feria de abril de mairena - 2011

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Revista de la Feria de Abril de Mairena del Alcor del 2011

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del AlcaldeMe complace poder dirigiros, un año más, unas breves palabras desde esta publicación, cuyas páginas acogemos con enorme satisfacción pues nos anuncian la llegada de nuestra Feria de Abril.

La Feria de este año, metida en el mes de mayo, será de nuevo una feria aus-tera, que prescindirá de lo prescindi-ble. El Ayuntamiento, precisamente por los momentos difíciles que estamos viviendo, no ha querido dejar pasar la oportunidad de potenciar un even-to que da trabajo a muchos miles de personas, sobre todo en el sector de la hostelería.

El recinto ferial, tal y como hoy lo co-nocemos y disfrutamos, cambiará sus-tancialmente para adaptarse a las de-mandas de los ciudadanos de Mairena, pues no son pocos los colectivos, sobre todo hermandades y asociaciones, las que desearían poder contar con una caseta durante la Feria de Abril. Para ello, el Ayuntamiento tiene el firme pro-pósito de trasladar las chocolaterías de la familia Pernía, que durante tantas fe-rias nos han acompañado a otro lugar, por lo que todo ese espacio entre la portada y las primeras casetas podría

ponerse a disposición de todos estos maireneros y maireneras.

Pero eso será para la Feria del año que viene. Para la de este año, que ya es-tamos disfrutando desde hace varias semanas, gracias a los preparativos de las casetas, deseamos que sea una Feria tranquila, si incidentes, que pue-da disfrutar del sol que caracteriza a nuestra Andalucía y que, un año más, sea un modelo de convivencia entre todos los maireneros y entre todos los que nos visitan.

Sea, pues, bienvenida, la Feria de todas las Ferias.

Antonio Casimiro Gavira MorenoAlcalde de Mairena del Alcor

D.L.: M-17454-2009

Edita:Ayuntamiento de Mairena de Alcor

Entre aromas a azahar y clavel, de sabo-res dulces y salados, cada año en el mes de abril emerge un sentimiento que, casi se podría decir, forma parte de la infor-mación genética de todas las maireneras y maireneros. La Feria de Abril es, desde sus orígenes, nuestro máximo referente social, cultural y económico.

En ese contexto, con el objetivo de im-pulsar las expresiones culturales intrín-secas, la Delegación de Cultura del Ayun-tamiento de Mairena del Alcor convocó una nueva edición del concurso para la creación del cartel pregonero de la ma-dre de todas las ferias.

María Jiménez es la ganadora del cer-tamen, al que presentó una pintura en acrílico sobre tabla, de tonos cálidos y composición a modo de collage. Esta jo-ven estudia quinto curso de Bellas Artes y reside en Sevilla. Nació hace 25 años y es de la familia de los “Yiyos” y los “Ca-las”. Entre sus aficiones, la pintura y la fotografía toman un lugar preferente.

María, ¿te sientes ilusionada o preocu-pada por la responsabilidad de ser de-signada cartelista de la Feria 2011?Ambas cosas. Me siento muy orgullosa e ilusionada, no obstante, considero con responsabilidad el compromiso con-traído. Este cartel está vinculado a los sentimientos de muchas personas que viven y sienten la feria de una forma muy especial, de manera que aumenta la res-ponsabilidad al reunir los valores compo-sitivos, cromáticos y sentimentales.

¿Qué te animó a presentarte al con-curso?No me lo había planteado antes. Este año he sentido la necesidad de aventurarme y probar suerte. Ha sido todo un reto te-

María Jiménez GuillénAutora del cartel de Feria 2011

niendo en cuenta el nivel de los partici-pantes de las ediciones pasadas.

¿Qué te han parecido el resto de pro-puestas? ¿Habías probado suerte en otros concursos?Ésta es la primera vez que presento una pintura a concurso. Estaba muy entusias-mada. Todo esto me ha despertado una aptitud muy positiva. Estoy pensando presentarme a otras convocatorias para seguir evolucionando.

El resto de trabajos son bastante buenos, he tenido la oportunidad de verlos en la Villa del Conocimiento y las Artes. En cada edición, las pinturas son más arriesgadas y se diversifican los estilos. Es un rasgo definitorio de la evolución tan positiva que está tomando el concurso y Mairena.

¿Qué función debe cumplir un cartel de feria y qué elementos no pueden faltar?Debe comunicar. Un cartel tiene mu-chas lecturas, sobre todo cuando se

trata de uno tan señero como el de la Feria de Mairena. Es por eso que, aún utilizando diferentes trazos y estilos, pienso que el cartel no debe perder su esencia y sus símbolos. Yo empecé a esbozar mi trabajo con la premisa de que debía ser una pintu-ra lo suficientemente atractiva como para animar a venir a nuestra feria a todos aquellos que no la conocen, y cargada de la exquisita emotividad que merecen los vecinos en el anun-cio de su feria.

Tu pintura es una de las más origi-nales de los últimos años… Muchas gracias. Estuve madurando al-gunas ideas antes de que el proyecto tomase forma, y finalmente opté por un collage a modo de álbum fotográ-fico sobre un fondo cálido de amplios lunares. He dado mucha importancia a la luz y a la tonalidad cromática. A modo de “foto detalle destacada” apa-recen elementos tan característicos de

esta fiesta como el caballo, el traje de flamenca o la guitarra, entre otros. En el centro he situado a una mujer vesti-da de flamenca, muy sencilla, elegante y con una pose que exterioriza garbo y gracia, en semejanza con el carácter de la mujer mairenera.

¿Te identificas con esta fiesta?Me siento muy mairenera y muy ferian-te, soy de las que entran por el arco de la feria el miércoles antes de la prueba del alumbrado y no salgo del recinto fe-rial hasta el domingo. En mi familia so-mos socios de la caseta La Canallesca.

¿Sueles pintar habitualmente?Sí, casi siempre tengo un lienzo en el caballete y la paleta de colores cerca. Cuando no tengo encargos, suelo pin-tar para mis amigos, mi familia… Me siento muy cómoda entre trazos impre-sionistas, pero no sería sincera si no reconociera que lo que verdaderamen-te me gusta es enfrentarme al lienzo

en blanco y deslizar el pincel al ritmo de las imágenes que se me vengan en ese momento. Normalmente, antes de empezar un trabajo, suelo esbozar algunos diseños previos, si bien, en el transcurso de la pintura voy mejorando la idea inicial hasta lograr la apariencia global.

Un deseo para la feria… Los mejores. Me gustaría que todo el pueblo pudiera vivir este año la feria de jueves a domingo y brindar, al menos, con una copa de rebujito. El recinto fe-rial se engalana para crear ese entor-no único en el que confluyen multitud de sentimientos, pasiones, estados de ánimo…; donde la gente se enamora, se reencuentra, come, ríe, baila y sólo lo abandona apenas unas horas para asearse y descansar un poco. Os deseo feliz feria a todos.

