ezquerro-2008-rism-españa y la catalogación musical en los archivos de la iglesia.. (1)

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RISM-ESPAÑA y LA CATALOGACIÓN MUSICAL EN LOS ARCHIVOS DE LA IGLESIA. (Una reflexión crítica y polémica ante los problemas existentes, y una propuesta de solución para el ámbito hispánico) Dr. Antonio Ezquerro Esteban Presidente de RISM-EspaI1a y Jefe del Departamento de Musicología (IMF), CSIC, Barcelona Hablar hoy en día de "patrimonio musical" en el contexto de la Iglesia católica española, supone, al menos, una triple posibilidad: 1) tratar de un patrimonio organológico de primer orden, que se plasma en los espléndidos y numerosos órganos históricos conservados cn nuestras iglesias, así como en otro instrumentario muy rico y variado (viejos violines que aún pueden que- dar en alguno de nuestros templos, o chirimías, juegos de flautas, etc.)!; 2) tra- tar de un patrimonio "inmaterial" -aunque no por eso menos importante-, sonoro (o auditivo)2, todavía "vivo", recogido en la memoria colectiva de los fieles: así, podríamos hablar de la música eclesiástica pre-conciliar de mayor difusión, como por ejemplo los gozos en honor a múltiples santos de diferen- tes lugares que todavía hoy se recuerdan o incluso se cantan, el Oficio de Semana Santa de Tomás Luis de Victoria que aún muchos sacerdotes recuer- dan haber interpretado con las escolanías de sus seminarios o con las capillas musicales de sus respectivas catedrales, las célebres misas Entraría también en este apaltado la representación de fuentes iconográficas de carácter musical (procedentes de la arquitectura, escultura. pintura, arte mueble y escenografías...). 2 No hay que perder de vista tampoco en este sentido, que el 17 de octubre de 2003, en la Convención para la salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial de la UNESCO, se dieron algunas nuevas disposiciones generales, de aplicación a la música. Hasta entonces, se defendía que sólo el manuscrito (es decir, el autógrafo, el original), debería ser inscrito en el Registro del patrimonio, de manera que las grabaciones sonoras no contaban con el mismo estatuto que los documentos (partituras) musicales. Sin embargo, a partir de ahí, y a iniciativa de la AIBM (Asociación Internacional de Bibliotecas de Música), fue declarada Patrimonio de la Humanidad la mlÍsica (y ya no sólo el autógrafo conservado en la Biblioteca del Estado de Berlín) de la Novena Sinfonía en Re menor de Beethoven (ya por entonces dec larada oficialmente como himno de Europa -unánimemente aceptado y adoptado por todos los países miembros de la Unión Europea-), con lo cual, se ha planteado un nuevo asunto, verdaderamente problemático, aunque fundamental para que pueda comenzarse a valorar y a considerar la música en su vertiente "inma- terial", puramente sonora, por parte de organismos internacionales. Podría decirse que, desde 2003. ha quedado abierta la espita para la adhesión, a nivel mundial, y junto a la citada sinfonía, de cualquier otra composición musical como "patrimonio" inmaterial, sonofO, de la Humanidad, lo que supone sin duda alguna un auténtico logro social por parte de nuestra disciplina. 463

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RISM-ESPAA yLACATALOGACIN MUSICAL ENLOS ARCHIVOS DE LAIGLESIA. (Una reflexincrticaypolmicaantelos problemasexistentes, yunapropuestadesolucin parael mbito hispnico) Dr. AntonioEzquerroEstebanPresidente deRISM-EspaI1a y JefedelDepartamentodeMusicologa (IMF),CSIC, Barcelona Hablar hoyen da de"patrimoniomusical" en elcontexto delaIglesia catlicaespaola,supone,almenos,unatripleposibilidad:1)tratardeun patrimonio organolgico deprimer orden, que se plasma en los esplndidos y numerososrganoshistricosconservadoscnnuestrasiglesias,ascomoen otroinstrumentariomuyricoyvariado(viejosviolinesqueanpuedenque-dar en alguno de nuestros templos, o chirimas, juegos de flautas, etc.)!; 2) tra-tardeunpatrimonio"inmaterial" -aunque nopor esomenosimportante-, sonoro(oauditivo)2,todava "vivo", recogido en lamemoriacolectiva delos fieles:as,podramoshablar dela msica eclesistica pre-conciliar demayor difusin,como por ejemplo losgozos enhonor a mltiplessantosdediferen-teslugaresquetodavahoyserecuerdanoinclusosecantan,elOficiode Semana Santa deToms LuisdeVictoria queanmuchossacerdotes recuer-dan haber interpretado conlas escolanas desus seminarios o conlascapillas musicalesdesusrespectivascatedrales,lasclebresmisas Entrara tambin en este apaltado la representacin de fuentesiconogrficas de carcter musical (procedentes dela arquitectura, escultura. pintura,artemueble y escenografas...). 2Nohayqueperderdevistatampocoenestesentido,queel17deoctubrede2003,enla ConvencinparalasalvaguardiadelPatrimonioCulturalInmaterialdelaUNESCO,sedieron algunasnuevasdisposicionesgenerales,deaplicacinalamsica.Hastaentonces,sedefenda que sloelmanuscrito(esdecir, el autgrafo, eloriginal), deberaserinscrito en elRegistrodel patrimonio,demanera quelasgrabacionessonorasnocontabanconelmismoestatutoquelos documentos(partituras)musicales.Sinembargo,apartirdeah,yainiciativadelaAIBM (Asociacin Internacionalde Bibliotecas deMsica), fuedeclarada Patrimoniodela Humanidad lamlsica(yyanosloelautgrafoconservadoenlaBibliotecadelEstadodeBerln)dela Novena Sinfona en Re menor deBeethoven (ya por entonces dec larada oficialmente como himno deEuropa-unnimementeaceptadoyadoptadoportodoslospasesmiembrosdelaUnin Europea-), con lo cual,sehaplanteado unnuevoasunto,verdaderamente problemtico, aunque fundamentalpara que pueda comenzarse a valorar y a considerar lamsica en suvertiente "inma-terial",puramentesonora,porpartedeorganismosinternacionales.Podradecirseque,desde 2003. haquedado abierta la espita para laadhesin,a nivelmundial,y junto a lacitada sinfona, decualquier otra composicinmusical como "patrimonio" inmaterial,sonofO,dela Humanidad, lo que suponesinduda algunaunautntico logrosocialpor parte denuestra disciplina. 463 'T LorenzoPerosiodeterminadasobrasdeautorestalescomoHilarinEslava, VicenteGoicoechea,oelpadreVcentePrezJorge,slopor poner algunos ejemplos deentre losinnumerables casos posibles3;y 3) tratar deunpatrimo-niomusical documental. que es elque, enuncongreso dearchiveroscomo el presente, nos ocupa. yenesta ltima modalidad,sindudalamsrelevante desdeelpunto de vista cuantitativo delosmaterialesconservados,elpapeldesempeado por la Iglesiacatlicacomosalvaguardade"memoria",esfundamental-"esen-cial"-, por cuanto, segnlasestimaciones realizadas en elseno dcla asocia-cinRISM-Espaa,delaquehablaremosmsadelante,sibienobviamente muy aproximativas, se ha calculado que en torno al 90 95% de toda la docu-mentacinmusicalconservada enEspaaenlaactualidadseencuentra bajo titularidad eclesistica. Loque quiere decir queesimpensabletener uncono-cimiento denuestro pasado musical.siquiera aproximado,sintener encuenta y sin contar deuna manera decidida,con elapoyo y colaboracin delasauto-ridades eclesisticas espaolas. Esms,slo ha sido,y es,gracias a la apertu-racontinuadaenestesentidoofrecidaporlosrectoresyresponsablesecle-sisticoscomosehapodidollegarhastaelaetualgradooniveldeconoci-mientosalrespecto,puesese510%restantededocumentacinmusical, bajotitularidadcivil,significaenlaprctica-al menoscuantitativamente hablando-,unporcentajeprcticamenteirrelevante,cuandonomeramente testimoniaL Por otrolado,sonmuchaslasret1exiones --que a menudoencierran no pocapolmica- quesurgenalpasodelinvestigador ala horadeabordarel patrimoniohistrico-musicaldocumentalespaoLEntreellas,podramos mencionar lassiguientes: - Existela idea preconeebida (muygeneralizada enlasociedadactual, einclusoentrenopocosprofesionalesenocasionespocoacostumbradosa manejar fondosarchivsticos),aunque setratedeuna idea bienalejada dela realidad,dequelamsicaqueseacumulayatesoraenlosarchivosecle-sisticosesexclusivamentemsicareligiosa(cuandonoespecficamente litrgica).Encambio,ysteesundatoquepodrasorprenderallego,son numerososloscasosdearchivoscatedraliciosendonde,junto amateriales litrgicos (ya sean para el Proprium,ya para elOrdinarium Missae),se con-servantambinotrotipodematerialesnopropiamenteconcebidospara .lPor otro lado, dentro de la tipologa de fuentessonoras y/o audiovisuales, recogidas hoy en fono-tecas,archivossonorosomuseos,tendrantambincabidalosmediosdereproduccinsonora (gramfonos,fon6grafos, ...mstersy copias-losrollospara reproducir-,mediosaudiovisuales como elcine.einclusolasfuentesdeinformacindetradicin oralylossoportesdealmacena-miento sonoro (mecnicos,magnticos y digitales), 464 solemnizarlaliturgia,sinoparaacompaardeterminadasfuncionesde carcter religioso y/o devocional-una suerLe demateriales "paraltrgicos" nodestinadospropiamente alOficioDivino-, como puedenserlosvillan-cicos,losgozos,otantasotrascomposicionesdelasqueestn plagadoslos archivosmusicalesdelaIglesiaenelmbitohispnico(incluido Latinoamrica).Peroesque,adems,lamayoradeestetipodearchivos renenmaterialesmusicalesquepodramosconsideraraprioricomono necesaria o estrictamente religiosos(abundante msicainstrumental,yasea parargano,yaparaotrotipodeformacionescamersticasuorquestales oberturas...-), eincluso,ennopocoscasos,renenmateriales musicalesdecarctercivil,yaunprofano(fragmentosdeperas, tonadillasescnicas "subidas detono",coleccionesderigodones,tandasde valses, y aunzarzuelas, tangos, o cupls).No pretendo con esto escandalizar a nadie,nitansiquiera llamar la atencin sobre algunos "hechos" documen-tales, que,aunqueirrefutables por supropia existencia en loslugares enque porunasrazonesuotrassehanconservado,acasopodransertaehadosde "anecdticos".No.Antesalcontrario,lapresenciadesemejantetipode documentacin,ynoprecisamenteenpequeaproporcin,respondeal hecho deque, quienessededicaronhistricamente alcultivo musical-c1-ono,eindependientementeamenudodesumayoromenorimplica-cinconla ortodoxiay formasdecadamomento-, adems de,obviamen-te,por suextraccin social, obligaciones y devociones profesionales e inclu-so por lasexigenciasdesus cargos, deban componer (lo quelesocupaba la mayor parte desu tiempo y produccinartsticas) msica para elservicio del templo(litrgica ono),perotambin,comoprofesionalesdelamsica que eran,compilabanaqu y all,con mayor o menor intersy convistas a con-solidarsupropiaformacincompositiva,para "estar alda",yaunparasu deleitepersonal,todotipodemsica,religiosaono,demoda ensu propia poca,oque,por lasrazonesquefueran,hubieranmarcado"estilo" o significado "modelos" en etapasanteriores, Dehecho,enciertosentido,este fenmenodeacumulacin "paralela" enlosarchivosmusicales delaIglesia catlica hispnica dedocumentacin decarcter religioso junto a otra quecarecede l,respondea una constante histrica a lolargo delossiglos,a unasprcticas propias de cada tiempo, de la querecogieronmemoria nopocasdisposicionesemanadas desdeRoma o los diferentes obispados (recurdense, v.g.,reconvenciones alrespectoreco-gidasennopocosconcilios --en particular desdeeltridentino-, as como algunasdisposicionesentornoaencclicaspapales,especficamentedesti-nadasamantener elcelomusicalmsriguroso-como la"Annusqui"de BenedictoXIV-,movimientoscomoelcecilianismoenelsigloXIX,el "Motu Proprio" deS.S.Po X, etc,Y es quelamsica decada tiempo, inde-pendientemente desuuso--en eltemplo,o fueradel- y aundesupos-465 'T LorenzoPerosiodeterminadasobrasdeautorestalescomoHilarinEslava, VicenteGoicoechea,oelpadreVcentePrezJorge,slopor poner algunos ejemplos deentre losinnumerables casos posibles3;y 3) tratar deunpatrimo-niomusical documental. que es elque, enuncongreso dearchiveroscomo el presente, nos ocupa. yenesta ltima modalidad,sindudalamsrelevante desdeelpunto de vista cuantitativo delosmaterialesconservados,elpapeldesempeado por la