factores psicosociales que influyen en la inserción

Factores psicosociales que influyen en la inserción laboral de ex reclusos hombres.

La perspectiva de empleadores y ex presidiarios

Yennifer Angélica Bracho Garzón [email protected]

Artículo de investigación presentado para optar al título de Psicólogo

Asesor: María Elena Díaz Rico, Magíster (MSc) en Psicología Social

Universidad de San Buenaventura Colombia

Facultad de Psicología

Psicología

Santiago de Cali, Colombia

2019

Citar/How to cite (Bracho, 2019)

Referencia/Reference

Estilo/Style:

APA 6th ed. (2010)

Bracho (2019). Factores psicosociales que influyen en la inserción laboral de

ex reclusos hombres. La perspectiva de empleadores y ex presidiarios.

(Trabajo de grado Psicología). Universidad de San Buenaventura

Colombia, Facultad de Psicología, Cali.

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FACTORES PSICOSOCIALES QUE INFLUYEN EN LA INSERCIÓN LABORAL... 3

Resumen

La presente investigación tiene como propósito identificar los factores psicosociales que

influyen en la inserción laboral de los ex reclusos hombres de la ciudad de Cali, siendo esta

comprendida desde la perspectiva tanto de los empleadores como de los mismos ex presidiarios y

abordada de acuerdo a los planteamientos de la psicología social. Se realiza un estudio cualitativo

donde se aplican las técnicas de la entrevista semiestructurada y el ejercicio de completar frases

propuesto por Gonzalez (2005; mediante este se concluye que el proceso de inserción laboral de la

pobaclión en mencion no va en línea recta, sino que esta se compone de un conjunto de factores

del context laboral, sociales, personales y penales que han sido producto del proceso de

socialización que cada uno de ellos ha experiementado en el transcurso de su vida y que a su vez

influyen tanto positiva como negativamente en las posibilidades de acceso.

Palabras clave: Inserción laboral, Ex reclusos, Psicosocial

Abstract

The purpose of this research is identify the psychosocial factor influence the labor insertion

of exmale inmates in Cali city, which is understood from the perspective of employers and

exinmates and addressed according to the approaches of social psychology. Is a qualitative study;

the techniques semi-structured interview and the exercise of completing sentences proposed by

Gonzalez (2005) are applied. It concludes that process of labor insertion of pogoclion in mention

does not go in a straight line, because it is composed with a set of labor, social, personal and

criminal context factors that have been producto of socialization process each of them has

experienced in the course of their life and it also influence positively and negatively the possibilities

of Access.

Keywords: Labor insertion, Ex prisoners, Psychosocial


Introducción

Se habla de inserción laboral refiriéndose al proceso de incorporación a la actividad

económica de un individuo, en el cual dada las exigencias del mercado se requieren un conjunto

de características particulares según el cargo o puesto al que se aspire; esta además, conlleva una

situación de estabilidad donde no solo basta con salir del desempleo, sino que también es necesario

presentar una probabilidad alta de permanecer en tal ocupación (Donoso & Figuera, 2007). Sin

embargo, la competencia profesional y/o la falta de ofertas laborales actúan como una dificultad

para conseguir empleo y por tanto adquirir un grado de mantenimiento en él, presentándose un

incremento de estas cuando la persona interesada pertenece a un grupo que se encuentra en riesgo

de exclusión social, tal como es el caso de quienes culminan la sentencia privativa de libertad o

están a punto de hacerlo.

Ahora bien, aun cuando los centros penitenciarios por medio de los programas de educación

interna buscan promover la inclusión social y laboral a través de la distribución equitativa de

oportunidades al colectivo privado de libertad, los logros alcanzados se han visto permeados por

factores negativos que influyen en tal dinámica como lo es la crisis económica, razón por la que

las instituciones "se han visto obligadas a reducir gastos en la implementación de rehabilitación”

(León & Chaya, 2011, p. 29).

Por otra parte, si bien en Colombia las prácticas de Responsabilidad Social Empresarial

(RSE) generan beneficios tributarios para las empresas que las llevan a cabo, existe un sesgo social

relacionado con la contratación de ex presidiarios debido a los juicios de valor que se ejercen sobre

esta población (Ruiz, 2010), surgiendo una negación hacia la posibilidad de hacer al ex recluso

participe de un proceso de selección en el que mínimamente este pueda ser entrevistado.

Dichas prácticas de RSE son entendidas como los actos que repercuten de manera positiva

a los grupos sociales implicados directa o indirectamente con la actividad comercial de la empresa

(Cajiga, s.f); la implementación de estas lleva consigo beneficios productivos para la organización

como la valoración de la marca por parte de los consumidores y ventajas económicas sobre los

impuestos, al reducir el valor exigido legalmente sobre la declaración de renta.

A continuación, se realiza un balance teórico de investigaciones relacionadas con la

temática de la inserción laboral en las personas que han sido privadas de la libertad, teniendo en

cuenta a su vez estudios relacionados con los factores que inciden en la misma, la funcionalidad de


los programas penitenciarios y las variables que al influir en la reincidencia presentan relación con

las posibilidades del establecimiento de un vínculo laboral.

Desarrollo del tema

Se realiza un balance teórico de investigaciones relacionadas con la temática de la inserción

laboral en las personas que han sido privadas de la libertad, teniendo en cuenta a su vez estudios

relacionados con los factores que inciden en la misma, la funcionalidad de los programas

penitenciarios y las variables que al influir en la reincidencia presentan relación con las

posibilidades del establecimiento de un vínculo laboral.

