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Fuente de
ESPERANZASeis historias que impactarán tu vida
TEEN CHALENGE DE PUERTO RICO, INC.
Verónica Rossato, editora
FUENTE DE ESPERANZA
Verónica Rossato, editora
Copyright 2017, Teen Challenge de Puerto Rico, Inc.
Impreso en: CG Prin�ng, PR
Diseño Gráfico: Edith Gero y Alina Majul (AlPunto Crea�vos), AR
Para más información sobre derechos de publicación,
póngase en contacto con:
Teen Challenge de Puerto Rico
PO Box 4273
Bayamón Gardens Sta�on
Bayamón, PR 00958
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CONTENIDOontenido
PRÓLOGO.....................................................................8
INTRODUCCIÓN........................................................12
1.LIBERACIÓN INSTANTÁNEA. Enrique Calero.............14
2.NO FUE EN VANO. Wilfredo Valle.......................22
3.ESTABA CIEGO. Juan L. Ramos..........................30
4.DIOS RESPONDE. Iván Ríos......................................38
5.VEINTE AÑOS DE REBELDÍA. Ángel Roque...................46
6.SOBREVIVIENTE DE LA GUERRA. Eddie Del Valle...54
TEEN CHALLENGE........................................................66
TEEN CHALLENGE DE PUERTO RICO..........................67
UN MENSAJE PARA TÍ................................................69
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Prepárate para leer historias que van a conmoverte. Son
historias impactantes, de verdaderos milagros. Seguramente has
escuchado decir: “Ver para creer”. En este caso es: “Leer para creer”.
En estos relatos hay situaciones que parecen fantasía, pero son
reales. En la última historia, por ejemplo, leerás: “Estalló una guerra
entre narcos y hubo sangre y muerte por todos lados. Mataron a dos de
mi banda y a mí me pegaron un par de tiros. Estuve muerto por unos
segundos, pero Dios me volvió a la vida.” El protagonista de esta historia
de sangre y muerte hoy es un instrumento de esperanza para otros,
gracias a la oportunidad que le brindó Teen Challenge para superar la
crisis. Lo mismo podemos decir de los otros cinco relatos.
Curiosamente, en idioma chino la palabra “crisis” está
representada por un ideograma doble: Peligro + Oportunidad.
En esta publicación encontrarás relatos de personas que han
vivido el peligro de la adicción, un peligro real que puede llevar a la
muerte. La desesperación que causa esta problemática es tan aguda que
difícilmente alguien pueda ver la luz al final del túnel. Para salir de la
crisis necesita una comunidad de personas que han pasado por el mismo
proceso.
El segundo término del ideograma es oportunidad. Los relatos
de Enrique Calero, Wilfredo Valle, Juan Ramos, Iván Ríos, Ángel Roque y
Eddie del Valle son ejemplos vivos de que Teen Challenge provee una
tremenda oportunidad para superar la crisis.
Desde hace cincuenta años Teen Challenge PR es una
herramienta que Dios usa para obrar milagros en la vida de personas
adictas y también en sus familias. Puede haber circunstancias muy
difíciles, aparentemente insuperables, como las que vas a leer a
continuación, pero siempre hay esperanza. El cielo es el límite! (Efesios
3:20)
Dr. Rodney HartPresidente Teen Challenge de Puerto Rico
PROLOGO
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AGRADECIMIENTO
Agradecemos al pueblo de Puerto Rico,
a los medios de comunicación,
organismos oficiales y privados,
iglesias y particulares
que durante 50 años han apoyado a
Teen Challenge de Puerto Rico.
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Fuente de Esperanza
INTRODUCCION
Esta publicación sigue la línea de Vidas Transformadas, presentada en 2015. Se trata de seis impactantes relatos que transmiten el mismo mensaje: Hay esperanza para el adicto y su familia. Al cumplirse 50 años de Teen Challenge en Puerto Rico, hemos seleccionado historias cuyos protagonistas ingresaron al programa en distintas décadas, a partir de los ´60. El procedimiento para recopilar los testimonios ha sido el mismo utilizado anteriormente, es decir entrevistas y posterior redacción en primera persona. En estos textos se repiten palabras de agradecimiento a Dios y a quienes estuvieron al frente de Teen Challenge al momento de ingresar al programa. La mención con nombre y apellido de personas que fueron claves en el proceso de restauración refleja madurez. Atesorar en el corazón las enseñanzas y consejos, aunque en su momento hayan provocado confrontación, es clave para crecer, superar etapas y llegar a la meta. Es nuestro deseo que la lectura de estos testimonios induzca al lector a una reflexión personal y también a hacer conocer a otros el amor de Dios, ese inmenso amor que perdona, sana, restaura relaciones y abre nuevos horizontes.
Teen Challenge es una Fuente de Esperanza que nuestra sociedad necesita hoy más que nunca.
Que la esperanza se expanda por toda la Isla!
Verónica RossatoEditora
Enrique Calero
Liberación instantánea 1
Tenía 14 años cuando me botaron de la escuela. Comencé a pasar más
tiempo en la calle e inicié una vida de delincuencia y consumo de drogas...
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i mamá estuvo involucrada en el espiritismo y se Mconvirtió a Cristo a partir de una experiencia de sanidad divina: Dios la sanó de tuberculosis en una campaña del evangelista Roberto Fierro. A partir de ese momento, ella comenzó a buscar de Dios y a hablarle del Señor a mi padre y también a mí, que ya estaba consumiendo drogas. De los 15 a los 23 estuve en la adicción.
Nací en Santurce y me crié en un sector llamado “La revuelta del diablo”, en un entorno de pobreza, donde había infidelidad, alcoholismo, drogadicción, espiritismo. Como hijo único, mis padres me cuidaban mucho, a pesar del alcoholismo de mi papá y la violencia que eso generaba. A veces él la cogía a mi madre por el cuello y yo intentaba defenderla. En una ocasión le di un sartenazo en la cabeza.
Una anécdota de mi adolescencia dio origen a un curioso apodo. Tenía yo unos 13 años cuando la mamá de una vecinita de aproximadamente la misma edad llegó a casa con la niña para “pedir mi mano”. La niña había comenzado a tener aventuras amorosas y seguramente la señora intentaba que su hija se sosegara! La historia se divulgó y los chicos del barrio comenzaron a llamarme “El Pedido”.
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1.Liberación LA CALLE
Tenía 14 años cuando me botaron de la escuela y entonces comencé a pasar bastante tiempo en la calle. Así me inicié en una vida de delincuencia y consumo de drogas. Comencé con la marihuana y al poco tiempo salté a la heroína. En cuatro ocasiones estuve en instituciones penitenciarias por delinquir. En cada uno de estos episodios me propuse ordenar mi vida, pero al salir en libertad los buenos propósitos se esfumaban pronto y volvía a caer en la adicción. Mi mente estaba atada.
Antes de que mi madre se convirtiera a Cristo solía llevarme a sesiones de espiritismo con la intención de ayudarme a salir de la adicción y la delincuencia. En una de esas ocasiones le indicaron que me llevara a un lugar alejado, me golpeara en la frente siete veces con un crucifijo de tártago y luego lo arrojara hacia atrás. Al día siguiente me condenaron a un año de prisión.
ORACIÓN DE UNA MADRE
Después de conocer al Señor, mi madre oraba mucho por mí. Ella fue un modelo en lo que respecta a la búsqueda de Dios. Yo me levantaba de madrugada y la veía a ella de rodillas orando. Proyectaba gran fe y confianza en Dios. Creo que por eso mi hijo Gamaliel le está sirviendo al Señor: desde niño él vio la fe que tenía su abuela y los eventos sobrenaturales que ocurrían por su intercesión.
Ella me despertaba de mañana con música cristiana y me decía que Dios le había hablado y le había dicho que yo sería un predicador, un pastor, un evangelista. Yo no le hacía caso pero con
1.Liberación instantánea
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el correr de los años sus palabras proféticas se cumplieron y desarrollé todos estos ministerios.
En la persistencia de mi madre se cumple el dicho: “El
continuo caer de la gota en la roca la horada”.