Iglesiacatlicacomosalvaguardade"memoria",esfundamental-"esen-cial"-, por cuanto, segnlasestimaciones realizadas en elseno dcla asocia-cinRISM-Espaa,delaquehablaremosmsadelante,sibienobviamente muy aproximativas, se ha calculado que en torno al 90 95% de toda la docu-mentacinmusicalconservada enEspaaenlaactualidadseencuentra bajo titularidad eclesistica. Loque quiere decir queesimpensabletener uncono-cimiento denuestro pasado musical.siquiera aproximado,sintener encuenta y sin contar deuna manera decidida,con elapoyo y colaboracin delasauto-ridades eclesisticas espaolas. Esms,slo ha sido,y es,gracias a la apertu-racontinuadaenestesentidoofrecidaporlosrectoresyresponsablesecle-sisticoscomosehapodidollegarhastaelaetualgradooniveldeconoci-mientosalrespecto,puesese510%restantededocumentacinmusical, bajotitularidadcivil,significaenlaprctica-al menoscuantitativamente hablando-,unporcentajeprcticamenteirrelevante,cuandonomeramente testimoniaL Por otrolado,sonmuchaslasret1exiones --que a menudoencierran no pocapolmica- quesurgenalpasodelinvestigador ala horadeabordarel patrimoniohistrico-musicaldocumentalespaoLEntreellas,podramos mencionar lassiguientes: - Existela idea preconeebida (muygeneralizada enlasociedadactual, einclusoentrenopocosprofesionalesenocasionespocoacostumbradosa manejar fondosarchivsticos),aunque setratedeuna idea bienalejada dela realidad,dequelamsicaqueseacumulayatesoraenlosarchivosecle-sisticosesexclusivamentemsicareligiosa(cuandonoespecficamente litrgica).Encambio,ysteesundatoquepodrasorprenderallego,son numerososloscasosdearchivoscatedraliciosendonde,junto amateriales litrgicos (ya sean para el Proprium,ya para elOrdinarium Missae),se con-servantambinotrotipodematerialesnopropiamenteconcebidospara .lPor otro lado, dentro de la tipologa de fuentessonoras y/o audiovisuales, recogidas hoy en fono-tecas,archivossonorosomuseos,tendrantambincabidalosmediosdereproduccinsonora (gramfonos,fon6grafos, ...mstersy copias-losrollospara reproducir-,mediosaudiovisuales como elcine.einclusolasfuentesdeinformacindetradicin oralylossoportesdealmacena-miento sonoro (mecnicos,magnticos y digitales), 464 solemnizarlaliturgia,sinoparaacompaardeterminadasfuncionesde carcter religioso y/o devocional-una suerLe demateriales "paraltrgicos" nodestinadospropiamente alOficioDivino-, como puedenserlosvillan-cicos,losgozos,otantasotrascomposicionesdelasqueestn plagadoslos archivosmusicalesdelaIglesiaenelmbitohispnico(incluido Latinoamrica).Peroesque,adems,lamayoradeestetipodearchivos renenmaterialesmusicalesquepodramosconsideraraprioricomono necesaria o estrictamente religiosos(abundante msicainstrumental,yasea parargano,yaparaotrotipodeformacionescamersticasuorquestales oberturas...-), eincluso,ennopocoscasos,renenmateriales musicalesdecarctercivil,yaunprofano(fragmentosdeperas, tonadillasescnicas "subidas detono",coleccionesderigodones,tandasde valses, y aunzarzuelas, tangos, o cupls).No pretendo con esto escandalizar a nadie,nitansiquiera llamar la atencin sobre algunos "hechos" documen-tales, que,aunqueirrefutables por supropia existencia en loslugares enque porunasrazonesuotrassehanconservado,acasopodransertaehadosde "anecdticos".No.Antesalcontrario,lapresenciadesemejantetipode documentacin,ynoprecisamenteenpequeaproporcin,respondeal hecho deque, quienessededicaronhistricamente alcultivo musical-c1-ono,eindependientementeamenudodesumayoromenorimplica-cinconla ortodoxiay formasdecadamomento-, adems de,obviamen-te,por suextraccin social, obligaciones y devociones profesionales e inclu-so por lasexigenciasdesus cargos, deban componer (lo quelesocupaba la mayor parte desu tiempo y produccinartsticas) msica para elservicio del templo(litrgica ono),perotambin,comoprofesionalesdelamsica que eran,compilabanaqu y all,con mayor o menor intersy convistas a con-solidarsupropiaformacincompositiva,para "estar alda",yaunparasu deleitepersonal,todotipodemsica,religiosaono,demoda ensu propia poca,oque,por lasrazonesquefueran,hubieranmarcado"estilo" o significado "modelos" en etapasanteriores, Dehecho,enciertosentido,este fenmenodeacumulacin "paralela" enlosarchivosmusicales delaIglesia catlica hispnica dedocumentacin decarcter religioso junto a otra quecarecede l,respondea una constante histrica a lolargo delossiglos,a unasprcticas propias de cada tiempo, de la querecogieronmemoria nopocasdisposicionesemanadas desdeRoma o los diferentes obispados (recurdense, v.g.,reconvenciones alrespectoreco-gidasennopocosconcilios --en particular desdeeltridentino-, as como algunasdisposicionesentornoaencclicaspapales,especficamentedesti-nadasamantener elcelomusicalmsriguroso-como la"Annusqui"de BenedictoXIV-,movimientoscomoelcecilianismoenelsigloXIX,el "Motu Proprio" deS.S.Po X, etc,Y es quelamsica decada tiempo, inde-pendientemente desuuso--en eltemplo,o fueradel- y aundesupos-465 ble"abuso",ha sidosiempreunamanifestacinartstica yculturalabsorbi-da y asumida por el pueblo. As, desde los primeros dramas litrgicos medie-valesqueserepresentabanenlosatriosdelascatedralesyquellegaron inclusoenocasionesasercondenadosabiertamentedesdeRomaporsus interpretacioneso"versiones"amenudo"libres",elpueblocristianofue adoptando y adaptando las nuevas manifestaciones musicales de cada poca, enunproceso queconduca,enunlargoy complicado proceso(repetitivo o casicclicoalolargodelahistoria,podramosdecir),desdelaprimeray sencilla experimentacin devocional(incursindetropos,pequeos pasajes primeramente en latn y de origen potico, y ms tarde ya enlenguas roman-ces,insertadosdentrodepasajes deloficio -siempre enlatn-, que,mer-ced a suxito popular, ganaban paulatinamente en importancia en detrimen-todelpropiooficio"sancionado" por laautoridadeclesistica),alaconde-naposteriorpor partedelasautoridadesreligiosas(prontoalertadasdelos posiblesriesgosquepodranentraartalessalidasdetonoysobretodosu generalizacin o proliferacin);a partir deah,elempuje popular y eldeseo departicipacineimplicacin enelritoporpartedelosfieles/elpueblo/la audienciaera tal,quenisiquieralasprohibicionesmsseverasconseguan detenerlasnuevasmanifestacionesmusicales(caso,porejemplo,delos villancicosparalasclebres "siestas";dedonde,enseguida,lasautoridades eclesisticas,visto elxitoy poder decongregacin defielesentalesactos, solan dar marcha atrs,"tolerando" lasactuaciones musicales queanterior-mentesehabanprohibido;y coneltiempo,elprocesollegabaaconvertir-seen todo locontrario:loprimero "probado", y luego prohibido, y tolerado, pasabaaserdirectamente"fomentado"porlaspropiasautoridadesreligio-sas,convenientemente "encauzado", con vistasa ganar para supropia causa cualquier tipo demanifestacin popular que fuera expresin del pueblo cris-tiano y nosignificara necesaria ni explcitamente, riesgo alguno para el man-tenimiento de los pilares fundamentales de la fe,sino que, antes alcontrario, pudieraservircomoelemento catequizador deunpueblo,amenudo,por lo general, y hasta fechas relativamente recientes (la Guerra Civil espaola, por fijarunasfechassintomticas dondetodoelmundopueda hallaralgntipo de referencia cercana), con unos ndices de analfabetismo muy elevados. Por lotanto,lamsica,comomanifestacinculturaldecarcter efmero,inma-nente(puestanprontocomosuena,desaparece,dejadeexistir),vaaser, desdesiempre,unvehculoculturalparalaIglesiadeprimersimoorden, pues,aparejadadeuntexto,puede(omejor,escapazde)expresarmucho msdelo que explcitamente dice ese texto:es decir, tiene el poder de suge-rirydetransmitir,mejorqueningunaotraarteplstica,unmensaje,de manerasubliminal,loquelehacemsinteresantesicabeparaquiense encarga dela evangelizacin ocatequesis:puede transmitir unmensaje pro-fundo,sinquestesenote,sinqueeloyenteseaconsciente decuanto est 466 recibiendoenunasimplemeloda4.Deah,laimportanciadelascapillas musicaleseclesisticasqueproliferaronenmbitohispnicodesde,aproxi-madamentecomienzos delsigloXVI -y aunantes,yadesdelossiglosXII XIIIenlascatedrales,einclusoantesenelmbitodelosmonasterios-, pero sobre todo, a partir delConcilio deTrento, y hasta el Concilio Vaticano 11prcticamente,desarrollaronunalaborcotidiana"deformacin",produ-ciendo autnticas joyasdelartey elespritu(Geist)humanos,encaminadas "ad majorem Dei gloriam", desde los miles de melodas en cantollano que se han entonado y todava seentonan a diario en miles decentros del orbe cat-lico,hastacumbresdelpensamientoylareligiosidad,comolaspasiones 4Esta idea enlazara a la perfeccin con la clebre expresin castellana de "quedarse con la copla", en elsentido de que,nuestrosvillancicos (elgnero musicalacasoms eminentemente autctono dequedisponemos),suelenarticularseentornoauneslribillo(queserepetirmsadelante)y unascoplas.As,estasseccionesdesempeanunafuncinsimilaralaquemstarderealizarn porejemplo,enmbitooperstico(esdecir,escnico,"dramtico"), losrecitativos(enestesenti-doasimilablesalascoplas)ylasarias(semejantesalestribillo).Enestosltimos(coplasoreci-tativos),decaeelintersmusical,enfavordeunarpidaevolucin ---delavance- delaaccin argumental;esdeciresprecisamenteahdondelacomposicinmusicalconcreta,seastaun villancicoounaescenadeunapera,explicaodesarrollaunanarracin,esahdonde"senos cuenta" algo, donde est elmensaje;pero ste, apenas esbozado (caso delrecitativo) o dicho inter-caladoentremomentosdemayor lucidezmusical(casodelascoplas,rodeadasantesydespus por elestribillo),se"esconde"intencionadamente,demaneraquequienlorecibenoseaperciba del(delmensaje que oculta)enunprimer momento,atrado como est porla msicamsinte-resantedelestribilloo delaria(yamenudoespoleadaporritmosdedanzao esquemasmtricos que arrastran aloyente a repetirlos,merced a sureiteraciny repeticin frecuente).De este modo, elcompositor consigue que eloyentesalgadelauditorio(deltemplo,teatroo sala de conciertos) tarareando elestribillo o elaria que seharepetidohastalasaciedad(que sonlosque,a la postre, consiguen mayor omenor xito o fama) -y se ha detener en cuenta que enelcaso del estribillo, sehaescuchadoalmenosdosveces,alcomienzoyalfinaldelaobra-, peroque,frutodeesa atraccin inconsciente, subliminal, lograda eneloyente mediante dicho estribillo o aria,elqueha escuchadotratedereproducir,tiempodespus,"lahistoria"delvillancicoolacomposicinen cuestin,querealmentehaquedadoescondidaenlascoplas(quesonlasquellevanelmensaje ltimo).ydeah la importancia del"quedarse conla copla".Endichoproceso, eloyente que,en virtuddesubuenamemoriaauditiva,escapazderecordaroreproducirmayorparte delacom-posicin, y especialmente, "su historia" (es decir, parte delas coplas), ser quien se sienta --cons-ciente o inconscientemente- mssatisfecho consigo mismo,pues ser quien logre captar la aten-cin desus compaeros de escucha, o incluso deterceras personas que no asistieron a la audicin, protagonizandoaposterioriunanueva"repeticindelcuento",delquetodosseharnpartcipes y enelquetodoslos reunidos se implicarn.Siadems,tenemos encuenta losmencionados altos ndices de analfabetismo enlassociedades de pocas pasadas, esta capacidad de retencin dehis-torias,para ser nuevamentetransmitidasoralmente,desempearunpapel decisivoenla"popu-larizacin" delosasuntos tratados eneste tipodecomposiciones (por ejemplo, elNacimiento del Nio enlosvillancicos deNavidad),y en definitiva, enladidctica y pedagoga a la que se some-tealaaudiencia,enfin,enla"catequizacin",perseguidapornuestrosmsicospasadosypor quienes (cabildosy mecenas artsticos) lescontrataban para que desempearan conoficio y maes-tra,tandestacadalabor. 