fe vibrante

compasión fidelidad

FE VIBRANTE

PLAN DE DESARROLLO ESPIRITUAL

HOGAR VARONES

UNIVERSITARIOS

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misión canción ayuno

culto meditación

creer felicidad fe

Preparado por David Hernández Vanegas para el Hogar de Varones Universitarios

Universidad de Montemorelos

Estudio 1

Estudio 1 Abba

Relación con Dios

Tema: El amor de Dios

Objetivos:

Saber que Dios es mi amante padre.

Sentir agradecimiento por lo que el Padre hace en favor mío.

Hacer sentir a otros el amor de mi Dios.

Texto clave:

“¡Miren qué gran amor nos tiene el Padre! Que seamos llamados

hijos de Dios. ¡Y lo somos! El mundo no nos conoce, porque

tampoco le conoce a él” (1 Juan 3:1 DHH).

Mensaje:

“Dios es nuestro Padre que nos cuida como hijos suyos” (Así

dijo Jesús, 167).

Bienvenida Pregunta cómo la han pasado durante el día, qué hicieron, cosas

agradables que han experimentado o problemas que enfrentaron y cómo los

solucionaron.

Alabanzas y oración Hoy estudiaremos acerca de Dios como Padre

amante. Toda la Biblia habla de ello. Por eso, cada canto

que entonaremos, contiene este mensaje. Recibirás un

trozo de papel en el cual anotarás, por lo menos cinco

cosas por las que estas agradecido con Dios. Por ejemplo,

necesidades que Dios ha satisfecho, mientras tú te

preocupabas pensando si te ayudaría o no. Después de

cada canto, si deseas, puedes compartir con nosotros

“cuán grandes cosas ha hecho Dios contigo”.

Cantos sugeridos

El amor del Señor

¡Mirad cual amor!

Es el amor Divino (proyectar letra)

Hojas (o la mitad de

una) recicladas, en las

que se pueda escribir.

Lápices, suficientes

para todos.

Materiales para actividad



Estudio 1 Orar

Ora o pide a alguien que ore agradeciendo por cada cosa que los muchachos

han expresado. Si alguien cumple años, pasarlo al frente y orar por él, o algún

logro especial que alguien haya tenido.

Reflexión Introducción

Mostrar las dos fotografías

¿Observan algún parecido entre la foto mía y la de

ese “bigotón”? ¿Sí? Él es mi “sacro santo” padre. Lo quiero

mucho. Físicamente nos parecemos mucho, pero cuando

reflexiono en mis actitudes, formas de pensar, hábitos,

intereses, etc., me sorprendo cada vez más, por el gran parecido que tengo con

él. Imagino que tú debes tener muchos rasgos en común con tu papá.

Jesús como imagen del Padre

Pues bien, la Biblia dice que Jesús “es la imagen del Dios invisible…” (Col.

1:15), y él mismo, ante la petición de Felipe, “muéstranos al Padre”, dijo: “¿Tanto

tiempo hace que estoy con vosotros, y no me has conocido, Felipe? El que ha me

visto a mí, ha visto al Padre” (Juan 14:9). De modo que para conocer al Dios,

basta con observar a Jesús y escuchar lo que él enseñó. ¿Cómo es Dios el Padre?

Sencillo, igual que Jesús, ni más, ni menos.

El amor del Padre, como lo enseñó Jesús

Pide a quien tenga la ficha que lea Mateo 6:25-32.

Mostrar imágenes del Desierto del Vizcaíno.

Fui misionero en este lugar, el Desierto del

Vizcaíno, al norte del estado de Baja California Sur. Lo

que más me sorprendió del lugar, fue ver como una raza

endémica de venado, podía sobrevivir en las

inclemencias de un lugar así. Esta flor (mostrar la flor de

pitahaya), florece solo una vez al año, por un par de días,

luego se marchita hasta volver a aparecer al año siguiente. ¡Es hermosa, no! Dios

se esmeró por darles ese cuidado especial, la textura, los colores, la delicadeza.

¿Crees que el cuida también de ti? Yo creo que sí.

A continuación el que tenga la ficha 2, debe leer Mateo 7:9-11

A diferencia de los fariseos que enseñaban que Dios castigaba al rebelde,

Jesús enseña de nuestro Padre que “sabe dar buenas cosas”. Ya el salmista lo

había dicho antes: “Como el padre se compadece de los hijos, se compadece

Jehová de los que le temen” (Salmo 103:13).

