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Faletto, Enzo; Ruiz, Eduardo; Zemelman, Hugo. Génesis histórica del proceso político chileno. Ed. Quimantú. Santiago. 1971.

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La Crisis de La Dominación Oligarquica

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Faletto, Enzo; Ruiz, Eduardo; Zemelman, Hugo. Génesis histórica del proceso políticochileno. Ed. Quimantú. Santiago. 1971.

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I. LA CRISIS DE LA DOMINACION OLIGARQUICA

ENZO FALETTOEDUARDO RUIZ

EL SISTEMA DE PODER EN EL PARTIDO ANTERIOR A LA CRISISPARLAMENTARIA

LA ESTRUCTURA ECONOMICA

La Economía Salitrera

La vinculación de la economía salitrera con el capitalismo inglés a partir de las últimasdécadas de 1800 se establece de modo principal a través de la explotación de la riqueza salitrera, loque, naturalmente, implica otro tipo de conexiones, como se verá más adelante. Las salitrerasinglesas, que se habían constituido a través de un serie de golpes especulativos, y con lacomplicidad o anuencia de sectores nacionales, representaban el grueso de las inversiones delcapital inglés en la economía chilena y su forma de funcionamiento expresa el modo que asume ladependencia en ese particular momento. Parece evidente que la superioridad inglesa en este tipo deexplotación está basada en el control que ese capitalismo ejerce en el ámbito de la comercializacióninternacional del producto, como también se fundamenta en la disponibilidad de capitales quepermitirá la utilización de tecnologías más avanzadas. Sin embargo, un punto que merecedestacarse es el del dominio financiero ejercido por el capital inglés. La dominación que ejerció enel campo de la propiedad del salitre es casi inexplicable si no se tienen en cuenta el predominiorespecto a los grupos financieros nacionales, a los que logra asociar en forma subordinada osimplemente desplazar.

Las salitreras que aún quedaban en manos nacionales van a trabajar con un niveltecnológico más bajo y desde el punto de vista de comercialización aparecen subordinadas alesquema salitrero inglés. No debe olvidarse, sin embargo, que además de las salitreras inglesas ynacionales pueden encontrarse en este período grupos salitreros alemanes (y franceses)principalmente que tienen una significación importante y que por lo demás evidencian el contenidocompetitivo que en ese momento manifiestan los distintos imperialismos.

La economía salitrera, en su conjunto, es la fuente principal del financiamiento fiscal. Si lasubordinación nacional al capitalismo externo aparece manifiesta por el control que éste ejerce en elsistema productivo mismo, no es menor la dependencia del estado nacional en términos de susfinanzas respecto del imperialismo. Lo que con esto se quiere significar es que la alianza de clasesinterna que ejerce el poder no tan sólo está vinculada al imperialismo por la simple presencia deéste en la explotación de un sector económico, sino que además el estado –forma de expresiónpolítica de esta alianza- está subordinado a través del crédito al capitalismo inglés. Por otra parte,conviene destacar que la riqueza generada por el salitre, vía impuestos, permite a los sectoresnacionales dominantes mantener una forma de dominación –el aparato del Estado- que no implicamayores atribuciones para estos mismos grupos.

El funcionamiento de la economía salitrera tiene también importantes repercusiones enplanos no estrictamente económicos. La explotación del salitre se basa en una utilización extensivade mano de obra; el aumento demográfico de los sectores populares, los excedentes de la poblaciónrural son absorbidos por la economía del salitre. De modo que mientras funciones la economíasalitrera será posible, por este proceso de absorción, evitar la generación de conflictos con losgrupos económicos internos.

Como señalábamos, la economía inglesa no sólo se vincula con el sistema nacional a travésdel control del sistema productivo, sino que también lo hace a través de varios otros mecanismos.

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Ya se ha notado en varios estudios la importancia de la vinculación con el sistema financierobancario, pero además es importante la vinculación de los ingleses con el comercio de importación.La economía inglesa funciona no tan sólo en torno a su capacidad para controlar un sistema decomercialización mundial de los productos que importa, sino también en términos de su condiciónde exportador de productos manufacturados; la vinculación entre exportación e importación es loque define al capitalismo inglés. Este hecho lo liga a la suerte de los mercados internos de laseconomías dependientes e implica alguna forma de asociación con los sectores comercialesinternos. Tan características de este momento son las salitreras inglesas como las casasimportadoras y exportadoras de esa nacionalidad.

La vinculación de los ingleses se expresa entonces:a) por la economía salitrera misma;b) el sistema financiero;c) el sistema de comercialización vinculado al mercado de consumo interno.Dentro de este sistema el mercado interno puede definirse casi como un mercado de

consumo de productos manufacturados que se obtienen vía las importaciones. El problema para losgrupos dominantes –esto en términos esquemáticos y caricaturales- es, en lo que se refiere a sucapacidad de demanda, proveerse de las fuentes de financiamiento que le permitan satisfacerla, loque se asegura por su vinculación a la economía salitrera; respecto a los grupos no oligárquicos –esdecir, no participantes en la alianza de poder- sus presiones se intentaban resolver por medio de suincorporación a este mercado definido en términos de consumo. Lo que se intenta señalar es que aldefinir mercado en términos de capacidad de consumo, la ampliación de éste –para los gruposdominantes- no implica necesariamente la política de expansión del sistema productivo interno.Esto no significa que no existe un determinado desarrollo de sectores productivos internos, inclusoindustrial; lo que se enfatiza es que no son estos sectores los que definen el mercado.

