guía de edad media

21
Colegio Gran Bretaña. Integración. Profesora: María Cristina Galleguillos V. Edad Media Línea de Tiempo Edad Media Siglos IV # Decadencia del comercio y las ciudades romanas V #Invasiones de los pueblos germánicos. Alarico saquea Roma. Caída del Imperio Romano de Occidente. Clodoveo funda el reino franco. Atila rey de los Hunos invade Europa Central. VI VII # Heracilio da origen al Imperio Bizantino. VII # Expansión del Imperio Carolingio. # Expansión y difusión del Islam. Invasión musulmana en España. # Segunda Oleada de Invasiones germánicas. IX # Sacro Imperio Romano Germánico: Carlomagno coronado Emperador en Roma. X #Los vikingos toman Normandía. # Tratado de Verdún, partición del Imperio Carolingio. XI # Resurgimiento del comercio y de las ciudades. XII # Surgimiento de los Estados Nacionales: Francia, Inglaterra y España. Primera Cruzada para rescatar el santo sepulcro de Jerusalén. # Conflictos entre el Papado y el Imperio. XIII # Carta Magna en Inglaterra. Juan Sin Tierra. XIV # Peste negra en 1348 gran mortandad en toda Europa. # Guerra de los Cien Años entre Francia e Inglaterra. XV # Cisma de occidente. # 1453 los turcos toman Constantinopla, cae el Imperio Bizantino. Isabel de Castilla y Fernando de Aragón toman Granada. Expulsión de Moros y judíos. Descubrimiento de América. Renacimiento. Invención de la Imprenta por Gutenberg. Se divide en tres etapas: Temprana Edad Media (V al VIII d.c.) Alta Edad Media (IX al XI d.c.) Baja Edad Media (XI al XIV d.c.) Se extiende por un período de diez siglos. Antecedente o desencadenante: decadencia del Imperio Romano. los pueblos bárbaros (extranjeros) que se aproximaron a sus fronteras y se establecieron en ellas, presionando en forma permanente para entrar. pueblos bárbaros: germanos entre los cuales se encontraban los trancos, anglos, alamanes, suevos, borgoñones, daneses, sajones, lombardos, hérulos, vándalos y visigodos, estos últimos divididos en ostrogodos, o godos del Este; y visigodos, o godos del oeste, eslavos, tártaros o mongoles. La caída del Imperio romano Los pueblos germánicos venían acosando las fronteras del Imperio romano desde el siglo I. Eran pueblos nómadas o seminómadas con una sociedad estratificada: nobles, libres, libertos y esclavos. Muchos germanos se establecieron como colonos en el territorio del Imperio.

Upload: cristy-g

Post on 08-Jul-2015

3.272 views

Category:

Education


3 download

TRANSCRIPT

Page 1: Guía de edad media

Colegio Gran Bretaña.

Integración.

Profesora: María Cristina Galleguillos V.

Edad Media Línea de Tiempo Edad Media Siglos

IV

# Decadencia del comercio y las ciudades romanas

V

#Invasiones de los pueblos germánicos. Alarico saquea Roma. Caída del Imperio

Romano de Occidente.

Clodoveo funda el reino franco. Atila rey de los Hunos invade Europa Central.

VI

VII

# Heracilio da origen al Imperio Bizantino.

VII

# Expansión del Imperio Carolingio.

# Expansión y difusión del Islam. Invasión musulmana en España.

# Segunda Oleada de Invasiones germánicas.

IX

# Sacro Imperio Romano Germánico: Carlomagno coronado Emperador en Roma.

X

#Los vikingos toman Normandía.

# Tratado de Verdún, partición del Imperio Carolingio.

XI

# Resurgimiento del comercio y de las ciudades.

XII

# Surgimiento de los Estados Nacionales: Francia, Inglaterra y España. Primera

Cruzada para rescatar el santo sepulcro de Jerusalén.

# Conflictos entre el Papado y el Imperio.

XIII

# Carta Magna en Inglaterra. Juan Sin Tierra.

XIV

# Peste negra en 1348 gran mortandad en toda Europa.

# Guerra de los Cien Años entre Francia e Inglaterra.

XV

# Cisma de occidente.

# 1453 los turcos toman Constantinopla, cae el Imperio Bizantino. Isabel de Castilla y

Fernando de Aragón toman Granada. Expulsión de Moros y judíos. Descubrimiento de

América. Renacimiento. Invención de la Imprenta por Gutenberg.

Se divide en tres etapas:

Temprana Edad Media (V al VIII d.c.)

Alta Edad Media (IX al XI d.c.)

Baja Edad Media (XI al XIV d.c.)

Se extiende por un período de diez siglos.

Antecedente o desencadenante:

decadencia del Imperio Romano.

los pueblos bárbaros (extranjeros) que se aproximaron a sus fronteras y se

establecieron en ellas, presionando en forma permanente para entrar.

pueblos bárbaros: germanos entre los cuales se encontraban los trancos, anglos,

alamanes, suevos, borgoñones, daneses, sajones, lombardos, hérulos, vándalos y

visigodos, estos últimos divididos en ostrogodos, o godos del Este; y visigodos, o

godos del oeste, eslavos, tártaros o mongoles.

La caída del Imperio romano

Los pueblos germánicos venían acosando las fronteras del Imperio romano desde el

siglo I. Eran pueblos

nómadas o seminómadas con una sociedad estratificada: nobles, libres, libertos y

esclavos. Muchos germanos se establecieron como colonos en el territorio del Imperio.

Page 2: Guía de edad media

Colegio Gran Bretaña.

Integración.

Profesora: María Cristina Galleguillos V.

Las grandes invasiones comenzaron en el 401 con la irrupción de los vándalos. En el

476 el Imperio romano había sucumbido en Occidente aunque se mantendría en

Oriente: con capital en Constantinopla.

LAS GRANDES INVASIONES BARBARAS

Durante decadencia del Imperio Romano, fueron muchos los pueblos bárbaros

(extranjeros) que se aproximaron a sus fronteras y se establecieron en ellas,

presionando en forma permanente para entrar. Si bien las legiones romanas

contuvieron todos los intentos realizados, los bárbaros lograron penetrar lentamente

entre los siglos I y IV, y establecerse en el interior, hasta que, finalmente, empujados

por otros pueblos, lo hicieron en forma violenta.

Los primeros que penetraron fueron los mogoles, que ya eran dueños del Asia y se

convirtieron en el azote de los europeos. De costumbres primitivas, eran hábiles

jinetes y temibles combatientes, sin escrúpulos de ninguna naturaleza. Vivían

prácticamente a caballo y se alimentaban casi exclusivamente de carne.

Las Invasiones Bárbaras: Los germanos

Los germanos constituían un pueblo de raza blanca, de ojos azules y cabellos rubios,

que sobresalían por su alta estatura y su físico robusto. No vivían agrupados en

ciudades, sino en chozas que se encontraban dispersas por el campo aunque

distribuidas según las tribus a que pertenecían. Sus actividades principales eran el

pastoreo y la agricultura. Elegían sus jefes entre los guerreros más valientes y los

obedecían ciegamente. Muchos germanos militaron en las legiones romanas.

En el aspecto social, cultivaban el amor a la familia y guardaban cierta consideración a

las mujeres; no tenían leyes escritas y se basaban en la tradición y las costumbres. El

padre ejercía un poder absoluto sobre la familia.

Los germanos teman arraigados los sentimientos de libertad, justicia y dignidad

personal. Cuando los hunos atravesaron los montes Urales y empujaron con su

presencia a los pueblos radicados en la zona adyacente, provocaron un desbande

general de todos los pueblos situados entre los ríos Rin y Danubio.

A partir del siglo I comenzaron a cruzar las fronteras del Imperio Romano, en busca

de tierras y botín. No perseguían con ello la destrucción del imperio, ya que

consideraban al Estado romano como una admirable organización política, en la que

pretendían obtener un lugar. Antes de su caída, el imperio fue incorporando

numerosos grupos de germanos como soldados o como colonos. Ellos se comprometían a

defender las fronteras, a cultivar las tierras y a reconocer la autoridad del

emperador.

Pero en el siglo V este avance pacífico se convirtió en incontrolable para los romanos.

Esta irrupción violenta se debió, entre otras cosas, al ataque de un pueblo de Europa

oriental, los hunos, que empujó a los germanos hacia el Oeste. Las invasiones germanos

al Imperio Romano fueron entonces emigraciones en masa para huir de un terrible

enemigo, pero esta vez saquearon las zonas recorridas y respetaron solamente la

autoridad de sus jefes; contribuyeron, quizá sin quererlo, al derrumbe de la

organización imperial.

Los invasores más importantes se asentaron en el antiguo territorio romano y

formaron diversos reinos. Los principales pueblos germanos que se asentaron en el

imperio fueron: los ostrogodos, los visigodos y los francos.

Las Invasiones Bárbaras: Los Ostrogodos

En el año 493, Teodorico, jefe de los ostrogodos, venció luego de encarnizados

combates a las fuerzas de Odoacro, rey de los hérulos, que había destituido al último

emperador romano.

Instaló entonces en Italia un reino ostrogodo independiente, con capital en Ravena,

que duró 60 años. En este período Teodorico mantuvo una política amistosa con la

corte imperial de Constantinopla.

Teodorico basó su gobierno en la idea de una convivencia pacífica entre godos y

romanos, por lo que respetó la tradición y la cultura del pueblo dominado.

Esta política favoreció un florecimiento cultural en la Italia ostrogoda.

Page 3: Guía de edad media

Colegio Gran Bretaña.

Integración.

Profesora: María Cristina Galleguillos V.

Las Invasiones Bárbaras: Los visigodos

Los ostrogodos, sorprendidos por el ataque, no atinaron a defenderse y se sometieron,

acompañando a los hunos en su sangrienta marcha hasta el centro de Europa. En

cambio, los visigodos huyeron hacia la cuenca del Danubio, se instalaron en la Tracia y,

como vimos, vencieron al emperador Valente en la batalla de Andrinópolis (378).

Luego fueron contenidos por el emperador Teodosio. Más tarde los romanos se

sublevaron, por lo cual Alarico regresó y sometió a la ciudad a un implacable saqueo

(410), durante tres días. Alarico se dirigió luego hacia el centro de Italia, donde

falleció. Su Sucesor, Ataúlfo, pactó con el emperador y se caso con su hermana (412).

De esta manera, Honorio logró desplazar a los visigodos hacia la Galia y España, donde

fundaron un reino cuya capital fue Tolosa.

Al llegar a la Galia, los visigodos se encontraron con los alanos, suevos, vándalos y

burgundios, que habían devastado las ciudades de la región. Estos pueblos se

dirigieron a la península ibérica y tras ellos fueron los visigodos, que obligaron a los

suevos a dirigirse hacia el Norte y a los vándalos hacia el Sur.