Ricardo Castro Radio Mairena

¿Ustedes saben que en la feria cantando se ve de tó? ¡Po no lo vais a saber! Si es a pie de albero las cosas que se ven... si te subes a un escenario con cierta altura, ya, la cosa se pone de una manera mucho más ventajosa...! Desde arriba, se ve perfectamente, al que dá la cambayá Al que se va sin pagar,al guaperas forastero, que le dice a la guapa recatada del pueblo: “Mira niña, que hasta que no bailes conmigo unas sevillanas te voy a estar conviando a rebujito... Po no veas hijo!... Como la muchachita ande bien de riñones, no veas por lo que te va a salir la conviá!! mamía!! Pero el personaje que entre todos, más da el cante, es el que yo llamo “antibiótico”de amplio espectro. Sí, es ése que ataca a todo lo que se mueve, dentro y fuera de la caseta. Es tan “jartible” como un mosquito... da tantos picotazos que al final se termina estam-pando contra la mano del más agobiao!...Pero no quisiera, con esto de tomarse con guasa “bien entendida” algunas cosi-llas de nuestra fiesta, que piensen ustedes, ni por un segundo, que mi concep-to de la feria es negativo, obviamente es todo lo contrario.”Te lo digo porque te quiero”, y por ello, tengo una gran noticia que darles: Señoras y señores LA FERIA ES UNA DROGA LEGAL. Lo mismo que el descanso forma parte del trabajo, la diversión forma parte de la vida. Es por eso que hasta los galenos, por todo el orbe, recomiendan a sus pacientes que se diviertan, que disfruten y lo pasen bien. Y si todos conocieran nuestra feria, seguro que la recomendarían. Es una actividad recomendada para niños y viejos, para ellas y ellos, para solteros y casados, para béticos y sevillistas, para albejanas y alpistones, para funcionarios y trabajadores... Amigos, impregnémosnos de esa droga de tal manera, que no se nos termine su efecto cuando llegue el lunes. Que cuando este campamento de la fiesta en armonía marque su tregua hasta dentro de 360 días, no volvamos a la “trinchera” de la prisa, el estrés y el agobio. Que seamos feriantes todos los días. Que esa “razón incorpórea” del mairenero nos lleve a cumplir otro año, y podamos vernos otra vez el miércoles de feria y poder decirnos nuevamente Feliz años nuevo! Si, feliz años nuevo. Yo lo digo todos los miércoles de feria. Si los toreros cuentan los años por temporadas y los románticos los cuentan por primaveras, ¿Por qué los maireneros no lo vamos a contar por ferias de Mai-rena?

Pregonero: Manuel Jesús Madroñal SolísFragmento literal

En una feria con un volumen de negocio importante como fue la de Mairena en algunas épocas, la seguridad fue una preocupación constante para las au-toridades. De esta forma, en el Archivo Municipal se conservan varias de las normas que estas autoridades dictaron para evitar incidentes durante la cele-bración de la feria. Uno de ellos es una provisión del rey Carlos IV de 1803 (1), que contiene un auto de la Sala del Crimen de la Audiencia de Sevilla que ordena a los ediles maireneros que velen por que no se practiquen juegos de azar prohibidos durante la feria.

Pero también encontramos otra provi-sión, esta vez de Fernando VII del 22 de abril de 1816, que puede resultar más interesante pues ésta provocó que las autoridades maireneras(2) publicaran su propio auto en el que dictaban normas propias de seguridad. Concretamente la provisión dictaba “que estando próxima la feria que annualmente se celebra en los días veynte y cinco, veynte y seys y veynte y siete de este mes en la villa de Mayrena del Alcor, inmediata a esta ciudad, a la que con este motivo suelen concurrir personas de todas clases, algu-nos malhechores, vagantes y jugadores de juegos prohibidos, debían de mandar y mandaron se libre provisión con dili-genciero que recoja recibo de su entrega al alcalde mayor de la expresada villa de Mayrena del Alcor para que en los men-cionados días de feria y sus inmediatos cele particularísimamente que se persi-gan las personas de mal vivir y que ni en sus casas u otros quealesquiera sitios de su término se establezcan ni jueguen juegos prohibidos de naipes ni de otro al-guno de suertes y hazar” (3).

Como podemos ver, las autoridades de la capital estaban preocupadas, sobre

todo, por la práctica de juegos de azar en la feria. Sin embargo, las del mu-nicipio aprovecharon el mandato real para publicar un auto en el que además de incluir la prohibición de los juegos, se dictaban otras normas de seguri-dad. Éste es el documento seleccio-nado para este artículo, que aunque ya ha sido mencionado en otras publi-caciones (4), merece la pena su lectura completa. El tenor de ese auto es el siguiente:

En la villa de Mayrena del Alcor a veyn-te y quatro días del mes de abril del año de mil ochocientos diez y seys: el excelentísimo Sr. D. Miguel Gordo Vidal, Abogado de los Reales Con-sejos, Alcalde Mayor por S.M. en ella dixo: Que estando próxima la feria que ha de celebrarse en los días veinte y cinco del que corre y siguientes, para que se observe la mayor tranquilidad y orden en ella, devía mandar y mando se guarden y cumplan por toda clase

de personas que concurran a ella los artículos siguientes:

Que ninguna Persona blasfeme de Dios, nuestro Señor, de la Virgen Santísima, su madre y señora nuestra, de los Santos, ni cosa sagrada, ni jure el santo nombre de Dios en bano, vajo las penas que estable-cen las leyes.

Que los vagos, ociosos y malentrete-nidos no entren ni permanezcan en dicha feria, ni en esta villa y su término y jurisdicción, porque descubiertos que sean, se castigarán conforme a dere-cho y nadie los abrigará en sus casas, pues serán tratados con la misma se-veridad y tampoco se admitirá en ellas a las demás gentes que con objeto a comprar y bender se conduzcan a la misma feria no presentando antes el devido pasaporte, y caso que ofrezca duda su legitimidad, darán cuenta a la Real Justicia, vajo la multa de veinte ducados conforme a derecho, si ocu-rría lo contrario.

Que ninguna persona, sea de la clase, estado y condición que fuere, juegue a juegos de suerte, embite y azar, ni per-mite se execute en sus casas, vajo las penas que establecen las leyes promul-gadas en esta razón, cuya aprensión o denunciación se verificará conforme a las mismas, agravándose sus penas a los mesoneros, fonderos o bodegoneros a cuyo fin se notificará a estos en per-sona, constando por diligencia a esta continuación

Que no anden en quadrillas de quatro personas arriva, de noche y especial-mente después del remate de la que-da, ni con armas ni sin ellas, y los que traxesen escopetas de las permitidas para resguardo de sus personas en el

camino, al entrar en el mercado las han de descebar y quitar las piedras, y en dicho mercado no se dispararán tiros a pretexto de haberse cerrado algún trato o formalizándose alguna venta, todo vajo la multa de treinta ducados de efectiva exacción con la aplicación ordinaria.

Que ninguna persona cruze ni pase a cavallo por la calle de la feria y si estu-biere haciendo mansión en alguna de las casas de ella y le fuere preciso conducir las bestias al agua y manejarse por la misma calle, las llevarán del diestro avi-sando para no atropellar las gentes, in-curriendo, de lo contrario, en la multa de diez ducados de vellón con la aplicación ordinaria y responder de los daños que causaran a las partes

Que las buñoleras y misteleras guarden los puestos que se le señalase por la Justicia, y que las casillas o chozas que formasen con objeto a su venta, las ten-gan libres en su entrada sin poner corti-nas ni otro estorvo que impida el verse de pronto sus interioridades y al remate de la queda, se abstendrán de vender apagando las luces y guardando todo orden, vajo la multa de diez ducados de vellón, su aplicación conforme a derecho

Y respecto a que ningún desvelo ha sido suficiente a contener el juego de la Ban-ca (5), en tales concurrencias, y que su merced tiene que atender a otros mu-chos assumptos que no le permitirán aplicarse como quisiera al castigo de tan pertinaz delito, se pasará oficio a los señores Alcaldes ordinarios dessta villa, para que formen también rondas y todos estén dedicados a conseguir el extermi-nio de semejante juego, que es la ruina de muchas familias y dificultosa de pre-caver mezclándose personas de carácter como regularmente sucede

Y como quiera que este recuerdo en los puntos que abraza no impide el que se observen las demás disposiciones de derecho, se publicará así en la forma ordinaria y se fixarán carteles en los sitios más públicos y acostumbrados. Pues por este su auto su merced así lo proveyó, mandó y firmó, de que doy fe.

Miguel Gordo VidalAnte mí,

Manuel José Pérez de la Vega (6)

Este auto se repite prácticamente con el mismo tenor en los siguientes años hasta 1819, añadiéndole varias dispo-siciones, entre ellas, artículos sobre los corredores de ganado, por ejemplo, en 1818.

