excelsior clasificaciÓn interna no existe conciencia

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EXCELSIOR FECHA: J3¿&¿£j SECCION:_/\ , PAC:_ CLASIFICACIÓN INTERNA V ^ No Existe Conciencia Ecológica, "Lo que estamos hacien do es multiplicar al máxi- mo posible las actividades que consideramos positivas: el deporte, la participación juvenil en la creación de empleos, en las obras pú- blicas o actividades cultu- rales, artísticas, en organi- zacifli^s vecinales de todo tipi^Ara que los jóvenes srarl^Fomotores 0 coadyu- vantes o formen grupos re- conocidos por la sociedad. E.s decir, que no sean ana- tematizados, e s t igmatiza- dos, y no adoptar nosotros una actitud puritana v de horror diciendo ;qué espan- to! Y en vez de decir que son terribles, acordarnos que un día fuimos jóvenes y a lo mejor terribles para nuestra época. Uno tiene que ayudarlos a cruzar por la delegación y por la so- ciedad, lo más dignamente posible: de forma que no se hagan daño a sí mismos ni al rosto de la sociedad". •*• Haré el delegado pnlitieo una enumeración de las instalaciones de todo tipo n> que *e dispone en la dé- lrgarión: campos deporti- vos, alhprcas, auditorios. r >e ro^^ñaHe - *'lo que tene- mos podemos aprovecharlo mejor". Hay talleres para herrería y carpintería, sa- tenes y aulas para usOs múltiples, para teatro, dan- za, cine. Lo s jóvenes hacen muchas fiestas en espacios abiertos y eso permite con- gregar a la comunidad. Existen los caminos hacia los montes, hacia el sitio conocido como Los Dína- mos, al rio, a jas barrancas. Aun asi, hay Un déficit to- davía en espacios deporti- vos y culturales. En cierto modo, la Mag- dalena Contreras es una po- blación-dormitorio para ac- tividades que de día se tie- nen en otras partes de la capital. El delegado infor- ma que casi 80 por ciento de las personas que viven en la delegación tienen que salir de su territorio para desempeñar trabajos o pa- ra estudiar en algunas ins- tituciones, sobre todo de educación superior, pues no hay mucha s en la demar- cación delegacional. Tam- bién para hacer compras especificas, pues tampoco hay en ella un gran co- mercio, y no se venden al- gunos insumos que necesi- ta la población. Dice Ramón Ojeda Mes- tre: "La gente se mueve mucho v prácticamente, co- mo usted dice, vienen a dor- mir a la delegación. Sin em- bargo, duermen con una gran tranquilidad, porque es muy tranquila. No hay escándalos, no hay fiestas ruidosas, no hay cabarés ni cantinas. Las personas son muy respetuosas unas de otras. Hay una tradición de cortesía y de sosiego colec- tivo un tanto provinciano. El ser dormitorio no es en- teramente negativo, salvo, eso sí, que el gasto de las familias se hace muchas ve- ces fuera de la delegación. Trabaja afuera, y su ingre- so no lo gasta aquí porque aquí no encuentra en que, ni dónde. Entonces, el dine- ro de la delegación v el es- fuerzo de los contrerenses va a dar a otros sitios, a otras delegaciones- Estamos por eso un poco preocupa- dos, para oue no «ea única- mente dormitorio, sino que se busque reactivar econó- micamente a la delegación". —¿Cómo? "Como no podemos ins- talar aquí industrias, por- que lo prohibe el Plan de Desarrollo Urbano no pode- mos explotar la madera porque no podemos acabar- nos los bosques, ni tenemos espacios porque estamos muy densamente poblados en la zona urbana —aun- que tenemos el 60 por cien- to de la delegación virgen, pero la zona ecológica de protección no nos permite establecernos ahí—, enton- ces de alguna manera tene- mos que reactivar la vida económica de los poblado- res y encontrarles aquí mismo fuentes de empleo". —¿E s grande aquí el probiema jurídico de la te- nencia de la tierra en « tránsito de lo agrario a lo urbano? "Es preocupante, pero no llega a nivel de grave- dad. Es preocupante porque en esta problemática agra- ria se reflejan las tradicio- nales asimetrías, que han venido existiendo entre los campesinos: el peón, el eji- datario, el comunero, el avencidado, etcétera. Se dan aquí todas las formas jurí- dicas de tenencia de la tie- rra, sin darse, por el con- trarío, todas las formas de explotación económica que nos ha abierto la Consti- tución, d e s d e la Revolu- ción de 1910. Tenemos aquí población comunera, ejidal, pequeños propietarios, pe- ro carecen de las forí» as de organización que se re- quieren para explotar debi- damente sus bienes. Tene- mos cerca de 2,300 hectá- reas comunales y cerca de mil hectáreas ejidales que hubieron de expropiarse para crear estas zonas ur- banas. Todavía no hemos logrado el tránsito adecua- do de lo rural-agrario a lo propiamente urbano y eco- nómicamente posible." —¿Con ntié efectos? "Tos de estar en una na muy difícil, dpsgastan- te. Porque tenemos perso-