467 ble"abuso",ha sidosiempreunamanifestacinartstica yculturalabsorbi-da y asumida por el pueblo. As, desde los primeros dramas litrgicos medie-valesqueserepresentabanenlosatriosdelascatedralesyquellegaron inclusoenocasionesasercondenadosabiertamentedesdeRomaporsus interpretacioneso"versiones"amenudo"libres",elpueblocristianofue adoptando y adaptando las nuevas manifestaciones musicales de cada poca, enunproceso queconduca,enunlargoy complicado proceso(repetitivo o casicclicoalolargodelahistoria,podramosdecir),desdelaprimeray sencilla experimentacin devocional(incursindetropos,pequeos pasajes primeramente en latn y de origen potico, y ms tarde ya enlenguas roman-ces,insertadosdentrodepasajes deloficio -siempre enlatn-, que,mer-ced a suxito popular, ganaban paulatinamente en importancia en detrimen-todelpropiooficio"sancionado" por laautoridadeclesistica),alaconde-naposteriorpor partedelasautoridadesreligiosas(prontoalertadasdelos posiblesriesgosquepodranentraartalessalidasdetonoysobretodosu generalizacin o proliferacin);a partir deah,elempuje popular y eldeseo departicipacineimplicacin enelritoporpartedelosfieles/elpueblo/la audienciaera tal,quenisiquieralasprohibicionesmsseverasconseguan detenerlasnuevasmanifestacionesmusicales(caso,porejemplo,delos villancicosparalasclebres "siestas";dedonde,enseguida,lasautoridades eclesisticas,visto elxitoy poder decongregacin defielesentalesactos, solan dar marcha atrs,"tolerando" lasactuaciones musicales queanterior-mentesehabanprohibido;y coneltiempo,elprocesollegabaaconvertir-seen todo locontrario:loprimero "probado", y luego prohibido, y tolerado, pasabaaserdirectamente"fomentado"porlaspropiasautoridadesreligio-sas,convenientemente "encauzado", con vistasa ganar para supropia causa cualquier tipo demanifestacin popular que fuera expresin del pueblo cris-tiano y nosignificara necesaria ni explcitamente, riesgo alguno para el man-tenimiento de los pilares fundamentales de la fe,sino que, antes alcontrario, pudieraservircomoelemento catequizador deunpueblo,amenudo,por lo general, y hasta fechas relativamente recientes (la Guerra Civil espaola, por fijarunasfechassintomticas dondetodoelmundopueda hallaralgntipo de referencia cercana), con unos ndices de analfabetismo muy elevados. Por lotanto,lamsica,comomanifestacinculturaldecarcter efmero,inma-nente(puestanprontocomosuena,desaparece,dejadeexistir),vaaser, desdesiempre,unvehculoculturalparalaIglesiadeprimersimoorden, pues,aparejadadeuntexto,puede(omejor,escapazde)expresarmucho msdelo que explcitamente dice ese texto:es decir, tiene el poder de suge-rirydetransmitir,mejorqueningunaotraarteplstica,unmensaje,de manerasubliminal,loquelehacemsinteresantesicabeparaquiense encarga dela evangelizacin ocatequesis:puede transmitir unmensaje pro-fundo,sinquestesenote,sinqueeloyenteseaconsciente decuanto est 466 recibiendoenunasimplemeloda4.Deah,laimportanciadelascapillas musicaleseclesisticasqueproliferaronenmbitohispnicodesde,aproxi-madamentecomienzos delsigloXVI -y aunantes,yadesdelossiglosXII XIIIenlascatedrales,einclusoantesenelmbitodelosmonasterios-, pero sobre todo, a partir delConcilio deTrento, y hasta el Concilio Vaticano 11prcticamente,desarrollaronunalaborcotidiana"deformacin",produ-ciendo autnticas joyasdelartey elespritu(Geist)humanos,encaminadas "ad majorem Dei gloriam", desde los miles de melodas en cantollano que se han entonado y todava seentonan a diario en miles decentros del orbe cat-lico,hastacumbresdelpensamientoylareligiosidad,comolaspasiones 4Esta idea enlazara a la perfeccin con la clebre expresin castellana de "quedarse con la copla", en elsentido de que,nuestrosvillancicos (elgnero musicalacasoms eminentemente autctono dequedisponemos),suelenarticularseentornoauneslribillo(queserepetirmsadelante)y unascoplas.As,estasseccionesdesempeanunafuncinsimilaralaquemstarderealizarn porejemplo,enmbitooperstico(esdecir,escnico,"dramtico"), losrecitativos(enestesenti-doasimilablesalascoplas)ylasarias(semejantesalestribillo).Enestosltimos(coplasoreci-tativos),decaeelintersmusical,enfavordeunarpidaevolucin ---delavance- delaaccin argumental;esdeciresprecisamenteahdondelacomposicinmusicalconcreta,seastaun villancicoounaescenadeunapera,explicaodesarrollaunanarracin,esahdonde"senos cuenta" algo, donde est elmensaje;pero ste, apenas esbozado (caso delrecitativo) o dicho inter-caladoentremomentosdemayor lucidezmusical(casodelascoplas,rodeadasantesydespus por elestribillo),se"esconde"intencionadamente,demaneraquequienlorecibenoseaperciba del(delmensaje que oculta)enunprimer momento,atrado como est porla msicamsinte-resantedelestribilloo delaria(yamenudoespoleadaporritmosdedanzao esquemasmtricos que arrastran aloyente a repetirlos,merced a sureiteraciny repeticin frecuente).De este modo, elcompositor consigue que eloyentesalgadelauditorio(deltemplo,teatroo sala de conciertos) tarareando elestribillo o elaria que seharepetidohastalasaciedad(que sonlosque,a la postre, consiguen mayor omenor xito o fama) -y se ha detener en cuenta que enelcaso del estribillo, sehaescuchadoalmenosdosveces,alcomienzoyalfinaldelaobra-, peroque,frutodeesa atraccin inconsciente, subliminal, lograda eneloyente mediante dicho estribillo o aria,elqueha escuchadotratedereproducir,tiempodespus,"lahistoria"delvillancicoolacomposicinen cuestin,querealmentehaquedadoescondidaenlascoplas(quesonlasquellevanelmensaje ltimo).ydeah la importancia del"quedarse conla copla".Endichoproceso, eloyente que,en virtuddesubuenamemoriaauditiva,escapazderecordaroreproducirmayorparte delacom-posicin, y especialmente, "su historia" (es decir, parte delas coplas), ser quien se sienta --cons-ciente o inconscientemente- mssatisfecho consigo mismo,pues ser quien logre captar la aten-cin desus compaeros de escucha, o incluso deterceras personas que no asistieron a la audicin, protagonizandoaposterioriunanueva"repeticindelcuento",delquetodosseharnpartcipes y enelquetodoslos reunidos se implicarn.Siadems,tenemos encuenta losmencionados altos ndices de analfabetismo enlassociedades de pocas pasadas, esta capacidad de retencin dehis-torias,para ser nuevamentetransmitidasoralmente,desempearunpapel decisivoenla"popu-larizacin" delosasuntos tratados eneste tipodecomposiciones (por ejemplo, elNacimiento del Nio enlosvillancicos deNavidad),y en definitiva, enladidctica y pedagoga a la que se some-tealaaudiencia,enfin,enla"catequizacin",perseguidapornuestrosmsicospasadosypor quienes (cabildosy mecenas artsticos) lescontrataban para que desempearan conoficio y maes-tra,tandestacadalabor. 467 polifnicas (recuerden,aunquedesdela ptica luterana,lasclebresdeJ.S. Bach),lasmisas(desdeGuillaumedeMachauthastaPenderecki,pasando por lasdeHaydn,Mozart oBeethoven),slo por poner algunosejemplos. Enestecontextoapenasesbozado,podra afirmarseque,verdaderamen-te,ya pesardelasnumerosasaproximacionesalrespectoquehasta lafecha sehanrealizado,todavanoconocemosloquetenemos.Esdecir,contamos conunaevidentecarencia,denopequeaimportancia,enloconcernientea tenerunaidea,siquieraaproximada,deculesydecuntaspiezassupone nuestropatrimoniomusicalhistrico-documental.Fijmonosbrevementeen algunosaspectos alrespecto:desde,aproximadamente, el Concilio de Trento, y hasta, aproximadamente, elconcilio Vaticano 1I, toda catedral delorbe cat-lico dispona deuna "capilla de msica" mejor o peor nutrida; es decir, conta-ba,ademsdeconuncapiscol(el"caput scholae")yuna "schola" (grupode cantoresespecializados)dedicadosalcultivodelcantollano,conunmaestro decapilla (compositor, director del coro polifnico y la orquesta, etc.), con un organista y,en su caso, con un nmero variable de cantores (uno o ms Tiples "de capilla" --en sus antiguasmodalidades del Tiple "entero" -falsetista-, el"capn"ocantor castrado,elniocantoroelunooms Contraltos "de capilla", lo mismo en cuanto alTenor,y otro tanto con elBajo o"Contrabajo",ademsdelosimprescindiblesnioscantoresomozosde coroinfanticos, escolanes ...-), as como dediversosinstrumentis-tas o msicos "de ministril" (corneta, bajones y bajoncillos, sacabuches, arpa, etc., y ms tarde, violines, violones, oboes, trompas ... ).Las obligaciones con-tractualesdelmaestrodecapilla para con elcabildoquelesustentaba leexi-gancomponer todolonecesario para elculto catedralicio;y ello comportaba disponer dealgunasmisas,motetes,salmos,lamentaciones,etc.,con loscua-lespoder cubrir todoelcalendariolitrgico.Naturalmente,en elcasodeeste tipodepiezas,staspodanser reutilizadasacadaaoalmenos,cuandono conciertaasiduidad,enelcasodelascomposiciones,porejemplo,parael Ordinarium Missae.Pero, adems, elcompositor estaba obligado por sucap-tuloa componer villancicosnuevos "para cada ocasin", pues muy pronto las autoridadeseclesisticassepercataron,comovadicho,dequestosconsti-tuanunelementodeatraccindefielesaltemplodeprimera magnitud(por sucercanatemticaytextualalosoyentes,entreotrasmltiplesposibles razones quesepodran aducir).Esas como,por poner unsimple ejemplo, un maestrodecapilla haba decontar entre sus haberes noslo con unms o menosnutridodepiezasdecarcter litrgico,delasquepoda echar mano endiferentesocasiones,sino,sobretodoyprincipal,tenalaobligacinde aportar cada aounsinnmero devillancicosalcabildo quelemantena fsi-cay espiritualmente:debacomponer, hastaunmximo denuevevillancicos para el da deNavidad (obviamente, las festividades de carcter msdel calendario catlico eran las mscuidadas en este sentido). convistasa cubrir 468 elespacio anterior reservado a maitines a losviejos responsorios, repartdos en tresnocturnos,desuerte que podan cantarsehasta tresresponsorioso vllan-cicosencadanocturno.Naturalmente,componernuevevillancicos(siendo habitualmentedetreso cuatrominutosdeduracin elms corto),noresulta-batarea senclla ni fcilderealizar enbreve espacio detiempo.dedondelas mltiplessolicitudesdelosmsCosasuscabildosque enlasactascapitularesparaser exoneradosdelaobligada antesdelasconvistasapoderdedicarse,a1CllUllllII.::IIIU.asus los maestros de villancicosnuevos"para cada funciones compositivas. Pero. si. como les era !lahabandeofrecer asus ocasin",esopodaconllevarnotenerqueescribir"solamente"C!!)nueve villancicospara elda deNavidad,sino,muya menudo,otrostantospara el dadeReyes,lamismacantidadparalafestividaddelCorpusChristiysu octava,para eldadelsantopatrndelaiglesiay/odela ciudad en cuestin, etc.etc.Loque,alapostre,poda significar queelmaestrodecapilladeba componer algunasdecenas(!) devillancicos"nuevos", cada ao.(Otra cues-tinsera la dela "picaresca" deloscompositorespara tratar devadear dicha imposicin,dandoas lugar a unosinteresantsimosintercambiosdemateria-les,cuestin hoy en fasedeestudio, con vistas a trabajar menos,o ms cmo-damente:intercambiosepistolaresdetextosy/omelodasyarmonizaciones, estribilloso coplas,entrecolegasdeprofesin,a menudoresidentesenluga-resdistintos).Entodocaso,vaquedandopatentecmounnicocompositor contratadoa talefectopor laIglesia,debaescribirnumerosasobrasparasu interpretacin pblica, dentro delos mrgenes estrictos que le dictaba supues-to detrabajo.Peronohemosde perder devista queeso sucedi, prcticamen-teentodaslascatedralesespaolasy,naturalmentesiempreentendidoeste discursodemanera muy flexible,entre losdosconcilios ecumnicos mencio-nados(eldeTrento,yelVaticano11),esdecir,duranteunoscuatrocientos aos.Lo que, dependiendo obviamente decada caso, y teniendo en cuenta los lgicosavataresdelahistoria(algunosarchivosdevastadospor lamentables incendios, prdida de materiales debido a las desamortizaciones del siglo XIX, etc.),arrojaunosnivelesdeacumulacindocumentaldemsicarealmente altsimosparaunnico.Peroadems,tengamosencuentaquelo dichovaleparaunacatedral,peroque,entrelossiglosXVIyXX estamos hablando demsdesetenta catedrales para la Espaa peninsular, 10que hara lascifrasdemaneraexponencial.Ytodava,cabrapreguntarse esloqueentendemospor"mbitohispnico"enlapoca,pues,hasta 5Decenas de composiciones nuevas realizadas por unsolo compositor en unao, pero queseapi-laban,gotaa gota,aotrasao,enlosarchivoseclesisticos,enuna acumulacinquepersisti durantevarios siglos, y adems, como veremos.para todosy cada uno delos centros eclesisticos quedisponan de una mnima capilla musical. 