MENSAJE RECHAZADO
Estando en prisión, mi madre fue a visitarme acompañada de un joven que había estado en Teen Challege. La idea era que él me compartiera su testimonio. Yo reaccioné negativamente, lo insulté al muchacho y le dije a mi madre que todo era una farsa. Cuando se terminó la visita me trancaron en un calabozo a causa de mi reacción violenta. Allí me quitaron las prendas de vestir pero inexplicablemente se olvidaron del cinto. Intenté ahorcarme pero la correa se rompió y di con la frente en el borde del toilet. Yo decía que ni el diablo me quería en el infierno.
Las palabras que me había dicho aquel joven (Quique) comenzaron a repetirse en mi mente: “Si le has dado 8 años de tu vida al poder satánico, sumergido en la drogadicción, dale un segundo al poder de Dios para que obre en tu vida, porque lo que domina no es la adicción sino el pecado”.
Yo tenía un caso pendiente por el que me iban a condenar a 20 años de prisión, pero Dios obró y los testigos desaparecieron, con lo que al final me dieron sólo un año. Como ya había cumplido 6 meses, me quedaba poco tiempo para salir en libertad.
Una vez más hice planes de volver a ser una persona decente, formar una familia y llevar una vida normal. Pero fue infructuoso. Cuando estuve en la libre comunidad volví a caer en la drogadicción y me vi durmiendo en automóviles abandonados,
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Fuente de Esperanza
barbudo, harapiento, en el sector El Condadito, en Canteras (Santurce).
POR FIN EN TEEN CHALLENGE
Estando en esas condiciones, le hice una trampa a un guardia penal de la cárcel La Princesa que era un mafioso y empeñaba prendas robadas. A raíz de eso, mi vida corría peligro. Un ministro evangélico que vivía frente a nuestra casa (pastor Fernández López) hizo el acercamiento para que yo ingresara en Teen Challenge. Luego él y mi madre me llevaron al centro de rehabilitación ubicado en Bayamón. Era el año 1968.
Yo pensaba quedarme allí una semana, romper vicio y comprar un arma para medirme en un duelo con el individuo que me amenazaba. Pero Dios tenía otro propósito.
Después de la primera predicación, algo me indujo a pasar al frente con lágrimas en los ojos. Oraron por mí y Dios me liberó instantáneamente de la adicción. Y no sólo eso: Él tomó mi
corazón y lo cambió. Fui completamente transformado y el poder que me ataba fue totalmente deshecho.
CRECIMIENTO ESPIRITUAL
Cumplí la primera etapa del programa en Puerto Rico y me trasladaron al centro Teen Challenge de Broocklyn para ser enviado al centro de entrenamiento en Pennsylvania. Yo quería estudiar la Palabra del Señor en un instituto bíblico y le escribí a mi madre pidiéndole que buscara a alguien que pudiera
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1.Liberación instantánea
auspiciarme. Nadie quería hacerlo porque me habían botado de todas las escuelas de Puerto Rico y tenía solo el 6to grado. El pastor de mi madre (Manuel Pérez Sánchez) dijo que él me ayudaría cuando yo terminara el programa de Teen Challenge. Y así fue.
Al regresar a Puerto Rico ingresé al Instituto Bíblico de Iglesia de Dios MB. Más tarde fui a un viaje misionero a la República de Honduras y después tuve oportunidad de pastorear dos congregaciones del Concilio por corto tiempo, mientras aún era estudiante.
Posteriormente, al egresar, pastoree una congregación en Trujillo Alto y luego otra en Loiza donde Dios me permitió habilitar como un templo la famosa “gallera” (lugar de peleas de gallos).
He trabajado en distintos hogares de rehabilitación y he estado brindando ayuda espiritual en las instituciones carcelarias, soy Consejero en Adicción y Capellán ordenado. En la actualidad predico regularmente en la capilla de Teen Challenge de Bayamón I y para mi es muy grato retornar al lugar donde di mis primeros pasos en la vida cristiana.
Cuando converso con los muchachos luego de la predicación, visualizo la época en que yo estaba en el programa y había entre nosotros hambre de conocer más de las cosas de Dios.
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Fuente de Esperanza
Oraron por mí y Dios me liberó instantáneamente de la adicción.
(...) Fui completamente transformado
y el poder que me ataba fue totalmente
deshecho.
1.Liberación instantánea
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Wilfredo Valle
No fue en vano 2
En Nueva York, “me perdí”, como tantos
otros adolescentes puertorriqueños.Regresé a mi querida isla
a los 23 años,destruido.
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Nací en Arecibo, en el barrio Islote, cerca de la playa Rincón Chiquito. Nos mudamos a Santurce cuando yo
tenía 5 años y allí ingresé a la escuela. Éramos tres hermanos, uno más grande y otro más chico que yo. En ese tiempo mi madre ya era cristiana y nos inculcó buenos valores. Recuerdo que muchas veces dormí en los bancos de la iglesia.
Pocos años más tarde los tres hermanos regresamos a Arecibo solos, sin nuestros padres. Sucedió que mi padre le faltaba el respeto a mi madre, incluso era violento, y llegó el momento en que ella no aguantó más y se fue a Estados Unidos, dejándonos al cuidado de unos tíos en nuestro pueblo natal. Al cabo de un tiempo mi hermano mayor viajó para reunirse con ella y más tarde fuimos los dos menores.
Asustados, con una identificación colgada al cuello, subimos al avión. Era invierno y al aterrizar nos recibió el cálido abrazo de mi madre, a quien no veíamos desde hacía un año. Después, el viento helado en las calles de Nueva York nos pegó en la cara.
Yo tenía 11 años. Empecé a estudiar pero no llegué más que hasta séptimo grado. Me envolví en malas amistades y a los 12 años comencé a hacer uso de sustancias. En Nueva York “me perdí”, como tantos otros adolescentes portorriqueños. A veces
2. No fue
EN VANO
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2. No fue en vano
no aparecía por casa en varios días, me quedaba en las calles. Para conseguir dinero hacía lo que fuera, ya se sabe, robar, vender droga. Viví 12 años delinquiendo, entrando y saliendo de la cárcel. Las oraciones de mi madre no fueron en vano, Dios guardó mi vida y me dio la oportunidad de salir de eso.
MOMENTO DECISIVO
Fueron muchos años de sufrimiento, de intentar cambiar y buscar todo tipo de ayuda profesional, sin resultado. Mi mamá me enviaba a diferentes programas y me decía: Mira, tienes que cambiar, te voy a dejar en la calle. Yo no le hacía caso y reincidía, volvía a drogarme en las calles del Bronx. Ella sufrió mucho viéndome preso tantas veces, pero nunca pagó una fianza. Decía que estaba más tranquila si yo estaba adentro (sin saber que donde menos seguro uno está es en la cárcel).
Un día llegué al departamento y lo encontré vacio. Mi madre me había dejado una carta para comunicarme que se había mudado a casa de su hermana. “Si quieres cambiar tu vida, yo te envío a Teen Challenge de Puerto Rico”, concluía. Al verme en la calle, acepté. Qué otra cosa podía hacer? Esto era: o lo coges o lo dejas.
Pocos días después viajé acompañado por el pastor de la iglesia donde se congregaba mi madre. Regresé a mi querida Isla con 23 años, destruido. Del aeropuerto fuimos directo a Teen Challenge, en Bayamón, donde me recibió el fundador y director del ministerio en Puerto Rico, Rev. Peter Oliver, junto al evangelista Jaime Pérez Ramos quien más tarde asumió como director. Esto fue en 1970.
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Fuente de Esperanza
ROMPER EN FRIO
Los primeros días fueron bien duros porque estaba rompiendo vicio en frio. Tenía tanta dependencia que estuve rompiendo vicio cerca de un mes. En ese tiempo se hacía en el mismo centro, sin medicamentos. Oración era todo lo que había!
� Tuve momentos de crisis. En muchas ocasiones pensé abandonar el Programa, pero venían los estudiantes a los que llamábamos “hermanos mayores” y me aconsejaban, oraban por mí. Así estuve batallando hasta que finalmente le di una oportunidad al Señor, acepté a Jesucristo y él hizo lo que psicólogos ni psiquiatras no habían logrado. Fui libre de la adicción y hoy soy plenamente feliz.