El documento 1816, ha sigo recopilado por el Archivero Municipal Jorge Fernández.

(1) Archivo Municipal de Mairena del Alcor (A.M.M.) Legajo 363.

(2) Concretamente éstas eran: Corregidor: Miguel Gordo Vidal. Alcaldes ordinarios: Andrés Sutil y Quintín Mateos. Alguacil Mayor: Juan Antonio Espinosa. Regidores: Manuel Sánchez y Juan Ximénez. Jurados: José de Bustos y Juan Trigueros. Mayordomo de Consejo: Francisco Díaz. Diputados del Común: Bartolomé de Castro y Francisco de Paula Cuadro. Síndicos general y personero: José Leandro. Sanz y José Trigueros. Escribano: Manuel José Pérez de la Vega. Fuente: A.M.M. Legajo 14.

(3) A.M.M. Legajo 363.(4) Navarro Domínguez, J.M. (1997) La Feria

de Mairena del Alcor Mercado y fiesta (1750-1850) Mairena del Alcor: Excmo. Ayto de Mairena del Alcor. Diputación Provincial de Sevilla.

(5) Definición del Diccionario de la RAE: Juego que consiste en poner quien lleva el naipe una cantidad de dinero y en apuntar los demás, a las cartas que eligen, la cantidad que quieren.

(6) A.M.M. Legajo 363.

En los dibujos caprichosos que crea-ba el vaho en las paredes de cristal de aquel catavino de manzanilla, servido cuando ya la noche había sido vencida y la mañana clareaba, Manuel vio refle-jados todos sus recuerdos y añoranzas por las ferias vividas. Para él habían sido tantas, y tan distintas ferias unas de otras. Aunque, como buen feriante y cabal mairenero, siempre estuvo con su pueblo, Mairena, cuando cada año por San Marcos renacía su feria.

Él, de niño y acompañando siempre a su abuelo José, había tenido la fortuna de conocer aquellas singulares mañanas de feria antigua en el mercado. Donde el ritual de un buen trato, lento y traba-do, podía llevar horas y horas, y siempre con un final incierto. Pues, en cualquier momento, una palabra de más o una mueca inoportuna podían dar al traste a un sinfín de metáforas y alusiones en uno de los actos más barrocos de nues-tras tierras del sur: la compra-venta. No sólo participaban en esta ceremonia el vendedor y el comprador, pues aquel prodigioso despliegue de recursos pro-vocaba el interés en todos los pasean-tes y curiosos. Allí, en el viejo mercado, donde el olor del aceite con miel de los buñelos moriscos se mezclaba con el aroma que desprendían las botas del buen vino fino de Bollullos, se aunaba y se hacía presente toda la esencia más pura de Andalucía. Pues en aquel zoco, se daban cita, a través de la palabra y el gesto, la astucia fenicia con la codicia romana, y la avaricia castellana con la cadencia árabe.

El último día que él fue al mercado, el trajín de unos y otros se vio interrumpi-do porque por la carretera cercana pa-saría la caravana colorista de la vuelta ciclista a España. Fue todo un gran

acontecimiento en el pueblo. Hasta el ancestral mercado de la feria de Mai-rena se paralizó en aquella mañana gris, que amenazaba lluvia. Mientras tanto venían los ciclistas su abuelo le contó como acababan los tratos anti-guamente. Pues le confesó que cada transacción que se hacía, se sellaba, por supuesto, con un buen apretón de manos por parte de los tratantes, que valía cómo la escritura de un notario, y, además, con un disparo de escopeta al aire… A veces, eran tantos los tiros que el ferial parecía convertirse – le refería su abuelo- en un campo de ma-niobras de la infantería española, por los muchos tiros que allí se daban.

El siguiente sorbo de manzanilla le lle-vó a ver en el efluvio de aquel translú-cido catavino las ferias de su juventud. Él nunca supo por qué éstas las perci-bía como las mejores vividas. Tal vez, pensaba ahora, sería porque era joven y sus sentidos se abrían entonces en mil estallidos de ilusiones y ensueños cuando, cada año, llegaba la feria, que una esbelta mujer presidía desde su blanca y alta peana al final del paseo.

Eran unas ferias repleta de niños que disfrutaban, sin límite, de las variadas atracciones de las manos de sus pa-dres; de elegantes señoras vestidas de gitanas, que paseaban garbosas y orgullosas por el ferial; de buenos amigos que volvían a verse, después de un tiempo alejados unos de otros, y se abrazaban con la complicidad de la noche; de apasionados amantes que vivían su idilio de amor bajo el lumino-so alumbrado que terminaba en la glo-rieta, que todo lo presidía. Allí, en aquel paseo interminable de idas y vueltas, fue cambiando, poco a poco, las brus-cas sacudidas del látigo o los suaves

vaivenes del tiovivo, con focas recién barnizadas y con caballitos radiantes de madera, por las iniciales salidas con los amigos y por los primeros besos de formal enamorado.

Con el último trago en aquel, ya casi nítido, catavino recordó las anécdotas más recientes, aquellas que ya él había vivido en el nuevo ferial, el del caballo. Nunca olvidaría aquellas tardes en que acompañaba a Agustín, el eterno pre-sidente de su caseta, a recoger alguna placa. Siempre éste le preguntaba serio y compungido, con la chaqueta coloca-da abierta en un solo hombro, como si de un apuesto torero se tratase:

- “¿Voy gitano o no?”

A lo que él le respondía convencido:

- “Como un príncipe de raza calé”.

Y antes de soltar el catavino le vino a la memoria la sentencia que, en una noche larga de feria, le lanzó con fle-ma y firmeza, al mismo tiempo que se echaba mano al bolsillo, un chalán presumido:

- “Tú te callas, que te voy a cortar una orejilla”.

Sucedió que yendo con varias parejas amigas desde una caseta a otra, y cer-ca del paraguas de luces y colores que adorna el centro del ferial, se dieron de cara con un grupo de forasteros, que voceaban y cantiñeaban alegremente. Pues bien, allí presenciaron como el ci-tado fanfarrón, de ojos oscuros, anchas patillas, boca grande y bucles morenos, piropeaba con no poca gracia a la mujer de Andrés, un amigo suyo, que de negro y oro competía con los luceros de la no-

che. Entonces, al cesar la algarabía del grupo y ante la situación planteada, se escuchó una recia voz que decía:

- “Oiga, ¡qué es mi señora!”. A lo que respondió, sin pestañear, aquel desbravador de caballos:

- “¿Y qué pasa? ¡Dime! ¿Qué pasa?”.Por terciar y apagar las centellas, ha-bló él. No lo hacía nunca, pero aquella noche se sintió con agallas y le salió aquello de:

- “Vamos a dejarlo, ¿vale?... y, además, como verás, somos muchos más”. Inmediatamente, fue cuando aquel va-lentón musitó declamando cada pala-bra con un acento amenazante:

- “Tú te callas, que te voy a cortar una orejilla”.

Él, al instante, sintió el corte en su ore-ja. Lo percibió rápido y certero. Fue un golpe seco y punzante sobre su ternilla derecha. Apenas sintió dolor. Pero, al momento, vio su orejilla sobre el albe-ro de la feria. En esa espantosa visión estaba, afligido y desolado, cuando el roce de un brazo conocido y amado le rescató de la pesadilla, devolviéndole a la realidad: el insolente chalán no había sacado siquiera la navajilla, y con sus amigotes se marchaba engreído ferial abajo. Desde entonces, nunca más, y como siempre había hecho en su vida, se enfrascó con nadie. Cuando dejó el catavino vacío sobre el mostrador, se percató de que se había apagado el alumbrado y una feria más se había acabado.

