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GATT/1640 16 de junio de 1994 "UN NUEVO MARCO PARA LAS RELACIONES ECONÓMICAS INTERNACIONALES" El Sr. Peter Sutherland, Director General del GATT, ha pronunciado hoy la Tercera Conferencia en homenaje a Hayek en el Instituto de Asuntos Económicos de Londres. Se adjunta el texto íntegro dei discurso del Sr Sutherland. 94-1279 CONTINÚA

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GATT/1640 16 de junio de 1994

"UN NUEVO MARCO PARA LAS RELACIONES ECONÓMICAS INTERNACIONALES"

El Sr. Peter Sutherland, Director General del GATT, ha pronunciado hoy la Tercera Conferencia en homenaje a Hayek en el Instituto de Asuntos Económicos de Londres.

Se adjunta el texto íntegro dei discurso del Sr Sutherland.

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UN NUEVO MARCO PARA LAS RELACIONES ECONÓMICAS INTERNACIONALES

Tercera Conferencia Anual en homenaje a Hayek

Instituto de Asuntos Económicos

Peter D. Sutherland, Director General dei GATT

Londres, 16 de junio de 1994

Las observaciones que voy a hacer hoy se inscriben en un contexto configurado por dos acontecimientos. El primero es la decisión adoptada por los representantes de 122 países en Marrakech a mediados de abril en el sentido de proponer a sus parlamentos la creación de la Organización Mundial dei Comercio (OMC). El segundo acontecimiento es el quincuagésimo aniversario, que se celebrará el mes próximo, de los Acuerdos de Bretton Woods. Como saben ustedes, esos Acuerdos crearon dos de los tres pilares dei orden económico de la posguerra (el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional), ya que el tercero, la Organización Internacional dei Comercio, no llegó a establecerse. Lo único que quedó de la OIC fue su capítulo sobre política comercial, vigente desde 1947 con el nombre de Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio, el GATT. Una vez que se ratifique la OMC, quedará finalmente completa la triada de organizaciones de Bretton Woods.

Ahora bien, la importancia de la entrada en funcionamiento de la OMC va mucho más allá de la conclusión de la estructura empezada a construir en Bretton Woods. Constituirá un gran progreso en la aplicación dei principio dei imperio de la ley en las relaciones económicas internacionales. La OMC, como tal, desempeñará la función primordial en la tarea de ayudar a los gobiernos a encarar los retos con los que se enfrentan en las relaciones económicas internacionales.

Comparando la situación actual con la existente hace 50 años, creo que ios desafíos contemporáneos son aún más intimidantes que aquellos con los que se enfrentaron los arquitectos de Bretton Woods. Cierto es que nos beneficiamos de su buen juicio y de la experiencia que hemos adquirido con las instituciones por ellos creadas; tampoco tenemos que hacer frente al inmenso problema de la reparación de los daños causados por la guerra y de la conversión masiva a las actividades propias de tiempos de paz. Con todo, como trataré de demostrar hoy, es difícil no llegar a la conclusión de que los retos con que nos enfrentamos actualmente son, en conjunto, aún mayores.

También describiré cómo estamos haciendo frente a esos desafíos y haré algunas modestas sugerencias sobre cómo podríamos mejorar nuestra labor. En la tarea de buscar soluciones me serán de gran utilidad los trabajos de Friedrich von Hayek, cuya memoria honramos hoy.

* * *

Si se nos permite hacer alguna simplificación excesiva pero inevitable, podemos afirmar que los orígenes de la difícil situación en que se encuentran las relaciones económicas internacionales se remontan principalmente a cuatro acontecimientos. Estos acontecimientos son en gran parte independientes, en el sentido de que cualquiera de ellos podría haber tenido lugar por sí solo, y al mismo tiempo se influyen mutuamente de forma que se multiplican los efectos que cada uno habría tenido por separado.

