gastón gordillo

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Gastón Gordillo, “La subordinación y sus mediaciones: dinámica cazadora-recolectora. Relaciones de producción, capital comercial y Estado entre los tobas del oeste de Formosa” en: Héctor Hugo Trinchero, Producción doméstica y capital. Estudios desde la antropología económica, Buenos Aires, Biblos, 1995. Objetivo analizar el proceso de subordinación al capital de los tobas del oeste de la provincia de Formosa (también conocidos como tobas-pilagás), grupo cazador-recolector y agricultor rudimentario ubicado sobre la margen derecha del bañado del Pilcomayo y que comprende una población de aprox. 1500 personas distribuidas en 8 comunidades rurales. Introducción La expansión del capitalismo en el Gran Chaco produjo grandes transformaciones en la organización de los grupos indígenas de la región. Sin embargo, la desarticulación del antiguo modo de producción adquirió en distintas subregiones características disímiles: Chaco oriental argentino (norte de Santa Fe, centro- oeste de Chaco y Formosa) debido a la fertilidad y humedad del suelo, los indígenas recibieron una fuerte presión agropecuario y fueron confinados a territorios reducidos donde no fue posible la continuidad sistemática de la caza, la pesca y la recolección. Por lo tanto, los indígenas se vieron obligados a desarrollar (incentivados por el Estado) una agricultura comercial y a recurrir al trabajo asalariado estacional. Chaco centro-oriental (oeste de Formosa y nordeste de Salta) dada la semiaridez de la región, la expansión del capital no se basó en una ocupación directa sino en el reclutamiento de mano de obra estacional primero por parte de los ingenios salto-jujeños y más recientemente por las fincas poroteras salteñas y las colonias algodoneras del Chaco oriental. Por lo tanto, la desarticulación del modo de producción no significó 1

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Gastón Gordillo, “La subordinación y sus mediaciones: dinámica cazadora-recolectora. Relaciones de producción, capital comercial y Estado entre los tobas del oeste de Formosa” en: Héctor Hugo Trinchero, Producción doméstica y capital. Estudios desde la antropología económica, Buenos Aires, Biblos, 1995.

Objetivo analizar el proceso de subordinación al capital de los tobas del oeste de la provincia de Formosa (también conocidos como tobas-pilagás), grupo cazador-recolector y agricultor rudimentario ubicado sobre la margen derecha del bañado del Pilcomayo y que comprende una población de aprox. 1500 personas distribuidas en 8 comunidades rurales.

Introducción

La expansión del capitalismo en el Gran Chaco produjo grandes transformaciones en la organización de los grupos indígenas de la región. Sin embargo, la desarticulación del antiguo modo de producción adquirió en distintas subregiones características disímiles:

Chaco oriental argentino (norte de Santa Fe, centro-oeste de Chaco y Formosa) debido a la fertilidad y humedad del suelo, los indígenas recibieron una fuerte presión agropecuario y fueron confinados a territorios reducidos donde no fue posible la continuidad sistemática de la caza, la pesca y la recolección. Por lo tanto, los indígenas se vieron obligados a desarrollar (incentivados por el Estado) una agricultura comercial y a recurrir al trabajo asalariado estacional.

Chaco centro-oriental (oeste de Formosa y nordeste de Salta) dada la semiaridez de la región, la expansión del capital no se basó en una ocupación directa sino en el reclutamiento de mano de obra estacional primero por parte de los ingenios salto-jujeños y más recientemente por las fincas poroteras salteñas y las colonias algodoneras del Chaco oriental. Por lo tanto, la desarticulación del modo de producción no significó una total destrucción de la dinámica cazadora-recolectora. No obstante, esta producción comenzó a realizarse en condiciones muy distintas a las de antes: “ya no se daba en el contexto de una totalidad socioeconómica y política que controlaba sus condiciones de reproducción social, sino en el marco de una forma doméstica que -por la presión territorial y la adquisición de bienes que se volvieron fundamentales para la subsistencia- necesitaba acceder al mercado y por ende supeditarse a sus reglas para reproducirse. Así, por un lado, “el monte” -como espacio de práctica de la caza-pesca-recolección y donde prima el acceso colectivo a los recursos naturales- se convirtió para los indígenas en un ámbito para la reproducción de la vida opuesto a la sobreexplotación asociada al trabajo asalariado. Pero, por el otro, la “devolución” de los migrantes indígenas al monte después de la finalización de las cosechas y la cobertura por parte de las unidades domésticas de parte de la reproducción de la fuerza de trabajo está ligada los propios intereses del capital agrario. Pero el hecho de que los grupos domésticos mantengan cierto control sobre los medios de producción propios hacen que esta subordinación no es directa ni lineal.