En el centro quedaron los alanos. Los vándalos se establecieron en el valle del

Guadalquivir, que recibió el nombre de Vandalucía o Andalucía, y luego se dirigieron al

Norte de África, donde se apoderaron de la ciudad de Hipona y de la región de

Numidia, actual Argelia (429). Con ambas regiones fundaron un reino. Por la misma

época, los francos comenzaron su establecimiento en el Norte de la Galia.

Las Invasiones Bárbaras: Los hunos

Entretanto, los hunos habían proseguido su marcha y llegado a las orillas del Danubio y

del Rin, donde a las órdenes de Atila amenazaron a los pueblos germanos. En principio

Atila, aceptó tierras y tributos de Roma, a cambio de si inercia, pero luego exigió que

se le entregara la mitad del Imperio y se k concediera por esposa a la hermana del

emperador. Como tales pretensiones fueron rechazadas, Atila invadió la Galia (451) y

arrasó varias ciudades hasta llegar a París, cuyos habitantes, aterrorizados estaban

resueltos a huir, cuando una joven llamada Genoveva (más tarde venerada por la

Iglesia católica como Santa Genoveva) los convenció de que organizaran la resistencia

e hicieran penitencia y oración.

En esas circunstancias, Atila, respondiendo al llamado del rey de los alanos, se dirigió

a sitiar la ciudad de Orleáns, donde pensaba establecer su base de operaciones en la

Galia. Aunque los habitantes de Orleáns, alentados por su obispo San Aiñan,

resistieron denodadamente, finalmente fueron abatidos y se vieron obligados a

entregar la plaza. Poco después llegó un ejército integrado por visigodos, burgundios y

francos, comandado por el general Aecio, prefecto de la Galia, —llamado el ultimo de

los romanos—, ante lo cual Atila abandonó la ciudad y retrocedió con sus tropas hasta

los Campos Cataláunicos, en la Champaña, donde se libró una memorable batalla en la

que se enfrentaron las fuerzas que conducía, integradas por una infinidad de pueblos

de distinto origen, con el ejercito romano de Aecio, en el que militaban entre otros,

los francos, sajones, galos, visigodos, borgoñones y alanos. El encuentro fue

encarnizado y muy cruento, finalizando con el triunfo de Aecio, quien permitió que

Atila se retirara.

Este se dirigió entonces a Italia, donde sitio y arrasó la ciudad de Aquíleya. Desde allí

emprendió la marcha hacia Roma, pero la intercesión del papa San León, que tuvo la

valentía de ir a su campamento para concertar la paz, obtuvo su alejamiento a cambio

de un tributo. Atila retrocedió hasta el Danubio y al año siguiente murió

repentinamente (453), con lo cual sus seguidores se dividieron.

IMPERIO BIZANTINO

Mientras en Occidente la invasión de los bárbaros terminó con la unidad política, en

Oriente, el Imperio Romano se mantuvo intacto y sobrevivió durante mil años más.

Constantinopla, su capital, emplazada en la antigua colonia griega de Bizancio. La

historia del Imperio Romano de Oriente comenzó en el año 395, cuando Teodosio el

Grande dividió el imperio entre sus dos hijos. En el siglo VI surgió un emperador que

soñó con unificar el antiguo Imperio Romano y dedicó sus esfuerzos a lograrlo.

Page 4: Guía de edad media

Colegio Gran Bretaña.

Integración.

Profesora: María Cristina Galleguillos V.

Justiniano: “la renovación imperial” Justiniano (527-565), que pertenecía a una

dinastía de origen macedónico, considerada a Bizancio como la única sucesora legítima

de la grandeza de Roma.

Intentó recuperar la unidad romana y para ello atendió dos aspectos fundamentales: la

reconquisto de los territorios occidentales y el fortalecimiento del poder real.

En el año 533, el emperador comenzó su anhelada reconquistó de Occidente.

Emprendió la reconquistó de Italia, que duró 18 años de terribles guerras, pues los

godos defendieron con energía el territorio. Finalmente, los ostrogodos fueron

derrotados y Justiniano intentó restaurar el gobierno romano como si nada hubiera

ocurrido desde el año 476. Ordenó acciones militares en la península Ibérica. El rey

visigodo reconoció la supremacía del imperio.

En cuanto a la organización interna, Justiniano dispuso una gran codificación del

derecho romano. En el año 528 ordenó elaborar un Código que recogía todos los

decretos imperiales que se habían redactado a partir del Edicto Perpetuo de Adriano.

En Bizancio el poder del emperador era absoluto, no tenía ningún límite de carácter

constitucional. La Iglesia también estaba halo su autoridad, existía el cesaropapismo.

En Occidente, en cambio, la Iglesia mantuvo su independencia respecto del Estado.

A fines del siglo VI, los lombardos invadieron Italia y los visigodos restablecieron su

poderío en las costas de España. En el siglo VII, un nuevo poder, el de los árabes y el

Islam, le arrebató extensos territorios (Egipto, Siria, Palestina y Africa). A partir del

siglo IX se instalaron en los Balcanes pueblos de origen eslavo (croatas y serbios).

El Imperio Bizantino quedó limitado al dominio del Asia Menor; su límite Norte era

Tracia.

Igualmente, con períodos de esplendor y decadencia, Constantinopla fue la única gran

ciudad” de la Edad Media; heredera del esplendor y la vida animada de Roma, logró

mantenerse independiente hasta el siglo XV, cuando fue conquistada por el poder

turco.

Cesaropapismo: intromisión del poder político en las cuestiones eclesiásticas, “el

César es el jefe del Estado y el jefe de la Iglesia”. Justiniano intervenía

activamente en la religión: designaba a los prelados, resolvía cuestiones de fe,

componía cantos litúrgicos

Constantinopla: “un gran centro comercial’

La actividad básica de la economía bizantina fue agricultura, complementada con una

importante actividad artesanal. En las ciudades del imperio se desarrollaron las

industrias textiles, la cerámica, la orfebrería, el mosaico Constantinopla, por su

privilegiada situación geográfica comerciaba con el Norte, Oriente y Occidente.

Actuaban en realidad, como intermediaria comercial, compra de productos de Oriente.

Constantinopla se convirtió de este modo en un centro comercial muy importante.

La cultura bizantina: punto de unión entre Oriente y Occidente Podríamos definirla

como una cultura síntesis en la que confluyeron diferentes aportes: los

grecorromanos, los cristianos y los orientales.

Constantinopla fue el centro de una civilización que perduró hasta el siglo XV y que

actuó como depositaria y salvadora de la tradición de la antigüedad clásica. En

Bizancio se preservó gran parte de las obras literarias de griegos y romanos.

Justiniano realizó también una importante codificación de las leyes romanas. Además

del Código ya mencionado que recogía los decretos imperiales, su labor continuó con:

El Digesto o Pandectas: reunía los textos de los juristas romanos importantes.

Las Institutos: destinadas a los estudiantes, contenían los principios básicos del

derecho. Y Las Novelas: consunto de leyes nuevas.

El Imperio Bizantino desempeñó además un papel importante en la difusión del

cristianismo y la cultura grecorromana en la zona de los Balcanes y las estepas rusas.

En suma, fue “el punto de unión” entre Oriente y Occidente.

Page 5: Guía de edad media

Colegio Gran Bretaña.

Integración.

Profesora: María Cristina Galleguillos V.

Las artes

En ellas podemos advertir las influencias griegas (en el equilibrio y la armonía de las

formas orientales y en el predominio del gusto por la decoración) y cristianas (en la

elección de temas como la glorificación de Cristo, la Virgen y los apóstoles).

La arquitectura bizantina fue su más bella expresión. Los ejemplos más importantes

son la catedral de Santa Sofía, de Constantinopla y la iglesia de San Vital, en Ravena.

Su particularidad es el uso de la cúpula en la construcción de las iglesias.

La pintura y la escultura fueron concebidas en Bizancio como artes accesorias o

complementarias de la arquitectura. Trabajaron sobre todo los mosaicos para la

decoración (paredes y bóvedas). En cambio, se destacaron en las llamadas artes

industriales’: la fabricación de joyas y toda clase de objetos suntuarios, realizados con

oro, plata y piedras preciosas; los tejidos de seda; los bordados y las

encuadernaciones, muy apreciadas en las regiones con las que comerciaban.

Para asegurar el control del Imperio Romano y hacer más eficiente su administración,

Diocleciano, a finales del siglo III, instituyó el régimen de gobierno conocido como

tetrarquía, dividiendo el imperio en dos partes, gobernadas por dos emperadores

augustos, cada uno de los cuales llevaba asociado un "vice-emperador" y futuro

heredero césar). Constantino reconstruyó la ciudad de Bizancio como nueva capital en

330. La llamó "Nueva Roma" pero se la conoció popularmente como Constantinopla (La Ciudad de Constantino). Constantino fue también el primer emperador en adoptar el

cristianismo, religión que fue incrementando su influencia a lo largo del siglo IV y

terminó por ser proclamada por el emperador Teodosio I, a finales de dicha centuria,

religión oficial del Imperio.

A la muerte del emperador Teodosio, en 395, el Imperio se dividió definitivamente:

Honorio, su hijo mayor, heredó la mitad occidental, con capital en Roma, mientras que

a su otro hijo Arcadio le correspondió la oriental, con capital en Constantinopla. Para

la mayoría de los autores, es a partir de este momento cuando comienza propiamente

la historia del Imperio Bizantino. Mientras que la historia del Imperio Romano de

Occidente concluyó en 476, cuando fue depuesto el joven Rómulo Augústulo por el

germano (del grupo hérulo) Odoacro, la historia del Imperio Bizantino se prolongará

durante aún casi un milenio.

En tanto que el Imperio de Occidente se hundía de forma definitiva, los sucesores de

Teodosio fueron capaces de conjurar las sucesivas invasiones de pueblos bárbaros que

amenazaron el Imperio de Oriente. Los pueblos germánicos, ya asentados en el

desaparecido Imperio de Occidente, están demasiado ocupados consolidando sus

respectivas monarquías como para interesarse por Bizancio.

En la frontera oriental, los turcos selyúcidas, que hasta el momento habían centrado

su interés en derrotar al Egipto fatimí, empezaron a hacer incursiones en Asia Menor,

de donde procedía la mayor parte de los soldados del Imperio. Además, durante el

siglo XIV el Imperio, convertido en uno más de numerosos Estados balcánicos, debió

afrontar la terrible revuelta de los almogávares catalanes y dos devastadoras guerras

civiles.

(Los otomanos —núcleo originario del futuro Imperio Otomano— procedían de uno de

los sultanatos escindidos del Estado selyúcida bajo el mando de un líder llamado

Osman I Gazi, que daría el nombre a la dinastía otomana u osmanlí).