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El primero es la integración en curso de la economía mundial. Impulsado por la liberalización de las restricciones que afectaban a los cambios y al capital, por la evolución tecnológica, por las innovaciones introducidas en la organización de las operaciones comerciales internacionales y por el entorno comercial más abierto y más seguro que ha hecho posible el GATT, el volumen dei comercio mundial se ha expandido más rápidamente que el volumen de la producción mundial casi todos los años desde que finalizó la segunda guerra mundial.

A medida que la relación entre el comercio mundial y la producción mundial ha ido aumentando continuamente, las fronteras nacionales han ido perdiendo importancia para los efectos de las decisiones dei sector privado sobre las inversiones, la producción y el consumo. El resultado de una competencia más intensa en los mercados mundiales ha sido la adopción de una posición cada vez más defensiva de las industrias que compiten con las importaciones, posición especialmente pronunciada en los países desarrollados en momentos en que los mercados han crecido lentamente o incluso se han contraído. Así, incluso cuando los intereses económicos nacionales se identifican cada vez más con la existencia de un entorno económico internacional abierto, las fuerzas hostiles a esa apertura claman estridentemente para que se les preste asistencia. Estén o no efectivamente relacionados con el comercio, algunos problemas sociales persistentes, en particular los porcentajes de desempleo elevados, son considerados por algunos analistas como los principales "costos" dei comercio liberal.

Junto a las presiones en favor dei ajuste estructural, los problemas de la soberanía pueden también generar fricciones entre los países. A medida que los progresos de las comunicaciones y de los transportes acortan las distancias entre los pueblos y que las actividades de cada país van estando más entrelazadas con las de otros países, es inevitable que los países comprueben que las políticas que solían considerarse puramente internas están sometidas a mayores influencias externas. Más aún, ha aumentado constantemente la serie de políticas que se consideran relacionadas con el comercio, desde las medidas aplicadas en las fronteras a los productos importados hasta las políticas cuyos efectos sobre el comercio son secundarios con respecto a su objetivo principal, tales como las subvenciones a la producción, la tributación, las inversiones, las normas antitrust, las normas técnicas y las reglamentaciones internas. Los nuevos sectores a los que se presta atención incluyen la protección dei medio ambiente, que se acepta como parte integrante dei futuro temario sobre el comercio. Entre otras cuestiones que se han planteado figuran, por ejemplo, la relación entre el sistema de comercio y las normas laborales internacional mente reconocidas; la relación entre las políticas de inmigración y el comercio internacional; el comercio y la política en materia de competencia; el comercio y las inversiones; el regionalismo, y la interacción entre las políticas comerciales y las políticas relativas a cuestiones financieras y monetarias.

El segundo acontecimiento son las tendencias demográficas, marcadamente diferentes, de los países desarrollados y de los países en desarrollo. Las tasas de crecimiento demográfico muy bajas o nulas existentes en los países de la OCDE están haciendo que envejezca la población y están suscitando muchos cambios concomitantes, en especial por sus repercusiones financieras sobre los planes nacionales de pensiones. En cuanto a los países en desarrollo, de los casi 2.000 millones de person: n que aumentará la población mundial en los próximos 20 años, el 95 por ciento nacerán fuera de la actual zona de la OCDE. Consecuencia de ello será que, entre este momento y el año 2015, el número de empleos nuevos que se necesitarán para que no aumente el porcentaje de desempleo en el mundo en desarrollo será superior a la población conjunta actual de Europa Occidental y América dei Norte. También son múltiples las repercusiones económicas, en particular la competencia para la obtención de capital y el continuo desplazamiento de la competitividad en las actividades de gran intensidad de mano de obra hacia los países de gran crecimiento demográfico. Tampoco es una coincidencia que la migración, así como los vínculos entre las presiones que impulsan a la migración en los países de bajo ingreso y los obstáculos al comercio existentes en los países ricos, estén cobrando rápidamente prioridad entre las actividades de los foros internacionales.