Debe señalarse, para atenuar lo dicho, que la misma región salitrera constituyó un mercadode alguna importancia para la economía nacional. Los productos alimenticios y algunos productosmanufacturados encontraban un mercado de consumo en las salitreras, aun cuando manteníanimportancia las exportaciones desde el exterior. El rasgo que debe destacarse en la economía delsalitre es que el conjunto de la economía, tanto en lo que a bienes como a servicios se refiere,aparece en gran parte subordinado a la suerte salitrera. De modo que la dinámica de los sectoresinternos no es la más de las veces sino el reflejo de la dinámica del salitre.

Ahora bien, a pesar de estas vinculaciones, como se señaló, la economía del salitre nosignifica la no existencia de una economía interna. Es por esto que el dominio de los gruposnacionales no sólo es expresión del grado de vinculación que hayan podido establecer con elimperialismo, sino también expresión de su dominación de sectores productivos que siguen siendosignificativos en el mercado nacional. La economía agraria en este caso, pro su posibilidad deconexiones múltiples, adquiere singular relieve.

Los elementos apuntados implican entonces un complejo de relaciones entre los gruposnacionales y la economía orientada hacia el exterior. La modalidad económica de la dominacióninglesa, fundada en un sistema de exportación-importación, significa la asociación en un planoeconómico, y no sólo político, con los grupos eco nómicos internos. La subordinación de la economíanacional al salitre implica entonces, además, importantes repercusiones en el orden social. No sólo lasalternativas económicas aparecen limitadas por las oportunidades que ofrece la expansión salitrera, sinoque también las experiencias políticas -y por tanto el modo que asumen las relaciones sociales- se dan enel marco que ofrece el sistema de dominación definido por las salitreras y los grupos productivosnacionales con base de poder interno. La forma en que se ejerce la dominación sobre el proletariadosalitrero muestra algunas de las peculiaridades que asume la relación social. Los conflictos que esteproletariado tiene con las compañías, determinados por las relaciones económicas y de trabajo que ellasimponen, son zanjados por la intervención policial del Estado, en donde ésta asume el carácter de“intervención en territorio extranjero”. El Estado interviene para asegurar la continuidad delfuncionamiento de la actividad económica, en cuyo éxito está interesado. Esta actividad económica

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tiene todos los rasgos de una “concesión”: el Estado asegura a las compañías la mantención de lostérminos en los que la “concesión” fue pactada y por tanto interviene para garantizar la necesariadominación de los obreros.

Es este carácter de “concesión” lo que define la relación entre Estado y salitre. Si bien escierto que la mayor parte de los grupos que constituyen el Estado establecen alguna forma dcrelación con la economía salitrera, no significa eso que el Estado pretenda determinar de algúnmodo la política económica de las compañías extranjeras. No implica esto que no estén conscientesde la importancia interna de la “buena marcha del negocio”, pero generalmente sólo se tienepreocupación por el monto que puedan alcanzar los impuestos o a veces por la capacidad quetengan las salitreras de absorber mano de obra. Lo que se quiere enfatizar con el rasgo de“concesión” es que el Estado define una política de participación al nivel de las ganancias o“efectos secundarios” y no imprime una orientación a esa actividad económica; la relación delEstado con las compañías es una simple participación en los derechos que como Estado lecorresponden en cualquiera empresa particular.

Ahora bien, en la medida en que los grupos que conforman el Estado son socios de lascompañías, lo utilizarán para mejorar su condición en la sociedad o para asegurarle a ésta en suconjunto un máximo de posibilidades de “buen funcionamiento”. En este sentido se utilizará alEstado para crear condiciones favorables de mercado. Se crearán, por ejemplo, monopolios deventa protegidos por el Estado. Incluso este mecanismo permitirá a algunas productorasnacionales incorporarse al verdadero “trust” que forman las compañías extranjeras. La políticasalitrera adquiere el carácter de protección a la “empresa”, pero no en el sentido -por lo menosverbal- que el proteccionismo tendrá en el momento de la “sustitución de importaciones”, sino másbien porque asociados los grupos que detentan el poder con la empresa salitrera la “protegen” comomodo de asegurar una posición de privilegio. La política económica exterior del Estado enmaterias salitreras tiene un marcado carácter “empresarial”, lo que da cuenta de lo que se sugiere.

El Sistema Comercial

El carácter exportador-importador de la economía inglesa llevó a que la presencia delcapital de ese origen se manifestara preponderantemente a través de las denominadas “casascomerciales”. La casi totalidad de éstas tienen su sede principal en Inglaterra y sus agencias enmuchos de los países latinoamericanos. El abastecimiento de las explotaciones salitreras,maquinarias, productos manufacturados e incluso artículos de consumo se realizaba a través deestas “casas”, las que además proveían el mercado interno de las demandas no satisfechas por laindustria nacional, incipiente aunque existente. Fuera de esto, tales “casas” no tan só1o aparecenvinculadas al comercio dc importación y exportación, sino que también tienen fuertes intereses en clmovimiento interno de mercancías; los productos agrarios nacionales, por ejemplo, serán a menudocomercializados por estas entidades. Las operaciones comerciales, como es evidente, requerirán deuna fuente de financiamiento, por lo que la relación entre bancos y casas comerciales seráparticularmente estrecha.

Lo que interesa destacar es que esta red que incorpora actividades salitreras, agrícolas,comerciales y bancarias implica un complejo de vinculaciones entre grupos nacionales y gruposextranjeros. Sin embargo, pese a esta asociación, es manifiesto cl predominio externo, sobre todo enla comercialización. Por otra parte los valores comerciales y salitreros se cotizaban en la Bolsa deLondres, lo que aumentaba las posibilidades del control financiero del capital inglés. El control dela comercialización por los ingleses, su predominio financiero en el juego de la bolsa, etc., losconstituyen en el eje económico nacional, en donde los capitales nacionales asociados, pese a supoderío, serán dependientes del movimiento del capital inglés.