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El proceso histórico de inserción en el capitalismo

Hasta fines del siglo XIX –y a diferencia de los grupos de las regiones más orientales y australes del Chaco argentino- la semiaridez del Chaco centro-occidental y la belicosidad de los indios que vivían allí habían hecho que éstos mantuvieran una relativa autonomía en relación a la expansión del Estado-nacional. Pero a partir de 1884, debido al cerco militar que se tendió luego de la campaña, se abrió camino al trabajo asalariado estacional en los ingenios salto-jujeños.En 1930 misioneros anglicanos fundaron la Misión El Toba junto con el asentamiento criollo de Sombrero Negro. A partir de entonces las bandas seminómadas fueron sedentarizadas, se fomentó la agricultura de autosubsistencia y la producción mercantil de artesanías.A mediados de la década de 1960 los ingenios saltojujeños empezaron a mecanizar parte de la cosecha y dejaron de reclutar masivamente mano de obra.1 A partir de allí, los tobas empezaron a ser captados como mano de obra estacional por nuevos sectores productivos: en los años 60 por las fincas frutihortícolas salteñas, entre los 60 y 70 por los obrajes itinerantes dedicados a la explotación de quebracho y desde principios de los 70 hasta la actualidad en las fincas poroteras salteñas y las colonias algodoneras del este de Formosa.En 1976 una crecida del Pilcomayo destruyó por completo la misión anglicana y el resto de las comunidades, obligando a los tobas a reubicarse en nuevas comunidades. En 1983, la vuelta a la democracia, el repliegue de los anglicanos (que abandonaron el país con la Guerra de Malvinas) más el descubrimiento de un importante yacimiento de petróleo en Palmar Largo (a 60 km de las comunidades) hicieron que la localidad de Ingeniero Juárez experimentara un gran crecimiento: se construyeron nuevos caminos y aumentó el accionar de las instituciones provinciales en las comunidades tobas con el establecimiento de escuelas, puestos sanitarios y el otorgamiento de empleos públicos.En 1989 el fin del paternalismo anglicano y la participación electoral de los tobas estimularon una mayor movilización que, luego de años de presión, les permitió obtener el título de propiedad comunitaria de gran parte de la tierra que hoy en día explotan (35.000 ha.)

El actual proceso de subordinación al capital

La principal vía de supeditación al capital es la venta de trabajo, centrada en la actualidad en la cosecha de algodón del este formoseño, en la cosecha del poroto en el umbral del Chaco salteño y en forma menos masiva en las estancias ganaderas en la margen paraguaya del Pilcomayo. La explotación está basada en el pago de salarios ínfimos que además se hacen en gran parte en forma de adelantos de alimentos envasados, en la prolongación sistemática de la jornada laboral, por el pago a destajo en las cosechas y por el control de capataces en las estancias.Esta migración estacional altera la dinámica de los grupos domésticos, ya que se ven obligados a adaptar temporalmente buena parte de su funcionamiento económico debido a la falta de brazos útiles. Por ello, deben intensificar la práctica de caza, pesca y recolección, intentar aumentar la venta de productos o recurrir en mayor medida a la obtención de recursos por medio de mecanismos reciprocitarios.

1 Aunque las migraciones regulares y masivas a la zafra terminaron en la década del 60, luego hubo algunas temporadas en las que en los ingenios reclutaron grupos reducidos de personas. La última migración de este tipo se hizo en 1976.