Manuel Gavira Mateos

Así titula D. Florencio Moreno Godino el capítulo VII, de su Viaje a Andalucía (con mucho rumbo y poco dinero), aparecido en el periódico Gil Blas, el jueves 26 de marzo de 1868, donde se hace eco de la originalidad de la Feria de Mairena:

Aquello, era el garbo, la majeza, la gua-sa, la sal de Dios y otras mil cualidades peculiares, características, autonómi-cas y exclusivas de la tierra de María Santísima.

Esto, es el buen tono, la elegancia, la fhasion, el chic y otras mil cosas, pro-ductos de la civilización moderna.

Aquello, era la feria de Mairena.

Esto, es su heredera la feria de Sevilla.

¡Válgame Dios, y qué cosa tan gran-de era la feria de Mairena! Y cómo

corría allí el dinero y la bebía, y que puñalaítas se daban con tanta gracia, y cómo se jugaba a los dados, y se cobraba el barato, y se escupía por el colmillo, y se marcaba la fila, y se disputaba sobre el braceo de un ca-ballo, y sobre los clisos de una mujer.

¡Qué serranas bajaban, y qué ciudada-nas subían!

Las unas con más flores en la cabe-za que hay en los alcores de Mairena, con más seda en el pañuelo, que en un campo de moreras; con más faralares en la falda, que hojas menea un hura-cán; y con más calados en las medias, que en los rosetones de una catedral.

Las otras a la gineta, vestidas de campo, sin sombrillas Robinson, sin túnicas peplum, sin botas gavachas con una cuarta de tacón:

Señoras en el aliñoY aldeanas en el donaire.

¡Cuántos mozos juncales, ora fuesen caballeros, bandidos, contrabandis-tas o chalanes, liado el pañuelo a la cabeza, la faja a la cintura, cayendo a caballo como Dios manda, y abrigán-dole con aquellos botines afiligrana-dos con más plata que hay en el río de la idem!

¡Qué calesas!... ¡horror! Recuerdo una en que subí en el Puerto de Santa María y… me callo despa-vorido.

Todo aquello va desapareciendo; la fe-ria al hacerse ciudadana, va borrando el carácter típico y nacional.

Félix Mateos Guillén

Diez gitanos una vezfueron de feria a Mairena,

y en medio a Sierra Morenarobó un ladrón a los diez.

Hubo causa y protocoloy el juez preguntó asombrado:- Y ¿cómo os habéis dejado

robar diez por uno solo?

El más viejo dijo al juezentre confuso y contrito:

- Es que también, señorito,íbamos solos los diez.

A. Alcalde Valladares

(Publicado en el semanario El mundo cómico, en Madrid, 28 de marzo de 1875. Recopilado por Félix Mateos).

Una de las actuales fuentes de in-formación para los investigadores e historiadores son las hemerotecas, aunque denostadas por algunos, son hoy aprovechadas por los más para recabar información del mundo con-temporáneo, pues en las noticias, que no en la opinión, encontramos la información de primera mano vi-vida por el redactor de la misma de unos determinados acontecimientos y aunque en el momento de su pu-blicación pueden parecer triviales con el transcurso de los años suelen contener datos interesantes para el historiador.

La noticia que hoy damos a cono-cer figura en el periódico sevillano “El Porvenir”, un periódico que ha-bía nacido el 4 de marzo de 1848, siendo el órgano más autorizado de los liberales progresistas dando en Sevilla la norma para todas las

de igual índole que le sucedieron pudiendo decirse que abrió el ca-mino a la prensa contemporánea, conservándose en la Hemeroteca Municipal de Sevilla los ejemplares correspondientes desde los años 1850 a 1909, microfilmado los mis-

mos para que el uso en las consul-tas no deteriore los ejemplares en papel.

Así en dicho diario y en el impreso correspondiente al día 5 de mayo de 1.883 aparece:

“Cuéntase que el afamado cantador, el Fiillo (sic) fue en compañía de un su compadre, á la feria de Mairena, pa-sando todo el primer día de paseo y de broma.

Llegada la noche y teniendo ganas de dormir, buscaron posada y les fue im-posible encontrarla.

Cansados de andar por las calles, dijo de pronto el Fiillo.

- Compadre, venga V. conmigo; vamos a pasar una noche de príncipes.

- ¿Dónde?

- Ya lo verá V. y me dará las gracias.

Sin hablar más recorrieron varias ca-lles, salieron del pueblo y llegando á un olivar, subió el cantador morone-

ro a un árbol, se sentó como pudo y dijo:- Compadre, suba V. y cierre la puerta. Ea, buenas noches.”

Relata esta anécdota la presencia del Fillo en nuestra Feria, demos-trando con ello como nuestro mile-nario mercado era el epicentro tanto para la realización de los principa-les tratos como punto de cita de la aristocracia andaluza, de los majos y de las majas, de toda la gitanería y de los principales cantaores de ese arte, ya forjado, que conocemos como “Cante Flamenco”, pues el Fillo, con Tío Luís el de la Juliana y con el mítico Planeta, su maestro del que transmitió sus cantes, junto a los suyos propios, son los nombres que inician la mítica historia del flamen-co, y que a ambos, El Planeta y el Fi-llo, conocemos bien por un escritor muy vinculado a nuestra Villa cual es Serafín Estébanez Calderón, que en

sus Escenas Andaluzas nos da cuenta de ellos en una “Fiesta en Triana”.

Curioso es que el re-dactor de la noticia haga constar que el cantaor sea

aristocracia andaluza, de los majos y de las majas, de toda la gitanería y de los principales cantaores de ese arte, ya forjado, que conocemos como “Cante Flamenco”, pues el Fillo, con Tío Luís el de la Juliana y con el mítico Planeta, su maestro del que transmitió sus cantes, junto a los suyos propios, son los nombres que inician la mítica historia del flamen-co, y que a ambos, El Planeta y el Fi-llo, conocemos bien por un escritor muy vinculado a nuestra Villa cual es Serafín Estébanez Calderón, que en

sus Escenas Andaluzas nos da cuenta de ellos en una

-dactor de la noticia haga constar que el cantaor sea

natural de Morón, hipótesis a es-tudiar, cuando los dos autores que más de él tratan, Demófilo (D. Anto-nio Machado y Álvarez) y El Bachiller de Osuna D. Francisco Rodríguez Marín, a través de su principal dis-cípulo Silverio Franconetti lo hacen natural de Puerto Real, a principios del siglo XIX, ocurriendo su óbito en Sevilla en otra fecha que se desco-noce pero que puede datarse en el año ochenta del citado siglo, aun-que Demófilo, en su obra “Cantes Flamencos”, editada en 1881, dice: “Este cantaor, considerado como el mejor de todos ellos, ha vivido hasta mediados de este siglo...”

Dan los autores el nombre real del El Fillo, Francisco Ortega, y lo ha-cen residente en Triana desde muy joven, ya que el arrabal sevillano en esa época era el centro del flamen-co en Andalucía e imán de todos los aficionados al mismo, por lo que desde ese barrio se desplazaba a los pueblos del antiguo reino ofreciendo su arte a cambio de unos marave-díes y reales en mesones y ventas, por eso no es extraño su presencia en nuestra feria, pues, sino se podía considerar al cantaor como un pro-fesional en el sentido que hoy entendemos, sí sus a c t u a c i o n e s deberían

de ser compensadas para su sub-sistencia.

De este cantaor se cuenta que se enamoró en Triana de La Andonda, gitana de vivo genio, más joven que él y una gran solearera, siéndole siempre muy fiel, pero al cantaor le encantaba verse rodeado de niños mientras decía su cante, existiendo una soleá alusiva a ese carácter no-ble y cariñoso, cuya letra es

La Andonda le dijo al Fillo:¡Anda y vete gallo roncoa cantarle a los chiquillos!,

pues la voz de El Fillo era ronca y gra-ve, habiendo quedando este estilo de voz de voz flamenca, a la que se le lla-ma voz “afillá”.