El auge salitrero y la expansión del comercio implican, como es natural, un aumento en laurbanización del país. Este fenómeno significo, como ya se señalaba, que el mercado urbano sedefiniera casi en términos de un mercado de consumo. Los grupos sociales urbanos, los sectores

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populares incluidos, pasaron a presionar fuertemente por sus posibilidades de acceso al consumo.Incluso importantes manifestaciones populares (“la huelga de la carne” en 1905) tuvieronmarcadamente ese carácter.

La existencia dc un mercado con tales rasgos condicionó el tipo de desarrollo industrial. Noes que este fuera inexistente -puesto que investigaciones económicas mas acuciosas han demostradoque tienen una importancia mayor que la que posteriormente se le supuso-, pero la tendencia fue aexpandirse en aquellos rubros en que no entra en contradicción con el sistema importador; son deimportancia las industrias alimenticias, textiles e incluso de manufactura dc herramientas simples,tanto para los trabajos agrícolas como mineros. El consumo popular urbano pareciera que tambiénfue abastecido por la industria nacional.

Las enormes diferencias en la distribución del ingreso determinaron tipos de consumo. Lasmemorias de la época muestran a la clase adinerada como trasplantando París a Santiago, lo cual escierto con toda seguridad, pero esto no significa necesariamente la inexistencia de consumos masbajos, cuya fuente de aprovisionamiento no tenia por que ser París.

El Sector Agrario

Las exportaciones dc este sector habían decaído notablemente y su significación en esostérminos, comparada con la del salitre, era mínima. Pero, a pesar de esto, la economía salitrera y elcrecimiento urbano constituyeron un mercado interno de alguna importancia. Cabe anotar, además,que en el periodo alguna parte de los capitales generados en cl salitre y el comercio se reinvirtieronen cl agro, dándose origen a formas mas desarrolladas de producción agraria. La viticultura, porejemplo, adquiere amplia difusión; además, inversiones en obras de regadío mejoran la calidadproductiva de los fundos.

Aunque parezca exagerado, la inversión más “rentable” en el sector agrario la constituyenlos inquilinos. Estos forman un poder electoral dominado por el patrón, que hace posible lainfluencia política y la participación en el control del Estado; a través de este mecanismo, controlagrario-participación en el Estado, es posible vincularse a todo el sistema económico financiero-salitrero controlado por los ingleses.

La significación del Estado en el Proceso Económico

Aunque el hecho no es absoluto, sin embargo puede decirse que mientras duró el salitre elEstado se financió en gran parte por los ingresos que éste produjo, de modo que las actividadeseconómicas internas gozaban de un régimen de franquicias excepcional. Pero pese a los ingresos salitrerosel Estado recurrió permanentemente al crédito externo; los proveedores de este crédito eran loscapitalistas ingleses, de manera que la dependencia del Estado respecto a los ingleses aparecedeterminada por la dependencia del Estado respecto a la economía salitrera y por la dependencia delcrédito externo.

Ahora bien, la economía de exportación-importación existente y el carácter consumidor delmercado sitúan al Estado en un lugar estratégico. Este tenderá a actuar como aval del sistema eintervendrá para asegurar su buen funcionamiento. Por ejemplo, los créditos estatales estarán abiertospara asegurar la expansión de las explotaciones existentes y a través de mecanismos como el régimende concesión de propiedades salitreras fiscales se tenderá a consolidar el monopolio de las grandesempresas.

Actúa también el Estado como el instrumento de distribución de la renta, en especial a travésde su capacidad para crear empleos. La ampliación de los servicios, en particular el servicio público,constituyó la forma más socorrida para proporcionar empleo a los sectores medios, y la puesta enmarcha de obras públicas, el mecanismo para dar trabajo a los sectores populares. Ya se ha señaladoen varios estudios que el Estado aparece vinculado, como asociado muchas veces, a las empresas

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particulares; basta señalar que los ingresos de las reparticiones fiscales se depositaban en bancosprivados, “asociando” de este modo los dineros fiscales al juego privado bancario.

El Sector Financiero

Aun cuando el salitre es el eje de la economía del período, la composición de la intrincadamarcha de relaciones económicas queda de manifiesto cuando se analizan las vinculaciones de unbanco.

Se reúnen en él intereses agrarios, entre los cuales se contabilizaban los votos campesinos -los que constituirán “la influencia electoral que poseía el banco ante sus clientes”-, fuertes interesessalitreros, emisiones para la Bolsa de Londres y de París y contratos con otras bancaslatinoamericanas vinculadas al capital inglés; Banco de México y South America, por ejemplo. Esasí como se expresa en la banca la asociación de los distintos intereses económicos entrelazados alas variadas formas de expresión política.

LA ESTRUCTURA SOCIAL

Sectores Económicos y Estratificación

El complejo sistema de actividades económicas implica, como es obvio, un diferenciadosistema de estratificación social. Lo que tradicionalmente se califica como “oligarquía” secaracteriza por la homogeneidad de su interés económico, de preferencia agrario, que resulta en unacierta homogeneidad política, expresada en el Partido Conservador. Lo más importante de estegrupo es la posesión de un sistema de dominación social propio. El dominio sobre la tierra es, a lavez, dominio sobre los campesinos y, por lo tanto, base electoral como para asegurar larepresentación política del grupo. Paulatinamente fueron creando toda una normatividad adecuada asus “bases de poder”, lo que les facilitará los mecanismos más convenientes para ejercer un efectivocontrol del Estado; la Ley de la Comuna Autónoma, etc. serán formas que le permitan acceder demanera ventajosa a la generación del poder. Su capacidad para incorporarse al aparato del Estadoradica esencialmente en la hegemonía que poseen en las provincias. No debe pensarse, sin embargo,que los grupos agrarios se circunscribían a esa actividad; la oligarquía se expande hacia otrasactividades utilizando precisamente su poder en el Estado.

