gps sueño (corregida) · conocer y manejar las alteraciones de sueño en el niño ción del padre...

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11 11 El sueño es un proceso madurativo, que se va modifican- do con el desarrollo desde el inicio del sueño fetal hasta los patrones de sueño adulto, este cambio no es brusco ni uniforme, sino que se realiza de forma sigilosa conforme vamos creciendo y envejeciendo. El sueño se ve influen- ciado por la adaptación del niño al medio que le rodea, tanto a la maduración cerebral como al aprendizaje de las rutinas familiares. La duración del sueño durante la niñez muestra una gran variabilidad de un niño a otro, dependiendo de la edad y del niño, por lo que es necesario hacer una aproxi- mación individual al desarrollo del sueño de cada niño, y así ajustar las expectativas de duración y de calidad del sueño, según las necesidades individuales de cada niño. Introducción Capítulo 1

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El sueño es un proceso madurativo, que se va modifican-do con el desarrollo desde el inicio del sueño fetal hasta los patrones de sueño adulto, este cambio no es brusco ni uniforme, sino que se realiza de forma sigilosa conforme vamos creciendo y envejeciendo. El sueño se ve influen-ciado por la adaptación del niño al medio que le rodea, tanto a la maduración cerebral como al aprendizaje de las rutinas familiares.

La duración del sueño durante la niñez muestra una gran variabilidad de un niño a otro, dependiendo de la edad y del niño, por lo que es necesario hacer una aproxi-mación individual al desarrollo del sueño de cada niño, y así ajustar las expectativas de duración y de calidad del sueño, según las necesidades individuales de cada niño.

IntroducciónCapítulo 1

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Conocer y manejar las alteraciones de sueño en el niño

Los problemas del sueño son frecuentes en la niñez: ocurren en el 20-30% de los niños y en muchas ocasiones pueden ser señal de trastornos tanto emocionales, de inte-racción o familiares, convirtiéndose en fuente de tensión, angustia e insomnio para los padres, dificultando el com-portamiento y el aprendizaje para el niño.

En líneas generales, si conocemos cómo evoluciona el sueño infantil y actuamos en consecuencia, nos garantiza-mos que los niños desarrollen correctamente este proceso y minimizaremos al máximo la aparición de problemas.

Todo niño sano, va a dormir correctamente algún día.

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Introducción

Para comprender la evolución del sueño a lo largo de la infancia, es fundamental conocer la fisiología del sueño, para ello, vamos a exponerlo en el siguiente apartado.

Queremos que los niños duerman como los mayores, pero olvidamos que para dormir como un

mayor, ¡hace falta serlo¡

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El recién nacido tiene un ritmo de sueño más corto que el del niño mayor o el adulto. Es decir, los ciclos de sueño-vigilia se producen varias veces en un día hasta que a los 4-6 meses este ritmo de sueño-vigilia se hace cada 24 horas (ritmo circadiano). El niño de pocos meses tiene primero un sueño activo o sueño REM (movimientos de ojos, algún ruidito, gestos con la boca, movimientos de extremidades) y éste es seguido de un sueño tranquilo o también llama-do sueño No REM. A partir de los 4-6 meses las fases del sueño se van pareciendo a las del niño mayor y el adulto, donde primeramente hay 4 fases de sueño equivalentes al sueño tranquilo y una fase de movimientos rápidos de los ojos que corresponden al ensueño, es decir al sueño que podemos recordar si nos despertamos en ese momento. A todo esto se le denomina ciclo. Cada ciclo tiene una dura-

Familiaricémonos conel sueño

Capítulo 2

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Conocer y manejar las alteraciones de sueño en el niño

ción diferente según cada sujeto y la edad que éste tenga, desde unos 50 minutos en el bebé, a unos 90-120 minutos en los adultos. Al terminar cada ciclo, e incluso dentro de

1 ciclo

Niños: duración de 45 a 60 minutos

Adultos: duración de 90 a 120 minutos

VIGILIA

REM

FASE I

FASE II

FASE III

FASE IV

Simulación de un ciclo

fase 1 fase 2 fase 3 fase 4 fase 5

sueño ligero sueño profundo

NO REM REM

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Familiaricémonos con el sueño

las diferentes fases de cada ciclo, se dan una serie de bre-ves despertares (entre 6 y 10 cada noche) denominados microdespertares, y vuelta a empezar. Así hasta unos 4, 5 o 6 ciclos por noche, según la duración de los mismos o lo dormilones que seamos. Se podría comparar como el des-censo de una escalera y cada peldaño que bajemos sería una fase más profunda.

