formaciÓn integral · ¿dónde termina la influencia de los demás y dónde empieza mi au- ... los...
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FORMACIÓN INTEGRAL
Trabajar con adolescentes
obliga a reencontrarnos
con nuestra propia adoles-
cencia. Nos da la oportuni-
dad de: re-elaborar conflic-
tos no resueltos; reparar
errores personales; perdo-
nar, liberando resentimien-
tos y re-dimensionar temo-
res que nos han paraliza-
do.
Aprendiendo de los jóve-
nes, crecemos.
Para rescatar la juventud in-terior se requiere:
Cuestionar lo estable-
cido ahora
Salir de la zona de
confort.
Perdonarse.
No tomarse tan en
serio y reir.
Y tú…¿Cómo revives tu juventud?
Marzo Para evitar abusos de alcohol y sustancias en Semana Santa, el mes de marzo lo
dedicamos al tema de las ADICCIONES, reforzando el valor de la RESPONSABI-
LIDAD a través de la toma de decision con pensamiento crítico.
Reflexión para GESTORES DE CAMBIO El objetivo de este boletín periódico es centrar la Formación Integral, en el cuestio-
namiento personal de profesores, administrativos y profesionales (del área física,
psicológica, pedagógica y cultural de alumnos del CCH), sobre la asociación del
abuso de alcohol con la ansiedad y la insatisfacción personal.
¿Qué tan satisfech@ estoy con mi vida?
¿Logré lo que quise?
¿Dónde termina la influencia de los demás y dónde empieza mi au-
todeterminación?
¿Qué me falta por hacer?
¿Todavía creo en mí mism@?
Ser jóven en tiempos de desesperanza Los jóvenes viven un cinismo existencial con un trasfondo de desesperanza. Pare-
cen no creer en nada, sin ilusiones más allá de la autosatisfacción.
Boletín periódico para reflexionar Marzo 2016
Trabajar con jóvenes brin-da la oportunidad de re-conocernos en su rebel-día, su idealismo y su ensoñación, abriéndo la oportunidad de reparar rencores y sanar heridas. Lo difícil es que nos con-fronta, obligadamente, a replantear nuestra propia vida. Re-surgen dudas existenciales vividas de jóven, re-significándolas desde la experiencia…. ¿No será que los jóvenes se embriagan para evadir la realidad que los rodea? ¿No será que su promis-cuidad refleje una búsqueda insaciable de ser reconocidos y ama-dos? ¿No será que la falta de comunicación con los adultos se deba a nuestra incapacidad de aceptar que nos cuestionen? ¿ No será que sus nue-vas redes de amistad están reemplazando al vacío que sienten en la familia? ¿Será…que las mentiras que les hemos contado para encubrir nuestro propio dolor sólo les han enseñado a mentir? ¿Será que su rebeldía contra la sociedad surge de un impulso de VIDA que rechaza un sistema social de injusticia, falsedad, levedad, y MUERTE?
¿No será que somos no-sotros, como sociedad, los que estamos mal?
Ser joven en tiempos de des-esperanza El buscar encausar a los jóvenes requiere que los adultos conozcamos y valide-
mos sus causas. Tenemos que entender su cuestionamiento y su búsqueda,
identificándonos con ellos para re-conocer, al joven que fuimos y que seguimos
llevando, dentro.
Los jóvenes de hoy viven en un contexto de injusticia social, resentimiento y odio,
manifiesto en guerras, fanatismos, ruptura del tejido social y la desintegración
familiar. Quizá por ello, viven enquistados en ‘lo personal’, limitando su realidad a
lo que percibe su inmediatez. Viven con cinismo, una condición de desesperanza.
Parecen no creer en nada; estar sin ilusión más allá de la auto-gratificación. Ex-
ponen su vida entera por un momento de placer. La muerte se ha vuelto un miem-
bro más de las familias, infectando con sarcasmo, su capacidad de creer en algo.
Promesas que antes nos alentaban a superar retos y forjar valores, se han colap-
sado…Promesas como: “amar hasta que la muerte nos separe”; “estudiar y gra-
duarse para lograr el éxito en la vida”; “el triunfo del bien sobre el mal”…han que-
dado reducidas a mitos.
Parecería que los jóvenes buscan en el placer, un escape que los libere, pero se
vuelven su esclavo . Aumenta su deseo, pero tras la satisfacción inmediata que-
dan insatisfechos. Esta incapacidad de gozar y sentirse satisfechos, los lleva a
explorar con insistencia, otros placeres. Por ello, más allá del placer en la sexuali-
dad, los jóvenes encuentran agresión. La búsqueda continua de nuevos placeres,
los abre a la diversidad sexual, perdiendo individualidad; vulnera su intimidad. El
no establecer compromiso con el ‘otro’, les impide reflejarse en él para validar su
identidad personal. Viven sólo por hoy; sólo para hoy.
Además, ante el desarrollo vertiginoso de la tecnología, los jóvenes se sienten
impotentes. Por ello, se resisten a involucrarse en el mundo actual, paralizados
por el miedo a fallar y ser juzgados. No responden a motivos impuestos, porque
derrotan su ilusión interior. Les agota el esfuerzo de estar siempre contrarrestan-
do al sistema, dejándolos sin la fortaleza necesaria para transformar su realidad y
lograr sus sueños. Acaban derrotándose ante la ley del menor esfuerzo, la flojera.
Rendidos, ceden su motivación interior al orden externo. Se sienten frustrados,
enojados, nulificados, al ser “obligados” a cumplir . La sociedad desmotiva su
creatividad, reduciéndolos a la inmovilidad de la apatía. Sólo los mueve la amis-
tad.
Ante tal panorama, los jóvenes necesitan acompañamiento, acepta-
ción, complicidad. Crean bandas y grupos de jóvenes que se juran
solidaridad incondicional. Se vuelven familia extendida. Entre ellos, re
-crean un andamiaje propio de valores. Para ellos, más allá de lo co-
rrecto o lo incorrecto está la amistad. Su lealtad se construye con
aceptación mutua y no con juicios.
Su búsqueda de placer refuerza el derecho inalienable que sienten a
ser felices. No por mérito propio, sino como derecho existencial. En el
ritmo y la música encuentran el compás que marca su “tempo” propio,
acallando el grito de demagogias familiares, sociales y políticas.
Desarrollan generosidad compartiendo secretos, sin límites ante el
pudor o el recato.
Sin dios, endiosan a la equidad y a la mutualidad. Re-direccionan su
búsqueda de esperanza hacia la creatividad, re-creando su realidad
cada minuto, al compás de la indignación.
Trabajar con adolescentes nos confronta con esta realidad, que tene-
mos que entender para compartir.
Trabajar con jóvenes nos cuestiona, permitiendo re-conocernos en
ellos y re-encontrar a nuestro adolescente interior.
Dra. Gloria Ornelas Hall Coordinación de Formación Integral ENCCH
[email protected] http://portalacademico.cch.unam.mx/integral/