Mi madre siempre estuvo pendiente de mí durante este proceso, me enviaba todo lo que necesitaba. Cuando fue el tiempo de hacer la segunda fase del Programa en la granja de Pennsylvania, llegamos directamente al hogar Teen Challenge de Brooklyn y me otorgaron un día libre para poder verla.
Más tarde regresé a Puerto Rico, terminé los 18 meses de programación y me gradué. Estaba dispuesto a quedarme a trabajar en el centro. El director me dijo que me tenía que ir porque no había dinero para pagarme. Me quedé igual. Al tiempo pudieron dame una ofrenda y después ya tuve un sueldo. Hice de todo, comencé desde abajo y llegué a director del centro. Dios lo hizo!
UN SUSTO Y UNA BODA
En el tiempo en que trabajaba en el Departamento de Admisiones salía muy temprano para los tribunales. Si el juez me
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asignaba un muchacho, de allí iba a la cárcel a buscarlo. A veces regresaba a Bayamón a la noche, tal vez sin haber sin haber comido, pero satisfecho porque venía con el muchacho.
En una oportunidad, llegaron varios agentes federales para arrestarme. Gran revuelo! Pero se trataba de una confusión. En realidad buscaban era a mi hermano mayor que por aquel tiempo se había involucrado en el tráfico de drogas.
Yo vivía en Teen Challenge, junto con otros staff. Un día visité una iglesia en Bayamón y allí conocí a la joven Noemí Muñoz Acevedo con quien me casé un año más tarde. No fue fácil llegar a reunir lo necesario para la boda pero el Señor nos ayudó y alquilamos una casita hasta que años después pudimos comprar.
Noemí me apoyó siempre en este ministerio. Ya siendo director, pasábamos aquí los domingos con nuestros hijos.
VUELTA AL COLE
Yo había sido desertor escolar, ya que estando en séptimo grado comencé a meterme droga. A los 55 años, cuando ya era director del centro, fui con dos estudiantes a coger el 4to año. Uno lo pasó, otro se colgó y a mí el Espíritu Santo me lo regaló porque la verdad es que no estudiaba mucho. La hija del director ejecutivo de Teen Challenge PR, Rev. Pedro Félix Díaz, fue quien me animó a dar este paso y le estoy muy agradecido.
Así como venía al centro muy temprano para desayunar con los muchachos, era muy estricto con ellos. Siempre les decía que esto era para el que realmente quisiera cambiar. He sido padrino de boda de algunos de ellos y es una satisfacción verlos hoy con sus familias, llevando una vida plena, perseverando en el
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Fuente de Esperanza
Señor con corazón agradecido.
Aquí, en el centro Bayamón I, llegó a haber 120 muchachos. Yo me retiré en el 2009, cuando cumplí los 62 años, y en ese momento había 85 muchachos. Me dediqué intensamente a la tarea que Dios me encomendó, llegaba al centro a las seis de la mañana y era el último en irme. Gracias a Dios mi esposa siempre lo comprendió. Ella ha sido un gran apoyo.
En este ministerio hay momentos difíciles. Uno se pone triste cuando un muchacho se va, cuando vuelve a lo mismo, tal vez lo matan. Por otro lado, uno se siente feliz cuando ve a un Ángel Roque, Iván Ríos, Norberto Laureano, Lionel Montañez, que han perseverado y están en el ministerio. Entonces uno dice: Gracias Señor, el trabajo no fue en vano. Otros de aquella época hoy son capellanes, como Israel Soto y Enrique Calero.
En las redes sociales recibo mensajes afectuosos y de agradecimiento. Sin duda, no se perdió el tiempo.
De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es.Las cosas viejas pasaron, todas son hechas nuevas.
2 Corintios 5:17
(...) acepté a Jesucristo y él hizo lo que psicólogos ni psiquiatras no
habían logrado. Fui libre de la adicción y hoy soy plenamente feliz.
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2. No fue en vano
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Juan L. Ramos
Estaba ciego 3
Trabajaba en construcción y de esa manera solventaba
mi vicio. Tuve tres sobredosis y estuve a punto de morir.
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Fuente de Esperanza
Cuando estaba en sexto grado mi mamá encontró mi primer cigarrillo de marihuana, me dio una pela
terrible y me lo hizo comer.
Un día de actividad de educación física, yo vi en la cancha de la escuela que dos muchachos de octavo año estaban fumando. Mi curiosidad me llevo a preguntarles qué era lo que fumaban y ellos me convidaron. Era marihuana, me gustó el efecto y a la semana les compré un cigarrillo. Mamá lo encontró en la mesita de noche. El castigo que me dio no sirvió de escarmiento sino que me puse más rebelde. Dejé la escuela, me fui a vivir a casa de mi abuela y seguí con la marihuana.
Mi madre era supervisora de Puerto Rico Telephon Company cuando conoció a mi padre un día que fue a cargar gasolina en un puesto en Las Lomas de Puerto Nuevo. Él trabajaba allí. Tuvieron una breve relación y en julio de 1968 nací yo, en el Centro Médico de Rio Piedras.
Según cuenta mi abuela, al nacer me diagnosticaron cáncer de los huesos y un pronóstico de vida de 6 meses. Le indicaron a mi mamá que buscara un cura y un padrino para bautizarme. Dios hizo un milagro y los médicos me declararon sano al año de vida.
3.Estaba
CIEGO
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3. Estaba ciego
Mi mamá trabajaba muchas horas y a mí me cuidaba mi abuela que vivía tres casas más abajo. Pasaba el día con ella y cuando Mamá salía de trabajar me buscaba. Al comenzar la escuela (Jardines de Caparra) nuestra vida siguió el mismo ritmo.
SOLO Y DESAMPARADO
Luego del episodio con el cigarrillo de marihuana que mi mamá me hizo comer, y mi reacción de abandonar la escuela e irme a casa de mi abuela, me quedé con ella hasta que tuve 14 años. A esa edad murió mi mamá -de 45 años- y yo pasé a la droga con jeringuilla. Me sentía solo y desamparado, no tenía dónde vivir porque la casa de mi abuela se había ido llenando de familiares. Yo andaba como nómada, un día en casa de un tío, otro en la de mi abuela, en casa de algún amigo, siempre de aquí para allá. Trabajaba en construcción y de esa manera solventaba mi vicio. En ese tiempo tuve tres sobredosis y estuve a punto de morir.
A los 16 años me involucré con un conocido delincuente y trabajé para él. Ganaba más como delincuente que en la construcción. Llegué a administrar un punto en un Residencial en San Juan. El capo cayó preso y yo seguí trabajando para la esposa.
Cuando tenía 18 años me encontré con mi jefe (que se había fugado) y con su esposa en Puerta de Tierra. Hubo una redada, a ellos los cogieron y yo escapé. Estuve fugitivo un tiempo pero hice el último trabajo para ella y caí preso por intento de asesinato y secuestro. Me cogieron en el mismo Residencial donde perdí a uno de mis amigos por sobredosis, quien murió en mis brazos.
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3. Estaba ciego
liberta y yo pude experimentarlo. No tuve problemas para adaptarme ni para relacionarme con otros muchachos. Mi carácter le gustó a Jaime Pérez, director de los dos centros que había en ese entonces en la Isla (Bayamón y Aguadilla) y me fue asignando diferentes tareas.
Cuando se abrió la finca en Cidra yo ya era trabajador de la institución e iba con los estudiantes a cosechar guineos, plátanos y vianda, que vendíamos en la plaza del mercado de Bayamón. Los domingos poníamos en la cancha del Centro lo que había sobrado y los familiares que venían de visita, compraban. Con ese dinero adquiríamos ropa y calzado para los que no recibían visita.
El sub director era Mario Marrero. Un día me llamó y me presentó el plan del “guacatón” para que yo lo coordine: los muchachos iban de dos en dos, bien vestidos, casa por casa y daban su testimonio. Casi siempre recibían una ofrenda.
NUEVO PROGRAMA
Luego entró como director Pedro Felix Diaz y creó el programa “Casa Vida” para pacientes terminales de VIH. Trabajé en la construcción de las facilidades para este nuevo programa y cuando comenzó a funcionar tuve mucha cercanía con los pacientes. Los domingos solía llevar a algunos de ellos y también a muchachos del programa de rehabilitación a una iglesia cercana (Kerigma, DF, que por aquel tiempo pastoreaba Alfredo Vallellanes).