La burguesía, por el contrario, expresa una heterogeneidad de intereses económicos,comerciales, industriales, financieros, etc. Esta heterogeneidad de intereses no implicanecesariamente la existencia de conflictos insuperables entre los distintos grupos, pero sí una ciertadiversidad de vinculaciones .políticas. El ejemplo del Partido Liberal puede contribuir a explicar elhecho. Tradicionalmente se ha pensado que el Partido Liberal expresaba los intereses de la“burguesía”; ahora bien, este partido aparece dividido en distintas fracciones que se caracterizan poralianzas o vinculaciones con grupos sociales distintos; es así como se daban alianzas entre liberalesy conservadores, liberales y radicales, etc. De esto se desprende de que si bien la “burguesía” es elgrupo dinámico de los sectores económicos nacionales, no logran establecer una estructura políticaque exprese su capacidad hegemónica de dominación. ¿Cómo explicar esto? Las actividadeseconómicas a las que la burguesía se liga pueden ser las más prósperas, pero sin embargo no lepermiten constituir una base social de dominación. Los grupos sociales a través de los cuales selegitima el sistema político, grupos rurales o urbanos, no aparecen directamente incorporados a laactividad económica de la burguesía -por ser ésta preferentemente comercial y financiera-, de modoque la expresión política de la “burguesía” tendrá que pasar por una alianza con aquellos que sítienen una vinculación directa, los sectores agrarios, dueños de la tierra y de los campesinos, o lossectores urbanos que por una forma de clientismo político dominan a los grupos medios y popularesurbanos.

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Es así como la burguesía puede constituir en algunos casos el eje de una alianza política,.pero el carácter de su propia actividad económica le dificulta imponer a los sectores medios ypopulares un tipo de relación de clases que implique necesariamente que éstas se constituyen en subase de dominación.

Tienen los sectores medios, en el periodo que se describe, un mareado carácter urbano y loque los define es su dependencia frente al Estado, tanto económica como política. Los sectoresmedios. incorporados al aparato del Estado como cuadros burocrático-administrativos, lograrán, enalgunos casos, vincularse al sistema económico como gestores de las actividades privadas -lafunción de los políticos radicales en estos casos es ejemplar- y a la vez podrán presionar en elámbito del poder político para imponer una política redistributivista que les favorezca como gruposocial. La dependencia frente al Estado es por tanto muy marcada; éste les sirve para vincularse a laeconomía y les proporciona los mecanismos para establecer una relación con los miembros de supropia clase y de los sectores populares, que por su mediación conseguirán alguna participación enla política de redistribución. La expansión de la actividad estatal, el crecimiento urbano y labonanza económica proveniente del salitre, hacen que los sectores medios se encuentren en unproceso de movilidad ascendente que. tu la medida en que la totalidad del sistema “funcione bien”,les convertirá en aliados satisfechos de la burguesía en el plano económico y del sistema políticooligárquico en su conjunto. Podemos calificar a muchos de los sectores medios de la época cornola “clase política” de la burguesía. Servirán como clase política para acopiar votos de los sectoresmedios y populares urbanos servirán como clase política en la administración del Estado, y serviráncomo clase política en las alternativas de cambio de las condiciones gubernativas de “oligarcas” yburgueses.

Los sectores populares tienen como clase un origen rural y reciente y es característica suheterogeneidad en términos de las actividades a que aparecen ligados. En las zonas urbanasmantienen significación los grupos artesanales. aunque empiezan a surgir grupos obreros in-dustriales o grupos ligados a servicios, como por ejemplo transportes o algunos servicios estatales.Son importantes también los grupos obreros vinculados a las obras públicas. El grupo máscompacto lo constituyen los mineros, tanto los de la minería del salitre como los de la del carbón.En el caso del salitre la organización minera logra incorporar al conjunto de las actividades de la zo-na, de modo que es posible ver un comportamiento similar o común para los grupos obreros de eselugar en la medida que cíe una forma u otra la suerte de todos depende del salitre, estaheterogeneidad de actividades —artesanales, industriales, de servicios, mineras—, vinculadas alreciente origen rural, implica también una cierta heterogeneidad en las organizaciones sindicales.Las de mayor peso son, evidentemente, las “mancomunales” del salitre y los sindicatos del carbón,pero su misma ubicación geográfica —entre otros factores— les dificulta el constituirse en el centrode una organización sindical de carácter nacional. Por otra parte, contribuyen a la heterogeneidadsindical los rasgos que imponen, en términos de comportamiento, las distintas actividades de losobreros. Así, por ejemplo, los grupos artesanales tienden a agruparse en forma muy parecida a comose organiza el “oficio”, por lo que difícilmente pueden constituirse en agrupaciones de masas. Losmismos movimientos populares expresan esta dificultad, aunque es innegable la capacidad demovilización en los momentos culminantes del conflicto; pasado éste, no se logra crear unaorganización permanente.

Ligado a este hecho de la heterogeneidad sindical se encuentra la falta de expresión políticapropia de los sectores populares; éstos encuentran como vía de expresión el denominado PartidoDemocrático, cuyos dirigentes pertenecen a los sectores medios y con alguna base política en lossectores populares, fundamentalmente artesanales. La política de los grupos sindicales es sobre todoreivindicativa y predominan los intereses profesionales por encima de los intereses de clase; elapoyo que electoralmente prestan a políticos de clase media está determinado por la capacidad deestos últimos para imponer medidas redistributivas al nivel del Fstado que puedan favorecer a lossectores populares. La heterogeneidad sindical influye en este hecho; el ejemplo del salitre ilustra loque se apunta. Si bien es cierto que las organizaciones sindicales salitreras tienen la suficiente

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fuerza y capacidad organizativa como para enfrentar los conflictos que derivan de la luchareivindicativa, deben pactar con el Partido Democrático para elegir un representante político que lesexprese en el ámbito del sistema parlamentario; es así como Recabarren, el líder de los obreros delsalitre, será elegido diputado por el Partido Democrático.

