fuerzas armadas y su seguridad social

ECUADOR: Fuerzas Armadas y su Seguridad Social Seguridad Social Breve Historia de la Seguridad Social Militar del Ecuador

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Luis PACHECO Manya

Suboficial Primero-ARE

09 de Octubre de 2014

Fuerzas Armadas y su Seguridad Social 2014

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"Si me pregunta cuál es el prurito que vuelve más vicioso y criminal a un gobernante, yo responderé que el abuso de las leyes. Leyes son los vínculos de la sociedad humana con los cuales viven los hombres formando un solo cuerpo, sujetos a unos mismos deberes, agraciados con unos mismos fueros. El que viola el código de esas reglas en provecho de sus orgullos, sus vanidades o sus iras, es impío que da un corte en el santo nudo que encierra los misterios de las naciones, y rompe el símbolo de la felicidad del pueblo.- Juan Montalvo Fiallos, “Las Catilinarias"

Luis PACHECO Manya Ex Suboficial Primero-ARE

Introducción: Según el sabio Cicerón: “En la familia, como en el Estado, es la economía la mejor fuente de riqueza; y Samuel Smiles, el autor de las populares obras de moral, se expresa así: “El ahorro es el espíritu de orden aplicado a la administración y a la organización de las familias”. El orbe entero está admirando actualmente cuánto puede la economía empezada por el céntimo y elevada después a la formación de grandes cajas y poderosos bancos.

En Europa la situación económica y financiera de los tesoros nacionales ha sobrepasado todo cálculo. Y si buscamos su fundamento, no podemos decir acaso que ella se encuentra en el sistema de ahorros infiltrado en todos los estados sociales? Alguien dijo: “Pueblo económico, pueblo grande”. Presenciando estamos la manera prodigiosa como se cubren los empréstitos internos en la nación alemana, la cual, hasta aquí, ha dejado asombrado al mundo entero. Pueblo condenado, según los primeros vaticinios, a morir ele hambre por falta de alimentos y recursos, no ha mucho cubrió íntegramente su último empréstito, y si fuera menester colocar otro, corno es seguro suceda si la guerra se prolonga, hay quienes creen que será llenado sin mayores dificultades. ¿"No se ve, pues, ahí la cantidad incalculable de valores que ha sabido acumular ese gran pueblo? Suiza, Noruega, Inglaterra y Francia asoman fuertes por su riqueza; siendo sus caudales los que les hacen esperar el triunfo. He aquí comprobado el beneficio del ahorro, he aquí la base sobre que descansa el porvenir de las naciones. Los ahorros individuales forman la riqueza nacional; el despilfarro ocasiona el empobrecimiento de los individuos y de los Estados. El ahorro, por otra parte es aplicable en todo orden y a todo pueblo; el mismo Smiles dice: “El ahorro no requiere un valor ni una inteligencia superiores, ni ninguna virtud sobrehumana; sólo requiere sentida común y el poder de resistir a fruiciones egoístas”. El hábito del ahorro emana en su mayor parte del deseo de mejorar nuestra condición social, como así mismo de mejorar la de aquellos que dependen de nosotros; de acumular en la juventud los medios necesarios para disfrutarlos cuando los años nos


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vayan venciendo en la jornada de la vida, para así no caer en una vejez de caridad y de lástima. La Revolución Juliana y su aporte a la Seguridad Social del País. El 9 de Julio de 1925 estalla en Ecuador la “Revolución Juliana”. Los julianos inauguraron la misión social del Estado, con el Ministerio de Previsión Social, la Caja de Pensiones, las Direcciones de Salud y leyes sobre contratos laborales, salario, jornada y sindicatos. Este conjunto de políticas, que por primera vez en la historia definió el activo papel del Estado en la economía y en el trabajo, fue ampliamente respaldado por los sectores medios y populares del país. El “Programa de Renovación del Ejército” elaborado y presentado por los militares una vez triunfante la revolución, reflejan plenamente las aspiraciones en los aspectos profesionales y Seguridad Social, por esta razón, me permito transcribir, algunos párrafos de los doce largos artículos que lo conforman.

