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José Lara Hernández estuvo 50 años vinculado a esta casa periodística

La despedida del último linotipista de El Magallanes y La Prensa Austral

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ara la comuni-dad en general, su trabajo pasa i n a dve r t i d o . Esto es más pa-

tente en los medios de co-municación, como en este diario, donde su nombre no aparece entre los más reconocidos. Pero para quienes están al interior de una empresa como ésta, su labor resulta fun-damental. Son quienes hacen que lo escrito en una carilla, antiguamen-te, o en un Word, pase un proceso que termina-rá con el diario impreso que usted termina leyen-do. Esa labor la cumple en La Prensa Austral y El Magallanes, el turno de Producción Noche, que vive un horario diferente al común, entrando bien pasada la tarde y saliendo de madrugada.

Una rutina que José Ar-mando Lara Hernández cumplió con responsabi-lidad desde que en 1968 ingresó a El Magallanes y que continuó en su paso a La Prensa Austral. Prime-ro, a las 17 horas y después a las 19, sus silbidos de una melodía daban cuen-ta de su llegada, mientras saludaba con alguna bro-

ma y siempre una sonrisa. Una rutina que llega a su fin, ya que desde la se-mana que pasó, el “Viejo Lara” como era conocido, decidió que a sus 72 años ya estaba bueno de tan-tos sacrificios y se retiró a descansar a su hogar y cuidarse del Covid-19, junto a su esposa María Díaz Vargas.

Acorde al bajo perfil que siempre cultivó, costó convencerlo de que con-tara sus vivencias. Pero al final aceptó. Es que para esta casa periodística es historia viva. De hecho, siempre para las edicio-nes del Día del Patrimo-nio, la gente que visitaba el diario conocía de su la-bor, la que puede verse en una fotografía que adorna el pasillo, y que data de 1976, en la que aparece digitando en la antigua linotipia. Lo divertido es que muchas veces él es-taba presente y reclamaba con ironía, “ya me van a mostrar”.

La linotipia fue su com-pañera de años y la res-ponsable de muchas ci-catrices y quemaduras en sus manos. Pero llegó el cambio tecnológico y la aparición de los progra-

mas computacionales, ante los cuales José Lara se adaptó igual, apren-diendo a usar el In-Design para armar las páginas, labor que desarrolló hasta hace unos días.

“En 1968 entré a El Ma-gallanes, con 18 años más o menos, donde estuve sacando pruebas, después me iba a la impresora a sacar el diario. Hasta que Gabriel “Chuno” Ojeda, me dijo un día ‘¿te gus-taría aprender a trabajar en la linotipia? Yo te en-seño’. Acepté y me dijo

‘ahora me voy a almorzar, te quedas trabajando y si la máquina se traba, ba-jas la palanquita y me vas a buscar’, pero gracias a Dios nunca pasó nada. La primera vez hice como siete líneas y cuando co-rregí faltaba la mitad de la letra y si en una de las pla-quitas, si te equivocabas tenías que arreglar todo lo que hiciste”, parte recor-dando Lara, nacido el 26 de mayo de 1948.

Posteriormente, tras un paréntesis, arribó a La Prensa Austral en diciem-

bre de 1973, “por inter-medio de Jorge Babarovic, tenía como unos 21 años, ya en linotipia. Siempre trabajé de noche, primero a las 5 de la tarde, después a las 7 y en ese tiempo sa-líamos a las 5-6 de la ma-ñana, porque a las 7 salía el diario, era más largo el tirón. En invierno era complicado por la nieve, en Pérez de Arce, don-de vivía antes”, recordó Lara.

Entre los compañeros con los que más compar-tió esta labor, se apura en

mencionar al ya falleci-do Mario Núñez y Ramón Gómez, quien actual-mente se desempeña en la sección de fotodigitaliza-ción, aunque no recuerda bien las fechas. “Es que ha cambiado tanto, ha pa-sado tanta gente, una vez me encontré con un cabro que me reconoció y no me acordaba de él; había tra-bajado en fotografía y no pude dar con el nombre. Antes había más compa-ñerismo, uno llegaba a la sección y había tallas. Un tiempo en que cuan-do teníamos que esperar las crónicas, jugábamos al dominó, truco, hasta que el director Manuel Gon-zález se enojó y dijo que no era casino. Un tiempo jugábamos a la Lotería, porque había tiempo”. También hubo otra época en la que, en los tiempos ‘muertos’, jugaban ping pong.

En ese tiempo había más espacio para el espar-cimiento, porque al ser siete en la sección, cada uno tenía algunas pocas crónicas que colocar en página. “En tres carillas, si uno era rápido, demo-rabas unos veinte minu-tos, y después sacabas la

Con más de medio siglo de actividad ligada a El Magallanes y La Prensa Austral, este operador que hoy se acoge al retiro definitivo supo transitar de la máquina de fundición de líneas para impresión a las nuevas tecnologías que revolucionaron la industria editorial de periódicos.

Por Cristian Saralegui [email protected]

Desde 1968 dedicó su vida al diario

Desde la linotipia a lo digital: los 50 añosde José Lara dando forma a las noticias

José Armando Lara en su hogar, junto a su esposa, María Díaz Vargas.

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A pesar de la nostalgia por la linotipia, Lara se adaptó muy bien al uso del computador y los programas. La imagen data de 2004.

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Junto a la antigua linotipia, que permanece en La Prensa Austral como vestigio y de la que conoce cada detalle.

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prueba, la corregías, vol-vías a sacar la prueba”, cuenta como era su labor. “Antes había ‘pegoteo’ con Ramón Gómez, Be-larmino Muñoz, Gómez, ‘Schillaci’. Uno escribía y lo mandaba a la máquina, que te mandaba la prue-ba, entonces tú pegotea-bas y si tenías para tres columnas, lo hacías; con pegamento lo pegabas a la página y de ahí pasaba a la plancha”, cuenta Lara so-bre ese proceso que aho-ra, con tanta tecnología, cuesta comprender.

El cambio tecnológicoLara reconoce que el

cambio de sistema fue complicado para él, acos-tumbrado por años a la linotipia. “Yo de todos los procesos que se hicieron, en ninguno tomé clases. Los técnicos que llegaban a instalar hacían las clases y nunca fui. Les decía ‘no saco nada con ponerme a escribir’ (tomar apuntes) porque no lo voy a aga-rrar. Yo lo voy a hacer una vez que me digan cómo es’. Lo mismo que el In-ternet, que no lo trabajé nunca, igual que el correo electrónico”, reconoce.

Pero aunque logró adaptarse, siempre echó de menos la linotipia. “Si a mí me hubiesen dicho que iba a salir un diario que iba a trabajar con li-notipia, me iba encanta-do. Te ocupaba más co-sas, uno se preocupaba del calor del plomo, para que salga bien la tipogra-fía, porque si salía frío, se ‘picaba’; si salía caliente, se pegaba, te churreteaba toda la máquina y los cal-cetines quedaban llenos de hoyos, porque saltaba el plomo”.

“Yo trabajaba en el dia-rio y la imprenta, porque me encantaba; donde había una linotipia ahí estaba yo. Ahora la veía toda desarmada, le faltaba cualquier cosa. Pasaba a mirarla y siempre encon-traba que faltaba algo”, comentó sobre la máqui-na que conocía tan bien y que ahora está en exhibi-ción al interior del diario.

Y aunque reconoce que ahora el sistema ha faci-litado el proceso, por el contrario, se aburría más que cuando tenía que es-tar pendiente de la má-quina.

Lo complicado igual para él fue el cambio gene-

racional, ya que por años, logró forjar gran amistad con algunos compañe-ros, como Mario Núñez, jefe de Producción Noche hasta su fallecimiento, en julio de 2014. “Fue el úni-co compañero que tuve en el diario, hasta última hora fui a verlo, nos lle-vamos siempre bien. Igual puedo contar con los de-dos de una mano a los que no fueron muy amigos ni compañeros”. También recuerda al “Zorro” Vidal, por su sentido del humor, “siempre alegre, nunca hizo algo que cayera mal”.