El Imperio apeló a Occidente en busca de ayuda, pero los diferentes Estados ponían

como condición la reunificación de la iglesia católica y la ortodoxa. Algunos

combatientes occidentales llegaron en auxilio de Bizancio, pero muchos prefirieron

dejar al Imperio sucumbir, y no hicieron nada cuando los otomanos conquistaron los

territorios restantes.

El jefe supremo del Imperio Bizantino era el emperador (basileus), que dirigía el

ejército y la administración. En algún momento de la historia de Bizancio

(concretamente, durante el reinado de Romano Lecapeno) llegó a ver hasta cinco

césares simultáneos.

Page 6: Guía de edad media

Colegio Gran Bretaña.

Integración.

Profesora: María Cristina Galleguillos V.

El sucesor no era necesariamente hijo del emperador. La figura del emperador estaba

especialmente relacionada con la Iglesia, que se convirtió en un factor estabilizador, y

especialmente con el Patriarca de Constantinopla. Uno de los rasgos más

característicos de la civilización bizantina es la importancia de la religión y del

estamento eclesiástico en su ideología oficial. Iglesia y Estado, emperador y patriarca,

se identificaron progresivamente, hasta el punto de que el apego a la verdadera fe (la

"ortodoxia") fue un importante factor de cohesión política y social en el Imperio

Bizantino, lo que no impidió que surgieran numerosas corrientes heréticas.

ISLAM

La historia del Islam comienza en la Arabia en el siglo VII con la predicación del

profeta Mahoma. El territorio arábico estaba habitado por pequeñas tribus nómadas

de raza semítica, que reciben el nombre de árabes beduinos.

Un siglo después de su muerte, el estado islámico se extendía desde el océano

Atlántico hasta el oeste del Asia Central. En la historia del Islam existen diversas

dinastías que se disputaron los califatos o el liderazgo del Islam y muchos estados

islámicos que ofrecían una mínima o ninguna obediencia al califa.

No obstante, el imperio de los Califato Abasida califas abbasíes y el turco de Seijuk

eran unos de los más poderosos de su época. Después de la desastrosa derrota de los

Bizantinos en la batalla de Manzikert en 1071, la Europa cristiana llevó a cabo diversas

Cruzadas. Tras la Primera Cruzada, los occidentales, por algún tiempo, lograron

capturar y gobernar Jerusalén. Saladino, sin embargo, restableció la unidad islámica y

derrotó a los chiíes Fatimíes.

En el sigo XVIII, hubo tres grandes imperios musulmanes: El otomano en Turquía, el

Medio Oriente y el Mediterráneo; el safaví en Irán y el mogol en Asia Central y parte

de India. En el siglo XIX, estos imperios habían caído bajo la dominación del poder

político y económico de Europa. Después de la Primera Guerra mundial, el remanente

del imperio otomano fue dividido en protectorados o esferas de influencia europeas.

El Islam y el poder político del Islam han revivido en el siglo XX. Sin embargo, las

relaciones entre Occidente y cierto número de Estados de mayoría musulmana

permanecen precarias.

CARLOS MAGNO

Los francos, pueblo germano de la zona del Rin que se estableció en la Galia en el siglo

V, estuvieron gobernados por reyezuelos durante años hasta la unificación que hizo

Clodoveo, nieto de Meroveo y fundador de la dinastía Merovingia. Bajo su mando

extendió el reino por toda Francia y expulsó del reino de Tolosa a los visigodos.

Los sucesores de Clodoveo fueron llamados reyes holgazanes, puesto que se

despreocuparon de los temas de gobierno y los dejaron en manos de mayordomos de

palacio, que asumieron los poderes administrativo y militar, constituyéndose en una

dinastía paralela a la que reinaba. En 732, el mayordomo Carlos Martel ("El martillo")

frenó la invasión musulmana a Occidente en la batalla de Poitiers. Su hijo Pipino el

Breve se proclamó rey de los francos, iniciando la dinastía carolingia.

Además, se enfrentó a los lombardos, que invadieron Italia en torno al año 750, y

conquistó unas tierras que entregó al papa y que desde entonces constituyen los

Estados Pontificios, teniendo así la bendición de la Iglesia para su Imperio.

Carlos ya era conocido por sus condiciones personales como El Grande (Magno), por lo

cual fue llamado Carlomagno. Una vez en ejercicio del poder, Carlomagno se dirigió a

combatir a los lombardos en Italia, para proteger al papa Adriano IV. En el año 774

venció al rey de los lombardos, y dos años después deshizo por completo su reino.

Desde entonces Italia quedó repartida, entre tres soberanos: el papa, Carlomagno y el

emperador bizantino.

Carlomagno se proclamó rey de los longobardos y ciñó la corona de hierro, así llamada

porque su aro interior había sido hecho con un clavo utilizado en la crucifixión de

Jesucristo.

Poco tiempo más tarde, fue llamado a España (778) por un jefe árabe sublevado contra

el emir de Córdoba. En consecuencia, atravesó los Pirineos y venció a los moros,

Page 7: Guía de edad media

Colegio Gran Bretaña.

Integración.

Profesora: María Cristina Galleguillos V.

obligándolos a retroceder en el territorio conquistado hasta la línea del río Ebro. A su

regreso la retaguardia de su ejército fue sorprendida por los vascos o gascones y

derrotada en el paso de Roncesvalles, donde murió su sobrino Rolando o Roldán,

episodio que dio lugar a una famosa composición en verso.

Con posterioridad, los francos organizaron seis expediciones, con resultado de las

cuales Carlomagno fundó dos marcas o provincias fronterizas, la de Barcelona y la de

Gascuna.

Carlomagno culminó luego una larga guerra (772-785) contra los sajones, eficazmente

conducidos por Widukindo, los que, a pesar de una enconada resistencia, fueron

finalmente vencidos y sometidos, convirtiéndose al cristianismo.

Estos triunfos le permitieron extender sus dominios hasta el río Oder. Los bávaros

fueron también vencidos y la misma suerte corrieron los ávaros, descendiente de los

hunos (788-796), establecidos sobre las costas del Danubio. Finalizada esta campaña,

Carlomagno creó la marca del Este (Ostereich), que más tarde constituyó el reino de

Austria.

EL IMPERIO

Una vez finalizadas estas campañas, las posesiones de Carlomagno comprendían la

Galia, Italia, Germania y una parte de España, con lo cual quedó restablecido el antiguo

Imperio romano de Occidente.

Fue en estas circunstancias que el 25 de diciembre del año 800, mientras Carlomagno

oraba en la basílica de los apóstoles San Pedro y San Pablo, en Roma, el papa León III

ciñó su cabeza con la corona imperial, a semejanza de lo que ocurría con los

emperadores de Bizancio. De esta manera se consolidó la unión de la Iglesia y el

estado.

Para mejorar la administración de su vasto imperio, Carlomagno acrecentó el número

de duques y condes, cuyos subalternos fueron los vicarios y los centenarios.

Carlomagno prestó principal atención a la organización militar. El ejército se componía

de hombres libres, que debían aportar sus elementos de combate, cuya cantidad y

calidad variaba de acuerdo con el patrimonio de cada combatiente. También tuvo

especial preocupación por la organización eclesiástica, de la cual se sentía responsable.

Con tal objeto creó nuevos obispados y obligó al pago del diezmo, que consistía en el

aporte de la décima parte de las cosechas, para el mantenimiento de la Iglesia.

Durante el reinado de Carlomagno se llevaron a cabo numerosas obras públicas, entre

las que sobresalieron los puentes de madera levantados sobre el Rin y el Danubio; el

comienzo de la construcción de un canal entre ambos ríos y la edificación de palacios.

El Renacimiento Carolingio

Fundó escuelas y se rodeó de sabios. Carlomagno asistió a la escuela que funcionó en

su propio palacio, que mas bien tenía el carácter de una academia, donde se trataban y

discutían temas de carácter científico y literario, basados en el estudio de las

denominadas artes liberales, que comprendían el trivium (gramática, retórica y

dialéctica) y el quadriuium (geometría, aritmética, astrología y música), según el

método de lectura y comentario de textos. Este resurgimiento cultural ha sido

llamado el renacimiento carolingio.

El Imperio Carolingio marcó el inicio de muchas cosas en Europa, y entre ellas, el de

una nueva concepción de las relaciones entre Iglesia y Estado. Carlomagno se veía a sí

mismo como un defensor del cristianismo en general, y de la Iglesia Católica en

particular. El aliado de Carlomagno en estos menesteres fue un monje llamado Alcuino

de York, quien no por casualidad, era anglosajón.

Alcuino y Carlomagno se encontraron en 781, y al año siguiente, Carlomagno lo llamó

para que le ayudara en su reforma. Las escuelas episcopales fueron los grandes

centros educativos de la época (grandes en Europa, porque eran harto rudimentarias

en comparación a las universidades contemporáneas musulmanas en El Cairo y

Córdoba). En Aquisgrán, la capital del Imperio Carolingio, fue creada la Escuela

Palatina, cuyas funciones podían asimilarse a lo que actualmente es una universidad.

Page 8: Guía de edad media

Colegio Gran Bretaña.

Integración.

Profesora: María Cristina Galleguillos V.

También esta injerencia de la Iglesia en la labor educativa, promovida y alentada por

Carlomagno, produjo como resultado que la principal manifestación cultural del

Renacimiento Carolingio fuera la Teología. Carlomagno tenía sumo interés en definir de

común acuerdo con la Iglesia lo que era dogma de fe, a fin de convertir a la religión en

un instrumento político de unidad imperial. Todo lo anterior significa que el

Renacimiento Carolingio, a diferencia del Renacimiento italiano propiamente tal, no es

humanista ni antropocéntrico, sino que está centrado en aspectos teológicos y

católicos.

Sin embargo, es un renacimiento porque por primera vez desde la caída del Imperio

Romano se difundió en el continente europeo, a escala masiva, la fenecida cultura

latina.

Sin embargo, el Renacimiento carolingio dejó una profunda huella en la cultura de la

Europa cristiana medieval.

De este modo, el verdadero inicio de la tradición escolástica medieval, por no hablar

del primer acercamiento cultural de Occidente a la cultura latina, se debe al

Renacimiento Carolingio.

División del imperio

Rodeado del cariño de su pueblo y de la admiración de los extranjeros, Carlomagno

falleció en su palacio, el 28 de enero de 814. A su muerte, los pueblos sometidos

trataron de recobrar su independencia y la estructura del imperio se resquebrajó

hasta partirse.

Su hijo Luis el Benigno o Ludovico Pío, que le sucedió en el trono, dividió el imperio en

el año 817 entre sus tres hijos: Lotario, Pipino y Luis. Disconforme con este reparto,

su sobrino Bernardo, que era el rey de Italia, se sublevó, pero fue vencido.

