gomez r de keynes al neoliberalismo

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Texto de Esposicion en ASOFIL Julio 2015

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ASOCIACIN DE FILOSOFA LATINOAMERICANA Y CIENCIAS SOCIALESSeminario Principal Ao 2015Reunin del sbado 18 de julio de 2015

De Keynes al Neoliberalismo: Decadencia a nivel cientfico, epistemolgicoy ticoRicardo J. Gmez

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El capitalismo financiero es el sistema econmico subtipo del capitalismo que surgi a principios del siglo XX y cuya caracterstica principal es la subordinacin de los medios de produccin a la acumulacin de dinero y obtencin de ganancias a travs del mercado financiero (acciones, valores, mercado de divisas, etc). El capitalismo financiero persigue el beneficio a travs de la especulacin moviendo el capital o dinero atendiendo a tasas de inters, tipos de cambio, variaciones de precios, adquisicin y venta de numerosos productos y derivados financieros. En el capitalismo financiero se busca la ganancia mediante la especulacin la cual permite ganar (perder) dinero a menudo en mayor cuanta que en la inversin y la aplicacin de tecnologa para la produccin de bienes y servicios.

Hoy se estima que el monto de los negocios financieros diarios en el mundo supera el PBI anual de toda Amrica Latina y que el monto de todas las operaciones financieras mensuales en el mundo es de 1,9 veces el producto total de toda la economa mundial.

En ms de un siglo de pervivencia de esta forma de capitalismo pueden distinguirse distintas etapas. Por razones de relevancia, especialmente para Latinoamrica, nos referiremos al capitalismo financiero dominante hasta el fin de la segunda guerra mundial e interpretado crticamente por la figura de John Maynard Keynes (1883-1946) y al capitalismo neoliberal desde su primer experimento fctico en el Chile, de Pinochet hasta nuestros das, bajo la interpretacin y supervisin terica de F. Hayek y Milton Ftiedman y la legitimacin filosfica de Karl Popper. Keynes: Hacia una epistemologa con sujeto cognoscente y mundo econmico en su ncleo.La epistemologa keynesiana est propuesta en A Treatise on Probability(1921) y aplicada con modificaciones, exhibiendo la complejidad de la accin de los agentes en el mercado financiero, en The General Theory of Employment, Investment and Money (1936) del mismo autor. Ambas enfatizan su creencia en la inexistencia de la certeza, la relevancia de lidiar con las reales situaciones de incerteza, la necesidad para ello de las creencias racionales (no usualmente abarcables por la lgica formal), la necesidad de ampliar el mbito de la lgica a una lgica humana que no excluye, para ciertas circunstancias, la posibilidad del uso de la probabilidad lgica cuantificable; esto no involucra negar la existencia de irracionalidad en las decisiones humanas en el mercado, lo que conduce, a la vez, a una detallada y cuidadosa versin metodolgica de cmo proceder para invertir razonablemente en el mercado tomando en cuenta la psicologa humana y el objeto de estudio de la economa. Todo ello es funcional al ideal econmico a la Keynes: la prosperidad material suficiente para dar rienda suelta (release) a las energas creativas de la humanidad. El Tratado de ProbabilidadContra la ortodoxia econmica (Marshall), Keynes no asume la existencia de informacin completa porque, al decir de Keynes, esta es muy rara en la vida y casi imposible de obtener. Pero ello no impide que sea racional establecer conclusiones en ausencia de dicha informacin. En funcin de la informacin disponible puede haber argumentos de apoyo total (deductivamente conclusivos o vlidos), apoyo nulo (deductivamente invlidos) o apoyo parcial (inductivos), en los que las premisas apoyan, a lo sumo, parcialmente la conclusin. Keynes introduce la nocin de probablidad lgica de una conclusin relativa a sus premisas o, en el caso de la investigacin cientfica, de la hiptesis o teora, respecto de su evidencia emprica. En el caso de los argumentos inductivos, como el apoyo es parcial, su expresin cuantitativa es un nmero real entre 0 (apoyo nulo) y 1 (apoyo total).La relacin entre las premisas y conclusin es una relacin lgica, por lo que su expresin cuantitativa es llamada probablidad lgica; esta es distinta de la probabilidad emprica usual entendida como la relacin entre el nmero de casos positivos y el nmero de casos posibles (como en la llamada teora frecuencialista de la probabilidad). El objetivo en Keynes es poder comparar la probabilidad de distintos argumentos (cul de dos argumentos dependientes de la evidencia es el ms probable).

Nada de lo dicho involucra para Keynes que todas las relaciones entre premisas y conclusin sean matematizables en el clculo de probabilidades (fundamentalmente por informacin insuficiente), por lo que no cree en la matematizacin plena de la economa, actitud que se va a ir reforzando en su obra posterior. No extraa pues que Keynes afirmara ms y ms el rol de la intuicin en la investigacin econmica; parte de ello es su siempre presente crtica a la maximizacin de las utilidades y otras doctrinas que minimizan el rol de la intuicin.Su apelacin a la intuicin se explica por su adhesin temprana al neoplatonismo, y a la idea de que las probabilidades son, en general, no comparables y no nmricas. Esto ltimo se debi a la fuerte influencia de Johannes von Kries, un lgico germano y neurofisiologista cuyo inters en las probabilidades no provena del estudio de la fsica sino de la problemtica acerca de la medicin de la efectividad de las nuevas drogas. En los juegos de azar se pueden, a la larga, distinguir series que son relativamente invariantes en el tiempo, lo que hace posible la evaluacin numrica y la comparacin cuantitativa, Pero esto no es generalmente el caso. En general, los sntomas en una enfermedad no son nunca exactamente los mismos, as como no lo son las oportunidades de inversin.

Y la Racionalidad? Acerca de ella la postura de Keynes es sensata y refrescante hoy (especialmente despus de aos de lectura, ortodoxa, positivista y popperiana). Como la informacin es usualmente incompleta, debido a que siempre hay huecos (gaps) en la informacin disponible, el fracaso en maximizar NO es irracional. Por ejemplo, segn Keynes, los inversores s eran irracionales cuando maximizaban en ausencia de informacin completa. En esos casos los inversores usaban convenciones para sobrellevar o rellenar dichas faltas de informacin. Por ejemplo, usaron reiteradamente la convencin de que la situacin presente continuara en el futuro, es decir hacan uso del principio falacioso de razn insuficiente. Debe quedar claro: para Keynes la precariedad de la convencin est a la base de asegurar la inversin. Esto no la haca ineludiblemente un fracaso, debido a la existencia de individuos que tienen un mayor poder de intuicin, aunque la percepcin de algunas relaciones de probabilidad pueden estar fuera de los poderes de todos o de algunos nosotros.

Queremos reiterar que, a pesar de informacin incompleta, se puede actuar racionalmente (sea por la existencia de probabilidades cuantificables o no). Y, contra Hume, la razn probable no es meramente expresin de juicios subjetivos de valor. En Keynes, los factores empricos y subjetivos-psicolgicos (creencias) pueden aparecer en las premisas y en la conclusin del argumento, pero el argumento como tal la relacin de probabilidad- es objetiva y no-emprica (lgica). Keynes, en su Tratado de Probabilidad propuso una tercera categora de conocimiento, la de creencia racional que estaba entre la de juicio descriptivo o positivo y juicio normativo. Ello se expresaba por probabilidades no cuantitativas que tambin contienen informacin y que adems de la intuicin dependen de una propensin psicolgica fuerte a considerar los objetos bajo una cierta luz. Una creencia racional es pues tal que su verdad o falsedad es desconocida, pero para la cual tenemos cierto apoyo evidencial.