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El tercer acontecimiento es la difusión de las reformas orientadas al mercado. En las economías en transición, las reformas están liberando de controles oficiales a los mercados y están sentando las bases para un crecimiento más rápido. Las estrategias de los países en desarrollo orientadas a un crecimiento impulsado por las exportaciones han hecho que se rechace la sustitución de las importaciones. En ambos casos, en este proceso han surgido dificultades que se han visto exacerbadas por los límites impuestos al acceso de las importaciones a zonas de capital importancia. No obstante, la tendencia sigue siendo clara. Durante gran parte de la posguerra, más de las tres cuartas partes de la población mundial vivía en países cuyos gobiernos se sentían escépticos ante las ventajas de la integración en los mercados mundiales y, en algunos casos, eran abiertamente contrarios a tal integración. Esto ha cambiado, y sus consecuencias sobre las relaciones económicas internacionales son enormes. Por ejemplo, desde 1982 la parte de las exportaciones mundiales de manufacturas correspondiente a los países en desarrollo ha aumentado a casi el doble, pasando de un 11 por ciento a más de un 20 por ciento el año último. La tercera parte de los 25 países que más comercian en bienes y servicios son actualmente países en desarrollo.

El cuarto acontecimiento es el final de la guerra fría. La "competitividad" económica nacional se ha convertido actualmente en un lema, y la competencia se ha ido desplazando cada vez más de la esfera político-militar a la esfera económica. La noción de competencia entre los países y las regiones, aunque es bastante simplista en una época de mayor integración económica mundial en la que la competencia entre las empresas es un concepto de mucha mayor validez, parece no obstante influir cada vez más en la formulación de las grandes orientaciones de política. Y, como los intereses que aglutinaban las alianzas tradicionales han cambiado, ya no se puede dar por sentada la cohesión que ayudaba a los países a resolver los problemas económicos, lo que ha hecho que aumente la incertidumbre en las relaciones económicas internacionales.

El elemento común de estos cuatro acontecimientos es la existencia de una presión continua en favor de la introducción de reajustes estructurales en las estructuras de producción, las inversiones y el comercio mundial. Desde el punto de vista de la eficiencia económica, el problema consiste en lograr que esos reajustes se efectúen de manera oportuna y ordenada, mientras que, desde el punto de vista político, el problema estriba en impedir que las presiones creadas por los reajustes generen tensiones en el comercio y, por ende, hagan que se deterioren las relaciones políticas entre los países. Una función clave de la OMC consistirá en ayudar a los países a hacer frente a los desafíos tanto económicos como políticos que implica un reajuste estructural continuo.

AI concebir un conjunto de normas y una institución para el desempeño de esa función, los creadores dei GATT y más recientemente de la OMC recurrieron a dos de las ideas clave de Hayek, fruto de su perspicacia: la función dei sistema de precios en la transmisión de información y la importancia dei imperio de la ley.

* * *

Hayek fue un defensor elocuente y vigoroso de la idea de que el sistema de precios es un mecanismo para comunicar información y de que lo más importante de ese sistema es la economía de conocimientos con que funciona. Esto es de capital importancia en las economías modernas, que son sumamente complejas y en las que el "conocimiento de las circunstancias particulares de tiempo y de espacio" están muy dispersas entre millones de personas. Ningún planificador central puede pensar en reunir, y mucho menos someter a tratamiento, toda esa información económica. El sistema de precios, al "coordinar las acciones separadas de diferentes personas", permite que esos conocimientos tan dispersos orienten, espontáneamente, la asignación continuamente cambiante de los escasos recursos de la sociedad.

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Esta idea, que ya es válida para un solo pais, cobra aún más importancia en una economía internacional cada vez más mundial en la que el volumen de información sobre las condiciones y tendencias dei mercado es inmensamente mayor. Ciertamente, la integración en curso de la economía mundial es una de las principales razones dei espectacular ocaso de la planificación centralizada. La ilusión de que los planificadores podían llevar a cabo su labor tuvo simplemente que dejar paso a la realidad.