Sacrificada laborEl horario que José Lara

cumplía en La Prensa Aus-tral, representaba muchos sacrificios, porque si bien podía tener la mañana li-bre para hacer trámites y hora de almuerzo, em-pezaba su labor cuando la mayoría la termina. Y las salidas de madruga-da siempre van minando la resistencia. “No afec-ta tanto, pero pierdes de todo: cumpleaños, estás tomando once y ya te tie-nes que ir, Navidad, Año Nuevo. Eso fue toda la vida, cuando empecé en el diario, en El Magallanes, iba a entregar los diarios, pasar al correo, ponerles estampillas y mandarlas a Santiago; pero estuve en eso un par de meses y de ahí pasé a sacar planchas

en la noche”.Al respecto, recuerda un

accidente que tuvo: “Una vez me quemé, como sa-caba pruebas, y Pesutic hacía los titulares, las pla-cas eran gruesas. Uno las tomaba de cierta manera y la ponía en una bande-ja. La tomabas de la parte menos caliente, pero en mi primera vez, tomé los titulares y Pesutic me mi-raba; apreté la prueba y me quemé, pero ahí ya no lo iba a soltar, hasta que lo puse en la bandeja, me hice el leso y me fui, pero estuve toda la noche bus-cando algo frío para poner en mis dedos”.

Y a pesar del compa-ñerismo, también había competencia “para ver quién sacaba las pruebas más limpias; teníamos to-das las pruebas colgadas, porque las que estaban llenas de errores las tirá-bamos”.

Como desde chico, José Lara destacó en el fútbol y representó al diario en muchos campeonatos. Pero también partici-pó con entusiasmo en las competencias deportivas internas, en juegos, como la rayuela, el dominó y el truco, aunque siempre lo molestaban con que sola-mente sostenía cartas. “En el truco, si no haces señas, estás sonado. Yo hacía y me pillaban”, reconoció.

Otros recuerdos menos

gratos tienen que ver con los años de la dictadura, en la que “llegaban los milicos a corregir, ellos daban el visto bueno y había que dejarles todas las páginas ahí.. Pero no recuerdo que hayan re-chazado algo. Con el to-que de queda era jodido, porque una vez, los cara-bineros que siempre iban a buscar papeles, un día íbamos subiendo con un grupo y aparecieron dos que dijeron ‘a la pared los weones’. ‘Tenemos salvo-conducto’ decíamos y nos respondían, ‘a la pared, te dije’ . Y de repente te di-cen ‘date vuelta’ y era un conocido”.

En otra ocasión fue de-tenido y permaneció toda la noche en el calabozo, porque había olvidado el salvoconducto en la casa. “Llegué a la cárcel (que en ese tiempo estaba fren-te a La Prensa Austral) y me encontré con un ca-rabinero que iba a buscar papeles. Le dije que fuera a avisar al frente que es-taba detenido. No le dijo a nadie al final. Pero a las 9 de la mañana me fueron a sacar”.

Y aunque no alcanzó a hacer la enseñanza me-dia, porque empezó a trabajar muy joven, con la práctica aprendió de ortografía, redacción y no pocas veces alertaba de un error a los perio-distas y editores, porque siempre tuvo la virtud de preguntar. Por ejemplo, recuerda que aprendió mucho al leer las crónicas de Marino Muñoz Lagos, Arturo Ampuero, que hacía la hípica. Incluso aprendió de astrología, porque era el encargado del horóscopo.

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Lara junto a la fotografía que muestra su trabajo de linotipista, en 1976.

Lara recordó con cariño a los compañeros que tuvo en todos estos años en La Prensa Austral y El Magallanes.

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En el año 2010, en el que fue su puesto hasta hace unos días.

En septiembre de 2018, Lara fue reconocido por sus años de servicio a La Prensa Austral, de manos del jefe de producción, Mauricio González.

Junto a su gran compañero y amigo Mario Núñez, jefe de Producción Noche, fallecido en julio de 2014.

En las olimpiadas de La Prensa Austral, Lara destacó en la rayuela.

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Víctor HernándezSociedad de Escritores de Magallanes

Por

En varias oca-siones hemos mencionado en estas páginas, la importancia

que reviste para el mundo de las letras un trabajo de investigación de incalcula-ble valor bibliográfico, de-nominado “Historia de la Literatura de Magallanes”, documento redactado por el insigne educador ma-gallánico Ernesto Andrés Livacic Gazzano (1929-2007).

Creemos, que este breve texto de ciento cuarenta y dos páginas, editado por la Universidad de Magallanes en diciembre de 1988, que surgió de las conclusio-nes emanadas del Segun-do Encuentro Nacional de Escritores de Magallanes, evento literario realizado en el austro a fines de oc-tubre de 1982, contribuyó a salvaguardar un pedazo del patrimonio cultural in-material de nuestra región, al reproducir, a modo de índice onomástico separa-do por género, incluyendo una concisa información biográfica de los autores, todas las publicaciones efectuadas sobre el terri-torio de Magallanes, en formato de libros y anto-logías, durante el período que oscila entre 1520, año que registra el paso de la expedición de Fernando de Magalhaes por el estrecho que hoy lleva su nombre, descrita por el cronista An-tonio Pigafetta en su infor-me titulado: “Primer viaje en torno del Globo”, y el 31 de octubre de 1987, fe-cha que señala el cierre del proceso de investigación para iniciar la impresión del libro creado por Livacic Gazzano.

Es cierto, que ante el ta-maño y la magnitud de las indagaciones que se aveci-naban, el profesor Livacic contó con la colaboración de los cuadros directivos de la Sociedad de Escritores de Magallanes de aquella épo-

ca; estimamos sin embar-go, que la edición final no hubiera sido posible de no contarse con la reconocida capacidad y experiencia de este maestro, perito en el arte de recopilar, clasificar y organizar expedientes y documentos.

Por lo mismo, confe-samos por un lado, sentir una profunda admiración por este erudito magallá-nico, y por otra parte, re-conocemos, al momento de verter en estas páginas nuestra escueta reseña, experimentar el más gran-de de los respetos hacia este académico, que por espacio de sesenta años, hizo de la divulgación del conocimiento su principal contribución a las Cien-cias de la Educación, y que hasta el día de hoy agrade-cen y disfrutan numerosas generaciones de maestros, alumnos y escritores.

No es para menos, si con-sideramos que para poder analizar y estudiar la obra completa de Ernesto Liva-cic se precise recurrir a más de mil fuentes bibliográfi-cas distintas, que incluye decenas de libros, antolo-gías, revistas, y prólogos. Uno de sus discípulos, el aclamado poeta, ensayis-ta y crítico literario, Juan Antonio Massone (1950) al referirse a la posibilidad de confeccionar un archivo que comprendiera sólo una bibliografía general de su maestro, expresa en la pá-gina 71 del libro editado en 2011 “Homenaje a Ernesto Livacic Gazzano. Convic-ciones de una vocación”, que:

“Galería de muchos títu-los queda dispuesta en una recolección como la que sigue. Y, lo que no es me-nos importante, posibilita conocer, en parte, el elen-co de asuntos y materias en los que se explayara una acción humanista como la de Ernesto Livacic Gazzano a lo largo de más de medio siglo de vigilia magisterial

e interés hacia la escritura literaria e histórica de los demás. No menos compro-bable el permanente tribu-to a su tierra magallánica y al interés por la heterogé-nea riqueza de lo huma-no”. Más adelante agrega:

“Este trabajo consta de 863 fichas. 757 correspon-den a la autoría de Ernesto Livacic; las 96 restantes, a distintos autores que se han referido a su personali-dad y a sus obras. El primer

registro data de 1947, los más recientes, de 2007”. A continuación, Massone aporta una interesante for-ma de clasificar tan hete-rogénea documentación, a la que categoriza en trece secciones: a) Antologías; b) Ediciones de obras li-terarias; c) Presentacio-nes de libros; d) Prólogos, contraportadas y solapas; e) Lecciones para jóvenes; f) Prosa autobiográfica y evocativa; g) Cuentos; h)

Textos didácticos; i) Ensa-yos y Estudios; j) Discur-sos, Conferencias, Clases magistrales; k) Artículos; l) Escritos sobre el autor y su obra; m) Entrevistas.