469 polifnicas (recuerden,aunquedesdela ptica luterana,lasclebresdeJ.S. Bach),lasmisas(desdeGuillaumedeMachauthastaPenderecki,pasando por lasdeHaydn,Mozart oBeethoven),slo por poner algunosejemplos. Enestecontextoapenasesbozado,podra afirmarseque,verdaderamen-te,ya pesardelasnumerosasaproximacionesalrespectoquehasta lafecha sehanrealizado,todavanoconocemosloquetenemos.Esdecir,contamos conunaevidentecarencia,denopequeaimportancia,enloconcernientea tenerunaidea,siquieraaproximada,deculesydecuntaspiezassupone nuestropatrimoniomusicalhistrico-documental.Fijmonosbrevementeen algunosaspectos alrespecto:desde,aproximadamente, el Concilio de Trento, y hasta, aproximadamente, elconcilio Vaticano 1I, toda catedral delorbe cat-lico dispona deuna "capilla de msica" mejor o peor nutrida; es decir, conta-ba,ademsdeconuncapiscol(el"caput scholae")yuna "schola" (grupode cantoresespecializados)dedicadosalcultivodelcantollano,conunmaestro decapilla (compositor, director del coro polifnico y la orquesta, etc.), con un organista y,en su caso, con un nmero variable de cantores (uno o ms Tiples "de capilla" --en sus antiguasmodalidades del Tiple "entero" -falsetista-, el"capn"ocantor castrado,elniocantoroelunooms Contraltos "de capilla", lo mismo en cuanto alTenor,y otro tanto con elBajo o"Contrabajo",ademsdelosimprescindiblesnioscantoresomozosde coroinfanticos, escolanes ...-), as como dediversosinstrumentis-tas o msicos "de ministril" (corneta, bajones y bajoncillos, sacabuches, arpa, etc., y ms tarde, violines, violones, oboes, trompas ... ).Las obligaciones con-tractualesdelmaestrodecapilla para con elcabildoquelesustentaba leexi-gancomponer todolonecesario para elculto catedralicio;y ello comportaba disponer dealgunasmisas,motetes,salmos,lamentaciones,etc.,con loscua-lespoder cubrir todoelcalendariolitrgico.Naturalmente,en elcasodeeste tipodepiezas,staspodanser reutilizadasacadaaoalmenos,cuandono conciertaasiduidad,enelcasodelascomposiciones,porejemplo,parael Ordinarium Missae.Pero, adems, elcompositor estaba obligado por sucap-tuloa componer villancicosnuevos "para cada ocasin", pues muy pronto las autoridadeseclesisticassepercataron,comovadicho,dequestosconsti-tuanunelementodeatraccindefielesaltemplodeprimera magnitud(por sucercanatemticaytextualalosoyentes,entreotrasmltiplesposibles razones quesepodran aducir).Esas como,por poner unsimple ejemplo, un maestrodecapilla haba decontar entre sus haberes noslo con unms o menosnutridodepiezasdecarcter litrgico,delasquepoda echar mano endiferentesocasiones,sino,sobretodoyprincipal,tenalaobligacinde aportar cada aounsinnmero devillancicosalcabildo quelemantena fsi-cay espiritualmente:debacomponer, hastaunmximo denuevevillancicos para el da deNavidad (obviamente, las festividades de carcter msdel calendario catlico eran las mscuidadas en este sentido). convistasa cubrir 468 elespacio anterior reservado a maitines a losviejos responsorios, repartdos en tresnocturnos,desuerte que podan cantarsehasta tresresponsorioso vllan-cicosencadanocturno.Naturalmente,componernuevevillancicos(siendo habitualmentedetreso cuatrominutosdeduracin elms corto),noresulta-batarea senclla ni fcilderealizar enbreve espacio detiempo.dedondelas mltiplessolicitudesdelosmsCosasuscabildosque enlasactascapitularesparaser exoneradosdelaobligada antesdelasconvistasapoderdedicarse,a1CllUllllII.::IIIU.asus los maestros de villancicosnuevos"para cada funciones compositivas. Pero. si. como les era !lahabandeofrecer asus ocasin",esopodaconllevarnotenerqueescribir"solamente"C!!)nueve villancicospara elda deNavidad,sino,muya menudo,otrostantospara el dadeReyes,lamismacantidadparalafestividaddelCorpusChristiysu octava,para eldadelsantopatrndelaiglesiay/odela ciudad en cuestin, etc.etc.Loque,alapostre,poda significar queelmaestrodecapilladeba componer algunasdecenas(!) devillancicos"nuevos", cada ao.(Otra cues-tinsera la dela "picaresca" deloscompositorespara tratar devadear dicha imposicin,dandoas lugar a unosinteresantsimosintercambiosdemateria-les,cuestin hoy en fasedeestudio, con vistas a trabajar menos,o ms cmo-damente:intercambiosepistolaresdetextosy/omelodasyarmonizaciones, estribilloso coplas,entrecolegasdeprofesin,a menudoresidentesenluga-resdistintos).Entodocaso,vaquedandopatentecmounnicocompositor contratadoa talefectopor laIglesia,debaescribirnumerosasobrasparasu interpretacin pblica, dentro delos mrgenes estrictos que le dictaba supues-to detrabajo.Peronohemosde perder devista queeso sucedi, prcticamen-teentodaslascatedralesespaolasy,naturalmentesiempreentendidoeste discursodemanera muy flexible,entre losdosconcilios ecumnicos mencio-nados(eldeTrento,yelVaticano11),esdecir,duranteunoscuatrocientos aos.Lo que, dependiendo obviamente decada caso, y teniendo en cuenta los lgicosavataresdelahistoria(algunosarchivosdevastadospor lamentables incendios, prdida de materiales debido a las desamortizaciones del siglo XIX, etc.),arrojaunosnivelesdeacumulacindocumentaldemsicarealmente altsimosparaunnico.Peroadems,tengamosencuentaquelo dichovaleparaunacatedral,peroque,entrelossiglosXVIyXX estamos hablando demsdesetenta catedrales para la Espaa peninsular, 10que hara lascifrasdemaneraexponencial.Ytodava,cabrapreguntarse esloqueentendemospor"mbitohispnico"enlapoca,pues,hasta 5Decenas de composiciones nuevas realizadas por unsolo compositor en unao, pero queseapi-laban,gotaa gota,aotrasao,enlosarchivoseclesisticos,enuna acumulacinquepersisti durantevarios siglos, y adems, como veremos.para todosy cada uno delos centros eclesisticos quedisponan de una mnima capilla musical. 469 1640 Portugalysusposesiones(Brasil,entre ellas) quedaban entrelosdomi niosdelmonarca espaol, y aunmuchotiempodespus,all como ac conti-nuaron cultivndose losvillancicos,mayoritariamente enlengua castellana;y otrotantocabra decirdela Amrica dehabla hispana (dondetenemosarchi-vosimportantsimosquerecogenestemismotipoderepertorio:catedrales como lasdeBogot, Guatemala, Mxico, Puebla, Lima ... );e incluso,aunque acasoenmenormedida,deotrosterritoriosquedurantealgnperodoalo largo delos cuatro siglos citados, dependieron polticamente dela corte espa-ola(Filipinas,NpolesySicilia,Cerdea,Flandes,elMilanesado ... ).En todos esoslugares, donde hubouna catedral,seprocedi demanera semejan-te,generandoasunadocumentacinmusicalingente,unpatrimoniodelque difcilmente podemos hacemos idea, aun a pesar de lomucho que poco a poco vamosconociendo.Pero todava hayalgoms:hemoshablado decatedrales; perootrotantosucediconlascolegiatas,yconnumerosasiglesiasparro-quiales de cierta entidad, adems de con buena parte de conventos y monaste-rios (lo que multiplicara las cifras delpatrimonio documental "ad aeternum"), loscualespudieronenalgunaocasinpermitirsecontarentresusservidores conalgunosmsicos,yaenplantilla,ya contratadoseventualmente,para que solemnizaransuscultosrespectivos.Esdecir,ypararesumir:quetodava andamos muy lejos de tener una idea, nisiquiera aproximada, de las cifras que podramos estar barajando encuanto a nmero dedocumentos conservados. Entretanto,ynopretendocon estoofrecer enabsolutounavisincatas-trofista del "status quaestionis", sino,antes bien, un planteamiento realista "de partida", se ha de decir bien claramente que no ha sido poco lo realizado hasta lafecha,aunque,lamentablemente,seatodavamuypoco--o aunescasa-mente significativo-- respecto altotalde cuanto faltara por hacer.Esverdad quecadavezdisponemosdemscatlogospublicadosdenuestrosarchivos musicales,deloquenocabesinofelicitamos.Peronoesmenosciertoque stos -yeso con mucha dificultad y altibajos-, nisiquiera alcanzan elcen-tenar:esdecir,queson,aunqueamenudosefocalicenencentrosdeproduc-cinespecialmentellamativos(generalmente,catedralesmetropolitanas -aunque no todas,nimucho menos-), casiuna manifestacin "testimonial" detodocuanto,lamentablemente,todava nosqueda por hacer.Yeso, obvia-mente,condicionamuyseria(grave?)mentelasinvestigacionesalrespecto, permanentemente sujetasa uninevitable carcter de "provisionalidad". Por otra parte, hay que ser conscientes tambin -yen cierto modo,asu-mir-,quetodainvestigacin---enlanuestra,comoenotrasdisciplinas-comporta este tipo de riesgosy provisionalidades, y que no por ellouna espe-cialidad, como lo espara nuestro caso presente la Musicologa histrica, ha de estareternamente(de)pendientedelascontingenciasdecadamomento.Sin embargo este razonamiento, que bienpodra tomarsecomo vlidoen sumera 470 formulacin,escondeuntrampaensmismo,dadoquenoesenabsoluto aceptable/asumible, en trminos de que lo que s es exigible a cualquier inves-tigacinesquestamidasusresultadosentrminosdefiabilidady/orepre-sentatividad respectoaltotaldemateriales(ennuestrocaso,intuidosperono bien conocidos)objeto de estudio. En este sentido, resulta francamente complicado abordar hoy da una tesis doctoralsobretalo cualcompositor -lo queresultaradegranimportancia parapaliarlosproblemasdetectados,ydichoestonicamenteporponerun ejemplo--;entreotrascosas,sostengoaququesetratadealgosumamente complicado, porque siempre estaremos sujetos a la posibilidad de que, conlos evidentes avances delos estudios, maana o pasado maana (hablando obvia-mente en trminosflexiblesdetemporalidad)aparezca unnuevo fondodocu-mental en unarchivotodava no catalogado (loque,enla prctica -y estolo corroboran no pocas experiencias alrespecto--, sucede mucho ms a menudo deloqueaprioripodramosimaginar),locualvendra ---enocasiones,des-graciadamente,dehecho,"viene"- a tirar por tierracuantasconclusionesse haban obtenido con anterioridad. A la evidencia de quetodava son muchosloscatlogosde fondosmusi-cales que quedan por redactar y publicar, viene a ratificar loanterior tambin, elhechodequebuenapartedeloscatlogosmusicalesdisponiblesadade hoy, pese a sus bondades (que nunca sern lo suficientemente puestas de relie-ve,puesgraciasaelloshemospodidoconstruimosyconformarpaulatina-menteunaideaaproximadadenuestropatrimoniodocumentalmusical---es decir,que han facilitadola nica idea posible a da de hoy,alrespecto--), son incompletos y/o fragmentarios,difcilesoimposiblesde cotejar congarantas defiabilidadapartir delasinformacionesahofrecidaso,simplemente,son, escasamente tiles,cuando no,directamente,malos. Tratardeargumentar elrazonamientoexpuesto:sipartimosdelabase dequelosprimeros catlogosdefondosdocumentalesmusicalesdisponibles (dejando de lado los "antiguos inventarios" que realizaban tradicionalmente en otrostiemposlosmaestros de capilla, o incluso otros especialistas -msicos, archiveros- encargadosdeelaborarporsusrespectivoscabildosenel momento susrespectivas tomasde posesin o dejacin de cargos, convistasa contar con una "actualizacin" de fondosdelosque elcaptulo haca entrega asumaestro de capilla para suoportuno conocimiento yutilizacindemate-rialesdisponiblesy"enstock"),hemosderetrotraemoshastaeltiempodel maestrodecapilladelmonasteriodeElEscorial,CosmeJosdeBenito (tl888), a quientradicionalmenteseatribuyeelprimer catlogodeunarchi-vomusicalen Espaa ---eldelcitadomonasteriomadrileo-, o alostraba-jos pionerosen estesentidodeFelipeRubioPiqueras(sobrelosfondosdela catedraldeToledo,1925),odeJuanBautistaGuzmnyVicenteRipolls, 471 1640 Portugalysusposesiones(Brasil,entre ellas) quedaban entrelosdomi niosdelmonarca espaol, y aunmuchotiempodespus,all como ac conti-nuaron cultivndose losvillancicos,mayoritariamente enlengua castellana;y otrotantocabra decirdela Amrica dehabla hispana (dondetenemosarchi-vosimportantsimosquerecogenestemismotipoderepertorio:catedrales como lasdeBogot, Guatemala, Mxico, Puebla, Lima ... );e incluso,aunque acasoenmenormedida,deotrosterritoriosquedurantealgnperodoalo