Cuando cogía pase me iba a pie hasta lo de mi abuela. En uno de esos días visité a un compañero del residencial y ahí conocí a Nilsa, mi esposa. Estaba en la escalera, usando el teléfono público; apenas la vi me enamoré de ella. Enseguida le hablé y ella
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Fuente de Esperanza
DE LA PRISIÓN A TEEN CHALLENGE
La Corte pronunció en un principio 26 cargos en mi contra, luego se cayeron 15 cargos y me quedaron nueve (secuestro, intento de asesinato, fuga, ley de armas) por los cuales me dieron una pena de 26 años consecutivos. Ahí fue que llegué a “Oso Blanco”, el penal de Río Piedras, donde estuve un año y medio. Rompí vicio en frio.
En ese tiempo el ministerio de Yiye Avila visitaba la cárcel dando “charlas educativas” como estrategia para transmitir las Buenas Nuevas. El 20 de marzo del 87 una muchacha del ministerio me dio un tratado. Al leerlo, yo le dije al Señor: “Si me sacas, yo te serviré”. A los dos días me dieron el pase para Teen Challenge.
Antes de ese episodio, una de mis tías me había llevado una Biblia, que es la que hoy sigo usando. Mi familia estaba intentando sacarme de la cárcel pero no había posibilidades de fianza. El plan de Dios era otro.
Llegué a Teen Challenge en 1987 y salí en el 92. Estuve tantos años porque después de terminar el Programa me quedé trabajando en el ministerio. Mientras era estudiante me bauticé en la playita de Condado. Para mi graduación vino toda la familia, tíos, tías, primos, mi abuela. Fue muy hermoso.
EL CAMBIO
En Teen Challenge tuve un cambio “de la tierra al cielo”, verdaderamente conocí al Señor y tuve conocimiento de cómo Dios estaba bregando con mi vida. Nos dice la Palabra que él nos
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Fuente de Esperanza
me respondió que no estaba buscando pareja porque estaba enferma. Eso no me asustó. Dios me había estado preparando para tratar con ella.
El 17 de agosto del 92 me fui a vivir con Nilsa. No nos casamos en ese momento, no sabría decir por qué. En Teen Challenge me hicieron una despedida muy emocionante, prepararon un bizcocho y me dieron una placa como reconocimiento.
LA MOCHILA
En el primer tiempo de nuestra convivencia me aparté del Señor, vivimos muchos años sin congregarnos, centrados en el trabajo, la familia, lo material. Con el correr de los años, en algunos momentos tuve la inquietud de volver al Señor pero continué con mi vida.
El 24 de diciembre de 2012 tuve una fuerte necesidad de visitar una iglesia y le dije a Nilsa: “El domingo vamos para la iglesia”. El 28 de diciembre llegamos a la Iglesia Kerigma y allí me reconcilié con el Señor. Al entrar, el pastor Pedro Marrero nos saludó y nos preguntó quién nos había invitado, a lo que Nilsa contentó muy sonriente: “El Señor mismo nos invitó”. Realmente, el Espíritu Santo nos había llevado.
Recuerdo que le dije al pastor que había dejado en la puerta una mochila bien pesada. Nunca la volví a coger.
MI VIDA HOY
Nilsa se bautizó y más tarde nos casamos. Hemos
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permanecido en esa comunidad de fe y servimos allí. La salud de mi esposa ha pasado por diversas etapas y el Señor siempre le ha dado nuevas fuerzas para seguir.
He tenido pruebas fuertes, como perder el trabajo y estar a punto de perder la casa, pero el Señor siempre estuvo conmigo. Cuando nos dieron el desahucio, Nilsa tuvo la inquietud de llamar a quien había sido mi jefe en el último trabajo y explicarle la situación por la que estábamos pasando. Así lo hizo, sin decirme nada, y este hombre -que es cristiano- me llamó luego y me citó en Guaynabo para darme una suma de dinero que nos permitió salvar la casa. Además hizo los contactos para conseguirme un nuevo trabajo. El Señor me ha bendecido en gran manera!
Me identifico con el pasaje de Lucas 18: 35-43, donde el ciego de Jericó recibe la vista. Yo he pasado por esa experiencia, estaba ciego y ahora veo.
“Y luego vio, y le seguía, glorificando a Dios…” Lucas 18:43
He tenido pruebas fuertes,
como perder el
trabajo y estar a punto de
perder la casa, pero
el Señor siempre estuvo
conmigo.
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Iván Ríos
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A los seis meses de ingresar a la universidad
me envolví en vicios. Pronto vi la posibilidad de hacer negocio y comencé
a vender.
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Soy de Morocovis, nacido y criado en esa pequeña localidad del centro de la isla, a 39 millas de San Juan.
Mi infancia transcurrió entre el pueblo y el campo: cada vez que Mamá se peleaba con Papá nos mudábamos a la finca de mis abuelos. Cuando se arreglaban, volvíamos al pueblo.
A los seis años ingresé en la escuela elemental vistiendo pantalones cortos blancos, como se estilaba en esa época (1959). Después de varias idas y venidas, nos quedamos a vivir en el campo y puedo decir que fue un tiempo feliz. Mis abuelos cultivaban café y caña, buscábamos agua del pozo cargando en los hombros dos latas (de manteca) amarradas a un palo. No tenía muchos amigos pero lo pasaba bien con mi hermano que es un par de años mayor que yo.
Cuando tenía 14 años nos mudamos de nuevo al pueblo, volví a las amistades de la niñez e hice nuevos amigos. Aunque Papá tenía otras mujeres e hijos, siempre se había mantenido pendiente de nosotros y en esa época pude pasar más tiempo con él, ayudándolo en su negocio. La tienda se llamaba “La esquina famosa” y vendía muebles, electrodomésticos, ropa, telas, sombreros Panamá y hasta linóleo para pisos. Lo del linóleo era especial: Para picar los pies que necesitaba el cliente, cortaban el tráfico y sacaban el rollo a la calle.
Me acostumbré a cargar y descargar muebles cuando
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4. Dios responde
había que llevar algún pedido al campo. Una mañana mi papá fue a abrir el negocio y encontró la puerta abierta y la caja fuerte en la vereda. La habían sacado pero no pudieron cargarla porque era muy pesada. Tampoco lograron abrirla.
UNIVERSIDAD Y TRÁFICO
Al terminar cuarto año apliqué a diferentes universidades para estudiar Administración Comercial, carrera que no llegué a terminar porque la droga me llevó por otros caminos.
Fui aceptado en la Universidad de Puerto Rico, recinto de Arecibo, en el turno noche. Antes de partir para allí terminé la relación con Clari, mi novia de la escuela superior, porque sabía que en la universidad encontraría muchas chicas y quería estar libre de compromiso.
Los fines de semana regresaba a casa con una maleta llena de ropa sucia. Mamá se encargaba de lavar, planchar y colocar todo nuevamente en la maleta. Al comienzo viajaba en transporte público pero a los poco meses mi papá me compró un carro.
A los seis meses de estar viviendo en un hospedaje para estudiantes me envolví en vicios. Aunque ya conocía la marihuana porque mi hermano fumaba, yo no la había probado hasta ese momento. Cuando comencé a fumar me di cuenta de que también podía hacer negocio y me dediqué a vender. Compraba en cantidades y vendía en la universidad, en Morovis y en seis pueblos más (por medio de compañeros de la universidad). Mi rendimiento en los estudios comenzó a bajar, pero logré tener continuidad.
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4. Dios responde
Paralelamente seguía con el traqueteo hasta que volví a caer preso. Esta vez salí con fianza.
Luego de mi segundo divorcio, en 1984 me reencontré con Claribel, mi novia de la escuela. Ella había regresado de Estados Unidos, divorciada también, y reiniciamos nuestras relación.
COLAPSO Y RESTAURACIÓN
Durante seis meses fui a trabajar en una finca en New Jersey y luego regresé a Puerto Rico. Vivía con Clari, quien trabajaba en la tienda de mi papá. Podríamos haber formado un hogar pero yo seguía en vicios, usando todo tipo de drogas, lo cual llevó a que ella me abandonara.
