "terapia familiar": sus asociaciones históricas, la posición que ocupa

en el campo de las psicoterapias, el terreno de las actividades posibles,

etcétera. Creo que la terapia familiar significó un campo que a veces ha sido

radicalmente abierto y pluralista. Ha sido un campo en el que, en diferentes

momentos, las personas pudieron ampliar los límites de lo que podía pensarse

en dichos momentos históricos. Desde mi punto de vista aún sigue siendo un

campo abierto y pluralista y creo que quizás esta sea su mayor fuerza. La

terapia familiar no implica la existencia de un "compartimiento estanco". Sin

embargo, a pesar de esto, reconozco el hecho de que la terapia familiar haya

apoyado históricamente algunas prácticas que ahora pueden considerarse de

sometimiento. También existe el peligro de que la terapia familiar llegue a

institucionalizarse por completo. Y entonces es cuando adquiere importancia el

espíritu de la crítica.

Page 280: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

Andrew W.: Usted habla del espíritu de la crítica y ciertamente ese fue un

punto que flotó en el aire en el reciente congreso de Adelaida. Michael W.: Sí,

yo también lo sentí. Fue un congreso muy bueno. Desde mi punto de vista,

siguió la tendencia señalada ya en el congreso de Christchurch, realizado hace

un par de años.

Andrew W.: ¿Qué diferencias podría marcar entre ambos congresos? Michael

W.: Creo que la gente está bregando más ahora contra algunas cuestiones

apremiantes, tales como el racismo, las prácticas de poder que se dan en la

terapia, etcétera. Me parece que estamos elevando nuestras miras en cuanto a

las responsabilidades morales y éticas que nos corresponden, en lugar de

darle tanta importancia a la técnica y al aspecto exterior.

Andrew W.: Usted ha estado actuando en el campo de la terapia familiar

durante muchos años ¿Qué diferencias nota entre la terapia familiar actual y la

que se practicaba en sus comienzos?

Michael W.: Ciertamente hay una gran diferencia. La más llamativa es que

ahora existe una fuerte red de terapia familiar y que actualmente en muchas

instituciones y dependencias del estado se aceptan mucho más las prácticas

de terapia familiar. En Australia, hace veinte años no se aceptaban tanto como

ahora las prácticas asociadas a la terapia familiar y a veces aquellos

profesionales entusiastas de estas prácticas debían librar verdaderas batallas

para poder continuar con ellas. Por supuesto, aun hoy hay ciertas medidas

políticas que tratan de cercar las prácticas de terapia familiar, pero

234

supongo que siempre han de existir. Sin embargo, creo que ahora hay en este

cambio muchas más oportunidades para las personas.

Andrew W: ¿La terapia familiar sigue apasionándolo como al principio?

Michael W.: Quizás más que antes. Creo que ha habido progresos

extraordinarios en este campo. Estoy en contacto con muchos terapeutas

cuyas contribuciones creativas están produciendo efectos transformadores en

este terreno. Y me parece que la generación actual de jóvenes terapeutas

Page 281: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

familiares está menos "atrapada" por las llamadas escuelas de terapia familiar.

Creo que no hace falta decir que esto es algo muy positivo.

Andrew W.: El concepto de creatividad nunca está lejos del pensamiento de los

terapeutas. ¿Qué lo ayuda a seguir siendo creativo y a estar siempre en la

búsqueda de nuevos límites?

Michael W.: Me resulta difícil responder a esa pregunta. Ciertamente algo que

ayuda es no tener que preocuparse por las restricciones burocráticas y de

organización que desgraciadamente son características de una gran cantidad

de instituciones y dependencias del estado. También me ayuda el hecho de

considerar mi trabajo como una investigación privada en desarrollo. Y esto

último incluye consultar a las familias acerca de la experiencia que vivieron en

la terapia; esto es siempre vigorizante.

Andrew W: De modo que siempre debe haber un espíritu constante de

indagación e investigación.

Michael W.: Sí, ¡hay tanto por aprender y descubrir!

Andrew W.: Michael, si usted pudiera predecir el futuro, ¿en qué lugar cree que

estaría la terapia familiar dentro de diez o veinte años? Michael W.: No me

importa mucho tratar de predecir el futuro de la terapia familiar. Sin embargo,

hay una cantidad de cosas que me gustaría que ocurrieran en este campo. Por

ejemplo, me gustaría ver que aumenta la tolerancia por la diferencia y junto

con esto desearía que los terapeutas familiares australianos se opusieran más

a la filosofía que sustenta el síndrome de los "sumos sacerdotes". Este

síndrome aparece acompañado por prácticas culturales que tiene un efecto

negativo y desalentador en aquellas personas consideradas en cierta posición

dentro del panorama de la terapia familiar y que, también, tienen un efecto

negativo y desalentador en aquellos otros profesionales no considerados en tal

posición. Estos últimos no tienen el aliciente necesario para desarrollar y

presentar los logros que obtienen en su trabajo en contextos que deberían

brindarles el reconocimiento que merecen.

