fuerzas de seguridad pública del estado

Gobierno del Estado Secretaría de Seguridad Pública

G o b i e r n o d e l E s t a d o d e G u a n a j u a t o

Fuerzas de Segur idad Pública del Estado Fuerzas de Segur idad Pública del Estado2

S e c r e t a r í a d e S e g u r i d a d P ú b l i c a d e l E s t a d o

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Himno de la Fuerzas de Seguridad Pública del Estado

Introducción

Batallón Primer Ligero del Estado de Guanajuato

Antecedentes Militares

El cuerpo de Seguridad del Estado nace a la vida pública

Decreto Legislativo Número 199

Batallas Históricas

Contra el invasor norteamericano en la Batalla de Monterrey

Combate en la Sierra Gorda

Escolta el Batallón Primer Ligero a Juárez en Guanajuato

Con la Batalla de Salamanca, inicia la Guerra de Reforma

Batalla de Loma de las Ánimas, en Silao

Batalla del 5 de Mayo en Puebla

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ÍndiceAutoriza Juárez al Primer Ligero de Guanajuato el uso de armas y uniformes del Ejército Federal

Sitio de Querétaro

Jalisco, Tampico y Zacatecas, otras batallas

Mandos del Batallón Primer Ligero

Cuarteles a través de la Historia

Al servicio de Guanajuato, inundaciones en Irapuato

Fuerzas de Seguridad Pública del Estado

Policía Estatal Acreditable

Policía Procesal

Herederos de una gran institución

G o b i e r n o d e l E s t a d o d e G u a n a j u a t o S e c r e t a r í a d e S e g u r i d a d P ú b l i c a

Fuerzas de Segur idad Pública del Estado Fuerzas de Segur idad Pública del Estado4 5

Bandera del Batallón Primer Ligero de Guanajauto

S e c r e t a r í a d e S e g u r i d a d P ú b l i c a

Fuerzas de Segur idad Pública del Estado 7

Batallón Primer Ligerosus batallas él ganóy un 26 de marzoen Silao se proclamó.

Estado de Guanajuatoeste cuerpo se formócon hombres muy valerososde toda la gran región.

En la lucha de ReformaJuárez su vida encomendóy estas tropas lo escoltaronpor Colima, Saltillo y Nuevo León.

Rebeliones asolabana toda la gran nacióny las tropas del Primer Ligerocombatieron con valor.

Gloria a las tropas del Ligeroque el recuerdo en la historia se sellóde hombres leales que ofrendaron su vidacon promesas de paz y libertad.

Comandantes de aquellos valientesSostenes Rocha, Doblado y Antillóncombatieron, sin miedo a la muerte,para lograr la emancipación.

Hoy las tropas del Ligeromerecen toda la mencióny la sangre que fue derramadaes herencia de la corporación.

Con tus hombres valientes y honradosluchando siempre por la pazhoy tu nombre ha sido cambiadopor Fuerzas de Seguridad.

Patrullando en el estadocon apego a la legalidadinvitando a la ciudadaníaa comportarse con civilidad.

Su misión es mantenerel orden público en la entidaden coordinación con autoridadescon una gran capacidad.

Su visión es un grupo modeloen materia de seguridadpara mantenerlo siempredentro de esta entidad.

Y marchemos recordandoa nuestros héroes con gran humildadportando siempre nuestros uniformes con HONOR, SACRIFICIO Y LEALTAD.

Himno de las Fuerzas de Seguridad Pública del Estado



Introducción

Cuartel San Pedro, Izando la Bandera (1929)Calle Sangre de Cristo ,Gto

El presente libro tiene como propósito presentar una semblanza sobre la destacada trayectoria en distintas épocas de la historia de México, sobre la participación de las Fuerzas de Seguridad Pública del Estado, corporación que en sus inicios hace 182 años, se le conocía como Batallón Primer Ligero.

Creado en 1833 como un Cuerpo de Seguridad por Decreto del entonces Congreso Provincial de Guanajuato, las ahora Fuerzas de Seguridad Pública del Estado son una institución que está adscrita a la Secretaría de Seguridad Pública del Estado, al servicio de la población y en apoyo de los municipios.

Los guanajuatenses siempre se han distinguido por ser parte activa en la construcción de esta gran nación mexicana. La historia así lo demuestra con hechos trascendentales como el Inicio de la Guerra de Independencia en 1810, encabezada por el Padre de la Patria Don Miguel Hidalgo y Costilla.

Actos llenos de valor y heroísmo de los guanajuatenses quedaron también grabados en la memoria del país, al integrarse el Batallón Primer Ligero.

Durante la Revolución de 1910, el Bajío de Guanajuato fue escenario de intensas batallas que perfilaron el rumbo de este movimiento social que, a su vez, marcó la senda del constitucionalismo por el que México ha transitado para consolidar un régimen de instituciones que hoy dan vida a la Nación.

Tanto en la gesta libertaria, como en la época revolucionaria, hombres y mujeres de esta tierra participaron con patriotismo, sacrificio y lealtad, ayudando con ello a la creación y fortalecimiento de las instituciones públicas que en el marco constitucional, son la base del desarrollo del México contemporáneo.



Justamente, una de las instituciones o cuerpos de seguridad más antiguas en la historia nacional, lo representa las Fuerzas de Seguridad Pública del Estado, de cuyas filas surgieron mexicanos que en distintas épocas ofrendaron su vida.

Por ello, con esta pequeña obra editorial que se elaboró a manera de homenaje, el Gobierno del Estado que encabeza el Gobernador Miguel Márquez Márquez, presenta con orgullo ante los guanajuatenses la riqueza de una memoria histórica que ha sido construido a lo largo de casi dos siglos.

En la actualidad, las Fuerzas de Seguridad del Estado, conservan no sólo los principios y valores que le dieron vida como institución, sino que además los fortalece día con día para que se traduzcan en la guía permanente para garantizar a los guanajuatenses la paz social, la tranquilidad y la convivencia armónica.

Bajo una amplia coordinación y trabajo colaborativo con los cuerpos de seguridad del gobierno federal y de los 46 gobiernos municipales, la Secretaría de Seguridad Pública del Estado mantiene a las Fuerzas de Seguridad en constante innovación mediante la aplicación de sistemas de operatividad, inteligencia mediante el uso de la tecnología que hoy permite afirmar se ofrecen resultados permanentes en aras de la construcción de una mayor y mejor seguridad.

Patrullaje Batallon Primer Ligero (1900) Calle Manuel Doblado y Cantarranas, Gto.



Batallón Primer Ligero de Guanajuato

Hoy Dirección General de las Fuerzas de Seguridad Pública del Estado

Para entender la historia de lo que actualmente son las Fuerzas de Seguridad Pública del Estado, antes Batallón Primer Ligero del Estado de Guanajuato, es necesario remitirse a la segunda mitad del siglo XVIII.

Antecedentes Militares

La primera aparición de milicias en Guanajuato se remonta al año de 1767, cuando se formó un ejército para combatir los desórdenes que provocaron los motines que se suscitaron en julio de ese año luego de que por órdenes del Rey Carlos III se mandó a expulsar de los dominios de la Nueva España, a la orden La Compañía de Jesús. Estos acontecimientos se acentuaron con mayor intensidad en las regiones de Pátzcuaro, San Luis de la Paz y la ciudad de Guanajuato.

A fin de controlar la situación, fue enviado a Guanajuato el visitador José Gálvez, quien llega investido por el Rey, de las más amplias facultades para tomar providencias y evitar un levantamiento popular, por lo que dispuso implantar un nuevo impuesto a todos los habitantes para financiar su plan.

En esa época, por órdenes reales, a la ciudad de Guanajuato se le impuso como castigo una multa anual y vitalicia, cuyos productos se aplicarían entre otras cosas, para establecer cuerpos de tropa que guardaran el orden. De acuerdo a lo narrado por el cronista guanajuatense Don Isauro Rionda Arreguín (Q.E.P.D.) narraba: “esta Intendencia contaba con tres cuerpos militares: el Regimiento de Infantería de Celaya, el Regimiento de San Miguel el Grande y el del Príncipe, ambos de Caballería.” [1].

Estas tropas fueron creadas con los nombres de “Milicias Provinciales y de la Legión del Príncipe”, integrados en forma general por los trabajadores de las minas y de las haciendas de beneficio de la Intendencia, destinándose para ello el cuartel situado a espaldas de la iglesia de La Compañía (hoy escuela del Sol) y conocido posteriormente, como “Cuartel de Hiedra o Cuartelillo”.

Posteriormente, el 17 de mayo de 1799 el sargento mayor del Regimiento de Caballería del Príncipe, Don Vicente Mediamarca, compra los terrenos de la vieja hacienda de beneficio del Señor San Miguel, para establecer ahí el cuartel para la custodia de las compañías, armamento, vestuario, montura y enseres de ese cuerpo.

A partir de entonces, se le conoce como “Cuartel de San Pedro”, por estar precisamente junto al puente del señor San Pedro que en aquella época comunicaba a la calle de Sangre de Cristo con El Campanero y fue de ahí donde este cuerpo se unió al Ejército Insurgente el 28 de septiembre de 1810.

Así, tuvo una participación activa en la histórica Toma de la Alhóndiga de Granaditas, por el ejército libertador que comandaba el cura de Dolores, Don Miguel Hidalgo y Costilla. Fue la Guerra de Independencia la que acabó con la existencia del Regimiento de Caballería del Príncipe, ya que los soldados que lo formaban, se unieron a la causa libertaria.

Una década después de consumada la Independencia, en el año de 1829, se promulgaron leyes que determinaban la expulsión de los españoles de nuestro país, por lo que Generales, Jefes y Oficiales españoles, fueron expulsados del ejército, ocupando sus puestos, criollos de menor graduación, con poca experiencia y mucha ambición, tales como Anastasio Bustamante o Antonio López de Santa Ana.

Según refiere nuestra historia, entre los años de 1828 a 1831 el derrocamiento de gobernantes por vía de las armas, fueron las razones esgrimidas por Don Valentín Gómez Farías para intentar

[1] Entrevista Maestro Isauro Rionda Arreguín (Q.E.P.D.)



evitar el gasto de un ejército, fue por ello que en todo el país se inició la formación de Batallones de Guardia Nacional.

El cuerpo de Seguridad del Estado nace a la vida pública

El 26 de marzo de 1833, el Honorable Congreso del Estado Libre y Soberano de Guanajuato, mediante el Decreto número 199, creaba un Batallón y un Escuadrón con el nombre de “Seguridad del Estado de Guanajuato”, quedando integrado de la siguiente manera:

Un capitán, un teniente, un sargento primero, tres segundos, seis cabos primeros, seis segundos, dos tambores, dos pífanos y cien soldados de infantería; un capitán, un subalterno, un sargento primero, un segundo, dos cabos primeros, dos segundos, un trompeta y cuarenta y tres soldados de caballería.