Durante la primera parte de la noche se da más tiempo de sueño profundo, mientras que en la segunda mitad de la noche se incrementa el sueño REM.

Repasemos un poco más a fondo que sucede en cada una de las fases:

Vigilia: se trata el tiempo en que pasamos despierto. Podemos diferenciar entre vigila activa, cuando esta-mos más despiertos y predispuestos para el aprendi-zaje o trabajo, y vigilia pasiva, cuando estamos más relajados, por ejemplo cuando leemos o vemos la tele.

Sueño tranquilo: llamado no-REM, o sueño lento. Consta de varios estadíos:

Estadio I: es un estado de adormecimiento. Los ojos se cierran, los músculos se aflojan. Si se le despierta, usted tiene la sensación de que no ha llegado a dormirse, pero si se le pregunta por algo no sabe contestar qué pasó con precisión.

1.

2.

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Conocer y manejar las alteraciones de sueño en el niño

Estadio II: es un sueño ligero. Dormimos, es cierto, pero cualquier ruido inesperado puede desper-tarnos. Entre el estadio I y II sumamos el 50% del sueño total en los adultos, unas 4 horas.

Estadio III: es un estadio de transición al IV, y se diferencia poco de lo que voy a explicar a conti-nuación.

Estadio IV: la respiración y los latidos del corazón se estabilizan, aún podemos movernos, pero nuestros músculos están muy relajados y nuestra mente está profundamente dormida.

Sueño REM: también llamado sueño activo, duran-te éste observamos cómo los ojos se mueven, pero

3.

0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11

Al principio,

mayor cantidad

de sueño profundo

Durante la noche, mayor cantidad

de sueño superficial y paradójico

(REM)

Al final,

más sueño

profundo

x xx x x x x x x xVIGILIA

REM

FASE I

FASE II

FASE III

FASE IV

sueño

ligero

sueño

profundo

ESTA

DIO

NO-R

EM

Microdespertadores durante la noche. Normalmente entre 8 y 10

Simulación del sueño infantil

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Familiaricémonos con el sueño

el resto del cuerpo permanece paralizado debido a una atonía muscular. Hay una desconexión impor-tante entre el cerebro (con actividad importante) y el cuerpo (sin actividad). En esta fase tendrán lugar los sueños.

El sueño prenatal

Los bebés empiezan a dormir en estado fetal en el tercer trimestre de gestación, presentando ya momentos de vigi-lia, seguidos de inactividad, semejante a las fases del sue-ño que tienen los recién nacidos.

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Conocer y manejar las alteraciones de sueño en el niño

Los dos patrones presentes en esta etapa son: sueño activo (REM) y sueño tranquilo (NO REM).

La gran curiosidad del sueño fetal es que es indepen-diente del sueño de la madre, nada tiene que ver si la ma-dre duerme o está despierta, con los patrones de sueño de su futuro bebé. Lo más habitual es que cuando la madre está en reposo, el feto presenta sus mayores periodos de movilidad y al contrario, cuando la mamá está en plena actividad laboral o realizando las rutinas de la vida diaria, el bebé está relajado y se encuentra en estado de sueño tranquilo.

El sueño del recién nacido de 0 a 3 meses

El sueño es una necesidad básica para vivir como lo es el comer o el respirar, durante el sueño se producen las hor-monas necesarias para el crecimiento de los niños, por ello la naturaleza ya se ha encargado desde antes de nacer, a entrenarnos para así, tras el nacimiento, saber dormir incluso saber succionar y respirar, ya que tras el parto, el bebé empieza a respirar por sí solo, y en las dos primeras horas es capaz de engancharse al pecho de la madre y suc-cionar para alimentarse.