Nuestro genial paisano Antonio Cruz García, Antonio Mairena, tiene graba-da en su “Magna Antología del Cante Flamenco” el cante por seguiriya del El Fillo.

No tiene firma la citada gacetilla aparecida en El Porvenir, pero nos inclinamos a creer

que el autor de la misma sea Ma-nuel María de Santa Ana, escritor que bien conocía la Feria de Ma-yrena, por su romance a la misma escrito en 1846, y que dimos a conocer en el extraordinario de la añorada revista Plaza de las Flo-res dedicado a nuestra Feria, pues si el Fillo murió sobre el 1880 y la anécdota se narra en El Porvenir en 1883, dos años después, incluso del libro de Demofilo, y siendo Manuel María de Santa Ana uno de los co-laboradores del citado periódico, así como compañero y amigo de Esté-banez Calderón, lo más probable es que conociera el hecho que al Fillo le ocurrió un día de feria en nuestra Villa, pues aparte de articulista fue un recopilador de todos los cuentos y romances que en su Sevilla natal había escuchado en las tertulias de juventud para desde el Madrid de su posterior residencia plasmarlo en revistas y periódicos y luego ser antólogo de ellos en libros.

Eusebio M. Pérez Puerto

cen residente en Triana desde muy joven, ya que el arrabal sevillano en esa época era el centro del flamen-co en Andalucía e imán de todos los aficionados al mismo, por lo que desde ese barrio se desplazaba a los pueblos del antiguo reino ofreciendo su arte a cambio de unos marave-díes y reales en mesones y ventas, por eso no es extraño su presencia en nuestra feria, pues, sino se podía considerar al cantaor como un pro-fesional en el sentido que hoy entendemos, sí sus a c t u a c i o n e s deberían

Nuestro genial paisano Antonio Cruz García, Antonio Mairena, tiene graba-da en su “Magna Antología del Cante Flamenco” el cante por seguiriya del El Fillo.

No tiene firma la citada gacetilla aparecida en El Porvenir, pero nos inclinamos a creer

había escuchado en las tertulias de juventud para desde el Madrid de su posterior residencia plasmarlo en revistas y periódicos y luego ser antólogo de ellos en libros.

Eusebio M. Pérez Puerto

Somos las integrantes del taller de empleo “Los Molinos”, en su rama de Animación Turística.

Nos han pedido nuestra colaboración para que hablemos sobre el aspecto turístico de Mairena del Alcor.

Podríamos hablar de tecnicismos, de fechas, de autores…, pero creemos mejor contaros el porqué a nosotras nos gustan los monumentos o el pa-trimonio, tanto material como inma-terial de nuestro pueblo.

Lo que más nos ha conmovido, y lo que nos ha hecho encontrarle senti-do a todo aquello que estamos visi-tando, no ha sido sólo el pasearnos por lugares que han pisado gente de otras épocas, de otros siglos. Ha sido el conocerlos desde sus oríge-nes, desde que fueron erigidos. Su historia, sus porqués, sus personajes históricos.

Ya en la primera visita que hicimos al Castillo de Luna, nos quedamos

enamoradas de su historia, de sus habitantes.

Desde la alto de la torre Mocha del Castillo, percibimos el magnífico paisaje de la Vega, con sus molinos harineros, la vía verde, las diferentes formaciones geográficas…

En la Parroquia de Nuestra Señora de la Asunción, nos impresionó su es-pectacular retablo barroco.

Aprendimos a conocer los monumen-tos conmemorativos, los alegóricos y las fuentes antiguas.

Nos emocionó la historia del Cristo de la Cárcel (que nos habla de es-clavas y presos), y de la pasión que todos los maireneros le manifiestan.

Aunque no todo se puede tocar o ver. También hay mucho que sentir.

La ferviente devoción de nuestra Se-mana Santa, con todas sus herman-dades, es incuestionable.

Tenemos siglos de historia de la Feria de Abril, recordemos que la primera se celebró en 1441.

También contamos con una larga tra-dición flamenca, con cantos propios y con una gran cantera de artistas en este ámbito. Sin olvidar a nuestra gran figura universal, Antonio Mairena, que tanto ha aportado al arte flamenco.

Asimismo, le agradecemos a los mai-reneros su colaboración altruista, al contribuir con sus propios recuerdos, a la conservación de la historia de Mairena. Recuerdos que adornan las dependencias de la Casa Palacio, en forma de aperos de labranza, y a la que confieren ese aspecto de case-rón agrícola. O aquellos paisajes pre-sentados como fotografías en blanco y negro, de épocas pasadas.

Así pues, consideramos que nuestra función futura, es la de transmitiros toda la pasión y el conocimiento de todo ello cuando vengáis a visitar-los…¡os esperamos!

FERIA DE MAIRENA DEL ALCOR.- La antigua y famosa feria de esta villa, como se considera la mayor y primera de la nación, además de las grandes negociaciones que siempre ha proporcionado a todos los concurrentes, y en particular al comercio, criadores de ganados y trafican-tes por las muchas relaciones que tal concurrencia y de tiempo inmemorial naturalmente se adquieren, tiene en el presente año la ventaja de hallarse libre de todos los derechos que antes se pagaban y se hallan suprimidos a consecuencia del real decreto de 23 de mayo de 1845; así como el impuesto para gastos de interés común, que en el año anterior se le concedió por real orden a esta villa para arbitrio municipal.

El Ayuntamiento, a más de la que de suyo ofrece la exce-lente posición topográfica de esta población, se promete resueltamente mejorar en los términos en que los gana-

dos deben pastar a la par que a los aguaderos que aun-que suficientes y bien proporcionados son susceptibles de aumentar.

También se promete cortar de raíz los abusos que gene-ralmente se cometen y de que adolecen la mayor parte de estas reuniones numerosas.

Con tales ventajas se espera, que si antes ha merecido la preferencia de todas las ferias, sea en el presente año aún más concurrida y abundante de ganados y especuladores. Mairena del Alcor 18 de febrero de 1847.- Alcalde presi-dente, Nicanor Blázquez.- El secretario de ayuntamiento, Crispulo de Rojas.

Eco del Comercio, 24 de febrero de 1847Recopilado por Manuel Gavira

Entre los miles de visitantes foráneos que llegaban cada año a la feria de Mairena en la época romántica ninguno despertó tanta expectación como la pareja que lle-gó en 1850. Su visita hizo que el periódico más importante, antiguo y duradero de España, La Gaceta de Madrid, le dedica-se el artículo de cabecera de la sección nacional. La gaceta de la capital fue la pri-mera publicación de información general periódica que apareció en España. Se fun-dó nada menos que en 1661 y a mediados del siglo XIX combinaba en sus hojas de gran formato las noticias internacionales y nacionales con las leyes, decretos y co-municados oficiales. En 1936 cambiaría su nombre pasando a llamarse Boletín Oficial del Estado. Su número 5.754, co-rrespondiente al 2 de mayo de 1850, abría su sección de noticias nacionales con la crónica de la visita a la feria de Mairena de sus altezas reales la infanta doña Luisa Fernanda y su augusto esposo, Antonio de Orleáns, los duques de Montpensier.

María Luisa Fernanda de Borbón y Borbón-Dos Sicilias era la segunda hija del rey Fernando VII y hermana menor de la reina Isabel II. Antonio de Orleáns era hijo de Luís Felipe de Orleáns, que había sido rey de Francia hasta su destronamiento en las jor-nadas revolucionarias de 1848. Los duques se casaron en Madrid el 10 de octubre de 1846 en una espléndida boda real doble junto a Isabel II y Francisco de Asís. Preci-samente la villa de Mairena había festejado la doble boda real con una función solem-ne de acción de gracias en la iglesia parro-quial, a la que asistieron el Ayuntamiento en pleno, los notables del pueblo y muchos vecinos. Además se pusieron luminarias con lámparas de aceite y antorchas en los principales edificios y calles y se repicaron las campanas en señal de alegría durante tres días consecutivos1.