Elemento del Batallon Primer Ligero (1910)



Decreto LegislativoNúmero 199

El Congreso Constitucional del Estado Decreta.

ARTÍCULO 1°.- PARA ATENDER A LA SEGURIDAD DEL ESTADO SE ESTABLECERAN EN LA CAPITAL, UN BATALLÓN Y UN ESCUADRÓN CON EL NOMBRE DE

SEGURIDAD DEL ESTADO DE GUANAJUATO.

ARTÍCULO 2°.- ESTOS CUERPOS SE FORMARÁN CON TOTAL APEGO A LA LEY 123 DE LA MILICIA Y QUEDARÁN

SUJETOS AL INSPECTOR DE LA MILICIA CÍVICA.

ARTÍCULO 3°.- SE FACULTA AL GOBIERNO PARA QUE ESTOS CUERPOS TENGAN SOBRE LAS ARMAS A UN CAPITÁN, UN TENIENTE, UN SUBTENIENTE, UN SARGENTO PRIMERO, TRES SEGUNDOS, SEIS CABOS PRIMEROS, SEIS SEGUNDOS, DOS TAMBORES, DOS PÍFANOS Y CIEN SOLDADOS DE INFANTERÍA; UN CAPITÁN, UN SUBALTERNO, UN SARGENTO PRIMERO, UN SEGUNDO, DOS CABOS PRIMEROS, DOS SEGUNDOS, UN TROMPETA Y CUARENTA Y TRES SOLDADOS DE

CABALLERÍA.

ARTÍCULO 4°.- ESTA FUERZA SE RELEVARÁ CADA TRES MESES, CON LA TROPA QUE DE LOS MISMOS CUERPOS

ESTÉ EN DESCANSO.

ARTÍCULO 5°.- A LOS INDIVIDUOS QUE ESTÉN SOBRE LAS ARMAS SE LES ABONARÁ LOS HABERES QUE PARA SUS RESPECTIVAS CLASES ESTÁN ASIGNADOS AL

EJÉRCITO PERMANENTE Elemento del batallon Primer Ligero (1910)



ARTÍCULO 6°.- LOS OFICIALES Y JEFES DE AMBOS CUERPOS SE REUNIRÁN EN JUNTA, QUE PRESIDIRÁ EL INSPECTOR, PARA NOMBRAR UN OFICIAL QUE HAGA DE CAJERO Y HABILITADO PARA SACAR LOS CAUDALES DE

LA COMISARÍA.

ARTÍCULO 7°.- ESTA JUNTA SE CELEBRARÁ EL DÍA 20 DE JUNIO DE TODOS LOS AÑOS, PARA QUE EL PRIMERO DE JULIO INMEDIATO, YA ESTÉ EXPEDITO PARA PERCIBIR

LOS CAUDALES DE QUE SE HA HABLADO.

ARTÍCULO 8°.- POR ESTA VEZ SE CELEBRARÁ ESTA JUNTA TAN LUEGO COMO ESTÉN ORGANIZADOS LOS

CUERPOS DE QUE SE TRATA. ARTÍCULO 9 °.- EL SECRETARIO DE LA INSPECCIÓN LO SERÁ DE LA JUNTA, LA ACTA SE DEPOSITARÁ EN LA SECRETARÍA DE LA INSPECCIÓN, Y SE REMITIRÁ TESTIMONIO DE ELLA AL GOBIERNO, QUE ES EL QUE DEBE DE APROBAR EL NOMBRAMIENTO DE CAJERO

HABILITADO.

ARTÍCULO 10°.- LOS CAUDALES SE DEPOSITARÁN EN LA TESORERÍA DEL ESTADO EN UNA ARCA DE TRES LLAVES, DE LAS QUE TENDRÁ UNA EL CORONEL O COMANDANTE DEL BATALLÓN, OTRA EL TESORERO Y

LA OTRA EL CAJERO HABILITADO.

ARTÍCULO 11°.- COMO QUE A LA TROPA NO SE HA DE DAR MÁS QUE EL SOCORRO DIARIO UN PAR DE ZAPATOS AL MES, Y LO NECESARIO PARA EL GASTO COMÚN, UTENSILIO Y MANUTENCIÓN DE CABALLOS; LO DEMÁS QUEDARÁ EN FONDO DE QUE NO SE PODRÁ DISPONER SINO CUANDO CON APROBACIÓN DEL GOBIERNO, EL INSPECTOR CONSIDERE QUE DEBE DE HACERSE ALGÚN GASTO PUES NO DEBE TENER OTRO OBJETO EL EXPRESADO FONDO QUE EL PRECISO

ENTRETENIMIENTO DE ESTOS CUERPOS.

ARTÍCULO 12°.- EN CASO DE DESCUBIERTO SERÁN RESPONSABLES PARA CUBRIRLO AQUELLOS INDIVIDUOS

EN CUYO PODER SE PONEN LAS LLAVES DEL ARCA.

ARTÍCULO 13°.- CUANDO ESTOS CUERPOS SALGAN DE LA CAPITAL OCURRIRÁ POR LOS CAUDALES EL OFICIAL QUE SE NOMBRE POR LOS RESPONSABLES DE QUE

HABLA EL ARTÍCULO ANTERIOR.

ARTÍCULO 14°.- EN CUALQUIER ACTO PÚBLICO QUE CONCURRA LA FUERZA DE SEGURIDAD, CON LA MILICIA

CÍVICA DEL ESTADO PREFERIRÁ AQUELLA.

ARTÍCULO 15°.- EL GOBIERNO PODRÁ USAR DE LA FUERZA DE SEGURIDAD DENTRO O FUERA DE LA CAPITAL SEGÚN CREA CONVENIENTE; PERO NUNCA PERMITIRÁ QUE SALGA DEL ESTADO SIN PREVIA

APROBACIÓN DEL CONGRESO.

ARTÍCULO 16°.- SIEMPRE QUE EN UN PUNTO CONCURRAN TROPAS DE LA MILICIA CÍVICA Y DE AQUEL CUERPO, MANDARÁ LAS ARMAS EL OFICIAL DE MAYOR GRADUACIÓN O EL MÁS ANTIGUO DE UNA MISMA CLASE, SEGÚN LA DATA DE SUS DESPACHOS. LO TENDRÁ ENTENDIDO EL GOBERNADOR DEL ESTADO Y DISPONDRÁ SU CUMPLIMIENTO HACIÉNDOLO IMPRIMIR,

PÚBLICAR Y CIRCULAR. DADO EN GUANAJUATO A

26 DE MARZO DE 1833.



El Batallón Primer Ligero de Guanajuato fue considerado en su tiempo, una de las unidades militares mejor preparadas y de gran arrojo en el país. Aún cuando en un principio se denominó Seguridad del Estado, con el tiempo fue cambiando hasta alcanzar su propia notoriedad como Batallón Primer Ligero de Guanajuato.

La seguridad de Guanajuato estaba garantizada por este grupo que además participó en defensa del país cuantas veces se hizo necesario. Al concluir la Guerra de Reforma, las tropas del Primer Ligero se concentraron solamente en la problemática de la entidad, manteniéndose siempre a la expectativa de los cambios que se generaban en otras latitudes de la República.

Su primera acción de armas ocurrió el 9 de agosto de 1833, cuando al lado de las milicias de Zacatecas, San Luis Potosí, Jalisco y Michoacán, al mando de Don Antonio López de Santa Ana, combatieron a los sublevados que habían iniciado con el Plan de Escalada, comandados por el General Mariano Arista, el cual fue derrotado.

Contra el invasor norteamericano en la Batalla de Monterrey

Hacia el año de1836, al iniciar el conflicto separatista del estado de Texas, las tropas de Seguridad del Estado de Guanajuato, al mando del General Gabriel Valencia, enfilaron con rumbo al norte del país para combatir en esa campaña, dando muestras de su gran valor.

Diez años después, del 21 al 25 de septiembre de 1846, las tropas de Guanajuato participaron en la Batalla de Monterrey para repelar al ejército invasor norteamericano. Los lanceros de Guanajuato, un grupo de aproximadamente 50 hombres, combatieron con verdadero heroísmo al mando del Teniente Coronel Mariano Moret, en donde llegaron incluso hasta la línea de fuego del enemigo, en La Angostura.

El Ejército del Norte se replegó, ya derrotado, hasta San Luis Potosí para reorganizarse, toda vez que, posteriormente, por órdenes del General Antonio López de Santa Ana, retornaría nuevamente hacia la ciudad de Saltillo.

La invasión norteamericana obligó a que los gobernadores de los estados de Guanajuato, San Luis Potosí, Querétaro, Michoacán y Jalisco, se reunieran urgentemente en la capital de Querétaro para tomar acuerdos sobre la forma en que defenderían el territorio nacional.

Guanajuato equipó por sus propios medios a 5 mil soldados, entre los que se encontraba el Cuerpo de Seguridad del Estado, quedando bajo las órdenes del General Gabriel Valencia.

Estas tropas, después de haber recorrido 149 leguas por los caminos montañosos de Guanajuato, San Luis Potosí y las estepas desoladas del norte del país, llegaron a La Angostura, cerca de Saltillo, tomaron contacto con los soldados estadounidenses que ocupaban posiciones tácticamente ventajosas, bien atrincherados y reforzados con artillería de grueso calibre.

Los días 22 y 23 de febrero de 1847 se registranron heroícos combates, hasta desalojar de algunas posiciones al invasor, capturándole prisioneros y arrebatándole banderas, fusiles y varios cañones.

Esta victoria, ganada con tantos sacrificios y pérdida de vidas, se convierte en amarga derrota cuando el General Antonio López de Santa Ana revocó las órdenes que había dado el General Valencia, obligando a las tropas mexicanas a replegarse, abandonando el terreno ganado y las posiciones conquistadas a sangre y fuego.

El 19 de agosto también de 1847, en Padierna, jurisdicción de Tlalpan, Distrito Federal, las tropas de Guanajuato volvieron a combatir al lado de los cuerpos de Celaya, San Luis Potosí y Querétaro, nuevamente bajo las órdenes del General Valencia, pero la aparente torpeza del General Santa Ana y la inactividad de la caballería ocasionaron un fracaso más.

Batallas Históricas



La tarde del día 20 de agosto del mismo año, este cuerpo de Seguridad combate contra el invasor, en Churubusco, sacrificándose inútilmente, ya que el General Pedro María Anaya había sido hecho prisionero por el enemigo norteamericano.

El 13 de septiembre de 1847, el General Antonio López de Santa Ana ordena la evacuación de la ciudad de México, dejándola a merced de los invasores.

Un pequeño grupo de soldados de Guanajuato, separándose de las tropas en retirada, llegó a la ciudad de México tratando de apoyar a la sublevación popular, sacrificándose heroicamente en una carga de caballería, ya que las armas de fuego que portaban, se encontraban inutilizadas.