Posteriormente, Ludovico se casó en segundas nupcias con una hija del rey de Baviera

(819) con la que tuvo otro hijo, Carlos, a quien quiso hacer partícipe del reparto y

entregarle un reino, pero sus otros hijos se sublevaron y Ludovico fue depuesto,

aunque más tarde fue restablecido en el trono por la asamblea de Nimega (830).

Esta resolución dio lugar a que sus hijos se sublevaran nuevamente en el año 833.

Abandonado por su ejército, fue degradado públicamente, pero poco después fue

restaurado por segunda vez en el trono (834).

Tiempo más tarde, su hijo menor, Luis el Germánico, quitó sus dominios a los hijos de

Pipino, rey de Aquitania, que murió en el año 838 y además, convenció a su hermano

Lotario que le cediera sus posesiones; con lo cual unificó las fuerzas para luchar

contra su padre, que falleció en 840, cuando se dirigía a enfrentar al vástago rebelde.

Con la muerte de Ludovico Pío, sus dos hijos menores, Luis y Carlos, se unieron contra

Lotario, que reclamé la sucesión de su padre y el título de emperador. El entredicho

derivé en un enfrentamiento militar, que tuvo lugar en Fontenoy, el 25 de junio de 841.

La batalla se prolongó durante todo un día, hasta que el ejército de Lotario se retiro

del campo, sin estar definitivamente derrotado.

En esas circunstancias, Luis y Carlos ratificaron su unión con el famoso juramento de

Estrasburgo prestado en presencia de los dos ejércitos (842).

Carlomagno dividió el territorio en marcas y condados:

Marcas: territorios defensivos localizados en las fronteras del Imperio. Estaban

gobernadas por duques o marqueses, que tenían el mando de un ejército. Las marcas

eran la Marca Hispánica, la Marca Sajona, la Marca Bretona, la Marca Lombarda y la

Marca Ávara.

Condados: zonas gobernadas por condes, que nombraba el rey y les otorgaba poder

militar, administrativo y judicial. Todo lo que no eran marcas eran condados,

correspondiendo a toda la zona no fronteriza del imperio.

El máximo poder del Imperio residía en el emperador, que tenía poder para convocar

las armas, administrar justicia y designar a los nobles que gobernaban los territorios.

Los inspectores de palacio o missi dominici eran los encargados de que los marqueses y

los condes gobernaran según las directrices del Emperador. Para ello acudían en

parejas a los territorios a comprobar el cumplimiento de las leyes. El palacio o corte

Page 9: Guía de edad media

Colegio Gran Bretaña.

Integración.

Profesora: María Cristina Galleguillos V.

era el núcleo de la Administración y estaba dirigido por un chambelán, sucesor del

cargo de mayordomo de palacio. A su cargo estaban el copero, responsable de la

bodega; el mariscal, responsable de la caballería y el establo; y el senescal, responsable de los asuntos de la corte. Las otras instituciones de la Administración

eran la cancillería, que dirigía los asuntos civiles y eclesiásticos, así como el tribunal

palatino, que aplicaba las leyes a los habitantes del Imperio

Tratado de Verdún

Tratado celebrado entre Lotario I del Sacro Imperio Romano Germánico, Carlos el

Calvo y Luis el Germánico, hijos de Ludovico Pío y nietos de Carlomagno. Por este

tratado, los tres hermanos pusieron fin a años de hostilidades en que se enzarzaron

debido a su ambición de controlar la totalidad del Imperio Carolingio, lo que fue

permitido por la debilidad de su padre.

Por el Tratado de Verdún (843), los tres nietos de Carlomagno desintegraron el

Imperio. Carlos se llevó las regiones occidentales del Imperio. Luis tomó para sí las

regiones orientales. Lotario, por su parte, guiado por su ambición, consiguió hacerse

de las dos capitales imperiales: Roma y Aquisgrán, enclavadas en una estrecha franja

de terreno entre los dominios de sus dos hermanos, que iba desde Italia hasta el Mar

del Norte.

El Tratado tuvo consecuencias políticas incalculables. Aparte de sepultar para siempre

el sueño de una resurrección del Imperio Romano en Europa Occidental (que sería

infructuosamente buscado por el Sacro Imperio Romano Germánico), creó la semilla de

lo que después serían las naciones de Francia al oeste (el territorio de

Carlos, que por primera vez recibe esa denominación en vez del tradicional nombre de

Galia) y Alemania al este (los dominios de Luis). En cuanto al territorio de Lotario,

éste se desintegró bastante rápido.

Las invasiones de los siglos IX y X (las segundas invasiones bárbaras)

En los siglos IX y X Europa occidental se vio asolada por una nueva ola de invasiones

de distintos pueblos no cristianos: un viejo ene migo (los musulmanes) y dos nuevos

pueblos (los vikingos y los magiares). Aunque golpeada por estas embestidas, la Europa

cristiana se mantuvo y terminó por asimilar a los otros dos pueblos dentro de la

civilización europea cristiana, excepto a los musulmanes.

Por mucho, los ataques más devastadores y de mayor alcance de época fueron los

perpetrados por los hombres del norte, también conocidos por otros como vikingos.

Eran un pueblo germano con base en Escandinavia y constituyen, en cierto sentido, la

ola final de la emigración humana. La razón de su desplazamiento no es muy clara para

los historiadores. Una explicación común es la sobrepoblación, pero las investigaciones

recientes señalan que esto sería válido sólo para el occidente de Noruega. Otras

razones incluirían el gran amor de los vikingos por la aventura y la búsqueda de botín y

nuevas rutas comerciales. Las incursiones y los asentamientos vikingos también

tuvieron significativas repercusiones políticas. La incapacidad de las autoridades

reales para proteger a sus pueblos en contra de estas expediciones provocó que las

poblaciones locales acudieran entonces a losa aristócratas locales para que les

brindaran seguridad. En este proceso la aristocracia terrateniente no solo incrementó

su fuerza y su prestigio, sino que asumió mas funciones de gobierno local que

previamente había pertenecido al rey, con el tiempo estos procesos provocaron un

nuevo orden político y económico, conocido por feudalismo.

FEUDALISMO

Fue un sistema contractual de relaciones políticas y militares entre los miembros de la

nobleza de Europa occidental durante la alta edad media. El feudalismo se caracterizó

por la concesión de feudos (casi siempre en forma de tierras y trabajo) a cambio de

una prestación política y militar, contrato sellado por un juramento de homenaje y

fidelidad. Pero tanto el señor como el vasallo eran hombres libres, por lo que no debe

ser confundido con el régimen señorial, sistema contemporáneo de aquél, que regulaba

las relaciones entre los señores y sus campesinos. El feudalismo unía la prestación

política y militar a la posesión de tierras con el propósito de preservar a la Europa

Page 10: Guía de edad media

Colegio Gran Bretaña.

Integración.

Profesora: María Cristina Galleguillos V.

medieval de su desintegración en innumerables señoríos independientes tras el

hundimiento del Imperio Carolingio.

ORÍGENES

Cuando los pueblos germanos conquistaron en el siglo V el Imperio romano de

Occidente pusieron también fin al ejército profesional romano y lo sustituyeron por

los suyos propios. Vivían de la tierra y combatían a pie, no necesitaban emplear la

caballería. Pero cuando los musulmanes, vikingos y magiares invadieron Europa en los

siglos VIII, IX y X, los germanos se vieron incapaces de enfrentarse con unos

ejércitos que se desplazaban con suma rapidez. Primero, Carlos Martel en la

Galia, después el rey Alfredo el Grande en Inglaterra y por último Enrique el Pajarero

de Germania, cedieron caballos a algunos de sus soldados para repeler las incursiones

sobre sus tierras. Con total seguridad esto ocurrió en el siglo XI.

Origen del sistema: Los caballos de guerra eran costosos y su adiestramiento para

emplearlos militarmente exigía años de práctica. Carlos Martel, con el fin de ayudar a

su tropa de caballería, le otorgó fincas (explotadas por braceros) que tomó de las

posesiones de la Iglesia. Estas tierras, denominadas 'beneficios', eran cedidas

mientras durara la prestación de los soldados. Éstos, a su vez, fueron llamados

'vasallos' (término derivado de una palabra gaélica que significaba sirviente).

Sin embargo, los vasallos, soldados selectos de los que los gobernantes Carolingios se

rodeaban, se convirtieron en modelos para aquellos nobles que seguían a la corte. Con

la desintegración del Imperio Carolingio en el siglo IX muchos personajes poderosos

se esforzaron por constituir sus propios grupos de vasallos dotados de montura.

Algunos de los hacendados más pobres se vieron obligados a aceptar el vasallaje y

ceder sus tierras al señorío de los más poderosos, recibiendo a cambio los beneficios

feudales. Se esperaba que los grandes señores protegieran a los vasallos de la misma

forma que se esperaba que los vasallos sirvieran a sus señores.

Feudalismo clásico Esta relación de carácter militar que se estableció en los siglos

VIII y IX a veces es denominada feudalismo Carolingio. El vasallo no sólo prestaba el

obligado juramento de fidelidad a su señor, sino también un juramento especial de

homenaje al señor feudal, el cual, a su vez, le investía con un feudo. De este modo, el

feudalismo se convirtió en una institución tanto política como militar, basada en una

relación contractual entre dos personas individuales, las cuales mantenían sus

respectivos derechos sobre el feudo.

Causas de la aparición del sistema feudal: La guerra fue endémica durante toda la

época feudal, pero el feudalismo no provocó esta situación; al contrario, la guerra

originó el feudalismo. Tampoco el feudalismo fue responsable del colapso del Imperio

Carolingio, más bien el fracaso de éste hizo necesaria la existencia del régimen feudal.

La desaparición del Imperio amenazó con sumir a Europa en una situación de anarquía:

cientos de señores individuales gobernaban a sus pueblos con completa independencia

respecto de cualquier autoridad soberana. Los vínculos feudales devolvieron cierta

unidad, dentro de la cual los señores renunciaban a parte de su libertad, lo que era

necesario para lograr una cooperación eficaz. Bajo la dirección de sus señores

feudales, los vasallos pudieron defenderse de sus enemigos, y más tarde crear

principados feudales de cierta importancia y complejidad. Los llamados feudalismos

del antiguo Egipto y de Persia, o de China y Japón, no guardan relación alguna con el

feudalismo europeo, y sólo son superficialmente similares.

Quizá fueran los samurais japoneses los que más se asemejaron a los caballeros

medievales, en particular los sogunes de la familia Ashikaga; pero las relaciones entre

señores y vasallos en Japón eran diferentes a las del feudalismo de Europa occidental.

