Evaluación del Programa de Tutoría a Estudiantes Indígenas

Programa de Apoyo a Universidades con Estudiantes Indígenas

ANUIES-FUNDACIÓN FORD

ALEJANDRA ROMO LOPEZ PEDRO HERNÁNDEZ SANTIAGO

Dirección de Estudios y Proyectos Especiales Marzo de 2005

Testimonio

Índice

Testimonio

Presentación 4

Universidad Autónoma Chapingo 9

Universidad Autónoma del Estado de México 28

Universidad Pedagógica Nacional 49

Universidad Tecnológica Tula-Tepeji 68

Universidad Veracruzana 85

Benemérita Universidad Autónoma de Puebla 107

Centro de Estudios Superiores del Estado de Sonora 127

Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas 150

Universidad de Guadalajara 169

Universidad de Quintana Roo 188

Conclusiones y recomendaciones generales 206

Presentación

Con el propósito de apoyar la formación académica de los jóvenes pertenecientes a grupos indígenas del país, en el 2001 la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior, ANUIES, y la Fundación Ford, con los recursos que ésta ha aportado, pusieron en marcha el Programa de Apoyo a Universidades con Estudiantes Indígenas, PAEI.

Tomando en cuenta que los estudiantes indígenas tienen poca participación dentro de la matrícula de educación superior en nuestro país, además de vivir en condiciones de profunda marginación, se consideró como un objetivo fundamental y viable, fortalecer su presencia en sus respectivos campos de trabajo y fomentar su participación en el desarrollo y la resolución de problemas concretos de sus comunidades de origen, a través de la implantación de un Programa de Apoyo que subraya la importancia de su formación integral.

De manera particular, el PAEI se propuso como objetivos:

Incrementar la presencia de estudiantes indígenas en la matrícula de las instituciones de educación superior.

Ampliar las posibilidades de buen desempeño académico de los estudiantes indígenas en el nivel licenciatura y procurar su acceso a estudios de posgrado.

Garantizar su permanencia e incrementar y mejorar las tasas de eficiencia terminal.

Propiciar cambios en las políticas institucionales y en la comunidad para garantizar la igualdad de oportunidades de los indígenas.

Reforzar en la comunidad universitaria el reconocimiento y respeto por la diversidad cultural.

Vincular a los estudiantes indígenas con las comunidades a través de programas de servicio social y difusión de la cultura.

Fomentar proyectos de investigación en torno a la problemática indígena

Sobre esa base y a partir de un proceso previo de selección, el Programa se inició con la participación de 5 instituciones de educación superior públicas

afiliadas a la ANUIES: Universidad Autónoma Chapingo, Universidad Autónoma del Estado de México, Universidad Pedagógica Nacional, Universidad Tecnológica Tula-Tepeji y la Universidad Veracruzana.

Un año después, a raíz de los resultados favorables y considerando que en la primera convocatoria no quedaron representadas algunas instituciones ubicadas en estados con presencia de población indígena, se lanzó una segunda convocatoria, de la que resultaron seleccionadas 5 instituciones más: Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, Centro de Estudios Superiores del Estado de Sonora, Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas, Universidad de Guadalajara y la Universidad de Quintana Roo.

Es preciso señalar que uno de los criterios principales para que las instituciones fueran objeto de incorporación al citado Programa, fue la elaboración de un proyecto para la implantación de una Unidad de Apoyo Académico para Estudiantes Indígenas, como un mecanismo para garantizar el buen desempeño académico de ese sector de la comunidad estudiantil.

A tres años de la operación del Programa, se consideró necesario efectuar un reconocimiento de cómo ha funcionado en cada institución, específicamente en relación con uno de los apoyos que se estimó central en el desarrollo del proyecto: la tutoría para los estudiantes de licenciatura. Por eso, este trabajo contiene los resultados de la Evaluación del Programa de Tutoría a Estudiantes Indígenas iniciado por la Dirección de Estudios y Proyectos Especiales, en febrero del 2004. Dicha tarea asumió como referente los lineamientos generales del PAEI, sobre los cuales, también, los proyectos institucionales integraron su respectiva propuesta: i) definición de la Unidad de Apoyo, ii) funciones, iii) infraestructura básica, y iv) servicios que ofrece directamente o que promueve, tales como tutorías, cursos de nivelación y complementarios, apoyo psicológico y otros.

Cabe comentar, por último, que la operación y funcionamiento de la Unidad de Apoyo está soportada en la propuesta de la ANUIES para la implantación de Programas Institucionales de Tutoría; por lo tanto, se espera que cada una organice y promueva un conjunto de lineamientos interesados en mejorar el proceso académico de los estudiantes, a partir de la articulación de esfuerzos y del aprovechamiento de los recursos institucionales existentes.

Metodología del trabajo

Teniendo presente que el Programa de Apoyo a Estudiantes Indígenas surgió hace poco más de tres años, es importante iniciar trabajos de investigación que arrojen evidencias y elementos de análisis para valorar el desempeño de las unidades de apoyo implantadas en las instituciones de educación superior partícipes. Este es el propósito principal de la presente investigación.

De manera particular, pretende evaluar los procesos de implantación y operación de las unidades de apoyo académico, sobre la base de promover:

El ejercicio de la tutoría y su articulación institucional con programas para el mejoramiento del desempeño escolar; y

Los procesos de selección y capacitación de tutores.

Para esos fines, en cada Unidad se consideran las siguientes dimensiones de análisis: a) estructura y organización interna, b) infraestructura, c) conformación del equipo de tutores y sus funciones, d) diagnóstico de necesidades de atención por parte del estudiante indígena, e) servicios y actividades que desarrolla la Unidad, así como su articulación institucional, f) difusión, g) vinculación en el ámbito externo a la institución, y h) procedimientos y mecanismos de seguimiento y evaluación.

La información obtenida en este estudio se logró, fundamentalmente, a partir de las entrevistas realizadas, durante los meses de febrero a noviembre del 2004, a tres diferentes actores directamente involucrados en el programa: coordinadores institucionales, tutores y estudiantes indígenas, en cada una de las 10 IES. Es preciso señalar que dicho procedimiento se llevó a cabo a partir de una guía de cuestionario que abarca las dimensiones de análisis anteriormente señaladas. También, es importante destacar que el análisis de cada una de ellas enfatizó en aquellos elementos que proporcionaran una mejor imagen del proceso, por lo que se evitó la transcripción textual de las respuestas obtenidas.

Adicionalmente, se procesaron y analizaron fuentes secundarias como los proyectos institucionales para crear la Unidad de Apoyo, formatos producidos, materiales de difusión y otros. Asimismo, se consideraron los reportes presentados en la Primera y Segunda Reunión de Titulares de las IES participantes llevadas a cabo en los meses de noviembre de 2003 y octubre de

2004, respectivamente. Dichas reuniones, entre otras actividades, tuvieron como finalidad presentar algunos resultados e impactos del Programa.

Por último, no es un propósito del trabajo realizar un análisis comparativo entre las instituciones. Nos interesa, sobre todo, identificar los principales aspectos que caracterizan el desarrollo de cada una de las unidades de apoyo como tales, a partir de las consideraciones señaladas en renglones precedentes.

Organización del documento

El documento contiene 10 reportes, cada uno de los cuales está estructurado en cuatro secciones. La primera de ellas hace referencia a la perspectiva original de la Unidad de Apoyo Académico a Estudiantes Indígenas, misma que se deriva de la información relevante contenida en el respectivo proyecto. Vale hacer la acotación de que en todo momento se cuidó que la presentación de la información fuera lo más apegada a la versión original, de tal forma que reflejara el sentido y la visión de cada una de las instituciones.

La segunda parte trata sobre el desarrollo, operación y avances reportados por la Unidad de Apoyo Académico. En lo fundamental, está compuesta por el análisis descriptivo de los resultados e impacto reportados por las IES y otros documentos relacionados.

Por su parte, la tercera sección corresponde a la visión desde los sujetos participantes: coordinador(a) de la Unidad, tutores y estudiantes indígenas. Es el resultado del proceso de análisis cualitativo llevado a cabo a partir de las 110 entrevistas realizadas. La estructura de esta sección no es uniforme para todas las instituciones analizadas, más bien es coherente con la información que cada una de ellas proporcionó a partir de los sujetos entrevistados.

Finalmente, el cuarto apartado, destinado a las conclusiones, destaca los asuntos relevantes de la Unidad y presenta recomendaciones perfiladas a la continuidad del Programa, la aplicación de medidas para su fortalecimiento o de acciones de mejoramiento.

Como corolario, se incluye un apartado de conclusiones y recomendaciones generales, mismas que, en su mayoría, tienen aplicación en los 10 programas de Apoyo a Estudiantes Indígenas.

Para terminar, es justo hacer un franco reconocimiento a Olga Julieta Valdés Porras y Guadalupe Moreno Báez, por el apoyo brindado en la transcripción de las entrevistas.

Unidad de Apoyo Académico para Estudiantes Indígenas: Universidad Autónoma Chapingo

La perspectiva original de la Unidad de Apoyo Académico a Estudiantes Indígenas

ASPECTOS GENERALES DEL DIAGNÓSTICO INSTITUCIONAL

La Universidad Autónoma Chapingo, anteriormente Escuela Nacional de Agricultura, es una institución que desde su origen tiene interés en la formación de profesionales vinculados con el campo mexicano. En la legislación de la Universidad, se establece el compromiso institucional de brindar educación, realizar investigación, ofrecer servicios y difundir la cultura a todos los sectores de la sociedad, pero preferentemente a los grupos marginados que se ubican en las zonas rurales del país, por lo que la formación de estudiantes provenientes de comunidades indígenas es una constante.

La oferta académica de la Universidad tiene cobertura en el nivel nacional. Su matrícula está compuesta por estudiantes originarios de diversos estados del país, tales como Campeche, Chiapas, Chihuahua, Distrito Federal, Durango, Guanajuato, Guerrero, Hidalgo, Jalisco, Estado de México, Michoacán, Morelos, Nayarit, Oaxaca, Puebla, Querétaro, Quintana Roo, San Luis Potosí, Sinaloa, Sonora, Tabasco, Tamaulipas, Tlaxcala, Veracruz, Yucatán y Zacatecas.

No obstante, con el propósito de consolidar aún más dicha presencia, en el 2001 la institución firmó un convenio con el Instituto Nacional Indigenista para favorecer el ingreso de estudiantes indígenas. A partir de dicho acuerdo 348 aspirantes, el 19.0% del total, fueron aceptados para cursar alguna de las licenciaturas que la Universidad ofrece y, a raíz de su inscripción se les apoyó económicamente gracias a los recursos otorgados por dicho organismo.

A pesar de lo anteriormente señalado, institucionalmente se reconoce la inexistencia de programas específicos de atención a ese tipo de alumnos, en todo caso, las acciones se han limitado a su seguimiento académico. En tal sentido, mostrar la diversidad cultural como una de las fortalezas de la institución es uno de los retos más importantes.

Hasta el 2001 la institución tenía registrados 747 estudiantes provenientes de 32 etnias, número equivalente al 11.9% de la matrícula total. Los grupos de origen más importantes son los Nahuas, Zapotecos, Mixtecos, Mayas, Mixes y Totonacas.

OBJETIVOS DEL PROGRAMA DE APOYO

El Programa de Apoyo, mediante la Coordinación respectiva, se fundamenta en dos propósitos principales:

Coordinar acciones para establecer programas específicos de apoyo, seguimiento y acompañamiento para los estudiantes indígenas.

Promover vínculos de cooperación con el sector indígena en las áreas de influencia de la institución.

Particularmente, tiene como finalidades:

Promover una mayor captación de estudiantes indígenas.

Posibilitar la integración de los estudiantes indígenas a programas educativos y de investigación, servicios y difusión de la cultura, para garantizar su permanencia, vincularlos con sus comunidades de origen y apoyar su formación hasta los niveles de Posgrado.

Fomentar la capacitación, organización y autogestión en las comunidades indígenas.

LÍNEAS ESTRATÉGICAS DE ACCIÓN

En referencia a los objetivos y como líneas de acción de corto plazo, se propuso que la Coordinación de Apoyo instrumentara acciones como: a) documentar los proyectos vinculados a las comunidades indígenas, incluyendo aquellos desarrollados por los investigadores de los centros y unidades regionales de la Universidad, b) detectar a los académicos interesados en desarrollar trabajos de tutoría con estudiantes, c) integrar el padrón de profesores de origen indígena, d) diagnosticar la problemática de los alumnos indígenas en los ámbitos académico y personal, e) detectar a los estudiantes indígenas de alto rendimiento y documentar su proceso, f) programar cursos de capacitación y selección de instructores, g) habilitar la infraestructura básica para la operación del Programa, y h) difundir el Programa entre la comunidad universitaria.

Para el mediano plazo, fueron señaladas las siguientes acciones: a) capacitar al primer grupo de tutores, b) fomentar la participación de estudiantes indígenas en actividades de investigación y servicios para sus comunidades, c) incorporar a los alumnos en los programas de difusión institucional y d) organizar brigadas de profesores y alumnos para que preparen académicamente a los aspirantes indígenas en sus propias comunidades.

Finalmente, como producto de dichas acciones, se consideró factible el logro de metas como las que a continuación se indican:

Incrementar la matrícula indígena al 20% de la población universitaria total.

Reducir el índice de abandono y reprobación.

Impulsar el fortalecimiento institucional de la Unidad de Apoyo para potenciar sus alcances en otros ámbitos de acción.

Lograr la representación de todos los grupos étnicos de México dentro de la Universidad.

CARACTERÍSTICAS DE LA COORDINACIÓN DE APOYO DERIVADAS DE LA PROPUESTA ORIGINAL

Para atender y apoyar las necesidades de los alumnos, se propuso que el Programa operara sobre la base de una Coordinación General, misma que tiene como funciones principales:

Planear, coordinar y evaluar programas, servicios y apoyos para los estudiantes indígenas.

Impulsar la vinculación con el sector indígena, así como gestionar recursos para diseñar programas de atención a comunidades indígenas.

El proyecto original enfatizó en el hecho de que uno de los pilares del Programa, es el servicio de tutoría. En ese sentido, fue definido como “un proceso de acompañamiento durante la formación de los estudiantes indígenas, que atiende de manera personalizada a un alumno o grupo reducido de alumnos, por parte de académicos competentes formados para esta función”.

Sobre las actividades de seguimiento y evaluación, en principio se planteó realizar evaluaciones cada seis meses, a partir de parámetros cuantitativos y

cualitativos que proporcionen información sobre todas las actividades desarrolladas en el marco del Programa, así como el desempeño de cada uno de los actores involucrados.

Igualmente, se resaltó la necesidad de contar con la infraestructura básica para la operación del Programa, así como con los recursos humanos disponibles: personal secretarial, 8 personas para la atención psicológica y 4 más para trabajar los aspectos operativos del proyecto. Como apoyo, se planteó la posibilidad de colaborar con el personal especializado en antropología y desarrollo de la cultura indígena, y en técnicas de enseñanza.

Por otra parte, en la Universidad existe infraestructura de apoyo que de manera adicional brinda ayuda a la comunidad estudiantil en general, entre la que se incluyen los alumnos de origen indígena. Por ejemplo, cuenta con 11 edificios para dormitorios de estudiantes, 3 comedores, 1 edificio para talleres culturales, instalaciones deportivas y servicios asistenciales como lavandería, zapatería, peluquería, entre otros. Los estudiantes, asimismo, tienen acceso a diversos servicios complementarios, como viajes de estudio, prácticas de campo, estancias profesionales, idiomas, bibliotecas, cómputo y telecomunicaciones.

Por último, como una fortaleza de la institución, se señaló la existencia de diversos programas para apoyar a las zonas rurales del país, en los que participan, de manera conjunta, académicos y estudiantes. Como datos al respecto, la Universidad reportó que, entre 1998 y 2001, se desarrollaron 60 proyectos de servicio universitario y 650 proyectos de servicio social con la participación de 875 alumnos y 150 profesores.

Desarrollo, operación y avances reportados por la Unidad de Apoyo Académico

EL ESTADO DEL PROGRAMA A TRES AÑOS DE OPERACIÓN: 2002-2004

El 2002 marcó el inicio de las operaciones de la Unidad de Apoyo Académico para Estudiantes Indígenas matriculados en la universidad. Para fortalecer su presencia en la institución fue ubicada como una instancia dependiente de la Subdirección de Administración Escolar que, junto con la Coordinación para la Convivencia Universitaria, el Departamento de Servicios Escolares y el Departamento de Admisión y Becas, pertenece a la Dirección General Académica.

Su organización interna se caracteriza por la existencia de cuatro áreas funcionales: a) convenios y vinculación, b) tutorías, c) evaluación y seguimiento, y d) atención inmediata a estudiantes.

La Unidad inició con un total de 698 estudiantes indígenas y al finalizar ese año —tomando en cuenta los casos que desertaron, se ausentaron temporalmente o egresaron— el registro fue de 571 alumnos; en cambio, en los años 2003 y 2004, se mantuvieron vigentes 529 y 801 estudiantes, respectivamente. En consecuencia, la participación relativa sobre el total de la matrícula, fue de 8.6%, 10.1% y 12.2% en los años correspondientes.

De la población indígena incorporada al Programa, la de nuevo ingreso se ha incrementado de manera significativa en cada uno de esos años (119, 158 y 256), principalmente aquella concerniente al bachillerato. Así, durante los dos primeros años seis de cada diez estudiantes indígenas cursaba ese nivel de estudios, y la proporción para el 2004, fue de cinco de cada diez.

La evolución del promedio general de calificaciones es valorada por la institución como positiva. En general, antes de que los estudiantes ingresaran al Programa el promedio global era de 76.68; un año después de su inscripción el promedio registrado fue de 81.51 y en el 2003 se ubicó en 82.25.

Institucionalmente, por otra parte, existe una serie de apoyos económicos para el total de estudiantes matriculados, misma que incluye hospedaje, alimentación y colegiaturas. Adicionalmente, en el 2003, el INCA Rural otorgó a la Universidad 542 becas, de las cuales el 50.0% fue para los estudiantes indígenas. En ese mismo año también la SAGARPA apoyó económicamente a un estudiante

para realizar una estancia pre-profesional de medio año en el CECADER del Noroeste. Finalmente, a partir de las gestiones correspondientes, dos alumnos realizan estancias, con beca de alimentación y hospedaje, en las universidades francesas de Tolouse y de Lyon.

Los servicios que ofrece la Unidad para los estudiantes indígenas comprenden las asesorías académicas, cursos de regularización, apoyo logístico para la realización de tareas, atención médica y apoyo psicológico, entre otros. Para los profesores, se ofrecen cursos de capacitación para la acción tutorial, apoyo para actividades lúdicas y préstamo de material bibliográfico y videográfico.

En lo relativo al perfil de los 95 de tutores participantes hasta el 2004, destaca el hecho de que el 71.0% se concentra en 4 profesiones: Agronomía (43.0%), Sicología (10.0%), Química (9.0%) y Biología (9.0%). Asimismo, el nivel académico que tiene el 36.0% de los tutores es de Doctorado, el 37.0% el de Maestría, en tanto que el resto posee el título de Licenciatura.

Para el desempeño satisfactorio de los tutores, la Unidad ha organizado 11 cursos. Entre esos, sobresalen temáticas como: formación de tutores para estudiantes indígenas; antropología y desarrollo de la cultura indígena; manejo de emociones; mecanismos de prevención del consumo de sustancias adictivas; diagnóstico e identificación de proyectos; diseño de empresas rurales; análisis de resultados y evaluación de diseños.

Por su parte, los 34 cursos y talleres impartidos a los estudiantes indígenas han abordado áreas concernientes a: herramientas de Office; manejo de bases de datos; formación de empresas; campamento vivencial; escritura en lengua Mixe; mediación de conflictos comunitarios; manejo de emociones, entre otros. En ese sentido, de acuerdo con la Coordinación General del Programa, los cursos han impactado favorablemente en el rendimiento académico y desarrollo personal de los estudiantes indígenas y, asimismo, han ayudado para que los índices de reprobación decrezcan paulatinamente.

Las actividades de difusión se han llevado a cabo mediante trípticos, carteles, dos libros (Y me lo contó mi abuelita y ¡18 de julio no se olvida!), un video documental sobre la Cultura Maya, organización de eventos culturales, como lecturas de poemas en lengua indígena, eventos musicales con la participación de artistas indígenas, presentaciones de libros y obras de teatro.

Como una función sustancial, la vinculación, interna y externa, ha tenido productos dignos de mencionarse. Por ejemplo, al interior, la Unidad de Apoyo mantienen estrecho contacto con programas institucionales como: a) Programa de Apoyo Multidisciplinario para Estudiantes, b) Programa de Apoyo a la Mujer, c) Red Interdisciplinaria de Estudiantes Mixes, d) Programa de Cultura a la Carta, e) Comité contra la Violencia en Chapingo y f) Programa Universitario de Investigación en Ciencias Sociales y Humanidades.

Para la vinculación externa, se han instrumentado acciones en las que tienen participación los estudiantes inscritos. Destacan, entre otras: a) Propuesta de creación de una sede de la UACh al interior del Centro Indígena Huichol, A.C., b) Programa de Derechos Indígenas en Zonas Urbanas, desarrollado de manera conjunta con la Asamblea de Migrantes Indígenas de la Ciudad de México, c) Caravana de Apoyo al los Rarámuris, en coordinación con la Organización Grandeza Rarámuri, d) Formación de Traductores e Interpretes Interculturales, con la organización civil del mismo nombre, y e) Difusión de la cultura, lengua y literatura indígena de México, conjuntamente con la Asociación de Escritores Indígenas, A.C.

Producto de las funciones desempeñadas por la Coordinación de Apoyo, así como del compromiso de todos los actores involucrados, se ha observado un incremento de la proporción de estudiantes indígenas atendidos respecto a la matrícula total; mayor participación de académicos en el programa de tutoría; un compromiso sobresaliente de los estudiantes en cada una de las actividades que se llevan a cabo, así como la mejora en su desempeño académico. Institucionalmente, además, se han logrado impactos favorables, como ejemplo sobresale el incremento del acervo bibliográfico y hemerográfico relacionado con la cultura indígena.

Es destacable, por otra parte, la creación de un sistema automatizado de información que contiene indicadores relativos a los estudiantes, los tutores, los cursos y las tutorías. A dicho sistema han contribuido los reportes de actividades elaborados por los tutores y por la Coordinación de la Unidad, esta última se ha encargado de la elaboración de una serie de formatos para el seguimiento y la evaluación del Programa. Existen cuestionarios para identificar a los estudiantes indígenas y valorar su situación socioeconómica, así como su trayectoria escolar y necesidades académicas.

Para evaluar la calidad de los cursos ofrecidos a los tutores, también existen formatos que captan información sobre el dominio y la claridad expositiva del instructor, el contenido del curso y el nivel de satisfacción del asistente. Adicionalmente, se han elaborado cuestionarios para que los estudiantes evalúen a sus tutores a partir de criterios como la comunicación, la confianza, el interés y el nivel de respuesta a sus necesidades, entre otros. Por su parte, los tutores cuentan con una forma de reporte tutorial mensual en el que registran el historial de las sesiones desarrolladas con cada estudiante, la problemática identificada y el plan de atención, la actitud del alumno, y otros aspectos.

PROPUESTAS PARA EL FUTURO INMEDIATO

Derivado de un proceso de evaluación para fortalecer el Programa al interior de la Universidad, la Coordinación General, ha planteado una serie de propuestas, cuyo contenido refiere a:

La formación y consolidación de un equipo multidisciplinario.

Ampliar la infraestructura física de la Unidad.

Consolidar la atención integral de los estudiantes indígenas, requiriendo para ello, el diseño de políticas institucional pertinentes.

La visión desde los sujetos participantes: Coordinadora de la Unidad, tutores y estudiantes indígenas

INFRAESTRUCTURA Y EQUIPAMIENTO

La Unidad de Apoyo Académico ocupa áreas remodeladas a propósito, con recursos de la Universidad y de la Fundación Ford. En dichas áreas existen dos salas de estudio, las cuales se utilizan para las sesiones de tutorías y las asesorías académicas; una sala de usos múltiples destinada a impartir los cursos de formación de tutores y los talleres organizados para los estudiantes indígenas; así como la oficina de la Coordinación y otros espacios que utiliza el personal de apoyo. En proceso se encuentra la integración del Centro de Documentación y la Ludoteca.

En lo relativo al equipamiento, la unidad cuenta con una computadora portátil, una computadora de escritorio, una impresora, una televisión, una video-casetera, una pantalla, un proyector de acetatos y una cámara fotográfica.

Para los estudiantes incorporados a la Unidad, los espacios y el equipo existentes han resultado de mucha utilidad. En general, la Coordinación les ha facilitado el acceso para reuniones que como grupo requieran, con independencia del día en que lo soliciten.

SERVICIOS QUE LA UNIDAD DE APOYO OFRECE A LOS ESTUDIANTES

La organización de cursos es uno de los servicios principales que ofrece la Unidad de Apoyo. A partir de lo manifestado por los estudiantes, es de resaltarse el impacto positivo que han tenido estas actividades. En su opinión, el paso del medio rural al urbano no es un proceso fácil y, en ese sentido, los cursos les han brindado la oportunidad de ser más competitivos académicamente y, específicamente, han logrado el dominio de una de las herramientas fundamentales para su desarrollo, como lo es el manejo del equipo informático. Entre otros cursos, han tomado los de programación, los de manejo de bases de datos y de diversos programas convencionales.

Otras temáticas abordadas se refieren a las de sexualidad, liderazgo y autoestima, así como cursos de lectura y redacción. Se ha detectado, por otra

parte, una gran demanda de cursos o diplomados para la formación de empresas en el ámbito rural y de la enseñanza del idioma inglés.

También han manifestado necesidad de terapias psicológicas. A pesar de que el psicólogo asignado especialmente para estos estudiantes acude solamente dos veces por semana, ha mostrado disposición y llega a dedicarles hasta una hora o más. Ello ha sido muy importante, ya que si bien la Universidad tiene una instancia de Convivencia universitaria en donde existen psicólogos, los servicios son para toda la comunidad.

Por otra parte, en medicina preventiva existe un programa que, entre otros aspectos, ofrece una serie de talleres sobre salud reproductiva, métodos anticonceptivos, pastilla de emergencia, violencia, manejo de emociones y otros. Hay que hacer notar que los estudiantes generalmente permanecen en las instalaciones y el tipo de ambiente es en cierto modo cerrado.

Adicionalmente, se ofrecen apoyos para los estudiantes que necesitan reforzar el manejo del idioma español, así como cursos para mejorar su nivel de comunicación oral y escrita.

CRITERIOS DEFINIDOS PARA LA CONFORMACIÓN DEL EQUIPO DE TUTORES Y SU PROCESO DE CAPACITACIÓN

Al inicio del Programa, la institución consideró conveniente que el equipo de tutores estuviera integrado por académicos especializados en capacitación educativa y pedagógica, así como aquellos con actividades de investigación y servicio comunitario.

Sobre la base de esos criterios generales, los participantes deben acreditar dos cursos de carácter obligatorio y uno de carácter optativo. Las áreas en que han sido capacitados, son:

a) Antropología y desarrollo de la cultura indígena,

b) Formación de tutores,

c) Orientación psicopedagógica,

d) Políticas y mecanismos de financiamiento de las comunidades rurales,

e) Ideología y nivel de participación de los indígenas en su comunidad,

f) Métodos activos de enseñanza, y

g) Desarrollo de habilidades.

Dichos cursos los han capacitado para el ejercicio de la tutoría y para una mejor integración con los estudiantes. En esa lógica, la necesidad de integración obedece al hecho de que se ha observado cierta resistencia de los profesores para apoyar a este tipo de alumnos, muchos de los cuales se niegan a reconocerse como indígenas.

En opinión de algunos tutores, el proceso de capacitación ha sido muy importante porque les ha permitido incursionar en un terreno poco explorado: tenían una idea vaga de las tutorías y en especial para estudiantes indígenas, por lo que los cursos fueron medios importantes de acercamiento. No obstante, se señala la necesidad de otro tipo de capacitación que no sea estrictamente académica, por ejemplo, cursos que tengan como propósito difundir las características de las diferentes etnias existentes en México.

LAS FUNCIONES QUE DESEMPEÑAN LOS TUTORES

Hasta julio del 2003 la Unidad contaba con un total de 86 tutores, la mayoría de los cuales son agrónomos y su nivel académico alcanza los estudios de Posgrado. Para seleccionar a los tutores existen mecanismos específicos; se dispone de un instrumento para identificar a aquellos profesores que cuentan con el perfil adecuado y, adicionalmente, es el propio profesor quien valora si realmente tiene las capacidades necesarias para esa función. Entre los problemas no resueltos aún, se encuentra la definición del número apropiado de estudiantes asignados a cada tutor.

Son dos las funciones principales que desarrollan los tutores adscritos a la Unidad; por un lado, las asesorías académicas y, por el otro, escuchar y aconsejar a los estudiantes en la solución de sus problemas personales. En el primer caso, el proceso se da a partir de asesorías directas o a partir de la canalización hacia otros académicos o a referentes bibliográficos. Por otro lado, sobre la base de una relación de amistad y mutua confianza, se desarrolla una dinámica que es aprovechada por el alumno para exponer una serie de inquietudes personales, muchas de las cuales se refieren a la necesidad de lograr un mayor aprendizaje.

EL PROGRAMA DE TUTORÍA

Dentro del programa de tutoría, la asesoría académica, de acuerdo con la Coordinación de la Unidad, ha sido uno de los subprogramas más exitosos. Los estudiantes se han dado cuenta de la utilidad de este tipo de servicios, no sólo

para preparar sus exámenes extraordinarios sino también como una herramienta para mejorar su proceso académico. Como una modalidad alterna se ha promovido que los propios estudiantes, además de los tutores, sean quienes asesoren académicamente a compañeros en situación de riesgo.

El primer contacto que tienen los tutores con el estudiante es académico. Escuchar a los alumnos fuera del salón ha sido fundamental para establecer una relación más estrecha y de mayor confianza; ese acercamiento que en principio es muy formal, posteriormente se transforma en una relación de amistad y, en ese sentido, exponen sus problemas con mayor libertad. Por otro lado, a raíz de la existencia del Programa, los tutores han manifestado mayor cuidado en detectar problemas y han brindado un trato diferenciado a cada alumno, con el objetivo de que los estudiantes superen su inseguridad y baja autoestima; ha sido indispensable, por tanto, una comunicación muy respetuosa, evitando, en contraparte, generar una relación de dependencia.

En relación con el horario de atención, no existe una programación rígida. Por el contrario, gran parte del proceso se da a partir de sesiones no necesariamente planeadas que responden más al acercamiento y necesidades que tenga el estudiante. En promedio, el tiempo que los tutores disponen para los estudiantes es de 10 horas a la semana, con sesiones que pueden durar hasta dos horas. Tampoco existen espacios fijos, aunque en general las sesiones ocurren en los cubículos de los profesores y, cuando es necesario, en las instalaciones de la Unidad.

El acercamiento que el estudiante tiene con los tutores no se ha traducido en una relación de dependencia; en todo caso, tiene la certeza de que alguien está acompañando su proceso de formación académica y de desarrollo personal. Por su parte, la idea que el tutor tiene de los estudiantes indígenas es de jóvenes muy unidos y amables en sus solicitudes, lo que ha permitido brindarles todas las facilidades —la oficina, el equipo, etc.— para que desarrollen cualquier actividad académica en el momento en que lo requieran.

La experiencia de los estudiantes en este sentido ha sido favorable. La relación que tienen con sus tutores se ha complementado bien con las asesorías de los estudiantes que cursan niveles superiores. Así, el proceso de tutoría se inicia con una sesión que tiene por objetivo detectar los problemas del alumno. El

tutor, en caso de no poder resolver un problema específico, lo remite con otros profesores o instancias de la Universidad.

DIAGNÓSTICO DE NECESIDADES DE LOS ESTUDIANTES INDÍGENAS

La Unidad cuenta con expedientes personales de todos los estudiantes indígenas incorporados al Programa. En dichos expedientes se integra un diagnóstico, al cual tiene acceso el tutor respectivo. En el proceso de identificación de las debilidades y las fortalezas de los estudiantes, antes que las cuestiones académicas se ha puesto mucho énfasis en el aspecto emocional y psicológico del alumno, dadas sus condiciones. Adicionalmente existen aspectos institucionales que son tomados en cuenta; por ejemplo, es recurrente que los académicos no muestren la disposición necesaria para relacionarse con el tutorado, quien ha manifestado su inconformidad en ese sentido.

Los estudiantes demandan cada vez más la asignación de un tutor. A partir de un acercamiento inicial se va dibujando el perfil y se identifica la problemática del alumno. Posteriormente, es necesario trabajar con el profesor para convencerlo, exponerle el diagnóstico respectivo y comentar sobre sus funciones. Se evita remitir a los alumnos con los profesores sólo porque es una obligación que deben cumplir.

APOYO Y COORDINACIÓN INTERINSTITUCIONAL

En general, los apoyos institucionales que la Unidad ha recibido para el desarrollo de sus actividades han sido calificados como favorables. Entre otras dependencias, participa la Rectoría, la Dirección General Académica, la Secretaría Técnica y/o aquellas instancias relacionadas con la prestación de servicios.

Algunas instancias académicas, sin embargo, han mostrado cierta resistencia para colaborar con la Unidad, con el argumento de que todos los estudiantes son iguales. Así, el apoyo brindado a la Unidad ocurre principalmente a petición personal de la Coordinadora. Se reconoce, entonces, la importancia de organizar reuniones de trabajo para sensibilizar a los responsables acerca de la necesidad de apoyar a estudiantes indígenas mediante sesiones de tutoría.

Para la planta de tutores existente, la Coordinación ha elaborado fichas de canalización que ellos utilizan para remitir directamente al estudiante a las diversas instancias existentes de acuerdo con sus necesidades de atención. En

ese caso, la Coordinación hace el seguimiento del servicio solicitado por el estudiante. Están en proceso otros instrumentos de esta naturaleza.

Se cuenta, por otro lado, con el apoyo de diversos programas institucionales, tales como el Programa de Atención Multidisciplinaria a Estudiantes, PAME, y el Programa de Apoyo a la Mujer y Salud Reproductiva de la institución.

Por otra parte, los tutores tienen información suficiente para saber hacia dónde canalizar al estudiante en función de sus necesidades. Entre otros, tienen presente el Reglamento de Estudiantes, en tanto que necesitan estar alertas sobre su condición académica (exámenes extraordinarios, bajas, recursamiento de materias, etc.). Conocen también los procesos y las instancias relacionadas con los servicios médicos, servicios escolares y otros. Un aspecto importante es el hecho de que a partir de la operación de la Unidad, se han detectado deficiencias en la prestación de servicios médicos por parte de la instancia correspondiente, resultado de las quejas que los estudiantes indígenas han manifestado.

DIFUSIÓN DE LOS SERVICIOS QUE OFRECE LA UNIDAD DE APOYO

Para la difusión de los servicios que ofrece la Unidad, la Coordinación ha utilizado medios como la estación de radio de la institución, eventos académicos organizados específicamente para promover el Programa, conferencias, reuniones con alumnos y profesores, trípticos, carteles informativos y otros.

Los estudiantes, por su parte, han tenido conocimiento, a través de diferentes vías, de los servicios que ofrece la Unidad. En algunos casos, ha sido producto de una inquietud personal o grupal respecto de la necesidad de buscar asesorías para el desarrollo de proyectos específicos vinculados a sus comunidades de origen. En otros, la información provino de estudiantes que contaban con un tutor, mismos que compartieron sus experiencias, la dinámica de trabajo, los mecanismos de asignación del tutor, etc. La información proporcionada por esa vía se ha complementado con las reuniones que la Coordinación organiza para difundir los servicios, en las que se explica la existencia de tutores que han pasado por un proceso de capacitación que les permite tener elementos para acompañar al estudiante en su proceso académico y de desarrollo personal.

ACTIVIDADES DE VINCULACIÓN

Las acciones de vinculación que la Unidad establece con diferentes dependencias y programas externos a la Universidad, se han concretado en la firma de

diferentes convenios de colaboración con organismos como la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas, de la que frecuentemente se reciben solicitudes para que estudiantes de la Universidad apoyen las actividades que realizan. Asimismo, existen otros firmados conjuntamente con el Museo de Culturas Populares, con las autoridades responsables de la Reserva de la Biosfera de Meztitlán, con el Fondo para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas, con la SAGARPA y el INCA Rural.

AVANCES Y RESULTADOS

A partir de la operación de la Unidad, se ha registrado un mejor rendimiento académico de los estudiantes; sin embargo, aún no se tiene una evaluación integral del impacto que ha tenido sobre los alumnos. Existe información preliminar que indica que antes de empezar el Programa los estudiantes indígenas tenían un promedio general de 7.7 puntos; un ciclo después de iniciado, el promedio se incrementó a 8.2.

Para contar con dicha evaluación, se realizan acciones de seguimiento de cada uno de los alumnos, se registra el responsable de la tutoría, qué alumno lo solicita y por cuánto tiempo, en qué materia, etc. No obstante, hace falta mayor sistematización, se espera que en un plazo relativamente corto se tengan resultados.

En este orden, el juicio de los tutores es que los estudiantes indígenas no desertan por su bajo desempeño académico. Gracias a la buena comunicación con los alumnos, los problemas de esta naturaleza se resuelven con mayor oportunidad. Por otro lado, se ha logrado bastante con el grado de aceptación que los estudiantes tienen de su condición y origen. No obstante, se advierte la necesidad de llevar a cabo acciones pertinentes para la evaluación de los estudiantes; se han iniciado los trabajos —reuniones, diseño de instrumentos para recopilar información— para la elaboración del estudio correspondiente.

Entre los estudiantes se tiene una valoración positiva de la calidad de los cursos que han recibido; consideran que han adquirido conocimientos académicos, fortalecido su autoestima, sus valores y capacidad de liderazgo, elementos muy importantes para enfrentarse al mercado profesional. En su opinión, el Programa de tutoría ha sido muy valioso y han detectado una muy buena disposición de los tutores.

Conclusiones

El Programa de Apoyo a Estudiantes Indígenas de la Universidad Autónoma Chapingo ilustra favorablemente el caso de un esfuerzo bien orientado y eficaz. El hecho de ser una institución en la que la formación de personas que provienen de comunidades indígenas sea parte importante de su vocación, otorga a su comunidad un ambiente con la suficiente sensibilidad para acoger otro programa de naturaleza similar. No está de más recalcar que la población indígena estudiantil es representativa de grupos étnicos asentados en 26 entidades del país (81.2% del total).

No obstante, brindar espacios hacia una importante representación de estudiantes indígenas no significa que se haya generado la infraestructura de atención requerida. Es decir, el seguimiento académico es fundamental, pero la vida de las personas atraviesa por diferentes facetas, en especial en la transición entre la edad adolescente y la madurez que inicia, frecuentemente, en el momento del ingreso a la educación superior, en donde se encuentran abundantes experiencias que no siempre se sabe cómo enfrentar. Es allí donde las instituciones necesitan formalizar sus acciones para brindar un servicio eficiente, regular, accesible y, sobre todo, eficaz, para soportar una buena trayectoria escolar, pero también un desarrollo pleno y satisfactorio de las personas.

Por todo ello, el PAEI ha sido bien acogido y fortalecido en la Universidad con muchas de las acciones y resultados, y más allá de eso, gracias a la voluntad de las autoridades y de los responsables de operar la Unidad de Apoyo. Sus objetivos y metas además de claros son posibles en tanto plantean acciones que corresponden plenamente a los propósitos del PAEI, pero también a las finalidades de la formación en educación superior, más algunas particularidades en relación con el desarrollo de las comunidades indígenas, a partir de una reinserción de los estudiantes inscritos en la UACH. En esa medida, es posible decir que los objetivos que se propuso la Unidad al iniciar su operación se están cumpliendo.

Es visible el apoyo institucional que existe hacia las actividades que realiza la Unidad, así como un buen conocimiento de las instancias que de alguna forma participan en el PAEI. Pese a ello, todavía no se ha efectuado una evaluación

sistemática e integral sobre el impacto que la Unidad ha tenido en los estudiantes, así como de la participación de los tutores y otras instancias internas, trabajo que no deberá tardar en practicarse.

Por el momento, las acciones del PAEI en Chapingo son ordenadas, congruentes y bien acogidas por los estudiantes indígenas; se ha implantado un estilo de relaciones que, lejos de promover una dependencia personal, apunta hacia la formación de una actitud consciente y responsable de parte de los alumnos, haciéndolos sentir que la Unidad (programas, instalaciones y equipos) les pertenece, pero que es su deber mantenerla atendida y en operación. De esa forma, tendrán acceso a los servicios que proporciona y podrán contar con un respaldo a lo largo de su formación, que el común de los estudiantes no tiene.

En relación con las funciones de la UAAEI, cuyo cumplimiento tiene mucho que ver con la dedicación y actitud de servicio de la responsable de la Coordinación, se encuentran importantes avances en términos de la planeación y enlace de los servicios y apoyos para los estudiantes indígenas, pero se requiere de incorporar mecanismos de evaluación en diferentes niveles, de manera que se tengan varias fuentes de información y se pueda lograr la mayor objetividad.

Es importante que se revisen las razones por las que se dio una disminución de la población de estudiantes —incluyendo desertores, bajas temporales y ausencias— del 18%. Tal vez la novedad del Programa, la falta de difusión y la escasa credibilidad que en un principio pudiera haber tenido son elementos explicativos, no obstante se debe tener la capacidad de prevenir que se repita una baja en la población atendida. Es visible cómo ha aumentado la población de nuevo ingreso, especialmente la que accede al nivel de bachillerato, pero hay que vigilar que no se pierdan en el transcurso o en la transición al nivel superior.

En relación con el trabajo ligado a la UAAEI se aprecia lo importante que es el trabajo realizado para obtener un diagnóstico de la problemática que viven los estudiantes indígenas tanto en el ámbito académico como en el personal. Lo mismo, es interesante que el Programa contemple acciones dirigidas no sólo a los estudiantes con problemas, sino que se incorporen aquellos que manifiestan un alto rendimiento y promover actividades para mantener esa situación.

Respecto de la información obtenida en el diagnóstico que la Unidad realiza sobre los estudiantes, se ha enfatizado en los aspectos de personalidad, lo que

puede constituir un buen principio para, con los resultados, iniciar el proceso de selección e incorporación de los tutores al Programa. Se sabe que ha sido difícil el reclutamiento de tutores, pero los que aceptan son abiertos y conscientes de sus limitaciones. No obstante que se reporta haber avanzado en su capacitación, principalmente en aquellos cursos que los habilitan para desempeñar las funciones como tutores, de acuerdo con lo manifestado en el proyecto, todavía falta trabajar desde el punto de vista de la capacitación socio-antropológica enfocada hacia los grupos indígenas. Un punto a favor en la constitución de la planta de tutores es el relativo a los niveles académicos, 73% entre maestría y doctorado, lo cual habla de una importante experiencia en la institución, muy útil para orientar a los jóvenes tutorados. Los cursos que ofrece la Unidad para los profesores, en general, han tenido buena aceptación.

En relación con el programa de tutoría, se ha avanzado tanto en el aspecto académico como en el de desarrollo personal del estudiante indígena. Lo que se busca, según lo observado, más que una relación paternalista, es que el estudiante se sienta acompañado académica y personalmente.

El impacto que los cursos programados han tenido sobre los estudiantes indígenas se juzga que ha sido positivo; se han valorado mucho aquellos que aportan herramientas técnicas, como por ejemplo, paquetes informáticos, cursos de redacción, así como los que les proporcionan mayores elementos para su desarrollo integral, como cursos de personalidad y liderazgo. Se advierte que la Unidad ha procurado promover cursos directamente relacionados con las disciplinas y muchos de apoyo académico y de desarrollo personal. También ha sido posible, como resultado de la participación de los estudiantes, impulsar las asesorías académicas entre alumnos, lo que ha generado un sentido de utilidad en quienes las realizan. Con la capacitación se ha podido empujar hacia un mejoramiento en el desempeño académico de los estudiantes adscritos al Programa y también contribuir hacia la consecución de una mayor seguridad personal. En general puede decirse que todo este esfuerzo ha redundado en una notoria actitud positiva de los estudiantes y de los tutores. De parte de los primeros es creciente la demanda por una más rápida asignación de tutores.

En general, el Programa desarrollado en la Universidad Autónoma Chapingo ha resultado muy satisfactorio y ha generado importantes expectativas, en especial en el sector estudiantil. De hecho, uno de los argumentos para dar

cuenta de ello, consiste en que los estudiantes adscritos ofrecen permanentes muestras de su grado de identificación y profundo sentido de pertenencia hacia la UAAEI. En el sector de los profesores hay evidencias del interés y la responsabilidad que les ha significado acercarse a sus estudiantes en una forma que anteriormente no habían experimentado.

Programa de Apoyo Académico para Estudiantes Indígenas: Universidad Autónoma del Estado de México

La perspectiva original de la Unidad de Apoyo Académico a Estudiantes Indígenas

Aspectos generales del diagnóstico institucional

En el estado de México conviven cinco grupos étnicos (mazahuas, otomíes, nahuas, matlazincas y tlahuicas) distribuidos en 775 comunidades de 39 municipios. En 1995, según el Conteo de Población y Vivienda del INEGI, en la entidad había 311 mil personas (2.6% del total de la población) de cinco años y más, hablantes de lengua indígena. El mismo INEGI reconoce una disminución en sus registros de dos mil indígenas, debido a la negación de su origen por razones, fundamentalmente, de discriminación.

La UAEM en 2001 reportó la detección de un total de 340 alumnos indígenas en 43 de 141 de sus programas académicos de niveles medio superior hasta posgrado, tanto de sus escuelas y facultades —184 (54%)—, como de sus unidades académicas profesionales, UAP, —156 (46%)—. La mayor concentración se da en carreras como las de Derecho (15%), Informática Administrativa (7%) y Contaduría (6%). En las otras 40 carreras, se diluye la proporción de estudiantes indígenas.

Se advierte como una ventaja el hecho de tener un elevado porcentaje de estudiantes indígenas inscritos en las nueve unidades académicas profesionales, debido a que en cada uno de los municipios que las albergan hay poblaciones indígenas de mayor importancia; aunque no carece de consideración la elevada matrícula de estudiantes indígenas asentados en la ciudad de Toluca y que deben ser también objeto de atención. Entre las unidades de Atlacomulco, Valle de México y Valle de Chalco, se atiende al 61% de los estudiantes indígenas inscritos en las UAP.

Cabe señalar que, contra el criterio de equidad, la mayor disponibilidad de servicios y programas académicos de apoyo a los estudiantes se encuentra en la Ciudad Universitaria de Toluca. Por tanto, se reconoce que las Unidades

Académicas Profesionales son las que requieren de una más cercana atención, así como de infraestructura y otros recursos igualmente necesarios.

Objetivos del Programa de Apoyo

En el marco de los propósitos que para la educación superior consigna el Programa Nacional de Educación, y el Plan de Desarrollo del Estado de México 1999-2005, se propuso impulsar el desarrollo integral de los pueblos indígenas con la participación de la población y con absoluto respeto a sus costumbres y tradiciones. Así, la UAEM toma el compromiso de fortalecer la calidad de los servicios educativos, mediante la formulación de un proyecto orientado al mejoramiento de las condiciones de la vida indígena, que no atente contra sus tradiciones y valores, sino que promueva su integración a un espacio común, en torno al modelo educativo de dicha institución universitaria.

El objetivo general de la Unidad de Apoyo Académico para Estudiantes Indígenas, UAAEI, consiste, entonces, en ser el medio para proporcionar a los estudiantes una formación académica integral que los conduzca a lograr el éxito académico y profesional esperado, con igualdad de oportunidades educativas y con pleno respeto a su identidad cultural.

Sus objetivos particulares se orientan a: a) instrumentar un Programa Institucional de Tutoría tendiente a orientar y apoyar al estudiante en su ingreso a la institución, durante su permanencia y consiguiente egreso de la Universidad; b) capacitar y designar un cuerpo de tutores para cada organismo y unidad académica de la Universidad; c) otorgar a los estudiantes indígenas una tutoría académica acorde con sus condiciones de vida, necesidades, características distintivas y perfil profesional; d) impulsar en la UAEM un programa de sensibilización y tolerancia en torno a las creencias, costumbres, tradiciones e idiosincrasia de cada grupo humano; e) proporcionar a la comunidad académica una visión de equidad, género e igualdad hacia todos los estudiantes, especialmente a quienes han sido menos favorecidos social y económicamente; y f) instrumentar y operar un plan de seguimiento y evaluación del Programa Tutorial.

Metas proyectadas por el Programa de Apoyo

La puesta en marcha de la UAAEI se apoya en la estrategia de operar un Programa Institucional de Tutoría específico, pero ligado al general existente en la

institución. El destinado a soportar la Unidad empezó por la formación y capacitación de los tutores; de ahí que se distingan las siguientes cuatro fases:

Integrar y preparar el claustro de tutores en cada Organismo Académico (facultad o escuela) y Unidad Académica. En ésta destaca, en particular, la integración del departamento de apoyo académico para los estudiantes indígenas en cada dependencia académica y la capacitación de profesores-tutores en temáticas afines a las culturas indígenas de la entidad, y de apoyo y superación personal de los estudiantes.