Las normas y disciplinas dei GATT reflejan la idea de que un sistema descentralizado de precios determinados por las fuerzas dei mercado es la forma óptima de lograr una asignación eficiente de los recursos. También son coherentes con la observación de Hayek de que "la medida en que el mercado funcione correctamente dependerá de las normas concretas" por las que se rija. Las normas dei GATT están concebidas para economías orientadas al mercado y establecen las condiciones de competencia en un sistema de libre empresa. En particular, el principio de los "aranceles solamente" hace que la protección, cuando existe, no bloquee el funcionamiento dei mecanismo dei mercado, y el principio de la no discriminación hace que todo país compre al proveedor extranjero de precios más bajos. Una vez dentro de las fronteras, las mercancías han de recibir el trato "nacional ", es decir, han de ser tratadas en pie de igualdad con las mercancías producidas en el país. La consolidación de los aranceles y la obligación de los países de observar las normas y disciplinas multilaterales, así como los procedimientos para dirimir las diferencias, aportan, a su vez, un elemento de estabilidad y de previsibilidad a las condiciones de la competencia. Por otra parte, el sistema no es estático. En sucesivas rondas de negociación (la Ronda Uruguay fue la octava), los países miembros dei GATT han reforzado la función dei sistema de mercado reduciendo los aranceles, suprimiendo contingentes y haciendo extensivas las normas orientadas al mercado a nuevos sectores. Entre tanto, el número de miembros ha pasado de 23 en 1947 a 123 en la actualidad.

Las normas internacionales, tales como las dei GATT, desempeñan una función crítica en la consolidación de la libertad. En su obra Constitution of Liberty, Hayek desarrolló más a fondo la importantísima idea formulada por John Locke sobre la ley como garante de la libertad:

"La finalidad de la ley no es abolir ni coartar la libertad, sino preservarla y ampliarla. En efecto, en todos los estados de seres creados capaces de regirse por leyes, cuando no hay ley no hay libertad."

En el plano internacional, tales normas no sólo aseguran la libertad de los agentes económicos para operar en su interés comercial fuera de las fronteras nacionales, sino que también refuerzan la libertad de los gobiernos en sus intervenciones de política comercial, al definir el alcance de las medidas permisibles dentro de los límites dei derecho internacional. El comportamiento de todos los gobiernos es más previsible cuando todos ellos aceptan las normas.

Debería añadir que las normas o reglas multilaterales están también ayudando a los países que están pasando de unas economías de planificación centralizada y de sustitución de importaciones a unas economías orientadas al mercado. Las normas dan importantes directrices para la reforma dei régimen comercial, y la voluntad de un país de atenerse a las normas y disciplinas del GATT/OMC confiere mayor credibilidad al proceso de reforma, tanto en el plano nacional como entre los inversionistas extranjeros.

La idoneidad de un sistema de comercio basado en normas está limitada por la credibilidad de sus normas y de sus procedimientos. Durante varios años, antes de la culminación de la Ronda Uruguay, hubo una serie de acontecimientos que contribuyeron a la continua erosión de la credibilidad dei GATT. Entre ellos cabe mencionar la imposibilidad de someter el sector agropecuario a las disciplinas dei GATT, la exclusión de los textiles y las prendas de vestir de las reglas normales, la

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difusión de restricciones cuantitativas bilaterales impuestas al margen de las normas dei GATT, la existencia de niveles muy diferentes de obligaciones entre los países miembros y la idea de que las normas no habían evolucionado al ritmo de los cambios ocurridos en la economía mundial. Como resultado de todo ello, el sistema se estaba acercando rápidamente a un punto en el que incluso los problemas rutinarios, y no digamos los nuevos desafíos que he esbozado antes, amenazaban con hundirlo.