Los duques se habían establecido en Se-villa, donde se convirtieron en el núcleo de una pequeña corte particular. El du-que fue una de las figuras políticas más

importantes de la España del momento, participando en diversas maniobras e in-trigas políticas. En 1850, cuando se pro-dujo la visita que relatamos, los duques tenían una hija de 2 años, María Isabel. Pero la más conocida de sus hijas na-cería 10 años después de la visita que comentamos. Se trata de María de las Mercedes, que llegaría a ser reina de España al casarse con su primo, el rey Alfonso XII. Aunque murió muy joven, su historia quedó inmortalizada en la copla.

Que los duques visitasen la feria es un excelente indicador de la gran impor-tancia social del evento en la época. Son muchos los periodistas y viajeros que nos ofrecen destacados testimonios de la relevancia social de los visitantes. En el real de Mairena se daba cita lo más granado de la nobleza sevillana, los altos cargos de la administración provincial y la burguesía comercial e industrial. Y de su mano llegaron a la feria como invita-dos muchos forasteros extranjeros. Pero en el caso de la visita de los duques en 1850 hemos de tener en cuenta que la feria de Sevilla llevaba ya 3 años de ro-daje y precisamente los duques habían sido protagonistas esenciales de sus inicios. Ese mismo año los duques instalaron la primera caseta par-ticular de la feria de Sevilla. Para poder celebrar la fiesta en el mismo real de la feria, pero en un lugar distinguido y selecto, sin mezclarse con el pueblo, crearon un espacio privado con una tienda de lona en la que aten-der a sus invita-dos y participar d i r e c t a men te del festejo. Y eso que el real estaba situado a las puertas de su propia casa, el pa-lacio de san Telmo.

De dicho palacio salieron los duques el día 27 de abril de 1850 muy temprano, a las 6 de la mañana, para visitar la feria de Mairena. Unas dos horas y media más tar-de su carruaje llegaba al real de la feria. A su llegada a Mairena fueron recibidos por el Gobernador Civil de la provincia, Javier Cavestany, quien se había desplazado a

Mercedes, que llegaría a ser reina de España al casarse con su primo, el rey Alfonso XII. Aunque murió muy joven, su historia quedó inmortalizada en la copla.

Que los duques visitasen la feria es un excelente indicador de la gran impor-tancia social del evento en la época. Son muchos los periodistas y viajeros que nos ofrecen destacados testimonios de la relevancia social de los visitantes. En el real de Mairena se daba cita lo más granado de la nobleza sevillana, los altos cargos de la administración provincial y la burguesía comercial e industrial. Y de su mano llegaron a la feria como invita-dos muchos forasteros extranjeros. Pero en el caso de la visita de los duques en 1850 hemos de tener en cuenta que la feria de Sevilla llevaba ya 3 años de ro-daje y precisamente los duques habían sido protagonistas esenciales de sus inicios. Ese mismo año los duques instalaron la primera caseta par-ticular de la feria de Sevilla. Para poder celebrar la fiesta en el mismo real de la feria, pero en un lugar distinguido y selecto, sin mezclarse con el pueblo, crearon un espacio privado con una tienda de lona en la que aten-der a sus invita-dos y participar d i r e c t a men te del festejo. Y eso que el real estaba situado a las puertas de su propia casa, el pa-lacio de san Telmo.

la villa con antelación expresamente para cumplimentar a los duques, y por una comisión del Ayuntamiento presidida por el Alcalde José María Méndez. El señor Méndez, acaudalado hacendado y uno de los propietarios más ricos de la villa, era uno de los líderes del grupo político liberal local y contaba con amplia expe-riencia política. Había presidido la corpo-ración municipal en múltiples ocasiones desde la implantación del sistema liberal, habiendo sido elegido o nombrado alcalde en 1835, 1837, 1838, 1840, 1846 y 1848. Al frente del consistorio mairenero había alcanzado cierta fama en la provincia por su cerrada oposición a la creación de la feria de Sevilla.

Sus altezas se apearon del carruaje y visitaron el real en compañía del Gober-nador y el Alcalde. El duque, preocupado por el fomento de la agricultura y el co-

mercio, mostró “sumo interés”, a juicio del periodista, por el numeroso ganado que había en el real y fue informado de la importancia de las ventas y transac-ciones que se realizaban en el mercado.

Los duques se alojaron en la casa de Juan María Carmona donde se les había preparado un alojamiento apropiado. El anfitrión era uno de los personajes más ricos de la localidad. Había sido secreta-rio provisional del Ayuntamiento en 1846 y poseía una de las casas más grandes de la villa. Según señala el periodista, la decoración de la casa daba a conocer los esfuerzos hechos por los dueños para hospedar cómodamente a los duques en un pueblo de tan escasos recursos como Mairena2.

Sus altezas almorzaron con sus anfitrio-nes, Juan María Carmona y su esposa, y varios invitados, entre quienes se en-contraban las principales autoridades civiles, militares y religiosas de la villa. Junto al Gobernador Civil y el Alcalde, compartieron mantel con los duques Antonio León, juez de primera instancia del partido judicial, José Maria Caro, vi-cario eclesiástico de Mairena, y Diego

Delgado, comandante de armas de la localidad.

Concluido el almuerzo el duque de Montpensier volvió a visi-tar el real acompañado por el Gobernador y examinó con

minuciosidad el estado de la feria. A las 5

de la tarde el du-que regresó a la casa de Juan María Carmona para cenar. En

esta ocasión les acompaña ron Carlos Catalán, oficial segundo del Gobierno Civil de la pro-vincia, Manuel Arizcun, briga-dier de caballe-ría, José Molina,

cura ecónomo de la parroquia de Mairena, Blas

su cerrada oposición a la creación de la feria de Sevilla.

Sus altezas se apearon del carruaje y visitaron el real en compañía del Gober-nador y el Alcalde. El duque, preocupado por el fomento de la agricultura y el co-

esfuerzos hechos por los dueños para hospedar cómodamente a los duques en un pueblo de tan escasos recursos como Mairena2.

Sus altezas almorzaron con sus anfitriones, Juan María Carmona y su esposa, y varios invitados, entre quienes se encontraban las principales autoridades civiles, militares y religiosas de la villa. Junto al Gobernador Civil y el Alcalde, compartieron mantel con los duques Antonio León, juez de primera instancia del partido judicial, José Maria Caro, vicario eclesiástico de Mairena, y Diego

Delgado, comandante de armas de la localidad.

Concluido el almuerzo el duque de Montpensier volvió a visitar el real acompañado por el Gobernador y examinó con

minuciosidad el estado de la feria. A las 5

de la tarde el duque regresó a la casa de Juan María Carmona para cenar. En

esta ocasión les acompaña ron Carlos Catalán, oficial segundo del Gobierno Civil de la provincia, Manuel Arizcun, brigadier de caballería, José Molina,

cura ecónomo de la parroquia de Mairena, Blas

Pereira, oficial del puesto3 local de la Guardia Civil y Julián Cantero, suboficial ayudante del puesto. La Guardia Civil se había instalado en la villa apenas cua-tro años antes, cuando en el verano de 1846 se establecieron los 12 guardias del destacamento destinado a la villa. Se estableció el puesto en una casa cuartel habilitada en una vivienda alquilada por el Ayuntamiento en la calle Arrabal.