Keynes introduce, al relacionar lgicamente las creencias con su evidencia, la nocin de peso(weight). Para ello l distingue entre dos situaciones: (1) la evidencia es la misma, pero las conclusiones basadas en dicha evidencia son distintas [x/h y y/h]. En este caso si es x/h distinto de y/h tendremos un juicio de preferencia; si x/h = y/h , somos indiferentes. (2) esta situacin representa los juicios de relevancia de la evidencia [con respecto a las premisas]. O sea, comparando x/h con x/hh*. Si la adicin de h* a la evidencia h no hace diferencia a la probabilidad de la conclusin, h* es llamada irrelevante ; en otro caso, h* es relevante y agrega peso.

Peso est relacionado con el grado de confianza que uno puede tener en un juicio de probabilidad como gua para la conducta. Al aumentar el peso, se incrementa el grado de confianza en la conclusin del argumento.

La teora formal de la probabilidad (Keynes) es pues esencialmente de probabilidad comparativa, de comparaciones binarias de grados de probabilidad del tipo h1/e1 y h2/e2 que como resultado nos da un conjunto parcialmente ordenado de probabilidades. Debe quedar claro que slo bajo condiciones especiales es posible asignar probabilidades numricas.

Es importante al respecto distinguir claramente entre riesgo e incerteza. En situaciones de riesgo los que toman las decisiones son guiados por un conjunto de probabilidades numricas a priori o frecuencias estadsticas, mientras que en situaciones de incerteza no se tiene tal conocimiento para seguir adelante. En Keynes es bien claro que esto sucede cuando los que deciden no tienen acceso a probabilidades numricas definidas.Como veremos a continuacin Keynes usa ideas del Tratado en su economa, especialmente en su Teora General. Pero, esto se complica porque despus abandon ciertas ideas del Tratado, especialmente la idea de relaciones de probabilidad lgica y, como explicaremos, su hiptesis ontolgica atmica.En su revisin crtica del libro de Ramsey Foundations of Mathematics(1931), Keynes abandon las relaciones de probabilidad lgica por la idea de grados de creencia racional; estos son hbitos mentales tiles teniendo como base algo anlogo a la percepcin y la memoria ms que la lgica formal. Keynes adopt el trmino de Ramsey lgica humana para designar el campo de anlisis de estos hbitos. Keynes dice que el clculo de probabilidades pertenece a la lgica formal. Pero la base de nuestros grados de creencia o la probabilidad a priori- es parte de nuestro ropaje humano, dado a nosotros por seleccin natural, anlogo a nuestra percepcin y nuestra memoria ms que a la lgica formal(CW Xa: 338-9). Keynes retuvo del Tratado la idea de que los grados racionales de creencia cambian con las circunstancias, de que pueden ser no numricos, de que pueden estar basados en evidencia ms o menos completa, por lo que la idea de peso del Tratado sigue siendo relevante.La dimensin epistemolgica de la Teora General

Estamos ahora en presencia de una de las obras monumentales de la historia del pensamiento econmico. Una mera lista de sus principales y renovadoras tesis econmicas seran tema de otra discusin a ser llevada a cabo por economistas profesionales. Un tratamiento claro, preciso y siempre iluminador de ellas aparece en la obra de Axel Kicillof, Siete Lecciones de historia del pensamiento econmico, Eudeba, 2010, Leccin 6, que recomendamos para complementar nuestro enfoque epistemolgico.Cabe sealar, al respecto, que el nfasis en la decisin racional en el Tratado es reemplazado por el de irracionalidad en la Teora General. Aqu Keynes seal reiteradamente que entre los que tomaban decisiones en los mercados de capital unos eran irracionales, mientras que otra clase (los economistas del gobierno) tenan el conocimiento y la capacidad para arribar a decisiones racionales. Ello se debe a que Keynes, en la Teora General, trata a la naturaleza humana como producto de las circunstancias y cambiando con ellas. Esta tesis ontolgica es complementada por la premisa psicolgica de que hay erupciones irracionales y de maldad en la mayora de los hombres(CW Xd:447). Luego el grado presente de irracionalidad en la conducta econmica vara con el contexto social. Pero, en la economa capitalista prevalece la forma de irracionalidad que Keynes evala como su caracterstica esencial: la dependencia de una intensa atraccin a los instintos de hacer-dinero y amar-dinero de los individuos como la principal fuerza motora de la maquinaria econmica. De ah que llega el momento en que domina el instinto de avaricia que debe ser reconocido por lo que es, una morbidez repugnante, una de esas propensiones semi-animales, semi-patolgicas que deberan ser tratadas por los especialistas en enfermedades mentales (CWIXe: 329). Es obvio, que al escribir la Teora General Keynes ya haba abandonado su neoplatonismo y su nfasis en la intuicin.Es por lo tanto ridculamente errneo interpretar a Keynes como presentando a toda la conducta econmica en el mercado como racional (en el sentido de conducta guiada por grados de creencia en el Tratado). Keynes reiteradamente afirma que gran parte de la creencia y conducta econmica es irracional. Todo ello hace de la versin liberal ortodoxa y neoliberal acerca del mercado algo que luce como un cuentito de hadas o de historieta utpica fuera de todo contacto con la realidad de la accin humana. Por eso es que las leyes que l cree vlidas acerca de la conducta de los agentes en el mercado sea tan diferente a la dominante desde ya hace dcadas. Es ms: Keynes resalta una y otra vez que los individuos en el mercado ni siquiera poseen los rudimentos de lo que se requiere para un juicio vlido y son, por ello, presa de esperanzas y tensiones fcilmente generadas por eventos pasajeros (CW VI: 323).

Debe quedar claro, por todo lo dicho, y contra la versin ortodoxa de entonces y neoliberal de hoy, que el mercado NO es el locus de la racionalidad (el lugar supremo de su operatividad exitosa).

Esto no impide que Keynes reconozca que hay lugar para alguna creencia y conducta racional, y considere, sus propias creencias filosficas y econmicas (como por ejemplo las defendidas en su Teora General) como racionales. Tambin Keynes acepta la conducta racional en economa, por ejemplo la especulacin racional (pronosticar racionalmente la conducta irracional de otros;) o ms especficamente de pronosticar la psicologa del mercado(Ibid., 158).

Todo ello presupone una fuerte tesis ontolgica: la unidad orgnica de la sociedad y la actividad humana es lo que hace posible la imprescindible modelizacin en economa. La unidad orgnica presupone la doctrina de las relaciones internas. Cada uno de los tems a considerar en una totalidad (un hecho econmico, la actividad psicolgica de un agente, etc.) tiene las propiedades particulares que posee por sus relaciones con los dems tems. Esto abjura del atomismo psicolgico propio de toda la ortodoxia, antes y ahora. Pero adems, es la base filosfica que le permite a Keynes contrastar los mtodos convencionales en fsica y aquellos apropiados en economa (Ibid., 186-7).Nos encontramos as ante otro gran acierto heterodoxo keynesiano: el descartar toda posibilidad de la naturalizacin de la economa, contra la casi psictica conducta clsica y ortodoxa con excepcin de Hayek- de imitar en economa el aparato conceptual y los mtodos de la fsica. Hay que evitar esto porque, al decir de Keynes en su crtica a Timbergen, la fsica involucra un hbito de la mente, un tipo de lgica humana directamente opuesta al hbito de la mente propio de la prctica econmica. En el caso de la economa las relaciones de los individuos con los datos estn cambiando continuamente por el hecho de la unidad orgnica, de las relaciones internas. Los modelos econmicos son distintos porque, a diferencia de la ciencia natural fsica, el material al cual se aplica la economa es, en muchos aspectos no homogneo en el tiempo.