Por lo tanto, ¿qué necesita el bebé en esta etapa?

En esta etapa, la duración del sueño aproximadamente a lo largo del día es de 16 a 17 h, además necesitan comer

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Familiaricémonos con el sueño

frecuentemente y se recomienda que la alimentación sea a demanda, es decir, tan frecuente como ellos pidan y que bajo ningún concepto se les retrase innecesariamente la ingesta, por lo que no pueden tener un sueño muy conti-nuado, de ahí que el sueño y las necesidades del niño van de la mano, enlazados como eslabones de una misma ca-dena.

El RN cuando nace, no es capaz de valerse por él mis-mo, sino que necesita del cuidado de otro, en general de la madre. Por ello los niños lloran si se sienten solos, si tienen hambre, calor, frío, molestias… este es un recurso que se posee desde el nacimiento, para mantener a nuestros pro-genitores cerca.

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Conocer y manejar las alteraciones de sueño en el niño

Por lo tanto, ¿cómo es el sueño en esta edad?:

Bifásico: solo tiene dos fases, sueño activo o REM y sueño No REM (tranquilo), con una duración de unos 50-60 minutos. Esto provoca que el niño se despierte frecuentemente para poder comer, evitando así bajadas de azúcar y asegurándose el alimento, fomentando la producción de leche materna.

Ultradiano: no saben diferenciar entre el día y la noche.

Polisecuencial: se reparte en varias veces a lo largo del día, esto le ayuda a mantener a su cuidador cerca, a poder comer frecuentemente y a descan-sar a menudo.

Mayor porcentaje de sueño REM, que en el adulto: durante el sueño REM nuestro cerebro integra los aprendizajes, esto ayuda a los bebés a desarrollar su mente durante el sueño.

Inicio de sueño directamente en fase REM: el bebé puede entrar directamente en fase REM sin pasar por las otras fases del sueño lento, se piensa que el motivo es porque el sueño REM ayuda a reorgani-zar el cerebro, la memoria y los procesos de apren-dizaje, de esta manera madura a nivel mental.

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Familiaricémonos con el sueño

El sueño de un bebé recién nacido está perfectamen-te adaptado a sus necesidades.

La leche materna contiene L-triptófano, que favorece el sueño. El hecho de succionar del pecho, y no de un bibe-rón, también ayuda a establecer una vinculación afectiva importante entre madre e hijo.

Es muy importante decidir cuando el bebé es recién nacido, dónde tiene que dormir, puedes optar por la prác-tica de colecho u optar por la cohabitación (compartir misma habitación pero en su cuna).

El colecho (dormir con el bebé), también es una bue-na opción para ayudar en la evolución natural del sueño, los bebés se relajan y se duermen cuando imitan la respira-

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Conocer y manejar las alteraciones de sueño en el niño

ción del padre o la madre, favoreciendo que el niño alterne las diferentes fases que va adquiriendo de la mano de la respiración de sus padres.

Se ha demostrado que el colecho promueve los vín-culos, regula patrones de sueño de la madre y de su bebé, juega un papel importante al ayudar a la madre a ser más sensible a las necesidades de su bebé, y les da a ambos más oportunidad de un buen descanso.

Beneficios de la lactancia asociada con el colecho:

Protección inmunológica: los lactantes que com-parten lecho con sus madres maman con más frecuencia. La lactancia materna aporta protec-ción inmunitaria extra, entre los 0 y los 6 meses cuando el sistema inmunológico del bebé está en su momento más sensible y el riesgo de muerte súbita es mayor.

La prolactina aumenta durante las tomas noctur-nas.

Los bebés que duermen con sus madres mues-tran esquemas de sueño REM durante la succión.

La succión mejora la cantidad de oxígeno en san-gre de los bebés prematuros.

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Familiaricémonos con el sueño

Mayor desarrollo cardiorrespiratorio, en los bebés que están más tiempo en contacto y/o con el pe-cho con sus madres.

