fuentes práctico v - antigua ii

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1 GRECIA HACIA EL SIGLO IV A.C. (COMISIÓN DE PRÁCTICOS LAHAM COHEN) - Datación de las obras de Isócrates 1 Panegírico: 380 a.C. A Nicocles: 370 a.C. Sobre la Paz: ca. 355 a.C. Areopagítico: ca. 355 a.C. A Filipo: 346 a.C. - Datación de las obras de Demóstenes 2 I Filípica: 351 a.C. II Filípica: 344 a.C. III Filípica: 341 a.C. IV Filípica: Unicidad y datación debatida: circa 341 a.C. Sobre la corona: 330 a.C. 1) Pero veo que todos, empezando por vosotros, le han consentido lo que durante todo el tiempo pasado hasta ahora ha sido causa de que se suscitaran todas las guerras entre los griegos. ¿Y, eso qué es? El poder hacer lo que le viene en gana e ir mutilando y despojando a los griegos uno a uno y a atacar a las ciudades y esclavizarlas. Eso a pesar de que vosotros estuvisteis al frente de los griegos durante setenta y tres años y los lacedemonios durante veintinueve, y que algo despuntó también el poder de los tebanos en estos últimos tiempos después de la batalla de Leuctra; sin embargo, ni a vosotros, ni a los tebanos, ni a los lacedemonios les fue concedido nunca por parte de los griegos, varones atenienses, la facultad de hacer lo que quisierais ni mucho menos. (Demóstenes, III Contra Filipo, 23). 2) Aunque nos hemos comportado así y hemos dado semejante prueba de que no deseamos lo ajeno, se atreven a acusarnos quienes formaron parte de las decarquías, maltrataron a sus propias patrias, hicieron pequeñas las injusticias de sus antecesores y no dejaron exceso alguno para los que quisieren más tarde ser perversos (Isócrates, Panegírico, 110) 3) ¿A qué otros hay que considerar culpables sino a los lacedemonios, quienes, a pesar de su gran poder, ven con indiferencia sufrir males terribles a sus antiguos aliados, y al bárbaro acrecentar su propio imperio con la fuerza de los griegos? (Isócrates, Panegírico, 125) 4) No diez mil ni veinte mil mercenarios ni las tropas esas epistolares –no me vengáis con eso–, sino un contingente que se obtendrá de la ciudadanía, y si vosotros elegís general a uno solo o a varios o a fulano o a quien quiera que sea, a ése se obedecerá y se seguirá (…) propongo, pues, que el contingente total sea de dos mil soldados, y de ellos sostengo que quinientos han de ser atenienses, a partir de la edad que a vosotros os parezca oportuno (…) los demás solicito que sean extranjeros. (Demóstenes, I Contra Filipo, 21) 1 Fragmentos tomados de Isócrates, Discursos, Gredos, Barcelona, 2002. 2 Fragmentos tomados de Demóstenes, Discursos políticos y privados, Gredos, Barcelona, 2000.

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FUENTES Práctico v - Antigua II

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    GRECIA HACIA EL SIGLO IV A.C.

    (COMISIN DE PRCTICOS LAHAM COHEN)

    - Datacin de las obras de Iscrates1 Panegrico: 380 a.C. A Nicocles: 370 a.C. Sobre la Paz: ca. 355 a.C. Areopagtico: ca. 355 a.C. A Filipo: 346 a.C.

    - Datacin de las obras de Demstenes2 I Filpica: 351 a.C. II Filpica: 344 a.C. III Filpica: 341 a.C. IV Filpica: Unicidad y datacin debatida: circa 341 a.C. Sobre la corona: 330 a.C.

    1) Pero veo que todos, empezando por vosotros, le han consentido lo que durante todo el tiempo pasado hasta ahora ha sido causa de que se suscitaran todas las guerras entre los griegos. Y, eso qu es? El poder hacer lo que le viene en gana e ir mutilando y despojando a los griegos uno a uno y a atacar a las ciudades y esclavizarlas. Eso a pesar de que vosotros estuvisteis al frente de los griegos durante setenta y tres aos y los lacedemonios durante veintinueve, y que algo despunt tambin el poder de los tebanos en estos ltimos tiempos despus de la batalla de Leuctra; sin embargo, ni a vosotros, ni a los tebanos, ni a los lacedemonios les fue concedido nunca por parte de los griegos, varones atenienses, la facultad de hacer lo que quisierais ni mucho menos. (Demstenes, III Contra Filipo, 23).