El enfoque metodolgico de Keynes en su Teora General es modelizar; su objetivo es separar los factores semi-permanentes o relativamente constantes de aquellos que son transitorios o constantes. Ms claramente: los fenmenos sociales, en particular los econmicos, no son conocidos por mera observacin y experiencia, sino que se conocen construyendo modelos tericos abstractos a partir de los elementos que encontramos en nuestro propio pensamiento (la economa es, para Keynes, una ciencia ocupada con el pensamiento de los individuos, en particular en el mercado). Luego se debe modelizar esas actividades pensantes que constituyen la investigacin econmica y la conducta de los agentes en el mercado.

Se ve claro, pues, que es una epistemologa donde el sujeto que piensa para invertir y decidir al respecto es un sujeto humano. Los sujetos cognoscentes son objeto y actores de la actividad pensante cognitiva. Como discutiremos brevemente despus, esto es totalmente lo opuesto a la epistemologa especfica de la economa neoliberal Y opuesto a lo que sucede en la epistemologa de la fsica en donde los sujetos humanos y su actividad no son el objeto de la investigacin. De ah que en sus modelos el economista no est conminado a reducirlos a una frmula cuantitativa; es ms, para Keynes esto no es en grado alguno conveniente ni recomendable. El economista debe corregir continuamente su modelo comparndolo y corrigiendo su juicio en base a su relacin inmediata con los hechos a los cuales se ha de aplicar el modelo.En opinin de Keynes el arte de pensar en trminos de modelos requiere poner atencin en la nocin de tiempo. Esto se debe, en parte, a que Keynes estaba interesado en la elucidacin de los cambios rpidos, las excepciones, etc. Para esto se debe segregar lo permanente de lo transitorio para pensar acerca de lo ltimo, para entender las secuencias de tiempo a las que dan lugar en casos particulares (CWXIV: 296-7). Cabe recordar al respecto que al discutir la reforma monetaria Keynes afirm que a largo plazo estamos todos muertos (CWIV: 65). Esto es consistente con su opinin de que la teora econmica para ser eficiente- debe ocuparse especialmente del presente y de situaciones en perodos cortos. Esto ltimo le hace a Keynes inferir algo fuertemente opuesto a otra creencia-mito de la economa ortodoxa. Nos invita a abandonar la confianza en esperar el orden de auto-ajuste a largo plazo y el equilibrio tan valorados por la economa positiva y ortodoxa. (Vase especialmente el Captulo 18 de la Teora General).El argumento central de Keynes como recomendacin metodolgica para invertir

El esquema que sigue sirve tanto al argumento general de Keynes acerca del futuro (decisiones) como a su argumento especfico acerca de la inversin:

a. Es imposible deducir de nuestros datos cul ser el curso futuro de eventos; por ejemplo, no podemos tener conocimiento cierto acerca del futuro del rendimiento de una inversin. As, por ejemplo, Keynes afirma que no sabemos que nos deparar el futuro CWXIVd: 124). b. Es imposible establecer una probabilidad cuantitativa de cada estado futuro del mundo; en particular no podemos medir satisfactoriamente las probabilidades de los posibles rendimientos futuros de un capital activo.c. [Se sigue de a y b] Debido a que las acciones tienen consecuencias futuras no podemos deducir de nuestros datos cules acciones son las mejores (dadas nuestras metas); por ejemplo, si buscamos maximizar la riqueza, no podemos probar matemticamente a partir de los hechos, qu proyectos de inversin es aconsejable favorecer. Esto pone lmites infranqueables a la posibilidad de maximizar o sea pone un lmite crucial a la efectividad de la racionalidad instrumental en economa.

d. Tenemos que actuar y elegir entre posibles cursos de accin; similarmente invertir es imperativo por lo que deben tomarse decisiones acerca de invertir.

e. En general, debemos elegir un curso de accin por algn medio distinto que la pura deduccin a partir de nuestros datos; esto tambin se aplica a la decisin de invertir.

f. Nuestro mtodo de eleccin en la prctica es rutinario en el sentido de que en ltima instancia nos apoyamos en un conjunto de hbitos y convenciones (siguiendo a la multitud) especialmente en la costumbre de asumir que el futuro ser como el presente y el pasado reciente (en el mercado los que invierten lo hacen como si las tendencias actuales existentes dieran una gua correcta para los prospectos futuros).

g. [De f se sigue g] Debido a que la base de tomar decisiones es meramente convencional, factores subjetivos incluyendo temperamento, moda, y an pnico e histeria- ejercen influencia, y en los mercados la especulacin es posible (as el mercado burstil es sujeto a olas de optimismo y pesimismo).

h. [Se sigue de e y f] An as, nuestro mtodo para juzgar cmo actuar no es irrazonable dadas las circunstancias; y cuando la actividad de inversin depende de la iniciativa privada, el modo en que se la lleva a cabo, bajo incerteza, es tan bueno como habra de ser razonablemente esperado. Keynes consistentemente con el esquema a-h anterior afirma que un gran defecto de la teora ortodoxa es que involucra una subestimacin de los factores de duda, esperanza y temor (CWXIVa: 122). Adems, se entiende por qu, para Keynes, el mtodo convencional es compatible con una considerable cantidad de continuidad y estabilidad en nuestras tareas, en tanto podamos confiar en que se mantenga la convencin.

Subyace a todo este planteo una pregunta clave: Por qu la inversin?

La supervivencia requiere actuar, pero nunca justifica per se la inversin La respuesta keynesiana es que la inversin podra ser imperativa para la comunidad si el sistema de produccin ha de sobrevivir.

La induccin no es conclusiva, por lo que Keynes la caracteriza como una convencin sin la cual ninguno de nosotros podra operar; es por ello razonable, que sea parte de nuestro ropaje operativo.

Sin duda, esto es ms amplio que la versin ortodoxa en economa que entiende lo racional en el sentido ms estrecho de dar razones conclusivas, como sucede especialmente en la versin popperiana neoliberal. Encontramos mucho ms sensata y aguda la afirmacin de Strawson que estatuye que la induccin es razonable no es slo verdadera, es necesariamente verdadera. Pero, debemos ser conscientes de que en la inversin no creemos en el supuesto de Hume sobre la semejanza del futuro con el presente porque en ella, la confianza falla .a la vez de que siempre pueden haber explosiones de duda. Para Keynes la presencia de convenciones es un factum del mercado. Ellas no son guas genuinas de la accin sino slo medios artificiales y prcticos mediante los cuales racionalizamos nuestra conducta en caso de ignorancia total. Ellas slo podran darnos expectativas convencionales mientras que las expectativas razonables estn basadas en la probabilidad, en su sentido de probabilidad lgica.. En verdad, Keynes sostuvo que las convenciones han llegado a ser idolos del mercado. La economa clsica, segn Keynes, est dominada por dolos tericos como la hiptesis de la certeza y el clculo a la Bentham. Y agreg que una teora econmica apropiada no deba seguir estos dolos y debera ir contra las convenciones del mercado.