4º.- ...El Estado asegura al Oficial y a los Suboficiales y Clases los elementos y medios necesarios para su eficiente preparación: se establecerán Academias y Escuelas Militares permanentes para todas las armas...dotadas de profesorado competente...Así mismo desde el primer momento serán enviados a Europa y EE.UU. por lo menos treinta Oficiales del Ejército y Aviación y veinte de la Marina, de todos los grados que hubieren en servicio, para que perfeccionen y especialicen sus conocimientos, durante 4 años... 8o.- Mejoramiento de la situación económica del personal de oficiales y tropa del Ejército. Aumento de sueldos para todo el personal de oficiales y tropa del Ejército, tal como se verá en el anexo correspondiente...El Estado deberá pagar el rancho para oficiales y tropa, debiendo aumentarse la actual asignación para la tropa ($0,50 a $0,60 diarios)...En la misma forma que para los Oficiales, créase para los Suboficiales y Clases el Retiro y Montepío...El Estado garantizará a todo Oficial o individuo de tropa por la pérdida de la vida por actos del servicio según sea el grado del fallecido...Así mismo el Estado garantizará una indemnización para el caso de invalidez en actos del servicio... Lamentablemente, en el Ejército Nacional, siempre se vivió con la “cancha inclinada hacia un solo lado”, el de los Oficiales, a desmedro del Personal de Tropa, que fue marginado por las castas militares, era un “activo Fijo” de los cuarteles y Unidades Militares, no tenía ninguna consideración. Los Oficiales eran dueños de los cuarteles, de los bienes muebles e inmuebles, de la producción de las haciendas; y, más aún, del personal, que fue tratado como “peón de hacienda”. Contramaestre Juan Suarez, un ícono de la despreocupación militar Igual o peor situación subsistía en la Marina de Guerra, pues aún no lograba su tan anhelada autonomía. Un ejemplo de la despreocupación del Estado y también de las Autoridades Militares de esa época, es el Contramaestre Juan Suárez, el mismo que, finalmente está ocupando un merecido lugar dentro de la historia de la Armada del Ecuador, por algunas razones; una de ellas, por haber aportado al desarrollo de la Institución durante 48 años de servicio efectivo, fundamentalmente a bordo de nuestras unidades navales de la época, esto es, desde 1877 hasta 1926, ya que al año siguiente, y producto de una afección pulmonar encontró la muerte en su natal Santa Elena.


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06 de Agosto de 1926, el Presidente de la República, doctor Isidro Ayora, mediante Decreto le concede la Condecoración “Abdón Calderón”, de Tercera Clase; “deseando estimular la permanencia en el servicio de la Armada a los Sub-Oficiales y Gente de Mar que se dedican a servir a la Patria, con honor y lealtad”. En los primeros días de 1927, luego de soportar con resignación la dolorosa enfermedad, finalmente entregó su alma al Creador. Su esposa Carmen Yagual de Suárez y sus seis hijos, todos menores de edad: Hipólito, Jesús, Juan, Angélica, María Teresa y Carmen, quedaron en la orfandad y en una pobreza extrema. Febrero de 1928, la viuda, luego de varios trámites administrativos ante el Ministro de Guerra y Marina, solicitando que en un acto de justicia se le concedan las Letras de Montepío para así aliviar sus urgentes necesidades. El General Leonardo Palacios, accedió a favor de ascender al Contramaestre Juan Suárez al grado de Alférez de Fragata, para poder retirarlo con todos los honores y posiblemente con el benefactor Montepío que solicitaba su viuda, ya que este beneficio está destinado solamente para los Oficiales; pero, lamentablemente, y como casi siempre, la mala suerte se ensaña con los más humildes y necesitados, Suárez falleció antes de que se ejecutará este acto de justicia. 18 de Febrero de 1928, el Capitán de Corbeta Enrique Cucalón Santos, por entonces Director General de la Armada, hace conocer a doña Carmen Yagual, la resolución del Ministro de Guerra y Marina, en el sentido que no hay una disposición legal que pueda favorecer a la viuda; pero, que esa Dirección General puede abrir una suscripción general en la Marina con el fin de procurarle la ayuda económica que tanto necesita la familia del Contramaestre Juan Suárez. Dicha suscripción debe entenderse como una “vaca”, una contribución económica voluntaria del personal de la Armada, para socorrer a los deudos sumidos en la miseria de este ilustre Tripulante. 22 de Marzo de 1928, el Capitán de Navío Juan Francisco Andan y Maldonado, titular de la Dirección General de la Armada, transmite la disposición del Ministro Palacios y dispone la ejecución de aquella iniciativa de colaboración humanitaria, transcrita a continuación, respetando la ortografía original: “Guayaquil, 22 de marzo de 1928.- Señor Jefe del Departamento de Marina.- Quito: Para los fines que usted conocerá, al informarse del contenido del oficio del señor Director General de la Armada, lo insertó a continuación. Oficio No. 299.- Guayaquil 21 de marzo de 1928.- Señor Comandante del Cañonero “Cotopaxi”.- Al ancla.- El señor Ministro de Guerra y Marina, en oficio No. 82 de 15 de los corrientes, al devolver la solicitud de la señora Carmen Yagual viuda del Contramaestre Juan Suárez, manifestando no poder dicho Departamento conceder las letras de montepío solicitadas, por no haber disposición legal alguna que le autorice para ello. Pero, vería complacido que se abriera una suscripción general, en todas las dependencias de la Armada, á fin de auxiliar con su producto á la mencionada viuda.- En tal virtud, tomando en consideración el interés y el patriotismo de Ud., esta Dirección General tiene á bien designarle para que forme la suscripción general, en todas las Unidades y Capitanías de Puerto, pudiendo Ud. dirigirse sobre el particular, en la forma que crea conveniente; no es por demás manifestarle, que el suscrito coopera con la cantidad de diez sucres, como también el señor Ayudante Mayor Capitán de Corbeta don Alvaro Cañarte, se suscribe con igual cantidad que la