De hecho, la Biblia dice que Dios es amor (1 Juan 4:8). No es un verbo, ni

una cualidad, únicamente. Dios es la personificación del amor.

Dos fotografías, una

mía y otra de papá.


Fichas con los textos

a leer escritos.

Imágenes del

Desierto del Vizcaíno

(flor de pitahaya,

berrendos, desierto…)




Estudio 1 Aplicando el estudio

En la hoja que has recibido escribe al menos cinco

de tus preocupaciones, en este semestre, mes o semana.

Guárdala en tu Biblia, o en algún lugar donde la puedas

ver con frecuencia. Y a medida que se hayan solucionado,

las marcarás o sombrearás con un marcador

fluorescente, de esta forma podrás ver cómo Dios cuida

de ti.

Cierre

Después de escribir, leer la siguiente cita de E. G. White y orar.

“Son realmente bendecidos únicamente aquellos cuya principal

preocupación consiste en asegurar las bendiciones que alimentarán el alma y

perdurarán para siempre. Nuestro Salvador nos dice: ‘Mas buscad

primeramente el reino de Dios y su Justicia, y todas estas cosas os serán

añadidas’ (Mateo 6:33). Dios nos tiene en consideración y no se olvida de

derramar sus bendiciones temporales sobre nosotros. Nuestro bien terrenal no

escapa a la preocupación de nuestro Padre celestial. Él sabe que tenemos

necesidad de estas cosas […] Cuando Dios sonríe sobre nuestros esfuerzos, eso

vale más que cualquier ganancia terrenal” (Nuestra elevada vocación, 196). “No

hay límites a las bendiciones que es nuestro privilegio recibir” (Dios nos cuida,

115).

En la oración, agradecer por el cuidado amoroso que nos da Dios, y

suplicar por las necesidades escritas.

Hojas blancas, o la

mitad de una para

todos.

Lápices o bolígrafos.




Estudio 1

Estudio 2 Dos en uno

Relación con Dios

Tema: Naturaleza del hombre y el perdón divino.

Objetivos:

Saber que nuestra naturaleza tiende al mal, pero podemos vencer.

Sentir que podemos alcanzar la victoria sobre nuestras tendencias.

Hacer el compromiso de alimentar el “nuevo hombre”.

Texto clave:

“Mis queridos hijos, les escribo estas cosas para que no pequen.

Pero si alguno peca, tenemos ante el Padre un abogado (defensor):

a Jesucristo, el Justo. Jesucristo se ofreció en sacrificio para que

nuestros pecados sean perdonados; y no solo los nuestros, sino los

de todo el mundo” (1 Juan 2:1-2 DHH).

Mensaje: “Mientras estemos en este mundo estaremos propenso a caer,

pero aun así podemos vencer nuestras tendencias”.

Nota: Para el desarrollo de esta vespertina, será necesario realizarse en un

lugar amplio donde se pueda correr (sugerencia: patio trasero o frente del

dormitorio).

Bienvenida A veces los muchachos han realizado

alguna actividad que tenían

planeada para el día (exámenes,

exposiciones, trabajos especiales,

etc.), preguntar por el progreso de la

actividad. Felicitar a los que han

tenido un logro importante o

cumpleaños. Recibí un mensaje por

WhatsApp que decía: “¡Ya no

aguanto, man! ¡No sé qué hacer!” Se

trataba de un amigo de muchos años.

Antes de alarmarme, le pregunté qué

estaba sucediendo, ¿por qué decía

Hacer un separador con las siguientes dos

gemas.

Gema 1

“Por último hermanos, piensen en todo lo

verdadero, en todo lo que es digno de respeto,

en todo lo recto, en todo lo puro, en todo lo

agradable, en todo lo que tiene buena fama.

Piensen en toda clase de virtudes, en todo lo

que merezca alabanza.”

Gema 2

“Hay una ley de la naturaleza intelectual y

espiritual según la cual modificamos nuestro

ser mediante la contemplación” (MCP 2:433).




Estudio 1 esas cosas? Me contó que desde hace mucho se sentía avergonzado por ciertos

hábitos que quería dejar y no podía. Se lo proponía sin más éxito que unos días,

antes de reincidir.

