grulla: boletín de paz

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Marzo 2013 Grulla: Bolet í n de Paz 1 H A B L E M O S D E P A Z Boletín Mensual Núm. 10 Marzo 2013 CONVERSACIONES Ese terrible Lugar Por: Mario Edgar López Página 2 IMAGEN DEL MES ¿Un jardín vertical? Página 4 EDUCANDO PARA LA PAZ EAMI rompiendo fronteras sociales en Guadalajara. Por: Rafael Hernández Página 4 PAZ, PALABRAS Y ALGO MÁS Canción para un niño boliviano que nunca vio la mar De: Pedro Lemebel. Página 7 CRISOL FM4 Paso Libre y la transmigración. Orígenes de un proyecto de atención integral. Por: Mónica Salmón Página 8 AGENDA Campaña por la noviolencia: No +” Página 9 C A R T A E D I T O R I A L Por: Carlos Cordero. as fronteras son los límites, las contenciones, las delimitaciones de un espacio. En nuestro mundo las asociamos con las demarcaciones geográfico-políticas que dan forma física a un territorio. Pero la globa- lización ha mitigado el poder de contención de estas fronteras, y con ello se ha transformado la percep- ción que tenemos de ellas. En el pasado, los reinos erigían grandes murallas para reguardar la realidad que se vivía al interior de su territorio, protegiéndolo de amenazas externas y esto era concebido como algo bueno. Pero estas murallas evolucionaron a lo largo del tiempo y en la Segunda Guerra Mundial fueron usadas para recluir a grupos étnicos en lugares específicos, el caso más famoso: el Gueto Judío de Varsovia. Mucho tiempo después de la Segunda Guerra, el siglo XXI comenzó con la promesa de debilitar esas fronteras para per- mitir que las personas en diferentes naciones puedan compartir e inter- cambiar mercancías, experiencias culturales, recursos financieros, etcétera. Sin embargo las fronteras siguen ahí. Hay límites territoriales entre las naciones y al interior de ellas el territorio se organiza en regiones para poder administrarlo. Pero además existen fronteras no físicas que representan un reto para la cooperación y el diálogo como lo son los prejuicios que nos ponen un límite en la comunicación. Este número de Grulla, está dedicado a pensar en las fronteras y cómo éstas muchas veces son fuente y obstáculo para el conflicto y la discordia. Desde los problemas migratorios, hasta la falta de coordinación interfronteriza para explotar recursos naturales, las fronteras hoy en día son un elemento crucial en la gestión de conflictos. Abordaremos temas como el conflicto por la gestión del Rio Santiago entre Jalisco y Guanajuato, la problemática para integrar en la urbe tapatía a migrantes oaxaqueños que han llegado aquí. Además de fronteras físicas, están las fronteras de lenguaje y fronteras sociales, por ello también reflexio- aremos en torno al conflicto Chileno-Boliviano sobre la delimitación de la frontera física y el reclamo de Bolivia por una salida al mar. Así, esta edición nos invita a reflexionar sobre la impor- tancia y complejidad de las fronteras, pero más que ello, es una invitación a superar las otras fronteras: las que no son físicas. Las murallas simbólicas que nosotros mismos creamos cuando dialoga- mos a través de los prejuicios; las que imponemos para defender nuestros intereses sobre el interés común; las que construimos frente a los problemas de la sociedad y reforzamos con la indiferencia. L Grulla Boletín de paz

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Grulla: Boletín de Paz "Fronteras y Paz"

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HABLEMOS DE PAZ

Marzo 2013 Grulla: Boletín de Paz 1

H A B L E M O S D E P A Z

Boletín Mensual Núm. 10 Marzo 2013

CONVERSACIONES

Ese terrible Lugar

Por: Mario Edgar López

Página 2

IMAGEN DEL MES

¿Un jardín vertical?

Página 4

EDUCANDO PARA LA

PAZ

EAMI rompiendo fronteras

sociales en Guadalajara. Por: Rafael Hernández

Página 4

PAZ, PALABRAS Y ALGO

MÁS

Canción para un niño

boliviano que nunca vio la mar

De: Pedro Lemebel.

Página 7

CRISOL

FM4 Paso Libre y la

transmigración. Orígenes de

un proyecto de atención integral.

Por: Mónica Salmón

Página 8

AGENDA

Campaña por la noviolencia:

No +”

Página 9

C A R T A E D I T O R I A L Por: Carlos Cordero.

as fronteras son los límites, las

contenciones, las delimitaciones

de un espacio. En nuestro mundo

las asociamos con las demarcaciones

geográfico-políticas que dan forma

física a un territorio. Pero la globa-

lización ha mitigado el poder de

contención de estas fronteras, y con

ello se ha transformado la percep-

ción que tenemos de ellas.

En el pasado, los reinos erigían

grandes murallas para

reguardar la realidad que se

vivía al interior de su territorio,

protegiéndolo de amenazas

externas y esto era concebido

como algo bueno. Pero estas

murallas evolucionaron a lo

largo del tiempo y en la

Segunda Guerra Mundial

fueron usadas para recluir a

grupos étnicos en lugares

específicos, el caso más famoso: el

Gueto Judío de Varsovia.