En consecuencia, en la base de su teora econmica est el rechazo del supuesto del conocimiento completo, as como la necesidad de una teora del conocimiento parcial.

En la Teora General Keynes no slo discuti detalladamente la inversin sino tambin la especulacin. En dicho trabajo, Keynes define la especulacin como la actividad de pronosticar la psicologa del mercado. l no asume que todos los especuladores son racionales. Por ejemplo, reconoce que Wall Street est dominado por especulacin e irracionalidad. Sin embargo, tambin admite la especulacin racional.

En 1938, es decir despus de la publicacin de su Teora General, Keynes define al especulador como alguien que corre riesgos de los cuales es consciente, y lo contrasta con los inversores, los participantes usuales del sistema financiero quienes son los que corren riesgos de los cuales no son conscientes. Es obvio que en esta distincin se halla implcita la idea de que la especulacin, tal como la entiende en la Teora General, puede ser racional. As Keynes mismo se pone como ejemplo de especulador al servir como manager de los fondos del Kings College, Cambridge. Parte de ser racional es que el especulador, como ya dijimos en un acpite anterior, debe estar guiado sabiamente para tomar decisiones para perodos cortos y ser viga-control activo de los posibles cambios en los hechos.

El sesgo ontolgico-realista En aos recientes se ha vuelto a apreciar la relevancia de la ontologa para la economa. Si se investiga la naturaleza de lo social y se la utiliza para elucidar cuestiones relativas a la eficacia del mtodo de anlisis de cuestiones sociales, crecen las posibilidades de xito. A las teoras de lo social que sostienen lo anterior se las considera adscribiendo al realismo ontolgico. Este permite sealar y trascender los errores en programas, como el de la economa ortodoxa y marginalista, basados en supuestos adoptados independientemente de su correlacin con el mundo y que se suponen verdaderos de manera a priori. Cuando las versiones ortodoxas y marginalistas no son adecuadas para dar cuenta del carcter explicativo y/o predictivo de leyes y teoras, se buscan los culpables en algunos de tales principios supuestos a priori sin considerar si, al proponerlos, se olvid de tener en cuenta desde el vamos la naturaleza del material a investigar (olvido ontolgico). Este riesgo de deformacin del mundo estudiado tiene tambin una dimensin tica, por ejemplo cuando se asumen principios ticos, (como el del egosmo inevitable de Milton Friedman) que no corresponden a la usual conducta humana y estn plagados de obvias excepciones.

Muchas veces la excusa es que se hace todo ello para facilitar la utilizacin de modelos formalistas con la disculpa de que ellos son los que se usan exitosamente en las ciencias naturales. Pero, si se quiere decir algo que tenga que ver con el mundo estudiado,en nuestro caso el mundo social, hay que involucrarse en su ontologa y tener claras sus cruciales diferencias con el mundo natural.

Las teoras de Keynes siempre tuvieron orientacin realista. Esto es obvio en su Tratado y en su Teora General. Siempre reconoci que el mundo social es abierto y objet desde temprano las teoras frecuencialistas porque requieren presuponer que el mundo es cerrado. De ah que tengamos frecuentemente que preguntarnos cmo hemos de operar en condiciones de incerteza, algo que siempre preocup a Keynes quien, adems, supuso que el nmero de los ltimos constituyentes del mundo estudiado es finito, lo que hace posible la induccin. Es notable el sesgo realista de Keynes porque es evidente que en todo lugar sostiene que un mtodo puede ser adoptado razonablemente slo si sus presuposiciones ontolgicas implcitas concuerdan con la naturaleza del material al cual se las aplica.La relacin sensata con la metodologa es obvia en el Captulo 12 de su Teora General. En ella, Keynes reconoce que el uso legtimo de la modelizacin formalista presupone un sistema cerrado. Al ser consciente de que el mundo es abierto, Keynes exhibe su reconocimiento de las limitaciones metodolgicas de los agentes dentro de la economa (no pueden depender de la especulacin estrictamente matemtica, porque siempre operan en condiciones de incerteza). Lo ms importante es que su sesgo ontolgico realista da cuenta del modo en que los economistas se refieren a la economa: una gran parte de la economa matemtica son meramente menjunjes tan imprecisos como los supuestos iniciales en los que descansan[Los autores] pierden de vista la complejidad e interdependencias del mundo real en una pretensiosa masa de smbolos que no ayudan. (CWVII : 298).Por todo ello podemos concluir que Keynes trat de evitar la falacia epistmica cometida por la mayora de los economistas modernos que consiste en que los enunciados de ser pueden ser reducidos o analizados solamente en trminos de enunciados acerca del conocimiento. En la economa dominante (mainstream) la insistencia de conceptualizar la realidad de acuerdo a lo que puede ser tratado usando procedimientos formalistas de razonamiento deductivo (al que se asume predominando en las ciencias naturales) invita a utilizar el rtulo de falacia formalista. De acuerdo a lo dicho, Keynes fue siempre un inclaudicable crtico de ello.A modo de parcial conclusin :

De acuerdo a nuestra lectura de Keynes, no hay en l una propuesta, ni siquiera la posibilidad de una lgica del capitalismo financiero, ni en el sentido de su operatividad en un momento determinado, ni en el sentido de una concatenacin bajo lgica alguna de su desarrollo en el tiempo. Hay, a lo sumo, el reconocimiento de ciertas tendencias eventuales en determinados momentos y contextos Por ejemplo en el pasaje de una aceptacin de la funcionalidad de las probabilidades lgicas en economa, hacia la necesidad de reemplazar a dicha lgica por una lgica humana mucho ms laxa (pues Keynes describe a la lgica humana como el anlisis de ciertos hbitos tiles) en el sentido de frrea adhesin operativa a sus reglas. Esto es concomitante con el reemplazo de la racionalidad por la razonabilidad. Ello va unido al reconocimiento por parte de Keynes de que disponemos de una fe racional en la habilidad de nuestra razn para superar resistencias ancladas en nuestros instintos irracionales.Ello tiene un precio, la estabilidad tanto de nuestras propuestas como de las relaciones entre ellas. La solucin keynesiana a nivel econmico poltico ante el desequilibrio-tipo llamado desempleo, es una recomendacin poltico-moral: el Estado debe tener una responsabilidad cada vez mayor en organizar directamente la inversinpor su habilidad para presionar con programas de inversin cualquiera sea el estado de confianza y as satisfacer la estabilidad de la demanda efectiva.

Concomitante con ello, el mercado per se no debe establecer las reglas de accin razonable sino que debe hacerlo nuestro propio juicio, basado en el conocimiento real aunque parcial- que tengamos. Como es obvio, tal como Keynes lo reiter, se ha llevado a cabo la desconexin de la lgica humana respecto, por una parte, de la lgica formal de la deduccin y por otra parte, de la moralidad del mercado.