Implantar el Programa de Tutoría para los estudiantes indígenas de la UAEM

Seguimiento del Programa (investigación educativa y con base en los problemas o necesidades detectadas por medio de la operación del Programa)

Evaluación del Programa.

La idea es la de integrar un cuerpo de tutores de gran calidad humana, profesional y laboral, a fin de brindar al estudiante un proceso tutorial que fortalezca su identidad étnica y su pertenencia a la comunidad universitaria. De esa forma, el papel del tutor será el de un sujeto que apoye la formación académica del alumno, oriente sus necesidades y proyecte al futuro profesionista para que al egresar, se ponga al servicio de su propia comunidad. También, operar como el orientador que impulse al estudiante a reconocerse a sí mismo y a fungir como reproductor natural de sus tradiciones y costumbres, pero sobre todo, de su lengua nativa, principal identificador de su origen étnico.

Líneas estratégicas de acción

La operación del Programa de Apoyo a Estudiantes Indígenas se basa en el desarrollo de cuatro líneas de trabajo, que se describen a continuación:

Línea 1. Atención a los estudiantes provenientes de zonas indígenas, misma que parte de una investigación diagnóstica para detectar el número real, su origen étnico y lengua que dominan. Igualmente, se hace un estudio de detección de sus necesidades o problemas que tienen incidencia en su desempeño académico. Con los resultados, se procede a la designación del tutor, a proponer cursos para fortalecer sus conocimientos y habilidades; a promover su participación en los

diferentes programas de apoyo institucionales; a fomentar su interés por la investigación en aspectos étnicos y culturales de la región; y a favorecer la movilidad por medio de programas de intercambio académico con otras IES.

Línea 2. Sensibilización y tolerancia, como una campaña permanente hacia los estudiantes en desventaja y lograr así el respeto a cada grupo humano. Asimismo, fomentar la participación de la comunidad estudiantil en diferentes eventos; diseñar proyectos en los que apliquen sus conocimientos, experiencia, creatividad con vistas al impulso del desarrollo socioeconómico, educativo y cultural de las comunidades indígenas. Esta línea también prevé la participación de docentes y personal administrativo, mediante estímulos académicos en actividades de apoyo a los estudiantes indígenas. Por último, establecer convenios con dependencias de gobierno, con empresas privadas y otras instituciones, para buscarles otros apoyos.

Línea 3. Organización académica consistente en integrar un claustro de tutores con conocimientos en temas sociales, étnicos, psicológicos, lingüísticos y culturales, sobre las zonas indígenas de la entidad. Comprende también el desarrollo de investigación acerca de la educación indígena; la oferta de opciones terminales para promover la inserción de los egresados en sus comunidades de origen y la construcción de un programa para que los estudiantes realicen su Servicio Social y sus prácticas profesionales.

Línea 4. Administración del Proyecto. Esta última línea prevé la formación de un equipo responsable de la coordinación, instrumentación, seguimiento y evaluación de la UAAEI, lo que implica generar contactos con investigadores de la problemática indígena; realizar convenios de colaboración, con carácter de financiamiento, con instituciones públicas y privadas; difundir la oferta de servicios educativos de la institución, entre las comunidades indígenas, así como generar un plan de seguimiento y evaluación de acciones ejecutadas por la UAAEI.

Características de la Unidad de Apoyo derivadas de la propuesta original

En la UAEM se tiene claridad en cuanto a que no puede ser una institución justa y democrática si excluye a alguno de sus miembros por cualquier motivo, sea por creencia, raza, religión u origen. Ante esa realidad los estudiantes indígenas encuentran en la UAEM una posibilidad de realizar estudios de nivel superior, por lo que, la UAAEI fue diseñada para atender a los estudiantes provenientes de

zonas indígenas en las que se carece de las condiciones para alcanzar un desarrollo académico aceptable.

El proyecto de la UAEM consiste en un medio para contribuir a la formación integral del alumno indígena, además de una posibilidad para rescatar la identidad estatal. Esta revaloración y reivindicación de los estudiantes es posible en la Universidad gracias a una educación con una visión multicultural, uno de los ejes rectores de la UAAEI, apoyada en el Programa Institucional de Tutoría, a fin de fomentar la transmisión de contenidos, valores y actitudes pertenecientes a la cultura local, en acuerdo con la misión de la UAEM.

Para lograrlo, es imprescindible planear y coordinar las acciones que apoyen a los estudiantes indígenas, al equipo de trabajo responsable, y para alcanzar las metas y los productos esperados; programar diversas actividades, dirigidas a fortalecer la presencia indígena en las IES; desarrollar proyectos de investigación encaminados a favorecer a los grupos étnicos que habiten en el estado de México.

La UAEM pone a disposición del PAEI una gran diversidad de programas y servicios, bajo la responsabilidad de diferentes direcciones, coordinaciones y departamentos, a fin de apoyar a los estudiantes que ingresan al nivel superior. Entre ellos se cuentan los Seguros de Vida Estudiantil y de Accidentes Escolares; Becas; Servicio Social y Prácticas Profesionales; Educación Continua; Intercambio Académico; Gestión de Servicios Tecnológicos y, otros programas, como los de “Bienvenido Universitario”; Conferencias y Talleres para la Educación de la Salud Física y Mental del Estudiante; los centros de Enseñanza de Lenguas; el Internacional de Lengua y Cultura; y, los de Investigación; los Servicios de Cómputo; el Sistema Bibliotecario; la Coordinación de Actividades Deportivas; y, el Programa Institucional de Tutoría.

El PAEI se debe someter a un proceso de auditoría académica que permita conocer el impacto social que tiene, por medio de la identificación del número de estudiantes que incorpore. Eso significa recoger información relativa al número de estudiantes en el PAEI provenientes de zonas indígenas del estado de México; número de bajas del Programa y las posibles causas; movilidad o cambio de los estudiantes pertenecientes al Programa a otras instituciones y explicación de los motivos y, finalmente, la apreciación de los estudiantes indígenas incorporados, acerca de su funcionamiento, beneficios, errores, etc.

Desarrollo, operación y avances reportados por la Unidad de Apoyo Académico

El estado del Programa a tres años de operación: 2002-2004

Según los avances reportados por esta institución, el incremento de la población de estudiantes indígenas incorporada a la UAAEI fue de 322% entre el ciclo 2002 y el 2004. Si a esta población se le restan 7 bajas, 4 estudiantes que se ausentan temporalmente y 130 egresados de licenciatura, la matrícula alcanza 637 estudiantes indígenas efectivos. De todas maneras, se observa un importante incremento (246%) entre la población al principio de la operación del Programa y los registros actuales.

Se ha realizado un seguimiento de los egresados, pero se tiene muy poca información. Por lo pronto, dos de ellos se postularon para el posgrado en el CIESAS, sin éxito; 15 más se mantienen ligados a la UAAEI desempeñando actividades como asesoría en inglés, tomando cursos y aprovechando los apoyos que ofrece. Otros dos ejecutan proyectos de investigación relacionados con sus respectivas comunidades. No se conoce cuántos de los 130 egresados tienen ya un tema de tesis o están por lograr su titulación.

En términos de su desempeño académico, los promedios también han observado un importante incremento. De 81.60 como calificación promedio en el ciclo de inicio 2002, se ha pasado a 81.63 en 2003 y a 82.28 en 2004. El número de becados también ha aumentado de 252 a 545 en la actualidad. De ellas, 377 son de PRONABES (69%) y 168 (31%) corresponde a las que ofrece la UAEM.

Respecto del apoyo ofrecido a través de la tutoría, cuando inició el Programa apenas se contaba con 49 tutores para 260 alumnos indígenas atendidos; en el 2004 se cuenta con 74, 25 de los cuales operan formalmente para atender a 118 estudiantes indígenas. El resto de estudiantes se acoge a la atención que ofrece el Programa Institucional de Tutoría Académica (PROINSTA). Entre las dos opciones de atención se estima un promedio de 6 alumnos por tutor.

La mayoría de los tutores (68%) solamente tiene como formación académica la licenciatura; un 28% tiene grado de maestría y solamente un tutor alcanza el doctorado. Destacan como actividades tutoriales la programación de asesorías grupales e individuales; orientación académica; organización de cursos y asesorías; gestión de becas; organización de eventos académicos diversos;

seguimiento académico, y canalización a departamento de becas o atención de carácter médico y psicológico. En el 2004 se registraron 7 asesorías personalizadas, en las que participaron tan sólo 16 estudiantes indígenas.

A partir de su implantación, se observan impactos sobre el mejoramiento en la calificación de los estudiantes indígenas; su participación en diversas actividades académicas, entre otras, su incorporación a proyectos de investigación y mejora en la formación personal. Asimismo, se ha brindado atención oportuna en el caso de problemas como adicciones y en la tramitación de becas.

El número de cursos impartidos para alumnos del PAEI y otros ha aumentado de 5 a 29 entre 2002 y 2004, y han prestado servicio a un 48% de estudiantes indígenas, porque la participación está abierta a toda la comunidad, con la diferencia que para los de origen indígena se han definido criterios, tales como la existencia de una solicitud por parte de los alumnos o el tipo de opinión vertida en las hojas de evaluación de otros cursos. También se cuenta la solicitud presentada por los tutores a partir de sus observaciones, la revisión de las trayectorias, etcétera.

Los responsables de la UAAEI realizan una importante difusión del PAEI, a través de medios como notas de prensa (local y nacional), entrevistas en radio estatal y en televisión en cadena estatal. También se llevan a cabo actividades académicas de divulgación, que comprenden ponencias con temáticas indígenas, en foros de alcance institucional y nacional; publicaciones en revistas académicas y la realización del Primer Encuentro Universitario para el Fortalecimiento de la Identidad Indígena. Además se han efectuado concursos de donde se publicó el libro “Mitos y leyendas indígenas”, carteles alusivos a la presencia indígena en la UAEM y un Recetario de cocina indígena del estado de México. Por último, se registran tres excursiones para los estudiantes indígenas: al Centro Ceremonial Mazahua, a la zona arqueológica de Malinalco y al Museo Universitario Luis Mario Schneider.

La UAAEI mantiene permanente vinculación con programas institucionales que apoyan y fortalecen la operación del PAEI. Así, se atiende o coordina a estudiantes en Servicio Social, se recibe soporte de coordinaciones y departamentos para difusión, apoyo a los estudiantes, diversos servicios universitarios, desarrollo de personal académico (actividades de capacitación y actualización), orientación educativa, biblioteca. Igualmente, el PAEI recibe apoyos

con instructores de idiomas, difusión, organización de cursos y actividades, tutoría. También, la UAAEI ha establecido convenios para participar en actividades de difusión y cursos con el Consejo Estatal para el Desarrollo de los Pueblos indígenas, con la Universidad Intercultural de México y con comunidades indígenas de Ixtlahuaca, Temascaltepec y Xalatlaco.

Para el ejercicio eficiente de sus actividades, la Unidad ha diseñado una serie de materiales y formatos que sirven para informar o informarse; es decir, para dar a conocer el trabajo de la UAAEI, programar sus actividades y registrar los servicios proporcionados. Así, por ejemplo, distribuye un folleto explicativo que contiene las líneas de acción, los servicios que ofrece y las vías de acceso ya sea electrónico, telefónico o directo. Integró también una Presentación-informe acerca de cómo participa la UAEM en el Programa General de Apoyo a Universidades con Estudiantes Indígenas, promovido por la Fundación Ford y la ANUIES. En él asienta los objetivos (general y específicos), así como las acciones realizadas entre junio de 2002 y diciembre de 2003.

Desde un punto de vista más práctico, organiza la programación de sus actividades, incorporando la fecha o plazos, la descripción breve de la actividad y sus características o información como lugar, horario, perfil de participación y productos. Por separado presenta una descripción de los requisitos para: obtener asesorías personalizadas gratuitas; solicitar cursos académicos grupales gratuitos; y para operar como instructor en cursos y asesorías.

A los tutores se les entrega un documento breve en el que está contenido el Programa de Trabajo para Tutores de Estudiantes Indígenas (2004), en donde pueden encontrar el Objetivo y la descripción de las actividades tutoriales. A efecto de atraer y de apoyar a los tutores en los aspectos administrativos y de reconocimiento de su actividad tutorial, la UAAEI tiene previsto otorgar dos tipos de constancia: un Nombramiento como Tutor Académico, señalando el ciclo; y, una Constancia por trabajo realizado como Tutor Académico, señalando facultad y ciclo.

Para registrar y evaluar la actividad tutorial, se cuenta con tres diferentes formatos:

Reporte bimestral de tutoría indígena individual. En éste se consignan, aparte de los datos de identificación institucionales y personales, fecha, número y

duración de las sesiones, la situación académica del alumno, las actividades realizadas y/o sugeridas y el seguimiento y/o canalización.

Reporte semestral de tutoría indígena individual. Además de la identificación, se anota el promedio inicial y actual del estudiante, las materias cursadas, reprobadas, recicladas, aprobadas y exentas.

Reporte semestral de tutoría indígena grupal. Sirve para concentrar datos sobre identificación del grupo, periodo, número de alumnos por grupo. También, los temas tratados, los objetivos de las sesiones, modalidades, materiales o equipos utilizados y observaciones generales.

Se registra, en otro listado, el nombre y número de tutores de estudiantes indígenas disponibles por semestre y por organismo académico.

Como una forma de apoyar a los estudiantes indígenas en la realización de su Servicio Social, se cuenta con el Programa de Servicio Social para Estudiantes Universitarios de la UAEM. Se establecen en su contenido, precisiones importantes como duración, horario, lugares, justificación, objetivos, actividades, apoyos, requisitos, así como los diferentes perfiles profesionales prioritarios requeridos para su realización.

Un formato más contiene un cuestionario para la evaluación de los cursos académicos ofrecidos a los estudiantes indígenas. A partir de él se recoge información para identificar problemas en los cursos, con los instructores, el desempeño de los propios alumnos.

Por último, la UAAEI distribuye entre los alumnos de origen indígena, el Manual de Servicios para el estudiante de la UAEM, como una vía de acercamiento e identificación con la institución.

La visión desde los sujetos participantes: Coordinadora de la Unidad, tutores y estudiantes indígenas

Ubicación de la Unidad dentro de la estructura orgánica de la institución y funciones que desempeña la Coordinación

La UAAEI depende directamente de la Coordinación General de Estudios Superiores, instancia que depende, a su vez, de la Secretaría de Docencia.

En la Coordinación General de Estudios Superiores se llevan a cabo diversos programas estratégicos para la institución. Destacan programas como el de Seguimiento de Egresados, Certificación y Evaluación de Programas de Estudios e Innovación Curricular.

En el marco del Programa Institucional de Tutoría, la Unidad de Apoyo Académico para Estudiantes Indígenas inició sus operaciones en el año 2002. Para el desempeño de sus funciones, cuenta con dos programas estratégicos: el Programa de Trabajo Tutorial y el Plan de Trabajo de la UAAEI.

Entre otras funciones, la Coordinación se encarga de gestionar, ante diferentes instancias de la Universidad, los servicios y los recursos que requiera la UAAEI. También, es la responsable de expedir el nombramiento y el finiquito del servicio de tutoría que proporcionan los tutores incorporados a la Unidad; llevar el registro de los estudiantes inscritos en el Programa, por facultad a la que pertenecen; promover la participación de los estudiantes en diferentes cursos académicos; organizar cursos y talleres para estudiantes y tutores; así como difundir las actividades de la UAAEI.

Es de destacar que, en lo relativo al manejo de los recursos que otorga la Fundación Ford, la UAAEI sólo se encarga de realizar las solicitudes y gestionarlos ante la Coordinación General de Estudios Superiores, misma que remite las solicitudes a la Secretaría de Docencia y, finalmente, son aprobadas por la Dirección de Administración General de la institución. El proceso tiene una duración promedio de 3 semanas.

Recursos humanos y materiales de que dispone la Unidad

Para su operación, la UAAEI se encuentra bajo la responsabilidad de una persona con estudios de Licenciatura en Turismo, quien funge como Coordinadora de la

Unidad; cuenta, además, con el apoyo de una asistente especializada en la captura de datos y de una persona encargada de las cuestiones de informática, misma que actualmente diseña la página web del Programa y las aplicaciones para el manejo de bases de datos.

En lo relativo a la infraestructura y al equipamiento, la UAAEI dispone de un cubículo propio donde se atienden las solicitudes de los alumnos y de los profesores. Por otro lado, de acuerdo con la Coordinadora de la Unidad, existe un déficit de equipamiento y en proceso se encuentra la solicitud para la obtención de 4 computadoras adicionales.

Por último, a la fecha de la entrevista, la Unidad de Apoyo no disponía de un espacio para el uso exclusivo de los estudiantes indígenas.

Servicios que ofrece la Unidad de Apoyo

En términos generales, los servicios que la UAAEI ofrece, además de difundir sus objetivos, pretenden apoyar actividades tendientes a fortalecer la identidad de los estudiantes y mejorar su rendimiento académico. Asimismo, la Unidad de Apoyo ha considerado como actividad prioritaria mantener una oferta de servicios de tipo de académico. Como resultado de ello, se han ofrecido 17 cursos gratuitos —14 para estudiantes y 3 para tutores— y se ha rediseñado el Programa de Acción Tutorial, enfatizando en la necesidad de atender de forma diferenciada a este tipo de estudiantes.

Los cursos proporcionados a los tutores han sido de formación para el desarrollo de la tutoría y otros que, de manera específica, abordan el tema de los grupos indígenas del Estado de México, sus características y sus problemáticas. Por su parte, los cursos dirigidos a los estudiantes abarcan áreas como computación, cursos de inglés, redacción, etc.

En el ámbito de la cultura, en el 2003, se organizó el concurso Mitos y Leyendas del Estado de México; los trabajos ganadores, entre los que se encuentran 4 de estudiantes indígenas, se publicaron recientemente. Desatacan, asimismo, exposiciones fotográficas y de indumentaria indígena, y encuentros universitarios para fortalecer la identidad de los estudiantes.

Actividades de difusión de la Unidad de Apoyo

Las funciones de difusión se realizan a través de carteles, comunicados y oficios remitidos a los directores de todas las facultades. Existe un cartel que se denomina comodín, que ofrece la información general de la Unidad de Apoyo de manera oportuna.

Otro mecanismo utilizado para la difusión de los servicios y que ha resultado de gran eficacia, es el uso del correo electrónico. Es frecuente que la Coordinación envíe información personalizada a cada uno de los estudiantes inscritos en el Programa y que éstos se enteren con oportunidad.

Asimismo, la Coordinación de la UAAEI envía, regularmente, el programa de actividades, cursos o talleres a desarrollarse en corto plazo a cada uno de los tutores, de manera que todos los participantes en el programa de la Unidad dispongan de la información necesaria para operar eficientemente.

Conformación de la plantilla de tutores y mecanismos para la designación

En la conformación de la plantilla de tutores que participan en la UAAEI, un elemento facilitador lo constituyó el hecho de que institucionalmente existen actividades validadas por el programa de estímulos al desempeño docente, entre los que se encuentra la tutoría. Para hacer efectivos los puntos que genera la acción de tutoría, al inicio de cada semestre la Coordinación otorga el nombramiento correspondiente y, al finalizar, la constancia de finiquito de la tutoría, siempre que el tutor haya cumplido con sus funciones.

Ese procedimiento periódico obedece al hecho de que cada Facultad de la Universidad tiene mecanismos propios para la designación de tutores, mismos que varían dependiendo del número de profesores disponibles y del número de estudiantes que solicitan el servicio. En ese sentido, la tutoría puede ser individual; destinada a trabajar sólo con estudiantes de nuevo ingreso, o con aquellos casos de bajo rendimiento académico o, incluso, con alumnos beneficiarios de la beca PRONABES.

De manera particular, existen apoyos económicos por un monto de mil 200 pesos semestrales para los tutores que asisten a los estudiantes indígenas, y que demuestren haber cumplido, en tiempo y forma, con las exigencias del programa de trabajo.

A pesar de los puntos y estímulos económicos, son pocos los profesores interesados en fungir como tutores de estudiantes indígenas y, adicionalmente, son contados los casos que han realizado trabajos con las comunidades indígenas. Por lo anterior, el programa se ha abierto a todos los interesados en desempeñar esa función.

En el Programa Institucional de Tutoría están inscritos más de 800 académicos, de los cuales 36 (menos del 5%) son tutores estudiantes indígenas.

Característica generales de la plantilla de tutores de estudiantes indígenas

Los tutores de estudiantes indígenas pueden fungir como tutores generales, muchos de los cuales pertenecen al Programa Institucional de Tutoría. Se pretende que los tutores incorporados a la UAAEI se dediquen única y exclusivamente a la atención de este tipo de estudiantes, que se especialicen.

Pese a que se tiene conciencia de que existen diferencias entre un tutor general y un tutor para estudiantes indígenas, no se tienen criterios definidos sobre el perfil que debe tener este último tipo de tutor. Existen, sin embargo, requisitos obligatorios que deben cumplir si se incorporan a la UAAEI, como haber tomado cursos de formación para tutores de estudiantes indígenas y otros relativos a las comunidades rurales.

En relación con las horas de servicio, no hay criterios específicos sobre la cuota que el profesor debe cubrir en sesiones de tutoría; lo mismo ocurre con aquellos relacionados con el número, mínimo y máximo, de estudiantes que puede atender un tutor.

Funciones y actividades desempeñadas por el profesor durante la acción tutorial

Las funciones principales que lleva a cabo el tutor de estudiantes indígenas son: a) organización de cursos, b) asesorar académicamente al estudiante, y c) realizar el seguimiento de los estudiantes a su cargo.

Generalmente, las actividades que desarrollan se refieren a la organización de platicas de inducción a la Universidad, realización de reuniones conjuntas entre la Coordinación de la UAAEI, el tutor y el estudiante, asistencia a cursos de formación para el desarrollo de la tutoría y otras que tienen por objetivo fortalecer la identidad del estudiante indígena.

Es de destacar el hecho de que, a partir de que la UAAEI publica la lista estudiantes asignados a cada tutor, éste se encarga de investigar el horario académico del estudiante, localizarlo y solicitar la información académica de cada uno de ellos ante las instancias correspondientes.

Durante las sesiones de trabajo con el tutorado, con el propósito de que el alumno se integre con mayor facilidad a la vida universitaria, se abordan aquellos aspectos que de alguna forma limitan su desarrollo personal, además de las cuestiones meramente académicas. Para ello existen reuniones de acercamiento y exploración con el alumno.

En otro sentido, cuando la solicitud del estudiante es sobre temas en los que el tutor no está capacitado, éste los canaliza con otros profesores; a partir de ese momento, su función se reduce al seguimiento de cada una de las actividades que realiza.

La disponibilidad de espacios para el desarrollo de las sesiones de tutoría, está definida en el Programa Tutorial General 2001. Todas las facultades deben destinar al menos un cubículo para este propósito. Adicionalmente, gracias a que la mayoría de los tutores son profesores de tiempo completo, las sesiones se realizan en espacios propios.

Finalmente, los tutores elaboran reportes o informes semestrales sobre las actividades desarrolladas con el estudiante a su cargo u otras relacionadas con la acción tutorial.

Proceso de incorporación de los estudiantes indígenas al Programa

Al inicio de las operaciones del Programa, en el 2002, se registraron 702 estudiantes indígenas. Del 2002 al 2004 han egresado 77 alumnos, por lo que existen 625 que permanecen inscritos.

Para incorporar a los estudiantes, en principio se realizaron acciones para identificarlos dentro de la institución mediante la aplicación de un cuestionario que contenía preguntas básicas relacionadas con el lugar de procedencia y, en su caso, la etnia a la que pertenecían. Dicha tarea se realizó en cada una de las facultades de la institución.

Acciones de coordinación entre la Unidad y otras instancias universitarias

Muchas de las actividades que la UAAEI realiza requieren del apoyo de otras dependencias internas. En materia de difusión, por ejemplo, se cuenta con la oficina de comunicación de la universidad, que se encarga de enviar información a diferentes diarios locales o de la publicación en la página web de la institución.

En relación con el apoyo logístico para la realización de eventos, la Unidad recurre a la Secretaría de Rectoría; y para la realización de cursos, se apoya en la Coordinación de Desarrollo de Personal Académico, que es la instancia encargada de organizar cursos de actualización para académicos.

Por su parte, las actividades de Servicio Social se realizan de manera conjunta con el Departamento de Servicio Social de la institución y de cada una de las facultades. Esos departamentos se encargan de enviar información útil para la Unidad y para todos los estudiantes incorporados.

En el caso específico de las facultades, éstas envían información a la Coordinación de la Unidad sobre qué estudiante desea hacer su Servicio Social en qué comunidad. Desde ese momento, en la Unidad se elabora la carta de aceptación, se pone en contacto con el alumno, realiza el seguimiento correspondiente y, al finalizar, expide la carta de liberación respectiva.

La Coordinación de la UAAEI, por otra parte, mantiene estrecha comunicación con cada uno de los directores de las diferentes facultades, así como con el Coordinador del Programa Institucional de Tutoría.

Actividades de vinculación

Las actividades de vinculación se promueven a partir de la operación de un programa de Servicio Social que, en coordinación con las instancias respectivas de la Universidad y de cada una de las facultades, fomenta la participación de los estudiantes indígenas.

En ese sentido, se destacan los cursos académicos que ofrecen en diversas escuelas secundarias y preparatorias oficiales ubicadas en comunidades indígenas. También, las actividades conjuntas con instancias de gobierno y de cultura de diferentes municipios. Para ese propósito, la UAAEI apoya a los estudiantes involucrados con viáticos, transporte y material de papelería.

La UAAEI, por otro lado, mantiene acuerdos de colaboración con la Comisión de Desarrollo de los Pueblos Indígenas y el Instituto Nacional Indigenista para la difusión de actividades, fundamentalmente.

Evaluación del desempeño de la Unidad de Apoyo

La Coordinadora del Programa, los tutores y los estudiantes coinciden en que, a partir de la operación de la Unidad de Apoyo, uno de los logros más visibles ha sido el que los estudiantes indígenas hayan fortalecido su identidad y aprendido a aceptarse e identificarse plenamente como miembros de una comunidad étnica. Ello les ha permitido integrarse y adaptarse de mejor manera a la comunidad universitaria.

En general, las acciones para evaluar integralmente el Programa son todavía aisladas. Destaca, principalmente, el diseño de formatos especiales para que los estudiantes opinen sobre la calidad de los cursos académicos que se les proporcionan y se manifiesten sobre el desempeño de la UAAEI. No existen, sin embargo, formatos similares para evaluar el desempeño del tutor y los avances del propio estudiante.

Problemas y expectativas de la Unidad de Apoyo

Desde la perspectiva de la Coordinación, al inicio de las operaciones del Programa el principal problema que enfrentó la UAAEI, fue el rechazo de diferentes actores universitarios, quienes cuestionaron el hecho de que no haya surgido del consenso institucional. A más de dos años de operación, se ha logrado un mayor convencimiento; en ese proceso han ayudado las políticas de educación nacional, donde se propugna la multiculturalidad de los estudiantes de educación superior.

Por otra parte, la magnitud de la matrícula (16 mil) y su distribución entre 21 facultades dificultó la identificación y localización de los estudiantes indígenas. Actualmente se llevan acciones encaminadas a resolver ese problema, en coordinación con el Departamento de Control Escolar de la Institución.

Como metas de mediano plazo, se señala la necesidad de crear una red institucional de tutores de estudiantes indígenas, con el propósito de compartir, periódicamente, experiencias y mejorar la atención a este tipo de estudiantes. Asimismo, la Coordinación del Programa está promoviendo, ante las instancias pertinentes, que el ejercicio de la tutoría sea considerada como una asignatura frente a grupo.

Conclusiones

Es interesante ver cómo, paulatinamente, la negación del origen indígena va siendo desterrada, quizá tenga mucho que ver la intensidad con la que un programa institucional para esta población, como el de la UAEM, está penetrando y generando interés y participación, hecho que se hace evidente con el incremento tan notorio de individuos que se acogen al programa de la Unidad de Apoyo Académico para Estudiantes Indígenas. Lo que de manera inmediata se aprecia es la contribución que está teniendo el PAEI en el proceso de revaloración de la cultura indígena. Es también significativo por el impacto en una entidad en la que se puede encontrar una amplia diversidad étnica y que, por tener unidades académicas en diferentes municipios, la posibilidad de atraer esta población a cursar estudios de nivel superior, se multiplica.

De esta manera, el desequilibrio manifestado por la concentración de los servicios institucionales en la ciudad universitaria de Toluca puede disminuirse en favor de incrementarlos en otras regiones. Un sentido estratégico está debajo de este esfuerzo, lo que se observa en el hecho de que la UAAEI depende, en el marco de la estructura orgánica de la Universidad, de una instancia encargada, precisamente, de coordinar programas estratégicos para la institución.

El objetivo previsto por la UAAEI de la UAEM, en principio, es correspondiente con lo proyectado y lo avanzado, aunque tal vez todavía no en la dimensión esperada. Es pertinente considerar la necesidad de aplicar algún proceso de evaluación para identificar la medida en la que los jóvenes han alcanzado una formación académica integral. La primera tarea en este recorrido consiste en definir claramente qué se entiende por formación académica integral. Lo que es un hecho es que se procura la igualdad de oportunidades, se respeta su identidad cultural y se hacen enormes esfuerzos por proporcionar los medios para que estos estudiantes dispongan de lo necesario en la institución para esperar una buena formación, desde el punto de vista profesional y personal. A este momento, en opinión de los estudiantes, el Programa es algo estupendo: es una utopía cumplida, lo que manifiestan diciendo que ahora sí son tomados en cuenta.

En el conjunto de propósitos a lograr expresados por la UAAEI, se advierte que es compleja la misión pero quizá convenga establecer prioridades y concentrar los esfuerzos. Sin duda, en la medida en que se vayan alcanzado unos, será más fácil conseguir el resto de objetivos.

Si se considera que los servicios que ofrece la UAAEI son, fundamentalmente, de apoyo académico y de formación de tutores y si bien ya se ha generado una infraestructura indispensable —con el respaldo de un Programa Institucional de Tutoría—, tanto la capacitación y designación de un cuerpo de tutores para cada organismo y unidad académica de la Universidad, como la oferta de una tutoría académica acorde con las condiciones de vida, necesidades, características distintivas y perfil profesional de los estudiantes indígenas, son dos aspectos que todavía están muy limitados. Se reconoce el esfuerzo desplegado, pero no se puede funcionar bien con pocos tutores para un número creciente de alumnos. Si esto es así, difícilmente se pueden cumplir los propósitos deseados.

El trabajo desempeñado por la UAAEI se da en un marco institucional muy favorable puesto que cuenta con los apoyos necesarios. Tiene la posibilidad de relacionarse, sin más protocolo, con programas y servicios como los relativos a la salud y seguridad estudiantil, becas, Servicio Social y Prácticas Profesionales, Educación Continua y otros como el Programa Institucional de Tutoría Académica. Además, pese a que la Coordinadora de la Unidad no se encarga del manejo directo de los recursos proporcionados por la Fundación Ford, las funciones que desempeña señalan una cierta autonomía e independencia. Destaca que el trabajo se desarrolla con base en la capacidad y dedicación personal de la Coordinadora.

Respecto de las líneas estratégicas de acción, es de reconocer el enorme esfuerzo que implica la identificación de los estudiantes con origen indígena. Por fortuna, se hacen gestiones, actualmente, para establecer una coordinación con el Departamento de Control Escolar en el sentido de disponer de mecanismos para la identificación y localización de estos estudiantes. En aprovechamiento de estas gestiones, sería muy oportuno considerar la posibilidad de impulsar un sistema para dar seguimiento a los egresados del PAEI.

La integración del claustro de tutores quizá sea una de las desventajas de esta experiencia, porque no se trata de tutores específicos para los estudiantes indígenas, sino de tutores “generales”; es decir, de profesores que lo mismo atienden a alumnos del PAEI que a otros. En ese sentido, no existen criterios previamente definidos sobre el perfil idóneo del tutor de estudiantes indígenas. Cabe señalar que no se duda de la capacidad de los tutores para atender y apoyar a los estudiantes, sino que muy probablemente no cuentan con la capacitación

específica para interactuar con personas con capacidades, condiciones y visiones diferentes, ciertamente ajenas a la cosmogonía de los profesores generales.

En la conformación de la plantilla de tutores y, en el marco del programa de estímulos al desempeño docente, fueron elementos muy favorables los apoyos económicos y los puntos en el expediente de cada profesor-tutor que genera la acción de tutoría. No obstante lo anterior, del total de tutores habilitados por la institución, sólo el 4.5% atiende a los estudiantes indígenas, proporción muy baja en razón del ritmo de incorporación de los estudiantes indígenas al Programa, así como de las necesidades de atención.

En este mismo sentido, es necesario hacer mayores esfuerzos para contar con una planta de tutores con más elevados niveles de formación y experiencia académica. Aumentar el número de tutores con estudios de posgrado y disminuir los de licenciatura. Es necesario, en virtud de las características y particularidades de la población estudiantil dentro del Programa, disponer de docentes con una mayor experiencia, capacidad de sensibilidad, conocimiento de la estructura y la dinámica institucional; incluso, de ciertas habilidades que sólo se obtienen con el tiempo y la madurez en la institución o en el trabajo docente, indispensables para obtener un más aproximado diagnóstico de los problemas y necesidades de los estudiantes. Lo anterior es digno de considerar, porque, entre otras actividades, el tutor se encarga de ubicar a los estudiantes asignados, detectar sus deficiencias mediante pláticas personales y buscar información referente a la trayectoria académica del estudiante.

Otro aspecto que merece atención es el relativo al desarrollo de la actividad tutorial, en particular en términos de los criterios para considerar los tiempos por sesión (horas de tutoría por alumnos por ciclo escolar y su distribución a lo largo del mismo) y el número de estudiantes bajo la responsabilidad de cada tutor. En ese sentido, no se pretende actuar bajo una norma rígida, sino, a partir del conocimiento de las necesidades, organizar un plan de acción tutorial en el que se establezcan prioridades de atención, lo cual puede significar una mayor frecuencia en las entrevistas o en las actividades promovidas. También puede recurrirse, cuando así lo permita(n) la(s) problemática(s), a programar sesiones grupales (no más de 8 ó 10 alumnos). Una norma que comúnmente ha funcionado en otras instituciones sugiere reunirse una hora al mes, con cada tutorado. Con cambios en

ese sentido podría aumentarse el hasta ahora poco interés de los estudiantes por la tutoría y constituirse en una vía exitosa de atención personalizada.

Dentro del ámbito de los estudiantes indígenas, es de destacar que a partir de la existencia del PAEI se observa un mejoramiento en su desempeño académico. De una calificación promedio de 81.6 en el 2002 se ha alcanzado un 82.3 en 2004; lo importante consistirá en guardar que no disminuya, es decir, si no se puede remontar, al menos tratar de conservar un promedio similar. A la par de mantener y/o mejorar el promedio de calificaciones, hay que seguir ofreciendo opciones para motivar e interesar a los estudiantes indígenas, como las que ya se llevan a cabo, tales como participación en proyectos de investigación. De hecho, la Coordinación del Programa se distingue por la creatividad para organizar propuestas de participación y mejoramiento a los estudiantes.

Respecto de los cursos impartidos, sin que se pretenda una “discriminación” de los estudiantes no indígenas, sí sería conveniente restringir, en algunos casos, la participación de otros estudiantes; esto, con la finalidad de generar espacios propios y de identificación de los iguales. No necesariamente tienen que versar sobre temáticas que los tutores les recomienden o prescriban sino, incluso, programar cursos o talleres en torno de temas propuestos por ellos mismos o ligados a problemáticas muy propias de sus respectivas culturas o estilos de vida.

La difusión del PAEI y las actividades que realiza de manera directa o indirecta (en las diferentes dependencias académicas) la UAAEI, ha tenido un importante y favorable impacto en la comunidad de los estudiantes indígenas. Aquí se subraya que en el trabajo de una coordinación, además de la utilidad de una buena gestión, es imprescindible operar con base en la creatividad y voluntad de las personas responsables. Los equipos de coordinación según lo observado en ésta y en otras instituciones miembros del Programa, son muy limitados en personal, sin embargo, una de sus fortalezas ha sido, precisamente, la de actuar con un espíritu creativo para idear actividades, resolver o minimizar problemas, generar entusiasmo y participación, buscar información y, principalmente, estimular a los jóvenes y reconocer sus avances.

En relación con este mismo asunto de la Coordinación de la UAAEI, como instancia gestora y más bien promotora de actividades y servicios de apoyo a los estudiantes indígenas, no requiere, en realidad, de amplias áreas para su operación. Los espacios para el trabajo que se realiza entre el tutor y el estudiante

indígena son proporcionados por cada una de las facultades y unidades académicas de la institución; en su caso, debido a que la mayoría de los tutores son profesores de tiempo completo, que utilizan sus cubículos.

En general, existe buena coordinación entre la UAAEI y diferentes instancias universitarias, lo que ha facilitado el trabajo, pero también ha contribuido a otorgar un reconocimiento al PAEI, a los derechos de los estudiantes indígenas y a abrir mayores oportunidades de intervención. Es visible la comunicación permanente y en doble dirección con los estudiantes, lo que permite conocerlos y estar siempre cerca de ellos.

Una necesidad importante no suficientemente cubierta para el desarrollo del PAEI, por lo aislado de su ejecución, consiste en generar más y sistematizar acciones para evaluar su desempeño y ofrecer elementos para su mejoramiento y para tomar las decisiones convenientes.

Se cuenta, afortunadamente, con interesantes iniciativas e instrumentos para registrar muchas de las acciones que son parte de la operación del Programa; sin embargo, es importante organizar toda la información recogida, sistematizarla y darle un uso práctico a los resultados.

Unidad de Apoyo Académico para Estudiantes Indígenas: Universidad Pedagógica Nacional

La perspectiva original de la Unidad de Apoyo Académico a Estudiantes Indígenas

ASPECTOS GENERALES DEL DIAGNÓSTICO INSTITUCIONAL

Desde 1981 la Universidad Pedagógica Nacional ha diseñado y operado programas de estudio de nivel Licenciatura especializados en Educación Indígena y, a partir de 1991, se han puesto en marcha diversos programas de Posgrado dirigidos a los docentes que conforman el Subsistema de Educación Indígena, con el propósito de coadyuvar en el proceso de mejora de la calidad de la escuela pública en el nivel básico, principalmente.

En ese marco, atendiendo a la primera convocatoria hecha por la Fundación Ford, en coordinación con la ANUIES, en julio de 2001 la Universidad desarrolló el proyecto para la creación de una Unidad de Apoyo a Estudiantes Indígenas. A manera de visión, se estableció que por medio de esa instancia sería posible fortalecer el desempeño escolar y profesional de esos estudiantes, así como disminuir los índices de deserción y reprobación institucional.

Conceptualmente, la Unidad de Apoyo fue concebida como una instancia que coadyuvaría al fortalecimiento de la institución a través de la generación de políticas y acciones para reforzar la formación de los estudiantes indígenas, así como la incorporación de la dimensión intercultural en los programas de trabajo de la Universidad.

Hasta el 2001 existía un registro de 112 estudiantes indígenas inscritos en la Licenciatura en Educación Indígena. De esa población, la composición genérica era de seis hombres por cada cuatro mujeres; pertenecientes, todos ellos, a 24 grupos étnicos ubicados en los estados de Chiapas, Chihuahua, Durango, Guerrero, Hidalgo, Jalisco, Michoacán, Nayarit, Oaxaca, Puebla, Querétaro, Quintana Roo, Sonora y Veracruz.

El diagnóstico realizado para los fines del proyecto, arrojó como información preliminar el hecho de que la mayoría de los estudiantes provenientes de comunidades indígenas requieren de apoyo académico en áreas de conocimiento

como Lectura, Escritura en Español, Metodologías para la Enseñanza del Español o de una Lengua Indígena, Discurso Argumentativo, así como para el uso de herramientas informáticas. En otro aspecto igualmente importante, se argumentó que el costo de realizar sus estudios en la ciudad de México implica una erogación económica muy fuerte.

La infraestructura y los servicios institucionales identificados como útiles para los fines de la Unidad de Apoyo, fueron: a) Servicios de Apoyo Académico —salas de cómputo e informática, centro de lenguas, servicio social, biblioteca, servicio de fotocopiado, transporte y servicio médico—; y b) programas de apoyos económicos ofrecidos institucionalmente —vales para comedor y programas de becas.

Por otra parte, en lo relativo a las acciones de colaboración que la Universidad ha desarrollado de forma periódica, es de señalarse el Proyecto Integral Comunitario Ayuujk, la Red de Educación intercultural conformada por académicos e investigadores de varias unidades de la UPN, así como los Talleres Interculturales de Regularización para niños indígenas inmigrantes que viven en la Delegación Coyoacán.

OBJETIVOS DE LA UNIDAD DE APOYO

Para la Unidad de Apoyo, fueron definidos los siguientes objetivos:

Apoyar el desempeño académico de los estudiantes indígenas inscritos en las licenciaturas que ofrece la Universidad.

Generar un ambiente propicio para el reconocimiento y atención de la diversidad cultural en la institución.

Crear las condiciones para que los estudiantes indígenas desarrollen habilidades y competencias pertinentes para su formación profesional.

Impulsar la realización de foros de discusión y reflexión sobre aspectos éticos, jurídicos y pedagógicos de la diversidad cultural existente en el país.

METAS PROYECTADAS

Asimismo, fueron proyectadas las metas que, a partir de su operación en el 2002, la Unidad de Apoyo debería lograr. Al respecto, se planteo:

Lograr un impacto positivo en el desempeño académico del 70% de los estudiantes indígenas.

Confeccionar un padrón de, al menos, 25 tutores.

Diseñar y operar dos seminarios especializados en la atención pedagógica de la diversidad cultural, así como 4 seminarios-taller para los tutores y los responsables de otorgar los apoyos académicos y servicios en la Universidad.

Implantar 4 talleres de apoyo académico dirigidos a los estudiantes.

Realizar 2 campañas, una por año, de información y sensibilización sobre la diversidad cultural existente en la institución.

LÍNEAS ESTRATÉGICAS DE ACCIÓN

Con la finalidad de llevar a buen término los objetivos y cumplir con las metas prometidas, la Universidad Pedagógica Nacional Unidad Ajusco elaboró una serie de “líneas estratégicas” de acción, cuyo contenido principal señala lo siguiente: a) mejorar las expectativas sobre el desempeño académico de los estudiantes indígenas; b) diseñar e implementar programas y acciones que fortalezcan el desempeño académico y al mismo tiempo contribuyan a la afirmación cultural, lingüística y de la identidad de los alumnos; c) fortalecer el desempeño individual y social de los estudiantes indígenas dentro de la Universidad y en los distintos ámbitos de participación social; y d) fortalecer la convivencia intercultural entre los estudiantes indígenas y el resto de la comunidad universitaria.

CARACTERÍSTICAS DE LA UNIDAD DE APOYO DERIVADAS DE LA PROPUESTA ORIGINAL

Para su funcionamiento, se propuso que la Unidad estuviera estructurada por una Coordinación General y 4 Áreas de Apoyo —Docente, Académico, de Vinculación y Administrativa.

De manera específica, se definieron las funciones que desempeñarían dichas áreas. El área de Apoyo Docente estaría integrada por los tutores y los talleristas, y tendría como funciones: apoyar a los docentes participantes en el programa de trabajo de la Unidad, conformar el padrón de tutores, organizar talleres de análisis y programas de actualización, diseñar encuestas para la detección de necesidades de apoyo académico, entre otras.

Por su parte, la misión encomendada para el área de Apoyo Académico a Estudiantes Indígenas fue la atención de los estudiantes matriculados en la Unidad Ajusco. Ofrecería, asimismo, seminarios de sensibilización sobre la diversidad cultural, atención tutorial, talleres de desarrollo oral y escrito de las lenguas indígenas, español, comprensión de lectura y redacción, cursos de computación, seminarios de historia, geografía y otras actividades que tengan como propósito fomentar el intercambio académico de estudiantes y profesores.

Finalmente, para la Vinculación de la Unidad, el área correspondiente propiciaría la articulación de las áreas y programas institucionales, así como con otras IES y organismos externos, a fin de fomentar el intercambio de información, desarrollar actividades conjuntas, establecer relaciones de intercambio de experiencias, organizar y realizar eventos de interés para la educación indígena.

Por otra parte, el proyecto menciona que la coordinación y los responsables de las áreas, realizarán el seguimiento y la evaluación de sus respectivos programas sobre la base de los siguientes criterios: a) fomentar la autoevaluación individual y colectiva, b) contemplar la evaluación externa, y c) valorar los progresos académicos en el desempeño de los estudiantes indígenas, tomando en cuenta las habilidades de comprensión de lectura, redacción de textos académicos, expresión oral, manejo de bancos de bases de datos, entre otras.

Desarrollo, operación y avances reportados por la Unidad de Apoyo Académico

EL ESTADO DEL PROGRAMA A TRES AÑOS DE OPERACIÓN: 2002-2004

A tres años de la implantación del Programa de Apoyo Académico para Estudiantes Indígenas en la Universidad Pedagógica Nacional, es posible, a partir de la información reportada y otros documentos relacionados, realizar una valoración de su desempeño.

Como información inicial, la Universidad ha señalado un incremento, si bien mínimo, del número de estudiantes indígenas beneficiarios. Así, en el 2002 se incorporaron a la Unidad de Apoyo 116 alumnos en tanto que el registro existente hasta el 2004 fue de un total de 125 estudiantes indígenas. Cabe destacar, también, que la población inscrita se ha mantenido prácticamente invariable en cada uno de los tres años respectivos, esto es, son muy pocos los estudiantes que se dan de baja temporal o definitiva.

Al igual que la matrícula, el rendimiento académico, expresado en un promedio global de calificaciones, ha mostrado pequeños cambios. En cada uno de los años, dicho indicador ha sido de 8.60, 8.47 y 8.62, respectivamente.

Por otro lado, del 2002 al 2004, 52 estudiantes indígenas han registrado su tesis, de los cuales 11 han logrado titularse: una razón de dos titulados por cada diez alumnos que registran su trabajo terminal.

Las gestiones realizadas para que los estudiantes logren la beca PRONABES han tenido resultados muy favorables. A decir por lo manifestado institucionalmente, a los 15 estudiantes solicitantes en el 2002 les fue otorgada la beca, al igual que lo hicieron 17 de los 18 aspirantes en el 2003. Cabe aclarar, sin embargo, que el nivel de cobertura, en relación con la población inscrita en cada uno de esos años, ha sido del 12.9% y 14.3%, respectivamente. Al momento de realizar este reporte no se tenían los resultados de las gestiones realizadas en el 2004.1

Finalmente, en relación con este mismo tema, al interior de la Universidad y con el propósito de definir los criterios y las normas para dar tutoría a los 1 En el informe presentado en septiembre del 2004 se hace alusión a becas por comisiones y otros apoyos económicos; sin embargo la información es muy escueta para realizar comentario alguno.

estudiantes beneficiarios de la beca PRONABES (obligación establecida por sus Reglas de Operación), así como a los inscritos en el Programa, la Unidad mantiene estrecha comunicación con el Programa Institucional de Tutoría, la que seguramente aplica los mismos criterios.

Para el programa de tutoría, inherente de la Unidad de Apoyo, el equipo de tutores existente es de 24 académicos, dos más en relación con el conformado en el periodo 2002-2003. De esa plantilla, el 37.5% tiene el nivel académico de Licenciatura, el 45.8% el de Maestría y el 16.6% son académicos con título de Doctorado.

En esta lógica, teóricamente, cada uno de los tutores participantes atiende a un total de 4 estudiantes distribuidos en sesiones programadas cada 15 días, lo cual indica un nivel de cobertura del orden del 75.0% respecto al total de estudiantes inscritos.

Como cifra global de los tres años de operación, el número de cursos impartidos es de 25, mismos que han registrado una asistencia promedio de 10 estudiantes indígenas. Entre las temáticas que se han abordado, destacan: a) computación, b) lenguas indígenas, c) lectura y redacción, d) elaboración de material didáctico, e) técnicas de investigación, y f) comprensión de textos expositivos en Español.

En lo que respecta a las tareas de difusión, éstas se han llevado a cabo por la vía de la prensa escrita —8 desplegados, 7 de los cuales fueron publicados en el 2002—, mediante la elaboración de trípticos, folletos, carteles y videos (2), así como a través de la página web de la Universidad, en la que la Unidad de Apoyo cuenta con una sección especial:

http://interbilingue.ajusco.upn.mx/.

A manera de descripción general, la página está dividida en 4 secciones compuestas por subsecciones que despliegan información diversa relativa al:

Proyecto

Artículos

Cursos

Noticias para tutores

En el ámbito externo, varios estudiantes indígenas participan en el Proyecto Coyoacán, mismo que tiene por objetivo la inclusión de niños inmigrantes al

sistema educativo de la Ciudad de México. También, en el Bachillerato Mazateco del Estado de Oaxaca, la Unidad ha brindado asesorías para la elaboración de su Plan de Estudios. Finalmente, alumnos inscritos han participado como ponentes en diversos eventos académicos realizados en distintas entidades del país, así como en proyectos de investigación que llevan a cabo académicos de la institución en comunidades indígenas.