El éxito de la Ronda Uruguay era absolutamente indispensable. No es casualidad que el orden dei dia de la Ronda fuera el más ambicioso y complejo de la historia dei GATT y que sólo pudiera compararse con él la redacción de la Carta de La Habana. No podía menos de serlo: los negociadores que se reunieron en Punta dei Este en septiemb le 1986 tenían conciencia de las presiones cada vez mayores que se ejercían sobre el sistema de con ció y trataron y consiguieron que se incluyeran en las negociaciones todos los problemas clave, tal como los entendían en aquel momento.

* * *

¿Qué se ha conseguido en la Ronda Uruguay? En el sector dei acceso a los mercados, los países desarrollados han convenido en reducir en casi un 40 por ciento sus derechos arancelarios, y la mayoría de los países han consolidado la totalidad o gran parte de tales derechos. Por otra parte, el sistema mismo se ha visto considerablemente reforzado mediante la adopción de nuevas normas, procedimientos y disposiciones institucionales.

Una de las principales características de los acuerdos sobre el comercio de mercancías es que se ha sometido rigurosamente a las reglas normales el sector agropecuario, que durante largo tiempo permaneció al margen de las normas dei GATT y fue una importante fuente de conflictos entre los miembros dei GATT. El acuerdo sobre las mercancías también prevé la futura eliminación de las restricciones bilateralmente negociadas dei comercio de textiles y vestido impuestas por el Acuerdo Multifibras (AMF), así como de las medidas de la denominada "zona gris" tomadas al margen de las normas dei GATT. En la Ronda Uruguay, la supresión de las restricciones cuantitativas bilaterales era un importante objetivo de los países en desarrollo, muchos de los cuales son tributarios de manufacturas de gran intensidad de mano de obra para iniciar su marcha hacia el desarrollo.

El acuerdo sobre los servicios (el primer conjunto de normas multilaterales adoptado para este sector clave de la actividad económica) es el equivalente dei Acuerdo General para el comercio de ser/icios. Ahora bien, como el comercio de servicios comprende no sólo el movimiento transfronterizo de servicios sino también la presencia comercial, el acuerdo sobre los servicios tiene una dimensión de inversiones que el Acuerdo General no tuvo nunca. Igualmente nuevo es el acuerdo sobre la protección de la propiedad intelectual, por el que se establece un nivel mínimo de protección aplicable en todos los miembros de la OMC, con un período transitorio para los países en desarrollo y los pares en transición, así como para los países menos adelantados

AI colocar los acuerdos sobre las mercancías, los servicios y la protección de la propiedad intelectual bajo la salvaguardia jurídica de la nueva OMC se ha hecho posible el planteamiento dei "todo único", en virtud dei cual la OMC y sus anexos han de ser aceptados como un todo por los países miembros. Este es un importante cambio con respecto a la Ronda de Tokio, en la que no había ninguna obligación de aceptar los acuerdos relativos a las medidas antidumping, a las subvenciones y medidas compensatorias, a las licencias de importación y a los obstáculos técnicos al comercio, para no mencionar más que unos pocos. La sustitución dei sistema jurídico dei GATT por el sistema de la OMC significará que se conferirán básicamente los mismos derechos y se impondrán básicamente las mismas obligaciones a todos los miembros, con lo que se logrará que el alcance y la profundidad dei sistema multilateral de comercio sean mucho mayores que nunca.

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Estos compromisos ampliados de los miembros de la OMC serán exigibles por los interlocutores comerciales mediante los nuevos procedimientos de solución de diferencias, que han sido modificados para darles un carácter más automático. En la OMC, la adopción dei informe dei grupo especial encargado de la solución de una diferencia ya no requerirá el acuerdo dei país que haya resultado perdedor. Además, hay otro elemento nuevo, que es la posibilidad de que un órgano de apelación proceda a un examen independiente antes de que las recomendaciones dei grupo especial sean jurídicamente vinculantes. Esto es una salvaguardia contra posibles errores y permite que el mayor automatismo vaya acompañado de una mayor confianza en los resultados dei sistema de solución de diferencias.

