gonzález #317

2
enviado por Lucas Ospina Las buenas conciencias por Julio Cortázar Sos así: inteligente, clara, refinada, vivís en armonía con las gentes, las cosas y las plan- tas que has elegido despaciosamente, rechazando sin ruido lo que quebraba el ritmo diur- no, la calma de tus noches. Eso no significa que ignores este caos, este fragor de sangre que llaman siglo veinte. Al contrario, seguís muy de cerca cosas como el racismo, el apartheid y las trasnacio- nales, la sangre en Argentina y Chile y Paraguay y etcétera. Cada tarde a las seis comprás Le Monde y te indignás sinceramente porque todo es violencia, violación y mentira en Dublín en Beirut en Santiago en Bangkok. Y después cuando vienen Paulita y Juan y Pepe les explicás con té y tostadas que esto no puede ser, que cómo puede ser que esto sea así, y la mesa se llena de protestas democráticas, de migas humanísticas y Derechos Humanos (cf. Unesco). Todos están de acuerdo, y todos sienten que están del justo lado, que hay que aplastar a Pinochet, pero curiosamente ni ellos ni vos han hecho nunca nada para ayudar (digamos, dieron plata, se solidariza- ron algunos con las campañas periodísticas), porque les lleva lo mejor del tiempo aplastar al fascismo con perfectas razones silogísti- cas y sentimientos impecables. Es evidente que leer Le Monde es ya un combate frente a los que leen el Figaro. Lo importante es saber dónde está la verdad y repetirlo y repetirlo cada día a los mismos amigos en el mismo café. Casi una militancia o poco menos, casi un peligro porque en una de ésas te oye un fascista y ahí nomás te fichan. Oh, querida, ya es tarde, andá a dormir pero antes, claro, las últimas noticias. Mataron a a Orlando Letelier. Qué horror, verdad. Esto no puede ser, esta violencia tiene que terminar. (Suena el teléfono, es Paulita que acaba de enterarse.) Da gusto ver cómo vos y tu gente participan de la historia. Vas a dormir tan mal, verdad, mejor quedarse oyen- do música hasta que venga el sueño de los justos. enviado por Andrés Pardo Manual de Escritura Andrés Hoyos - Fragmento - Pepe Sierra era un campesino antioqueño que llegó a Bogotá a comienzos del siglo XX y se hizo muy rico. Cuentan que algún día don Pepe estaba re- dactando un documento, quizá la escritura de una de sus muchísimas propiedades, y se lo pasó al se- cretario, un clásico señorito bogotano, tan al tanto de las leyes de la gramática como estrecho peculio. En el documento don Pepe se refería a una acienda, error ortográfico que le fue señalado por el secreta- rio. El latifundista alzó la mirada fastidiado y con- testó: “Mire, joven, yo tengo veinte aciendas sin ha- che, ¿cuántas con hache tiene usted?”. Según quien cuente la anécdota, varían el interlocutor y el nú- mero de aciendas de don Pepe, pero no el mensaje de fonfo. juego de reglas editorial González es una publicación del Departamento de Arte / González solo publicará textos y co- laboraciones que tengan como remitente a correos de "uniandes.edu.co" y bajo el crédito de la persona que los envía. En caso de que sean enviados por miembros de la universidad ya graduados o profesores retirados que no tengan este tipo de cuentas de correo se verificará su vinculación / En los textos donde se haga mención explícita a una persona del Departamen- to de Arte, o a miembros o dependencias de la universidad, se enviará copia de ese correo a los sujetos en cuestión con el fin de ofrecer la posibilidad de una contracrítica en el próximo número de González / González publica lo que se quiera hacer público, todo lo que quepa en esta hoja de papel. Esta hoja circula por impreso y por correo al comienzo de cada semana del periodo académico. 7 al 11 de septiembre, 2015 archivo: http://arte.uniandes.edu.co/gonzalez/ Si desea estar con González, envíe su colaboración al correo electrónico: [email protected] circula en el departamento de arte facultad de artes y humanidades, universidad de los andes G NZÁLEZ # 317

Upload: arteuandes

Post on 04-Jan-2016

2 views

Category:

Documents


1 download

DESCRIPTION

González #317

TRANSCRIPT

Page 1: González #317

enviado porLucas Ospina

Las buenas conciencias

por Julio Cortázar

Sos así: inteligente, clara, refinada,vivís en armonía con las gentes, las cosas y las plan-tasque has elegido despaciosamente,rechazando sin ruido lo que quebraba el ritmo diur-no,la calma de tus noches.Eso no significa que ignores este caos,este fragor de sangre que llaman siglo veinte.Al contrario, seguís muy de cercacosas como el racismo, el apartheid y las trasnacio-nales,la sangre en Argentina y Chile y Paraguay y etcétera.Cada tarde a las seis comprás Le Mondey te indignás sinceramenteporque todo es violencia, violación y mentiraen Dublín en Beirut en Santiago en Bangkok.Y después cuando vienen Paulita y Juan y Pepeles explicás con té y tostadas que esto no puede ser,que cómo puede ser que esto sea así, y la mesase llena de protestas democráticas,de migas humanísticas y Derechos Humanos(cf. Unesco).Todos están de acuerdo, y todos sientenque están del justo lado, que hay que aplastar a Pinochet,pero curiosamenteni ellos ni vos han hecho nunca nadapara ayudar (digamos, dieron plata, se solidariza-ronalgunos con las campañas periodísticas),porque les lleva lo mejor del tiempoaplastar al fascismo con perfectas razones silogísti-casy sentimientos impecables.Es evidente que leer Le Mondees ya un combate frente a los que leen el Figaro.Lo importante es saber dónde está la verdady repetirlo y repetirlo cada día

a los mismos amigos en el mismo café.Casi una militancia o poco menos,casi un peligro porque en una de ésaste oye un fascista y ahí nomás te fichan.Oh, querida, ya es tarde,andá a dormir pero antes, claro,las últimas noticias. Mataron aa Orlando Letelier. Qué horror, verdad.Esto no puede ser, esta violenciatiene que terminar.(Suena el teléfono, es Paulitaque acaba de enterarse.)Da gusto vercómo vos y tu gente participande la historia.Vas a dormir tan mal, verdad, mejor quedarse oyen-do músicahasta que venga el sueño de los justos.

enviado porAndrés Pardo

Manual de Escritura Andrés Hoyos

- Fragmento -

Pepe Sierra era un campesino antioqueño que llegó a Bogotá a comienzos del siglo XX y se hizo muy rico. Cuentan que algún día don Pepe estaba re-dactando un documento, quizá la escritura de una de sus muchísimas propiedades, y se lo pasó al se-cretario, un clásico señorito bogotano, tan al tanto de las leyes de la gramática como estrecho peculio. En el documento don Pepe se refería a una acienda, error ortográfico que le fue señalado por el secreta-rio. El latifundista alzó la mirada fastidiado y con-testó: “Mire, joven, yo tengo veinte aciendas sin ha-che, ¿cuántas con hache tiene usted?”. Según quien cuente la anécdota, varían el interlocutor y el nú-mero de aciendas de don Pepe, pero no el mensaje de fonfo.

juego de reglas editorial

González es una publicación del Departamento de Arte / González solo publicará textos y co-

laboraciones que tengan como remitente a correos de "uniandes.edu.co" y bajo el crédito de

la persona que los envía. En caso de que sean enviados por miembros de la universidad ya

graduados o profesores retirados que no tengan este tipo de cuentas de correo se verificará su

vinculación / En los textos donde se haga mención explícita a una persona del Departamen-

to de Arte, o a miembros o dependencias de la universidad, se enviará copia de ese correo a

los sujetos en cuestión con el fin de ofrecer la posibilidad de una contracrítica en el próximo

número de González / González publica lo que se quiera hacer público, todo lo que quepa en

esta hoja de papel. Esta hoja circula por impreso y por correo al comienzo de cada semana del

periodo académico.7 al 11 de septiembre, 2015

archivo: http://arte.uniandes.edu.co/gonzalez/

Si desea estar con González, envíe su colaboración al correo electrónico:

[email protected]

circula en el departamento de arte facultad de artes y humanidades, universidad de los andes

G NZÁLEZ # 317

Page 2: González #317

enviado porAndrea Infante

enviado porM