Es preciso exponer los impactos reportados por la universidad a raíz del desarrollo de las tutorías y la impartición de cursos. De manera general, se señala la disminución en el índice de reprobación de exámenes ordinarios y los avances mostrados por los estudiantes en la elaboración de trabajos escritos. Adicionalmente, se ha logrado que los alumnos tengan mayores habilidades de lectura y redacción de su lengua materna, así como para el manejo de equipo y paquetes informáticos.

RECOMENDACIONES INSTITUCIONALES EMANADAS DE LAS ACTIVIDADES DE SEGUIMIENTO QUE REALIZA LA UNIDAD DE APOYO

Para finalizar esta sección, debe señalarse la existencia de formatos diseñados especialmente para el seguimiento del desarrollo de la Unidad. En particular, la información que se registra está organizada a partir de los resultados obtenidos, el impacto, las observaciones y las recomendaciones en función de cada una de las metas definidas por el programa. En el reporte correspondiente al 2004, destacan las siguientes recomendaciones:

Que el personal académico que diseña un proyecto de esta naturaleza sea el encargado de operarlo.

Antes de iniciar un programa de este tipo debe consultarse a las partes beneficiadas, sobre todo, fomentar su participación en la construcción del proyecto.

Para que los tutores participen sin reticencias, es conveniente proponer un puntaje significativo en la Beca de Desempeño.

Hacer la observación a la instancia encargada de Servicios Escolares para que incluya en la ficha de identificación un reactivo que registre la lengua indígena que hablan los aspirantes a cursar una licenciatura.

Lograr una mejor comunicación entre los estudiantes y tutores.

LA VISIÓN DESDE LOS SUJETOS PARTICIPANTES: COORDINADORA DE LA UNIDAD, TUTORES Y ESTUDIANTES INDÍGENAS

EL PROCESO DE IMPLANTACIÓN DE LA UNIDAD DE APOYO

La Unidad de Apoyo para Estudiantes Indígenas surgió en el 2002 a raíz de la primera convocatoria realizada por la Fundación Ford en coordinación con la ANUIES. Los objetivos que se propuso en principio, fueron: a) fortalecer la formación académica, b) instrumentar un sistema de tutorías, c) consolidar la cultura étnica de origen, y d) fomentar el desarrollo integral de los estudiantes.

Sobre la base de esas líneas, se identificó a la población de estudiantes sujetos de atención por parte del Programa y se llevaron a cabo las acciones para la conformación del equipo de tutores. En ese proceso, los aspectos principales consistieron en la elaboración de documentos normativos para el funcionamiento del programa de tutoría, los cuales involucraron a los responsables de la Unidad, así como a los tutores y los estudiantes inscritos.

De acuerdo con lo manifestado por la coordinación de la Unidad, al inicio existieron dudas sobre la pertinencia del Programa. En particular, por parte de los tutores, existió mucha confusión sobre el funcionamiento de la tutoría y el impacto de esa actividad en los programas de estímulos establecidos por la Universidad; a ello contribuyó el hecho de que, en el proyecto original, se haya autorizado una compensación económica para los tutores, sin embargo, la normatividad institucional impidió dicho apoyo. En esa lógica, muchos de los estudiantes se incorporaron al Programa bajo la promesa de una beca monetaria. La mala comunicación, en suma, propició el desinterés de ambos actores institucionales.

RECURSOS HUMANOS Y MATERIALES EXISTENTES EN LA UNIDAD DE APOYO

La Unidad de Apoyo está constituida por una profesora encargada de coordinar el desarrollo de la tutoría y una coordinadora responsable de la actividad académica. Adicionalmente, el Programa cuenta con un personal total de 5 colaboradores, quienes se encargan de las cuestiones administrativas y operativas.

En lo relativo a la infraestructura, la Unidad no cuenta con un espacio propio para llevar a cabo sus funciones. A la fecha de la entrevista, ésta se ubicaba en un cubículo de la Licenciatura de Educación Indígena.

Existe un centro de computo equipado con 16 computadoras de escritorio con acceso a la Internet, de los cuales 12 están habilitados, y una impresora, para uso de los estudiantes registrados en el Programa. Dicho equipamiento es complementado con una computadora portátil y un cañón que los estudiantes pueden solicitar a la Coordinación para desarrollar diversas actividades.

En términos generales, dada la magnitud de la población de estudiantes, la infraestructura y el equipamiento con que cuenta el programa, es considerado insuficiente. En ese sentido, institucionalmente existen restricciones para la compra de mayor equipo o para ejercer los recursos que otorga la Fundación Ford, lo que ha propiciado dificultades para la remuneración de los servicios que presta el personal administrativo que colabora en el Programa.

ACTIVIDADES DE DIFUSIÓN

La difusión del Programa se realiza sin muchas complicaciones. Ha facilitado el hecho de que la mayoría de los estudiantes indígenas pertenecen a una sola licenciatura, por lo que, de acuerdo con la Coordinación, no es necesaria una campaña en toda la Universidad para difundir los objetivos y los servicios que ofrece la Unidad de Apoyo.

Dentro de las actividades que se realizan, sobresalen las reuniones en las que participan tantos los estudiantes como los tutores, convocados mediante carteles públicos. Por otro lado, para la promoción del Programa, se aprovecha el evento de bienvenida que organiza la Universidad destinado a los estudiantes de nuevo ingreso.

SERVICIOS QUE OFRECE LA UNIDAD DE APOYO

Los servicios que la Unidad ofrece para los estudiantes inscritos son, principalmente, de tipo académico. Sobresalen los cursos y talleres para fortalecer sus habilidades de lectura y redacción, sus técnicas de investigación aplicada a la educación indígena, el manejo de herramientas informáticas, así como para la comprensión y redacción de diferentes lenguas étnicas.

Para los estudiantes y los tutores, se promueven diplomados en Educación Intercultural y conferencias que abordan dicha temática; también servicios de gestoría para que los estudiantes que cuentan con estudios de bachillerato sean sujetos beneficiados de las becas PRONABES.

Otra de las responsabilidades de la Unidad se refiere a la capacitación del equipo de tutores. En ese sentido, se han organizado cursos para instrumentar el programa de tutoría para estudiantes indígenas, la mayoría de los cuales los ha ofrecido la ANUIES bajo las modalidades presencial o a distancia.

En virtud de que el servicio de tutoría no tiene remuneración alguna, la Unidad los ha apoyado para que asistan a diferentes cursos que se ofrecen por instituciones ajenas a la Universidad, entre los que destaca un curso de lecto-escritura ofrecido por el Fondo de Cultura Económica.

CONFORMACIÓN DEL EQUIPO DE TUTORES, CRITERIOS PARA LA ASIGNACIÓN DE ESTUDIANTES Y FUNCIONES QUE DESEMPEÑAN

En el Programa de apoyo participan 22 tutores, 11 de los cuales pertenecen a la Licenciatura en Educación Indígena y son profesores de tiempo completo. Es importante señalar que el padrón de tutores no se conformó a partir de una convocatoria abierta, sino que se incorporaron a invitación directa de los responsables de la Unidad de Apoyo.

Para la distribución de los alumnos entre los tutores, se determinó, como criterio general, que los profesores de tiempo completo atendieran a 5 estudiantes, y aquellos con otro tipo de contratación, un máximo de 3. Asimismo, al inicio de las operaciones del Programa, los estudiantes tuvieron la posibilidad de elegir, entre una terna definida por la Coordinación, al tutor que mejor llenara sus expectativas.

Formalmente, las funciones que desempeñan los tutores, son: a) realizar actividades que faciliten la adaptación de los estudiantes al entorno de la ZMCM, b) proporcionar información sobre los diferentes servicios que ofrece la ZMCM, c) organizar cursos extracurriculares para los estudiantes indígenas, y d) dirigir trabajos terminales de investigación.

PROCESO DE INCORPORACIÓN DE LOS ESTUDIANTES

Con el propósito de incorporar a los estudiantes al Programa, una de las primeras actividades realizadas por los responsables consistió en la identificación de aquellos estudiantes que cumplían con los requisitos establecidos para ser sujetos de atención.

Como etapa posterior, los estudiantes fueron invitados a participar en el proyecto mediante una asamblea abierta en la que se dio a conocer la existencia de un fondo destinado a fortalecer su formación académica y personal. A la

convocatoria respondió una mínima parte de los estudiantes; entre otras razones, debido al poco interés manifestado y al hecho de que muchos de ellos realizan alguna actividad laboral. En opinión de los estudiantes, dicha reunión careció de información relativa al funcionamiento de la Unidad de Apoyo y los compromisos adquiridos a partir de su incorporación.

EL PROCESO DE TUTORÍA

Una vez definido el mecanismo de asignación de estudiantes entre los tutores, se publicó el listado correspondiente, así como los horarios en que se desarrollarían las sesiones de tutoría. El compromiso adquirido al inicio, fue que cada estudiante mantuviera contacto con su tutor durante un periodo mínimo de 6 meses y sólo después de ese lapso podía tener la posibilidad de solicitar un cambio de tutor; en casos extremos y de estricto orden académico, se aceptaría la solicitud de cambio antes del plazo previsto. A pesar de dichas formalidades, de acuerdo con lo manifestado por los tutores, la mayoría de los estudiantes acostumbra acudir con su tutor en tiempos no acordados. En el mejor de los casos, la frecuencia de atención es de un día por semana en sesiones cuya duración oscila entre 30 minutos y 2 horas.

Teóricamente, el proceso de la tutoría inicia con la detección de las expectativas de los estudiantes sobre su formación y sobre la institución, así como de sus problemas académicos y personales. Para ese propósito, se han diseñado diversos instrumentos para captar información relativa a su situación socioeconómica —edad, sexo, estado civil, ingresos, condiciones habitacionales y otros—. También se indagan sus hábitos y las horas que dedican al estudio, en qué lugares desarrollan esa actividad, así como las estrategias utilizadas para la adquisición de nuevos conocimientos. Finalmente, se evalúa el grado de dificultad que encuentran en cada una de las asignaturas que cursan y los problemas específicos que enfrentan.

De acuerdo con los resultados, los principales problemas que manifiestan los estudiantes son: a) deficiencias en hábitos de estudio y disciplina de trabajo, b) dificultades para la comprensión de textos, c) problemas de integración con la comunidad estudiantil de la institución, d) poco dominio, oral y escrito, del lenguaje español y de la lengua nativa, y e) condiciones económicas precarias.

Elaborado el diagnóstico de necesidades, los tutores elaboran el plan de acción y organizan actividades para atender los problemas identificados. Sin embargo, se ha observado poca disposición y compromiso por parte de los estudiantes, por lo que la tutoría funciona más en la dinámica propuesta por el alumno y, en el extremo, algunos de ellos han manifestado la inutilidad de la tutoría para su formación profesional.

Los estudiantes, por su parte, consideran que el programa de tutoría no ha tenido los resultados estimados. Entre otros problemas que identificaron, destaca la poca coordinación y comunicación con sus tutores para el desarrollo de las sesiones, la falta de capacitación necesaria para desempeñar esa función, la impertinente programación de los cursos, la falta de empatía con el tutor asignado y el hecho de que sólo 20 de los 110 estudiantes registrados cuentan con un tutor.

RECONOCIMIENTO Y APOYO INSTITUCIONAL

En términos generales, la institución no distingue a la Unidad de Apoyo como algo distinto de otras actividades académicas. En todo caso, se considera que el Programa es limitado en recursos, penetración y aceptación —un espacio de indios—, en comparación con el Programa Institucional de Tutoría.

Mucho del apoyo logrado, se mencionó, ha sido a partir de la intervención de la Rectora. Por ejemplo, directamente ha realizado gestiones ante diferentes instancias para que los estudiantes indígenas puedan realizar, extemporáneamente, diferentes trámites de carácter administrativo y académico.

El mayor logro en este sentido ha sido el diseño de la página web Interbilingüe, como un espacio exclusivo de la Unidad de Apoyo para Estudiantes Indígenas.

VINCULACIÓN EXTRA-INSTITUCIONAL

A partir de la operación del Programa, se han realizado diversas actividades de vinculación externa; entre los casos más destacados se encuentra el Proyecto Coyoacán. En esa demarcación, durante los fines de semana, los estudiantes proporcionan asesorías a niños inmigrantes de educación básica.

Por su parte, los alumnos que cursan el VI semestre de la licenciatura, realizan prácticas de campo en las comunidades rurales del país. El propósito que

se persigue con esas actividades es que identifiquen problemas que merezcan ser analizados mediante un proyecto de investigación específico, en particular aquellos relacionados con la calidad de la educación que se ofrece en cada una de ellas.

Por otro lado, un grupo de tutores participante en el programa coadyuva en la elaboración del plan de estudios del Bachillerato Mazateco de Oaxaca, y, en el caso de Chiapas, proporciona asesorías para vincular la educación básica, media y superior de la entidad.

Otra actividad se refiere a la extensión, por medios electrónicos, del Diplomado en Educación Intercultural Bilingüe a todas las sedes de la UPN existentes en el país. Dicho diplomado fue organizado, en principio, para los estudiantes inscritos en el Programa.

Finalmente, tutores y estudiantes han sido invitados a participar como ponentes en eventos organizados por diferentes universidades del país.

ACCIONES PARA VALORAR EL DESEMPEÑO DE LA UNIDAD DE APOYO Y SUS ACTORES PARTICIPANTES

Dentro de las actividades para valorar el desarrollo del Programa de Apoyo, la Coordinación evalúa, frecuentemente, la calidad de los talleres impartidos mediante la aplicación de un cuestionario de carácter cualitativo en el que los estudiantes expresan su opinión y sus sugerencias. A partir de los resultados, se elaboran informes y se toman medidas para superar los problemas detectados.

La acción de tutoría también es sujeta de evaluaciones. En primer término, se organizan reuniones con los tutores para analizar el desempeño de las sesiones y la respuesta de los estudiantes. Dicha mecánica se repite en el caso de los tutorados y su respuesta en general ha sido positiva; sin embargo, ello contrasta con la poca respuesta obtenida en la aplicación del cuestionario señalado anteriormente.

Por otra parte, tanto los tutores como los estudiantes deben entregar informes. Ello ha permitido valorar el acompañamiento que realizan los tutores del proceso formativo del estudiante. Las principales inconformidades en ese sentido es la falta de empatía existente entre ambos actores, sí bien no en la mayoría de los casos.

Se ha observado que los estudiantes están relativamente organizados. En general se agrupan por etnias de origen; es el caso, por ejemplo, de los mixes, quienes con frecuencia organizan reuniones para comentar el desarrollo de la tutoría. La Unidad, en ese sentido, ha abierto la posibilidad para que los estudiantes manifiesten sus quejas o soliciten el cambio de tutor.

Al respecto, los estudiantes se han manifestado en sentidos contrastantes. Por ejemplo, reconocen las avances logrados en el manejo de los equipos de cómputo y diferentes programas informáticos, así como el apoyo recibido para la elaboración de su trabajo terminal. En contraparte, manifiestan la carencia de literatura especializada en educación indígena y consideran importante que los responsables del programa rindan cuentas sobre el uso de los recursos que la Fundación Ford proporciona.

Finalmente, es preciso señalar que, por parte del estudiante, no existe una identificación con el Programa ni un sentido de pertenencia; los estudiantes no identifican por su nombre a la Unidad de Apoyo Académico, sino por su titular.

Conclusiones

Si bien la Universidad Pedagógica es, en el contexto de la educación superior de nuestro país, pionera en la oferta de programas especializados en educación indígena, la idea que rige al Programa de Apoyo a Universidades con Estudiantes Indígenas implica mucho más que solamente formar especialistas en esa área de conocimiento. Independientemente de la disciplina, en lo fundamental, se trata de acompañar y dar seguimiento desde su ingreso, a lo largo de su permanencia y hasta su egreso, a estudiantes provenientes de una comunidad y cultura indígenas.

En esto, debe quedar claro, es muy importante subrayar que las condiciones de incorporación de la UPN al Programa, así como de su operación, por el tipo de población escolar, no tienen mucho que ver con las condiciones que guardan el resto de las instituciones participantes.

Con las características consideradas para el subsistema de Educación Indígena, se estima que 125 estudiantes identificados como provenientes de comunidades indígenas es una población mínima en una institución con el volumen de matrícula como lo es la UPN, más aún cuando se reporta un muy escaso volumen de bajas temporales o definitivas.

El proyecto original propuesto por la UPN comprende elementos básicos para un aceptable desarrollo del PAEI, incluido el establecimiento de la Unidad de Apoyo, sobre la base de atender a una población con importantes problemas académicos y serias carencias económicas para costear sus estudios en la Ciudad de México.

Sin embargo, las metas entonces declaradas, según se constata con información elaborada por la Universidad y también por la recogida en la visita y entrevistas realizadas, no son del todo correspondientes con la realidad del Programa. Por ejemplo, a partir de su operación, se ha detectado una diversidad de problemas que requieren de urgente solución. En principio, los diferentes actores involucrados manifestaron la necesidad de fortalecer la comunicación existente, así como fomentar el desarrollo de actividades que efectivamente consoliden la formación integral de los estudiantes. La oferta de cursos puede ser interesante, pero sus contenidos no apuntan, en su mayoría, al desarrollo de las

habilidades y capacidades propias de un desarrollo integral. Es de llamar la atención que los estudiantes soliciten apoyo para formarse en cursos fuera de la UPN, lo que lleva a suponer dos posibilidades. La primera podría ser que la formación recibida dentro es insatisfactoria o, la segunda, que la orientación que se les proporciona no incluye los servicios y posibilidades de formación básica y complementaria con que cuenta la institución. Esto podría tener origen en una insuficiente capacitación de los tutores, en particular, en los aspectos relativos a la estructura y normatividad de la institución, sus programas y servicios, de carácter académico y de apoyo, en general.

Tampoco se recoge en el desarrollo del Programa la posibilidad de promover la reinserción de los egresados en sus comunidades de origen. Quizá es predecible que eso será muy difícil de lograr, pues la ubicación de la UPN Unidad Ajusco ha transformado la visión de muchos estudiantes quienes más bien, se han integrado o, más profundamente, se han asimilado a un espacio no indígena, en el que, por la misma situación familiar, han tenido que buscar la forma de trabajar para su sostenimiento.

Hay una circunstancia muy particular de esta institución, de alguna forma incongruente con los planteamientos y la filosofía del Programa en su conjunto. En teoría, los soportes generados y gestionados por una Unidad de Apoyo a Estudiantes Indígenas son orientados a quienes padecen evidentes problemas de integración a un nuevo ambiente, limitaciones en la convivencia, rezago escolar, deficiencias en la comunicación oral y escrita, discriminación racial, etc. En el caso de la UPN, el muy distinto perfil de los estudiantes indígenas, quienes son profesores en servicio, personas con mayor madurez y experiencia, frecuentemente jefes de familia y de mayor edad, los hace una población con otros y muy diversos intereses. Esto, en principio, les dificulta mantener relaciones de empatía con sus tutores, por lo que el propósito de formarlos integralmente como personas se aprecia como una misión muy difícil.

No hay aceptación de la tutoría, lo que es considerado como uno de los aspectos más débiles del Programa. Los estudiantes la perciben como una carga adicional, además de manifestar expresamente, que no la necesitan y que tampoco tienen tiempo para ella. A eso se agrega que de parte de los tutores observan su poco interés y dedicación. Al respecto, los tutores mismos mencionaron que solamente la mitad está adscrita al PAEI; el resto son tutores

“generales”. Los informes de la UPN reportan que la tutoría ha contribuido a disminuir la reprobación y mejorar los tiempos de presentación de trabajos. Eso significa que sí es posible incidir en el desempeño del estudiante. Lo lamentable es que este beneficio alcanza a pocos estudiantes.

Ambos, tutores y tutorados, lamentan la extrema limitación de espacios. Están conscientes que en esas condiciones no puede haber privacidad y no se pueden expresar con mayor confianza. También es muy frecuente la renuencia de los estudiantes a compartir sus problemas personales con su tutor(a) a pesar de que se les ha proporcionado apoyo psicopedagógico. En todo caso, se han encontrado mejores posibilidades de comunicación con las mujeres, quienes han aceptado ese servicio con una mayor apertura. Entre algunos tutores se comenta que no ha habido el “encuentro esperado” con los tutorados. Refieren los estudiantes del PAEI que por todas esas razones, ha habido muchos casos de abandono de la tutoría.

En relación con los cursos gestionados y ofrecidos a los estudiantes indígenas, el balance entre el esfuerzo realizado por la UAAEI y los impactos, al menos en cuanto a asistencia, es bastante menor. El promedio de participantes indica que ni un 10% de los estudiantes asiste a ellos. La baja asistencia a cursos y talleres, entre otras razones, se explica por lo que ellos señalaron: “no dan calificación”; por lo tanto, en opinión de ellos, no vale la pena destinar parte de su tiempo. Otra razón podría encontrarse en la modalidad de los cursos. Si se trata de experiencias similares a las que viven dentro del aula, en un curso formal, pueden sentir que no hay ninguna diferencia en las exigencias y estilos. En cambio, si se modifican tanto los temas, como las modalidades y se ofrecen en horarios más accesibles, podría generarse un mayor interés por participar en ellos.Existen, adicionalmente, problemas de comunicación y difusión que también influyen en el desinterés de los estudiantes quienes, cuando reconocen las ventajas de los cursos y los talleres ofrecidos, han manifestado su inconformidad con el horario en que se han programado. El argumento principal al respecto, se refiere a que los cursos se imparten al mismo tiempo que deben atender sus compromisos laborales.En el sector de los profesores tutores, se aprecia que no hay suficiente claridad para poder distinguir lo que es un proceso de tutoría para un estudiante ordinario de la UPN y para un estudiante indígena. Por otro lado, las expectativas de obtención de una retribución o estímulo económico han pesado

enormemente en la decisión del personal docente sobre su participación en el PAEI. Esa promesa imposible de cumplir, dado el marco normativo de la institución, ha tenido, sin duda, importantes repercusiones.

Para los profesores ha significado también una pérdida de confianza. Frente a la imposibilidad de otorgarles una remuneración, la UAAEI ha optado por apoyarlos para que asistan a cursos impartidos por entidades completamente ajenas a la UPN, como por ejemplo, el Fondo de Cultura Económica les da cursos de lecto-escritura. Esta práctica sale de la lógica del PAEI en tanto que los profesores deben ser capacitados por instancias reconocidas y en los espacios oficiales. Si la UPN lo gestionara, con toda seguridad la Dirección de Cooperación Nacional de la ANUIES, en acuerdo con la Fundación Ford, podría ofrecer una capacitación formal y especializada.

La Unidad de Apoyo para Estudiantes Indígenas, por su parte, siendo la base de la operación del Programa, ha logrado poco reconocimiento institucional. Es muy sintomático el hecho de haber sido coordinada por cuatro responsables en el tiempo que el mismo lleva operando. Parte de la falta de apoyo es el lugar físico al que se le confinó: un espacio extremadamente reducido, perteneciente a otra área de la institución. Lo mismo, comparte muebles, que equipo de cómputo y otros apoyos. No hay condiciones para atender adecuadamente a los estudiantes ni a los tutores.

Los tres actores involucrados en el Programa (responsables, tutores y estudiantes) manifiestan no estar totalmente convencidos y comprometidos con los objetivos de la Unidad de Apoyo. En general se percibe, a partir de lo afirmado por los mismos, que en vez de valorar los beneficios de los apoyos en términos académicos y de desarrollo institucional, el interés inicial de participar se derivó de posibles recompensas y apoyos económicos. Al no haber éstos, es entendible el desencanto generado.

Quizá lo más preocupante es el hecho de que los estudiantes indígenas no muestran una plena identificación con la UAAEI. No es nada claro su sentido de pertenencia. Cuando se les pedía identificarla, respondían con el nombre de su titular, no la relacionaban con el concepto en torno del cual se creó, o los apoyos y el servicio que supuestamente les daría. Se constata que ven en la Unidad no una instancia de carácter académico sino una fuente para conseguir financiamiento a sus particulares necesidades, aunque en la práctica no se les cumplan. A eso se

agrega la carencia de espacios propios que propicien su integración y un merecido y necesario sentido de pertenencia. Solamente disponen de la sala de cómputo, lugar no muy apropiado para la integración grupal u otro tipo de reuniones.

También se pudo observar que la operación del PAEI enfrenta problemas de articulación institucional, así como de ubicación y aceptación, puesto que no siempre se encuentra el apoyo de las áreas a las que se les requiere algún tipo de atención para los estudiantes indígenas. Si dicha articulación existiera, la Rectora no tendría que intervenir en las gestiones para que los estudiantes fueran beneficiados, por ejemplo, con diferentes plazos para trámites y otros asuntos.Todos los entrevistados lamentan y reconocen la insuficiencia de infraestructura y equipamiento para la UAAEI y sus respectivos servicios; ello dificulta tanto la integración de los responsables de la Unidad, los tutores y los estudiantes, así como el reconocimiento institucional hacia el programa. Se ha logrado, no obstante, el apoyo para habilitar una sala de cómputo y hacerla de uso exclusivo de los estudiantes inscritos.

Finalmente, algo que debe ser considerado, en el mejor de los casos, como el ejercicio del derecho a la información, es que los estudiantes requieran conocer el destino de los recursos asignados por la Fundación Ford para la operación del PAEI. Si no es solamente en uso de ese derecho, las autoridades tendrán que buscar los motivos de la inquietud de los estudiantes.

Unidad de Apoyo Académico para Estudiantes Indígenas: Universidad Tecnológica Tula-Tepeji

La perspectiva original de la Unidad de Apoyo Académico a Estudiantes Indígenas

Aspectos generales del diagnóstico institucional

En atención a la convocatoria realizada por la Fundación Ford y la ANUIES para participar en el Proyecto de Apoyo a Universidades con Estudiantes Indígenas, la Universidad Tecnológica Tula-Tepeji se propuso desarrollar el proyecto para la constitución de la Unidad de Apoyo correspondiente.

Congruente con la misión institucional, dicho proyecto se realizó sobre la premisa de crear una instancia responsable de realizar proyectos de apoyo a las comunidades indígenas existentes en la región, así como fomentar en los estudiantes su pleno reconocimiento como un núcleo promotor de la diversidad cultural.

Para tal efecto, se definieron dos grandes líneas orientadoras. La primera de ellas se propuso detectar a los estudiantes de origen indígena inscritos en la UTTT hasta el 2001 y realizar las acciones pertinentes para incorporarlos desde su ingreso. Como segunda línea general se consideró la necesidad de instrumentar acciones para que los estudiantes de diferentes zonas del estado tengan acceso, mediante la modalidad no presencial, a la oferta académica de la institución.

La Universidad Tecnológica Tula-Tepeji actualmente tiene influencia en 9 municipios de la entidad —Ixmiquilpan, Alfajayucan, Zimapan, Chilcuautla, Cardonal, Mepehete, Tezontepec, Tepeji del Río y Actopan— y en 5 municipios del Estado de México —Jilotepec, Atlacomulco, Coyotepec, Apaxco y Hueuetoca.

De acuerdo con el Instituto Nacional Indigenista, en el estado de Hidalgo existía, hasta el 2000, una población de 354 mil hablantes de lenguas indígenas. Entre las más representativas se encuentran el Náhuatl y el Otomí y, en menor medida, el Zapoteco y el Totonaca.

Como parte del diagnóstico institucional, se reconoció que no existían en la Universidad programas de vinculación con comunidades indígenas a, pesar de

que se cuenta con el personal capacitado y la infraestructura necesaria para desarrollar ese tipo de proyectos.

Hasta el 2001, la Universidad sólo tenía el registro de 64 estudiantes indígenas matriculados, provenientes de los municipios de Hidalgo y del estado de México. De esa población, sólo el 28% es hablante de alguna de las lenguas señaladas con anterioridad.

Los principales problemas identificados en esos estudiantes se refieren al bajo desempeño académico logrado durante sus estudios de bachillerato, así como a deficiencias formativas en áreas como Español, Matemáticas, Inglés, Química y Contabilidad.

Finalmente, para la atención de dichas limitaciones, de entrada fue señalada la existencia de una plantilla de académicos compuesta por 2 profesores de cada una de las licenciaturas que conforman la oferta académica de la Universidad, mismos que apoyarían el proyecto a través de actividades de tutoría, asesorías, difusión y vinculación, organización de cursos y talleres, entre otras.

Objetivos de la Unidad de Apoyo

A manera de objetivo general de la Unidad de Apoyo, la institución consideró fundamental: “Localizar y atraer a los estudiantes indígenas para proporcionarles una preparación técnica superior útil para su desarrollo mediante programas específicos que incrementen sus posibilidades de acercamiento, ingreso y permanencia en la institución”.

Como objetivos específicos, en el proyecto se mencionan:

Generar expectativas acordes con los intereses de los estudiantes indígenas, brindándoles oportunidades de preparación académica.

Crear un cuerpo de tutores y docentes que guíen a los estudiantes a lo largo de su formación universitaria, con la finalidad de lograr no sólo su permanencia y titulación, sino también su incorporación exitosa al mercado laboral.

Difundir y promover la cultura indígena de las regiones a las que pertenezcan los estudiantes, tanto al interior como al exterior de la institución.

Metas proyectadas

Como resultado de las operaciones de la Unidad, las metas proyectadas en el mediano plazo y formuladas en el proyecto como señalamientos generales, fueron las de lograr:

Un impacto en las regiones de influencia de la Universidad.

Que este sector de la población tenga la opción de continuar sus estudios de Nivel Técnico Superior.

La titulación de los alumnos de origen indígena.

Que el Programa de Apoyo a Estudiantes Indígenas tenga una cobertura en todas las regiones con población indígena.

Líneas estratégicas de acción

Las líneas de acción están agrupadas en seis dimensiones: coordinación, gestión, integración y capacitación, atención tutorial, vinculación y difusión.

Coordinación. En esta dimensión se propuso como objetivo definir las políticas que guiarán el funcionamiento de la Unidad en el marco de las políticas universitarias.

Gestión. Como acciones se establecen las siguientes: a) realizar un estudio socioeconómico a los estudiantes indígenas, b) detectar sus necesidades de atención, c) detectar las problemáticas que los obligan a desertar, d) brindar los apoyos necesarios para la gestión de becas, y e) organizar cursos de regularización académica.

Integración y capacitación. En esta parte se menciona la importancia de capacitar a los docentes y a los tutores en las áreas en que los estudiantes indígenas lo requieran, a fin de brindarles una atención adecuada en los modelos educativos presencial y a distancia.

Atención Tutorial. Se propone la conformación del padrón de tutores el cual deberá integrarse por un profesor de cada carrera, así como definir de manera conjunta estrategias de acción entre el padrón de tutores y el resto de los académicos de la Universidad.

Vinculación. Se considera muy importante estrechar los lazos de cooperación con las comunidades de origen por medio de foros y buscar la

vinculación interinstitucional que facilite la operación de las actividades de la Unidad de Apoyo.

Difusión. Como acción estratégica se plantea la necesidad de difundir el Programa en los órganos informativos de la Universidad, así como fomentar actividades culturales en las que tengan participación los estudiantes.

Características de la Unidad de Apoyo derivadas de la propuesta original

En el proyecto original, la Unidad de Apoyo fue ubicada como una instancia dependiente de la Secretaría Académica, la que, a su vez, coordina las acciones de la Unidad de Difusión, Promoción y Vinculación, al Cuerpo de Tutores y a la Unidad de Gestión y Coordinación Académica de la Universidad.

Entre sus funciones fueron definidas las siguientes:

Gestión y coordinación con todas las áreas institucionales para lograr los propósitos de la Unidad.

Planear e instrumentar estrategias de promoción y difusión del Programa.

Promover la diversidad cultural en la Universidad.

Poner en marcha un programa de atención a las comunidades de origen después de detectar sus necesidades y carencias.

Diseñar programas de acompañamiento académico y aplicar un programa de seguimiento y evaluación, así como difundir los resultados obtenidos a la comunidad universitaria e indígena.

Coordinar la capacitación de tutores.

Sistematizar la información generada en la Unidad para futuras investigaciones y programas que se emprendan.

Por último, como parte de los programas y servicios académicos de apoyo al proyecto, la institución destacó la existencia de un programa de becas, el Programa Institucional de Tutoría; laboratorios de ciencia y tecnología, microbiología, informática e inglés; talleres de serigrafía; centros de documentación; servicios de transporte para prácticas de medición de suelos y agua; y salas audiovisuales.

Desarrollo, operación y avances reportados por la Unidad de Apoyo Académico

El estado del Programa a tres años de operación: 2002-2004

Hasta el último cuatrimestre del 2004, la Unidad de apoyo atendía al 7.7% de la matrícula existente en la Universidad. Ese nivel de cobertura se logró gracias a que, al inicio del Programa, fueron registrados 63 estudiantes indígenas y, posterior a las actividades de difusión, dicha población ascendió a 125 alumnos: un incremento del orden del 100.0% en el periodo comprendido entre el 2002 y el 2004.

Los avances logrados en el rendimiento académico de los estudiantes incorporados, es una de las fortalezas de la Unidad de Apoyo. El promedio global estimado en el 2002 fue de 7.0; en tanto que el dato correspondiente al tercer cuatrimestre del 2004, fue de 8.51.

Dicho resultado es consistente con la proporción de estudiantes que ha realizado exámenes extraordinarios. Por ejemplo, considerando el cierre de los tres años de referencia, las proporciones son: 17.5%, 23.9% y 12.3%, respectivamente. Asimismo, en el transcurso de ese mismo periodo iniciaron el proceso de titulación 29 estudiantes y 10 más cuentan con el registro de su trabajo terminal.

Los apoyos logrados mediante las gestiones de los responsables de la Unidad han sido fructíferos, de acuerdo con la información reportada. Un año después de iniciada la operación, 23 estudiantes contaban con alguna beca o estímulo en tanto que, en el 2004, el total fue de 63 alumnos. En ese orden, tomando como referencia la beca PRONABES, en esos dos años fueron beneficiados 7 y 29 estudiantes, respectivamente.

Desde el inicio, la oferta de servicios se ha mantenido más o menos en los siguientes términos: a) tutorías, b) asesorías académicas en áreas como Matemáticas, Física, Inglés, Expresión Oral y Escrita, Contabilidad e Informática; c) cursos de regularización, d) orientación y servicios para la realización de trabajos escolares, e) asesoría sicológica, f) guías de estudio para asignaturas básicas, y g) difusión de trípticos sobre técnicas de estudio y aprendizaje.

El programa de tutoría para estudiantes indígenas es, sin embargo, una debilidad de la Unidad si se considera el número de estudiantes y la frecuencia de atención. Específicamente, para el apoyo de los alumnos inscritos sólo existe un equipo de tutores conformado por 5 académicos: en promedio, cada uno de ellos atiende a un total de 25 estudiantes indígenas. La programación de las sesiones, por otra parte, es una vez a la semana y, dependiendo del rendimiento del alumno, se puede programar una sesión mensual adicional.

Como parte del proceso, en una sesión el estudiante es entrevistado por su tutor y como resultado de esa actividad, es canalizado hacia diferentes asesores académicos o instancias de apoyo que existen en la Universidad.

Por otra parte, hasta el 2004 se habían impartido 20 cursos, distribuidos entre una amplia temática, mismos que se han definido en función de los siguientes criterios: a) opinión de tutores, asesores y maestros, y b) opiniones de los estudiantes derivadas de la aplicación de encuestas. A cada uno de dichos cursos ha asistido, en promedio, un total de 30 estudiantes.

En el ámbito externo e interno de la Universidad, el Programa se ha difundido en medios impresos de circulación local, así como en medios electrónicos como la radio, la televisión y la página web de la institución. En esta última, no existe un espacio exclusivo y permanente para la Unidad de Apoyo.

Al interior de la Universidad se realizan actividades de promoción en el Periódico mural universitario, en la revista TXT y, durante cada ciclo escolar, el Rector informa de las actividades realizadas al Consejo Académico. Finalmente, se han organizado diversos eventos académicos y se han elaborado productos como: trípticos, fotografías, carteles y grabaciones en video de los eventos realizados.

Como actividades de vinculación, la Unidad ha reportado la buena comunicación existente con otros programas institucionales, destacando, entre otros, el de Movilidad Académica Internacional, Actividades Culturales, Servicios Escolares y Bolsa de Trabajo. Por su parte, con organismos o dependencias externas se han firmado convenios, como con la Asociación Civil Cruz Azul Pro-Comunidades y con la Presidencia Municipal de Tepeji del Río. En ninguno de los dos casos existe información sobre la participación efectiva de los estudiantes indígenas inscritos.

Cabe señalar, por último, que la Unidad ha diseñado instrumentos para registrar las diversas actividades que se llevan a cabo. Por ejemplo, existe el formato Canalización de Alumnos a Psicología en el que se registran los motivos o problemas detectados, así como las acciones que debe tomar el tutor a partir de las recomendaciones hechas por la instancia correspondiente.

Otro formato es el referido al Reporte Tutorial. Además de los datos generales del estudiante y del tutor, se registra en ese instrumento: el número y la fecha de la sesión, la problemática identificada y las acciones a emprender para su solución, las sugerencias del tutor para la difusión y la preservación de la cultura en cada comunidad, y otro tipo de información de orden general.

La operación del Programa cuenta, asimismo, con diversos cuestionarios para propósitos evaluativos. Como muestra, los estudiantes se manifiestan sobre la calidad de los servicios que ofrece la Unidad de Apoyo; también plantean sus sugerencias sobre el funcionamiento y el tipo de ayuda que les gustaría recibir en el fututo inmediato. Otro cuestionario fue elaborado para que evalúen el desempeño de los tutores a partir de criterios como la comunicación, la confianza, la calidad de las asesorías, el interés del tutor para la solución de sus problemas y el beneficio que han obtenido a partir de ese servicio. Finalmente, se han diseñado cuestionarios para evaluar los cursos y talleres que la Unidad organiza para fortalecer su formación académica y personal.

De manera complementaria, se han elaborado formatos para llevar el registro de las copias e impresiones solicitadas por el estudiante, el número de cursos a los que asiste cada uno de ellos y para diagnosticar su condición socioeconómica.

La visión desde los sujetos participantes: Coordinadora de la Unidad, tutores y estudiantes indígenas

Definición y estructura de la Unidad de Apoyo

Institucionalmente, la Unidad de Apoyo es reconocida como una instancia que atiende necesidades y problemáticas específicas de estudiantes indígenas, principalmente de carácter académico y psicológico. Dentro de la estructura orgánica, el Programa de Apoyo se ubica como una dependencia directa de la Rectoría de la Universidad.

Para el desempeño de sus funciones, la Unidad de Apoyo cuenta con una Coordinadora General —Licenciada en Derecho y Mtra. en Educación— y dos colaboradores que se ocupan de las cuestiones contables, administrativas y otras que se desarrollan en el marco de la operación del Programa. Dicho personal auxiliar es egresado de la Universidad, factor que se considera muy importante debido a la familiarización que tiene con el modelo educativo de la institución, así como el hecho de que uno de ellos es perteneciente a la comunidad Otomí.

Infraestructura y equipamiento

En términos de la infraestructura existente, la Unidad de Apoyo está emplazada en un cubículo asignado por la institución, mismo que se considera insuficiente para atender las demandas de los alumnos inscritos, así como para llevar cabo los cursos, talleres y asesorías psicológicas que actualmente ofrece el Programa.

En relación con el equipamiento, existen cinco computadoras, dos impresoras, un plotter, un escáner, una cámara fotográfica y una cámara de video. Al momento de la entrevista, se estaba gestionando la compra, con recursos otorgados por la Fundación Ford, de una cañonera para apoyar las tareas que la Unidad lleva a cabo.

Es importante destacar, según lo manifestado por los estudiantes y los responsables del Programa, que el equipamiento está accesible y disponible para que los alumnos desarrollen actividades de orden académico y de interés para el proyecto.

Servicios que ofrece la Unidad de Apoyo

Los principales servicios que ofrece la Unidad de Apoyo, son: a) asesorías académicas, b) tutorías, y c) organización de cursos, académicos y de desarrollo personal.

El tipo de cursos que se programan toma en cuenta las propuestas que los estudiantes vierten en las encuestas aplicadas para detectar sus necesidades, así como de las sugerencias que, al respecto, realizan los tutores en cada uno de sus reportes de actividades.

De manera adicional, la Unidad ofrece una serie de apoyos para los estudiantes, tales como el acceso a la Internet, servicios de impresión gratuita, préstamos de equipo fotográfico, de video, escáner y plotter.

Por otro lado, con el propósito de consolidar la formación profesional de los estudiantes, se organizan visitas a diferentes comunidades indígenas. Se busca así que los alumnos adquieran mayores conocimientos sobre las características culturales de los diferentes grupos étnicos existentes en la región, así como fortalecer su sentido de identidad. A la fecha de la entrevista, se tenían registradas las visitas al Centro Ceremonial Otomí y a las ruinas de Cacaxtla.

Finalmente, en caso de que los estudiantes necesiten asistencia médica, la Coordinación de la Unidad remite las solicitudes a la dependencia encargada del Servicio Médico y se pretende, asimismo, contar con los servicios de una Psicóloga para la atención exclusiva de los estudiantes inscritos.

Conformación de la plantilla de tutores, su perfil y funciones que desempeñan

El equipo de tutores con que cuenta el Programa es de un total de seis profesores, cada uno de los cuales forma parte de la planta académica de los seis programas de estudio que la institución ofrece.

Como criterio general, los tutores existentes se distribuyen entre los estudiantes inscritos de acuerdo con el área de estudio, buscando con ello un mayor acercamiento con sus necesidades. Dicho criterio ha llevado a serias inequidades, al extremo que un solo tutor puede atender, formalmente, hasta 41 alumnos.

El grupo de tutores se conformó mediante la invitación directa de los seis directores académicos quienes, a su vez, consideraron los siguientes criterios: a)

la disponibilidad de tiempo, b) las habilidades de comunicación con el estudiante, y c) el grado de motivación y compromiso para trabajar con estudiantes de origen indígena.

Las funciones que desempeñan giran en torno de los siguientes objetivos: acompañar académicamente al estudiante durante su estancia en la institución, mejorar su rendimiento académico y reducir la deserción escolar de este grupo de estudiantes.

Capacitación recibida por los tutores

Para ejercer el trabajo de tutoría, los profesores participantes han sido capacitados en temas como el proceso de implantación del Programa Institucional de Tutoría y el valor educativo de la Tutoría2, ambos cursos fueron impartidos por la ANUIES. Asimismo, han tomado cursos de programación neurolingüística y talleres relativos a prácticas de enseñanza. En promedio, el número de horas de capacitación ofrecida al total de tutores es de 120.

A pesar de lo anterior, han manifestado necesidades de capacitación en temáticas relacionadas con la sicología y relaciones personales. Se considera que este tipo de formación es una herramienta de mucha utilidad para desempeñar mejor las funciones como tutor, ya que permite una mejor comprensión de la problemática de los estudiantes.

Proceso de incorporación de los estudiantes indígenas y problemas principales de atención

Actualmente en el Programa se encuentran inscritos 115 estudiantes indígenas originarios, principalmente, de los estados de México e Hidalgo. La distribución, por área de estudio, es la siguiente: 4 de la Licenciatura en Tecnología Ambiental; 18 de Procesos de Producción; 15 de Electrónica y Automatización; 38 de Contabilidad; 23 de Comercialización; y 17 de Mantenimiento Industrial.

Los estudiantes participantes en el Programa de Apoyo fueron incorporados una vez que se les identificó mediante encuestas aplicadas durante el inicio del ciclo escolar. Así, entre otra información, se solicitó que manifestaran su lugar de procedencia y otros aspectos migratorios que pudieran antecederle; datos familiares, número de integrantes del hogar núcleo, dominio de alguna lengua indígena, y la forma en que logran su sustento económico. La información así 2 Denominado, en realidad, Curso-Taller de formación de tutores para alumnos indígenas.

recabada se complementa, en caso de ser necesario, a través de las direcciones académicas de cada una de las licenciaturas y con la que surge a partir del desarrollo de la acción de tutoría.

Finalmente, las problemáticas que más recurrentemente se encontraron en los alumnos son: a) bajo rendimiento académico, b) falta de técnicas de aprendizaje e indisciplina para realizar las tareas académicas, c) falta de recursos económicos, d) deficiencias que arrastran de niveles escolares previos, y e) fuertes conflictos existenciales al no aceptarse como indígenas.

Apoyo institucional

Debido a las necesidades de información relacionadas con las calificaciones de los alumnos, así como de su trayectoria escolar, el Programa mantiene estrecha comunicación con instancias como Servicios Escolares. Dicha área mensualmente proporciona los concentrados estadísticos al respecto.

En términos generales, durante el tiempo que lleva operando la Unidad, se ha observado que las diferentes dependencias que conforman la Universidad tienen mucha disposición para apoyar las actividades del Programa. Por ejemplo, para el uso y manejo de los recursos que proporciona la Fundación Ford, la Unidad se apoya en el área de Administración y Finanzas, lo mismo ocurre cuando se requiere del transporte universitario, salas, equipos y otros.

Actividades de difusión

Las tareas de difusión del Programa se llevan a cabo, principalmente, a través de trípticos y carteles, y se cuenta para ello, con el apoyo de la instancia universitaria encargada de la Comunicación Social. Asimismo, cuando existe información relevante para el público en general, la Coordinación de la Unidad convoca a los medios de comunicación locales para informar sobre los proyectos y actividades a realizar en el marco del Programa.

Por otro lado, como parte de la difusión institucional, los profesores- investigadores realizan visitas a diferentes comunidades e instituciones de nivel medio superior para promocionar la oferta educativa de la Universidad. En esas actividades participa la Coordinación de la Unidad de Apoyo con el objetivo de difundir la existencia de un programa destinado a los estudiantes indígenas. Así, gracias a esas labores, se ha logrado incrementar la matrícula de estudiantes

indígenas: al inicio del Programa se tenían registrados a 63 alumnos y en la actualidad se cuenta con una matrícula de 115.

Vinculación extrainstitucional

Las tareas de vinculación han tenido resultados favorables, entre ellos destaca el convenio firmado con la Asociación Civil Cruz Azul Procomunidades, quien actualmente otorga algunas becas para los estudiantes inscritos en la Unidad.

Por otro lado, en caso de requerirse, se apoya a diferentes comunidades para la difusión de eventos comunitarios, actividades o programas que lleven a cabo. Un ejemplo en ese sentido es el convenio firmado con la comunidad de San Ildefonso —situada a 5 kilómetros de Tepeji—, en la que aproximadamente el 80% de su población habla la lengua Ñañhú.

Actividades de evaluación del desempeño del programa

La evaluación del Programa se lleva a cabo a través de encuestas aplicadas cuatrimestralmente a los estudiantes. Los tutores, por su parte, cuentan con un formato en el que registran el desarrollo de las tutorías, así como el desempeño académico y las problemáticas que manifiestan los estudiantes. Es importante señalar, también, que no existe mecanismo alguno para evaluar el desempeño del tutor.

Una de las fortalezas de la Unidad de Apoyo es la existencia de formatos electrónicos para capturar, procesar y analizar la información generada por el proyecto.

Impactos preliminares del desempeño del Programa

Desde la perspectiva de la Coordinación del Programa, el modelo académico de la institución, organizado por ciclos cuatrimestrales, es un factor que, de alguna forma, ha limitado el rendimiento académico de los estudiantes indígenas. Se ha detectado que durante los dos primeros cuatrimestres se registran los mayores índices de reprobación y deserción escolar, por lo que, atendiendo a dicha problemática, la Unidad de Apoyo ha enfatizado en las asesorías académicas relacionadas con las áreas de matemáticas, informática, contabilidad, física, inglés, expresión oral y escrita, y derecho.

No se han registrado avances notables de mejoramiento académico. En ese sentido, los tutores reconocen como determinante redefinir el rol que tienen como

tutores dentro de la Unidad de Apoyo, ya que carecen de muchas herramientas para dar solución a la diversidad de problemas detectados en los estudiantes.

Los estudiantes, no obstante, reconocen las aportaciones que el Programa ha tenido sobre ellos, aunque, por otra parte, el mayor contacto con la Unidad y los tutores ocurre en momentos de mayor presión escolar.

Conclusiones

El Programa de Apoyo instrumentado en la Universidad Tecnológica Tula-Tepeji mediante la Unidad respectiva, tuvo muy buena aceptación institucional. Ello se debe, entre otras razones, a que no existían programas de vinculación con comunidades indígenas de la región ni aquellos diseñados con el propósito de atender a la matrícula de estudiantes provenientes de las mismas.