El hecho de que se haya tardado tres años más de lo previsto para dar cima a las negociaciones no resta en modo alguno importancia a lo que se conseguirá cuando el acuerdo sea ratificado y entre en funcionamiento. Según cálculos muy prudenciales, el ingreso anuai aumentará en alrededor de 250.000 millones de dólares como resultado de la aplicación de la parte de la Ronda concerniente al acceso a los mercados, es decir, de las reducciones de los derechos arancelarios y la supresión de los obstáculos no arancelarios al comercio de mercancías solamente. Cabe suponer que el mejoramiento dei acceso a los mercados de los servicios reportará grandes aumentos adicionales dei ingreso.

Con todo, desde el punto de vista de la gestión de las relaciones comerciales internacionales, es evidente que las partes más importantes de la Ronda Uruguay son las que se refieren a las normas, disciplinas y disposiciones institucionales nuevas y mejoradas. Estos cambios favorecerán y estimularán unas corrientes comerciales que actualmente totalizan 4,5 billones de dólares al año. No hay ninguna forma de hacer una estimación seria dei aumento de los ingresos que se obtendrá con estos mejoramientos dei sistema, pero en mi opinión no hay ninguna duda de que será un múltiplo dei aumento de los ingresos que se logrará con la parte de la Ronda Uruguay referente al acceso a los mercados.

* * *

Aunque la Ronda Uruguay haya concluido, la OMC no está todavía organizada. Las asambleas legislativas están iniciando actualmente el proceso de ratificación, que confío se desarrolle con la mayor rapidez posible, a fin de que la OMC entre en funcionamiento el Io de enero de 1995, fecha acordada como meta. Una vez establecido el nuevo sistema, los miembros tendrán que hacer que funcione sin dificultades y que continúe evolucionando. El curso que sigan las relaciones económicas :nternacionales durante los dos o tres próximos decenios dependerá en gran medida de las actitudes y las políticas de los países en dos aspectos dei funcionamiento dei sistema multilateral de comercio.

El primero es el dei logro de nuevas reducciones de los obstáculos al comercio, nara continuar haciendo que aumenten las posibilidades de que las corrientes comerciales sean función de las ventajas comparativas. En la esfera de los bienes, los derechos arancelarios aplicados a los productos industriales son bajos en los países de la OCDE, pero se siguen aplicando derechos altos a ciertas categorías de productos rensibles. Los derechos arancelarios medios continuarán siendo mucho más elevados en los países en desarrollo. En el caso de los productos agropecuarios, la arancelización eliminará las restricciones cuantitativas a la importación, pero la mayoría de los derechos arancelarios serán considerablemente más altos que los aplicables a los productos industriales. En la esíera de los servicios, tenemos ante nosotros un calendario muy activo, que empieza con la negociación de los compromisos sobre los servicios financieros.

Es probable que se tropiece con mayores dificultades en lo que se refiere a las políticas restrictivas dei comercio que hasta fecha reciente se han considerado como estrictamente internas. Las normas técnicas, los requisitos en materia de salud y de seguridad y la contratación pública figuran entre los

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ejemplos que mencioné anteriormente de políticas que han pasado a la esfera internacional como resultado de la integración en curso de la economía mundial.

Aunque es importante mantener el impulso de la marcha hacia la liberalización, un aspecto que es más crítico y que constituye un reto es el de la voluntad de los miembros de la OMC de atenerse a la letra y al espíritu de las nuevas normas, particularmente en el caso de los principales países desarrollados y en desarrollo. Esto debería ser más fácil en la OMC qw, en el actual GATT, porque el Acuerdo por el que se establece la OMC no sólo da un gran impulso institucional al sistema multilateral de comer;io, sino que también introduce una reforma fundamental en el sistema de solución de diferencias.