Frente a los factores que influyen en tal inserción se encuentra que la motivación es una de

las variables de primer orden, ya que la forma en la que las personas sientan su inserción será

decisiva para que estas la lleven a cabo de forma adecuada (Villamuera, 2014). También, uno de

los aspectos más relevante desde la perspectiva de quien emplea corresponde al tipo de delito

cometido, donde quienes presentan menor posibilidades en este campo son los delincuentes

sexuales y los reincidentes (Ruiz, 2010), razón por la que las actitudes más favorables hacia la

contratación se presentan hacia los infractores primarios, específicamente jóvenes y mujeres.

A su vez, Martínez (2013) distingue dos clases de factores fundamentales para la reinserción

laboral: individuales y sociales; dentro de los individuales se encuentra la edad, el género, la

motivación y la experiencia laboral, y dentro de los sociales, los estereotipos que se tienen en una

comunidad sobre las capacidades y rasgos personales de los reclusos, y los lazos sociales que estos

presenten, evidenciando así que aquellos con mayores vínculos interpersonales son quienes mayor

posibilidad tienen de encontrar empleo al hacerlo mediante conocidos, familiares o antiguos jefes

para quienes ya habían laborado; lo anterior se dificulta para los jóvenes al contar con poca o

ninguna experiencia de trabajo previa pero aun así Ascuntar (2015) plantea que los ex reclusos

con poca formación y/o trayectoria laboral, no presentarían mayores dificultades para la reinserción

en el mercado laboral, “al centrar su demanda en empleos manuales con pocas exigencias de

cualificación” (p.17).

Por otra parte, autores como De Alós, et al (2011) al cuestionarse sobre la funcionalidad

que tienen los programas de formación dentro de las cárceles con relación a las posibilidades de

reinserción y capacidades de adaptación después de su liberación, exponen que los programas de


trabajo solo pueden ayudar a los presos que se encuentran motivados para no delinquir de nuevo,

sin dejar de reconocer que este contribuye a que puedan pasar mejor tiempo en prisión evitando

situaciones sociales conflictivas; en relación a ello Palummo, Mangarelli, & Podestá (2011)

muestran que las personas reclusas que se encuentran desarrollando una actividad educativa en los

centros de rehabilitación de Guatemala, se desenvuelven en el área de trabajo con amplia libertad,

no siendo supervisadas más que por el mismo personal de dicho espacio y sin recibir órdenes en

cuanto a la forma como desarrollan las tareas, lo que conlleva a que se fomente el nivel de

autonomía en ellos tanto para enfrentar las exigencias del mercado como para aprender a distribuir

sus responsabilidades.

Finalmente, se muestra que uno de los miedos más significativos que tienen los internos

cuya voluntad dentro de la cárcel es el cambio personal y las posibilidades de reinserción

sociolaboral, corresponde a la reincidencia (León & Chaya, 2011), dentro de la cual una de las

causas de la misma es el señalamiento social que reciben los ex reclusos al ser reinsertados, ya que

estos como lo menciona P. Martínez (2014) son estigmatizados por la ciudadanía y por ello nunca

terminan de cumplir su condena sino que viven el día a día con un rol impuesto, con la impotencia

de no poder deshacerse de él. Así pues, el rechazo y las pocas oportunidades que brinda la sociedad

a esta población hace que los estándares de reincidencia se incrementen, al “no contar con

posibilidades de carácter económico y social para satisfacer sus necesidades básicas” (León &

Chaya, 2011, p. 34).

Otro factor importante en la no reincidencia corresponde según manifiestan Aguilar,

Càrcamo, Morales, Sosa, & Welsch (2015) al empleo que el ex interno adquiera despues de su

libertad, puesto que las posibilidades de recaer en conductas delictivas son menores para aquellos

reclusos que logran vincularse laboralmente al egresar de prision, independienteme de si adquieren

o no puestos de baja cualificacion.

Si bien existen diversos proyectos desarrollados en Colombia relacionados con el tema

penal, estos se han enfocado prioritariamente en la reinserción social y en la evaluación de la

funcionalidad del trabajo penitenciario colombiano, siendo pocos los estudios de inserción laboral

abordados desde la disciplina de la psicología, y aun menor los llevados a cabo en la ciudad de

Cali; se encuentra además que la mayor parte de las investigaciones son desarrolladas en España

desde la perspectiva de la sociología y el trabajo social.


En Colombia, se encontraron 118.884 personas que fueron privadas de su libertad para el

año 2017, de las cuales 16.841 residían dentro del Valle del Cauca siendo este el departamento

colombiano con mayor número de reclusos, en el que a su vez se presentan alrededor de diez

personas hombres y mujeres, que salen diariamente de la prisión en búsqueda de oportunidades y

de una reintegración tanto social como laboral dentro de su contexto; no obstante estos presentan

una serie de barreras para su logro relacionadas con la carencia de requerimientos demandados en

el mercado de trabajo y la marginación social (INPEC , 2017).

Aunque los centros penitenciarios en Colombia tienen como fin garantizar el derecho al

trabajo lo cual implica oportunidades efectivas del mismo para los reclusos en las que deben recibir

una remuneración adecuada, el tipo de actividad desempeñada por un interno durante su tiempo

de reclusión es de muy poca utilidad para este ya que no le permite desarrollar aquellas habilidades

que son exigidas para ingresar y mantenerse en el contexto laboral (León & Chaya, 2011); por ello

resulta necesario indagar sobre las variables que inciden en tal inserción en Cali, Colombia,

específicamente en los jóvenes hombres al ser estos el mayor número de personas privadas de la

libertad en el Valle del Cauca, pensándose a su vez qué sucederá con aquellas personas que salen

de la cárcel cuando su proceso de reintegración social se dificulta, y la inserción laboral se ve

atravesada por juicios sociales; en otras palabras, se debe conocer aquello que facilita u obstaculiza

la vinculación de estos al mundo del trabajo y que no corresponden únicamente a aquellas

características que son evaluadas en la contratación en sí misma, sino a todos aquellos factores de

la vida y experiencias del ex recluso que están antes de su participación en un proceso de selección

pero que terminan siendo determinantes dentro del mismo.