Un recorrido somero por el proyecto que le dio origen, arroja elementos para señalar su pertinencia. Como atributos principales, tiene la virtud de retomar no sólo los objetivos básicos del PAEI que hablan de incrementar la presencia de estudiantes indígenas dentro de la matrícula total y del fortalecimiento de su formación académica, sino que plantea, además, la necesidad de desarrollar actividades de vinculación con las comunidades en que tiene influencia la Universidad, así como fomentar el reconocimiento de la diversidad cultural dentro de la institución. Por otra parte, si bien no aparece como un objetivo explicito o como una línea de acción específica, durante el desarrollo del Programa se ha constatado la preocupación por afianzar el desarrollo personal del estudiante. Una muestra de ello está en la posibilidad de contar con el apoyo de una Psicóloga al servicio exclusivo de los estudiantes inscritos en él.

Como se ha reportado a partir de la información proporcionada por la institución, existen indicadores favorables sobre el proceso académico de los estudiantes y las acciones que en ese sentido lleva a cabo la Unidad. Posiblemente sea necesario, no obstante, contrastar esa información con las respuestas derivadas de las entrevistas. En lo particular, contrario a lo que indica el reporte institucional, las diversas personas entrevistadas coinciden en el señalamiento de que no se han registrado avances significativos en el desempeño académico de los estudiantes beneficiados por el Programa. Lo anterior es atribuido al modelo académico institucional, basado en ciclos escolares cuatrimestrales, y al hecho de que los estudiantes tienen serias dificultades para superar las asignaturas programadas durante los primeros cuatrimestres de su licenciatura, mismas en las que se han detectado los mayores índices de reprobación y deserción escolar; adicionalmente, las cargas horarias les dejan muy poco tiempo para sostener una entrevista formal y periódica con sus tutores,

con quienes tienen que buscar el mínimo espacio para poder efectuar las entrevistas.

Otra explicación corresponde a la falta de herramientas con que cuentan los tutores para responder oportunamente a la diversidad de problemas detectados en los estudiantes. En ese sentido, debe señalarse como una debilidad la manera en como se lleva a cabo el proceso de tutoría. En principio, el equipo conformado es insuficiente, ya que sólo se cuenta con 5 tutores para la magnitud de la comunidad de estudiantes indígenas: 125, que necesitan de atención más precisa. A eso debe agregarse el criterio establecido para la asignación de tutores a los estudiantes. En concreto, los alumnos son distribuidos en función de la licenciatura que cursan, por lo que dependiendo de la matrícula correspondiente, existen tutores que tienen bajo su responsabilidad hasta 40 estudiantes. Esta distribución no puede ser considerada adecuada, desde ningún punto de vista.

Los criterios formales previamente establecidos, dicen que el equipo de tutores se caracteriza por su disponibilidad de tiempo, su habilidad de comunicación con el estudiante y el buen nivel de motivación y compromiso para participar en el Programa; adicionalmente, todos ellos han sido capacitados para desempeñar esa función. Pese a lo anterior, fue enfática la demanda de formación en áreas de sicología y relaciones personales. Dicha solicitud es coincidente con uno de los problemas detectados en los estudiantes y alude a los conflictos internos que les provoca el hecho de no identificarse plenamente como originarios de una comunidad indígena; al respecto las manifestaciones principales son la depresión y el desarrollo de un tipo de personalidad introvertida.

En suma, no existe claridad o en todo caso resulta controvertido el avance logrado en términos académicos, pese a que el perfil de los tutores es un argumento a favor. Sin embargo, es un hecho que se necesitan mayores esfuerzos que conlleven a que el alumno reconozca sin mayor dificultad su origen y, en esa lógica, se pueda cumplir con uno de los objetivos sustanciales del PAEI, como lo es la reincorporación del alumno a su comunidad.

Existen señales de que de lo anterior ya se ha percatado la Unidad, ya que si bien los servicios que ofrece se refieren, principalmente, a la organización de cursos y promoción de las tutorías, es destacable el hecho de que también realice actividades de integración y acercamiento a las comunidades indígenas. Asimismo, ha sido una preocupación lograr los servicios de una persona

especializada en el área de sicología para la atención exclusiva de los estudiantes incorporados.

En relación con la infraestructura, los diferentes actores entrevistados, han señalado la necesidad de mayores espacios para el desarrollo de las actividades que la Unidad promueve. En resumen se pudo observar que son muchas las tareas que realizan tres personas en un espacio extremadamente reducido y durante un horario amplio. En contraparte, las respuestas obtenidas apuntan en el sentido de la suficiencia de equipamiento accesible a los estudiantes, mismo que ha sido adquirido, en su mayoría, con los recursos otorgados por la Fundación.

Se observa importante poner atención a la conveniencia de ordenar los momentos de atención a los estudiantes, mediante la aplicación de las políticas de la UAAEI. Es decir, enseñar a los estudiantes que para tener derecho a una atención que sea equitativa para todos los compañeros, hay que ser ordenados y respetar los horarios de los servicios, en aras de no agobiar a los responsables de la Unidad.

Hay que destacar la ubicación, ciertamente privilegiada, de la Unidad en la estructura de la Universidad; es una instancia vinculada a la Rectoría, lo que la pone en un lugar visible, vigilada. Por lo mismo, esta posición ha facilitado contar con la colaboración de otras dependencias. Ha sucedido con el apoyo institucional brindado en cuestiones de transporte, espacios universitarios, equipamiento y servicios. Debe señalarse, sin embargo, que no se han elaborado programas institucionales a raíz de la operación y desarrollo del Programa que coadyuven al logro de los objetivos y las metas planteadas o aquellos que garanticen la permanencia de la Unidad de Apoyo en el largo plazo.

El nivel de compromiso mostrado por los tres actores participantes es también de resaltarse. Mutuamente valoran el esfuerzo realizado y, en resumen, los estudiantes han señalado abiertamente su agradecimiento hacia la labor que desarrollan los responsables de la Unidad y los tutores; asimismo, se manifiestan satisfechos porque muchas de sus necesidades han sido cubiertas a partir de la puesta en marcha del Programa.

También es de subrayar la existencia de instrumentos para detectar el origen y las necesidades de los estudiantes, así como para diagnosticar su situación académica y personal. Para la evaluación del Programa también se han diseñado otros tantos, descritos de manera más precisa en la sección dos de este

documento. Ello ha permitido la elaboración de un sistema de información propio de la Unidad.

En líneas anteriores se calificó aceptablemente el hecho de que desde el diseño del proyecto aparecieran señalamientos explícitos sobre la importancia de fomentar la participación de los alumnos en el ámbito externo a la institución, preferentemente dentro de sus comunidades. Tres años después, sigue siendo una tarea pendiente; sin embargo, no deben soslayarse los resultados logrados en términos de mayores recursos económicos de apoyo a los mismos, a partir de las gestiones realizadas con asociaciones civiles.

Unidad de Apoyo Académico para Estudiantes Indígenas: Universidad Veracruzana

La perspectiva original de la Unidad de Apoyo Académico a Estudiantes Indígenas

Aspectos generales del diagnóstico institucional

En la entidad veracruzana se identifican 2 mil 62 comunidades indígenas en las que destacan las siguientes etnias: náhuas, totonacas, huastecas, popolucas, zapotecas, chinantecas, otomíes, mazatecas, tepehuas, mixtecas, zoques, mixes, mayas y tzotziles; mismas que se asientan en 68 municipios, principalmente. Según información de la Delegación Estatal del Instituto Nacional Indigenista, existe una población de 1 millón, 352 mil 774 habitantes, de los cuales 667 mil son hombres y 685 mil son mujeres.

La Universidad Veracruzana reporta los datos registrados de los 26 municipios con mayor población indígena en la entidad, que se muestran en la Tabla 1. En todos estos municipios se imparte educación básica; en 21 de ellos educación media superior y sólo en cinco se ofrece el servicio de educación superior. La Universidad Veracruzana recibe un buen número estudiantes indígenas provenientes de regiones apartadas, quienes enfrentan serios problemas para ingresar y permanecer en la institución debido a dificultades tan diversas como sus bajas condiciones socioeconómicas, su deficiente formación académica, la localización de las comunidades indígenas en áreas lejanas a las zonas en las que se ubican las universidades, lo que repercute en gastos de manutención, problemas afectivos y emocionales inherentes a la adaptación de sus hábitos de vida cotidianos de lo rural a lo urbano.

Estos estudiantes, en general, reflejan una mayor deserción en los primeros semestres. Además, requieren de hacer esfuerzos extraordinarios para superar las deficiencias en las que por falta de oportunidades educativas han incurrido. Asimismo, la falta de acceso a la información y a los medios electrónicos e informáticos y la poca familiaridad en su uso, llegan a constituir una barrera que les impide un buen desempeño escolar. Éste también se ve afectado por el desarraigo de su entorno familiar y comunitario, así como por el choque cultural que experimentan al cambiar de ambiente.

Tabla 1

Municipio Población

indígena Municipio

Población

indígena

Astacinga 3,408 Mecayapan 13,031

Atlahuilco 4,842 Mixtla de Altamirano 5,856

Benito Juárez 11,757 Papantla 38,293

Coxquihui 8,724 Playa Vicente 16,743

Coyutla 11,449 San Andrés Tenejapan 1,394

Chicontepec 41,846 Soledad Atzompa 10,329

Espinal 9,593 Soteapan 15,363

Filomeno Mata 6,846 Tantoyuca 40,864

Ixcatepec 7,514 Tehuipango 10,384

Ixhuatlán de Madero 32,723 Tequila 7,582

Los Reyes 2,744 Tlaquilpa 4,054

Magdalena 1, 454 Zongolica 24,591

Mecatlán 6,795 Zozocolco de Hidalgo 7,843

En materia de infraestructura y espacios, la Universidad Veracruzana cuenta con las condiciones adecuadas para apoyar la ejecución de las actividades de la UNAPEI. Entre ellas destacan los centros de auto-acceso, de cómputo, bibliotecas y salas de videoconferencias. Asimismo, dispone de diversos programas que operan en las carreras bajo su Nuevo Modelo Educativo, becas, servicio médico o seguro facultativo, Programa de Atención psicológica y el de Servicio Social Comunitario.

En relación con el personal docente, éste ha sido capacitado en temas relativos a la tutoría, a través de los programas intersemestrales organizados por el Nuevo Modelo y por la Dirección de Desarrollo Académico. Sin embargo, para la operación del Programa se requiere capacitar al personal de una forma diferenciada y particular, bajo una visión de promoción de la interculturalidad. Por lo mismo, se sugiere para los tutores del Programa para Estudiantes Indígenas, la denominación de Guía Académico.

Los registros sobre estudiantes por municipio, zona y carrera, en los últimos tres años (1999, 2000 y 2001), reportan a aquellos alumnos provenientes de 10 municipios, como se expone en la:

Tabla 2

Municipio 1999 2000 2001

Benito Juárez 2 2 3

Coxquihui 5 3 13

Chicontepec 24 33 34

Ixhuatlán de Madero 3 7 11

Papantla 222 229 230

Playa Vicente 14 14 21

Soteapan 3 3 8

Tantoyuca 28 28 32

Tequila 6 6 6

Zongólica 15 15 20

Totales 322 340 378

Objetivos del Programa de Apoyo a Estudiantes Indígenas

Hasta antes de participar en la convocatoria abierta por la ANUIES en el 2001, la Universidad Veracruzana carecía de un programa específico para apoyar a los estudiantes indígenas inscritos. A partir de su incorporación al Programa de Apoyo Académico para Estudiantes Indígenas, asume el compromiso de promover su ingreso a las licenciaturas y posgrados de la institución y de fortalecer el desempeño académico de los inscritos, así como reconocer la diversidad étnica y lingüística de la entidad. Se considera que además de favorecer a los estudiantes indígenas, se construirá un espacio propicio para el desarrollo de la interculturalidad y de una sociedad más justa y equitativa.

El Objetivo general propone establecer, a partir de los programas académicos y de servicios con que cuenta la Universidad Veracruzana, una Unidad de Apoyo Académico en la que, mediante el respeto a la identidad étnica y cultural de cada uno de los universitarios, se ayude a los estudiantes indígenas a lograr un buen desempeño académico, que les permita el acceso a los programas de posgrado,

el mejoramiento de su calidad de vida, así como el interés por convertirse en agentes interculturales, impulsores del desarrollo social y económico de la región.

En lo particular, se propone:

a) Reducir la franja de amortiguamiento cultural que separa a los estudiantes indígenas de quienes no lo son, con la finalidad de favorecer su adecuada integración en el ámbito académico universitario.

b) Propiciar el desarrollo académico de los estudiantes indígenas.

c) Fortalecer la presencia indígena en el ámbito universitario, al incrementar la matrícula de estos estudiantes.

d) Generar una visión intercultural al interior de la comunidad universitaria.

e) Reforzar en los estudiantes universitarios el respeto a la identidad por la identidad indígena en un ambiente de reconocimiento por la diversidad cultural

Líneas estratégicas de acción

La UAAEI se propone trabajar con cinco líneas de acción:

Línea 1. Gestión Académica, cuyo objetivo consiste en identificar a los estudiantes indígenas en las diferentes zonas de la UV y posteriormente establecer los vínculos entre ellos y los apoyos necesarios para satisfacer sus requerimientos.

Línea 2. Apoyo Académico Tutorial, orientada a trabajar con un cuerpo de Guías Académicos para acompañar a los estudiantes indígenas en su tránsito por la Universidad, así como organizar y operar los núcleos de apoyo disciplinario, con el propósito de optimizar el desempeño académico del estudiante de licenciatura y apoyarlo, además, con talleres de lectura y redacción, cómputo, ingles y procesos de aprendizaje. El Guía Académico tiene como funciones encargarse de un grupo de estudiantes indígenas y lograr su integración al Programa, sugerirles, ya como tutorados, qué cursos les pueden ayudar; también, realizar las gestiones necesarias, en su caso, para que sean atendidos en problemáticas diversas y por áreas especializadas.

Línea 3. Capacitación e investigación, propuesta para organizar y gestionar una serie de talleres y cursos de capacitación dirigidos al cuerpo de guías académicos, con la finalidad de sensibilizarlos en el reconocimiento y atención a la diversidad cultural lingüística de los diferentes grupos étnicos de la entidad.

Línea 4. Vinculación, la cual busca trabajar con las Brigadas Universitarias de Servicio Social, así como sugerir la operación de programas de vinculación a los estudiantes indígenas.

Línea 5. Difusión, cuyo objetivo es el de realizar tareas de difusión para fortalecer la identidad étnica y lingüística de los estudiantes, así como propiciar el incremento de la población indígena en la comunidad universitaria.

Las estrategias adoptadas están encaminadas al:

Reforzamiento de la trayectoria académica de los estudiantes indígenas.

Incremento de la matrícula de la población indígena, para lo cual establecerá canales de difusión de la oferta académica de cada una de las regiones, ofreciendo apoyo oportuno y sistemático a los aspirantes universitarios.

Reconocimiento a la diversidad étnica, cultural y lingüística de Veracruz.

Acto de promover una visión multicultural basada en actitudes de respeto y tolerancia a la diferencia.

Entre los servicios de apoyo está el Programa de Becas que ofrece una variedad de alternativas: becas de inscripción (condonación de pago); becas escolares (para los estudiantes más destacados); becas para actividades artísticas; becas para actividades deportivas y, becas de la Fundación que se otorgan a los alumnos regulares con una fuerte problemática económica. También existen servicios como la realización del Examen de Salud Integral para conocer el perfil sanitario de los jóvenes a su ingreso; se cuenta con un Centro de Atención Integral para la Salud (CENATI) que ofrece programas de asesoría psicológica, combate al alcoholismo, el tabaquismo y otras adicciones; asimismo brinda orientación sobre sexualidad y prevención del VIH. Finalmente, se tiene acceso al Sistema Bibliotecario, al Departamento de Lenguas Extranjeras, al Centro de Idiomas y de Autoacceso y se realizan actividades deportivas.

También se apoya a los alumnos para la realización del Servicio Social, a través de brigadas, para acompañar a las comunidades marginadas en su proceso de desarrollo. En el caso de la vinculación, se tienen tres convenios con los municipios indígenas de San Pedro Soteapan, Pajapan y Mecayapan, donde ya operan brigadas de Servicio Social; otro convenio entre la Facultad de Ciencias Químicas de Córdoba Orizaba con la Organización de Médicos Indígenas Tradicionales, cuya finalidad es el intercambio de información sobre plantas medicinales de la región.

Metas proyectadas

Para el cumplimiento de las metas, relacionadas con las cinco líneas descritas anteriormente, el desarrollo del PAEI considera tres fases:

Planeación y preparación. Una vez instalada la UNAPEI, revisar las trayectorias escolares de los estudiantes indígenas para elaborar una propuesta de intervención de parte de los Guías Académicos, por cada una de las regiones. Enseguida, planear la capacitación de cada uno de ellos y discutir un programa de actividades.

Operación y Funcionamiento. Consiste en la ejecución de diversas actividades derivadas de los objetivos de la UNAPEI, por ejemplo, la formación y capacitación de los Guías Académicos, manejo de la carpeta electrónica y elaboración de reportes semestrales; difusión y vinculación; promoción del ingreso de estudiantes indígenas a la UV; información y manejo de estrategias de capacitación a los jóvenes indígenas aspirantes a ingresar en la UV.

Evaluación y Seguimiento. Centrada en recopilar la información necesaria y suficiente para la elaboración de un reporte de evaluación final de cada una de las líneas de acción.

Para el 2002, y en relación con las líneas de acción previstas, se planeó la consecución, entre las más importantes, de las siguientes metas:

Conformar una base de datos sobre los estudiantes.

Integrar un catálogo de becas.

Integrar un reporte que informe sobre las actividades de gestión académica, de apoyo académico tutorial y de actividades de capacitación, de investigación, de difusión y de vinculación.

Conformar un cuerpo de tutores-guías.

Contar con diversos catálogos de cursos, talleres, profesores capacitados e investigadores y docentes asignados a la formación de guías.

Trabajo comunitario.

Para 2003:

Canalizar a los estudiantes indígenas a servicios médico y psicológico

Estructurar programas académicos remediales

Completar la infraestructura física y tecnológica de la UNAPEI

Contar con materiales de apoyo a los cursos

Realizar trabajo comunitario

Efectuar campañas de información y difusión según los diversos medios.

Características de la Unidad de Apoyo Académico para estudiantes Indígenas derivadas de la propuesta original

Dentro de las funciones que la UNPAEI realiza se encuentran, fundamentalmente, garantizar y optimizar los apoyos que la UV ofrece a los estudiantes indígenas, así como gestionar el otorgamiento de diversas becas, propiciar su mejor desempeño académico y lograr que se integre armónicamente a su entidad académica y a la comunidad donde ésta se ubica. Por último, se trabaja en el fomento y apoyo para que logre valorar su identidad étnico lingüística.

Para cumplirlas, el equipo central, conformado por una Coordinadora, responsables de 5 áreas (en correspondencia con las líneas estratégicas) y un soporte administrativo, a su vez, mantiene coordinación con un monitor de Unidades Académicas regionales, las que tienen la relación directa con los grupos universitarios de estudiantes indígenas. En el flujograma expuesto en el proyecto original se observan las relaciones dinámicas entre las diferentes líneas de acción y los diversos programas y servicios institucionales que, a partir de la existencia del PAEI, le ofrecen apoyo.

La UNAPEI se ubica en la región Xalapa, en razón de la concentración de la mayor actividad académica y de investigación, pues ahí se dispone de centros de autoacceso, de cómputo, bibliotecas, sala de videoconferencias, banco de

información con bases de datos que registran el rendimiento en el proceso de selección y las características socioeconómicas de los estudiantes, infraestructura indispensable para la operación del Programa.

Dado que la UV se encuentra en transición hacia un Nuevo Modelo Educativo, cuyo objetivo es la formación integral de los individuos y el desarrollo de habilidades y fortalecimiento de actitudes y valores, el PAEI tiene lugar en el Área de Formación Básica General, cuyas experiencias educativas tienen como objetivo el desarrollo de habilidades y el manejo de herramientas que le permitan al estudiante continuar avanzando con éxito a lo largo de su formación profesional.

La formación de los Guías Académicos consistirá en tres aspectos:

La capacitación de técnicas en comunicación e interacción humana

El conocimiento de los lineamientos generales de la tutoría

La sensibilización en torno de la diversidad étnica y cultural

Con el propósito de recoger información y material para el mejoramiento del Programa y la toma de decisiones en diferentes niveles, se contempla una estrategia para el seguimiento y la evaluación de las distintas líneas de acción, a realizar mediante reportes, cuyas especificaciones se integrarán al inicio de la etapa de funcionamiento.

2. Desarrollo, operación y avances reportados por la Unidad de Apoyo Académico

El estado del Programa a tres años de operación: 2002-2004

En el 2001, cuando la Universidad Veracruzana fue incorporada al PAEI, la detección de estudiantes indígenas alcanzó a 167 alumnos. Al inicio del Programa se inscribieron 65 y en el año siguiente la matrícula se había duplicado; la última cifra reportada consigna un total de 194 estudiantes de origen indígena adscritos a la UNAPEI. Esto es, se observa un crecimiento, desde el inicio del Programa, de un 198%. Vale decir que 29 de los identificados decidieron no incorporarse al Programa; 6 han solicitado algún permiso de ausencia, 4 se han dado de baja y 18 ya egresaron.

En un importante intento por hacer un seguimiento de los egresados, se encontró que 6 están en proceso de elaboración de su tesis, 8 la tienen en revisión, una ya se concluyó y de otro egresado no se tiene información. De ellos, diez tienen ya un trabajo, dos están realizando su Servicio Social, tres no reportan la actividad desarrollada y uno más ingresó a otra carrera. En relación con su rendimiento, entre 2002 y 2004 ha habido un breve repunte en el promedio escolar de estos estudiantes, al pasar de 8.1 a 8.6.

Respecto de la actividad tutorial, desde que inició el Programa a la fecha, en vez de aumentar el número de tutores —más cuando ha crecido el número de estudiantes—, ha disminuido de 14 a 10, lo que sugiere una menor calidad en la relación al tener que destinar el mismo tiempo para atender ya no a 14 sino a 20 estudiantes, en promedio, por tutor. También, a diferencia del primer año del Programa en que se daba tutoría en nueve carreras, actualmente se da en ocho.

La formación académica de los tutores es de poca experiencia, debido a que de los primeros, un 29% era pasante, el 57% contaba con estudios de licenciatura máximo y solamente un 14% alcanzaba el grado de maestría. Respecto de los actuales tutores, el 30% tiene categoría de pasante, un 60% de licenciado y sólo un 10% tiene estudios de maestría. En resumen, para el último año reportado los tutores tienen menor preparación.

En términos de frecuencia de atención, la UNAPEI describe que ésta tiene lugar a solicitud del estudiante, lo cual no refleja precisamente una organización, y

las situaciones de canalización se dan cuando es juzgado necesario. Es difícil hablar de impactos siendo ésta la naturaleza de la atención, sin embargo, se reporta que además de incrementar (ligeramente) los promedios de calificaciones, se ha apoyado la integración de los estudiantes indígenas a la comunidad universitaria, se ha podido evitar que 5 estudiantes del Programa abandonen sus estudios y se han logrado reducir los índices de reprobación.

Para inscribir a los estudiantes indígenas en los diferentes cursos promovidos por la UNAPEI se toman como criterios el desempeño académico, así como sus propios intereses. La cifra respecto de la participación es mejor en tanto que al inicio del Programa solamente participaron 14, terminando todos, frente a 43 participantes en la última etapa, de los que concluyeron 40. Se apunta que gracias a los cursos se evita la reprobación por semestre y, en última instancia, hay menores probabilidades de abandono de la carrera.

Las acciones de difusión se dan en prensa, radio, televisión, a través de diversos eventos académicos y por vía de la elaboración de diferentes productos como trípticos, folletos, carteles y vídeos. Las más frecuentes se dan en la prensa escrita, por ejemplo, se identifica la participación de los guías académicos en una sección fija de UniVerso, gaceta semanal de la institución, bajo el título de Nuestra otra voz. En el 2004 se reportó como lista la página web del Programa.

Entre las acciones de vinculación y sus impactos se cuentan:

Brigadas Universitarias en Servicio Social, para aprovechar el contacto que se establece con los estudiantes de bachillerato.

Servicio Escolares. Con esta dependencia universitaria se convino participar en el registro de información de los estudiantes indígenas.

PRONABES. Se estableció contacto con los responsables, a fin de que la UNAPEI tenga una participación directa en la gestión de las becas de los estudiantes inscritos en el Programa.

En las facultades de Pedagogía, de Idiomas y de Antropología, estudiantes de los últimos semestres llevan a cabo cursos y talleres con los estudiantes de la UNAPEI, con la finalidad de cubrir prácticas curriculares.

Programa de asesoría a estudiantes indígenas aspirantes a ingresar a la Universidad Veracruzana. Esta es una actividad que atiende a

estudiantes de Bachillerato de zonas rurales e indígenas en Veracruz, a fin de difundir el proceso de ingreso y la oferta educativa de la UV. Igualmente, en las presentaciones se describe en qué consiste el trabajo de la UNAPEI.

Con la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indios Estatal se firmó un convenio para llegar, por vía del tele-bachillerato a más de 300 estudiantes de ese nivel y divulgar la oferta de carreras en la UV, el proceso de ingreso y el PAEI.

Algunos de los instrumentos para recoger información sobre los estudiantes indígenas, con los que cuenta la UNAPEI y que apoyan significativamente los diferentes procesos, son:

a) Cuestionario UNAPEI para registrar datos personales, historia académica previa, razones para elegir institución, carrera, información sobre características de su lugar de residencia, datos familiares, socio-económicos, vocacionales.

b) Hoja de registro (para primer ingreso y para semestres avanzados) con preguntas sobre información personal y familiar, alimentación, trayectoria académica, pasatiempos.

c) Encuesta para organizar las actividades de la UNAPEI: básicamente, para conocer su condición indígena.

d) Registro diagnóstico de trayectoria. En éste se consigna información sobre el estado de sus asignaturas (número y tipo de exámenes presentados); cuáles tienen mejor calificación y cuáles menor a 8; si es apoyado por alguna beca, si ha habido cambios de carrera, etc.

e) Cuestionario para conocer sus condiciones de salud.

f) Cuestionario para evaluar las habilidades de estudio

g) Formatos para registrar el Plan Quincenal de Actividades, formato para reporte de sesión. En cada uno se describen las actividades realizadas, con fecha, lugar y acuerdos.

h) Formato para rendir Informe Quincenal de Actividades, señalando, fechas, actividades realizadas, logros, dificultades, posible solución y observaciones.

En su informe de 2004, la UNAPEI hace sugerencias para mejorar el Programa. Se señala como prioritario lograr su completa institucionalización en Xalapa, así como ampliar el servicio a otras dos regiones, Poza Rica-Tuxpan y Córdoba-Orizaba. Para lo primero, afirma que la UV debe asumir toda la responsabilidad en la operación, seguimiento y evaluación del Programa, lo mismo que asumir una posición central en la apertura de otros módulos regionales. Sin embargo, aún requiere de la aportación de recursos de la Fundación Ford para empezar a operar el PAEI en otras unidades de la UV.

3. La visión desde los sujetos participantes: Coordinadora de la Unidad, guías académicos y estudiantes indígenas

Definición de la Unidad de Apoyo y guías académicos

Para la Universidad Veracruzana la Unidad de Apoyo Académico se constituye en un espacio en el que los estudiantes encuentran interlocutores —guías académicos— que los pueden acompañar durante todo su proceso de formación académica y de desarrollo personal.

Desde la perspectiva de la Coordinación de la UNAPEI la figura guía académico es más integral que la del tutor, quien, en su opinión, tiene como función principal proporcionar asesoría académica.

Así, el guía académico tiene una relación más estrecha con el estudiante y, en ese sentido, se encarga de hacer un seguimiento puntual sobre aspectos académicos, personales, así como de la organización de actividades extracurriculares —deportivas, culturales, etc.

El perfil de la Coordinadora de la UNAPEI

En el proyecto que dio origen al Programa de Apoyo a Estudiantes Indígenas no se especificó el perfil que debería tener la personada encargada de la Coordinación.

La actual Coordinadora es una profesora de la Facultad de Antropología, ha realizado proyectos relacionados con comunidades indígenas y ha participado en diferentes comisiones institucionales en la elaboración de convenios de vinculación. Asimismo, ha colaborado en las actividades de promoción institucional de los planes y programas de estudio en comunidades rurales, principalmente.

Proceso de selección y perfil de los guías académicos

La plantilla de guías académicos se conformó a partir de los egresados de la institución que atendieron a la convocatoria realizada por la Universidad en un diario de circulación local.

En el proceso de selección se consideraron los siguientes criterios: a) ser egresado reciente de la Universidad, b) tener habilidades para promover la comunicación entre los estudiantes, c) poseer un manejo adecuado de estrategias de enseñanza-aprendizaje, d) de formación abogado, psicólogo, pedagogo,

educador de letras, comunicador, matemático o sociólogo, y e) poseer experiencia en trabajos de desarrollo comunitario.

A los 10 aspirantes seleccionados la coordinación de la UNAPEI los capacitó en aspectos relacionados con técnicas de aprendizaje, desarrollo de tutorías para estudiantes indígenas y manejo de paquetes computacionales. Los cursos y talleres con las temáticas referidas abarcaron un total de 60 horas.

Proceso de selección de estudiantes indígenas, diagnóstico de necesidades de atención y designación de tutores

En virtud de que el sistema de información institucional no registra el origen de los estudiantes matriculados, una de las primeras tareas que llevó a cabo la Coordinación del Programa, fue ubicar a los estudiantes indígenas existentes en la universidad. De forma paralela, en el 2000, fue aplicada una encuesta al total de la matrícula, en la que se solicitó información relativa al conocimiento de una lengua indígena, lugar de procedencia, antecedentes familiares y la identificación, por parte del alumno, como miembro de una comunidad indígena. Al 2004, la Unidad contaba con 137 estudiantes indígenas inscritos de diferentes facultades y grados de formación profesional.

A los estudiantes que ingresaron al Programa se les solicitó una serie de datos que permitieron identificar problemas susceptibles de atención. Entre otros, se tiene el registro del lugar de procedencia, el tipo de bachillerato que cursaron, si la licenciatura que siguen fue su primera opción, su trayectoria académica, hábitos de estudio, su estado de salud, hábitos alimenticios y datos para ubicar a sus familiares y amigos en casos de emergencia.

Finalmente, el proceso para asignar a los estudiantes entre los guías académicos consistió, principalmente, en una distribución equitativa de alumnos; no se consideraron criterios como la formación profesional del guía o áreas temáticas específicas.

Servicios que ofrece la UNAPEI

Una vez que los estudiantes forman parte del Programa, la Coordinación realiza el seguimiento académico de cada uno de los estudiantes con el objetivo de identificar aquellas asignaturas en las cuales tienen mayores dificultades y requieren de la asesoría de los guías académicos.

Asimismo, la UNAPEI frecuentemente organiza cursos y talleres destinados a los estudiantes y tutores. Dichas actividades abarcan temas relativos a técnicas de aprendizaje, cursos intensivos para preparar a los alumnos en la presentación de exámenes finales y extraordinarios, cursos de inglés impartidos por un egresado de origen indígena, autoestima, manejo de paquetes de cómputo y cursos específicos relacionados con diferentes asignaturas; así como actividades culturales y deportivas.

El horario de atención de la UNAPEI es de lunes a viernes de las 9 a las 15 horas y de las 16 a las 17 horas. En dicho horario, generalmente se encuentra presente un guía académico que atiende las solicitudes de los estudiantes.

Recursos humanos y materiales con que cuenta la UNAPEI

La Coordinación cuenta con los servicios de 2 colaboradoras que se encargan de realizar análisis estadísticos referentes a los estudiantes incorporados en el Programa y estudios concernientes a la demanda de ingreso de estudiantes indígenas a la Universidad, la proporción estudiantes aceptados y rechazados, y estudios de seguimiento académico. A la fecha de la entrevista, no existían proyectos concluidos. En particular, no existe aún información sobre los motivos que llevan a los estudiantes indígenas a desertar.

La Unidad también cuenta con los servicios de una asistente administrativa, encargada de organizar las actividades y gestionar las solicitudes de los estudiantes y de los guías académicos.

En relación con el equipamiento de la UNAPEI, existen tres computadoras, un proyector de acetatos, un proyector de video, videograbadoras, una cámara de video, una grabadora, una televisión y una cámara fotográfica. La percepción que se tiene en este sentido es de suficiencia. No ocurre lo mismo con los espacios de trabajo que, en general, son reducidos y escasos, y esto constituye una de las principales demandas de los guías académicos.

Funciones y actividades desarrolladas por los guías académicos

Formalmente las funciones que desempeñan los guías son las asesorías académicas y la organización de actividades culturales. Cabe señalar que las asesorías hacen énfasis, fundamentalmente, en proporcionar herramientas para fortalecer habilidades de aprendizaje y, en su caso, canalizar al estudiante con profesores especializados en las temáticas respectivas.

Las sesiones de trabajo con el estudiante no se llevan a cabo en lugares fijos, pueden desarrollarse en el espacio asignado a la Coordinación del Programa, en salones de clases o espacios públicos como la biblioteca, la cafetería y otros.

El horario de atención es muy variable; en opinión de los guías académicos, las actividades relacionas con el Programa pueden llegar a ocupar más del 50% del tiempo de su estancia en la Universidad.

Es importante destacar, finalmente, que los guías académicos llevan el registro de cada una de las sesiones con los estudiantes asignados. Para ese efecto, se cuenta con dos formatos: el plan de trabajo y el reporte de actividades de cada uno de ellos. Ambos instrumentos se renuevan cada 15 días, periodo que coincide con la reunión que se celebra con todos los participantes en el Programa y que tiene por objetivo discutir los avances, los problemas y las actividades a desarrollar en el periodo inmediato posterior.

Aceptación institucional del Programa y mecanismos de difusión

Al inicio de las operaciones del Programa hubo resistencias y críticas por parte de diferentes actores institucionales, ya que se tenía la percepción de que la UNAPEI era una instancia que pretendía discriminar a los estudiantes no indígenas. Sin perder el sentido del Programa, esos señalamientos permitieron una reflexión interna sobre la necesidad de crear un espacio más plural y de integración, independientemente del origen de los alumnos.

A tres años de operación, el programa ha ganado mayor aceptación; un indicador en este sentido ha sido el hecho de que todas las facultades colaboran en las tareas de difusión, a diferencia de las primeras ocasiones en que sólo el 50% se mostraba dispuesto. Otro indicador alude al hecho de que la Universidad ha delegado a la UNAPEI la responsabilidad de gestionar las becas PRONABES; se pretende que todos los estudiantes indígenas inscritos en el programa logren obtener dicho apoyo económico.

Por otra parte, ha sido muy importante para la coordinación contar con una sección especial dentro del periódico universitario, en virtud de que le ha permitido difundir las actividades que la UNAPEI realiza y ha promocionado su utilización para que los estudiantes manifiesten la riqueza cultural de sus comunidades y den testimonio del significado que para ellos tuvo integrarse a la Universidad.

Con ese mismo propósito, la UNAPEI participa de manera activa en los eventos que la Universidad organiza para que los alumnos de nuevo ingreso conozcan las instalaciones y los servicios que se ofrecen. La información correspondiente al Programa se proporciona a través de trípticos diseñados especialmente.

Actividades de vinculación y convenios de colaboración con instancias internas y externa a la Universidad

En relación con las actividades de vinculación interna, la Coordinación del Programa promueve la participación de los estudiantes indígenas en los diferentes eventos organizados por otras dependencias de la institución que tengan relación con trabajos comunitarios, particularmente aquellos dirigidos a las comunidades indígenas.

Con instancias externas a la Universidad no existen convenios formales. La Unidad participa, ocasionalmente, en eventos organizados por la Academia de Lenguas Indígenas, la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indios, Comisión Nacional de Fomento Educativo y otros.

Evaluación interna del Programa de Apoyo

Hasta el 2004 no existía una evaluación sistemática sobre la operación de la UNAPEI y en ese sentido se carecía de indicadores que proporcionaran información sobre los aspectos y el nivel de avance de los objetivos y las metas diseñadas por la Unidad.

Cualitativamente, sin embargo, existen argumentos favorables. Por un lado, de acuerdo con la Coordinación del Programa, se identifica como un logro importante el convencimiento que tiene cada uno de los miembros que participa en la UNAPEI; ello ha contribuido a que las propuestas y las solicitudes tanto de los guías académicos como de los estudiantes tengan buena aceptación y el procesamiento de las mismas se realice de manera ágil.

Así, se reconoce la necesidad de efectuar estudios longitudinales que permitan conocer el grado en que el Programa ha sido útil para mejorar el rendimiento académico de los estudiantes, disminuir la tasa de deserción y otros. Para tal propósito, se han iniciado los trabajos para automatizar el registro de toda la información que el Programa genere.

A pesar de lo anterior, se han observado casos notables de estudiantes que han mejorado sus habilidades de exposición y participación en clase, una mayor seguridad personal y una mejor integración a la vida universitaria.

Problemas y expectativas del Programa

Para la Coordinación del Programa, los recursos que la Fundación Ford ha proporcionado para su operación deben pasar por un proceso administrativo que, en la mayoría de las ocasiones, resulta muy complicado.

Dentro de las problemáticas detectadas por los guías académicos en el desarrollo de sus actividades, señalan el hecho de que muchos de los estudiantes indígenas desempeñan alguna actividad laboral, por lo que resulta más difícil atender sus demandas académicas.

En otro sentido, la demanda de asesorías académicas por parte de los estudiantes en muchas ocasiones sobrepasa las funciones de los guías. Cuando eso ocurre y se ven en la necesidad de canalizarlos con profesores que muestren suficiencia en el tema, con frecuencia manifiestan poca disposición para ayudarlos, argumentando que esa actividad representa cargas de trabajo adicionales que son incapaces de absorber.

Sobre las expectativas, una de las metas más importantes que la UNAPEI se ha planteado, consiste en lograr la integración total de este tipo de estudiantes, de tal forma que al egreso de la licenciatura sean capaces de crear redes profesionales, multidisciplinarias y multiculturales.

Asimismo, en opinión tanto de la Coordinadora del Programa como de los guías académicos, existen los elementos para que la UNAPEI pueda institucionalizarse y continuar su operación sin el apoyo de la Fundación Ford, siempre y cuando se libren obstáculos institucionales de orden político y burocrático. Reconocen que para ello son necesarios mayores esfuerzos para convencer a todos los actores de la institución sobre la importancia que tiene impulsar programas de esta naturaleza.

4. Conclusiones

El estado de Veracruz, sin duda, es representativo por su diversidad étnica; sin embargo, tal diversidad se da en un marco de condiciones socioeconómicas y geográficas poco favorable, que afectan directamente el acceso, desempeño y egreso de los jóvenes indígenas por razones tan variadas como adversas, tales como la lejanía de los lugares con posibilidades de educación superior, la escasez de oferta en materia de alternativas profesionales, la falta de recursos para mantenerse en otro hogar, las deficiencias en su formación académica, los problemas de adaptación e integración, etc.

En la historia de la Universidad Veracruzana no existen antecedentes de programas especiales de atención a estudiantes indígenas, sin embargo, la aceptación por parte de éstos es muy evidente, hecho reflejado por el número de inscritos en la Unidad y el incremento observado desde que inició. En definitiva, el esfuerzo que se ha realizado por lograr una más rápida y efectiva identificación de su origen indígena, ha tenido un impacto determinante en la mayor aceptación de su identidad. Sin duda que esto constituye un valioso triunfo de la UNAPEI.

El PAEI en la Universidad Veracruzana tiene una ventaja desde el punto de vista de introducir la tutoría como uno de sus mecanismos de apoyo a los estudiantes indígenas, porque como institución tiene un Sistema de Tutoría bastante consolidado y, aunque pudiera no ser suficiente, ha generado una experiencia y motivación en los profesores y, naturalmente, en los estudiantes. No obstante, como programa en desarrollo, la actividad tutorial dependiente de la UNAPEI, aunque con rasgos positivos, carece de la presencia requerida y de la fortaleza como apoyo especializado a una población con las particularidades de los estudiantes indígenas. En principio, el número de profesores con responsabilidades de guías académicos ha disminuido, en vez de aumentar.

Por otra parte, su formación no es de los más altos niveles académicos, al contrario, la mayoría tiene solamente estudios de licenciatura, lo que revela la urgencia de apoyar la capacitación, pero también la difusión de los logros del Programa para atraer, con base en una presentación muy clara sobre la estructura, funciones y expectativas de la UNAPEI, a un mayor número de profesores.

Además, una más rica formación académica no es para vestir al Programa, sino para asumir con mayor experiencia las tareas del guía académico; es decir, poder funcionar realmente como un asesor académico*, en una estrecha relación con el estudiante, sobre el que se realiza un seguimiento de sus alcances académicos, pero también de su desarrollo personal y de sus actividades extracurriculares.

El marco del Nuevo Modelo Educativo Institucional Flexible no basta para operar en un espacio de interculturalidad, aun cuando se pretenda distinguir a los tutores generales de los asignados a la UNAPEI denominándolos como guías académicos. Esto es entendible en la medida en que la atención de los estudiantes indígenas no fue una iniciativa desprendida del Modelo de la UV, sin embargo, es preciso insistir en la importancia de fortalecer la plantilla en cuanto a una capacitación más especializada. Este es un punto que puede generar problemas, ya que desde la posición de los estudiantes indígenas y de otros actores institucionales, existe confusión entre las funciones que desempeña un tutor y un guía académico; empero, los resultados de las entrevistas indican que finalmente son figuras similares.

Consideración particular merece el hecho de que la plantilla de guías académicos no surge de un proceso de selección entre el personal académico de la institución, sino a partir de una convocatoria abierta (publicada en la prensa local), para interesados y con experiencia en desarrollo comunitario. El proceso de incorporación fue largo y angustiante, según señalaron los que finalmente fueron contratados. Pese a que recibieron una capacitación previa, consistente en un taller de sensibilización étnica, de información sobre los servicios de la UV, sobre su Nuevo Modelo Educativo, no sabían, a ciencia cierta, a qué estaban siendo convocados.

Posteriormente, el proceso de capacitación de los guías académicos se orientó, principalmente, al manejo de técnicas de enseñanza-aprendizaje. Esto representa una seria limitación, ya que el proyecto original describe como una de sus líneas estratégicas de acción un trabajo mucho más profundo y riguroso, relacionado con un acompañamiento a los estudiantes indígenas, a lo largo de su tránsito por la Universidad, en quienes se reconocen serias deficiencias formativas * Vale comentar que en la Universidad Veracruzana, la tutoría no tiene el mismo significado que establece la propuesta de la ANUIES, en la que se distingue la asesoría de la tutoría.

y necesidades de apoyo resultantes de su difícil integración a un medio distinto, o de impacto por la separación de su núcleo familiar, cambios en la alimentación, en los ritmos de trabajo, etc.

Aquí vale la pena señalar que los pocos tutores consideran que tienen una sólida formación, pero no sienten el reconocimiento de la UV. Por ejemplo, un rasgo de esta falta de reconocimiento es que carecen de espacios físicos para poder atender a los estudiantes indígenas. Se aprecia en los tutores, a pesar de las adversidades manifestadas, una gran disposición y compromiso, reflejada en el hecho de dedicar por lo menos la mitad de su tiempo a las actividades de la UNAPEI.

Más que los resultados de la realización de un diagnóstico de los estudiantes indígenas, el criterio principal para designar a los guías académicos consiste en una distribución equitativa de éstos entre el total de alumnos inscritos en el Programa. Podrá esta opción corresponder a razones prácticas de insuficiencia de tutores, pero no necesariamente a las necesidades reales de atención. Frente a ello, la UNAPEI realiza un diagnóstico de trayectoria académica, de sus hábitos de estudio, de salud y alimenticios, por medio de la aplicación de diversos instrumentos. Probablemente es necesario estrechar más la comunicación con la plantilla de tutores para poner a su disposición la información generada a partir de la revisión de las trayectorias escolares.

En cuanto a la aplicación de instrumentos, se encuentra una rica posibilidad de acceso a información muy útil para la operación de la UNAPEI. Es destacable el trabajo hecho en materia de formulación de instrumentos y mecanismos que permiten una identificación más precisa de la situación indígena de los individuos. Faltaría conocer cómo se ha sistematizado toda la información recogida y qué aprovechamiento se le ha dado.

Relacionado con la conformación de la UNAPEI, se observa una intensiva carga de trabajo de la Coordinación, que conlleva una elevada responsabilidad para atender con oportunidad y calidad a todas las regiones. Ayuda mucho que el perfil de la Coordinadora de la UNAPEI es coherente con el objetivo que persigue el Programa de Apoyo a Estudiantes Indígenas.

Hasta ahora no se dispone de información que permita hacer una evaluación del desempeño de la UNAPEI, pero sí resulta de mucho valor el que se organicen reuniones de trabajo en las que se analizan los avances, los problemas y las

actividades a desarrollar. Asimismo, la automatización de toda información que genera la UNAPEI está en proyecto, necesidad que ya es insoslayable, dado el volumen y el contenido de la misma. Con toda seguridad, la divulgación de sus avances y resultados contribuirá a mejorar la aceptación institucional de la UNAPEI, que a la fecha es considerada como parcial. No se encontró información que diera evidencias de una permanente y fructífera interacción con otras dependencias internas y la importancia de la Unidad dentro de la estructura orgánica de la institución.

En particular, convendría buscar la forma de coordinar un estudio de trayectorias escolares con investigadores del Instituto de Investigaciones en Educación, de la propia Universidad, dado que hay una enorme experiencia en esa temática.

Por lo mismo, se está en una etapa determinante para pugnar por la institucionalización del Programa, por lograr un mayor reconocimiento. Hay que aprovechar la motivación de sus integrantes concretada en importantes espacios, como por ejemplo, la divulgación en la gaceta universitaria semanal de una nota relativa a las actividades del Programa, un acto de indudable motivación para quien lo escribe.

Varios de los actores entrevistados opinaron en el sentido de que existen elementos para que la UNAPEI logre institucionalizarse y pueda operar aun sin el apoyo de la Fundación Ford. Sin embargo, se reconoce que hay algunos problemas de tipo político y administrativo que es necesario superar a fin de garantizar la permanencia del Programa sin afectar a los participantes, sean los estudiantes, por supuesto, pero también el personal adscrito a la UNAPEI. En esto se tienen importantes avances puesto que se trata de un Programa con una buena organización, que ha mostrado su impacto en el mejoramiento académico de los estudiantes indígenas, pero que debe seguir siendo apoyado.

Unidad de Apoyo Académico para Estudiantes Indígenas: Benemérita Universidad Autónoma de Puebla

La perspectiva original de la Unidad de Apoyo Académico a Estudiantes Indígenas

Aspectos generales del diagnóstico institucional

En septiembre de 2002, la Vicerrectoría de Docencia a través de la Dirección de Servicio Social presentó el Proyecto para la creación de una Unidad de Apoyo Académico para Estudiantes Indígenas de la BUAP, el cual se propuso como objetivo atender las necesidades de los estudiantes indígenas matriculados en la institución.

De acuerdo con el Instituto Nacional Indigenista, en el estado de Puebla existen 76 municipios clasificados como indígenas, de los cuales 39 son comunidades con alta marginación y 32 más viven en condiciones de pobreza extrema. Asimismo, las cifras del Censo General de Población y Vivienda señalan que el porcentaje de la población de 5 años y más que habla una lengua indígena es del 13.04% con respecto al total. En términos absolutos, dicha población es equivalente 565 mil 500 personas.

Los principales grupos étnicos que cohabitan en el estado son: Nahuas, Totonacas, Tepehuas, Mazatecos, Popolocas, Otomíes y Mixtecos, mismos que se encuentran distribuidos en las regiones de la Sierra Norte, Sierra Oriente, Sierra Negra y la Mixteca poblana. En la actualidad, la BUAP tiene presencia en los municipios de Teziutlán, Tlatlauquitepec, Chignahuapan, Tehuacán, Atlixco y Libres.

Si bien la Universidad consideró que cuenta con estructuras institucionales creadas para brindar atención a dichas comunidades, reconoció la inexistencia de programas específicos de atención a estudiantes indígenas que funcionaran sobre la base de generar capital humano capaz de resolver los problemas de sus comunidades.

Por último, del diagnóstico elaborado, se desprende que en la institución existía una matrícula aproximada de 9 mil 265 estudiantes indígenas: mil 513 de

nivel Medio Superior, 57 de nivel Técnico Superior Universitario y 7 mil 695 de nivel Licenciatura.

Objetivos del Programa de Apoyo

Como objetivo general, el Programa se propuso la creación de una Unidad de Apoyo Académico para los estudiantes indígenas que facilitara la conclusión de sus estudios de licenciatura a partir del desarrollo de actividades de apoyo de acuerdo con sus necesidades.

Los objetivos particulares planteados, fueron:

Disminuir la deserción escolar de los estudiantes indígenas del nivel licenciatura, brindando el apoyo académico requerido, a través de cursos y talleres programados según las necesidades detectadas.

Apoyar a los estudiantes indígenas mediante un programa de tutoría académica y de desarrollo integral diseñados por la Unidad en coordinación con un equipo de docentes previamente capacitados.

Realizar trámites y gestiones administrativas, ante las instancias de Gobierno pertinentes, para que los estudiantes accedan a diferentes becas y no abandonen sus estudios por motivos económicos.