Mucho tiempo después de la

Segunda Guerra, el siglo XXI

comenzó con la promesa de

debilitar esas fronteras para per-

mitir que las personas en diferentes

naciones puedan compartir e inter-

cambiar mercancías, experiencias

culturales, recursos financieros,

etcétera. Sin embargo las fronteras

siguen ahí. Hay límites territoriales

entre las naciones y al interior de

ellas el territorio se organiza en

regiones para poder administrarlo.

Pero además existen fronteras no

físicas que representan un reto para

la cooperación y el diálogo como lo

son los prejuicios que nos ponen un

límite en la comunicación.

Este número de Grulla, está

dedicado a pensar en las fronteras y

cómo éstas muchas veces son fuente

y obstáculo para el conflicto y la

discordia. Desde los problemas

migratorios, hasta la falta de

coordinación interfronteriza para

explotar recursos naturales, las

fronteras hoy en día son un

elemento crucial en la gestión de

conflictos. Abordaremos temas

como el conflicto por la gestión del

Rio Santiago entre Jalisco y

Guanajuato, la problemática para

integrar en la urbe tapatía a

migrantes oaxaqueños que han

llegado aquí. Además de fronteras

físicas, están las fronteras de

lenguaje y fronteras sociales,

por ello también reflexio-

aremos en torno al conflicto

Chileno-Boliviano sobre la

delimitación de la frontera

física y el reclamo de Bolivia

por una salida al mar.

Así, esta edición nos invita a

reflexionar sobre la impor-

tancia y complejidad de las

fronteras, pero más que ello,

es una invitación a superar las otras

fronteras: las que no son físicas. Las

murallas simbólicas que nosotros

mismos creamos cuando dialoga-

mos a través de los prejuicios; las

que imponemos para defender

nuestros intereses sobre el interés

común; las que construimos frente a

los problemas de la sociedad y

reforzamos con la indiferencia.

L

Grulla Boletín de paz

Marzo 2013 Grulla: Boletín de Paz 2

G R U L L A : B O L E T Í N D E P A Z

“Por lo tanto, no hay amaneceres

ni atardeceres bellos en ese lugar.

Desde hace mucho tiempo que no

los hay, pese a ser un sitio lleno de

identidad y memoria…”

C O N V E R S A C I O N E S

Ese terrible Lugar Por: Mario Edgar López Ramírez

Editado por: Yosemite Santiago

El siguiente artículo es un ejemplo del descontento social que ha estado presente en dos municipios del estado de Jalisco, El Salto y Juanacatlán, a

causa de los efectos que ha generado la contaminación del Río Santiago en esta región. Este texto fue publicado el 9 de abril de 2008 por un

investigador del ITESO. Diversas organizaciones civiles de El Salto y Juanacatlán y organizaciones internacionales como Greenpeace han

denunciado el conflicto que representa el nivel de contaminación presente en las aguas del Río. De igual manera, tanto este a rtículo como la

investigación que le antecede y a la cual se le ha dado seguimiento por parte del investigador, han ayudado a reducir considerabl emente la

contaminación en el río a partir del 2008 y hasta el día de hoy.

Mario Edgar López Ramírez es un especialista en Geopolítica el medio ambiente y procesos de integración regional, y actualmente es Jefe del

Centro de Investigación y Formación Social en el ITESO y coordinador del programa de Ecología Política en ese mismo Centro. Es también

responsable, desde el año 2003, de la investigación de Geopolítica del Agua en la Zona Metropolitana de Guadalajara.

Correo electrónico: [email protected]

na de las problemáticas del

futuro inmediato se podrán

dar en función de las alzas a las tarifas, la

privatización de los servicios públicos del agua, la disputa entre al agua para uso

urbano y para uso industrial (que ya se

premoniciona en el caso de El Salto).

También es posible la ampliación de

conflictos interestatales por el agua,

con Guanajuato, por ejemplo, a

propósito del funcionamiento de la

presa El Zapotillo, En Jalisco, que abastecerá de agua a la ciudad de

León. El propio lago de Chapala y la

futura distribución del agua del río Lerma

se mantendrán como un tema constante, ya

que el lago seguirá siendo fuente de abasto

de la ciudad. En este artículo se analizara la

condición actual del agua en Juanacatlán y El Salto, Jalisco. Zonas afectadas

gravemente por el agua contaminada que no

respetan las fronteras y son causales de

muerte a tan solo 45 minutos de la ciudad

de Guadalajara.

Hay un lugar terrorífico a unos 30 kilómetros de la ciudad de Guadalajara.

En ese lugar los zancudos son capaces

de picar a un pollo adulto hasta matarlo

en una sola noche; las vacas se pudren

vivas después de haber tomado agua

del río contaminado y su muerte es

precedida por vómitos de pus; pueden verse perros con tumoraciones enormes

en sus vientres, caminando desahucia-

dos por la orilla del canal de aguas

negras.

Diversos animales domésticos y de

granja sufren de disminución de su

tamaño normal y en muchas ocasiones

se paren quimeras con deformaciones

monstruosas.

En el agua prácticamente no hay peces, es un agua que rechaza toda forma de

vida

(la vida

acuática que se atreve a prevalecer paga

el precio de la contaminación

irreversible). La tierra se ha vuelto

jabonosa, se encuentra sobreexpuesta a pesticidas y en muchas zonas es ya

inservible para la siembra. El aire

transporta olores insoportables que

convocan a las náuseas, al mareo, a los

dolores de cabeza por la exposición

continua al ácido sulfhídrico; este olor

se mantiene constante día y noche; pero

es más fuerte en la madrugada y al caer la tarde.