Metodología

El enfoque implementado dentro del trabajo fue cualitativo ya que se recogieron datos

subjetivos como opiniones e ideas que denotan una significación concreta para cada persona, en

este caso en lo que concierne a la inserción laboral. El tipo de estudio según el grado de profundidad

fue descriptivo puesto que se buscó caracterizar los factores psicosociales que influyen en la misma

de acuerdo al discurso de cada participante, empleando además un alcance de tipo diagnostico al

analizar dicha incidencia.


El tiempo del estudio fue transversal ya que se recolectaron los datos en un tiempo único;

las técnicas que se utilizaron fueron la entrevista semiestructurada y el ejercicio de completamiento

de frases (Gonzalez, 2005). La entrevista se realizó a ex reclusos y empleadores con el propósito

de generar encuentros repetidos orientados a entender las perspectivas de los participantes. En un

primer momento se realizó una entrevista piloto a uno de los ex reclusos con el objetivo de evaluar

la funcionalidad del instrumento; consecuente a ello se desarrolló con los demás ex presidiarios

para recopilar información detallada acerca de las variables que según su experiencia y percepción

han influido en los procesos de selección de los que han participado. Posteriormente se continuó

con el encuentro con los empleadores, el cual inició con el ejercicio de completamiento de frases

para así obtener y producir información relacionada con la percepción y disposición frente a la

contratación de un ex recluso, de manera tal que las opiniones que surgieran dentro del mismo

fueran reafirmadas consecuentemente con los datos arrojados por el empleador durante la

entrevista.

Se contó con ocho participantes, tres de ellos ex reclusos hombres y cinco empleadores,

uno de ellos del sector publicitario, uno del sector de la estética, y los demás del sector electrónico.

Los anteriores fueron escogidos de manera no probabilística; para los ex presidiarios se emplearon

los siguientes criterios de selección: hombres que se encuentren en la adultez temprana

específicamente aquellos entre 20 a 29 años de edad, que hayan pertenecido a cárceles de la ciudad

de Cali y que hayan participado tras su salida en uno o varios procesos de selección de personal;

para los empleadores la característica de elección fue que ocupen un cargo relacionado con la

contratación de personal y que laboren en empresas medianas que se encuentren en proceso de

crecimiento y que cuenten con más de 10 trabajadores.

Previamente a la colaboración de los participantes, se les entregó un consentimiento

informado por medio del cual se les explicó el funcionamiento de esta, al igual que los posibles

riesgos y garantías de la misma.

Resultados

A continuación, se presentan los resultados obtenidos de las entrevistas realizadas con los

ocho participantes a través de las tres categorías iniciales, las cuales son: competencias personales

de los ex reclusos, actitudes de los empleadores y componentes del contexto laboral; teniendo


presente también las respectivas subcategorías que surgieron a partir de los discursos de los sujetos.

1

Tabla 1

Características personales de ex reclusos.2

De manera general y como primer aspecto a resaltar, se observa que ninguno de los tres

participantes presenta un nivel educativo superior al bachillerato, encontrándose incluso, que

Armando únicamente realizó sus estudios hasta la primaria. En cuanto al factor personal se

evidencia que se les dificulta reconocer sus cualidades como persona, pero si logran identificar con

facilidad sus debilidades como lo es por ejemplo la sensibilidad según lo manifestado por Oscar,

estas, son a su vez características que presentan relación con el acto delictivo cometido, donde para

el caso de Armando, por ejemplo, el rencor como una de sus debilidades fue aquello que le

incentivó a cometer un homicidio: “yo soy muy rencoroso. Eso fue lo que me hizo ir a la cárcel,

¿si ve? Porque yo me dejo llenar mucho de odio”.

En lo que concierne a la socialización después de salir de prisión, se muestra que los ex

reclusos comienzan a vivir en un barrio diferente debido a la necesidad de presentar una protección

o mayor seguridad al residir en un lugar donde las probabilidades de encontrase con quienes

1 Los nombres de los sujetos plasmados en la tabla corresponden a seudónimos 2 Los bloques resaltados con color dan cuenta de las respuestas similares de manera horizontal arrojadas por cada

participante


tuvieron conflictos sociales antes de su ingreso a prisión sean menores, y a su vez donde las

personas al no conocerlos, no tengan conocimiento sobre su pasado judicial y por tanto no los

estigmaticen como delincuentes; lo anterior debido a que el desprecio manifestado por las personas

del común y la actitud y/o falta de apoyo de la familia, específicamente en el caso de Omar, actúan

como un factor de riesgo para la reincidencia tal como él lo manifiesta: “en estos diitas me dio por

ir al barrio donde yo hice tanto daño y como allá hay unos primos me dio por visitarlos, entonces

mi tía me dijo que, una tía que supuestamente me quiere bastante y es mi familia y todo, ¿no? Me

dijo que no volviera más a la casa, entonces es algo que me ha como pateado ¿oís?”.

Tabla 2

Conocimientos para el trabajo

En lo que concierne al factor laboral, los tres participantes coinciden en que el trabajo es

importante para la vida para poder conseguir dinero “es importante, porque si uno quiere vivir

bien, usted necesita la plata ¿y cómo se la gana? pues trabajando” (Armando) y por tanto tener

una posición social aceptada; sin embargo, aunque estos manifiestan una motivación para trabajar

tal como lo expresado por Omar: “quiero ser alguien, quiero… ya no quiero quitarle a la gente,

como decir matándolos o robándoles. Ya no quiero eso, quiero como decir… ya saber que es

ganarse la verdadera plata” los empleos que consiguen tras su salida de la prisión presentan

características informales donde no se establecen contratos laborales o civiles y la duración de los


mismos es corta, siendo tres meses el tiempo máximo trabajado según lo expuesto para el caso de

Armando.