Gestionar ante el Rector, y las autoridades respectivas, la flexibilización de los criterios de ingreso a la universidad para los estudiantes indígenas, así como organizar cursos propedéuticos antes del examen respectivo.

Líneas estratégicas de acción

De acuerdo con los objetivos, la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla consideró relevantes las siguientes líneas de acción:

Difundir el Programa dentro de la comunidad universitaria, utilizando para ello, los medios electrónicos e impresos que fueren necesarios.

Realizar un diagnóstico para conocer la magnitud de la población de estudiantes indígena existente en la institución.

Gestionar, ante la SEDESOL y la Secretaría de Finanzas y Desarrollo Social del Gobierno del Estado, el otorgamiento de Becas para los alumnos indígenas con matrícula y que realizan su servicio social en sus comunidades de origen.

Capacitar a los tutores y coordinadores de Servicio Social involucrados en el Programa.

Establecer redes de vinculación con otras IES, con el propósito de intercambiar experiencias y enriquecer el Programa de la BUAP.

Fortalecer el Programa de Servicio Social municipal en zonas indígenas.

Implementar un sistema de seguimiento y evaluación del Programa, que permita medir el impacto de las acciones desarrolladas.

Características de la Unidad de Apoyo derivadas de la propuesta original

En el proyecto que propuso la BUAP se estableció que fuera la Dirección de Servicio Social, instancia dependiente de la Vicerrectoría de Docencia, la responsable de planear, implementar y evaluar las acciones diseñadas en el marco del Programa de Apoyo.

Para llevar a cabo dichas funciones, esa Dirección cuenta con la infraestructura necesaria para la operación del Programa. Asimismo, institucionalmente existen áreas de apoyo como la Dirección de Servicios al Estudiante, la Dirección de Administración Escolar, la Dirección del Programa Universitario para el Desarrollo Estudiantil, con las que, una vez iniciadas sus operaciones, se apoyaría para la atención de los estudiantes indígenas.

Sobre esa base, la oferta de servicios que se propuso el Programa está conformada por los de: a) orientación profesiográfica, b) cursos de regularización, c) talleres de información e integración a la comunidad universitaria, d) tutorías académicas, e) cursos de computación e inglés, f) orientación psicopedagógica, g) acceso a material bibliográfico y de consulta, y h) atención especial a estudiantes con capacidad diferenciada y discapacitados.

Un actor indispensable para el buen desarrollo del programa es el tutor. En ese orden, para la conformación del equipo de tutores fueron establecidos los siguientes criterios: a) ser docente investigador definitivo de tiempo completo, b) contar con experiencia en investigación o trabajo comunitario con grupos étnicos, c) preferentemente, hablar alguna lengua indígena de la región poblana, d) ser originario de alguna comunidad o municipio con alta marginación, e) ser egresado de la institución, y f) tener dominio en el área o disciplina en la cual está titulado.

Finalmente, para el buen desempeño de las funciones del tutor, el Programa consideró como fundamental la capacitación. Así, entre los cursos y talleres propuestos para ser impartidos, destacan: a) curso-taller de inducción al Programa de Apoyo Académico a Estudiantes Indígenas, b) curso-taller Conocimientos etnográficos del Estado de Puebla, c) taller sobre educación multicultural, d) formación en valores, y e) seguimiento y evaluación de proyectos. En general, se estimó, para cada curso-taller, una duración de 30 horas, que en suma equivalen a 150 horas de capacitación.

Desarrollo, operación y avances reportados por la Unidad de Apoyo Académico

El estado del programa a dos años de operación: 2003-2004

Al inicio de las operaciones del Programa, la matrícula registrada fue de 843 estudiantes indígenas que, en términos relativos, representó el 1.8% del total de la institución; en tanto que, para el 2004, el número de alumnos se incrementó a 890, equivalente al 1.6% de la matrícula total.

La distribución por ciclo escolar indica que durante los primeros semestres, es muy baja la población de estudiantes que se incorpora al programa. La mayor parte se concentra en los niveles intermedios de la licenciatura, tal y como se aprecia en la siguiente tabla.

Semestre I II III IV V VI VII VIII IX X Total

2003 4 194 37 256 47 281 21 2 1 0 843

2004 2 0 119 0 220 0 296 0 220 33 890

Los 9 tipos de servicios que ofreció la Unidad de Apoyo en el 2003, fueron: a) tutorías académicas, b) cursos de regularización, c) orientación vocacional, d) servicio social comunitario, e) gestoría de becas, f) apoyo psicológico, g) cursos de habilidades básicas —lectura, redacción, cómputo—, h) cursos de idiomas, y i) apoyo a trabajos de investigación. Dicha oferta se incrementó en el 2004, mediante la creación de 3 nuevos servicios: salas de cómputo, capacitación para el trabajo y actividades artísticas.

La oferta así descrita, cubre las principales demandas diagnosticadas de los estudiantes indígenas: a) gestoría de becas, b) cursos de habilidades básicas —lectura, redacción, cómputo—, c) cursos de idiomas, d) apoyo a trabajos de Investigación, y e) cursos de desarrollo personal. En otras palabras, existe una brecha favorable de atención de los alumnos mediante esta vía.

Una de las actividades principales que realiza el Programa es el seguimiento de los estudiantes inscritos. De los 890 alumnos registrados en el 2004, 144 desertaron, 191 se dieron de alta y 33 concluyeron sus estudios. Asimismo, de la

población de egresados, 7 estudiantes se postularon como candidatos a cursar estudios de posgrado, 6 se reincorporaron a la Unidad de Apoyo como personal académico o administrativo y 3 se incorporaron a sus comunidades de origen mediante proyectos profesionales. Estos datos de alguna forma señalarían que una parte significativa de los estudiantes que fueron sujetos de atención especial, cumple con las expectativas de la Unidad.

En ese sentido, a raíz de la operación de la Unidad, se han observado mejoras en el rendimiento académico de los estudiantes. En general, el promedio global de calificaciones pasó de 8.4 a 8.6 durante el periodo a que hace referencia este documento.

Por otro lado, producto de las buenas gestiones de los responsables de la Unidad, se incrementó el número de becas PRONABES adjudicadas a los estudiantes indígenas: de 164 a 251. También, en el 2003, 35 alumnos han sido beneficiados por otro tipo de becas o estímulos —otorgados por instituciones como el Instituto Nacional Indigenista, el CONAFE, la Fundación BUAP, TELMEX y la Fundación Cretum— gracias a su desempeño académico, deportivo y artístico. El dato registrado en el 2004, es de 43 estudiantes.

En lo relativo a los atributos principales del equipo de tutores que participa en la Unidad, se destaca lo siguiente. En el 2003 existía un total de 30 tutores pertenecientes a las diferentes carreras que la universidad ofrece, de los cuales 3 tenían el grado de Doctor, 16 el de Maestría, 8 el de Licenciatura y 3 eran pasantes. En promedio, cada tutor atendió a 28 estudiantes. Por su parte, en el 2004 la plantilla de tutores estaba compuesta por 20 miembros: 10 con título de Maestría y 10 con el de Licenciatura. Durante el año de referencia, a cada tutor le fueron asignados más de 40 estudiantes, en promedio.

Los cursos de regularización que se ofrecieron en el 2004 a los estudiantes que participan como miembros de la Unidad de Apoyo comprendieron temáticas como: Álgebra, Autocad, Autoestima y autoconocimiento, Corel Draw, Deshidratación de Frutas y Verduras, Formación de Jóvenes Emprendedores, Francés e Inglés Básicos, Guitarra Fácil, Internet, Labview, Liderazgo y Manejo de Equipos, Mantenimiento de PC´s, Office Básico de Conversación en Francés, Técnicas de Investigación Documental, Técnicas y hábitos de Estudio, Toma de Decisiones, Totonaco Básico y Windows. En total se ofrecieron 63 cursos, de los

cuales se han beneficiado un total de 831 alumnos y, el promedio de asistencia por curso, fue de 13 estudiantes.

El promedio de asistencia a cada uno de los cursos llama la atención e invita a reflexionar sobre el costo beneficio de cada una de estas actividades. Sin embargo, la Unidad de Apoyo declara que el impacto ha sido favorable sobre aspectos como el rendimiento académico, autoestima y desarrollo personal, y habilidades académicas.

En cuanto a las actividades de difusión que se realizan al interior y exterior de la Universidad, sobresalen aquellas que se llevan a cabo por medios impresos, particularmente trípticos, folletos y carteles —en promedio se han producido 3 mil unidades de cada tipo—. Además, se han utilizado medios electrónicos como la radio, la TV y la página web. Finalmente, en los dos años que lleva operando la Unidad, se han elaborado 7 videos de promoción y testimonio del desarrollo del Programa en la institución.

Como impactos de esa tarea, los responsables del Programa han señalado los siguientes: a) incremento de la población activa de estudiantes indígenas, b) credibilidad y confianza de los estudiantes indígenas con el proyecto, c) posicionamiento del programa en la comunidad universitaria, y d) participación y solidaridad de la mayoría de los actores institucionales hacia la Unidad de Apoyo.

En lo que respecta a la función de vinculación, al interior de la institución existen 17 programas que se llevan a cabo de manera conjunta entre la Unidad de Apoyo y las principales instancias directivas, de docencia y administrativas existentes en la Universidad. Por su parte, la vinculación con el ámbito externo a la institución se ha plasmado, principalmente, en el Programa de Servicio Social Comunitario. Así, en el 2004, mediante ese programa y a partir de 57 proyectos, se atendió a 20 municipios de la entidad que requerían solución a diversas problemáticas sociales y a 48 Organizaciones No Gubernamentales cuya misión es la atención de grupos vulnerables. Es de destacar la participación activa que tienen los estudiantes en los citados proyectos.

Propuestas para el futuro inmediato

Dos años de operaciones de la Unidad de Apoyo han servido para una reflexión interna de los responsables del proyecto. De ello se desprenden propuestas como promover una mayor participación de la ANUIES en la gestión de becas

PRONABES; lograr más apoyos para institucionalizar el Programa, mediante la evaluación de la continuidad del financiamiento sobre la base de la evaluación del desempeño de cada IES. Adicionalmente, se proponen varias acciones de fortalecimiento y atracción del Programa, como el establecimiento de un reconocimiento nacional al aprovechamiento del estudiante indígena, la realización del Primer Encuentro Nacional Estudiantil y, finalmente, la promoción de intercambios o estancias nacionales o internacionales de estudiantes indígenas.

La visión desde los sujetos participantes: Coordinadora de la Unidad, tutores y estudiantes indígenas

Estructura organizacional y recursos humanos que colaboran en la Unidad de Apoyo

Dentro de la estructura orgánica de la Benemérita Universidad, la Unidad de Apoyo Académico se ubica como una dependencia de la Dirección de Servicio Social. A su vez, esa instancia depende de la Vicerrectoría de Docencia, reconocida, institucionalmente, como la columna vertebral de la Universidad.

La Directora de Servicio Social es, también, la Coordinadora General de la Unidad de Apoyo. Bajo su responsabilidad, y para las funciones del Programa, tiene un total de 4 colaboradores —un auxiliar de contador, un contador, una licenciada en comunicación y un diseñador gráfico—, todos ellos contratados gracias al financiamiento de la Fundación Ford.

El equipo de trabajo que participa en la Unidad tiene entre sus funciones: la promoción de los servicios ofrecidos, la organización y difusión de todas las actividades que se desarrollan, así como el diseño de trípticos y carteles. Es importante señalar que este equipo de trabajo, asistió a la capacitación de tutoría ofrecida a los académicos participantes.

Asimismo, la Unidad cuenta con el apoyo de un Ingeniero en Sistemas, quien se ha encargado de elaborar la página web y de diseñar las aplicaciones electrónicas para la conformación de la base de datos existente.

Infraestructura y equipamiento

Físicamente, la Unidad de Apoyo está emplazada dentro de las instalaciones de la Dirección de Servicio Social. No obstante, dispone de áreas específicas, entre las que se encuentra una sala de cómputo, para el uso del personal, los tutores y los estudiantes inscritos.

Existen, como equipamiento de la Unidad, 11 computadoras, 7 proporcionadas por la institución y 4 adquiridas con los recursos de la Fundación, un plotter y una impresora.

Sistema de información

El Sistema de Información que existe en la Unidad de Apoyo tiene la virtud de contar con estadísticas agrupadas en las siguientes dimensiones: a) estudiantes indígenas activos en la institución, por licenciatura y nivel de estudios, b) información sobre las actividades que ha desarrollado la Unidad —convocatorias emitidas, número de cursos impartidos para estudiantes y tutores, reuniones realizadas, etc.—, c) el perfil del equipo de tutores participante, d) información de los estudiantes indígenas —perfil socioeconómico, trayectoria y desempeño académico, horario de clases, problemas de personalidad y otros—, y e) presupuesto.

Para captar la información, además del apoyo que brindan diferentes instancias, existen formatos que la Unidad ha diseñado para los fines inherentes al Programa. Destacan aquellos utilizados por los tutores para registrar la acción de tutoría, los informes de actividades, así como cuestionarios para identificar y detectar los problemas principales de los estudiantes.

Servicios que ofrece la Unidad de Apoyo

Los servicios que ofrece la Unidad son: a) cursos de nivelación académica, b) cursos para fortalecer la personalidad y la comunicación de los estudiantes, c) cursos de capacitación para tutores, d) gestión de becas y promoción de proyectos de investigación propuestos por los estudiantes, y e) realización de actividades extracurriculares y de integración de los estudiantes indígenas a la comunidad universitaria.

Hasta mayo del 2004, la Unidad de Apoyo tenía registrado un total de 208 cursos y una asistencia global de mil 300 estudiantes indígenas. Los cursos han abordado temas relacionados con áreas de inglés, francés, cómputo, desarrollo y relaciones interpersonales, técnicas de comunicación, asertividad, liderazgo, trabajo en equipo, jóvenes emprendedores y desarrollo de microempresas.

A pesar de que los cursos y talleres corresponden a las principales demandas de los estudiantes, la Unidad de Apoyo, también, organiza diversas actividades de integración entre los estudiantes inscritos y con la comunidad universitaria. Es el caso, por ejemplo, del viaje realizado a las pirámides de Teotihuacan y otras que tienen como fin promover la cultura de las comunidades indígenas.

Asimismo, con el propósito de fortalecer la personalidad de los estudiantes y elevar su autoestima, la Unidad de Apoyo ha implementado el servicio de apoyo psicopedagógico. Finalmente, gracias a las gestiones realizadas por la Coordinación de la Unidad, se ha logrado que 251 estudiantes cuenten con la beca PRONABES.

Conformación del equipo de tutores y criterios de selección

Como etapa preeliminar a la conformación del equipo de tutores que participaría en la Unidad de Apoyo, la Coordinación convocó a los responsables de todas las unidades académicas con el propósito de dar a conocer el origen y los propósitos del Programa.

Posteriormente, se publicó la convocatoria para que todos los académicos interesados en fungir como tutores de estudiantes indígenas se sometieran al proceso de selección correspondiente; de lo anterior resultó un equipo de 30 tutores. Es importante señalar que la ayuda económica que se les ofrece (mil pesos mensuales) se dio a conocer una vez que fueron seleccionados.

Los criterios que se utilizaron para la selección, fueron: a) compromiso social, b) sensibilidad y respeto hacia el estudiante indígena, c) habilidad para estimular a los estudiantes, y d) académicos con contrato de tiempo completo.

Por otro lado, en el marco del Programa Institucional de Tutoría, desde 1995, la Universidad organiza periodos de capacitación para tutores; en ese sentido, la mayor parte de los que participan en la Unidad han pasado por ese proceso. No obstante, la Coordinación ha organizado cursos complementarios para la atención de estudiantes indígenas y para conocer las características y la cultura de los pueblos indígenas existentes en la región. También, se les proporciona el Plan de Acción Tutorial y diversos materiales bibliográficos y hemerográficos sobre el tema.

Producto de la capacitación a la que fueron sometidos los tutores, existe mucha claridad en torno a las particularidades de la tutoría para estudiantes indígenas, de la necesidad de consolidar su identidad cultural y de mejorar sus procesos de integración a la vida universitaria.

Proceso de incorporación de los estudiantes indígenas

El programa de Apoyo para Estudiantes Indígenas de la BUAP, formalmente inició sus operaciones en diciembre del 2002, fecha en que fueron aplicadas 28 mil encuestas para detectar a los estudiantes indígenas matriculados en la institución. Es importante señalar que la institución no contaba con estadísticas de esta naturaleza.

Los lugares de origen de los estudiantes indígenas son: Sierra Norte, Teziutlán, Huajuapan de León, Atlixco y poblaciones pertenecientes a entidades como Tlaxcala, Oaxaca y Quintana Roo.

Las funciones del tutor y el proceso de la acción de tutoría

Formalmente, durante cada mes, los tutores deben tener 2 sesiones de trabajo con los estudiantes a su cargo y de manera individual. En promedio, cada tutor es responsable de un grupo de 38 estudiantes.

Conocer cada uno de los expedientes de los estudiantes, analizar su situación y elaborar la ficha respectiva —en el que se registran las asistencias, los problemas que se detectan, así como las impresiones del tutor—, son las actividades que realiza el tutor antes de tener el primer contacto con el estudiante. Como una etapa posterior, se programan las entrevistas con cada uno de ellos para corroborar información, así como para exponer los propósitos de la tutoría. Ese primer acercamiento, en opinión de los tutores, resulta fundamental, ya que los estudiantes valoran la actitud, el nivel de empatía y la confianza que pudieran tener para manifestar abiertamente sus problemas. Las sesiones siguientes se llevan a cabo en función de la problemática particular de cada uno de los alumnos, con quienes se tiene comunicación permanente mediante el correo electrónico.

La percepción que los tutores tienen sobre el desarrollo de las tutorías, es que existe más interés de los estudiantes por asistir a los diferentes cursos y talleres que a sesiones con el tutor. Así, la asistencia a las tutorías programadas es irregular, sólo el 60% de los alumnos inscritos concurre y cumple cabalmente con las tareas encomendadas.

Entre las razones que explican dicha irregularidad, sobresalen los factores de tipo laboral y el hecho de que, en general, son estudiantes con buen rendimiento académico —77 alumnos inscritos han sido reconocidos por mantener un alto rendimiento escolar— y, en ese sentido, prefieren perder la tutoría que sus clases

o los cursos y talleres; no figura la falta de estímulos económicos como causa determinante.

Pese a lo anterior, los estudiantes tienen presente la existencia de un espacio, y un guía, al cual pueden recurrir para manifestar sus problemas y encontrar una alternativa de solución. Así, más que fomentar una situación de dependencia, los tutores han tratado de fomentar un sentido de responsabilidad y compromiso hacia las actividades que organiza la Unidad de Apoyo y la institución en general.

Adicionalmente a la acción de tutoría, como parte de sus actividades los tutores imparten cursos de acuerdo con su área de conocimiento, asisten a las reuniones a las que periódicamente convoca la Coordinación con el objetivo de evaluar el desarrollo del proyecto y, también, participan en las labores de integración de los estudiantes.

Problemas y necesidades principales de los estudiantes indígenas

El 80% de los estudiantes indígenas que participan en el Programa son de recursos económicos escasos. En general, el padre de familia es el único proveedor de recursos, muchos de los cuales se utilizan para pagar el hospedaje, el transporte y la alimentación del alumno. Debido a lo anterior, una buena parte de ellos tiene que emplearse en una actividad de medio tiempo o vivir en otros hogares desempeñando actividades domésticas.

Otro problema común es la mala salud y alimentación que tienen. Es conveniente, de acuerdo con los responsables de la Unidad y de los tutores, que la Universidad promueva más servicios de atención a esta población de estudiantes, a través del hospital o de la Facultad de Estomatología.

Existen casos, también, de estudiantes que provienen de familias desintegradas y con fuertes conflictos. Así, son recurrentes los problemas de personalidad; son personas solitarias, desconfiadas, prefieren no trabajar en equipo y generalmente manifiestan muy baja autoestima.

Colaboración, reconocimiento y acciones institucionales a partir de la operación de la Unidad de Apoyo

Institucionalmente, existe el apoyo necesario para la operación de la Unidad; gracias a ello el Programa ha podido mantenerse y ha logrado resultados importantes.

El apoyo y reconocimiento institucional que la Unidad de Apoyo tiene, se explica, en parte, por la ubicación dentro de la estructura orgánica de la Universidad, así como al prestigio que ha logrado, a través de los años, la Dirección de Servicio Social en funciones de vinculación y de servicio social comunitario.

Así, la Unidad de Apoyo mantiene buena comunicación y colaboración con otras dependencias de la Universidad, lo que ha permitido el desarrollo de las actividades programadas, particularmente de aquellas que se realizan fuera de las instalaciones —gracias a la colaboración de Unitur se logró que el total de los estudiantes inscritos realizaran la visita a Teotihuacan. Destaca, igualmente, el apoyo que brindan las diferentes facultades en cuanto a las instalaciones para la realización de los cursos y talleres para estudiantes y tutores.

En lo relativo a las acciones que la institución ha llevado a cabo a partir de la operación de la Unidad, sobresale el hecho de que estadísticamente ya se reconoce la existencia de estudiantes originarios de comunidades indígenas. En ese sentido, se ha institucionalizado la aplicación de encuestas para registrar el origen de la matrícula de nuevo ingreso.

Mecanismos de difusión de la Unidad de Apoyo

Para las funciones de difusión, la Unidad cuenta con personal especializado en las tareas de comunicación y diseño de carteles, trípticos, folletos y otros materiales impresos, en los que se dan a conocer los objetivos y las actividades del Programa. Utiliza, asimismo, los medios institucionales existentes, como la página web (http://www.serviciosocial.buap.mx/index.html) y la estación de radio.

Como producto del viaje realizado a Teotihuacan, actualmente se elabora un calendario que se conformará con las fotografías del evento, mismo que será utilizado para las tareas de promoción y difusión. En ese sentido, está programado el evento Conoce mi comunidad, en el que se busca la participación protagónica a través de testimonios escritos.

Vinculación extrainstitucional

Uno de los atributos principales de la Unidad de Apoyo es la existencia de canales y convenios de vinculación en los que participan, de manera directa, los estudiantes.

Al respecto, constan ejemplos de estudiantes que realizan actividades de alfabetización en poblaciones indígenas. Existe, asimismo, un proyecto de ingeniería hidráulica vinculado a la cría de ganado, mismo que fue seleccionado por la Fundación Ford para su financiamiento. En proceso de promoción están proyectos de estudiantes que cursan la licenciatura en Ingeniería Ambiental y cuya temática trata sobre el reciclaje de aguas fluviales.

Por otro lado, gracias a la buena aceptación que ha tenido el taller para deshidratar frutas y verduras, muchas amas de casa, madres de los estudiantes indígenas, se han registrado como asistentes interesadas en aprender dichas técnicas.

Finalmente, con el apoyo de la Rectoría, actualmente se está elaborando un proyecto que tiene como propósito generar estímulos en especie para los estudiantes más destacados y, a partir de esos casos, buscar apoyos adicionales con instancias externas a la institución.

Resultados, problemas y expectivas de la Unidad de Apoyo

Gracias al compromiso manifestado por los responsables de la Unidad y de los tutores participantes, se han logrado resultados importantes. En resumen, las metas relativas a los cursos y talleres de regularización y formación, así como al apoyo psicológico, se han cumplido en lo fundamental.

Otro indicador significativo se refiere a la cobertura del Programa. Inicialmente se planteó como meta, para el 2003, la atención de 700 estudiantes y, al finalizar el año, la Unidad tenía registrado un total de 843 alumnos inscritos; en la actualidad cuenta con un total de 890 alumnos.

Las tareas de inducción al servicio social comunitario han tenido, también, excelentes resultados, ya que tres egresados que participaron en el Programa fueron seleccionados para la Beca Internacional de Posgrado por haber realizado su servicio social en un programa comunitario de mujeres indígenas de la sierra de Puebla.

De manera general, es reconocido el hecho de que los estudiantes inscritos han logrado modificar actitudes que limitaban su desarrollo académico. Se ha logrado el fortalecimiento de su personalidad: están más dispuestos a interactuar y trabajar en equipo, han mejorado sus habilidades de comunicación y, contrario a lo

que sucedía al principio, reconocen abiertamente el orgullo que sienten de ser originarios de comunidades indígenas.

Como expectativa principal, se espera que en el corto plazo el Programa se institucionalice y se amplíe la cobertura a los 3 mil estudiantes indígenas matriculados. En ese orden, se han manifestado propuestas para implantar el programa en otros campus académicos tales como Teziutlán, Chignahuapan, Zacapoaxtla y Tehuacan, en donde buena parte de su matrícula es originaria de municipios con alta marginación.

Finalmente, los tutores reconocen la importancia de la capacitación continua, tener información actualizada y saber cómo mejorar la práctica tutorial. Para ello consideran que es importante que exista una mayor retroalimentación institucional y, sobre todo, promover intercambios de experiencias con otras instituciones.

Conclusiones

La población de estudiantes indígenas en la BUAP es muy numerosa; tan sólo cerca de 8 mil están inscritos en alguna licenciatura. Esa situación merece algún tipo de esfuerzo en el que si bien sería imposible cubrir a toda la población, sí podría resultar un elemento precursor de cómo puede impactar en un cambio de actitudes y de oportunidades de acceso y participación de esta históricamente marginada población y alcanzar así algunos propósitos de equidad*.

La Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, aprovecha la oportunidad de contar con apoyos para incidir institucionalmente en los problemas y necesidades de los que esta población, formalmente inscrita en sus programas, había sido excluida. Así, dentro de su estructura orgánica, el funcionamiento del Programa de Apoyo Académico para Estudiantes Indígenas depende, en forma indirecta, de la Vicerrectoría de Docencia y, directamente, de la Dirección de Servicio Social. Ambas instancias, debido a sus funciones y sus resultados, son reconocidas institucionalmente como estratégicas para el proceso académico que lleva a cabo la Universidad, en el que ahora se incluye oficialmente el PAEI.

Tanto los objetivos, como las líneas estratégicas de acción previstos guardan congruencia entre sí y revelan una idea consistente del Programa, lo que contribuye a la viabilidad del mismo. En eso también se cuenta con el auxilio de la institución, hecho naturalmente determinante para lograr una operación eficiente y eficaz. Es decir, el marco de articulación institucional de los programas y servicios a la disposición de los estudiantes indígenas, está garantizado, en términos de diversidad de opciones y de capacidad de atención.

Quizá en materia de selección de tutores, en la etapa inicial se observa cierto rigor que puede limitar las posibilidades de muchos profesores interesados, no porque los criterios estén fuera de lugar, sino por las pocas posibilidades de encontrar individuos que los combinen todos. En las entrevistas se da cuenta, afortunadamente, de la aplicación de otros criterios más apropiados al perfil del tutor requerido, pero también más factibles de poseer, entre los que destacan, el compromiso social y la sensibilidad y respeto hacia el estudiante indígena.

* El PAEI atiende actualmente a cerca de 850 estudiantes.

En lo que concierne a la capacitación a que se someten los tutores, puede resultar una forma de contribuir a lograr un perfil más aproximado que el solo cumplimiento de los requisitos previstos originalmente. El grupo actualmente ya formado ha sido capacitado para desempeñarse como tutor de estudiantes indígenas y además cuenta con el respaldo de un proceso de actualización periódica que ofrece la Universidad al total de la planta académica existente.

Sin embargo, aun cuando entre los profesores se puede decir existe claridad sobre las particularidades de la tutoría para los estudiantes indígenas, así como sobre las funciones que deben desempeñar, el proceso de tutoría se cumple apenas en un 60%. Entre los principales factores que explican ese hecho se encuentra el excesivo número de estudiantes que le son asignados a cada tutor, las actividades laborales de los estudiantes que les impiden asistir a sus respectivas sesiones y el afortunado buen rendimiento académico que tienen los estudiantes indígenas. Además, no es un punto a favor del Programa ver cómo ha aumentado el número de estudiantes y disminuido el de tutores. En consecuencia, la proporción de estudiantes indígenas por tutor se multiplicó (de 28 a 44, en promedio), con un impacto serio en la posibilidad de dar una atención de mayor calidad, en razón de la dedicación que un profesor puede tener. Este sería uno de los puntos que la institución debe revisar con mucho cuidado.

Los servicios principales del Programa son los cursos y talleres que se organizan para los estudiantes. Dichos cursos no se limitan a regularizar la situación académica del alumno, ya que se abordan temas de desarrollo personal, de creatividad y de técnicas para la conformación de microempresas. De manera complementaria, se les ofrecen servicios de gestión administrativa para la obtención de becas y otros apoyos para integrar a los estudiantes indígenas a la comunidad universitaria. Si bien en los documentos presentados se reconoce que no hay una gran asistencia a los cursos, se apunta que el impacto sí es significativo, en la medida en que los participantes han demostrado un mejoramiento en su rendimiento académico, en su autoestima, desarrollo personal y habilidades.

La oferta de servicios resulta un importante complemento a las características de la formación escolar y se observa que es equilibrada y bien planificada, incluso, se basa en un diagnóstico, lo que previene contra la posibilidad de que no haya

interesados o que se haga una inversión inútil de tiempos y de esfuerzos personales.

Hacer un seguimiento de los estudiantes inscritos constituye otra forma de garantizar una mejor oferta de servicios, de atención a los estudiantes y de mejoramiento del Programa, en general. Además, la información reportada declara que gracias al seguimiento se pudo detectar que 3 egresados se incorporaron, con proyectos profesionales, a sus comunidades de origen, lo que califican como un logro al cumplir con las expectativas de la Unidad.

En términos de resultados, se reconocen los avances manifestados por los estudiantes en relación con su desarrollo personal y, en términos generales, se estima que las metas planteadas al inicio del Programa se han logrado en la mayoría de los casos. En ese sentido, es importante que los apoyos no se limiten a reproducir prácticas escolares, es decir, a promover exclusivamente cursos, sino a incursionar, como lo manifiestan los entrevistados, en actividades de otro tipo que contribuyan a la integración de los estudiantes indígenas a su comunidad universitaria.

Dentro de los logros con los estudiantes indígenas, además de su incremento en la matrícula de la institución, está la obtención de la Beca Internacional de Posgrado por parte de 3 egresados, beneficiados por el PAEI. En relación con las actividades de vinculación bajo la responsabilidad del Programa, se observa como una fortaleza la participación directa de los estudiantes en cada uno de los proyectos.

El Programa goza del reconocimiento institucional y de la buena colaboración de las diferentes dependencias internas. Producto de su desarrollo, la institución ha llevado a cabo acciones de enorme complejidad como registrar el origen geográfico de la matrícula inscrita. La UAAEI tiene una gran ventaja al estar adscrita a una entidad de la importancia de la Dirección de Servicio Social, en parte por el lugar que esta actividad significa en la formación universitaria, pero, adicionalmente, por la capacidad de su titular y el equipo de apoyo, para administrar el Programa y hacerlo de manera no sólo eficiente, sino logrando la complacencia de los beneficiarios. Otra ventaja consiste en que el equipo integrante del Programa está compuesto por personal especializado para realizar las funciones de comunicación, de difusión y de manejo de información estadística, lo que permite un mejor control y resultados rápidos. Asimismo, si bien

no es responsable directo de la acción de tutoría, tiene capacidad para atender en cuanto a orientación y gestión de servicios.

Existe un Sistema de Información de la Unidad de Apoyo, el cual está compuesto por las estadísticas que genera el Programa y sus actores —los responsables del proyecto, los tutores y los estudiantes indígenas—. Para conformar dicho sistema, se cuenta con una serie de instrumentos para generar, capturar y procesar la información. Con ésta, la Unidad tiene un valioso recurso para la mejora de sus servicios pero, fundamentalmente, para preparar una toma de decisiones ya sea en su ámbito de gestión o a cargo de otras autoridades institucionales. El PAEI si bien es administrado por una importante unidad académico-administrativa, debe estar en el interés de la máxima autoridad de la institución.

Quizá uno de los mayores logros del Programa en la BUAP tiene que ver con el orgulloso reconocimiento del origen indígena de los estudiantes, con un favorable impacto en su maduración y seguridad personal.

Unidad de Apoyo Académico para Estudiantes Indígenas: Centro de Estudios Superiores del Estado de Sonora

La perspectiva original de la Unidad de Apoyo Académico a Estudiantes Indígenas

Aspectos generales del diagnóstico institucional

En el estado de Sonora habitan ocho grupos étnicos distribuidos en diversas zonas de la entidad y cuya población global asciende, de acuerdo con los datos de la Unidad Regional Sonora de Culturas Populares y el Instituto Nacional Indigenista, a 108 mil 697 indígenas. Los grupos étnicos oficialmente reconocidos son: Yaqui, Mayo, Seri, Pima, Guarijío, Kikapúe, Cucapá y Papago.

El Centro de Estudios Superiores del Estado de Sonora, CESUES, es una institución pública fundada en 1983. Actualmente, su oferta educativa está organizada sobre la base de cinco unidades académicas emplazadas estratégicamente en diferentes puntos de la entidad, lo que le ha permitido ampliar su ámbito de influencia y, en ese sentido, estar al alcance de la mayoría de las poblaciones indígenas existentes (ver tabla 1).

Como uno de sus objetivos estratégicos, el CESUES se ha propuesto la integración plena de los estudiantes de origen indígena a la vida académica de la institución, buscando así incrementar la probabilidad que tienen de concluir con éxito los estudios de nivel licenciatura y convertirlos en un factor de desarrollo para sus comunidades.

En ese entendido y por decisión institucional, el proyecto elaborado propuso, como primera fase, la operación del Programa de Apoyo en la Unidad Benito Juárez, donde se identificó la existencia de 47 estudiantes indígenas. De esa población, 28 cursaban la Licenciatura en Sistemas Computacionales, 19 la de Administración de Empresas y el 64% estaba registrado en el primer semestre de la carrera. La composición genérica de dicha población es del 50% por cada sexo.

Los estudiantes indígenas son originarios de tres municipios: Etchojoa, 30; Benito Juárez, 13; y Huatabampo, 4. Finalmente, de los 47 alumnos indígenas existentes hasta el 2002, el 15% habla su lengua nativa.

Tabla 1

Unidad

Académica Características de la población

Benito Juárez 1,003 hablantes de lenguas indígenas, población indígena territorial de 734

hablantes de Mayo y una población indígenas migratoria de 174 personas.

Hermosillo 6,019 hablantes de lengua indígena, población indígena territorial de 374

hablantes de Yaqui, 315 hablantes de Seri y una población indígena

migratoria de 3,551 personas.

Magdalena 70 hablantes de lengua indígena. Las lenguas que prevalecen son: Cora,

Huichol, Mayo, Mazateco, Mixteco, Náhuatl, Purépecha, Tarahumara,

Totonaca, Triqui, Yaqui, Zapoteco.

Navojoa 7,378 hablantes de lengua indígena, población indígena territorial de 645

hablantes de Mayo y una población indígena migratoria de 529 personas.

San Luis Río

Colorado

881 hablantes de lengua indígena, población indígena territorial de 44

hablantes del Cucapá, así como una población indígena migratoria de 465

personas.

Del diagnóstico realizado por el CESUES, se desprende la necesidad de promover el aprendizaje de idiomas como el inglés o el francés (para disponer de una tercera lengua), lo mismo que la difusión de costumbres y tradiciones a través de manualidades, grupos de danza y música indígena. Todo lo anterior, es parte de sus disciplinas, habilidades y destrezas en las que se han detectado mayores requerimientos de apoyo institucional.

Por su parte, los principales aspectos socioeconómicos que han dificultado la permanencia y conclusión de su carrera a los estudiantes indígenas, son los relativos a las condiciones de pobreza y marginación extrema en la que viven; desintegración familiar, alcoholismo y drogadicción, discriminación social, así como las dificultades para su traslado a los centros educativos. Un dato preocupante al respecto es el hecho de que el 100% de los estudiantes identificados trabaja como jornaleros eventuales en campos agrícolas de la región, lo que dificulta su permanencia en la institución.

Objetivos del Programa de Apoyo

Producto del diagnóstico elaborado por el CESUES, se planteó, como objetivo general, que el Programa de Apoyo promoviera y coordinara las actividades de soporte académico, asistencia y orientación profesional dirigidas a los estudiantes indígenas con la finalidad de mejorar su desempeño académico dentro de la institución.

De manera particular, se pretendió:

La creación de una Unidad de Apoyo Académico a Estudiantes Indígenas,

Ampliar la matrícula de estudiantes indígenas,

Reducir la deserción escolar, e

Incrementar el rendimiento académico de este tipo de estudiantes.

Metas proyectadas por el Programa de Apoyo

A partir de los objetivos y del desarrollo de las líneas estratégicas de acción, se consideró factible la consecución de las siguientes metas:

Iniciar las operaciones de la Unidad de Apoyo en el 2003,

A partir del 2002 y durante los dos años posteriores, incrementar en un 40% y 30%,

respectivamente, la población estudiantil de origen indígena,

En el 2004: reducir al 5% la deserción escolar de estudiantes indígenas,

Impartir 2 cursos de capacitación para tutores,

Impartir 4 cursos remediales para los estudiantes inscritos, y

Operar un sistema de seguimiento, control y supervisión de las actividades de tutoría

Líneas estratégicas de acción

Para cumplir con los propósitos del Programa, la institución diseñó cuatro líneas estratégicas de acción:

Línea 1. Definir la estructura y funciones de la Unidad, así como delimitar su ubicación dentro de la estructura orgánica de la institución.

Línea 2. Mantener un programa de promoción permanente de la oferta educativa hacia las comunidades indígenas. Para ello, destacan acciones como: a) ubicar a las comunidades indígenas que se localicen en el entorno de las unidades académicas que conforman el CESUES, b) localizar las preparatorias que cuenten en su matrícula con alumnos de origen indígena, c) contactar y

desarrollar visitas a las comunidades e instituciones de educación media, con la finalidad de dar a conocer la oferta educativa del CESUES y las funciones de la Unidad de Apoyo, y d) elaborar algunos spots para ser transmitidos en programas radiofónicos.

Línea 3. Identificar a los estudiantes de origen indígena inscritos en la institución y supervisar su integración y desarrollo académico. Al respecto, se planteó: a) el diseño de una base de datos con información de cada uno de los alumnos inscritos, b) crear las condiciones básicas para que puedan acceder a las diferentes becas y otros estímulos, c) identificar las debilidades académicas de los alumnos, d) reportar a los tutores la evaluación de los alumnos a su cargo, e) supervisar el adecuado funcionamiento de la Unidad, y f) integrar al estudiante indígena a las actividades académicas, deportivas y culturales que se llevan a cabo en la institución.

Línea 4: Supervisar, evaluar y asistir al estudiante indígena en su desarrollo académico. Se tienen como acciones: a) realizar las gestiones necesarias, ante el departamento de control escolar, para obtener información periódica de la actividad académica del estudiante, b) dotar a los tutores de las herramientas conceptuales y metodológicas que les permitan guiar y orientar a los alumnos, c) comisionar a un profesor de tiempo completo para fungir como tutor por cada 8 estudiantes indígenas, d) diseñar y establecer un sistema de seguimiento, control y supervisión para las actividades de tutoría, e) ofrecer cursos remediales correspondientes a las áreas de conocimiento en los que se identifiquen las debilidades académicas principales.

Características de la Unidad de Apoyo derivadas de la propuesta original

En la propuesta del proyecto, se estableció que, dentro de la estructura orgánica de la Unidad Benito Juárez, la Unidad de Apoyo se ubicara como una instancia dependiente de la Secretaría General Académica del CESUES.

También se diseñó su estructura interna y el personal necesario para operar satisfactoriamente, con los recursos humanos previstos y el desempeño de las siguientes funciones:

Encargado de la Unidad de Apoyo Académico: a) Supervisar y dar seguimiento a las actividades de la Unidad de Apoyo, b) ser el contacto institucional entre la Fundación Ford y la ANUIES, c) organizar reuniones

periódicas para evaluar el desarrollo del Programa, d) elaborar reportes trimestrales, y d) gestionar, ante autoridades administrativas, la asignación oportuna de los recursos económicos.

Responsable de la Unidad de Apoyo Académico: a) dar seguimiento al desarrollo de los estudiantes indígenas en la institución, b) ser el enlace entre los estudiantes indígenas y los demás integrantes de la Unidad de Apoyo, c) fungir como portavoz de los estudiantes indígenas durante su estancia en la institución.

Auxiliar de capacitación: a) elaborar un programa de capacitación de tutores, b) programar cursos para estudiantes indígenas, c) impartir cursos a tutores y alumnos, y d) diseñar material de apoyo para cursos.

Auxiliar de difusión: a) elaborar un programa de difusión de las actividades del programa al interior de la Unidad Benito Juárez, b) desarrollar un programa de difusión para las comunidades indígenas, c) diseñar materiales para la difusión, y d) contactar visitas a medios de difusión masivos para dar a conocer objetivos, avances y resultados.

Secretaria: a) contactar a los integrantes de la Unidad de Apoyo y otras instancias internas y externas, b) construir una base de datos que permita tener acceso rápido a la información, c) elaborar avances, estadísticas y reportes en el marco de la operación de la Unidad de Apoyo, d) proporcionar información constante y verídica, e) diseñar material de apoyo para cursos a tutores y a estudiantes indígenas, así como de difusión, y f) archivar y llevar el control de la documentación.

Por otro lado, las áreas de apoyo existentes en el CESUES fueron calificadas como elementos que garantizarían la articulación del Programa en el ámbito institucional. Destacan, en ese sentido:

La estructura normativa, actualizada, mediante la cual se regulan las funciones académicas y administrativas de la institución.

El área de difusión de la cultura y extensión de los servicios, que cuenta con un programa de actividades de promoción artística, así como de actividades deportivas en sus diversas ramas.

Convenios con diferentes comunidades indígenas, entre los que sobresalen los de servicio social. Existen, asimismo, convenios con instituciones como el Instituto Nacional Indigenista, el Fondo Regional

Agrupación de Organizaciones Indígenas Mayo, la Secretaría de Desarrollo Social y el Instituto Sonorense para la Educación de los Adultos.

Instancias encargadas de gestionar becas —académicas, culturales, deportivas— para estudiantes, ante instituciones como la SEDESOL y la SEP.

Programas de intercambio académico: todos los alumnos del CESUES pueden aspirar a un intercambio académico con instituciones nacionales o extranjeras con los que se tengan convenios.

5. Desarrollo, operación y avances reportados por la Unidad de Apoyo Académico

El estado del Programa a dos años de operación: 2003-2004

La matrícula de estudiantes indígenas inscritos al inicio de las operaciones del programa (periodo 2003-I) fue de 47 alumnos. Esa cifra se incrementó para el semestre 2003-II a 95 participantes y, para el semestre 2004-I, dicha población ascendió a 122. Ello significa que un año después de iniciado el programa, la población de estudiantes registrados tuvo un incremento del 160%. Cabe señalar que los 122 estudiantes identificados hasta el primer semestre del 2004, representaban el 2.03% del total de la matrícula del CESUES y el 62.0% de la correspondiente a la Unidad Benito Juárez.

Para la atención de estos estudiantes existen 6 tutores, los cuales, en promedio, atienden a 20 alumnos cada uno. Hay que hacer notar que, a diferencia de los alumnos, el número de tutores participantes se ha mantenido invariable, por lo que dicho promedio es considerablemente mayor en relación con el periodo inicial.

En el marco de los servicios que el programa ofrece, hasta el ciclo 2004-I se había impartido un total de 11 cursos de regularización, distribuidos equitativamente en los tres periodos de referencia. Las temáticas que se han abordado son: Inglés, Programación (en 2 ocasiones), Matemáticas, Simulación de Sistemas, Investigación de Operaciones (en 2 ocasiones), Contabilidad I, Contabilidad II, Programación II, Estructura de Datos II y Programación Aplicada. Es importante señalar que estos cursos han sido programados a partir de los resultados de un diagnóstico para detectar las debilidades académicas principales de los estudiantes.

Por otro lado, las gestiones realizadas por los responsables de la Unidad de Apoyo para que los estudiantes accedan al programa de becas PRONABES, han tenido resultados satisfactorios. Así, hasta el semestre 2003-II sólo 8 estudiantes contaban con esa beca en tanto que, en el semestre 2004-I, fueron beneficiados 40 alumnos.

En lo relativo a los mecanismos utilizados para la difusión, interna y externa del Programa, se han logrado diversas publicaciones en periódicos como El

Imparcial y Cambio y la revista Horizontes, en tanto que, dentro de la institución, el Programa se ha difundido en las revistas universitarias Comunicación y Espiral.

Asimismo, a partir de diversas entrevistas solicitadas por la radiodifusora La Voz de los Tres Ríos, así como la participación de los responsables en distintos programas de televisión transmitidos por TELEMAX, el Programa se ha hecho extensivo a una buena parte del territorio de la entidad. Otro medio electrónico utilizado para difundir el trabajo de la Unidad de Apoyo se refiere al vínculo diseñado en la página web del CESUES:

http://www.cesues.edu.mx/cesues2/benito%20juarez/index.html .

En esa página la información que se despliega está organizada en nueve secciones: a) página principal, b) objetivos, c) metas, d) servicios, e) programas de estudio, f) historia indígena, g) directorio, h) PRONABES, y i) seminarios o eventos.

De manera complementaria, se han elaborado trípticos y carteles traducidos a la lengua mayo, un video documental sobre el programa de apoyo y diversos artículos informativos. También, se han organizado eventos académicos como:

Conferencia “La diversidad cultural en la Institución”, impartida por el representante de la Casa de la Cultura Blas Mazo.

Visitas a las preparatorias ubicadas en las comunidades indígenas de la región Mayo.

Encuentro de culturas indígenas, evento realizado en Hermosillo Sonora.

Como impactos de las actividades de difusión, la población de estudiantes indígenas inscritos en el programa se ha incrementado de manera considerable e institucionalmente se han llevado acciones de apoyo consistentes en exenciones de pago de colegiatura e inscripción, establecimiento de albergues y un comedor económico, adquisición de un camión para el transporte de los alumnos y la construcción del edificio donde próximamente se ubicará la Unidad de Apoyo.

Otra de las tareas de interés para el programa es la de vinculación, particularmente de aquella en la que los estudiantes tienen una participación activa —servicio social comunitario, proyectos de servicio social con dependencias gubernamentales, programas culturales y deportivos—. Destacan, asimismo, los convenios académicos firmados con universidades extranjeras para fomentar el

intercambio estudiantil; un caso ejemplar al respecto lo constituye Iván Castro López, estudiante que actualmente realiza sus estudios en una universidad de Australia.

Finalmente, las principales actividades que se llevan a cabo para evaluar el desarrollo de la Unidad de Apoyo son las reuniones que se programan de manera periódica y en las que participan los responsables, los tutores y los estudiantes indígenas. Un año después de la implantación del Programa no se tienen aún resultados de evaluaciones sobre el desempeño de la Unidad de Apoyo. De manera general, se sabe que el desempeño académico mostrado por los estudiantes incorporados no ha registrado cambios significativos —al inicio, el promedio general fue de 8.3, en el ciclo escolar 2003-II disminuyó a 7.9 y al finalizar el semestre 2004-I el promedio registrado fue de 8.1.

6. La visión desde los sujetos participantes: Coordinadora de la Unidad, tutores y estudiantes indígenas

El proceso de implantación del Programa de Apoyo

El Programa de Apoyo para Estudiantes Indígenas actualmente opera en la Unidad Benito Juárez, situada en el sur de la entidad. Esa Unidad Académica se caracteriza por ser una de las que mantiene mayor contacto con las comunidades indígenas existentes en la zona y un porcentaje equivalente al 62.0% de su matrícula, son estudiantes originarios de las mismas.

Los estudiantes fueron integrados al Programa a partir de la aplicación de un cuestionario a su ingreso en la institución, mismo que tuvo como propósito identificarlos, de acuerdo con los criterios establecidos en la Convocatoria original para participar en el Programa, esto es, su pertenencia a algún grupo étnico y el conocimiento de la lengua principal de esa comunidad.

Inicialmente, el Programa de Apoyo para Estudiantes Indígenas comenzó a trabajar con una población total de 47 alumnos y actualmente es del orden de 120, la mayoría de los cuales son pertenecientes al Grupo Mayo. Asimismo, el 64% de dicha población es de reciente ingreso en tanto que el resto está inscrito en los diferentes niveles que conforman el plan de estudios de las licenciaturas que la institución ofrece.

Estructura organizacional del Programa de Apoyo

Como responsable principal del Programa de Apoyo el CESUES cuenta con un Coordinador Institucional, quien se encarga de supervisar su desarrollo desde la Unidad-Hermosillo y, asimismo, funge como Coordinador General de Servicio Social de las 5 unidades académicas que conforman el Centro de Estudios.

El Director de la Unidad Benito Juárez lleva a cabo tareas de enlace institucional y de gestión de cada una de las solicitudes realizadas por la Coordinadora Operativa del Programa de Apoyo.