Por lo tanto, no hay amaneceres ni

atardeceres bellos en ese lugar. Desde

hace mucho tiempo que no los hay,

pese a ser un sitio lleno de identidad y

memoria: el lugar cuenta por lo menos con 400 años de historia.

Los cuerpos y las almas de los hombres

de ese lugar también están afectados:

120 mil personas viven en esta región,

donde los casos de malformaciones

corporales se cuentan por cientos o

quizás por miles: niños que nacen

deformes, sin brazos o sin piernas, algunos acéfalos; hombres y mujeres

que sufren de tumoraciones malignas,

las cuales llegan a sobrepasar los dos

kilos y medio de peso. El cáncer

aparece cotidiano, agresivo, con gran

intensidad. En la sangre, tanto de niños

recién nacidos como de adultos, se manifiesta la leucemia, con su repro-

ducción sin control de células san-

guíneas inmaduras, que logran reem-

plazar a las células normales. Las

enfermedades que son comunes en ese

lugar, salen fuera de la norma de una

población regular: son enfermedades neurodegenerativas como el mal de

Parkinson o terminales como insufi-

ciencia renal crónica. La hepatitis se

presenta con regularidad. Para atender

a las enfermedades gastrointestinales y

del sistema respiratorio, las farmacias

locales no se dan abasto. Al entrar en

contacto con la espuma hedionda que trae el río y que levanta el viento hasta

el propio patio de las casas, la piel

reacciona produciendo comezón, a la

que le siguen la aparición de manchas

blancas. Los ojos se irritan con rapidez

al sólo contacto con la brisa

contaminada. Dermatitis, conjuntivitis, son palabras de uso cotidiano. Sin

U

Marzo 2013 Grulla: Boletín de Paz

G R U L L A : B O L E T Í N D E P A Z

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embargo, el día a día hace que sus

pobladores se levanten, vayan al

mercado, asistan a la escuela que está al

lado del río pestilente y vuelvan de sus trabajos en Guadalajara, para correr a

encerrarse en sus casas, a ver los

noticieros locales en donde el gobierno

dice, así sin ningún remordimiento, que

la contaminación que los afecta está

“bajo las normas oficiales mexicanas”.

Pero lo que más afecta, lo que más

golpea los sentidos, es el sentimiento de

indefensión, la impotencia que sobre-

coge a los pobladores de ese lugar terri-

ble: “estamos enfermos, nos levantamos

enfermos, nos acostamos enfermos”,

dice una de las poblado-ras, “pero más allá de la enfermedad física, es el alma

lo que nos están matando, el no saber

qué hacer, el no ser oído por las

autoridades, el sentirnos solos”. “Ya no

podemos abrir las ven-tanas ni las

puertas, pues los mosquitos invaden las

casas, incluso siendo de día, es un

animalero insoportable”, dice otra pobladora mientras muestra sus brazos

y piernas llenas de picaduras, “los

zancudos se me meten a la nariz y a la

boca cuando duermo”. Un hombre

refiere: “una noche me levanté con el

corazón la-tiendo acelerado, me

despertó un olor extraño que causaba la sensación de sofocamiento en mi

cuarto, lo primero que pensé fue, ¿a

dónde corro, cómo me salgo de aquí,

qué hago?, pero me di cuenta que no

tenía dónde correr, pues lo peor de ese

olor en realidad estaba afuera, no tenía

ninguna Salida, me quedé inmóvil oyendo cómo me golpeaba el pulso; por

fin, después de un rato, se fue el olor”.

En la mayor parte de los casos, a estos

testimonios les preceden las lágrimas:

“no tenemos paz, estamos irritables

unos contra otros”; “tengo cuatro hijos

con tumores en el cerebro”; “en el

espacio de un año mi esposo y mis dos

hijos murieron de cáncer”; “yo ya sólo estoy aquí, sentado, esperando la

muerte”.

Ese terrible lugar se nombra por partida

doble: se trata de los municipios de

Juanacatlán y El Salto, Jalisco. Es ahí

donde una parte de la ciudad de Guadalajara y más de 240 empresas de

los sectores metal mecánico, alimen-

ticio, químico y electrónico, entre otros,

asentadas en el corredor industrial,

descargan desechos contaminantes al

canal del Ahogado y al río Santiago (no

hay datos oficiales para saber cuáles empresas se salvan y cuáles no de la

acusación de verter sus residuos crudos

al cauce). Es éste el terrible lugar en el

que los municipios no respetan las

zonas de amortiguamiento industrial y

venden terrenos para hacer nuevos

desarrollos in-mobiliarios, sobre una

cuenca subterránea que se encuentra sobre-explotada; el lugar en donde las

nuevas casas se ubican a escasos metros

de empresas que manejan productos

extremadamente tóxicos. Es ahí mismo

donde el niño Miguel Angel López

Rocha murió por simple exposición de

su cuerpo al agua, peligro que siguen corriendo los habitantes de la colonia

La Azucena, que se encuentra en una

zona históricamente inundable a 100

metros del río Santiago (una colonia en

la que los desarrolladores, los construc-

tores, los vendedores rapaces, les

prometían confort, calidad de vida y plusvalía a sus clientes).