largo delos cuatro siglos citados, dependieron polticamente dela corte espa-ola(Filipinas,NpolesySicilia,Cerdea,Flandes,elMilanesado ... ).En todos esoslugares, donde hubouna catedral,seprocedi demanera semejan-te,generandoasunadocumentacinmusicalingente,unpatrimoniodelque difcilmente podemos hacemos idea, aun a pesar de lomucho que poco a poco vamosconociendo.Pero todava hayalgoms:hemoshablado decatedrales; perootrotantosucediconlascolegiatas,yconnumerosasiglesiasparro-quiales de cierta entidad, adems de con buena parte de conventos y monaste-rios (lo que multiplicara las cifras delpatrimonio documental "ad aeternum"), loscualespudieronenalgunaocasinpermitirsecontarentresusservidores conalgunosmsicos,yaenplantilla,ya contratadoseventualmente,para que solemnizaransuscultosrespectivos.Esdecir,ypararesumir:quetodava andamos muy lejos de tener una idea, nisiquiera aproximada, de las cifras que podramos estar barajando encuanto a nmero dedocumentos conservados. Entretanto,ynopretendocon estoofrecer enabsolutounavisincatas-trofista del "status quaestionis", sino,antes bien, un planteamiento realista "de partida", se ha de decir bien claramente que no ha sido poco lo realizado hasta lafecha,aunque,lamentablemente,seatodavamuypoco--o aunescasa-mente significativo-- respecto altotalde cuanto faltara por hacer.Esverdad quecadavezdisponemosdemscatlogospublicadosdenuestrosarchivos musicales,deloquenocabesinofelicitamos.Peronoesmenosciertoque stos -yeso con mucha dificultad y altibajos-, nisiquiera alcanzan elcen-tenar:esdecir,queson,aunqueamenudosefocalicenencentrosdeproduc-cinespecialmentellamativos(generalmente,catedralesmetropolitanas -aunque no todas,nimucho menos-), casiuna manifestacin "testimonial" detodocuanto,lamentablemente,todava nosqueda por hacer.Yeso, obvia-mente,condicionamuyseria(grave?)mentelasinvestigacionesalrespecto, permanentemente sujetasa uninevitable carcter de "provisionalidad". Por otra parte, hay que ser conscientes tambin -yen cierto modo,asu-mir-,quetodainvestigacin---enlanuestra,comoenotrasdisciplinas-comporta este tipo de riesgosy provisionalidades, y que no por ellouna espe-cialidad, como lo espara nuestro caso presente la Musicologa histrica, ha de estareternamente(de)pendientedelascontingenciasdecadamomento.Sin embargo este razonamiento, que bienpodra tomarsecomo vlidoen sumera 470 formulacin,escondeuntrampaensmismo,dadoquenoesenabsoluto aceptable/asumible, en trminos de que lo que s es exigible a cualquier inves-tigacinesquestamidasusresultadosentrminosdefiabilidady/orepre-sentatividad respectoaltotaldemateriales(ennuestrocaso,intuidosperono bien conocidos)objeto de estudio. En este sentido, resulta francamente complicado abordar hoy da una tesis doctoralsobretalo cualcompositor -lo queresultaradegranimportancia parapaliarlosproblemasdetectados,ydichoestonicamenteporponerun ejemplo--;entreotrascosas,sostengoaququesetratadealgosumamente complicado, porque siempre estaremos sujetos a la posibilidad de que, conlos evidentes avances delos estudios, maana o pasado maana (hablando obvia-mente en trminosflexiblesdetemporalidad)aparezca unnuevo fondodocu-mental en unarchivotodava no catalogado (loque,enla prctica -y estolo corroboran no pocas experiencias alrespecto--, sucede mucho ms a menudo deloqueaprioripodramosimaginar),locualvendra ---enocasiones,des-graciadamente,dehecho,"viene"- a tirar por tierracuantasconclusionesse haban obtenido con anterioridad. A la evidencia de quetodava son muchosloscatlogosde fondosmusi-cales que quedan por redactar y publicar, viene a ratificar loanterior tambin, elhechodequebuenapartedeloscatlogosmusicalesdisponiblesadade hoy, pese a sus bondades (que nunca sern lo suficientemente puestas de relie-ve,puesgraciasaelloshemospodidoconstruimosyconformarpaulatina-menteunaideaaproximadadenuestropatrimoniodocumentalmusical---es decir,que han facilitadola nica idea posible a da de hoy,alrespecto--), son incompletos y/o fragmentarios,difcilesoimposiblesde cotejar congarantas defiabilidadapartir delasinformacionesahofrecidaso,simplemente,son, escasamente tiles,cuando no,directamente,malos. Tratardeargumentar elrazonamientoexpuesto:sipartimosdelabase dequelosprimeros catlogosdefondosdocumentalesmusicalesdisponibles (dejando de lado los "antiguos inventarios" que realizaban tradicionalmente en otrostiemposlosmaestros de capilla, o incluso otros especialistas -msicos, archiveros- encargadosdeelaborarporsusrespectivoscabildosenel momento susrespectivas tomasde posesin o dejacin de cargos, convistasa contar con una "actualizacin" de fondosdelosque elcaptulo haca entrega asumaestro de capilla para suoportuno conocimiento yutilizacindemate-rialesdisponiblesy"enstock"),hemosderetrotraemoshastaeltiempodel maestrodecapilladelmonasteriodeElEscorial,CosmeJosdeBenito (tl888), a quientradicionalmenteseatribuyeelprimer catlogodeunarchi-vomusicalen Espaa ---eldelcitadomonasteriomadrileo-, o alostraba-jos pionerosen estesentidodeFelipeRubioPiqueras(sobrelosfondosdela catedraldeToledo,1925),odeJuanBautistaGuzmnyVicenteRipolls, 471 ambosenValencia,paraencontraralgunosejemplosatratar.Naturalmente, desdeentonces,hastalostrabajosmssistemticosyrigurososemprendidos msrecientementeporproyectosdecaladointernacionalcomoelRISM (RpertoireInternacionaldesSourcesMusicales),hasidomucholoqueha ascomolasexigenciasdelos"usuarios"desemejantetipode ymusiclogos,fundamentalaunqueno Loprimeroquesedetectaentrelosanlisispormenorizado delos mismos, es suenorme heterogeneIa, paridad podra decirse,debida,enocasiones,a factoresenla fecha de edicin entreunosy otros), pero no as enotros muchos casos, cuyas grandes diferencias son debidas, muy particularmente, a la disparidad de criterios con que fueronelaborados, la cual dificulta, hasta grados insospecha-dos,suverdadera utilidad, msall delmbitoy usoestrictamente locales. Habra enestesentido quediferenciar claramente entre loquese entien-de por meroslistados o elencos deautores y obras (algo que, aunque til, pues sueleayudarmuchoalinvestigadorconvistasalalocalizacinde"nuevas" fuentesa estudiar y para completar elconocimiento que se tiene sobre lapro-duccindedeterminados compositores,suelequedarseenlosmrgenesdela merainformacin, escasamente crtica, cuando no elaborada con ciertas prisas -a manerade"adelantos"informativossobreloquedespusdeberadete-nerse con mayor rigor uninventario ouny/o dedudosa fiabilidad cientfica-podra decirsequetaleselencossereducena"IauteQuellen"o fuentes".adoptandoaqu unaexpresinbastante extendida en nuestro medio--); inventarios (algo queva msall delmero elenco,pero que no alcanza elgrado deinformacin y precisin enla mismaexigible aun catlogo);yfinalmente,catlogospropiamentedichos(esdecir,inventarios muy ponnenorizados, elaborados crticamente -"raisonns"- y atendiendo, enlamayor parte deloscasos, a unoscriterios de excelencia y rigor cientfi-co-acadmicoquepermitaofacultesufcilcotejoconotroscatlogosque hayansido realizadossiguiendo criteriosiguales o,cuandomenos,anlogos). Analizadosbrevsimamentelosdistintostiposdetratamientoy difusin editorialybiblioteconmicadelasfuentesyfondosmsico-documentales conservados en archivos y bibliotecas, no cabe sino alertar de la frecuentsima confusin existente entre aquello que,a pesar deno alcanzar enrealidadms que la categora de inventario,sedenomina -por susautores, ya se haga esto de forma consciente o inconsciente-, acaso en unintento de dignificacin del realizado,como catlogo,auncuandonolo sea,enpuridad, enabso-podranaducirse mltiples obje-las fronterasentre inventario y catlo-cuestinparaeldebate. 1I Aunque,sinduda,existenalgunosorganismosdecarcterinternacional,que sonquienesmarcan,contodalacompetenciaprofesional,laspautasalres-pecto.Nada mejor enesta lnea queadoptar loscriterios emanados por laSo-ciedadInternacionaldeMusicologa(lMS)y por laAsociacinInternacional deBibliotecasdeMsica,ArchivosyCentrosdeDocumentacinMusical (lAML), que crearonalefecto, ya en1952 -hace ya ms de medio siglo, por tanto--,unRepertorioInternacionaldelasFuentesMusicales(RISM).Pero volveremossobre esto enseguida. Centrbamoseldiscursoinicialmenteplanteado,enalgunosdelospro-blemasactualmenteexistentesparala catalogacindelpatrimonio documen-talmusical enY he aqu una delas"trampas" quesetienden hoy da alinvestigador comoDuntodeoartida.Esunhechoque "de base"anivel ala como podra ser,por ejemplo en nuestro caso, la laspartiturasconservadas,yaenconcierto,yaen (salvoelcasoemergentedeorganismosplurinacionales,comolaUnin Europea, aunque enla prctica sus planteamientosseveanabocados a la yux-taposicin y/o combinacin de aproximaciones nacionales),los Estados nacio-nales.Publicacionesperidicas.monografas,congresoseinvestigaciones doctorales,financiadosconfondosdecarcter"nacional"(bsicamente, ministeriales), sonmultitud enelmbito mundialde la disciplina.As,secon-tinapromoviendo,fomentando,yaunasumiendo,trminoshoydamuy cuestionables,cuandonoincluso difusosparadeterminadosperodoshistri-cosdenuestropasadooccidental.comopor ejemplo,hablar demsica"ale-mana","italiana","espaola",etc.Pero,quseentenda pormsica"espa-ola" enelsiglo XVII?Aquella realizada enmbitoparlante castellano?, en cuyo caso, qu sucedera con Latinoamrica, Filipinas, Portugal, PasVasco, etc.?Y qu quedara dentrodetaltrminoy qufuera?,oacaso entenderamoslamsicarealizadaenaquellosterritoriosbajoeldominioe dela monarqua "hispnica"? Son cuestio-nes,sinduda,complicadas, y que requerirandeunaprolija en la queaqu nipodemos nidebemos extendernos.En todo caso,parece evidente queelconceptode"Espaa",talycomoseentiendehoyenda(cuando menos,entrminosdela legalidad establecida constitucional e internacional-mente),nohasidosiempre elmismo,sino quehasido unconcepto cambian-te a lolargo deltiempo,derivado desdeaquel"imperio enelquenosepona elsol"deFelipe1I(yaun,msatrs,almenosdesdelapocabajomedieval delosReyesCatlicos -yeso sinpretender alcanzar losremotos alboresde laHispaniaromana-),hastalasituacinactual,"estatal",deldenominado "Reino deEspaa", 473 ambosenValencia,paraencontraralgunosejemplosatratar.Naturalmente, desdeentonces,hastalostrabajosmssistemticosyrigurososemprendidos msrecientementeporproyectosdecaladointernacionalcomoelRISM (RpertoireInternacionaldesSourcesMusicales),hasidomucholoqueha ascomolasexigenciasdelos"usuarios"desemejantetipode ymusiclogos,fundamentalaunqueno Loprimeroquesedetectaentrelosanlisispormenorizado delos mismos, es suenorme heterogeneIa, paridad podra decirse,debida,enocasiones,a factoresenla fecha de edicin entreunosy otros), pero no as enotros muchos casos, cuyas grandes diferencias son debidas, muy particularmente, a la disparidad de criterios con que fueronelaborados, la cual dificulta, hasta grados insospecha-dos,suverdadera utilidad, msall delmbitoy usoestrictamente locales. Habra enestesentido quediferenciar claramente entre loquese entien-de por meroslistados o elencos deautores y obras (algo que, aunque til, pues sueleayudarmuchoalinvestigadorconvistasalalocalizacinde"nuevas" fuentesa estudiar y para completar elconocimiento que se tiene sobre lapro-duccindedeterminados compositores,suelequedarseenlosmrgenesdela merainformacin, escasamente crtica, cuando no elaborada con ciertas prisas -a manerade"adelantos"informativossobreloquedespusdeberadete-nerse con mayor rigor uninventario ouny/o dedudosa fiabilidad cientfica-podra decirsequetaleselencossereducena"IauteQuellen"o fuentes".adoptandoaqu unaexpresinbastante extendida en nuestro medio--); inventarios (algo queva msall delmero elenco,pero que no alcanza elgrado deinformacin y precisin enla mismaexigible aun catlogo);yfinalmente,catlogospropiamentedichos(esdecir,inventarios muy ponnenorizados, elaborados crticamente -"raisonns"- y atendiendo, enlamayor parte deloscasos, a unoscriterios de excelencia y rigor cientfi-co-acadmicoquepermitaofacultesufcilcotejoconotroscatlogosque hayansido realizadossiguiendo criteriosiguales o,cuandomenos,anlogos). Analizadosbrevsimamentelosdistintostiposdetratamientoy difusin editorialybiblioteconmicadelasfuentesyfondosmsico-documentales conservados en archivos y bibliotecas, no cabe sino alertar de la frecuentsima confusin existente entre aquello que,a pesar deno alcanzar enrealidadms que la categora de inventario,sedenomina -por susautores, ya se haga esto de forma consciente o inconsciente-, acaso en unintento de dignificacin del realizado,como catlogo,auncuandonolo sea,enpuridad, enabso-podranaducirse mltiples obje-las fronterasentre inventario y catlo-cuestinparaeldebate. 