México perdió la guerra, lo que originó que el territorio fuera mutilado; el General Antonio López de Santa Ana salió del país, pero regresaría posteriormente a instancias de un grupo político que pedía su retorno al gobierno, ejerciendo su último período en 1853.

El Cuerpo de Seguridad del Estado es también el antecedente histórico de la Banda de Música que fue creada bajo su mando, pues el 22 de noviembre de 1855, el General Manuel Doblado expidió el decreto para que se formara dicha agrupación musical, siendo lo que actualmente la Banda de Música del Estado.

Combate en la Sierra Gorda

En Guanajuato, una vez más en la Sierra Gorda se produjo un movimiento revolucionario de tendencias separatistas y de inmediato se movilizaron las tropas de Seguridad del Estado para sofocar tal rebelión, llevando a cabo una serie de batallas, concluyendo la campaña el 20 de noviembre de 1857.

Por estas acciones, el Congreso de Guanajuato hizo un reconocimiento público mediante el decreto número 19, declarando: “ART. 1° EL ESTADO DE GUANAJUATO CONSAGRA UN VOTO

DE GRACIA AL C. MANUEL DOBLADO Y A LOS JEFES Y TROPA, QUE TAN VALEROSAMENTE HA HECHO LA ULTIMA CAMPAÑA DE LA SIERRA GORDA”.

Por otra parte, al promulgarse la Constitución Federal del 5 de febrero de 1857, provocó reacciones de descontento, dando como resultado que el 17 de diciembre de ese año, Ignacio Comonfort recurriera al cuartelazo y mediante el Plan de Tacubaya desconociera la Ley Fundamental, ordenando las detenciones de Benito Juárez e Isidro Olvera, presidente de la Cámara de Diputados, entre otros.

En momentos en que Ignacio Comonfort claudicaba por la presión de que era objeto por los Generales Miguel Miramon y Luis G. Osollo, el 11 de enero de 1858 ordenó la libertad de Juárez y las demás personas, saliendo inmediatamente con destino a Querétaro. Finalmente, Ignacio Comonfort renunció al poder, dejándole por concepto legal a Juárez, la Presidencia de la República.

Escolta el Batallón Primer Ligero a Juárez en Guanajuato

Apoyándose en esta ayuda, el presidente Benito Juárez arribó a Guanajuato el 17 de enero de 1858, donde reorganizó su gabinete y estableció su gobierno, siendo el cuerpo de Seguridad del Estado el encargado de salvaguardar y custodiarlo, convirtiéndose Guanajuato en la capital del país.

Juárez despachó los asuntos de su gobierno en la Casa del Ayuntamiento, hoy convertida en la sede de la Presidencia Municipal, en la ciudad de Guanajuato, tiempo durante el cual siempre recibiío la protección del Cuerpo de Seguridad del Estado.

El 13 de febrero de 1858, Juárez decide retirarse a Colima a causa de la presión que se ejercían los grupos opositores contra su gobierno. Parte de la capital guanajuatense, siendo escoltado por las tropas guanajuatenses.



Con la Batalla de Salamanca, inicia la Guerra de Reforma

El 10 de marzo, de 1858, junto con las tropas de Zacatecas, Jalisco, San Luis Potosí, Michoacán y Aguascalientes, los soldados guanajuatenses combatieron en la Batalla de Salamanca contra Miguel Miramón, Tomás Mejía y Luis G. Osollo, con resultados adversos, siendo ésta la Primera Batalla de la Guerra de Reforma.

Entre los elementos del Ejército Liberal, al mando del General Anastasio Parrodi, figuraban junto los Generales Leandro Valle, Santos Degollado y Mariano Moret,. Por el Ejército Conservador comandados por el General Luis G. Osollo, se encontraba al frente de 5,000 hombres junto a los Generales Miguel Miramón, Tomás Mejía y Francisco García Casanova. La victoria correspondió al bando conservador, lo que significó la primera derrota importante para el movimiento liberal.

Esta batalla fue conocida con el nombre de Batalla de Arroyo Feo o Guerra de la Coalición, pues en ese entonces los combates entre liberales y conservadores se limitaban a Guanajuato, Jalisco, Zacatecas, San Luis Potosí, Michoacán y Aguascalientes, estados que formaron una coalición opuesta al Plan de Tacubaya, reuniendo 7,000 hombres con 30 piezas de artillería, mismas que combatieron en Celaya.

En Arroyo Feo, Salamanca, Parrodi perdió frente a los conservadores, culpando al General Mariano Moret de no haber sostenido la carga de caballería y a Manuel Doblado, por parecer indiferente en la batalla. el coronel liberal José María Calderón perdió la vida en este combate.

Batalla de Loma de las Ánimas, en Silao

El 1 de noviembre de 1859 las tropas de Guanajuato participan en la Batalla de la Loma de las Ánimas, cerca de la Villa de Silao y su intervención fue un factor importante en la victoria.

En las inmediaciones de Loma de las Ánimas, cerca de la ciudad de Silao, Guanajuato, entre elementos del ejército liberal del Primer Casco Batallon Primer Ligero (1960)



Batallón Ligero, al mando de los generales Manuel Doblado y Santos Degollado y elementos del ejército conservador comandados por el General José María Alfaro durante la Guerra de Reforma. La batalla termino con la victoria liberal.

Tuvo lugar el 10 de agosto de 1860 en las inmediaciones de esta ciudad en el estado de Guanajuato.

La batalla fue entre elementos del Ejército Liberal, al mando de los Generales Jesús González Ortega e Ignacio Zaragoza con una fuerza de 8,000 hombres y elementos del Ejército conservador comandados por el General Miguel Miramón que comandaba un Ejército de 3,282 durante la Guerra de Reforma.

La batalla terminó como victoria liberal, que incluso casi captura al General Miguel Miramón que logró escapar en medio del desorden que generó en ellos la artillería republicana, dejando artillería, municiones y pertrechos de guerra.

Robert L. Scheina (2003). Latin America’s Wars. The Age of Caudillo 1791-1899.. Washington D. C.: Potomac Books, I

El 22 de diciembre de 1860 nuevamente las tropas de Guanajuato, al mando del General Florencio Antillón, junto con otras tropas federales, logran la victoria de Calpulalpan, hoy estado de Tlaxcala, haciéndose acreedores a una condecoración que mucho distinguió al Estado de Guanajuato.

El sábado 28 de diciembre de 1861, el diario “El Monitor” en el número 36, tomo primero, habla sobre el Batallón Primer Ligero y a la letra dice: “HEMOS VISTO MANIOBRAR AYER, EN LA PLAZA DE LA CONSTITUCION AL PRIMER LIGERO DE LA BRIGADA DE GUANAJUATO”. “ESTE CUERPO PERFECTAMENTE UNIFORMADO A LA FRANCESA, TIENE MAS DE SEISCIENTAS PLAZAS Y UNA BANDA DE SESENTA HOMBRES”.

[2] Defensa del frente de Loreto y Guadalupe Batalla de Puebla

“TIENE ADEMÁS DOS BIBANDERAS, ES UN CUERPO QUE POR SU ARMAMENTO, SU VESTIDO, SU ARREGLO Y SU INSTRUCCIÓN PUEDE COMPETIR CON CUALQUIERA DE LOS MEJORES DE EUROPA”. “TODO EL PUBLICO HA QUEDADO ASOMBRADO AL VERLO MANIOBRAR; TAN PERFECTAMENTE, QUE SUS MOVIMIENTOS SE VEN DE LO MÁS PERFECTO EN UNA MILICIA. TENEMOS UN POSITIVO ORGULLO DE ANUNCIAR CUAL ES EL ESTADO DE NUESTRAS FUERZA”.

Batalla del 5 de Mayo en Puebla

“En Palacio Nacional de Ciudad de México, el presidente Benito Juárez y el resto del pueblo pasaban por un trance terrible.

No tenían noticias de Puebla y el gobierno había hecho salir precipitadamente al General Florencio Antillón al mando de los Batallones de Guanajuato, quedando como guardianes de la Capital sólo dos mil hombres del Regimiento de Coraceros Capitalinos y algunos centenares de milicianos pobremente armados.

Si las tropas guanajuatenses se perdían, la Capital caería sin remedio.” [2]



Autoriza Juárez al Primer Ligero de Guanajuato el uso de armas y uniformes del Ejército Federal.

Las tropas de Guanajuato, llevaron a cabo un papel muy destacado en el sitio de Puebla, donde les correspondió la defensa de los sitios más asediados por el enemigo, como el Fuerte de San Javier.

Derrotado Juárez por tropas enemigas y francesas, decide establecer su gobierno en el norte de la república y, a su paso por Guanajuato, las tropas del Estado se trasladaron a la ciudad de Dolores Hidalgo para escoltar al primer mandatario hasta Saltillo.

Sitio de Querétaro

En 1867 el cuerpo de Seguridad de Guanajuato vuelve a destacar, participando en el sitio de Querétaro, donde se epiloga la Guerra de Intervención, habiendo concurrido antes a otras acciones de guerra.

La tradición popular guarda que fue realmente por esa lealtad republicana que siempre demostró, valiéndole dichos méritos que fuera distinguida por Benito Juárez, bajo autorización especial, de que las Fuerzas del Estado de Guanajuato (igual que las de Oaxaca) usaran las armas y uniformes del Ejército Federal, hecho que perduró hasta 1964, siendo Guanajuato y Oaxaca los únicos estados de la república mexicana que conservaban fuerzas armadas propias con carácter de Ejército. [3]

[3] Fuerzas Intermedias como instrumento de poder de los Estados, autor Alejandro Monzón. Benito Juárez



Jalisco, Tampico y Zacatecas, otras batallas

En los años de 1870 y 1872, las tropas de Guanajuato participan en las acciones de Lo de Ovejo, Jalisco, (21 de febrero de 1870); Tampico, Tamaulipas (11 de junio de 1871) y en La Bufa en Zacatecas (2 de marzo de 1872), al mando del General Sóstenes Rocha.

Por otra parte, la ciudad de Guanajuato, por sus características topográficas, ha padecido en distintos momentos de su historia de inundaciones, contándose entre ellas como la más grave la ocurrida el primero de julio de 1905. Los soldados del Batallón Primer Ligero no abandonaron su cuartel hasta que rescataron su bandera de batalla.

En el año de 1911 el Batallón Primer Ligero da muestras otra vez estar al lado del régimen constitucional, manifestando su lealtad al entonces Presidente de la República Don Francisco I. Madero. En 1913 secunda el Plan de Guadalupe, proclamado por Venustiano Carranza en la hacienda del mismo nombre, en el municipio de Ramos Arizpe, Coahuila, contra el golpe de estado del General Victoriano Huerta para derrocar a Francisco I. Madero.