    2) Aunque nos hemos comportado as y hemos dado semejante prueba de que no deseamos lo ajeno, se atreven a acusarnos quienes formaron parte de las decarquas, maltrataron a sus propias patrias, hicieron pequeas las injusticias de sus antecesores y no dejaron exceso alguno para los que quisieren ms tarde ser perversos (Iscrates, Panegrico, 110)

    3) A qu otros hay que considerar culpables sino a los lacedemonios, quienes, a pesar de su gran poder, ven con indiferencia sufrir males terribles a sus antiguos aliados, y al brbaro acrecentar su propio imperio con la fuerza de los griegos? (Iscrates, Panegrico, 125)

    4) No diez mil ni veinte mil mercenarios ni las tropas esas epistolares no me vengis con eso, sino un contingente que se obtendr de la ciudadana, y si vosotros elegs general a uno solo o a varios o a fulano o a quien quiera que sea, a se se obedecer y se seguir () propongo, pues, que el contingente total sea de dos mil soldados, y de ellos sostengo que quinientos han de ser atenienses, a partir de la edad que a vosotros os parezca oportuno () los dems solicito que sean extranjeros. (Demstenes, I Contra Filipo, 21)

    1 Fragmentos tomados de Iscrates, Discursos, Gredos, Barcelona, 2002.

    2 Fragmentos tomados de Demstenes, Discursos polticos y privados, Gredos, Barcelona, 2000.

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    5) En cambio, desde que los ejrcitos mercenarios por s solos hacen campaas en lugar vuestro, vencen a los amigos y aliados, mientras que los enemigos se han hecho ms fuerte de lo debido (Demstenes, I Contra Filipo, 24)

    6) Tanto nos hemos alejado en obras y pensamientos de los que vivieron en aquella poca que ellos se atrevieron a abandonar su propia patria para salvar a otros, y vencieron a los brbaros en lucha terrestre y naval, mientras que a nosotros siquiera por nuestra codicia nos parece bien correr peligros. Por el contrario, buscamos mandar sobre todos, pero no queremos ir a una expedicin militar, y nos falta poco para emprender la guerra contra todos los hombres, pero para ella no nos ejercitamos a nosotros mismos, sino a hombres desterrados, desertores o que proceden de otras maldades, gente que si uno les paga un sueldo mayor, ir con l contra nosotros. (Iscrates, Sobre la paz, 142)

    7) Y os decir que Filipo se encamina adonde quiere, no por llevar tras de s una falange de hoplitas sino porque le estn vinculados soldados armados a la ligera, jinetes, arqueros, mercenarios, en fin, tropas de esa especie. (Demstenes, III Contra Filipo, 49)

    8) Ni la paz presente ni la autonoma que sin existir en las constituciones est escrita en los tratados, es preferible a nuestro gobierno. Pues, quin deseara una situacin en la que los piratas dominan el mar, los peltastas ocupan las ciudades, los ciudadanos luchan entre s dentro de sus muros en vez de pelear contra otros defender su territorio? (Iscrates, Panegrico, 115)

    9) Lo que ms contribuy a que gobernaran bien la ciudad fue que, de las dos igualdades que se conocen, una la que asigna lo mismo a todos y otra la que da a cada uno lo conveniente, no ignoraron cul es la ms til, sino que consideraron injusta la que estima igual a los buenos y a los malos. Por el contrario, prefirieron la igualdad que premia y castiga a cada uno segn su mrito, y con ella gobernaron la ciudad, sin designar los cargos pblicos sacndolos a sorteo entre todos, sin eligiendo para cada empresa a los mejores y a los ms capaces. (Iscrates, Areopagtico, 21-2)