1I Aunque,sinduda,existenalgunosorganismosdecarcterinternacional,que sonquienesmarcan,contodalacompetenciaprofesional,laspautasalres-pecto.Nada mejor enesta lnea queadoptar loscriterios emanados por laSo-ciedadInternacionaldeMusicologa(lMS)y por laAsociacinInternacional deBibliotecasdeMsica,ArchivosyCentrosdeDocumentacinMusical (lAML), que crearonalefecto, ya en1952 -hace ya ms de medio siglo, por tanto--,unRepertorioInternacionaldelasFuentesMusicales(RISM).Pero volveremossobre esto enseguida. Centrbamoseldiscursoinicialmenteplanteado,enalgunosdelospro-blemasactualmenteexistentesparala catalogacindelpatrimonio documen-talmusical enY he aqu una delas"trampas" quesetienden hoy da alinvestigador comoDuntodeoartida.Esunhechoque "de base"anivel ala como podra ser,por ejemplo en nuestro caso, la laspartiturasconservadas,yaenconcierto,yaen (salvoelcasoemergentedeorganismosplurinacionales,comolaUnin Europea, aunque enla prctica sus planteamientosseveanabocados a la yux-taposicin y/o combinacin de aproximaciones nacionales),los Estados nacio-nales.Publicacionesperidicas.monografas,congresoseinvestigaciones doctorales,financiadosconfondosdecarcter"nacional"(bsicamente, ministeriales), sonmultitud enelmbito mundialde la disciplina.As,secon-tinapromoviendo,fomentando,yaunasumiendo,trminoshoydamuy cuestionables,cuandonoincluso difusosparadeterminadosperodoshistri-cosdenuestropasadooccidental.comopor ejemplo,hablar demsica"ale-mana","italiana","espaola",etc.Pero,quseentenda pormsica"espa-ola" enelsiglo XVII?Aquella realizada enmbitoparlante castellano?, en cuyo caso, qu sucedera con Latinoamrica, Filipinas, Portugal, PasVasco, etc.?Y qu quedara dentrodetaltrminoy qufuera?,oacaso entenderamoslamsicarealizadaenaquellosterritoriosbajoeldominioe dela monarqua "hispnica"? Son cuestio-nes,sinduda,complicadas, y que requerirandeunaprolija en la queaqu nipodemos nidebemos extendernos.En todo caso,parece evidente queelconceptode"Espaa",talycomoseentiendehoyenda(cuando menos,entrminosdela legalidad establecida constitucional e internacional-mente),nohasidosiempre elmismo,sino quehasido unconcepto cambian-te a lolargo deltiempo,derivado desdeaquel"imperio enelquenosepona elsol"deFelipe1I(yaun,msatrs,almenosdesdelapocabajomedieval delosReyesCatlicos -yeso sinpretender alcanzar losremotos alboresde laHispaniaromana-),hastalasituacinactual,"estatal",deldenominado "Reino deEspaa", 473 1 Otro tanto podramos decir dela msica "italiana", que, enlos siglos XVI Todo lo existente entre1600 y dichostresltimos compositores mencio-alXVlll, divida elactual territorio delanacinitaliana enmltiplesEstados regidos por papasy prncipes de la nobleza (Estados Pontificios, Repblica de Venecia,Piamonte,NpolesyDosSicilias,Saboya ... ),oenelcasodela msica "alemana" (que, en igualperodo, compartimentaba el mapa centroeu-ropeoenunmosaicoformadoporpequeosestadosregidosporprncipes electores;yas,Baviera,Prusia,Hesse,Sajonia,oinclusoBohemia, Polonia... ).Etc. Todo este excursonosllevaa ser testigosdeque la visindelahistoria delamsicaquehoypodemostener(alhablar demsicaitaliana,alemana, espaolainclusofrancesaoinglesa,cuando,enpuridad,deberamos hablar dela msica quesehaca enPars o en Londres, respectivamente, pues andesconocemos en granmedida loquese haca enlaperiferiasnacionales dedichascapitales-), noesmsqueunaherenciadelosnacionalismosdel sigloXIX,hoytodavabien"vivos"y,aunquesepretendalocontrario "vigentes" en lamayora delasinvestigaciones quesesuelen emprender. En esta visin heredaday asumida,aunque seguramente "distorsionada" (por unvoca y "parcial") de la historia de la msica europea, tuvieron nopoco que ver las primerashistorias dela msica quesurgieron a nivelinternacional (merefieroalostrabajospionerosdefinalesdelsigloXVIIIdeSirJohn Hawkins, CharlesBurney, elpadre GiovanniBattista Martini. .. ),as comola implantacindelaMusikwissenschaft(Musicologa,o Ciencia dela Msica) enlasuniversidadesalemanascomoasignaturaderangoacadmicosuperior desde elsigloXIX,puesambosfactorescontribuyeron poderosamentea for-jar la nocinque hoytenemosdelahistoriamusicaleuropea. Pero tampoco hemosde perder devista,que,frutoacaso del espritude la Ilustracin, Sir Charles Burney por ejemplo -que viaj por media Europa para elaborarsuclebre"historia",peroquenollegnuncaapisarsuelopeninsu-lar-, termina susalusiones al caso hispnico, alredactar suhistoria de la msi-caeuropea,conunavisintpicadelapoca(lacualenlazaconla"leyenda negra"espaola emergente tras Felipe Il), segn la cual, todo lo producido musi-calmente en Espaa tras1600, fue"decadente" y dependiente deloitaliano. Demodosemejante,numerosashistoriasdelamsica occidentalpubli-cadasapartirdeentoncesyhastafechasrecientsimas,ofrecenunapirueta temporal para elcaso espaol, segn la cual, la aportacin espaola a la histo-ria de la msica general, saltara desde la Edad Media y siglo XVI (en este lti-mocaso,reducidoalosmsclebresvihuelistasyapolifonistascomo Morales,GuerreroyVictoria),hastafinalesdelsigloXIXycomienzosdel XX,conlaaparicindelos"nacionalismos", en dondesesueletratarbreve-mente delcasodeAlbniz, Granadosy Falla. 474 nados,parecenomerecerlapena,cuandono,simplemente,noexistir;una cuestin quesepuede hacer perfectamente extensiva al caso latinoamericano, que nisiquiera se menciona, desde el tiempo del descubrimiento hasta, prcti-camente,elperodo ms "colorista" delsigloXX -generalmente, hacindo-lodependientedelcasoestadounidense:Tves,Copland,Gershwin ... -, y generalmentereducidoalacitaescuetadeunospocosnombres(Chvezo Villalobos,y mucho menos, Ponce,Revueltas,Ginastera,u otros). Naturalmente,estanocindelahistoriadelamsicaoccidentalque hemosrecibido/heredado delpasado, no esalgoformadopoco a poco deuna manera "inocente" nifortuita,sino que, bienalcontrario, responde a una serie deintereses(cambiantesa lolargodeltiempo,bienescierto)delosprotago-nistas y "naciones" que la impulsaron.As, vemos que elconocimiento "gene-ral y generalizado" de la historia de la msica europea desde finales de la Edad Media hasta prcticamente la actualidad (y para ello, no hay ms que echar un vistazo acualquier enciclopedia en fascculoscoleccionablesaluso,disponi-blessobreeltemaen cualquierkiosco),sereduce,bsicamente,alamsica alemana o germnica en susentido ms amplio (incluso hablamos de los"jalo-nes"dedichahistoriamusical,centradosy casisintetizablesenlastres"B", Bach, Beethoven y Brahms,todosellosalemanes),lamsicaitaliana(ysta, particularmenteporsurelacinconloalemndelsur --es decir,lamsica veneciana-, aunque tambin la romana por el evidente "modelo" delas Hasmusicalespapales,peroacasonotantolamsicasuritalianaeinsular -Npoles,Sicilia,Cerdea..engeneral,deestudiomstardo),yla msica francesa e inglesa, como va dicho, prcticamente restringidas a las ciu-dadesde ParsyLondres.Pero quconocimiento tenemos dela msica que se haca en los siglos XVI al XVIII, por ejemplo, enManchester,Birmingham o Glasgow,o en Marsella,Burdeoso Lyon,esto por nomencionar la msica quesehacaenlospasesescandinavos,enlosbalcnicos,oenla"periferia geogrfica" rusa oibrica?Seguimos,enmanualesuniversitarios, enciclope-dias, conciertos y grabaciones, reducidosa pequeas notasde "couleur local", al nmero bis para terminar unconcierto o audicin, a la piececita extica para completar unprogramaformativodeconservatorio,etc.etc.Apesar deque, escierto, es mucho, y muyrpido,lo quese est avanzando en este sentido, y a que el patrimonio musical que se ha ignorado u omitido (silenciado?) hasta elmomento,signifique, porcentual y cuantitativamente hablando,muchsimo ms que elquehasta la fechase ha estudiado y valorado. Dicho esto, lo cierto es que lasmalllamadas "periferias", hansido tradi-cionalmente relegadas de las sucesivas historias dela msica, y lo que espeor, hansidoapartadas(inclusoenocasiones,nosinfaltadeintencionalidad)de lasrevisiones peridicas emanadas desdelapropia disciplina alrespectoy de 475 1 Otro tanto podramos decir dela msica "italiana", que, enlos siglos XVI Todo lo existente entre1600 y dichostresltimos compositores mencio-alXVlll, divida elactual territorio delanacinitaliana enmltiplesEstados regidos por papasy prncipes de la nobleza (Estados Pontificios, Repblica de Venecia,Piamonte,NpolesyDosSicilias,Saboya ... ),oenelcasodela msica "alemana" (que, en igualperodo, compartimentaba el mapa centroeu-ropeoenunmosaicoformadoporpequeosestadosregidosporprncipes electores;yas,Baviera,Prusia,Hesse,Sajonia,oinclusoBohemia, Polonia... ).Etc. Todo este excursonosllevaa ser testigosdeque la visindelahistoria delamsicaquehoypodemostener(alhablar demsicaitaliana,alemana, espaolainclusofrancesaoinglesa,cuando,enpuridad,deberamos hablar dela msica quesehaca enPars o en Londres, respectivamente, pues andesconocemos en granmedida loquese haca enlaperiferiasnacionales dedichascapitales-), noesmsqueunaherenciadelosnacionalismosdel sigloXIX,hoytodavabien"vivos"y,aunquesepretendalocontrario "vigentes" en lamayora delasinvestigaciones quesesuelen emprender. En esta visin heredaday asumida,aunque seguramente "distorsionada" (por unvoca y "parcial") de la historia de la msica europea, tuvieron nopoco que ver las primerashistorias dela msica quesurgieron a nivelinternacional (merefieroalostrabajospionerosdefinalesdelsigloXVIIIdeSirJohn Hawkins, CharlesBurney, elpadre GiovanniBattista Martini. .. ),as comola implantacindelaMusikwissenschaft(Musicologa,o Ciencia dela Msica) enlasuniversidadesalemanascomoasignaturaderangoacadmicosuperior desde elsigloXIX,puesambosfactorescontribuyeron poderosamentea for-jar la nocinque hoytenemosdelahistoriamusicaleuropea. Pero tampoco hemosde perder devista,que,frutoacaso del espritude la Ilustracin, Sir Charles Burney por ejemplo -que viaj por media Europa para elaborarsuclebre"historia",peroquenollegnuncaapisarsuelopeninsu-lar-, termina susalusiones al caso hispnico, alredactar suhistoria de la msi-caeuropea,conunavisintpicadelapoca(lacualenlazaconla"leyenda negra"espaola emergente tras Felipe Il), segn la cual, todo lo producido musi-calmente en Espaa tras1600, fue"decadente" y dependiente deloitaliano. Demodosemejante,numerosashistoriasdelamsica occidentalpubli-cadasapartirdeentoncesyhastafechasrecientsimas,ofrecenunapirueta temporal para elcaso espaol, segn la cual, la aportacin espaola a la histo-ria de la msica general, saltara desde la Edad Media y siglo XVI (en este lti-mocaso,reducidoalosmsclebresvihuelistasyapolifonistascomo Morales,GuerreroyVictoria),hastafinalesdelsigloXIXycomienzosdel XX,conlaaparicindelos"nacionalismos", en dondesesueletratarbreve-mente delcasodeAlbniz, Granadosy Falla. 