La responsable directa del funcionamiento del Programa es la Coordinadora Operativa. Representa el contacto inmediato entre los tutores y los estudiantes y, en ese sentido, se encarga de dar seguimiento a las actividades de tutoría y de organizar cursos y talleres para tutores y estudiantes. De manera específica, sus

funciones principales son: a) coordinar las actividades de los tutores, b) programar y supervisar diferentes actividades relacionadas con la tutoría, c) organizar y programar cursos remediales, d) llevar a cabo tareas para diagnosticar las necesidades académicas y personales de los alumnos, y e) integrar información socioeconómica, académica y de aspectos familiares de los alumnos inscritos.

Finalmente, para apoyar las funciones y las actividades de la Coordinadora Operativa se cuenta con una asistente administrativa.

Infraestructura y equipamiento

Para el desarrollo de las actividades, el Programa cuenta con un espacio provisional en el que despacha la Coordinadora Operativa del Programa. En proceso se encuentra la construcción de las instalaciones que utilizarán los responsables, los tutores y los estudiantes inscritos. Por lo anterior, actualmente no se tienen espacios asignados para el uso exclusivo de los alumnos ni para llevar a cabo las tutorías u otras actividades vinculadas al proyecto.

En lo relativo al equipamiento, existen dos computadoras de escritorio, un escáner, una impresora, un equipo de sonido, una televisión, un DVD y una cámara digital. Dichos recursos se utilizan para las actividades promovidas por el Programa y, en ese sentido, existe poca disponibilidad para los estudiantes.

Servicios que ofrece el Programa de Apoyo y otros servicios complementarios ofrecidos por la institución

Además de la tutoría, entre los principales servicios que ofrece el Programa para los estudiantes destaca la organización de cursos de nivelación académica. Dichos cursos se imparten al inicio de cada uno de los semestres y las temáticas se derivan de los resultados del examen que las áreas académicas aplican a los alumnos.

La duración de los cursos es de dos semanas, al final de las cuales los estudiantes son evaluados nuevamente para valorar los logros obtenidos. Dicha tarea es realizada directamente por la Coordinadora Operativa del Programa.

Cabe señalar, por otro lado, que la mayoría de los cursos han abordado cuestiones técnicas de la Licenciatura en Sistemas Computacionales. Eso es así en virtud de que se ha detectado que, en general, los estudiantes que cursan la carrera en Administración no tienen muchas dificultades académicas.

No existen cursos complementarios que atiendan necesidades no académicas, no obstante, se organizan conferencias que abordan temáticas como las relativas a autoestima y reciclaje de desechos.

Si bien no es una demanda importante de los estudiantes, la Coordinadora Operativa del Programa estudia la posibilidad de organizar cursos y talleres que les proporcionen mayores herramientas para mejorar su desempeño escolar, tales como hábitos de estudio, técnicas de aprendizaje y manejo de fuentes de información.

Por otro lado, el Programa de Apoyo es el responsable inmediato de las tareas de gestión para que los alumnos inscritos reciban la beca PRONABES. Un logro importante al respecto es el resultado obtenido en la convocatoria 2003, ya que el 70% de los alumnos obtuvo ese apoyo económico.

Para los estudiantes en riesgo de deserción, el Programa ha gestionado, ante Ayuntamientos y Organismos No Gubernamentales, apoyos para evitar que abandonen sus estudios por falta de recursos.

En lo que se refiere a los servicios que institucionalmente se ofrecen, destacan: biblioteca, equipo informático y servicios médicos. Se reconocen insuficiencias al respecto, particularmente se ha enfatizado la demanda de recursos humanos capacitados para resolver problemas de tipo psicológico y de salud reproductiva.

Conformación del equipo de tutores, criterios para la asignación de estudiantes y funciones que desempeñan

En la Unidad Benito Juárez existen seis tutores generales y seis que trabajan con los estudiantes indígenas. La diferencia principal entre ambos grupos es el grado de compromiso, esto es, los tutores que participan en el Programa de Apoyo están completamente identificados con el proyecto, a decir de los responsables.

Los tutores participantes en el Programa han tomado 4 cursos de capacitación para desempeñar adecuadamente sus funciones. De esos cursos, dos fueron impartidos por académicos de la Unidad-Hermosillo, uno por la ANUIES y el último fue directamente proporcionado por la Coordinadora Operativa.

Desde el inicio se consideró conveniente una distribución equitativa de estudiantes por tutor y, como criterio general, originalmente se propuso que, al

menos, cada quincena se desarrollara una sesión de tutoría por estudiante. En la practica, sin embargo, ese criterio puede variar en función de su desempeño escolar, buscando con ello enfatizar el seguimiento en aquellos casos con mayores dificultades académicas y promover su asistencia a los diferentes cursos remediales que se organizan.

La falta de tiempo para trabajar con los estudiantes es uno de los factores que ha impedido el cumplimiento de las metas del Programa de Apoyo, particularmente en cuanto a elevar su rendimiento escolar. Por lo anterior, no existe un horario definido para el desarrollo de las tutorías, en todo caso, existen tutores que prefieren trabajar con los estudiantes durante el horario de clases, aunque ello implique restarle tiempo a cada una de las asignaturas que cursan.

Otra de las dificultades que enfrentan los responsables de la acción de tutoría se refiere a los espacios de trabajo. Generalmente la tutoría se desarrolla en lugares compartidos, por lo que, en muchas ocasiones, se carece de un ambiente de privacidad que impide que el alumno manifieste abiertamente sus problemas e inquietudes personales.

Mecanismos para diagnosticar las necesidades de los estudiantes indígenas y problemas principales que enfrentan

Cuando los estudiantes se inscriben, la Coordinadora Operativa del Programa de Apoyo les aplica un cuestionario para diagnosticar su situación académica y personal. De los resultados deben tener conocimiento los seis tutores, quienes a su vez pueden llevar a cabo otras acciones para tener un mejor conocimiento del estudiante.

De acuerdo con lo manifestado por los responsables, el Programa ha tenido muy buena aceptación entre los estudiantes, quienes, en todo momento, han mostrado muy buena actitud para participar en las tareas de difusión, interna y externa, que se organizan. En ese sentido, ha ayudado el hecho de que no manifiesten ningún problema para identificarse como originarios de diferentes grupos étnicos.

A pesar de lo anterior, existen problemas que han limitado su desempeño académico y dificultado las tareas tanto de los responsables del Programa como de los tutores participantes. Uno de esos se refiere a la precariedad económica en que viven, muchos provienen de hogares desintegrados y son proveedores

económicos, por lo que se ven en la necesidad de realizar alguna actividad laboral de medio tiempo, principalmente como jornaleros agrícolas.

Aunado a lo anterior, la distancia de sus lugares de origen, la inexistencia de vías de comunicación y la falta de medios de transporte adecuados, los obliga a abandonar las instalaciones inmediatamente después de haber cubierto las asignaturas que conforman el plan de estudios, en un horario que va de las 8 a las 14 horas.

Existen también situaciones de embarazo que obliga a las alumnas a desertar o proponer su baja temporal en la institución. En ese sentido, la Unidad Benito Juárez no tiene programas o instancias en la que las estudiantes puedan tener información para prevenir ese tipo de problemas.

En relación con problemas de salud, en términos generales son estudiantes muy expuestos. Destacan, por ejemplo, problemas de visibilidad, pigmentación de piel, desnutrición y dislexia. También, se han identificado algunos casos con problemas de salud mental, mismos que se han canalizado al área de atención psicológica del DIF municipal para su tratamiento.

El proceso de tutoría

Institucionalmente existe la percepción de que los tutores están muy identificados con sus funciones y con el tipo de estudiantes que atienden. Más allá de la compensación que reciben (500 pesos mensuales), es evidente el compromiso que manifiestan hacia el proyecto. Un indicador al respecto es su buena disposición para organizar y proporcionar diferentes cursos sin retribución económica adicional, así como la buena actitud de servicio hacia los tutorados.

En ese contexto, a partir de la asignación de los estudiantes, el proceso de tutoría inicia, en términos generales, con la programación de una sesión grupal para que los estudiantes se integren y conozcan al tutor asignado, así como sus funciones y las actividades a desarrollar. En una segunda sesión, los tutores aplican un cuestionario que tiene como propósito conocer el perfil académico y personal de los estudiantes: número de materias que cursan, problemas académicos particulares, sus gustos, preferencias, amistades, etc. Posteriormente, con el apoyo de la Coordinadora Operativa del Programa, se les proporciona información y bibliografía sobre técnicas y estrategias de aprendizaje.

En esa lógica, a partir de los resultados de las evaluaciones parciales de cada una de las asignaturas, se atiende de manera particular la problemática que académicamente enfrenta cada estudiante. Por el contrario, para aquellos estudiantes que no manifiestan dificultades, se organizan tareas que tienen como fin estimularlos a mejorar su promedio académico.

Al respecto, los estudiantes han manifestado sentirse muy apoyados por los tutores y reconocen abiertamente que han encontrado mucha motivación para continuar estudiando. Asimismo, valoran muy bien la confianza que les han infundido para exponer sus problemas y sus necesidades de apoyo.

Sistema de información

Una fortaleza del Programa es la existencia de un sistema de información propio, mismo que se actualiza cada semestre. En términos generales, dicho sistema está compuesto por: a) la información sobre el origen de los estudiantes, b) información socioeconómica, c) información sobre la trayectoria académica y rendimiento académico, global y por asignatura, de los estudiantes, d) información sobre las actividades realizadas por los tutores y sobre el desarrollo de las sesiones con el estudiante, y e) información sobre los problemas particulares de cada estudiante.

La información se deriva de la existencia de instrumentos, principalmente cuestionarios, utilizados para detectar a los estudiantes candidatos, analizar su situación socioeconómica —tarea que se realiza de manera conjunta con el DIF municipal—, las necesidades de atención, el desempeño académico, así como del registro que llevan los tutores de cada una de las sesiones con los alumnos.

Apoyo institucional y articulación con otros programas

Las dimensiones de la Unidad Benito Juárez han facilitado la comunicación entre los principales actores que intervienen en el Programa y otras instancias internas. En términos generales, la disponibilidad y fluidez de la información son dos fortalezas institucionales.

La participación directa de las autoridades institucionalmente ha fortalecido el Programa de Apoyo. Se han logrado así, gracias a las gestiones realizadas ante diferentes instancias externas, apoyos para reforzar la infraestructura y mejorar las condiciones de los alumnos que participan en el mismo. Por ejemplo, la SESIC recientemente otorgó recursos para la construcción de la primera etapa del edificio en el que se pretende ubicar el PAEI, mismo que se culminará con recursos

provenientes del gobierno del estado. Como meta de corto plazo, se encuentra la adquisición de un camión para transportar a los estudiantes y lograr retenerlos durante más tiempo dentro de las instalaciones. Actualmente se realizan los estudios necesarios para establecer las rutas principales para comunicar a todas las comunidades.

Otro indicador del apoyo institucional hacia el Programa, fue el hecho de que en el 2002, tiempo en que faltaron los apoyos de PRONABES debido a malos manejos de los recursos por parte del anterior gobierno de la entidad, tomaron la decisión de exentarlos de cualquier pago a la institución.

Por otra parte, la relación con las otras unidades académicas que conforman el CESUES, ha sido calificada de muy buena. Institucionalmente, se ha planteado que la Unidad Navojoa sea la próxima en implantar un Programa de Apoyo para Estudiantes Indígenas dados los buenos resultados que se perciben en los estudiantes a raíz de la operación del Programa de Apoyo en la Unidad Benito Juárez. Asimismo, los responsables de la UAAEI frecuentemente asisten a las reuniones y actividades que se organizan en el marco del Programa Institucional de Tutoría.

Otras acciones existentes a partir del Programa se derivan, fundamentalmente, de la preocupación institucional de lograr mayores recursos a partir de la participación en programas como el PIFI, que promueve la Secretaría de Educación Pública, y de la elaboración de proyectos especiales que beneficien a los estudiantes indígenas.

Actividades de difusión

La difusión del Programa de Apoyo se realiza mediante trípticos y carteles que proporcionan la información sustantiva de los servicios que se ofrecen —tutoría y curso remediales—, mismos que son distribuidos en las preparatorias de la región. Cabe destacar, como una característica sobresaliente, el hecho de que las publicaciones se realizan en idioma español y en la lengua originaria del grupo mayo. Adicionalmente, ha resultado de mucha utilidad la estación radiofónica Tres Ríos, que tiene cobertura en la zona donde se localizan las comunidades indígenas del estado.

Como se ha señalado, los estudiantes indígenas matriculados en la institución reconocen abiertamente su origen, se sienten orgullosos. A muchos de

los responsables del Programa los han invitado a asistir a las fiestas religiosas de sus comunidades. Producto de esa buena relación se han elaborado documentales sobre las principales manifestaciones culturales de diferentes comunidades, entre los que destaca el de Cuaresma en el Pueblo Mayo.

Vinculación extrainstitucional

Al respecto, sobresalen los convenios de intercambio académico con diferentes universidades extranjeras. En la actualidad, un estudiante de la Licenciatura en Administración de Empresas, originario de Paredón Colorado, realiza una estancia académica de un año en una universidad de Australia.

En otro sentido, existe un convenio con la Casa de Cultura de la comunidad El Jupare Huatabampo. Gracias a ello, los estudiantes tienen participación en los diferentes eventos que esa institución organiza, tales como la Danza del venado, las fiestas de la Santa Cruz y las festividades conmemorativas de la tradición mayo.

Debe señalarse que la Unidad Benito Juárez se creó recientemente, por lo que las instancias que podrían fortalecer las actividades de vinculación no están aún consolidadas, tal es el caso de aquellas relacionadas con el Servicio Social.

Problemas, resultados y expectativas del Programa de Apoyo

Durante el tiempo que lleva operando el Programa, se han detectado una serie de problemas que de alguna forma han limitado su desarrollo. Uno de ellos se refiere a la falta de infraestructura, solamente se cuenta, como se ha señalado, con la oficina de la Coordinadora Operativa. Asimismo, se requiere que al interior de la Unidad Benito Juárez exista una instancia que oriente y apoye a los alumnos en temas como sexualidad y psicología.

En ese sentido se han manifestado los tutores, quienes reconociendo dichas carencias institucionales, han señalado la necesidad de mayor capacitación para abordar problemas de personalidad y psicológicos. Se ha observado que uno de los problemas principales se deriva del cambio de ambiente que experimentan estudiantes cuando ingresan a la institución.

Sobre el desempeño de los participantes en el Programa, destaca la disposición de los maestros para atender al alumno, la buena colaboración de los responsables y una excelente comunicación y convivencia entre los estudiantes

incorporados y los estudiantes no indígenas, así como la mejora paulatina de su rendimiento académico.

Como un mecanismo especial para evaluar el desempeño de los tutores, es destacable la metodología utilizada: el promedio global de calificaciones del grupo de tutorados representa la calificación obtenida por el tutor responsable de dicho grupo.

Con base en las medidas institucionales que han surgido a partir de la operación del Programa, el CESUES ha acordado retomar algunos elementos operativos, de seguimiento y manejo de la información con el propósito de hacerlos extensivos al Programa Institucional de Tutoría. Asimismo, institucionalmente se trabaja en el diseño de un marco normativo que reconozca la figura del tutor y establezca los lineamientos básicos sobre las funciones que debe desempeñar.

7. Conclusiones

Es de notar el esfuerzo que la institución está haciendo para ofrecer servicios educativos a los jóvenes demandantes residentes en la entidad. La ubicación de sus unidades académicas sugiere un proyecto atento a la distribución de la población, que además puede resultar de mayor equidad, especialmente cuando algunas de ellas se establecen en zonas próximas a comunidades indígenas. En ese sentido, la oportunidad que el CESUES tuvo de formar parte del Programa de Apoyo a Estudiantes Indígenas, PAEI, puede decirse que ha sido asumida con responsabilidad y eficacia, ya que se ha trabajado en la incorporación creciente de estudiantes, con un demostrado origen indígena, a la actividad académica. A la vez, esto les permite contar con una mayor posibilidad de concluir sus estudios de licenciatura.

En la formación escolar también importa el desarrollo de otras habilidades ligadas directa o indirectamente con el desarrollo como personas integrales; por eso son importantes los esfuerzos que el CESUES se propuso para apoyar necesidades como el reconocimiento y fortalecimiento de sus costumbres y tradiciones, por medio de manualidades, grupos de danza y música indígena.

Sin embargo, ello no significa que se haya logrado contribuir a dejar sus condiciones de pobreza extrema y de marginación, lo que los ha llevado a saturar su tiempo en actividades no sólo escolares, sino de apoyo al ingreso familiar, en condiciones que, evidentemente, significan un esfuerzo físico extraordinario (buena parte de ellos trabaja como jornalero agrícola), difícilmente compatible con las exigencias académicas.

Los objetivos que el Programa de Apoyo a Estudiantes Indígenas persigue en el CESUES, son claramente expuestos y, en cierta medida se aprecian como viables. En términos de incremento de estudiantes indígenas en el Programa son muy elevados los alcances (160%). Sin embargo, aunque se habla de 122 inscritos en el ciclo actual, contra 47 originales, no se deja ver si hubo deserciones o qué situación de rezago presentan, si es el caso. En relación con el desempeño, hay una baja significativa en los promedios (de 83.0 a 80.1), cuando lo esperado es o que hubiese aumentado o, por último, se mantuviera en el rango que ocupaba.

No obstante, en lo específico, es seguro que se enfrentarán importantes dificultades para reducir la deserción y mejorar el rendimiento académico de sus estudiantes, dadas las condiciones descritas. Por ejemplo, debido al incremento de alumnos, la atención por parte de los tutores (20 cada uno, en promedio) no puede ser considerada adecuada, es evidente que no permite una dedicación suficiente, no en condiciones ordinarias, por lo que se deberán hacer importantes esfuerzos, en principio, para atraer más profesores que quieran participar como tutores y, después, para capacitarlos y mantener una permanente oferta de cursos y actividades de interés para los tutores, con fines de capacitación y de actualización, en cumplimiento de lo manifestado en el proyecto original, como una de las líneas de desarrollo del PAEI.

Se observa que son bastante difíciles las condiciones de la Unidad Benito Juárez para la operación de la tutoría, debido a la falta de un programa institucional, pero también por problemas de horarios, carencia de espacios, en un trabajo donde no puede haber privacidad. La planta de tutores, en consecuencia, parece ser la parte más débil del PAEI. No debe ser un motivo de angustia, pero sí de una permanente atención en diversos aspectos. No sólo en el de lograr reclutar un mayor número de “efectivos”, sino de organizar la frecuencia en la que se ofrece en función de prioridades de atención, según la problemática y gravedad de la situación de cada estudiante. No es de ninguna manera conveniente, según se reportó, que los estudiantes sean atendidos por su tutor en el tiempo de las horas de clase de aquéllos. Es factible y, hasta cierto punto recomendable, que en las primeras etapas se organice de manera colectiva y alcance a un mayor número de alumnos.

Así mismo, no deben descuidarse los apoyos hacia los tutores orientados a mejorar su capacitación que les permita, sobre todo, lograr una más clara identificación de las necesidades de sus tutorados, además de disponer de herramientas de trabajo con ellos (en su espacio físico y en su propuesta de intervención), según el particular diagnóstico. Estas herramientas pueden consistir en metodologías, técnicas y dinámicas de trabajo, así como instrumentos como formatos, manuales y otros.

La posibilidad de identificar a los estudiantes de origen indígena es un favorable punto de partida. A eso se agrega la promoción de apoyos de carácter obligado que se tiene como una línea de desarrollo del proyecto de CESUES

Benito Juárez, tales como un registro personal de cada alumno; orientación para el acceso a becas PRONABES; tutoría; identificación de debilidades académicas; integración a actividades académicas, deportivas y culturales, como parte del soporte a la formación integral. Es un hecho que los estudiantes están muy identificados con el Programa, lo que ofrece garantías para el avance con mayor rendimiento, en sus trayectorias escolares. Sin embargo, les parece importante que se impulsen con mayor frecuencia otras actividades como las recreativas.

El procedimiento para la promoción del PAEI ha resultado exitoso en la medida en que es ampliamente difundido por diversas vías, ya sea la prensa escrita, la radio local, la televisión, trípticos y carteles, impresos en lengua mayo, video documental, variados eventos académicos y por Internet, a través de la página web del CESUES. Esta última, espléndidamente aprovechada, puesto que ofrece nueve secciones referidas a los objetivos, metas, servicios, programas de estudio, historia indígena y otras que garantizan una difusión atractiva, inmediata y accesible. La difusión ha impactado favorablemente en la actitud de auto-reconocimiento de los estudiantes indígenas, con un doble efecto: motivarlos a incorporarse al PAEI y actualizar el registro sobre población de origen indígena. Incluso se recoge la opinión respecto del mejor rendimiento de estudiantes indígenas frente a los no indígenas.

Así como se tiene éxito en la difusión del PAEI, podría aprovecharse la apertura de los canales mencionados para incorporar campañas preventivas de enfermedades, adicciones (alcoholismo, por ejemplo), educación sexual para prevenir embarazos, entre otros problemas.

En relación con la estructura de personal al servicio del PAEI se aprecia una repetición de funciones que se puede evitar y aprovechar mejor los recursos y el tiempo, si en vez de un “Encargado” de la UAA y un “Responsable” de la misma, se reduce a un elemento al que se le pueda dotar de la mayor capacidad en la toma de decisiones. Muy probablemente, a estas alturas de desarrollo del Programa, quien se ha responsabilizado de su operación concreta y directa, debe gozar de una amplia capacidad. Que reporte a la instancia superior, sobre los avances logrados o los problemas enfrentados es una obligación muy importante, pero no se aprecia la necesidad de tener una instancia entre la operación directa del PAEI y la coordinación general en el ámbito de la institución. Se corre el riesgo de burocratizar la operación del PAEI. Incluso, se sugiere que la responsable

directa de la operación del Programa sea quien participe en las reuniones y eventos que promueve la Dirección de Cooperación Nacional, en tanto puede presentar sus avances, problemas, necesidades, con mayor conocimiento por la cercanía con los actores del Programa.

La oferta de cursos de regularización es importante; sin embargo, se precisa crear otra línea de apoyos basada en experiencias diferentes y en más actividades de carácter académico, que no signifiquen un mismo tipo de responsabilidad u obligación. El cambio de actividad o de dinámica puede resultar muy favorable y enriquecedor, a la vez que didáctico. Se pueden alternar las experiencias de manera que se combinen conocimientos con habilidades y manifestación de las destrezas adquiridas o faltantes, tanto en el espacio curricular, como fuera de sus límites, que tiendan a fortalecer la formación integral o también a relajar la presión del trabajo académico. Algo se aprecia en las actividades resultantes de los proyectos de vinculación y los respectivos convenios.

Es un acierto para la institución y lógicamente para el PAEI la próxima ocupación de instalaciones adecuadas, dado que ni la parte organizativa ni la operativa disponen de un espacio adecuado. Igual, será necesario organizar de la mejor forma los servicios, en particular el de tutoría, para permitir un uso optimo de los espacios y del equipamiento. Se sabe que éste no alcanza para ser proporcionado a los estudiantes, por lo que se esperaría que en la nueva etapa, con mejores instalaciones, se pueda tener una mayor disposición de los equipos que el PAEI considera como parte de los apoyos prestados a los estudiantes.

En resumen, es muy clara la aceptación que en la institución se tiene hacia el PAEI; de manera específica, se refleja la importancia de su estrecha relación con el Programa General de Tutoría (del CESUES), lo que ha propiciado un marco muy favorable para su operación. Con ese referente, se recomienda intensificar los mecanismos para atraer más tutores, capacitarlos más profundamente y, en la medida de las posibilidades, generar otros estímulos, preferentemente de carácter académico, pues es obvio que el trabajo de los tutores se finca en una dedicación a prueba de resistencias y condiciones actuales para llevarlo a cabo.

No obstante las limitaciones relativas a los recursos, en general, el compromiso adquirido por todos los que participan en el Programa, académicos, funcionarios, estudiantes, personal técnico y administrativo ha sido muy evidente y satisfactorio. En esos términos, más que pensar en la necesidad de contratar

nuevo personal, el Programa requiere de las instalaciones adecuadas para desarrollar sus actividades.

Una de las muchas fortalezas del PAEI en el CESUES de Benito Juárez se aprecia, a partir de las respuestas de los tres actores principales, en la presencia de una muy buena comunicación entre las diferentes instancias de la institución y, en particular, de las existentes en la Unidad Benito Juárez. Dentro de la adversidad, es posible hablar de una buena organización, de la existencia de sistemas de registro, de buena comunicación con los tutores.

Como ejemplos exitosos de lo que se puede lograr con un programa de esta naturaleza, destacan los convenios de intercambios académicos con universidades extranjeras; en ellos es sobresaliente el caso del estudiante que actualmente realiza sus estudios en Australia.

En esta lógica, un aporte crucial de los tutores y, en general del programa, es la motivación que infunden a los estudiantes indígenas para continuar estudiando, adicional a la disposición que manifestaron, más allá de las carencias económicas que estructuralmente tienen. Los estudiantes han manifestado que tienen mucha confianza en sus tutores. Para todos es claro que la tutoría funciona como un vehículo para rescatar y conservar tradiciones del indigenismo local (en particular de los de origen mayo).

Asimismo, por muchas razones, es una fortaleza del Programa, digna de reconocimiento, la existencia de un sistema de información propio y los instrumentos necesarios para producirla y sistematizarla. Con eso y con la posibilidad de identificación de los estudiantes de origen indígena, es viable programar diversas actividades de apoyo al propio Programa, de evaluación de sus alcances, de registro de los eventos más importantes y, evidentemente, del insustituible soporte que como sistema puede prestar para la toma de decisiones, respecto del Programa y de la institución que directa o indirectamente impacta en éste.

Finalmente, a raíz de la operación del Programa en la Unidad Benito Juárez, existe el reconocimiento sobre la dimensión del soporte otorgado por el Programa Institucional de Tutoría, asimismo, en torno de la generación de una discusión sobre la pertinencia de repetir la experiencia en otra Unidad Académica y actualizar el marco normativo del CESUES.

Unidad de Apoyo Académico para Estudiantes Indígenas: Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas

La perspectiva original de la Unidad de Apoyo Académico a Estudiantes Indígenas

Aspectos generales del diagnóstico institucional

Como antecedentes del Programa de Apoyo, en la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas existían programas y convenios para la atención de comunidades indígenas; es el caso, por ejemplo, del Programa Multidisciplinario de Atención Comunitaria con Alto Grado de Marginación3 y el acuerdo firmado con la delegación estatal de la SEDESOL, en el que los estudiantes y pasantes de la Universidad desarrollan actividades de atención social —educación nutricional y apoyo psicológico— en municipios como Tapalapa, Ixtapa y las zonas marginadas de Tuxtla Gutiérrez.

De acuerdo con el Censo General de Población y Vivienda, en Chiapas habita una población indígena de 979 mil 614 personas y 3 de cada diez, es hablante de una lengua. Asimismo, existen siete grupos étnicos —Tzotziles, Tzeltales, Choles, Zoques, Tojolabales, Mames y Kanjobales— distribuidos entre las nueve regiones económicas que conforman la entidad.

La oferta educativa de la UNICACH tiene cobertura en siete regiones — Centro, Altos, Frailesca, Norte, Selva, Sierra y Soconusco— con una fuerte presencia de población indígena y de municipios clasificados como de muy alta marginación. Pese a lo anterior, la institución no tenía el registro preciso de los estudiantes provenientes de dichas zonas y, hasta el 2002, sólo se tenían detectados 40 estudiantes matriculados.

Como etapa previa al inicio de las operaciones de la Unidad de Apoyo, la Universidad llevó a cabo un ejercicio exploratorio que tuvo como fin conocer los principales problemas de los estudiantes indígenas. De acuerdo con los resultados, cuatro de cada diez estudiantes se encuentra en riesgo de abandonar sus estudios por motivos económicos, sólo dos de cada diez es beneficiario de 3 Programa que cuenta con el apoyo del Gobierno del estado, mediante el que se proporcionan servicios gratuitos de odontología, sicología, nutrición, trabajos de cuidado del medio ambiente y protección de reservas naturales.

una beca y, en promedio, la distancia entre la Universidad y sus lugares de origen es de 4 horas de camino. Otras dificultades encontradas fueron su bajo rendimiento académico y la falta de habilidades de comunicación oral, escrita y gráfica.

Objetivos del Programa de Apoyo

Sobre la base del diagnóstico institucional, el Programa de Apoyo se propuso como objetivo general mejorar los índices de desempeño académico y disminuir el porcentaje de estudiantes indígenas que abandona sus estudios, mediante la atención de sus deficiencias académicas, lingüísticas y formativas.

De manera particular, se consideraron los siguientes fines:

Elevar el nivel de aprovechamiento de los estudiantes indígenas.

Disminuir el índice de deserción escolar.

Incrementar el porcentaje de eficiencia terminal.

Líneas estratégicas de acción

Las líneas de acción contenidas en el proyecto están divididas por periodos de ejecución.

En el corto plazo se propuso sensibilizar al personal académico y administrativo de la UNICAH, llevar a cabo el proceso de selección y capacitación de tutores, así como detectar la problemática principal de los estudiantes.

Por su parte, en el mediano plazo, se consideró conveniente diseñar mecanismos e instrumentar acciones para dar respuesta a las necesidades de atención de los alumnos y evaluar los resultados obtenidos a partir de dichas acciones.

Por último, se planteó hacer extensivo el Programa de Apoyo a todas las regiones en que tiene influencia la institución y fomentar la movilidad académica de los estudiantes de origen indígena.

Características de la Unidad de Apoyo derivadas de la propuesta original

De acuerdo con la información existente en el proyecto, el perfil original del Programa tiene las siguientes características.

La Unidad de Apoyo Académico, fue creada especialmente como la instancia encargada de coordinar el Programa. Entre sus funciones está la elaboración del

Programa Anual de Trabajo, la coordinación y supervisión de las actividades inherentes, así como el seguimiento y la evaluación del proyecto.

En la estructura orgánica, se propuso como una instancia dependiente de la Dirección General de Extensión Universitaria. Asimismo, en términos de los recursos humanos necesarios, se consideró conveniente que fuera integrada por un Jefe de Unidad para funciones operativas, un Gestor Administrativo, para asistir la ejecución de las actividades de la Unidad, una Secretaria y 8 tutores capacitados.

En ese orden, se definió la oferta básica de servicios que proporcionaría, entre los que destacan:

El diseño y la impartición de cursos de capacitación para tutores,

Tutorías académicas,

Cursos de regularización para estudiantes indígenas,

Cursos para fortalecer habilidades básicas,

Apoyo a trabajos de investigación,

Apoyo psicológico, y

Gestoría de becas.

Como garantía del adecuado desempeño de la Unidad de Apoyo y el cumplimiento de los servicios establecidos, la institución puso en relieve la infraestructura y el equipamiento en que se apoyaría, tales como: las coordinaciones de apoyo académico, servicio social, áreas deportivas, centros de idiomas y de cómputo, programa de becas y el Centro Universitario de Información y Documentación.

Por su parte, los requerimientos estimados de equipamiento, fueron: 2 cubículos y un área administrativa proporcionados por la UNICAH y, con recursos de la Fundación, se propuso adquirir una línea telefónica, 3 escritorios, 2 archiveros, 6 sillas, 1 librero, 1 pintarrón, 2 portafolios, 3 computadoras, una máquina de escribir y 2 impresoras.

Finalmente, para el seguimiento y la evaluación del Programa se estableció, como criterio general a seguir, la realización de cohortes bimestrales, en función del cronograma de actividades, en las que se integrarían cédulas de información y, producto de ello, la elaboración de los informes correspondientes.

Desarrollo, operación y avances reportados por la Unidad de Apoyo Académico

El estado del Programa a dos años de operación: 2003-2004

Después de dos años de operación de la Unidad de Apoyo Académico para Estudiantes Indígenas, la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas cuenta con información útil para diagnosticar el estado actual del Programa.

En principio, la población registrada en el año 2003 fue de 75 estudiantes indígenas, equivalente, en términos relativos, al 5.4% de la matrícula total de licenciatura. En el 2004 el nivel de cobertura se incrementó a 122 alumnos, cifra correspondiente al 6.3% y, como meta, la Unidad se ha propuesto alcanzar un porcentaje del orden del 10.3%, es decir, un total de 200 estudiantes.

A lo largo del periodo de referencia, 16 estudiantes han concluido exitosamente licenciaturas como: Sicología (5), Biología (5), Ingeniería (3), Odontología (2) y Nutrición (1). De esos egresados, destacan los casos de Jendy Nayeli de León Castillo, quien obtuvo la Medalla al Mérito Académico por haber logrado el más alto promedio de la Licenciatura en Nutrición, misma que realizó su Servicio Social en el Programa Nutricional para Albergues Escolares de Ocozocuautla, adscrita a la Comisión Nacional para el Desarrollo de Pueblos Indios.

Es el caso, también, de Martha Juárez García, egresada de la Licenciatura en Sicología, quien obtuvo la Beca para Estudios de Posgrado que otorga el CIESAS y la Fundación Ford; y de Henry Moguel Villatoro, egresado de la escuela de Historia, al que le fue asignada una beca para aprender el idioma inglés por parte del Gobierno de Belice y, durante su estancia en ese país, fungirá como voluntario en el Archivo Nacional a cargo del historiador Charles Gibson.

Un indicador de desempeño de la Unidad se refiere al rendimiento académico. Al inicio de las operaciones del Programa, el promedio global de calificaciones fue de 7.87 en tanto que el registrado a finales del 2004, fue de 8.26 —4 centésimas debajo de la meta proyectada para el año 2005.

El logro de un número mayor de becas para los estudiantes inscritos, es otro de los indicadores positivos. Así, en el 2003, el 29.3% de los estudiantes era beneficiario de la beca PRONABES y, para el 2004, gracias a las eficientes gestiones de la Unidad, se logró que el 46.7% gozara de dicho apoyo. En ese sentido, mediante el Programa de Servicio Social de la SEDESOL, 2 estudiantes fueron apoyados económicamente en el 2003 y, por servicios comunitarios, la CONAFE otorgó 5 becas en el 2004.

Por otro lado, la Unidad de Apoyo cuenta actualmente con un equipo de tutores conformado por 32 académicos de diferente formación profesional. Dicho equipo está compuesto por 19 tutores con el grado académico de Licenciatura, 4 con Especialidad, 7 con Maestría y 2 con nivel de Doctorado.

En términos generales, el proceso de asignación de tutores para estudiantes indígenas se deriva de una razón matemática; es decir, se tiene un tutor por cada 4 estudiantes inscritos, en tanto que la frecuencia de atención es de, al menos, una vez a la semana. Las funciones principales de los tutores, por otra parte, consisten en programar las sesiones de tutoría de común acuerdo con el estudiante, llevar el control y seguimiento de cada una de las sesiones, así como desarrollar asesorías académicas, apoyar a los estudiantes en la gestión de servicios y orientarlos sobre diferentes aspectos que demanden.

En lo relativo a los cursos de regularización académica y de desarrollo personal, la Unidad los ha programado en los dos turnos escolares que existen en la Universidad, con el propósito de propiciar la participación de todos los estudiantes incorporados al Programa. Es importante señalar que la oferta se deriva de los resultados de diferentes encuestas aplicadas para conocer las principales deficiencias, así como de las propuestas que realiza el equipo de tutores, a partir del contacto con los estudiantes. Al respecto, de acuerdo con los diagnósticos realizados, se sabe que las asignaturas que requieren atención son: Cálculo, Álgebra Integral, Matemáticas, Física, Química, Estadística, Metodología de la Investigación y el Idioma Inglés, requisito este último, para completar el proceso de titulación. En suma, a largo de los dos años se ha impartido un total de 30 cursos.

La difusión es otra de las tareas propias del Programa y tiene como finalidad fortalecer la presencia de la Unidad en los ámbitos institucional y externo. El reporte existente señala la difusión de tres boletines de prensa publicados en siete

de los diarios más importantes de la entidad. Asimismo, a través del programa de radio Caja Sonora, la Unidad de Apoyo ha promocionado los servicios que ofrece para estudiantes indígenas y, en el de Radio Explora, los estudiantes, los académicos y los administrativos vinculados al Programa de Apoyo, han tenido la oportunidad de ofrecer su testimonio en relación con el desarrollo del mismo. Finalmente, diferentes programas de televisión han abierto espacios a la participación de las autoridades y otros actores institucionales para informar a sus televidentes sobre la atención que reciben los estudiantes indígenas a partir de la operación de la Unidad de Apoyo.

También, en la página web de la institución y mediante materiales elaborados a propósito —trípticos, folletos, carteles, videos, etc.— se difunden las actividades o eventos organizados en el marco del Programa de Apoyo. Finalmente, se han organizado diversos eventos académicos con el mismo fin, entre los que destacan:

Conferencia Las Diversas Veredas de la Autonomía Indígena, impartida por Margarito Ruiz Hernández, Delegado de la Comisión Nacional para los Pueblos Indios.

Conferencia Proyecto Ambiente y Sociedad en la Cuenca del Río Portamonedas-Negro, Frontera Chiapas-Oaxaca, los Chimalapas, impartida por el Dr. Carlos Uriel del Carpio.

Otro de los aspectos sustanciales que permiten valorar el desempeño de la Unidad de Apoyo, es la vinculación. En ese sentido, se tienen convenios de colaboración con programas institucionales como el de Promoción Profesiográfica, Apoyo Comunitario, Vinculación Escolar, Proyecto Cuenca del Río Negro y el Festival Universitario de Artes. En el ámbito externo, por otra parte, se logró un convenio de colaboración con la Secretaría de Desarrollo de Pueblos Indígenas, cuyo propósito es la promoción para el ingreso de una mayor cantidad de pobladores indígenas al nivel superior de estudios. Asimismo, a los estudiantes más destacados se les promueve en el mercado laboral a través del Servicio Estatal de Empleos o se les incorpora a las brigadas comunitarias para que lleven a cabo su Servicio Social en zonas de alta marginación económica.

El desarrollo que ha logrado la Unidad de Apoyo a lo largo de dos años ha tenido impactos favorables en el desempeño académico de los estudiantes inscritos —el 50% de los estudiantes incrementó su promedio de calificaciones— y, además, producto de las tareas de difusión, se reportan como logros

importantes la incorporación voluntaria de académicos al padrón de tutores y el mayor interés del estudiante por participar en el Programa.

Para las actividades de seguimiento y evaluación del desarrollo del Programa, la Unidad ha elaborado instrumentos para registrar la información de todos los actores participantes. Existe, por ejemplo, un cuestionario que se aplica a los estudiantes con el propósito de detectar sus necesidades de atención. Dicho cuestionario arroja información general del estudiante, datos socioeconómicos, trayectoria escolar y hábitos de estudio. Asimismo, cuenta con otro que se utiliza para actualizar la información del alumno y conocer su opinión sobre la Unidad y las actividades que realiza.

Existen, también, formatos en los que se registra el estado de salud de todos los estudiantes beneficiarios. Gracias al registro sistemático de ese tipo de información, se sabe que el 58.3% de los alumnos padece algún problema de salud.

Resultado del diseño de diferentes instrumentos como los anteriormente referidos, se ha logrado la conformación de un sistema de información. La información contenida está organizada en los siguientes campos: a) nombre, b) matrícula, c) semestre que cursa, d) municipio de origen, e) nivel de marginación del municipio, f) dominio de una lengua, g) promedio inicial de calificaciones y posteriores, h) cursos a los que ha asistido, i) beca, j) estado de salud, y k) otros.

Propuestas de la Unidad para el futuro inmediato

Sobre la base de la experiencia lograda con dos años de trabajo, actualmente la Unidad evalúa la pertinencia de:

Flexibilizar la currícula que cursa el estudiante incorporado a la Unidad.

Capacitar y otorgar material y equipo técnico necesario para los tutores y los alumnos inscritos.

Establecer nuevos acuerdos, internos y externos, para obtener mayores apoyos económicos para los estudiantes.

La visión desde los sujetos participantes: Coordinadora de la Unidad, tutores y estudiantes indígenas

El proceso de implantación, diseño y desarrollo de la Unidad de Apoyo

Antes de la operación de la Unidad de Apoyo, en la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas no se registran antecedentes sobre programas de tutoría ni de programas especiales de atención a estudiantes indígenas. Debido a esa inexperiencia, una de las primeras acciones que emprendieron los responsables de la Unidad fue la organización de una serie de cursos de capacitación para la implantación de un Sistema Institucional de Tutoría y, particularmente, para la habilitación de los profesores que se desempeñarían como tutores de ese tipo de estudiantes.

En el proceso de implantación se detectaron resistencias de diferentes instancias académicas, particularmente de las Direcciones Escolares. La poca participación inicial obedeció al escaso convencimiento sobre la utilidad del Programa y al hecho de que fuera coordinado por una instancia administrativa. Por lo anterior, fue necesaria una campaña de sensibilización para difundir los objetivos de la Unidad y esclarecer el tipo de apoyo que otorga la Fundación Ford.

Los criterios establecidos por el PAEI para identificar a los estudiantes, constituyeron otra de las dificultades. La Coordinación de la Unidad identificó a poco más de 80 candidatos que podrían participar en el Programa; sin embargo, considerando los tres criterios en conjunto, la población quedó reducida a 36 casos. La observación que al respecto formuló la ANUIES, fue que la cantidad era muy pequeña en relación con el financiamiento propuesto para el Programa. Debido a lo anterior, se modificaron los criterios y el Programa se hizo extensivo a aquellos estudiantes provenientes de comunidades de alta marginación. Así, la Unidad de Apoyo inició sus operaciones con un total de 75 alumnos inscritos.

Por otra parte, un factor que retrasó los trabajos de capacitación y selección de la plantilla de tutores, así como la incorporación de los estudiantes de nuevo ingreso, fue el hecho de que la disponibilidad de los recursos otorgados por la Fundación se hizo efectiva hasta marzo del 2003, debido a los excesivos trámites burocráticos existentes en la institución.

Finalmente, otra de las limitantes se refiere a la legislación de la UNICACH, en la que no se contempla la tutoría como función que debe desempeñar el académico de tiempo completo y, en ese sentido, no existen programas de estímulos económicos por la realización de esa actividad, razón por la cual la participación de los profesores ha sido reducida.

Organización de la Unidad de Apoyo

La UNICACH fue invitada a participar en el Programa de Apoyo para Estudiantes Indígenas en el año 2001; sin embargo, debido al paro de labores suscitado en ese año, fue hasta finales del 2002 cuando se retoma el proyecto y se inician los trabajos para crear la Unidad.

Jerárquicamente, la Unidad se ubica como una instancia dependiente de la Dirección de Extensión Universitaria, encargada, también, de realizar las funciones inherentes al Servicio Social de sus estudiantes, así como las de Vinculación.

El director de Extensión Universitaria es quien funge como Coordinador General del Programa y, para el desarrollo de sus funciones, se apoya en una Coordinadora Operativa y tres asistentes que desarrollan tareas diversas.

Infraestructura y equipamiento

Uno de los compromisos del Programa con la Fundación Ford, fue la creación de un espacio propio para la Unidad de Apoyo, equiparlo y contratar al personal necesario para atender a los estudiantes; sin embargo, no existe acuerdo institucional sobre su ubicación definitiva. Se pretende que coexista con otras instancias como Servicios Escolares y Servicio Social, empero, se valora la opción de emplazarla en un sitio que la identifique más como una instancia académica con la finalidad de propiciar una mayor apropiación e identificación por parte de los estudiantes.

En proyecto se encuentra la construcción de una sala de cómputo al servicio de los estudiantes incorporados al Programa. A la fecha de la entrevista, los alumnos satisfacían esa necesidad recurriendo a la Sala de Cómputo de la Universidad, instancia que les proporcionaba una hora de servicio gratuito.

Los recursos materiales de los que dispone el Programa, de acuerdo con lo manifestado por los responsables, son suficientes.

Actividades para la difusión del Programa de Apoyo a Estudiantes Indígenas

Para la difusión del Programa de Apoyo y de las actividades que realiza la Coordinación de la Unidad, se utilizan mecanismos institucionales como el periódico de la UNICACH y la Feria de Servicios que anualmente organiza la Dirección de Extensión Universitaria. También existen carteles y dípticos elaborados para ese propósito.

La difusión externa, por su parte, se realiza mediante espacios proporcionados por estaciones de radio locales, así como por la televisión del gobierno de la entidad.

Servicios que ofrece la Unidad

Los servicios que ofrece la Unidad de Apoyo para los estudiantes son, principalmente, cursos para el desarrollo de habilidades y de nivelación académica. Para los diferentes cursos que se imparten, se realiza la contratación de personal capacitado con recursos de la Fundación.

Las diferentes temáticas que abordan los cursos, se derivan de los resultados de la aplicación de una encuesta que tuvo como objetivo detectar las deficiencias académicas de los estudiantes. En ese sentido, se han ofrecido cursos de asertividad, de lectura y redacción, trabajo en equipo y de técnicas de estudio, así como cursos de inglés e informática.

En términos generales, dichos cursos se desarrollan en una lógica remedial y con un diseño parecido al de cualquier asignatura curricular. La duración promedio de cada uno de los cursos oscila entre 10 y 20 horas, en tanto que los cursos de inglés tienen una duración promedio de 40 horas. Cabe destacar que éste último ha tenido resultados exitosos, ya que muchos estudiantes han logrado la certificación TOEFL. Asimismo, se realizó un curso para organizar el Programa de tutoría y otro para capacitar a los tutores de estudiantes indígenas. Al respecto existen rezagos importantes ya que, de acuerdo con las metas establecidas por el Programa, sólo se han realizado dos de los cuatro cursos programados.

Para los estudiantes, además de la oferta de cursos existente, se brindan asesorías relativas a los procedimientos administrativos relacionadas con las asignaturas que conforman los planes y programas de estudio que cursan.

Cabe señalar, asimismo, que no se promueven actividades de convivencia con y entre los estudiantes; tampoco aquellas cuyo propósito sea el fortalecimiento cultural de las comunidades indígenas de la entidad.

Por otra parte, si bien el Programa no contempla la oferta de servicios relacionados con los trabajos académicos de los alumnos, es frecuente que la Unidad los apoye con la impresión de documentos. Este último ha significado, en opinión de los estudiantes, una ayuda invaluable porque les permite entregar oportunamente sus trabajos y evitar el costo económico que ese servicio implica.

Finalmente, la Unidad de Apoyo es la instancia que tiene bajo su responsabilidad los trabajos correspondientes a las becas PRONABES. Como un logro, se destaca el hecho de que de los 75 estudiantes inscritos, 68 tienen ese apoyo económico.

Conformación de la plantilla de tutores y su perfil

En el Programa de Apoyo participan 32 tutores, cinco más con relación al número registrado al inicio de su operación. La conformación del grupo se logró a raíz de la invitación directa que hizo la Coordinación del Programa a diferentes profesores.

Los criterios más importantes para seleccionar a los tutores fueron: a) ser profesor de tiempo completo, b) demostrar un mayor nivel de habilitación académica, c) haber realizado trabajos de investigación que aborden temáticas relacionadas con las comunidades indígenas. No se sabe con exactitud cuántos profesores cumplen con esos requisitos. De acuerdo con los resultados de las entrevistas, muchos tutores que participan en el Programa son profesores contratados por asignatura. Asimismo, se tiene considerado que también participen académicos que se desempeñan como tutores generales.

Por otro lado, es importante señalar que en la definición de los atributos mínimos que deberían tener los tutores participantes en el Programa, los estudiantes indígenas fueron consultados mediante un cuestionario que se aplica al momento de su incorporación.

En la actualidad, la Unidad de Apoyo no coordina el servicio de tutoría, sólo se encarga de proporcionar la información de los estudiantes a cada uno de los tutores participantes.

Incorporación de los estudiantes indígenas al Programa, diagnóstico de necesidades de atención y actividades de seguimiento

Como se ha señalado, si bien la convocatoria fue dirigida a estudiantes indígenas, el Programa incorpora a aquellos estudiantes originarios de municipios con alta marginación y cuya condición económica es débil.

La comunicación entre los estudiantes ha sido un medio que ha favorecido la difusión y su incorporación al Programa de Apoyo. Otros se han integrado a partir de la invitación expresa por parte del responsable de la Unidad o gracias a las tareas de difusión.

Por otra parte, con el objetivo de conocer las particularidades de los estudiantes y sus necesidades, la Unidad de Apoyo aplica una encuesta con el propósito de valorar su situación académica, personal y económica. A partir de la experiencia acumulada, el cuestionario utilizado se ha venido reformulando; en particular, se han agregado preguntas para conocer el estado de salud de los estudiantes y se encuentra en proyecto el diseño de instrumentos para analizar su perfil psicológico.

A partir del contacto que los tutores tienen con los estudiantes indígenas, se han detectado problemas de adaptación al contexto urbano, así como del manejo del lenguaje oral y escrito, y cierto rechazo hacia el idioma inglés. Se han identificado, asimismo, problemas de embarazo que obligan a las alumnas a abandonar sus estudios.

En relación con las actividades de seguimiento, el Programa no ha definido los instrumentos para recopilar la información académica y personal del estudiante. Ante esa carencia, son los tutores quienes diseñan y arman los expedientes para cada uno de sus tutorados.