    10) Mi opinin es fcil de conocer por lo siguiente: en la mayora de los discursos pronunciados por m, se ver claro que critico las oligarquas y los regmenes violentos y que, en cambio, alabo a los igualitarios y a las democracias, no a todas, sino a las bien establecidas, y tampoco a las que lo estn as por casualidad sino a las que poseen justicia y razn. (Iscrates, Areopagtico, 60)

    11) La causa de que agradara a la mayora y de que los cargos pblicos no fueran disputados era que haban aprendido a trabajar y a economizar, a no descuidar sus asuntos domsticos, a no desear los ajenos, a no atender sus cosas con los fondos pblicos, sino que, si era necesario, abastecan al erario con sus propios bienes, y a conocer los ingresos de los cargos pblicos con no menos exactitud que los de su fortuna privada. Tan poco queran lucrarse con los bienes pblicos que en aquellos tiempos era ms difcil encontrar a quienes quisieran mandar de los que lo es ahora a quienes no lo deseen. (Iscrates, Areopagtico, 24-5)

    12) Lo cual, por Zeus y los dems dioses, es algo que vosotros no seris capaces de hacer; por el contrario habis llegado a tal grado de estupidez o locura o no s qu decir, que por mor de injurias o envidia o chanzas, o cualquiera que sea el motivo que os mueva, invitis a hablar en pblico a hombres asalariados, algunos de los cuales ni siquiera negaran que son tales, y os res si se ponen a vituperar a algunas personas (Demstenes, III Contra Filipo, 53)

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    13) Pues a m nadie me parece ser tan miserable y cruel de espritu por lo menos ningn ateniense como para dolerse al ver que los que son pobres y carecen de lo necesario reciben estos subsidios. (Demstenes, IV Contra Filipo, 43)

    14) Adems de otros males, ellos desean principalmente que carezcis del sustento cotidiano, al ver que quienes pueden gobernar sus cosas privadamente son partidarios de la ciudad y de los mejores oradores, mientras que quienes viven de los tribunales, de las asambleas y de los ingresos que all se producen, se ven obligados por su necesidad a estar a su servicio y les agradecen mucho las denuncias, las acusaciones pblicas y las dems calumnias que se originan gracias a ellos. (Iscrates, Sobre la paz, 129-30)

    15) Podra suceder algo ms nuevo que un hombre macedonio debelando a atenienses y administrando los asuntos de Grecia? (Demstenes, I Contra Filipo, 11)

    16) Y, realmente, tambin aquello, al menos sabis: que cuando los griegos padecan por parte de los lacedemonios o de nosotros era una serie de ofensas infligidas por quienes eran en cualquier caso hijos legtimos de Grecia () Y si un esclavo o un hijo putativo hubiera despilfarrado o arruinado lo que no le correspondera, por Heracles, cunto ms terrible y merecedor de indignacin hubieran proclamado todos! Pero no tienen esos sentimientos respecto de Filipo y lo que ahora hace, a pesar de no slo no ser griego ni relacionado con los griegos por algn lazo de unin, sino, incluso ni siquiera brbaro procedente de un lugar que se pueda nombrar, si no un miserable macedonio, oriundo de un pas en el que antes ni comprar un esclavo diligente era posible. (Demstenes, III Contra Filipo, 30)

    17) As pues, varones atenienses, afirmo que en primer lugar hay que equiparar cincuenta trirremes; despus que vosotros mismos estis hechos a la idea de que, si ello es necesario, habris de embarcar en ellas personalmente y haceros a la mar. (Demstenes, I Contra Filipo, 16)

    18) En primer lugar, defendernos a nosotros mismo y prepararnos, con trirremes, fondos y soldados; a eso me refiero, pues, aun cuando todos los dems griegos llegaran a aceptar la esclavitud, nosotros hemos de combatir por la libertad (Demstenes, III Contra Filipo, 70-1)

    19) () Para dejar en claro quines son un estorbo para la felicidad de los griegos [los espartanos] y que todos vean que tambin antes nuestra ciudad gobern el mar con justicia y, no sin ella, pretende ahora la hegemona. Porque si hay que honrar en cada empresa a quienes son ms expertos y poderosos, sin discusin nos corresponde tomar la hegemona que antes tuvimos (Iscrates, Panegrico, 20-1)