Características En su forma más clásica, el feudalismo occidental asumía que casi toda

la tierra pertenecía al príncipe soberano -bien el rey, el duque, el marqués o el conde-

que la recibía "de nadie sino de Dios". Los nobles podían ceder parte de sus feudos a

caballeros que le rindieran, a su vez, homenaje y fidelidad y les sirvieran de acuerdo a

la extensión de las tierras concedidas. De este modo si un monarca otorgaba un feudo

de doce señoríos a un noble y a cambio exigía el servicio de diez caballeros, el noble

Page 11: Guía de edad media

Colegio Gran Bretaña.

Integración.

Profesora: María Cristina Galleguillos V.

podía ceder a su vez diez de los señoríos recibidos a otros tantos caballeros, con lo

que podía cumplir la prestación requerida por el rey. Los problemas surgían cuando un

caballero aceptaba feudos de más de un señor, para lo cual se creó la institución del

homenaje feudatario, que permitía al caballero proclamar a uno de sus señores como

su señor feudal, al que serviría personalmente, en tanto que enviaría a sus vasallos a

servir a sus otros señores. Esto quedaba reflejado en la máxima francesa de que "el

señor de mi señor no es mi señor" de ahí que no se considerara rebelde al subvasallo

que combatía contra el señor de su señor.

Obligaciones del vasallo La prestación militar era fundamental en el feudalismo. El

señor también esperaba de sus vasallos que le atendieran en su corte. Si el señor

necesitaba dinero, podía esperar que sus vasallos le ofrecieran ayuda financiera.

Herencia y tutela Otro aspecto del feudalismo que requirió una regulación fue la

sucesión de los feudos. Cuando éstos se hicieron hereditarios, el señor estableció un

impuesto de herencia llamado 'socorro'. La Carta Magna estableció el socorro en 100

libras por barón y 5 libras por caballero; en todo caso, la tasa varió según el feudo. Si

un vasallo moría y dejaba a un heredero mayor de edad y buen caballero, el señor no

tenía por qué objetar su sucesión. Sin embargo, si el hijo era menor de edad o si el

heredero era mujer, el señor podía asumir el control del feudo hasta que el heredero

alcanzara la mayoría de edad o la heredera se casara con un hombre que tuviera su

aprobación. Si los herederos no eran aceptados por el señor, la propiedad del feudo

revertía en éste, que así recuperaba el pleno control sobre el feudo; entonces podía

quedárselo para su dominio directo o cederlo a cualquier caballero en un nuevo

vasallaje.

Autoridad real Los monarcas, durante toda la época feudal, tenían otras fuentes de

autoridad además de su señorío feudal. El renacimiento del saber clásico supuso el

resurgimiento del Derecho romano, con su tradición de poderosos gobernantes y de la

administración territorial. Con los impuestos que obtuvieron de las ciudades, los

príncipes pudieron contratar sirvientes civiles y soldados profesionales. De este modo

pudieron imponer su voluntad sobre el feudo y hacerse más independientes del

servicio de sus vasallos.

Decadencia: El feudalismo alcanzó el punto culminante de su desarrollo en el siglo

XIII; a partir de entonces inició su decadencia. Los vasallos prefirieron realizar pagos

en metálico (scutagium, 'tasas por escudo') a cambio de la ayuda militar debida a sus

señores; a su vez éstos tendieron a preferir el dinero, que les permitía contratar

tropas profesionales que en muchas ocasiones estaban mejor entrenadas y eran más

disciplinadas que los vasallos.

La sociedad feudal

La nobleza

La nobleza forma la cima de la sociedad feudal. La cúspide la ocupa el rey, el único

legitimado para hacer leyes.

El clero

El clero es una institución plenamente feudalizada. Las órdenes religiosas son

terratenientes y aumentan sus posesiones gracias a donaciones. Son auténticos

señores feudales con idéntico papel económico y político que la nobleza. La Iglesia,

como institución, pagaba tributos al rey.

El estado llano

El estado llano lo formaban los que trabajaban y pagaban los impuestos, y estaban

sometidos al derecho común, que no será el derecho romano hasta la recepción,

después del año 1000. Algunos de los campesinos libres tenía derecho a elegir señor:

será la behetría. La vinculación a la tierra generalizó los malos usos feudales, que el

señor imponía a los campesinos en virtud de sus derechos de posesión. La burguesía

alcanza gran poder en las ciudades y aspira a su gobierno.

Page 12: Guía de edad media

Colegio Gran Bretaña.

Integración.

Profesora: María Cristina Galleguillos V.

SACRO IMPERIO ROMANO GERMÁNICO

El Sacro Imperio Romano Germánico fue la unión política de un conglomerado de

estados de Europa Central, que se mantuvo desde la Edad Media hasta inicios de la

Edad Contemporánea.

Formado en 962 de la parte oriental de las tres en que se repartió el reino franco de

Carlomagno en 843 mediante el Tratado de Verdún, el sacro imperio fue la entidad

predominante de Europa central durante casi un milenio, hasta su disolución en 1806

por Napoleón I. En el siglo XVIII, comprendía la mayor parte de las actuales

Alemania, República Checa, Austria, Liechtenstein, Eslovenia, Bélgica y

Luxemburgo, así como grandes áreas de la actual Polonia y una porción de los Países

Bajos. Con anterioridad, habían formado parte del mismo los Países Bajos y Suiza, así

como zonas de Francia e Italia.

El Sacro Imperio es una institución única en la historia mundial y es por ello que la

forma más sencilla de entenderlo sea quizás definirlo por sus diferencias respecto a

otras entidades más comunes:

Nunca tuvo vocación de convertirse en estado nación, a pesar del carácter germánico

de la mayor parte de sus gobernantes y habitantes. Desde sus inicios, el Sacro

Imperio estuvo constituido por diversos pueblos, y una parte sustancial de su nobleza

y cargos electos procedía de fuera de la comunidad germano-hablante. En su apogeo,

el imperio englobaba la mayor parte de las actuales Alemania, Austria, Suiza,

Liechtenstein, Bélgica, Países Bajos, Luxemburgo, República Checa y Eslovenia, así

como el este de Francia, norte de Italia y oeste de Polonia. Y con ellos sus idiomas,

que comprendían multitud de dialectos y variantes de lo que formarían el alemán, el

italiano y el francés, además de las lenguas eslavas. Por otro lado, su división en

numerosos territorios gobernados por príncipes seculares y eclesiásticos, obispos,

condes, caballeros imperiales y ciudades libres hacían de él, al menos en la época

moderna, un territorio mucho menos cohesionado que los emergentes estados

modernos que tenía a su alrededor.

A diferencia de las confederaciones, el concepto de imperio no sólo implicaba el

gobierno de un territorio específico, sino que tenía fuertes connotaciones religiosas

(de ahí el prefijo sacro), y durante mucho tiempo mantuvo un fuerte ascendente sobre

otros gobernantes del orbe cristiano.

Hasta 1508, los reyes alemanes no eran considerados como emperadores hasta que el

Papa, vicario de Cristo en la tierra, los hubiese coronado formalmente como tales.

El imperio, por tanto, podría describirse como una conjunción entre un estado y una

confederación de carácter religioso. Desde la Alta Edad Media, el Sacro Imperio se

caracterizó por una peculiar coexistencia entre emperador y poderes locales. A

diferencia de los gobernantes de la Francia Occidentalis, que más tarde se convertiría

en Francia, el emperador nunca obtuvo el control directo sobre los estados que

oficialmente regentaba. De hecho, desde sus inicios se vio obligado a ceder más y más

poderes a los duques y sus territorios. Dicho proceso empezaría en el siglo XII,

concluyendo en gran medida con la paz de Westfalia (1648).

Oficialmente, el imperio o Reich se componía del rey, que había de ser coronado

emperador por el Papa (hasta 1508), y los Reichsstände (Estados imperiales).

Rey de Alemania

Corona del Sacro Imperio (2ª mitad del siglo X), conservada actualmente en la

Schatzkammer de Viena.

La coronación papal de Carlomagno como emperador de los romanos en 800 constituyó

el ejemplo que siguieron los posteriores reyes; y fue la actuación de Carlomagno

defendiendo al papa frente a la rebelión de los habitantes de Roma, lo que inició la

noción del emperador como protector de la iglesia.

Convertirse en emperador requería acceder previamente al título de rey de los

alemanes. Desde tiempos inmemoriales, los reyes alemanes habían sido designados por

elección. En el siglo IX era elegido entre los líderes de las cinco tribus más

importantes (francos, sajones, bávaros, suabos y turingios), posteriormente entre los

Page 13: Guía de edad media

Colegio Gran Bretaña.

Integración.

Profesora: María Cristina Galleguillos V.

duques laicos y religiosos del reino, reduciéndose finalmente a los llamados Kurfürsten (príncipes electores). Finalmente, el colegio de electores quedó establecido mediante

la Bula de Oro (1356). Inicialmente había siete electores, pero su número fue variando

ligeramente a través de los siglos (véase príncipes electores para más detalles).

Hasta 1508, los recién elegidos reyes debían trasladarse a Roma para ser coronados

emperadores por el Papa. No obstante, habitualmente el proceso se demoraba hasta la

resolución de algunos conflictos "crónicos": imponerse en el inestable norte de Italia,

resolver disputas pendientes con el patriarca romano, etc.

Estados Imperiales

Una entidad era considerada como un Reichsstand (estado imperial) si, conforme a las

leyes feudales, no tenía más autoridad por encima que la del emperador del Sacro

Imperio. Entre dichos estados se contaban:

Territorios gobernados por un príncipe o duque, y en algunos casos reyes. A los

gobernadores del Sacro Imperio, no se les permitía ser reyes de territorios dentro

del imperio, pero algunos gobernaron reinos fuera del mismo, como ocurrió durante

algún tiempo, con el reino de la Gran Bretaña.

Territorios eclesiásticos dirigidos por un obispo o príncipe-obispo. En el primer caso,

el territorio era con frecuencia idéntico al de la diócesis, recayendo en el obispo tanto

los poderes mundanos como los eclesiásticos. Por su parte, un príncipe-obispo de

notable importancia en el Sacro Imperio fue el obispo de Maguncia, cuya sede

episcopal se encontraba en la catedral de esa ciudad.

La implosión del imperio

Tras la muerte de Carlos VI (1711-1740) el imperio se vio sacudido por una serie de

crisis que pusieron en evidencia su decadencia final. El surgimiento de Prusia bajo el

reinado de Federico II el Grande y las sucesivas guerras: Sucesión Austriaca y de los

Siete Años, serían las más importantes.

Finalmente, el 6 de agosto de 1806 el Imperio desaparecería formalmente cuando su

último emperador Francisco II (desde 1804, emperador Francisco I de Austria)

renunciaba, tras la derrota militar a manos del ejército francés de Napoleón. Los

sucesores de Francisco II continuaron titulándose emperadores de Austria hasta

1918.