Page 282: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

También quisiera ver que la comunidad terapéutica familiar desarrolle nuevas

formas de apoyar y alentar a los terapeutas australianos y neocelandeses a

visitar centros de terapia familiar extranjeros. Cheryl White, del Centro de

235

Publicaciones Dulwich, ha coordinado algunas becas con este propósito y creo

que sería una decisión excelente que otros centros y asociaciones encontraran

el modo de organizar y extender este tipo de proyectos.

También me gustaría que se ampliaran aquellos proyectos relacionados con la

indagación de la experiencia y la cultura de los hombres y con el

encauzamiento de las complejas cuestiones de la justicia social, incluidas

aquellas que tienen que ver con los sexos, las razas, la pobreza, etcétera.

Andrew W.: Quizás lo que usted está proponiendo sea también algo liberador

para los propios terapeutas.

Michael W.: Sí estoy de acuerdo con esa idea.

(viene de la pág. 4)

H. STIERLIN Y G. WEBER ¿Qué hay detrás de la puerta de la familia?

TERAPIA FAMILIAR

Referencias bibliográficas

MONY ELKAIM Si me amas, no me ames

"They reckon a womans worlds just it and a bit", South Australian Film

Corporation, 1976. (Producido por Penny Chapman, dirigido por Meg Stewart).

Hoffman, L., 1990. Constructing realities: an art of lenses, Family Process, 29,

1, págs. 1-12.

Waldegrave, C., 1990. Just Therapy, Dulwich Centre Newsletter, (special issue

on Social Justice and Family Therapy: A discussion of the work of The Family

Centre, Lower Hutt, Nueva Zealand), 1, págs. 5-46.

Wood, A., 1990. The consumers view of the team and the one-way screen: A

preliminary investigation. Dulwich Centre Newsletter, 2, págs. 21-23.

Algunas publicaciones recientes de Michael White

P. STEINGLASS, La familia alcohólica L. A. BENNET Y OTROS

F. B. SIMON, H. STIERLIN Vocabulario de terapia Y L. C. WYNNE familiar

Page 283: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

H. CH. FISHMAN Y El cambio familiar:

B. L. ROSMAN (comrs.) desarrollos de modelos

White, M., 1986. Negative Explanation, Restraint and Double Description: A

Template for Family Therapy, Family Process, 25, págs. 169-184.

White, M., 1986. Family Escape from Trouble, Family Therapy Case Studies, 1,

1, págs. 29-33.

White, M., 1988. The Process of Questioning: A Therapy of Literary Merit,

Dulwich Centre Newsletter, invierno, págs. 8-14.

Epston, D. y White, M. 1989. Literate Means to Therapeutic Ends, Adelaida

Dulwich Centre Publications.

White, M. 1988/89. The Externalizing of the problem and the reauthoring of

lives and relationships, Dulwich Centre Newsletter, verano.

White, M., 1989/90. Family therapy training and supervision in a world of

experience and narrative, Dulwich Centre Newsletter, verano, págs. 27-38.

M. D. STANTON, Terapia familiar del abuso

T. C. TODD Y COLS. y adicción a las drogas

M. MCGOLDRICK Genogramas en la Y R. GERSON evaluación familiar

RENATA FRANK DE VERTHELYI Interacción y proyecto familiar ANALíA

KORNBLIT Somática familiar

HELM STIERLIN Y OTROS Terapia de familia

SALVADOR MINUCHIN Familias y terapia familiar

a presente obra; consta de una áerie de ertícuios por=e1 pr

-pio Míchael White -qs el princlpal exponente de la Nueni, cuíl Australiana de

Terapla Familiar- publicados por el Púlwich Centre Adelaida. En esta seián, el

autor describe sus prácticas terapéuti en_ las que se aplican ideas tales, como

la externaliaación- del problem me: narrativa y la influencia relativa.

Odose en algunos conceptos de Bateson, como la, teoría

o Las restricciones de redundancia, y de Foucault, coZO las relacianá; - podtri

bfobael White desarrolla un novedoso enfoque constructi p ddemo. Piara

él, el terapeuta obra como coautor, junto ion el pad

Page 284: Guías Para Una Terapia Familiar Sistémica

. Y w aa4lia, de una versión alternativa más

positiva y capadtad t "gltu ad8 del problema" con la que el

paciente llega a la ten

Mediante una serie de preguntas, das« v ::

,-9,dno y- o n los demás miembros de la familia, que los

Uefan a du

, hoo*os que contradicen la imagen negativa y

les swoai

-pes "aoi enaar a generar la nueva versión de el . oa—y.,detnás.

tes, anorexia nerviosa y violencia familiar In tratados, paso a paso, en esta

todos aquenos que necesitan ce 100

: ±