Regulación térmica: la temperatura del cuerpo, compartida durante el sueño, ayuda a regular la respiración. El enfriamiento deprime la respira-ción.

Armonía en el ritmo respiratorio: el bebé se acos-tumbra al ritmo de la respiración de la madre dentro del útero. Después del nacimiento, la ma-dre continúa funcionando como un marcapasos de respiración recordando al bebé que tiene que respirar.

Conciencia mutua: las madres que amamantan y los bebés que comparten lecho tiene más sueño REM y menos sueño no REM.

La sensibilidad de la madre hacia el hijo se incre-menta durante el sueño REM (el que más predo-mina).

La Organización Mundial de la Salud junto con la Aso-ciación Española de Pediatría recomiendan realizar cole-cho, siempre y cuando se cumplan unas series de garan-tías, a las que por supuesto se unen las básicas para todo bebé como por ejemplo: adecuadas medidas de seguridad

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Conocer y manejar las alteraciones de sueño en el niño

e higiene en la habitación, no posicionar al RN boca bajo, sino siempre boca arriba, no utilizar cojines ni almohadas, no poner ambientadores excesivos, colonias o repelentes de insectos, etc.

Los requisitos para la práctica de colecho son:

Colchón suficientemente duro para que el RN no quede atrapado.

Las sábanas no deben de tener lazos o cintas que puedan rodear al RN.

No taparle mucho, los padres ya lo calientan con su cuerpo.

No ser fumador habitual, ni fumar en la habita-ción del niño.

Los padres no deben estar bajo el efecto de nin-guna droga o alcohol.

Los padres no deben padecer obesidad mórbida (ya que les incapacita para moverse con soltura).

Las ventajas de la práctica de colecho son:

Minimiza los riesgos de muerte súbita del lactan-te.

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Familiaricémonos con el sueño

Ayuda al bebé a aprender a pasar de una fase a otra del sueño porque se sincroniza con la respira-ción de su madre, y así le evita padecer una apnea respiratoria.

Favorece a que la madre pueda continuar dur-miendo mientras practica la lactancia materna.

Favorece la regulación de la temperatura corporal por la noche.

La lactancia materna y el colecho favorecen el desarrollo natural del sueño.

No podemos olvidar hablar sobre el sueño seguro y la prevención del síndrome de muerte súbita del lactante (SMSL) ya que es una triste realidad, con una incidencia de uno por mil nacidos vivos. El SMSL es más habitual en bebés de entre los 2 y los 4 meses de edad; poco frecuente durante el primer mes; esporádico entre 6 meses y el año, y excepcional después del año.

Las medidas preventivas que puedes llevar a cabo son:

Acuesta al bebé boca arriba, sobre su espalda, y en un colchón firme. También está desaconsejada la posición lateral.

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Conocer y manejar las alteraciones de sueño en el niño

Evita taparle en exceso, y mantén la habitación a una temperatura de 20-22 ºC.

No utilices almohadas, cojines o edredones. Tam-poco le dejes colgantes al cuello –el del chupete, por ejemplo– y revisa que en la cuna no haya cin-tas con las que pudiera enredarse.

No deben colocarse juguetes ni otras ropas de cama blandas, como las mantas esponjosas, los edredones, las almohadas, los animales de pelu-che en la cuna con el bebé. Estos elementos pue-den afectar la capacidad del niño para respirar si le cubren el rostro.

No le tapes por encima de las axilas. Para evitar que se desplace por debajo de la ropa de cama, conviene que sus pies contacten con el límite de la cuna. No cubra la cabeza del bebé con la manta, ni lo abrigue demás con ropa y mantas.

Procura no fumar ni durante el embarazo y ni des-pués del parto. Si lo haces, estarás aumentando en un 50% las posibilidades de que tu hijo padezca SMSL. Coloque la cuna en un área que esté siem-pre libre de humo.

Ofrécele el chupete, sin obligarle cuando lo suelte o si no lo quiere.