LAS CRUZADAS

El siglo XI fue el apogeo de la fe cristiana, donde la ilusión de una Europa unificada

bajo la autoridad papal, parecía ser una realidad palpable.

Esta época gloriosa se empañó cuando los turcos seléucidas abrazaron el islam y se

opusieron a toda fe distinta de la suya. Con el objetivo de eliminar a sus adversarios

religiosos, atacaron el imperio de Oriente y se apoderaron del Asia menor.

Con el objetivo de erradicar a los infieles musulmanes de Tierra Santa, enarbolando

una bandera que mostraba como símbolo una cruz roja, se inició la Guerra Santa, por

orden del Papa Urbano II.

Los cruzados obtenían privilegios terrenales por participar en estas campañas y sobre

todo los motivaba hallar la salvación espiritual al luchar por los ideales cristianos.

Hubo en total ocho cruzadas, entre los siglos XI y XIV.

La Primera Cruzada, desarrollada entre 1096 y 1099, estaba integrada por una parte

por la llamada Cruzada de los pobres, que reunió desorganizadamente a mucha gente

humilde, dirigidas por Pedro el Ermitaño. Este grupo fue literalmente masacrado.

Mejor suerte corrió la llamada Cruzada de los Príncipes, más organizados, con fuerzas

provenientes de Francia, Países Bajos y Sicilia, que pudieron tomar Jerusalén en 1909

y obtener cuantiosas ganancias con las que crearon cinco estados feudales ( entre

ellos, el reino de Jerusalén, el principado de Antioquia, el condado de Odessa y el de

Trípoli) y numerosos castillos. Sin embargo, no midieron el costo de la represalia que

no tardó en llegar. Los turcos se apoderaron de uno de los cinco estados, el de

Odessa.

Page 14: Guía de edad media

Colegio Gran Bretaña.

Integración.

Profesora: María Cristina Galleguillos V.

La Segunda Cruzada fue organizada por San Bernardo, y en ella tomaron ingerencia

activa los reyes cristianos, sobre todo el de Francia, Luis VII y el emperador germano

Conrado III, pero no obtuvo los mlogros esperados.

Los turcos reconquistaron Jerusalén en el año 1171, gracias a la acción unificadora de

los reinos musulmanes, realizada por Saladino, sultán de Siria y Egipto, hombre de

gran carácter y humanidad que ocupó además toda la Siria musulmana y una parte de

los países situados más allá del Eufrates medio.

El fracaso de la Tercera Cruzada puede atribuirse a la enemistad entre Francia e

Inglaterra y entre el imperio de Oriente y los cristianos de Occidente. Fue convocada

por el papa Gregorio VIII, con la participación de numerosos monarcas, entre los que

se destacó Ricardo Corazón de León, que logró apoderarse de Acre el 13 de julio de

1191, y se puso al frente de la Cruzada, firmando una tregua con Saladino, iniciándose

un período de paz, a pesar de la muerte del sultán ocurrida pocos meses después.

La Cuarta Cruzada fue contra Egipto, por ruta marítima y no incluyó monarcas,

estando organizada por el Papa Inocencio III en el año 1199. Sin embargo una

confabulación entre quienes dirigían la Cruzada dirigió el objetivo hacia

Constantinopla.

Llegados a Bizancio instalaron en el mando a Alejo IV, quien fue depuesto recayendo el

mando en Alejo V; pero los Cruzados lograron imponerse y exterminaron a los

cristianos ortodoxos, determinando la extinción del imperio Bizantino, que quedó

sumamente debilitado, oportunidad que luego aprovecharían los turcos en 1453, para

asestar el golpe definitivo. Fue una cruzada de cristianos contra cristianos.

Las siguientes cruzadas recibieron el nombre de bálticas, por estar dirigidas contra

los paganos de la cuenca del báltico y fueron realizadas entre los siglos XII y XVI,

por Dinamarca Alemania y Suecia.

La Quinta Cruzada fue obra de Inocencio III y se llevó a cabo en el año 1218, con la

intención de conquistar Egipto, pero fracasó.

La Sexta Cruzada se realizó sin permiso papal, en el año 1228 y fue realizada por

Felipe II. Logró reconquistar Belén, Nazareth y Jerusalén, convirtiéndose en su rey

por decisión personal, aunque Jerusalén fue nuevamente ocupada en el año 1224.

La toma de Jerusalén motivó la Séptima Cruzada, organizada por el rey Luis IX de

Francia, pero fue un fracaso rotundo, culminando con su líder prisionero.

Sin embargo, no desalentado aún, Luis IX, una vez en libertad, organizó la Octava

Cruzada en el año 1269, con peor suerte aún que la anterior, ya que falleció en Túnez

víctima de la peste junto a una gran parte de su ejército en el año 1270.

HEREJÍAS

Los historiadores de las religiones analizan, en su mayoría, a las herejías como el

intento de constitución de nuevas iglesias -aunque sus dogmas pudieran ser tomados

del pasado, o como un peligroso cuestionamiento a la fe y a la Iglesia Católica. Esta es,

también, la posición de la historia tradicional. Pero a pesar de sus mayores o menores

diferencias todos coinciden en un punto: la disensión es un problema marginal dentro

del sistema de ideas imperante en la Baja Edad Media.

La herejía, entonces, queda aislada de su sostén esencial que es el individuo que

rechazó lo que estaba obligado a aceptar como verdadero y únicamente válido.

Desde el tiempo de los apóstoles abundaron las herejías: unas negaban la divinidad de

Jesucristo, otras su humanidad y otras amalgamaban la doctrina cristiana con otras

religiones, etc.

Durante toda la época de las persecuciones oficiales surgieron herejías, la mayoría

provenían de los mismos cristianos descontentos y algunas de los paganos. Tampoco

faltaron los defensores de la fe verdadera y exponían, al mismo tiempo, la doctrina

bíblica enseñada por la Iglesia.

Apenas terminadas las persecuciones a principios del siglo IV, la Iglesia, como

institución, gozó oficialmente de plena libertad y fue, entonces, cuando aparecieron

las llamadas grandes herejías; las llamaron grandes por la extensión que cubrieron a lo

largo y ancho del imperio romano, que paulatinamente iba cristianizándose, y también

Page 15: Guía de edad media

Colegio Gran Bretaña.

Integración.

Profesora: María Cristina Galleguillos V.

por el número de sus seguidores que se enrolaban en sus filas, sin excluir sacerdotes y

obispos.

Surgimiento de las Universidades

Las universidades, tal como las conocemos con profesorado, estudiantes y grados

académicos fue un producto de la Alta Edad Media. La palabra universidad se deriva

de la palabra latina universitas, que significa corporación o gremio, y hacía referencia

a un gremio de maestros o estudiantes. Las universidades medievales eran gremios

educativos o corporaciones que formaban a individuos instruidos y capacitados.

Productos de la Alta Edad Media, las universidades proporcionaron a los estudiantes

educación artística liberal básica y la oportunidad de continuar estudiando leyes,

medicina o teología. Los cursos se enseñaban en latín, principalmente por maestros que

leían de libros. No había exámenes en los cursos individuales, pero los estudiantes

tenían que pasar un examen oral completo para obtener un grado.

La educación en la Alta Edad Media descansaba, sobre todo, en el clero, es decir, en

los monjes. Aunque las escuelas monásticas fueron centros de aprendizaje desde el

siglo IX, fueron rebasadas en el curso del siglo XI por las escuelas catedralicias,

organizadas por el clero secular (monástico).

Las escuelas catedralicias se extendieron con rapidez en el siglo XI. Había veinte en

el año 900, pero para el año 1000, su número había crecido cuando menos hasta

doscientas, ya que cada ciudad catedralicia se sentía obligada a establecer una.

Aunque el propósito principal de la escuela catedralicia era educar a los sacerdotes

para ser hombres de Dios más letrados, también atrajeron a otros individuos que

deseaban contar con alguna educación, pero no querían ordenarse sacerdotes.

La primera universidad europea apareció en Bolonia, Italia (a menos que uno esté de

acuerdo de conceder esta distinción a la primera escuela de medicina, establecida con

anterioridad en Salerno Italia). La fundación de la Universidad de Bolonia coincidió

con la renovación del interés por el derecho romano sobre todo por el

redescubrimiento del Código de Derecho Civil de Justiniano (véase la opción

Renacimiento del derecho romano) Para protegerse, los estudiantes de Bolonia

formaron un gremio, o universitas, que el emperador Federico Barbarroja reconoció y

al cual le dio una cédula en 1158. Aunque el cuerpo docente también se organizó como

grupo, la universitas de estudiantes de Bolonia tuvo mayor influencia. Obtuvo, por

parte de las autoridades locales, una promesa de libertad para los estudiantes, regulé

el precio de los libros y del hospedaje y, además, determiné los estudios las cuotas y

el profesionalismo de los maestros. Se multaba a los profesores si faltaban a una clase

o comenzaban tarde sus lecciones. La Universidad de Bolonia siguió siendo la mejor

escuela de leyes de Europa durante la Edad Media.

En el norte de Europa, la Universidad de París se convirtió en la primera universidad

prestigiosa.

Varios maestros comenzaron a aceptar estudiantes extra por una paga. A finales del

siglo XII estos maestros de París formaron una universitas, o gremio de maestros. En

1200, el rey de Francia Felipe Augusto reconoció de manera oficial la existencia de la

Universidad de París. La Universidad de Oxford, en Inglaterra, se organizó según el

modelo de la de Paris, y apareció por primera vez en 1208. Una migración de

académicos de Oxford, ocurrida en 1209, condujo a la fundación de la Universidad de

Cambridge. En la Alta Edad Media los reyes> papas y príncipes rivalizaron en la

fundación de nuevas universidades. A finales de la Edad Media había ochenta

universidades en Europa, la mayoría de ellas localizadas en Inglaterra, Francia, Italia y

Alemania.

LITERATURA

El latín fue el lenguaje universal de la civilización medieval. El resurgimiento

intelectual de la Alta Edad Media incluyó una explosión de literatura latina. Aunque el

latín seguía utilizándose para propósitos literarios, en el siglo XII gran parte de la

literatura creativa se estaba escribiendo en los idiomas vernáculos (los idiomas

locales, como el español, francés, inglés o alemán). En el transcurso de la Edad Media

Page 16: Guía de edad media

Colegio Gran Bretaña.

Integración.

Profesora: María Cristina Galleguillos V.

existió una literatura popular vernácula, la cual se manifestó, sobre todo, en las sagas

germanas, celtas, islandesas antiguas y eslavas. Pero, en el siglo XII surgió un nuevo

mercado para la literatura vernácula cuando los laicos educados, en las cortes y en la

nueva sociedad urbana, buscaron avenidas novedosas de entretenimiento.