Sin embargo, hay un as-pecto que hace de Ernes-to Livacic Gazzano un ser imposible de olvidar y que nos parece imprescindible revelar: la inmensa sen-cillez y calidez de su per-sona. Desprovisto de toda vanidad intelectual, este notable académico gus-taba departir con alum-nos recién ingresados a la universidad, instándolos a perseverar en los estudios, de la misma manera que hacía con estudiantes de post grado que se prepara-ban para salir a perfeccio-narse al extranjero; leía con entusiasmo las primeras composiciones de noveles escritores con el mismo in-terés que mostraba cuan-do se explayaba en clases sobre connotados autores de la literatura universal. Su casa familiar, ubicada en la comuna de La Flori-da en Santiago, a menudo se convertía en un centro de discusión intelectual, a donde acudían por igual, académicos, estudiantes y escritores. En ocasiones, cuando viajaba a su natal Punta Arenas, solía visitar a viejas amistades, com-partiendo con ellos una conversación insustancial.

El escritor Miguel de Lo-yola, recordó a Livacic Ga-zzano en un escrito deno-minado: “Fue mi tutor; fue mi maestro”. Allí puntua-lizó interesantes detalles:

“Ernesto Livacic tenía la impronta del hombre erudito, del profesor, del Maestro. De trato afable y reflexivo, siempre dis-puesto primero a escuchar antes de entregar su opi-nión. Un verdadero amigo de sus alumnos, pero que sabía guardar las distan-cias correspondientes, muy convencido de su quehacer, y empeñado en

abrir esa cerradura mental característica de los estu-diantes de todos los tiem-pos; quienes, habiendo leído apenas unos cuan-tos libros, se sienten muy tempranamente dueños de la verdad y con ellas pre-tenden cambiar el mundo. Fue él quien me dijo, para mi asombro y total estu-por, en una de las tantas entrevistas que tuvimos a lo largo de su carrera, y a propósito de mis lecturas, que un hombre culto no leía menos de cien páginas diarias. El, por cierto, las leía, y cuando me tocó ser su ayudante en el curso de Novela Contemporánea, curso que dictaba semes-tre por medio como ramo optativo, saliendo así de sus clásicos cursos de Li-teratura Medieval, muchos quedábamos asombrados de la actualidad de sus lec-turas”.

Algunas notas y principales aspectos biográficos

Como dijimos en pá-rrafos anteriores, Ernes-to Livacic Gazzano nació en Punta Arenas el 22 de marzo de 1929 y falleció en Santiago el 29 de mayo de 2007. Cursó sus estudios primarios y secundarios en el Liceo Salesiano San José de nuestra ciudad entre 1936 y 1947. De esta prime-ra época hay que resaltar, de acuerdo a las ideas se-ñaladas por el catedrático Manuel Canales, en su es-tudio “Perfiles biográficos del profesor Ernesto Liva-cic Gazzano, Premio Na-cional de Educación 1993, que la propuesta institu-cional de los salesianos de implementar actividades extra programáticas causó un impacto definitivo en la vida del joven alumno, por cuanto se promovían aso-ciaciones religiosas; grupos juveniles de acción católi-ca; equipos y campeona-tos deportivos; elencos teatrales y coros; brigadas

Evocando al académico y humanistamagallánico Ernesto Livacic Gazzano

“Sin embargo, hay un aspecto que hace de Ernesto Livacic Gazzano un ser imposible

de olvidar y que nos parece imprescindible revelar: la inmensa sencillez y calidez de su persona. Desprovisto de toda vanidad

intelectual, este notable académico gustaba departir con alumnos recién ingresados a la universidad, instándolos a perseverar en los estudios, de la misma manera que hacía con estudiantes de post grado que se preparaban

para salir a perfeccionarse al extranjero”

Entre las muchas distinciones que el destacado académico magallánico Ernesto Livacic recibió a lo largo de su carrera, cabe destacar el Premio Nacional de Educación en 1993.

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de exploradores; se reali-zaban círculos de estudios y concursos literarios; se impulsaba la revista esco-lar salesiana. En síntesis, el colegio había asumido para los alumnos, el rol de ser el comunicador con el mun-do local y global.

Nosotros agregamos, la influencia positiva que ejer-ció en aquella generación de estudiantes, la presencia en tierras magallánicas en el verano de 1943, del sa-cerdote y pedagogo jesuita, Alberto Hurtado Cruchaga; la realización en febrero de 1946 del noveno Congre-so Eucarístico Nacional de Magallanes y fruto de ese recuerdo la edición de la célebre monografía de qui-nientas cuarenta páginas, del padre salesiano Lo-renzo Massa, escrito como una suerte de homenaje a los sesenta años de acción salesiana en la Patagonia (1886-1946).

Ernesto Livacic viajó a Santiago en 1947 e ingre-sa a estudiar pedagogía en castellano en el Instituto Pedagógico de la Univer-sidad de Chile, de donde egresará como un alum-no sobresaliente en 1951. Tuvo como profesores, en-tre otros, a Eleazar Huerta, Ricardo Latcham, Mariano Latorre, Rodolfo Oroz, Ro-que Esteban Scarpa y Juan Uribe Echeverría. Aquí nos parece esencial destacar la siguiente idea sobre la cual gira esta reseña:

Livacic fue un hombre formado en un ambiente cristiano y católico. Aun-que fue un militante fervo-roso de la Falange Nacional y luego en la Democracia Cristiana, prosiguió estu-dios superiores en un am-biente académico en que primaba el laicismo, con mayoría de agnósticos y ateos. Aquí se revela otra cualidad que distinguió al erudito magallánico: la capacidad de adaptación y de tolerancia, virtudes que

se agigantan al momen-to de sopesar su enorme valor como crítico litera-rio o prologuista de libros. ¿Cómo se hace para escribir o presentar a un autor con el que se tiene la más abso-luta diferencia en un plano filosófico, ideológico, polí-tico o religioso?

Como educador des-tacó además por asumir responsabilidades de en-vergadura, como la crea-ción del Plan de Integra-ción Educacional de Arica; luego, durante el período 1964-1973, fue miembro titular del Consejo Nacio-nal de Educación. Ernes-to Livacic fue el principal ideólogo y redactor de la Reforma Integral de la Educación Chilena (1965-1970) propiciada durante el gobierno de Eduardo Frei Montalva.

Por espacio de cuaren-ta años estuvo ligado en su calidad de profesor de literatura con la Universi-dad Católica de Chile, con la que obtuvo además, el grado de Magíster en 1974. Antes, había logrado el tí-tulo de planificador educa-cional, diploma concedi-do por la Unesco en París, Francia, en 1962.

Desde 1955 hasta 2006 Ernesto Livacic publicó al-rededor de medio centenar de libros y cerca de dos-cientos artículos y ensayos sobre temas educacionales y literarios. Destacamos al-gunos títulos:

“El sentido de la gloria en los renacentistas espa-ñoles”, ensayo, 1952; (pre-mio “Ramiro Maetzu” del Instituto de Cultura Hispá-nica) “Literatura chilena. Manual y antología”, 1955; “Historias para Navidad” (cuentos en colaboración con Alfonso Naranjo), 1957; “Páginas amigas” (tres to-mos), obra didáctica, 1958; “Literatura española. Edad Media” (obra didáctica), 1961; “Literatura española. Renacimiento” (obra di-

dáctica), 1962; “Literatura. IV medio” (obra didáctica), 1965; “Selección de fábu-las del Arcipreste de Hita - Infante Juan Manuel”, en 1975; “La ruta literaria del Cid, en 1978; “Unamuno, Azorín, Ortega. Ensayos”, de 1978, “La ruta literaria del Cid, en 1978; “Alfonso X el Sabio. Las Siete par-tidas, en 1982; “Quién es quién en las Letras Chile-nas”, (autobiografía), 1983; “El futuro es tuyo”, (en coedición con Betty Ro-jas), 1983; “Cuatro cuentos australes”, 1983; “Del Cid a García Lorca”, 1987; “His-toria de la Literatura de Magallanes”, 1988; “Latido Marial de España”, 1990; “Poesía Uruguaya. De He-rrera a Ibarbourou”, 1991; “Poetas de la Academia”, 2000; “Del espejo de la memoria”, 2003; “Plega-rias ausentes. Todo nace de nuevo, María”,2006.