Ahí es también donde los trabajadores

de las ladrilleras amasan con sus pro-

pias manos los lodos contamina-dos de

la presa de Las Pintas, para convertirlos

luego en ladrillos, que después cuecen con fuego que sale de la quema de

plásticos y otras extrañas basuras

industriales. De esa manera se exportan

los contaminantes industriales, de

fraccionamiento en fraccionamiento,

hacia la propia zona conurbada de

Guadalajara. ¿Por qué pasó esto?, se le

pregunta a un viejo de la comunidad,

¿cómo fue que los pobladores lo

permitieron?, “primero nos deslum-

bramos con la llegada de las industrias,

que nos traían empleo, el dinero nos hizo olvidar al río, al aire y a la tierra.

Después nos alegramos cuando fue

cada vez más fácil pescar, ya que los

peces andaban como borrachos en el

agua, los podíamos agarrar con la

mano; la gente se comía los peces

muertos que aparecían en la orilla.

Luego se fue acabando todo. Pasó como

un sueño. Pero nosotros no queríamos ver, porque la naturaleza era tan

vigorosa, tan fuerte, tan bella en El

Salto y en Juanacatlán, que nunca

creímos que algo, o alguien, pudiera

acabar con ella. Pero ya ve, pasó y hoy

vivimos con miedo”.

Es éste el terrible lugar de la mentira, en

el que las autoridades de la Comisión

Nacional del Agua, el gobierno del

estado y la Comisión Estatal del Agua,

junto con el Consejo de Cámaras

Industriales de Jalisco, nos dicen que

todo está bajo control, que hay un plan ambicioso para mejorar la situación,

que las industrias cumplen con la

norma, que se van a tomar un buche de

agua para demostrarnos a todos, sobre

todo a los habitantes de El Salto y

Juanacatlán, lo equivocados que están,

lo equivocados que estamos, al pensar que ellos son unos ver-daderos

irresponsables, ambiciosos y gente sin

moral. Pero éste es también el lugar que

nos convoca a visitarlo, a pasear por

este ‘tour’ del horror para que podamos

abrir los ojos. Nos grita a entender que

a unos 30 kilómetros de Guadalajara, personas como nosotros, se mueren

lentamente en un espectáculo sin

comparación. Todo en este lugar, en

este terrible lugar.

“estamos enfermos, nos

levantamos enfermos, nos

acostamos enfermos”, dice

una de las pobladoras.

Marzo 2013 Grulla: Boletín de Paz

G R U L L A : B O L E T Í N D E P A Z

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Los indígenas mixtecos y purépechas

han construido sus comunidades en

zonas no habitadas y se han establecido

de forma permanente en la ciudad.

I M A G E N D E L M E S

Fotos tomadas por Carlos Cordero.

¿Un jardín vertical?

i crees que el pasto sólo crece en el piso, y que los jardines

sólo son horizontales, te

invitamos a pensar en las

fronteras de tu imaginación,

con esta foto de un Jardín

Vertical.

Este también es un ejemplo de

lo que producen las fronteras:

nos marcan una barrera que

limita nuestra capacidad para pensar diferente, y esto no sólo en que algo que suele

crecer horizontalmente, pueda hacerlo hacia arriba, es decir, de manera vertical.

Solemos pensar que a falta de espacio hay que estar más apretados, sacar cosas,

restringir el acceso, renunciar a disfrutar de la luz y el aire fresco. Este como muchos

más, es un ejemplo de que la creatividad lleva a romper todo tipo de barreras.

E D U C A N D O P A R A L A P A Z

EAMI rompiendo fronteras sociales en Guadalajara. Por: Rafael Hernández del Toro

Correo electrónico: [email protected]

Colaborador: Esteban de Jesús Cornejo Sánchez, se prepara para ser sacerdote con la compañía de Jesús y es estudiante de Filo sofía en el

ITESO, como parte de su formación jesuita colabora en EAMI.

ecenas de indígenas llegan a habitar nuestra

ciudad desde hace más de veinte años, buscando

mejores oportunidades. A veces sólo de paso en su camino

hacia los Estados Unidos, pero en Guadalajara encuentran un

nuevo hogar, donde se establecen, utilizando escombros y

desechos industriales para armar sus hogares. Los indígenas

mixtecos y purépechas han construido sus comunidades en

zonas no habitadas y se han establecido de forma permanente

en la ciudad.

Desde 1997 cuando la problemática indígena se encontraba

en la escena pública nacional y con todo lo que implica

empezar de cero, un grupo de estudiantes jesuitas decidió

fundar una organización llamada Equipo de Apoyo a

Migrantes Indígenas (EAMI), para extenderles la mano y

ayudarlos a conseguir recursos con los que estos migrantes

indígenas pudieran vivir en mejores condiciones de vida.

Procurando así, acercarles el derecho a la salud, alimentación

digna, servicios públicos y a una vivienda. Pero a 16 años de

su fundación EAMI ya ha evolucionado y realiza una

diferente función en las comunidades indígenas.

Conforme pasaron los años EAMI se desarrolló y cambió su

función respecto a su trabajo con los indígenas. La primera

etapa consistió en desarrollar programas de vivienda y acceso

a servicios públicos a las comunidades indígenas en la

ciudad. Pero en su segunda etapa EAMI se enfocó en un

aspecto más organizativo ayudando a que los indígenas

pudieran tener sus

propios procesos

de organización

en donde ellos

mismos desde su

comunidad con su

S

D

Marzo 2013 Grulla: Boletín de Paz

G R U L L A : B O L E T Í N D E P A Z

5

identidad indígena, pudieran hacer grupos estructurados que

buscaran encontrar sus intereses y lograr organizarse para

pedirle al gobierno lo que necesitaban.