El proceso de tutoría

Las actividades de coordinación del Programa de tutoría para estudiantes indígenas se realizan en las escuelas que conforman la Universidad; la Unidad sólo se encarga de proporcionar la información básica de los estudiantes a cada uno de los tutores participantes.

Las funciones principales que desempeñan los tutores van desde la orientación académica, la promoción de las actividades que realiza la Unidad de Apoyo, hasta el seguimiento académico. Algunos tutores desarrollan actividades

de integración entre los estudiantes indígenas, aunque dicha tarea no se haya establecido formalmente como una de sus atribuciones.

La frecuencia de atención de los estudiantes, el número de horas en acción de tutoría, los espacios para el desarrollo de las sesiones, así como los mecanismos de registro de información, son aspectos no definidos de manera formal en cada una de las escuelas. Por lo anterior, el proceso de tutoría es determinado directamente entre el tutor y el estudiante.

En lo relativo a las etapas de intervención con los estudiantes, el primer momento se caracteriza por la orientación que se les brinda sobre las diferentes instancias y áreas existentes en la institución. En una segunda etapa se les apoya mediante asesorías académicas específicas y, como tercer momento, se realiza la intervención para resolver diferentes problemas que manifiesten los estudiantes.

En general, la acción de tutoría es un proceso indefinido aún. Esto es así en virtud de que la Dirección de Planeación de la UNICACH realiza los trabajos para la implantación del Programa Institucional de Tutoría y muchos de los profesores que participan como tutores de estudiantes indígenas colaboran en el diseño del mismo. También, de acuerdo con lo manifestado por los tutores, no existe mucha claridad sobre el concepto de la tutoría. En términos generales, se concibe como una actividad meramente académica y poco se habla sobre la formación integral del estudiante y el acompañamiento que puede proporcionársele durante su estancia en la Universidad.

Reconocimiento institucional

El reconocimiento institucional hacia la Unidad se ha fortalecido debido a los esfuerzos de la UNICACH para implantar el Programa Institucional de Tutoría.

Una de las fortalezas de la Unidad de apoyo se encuentra en la ubicación que tiene dentro de la estructura orgánica de la institución. Gracias al apoyo de la Rectoría, la Dirección de Extensión Universitaria es la instancia encargada de manejar todo lo relacionado con vinculación, edición de libros y capacitación y educación continua, por lo que, operativamente, muchas de las actividades que promueve la Unidad se llevan a cabo sin grandes dificultades.

Pese a lo anterior, se reconoce como necesario un trabajo más estrecho con las instancias académicas de la institución y, en ese sentido, se analiza la posibilidad de que la Unidad de Apoyo forme parte de las responsabilidades de las

Divisiones Académicas, quienes actualmente se encargan de diseñar el Programa Institucional de Tutoría.

Convenios de colaboración y vinculación

Al respecto, la Unidad de Apoyo no cuenta con proyectos propios de vinculación con comunidades indígenas u otras instancias externas a la UNICACH.

Institucionalmente, existen áreas y departamentos académicos que desarrollan trabajos e investigaciones con diversos sectores externos en los que la Unidad tiene poca participación.

Conclusiones

Sin duda una población estudiantil cuyos atributos principales son el bajo rendimiento académico, las deficientes habilidades de comunicación oral, escrita y gráfica, así como los escasos recursos económicos con que cuenta para sostener sus estudios, son argumentos suficientes para la creación de la Unidad de Apoyo en la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas.

En ese sentido, los objetivos y las líneas estratégicas de acción planteadas en el proyecto que le dio origen son, en términos generales, consistentes con el diagnóstico realizado. En lo fundamental, abarca varios de los objetivos inherentes al PAEI, principalmente aquellos que enfatizan en el fortalecimiento académico de esos estudiantes. De ello se deriva el primer apunte. No existen, como propuesta, señalamientos perfilados hacia la promoción de su formación integral y tampoco aquellos cuyo interés sea fomentar su participación en las diferentes comunidades en que tiene influencia la Universidad. El proyecto, por lo tanto, se caracteriza por ser una propuesta centrada en la atención de necesidades precisamente académicas. Sin embargo, su adscripción actual, la Dirección de Extensión Universitaria, no corresponde estrictamente a una finalidad académica.

Afortunadamente, es en el sentido académico que apuntan los resultados obtenidos dos años después de que se puso en marcha la Unidad. Se ha logrado, por ejemplo, una mayor presencia de la matrícula de estudiantes indígenas en la institución; globalmente se ha registrado un mayor rendimiento académico de los alumnos inscritos, muchos de ellos han concluido exitosamente su licenciatura y mantienen en perspectiva sus deseos de realizar un posgrado.

El proceso debe valorarse bien, de acuerdo con los datos analizados en la segunda sección de este reporte. El trabajo de gestoría para el logro de becas y otros estímulos es favorable, existe un tutor por cada cuatro estudiantes, los cursos se han programado respondiendo a sus demandas académicas y los trabajos de difusión se han realizado por diferentes vías. A eso habría que agregar otro dato significativo. Considerando que la información oportuna es un insumo fundamental para la evaluación, entonces debe resaltarse el hecho de que la Unidad ha diseñado diversos instrumentos para captar la información generada en el proceso y por todos los actores involucrados, de tal forma que ha llegado a

conformar un Sistema de Información en su nivel básico, pese a todo, muy importante.

Debe hacerse la diferencia entre aquellas actividades de vinculación por su ámbito de influencia —interna y externa—, pero sobre todo por el tipo y nivel de participación de los estudiantes indígenas. Lo manifestado por la institución indica la existencia de convenios de colaboración con otros programas institucionales, muchos de los cuales son de apoyo logístico o de una participación muy general. En el ámbito externo, las actividades son para promocionar la oferta educativa de la Universidad o impulsar la incorporación de los estudiantes destacados en el mercado laboral. Resumiendo, existe escasa evidencia sobre convenios de vinculación, principalmente externos, en los que el estudiante participe de manera activa desarrollando proyectos productivos y/o de investigación o constituyéndose como un agente de cambio a partir de su reinserción en la comunidad de origen. Un reto para la Unidad en el mediano plazo, sin duda.

Si bien el proceso arroja buenos resultados, ello no significa que se desarrolle sin obstáculos. Como idea inicial al respecto, debe decirse que se requieren mayores acciones para fortalecer la Unidad de Apoyo en el ámbito institucional y lograr un mayor compromiso de parte de los responsables, así como de los tutores y los estudiantes indígenas. Una acción sobre la que se sugiere reflexionar es si su actual ubicación es la que mejor puede contribuir a su maduración como entidad de corte académico.

Al respecto, es menester señalar los problemas principales que requieren de solución. Un primer punto es la falta de identificación y apropiación del Programa por parte de los estudiantes, pese a los esfuerzos realizados por los responsables para difundir los propósitos y los servicios que el mismo ofrece. Como indicadores en ese sentido, se ha señalado que el nivel de acercamiento de los alumnos hacia la Unidad se incrementa cuando necesitan resolver algo con extrema urgencia o el hecho de que sea identificada más como resultado de los apoyos brindados por la Fundación Ford y no como producto de un esfuerzo institucional para consolidar su formación académica y personal. Por lo anterior, es necesario diversificar las acciones para que los estudiantes sean actores activos en el desarrollo del Programa; posiblemente ayuden aquellas actividades que se desarrollen en una lógica distinta a la cuestión académica, que busquen la integración y fomenten su creatividad en diferentes ámbitos.

Por otro lado, existen aún resistencias de actores institucionales externos a la Unidad. La falta de apertura y apoyo de diferentes sectores universitarios se manifiestan como debilidades del Programa y, en muchas ocasiones, ha obligado la intervención directa de altos funcionarios de la institución para lograr su cooperación en las diferentes actividades que organiza la Coordinación o para disponer, en tiempo, de los recursos económicos asignados para la operación del proyecto.

Desde nuestra perspectiva, se considera que existen elementos importantes para convencer a dichos sectores: los resultados académicos logrados y los casos de estudiantes exitosos que se han beneficiado del Programa, son dos ejemplos que conviene aprovechar. En todo caso, ello se convierte en un desafío más: en la medida en que se logre la integración y compromiso de los tres actores involucrados en el Programa, paulatinamente se aceptará la importancia de este tipo de proyectos por parte de toda la comunidad universitaria.

Una de las limitantes del proceso de tutoría tiene que ver con el marco normativo existente. En particular, la legislación universitaria no contempla aún la tutoría como una función que debe desempeñar el académico de tiempo completo. Es explicable entonces el desinterés manifestado para participar en el Programa; de hecho, muchos académicos que actualmente conforman el equipo de tutores tienen un contrato por asignatura. A ello se agrega la inexistencia de un programa de tutoría para la institución, en general.

Asimismo, la Unidad de Apoyo no coordina directamente las acciones de tutoría para los estudiantes incorporados al PAEI, ya que esa función recae en cada una de las escuelas que conforman la Universidad. Lo anterior ha dificultado el establecimiento de criterios de operación de la acción de tutoría y, por ende, ha obligado a que el desarrollo de las sesiones se determine directamente entre el tutor y el estudiante indígena y, en el extremo, son estos últimos quienes se encargan de diseñar estrategias de evaluación y seguimiento.

En síntesis, el servicio —no podría llamársele todavía programa— de tutoría es indefinido y muy débil, aún. Actualmente se llevan a cabo los trabajos para la implantación del Programa Institucional de Tutoría, con vistas a generar una coordinación que apoye las acciones de la Unidad de Apoyo en ese sentido. No es para sorprenderse, por lo tanto, con aquellos señalamientos sobre la poca claridad existente acerca del significado real de la tutoría y de su proceso.

Debe insistirse en la necesidad de consolidar un Sistema de Información para el Programa. Se ha hecho hincapié en la importancia de haber iniciado los trabajos respectivos; no obstante, es necesario consolidar los mecanismos para identificar oportunamente a los estudiantes con necesidades de atención, así como los instrumentos para evaluar, puntual y sistemáticamente, el desempeño de los estudiantes y de los tutores.

Un punto delicado, sobre el que se sugiere una revisión, es el relativo a la mención de los estudiantes en torno de la falta de información sobre el destino de los recursos que la Fundación Ford ha otorgado a la UNICACH. Consideraron injusto no conocer lo que sus autoridades informan a la Fundación Ford.

Es necesario, por último, otorgar una mayor capacidad de decisión a los responsables operativos, sin que eso implique alterar la comunicación interna con la autoridad institucional. Se sugiere evitar los escalones en realidad alientan la burocratización en la operación del Programa y entorpecen las acciones programadas. Por la riqueza de la experiencia de los responsables directos en la atención de los estudiantes, se recomienda que sean éstos quienes participen en los eventos a cargo de la Dirección de Cooperación Nacional y tengan así un espacio para mostrar sus experiencias, de manera más viva.

Unidad de Apoyo Académico para Estudiantes Indígenas: Universidad de Guadalajara

La perspectiva original de la Unidad de Apoyo Académico a Estudiantes Indígenas

Aspectos generales del diagnóstico institucional

En 1994 la Universidad de Guadalajara creó la Unidad de Apoyo a las Comunidades Indígenas, UACI. Desde su inicio, esa Unidad se ha vinculado con los Pueblos Nahuas, Huicholes e inmigrantes del estado de Jalisco para la puesta en marcha de proyectos de rescate, conservación, defensa y desarrollo de las culturas indígenas y sus territorios. Asimismo, ha realizado gestiones encaminadas al desarrollo de una educación intercultural dentro de la institución.

Otro antecedente importante es el Centro de Investigación de Lenguas Indígenas, fundado en 1986 y actualmente reconocido como Departamento de Estudios en Lenguas Indígenas. Por este medio se ha promovido el ingreso a la Universidad de estudiantes provenientes de diversos grupos étnicos y, durante su estancia, han recibido el apoyo de académicos para garantizar el buen término de sus estudios de licenciatura.

A pesar de esos esfuerzos, hasta el 2003 no existía un programa particular que atendiera y apoyara a los estudiantes indígenas. Partiendo de ese hecho, el proyecto para crear la Unidad de Apoyo se fundamenta en la búsqueda de mecanismos específicos que permitan que las comunidades indígenas puedan acceder al conocimiento generado por las universidades y, asimismo, enriquecerse aprendiendo de otras culturas.

De acuerdo con el XII Censo General de Población y Vivienda, en la entidad existen 27 mil 822 hablantes de lenguas indígenas. Las lenguas más importantes son el Huichol y el Náhuatl y, en menor medida, coexisten las siguientes: Cora, Chatinos, Chinantecos, Huasteco, Maya, Mazahua, Mazateco, Mixe, Mixteco, Otomí, Purépecha, Tarahumara, Tlapaneco, Totonaca, Triqui, Tzeltal, Tzotzil, Yaqui y Zapoteco.

Al momento de la elaboración del proyecto, la Universidad de Guadalajara tenía detectados a sólo 14 estudiantes indígenas matriculados, ello representó el

0.04% del total de la población del estado en edad de recibir educación universitaria. Por otro lado, de la información contenida en el documento se desprende la necesidad de elaborar estrategias para que un mayor número de alumnos indígenas pueda ingresar a la institución. En el proceso más reciente de ingreso, 28 aspirantes fueron rechazados por haber reprobado el respectivo examen de admisión.

Objetivos del Programa de Apoyo

De manera general, la Universidad de Guadalajara se propuso:

Crear el Programa de Apoyo Académico para Estudiantes Indígenas del Estado de Jalisco y Migrantes, que les garantice la igualdad de oportunidades en el acceso, aplicación y desarrollo de sus estudios dentro de institución, permitiéndoles convertirse en impulsores del desarrollo social, económico y cultural de sus pueblos.

Fomentar el desarrollo de una cultura de interacción entre los pueblos indígenas de la región y la Universidad de Guadalajara.

Asimismo, los objetivos particulares planteados, fueron:

Impulsar el desarrollo y aprovechamiento académico de los estudiantes indígenas.

Reducir la brecha de desigualdad que separa a esa población de alumnos del resto de los estudiantes.

Promover el desarrollo de programas de educación, investigación y extensión cuyo objetivo central sea el fomento de una relación intercultural entre la Universidad y los pueblos indígenas de la región.

Metas proyectadas

Las metas señaladas en el documento fueron proyectadas en el corto y mediano plazos —2003 y 2004—. Como indicaciones generales, destacan: a) constituir el Consejo Técnico Consultivo del Programa de Apoyo, b) conformar el equipo de tutores y docentes especialistas de apoyo, c) elaborar una base de datos con la información académica de los estudiantes indígenas, d) realizar una campaña de promoción y difusión del Programa, e) realizar un foro intercultural, f) elaborar la propuesta de un Modelo de Formación para la Educación Multicultural para los

Docentes de los Centros Universitarios Temáticos, y g) presentar el informe y la evaluación de resultados.

Líneas estratégicas de acción

Para el desarrollo de la Unidad de Apoyo, así como para cumplir con los objetivos y las metas señaladas en líneas anteriores, la Universidad propuso que la operación del Programa estuviera basada en acciones agrupadas en cuatro dimensiones.

Gestión Académica: a) realizar el diagnóstico e identificación de estudiantes indígenas, b) crear una base de datos del programa, y c) proporcionar asesorías y seguimiento de trámites demandados por los estudiantes.

Capacitación y tutorías: a) conformar el equipo de asesores y facilitadores (tutores), y b) organización e impartición de cursos y talleres.

Monitoreo e Investigación: desarrollar un modelo propio de seguimiento para los estudiantes indígenas en los diferentes Centros Universitarios y en sus distintas etapas educativas.

Vinculación y Difusión: propiciar los vínculos entre las Dependencias y Centros Universitarios Regionales y Temáticos que puedan apoyar el proceso de formación académica de los estudiantes. La difusión del Programa se dirigirá tanto a las comunidades indígenas y migrantes, como a la comunidad universitaria.

Características de la Unidad de Apoyo derivadas de la propuesta original

Con el propósito de aprovechar la infraestructura institucional, se propuso que la responsabilidad de la operación de la Unidad de Apoyo para Estudiantes Indígenas, recayera en la Unidad de Apoyo a las Comunidades Indígenas, UACI.

Dentro de la estructura orgánica de la Universidad de Guadalajara, la UACI es una dependencia de la Coordinación General de Extensión, misma que se constituye en una de las instancias centrales de la institución. A pesar de que físicamente se ubica en las instalaciones de la Zona Metropolitana, mantiene estrecho contacto con los Centros Universitarios Regionales, así como con las zonas rurales y comunidades indígenas existentes en la región.

Las funciones principales que desempeñaría la UACI en el marco del Programa, son las siguientes: a) diagnosticar las necesidades de los aspirantes y de los estudiantes indígenas; b) crear mecanismos de apoyo académicos para los

estudiantes —tutorías, asesorías, grupos de estudio, participación en proyectos de investigación—; c) orientar e informar a las comunidades indígenas sobre los diversos servicios educativos ofrecidos por la Universidad y por la Unidad de Apoyo; y d) fomentar actividades que permitan una mejor adaptación de los estudiantes al ambiente universitario.

De manera general, se considera como fundamental la vinculación con todos los Centros Universitarios Temáticos en las áreas de conocimiento que se imparten, así como con los ocho Centros Regionales, tres de los cuales se ubican en circunscripciones con población indígena. Adicionalmente, se estableció que cada uno de los Centros pusiera a disposición del Programa los servicios que ofrece a todos los estudiantes, tales como bibliotecas, salas de cómputo, auditorios, entre otros.

Desarrollo, operación y avances reportados por la Unidad de Apoyo Académico

El estado del programa a dos años de operación: 2003-2004

A partir de la operación de la Unidad de Apoyo, se han realizado esfuerzos significativos para identificar e incorporar al Programa a los estudiantes indígenas existentes en la Universidad de Guadalajara. Al inicio estaban inscritos 169 estudiantes y la matrícula existente hasta octubre de 2004 era de un total de 224 alumnos.

A lo largo de esos dos años, han egresado 9 estudiantes, 3 de los cuales se postularon como candidatos a cursar una Maestría. Asimismo, 3 alumnos se reincorporaron al Programa como personal de apoyo académico o administrativo y 2 más regresaron a sus comunidades de origen para llevar a cabo proyectos productivos.

Las áreas de conocimiento que cursan los estudiantes son, principalmente: Salud, Humanidades y Educación. En dichas áreas se concentra el 73.3% de los estudiantes indígenas y el resto está distribuido en áreas económicas administrativas, biológicas y agropecuarias, ingenierías y tecnología, y artísticas.

Otros datos relativos al proceso académico que llevan a cabo los estudiantes inscritos son los siguientes. Al inicio del Programa, el promedio global de calificaciones se ubicó en 7.9 y el dato respectivo de octubre del 2004 fue de 8.5: un rendimiento académico mayor en seis décimos de punto.

En lo que respecta al porcentaje de estudiantes que actualmente es beneficiario de una beca económica, el dato es equivalente al 21.0%. De esa población, 8 tienen la beca PRONABES, 16 han recibido el apoyo de instituciones como el CONAFE, la DERN y el Ayuntamiento de Cuautitlán. Asimismo, gracias a su excelente desempeño académico, la Universidad ha apoyado económicamente a un estudiante indígena.

Por otra parte, hasta el 2004 el padrón de tutores estaba compuesto por un total de 25 académicos, tres más respecto al 2003. De dicha plantilla, 6 tenían el grado académico de Doctor, 10 el de Maestría y 9 académicos poseían el título de Licenciatura.

Una de las actividades principales de la Unidad de Apoyo es la organización e impartición de cursos de regularización para los estudiantes. En los dos años que lleva operando esa instancia, se han impartido 10 cursos que han abordado temas como Español, Matemáticas, Orientación Vocacional, Manejo de la Autoestima, Inglés y Computación. También, se han organizado cursos de preparación para el College Board. Es importante hacer notar que la definición de la oferta de cursos se ha venido realizando en función de las necesidades académicas de los estudiantes participantes.

En ese sentido, a los 7 cursos ofrecidos en el 2003 asistieron 133 estudiantes, en tanto que 98 concluyeron los 3 cursos ofrecidos en el 2004. Lo anterior, de acuerdo con los responsables del Programa, ha tenido impactos positivos en el trabajo de tutoría y en el desempeño académico de los alumnos. De manera particular, se ha observado que los estudiantes han incrementado su nivel de participación de cada una de las asignaturas que cursan, así como en las sesiones de tutoría programadas con el tutor asignado.

Por lo que respecta a la difusión del Programa, ésta se ha venido realizando mediante la publicación de seis desplegados en diferentes periódicos de circulación local, trece actividades de promoción en la radio y tres en la televisión. Para ese mismo propósito, se han organizado nueve eventos académicos y se han producido trípticos, folletos, carteles y un video. Es de resaltar la divulgación que realizan los estudiantes indígenas beneficiados por el Programa, tanto al interior como en el ámbito externo a la institución.

Producto de las actividades de difusión, la institución ha reportado un incremento en la población de estudiantes que aspiran a cursar su licenciatura en la Universidad, principalmente en aquellos Centros con mayor influencia en las regiones compuestas por comunidades indígenas, tales como: los Centros Universitarios Norte, Sur y Centro-Sur.

La vinculación es otra de las tareas sustanciales de la Unidad de Apoyo. Merece destacarse la colaboración con otras dependencias institucionales como la Dirección de Control Escolar, para manejo de información estadística; Radio Universidad y la Oficina de Comunicación, en lo relativo a la difusión; la Coordinación General de Servicios Universitarios, con su apoyo en la gestión de becas para los estudiantes; la Coordinación General Académica, la que da soporte en cuanto a cursos; la Unidad de Servicio Social, la Coordinación General del

Sistema para la Innovación del Aprendizaje, en la realización de materiales didácticos; y la Coordinación General de Sistemas de Información, misma que garantiza el acceso a la base de datos de la institución.

En el ámbito externo, ha firmado diferentes convenios de colaboración con comunidades y organizaciones indígenas. Entre otros, sobresalen:

La Asociación Jalisciense de Apoyo a Grupos Indígenas (AJAGI): con quienes realizan un trabajo conjunto en la Sierra Huichola.

La Unión de Jóvenes Estudiantes Wixaritari (UJEW): cuyos miembros participan de manera activa en el programa.

Consejo de Mayores de Ayotitlán y los Comuneros de Mezcala: avalan el Programa en la comunidad respectiva.

Las Asambleas y autoridades de las comunidades Wixaritari: a través de estas asambleas se difunde el Programa en las comunidades huicholas.

Dulce Camino A.C.: ONG que brinda apoyo para conseguir recursos de apoyo a los estudiantes.

Procuraduría de Asuntos Indígenas de Jalisco: esta institución es promotora del programa en las comunidades indígenas de la región.

Presidencia Municipal de Cuautitlán de García Barragán Jalisco: la que apoya con dos casas habitación a los indígenas Nahuas que estudian en Autlán.

Propuestas para el futuro inmediato

Como producto de los dos años de operación, la Unidad de Apoyo ha formulado una serie de sugerencias que tienen como finalidad el mejoramiento y consolidación del Programa en la Universidad de Guadalajara.

En particular destaca el señalamiento en torno a la descentralización del Programa de Apoyo, con el propósito de que cada Centro Universitario sea quien dirija el desarrollo del proyecto acorde con el contexto y la dinámica particular de cada caso.

La visión desde los sujetos participantes: Coordinadora de la Unidad, tutores y estudiantes indígenas

Organización del Programa de Apoyo y funciones que desempeña

La Coordinación General del Programa está a cargo de la Unidad de Apoyo a las Comunidades Indígenas, UACI, creada en 1994 con el propósito de atender las necesidades de los pueblos del Estado de Jalisco. La unidad está emplazada en el Centro Universitario de la Zona Metropolitana y, operativamente, tiene cobertura en los siete centros adicionales que conforman la Universidad de Guadalajara.

El Programa de Apoyo está organizado sobre la base de 4 líneas de acción: a) gestión académica, b) capacitación y tutorías, c) monitoreo e investigación, y d) vinculación y difusión.

Si bien la UACI asume el papel de instancia con carácter de Coordinación General, en muchos de los Centros Universitarios el Programa de Apoyo funciona a partir de lineamientos establecidos de manera interna, aunque no necesariamente contradictorios con las líneas de acción definidas por esa Unidad; en todo caso, la responsabilidad de capacitación de los tutores incorporados al proyecto es competencia de esa instancia universitaria.

Así, las funciones principales que desempeña, son: a) identificar y diagnosticar el estado académico y personal de los estudiantes indígenas, b) realizar tareas de gestión administrativa, c) concentrar la información estadística del Programa, d) conformar el equipo de facilitadores y capacitarlos, e) realizar tareas de seguimiento de los estudiantes indígenas, y f) llevar a cabo actividades de difusión y vinculación extrainstitucional.

Proceso de incorporación de los estudiantes al Programa de Apoyo

El registro estadístico sobre el origen de la matrícula inscrita no ha sido una práctica común de la Universidad de Guadalajara. Ello ha limitado la identificación de los estudiantes provenientes de comunidades indígenas y su incorporación al Programa de Apoyo.

Para solventar dicha carencia, la Coordinación General tuvo como una de sus primeras tareas el registro de los estudiantes indígenas aspirantes a cursar sus estudios de licenciatura en esta institución. Dichos trabajos dieron inicio en el

2002 mediante la oferta de cursos de regularización, exámenes sobre el perfil vocacional de los aspirantes y protocolos de ingreso.

Los cursos de regularización, cuya duración es de 15 días, abordaron, fundamentalmente, temas relacionados con áreas de conocimiento como español y matemáticas, que son, de acuerdo con los responsables del Programa, las dos áreas en las que se manifiestan las mayores deficiencias.

Como última etapa, a aquellos alumnos que fueron aceptados por la institución, se les aplicó un cuestionario para detectar su origen, así como el nivel de conocimiento y de dominio de una lengua indígena. Los resultados de dicho cuestionario sirvieron para conocer los casos susceptibles de atención más urgente por parte del Programa de Apoyo.

Actualmente, el Programa cuenta con 224 estudiantes indígenas —originarios, principalmente, de las etnias Náhuatl y Huichol—, cifra equivalente al 0.002% del total existente en el estado de Jalisco. Ello indica que, para la Universidad de Guadalajara, históricamente, la atención de este tipo de estudiantes no ha sido una de sus prioridades.

De manera complementaria, los diferentes Centros Universitarios llevan a cabo procesos de reclutamiento de los estudiantes ubicados en niveles superiores de la licenciatura.

Conformación del equipo de tutores, el proceso de capacitación y las funciones que desempeñan

Para la integración del equipo de tutores, los criterios principales fueron: a) la participación de los profesores en el proceso de capacitación, y b) el tipo de nombramiento. La totalidad de los tutores cumple con el primer requerimiento, no así con el segundo, en virtud de que si bien se estableció que fueran profesores de tiempo completo, existen muchos cuyo contrato es por asignatura.

Los 25 tutores participantes en el Programa están capacitados para desempeñar funciones de tutoría general, producto de la Reforma Universitaria de 1992 en la que se estableció la preparación periódica de los académicos para llevar a cabo esas funciones. Sobre esa base, la Coordinación General organizó cursos y talleres, con una duración de 20 horas, para formarlos como tutores de estudiantes indígenas. A dicho proceso fueron invitados los ocho Centros Universitarios que conforman la Universidad.

Durante el proceso de formación se enfatizó en las particularidades de la población objeto, es decir, se consideró como premisa principal el hecho de que la tutoría para estudiantes indígenas implica el pleno reconocimiento respecto de la existencia de valores y culturas distintas a las desarrolladas en el ámbito urbano, así como la interculturalidad prevaleciente en la Universidad.

Bajo ese entendido, el primer curso fue para sensibilizar a los académicos sobre las características, el contexto y la riqueza cultural inherentes a las comunidades de origen de los estudiantes. Gracias a ello se logró la convivencia entre los tutores de los diferentes Centros Universitarios, así como el compromiso y el convencimiento para atender a esos actores, desconocidos institucionalmente.

Por otra parte, dentro de las actividades que realizan, destacan, además de la tutoría, la elaboración de reportes e informes de actividades y la asistencia a las diversas reuniones y tareas vinculadas al Programa de Apoyo. En promedio, el tiempo que los tutores dedican al proyecto es del orden de 10 horas semanales.

Finalmente, una vez conformado el equipo, se consideró conveniente que los tutores recibieran un estímulo económico —mil 600 pesos mensuales— a partir de los siguientes criterios: a) número de estudiantes atendidos, b) entrega de reportes y productos de la acción tutorial, y c) elaboración de un ensayo cuyo contenido versara sobre los cursos y talleres a los que asistieran. Sin embargo, la burocracia existente para liberar los recursos proporcionados por la Fundación Ford, ha llevado al incumplimiento de dicho acuerdo. Pese a ello, los responsables identifican como una fortaleza del Programa, el compromiso manifestado por los tutores.

Como necesidades de capacitación para mejorar sus servicios, los tutores demandan cursos de formación para conocer, de manera más precisa, la cultura de los distintos grupos indígenas existentes en la región. También, se advierte la necesidad de contar con más y mejores técnicas que les permitan una comunicación más fluida con los tutorados.

Proceso para detectar los problemas y necesidades de atención de los estudiantes

Para detectar los problemas y las necesidades de los estudiantes indígenas inscritos en el Programa se ha procedido a aplicar cuestionarios para conocer: a)

sus antecedentes académicos, b) su perfil socioeconómico, y c) las dificultades principales que tienen durante la licenciatura.

En ese orden, el problema principal que manifiestan los estudiantes es de índole económica, por lo que muchos se registraron con la expectativa de lograr apoyos financieros.

Se han identificado, asimismo, dos grandes grupos de limitaciones: por un lado las de orden académico y, por el otro, las relativas a su personalidad. En términos generales, son estudiantes que manifiestan muchas carencias académicas, como falta de habilidades para la redacción y comprensión de lecturas, así como de conocimientos básicos; tienen problemas para reconocer su identidad, su autoestima es muy baja y afrontan con muchas dificultades el cambio experimentado por su traslado del ámbito rural al urbano.

El proceso de tutoría

Los estudiantes asisten a las sesiones de tutoría una o dos veces al mes. El proceso inicia con entrevistas individuales al total de los estudiantes inscritos y, posteriormente, se llevan a cabo reuniones específicas entre el tutor y el grupo de estudiantes asignado.

En una sesión de tutoría, el estudiante expone sus principales dificultades académicas y, sobre esa base, el tutor lleva a cabo las acciones pertinentes. En lo fundamental, el tutor se encarga de la revisión de trabajos —artículos, ensayos, exposiciones y otros— y, a partir de las observaciones correspondientes se programan nuevas sesiones.

Actividades para difundir el Programa y los servicios que ofrece

Las actividades de difusión se llevan a cabo tanto por parte de la Coordinación General como por los diferentes Centros Universitarios. Entre otras, destacan la grabación de spots cuyos contenidos se transmiten en diferentes lenguas étnicas, mediante los espacios que proporciona la estación de radio de la Universidad de Guadalajara.

Asimismo, se han realizado exposiciones sobre las diferentes manifestaciones culturales de los pueblos indígenas existentes en la entidad, desarrolladas al interior y al exterior del ámbito universitario. Como un ejemplo,

sobresale el evento de danza, promovida en los diferentes Centros Universitarios, originaria de la cultura Nuahuatl.

Adicionalmente, se han organizado actividades de intercambio con académicos de diferentes países que cuentan con poblaciones indígenas, como fue el caso de Bolivia.

Apoyo y comunicación institucional

Como se ha señalado, el Programa de Apoyo, insertado como parte de la UACI, depende de una de las instancias centrales de la Universidad, la Coordinación General de Extensión; gracias a ello, la comunicación con las diferentes dependencias de cada uno de los Centros Universitarios es valorada de manera positiva.

Los medios que utiliza la UACI para estar en constante comunicación con los Centros Universitarios y, particularmente, con los tutores participantes, son el correo electrónico y el teléfono. Dichos mecanismos, si bien han resultado de mucha utilidad para intercambiar información y concentrar las estadísticas propias del Programa, limitan el seguimiento y control de la tutoría, así como de los servicios ofrecidos a los estudiantes inscritos.

Problemas operativos del Programa de Apoyo

Como uno de los problemas principales, debe destacarse la dificultad que tiene el Programa en términos de la disponibilidad de los recursos otorgados por la Fundación y los trámites administrativos vinculados. Una muestra de dicha limitación es el largo proceso burocrático que tiene que seguir para disponer del financiamiento, así como la falta de respuesta oportuna a las solicitudes respectivas.

Así, la instancia universitaria encargada de tramitar los recursos utiliza un mes o más para ese propósito. Posteriormente, debe pasar por la Dirección de Extensión Universitaria, la cual demora 5 meses para liberar el trámite. Una vez superados dichos eslabones, los documentos aprobatorios son dirigidos a cada uno de los Centros Universitarios.

Producto de ese proceso es el hecho de que los académicos que participan como tutores tienen más de 2 años de no recibir el estímulo económico establecido al principio de las operaciones del Programa. Lo anterior es

interpretado por parte de los tutores como una falta de compromiso institucional con el proyecto.

En el marco del Programa, por otra parte, no se han organizado reuniones en las que participen los responsables y los tutores para analizar las dificultades y logros obtenidos a partir del inicio de las operaciones, así como para definir acciones de mejoramiento. En opinión de los tutores, dichas reuniones aportarían mayor claridad sobre los propósitos del Programa, sus alcances y su contribución a la institución.

Al respecto, existen opiniones en el sentido de que se han privilegiado las acciones para lograr que un mayor número de estudiantes indígenas ingrese a la Universidad, en detrimento de aquellas que garanticen su permanencia. Asimismo, se considera que no se han debatido suficientemente las estrategias pertinentes que promuevan el regreso de los estudiantes a sus lugares de origen a partir de proyectos productivos o de investigación.

Logros y expectativas del Programa de Apoyo

Si bien no es algo generalizado en todos los Centros Universitarios, existen estudiantes que han logrado avances significativos en comunicación oral, escrita y gráfica. Otros han manifestado su compromiso con el Programa y han reconocido que, más allá de sus limitaciones estructurales, pueden ser elementos importantes para el desarrollo de su comunidad, por lo que promueven organizarse para demandar mayores apoyos institucionales y gubernamentales que les permitan solventar problemas de salud y de transporte, lograr becas y otro tipo de recursos que faciliten y garanticen su permanencia en la institución. Gracias a su iniciativa, se han logrado servicios de hospedaje por parte de diversas autoridades de la entidad.

Como otro logro, ante el malestar de los estudiantes no indígenas quienes, a partir del surgimiento del Programa cuestionaron el hecho de que se estuviera privilegiando a los alumnos indígenas, paulatinamente han aceptado la existencia de una población culturalmente distinta y, asimismo, valoran positivamente el apoyo que les brinda la Universidad. Ello ha facilitado que los estudiantes inscritos reconozcan su origen y tengan mayor participación dentro de la comunidad universitaria.

Es conveniente señalar la preocupación manifestada por los tutores en el sentido de la falta de acciones que refuercen los propósitos del Programa en los ocho Centros Universitarios. Al respecto, se ha observado que se requiere mayor énfasis en la importancia de fomentar el arraigo y preocupación de los estudiantes por generar proyectos productivos en sus comunidades de origen, sin que eso implique limitarlos para que se desarrollen profesionalmente en otros ámbitos.

Los tutores, por su parte, manifiestan su compromiso con el Programa, pese a que no han recibido los apoyos prometidos y, al igual que los responsables del proyecto, señalan la factibilidad de continuar respaldando a los estudiantes indígenas, independientemente del financiamiento que proporciona la Fundación.

Finalmente, como una propuesta, los tutores consideran fundamental el intercambio de experiencias con otras universidades sobre el quehacer de la tutoría, la organización y los resultados obtenidos a raíz de la implantación de los diferentes programas de apoyo.

Conclusiones

La Universidad de Guadalajara constituye un caso diferente al resto de instituciones participantes en el PAEI, debido a su experiencia en el acercamiento a poblaciones indígenas. Si bien la visión de la Unidad de Apoyo a Comunidades Indígenas, UACI, no es la misma, es decir no trabaja sobre el mismo esquema académico de tutoría y otros servicios de atención directa y personalizada, sí resulta un marco favorable primero, para comprender la gravedad del aislamiento y la posición de enorme desventaja de estas comunidades y, segundo, porque de alguna manera ha conformado una infraestructura técnica, operativa y de comunicación que mucho ayuda al funcionamiento del Programa.

Ofrecer igualdad de oportunidades para el acceso, aplicación y desarrollo de los estudios forma parte del proyecto original de la U de G que por principio, es sumamente relevante ante la histórica y lamentable experiencia segregacionista de muchas instituciones. Asimismo, destaca el propósito de promover la interculturalidad a partir de la presencia en la U de G de estudiantes de origen indígena que, en resumen, tendría que derivar del primer propósito. Entre las metas, además de reflejar su factibilidad, propone una que, de lograrse, constituiría un aporte fundamental y trascendería las fronteras de la institución, en relación con el tipo de educación que se persigue para nuestro país: la creación de un Modelo de Formación para la Educación Multicultural de los Docentes [de los Centros Universitarios Temáticos].

Por su parte, las líneas estratégicas de acción proponen una infraestructura integral, fluida y completa, para lograr una operación dinámica del Programa, tanto dentro de los límites de la institución, además obviamente de los de la UACI, como hacia fuera de ellas, en lo concerniente a las entidades que comparten intereses y, eventualmente, algunos proyectos.

La ubicación de la UAAEI en el organigrama institucional, la UACI, dependiente a su vez de la Coordinación General de Extensión, la obliga a situarse en la zona metropolitana de Guadalajara, es decir, ciertamente alejada de las unidades académicas y, más aún, de las comunidades de origen de los estudiantes. Se dice que se mantiene contacto, tal vez sí, pero no se sabe con qué niveles de oportunidad.

En los ocho Centros Universitarios que conforman la Universidad de Guadalajara, se ha puesto en operación el Programa de Apoyo, bajo la Coordinación General de la Unidad de Apoyo a las Comunidades Indígenas. Esta Unidad se dice que diseñó los lineamientos generales de operación; sin embargo, cada Centro puede definir diferentes estrategias para atender las necesidades de los estudiantes indígenas. Así, de las entrevistas realizadas, no se desprende información precisa sobre las virtudes de esta forma de organización ni una visión integral del desarrollo del proyecto, hecho que se desprende de la dificultad para coordinar a la distancia un proyecto que puede tener diferentes interpretaciones y alcances, en la medida en la que depende de ocho coordinadores regionales. La sola geografía puede significar un motivo de distanciamiento entre la zona en la que se desarrollan las actividades del Programa y su coordinación general.

El crecimiento en el número de estudiantes indígenas inscritos en el PAEI se ha debido, en buena medida, a las acciones de difusión que ha emprendido la Coordinación General. Los resultados en la participación de los jóvenes en las actividades académicas que se les han promovido, así como los avances en su rendimiento escolar son también formas de promover exitosamente el Programa, entre sus coterráneos, principalmente. Habría que agregar también las diversas formas de colaboración que se han formalizado con organizaciones y comunidades indígenas, mismas que actualmente han repercutido en la posición del Programa.

Inicialmente, se reconoce que la falta de información sobre el origen de la matrícula existente en la Universidad, fue uno de los principales obstáculos que enfrentó el Programa para iniciar sus operaciones; sin embargo, muy favorablemente, las acciones para identificar a los estudiantes indígenas constituyen un aporte fundamental para la institución. En ese sentido, el Programa también cuenta con los instrumentos básicos para conformar el perfil académico y socioeconómico de los estudiantes indígenas, así como para cubrir las necesidades de atención más significativas.

En cuanto a la conformación del equipo de tutores, básicamente participa el personal docente que ha sido capacitado para desempeñarse como tutor general y como tutor de estudiantes indígenas y quien tiene un nombramiento que le autoriza para dicha función, de acuerdo con las normas institucionales. No se incluyen otros criterios como, por ejemplo, su nivel de conocimiento sobre cultura

indígena, sobre características de las diferentes etnias vigentes en el país, sobre métodos de enseñanza, desarrollo de habilidades, pero esta aparente carencia, se subsana en la capacitación, la que considera que la tutoría para estudiantes indígenas implica cuestiones tan fundamentales como el reconocimiento de sus valores y su cultura. Provechosamente, los cursos para los profesores han incluido esfuerzos importantes de sensibilización en relación con los rasgos del contexto de las comunidades a las que pertenecen los estudiantes. Un detalle aparentemente poco significativo pero que es de gran contundencia para la operación del Programa, es que prácticamente están los profesores que realmente quieren estar. Incluso, ante el fallido estímulo económico al que se habrían comprometido las autoridades institucionales, el compromiso de los docentes no se vio alterado.

Por otro lado, y de acuerdo con lo manifestado por esos actores, como punto a favor, existe mucha claridad sobre las diferencias existentes entre la tutoría denominada “general” y la destinada a los estudiantes de origen indígena, lo que fortalece su actividad y proporciona confianza a sus tutorados.

Si bien es posible asegurar que hay una permanente comunicación de la Coordinación General de la UACI con los Centros Universitarios en donde opera el Programa, a través del teléfono y del correo electrónico, resulta limitada para tener control, supervisión y apoyos más directos. En especial, el factor de la oportunidad podría ser el más cuestionado en este proceso de comunicación.

La acción de la tutoría, en el marco de este nuevo Programa produce una importante cantidad de información que, como parte de los apoyos que brinda la Coordinación General, es posible registrar organizadamente. Lo siguiente es lograr su sistematización y aprovechamiento con efectos no sólo de mejoramiento y fortalecimiento de la operación del Programa, sino de fuente para la realización de investigaciones.

Faltan elementos para valorar el desempeño del Programa en su amplitud en la Universidad de Guadalajara por cuanto su desarrollo no se da en una sola entidad académica. Convendría profundizar el estudio en cada uno de los Centros Universitarios para conocer en particular los servicios que se ofrecen, el proceso de tutoría y el grado de participación de los estudiantes, las actividades de vinculación extrainstitucional, y los logros alcanzados. Sin embargo hay una garantía en su operación en la medida en que el respaldo institucional que recibe

en la UACI, constituye un importante soporte en términos de la concepción del apoyo a una población con serias desventajas en cuanto a oportunidades; de información socioeconómica y de contexto; de perfiles de los docentes asignados para trabajar con los estudiantes indígenas del PAEI, lo mismo que de su nivel de compromiso para con ellos y para con la institución.

En un plano general, sí es importante mejorar los canales institucionales de comunicación y de transmisión oportuna de los recursos de la Fundación Ford, pues la burocracia interna entorpece la operación, el control y la toma de decisiones que tiene un impacto directo en las actividades programadas con los estudiantes. Con mucha razón, los académicos participantes han tomado esto como un reflejo de la falta de compromiso de la autoridad institucional.

Hace falta promover reuniones en las que participen e intercambien experiencias los responsables de los diferentes Centros Universitarios, respecto de los problemas enfrentados por ellos en el curso de su participación en el PAEI, como los de los estudiantes, las posibles vías de solución, sus estrategias, etc. Algunos de los temas que podrían discutirse en estas reuniones se refieren a cómo impactar en las condiciones que aseguren la permanencia de los estudiantes indígenas y no solamente en lo relativo a su ingreso. Otro tema es el relacionado con el retorno de los egresados a sus respectivas comunidades, pero inmersos o como responsables del desarrollo de proyectos de investigación o de aplicación.

Finalmente, en el curso de la visita que se efectuó a la Universidad de Guadalajara, durante la realización del Encuentro Estatal de Jóvenes Estudiantes Indígenas, se pudo constatar, desde diversos ángulos, el potencial que tiene el PAEI en esa institución: de parte de los alumnos hay complacencia, agradecimiento e interés por ser reconocidos y valorados por su origen; se apreciaron diversas evidencias de su integración (quizá en algunos casos, plena asimilación) a un medio que les es significativamente diferente. Se sienten orgullosos y seguros de su procedencia y hasta saben que pueden “jugar” cuando se encuentran entre sus familiares y allegados. Mostraron una importante motivación por participar más en las actividades que se les proponen y por asumirse como un grupo consolidado, capaz de tomar sus propias decisiones.

Por el lado de los profesores, los que realizan actividades de tutoría, hay una enorme disposición e interés por participar en el Programa y en el conjunto de

tareas por medio de las cuales saben que pueden contribuir al mejoramiento de las condiciones de los estudiantes, tanto en el plano escolar como en el personal.

En cuanto al personal de la UACI que apoya el PAEI no sólo hay disposición sino que ha logrado involucrarse plenamente con el tipo de trabajo que implican los propósitos y objetivos de uno y otros programas, con la seguridad de que su grado de compatibilidad es una condición favorable para alcanzar los objetivos de ambos.

En términos de confianza y comunicación entre profesores, responsables del PAEI y estudiantes indígenas hay una línea delgada en donde, identificando las jerarquías, es posible establecer relaciones muy estrechas, de amistad y compañerismo que ha facilitado el trabajo conjunto y que garantiza llegar a buenos resultados.

Unidad de Apoyo Académico para Estudiantes Indígenas: Universidad de Quintana Roo

La perspectiva original de la Unidad de Apoyo Académico a Estudiantes Indígenas

Aspectos generales del diagnóstico institucional

Contribuir al desarrollo social, económico, cultural y profesional del Estado de Quintana Roo, es la misión de esta Universidad. Aun cuando carecía de un proyecto específico de atención a estudiantes indígenas, a lo largo de su historia ha firmado convenios, desarrollado proyectos de investigación e implantado programas que han beneficiado a estudiantes indígenas, como el Programa Institucional de Tutorías y el Programa Universitario de Becas.

A pesar de dichos esfuerzos, la UQRoo se ha planteado como objetivos estratégicos garantizar la permanencia y mejorar el rendimiento escolar de los estudiantes indígenas, por lo que, en el 2002, elaboró el proyecto para la creación de una Unidad de Apoyo4, en el marco del Programa de Apoyo a Estudiantes Indígenas en Instituciones de Educación Superior auspiciado por la Fundación Ford y la ANUIES.

Como información contextual, en la entidad existe un problema de rezago educativo; algunos indicadores al respecto son: índice de analfabetismo del 9%, 22% de la población adulta no tiene la primaria concluida y, en el nivel superior, la cobertura es de sólo el 9% en la población entre 20 y 24 años de edad. Por otro lado, desde un punto de vista cualitativo, la mayoría de los estudiantes de origen indígena cursa sus estudios básicos en la modalidad de telesecundaria y la educación media superior y superior las llevan a cabo en lugares alejados de sus comunidades, siendo el alojamiento y el transporte dos de sus principales necesidades y, evidentemente, generadoras de gastos.

Derivado del diagnóstico institucional, se identificó el origen de los estudiantes indígenas matriculados en la institución. Se identifican como los municipios de origen más importantes: Felipe Carrillo Puerto, José María Morelos 4 Se concibe a la Unidad de Apoyo Académico para Estudiantes Indígenas, UAAEI, como un área de atención diferenciada para estudiantes de origen maya, responsable de articular los esfuerzos de las áreas académicas y de servicios de la Universidad.

y Lázaro Cárdenas, cuyas poblaciones corresponden en su mayoría al grupo étnico Maya. La población total identificada fue de 110 estudiantes, quienes, al momento del estudio, cursaban licenciaturas como Antropología Social, Derecho, Economía y Finanzas, Ingeniería Ambiental, Lengua Inglesa, Redes, Relaciones Internacionales, Sistemas Comerciales, Sistemas de Energía y Turismo Alternativo.

Los datos preliminares del perfil de esa población indican que seis de cada diez alumnos hablan una lengua indígena y tres de cada diez desarrollan una actividad laboral. Además, los principales aspectos socioeconómicos que dificultan su permanencia y la conclusión de sus estudios se refieren a la falta de recursos económicos para solventar los gastos de alimentación y alojamiento. En ese sentido, la mayoría de sus familias carece de los recursos para apoyarlos, pues se dedican a las actividades agrícolas y generalmente están compuestas por un elevado número de miembros.

Finalmente, las áreas de conocimiento en que manifiestan mayores dificultades y que, por lo tanto, requieren de apoyo en la institución, son las relacionadas con áreas de conocimiento en donde se requieren contenidos y habilidades como matemáticas, redacción, comprensión de textos y manejo de paquetería básica de cómputo.

Objetivos de la Unidad de Apoyo

Son objetivos de la Unidad:

Asegurar la permanencia y un mayor rendimiento académico de los estudiantes indígenas inscritos en la Universidad, a través del diseño e instrumentación de estrategias académicas, culturales y asistenciales.

Reducir la deserción de estudiantes indígenas mediante la impartición de cursos remediales, asesorías, tutorías y otros servicios.

Apoyar a estudiantes indígenas para la realización de estudios de nivel superior a partir de la gestión de becas.

Metas proyectadas por el Programa de Apoyo

Como primera fase, a partir del 2003 la Unidad de Apoyo se propuso guiar su desarrollo con un programa bianual. A manera de señalamientos generales, el proyecto elaboró las metas a lograr en el 2004, entre las que destacan:

Integración y constitución de la Unidad de Apoyo Académico.

Diagnóstico de los estudiantes indígenas inscritos: áreas de acción y necesidades de atención.