¿Por qué nos cuesta tanto abandonar el pecado? ¿Será que Dios nos

perdona cuando hemos reincidido una, y otra, y otra, y otra vez, en el mismo

acto? ¿Cómo es el perdón divino? De eso estudiaremos hoy, pero antes vamos a

cantar. Escuchemos la letra de los cantos mientras los entonamos.

Alabanzas y oración Cantos sugeridos

Amor, amor, amor

Yo tengo paz en mi alma

Dame un nuevo corazón

Orar

Leer nuevamente el texto clave y entonces dar espacio para que cada uno

ore de forma individual, pidiendo perdón por sus fallas. A fin de terminar todos

a tiempo, concluir con una oración de agradecimiento por el perdón de los

pecados.

Reflexión Actividad introductoria

La cuerda debe tener la silueta de un hombre

justo en el medio, y en un extremo la palabra “vijeo

hombre” y en el otro “hombre nuevo”.

Elegir a dos personas para que sostengan la

cuerda de un extremo cada quien. Al momento en que

se les indique, cada uno jalará el extremo de la cuerda

con el fin de ganarle terreno a su compañero del otro.

Después de un par de intentos, invitar a dos más

para que se sumen a la cuerda, cada uno en un

extremo. Hacer intentos de jalar la cuerda.

Luego invitar a uno más para que se sume en el

extremo del “hombre viejo”, e ir sumando uno a uno en

el mismo extremo.

Una vez que sea evidente que los del extremo del

“hombre nuevo” no pueden resistir la fuerza del otro

bando, invitar uno a uno, a varios para sumarse al “hombre nuevo” para

ganarle al “hombre viejo”.

Como ustedes mismos han experimentado, mientras las fuerzas eran

similares en el “hombre viejo” como en el “nuevo”, no había mucha tensión. El

problema surge cuando agregamos más elementos al “hombre viejo”. En la Biblia

Una cuerda de 2 a 3

m. En el medio tendrá

la silueta de un

hombre. En un extremo

el letrero visible: “Viejo

Hombre.” En el otro:

“Hombre nuevo”

Para la segunda

actividad fichas con

los textos a citar

anotados, para que

personas asignadas los

lean audiblemente.




Estudio 1 se enseña algo parecido a lo que deseamos ilustrar en este ejercicio. Escuchen lo

que Pablo escribió a los romanos (Designar a alguien para que haga la lectura

con la versión que se sugiere a continuación, podría usarse las fichas con los textos

y asignarse con anticipación):

“Pero el pecado usó aquella ley que condena la codicia para despertar en

mí toda clase de malos deseos. Si no hubiera ninguna ley que transgredir, nadie

pecaría. Por eso, antes de entender lo que la ley demanda, me sentía bien. Pero

cuando llegó el mandamiento, cobró vida el pecado y morí” (Ro. 7:8-9 NBD).

Dos en uno: El viejo y nuevo hombre

“Resulta y resalta que” antes de conocer a Dios y su voluntad, o de

entregarnos a él, solo imperaba en nuestro ser el “viejo hombre”. “He aquí en

maldad he sido formado, y en pecado me concibió mi madre (Sal. 51:5). “Todos

han pecado y están lejos de la presencia gloriosa de Dios” (Ro. 3:23 DHH). Como

ven, todos tenemos esa naturaleza desde que nacemos, por eso necesitamos un

Salvador.

Por otro lado, cuando el ser humano reconoce que necesita a Dios para ser

salvo, y se entrega a él, Dios le da “un corazón nuevo” y su Espíritu para que

haga su voluntad (Ez. 36:26). Es entonces cuando surge la tensión. Porque la

naturaleza caída, el viejo hombre, la carne, como Pablo la llama, no han

desaparecido, sigue presente. En otras palabras, hay dos naturalezas dentro del

hombre.

Tensiones

Pablo escribió gráficamente lo que sucede. Una experiencia similar a la

tuya y mía.

“Yo no me entiendo a mí mismo, porque no hago lo que quiero, sino aquello

que odio, eso precisamente hago […] De manera que no soy yo el que lo hace. Es

el pecado que está en mí” (Ro. 7:15, 17 NBD) ¿Se parece mucho a lo que nos pasa,

no? Es casi la misma experiencia de mi amigo, de quien hablé al principio. Sabe

lo que es correcto, pero es débil al hacerlo. No lo hace.