Los sectores campesinos no tienen, en el período que se hace referencia, identidad .política,pero constituyen, como ya se ha subrayado, la base de dominación social que legitima el poder de laoligarquía.

La Estructura Política

El sistema político que expresa la estructura nómica y social puede definirse como unsistema de dominación oligárquica, teniendo en cuenta sobre todo que se basa en la exclusión de laparticipación real en el poder de los sectores populares. Esto no implica que en alguna medida noexistan mecanismos que asimilen —tanto a los sectores medios como a los populares— al sistemaoligárquicamente controlado; pero la dominación misma tiene como supuesto la expulsión de losgrupos populares del poder. La incorporación al sistema oligárquico se hace sobre la base de lacaptación por parte de quienes mandan v controlan el sistema y, las más de las veces, sólo poralguna específica conveniencia, generalmente vinculada a los intereses económicos de los grupostradicionales. No aparece como una “apertura del sistema”, por cuanto no se trata de una verdaderaincorporación a él, sino del otorgamiento de un privilegio conveniente para ambos. La formaparlamentaria de gobierno es la que más se adecua a la complejidad de las relaciones entre laestructura económica y los distintos grupos sociales. Si de algún modo puede definirse el sistemaparlamentario es como un sistema de compensación de intereses. La fisonomía ministerial y portanto las políticas que puede diseñar el Ejecutivo, dependerán de las múltiples combinaciones quepuedan estructurarse al nivel del Parlamento; en este estarían representados todos los intereseseconómicos y sociales significativos.

Hay un hecho que conviene destacar: el funcionamiento de una estructura política de talcarácter implicó la existencia de una verdadera “clase política”, lo cual es mucho más notorio en loque a los sectores medios se refiere. Esta clase política —que si bien es cierto en alguna medidapodría representar intereses propios— deriva su poder de la capacidad de articular tu distintasalianzas los fluctuantes intereses de los grupos económicos más dinámicos o poderosos.

El sistema que se describe empezará a hacer crisis en la medida en que su base desustentación —el salitre y la dependencia de Inglaterra— comience a resquebrajarse para dar paso anuevas actividades económicas in ternas y a una dependencia externa ahora con Estados Unidos; sinembargo, se ha querido poner de relieve que la comprensión del modo político que asume la crisissólo es posible cuando se tiene en cuenta la complejidad de relaciones económicas y sociales que elsistema anterior implicaba.

LA ESTRUCTURA DE PODER Y LA CRISIS

La Economía Estatal y su Significación Política

Históricamente, en Chile, la posibilidad de establecer un sistema de dominación nacionaldepende de la capacidad de control del Estado. Ninguna “base de poder económico propio” lepermite a un grupo social establecer esta dominación al margen de las instituciones políticas. Lasrelaciones de dominación económica sólo permitirían disponer de “bases de apoyo” político, a partirde las cuales se buscan las mejores posiciones en la estructura de poder.

La gestión económica del Estado, vista desde el ángulo de los intereses de los grupos depoder, adquiera especial importancia, por la posibilidad de su instrumentalización política. ElEstado aparece como el principal sostenedor de la capacidad adquisitiva del mercad interno; otorga

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los privilegios y concesiones nacionales y extranjeras; concentra importante caudal del créditointerno y externo; es la fuente principal de empleo; nutre importantes sectores de la actividadproductiva nacional, y es el mecanismo redistributivo por esencia.

La importancia económica del Estado denota claramente una doble dimensión. Por unaparte, el gasto fiscal está en íntima conexión a la posibilidad de los sectores de poder de obtenerlegitimidad política, y, por la otra, es la ingerencia en el poder político lo que permitirá a losdiferentes grupos consolidar sus intereses económicos, sobre todo cuando éstos dependenfundamentalmente de las características que adopten las vinculaciones con las formasimperialistas dominantes.

La crisis salitrera afecta de manera significativa el financiamiento de la actividad fiscal.El papel de sostén le la economía de mercado, que ejercía el salitre a traes del Estado, aparecesensiblemente lesionado, con lo cual se afecta la base infraestructural de todo el sistema. Nicapacidad para crear condiciones monopólicas de funcionamiento de la economía; de manipulaciónde la a distribución de los ingresos; de mantención de política de empleo, etc., aparece seriamentecomprometida.

Los grupos que aprovechaban su detentación del poder para mantener una política .fiscalque contribuyó a legitimar su situación, se resienten por la dificultad de hacer frente alfinanciamiento de un Estado omnipotente en las relaciones económicas internas. En la práctica, lasmedidas económicas requeridas para mantener esta legitimidad expresaban, en alguna forma, uncontenido redistributivo.

Por la estrecha dependencia que del Estado tienen los intereses económicos y políticosprivados, la crisis salitrera hace menester que, unida a sus intenciones hegemónicas, los grupos enpugna busquen formas de financiamiento fiscal. La estructura de la economía de la época, así comolos contenidos ideológicos de los grupos de poder, orientan la búsqueda de los recursos necesariosen las vinculaciones de dependencia del capital extranjero. Los grupos terratenientes tradicionalesaparecen manteniendo sus vinculaciones con el imperialismo inglés, debilitado después de laPrimera Guerra Mundial y en nuestro país especialmente, por la crisis salitrera. Por otra parte, losgrupos dé contrapoder, encabezados por una pequeña burguesía naciente, aparecen interesados en lavinculación con el imperialismo norteamericano. Es el período en que los intereses norteamericanosarbitran formas más importantes y privilegiadas de explotación en nuestro país, sobre la base deldesplazamiento del ya esmirriado poder del imperialismo inglés.