En el año de 1924, siguiendo sus principios, el Primer Ligero nuevamente da muestras de su lealtad a las instituciones legalmente establecida y expresa su respaldo al General Álvaro Obregón en su lucha contra las huestes de Victoriano Huerta.

Ratifica el presidente Cárdenas autorización de armas y uniformes

A mitad del pasado siglo, en 1940, durante la visita a esta entidad, el General Lázaro Cárdenas, ratificó lo acordado por el Presidente Benito Juárez, con relación al uniforme y armas del Primer Ligero.

Parte de Guerra

Avisa el General Sóstenes Rocha triunfo.Campo de las Lomas de “Lo de Ovejo”, Jalisco febrero 22 de 1870.

General en jefe:

Hoy digo al ciudadano Ministro de Guerra lo que sigue:

Ciudadano Gobernador y comandante militar del estado de Jalisco

Con esta fecha digo al ciudadano General Mariano Escobedo, lo siguiente:

Ayer a las doce del día alcancé al enemigo, el cual ya en una magnífica posición, me esperaba aceptando una batalla; en el acto se la dí; fue muy reñida y a las seis de la tarde obtuve una victoria completa, quitándole al enemigo toda su numerosa artillería, sus carros, municiones y multitud de armamento; quedando en mi poder muchos jefes y oficiales prisioneros y más de mil hombres de tropa de todas armas.

Los restos del enemigo, aunque se han dispersado en todas direcciones, presumo que tomarán el rumbo de Morelia; por mi parte, he destacado una fuerza para perseguirlos, pero con todo, creo que sería conveniente que por Morelia le salieran al frente para terminar con estos últimos restos.

El comportamiento de todos los ciudadanos jefes y oficiales, así como el de la tropa, ha sido brillante; por lo cual los recomiendo muy eficazmente al supremo gobierno.

Oportunamente daré el parte detallado y remitiré las relaciones de los pertrechos de guerra que recogí; por hoy y probablemente mañana, me ocuparé de levantar al campo, pues es muy grande el número de muertos y heridos de ambas fuerzas.

Y lo comunico a usted para su satisfacción y la del pueblo de Jalisco.Independencia y Libertad.

Campo de las Lomas de “Lo de Ovejo”, febrero 22 de 1870.Sóstenes Rocha



Fuente: Benito Juárez. Documentos, Discursos y Correspondencia. Selección y notas de Jorge L. Tamayo. Edición digital coordinada por Héctor Cuauhtémoc Hernández Silva. Versión electrónica para su consulta: Aurelio López López. CD editado por la Universidad Autónoma Metropolitana Azcapotzalco. Primera edición electrónica. México, 2006.

Parte oficial al Ministerio de Guerra.Morelia, marzo 19 de 1870Ejército de operacionesGeneral en jefe ciudadano General Ministro de Guerra y MarinaMéxico

Con fecha 19 del actual dice a este cuartel general el ciudadano general Sóstenes Rocha, en jefe de la primera división de este cuerpo de ejército, lo que sigue:

Tengo el honor de rendir a usted el parte circunstanciado de la batalla dada por las tropas de mi mando el día 21 de febrero próximo pasado, en las Lomas de “Lo de Ovejo”, a las acaudilladas por los cabecillas García de la Cadena, Martínez y Toledo, el cual es como sigue:

Cumpliendo con las instrucciones de usted salí de la ciudad de León el día 11 del próximo pasado después de medio día, y pernocté en la hacienda de La Primavera. Proseguí mi marcha a Lagos, donde llegué el 12 muy temprano; pero tuve necesidad de pernoctar en dicho punto en espera, como usted sabe, de unos carros con municiones y una sección de artillería de montaña del estado de Guanajuato.

Esta se incorporó, así como los carros referidos, y el 13 seguí mi marcha acelerando el paso para irme acercando al enemigo, que me llevaba dos jornadas y media de ventaja.

Ese día pernocté en San Juan de los Lagos y mis exploradores me dieron parte que el día anterior había llegado a Tepatitlán la vanguardia del enemigo y su retaguardia a Pegueros.

Inmediatamente dispuse salieran correos dobles para Guadalajara, participándole al ciudadano coronel Carrillo que forzaba mi marcha para alcanzar al enemigo, que se mantuviera firme y si le era fácil

le cortara el paso fortificando el puente de Tololotlán, para darme tiempo a alcanzarlo.

Según supe después, esto se verificó exactamente y aunque con alguna precipitación una pequeña fuerza de gendarmes de Guadalajara cubrió el referido puente y esperó al enemigo.

El 14 pernocté en La Venta de Pegueros, el 15 en Tepatitlán, donde supe que el enemigo cañoneaba fuertemente el puente antedicho, así es que a la una de la mañana del 15 salí de Tepatitlán con la esperanza de atacar ese día al enemigo, pues yo esperaba que sería detenido, por débil que hicieran la defensa los que cubrían el puente.

Pero a pesar de la heroíca resistencia que el puñado de valientes gendarmes hizo al enemigo, después de cañonearlos vivamente, los atacó con una gran parte de su fuerza y los obligó a retirarse a Guadalajara en la misma mañana del 15. Inmediatamente se ocupó el enemigo en reforzar la fortificación del puente; dejó allí una guarnición de cuatrocientos a quinientos hombres y el grupo salió al instante sobre Guadalajara, a cuya plaza se avistó.

Ese mismo día a las siete de la noche tomé posiciones frente al puente, dí dos horas de descanso a la tropa y en cuatro compañías de infantería formadas con dos del 8º. batallón de línea, una de los tiradores y otra del de Libres de México, mandé al coronel Corella que cargara a la bayoneta, lo que verificó en el acto y quince minutos después campaba ya toda la división en la margen opuesta del río, con una pérdida insignificante, siendo mucho mayor la del enemigo.

Este se retiró del frente de Guadalajara en la madrugada del 15, en cuyo mismo día hice mi entrada en aquella plaza con toda la fuerza de mi mando.

Teniendo que dejar en dicha ciudad la multitud de enfermos y cansados producidos por lo precipitado de la marcha, así como reponer algunos transportes, sólo pude salir el 17 hasta cerca del medio día y pernoctar en San Agustín, pero el 18 muy temprano seguí la marcha hasta llagar al rancho de Pozos.



El 19 continuamos y me adelanté al trote con la caballería, dando alcance a medio día a la retaguardia enemiga; la hostilicé en el acto e hice cuatro oficiales prisioneros: el enemigo llevaba más de cinco mil hombres; mi presencia con la caballería no lo desconcertó en lo más mínimo; mi infantería y trenes venían muy lejos, así es que hice alto y entretanto el enemigo se volvió a retirar. Esa noche ya bastante tarde, acampamos en el pueblo de la cofradía de Amacueca.

A la madrugada del 20 seguí la marcha, pernocté en la hacienda de San Nicolás, a dos leguas y media de Zapotlán, donde estaba el enemigo. Este salió de allí desde la noche; caminó primero rumbo a las barrancas de Atenquique, pero ya estaban cubiertas por el ciudadano coronel Magaña, comandante militar de Zapotlán, al cual le había yo prevenido hiciese el movimiento con la debida anticipación.

Se me pasaba manifestar a usted un hecho importante.

Desde que Guadalajara fue amagado por el enemigo, el ciudadano Gral. Guadarrama manifestó al gobierno de Jalisco, que siendo la cuestión que se ventilaba enteramente local y sin implicar en manera alguna desconocimiento al Supremo Gobierno de la República, ofrecía sus tropas para la defensa de dicha capital.

Al llegar yo a ella se entablaban conferencias entre el ciudadano comandante militar y el referido general; tomé parte en ellas y arreglé definitivamente que Guadarrama quedara a mis órdenes y obrara en combinación conmigo.

Lo destaqué en el acto sobre el flanco izquierdo del enemigo por el camino de Ocutepec, San Pedrito y el Cerro del Tigre, a fin de que cayera sobre el flanco derecho del enemigo o sobre su retaguardia, en caso de que se posesionase de la cuesta de Sayula para esperarme; y que si proseguía su marcha procurase adelantársele con sus fuerzas para posesionarse de la cuesta de Sayula para esperarme; y que si proseguía su marcha procurase adelantársele con sus fuerzas para posesionarse de las barrancas en caso de que siguiera para Colima, o de la cuesta del Zapatero si tomaba rumbo a Michoacán.

Este importante movimiento no pudo tener lugar porque el 18 alcanzó el ciudadano general Guadarrama en San Pedrito a una fuerza de quinientos a seiscientos hombres que el enemigo había mandado reforzar la guarnición del puente y que no habiendo podido llegar a tiempo, trataba de replegarse a su grueso principal; dicha fuerza fue batida y perseguida por el citado general hasta Teocuitatlán, dejando en su poder dos piezas de montaña. Este combate le hizo perder un día y ya no le fue posible que pudiera efectuar el movimiento que le ordené.

El día 21, al llegar a Zapotlán el Grande supe que el enemigo había pernoctado en el pueblo de Zapotiltic y que en ese momento estaba saliendo rumbo a Tamazula, enteramente decidido a escoger una posición por aquel terreno para presentarme una batalla.

Me desprendí con toda la caballería al trote largo para ver si era posible impedirle que se posesionara ventajosamente. A las once de la mañana logré avistarlo, pero ya en buena posición y con todas sus tropas desplegadas en batalla en número de cinco mil hombres.

Su ala derecha se apoyaba en la hacienda del Cortijo, la izquierda en un espeso bosque de pinos, todo su frente cubierto con un gran vallado, y sus gruesas reservas situadas en segunda línea.

El jefe interino de mi estado mayor, ciudadano comandante Santiago Pozos, retrocedió por mi orden hasta encontrar la infantería para hacerla marchar a paso veloz por más de dos leguas y a la una en punto de la tarde desplegaba yo en batalla a tiro de cañón del enemigo.El combate comenzó en el acto. El enemigo destacó sobre mi flanco derecho dos batallones, una batería y un fuerte grueso de caballería; a la caballería de mi ala derecha, eficazmente protegida por una batería, mandé contrariar ese ataque; la columna enemiga fue obligada a replegarse violentamente a su línea, perdiendo una pieza de artillería que fue quitada por el valiente escuadrón de Aguascalientes.

Entretanto reconocí el terreno y observé que mi posición era mala, pues tenía al frente barrancas profundas que me impedían cargar a la bayoneta y avanzar mis líneas; hice un cambio de frente y corrí mi



línea sobre mi izquierda lo que me dio por resultado envolver casi el ala derecha del enemigo, amenazar fuertemente su centro y tener a mi frente un terreno despejado para cargar.

Mandé mover el bizarro batallón de tiradores sobre el ala derecha del enemigo; la caballería de mi ala izquierda, a las órdenes de los ciudadanos generales Tolentino y Cortina sobre una casa blanca en que se apoyaba la derecha del centro del enemigo; me puse a la cabeza del 10º batallón de línea y de medio batallón del 2º de Guanajuato para atacar el centro del enemigo; al ciudadano Gral. Loaeza lo encargué del ala derecha, compuesta de los intrépidos batallones 8º de línea y libres de México y dividida en dos columnas al mando de los ciudadanos valientes coroneles Corella y Alcántara.