No obstante, hay otras consideraciones que ponen en guardia contra una complacencia excesiva. Una importante razón de la difusión de medidas comerciales ilegales a partir de fines dei decenio de 1960 fue la inexistencia de reclamaciones de terceros. En las negociaciones de la Ronda Uruguay no hubo nada que hiciera pensar en un cambio de la renuencia de los terceros a presentar reclamaciones formales sobre acuerdos bilaterales incompatibles con las obligaciones impuestas por la OMC. Como he señalado, el Acuerdo incluye un compromiso de suprimir gradualmente las restricciones cuantitativas bilaterales en un plazo de cinco años (diez años en el caso de los contingentes del AMF), pero la experiencia de los últimos 25 años induce a pensar que no será fácil lograrlo. Baste con recordar ahora que Hayek, previendo ya lo que hoy denominamos "ordenación dei comercio", puso en guardia contra las presiones, siempre presentes, que llevaban a convertir el "orden competitivo" en una "competencia ordenada".

Una amenaza más grave a la voluntad de los países de atenerse a las normas y disciplinas de ¡a nueva OMC son las inquietudes que se están expresando en algunos países por las repercusiones de esas normas y procedimientos sobre la soberanía nacional. Ello se explica en parte, indudablemente, por un acontecimiento que he mencionado antes, a saber, la tendencia de los interlocutores comerciales a tratar de influir en una serie de políticas que tradicionalmente se han considerado estrictamente nacionales. Dos acusaciones más específicas formuladas por aquellos a quienes les preocupa la posible erosión de la soberanía nacional se refieren a la forma de cambiar las normas en la OMC y a la naturaleza vinculante de los nuevos procedimientos para la solución de diferencias. Ambas inquietudes son totalmente infundadas.

¿Puede la OMC tomar decisiones que vinculen jurídicamente a sus miembros sin el acuerdo de éstos? No. La OMC no tiene facultades para imponer nuevas obligaciones de política comercial. Por ejemplo, las condiciones de adhesión de todo nuevo miembro de la OMC requieren la aprobación de dos tercios de los miembros de la OMC. Ahora bien, cada miembro de la OMC tiene libertad para decidir no aplicar al nuevo miembro el Acuerdo por el que se establece la OMC. Así pues, a los diferentes miembros de la OMC no se les puede imponer la obligación de establecer relaciones comerciales con otro Estado en modalidades y condiciones que no desean asumir.

Las modificaciones dei Acuerdo por ei eue se establece la OMC que alteren los derechos y las obligaciones de los miembros tienen vigor solamente para los países que las acepten. Aunque es cierto que determinadas disposiciones institucionales y procesales pueden modificarse con efecto para todos los miembros, las modificaciones de los procedimientos para la solución de diferencias sólo pueden hacerse por consenso. Es más, en comparación con las disposiciones formales vigentes en el actual GATT en esos sectores, los procedimientos de la OMC para la modificación y la no aplicación dan mucha más protección contra los cambios no deseados. En muchos casos en que el GATT exige una mayoría de la mitad o dos tercios de las partes contratantes, la OMC requiere ahora una mayoría de tres cuartos o incluso la unanimidad o el consenso. Cualquier legislador a quien le preocupen las prerrogativas de los órganos legislativos tiene motivos para apoyar la transición dei sistema dei GATT al sistema de la OMC.

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El cambio introducido en el actual sistema de consenso para la adopción de las decisiones de los grupos especiales para la solución de diferencias es importante. Ya no habrá la posibilidad de rechazar la decisión de los grupos especiales. Algunos paísej han interpretado el den cho a rechazar las conclusiones de los grupos especiales como la prerrogativa inherente a toda nación sooerana. Ahora bien, esto equivale a que todo país pueda optar por colocarse por encima de la ley siempre que no le convenga respetarla. Ello no permitirá mantener un marco comercial estable y previsible. Y, evidentemente, la contrapartida de que cada miembro renuncie a su derecho a bloquear las conclusiones de los grupos especiales es un acuerdo quid pro quo de sus interlocutores comerciales.