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anterior y los demás del personal de este Comando, indicarán la cuota con la que contribuyen.- Honor y Patria.- Director General del Personal de la Armada.- (f) J. F. Anda y M”. No deseo extenderme en el tema, ya que lo expuesto, demuestra claramente el desamparo en el que se encontraban nuestros compañeros Tripulantes, a pesar de haber transcurrido algo más de un siglo de existencia fructífera de la Marina de Guerra del Ecuador, si consideramos que la Escuela Náutica, génesis de nuestra Institución tuvo lugar el 01 de Septiembre de 1822. Antecedentes históricos de la Seguridad social Militar La creación de las Pensiones Militares puede considerarse como uno de los logros sociales y profesionales más significativos de la institución militar, este hito histórico, pionero en América, obra de la Revolución Juliana.

Julio de 1925, por el Movimiento Militar Juliano, el gobierno del Dr. Isidro Ayora expide la “Ley de Jubilación Montepío Civil, Ahorro y Cooperativa”, que así como fue el punto de partida de la seguridad social ecuatoriana, llegó hacer el inicio de la “Ley de Retiro Militar” como protección del colectivo militar. 26 de Marzo de 1928, también en el Gobierno del doctor Isidro Ayora, se crea la “Ley de Retiro para el Personal Militar”, financiada con el aporte individual del 5% que permitía la capitalización del Fondo de Retiro a los 30 años de servicio. Con la expedición de esta Ley, publicada en el Registro Oficial 601 de la misma fecha, simultáneamente con la Ley de Montepío Militar, culminó la Revolución Juliana. Este hecho permitió a nuestro país ser el primero en Latinoamérica en disponer de un sistema de seguridad social militar. A partir de 1928, el Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS), asume la misión que la Constitución Política le concedió para proteger a la población ecuatoriana. Este acontecimiento marca un hito en la República Ecuatoriana que de conformidad con la ley da lugar a la Caja de Pensiones. Su rol era conferir favores de jubilación, montepío civil, retiro militar y fondo mortuorio a los empleados del sector público, militares, civiles y más tarde, en el mismo año, al sector financiero del país. 02 y 09 de Marzo de 1939, se anuncia bajo decreto la “Ley de Pensiones de las Fuerzas Armadas Nacionales”, ampliándose la cobertura hacia aquellos militares que prestaron invalorables servicios a la Patria. 04 de Noviembre de 1948, por Decreto Legislativo y por iniciativa propia de Fuerzas Armadas, se crea el “Seguro de Cesantía Militar para Oficiales Profesionales en Servicio Activo”. Se capitaliza con el aporte del 1% del sueldo de los Oficiales Profesionales. El valor de la Cesantía se obtenía dividiendo el monto de la recaudación anual para el número de cupos de oficiales Cesantes. Dicho cómputo no se fundamentó con un cálculo actuarial, lo que dio como resultado que la prima fuera insuficiente y deba elevarse inmediatamente. 05 de Noviembre de 1949, mediante Decreto Legislativo, se crea el “Seguro de Cesantía para la Tropa del Ejército y la Aviación”, extendiéndose luego este beneficio para el Personal de la Armada.