Ahí toqué fondo. Busqué ayuda en un muchacho que se había rehabilitado en Teen Challenge y él gestionó mi ingreso al programa. Lo curioso es que no lo hizo inmediatamente sino que me tuvo esperando como tres semanas para ver si realmente yo quería cambiar de vida. El 14 de mayo de 1993 llegué al Centro de Bayamón.
En Teen Challenge conocí al Señor. Clari venía a visitarme y yo oraba mucho por ella, pero nunca le dije que debía convertirse.
En uno de los cultos en la capilla, yo me encontraba orando de rodillas a un costado del altar (“Señor, toca a Clari. Señor que ella te conozca...”) y el predicador, Ismael Santo, hizo un llamado al arrepentimiento y dijo que una dama estaba siendo tocada por el Espíritu Santo. En mi corazón yo decía: “Señor, que sea Clari, que sea Clari”. Abrí mis ojos, pero la dama que había pasado al frente
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VIVIR EN SAN JUAN
En el recinto de Arecibo se hacían sólo los dos primeros años y después tuve que continuar en Río Piedras. Ahí la población estudiantil era mayor y por lo tanto el tráfico de droga adquirió más volumen, mientras que los estudios fueron cada vez peor.
Les vendía droga en cantidad a personas de La Perla que luego revendían Hasta entonces yo solo fumaba marihuana, pero comencé con otro tipo de sustancias (todo natural, todavía no habían aparecido las drogas sintéticas). Mezclábamos la cocaína con un polvo inicuo, agregando un cuarto por onza. Preparaba las bolsitas de cocaína y marihuana en el cuarto del hospedaje donde vivía. Más tarde renté un apartamento.
Un par de veces dejé los estudios y volví a matricularme. En total estuve siete años en la universidad. Para disimular mis actividades, le pedía a Papá dinero para transportación o libros. Intentaba que él no supiera que yo tenía chavos.
DOS BODAS Y UN REENCUENTRO
Me casé a los veinte años cuando mi novia de la universidad quedó embarazada. Alquilé una casa, nació nuestro hijo, y yo seguía traficando. En el 78 fui preso por venta de sustancias y pasé año y medio en la prisión de Arecibo, de donde salí bajo palabra para un programa de adaptación social. Luego fui para casa, todavía bajo palabra.
Para esta época ya me había divorciado y vuelto a casar. Fuimos a vivir a Bayamón y estuve trabajando en la Lotería de Puerto Rico con un plan de gobierno de trabajo temporero.
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Fuente de Esperanza
no era ella. En ese momento el predicador repitió el llamado y dijo que había otra persona que estaba siendo tocada por Dios. Yo seguí orando fervientemente hasta que el predicador dijo: “Ivan, pasa al frente”. Cuando me incorporé, vi a Clari caminando hacia el altar. Dios respondió mi oración!
Mi amada Clari aceptó al Señor aquel día. Oramos y lloramos juntos, y al salir de la capilla yo le dije: “Tenemos que casarnos, no podemos seguir viviendo así”. Hablamos con el pastor capellán, que era Israel González, y él nos casó (diciembre de 1994). Fue una boda doble porque otro muchacho del Progama también se casó y la familia Teen Challenge colaboró para que pudiéramos tener una fiesta. Dos años después nació nuestra bella hija Priscilla.
MINISTERIO
Mientras estaba en el Programa me pidieron que ayudara en Casa Vida, el Programa que Teen Challenge había abierto para brindar atención a enfermos de HIV. Estuve allí en tareas de limpieza; mientras tanto las enfermeras me fueron adiestrando y luego comencé a cambiar camas y asear a los pacientes, trabajando en diferentes turnos. Más tarde viajé a Pennsylvania para hacer la segunda fase del Programa y a los ocho meses regresé graduado.
La directora de Casa Vida, Belinda Arocho, en coordinación con el director del Centro Bayamón I Israel Gonzalez, me ofreció trabajo como ayudante de enfermería. Después de unos meses, Dios abrió una nueva puerta: el Director Ejecutivo de TC Puerto Rico, Felix Diaz, me ofreció estudiar Enfermería en la Universidad Central de Bayamón. Para ese entonces ya vivía en Morocovis y viajaba en carro público de lunes a viernes. Clari también estudiaba Enfermería, pero en Morocovis; iba clase por las tarde y
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4. Dios responde
por las mañanas trabajaba con mi papá.
Teen Challenge me pagó la carrera y yo fui organizando el itinerario de clases de acuerdo al horario de trabajo, hasta que me gradué como Enfermero Grado Asociado. A partir de entonces pasé a ser empleado de Casa Vida, con todos los beneficios como tal.
En el 2006 se cerró el Programa Casa Vida. Mi esposa había entrado a trabajar allí también y se quedó sin trabajo. A mí me ofrecieron seguir en Teen Challenge, en el área de Admisiones, entrevistando en las cárceles y representando a los muchachos en Tribunales. Llegué a ser responsable de esta oficina, que es la puerta de entrada al Programa de Rehabilitación. Hoy trabajo en uno de los centros de rehabilitación.
Mi esposa volvió a trabajar en Teen Challenge unos años después y ha ejercido varias funciones hasta hoy. Estamos muy agradecidos a Dios en primer lugar, y también a Teen Challenge por las oportunidades brindadas.
“Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces.”
Jeremías 33:3
Estamos muy agradecidos
a Dios en primer lugar,
y también a Teen Challenge
por las oportunidades
brindadas.
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Ángel Roque
Veinte años derebeldía5
La frustración, unida al dolor,
me llevó a buscar un escape y me inicié en el uso de diferentes sustancias.
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Fuente de Esperanza
5. Veinte años de
Tiempo atrás yo deambulaba por las calles de Bayamón, bajo el efecto de sustancias controladas. Mi vida
cambió radicalmente y hoy deseo compartir un mensaje de esperanza para todos aquellos jóvenes y adultos que han perdido el control de sus vidas.
Nací en Honolulú. Mi padre era músico y formaba parte del grupo Latin Six. En una de las giras decidió quedarse un tiempo en Hawai y entonces mi madre –que estaba embarazada de mí- viajó para reunirse con él. Vivimos allí hasta que yo cumplí los tres años.
No tengo recuerdos de Hawai, pero sí de cuando ya habíamos regresado a Puerto Rico y mi padre se dejaba crecer la barba al acercarse la Semana Santa y hacía el papel de Jesucristo en las procesiones
LA CRISIS
Heredé de mi padre el gusto y habilidad para la música; eso nos unió mucho. Para mí fue un golpe muy duro su fallecimiento cuando yo tenía apenas 15 años. No estaba preparado para mensajes como: “Ahora tú eres el varón de la casa”. Recibí de mi familia ese mandato, una autoridad delegada a destiempo. Yo
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5. Veinte años de rebeldía
sentía que no tenía capacidad de enfrentar eso, y me frustraba.
La frustración, unida al dolor, me llevó a buscar un escape y así fue que me inicié en el uso de diferentes sustancias. Comencé con alcohol y marihuana, y poco después heroína y cocaína.
Aunque consumía drogas, seguía siendo funcional, terminé mis estudios básicos y comencé a trabajar. Mi madre también trabajaba y casi no nos veíamos, tal vez por eso ella no se dio cuenta de lo que estaba sucediendo.
A los 18 años me fui de casa, incursioné en sustancias
intravenosas y perdí el control de mi vida. Quedé sin trabajo y me internaron en un programa para rehabilitación. La historia se repitió varias veces, entraba y salía de los programas sin obtener un resultado duradero. Por periodos vivía en la calle.
VEINTE AÑOS DESPUÉS
Fue recién a los 20 años de haberme iniciado con la marihuana que mi vida cambió radicalmente. Cuando ingresé a Teen Challenge llevaba dos años sin hogar, viviendo en la calle. Tenía 34 años.
Un día estaba en un ´punto de drogas´ y llegaron allí personas cristianas para darnos alimentos. Nos invitaron a ir a su iglesia y un grupo de más o menos quince deambulantes aceptamos la propuesta. Nos llevaron en una guagua hasta la iglesia y allí nos entregaron ropa y una bolsita con elementos de higiene personal. Luego de bañarnos, escuchamos la Palabra del Señor. Yo estaba drogado pero al finalizar el mensaje pude escuchar unas palabras que rompieron mi corazón: “Piensa un momento en lo que el enemigo te ha robado”, dijo el predicador. Al
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Fuente de Esperanza
una introspección de lo que había sido mi vida y comencé a llorar sin consuelo. Luego él dijo: “Ahora te voy a presentar alguien que te va a devolver al ciento por uno lo que el enemigo te robó”, y nos presentó a Cristo.