Las fronteras sociales entre la sociedad tapatía y los indígenas

que llegaron a la ciudad son marcadas. Eso se hace evidente

en el rezago en el que viven algunas comunidades mixtecas y

purépechas en Guadalajara. Por ello EAMI decidió intervenir,

para lograr romper esos paradigmas y ayudar a romper las

fronteras culturales que impedían que ellos se integraran a

este nuevo lugar.

Para Esteban de Jesús Cornejo uno de los cinco estudiantes

jesuitas que están en su preparación sacerdotal, el EAMI

ahora se encuentra en una tercera etapa, “ahora estamos más

enfocados en la recuperación de su cultura, de su tradición,

de su lengua. Ya han pasado dos etapas de EAMI, ahorita

estamos concentrados en el arte y la cultura indígena que hay

en la zona metropolitana, que es riquísima porque hay varios

grupos étnicos que tienen expresiones artísticas variadas,

tradicionales: estamos hablando de comida, de danza, de

música, de historias de los pueblos indígenas que se trajeron

a la ciudad. Ahora estamos enfocados ahí, el EAMI es eso: un

equipo de acompaña-miento de apoyo a los indígenas

específicamente a estos dos grupos y entran ahí jesuitas, no

jesuitas, laicas, laicos, voluntarios, cualquiera que quiera

colaborar” explicó.

EAMI apuesta a que el arte y la cultura indígena son medios

privilegiados para lograr una comunidad y una fraternidad

entre los grupos indígenas, debido a que la cultura es la

fuente con la cual se puede construir una verdadera

identidad ante la ciudad. EAMI utiliza la cultura como arma

principal para que los indígenas puedan potencializar sus

habilidades y capacidades, con el fin de que ellos mismos se

organicen, donde se puedan mover en un espacio de

encuentro y puedan compartir su cultura con la sociedad

tapatía. Es una forma de que las danzas, música y fiestas

indígenas abran las puertas a los tapatíos para poder conocer

y entablar un diálogo entre culturas, buscando marcar los

valores de comunidad, fraternidad, solidaridad y sentido de

pertenencia.

Para realizar estos objetivos EAMI utiliza tres ejes centrales o

aspectos culturales de las comunidades indígenas: la música,

la danza y la fiesta, que son tres partes de la cultura

tanto mixteca como purépecha que abren las puertas

a la comunicación entre las personas y pueden lograr

el diálogo que lleve a la resolución de conflictos.

En entrevista Esteban comentó que mediante las

escuelas de música y danza se han logrado sanar

conflictos internos que tenían las propias

comunidades indígenas entre sí, ya que a pesar de

pertenecer al mismo grupo étnico, los habitantes

venían de diferentes comunidades con problemas

pasados, pero, utilizando a la música, danza y fiesta

han logrado mejorar el diálogo entre las comunidades

y la colaboración mutua para su crecimiento. “Por

ejemplo, al organizar una banda musical, es necesario

el entendimiento mutuo, y la cooperación para que la

pieza que se desea interpretar, tenga armonía”, con

ello se logra ese entendimiento mutuo de ayuda y

compañerismo.

Actualmente EAMI cuenta con una escuela de música

llamada ‘Yaa Dabi’ (canción en mixteca), una escuela de

danza ‘Tata Keri’ (nombre del anciano principal de la danza

de los viejitos), y colaboran en la fiesta de la Mayordomía,

una de las celebraciones más importantes de este grupo

indígena.

Yaa Dabi recibe a niños, niñas, adolescentes y jóvenes

indígenas que quieran aprender a tocar algún instrumento

musical; ahí los migrantes encuentran, a través de la música,

una manera de hacer comunidad y compañerismo, para

poder colaborar con la misión de EAMI, organizando

orquestas que luego se presentan ante el público. La razón de

utilizar la música como medio de diálogo, es que para estos

grupos indígenas la música es un elemento muy arraigado a

su cultura, que viven intensamente y que pasan de

generación en generación.

EAMI fomenta la cultura indígena entre los menores para romper las barreras

sociales y culturales entre la sociedad tapatía y los indígenas. Foto EAMI

Marzo 2013 Grulla: Boletín de Paz

G R U L L A : B O L E T Í N D E P A Z

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La cultura como una solución

En la colonia Ferrocarril existía un problema que se resolvió

gracias a la música; y es que en esta peculiar colonia los

habitantes son mixtecos, pero pese a que lo colonos

provenían de la misma cultura indígena, venían de cinco

pueblos distintos, al principio había conflictos entre los

habitantes. Entonces, mediante la escuela de música se logró

unificar al pueblo mixteco, aceptando a todo aquel que quería

aprender y participar en las actividades sin importar el

pueblo del que eran

originarios. Así la

música resultó ser una

útil herramienta para el

diálogo y la disminución

de la confrontación. La

escue-la trabaja con el

objetivo de que para

hacer música o una orquesta, se necesita del conjunto

humano para lograr la armonía musical.