474 nados,parecenomerecerlapena,cuandono,simplemente,noexistir;una cuestin quesepuede hacer perfectamente extensiva al caso latinoamericano, que nisiquiera se menciona, desde el tiempo del descubrimiento hasta, prcti-camente,elperodo ms "colorista" delsigloXX -generalmente, hacindo-lodependientedelcasoestadounidense:Tves,Copland,Gershwin ... -, y generalmentereducidoalacitaescuetadeunospocosnombres(Chvezo Villalobos,y mucho menos, Ponce,Revueltas,Ginastera,u otros). Naturalmente,estanocindelahistoriadelamsicaoccidentalque hemosrecibido/heredado delpasado, no esalgoformadopoco a poco deuna manera "inocente" nifortuita,sino que, bienalcontrario, responde a una serie deintereses(cambiantesa lolargodeltiempo,bienescierto)delosprotago-nistas y "naciones" que la impulsaron.As, vemos que elconocimiento "gene-ral y generalizado" de la historia de la msica europea desde finales de la Edad Media hasta prcticamente la actualidad (y para ello, no hay ms que echar un vistazo acualquier enciclopedia en fascculoscoleccionablesaluso,disponi-blessobreeltemaen cualquierkiosco),sereduce,bsicamente,alamsica alemana o germnica en susentido ms amplio (incluso hablamos de los"jalo-nes"dedichahistoriamusical,centradosy casisintetizablesenlastres"B", Bach, Beethoven y Brahms,todosellosalemanes),lamsicaitaliana(ysta, particularmenteporsurelacinconloalemndelsur --es decir,lamsica veneciana-, aunque tambin la romana por el evidente "modelo" delas Hasmusicalespapales,peroacasonotantolamsicasuritalianaeinsular -Npoles,Sicilia,Cerdea..engeneral,deestudiomstardo),yla msica francesa e inglesa, como va dicho, prcticamente restringidas a las ciu-dadesde ParsyLondres.Pero quconocimiento tenemos dela msica que se haca en los siglos XVI al XVIII, por ejemplo, enManchester,Birmingham o Glasgow,o en Marsella,Burdeoso Lyon,esto por nomencionar la msica quesehacaenlospasesescandinavos,enlosbalcnicos,oenla"periferia geogrfica" rusa oibrica?Seguimos,enmanualesuniversitarios, enciclope-dias, conciertos y grabaciones, reducidosa pequeas notasde "couleur local", al nmero bis para terminar unconcierto o audicin, a la piececita extica para completar unprogramaformativodeconservatorio,etc.etc.Apesar deque, escierto, es mucho, y muyrpido,lo quese est avanzando en este sentido, y a que el patrimonio musical que se ha ignorado u omitido (silenciado?) hasta elmomento,signifique, porcentual y cuantitativamente hablando,muchsimo ms que elquehasta la fechase ha estudiado y valorado. Dicho esto, lo cierto es que lasmalllamadas "periferias", hansido tradi-cionalmente relegadas de las sucesivas historias dela msica, y lo que espeor, hansidoapartadas(inclusoenocasiones,nosinfaltadeintencionalidad)de lasrevisiones peridicas emanadas desdelapropia disciplina alrespectoy de 475 la elaboracin deuna nueva historia de la msica occidental. ste sera el caso, slopor mencionar unosignificativamentellamativo,delaobra enciclopdi-caentrecevolmenesacargodelprestigiosomusiclogoalemnCarl Dahlhaus, Neue Handbuch de,.Musikwissenschaft(Laaber Verlag,1996), en la que, frente a otros temas ampliamente desarrollados, apenas se dedican unas pocaslneasatodalamsicaescnicadelbarrocohispnico(precisamente, coincidenteen eltiempoconeldenominadoSiglodeOro delteatroespaol: descuido, o carencia imperdonable ... ? Si,adems,comodeclaraelprestigiosoprofesoritalianoLorenzo Bianconi (Il Seicento.Vol.5 de Storia Delta Musica.Turn,1982), experto en cuestionesdemsica escnica y dramaturgia,"Espaa" era enaquella poca "la periferia de la periferia" (con, en mbitooperstico, elestreno por ejemplo de"Laprpuradelarosa"en170l-con libretodePedroCalderndela Barca y msica deToms de Torrejny Velasco-- en Lima, considerada por el musiclogo italiano como ciudad perifrica de la metrpoli ibrica, a su vez, periferia decuantosecoca en "Europa" alrespecto), bien habremos de reco-nocer --o coincidir,almenos,en- que,enaqueltiempo,elmbiLohispni-cosupona "la periferia mayor delmundo"(frente a un hipotticamentecon-siderado -centro", territorialmente muchomenor), "en la quenosepona el sol" La perplejidad ante situaciones prcticamente inamovibles de nuestra dis-ciplina, en elsentido de "por todosaceptada,ya que no rebatida",cuan-domenos,elevarlareivindicacindequesosteneralgoas(ynodesdeun nuevopuntodevistaasuveznuevamentenacionalista,nideun herido"orgullo espaol"delqueechanmanolosaludidoscomoburla cons-tante para minimizar o contrarrestar este tipo de argumentaciones ---cfr al res-pectoelmagnficoanlisisquedeellohacelamusicloga judo-estadouni-denseJudithEtzionen"SpanishMusicasPerceivedinWesternMusic Historiography:A Case of the Black Legend", en lnternational Review of the Aesthetics and Sociology ofMusic. 29/2 (1998), pp.93-120--, sino siendo bien conscientesdequelomismopodra decirsedesdeotrasmuchasperspectivas "nacionales" -aqu ensusentidomsamplio-- ygeogrficas),nodejade suponertratar demantenera toda costaunaint1exibleaproximacinalfen-menohistrico-musical, enlaque,errneamente,searranca, para asentar sus bases, detomar "la parte por el todo", cuando no de mantener a ultranza deter-minadas parcelas de "poder"nacionalista, a las que en absoluto interesa que se modifique el "status quo", pues eso podra significar su prdida depeso espe-cfico y de int1uencia "consolidados" en elconjunto internacional, en favor de "otros" (nuevosy variados "advenedizos"). Esstaunacuestindenoescasointersenelpanoramainternacional actual, el cual, como en cada poca,se sustenta merceda una especie de "tc-476 tonicadeplacas"(odeequilibrio convencionalmente admitidoentrelasdife-rentespotencias nacionales), enla cual,cuandoasciende elgradodeinfluen-cia de unpasequis -por el empuje y presin social creciente de susinvesti-gadoreseinvestigacionesenelmbitointernacional-,stesecontrarresta inmediatamenteconeldescenso de otropasentrminosmso menospare-jos.Lacosa es,alfinyalapostre,quelaspotenciasrectorasdelacultura durantelossiglosXIXY XX(en msicay Musicologa,Alemania,Holanda, Inglaterra,EstadosUnidos,einclusoFranciaenciertosaspectos),noestn particularmentedispuestasa permitir cambiosquelesafecten en negativo, Precisamentesiguiendocon eserazonamiento,laapertura enestoslti-mos aos a msicas "tnicas" no deja de ser -permtaseme la expresin colo-quial- "el chocolate delloro":interesa lolejano y extico(como en elsiglo XIX -yen este sentido,"nihil novumsubsole"-, aunqueahora con ciertos maticesdiferenciadores);esdecir,interesalojamaicano,loquevienedel sureste asitico,de losaborgenes de aqu o all -cuanto ms raroo extico, mejor-, pero noas elestudiodelatradicinoraly elfolclorepropios,que sevalora poltica y socialmente cada vez mscomosocialmente retrgradoy aun"carca":losgozos,lassardanasolasjotas,einclusolospaloteaos,las albadas, etc., pues --dirn algunos- apenas nosarrojan untestimonio ruraly cercano.Parece --dirn otros- que dedicarse a la investigacin de estos lti-mosaspectosencierre ens mismouncierto carcter "conservador", pues,en cierto modo, esto fueiniciado hace ya "muchsimo" tiempo -a ojos de la ms rabiosaactualidad- (yaqupodramoscitar,desdeBlaBartkyZoltn Kodly,hasta Felipe Pedrell, Federico Olmeda y tantosotros).Podra decirse que,endefinitiva,y auna pesar dequesenosvendahoyen daelexotismo "global" (hind,africano,vietnamita ... ) como losocialmente "bueno" y pro-gresista,esta nueva tendencianodejadeencerrar,tambin,una nueva mani-pulacin, pues da la impresin de que, realmente, no hay un inters "de fondo" en todoesto,sino msbienunasimplepincelada "de colorido" (generalmen-te,analizada y puesta en valor desde las mismas potencias rectoras a que antes aluda -y basta fijarse,para darse cuenta de ello, en elorigen nacional delas bibliografasalrespecto-) convistasa acallar algunasvocesycult-vando,por losmismos desiempre, elstablishment o privilegio establecidos. Frentea todoloanterior,surgen sin embargo, tambin,problemasinter-nos que dificultan la"puesta delargo" de nuestra msica hispnica en el con-ciertointernacional,pues,mientrasenotroslugaresseananesfuerzosyse promueven iniciativaspara ser cada vez mscompetitivosy noperder eltren dela"int1uencia",ennuestrapropiacasasefomentaelascensodelasauto-nomas(polticas,socialesy econmicas).Enelcasoactualespaol,y desde eladvenimiento delademocracia enlasegunda mitaddeladcada deI sefavorecilaimplantacinadministrativaydegestindehastadiecisiete 477 la elaboracin deuna nueva historia de la msica occidental. ste sera el caso, slopor mencionar unosignificativamentellamativo,delaobra enciclopdi-caentrecevolmenesacargodelprestigiosomusiclogoalemnCarl Dahlhaus, Neue Handbuch de,.Musikwissenschaft(Laaber Verlag,1996), en la que, frente a otros temas ampliamente desarrollados, apenas se dedican unas pocaslneasatodalamsicaescnicadelbarrocohispnico(precisamente, coincidenteen eltiempoconeldenominadoSiglodeOro delteatroespaol: descuido, o carencia imperdonable ... ? Si,adems,comodeclaraelprestigiosoprofesoritalianoLorenzo Bianconi (Il Seicento.Vol.5 de Storia Delta Musica.Turn,1982), experto en cuestionesdemsica escnica y dramaturgia,"Espaa" era enaquella poca "la periferia de la periferia" (con, en mbitooperstico, elestreno por ejemplo de"Laprpuradelarosa"en170l-con libretodePedroCalderndela Barca y msica deToms de Torrejny Velasco-- en Lima, considerada por el musiclogo italiano como ciudad perifrica de la metrpoli ibrica, a su vez, periferia decuantosecoca en "Europa" alrespecto), bien habremos de reco-nocer --o coincidir,almenos,en- que,enaqueltiempo,elmbiLohispni-cosupona "la periferia mayor delmundo"(frente a un hipotticamentecon-siderado -centro", territorialmente muchomenor), "en la quenosepona el sol" La perplejidad ante situaciones prcticamente inamovibles de nuestra dis-ciplina, en elsentido de "por todosaceptada,ya que no rebatida",cuan-domenos,elevarlareivindicacindequesosteneralgoas(ynodesdeun nuevopuntodevistaasuveznuevamentenacionalista,nideun herido"orgullo espaol"delqueechanmanolosaludidoscomoburla cons-tante para minimizar o contrarrestar este tipo de argumentaciones ---cfr al res-pectoelmagnficoanlisisquedeellohacelamusicloga judo-estadouni-denseJudithEtzionen"SpanishMusicasPerceivedinWesternMusic Historiography:A Case of the Black Legend", en lnternational Review of the Aesthetics and Sociology ofMusic. 29/2 (1998), pp.93-120--, sino siendo bien conscientesdequelomismopodra decirsedesdeotrasmuchasperspectivas "nacionales" -aqu ensusentidomsamplio-- ygeogrficas),nodejade suponertratar demantenera toda costaunaint1exibleaproximacinalfen-menohistrico-musical, enlaque,errneamente,searranca, para asentar sus bases, detomar "la parte por el todo", cuando no de mantener a ultranza deter-minadas parcelas de "poder"nacionalista, a las que en absoluto interesa que se modifique el "status quo", pues eso podra significar su prdida depeso espe-cfico y de int1uencia "consolidados" en elconjunto internacional, en favor de "otros" (nuevosy variados "advenedizos"). Esstaunacuestindenoescasointersenelpanoramainternacional actual, el cual, como en cada poca,se sustenta merceda una especie de "tc-476 tonicadeplacas"(odeequilibrio convencionalmente admitidoentrelasdife-rentespotencias nacionales), enla cual,cuandoasciende elgradodeinfluen-cia de unpasequis -por el empuje y presin social creciente de susinvesti-gadoreseinvestigacionesenelmbitointernacional-,stesecontrarresta inmediatamenteconeldescenso de otropasentrminosmso menospare-jos.Lacosa es,alfinyalapostre,quelaspotenciasrectorasdelacultura durantelossiglosXIXY XX(en msicay Musicologa,Alemania,Holanda, Inglaterra,EstadosUnidos,einclusoFranciaenciertosaspectos),noestn particularmentedispuestasa permitir cambiosquelesafecten en negativo, Precisamentesiguiendocon eserazonamiento,laapertura enestoslti-mos aos a msicas "tnicas" no deja de ser -permtaseme la expresin colo-quial- "el chocolate delloro":interesa lolejano y extico(como en elsiglo XIX -yen este sentido,"nihil novumsubsole"-, aunqueahora con ciertos maticesdiferenciadores);esdecir,interesalojamaicano,loquevienedel sureste asitico,de losaborgenes de aqu o all -cuanto ms raroo extico, mejor-, pero noas