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Periodos de migraciones:

Entre diciembre y febrero migración a las colonias algodoneras, durante tres o cuatro meses. En las tareas de cosecha participan hombres, mujeres y niños. El pago se realiza a destajo (por kilaje de algodón). La liquidación se realiza semanalmente, previo descuento de los alimentos envasados (arroz, fideos, sémola, etc.) obtenidos durante ese lapso.

Junio migración a las fincas poroteras salteñas. El salario es extremadamente bajo, previo descuento de los alimentos envasados obtenidos de los contratistas y pago a destajo por ha. trabajada.

Entre agosto y octubre migración al Paraguay para trabajar en el desmonte y limpieza de alambrados en las estancias cercanas. El pago es por jornal y la prolongación de la jornada laboral es garantizada por capataces armados. Para atraer a los tobas algunos alimentos envasados no son descontados de la liquidación final, pero como el jornal es en guaraníes, el pago es realizado por completo en especie (ropa y alimentos envasados)

Otro ámbito en el que se manifiesta la subordinación al capital es la producción mercantil. En la mayoría de los casos los compradores (los “bolicheros” criollos del lugar, los grandes comerciantes de Ingeniero Juárez y compradores provenientes de Salta) pagan precios muy bajos que apenas cubren el costo de producción y que además son retribuidos en gran medida en mercaderías. Aunque la producción está orientada básicamente al autoconsumo, muchas comunidades venden parte de sus productos agrícolas en el mercado regional. Debido a que los productos salteños tienen un precio mayor, los tobas pueden abastecer al mercado local.Las producción mercantil de artesanías, iniciada por los misioneros anglicanos en 1930, comprende sobre todo tapices, fajas de lana y bolsos de fibra de chaguar cuyo principal comprador es el Estado provincial a través del ICA (Instituto de Comunidades Aborígenes de Formosa) Esta actividad es realizada por mujeres y en función casi exclusiva de la venta. Sin embargo, esta venta está condicionada por la irregularidad de la llegada de los compradores del ICA que pueden tardar varios meses en ir a las comunidades.

Las mediaciones en el proceso de subordinación al capital

a) Importancia y dinámica de la práctica de la pesca, la caza y la recolección- Proporciona alimentos durante la mayor parte del año- Un grupo de doméstico puede cambiar fácilmente de una comunidad a otra

porque estas actividades pueden practicarse desde cualquiera de ellas. Este fenómeno se sostiene, además, en la propiedad colectiva de la tierra (viva en la comunidad donde viviere, todo toba tiene derecho a hacer uso del monte y del bañado)

Esto hace que la mayoría de los grupos domésticos tobas posean a lo largo del año una considerable capacidad de generar medios de subsistencia propios. Esta capacidad es significativa en la época de mayor abundancia de recursos naturales, la estación húmeda y en particular entre octubre y abril. Durante esta época los grupos

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domésticos pueden ser más selectivos en las modalidades de obtención de manufacturas y por ende evitar la sobreexplotación. Con el comienzo de la estación seca esta capacidad empieza a disminuir aunque la crecida del Pilcomayo produce el ascenso de cardúmenes que posibilitan la pesca.A partir de fines de julio empieza la época de mayor escasez del año. La pesca empieza a bajar, ya no hay frutos para recolectar en el monte y la miel sólo puede encontrarse en el bañado.Además, en esta época hay una importante caída en la demanda de fuerza de trabajo y de productos. Entonces, los grupos domésticos se ven obligados a obtener recursos monetarios con menos posibilidades de elección y en peores condiciones. Los tobas buscan empleo en las estancias del Paraguay, hacen changas para los criollos y venden sus artesanías a precios ínfimos a gendarmes de una localidad cercana o en Ing. Juárez. Pero, más allá de las variaciones estacionales, el hecho de que las actividades de subsistencia proporcionen una importante fuente de alimentos a lo largo del año permite a los grupos domésticos mantener un resguardo parcial contra la sobreexplotación. No obstante, estos repliegues sobre el monte y el bañado tienen fuertes límites y no pueden ser más que temporarios.