La ventaja principal con la que cuenta el EAMI es el poder

utilizar la cultura para poder hacer que los participantes

interactúen entre ellos y con esto puedan comunicarse,

entonces pueden dialogar y resolver situación conflictivas o

diferencias que tenían, y así reafirmar una identidad propia y

reforzar su cultura.

Pero, ¿cómo logró el EAMI que los indígenas aceptaran su

ayuda?, Para Esteban hubo varios factores que les abrieron

las puertas de las comunidades indígenas. Primero,

que la organización tiene un respaldo religioso que

genera más confianza que una ONG que nada más

cumple su función, sino las compañías jesuitas generan

ese sentimiento de fe que muchos indígenas tienen y

eso les permite entrar y convivir en las comunidades.

El otro factor fue que los miembros del EAMI llevaron

una labor de acompañamiento a las colonias indígenas,

aprendieron a ser sus amigos y les devolvieron su

cultura abriendo la puerta al diálogo de cultura a

cultura donde se pudiera generar el sentimiento de

entendimiento, debido a que la sociedad en general

siempre va a tener una deuda con el pueblo indígena.

La visión de paz de EAMI consiste en la manera de

promover el arte y la cultura indígena, para romper los

paradigmas que se tienen entre una y otra cultura,

mediante una relación que genere armonía y que después,

haga un grupo y luego una fraternidad. La posibilidad de

transmitir el sentimientos de uno al otro y así poderse

entender para tratar al otro como tu hermano, que estando

juntos se pueden lograr más objetivos y si todos dependemos

de todos entonces habrá un mejor entendimiento entre las

personas.

El EAMI ha logrado generar paz entre pueblos indígenas de

la ciudad, ha conseguido ser el puente que rompe las

fronteras sociales entre los purépechas y mixtecos con la

sociedad tapatía, abriendo canales de comunicación, cultural

y social, llevando las culturas indígenas más

cerca de la sociedad tapatía para generar el

entendimiento mutuo y la relación más cercana.

Una prueba de esto son los conciertos que EAMI

ha realizado en el Teatro Degollado y en el ITESO

con orquestas de origen mixteco, compartiendo

un espacio cultural indígena con el pueblo

tapatío.

Se trata de un proyecto en el cual un equipo de alumnos,

trabajan en algunas comunidades en estado de pobreza para

aplicar metodologías de articulación a fin de generar acciones

de emprendimiento de manera que pudieran conformarse

empresas productivas rurales que permitieran a algunas

familias iniciar un proceso de desarrollo basado en el

siguiente principio: El desarrollo sustentado en la

participación de las personas en actividades productivas

rentables.

.

EAMI utiliza tres ejes centrales de

las comunidades indígenas: la

música, la danza y la fiesta, que

son parte de la cultura tanto

mixteca como purépecha.

En la Escuela Secundaria Mixta 52 "Revolución Mexicana . Foto EAMI

Marzo 2013 Grulla: Boletín de Paz

G R U L L A : B O L E T Í N D E P A Z

7

P A Z, P A L A B R A S Y A L G O M A S

En esta ocasión te presentamos esta crónica, escrita por un chileno, y dedicada a un niño boliviano que nunca ha visto el mar, precisamente porque las fronteras físicas se lo han impedido.

Canción para un niño boliviano que nunca vio la mar De: Pedro Lemebel Escritor y artista plástico chileno. Sus libros recogen la marginalidad chilena con un estilo irreverente, barroco y kitsch .

Fragmento de "Adiós mariquita linda"