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Familiaricémonos con el sueño

Comenta todas estas medidas a las diferentes per-sonas que cuiden del niño o en la escuela infantil a la que lleves a tu hijo.

El sueño del bebé de 4 a 7 meses

Tras el primer trimestre, el niño cambia y el sueño tam-bién, este periodo de sueño es más predecible y comen-zará a dormir más por la noche, el sueño tranquilo evolu-cionará a fases más profundas como la fase III y IV, por lo que será más difícil despertarse. Además ya no se dormirá directamente en fase REM, de tal manera que si hace poco que se ha dormido, cualquier cambio puede despertarlo, debido a que primero debe atravesar un sueño ligero, an-tes de llegar al sueño profundo. Tras llegar al sueño tran-

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Conocer y manejar las alteraciones de sueño en el niño

quilo (fase IV), puede permanecer aproximadamente una hora u hora y media, tras ello tendrán un breve despertar, dependiendo de la madurez del niño, los niños pueden presentar varios comportamientos tras el despertar: los hay más ruidosos y que pueden permanecer más tiempo des-piertos, o los hay que apenas hacen ruido y se duermen con facilidad. Los adultos también nos despertamos, unas diez veces por la noche, la única diferencia entre un bebé y nosotros es que nosotros ya dominamos la técnica, in-cluso a veces no tomamos conciencia del despertar.

Por lo tanto, ¿qué necesita el bebé en esta etapa?:

Adquirir el ritmo circadiano: al adquirir la diferen-ciación entre los días y las noches, es de vital im-portancia para su posterior desarrollo.

Adquirir las fases del sueño del adulto: poco a poco va adquiriendo las fases del sueño, y éste deja de ser bifásico, alrededor de los 6-7 meses, ya pue-den estar adquiridas.

Alerta selectiva: un bebé pequeño necesitaba cons-tantemente mantener la alerta de su madre (era vital para su supervivencia), pero ahora ya no, sólo lo hará cuando se sienta solo o entre extraños.

Introducción de los alimentos complementarios: a partir de los 4 meses, se le pueden introducir ce-

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Familiaricémonos con el sueño

reales sin gluten. A los 6 meses éstos pueden tener ya gluten, e incluso podemos introducir papillas o pequeños trocitos de alimento.

Por lo tanto, ¿cómo es el sueño en esta edad?:

Circadiano: el sueño ya es circadiano, diferencian entre el día y la noche, la mayoría de niños de 7 meses suelen realizar un par de siestas durante el día, y un periodo más o menos largo, por la noche (10,5 h), esto se debe a que el niño ya posee una maduración importante del núcleo supraquias-mático del cerebro, pero para que funcione este reloj biológico, necesitamos unos referentes inter-nos y externos, que cada niño irá asimilando a su

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Conocer y manejar las alteraciones de sueño en el niño

ritmo. Es ahí donde los padres podemos ayudar intentando inculcarles esos referentes como las rutinas, horarios, un entorno agradable, enseñar al niño a relajarse y a dormir como por ejemplo el ritual de contarle un cuento, etc.

Polifásico: ya no sólo tiene adquiridas las fases del sueño adulto, sino que también puede unirlas con facilidad y hacer tiradas de más de un ciclo. El he-cho de poder unir más de un ciclo implica, a veces, más despertares, ya que son muy comunes los mi-crodespertares al terminar un ciclo de sueño.

Inestable: porque van surgiendo muchas más fa-ses durante el sueño, que cuando eran recién nacidos, y el bebé necesita adaptarse a ellas para ensayar, y aprender a dominarlas. Es un periodo de transición donde los despertares son muy fre-cuentes, ya que entre fase y fase pueden desper-tarse y además existe el sueño ligero, en que un pequeño ruido les puede despertar.

Esta época es muy crítica para nuestro niño, ya que poco a poco deberán:

Dominar la técnica para pasar de una fase a otra del sueño, para así conseguir un sueño placentero y saludable.

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Familiaricémonos con el sueño

Adaptarse a otros cambios importantes en la vida de un niño, como la incorporación de las ma-dres al trabajo remunerado o el inicio a la alimen-tación complementaria a partir de los 6 meses.