Campaña de difusión y sensibilización de la comunidad estudiantil.

Cursos de capacitación estudiantil en el uso de herramientas informáticas y otros cursos remediales.

Campaña de promoción y difusión de los programas y servicios que la institución ofrece para comunidades con mayor población indígena.

Identificación, capacitación y asignación de tutores.

Cursos y seminarios de capacitación para presentar exámenes de inglés, admisión, egreso y titulación.

Características de la Unidad de Apoyo derivadas de la propuesta original

Como una línea de acción para constituir la Unidad de Apoyo, el proyecto propuso ubicarla, dentro de la estructura orgánica, como una dependencia de la Secretaría General de la institución. Cabe destacar que, de acuerdo con la información proporcionada, dicho emplazamiento le provee el mismo nivel jerárquico de áreas como Administración Escolar, Bienestar Estudiantil, Cómputo, Telemática y Biblioteca, lo que facilitaría su vinculación con todas las áreas existentes en la Universidad.

En términos de su estructura, se planteó que quedara integrada por un Jefe de la Unidad y dos Asistentes de tiempo completo. El perfil del Jefe se diseñó tomando en cuenta los siguientes criterios: a) poseer conocimientos de antropología, sociología o áreas afines, b) conocer la estructura y los servicios para estudiantes que ofrece la Universidad, c) tener habilidades de liderazgo y capacidad de gestión, y d) poseer interés y conocimiento de la cultura maya.

Por lo que respecta a las funciones de la Unidad, la institución estimó conveniente que desempeñara las siguientes tareas: a) difundir el objetivo y los programas de la Unidad de Apoyo, b) gestionar becas, cursos de capacitación y de regularización, c) convocar y presidir las reuniones con los tutores de estudiantes indígenas, d) difundir los servicios y los apoyos para estudiantes indígenas de los que dispone la Universidad, e) elaborar informes a partir de la

integración de expedientes y bases de datos y f) gestionar, tramitar y comprobar todos los egresos que genere el funcionamiento de la Unidad.

Dentro de las estrategias de seguimiento y evaluación se planteó el diseño de formatos para evaluar el papel de los tutores, el rendimiento de los estudiantes, la capacitación del personal y otras actividades que se desarrollen como parte del Programa. Asimismo, se consideró como un mecanismo importante al respecto, la elaboración de informes semestrales.

Por otro lado, como parte de su política de gestión, se consideró la promoción de convenios con organismos como el Instituto Nacional Indigenista, el Instituto Nacional de Antropología e Historia, el Instituto Quintanarroense de la Mujer, la Procuraduría Agraria, la Organización de Ejidos Productores Forestales de la Zona Maya, y el CIESAS.

Desarrollo, operación y avances reportados por la Unidad de Apoyo Académico

El estado del programa a dos años de operación: 2003-2004

Si bien el ciclo escolar de la Universidad está integrado por los periodos de otoño y primavera-verano, para los fines de este estudio se agruparán los periodos en función de un año completo (12 meses). Con dicho criterio, la matrícula incorporada a la Unidad en el 2003, fue de 95 estudiantes y la población inscrita en el 2004, ascendió a 137 alumnos indígenas, correspondiente al 6.0% de la matrícula total de la Universidad5.

El desempeño académico de los estudiantes inscritos mejoró ligeramente entre ambos años. Al inicio, el promedio de calificaciones registrado fue de 7.82 y para el ciclo escolar 2004 se estimó en 8.04.

Antes de que la Unidad de Apoyo iniciara sus operaciones, 30 estudiantes indígenas eran beneficiarios de la beca PRONABES y, al finalizar el 2003, se logró que 50 alumnos inscritos gozaran de ese estímulo económico. Institucionalmente, además, se ofrecen becas como premio al alto rendimiento académico de los alumnos y para apoyar los casos que, previo examen, manifiesten escasez de recursos para solventar sus estudios. En ese rubro, 15 estudiantes indígenas fueron apoyados indistintamente por alguna de las opciones indicadas. No se tienen los resultados de las gestiones correspondientes al año 2004.

Se ha logrado la conformación de un equipo de tutores integrado por 15 académicos con diferentes niveles de habilitación: uno con estudios de Doctorado y 14 con grado de Maestría. Asimismo, en términos de su formación profesional, la mayoría es especialista en el área de Antropología Social (9) y, en menor medida, en Pedagogía (3). Es necesario señalar que la plantilla de tutores que se logró conformar fue sometida a un proceso de capacitación para fortalecer su desempeño; específicamente, asistieron al curso Organización e implantación de programas institucionales de tutoría, así como al taller Formación de Tutores de Alumnos Indígenas.

5 Son datos correspondientes al final de cada ciclo escolar. Por otra parte, en la Universidad de Quintana Roo, específicamente en la Unidad Chetumal, existe una matrícula total de estudiantes del orden de 2 mil 260 alumnos.

En el proceso de tutoría, cada uno de los responsables tiene a su cargo siete estudiantes indígenas, mismos que son atendidos en dos sesiones por mes. No obstante, aun cuando se tienen programadas las sesiones, la comunicación entre el tutor y el tutorado se mantiene abierta en función de las necesidades que manifieste este último. Es importante hacer notar que el desarrollo y los resultados de cada una de las sesiones son registrados en formatos elaborados para concentrar los aspectos más importantes.

Durante una sesión de tutoría, de acuerdo con el reporte de la Unidad de Apoyo, el responsable aborda problemáticas variadas del estudiante, tales como su rendimiento académico, las técnicas de estudio que utiliza, sus principales problemas emocionales, entre otras. Producto de la relación que establecen ambos actores, se ha observado que el estudiante ha aprendido a exteriorizar con mayor libertad sus problemas y sus necesidades de atención.

Los cursos ofrecidos para los alumnos indígenas han abordado temáticas como: a) técnicas de redacción, elaboración de informes y ensayos finales; b) Introducción a las matemáticas, álgebra y razonamiento lógico; y c) estilos de aprendizaje, mapas mentales y hemisferisidad mental. Esos cursos se han organizado en función de los resultados de las encuestas aplicadas con el propósito de identificar sus principales deficiencias académicas, así como de las sugerencias que ellos manifiestan a la Jefatura de la Unidad.

Las actividades de difusión se han llevado a cabo a través de diferentes medios. Como ejemplo destaca el espacio que la institución compró en el Diario Yucatán para explicar el objetivo del Programa y los servicios que ofrece para los estudiantes indígenas. Con ese mismo fin, se ha realizado la promoción en diferentes estaciones de radio de la entidad, así como en diferentes programas televisivos.

En el ámbito interno, por otro lado, se han organizado eventos como reuniones con padres de familia, exposiciones fotográficas y conferencias relativas a la difusión de la diversidad cultural de la región. Adicionalmente, la Unidad de Apoyo ha utilizado la infraestructura y los eventos institucionales para dar a conocer las actividades y eventos que organiza. Tal es el caso, por ejemplo, de la

página web6 y los eventos que la Universidad organiza para divulgar su oferta académica. Por último, se ha reportado, como otro mecanismo, la producción de trípticos, carteles y diversos artículos de promoción.

Como impactos favorables de dichas tareas sobresalen el incremento de la población inscrita en el Programa, el mayor reconocimiento institucional que ha logrado la Unidad de Apoyo, así como el fortalecimiento de los mecanismos de vinculación con las distintas instancias académicas y administrativas de la Universidad. Así, se ha logrado la invaluable colaboración de instancias como Administración Escolar, Bienestar Estudiantil, Servicio Social y Becas, Laboratorios de Publicidad, Servicios Médicos, Centro de Cómputo, Departamento de Difusión, Biblioteca, el Programa de Apoyo al Nuevo Aprendizaje y el Programa Institucional de Tutorías.

La vinculación hacia el exterior también ha sido una actividad importante. Al respecto, se firmó un convenio con La casa del campesino para que estudiantes provenientes de la zona maya de Quintana Roo puedan permanecer en sus instalaciones teniendo los servicios de hospedaje gratuito y alimentación. Destaca, también, el convenio existente con la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas, cuya finalidad es apoyar a los jóvenes originarios de esas comunidades y contribuir a la preservación de la cultura Maya.

Las propuestas de la Unidad de Apoyo para el futuro inmediato

Con el firme propósito de fortalecer el Programa de Apoyo para Estudiantes Indígenas y a partir de la experiencia adquirida a lo largo de dos años de operación, la Universidad ha considerado necesario instrumentar las siguientes acciones:

Iniciar el proceso de institucionalización de la Unidad de Apoyo.

Generar un Programa de Becas para alumnos indígenas.

Demandar cursos de capacitación a la ANUIES para fortalecer las habilidades docentes en la atención de estudiantes indígenas.

6 Página actualmente activa. Se ofrece información sobre los servicios, los objetivos de la Unidad, la misión que tiene con los estudiantes de origen indígena, entre otros aspectos. La dirección de acceso es: http://uaaei.uqroo.mx./.

La visión desde los sujetos participantes: Coordinadora de la Unidad, tutores y estudiantes indígenas

Recursos humanos y materiales

Para el desarrollo de sus funciones, la Unidad de Apoyo cuenta con un Coordinador General, encargado de realizar actividades de seguimiento y control vinculadas al Plan de Trabajo correspondiente, representarla ante instancias internas y externas a la Universidad, así como de manejar el presupuesto asignado para la operación de la misma.

De manera complementaria, existe un Jefe de Proyecto que desempeña funciones de carácter operativo y tiene bajo su responsabilidad la publicación de convocatorias, vigilar la disponibilidad de espacios, programar reuniones de trabajo, entre otras. Por su parte, las funciones administrativas y de asistencia son llevadas a cabo por personal contratado para el Programa, entre quienes colaboran estudiantes de la UQR, dos de ellos, de origen maya. Cabe señalar que los honorarios del personal administrativo son cubiertos con los recursos otorgados por la Fundación Ford.

Como parte de su infraestructura, la Unidad de Apoyo se ubica en un cubículo asignado ex profeso, el cual se encuentra en proceso de ampliación y remodelación debido a la necesidad detectada de mayores espacios de trabajo y de concentración de materiales.

Asimismo, cuenta con equipamiento integrado por tres computadoras de escritorio, una computadora portátil, dos impresoras y una cámara fotográfica. Esos recursos son para el uso exclusivo del personal que colabora en el Programa y para las actividades que desarrolla la Coordinación y, en ese sentido, resulta insuficiente para apoyar las tareas académicas de los estudiantes indígenas.

Servicios que ofrece la Unidad de Apoyo

Fundamentalmente, los servicios que ofrece la UAAEI están relacionados con la organización de cursos y con las labores de gestoría que lleva a cabo para dar respuesta a las diversas demandas de orden administrativo de los estudiantes incorporados.

Desde el inicio de sus operaciones y respondiendo a las demandas de los alumnos, la UAAEI ha organizado cursos de nivelación académica con contenidos propios de dos áreas de conocimiento: técnicas de redacción y presentación de trabajos finales, y matemáticas. Como una tarea aún pendiente se halla la organización de cursos de idiomas, misma que se considera muy importante porque el dominio de un idioma extranjero es un requisito institucional para expedir el Título de Licenciatura.

Por otro lado, entre los servicios de gestoría destacan aquellos relacionados con los apoyos económicos para los estudiantes. Se ha llevado a cabo esa función ante el Patronato de la Universidad y la SEP-PRONABES. Al respecto, la Coordinación de la Unidad señaló que una de las razones más importantes por las que los alumnos se incorporaron al Programa, fue debido al logro de ese tipo de estímulos. También, a solicitud del estudiante, la Unidad gestiona una serie de servicios o supervisa trámites, como la expedición de constancias, reposición de credenciales, y todos aquellos servicios inherentes a la Unidad, incluyendo el apoyo psicológico y algunos servicios médicos.

Por otro lado, si bien el Programa no promueve la utilización del equipo existente en la Unidad, sí apoya a los estudiantes inscritos para la impresión de sus trabajos y el fotocopiado de materiales bibliográficos que requieran.

Es importante señalar que, para cumplir con los servicios referidos, la Unidad interactúa con diversas dependencias y servicios institucionales; es el caso, por ejemplo, del Programa Institucional de Tutoría, Servicios Escolares, Bienestar Estudiantil, Servicio Social y la instancia encargada de gestionar Becas.

Conformación de la plantilla de tutores y su perfil

Para la conformación de la plantilla de tutores que participa en el Programa, la Coordinación expidió una convocatoria abierta al total de la planta académica existente en la Universidad.

Para ese propósito, se definieron los criterios básicos referentes al perfil que debería tener el equipo de tutores que se incorporara al Programa, mismos que fueron formulados sobre la premisa de contar con las herramientas necesarias para atender las necesidades académicas y mejorar los aspectos de orden socioeconómico que han limitado su proceso de formación. Entre esos, destacan: a) poseer conocimientos de las culturas que rigen las comunidades indígenas de

la región, b) tener formación académica en el área de la antropología, principalmente, y c) haber tomado el curso de capacitación para el ejercicio de la tutoría, presencial o a distancia, impartido por la ANUIES.

Si bien la mayor parte de los tutores participantes cumple con los criterios anteriormente señalados, muchos de ellos, además de asistir a los estudiantes indígenas, se desempeñan también como tutores generales. Por lo anterior, tanto el Coordinador de la Unidad como los tutores, reconocen como una necesidad urgente la de programar un mayor número de actividades de formación que enfaticen en el conocimiento de las comunidades en las que tiene influencia la Universidad de Quintana Roo.

Por otra parte, la distribución de los estudiantes entre los 14 tutores que participan en la Unidad de Apoyo, es equitativa y mediante un procedimiento aleatorio; no se considera, por lo tanto, ni el perfil del tutor ni la licenciatura que cursa el alumno. En opinión de algunos tutores, el hecho de no estar inmersos en el área de conocimiento específico del estudiante, en muchas ocasiones dificulta el desarrollo de las asesorías académicas.

Funciones que desempeñan los tutores y característica principales del proceso de tutoría

Formalmente, las funciones principales que tienen los tutores del Programa son: a) llevar el registro de los tutorados, b) realizar la programación de actividades a desarrollar con el estudiante, c) promover la permanencia del estudiante en la Universidad, d) identificar aquellos aspectos que dificulten el desarrollo académico del estudiante, e) promover cursos para mejorar las habilidades de comunicación oral y escrita del estudiante.

Para asistir de mejor manera al estudiante, cada uno de los tutores cuenta con una carpeta informativa sobre las instancias y los servicios que ofrece la institución, en la que se especifica el nombre de cada uno de los responsables y el horario de atención.

En opinión de los estudiantes, el proceso de tutoría se inició con reuniones informales, en las que no existieron formatos o cuestionarios especiales para detectar sus necesidades de atención. Pese a lo anterior, reconocen mucha disponibilidad de los tutores para asesorarlos académicamente fuera de los

horarios previamente acordados. En promedio, acuden con su respectivo tutor una vez por mes y la sesión tiene una duración aproximada de una hora.

Por último, se señaló el hecho de que los tutores no promueven actividades de convivencia entre los estudiantes, deficiencia que es atribuida a que en el Programa de Trabajo de la Coordinación de la Unidad no se especifican acciones de esa naturaleza.

Proceso de incorporación de los estudiantes indígenas

Para la incorporación de los estudiantes al Programa, en el 2003 los responsables de la Unidad de Apoyo aplicaron una encuesta al total de los estudiantes de nuevo ingreso. En el cuestionario elaborado para ese propósito se integraron preguntas sobre la pertenencia a un grupo étnico y el dominio de una lengua indígena. La mayoría de los estudiantes incorporados pertenecen al grupo étnico maya.

Como etapa posterior, la Coordinación del Programa convocó a los estudiantes para que, mediante la firma de un convenio, quedaran formalmente inscritos a la Unidad de Apoyo. Inmediatamente después de la firma, los estudiantes fueron invitados a participar en diferentes reuniones para darles a conocer los propósitos y los servicios inherentes a la Unidad.

Actividades de difusión

Entre los medios utilizados para la difusión del Programa, se encuentra la página web de la institución, en la que se despliega la información relativa a los objetivos y al equipo de trabajo existente en la Unidad, así como las vías de contacto para tramitar solicitudes. La estación de Radio de la institución es otro medio de divulgación notoriamente utilizado.

En relación con los medios impresos, existen trípticos especialmente diseñados para la difusión interna y otros que se utilizan para promover el Programa en las comunidades rurales. Adicionalmente, en reuniones en las que se convoca a los estudiantes inscritos, se reparten playeras con el logotipo de la Unidad, de la Fundación Ford y de la ANUIES.

Reconocimiento institucional

De acuerdo con el responsable de la operación de la Unidad de Apoyo, institucionalmente el Programa es bien visto. Un indicador importante en ese

sentido ha sido el reconocimiento público realizado por el Rector en diferentes eventos y en documentos oficiales.

Ha ayudado, también, la participación de diferentes medios de comunicación locales, mismos que han efectuado reportajes que enfatizan en la existencia de un Programa especialmente diseñado para los estudiantes indígenas, así como realizado entrevistas a los diferentes actores que participan en él.

Finalmente, de acuerdo con lo manifestado por los entrevistados, desde el inicio de las operaciones del Programa, las diferentes instancias que tienen contacto directo con los estudiantes, han manifestado buena disposición para colaborar con las tareas y las actividades que se organizan.

Vinculación extrainstitucional

En lo relativo a las actividades de vinculación, destaca el trabajo que actualmente desarrolla la Unidad con los municipios de la Zona Maya, consistente en la promoción de la oferta académica y los servicios que ofrece la Universidad de Quintana Roo.

Actualmente la Coordinación de la Unidad de Apoyo gestiona ante diferentes instancias externas a la institución, tales como autoridades municipales y asociaciones civiles, recursos para fortalecer su operación y diversificar los servicios que ofrece.

Problemas detectados a partir de la operación de la Unidad de Apoyo

Durante el tiempo que lleva operando la Unidad de Apoyo, se ha presentado una serie de problemas que de alguna manera ha limitado su desarrollo. En primer lugar, muchos estudiantes indígenas inscritos, prefieren asistir con los tutores perteneciente al Programa Institucional de Tutoría, quienes, en mayor medida, atienden demandas de tipo académico, en vez de acercarse con el tutor asignado por el Programa.

Otra debilidad se refiere a la falta de respuesta de los estudiantes a las diversas convocatorias que realiza la Coordinación de la UAAEI para organizar y programar actividades de carácter colectivo. Asimismo, se ha identificado el poco compromiso manifestado por los tutores hacia las necesidades de los estudiantes y las actividades que se llevan a cabo en el marco del Programa.

Los tutores, por su parte, han denunciado la poca participación de los alumnos en las sesiones de tutoría, así como su inasistencia a las reuniones acordadas. También, en su opinión, los estudiantes tienen muy poca claridad sobre el significado de la tutoría; asumirse como indígenas no es algo que tenga necesariamente que ver con la posibilidad de recibir apoyos ni consideran las ventajas de relacionarse con los maestros y manifestarles abiertamente sus problemas. De lo anterior se derivó la propuesta de promover un mayor número y mejores acciones de difusión respecto a los fines que persigue el Programa.

Para finalizar, también se señaló como un problema que ha dificultado la acción de tutoría y el desarrollo del Programa, la falta de un sistema de captura y procesamiento de la información generada en cada una las sesiones y, adicionalmente, la inexistencia de información oportuna referente a la trayectoria escolar y el rendimiento académico actual del estudiante.

Conclusiones

Mejorar el rendimiento académico de los estudiantes indígenas, garantizar su permanencia y propiciar su incorporación a niveles de estudio de posgrado, fueron los objetivos principales que dieron origen a la Unidad de Apoyo de la Universidad de Quintana Roo, en el marco del Programa de Apoyo a Estudiantes Indígenas. Dichos objetivos son coherentes con el contexto en que se inscribe la institución, con las necesidades de atención que manifiestan los estudiantes indígenas matriculados y con las líneas estratégicas de acción planteadas para su cumplimiento.

Sobre esa base, los resultados obtenidos a partir de la creación de la Unidad de Apoyo hablan de una mayor cobertura de estudiantes, del logro de mayores apoyos económicos a través de la gestión de becas, de la conformación de una plantilla de tutores con nivel de habilitación de posgrado y de un número adecuado de estudiantes que atiende cada tutor; así como sobre la organización de cursos en función de las demandas académicas de los alumnos y de un ligero incremento en el rendimiento escolar de los estudiantes inscritos. En resumen, dichos indicadores proporcionan información suficiente para señalar que el Programa arroja un saldo positivo después de dos años de haberse puesto en marcha.

Los datos duros deben complementarse, sin embargo, con información de carácter cualitativo que ayude a definir el perfil del proceso y proporcione señales suficientes para valorar el compromiso, la actitud y el desempeño de todos los actores involucrados. En concreto, a partir de las respuestas obtenidas en cada una de las entrevistas y contrastando éstas con la revisión de documentos y la visita realizada —que además coincidió con un rico encuentro con los tutores cuando se impartió el Curso Taller de Formación de Tutores para Estudiantes Indígenas—, la conclusión es que el PAEI tiene varias fortalezas, pero también notorias debilidades que son factibles de corregir a partir de la voluntad de la Coordinación, de los integrantes de la UAAEI, de los profesores adscritos, de los estudiantes y, fundamentalmente, de la máxima autoridad de la Universidad, a fin de garantizar que el proceso de acompañamiento del estudiante indígena pueda ser realidad y rendir los frutos esperados. Conviene describir los argumentos.

No es explicable la existencia de una Coordinación General y una Jefatura de Proyecto. Esta situación conduce a un exceso de burocracia y de descontrol hacia las personas, hablando de tutores y de estudiantes, lo mismo que hacia las dependencias con las que se debe coordinar el Programa. La comunicación no siempre es tan fluida como se requiere y ello obstaculiza el desarrollo de acciones y el cumplimiento oportuno de las metas. Por otro lado, la más grande responsabilidad, mas no el mayor reconocimiento, está en el Jefe del Proyecto y su limitado equipo (en número de integrantes). La carga para éste es muy fuerte y, sin embargo, sus miembros son buscados y gozan de la confianza y buena comunicación con los estudiantes debido a que muchos de ellos son coterráneos. Al respecto, se sugiere que los responsables directos sean quienes participen en las reuniones y eventos que promueve la Dirección de Cooperación Nacional, en tanto pueden presentar sus avances, problemas, necesidades, con mayor conocimiento por la cercanía con los actores del Programa.

Siendo el titular de la institución una de las partes más interesadas en el desarrollo del Programa y cuyo apoyo al mismo ha sido varias veces evidenciado, se sugiere analizar esta situación a fin de mejorar su operación. En particular, estando presente el propósito de institucionalizar el Programa, se precisa definir una estructura más sólida, pero más clara.

En otro aspecto, una de las razones por las que los estudiantes se han incorporado al Programa ha sido la falsa expectativa de conseguir recursos económicos para sustentar sus estudios, lo que habla de una deficiente información y difusión de los propósitos de la Unidad. No es frívolo, por otra parte, hacer el señalamiento, más aún si se considera que antes del origen del PAEI ya existía el Programa Institucional de Tutoría. Precisando, la combinación de estos elementos ha llevado a que los estudiantes resuelvan sus necesidades académicas mediante la consulta directa con los tutores adscritos a este último programa y no con los tutores del PAEI.

A ello ha contribuido, también, la todavía débil disposición de los tutores que participan en la Unidad de Apoyo para atender puntualmente la problemática de los estudiantes indígenas; actitud que es contraria a la manifestada por los tutores de carrera. Curiosamente, varios de los tutores son también tutores “generales”, pero quizá la razón de la deficiente inclinación hacia el PAEI tenga que ver con la poca diversidad de actividades y al hecho de no haber aprovechado la

infraestructura de la institución y el tipo de carreras de las que son docentes, para diseñar estrategias de atracción y de trabajo individual y colectivo con los estudiantes indígenas.

Las deficiencias en la difusión están marcando el desarrollo del PAEI. No en cuanto a informar de su existencia y llegar por medio de diferentes vehículos de comunicación, sino en relación con sus especificidades: a quiénes se dirige, bajo qué condiciones, con qué propósitos, a cargo de qué entidad institucional, para qué sirve la tutoría, en qué les puede ayudar su tutor, detalles que probablemente no han penetrado suficientemente al grado de evitar que acudan por otros intereses.

Otro elemento en este sentido es la manera en que se desarrolla la tutoría. En general, de acuerdo con las respuestas obtenidas, las sesiones tienen como rasgos principales la informalidad con la que se desarrollan y la falta de un proceso sistemático para identificar y dar seguimiento a las demandas de los alumnos. Asimismo, se reconoce como una significativa ausencia la no-programación de actividades que promuevan la convivencia e integración de la población objetivo. Al respecto, los tutores señalaron que dicha demanda insatisfecha obedece al hecho de que en el programa de trabajo de la Unidad no quedan especificadas esas funciones. Esta puede ser una falla, sin embargo, también puede ser juzgada como falta de iniciativa de los tutores, pues entre sus habilidades debería estar la creatividad para diversificar actividades que atraigan, interesen y generen confianza entre los estudiantes indígenas adscritos al Programa.

La actitud del estudiante, por otro lado, ha dejado mucho que desear, pero también es la respuesta a lo descrito en el párrafo anterior. Tanto los responsables del Programa como los tutores, fueron enfáticos en señalar su poca participación en cada una de las actividades que se organizan, así como la falta de claridad sobre el significado amplio de la tutoría. Se percibe, como un problema de origen, el hecho de que desde el principio y a lo largo de dos años, el Programa ha enfatizado en los aspectos meramente académicos y no ha logrado promover otras actividades que atiendan otro tipo de necesidades o que complementen las obligaciones académicas. Hay otro obstáculo que enfrentan los alumnos y es el relacionado con la complicada carga académica. A ello se agrega que muchos estudiantes consideran que la relación con su tutor es como tener otro “papá”.

Por todo lo anterior, no es de extrañar la falta de mecanismos e instrumentos para captar y sistematizar la información que se genera en el marco del Programa, en lo general y en cada sesión; en consecuencia, el seguimiento de los estudiantes se realiza sin un procedimiento claramente definido, además de efectuarse manualmente: esto debe ser atendido con cierta premura, en la medida que es de enorme utilidad para la mejor organización del Programa. Esta información podría ser considerada en la carpeta informativa que tienen los tutores. Asimismo, se debe garantizar el acceso a la información sobre las trayectorias escolares de los estudiantes indígenas pues ésta, junto con los avances o resultados registrados por sesión, constituyen una insustituible fuente informativa para formular propuestas de trabajo con los estudiantes, así como para promover mejoras y nuevas acciones en el PAEI.

Debido a los problemas de convocatoria que tiene la Unidad de Apoyo, no se han logrado definir los criterios básicos para evaluar el desarrollo del Programa, así como el desempeño de los tutores y de los estudiantes. Por ejemplo, los estudiantes manifestaron no tener elementos para valorar el proyecto ni los beneficios que han obtenido a partir de su operación; sin embargo, y ésta es una de las fuerzas a favor, se manifestaron convencidos de su continuidad.

En esa lógica, la población objetivo ha manifestado su desconocimiento sobre las actividades de seguimiento que realizan los tutores de cada uno de ellos. Esta es una falla lamentable dado el perfil de la mayoría de los tutores, quienes, por su formación antropológica en la mayoría de los casos, deberían ser sensibles hacia la cultura maya, representada en los estudiantes.

En relación con el cuerpo de tutores, la distribución aleatoria de los alumnos entre aquellos no suele ser la más recomendable. Se entienden las dificultades para organizar una mejor distribución, pero puede ser mejor alternar tutorías individuales con trabajo en pequeños grupos, mientras se logra una mayor estabilidad, que sobrecargar a algunos tutores o asignarlos a estudiantes de otras carreras. Esto último interpone una doble dificultad: para los alumnos y, naturalmente, para los propios tutores.

El avance que se reconoce a partir de la operación de la Unidad de Apoyo, ha sido el impacto favorable en el ámbito externo. Paradójicamente, como se ha señalado, en los estudiantes indígenas no se ha logrado una más plena identificación con el Programa. Ello ha llevado a la discusión sobre la necesidad

de aplicar nuevas líneas estratégicas de acción, cuyo eje central sea la integración de los estudiantes, así como el reconocimiento institucional sobre la diversidad cultural. Entre otras, se han recogido propuestas como la organización de exposiciones fotográficas, así como para fortalecer la tarea de difusión en el sentido de clarificar la utilidad y los beneficios potenciales del Programa para los estudiantes.

Por último, conscientes de la problemática que enfrenta la Unidad de Apoyo, los tutores entrevistados coincidieron en la urgencia de organizar y programar reuniones de trabajo y de intercambio de experiencias entre todos los tutores participantes para dar solución a esas debilidades diagnosticadas. Asimismo, con ese mismo fin, han sugerido la realización de eventos en los que participen todas las instituciones de educación superior que operan programas especiales para estudiantes indígenas.

En todo el esfuerzo desplegado por la Universidad de Quintana Roo y, considerando que las observaciones contenidas en este reporte implican acciones de mejora viables de realizar, se tiene una enorme ventaja: el notorio impacto en los estudiantes, quienes sienten el reconocimiento e identifican y celebran que exista un espacio para ellos dentro de la institución.

Conclusiones y recomendaciones generales

Sin la menor reserva podemos señalar que la experiencia, incipiente en nuestro país, de poner en marcha un ambicioso programa como el de Apoyo a Universidades con Estudiantes Indígenas, con el muy valioso soporte financiero de la Fundación Ford, no escapó a una larga serie de reflexiones, dudas y comentarios sobre la participación de una entidad extranjera de financiamiento en un medio al que hay que acercarse con prudencia.

En la apreciación personal de quienes elaboraron el presente estudio privó una temprana cautela, pues se pensó que a los ojos de la opinión pública, la relación de la ANUIES con la Fundación Ford para intervenir en instituciones con estudiantes indígenas podría ser condenado o, en el extremo, señalado como una intervención extranjera en la soberanía nacional.

Muy afortunadamente, la total autonomía que la Fundación Ford otorgó a la ANUIES y al Comité de Gestión nombrado para organizar, apoyar y evaluar el desarrollo del Programa, constituyó un signo de plena confianza no sólo en quienes participamos como promotores, instructores, evaluadores, autoridades y coordinadores institucionales, sino, fundamentalmente, para los actores de esta experiencia. Nos referimos, en particular, a los estudiantes indígenas y a los tutores.

El efecto inmediato, no intencional, sobre los estudiantes cuando se empezó a promover el PAEI, aun antes de la selección de las instituciones que finalmente serían incorporadas, fue el de generar expectativas de carácter económico, lo que es una evidencia clara de una problemática muy compleja y de difícil resolución en los próximos años. Para contrarrestar esa expectativa, se pensó en la necesidad de hacer enormes esfuerzos y así atraer el interés de la población objetivo; además, el hecho de aclarar que el apoyo consistiría en otro tipo de recursos se consideró como un motivo de desencanto.

No obstante, no hubo necesidad de grandes y costosas campañas para precisar la finalidad del apoyo y, si bien todavía con algunas resistencias, la población a la que se dirige el Programa, cada día cree más en él y, con mucha satisfacción, nos atrevemos a decir que cree más en ella misma, lo que le permite ostentar, muy orgullosamente, su origen indígena.

Es importante recalcar lo anterior, porque entre las primeras dificultades que se enfrentaron para saber cuál es la dimensión de la población de estudiantes indígenas en las instituciones, estuvo la concerniente a su identificación. No es gratuito que por siglos se haya ocultado o se siga negando la sangre indígena, aun en sociedades que se muestran como civilizadas, maduras y promotoras de la equidad y la interculturalidad. De ahí que uno de los primeros y grandes méritos del Programa tiene que ver con despertar la seguridad de las personas para dejarse ver como son: una parte muy importante y respetable de la población de nuestro país, que merece un trato del que históricamente se le ha privado.

Con toda certeza, la huella que este esfuerzo empieza a dejar va a significar un detonador de grandes transformaciones en el proceso de intercambio y equidad cultural que las políticas públicas señalan, pero que la sociedad reclama desde hace muchísimos años.

En el esquema previsto para la evaluación, destaca, en prácticamente todos los casos, la constitución de una adecuada y funcional Unidad de Apoyo Académico para los Estudiantes Indígenas. En ellas se promueven, fundamentalmente, estímulos de carácter académico, basados en actividades de soporte didáctico-pedagógico, de asistencia y orientación profesional, en cumplimiento de los propósitos del PAEI para que los estudiantes logren mantener un aceptable o un relevante desempeño escolar.

Para conseguirlo, las respectivas instituciones debieron cumplir con varios lineamientos y etapas desde la definición del concepto de la Unidad, sus funciones, su infraestructura básica y los servicios que ofrece o gestiona, como tutorías, cursos, apoyo psicológico y, las relaciones que promueve entre las necesidades de los estudiantes y los programas institucionales para la mejora de la calidad del proceso de enseñanza aprendizaje, a efecto de lograr que se les brinde la atención apropiada.

En diez casos analizados hay, por supuesto, diferencias y particularidades; pero, no siendo la intención realizar una comparación entre ellos, se apuntan conclusiones que tienen un alcance general y que resultan del contraste entre los planteamientos de partida para la creación de las UAAEI y la información obtenida a través de las visitas, entrevistas y revisión documental.

Así, en el plano de la coordinación del PAEI en cada institución, pese a las adversidades representadas por la escasez de recursos, de personal, de

experiencia, lo que se destaca, fundamentalmente, es que quienes forman parte de la operación del Programa —coordinadores y sus respectivos equipos— se identifican por su voluntad, compromiso, sensibilidad, tenacidad y absoluta dedicación; podría decirse que en el PAEI está quien desea estar; es decir, quien tiene disposición, talento e idea del alcance de dedicar un esfuerzo a un trabajo que, en principio, se sabe produce enormes satisfacciones y, además, promueve valores tan ignorados como el reconocimiento de otras culturas con su particular cosmogonía, experiencias fundamentales de vida y la posibilidad de aportar un poco a la disminución de la marginación social.

Del lado de los profesores que se han capacitado y fungen como tutores de los estudiantes indígenas, se encontró, frecuentemente, una gran disposición y la consideración de que el Programa es absolutamente pertinente, pese a que en su mayoría, se encuentran en condiciones de operación prácticamente mínimas. Aún más, se manifestaron a favor de que el PAEI fuera extensivo a estudiantes no indígenas y además se mostraron interesados en la continuidad de los apoyos.

Como se comentaba líneas arriba, los estudiantes han generado una gran confianza en el Programa; lo consideran una muy buena opción para mejorar su formación, su autoestima, sus habilidades intelectuales y personales. Además, se empieza a reportar un mejoramiento en su desempeño escolar desde que cuentan con el apoyo de la Unidad. Hay, no obstante, algunos problemas que les impiden asistir a las sesiones de tutoría o llevar a cabo las actividades programadas, como la incompatibilidad de horarios, por ejemplo.

En relación con la infraestructura, se advierten de manera persistente las serias limitaciones de espacios y de algunos equipos, en cantidad suficiente para poder ofrecer un servicio constante y para la mayoría de los estudiantes. Dado que la población de jóvenes incorporados al Programa va en aumento, los responsables de las instituciones deberán prever la ampliación de los espacios y la dotación de los equipos que más frecuentemente son requeridos.

Como un elemento común a todas la Unidades de Apoyo desatacan las acciones implementadas para fortalecer el proceso académico de los estudiantes indígenas. Más allá de los resultados positivos logrados en la mayoría de las instituciones, existe una brecha no cubierta aún que tiene que ver con la formación integral del alumno. Es importante insistir al respecto, dado que uno de los objetivos centrales del Programa señala la necesidad de formar recursos humanos

creativos y comprometidos con sus comunidades de origen, de tal manera que lleguen a convertirse en un factor de desarrollo en los ámbitos productivo y social. Ello requiere, pues, consolidar no sólo sus herramientas académicas, sino que además se fomente su sentido de liderazgo y de desarrollo personal a partir del pleno reconocimiento de su origen y de su potencial como promotores de la diversidad cultural del país.

Siguiendo esa lógica, en la mayoría de las unidades han prevalecido las acciones de vinculación interna, por un lado, y al exterior las acciones son para las tareas de difusión y para la búsqueda de mayores apoyos para los estudiantes. No existe mucha claridad, sin embargo, sobre la participación efectiva de los estudiantes mediante proyectos productivos y de investigación, principalmente dentro de las comunidades indígenas. Se entiende la magnitud de las dificultades para conseguir el regreso y el arraigo de los egresados en sus comunidades, no obstante, hay diversas formas de conectar una actividad de servicio o productiva que logre algún impacto y genere espacios de satisfacción en los jóvenes. El Servicio Social es un medio de enorme valor en este sentido.

Un insumo importante para evaluar el impacto de las unidades de apoyo sobre el estudiante indígena, así como en los ámbitos interno y externo, es la información. Sin desconocer el hecho de que existen avances interesantes para captar información —cuestionarios, formatos especiales, reportes e informes—, es necesario consolidarlos y avanzar en el sentido de crear los mecanismos necesarios para la sistematización y el procesamiento de toda la información que se genere durante la operación del Programa y que involucre, además, a todos los actores participantes en el mismo. Ese insumo, sin duda, permitirá tener mayores elementos para identificar con precisión las fortalezas, las debilidades, los retos y las oportunidades de desarrollo de la Unidad de Apoyo. Asimismo, en el nivel global, aportará elementos valiosos para conocer el impacto que el Programa ha tenido en el ámbito nacional.

No existen hasta ahora, acciones tendientes al seguimiento de los estudiantes indígenas egresados de la institución, con el apoyo de la Unidad. Esa complicada tarea está todavía pendiente, pero es importante prever la posibilidad de conocer la ubicación de los egresados, en qué ámbitos se desempeñan y desarrollando qué actividades. Al respecto, sería de mucha utilidad rescatar aquellos casos exitosos con la finalidad de que contribuyan en el análisis

retrospectivo y, a partir de su experiencia, aportar elementos prospectivos para el Programa.

Perfil de las Unidades de Apoyo Académico para Estudiantes Indígenas

Para poder hablar de un perfil de las UAAEI, a partir de los hallazgos identificados a lo largo de este ejercicio de evaluación, en un esfuerzo de síntesis que se ilustra con la tabla ubicada al final de esta sección, se pueden observar diversos aspectos que cumplen en mayor o menor medida las diez instituciones evaluadas. Debe advertirse que la existencia o inexistencia de cada uno de los 16 rubros no debe leerse con un sentido absoluto, pues hay diversos matices. En realidad, la tabla trata de demostrar la evolución cualitativa del Programa, sin hacer comparaciones entre las 10 IES y considerando que cada una avanza a su propio ritmo. Por lo mismo, es pertinente señalar que, en virtud de la juventud del Programa y de las resistencias observadas o de las limitaciones que lo han caracterizado, en esta valoración las cifras ubicadas alrededor del 50% no significan un resultado desfavorable. Hay que verlas, más bien, como un esfuerzo en marcha.

Para cada aspecto se señala en qué porcentaje de casos y en qué medida se alcanza, lo que puede interpretarse como resultado del interés y esfuerzo institucional para consolidar el Programa. Los cuatro símbolos utilizados indican posiciones la necesidad de mejorar, una aceptable, buena y mejor condición de operación y avance.

Los aspectos valorados se presentan en cuatro bloques: el primero se refiere al marco institucional y significado del Programa; el segundo a la tutoría, su organización, aplicación y participación de los profesores. Enseguida, a los estudiantes, en términos de su opinión respecto del Programa y de los impactos recibidos. Finalmente, al manejo de la información, recurso indispensable para operarlo y evaluar su desarrollo.

Concerniente al marco institucional y significado del Programa, se puede decir que es ahí donde se encuentra una de las mayores fortalezas del PAEI, ya que nueve instituciones hacen explícito el reconocimiento y apoyo del que goza desde que comenzó a operar. En el mismo número de casos se manifiesta un

aumento en su cobertura, respecto de la población de estudiantes indígenas atendidos por el Programa. Pese a ello, solamente dos han podido dotarlo de una infraestructura si no suficiente, al menos adecuada para su funcionamiento. En la mitad de instituciones se ha podido identificar que las respectivas coordinaciones del Programa tienen claridad en sus objetivos y orientan acertadamente sus acciones. Otras tantas han promovido acciones institucionales no exclusivas del Programa, pero que le brindan alguna clase de apoyo.

En relación con la tutoría, su organización, aplicación y participación de los profesores, el panorama es muy diverso. La mayoría de las unidades (80%) enfrenta serios problemas para conformar su propio equipo de tutores. En defensa de ellas, es necesario decir que a nivel institucional, la implantación y consolidación de un programa de tutoría ha llevado tiempo y grandes esfuerzos. En ello está también la limitación de profesores con posibilidades reales de participar por su capacidad y disposición; por eso, la integración de un cuerpo de tutores para estudiantes indígenas se vuelve aún más complicada. Sin embargo, una vez que se recluta a los profesores, se ha contado con los apoyos para capacitarlos, al menos en las primeras etapas; aun así, en menos de la mitad de las unidades se cuenta con tutores en cantidad suficiente. Lo afortunado del caso es que los disponibles han demostrado estar muy comprometidos con el Programa y los apoyos a los estudiantes indígenas.

Respecto del tercer bloque, los estudiantes, su opinión e impactos del Programa, se encontraron datos bastante positivos, de forma que es posible decir que en este aspecto, el más importante es donde mejores efectos se tienen. El 80% de las unidades identifica que los estudiantes manifiestan haber logrado identificarse con el Programa, aunque, en términos de opinión, solamente la mitad de éstos externa una opinión favorable en torno de la tutoría. En todo caso, lo mejor es que sienten que el Programa ha propiciado un mayor rendimiento académico en el 90% de las instituciones, pero logros en su desarrollo personal solamente en el 50% de ellas. También resulta favorable que en el 60% de las unidades se promueven experiencias de vinculación externa en las que participan activamente los estudiantes.

Respecto del manejo de la información, llama la atención que casi todas (90%) las unidades disponen de instrumentos para registrar la información derivada del desarrollo del Programa; sin embargo, solamente la mitad dio

muestra de contar con mecanismos para su procesamiento y sistematización. Aquí se destaca que vale la pena hacer mayores esfuerzos para aprovechar la riqueza, en función de su oportunidad, de la información que se está generando.

Visto entonces el PAEI de manera global, los mayores logros registrados se encuentran en rubros como reconocimiento y apoyo institucional, cobertura, capacitación de tutores, identificación del estudiante con el Programa, rendimiento académico e instrumentos para captar información. Con un nivel de avance medio se ubican aspectos como el esfuerzo orientado de parte de las coordinaciones, acciones institucionales a raíz de la operación del Programa, suficiencia de tutores, compromiso explícito del tutor, opinión positiva del estudiante sobre la tutoría, desarrollo personal, vinculación externa con participación efectiva del estudiante y mecanismos para procesar información. Finalmente, en rubros como infraestructura y facilidad para conformar el equipo de tutores se registra el menor grado de avance.

Recomendaciones

A partir de las conclusiones planteadas, es importante delinear algunos puntos que, desde nuestra perspectiva, fortalecerían el desarrollo del PAEI y, particularmente, el de las unidades de apoyo implantadas en las instituciones analizadas. Con esa finalidad, se hacen las siguientes recomendaciones de aplicación general:

1. Diversificar la oferta de actividades para los estudiantes indígenas y que no se concentren siempre o mayormente, en cursos, porque eso no le agregaría ninguna diferencia o riqueza a la dinámica que se experimenta dentro de una aula. Es necesario, por lo tanto, impulsar aquellas que fomenten la integración y participación de los estudiantes, como pueden ser las excursiones con fines diversos: de investigación, de descubrimiento y de recreación.

2. Cuando se trate de programar cursos, es necesario diversificar y profundizar en temáticas de capacitación y de divulgación, a propuesta de los tutores en razón de su trato directo con los estudiantes, o por resultados obtenidos en diagnósticos y en encuestas diseñadas con ese fin. En todo caso, sería conveniente cruzar información de diferentes fuentes, a fin de

promover formas de capacitación que convoquen a la mayoría de los estudiantes.

3. Apoyar más el desarrollo de la creatividad y el potencial del estudiante a partir de la organización de concursos —de fotografía, literatura, poesía, cocina local, deporte, etc.— que pongan a prueba sus habilidades, pero sobre todo, fomenten la riqueza cultural de sus comunidades en el ámbito universitario y más allá de él. Asimismo, es importante generar actividades de carácter no académico, sino cultural, que se den en ambientes de mayor informalidad, dentro y fuera de la institución.

4. Promover una formación más enfocada a profundizar en el conocimiento de las culturas indígenas según las regiones. Ello contribuiría al fortalecimiento de la visión intercultural en el seno de las comunidades universitarias, incluyendo también a los profesores y a los investigadores, tanto a quienes son tutores como los que no lo son.

5. Dar una mayor y, sobre todo, permanente difusión al PAEI en el interior de la institución y en su entorno institucional, pensando no solamente en los estudiantes susceptibles de ser incorporados, sino en los de origen no indígena, para evitar suspicacias y malestar.

6. Acercarse a los investigadores en áreas de conocimiento afines a la esencia del Programa, con la finalidad de acordar colaboraciones en sus proyectos y recibir orientaciones que lo enriquezcan.

7. Crear una oferta periódica de talleres en competencias básicas, como las siguientes: Lectura y redacción; traducción de textos y gramática en lengua indígena y española; manejo de fuentes de información impresas y electrónicas; habilidades de estudio; cómo tomar apuntes escolares; cómo hacer un trabajo académico; expresión oral; técnicas de investigación documental, entre otras.

8. Las instituciones tendrán que hacer grandes esfuerzos para lograr reclutar un mayor número de profesores que participen como tutores del Programa.

9. Es necesario trabajar conjuntamente con la finalidad de formular un perfil del tutor para el estudiante indígena, que precise responsabilidades, compromisos, limitaciones, y sea conocido por los profesores, pero también por los estudiantes.

10. Ante la imposibilidad de remunerar la actividad de los tutores, conviene promover alternativas que hagan las veces de apoyos en especie, tendientes a fortalecer su experiencia en la tutoría. Podría pensarse en reunir periódicamente a los tutores de todas las IES participantes en el PAEI, a fin de discutir sus inquietudes, propuestas, etc.

11. Se requiere, en materia de formación de tutores, diversificar las temáticas y dinámicas de los cursos de capacitación, en correspondencia con lo señalado en el punto 8.

12. Presentar a la Coordinación General (SGE-DCN), una síntesis semestral de los informes de los tutores, con el propósito de conocer los avances, las problemáticas, las deficiencias y tomar decisiones con oportunidad.

13. Es muy importante para los estudiantes, recibir reconocimiento respecto de sus avances, así como ser permanentemente estimulados.

14. Cuidar de no caer en actitudes paternalistas o en excesos tanto en atención personal como en servicios, lo que a la larga, generaría una situación de dependencia de las personas.

15. Tanto los tutores como los estudiantes, a través de aquéllos, deben conocer y ser conscientes de las limitaciones del PAEI y no generar expectativas que el Programa no puede cumplir.

16. Hay que apoyar a los estudiantes indígenas desde la etapa previa al ingreso (desde la obtención de información hasta la formalización de la inscripción), buscando mecanismos de difusión más efectivos, a fin de que los aspirantes reciban la mayor información sin que tengan que invertir en traslados y trámites, sobre todo si al final, no logran ingresar a la institución.

17. En relación con el objetivo del PAEI de promover el arraigo de los estudiantes indígenas una vez que completen su formación, tratar de iniciar actividades, por ejemplo a través del Servicio Social, que les permitan aplicar sus experiencias en sus propios entornos.

18. Elaborar conjuntamente una serie de formatos para capturar y actualizar información, con fines de registro, seguimiento y evaluación, que cubran, por ejemplo, lo relativo al diagnóstico de los estudiantes; identificación de la condición indígena, cuestionarios socioeconómicos, cuestionario para

explorar la salud, plan de actividades académicas, tutorías, impacto en el desempeño escolar y actividades recreativas.

El perfil de las unidades de apoyo y

nivel de avance del PAEI Síntesis

ASPECTO EVALUADO UA CH UAEM UPN UTTT UV BUAP CESUES UNICACH UDG UQR %

Reconocimiento y apoyo institucional 90

Mayor cobertura del Programa 90

Infraestructura suficiente 20 Esfuerzo orientado de parte de las coordinaciones

50

Acciones institucionales a partir de la operación del Programa

50

Facilidad para conformar el equipo de tutores 20

Capacitación específica de tutores 80

Suficiencia de tutores 40 Compromiso explícito de los tutores 60

Identificación del estudiante con el Programa

80

Opinión favorable de la tutoría de parte del estudiante

40

Mayor rendimiento académico 90

Logros en el desarrollo personal del estudiante 50

Vinculación externa con participación activa del estudiante

60

Existencia de instrumentos para captar la información del Programa

90

Existencia de mecanismos para procesar la información del Programa

50

FUENTE: TABLA ELABORADA SOBRE LA BASE DE LOS RESULTADOS DEL ESTUDIO DE CADA UNA DE LAS UNIDADES DE APOYO

Simbología: mejor condición; buena condición; aceptable condición; necesario mejorar