elestudiodelatradicinoraly elfolclorepropios,que sevalora poltica y socialmente cada vez mscomosocialmente retrgradoy aun"carca":losgozos,lassardanasolasjotas,einclusolospaloteaos,las albadas, etc., pues --dirn algunos- apenas nosarrojan untestimonio ruraly cercano.Parece --dirn otros- que dedicarse a la investigacin de estos lti-mosaspectosencierre ens mismouncierto carcter "conservador", pues,en cierto modo, esto fueiniciado hace ya "muchsimo" tiempo -a ojos de la ms rabiosaactualidad- (yaqupodramoscitar,desdeBlaBartkyZoltn Kodly,hasta Felipe Pedrell, Federico Olmeda y tantosotros).Podra decirse que,endefinitiva,y auna pesar dequesenosvendahoyen daelexotismo "global" (hind,africano,vietnamita ... ) como losocialmente "bueno" y pro-gresista,esta nueva tendencianodejadeencerrar,tambin,una nueva mani-pulacin, pues da la impresin de que, realmente, no hay un inters "de fondo" en todoesto,sino msbienunasimplepincelada "de colorido" (generalmen-te,analizada y puesta en valor desde las mismas potencias rectoras a que antes aluda -y basta fijarse,para darse cuenta de ello, en elorigen nacional delas bibliografasalrespecto-) convistasa acallar algunasvocesycult-vando,por losmismos desiempre, elstablishment o privilegio establecidos. Frentea todoloanterior,surgen sin embargo, tambin,problemasinter-nos que dificultan la"puesta delargo" de nuestra msica hispnica en el con-ciertointernacional,pues,mientrasenotroslugaresseananesfuerzosyse promueven iniciativaspara ser cada vez mscompetitivosy noperder eltren dela"int1uencia",ennuestrapropiacasasefomentaelascensodelasauto-nomas(polticas,socialesy econmicas).Enelcasoactualespaol,y desde eladvenimiento delademocracia enlasegunda mitaddeladcada deI sefavorecilaimplantacinadministrativaydegestindehastadiecisiete 477 autonomas, que, desde el Gobierno "central" se dotaron,a partir deentonces, delossuficientes recursos econmicos para favorecersudesarrollo.Con ello, sedestinaronnopocosfondospblicosparalarealizacinypublicacinde diferentescatlogosdearchivosmusicales,loqueredundenalgunaspubli-caciones alrespecto,generalmentellevadas a cabo sin tener encuenta la nor-mativainternacionalexistente alniotroscondicionantesquepermi-tieran supuesta en comn y cotejo, siquiera fuera entre s. Lgicamente, trans-currido yaunlapsodetiempo prudencial,se ha podidocomprobar, yenms deuna ocasin todava sepuede, que,para optimizar talestrabajose incorpo-rarlosalasbasesdedatosinternacionales,sera precisaunarevisina fondo delasmetodologas empleadas, cuando node una reelaboracin minuciosa de talescatlogos,quepudieracomplementary/uofrecerinformaciones mentarias a lo ya publicado. Pero, lamentable e inevitablemente, cuando orga-nismos competentes en la materia (como elRISM,u otros) pretenden hoy da emprenderestetipodeactuaciones"demejoraoaprovechamientodeloya existente",surgeindefectiblementeelargumentoinstitucionaldeque,como talesfondosdocumentalesyafueronensudaapoyadoseconmicamente (financiados con fondospblicosy gestionados a nivelautonmico)paraque sedieranaconocerenlossusodichoscatlogos,yanosepermite(notiene sentido /nopareceadecuado)volversobreellosydestinarnuevosrecursos para loque.sesupone, debera serunmismo contenido o unos mismostraba-jos.... (?).Vaya, que, dicho "en romn paladino", con la proliferacin de cat-logosmercedatalesiniciativaspolticas,estamospromoviendoelconseguir "pan para hoy, y hambre para maana", cuando no estamos dinamitando nues-traspropiasposibilidadesdeobtener unabuenavisindenuestropatrimonio y depoder ponerlo encondiciones decomparacin conotrosacervosparale-los.(Otroasunto para la reflexin). Una cuestinms en el camino quevamos trazando,la suscita el tema de la valoracin que hoy da generalizadamente hacemos de determinadas formas musicales,pues, habitualmente(yseguramentepor herencia denuestrospro-piosconservatoriosy facultadesde msica)tendemosavalorarmuybienno nuestrasformasmusicales,sinoaquellasotrasquenosonnuestras,sinoque fuerony sonbien valoradaspor alemanes,londinenses,parisinos, italianos ... Merefieroaquehoyendanosparece"buena"msica---evidentemente, habloentrminostodoloilexblesqueselaqueesdecarcter exclusivamenteinstrumental --del tipoconciertos,sonatas ... -, lamsica de cmara, etc., pero no as (o almenos, no tanto) la msica exclusivamente vocal (particularmente,lapolifona),olamsicareligiosa(ymenosan,lapura-mentelitrgica).Peroclaro,esorespondetambinacuestioneshistricas,y muyparticularmente,demecenazgo(puesquienpaga,manda,y mientrasen centroeuropa encargaban msica losgrandesseores,duques,condes,prnci-pes,etc.,en elmbitohispnicolo haca,mayoritariamente,lal!:!Iesiacatli-478 yse esotro escollo(obviamente no por sucontenido sino porlavalora-cin que de lsehace en elsentido mencionado) quenosdificulta (a nosotros hoy da,elrescate denuestra propia msica pasada. A ello viene adems a unrsele el problema actual dela "globalizacin" a escalamundial:latradicin"catlica",bienconcreta,yaunqueciertamente muyextensa geogrficamente,noabarcatodosloslugaresposibles,socieda-des ni mentalidades, loque ciertamente no ayuda hoy de cara a "venderse" el sentido de extenderse o generalizarse almximo) en otros contextos:misas, lamentaciones,himnosymotetes,atraenapropiosyextraosa menudodeunmodomuycircunstancialenunasociedadmundialcadavez mslaicizadayregidaporelnicopatrn"dinero"(cuandonomediatizada por otras confesiones a nivelnacional,o incluso gubernamentalmente aconfe-sionalo pluri/multi-confesional). Deotrolado,la aperturay lasnuevasaproximacionesalaconstruccin deunanuevahistoria dela msica occidental(sedejanAsia yfrica fuera), partende"modelos"establecidos,apenasmodificados"por ampliacin":de hecho,la tan cacareada "apertura" e innovacin no suele pasar de la bsqueda de ms compositores, msnombres, nuevas partituras, nuevos ttulos que aa-diralosyaasumidosy"encartel",pero,generalmente,sepretendeque"lo nuevo" responda a unos patrones estticos similares: nueva msica, pero que, encomparacinconlayaconocidaybienvalorada,puedaparecemos "buena",aportando,esoelaadidode "desconocida"elsentidode= interesante):enel fondo,aunquemaquillada de lo contrario, apenas responde a una perspectiva decierto elitismosocial que pretendecontinuar "en elcan-delero"(marcando"modas"),cuandonodepuroesnobismo.Demodoque resultafrancamentedifcil,desdesemejantesposturas,lograrlapenetracin socialdemsicasverdaderamente"nuevas",oquerespondana"nuevos" patrones y circunstancias estticas.Y realmente, as, elcamino es duro y com-plicado,puesnohaymayorverdadquelamximaquesostieneque"nose puedevalorarloquesedesconoce".Dedondesederivaquenoquedams salida quela difusin,la pedagoga,la divulgacincientfica,y la aportacin denuevos productos (en nuestro caso, ediciones musicales, conciertos, graba-ciones... ) que puedan competir, desde sucalidad intrnseca -ya que no tanto desde suconcepcin-, en "el mercado". Por otra parte, se ha de considerar tambinelpoder de "Impacto' con que puede contar lamsica hispnica respectoa otros mbitos deinfluencia (ger-mnico, anglosajn, de habla francesa ... ),pues, aunque en este sentido el idio-macastellanosehallaenevidentefasedeexpansinmundial,noesmenos ciertoquesehalla fueradeloscircuitosinternacionales delamsica "como vehculo cientfico", donde continan teniendo unpeso enorn1e el italiano y el alemn, junto al francs (particularmente desde elsiglo XIX, como idioma "de 479 autonomas, que, desde el Gobierno "central" se dotaron,a partir deentonces, delossuficientes recursos econmicos para favorecersudesarrollo.Con ello, sedestinaronnopocosfondospblicosparalarealizacinypublicacinde diferentescatlogosdearchivosmusicales,loqueredundenalgunaspubli-caciones alrespecto,generalmentellevadas a cabo sin tener encuenta la nor-mativainternacionalexistente alniotroscondicionantesquepermi-tieran supuesta en comn y cotejo, siquiera fuera entre s. Lgicamente, trans-currido yaunlapsodetiempo prudencial,se ha podidocomprobar, yenms deuna ocasin todava sepuede, que,para optimizar talestrabajose incorpo-rarlosalasbasesdedatosinternacionales,sera precisaunarevisina fondo delasmetodologas empleadas, cuando node una reelaboracin minuciosa de talescatlogos,quepudieracomplementary/uofrecerinformaciones mentarias a lo ya publicado. Pero, lamentable e inevitablemente, cuando orga-nismos competentes en la materia (como elRISM,u otros) pretenden hoy da emprenderestetipodeactuaciones"demejoraoaprovechamientodeloya existente",surgeindefectiblementeelargumentoinstitucionaldeque,como talesfondosdocumentalesyafueronensudaapoyadoseconmicamente (financiados con fondospblicosy gestionados a nivelautonmico)paraque sedieranaconocerenlossusodichoscatlogos,yanosepermite(notiene sentido /nopareceadecuado)volversobreellosydestinarnuevosrecursos para loque.sesupone, debera serunmismo contenido o unos mismostraba-jos.... (?).Vaya, que, dicho "en romn paladino", con la proliferacin de cat-logosmercedatalesiniciativaspolticas,estamospromoviendoelconseguir "pan para hoy, y hambre para maana", cuando no estamos dinamitando nues-traspropiasposibilidadesdeobtener unabuenavisindenuestropatrimonio y depoder ponerlo encondiciones decomparacin conotrosacervosparale-los.(Otroasunto para la reflexin). Una cuestinms en el camino quevamos trazando,la suscita el tema de la valoracin que hoy da generalizadamente hacemos de determinadas formas musicales,pues, habitualmente(yseguramentepor herencia denuestrospro-piosconservatoriosy facultadesde msica)tendemosavalorarmuybienno nuestrasformasmusicales,sinoaquellasotrasquenosonnuestras,sinoque fuerony sonbien valoradaspor alemanes,londinenses,parisinos, italianos ... Merefieroaquehoyendanosparece"buena"msica---evidentemente, habloentrminostodoloilexblesqueselaqueesdecarcter exclusivamenteinstrumental --del tipoconciertos,sonatas ... -, lamsica de cmara, etc., pero no as (o almenos, no tanto) la msica exclusivamente vocal (particularmente,lapolifona),olamsicareligiosa(ymenosan,lapura-mentelitrgica).Peroclaro,esorespondetambinacuestioneshistricas,y muyparticularmente,demecenazgo(puesquienpaga,manda,y mientrasen centroeuropa encargaban msica losgrandesseores,duques,condes,prnci-pes,etc.,en elmbitohispnicolo haca,mayoritariamente,lal!:!Iesiacatli-478 yse esotro escollo(obviamente no por sucontenido sino porlavalora-cin que de lsehace en elsentido mencionado) quenosdificulta (a nosotros hoy da,elrescate denuestra propia msica pasada. A ello viene adems a unrsele el problema actual dela "globalizacin" a escalamundial:latradicin"catlica",bienconcreta,yaunqueciertamente muyextensa geogrficamente,noabarcatodosloslugaresposibles,socieda-des ni mentalidades, loque ciertamente no ayuda hoy de cara a "venderse" el sentido de extenderse o generalizarse almximo) en otros contextos:misas, lamentaciones,himnosymotetes,atraenapropiosyextraosa menudodeunmodomuycircunstancialenunasociedadmundialcadavez mslaicizadayregidaporelnicopatrn"dinero"(cuandonomediatizada por otras confesiones a nivelnacional,o incluso gubernamentalmente aconfe-sionalo pluri/multi-confesional). Deotrolado,la aperturay lasnuevasaproximacionesalaconstruccin deunanuevahistoria dela msica occidental(sedejanAsia yfrica fuera), partende"modelos"establecidos,apenasmodificados"por ampliacin":de hecho,la tan cacareada "apertura" e innovacin no suele pasar de la bsqueda de ms compositores, msnombres, nuevas partituras, nuevos ttulos que aa-diralosyaasumidosy"encartel",pero,generalmente,sepretendeque"lo nuevo" responda a unos patrones estticos similares: nueva msica, pero que, encomparacinconlayaconocidaybienvalorada,puedaparecemos "buena",aportando,esoelaadidode "desconocida"elsentidode= interesante):enel fondo,aunquemaquillada de lo contrario, apenas responde a una perspectiva decierto elitismosocial que pretendecontinuar