Tomadas estas disposiciones preliminares y mandando a las baterías hacer fuego ganando terreno, cargamos a la bayoneta sobre la derecha y centro del enemigo haciéndolo al sable nuestra caballería, a las órdenes de los antedichos jefes, mientras que el ciudadano coronel Loaeza, tomando el bosque, caía sobre la retaguardia e izquierda del enemigo.

Este hizo poderosos esfuerzos para contrariar el ataque; dos fuertes trozos de caballería se mezclaron al arma blanca con la nuestra del ala izquierda, rebasando al batallón de tiradores, que se mantuvo firme quedando completamente sobre el flanco de mi columna, a la cual hice hacer alto, formar en batalla a la izquierda y romper un mortífero fuego a quemarropa lo que obligó al enemigo a retroceder en desorden y con muchas pérdidas a su línea, la cual hacía un vivísimo fuego dé fusilería y artillería, sobre todo al frente de nuestro ataque.

Otro trozo de caballería, de refresco, saliendo de su centró, se echó encima del primer batallón ligero de Jalisco y la compañía del segundo batallón de Guanajuato que formaban parte de mi columna; pero fue igualmente rechazado y con grandes pérdidas. Desde este momento el enemigo se concretó a una defensa absoluta.

Todas las columnas de ataque siguieron su marcha y el fuego se hizo más mortífero; las baterías del ala derecha del enemigo fueron tomadas por el intrépido batallón de tiradores; las del centro fueron tomadas por mí con la columna de mi mando, así como la de la izquierda por los ciudadanos coroneles Corella, Cabañas, Alcántara, Pérez Castro y teniente coronel Puga, todos a las órdenes del entendido Gral. Loaeza, quienes tomaron también un gran tren de carros de municiones.

El enemigo peleaba con encarnizamiento aun después de haber perdido su artillería, el infiel cuerpo de carabineros de México, se arrojó con bizarría al sable sobre el 8º batallón de línea y dos compañías del 2º de Guanajuato; muchos dragones fueron muertos a bayonetazos.

Los valientes ciudadanos coronel Diódoro Corella y teniente coronel Lucio Puga, se arrojaron entre las filas sobre el estandarte del referido cuerpo; el segundo de dichos jefes se lo arrebató al oficial que lo conducía sin poder arrancarlo de sus manos, hasta que el intrépido coronel Corella le dio muerte personalmente y la insignia nacional referida quedó en nuestro poder.

Como mi caballería del ala derecha guarnecía el bosque ya tomado, me dejó sin apoyo por ese mismo flanco; pero mandé al batallón Libres de México formar cuadro para apoyar dicho flanco y ya en esta disposición, ya en columna de ataque o desplegando en batalla, este cuerpo cargó admirablemente arrollando cuanto se le presentaba por delante.

Por fin, a las seis de la tarde, el primer batallón ligero de Jalisco con su digno coronel Saavedra y el 10º batallón de línea con dos compañías del 2º de Guanajuato a las órdenes de los coroneles Unda y Arocha, destruimos enteramente el centro del enemigo.

Los Grales. Tolentino y Cortina envolvieron su derecha y las tropas del ala derecha con los jefes ya referidos, lo hicieron con su izquierda, cayendo además sobre su retaguardia; el enemigo fue totalmente deshecho, los cabecillas se salvaron a pezuña de caballo con alguna



caballería; la infantería que no quedó muerta o prisionera, se desbandó en todas direcciones y las sombras de la noche, que ya comenzaban a extenderse por el campo, vinieron a proteger su dispersión.

Toda su artillera, trenes, multitud de armamento, un estandarte, una bandera y más de mil quinientos prisioneros quedaron en nuestro poder. Todos los ciudadanos generales, jefes oficiales y tropa se han portado con la mayor intrepidez, así los de filas como los de estados mayores y secciones de armas especiales.

Nuestra certera artillería, así por sus bien dirigidas punterías, como por la velocidad y precisión de sus movimientos, se hizo notable a las órdenes del pundonoroso y valiente teniente coronel del arma ciudadano Mariano Cabrera y de sus bizarros oficiales.

Nada, pues, han dejado que desear las bravas tropas que usted ha tenido a bien poner a mis órdenes por lo que suplico a usted se sirva recomendarlas al Supremo Gobierno de la República.

Yo permanecí en el lugar del combate los días 22 y 23 para levantar el campo, en el cual dejó el enemigo más de trescientos muertos, entre los cuales había gran número de jefes y oficiales, cuya relación nominal no se acompaña por ser casi todos desconocidos de nosotros.

Nuestras pérdidas han sido grandes, pero muy inferiores a las que ha tenido el enemigo, como verá usted por los documentos que acompaño y que son los siguientes:

El documento número 1 es el estado que manifiesta los muertos, heridos y dispersos habidos en la referida batalla en la división de mi mando.

El documento número 2 manifiesta la artillería, municiones, carruajes, armamento y demás pertrechos de guerra quitados al enemigo.

El documento número 3 expresa las municiones consumidas por nuestras tropas, tanto de artillería como de armas portátiles.

El documento número 4 es la relación nominal de los jefes y oficiales prisioneros de guerra. En cuanto a la tropa prisionera, fue repartida para su refundición en los diferentes cuerpos de la división.

El documento número 5 es la relación nominal de los ciudadanos generales, jefes y oficiales, que tuvieron la gloria de concurrir a la batalla. Por último, el documento número 6, es la relación nominal de los ciudadanos jefes y oficiales muertos y heridos en el combate.

En nombre de la división de mi mando tengo la honra de felicitar a usted y al supremo gobierno de la república, por el brillante triunfo que han alcanzado las armas nacionales.

Y tengo la honra de transcribirlo a usted, ciudadano ministro, a fin de que se sirva elevarlo al conocimiento del ciudadano Presidente de la República, expresándole mis felicitaciones más cordiales por el espléndido triunfo que, a las órdenes del valiente y leal Gral. Rocha, obtuvieron las armas nacionales en la gloriosa jornada de “Lo de Ovejo”.

Independencia y Libertad.

Morelia, marzo 19 de 1870Mariano Escobedo




El General Rocha envía al presidente Juárez un trofeo de guerra.San Luis Potosí, abril 1 de 1870Señor Presidente de la República,don Benito JuárezMéxico

Muy distinguido señor y amigo:

Como tuve la honra de manifestar a usted en mi carta fecha 21 del próximo pasado marzo, remito, por conducto de mi buen amigo el Sr. Don Manuel Darqui, el estandarte del infiel cuerpo (de) carabineros de México, quitado en la batalla de lo de Ovejo, como un recuerdo que hace a usted la 1ª división del ejército de Operaciones en su cumpleaños.

Quedo, como siempre, su adicto subordinado y respetuoso amigo que atento besa su mano.

Sóstenes Rocha[Nota autógrafa de Juárez]

Recibió su grata fecha 1º de abril último y con ella el estandarte del cuerpo de carabineros que trajo el Sr. Darqui, y por el cual le da a él y a la digna 1ª división las más expresivas gracias repitiéndose, etcétera.


Toma de Tampico, Junio 18 de 1871. Parte Oficial de GuerraParte OFicial de la Toma de Tampico por las Fuerzas del Supremo Gobierno al mando del General Sóstenes Rocha.

Ministerio de Guerra y Marina

Ejército nacional.- 3a división.- General en jefe de la división de operaciones.- Consecuente con lo que manifesté a usted en mi

telegrama oficial del 10 del corriente, procedí a dar el asalto a la plaza el 11, puesto que mis trabajos de aproche estaban terminados y las brechas, aunque no del todo practicables, prestaban sin embargo acceso a las tropas. La operación quedó ordenada de la manera siguiente.

Se organizaron tres columnas de ataque y una de reserva; la primera al mando del C. General Corella, y llevando por segundo jefe al C. teniente coronel Paulino Leal; fue compuesta de ciento ochenta hombres del 6o de infantería; otros tantos del 16, un escuadrón del 13o cuerpo de caballería al mando del C. teniente coronel Manuel S. Rivera, y veintitantos hombres de rurales a caballo; dicha columna a las cuatro en punto de la mañana debía atacar rudamente la línea del Cascajal, tomarla y voltear luego la posición de Casa-Mata para asaltarla por la poterna.

La segunda columna a las órdenes del C. General Alcántara, y llevado por segundo jefe al C. coronel Marcos Carrillo, se componía de ciento cincuenta hombres del 10o batallón de línea, y de ciento ochenta del 22o de la misma arma; esa fuerza debía marchar por el camino real de Altamira, echándose sobre el centro de la fuerte línea enemiga formada con los fuertes del cuartel del 8o, la garita, el panteón y Casa-Mata, con la orden terminante de tomar el primero de los fuertes referidos y destacar una parte sobre Casa-Mata para proteger de flanco el ataque de la primera columna.

La tercera columna a las órdenes del C. General Ceballos, y llevando por segundo jefe al C. teniente coronel Carlos Borda, se componía de trescientos hombres del 20o de infantería de línea. Esta debía atacar vivamente al rediente de la cuarentena, punto saliente de la línea enemiga, dejar allí una pequeñísima guarnición y seguir al punto su ataque maniobrando de modo de caer sobre la retaguardia del fuerte del 8o a fin de combinar su ataque con la segunda columna.

La columna de reserva a mis inmediatas órdenes, teniendo por segundo jefe al C. coronel Guillermo Carbó, era compuesta de ciento ochenta hombres del 10o de infantería y un escuadrón del 5o cuerpo



de caballería, a las órdenes del C. Comandante Juan N. Villaseñor; esta columna debía seguir a la segunda a cincuenta pasos, proteger y tomar parte en su ataque, y una vez flanqueada la línea enemiga, penetrar a la plaza en busca o persiguiendo a las reservas enemigas y de paso atacar y tomar el muelle; además, prestar inmediatamente auxilio a cualquiera de las otras que lo necesitase.

Ordenadas estas maniobras, se previno a las baterías de brecha, que a las tres de la mañana en punto abrieran un vivísimo cañoneo sobre la línea que se iba a atacar, combinando los fuegos con los de la batería de morteros y las demás bocas de fuego que guarnecían la línea de circunvalación.

El fuego debía durar hasta las cuatro en punto de la mañana, hora precisa en que las columnas con sus banderas desplegadas y su tropa vestida de gala, debían lanzarse al ataque cubiertos con una cortina de trescientos tiradores escogidos, que llevaran sus pelotones de zapadores armados con sus útiles de zapa, sus puentes ligeros y sus escalas de asalto.