RESTAURACIÓN
En esa reunión estaba presente un grupo de Teen Challenge y al finalizar ellos ofrecieron la alternativa de ingresar a un centro de rehabilitación. Algunos aceptamos y esa misma noche -20 de mayo de 2004- nos llevaron al centro de Bayamón, en la Carretera 2.
Al día siguiente recibí atención en la sala de detox. El proceso de desintoxicación dura normalmente siete días, pero a los tres días me declaré limpio y renuncié a los medicamentos. En otras ocasiones yo consumía medicamentos incluso más allá de los siete días, pero esta vez comencé a sentirme libre al tercer día. Dios lo hizo!
Como paso siguiente fui enviado a un albergue para personas sin hogar, ubicado en el centro Teen Challenge de Buena Vista, Bayamón, el mismo del cual soy director desde hace cinco años.
A poco de ingresar al programa de rehabilitación retomé
contacto con mi esposa, con quien había convivido poco tiempo a causa de mi condición de adicto. Ella accedió a visitarme y más tarde entregó su vida al Señor. Dios fue restaurando nuestro matrimonio y al año nos casamos en la Iglesia Evangélica Ministerio Sanador, la misma donde nos bautizamos y nos congregamos hasta hoy.
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SANIDAD FÍSICA
Cuando ingresé al programa pesaba tan sólo 110Lb y tenía una mano inutilizada a causa de un pinchazo mal dado en el cuello. En una de las reuniones en la capilla, mientras adorábamos a Dios, recibí sanidad divina. Mi mano comenzó a tener movimiento y no fue necesario que me operaran.
En Teen Challenge fui discipulado y tuve crecimiento espiritual. Al año comencé a ayudar en la oficina y al terminar los 18 meses de programa me dieron la oportunidad de pasar a ser empelado de la organización.
En un principio trabajé en el departamento de Asistencia Nutricional y más tarde me desempeñé como asistente del director de uno de los centros, en el cual luego asumí como director. En esta función he podido observar en estos últimos años que hay un incremento del uso de nuevas sustancias, sobre todo entre los jóvenes entre 18 y 25 años. Actualmente estoy a cargo del departamento de Proyectos Especiales.
Por mi propia experiencia conozco de dónde vienen los que ingresan al centro, los comprendo y les brindo ayuda para que sean libres de la adicción. El Señor está utilizando en mi presente todas y cada una de mis experiencias pasadas, tanto negativas como positivas. Las que fueron mis mayores crisis, hoy son mi mayor testimonio del amor de Dios en un ser humano.
UNA PASIÓN QUE NO CESA
La música sigue siendo una de mis pasiones. Formo parte del grupo de adoración de la iglesia a la que asisto con mi esposa
5. Veinte años de rebeldía
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Fuente de Esperanza
Gloria, y también en el centro tomo parte activa en los diferentes grupos que se van formando.
Hace unos años Dios me dio oportunidad de comprar una casa en Toa Alta. Esto ha sido un milagro porque con mis antecedentes no parecía posible. Al momento de cerrar la operación, el funcionario del banco me dijo: “A ti se te han alineado los planetas”. A lo que yo respondí con certeza: “No se me alinearon los planetas; lo que sucede es que yo sirvo al que creó los planetas!”.
El Señor está utilizando
en mi presente todas y
cada una de mis experiencias
pasadas, tanto negativas como positivas.
Las que fueron mis
mayores crisis,
hoy son mi mayor testimonio
del amor de Dios en un ser humano.
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Eddie del Valle
Sobreviviente dela guerra6
Estalló una guerra entre narcos. Hubo sangre y muerte junto a mí. Mataron a
dos de mi banda y yo recibí un par de tiros.
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6.Sobreviviente de la
GUERRA
Fuente de Esperanza
Nací en Chicago, donde los inviernos son muy fríos. Pero nada se compara al frío que cubrió mi corazón
tras la muerte de mi padre. En un principio me conformé con la explicación de mi mai. “Fue un accidente. Tu tío le estaba mostrando un arma sin saber que había quedado una bala…”. A los 7 años eso sonaba verosímil, pero a los 17 supe la verdad.
Mi padre había sido asesinado y mi madre tuvo que ver en el asunto. Tras su muerte, un señor comenzó a visitarla y poco tiempo después se casaron. Cuando llegaba el Día de los Padres y mis compañeritos de escuela preparaban regalos, yo me sentía muy triste. Volvía a casa y preguntaba por mi papá. “Está en el cielo”, respondía ella.
Mi hermano y yo tomamos clases de catecismo católico y luego fuimos monaguillos en la Catedral Saint Sylvester, tanto en las misas en inglés como en español. Llegábamos una hora antes para preparar las velas, el vino, la ropa del sacerdote… Me gustaba y lo hacía con mucha seriedad. Sentía respeto al entrar en ese lugar. Era un tiempo especial de paz interior, como si pasara a otra dimensión, dejando atrás la tristeza de mi vida cotidiana. Me confesaba regularmente y anhelaba la reconciliación con Dios.
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PRINCIPIOS Y VALORES
Mi madre nos inculcó buenos principios. En una oportunidad, regresando de la clase de catecismo pasamos frente a un colmadito (almacén) que tenia frutas y verduras en la vereda. No habíamos merendado y queríamos comer algo pero no teníamos dinero. Mi hermano tomó una manzana y yo no me atrevía a tomar nada pero finalmente opté por un tomate. Él iba comiendo su manzana sin ningún reparo mientras yo no me decidía a sacar el tomate del bolsillo. Finalmente cogí sal de un bar y me lo comí con gusto. Estaba riquísimo! No sé cómo se enteró mi madre de este episodio y nos dio una buena paliza.
Mi padrastro era un hombre violento, que bebía mucho, golpeaba a mi madre y también nos castigaba duramente a nosotros y a nuestra hermanita. Nunca lo consideré un padre. El maltrato no impidió que yo fuera un buen estudiante y atleta escolar, pero con el tiempo comencé a sentir miedo al llegar a casa y eso me intranquilizaba mucho. Hacía las tareas rápidamente y me iba a las prácticas de beisbol. El miedo se fue transformando en odio y deseaba matar a aquel hombre que tanto daño nos hacía.
A la edad de 14 años lo enfrenté, discutimos duro y mi madre se puso de su lado. Me echaron de casa.
UN ADOLESCENTE EN LAS CALLES
¿Qué podía hacer un adolescente solo en las calles? Fui en busca de mi hermano, que tenía 16 años y vivía con una muchacha.
6. Sobreviviente de la guerra
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Fuente de Esperanza
Él controlaba un punto de droga que cubría todo el barrio, y allí tuve trabajo. Él me enseñó a tratar con personas de la calle, a respetar a los demás y ser responsable con las tareas que me encomendaba.
Me ubicaba cerca de una discoteca y allí vendía ácido, cocaína, marihuana ya enrolada… En ese tiempo no había crack. Pronto tuve apartamento, carros, mujeres, toda la droga que quisiera y mucho dinero. Es impresionante la cantidad de dinero que se mueve en los puntos!
El dueño del punto era nuestro hermano de crianza, varios años mayor que nosotros, una persona muy estricta que exigía lealtad, que se respetara a los clientes y se cumpliera con las reglas de juego. Por mi parte, vivía una doble vida: seguía yendo a la escuela, estaba en los deportes, y por la noche me transformaba.
ESTALLA LA GUERRA
Cuando tenía 17 años sufrí un tremendo golpe emocional. Unos tíos mayores me dijeron que nunca me habían dicho la verdad sobre la muerte de mi padre. Mi madre lo había mandado a matar. Quedé tan confundido que quería matarla a ella. No lo hice, aunque bregué con el odio durante muchos años hasta que por la gracia de Dios logré perdonarla.