No hay pues, en la propuesta keynesiana, vista como una totalidad no homognea y cambiante, defensa alguna de cualquier forma o variante de determinismo, o de anticipacin ineludible de estado alguno de la economa, de la tecnologa o de la sociedad poltica. No hay pues, defensa de variante alguna del Fin de la Historia. Aleluya! Ha quedado flotando una pregunta final: qu es pues la economa para Keynes? Su respuesta explica gran parte de todo lo dicho: el material con el cual trabajan los economistas no son hechos, eventos o cosas, sino lo que los individuos piensan que son, o sea las creencias que tienen los individuos. Agencia humana es el material bsico de la economa, que la convierte en una ciencia moral y una rama de la lgica. Es una ciencia moral en tanto trata con valores morales (por ser su material bsico el actuar humano) y la introspeccin. La economa, es al mismo tiempo, una rama de la lgica por ser un modo de pensar, con recomendaciones metodolgicas que ayuda a los economistas a arribar a conclusiones, un aparato de razonamiento probable que trata de evitar falacias lgicas. En la Teora General escribe que el objeto del anlisis econmico no es darnos una mquina de manipulacin ciega capaz de entregar una respuesta infalible, sino proporcionar guas para alcanzar conclusiones probables.Estamos pues ante la necesidad de una epistemologa con sujeto cognoscente para ser veraz acerca de las propuestas de Keynes sobre la economa y su modus operandi, pues su temtica es la agencia humana, el modo de actuar de los agentes individuales, sin reduccionismos a formalismos de tipo alguno.

Todo ello va a quedar hecho trizas por el neoliberalismo de Hayek-Friedman implementado originalmente en el Chile de Pinochet a partir de 1973.

El neoliberalismo como forma extrema de anti-keynesianismo

Para no aburrir al lector que conoce lo que he escrito sobre el neoliberalismo, y para ser breve, conciso punzante y sistemtico me referir al neoliberalismo como el Gran Cuento que asume e involucra otros cuentos:

1.La economa neoliberal es ciencia social. Es, al decir de Popper la nica ciencia social por excelencia (porque el marginalismo lo es, y el neoliberalismo es, de cierta manera, un desarrollo ulterior a ello).

En respuesta a dicha tesis hemos mostrado que lo que asume el neoliberalismo es la versin popperiana de las ciencias y de la economa en particular. Como ciencia en general, tiene problemas no resueltos acerca de su criterio de demarcacin la falsabilidad- y su suprema categora de racionalidad, la cual es una versin empobrecida en la que la racionalidad es reducida a una racionalidad meramente terica y esta a su vez es reducida a la logicalidad deductiva (proceder racionalmente es proceder de acuerdo a las reglas de la lgica formal deductiva). Adems, es una racionalidad meramente limitada a la eleccin de los mejores medios para alcanzar determinados fines, limitada porque no puede elucidar la eleccin de los fines, los cuales son adoptados pre-racionalmente por tradicin, lo que lleva y legitima a un conservadorismo extremo (Sir Karl Popper ). Para el caso de la economa, hemos discutido que el mtodo propuesto como ciencia social (lgica situacional, tecnologa social fragmentaria e ingeniera social) involucra, en tanto comienza con la lgica situacional, el anlisis lgico de la situacin que requiere asumir el comportamiento racional de los agentes en la situacin estudiada lo que significa que ellos tratan de maximizar el logro de sus objetivos. Aqu hay varios problemas. Por ejemplo, el extremismo de requerir maximizacin y la inconsecuencia de la naturaleza del principio de racionalidad que, tal como Popper reconoce, viola su requisito de cientificidad: el de falsabilidad (porque a pesar de quedar reiteradamente falsado, segn Popper, no se lo debe abandonar, lo que constituye una flagrante contradiccin interna en la propuesta metodolgica de Popper).El segundo momento del mtodo popperiano para la economa, en tanto ciencia social, requiere que los problemas sean lo ms fragmentarios posibles (nunca la sociedad como un todo) y que sus soluciones sean graduales y nunca radicales o totales. Esto le conduce a sostener que toda revolucin radical es irracional, lo que hace que el capitalismo est aqu para quedarse, porque pretender cambiarlo sera ser anti-humano pues violara la racionalidad. Dicho de otra manera: se ha legitimado el fin de la historia, pues pretender cambiar el capitalismo de mercado instrumentado en una democracia liberal sera irracional. Subyace a esta legitimacin, entre otras minucias, el supuesto de que el mtodo cientfico es el garante de proceder racionalmente. Esto es otra vez parte de un reduccionismo cientificista asumido a-priorsticamente, algo que no puede sorprender, una vez que coincidimos en que la ciencia es hoy el rgimen de verdad, algo que requiere plantearse preguntas fundamentales posteriores, tal como Feyerabend sealaba.

El tercer momento del mtodo para la economa a la Popper es el de la ingeniera social. Los implementadores de las soluciones a los problemas econmicos son tecnlogos especializados en aplicar puntualmente las recomendaciones del segundo momento metodolgico. Coincidimos con Habermas cuando afirma que esto implica la desaparicin de la tica (algo que verificamos al leer las tesis supuestamente ticas de Friedman) y de la poltica, porque todos los problemas son fragmentarios, a ser resueltos por especialistas, a consecuencia de que no haya, supuestamente, problemas globales cuyas soluciones son acerca de la coordinacin de totalidades.

Aqu hay una epistemologa sin sujeto cognoscente, tanto es as que, segn Popper, el desarrollo cientfico se halla en un tercer mundo al que pertenecen los contenidos objetivos de las sucesivas teoras cientficas, independientemente de los sujetos productores, sus circunstancias, creencias y valores. Es pues una epistemologa a-valorativa en donde la objetividad de las ciencias est reducida a la neutralidad valorativa de las mismas. Todo ello ha quedado seriamente desmentido por la epistemologa contempornea que ha colapsado las dicotomas fundantes de todo el andamiaje popperiano-hayekiano: especialmente, las de hecho/valor y racional/social.La ciencias para ser objetivas no necesitan carecer o no apelar a valores. Keynes lo reconoca para el caso de la investigacin econmica. Basta para ello asumir que proceder objetivamente es arribar a consensos en funcin de los cuales se toman las decisiones, mediante la interaccin-crtica activa de los integrantes de las comunidades cientficas. Este sera un buen ejemplo de la lgica humana de la que hablaba Keynes.El segundo cuento constitutivo del Gran Cuento es el del xito de la globalizacin del neoliberalismo. Tal globalizacin tiene las siguientes caractersticas:1.Universalizacin de la ideologa econmica de libre mercado que abarca, (a) eliminacin de todas las barreras al comercio, (b) apertura radical de mercados internos, (c) trabajo como mercanca, y (d) privatizacin de empresas estatales. 2. Expansin comercial. 3. Internalizacin de los procesos productivos. 4. El gran casino (hoy el 90% del capital es para especulacin y no para produccin).5. Expansin sin precedentes del capitalismo (el grito expiatorio es no hay otra!).

6. Desmantelamiento del estado-nacin (no logrado acabadamente). 7. Nueva forma de imperialismo (recomposicin de hegemonas). 8. Gobierno mundial de facto. 9. Neoliberalismo y democracia no estn necesariamente relacionados.Hemos afirmado en el pasado que las versiones legitimadoras del neoliberalismo (Hayek, Friedman) cometen tres pecados epistemolgicos capitales: mentiras, falacias y contradicciones.