b) Las relaciones de producción comunalesLa distribución social del producto se basa en gran medida en una reciprocidad generalizada, por la cual buena parte de los alimentos obtenidos se comparte con otros grupos domésticos. El derecho de todo grupo doméstico a usufructuar el monte y el bañado les proporciona un considerable respaldo en cuanto a las posibilidades de cubrir la subsistencia. Y la propiedad comunal de la tierra es también la base fundamental que permite la relativa movilidad de los grupos domésticos entre comunidades.

c) La práctica de actividades productivas mercantilesAunque la producción mercantil está sometida a la explotación del capital comercial, el desgaste de fuerza de trabajo suele ser menor con relación a la venta de fuerza de trabajo. Esto sumado a que esta actividad les permite a los tobas permanecer en sus comunidades de origen, hacen que los grupos domésticos opten por la producción mercantil en lugar de la migración estacional. La venta de productos agrícolas tiene mucha importancia y le permite a la mayoría de los grupos domésticos la obtención de ropa, alimentos envasados e instrumentos de trabajo. El artesanado, realizado por mujeres, suele ser constante. Pero, el hecho de que el pago por parte del ICA sea en alimentos envasados, no les permite obtener, por ejemplo, ropa.Dado que la producción mercantil sigue teniendo entre los tobas un desarrollo relativamente débil, esta no llega a imponer un freno masivo al trabajo asalariado estacional.

d) El papel del EstadoEn la actualidad, los empleos públicos aportan la principal fuente de ingresos de la mayoría de las comunidades. De hecho, la posesión de un empleo público es la máxima aspiración de todo toba.Aunque estos ingresos están concretados en un número relativamente reducido de grupos domésticos (sobre todo en quienes tienen un empleo calificado), la presión

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ejercida por el resto de los grupos a través de las relaciones reciprocitarias hacen que gran parte de esos recursos se distribuya en forma de alimentos envasados al resto de la comunidad. Por otro lado, no es la misma la situación de los trabajadores calificados que la de los no calificados. En los primeros, la decisión de no vender su fuerza de trabajo estacionalmente no es fruto de una decisión coyuntural, sino de un fenómeno dado por la disponibilidad de su empleo. Los segundos (empleados en negro y de posición inestable), debido a lo bajo de sus ingresos, la no participación en las migraciones estacionales resulta más de una elección que apunta a evitar la explotación de su fuerza de trabajo. La mediación del Estado se visualiza también respecto del tema de la obtención del título de la tierra. Este accionar estatal –que tuvo un papel activo (aunque no exento de contradicciones) en el proceso de “regularización”- está ligado a la contención de la movilización indígena y a la obtención de réditos electorales, pero además a su intento de asegurar la reproducción de un sector productivo doméstico funcional a la acumulación de capital.

Mediaciones y resistencia

El monte y el bañado y su uso compartido son para este grupo toba un ámbito de dominio espacial y social donde no llega el control directo del capital y en este sentido su defensa tiene para los tobas un fuerte valor movilizador. Así la defensa de “el monte” tiene un alto contenido simbólico, pero también político. Un ejemplo claro es la movilización por la tierra que se inició con el retorno constitucional y sobre todo con la sanción en Formosa de la Ley Integral del Aborigen en 1984 donde se contempla el derecho de los indígenas a la propiedad de la tierra por ellos ocupada, tierra hasta ese entonces en propiedad fiscal. La movilización toba se caracterizó por una activa participación de base que se expresó en asambleas. Dentro de este proceso de reivindicación de la pesca, la caza y la recolección como sostenes de la subsistencia y el uso colectivo del monte y del bañado ocupó un lugar central en la demanda a las autoridades provinciales. En 1985 la asociación civil que reúne a las comunidades tobas obtuvo la personería jurídica y luego el ICA realizó la mensura de las tierras a entregar.Finalmente en 1989 la asociación civil obtuvo el título de propiedad comunitaria de gran parte de las tierras que los tobas actualmente usufructúan. Título que cubre 35.000 has. Sin embargo, la movilización no terminó allí, sino que continuó con la demanda al gobierno provincial de que se delimitaran las tierras de los criollos situados dentro de su mensura para posibilitar su reubicación.

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