Las líneas quedaron cubiertas con las compañías de infantería de San Luis Potosí, los guardias nacionales de Ozuluama y Pueblo Viejo y un piquete de cada uno de los cuerpos del ejército; toda esta fuerza, a las órdenes del pundoroso y entendido coronel C. Juan de Haro.

Se verificó el ataque con una precisión matemática; y habiendo sido heridos los generales Alcántara y Ceballos, los segundos jefes tomaron inmediatamente el mando, cumpliendo exactamente con las instrucciones que llevaban los primeros. La segunda, después de pasar la línea, se dividió en dos trozos, uno dirigiéndose sobre un flanco de Casa-Mata, y el otro incorporándose a la mía para hacer frente a una de las reservas enemigas que se nos echó encima; la tercera se dividió igualmente en dos trozos; uno de ellos ocupó el fuerte del 8o y se estableció en la cortina que va de dicho punto al panteón, la otra también se me incorporó al penetrar a la plaza persiguiendo a la reserva rechazada.

Dispersé a la fuerza del enemigo que cubría el muelle, establecí los puntos convenientes en el interior y puse ya una fuerza emboscada dispuesta para atacar a Iturbide en cuanto Casa-Mata, que aún resistía, fuese tomada. La primera columna, al mando del C. General Corella, atacó y tomó la línea del Cascajal; volteó la posición de Casa-Mata, cargando vigorosamente por la poterna; en estas circunstancias, la otra reserva enemiga lo atacó a la bayoneta con mucha bravura, pero fue prontamente destruida después de un sangriento combate; los dispersos de aquella se encontraron con la caballería que yo llevaba y fueron acuchillados.

El ataque siguió tenaz y vigoroso sobre Casa-Mata, por cuya razón hice mover a mi columna al paso veloz y la llevé a reforzar el referido ataque; diez minutos después de mi llegada, nuestra tropa escalaba la muralla, coronando los parapetos. A sablazos fueron rotos los cables que detenían el puente levadizo, que cayó; en el acto se precipitaron las tropas asaltantes dentro del recinto, y el que no se rindió prontamente, fue pasado a la bayoneta. Se mandó tocar el alto al fuego, y quedó ya tomada la llave principal del enemigo.

Como a la batería de obuses de 16 centímetros, a las órdenes del C. Capitan Rascon, se le había prevenido que al penetrar las columnas a la plaza viniese a incorporársenos al galope, así lo verificó; en el momento lo mandé apostar en batería frente a Iturbide y que rompiera sus fuegos, y al punto ordené al intrépido e incansable General Corella, que lo tomase a viva fuerza si no se rendía a discreción. Resistió quince minutos, y algunas banderas blancas que se izaron dentro del referido fuerte hizo suspender nuestros fuegos; Corella penetró con las tropas, y esta última faz del combate fue el termino total del asalto.

No puedo hacer recomendación alguna especial, pues todos los valientes generales, jefes, oficiales y tropa que me honro de mandar, combatieron bizarramente cumpliendo con su deber.



Los rebeldes ocupaban la plaza en número de mil hombres, formando dos batallones denominados primero y segundo ligeros, un escuadrón pié a tierra y los artilleros suficientes para servir diez y nueve piezas de batalla y sitio. Se defendieron valientemente y durante el sitio trabajaron sin descanso para perfeccionar sus obras de defensa; pero la lección ha sido muy dura, y creo que en mucho tiempo no verá Tampico otro motín.

Además de lo mencionado en los documentos respectivos, se tomó al enemigo dos banderas, cuatro guiones, cornetas y cajas de guerra.

Este brillante triunfo se debe, en primer lugar, a la actividad del supremo gobierno en poner a mi disposición los elementos de guerra que juzgué necesarios, y en segundo a la intrepidez de las tropas.

En mi nombre y en el de mis subordinados, por conducto de usted., damos al C. presidente de la República nuestras respetuosas felicitaciones.Independencia y libertad. Tampico, Junio 18 de 1871.

-S. Rocha-C. general ministro de guerra y marinaMéxico.

Batalla del Cerro de La Bufa

La Batalla del Cerro de La Bufa, que tuvo lugar en la ciudad de Zacatecas, en el estado del mismo nombre, fue un conflicto decisivo para frenar y desorganizar a los rebeldes del Plan de la Noria que, acaudillados por el General Porfirio Díaz, intentaban impedir que Benito Juárez se presentara a su reelección, considerada inconstitucional por aquellos.

La batalla tuvo lugar entre las fuerzas juaristas y el ejército leal al Plan de la Noria, comandado por el General Jerónimo Treviño, gobernador de Nuevo León. Actuando como general en jefe del Ejército del Norte y apoyado por Francisco Naranjo, Ignacio y

Pedro Martínez, Juan E. Guerra, el ex imperialista Julián Quiroga y otros, Treviño se apoderó de Saltillo el 5 de diciembre de 1871. Allí se le unió Donato Guerra, pronunciado en Zacatecas. En febrero de 1872 el gobierno envió a Sóstenes Rocha para combatirlos. Ante su avance, los pronunciados norteños desistieron de marchar sobre Guanajuato, pero Rocha los alcanzó y derrotó el 2 de marzo en La Bufa, en Zacatecas. Las bajas y pérdidas que sufrieron en la batalla supusieron el final del ejército rebelde, aunque los sublevados, aún totalmente desbandados y desorganizados, continuaron en campaña por diversos rumbos, siempre con Treviño como jefe.

Reporte de Guerra en Zacatecas contra los sublevados en 1872Telegrama:

C Ministro de Guerra. Por fin el enemigo parece que me espera en Guadalupe, donde apoya su línea de batalla, extendiéndose por las lomas inmediatas. No me es posible esperar a Sánchez Ochoa por que este general hasta ayer salió de Lagos y si lo esperáse perdería hasta cuatro días, durante los cuales el enemigo se fortificaría perfectamente y aún sería posible que tomara la iniciativa contra mí.

Aún en el caso de que el enemigo huyera de nuevo siempre tendría la necesidad de hacer un alto de tres días en Zacatecas para reponerme, pues vengo muy estropeado, la mulada muy mal y sin recursos. No creo que resulte un mal de este alto, porque tengo que acopiar víveres, pasturas; cambiar algunas mulas, sin lo cual mis marchas serán muy cortas, y de todas maneras tendría que hacer un alto.

Es también preciso un descanso a la tropa que no ha cesado en sus marchas, las cuales han sido casi siempre forzadas. Ayer volvió a ser alcanzada la extrema retaguardia del enemigo y tuvo algunos muertos y heridos. Hoy continúo mi marcha y si el enemigo espera por fin en Guadalupe lo batiré. En cuanto a Ordoñez, como ya está incorporado conmigo no es posible que regrese de inmediato. Pero de Zacatecas, lo enviaré, tan luego como llegue.

C. Gral. S. RochaRecibido el 3 de Marzo de 1872, a las 12 hrs.



Intervención Francesa

El 4 de Mayo de 1862, al ocurrir la intervención Francesa, las fuerzas guanajuatenses derrotaron a las tropas conservadoras que se dirigían a Puebla para atacarla al mismo tiempo que los franceses.

“En Palacio Nacional de Ciudad de México, el presidente Benito Juárez y el resto del pueblo pasaban por un trance terrible. No tenían noticias de Puebla y el gobierno había hecho salir precipitadamente al General Florencio Antillón al mando de los Batallones de Guanajuato, quedando como guardianes de la Capital sólo dos mil hombres del Regimiento de Coraceros Capitalinos y algunos centenares de milicianos pobremente armados. Si las tropas guanajuatenses se perdían, la Capital caería sin remedio.” [4] Como antecedente de la intervención francesa, baste recordar que tras la Guerra de Reforma en México, la principal problemática por la que atravesó el gobierno fue la insuficiencia de recursos para establecer el orden en un país agotado por los constantes enfrentamientos, cuartelazos y rebeliones.

Esta razón llevó a que el congreso decretara el 17 de julio de 1861 la suspensión de pagos de todas las deudas públicas, lo que originó la reacción de Inglaterra, España y Francia, que reclamaron la cancelación de esa medida, sin embargo el gobierno mexicano hizo caso omiso de esa demanda de esos países, por lo que ingleses y franceses terminaron relaciones diplomáticas con nuestro país.

Los conservadores en México vieron en estas dificultades del gobierno de Benito Juárez la oportunidad para realizar sus objetivos, ya que desde la consumación de la independencia buscaron establecer una monarquía en México.

En respuesta a la suspensión temporal de pagos, Inglaterra, Francia y España, firmaron en Londres, el 31 de octubre de 1861, un convenio mediante el cual se estableció enviar una expedición a ocupar las principales fortalezas militares de las costas mexicanas, con el

objetivo de captar los recursos económicos de las aduanas y cobrar la deuda de los tres países. El gobierno mexicano nunca se negó a pagar tales deudas, sólo solicitó una prórroga de tiempo para superar la angustiosa situación económica en la que se encontraba tras el episodio de la guerra civil de Reforma.

Después de que las tres potencias europeas firmaron el convenio en Londres, la escuadra española llegó a Veracruz el 8 de diciembre de 1861; los ingleses el 6 de enero de 1862 y los franceses anclaron al día siguiente. El gobierno mexicano designó al General guanajuatense Manuel Doblado para negociar con los intervencionistas, solicitando que expusieran las intenciones de su expedición, sin lo cual no se podía permitir su avance.

Los plenipotenciarios europeos intercambiaron impresiones con el ministro Manuel Doblado en las que se expuso el interés de evitar un enfrentamiento y el 19 de febrero, se acordaron en La Soledad los preliminares mediante los cuales se pactó, que las potencias aliadas se abstendrían de interferir en cualquier disputa interna de los mexicanos, restringiéndose a la negociación como vía de alcanzar acuerdos sobre sus reclamaciones, dichas negociaciones se llevaron a cabo por representantes de las potencias aliadas y representantes del gobierno mexicano en Orizaba.

Los preliminares de la Soledad fueron ratificados por el presidente Juárez y los representantes ingleses y Españoles, el 5 de marzo siguiente arribó a Veracruz el General Carlos Fernando de Latrille, Conde de Lorencez quien, con su arrogancia característica creyó que por la situación que vivía México que se encontraba debilitado por los cruentos años de la guerra de independencia, los constantes enfrentamientos del primer imperio y la reforma, sería un país sin ánimos de defenderse cuando fueran atacados por el ejército francés, uno de los más poderosos del mundo. Sin embargo, el inesperado resultado fue determinado por la energía y valor de los combatientes mexicanos.

[4] Defensa del frente de Loreto y Guadalupe Batalla de Puebla



Infringidos los preliminares de la Soledad, Lorencez marchó con sus fuerzas de Córdoba a Orizaba. Comenzaron entonces los primeros enfrentamientos el 19 de abril de 1862 y las tropas francesas se prepararon a avanzar a la Ciudad de México, cuyo paso intentaron detener sin éxito en Acultzingo las tropas al mando del General Ignacio Zaragoza, sin éxito.