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07 de Noviembre de 1949, se emitió un Decreto Reformatorio a la “Ley de Seguro de Cesantía Militar para oficiales Profesionales”, mediante el cual se elevó el aporte individual del uno al dos por ciento. 1950, este Seguro de Cesantía, se amplía al personal de Tropa del Ejército y Aviación y en 1951 para la Armada Nacional. 23 de Octubre de 1953, la Cooperativa de Cesantía Militar para Oficiales y Tropas, se cambia la denominación, por “Cooperativa de Cesantía Militar”, y se dispone que los fondos sean administrados por la Caja de Pensiones. 29 de Octubre de 1957, mediante Decreto Legislativo, se crea la “Caja Militar”, independiente, pero administrada por la Caja de Pensiones, estableciéndose una serie de cambios sustanciales, por cuanto el ciudadano Militar no está sujeto al régimen del Seguro Social Obligatorio, reconociéndose la independencia de la Caja Militar y la vigencia de la Ley de Pensiones de las Fuerzas Armadas, como una Ley Especial que regular y establece normas a la cobertura social militar. 09 de Enero de 1964, se expide la “Ley de Cooperativa de Cesantía Militar para Oficiales y Tropa de las Fuerzas Armadas”. El régimen financiero era de capitalización, el mismo que fue reemplazado por un régimen de reparto simple, que comprometió el ingreso de los aportes en gastos corrientes, lo cual, generó una crisis constante, obligando al Estado a proporcionar asignaciones extraordinarias y tomar la decisión de separar la “Caja Militar” que era administrada por el Consejo Directivo del IESS. Cabe indicar que, la “Caja Militar”, funcionaba en unas estrechas oficinas del edificio del IESS en Quito. En este cambio, el IESS quedó adeudando a la “Caja Militar” alrededor de 10 millones de dólares, que aún no han sido liquidados correctamente. Con este nuevo sistema, se acumularon cupos de hasta 2.000 expedientes, lo que ocasionó momentos difíciles para la Institución. Paralelamente se crearon los Fondos de Reserva para los Servidores Públicos y para el Personal Militar. 1982, el Ministro de Defensa Nacional dispone que su gabinete prepare un proyecto de ley de Seguridad Social para el personal militar de las Fuerzas Armadas, el mismo que fue elaborado y presentado al Presidente de la República, Dr. Oswaldo Hurtado Larrea, quien jamás le dio el trámite respectivo. 1988, el Ministro de Defensa Nacional dispone a cada una de las Fuerzas que los Oficiales pertenecientes a los Estados Mayores respectivos, trabajen coordinadamente en la elaboración de un proyecto de Ley de Seguridad Social de las Fuerzas Armadas, con una real estructura jurídica y orgánica funcional, respaldada con estudios matemáticos actuariales. 07 de Agosto de 1992, finalmente, se hace realidad el sueño de las Fuerzas Armadas, la aprobación de la “Ley de Seguridad Social de las Fuerzas Armadas (ISSFA). A diferencia de la Seguridad Social Militar del Mundo Occidental, que se financia íntegramente con recursos del Estado, la nuestra se concibe como en un régimen contributivo y solidario que se lo gestó en el ideal y espíritu del militar ecuatoriano, comprometido con los más caros intereses nacionales, aliviando el esfuerzo del Estado.


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Las pensiones a la Fuerza Pública son subsidiadas por el Estado en un 60%. Los militares aportan el 23% de sus ingresos y los policías el 16,10%. Pero sus patronos, los ministerios de Defensa y de Interior, pagan el 26% y el 17,25% respectivamente. La Seguridad Social Militar cubre al militar contra los riesgos a que se expone en el ejercicio profesional y busca el bienestar suyo y de su familia, ajustándose a las determinantes de la organización. El ISSFA cubre a 200 mil beneficiarios. El sistema otorga las contingencias de: retiro, invalidez, cesantía, mortuoria, seguro de vida y de accidentes, créditos quirografarios y vivienda.