“Yo sé que en mi vieja naturaleza no hay nada bueno. Pues aunque quiero

hacer lo bueno, no puedo. Cuando quiero hacer el bien no lo hago; y cuando trato

de no hacer lo malo, hago de todos modos. Entonces, si hago lo que no quiero

hacer, está claro cuál es el problema: es el pecado que mora en mí” (Ro. 7:18-20)

“Así que, queriendo hacer el bien, me enfrento a esta ley: el mal vive en

mí” (7:12) ¡Sorprendente! El sano apóstol Pablo, el más rígido en sus

convicciones, reconoce que el mal está en él. ¡No eres el único! Hay dos

naturalezas en tu interior, la que sabe hacer lo bueno, y la que desea hacer sus

deseos.

“En mi interior, quisiera obedecer la voluntad de Dios.” También tú, ¿no

es cierto? “Pero me doy cuenta de que en los miembros de mi cuerpo hay otra ley,

que es la ley del pecado. Esta es la guerra contra mi mente, y me tiene cautivo.



Estudio 1 ¡Qué triste es el estado en que me encuentro! ¡Quién podría ayudarme!”

(Ro. 7:22-24).

¡Vencí!

Pero este mismo hombre, escribió poco antes de morir lo siguiente: “Mucho

tiempo luché incansablemente y en medio de todo me conservé fiel al Señor.

Ahora llegó la hora de dejar de luchar y descansar: Vencí. Allá en el cielo me

espera una corona, la cual el Señor me dará en el día de su regreso” (2 Tim. 4:7-

8).

Por la experiencia de Pablo, que también puede ser nuestra, podemos creer

que alcanzaremos la victoria. Pero ¿cómo? Veamos algunos consejos que él

escribió:

1) “Esto es lo que quiero decir: Dejen que el Espíritu de Dios dirija sus

vidas sus vidas, y no obedezcan los deseos de la naturaleza humana.

Porque lo que nuestra naturaleza humana de sea es contra lo que el

Espíritu quiere, y lo que el Espíritu quiere, es contra lo que la

naturaleza humana desea. Los dos son enemigos, y por eso ustedes no

pueden hacer lo que quieren” (Gal. 5:16-17 DHH). ¡Eureka! Diría

Arquímedes ¡Hemos encontrado la clave! Debido a que el Espíritu es

enemigo de la carne, se alimenta uno en detrimento del otro. No se

puede convivir armoniosamente con los dos.

2) “Los que son de Cristo Jesús, ya han crucificado la naturaleza del

hombre pecador junto con sus pasiones y malos deseos” (Gal. 5:24

DHH). En tiempos de Cristo cuando alguien iba a ser crucificado, era

declarado legalmente muerto y ejecutado, aun cuando todavía pendía

de la cruz y continuaba vivo (Alejandro Bullón, Fuerza para vencer, 60).

En otras palabras “debemos condenar nuestra naturaleza y renunciar

completa e irrevocablemente a cada tendencia natural que no está en

armonía con la voluntad de Dios” (CBA 6:981).

3) Es la medida que alimentamos la naturaleza nueva, que podemos

vencer la vieja. Siempre estaremos luchando contra ella, Elena G. de

White escribió: “No podemos decir: ‘Yo no tengo pecado’ mientras este

cuerpo vil no sea mudado y transformado a la imagen del cuerpo

glorioso de Cristo” (ST 23 de marzo de 1888). Pablo dijo algo similar en

1 de Corintios 15:50-54. Así que siempre estaremos luchando contra la

naturaleza antigua, pero cada vez menos, hasta que Cristo venga.

Cierre

La próxima vez que te veas tentado y caigas, no sientas que todo está

perdido y ya no hay solución. Busca Dios, “pues Dios, según su bondadosa

determinación, es quien hace nacer en ustedes los buenos deseos y quien les

ayuda a llevarlos a cabo” (Filp. 2:13).

En la oración, invitar a los muchachos a hacer un círculo, puede ser

abrazados o tomados de la mano, y orar comprometiéndose a cuidar lo que



Estudio 1 alimenta el alma para hacer la voluntad de Dios. Dejar un espacio para que

ellos oren en silencio y terminar la oración en forma audible.

fe vibrante

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