A su vez, antes y después de la privación de la libertad, dichos ex reclusos manifiestan que

sus posibilidades de inserción, al igual que los sitios en los que han logrado laborar tras su salida,

se ven reducidos a empleos de baja cualificación para los cuales no se requiere una formación

profesional o técnica, logrando ingresar en ellos a través de los contactos sociales establecidos. No

obstante, es importante nombrar que antes de la prisión Efraín y Armando, además de los ingresos

por los actos ilegales, lograron vincularse en empresas constituidas y que presentan reconocimiento

a nivel social como lo es J&J fritanga para el caso de Efrain, en la cual estuvo laborando como

mesero durante 8 meses, y un laboratorio farmacéutico en el caso de Armando cuya duración fue

de un mes bajo el cargo de mensajero; mientras que tras su libertad, los tres participantes obtienen

trabajo únicamente en microempresas, llegando incluso a ser contratados por personas naturales

donde no existe una relación formal empresa-trabajador. Por otra parte, no se evidencia un vínculo

significativo ni de influencia entre los cargos laborales ocupados por los padres de los participantes

y los puestos a los que acceden los mismos.

Si bien como personas los ex reclusos pueden contar con talentos como la pintura para el

caso de Omar, o competencias como el liderazgo desarrollas en la labor como mesero según lo

manifestado por Efrain: “muchas veces yo tomaba el liderazgo entre los meseros … Yo era el que

les decía a veces que hiciéramos tal cosa, porque algunos eran todos dormidos” estos no se han

encontrado con un contexto que les permita desarrollarlas o potencializarlas, puesto que frente al

trabajo penitenciario, los participantes expresan que este no cumple con su objetivo de preparación

y adaptación social tras la salida de la cárcel sino que solo se limita a una reducción del tiempo de

la pena que se ve permeada por movimientos económicos de parte de quien desea obtener este

beneficio: “no quise participar del trabajo penitenciario… los beneficios no

funcionan así. Usted para que se le haga… para que su beneficio sea… como que se lo valgan, sus

horas, lo que usted está haciendo tiene que darles plata, sino eso no sirve para nada” (Efrain);

expresando a su vez que si se produce un cambio dentro del centro penitenciario, este será atribuido

a la voluntad personal de cada recluso y no a la funcionalidad de los programas internos tal como

lo manifiesta Armando:

Usted no tiene una resocialización si usted no quiere, o si usted no tiene una voluntad, y si

usted no tiene gente que te estima y te aprecia afuera, gente que te está esperando, peor… ¡cuál


trabajo penitenciario si eso no existe! si de pronto hubiera un trabajo penitenciario donde de

pronto tu metas a una persona y traten de resocializarla… pero tu metes a una persona en un sitio

cuadrado, lo enseñas a odiar, le das maltrato, lo encierras con unas personas más agresivas que

vos en donde todo el mundo trata de ser el más agresivo, ¿cuál tratamiento penitenciario hay? si

a vos te la montan, a mí me quitaron mis visitas sin razón, me quitaron la 72 porque un tombo se

enamoró de mí, entonces vos solo quedás en tu celda tratando de maquinar cómo vas a matar a

esa persona, ¿eso es tratamiento penitenciario? Si los mismos del Inpec se van para un lado y te

ponen obstáculos para que no te vayas, entonces es ahí donde la fuerza que tiene usted lo

lleva a sentarse a esperar como una hiena el momento en que te podás vengar.

Actitudes de los empleadores frente a las posibilidades de inserción laboral

Dicha categoría da cuenta de las opiniones y creencias que han sido construidas a través de

las experiencias sociales y que están en juego ante la posibilidad de contratación de un ex recluso.

Los resultados se muestran a continuación:

Tabla 3

Respuestas ejercicio completar frases3

Partiendo del hecho de que aquel que necesita una segunda oportunidad lo hace porque ha

cometido un error, los empleadores manifiestan estar de acuerdo con la posibilidad de otorgarlas

siempre y cuando quien la solicita muestre cambios y por tanto de cuenta de que no va a volver a

realizar acciones que le lleven a la misma equivocación; si bien los empleadores expresan que los

ex reclusos merecen ser incluidos a la sociedad nuevamente y por tanto percibir un buen trato de

3 Los bloques resaltados con color dan cuenta de las respuestas similares de manera horizontal arrojadas por cada

participante, encontrando una relación entre los bloques verdes y otra diferente entre los de color piel


parte de la sociedad, la posibilidad de recibir dicha oportunidad estaría directamente relacionada

con la no reincidencia; no obstante, dos de los empleadores plantean que realizar dicho acto de

beneficio para el ex recluso generaría cierto temor en ellos. En cuanto al ideal de empleado presente

en los participantes se encuentran respuestas diferentes en cada uno de ellos; sin embargo, los

empleadores coinciden frente a la percepción de un mal trabajador, manifestando que este es aquel

que no realiza las labores correspondientes a su cargo por iniciativa propia y que a su vez no disfruta

aquello que hace.