Recordada es su labor como director editorial de la Biblioteca de Oro del Es-tudiante, de la revista Vea, entre 1987 y 1989 y su pre-sentación de los siguientes textos literarios:

“Textos escogidos de Mi-guel Cervantes”; “Poesía religiosa. Santa Teresa de Jesús y San Juan de la Cruz”; “El Cantar de Mío Cid”. En tanto, en colaboración con su esposa, la educadora Betty Rojas, prepararon: “Martín Rivas” de Alberto Blest Gana; “La metamor-fosis y otros relatos”, de Franz Kafka; “Juan Teno-rio”, de José Zorrilla.

Ernesto Livacic fue reco-nocido con innumerables

distinciones académicas; algunas de ellas fueron: Miembro de la Academia Chilena de la Lengua en 1983; Orden al Mérito del Consejo Mundial de Edu-cación en 1989 y Premio Nacional de Educación en 1993.

Vínculo permanentecon Magallanes

El escritor magallánico, Premio Municipal de Lite-ratura de 1998 Carlos Vega Letelier (1916 - 2003) pu-blicó en la prestigiosa re-vista “Impactos”, en sep-tiembre de 1994, el ensayo ofrecido por Ernesto Liva-cic en el Primer Encuentro Nacional de Escritores de Magallanes, celebrado en Santiago en 1980, intitula-do: “Literatura, un camino para descubrir Magalla-nes”.

“El escritor de Maga-llanes ha llevado a su obra la imagen de su pletórica geografía, de su incom-parable naturaleza, de su versátil e imponente cli-ma. De su tan matizada producción natural, que unas veces desconcierta por lo generosa y otras por lo esquiva, de sus misterios escondidos en cuevas y en senderos o en profundi-dades telúricas y en fenó-menos geológicos. En ese ambiente aman y luchan, crecen y mueren, las cua-tro razas que fueron pri-meros señores de la tierra, el chilote y el español, el trasplantado funcionario nortino y el laborioso suizo, italiano, alemán o yugosla-vo; despliegan su energía el

explorador y el misionero, el pionero y el marino, de-safían el viento implacable el rostro curtido del ona y la mujer, a quienes la larga soledad en el poblado de-manda rasgos de fortaleza varonil…Todo ello en me-dio de vientos y tempesta-des, de soles y arco iris, de derrumbes y cataclismos, de descubrimientos y de secretos inextricables, de indescifrables ecos y de cósmicas resonancias que tejen, a la vez una sinfonía surrealista y un apocalipsis precoz”.

El propio Livacic comen-tó su relación con el austro en el prefacio de ¿Quién es quién en las letras chilenas?

“¿Cuál es la vincula-ción de mi obra literaria con mi tierra? Siento con profunda convicción, que Magallanes me dio -como creo haberlo explicitado al comienzo- la savia nu-tricia para mi inquietud de escribir. Alguna par-te no escasa de lo que ha brotado de mi pluma, ha sido publicada allá, prin-cipalmente en el diario La Prensa Austral, al que ex-preso mi reconocimiento. De mis narraciones, varias tienen ambiente magallá-nico que no es susceptible de serles mutilado”.

De los Encuentros de Escritores de Magallanes opinaba: “En ambos en-cuentros de los escrito-res del terruño he tenido participación activa, pre-sentando en el primero un planteamiento sobre el sentido esencial de la lite-ratura magallánica y, en el

segundo, una moción para que se redacte su historia, tarea que supera las posi-bilidades de una sola per-sona pero a la que estoy sinceramente dispuesto a colaborar”.

Reconocimientos y algunas conclusiones finales

En 2005 varios de sus alumnos organizaron en la Universidad Católi-ca un emotivo homenaje al maestro. A nombre de los presentes, el escritor Adolfo Godoy Castillo ex-presó:

(…) “Luego de las im-borrables enseñanzas que nos ha legado don Ernes-to Livacic Gazzano nos queda, por lo menos, una antepenúltima palabra de agradecimiento en la for-mación de tantas profeso-ras y profesores, así como de miles de jóvenes chile-nos que estudiaron a tra-vés de sus libros. Permíta-seme repetir y sumarme a la preclara sentencia: “La gratitud es la memoria del corazón”.

A trece años de la parti-da del maestro, su figura de pedagogo excepcional, adquiere cada vez más una dimensión mayor en el actual momento histó-rico en que se observa a la educación chilena en una gran encrucijada. Muchos postulados de Ernesto Li-vacic Gazzano siguen ple-namente vigentes. Es hora de recuperar su legado docente y cautelar como magallánicos, su inmenso patrimonio cultural.

“El propio Livacic comentó su relación con el austro en el prefacio de ¿Quién es quién en las letras chilenas? ‘¿Cuál es la vinculación

de mi obra literaria con mi tierra? Siento con profunda convicción, que Magallanes me dio -como creo haberlo explicitado al

comienzo- la savia nutricia para mi inquietud de escribir. Alguna parte no escasa de lo que

ha brotado de mi pluma, ha sido publicada allá, principalmente en el diario La Prensa

Austral, al que expreso mi reconocimiento’”

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Padre Santiago Redondo: de la guerra civil española a Chile

En el caso de los aónikenk o te-huelches, los curanderos eran llamados “cala-

melout”, castellanizados como “carmeluchos”, y sus prácticas rituales no diferían mayormente de las de los xo’on, agregando un poco de sonoridad en base a la agitación de bolsas de cue-ro de guanaco rellenas con piedras. Si el paciente moría, tenían otra tecnología para deslindar responsabilidades: enterraban un cuchillo en la tierra, y si éste cuando se extraía se encontraba lim-pio, la muerte era natural. Si por el contrario estaba sucio, había culpables, los cuales eran acusados con una pie-dra que tenía poderes espe-ciales, convenientemente interpretados por el mismo carmelucho.

Los tehuelches temían al “Gualicho”, una suerte de demonio familiar, el cual, según George Musters, “se introduce en las diferentes partes del cuerpo de la gente y causa enfermedades para cuya curación se apela al doctor (…). El oficio de brujo no es hereditario; en verdad, los brujos que conocí no es-taban casados. Se considera

llamado a ser brujo cualquier muchacho o muchacha a quien nosotros llamaríamos raro, como la hija de Cayuke, que era una chica de trece años avejentada y extrava-gante, pero las funciones, en lo que se refiere a dirigir las ceremonias, son desempe-ñadas a veces por un indivi-duo cualquiera de la partida. La armas del oficio del bru-jo profesional consisten en unos cuantos talismanes o amuletos, guardados en una bolsa, (…). Se pretende de los brujos que pronostiquen (…) el resultado de las enfer-medades, y, en general, que predigan el porvenir; en este sentido su posición es peli-grosa, porque muchas veces se castiga con la muerte el fracaso de sus predicciones”.