LA ESTRUCTURA DE PODER Y LOS GRUPOS SOCIALES

La nueva dimensión del conflicto: oligarquía y burguesía.

Es importante hacer notar que la incorporación de la economía salitrera, en un contexto dedependencia que tiende a generar un sistema de economía de mercado, había logradopaulatinamente debilitar la base estructural de la dominación tradicional. La economía agraria deltipo “hacienda” había ido perdiendo su carácter cerrado y “feudal”. Las exportacionesagropecuarias declinaban sin cesar. La mano de obra salitrera se reclutaba de preferencia en eltrabajador campesino de la zona central.

El debilitamiento económico del Estado, producido por la crisis salitrera, atenta contra ladominación “legítima” del grupo terrateniente tradicional. Su capacidad prebendaría y deotorgamiento, su capacidad de empleo, su poder de mantención de una expectativa de consumo enel mercado, etc., tienden a declinar, y con ello a aumentar las posibilidades de conflictos einestabilidad. A esto debemos agregar las dificultades provenientes del debilitamiento económicode las actividades periféricas al salitre, comerciales, financieras, industriales, etc., que les permitíansus mayores ingresos y que implicaban una estrecha vinculación con los intereses británicos.

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La crisis salitrera, en suma, conlleva la crisis de las formas oligárquicas de dominación,ejercidas por los grupos terratenientes tradicionales a través del Estado. El sistema descansaba, poruna parte, en su capacidad de contar con una base de apoyo interno, otorgado por la propiedad de latierra, y, por otra, en sus vinculaciones con el imperialismo inglés, que controlaba la explotaciónsalitrera.

La declinación de los grupos terratenientes tradicionales, que hasta 1920 constituíanclaramente el eje de poder político y económico, permite a los grupos sociales “periféricos” alsistema, que cumplen funciones eminentemente “burguesas” y “administrativas”, asumir lacaracterística de “grupos de contrapoder”, situación que se mantiene durante casi toda la década delveinte. Se trata de aquellos sectores que aprovechan los manejos económicos del estamentotradicional, en cuanto significan una “apertura del sistema”, generalmente de conveniencia paraambos. Surgen unos —burguesía— al amparo de las explotaciones mineras, de las actividades co-merciales, o de las especulaciones propias de las actividades financieras de la época. Otrosprovienen de la actividad del Estado, que vitaliza poco a poco a los sectores medios, los que llegana adquirir alguna importancia política, que, sin embargo, es notoriamente más relativa y precariaque la del grupo anterior, y que sólo aparece tomo una cooptación necesaria al sistema. Suslimitaciones expresan la ausencia de un caudal de apoyo propio, a lo menos al comienzo.

Al momento de la crisis, la naciente burguesía aparece subdividida en grupos que buscanlas formas más convenientes del momento, para sortear la quiebra que la crisis salitrera les puedaocasionar, en la medida que las fuentes de sus ingresos estaban estrechamente relacionadas a lasactividades económicas de los estratos tradicionales, dependientes de la economía salitrera.

La vinculación de estos sectores a los intereses extranjeros se hace a través de vías yposibilidades otorgadas por quienes detentaban el control de esas conexiones. Esta situación dedependencia indirecta les facilitará su desvinculación táctica al momento de la crisis del enclavesalitrero. Por otra parte, al no controlar directamente los mecanismos de poder, que en el régimenoligárquico permitían el acceso al Estado, tienen, al momento de la crisis, mayor flexibilidad derelación con los sectores emergentes. Aparecen menos vinculados a la imagen opresora del Estado.Es el caso de los sectores más “liberales”, vinculados al sistema anterior pero, por sobre todo,usufructuarios de sus potencialidades económicas.

Esta mayor flexibilidad, atribuible a la incipiente burguesía nacional, que empieza aaparecer con una personalidad distinta de sus progenitores y protectores oligárquicos de la víspera,no sólo es apreciable en sus alianzas políticas internas, sino especialmente en sus relaciones con losintereses extranjeros. El capitalismo norteamericano, que en el ámbito latinoamericano buscareemplazar de modo definitivo la influencia imperialista inglesa, encuentra en ellos un aliado,necesario para la penetración económica en Chile, que comienza por lo empréstitos, absolutamenteindispensables para mantener el nivel del gasto fiscal, requerido por los nuevos grupos de poder alos efectos de su propia estabilidad política. Las características de la nueva dependencia económicase imponen desde fuera en la medida que el contexto nacional lo requiere para consolidar una nuevaestructura de poder.

Esta capacidad de diferenciación les permite una mayor flexibilidad política, que latraducen en proyectos populistas, al encabezar movimientos policlasistas, con sectores medios ypopulares, como la “alianza liberal” que en el año 1920 postula la candidatura de Arturo AlessandriPalma. Su mayor capacidad de alianza les permite poder reflejar, en un momento dado, las reivin-dicaciones democráticas de los sectores medios, así como también la necesidad de solucioneseconómicas de los sectores populares, derivada de la crisis salitrera. Este bloqueo .político y socialse enfrenta a los sectores que aparecen más identificables con el sistema político oligárquico yvinculados al sistema del capitalismo inglés. Es dable hacer notar, no obstante, que en la Unión Na-cional se mantienen grupos no pertenecientes al sector más tradicional, pero que sin embargodefienden a través de ellos sus vinculaciones con el capital inglés.