La Ley de Seguridad Social Militar vigente, constituye la culminación de los principios y proyecto que como bandera de lucha enarbolaron los militares agrupados en la famosa liga de oficiales gestores de la revolución juliana. El sistema de seguridad social de FF.AA. como régimen especial El ISSFA surge como un órgano autónomo de finalidad social, ejecutor de la Ley de de Seguridad Social de las Fuerzas Armadas y poseedor de patrimonio propio. No se encuentra sometido a la intervención de la Contraloría General del Estado Ecuatoriano pero al formar parte del Sistema de Seguridad Social Nacional. 2001, desde este año, el ISSFA se encuentra sujeto a las auditorias por parte de la Contraloría y la Superintendencia de Bancos. En el caso del Ecuador, la Constitución de la República establece en el Art. 370, que el Sistema de Seguridad Social de las Fuerzas Armadas se constituye como un régimen especial y que forma parte del sistema nacional de seguridad social regidos por los principios de este sistema, pero administrado por sus propias leyes en razón de la particularidad del régimen militar y la especificidad del colectivo amparado. Las diferencias entre la seguridad social militar y la seguridad social general, responde a su variada naturaleza y excepcionalidades, pues la seguridad social es seguridad laboral por lo que inmediatamente se desprende que el militar no está sujeto a un régimen laboral por lo que su régimen de cobertura social es diferente. El militar no tiene contrato ni nombramiento, está sometido irrestrictamente al cumplimiento de actividades riesgosas que se contraponen de manera flagrante a las políticas laborales de la seguridad industrial. Sería inconcebible pensar que el militar mantenga un régimen laboral en el que fuese posible las huelgas, el sindicalismo, horas extras, peor aún pensar en el pago “por horas del servicio de centinela” o pago “por horas de servicio en combate” Las condiciones específicas de este grupo humano (militar), derivadas de las obligaciones establecidas en la propia Constitución de la República, determinan características y condiciones especiales de riesgo y entrega de servicio a la patria que suponen, de igual manera, un régimen especial de seguridad social.


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Reformas a la Ley del ISSFA: Con el incremento de 15 a 20 de los años de aportación al ISSFA para poder jubilarse, posteriormente, se registraron más modificaciones. Marzo de 2009, La Comisión Legislativa y de Fiscalización, analizó el informe presentado por la Comisión de lo Laboral a las reformas a la Ley de Seguridad Social, del ISSFA e ISSPOL que ”tiene como objetivo central corregir parte de las inequidades económicas y sociales”; por ello, la Asamblea Nacional aprueba la reforma que establece que quienes se acogieron al beneficio de la jubilación y regresaron al mercado laboral bajo relación de dependencia y perciban por ello, sueldo, salario o remuneración, dejarán de percibir el aporte del 40% del Estado o del 60% en su pensión jubilar o de retiro (ISSFA e ISSPOL), en los casos en que el monto de la misma supere el valor de una canasta básica familiar (512 dólares hoy en día). De otro lado, el organismo legislativo, en el afán de establecer condiciones de equidad para los jubilados, introdujo un articulado en el cual señala que las personas que en el cambio de sucres a dólares venían percibiendo pensiones mínimas de incluso centavos, a cargo del IESS, ISSFA o ISSPOL, en ningún caso podrán ser inferiores al porcentaje del salario básico unificado mínimo del trabajador (al momento 218 dólares) según su categoría y los años de aportación. Así, de acuerdo a la escala, quienes hayan aportado de 0 hasta 10 años, recibirán el 50% de 218 dólares (114); de 11 a 20 años, el 60%; de 21 a 30 años, el 75%; de 31 a 35 años, el 85%; y, de 36 a 40 años, el 100%. 2009, se expidió la reforma al Reglamento de la Ley de Seguridad Social de las Fuerzas Armadas, que fijó en un máximo de 88 % el monto de pensión que pueden recibir los militares pasivos, fijado con base en el salario que recibían cuando salieron de la institución. Las Fuerzas Armadas y su Instituto Ecuatoriano de Seguridad, han estado planificando aumentar, de 20 a 25 o 30 años, el tiempo de aporte para la jubilación militar. Si bien la idea viene conversándose desde hace una década atrás, hasta la fecha no ha sido finiquitada. Múltiples han sido las reuniones entre las autoridades del ISSFA y las comisiones militares integradas para elaborar una propuesta que está cerca de concretarse con el envío del proyecto de ley a la Asamblea, antes de que culmine el año 2015. Mayo de 2015, la Comisión Técnica integrada para definir una propuesta, concluyó su trabajo, planteando un incremento de cinco años (de 20 a 25) con base en un estudio actuarial realizado al instituto. Junio de 2015, la propuesta fue socializada entre los militares, pero aún no ha sido aprobada. 03 de Diciembre de 2015, la Asamblea Nacional aprobó la reforma a la Constitución de la República, incrementando un párrafo al Art. 370, de la siguiente Manera: “El Estado garantizará el pago de las Pensiones Jubilares de los miembros de las Fuerzas Armadas y Policía Nacional”.