En lo que respecta al sector de la empresa no se encuentra un vínculo que determine las

actitudes hacia la posibilidad de contratación de un recluso, pero si se presenta una relación entre

las edades de los empleadores y el género de los mismos: lo primero debido a que entre más edad

tenga el empleador, sus respuestas hacia el hecho de dar dicha segunda oportunidad al ex recluso

se muestran más limitadas, dando cuenta de una postura un poco más firme y radical respecto al

tema, lo cual se manifiesta por ejemplo en la respuesta de Diana de 48 años al decir que contratar

a un ex recluso sería un riesgo y en la afirmación de Carmenza de 60 años de edad quien durantela

entrevista comentó “yo soy por naturaleza muy desconfiada, muy muy desconfiada,

no confío mucho en las personas, entonces eso para mí sería como duro…”; lo segundo puesto

que en los hombres a diferencia de las mujeres, se observan comentarios que tienen en cuenta al

ser, como lo es por ejemplo la opinión dada por Rodrigo quien manifiesta que la contratación de

un ex recluso sería un reto bonito; dichos comentarios reflejan una postura un poco más abierta y

sentimental al entender que aquel que estuvo en la cárcel es una persona que puede cometer errores

como todos.

Tabla 4

Opiniones sobre la contratación de un ex recluso


En cuanto a las opiniones dadas por los empleadores, se encuentra que estos presentan una

disposición buena hacia la idea de hacer partícipe a un ex recluso en el proceso de selección; sin

embargo, dicha idea depende de la existencia de un cambio personal en quien fue privado de su

libertad, y de las políticas empresariales que establecen realizar una revisión de los antecedentes

penales como uno de los primeros filtros, viéndose también permeada por el temor cuando hay un

acercamiento real en un contexto laboral con dicha población. No obstante, los empleadores

entrevistados se muestran abiertos a la posibilidad de realizar este tipo de procesos si contaran con

el respaldo de fundaciones o entidades que pudieran garantizar dicho cambio personal por parte

del ex recluso, a través del cual puedan estar tranquilos de que la empresa y los colaboradores de

la misma no van a adquirir una condición de inseguridad por el hecho de insertarlo laboralmente;

es así como lo expresa Adolfo:

“Yo entiendo que somos seres humanos y que nadie nos va a dar garantías de nada, porque

usted puede decir hoy que cambió y mañana estar haciendo lo malo otra vez, pero la entidad que

me está trayendo la gente cómo me garantiza que yo tengo que tener a todo un grupo de personas

en una agencia cuidado y quién me garantiza que no van a ir a secuestrar a mi jefe”.

Por otra parte, dos de los empleadores, específicamente Diana y Carmenza manifiestan que

un beneficio económico en la disminución de impuestos por la contratación de un ex recluso no

influiría en la toma de la decisión, ya que para ellas es más importante lo que podría suceder dentro

de las dinámicas empresariales como lo sería por ejemplo un mal rendimiento, o un mal clima

laboral, mientras que para los empleadores hombres la disminución económica sí tendría peso sobre

la decisión al expresar que sería bueno recibir un descuento por realizar una labor social; no

obstante, para el caso de Rodrigo, dicha reducción conllevaría una responsabilidad atribuida por el

Estado hacia las empresas privadas, al quedar con un alto grado de compromiso sobre el proceso

de resocialización y adaptación laboral del ex recluso:

“Creo que sería bueno pero malo a la vez, bueno porque disminuye los impuestos y es algo

positivo, malo porque siento que el Gobierno te daría ese tipo de beneficio simplemente por tirarte

el problema, porque no solucionan el problema en las cárceles y al no hacerlo piensan que los

responsables de solucionarlo son las entidades privadas…es bueno por la parte económica pero

malo porque siente uno como empresario que le lanzan a uno la papeleta” (Rodrigo).


Componentes del contexto laboral

Esta categoría da cuenta de aquellos requerimientos o factores que son demandados en el

mercado de trabajo para lograr insertarse laboralmente según lo comentado por los empleadores,

identificando a su vez si aquello con lo que cuentan los ex reclusos corresponde o no a lo exigido

en dicho contexto.

Tabla 5

Factores evaluados en la contratación

Frente al tipo de personas que son frecuentemente contratadas por los empleadores, se

encuentra que se le da prioridad en el proceso de selección a las personas conocidas, es decir,

amigos y familiares de los dueños o de los trabajadores que ya hacen parte de la organización,

debido al deseo de brindarle la oportunidad de trabajo a quien lo necesita y por la existencia de la

idea de que una persona conocida genera más confianza al considerar que realizaría adecuadamente

las funciones para las que será contratada; no obstante, solo Rodrigo expone que da las mismas

oportunidades a personas conocidas o que sean externas a él y a los miembros de la empresa, debido

a que su contratación depende exclusivamente de los resultados obtenidos en el proceso de

selección.

Adicionalmente, en los factores que son importantes para la contratación se evidencia que

la disposición e interés, al igual que el servicio al cliente son elementos comunes en la mayoría de

los requerimientos comentados por los empleadores, donde al mismo tiempo el saber y querer hacer


tiene una influencia importante para la decisión; sin embargo, en el sector publicitario y en el de la

estética aparecen otras variables relevantes como lo es el conocimiento técnico según lo

manifestado por Rodrigo, y el nivel educativo según lo planteado por Adolfo para el campo de la

publicidad, donde se requiere que los colaboradores del mismo “cuenten mínimamente con un

bachillerato”(Adolfo).

Por último, como parte de las variables en común expuestas por los participantes se muestra

que ninguno de ellos ha tenido experiencia en la contratación de ex reclusos, siendo Adolfo el único

de los participantes que ha tenido un acercamiento en procesos de selección con personas

desmovilizadas de los grupos armados. A su vez se encuentra que las características con mayor

importancia a tener en cuenta ante la posibilidad de inserción de quienes han estado presos en

centros penitenciarios corresponde a la existencia del proceso de cambio personal que haya tenido

el ex recluso tras su salida de la cárcel y al tipo de delito que este haya cometido, siendo el

homicidio el delito con menor posibilidad de inserción, y el robo y tráfico de drogas aquel con

mayor facilidad para la misma; esto debido a que los empleadores manifiestan que es más fácil el

cambio personal por parte de una persona que robó, al de alguien que cometió delitos de lesa

humanidad.