Esta burguesía emergente busca el establecimiento de un sistema propio de relacioneseconómicas, incluyendo naturalmente aquellas con el capital extranjero que le permitan, como es

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necesario en el marco de la dependencia, su fortalecimiento como sector económico de podernacional. En este caso la crisis salitrera y la quiebra mundial del imperialismo inglés, después de laPrimera Gran Guerra, permiten su vinculación con el imperialismo norteamericano. Esta nuevadependencia les posibilitan afincarse como grupos económicos, y como tales pretenden suafianzamiento en el .poder.

Las crisis de gobierno producidas durante el periodo de Alessandri parecieran reflejar losintentos de reivindicar el poder de los sectores oligárquicos, los cuales, a pesar de la crisis,mantienen importantes bases económicas políticas. Las medidas que aparece propiciando el nuevogobierno, sin duda atentan directamente contra sus intereses. Por una parte, las reformas a lanormatividad existente, que reflejan una modificación de los mecanismos de poder y unaampliación del sistema político, liquidan de modo concluyente sus posibilidades de control delaparato político. Por otra parte, las medidas económicas tienden a someterlos al poder económico delos sectores nuevos que se apoderan de los mecanismos del Estado. Su capacidad de lucha aun semantiene fuerte, lo que significa que el período comprendido entre 1920 y 1926 no se caracterizasino por una disputa de algunos grupos que pretenden lograr definitivamente el poder en hombrosde los sectores medios y populares y otros que buscan los medios para defenderse de la crisiseconómica que significa también en su repliegue político.

El rol de las clases medias

Al parecer las clases medias chilenas no están plenamente ajenas, en su comportamientopolítico, a los esquemas de análisis que han surgido en Latinoamérica. Se trata de sectores que enun comienzo podríamos asimilar a las “viejas clases medias”. Pertenecen, periféricamente, alsistema tradicional y en alguna forma le deben su surgimiento y constitución. Es posible verlos pre-sentes en el aparato del Gobierno sirviendo de elemento de corroboración de una legitimidadesencialmente tradicional. Su importancia, desde este punto de vista, es más clara por elsurgimiento de sectores populares, que requieren de gestores políticos, que, a su vez, funcionalizand eventual conflicto que se le pueda presentar al régimen tradicional. Forman una especie de clasepolítica necesaria al sistema. Su presencia en el sistema político no significaba otra ventaja que lade ser tímidos voceros de las esperanzas de sectores medios más nuevo o de ser juecescomprometidos de las injusticias de la dominación excluyente que predominaba.

Sus manejos económicos estaban estrechamente vinculados al sistema imperante, a costadel cual hacían negocios y se enriquecían. Sin embargo, postulan una ideología que buscamodificaciones formales del sistema político, y que aparecen como las reivindicaciones funda-mentales en un período de represión, excluyentes de las demandas de los sectores sometidos. Estacaracterística los hace mas flexibles a soportar los embates de la crisis.

La vieja clase media adquiere mayores posibilidades de lograr una fisonomía propia, enespecial cuando nuevos sectores comienzan a emerger en el ámbito estudiantil y profesional, conuna ideología democrática y libertaria, que recibe el respaldo de los sectores populares emergentes.Sin embargo, no se transforman todavía, sobre todo en la década del 20, en el sector social másdinamizador del proceso, quedando esta función radicada de preferencia en los sectores queaparecen con características más definidamente burguesas, como ya lo hemos expresado.

Es importante destacar la permeabilidad demostrada por la “vieja clase media”, que logra,en aras de su supervivencia, fundir sus intereses con los de los nuevos sectores, que buscan unamayor autonomía. Se aprecia con claridad la ausencia de un intento de conflicto que busque eldesplazamiento del grupo menos fuerte. De alguna manera se hacen mutuamente indispensables.Los sectores medios más tradicionales requieren de la mayor capacidad demostrada por la “nuevaclase media” de vinculación y expresión de los intereses populares, absolutamente necesarios comobase de apoyo a sus postulaciones de poder. A su vez, esta “nueva clase media” aprovecha lasvinculaciones económicas y la capacidad administrativa y política de sus antecesores más tradicio-nales.

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En ese primer momento cumplen, por una parte, el papel de puente ideológico y social entrela burguesía emergente y los sectores populares, lo cual permite su fortalecimiento político, al serindispensable por sus vinculaciones a cualquier política populista que pretendiera serantioligárquica; y, por otra parte, facilitan la organización y desarrollo de los agentes popularessindicales y políticos.

Su contenido ideológico, muy influido por ideas positivistas, no aparece, en todo caso,claramente definido, en especial en relación con la situación de dependencia de la economíanacional, y frente a la entrada del capitalismo norteamericano, que se empieza a consolidar con elnuevo esquema político posterior a la crisis. La pugna por la democratización del sistema político,eliminando aquellos rasgos discriminatorios que eran la expresión de la dominación oligárquica,constituye el contenido político de las clases medias que surgen como fuerzas en la década del 20.La República Parlamentaria aparece como el sistema de gobierno representativo de una situaciónopresora y discriminatoria. En lo formal, el régimen presidencial, el voto directo, la mayor amplitudde la base electoral, aparecen como medidas democratizadoras del sistema. Además, la entrega demayores atribuciones al Poder Ejecutivo, así como su irresponsabilidad ante el Congreso, surgencomo necesidades importantes para terminar con la participación de los pequeños gruposeconómicos, que desde sus bancas parlamentarias pretendían influir en las decisiones políticas, enfunción de sus intereses específicos. Se estima que la mayor estabilidad política que puede lograr ungobierno presidencial redundará, en definitiva, en beneficio de los sectores colocados en la base delsistema. El régimen presidencial constituye la expresión más cabal de la nueva estructura de poderque pretende la burguesía, al darles a los más altos status de poder un grado de capacidad dedecisión que les permitirá controlar los procesos políticos, económicos y sociales, debidamentecubiertos con una pretendida mayor amplitud v participación política de los sectores populares ymedios que aparecen legitimando el nuevo sistema.