Puede resultar sorprendente que a nin-guna de las dos comidas fuese invitado uno de los personajes más relevantes de la política municipal en la época: el secretario municipal. Pero el hecho tie-nen una clara explicación: el de Mairena había sido destituido apenas dos meses antes. El secretario, Críspulo Rojas, no era precisamente un hombre bien consi-derado en la localidad. Residía en Alcalá de Guadaíra, donde era procurador del juzgado y atendía un despacho particular, por lo que tenía poco tiempo para acudir a Mairena. Tras varios enfrentamientos con el Alcalde, el pleno municipal le de-nunció por desatender los asuntos de la secretaría municipal4. Tampoco fue invi-tado en ninguna de las dos ocasiones el tercer sacerdote que por entonces aten-día la salud espiritual de los maireneros, el beneficiado parroquial Jerónimo Caro, hermano del Vicario.

A las 6 de la tarde salieron sus altezas de Mairena en su carruaje rodeados de una multitud de vecinos que les aclamaban. Los duques se despidieron de la villa en medio de vivas, aclamaciones y gri-tos proferidos por los muchos vecinos y curiosos que se habían congregado para verles.

En próximos artículos veremos otras noticias referentes a la feria de Mairena aparecidas en la Gaceta de Madrid.

José Manuel Navarro Domínguez

1 Archivo Municipal de Mairena, leg 17, 1846.2 Archivo Municipal de Mairena, leg 17, actas capitulares, 1846.3 NAVARRO DOMÍNGUEZ, José Manuel: “La Instalación de la Guardia Civil en Los Alcores”, XIII Jornadas Nacionales de Historia Militar, Sevilla, 2006. 4 Archivo Municipal de Mairena, leg. 44, actas capitulares, febrero 1850.

TARAVILLA: En la feria de Mairena

voy a llamar la atención, porque me gasté ayer tarde

medio real en un jabón.

ORENTINO:Y dirán los que noten

tan buen olor:“¡se arruina con el tocador!”.

La zarzuela “La Marchenera” es obra de los libretistas Ricardo Fernández del Toro y Fernando Luque Aladro, con música del Maestro Federico Moreno Torroba. Fue estrenada en el Teatro de La Zarzuela de Madrid, el día 7 de abril de 1928.

Consta de tres actos en prosa. Lioso argumento en que Paloma, muchacha andaluza, marchenera de nacimiento y sobrina de la señora Jeroma, siendo pri-mero calumniada en público por el joven Don Félix de Samaniego, un donjuán ma-drileño, al interpretar equívocamente su relación con su protector el Conde de Hi-nojares, termina casándose con ella tras haber galanteado también con la propia hija del noble, Valentina.

La trama transcurre durante el año 1842 y se inicia en un ventorrillo1 de Marchena, propiedad de la señora Jeroma. El acto segundo en el que Don Félix, urdido su plan para vengarse a la vez de Paloma y del Conde, se dispone a pasear por toda la feria a Valentina en la grupa de su caballo y llevársela luego a la sierra. El acto queda enmarcado de la siguiente forma: “La feria de Mairena. Ancho campo, lleno de sol y con escasa arboleda. En la lejanía, mon-tecillos y las primeras estribaciones de la sierra. Una ermita, lejana, y a su lado un arroyuelo que cruza la campiña. En esce-na: lateral primera derecha, fachada de un ventorrillo sobre cuya puerta de entrada hay un recio emparrado, un columpio. Poyo de piedra junto a la pared de la fachada, y a una altura conveniente un tablero lleno de alcarrazas2 con agua. Al otro lado de la puerta, una tinaja grande. En la lateral

segundo término derecha, un tenderete o sombrajo, donde ha instalado su freiduría de buñuelos una gitana. Se ve el anafe3 de yeso, la caldera para freir, una zafra4 de aceite, un lebrillo con masa y una mesilla con otro lebrillo lleno de buñuelos. Un ban-co de madera, largo y estrecho, al fondo, frente al tenderete. Dos o tres árboles fron-dosos en la escena.

Al levantarse el telón, el coro general for-mando pintorescos grupos, beben y comen avellanas, almendrados, buñuelos, alajú5, etc.. etc., que les venden: un judío moro con chechia6, balandrán7 y faja; lleva en un brazo una ristra de babuchas de tafilete8, encajadas unas en otras, y en la mano, una cesta, larga y estrecha llena de dátiles. Un aguador, con traje de gallego (monte-ra, calzón corto y faja), apoyada sobre el hombro izquierdo una cántara de agua, que sujeta por el asa, con la mano dere-cha pasada por encima de su cabeza; en la cintura, y sujeta por una correa, lleva una hortera9 con el dinero; dos vasos para agua y uno para panales. Un majo, en mangas de camisa y con dos espuertas, colgando cada una de un hombro, cuyas espuertas van llenas de naranjas. Otro muy viejecito, con una cesta de junco semejante a la de los dátiles que lleva el moro, y que va tam-bién repleta de almendrados, etc. etc. En el centro de la escena varias muchachas, sentadas en el suelo, y varios mozos, en pie, detrás de ellas, palmotean al compás del zapateado que baila otra mujer en el centro del corro. Varias gitanas, jóvenes y viejas, van de grupo en grupo ofreciendo sartas de buñuelos, que fríe en su tende-rete un gitano en mangas de camisa. En el columpio de la izquierda, y de cara al públi-co, está columpiándose Paloma al impulso que dan al columpio dos mozos. Sentadas en el poyo, varias muchachas beben vino y comen chucherías que les ofrecen otros majos. La Señá Jeroma, sentada en un es-caño con asiento de junco, se abanica.

Los trajes de las muchachas son de anda-luzas, no gitanas. Algunas llevan mantilla; otras, rebozo10. Todas, media blanca y za-

pato descotado. Los mozos, de catite11 y calzón corto con botón jerezano; otros, de calañés12 y pantalón largo, muy estrecho, y algunos (pocos), de lechuguinos13. Mu-cha animación, palmas, etc.

El cuadro, todo él de gran vivacidad, da la sensación de una fiesta popular en donde se juntan, en democrática cama-radería, gente de diversas condiciones, como era costumbre en las fiestas popu-lares de otros tiempos.

Son las tres de la tarde del día 15 de abril del año de gracia de 1842 cuando co-mienzan estas escenas”.

Finalmente, el acto tercero, se desarro-llará en una plazoleta de Marchena, con casas bajas y muy blancas, casa señorial con escudo tallado en piedra y un azulejo que representa a la Virgen de la Soledad.

Félix Mateos Guillén___________________

(1) ventorrillo: bodegón o casa de comidas en las afueras de una población(2) alcarraza: cántaro, botijo o cualquier vasija de barro para tener fresca el agua.(3) anafe: o anafre. Hornillo generalmente portátil. (4) zafra: vasija de metal ancha y poco profunda, con agujeros en el fondo, en que los vendedores de aceite colocan las medidas para que escurran.(5) alajú: Golosina hecha con almendras y nue-ces molidas, y, a veces, piñones, pan rallado y tostado y miel. (6) chechia: es el gorro nacional tunecino, de casquete, de felpa roja(7) balandrán: nombre que se daba a una vesti-dura talar, amplia, con esclavina, usada particu-larmente por los eclesiásticos.(8) tafilete: cuero de piel de cabra curtida y pu-lida, muy fina y flexible, que se pela fácilmente; se emplea en la confección de zapatos finos, en encuadernaciones de lujo, etc.(9) hortera: cazuela de madera(10) rebozo: modo de llevar la capa o manto cuando con él se cubre casi todo el rostro.(11) catite: es el sombrero calañés con copa alta.(12) calañés: sombrero de ala vuelta hacia arri-ba y copa comúnmente baja en forma de cono truncado, usado por los labriegos y gente de pueblo en varias provincias.(13) lechuguino: hombre joven que se compone mucho y sigue rigurosamente la moda.