La gran mentira es la promesa del xito del capitalismo: solucin del problema de la pobreza y las desigualdades. Esto ha sido refutado empricamente por los datos. Por ejemplo, en 1997, las estadsticas muestran que el 87.3% de la riqueza del mundo es poseda por el 20% de la poblacin con ingresos ms altos; o sea que el 80% del globo vive con slo el 13% de la riqueza global. No es necesario agregar que, si se tiene en cuenta que la tercera parte de la poblacin mundial vive con menos de dos dlares diarios, las cifras muestran que la clase media ha casi desaparecido a nivel mundial. Las cifras son hoy ms escalofriantes, pues el 1% de la poblacin mundial posee el 50% de la riqueza total. Relacionada a todo ello es la otra gran mentira de que hay que esperar a que la olla se derrame. En efecto: otra vez los datos refutan esa mentada afirmacin culinaria que, adems es humanamente degradante porque acepta que los perdedores en el mercado mejoren su situacin pero con lo que sobra de la olla. Por ejemplo, despus de la crisis del 2007-8 se ha cuadruplicado la cantidad de billonarios en USA., mientras no se elevado el estndar econmico de vida de la poblacin. En vez de derrame, la concentracin es cada vez mayor.

La falacia ms repetida y amenazadora es un ejemplo de la falacia del falso dilema: Si fracasa o abandonamos el capitalismo, qu nos espera? El tan mentado, distorsionado y vilipendiado comunismo. Cmo, no hay posibles posiciones intermedias entre ambos extremos? Eso es lo que errneamente se asume a travs de la creacin de una falsa opcin slo entre dos alternativas.

En nuestra opinin la ms trgica de las mentiras es la de que las cuestiones ticas deben quedar fuera de la discusin econmica. Ellas constituyen, supuestamente, una externalidad. Por ejemplo, las desigualdades son responsabilidad de nadie y la justicia social es un sin-sentido. Milton Friedman lo ha dicho con una honestidad estremecedora: No se puede ser a la vez un liberal y un igualitarista. Y Hayek ha sostenido que los que pierden en el mercado (entre ellos los pobres) no pueden culpar a nadie excepto a ellos mismos. El mercado es un Gran Juego y los que pierden en un juego no pueden culpar a las reglas de juego por haber perdido. Adems, el mercado es el resultado de la evolucin humana, y, por lo tanto, el mismo est ms all de todo juicio tico acerca del mismo. Los liberales adscriben a Darwin una posicin que no era realmente la suya. Por ejemplo, los seres humanos, segn Darwin, para avanzar como especie, deben ser cooperadores entre ellos y no el resultado de una lucha de competencia de todos contra todos con ventajas para aquellos que sobreviven a la misma (vase, Darwin, The Descent of Man, 1871). Amartya Sen est en lo cierto cuando clama por el reingreso de la tica en la economa tal como haba sucedido en Adam Smith; ello ha de ser en beneficio de la economa como ciencia en tanto ha de mejorar su capacidad predictiva porque ha de tomar en cuenta aspectos de lo que somos cuando actuamos, algo que se deja de lado cuando se hace desaparecer a la tica.

Recordemos como en este mismo trabajo sealamos la relevancia que Keynes daba a ciertas cuestiones ticas, y como criticaba por enfermizo el afn de lucro desmesurado as como la gran concentracin de capital.

Entre las contradicciones internas no podemos dejar de sealar la que insiste en exigir la disminucin de la intervencin del estado a todo nivel y, al mismo tiempo, pide que intervenga policialmente en las manifestaciones populares contra la pobreza y las desigualdades. Es decir, libertad para jugar en el mercado, pero no para protestar en contra de sus efectos contra el bienestar de las mayoras. Esta contradiccin ni siquiera puede generarse en la propuesta de Keynes porque l asignaba al estado un rol fundamental incluso en la gua de las instituciones especialmente econmico-financieras.

El olvido del marco normativoEn varios trabajos hemos sugerido la conveniencia de adoptar una nueva unidad epistemolgica de anlisis para analizar crticamente las ciencias sociales, especialmente la economa. En vez de hablar de teoras cientficas, es conveniente referirse a marcos normativos. Estos estn constituidos por lo que usualmente se llama modelo terico compuesto por las leyes fundamentales de las cuales se derivan las consecuencias que permiten el testeo emprico de dichas leyes, y el marco normativo. Este ltimo est constituido por los presupuestos ontolgicos (o presuposiciones bsicas acerca del mundo y sus componentes a ser estudiado), los presupuestos epistemolgicos (acerca de cmo se concibe al conocimiento a obtener) y los presupuestos ticos (que se refieren a los valores acerca de la conducta de los agentes humanos que intervienen en la situacin a investigar).

El marco normativo del neoliberalismo es tal que bien pueden haber consecuencias de las leyes del modelo terico que ponen en tela de juicio al modelo terico, pero sin generar la necesidad de abandonar presuposicin alguna del marco normativo. En ese caso seguiremos hablando de marco terico neoliberal, algo que slo abandonaremos si se altera radicalmente o abandona su marco normativo.Es decir que el marco normativo es constitutivo, en el sentido ms fuerte, de un abordaje a la realidad social. En nuestro caso, si criticamos abandonar dicho marco estamos proponiendo el abandono del neoliberalismo.

Es justamente por ello que, usualmente, los autores neoliberales como Hayek y Friedman no hablan de ello, ocultan o enmascaran los presupuestos del marco normativo. Y es tambin por eso que en nuestros trabajos los hemos desenmascarado, criticado, y propuesto la necesidad de abandonarlos en aras de una mejor concepcin de los agentes econmicos individuales, su estilo de vida, y la suerte de la economa como ciencia. A modo de ejemplo propondremos un par de casos de cada uno de los tipos de supuestos que constituyen el marco normativo.Supuestos ontolgicos:

-La sociedad es un agregado de agentes individuales cuyas caractersticas, gustos y preferencias son exteriores y previas a la sociedad misma y que son resultado de un largo proceso de seleccin natural.

Este supuesto es el del carcter atomstico de la sociedad que se homologa al de la realidad fsica y que, a su vez, subyace al supuesto del individualismo metodolgico que sugiere estudiar primero las conductas individuales para arribar agregativamente a la(s) conducta (s) de la totalidad de ellos (algo que ha sido criticado fuertemente por Keynes al suponer en su Teora General la validez del supuesto de la unidad orgnica). La obsesin an presente por la imitacin de los mtodos de la fsica, con la notable excepcin de Hayek, explica tambin la adscripcin a este primer supuesto neoliberal. Finalmente, cabe agregar que se est suponiendo que la sociedad, tal como la concibe el neoliberalismo, est compuesta de agentes egostas en competencia y persiguiendo como objetivo ltimo el mantenimiento o aumento de la tasa de ganancia, como resultado de una evolucin darwiniana. Pero esto es, otra vez, malentender a Darwin quien explcitamente recomend para el desarrollo armnico de los grupos humanos todo lo contrario a la competencia de seres egostas.-Hay una distincin tajante entre hechos y valores. Ello est vinculado con el llamado epistemolgico a la no intervencin de valores en la actividad cientfica en aras de su objetividad. Pero hoy sabemos que la dicotoma hecho/valor ha colapsado porque la historia del empirismo culminando en el positivismo lgico ha fracasado en caracterizar clara y distintivamente la nocin de juicio de hecho y porque en el vocabulario humano mismo hay una variedad de trminos en donde se produce un entrelazamiento indestructible entre su componente descriptivo y valorativo. Por ejemplo en los nazis eran malvados donde es imposible elucidar si este es tajantemente un juicio de hecho y no de valor y conversamente. En verdad, hoy hay plena conciencia de que no se puede arribar a consensos unnimes y definitivos (especialmente en ciencias) tanto acerca de los juicios de hecho como los de valor, por lo que uno de los criterios bsicos pata mantener la dicotoma ha colapsado. Recordemos, al respecto, el reconocimiento por parte de Keynes de la ineludible presencia de valores en los procesos involucrados en la inversin con pretensiones de xito. Nada de ello, en oposicin a lo que sostiene el neoliberalismo, atenta contra la objetividad de la economa.Supuestos epistemolgicos:

-No somos seres omniscientes. Esta afirmacin es obviamente verdadera. Pero ha sido falazmente utilizada para justificar la imposibilidad del planeamiento econmico propio de las propuestas de corte socialista, porque se asume que dicha planificacin requiere el conocimiento de todas las variables intervinientes, lo que se dice tendra que suponer la posibilidad de un conocimiento omnisciente que no tenemos. Sin embargo, la respuesta olvida que para un conocimiento adecuado no se requiere un conocimiento total sino slo de las variables relevantes, cuanto ms finito y cognitivamente eficaz, mejor. Si, como propona Keynes, el conocimiento en economa requiere de la modelizacin, tal finitud y la relevancia de las variables es fundamental.-Elegir, decidir y actuar racionalmente significa maximizar el logro de nuestros objetivos. Este es el imprescindible principio de racionalidad de la economa neoliberal que ya criticamos por ser falso empricamente. Este principio excluye, por una parte, la conducta altruista de la cual todo ser humano es capaz y es imprescindible para la convivencia en la sociedad, y por otra, genera problemas insolubles al entrar en coalicin con el principio o criterio de demarcacin (de falsabilidad) entre ciencia y seudociencia Supuestos ticos:

-Si el fin no justifica los medios, qu los justifica?.Esta terrible expresin de Friedman en el Cap. 2 de su Capitalismo y Libertad (1967) nos lleva a pensar que si fuera as y el fin es la libertad de mercado, -como Friedman y todos los neoliberales predican pase lo que pase y caiga quien caiga ya sea un agente individual que se empobrece terminalmente, una empresa o un pueblo o una nacin y, porqu no, la economa mundial- Popper estara justificado cuando afirma que no debe haber ninguna libertad para los enemigos de la libertad. Los dictadores y torturadores latinoamericanos le tomaron la palabra. -La libertad econmica es condicin necesaria pero no suficiente para la libertad poltica. Esto es veraz y sus consecuencias indeseables. Veraz, porque el asesor personal de Pinochet lo saba, recomendaba y vivenciaba en el caso del Chile de Pinochet y porque lo comprobaron los ciudadanos latinoamericanos que padecieron las dictaduras latinoamericanas con dictadura econmica neoliberal.

Sirvan estos casos como ejemplo de que todos los supuestos del marco normativo neoliberal pueden ser exhibidos como casos obvios de falsedades factuales y, en muchos casos, aberraciones ticas. Basta ello para rechazar al neoliberalismo como alternativa alguna para cualquier propuesta o versin econmica de la realidad social.

No en vano estos supuestos jams son discutidos explcitamente sino que son ocultados o deslindados como no relacionados a la economa misma (la lamentable estrategia de recurrir a la externalidad). La denuncia de los mismos como constitutivos fundamentales de tal economa y su discusin crtica es ineludible para pasar a la consideracin de alternativas plausibles, especialmente en Latinoamrica.

Del Keynesianismo al Neoliberalismo: Hay una lgica del desarrollo de y entre las teoras econmicas?

Los mismos discpulos de Popper sostienen que Imre Lakatos ha llevado a cabo la mejor reconstruccin del desarrollo de las ciencias. Marc Blaug, en un clebre artculo donde estudia el cambio de la economa marginalista suscitado por la obra de Keynes coincide con ellos.

Nosotros estamos en total desacuerdo.

Lakatos propone, entre otras, las siguientes tesis: 1) La historia de la ciencia debe ser reconstruida racionalmente, y para ello la mejor alternativa es hacerla en trminos de la metodologa de los programas de investigacin (o sea, desde la perspectiva de su metodologa cientfica); como resultado, dentro de un programa de investigacin y a travs de distintos programas la ciencia progresa de igual modo, obedeciendo a una cierta metodologa, 2) En esa, como en toda reconstruccin, quedan hechos no abarcados por la misma; estos hechos, segn Lakatos, han de ser explicados por sus causas externas o econmicas y sociales, 3) Al hacerlo dichos hechos, no abarcados por la reconstruccin racional han de quedar fuera del mbito de la racionalidad y, por ende, deben ser considerados como irracionales..

Cabe hacer varias preguntas:

-Por qu una reconstruccin de la historia de las ciencias para ser racional debe hacerse desde una metodologa cientfica? Bien podra ser que fuera plausible hacerla desde una historia de las ideas, o desde una historia poltica o social o econmica, etc. Al hacerla desde una metodologa cientfica se est asumiendo el viejo mito de que la ciencia es racional por el mtodo que utiliza.

Sin embargo esto presupone otros mitos como el de la existencia de un nico mtodo distintivo y constitutivo de lo cientfico, algo que provoca sonrisas escpticas a toda persona bien informada acerca del conocimiento cientfico.-Previo a ello, Por qu la reconstruccin debe hacer de la ciencia y su desarrollo lo ms racional posible? La respuesta es porque la ciencia es paradigma distintivo y caracterizador de la racionalidad, incluso su caso paradigmtico. A esto cabe responderle con la observacin de Feyerabend al mismo Lakatos: por qu tal suposicin? A lo que Lakatos respondi con el silencio. Foucault ha dicho que la ciencia es el rgimen contemporneo de verdad, pero esto es no una respuesta explicativa a la pregunta de Feyerabend sino una reafirmacin de justamente aquello que requiere explicacin. Lo que ha de tenerse claro, tal como lo haca Foucault, es que ella no es una verdad eterna, sino circunstancial a un determinado perodo histrico al cual constituye como tal; de ah aquello de que tal rgimen es el a priori histrico de nuestra poca.