El sueño del niño de 8 meses a 2 años

Es la etapa de maduración del sueño, pero el niño necesita conseguir a estas edades:

La introducción de alimentos complementarios: ya iniciada en la etapa anterior, los niños a estas eda-des poco a poco dejan los purés y las papillas, para ir tomando pequeños trozos de alimentos.

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Conocer y manejar las alteraciones de sueño en el niño

Superar el periodo de angustia de separación: los niños no tienen noción del tiempo y cuando des-aparecemos no saben si es para siempre o es para un ratito, hacia el octavo mes el niño ya sabe que es una persona diferente a la de su cuidador, es consciente de ello.

La deambulación, relacionarse con el entorno: se va afianzando el gateo, y alrededor del año, el niño comienza a andar. Cuando la deambulación ya es autónoma, el niño se convierte en un gran explo-rador del entorno.

Irrupción dentaria: comienzan a aparecer los pri-meros dientes, es una etapa que están más irri-tables, babean y muerden todo lo que está a su alcance.

Control de esfínteres: a partir de los 2 años se les empieza a exigir a la mayoría de los niños el con-trol de esfínter y el abandono del pañal.

Por lo tanto, ¿cómo será el sueño?:

Temido: manifestándose la angustia de sepa-ración, comenzando a darse cuenta el niño, de que hay un periodo de separación de sus padres cuando se va a dormir, por lo tanto el niño intenta retrasar ese momento al máximo. Debemos cal-

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Familiaricémonos con el sueño

marlos antes de ir a dormir, para que aprendan a regular esa ansiedad, como por ejemplo el acto de acunamiento, la simple presencia o el beso de buenas noches. De esta manera los niños ganan seguridad y entienden que su entorno estará más seguro.

Inquieto: tras tener que adquirir bastante habilida-des durante esta etapa como andar, alimentación, retirada del pañal, etc, esto les puede preocupar y originar así ansiedad por dominarlo, mientras dormimos sobre todo en fase REM, se ha compro-bado que todo aquello que nos preocupa puede asimilarse, pero también provoca pesadillas, ma-yores despertares, otros trastornos, etc.

Por todo ello, el sueño en estas edades es muy frágil, como también lo son la capacidad de dominar la ansiedad, y la maduración del niño. Cuando éstas se consoliden, los niños dormirán solos.

Obsesionarse con el sueño e inventar triquiñuelas para que el bebé duerma toda la noche de un tirón, es

quizás, empujar al niño más allá de su potencial biológico.

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Conocer y manejar las alteraciones de sueño en el niño

El sueño del niño de 3 a 6 añosLos patrones del sueño ya muestran una cierta estabilidad y se parecen al de los adultos. No quiero decir con ello que siempre a los 3 años todo esté solucionado, aunque sí se producirá una disminución importante de los despertares nocturnos, que desaparecerán a la edad aproximada de 5 años.

El niño ya controla su entorno, no solo a nivel físico, sino también a nivel oral (lenguaje hablado), permitiendo así que pueda expresar sus sentimientos, quejas, deseos y el adulto pueda entenderlo.

Hacia los 3-4 años el niño ya deja de tener sus siestas, a veces en algunos niños produce un déficit de sueño len-

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Familiaricémonos con el sueño

to, viéndose compensado por un aumento de sueño pro-fundo (activo), en la primera parte de la noche, a veces el niño puede encadenar dos ciclos sucesivos de sueño lento (unos 140 minutos) y la dificultad de aligerarlo puede pro-vocar algunos trastornos: terrores nocturnos, sonambulis-mo, enuresis (orinarse en la cama), etc. En el momento en que el niño no necesite compensar ese déficit de sueño, todo volverá a la normalidad, aunque a veces hay casos que los trastornos perduran.

En los próximos capítulos hablaremos sobre estos tipos de trastornos, consecuencias si no se tratan, actua-ciones y recomendaciones, al igual que daré una serie de instrucciones para saber cuándo acudir a las unidades del sueño pediátricas o al pediatra de centro de salud.