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Page 1: EXCELSIOR CLASIFICACIÓN INTERNA No Existe Conciencia

2 - a

EXCELSIOR

FECHA: J3¿&¿£j S E C C I O N : _ / \ , PAC:_ CLASIFICACIÓN INTERNA V ^

N o E x i s t e C o n c i e n c i a E c o l ó g i c a , "Lo que estamos hacien

do es multiplicar al máxi­mo posible las actividades que consideramos positivas: el deporte, la participación juvenil en la creación de empleos, en las obras pú­blicas o actividades cultu­rales, artísticas, en organi-zacifli^s vecinales de todo t i p i ^ A r a que los jóvenes srarl^Fomotores 0 coadyu­vantes o formen grupos re­conocidos por la sociedad. E.s decir, que no sean ana­tematizados, e s t igmatiza-dos, y no adoptar nosotros una actitud puritana v de horror diciendo ;qué espan­to! Y en vez de decir que son terribles, acordarnos que un día fuimos jóvenes y a lo mejor terribles para nuestra época. Uno tiene que ayudarlos a cruzar por la delegación y por la so­ciedad, lo más dignamente posible: de forma que no se hagan daño a sí mismos ni al rosto de la sociedad".

•*• Haré el delegado pnlitieo

una enumeración de las instalaciones de todo tipo n> que *e dispone en la dé-lrgarión: campos deporti­vos, alhprcas, auditorios. r>e ro^^ñaHe - *'lo que tene­mos podemos aprovecharlo mejor". Hay talleres para herrería y carpintería, sa­tenes y aulas para usOs múltiples, para teatro, dan­za, cine. L o s jóvenes hacen muchas fiestas en espacios abiertos y eso permite con­gregar a la comunidad. Existen los caminos hacia los montes, hacia el sitio conocido como Los Dína­mos, al rio, a jas barrancas. Aun asi, hay Un déficit to­davía en espacios deporti­vos y culturales.

En cierto modo, la Mag­dalena Contreras es una po­blación-dormitorio para ac­tividades que de día se tie­nen en otras partes de la capital. El delegado infor­ma que casi 80 por ciento de las personas que viven en la delegación tienen que salir de su territorio para desempeñar trabajos o pa­ra estudiar en algunas ins­tituciones, sobre todo de educación superior, pues no hay mucha s en la demar­cación delegacional. Tam­

bién para hacer compras especificas, pues tampoco hay en ella un gran co­mercio, y no se venden al­gunos insumos que necesi­ta la población.

Dice Ramón Ojeda Mes-tre: "La gente se mueve mucho v prácticamente, co­mo usted dice, vienen a dor­mir a la delegación. Sin em­bargo, duermen con una gran tranquilidad, porque es muy tranquila. No hay escándalos, no hay fiestas ruidosas, no hay cabarés ni cantinas. Las personas son muy respetuosas unas de otras. Hay una tradición de cortesía y de sosiego colec­tivo un tanto provinciano. El ser dormitorio no es en­teramente negativo, salvo, eso sí, que el gasto de las familias se hace muchas ve­ces fuera de la delegación. Trabaja afuera, y su ingre­so no lo gasta aquí porque aquí no encuentra en que, ni dónde. Entonces, el dine­ro de la delegación v el es­fuerzo de los contrerenses va a dar a otros sitios, a otras delegaciones- Estamos por eso un poco preocupa­dos, para oue no «ea única­mente dormitorio, sino que se busque reactivar econó­micamente a la delegación".

—¿Cómo? "Como no podemos ins­

talar aquí industrias, por­que lo prohibe el Plan de Desarrollo Urbano no pode­mos explotar la madera porque no podemos acabar­nos los bosques, ni tenemos espacios porque estamos muy densamente poblados en la zona urbana —aun­que tenemos el 60 por cien­to de la delegación virgen, pero la zona ecológica de protección no nos permite establecernos ahí—, enton­ces de alguna manera tene­mos que reactivar la vida económica de los poblado­res y encontrarles aquí mismo fuentes de empleo".

— ¿ E s grande aquí el probiema jurídico de la te­nencia de la tierra en « tránsito de lo agrario a lo urbano?

"Es preocupante, pero no llega a nivel de grave­dad. Es preocupante porque en esta problemática agra­ria se reflejan las tradicio­nales asimetrías, que han venido existiendo entre los campesinos: el peón, el e j i -datario, el comunero, el avencidado, etcétera. Se dan aquí todas las formas jurí­dicas de tenencia de la tie­rra, sin darse, por el con­trarío, todas las formas de explotación económica que nos ha abierto la Consti­tución, d e s d e la Revolu­ción de 1910. Tenemos aquí población comunera, ejidal, pequeños propietarios, pe­ro carecen de las forí» as de organización que se re­quieren para explotar debi­damente sus bienes. Tene­mos cerca de 2,300 hectá­reas comunales y cerca de mil hectáreas ejidales que hubieron de expropiarse para crear estas zonas ur­banas. Todavía no hemos logrado el tránsito adecua­do de lo rural-agrario a lo propiamente urbano y eco­nómicamente posible."