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Por supuesto que el Estado se responsabiliza de las pensiones de la Fuerza Pública, pero no se debe desconocer de la magnitud y tiempo de las aportaciones de los miembros de la Institución para acogerse a esos beneficios al mismo tiempo que la garantía del Estado debe ser al funcionamiento del ISSFA, independientemente que sea o no autosustentable, lo cual es otro asunto a ser analizado. Pero quien es responsable del pago según la ley establece, es el ISSFA como organismo autónomo, responsable por la seguridad social del profesional militar. Desde los primeros meses del año 2012, el gobierno tiene definido la creación de un Sistema Nacional de Seguridad Social, que abarque al IESS, a los institutos de las Fuerzas Armadas (ISSFA) y de la Policía (ISSPOL), está contemplado en el borrador del proyecto de Ley de Seguridad Social. Si bien la propuesta no establece una suerte de fusión de los tres entes, su organización sí se pretende cambiar. Es decir, que cada instituto funcionará según sus propias dinámicas y con un director para cada una de ellas. Pero todo el sistema estará regido por los ministros del área social y económica del Gobierno central. Las interrogantes surgen el momento en que se comparan los tres sistemas de seguridad social. El esquema de aportaciones y pensiones de los afiliados al IESS es diferente al que reciben los militares y policías en sus institutos. Por lo tanto, resta saber qué pasará con las coberturas de los dos regímenes que atienden a medio millón de ecuatorianos pertenecientes a la Fuerza Pública (activos, retirados y sus familias). Los militares y policías están dentro de un esquema especial de seguridad social por los riesgos inherentes a su actividad. Por eso tienen beneficios como un seguro de vida y disponían de una red de salud propia, ahora todos los hospitales y dispensarios militares integran el Sistema Nacional de Salud Pública. La historia de los regímenes especiales en Ecuador es reciente. El ISSFA nació en 1992 y el ISSPOL en 1995. Antes de estos años el ahorro de militares y policías estaba en el IESS. Ese sistema de seguridad social, manejado por un instituto administrado con tintes políticos, de manera empírica e irresponsable, fue una preocupación permanente para las dos instituciones. Fuerzas Armadas y la Policía Nacional, lucharon para tener sus institutos de seguridad social y separarse de la Caja del Seguro. Como no se logró unificar a militares y policías, se crearon los dos entes, con leyes autónomas. La Ley del ISSFA fue reformada en el 2007, cuando se derogó el artículo 94 eliminándose el aporte al sistema que seguían efectuando los del Servicio Pasivo. Esa medida produjo un déficit de 177 millones de dólares a la institución, pues los pasivos y sus dependientes siguen recibiendo atención médica. En el fondo de los militares también hay retrasos del Estado por el pago de sus pensiones. Hasta el año 2012, la deuda ascendía a 91,4 millones. En agosto se hizo un pago de 23 millones en efectivo y otro de 68,4 millones en noviembre, en bonos. Para Octubre de 2015, la deuda del Estado al ISSFA era de 263 millones de dólares. Según las autoridades de la Policía, el fondo del ISSPOL crece USD 100.000 cada año.

ttp://www.elcomercio.com/politica/politica-seguro-Rafael_Correa-ley_de_seguridad_social_0_892110848.html

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El Gobierno se ha mantenido enviando mensajes de tranquilidad a la Fuerza Pública, en los que indica “que el ISSFA y el ISSPOL no van a desaparecer”, pero no aclara la forma en la que se van a integrar sin que estas diferencias afecten al nuevo sistema. Déficit Actuarial: El déficit actuarial que presenta el esquema de seguridad social de las FF. AA. (ISSFA), sin el aporte del 60% del Estado: 2010, fue de 9 millones de dólares; en 2011, 5 millones; el 2012, 41 millones; y, el 2013, 37 millones.

01 de Octubre de 2015, la deuda del Estado con el IESS ascendía a 263 millones de dólares.

Parque Los Samanes o Parque de La Discordia Los terrenos actualmente en litigio, fueron adquiridos por las autoridades del ISSFA con los aportes de todos los pensionistas, a través del descuento del ya “famoso” Fondo de Retiro, Invalidez y Muerte (RIM), que el entonces Presidente del Congreso, Arq. Fernando Cordero, actual Ministro de Defensa, en el año 2007, a petición de varios pensionistas, aprobó la suspensión de tal descuento. Los terrenos de la Hacienda la Balbina”, donde funciona la Aviación del Ejército y los del actual Parque Los Samanes, fueron adquiridos con el dinero del RIM. Antes de vender los predios de Samanes al Ministerio del Ambiente (MAE), el ISSFA había hecho planes, en el 2009, de levantar el proyecto “Ciudad Satélite José Joaquín de Olmedo”. El proyecto consideraba un precio por metro cuadrado de terreno de 25 dólares. 30 de marzo de 2010, los planes cambiaron cuando, el MAE procedió a incorporar al patrimonio nacional de áreas protegidas 379,79 hectáreas de Samanes, entre las que estaba gran parte de los terrenos del ISSFA, que iban a ser usados en su plan inmobiliario. Actualmente, en las 220,86 hectáreas vendidas están el estadio “Chucho Benítez”, la Concha Acústica, una explanada y la autopista. El ISSFA tenía proyectada una utilidad mínima de 280 millones a lo largo de 20 años de desarrollo del proyecto, que incluso podía llegar a 450 millones de dólares.