    20) Los primeros producen la expectacin al decir que recuperaremos las propiedades en las ciudades y recobraremos de nuevo el poder que antes tuvimos. Los segundos no prometen nada parecido. Dicen que hay que mantenerse en paz y no intentar grandes empresas contra injusticia, sino contentarse con el presente (Iscrates, Sobre la paz, 6)

    21) Pues viendo, varones atenienses, que vuestra flota se iba descomponiendo, que los ricos resultaban exentos de impuestos a base de pequeos desembolsos, mientras que los ciudadanos poseedores de moderados o insignificantes recursos iban perdiendo sus haberes y que, adems, a consecuencia de ello la ciudad perda sus oportunidades por llegar tarde a ellas, propuse una ley en virtud de la cual a los unos, los ricos, los obligu a cumplir sus justas obligaciones, puse

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    fin a las injusticias surgidas por los pobres, y para bien de la ciudad logr que los preparativos se dispusieran a su debido tiempo () En conformidad con las leyes de anteriores podan realizar el servicio pblico en grupos de diecisis, gastando ellos mismos poco o nada, pero abrumando a los ciudadanos necesitados, mientras que, de acuerdo con mi ley, cada cual deba pagar la cuota correspondiente a sus haberes, y el que antes era el contribuyente decimosexto de una sola nave apareci convertido en trierarco de dos (Demstenes, Sobre la Corona, 104)

    22) En consecuencia, divididos los de las ciudades en estos dos partidos: unos que no quieren gobernar por la fuerza a nadie ni ser esclavos de otros sino gobernarse equitativamente en libertad y leyes; otros, en cambio, que desean mandar sobre sus conciudadanos y obedecer a una tercera persona, mediante la cual piensan que podrn llevar a cabo su objetivo, los que pertenecen al partido de aqul, los que ambicionan tiranas y caudillajes, han vencido por doquier, y ciudad con rgimen de democracia estable, no s si de entre todas queda alguna otra ms que la nuestra. (Demstenes, IV Contra Filipo, 4)

    23) Mucho ms temible es Filipo para el Rey, si nos ataca a nosotros los primeros; pues si, quedando desasistidos, nos pasa algo a nosotros, sin miedo ya marchar contra aqul. Por todas esas razones, pues, opino que es menester que vosotros despachis una embajada que converse con l, y que vosotros os desprendis de ese necio prejuicio que tantas veces os ha costado la derrota es realmente un brbaro y el comn enemigo de todos y todas las frases de esta suerte. (Demstenes, IV Contra Filipo, 34)

    24) Tanto se preocupaban de la prudencia nuestros antepasados que ordenaron que el tribunal del Arepago se cuidara del orden, y que este tribunal slo pudieran formarlo los de noble nacimiento que hubieran demostrado mucha virtud y prudencia en su vida. De esta forma, con razn este tribunal sobresali de entre todos los que haba en Grecia. (Iscrates, Areopagtico, 37-8)

    25) Por el contrario, si hiciramos la paz y nos adaptramos a lo que mandan los tratados comunes, habitaramos la ciudad con enorme seguridad y alejaramos las guerras, peligros y desorden que ahora nos enfrentamos entre nosotros. Adems aumentara nuestra abundancia de recursos para cada da, pondramos fin a los tributos, trierarquas y dems servicios pblicos para la guerra, cultivaramos sin miedo la tierra, navegaramos por el mar y emprenderamos las otras actividades que ahora estn abandonadas por la guerra. (Iscrates, Sobre la paz, 20)

    26) Porque nosotros creemos que si navegamos por el mar con muchas trirremes, si obligamos a las ciudades a pagarnos tributos y a enviar aqu consejeros, lograremos algo provechoso. Pero no nos engaemos por completo. Nada de lo que esperbamos ha sucedido, y de eso mismo nos han venido enemistades, guerras y gastos enormes, (Iscrates, Sobre la paz, 29)