—¿Con ntié efectos? "Tos de estar en una

na muy difícil, dpsgastan-te. Porque tenemos perso-

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EXCELSIOR

FECHA: M¿¿2¿ SECCIO CLASIFICACIÓN INTERNA

PAC:

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ñas que andan peleando por 100 metros cuadrados de una tierra que no les pro-duce^,bsolutamente nada. S i r r J^pen te la tienen para v r n K a a l g u i e n que construya una casita. En­tonces, ésta no es una so­ciedad ni propiamente ur­bana ni una sociedad ru­ral tradicional. Es un poco la transición indefinida que nos agrava los problemas. Pero, insisto, no a nivel ex­cesivamente p r e o cupante, porque las instituciones ofi­ciales que se ocupan de es­tos asuntos, y las agrupa­ciones elídales, los eomisa-riados comunales y las agrupaciones de pequeños propietarios, han v e n i d o conjugando su intereses para producir los pocos re­cursos que tenemos, y so­bre todo organizar la pose­sión de la tierra. Tenemos ya 1.500 esrrituras listas en San Bernabé Ocotepec. Es­tamos reubicando a 800 fa-m i l i a s ^ n los predios de ° Í o ^ A g u a . en San Nl-colás^rotolaipan, y resol­viendo las cuestiones e.jidt-les.

—¿Además de esa natu­raleza u o r i g e n de los asentamientos, hay pro­blemas tanbién por la lle­gada de gente de o t r a s partes, aquellas a quienes comúnmente se les llama "paracaidistas"?

"Nosotros les llama­mos habitantes de Confie­ras. T-a óptica con que aquí contemplamos a cada per

sona es independiente del titulo jurídico con el que se hayan arraigado a la tie­rra, o de la carencia de ese título, tengan o no do­cumentos de propiedad. Ello no afecta a los pro­gramas delegacionales. Yo le diría que ya se apren­dió, en el D F en general, a convivir entre quienes tenían el derecho original, y los llegados posterior­mente. Aquí, los origina­les eran los comuneros, que posen documentos prehis-pánicos, códices, lienzos, etc., que eran los verda­deros dueños de la tierra. Luego se creó la figura ejidal, que también tiene una raíz prehispánica. To­dos hemos superado y so­brepuesto nuestros intere­ses jurídicos y territoriales a estructuras pasadas. Y hay una unidad de convi­vencia entre aquellos co­muneros y los que llega­ron después. E l problema es cómo hacer llegar los servicios a esos nuevos asentamientos, a veces ins­talados en una topografía lejana y accidentada. Pero no existe repulsa a quie­nes vinieron a asentarse en la Delegación con sus ca­rencias y sus esperanzas".

Ramón Ojeda Mestre se hizo cargo de la delegación el 26 de noviembre de 1990. Traía su experiencia en la administración como direc­tor que fue del Banco del Ejército, asesor del Se­cretario de la Defensa, di­putado federal y el inicia

do r del programa Un Día DF, debido a que su gente muy pocos giros negro? sin Auto en el DF. Habla es sana, integrada íamiuar- quizás "alguno clandesU con entusiasmo de la de- mente, y a que "tenemos perdido por ahí... . fensa del bosque, y aunque aún no ve una conciencia ecológica global, l e entu­siasma la voluntad de cui­dar el medio que existe entre los vecinos que hoy viven bajo su responsabi­

lidad d e 1 egacional, de la que da cuenta a un regen­te que considera activo y preocupado, Manuel Ca~ macho Solís.

Y no sólo se t rata de las amplias áreas verdes: también esa actitud se re­fleja en que no haya anun­cios luminosos o de colores estridentes. Todos los co­mercios deben usar los mismos colores, y no se siente una "agresión" mer­cantil. Sí hav anuncios, desde luego en español. Reconoce que ese compor­tamiento ecologista no lo llevó (>'. a Contreras, pues los vecinos lo tiene desde hace años, v lo defien­den celosamente, como de­fienden sus bosques.

Reitera que en la dele­gación se encuentra el único río vivo que queda en el DF. Junto a él com­puso Juventino R o s a s --aquí está la casa adondp se vino a vivir de su natal Guanajuato en 1887— su famoso vals Sobre las Olas, que originalmente se llamó "A Orillas del Manantial". Y, en fin, don Ramón se encuentra satisfecho de que la Magdalena Contre­ras sea la delegación con menor índice delictivo pn el