Hacia fines del siglo XIX los tehuelches ya habían tenido suficiente contacto con los blancos como para que los chamanes hubiesen aprendido a aplicar triqui-ñuelas y sinvergüenzuras desembozadas, como en el episodio que relataba el ex-plorador inglés William Gre-enwood:

“Fue en el cerro de Palique (él había sido un gran caci-que), en que fui testigo de la siguiente ceremonia: había

como 150 indios, aparte de otro inglés y yo. Al oscu-recer comenzó la función. En primer lugar se trajo una yegua, que fue estrangulada en el claro frente a los toldos. Entonces el Sumo Sacerdo-te Palique salió de su toldo, desnudo -con excepción de su cinturón- y con todo su cuerpo pintado de franjas negras, blancas y rojas. Se allegó al animal, y con un solo golpe de su cuchillo le abrió el estómago por com-pleto. Entonces insertó su mano en los intestinos, ex-trayendo un puñado de san-gre, la cual esparció por los cuatro cuadrantes del cielo. Luego se retiró a su toldo, y por algunos minutos se produjo un silencio mortal. En seguida se escuchó un tintinear de campanillas y tremendos gritos y aullidos dentro de su toldo; entonces, un nuevo silencio mortal. Entretanto, todos los indios presentes se habían acerca-

do al cadáver de la yegua y cada uno se humedecía los dedos con sangre a imitación del Sumo Sacerdote y repe-tía exactamente los mismos movimientos.

“Al poco rato Palique apareció nuevamente, esta vez usando su capa y va-rios ornamentos de plata, y un pañuelo nuevo atado en su cabeza. Se encuclilló so-bre la tierra, y todos los que querían preguntarle algo se acercaban, uno por uno. Yo recién había perdido una tropilla de yeguas, y un mer-cader chileno me había dicho que con toda seguridad Pali-que me podría indicar dónde podrían estar, después de la ceremonia. En consecuencia me acerqué a él, llegado mi turno, y le pregunté dónde estaban. ‘¡Quién sabe! Pa-gando botella de wachakai (aguardiente), Gualicho sa-brá’. De inmediato compré la botella deseada, de la cual tomó un trago largo, y luego dijo: ‘Gualicho dice, caballos por allá, lejos’. No se nece-sitaba mucha adivinación para determinar esto, ya que todos mis caballos eran del sur, y con seguridad habían tomado esa dirección; pero, sea como fuese, los encontré exactamente en la dirección que señaló”.

Los tehuelches -y con razón- no confiaban cie-gamente en sus médicos, y tal como ocurría con las otras etnias, preferían ensa-yar primero con terapias de uso común en las familias, como las hierbas medicina-les. “(…) practican la san-gría, aplicándola no sólo a los enfermos sino también a los

sanos, porque, como nues-tros abuelos, se sangran en ciertas épocas del año (Mus-ters)”. También las prácticas no profesionales podían ser riesgosas, si alguien osara suplantar al chamán actuan-do por su cuenta. Con buena voluntad Musters quiso ayu-dar a un tehuelche moribun-do, parece ser que por una septicemia originada en un flegmón en una pierna. “Me ofrecí para abrirle la pierna y tratar de curarlo pero no qui-

so permitirlo, diciendo que, si llegara a morir durante la operación, lo pasaría mal el médico, en lo que tenía mu-cha razón, por lo que desistí de mi propósito de hacer una operación quirúrgica”.

De pronto, eso sí, los tra-tamientos chamánicos pa-recían ser acertados, como relataba el mismo George Musters a propósito de la sanación de una víctima del brote de influenza que afec-tó a la tribu de Casimiro: “La

Dr. Matías Vieira GuevaraEncargado Unidad de Patrimonio Cultural Servicio de Salud Magallanes

Por

Parte II y final

Los médicos entre los pueblos australes (los aónikenk)

Niños kawésqar. Foto Joseph Emperaire (1948).

El cacique Mulato y su esposa K’alukan, algunos de los últimos tehuelches de la Patagonia chilena.

Los tehuelches temían al “Gualicho”, una suerte de demonio familiar, el cual,

según George Musters, “se introduce en las diferentes partes del cuerpo de la gente y causa enfermedades para

cuya curación se apela al doctor

Hacia fines del siglo XIX los tehuelches ya habían tenido suficiente contacto con los blancos como para que los chamanes hubiesen aprendido a aplicar triquiñuelas

y sinvergüenzuras desembozadas

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mujer y el hijo de Jackechan estaban muy mal todavía, y como se creía que la criatura iba a morir, se mandó a bus-car al médico. Este se puso a curarla, después de tenderla en el suelo, mascullando un conjuro y palmoteándole la cabeza: luego acercó su boca al pecho y gritó para echar de allí al diablo, y en seguida puso a la criatura boca abajo y repitió la misma operación. El estado del enfermo mejo-ró al otro día y en breve se encontró fuera de peligro”. Fuese o no coincidencia, es seguro que el prestigio del doctor se vio acrecentado, ganando en adelante buenas recompensas por las visitas a domicilio.

No todos los médicos usa-

ban las mismas terapias, según se desprende de esta

última descripción de Geor-ge Musters: “Todos los hom-bres estaban sentados o de pie, formando un círculo en cuyo centro había tomado asiento la madre con la cria-tura en sus brazos. El doctor entró entonces, y bajo su dirección la madre untó al enfermo, de pies a cabeza, con arcilla blanca, mientras el brujo mascullaba unos conjuros; terminado esto, el doctor desapareció por un par de minutos para volver trayendo en la mano una bolsa de cuero adorna-da; abrió esta bolsa y sacó del fondo de ella unos amuletos cuidadosamente envueltos en harapos, y, después de hacer con ellos unos cuan-tos pases místicos, los guar-dó otra vez en la bolsa. Le tomó después la criatura a la madre, y palmeándole sua-vemente el cráneo mientras mascullaba algo en voz baja, metió en la bolsa dos o tres veces la cabeza del enfermo, y devolvió luego la criatura a su madre. Trajeron entonces una yegua blanca, y luego de haberla llenado toda con marcas de ocre rojo hechas con la mano, la voltearon de un golpe en la cabeza, la cocinaron y la comieron en el sitio, colgando el corazón,

el hígado y los pulmones de una lanza en cuya punta estaba suspendi-da la bolsa que contenía los amuletos. Como en otras ce-remonias, también en ésa se tuvo cuidado de que los pe-rros no se acercaran a comer los desperdicios, que fueron enterrados, mientras que la cabeza y el espinazo fueron llevados a una colina cerca-na”. Musters no consigna la evolución del niño después de este tratamiento.

Los médicos kawésqarEn cuanto a los kawésqar,

la descripción más antigua de que se dispone es del na-vegante francés Bouganvi-lle (1767 - 1768), dramático testimonio sobre los deses-perados intentos de los he-chiceros por salvar la vida de un niño que había tragado trozos de vidrio y que termi-nó por morir de hemorragia digestiva (Martinic).

Según Joseph Emperai-re, y en base a observacio-nes practicadas doscientos años después de Bougan-ville, cuando se presentaba una enfermedad grave re-sistente a las hierbas medi-cinales, como en todas las etnias australes, se recurría a los recursos del curandero, “(…) es decir, de la interven-ción de otra persona, cuan-do, en cambio, en las casos anteriores cada uno trataba sus propios males. Un pa-

riente del enfermo (en los casos observados se trataba siempre de una persona de edad) practica sobre la par-te enferma, cuello y busto, algunas incisiones lineales de algunos centímetros de largo, grabando bastante profundamente la piel. El instrumento utilizado era la arista aguzada de una con-cha de choro. La sangre que fl uye de cada incisión se as-pira con la boca; largamen-te y con fuerza el operador permanece largos minutos inmóvil, con los labios opri-miendo la piel del paciente. Se echa la sangre enferma en una concha. Esta operación de succión se repite cuantas veces sea necesaria para re-coger una cantidad aprecia-ble de sangre. Una vez lle-na, la concha es depositada sobre las cenizas calientes cerca del fuego, y cuando la sangre se coagula y comien-za a calcinarse, se la coloca bajo la cama del enfermo. Además de este tratamien-

to, el enfermo debe bañarse, ‘para que su corazón no salte más’, es decir, para calmar su fi ebre. Al amanecer, des-pués de una noche agitada, se desliza completamente desnudo fuera de la choza, a pesar de la lluvia o del viento glacial. Si el mar está helado, rompe el hielo y se sumerge completamente durante al-gunos instantes, y después se vuelve tiritando al lado del fuego”.