Discusión

El objetivo de este trabajo fue identificar las variables que influyen en la inserción

laboral de los ex reclusos teniendo en cuenta su perspectiva y la de los empleadores; para ello, se

presenta a continuación la relación existente entre los resultados obtenidos, los referentes

conceptuales y los antecedentes bibliográficos del estudio.

Competencias personales de los ex reclusos

Respecto al nivel educativo, los ex reclusos entrevistados no cuentan con estudios

culminados superiores al bachillerato, motivo por el cual se les ha dificultado asumir ciertas

competencias del saber estar como lo es la responsabilidad, la comunicación asertiva y la

autonomía, que según lo manifestado por Rentería & Enríquez (2006) resultan ser factores

evaluados con un grado alto de importancia dentro del proceso de selección.


El hecho de no contar con los estudios básicos culminados, actúa con un primer factor de

influencia para los actos delictivos cometidos, debido a que según lo manifiesta la teoría del control

social, aquellas personas que se abstienen de delinquir se encuentran sobre todo vinculadas a

instituciones que hacen que se ejerza un control sobre los sujetos, por lo cual la pobreza y la

desventaja socioeconómica tienen el efecto de perjudicar la educación llevada a cabo dentro de la

familia en cuanto a los valores y las normas socialmente aceptadas, y la escuela en lo que concierne

a los niveles de formación académica y métodos de aprendizaje, favoreciendo indirectamente la

aparición de comportamientos desviados (López, 2014). Por ello, ante un proceso de selección,

por ejemplo, los ex reclusos presentan dificultades no solo en términos de las competencias del

hacer, al mostrar los conocimientos teóricos adquiridos por medio de los procesos de formación

académica, sino también en lo relacionado con el querer hacer ya que sus motivaciones debido a la

dificultad persistente de obtener en un empleo, han estado inclinadas hacia el deseo de optar por

comportamientos ilegales que según su experiencia le han permitido alcanzar las metas propuestas

a nivel personal de una manera más eficiente, específicamente en lo que concierne a la búsqueda

del dinero.

| Por otra parte, en las relaciones interpersonales de los ex reclusos, sus contactos, al

desenvolverse en el mismo contexto que ellos, pueden brindarles oportunidades de trabajo

relacionadas con comportamientos ilícitos o sencillamente con empleos de baja cualificación en

los cuales se tiene una temporalidad incierta, la cual no brinda seguridad al ex recluso y por tanto

no favorece su proceso de resocialización, ya que de acuerdo a lo planteado por De Alós et al.,

(2009a) la duración del empleo que adquiera cada persona será fundamental para la adquisición

de competencias laborales y adaptación a las condiciones de trabajo. Así pues, las redes sociales

del ex recluso, al quedarse sin empleo debido a la culminación de un trabajo temporal, difícilmente

lograrían referirlos u ofrecerles actividades laborales diferentes a las del trabajo ilícito o informal

en el que se establecen acuerdos a través de la lógica del gana y gana, donde el empleador adquiere

un servicio como persona natural y el ex recluso se lo brinda a cambio de una remuneración

económica.

En lo anterior radica la importancia de los lazos sociales del ex recluso, ya que tal como lo

manifiesta De Alós et al. (2014) quienes hablan de la relación entre el número de contactos y las

posibilidades de inserción, estas son un factor relevante dentro de la vinculación laboral que pueden

actuar en pro o en contra de la misma. Si bien Aguilar et al. (2015) plantean que los ex reclusos


que no cuentan con estudios secundarios logran insertarse laboralmente al conseguir empleos de

poca cualificación, se evidencia que en dichos trabajos no les es posible adquirir un grado de

permanencia y por tanto no se facilita el proceso de adaptación al no contar mensualmente con un

dinero que le permita suplir sus necesidades y deseos personales.

En cuanto a ello, los ex reclusos presentan una condición de trabajo que no corresponde a

la establecida como correcta dentro de una sociedad al pensarse la inserción laboral como un

componente que únicamente les garantice el ingreso de dinero. Dicho pensamiento da cuenta a su

vez de las características personales que son tenidas en cuenta dentro de la empleabilidad tal como

lo expone Romero et al. (2004) pero que para el caso de los ex presidiarios actuarían en contra de

los mismos al ser estos personas con altas expectativas de dinero que no están totalmente

preparadas a la posibilidad de insertarse laboralmente en trabajos legales debido a que no cuentan

con una institución mediadora que permita dicha preparación tal como lo sería el centro

penitenciario.

Tal como lo plantea Mayumi (2006), el sistema penitenciario no dispone de los elementos

necesarios para llevar a cabo prácticas basadas en la rehabilitación de la población interna, puesto

que aunque los ex reclusos cuenten con competencias del saber hacer, con habilidades como la

recursividad, estas se ven obstruidas durante el tiempo privativo al estos considerar que los talleres

desarrollados dentro de la cárcel no les sirven para cambiar o para potenciar las habilidades con las

que cuentan, sino simplemente para mantenerse ocupado y no adquirir conflictos sociales.

En este orden de ideas, se observa que la cárcel genera una serie de efectos psicológicos

como la ansiedad al estar pensando continuamente dentro de la celda cómo vengarse y/o defenderse

de los demás reclusos; dicho efecto tiene un peso importante dentro de un proceso de selección

laboral ya que en relación con lo expuesto por Ruiz (2010) la probabilidad de que una empresa

decida contratar personas con ansiedad o falta de equilibrio emocional es baja, debido a que esto

podría generarle pérdidas económicas asociadas con la baja productividad; sin embargo dichos

efectos, en oposición con lo declarado por el Congreso de Colombia (1993) no son tratados

positivamente en el centro penitenciario, sino que pareciera según lo expresado por los ex reclusos,

que entre más tiempo pasan dentro de la prisión comienzan a adquirir más fuerza; por ello quienes

fueron privados de su libertad manifiestan no haber participado del trabajo penitenciario, ya que

así se hubieran involucrado en él, están seguros de que este no facilita el logro de una estabilidad

emocional ni la adquisición de competencias del saber estar como el compromiso o la proactividad


que serán útiles para su reinserción futura y que al no contar con ellas se supone una situación de

grave desventaja con respecto a las demás personas con las que tendrán que convivir (Caritas

Diocesana de Málaga, s.f).