Diciembre del 2010, el ISSFA vendió sus 66 predios ubicados en el Parque Los Samanes, en la ciudad de Guayaquil, esto, a pedido del Ministerio del Ambiente. Se acordó un precio de 48 millones de dólares, tras un cálculo hecho por la Dirección Nacional de Catastros (DINAC). 30 de marzo de 2010, el Ministerio del Ambiente (MAE) declara como patrimonio natural de áreas protegidas el Área nacional de recreación Los Samanes. 24 de junio de 2010, el MAE remite al Ministerio de Defensa el pedido formal para la suscripción con el ISSFA de la compraventa de sus predios en el interior del área protegida con base en el avalúo de la Dirección Nacional de Avalúos y Catastro (Dinac)


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19 de Agosto de 2010, Marcela Aguiñaga, ministra del Ambiente, formula al ISSFA la propuesta de compraventa por las 220,86 hectáreas. 6 de Septiembre de 2010, El Consejo Directivo del ISSFA, con presencia del ministro de Defensa, Javier Ponce, acepta la propuesta de la compraventa. 22 de Noviembre de 2010, Se celebra en Quito la promesa de compraventa entre el contralmirante José Noritz, del ISSFA, y la ministra del Ambiente, Marcela Aguiñaga. 7 de Diciembre de 2010, En una notaría de Guayaquil se firma la escritura de compraventa entre José Noritz, director general del ISSFA, y la ministra del Ambiente delegada, Mercy Borbor. 18 de Noviembre del 2015, se presenta un informe del Procurador de la Nación, indicando que supuestamente el ISSFA “no observó lo que la ley manda: comprar o vender un bien público sobre el avalúo de cada municipio“. Este procedimiento lo realizó la Dirección Nacional de Avalúos y Catastros (DNAC), por lo que infiere con la Ley de Contratación Pública y “puede ser glosada por la Contraloría General del Estado”. La DNAC calculó que los terrenos costaban USD 48 millones y precisamente ese es el monto que pagó el Ministerio de Ambiente. Sin embargo, el avalúo del Municipio de Guayaquil, en el 2010 señaló que los predios costaban USD 7,3 millones. 28 de Enero de 2016, el Ministro de Defensa convoca Sesión Extraordinaria en el ISSFA. El único punto del orden del día era conocer qué ha hecho el Director del ISSFA para atender un requerimiento realizado por la Procuraduría, el 18 de Noviembre (sobre la compraventa de los terrenos). La Procuraduría dice al Ministro del Ambiente y al Director del ISSFA, que han cometido una violación de la ley de contratación y deben hacer todos los actos administrativos pertinentes para corregir y enmendar incluyendo la escritura de compraventa de los terrenos. 04 de Febrero de 2016, el gobierno, dispuso que el Ministerio de Finanzas debite los 41 millones de dólares que se pagaron en exceso al ISSFA y se acrediten a las cuentas del Ministerio del Ambiente. 5 de febrero de 2016, en rueda de prensa, el Alto Mando militar, acompañado por Oficiales de las tres ramas de las Fuerzas Armadas, pidió al Gobierno que respete los recursos del Instituto de Seguridad Social de las FF.AA. (ISSFA). Luis Garzón, jefe del Comando Conjunto, leyó un documento de dos páginas y citó a la Constitución aprobada en el 2008 en Montecristi. “Los recursos de la seguridad social militar le pertenecen a los soldados en servicio activo y pasivo y a sus familias; es obligación del Estado su protección y preservación”. Una vez culminada la rueda de prensa, el Ejecutivo, dispone el cambio de la Cúpula Militar. Protagonistas: Javier Ponce Cevallos, Ministro de Defensa Nacional.- Actual Ministro de Agricultura era, en el 2010, Ministro de Defensa cuando se efectuó la negociación de compraventa de los terrenos del ISSFA. Estuvo en la sesión del ISSFA en la que se avaló la venta de predios.