Parte II y fi nal

Los médicos entre los pueblos australes (los aónikenk)

Fuentes:M. Gusinde (1937). Los Indios de Tierra del Fuego.M. Martinic (2ª Ed. 2011). La Medicina en Magallanes.M. Martinic (1995). Los Aóni-kenk. Historia y Cultura. A. Prieto (Anales Inst. Patagonia 1984). Los sélknam. Una socie-dad satisfecha.L. Bridges (1948). El Último Confín de la Tierra.J. Musters (1871, Ed. 2007). Vida entre los Patagones.W. Greenwood (2015). Patagonia Wild and Free.J. Emperaire (1958, Ed. 2002. Los Nómades del Mar.

Representación artística de un grupo familiar tehuelche.

Niños kawésqar. Foto Joseph Emperaire (1948).

Felicia González Edén, exponente de la raza kawésqar, quien vive en Punta Arenas.

En cuanto a los kawéskar, la descripción más antigua de que se dispone es del navegante francés Bouganville (1767 - 1768), dramático testimonio sobre los desesperados intentos de los hechiceros por salvar la vida de un niño que había tragado trozos de vidrio y que terminó por morir de hemorragia digestiva

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Allá por los años

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PA La gran nevazónde junio de 2002

- El despertar dominical de los puntarenenses del 2 de junio de 2002 fue sobrecogedor. Al mirar a través de la ventana, la nieve había borrado caminos y veredas y literalmente sepultados los vehículos. La gran nevazón de ese año dejó aislada por aire y tierra a la ciudad de Punta Arenas. Hasta 1,20 metros de nieve cayeron en algunos sectores. El

informe ofi cial de meteorología dio cuenta de la caída de 70 centímetros. El peso de la nieve destruyó las techumbres de una bodega de la ex Molinera y del gimnasio del Club

Deportivo Chile, sin que se lamentaran desgracias personales. También cayeron ramas de árboles en céntricas avenidas y en la Plaza de Armas. El gobierno regional decretó estado

de emergencia a raíz de la contingencia climática.

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Liderazgos positivos

Consejo Consultivo del Medio Ambiente,adaptación a una nueva realidad

María José MuñozAcadémica UnabMBA executive EAE Business School

Por

Mg. Carlos Olave SolarInvestigador Centro Regional Fundación Cequa

Por

Los Consejos Consultivos del Medio Ambiente nacen en el año 2011 como una he-rramienta necesaria e im-portante de participación

ciudadana. Estos consejos, no remu-nerados, se componen por distintos sectores de la sociedad de las regio-nes regulados tanto por la ley 20.500 de participación ciudadana y la ley 19.300 de bases del medio ambiente. Y están representados por ocho ciu-dadanos elegidos mediante una pos-tulación, dentro de los cuales se en-cuentra un integrante de Fundación Cequa como representante del área científica regional. Eso en términos muy generales, pero, ¿cuáles son las funciones y atribuciones de estos or-ganismos de medio ambiente?

Responder a consultas emanadas por las autoridades regionales, emi-tir su opinión sobre proyectos de ley vinculados a preservación de la natu-raleza, conservación del patrimonio ambiental, planes de prevención y de descontaminación, de regulaciones especiales de emisiones y de normas de emisión que afecten al territorio y

no menos importante que sean some-tido al conocimiento del consejo.

Por otra parte, también es función de este órgano el pronunciarse sobre temas ambientales de interés general, por lo que abre un abanico de posi-bilidades que, sin duda, aportan a la mejor gestión de nuestros recursos y a la preocupación por el futuro am-biental de nuestra comunidad.

Muchas de las labores anteriores son relativamente sencillas de cumplir de manera remota, utilizando para ello todas las herramientas digitales que tenemos hoy en día, pero ade-más, estos últimos años como consejo consultivo, hemos intentado agregar una función más colaborativa hacia

la ciudadanía, relacionada a la vincu-lación directa en seminarios, talleres y actividades de concurrencia en ge-neral. Lamentablemente los efectos de esta pandemia también nos obliga a repensar esta labor, que aunque no es obligatoria de este consejo, hemos querido hacerla parte de él, por lo que nos encontramos planificando nuevas formas de extensión en base al co-nocimiento y área de cada uno de los miembros de este órgano.

Dentro de los temas que intentare-mos abordar está el relacionado con la contingencia del uso de elementos de prevención de contagios como los son las mascarillas desechables y los guantes, objetos que no deberían ir a

contenedores de reciclaje por el pe-ligro biológico que representan para los manipuladores, este riesgo debe ser considerado al momento de desechar este material por las per-sonas civiles que se encuentran uti-lizándolos.

En otros países han evidenciado que mucho de este material, espe-cialmente en zonas costeras como las nuestras, pueden llegar al mar, provocando un problema ecológico en las especies marinas que incluso lo pueden confundir con alimentos o para la fabricación de sus nidos. Por otra parte, la descomposición de estos elementos es lenta por lo que pueden estar por mucho tiempo en el ambiente.

Estoy seguro que muchos de noso-tros hemos visto, especialmente en el suelo de los estacionamientos de su-permercados, guantes y mascarillas, es por ello que se hace un llamado a la conciencia de la ciudadanía a ser cui-dadosos, tanto con los demás seres humanos y en especial con la natu-raleza que puede verse muy afectada por estos actos de descuido.

“Estoy seguro que muchos de nosotros hemos visto, especialmente en el suelo de los estacionamientos de supermercados,

guantes y mascarillas, es por ello que se hace un llamado a la conciencia de la ciudadanía a ser cuidadosos, tanto con los demás seres humanos y en especial con la naturaleza que puede verse muy afectada por estos actos de descuido”

Dicen que las crisis retra-tan lo mejor y lo peor de cada uno de nosotros, y la Covid-19 está de-jando un claro registro

de nuestro país y de las formas tan arraigadas de liderazgo en nuestra sociedad.

Hace algún tiempo escuché una frase que me pareció demoledora: “El que sabe, sabe, y el que no, es jefe”; dejándome claro que las personas no tienen grandes expectativas sobre las capacidades de quienes tienen en los niveles superiores de sus jerarquías. Más bien percibí un aire de resigna-ción. No hay nada peor que perder la fe y dejar de confiar en “los de arri-ba” como los dueños de la brújula que nos debería guiar en momentos de buen tiempo, pero también de tempestad.

Es necesario también profundizar en que existe una diferencia entre “ser líder” y “ejercer liderazgo”. La primera de ellas hace referencia a esa

figura que con más o menos volun-tad, ocupa un cargo de responsabi-lidad. Lo segundo se entiende como aquel que, sin muchas veces ser la cabeza visible, es reconocido por su equipo como aquella figura capaz de movilizar a su entorno hacia un ob-jetivo común. Y cuando el líder ejer-ce el liderazgo acorde al equipo y las circunstancias, el éxito es altamente probable.

Existen múltiples formas de lide-rar, y la que me gustaría destacar en el momento actual, es el denomi-nado “liderazgo femenino”, que no

necesariamente es aquel ejercido por una mujer, sino que es aquel estilo de influencia que perdura desde la época de las cavernas hasta nuestros días. Mientras el hombre se dedica-ba a cazar y proveer de alimento a la prole, la mujer era -y aún muchas veces lo sigue siendo hasta nuestros días- la responsable de distribuir los recursos, cuidar de los hijos sobre todo de las amenazas en un ambien-te hostil y que en sociedades que aún perduran, de trasladar el agua desde un pozo al hogar, sin perder de vista los peligros del camino.

En el contexto sanitario actual, de los 194 países registrados en el mun-do, 12 países han destacado por el manejo de la pandemia. De ellos, 7 son naciones lideradas por mujeres, que han tenido en común tres ca-racterísticas fundamentales: la toma rápida de medidas por muy difíciles que fueran, se han basado en deci-siones innovadoras y han comuni-cado con empatía.