Portada publicación de Feria año 1945

Poesías a la Feria publicadas en la revista Plaza de las Flores nº 1 año 1983

Portada revista Plaza de las Flores nº 5 año 1984

Cedido por: Francisco Javier Mateos Rodríguez

de interésADMINISTRACIÓN LOCAL1. Ayuntamiento Dirección: Antonio Mairena 1 Teléfono: 955 748 830 / 955 093 0202. Gerencia Municipal de Urbanismo Dirección: Avda de la Trocha 5 Teléfono: 955 093 070 3. Policía Local Dirección: Avda de la Trocha 7 Teléfono: 955 942 703 / 955 744 0674. Oficina de Atención al Ciudadano Dirección: San Fernando 1 Teléfono: 955 748 830 / 955 093 0495. Oficina de Turismo Dirección: San Fernando 1 Teléfono: 955 748 950

CULTURA1. Delegación de Cultura Dirección: Esquimo, s/n Teléfono: 955 093 052 2. Biblioteca Municipal José Manuel Lara Dirección: Esquimo, s/n Teléfono: 955 093 040 3. Delegación de Comunicación Dirección: Esquimo, s/n Teléfono: 955 093 031 Radio Mairena Dirección: Jesús, 31 Teléfono: 955 093 030 4. Villa del Conocimiento y las Artes Dirección: Esquimo, s/n Teléfono: 955 093 050 5. Casa Palacio Dirección: Real, 60 Teléfono: 955 093 038 6. Casa Museo Bonsor. Castillo de Mairena Dirección: Castillo, s/n Teléfono: 955 093 039

JUVENTUD1. Delegación de Juventud Dirección: Centro Cívico Federico García Lorca Teléfono: 955 093 060 2. Centro de Empleo Juvenil Dirección: Centro Cívico Federico García Lorca Teléfono: 955 093 061 3. Centro de Información Juvenil Dirección: Centro Cívico Federico García Lorca Teléfono: 955 093 062

DEPORTES1. Pabellón Polideportivo de IES María Inmaculada Dirección: Ntra. Sra. de los Reyes s/n Teléfono: 955 093 058 2. Pabellón Polideportivo M. A. Gómez Campuzano Dirección: Vicente Aleixandre s/n Teléfono: 955 093 0593. Piscina Cubierta y Gimnasio Municipal Dirección: Prolongación San Agustin s/n Teléfono: 955 748 867 4. Polideportivo Dirección: Pablo Neruda s/n Teléfono: 955 093 058

EMPLEO Y DESARROLLO LOCAL1. Fomento Los Alcores Dirección: San Fernando 1 2D Teléfono: 955 093 063 2. Oficina de Andalucía Orienta Dirección: Avenida de la Trocha 3 Teléfono: 955 747 437 3. Acciones Experimentales Dirección: Avenida de la Trocha 3 Teléfono: 955 747 032

4. O.A.L. Alconchel Dirección: Avenida de la Trocha 3 Teléfono: 955 746 210 5. Mairena Emplea Teléfono: 955 093 0636. Oficina del SAE Dirección: Pedro Crespo s/n Teléfono: 955 649 723

SERVICIOS ASISTENCIALES1. Centro de Drogodependencia Dirección: Pedro Crespo s/n Teléfono: 955 746 569 2. Centro de Información de la Mujer Dirección: Virgen de los Dolores s/n Teléfono: 955 748 8303. Centro de Servicios Sociales Dirección: Virgen de los Dolores s/n Teléfono: 955 748 830 4. O.A.L. APRODI Dirección: Pedro Crespo s/n Teléfono: 955 942 058 5. Centro de Día de Mayores Dirección: Nuestros Mayores s/n Teléfono: 955 942 955 6. Residencia de Ancianos Alconchel Dirección: Camino de las Minas s/n Teléfono: 955 746 6557. Dependencia Teléfono: 955 093 047

EDUCACIÓN1. Guardería Municipal Dirección: Madre Teresa de Calcuta 1 Teléfono: 955 942 449 2. C.E.I.P Antonio González “El Patriarca” Dirección: Jaén S/N Teléfono: 955 649 510 3. C.E.I.P. Huerta Retiro Dirección: Ntra. Sra. de los Ángeles, 5 Teléfono: 955 649 951 4. C.E.I.P. Isabel Esquivel “El Castillo” Dirección: Camino de aguadores, s/n Teléfono: 955 649 587 5. C.E.I.P. Juan Caraballo “El Polideportivo” Dirección: Gerardo Diego 3 Teléfono: 955 649 610 6. C.E.I.P. Manuel Romero Arregui “La Academia” Dirección: Alcalde Retamino s/n Teléfono: 955 649 518 7. C.E.I.P. San Bartolomé‚ “La Barriada” Dirección: Cervantes s/n Teléfono: 955 649 516 8. I.E.S. Los Alcores Dirección: Juan de Mairena s/n Teléfono: 955 649 945 9. I.E.S. María Inmaculada “El Chorrillo” Dirección: Ntra. Sra. de los Reyes s/n Teléfono: 955 649 907 10. Centro Público de Educación Adultos Dirección: Esquimo s/n Teléfono: 955 943 546

OTRAS DEPENDENCIAS1. Centro de Salud Alcalde Manuel Bustos

Urgencias Dirección: Isaac Peral s/n Teléfono: 902 505 061 2. Centro de Salud Cita Previa Dirección: Isaac Peral s/n Teléfono: 902 505 060 3. Centro de Salud Aviso Visita Médica a Domicilio

(Para Personas Impedidas) Teléfono: 955 746 045

4. Juzgado de Paz Dirección: Río Guadiamar 9 Teléfono: 955 942 227 5. Protección Civil Dirección: Trianilla 47 Teléfono: 955 745 073 6. Casa del Arte Flamenco Antonio Mairena Dirección: Plaza de Antonio Mairena 7 Teléfono: 955 942 879

OTROS TELÉFONOS DE INTERÉS1. Centro de Coordinación de Urgencias Teléfono: 112 2. Guardia Civil Dirección: Carretera Mairena Viso s/n Teléfono: 955 746 102 3. Ambulancia Teléfono: 955 683 616 4. Bomberos Alcalá de Guadaira Teléfono: 955 684 944 5. Mancomunidad de Los Alcores Web: www.terra.es/personal2/ecoalcores Teléfono: 955 615 113 6. Farmacia E. Ballesteros Dirección: Daoiz 8 Teléfono: 955 942 032 7. Farmacia Heraclio Jiménez Dirección: Cervantes 17 Teléfono: 955 942 079 8. Farmacia Juárez La Casa Dirección: Benajete 53 Teléfono: 955 744 599 9. Farmacia Ignacio Carrasco Dirección: Avda Vereda San Agustín 36 Teléfono: 955 748 818 10. Farmacia Adelina Guillén Dirección: Ancha 59 Teléfono: 955 943 137 11. Farmacia Leocadio Ortega Núñez Dirección: C/ Marchenilla, 37 Teléfono: 955 942 116 12. Farmacia Lorenzo Sánchez Valencia Dirección: C/ Alcalde Retamino, esquina con C/

Ronquera Teléfono: 955 746 069 13. Autocares Casal Web: www.autocarescasal.com Teléfono: 954 999 290 14. Parada de Taxis Dirección: Avda. Andalucía s/n Teléfono: 955 942 155 15. Aeropuerto de Sevilla Dirección: Carretera N-IV. Km. 532 Teléfono: 954 449 000 16. Oficina de Correos Dirección: Esquimo 30 Teléfono: 955 942 206 17. Emasesa. Atención al cliente en Mairena del Alcor Martes de 10:30 a 13:30. Dirección: Planta baja del Ayuntamiento Teléfono: 955 748 830 18. Emasesa. Atención al cliente y Averías Web: www.aguasdesevilla.com Teléfono: 902 459 954 19. Sevillana Endesa. Atención Comercial Web: www.endesaonline.com Teléfono: 902 509 509 20. Sevillana Endesa.Averías Web: www.endesaonline.com Teléfono: 902 516 516