Es importante añadir -como ciertamente habría hecho Hayek- que los temores experimentados por las repercusiones de la OMC sobre la soberanía nacional tienen su origen en una idea errónea más fundamental. Hayek fue, como ya he señalado, un elocuente defensor moderno de la idea de que la libertad no debe equipararse a la inexistencia de restricciones dei comportamiento. Antes bien, la libertad es posible sólo bajo la ley. Evidentemente, a Hayek le preocupaba la libertad individual, pero sus argumentos son susceptibles de transposición a la soberanía nacional, que es el equivalente para los países de lo que la libertad es para las personas. Si se considera que la soberanía es la capacidad de los poderes públicos para desempeñar sus funciones legítimas, la aceptación de las nuevas normas y procedimientos de la OMC por los gobiernos de todo el mundo hará que aumente la soberanía de todos y cada uno de ellos.

* * *

Una de las conclusiones que cabe inferir de este análisis de los retos con que se enfrentan las relaciones económicas internacionales es que es necesario adoptar nuevas disposiciones de cooperación en el plano internacional para promover la coherencia mundial en la formulación de políticas económicas, no sólo en las relaciones comerciales, sino también, más en general, en otros aspectos de la política económica.

En la decisión de la Ronda Uruguay sobre el logro de una mayor coherencia en las políticas comerciales, financieras y monetarias se afirma que "la OMC deberá, por tanto, promover y desarrollar la cooperación con los organismos internacionales que se ocupan de las cuestiones monetarias y financieras", y los Ministros invitaron al Director General de la OMC a examinar esta cuestión con los directores dei Banco y dei Fondo "con vistas a alcanzar una mayor coherencia en la formulación de la política económica a escala mundial". Los detalles de esta cooperación habrán de decidirse en el futuro, y la consecución de tal coherencia entre las instituciones de Bretton Woods, incluyendo la OMC, es un desafío muy importante para el futuro. Por ejemplo, en vez de que cada órgano examine por separado las políticas de los países, ¿no habría razones para adoptar un planteamiento más global, dando un paso adelante con respecto a los precedentes establecidos en el GATT en este sector? Evidentemente, es preciso estudiar mucho más la cuestión para comprender mejor las repercusiones de las diversas posibilidades.

Otra cuestión prioritaria es la ulterior expansión dei sistema multilateral, para darle un carácter verdaderamente mundial. En la actualidad hay 123 partes contratantes dei GATT, y otros 19 países se enCiientron en proceso de negociación de su adhesión o de la reanudación de su condición de miembro. Entre esos países figuran China, Rusia, Ucrania y otras Repúblicas de la antigua Unión Soviética, la Arabia Saudita, los Estados dei Báltico y los dos únicos países latinoamericanos que aún no son miembros, a saber, el Ecuador y Panamá. Es patente que responde a los intereses de todos que las disciplinas y las garantías dei sistema multilateral se aplican lo más ampliamente posible, por ejemplo al gran potencial económico de China. Sin embargo, es igualmente evidente que la ampliación ha de hacerse con cuidado, a fin de mantener la integridad dei sistema que se acaba de reforzar en la Ronda Uruguay.

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No obstante, la cuestión más prioritaria es la que constituye la clave para que se traduzcan en hechos todos los esfuerzos realizados en la Ronda Uruguay y para que se conviertan en realidad todas las esperanzas cifradas en la Ronda. Se trata de la urgente necesidad de ratificar los Acuerdos de Marrakech de forma que puedan entrar en vigor en la fecha acordada como meta: el 1 ° de enero de 1995. Este proceso, que está en manos de las asambleas legislativas en todo el mundo, es la medida indispensable que es preciso adoptar para que el nuevo marco económico internacional se convierta en realidad. La demora en la ratificación, especialmente por las principales potencias económicas, retrasaría el establecimiento de ese marco y expondría sus elementos a la corrosión. Evidentemente, no se puede hacer caso omiso de los retos que he analizado hoy. Así pues, sería de todo punto inconcebible cualquier vacilación en la plena utilización de los medios que acabamos de crear para hacer frente a esos desafíos.

FIN