Con todo, su rol como agentes modernizadores no va más allá de las modificaciones de laestructura formal del Estado ya expresada.

Sus rasgos más característicos estarían en sus vinculaciones al proceso de consolidación delos intereses económicos de la burguesía.

Participación de los militares

La lucha de todos los sectores por salvarse del pago de la crisis destruye orgánicamente lospartidos, permitiendo múltiples alianzas, algunas muy efímeras y circunstanciales, entre los gruposoriginados por estas divisiones. Se limitan de modo considerable las posibilidades de ejercer ungobierno con un mínimo de estabilidad. Recordemos que aún se vive en la República Parlamentaria,en que el Ejecutivo es responsable ante el Congreso. Las especulaciones económicas adquieren unritmo acelerado y se practican desembozadamente. La anomia política legitima todo procedimientoen defensa de los bastiones económicos amenazados, quedando la impresión de estar sujeto el .paísa los vaivenes de las circunstanciales alianza? parlamentarias de grupos audaces, que defiendenlesionados por la crisis, o que buscan la entrega del país a nuevos intereses extranjeros.

Una de las expresiones de la crisis política la indica la incapacidad de los partidos pararepresentar los intereses de los grupos económico-sociales que, de alguna manera, constituyen losactores del proceso: la oligarquía y los emergentes grupos burgueses y medios. Los viejos partidos,que hasta entonces constituían sus agentes, no logran unificar los intereses contradictorios de losdistintos grupos que pugnan por su supervivencia o por el poder.

Frente a esta situación aparece el Ejército como la institución más íntegra y que puede pasara comandar el poder “en aras de los intereses nacionales”. Sin embargo, dentro de sus filas, dealguna forma, se reedita la situación anterior. La oligarquía trata de servirse de los altos mandos quele pertenecen como clase, pretendiendo usar a través de ellos al Ejército para recuperar el poder.

Por otra parte, surge en las filas del Ejército un sector medio que pugna por soluciones deorden y de estabilidad. Representa a grupos de la oficialidad del Ejército no vinculados ni

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provenientes de los sectores más tradicionales, los cuales dentro de la institución clasista que es elEjército de la época no tienen posibilidades de ascenso hasta los más altos mandos. Su situacióninterna, amén de las condiciones políticas imperantes, les permiten emerger en representación deintereses no profesionales y sus reivindicaciones pretenden representar a los sectores de la clasemedia y populares, que hasta entonces eran claramente utilizados en las disputas por el controleconómico y político.

Los sectores populares

En el momento de la crisis, los sectores populares aún carecen de agentes representativospropios, que signifiquen una expresión masiva de sus intereses. Sin embargo, la gran concentraciónobrera a que da origen la explotación del salitre permite el surgimiento de una conciencia, entérminos de su potencialidad de acción, que de alguna manera se manifiesta, generando represionesviolentas, expresión del intento excluyente que significa el sistema de dominación imperante.

El incipiente desarrollo de sus organizaciones de tipo sindical y político les impide ejercerpresión sobre la base de sus propias necesidades. Ellas deben representarse, por consiguiente, alnivel del sistema, por aquellos sectores medios o “burgueses” con mayores posibilidades de alianzay vinculación, sufriendo las deformaciones propias de sus ideologías.

El sistema económico mercantil, así como la actividad del Estado, habían generado un flujohacia las ciudades que dio origen a una importante corriente de urbanización; lo cual se agudiza eneste período con el desmantelamiento de las salitreras. Esta situación urbana configura un elementodescontrolado y antagónico a los intereses de los sectores tradicionales y su estructura de poder.Aumenta así la capacidad de maniobrar de los sectores ubicados en posiciones expectables en elesquema de contrapoder, teniendo la real posibilidad de contrarrestar el poder provincial de lossectores tradicionales. Sus alianzas y representaciones tienen el sello de la postulación por unamayor amplitud del sistema.

En suma, la gran reivindicación del momento es la necesidad de una mayor participación,que adquiere para todos los sectores dimensiones distintas, propias del mismo contexto. Para lossectores burgueses y medios cada vez más fortalecidos, la mayor amplitud les permite adscribirse aposiciones sociales y económicas mejores, y contar con una base de apoyo constituida por lossectores populares. Sus posibilidades de reconstrucción económica aparecen nuevamentedependientes de la economía pública y de las vinculaciones que es posible establecer, través delEstado, con el imperialismo.

Para los sectores populares, la apertura del sistema constituye, por una parte, unaposibilidad de presión de las decisiones políticas, es decir incorporándose al sistema, perofundamentalmente adquiere el rasgo de una importante significación económica. El Estado tambiénaparece para estos sectores como omnipotente en la posibilidad de solución de sus necesidades másurgentes. La crisis salitrera, con el desmantelamiento de sus oficinas, la paralización de obraspúblicas, la cesación de actividades terciarias, como transporte y comercialización del salitre, y delflujo de artículos importados, a que su ingreso daba origen, hacen que los sectores populares sientanmasivamente, más que ningún otro, la crisis económica. La pauperización creciente y la cesantíacontribuyen a crear la imagen del Estado como único agente eficaz en la solución de las urgenciaseconómicas populares. Se postula la necesidad de que reasuma su carácter empleador yredistributivo.

Los sectores populares no aparecen con otra posibilidad que la de servir de “base de apoyo”a los sectores medios y a la burguesía incipiente que buscan el poder, depositando en esa alternativasus esperanzas inmediatas.