Los franceses avanzaron a Amozoc, lugar al que arribaron el 4 de mayo. En este sitio Lorencez recibió información sobre el plan de defensa del general Zaragoza, y el general Juan Nepomuceno Almonte, asesoraró a Lorencez en el sentido de que el ataque debía efectuarse a través de la zona de la Huerta del Carmen, área del perímetro de la ciudad fuera del alcance de las fortificaciones de Loreto y Guadalupe. Ante este escenario, el general Zaragoza, dispuso sus tropas en cuatro brigadas de Infantería como sigue: Brigada Berriozábal, 1,082 hombres; Brigada Lamadrid, 1020; Brigada Negrete, 1,000; Brigada Díaz, 518, Artillería, 550 y Caballería, 4,852 elementos.

Ante la posibilidad de que los franceses dirigirían su ataque por el este y por el sur, el general Zaragoza dispuso de su efectivo conforme al siguiente dispositivo:

•Brigada de Caballería, al mando del General Antonio Álvarez, apoyado en la ladrillera de Azcárate.

•Brigada Díaz, en la columna de ataque, entre la Caballería y la Brigada Berriozábal. •Brigada Berriozábal, en la columna de ataque, entre la Brigada Díaz y la Brigada Lamadrid. •Brigada Lamadrid, en la columna de ataque entre la Brigada Berriozábal y la falda sureste del Cerro de Guadalupe.

•La Brigada Negrete, de guarnición en los dos fuertes, con un Batallón de Morelia en los atrincheramientos de la falda sureste de Guadalupe,

el Batallón de la Guardia Nacional de Puebla (los zacapoaxtlas) en línea de tiradores en la loma que une a Loreto con Guadalupe.

La columna francesa marchó de Amozoc a Guadalupe la madrugada del 5 de mayo, al considerar a esta última posición como el punto que dominaba Puebla, cuya posesión resultaría en el dominio de la ciudad, pero las condiciones del terreno y ubicación estratégica de los fuertes de Guadalupe y Loreto, les dificultaron el avance a las columnas francesas que fueron sometidas a un intenso fuego de la infantería y artillería mexicana apoyadas por caballería, ante la imposibilidad de avanzar sobre Guadalupe, el general Lorencez ordenó la retirada.

Este acto glorioso de las armas nacionales en Puebla causó optimismo en toda la República y los generales, jefes, oficiales y soldados mexicanos de la acciones de Acultzingo y Puebla fueron declarados beneméritos de la patria mediante decreto del Congreso de la Unión.

Las consecuencias de esa histórica batalla fueron enormes, Napoleón III ordenó que se aumentara el número de las tropas francesas, las cuales ascendieron a aproximadamente 28,000 elementos, más unos 2,800 del partido monárquico; por su parte, el General Zaragoza recibió refuerzos de la capital, Jalisco, Guerrero, Guanajuato y Zacatecas, por lo que el efectivo del Cuerpo del Ejército de Oriente aumentó a 22,000 hombres.

Tras la ocupación de la plaza Puebla, después de haber sido declarada por el General González Ortega en sitio desde el 10 de marzo de 1863, hasta su rendición el 17 de mayo, la capital de la República fue declarada también en sitio y Benito Juárez trasladó su gobierno a San Luis Potosí.

El ejército francés entró en la Ciudad de México el 10 de junio y un mes después, el 10 de julio, la Asamblea de Notables, convocada por el General Elías Federico Forey, dio lectura al dictamen con las siguientes proposiciones:



Elementos de Fuerzas de Seguridad Pública (1982)Alhondiga de Granaditas, Gto.

•La nación mexicana adopta por forma de Gobierno la Monarquía Moderada, hereditaria, con un príncipe católico.

•Que el soberano tomaría el título de emperador de México.

•Que la corona imperial se ofrecería al príncipe Fernando Maximiliano, Archiduque de Austria, para sí y sus descendientes.

•Que en el caso que por circunstancias de prever no llegase a tomar posesión del trono, la nación mexicana se remitiría a la benevolencia del emperador de los franceses para que le indicase otro príncipe católico.

De esta forma un extranjero sería designado como dirigente de todos los asuntos nacionales y el Poder Ejecutivo se denominaría “Regencia del Imperio Mexicano”, por ello en 1864 desembarcó en Veracruz, Maximiliano de Habsburgo, que con el apoyo de los franceses y de grupos mexicanos conservadores opositores al gobierno liberal de Benito Juárez, estableció el Segundo Imperio en México.

El imperio de Maximiliano duró poco tiempo pues en 1867 Napoleón III retiró su apoyo y por esta razón sus incipientes fuerzas armadas no pudieron contener el avance de las tropas leales a la república.

Al terminar los movimientos sociales, el Cuerpo de Seguridad Pública del Estado, como era ya conocido, continuó utilizando el sobrenombre de “los soldados de las Fuerzas”, como eran llamados popularmente.



Mandos del BatallónPrimer Ligero

Licenciado Manuel Doblado

General Gabriel Valencia (1799-1848) Nació y murió en la ciudad de México. En 1810 ingresó como cadete en el Regimiento de Caballería de Tulancingo. Tras varios avatares se adhirió al movimiento de Iturbide en 1821. Se mantuvo en el fuerte de San Juan de Ulúa, Veracruz, hasta que este sitio fue tomado por las fuerzas republicanas. En 1831 alcanzó el grado de General de Brigada y en 1833 derrotó a Mejía, ordenando su fusilamiento en La Blanca. En 1836 formó parte de las fuerzas que realizaron la expedición a Texas.

Licenciado Manuel Doblado (1818-1865) Nació el 12 de junio de 1818 en el pueblo de San Pedro Piedra Gorda, hoy Ciudad Manuel Doblado, y falleció el 19 de junio de 1865 en la ciudad de Nueva York, Estados Unidos.

Manuel Doblado se distinguió como político, militar, diplomático, Gobernador de Guanajuato e intelectual que participó activamente en la construcción del México independiente.

Promovió la creación de un Congreso Constituyente nacional que respondiera a las demandas del nuevo espíritu que el país estaba forjando. Propuso en principio que ese Congreso se reuniera en la ciudad de Dolores Hidalgo, Cuna de la Independencia Nacional, aunque éste fue trasladado a la ciudad de Querétaro.



General Florencio Antillón

General Florencio Antillón (1830-1903) Nació el 23 de febrero de 1830 en la ciudad de Guanajuato, murió el 18 de febrero de 1903 a los 72 años en Celaya.

Inició en el ejército como teniente del 2º Batallón del Primer Regimiento de Guanajuato, el 21 de septiembre de 1844. Al participar en la Campaña de la Sierra Gorda obtiene su primer ascenso como capitán del Tercer Batallón.

Durante la Revolución de Ayutla en Guerrero (1845-1855), donde se desconoce al gobierno de Antonio López de Santa Ana (Su Alteza Serenísima), Antillón asciende a comandante del Batallón, alcanzado el grado de Mayor del Batallón Primer Ligero de Guanajuato (8 de Marzo de 1856).

Narra la historia que un día después de la Batalla de Puebla en 1862, se incorpora al Ejército de Oriente al mando del General Ignacio Zaragoza. Cae prisionero durante el sitio de Puebla, pero logra escapar junto con los generales Porfirio Díaz y Felipe Berriozabal.

Al regresar a Guanajuato, se une al General y licenciado Manuel Doblado para formar parte de la milicia con mil quinientos hombres que custodian al presidente Juárez hacia Zacatecas, Saltillo y Monterrey. El presidente Juárez lo nombra Gobernador y Comandante Militar de Guanajuato, el 25 de julio de 1864. Participa en el sitio de Querétaro en donde manda la primera columna de ataque el 14 de marzo de 1867 contra las fuerzas de Miramón.



General Sóstenes Rocha

General Sóstenes Rocha (1832-1897) Nació en el poblado de Marfil del municipio de Guanajuato en noviembre de 1832. Ingresó al Colegio Militar el 10 de junio de 1851 y después de una brillante carrera, en 1853 se incorporó al Cuerpo de Zapadores.

Sirvió al Ejército luchando en 1854 en contra del Plan de Ayutla, del que finalmente formó parte. En diciembre de 1856 combatió y derrotó a Tomás Mejía en la Campaña de la Sierra Gorda en noviembre de 1857. Participa en la Batalla de Salamanca en marzo de 1858 en donde fue derrotado el General Anastasio Eugenio Ángel Carlos Roldan Parrodi.

Durante el sitio de Puebla, después del desastroso combate del 8 de mayo en San Lorenzo, fue capturado siendo Coronel en aquel entonces, dándose a la fuga en Orizaba, para incorporarse nuevamente a las filas republicanas.

En junio de 1871 es ascendido a General de División y en diciembre de 1880 a junio de 1886 fue director del Colegio Militar. Durante su estancia en París, escribió los libros “Estudios sobre la ciencia de la guerra”, “Memorandum del oficial mexicano en campaña”, “Exploraciones de la caballería en campaña” y “Enquiridión para los sargentos y cabos del Ejército”.

Murió el 31 de marzo de 1897 en la Ciudad de México y en su honor se erigió una estatua frente al actual Palacio de Gobierno, sede del Poder Ejecutivo de Guanajuato.



Cuartel San Pedro, 1925Calle Sangre de Cristo, Gto.

Cuarteles del Batallón Primer Ligero

En el Guanajuato del siglo XVIII, al crearse las Milicias Cívicas y de la Legión del Príncipe, estos grupos ocuparon el Cuartel de Hiedras, en la parte posterior de la Iglesia de La Compañía, inmueble actualmente ocupado por la Escuela Primaria del Sol.

Entre los siglos XVIII y XIX, estas tropas ya se encontraban instaladas en el Cuartel de San Pedro, de donde se incorporaron a las filas de Don Miguel Hidalgo y Costilla durante la Toma de la Alhóndiga de Granaditas. Este edificio fue utilizado por el Padre de la Patria como el primer cuartel de las armas insurgentes.

A principios del Siglo XIX, al ser creado el Cuerpo de Seguridad del Estado, conocido más tarde como Batallón Primer Ligero de Guanajuato, fue alojado en el Cuartel de San Pedro, permaneciendo en ese sitio hasta mediados del siglo XX.

Entre los años 1920 y 1930 parte del inmueble fue destinado para la construcción de una escuela oficial, ya para entonces se le conocía como Cuartel Sóstenes Rocha. En el año de 1962, por órdenes del Gobernador de esa época, a la unidad le fueron retiradas la caballería y del uniforme similar al del ejército federal, su cuartel fue abandonado en ese mismo año, reubicándoseles en la calle de Pastita, donde permanecieron por 12 años.