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Marcela Aguiñaga, Ministra del Ambiente.- Actual Segunda Vicepresidenta de la Asamblea formuló la propuesta de compraventa al ISSFA cuando era Ministra del Ambiente en el 2010. Además firmó la promesa de compraventa en Quito. Mercy Borbor, Vice Ministra del Ambiente.- Ocupó el cargo de Viceministra del Ambiente entre Julio del 2010 y Abril del 2013. En Diciembre del 2010, como Ministra del Ambiente delegada, firmó la escritura de compraventa con el ISSFA en una notaría de Guayaquil. Almirante José Noritz, Exdirector del ISSFA.- Como Director General del ISSFA acordó la compraventa por las 220,86 has y firmó la promesa de compraventa con la entonces ministra Marcela Aguiñaga y luego la escritura con la que era ministra encargada Mercy Borbor. Conclusiones:

Ser obediente y no deliberante no significa ser sumiso ni servil, una norma que ha sido mal interpretada por la politiquería, estas condiciones sirven para evitar que el poder de las armas que nos otorga el Estado ecuatoriano para proteger su soberanía, sea mal utilizado por elementos que desdicen del Honor Militar. Nosotros, los militares nos debemos al Estado ecuatoriano y no a este ni a ningún otro gobierno, por eso, todos los militares (Tropa y Oficiales), realizamos nuestro juramento ante el Pabellón Nacional y no ante ninguna bandera política.

Recordemos que en el 2015, luego de aprobadas las Enmiendas Constitucionales, ya se intentó trasladar los Fondos de Salud del ISSFA al IESS, medida que no prosperó por ilegal y que motivaba la desaparición del Subsistema de Salud Militar. Existe el proyecto de convertir a los militares en una especie de nuevos Boy Scaut, cuidadores de parques y bosques, en bomberos y policías pretorianos, a cambio de ascender al inmediato grado superior que ostenten a su salida de Fuerzas Armadas. Creo que sería largo y tedioso enumerar las situaciones de menoscabo a la Institución, de menosprecio a las tradiciones militares, una de ellas, preferir quedarse en la recepción de un cantante extranjero, en lugar de asistir a la conmemoración de la más gran hazaña aérea de los últimos tiempos, cumplida en la Gesta del Cenepa, por la Fuerza Aérea Ecuatoriana (FAE). La inasistencia del Ejecutivo a las graduaciones de oficiales de las Fuerzas Armadas, así como también, a las ceremonias cívico-militares ha sido permanente, salvo, cuando le conviene políticamente encumbrar aún más su ego. Su discurso divisionista, revanchista, lleno de resentimiento hacia la clase militar es inadmisible, pretender socavar la disciplina apelando a la lucha de clases, es un oprobio, un desatino. La Disciplina, base sólida sobre la que se asienta la Institución Militar ha sido, es y seguirá siendo, para contento de la mayoría y la triste de fascista y comunistas, el legado militar para las futuras generaciones. La reducción de efectivos es inminente, los cambios en el Servicio Militar, ahora Voluntario y de tan corto tiempo, es una realidad que debemos aceptar con paciencia, pues no hay mal que dure cien años ni cuerpo que lo resista. Ahora más que nunca, Militares Activos y Pasivos, Oficiales y Tropa, en común acuerdo, mantenernos unidos, para defender nuestros patrimonio, nuestros Instituto de Seguridad Social, debemos hacer frente un objetivo solapado del gobierno de turno, que sigue y


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Luis PACHECO Manya

seguirá intentando, que el Instituto de Seguridad Social de las Fuerzas Armadas (ISSFA), sea absorbido por el Instituto de Seguridad Social (IESS); y, a través del Banco del Instituto de Seguridad Social (BIES), poder manejar a su antojo, los recursos económicos que nos pertenecen a nosotros los Pensionistas y Militares en Servicio Activos, a las viudas e hijas solteras, que dicho sea de paso, ya fueron conculcados sus derechos legales y legítimos a su pensión y atención en el Hospital Militar. Mi anhelo es vivir en democracia, en libertad, bajo el imperio de la Ley, creo, que es mi deber hacer un llamado a trabajar juntos -civiles y militares- para fortalecer nuestra Identidad Nacional, respetando la institucionalidad y a sus autoridades. Finalmente mi solidaridad y agradecimiento a los señores Generales Luis Garzón, Jefe del Comando Conjunto, Raúl Banderas, Comandante General de la Fuerza Aérea y Héroe del Cenepa; también al señor Vicealmirante Luis Santiago, Comandante General de Marina. Su HONOR está intacto.

fuerzas armadas y su seguridad social

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