Un día estalló una guerra entre narcos y hubo sangre y muerte por todos lados. Mataron a dos de mi banda y a mí me pegaron un par de tiros. Estuve muerto por unos segundos, pero Dios me volvió a la vida. Me encontré en medio de una oscuridad total y de repente apareció un punto blanco, luminoso, que fue acercándose y haciéndose más grande hasta iluminarlo todo. En ese instante abrí los ojos y vi el cielo de Chicago (me encontraba
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6. Sobreviviente de la guerra
tirado en la calle). Me acordé del Señor y antes de perder la conciencia le di las gracias por salvar mi vida.
Volví a abrir los ojos en el hospital, en el área de cuidados intensivos, lleno de mangueras y tubos, con un pulmón colapsado.
En la calle me sentía intocable, poderoso, pero el Señor me mostró que el poderoso es él. Temí quedar parapléjico porque no tenía sensibilidad en el lado derecho del cuerpo y lloré como un niño. Me sentía perdido, entonces me puse a hablar con Dios y le supliqué que no me dejara así. Le prometí que si me levantaba de aquella cama de hospital le iba a servir. Él hizo la obra y salí del hospital para casa de mi madre. Ella me había visitado durante mi convalecencia.
Estuve en casa de mi madre un par de meses hasta la recuperación total. Después comencé a pensar en lo sucedido. “Esto no va a quedar así”, me dije. Volví a las calles y comencé a buscar a la persona que me había disparado, pero se me escondía. Regresé al punto.
MÁS GUERRA Y MUERTE
En el 81 estalló una nueva guerra y mataron a mi hermano. Le dieron 16 tiros. Yo me llené de odio y dolor y decidí vengar su muerte con más muerte. Así lo hice pero no me conformé, estaba dispuesto a perder mi vida pero llevándome unos cuantos conmigo. Teníamos armas potentes; juntos habíamos sido invencibles, podíamos destruir una comunidad completa.
Me volví loco y el dueño del punto (quien para mí era hermano y padre) se molestó porque los federales me buscaban.
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Fuente de Esperanza
Yo estaba en probatoria por un asalto y pendiente a una vista de revocación por un intento de asesinato. Demoraron unos días en entregar el cuerpo de mi hermano y mientras estábamos en la casa funeraria esperando a que lo trajeran, llegaron tres agentes federales a buscarme. Era el 1 de marzo y hacía frío. Los recibió mi hermano mayor y ellos le dijeron que yo me abrigara y saliera a la calle porque querían hacerme unas preguntas. Mi hermano respondió que yo no saldría. Esa madrugada me envió para Puerto Rico con lo puesto, ya que no podía arriesgarme a ir a mi apartamento. Algunos empleados de él fueron a recogerme al aeropuerto de San Juan.
Al día siguiente me llamaron los del punto en Chicago y me dijeron que la funeraria estaba llena de federales.
LA RECUPERACIÓN
El cambio fue total. Me costó acostumbrarme a la nueva vida en San Lorenzo (una zona rural preciosa), habiéndolo perdido todo. Tenía 22 años y debía comenzar de cero pero psicológicamente no estaba en condiciones de hacer nada. Llegué muy mal por la pérdida de mi hermano y por todo lo que había vivido. Demasiadas muertes, demasiada sangre. Seguía comunicándome con los del punto en Chicago, pendiente de lo que sucedía allá afuera. Finalmente una prima me confrontó y me dijo que cortara con eso. Me llevó a un centro médico y recibí tratamiento psiquiátrico con medicamentos por varios años.
He ido disminuyendo los fármacos, hoy hago una vida normal pero todavía me sobresalto al escuchar ruidos repentinos, tengo momentos de ansiedad o dificultad para conciliar el sueño en algunas oportunidades, pero todo esto me lleva a dar gracias a Dios por estar con vida, por haberme librado de la muerte tantas
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6. Sobreviviente de la guerra
veces y por darme la oportunidad de comenzar una nueva vida en Teen Challenge, donde ahora puedo ser útil y apoyar a los muchachos que llegan para el proceso de restauración.
Mis primas –por parte de los Del Valle- son cristianas. Ellas me hablaban de Dios y me invitaban a ir a la iglesia, pero yo seguía ciego, herido, con deseos de venganza. Continué consumiendo drogas pero no en exceso. Cuando psicológicamente estuve más estable me puse a trabajar con un tío que era contratista, logré construir una casita y me casé con una muchacha cristiana que conocí por medio de mi familia. A ella no le gustaba mucho salir y yo en cambio seguía como si fuera soltero, salía, consumía cocaína, regresaba de madrugada, botaba dinero que hacía falta en el hogar. Todo esto pesó sobre mi conciencia cuando ella falleció diez años después a causa de una enfermedad. Yo la quería mucho y su muerte me golpeó duro.
REGRESO A LAS CALLES
Mis tías me llevaron a un retiro espiritual que me hizo muy bien pero luego, en medio de mi dolor, volví a las calles y me aparté del Señor. Me puse a trabajar con otros maleantes, hubo un par de muertes, cogí algunos casos pero me sacaron por fianza. El capo para el que trabajaba tenía varios negocios que servían de fachada para el tráfico de drogas. Yo iba a la tarde y a la noche a recoger el dinero y se lo llevaba a la mansión donde vivía con su esposa. Sus hijos se encargaban de llevar la contabilidad y depositaban las ganancias en el banco a nombre del mayor de ellos. Los fines de semana el cierre de los locales era de madrugada y yo andaba siempre fuertemente armado.
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Fuente de Esperanza
Por un tiempo hubo paz, se hacía dinero tranquilamente aunque pesaba sobre este hombre un caso de asesinato que aún no había sido vengado. La paz podía convertirse en guerra en cualquier momento. Yo formaba parte de un grupo que nos amanecíamos haciendo rondas de seguridad en la vivienda del capo. Él presintió la guerra que se venía y envió a sus hijos para Santo Domingo y nos ordenó llevar las armas a otro lugar durante el día, de modo que al terminar las rondas las trasladaba a mi casa. Más tarde prefirió que nos quedáramos a vivir en su mansión y nos dio un cuarto a cada uno. Durante el día nos encargábamos de la limpieza, jardinería y mantenimiento en general, hacíamos las compras… en fin, aparentábamos llevar una vida normal.
SITUACIÓN LÍMITE
Un día, me encontraba trabajando en el patio y el capo me dijo “Ve a bañarte y vístete para que me acompañes”. Me puse contento porque nunca me llevaba con él. Me indicó que cogiera una figura de madera que sus hijos habían traído de Santo Domingo, porque se la llevaríamos al abogado de Caguas a quien debíamos entregar dinero, y era santero. También me dijo que guardara un sobre con $5.000 y no lo sacara hasta que él me dijera. Así hicimos. El abogado se puso bien contento con el regalo y después entregamos el dinero. Al emprender el camino de regreso, mi jefe dijo que iríamos a casa de un amigo, pero luego, al pasar por su vivienda, cambió de idea: “Quédate, mira si mi esposa está bien y dale de comer a los perros”. Yo era el encargado de los cuatro rottweiler. Me había costado hacerme amigo de ellos, al principio me querían comer!
En la casa todo estaba tranquilo, había llegado de visita uno de los hijos con su esposa. Subí a ducharme y luego, cuando iba a salir para atender a los perros de atrás (teníamos dos adelante y
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6. Sobreviviente de la guerra
dos atrás, atados a unos tensores) escuché que ladraban inquietos. Fui a ver qué pasaba y encontré a uno de ellos suelto. Rápidamente cogí la cadena para amarrarlo y entonces comprobé que la cadena y el gancho estaban sanos. Parecía imposible que el perro se hubiera soltado solo. En ese momento escuché tres disparos. Pensé que era en el vecindario y busqué la pistola que tenía escondida bajo un árbol. Enseguida sonaron seis estampidos más, seguidos del chillar de las gomas de un vehículo que se alejaba a toda velocidad. Corrí hacia la casa y vi salir a la esposa llorando desesperadamente y al hijo gritando: “Mataron a Papi, mataron a Papi!”. Lo habían baleado al llegar a su hogar.