    27) Nos preocupamos de la constitucin poltica no menos que de la salvacin de toda la ciudad, y aunque sabemos que la democracia crece y se mantiene en la tranquilidad, y la seguridad y que ya ha sido destruida por dos veces en la guerra, sin embargo, a los que desean la paz los aborrecemos como si fueran simpatizantes de los oligarcas, mientras que tenemos por buenos y preocupados demcratas a los partidarios de la guerra (Iscrates, Sobre la paz, 51)

    28) Yo creo que gobernaremos mejor nuestra ciudad, que nos haremos mejores y progresaremos en todas las acciones, si dejamos de desear el dominio del mar. (Iscrates, Sobre la paz, 64)

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    29) T sers tu mejor colaborador si consideras vergonzoso que los peores manden a los mejores, y los ms ignorantes estn al frente de los ms inteligentes; pues cuanto ms desprecies la ignorancia ajena, tanto ms ejercitars tu propia inteligencia () Preocpate de tu pueblo y procura en todo mandarles con afecto, pues sabes que de las oligarquas y de las dems formas de gobierno duran ms tiempo las que mejor cuidan al pueblo. (Iscrates, A Nicocles, 14-16)

    30) Gobirnate a ti mismo no menos que a los dems, y piensa que lo ms propio de un rey es esto: no se esclavo de ningn placer, sino dominar las pasiones ms que a los ciudadanos () Sea para ti una seal de tu buen reinado el ver que tus sbditos son ms ricos y prudentes gracias a tu cuidado. (Iscrates, A Nicocles, 30-2)

    31) No creis que Cersoblepto luchara por el Quersoneso ni Filipo por Anfpolis si vieran que nosotros deseamos ningn territorio ajeno. Porque ahora temen con razn que nuestra ciudad se haga vecina de sus reinos. Ven, en efecto, que nosotros no nos conformamos con lo que tenemos, sino que siempre deseamos ms. (Iscrates, Sobre la paz, 22-3)

    32) T eres el nico que ha recibido de la fortuna el poder de enviar embajadores a quien tu quieres, de recibir a quien te place, de decir lo que juzgas til, adems de que posees una riqueza y un poder que ningn griego puede alcanzar, necesarios para lo que dir. Te aconsejo establecer la unin entre los griegos y emprender la expedicin contra los brbaros; hacia los griegos la persuasin es til, hacia los persas conviene la fuerza (Iscrates, A Filipo, 15)

    33) Algunos, ciertamente, admiran la magnitud de las empresas del Rey y dicen que es difcil de vencer, aduciendo que ha introducido muchos cambios en los griegos. Pero yo creo que quienes hablan as no obstaculizan la expedicin, sino que la aceleran. Porque si iba a ser difcil hacerle la guerra estando nosotros de acuerdo, y el Rey en dificultades, mucho ms se ha de temer el momento en que la situacin de los brbaros se restablezca y se anen en un solo criterio, mientras que nosotros seguiremos peleando unos contra otros como ahora. (Iscrates, Panegrico, 138)

    34) Es una vergenza que, individualmente, parezca adecuado utilizar a los brbaros como esclavos, y que, oficialmente se vea con indiferencia a tantos aliados esclavizados por ellos; que quienes vivieron loa guerra de Troya compartieron todos con los perjudicados la irritacin por el rapto de una sola mujer, hasta tal extremo que no dejaron de luchar antes de destruir la ciudad que os cometer aquella injura, y que nosotros, ultrajada toda Grecia, no tomemos una venganza comn, cuando adems podemos realizar acciones dignas de fama (Iscrates, Panegrico, 181)

    35) Es simple y fcil el discurso que trata sobre esto: no ser posible que guardemos una paz estable a no ser que hagamos la guerra en contra los brbaros, ni que los griegos estn acordes antes que obtengamos ayuda de nosotros mismos y arrostremos peligros contra unos mismos enemigos () por eso hay que esforzarse lo ms posible para que, cuanto antes, desplacemos al continente la guerra que tenemos aqu, en la idea de que podramos disfrutar de un nico bien de nuestras guerras intestinas, siempre y cuando nos decidiramos a utilizar contra el brbaro las experiencias aportadas por ella (Iscrates, Panegrico, 173-4)