Estamos en un momento difícil de la pandemia, con un camino que los expertos dilucidan como com-plejo. Es por ello que el estilo de li-derazgo es clave en todos los nive-les. Ejercer influencia, confianza, comunicar con empatía, sirviendo a los demás, con una fuerte base técnica y conociendo la realidad social, son valores que se deben capitalizar para responder al “por qué”, la cual es clave para generar el compromiso no sólo de los equi-pos sino de todo un país frente a la pandemia.

“Es necesario también profundizar en que existe una diferencia entre ‘ser líder’ y ‘ejercer liderazgo’. La primera de ellas hace referencia a esa figura que con más o menos voluntad, ocupa un cargo de

responsabilidad. Lo segundo se entiende como aquel que, sin muchas veces ser la cabeza visible, es reconocido por su equipo como aquella

figura capaz de movilizar a su entorno hacia un objetivo común”

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Puzzle Histórico

Sopa de letrasEncuentre los nombres de las 10 figuras que se muestran. Estos nombres pueden estar en cualquier dirección, considerando que una letra puede formar parte de más de una palabra.

SudokuPoner los números comprendidos entre el 1 y 9, ambos números incluidos, en cada casilla vacía pero sin repetir ningún número en una misma columna ni fila, ni en la misma sección de 3 x 3 casilleros

Solución jueves 2 de julio

Sudoku se publica en los

suplementos La Lleva, y El Sofá

CRUCICLAVESLAS SIETE DIFERENCIASLas diferencias entre las dos escenas son:OJO ALERTASoluciones

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Ojo Alerta

Siete diferencias

En este recuadro debes encontrar las 2 figuras que no están repetidas ¡Vamos a buscar!

LaberintoEncuentra el camino correcto para superar este laberinto

CruciclavesTrata de ubicar los vocablos que están dados en los recuadros laterales y que están divididos de acuerdo al número que lo componen. Coloca primero las palabras que son únicas te servirán como orientación.

Sopa de LetrasBusca los seis términos que están relacionados con el tema de la imagen y que se identifican en la parte de abajo del dibujo.

ARIES (21 de marzo al 20 de abril)AMOR: Las opiniones externas no deben ser tomadas tan en cuenta, siempre y cuando no vengan de su familia. SALUD: Que no le perjudiquen las tensiones. DI-NERO: Cuidado, ya que financiarse con créditos a la larga trae consecuencias a sus finanzas. COLOR: Violeta. NUMERO: 4.

TAURO (21 de abril al 20 de mayo)AMOR: Tómese un momento para acer-carse a los suyos y entregar amor sin poner ningún tipo de condición. SALUD: No olvide que debe protegerse para evi-tar contagios. DINERO: No se ilusione con lograr demasiadas utilidades en este pe-ríodo. Aterrice sus expectativas. COLOR: Lila. NUMERO: 26.

GEMINIS (21 de mayo al 21 de junio)AMOR: A medida que el tiempo vaya pa-sando podrá ver si el camino tomado ha sido el correcto. SALUD: Mantenga la cal-ma ante las tensiones que pueda haber. DINERO: Con perseverancia y mucho tra-bajo duro puede lograr más de un milagro inesperado. COLOR: Blanco. NUMERO: 34.

CÁNCER (22 de junio al 22 de julio)AMOR: Esta jornada deberá evitar caer en discusiones con las demás personas. SALUD: Descanse su cuerpo y prepárelo para las exigencias del mes. DINERO: Ten-ga cuidado con los negocios donde esté involucrado/a más de una persona. Cuide las finanzas. COLOR: Negro. NUMERO: 3.

LEO (23 de julio al 22 de agosto)AMOR: Tenga cuidado con sus arrebatos o puede dañar su actual relación o los vínculos con su entorno cercano. SALUD: Sea más activo/a. DINERO: Tenga cuidado con desviarse demasiado de los objeti-vos que se ha estado proponiendo con el transcurso del tiempo. COLOR: Naranjo. NUMERO: 21.

VIRGO (23 de agosto al 22 de sept.)AMOR: Es el momento de comprender más a la persona que tiene al lado, a ve-ces hace bien escuchar más. SALUD: Viva sanamente. DINERO: No deje de enfocar sus esfuerzos, de modo que pronto pue-da concretar sus expectativas en el tra-bajo. COLOR: Amarillo. NUMERO: 14.

LIBRA (23 de sept. al 22 de octubre)AMOR: Debe rodearse por personas valio-sas y bondadosas, que le entreguen cosas positivas a su vida. SALUD: Aléjese de los vicios, cuide su vida. DINERO: En estos mo-mentos cualquier decisión laboral debe ser analizada con cuidado para minimizar los riesgos. COLOR: Rojo. NUMERO: 32.

ESCORPIÓN (23 de octubre al 22 de nov.)AMOR: Vivir de fantasías no está bien, ya que las cosas no siempre son de esa manera. Ponga los pies sobre la tierra. SALUD: Cuídese más. DINERO: Haga muy buen uso de los recursos que recibe por su trabajo, no estamos en época de des-perdiciarlos. COLOR: Café. NUMERO: 29.

SAGITARIO (23 de nov. al 20 de dic.)AMOR: Su pareja debe sentirse necesi-tada y más valorada por usted. SALUD: Evite complicaciones, no coma tan tarde. DINERO: Las perspectivas en el largo pla-zo son buenas, pero eso no significa que no ocurran problemas en el corto plazo. COLOR: Azul. NUMERO: 2.

CAPRICORNIO (21 de dic. al 20 de enero)AMOR: Dé a conocer cuáles son sus sen-timientos, vea si esa persona siente lo mismo que usted. SALUD: Busque la ar-monía espiritual. DINERO: En estos mo-mentos de dificultad deberá disminuir los costos de su empresa para poder mantenerse. COLOR: Gris. NUMERO: 15.

ACUARIO (21 de enero al 19 de febrero)AMOR: No se desaliente ante los conflictos con los amigos y familiares, con paciencia y comunicación las cosas pueden mejo-rar. SALUD: Problemas respiratorios, cui-dado. DINERO: Las cosas se pueden poner complicadas si es que no se ordena un poco. COLOR: Marengo. NUMERO: 17.

PISCIS (20 de febrero al 20 de marzo)AMOR: No dude de sus sentimientos sólo por discusiones sin sentido. A veces las cosas son más simples de lo que pare-cen. SALUD: En su hogar debería hacer más deporte. DINERO: No se den por ven-cidos/as si las cosas se complican para quienes tengan un emprendimiento. CO-LOR: Verde. NUMERO: 10.

Horóscopo

SOPA PARA NIÑOS SOPA DE LETRAS DOMINICAL LABERINTO

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El historiador que abochornó a la élite del Foro Económico Mundial en Davos, asegura que la pandemia es nuestra mejor chance para dar un vuelco a la realidad y construir una sociedad mejor a partir de las ruinas de la epidemia.

2020 es el año que cambió el mundo tal como lo conocía-mos.

A medida que el coronavirus se ha expandido por el planeta, destruyendo la salud y la riqueza de muchos países, también se han vuelto más aparentes la desigualdad, la injusticia social y los efectos a largo plazo del racismo sis-témico.

Al mismo tiempo se han multiplicado las protestas contra esas injusticias. Des-de el movimiento Black Lives Matter a la lucha por cerrar la brecha de género, ¿pueden los seres humanos dar un vuelco a su realidad y construir una sociedad mejor a partir de las ruinas de la pandemia?

El historiador holandés y fenómeno en las redes socia-les Rutger Bregman cree que ésta es nuestra mejor oportu-nidad para hacerlo.

“Proyectos estúpidosde filantropía”

Los libros de Bregman, es-pecialmente “Utopía para re-alistas”, han sido traducidos a más de 30 idiomas y han sido leídos por millones de perso-nas en el mundo.

El historiador se volvió fa-moso por usar la historia para desmantelar el mito del mi-sántropo, la idea de que, ante la primera oportunidad, los seres humanos demuestran que son egoístas por natura-leza.