Así pues, el conjunto de competencias con las que cuentan los ex reclusos no son suficientes

ni están acordes con las exigencias del mercado de trabajo legal dentro de la sociedad colombiana,

por lo que se les dificulta acceder a una vinculación formal en una empresa, y en caso de lograrlo

no se adquiere un mantenimiento dentro la misma, dificultando así una real inserción laboral.

Actitudes de los empleadores

Los empleadores, de acuerdo al concepto planteado por Cea (2002), presentan una actitud

manifiesta positiva hacia la idea de hacer partícipes y dar continuidad al ex recluso en un proceso

de selección, lo cual es evidenciado en el discurso de los mismos; respecto al factor de cognición

que la actitud involucra, ellos presentan la creencia de que todos los seres humanos merecen una

segunda oportunidad siempre y cuando está se encuentre asociada con una voluntad de

transformación personal que resulte demostrable; en otras palabras, los empleadores expresan la

necesidad de comprobar a través del comportamiento observable aquella existencia de un cambio

que esté asociado con una menor posibilidad de reincidencia y que sea construido, según lo

expresan Moreno & Moncayo (2015), por medio de las interacciones sociales que se lleven a cabo

dentro o fuera del centro penitenciario.

Sin embargo, la actitud latente nombrada por Cea (2002) correspondiente a los

empleadores, es decir aquello por lo cual realmente llevan algo a la acción, en este caso la

participación del ex recluso en un proceso de selección, no concuerda con las opiniones planteadas

debido a que se presentan dos factores que obstaculizan dicha disposición inicial: las políticas

empresariales y el temor hacia la contratación. El primero de ellos debido a que parte de los

primeros filtros del proceso de selección corresponde a la revisión de antecedentes penales,

viéndose este frenado por el reglamento interno donde se expone que no es permitido darle

continuidad a un candidato que no sea considerado apto y que haya sido privado de su libertad en

centros penitenciaros. Adicionalmente, si bien los empleadores manifiestan estar abiertos a la

posibilidad de conocer a fondo la situación del ex recluso y por tanto la existencia de un cambio

personal en una entrevista, estos no disponen del tiempo suficiente para continuar un proceso


enfocado al detalle con el ex recluso cuando tienen más personas interesadas y que posiblemente

puedan presentar competencias que se ajusten más al perfil solicitado.

El segundo, debido a que a los empleadores en su componente afectivo, sienten

preocupación del tipo de ambiente laboral que la vinculación de un recluso pueda generar dentro

de la empresa, en cuanto a cómo lo percibirán y trataran sus compañeros de trabajo, asociado

igualmente con una posible condición de inseguridad que conllevaría la presencia del ex recluso

para todos los miembros de la organización relacionado con las posibilidades de secuestro o

extorción; lo anterior explicado bajo los planteamientos de Moreno & Moncayo (2015), en el cual

para este caso, la construcción que cada uno de los empleadores ha creado en las interacciones

sociales frente al significado de ex recluso, está asociada con peligro y por tanto su presencia

produce temor a los empleadores, tal como lo expresa (Ruiz, 2010).

Por consiguiente, los empleadores manifiestan la necesidad de contar con instituciones

externas a la empresa y diferentes al centro penitenciario, que puedan realizar un trabajo de

resocialización sociolaboral con el ex recluso para así actuar como un respaldo que demuestre que

aquella persona que fue privada de su libertad y que hoy está participando de un proceso de

selección, ha tenido un cambio personal. Así como en un proceso de selección es necesario realizar

una comprobación de referencias que permita conocer si aquella persona realmente sabe hacer lo

que dice, para los empleadores resulta fundamental contar como una entidad de referencia que

efectivamente garantice la existencia de una transformación permeada por el deseo de superación,

de ser mejor persona y de no volver a delinquir.

A partir de lo anterior se evidencia la disonancia cognitiva expuesta por Festinger (citado

por García-Allen, s.f) en la cual las creencias de los empleadores entran en conflicto con las

acciones llevadas a cabo por los mismos dentro del proceso de selección, ya que aquello que

manifiestan no corresponde necesariamente a los comportamientos que tendrían cuando se

enfrenten a una situación de aspiración a la vinculación laboral por parte del ex recluso, tal como

se evidencia en el caso de Adolfo, quien al ser el único con una experiencia real de personas en

riesgo de exclusión social, particularmente con reintegrados del conflicto armado, dejó de lado el

proceso de selección con las mismas debido al temor que esto le generaba.


Componentes del contexto laboral

Al estudiar los componentes del contexto que influyen en la inserción laboral,

conceptualmente denominado ocupabilidad Romero at al., (2004) se encuentra que ante la decisión

de contratación se le da prioridad a aquellas personas que tienen una relación cercana con los

empleadores; desde lo expuesto por Robbins & Judge (2009) lo anterior se explica debido a que

estos en su componente cognitivo presentan la creencia de que las personas conocidas son más

confiables y tienen a su vez el deseo de ayudar a quienes necesitan trabajo, dando un mayor

beneficio a las personas que hacen parte de su círculo de interacción cotidiana.