En mayo de 1974 nuevamente fueron removidos de su alojamiento y cambiados al poblado de Marfil, permaneciendo en dicho lugar hasta 1990. El primero de agosto de 1990, fue la última fecha en que esta unidad fue removida de su cuartel, siendo instalados en el edificio que ocupan actualmente.



Al servicio de Guanajuato, inundaciones en Irapuato

Los días 16 y 17 de agosto de 1973, las Fuerzas de Seguridad Pública del Estado, coadyuvaron con el Ejército Mexicano y otras instituciones de seguridad en las labores de auxilio a la población de la ciudad de Irapuato, luego de la inundación registrada por las intensas lluvias y el desbordamiento de la presa El Conejo. Las labores preventivas que desarrolló en esos días, fue la de recorrer las calles de la ciudad para poner sobreaviso a la población ante la amenaza de que el dique se rompiera, sin embargo, pese a la advertencia oportuna el desastre ocurrió.

A las 00:00 horas del sábado 18 de agosto, la presa El Conejo (en el cerro de Arandas) cedió pese a la tarea de 150 soldados del Ejército mexicano que a toda costa trataban de elevar los bordos y a la mañana siguiente, a las ocho y treinta, la presa se reventó. Para el mediodía de esa fecha, el agua comenzó a inundar la ciudad, sobre todo las zonas más bajas, como son la avenida Guerrero, Fraccionamiento Españita, Las Reynas, Las Rosas, Eucalipto, Jardines de Irapuato y El Ranchito.

Las Fuerzas de Seguridad Pública del Estado comenzaron sus labores de rescate de la población. El elemento Jesús Castillo Hernández junto con uno de sus compañeros, permanecieron en calidad de desaparecidos todo el tiempo en que se mantuvieron altos lo niveles de agua, pero al término aparecieron sanos y salvos en el campamento de las Fuerzas.

Posterior a la inundación, las Fuerzas de Seguridad Pública y otras instituciones llevaron a cabo labores de limpieza, se calcula que fueron removidas 170,000 toneladas de escombros, se establecieron rondines de vigilancia para evitar hasta donde fuera posible, los saqueos a las casas que habían quedado en pie, también se realizaron tareas de distribución de alimentos a la población hasta que terminó la emergencia. En los años siguientes se registraron otras inundaciones en los municipios de Silao, León, San Francisco del Rincón e Irapuato, en todos estos casos ha estado presente esta corporación de seguridad, en apoyo de la población.Inundación de Irapuato (1973)



Inicia construcción de Cuartel San Pedro (1905)Calle Sangre de Cristo, Gto.



Interior de Cuarte San Pedro (1929)Calle Sangre de Cristo, Gto.



Escolta de las Fuerzas de Seguridad Pública (1970)

Escolta de las Fuerzas de Seguridad Pública del Estado, 0000

Elementos de Fuerzas de Seguridad Pública (1961)



Fuerzas de Seguridad Pública desfilando (1962)Plaza de la Paz, Gto.

Placa de Fuerzas de Seguridad Pública (1980) Placa de Fuerzas de Seguridad Pública (1984)

Sector de Fuerzas de Seguridad Pública (1987) Placa de Fuerzas de Seguridad Pública (1995)

Placa de Fuerzas de Seguridad Pública (2007) Sector de Fuerzas de Seguridad Pública (1987)

Escudo de Santa Fe (2008) Estrella Policía Estatal (2011)



Al concluir la guerra de Reforma, las tropas del Batallón Primer Ligero se concentraron solamente en la problemática de la entidad, manteniéndose siempre a la expectativa de los cambios que se generaban en otras latitudes de la República, siempre del lado de las causas justas.

Al terminar los movimientos sociales (1940), el Cuerpo de Seguridad Pública del Estado, continuó utilizando su denominación de “Los Soldados de las Fuerzas”, como eran llamados popularmente.

Hablar del Batallón Primer Ligero de Guanajuato, es referirse a una de las unidades de seguridad de mayor historia en el país; su lealtad, valor y sacrificio así lo han dejado impreso en la memoria nacional.

En el año de 1986 el Gobernador del Estado en turno, fusionó en una sola corporación a las Fuerzas de Seguridad Pública del Estado y a la Dirección General de Tránsito del Estado, bajo la razón social de Dirección General de Seguridad Pública y Vialidad del Estado.

En ese mismo periodo falleció de manera repentina su titular, originando que la corporación tomara su anterior denominación como Dirección de las Fuerzas de Seguridad Pública del Estado.

Entonces los nombramientos de sus elementos cambiaron de la terminología militar a la de un cuerpo de policía.

Con este motivo, el Batallón Primer Ligero de Guanajuato se transformó y sus actividades cambiaron totalmente a labores eminentemente de seguridad y protección a la sociedad civil, así como la de convertirse en una corporación de apoyo a todas las policías

Fuerzas de Seguridad Pública del Estado

Innovación y Fortaleza

preventivas del estado.

En el año de 1993, se dió inicio de manera formal la capacitación del propio personal de la corporación, así como la de los municipios de la entidad, mediante la Instalación de un Centro de Adiestramiento el cual instituyó un cuadro básico de capacitación denominado “Curso de formación de oficiales de seguridad”.

El Instituto para la Formación de los Cuerpos de Seguridad Pública del Estado, tiene por objeto la capacitación policial, preparación de los aspirantes a integrar los cuerpos de seguridad pública del estado y de los municipios, en los términos de los convenios correspondientes en febrero de 1995. Este Instituto quedaba bajo el cargo del Director General de Seguridad Pública del Estado. En este mismo año de 1995, siendo Gobernador interino del Estado el C. Carlos Medina Plascencia, emitió el Decreto número 15 por medio del cual se expidió la primera Ley de Seguridad Pública del Estado de Guanajuato, en donde ya se formalizaba la creación del Instituto para la Formación de los Cuerpos de Seguridad Pública del Estado.

En el año del 2000, por decreto de la LVII Legislatura del H. Congreso del Estado, a iniciativa del Gobernador sustituto C. Ramón Martín Huerta (Q.E.P.D.), fue creada la Secretaría de Seguridad Pública, la cual entró en funciones el día primero de diciembre del 2001, quedando instituida la Dirección General de las Fuerzas de Seguridad Pública del Estado.



Policía Estatal Acreditable

El modelo de la Policía Estatal Acreditable, es un compromiso que acordaron los Gobernadores del País, en el seno del Consejo Nacional de Seguridad Pública, con la finalidad de garantizar una operación homogénea de las instituciones policiales estatales y municipales para que respondan a las demandas sociales. La Policía Estatal Acreditable es una fortaleza porque está integrada por elementos capacitados especialmente para la sistematización de datos, su análisis y la toma de decisiones en materia de seguridad pública y se conforma de la siguiente manera:

Unidad de Análisis Táctico: Provee de datos estratégicos para la toma de decisiones y hace uso de recursos tecnológicos para la elaboración de líneas de información.

Unidad de Investigación: Se encarga de explotar fuentes de información obtenidas tanto en campo, como en gabinete, que se analizan para ofrecer soluciones.

Unidad Operativa: Interviene en la ejecución de los operativos proactivos y de aseguramiento que permiten la detención de presuntos delincuentes, desarticulación de células o redes criminales. En esta Unidad Operativa se refleja la gran coordinación que Guanajuato ha alcanzado con otros cuerpos de seguridad, federales, estatales y municipales.

El patrullaje aéreo del Estado es una herramienta fundamental en la vigilancia del territorio estatal. Esta ventaja nos permite una gran capacidad de desplazamiento y de movilidad que permite a las Fuerzas de Seguridad tener presencia oportuna.

El Grupo Táctico Operativo (GTO) de las Fuerzas de Seguridad Pública del Estado es la unidad élite, preparada de forma especial para actuar ante cualquier circunstancia.

Policía Estatal Acreditable (2015)



Policía Procesal

Las reformas constitucionales al sistema de justicia penal y de seguridad, también han impactado a la Dirección General de las Fuerzas de Seguridad Pública del Estado. El nuevo Sistema de Justicia Penal requiere de una Policía Procesal que garantice la seguridad y el orden en las salas de oralidad, respetando en todo momento los derechos humanos.

De esta forma, la Policía Procesal recae bajo la responsabilidad de las Fuerzas de Seguridad del Estado, coadyuvando mediante la conducción de sujetos punibles a las salas del tribunal oral, garantizando el normal desarrollo de las audiencias e integridad física de las partes procesales, así como de las autoridades judiciales.

Se encargan de trasladar, custodiar y presentar ante el Presidente de tribunal oral a las personas citadas o que se encuentren en proceso.

Policía Procesal (2012)



Fuerzas de SeguridadSacrificio y Lealtad

Elementos de las Fuerzas de Seguridad Pública (2012)

Las Fuerzas de Seguridad Pública del Estado es en la actualidad una de las corporaciones mejor preparadas a nivel nacional, con un nivel de profesionalización de acuerdo a las exigencias de la sociedad, equipadas con tecnología y con el adiestramiento necesario que les permite tener una capacidad de respuesta inmediata ante cualquier eventualidad.

La transformación de las Fuerzas de Seguridad del Estado, bajo la supervisión de la Secretaria de Seguridad, responde a un imperativo para servir mejor a Guanajuato.

El gobernador Miguel Márquez Márquez, así lo ha instruido para garantizar a los guanajuatenses la seguridad, la paz social y la convivencia armónica.

Somos una corporación compuesta por hombres y mujeres comprometidos con servir a Guanajuato. Somos una corporación confiable, honesta y respetable, acreditando al cien por ciento los examenes de control y confianza.

Porque la seguridad es compromiso de todos.

Herederos de una gran institución



Elementos de las Fuerzas de Seguridad Pública (2012) Elementos de Fuerzas de Seguridad Pública (2011)



Elementos de las Fuerzas de Seguridad Pública Y Sandcat (2015)



Elementos de las Fuerzas de Seguridad Pública (2015) Grupo Táctico Operativo (2013)



Elementos de las Fuerzas de Seguridad Pública (2014)



Elementos y patrullas de Fuerzas de Seguridad Pública (2012)

G o b i e r n o d e l E s t a d o d e G u a n a j u a t o

Fuerzas de Segur idad Pública del Estado96

Consejo Editorial

Mtro. Alvar Cabeza de Vaca AppendiniSecretario de Seguridad Pública del Estado

Lic. Martín Octavio Luque LucioSubsecretario de Seguridad

Lic. Mauricio Javier Zúñiga FloresSubsecretario de Prevención

C.P. Gabriela Anguiano DelgadoDirectora General de Administración

Cmdte. Juan García ÁngelesDirector General de las Fuerzas de Seguridad Pública del Estado

Lic. Arturo Tavarez DelgadoDirector de Comunicación Social

Dirección de Comunicación Social Secretaría de Seguridad Pública del Estado

Gobierno del Estado Secretaría de Seguridad Pública

fuerzas de seguridad pública del estado

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