Bregman promueve colocar en cambio otra cualidad como valor central: la benevolencia o amabilidad.

El autor se volvió una sen-sación de la noche a la maña-na cuando le dijo a un grupo de millonarios reunidos en el Foro Económico Mundial en Davos que “dejaran a un lado la hipocresía”.

“Volaron en 1.500 jets pri-vados a este encuentro para escuchar hablar a David At-tenborough sobre cómo esta-mos destruyendo el planeta”, señaló Bregman.

El historiador agregó que en

lugar de debatir “proyectos estúpidos de filantropía” los magnates debían centrarse en cambio en “el problema real de la evasión de impuestos, y en cómo los ricos no están aportando lo que deben”.

Cada crisis puede ser una oportunidad de cambio

“Los historiadores saben que las crisis pueden ser co-yunturas decisivas para la sociedades”, dijo Bregman a la BBC.

Hablando por Zoom desde su casa en Holanda, el histo-riador no sonó muy optimista en un principio.

“Es fácil imaginar cómo la crisis del coronavirus puede conducirnos a un callejón os-curo. La historia nos dice que aquellos en el poder tienden a abusar de estas crisis”, afirmó.

“Basta mirar al siglo XX: el incendio de la sede del Rei-chstag, el Parlamento alemán, en 1933, y el ascenso de Hitler es un ejemplo. Y luego de los ataques en las Torres Gemelas hubo dos guerras ilegales y operaciones masivas de vigi-lancia de los ciudadanos por parte de los gobiernos”.

Pero también hay razones para mantener la esperanza, ya que ideas que hace unos pocos años eran consideradas “demasiado radicales” se es-tán volviendo populares.

Bregman se refiere a ideas como “mayores impuestos para los ricos”, o un nuevo “acuerdo verde” (green deal) para combatir el cambio cli-mático, o un ingreso universal básico para erradicar la po-breza.

“Hace cinco años, ninguna de esas ideas estaban sobre la mesa”, afirmó. Pero ahora “son discutidas por gente que toma decisiones en todo el mundo”.

Acabar con el racismo, ladesigualdad y la pobreza

Bregman apunta a una es-pecie de paradoja: a menu-do, cuando las cosas parecen

peores que nunca, es porque ya comenzaron a mejorar.

“Cuando ves la indignación ante la desigualdad, la pobre-za, el racismo, es porque estás comenzando a ver progreso”.

Bregman pone como ejem-plo el movimiento Black Lives Matter en Estados Unidos y otras partes del mundo.

El autor aplica el mismo razonamiento a la evasión de impuestos.

“Todas las multinacionales, todos los billonarios que es-conden su dinero en paraísos fiscales… Estos son temas que nadie discutía hace 15 años”.

Pero ahora más y más per-sonas critican esas acciones y las consideran inaceptables e inmorales.

“Hablamos sobre este tema cada vez más y nos causa in-dignación”.

Quién importaen la sociedad

Para Bregman, uno de los momentos más interesantes de la pandemia ocurrió cuan-do los gobiernos elaboraron listas de “trabajadores esen-ciales”.

“Cuando ves estas listas te preguntas, ¿dónde están los banqueros y los gerentes de los fondos de inversión?”.

Todo el mundo se dio cuen-ta de que “los trabajadores que realmente eran impor-tantes eran los recolectores de basura, las maestras y los maestros, las enfermeras y los enfermeros…”.

“Los trabajadores que no reciben los salarios más altos,

o que ejercen las profesiones menos prestigiosas, resulta-ron ser esenciales, vitales”.

Bregman cree que éste pue-de ser un momento definito-rio para los niños de toda una generación que aún deben elegir a qué dedicarse “cuan-do sean grandes”.

“Podríamos repensar el va-lor del trabajo. En las décadas de los 80 y 90, para muchos jóvenes el éxito significaba trabajar en Wall Street o Sili-con Valley.”

Pero tal vez los adolescentes y niños de hoy en día piensen: “Quiero hacer un trabajo que realmente haga una diferen-cia, quiero contribuir algo de valor a la sociedad”.

Pago justo y respeto“Estamos hablando aquí de

dos cosas: la redistribución del respeto y la redistribución del ingreso”.

Y hay algo más: “La idea de un ingreso universal básico, dar a cada persona un ingreso que sea suficiente para cubrir sus necesidades básicas de comida, techo y vestimenta”.

Bregman afirma que el in-greso universal básico sería una forma efectiva de comba-tir la desigualdad, la pobreza y la inestabilidad laboral.

Y ese ingreso también daría a los trabajadores esenciales mal remunerados “mucho más poder de negociación” a la hora de realizar una huelga.

“Sabemos por investiga-ciones recientes que en las economías modernas, cerca del 25% de los trabajadores

piensa que su trabajo no agre-ga nada de valor”.

A menudo estas personas “tienen salarios fabulosos y fueron a las mejores universi-dades” pero aún así no saben cuál es el valor de su aporte.

“Es un verdadero desperdi-cio que no podemos darnos el lujo de permitir. Espero que la crisis del coronavirus también promueva cambios en ese sentido”.

La generación que cambiará el mundo

“Lo que estamos viendo ahora es un vuelco generacio-nal”, señaló Bregman.

La gente joven de hoy en día “es la generación más progre-sista que jamás existió”.

“Estos jóvenes son prode-mocracia, quieren cambios, son conscientes de los peli-gros del cambio climático y están indignados ante la cre-ciente desigualdad”.

Bregman cree que si se per-mitiera votar sólo a los meno-res de 40, habría gobernantes muy diferentes en el mundo.

“Seas de izquierda o de de-recha, debes aceptar una rea-lidad: esta nueva generación va a cambiar todo”.

“Supervivencia delos desvergonzados”

Algo que impulsa a la ge-neración joven, según Breg-man, es el rechazo de la actual élite y su comporta-miento, que les resulta into-lerable.

“Las élites elaboran las re-glas para el resto del mundo, pero esas reglas no se aplican

cuando se trata de ellas mis-mas”.

“Y cuando lo piensas, ¿cuándo fue la última vez que alguien como Boris Johnson en Reino Unido o Donald Trump en Estados Unidos se sonrojaron o avergonzaron por algo?”.

“Creo que es muy preocu-pante que hayamos construi-do estos sistemas políticos que permiten la superviven-cia del desvergonzado. Ya no somos muy eficientes a la hora de monitorear a los que están en el poder y hacer que respondan por sus acciones”, agregó Bregman.

“Hay mucho trabajo por hacer en ese sentido”.

Olvida el optimismo, se trata de la esperanza

Si Bregman fuera a dar un consejo a alguien de 15 años, ese consejo sería: “No tienes que ser optimista. El opti-mismo es una forma de com-placencia”.

El historiador quiere que la gente joven vea con des-confianza el mensaje de que “todo va a estar bien”.

“Claramente eso no es cierto. Hay mucho trabajo por delante: debemos ha-cer algo que jamás se logró en tiempos de paz, debemos revolucionar y transformar completamente toda nuestra economía en apenas un par de décadas”.

“Lo que sí puedes tener es esperanza, algo que es muy diferente del optimismo”, afirmó Bregman.

“La esperanza incluye la posibilidad de cambio. Es lo que te impulsa a actuar y a ser parte de la solución”.

“El espíritu de estos tiem-pos está cambiando y es-tamos entrando en una era diferente, tanto en la ciencia como en la sociedad”, señaló el historiador.

“Nuestro superpoder se-creto como especie es coo-perar, y eso está ocurriendo ahora mismo”.

“El cinismo está obsoleto. Es la era de la esperanza”.

Rutger Bregman reflexiona sobre el coronavirus y economía

“Cuando ves la lista de trabajadores esenciales te preguntas: ¿dónde están

los banqueros y los gerentes?”

Historiador holandés Rutger Bregman.

Todo el mundo se dio cuenta de que “los trabajadores que realmente eran importantes eran los recolectores de basura, las maestras y los maestros, las enfermeras y los enfermeros…”.