de Pedro Lemebel. Editorial

Sudamericana, 2004

“Y cómo te lo digo y con qué humedad

de letras te lo cuento, chiquito llocalla,

pelusita paceño que nunca estuvo

frente al estruendo salado de la

planicie oceánica. Cómo hacertelo ver,

niñita imilla, en estas letras, si nunca

fuiste testigo de esa música y sus olas

crespas chasconeando el concierto de

la bella mar. Cómo te lo digo, niño

boliviano, cómo alargo la palabra m-a-

r, y que ahorita zumbe en tus oídos

como mil abejas moluscas, como

millones de susurros que salpican tu

carita aymara con su aliento materno-

mar-tierno-mari-maternal. Ésta es una

carta dirigida a tus ojitos oblicuos que

de mil maneras intentan imaginar ese

gran charco azul que no es como te lo

cuenta la profesora en el colegio

describiendo la parte más extensa del

Titicaca, esa zona donde el cielo se

recuesta sobre las aguas verde musgo,

donde no hay cerros, y el horizonte

desaparece en esa lama esmeralda que,

de alguna manera, también semeja un

ojo de mar. Tampoco es similar a esa

caricatura Disney que te muestran en

la escuela boliviana, con peces de

colores saltando por todos lados, con

bañistas y quitasoles eternamente en

vacaciones de verano, con arenas

doradas y olas turquesas en un exceso

de pedagógica idealización. Cómo te lo

explico, chiquito llocalla, mejor te

cuento mi experiencia de niño cuando

por primera vez me encontré con el

milagro marino. Vivía con mi familia

en Santiago, y como niño pobre tuve la

experiencia recién a los cinco años. En

mi población se organizaban paseos a

la playa por el día en enero o febrero,

íbamos en micros que contrataba la

Junta de Vecinos o el Club Deportivo y

cada familia se preparaba días antes

para el acontecimiento. Recuerdo que

la noche anterior los niños no

dormíamos, excitados por las

expectativas del paseo. Mi madre en la

cocina preparaba un pollo, hervía

huevos duros, y zurcía los trajes de

baño pasados de moda, desteñidos,

con los elásticos sueltos por el uso

familiar. Salíamos de madrugada en la

micro vieja que siempre quedaba en

pana en mitad del viaje. Y allí en la

carretera eran horas que debíamos

esperar al chofer que solucionara el

desperfecto. Casi al mediodía recién

cruzábamos la cordillera de la C osta, y

entonces, antes de verlo, el mar nos

llegaba en la brisa fresca y en ese olor a

yodo que anunciaba la salada

presencia. Y en un recodo, al doblar

una curva, el dios de las aguas nos

anegaba los ojos con su azulada

inmensidad. Era tan fuerte la

impresión, que no podía compararse

con mil lagos ni con mil ríos ni siquiera

con las cataratas de la inundación

invernal. Hasta ese momento, nunca

antes experimenté esa conmoción de

inquieta eternidad, solamente la visión

del cielo podía asemejarse a ese

momento. Era como tener el cielo

derramado a mis infantiles pies. Era

como ver al cielo al revés, un cielo

vivo, bramando, aullando ecos de

bestias submarinas. Un cielo líquido

que se extendía como una sábana

espumosa más allá, infinitamente lejos,

hasta donde mis ojillos de niño pobre

no podían llegar. El resto del día

playero transcurría como una película

vertiginosa; todo era correr, jugar,

hacer castillos que desmoronaba la

marea, mojarse el poto en el agua como

témpano, comer pollo masticando

arena, quemarse como jaibas para

demostrar que fuimos a la costa. Todo

era así, rápido como película de

Chaplín y luego, cansados de tanto

güeviar, regresábamos en la misma

micro escuchando los quejidos de

insolación que emitían los curados

dormidos a pleno sol. En realidad, ese

paseo poblacional era una tortura, un

día agitado de maratónica playa. Aun

así, pequeño niño boliviano, te puedo

contar cómo conocí la gigante mar, y

daría todo para que esta experiencia no

te fuera ajena. Incluso, te regalo el

metro marino que quizá me pertenece

de esta larga culebra oceánica. Tanta

costa para que unos pocos y ociosos

ricos se abaniquen con la propiedad de

las aguas. Por eso, al escuchar el verso

neopatriótico de algunos chilenos me

da vergüenza, sobre todo cuando

hablan del mar ganado por las armas.

Sobre todo al oír la soberbia

presidencial descalificando el sueño

playero de un niño. Pero los

presidentes pasan como las olas, y el

dios de las aguas

seguirá esperan-

do en su eterni-

dad tu mirada de

llocalla triste pa-

ra iluminarla un

día con su relám-

pago azul.”

Marzo 2013 Grulla: Boletín de Paz 8

G R U L L A : B O L E T Í N D E P A Z

C R I S O L

FM4 Paso Libre y la transmigración. Orígenes de un proyecto de atención integral. Por: Mónica Salmón

En los últimos años se ha visto un notable incremento de violencia en las fronteras dentro y fueras del territorio mexicano. Existen diversas organizaciones

y asociaciones que buscan menguar de formas distintas las implicaciones que conllevan los conflictos fronterizos; es decir, el impacto de ellos en la sociedad.

Mónica Salmón, quien recientemente fue acreedora al VI Reconocimiento de Jalisco a las Mujeres 2013 en la categoría humanista , es una contribuyente

importante en el esfuerzo por disminuir la violencia fronteriza gracias a su participación en FM4 Paso Libre.

Correo electrónico: [email protected]

as vías del ferrocarril y el tren de

carga se han vuelto un ícono para

las y los voluntarios de FM4 Paso Libre,

una organización que surge en 2007.

Cada vez que se escucha el silbido del

tren es fácil imaginar caras, nombres e

historias que estremecen la piel. Este

silbido es el recuerdo del modesto

trabajo voluntario que realizamos como

grupo organizado (asociación civil) en

la Zona Metropolitana de Guadalajara

para apoyar humanitariamente a

personas transmigrantes

El establecimiento de esta organización

tuvo su origen en experiencias de

voluntariado en otras zonas de la

República (Tapachula, Saltillo, Nuevo

Laredo). Al regresar a la ciudad la

pregunta de estos voluntarios fue: Si

hay vías de tren, ¿pasarán migrantes

por aquí como lo hacen por otras zonas

del país? La respuesta fue afirmativa.

La ruta de Occidente o del Pacífico

inicia en el Estado de México, se dirige

hacia Irapuato, Guanajuato para des-

pués hacer escala en la ciudad de Gua-

dalajara. Esta ruta continúa hacia Tepic,

Nayarit y luego va por el Pacífico

cruzando los estados de Sinaloa y

Sonora para llegar a la frontera norte a

las ciudades de Nogales y Mexicali.

El trabajo de nació para apoyar a la

población centroamericana que viaja en

el tren de carga con el fin de llegar a los

Estados Unidos. Reconocíamos, desde

el comienzo, la situación de los países

de Centroamérica: pobreza, inseguri-

dad, falta de servicios de educación y

salud, inestabilidad política, pandille-

rismo, desastres naturales. De este

contexto se genera un concepto que

nombra este tipo de migración:

“migración forzada”1.