    36) Es preciso que vosotros mismos examinis cunta felicidad alcanzaramos si la guerra que hay entre nosotros la hiciramos contra los continentales y transportsemos a Europa las fortunas de Asia... (Iscrates, Panegrico, 187)

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    37) Admiramos muchas y grandes hazaas de vuestra ciudad registradas aqu, pero una de entre todas se destaca por importancia y excelencia. En efecto, nuestros escritos refieren cmo vuestra ciudad detuvo en una ocasin la marcha insolente de un gran imperio, que avanzaba del exterior, desde el Ocano Atlntico, sobre toda Europa y Asia. En aquella poca, se poda atravesar aquel ocano dado que haba una isla delante de la desembocadura que vosotros, as decs, llamis columnas de Heracles. Esta isla era mayor que Libia y Asia juntas y de ella los de entonces podan pasar a las otras islas y de las islas a toda la tierra firme que se encontraba frente a ellas y rodeaba el ocano autntico, puesto que lo que quedaba dentro de la desembocadura que mencionamos pareca una baha con un ingreso estrecho. En realidad, era mar y la regin que lo rodeaba totalmente podra ser llamada con absoluta correccin tierra firme. En dicha isla, Atlntida, haba surgido una confederacin de reyes grande y maravillosa que gobernaba sobre ella y muchas otras islas, as como partes de la tierra firme. En este continente, dominaban tambin los pueblos de Libia, hasta Egipto, y Europa hasta Tirrenia. Toda esta potencia unida intent una vez esclavizar en un ataque a toda vuestra regin, la nuestra y el interior de la desembocadura. Entonces, Soln, el podero de vuestra ciudad se hizo famoso entre todos los hombres por su excelencia y fuerza, pues super a todos en valenta y en artes guerreras, condujo en un momento de la lucha a los griegos, luego se vio obligada a combatir sola cuando los otros se separaron, corri los peligros ms extremos y domin a los que nos atacaban. Alcanz as una gran victoria e impidi que los que todava no haban sido esclavizados lo fueran y al resto, cuantos habitbamos ms ac de los confines herclidas, nos liber generosamente. Posteriormente, tras un violento terremoto y un diluvio extraordinario, en un da y una noche terribles, la clase guerrera vuestra se hundi toda a la vez bajo la tierra y la isla de Atlntida desapareci de la misma manera, hundindose en el mar. Por ello, an ahora el ocano es all intransitable e inescrutable, porque lo impide la arcilla que produjo la isla asentada en ese lugar y que se encuentra a muy poca profundidad". (Platn, Timeo, 20d)

    38) La estirpe de Atlas llega a ser numerosa y distinguida. El rey ms anciano transmita siempre al mayor de sus descendientes la monarqua, y la conservaron a lo largo de muchas generaciones. Posean tan gran cantidad de riquezas como no tuvo nunca antes una dinasta de reyes ni es fcil que llegue a tener en el futuro y estaban provistos de todo lo que era necesario proveerse en la ciudad y en el resto del pas. En efecto, aunque importaban mucho del exterior a causa de su imperio, la mayora de las cosas necesarias para vivir las proporcionaba la isla (Critias, 114c-e). Mas cuando se agot en ellos la parte divina porque se haba mezclado muchas veces con muchos mortales y predomin el carcter humano, ya no pudieron soportar las circunstancias que los rodeaban y se pervirtieron; y al que los poda observar les parecan desvergonzados, ya que haban destruido lo ms bello de entre lo ms valioso, y los que no pudieron observar la vida verdadera respecto de la felicidad, crean entonces que eran los ms perfectos y felices, porque estaban llenos de injusta soberbia y de poder. El dios de dioses Zeus, que reina por medio de leyes, puesto que puede ver tales cosas, se dio cuenta de que una estirpe buena estaba dispuesta de manera indigna y decidi aplicarles un castigo para que se hicieran ms ordenados y alcanzaran la prudencia. Reuni a todos los dioses en su mansin ms importante, la que, instalada en el centro del universo, tiene vista a todo lo que participa de la generacin y, tras reunirlos, dijo... (Critias, 120d-121c)