Lo cargamos en la camioneta y salimos rumbo al hospital. Yo iba atrás, sosteniendo su cabeza sobre mis piernas. Le habían pegado varios tiros y murió antes de llegar al centro asistencial. Dios me libró de que yo estuviera en el carro con él. También de que hubiera salido a recibirlo, pistola en mano, como hacía siempre. Ese perro, que se soltó no sé cómo, sirvió para sacarme de la escena. Dios estaba trabajando en mí y a partir de este episodio comencé a desear un cambio de vida.
DESENLACE
Cuando sucedió esta tragedia, yo tenía una sentencia pendiente. En el 2005 la Justicia me envió a Teen Challenge luego de un juicio que comenzó con el pedido del fiscal de 68 años de cárcel. Luego rebajaron a 23, a 15, y terminé cualificando para probatoria. Dios lo hizo! Los que estaban conmigo, con los mismos cargos (Ley de armas, asesinato, etc.) todavía están presos en Ponce.
El día anterior a la sentencia, llegaron a la casa de mi primo dos muchachas cristianas para orar por mí. Acepté la oración y por
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Fuente de Esperanza
medio de una de estas mujeres el Señor dijo que yo no iría a prisión. Tuve dudas. Me amanecí bebiendo y metiéndome droga, y así fui al Tribunal, previo paso por la catedral de Caguas para rezar.
Las dos muchachas aparecieron por el Tribunal y tras el dictamen del juez (que también era cristiano) ellas me acompañaron en el trayecto hasta el centro Teen Challenge de Rio Piedras. Volví a reconocer que Dios me estaba guardando y bendiciendo.
NUEVA VIDA
Al llegar al centro oraron por mí y me rendí al Señor para siempre. Decidí aprovechar esta nueva oportunidad que en su misericordia me estaba dando.
A los 18 meses terminé la programación y me quedé en Teen Challenge como voluntario, trabajando en la tarea que me dieran. Nunca tuve un problema, me concentré en el trabajo, ni siquiera salía de pase. En este lugar encontré la paz espiritual que tanto necesitaba.
Actualmente me encargo de ir a las cárceles a entrevistar a los candidatos para el programa y ayudo a los muchachos jóvenes en su proceso. Ellos necesitan mucha atención, que se los escuche. Claro, a veces tengo que ponerme firme ante sus manipulaciones y rebeldías. Trabajar con esta población no es fácil, pero vale la pena. El programa de Teen Challenge funciona y es hermoso ver el cambio que se produce en las personas a medida que permiten que Dios trabaje en sus vidas y ponen de su parte para ir superando etapas. Yo soy un milagro de Dios y ahora doy por gracia lo que por gracia he recibido. Mientras tenga vida estaré ayudando a estos jóvenes.
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6. Sobreviviente de la guerra
El programa de Teen Challenge funciona y
es hermoso ver el cambio que
se produce en las personas a medida
quepermiten que Dios trabaje en
sus vidas y ponen de su
parte para ir superando etapas.
“De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es…”2 Corintios 5:17
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TEEN CHALLENGE
een Challenge es un programa de rehabilitación para Tpersonas con problemas de adicción a drogas y alcohol. Su
origen se remonta a 1958 en Brooklyn, New York, cuando el pastor
David Wilkerson comenzó a hablarles del amor de Dios a los
adolescentes miembros de gangas. Este joven predicador, que para
aquel entonces era pastor de una iglesia en el este de Pennsylvania,
leyó en una revista un artículo acerca de siete adolescentes que
enfrentaban un juicio por asesinato en New York. Esto inquietó su
corazón y decidió trasladarse a la gran ciudad para trabajar a tiempo
completo en las zonas suburbanas donde los adolescentes envueltos
en drogas formaban gangas que se enfrentaban violentamente. La
iniciativa se conoció como Teen Challenge.
Pronto Teen Challenge tuvo acceso a una casa grande en la
Avenida Clinton de Brooklyn y comenzó ofrecer ayuda a jóvenes
atrapados en el uso y abuso de drogas y alcohol, dispuestos a cambiar
de vida. Allí nació el programa residencial de un año de duración
(actualmente extendido a 18 meses) que continúa ayudando a
transformar vidas en centros de Estados Unidos y otros 90 países
alrededor del mundo.
Los centros de Teen Challenge están diseñados para ayudar a
los individuos a vivir libres del uso de drogas, mediante un enfoque
interdisciplinario. Actualmente hay 1.115 centros alrededor del
mundo.
La historia del inicio de Teen Challenge está relatada en el
exitoso libro “La Cruz y el puñal”, escrito por David Wilkerson en 1963,
llevada al cine en 1979, con Pat Boone en el papel del pastor Wilkerson
y el actor puertorriqueño Erik Estrada como Nicky Cruz, el joven
boricua jefe de la violenta pandilla “Mau Mau”. Más recientemente, la
película “Víctor”, basada en la Vida de Víctor Torres, también relata los
primeros años de Teen Challenge.
Fuente de Esperanza
TEEN CHALLENGE DE PUERTO RICO
Teen Challenge comenzó a trabajar en Puerto Rico hace 50 años cuando el Rev. David Wilkerson envió al misionero Peter Oliver a la Isla. El ministerio ha pasado por diferentes etapas y en la actualidad cuenta con tres centros para varones, bajo la dirección de una Junta Directiva que desde el año 2007 es presidida por el Dr. Rodney Hart y un Presidente Ejecutivo, pastor Miguel Canán.
� El programa de Teen Challenge es residencial y dura 18 meses. Mediante la aplicación de los principios bíblicos y los valores cristianos, los esfuerzos de Teen Challenge están dirigidos a ayudar a los participantes a que se vuelvan mentalmente sanos, emocionalmente equilibrados, socialmente adaptados, físicamente restaurados, y espiritualmente vivos.
El modelo científico en que se fundamente el tratamiento es el Modelo Transteórico de las Etapas de Cambio. Ofrecemos un programa integral de tratamiento y rehabilitación profesional multidisciplinario, abordando las áreas biológica, psicológica, social y espiritual, bajo un enfoque de Comunidad Terapéutica Profesionalizada.
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OFICINA CENTRALCarretera No. 2, Km. 8.3
Urb. Juan SánchezBayamón, PR 00956
P.O. Box 4273Bayamón Gardens Station
Bayamón, PR 00958
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E-mail: [email protected]
MINISTERIO DE IGLESIAS
Tel. 787- 783-2219
E-mail: [email protected]
www.facebook.com/TeenChallengePuertoRico
Página web:
www.teenchallengepr.org
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Fuente de Esperanza
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Si al leer estas historias Dios te ha hablado y quieres abrirle tu corazón para que él transforme tu vida, te invitamos a conocer el plan de Dios para tu vida, mediante cuatro leyes espirituales contenidas en la Biblia:
1. Dios te ama y tiene un plan maravilloso para tu vida (Juan 3:16, Juan 10:10).
2. El ser humano es pecador y está separado de Dios. Por eso el hombre no puede conocer ni experimentar el amor de Dios y el plan que él tiene para su vida. (Romanos 3:23, Romanos 6:23). El hombre fue creado para tener comunión con Dios, pero debido a su terca voluntad egoísta, escogió su propio camino y su relación con Dios se interrumpió.
3. Jesucristo es la única provisión de Dios para el pecador. Sólo a través de él tú puedes conocer y experimentar el amor de Dios y su plan para tu vida (Romanos 5:8, 1 Corintios 15:3-6, Juan 14:6).
4. Debes recibir a Jesucristo como Señor y Salvador para poder conocer y experimentar el amor de Dios y su plan para tu vida. (Juan 1:12, Efesios 2:8-9, Juan 3:1-8, Apocalipsis 3:20).
Esta declaración bíblica nos deja claro que ninguna cosa que hagamos, por muy meritoria que sea, nos dará la salvación. Sólo la aceptación de que Cristo pagó por nosotros el precio de nuestro pecado con su sacrificio, y recibirlo como nuestro salvador personal, nos puede hacer miembro de la familia de Dios y partícipes de una vida abundante y con propósito.
ORACIÓN
“Padre, reconozco que he pecado, me arrepiento y te pido perdón. Creo que Jesucristo murió y resucitó para darme el regalo de la vida
eterna. Gracias Señor por salvarme, te recibo como mi Señor y Salvador y quiero servirte siempre. En el nombre de Jesús. Amén”.
UN MENSAJE PARA TI