Tal vez la literatura vernácula más popular del siglo XII fue la poesía trovadoresca,

principalmente producto de nobles y caballeros. Esta poesía se centró en el amor

cortesano, el amor que un caballero profesaba a una dama, generalmente una dama

noble casada, la cual lo inspiraba a convertirse en un osado caballero y en un poeta aún

mejor. Aunque surgió en el sur de Francia, la poesía trovadoresca también difundió en

el norte de Francia, Italia y Alemania. Otro tipo de literatura vernácula fue la chanson

de geste o épica heroica. El primero y más fino ejemplo es la obra titulada la Chanson

de Roland (El Cantar de Roldán) , que apareció alrededor del año 1100 escrito en un

dialecto del francés, lengua romance derivada del. Las chansons de geste (cantares de

gesta) se escribieron para una sociedad dominada por el varón. Los principales

acontecimientos descritos en estos poemas, como en El cantar de Roldán, son batallas

y torneos políticos. Su mundo gira alrededor de los combates en que los caballeros

pelean bravamente por sus reyes y señores. Aunque las chansons de geste seguirían

produciéndose en el siglo XII, se volvió popular un tipo distinto de poema largo, el

romance cortesano. Éste se compuso en dísticos rimados y trataba de un asunto

romántico: caballeros valientes, damas virtuosas, malvados magos, palacios

encantados, hadas, animales parlantes y extraños bosques. La historia del rey Arturo,

el rey legendario de los bretones del siglo y se convirtió en un tema popular del

romance corte sano.

La literatura durante toda la Edad Media cumple una función didáctica muy

importante. Sin escuelas, la labor educativa sólo podía ser realizada por los clérigos

(gente de cultura), que escribirán una literatura pensada para educar. Si en el mundo

antiguo el popular se inclinaba hacia los héroes y los mitos, en la Alta Edad Media

fueron los protagonistas los santos y los héroes (predominio de la épica), sin rastros

visibles del tratamiento sentimental de la emoción amorosa, que no aparecerá hasta

generarse la literatura caballeresca, ya en los umbrales de la literatura burguesa.

Podemos encontrar influencias de las siguientes culturas:

Grecolatina: los saberes del mundo clásico estaban recogidos en multitud de libros

que quedan en los monasterios medievales.

Árabe: Las primeras manifestaciones literarias en nuestra lengua son de origen árabe

(las jarchas, canciones populares recogidas por autores árabes cultos). También las

colecciones de cuentos árabes dejarán huella (Las mil y una noches). También influyen

a través de la escuela de traductores de Toledo, en la que participaban gentes de las

tres religiones: árabe, cristiana y judía;

Hebrea: La influencia judía se dejó ver sobre todo por la labor de la Escuela de

traductores de Toledo;

Germana: El influjo germánico hay que centrarlo sobre todo en los poemas épicos y

cantares de gesta, géneros nacidos para cantar las hazañas bélicas entre los

guerreros germanos;

Francesa: A través del Camino de Santiago se abre una ruta que servirá de

intercambio de culturas durante toda la Edad Media (los estilos arquitectónicos

Románico y Gótico son de importación francesa). Influirán en los distintos géneros: los

cantares de gesta, el mester de Clerecía (la cuaderna vía es una estrofa de origen

francés) y la lírica (de origen provenzal). La influencia se dejará notar también en el

idioma (apócope) En el mundo románico medieval el juglar, que sucede a los cantores

de la corte de los siglos VIII y IX, es el transmisor oral de las piezas literarias en

recitado o cantado y acompañado de instrumentos musicales. Este término data de

mediados del siglo IX. El juglar de gestas tenía a su cargo la recitación de obras muy

extensas, debía tener una buena memoria y facilidad de improvisación. No tenía que

ser por fuerza un experto músico, pues la melodía de las tiradas narrativas era

monótona y bien sencilla.

Page 17: Guía de edad media

Colegio Gran Bretaña.

Integración.

Profesora: María Cristina Galleguillos V.

Así aparecen las primeras jarchas, surge la poesía épica, el Mester de juglaría: Poema

de Mío Cid (¿1144? ¿1203?), los primeros restos de teatro: Auto de los Reyes Magos

(¿1150?) y los inicios de la prosa didáctica: Alfonso X.

La lírica tradicional es la poesía lírica compuesta de forma anónima y transmitida

oralmente con origen en el siglo XI. Las más antiguas son las jarchas. Más tardíos

(siglo XV) son los villancicos, escritos en castellano. Se usan abundantemente los

recursos de repetición (paralelismos, anáforas).

Se acude con frecuencia a simbolismos sacados de la naturaleza: lavarse la cara los

amantes; la fuente (renovación, fecundidad), nacimiento de las flores (el amor)... Estos

símbolos son más claros en los villancicos; apenas existen en las jarchas. Estas son

unas estrofas breves escritas en romance que se insertaban al final de una moaxaja

árabe o hebrea.

El arte

Dos estilos artísticos se sucedieron durante la Edad Media: el románico y el gótico,

éste último arte religioso por excelencia. El románico era un estilo sobrio y austero,

con paredes anchas y reducidas aberturas. El estilo se va consolidando con lo que

restaba de las grandes tradiciones romanas y las nuevas técnicas de los llamados

“bárbaros'. El período que comprende este estilo es el de los siglos XI y XIII. Es un

estilo uniforme pero tiene variaciones locales e incorporaciones de otras tradiciones

como ser la visigoda o la mozárabe de España de los siglos VII y XI. Este estilo tiene

un problema técnico central que es a la vez lo más importante de su significación, que

es la bóveda curva. El románico es un estilo que tiene una nutrida serie de elementos

decorativos: el fundamental arco, el rosetón (un circulo calado y vidriado que

funcionaba como ventana para la entrada de luz), el pilar esculpido que divide en dos la

puerta principal y el tímpano.

A partir del siglo XIII comienza a imponerse el gótico, llamado así por ser el arte

derivado de los godos. El gótico fue fundamentalmente un arte urbano caracterizado

por la construcción de grandes catedrales que se distinguen por su marcada

verticalidad y la gran luminosidad interior debido a los grandes ventanales adornados

con hermosas cristalerías llamadas comúnmente vitraux. Este estilo surge en Francia,

como son las Catedrales de Chartres, Paris, Reims, Amiens. En Inglaterra el primer

edificio del gótico inglés es la catedral de Cantebury (1174), la Abadía de

Westminster En España e Italia el gótico se latiniza. Son sus exponentes máximos las

catedrales de Toledo, Burgos, Sevilla. Este estilo se prolongó en España durante el

siglo XVI cuando se edificaron las magnificas catedrales de Salamanca, Segovia.

La filosofía

Los textos de San Agustín en el Siglo V fueron la base de todo el pensamiento

medieval. Aristóteles fue redescubierto en Occidente y Santo Tomás de Aquino trató

de conciliar su pensamiento con la doctrina cristiana aceptando la razón como forma

de interpretación y un instrumento para llegar a Dios. En su obra "La Suma Teológica"

describe racionalmente los dogmas cristianos. Las graves crisis de los siglos XIV y XV

(la peste, el hambre y las guerras) provocaron un cambio en el pensamiento medieval

tornándolo más terrenal. El inglés Roger Bacon expuso una filosofía más experimental

que empezaba a diferenciarse claramente del pensamiento religioso y la teología.

Filosofía: Nombre dado por la Iglesia católica a los autores que establecieron la

doctrina cristiana antes del siglo VIII. Hay que tomar en cuenta que al principio la

Iglesia no quería saber nada de la filosofía, ya que estaban bajo la impresión de la

nueva vivencia de su fe. Gracias a San Agustín, se puso un sí positivo a la filosofía.

Considerado como filósofo, señala el apogeo de la filosofía patrística, resucitando el

platonismo, y, cimentando en él la idea cristiana, da a la nueva doctrina una sólida base

psicológica, presenta en la patrística la síntesis de las grandiosas concepciones

debidas a los Padres orientales y el espíritu práctico de los occidentales. En este caso,

como siempre, el Oriente antepone la ontología y el Occidente la psicología.

Durante los primeros siglos de la Edad Media, la filosofía se nutre de savia teológica.

La pagana había venido a parar a la negación. La exageración de los principios

Page 18: Guía de edad media

Colegio Gran Bretaña.

Integración.

Profesora: María Cristina Galleguillos V.

platónicos había conducido a negar el conocimiento, sustituido por el éxtasis; el

éxtasis arrastraba a la anulación de la individualidad, y la gran Unidad, Dios mismo,

venia a ser implícitamente negado: porque la unidad simplicísima excluye hasta la

existencia, que es ya una complicación. Los sistemas del lado opuesto habían

engendrado el escepticismo y el materialismo. La negación circundaba el pensamiento

por todas partes. San Panteno erigió en Alejandría una escuela catequista que

consideraba a la filosofía complemento obligado de la religión, y su sucesor San

Clemente es el fundador de lo que entre los Padres orientales se llama gnosticismo. os

grandes filósofos paganos prepararon a la humanidad para el cristianismo, y sobre la

ciencia, así como sobre la fe, existe, a juicio de San Clemente, un conocimiento

supremo, la gnosis, en que se contiene toda la verdad.

GUERRA DE LOS CIEN AÑOS

Se produjo a fines de la Edad Media, entre los años 1337 y 1453, exactamente, 116

años, entre Francia e Inglaterra.

Los normandos que se habían establecido en Inglaterra, habían coronado a su

descendencia como monarcas ingleses, quiénes poseían en Francia grandes extensiones

de tierra.

Al extinguirse en Francia la dinastía de los Capetos, nombraron sucesor, al rey Felipe

de Valois. El rey Eduardo III de Inglaterra, pretendía el trono de Francia, alegando

ser descendiente de los Capeto por línea materna, ya que su madre, Isabel, sería

hermana de Luis, Felipe y Carlos, hijos de Felipe el Hermoso, y se sintió traicionado

con la asunción de Felipe de Valois, quien asumió como Felipe VI. Los franceses habían

alegado la imposibilidad de coronar a Eduardo III, fundados en la ley Sálica, que

impedía la sucesión real por vía femenina.

Además Francia, pretendió adquirir bajo su dominio a la provincia de Flandes, por

razones de vasallaje.

Eduardo, como venganza, acogió en su Corte a un pariente de Felipe, Roberto de

Artois, que se había rebelado contra su autoridad. Ante esta situación Felipe invadió y

se apoderó de Gascuña, propiedad francesa.

El ejército francés estaba integrado por nobles, el inglés por todas las categorías

sociales.

En la batalla naval de Sluys y en Crécy y Poitiers, los franceses sufrieron la derrota.