-Por qu la dicotoma entre proceder racionalmente y proceder en trminos de las causas sociales o econmicas supuestamente externas a la investigacin? Creemos que Lakatos presupone una vieja dicotoma entre lo racional y lo social, asunto que est a la base de la filosofa de las ciencias hasta casi entrado el siglo XXI. Tal dicotoma involucra la absurda doble tesis de que todo lo racional no es social y todo lo social no es racional. Aqu habra que preguntarse por la caracterstica distintiva de la racionalidad lakatosiana. Es obvio que tal racionalidad es la propia de la operatividad de razones de acuerdo a la lgica deductiva. Lakatos era, en tal sentido, un popperiano (no lo era en otros), por lo que le caben a l las crticas ya realizadas a la racionalidad a la Popper por ser limitada, entre otras minucias, por no poder dar cuenta de la racionalidad de los fines de cualquier decisin. Recordemos que Popper sostena que el desarrollo de las ciencias debe visualizarse como dndose en un tercer mundo objetivo, distinto al mundo de los hechos, en el que las tesis y teoras quedan encadenadas lgico-deductivamente en un largo e indefinido proceso de acercamiento a la verdad. Pero, todo ello, que gozaba de la simpata de Lakatos, es un mero refrito metafsico (Feyerabend) en donde, en vez de abordarse el problema de la naturaleza del desarrollo cientfico, lo que se propone es una mera solucin verbal del mismo.Peor an, esto hace al desarrollo cientfico ineluctable, una vez que se afirma como producido con una autonoma tal que queda ms all del alcance humano de toda modificacin. Estamos en presencia quizs de la sacralizacin cientificista-logicista ms extrema de la ciencia y su desarrollo perpetrada en el siglo XX. Por supuesto, todo lo que se da en el tercer mundo est ms all de juicios de valor. Lakatos, que no estaba en desacuerdo con la tesis popperiana del Tercer Mundo, era pues paladn de la objetividad cientfica entendida como neutralidad valorativa, algo que felizmente ha sido crticamente demolido en los aos ms recientes por la investigacin en filosofa de las ciencias.-La pregunta final es si se puede usar sensatamente la propuesta de Lakatos para referirse al desarrollo en el tiempo de teoras econmicas y especialmente del neoliberalismo, como Marc Blaug supone. La respuesta es negativa. El planteo historiogrfico de Lakatos est pensado para aquella ciencia que l conoca bien, la fsica. Para el caso de la economa, vale la valiossima observacin de Hayek: en economa no debe hablarse de prediccin rigurosa de eventos singulares sino de mera anticipacin de patterns (patrones) de hechos; podemos afirmar que habr un proceso inflacionario comenzando en agosto del 2016, pero no podemos predecir algo como el comienzo del proceso inflacionario un cierto da y hora del 2016; la naturaleza de los hechos estudiados lo impide. Pero, la teora de los programas de investigacin de Lakatos hace de la prediccin singular un componente fundamental, pues los programas en su desarrollo pueden resolver problemas progresivamente (usando hiptesis con predicciones singulares en adicin al hecho problemtico bajo estudio) o degenerativamente (cuando se usan hiptesis sin exceso de contenido emprico sin predicciones singulares adicionales- para resolver el problema). Pero esto es, justamente lo que no se puede hacer, Hayek mediante, en el caso de la economa.

Este es el momento en que en relacin al progreso cientfico y, en particular en economa, lleg el momento de tener bien claro el sentido del ttulo y objetivo de nuestro trabajo. Hemos sostenido que hay un retroceso de Keynes al neoliberalismo. Pero ello no significa una defensa de Keynes en su totalidad o recomendar que l deba ser nuestro inspirador en nuestra crtica de la economa contempornea dominante. Nuestro objetivo central fue mostrar que no hay tal; progreso en economa a lo largo del tiempo de manera lineal, ya sea o no acumulativa. El caso Keynes-neoliberalismo refuta ello. Pero, repetimos, esto merece un llamado a la cautela. Desde nuestra perspectiva, que pretende ser fiel a la de la filosofa de la liberacin cuyo objetivo es la denuncia sin concesiones de la explotacin de los seres humanos de las periferias por parte del centro geopoltico mundial, no estamos ni podramos estar elevando a Keynes y su propuesta como modelo de autor y paradigma econmico a defender.

No podra en absoluto ser as, cuando l fue uno de los asesores centrales de la poltica econmica britnica en su colonialismo en la India, cuando, adems, fue uno de los principales idelogos econmicos detrs del Plan Marshall para Europa, para preservar la supervivenica y expandibilidad del mercado capitalista, algo institucionalizado en los acuerdos de Bretton Woods cuyas consecuencias seguimos hoy sufriendo en Latinoamrica. Ni que hablar de la trgica y enmascaradora Alianza para el Progreso que tiene fuerte aroma keynesiano bajo la cubierta del supuesto progresismo Kennediano.

Hemos sostenido que, en su momento, Keynes y su propuesta fue, desde nuestra perspectiva, mejor que la de Hayek-Friedman, pero ello no implica que todos ellos no deban ser superados. Keynes, por suerte, no tuvo tiempo terrqueo para enterarse de todo ello, pero, por lo que discutimos en la primera parte de este trabajo, hubiera estado en total desacuerdo con cada una de las tesis lakatosianas sobre el desarrollo de las ciencias el cual, para Keynes, carecera no slo de logicidad formal, y mucho menos deductiva, sino tambin de determinacin de tipo alguno.

En verdad, la nica constante en el pensamiento de Keynes a travs de sus cambios, por ejemplo en el del pasaje del Tratado a la Teora General, es su rechazo sistemtico de la lgica formal deductiva como instrumento de anlisis y de sistematizacin del desarrollo de la actividad econmica.Sin embargo, no me cabe duda que una vuelta a ciertas tesis keynesianas en economa y en epistemologa involucrara un retorno a una mayor sensatez que la carencia de ella dominante en la economa ortodoxa.. Sin duda ello evitara varias desapariciones: en primer lugar, la desaparicin de la tica en la economa, la de la justicia social en la discusin econmica, la de la convivencia entre ser liberal y ser igualitarista, la de la bienvenida a la intervencin del estado en el mercado cuando la situacin lo requiera, la de una poltica de ayuda social para los ancianos y necesitados, la de una concepcin mnimamente adecuada de la economa como ciencia sin ocultamiento del marco normativo, la del desempleo como problema crucial en toda propuesta econmica. Por otro lado esta sensatez dara la bienvenida a nuevas actitudes que resisten estas desapariciones, por ejemplo, la de responsabilizar a los empresarios y no a los trabajadores del desempleo, sacara a la luz el empobrecimiento de la racionalidad cientfica al reducirla a la racionalidad del mercado, y la reduccin de su operatividad a encontrar los medios para maximizar los fines; abrira la posibilidad de discutir la racionalidad de dichos fines, de considerar la autntica objetividad cientfica no reducida a neutralidad valorativay la lista siguepara aumentar la evidencia a favor de la veracidad del ttulo de este trabajo. Por ello, si se me preguntara si hay alguna lgica o recurrencia de modos operativos en el neoliberalismo, contestara que ella sera una lgica de la desaparicin pues la tendencia recurrente es a hacer desaparecer aquello que tendra que sobrevivir: la autntica racionalidad o razonabilidad, la responsabilidad humana de todas las decisiones especialmente aquellas propias de los agentes en el mercado, la justicia social, la libertad agencial y la libertad para, la vida en el planeta, en ltima instancia, la vida en plenitud, valor ltimo innegociable para todo ser humano. Para evitar esas desapariciones no hay que mentir; un antdoto para ello es tomar como el dato contemporneo ms obvio de la realidad econmica de hoy, el mismo que explicitaba Keynes en el captulo final de su Teora General: los principales inconvenientes de la sociedad econmica en que vivimos son su incapacidad para procurar la ocupacin plena y su arbitraria y desigual distribucin de la riqueza y los ingresos (CWVII; 349). Pero, con un agregado fundamental: El sistema actual no da ms, tal como lo manifest reiteradamente en sus discursos en Bolivia el Papa Francisco. El desarrollo del capitalismo en el mundo, de Keynes a Francisco. ha mostrado que tal incapacidad es constitutiva y terminal. Esta afirmacin papal luce como la certeza de partida de toda accin futura para toda propuesta desde la perspectiva de los oprimidos que sufren el capitalismo salvaje de hoy. Partir, cambiar pero no hacia atrs (Keynes) sino hacia la superacin de todos ellos, de Hayek a Keynes, de Friedman al Fondo Monetario Internacional.Referencias bibliogrficas

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