Además de la realidad en sus países de

origen, las personas migrantes tienen

que enfrentar un escenario de violencia

en su paso por México que incluye lo

que implica el viaje en el tren de carga,

insolación, deshidratación, accidentes o

mutilaciones. De igual manera, se

enfrentan a la constante y sistemática

violación a sus Derechos Humanos

como extorsiones, robos, violaciones

sexuales, secuestros, tortura y hasta la

muerte, ya sea por parte de civiles,

autoridades o crimen organizado.

FM4 Paso Libre en conjunto con el

Programa de Derechos Humanos y Paz

del ITESO realizó un diagnóstico

“Migración Centroamericana en su

Paso por la Zona Metropolitana de

Guadalajara” en el año 2011, que

detectó que una persona sufre en

promedio dos violaciones a derechos

humanos antes de llegar a nuestra

ciudad. A este trabajo hubo que añadir

una variable más: los mexicanos prove-

nientes de Estados como Chiapas,

Oaxaca, Guerrero, Veracruz, que empe-

zaron a utilizar el tren de carga para

dirigirse a la siembra y cosecha de hor-

talizas y frutas en Jalisco, Nayarit,

Sinaloa y Sonora, o bien con el fin de

llegar a la frontera con nuestro país ve-

cino. Esta población también es aten-

dida por FM4. Además, otra población

que utiliza este mismo medio de trans-

porte para regresar a sus comunidades

de origen son los deportados que

vienen de Estados Unidos.

Es desde esta realidad compleja y difícil

de asimilar que FM4 propone un pro-

yecto de intervención integral en la

ZMG. Trabajamos desde la base de un

comedor (Centro de Atención al Mi-

grante - CAM) en donde asistimos por

unas horas durante la tarde a las per-

onas transmigrantes y acompañamos a

personas que han sufrido accidentes en

el tren y por consiguiente pierden algún

miembro de su cuerpo.

Uno de los ejes más importantes del

trabajo de la organización es la vincu-

ación. Tenemos cuatro diferentes áreas:

vinculación institucional, vinculación y

trabajo comunitario, vinculación con

escuelas y universidades y vinculación

con medios de comunicación (difusión

y prensa).

L

Foto: Margarita Garza

Marzo 2013 Grulla: Boletín de Paz

G R U L L A : B O L E T Í N D E P A Z

9

La razón de plantear el trabajo desde

esa perspectiva es la necesidad de

generar acciones de co-responsabilidad

con los diferentes actores de la sociedad

para atender una realidad que nos

compete a todas y todos. La propuesta

tiene como base dar a conocer la

realidad de la transmigración desde

una perspectiva de movilidad humana

y de derechos humanos. Igualmente se

plantea la articulación de esfuerzos

para afianzar las redes de apoyo a esta

población que día con día se torna más

y más vulnerable. Y finalmente,

proponemos que mediante la reflexión

de una realidad en concreto, como lo

es la transmigración en nuestro caso,

nos cuestionemos sobre nuestro propio

quehacer como sociedad y las

consecuencias que conllevan la

indiferencia, la discriminación y la

violencia.

Notas:

1.- El concepto de “desplazamiento forzado” remite al

traslado forzoso de una persona de su hogar o país,

debido, por lo general, a conflictos armados o desastres

naturales (OIM, 2006, Glosario sobre Migración).

A G E N D A

n el primer semestre de este

año, distintas universidades

del Sistema Universitario Jesuita se

unen en la campaña “No ”, una

campaña diseñada y acordada con los

responsables de los programas y

dependencias que trabajan por los

derechos humanos.

La campaña es una respuesta a la

situación de emergencia derivada de la

estrategia del Gobierno federal para

enfrentar a la delincuencia organizada.

Esta emergencia nacional –como dice

Javier Sicilia- ha resultado ya en más de

70 mil muertos, 25 mil o más desapare-

cidos y aproximadamente 160 mil des-

plazados.

El llamado es a decir “¡Basta! Un ¡basta!

que, por supuesto, no detendrá nada

como por arte de magia, pero que fijará

nuestra postura. Un ¡Basta! que fijará

nuestra “frontera moral”. Uno que dirá,

en voz alta y clara, qué NO

QUEREMOS MÁS. Y nos proponemos

hacerlo a través de la campaña por la

noviolencia: No +”

Ve la nota completa en

http://blogs.iteso.mx/cifs/2013/02/20/ca

mpana-por-la-noviolencia-no/

La campaña termina con el curso

impartido por el Mtro. Miguel Álvarez

Gándara, presidente de Servicios de

Asesoría para la Paz (Serapaz) y ex

secretario ejecutivo de la Comisión

Nacional de Intermediación (Conai)

que será transmitido desde el ITESO.

También visita la página en Facebook

del Institucional de Derechos Humanos

y Paz ITESO

https://www.facebook.com/derechosyp

aziteso

Consejo Editorial

Ana María Vázquez

Carlos Cordero

Rafael Hernández

Yosemite Santiago

Colaboradores: Mario Edgar López

Mónica Salmón

Agradecimientos

Esteban de Jesús Cornejo Sánchez,

escolar jesuita.

Resurrección Rodríguez, ITESO

.

ITESO

Periférico Sur Manuel Gómez Morín #8585

CP 45604, Tlaquepaque, Jalisco, México

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Foto: FM4