Solamente París resistió a los años de miseria y opresión.

El rey Juan de Francia fue hecho prisionero junto a su Corte, y esto obligó a negociar

el Tratado de Brétigny-Calais, firmado en el año 1360, por el cual Eduardo III

recuperaba todas sus posesiones originales, con excepción de Normandía. Los ingleses

obtuvieron a perpetuidad Guines, Marck y Calais.

Unos años de paz sobrevinieron al Tratado de Calais, y al reanudarse el conflicto,

Francia recuperó algunos territorios, gracias a la acción de Bertrand du Guesclin.

La batalla de Azincourt significó una nueva derrota para Francia, y expuso a ese

estado a la posibilidad de contar con un rey inglés: Enrique V.

Destacada fue la actuación de Juana de Arco, otorgando a las fuerzas francesas gran

valor espiritual.

Era una joven analfabeta, convencida de que una fuerza divina la impulsaría a liberar a

su país de los ingleses. Consiguió liberar a Orleáns en 1429, obteniendo luego victorias

en Troyes, Chálons y Reims, donde logró la coronación de Enrique VII.

Luego de varias derrotas fue capturada por el duque Felipe de Borgoña, en 1430,

donde fue acusada por hechicería ante los tribunales de la Inquisición y condenada a

muerte en la hoguera, en 1431.

En Francia, coexistían dos reyes: Enrique VII, que había sido coronado en Reims y

Enrique VI, impuesto por Inglaterra, y, particularmente, por Felipe de Borgoña. Por la

Paz de Arrás, firmada en 1435, un año más tarde Borgoña se reconcilió con Francia.

El triunfo definitivo de Francia se produjo en el año 1453, donde recuperaron todos

sus territorios, con excepción de la ciudad de Calais.

Page 19: Guía de edad media

Colegio Gran Bretaña.

Integración.

Profesora: María Cristina Galleguillos V.

Luego de esta guerra, Inglaterra se vio sacudida por una guerra civil, la Guerra de las

Dos Rosas, por las disputas que se originaron en torno a la sucesión al trono, que

dividieron al estado en dos facciones. Finalmente, la dinastía Tudor, representada por

Enrique VII, asumió el trono.

LA ALTA EDAD MEDIA

Hacia mediados del siglo XI Europa se encontraba en un periodo de evolución

desconocido hasta ese momento.

La época de las grandes invasiones había llegado a su fin y el continente europeo

experimentaba el crecimiento dinámico de una población ya asentada. Renacieron la

vida urbana y el comercio regular a gran escala y se desarrolló una sociedad y cultura

que fueron complejas, dinámicas e innovadoras. Este periodo se ha convertido en

centro de atención de la moderna investigación y se le ha dado en llamar el

renacimiento del siglo XII.

El poder papal

El Papado no sólo ejerció un control directo sobre el dominio de las tierras del centro

y norte de Italia sino que además lo tuvo sobre toda Europa gracias a la diplomacia y a

la administración de justicia (en este caso mediante el extenso sistema de tribunales

eclesiásticos). . La espiritualidad altomedieval adoptó un carácter individual, centrada

ritualmente en el sacramento de la eucaristía y en la identificación subjetiva y

emocional del creyente con el sufrimiento humano de Cristo

Aspectos intelectuales

Resurgimiento intelectual al prosperar nuevas instituciones educativas como las

escuelas catedralicias y monásticas.

Se fundaron las primeras universidades.

El escolasticismo se popularizó, se estudiaron los escritos de la Iglesia, se analizaron

las doctrinas teológicas y las prácticas religiosas y se discutieron las cuestiones

problemáticas de la tradición cristiana. El siglo XII, por tanto, dio paso a una época

dorada de la filosofía en Occidente.

Innovaciones artísticas

La lírica amorosa, el romance cortesano y la nueva modalidad de textos históricos

expresaban la nueva complejidad de la vida y el compromiso con el mundo secular.

En la arquitectura, el románico alcanzó su perfección con la edificación de incontables

catedrales a lo largo de rutas de peregrinación en el sur de Francia y en España.

Estilo gótico que en los siguientes siglos se convertiría en el estilo artístico

predominante.

Unidad europea

La Iglesia se convirtió en la gran institución europea, las relaciones comerciales

integraron a Europa gracias especialmente a las actividades de los banqueros y

comerciantes italianos.

Fue el siglo de las Cruzadas; estas guerras, iniciadas a finales del siglo XI, fueron

predicadas por el Papado para liberar los Santos Lugares cristianos en el Oriente

Próximo que estaban en manos de los musulmanes.

La alta edad media culminó con los grandes logros de la arquitectura gótica, los

escritos filosóficos de santo Tomás de Aquino y la visión imaginativa de la totalidad de

la vida humana, recogida en la Divina Comedia de Dante Alighieri.

LA BAJA EDAD MEDIA

La alta edad media estuvo caracterizada por la consecución de la unidad institucional y

una síntesis intelectual, la baja edad media estuvo marcada por los conflictos y la

disolución de dicha unidad.

Empezó a surgir el Estado moderno (incipiente sentimiento nacional). Y la lucha por la

hegemonía entre la Iglesia

y el Estado se convirtió en un rasgo permanente de la historia de Europa durante

algunos siglos posteriores.

Page 20: Guía de edad media

Colegio Gran Bretaña.

Integración.

Profesora: María Cristina Galleguillos V.

El absolutismo monárquico y los Estados nacionales

Al comienzo de la Edad Moderna se asientan en el poder los reyes absolutos, creando

los Estados nacionales. El absolutismo monárquico se impone como ideología de Estado

gracias a los juristas que salen de las universidades; principalmente las de Bolonia,

Salamanca, París y Valladolid; pero también triunfa por que se extiende la doctrina del

origen divino del poder de los reyes. Esto se traduce en que el rey es el único que

puede crear leyes, a través de la pragmática.

Los reyes apoyan su poder en diversas instituciones, que afectan a todo el territorio,

creando así los Estados nacionales. La única institución cuya legislación es de

aplicación en todos los reinos de una corona es la Inquisición, de la que se valen todos

los reyes para unificar las leyes de su corona.

CRISIS DEL SIGLO XIV

La monarquía como sistema político necesario:

Tres problemas se plantean a propósito de la Monarquía temporal comunmente llamada

Imperio. El primero es éste: Si la Monarquía temporal es necesaria para el bien del

mundo. Esta proposión no objetada por fuerza de razón ni de autoridad, puede ser

demostrada con sólidos y clarísimos argumentos; ante todo por la autoridad del

Filósofo en su "Política". Afirma éste, con su autoridad venerable, que cuando varias

cosas están ordenadas hacia un fin, conviene que uno regule o gobierne y que las

demás sean reguladas o regidas. Lo cual es creíble no sólo por el nombre glorioso del

autor, sino también por la razón inductiva. Si consideramos a un hombre, vemos que

ocurre esto con él: que como todas sus fuerzas están ordenadas hacia la felicidad, la

fuerza intelectual obra como reguladora y rectora de todas las otras, pues, no siendo

así, no podría alcanzar dicha felicidad. Ahora bien; es cierto que todo el género

humano está ordenado a un fín, como ya fue demostrado; por consiguiente, conviene

que haya uno que mande o reine; y éste debe ser llamado Monarca o Emperador. Y así

resulta evidente que, para el bien del mundo es necesaria la Monarquía, o sea el

Imperio.

RENACIMIENTO Y HUMANISMO

Entre 1350 y 1550 la sociedad europea occidental conoció y vivió una auténtica

revolución espiritual, una crisis de perfiles muy nítidos en todos los órdenes de la vida;

una profunda transformación del conjunto de los valores económicos, políticos,

sociales, filosóficos, religiosos y estéticos que habían constituido la vieja civilización

medieval, aquella que había sido definida, con un cierto desprecio, como la edad de las

tinieblas. La imagen que historiográficamente poseemos de aquel período que

denominamos Renacimiento es, por consiguiente, la de una época cuyo común

denominador fue la transformación, la renovación y la creación de nuevos códigos de

conducta. Son precisamente éstos los términos más utilizados por Burckhardt para

caracterizarla: el Renacimiento es una época de ruptura con el oscurantismo medieval,

un período de renovación del arte y de las letras, de recuperación y de acercamiento a

los clásicos, de restauración de la Antigüedad, de un uso novedoso de la razón en

todos los campos del saber. Asimismo, el período se caracteriza por la aparición de un

fuerte proceso de secularización de la vida política y por la presencia de una escuela

de pensamiento nueva, el Humanismo. El Renacimiento no consistió sólo en un mero

resurgir erudito de la literatura o de la filosofía grecorromana o en una vulgar

imitación de las formas artísticas de la Antigüedad. Asociado historiográficamente a

ese concepto aparece aquel otro, el Humanismo, que completa la idea inicial de que nos

hallamos en una época nueva y, en consecuencia, distinta de aquélla, la antigua, que se

tomaba como modelo. Justamente, fue la renovación de la cultura el aspecto más

notoriamente destacado por sus propios protagonistas, aquellos que hablaron por

primera vez de Renacimiento. aunque el término Humanismo ha sido, empleado para

denominar toda doctrina que defienda como principio fundamental el respeto a la

persona humana, la palabra tiene una significación histórica indudable. Humanismo fue

uno de los conceptos creados por los historiadores del siglo XIX para referirse a la

revalorización, la investigación y la interpretación que de los clásicos de la Antigüedad

Page 21: Guía de edad media

Colegio Gran Bretaña.

Integración.

Profesora: María Cristina Galleguillos V.

hicieron algunos escritores desde finales del siglo XIV hasta el primer tercio del siglo

XVI.

Después de grandes debates y temores, a partir del siglo XV, el movimiento humanista

se vio favorecido por una serie de factores:

-La emigración de sabios griegos: Debido a que el imperio bizantino estaba siendo

asediado por los turcos, muchos de ellos buscaron refugio en Europa Occidental,

especialmente en Italia, llevando con ellos textos desconocidos y propagando el idioma

griego.

-La invención de la imprenta: Este invento de Gutemberg fue un factor fundamental

para el Humanismo, pues abarató y multiplico el libro, permitiendo la masiva difusión

de las ideas humanistas y sacando el saber del ámbito eclesiástico donde había estado

recluido durante la Edad Media.

-La acción de los mecenas: Los mecenas eran personas que con su protección política o

con su contribución de materiales, facilitaron el desarrollo del Humanismo. Entre los

mecenas más destacados se encontraron los Médicis de Florencia, Julio II y León X

de Roma, Cristina de Suecia.

- Las universidades y las escuelas: las universidades (como la de Alcala de Henares,

Lovaina, etc.) y las escuelas del siglo XV contribuyeron en gran parte a la expansión

del Humanismo por toda Europa.