El interés de insertarse laboralmente y conservar un puesto en el trabajo, al igual que el

servicio al cliente, son aquellas competencias que son tenidas en cuenta en los procesos de

selección realizados dentro del contexto laboral de algunas empresas de la ciudad de Cali, donde

sin importar el tipo de servicio ofrecido o el sector en el que esté ubicado la empresa

comercialmente, dicha disposición nombrada en el estado del arte como la motivación propuesta

por Villamuera (2014), actúa como una competencia transversal no solo para los empleados de las

organizaciones, sino que parecería ser una característica relevante en las compañías de la ciudad;

razón por la cual las probabilidades de lograr un vínculo laboral serán menores para aquellas

personas que no demuestren en el proceso de selección de personal una buena actitud e interés

hacía el hecho de hacer parte de la empresa y por tanto de conservar y realizar de buena manera las

funciones correspondientes al cargo que aspire; es así como lo expresa Rentería & Enríquez (2006),

quienes plantean que las competencias relacionadas con el ser son aquellas a las que se les otorga

mayor prioridad en los procesos de selección, puesto que para las empresas según lo manifestado

por los empleadores, resulta preferible enseñar a alguien a hacer, que a ser persona. Además de que

esto podría estar relacionado con interés respecto a necesidades económicas del trabajador

manifestado por De Alós et all., (2011), logrando así que dicha persona tenga la necesidad de

conservar su puesto.

Al mismo tiempo, a diferencia de lo planteado por Martínez, (2013), la experiencia adquiere

un papel importante dentro de los componentes evaluados a nivel laboral, no por el hecho de contar

con competencias del saber hacer y destrezas profesionales que permitan la realización de

funciones la manera considerada correcta para la organización, sino por el grado de adaptación a

las condiciones de trabajo que la experiencia otorga, en cuanto a la posibilidad, por ejemplo, de


respetar horarios, saber manejar las relaciones interpersonales y principalmente de acoplarse a las

normas y funcionamiento de la compañía.

De esta manera, el estado actual del contexto laboral caleño, muestra que la cantidad de

ofertas de empleo no están en equilibrio con el número de personas que aspiran al mismo; por lo

cual, las posibilidades y número de vacantes disponibles para ex reclusos se ven aún más reducidas

que las que presenta el resto de la población.

Conclusiones

El proceso de inserción laboral de un ex recluso, no va en línea recta, ya que no basta con

que este se presente a un proceso de selección de personal y muestre su hoja de vida para evaluar

aquello que contiene escrito como lo es la experiencia laboral, sino que son varias las variables que

se ponen en juego. Desde la perspectiva de los ex reclusos, por ejemplo, no hay una serie de factores

que faciliten su inserción ya que manifiestan que al salir del centro penitenciario y de acuerdo al

delito cometido, sus posibilidades se encontrarían con mayor facilidad en el sector de la

construcción, por lo que no dan cuenta de competencias del ser o del hacer que les puedan ser útiles

ante ello; no obstante, variables como el proceso de resocialización que haya tenido el ex recluso,

el interés que muestre hacia la inserción, y los lazos sociales que esa persona presente, son aquellas

que para los empleadores tienen mayor peso en cada uno de los filtros y que al mismo tiempo tienen

relación directa con las experiencias de interacción previas tanto del ex recluso como del

empleador.

Así, dicho proceso de resocialización será fundamental, según la perspectiva de los

empleadores, para lograr la transformación personal que piden sea demostrada y evaluada en el

proceso de selección, puesto que no basta solamente con que el empleador tenga la voluntad de dar

una oportunidad laboral al ex recluso, sino también que este pueda contar con la garantía de

instituciones que acompañen dicho proceso de inserción, y el respaldo del Gobierno al permitir la

generación de beneficios económicos por dichas acciones; sin embargo el proceso de

resocialización y preparación que se supone se ejecuta dentro de la cárcel, no permite que estos

adquieran o refuercen sus capacidades, lo cual al igual que las políticas empresariales, hace que no

se logre generar la inserción laboral aun cuando los ex reclusos poseen las variables relevantes para

la vinculación.


A su vez, existe un desequilibrio entre aquellas habilidades y conocimientos que presentan

los ex reclusos frente a los requerimientos que se exigen dentro del mercado laboral; ya que la

voluntad de cambio, que resulta ser el factor con mayor relevancia para dar una oportunidad de

vinculación, se ve obstruida dentro de la prisión por las razones anteriormente nombradas. Así

entonces, se presenta una incongruencia entre ambos discursos: la del ex recluso que manifiesta

que la cárcel no tiene ninguna utilidad en cuanto a la resocialización concierne, y la del empleador

que espera que el ex presidiario haya pasado por un proceso de cambio certificado. Al analizarlo

de esta manera, la posibilidad de que se inserte laboralmente es reducida, porque aquello que espera

el empleador no se está dando y los requerimientos que estos establecen en el mercado de trabajo

no coinciden con las expectativas laborales y competencias con las que cuenta el ex recluso para

mostrarse como una persona apta de acuerdo al puesto al que está aspirando.

De esta manera, las posibilidades para que el ex recluso logre participar de todo el proceso

de selección establecido por las empresas a las que se postula y tenga a su vez una probabilidad de

ser contratado, estarán permeadas por el apoyo de una institución y/o fundación externa al centro

penitenciario que se encargue de acompañar a los ex reclusos en un proceso de aprendizaje laboral,

cambio personal, y adaptación a la sociedad.

Para futuras investigaciones, se recomienda indagar sobre los programas de resocialización

correspondientes a entidades externas que se desarrollan dentro de los centros penitenciarios de la

ciudad, para lograr identificar la existencia o ausencia de aquellas variables que influyen en la

inserción y así poder iniciar a trabajar sobre ellas antes del cumplimiento total de la pena privativa

de la libertad; lo que permitirá una mejor preparación para la vida social y laboral futura de los ex

reclusos.


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